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C O L E S , 1 1 D E J U N I O D E 2 0 1 4
Stirner, sobre el nico y su propiedad
Recuperamos unos textos sobre un autor, tanincmodo, como fascinante: Max Stirner y suespectacular obra El nico y su propiedad; losanarquistas, de forma lcida en nuestra opinin,han reivindicado a un pensador que nunca seconsider como tal, y que incluso en algunosaspectos puede considarrsele opuesto aalgunos de sus libertarios, pero que apost por
algo muy valisoso: el mximo desarrollopersonal, criticando toda abstraccin que loentorpeciera.
El 26 de octubre de 1806, nace en Bayreuty (Baviera) JohannKaspar Schmidt al que se recordara por su seudnimo Max Stirner (el cejas). Estudi teologa,
filosofa y filologa clsica, aunque no llegar a doctorarse y se le termin impidiendo, como era su
deseo, dedicarse a la docencia. Acab sobreviviendo como publicista y traductor. A partir de 1837,
ser asiduo durante aos del grupo de la izquierda hegeliana (los libres), y Engels parece que lleg a
decir de l que era la cabeza ms lcida y profunda de aquel crculo de filsofos revolucionarios. Con
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el tiempo, los jvenes hegelianos se escinden en dos tendencias: unos, integrados por Ruge, Hess y
Marx, marcan distancias respecto a Hegel; otros, entre los que se encuentra Stirner, se esfuerzan en
una revolucin de las conciencias mediante una crtica pura de carcter ateo, carente de reglas y
absolutamente negativa. La espectacular obra con la que Stirner pasara a la posteridad supuso un
gran escndalo y caus gran revuelo entre los intelectuales. Muestras de que atrajo gran atencin son
las reseas crticas que le dedicaron Mosses Hess y Ludwig Feuerbach, as como el hecho de que Marx
y Engels le dediquen, en La ideologa alemana, ms atencin que a cualquier otro autor. La primera
edicin de 1844 se agot rpidamente, por lo que se reimprimir enseguida, aunque la gloria ser
efmera. La vida personal de Stirner no fue muy alentadora e incluso acabara en prisin, durante
1853 y 1854, por deudas impagadas, para morir por enfermedad el 25 de junio de 1856.
La obra de Stirner, aunque escribi sobre todo tipo de temas, no es muy extensa. El nico y su
propiedad(Leipzig, 1844) fue su primer ttulo publicado y solo escribira otro ms: Historia de la
reaccin(en 2 volmenes, Berln, 1852). Con carcter pstumo, John H. Mackay editara una
recopilacin completa de los artculos de Stirner. Se ha dicho que las dos coordenadas que sitan a
este autor son el anarquismo individualista, aunque l nunca se consider como tal, y la crisis de la
filosofa idealista alemana. Karl Lwith escribi lo siguiente: "La crisis de la filosofa hegeliana puede
dividirse en tres fases: Feuerbach y Ruge intentaron transformarla filosofa de Hegel conforme al
espritu de una poca diferente; B. Bauer y Stirner, en lneas generales, hicieron morirla filosofa en
un criticismo radical y en el nihilismo; Marx y Kierkegaard extrajeron las ltimas consecuencias de la
situacin cambiada. La obra de Stirner es coetnea, nada menos, que del existencialismo de
Kierkegaard, del humanismo de Feuerbach y del materialismo histrico. Puede decirse que Stirner es
quien mejor sintetiza aquel momento y El nico y su propiedadhay que considerarla como el canto de
cisne de los jvenes hegelianos. Franz Mehring, terico de la socialdemocracia alemana, consider
algo que resulta apabullante: Stirner transforma en realidad corprea la idea abstracta de Hegel, la
autoconsciencia de Bauer, el humanismo de Feuerbach y la anarqua de Proudhon.
