Descartes (seudonimo) - Politica y Estrategia

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  • 8/14/2019 Descartes (seudonimo) - Politica y Estrategia

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    En este folleto se renen los artculos que, sobre el tema Polticay Estrategia, se han venido publicando semanalmente en el

    diario Democracia de Buenos Aires, firmados con el seudnimoDescartes.

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    TIENEN EL MUNDO EN SUS MANOS Y NO SABEN QUEHACER CON EL?

    William Bradford Huie, director de la revista The American Mercury,

    afirma que el presidente Truman, Mac Arthur, Acheson y el secretario deDefensa, George Marshall, han dado a este pas la ms triste direccinmilitar de su historia. Acusa a Marshall y a Mac Arthur de haber instado alseor Roosevelt a hacer a Rusia las mismas concesiones que Hiss (AlgerHiss, acusado ante la justicia norteamericana de servir a los rusos) y otrostraidores del Departamento de Estado le urgan que hiciera.

    Dos acusaciones que demuestran el estado actual de la direccin de la poltica y la guerra en Estados Unidos. Los pases, como los pescados,comienzan a descomponerse por la cabeza.

    La incapacidad y la traicin han sido siempre las causas de las derrotas.Bastara echar una mirada a la historia militar de todos los tiempos. Laguerra es una materia difcil y su experiencia en carne propia es muy caray llega tarde.

    En la guerra no se aseguran los xitos con una propaganda costosa,hecha a base de mentiras, de difamaciones y de calumnias. Son necesariosaciertos que slo se acumulan a base de sabidura y de prudencia.

    Podemos decir que esas condiciones concurren en los personajesmencionados por Bradford Huie en su artculo?; indican losacontecimientos de Extremo Oriente que algo de esas condiciones se puede

    encontrar en la direccin de la guerra y en la conduccin de lasoperaciones? Evidentemente, las circunstancias y los hechos dan la razn aBradford Huie.

    China ha pasado a ser el eje de Asia despus de la cada de Japn.Cuando Estados Unidos abandon a su suerte a Chiang-Kai-shek, renuncial Asia y con ello entreg a China a los comunistas. Era de esperar que conello entregara tambin y sucesivamente a Indochina, Indonesia y tal vezAustralia. Los que entienden algo de estas cosas supusieron que ello lohara Estados Unidos para dedicarse slo a Europa y tener as, por lo

    menos, superioridad en un frente, sacrificando territorio en beneficio de laconcentracin de esfuerzos y evitando la dispersin de los mismos haciateatros de guerra secundarios y remotos.

    En ello los rusos vieron su posibilidad de lanzarse a la conquista deCorea como primer objetivo, pero tuvieron la prudencia de hacerlo concoreanos. La sorpresa ha de haber sido grande cuando conocieron que losamericanos del Norte, que abandonaron a China, se decidan a defender aCorea. Se nos imagina este hecho como una persona que presenciaimpasible que a otra se le corte la cabeza y luego reacciona, se enoja y

    hasta pelea porque despus de la decapitacin se pretende cortarle el dedomeique al cadver.

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    De estas incongruencias polticas y militares est empedrado el caminoque conduce al desastre en todos los hechos de la historia.

    Enero 24 de 1951

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    POLTICA Y ESTRATEGIA

    Hay muchos que creen que la preparacin para la guerra es slo cuestinde dinero, hombres, medios e industria para producirlos. Esta idea, casi

    inocente en la paz, suele ser el origen de una verdadera tragedia cuando lalucha llega.La guerra es la continuacin de la poltica por otros medios; por eso, en

    la preparacin que la poltica internacional y la poltica interna realizanpara la guerra residen a veces factores de xito ms decisivos que los de lasfuerzas mismas. Muchas guerras se han perdido a causa de erroresacumulados en la etapa de accin de la poltica.

    Los pases que todo lo confan a su poder poseen la poltica de su fuerzay suelen renunciar a la habilidad. Los dbiles, generalmente, desde quecarecen de poder, deben servirse de su habilidad y tienen slo la fuerza, desu poltica. El ideal, que rara vez se presenta en la historia, es poseer lafuerza al servicio de la habilidad.

    El poltico y el estratego se sirven y complementan mutuamente. Elprimero prepara polticamente la guerra; el segundo la realiza y, terminadasta, vuelve el poltico para sacar las ventajas de la paz que sobreviene,

    pues es menester tambin saber ganar la paz. Por eso es que las guerrasmodernas de coalicin requieren tanto hbiles polticos como capacitados yafortunados estrategos.

    Con polticos prepotentes e insidiosos que emplean engaos, amenazas,

    presiones, coerciones o bloqueos econmicos para obligar a los gobiernos,slo se siembran vientos que, a veces, llevan a cosechas de tempestades: Loms que se alcanza con ese mtodo es aumentar el nmero de enemigosocultos, que si sirven por temor lo hacen slo aleatoriamente. Flacoservicio hacen con ello estos polticos a los conductores de la guerra. Eloficio del estratego es, en ltima sntesis, llevar pueblos y hombres a lamuerte. A la muerte se la enfrenta slo cuando se tiene una causa, se est

    persuadido de la necesidad de hacerlo y se han desarrollado los valoresmorales para enfrentarla. Tales polticos llevan a la impopularidad de la

    guerra. En estos tiempos, de continentes en armas, la guerra impopular valems no iniciarla.

    En las guerras de coalicin algunas naciones ponen su destino en manosde polticos y estrategos extranjeros. El menor derecho que les asiste escontar con la garanta mnima de su competencia y capacidad. A nadie

    puede obligarse, ni aun por la fuerza, a confiar su destino en manos dehombres incapaces y desprestigiados.

    El engaoso clima de la propaganda puede servir para sorprender a

    incautos en tiempos de paz. La guerra, con la aplastante elocuencia de los

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    hechos, rompe toda posibilidad de apoyar victorias inexistentes en ladifusin sofstica de noticias optimistas.

    Si se anhela reforzar la influencia de Amrica y para eso se convoca a lareunin de cancilleres, debemos confesar que ser necesario dar nuevo

    impulso a la Organizacin de los Estados Americanos, detenida durantelargo tiempo en sus efectos.Tal actitud se debe a qu las cosas no van bien en el Atlntico Norte,

    pues Washington ha perdido sensiblemente prestigio y autoridad en todo elmundo desde su intervencin en Corea.

    Estados Unidos, por primera vez desde la segunda guerra mundial,comienza a sujetar su conducta a los consejos de Londres. La polticanorteamericana es frenada, primero, con el viaje de Attlee, que obliga aTruman a cambiar de rumbo, y luego se le imponen las negociaciones conChina contra su gusto. La renuncia inglesa al Plan Marshall indica queLondres busca recobrar su libertad de accin. Hoy ya se habla de un ciertodistanciamiento anglonorteamericano.

    Londres, sutilmente, asegura la accin de conjunto en la Conferenciadel Commonwealth y extiende la influencia de su direccin poltica anumerosos pases del mundo, y los efectos comienzan a hacerse sentir.Divide el gobierno del mundo occidental. Enfrenta su habilidad a lafuerza.

    Por eso Estados Unidos, frente a la propia debilidad de su poltica, buscafortalecerse en la proteccin del sistema creado por la Organizacin de los

    Estados Americanos.Los graves errores de la direccin poltica comienzan a hacerse sentir, al

    punto de pensar y expresar algunos norteamericanos eminentes que elltimo reducto defensivo de la poltica yanqui est en Amrica y que hayque encerrarse en l.

    Los millones del Plan Marshall, la inmensa propaganda, las presiones detodo orden, las maniobras bruscas e incongruentes de los agentes polticosde las embajadas, las costosas conferencias internacionales, los congresosde prensa, la accin de las empresas informativas dirigidas y la de los

    servicios de inteligencia, parecen esfumarse en sus resultados prcticos.A qu se debe todo esto? A los errores e incongruencias que ya hemos

    sealado en los pargrafos anteriores. Hay demasiados enemigos ocultoso amigos a la fuerza para que la poltica del Departamento de Estado

    pueda salir adelante.Si la poltica del garrote fuera suficiente para resolver los problemas

    de la direccin de la guerra, la poltica sera una cosa muy fcil y el mundono necesitara conductores.

    En la vida de los pueblos, como en la de los hombres, no todo lo hace eldestino. Tambin los pueblos y los hombres ayudan en su destino. Pero no

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    es suficiente poseer la decisin de ayudar; lo decisivo es saberse ayudar.En esto, como en todas las cosas de la vida, el que procede mal sucumbe,vctima de su propio mal procedimiento.

    Observando retrospectivamente la accin de la poltica norteamericana

    en Europa, Asia y Amrica, adems de desaciertos de fondo, encontramosaberraciones de forma. Con lo primero, Estados Unidos ha ido perdiendolas naciones, y con lo segundo, los pueblos.

    En la guerra no se es nunca suficientemente fuerte. En consecuencia, ensu preparacin nadie puede despreciar, por causas secundarias o formales,la cooperacin de factores que le sean afectos o que estn ligados porcomunes intereses. La superficialidad, la rutina, la ignorancia o elapasionamiento de los encargados de apreciar y dirigir esto suelen pagarsecon la derrota.

    Hay personas tan ingenuas que creen de buena fe que se puede ser amigoy enemigo a la vez de una segunda persona. Estos hombres extienden esaidea a las naciones. En consecuencia, piensan que es posible y aunconveniente tratar como enemigo a un gobierno o a un pueblo porque steest ligado por un pacto en el que se establece que es amigo. Laverdadera amistad y fraternidad no es cosa de tratados, sino de sentimientosy, en los pases, algunas veces de inters.

    En las naciones donde la verdadera democracia se impone es, en ltimoanlisis, el pueblo quien decide. Ningn gobierno que sea realmenterepresentativo se animar hoy da a resolver en contra de lo que su pueblo

    desea. Por eso, en los tiempos modernos, una poltica internacionalapropiada debe influir en los pueblos, no slo en los gobiernos, y a los

    pueblos se los conquista de una sola manera: con lealtad, con verdad y consinceridad.

    La poltica seguida por el Departamento de Estado ha creado en muchos pases un clima impopular hacia Estados Unidos. Este clima limita amuchos gobiernos y gobernantes anticomunistas en su decisin y en susactos. Para realizar una accin en conjunto no es suficiente que todosseamos anticomunistas, es menester tambin que seamos amigos leales, nos

    ayudemos y respetemos mutuamente y, por sobre todo, que no seamosamigos a la fuerza... Todo ello puede suceder cuando los hombres quedirigen la poltica tienen la suficiente sabidura y prudencia como para sercapaces de sacrificar los pequeos y secundarios objetivos a la fundamentalnecesidad del comn objetivo principal.

