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El Colegio de la Frontera Sur
“INSTITUCIONES Y PLURALISMO LEGAL: LA HIDROPOLÍTICA EN LA CUENCA
TRANSFRONTERIZA GRIJALVA (1950-2010).”
TESIS presentada como requisito parcial para optar al grado de
Doctorado en Ciencias en Ecología y Desarrollo Sustentable
por
Antonino García García
2010
2
El Colegio de la Frontera Sur
San Cristóbal de Las Casas, 02 de julio de 2010.
Los abajo firmantes, miembros del jurado examinador del alumno: Antonino García García
hacemos constar que hemos revisado y aprobado la tesis titulada:
“Instituciones y pluralismo legal: la hidropolítica en la Cuenca
Transfronteriza Grijalva (1950-2010).”
para obtener el grado de doctor en Ciencias en Ecología y Desarrollo
Sustentable.
Nombre Firma Tutora Dra. Edith Francoise Kauffer Michel ______________________________________________ Asesora Dra. Denise Soares Moraes ______________________________________________ Asesor Dr. César Eduardo Ordóñez Morales ______________________________________________ Asesor Dr. José Enrique Eroza Solana ______________________________________________ Sinodal adicional Dr. Ramón Mariaca Méndez ______________________________________________ Sinodal suplente Dra. Erin Ingrid Jane Estrada Lugo ______________________________________________
3
A mi amada esposa por toda su paciencia, tolerancia y enseñanza.
A mi hijo Fabián-Alexandre y mi hija Ana Cloé por enseñarme a
pensar y cantar si estoy construyendo un futuro o curándome un
pasado.
In memoriam
Sotero
Maurice
Nestor
4
AGRADECIMIENTOS
Al Consejo de Ciencia y Tecnología (CONACYT) por haberme otorgado la beca
número 203241, la cual cubrió el periodo enero de 2006 a enero de 2009.
Al Colegio de la Frontera Sur, Unidad San Cristóbal de Las Casas, por todo el apoyo
institucional, académico, administrativo y bibliotecario. En especial a todas las
investigadoras e investigadores que me dieron cursos-seminarios.
De manera especial al Comité Tutelar integrado por las Doctoras Edith Francoise
Kauffer Michel, Denise Soares Moraes, por los Doctores Enrique Eroza Solana y
César Eduardo Ordóñez Morales. Con su apoyo me brindaron la oportunidad de ser
mejor ser humano, en el amplio sentido de la palabra.
Especiales a Emmanuel Valencia Barrera por el apoyo en campo (en México y
Guatemala) y laboratorio para elaborar los mapas de la presente investigación. Al
Laboratorio de Análisis de Información Geográfica y Estadística (LAIGE-ECOSUR),
Unidad San Cristóbal de Las Casas.
A Juan Carlos Velasco Santos, por el acompañamiento y apoyo en el trabajo de
campo realizado en Guatemala. Disculpas Juan por las desveladas y traspasadas.
A María Guadalupe Solís Hernández por el apoyo en el trabajo de archivos en la
Ciudad de México. Gracias Lupita.
A todas las personas de Guatemala y México que accedieron a otorgarme las
entrevistas. En especial a Rolando Gómez de la ONG guatemalteca denominada
FUNDAECO, a Don Miguel Díaz y Sergio Alonzo de ASOCUCH por todo el apoyo
logístico y de contactos en la Sierra de los Cuchumatanes.
A mis entrevistados primero y posteriormente amigos Fernando Zuloaga (Embajada
de México en Guatemala), Saúl Lima (CIPREDA), José Miguel Duro (MAGA), Carlos
Rosal (UICN). Gracias por la información y también por el acompañamiento y visión
de equipo en el grupo técnico de cuencas compartidas México-Guatemala o
Guatemala-México.
5
A todas y todos aquellos que hicieron posible esta investigación y que por
cuestiones de espacio no es posible mencionar.
A mi madre y hermanas por el apoyo moral en esta etapa. A mi familia francesa:
Annie, Gérald, David, Roger y Paulette. Para los “abolos” Esteban Garaíz y María
Eugenía Arias; al Chucho Flores. Para Sophie y Mauro. A la abuela Enriqueta
Maldonado y familia Sánchez Maldonado.
A mis amigos, compañeros y hermanos de universidad: Silvano, Soledad, José,
Elsa, Oswaldo; los años pasan la amistad perdura. A mis amigos Jorge Fabián y
Esperanza. A Nancy y Emmanuel hijo (el chaparro), Eleno García y familia, Erasmo
Saénz y familia.
6
ÍNDICE
Mapas………………………………………………………………………………………11
Figuras……………………………………………………………………………………..12
Cuadros……………………………………………………………………………………12
Resumen……………………………………………………………….. ………………..13
Introducción…………………………………………………………............................14
Justificación…………………………………………………………………..............21
Pregunta de investigación ………………………………………………………24
Objetivo general …………………………………………………………............25
Objetivos específicos……………………………………………………............25
Metodología de estudio y de recolección de datos……………………………….26
Características de la metodología cualitativa………………………………….29
Técnicas de recopilación y de análisis de datos.……………………………...30
Análisis de la información………………………………………………………..40
La estructura capitular de la investigación……………………………………..42
I. Marco teórico…………………………………………………………………………..45
1.1. La cuenca bajo la dimensión natural y como construcción social…………..45 1.2. Las acepciones de río y cuenca compartida por dos o más países………..49 1.3. Las corrientes del concepto de hidropolítica y la pertinencia del
término en nuestro estudio………………………………………………………54
1.3.1. Las bases teóricas del concepto de hidropolítica según Turton……………59 1.4. La teoría de las instituciones como eje de análisis en la
Cuenca Grijalva…………………………………………………………………..62
1.4.1. Los conceptos de institución y organización…………………………………..63 1.4.2. Institucionalismo y neoinstitucionalismo: un acercamiento…………............65 1.4.2.1. El neoinstitucionalismo sociológico…………………………………………68 1.4.2.2. El neoinstitucionalismo politológico…………………………………………71 1.4.2.3. El neoinstitucionalismo económico…………………………………………72 1.5. El concepto de pluralismo legal como eje de análisis de las
instituciones presentes en la cuenca……………………………………………77
1.6. La complementariedad de los preceptos teóricos de hidropolítica,
teoría de las instituciones y pluralismo legal en la investigación……………88
7
II. Desconstruyendo y construyendo: la delimitación de la
Cuenca Grijalva bajo la metodología Pfafstetter……………………………….94
2.1. La construcción social de la ¿Cuenca y río Grijalva?: una
visión histórica…………………………………………………………………….97
2.2. La Cuenca Grijalva-Usumacinta: una discusión local e
internacional……………………………………………………………………….112
2.3. La metodología Pfafstetter y sus resultados en las cuencas
Grijalva y Usumacinta…………………………………………………………….122
III. Hidropolítica e instituciones: el territorio Grijalva-Usumacinta
bajo el yugo de la centralización y la ingeniería (1951-1987)………………..132
3.1. Los valores del recurso agua en las leyes o instituciones gubernamentales
de mediados del siglo XX hasta la actualidad…………………………………135
3.2. La visión política y económica de conquista del trópico mexicano…............140 3.3. Las comisiones de cuenca en México: ¿por la grandeza de México?..........153 3.4. La Comisión de Cuenca Grijalva: entre planes de grandes alcances
y resultados mínimos……………………………………………………….........160
3.4.1. El territorio Grijalva-Usumacinta: entre la visión ingenieril y la
misión hidráulica civilizatoria……………………………………………………163
3.4.2. Las justificaciones para crear la Comisión de Cuenca Grijalva……………...166 3.4.3. La ausencia de visión de cuenca de la Comisión de Cuenca
del río Grigalava…………………………………………………………………..168
3.4.4. Las etapas de intervención de la Comisión de Cuenca del Grijalva………...173
3.4.4.1. Los estudios de diagnóstico y la planeación (1951-1957): el paraíso
terrenal……………………………………………………………………….......175
3.4.4.2. Las acciones de la Comisión de Cuenca del Grijalva 1958-1987:
del catálogo de “buenas intenciones” a la realidad concreta…………….178
8
3.4.4.3. La Comisión de Cuenca Grijalva y el alcance de sus metas
agropecuarias e hidroeléctricas……………………………………………..185
3.4.4.4. Los avances en infraestructura social alcanzados por la
Comisión de Cuenca Grijalva…………………………………………………202
3.5. Las relaciones México-Guatemala en los tiempos de la Comisión
de Cuenca Grijalva: ¿construcción de hidroeléctricas compartidas?.............204
IV. Transformaciones y continuidad en las instituciones:
¿nueva hidropolítica en la Cuenca Grijalva?..................................................223
4.1. Nueva ley de aguas y estructura gubernamental: en congruencia
con el nuevo modelo económico………………………………………………..255
4.2. La reforma a la ley de aguas nacionales y las banderas
internacionales: un cambio para seguir haciendo lo mismo…………………231
4.2.1. El consejo consultivo del agua: una reforma con tintes
empresariales……………………………………………………………………..236
4.2.2. La reforma de la ley de aguas nacionales y la adopción de
banderas internacionales: GIRH y seguridad nacional………………………244
4.2.2.1. Agua y seguridad nacional: entre la escasez del recurso y los
conflictos ambientales…………………………………………………………245
4.2.2.2. La GIRH: ¿una nueva bandera o un buen instrumento de gestión
del recurso agua?.......................................................................................250
4.2.2.3. La GIRH y la cuenca: paradigmas para continuar haciendo lo
mismo en México y ¿en Guatemala?........................................................252
4.3. Las inundaciones en la planicie tabasqueña (1999 y 2007) y la
intervención gubernamental: ausencia de enfoque de cuenca,
9
GIRH y seguridad nacional……………………………………………………257
4.3.1. Las inundaciones de 1999 en Tabasco: una respuesta ingenieril
sin enfoque de gestión de cuencas………………………………………….258
4.3.2. Las inundaciones de 2007 en Tabasco: la respuesta ingenieril
sustentada en ¿cuencas, GIRH y agua como asunto de seguridad
nacional?..................................................................................................266
V. De la concentración institucional gubernamental a múltiples
estructuras jurídicas y legales de acción en la cuenca……………………279
5.1. De la concentración a la pulverización de instituciones y acciones:
el mapeo de instituciones y estructuras operativas en la cuenca…………281
5.2. La antitesis de la gestión de cuencas en México: el consejo de
cuenca Grijlava-Usumacinta, las comisiones y los comités de
cuenca………………………………………………………………………….304
5.2.1. Los consejos de cuenca y la participación de la población: una
iniciativa gubernamental de buenos propósitos……………………………305
5.2.2. Otra iniciativa gubernamental de buenos propósitos para la
participación ciudadana: los comités de cuenca…………………….........316
5.2.3. Las comisiones de cuenca de la Conagua: una violación al espíritu
de la ley de aguas nacionales……………………………………………… 326
5.3. La otra gestión del agua en la cuenca: las instituciones y
estructuras comunitarias guatemaltecas……………………………………331
5.3.1. Las unidades de mini-riego indígenas en los Altos Cuchumatanes
en Guatemala…………………………………………………………………..332
10
5.3.2. La ASOCUCH: una expresión de organización y planeación
desde la base……………………………………………………………………346
Conclusiones generales……………………………………………………………..357
Bibliografía……………………………………………………………………………..367
11
Mapas
Mapa 1- Cuencas compartidas entre México, Guatemala y Belice………………...16
Mapa 2- Corrientes superficiales y cuerpos de agua………………………………………..100
Mapa 3- Mapa de la Provincia de Tabasco (1579)……………………………………103 Mapa 4- Reconstrucción histórica de la cuenca de los ríos
Tabasco/Grijalva – Mexcalapa - río Chiapan/Grande de Chiapa – ríos guatemaltecos Cuilco, Selegua y Nentón………………………………………107
Mapa 5- Río y Cuenca Hidrográfica Grijalva (SRH)…………………………………..111
Mapa 6- Mapa de cuencas Hidrográficas de la República de Guatemala………….116
Mapa 7- Subregiones de planeación en la Región XI Frontera Sur…………………119
Mapa 8- Método Pfafstetter para América del Norte y Centroamérica,
nivel 1 (USGS)………………………………………………………………….125
Mapa 9- Método Pfafstetter para América del Norte y Centroamérica, nivel 2 (USGS)………………………………………………………………….126
Mapa 10- Método Pfafstetter para la denominada cuenca Grijalva-Usumacinta,
nivel 3………………………………………………………………………….127
Mapa 11- Método Pfafstetter para la cuenca de los ríos Tabasco/Grijalva-Mezcalapa-Chiapan/Chiapa o Grande de Chiapa- ríos guatemaltecos Cuilco-Selegua-Nentón, nivel 4…………………….129
Mapa 12- Cuencas compartidas entre México, Guatemala y Belice y cobertura de
bosques y selvas…………………………………………………………….189
Mapa 13- Polígono de inundación de la planicie tabasqueña………………………………260
Mapa 14- Sistemas hidrológicos a intervenir en la planicie con el PICI……………………264
12
Figuras
Figura 1- Categorías, conceptos y variables que se analizan y su interrelación…90
Figura 2- Divagaciones del río Mezcalapa de 1675 a 1952…………………………105
Figura 3- Método Pfafstetter de clasificación de cuencas…………………………...124
Figura 4- Tipos de estructuras organizativas operativas identificadas por
la SRH-CCG………………………………………………………………..…176
Figura 5- Mapeo institucional de intervención en la cuenca Grijalva……………….283
Figura 6- Estructura de los consejos de cuenca de acuerdo a la LAN de 1992….306
Figura 7- Estructura de los consejos de cuenca de acuerdo a la reforma de la
LAN en 2004………………………………………………………………………….307
Figura 8- La ASOCUCH como estructura organizativa de segundo nivel…………347
Cuadros
Cuadro 1- Entrevistas realizadas y reuniones…………………………………………35
Cuadro 2- Grupo económico por temas y escala en Sudáfrica, Turton (2002)…….57
Cuadro 3- Escalas y temas para la Cuenca Grijalva………………………………….58
Cuadro 4- Comités y comisiones de cuenca instalados por la Conagua (2010)….317
13
Resumen
La Cuenca Grijalva tiene una extensión total de 56,895 km2, de los cuales el 9.49% se ubican en Guatemala y 90.51% en Chiapas, Oaxaca y Tabasco. La parte alta de la cuenca se encuentra en mayor extensión del lado guatemalteco y aporta 2.4 kilómetros cúbicos anuales de agua superficial al río Grijalva-Grande de Chiapas mexicano, la parte media se encuentra en los estados de Chiapas y Oaxaca, y la parte baja y la salida al mar en Tabasco. Es la cuenca más intervenida por programas gubernamentales de la frontera sur de México y la más importante de todo el territorio nacional por su aporte de cerca del 40% de energía hidroeléctrica. En este territorio se ejecutó una hidropolítica o política pública de 1951 a 1986 tendiente a controlar las crecientes del río Grijalva para evitar inundaciones en la planicie tabasqueña, producir electricidad a través de la construcción de represas en Chiapas, y abrir zonas inundables y pantanosas para agricultura y ganadería en Tabasco. Los dos últimos objetivos se cumplieron. Sin embargo, el primero se planteó inicialmente como la justificación de la intervención del gobierno federal mexicano no se cumplió, así lo demuestran las inundaciones catastróficas de 1999, 2007, 2008 y 2009 en la planicie tabasqueña. De principios de los 90 a la fecha, la hidropolítica ejecutada en la cuenca tiene la característica de fuerte dispersión, poco impacto, y sobreposición de funciones y acciones. El objetivo que nos propusimos en la presente investigación fue analizar en un contexto de pluralismo legal la hidropolítica o política pública del recurso agua, a través de las instituciones o reglas establecidas en el periodo 1950-2010 en la Cuenca Grijalva. Los ejes artículadores son los conceptos de pluralismo legal, hidropolítica o política pública del agua, e instituciones contextualizados dentro del territorio de la cuenca. Se entiende por pluralismo legal o complejidad legal, la existencia y la interacción de diferentes órdenes legales (generalmente estatales y no estatales) en el mismo espacio sociopolítico (Boelens et al., 2004). La hidropolítica se define como la asignación autoritativa (de una autoridad) de los valores con respecto al agua en una sociedad (Turton, 2002). Las instituciones son reglas del juego en una sociedad o, más formalmente, son las limitaciones ideadas por el hombre que dan forma a la interacción humana (North, 2006). En la presente investigación utilizamos la metodología cualitativa, debido a que estamos investigando la interpretación (escrita o hablada) de los actores que han formulado, utilizado o ejecutado las reglas como parte de los valores asignados al recurso agua en la cuenca. La investigación tiene un alcance diacrónico debido a que buscamos interpretar la evolución de las instituciones o reglas ejecutadas en la cuenca en el periodo 1950-2010. Es explicativa en el sentido que buscamos encontrar el por qué y el cómo se estableció y ejecutó la hidropolítica en la cuenca. De acuerdo a la información, utilizamos tanto fuentes primarias como secundarias. Según el ambiente, hicimos trabajo de campo (en México y Guatemala) y gabinete a través de la consulta de información localizada en el Archivo Histórico del Agua del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y de la Conagua (Comisión Nacional del Agua), el Archivo Diplomático Mexicano de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y el Archivo Diocesano de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. Palabras clave: Cuenca Grijalva, pluralismo legal, hidropolítica, instituciones, metodología cualitativa.
14
Introducción
[El primero a quien, después de cercar un terreno, se le ocurrió decir "Esto es mío", y halló personas bastante sencillas para creerle, fue el verdadero fundador de la sociedad civil. Cuántos crímenes,
guerras, muertes, miserias y horrores habría ahorrado al género humano el que, arrancando las estacas o arrasando el foso, hubiera gritado a sus semejantes: "¡Guardaos de escuchar a ese
impostor; estáis perdidos si olvidáis que los frutos son para todos y que la tierra no es de nadie!"] (Jean-Jacques Rousseau, 1712-1778, Fragmento de “Discurso sobre el origen de la desigualdad
entre los hombres”) FCE, México. Primera edición, 1997.
Investigaciones recientes documentan que en todo el planeta existen alrededor de
263 cuencas compartidas entre dos o más países que representan el 60% del agua
dulce y el 40% de la población; unos 33 países poseen el 95% de su territorio en
estas cuencas llamadas compartidas, transfronterizas o internacionales (Giordano y
Wolf, 2003). En América Latina se encuentran 60 cuencas y numerosos acuíferos
que son compartidos por dos o más naciones; se estima que alrededor del 71% del
caudal superficial total de América Latina y el Caribe corresponde a cuencas
compartidas, abarcando el 55% de su superficie. En América del Sur las cuencas
internacionales representan el 75% del caudal total, cifra que en América Central y
México alcanza el 24% (Dourojeani, 1994).
En la frontera sur de México identificamos seis cuencas transfronterizas (ver mapa
1), de las cuales cuatro se comparten entre México-Guatemala, y dos entre los tres
países. Las cuencas binacionales son las correspondientes a los ríos Suchiate,
Coatán, el denominado río Grijalva y Candelaria; y las trinacionales son las de los
ríos Usumacinta y Hondo. Delimitamos la Cuenca río Grijalva1 conformda por las
corrientes principales de los ríos de la Sierra (Grijalva histórico), el río Mezcalapa,
el río Chiapan/Chiapa o Grande de Chiapa del lado mexicano, y los ríos Cuilco,
1 En el capitulo II nosotros hacemos una reconstrucción histórica de la corriente del Grijalva, es decir,
de lo que actualmente se denomina río de la Sierra-Tacotalpa y también de la corriente que la Secretaria de Recursos Hidráulicos (SRH) catalogo como Grijalva en territorio chiapaneco.
15
Selegua y Nentón del lado guatemalteco. Adicionalmente, identificamos una
pequeña cuenca que denominamos Grijalva-Usumacinta2 en la planicie
tabasqueña, cuya superficie corresponde a la zona de inundación de los ríos
Grijalva (Tabasco o Grijalva histórico) y Usumacinta en la versión mexicana. Esta
pequeña cuenca no es compartida dado que toda su superficie corresponde al
estado de Tabasco.
Haciendo un paréntesis debemos aclarar que nos referiremos a la Cuenca Grijalva
para darle un nombre genérico, el nombre correcto debería ser Cuenca de los ríos
Tabasco/Grijalva – Mezcalapa – río de los Chiapan/Chiapa o Grande de Chiapa -
ríos guatemaltecos Cuilco, Selegua y Nentón. Hacemos el análisis histórico del por
qué se debería llamar así en el capitulo II apartado 2.1 de la presente
investigación; mientras tanto le seguiremos llamando Grijalva conscientes de que
utilizamos el nombre impuesto de manera arbitraria que le asigno la extinta SRH a
través de la comisión de Cuenca Grijalva (1950-1986).
La identidad de cada uno de los ríos se conforma de un mosaico de identidades
locales que los pueblos generan del tramo de la corriente de agua próxima
inmediata a su contacto físico. La suma de estas corrientes (hasta sus parteaguas)
y su identidad histórica es lo que en un contexto espacial-cultural se le denomina
cuenca. En esta perspectiva la Cuenca Grijalva es una construcción social externa
a ese mosaico de identidades, por ello se torna complejo plantear una intervención
2 Para las autoridades mexicanas, la cuenca Grijalva-Usumacinta, según lo estableció la SRH, abarca
los territorios de la construida Cuenca Grijalva, la del Usumacinta y la pequeña cuenca que denominamos nosotros Grijalva-Usumacinta cerca de la desembocadura al mar. Por esta última cuenca, que no es transfronteriza, los dos ríos (Grijalva y Usumacinta) recorren alrededor de 20 kilómetros lineales en un sólo cauce antes de desembocar al Golfo de México en la comunidad el Bosque, municipio de Frontera, Tabasco.
16
de manejo de la cuenca, si no se considera el mosaico de identidades espaciales y
culturales de la población que habita o aprovecha cada uno de los tramos de la
inmensidad de corrientes que la conforman.
Las seis cuencas transfronterizas ubicadas en la frontera sur de México y que
comparten territorio con Guatemala y Belice se muestran en el siguiente mapa (1).
Mapa 1. Cuencas compartidas entre México, Guatemala y Belice
Fuente. Elaboración propia utilizando las bases de datos del Laboratorio de Análisis de Información Geográfica y Estadística (LAIGE-ECOSUR-Unidad San Cristóbal de Las Casas, Chiapas), y del Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación (MAGA) de Guatemala.
Las seis cuencas abarcan una extensión total de 167,725 kilómetros cuadrados, es
decir, un poco más de 1,5 veces el territorio de Guatemala, alrededor de 7 veces el
territorio de Belice y más de 2 veces el territorio de Chiapas.3 La superficie total de
las seis cuencas constituye el equivalente al 8.58% del territorio mexicano. La
3Las extensiones territoriales en kilómetros cuadrados de los tres países son: Guatemala 108,889;
Belice 22,966; México 1´953,162. Chiapas tiene una extensión de 75,634 km2.
17
superficie guatemalteca que se encuentra dentro de las cuencas compartidas
(hasta la línea fronteriza) representa el 52.40% con respecto al total de ese país,
para Belice abarca el 21.44% y para México el 5.41%. La superficie mexicana,
aunque es poca -comparada con la nacional- representa casi dos veces la de
Guatemala y veintiuna veces la que involucra Belice en la cuenca del río Hondo y
Usumacinta.
Es necesario considerar las asimetrías en superficie y en capacidad económica e
institucional para concertar una política pública de cuencas compartidas entre los
tres países; para Guatemala representa comprometerse a ordenar o intervenir más
de la mitad de su territorio, para Belice una quinta parte del mismo y para México
una mínima parte del total de su territorio que, sin embargo, representa una
superficie mucho más grande que la comprometida por los otros dos países.
México debería ser el más interesado en la gestión de las cuencas compartidas,
por dos razones concretas: escurre aproximadamente el 40% de toda el agua
superficial del país y el territorio mexicano se encuentra en la parte baja de las seis
cuencas, es decir, todo lo que se haga o deje de hacer en la parte alta (Guatemala)
tendrá un impacto directo en México.
La Cuenca Grijalva tiene una extensión total de 56,895 km2, de los cuales el 9.49%
se ubican en Guatemala y 90.51% en Chiapas, Oaxaca y Tabasco. La parte alta de
la cuenca se encuentra en mayor extensión del lado guatemalteco y aporta 2.4
kilómetros cúbicos anuales de agua superficial al río Grijalva-Grande de Chiapas
mexicano, la parte media se encuentra en los estados de Chiapas y Oaxaca, y la
parte baja y la salida al mar en Tabasco. Es la cuenca más intervenida por
18
programas gubernamentales de la frontera sur de México y la más importante de
todo el territorio nacional por su aporte de cerca del 40% de energía hidroeléctrica.
En este territorio se ejecutó una hidropolítica o política pública de 1951 a 1986
tendiente a controlar las crecientes del río Grijalva para evitar inundaciones en la
planicie tabasqueña, producir electricidad a través de la construcción de represas en
Chiapas, y abrir zonas inundables y pantanosas para agricultura y ganadería en
Tabasco. Los dos últimos objetivos se cumplieron. Sin embargo, el primero se
planteó inicialmente como la justificación de la intervención del gobierno federal
mexicano no se cumplió, así lo demuestran las inundaciones catastróficas de 1999,
2007, 2008 y 2009 en la planicie tabasqueña.
Bajo una política de cuencas hidrográficas se sustentaron acciones de desarrollo
regional en algunos territorios de México desde finales de los años 40 hasta
mediados de los 80 del siglo XX. En efecto, se constituyeron las comisiones de
cuenca del río Papaloapan y del Tepalcatepec-río Balsas en 1947. Posteriormente,
el gobierno federal, bajo el mando de la Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH),
decretó en 1951 las comisiones de cuenca del río Fuerte y del río Grijalva, al igual
que las dos anteriores. La intervención en cuencas hidrográficas de México fue
copiada de la agencia denominada Tennessee Valley Authority (TVA) de los Estados
Unidos de América (USA), consistente en un modelo de desarrollo regional enfocado
a polos de desarrollo industrial y agroindustrial, el cual se empezó a trabajar en la
década de los años 30 del siglo pasado en ese país.
Para la presente investigación, las acciones realizadas por la comisión de Cuenca
Grijalva en su componente de infraestructura no son un eje central de análisis. Nos
19
interesa sobre todo analizar el contexto regional, nacional e internacional bajo el cual
fue ejecutada la hidropolítica o política pública en este territorio, bajo qué
instituciones (reglas) federales se ejecutó y cómo éstas se impusieron a las
instituciones o reglas locales gubernamentales y comunitarias. Nos parece también
pertinente estudiar cómo a partir de los años 80 del siglo pasado las reglas
cambiaron para apuntalar el modelo económico de corte neoliberal actual.
