San JoséSan JoséEn la casa de En la casa de

Revista quincenal de la familia que trabaja en la Casa InspectorialJulio del 2013 - Año 3. Número 58-59

Editorial

“La Iglesia: Una, santa, católica, apostólica, romana y…¡MÍA!”

Franc i sco cae muy bien en general a cristianos y no cristianos.

“Escúcha-me, Hermano Francisco, án-date con cuida-do, que los es-carabajos, aun-que estén mirando al cielo, siguen siendo escarabajos y ¡no pueden darse la vuelta! Los escorpiones andan por los rincones y pican por atrás. Y los dictadores “cristianos” en América son los que han hecho tantos mártires”.

Hay personas y grupos que se creen dioses, dueños de la ortodoxia, de la moral, de las liturgias, ritos y costumbres…¡ due-ños de la Iglesia y de la patria! Interpretan la historia, desde su ignorancia e incapaci-dad, y creen hacer la historia.

Los gestos de Francisco son más que gestos. Son indicadores, páginas del evan-gelio de hoy, del Cristo que hace, habla, abraza, perdona, se enfrenta a las autorida-des civiles y religiosas, arriesga y da la vida por los que quieren que viva y da la vida por los que quieren –y hacen- que muera. Alfonso Francia

El Papa encandila con sus gestosVestir de

otra manera, romper esque-mas, hablar diferente, opi-nar en libertad, denunciar a los más cercanos ( a los Nuncios, Banco del Vati-cano, obispos, curas, monjas,

a los “dueños del pasado”, a los santones, escribas y fariseos de hoy…) es el lenguaje del corazón, de Cristo, de padre, hermano, amigo, no el lenguaje que nace del rol.

A la gente sencilla, los pobres y marginados, se les ilumina la cara y se ensancha la esperanza, aunque un poco opacada por el miedo de que sea pura fachada, maquillaje, nube de verano…Han visto cómo se ocultó el sol del Con-cilio, de los Documentos vivos de la Igle-sia viva latinoamericana, del papa Juan XXIII…Temen que tras unos días de en-carnación-pascua, vuelvan las actitudes “principescas y mundanas”, envueltas en páginas bíblicas. Temen que los pastores dejen de “oler a oveja y a pueblo”...

2

Se derrumbó aquella Iglesia…¡gracias a Dios!

Aclaro que pongo el acento en “aquella”, que no quiere decir la Iglesia del pa-sado, que vivió sus coherencias, a veces con más pasión que otras muchas de hoy con “ideas tan claras y motivaciones y actitudes tan oscuras…”

La anécdota que cuento, con algunas incrustaciones mías, puede hacer reír, pensar, revisar y cambiar estilos de vida.

La anécdota y el humor hacen también historia.

● Alfonso Ussía es un gran escritor español actual. Tiene mucho de periodis-ta agudo, directo, irónico. Siempre hay que leerlo. Es nieto de Muñoz Seca, un gran comediógrafo y gran humorista. Se cuenta que, amigo de los salesianos, iba a las representaciones tea-trales de nuestros colegios, fundamentalmente para ver las adaptaciones de sus obras representadas por los alumnos u oratorianos. Como él escribía sus come-dias para el gran público, en sus comedias había personajes femeninos mientras que en los ambientes salesia-nos no aparecía ninguna mujer, por lo que había algunos salesianos célebres en hacer adaptaciones a puros hombres. Algunas adaptaciones eran tan bien hechas que Muñoz Seca se reía del “ingenio salesiano” y decía que algunas obras suyas resultaban más atractivas una vez pasadas por la censura salesiana.

● Cuentan también que en la guerra civil española del 36-39, lo fusilaron los “rojos” ( comunistas y anarquistas). A los carceleros les decía: “Me quitan todo: lo poco de dinero que tengo en el bolsillo, el reloj, la cadena…pero hay una cosa que no me pueden quitar: el miedo”.