    Febrero 1 de 1951

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    LA LIBERTAD

    Cuando omos decir que hay Estados amantes de la libertad que sedisponen a luchar por un mundo libre, mientras se enuncian las libertades

    esenciales, se nos ocurre meditar sobre la libertad.Entiendo que hay dos clases de libertad: la libertad de las naciones,basada en la libre determinacin de los pueblos, en la soberana poltica yen la independencia econmica, y la libertad del hombre, consistente en elrespeto de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes.

    Hay, pues, una libertad esencial: la colectiva, y otra que es suconsecuencia: la individual. Ello es indiscutible, desde que nadie puede

    presuponer hombres libres en una nacin esclava.Precisamente de ah parte el Justicialismo cuando, por extensin, afirma

    que la libertad del hombre en un rgimen de explotacin, como elcomunismo o el capitalismo, es simplemente una ficcin. El hombre slo

    puede ser libre si se desenvuelve en un mundo libre.

    Algunos pretenden que los hombres pueden ser libres en una colonia dedominio poltico o econmico. Tesis imperialista tan falaz como cuando elcomunismo sostiene que las naciones satlites detrs de la cortina sontambin pueblos libres de hombres libres.

    La humanidad conoce dos azotes que la han agobiado en su historia: elimperialismo, que, al suprimir la libre determinacin de los pueblos, la

    soberana de las naciones y la independencia econmica de los pases, lospriva de su libertad esencial; y las dictaduras, que, al suprimir en parte lalibertad individual, insectifican al hombre. Las dictaduras son de efectolimitado en el tiempo y en el espacio. De esas acciones, una es la principal;ejerce y alcanza slo una accin parcial. Los imperialismos son

    permanentes y alcanzan a todos. Por eso la dictadura se abate por reaccinlocal; el imperialismo slo cede ante la accin de todos.

    El imperialismo no se basa ciertamente en el respeto a la libertad de los pueblos ni de los hombres. Cualesquiera de sus formas, sean polticas o

    econmicas, son sistemas de esclavitud. Por eso resulta un escarnio querepugna al espritu cuando los imperialismos simulan la defensa de lalibertad individual mientras se dedican a ejercer la esclavitud colectiva.

    Cuando los imperialistas hablan de democracia, que es un rgimen delibertad, cometen un acto de cinismo similar al del delincuente que seampara en la ley contra la que precisamente delinque. Pero donde esecinismo llega a su ms alta expresin es cuando se libera a pueblosmediante su conquista. En muchos pueblos de la tierra, hoy como ayer, se

    escucha una exclamacin siempre nueva: dios nos libre de nuestroslibertadores.

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    Lo que ocurre hoy con la libertad es que, estando en todas las bocas, no puede estar en todos los corazones. Si no fuera as, veramos un da elespectculo maravilloso de la liberacin de todas las colonias, posesiones ydominios que hacen hoy que la libertad sea slo una ilusin de algunos

    hombres en una humanidad egosta y mentirosa que declama una libertadque no siente ni practica.La primera libertad que debemos conquistar es la de decir la verdad,

    porque, como consecuencia de vivir un clima de falsedad permanente, nada puede construirse sobre bases firmes y duraderas. Aun los intereses paralelos que impulsan a la comn accin deben asentarse sobrebasamentos reales y cimentarse en la verdad y la lealtad.

    Cuando concurrimos a una conferencia internacional, aun entre pasesamigos, lo hacemos o con la suspicacia del ventajero o con ladesconfianza al brazo, porque ella viene siempre precedida de maniobrastortuosas y groseras en busca de designios que pretenden ser ocultos,destinados a engaar, a engaar siempre. Cunto ms nos valdra emplearla verdad que echar mano de una ilusoria habilidad diplomtica que no

    poseemos y que as se transforma en un acto de mala fe!

    Han pasado casi dos aos sin que la Organizacin de los EstadosAmericanos diera seales de vida. Un buen da se anuncia la reunin decancilleres y su temario. Pasan pocos das y se comunica que en unareunin de tres potencias se ha resuelto, entre gallos y medianoche, formar

    una comisin para entender en las compras (y fijacin de precios) de losmateriales esenciales. En otras palabras, se crea un comprador nico que hade disponer la forma en que los pases productores vendern su produccin.Al da siguiente se anuncian ya modificaciones al temario.

    Otro da asistimos abismados a las declaraciones beligerantes de unempleado de la organizacin, que pagamos todos para que nos sirva, perono para que se arrogue la atribucin de opinar por s. Poco despus leemos,extraados, las declaraciones guerreras, aunque unilaterales, delrepresentante de un pas asociado a la organizacin, y en otras ocasiones

    presenciamos las iniciativas de algn personero que no alcanza a ocultarlas patas de la sota.

    Hay poca seriedad, mucha desorganizacin y gran parte de incapacidaden todo esto. Para hacer maquiavelismo, lo primero que hay que poseer esun Maquiavelo. De lo sublime a lo ridculo hay un solo paso. Lo sublime esno darlo.

    Febrero 3de 1951

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    ESTRATEGIA

    Preguntado en cierta ocasin Napolen sobre cmo haba vencido a losaustriacos, reputados en su poca como los mejores militares, se limit a

    decir: Los generales austriacos saben demasiadas cosas. Lucubracionescomplicadas llevan siempre a conclusiones confusas. Lo que se necesitaapreciar y resolver es lo fundamental del conjunto.

    Los avances del imperialismo sovitico se hacen sentir en dos campos: elinternacional y el interno. Es indudable que si no existiera la Rusiacomunista, la penetracin de la ideologa comunista en los pases no seraun peligro. Tambin es cierto que si la infiltracin comunista en los pasesno se hubiera ya producido, la existencia de Rusia comunista norepresentara un peligro para el mundo.

    Parecera inferirse as que la solucin sera terminar con el comunismoen nuestros pases. Si no somos capaces de ello no habra otra solucin queenfrentar la guerra.

    Es indudable que para la primera solucin terminar con el comunismoen nuestros pases hay que considerar que, siendo el comunismo unadoctrina, slo puede ser vencida por otra doctrina mejor. El capitalismo seha mostrado insensible a las justas reclamaciones de los pueblos e incapazde comprender la evolucin; por eso ha sido superado por el comunismo.El es el culpable de la penetracin comunista.

    Nuestro justicialismo ha demostrado ser una solucin, superando al

    capitalismo y al comunismo y, sin embargo, ha sido y es combatido porambos en un contubernio inexplicable.

    Sabemos todos que la solucin puede surgir a base de la supresin total ydefinitiva de toda idea de explotacin del hombre. Sin embargo, elcomunismo insiste en la expoliacin por el Estado y el capitalismo en laexplotacin del hombre por el hombre.

    Si el mundo capitalista se decidiera por la justicia que sabemos noasegura tampoco el comunismo y renunciara a un poco de su avaricia yegosmo, se podra llegar a una solucin sin guerra. Mucho me temo, sin

    embargo, conociendo a los hombres, que ello no sea posible.

    La conduccin de la guerra constituye una de las formas ms difciles delarte. As como no hay una receta para confeccionar una Piedad deMiguel ngel o una Cena de Leonardo, no existe tampoco una frmula

    para lograr un Cannas de Anbal o un Chacabuco de San Martn.Existen, en cambio, principios eternos e inmutables que rigieron este arte alo largo de la historia militar de todos los tiempos.

    La Economa de la Fuerza es uno de ellos. Establece que es menester

    ser ms fuerte en el teatro principal de operaciones, dentro de l en la

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    batalla, y de sta en el lugar donde se busca la decisin (centro degravedad).

    La guerra, en el campo estratgico o en el tctico, se desarrolla ennumerosas acciones separadas en el tiempo y en el espacio, duran lo que

    dura el hombre, las dems son todas secundarias. El arte en la conduccinimplica destinar los medios principales a la accin principal, resignando alas secundarias los medios ms secundarios posibles. Quien pretenda serfuerte en todas partes, termina generalmente por no serlo en ninguna.

    La tercera guerra mundial se ha iniciado ya, pero en un frentesecundario: el Asia. Ambos probables beligerantes se aprestanaceleradamente, abarcando los medios en el principal: Europa. Surgirn,indudablemente, otros teatros de operaciones; pero, a pesar de ello, puededestacarse que, nuevamente, el destino del mundo ha de jugarse y decidirseen Europa.

    En estas circunstancias sera grave error que los occidentales se dejasenatraeral Asia con fuerzas importantes para empearlas all. Los hombres ylos medios que se empleen en el Asia pueden faltar en la hora de ladecisin en Europa.

    Estamos persuadidos de que la intervencin del general Eisenhower, quedemostr siempre conocer su oficio, ha de corregir muchos de los errorescometidos por la poltica norteamericana.

    El esfuerzo de esta guerra, como su direccin, estar en manos de las

    naciones del Atlntico Norte. Ser suficiente que las dems naciones de lacomunidad occidental provean a su propia seguridad, como lo establecenlos pactos de Ro, y sirvan a los abastecimientos para mantener su vigorosaaptitud combativa.

    Pensar en movilizar hombres de los pases infrapoblados para acudir a ladefensa de los superpoblados sera un anacronismo que no resistira elmenor anlisis. En nuestros pases, cada hombre ser indispensable en elesfuerzo de la produccin.

    Febrero 8 de 1951

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    POLTICA Y ESTRATEGIA

    La conduccin de la poltica internacional es una actividad donde loserrores de previsin se pagan a ms alto precio, donde el que la conduce no

    es suficiente que sea un buen funcionario del servicio exterior y en la que,como deca Napolen, los hombres no son nada, el hombre es todo.

    Hablando de cancilleres, remontemos nuestro recuerdo a Bismarck, elforjador de Alemania y autor de los famosos tratados de reaseguro contrales cauchemars des coalitions. Siendo l canciller, estableci la poltica

    prusiana que deba conducir a la unidad alemana a travs de una accinsobre Austria primero y Francia despus. Empeada la guerraaustroprusiana de 1866, cuyo desenlace fue la derrota de Austria, se suscitun hecho profundamente aleccionador, con un casi incidente personal entreel Canciller de Hierro y el jefe de Estado Mayor, y conductor de lasoperaciones, coronel general Moltke. Este, como buen general, deseabaterminar la guerra, siguiendo el consejo de Claussewitz, con elaniquilamiento de los austriacos, ya vencidos, a lo que se opuso Bismarck,que se inclinaba a aceptar una rendicin sin imponer mayores sacrificios niafrentas a los vencidos, a fin de atraerlos a una amistad honrosa conAlemania.

    El triunfo de la tesis de Bismarck y la realizacin de una paz amistosaprodujeron en su poltica un hecho profundamente favorable, pues tres aos

    ms tarde, en la guerra francoprusiana de 1870, Austria concurra comoaliada de Alemania, y aun en 1914 se senta la influencia de tan sabia como

    prudente medida.Hace cinco aos que termin la segunda guerra mundial. He odo decir a

    un alemn eminente, que confes haber comenzado y terminado esta guerrasin ningn odio, que hoy, cinco aos despus, senta uno profundo einextinguible, no porque hubieran vencido a su patria, sino porque habanescarnecido a su pueblo y a sus hombres.