El enfoque institucional nos permite analizar los valores otorgados al recurso agua
bajo los cuales se diseñó y ejecutó la hidropolítica o política pública del agua en la
Cuenca Grijalva en el periodo 1951-1986. Este enfoque resulta también pertinente
para analizar el cambio de valores o instituciones a finales de los 80 y principios de
los 90 del siglo pasado para ir en concordancia con el modelo económico neoliberal.
De manera simultánea con el análisis de las instituciones gubernamentales,
investigamos también las instituciones comunitarias, es decir, las reglas establecidas
por las comunidades para el acceso y distribución del recurso. Concretamente
analizamos cómo estas instituciones comunitarias respondieron ante la política
implementada por el gobierno federal mexicano y cuál fue el impacto positivo o
negativo de esa política de desarrollo regional vía cuencas hidrográficas. Nos
interesa subrayar cómo este modelo de planeación del desarrollo por cuencas
hidrográficas se ejecutó desde una perspectiva institucional (reglas del juego) en la
Cuenca Grijalva. Es decir, no estamos analizando la operación de la agencia TVA y
su copia metodológico-operativa en el Grijalva o en las otras cuencas donde se
ejecutó en México, tampoco estamos analizando la viabilidad o el fracaso del modelo
para otros territorios diferentes a la cuenca del Grijalva.
20
La Cuenca Grijalva tiene una característica específica que la hace diferente de los
otros territorios mexicanos (e incluso del TVA) donde se ejecutó la política de
desarrollo vía cuencas hidrográficas: su carácter de cuenca compartida con el país
vecino de Guatemala. Esta peculiaridad nos lleva a investigar no sólo el territorio
mexicano dentro de la cuenca, sino el territorio guatemalteco bajo el principal eje de
análisis de la investigación, es decir, las instituciones y los valores que diversos
actores otorgaron al recurso agua en el periodo 1950-1986. De igual forma, nos
permite estudiar cómo se recibe el modelo impuesto de corte neoliberal a finales de
los 80 y principios de los 90 y qué cambios institucionales se dan en México y
Guatemala para apuntalar dicho modelo.
Es necesario considerar en el análisis para el territorio de la cuenca en su parte
guatemalteca, el perfil del gobierno guatemalteco de corte militar que permeó el
accionar de las instituciones gubernamentales e incidió en las estructuras
comunitarias para enfrentarlas y mantener un control paramilitar en las zonas de
conflicto. En efecto, la parte alta de la Cuenca Grijalva en el territorio guatemalteco
fue campo de batalla del movimiento armado guatemalteco y del ejército de ese país
entre 1960 y 1996.
Las relaciones México-Guatemala en el periodo de ejecución de acciones de la
comisión de Cuenca Grijalva, son un eje importante a desarrollar dado el carácter
transfronterizo de la cuenca. En la misma línea es necesario analizar en específico
las relaciones que se han venido estableciendo vía la Comisión Internacional de
Límites y Aguas (CILA), en el contexto de las relaciones de los dos Estados nación.
21
Asimismo, en el plano local es necesario analizar concretamente las relaciones para
aprovechar el recurso agua que establecen los propios habitantes de la cuenca,
ubicados en el límite político administrativo de los dos países.
Justificación
Las investigaciones académicas sobre cuencas y recursos naturales en la frontera
sur de México desde una perspectiva que rebase las fronteras políticas son
prácticamente inexistentes. En efecto, algunos trabajos de investigación se
sustentan en diagnósticos de municipios mexicanos fronterizos de México (Nolasco
et al., 1992), de Tabasco y el Petén guatemalteco (Vautravers, 2005) y
diagnósticos de municipios guatemaltecos fronterizos (Dardón, 2002) en el marco
de los límites políticos existentes. Otros abordan los aspectos económicos como la
integración económica en la frontera con Guatemala y el sureste mexicano (García,
2004; Ordóñez, 2006), la integración económica y tratados de libre comercio entre
México y Centroamérica (Villafuerte, 2004), el Plan Puebla-Panamá (Villafuerte y
Leyva, 2006) y el fracaso de proyectos de desarrollo en el departamento de
Huehuetenango4 en Guatemala (Guzmán, 2004). Trabajos de corte histórico
analizan la conformación de la frontera sur (Fábregas et al., 1985; De Vos, 1993),
la historia del río Grande -Grijalva- (Ruz, 1995), los aprovechamientos forestales
en la Selva Lacandona y el Petén guatemalteco (De Vos, 1988; Valdez, 2006).
También el corpus bibliográfico incluye estudios sobre migración en la frontera sur
(Kauffer, 2002), estudios poblacionales en la frontera sur (Ángeles et al., 2005),
estudios de fronteras y sociedad entre el sur de México y Centroamérica (Bovin,
1997).
4 Guatemala tiene una estructura político-administrativa formada por departamentos. El
departamento de Huehuetenango colinda con los municipios chiapanecos de Amatenango de la Frontera, Frontera Comalapa y La Trinitaria.
22
Existen algunos trabajos de diagnóstico recientes que estudian una cuenca
específica de la frontera sur, encaminados a evidenciar la problemática de
deforestación, contaminación, cantidad de agua y problemática ambiental en
general. Ejemplo de éstos son los estudios de Conservación Internacional-
PRONATURA (2004) para la cuenca del río Usumacinta, y Unión Internacional
para la Conservación de la Naturaleza –UICN- (2004) en la cuenca del río Coatán.
Otros trabajos de corte académico son los de Peña y Sánchez (2005) en la cuenca
del río Hondo donde se analiza la calidad del agua, y el trabajo de Benítez et al.
(2005) para la cuenca del río Candelaria, encaminado a definir una base de datos
de información geográfica para analizar los cambios en cobertura forestal y calidad
del agua.
El análisis de la problemática del recurso agua en la frontera México-Guatemala-
Belice ha sido recientemente abordada por Kauffer (2008) desde la perspectiva de
la ciencia política, a partir del concepto de hidropolítica que permite combinar la
teoría de las relaciones internacionales y el análisis de las políticas públicas en
torno al agua en las seis cuencas compartidas de la frontera sur de México.
Existen también diagnósticos realizados por instancias de cooperación y de los
gobiernos mexicano y guatemalteco, pero no consideran todo el territorio de las
cuencas. Así tenemos el “Diagnóstico preliminar de las cuencas fronterizas
Guatemala-México” (OEA-IICA, 1994) realizado para las cuencas de los ríos
Suchiate, Coatán, Cuilco, Selegua y Nentón en su parte guatemalteca (sin incluir la
parte mexicana). Otro trabajo es la delimitación de cuencas México-Guatemala de
23
la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), denominado “atlas físico de
las cuencas de los ríos internacionales entre México y Guatemala” (CILA, 1987)
que presenta un estudio general, en donde no se considera la superficie total de
las cuencas del lado mexicano.
El panorama de poca investigación académica en torno a las seis cuencas, en su
dimensión compartida, de la frontera sur de México, entre ellas la Cuenca Grijalva,
sustenta el presente trabajo como un aporte para conocer en su dimensión física el
territorio geográfico de esta cuenca e identificar la política pública ejecutada de 1950
a 2009 desde un análisis institucional. La investigación que realizamos es única en
su género por tres cuestiones principales. En primer lugar, no existen trabajos
previos que analicen la diferente problemática en la Cuenca compartida México-
Guatemala Grijalva. En segundo lugar, hay evidencia de trabajos de investigación
dentro de la cuenca, pero con la característica de definir el espacio territorial de la
misma hasta la frontera política de los dos países. En tercer lugar, porque el agua
como recurso dentro de la cuenca no es el principal interés de esta investigación,
sino las relaciones sociales, políticas y económicas bajo las cuales se estructuraron
las instituciones gubernamentales y la respuesta de las instituciones comunitarias
ante la ejecución de la política pública del agua en el período 1950-2009. Este último
aspecto confiere una ventaja adicional al presente trabajo dado que los diagnósticos
y las investigaciones que se han realizado sobre las cuencas de la frontera sur han
estado encaminados a la dinámica de los recursos naturales en el territorio de las
cuencas estudiadas y no al análisis de las diferentes instituciones gubernamentales
y comunitarias que inciden sobre esos recursos.
24
Los trabajos específicos de investigación sobre la ejecución de la política del agua
que inició en los años 50 del siglo pasado, a través de las comisiones de cuenca,
están ausentes en el territorio de la Cuenca Grijalva. No se han documentado los
daños a los ecosistemas por las superficies inundadas, los cambios de clima y de
ciclos hidrológicos ocasionados por los grandes cuerpos de agua almacenada.
Pocos trabajos analizan los cambios culturales en la población al desintegrarse
pueblos completos por las reubicaciones a raíz de la construcción de las
hidroeléctricas (Molina, 1976), y por la concentración de población en el plan
Chontalpa en la planicie tabasqueña (Angulo, 1988). Se desconoce, cuándo y cómo
fue el acercamiento del gobierno mexicano con el gobierno guatemalteco para llegar
a una base mínima de acuerdos para el aprovechamiento del agua en las represas.
Y en general se desconoce el impacto positivo o negativo de la política de desarrollo
regional bajo cuencas hidrográficas ejecutada por la comisión de Cuenca Grijalva en
este territorio.
Preguntas de investigación
En el presente trabajo nos formulamos y contestamos dos preguntas, las cuales son
coincidentes con los ejes de análisis que proponemos: la primera apunta hacia el
análisis de la hidropolítica traducida como los valores que se le asignan al recurso
agua a través de las acciones ejecutadas en la cuenca. Y la segunda se interesa en
las instituciones o reglas de acceso y distribución del recurso, en un contexto de
pluralismo legal. La primer pregunta es: ¿Qué valores le han sido asignados al
recurso agua en la cuenca para definir y ejecutar las acciones hasta hoy día
implementadas por las instancias gubernamentales y comunitarias? Ahora bien,
dentro de estos valores se encuentran las instituciones o las reglas de acceso y
25
distribución del recurso, y esto nos lleva a la siguiente pregunta: ¿Cómo las
diferentes reglas gubernamentales y comunitarias se amalgamaron o repelieron y
dan cuenta de la problemática actual de la cuenca en un contexto de pluralismo
legal?
Objetivo general
Analizar en un contexto de pluralismo legal la hidropolítica o política pública del
recurso agua, a través de las instituciones o reglas establecidas en el periodo 1950-
2010 en la Cuenca Grijalva.
Objetivos específicos
1. Delimitar la cuenca en un sistema de información geográfica y plasmar las
variables de población, corrientes superficiales de agua, bosques y selvas en la
Cuenca Grijalva (México y Guatemala).
2. Examinar la relevancia de los conceptos de hidropolítica, instituciones y
pluralismo legal en la Cuenca Grijalva y articularlos.
3. Identificar y analizar la lógica política y económica de las instituciones
gubernamentales que se han puesto en práctica en la cuenca en el periodo 1950-
2010.
4. Identificar y analizar la lógica de las instituciones comunitarias en un marco de
pluralismo legal para el acceso y distribución del agua en la cuenca.
26
Metodología de estudio y de recolección de datos
Partiendo de lo general a lo particular podemos decir que, la teoría del conocimiento,
es decir, la epistemología o gnoseología (del griego episteme “conocimiento” y logos
“teoría), se define como la madre mayor de la ciencia y se encarga de la producción
y validación del conocimiento científico. Se ocupa de problemas tales como las
circunstancias históricas, psicológicas y sociológicas que llevan a su obtención, y los
criterios por los cuales se le justifica o invalida. Según Platón, el conocimiento es un
subconjunto de lo que forma parte a la vez de la verdad y de la creencia.
La epistemología generalmente se suele identificar con la filosofía de la ciencia, pero
se puede considerar esta última como más amplia que la primera. Algunas
suposiciones que son discutidas en el marco de la filosofía de la ciencia no son
cuestionadas por la epistemología, o bien se considera que no influyen en su objeto
de estudio.
También se puede diferenciar la epistemología de una tercera disciplina, más
restringida que ésta, denominada metodología. El metodólogo no pone en tela de
juicio el conocimiento ya aceptado como válido por la comunidad científica sino que
se concentra en la búsqueda de estrategias para ampliar el conocimiento. Por
ejemplo, la importancia de la estadística está fuera de discusión para el metodólogo,
pues constituye un camino para construir nuevas hipótesis a partir de datos y
muestras. En cambio, el epistemólogo a la vez podría cuestionar el valor de esos
datos, muestras y de la misma estadística.
La acción investigadora es sistemática, está basada en relaciones lógicas fiables y
no únicamente en creencias personales, esto explica los métodos de recolección de
27
información empleados; duda de si los resultados obtenidos son significativos y
apunta las limitaciones inherentes a la investigación. Esta búsqueda implica en
primer lugar, la fijación de un objetivo, por tanto dentro de la diversidad existe el
propósito de describir un fenómeno y por consiguiente la búsqueda de respuestas y
explicaciones que lo atañen.
El proceso de investigación comprende el enfoque y el conjunto de métodos,
técnicas y procedimientos de captación de información necesarios para construir
preguntas y obtener respuestas pertinentes y fiables sobre un problema. La manera
de plantear preguntas y proponer soluciones puede seguir, básicamente, dos
grandes vías o enfoques: una inductiva y otra, deductiva (método hipotético
deductivo).
De acuerdo a Beltrán et al. (1997), existen siete grandes vías de acceso a la realidad
social: según la finalidad (básica y aplicada), el alcance temporal (sincrónica y
diacrónica), la profundidad (descriptiva y explicativa), la amplitud (macro sociológica,
micro sociológica) , el carácter (cuantitativa y cualitativa), las fuentes (primarias y
secundarias), y el ambiente (campo y gabinete).
Las tipologías de investigación social según la finalidad son la básica que se realiza
con el objetivo principal de aumentar los conocimientos de una determinada
disciplina científica, a pesar de no ser prioritaria la aplicación práctica y la aplicada
con el fin de tener una aplicación práctica.
Según el alcance temporal puede ser una investigación sincrónica que busca
conocer como es un fenómeno social en un momento determinado, y diacrónica que
tiene el fin de buscar la evolución de un fenómeno a lo largo del tiempo. También
28
puede ser retrospectiva, que pretende conocer la evolución de un fenómeno desde
el pasado y prospectiva que busca conocer la evolución posible de un fenómeno en
el futuro.
Según su profundidad, pueden ser investigaciones sociales descriptivas que tratan
de conocer un fenómeno social sin importar las causas y explicativas, las cuales
buscan conocer el fenómeno social y sus causas
Según la amplitud, se diferencian las investigaciones macro sociológicas, realizadas
sobre grandes grupos de población y micro sociológicas sobre grupos de población
más reducidos.
Según su carácter, encontramos las investigaciones cuantitativas que tratan de
fenómenos susceptibles de cuantificación, haciendo un uso generalizado del análisis
estadístico y de los datos objetivos y numérico y las cualitativas que se orientan a la
interpretación de los actores, los propios sujetos que son objeto de investigación.
Según las fuentes de información se identifica a las fuentes primarias, las cuales
utilizan datos o información de primera mano generada por los investigadores.
También existen las secundarias, que utilizan información de segunda mano
generada con anterioridad o de forma ajena a la investigación (registros, bases de
datos y encuestas oficiales).
Por último, según su ambiente, se tienen dos tipos de investigación, la de campo
donde se busca el contacto directo con la materia que se está investigando y de
gabinete donde no se tiene contacto con la materia de investigación.
29
Considerando que la realidad es compleja, los métodos de investigación pueden
complementarse, un método no es excluyente de otro. Lo que busca el investigador
o la investigadora es presentar coherentemente la realidad, sin que esto implique la
verdad absoluta, en el entendido que el conocimiento es acumulativo.
Características de la metodología cualitativa
La diferencia entre propiedades cuantitativas y cualitativas reside en que en las
primeras, el valor específico de la propiedad es una medida, grado o cantidad,
mientras que en las segundas es una forma, que puede permitir su valoración y
cuantificación. La diferencia entre ambas es entonces provisional. Las técnicas
cualitativas no son menos matemáticas que las cuantitativas, son incluso anteriores,
dado que la ciencia del orden calculable es anterior a la de los números. Los datos
primarios son una enunciación lingüística, incluso los datos secundarios están
producidos en todo caso por medios técnicos que implican convenciones verbales
de significados. Así pues, superado el viejo debate sobre la preeminencia científica
por ambas metodologías, parece inapropiado defender exclusivamente una única vía
para realizar investigaciones de todo tipo, es más, a menudo la “estrategia de la
complementariedad” será la más adecuada para acceder al conocimiento de los
hechos o de fenómenos sociales complejos (Beltrán, et al. 1997).
Las características principales de la metodología cualitativa son tres. La primera
refiere a las técnicas más importantes de captación de los datos que son el grupo de
discusión (reunión con un grupo reducido de personas que representan un
determinado grupo social) y las entrevistas en profundidad (entrevistas sin
cuestionario pero con un guión mínimo). La segunda remite al carácter anónimo de
las personas y a la búsqueda de su representatividad de un grupo, con un perfil o
30
discurso social. La tercera apunta al análisis de los discursos para descubrir los
valores, las normas culturales, los prejuicios y las actitudes de un determinado grupo
social.
En la presente investigación utilizamos la metodología cualitativa, debido a que
estamos investigando la interpretación (escrita o hablada) de los actores que han
formulado, utilizado o ejecutado las reglas como parte de los valores asignados al
recurso agua en la cuenca. La investigación tiene un alcance diacrónico debido a
que buscamos interpretar la evolución de las instituciones o reglas ejecutadas en la
cuenca en el periodo 1950-2010. Es explicativa en el sentido que buscamos
encontrar el por qué y el cómo se estableció y ejecutó la hidropolítica en la cuenca.
De acuerdo a la información, utilizamos tanto fuentes primarias como secundarias.
Según el ambiente, hicimos trabajo de campo y gabinete a través de la consulta de
información localizada en el Archivo Histórico del Agua del Centro de
Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y de la
CONAGUA (Comisión Nacional del Agua), el Archivo Diplomático Mexicano de la
Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y el Archivo Diocesano de San Cristóbal
de Las Casas, Chiapas.
Técnicas de recopilación y de análisis de datos
Dentro de la metodología cualitativa, utilizamos el método de investigación-acción.
Este método consiste en identificar un problema, analizarlo y hacer propuestas para
su solución. Los diferentes actores que intervienen en la identificación del problema
son parte de la solución del mismo, no existe una línea que separa al investigador de
los investigados, el investigador se convierte en un facilitador. Kurt Lewin en 1948
inventó el método de investigación-acción para ligar el enfoque experimental de la
31
ciencia social con programas de acción social que respondieran a los problemas a
resolver. Lewin argumentó que mediante la investigación-acción se podía logra en
forma simultánea avances teóricos y cambios sociales.
Las teorías de la acción indican la importancia de las perspectivas comunes, como
prerrequisitos de las actividades compartidas en el proceso de la investigación.
Según Moser (1978), el conocimiento práctico no es el objetivo de la investigación
acción sino el comienzo; el descubrimiento se transforma en la base del proceso de
concientización, en el sentido de hacer que alguien sea consciente de algo, es decir,
darse cuenta de. La concientización es una idea central y meta en la investigación –
acción, tanto en la producción de conocimientos como en las experiencias concretas
de acción.
Concretamente nos dimos a la tarea de organizar dos reuniones en Chiapas y tres
en Guatemala, donde asistieron funcionarios gubernamentales, no
gubernamentales, productores agropecuarios y académicos de los dos países. Se
conformo un grupo técnico de cuencas transfronterizas México-Guatemala, donde
jugamos el papel de facilitadores, el grupo realizó propuestas de cómo trabajar en la
problemática de la parte alta de la cuenca (Chiapas y Huehuetenango), se
concientizó a las autoridades técnicas de los dos países de cómo trabajar en una
propuesta compartida de cuencas.
La técnica que utilizamos para estas reuniones fue la reunión colectiva de actores,
considerada dentro del método de investigación-acción. El objetivo de estas
reuniones consistió en conocer lo que estaba haciendo cada uno en materia de agua
y cuencas, recursos naturales y desarrollo rural. Una vez que se obtuvo el panorama
de los diferentes actores, se consensó un documento de soluciones para diez y seis
32
microcuencas compartidas montadas sobre la línea fronteriza de los dos países. En
estos eventos se presentaron las acciones que hace cada actor en materia de
gestión del agua por cuencas y específicamente en la Cuenca Grijalva del lado
mexicano y de las cuencas guatemaltecas de los ríos Cuilco, Selegua y Nentón. Es
un método valioso porque nos permitió ver qué se estaba haciendo en materia de
agua, recursos naturales y desarrollo rural, cómo se estaba haciendo y cuáles eran
las perspectivas futuras en cuanto a la coordinación de ambos países para la gestión
compartida de cuencas.
El método de investigación-acción nos permitió observar el accionar de las
instituciones o reglas para el acceso y distribución del recurso agua de los diferentes
actores en ambos países, así como los diferentes intereses que se ponen en juego y
se defienden al momento de llegar a plantear soluciones para los territorios de las
cuencas. Las reuniones colectivas y la presentación de propuestas de los diferentes
actores nos permitieron observar y analizar el espectro de actividades y marcos
institucionales bajo los cuales se mueven, así también cómo se ejecuta la política
pública del agua y su impacto en los territorios de las cuencas compartidas.
Otra técnica que utilizamos también en la investigación fue la entrevista abierta y
semi-estructurada. Realizamos entrevistas a funcionarios de los gobiernos de los
dos países, personal de organismos no gubernamentales nacionales e
internacionales, representantes y miembros de comunidades, organizaciones de
productores, mancomunidades municipales de Guatemala, y asociaciones de riego
en ambos países. Un total de 59 entrevistas fueron realizadas, de las cuales 49
fueron a actores guatemaltecos y 10 a mexicanos.
33
El número de entrevistas del lado guatemalteco rebasa en mucho las del lado
mexicano; esta situación se explica porque desde el principio del trabajo de
investigación no contábamos con información documental y experiencia de campo
en la parte guatemalteca de la cuenca. En cambio para el lado mexicano teníamos la
experiencia de seis años de trabajo en cuestiones operativas en cuencas,
participado en procesos de concertación para la instalación de consejos y comités
de cuenca en Chiapas y Tabasco. También contábamos con cinco años de
experiencia en cuestiones académicas con el tema del agua en la frontera sur de
México. Ese proceso de trabajo de seis años primero y cinco después nos permitió
recopilar información valiosa de forma escrita de instituciones gubernamentales, no
gubernamentales y académicas, la cual en el presente trabajo de investigación ha
sido fundamental para el análisis.
También del lado mexicano hemos estado participando constantemente en
reuniones de coordinación impulsadas por autoridades en materia de agua, cuencas
y recursos naturales en el marco de los consejos de cuenca y comités de cuenca
instalados en territorio chiapaneco y tabasqueño. Hemos participado en talleres
otorgados a los comités de cuenca y en prácticas o giras de campo. Así, la técnica
de observación participante ha sido de utilidad en todos estos procesos de
participación.
Cabe mencionar también que el apoyo de material de archivo fue fundamental para
el análisis del lado mexicano, aspecto que no encontramos en Guatemala. El acervo
del archivo histórico del agua (AHA), ubicado en la Ciudad de México alberga 13,700
expedientes relacionados con las acciones ejecutadas por la comisión de Cuenca
34
Grijalva en el periodo 1951-1986; en este archivo estuvimos en dos ocasiones
sumando ocho días laborables.
El archivo de límites y ríos México-Guatemala, ubicado dentro del archivo histórico
diplomático mexicano, también fue consultado; aquí encontramos material valioso
que da cuenta de la intervención, coordinación y divergencias de ambos gobiernos
en los ríos transfronterizos, con profundidad consultamos todo aquel material alusivo
a la Cuenca Grijalva.
En el archivo diocesano de San Cristóbal de Las Casas, encontramos algunos
materiales que nos hablan de inundaciones históricas en la depresión central de
Chiapas, donde se ubica actualmente el vaso de la presa Belisario Domínguez
(Angostura).
Finalmente, consultamos el archivo de la CONAGUA ubicado en las oficinas de la
Ciudad de Tuxtla Gutiérrez, donde encontramos sobre todo material relacionado con
contratos de obras de ingeniería civil, que evidencia el enfoque ingenieril de la
dependencia gubernamental.5
La relación de entrevistas y reuniones donde estuvimos presentes o participamos se
enlista a continuación. Realizamos cuatro salidas de campo, las tres primeras de
manera continua en fechas y la cuarta de manera descontinúa. Cada una de las
entrevistas y de las reuniones fueron grabadas de manera digital, posteriormente las
transcribimos de forma completa para hacer el análisis. Cada entrevista se conforma
de entre 25 y 30 cuartillas. En total, se obtuvieron 1514 páginas trascritas de las
entrevistas.
5 El enfoque ingenieril se caracteriza por su visión de construcción de obras hidráulicas, no se
considera en esta visión los aspectos sociales, políticos, económicos y culturales para la gestión del recurso agua.
35
Cuadro 1. Entrevistas realizadas y reuniones
Nombre Institución Fecha de entrevista
Lugar Comentario
Primera salida de campo
1. Carlos Suárez Secretaría del Campo, Gob. Chis.
07/09/07 Tuxtla Gtz. Chis.
2. Walter López INIFAP 07/09/07 Ocozocuatla, Chis Laboró antes en la SDR (mesa del Quetzal)
3. Rolando Gómez FUNDAECO 10/09/07 Huehuetenango, Guate.
ONG
4. Tomas Héctor Fernández
Mini-riego microcuenca Sibila
11/09/07 Villa de Chiantla, Huehue., Guate.
Presidente del proyecto de mini-riego
5. Jorge L. del Valle Alcalde de Villa de Chiantla
11/09/07 Villa de Chiantla, Huehue.
6. Pablo Román García
Oficina municipal de recursos nat.
11/09/07 Villa de Chiantla, Huehue.
Técnico
7. Luís F. Castro Roni Velasco Ricardo Argueta Aracely Montejo
Unidad Especial de Ejecución de Cuencas Hidrográficas (UEEDICH-MAGA)
11/09/07 Huehuetenango Guate.
Entrevista colectiva, técnicos de campo
8. Jobany Martínez Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA)
12/09/07 Huehuetenango Guate.
Coordinador Departamental del MAGA
9. Everardo W. de León Carvajal
Instituto Nacional de Bosques
12/09/07 Huehuetenango Guete.
Director Subregional
10. Mirna López GTZ-Alemania 12/09/07 Huehue, Guate.
11. Celia Hernández
Mancomunidad de Municipios del Sur Occidente de Huehuetenango (MAMSOHUE)
12/09/07
Huehuetenango Guate.