En El nico y su propiedadse considera que, para cada ser humano, el nico universo con sentido es
el propio. Constantemente, el nicoes acosado por ideas y entidades que le son extraas, entre las
que se encuentran en primer lugar la religin y el Estado. Por supuesto, la crtica no se queda ah y
Stirner arremete contra todo obstculo que suponga una merma en el desarrollo de la personalidad.
Se trata de la voluntad individual contra toda causa general y contra toda abstraccin. Resulta
imprescindible acabar con los tpicos y falsedades vertidas contra la obra de Stirner; ya se ha
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mencionado que uno de sus primeros objetivos es el Estado e igualmente arremeter contra el
liberalismo. Del mismo modo, el pensamiento estirneriano no desemboca en un solipsismo
antropolgico que imposibilite la sociedad; apuesta por la afectividad, la sensualidad natural y por una
afirmacin de la identidad que renuncia al aislamiento y busca la unin con otros egostas. Para llegar
tan lejos, Stirner pide una crtica permanente a toda la moral heredada e interiorizada, que no transija
ante nada y que abra el camino a una nueva sensualidad. Esta nueva conciencia del nicosobre su
personalidad anular toda alienacin, substituir el Estado por la potencia del individuo, la sociedad
por la libre unin y el humanismo por el placer particular.
Frente a todos aquellos que repudian a Stirner, e incluso parecen temer su pensamiento, vertiendo
toda suerte de etiquetas cuestionables sobre l, hay que decir que resulta significativo que ello se
produzca con tanta asiduidad incluso en la actualidad. El nico y su propiedades un mazazo feroz a
todo lo instituido y a todo prurito reaccionario, una obra comparable a algunas otras que sacudieron el
tiempo en que se publicaron y que fueron en un principio lgicamente negadas. Frente a tanto
colectivismo, tanta enajenacin y tanta manipulacin intelectual, obras como la de Stirner son
tremendamente necesarias para comprender la cantidad de falsedades que, permanentemente, tratan
de seducir al individuo e impiden el desarrollo de su personalidad y de su conciencia.
La destruccin de lo sacro
Stirner, en su espectacular obra El nico y su propiedad, critica a
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Feuerbach y la consideracin de cambiar a Dios por una supuesta divinidad inmanente al hombre. Ello
supondra otra manera de desterrarnos nosotros mismos al buscar una esencia divina que nunca
encontraremos en nuestro interior. Antes que Nietzsche, Stirner trata de destruir todo el edificio
cristiano, el cual no observa como un ideal que haya que atraer a la realidad terrenal. Feuerbach
quiere acabar con Dios, s, pero para traernos al Hombre con maysculas (aunque hay que recordar
que todos los sustantivos se escriben en mayscula en alemn, por lo que la traslacin al castellano es
ambigua), como gran ideal o abstraccin. Para Stirner, la "esencia suprema" que Feuerbach desea
arrebatar a los cielos y traer a la tierra contina siendo eso, una esencia, no la realidad concreta del
individuo. La esencia, que Stirner tambin denomina Espritu, es algo muy diferente del yo. El Espritu
representa un mundo ilusorio, el mundo de las ideas, de lo sagrado, y que ese "algo sagrado" sea tan
humano como se quiera, incluso lo humano mismo, no representa diferencia para Stirner. El egosta
de Stirner no puede buscar ningn ser superior, ya sea en el cielo o en la tierra, y si realiza tal cosa lo
har negando su propio yo; incluso, aquel al que puede denominarse "egosta involuntario", es el que
no reconoce que l mismo es su creador y su creacin, es incapaz de ver que lo que cree un ser
extrao es su propio "ser superior". Lo sagrado es algo ajeno al yo (al individuo), y por eso Stirner no
puede concebir que la absurda idea de Dios adoptara en su tiempo otra forma ms popular y
seductora (como puede ser la "humanidad", "todos los hombres", etc.). Lo que se pretende es
desterrar, de veras, toda idea de lo sacro, de un ser aupremo, adopte la forma que adopte. Incluso,
los ateos han recibido la feroz crtica de Stirner al esforzarse en mostrar la inexistencia de Dios y
cambiar su idea por cualquier otra, como el Hombre, que acaba siendo el nuevo ser supremo.
