JoséManuelIglesias

El pilotoAsturcelta

Los aniversarios, a todos los niveles, propician encuentros de

personas cuyas vidas, con el paso de los años, han dado un vuelco, en ocasiones, espectacular. Son momentos para los recuerdos y para el reencuentro. Esto fue lo que ocurrió un sábado del mes de octubre, durante el transcurso de la fiesta organizada por la Agrupación Deportiva Los Campos, con motivo del 25 aniversario del voleibol en Corvera. Allí estaba uno de sus fundadores: José Manuel Iglesias. Deportista, piloto de Iberia y presidente de la Asociación del Gochu Asturcelta, embarcado en el empeño de recuperar y transmitir las excelencias de esta raza autóctona.

Nació en 1974, viviendo su primer año en Molleda, y de ahí, con su madre, a Las Vegas, hasta cumplir los 18 años, cuando un día decidió hacerse piloto comercial de aviones, embarcándose en dirección a Estados Unidos; concretamente Florida, Texas y Utah, estados en los que estudio la carrera por espacio de seis años. A los 24 años ya era oficialmente piloto (por el medio hizo la mili en Asturias), volviendo a España.

Corvera Ejemplar

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Su regreso coincidió con sendas convocatorias de Iberia y Air Europa para contratar pilotos. Se presentó a ambas y aprobó las dos, decidiéndose por Iberia a la hora de firmar el contrato laboral, y hasta ahora, 13 años más tarde. Durante este tiempo, en su primera etapa, pilotó aviones en rutas por España. Después, en Europa, Oriente y África; y más tarde, y sigue, rutas a América.

“Son rutas que duran, mínimo, ocho horas. Esta noche, por ejemplo, vuelo a Montevideo para pilotar el avión de pasajeros durante 12 horas”, manifiesta José Manuel. Ese día la entrevista era a las 13,00 horas.

Curiosamente, teniendo que despegar y volver a la capital de España, no vive en Madrid, sino aquí, en Asturias, donde le esperan, después de sus largos viajes, su mujer y sus dos hijos de 5 y 8 años. “Mi madre y familia siguen viviendo en Las Vegas”. El explica que vivir aquí es lo que más le atrae: “Es que no sé que hacer en Madrid; me compensa venir por mi familia y porque me siento cómodo yendo al bar de toda la vida, viendo a mis amistades, leyendo los periódicos asturianos”.

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“Es que no sé que hacer en Madrid; me compensa venir por mi familia y porque me siento cómodo yendo al bar de toda la vida, viendo a mis amistades, leyendo los periódicos asturianos”

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José Manuel Iglesias está ligado al voleibol desde los inicios de este deporte en Corvera: “Fui uno de los fundadores de la Agrupación Deportiva Los Campos”. A nivel deportivo también fue “el primero en ser seleccionado para Asturias en la categoría cadete, aprendiendo estrategia y colocación en la cancha”.

Los primeros pasos de José Manuel en el deporte los dio jugando a baloncesto, juntamente con Carlos Andrés Pérez, actual presidente de la Agrupación Deportiva Los Campos y designado por la Federación Asturiana de Voleibol como el mejor deportista de la temporada 2011/2012: “Éramos tan malos al baloncesto –manifiesta José Manuel- que nos pasamos al voleibol, sin tener ni idea”.

A pesar de lo mal que se les daba el baloncesto, según él, lo practicaron durante dos años y fueron Campeones de Asturias en la categoría infantil. Jugaban en el gimnasio del colegio Los Campos I, donde estudiaba José Manuel: “Había tantos niños escolarizados en Las Vegas, que a muchos nos subieron para Los Campos. El triunfo le supo a gloria: “Éramos los héroes del colegio”.

La primera etapa practicando voleibol en la Agrupación Deportiva Los Campos fue fundamental para José Manuel, que la recuerda con gran cariño: “Fue crucial para mi; si no fuese por esta etapa deportiva mi vida sería distinta”. Casualmente, su mujer también jugaba a voleibol. Recuerda muchas anécdotas pero quiere resaltar una: “Juan Carlos, el padre de Carlos, y su mujer María del Mar, nos llevaban a casa, en sus respectivos coches, después de entrenar y también después de los partidos”.

“Había que echar una mano en casa; mi madre enviudó dos meses antes de nacer yo. Bordaba, realidad laboral que daba para lo justo”

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Corvera EjemplarResalta la anécdota porque son personas a las que les tiene un gran cariño.

En octubre participó en la celebración del 25 aniversario de la Agrupación Deportiva Los Campos, reencontrándose con su pasado deportivo y con muchas personas entrañables: “Fue un día muy emotivo, porque mi trayectoria deportiva se desarrolló siempre con una sensación de compañerismo muy grande, tanto que llegamos a ser como una familia, porque, incluso, tras los partidos compartíamos la vida”. En la fiesta tuvo una “sensación” un tanto extraña a sus 38 años: “Fue la primera vez en mi vida que me sentí viejo”.

Sin dejar de practicar deporte, Juan Manuel tuvo que compaginarlo con el trabajo, siendo camarero desde los 15 años, los fines de semana, formando parte de un equipo de camareros para servir bodas, la forma de poder pagar sus estudios: “Había que echar una mano en casa; mi madre enviudó dos meses antes de nacer yo. Bordaba, realidad laboral que daba para lo justo”.

Tres años más tarde su vida cambió por completo, al decidir estudiar en Estados Unidos la carrera de piloto de aviones. Si no tenía ni idea de baloncesto ni de voleibol, tampoco, hasta entonces, se le había pasado por la imaginación ser piloto de avión: “Trabajaba de camarero en el Hotel Cristal, junto al aeropuerto, y conocía a varios pilotos. Uno de ellos me introdujo en este mundo, informándome de las características de la carrera y dónde estudiarla. No me lo pensé dos veces y me embarqué rumbo a Estados Unidos”.

Aparte de dedicarse por entero a su familia, el trabajo y los amigos, José Manuel Iglesias tiene una afición a la que le dedica parte de su tiempo: la cría del Gochu Asturcelta. Tanto es su compromiso que actualmente es el presidente de la Asociación de Criadores del Gochu Asturcelta (ACGA).“Empecé en esto por llenar tiempo libre. Mis abuelos son de Grado y como disculpa para ir los fines de semana con ellos compramos una pareja de gochos asturceltas, y llevo ya cinco años, los dos últimos como presidente de la asociación”.

“Esta raza fue criada de forma mayoritaria en Asturias hasta mediados del siglo pasado, en que comenzó a ser desplazado por cerdos del centro y Norte de Europa”, manifestó José Manuel. En 1978 la raza desapareció del censo del Ministerio de Agricultura. A finales del siglo pasado un grupo de personas entusiastas de las razas autóctonas asturianas comenzó la recuperación de los pocos ejemplares existentes y, con el tiempo, creó la asociación de criadores.

“ACGA es la encargada del control del Libro Genealógico de la raza –manifiesta José Manuel-, gestionando la inscripción de los animales, las altas y bajas de socios y animales, calificación morfológica de los mismos, emisión de cartas genealógicas y certificados de inscripción de animales, entre otras actividades, además de coordinar diferentes servicios para los socios y participar en proyectos de investigación”.