Gerente Ejecutiva
12. José M. Duro Sistema de Información Geográfica (SIG-MAGA)
13/09/07 Cd. de Guatemala Coordinador
13. Saúl Lima Centro Internacional para la Preinversión Agrícola (CIPREDA)
13/09/07 Cd. de Guatemala Gerente Técnico
14. Fernando Zuloaga
Embajada de México en Guatemala
14/09/07 Cd. de Guatemala Ministro agropecuario
15. Herman Ochoa Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales de Guatemala
18/09/07 Huehuetenango Guatemala
Delegado Departamental
16. Domingo Lucas Sistema de mini.riego 19/09/07 Caserio Batzalom; Todos Santos Cuchumatan
Socio del sistema-indígena
17. Porfirio Velasquez Sistema de mini-riego 19/09/07 Caserio Batzolom, Aldea Chicoy, Todos Santos Cuchumatán
Coordinador y técnico campesino-indígena
18. Eugenio L. Tello Asociación de Agricultores Tinecos (ADAT)
19/09/07 Caserio Batzolom, Aldea Chicoy, Todos Santos Cuchumatán
Coordinador técnico-mestizo
19. José G. Álvarez Servicios Internacionales de Exportación (SIESA)
19/09/07 Villa de Chiantla, Huehue., Guate.
Responsable de la región Huehuetenango
20. Lusvi Yaneth Oficina de ambiente y 20/09/07 Nentón, Responsable de la
36
Hurtado, rec. naturales, Municipalidad Nentón
Huehuetenango Guate.
oficina
21. Plimio González
Consejal de la Alcaldía de San Antonio Huista
20/09/07 San Antonio Huista,Huhue. Guate.
22. Pascual Tomas José
Alcalde de San Miguel Acatán
21/09/07 San Miguel Acatán, Huehuetenago Guate.
23. Guilermo Manuel Oficina de Recursos Nat.
21/09/07 San Miguel Acatán, Huehuetenango Guate.
24. Samy Palacios Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP)
21/09/07 Villa de Chiantla, Huehue., Guate
Coordinador de la zona Huehuetenango
25. Miguel A. Figueroa, Sergio Romeo Alonzo
Asociación de Organizaciones de los Cuchumatanes
21/09/07 Villa de Chiantla, Huehue., Guate.
Gerente y coordinador técnico
26. Juan Carlos Monjarras
Proyecto Bosques y Agua para la Concordia (MAGA)
21/09/07 Huehuetenango, Guatemala
Coordinador
27. Carlos Figueroa Instituto Nacional de Bosques (INAB)
25/09/07 Cd. de Guatemala
28. Mike Estrada UEEDICH-MAGA 25/09/07 Cd. de Guatemala Coordinador nacional
29. Bernardo A. Jiménez; más cinco alcaldes
Mancomunidad Huista
26/09/07 San Antonio Huista Entrevista colectiva
30. Joaquín A. Gaitán PLAMAR-MAGA 27/09/07 Cd. de Guatemala Créditos para proyectos
31. José Us Instituto de Investigación y Desarrollo Maya
28/09/07 Cd. de Guatemala
32. Carlos Rosal Unión Mundial para la Naturaleza (UICN)
28/09/07 Cd. de Guatemala Oficial Unidad de Gestión del Agua
33. Marco A. Curley Ex – MAGA Responsable técnico de cuencas
29/09/07 Cd. de Guatemala Jubilado del MAGA, trabajó cuencas
Segunda salida de campo
34. Nora Herrera
UICN
26/02/08
San Marcos, Guatemala
Responsable del área social en cuencas en San Marcos
35. Carmen Cigarroa MAGA-UEEDICH. 28/02/08 La Antigua, Guatemala
Directora del área social de la UEEDICH
36. Entrevista colectiva
Comunidad Subajasun
29/02/08 Subajasun, Nenton, Huehue.
Recorrido con personal de la UEEDICH.
37. Entrevista colectiva
Comunidad la Unión 29/02/08 La Unión, Nenton, Huehue.
Recorrido con personal de la UEEDICH
Tercera salida de campo
38. Delmar B. Galvez de León
Alcalde de Cuilco, Huehue., Guatemala
10/03/08 Cuilco, Huehue.
39. William Ordoñez
GTZ-Alemania Coord. Técnico
10/03/08
Cuilco, Huehue.
Proyecto Reconstrucción y Gestión del Riesgo en América Central (RyGRAC)
40. Santiago Pérez; Cruz Sales, María Maldonado
Proyecto de Mini-riego de la comunidad El
11/03/08 Comunidad “El Corinto”, Cuilco, Huehue.
37
Corinto, Cuilco, Huehue.
41. Francisco Ovalle (consejal primero); Florentino Morales (síndico primero)
Municipalidad de Tectitan, Huehuetenango
11/03/08 Edificio de la alcaldía de Tectitan, Huehue.
Parteaguas de Cuilco-Coatán
42. Reunión Comité Municipal de Desarrollo (COMUDE)
Municipalidad de Cuilco, Huehue.
12/03/08 Edificio de reuniones de la alcaldía de Cuilco
43. Reunión para presentar el plan municipal de desarrollo
Municipalidad de Cuilco, Huehue.
12/03/08 Edificio de reuniones de la alcaldía de Cuilco
44. Cecilia A. Mérida Villatoro
UEEDICH-Cuilco, área social de la cuenca del Cuilco
12/03/08 Cuilco, Huehuetenango, Guate.
45. Eric L. Hernández Palacios. Cesar Daniel Najera López
Asociación y promoción para el desarrollo de la comunidad “CEIBA”
12/03/08 Cuilco, Huehuetenango
46. Omar Ramírez (Coordinador). Ángel Villatoro (técnico)
UEEDICH-Cuilco. 13/03/08 Cuilco, Huehuetenango
47. Cabildo de San Gaspar Ixchil”
Municipalidad de San Gaspar Ixchil”
13/03/08 Edificio de la Municipalidad de San Gaspar Ixchil.
Diferentes salidas de campo descontinúas
48. Rosa María Chann
PRO-PETÉN 23/02/08 San Cristóbal de Las Casas, Chiapas
ONG, trabaja en el Petén, Guatemala
49. Reunión CILA-Gobierno de Chiapas
CILA-Gob. Edo. Chiapas-CONAGUA
20/05/08 Tuxtla Gutiérrez, Chis.
Conflicto México-Guatemala por agua doméstica
50. Reunión en la embajada de México en Guatemala
Embajada y MAGA 10/06/08 Ciudad de Guatemala
Presentación del Plan Marco de Cuencas Compartidas
51. Lic. Pedro Rafael Maldonado
Centro de Acción Legal-Ambiental y Social de Guatemala -CALAS-
12/06/08 Ciudad de Guatemala
ONG ambientalista
52. Jaime Muñoz-Reyes Navarro. Hugo Vargas
Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura –IICA-
12/06/08 Ciudad de Guatemala
Representación de IICA en Guatemala
53. Taller Manejo Integral de la Cuenca Grijalva-Usumacinta. “Plan Hídrico Integral de Tabasco”
UNAM, Gobierno de Tabasco
04/08/08 Ciudad de Villahermosa, Tabasco
Reunión en el Colegio de Ingenieros Civiles
54. Ing. Eligio Meléndez; Jefe del Distrito de Riego 107 San Gregorio Chamic
CONAGUA 12/11/08 Ejido Joaquín Miguel Gutiérrez, Mpio. de Frontera Comalapa
Entrevista y recorrido de campo
55. Sr. Abigail Martínez Presidente del Comité de Agua Doméstica.
Ejido Pacayal, Mpio. Frontera Comalapa, Chiapas
13/11/08 Ejido Pacayal, Mpio. Frontera Comalapa
56. Ing. César Augusto Luna Morales; Director de Obras Pública
Presidencia Municipal Amatenango de la Frontera, Chiapas
14/11/08 Amatenango de la Frontera, Chiapas
38
57. Reunión Embajada de México en Guatemala
Embajada de México en Guatemala
17/11/08 Ciudad de Guatemala
Discusión de por qué no se apoyo el plan marco de gestión de cuencas transfronterizas en la reunión binacional México-Guatemala
58. Sr. Martín Tovar Moreno
Presidente del Comité de Saneamiento del Río Santo Domingo A.C.
21/11/08 Ejido Paso Hondo, Mpio. Frontera Comalapa
59. Ing. Martín Altamirano
CONAGUA 24/11/08 Tuxtla Gutiérrez, Chiapas
Información sobre el conflicto México-Guatemala en agua doméstica
La mayoría de entrevistas fueron realizadas directamente en campo, es decir, en la
parte alta de la cuenca del Grijalva que se ubica en territorio guatemalteco. Este
territorio corresponde a las cuencas tributarias del río Cuilco, Selegua y Nentón.
Realizamos los recorridos de campo con el apoyo de personal de ONG´s y de
técnicos de campo de instituciones gubernamentales debido a la inseguridad que
priva en el territorio de la frontera Guatemala-México.
La estrategia del trabajo de campo consistió en entrevistar primero a técnicos de
ONG´s y de estructuras gubernamentales, representantes de sistemas de agua
doméstica y de riego, y productores agrícolas asentados directamente en las
cuencas. En un segundo momento planeamos entrevistar a funcionarios ubicados en
niveles de dirección regional (parte alta de la cuenca) y nacional, ubicados en la
ciudad de Guatemala y en la Antigua Guatemala. Estos funcionarios fueron de
instancias con perfil ambiental, cuencas, sector agropecuario y forestal, y sistemas
de información geográfica. Además, con esta estrategia cubrimos a actores que
habían estado en reuniones con funcionarios mexicanos entre 2004 y 2006 en la
denominada mesa del Quetzal, cuyo objetivo era impulsar un programa de desarrollo
agropecuario con enfoque de cuencas transfronterizas.
39
La planeación de la estrategia de las entrevistas de campo fue tomando en cuenta
que era más rica la información que se iba a obtener directamente en el territorio de
las cuencas con los diferentes actores que interactuaban en esos espacios socio-
geográficos. No menospreciamos el trabajo de gabinete de los actores
guatemaltecos, pero en efecto resulto más ilustrativo y rico conocer la problemática
directamente en campo y observar qué y cómo se está atendiendo.
Las entrevistas realizadas en territorio mexicano fueron debidamente seleccionadas
para complementar la información que teníamos en existencia. Entrevistamos a
funcionarios y ex-funcionarios que estuvieron involucrados en la mesa del Quetzal,
funcionarios de la CONAGUA y de municipios ubicados en la frontera. Asistimos a
reuniones donde se trató el proceso de negociación en el que habían entrado los
dos gobiernos en el caso del conflicto por el agua doméstica de comunidades
campesinas e indígenas ubicadas a lo largo de la línea fronteriza.
En Tabasco hicimos una entrevista clave con un técnico (mayor de edad) que había
trabajado en la comisión de Cuenca Grijalva; asistimos a reuniones centrales para
nuestro trabajo, donde se trató el plan hídrico de Tabasco. Estuvimos también como
ponentes en el tercer congreso sobre agua y desastres en diciembre de 2008, donde
se presentaron ponencias que hablaron sobre el tema del agua en las cuencas de
México, Guatemala y Belice, en especial cubrimos las relacionadas al agua en la
cuenca del Grijalva.
La inundación de 2007 en la planicie tabasqueña, la cual dejó bajo el agua al 70%
del territorio del estado, trajo consigo una serie de documentos de diagnóstico de
organismos internacionales, nacionales, regionales y estatales que tratan de explicar
el fenómeno desde diferentes puntos de vista para buscar soluciones. Estuvimos
pendientes de estos diagnósticos, que incluimos en el análisis como información
40
hemerográfica porque de aquí se derivan las acciones del plan hídrico de Tabasco.
En estos documentos se le asignan valores al recurso agua y se traducen en la
política pública que se ejecuta en la actualidad.
Análisis de la información
Clasificamos documentación de archivo en tres grandes vertientes. La primera nos
proporcionó datos políticos, sociales, económicos y técnicos del territorio de la
Cuenca Grijalva en una perspectiva histórica. La segunda se centró en documentos
que hicieran referencia a la política pública del agua ejecutada en la cuenca desde
una versión meramente técnica o de infraestructura. Y tercera, documentos que
hablaran de la coordinación México-Guatemala en materia de agua en general y
cuencas en específico.
La lectura y la sistematización de las entrevistas realizadas permitieron establecer
tres categorías de análisis que se entrecruzan con seis variables. La primera
categoría corresponde a los valores que le dan al recurso agua las dependencias de
gobierno, traducidas a leyes, programas y proyectos ejecutados, es decir, la política
pública del agua. La segunda, se refiere a los valores escritos o no que las
comunidades o usuarios locales le dan al recurso a través de sus instituciones,
entendidas éstas como la reglas de acceso y distribución del recurso. Y la tercera
considera la identificación y funcionamiento de las instituciones gubernamentales, no
gubernamentales y comunitarias en un contexto de pluralismo legal, donde en
algunas acciones se coordinan y en otras se repelan.
41
Definimos las variables de acuerdo a una clasificación de las entrevistas realizadas.
Una primera clasificación es la adscripción institucional u organizacional de la
persona entrevistada: gubernamental (nacional, estatal-departamental y municipal),
organización no gubernamental (internacional, nacional y regional), asociación civil
de usuarios, y académico. La segunda se refiere a las escalas territoriales y el
tiempo de intervención: nacional, regional, cuenca, subcuenca, microcuenca,
comunidad, los años de creación de la institución y el tiempo que tiene trabajando.
La tercera se refiere al área de pertenencia: ambiental, sector hidráulico,
agropecuaria, desarrollo social e infraestructura. Una cuarta abarca el uso del
recurso: doméstico, riego, energía eléctrica e industria. La quinta es por orientación
en torno a fenómenos naturales y relacionados con la salud: instituciones o
estructuras operativas que trabajan agua y gestión de riesgo, agua y medio
ambiente, agua y recursos naturales, agua y contaminación, agua y salud. La sexta
es por pertenencia étnica y ubicación territorial: indígena y no indígena; urbano y
rural.
El eje articulador de las categorías de análisis y las variables son los valores que le
dan al recurso agua los actores entrevistados, traducidos éstos a instituciones o
reglas que permiten ejecutar la política pública del agua desde la visión
gubernamental, pero también los valores que le dan al agua los dueños del territorio
de la cuenca donde se hace una gestión comunitaria a través de instituciones o
reglas que pueden ir paralelas a las reglas gubernamentales. Las reglas de las
instituciones gubernamentales y las instituciones comunitarias en algún momento se
pueden unir o repeler de acuerdo a los intereses de los actores.
42
La estructura capitular de la investigación
En el cuerpo capitular de la presente investigación, abordamos en un primer capítulo
el concepto de cuenca desde una dimensión natural y como construcción social, y
las definiciones que se tienen sobre cuenca transfronteriza, internacional y
compartida. Para el análisis utilizamos también los conceptos de hidropolítica y
pluralismo legal y la teoría de las instituciones como eje articulador de los conceptos
empleados. Este capítulo corresponde al marco teórico de la investigación.
En un segundo capítulo realizamos la delimitación geográfica de la Cuenca Grijalva
utilizando la metodología de Otto Pfafstetter (1989), profundizamos en la
construcción social histórica de este territorio y analizamos la discusión que se tiene
en el plano regional e internacional para identificar al territorio de los ríos Grijalva y
Usumacinta como una sola cuenca.
En el tercer capítulo analizamos el contexto bajo el cual se ejecutó la política pública
del agua a través de la comisión de Cuenca Grijalva en el periodo 1951-1987,
ponemos énfasis en los valores que se le otorgaron al recurso a través de leyes o
instituciones que operaron en dicho periodo. Estudiamos la visión bajo la cual se
ejecutaron las acciones realizadas por dicha comisión, así como el impacto para la
población en el territorio intervenido. Analizamos las iniciativas que se dieron por
parte de los gobiernos mexicano y guatemalteco para la construcción de
hidroeléctricas compartidas.
43
El cambio de leyes e instituciones a finales de los años 80 y principios de los 90 del
siglo pasado es analizado en el contexto del cambio de modelo económico.
En el cuarto capítulo nos centramos en el cambio de leyes e instituciones a finales
de los años 80 y principios de los 90 del siglo pasado para perfilar el nuevo modelo
económico neoliberal asumido por las autoridades mexicanas. Evidenciamos como
los gobiernos mexicano y guatemalteco han adoptado en el discurso la bandera
internacional de Gestión Integrada de los Recursos Hídricos (GIRH), pero sus
prácticas actuales siguen ancladas a una vieja visión técnica de la ingeniería civil.
Además de la GIRH el gobierno mexicano adoptó dentro del marco de la ley de
aguas nacionales (reforma de 2004) el concepto de agua como asunto de seguridad
nacional y mantuvo el concepto de gestión y administración del agua por cuenca
hidrológica. En este capítulo evidenciamos mediante el análisis de las acciones para
solucionar el problema de inundaciones de 1999 y 2007 en la planicie tabasqueña
(parte baja de la Cuenca Grijalva) como el discurso de GIRH, agua como asunto de
seguridad nacional y gestión del agua por cuenca están ausentes de la hidropolítica
en la cuenca.
En el capítulo cinco realizamos un mapeo institucional que nos permite evidenciar la
polítics y la policy en la Cuenca Grijalva, tanto en la parte mexicana como en la
guatemalteca. El mapeo institucional nos permite además evidenciar la dispersión y
sobreposición de acciones y funciones de las estructuras gubernamentales, no
gubernamentales e incluso académicas presentes en la cuenca. Analizamos
concretamente la hidropolítica mexicana en la cuenca a través de la instalación de
consejos, comisiones y comités de cuenca; en el caso guatemalteco hacemos el
44
análisis de la hidropolítica poniendo en evidencia el funcionamiento de las unidades
de mini-riego indígena y de la Asociación de Organización de los Cuchumatanes.
En un último capítulo presentamos las conclusiones de la investigación, tratando de
englobar el resultado del análisis de cada uno de los capítulos que se exponen, en
concordancia con el marco teórico que utilizamos en el presente trabajo.
45
I. Marco teórico
1.1. La cuenca bajo la dimensión natural y como construcción social
El geógrafo francés Philippe Buache forjó el concepto de cuenca y propuso en 1752
ante la academia de ciencias francesa dividir el mundo en cuencas hidrográficas
(Viqueira, 2001). En la actualidad la clasificación de ríos y sus áreas de drenaje
traducida o entendida como cuencas hidrográficas, no difiere mucho de lo planteado
por Buache. Se denomina cuenca hidrográfica a toda aquella superficie de terreno
cuyas corrientes superficiales de agua drenan de manera natural hacia una corriente
principal (río) y ésta puede o no drenar directamente al mar.6
El concepto de cuenca tiene diferentes acepciones y definiciones. Se pueden
encontrar definiciones naturales (Sarukhán y Maass, 1990; Ramakrishna, 1997;
Dourojeani y Jouravlev, 2002; De Barry, 2004), sociales y culturales (Weber y
Reveret, 1993; Melville, 1999; Borrini-Feyerabend et al., 2001; Robert, 2002). Otras
propuestas de definición tienden a justificar la ejecución de políticas públicas de
gestión del agua7 (Dourojeani y Jouravlev, 2002:11).
Desde nuestra perspectiva, la cuenca es una construcción social basada en una
interpretación de un espacio geográfico que incluye las dimensiones social, histórica,
ecológica e hidrográfica. Conocer lo que existe dentro de este espacio geográfico
6Cuando el drenaje va hacia una corriente principal y ésta desemboca al mar se le denomina cuenca
abierta o exorreica. Cuando el drenaje jala hacia la corriente principal y ésta descarga en un cuerpo de agua interno (lago) se le llama cuenca cerrada o endorreica. Otro tipo de cuencas son las costeras, su drenaje confluye de manera natural hacia una corriente principal y descargan directa o indirectamente al mar (mediante humedales, dunas y/o esteros), este tipo de cuencas generalmente tienen un corto recorrido desde su parteaguas hasta la salida. 7El concepto de gestión del agua se encuentra dentro de un concepto más amplio denominado
gestión ambiental. La gestión del agua en términos generales se refiere a la forma en cómo se maneja el recurso, es decir, sectorialmente, multisectorial o bajo un enfoque de cuenca hidrográficas (agua multisectorialmente y gestión de recursos naturales -suelo y cubierta vegetal principalmente-).
46
nos sirve para llevar a cabo y profundizar investigación científica de diferentes
disciplinas, hacer planeación, administración y ejecución de políticas públicas o
decisiones tomadas desde el Estado y acciones desde la sociedad civil. La cuenca
como espacio socio-eco-hidrográfico visto a través del tiempo, es un elemento que
vincula -en tiempo y espacio- a la sociedad, el ambiente, la cultura y la historia. Esa
vinculación en el transcurso del tiempo construye una estructura propia, la cual va
generando una especificidad de la sociedad y la cultura en un espacio y tiempo
definido.
La cuenca como territorio socio-eco-hidrográfico es el almacén de una historia que
se manifiesta cotidianamente mediante símbolos de identidad que recuperan y dan
cohesión a las vivencias compartidas de un grupo social para el acceso y uso de los
recursos naturales, donde el agua es el elemento unificador. La dimensión histórica
de una cuenca se va construyendo paulatinamente a través de cambios apoyados
en procesos de continuidad y discontinuidad del tejido histórico y social en torno al
territorio de la cuenca y sus recursos.
Existen controversias entre las ciencias sociales y las “ciencias duras” en la
definición de cuencas. De acuerdo a nuestra experiencia en la delimitación de las
seis cuencas compartidas de la frontera sur de México podemos argumentar que, la
delimitación de una cuenca es una elección en sí, que debe tomar el/la
investigador/a, el/la funcionario/a o el/la técnico/a en sistemas de información
geográfica.
47
La delimitación supuestamente natural de una cuenca no existe como tal debido a
tres razones: primera, las delimitaciones que se realizan se fundamentan en un
interés del ser humano, por lo tanto son construcciones sociales y políticas, donde
es necesario incluir la problemática y los conflictos que se generan, así como las
formas de resolverlos. Segunda, el tamaño o superficie de una cuenca va a
depender de la metodología y la escala utilizada en la delimitación, que a su vez son
determinadas por el criterio de las personas que elaboran, interpretan y aplican la
metodología.
Entonces, cuando delimitamos cuencas tratamos de aproximarnos a los parteaguas
de la naturaleza para hacer una delimitación acorde a nuestros propios intereses. En
las cuencas transfronterizas o compartidas ese interés se acaba generalmente hasta
la línea divisoria de los Estados nación como el caso de la frontera México-
Guatemala-Belice lo ilustra. Es decir, los Estados tienden a considerar únicamente el
territorio de la cuenca que se encuentra bajo su soberanía. Realizar una delimitación
de cuencas compartidas requiere necesariamente la cooperación entre los Estados
involucrados. Tercera, es sumamente común que una misma cuenca delimitada por
dos personas distintas arroje diferentes resultados.8
Wester y Warner (2002) mencionan la existencia de un discurso hegemónico que
tiende a despolitizar las formas de operación del manejo de cuencas. Ese discurso
8 Dos ejemplos permiten ilustrar esta afirmación. En primer lugar, hemos encontrado que las
delimitaciones de algunas de las cuencas transfronterizas en todos los casos registran diferencias en su superficie, las cuales en algunos casos, no son menores. En segundo lugar, el mapa que presentamos en este trabajo ha sido modificado varias veces a partir de información de campo y de decisiones de rectificar la delimitación en casi todas las cuencas.
48
sancionado9 parte de la idea que la delimitación de una cuenca obedece a la
naturaleza, por lo cual la considera una característica preestablecida a partir de la
cual las estructuras gubernamentales, los tomadores de decisiones y los actores
sociales no pueden decidir. Bajo el enfoque natural de las cuencas, los
investigadores sociales no tendríamos nada que aportar, cuando en la práctica lo
que se requiere es la multidisciplina e interdisciplina para abordar la problemática
compleja de la realidad presente en cada una de las escalas de las cuencas.
Schlager y Blomquist (2000) mencionan que en el manejo integrado de cuencas
existe un trecho entre la teoría y su práctica, y hacen énfasis en que los obstáculos
para poner a funcionar la teoría son de carácter social y político. No se puede
afirmar, según estos autores, que los límites de una cuenca son definidos a priori por
la propia naturaleza porque implica ubicarla fuera del contexto y de los cambios
propiciados por los seres humanos. No hay actualmente territorios en el planeta que
no hayan sido moldeados por actividades antropogénicas, entonces las cuencas han
sido modificadas de su estado natural.10
Un territorio de una cuenca es complejo no sólo porque se divide en unidades
imbricadas de escalas menores como las subcuencas y microcuencas, sino también
porque en cada una de estas escalas se pueden cruzar límites político-
administrativos internacionales, nacionales, estatales, municipales y comunitarios.
9 El termino se define como “el discurso referido a lo que representa una práctica buena y aceptable
que prevalece dentro de un marco institucional y político en cualquier momento”…..”forma un tipo de paradigma definiendo el problema y el tipo de soluciones que son aceptables”. Véase Turton y Ohlsson (1999) y Kauffer (2006: 25). 10
En la Cuenca Grijalva, en la planicie tabasqueña, los parteaguas de las subcuencas han sido modificados por los bordos derivados de la gran cantidad de caminos construidos por la empresa Petróleos Mexicanos (PEMEX) y por la propia Secretaría de Comunicaciones y Transporte (SCT). En las planicies inundables, la infraestructura carretera es construida unos metros arriba de la superficie del suelo y se convierte en bordo de tal forma que, por estar más altas, pueden definir parteaguas.
49
Así la delimitación requiere hacer ajustes en función de los intereses de los actores
involucrados, lo cual nos lleva a no necesariamente respetar el parteaguas natural
de la cuenca.
Es relativamente fácil llevar a cabo la delimitación de una cuenca compartida por dos
o más países; sin embargo, el asunto realmente complicado o reto es hacer una
política pública compartida, empezando por el plan de manejo de mediano y largo
plazo de la cuenca, donde se especifiquen las reglas del juego entre los actores
gubernamentales, no gubernamentales y actores locales dueños del territorio de la
cuenca. Establecer las reglas del juego implica hacer gestiones internas y externas
en los países involucrados, hacer uso de acuerdos, declaratorias y protocolos
internacionales en materia de medio ambiente, agua y cuencas.