La dependencia de "algo superior", por muy extendida que est en el mundo, es tremendamente
daina; incluso, Stirner se permiti sealar la obsesin idealista como una patologa siquitrica. Se
trata de estar esclavizado por una idea fija (la verdad religiosa, la majestad, la virtud, la legalidad...)
sin someterla jams al escalpelo de la crtica. Esa idea obsesiva es, para Stirner, lo verdaderamente
sagrado que hay que destruir. Los creyentes, los dogmticos, aunque se hayan desprendido de la idea
de Dios y se presenten como ilustrados, son profundamente intolerantes. Aquellos herejes contra las
viejas creencias son bien vistos en la nueva poca, mientras que los nuevos herejes contra nuevas
creencias vuelven a ser perseguidos. Stirner seala la moral como fuente de nuevos dogmatismos y
ataca a Proudhon por el siguiente aserto: "Los hombres estn destinados a vivir sin religin, pero la
moral es eterna y absoluta". Resulta curioso que dos pensadores tan diferentes, e incluso opuestos en
muchos aspectos, sean reivindicados por la tradicin crata; a nuestro modo de ver las cosas, tal cosa
demuestra la oposicin de las ideas anarquistas al dogma, al absolutismo, por lo que est asegurada
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su constante vigorizacin y actualidad. En respuesta a Stirner, la moral es algo inherente al ser
humano, por lo que se trata de darle un contenido concreto verdaderamente humano, que l
considera que parte del individuo, pero que halla su antinomia en lo social; el verdadero enemigo es,
efectivamente, lo sagrado, el ser supremo en el nombre del cual se imponen tantas cosas y se
mantienen tantas aberraciones. Stirner, algo que le convierte en un pensador de una modernidad (o
posmodernidad) indudable, considera que es la esencia, ya sea trascendente o inmanente, la que
esclaviza al ser humano.
La propia etimologa de la palabra religin alude a lazo, a la dependencia, aunque Stirner recuerda
que tantas veces se nos quiere presentar su significado positivo como "libertad espiritual". Esta
libertad del espritu, de las ideas, que parece en determinadas pocas no ser ya monopolio de la
creencia religiosa, adopta nuevas manifestaciones con la inteligencia, la razn o el pensamiento en
general. Para Stirner, solo el egosta consciente es capaz de ver lo pernicioso de esa radiante
espiritualidad, de ese entusiasmo por lo ideales. En definitiva, el autntico atesmo para Stirner sera
negar, no solo a Dios, tambin a cualquier idea sacralizada y ello hay que realizarlo en el nombre de la
autntica realidad y el verdadero valor: el individuo. El yo, el "nico", es singular e irrepetible, la
autntica medida de todas las cosas, por lo que no puede ser esclavo de ninguna idea abstracta. El
nico funda su causa sobre s mismo, aunque es capaz tambin de amar a los dems hombres, no lo
hace por imposicin, sino por que le hace verdaderamente feliz. El pensamiento de Stirner es tan
demoledor como espectacular, es tan antiesencialista y antiautoritario, tan contrario a todo idealismo
y toda metafsica, que da la impresin de que puede satisfacer tanto como incomodar, no dejando a
ningn lector indiferente. Resulta paradjico que haya quien vea en Stirner un liberal a ultranza,
cuando puede comprobarse fcilmente que toda su obra est plagada de ataques a los liberales y al
Estado. Precisamente, el Estado no es para Stirner ms que otro sustituto de Dios, del ser supremo o
de la idea fija. No es extrao que los que lo hayan reivindicado, y sigan hacindolo, de verdad sean los
anarquistas, por muy antisocial que parezca la propuesta estirneriana (y ello solo, tal vez, desde una
visin muy superficial).
