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Características

del Estudiante Universitario

Alicia Torre# M u/foz •

En este artículo se ptesenran las caracrerlsrlcas de los estudian/es universitarios y las bases para una exploración de grupos universi­tarios.

SI el euudtanre es el pl'imero y más importare objeto de estudio de fa Unlvers/dod, /JÓ/o p11ed~ dirigírsv conociéndolo JI para conocetlo hay 11eceaídad de estudiarlo 1•

JNTRODUCCION

Al mencionar cara e ter Isricas de los estudian res, se hace referencia a los rasgos personales, individuales y académicos, indicando con ei!o el modo de compor­tarse frente a una situación concreta, tan impottante en este nivel oomo es la for­mación proresional,

Se pretende hacer una sencilla eva· luación oomprensiva del estudiante u:-! versítario colombiano actual, a la luz de la realidad observada directamente du­rante 20 ailos en el diario quehacer de la docencia universilaria; y por supueslo fundamentada en los conceptos de respe­tables "pensadores y maestros" del mun­do universitario entre los cuales se desta-

.. UccnCÍllóa "" C\~tllU <lt ~ Eó"~> .. t ibn = c.poclaBó~\1 '"' l'•ieo!Q&\a. Ml\¡\\Wn en im~ti· gacl6n y docencia unlvctsit.ll.ri.a, proteso.ra asoc!adu y a;¡osora de proyectos de grado do la P~ultcd de lngeníeria Civil de ta Universidad Militar ··Nuev6 Gtanada",

l. SAl'ITO TOMAS. Suma Teolópca. T.X.Q., 166, p. 401.

lnvestigaclón y Desarrollo Social, Bogotá{Col.} V. 1 No. 4 Enero • Abril- 1990

can prioritariamente los certeros plan tea· mientos del Sociólogo colombiano, in­~esti¡ador y profe<JOr universitario, Dr. Fabio Herndndez Dlaz, los cuales con­cuerdan totalmente con la ,1a 1ural~za y necesidades del estudiante .

1. ¿QUE SIGNIFICA SER ESTUDIAN­T E UNIVERSITARIO?

Ser estudiame universitario. en nues­tro medio es un privilegio sOcial que la­mentablemente, no siempre comprenden y a veces ni advierten quienes Jo disfru· tan ·por cuan to ni siquieu loman con· ciencia de las rcsponsabllidades que la sociedad exige de cualquier élite· enten· diendo por elite esa minorla privl\eg.\ada que lo¡¡ra ingresar a la unive~idad, según nos consta después de cada periodo de admisiones y a través de Jos alannantes datos que, al tespecto, publica anualrnen· le la prensa.

Ser estudiante universitario y disfru­tar de las prerrogativas de la educación superlo1 en nuestro pafs, es y seguirá siendo pTivilegio sólo de quiene~ perle· nezcan o en alguna fonna pue!lao teneT conexión con las clases pudienres econó­mica, social y polfticamente, factores cu· ya primacfa se hace cada ve:l. más notoria ;obre el aspeclo académico.

para lomar apuntes, la astucia djaJéctica de convencimiento a los profesores, es­quivarse anr" Jos trabajos de práclicas, presentar como propios trabajos ajenos, memorizar para salir del paso. frecuentar el aula sólo en la época de exámenes, etc., aún a sabiendas de que obrar en tal for· m a está en desacuerdo con la ética.

Todo lo amerio1, significa que una carrera profGSional muy pocas veces se esrudia desptoé~ de haber hecho un análi­sis de la silu~cíón real en cll8nto a voca­ción, limitaciones, objetivos, posíbiHda­des, etc. Quitás, ésta sea una de las prin­cipales causas de los fracasos durante el esludio y después en el ejercicio profe­sional.

Frente a esta situación, un tanto pe­simista, son muchos los aspectos positl· vos y los valores que se destacan. Cuando consideramos al estullianle en coJtiunto. es evidente ta d inámica que lo acred1t3 como poder de estamento principal de la universidad.