1.2. Las acepciones de río y cuenca compartida por dos o más países
Podemos partir de un precepto según el cual no existen cuencas hidrográficas sin
ríos, y ríos sin cuencas. En el caso de las cuencas y los ríos que forman parte de
dos o más países, existen diferentes acepciones, las cuales están determinadas por
procesos de negociación en plataformas internacionales entre representantes de
diferentes países involucrados, grupos de investigación y representantes de la
sociedad civil organizada. Es importante conocer los lineamientos internacionales en
materia de agua y cuencas que involucran a dos o más países, en el sentido que los
acuerdos de cooperación se sustentan en estas estructuras consensuadas en el
plano mundial.
50
En la declaración de Nueva York de 1958, la Asociación de Derecho Internacional,11
adoptó por primera vez el concepto de cuenca y de reparto equitativo y razonable de
las aguas por parte de los Estados ribereños. Esta comisión, en su conferencia de
Helsinki de 1966 dio a conocer las llamadas Reglas de Helsinki sobre el uso de las
aguas de los ríos internacionales, las cuales vienen siendo adicionadas de acuerdo
a casos específicos del derecho de aguas. La regla número II de Helsinki define a la
cuenca hidrográfica internacional como el área geográfica que se extiende por el
territorio de dos o más Estados, delimitada por la línea divisoria del sistema de las
aguas, incluyendo las aguas superficiales y subterráneas que fluyen hacia un
término común.
Esta definición de cuenca hidrográfica no es satisfactoria, en el sentido que incluye
tanto al agua superficial como a la subterránea, es decir, sería una cuenca
hidrológica. La literatura sobre el tema de cuencas ha llegado a un consenso al
identificar la cuenca hidrográfica como el área superficial que drena hacia una
corriente (río) común, y la cuenca hidrológica como el área que drena superficial y
subterráneamente hacia una corriente principal y uno o varios acuífero comunes.
Otro aspecto a observar de las reglas del Helsinki es que no son parte de un tratado
internacional, por lo tanto no son obligatorias para los Estados; sin embargo, son un
referente en el plano internacional para llegar a acuerdos entre los Estados
ribereños.
11
Esta asociación es una organización no gubernamental fundada en 1873 con sede en la ciudad de Londres. Por medio de diferentes comités de expertos, se estudia el derecho internacional en todas sus ramas para proponer recomendaciones y elaborar tratados internacionales, y armar legislación nacional acorde con los preceptos internacionales. Dentro de los comités conformados por la asociación está el de “Usos de los Ríos Internacionales”, establecido en 1956, el cual ha cambiado de nombre varias ocasiones, actualmente de denomina Comité sobre Derechos de Agua.
51
Otro instrumento internacional de referencia es la Convención sobre el Derecho de
los Usos de los Cursos de Agua Internacionales para Fines distintos a la
Navegación,12 aprobada en 1997 por la asamblea general de las Naciones Unidas.
Esta convención no se encuentra en vigor porque no ha sido firmada y ratificada por
el número mínimo de 35 Estados, por lo tanto no es obligatoria, sin embargo tiene un
valor de autoridad dada la aprobación de 103 naciones, solo recibió voto contrario de
3 países, y 27 se abstuvieron.
Algunas diferencias entre los dos instrumentos mencionados son que la convención
de 1997 es un tratado (aunque no está en vigor por falta de firma y ratificación) y las
reglas del Helsinki son recomendaciones de una organización no gubernamental de
carácter profesional. La cuenca hidrográfica (que sería más bien hidrológica)
internacional es un concepto integrador definido por un área geográfica más amplia
que el curso de agua. Esta característica central nos lleva a analizar el papel de la
sociedad civil organizada al tratar de encaminar la gestión de los territorios de las
cuencas por encima de las fronteras políticas, mientras que los Estados mantienen
la iniciativa de trabajar sólo en los cursos de agua. Es obvio que el concepto de
curso de agua internacional, definido como un sistema de aguas según la
convención, es más limitado dado que solamente incluye a las aguas superficiales y
a las subterráneas que son tributarias de las primeras.
El concepto de cuenca compartida lleva consigo la premisa de hacer una gestión no
solo del recurso agua superficial y subterránea encaminada a la cantidad y calidad,
sino de otros elementos vinculantes como la cubierta vegetal, el suelo y el
ordenamiento de las actividades antropogénicas desde los parteaguas hasta la
12
Organización de las Naciones Unidas, Documento A/51/869.
52
desembocadura en las boca costas y la zona marina adyacente. Algunos autores
como Aguilar e Iza (2009), mencionan que la cuenca hidrográfica compartida es en
sí y desde el punto de vista jurídico, un recurso natural compartido como lo son
ciertos bosques, las especies migratorias, las masas de aire, las ondas
radioeléctricas o los yacimientos petrolíferos y de gas que atraviesan las fronteras de
los Estados.
Todavía el concepto de cuenca compartida no logra tener eco en las plataformas de
concertación internacional, debido principalmente a la percepción de los Estados
acerca de la pérdida de soberanía que implica. Hacer una gestión de cuenca
compartida implica concertar un ente operador entre los Estados involucrados que
defina las prioridades dentro del territorio de la cuenca, es decir, trabajar sobre
intereses concertados entre los involucrados por encima del interés individual y de
límite político-geográfico. Implica también, involucrar a las instituciones (reglas)
locales gubernamentales, no gubernamentales y sobre todo a las comunitarias que,
en la lógica de las relaciones internacionales se contraponen a la tradicional política
de concertación de los Estados nación. Es decir, existe una tradición de
concertación de los Estados sobre los temas de interés, donde se ponen en juego
las reglas internacionales y nacionales, dejando de lado las reglas locales. Este no
es un aspecto menor porque se refiere a cómo hacer una gestión de una cuenca si
no se consideran y ponen a funcionar las reglas locales de la población que habita y
es dueña del territorio.
En la actualidad, las relaciones que establecen los Estados en materia de agua
dentro de las cuencas compartidas se sustentan básicamente en cuatro teorías
(Aguilar e Iza, 2006). La primera se denomina “soberanía territorial absoluta” o
53
doctrina Harmon, que surgió a raíz de la controversia entre México y los Estados
Unidos de América por la desviación de las agua del río Grande que realizó éste
último, perjudicando al primero. Esta doctrina establece que los Estados parte de
una cuenca compartida gozan de una soberanía absoluta sobre las aguas ubicadas
dentro de su territorio y pueden utilizar la cantidad que sea necesaria y alterar la
calidad de las mismas sin importar el resultado para los Estados cuenca abajo. La
teoría en cuestión ha tenido poca aceptación y aplicación práctica, no se considera
en consecuencia como parte del derecho internacional.
La segunda teoría se denomina de “integridad territorial absoluta”, se sustenta en los
pilares del derecho anglosajón sobre la preeminencia que tienen los Estados
ribereños, es una teoría de poca aceptación al igual que la anterior. Esta teoría se
diferencia de la teoría de soberanía territorial absoluta al establecer el derecho que
tienen los Estados ubicados aguas abajo a un flujo natural del curso de agua,
cualquier interferencia al flujo natural requiere el consentimiento del o los Estados
que se ubican aguas abajo. Ha sido defendida por México en respuesta a la doctrina
Harmon en la disputa antes mencionada.
La tercera teoría es la que más se ha puesto en práctica en el ámbito internacional,
se denomina “uso equitativo y razonable”, establece que los cursos de agua (ríos)
transfronterizos son recursos naturales compartidos sujetos al deber de uso
equitativo. Sus principios se sustentan en una igualdad de derechos y una soberanía
compartida de los Estados sobre el curso del agua, ello implica un balance de
intereses que considere las necesidades y los usos del agua de parte de todos los
Estados ribereños involucrados. En esta teoría se fundamentan los planteamientos
de la Convención de 1997.
54
La cuarta teoría denominada de “manejo conjunto”, complementaria a la anterior, se
sustenta en el principio que existe una comunidad de intereses entre los Estados
parte de una cuenca transfronteriza. La teoría va más allá del uso equitativo y
razonable del agua, considera la posibilidad de un desarrollo integral y de una
regulación conjunta del río y su ecosistema. Contempla el establecimiento de
estructuras operativas supranacionales, las cuales pueden variar en su composición,
atribuciones y responsabilidades de acuerdo a las condiciones políticas de los
Estados, las características naturales de los ríos y las cuencas.
Cuando hacemos investigación de corte social en las aguas y cuencas compartidas
por dos o más Estados, es necesario conocer -además de los lineamientos
internacionales en la materia- las reglas específicas de los Estados, traducidas éstas
a políticas públicas. También es necesario conocer o investigar las reglas locales
que los propios habitantes de ese territorio específico han establecido para hacer la
gestión del agua. Además es necesario observar cómo las reglas internacionales,
nacionales o ambas se han conjugado, complementado o repelido en la
implementación de la política pública del agua en un contexto de cuenca hidrográfica
o hidrológica, según sea el caso. Un concepto que podemos emplear y traducir
como la política pública del agua es el de hidropolítica.
1.3. Las corrientes del concepto de hidropolítica y la pertinencia del término
en nuestro estudio
El primer autor que utilizó el término de hidropolítica fue John Waterbury en 1979,
aplicado a las relaciones entre los países ribereños del río Nilo. Elhance (1999)
55
emplea el término para referirse al conflicto y la cooperación entre naciones acerca
de los recursos hídricos compartidos y, uno de los objetivos del uso del término,
persigue la recuperación de la geografía y de la geopolítica en los estudios sobre
agua. Otros estudios sobre geopolítica centran su objeto únicamente en el análisis
de la interacción entre los factores geográficos y las políticas exteriores de los
Estados (Briechi-Colombi y Bradnock, 2003). Así, la mayoría de los estudios sobre la
geopolítica del agua que hemos revisado consideran únicamente el análisis de los
conflictos reales o potenciales relacionados con el recurso, el papel de los Estados
en éstos y se enfocan en descripciones del estado de los acuíferos y aguas
superficiales compartidas (Salvatori y Boreal, 2001; Parra Ferro, 2003).
Se puede afirmar entonces que existe una visión tradicional de la geopolítica del
agua o de la hidropolítica entendida como la voluntad de hacer presente a la
geopolítica en el análisis de los recursos hídricos compartidos que centran sus
intereses en relacionar el término con guerra, conflicto y disputa (Kliot, 1994; Wolf et
al., 2003; Sherman, 1999). El análisis se centra en los Estados y sus relaciones; se
investigan los factores de conflicto en las cuencas transfronterizas, las disputas entre
países y su relación con el agua desde una perspectiva tradicional de relaciones
internacionales centrada en el Estado, la seguridad y la soberanía.
Algunos autores mexicanos hacen alusión al concepto de hidropolítica para referirse
a los campos políticos de representación de la sociedad (usuarios organizados y
usuarios concesionarios de aguas nacionales)13 en los consejos y comités de
13
Los usuarios organizados son aquellos que tienen título de concesión de la Conagua y se encuentran además representados dentro de los Consejos y Comités de Cuenca de esa institución. Los usuarios concesionarios de aguas nacionales son los que en efecto tienen títulos de concesión,
56
cuenca impulsados por la Comisión Nacional del Agua (Conagua). El concepto se
utiliza para referir al juego político de los actores (gubernamentales, usuarios
organizados y concesionarios de aguas nacionales) que intervienen en el entramado
de intereses que se encuentran en los espacios públicos de los consejos y comités
de cuenca (González, 2004).
El concepto de hidropolítica es utilizado también por Ávila (2003) para hacer una
tipología de conflictos; esta autora utiliza la definición de Gleick (2002) la cual hace
énfasis en la geopolítica y el papel de los recursos naturales como objetivo de
acción militar cuando juegan un factor definitorio del poder de una nación. Kauffer
(2005) emplea el concepto desde tres enfoques para realizar investigación en la
frontera México-Guatemala-Belice: las relaciones internacionales, la relación entre
policy y politics en el marco de los Estados nacionales, y los aspectos regionales en
diferentes escalas.
En nuestra investigación, la perspectiva de la hidropolítica tradicional, centrada en la
dinámica de conflictos y cooperación, no permite un análisis del concepto en la
Cuenca Grijalva. Al respecto, los datos de la Universidad Estatal de Oregon (Yoffe,
2001) evocan solamente tres eventos entre 1948 y 1999 correspondiente a la gran
cuenca del Usumacinta-Grijalva entre 1,831 eventos ocurridos en todas las cuencas
internacionales. El análisis de la problemática del agua en la cuenca del Grijalva
desde este marco no permite arrojar resultados interesantes para esta investigación
debido a la ausencia abierta de conflictos y de cooperación.
pero por circunstancias de dinámicas propias todavía no participan dentro de los Consejos y Comités de Cuenca.
57
En contraste con esta perspectiva, seguimos la propuesta de Turton (2002). En un
estudio realizado en Sudáfrica, Turton (2002) propone ampliar el concepto de
hidropolítica a “la asignación autoritativa de los valores con respecto al agua en una
sociedad”,14 de la cual se derivan dos dimensiones entrelazadas: la primera es la
escala (scale), en la cual el investigador puede ubicarse y analizar, desde lo
individual, doméstico, comunitario, local, municipal, departamental, regional, estatal,
federal, nacional e internacional, y la segunda se refiere a la gama de temas o
cuestiones (range of issues) que se perciben o se encuentran en este espacio
determinado, como por ejemplo, los conflictos, los valores, el género, los actores, las
políticas, la sustentabilidad, según el contexto de referencia. Con estas dos
dimensiones cruzadas, Turton (2002) organiza varias matrices según grupos
temáticos como el grupo social y el económico. En este sentido, la propuesta de
Turton (2002) permite no solamente visualizar los fenómenos bilaterales o
internacionales sino también el conjunto de elementos que se vinculan con el líquido
en un espacio definido y en sus diferentes escalas (cuadro 2).
Cuadro 2. Grupo económico por temas y escala en Sudáfrica, Turton (2002).
SCALE I S S U E S
Food Security
Water for the
economy
Interbasin transfers
Sectorial allocation of
water
Virtual water
Sustai-nable
develop- ment
Other
International Yes Yes Yes Si ?
Regional Yes Yes Yes Yes Yes Si ?
Nacional Main Main Yes Main Main Si ?
Basin Yes Yes Main Yes Yes Central ?
Provincial Yes Yes Yes Yes Si ?
City Yes Yes Yes Yes Si ?
Comunita Yes Yes Yes Yes Si ?
Family Yes Yes Si ?
Individual Yes Yes Si ?
Fuente: Turton (2002)
14
La palabra autoritativa que se hace en el texto en inglés se refiere a los valores que le otorga una autoridad al recurso agua, es decir, valores que son impuestos por las instituciones gubernamentales o comunitarias de acuerdo a los intereses que se persigan para distribuir y aprovechar el recurso.
58
Partiendo de las escalas (scale) y de los diferentes temas (range of issues) que
propone Turton (2002), podemos trazar una matriz de escalas y temas no
exhaustivos que se pueden abordar en la Cuenca Grijalva (Cuadro 3). Como
podemos observar, la escala va a depender del tema que se pretenda investigar. Lo
fundamental es definir en la investigación donde se encuentra el punto de unión
central (main) entre la escala y el tema, y esto va a depender por un lado del tema y
del bagaje de conocimientos del investigador(a); una vez que se identifica el punto
central de la escala, es necesario moverse a escalas complementarias (hacia arriba
y hacia abajo) para estructurar y dar profundidad al análisis. Las variables de la
investigación se van a analizar en la escala central, pero su explicación va a
depender de investigar las interrelaciones con otros elementos o variables de
escalas superiores e inferiores.
Cuadro 3. Escalas y temas para la Cuenca Grijalva.
ESCALA T E M A S
Política (policy) del agua en la
cuenca (1950-2010)
Agua e integración comercial
Agua y pobreza
Agua, prácticas y
Cosmovisión
Agua y gestión de
riesgo
Otros
Internacional* Si Si Si -- -- --
Regional** Si Central Si Si Si --
Nacional Si Si Si Si Si --
Cuenca Central Si Si Si Central --
Estado o Departamento
Si
Si
Si
Si
Si
--
Ciudad Si Si Si Si Si --
Comunidad Si Si Central Central Si --
Familia -- Si Si Si Si --
Individual -- -- Si Si Si --
* Esta escala abarca países que se encuentran en varios continentes. ** La escala regional considera dos o más países vecinos dentro de un continente. Fuente: Elaboración del autor.
La escala de la presente investigación es la Cuenca Grijalva y el tema es la
hidropolítica (policy). Ahora bien, la hidropolítica en la cuenca la abordamos con el
análisis de la política pública ejecutada de 1950 a 2010, con especial énfasis en las
acciones que implementó la Comisión de Cuenca Grijalva en el periodo de 1950 a
1987 del lado mexicano. De la década de los 90 a la actualidad centramos el análisis
59
tanto en México como en Guatemala en los cambios de modelo económico que
generaron una adecuación a los diferentes instrumentos jurídicos (principalmente en
México) para retomar banderas internacionales encaminadas a la gestión y
administración del agua por cuencas, GIRH y agua como asunto de seguridad
nacional.
Para evidenciar la existencia de dos dinámicas en la gestión del agua en la Cuenca
Grijalva: la gubernamental y la comunitaria, bajamos la escala de análisis a
estructuras organizativas que se encuentran trabajando en la parte alta de la Cuenca
Grijalva (cuencas guatemaltecas Selegua y Nentón), las cuales tienen un ámbito
geográfico municipal y comunitario. Estas estructuras se mueven en un marco de
pluralismo legal, es decir, sus ordenamientos legales son puestos en juego al interior
y al exterior en un mismo campo sociopolítico para hacer la gestión del agua.
1.3.1. Las bases teóricas del concepto de hidropolítica según Turton
El concepto de hidropolítica (hydropolitics) desarrollado por Turton (2002), tiene sus
bases teóricas en la teoría de sistemas15 y en la definición de politics que propone
Easton (1953). En efecto, David Easton (1953) define, en su trabajo titulado “The
Political System. An Inquiry into the State of Political Science”, a la política (politics)
como una asignación autoritativa de valores. En las interacciones políticas la
asignación de valores tiene un carácter universal y coactivo para quienes se
15
La idea básica del análisis sistémico es considerar a las sociedades y otros grupos sociales como entidades relativamente permanentes que se encuentran incluidas en otros sistemas globales, entendiendo a las entidades como sistemas cuando se conforman como un conjunto de elementos susceptibles de identificación y de medición.
60
encuentran dentro del sistema, es decir, los actores involucrados consideran
obligatorias esas decisiones, son las reglas del juego.
Easton (1953), en su análisis incluye tres componentes: la comunidad política, el
régimen y la autoridad. La comunidad política es el grupo de personas vinculadas
por la división política del trabajo. El régimen es el conjunto de condicionamientos
que tienen las interacciones políticas, compuesto por valores, normas y estructuras
de autoridad. Los valores son los principios orientadores de la acción, objetivos a
alcanzar, y tienen que ver con aquello que puede ser admitido en la política cotidiana
sin agredir los sentimientos de importantes sectores de la comunidad. Las normas
son las que explicitan qué procedimientos son aceptables en la transformación y
ejecución de las demandas. Las estructuras de autoridad se refieren a los modelos
formales e informales con los que el poder es organizado y distribuido. Finalmente,
la autoridad la constituyen quienes ocupan roles activos en la política y están
comprometidos en la gestión diaria del sistema político.
Así, la hidropolítica entendida como la asignación de valores que la sociedad, un
grupo de ésta o una instancia (gubernamental, no gubernamental o comunitaria) le
asigna al recurso agua, se puede traducir como la política del agua que se establece
por la comunidad política, sustentada en un régimen y ejecutada por una autoridad.
Los valores están orientados a establecer las reglas de acceso y distribución
(escritas o no escritas) del recurso agua. Cuando estas reglas se rompen o son
impuestas de manera arbitraria por agentes externos o internos al sistema, el
equilibrio se rompe y se generan discordancias.
61
Esta aproximación al concepto de hidropolítica nos permite traducirlo como política
del agua, es decir, las políticas públicas del agua (policy o policies). Entonces,
cuando hablamos de que “los valores están orientados principalmente a establecer
reglas de acceso y distribución del recurso agua”, éste es un acto eminentemente
político que debe acompañarse de leyes y reglamentos escritos o bajo acuerdos
comunitarios, ejecutarse a través de estructuras operativas de carácter público,
público-comunitario y público-privado, según sea el caso. Es decir, las leyes y
reglamentos o acuerdos comunitarios, instancias operativas de ejecución, planes,
programas y proyectos son los elementos que conforman la política pública o la
política del agua.
Es necesario aclarar que existe una dificultad semántica del castellano para traducir
el término política; en inglés existen tres acepciones plenamente identificadas:
primero, la política concebida como el ámbito del gobierno de las sociedades
humanas –polity-; segundo, la política como la actividad de organización y lucha por
el control del poder –politics-; y tercero, la política como designación de los
propósitos y programas de las autoridades públicas –policy (Roth, 2006). En
concordancia con estas tres acepciones de política, nosotros cuando hablamos de
políticas públicas estamos en el campo de policy o policies, es decir, la política como
designación de los propósitos y programas de las autoridades públicas. Estos
propósitos se ejecutan a través de instituciones (reglas) públicas, las cuales al
ponerse en práctica interactúan con las reglas comunitarias para complementarse o
repelerse en un campo de pluralismo legal.
62
1.4. La teoría de las instituciones como eje de análisis en la Cuenca Grijalva
Partimos del supuesto que las políticas públicas en torno al agua en una cuenca,
subcuenca o microcuenca deben ir encaminadas a guardar el equilibrio entre la
disponibilidad y calidad del recurso y las actividades antropogénicas que se realizan
en ese territorio. Asimismo, el recurso agua es un elemento central para el desarrollo
de las comunidades por su conectividad no sólo en el ámbito del consumo y de la
producción de bienes y servicios, sino también con procesos organizativos,
culturales, históricos y políticos.
Con estos dos supuestos reales, entramos a un número considerable de
instituciones mediante las cuales la comunidad está interactuando y a su vez cada
una de las familias que la integran. Por ejemplo en el primer supuesto, el
establecimiento de reglas internas y externas de acceso y distribución sobre el
recurso agua lleva consigo en automático el funcionamiento de una o más
instituciones. En el segundo supuesto, por ejemplo las representaciones religiosas
en torno al agua se visualizan dentro de una institución sustentada en la cultura y en
la historia.
Según Roth (2006), una política pública se identifica por la existencia de cuatro
elementos centrales: implicación o intervención del gobierno, percepción de la
existencia de problemas, definición de objetivos y definición de procesos. Una
política pública designa la existencia de “un conjunto conformado por uno o varios
objetivos colectivos considerados necesarios o deseables y por medios y acciones
que son tratados, por lo menos parcialmente, por una institución u organización
gubernamental con la finalidad de orientar el comportamiento de actores individuales
63
o colectivos para modificar una situación percibida como insatisfactoria o
problemática (Roth, 2006: 27).
1.4.1. Los conceptos de institución y organización
Para ser explícitos y evitar confusiones en este apartado teórico, debemos identificar
los conceptos de institución y organización. Las organizaciones se definen en
términos de estructuras de funciones reconocidas y aceptadas, mientras que las
instituciones están más definidas en términos de creencias, normas y reglas que
permiten el desarrollo de estas funciones y estructuras (Uphoff, 1986; North, 2006;
Ostrom, 2000; Scout, 1995).
Las instituciones y las organizaciones tienen diferentes clasificaciones. De acuerdo
a las investigaciones que se han realizado, se identifican como formales e
informales, pero esta dicotomía no ayuda a captar la diversidad o el complejo de
arreglos institucionales en el cual están involucrados los hogares (Appendini y
Nuijten, 2002). Otra distinción es la que se hace entre las organizaciones de base de
la comunidad, las organizaciones no gubernamentales y las agencias
gubernamentales (Curtis, 1991; Bebbington y Ferrington, 1993). Por su lado Ostrom
(2000) nos dice que en la práctica es difícil mantener las diferencias de clasificación,
las organizaciones e instituciones son raramente privadas o públicas y muchas
instituciones exitosas son una mezcla de instituciones de tendencia privada y de
tendencia publica que desafía clasificaciones en una dicotomía estéril. Para Scout
64
(1995), el concepto de institución tiene un significado amplio que no solamente
incluye aspectos normativos, sino también aspectos reguladores y cognoscitivos.
Appendini y Nuijten (2002) mencionan que la mayoría de los trabajos sobre
organizaciones o instituciones para el desarrollo16 ven a las instituciones como
unidades sociales dirigidas al logro de objetivos colectivos o a la satisfacción de
necesidades institucionales de la sociedad o del entorno del cual son un
componente. Pero el concepto de institución como estructura normativa y reguladora
implica automáticamente la existencia de diferencias de poder e intereses diversos
entre la gente involucrada en ella. En este sentido definen a las instituciones como
“órdenes negociados que son construidos, mantenidos y transformados por la
interacción social” (Appendini y Nuijten, 2002: 75, cursivas nuestras). Estas autoras
nos dicen también que las instituciones están vinculadas a configuraciones de poder
y dominación más amplias y pueden reproducir las obligaciones ideológicas y
políticas a las cuales están atadas.
Appendini y Nuijten (2002) mencionan necesario reconocer que “las realidades
institucionales y organizacionales son construidas, mantenidas y modificadas por
procesos de creación y promulgación culturales. Por consiguiente, se crean valores
se expresan ideologías, rituales y ceremonias que llevan un sentido de participación
y pertenencia” (Appendini y Nuijten, 2002:75, cursivas nuestras).
Una comunidad mantiene diferentes formas de organización y a su vez cada familia
se inserta y participa en cada una de ellas con una estrategia propia, si bien de
16
Podrían ser los consejos de desarrollo rural sustentable o los comités de cuenca. Ambos atados a una institucionalidad gubernamental y a una política de descentralización.
65
acuerdo a los intereses colectivos, también con base en sus intereses particulares.
En este sentido es necesario observar y analizar las prácticas organizativas,
entendidas éstas como “las distintas acciones y estrategias que sigue la gente para
mantener y desarrollar su subsistencia cotidiana y otros proyectos de vida”
(Appendini y Nuijten, 2002:75). En consecuencia, se argumenta que si se combinan
estudios enfocados a las instituciones y organizaciones con otros que hacen
hincapié en las prácticas organizativas (empezando por las actividades de los
actores sociales) se puede obtener una visión más aguda de las interrelaciones de
las actividades económicas de los hogares con las instituciones locales (Appendini y
Nuijten, 2002).
1.4.2. Institucionalismo y neoinstitucionalismo: un acercamiento
El interés por el estudio de las instituciones según March y Olsen (1997), se refleja
en el aumento de los tratados sobre política y en particular en los estudios sobre
legislatura, gobierno local, legislación pública, economía política, cultura política,
determinación de políticas públicas, elección racional y élites políticas. Desde los
años 90 del siglo pasado, se empieza a observar un auge en el estudio del
pensamiento institucional, de los procesos sociales y políticos, y por supuesto de las
instituciones por parte de diferentes disciplinas, estableciendo corrientes de
pensamiento. Entre los trabajos más destacados podemos situar los de James
March y Johan Olsen (1997), Douglass North (2006), Hall y Taylor (1996), Colin Hay
(1997), Ira Cohen (1996), T. A. Koeble (1995).