    Hace pocos das se inform que, consultados los antiguos jefes y

    oficiales del ejrcito alemn, encabezados por el famoso general Guderian,sobre las condiciones en que volveran al servicio para el rearme deAlemania, impusieron como condicin: que sus camaradas injustamenteajusticiados fueran reivindicados.

    CONSULTAR LA NECESIDAD DE UNA CONVENIENCIAPOLTICA ES SIEMPRE SUPERIOR EN RESULTADOS QUE DARRIENDA SUELTA A LA VENGANZA, EL APASIONAMIENTO O ELENSAAMIENTO CON LOS VENCIDOS.

    Lo que hoy est ocurriendo era previsible hace ya muchos aos.Recordamos que en 1944, en una conferencia en la Universidad de La

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    Plata, se afirm que en la misma mesa de la paz comenzara la terceraguerra mundial. Con una inteligente conduccin poltica por parte de losoccidentales, Alemania podra ser hoy, aun vencida, una pieza decisiva enel tablero en que se jugarn los destinos del mundo.

    Con esta experiencia volvemos los ojos a Bismarck, uno de los polticosms hbiles que ha producido la humanidad.

    Febrero 15 de 1951

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    ANTICIPO PARA LA HISTORIA

    Cuando se escriba la historia de esta guerra, empezar con el captulo conque comienzan todos los estudios de este orden: las causas de la guerra.

    Es indudable que quien escriba desapasionadamente y sin preconcepto seencontrar en una difcil situacin para desentraarlas dentro delenmaraado frrago de mentiras, simulaciones y falacias con que losautores y culpables de esta guerra han pretendido salvar su responsabilidadde apoyar causas inconfesables.

    Lo ms prudente ser hacer dos captulos: uno sobre las causas y otrosobre los pretextos.

    En estos momentos Rusia, que pretende ser el campen de la defensa dela paz, ha agitado a todo el mundo comunista tras una misma palomaestilizada, realizando congresos, mtines, conferencias y reuniones pro paz.

    La UN, con su secretario a la cabeza, no hace otra cosa que declamar lapaz y ensayar su defensa en nombre de los pueblos libres del mundo, aquienes nadie ha consultado, porque si lo hiciera se llegara a la tristeconclusin de que ellos, los pueblos, son los nicos pacifistas, a pesar deque sus gobernantes embarcados en la defensa de intereses disfrazadosde ideales los arrojarn desaprensivamente al matadero.

    Se trata, sin duda, de una guerra en defensa de la paz!Todos los das leemos declaraciones de los verdaderos responsables de

    la guerra que se manifiestan pacifistas y, por lo tanto, optimistas en pensarque aun la guerra no es inevitable, mientras movilizan, desplazan susfuerzas y empiezan nuevas operaciones en esta guerra, ya en plenarealizacin y desarrollo.

    Si Rusia, que llama a su rgimen democracia popular, y losoccidentales, que se declaran propietarios de los principios democrticosy de la libertad, resolvieran, por la libre determinacin de los pueblos y endefensa de esa libertad y de esa democracia que proclaman, realizar entodas las naciones un plebiscito para escuchar tambin la voluntad de los

    pueblos, llegaran a la conclusin objetiva de que los nicos que desean laguerra y arrojan al mundo a su destruccin son los gobiernos, porque todoslos pueblos del mundo, cansados de luchar, slo anhelan vivir en paz con loque tienen.

    Llegaramos as a la conclusin de que la humanidad estara mejorgobernada y dirigida por los pueblos que por los personeros que, mediantediversos recursos y arbitrios de la poltica, pretenden hacernos creer que losrepresentan.

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    Vivimos una poca de usurpadores, desde que los que gobiernan hacenen nombre y representacin de los pueblos precisamente todo lo contrariode lo que los pueblos quieren.

    Las causas de esta guerra no hay que buscarlas entonces en los ideales de

    los pueblos, porque esos ideales son precisamente contrarios a la guerramisma. No hay tampoco que buscarlas en el enfrentamiento de dos mundosni de dos ideologas, porque aun ese problema puede resolverse

    pacficamente mediante la propia y libre determinacin de los pueblos.Quin puede dudar hoy da en la Argentina acerca de cul es la ideologade su pueblo? Ser necesario que peleemos y nos matemos en las calles

    para saberlo? Cuntos han muerto para que nuestro Justicialismo imperepor derecho de mayora en este pas? Por qu no se hace lo mismo en elmundo?

    Y si Rusia quiere ser comunista, qu nos importa a nosotros? Es queacaso podremos hacer creer a alguien que vamos a hacer matar 50 100millones de hombres para que los rusos, que nunca fueron libres, disfrutende una libertad que a lo mejor no quieren?

    Es que alguna vez ha habido un mundo libre? Podran decir esoPolonia, Rumania, frica, Malvinas, Puerto Rico y cientos de pueblosms?

    Los justicialistas comprendemos bien estas cosas porque por el delito deserlo, en nuestro pas, en nombre de esa libertad, se nos ataca embozada o

    abiertamente, desde todas las posiciones, ya sea por los comunistas comopor los capitalistas y sus gobiernos.

    Podramos repetir aqu la inmortal sentencia: Oh libertad, cuntoscrmenes se cometen en tu nombre!Las causas son slo dos: intereses y, para servirlos, PREDOMINIO.

    Ms les valdra a los hombres, frente a la Historia, confesarhonradamente sus designios.

    Por lo menos, as, la Historia podra decir algn da que obraronvalientemente por la consecucin de sus ambiciones y no escudados

    cobardemente detrs de la infamante mscara de la simulacin.

    Febrero 22 de 1951

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    POLTICA Y ESTRATEGIA

    La coalicin es la caracterstica saliente de las guerras mundiales quehistricamente nos ha tocado vivir. Es precisamente en este tipo de guerra

    donde la accin de la poltica tiene una mayor importancia yresponsabilidad. A ella le est confiado:Preparar las mejores condiciones para la guerra.La realizacin de las alianzas.La preparacin del espritu pblico que haga

    popular la guerra y su causa.Hasta ahora, en estas tres direcciones, los occidentales hemos hecho muy

    poco.En la preparacin de las mejores condiciones para la guerra, lo

    fundamental era terminar con la quinta columna comunista. Para ello lafuerza no era suficiente. Se impona vencerla ideolgicamente y superarlaen el campo social. Slo el justicialismo pudo realizar tal objetivo. De nomediar el tozudo egosmo y la avaricia del capitalismo internacional, estomismo pudo hacerse en todo el Occidente. Sin embargo, la obtusaincomprensin llev al capitalismo a combatir abiertamente alJusticialismo, muchas veces en unin con el comunismo.

    La conduccin de la poltica internacional no fue ms afortunada, ni conlas medidas unilaterales, preadas de errores, ni con las de conjunto,emanadas de las precipitadas decisiones de la UN, bajo la presin y en la

    atmsfera irrespirable de la guerra fra.Despus de cinco aos de trabajo de cancillera llegamos a 1951, y nadie

    podr afirmar con fundamento que las condiciones creadas son mejores queen 1945. Es la mejor prueba de que no se ha hecho nada bueno. Han faltadocapacidad y mtodo.

    En la realizacin de las alianzas, si bien se ha llegado al Pacto delAtlntico Norte y al del Atlntico Sur, sabemos que todo ello ha sidoms bien declamatorio y burocrtico que un acto real y efectivo delsentimiento y la accin de los pases.

    En la preparacin del espritu pblico, como consecuencia de una falsa propaganda, cuanto se ha hecho ha sido inoperante cuando nocontraproducente. Los pequeos objetivos motivaron luchas subalternas,eclipsando el objetivo de conjunto. Una falta absoluta de coordinacinneutraliz los esfuerzos.

    Podemos afirmar que, en la unin y preparacin de nuestros pases paraenfrentar al imperialismo sovitico, han hecho ms los errores de la polticacomunista que todos nosotros juntos. Es su ataque permanente ysistemtico el que nos ha puesto contra l; es su poltica prepotente e

    insidiosa la que nos ha unido, y son los peligros del comunismo los que hanformado en los pueblos la conciencia comn de resistirlo. Es precisamente

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    por todo ello que el comunismo ha hecho popular la causa contra l. Si nofuera que el capitalismo es tambin resistido por los pueblos, la guerraactual tendra en el mundo una popularidad no alcanzada; jams porninguna otra.

    Desde que la guerra es la continuacin de la poltica por otros medios,es lgico que a una poltica clara y definida siga una guerra de similarescaractersticas, y que a una poltica incierta o incoherente ha de sucederleuna guerra confusa y aun indecisa.

    En la poltica actual se han seguido dos orientaciones. Los occidentaleshan trabajado sobre los gobiernos, los comunistas en los pueblos. Comoconsecuencia de ello, la prxima guerra no comenzar como las anteriores,sino que vendr precedida por actos de sabotaje y convulsiones internasque podran llegar a la guerra civil.

    Como ni una ni otra tendencia han obtenido integralmente su objetivo poltico hasta ahora, la preguerra vendr influida por las acciones quefebrilmente realizara la poltica en procura de una decisin en el ordeninterno de los pases. Ello implicar una etapa peligrosamente sensible delas relaciones internacionales. La habilidad de los occidentales estar en noactuar demasiado incorrectamente. Podra ser catastrfico que trataran deconseguir por presin directa o violenta lo que no fueron capaces deobtener con una poltica sabia y prudente.

    Los comunistas, con sus groseras intervenciones insidiosas en la vida

    interna de los Estados, se han ganado paulatinamente la oposicin de todoslos gobiernos y de una gran parte de los pueblos.

    Puede asegurarse que lo nico que puede favorecerles an es laenloquecida propaganda que se dirige desde Estados Unidos, la que, porcarecer de comprensin y mentalidad adecuadas, lleva a resultadoscontraproducentes.

    La poltica seguida desde el Departamento de Estado, aunque algunasveces mal realizada por personeros peor disimulados, ha sido, no obstante,de respeto a la soberana de los Estados americanos. Ello ha permitido ir

    borrando paulatinamente los malos recuerdos y preparando una mejorvecindad. Debemos confesar, sin embargo, que todo se habra aceleradoen el proceso de nuestra mejor amistad si algunas personas no se hubierandedicado, con una terrible irresponsabilidad, a jugar a la intrigainternacional en este delicado campo, mediante la creacin de entidadesmal encubiertas, como la Liga del Caribe o la Junta de Defensa de laDemocracia, creada por el agente de Griffith.

    Esperamos que el buen juicio y la prudencia triunfen finalmente y seborren estos malos recuerdos con la desaparicin de los errores cometidos

    por hombres subalternos, superficiales e irresponsables.

  • 8/14/2019 Descartes (seudonimo) - Politica y Estrategia

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    Esperamos tambin que cierta prensa mercenaria, cuando no chantajista,dedique su prdica a una mejor comprensin entre nosotros y nuestros

    pueblos, en lugar de ocuparse en intrigar, despertar odios y separar anuestros pases.