Al decirle si tenía alguna última voluntad, les respondió con su humor caracte-rístico y constante: “ Me equivoqué al decirles que me podían quitar todo menos el miedo, pero ahora constato que ustedes son tan hábiles que me han quitado también el miedo. Me da la impresión que ustedes no me quieren en su círculo de amigos”. Lo fusilaron en Paracuellos, cerca de Madrid, donde mataron a muchí-simos: religiosos, sacerdotes, católicos y “del otro bando”.

3

● Y ahora cuento la anécdota que narra Alfonso Ussía, nieto del asesinado:

En la casa en que vivía Muñoz Seca, fallecieron los porteros, marido y mujer, con pocos días de diferencia. Los hijos de aquellos le solicitaron al poeta si podía escribir una epitafio ( escrito sobre la tumba). Gustoso escribió lo siguiente:

Fue tan grande su bondad,tal su laboriosidady la virtud de los dos,que están con seguridaden el cielo junto a Dios.En aquel tiempo, tenía que dar permiso el obispo para poner algo sobre la tum-

ba. No le gustó ese epitafio pues decía que cómo se atrevía a decir que estaban en el cielo cuando ni él mismo lo podía asegurar. Así pues se lo devolvieron y le pidieron que presentaran otro. En este segundo decía:

Fueron muy juntos los dos,el uno del otro en pos,donde va siempre el que muere,pero no están junto Diosporque el Obispo no quiere.Madre, madre…Este le gustó menos todavía. Y a pesar del gran enojo permitió

otro a los familiares. Y así fue el tercero y final:Flotando sus almas vanpor el éter débilmentesin saber qué es lo que harán,porque desgraciadamenteni Dios sabe dónde están.No se sabe aquí si el Obispo murió de infarto o loco o, dicho sea con humor, es-

tuvo en el pelotón que fusiló a Muñoz Seca, jajaja…

Una pregunta para todosSi unos cuantos gestos del Papa han conmovido a la Iglesia y sociedad, ¿cuál

sería la revolución si los obispos todos, los superiores, jefes, directores de cen-tros universitarios, escuelas, seminarios, centros de pastoral y catequesis, de comunicación ( cadenas de radio, tele y nuevas tecnologías…), apostáramos por una fe en Cristo, en versión “ franciscana”, enraizada en la realidad, bella y sangrante a la vez?

4

Mi entrevista al papa Francisco

Hace dos semanas que pasé por el Vaticano, le solicité una entrevista, y al saber que era salesiano en el Perú, que era de España y que me llamaba Francia, me dijo: “Anda, los dos somos universales…” “Sí, Padre Francisco, porque los dos somos católicos, pescadores en mar abierto, no pescadores en peceras”. Se rió mucho y me abrazó.

- Papa Francisco…No sé cómo tratarle, porque no le gusta lo de “Santo Padre”, yo creo que prefiere que le llamen “Hermano Francisco” pero para muchos es demasiada revolución.

Ha dicho Usted que prefiere que le llamen “el Papa” a que le griten: “Francisco, Franciscoooo”…

-Sí, no me gusta mucho que tengan “en la boca” siempre a Francisco, sino que gri-ten “Viva el Papa”. Pero –añadió riéndose- lo prefiero a que tengan siempre “en la boca” pisco aunque sea del Perú –y terminó con una sonora carcajada-.

-Nos dice a los pastores que tenemos que “oler a oveja”-Sí, sí, “ a ovejas”, a pueblo, a gente que vive con la gente, camina, come, sufre, reza

y celebra con la gente. Ojalá huelan siempre “a ovejas” no a Chivas (célebre mar-ca de wisky para los que no lo sepan).

- He oído que algunas monjas están quejosas porque les dijo que tenían que ser “ma-dres, no solteronas”. Dicen que si Usted es machista y que ataca a las mujeres.

-Por favor, nada de eso. Sólo que con los religiosos tengo menos confianza, no pue-do decirles que “sean padres, no solterones” porque a lo mejor lo de padres se lo toman en serio, lo entienden de otra manera y … de los hombres me fío me-nos. No soy machista.

Tú, dile esto a las monjas, y también a los religiosos y sacerdotes, pero díselo en-vuelto en caridad y humor. (Y puso cara de pícaro…)

- Hace poco dijo cosas muy gordas a los futuros diplomáticos, los Nuncios del Va-ticano, los que representan a la Iglesia en los distintos países.