La influencia de Stirner
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Si Nietzsche plagi, o no, a Stirner ha sido objeto ya de mucha discusin. Como dato curioso, el ao
de la primera edicin de El nico y su propiedad, 1844, es el del nacimiento de Nietzsche. Parece ser
que un amigo de Nietzsche, Overbek, estaba convencido de que se encontraba seducido por el
individualismo estirneriano; Charles Andler llegara a decir, a propsito de esta controversia: "La
frente de Nietzsche se iluminaba al pronunciarse el nombre de este libro". Tambin parece que el
autor de El ocaso de los dolosdira a un discpulo suyo, sobre la obra de Stirner, que "es lo ms
audaz y lo ms lgico que ha habido desde Hobbes". Parece aceptable creer que Nietzsche ley y
sinti admiracin por la obra de Stirner, aunque al parecer Andler va ms all y habla de una
influencia muy fuerte e incluso de plagio. En un prefacio a una edicin de El nico...en espaol,
Miguel Gimnez Igualada habla de influencia silenciosa sobre Nietzsche, aunque no total, y se atreve
casi a afirmar queAs habl Zaratustrase escribi pensando en Stirner. Otros autores, en el polo
opuesto, han negado tal influencia e incluso los han considerado pensadores antagnicos, algo que es
igualmente excesivo.
Como no hay pruebas palpables de dicha influencia, solo pueden hacerse conjeturas o aceptar el
testimonio del amigo de Nietzsche Overbek. Parece que solo a partir de Humano, demasiado
humanoNietzsche da importancia a los valores individuales. Como puntos en comn entre ambos
autores, se encuentra la crtica a la moral como egosmo inconsciente, el rechazo al imperativo
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categrico kantiano, la crtica a la religin, a todo lo sobrenatural y al dualismo cuerpo/alma. Otra
analoga entre Stirner y Nietzsche se encuentra en el mtodo utilizado para sealar los falsos valores,
usando la genealoga y la desmitificacin, aunque acaben dando respuestas diferentes. En efecto, el
superhombre nietzscheano presenta rasgos elitistas y selectivos, mientras que el yo de Stirner,
autosuficiente, reconoce esa particularidad en cada individuo. Es lgico que el pensamiento
aristocrtico, que presenta Nietzsche a menudo junto a otros rasgos liberadores muy interesantes,
causan un rechazo mayor que el solipsismo moral de un Stirner, pese a todo ms reivindicable desde
el punto de vista libertario.
El antes mencionado Gimnez Igualada, profundo admirador de la obra de Stirner, llegara a sealar a
Scrates, Platn y Aristteles como precursores del monotesmo, y por lo tanto enterradores de "todo
cuanto al individuo pertenece". Tal y como lo ve este autor, Stirner vendra a ser heredero de ciertos
filsofos presocrticos, los cuales trataron de poner el mundo al servicio del hombre, para lo cual se
eleva hasta el cielo para observar los numerosos fantasmas, como Dios, que ha creado el ser humano.
La asociacin que propone Stirner es de individuos autnomos, verdaderos anarquistas para Gimnez
Igualada, ya que no aceptan ninguna fuerza exterior que les gobierne y no renuncian a imponer su
voluntad a nadie. Solo entre estos individuos con conciencia de ser nicos puede haber entendimiento
y comprensin, y solo entre ellos puede disfrutarse de la verdadera libertad. Tal y como lo expone
Gimnez Igualada, la visin estirneriana no contradice la sociedad libertaria, sino que la confirma. Esta
asociacin entre egostas no niega tampoco el trabajo, sino nicamente el trabajo para provecho
ajeno; Stirner invita a trabajar para provecho de uno mismo, a ser consciente de la ms hermosa
propiedad, que es uno mismo, y desde ese punto de vista se aceptar la asociacin entre iguales y
existir todo un camino para recorrer juntos. El nihilismo de Stirner no es simplemente negativo,
aunque no deje ttere con cabeza entre lo instituido y lo doctrinario, ya que anuncia una nueva y
poderosa moral que nace de la asociacin entre hombres libres. La nadareivindicada por Stirner no es
en absoluto estril, es una nada que convierte al individuo en creador de su propio destino.