    Los comunistas en estas naciones van siendo paulatinamente desalojados,aunque todava quedan restos activos dirigidos por ciertos elementosencubiertos en la diplomacia. Su juego es conocido, sus planes tambin; demodo que no irn lejos.

    De no mediar nuevos errores en la voluble propaganda de nuestrosamigos, no producindose nuevos ensayos de juegos raros o intentosdesaprensivos de aprendices de polticos, y no ocurriendo accionesapresuradas o histricas, que a menudo son conducta en los incapaces, yanada puede salvar a los comunistas en esta parte del mundo.

    Marzo 1 de 1951

  • 8/14/2019 Descartes (seudonimo) - Politica y Estrategia

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    ECONOMA DE GUERRA

    Existe una economa de paz y una economa de guerra. Quien se decida porla segunda cometer un grave error en seguir empleando los mtodos de la

    primera.En la historia universal, la supervivencia pertenece a los pueblosguerreros, porque la humanidad ha vivido permanentemente en lucha y

    porque en la vida de las naciones existen etapas heroicas que imponentodos los sacrificios para que la patria siga viviendo. Esas etapas sonintransitables para algunos pueblos.

    Cartago fue un ejemplo de ello. Haciendo de la guerra un negocio ms,arm a Anbal, su famoso general, encargndole la destruccin de Roma,con lo que su riqueza alcanzara lmites insospechables. Cruz los Alpes, yfrente a las murallas de Roma aniquil su ejrcito en Cannas, estableciendositio a la Ciudad Eterna. Esta resisti; fue varias veces batida, pero resisti.Cartago busc mil alianzas, pero Roma resisti. Debilitadas las fuerzas deAnbal, pidi a su patria refuerzos para someter a los romanos. Loscartagineses consideraron mal negocio hacer nuevas contribuciones ycontestaron: Si Anbal es vencedor, no las necesita; si es vencido, no las merece. Vencieron as a su propio general cuando estaba a punto dedominar al Imperio de los Csares: la avaricia rompe el saco.

    Escipin el Africano, en Zama, dio poco despus el golpe decisivo a

    Anbal en nombre de Roma. Cartago haba realizado su propia destruccin.Esta tremenda enseanza de los tiempos no la ignoran los que saben

    estrategia, pero en el campo de la poltica la leccin es ms profundaporque ensea que las grandes encrucijadas de la Historia se superan conmedidas y sacrificios heroicos, nunca con comunes sistemas econmicos.Una cosa es comerciar y otra guerrear.

    La guerra moderna es una inmensa destruccin de valores, y ya no quedael antiguo recurso de cobrar al derrotado, sino que a menudo es menester

    pagar tambin para que el vencido no sucumba en la miseria que

    sobreviene a la derrota. Esta clase de guerra no puede ser negocio paranadie. El mximo objetivo de la economa de guerra es resistir el esfuerzo yevitar la catstrofe que todos los das amenazar hasta la ms vigorosa delas economas.

    El esfuerzo ser tan intenso que el desgaste progresivo impondr hastasacrificios heroicos a todos los pueblos que, de una manera directa oindirecta, estn dentro de la contienda o de sus consecuencias. Hoy elmundo es tan chico y la guerra es tan grande en el efecto de sus medios queaun aquellos que no participaron en el usufructo de la riqueza debern

    prepararse para compartir sus sufrimientos y sus miserias.

  • 8/14/2019 Descartes (seudonimo) - Politica y Estrategia

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    Esa miseria y ese sufrimiento estarn en razn directa del grado dedependencia que la economa interna tenga con respecto a la internacional.En esa guerra todos dependern de distinta manera y en diversos grados delos dems.

    EL EGOSMO EN LA DEFENSA DE LOS PROPIOS INTERESES NOSERA SOLUCIN; MAS BIEN ELLA LLEGARA CON EL HONRADOY SINCERO SENTIMIENTO DE LA COOPERACIN EN DEFENSADEL BIEN COMN DE LOS PUEBLOS. POR LO MENOS SERA

    NECESARIO SALVAR ESO!

    Marzo 8 de 1951

  • 8/14/2019 Descartes (seudonimo) - Politica y Estrategia

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    LA PUBLICIDAD.

    La influencia que a principios del siglo adquiri la publicidad ha sidodecisiva para su utilizacin en la poltica internacional y en la guerra.

    El prestigio de los antiguos diarios veraces y difusores del bien,aprovechado por aventureros y traficantes, sufri la suerte consiguiente. Laopinin no pudo haber escapado a la terrible deformacin de todos losvalores que han caracterizado nuestro tiempo.

    Hoy no es un secreto para nadie que muchos consorcios y cadenas dediarios no son sino empresas comerciales, que venden papel escrito comose venden cosmticos o artculos de ferretera.

    Antes, los diarios pobres pero honrados se elevaron moralmente con suinformacin leal y su prdica honorable. Cuando apareci la publicidadfueron poco a poco envileciendo su primitiva posicin para servir losmviles de sus avisadores y su propaganda. Convertidos as en un vulgarcomercio, los diarios degeneraron poco a poco en verdaderos monopolios.

    Hoy no hay quien no utilice la publicidad para fines propagandsticos conresultados variables. Pero los imperialismos se sustentan en algo ms serioque la simple publicidad. A ellos no les es suficiente publicar un aviso paravender su artculo, sino que deben imponerlo a toda costa, y para eso no essuficiente avisar. Por eso los Estados han creado todo un servicio

    publicitario, disfrazado con diversos nombres o siglas. Este servicio

    comprende toda una organizacin que involucra al que hace o inventa lanoticia, la estudia, la explota, la depura, la distribuye y la reproduce. Esclaro que todo este organismo, que comprende las llamadas fuentes deinformacin y empresas internacionales de noticias, obra con un designioque se imparte como objetivo desde un lugar central que dirige y comandael grupo.

    Si desde un diario se puede hacer un chantaje a una persona, desde estaorganizacin se lo puede hacer a toda una nacin. Por este medio se puedellevar el descrdito a un gobierno y a un pueblo entero a la guerra.

    Algunas de estas empresas internacionales pertenecen o trabajan para losservicios de espionaje de los pases que, mediante el zarandeado arbitrio dela libertad de informacin y acceso a las fuentes de informacin, abren elcamino a la actuacin de numerosos agentes y espas, asegurndoles uncierto grado de impunidad.

    La libertad de prensa, que es motivo de intensa campaa, no presupone ladefensa de principio alguno, sino una verdadera agitacin internacionaldirigida a imponer una forma de influir en la opinin por los medios

    publicitarios al servicio de las empresas y pases que la costean. Si no,cmo se explicara que Rusia, que hasta 1945 fue para todos los diarios un

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    modelo de democracia, ya en 1946 fuera la ms atroz de las dictaduras, yque respecto a Espaa, que hasta hace unos meses sufri sanciones y elanatema de la tirana, en pocos das toda la prensa libre cambiaradiametralmente de opinin?

    Cuando se habla de opiniones independientes de los grandes diarioscon insistencia sospechosa en numerosos rganos de distintos pases, puedeindividualizarse perfectamente la organizacin del monopolio que abarca eltrust de publicidad dirigido por las grandes centrales de los pases. Loscongresos internacionales de editores no son otra cosa que reuniones suigneris de directorio o de empleados que van a esas centrales a recibirinstrucciones. El pueblo les ha llamado con propiedad la voz del amo.

    No es un secreto para nadie que en el pas se editan diarios dependientes,dirigidos y administrados en el exterior que, cuando tienen un contratiempoaqu, las protestas se producen a 4.000 kilmetros de distancia. Todo estono es nuevo ni debe movernos a perplejidad porque es un episodio ms dela lucha poltica internacional accionando subterrneamente, pero movida

    por manos tan incapaces como irresponsables.En su mayora, estos diarios, que invocan aqu y all a la opinin pblica,

    no la representan en manera alguna. Pretenden encaminar a esa opininhacia los intereses u objetivos que defienden, no siempre confesables, loque los obliga a ocultarse tras el engao que invocan.

    Las campaas sincronizadas a base de noticias fabricadas, calumnias

    inauditas y falsedades de a puo no son en manera alguna peligrosas paranadie, pues los pueblos han llegado a descubrir la verdad a travs de lamentira. Sin embargo, esos diarios tendrn su mejor castigo en el hecho deque cuando digan la verdad nadie se la va a creer.

    Marzo 15 de 1951

  • 8/14/2019 Descartes (seudonimo) - Politica y Estrategia

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    LA OPININ PBLICA

    Los que entienden de guerra afirman que el concepto de nacin en armasque caracteriza la lucha moderna obliga a que la guerra sea popular. Por

    popular se entiende que el pueblo acepte luchar y lo haga con decisin yespritu de sacrificio.En esta preguerra que vivimos, el concepto ha ido de nacin a

    continentes en armas. Con ello, la necesidad de preparar la popularidadde la guerra ha pasado del aspecto nacional al internacional. Este hecho hatrado un aspecto nuevo en la preparacin y en la direccin de la guerra yha provocado no pocos conflictos agudos o en estado de latencia que estnen pleno desarrollo.

    Una publicidad febril y desordenada, poderosa pero de incapacidadmanifiesta, ha invadido todas las fronteras. La libertad de prensa y ellibre acceso a las fuentes de informacin, groseramente impuestos,constituyen la ganza para forzar la entrada. Por eso han producido unefecto contrario. Cada da la guerra es menos popular y cada da los

    pueblos temen ms los medios coercitivos y prepotentes de los quepretenden despertar su confianza y su simpata.

    En cuestiones de poltica interna puede ser til girar en descubierto con laopinin pblica, como se lo hace todos los das.Un diario que, en el fondo,no tenga responsabilidad alguna puede atribuir lo que quiera a la opinin

    pblica y usarla a su favor. Pero en el esfuerzo y el sacrificio de la guerraes muy peligroso atribuir a la opinin popular factores inexistentes, porqueese engao se paga con hierro, sangre y dolor en las horas aciagas de ladecisin.

    La opinin pblica es susceptible de formarse y de utilizarse con finesnacionales e internacionales. En cambio, es una aberracin inaceptable el

    pretender utilizar una opinin no formada o contraria, desconociendo estehecho y dando sin ms por aceptado el deseo y no la realidad. En esto,como en todo, no puede colocarse el carro delante de los caballos, por lo

    menos si se desea que el carro marche.

    La opinin pblica, a los efectos de la guerra, es una realidad. Enconsecuencia, no se la puede usurpar, ni manejar arbitrariamente avoluntad, ni reemplazar desaprensivamente con una ficcin. Se forma porun procedimiento inteligente, se maneja con lealtad y prudencia, y seafirma y consolida en los hechos, no en la imaginacin.