-Cosas gordas, sí, pero se lo dije con “diplomacia vaticana”, la que ellos deben vivir y representar. Ya sabes que “la diplomacia vaticana” es marca de la casa y está

5

patentada en el mundo, jejeje, ( Lo dijo con una sonrisa irónica que me hizo tam-bién reír).

-¿Ve como posible y bueno renunciar al Estado del Vaticano y por lo tanto dejaría de ser Jefe de Estado? ¿Puede responderme sin “diplomacia vaticana”, jajaja?

- A mí francamente sí me gustaría poderlo hacer: Cristo no tenía ni estado, ni pala-cios, ni riquezas, ni ganas de tenerlas, ni poder temporal. Creo que bien pensa-do, sería bueno dejar de ser un Estado. Ojalá la Iglesia tenga mucha autoridad moral y ningún poder de “príncipe de este mundo”.

-¿Permitirá pronto la ordenación sacerdotal de las mujeres?

-Ordenadas, ordenadas…, no pueden ser ordenadas ni mandadas por nadie. Que se lo pregunten a los maridos, jajaja. Yo seriamente querría poder ordenarlas de sacerdotes pero sinceramente no se encuentran razones convincentes, y además –esto ya lo digo con humor-, muchos en la Iglesia temen que acabaran ellas “ordenando-mandando” en la Iglesia. Los maridos son los que mejor nos aconsejan, jajajajajaaaa ( soltó una carcajada tan sonora que aparecieron varios cardenales, que sin saber de qué reía, empezaron también a carcajear. Al ruido salió una monja de una oficina y también rio con estruendo).

- Y siguiendo con preguntas de actualidad, ¿ rehabilitará a la “teología de la libe-ración”, tan de nuestro Perú?

- Te has empeñado en ponerme en aprietos, ¿eh?…Evidentemente, toda teología debe ser libre, me encanta la gente que piensa y busca la verdad de Dios, de la vida, de la gente, de la propia vida. La libertad la da el Dios de la Teología, no los políticos ni los pastores…La teología no tiene etiquetas, ni se compra ni se vende, ni se destruye. Necesitamos, sí, muchos buenos teólogos que acerquen a Dios a los pobres, y a los humanos nos acerquen a Dios. No hay que rehabili-tarla, están en la Iglesia y si apuestan claramente por los pobres, son la mejor teología porque hablan del Dios de los pobres, es decir, de Cristo.

-¿Quiere hacer muchas revoluciones en el Vaticano, pero se atreverá?

- No, no, yo no puedo hacer milagros. Dios sí puede hacerlos y ya ves…( Otra carca-jada sonora). Yo haré todo lo que pueda de lo que Dios quiere que haga, y que los creyentes nos urgen ( aquí terminó la frase un poco serio, entendí que veía la cosa difícil. Me entraron ganas de darle un abrazo y decirle: “ánimo, Hermano, todos le ayudaremos”).

-Usted habla mucho de los pobres y de los sin voz…

-Sí, lógico, y lo hago siempre con altavoces y con susurros. No me cansaré porque es lo fundamental. Sólo me callaré cuando yo pierda la voz y pase a ser de los sin voz, que son millones. Ahora esos no me dicen nada, solamente miran esperan-zados a la Iglesia y aplauden.

- Una pregunta que le causará estupor. Está muy de moda, gracias a Dios, el tema de los malos tratos en el hogar, el boulling en la escuela ¿Condenaría Usted las corri-das de toros? Por favor, no me dé un capotazo,jajaja.