En la situación real de los grupos que acrualmenle in¡¡resan a la universidad, existe una personalidad de elementos in· maduros, inseguros, desconcertados, aun· que animicamenlc dispuestos para el na­wral proceso de maduración en el cual ha de sentirse comprometido el docenle.

La cucunscancia ambiental desempe· La un iversidad se constituye en puen- ña un papel especialmente significacl~o

le propicio para conseguJT un ''status" <Je en la exploración de las características . 5Uperioridad que un día ser~ respa ldado por un lltulo a como cueste, no ~nporla Es elemental subrayar que el medio mucho la eficiencia o calidad profesionaL ambiente -ilen tro de un enfoque de sis·

temas- para un estudiante universitario El estudiante común y corriente 2 , no sólo está limitado a la simple aula de

está acostumbrado a ver la culmmación clase, sino a parámetros vaiiables que de una carrera como única y excluSiva comprenden, entre o tros, los cstracos posibilidad de éxito y pretende lleaar u la meta por los medios que más se ucoono- • den a su pereza mental Y a la tendencia a 2. HERNANDEZ DJAZ, Fabio. Métodos y minimizar el esfuerzo inleleclual; tales tecnicu d• estudio •n la Univ<rsidad. Do· son, la copia en Jos ~x~mene~, la pereza golá, Edicion.a falñer, 1972, p. 40.

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socio-económico, geográfico y ps!quico del cstudian¡e, Este mismo medlo am­bierate va a determinar cómo opera el sistema.

"Si el estudiante, según Santo To­mas, es e l primero y m~s importante obje to de estudio de la universidad , sólo puede dirigirse conociéndolo y para co­nocerlo hay necesidad de esludlado" :¡.

Al realiz.ar la exploración prelimi­nar de los grupos. el docen~ procurará conocer con la ma yo r riqueza posible, los pormenores significat ivos, los antece· dentes, el pe rru psicosocial y académico de los alumnos.

Uno de los problemas más graves de la o)nseflanza es el del ajuste reciproco entre alumnos y pcofesores: la! l\ius¡e sólo es posible cuando por interrr~lación se ho logrado un amplio collocimi.,nlo de ros amecedentcs, 03racterJsticss y conducta$ individuales que estnlCIUran la personalldad de los estudíall tcs.

Hoy más que nunca, corresponde a los profesores universitarios considerar retiamente la~ deficiencia~ y errores de que se les acusa y mostrarse decididos a renovar sus mérodos de acuerdo con la nawraleza y las neces1dades de los eslu· d iarues cuyo desconocimiento engendrn gra ,l parte de los preocupan tes problemas q ue se plantean a la ed ucación su perior. Ru sell Cooper, citado po r MoiTls, desla ­ca la necesidad de adoptar nuevos estilos y 1 écn icas para enseñar a un número ca­da vez mayor de estudiantes con clistin· tos niveles tle preparación y d iferentes expectativas; y· de considerar la Influen­cia rea l y potencial de la ed ucación en Jos problemas sociales.

Cua lquiera que sean sus do!es o lim i· taciones, e l profesor que se sien!a com­prometido con la educación superior de· he es!ar saempre ale na para la autocrltica,

cación y empleo de la objetivtdad y la ra­cionalidad y cerciorarse de que Jos cono· cimientos que tra11smHc y las aptitudes que procura desarroUar son las más im­portantes al ''habital~ de los estudiantes. A esta re:1lidad sólo Uegará el docente que tiene d~cisloa~s fundamentadas en la información razonable y fiel que aporta la investigación ed ucativa.

La estrategia del conocimienlo racio­nal y objetiVo de los estudiantes, su; ca· racterfsdcas fundamen lales dentro y ruc­ra !le! cl<lusaro universitario, como tam· bién el fluJO cntJe profesor y escudiante para el logro de lln resultado más posili· vo, son objeto de estudio que implemen· la lo que pQdr!a denominarse una ecolo­gía escolar.