    Por ser un hecho que se desarrolla en el fuero interno de cada individuo yen la conciencia colectiva de cada pueblo, es un asunto ms bien moral. La

    prepotencia ejercida sobre un gobierno, la amenaza sobre una nacin, elengao sobre un pueblo son caminos equivocados para ganar el corazn de

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    los hombres. Con una amenaza no se destruye otra amenaza, como con unamentira no se destruye otra mentira.

    La solucin de la guerra es un problema complejo que imponeverdaderos valores y conocimientos profundos y diversos. No todos los

    hombres, por sabios que se consideren, estn en condiciones de encararla. No es lo mismo ganarse la voluntad de los pueblos que hacer que suscomponentes consuman coca-cola. Por lo menos, cosas tan diferentesimplican distintos procedimientos.

    Monopolizar los servicios informativos, mantener diarios y agentes deprovocacin, penetrar en los pases con servicios de espionaje infiltrados enlas empresas comerciales no presupone ganarse la opinin pblica, sino,

    por el contrario, producir la desconfianza y desatar el odio vernculo tanpronto se descubra la superchera, que se descubre siempre.

    La guerra es un drama sangriento y apasionado; su solucin no puedeconfiarse en manos de aficionados ni de dilettantes. Cada acto de su

    preparacin impone un mtodo y un plan minuciosos y acabadamenteestudiados. La felicidad y la tranquilidad de los pueblos no son cosas conlas que se pueda jugar, e imponen a los dirigentes, por lo menos, un pocode sentido de la responsabilidad.

    Los pueblos tienen un fino instinto para distinguir cundo las cosas sehacen bien de cundo se pretende engaar a la opinin pblica aun conhbiles supercheras, y, ante todo, los pueblos tienen profundamente

    desarrollado el sentido de su defensa.

    La preparacin de la opinin pblica de un pas soberano es parte de lasoberana que ejerce el Gobierno y no puede cederla al extranjero sin verseincurso en el delito de alta traicin. Por eso, cuando dos o ms pasesacuerdan una accin comn, corresponde a los gobiernos de cada nacinmanejar tal asunto en lo interno.

    Toda interferencia fornea presupone un acto desleal y de hostilidadinadmisible, aunque se trate de salvar las formas, disfrazando tal

    intervencin con la libertad de prensa o de las fuentes de informacin, conempresas comerciales, con agregados al servicio diplomtico u otrosengaos semejantes. No se borra el fondo de una ofensa con elacicalamiento de la forma.

    En esto, como en todas las cosas de la vida, los que proceden malsucumben vctima de su propio mal procedimiento.

    Marzo 22 de 1951

  • 8/14/2019 Descartes (seudonimo) - Politica y Estrategia

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    POLTICA Y SOBERANA

    Los hombres proceden tan bien como estn de bien informados. Unasituacin equivocada conduce a errores en la apreciacin y en los hechos.

    Por eso, en la conduccin poltica internacional la penetracin de losproblemas y su comprensin son la base de todo.Para los argentinos su soberana es sagrada. A nadie que no obrara de

    mala fe se le ocurrira interferir en sus problemas internos.

    Desde 1806 nuestra historia es clara. Dos invasiones britnicassucumbieron, la Espaa de Fernando VII fue arrojada de nuestro territorio,y franceses e ingleses aliados debieron regresar del Ro de la Plata con lasmanos vacas. Si otros lo intentaron, los resultados no fueron mejores.

    Por eso los argentinos somos celosos y orgullosos de nuestra soberana.No habr fuerza alguna en el mundo que nos doblegue en su defensa. Nocreemos que ningn argentino levante en esta tierra un soldado para pelearfuera de sus fronteras, porque aqu no existe predisposicin para agredir;

    pero si algn da un pas extranjero pusiera un pie en nuestra frontera,tendra que matar al ltimo argentino antes de que pudiera poner el otro.Los valores de la Historia no mueren, y estos hombres han demostrado queno conocen el miedo cuando luchan por su soberana avasallada.

    La servidumbre no ha sido nunca nuestro fuerte. De igual a igual, deamigo, vamos a cualquier parte; de sirviente, ni a misa. Cuando la dignidad

    est en juego, desaparecen para nosotros los intereses y las conveniencias, porque no creemos que el honor sea negociable. La vida la concebimosnosotros a cambio de honrarla, pero no de venderla. Nuestro honor ynuestra dignidad son una pequea porcin del honor y de la dignidad de laPatria; por eso los defendemos con la vida de todos. Estamos persuadidosde que algn da nos comprendern, aunque sera ms lgico que nosconocieran ya.

    Hace poco un conflicto gremial paraliz al diario La Prensa. Este

    rgano, por su origen, por los capitales que lo financian, por su prdicafornea y los testaferros que lo representan, es un foco de traicin a laPatria. Sin embargo, los poderes del Estado, dando un ejemplo de

    prudencia, no haban tomado decisin en su contra. Bast que un altofuncionario extranjero, abogado de Wall Street, en atrevidas e imprudentesdeclaraciones, abogara en su defensa, para que la reaccin popular sehiciera sentir y, con ello, su destino se decidiera. La Prensa podrvolverse a editar, pero ya no podr traicionar al pas. Si no, no saldr.

  • 8/14/2019 Descartes (seudonimo) - Politica y Estrategia

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    EN ESTE PAS, DONDE LOS PODERES DEL ESTADO SONREPRESENTACIN GENUINA DEL PUEBLO Y NO ASOCIACIONESDE INTERESES O DELINCUENCIAS, NO EXISTE LIBERTAD PARAATENTAR CONTRA LA LIBERTAD Y MENOS AUN PARA

    TRAICIONAR AL PUEBLO Y A LA PATRIA.Marzo 29 de 1951

  • 8/14/2019 Descartes (seudonimo) - Politica y Estrategia

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    LA GUERRA Y LA DESTRUCCIN

    El monstruo de la guerra es devorador de hombres y dinero. Es, enconsecuencia, un destructor implacable de los valores y de la potencia.

    En los tiempos modernos nadie gana en una guerra. El vencedor quedageneralmente exhausto sobre el cadver del vencido. Slo se salvan los queno intervienen en ella. Para los beligerantes es un mal negocio que eldominio por el cual se lucha pueda caer en manos de los neutrales. Por esoen estos tiempos la neutralidad es una mala palabra. Tan mala hoy comotan buena result durante siglos.

    Por eso, cuando se dice la lucha de Oriente contra Occidente, elchoque de dos ideologas, el conflicto de la democracia y eltotalitarismo y aun la guerra de dos imperialismos, se busca involucrar atodos los pases en los bandos, para evitar que, al final, sta sea una guerracomo todas, en que dos naciones diriman entre s y por la fuerza el choquede dos intereses.

    De ah la penetracin arrolladora, la existencia de astucias, la fiebre deconferencias, reuniones y pactos. Las guerras mundiales de coalicin tienentambin sus caractersticas originales.

    Lo primero que la guerra destruye son los valores que el hombre hacreado con el trabajo paciente de aos. Cuando se dice que en Europa elhombre no desea trabajar sino lo necesario para subsistir, se reconoce as

    que tambin se ha destruido al hombre. La destruccin sistemtica dehombres y valores que acarrea la guerra, por aos, termina por destruir laeconoma y el trabajo que la sostiene.

    En las guerras modernas, la destruccin es el principal medio de accin.Claussewitz sostiene que el fin de la guerra es destruir la fuerza delenemigo para oponerle la voluntad propia. Hoy la fuerza del enemigo es lanacin en armas, y hay que destruir la o las naciones que la constituyen;

    por eso se la ha denominado tambin guerra integral.El medio atmico, aparecido ya en la ltima contienda, no har sino

    precipitar e incrementar la destruccin. En otras palabras, el poderdestructivo de la guerra moderna ha aumentado su intensidad en el tiempoy extendido su campo de accin en el espacio.

    Qu subsistir despus de la tercera guerra mundial de la miserableeconoma en que el mundo moderno se debate? Cul ser el efecto finaldel derrumbe total de la poderosa economa que se afirm en 1918 ysobrevivi a 1945? Nadie puede predecirlo hoy.

  • 8/14/2019 Descartes (seudonimo) - Politica y Estrategia

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    Sin embargo, que los hombres presienten ya algo trgico se evidencia enla desesperada resistencia con que cada pas lucha por evitar la destruccinde sus hombres y sus economas.

    Abril 5 de 1951

  • 8/14/2019 Descartes (seudonimo) - Politica y Estrategia

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    LA AGRESIN

    Se afirma no siempre con fundamento que la agresin armada haocasionado las ltimas guerras. La propaganda ha hecho de la agresin algo

    as como un pecado mortal. Por eso nadie quiere atacar primero. Elloha creado la simulacin o la forma infamante de la agresin.La agresin armada no es hoy la nica forma de agredir. Se agrede

    econmica y polticamente, por medio de la propaganda y la diplomacia.Una verdadera agresin es un boicot o bloqueo econmico; un plan deayuda dirigido a perjudicar a un pas; la intervencin grosera de unembajador y su embajada para provocar conflictos internos o revolucionesen una nacin; como asimismo la accin coordinada y oficial de lasembajadas de un Estado para, por medio de una propaganda falaz ymalintencionada, denigrar a otro en el mundo entero.

    No lo es menos la ocupacin indebida del territorio de un pas ms dbilo la intromisin en discusiones sobre partes de su soberana basadas en

    peregrinas teoras a todas luces falsas y abusivas.Reconocemos que la agresin armada es el ataque franco. Las agresiones

    insidiosas, ruines y denigrantes son la forma degenerada de la agresin.Condenar la agresin armada y aceptar las otras sera como condenar elasalto a mano armada y tolerar la estafa, la corrupcin o el fraude.

    Hay pases que han hecho un sistema del engao, hasta llegar a engaarsea s mismos. Para ellos, la libertad, la justicia y la democracia es suficiente

    que diariamente sean mencionadas por los diarios y transmitidas al mundopor sus agencias de noticias. Les interesa convencer al mundo de que ellosson libres, justos y democrticos, aunque sufran la peor de las tiranas, deldinero o de la corrupcin; que parte de su poblacin se dedique, como losespartanos e ilotas, a la cacera humana de otra parte y que su democraciacometa su primera falla en la eleccin misma de los ciudadanos que han degobernarlos.

    Estos pases proyectan al terreno internacional los vicios y la corrupcinde su sistema interno, contaminando al mundo entero. Es la peste del siglo

    xx, que, atacando la decencia y la honradez de los procedimientos, da lugara la peor de las agresiones: la de la inmoralidad.

    Cuando se habla de desarme, no slo ha de entenderse como supresino limitacin de los medios militares de lucha, que son los nobles, sinotambin del desarme de la agresin que propugna la desaparicin de loinnoble. Lo contrario sera desarmar la polica para dejar el campo libre alos estafadores, los gangsters o los corruptores.

    Los argentinos conocemos mucho acerca de las diversas formas de

    agresin. Hace bastante ms de un siglo que supimos las amenazas ysoportamos la agresin en todas las formas imaginables.