6

- Condenar no, pero sí tendría cosas que decir…Si condeno las corridas de toros, muchos me pedirían que arrancara de la Biblia la escena en que Dios le pide a Abraham que degüelle a su propio hijo, y otras muchas escenas truculentas…Menos mal que el ángel que Dios le envió a Abraham llegó puntual porque si lle-ga a ser un ángel peruano llega cuando Abraham ha inmolado ya a su hijo y nos cambia el signo de la historia sagrada (Otra risotada con su inocente malicia me hizo pensar en muchos amigos del “ahorita” y de la puntualidad. Reí con él con una sonrisa cómplice, también de inocente malicia). Hay que educar la sensibi-lidad: empezar por ser humano y defender a los humanos: del aborto, guerras, penas de muerte, violencia doméstica y callejera, droga, alcohol, hambre…

-A finales de mes va a Brasil a la semana de la Juventud. Hay mucho entusiasmo…-Yo también voy con grandes esperanzas y

perspectivas: allí viviremos lo que más me gusta de los jóvenes cristianos: el compromiso por la Iglesia y la sociedad de los pobres y su vivencia de la fiesta. Seguro que algunos me querrán hacer cantar y bailar. Por estar con ellos haría cualquier cosa, lo haría con mi ritmo, claro. ¡Es tan bonito compartir con los jóvenes la alegría del evangelio!. Ojalá en el mundo formáramos un inmenso círculo de cristianos cantando y bai-lando aleluyas y las canciones y danzas de todos los países, en cadena…sin cadenas.

- Tengo la impresión de que Usted, por su fe encarnada y pascual, por su libertad y sentido de pueblo, cantaría con gusto un tango de su Argentina.

-Evidentemente sí, con mucho gusto. Todo da gloria a Dios: la música, la unión, la ale-gría, la sencillez, el espíritu de familia…Si no es posible cantarlo con todos, al me-nos lo cantaría encantado con todos los hijos de don Bosco, el santo de la alegría profunda, la que nace del espíritu. Yo tengo mucho de jesuita, franciscano y sale-siano. Ah, y ahora, si quieres, of de record, te canto uno a ti. ( Cantamos juntos un tango de Carlos Gardel. ¡Lástima que ya no había cardenales para aplaudir!).

-Todo el mundo sabe que le gusta el fútbol…¿También en fútbol apuesta por los más débiles…? Cuidado con lo que dice porque los hinchas de su equipo, el San Lorenzo de Almagro, pueden enfadarse si dice sí…?

- Bueno, bueno, yo lo elijo por lo bueno y lo grande que es. Alguna incongruencia tengo que tener, ¿no? Quieres hacerme decir que el Real Madrid es mejor, y que si apuesto en mi vida por lo mejor, tenía que hacerme del Real, Pues te diré que lo consideraría mi segundo equipo si cada jugador del Madrid fuera un ma-ravilloso cristiano. Que conste que aquí no hablo del formidable Cristiano Ronal-do. ¿He despejado bien o he marcado un gol?

( Veo que el Papa es agudo, dice lo que debe decir y se escapa con humor como una anguila…)

- Se oye decir que aquí en el Perú va a haber gordos cambios en el Episcopado-Uyuyuy…No puedo explicitar mucho, perdona. Posiblemente será así, pero no re-

cen para que alguien se vaya, o se quede o venga.

7

Me viene a la mente una anécdota, para mí con mucho contenido humano, cristia-no, eclesial y pedagógico.

Un día, en la época de Juan Pablo II, hablaba con un periodista español que dirigía una sección en un gran periódico nacional de corte más bien conservador. Nos cono-cíamos y apreciábamos. Me propuso responsabilizarme de un reportaje de varias pá-ginas sobre tema social cada cierto tiempo. Me extrañó la propuesta pero me alegró.

Le pregunté: Tú que me conoces ¿cómo me propones eso para tu periódico? Pensé que le haría abandonar la idea con solo darle cuatro puntos que yo creía que nos separaban:

Ojalá la anécdota haga historia

Ya ves, yo que había pedido que no me nombraran Papa…Ya casi nunca pido nada, pero Dios sí pide y pide, a veces entran ganas de decirle que me deje en paz… ¡Viva Perú!, gritó, y dio una bendición. (Está en todo, le dije, y sonrió).

-Una última y delicada pregunta. Hay muchos que temen –Usted lo habrá oído va-rias veces- que lo eliminen por tomar posturas llamativas por lo inusuales y por-que crea clima de esperanza, optimismo y familia, que que molestan a algunos ...