2. LAS CARACTERISTICAS DE LOS ESTUDJANTES Y SU TRASCEJII· DENCIA EN EL DESARROLLO DE LA LABOR DOCENTE

Para desarrollar este aspeclo básico de la nueva tecnología educativa, es ne­cesario que los doccrHcs en general y de manera muy especial los del mundo uni· versitario nos hagamos esta pregunta:

¿Qué factores s" conocen del llJUI>O csludiantíl, o sea de cada uno de los es· cudiantes, que puedan afectar a los pla­nes de ensellanza~ Parn contestarla. e! a­penas natur~l que nos ubiquemos en ls realidad del profesor universi!ario que al iniciar un periodo académico se dispoi\C a desarrollar el programa de su msa ería con un yupo de esludi.a.ntes, para lo cual ha sido contratado por el respectivo De· caJlo de la F'acultad o el Jefe del DepjlT· la meMo.

De esta situacióat, surge ouo cues1 io­namien!o: $e ha preocupado la institución por informar al profesor sobre la calidad humana del grllpO que se le entrega, de

descubrir los mejores canales de comuni· 3. SANTO rOMAS. Op. cíl. p. 401.

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sus capacidades y limitaciones, de Jos an­tecedentes académicos, <iel nivel ~ eda­des, del nivel de madurez, de las condí· ciones socíoeconómic~s. de las limi tacio­nes ambientales, del C.l. u otras medidas de inteligencia rcsullantes de las pruebas de admisión a que han sido sometidos los estudiantes en el caso de los primeros se· mestrcs, de tos hábitos de estudio, del grado de capaciua(J de los alumnos para trabajar solos o eo grupos. etc., etc.?

Si hubiera oportunidad de hacer es· ras preguntas a un buen número de do· centes y dada la atmósfera que se respira en la mayor fa de lns aulas universicarias, no seria precipitado suponer, que las contestarían negativamen[e. En estas condiciones y teniendo en cuenta que las características ue los estudian res. en una u otra forma, afectarán las decisiones del profe!>Or relativas a la s~lccción de objeci­vos, al nivel en que se debe empezar un tema, ~ la profundid:~d del cscudio, a la vari~da<l de las actividades didácticas pro· gramadas o que vayan a planearse, etc., es a él a quien corresponde detectar las características de cada uno de los gwpos con los cuales ha de realizar su labor do­cente.

Gran parte de la información rdaliva a los estudiantes, puede ser extraída de sus expedientes personales que se encuen· eran en los archivos de las respectivas de­canal u ras, t.ajo la dertominación de Ho· jas de Vida y preguntando a otros profe­sores. consejeros y asesores estudiantiles. Si la universidad no está en condiciones de suministrar al docente a través del De· partamento de Orientación y Consejería, o de la Oficina de Admisiones y Regís· ero Académico, la información al menos general de este tipo, tste, por su propia cuenta, debe explorar los grupos valién· dose para ello de procedimientos a los cuales se hará referencia n1ás adelante.

cuanto sea posible, solución a las inquie­\\lde?. que $in ~:auce apropiado., pueoan afectar el desarrollo académico de un curso. Se trata de utili:l.ar pautas o patro­nes con los cuales puedan avanzar en el aprendizaje a un ritmo propio y de con· ronnidad con un programa encajado a sus necesidades y adaptable a su tiempo.

"En algunos casos los alumnos pue· den tomar parle en la selección de sus experiencias de aprendizaje y de los ma­teriales instruccionales" 4. Conociendo claramente las caracterfslicas del grupo, es posible presentarles dos, tres o más caminos para que cada uno seleccione el q,ue mas le convenga de acuerdo con SI.IS conocimientos previos, sus capacidades y sus limitaciones acreditad as en la prueba de exploración.

Cualquiera que sea el tipo de instruc· ción disei'l.atla por el doceme, es esencial que se infonne a(lte)S de la naturaleza del grupo de estudian les y, cspecCficannente, de las necesidades de cada uno, en fun· ción de las cuales debe fonnular los ob· jctivos didácticos. Por esto se comprende que deban aplicarse una variedad de mé­todos, recursos y procedimientos para el logro de los mismos. Recuérdese que el objetivo didáctico Ideal es aqud qoe de­[ermina los cambios que se oesean en la clase a través de preguntas que el eslu· diante pueda contestar. los problemas que pueue resolver, Jos procedimientos que puede ejecutar, las actitudes que manifiesta en su comportamiento y los valores a que aspira.