Todos los pensadores anarquistas, incluso alguno que parecen estar en las antpodas, como es el caso
de Kropotkin, tienen algo en comn con Stirner: la confianza en la evolucin, la bsqueda de la
satisfaccin, de la felicidad, de una vida plena. Es verdad que los padres del anarquismo, creadores de
poderosas filosofas sociales, no estn a priori en la lnea de Stirner, aunque es cierto que las ideas
libertarias siempre han colocado al individuo como valor supremo. Para Bakunin, la sociedad es previa
al individuo y la libertad de uno mismo solo se confirma con la libertad del resto de individuos; para
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Stirner, solo el individuo plenamente consciente de su particularidad puede generar una asociacin
entre iguales. No solo no son visiones antagnicas, sino que pueden observarse como
complementarias, una tensin permanente por parte del individuo para reivindicar su faceta ms
creativa frente a las convenciones y la hipocresa social
Por y contra Stirner
As se llama un libro de Carlos Daz, publicado por Zyx en 1975. Recordemos que Daz es un filsofo y
ensayista que apost por la proximidad entre el anarquismo y el personalismo de Emmanuel Mounier.
Dejaremos para otro momento esta cuestin de un supuestoanarcopersonalismo, aunque Daz cita
continuamente a Mounier en sus anlisis, incluso en algn momento en la obra que ahora nos ocupa,
y parece ser que en la actualidad contina en esa lnea. Tal y como muestra su ttulo, trata de
recordar al autor de El nico y su propiedad sin caer en apologtica alguna. Alguna voz, incluso
supuestamente desde cierta posicin libertaria, defenestra a Stirner acusndole de las mayores
barbaridades y desconociendo o tergiversando su pensamiento. Las lecturas sobre lo que se dice en El
nico y su propiedadson tan diversas y disparatadas que, tal y como ocurri con Nietzsche, se le ha
acusado hasta de gestar el fascismo. La polmica llega hasta hoy, cuando se acusa a Stirner de
justificar el Estado liberal, por el contrario, tal y como hemos insistido, su obra empieza y acaba por
demoler, tanto el Estado como el liberalismo. Stirner distingue tres vertientes del liberalismo dentro
de un mismo gnero: el poltico, que puede llamarse simplemente liberalismo, busca la libertad del
Estado; el social, que busca lograr la libertad en el seno de la sociedad, y el humanitario, que atiende
especialmente a la libertad del hombre. La crtica que realiza a los tres tipos estriba en el sacrificio que
realiza de la soberana personal en aras de la nacin-Estado, de la voluntad social o de cualquier
pensamiento abstracto.
Como es sabido, Stirner aboga por buscar cada uno su bien en s mismo e incluso puede entenderse
que realiza cierta crtica a la enajenacin del trabajo, cuando seala la deformacin que supone para
el obrero el progreso tecnolgico en la sociedad industrial, aunque su conclusiones son ms bien
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antitticas a las de cualquier autor socialista. El alemn dispara contra toda concepcin del "deber
social", sea en nombre del Estado, de un partido poltico o de cualquier forma de comunismo: "El bello
sueo de un deber social es hoy todava el ensueo de muchas gentes, y se imaginan que dndonos la
sociedad aquello que necesitamos estamos obligados a ella, que se lo debemos todo. Se persiste en la
voluntad de servidumbre a un dispensador supremo de todo bien". A pesar de que en algunos
extractos deEl nico y su propiedadse niega toda concepcin del bien y del mal que no est fundada
en el egosmo personal, en otros momentos se encuentran pasajes autnticamente estimulantes y
constructivos. As es cuando critica el antiguo maniquesmo, el maquiavelismo de medios/fines, lo cual
podra ser interpretable como que ya est apostando por una innovadora y sincera moral, o cuando
critica una moralidad fundada en la legalidad (una mera fachada, una falsa devocin). En ltima
instancia, Stirner considera que la moral es un invento de la burguesa, la nueva clase dominante. Por
supuesto, perecern las viejas concepciones de lo bueno y de lo malo, que son para Stirner las dos
caras de la misma moneda, y nacer una nueva moral fundada en el egosta que no sucumbe ante
ninguna fuerza externa.