  • 8/14/2019 Descartes (seudonimo) - Politica y Estrategia

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    Pero, a pesar de que a los pases americanos no parece haberles preocupado nunca estas agresiones, ni cuando fuimos atacados ydespojados de parte de nuestro territorio por una nacin extracontinentalque nada tiene que hacer aqu, estamos dispuestos, y as nos hemos

    comprometido, a unirnos a los dems para repeler una agresin contra elterritorio continental americano. Es natural que esperemos que estaagresin al continente americano no ha de producirse en Asia, frica,Europa u Oceana.

    Tambin estamos dispuestos a colaborar con todos los pases del mundo,en la UN, para asegurar la paz. Y es natural tambin que debamos pensarque, para asegurar la paz, no sea lo ms prudente hacerlo por medio de laguerra.

    La dura y dolorosa experiencia ha hecho que la agresin repugne anuestro espritu. Por eso no deseamos que al influjo de estos sentimientosse nos pueda hacer instrumento de la agresin misma.

    Abril 12 de 1951

  • 8/14/2019 Descartes (seudonimo) - Politica y Estrategia

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    COOPERACIN ECONMICA

    La economa no puede circunscribirse al despojo de los dems por elsistema colonial o el rgimen capitalista. Ambos conducen al comunismo,

    como que son su causa.Los imperialismos han obrado con habilidad, pero no con inteligencia. Elcapitalismo, a su influjo, obr con crudeza, pero no con habilidad.

    Los imperialismos han hecho su poltica con la economa, o bien sueconoma con la poltica. Por eso el imperialismo econmico terminadominando polticamente a los pases que sojuzga, formando su imperio deamenaza, coaccin y castigo econmico. El imperialismo poltico llevasu dominio integral al despojo econmico en beneficio de la metrpoli.Ambos sistemas combinados han sido el camino del coloniaje moderno.

    Por eso, cuando nosotros declaramos la independencia econmica,estamos desmembrando un imperio, aun cuando no nos demos cuenta deello.

    Se atribuye a Disraeli la afirmacin: No existen enemigos ni amigospermanentes; existen intereses permanentes. Si el imperialismo, en vez desaquear a las naciones y explotar a los pueblos y a los hombres, los hubieradesarrollado y ligado a sus intereses, la actualidad sera otra. Llevados porla avaricia y el egosmo, sacaron el provecho inmediato del despojo y no

    pensaron en las conveniencias de un futuro mediato. Hoy los pueblosexpoliados y escarnecidos no quieren reaccionar ante un peligro anunciado,

    porque ms temen al dolor y sufrimiento presentes. La ruina de lametrpoli, para muchos de ellos, lejos de representar un peligro, puedesignificar una liberacin. No estn ligados a su destino, y sus objetivos noson comunes, como no es comn su suerte.

    Parecera intil insistir en que la codicia despiadada del imperialismo para sojuzgar naciones y la avaricia del rgimen capitalista en laexplotacin inhumana de los pueblos y de los hombres han sido las causasde todos los males que azotan al siglo xx, incluso del comunismo.

    Norteamrica ha rehusado sistemticamente colaborar con Latinoamrica

    en un plan orgnico de explotacin e industrializacin de sus recursos.Impidi la realizacin de la Conferencia Econmica de Buenos Aires,impuesta como condicin para efectuar la de Ro de Janeiro. Su llamadacolaboracin econmica fue siempre espordica y circunstancial en

    provecho de sus directos intereses econmicos y polticos.El Plan Marshall fue un verdadero azote para la economa

    latinoamericana. Cerr toda posibilidad de colocacin de sus excedentes,ante un verdadero dumping hecho por Estados Unidos. Esto constituy,

    para pases como el nuestro, con extensin o sin ella, una verdadera

    agresin a su economa, que provoc grandes dificultades en 1948.

  • 8/14/2019 Descartes (seudonimo) - Politica y Estrategia

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    Ahora que las papas queman se requiere la solidaridad de la economalatinoamericana, como ocurri en Chapultepec, Ro de Janeiro, Bogot y enla ltima reunin de cancilleres. Hasta ahora se han recibido sloexpresiones de buena voluntad; pero, pasado el momento crtico, todo

    queda en la nada, aunque s cubierto el inters poltico y econmico deNorteamrica.Ni los sistemas ni los hechos permiten forjarse ilusiones. La dura escuelade la experiencia nos aconseja confiar slo en nuestra propia ayuda. En estaemergencia no somos precisamente nosotros quienes necesitamos ayuda.

    Tenemos lo que otros precisan. Necesitamos lo que otros tienen. Si nosayudan, ayudaremos.

    La cooperacin nunca ha sido cuestin de palabras, sino de hechos.

    Abril 19 de 1951

  • 8/14/2019 Descartes (seudonimo) - Politica y Estrategia

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    SOLIDARIDAD CONTINENTAL

    En poltica internacional y entre pases soberanos no puede existir launilateralidad; toda accin deber estar basada en una absoluta reciprocidad

    de propsitos y realidades. Es natural que, cuando se hable de buenosvecinos, no ha de significar que unos seamos los buenos y los otros losvecinos.

    Para los pases responsables, los compromisos internacionales son actosmuy serios y han de basarse, para que sean efectivos, en la buena fe, en lamutua conveniencia y la reciprocidad. Slo ello conduce, mediante las

    permanentes y constructivas relaciones, a la unidad de propsitos y deaccin. La amenaza o la presin slo conduce a obtener amigos a lafuerza. Los compromisos unilaterales de un gobierno, a espaldas de su

    pueblo, son de ejecucin muy aleatoria y poco aconsejable en tiempos decrisis.

    La poltica internacional es un sistema de pesos y contrapesos; no es unsistema de engaos ingeniosos y menos de presiones groseras. En estecampo, quien espere recibir, ha de estar resignado a dar en la medida quenecesite. De otra manera, podr exigirlo por la fuerza, pero esto ya esmateria de guerra.

    Cuando se habla de solidaridad continental, el sentido de lareciprocidad adquiere carcter colectivo y, en consecuencia, lasobligaciones pasan a ser multilaterales.

    Desde que nada hay ms sagrado para una nacin que su territorio, lamayor y primaria obligacin de la solidaridad es la defensa territorial delContinente.

    En 1833 se produce el ataque a las islas Malvinas por fuerzas britnicas ysu ocupacin violenta.Desde ese momento, la nacin ms poderosa de Amrica ha apoyado el

    despojo, pese a la doctrina Monroe. En Bogot, Ro de Janeiro y cuantaconferencia se realiza, aparece este problema presentado por la Argentina,

    sin que siquiera se haya conseguido un apoyo moral.Termina de realizarse la reunin de cancilleres en Washington y, una vez

    ms, con idntico resultado y la consabida abstencin norteamericana, laArgentina ha mentado su justo pleito en procura de solidaridad continental.

    Frente a esto, cul deber ser el estado espiritual del pueblo argentino,cuando se le insina la exigencia de hacer matar a sus hijos y destruir susriquezas, para repeler una agresin al continente americano, que puede

    producirse en Asia o Europa?

    No recordarn instintivamente los argentinos que hace pocos das, enuna conferencia de cancilleres americanos, se les ha negado un voto un

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    tanto lrico en defensa del sagrado derecho de reivindicar su territoriodespojado por un pas extracontinental?

    Podra el gobierno argentino, a espaldas de su pueblo agraviado por laingratitud y la injusticia, contraer compromisos unilaterales?

    Evidentemente, hay contestaciones que ms vale ni ensayarlas.Abril 26 de 1951

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    EL PUEBLO, LA LIBERTAD Y LA GUERRA

    En estos tiempos, el pueblo, la libertad y la guerra son tres realidades tandistintas como convencionales. Cada hipcrita las utiliza segn sus

    inconfesadas y circunstanciales conveniencias. Todos simulan defenderlas.Pocos las defienden. Muchos se sirven de ellas.Hay pases que, habindose erigido en propietarios y custodios de una

    libertad, anhelan imponerla a los dems, creando as la peor de las tiranas.El rgimen de las libertades presupone, en lo colectivo, la libertad de las

    naciones, basada en la libre determinacin de los pueblos, en suindependencia econmica y en su soberana; en lo individual, el respeto delos derechos ciudadanos en la medida y en la forma que cada pueblo, paras, lo determine.

    LA LIBERTAD, PARA QUE SEA LIBERTAD, HA DE SER LA QUEEL PUEBLO QUIERE Y NO LA QUE PRETENDEN IMPONERLE LOSDEMS.

    Sera ya tiempo de que los fementidos campeones de la libertad ajena seocupen un poco de la propia. Su defensa es demasiado sospechosa einteresada para creerla sincera. Si la libertad se exporta como la goma demascar, ocurre lo mismo que con sta: todos la mastican, pero ninguno latraga.

    Los defensores del pueblo y de la paz, en nombre de la libertad,pretenden llevar a los pueblos a la guerra. Pero han consultado al pueblo silo desea? Porque, de no ser as, poco se justificara la existencia del puebloy de la libertad.

    Si el pueblo no desea la guerra, tendremos que aceptar que quienes loconducen a ella a la fuerza son unos dspotas y unos usurpadores, dado queno slo violan la voluntad y la libertad esencial de los pueblos y de loshombres, sino que tambin los escarnecen.

    Porque estamos exentos de tales culpas hemos lanzado la primera piedra.En la reunin de cancilleres de Washington, la Argentina ha fijado lanorma justicialista en lo que a la guerra atae: el plebiscito POPULAR.

    Para tener la conciencia tranquila de que no somos dspotas yusurpadores del poder popular, ser, adems de justo, conveniente queconsultemos al pueblo, que es quien, en ltimo anlisis, ha de morir.

    Nosotros ya sabemos que el pueblo argentino se negara a concurrir a unaguerra fuera de sus fronteras. Tambin sabemos que luchara hasta sultimo hombre en defensa de su territorio, su soberana y su libertad. Sin

    embargo, estamos dispuestos a darle ocasin de resolver por s.

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    A los enemigos tantas veces declarados de la guerra; a los defensores delos pueblos y de sus derechos esenciales; a los amantes de la libertad; atodos los demcratas que gobiernan pueblos los invitamos a que pruebenmediante un plebiscito popular que no son los dspotas usurpadores a que

    antes nos hemos referido.La existencia del pueblo y de la libertad no puede congeniarse con la del

    imperialismo y la del capitalismo, de la misma manera que no puedecoexistir con el comunismo. En stos el pueblo se convierte en una masaesclava y explotada, donde la libertad del hombre es un mito.

    Si no existieran tales imperialismos, los pueblos podran ser dueos de sudestino, libres, independientes y soberanos dentro de sus fronteras. Por esolos imperialismos son hoy los peores enemigos de la libertad de los pueblosy de los hombres. La democracia moderna encuentra tambin su principalescollo en la plutocracia y el comunismo internacionales.