El conocimiento de las caracterlsti· cas de los e si udiantes ayudará en la diff· cil tarea de fonnular objetivos didácticos precisos que respondan a las necesídades y expectativas del estudiante univenlca­rio.

4. l{E'M,P, )eJTDld 'E:. I'láneamfento~dldai::tico. Es necesario conocer el pensamiento Plan de desaaoilo pllra unidades y cursos.

de los estudiantes para encontrar, en Méltico: Diana, 1974, p. 27.

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Por ejemplo, ¡.cómo pueden ajustarse la instrucción y la evaluación pata que abarquen los sutiles objetivos de la motivación para aprender, el pensa­miento crítico, el juicio de los valores, las actitudes favorables de la disciplina. la aptitud p~ra organizar la información perlinen te y para utilizar los conccp tos. la ha bilídad para resolver problemas, ele.? Seguramente esas son algunas de las cuestiones más apremiantes y complejas a que tiene que hacer frente el maestro de una materia de estullio S.

3. IDENTIDAD DEL ESTUDIANTE UNlVERSITARIO COLOMBIANO Y SUS CARACTERlSTlCAS

El estudiante universitario se puede identificar como individuo y como con· )un\o socia' teniendo como e=ario las circunstancias socioculturales de nuestro medio 6 •

Consideudo individualmente es la persona que ha logrado ingresar a la edu­cación superior, previa aprobadón de los estudios de enscilanza me<.lia y certil'ica· cióll de la solvencia económica requerida para tal efecto, especialmente cuando se IJ'ata de \a universidad privada. Y en el caso de la universidad p(l btica, una buena cuota tle eficiencia acadétllica y relacio­nes poHtieas L¡ue le permitall competir en los lisiados de la suerte que dan dere­cho a los cupos.

Consider3do como conjunto, se cons­tituye en un ente social con múltiples y diversas vivencias humanas que se pro­yectan a la sociedad global. Es desde es­¡, uunto de visra que se pueden captar y oom1.re•\d<:( las carac\eflstic:&'> uel eslu·

!liante universitario para interpretarlo inlegralmence y ayudarlo en la búsqueda de su realización persoosl, misión que corresponde cum plír a la universidad a través de sus estameJHos y de manera muy especial a trav~s del cuerpo <.locent~.

Se 11onen de manifiesto a continua· ción las caracterlscicas de ese conjunto que ayudan a identificar al estudiante universitario tfpico, las cuales han sido ex traídas como productos directos de la observación sistemática efectuada en el medio amhieme universitario y en un or­den lógico ~e prese.ntao a.~í:

a. fl estudiantado universitario es un rroducto social estratificado. Quiere decir, es extractado de nuestro me· tlio socioeconómico, cuyas mayores proporciones proceden de las clases media y media alta. Por eon•ecucucí~ m u y poca es la representación de los otros estratos, distribución que no corresponde al esqu~:ma de una socie­dad democrática.Jiamatla a perfeccio­nar los medios para que más ind ivi­duos y familias con miembros en la universidad asciendan en la escala so· cial mediante una participacióo equilibrada y armónica de Lodos los estraws, en forma cal que se habiliten pata disfrutar de los beneficios que emergen de la actividad universitaria, Jo cual significaria un avance concrc­IO en el proceso Je desarrollo inte­gral del país.

b. ~~ estudiantado universitario es ur1 fenómeno social masivo y cocurrente. Como La!, ca<.l a serne slre y cada ano st renueva y aumenta en los recintos universitario~, pero pese a este creci­OlÍento sigue siendo un número pro­porcionalmente reducido si se com-para con la población estudiantil to-

s. MORRIS, William. Erueñanza universitaria. t~l del pafs. Refonna de •us métodos. Méxioo. Pax·Mé· c. :bl estudiantado universitario presen-xico, 1971, P· 23. ta una baja productividad en el estu-