- Bueno, pues ya desde ahora les digo que no hagan funerales muy llamativos, ni costosos, soy un pobre Francisco, moriré abrazado a la madre tierra. Lo digo ahora. No quiero decirlo después de muerto, a través de apariciones, no vayan a considerarlo un milagro y quieran canonizarme, y hagan gastos y más gastos … No, no, que me dejen tranquilo. Además ¡ vete a ver con qué cara me iban a poner en la estatua…! Jajaja. “ Bien está san Pedro en Roma”. No tengo miedo. Tranquilos.

- Muchísimas gracias por el detalle de esta larga y maravillosa entrevista para el Perú, llena de mensajes envueltos en humor. Aprenderemos, nos reiremos y sacaremos grandes conclusiones…Hermano Francisco, ¡ le apoyamos todos y siempre! Nos dimos un caluroso abrazo, envuelto en una radiante sonrisa y un “¡ Saludos al gran Perú, que tengo muchas ganas de visitar! Nos veremos allí ¿verdad? MI bendición para todos!”

Alfonso Francia,(Ficción humorística)

8

Director: Alfonso Francia sdb, Delegado para la Familia Salesiana del Perú e-mail: afranciah@gmail.com / oficinaalfonsofrancia@gmail.com / www.familiasalesiana.pe Consejo de Redacción: Elvira Jiménez, Elsa Lazo, Víctor Pérez, Elena Ganoza, Marco Calderón. Impreso en: Gráfica Editora Don Bosco / Diseño: Jonathan E.

Le dije: mira, amigo, 1) yo soy partidario de la dimisión del papa: tan cristiano puede ser eso como lo con-

trario. Y puede amar tanto a la Iglesia como el contrario.2) Estoy por el celibato opcional, como fue en la Iglesia y muchos piensan ahora. Lo

vemos como posible y bueno.3) Estoy por la ordenación de casados, y que los seminarios y formación de los futu-

ros sacerdotes puedan ser de otra manera a la actual. 4) Y estoy por la ordenación de la mujer que aunque la teología no encuentra motivos

por ahora, estoy seguro que los encontrará, que de mi punto de vista hay más motivos para el sí que para el no. Estoy a favor aunque esperaré.Creí que se desmayaba, pues… ¡por poco me desmayo yo! porque sin un tic ner-

vioso y con mucha convicción, me responde: “ Pero, Alfonso, si tú sabes que ninguna de esas cuestiones van contra evangelio”.

Constaté una vez más que hay en muchos cristianos, muy ilustrados o poco, mu-cha sintonía de fondo. Hay algunos, sólo algunos, que son fanáticos, otros que se guían por lo que creen que es dogma, algunos inseguros e inmaduros –no porque piensen y sientan de distinta manera-, sino porque reaccionan visceralmente, acu-san, ofenden, atacan creyendo que defienden a Dios y a la Iglesia.

La gente coherente, que son libres, que luchan por la dignidad de la persona y por lo tanto de Dios, me encanta. Se parecen a Dios, Creador y Padre, que crea todo y ama a todos, buenos y malos, que quiere lo mejor para sus hijos y que no tiene inconveniente en invitarnos a la conversión a Dios y a los hermanos lo mismo a ricos que a pobres, a buenos y malos, a judíos y griegos, a jerarquía y pueblo llano.

Muchas de mis convicciones nacen de la reflexión-ora-ción, del estudio y confrontación, de la lectura de la histo-ria, del buen sentido del pueblo llano que me ha apor-tado tanto: tiene más sentido común que muchos ilustrados y pastores. Los pastores deben “oler a oveja”, y las ovejas deben “oler a evangelio”, no a perfumes de palacios ni a iglesias cerradas.

Dios nos ha dado la inteligencia y el sentido común. Todo lo que viene de Dios es humano y humanizador, y todo lo que va contra la perso-na no puede venir de Dios.

Para todos los tiempos, y más para los nuestros, debemos espiritualizar la humani-dad y humanizar la espiritualidad.

Tanto los que ponen a Dios primero como los que ponen al hombre primero se encuentran en Cristo, Dios y hombre.