    La guerra actual, producto del choque del imperialismo capitalista con elimperialismo comunista prueba de manera terminante que las guerrasmundiales tienen su causa en la existencia de los imperialismos.

    Sin embargo, no toda la culpa recae en los imperialistas. Son an msindignamente culpables los gobernantes dciles y cobardes, como los

    polticos entregadores, que, incapaces de enfrentar por s los hechos,buscan la proteccin del apoyo extranjero para encaramarse y mantenerseen el poder. Estos traidores de los pueblos y de la libertad tienen ms grave

    culpa que los conquistadores que se sirven de ellos.La existencia de los pueblos, de la libertad y de la paz tiene su nica

    esperanza en la desaparicin de los imperialismos, del capitalismo y de losentregadores.

    ESTO ES PRECISAMENTE LO QUE SOSTIENE LA DOCTRINAJUSTICIALISTA.

    Mayo 3 de 1951

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    LA DIGNIDAD DE LA IGUALDAD Y LA VERGENZA DELSOMETIMIENTO

    En la poltica internacional, como en casi todas las cosas de la vida, hay

    verdades aparentes y una verdad real. El secreto de la conduccin que llevaal xito est en desentraar la realidad entre la ficcin. Una falsainformacin, basada en una verdad aparente, satisface y halaga a veces el

    propio pensamiento, pero no ayuda a triunfar. El xito se elabora yconstruye sobre la realidad y no sobre las falsas apariencias, porhalagadoras que stas sean.La era colonial ha pasado, ha dicho el general Mac Arthur. Todos los

    pueblos tienen el derecho de dar forma libremente a sus propios destinos.Lo que los pueblos buscan ahora es la dignidad de la igualdad, no lavergenza del sometimiento. Palabras sabias y prudentes, asestadas comoun latigazo en el rostro de todos los entreguistas del mundo.

    A cuntos de nuestro continente alcanzar esta leccin? Cuntos polticos y publicistas al servicio de la traicin y de la entrega oirn laspalabras de un hombre sensato? O seguir el dinero pesando ms que laverdad y el anhelo de los pueblos?

    El error de muchos hombres de gobierno, en las democracias inorgnicasdel Nuevo Mundo, est en no interpretar y respetar las aspiraciones

    populares. Vivimos una poca en que los gobiernos miran demasiado hacia

    afuera de sus fronteras y lo esperan todo de la ayuda que ha de venirles delos poderosos. Por eso, tambin, su poltica est influida por inscripcionesforneas, acompaadas de abundantes medios econmicos. Mr. Braden sequejaba amargamente de que, siendo embajador de Estados Unidos en laArgentina, se haban invertido muchos millones de dlares para anular aPern, pero que esos dlares le haban sido robados por los dirigentes

    polticos de la Unin Democrtica, en vez de ser utilizados para comprar elfavor popular. Olvid Mr. Braden que quien da pan a perro ajeno pierde el

    pan y pierde el perro. Y que si los gobiernos y los polticos, al decir de

    Napolen, todos tienen precio, en cambio, los pueblos no se venden.

    Como consecuencia de tales graves errores en la conduccin poltica delos pueblos, se ha hecho casi una regla que los gobiernos estn divorciadosdel sentimiento popular y que, mientras ellos son un instrumento dcil delimperialismo, los pueblos sigan siendo fieles a los principios de libredeterminacin y soberana. Slo mediante tal aberracin es posibleobservar la monstruosidad jurdica de gobiernos, delegados y rganos

    publicitarios que sostengan la intervencin en los pases menores por los

    poderosos. De eso a la colonia hay un solo paso.

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    Todos estos hipcritas son doblemente traidores. Traicionan a su puebloy engaan al poderoso. Muchos de ellos piensan lo contrario de lo quedicen: basta orlos privadamente; en el fondo, no comparten la idea queapoyan y menos an representan la voluntad popular ni transmiten el

    verdadero sentimiento de los pueblos que dicen representar. Es as que seest construyendo con estircol sobre lodo y arena. El terrible engao enque estarn muchos que creen en las decisiones de conjunto! La evidenciavendr despus con la realidad de los hechos.

    Los poderosos tambin trabajan para ser engaados. Prefiriendo el apoyoy los falsos halagos, no pueden obtener la palabra libre y viril de loshonrados y menos el sentir de sus pueblos, que, aunque sea una duraverdad, es siempre preferible a la agradable mentira.

    Sin embargo, tras esa agradable mentira, todas las conferenciasresultan dirigidas hacia objetivos preconcebidos y arreglados de antemano.Hasta se utilizan personeros para las ponencias bravas y se adelantanagentes de provocacin para tantear el campo, reclutados entre loscorrillos de antesala que se utilizan como caballos de Troya para introducirentre los grupos.

    A esto, a menudo, se le llama habilidad poltica! Es menester una granindependencia y una extremada prudencia para obrar correctamente y conla dignidad que impone el pas, no cayendo insensiblemente en esta clasede habilidades que, por otra parte, no difieren en mucho de los mtodosempleados por los jugadores con ventaja.

    Cuando llega la hora de las alabanzas en los discursos finales, qudistinto lenguaje al de los concibulos privados o de antesala! Los diariosque cobran en moneda dura establecen una verdadera carrera para verquin elogia ms y quin apoya mejor el sometimiento, mientras los

    pueblos cada da sienten ms repugnancia y mayor vergenza frente a laindignidad organizada.

    Mayo 10 de 1951

  • 8/14/2019 Descartes (seudonimo) - Politica y Estrategia

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    LA PROXIMIDAD DE LA GUERRA

    Dentro de la actual poltica internacional, aparecen ya conformados losdos grandes bloques antagnicos. El occidental est lejos de una

    preparacin adecuada en lo material, y sus presuntos componentes no estnen su mayora decididos a enfrentar una conflagracin, cuyas catastrficasconsecuencias van ms all de todo lo previsible. A ello debe agregarse lafalta total de unidad en la poltica internacional.

    En general, casi todas las naciones se declaran contrarias al comunismo, pero no todas comparten el pensamiento sobre la forma en que debe seranulado el peligro que esa ideologa supone, ni todas contribuyen alesfuerzo de la preparacin blica que se ha impuesto el gobierno deEstados Unidos.

    El frente comunista, que cuenta actualmente con poderosas fuerzasterrestres y seguramente tambin areas, incluso la bomba atmica, seencuentra slidamente unido. El gobierno ruso guarda prudente silencio,

    pero no cabe duda de que es efectivo en la accin que desarrolla.Prcticamente, el mundo se halla en una guerra que ha dejado de ser fra

    para convertirse en tibia, y su amenaza se levanta inquietante. Ms an, parecera que la situacin que se vive desembocar lamentable perofatalmente en la conflagracin que todos temen.

    Sin embargo, parece poco probable que el conflicto de Corea degenere, por ahora o en un futuro relativamente cercano, en una guerra mundial.

    Rusia ha demostrado no buscarla, y los occidentales deben evitarla en todaforma, por lo menos hasta que hayan alcanzado la preparacin adecuada.

    Si as acontece, quedar el interrogante sobre lo que pueda ocurrir cuandola preparacin de los occidentales comience a tener alguna importancia y,

    posteriormente, cuando se haya completado, vale decir, en 1952 y msadelante.

    Segn ello, parecera que los efectos del acto guerrero decisivo, que hande ser tambin los que decisivamente influirn en el mundo, no estaran tancercanos como algunos presuponen y aun pronostican.

    Pero si a todo lo anterior agregamos que, segn es dable prever ya por los presentes acontecimientos, el esfuerzo principal de hombres y materialesdebe ser provisto por Estados Unidos lo que implicara el traslado aEuropa y Asia de tropas y materiales en cantidades jams igualadas yrequerira ingentes medios de transportes y largo tiempo, puedeadmitirse que los efectos mencionados, para bien de la humanidad, han dedemorar en llegar varios aos ms.

    Si bien el estallido fortuito de una guerra no puede descartarse jams enla apreciacin racional, podramos afirmar que, segn se viene viendo

    objetivamente, la guerra est an lejana en los catastrficos efectos

  • 8/14/2019 Descartes (seudonimo) - Politica y Estrategia

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    materiales que podemos prever, pero no as en los efectos polticos, que nosseguirn quitando el sueo antes, durante y despus de la guerra misma.

    Mayo 17 de 1951

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    LA GUERRA DE COREA

    Las bases de la accin estratgica tienen su origen en la accin poltica ymuy especialmente en sus objetivos, dado que la guerra es la continuacin

    de la poltica. Del mismo modo que un xito tctico carece de valor cuandola situacin estratgica es falsa, no puede pensarse en una victoriaestratgica en una falsa situacin poltica.

    En la conduccin de la guerra lo fundamental es el objetivo, como lo estambin en la conduccin poltica. Generalmente, la finalidad de la guerraes el aniquilamiento de la fuerza del enemigo, para que, una vez postrado,se someta a nuestra voluntad, es decir, ceda a nuestro objetivo.

    Cuando las limitaciones impuestas por la situacin poltica no permitanese aniquilamiento, ser mejor no iniciar esa guerra, buscndole por otrolado la solucin o, de lo contrario, conformarse a la idea de una operacinindecisa y puramente de desgaste.

    No hay da que la gente no se pregunte: qu sucede en Corea?Probablemente en la historia del mundo pocas veces haya habido unaoperacin ms discutida y contradictoria. Estados Unidos, despus deabandonar a China, execrando a Chiang Kai-shek en su libro blanco, se dacuenta de pronto que no puede abandonar el Asia continental y resuelvedefender a Corea del Sur y ayudar a los nacionalistas en su ltimo reductodeFormosa.

    Es decir, lo que no quiso hacer hace tres o cuatro aos con pocos dlaresy bajas chinas, est decidido a realizarlo ahora con muchos dlares ymuchas bajas norteamericanas. Es indudable que esta falta de previsin hade pagarse al alto precio de sangre y dinero. Todo all ha de resultar un

    psimo negocio; basta pensar que cuando un chino y un norteamericano secambian un bayonetazo y producen dos bajas, cosa muy comn en todas lasguerras, Estados Unidos pierde en el cambio ms de diez veces lo queChina y el comunismo.

    A menudo la gente se pregunta tambin si el general Mac Arthur tiene

    razn o no. Para saber eso sera necesario ante todo establecer el objetivopor el cual se lucha: qu quiere Estados Unidos en Corea?, y eso no estoyseguro de que lo sepa.

    Lo que resulta evidente es que la situacin poltica all es falsa, comoconsecuencia de encontrarse empeado frente a un enemigo que, enrealidad, no se sabe por quin est formado ni quin respalda a esasfuerzas. Al principio eran norcoreanas, luego se incorporaron losvoluntarios chinos y se asegura que Rusia est detrs de ellas. Un xitoestratgico es difcil en semejante situacin. Por eso esta guerra se ha

    transformado en un subibaja permanente, convirtindose en unaoperacin de desgaste sin decisin y sin ventaja alguna para Estados

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    Unidos. Ya sabemos bien que las ofensivas van de Sel hasta el Yal, perotambin sabemos que la temporada siguiente lo que va del Yal a Sel essu retirada. Guerras sin objetivos son guerras sin decisin, porque los xitostcticos se anulan en situaciones estratgicas inconvenientes.