66
En el institucionalismo y posteriormente en el neoinstitucionalismo no sólo se le
concede particular importancia a las instituciones y estructuras, sino también a las
reglas, procedimientos, organizaciones y demás variables que integran en conjunto
el sistema político y que tienen una influencia en las relaciones, conductas,
comportamientos, estabilidad e inestabilidad de los gobiernos y, en general, en su
papel de producción y reproducción de la sociedad (Giddens, 1996; Cohen, 1996).
Para David Apter (2001), “el institucionalismo fue el enfoque más o menos exclusivo
en la política comparada, hasta y bastante después de la Segunda Guerra Mundial.
Su énfasis original se situaba en la ley y la constitución, sobre cómo evolucionaron
en sus diferentes formas el Estado; la soberanía; las jurisdicciones, y los
instrumentos legales y legislativos” (Apter, 2001: 538).
El nuevo institucionalismo rompe con la tradición idealista de su antecesor y plantea
propuestas más reales. El neoinstitucionalismo para Rhodes (1997) es un enfoque
funcional-descriptivo que concede un papel más autónomo a las instituciones. Nos
dice que es un producto del encuentro entre la historia con la teoría de las
organizaciones.
Según March y Olsen (1997), el neoinstitucionalismo debe ser abordado y visto
como una propuesta y búsqueda de ideas alternativas que simplifiquen las sutilezas
del saber empírico de un modo teóricamente útil.
Berger y Luckmann (1997), conciben dentro de un enfoque neoinstitucional que las
instituciones proporcionan maneras de actuar por medio de las cuales es modelada
67
y obligada a marchar la conducta humana, en canales que la sociedad considera los
más convenientes. Así también, North señala que “las instituciones son reglas del
juego en una sociedad o, más formalmente, son las limitaciones ideadas por el
hombre que dan forma a la interacción humana” (North, 2006:13, cursivas nuestras).
En el mismo sentido Rivas (2003) señala que las instituciones, en un sentido amplio,
son las reglas, normas y costumbres de operación del sistema. Son al mismo tiempo
las redes que sirven para enlazar y encauzar institucionalmente las relaciones de
intercambio económico, social y político entre los subsistemas o distintos
componentes del sistema.
El neoinstitucionalismo es un enfoque flexible en el estudio de las instituciones, de
cambio institucional y de las diversas dinámicas que influyen en las instituciones y
en los individuos, respectivamente. Se parte de la premisa de que las instituciones
son una creación humana, por tanto evolucionan y son alteradas por los seres
humanos. El que una institución sea estable no implica que no genere cambios. Así,
el cambio institucional es de gran importancia para el análisis institucional (Rivas,
2003). Dentro del proceso de cambio institucional según DiMaggio y Powell (1999)
se presentan cuatro etapas: la formación institucional, el desarrollo institucional, la
des-institucionalización, y la re-institucionalización.
En esta línea de cambio institucional se inscribe la investigación que realizamos en
la Cuenca Grijalva, es decir, el cambio o la evolución de las instituciones (reglas de
acceso y distribución) traducidas a una política pública del agua que se ejecutó en el
periodo 1950-2010. De igual forma cómo en este periodo las instituciones de la
sociedad local se establecieron y cambiaron para relacionarse interna y
68
externamente con las instituciones ajenas al territorio, al ejecutar éstas últimas
acciones en torno al agua.
Las instituciones externas e internas al territorio han ido cambiando, adaptándose e
influyéndose unas con otras de tal forma que, tenemos una complejidad y pluralidad
legal híbrida. Las reglas externas e internas sobre el acceso y distribución del agua
son marcos legales híbridos desarrollados o construidos y reconstruidos en una
trayectoria histórica de relaciones sociales en la cuenca.
Las diferentes disciplinas que abordan el neoinstitucionalismo son la economía, el
derecho normativo, las ciencias políticas y la sociología. Aunque en general se tiene
la concepción que es una corriente exclusivamente de la economía. Cada una de las
disciplinas ha desarrollado su enfoque teórico, nosotros resumimos a continuación
tres enfoques, y utilizaremos los dos primeros para analizar la trayectoria de las
instituciones en la cuenca del Grijalva, en el periodo 1950-2010. Resumimos el
tercer enfoque por ser el más conocido, se tiene la idea en general (como
mencionamos anteriormente) que la visión económica es la única que se aborda en
la teoría institucional y neoinstitucional.
1.4.2.1. El neoinstitucionalismo sociológico
Este enfoque destaca la centralidad y el papel de las instituciones en la
conformación de la vida política, la producción y la reproducción de la sociedad.
Además hace hincapié en los procesos de socialización, pues es a través de éstos
69
que los ciudadanos conforman sus patrones, valores y marcos de referencia. La
acción y el desempeño de los individuos son conformados por el entorno cultural y
social, y la acción de las instituciones son los marcos de referencia de los
ciudadanos. Entonces, las normas, valores, hábitos, roles, son categorías centrales
del neoinstitucionalismo sociológico.
Roth (2006), señala que “la vertiente sociológica del neoinstitucionalismo se inserta
en una renovación de las orientaciones y conclusiones de la sociología de las
organizaciones, pues contrariamente a ésta, la sociología neoinstitucional postula
que la mayoría de las formas y procedimientos pueden ser entendidas como
prácticas particulares de origen cultural parecidas a los mitos y ceremonias
inventadas en numerosas sociedades. De esta forma, el análisis de las
organizaciones integra el estudio de las variables culturales en la aprehensión de las
condiciones de formación y funcionamiento de las organizaciones” (Roth, 2006:41,
cursivas nuestras).
March y Olsen (1997), mencionan que en el neoinstitucionalismo se destacan los
elementos cognitivos (como las ideas o la cultura) en la relación entre individuos e
institución y conciben a las instituciones, por consiguiente, como marcos de
referencia cultural que determinan el comportamiento de los individuos. Dentro de
esta corriente sociológica no hay cabida para ningún ejercicio racional; “las prácticas
institucionales son simplemente productos culturales y los individuos se apegan a
ellas porque no pueden considerar otras alternativas de comportamiento que las
prescritas por la cultura institucional en las que viven y han sido socializadas” (March
y Olsen, 1997: 23).
70
DiMaggio y Powell (1999), señalan categóricamente que el neoinstitucionalismo
sociológico destaca “las formas en que se estructura la acción y se hace posible el
orden mediante sistemas compartidos de reglas que a la vez limitan la tendencia y la
capacidad de los actores para optimizar, y privilegian algunos grupos cuyos
intereses son asegurados por las sanciones y recompensas prevalecientes”
(DiMaggio y Powell, 1999: 45).
Cuando se habla de sistemas compartidos de reglas, éstas son las instituciones
creadas, con algún grado de concertación interna en territorios específicos, donde la
mayoría del grupo social es representado, situación que lleva consigo
intrínsecamente las variables de cambio e hibridación en el transcurso del tiempo. A
nivel externo los sistemas compartidos de reglas, es decir, las reglas externas
generalmente del ala gubernamental son impuestas a los territorios, estos sistemas
no reconocen la complejidad y pluralidad legal de los territorios. Sin embargo, en el
momento de accionar las reglas internas y externas se hibridan y forman sistemas
dinámicos que se van adaptando a los intereses del o los grupos sociales que
interactúan en el o los territorios específicos.
Resumiendo, el nuevo institucionalismo sociológico dará mucha importancia al
estudio del ambiente y de los entornos culturales, sociales y políticos a través de los
cuales los distintos actores y agencias intervienen y se desempeñan, teniendo así
relaciones muy cercanas y estrechas entre los individuos (ciudadanos) y las
agencias (organizaciones) dentro de un determinado sistema social y político.
71
1.4.2.2. El neoinstitucionalismo politológico
Esta corriente integra los preceptos del análisis racional de la economía y del
análisis institucional aportado por la sociología en el estudio de la política. Se
concede gran atención a los mecanismos a partir de los cuales individuos y
organizaciones toman decisiones.
Madueño (1999), retomando elementos de la propuesta de Giddens (1996) señala
que “este nuevo institucionalismo considera a la cultura como la generadora de las
instituciones, pues supone que éstas conforman el conjunto de normas y tradiciones
que tienen su origen en las rutinas organizacionales” (Madueño, 1999:23).
La perspectiva neoinstitucional politológica toma muy en cuenta la cuestión del
cambio institucional como proceso que supone nuevos entramados, la presencia de
nuevos actores políticos con nuevos costos de transacción, incluyendo nuevas
rutinas, reglas del juego, en aras de mayor eficiencia y estabilidad, aunque muchas
veces no ocurra y se consiga dicho fin. Esta corriente retoma el papel desarrollado
por el Estado como principal agencia productora de leyes, de estabilidad y de
integración política en la sociedad; de manera paralela (al Estado) están los partidos
políticos, grupos económicos, ONG y el parlamento, como integradoras del orden y
estabilidad de los sistemas (Rivas, 2003).
En efecto, esta corriente del neoinstitucionalismo, en tanto estudia el papel
desarrollado por el Estado en la generación de leyes, nos ayuda a comprender la
72
generación de las leyes de aguas nacionales en el periodo 1950-2010 en México,
específicamente cómo se concretaron en una política pública del agua en este
periodo. Aquí no nos interesa en sí la existencia (México) o ausencia (Guatemala) de
ley, sino lo que se pone en juego al crearla e implementarla o en impedir la creación
de ley de aguas en Guatemala; lo que nos conduce a observar no lo que se debió
hacer o lo que se hace en la actualidad por parte de las estructuras operativas del
Estado mexicano y guatemalteco, sino los intereses que se ponen en juego.
1.4.2.3. El neoinstitucionalismo económico
Resumimos esta corriente debido a que se tiene la percepción general que es la
única que aborda la teoría de las instituciones. En este sentido es válido resumirla a
continuación y explicar por qué no es pertinente para nuestro análisis. Esta corriente
parte de la premisa según la cual se concibe a las instituciones “como conjunto de
reglas que son obedecidas debido a la amenaza de una posible sanción. De manera
que desde esta posición asumiríamos que los individuos se desempeñan como
seres racionales capaces de calcular si el beneficio de no obedecer las reglas es
mayor o menor que la sanción, o cuál es la probabilidad –en caso de romper una
regla- de ser descubiertos y sancionados” (March y Olsen, 1997:23). Dentro del
neoinstitucionalismo económico la estabilidad es el resultado de la obediencia al
conjunto de reglas que norman la actividad económica.
Según North (2006), el neoinstitucionalismo económico fija su atención en el estudio
de las instituciones como mecanismos desarrollados para reducir los costos de
73
transacción implícitos en todo intercambio. De allí que las rutinas institucionales
existen sobre todo para reducir los costos entre individuos y grupos con el objetivo
central de aumentar la eficiencia en términos de fines y ganancias. En este sentido,
las instituciones son importantes como elementos fundamentales del contexto
estratégico, dado que imponen una serie de restricciones al comportamiento basado
en el interés personal, es decir, definen o restringen las estrategias que los actores
políticos, sociales y económicos adoptan en la lucha y en los procesos por alcanzar
sus objetivos.
Dentro del neoinstitucionalismo económico la calidad, el nivel, el desempeño y la
eficiencia de las instituciones y de las transacciones es fundamental. Estos mismos
factores permiten explicar tanto la estabilidad como el cambio institucional, dado que
las acciones y toma de decisiones están guiadas y estructuradas en función de
maximizar intereses y metas (Rivas, 2003).
En este contexto el enfoque del neoinstitucionalismo económico no es viable en la
investigación sobre el recurso agua en la Cuenca Grijalva; no estamos investigando
la calidad, el nivel, el desempeño y eficiencia económica de las instituciones.
Estamos analizando la política pública del agua en la cuenca, es decir, los valores y
normas que se establecieron, los valores y las normas que en la actualidad operan
para el acceso y distribución del recurso, así como las estructuras gubernamentales,
planes, programas y proyectos que se ejecutaron en el periodo 1950-2010, en tanto
son parte de la política pública ejecutada en el periodo.
74
Se pueden destacar tres aspectos en este apartado teórico sobre
neoinstitucionalismo. Primero, el pensamiento institucional destaca el papel
desempeñado por las estructuras institucionales en la imposición de elementos
ordenadores de las conductas, de la convivencia y de las diversas interacciones
entre los individuos, la sociedad y el Estado, respectivamente. Segundo, el nuevo
institucionalismo “en sus diversos enfoques parte de la premisa que las instituciones
importan y subrayan en mayor o menor medida un papel central en la estructuración
de la política y en la estabilidad y certeza que otorgan a la interacción política”
(Rivas, 2003: 43).
Y tercero, son dos modelos opuestos de propuestas de neoinstitucionalismo. En el
primer modelo, las instituciones son exteriores al actor, estableciéndose una
marcada distancia entre ellos. El actor tiene conciencia de esa separación y puede
operar sobre las instituciones para cambiarlas o en su defecto mantenerlas y así
poder asegurar resultados políticos o de política pública favorable a sus intereses;
aquí estaría la perspectiva de North. En el segundo modelo, opuesto al interior, las
instituciones se encuentran en el interior mismo del actor a través de prácticas,
procedimientos, rutinas. Por ello, el actor no puede distanciarse fácilmente de las
instituciones, ni puede en la mayor parte de los casos originar cambios
institucionales concientes; aquí estarían las propuestas de March y Olsen, y
Giddens, en la medida en que, “como las instituciones moldean tanto las estrategias
como las preferencias del actor, este último no puede separase totalmente de
aquellas, ni establecer una distancia que le permita plantear cambios concientes”
(Rivas, 2003:43).
75
¿Qué enfoques empleamos en nuestra investigación?
Para la investigación sobre la política (policy) del agua ejecutada en la Cuenca
Grijalva en el periodo 1950-2010, ponemos en práctica los enfoques neoinstitucional
sociológico y politológico.
El neoinstitucionalismo sociológico nos ayuda a identificar, observar y analizar las
reglas o instituciones que conforman y le dan cuerpo al accionar de las estructuras
del Estado mexicano y guatemalteco. En la escala de las instituciones comunitarias
nos ayuda a identificar y analizar cómo las reglas externas (del Estado) se
amalgaman o repelen con las reglas o instituciones comunitarias.
En caso de amalgamarse reglas internas y externas se generan instituciones
híbridas que cambian constantemente de acuerdo a la dinámica de los actores del
sistema social. Parafraseando a March y Olsen (1997), las instituciones son los
marcos de referencia cultural que determinan el comportamiento de los individuos,
es decir, las prácticas institucionales son simplemente productos culturales y los
individuos se apegan a ellas porque no pueden considerar otras alternativas de
comportamiento que las prescritas por la cultura institucional en las que viven y han
sido socializadas. Las prácticas culturales de las comunidades son la plataforma
donde se establecen las instituciones (reglas) de acceso y distribución del recurso
agua.
También, consideramos el planteamiento de DiMaggio y Powell (1999), es decir,
cómo dentro de las formas donde se estructura la acción, las reglas compartidas
privilegian a algunos grupos cuyos intereses son asegurados por las sanciones y
76
recompensas prevalecientes, es decir, el acceso diferenciado al recurso agua en
este caso. Encontramos el establecimiento de reglas de acceso y distribución
tendientes a hacer una diferenciación en las comunidades visitadas en la cuenca del
lado mexicano y guatemalteco, pero también en las reglas establecidas en materia
de agua por los gobiernos de los dos países.
Ponemos como pilar la corriente del neoinstitucionalismo politológico para identificar
y analizar las reglas de acceso y distribución del recurso agua, implementadas por
los aparatos del Estado mexicano y guatemalteco, en la Cuenca Grijalva en el
periodo 1950-2010. Estas reglas de acceso y distribución, las estructuras operativas
tanto gubernamentales como no gubernamentales (en la actualidad), los planes,
programas y proyectos, conforman en conjunto nuestro analisis de la política pública
ejecutada en la cuenca en el periodo 1950-2010.
Este enfoque, como dijimos anteriormente (según Madueño, 1999), considera a la
cultura como la generadora de las instituciones y supone que éstas conforman el
conjunto de normas y tradiciones que tienen origen en las rutinas organizacionales.
Trasladando este posicionamiento a la investigación que realizamos, podemos decir
entonces que, las estructuras operativas del Estado conformadas de 1950 a 2010
para establecer y aplicar las reglas de acceso y distribución del agua en la Cuenca
Grijalva tienen una trayectoria cultural que les dio origen.17 De igual forma la
17
Para el análisis de la cuenca del lado mexicano podemos mencionar que desde la época colonial la corona española otorgaba las mercedes de agua y tierra (permisos de usufructo), posteriormente se incluyó un apartado de aguas en la ley general de vías de comunicación de 1888, donde se establecían las reglas de acceso a través de permisos del gobierno federal; a partir de ese año una serie de leyes y reglamentos fueron publicados para finalmente llegar a 1946, donde una sola institución del gobierno federal era la responsable de todos los aspectos relacionados al recurso agua y al desarrollo regional, la SRH; esta secretaría fue la responsable de ejecutar la política pública del agua en la Cuenca Grijalva hasta 1976, en ese año desaparece y el sector hidráulico se pasa a la
77
trayectoria histórico-cultural de las comunidades rurales e indígenas en la cuenca es
la base de las reglas establecidas en territorios y contextos específicos. Así tenemos
una diversidad y complejidad de reglas que intervienen, interactuando mutuamente
en los diferentes territorios de la cuenca, es decir, un pluralismo legal.
1.5. El concepto de pluralismo legal como eje de análisis de las instituciones
presentes en la cuenca
Se entiende por pluralismo legal o complejidad legal, la existencia y la interacción de
diferentes ordenes legales (generalmente estatales y no estatales) en el mismo
espacio sociopolítico (Boelens et al., 2004). Los esfuerzos intelectuales para
comprender las prácticas han contribuido para que el concepto se integre al análisis
del desarrollo y a las estrategias de intervención, debido a la existencia de un
reconocimiento creciente en las políticas de desarrollo (Boelens y Davila, 1998,
Pradhan et al., 1997 y 2000). El concepto se empezó a posicionar en el ámbito
académico desde los años 80 del siglo pasado, anteriormente las teorías
dominantes acerca de la ley eran antagónicas a todas las nociones de pluralidad
legal (Woodman, 1998).
El uso del concepto como herramienta de análisis surgió y se expandió
principalmente en los estudios sobre la gestión y la explotación de los recursos
naturales. La presión creciente y los conflictos en torno a los recursos naturales, su
explotación, los asuntos sobre acceso y distribución, y las agendas para la
sustentabilidad y la conservación de éstos han hecho que la gestión de los mismos
sea un tema prioritario en los estudios y políticas de desarrollo (Boelens et al., 2004). SARH. Posteriormente en 1999 se crea la Comisión Nacional del Agua, responsable hasta la fecha de otorgar los permisos o títulos de aprovechamiento de aguas nacionales.
78
Según los autores mencionados en el párrafo anterior, en los estudios sobre
pluralismo legal coinciden en tres aspectos centrales. Primero, el concepto abre la
posibilidad de la existencia de más de un orden legal en la sociedad. La forma de
representación de la ley estatal fuertemente institucionalizada y profesionalizada es
vista como un recurso más dentro de los existentes en la práctica que, la gente
utiliza para abordar los asuntos del orden y control social en la sociedad. Desde la
perspectiva legal pluralista, el concepto de ley ya no se refiere solamente a la ley
estatal, sino a una variedad de formas más o menos formalizadas e
institucionalizadas de ordenamiento normativo en la sociedad.
Segundo, el pluralismo legal ha contribuido estimulando la relación entre ley y
comportamiento desde la perspectiva de los actores. Es decir, cuando se definen por
ejemplo programas de desarrollo, se comete generalmente el error de creer que la
ley estatal es la única a ponerse en práctica, cuando la realidad es que la gente tiene
una gama de opciones tanto de las fuentes estatales como de las no estatales.
Tercero, el pluralismo legal se sustenta en una complejidad legal al existir diversos
marcos reguladores para un mismo propósito dentro de la sociedad. Los marcos
reguladores no son independientes unos de otros, su origen y característica central
es su carácter dinámico e híbrido. Para Boelens et al., (2004), los sistemas legales
en las situaciones legales plurales no sólo coexisten sino también interactúan y son
permeables entre sí, a tal punto que tales interacciones producen nuevas formas
híbridas de ley que han incorporado elementos de dos o más sistemas legales en
una forma totalmente nueva de ley local.
En la actualidad se reconocen, además de la corriente del pluralismo legal, cuatro
corrientes de pensamiento que abordan el tema de gestión del agua y riego: el
79
enfoque ingenieril tecnocrático, el nuevo-institucionalismo (neoinstitucionalismo), la
teoría de los recursos de propiedad común (common property resources theory), y
los enfoques de empoderamiento. Todas estas corrientes han influido en el pasado y
en el presente en las políticas, prácticas y discursos de intervención de la gestión de
recursos hídricos.
Al enfoque ingenieril tecnocrático se le atribuye un modo poco transparente y
burocrático de los sistemas de gestión de agua (riego, doméstica o entubada –
urbana y rural), una relación costo-beneficio negativa, poca eficiencia en el uso del
agua que provoca derroches en la cantidad, y sus prácticas de uso generan
contaminación. Como característica principal este enfoque es centralista o vertical
en la toma de decisiones: los ingenieros civiles son el eje de la formulación de la
política pública del agua, es decir, la visión técnica es la base de la toma de
decisiones por encima de los aspectos histórico-culturales, ambientales y
económicos.
En México y Guatemala, la visión de la gestión del agua desde las estructuras del
Estado, sigue sustentada en la práctica en el enfoque ingenieril tecnocrático. En
efecto, en México desde principios de los años 90 del siglo pasado y en Guatemala
desde principios de esta primera década del siglo XXI, se han formulado acuerdos y
leyes de descentralización que en la práctica siguen siendo centralistas por el hecho
de visualizarse como unidireccionales. La descentralización en ambos países en la
cuenca se ha quedado, en el mejor de los casos, en actas administrativas de
participación ciudadana en los programas y proyecto implementados por las
estructuras gubernamentales. México por ser un Estado federado con entidades
estatales independientes constitucionalemente, debería tener menos inconveniente
80
en descentralizar funciones; en cambio el Estado guatemalteco es centralizado y por
esa razón ha legislado leyes de descentralización hacía los municipios.
La descentralización debe considerar que el agua es poder y, en este sentido, el
poder de la gestión recae primordialmente en el derecho de los ciudadanos comunes
y corrientes que aprovechan y se distribuyen el recurso agua en lo local, a través de
sus instituciones (reglas del juego). Sin embargo, lo que hemos observado en
México y Guatemala en la cuenca del Grijalva es una descentralización de funciones
operativas hacia autoridades municipales, y se mantiene el control de derechos de
agua en las estructuras gubernamentales, al igual que los presupuestos. Debemos
aclarar que en Guatemala aunque el agua se considera un recurso administrado por
el Estado, en la práctica las fuentes de agua se venden al mejor postor, en la
práctica los dueños de los terrenos donde existen fuentes de agua o cruzan arroyos
o ríos también son los dueños del agua.
Boelens (2003) menciona que un derecho de agua, no es solamente una relación de
acceso y uso entre “el sujeto” (usuario) y el “objeto” (el agua), es sobre todo una
relación social y una expresión de poder entre humanos. Es una relación de
inclusión y exclusión al mismo tiempo, y tiene que ver con el control de la toma de
decisiones. Por esto, es crucial considerar la relación de doble vía que se establece
entre los derechos de agua y el poder: las relaciones de poder determinan las
propiedades clave de la distribución, los contenidos y la legitimidad de los derechos
de agua y, por su parte, los derechos de agua, reproducen la estructura de
relaciones de poder.
Así la descentralización no sólo debería considerar la planeación de los recursos
económicos, sino partir del hecho que existe una infinidad de estructuras legales
81
locales de los grupos que aprovechan y se distribuyen el agua bajo una relación de
poder interna y externa al sistema social en acción; estos grupos tienen la capacidad
y el derecho a decidir su propio destino. Las estructuras legales comunitarias en los
territorios de la cuenca son dinámicas e inciertas, en tanto posiciones de poder
sobre el agua. Esta realidad debe ser considerada con el fin de adaptar los
esquemas externos (leyes, programas y proyectos gubernamentales y de ONG´s) a
los procesos de cambio local, y no al revés como sucede en la actualidad. La
adaptación interna a las dinámicas externas, para México y Guatemala
generalmente sucede en los cambios de los periodos administrativos de los
gobiernos (3,4 y 6 años): las reglas externas se cambian dependiendo del partido y
grupo que llega al poder político, en el caso de las ONG´s de acuerdo a las fuentes
de financiamiento y los tiempos de ejecución de los programas y proyectos. En esta
lógica de adaptación a las reglas externas, las reglas internas se modifican
aceleradamente porque deben caminar a un ritmo no sólo interno sino también
externo. El resultado de este proceso es una hibridación de marcos legales.
Abordamos el nuevo-institucionalismo (neoinstitucionalismo) en su concepción
teórica páginas arriba. Según Boelens et al. (2004), las investigaciones con enfoque
neoinstitucional en materia de recursos naturales se encaminan al estudio y
planteamiento de propuestas para cubrir incentivos financieros principalmente, en el
contexto de los mercados e instituciones para mejorar la eficiencia de los recursos
(naturales), para ejemplificar esta afirmación los autores desarrollan el tema de agua
para riego.
El neoinstitucionalismo considera según Boelens et al. (2004) que el poco
desempeño y eficiencia del riego es resultado del otorgamiento de incentivos
82
perversos, lo cual tiene su origen en la forma de financiamiento pasada y actual de
los sistemas de riego. Tradicionalmente, muchas organizaciones de riego de todo el
mundo dependían o dependen de donaciones externas, así como de préstamos a
los gobiernos para financiar la construcción de nueva infraestructura y subsidiar los
costos de gestión del agua en los aspectos de mantenimiento y operación de los
sistemas de riego. Esta visión de cómo trabajar el agua de riego, lleva a un
desprecio de las necesidades e intereses locales, un favoritismo por inversiones
intensivas de capital en la construcción y rehabilitación que, de alguna manera son
cargadas en los desiguales precios internacionales de los productos agropecuarios o
en definitiva se cobran con intereses elevados cuando son préstamos directos a los
gobiernos nacionales. La visión no considera la gestión y conservación del agua en
tanto se enfoca a inversiones, existe también una completa ausencia de niveles de
desempeño consensuados.