Carlos Daz seala lcidamente que no es posible arrojar a Stirner al vertedero de la historia cuando el
mundo, tal y como est concebido, se basa en la hipocresa de falsas concepciones del amor entre
pueblos y naciones. Cuando Stirner critica el principio del amor como mero alivio de las clases
oprimidas nos recuerda la concepcin de Marx sobre la religin como opio del pueblo. Es un ataque
furibundo contra todo idealismo, como subproducto de unas determinadas condiciones materiales,
para Marx, o del sacrificio del individuo, para Stirner. Frente a todo idealismo vocacional, el
pensamiento estirneriano pide al individuo que reconozca su propio yo omnipotente, aunque en ltima
instancia se sea consciente de lo limitado y perecedero de la existencia humana, de ah su famosa
frase: "He fundado mi causa en nada". En la superficie, Stirner niega cualquier pretensin
moralizante, pero es posible interpretar una nueva moral al denunciar toda una desviacin histrica y
cultural, y tratar de derruir toda abstraccin que sacrifique el yo individual. El altruismo, que Stirner
naturalmente no niega en la prctica (aunque s considera que nunca es desinteresado), no sera ms
que un egosmo encubierto, un deseo de trabajar en primer lugar para uno mismo. Por supuesto, este
punto de vista de Stirner resulta cuanto menos discutible desde muchos puntos de vista: sin
consideramos dudoso que exista alguna esencia innata en el hombre, si aceptamos lo obvio de la
necesidad de la asociacin y la cooperacin o al observar las diversas orientaciones antropolgicas. En
cualquier caso, la filosofa estirneriana es tremendamente til para salvar la libertad personal y para
escapar del conformismo dentro de alianzas temporales buscadas solo por la propia conveniencia de
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los individuos. El conformismo es sinnimo de una falsa humildad, de humillacin y austeridad,
anlisis en el que se ve que Stirner adelantar una critica feroz al cristianismo.
Realiza Daz un alegato moral, a favor y en contra de Stirner, en el que no puede reprochrsele no
poner toda la carne en el asador. Las crticas a Stirner que realiza han sido asumidas dentro del
anarquismo, como es el caso de la fuerza de la clase trabajadora, la cual es atacada a veces en El
nico y su propiedadpor temor a la creacin de un nuevo altar social en el que el individuo se viera
sacrificado. Parece que Stirner fue fiel a s mismo tambin en su carencia de una visin cientfica y
analtica de mayor envergadura, en muchos aspectos es posible que fuera su propio mundo el que le
condicion en su pensamiento. Como a Daz, nos fascina Stirner y lo defendemos en gran medida,
porque en ltima instancia se trata de ideas que hacen de contrapeso a un necesario anlisis social y
poltico de mayor calado. El individualismo insolidario en la sociedad actual, ms producto de la
enajenacin que de cualquier otra cosa, poco tiene que ver con lo proclamado por Stirner.
Precisamente, es deseable que cada individuo emprenda la bsqueda de un autonoma basada en una
identidad en permanente construccin y cuestionamiento de toda fuerza externa que la enajene.
Carlos Daz, y estamos con l, apuesta por un nivel superior de egosmo, un egosmo solidario que
adquiere una dimensin social, a la vez sana y enferma, pero real y deseable.