    La guerra de Corea, hasta el presente, no ha sido una operacin en seriodesde el punto de vista militar. Para serlo, requerira un objetivo en buscade una decisin.

    Si el comando de Estados Unidos ha decidido ya, en el caso de MacArthur, que no tiene intencin de extender la guerra a China ni a Rusia yque considera que el teatro de operaciones de la tercera guerra mundial esten Europa, su objetivo en Corea no puede ser sino un objetivo limitado yterritorial.

    Suponiendo que Rusia sea la que est detrs de los norcoreanos, como seasegura, all no puede sino buscar el desgaste de su probable enemigo,empendole con China en una guerra que sera interminable, sangrienta ysin ninguna utilidad prctica desde el punto de vista militar. Siendo as, losnorcoreanos no pueden tener inters en terminar esa guerra, y aun cuando

    pudieran aniquilar a los norteamericanos, convendra que no lo hicieran.Los sudcoreanos, por su parte, no podrn llegar a una decisin mientrassostengan que no desean guerrear con China ni con Rusia, que, para elcaso, seran las bases objetivas de su adversario.

    Hace pocos das, el general Ornar Bradley, jefe del Estado Mayor

    Conjunto de Estados Unidos, declar ante el Senado que la extensin de laguerra de Corea comprometera a su pas en una guerra desacertada, en unlugar inapropiado y en un momento inoportuno. Eso precisamente dijimosnosotros hace mucho tiempo en uno de estos artculos, donde tambinhablamos de la falta de previsin. En el Asia la lucha debi ser realizada

    por los bandos asiticos, pero esto debi verse y resolver en su tiempo y noahora.

    EL QUE NO TIENE BUENA CABEZA PARA PREVER, HA DETENER BUENAS ESPALDAS PARA AGUANTAR.

    Mayo 24 de 1951

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    EL IMPERIALISMO Y LA GUERRA

    La guerra se produce por designio de los hombres, no por su fatalidad.Las causas del noventa por ciento de las guerras que ha soportado la

    humanidad, desde el mundo antiguo hasta nuestros das, han sido losimperialismos. Oriente, Grecia, Roma, la Francia napolenica, Alemania,Inglaterra, Estados Unidos, Rusia, son la historia patente de esas causas.Las guerras fortuitas entre dos Estados han sido juego de nios comparadascon las devastaciones provocadas por las conquistas de los imperios.Siguiendo la lnea de los imperialismos, se ver en cada uno de ellos larepeticin de los mismos fenmenos que, finalmente, los ha llevado a laruina para dar lugar al nacimiento de otro. Los hombres parecen noaprender nunca, cuando los malvados intereses acicatean su deseo de

    predominio o de riqueza.Pedir a los hombres la comprensin y prudencia necesarias para ver claro

    sera como pedirles que construyeran sobre la justicia y la ecuanimidad.Por lo menos, nunca lo han hecho. Sin embargo, se sera el nico caminoque conduce a la paz que anhelan los pueblos.

    Habra que preguntar si ella es la misma de que nos hablan los hombresde Estado.

    El 10 de junio de 1944, cuando la segunda guerra mundial estaba en suapogeo; cuando el comunismo se confunda con las Naciones Unidas que

    cantaban alabanzas todos los das a esa democracia popular; cuando se prometa a los pueblos la paz definitiva y la justicia social permanentedesde que sus enemigos fueran barridos del planeta, el coronel Pern deca,en la inauguracin de la ctedra de la defensa nacional en la Universidad

    Nacional de La Plata: Los estadistas que actualmente dirigen la guerra delos principales pases en lucha, ya sea bajo el signo del Nuevo Orden o bajola bandera de las Naciones Unidas, muestran a los ojos ansiosos de sus

    pueblos una felicidad futura basada en una ininterrumpida paz ycordialidad entre las naciones y la promesa de una verdadera justicia social

    en los Estados.Este espejismo no puede ser ms que una esperanza para los pueblos que,

    agotados por una larga y cruenta lucha, buscan en una esperanza de futurafelicidad el aliciente necesario para realizar el ltimo esfuerzo, en procurade un triunfo que asegure la existencia de sus respectivas naciones.

    En efecto, alguien tendra que demostrar inobjetablemente que EstadosUnidos, Inglaterra, Rusia y China, en el caso de que las Naciones Unidasganen la guerra, y lo mismo Alemania y Japn en el caso inverso, notendran jams en el futuro intereses encontrados que los lleven a iniciar un

    nuevo conflicto entre s y, adems, que los vencedores no pretendernestablecer en el mundo un imperialismo odioso, que obligue a la rebelin

  • 8/14/2019 Descartes (seudonimo) - Politica y Estrategia

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    de los oprimidos, para recin creer que la palabra guerra quedadefinitivamente descartada de todos los lxicos.

    En tal ocasin, el Departamento de Estado dio un comunicado oficialque, entre otras cosas, deca que tal discurso es considerado como una

    declaracin de una poltica totalitaria para la Argentina. El coronel Pernmanifest en la ocasin que no importaba a la Argentina si las NacionesUnidas o el Eje vencan en el conflicto actual, pues no haba posibilidadesde una paz mundial y que los poderes interesados inevitable mente reiranen la mesa de la paz. (La Prensa del 1de julio de 1944.)

    Convengamos, en primer trmino, que el Coronel se equivoc: losaliados de ayer no llegaron a la mesa de la paz, se pelearon antes...envolviendo al mundo en la amenaza fatdica de una tercera guerramundial. La imprevisin y la ineptitud, como la soberbia de la ignoranciaevidenciada en ese comunicado del Departamento de Estado, son las quedan relieve inusitado a las aseveraciones profticas del coronel Pern.

    Evidentemente, el mundo ganaba poco si la victoria de las NacionesUnidas haba de llevarlo a una tercera conflagracin mundial en la que lasdepredaciones y destrucciones irn mucho ms all de todo lo previsible.Con esto a la vista convengamos, por lo menos, que los que tuvieron laresponsabilidad de la direccin de la segunda guerra mundial no estuvierona la altura de su misin ni de su responsabilidad.

    Muchas personas de buena fe reconocen hoy los terribles errorescometidos en la pasada guerra, y observando que esos errores persisten en

    la actual direccin de la poltica internacional, se preguntan si an podraevitarse una tercera guerra mundial. Aparentemente, segn lasdeclaraciones de los distintos gobiernos, todos son partidarios de la paz. Sinembargo, se encuentran empeados en producir armamentos y medios dedestruccin en una proporcin sin lmites. Hasta los que consideraban estocomo de sistemas totalitarios, se esfuerzan hoy en demostrar a sus pueblosla infalibilidad del aforismo latinosi vis pacem para bellum. Para contestarentonces la primera sera menester previamente contestar la siguiente:sera posible que los poderosos pases que han comprometido su economa

    en un gigantesco programa de guerra renunciaran a ella y a los objetivosimperialistas que los impulsan, para cambiar sus ambiciones de predominioy conquista por el duro sacrificio del trabajo pacfico? Sera, sin duda, elnico caso en la historia del mundo!

    Aun cuando, hipotticamente considerado, lo anterior se produjera,quedara en pie la controversia ideolgica del mundo comunista con elmundo capitalista. Seran stos capaces de sacrificar sus sistemas alhombre y a la paz para adoptar un justicialismo constructivo y ecunimeque desterrara de la humanidad la explotacin del individuo por el Estado,

    como tambin la del hombre por el dinero? Este sera tambin un milagroaun no contemplado en la tierra.

  • 8/14/2019 Descartes (seudonimo) - Politica y Estrategia

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    Remedios existen; lo difcil es que los enfermos se resignen a tragarlos!

    El justicialismo argentino, nueva doctrina que, careciendo de orientacine impulso imperialista, busca soluciones incidiendo slo sobre las formas

    internas de los problemas, ha sido despiadadamente combatido por losimperialismos actuales. Es indudable que siendo una solucin moleste a losimperialismos que no luchan por soluciones sino por predominio ydominacin.

    Cuando en 1944 el Departamento de Estado y los diariosnorteamericanos calificaron de totalitarismo al rgimen argentino y dedemocracia popular al comunismo, nos encogimos de hombros pensandoque, en el fondo, lo temible no es el totalitarismo en s, que es un rgimeninterno, ya que lo peligroso de estos sistemas es su tendencia imperialista.Hoy seguimos pensando que ni el fascismo, ni el nazismo, ni elcomunismo, ni la plutocracia, verdaderas formas totalitarias, seran

    perniciosas para el mundo mientras su poltica internacional no estuvieraorientada al dominio de los dems por los medios polticos o econmicos.

    Cuando conocemos el juicio superficial de algunos comentaristas,atribuimos a su ignorancia proverbial tales afirmaciones. Sin embargo, notodos all han de ser ignorantes y superficiales. Las causas convendr

    buscarlas en los ocultos designios de convicciones imperialistas yverdadero totalitarismo plutocrtico.

    Mayo 31 de 1951

  • 8/14/2019 Descartes (seudonimo) - Politica y Estrategia

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    LA DIPLOMACIA Y LA GUERRA

    En la guerra moderna, caracterizada por las enormes coaliciones que amenudo envuelven al mundo entero, la accin de la poltica es decisiva

    para la estrategia. Por eso la diplomacia es el ms valioso auxiliar de laguerra, y su misin consiste en prepararle las mejores condiciones. Unabuena accin poltica puede casi por s ganar una guerra cuando consigueque la operacin de los ejrcitos se convierta en un acto confirmativo de lavictoria ya alcanzada por el xito diplomtico.

    Las guerras de 1914 y de 1939 representan dos xitos polticos sobre ladiplomacia alemana contempornea, que se caracteriz por su falta decapacidad.

    Una buena diplomacia acumula amigos, y una mala, enemigos. Muchosperros hacen al final la muerte del ciervo, afirm Moltke en una ocasin.Es lo que ha venido ocurriendo con Alemania en las ltimas grandesconflagraciones.

    Generalmente, los pases fuertes han sucumbido porque siguen prepotentemente la poltica de su fuerza, sin advertir que nunca se essuficientemente poderoso para vencer los propios errores.

    Convengamos que hasta hoy la diplomacia de los occidentales no ha brillado por sus aciertos. Su poltica desde 1945 viene perdiendo amigostodos los das y acumulando enemigos o apartando indiferentes.

    Asia, el continente ms extenso y poblado del mundo, est bajo eldominio comunista o bajo su influencia. Con ello Oceana ha sido aislada y

    preparada para el avance comunista sobre Indochina, Borneo y Aus