ó. HERNANIYEZ DIAl, f'abJo. Métodos y dio. En las circunstancias actuales \tct~i<:as .se. e!l>\l<llo ~"la l>t.hetSl<l•d. ~.,. son muchos. los prob\cn\as, (\\loe C<Jns-li, McGraw Hill, 1988, p. 49. cien te o inconscitmtemente afec1a11

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el rendimiento académico de los alumnos restringiendo la calidad y cantidad d~ Jos conocimientos q ue son necesarios para gmntilar la cul­minación exitosa de las carreras y el normal ejercicio de ls profesión. Se citan como relevantes los siguientes: -La falta tle una adecuada orient3ción profesional. · El subdesarrollo del esp!ricu lnvesti· gativo. • La desorientación en cuan to a mé· todos, técnicas y hábitos de e~tudio. • Las deficiencias de p reparación bá· sica (prlmana y secundaria). · La ausencia de objetivos instruccio­nalcs acordes con las neceSidades del estudiante y de la sociedad en que se desenvuelve. - La fslla de capacid:ttl para a tender y escuchar. • La marcada tendencia a minlsnl7.ar el esfuerzo inlelcctual . • La ausencia de capacidad analítica para enfrentar la vida aQcJ~mica. • La incapaculad para realizar o pera­ciones matemáticas básicas en a usen· cía de la calculadora, e ce.

d. El estudiantado universilario se con­figura como w1a élite. Es decir, como una minoría privile&illda pertenecien· te a una ~lite eronómico-acadésnlca. Son muy pocos los colombianos que logran ingresar a la universidad y me· nos los que logran sostenerse y sallr avanres despues de h~ber pasado por los fil tros del embudo en que se ha convertido la universidad y por el cual sólo pasa una minoría privilegia· da, cuyos miembros lamentablemen­te no siempre comprenden las res­ponsabilidades que tienen con ellos mismos, con la universidad y con la sociedad.

e. El estud ian tado un(Yen.i lario posee una conciencia social. Esta concien· cia social se reconoce a través de uoa

les y en la dinamica que acredita a es­te estudiantado como una ruerza so­cial importan Le que trasciende a ls sociedad.

f. El estudiantado univetsitario vive tensionado. Lo demuestran las for­mas de protesta que asume ante su inconformidad provocada por facto· res de onlen poJIÜCO, socioeconómí­co, académico y personal. El estu­diantado, conserva vivo aunque la· tcnre su poder d~ expresión ante di· cha circunsta.ncia y busca &in cesar una respuest a a sus problemas de ro· da í ndole dentro y fuera de los claus-tros.

g. El estudiantado universitario, salvo contadas excepciones, no sabe leer, escribir, ni redactar; como conse· cuencia de ésto, no sal>e concepluali· zar: es decir, no puede hacer abslrac­ción de la realidad , en estas condiclo­ncs no sabe para dónde va y menos si va para dónde es.

4. BASES PARA Uf\/ A EXPLORACION DE GRUPOS UNIVERSITARIOS

Si en el "concepto moderno" ensenar consiste esencialmente en dirigir de mo­do eficaz un grupo de alumnos en el a­prendizaje Sistemátíc" J~J sector cultural con<.lensado en UM aai~nalura, en o tras palabras, darles la opOrtunidad para ma­nejar en forma dírecta e inteligente los datos de las distmt95 disciplinas del sa­ber, organizando, dirigiendo y controlan· do sus propias experiencias encaminadas a la formación de h>l.bitos d ~ aprendizaje que les sirvan para e11frentar con eficien­cia las realidades y problemas de la vida en sociedad, este aprendizaje sislem~· :co cuyo desarrollo corresponde ar 'doceme planear, orientar, incen tivar y controlar, oo se puede procesru- de improviso ni a isladamente. Requiet1! un anállsis o exa­men de la situaciOn demro de la cual se

laten le pero efectiva organización in· '!. M~.TTO&, 1..u1r. A.. eom9=~ ~ lll<I~<.H· terna, demostrada en los mültiples ca genotal. Buono• Aires. Kapelu~. 1974, movimientos estudiantiles tradiciona- p. 296.