Las soluciones que plantea el nuevo institucionalismo para erradicar o minimizar los
incentivos perversos en los sistemas de riego son la recuperación de costos de
inversión, la rendición de cuentas a los y de los usuarios y la autonomía financiera.
En otras palabras se tiene como base la conformación de agencias de riego que
vendan los servicios a los regantes y recuperen así los costos de inversión,
mantenimiento y operación de los sistemas de riego con las cuotas de los usuarios.
Una cuestión clave en el enfoque neoinstitucionalista sobre el riego es contar con
derechos bien definidos sobre el agua y que se puedan hacer cumplir; estos
derechos son condición fundamental para la creación de mercados de agua
(Rosegrant y Binswanger, 1994, Perry et al., 1997, citados por Boelens et al., 2004).
Así, los derechos de agua en la escuela neoinstitucionalista se ven como el
83
complemento legal de la infraestructura y las instituciones organizacionales, siendo
las tres variables necesarias para una asignación y distribución efectiva del agua.
Los derechos de agua en esta corriente del pensamiento se consideran de carácter
prescriptivo, es decir, los títulos (derechos) de agua o la ley de agua deben cambiar
de acuerdo al mejoramiento de la gestión del recurso.
Los derechos o sistemas de derecho local existentes en materia de riego se ven en
perspectiva comparativa con el modelo ideal del neoinstitucionalismo, se llega
generalmente a la conclusión que los primeros no cumplen con las condiciones de
propiedad de derechos de agua bien definidos. Así, la existencia de múltiples
ordenes legales en la realidad campesina e indígena para la gestión del agua, no se
reconoce y discute.
En efecto, Boelens et al. (2004) analizan el enfoque neoinstitucional aplicado a
sistemas de riego. Sin embargo, los mismos principios se pueden generalizar para el
agua doméstica en zonas urbanas, rurales e indígenas y en sistemas urbanos de
saneamiento de aguas residuales.
La teoría de los recursos de propiedad común (common property resources theory)
La corriente de recursos de uso común es la respuesta a los planteamientos
realizados por Gordon (1954), Scott (1955), Milliman (1956), Demsetz (1967) y
Hardin (1968), los cuales se encaminan a argumentar que el acceso a los recursos
naturales bajo una forma común lleva a la degradación y sobreexplotación de los
mismos. El máximo exponente de esta teoría o al menos el más citado por sus
seguidores y por sus críticos es el biólogo norteamericano Garret Hardin, su artículo
“The Tragedy of Commons" publicado en 1968 es la bandera o el blanco. El biólogo
argumenta que el tener libertad de uso de recursos naturales comunes lleva a los
84
humanos a adoptar una racionalidad a corto plazo, es decir, la falta de reglas de
control y de seguridad en la tenencia estimula a cada usuario a aumentar la tasa de
consumo antes de que lo hagan sus vecinos. El incremento del aprovechamiento le
genera al usuario beneficios inmediatos, pero los costes (costos) se cargan al resto
de los usuarios, estos costes son una parte ínfima de las ganancias logradas a nivel
particular; así se genera la degradación y sobreexplotación de los recursos de uso
común, y esto es lo que califica como tragedia.
Por su perfil académico, Hardin no considera el desarrollo histórico de la humanidad
y sus sistemas económico-sociales que han permitido a individuos y grupos de la
sociedad amasar grandes fortunas económicas, a través del aprovechamiento
desmedido de los recursos naturales bajo la lógica del mercado. Estos individuos y
grupos sociales empresariales tienen bien definidas las reglas de explotación de los
recursos naturales que les permiten las leyes de los Estados nacionales, pero su
comportamiento plasmado en sus prácticas no es precisamente bajo una lógica de
preservación, cuidado y buen manejo de los recursos naturales. Luego entonces, no
es tan cierto que sólo con reglas bien definidas tendientes a la privatización de los
recursos se garantice el uso racional.
Para Boelens et al., (2004), un concepto clave en la teoría de los recursos de uso
común es la propiedad. La propiedad es el reclamo de un flujo de beneficios
(ingresos), es decir, no es un objeto sino más bien una relación social que define al
poseedor de la propiedad con respecto a algo de valor (el flujo de beneficios) frente
a todos los demás (Bromley, 1992). Los regímenes de propiedad común se
caracterizan por mantener algunos recursos bajo propiedad colectiva, y esta
colectividad tiene una relativa autonomía y autoridad para establecer reglas,
85
derechos, obligaciones y procedimientos con respecto a la gestión y distribución del
recurso. Los derechos y obligaciones de los miembros se derivan de este derecho
colectivo a usar y regular el recurso común (Boelens et al., 2004).
Algunos sistemas de riego y sistemas de agua doméstica comunitarios (rurales e
indígenas) tienen características de regímenes de propiedad común. Generalmente
en estos sistemas se combinan los derechos de agua, las responsabilidades y la
gestión del recurso hídrico; de forma balanceada estas tres variables en conjunto
logran una gestión global exitosa. Dentro de las responsabilidades de los usuarios
se identifica la movilización de la mano de obra, materiales y fondos requeridos para
la operación y el mantenimiento; los derechos se concretizan en recibir oportuna y
adecuadamente el agua (Gerbrandy y Hoogendam, 1998; Ostrom, 1992). Se
argumenta por algunos autores que aquellas personas que más necesitan o usan el
agua deberían tener también derechos de control de su gestión (Ostrom, 1992;
Swarteveen y Meinzen-Dick, 2000; Pradhan et al., 2000). Boelens et al. (2004)
mencionan que el sector académico que estudia los derechos de propiedad
generalmente tiene mucha fe en la efectividad de los sistemas y derechos locales
tradicionales.
La crítica que se hace a la visión académica que analiza los sistemas y derechos
tradicionales en torno a los recursos de uso común, es su percepción idílica.
Ideológicamente observa y propone a estos sistemas como una forma para lograr la
sustentabilidad ambiental y social. Este enfoque académico, con frecuencia observa
a los regímenes de propiedad común como más equitativos socialmente, frente a los
sistemas o regímenes de propiedad privada. Este tipo de análisis tiene en la práctica
limitaciones que se vuelven peligros. Así por ejemplo, parten y dan como un hecho
86
que la comunidad es unitaria, homogénea y solidaria. Con este punto de partida
dejan de visualizar la diversidad interna y los conflictos que se presentan, tampoco
observan la dinámica, fluidez y la complejidad de las formas legalmente plurales de
regulación (Boelens et al., 2004).
El enfoque de empoderamiento
En una perspectiva de desarrollo el enfoque propone y promueve la equidad, la
democracia y la justicia social (Scott, 1985; Friedmann, 1992; Nelson y Wright,
1995). El desarrollo equitativo se alcanzará siempre y cuando la gente tenga el
poder para decidir democráticamente lo que le conviene en una perspectiva de
desarrollo. La cuestión es minimizar el poder que tienen en la actualidad las
agencias de desarrollo internacionales, nacionales y regionales sean éstas
gubernamentales o no gubernamentales.
Los campesinos, indígenas y mujeres son en la actualidad los que menos poder
tienen en las estructuras formales, el control que ejercen sobre el agua y los
recursos relacionados es mínimo. La poca eficiencia de los sistemas de riego y agua
potable, en los aspectos de inversión, operación, mantenimiento y optimización del
recurso, se debe en su mayor parte a las políticas centralistas de toma de
decisiones, es decir, al control del poder sobre el agua.
El enfoque de empoderamiento se centra más en los aspectos políticos que en los
económicos. El control político y organizacional del agua y su infraestructura son
elementos clave para la existencia y desarrollo de organizaciones de usuarios
exitosas. La gestión del agua, los derechos de propiedad y el riego en general, se
conciben como un reflejo importante de las relaciones sociales de poder
prevalecientes. Los derechos de propiedad se entienden como relaciones sociales
87
entre personas. Asimismo, las diferencias en el acceso y el control de los recursos
son reconocidos como un determinante principal de las inequidades e injusticias
sociales a un nivel más amplio. Se entiende poco al modo en que las normas y leyes
estructuran la manera en que las necesidades e intereses son articulados y
negociados (Boelens et al., 2004).
Dentro de este enfoque sólo recientemente algunos autores han analizado la
existencia de una pluralidad de normas y leyes que puede tanto habilitar como limitar
a la gente en sus negociaciones y luchas relacionadas con el acceso y control del
agua (Roth, 1998, y 2003; Mosse, 1997; Pradhan et al., 1997; Benda-Beckmann et
al., 1998; Apollin, 2002; Boelens y Doornbos, 2001).
En resumen, los actuales enfoques sobre la gestión de los recursos hídricos,
exceptuando los análisis sobre empoderamiento de los autores mencionados en el
párrafo anterior, comparten y presentan una visión instrumentalista y funcionalista de
la ley. Los enfoques neoinstitucionalistas o tecnocráticos desprecian o consideran
un obstáculo en aras de la eficiencia la existencia de condiciones sociolegales
complejas. En el propio enfoque de recursos de uso común, las condiciones legales
plurales se reducen a formal/informal (Schlager y Ostrom, 1992), no obstante de
reconocer a los derechos de propiedad como elemento central para determinar el
uso y la gestión de los recursos naturales. Por su parte el enfoque de
empoderamiento, a pesar de reconocer la importancia de la ley y los derechos en el
comportamiento y en las relaciones de poder en la sociedad, frecuentemente no
explora la fluidez y la dinámica de las condiciones legales plurales (Boelens et al.,
2004).
88
Como podemos observar, los enfoques anteriormente esbozados ponen poca o nula
atención al concepto de pluralismo legal o complejidad legal. Sin embargo, dicho
concepto es central para comprender los diferentes derechos sobre el agua que se
ponen a funcionar en el aprovechamiento y gestión del recurso en realidades
concretas. Así, Boelens et al., (2004) mencionan tres puntos sobre la importancia
del concepto. Primero, los sistemas de gestión del agua son frecuentemente usados
y manejados en condiciones legalmente plurales, donde las reglas y principios de
diferente origen y legitimación coexisten e interactúan. Segundo, el análisis de las
condiciones legalmente plurales es central para analizar y comprender las normas,
reglas, derechos, formas de regulación, explotación y gestión que existen en los
sistemas de agua. Tercero, poner los ojos en el pluralismo legal y sobre el
significado social de la ley, en general ayuda de alguna forma a llamar la atención
sobre las condiciones legalmente complejas, de una manera analítica más
sofisticada que al hacer distinciones entre formal e informal.
1.6. La complementariedad de los preceptos teóricos de hidropolítica, teoría
de las instituciones y pluralismo legal en la investigación
Para una mejor comprensión del análisis de la hidropolítica o política pública del
agua en el territorio de la cuenca realizamos un mapa-diagrama. Como
mencionamos en el apartado correspondiente al concepto de hidropolítica,
específicamente en la matriz generada por Turton (2002), debemos visualizar en la
escala internacional cómo se definen, en este caso, las políticas de desarrollo y las
de medio ambiente y recursos naturales, ambas relacionadas directamente con el
89
recurso agua. De esa visión internacional debemos de ir bajando hasta llegar a la
escala central que nos interesa, es decir, la cuenca Grijalva.
Partimos del hecho que el modelo económico define la visión del desarrollo y ambos
permean hacia los Estados nación. Así, México y Guatemala, teniendo como
horizonte la dinámica internacional, han venido elaborando las políticas públicas, en
este caso la del agua.
No ha sido una sola visión del desarrollo la que se ha ejecutado en la cuenca,
identificamos por lo menos tres: una visión de desarrollo bajo la estrategia de polos
de desarrollo, una sobre desarrollo rural, y una más reciente encaminada a la
gestión integral de recursos naturales. Estas dos últimas se encuentran actualmente
funcionando de manera aislada dentro del territorio de la Cuenca Grijalva, explicable
por las políticas públicas sectoriales que se planean y ejecutan.
En nuestro mapa mental (figura 1) visualizamos dos políticas o hidropolíticas del
agua, una gubernamental y otra desde las comunidades locales, cada una con
normas (escritas o definidas bajo el derecho consuetudinario) para el acceso y la
distribución del agua. La parte escrita de esas normas se traduce a leyes y
reglamentos (sinónimo de institución) del Estado para justificar su intervención en la
cuenca. La intervención se realiza a través de estructuras operativas que planean y
ejecutan planes, programa y proyectos en los territorios de la cuenca.
90
Figura 1. Categorías, conceptos y variables que se analizan y su interrelación.
Hay dos características centrales en la política de intervención gubernamental en la
cuenca, sus acciones son de tipo ingenieril con una visión de arriba hacia abajo y
sectorial al interior (del sector hidráulico), y al exterior con otros sectores. Me explico,
la intervención gubernamental que se ha venido realizando desde 1950 hasta la
fecha se ha enfocado exclusivamente a construir obras bajo el enfoque de la
Hidropolítica (política del agua o políticas públicas del agua) B a s e C u l t u r a l
Hidropolítica (política del agua comunitaria) B a s e C u l t u r a l
Determinantes Internacionales/ Modelo de Desarrollo
Estructuras operativas
gubernamentales
Reglas (leyes) o instituciones del
Estado
Estructuras operativas (comités de usuarios)
Reglas o instituciones comunitarias híbridas y
dinámicas
Planes, Programas Proyectos (Infraestruc-
tura en general.)
C u e n c a: Desarrollo regional / / rompimiento (70´s) / / Desarrollo rural-----Manejo Integral (90´s)
Pluralismo
Legal
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Proyectos o sistemas (miniriego / agua
doméstica)
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Dinámicas locales
Cuenca y Dinámicas Regionales: incremento de población, población y recursos naturales (agua, tierra,
bosque), población y marginación, población y migración.
En
foq
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gen
ieril
tecn
ocrá
tico
Subcuenca y micocuenca
Desarrollo endógeno
Política concentrada a sectorial Política Integral
Participativa
Aprovechar la experiencia
91
ingeniería civil (la técnica por encima de otras disciplinas y por encima del
conocimiento de la población), y no se visualizan los aspectos socio-organizativos,
económicos, ambientales y mucho menos los culturales. Al interior del sector
hidráulico están desconectadas las intervenciones que se realizan en materia de
agua potable, riego, industria, generación de energía eléctrica, pesca, calidad del
agua, control de inundaciones. Al exterior no se visualiza la integralidad de la cuenca
y su conexión con la cubierta vegetal y el suelo por ejemplo, tampoco con las
actividades productivas que se realizan al interior del territorio donde otras instancias
gubernamentales se encuentran implicadas. Las leyes están hechas bajo una
estrategia sectorial que no permiten la coordinación de acciones y fomentan una
visión de extracción y no de inversión en las cuencas.
Como la política pública del agua que se ejecuta en la cuenca es de tipo sectorial (y
dividida al interior), no se visualizan las dinámicas regionales y el impacto o la
estrategia que se podría poner en práctica para incidir concretamente en la variable
población y su conexión con los recursos naturales chasis de la cuenca (suelo, agua
y cubierta vegetal), así tampoco cómo el recurso agua puede contribuir a disminuir la
marginación y la migración en los territorios de las cuencas, subcuencas y
microcuencas.
Todas estas características de la política pública del agua, descritas líneas arriba,
nos llevan a analizarla desde la corriente del neoinstitucionalismo politológico.
La otra política del agua corre paralela a la gubernamental y en momentos se
complementan o se repelan, es decir, la política de la población que establece sus
propias reglas de acceso y distribución sobre el recurso agua. Esta hidropolítica se
establece principalmente en comunidades rurales e indígenas, donde muchas veces
92
está de por medio una cosmovisión (creencias, organización, rito) de la población.
En este caso, se tienen reglas para el acceso y distribución del recurso
generalmente no escritas, estructuras operativas que hacen cumplir dichas reglas y
también se gestionan o se ejecutan proyectos comunitarios y extracomunitarios para
riego y agua doméstica; todo bajo un contexto y una dinámica local.
Existe aquí una diversidad de reglas internas que se convierten en un pluralismo
legal, las cuales en algunos momentos se amalgaman o repelan entre ellas o con las
reglas externas (estatales), dependiendo de los intereses que se ponen en juego.
Esta hidropolítica se puede analizar desde la antropología legal y el
neoinstitucionalismo sociológico.
Finalmente para terminar la explicación del mapa mental, nos permitimos comentar
el significado de las flechas en rojo.
Nuestras flechas en rojo en la parte inferior del mapa, nos indican cambiar la visión
sectorial de la política del agua hacia una visión de política integral participativa,
donde las dinámicas regionales y sobre todo las locales se consideren un punto
central para definir una política pública coherente con la realidad específica de
subcuencas y microcuencas. Esta política debe partir del reconocimiento de una
visión ingenieril y de la visión de la población local, es decir, de sus intereses en
torno al recurso. Ambas visiones tienen reglas de acceso y distribución del recurso
agua, es decir, se mueven en el campo del pluralismo legal; éste es el punto de
desencuentro en la actualidad y se debe transformar en punto de unión para hacer
coincidente y tolerante la política pública gubernamental con la política del agua de
la población local, de tal forma que se conforme una política híbrida y se incida en
una escala que se pueda manejar como son las subcuencas y microcuencas.
93
Concluyendo, la línea central del presente trabajo es investigar la hidropolítica o
política pública del agua en la cuenca de 1950 al 2010, a través de las reglas
(instituciones) establecidas tanto de la parte gubernamental como de la población
que habita en el territorio de la cuenca. Para analizar las reglas gubernamentales
utilizamos la corriente del neoinstitucionalismo politológico, y para analizar las reglas
comunitarias hacemos uso del neoinstitucionalismo sociológico y del concepto de
pluralismo legal dentro de la antropología.
En el análisis abordamos la visión ingenieril tecnocrática de arriba hacía abajo, con
instrumentos (reglas) y acciones operativas de tipo sectorial y la visión de abajo
hacia arriba de las comunidades que estructuran y ponen a funcionar sus propias
reglas de acceso y distribución del recurso agua. Tomando en cuenta estas dos
visiones, nos permitimos contestar a las preguntas: ¿Qué valores le han sido
asignados al recurso agua en la cuenca para definir y ejecutar las acciones hasta
hoy día implementadas por las instancias gubernamentales y comunitarias? y
¿Cómo las diferentes reglas gubernamentales y comunitarias se amalgamaron o
repelieron y dan cuenta de la problemática actual de la cuenca en un contexto de
pluralismo legal?
También nos permite cumplir con el objetivo general de la investigación: analizar, en
un contexto de pluralismo legal, la hidropolítica o política pública del recurso agua a
través de las instituciones o reglas establecidas en la Cuenca Grijalva en el periodo
1950-2010.
94
II. Desconstruyendo y construyendo: la delimitación de la
Cuenca Grijalva bajo la metodología Pfafstetter
El espacio geográfico que ocupa una cuenca en su red hidrológica o de drenado
superficial ha sido tomado en cuenta por los profesionales técnicos para definir el
concepto de cuenca hidrográfica. De igual forma la hidrología superficial y la
subterránea han dado pie a la definición de cuenca hidrológica. Sin embargo, la
cuenca hidrográfica como territorio socio-espacial, desde la perspectiva de las
ciencias sociales tiene otras connotaciones. Así, la definición que nosotros dimos al
principio del presente trabajo tiene sentido en tanto definimos la cuenca como una
construcción social sustentada en una interpretación de un espacio geográfico que
incluye las dimensiones social, histórica, ecológica e hidrográfica.
En este capítulo, la argumentación que desarrolláremos en torno a la denominada
Cuenca Grijalva será para mostrar que el espacio geográfico de una cuenca y sus
diferentes corrientes son una construcción social histórica de los diferentes actores
que tienen intereses sobre el territorio y el recurso agua, donde el actor más fuerte
impone el nombre que le asigna al territorio o al río. En efecto, en esa construcción
social intervienen elementos naturales, pero no como variables únicas y
determinantes.
Así, podríamos decir que el nombre que se le otorga a un río o a una cuenca es
parte de los valores que un grupo de la sociedad le otorga a ese espacio y al agua
en específico. Los valores otorgados se sostienen de una carga histórico-cultural
que los grupos sociales recibieron de su pasado y se mantienen y modifican de
acuerdo a la interacción interna y externa del sistema social.
95
Desde la perspectiva técnica, delimitar una cuenca es relativamente sencillo,
siempre y cuando se tengan los insumos, es decir, un software que permita trabajar
un sistema de información geográfica (SIG). Sin embargo, el resultado de la
delimitación va a depender de la precisión de los insumos (curvas de nivel e
hidrología principalmente), de la capacidad del técnico para manipular el SIG, y de la
generación, recopilación y manipulación de la información. El elemento de
información es fundamental, tratándose de cuencas que atraviesan límites político-
administrativos regionales o internacionales, donde la información se guarda como
parte de la estrategia de seguridad nacional entre los países.
La delimitación de un polígono de una cuenca nos proporcionará diferentes
dimensiones físicas, por ejemplo, si se trabaja con curvas de nivel a cada 50 metros
que si se trabaja a cada 20 metros. Entre más se baje la escala se tendrá mayor
detalle y precisión. Las delimitaciones de cuencas se realizan no sólo con criterios
técnicos, sino también con criterios donde están incluidos los intereses de los
actores que promueven o realizan la delimitación, es decir, intervienen elementos
que nos definen la construcción social de los territorios de las cuencas.
La delimitación de cuencas por ejemplo que maneja la Conagua, a nivel nacional
obedece predominantemente a límites municipales, es decir, a una división político-
administrativa y no natural de áreas de drenaje. La división municipal en todo el
territorio nacional obedece a elementos histórico-culturales y no a aspectos
naturales. Los territorios de los 2,440 municipios de México son construcciones
sociales con fines político-administrativos.
En el plano nacional la Conagua, el Instituto Nacional de Ecología (INE) y el Instituto
Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), identifican 1,471 cuencas
96
hidrográficas (drenaje superficial), y las agrupan en 728 cuencas hidrológicas
(drenado superficial y subterráneo) para calcular la disponibilidad de agua por
cuenca y a nivel nacional. Las cuencas hidrológicas las agrupan en 37 regiones
(hidrológicas), y éstas a su vez en 13 regiones hidrológico-administrativas (Conagua,
2008).
Nuestro país tiene tres cuencas compartidas en su frontera norte y seis en la
frontera sur. Las cuencas del norte son las de los ríos Bravo, Colorado y Tijuana,
éstas son binacionales entre México y los Estados Unidos de América. De las
cuencas del sur cuatro son binacionales entre México y Guatemala: Suchiate,
Coatán, Grijalva y Candelaria; dos cuencas son trinacionales entre México,
Guatemala y Belice: Usumacinta y Hondo. La característica que define a las cuencas
del sur, no así las del norte, es su delimitación; las cuencas del sur en los mapas
oficiales llegan hasta la línea divisoria entre los países involucrados.
No existen estudios cartográficos oficiales y de centros de investigación hasta el
momento -exceptuando el trabajo de delimitación que presentamos en la presente
investigación- que incluyan los territorios de las seis cuencas del sur de México en
su dimensión natural. Existen delimitaciones por cuenca, como por ejemplo la
delimitación de la cuenca del río Candelaria realizada por un equipo de
investigadores de la Universidad Autónoma de Campeche (Benitez et al., 2005), la
propia delimitación de la cuenca del río Hondo por la Conagua en el año 2008, la
cual derivo en la instalación de la “comisión de cuenca del río Hondo” cuyo objetivo
es abordar la problemática de contaminación.
La cuenca del río Hondo en su condición natural de territorio que involucra
superficies de tres países, amerita una comisión de cuenca trinacional. Sin embargo,
97
se instaló una comisión de cuenca binacional entre México y Belice, las autoridades
guatemaltecas no participan en este organismo. Así, la cuenca del río Hondo será
una cuenca truncada en acciones que no definirán la integralidad del territorio
natural. La visión del quehacer en la cuenca del río Hondo en este caso es política
donde interviene el interés de dos países y no de tres tal como debería ser desde
una perspectiva natural de la cuenca. Se muestra de nueva cuenta que las cuencas
se definen socialmente y la participación de los actores involucrados depende de los
intereses (valores) que se ponen en juego al momento de la concertación de
acciones.
2.1. La construcción social de la ¿Cuenca y río Grijalva?: una visión
histórica
Para abordar este capítulo debemos empezar por contestar la siguiente pregunta:
¿Qué es una construcción social?
El concepto de construcción social de la realidad lo acuñaron Peter L. Berger y
Thomas Luckmann (1966), la tesis central es que la realidad se construye
socialmente y que la sociología del conocimiento debe analizar los procesos por los
cuales esto se produce. Los autores no entran a una compleja definición semántica
ya sea cotidiana o filosófica de los términos realidad y conocimiento, simplemente
los definen como:
[“…..“realidad” como una cualidad propia de los fenómenos que reconocemos como independientes de nuestra propia volición (voluntad, paréntesis nuestro) (no podemos “hacerlos desaparecer”) y definir el “conocimiento” como la certidumbre de que los fenómenos son reales y de que poseen característica específicas”], Berger y Luckmann (1966: 13).
98
La sociología del conocimiento se ocupa o deberá ocuparse según Berger y
Luckman (1966) de todo lo que una sociedad considera como conocimiento, sin
detenerse en la validez o no validez de dicho conocimiento. El término conocimiento,
en realidades concretas es relativo, “lo que es “real” para un monje del Tíbet puede
no ser real para un hombre de negocios norteamericano” (Berger y Luckmann,
1966:15).
Considerando la argumentación de varios autores podemos decir que la
construcción social de la realidad es el conjunto de procesos interiores y exteriores
dialécticamente independientes, mediante los cuales los seres humanos elaboran
normas y valores, códigos morales e instituciones, es decir, relaciones y
correspondencias sociales reguladas normativamente en el plano de la acción y
legitimadas en el plano moral y afectivo, normas morales que se imponen a los otros
y a sí mismos, con consistencia, dureza e indiferencia ante la voluntad y la suerte de
un individuo en particular, y que son análogas a la realidad material (Berger y
Luckmann, 1966; Holzner, 1968; Schultz y Luckmann,1973; Segerstedt, 1966).
La construcción social de la cuenca como una realidad se sustenta en dos campos:
uno material, es decir, el territorio físico-natural de la cuenca, subcuenca o
microcuenca (cosa para Durkheim, 1950), en tanto espacio apropiado por la
sociedad); y otro campo de significados subjetivos (Weber, 1964), es decir
conocimientos, valores, normas, instituciones y percepciones sobre los recursos
naturales presentes y disponibles.
