HerminiaMenéndezArtesana dela tradición

Corvera Ejemplar 2014

Corvera Ejemplar

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Corvera Ejemplar

a vena artística le viene de familia. Su tía, que era modista, era capaz de hacer un traje “en un día y sin Lpatrón”. Otro de los seis hermanos de su padre “era

capaz de hacer cualquier cosa con la madera” y los hermanos de su abuela se dedicaban a la construcción de hórreos. Herminia Menéndez, activista sociocultural de base, artesana y una de las creadoras de la Selmana de L´Aldea de Cancienes, es reconocida este año como Corverana Ejemplar.La suya es una historia de motivación personal y de un profundo interés por recuperar el legado de las tradiciones.

Le tocó nacer hace 48 años en el Hospital San Agustín de Avilés, -“como a todos los de la quinta”-, aclara. Y es que se siente profundamente orgullosa de sus raíces corveranas. Su madre era natural de Solís y su padre de Nuña, al igual que sus abuelos. “Se casaron muy jóvenes, a la vuelta de la mili, y se trasladaron de Sama al poblado José Antonio, el primero que hubo en Cancienes”. Allí se acumulan los recuerdos de su infancia, llenándosele la boca de nombres propios “estaba Manolita, que era limpiadora en el Ayuntamiento, la familia Gulías, Alberto Fidalgo, Guillermina… Nos conocíamos todos, las puertas del edificio siempre estaban abiertas y los niños jugábamos en la calle hasta que oscurecía, o la primera madre nos daba un toque”.

Evoca con alegría los juegos de entonces, “las nancys, la goma…”, como también lo hace al mencionar que de niña practicó el baloncesto con el equipo de la Sociedad Deportiva de Cancienes y el atletismo en el colegio, con el profesor Calixto al frente. “Acabó la EGB y todos nos fuimos dispersando. De aquella había 800 alumnos en el colegio porque también venían de Carreño. Ahora es bien distinto”, piensa en voz alta. Cursó dos años de Enfermería en el López Ibicuña de Gijón y finalmente acabó el COU en el San Fernando. También estuvo un año en la Escuela de Artes y Oficios de Oviedo. En 1988 se casó con su primer marido y tuvo dos hijos, Víctor y Daniel, y volvió a contraer matrimonio hace ya trece años.

Se define a sí misma como una “cabeza inquieta”. Su elocuente expresividad y su facilidad de palabra confirman además una vitalidad más que evidente. Y fue precisamente esa inquietud unida a sus raíces –“provengo de una familia de pequeños agricultores y ganaderos”, señala- la que la llevó a organizar la

Corvera Ejemplar 2014

“estaba Manolita, que era limpiadora en el Ayuntamiento, la familia Gulías, Alberto Fidalgo, Guillermina… Nos conocíamos todos, las puertas del edificio siempre estaban abiertas y los niños jugábamos en la calle hasta que oscurecía, o la primera madre nos daba un toque”

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“Me daba pena pensar que si los niños que viven en las aldeas están perdiendo las tradiciones, qué no ocurriría con los que viven en la ciudad”

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Selmana de L´Aldea de Cancienes. “Me daba pena pensar que si los niños que viven en las aldeas están perdiendo las tradiciones, qué no ocurriría con los que viven en la ciudad”. Y esa idea fue cogiendo forma.

Inicialmente, su intención era “hacer una semana en la que hubiese una exposición y actos para los niños” y luego pensaron “¿y por qué no enseñarlo a todo el mundo?” Fue así como contactaron con el Ayuntamiento, “donde hubo una gran sintonía con la idea y colaboraron en todo momento”. De esta forma el proyecto se hizo realidad y, en mayo de 1996, surgió la I Selmana de L´Aldea, a la que seguirían otras seis ediciones en el colegio público Francisco Fernández González de Cancienes.

“Hicimos exposiciones, talleres de manualidades, de reciclado. Recreamos una habitación y hasta un llagar”, explica Herminia. Para ello se esforzaron en recopilar todo tipo de objetos vinculados a la vida en el campo dentro y fuera de los límites de Corvera. “Trajimos a un madreñero de la zona de San Antolín de Ibias, a un cestero, un montón de maquetas”, enumera con entusiasmo. Sin embargo, fue una exposición de fotografías antiguas que montaron en el gimnasio del colegio, de las actividades que recuerda con más cariño. “Había fotos de bodas, de cuando se paseaba a la Santina… Había gente que venía con lupa a buscarse hasta tres y cuatro veces”.

También destaca que “el Ayuntamiento se volcaba con el proyecto”, recordando cuando se aprovechó la Selmana de L´Aldea para presentar un folleto de las fuentes de Corvera, las actuaciones que programaron de teatro costumbrista o las grandes actuaciones musicales como la de los Hermanos Tejedor. Así, asegura que “si dejó de hacerse no fue por falta de apoyo o de éxito, sino porque coincidió una generación de gente que se dispersó cuando nuestros hijos acabaron el colegio”.

Ahora, Herminia dedica gran parte de su tiempo a enseñar a otros un sin fin de maneras de ser creativos. Lo suyo son las manualidades que, sin perder los toques de tendencia, van de la mano de la tradición artesana. Da clases en Cancienes y Solís y a sus alumnas prefiera llamarlas amigas. Con ellas se reúne para “hacer manualidades y a merendar”, comenta divertida.

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Pero Herminia no es una artesana cualquiera. Haga lo que haga, invente lo que invente, siempre procura que sea “con material reciclado y que pueda hacerse con poco dinero”. Por ello, por ejemplo, dentro de las clases de manualidades “se coló el taller de costura”, de dónde surgió otro hermoso proyecto que acabo llamándose la costura de las güelas: “Hice una muñeca de trapo en clase, luego le hice un cesto… Y acabó convirtiéndose en toda una exposición que montamos con motivo de las fiestas con un montón de elementos y figuras, todas ellas cosidas a mano”.

No le gusta darse importancia, pero es inevitable admirar todo lo que puede transformar desde su imaginación a la realidad, y la forma en la que domina todas las técnicas. Nada se le pone por delante en cuanto a manualidades se refiere. “Me como mucho la cabeza buscando cosas nuevas que hacer. Que si password decorativo, que si scrap… Siempre pienso en hacer cosas que simplemente queden bien, sean bonitas y a poder ser recicladas”. Su jovialidad, sus ganas de investigar y de enseñar, su paciencia y creatividad, hacen de esta corverana todo un ejemplo a seguir. Es por ello por lo que además se ha ganado el cariño de cuántos la conocen.

“Hice una muñeca de trapo en clase, luego le hice un cesto… Y acabó convirtiéndose en toda una exposición que montamos con motivo de las fiestas con un montón de elementos y figuras, todas ellas cosidas a mano”

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