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va a desarrollar la labor, como sucede en cualquier sector de la accividad hu mana que pretenda <lesenvolverse con éxito. Presupone un determinado niv<:l de capa­cidad de los alumnos en relación con la asignatura de que se ua ta y abarca su pencmalidao 1 o\ al con ~us poS-ibüitlades y limitaciones, su motivación interior, sus bloqueos y frustraciones, sus ímpetus y vacilaciones.

El doce ni e al actuar sobre ]¡¡ persona· lidad de los ,¡Ju m nos a 1 ravés de la ense­ilanza, está actuando sobre su 3prendiza­je tot&l y nc- sólo ais\adamen¡c wbte su intelecto. Sélo por este medio logrará modificaciones positivas en su n1anera de ver, sentir, pensar, expresarse y obrar en todo cuamo se relaciona con las áreas de la cultura humana.

Ahora bien, como la persortalídad de los alumnos que l\()gan a la universidad no se produce en un modo único sino que diverge M su configuración y len­dencias de un individuo a olro, de un medio a otro y dentro del mismo indivi· duo se desenruelve y se transforma de un ai\o a otro, en ritmo desigual -presentan· dG alteracioi\C% sensibles que e1ügen un trato adecuado en favor de su desarrollo, para que la enseí'ianza corresponda real· mente a un proceso de lransformadlln­es necesario entonces, conocer a los alumnos.

Conocer a los alumnos sigrufica íó~ntificar\os pot $\l~ Ta~gos caracleThh· cos, sus diferencias individuales, sus cua· Jidades, defectos y límítacíones. Para ello, es preciso que el profesor analice cuída­dosameme las condiciones reales en que aquellos se encuentran desde el punto de vista ambiental, psicológico, académi· co, etc., tan lo al \niciar el C'llt>O como durance su desarrollo, sondeando su prc· parací6n básica y las experiencias con que cuenta para emprender la vida uni· versitaria.

birles un tratamiento, deberá manejar discípulos quienes en vez de dolencias, presentarán fallas de preparación básica en 13 asignatura, inmadurez, limitaciones académicas y culturales, etc. Estas son las realidades que marcan a un profesor e\ p-un\o de ).>ar\ioa paTa la otganír21cíón de sus planes <.le enseñanza, válidos y e· fectivos sólo en la medida en que están estructurados en función de las necesida· des y deficiencias de los csmdiamcs.

La primera y fundamental preocupa· ción Jel profesor ha de ser en ton ces, la de familiarizarse, como mejor pueda, con Jos alumnos. ''Es la sut:Jfase de exploro· ción preliminar, sondeo o análisis, a la que concede tanta imporlancia la mo­derna técnica docente" 6 •

A través de los datos recogidos en tli· cha c!(plora~ión, se podrán formular con ac1erto los objetivos, contenidos, expe­ri~ncias de aprendízaje, mttodo y recur­sos que demanda una asignatura para su normal desarrollo. Ui formulación de objelívos, etapa preliminar de lodo pla­neamieolo, lleva impllcito el pronóstico del aptendilaje. por cuanto permite ver clarameme los rcsultaóo~. que ei profe­sor aspira oblener de sus alumnos.

En esta fase <.le exploración y pronós­tico, Hpica de los primeros contaclos con sus alumnos nuevos y tlesconociclos, el profesor procura responder con bas· tanle objelividad las sigiuiente~reguntas: GC:on qul'; material humano 'iO)' a uatm· jar'? ¿Cuáles son sus capacidades y su preparación académica? ¿En qué aspec­tos se detectan sus principales limitacio· nes? ¿Hasta dónde podré llegar'? ¿Qué alc-anzaré a realizar en este semestre con este tipo de alumnos? etc., etc.