La cuenca como construcción social es producto de la dualidad de la sociedad y se
concibe como un espacio territorial donde se concretan acciones sociales (hechos
sociales), a través de significados subjetivos. Entonces, la cuenca no es sólo el
99
territorio natural en sí mismo, sino las actividades o el accionar de la sociedad a
través de valores culturales (sociales, políticos, económicos, técnicos y
ambientales), adquiridos y transmitidos de generación en generación a través del
tiempo en un espacio determinado (cuenca, subcuenca, microcuenca, localidad o
parcela familiar).
Por naturaleza, la realidad social y material en un territorio de cuenca está en
constante cambio, es decir, la subjetividad de la sociedad que habita la cuenca es
dinámica. Además, este dinamismo se traduce en diferentes estrategias de
organización y de relaciones (internas y externas) para el acceso a los recursos
naturales disponibles.
En efecto, la cuenca es un espacio de negociación con procesos que involucran a
diferentes actores e instituciones en varias escalas. En la escala local, a nivel interno
se establece un marco de acción para el acceso y aprovechamiento de los recursos
naturales. Este marco de acción interno está diseñado de tal forma que permite el
contacto con actores externos, con los cuales se establece una relación mediante
un proceso de negociación, donde el resultado puede ser de complementariedad o
de repulsión.
La construcción social histórica de la ¿Cuenca y río Grijalva?
Para analizar y explicar la construcción social de la cuenca y del río Grijalva desde
una perspectiva histórica, es necesario observar el origen del nombre de este río
que la Secretaria de Recursos Hidráulicos a través de la comisión de cuenca del
Grijalva (SRH-CCG) le transfirió a toda la cuenca. En esa transferencia se
plasmaron los valores históricos que los actores le dieron al río y a la cuenca. En
efecto, los valores que se le otorgan a un territorio de una cuenca y a un río son
100
construcciones sociales En la definición de esos valores intervienen elementos
culturales, sociales, políticos y naturales.
El denominado río Grijalva tal y como se visualiza en los mapas actuales (mapa 2),
no es toda la columna del río al cual Juan de Grijalva –conquistador español- le
impuso su apellido en 1518, tampoco al que la SRH-CCG a partir de 1957 le nombró
Grijalva por decreto.
Mapa 2. Corrientes superficiales y cuerpos de agua
Fuente. Comisión Nacional del Agua –CNA- (2003:30), Programa Hidráulico
Regional 2002-2006. Gerencia Regional XI Frontera Sur.
Como se puede apreciar en el mapa oficial de la CNA, la columna central de la
cuenca en la actualidad tiene varios nombres. Situándonos de arriba hacia abajo en
dirección de la corriente y partiendo de la línea fronteriza entre Chiapas y Guatemala
se le nombra río Santo Domingo, posteriormente río Grijalva desde la hidroeléctrica
101
Belisario Domínguez (La Angostura) hasta la hidroeléctrica Netzahuacóyotl
(Raudales Malpaso) en territorio chiapaneco, de este punto hasta la altura de la
ciudad de Villahermosa (Tabasco) se le nombra río Mezcalapa, y de esa ciudad
hasta la desembocadura al Golfo de México le denominan Grijalva. Esta versión
oficial no considera la geografía física e histórico-cultural, como veremos a
continuación.
Empecemos por el principio. La corriente que se denomina en la actualidad Grijalva
desde la ciudad de Villahermosa hasta la desembocadura al Golfo de México no se
conocía como tal hasta la llegada de los conquistadores españoles en el siglo XVI.
Escribe Bernal Díaz del Castillo en el libro Historia Verdadera de la Conquista de la
Nueva España:
“Este río se llama de Tabasco porque el Cacique de aquel pueblo se decía Tabasco, y como lo descubrimos en este viaje y Juan de Grijalva fue el descubridor, se le nombra río de Grijalva, y así esta en las cartas de marear.”
El cambio de nombre (no descubrimiento) de río Tabasco a Grijalva fue el 8 de junio
de 1518. El cambio de nombre al río nos muestra los valores históricos que le han
sido otorgados a esta corriente de agua. El gobernante chontal llamado Tabasco y
su pueblo mantenía seguramente una cosmovisión en torno al río, la ubicación de su
capital nombrada Cintla se encontraba, según Santamaria (1949), en las orillas del
río. El valor que le otorgó Juan de Grijalva y sus acompañantes fue el de un territorio
conquistado a través de la espada y la cruz.
Cabe aclarar que la incursión de los botes de Juan de Grijalva llegaron a unos
cuantos kilómetros río arriba de la desembocadura al mar, luego entonces para ser
estrictos en el análisis, es ha ese pequeño tramo lineal de corriente al que se le
102
debería llamar Grijalva, claro si adoptamos la imposición del apellido del
conquistador español. Por el contrario si nos regimos por una línea histórica de
tiempo y rescatamos la historia y la cultura de las regiones y sus pueblos
prehispánicos, deberíamos llamar a ese tramo de río como Tabasco para honrar la
trayectoria cultural del pueblo chontal.
Existe una controversia acerca de la ubicación del lugar donde atracó Juan de
Grijalva y si ésta coincide con la corriente del río Tabasco. Santamaria (1949)
sostiene que es la misma desembocadura actual del Grijalva y el Usumacinta,
mientras Rovirosa (1946) considera que es la desembocadura del hoy denominado
río Seco por la barra de Dos Bocas (ver mapa 3). Sobre esta controversia, al parecer
la versión más documentada es la de Santamaria, la cual coincide y se sustenta en
el mapa elaborado por Melchor de Alfaro de Santacruz en 1579 (mapa 3). El mapa
fue realizado a petición de Vasco Rodríguez (alcalde mayor de la provincia de
Tabasco) por instrucciones de Guillén de las Casas, gobernador y capitán general
de las provincias de Yucatán, Cozumel y Tabasco, con el objetivo de hacer el
levantamiento físico de la provincia para cobrar impuestos.
103
Mapa 3. Mapa de la Provincia de Tabasco (1579)
Fuente: Mapa de Tabasco por Melchor de Alfaro de Santa Cruz, Vecino de la Villa de Tabasco formada por decreto real en 1579. Tomado de Santamaría, Francisco, El verdadero Grijalva (1949). Modificado por nosotros señalando los ríos Grijalva, Mexcalapa (Mezcalapa) y Seco, además de los pueblos de Ocelotan (Oxolotán), Tapijulapa y Tacotalpa, y la Villa de Tabasco.
Analizando el mapa con lupa en la computadora nos dimos cuenta que de Alfaro de
Santa Cruz identifica como río Grijalva una corriente que baja de las montañas de
Chiapas, pasando por los pueblos tabasqueños de Ocelotán, Puscatlán, Tapijulapa,
Tacotalpa, Xalapa Zaguatlán, Xaguapa Zaguatlán, Aztapa Zaguatlán, Tamulté de la
Barranca, Tabasquillo y la Villa de Tabasco (Santa María de la Victoria, antigua
capital de Tabasco muy cerca del mar).
En la actualidad a la corriente que baja de las montañas de Chiapas que constituye
entonces el histórico Grijalva -según la versión del mapa de Melchor de Alfaro de
104
Santacruz y comentado por Santamaria-, se le denomina río de la Sierra o Tacotalpa
en los planos oficiales, al cual vierten sus aguas tanto el río Teapa como el río Viejo
Mezcalapa. Desde el punto de unión del Viejo Mezcalapa con el río de la Sierra
hasta la desembocadura al Golfo de México a esta corriente se le denomina río
Grijalva.
La memoria histórica de los pueblos se transmite de generación en generación. En
efecto la población de la ciudad de Villahermosa actualmente nombra como río
Grijalva a la corriente que pasa unas cuadras abajo del centro histórico, a sabiendas
que esa corriente es la que en los planos oficiales la originan los ríos que se
identifican como de la Sierra. Sin embargo, esa corriente del río de la Sierra como
dijimos anteriormente, es la que Melchor de Alfaro de Santacruz nombró en su mapa
de 1579 como río Grijalva. Entonces, en una línea histórica la población de
Villahermosa tiene razón al llamar la corriente que atraviesa su ciudad como
Grijalva.
Cabe mencionar que Melchor de Alfaro de Santa Cruz le colgó el nombre de río
Grijalva a toda la corriente desde las montañas de Chiapas hasta la desembocadura
al mar, pero en realidad la penetración de los barcos de Juan de Grijalva fue unos
cuantos kilómetros río arriba de la desembocadura al Golfo de México. Sin embargo,
su mapa tiene la virtud de haber sido realizado directamente en campo. El cálculo de
geografía física de Alfaro de Santacruz plasmado en su mapa, desmiente la
interpretación de la SRH-CCG (1957) acerca de la trayectoria de los ríos en la
planicie tabasqueña antes del año 1675 (ver figura 2).
105
Figura 2. Divagaciones del río Mezcalapa de 1675 a 1952
Fuente. SRH-Comisión de Cuenca del Grijalva (1964), Presa Natzahualcóyotl. México.
En efecto, en el plano de Alfaro de Santacruz ya en 1579 se plasma la trayectoria
de una corriente denominada Viejo Mexcalpa que deriva de una más ancha
identificada como Mexcalapa (actualmente Mezcalapa). Entonces la versión de la
106
SRH-CCG de que es hasta 1675 que se une el actual Mezcalapa con el río de la
Sierra a través del Viejo Mexcalapa no es verídica. En esta lógica, también la versión
que los ríos de la Sierra eran una cuenca independiente de la cuenca del río Grande
de Chiapa-Mezcalapa, por lo menos de 1579 a la actualidad no es válida.
Analizando con lógica el mapa de Alfaro de Santacruz podemos atrevernos a decir
que seguramente la divagación o rompido ( cuando se rompe el río y forma una
nueva corriente) del río Mexcalapa en 1675, contribuyó para hacerle un cauce más
ancho y profundo al río Viejo Mexcalapa, evento que registró la SRH-CCG en 1957.
Este rompido disminuyó el caudal al hoy identificado como río Seco (continuidad del
Mexcalapa hasta la desembocadura al mar por la barra de Dos Bocas), de tal forma
que a finales del siglo XVIII los propios labriegos asentados a la altura de la actual
ciudad de Cárdenas, aprovechando el poco caudal del río lograron amontonar
materiales de arrastre para construir un bordo y desviarlo totalmente hacia el
Oriente, dejando así sin agua a la continuidad del Mexcalapa-río Seco. Con esta
acción la población se protegió de las incursiones piratas a la región.
La identidad del Grijalva ha provocado debates que vienen desde más de un siglo.
Las diferentes opiniones resurgieron en 1957, cuando en el territorio chiapaneco la
SRH-CCG etiquetó como río Grijalva tanto al Mexcalapa (Mezcalapa) como al río
Grande de Chiapa. Sin embargo, el río Grijalva y el río Mexcalapa ya se identifican,
desde 1579 en el plano de Alfaro de Santacruz, como dos corrientes distintas y con
cuencas de drenaje diferentes. Con la etiqueta impuesta de “río Grijalva” la SRH-
CCG legitimó su propio nombre y el del territorio a intervenir denominándolo “cuenca
del río Grijalva”.
107
Para ser estrictos en el análisis, a la cuenca que se identificó en la actualidad como
Grijalva y su corriente central deberíamos nombrarles cuenca de los ríos
Tabasco/Grijalva – Mexcalapa - río Chiapan/Grande de Chiapa – ríos guatemaltecos
Cuilco, Selegua y Nentón (mapa 4).
Mapa 4. Reconstrucción histórica de la cuenca de los ríos Tabasco/Grijalva – Mexcalapa - río Chiapan/Grande de Chiapa – ríos guatemaltecos Cuilco, Selegua y Nentón
Fuente. Elaboración del autor, con información de fuentes históricas y recorridos de campo.
En el mapa podemos observar que la corriente denominada Selegua en territorio
guatemalteco es la parte más alta de la columna central de la cuenca, todavía en
terrenos de ese país esa corriente recibe dos afluentes más denominados Azul y
Nentón; una vez que cruza a territorio chiapaneco se le denomina río San Gregorio o
108
Chejel, el cual recibe un afluente (en territorio mexicano) denominado río Lagartero.
El río San Gregorio junto con el río San Miguel (lado mexicano) o Cuilco (lado
guatemalteco) descarga a la cola de la presa Belisario Domínguez, es decir, en el
punto denominado por la comisión de cuenca del Grijalva como Argelia. Hasta aquí
no hemos encontrado evidencias históricas de cuáles eran los nombres anteriores
de estas corrientes.
En cambio a partir de este punto de Argelia y hasta la cortina de la presa
hidroeléctrica Ángel Albino Corzo (Peñitas), las evidencias históricas son nutridas
en relación al río Chiapan, Chiapa o Grande de Chiapa y a su cambio de nombre.
Pondremos únicamente dos evidencias: la primera da cuenta del nombre del río
Chiapa o Grande de Chiapa, escrito por primera vez en el siglo XVI durante la
conquista española. La segunda nos indica cómo se ha modificado el nombre y se
repite el error de la SRH-CCG nombrando al río de Chiapa como Grijalva. Nos
apoyamos para estas dos evidencias en el exhaustivo trabajo de Pavía (2004), en el
cual recopila varios escritos para conformar una antología referente al “encajonado
sumidero”, es decir, el cañón del sumidero.
La primera noticia escrita del nombre del río de Chiapa o Grande de Chiapa aparece
en una Cédula Real, dada en la villa de madrid a primero día del mes de marco (marzo)
año del nacaemento de ntro (nuestro) saluador Jhesuscripto de mille e quinientos e trynta e
cinco años, con la merced de un Escudo de Armas para los vecinos y conquistadores
de la villa de sant christoual de los llanos (actualmente San Cristóbal de Las Casas,
Chiapas).
109
La información que rindió joan mendez de sotomayor en nombre del concejo de justicia
regidores caualleros escuderos officiales e homes buenos de la villa (villa de San Cristóbal
de los llanos) a Carlos I de España y V del Sacro Imperio Germánico en 1535, para
obtener el escudo de armas, fue la siguiente:
“…. que aviendo conquistado la mayor parte de la dicha prouincia los yndios naturales de ella se retraxeron a vna syerra que esta cerca de la dicha villa por medio de la qual pasa un rrio grande caudaloso que se dize el rrio de Chiapa el qual entra en ciertas cuevas que ay en la dicha syerra donde los dichos yndios se recogian y hazian fuertes para su defensa a las quales no se puede entar syno es por el dicho rrio por ser la dicha syerra tajada en ambas partes y no aver otro camino para entrar en ciertas cuevas que en ella ay donde los dichos yndios mataron muchos españoles e yndios amigos” (fragmento tomado de Pavía, 2004:7)
El informe de Juan Méndez de Sotomayor dado al Monarca, hace referencia a las
diferentes batallas de conquista emprendidas entre 1524 y 1534 por las huestes
españolas al mando primero de Luís Marín, después de Diego de Mazariegos y
finalmente de Baltasar Guerra para someter a los indios chiapanecas, asentados en
la ciuadad de Chiapan a orilla del río del mismo nombre. Chiapan se traduce como
“agua donde crece la chía”; la chía es una planta oleaginosa que utilizaban los
chiapanecas para curar la tos y los escupidos de sangre (De Vos, 1985).18
Entonces, en orden histórico el río en mención primero se denominaba Chiapan por
la población de la ciudad del mismo nombre, y posteriormente en la Cédula Real
quedó registrado como río de Chiapa o Grande de Chiapa. Así, para respetar la
historia y no caer en distorsiones a esta corriente le debemos llamar río Chiapan,
Chiapa o Grande de Chiapa.
La segunda evidencia la proporciona el propio Pavía (2004), quien nos dice en la
introducción de su antología “Antologar trabajos de varios de ellos (refiriéndose a los
18
El agua de chía todavía en la actualidad se consume en varias regiones de Chiapas como una bebida refrescante.
110
autores de los escritos de la antología), es rendirles merecido recuerdo y al mismo
tiempo, penetrar al embrujo subyugador que les llevó a buscar, a investigar y dar
noticia, del altamente riesgoso e inaccesible encajonamiento del río de los Chiapan,
Grijalva o Mezcalapa” (Pavia, 2004:6, paréntesis nuestro). Etiquetar esta corriente
como río Chiapan, es un merecido reconocimiento histórico a los indios
Chiapanecas, pero denominarlo Grijalva o Mezcalapa es asumir la cartografía de la
SRH-CCG con la interpretación oficial del territorio de la cuenca bajo un fondo de
legitimidad institucional gubernamental.
La influencia de la SRH-CCG al cambiarles el nombre por decreto al río Grande de
Chiapa (río de los Chiapan) y al Mexcalapa, ambos por río Grijalva ha ocasionado la
pérdida de memoria histórica sobre esta importante corriente, la cual es parte de la
cuenca que nosotros hemos reconstruido con el nombre cuenca de los ríos
Tabasco/Grijalva – Mezcalapa - río Chiapan/Grande de Chiapa – ríos guatemaltecos
Cuilco, Selegua y Nentón.
La SRH-CCG en 1957 construyó un mapa que denominó cuenca hidrográfica del río
Grijalva (mapa 5), en el cual aparece una columna central de agua que denomina río
Chiapa o Grijalva, la cual baja desde un punto denominado Argelia (actualmente
aquí se ubica la cola de la presa Belisario Domínguez, cerca de la frontera Chiapas-
Guatemala) en dirección de Chiapa de Corzo, cruza el cañón del sumidero y
llegando a un punto denominado Las Peñitas (actualmente hidroeléctrica Ángel
Albino Corzo o Peñitas, localizada en Chiapas) cambia de nombre sólo como río
Grijalva. Esta corriente sigue hasta la altura de la ciudad de Cárdenas, Tabasco,
111
continua hasta cruzar muy cerca de Villahermosa y finalmente va en dirección
Noreste hasta desembocar al Golfo de México.
Mapa 5. Río y Cuenca Hidrográfica Grijalva (SRH)
Autor. Tomado de SRH-Comisión del Grijalva, La cuenca del Grijalva-Usumacinta a escala nacional y mundial, 1957; se identifica en la obra como Fig.-43, entre páginas 76 y 77.
La columna que trazó la SRH-CCG es una construcción social, la cual carece de
lógica histórico-cultural. Se impuso el nombre a esa corriente para legitimar el
nombre de “Comisión del Grijalva” y su accionar en todo el territorio de la cuenca en
su parte mexicana. Como explicamos en los párrafos anteriores, el histórico río
112
Grijalva seguía y sigue en la actualidad una trayectoria del macizo montañoso de los
Altos de Chiapas hacía las tierras bajas de la planicie tabasqueña pasando por los
pueblos de Oxolotán, Tapijulapa y Tacotalpa, cruza a un costado de la ciudad de
Villahermosa y de allí se dirige al Golfo de México. De hecho, el parteaguas del
histórico Grijalva es el volcán Tzontehuitz ubicado al norte de la ciudad de San
Cristóbal de Las Casas, Chiapas.
2.2. La cuenca Grijalva-Usumacinta: una discusión local e internacional
En la actualidad se tiene una serie de confusiones y discusiones tanto locales como
internacionales en torno al tema de considerar el territorio de los ríos Grijalva-
Usumacinta como una sola cuenca. Aclarando que cuando se hace referencia al
Grijalva es la versión de la SRH-CCG, adoptada íntegramente por la Conagua y
registrada tal cual por algunas instituciones académicas como la Universidad de
Oregon. Adoptar una posición a favor de meter este territorio en una sola cuenca,
nos llevaría a cometer dos grandes errores. Primero, el río que se identifica como
Grijalva no lo es y, por consiguiente, la cuenca de este río “oficial” tampoco existe en
los términos geográficos trazados por la SRH-CCG. Y segundo, la cuenca “oficial”
del supuesto Grijalva es una y la cuenca del Usumacinta es otra, con parteaguas
bien definidos que separan los límites geográficos de ambas desde hace varias eras
geológicas.
Desenredemos este enredo. Como mencionamos en el inciso anterior el río Grijalva
que identifica la SRH-CCG no es tal; el Grijalva histórico es el río Tabasco o río
Grijalva (Sierra-Tacotalpa en planos de la Conagua). El problema o error se cometió
113
en el momento que la Conagua adoptó prácticamente toda la información de los
diagnósticos técnicos que se realizaron en el periodo de 1951-1959,
correspondientes a la primera etapa de trabajo de la comisión de cuenca del
Grijalva, es decir, en cincuenta años no los han actualizado. La Conagua todavía
tiene resistencia para utilizar la tecnología satelital y los sistemas de información
geográfica en sus instalaciones y su trabajo, se apoya en empresas privadas o
algunos centros de investigación que no generan información sino que, procesan y
analizan la que les proporciona la propia institución. En efecto, la Conagua maneja
alguna información resiente como por ejemplo las estadísticas sobre el agua en
México, pero la información de datos duros geográfico-espaciales son de las
décadas 50 y 60 del siglo pasado.
Al considerar el territorio Grijalva-Usumacinta como una sola unidad la SRH-CCG no
solo tergiverso el nombre de río Grijalva para legitimar su propio nombre, sino
además trató de justificar su accionar en un basto territorio poniéndolo en una sola
unidad geográfica de drenaje.
En el presente inciso describimos y analizamos cuatro versiones de la construcción
social de las denominadas cuencas Grijalva-Usumacinta, y Grijalva y Usumacinta.
Observamos cómo, dependiendo de los actores y de sus intereses, se construyen
los territorios de las cuencas. Es importante señalar que en las seis cuencas de la
frontera sur de México (mencionadas en la cuarta versión), dentro de las cuales
están la del Grijalva y la del Usumacinta en su versión (oficial) mexicana, el concepto
de construcción social de las cuencas cobra relevancia al poner en evidencia que la
114
identidad de un territorio (de cuenca) se construye a partir de los intereses de los
diferentes actores que interactúan en el sistema social.
La primera versión. Para la SRH el territorio Grijalva-Usumacinta es una sola
cuenca, la cual comprende 129,132 kilómetros cuadrados y tiene un escurrimiento
superficial de 102,999 millones de metros cúbicos. Los técnicos de la SRH-CCG
cuando hablan del río Grijalva se refieren al río construido socialmente por ellos en
1957, es decir, a una parte del río Tabasco o histórico Grijalva ubicada entre la
ciudad de Villhermosa y la descarga al mar, al Mezcalapa y al río Chiapan o Grande
de Chiapa.
“La enorme cuenca Grijalva-Usumacinta concentra sus aguas en los dos ríos que le dan nombre, que nacen en las Sierras de Guatemala y corren hacia el Suroeste. La zona alta ocupa casi la totalidad del estado de Chiapas y parte de la República de Guatemala y Belize” (SRH-CCG, 1957:69).
La delimitación de la SRH-CCG fue apropiada por Verdin y Verdin (1999).
Posteriormente, investigadores de la Universidad Estatal de Oregon hacen alusión a
la cuenca Grijalva-Usumacinta en el mapeo mundial que realizaron para identificar
conflictos y cooperación en cuencas transfronterizas (Yoffe, 2001).
Los trabajos de diagnóstico e inventario técnico para la planeación de acciones de la
Comisión de Cuenca Grijalva, expresan una delimitación del territorio Grijalva-
Usumacinta acorde con los intereses de intervención por parte de la SRH-CCG, en
el periodo 1951-1986. Los objetivos que se trazó la SRH a través de la Comisión del
Grijalva en este territorio fueron básicamente tres: evitar inundaciones en la planicie
tabasqueña, abrir terrenos pantanosos a la agricultura y ganadería en Tabasco y
generar hidroelectricidad mediante la construcción de represas en Chiapas. El último
objetivo se justificó como condición para cumplir los dos primeros. Las acciones que
desarrolló la SRH (1951-1976) y posteriormente la Secretaría de Agricultura y
115
Recursos Hidráulicos –SARH- (1977-1985), se ejecutaron principalmente en la
supuesta Cuenca Grijalva, con excepción del distrito de riego de Balancán-
Tenosique ubicado en la cuenca del río Usumacinta (verión mexicana) en la planicie
tabasqueña.
La delimitación de la supuesta gran cuenca Grijalva-Usumacinta se toma
actualmente tal cual por parte de la Conagua); esta institución no vislumbra la
existencia de dos cuencas separadas con dinámicas naturales, sociales, políticas y
económicas diferentes; tampoco se analiza en su justa dimensión lo que implica la
gestión de cuencas compartidas entre dos o más países, como es el caso de estos
territorios.
La segunda versión. La Cuenca Grijalva construida por la SRH y retomada por la
Conagua en la actualidad, no existe como tal para la población tabasqueña,
chiapaneca y guatemalteca que se encuentra viviendo en ese territorio. El gobierno
guatemalteco identifica tres cuencas (ver mapa 6) en la parte alta de la supuesta
cuenca del Grijalva: Cuilco, Selegua y Nentón (incluye el río Lagartero), situación
que responde al hecho que los tres ríos no se juntan en territorio guatemalteco -
entonces corresponden a cuencas distintas porque no drenan hacia una salida
común- y confluyen más abajo cuando forman al supuesto Grijalva (río Chiapan o
Grande de Chiapa) dentro del territorio chiapaneco. En la escala de cuenca del
supuesto Grijalva y desde un punto de vista mexicano estas tres cuencas
guatemaltecas -consideradas como tales por las autoridades y la población de este
vecino país- corresponden a subcuencas de la Cuenca Grijalva construida por la
SRH-CCG y retomada por la Conagua.
116
Mapa 6. Mapa de cuencas Hidrográficas de la República de Guatemala
Autor. Obra del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA). Unidad de Planificación Geográfica y gestión del Riesgo (UPGGR) (Laboratorio de Información Geográfica, Guatemala, Noviembre de 2004.
De igual manera, la cuenca del Usumacinta (río de monos) en la versión de la extinta
SRH-CCG y de la Conagua, no existe para el gobierno guatemalteco. La cuenca del
Usumacinta para las autoridades de Guatemala es un área de sólo 2,993.4 km2 que
abarca desde el vértice de Tenosique en Tabasco hasta la desembocadura del río
guatemalteco La Pasión (afluente del Usumacinta mexicano). La cuenca del
Usumacinta en la versión mexicana incluye siete cuencas del lado guatemalteco que
117
las autoridades de ese país identifican dentro de la vertiente del Golfo de México, es
decir, Pojom, Ixcán, Xaclbal, Salinas, La Pasión, Usumacinta y San Pedro, tal como
se muestra en el mapa 6.19 Solamente una fracción de la gran cuenca mexicana del
Usumacinta corresponde a la cuenca del río Usumacinta según la versión
guatemalteca. Como en el caso anterior la hidrografía, -varios afluentes del lado
guatemalteco y una corriente principal en México- entre otros elementos, puede
explicar que cada país construya las cuencas de forma distinta.