La conciencia de la necesidad de este análisis es uns constanre a Jo largo de Jos siglos. Siendo como es una norma <.licta<.la por el sentido común más elemental, seria de esperar que lodos los pro·

--El profe.sor universitario a seme­

janza del médico que examina meticulo­samente e. sus enfermos anbas de ptescrl- s. J&¡~,.'fTO\;, L'l>l~ A.. UJ>. ci\. p. >lll

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fesores se atuvieran a ella , Infeliz­men te, no ocurre asl. Por este moli· ~o, los grandes i!OOa~&Qs moderno~ vienen insistiendo sot>re este pun to, desde Comenio en el siglo XVII .

En los albores del siglo XIX, Federi­co Herbar! se apoya en la apercep· ci6n de los alumnos para toda su técnica docente y la hace re~har corno en el paso formal de la " pre­paración" Lange, Barth , Rein, Ziller. Charles McMurry, Edward Thom· dike, H. Witheringcon y otros, la consjderan como ls llave para el t xilo de toda la en~ñanza. Henry Morrison, en 1926 la destaca en su ciclo docente como fase autónorna bajo el rótulo de fase de "explora· ción',.

El sondeo amplio y c;uidadoso de la personalidad del alumno, d~ su ca· pacidaú general( y de sus ap titudes especffícas de su preparación y de 9JS deficiencias, es pvnto de parliúa para enseñanza apropiada y eficaz.

En cuan to al procedhniento para ex­plorar !lrupos universitarios el profesor procurará conocer el mayor numero de pormenores significativos, Jos an Leceden­tes, el pernJ académico y psicosocial de lm alumnos que le son confiados. Eslo puede realizarlo po r medio de un cues­tionario sencillo, elaborado por él mis­mo y de acuerdo con las circunstunclas ambientales para que los alumnos lo re· 9Jclvan lndivitl.u:llmente al iniciar el curso.

De las ~xperiencias realwulas en ral sentido, son índices significativos los si­guien tes: la iden tincaciórt personal, los antecedentes familiares, tas condiciones \le '!ahl!l , ro e:.colw\dad de lo!> alumnos,

mico, Jos problema.s pedagógicos, Ju diversiones preferidas, ele., etc.

Si bien es cierto que el conocinúento de los alumnos es un paso fundamental en todo planeamitnlo educalivo, tarn· bién no menos cierto es que los mayores éxitos se logran en la enseftanza, indirec­tamente, cuando el profeaor con actilud discrela sabe guardar para si mismo gran parle de la.& necesi<lades que ha podido derectar en el estudiante a t:ravts de la exploraciOn. evllando un demasiado con· tacro con él y dedidndose de preferen­cia 110 si alumno ~ino al estudio de su problema, es decir, a la bús.queda de so­lucione& efectivas.

A estas soluciones sólo puede llegar el docente que exploró oportunamente las condiciones del grtJpo y en función <le sus características fijO melas y objeti­vos no simplelnenre para instruir sino educar, cuyo sentido esrricto significa extraer, sacar a no~e los ta len tos y capa­cidades del alumno, para ayudarlo a de­~rrollar su propio espíritu, su indepen­dencia de criterio y a crear según su con­cepto de la vida y sus anhelos, su propio mundo, de ideas y de vivencias, sin olvi­dar que "el mejor maestro, es el que más hace para que el alunmo se inde-pendice de é l y Jo supere" g .

Escas son las rulidades que marcarán al profesor el punto de partida para ens& llar, estructurando planes y programas y dosificando su materia para suplir defi· ciencias a través <le contenidos funciona· les, teniendo muy t n cuenta el concepto académico moderno, segun el cual, se conoce que es más bien el estudlan~e quien orientado por su profesor descubre y aprende y menos importante, lo qtle éste trata de imponer y transmitir como enseil anza.

la actlrud a nte Jos métodos de estud io, 9. SMITH, Ralpb. Objetivo• de la educeción las relaciones humanas, los problemas univenltaria. Ert Euginnering ·as a carrer. relacionados con el rendimiento acadé- Mc¡raw Hill. "•.1." "s.I.'' p. t,

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