Sustentar una delimitación de cuencas transfronterizas desde visiones nacionales
puede llevarnos a posiciones irreconciliables porque éstas involucran a procesos
históricos de delimitación de las fronteras que aún permanecen en la memoria de los
pueblos. Por ello, es probable que la inexistencia de un mapa consensuado (entre
las autoridades gubernamentales) de cuencas internacionales en la frontera entre
México, Guatemala y Belice se relacione con la persistencia de rencores históricos.
La tercera versión. El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática
(INEGI), el Instituto Nacional de Ecología (INE) y la Conagua, en el año 2007,
realizaron un esfuerzo conjunto para construir el mapa de cuencas hidrográficas de
México. Sin embargo, se aprecia la misma posición del mapa anterior, es decir, las
cuencas llegan hasta la frontera política entre México y Guatemala. Además en este
mapa mexicano se considera como una sola cuenca el territorio de los ríos Grijalva y
19
El Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH) de la República de Guatemala, reconoce tres vertientes hidrológicas en ese país: La vertiente del Océano Pacífico, Golfo de México y Océano Atlántico. En la vertiente del Pacífico se comparten dos cuencas con territorio mexicano, la del Coatán y la del Suchiate. En la vertiente del Golfo de México, Guatemala identifica diez cuencas, de las cuales tres son afluentes del supuesto Grijalva (Cuilco, Selegua y Nentón) y siete del denominado Usumacinta mexicano. Dentro de la vertiente del Golfo de México se encuentra (para México) también la parte alta de la cuenca del río Candelaria, la cual drena hacia el territorio campechano; para Guatemala esta cuenca no existe y simplemente está incluida dentro del río San Pedro que drena hacia el Usumacinta (versión mexicana).
118
Usumacinta y su límite es la frontera sur, es decir, no considera la parte
guatemalteca.
Una cuestión contradictoria es que la Ley de Aguas Nacionales y su Reglamento
establecen la gestión del agua por cuencas, y la Conagua ha definido su esquema
de planeación para la región XI Frontera Sur20 por sub-regiones dentro del territorio
de las cuencas, donde el criterio es municipal (político-administrativo) y no natural
(ver mapa 7). En el mejor de los casos se debió establecer una planeación mínima,
considerando el universo de alrededor de 116 subcuencas que abarca la
mencionada región, priorizando aquellas sub-cuencas que han sufrido mayor
impacto en los tres elementos esenciales del territorio de una cuenca: suelo, agua y
cubierta vegetal, ponderando el índice de carga humana por kilómetro cuadrado y
las actividades antropogénicas que se desarrollan en esos territorios específicos.
20
La región XI frontera sur comprende 139 municipios, de los cuales 118 pertenecen a Chiapas (todos los del Estado), 17 de Tabasco, 3 de Oaxaca y 1 de Campeche. Alrededor del 80% de los municipios se encuentran dentro de las cuencas construidas socialmente como Grijalva y Usumacinta.
119
Mapa 7. Subregiones de planeación en la Región XI Frontera Sur
Fuente. CNA-Comisión Nacional del Agua (2003:16), Programa Hidráulico Regional 2002-2006. Gerencia Regional XI Frontera Sur.
Nota. Las sub-regiones Usumacinta y Lacantún-Chixoy son parte de la cuenca trinacional Usumacinta en su versión mexicana.
La cuarta versión. La construcción que nosotros realizamos de las cuencas Grijalva
y Usumacinta es que son dos grandes cuencas transfronterizas, de las seis que
comparte México en su frontera sur con Guatemala y Belice (ver mapa 1). La
Cuenca Grijalva que su nombre correcto es cuenca de los ríos Tabasco/Grijalva-
Mezcalapa-Chiapan/Chiapa o Grande de Chiapa--ríos guatemaltecos Cuilco-
Selegua-Nentón es binacional al compartirse con Guatemala, al igual que las
cuencas de los ríos Suchiate, Coatán y Candelaría. Y la cuenca del río Usumacinta
es trinacional al compartirse entre México-Guatemala y Belice, al igual que la del río
Hondo (ver mapa 1). Para nosotros, la cuenca Grijalva-Usumacinta es una pequeña
área de 624 kilómetros cuadrados, ubicada entre el lugar denominado tres brazos
120
(dos del Usumacinta y uno del Grijalva), donde se juntan los cauces de los dos
grandes ríos para formar una sola corriente que va en dirección norte en un tramo de
22 kilómetros antes de descargar al Golfo de México en la localidad El Bosque,
ubicada río abajo del puerto de Frontera, Tabasco.
No es una construcción arbitraria la que realizamos de las seis cuencas; el trabajo
se encuentra respaldado por cinco años de recopilación de información en
Guatemala y Belice, por las bases de datos de 15 años del Laboratorio de Análisis
de Información Geográfica y Estadística (LAIGE) del Colegio de la Frontera Sur
(ECOSUR-Unidad San Cristóbal de Las Casas, Chiapas), y por la experiencia de
campo propia en la frontera México-Guatemala-Belice. De hecho, se respetó la
delimitación de las cuencas del lado guatemalteco realizada por la Unidad de
Planificación Geográfica y Gestión del Riesgo del Ministerio de Agricultura
Ganadería y Alimentación de la República de Guatemala, con la cual compartimos
información y metodologías de trabajo durante tres años.
Para sustentar la tesis que el actual territorio denominado Grijalva-Usumacinta se
compone de dos cuencas diferentes, recurrimos a los trabajos exhaustivos
realizados por Helbig (1964, 1976), donde se sostiene que la Cuenca Grijalva
(Mezcalapa-Grande de Chiapa) no es parte de la cuenca del río Usumacinta y
viceversa. Con base en la estructura geológica-morfológica Helbig argumenta la
existencia de tres sistemas fluviales en territorio chiapaneco: el del Océano Pacífico,
del Grijalva y del Usumacinta.21 Estos tres sistemas se empezaron a formar en una
segunda o posterior elevación de la Sierra Madre de Chiapas hace dos millones de
21
Hubo un primer levantamiento que permitió emerger a la Sierra Madre de Chiapas del proto-océano, es decir, un océano que subía y bajaba de nivel, ganando y perdiendo montañas.
121
años. La elevación fue en forma de pupitre que permitió la consolidación de los tres
sistemas fluviales, y determinó al mismo tiempo el parteaguas entre los dos océanos
(Atlántico y Pacífico) para colocar a un Chiapas en medio. La separación de la
cuenca del Grijalva y la del Usumacinta es por “una línea muy sinuosa. Esta penetra
con amplios avances ya en una cuenca fluvial, ya en otra” (Helbig,1976:99, cursivas
nuestras).
Es necesario aclarar que cuando Helbig se refiere al sistema fluvial Grijalva es el
territorio de drenaje de las cuencas de los ríos Mezcalapa y Chiapan/Chiapa o
Grande de Chiapa. Helbig utilizó como referencia los estudios técnicos de la SRH-
CCG publicados en 1957, es por ello que identifica primero en 1964 y
posteriormente en 1976 tres sistemas fluviales en Chiapas, y dos de éstos los
denomina igual que como quedaron plasmados en los planos de la comisión de
cuenca del Grijalva.
Podemos concluir entonces que las cuencas de los ríos Mezcalapa-Chiapan/Chiapa
o Grande de Chiapa y Usumacinta tienen parteaguas diferentes, fruto de la
evolución de los continentes del planeta. No es una clasificación reciente la que
determina la construcción social que hace en este caso Helbig de estas dos
cuencas, sino la trayectoria geológica del istmo mesoamericano donde se
encuentran ubicadas.
122
2.3. La metodología Pfafstetter y sus resultados en las cuencas Grijlava y
Usumacinta
Para sustentar y profundizar la posición de que los territorios de los ríos
Tabasco/Grijalva-Mezcalapa-Chiapan/Chiapa o Grande de Chiapa--ríos
guatemaltecos Cuilco-Selegua-Nentón y Usumacinta son dos grandes cuencas
recurrimos a la metodología de Pfafstetter (1989), la cual explicaremos en unos
párrafos más adelante.
En la delimitación de la cuenca de los ríos Tabasco/Grijalva-Mezcalapa-
Chiapan/Chiapa o Grande de Chiapa--ríos guatemaltecos Cuilco-Selegua-Nentón se
utilizaron dos metodologías. La primera consistió en utilizar un Sistema de
Información Geográfica (SIG) para ajustar la información de los modelos de
elevación digital de México y Guatemala, los cuales se generaron a partir de curvas
de nivel a cada 20 metros. En el caso de México, la información de curvas de nivel
es una base de datos que maneja el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
Informática (INEGI), disponible para todo público en formato digital. En Guatemala la
información de curvas de nivel fue generada por el Instituto Nacional de Sismología,
Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH) y utilizada por la Unidad de
Planeación Geográfica y Gestión de Riesgo (UPGGR-MAGA) del gobierno para
elaborar el mapa de cuencas hidrográficas.
Es necesario mencionar que para delimitar la Cuenca Grijalva mediante la utilización
de un SIG, las bases de datos y el apoyo de la UPGGR y del Laboratorio de Análisis
de Información Geográfica y Estadística (LAIGE) del Colegio de la Frontera Sur
(ECOSUR) fueron determinantes.
123
Una vez que se tuvo la poligonal de la Cuenca Grijalva en su versión compartida
entre los dos países, se empleó la metodología de Pfasftetter (1989), la cual fue
desarrollada para el Departamento Nacional de Obras (DNES) de Brasil. El método
Pfafstetter ha sido reconocido por el Servicio Geológico de los Estados Unidos de
Norteamérica, organismo que ha desarrollado la delimitación y codificación de las
cuencas hidrográficas a nivel mundial con el apoyo de la Organización de Naciones
Unidas (ONU) a través del Programa de Ambiente (UNEP). La tendencia actual es
que este método de clasificación sea un estándar internacional para la delimitación y
codificación de las cuencas hidrográficas. Guatemala ha adoptado este método para
subdividir su territorio hasta en un nivel ocho, bajo el cual se han delimitado 2,391
cuencas hidrográficas.
México sigue con la clasificación tradicional manejada a mediados del siglo pasado
por la desaparecida SRH. En la actualidad la Conagua, INE e INEGI tienen
identificadas 837 cuencas a nivel nacional distribuidas en 13 regiones hidrologico-
administrativas,22 perdura en esta visión la división del territorio bajo un enfoque
político-administrativo, debido a que los mapas generados tienden a guardar una
sincronía con las divisiones municipales.
El método Pfafstetter considera la delimitación de las cuencas en orden jerárquico,
es decir, toma en cuenta la superficie de drenaje y de acuerdo a este criterio clasifica
dentro de esa área a las cuencas con números pares (2, 4, 6, 8) y las inter-cuencas
con números impares (1, 3, 5, 7 y 9), las cuencas endorreicas se clasifican como “0”
(cero). En la delimitación de las cuencas se empieza con el número 1
correspondiente a una intercuenca y se termina con una intercuenca que le
22
En cada región existe un Organismo de Cuenca de la Comisión Nacional del Agua, que es la entidad federal reconocida por la Ley de Aguas Nacionales como la autoridad en la materia.
124
corresponde el número 9 (figura 3), es decir, se empieza por la salida al mar en caso
de cuencas exorreicas (abiertas), y por la descarga al punto principal en cuencas
arreicas.
Figura 3. Método Pfafstetter de clasificación de cuencas
Río Principal
Tributario
Cuenca Interior (endorreica)
Limite de las
cuencas
Salida
Confluencia
Cuenca
Intercuenca
Una intercuenca es un área de drenaje dentro de la columna principal (río) y una
cuenca es un río tributario a la columna principal. Tanto la intercuenca como la
cuenca deben ser coincidentes en un punto de confluencia (punto rojo en la figura
3). Así, en la confluencia uno se deben unir la intercuenca 1, la cuenca 2 y la
intercuenca 3, en la confluencia dos se unen la intercuenca 3, la cuenca 4 y la
intercuenca 5, en la confluencia tres se unen la intercuenca 5, la cuenca 6 y la
intercuenca 7, en la confluencia 4 se unen la intercuenca 7, la cuenca 8 y la
intercuenca 9. La cuenca cerrada identificada como cero se puede ubicar en
cualquier intercuenca o cuenca.
125
Dependiendo del nivel de clasificación así es el grado de orden de los afluentes de la
cuenca, hay que tomar en cuenta que con este método de clasificación los términos
de subcuenca, micro cuenca, interfluvio ya no son utilizados, en lugar de éstos se
utiliza el término nivel. El método de clasificación Pfafstetter estriba en el ahorro de
dígitos al clasificar las cuencas y al mismo tiempo el único límite que tiene es la
escala del mapa base que se utiliza.
Para el estudio o subdivisión de la cuenca del Grijalva, se partió con la base del
mapa elaborado por Verdin y Verdin (1999) (ver mapa 8), en cuya elaboración se
utilizó un Modelo de Elevación Digital (DEM, por sus siglas en inglés) elaborado a
partir de curvas de nivel con intervalos de 90 metros. El inicio de la delimitación es
continental, es decir, el continente de América es separado en América del Norte
(incluye Centroamérica) y América del Sur.
Mapa 8. Método Pfafstetter para América del Norte y Centroamérica, nivel 1 (USGS)
Fuente: Verdin y Verdin (1999).
126
Como podemos observar en el mapa, la superficie continental de América del Norte
y Centroamérica se divide en 9 grandes áreas de drenaje, correspondiéndole a
México y Centroamérica el dígito 9 (intercuenca). De acuerdo a la metodología
Pfafstetter este sería el nivel 1 de delimitación.
Continuando con el siguiente nivel, se divide cada una de las áreas de drenaje del
nivel 1 en nueve para pasar al nivel 2 (mapa 9). En el nivel 2, Verdin y Verdin (1999)
identifican como una sola cuenca un territorio que denominan Grijalva-Usumacinta,
es decir, considera una sola unidad de drenaje el territorio de las cuencas de los ríos
Tabasco/Grijalva-Mezcalapa-río Chapan/Chiapa o Grande de Chiapa – ríos
guatemaltecos Cuilco, Selegua y Nentón más todo el territorio de la cuenca
Usumacinta en su versión mexicana que incluye las cuencas de los ríos
guatemaltecos Pojom, Ixcán, Xaclbal, Salinas, La Pasión, Usumacinta y San Pedro,
así como las sub-regiones mexicanas de la Conagua denominadas Usumacinta y
Lacantún-Chixoy.
Mapa 9. Método Pfafstetter para América del Norte y Centroamérica, nivel 2 (USGS)
Grijalva-Usumacinta
Fuente: Verdin y Verdin (1999).
127
El nivel 2 todavía es muy general y se parece a la cuenca delimitada por la SRH-
CCG en 1957. En efecto, si se considera una sola salida al mar estos dos territorios
(Grijalva y Usumacinta en su versión mexicana) se podrían considerar como una
sola cuenca, pero la aplicación de la metodología Pfafstetter en el nivel 3 es la que
no concuerda y nos lleva a delimitarlas por separado como dos cuencas
independientes.
Empleando la metodología de Pfafstetter, dividimos en 9 unidades de cuenca el
territorio identificado como Grijalva-Usumacinta en el mapa de Verdin y Verdin
(1999), a través de la extensión Swan del software Arc-View, pero los resultados no
coincidieron con lo esperado debido a que una de las unidades (Grijalva o
Usumacinta), se debe sumar en su totalidad como tributaria de la otra, lo cual no es
acorde con la metodología en el sentido que se tiene una de las unidades casi de
igual tamaño que toda la columna de la cuenca. Intentamos digitalizar directamente
en pantalla, pero obtuvimos el mismo resultado (mapa 10).
Mapa 10. Método Pfafstetter para la denominada cuenca Grijalva-Usumacinta, nivel 3.
Fuente. Elaboración del autor.
128
Si tomamos como un nivel 3 la cuenca Grijalva-Usumacinta de acuerdo a Verdín y
Verdín, entonces separando el Grijalva o el Usumacinta caemos en el nivel 4.
Procedimos entonces con el nivel 4 a dividir en 9 cuencas el territorio de drenado del
área que se identifica como Grijalva. El procedimiento fue primero generar el modelo
de elevación digital (curvas de nivel de México y Guatemala) y posteriormente
empatar las delimitaciones realizada por el MAGA bajo la metodología de Pfafstetter
de las cuencas de los ríos Cuilco, Selegua y Nentón (afluentes del río
Chiapan/Chiapa o Grande de Chiapa en la parte alta) con el modelo de elevación
digital del LAIGE-ECOSUR. El siguiente paso fue imprimir un mapa de hidrología
que incluyera tanto la información de México como la de Guatemala para hacer una
aproximación de las 9 unidades. Posteriormente se trabajó directamente en pantalla
con curvas de nivel a cada 20 metros para aproximarse a la trayectoria de los
parteaguas y finalmente se les asignó la numeración a cuatro cuencas (2, 4, 6, 8) y
cinco intercuencas (1, 3, 5, 7, 9), tal y como se muestra en el mapa 11.
129
Mapa 11. Método Pfafstetter para la cuenca de los ríos Tabasco/Grijalva-Mezcalapa-Chiapan/Chiapa o Grande de Chiapa--ríos guatemaltecos Cuilco-Selegua-Nentón, nivel 4.
Fuente. Elaboración propia utilizando las bases de datos del Laboratorio de Análisis de Información Geográfica y Estadística (LAIGE-ECOSUR-Unidad San Cristóbal de Las Casas, Chiapas), y del Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación (MAGA) de Guatemala.
Como podemos observar en el mapa anterior, en el nivel 4, la metodología de
Pfafstetter se pudo aplicar y el resultado fue positivo, situación que contradice las
posiciones de las instituciones gubernamentales (Conagua, INEGI, INE) y centros de
investigación internacionales (Universidad de Oregon) al identificar el territorio
Grijalva-Usumacinta como una sola cuenca. Para nosotros la cuenca Grijalva-
Usumacinta solamente corresponde al polígono comprendido desde el punto de
encuentro de los ríos Grijalva y Usumacinta en lugar denominado tres brazos hasta
la desembocadura al Golfo de México, es decir, un trayecto de 20 kilómetros
aproximadamente. Esta pequeña cuenca mide sólo 624 kilómetros cuadrados.
130
Justificación de la utilización de la metodología de Pfafstetter
La metodología para delimitar la cuenca de los ríos Tabasco/Grijalva-Mezcalapa-
Chiapan/Chiapa o Grande de Chiapa--ríos guatemaltecos Cuilco-Selegua-Nentón se
utilizó debido a dos cuestiones centrales. La información existente del lado
guatemalteco y mexicano en cuanto a la cuenca fue generada en dos sistemas de
elevación digital diferentes y en dos sistemas de información geográfica también
distintos. Para poder tener un resultado de suma de los dos modelos de elevación
digital fue necesario considerar la información generada y proporcionada por la
UPGGR-MAGA y homogenizarla con la información del LAIGE-ECOSUR, es decir,
se aprovechó la información generada por el equipo guatemalteco. Guatemala
generó la información a través de su sistema de información geográfica para hacer
la división del territorio en cuencas hidrográficas utilizando la metodología de
Pfafstetter, la cual consideramos como útil para delimitar la cuenca de la presente
investigación. Además la metodología de Pfafstetter se está utilizando en el plano
internacional por Naciones Unidas, en este sentido en el futuro Guatemala y México
deberán homologar la metodología de cuencas compartidas o internacionales.
La construcción social de los ríos y las cuencas es un elemento que vincula en
tiempo y espacio a la sociedad y a la naturaleza. La construcción social de ríos y
cuencas va cambiando en el transcurso del tiempo, dependiendo de las relaciones
sociales que se establecen y de la supremacía de unas sobre otras. En la
identificación o nombre de los ríos y las cuencas también intervienen los cambios
gestados por la propia naturaleza y los inducidos por la mano del ser humano, esos
cambios –naturales o inducidos- son observados y apropiados por la población en
un tiempo y espacio definido y son clasificados socialmente para construir una
identidad que identifica al ser humano con la naturaleza.
131
Hemos presentado un análisis histórico de la cuenca de los ríos Tabasco/Grijalva-
Mezcalapa-Chiapan/Chiapa o Grande de Chiapa--ríos guatemaltecos Cuilco,
Selegua y Nentón, así como de la denominado cuenca del río Usumacinta (versión
mexicana), desde diversas posiciones en tiempo y espacio en este apartado. La
conclusión del desarrollo de la identificación de estos ríos y cuencas es que la
realidad socio-histórica y política -en tanto espacios compartidos con otros países-, y
las condiciones naturales inducidas o no, contribuyen, para dar como resultado
diferentes nombres construidos socialmente. No es válida entonces, la etiqueta de
nombres únicos a espacios tan amplios y complejos en lo sociocultural, político,
económico y natural. Pretender unificar un criterio de análisis científico o una política
de intervención nos llevaría al fracaso. Es necesario, por el contrario, observar y
analizar la diversidad histórica y moverse en el tiempo presente en un plano
sistémico elástico que permita construir, a escalas crecientes, un aprendizaje de la
sociedad y su entorno. Sólo así se podrán tomar mejores decisiones para enfrentar
la realidad presente y tratar de prever el futuro.
Las cuencas transfronterizas o compartidas deben ser analizadas en su justa
dimensión para presentar propuestas de intervención, es decir, observando y
considerando en una trayectoria histórica -de acuerdo a nuestra definición de
cuenca- la diversidad de intereses internacionales, nacionales, regionales, locales y
comunitarios que se manifiestan en el campo de la interacción social. Estos
intereses fueron puestos al descubierto en el presente capitulo al identificar los
diferentes nombres otorgados por determinados actores sociales a las cuencas y
ríos analizados a lo largo de su historia.
132
III. Hidropolítica e instituciones: el territorio Grijalva-
Usumacinta bajo el yugo de la centralización y la
ingeniería (1951-1987)
Los ejes de análisis que abordamos en este capítulo son básicamente tres: la
centralización, la visión ingenieril y el modelo de desarrollo regional vía cuencas
hidrográficas. En el presente capitulo analizamos cómo la hidropolítica o política
pública del agua y las reglas del juego o instituciones se estructuraron y se pusieron
en práctica para extraer rentas del territorio Grijalva-Usumacinta, intervenido por la
Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH), a través de la Comisión de Cuenca
Grijalva (CCG), en el periodo 1951-1987. El objetivo de la intervención se convirtió
en una política de Estado, centralizada y con enfoque ingenieril, para fortalecer los
polos de desarrollo industriales del país en el marco del modelo económico
denominado industrialización por sustitución de importaciones (ISI), donde la élite
política y económica fue la más beneficiada.
El modelo de desarrollo mexicano vía cuencas hidrográficas fue copiado de la
agencia denominada Tennessee Valley Authority (TVA) de los Estados Unidos de
América (USA). Algunos autores como Barkin y King (1970), Barkin (1972), Melville
(1990), coinciden en que las contribuciones del proyecto TVA fueron el enfoque
regional en el aprovechamiento de los recursos hidráulicos, los métodos de
asistencia técnica a los agricultores para la sustitución de cultivos y manejo de
fertilizantes químicos, y la intervención del Estado en la producción y distribución de
energía eléctrica.
133
Para impulsar este modelo de desarrollo vía cuencas hidrográficas en México se
establecieron por decreto presidencial ocho comisiones de cuenca, entre ellas la del
río Grijalva que abordamos a profundidad por ser el territorio de esta cuenca nuestro
objeto de investigación. Se dictaron leyes, decretos y acuerdos para ejecutar la
política pública o hidropolítica vía cuencas hidrográficas. El valor otorgado al recurso
agua fue económico para beneficiar a las élites políticas y económicas del centro y
norte del país, principalmente.
Desarrollamos dentro del presente capitulo cinco apartados, en el primero hacemos
una revisión histórica de la trayectoria de las leyes de aguas nacionales y de las
estructuras operativas que las pusieron en práctica, a partir del análisis de la
centralización de la política del agua o hidropolítica. El objetivo es entender en qué
contexto jurídico en materia de agua (como elemento de desarrollo) se estableció el
ISI y las estructuras operativas que lo fortalecieron, dentro de las cuales se
encontraba la SRH a nivel nacional, y en el plano regional la CCG.
En el segundo apartado, abordamos la visión política y económica del desarrollo vía
cuencas hidrográficas seguida por México de finales de los años 40 del siglo pasado
hasta mediados de los años 80. Dentro de esa visión de desarrollo se impulsó una
hidropolítica de conquista del trópico mexicano23. La hidropolítica ejecutada en otras
latitudes del país y en específico en el territorio de las cuencas de los ríos Grijalva y
Usumacinta se fundamentó en la centralización y en una visión técnica de la
ingeniería.
23
Cuando hacemos referencia a la frase “conquista del trópico mexicano”, es para retomar el discurso oficial y académico (en algunos casos), en el sentido de la intervención gubernamental con grandes obras de ingeniería hidráulica en ecosistemas tropicales del sureste mexicano, con una temporalidad (1945-1980).
134
En el tercer apartado realizamos un análisis general de las comisiones de cuenca
que se establecieron a nivel nacional y sus principales objetivos y acciones. El
modelo de desarrollo de la TVA se aplicó en varias regiones del país y fue el
referente del gobierno mexicano para fortalecer el modelo económico ISI, donde las
más beneficiadas fueron las élites políticas y económicas. No se impulsó un
desarrollo participativo, la población de las cuencas intervenidas simplemente se
tomaba como un elemento más del territorio a desarrollar para extraer rentas. La
élite ingenieril-política era la que tomaba las decisiones y las atribuciones del
desarrollo por encima de estructuras propias del gobierno federal, estatal, municipal
y de las instituciones comunitarias. El eje de análisis de este apartado es el modelo
de desarrollo vía cuencas hidrográficas, su visión ingenieril y contribución a la
centralización política.
El cuarto apartado está dividido en ocho sub-apartados por tratarse de las acciones
de planeación y concretización de metas de la comisión de Cuenca Grijalva, objetivo
central de todo este capítulo. Analizamos la visión y misión “civilizatoria” de la SRH-
CCG en el territorio intervenido, las justificantes de creación e intervención de la
CCG, la etapa de diagnósticos del territorio Grijalva-Usumacinta, en el periodo 1951-
1957, así como la etapa de ejecución de los planes en el territorio en el periodo
1958-1987. Dentro de este último periodo incluimos también dos apartados, uno
sobre los alcances logrados en las metas agropecuarias e hidroeléctricas y otro
donde analizamos los avances en infraestructura social logrados por la CCG. El eje
135
de análisis es la centralización, el enfoque ingenieril y la imposición de reglas por
parte de una hidrocracia24 fortalecida por el Estado mexicano.
En el quinto apartado hacemos un análisis sobre la meta de la SRH-CCG de
construir infraestructura hidroeléctrica de manera compartida con Guatemala en la
cuenca trinacional del río Usumacinta. Analizamos cómo el enfoque ingenieril de
construcción de grandes obras hidroeléctricas en ambos lados se encaminó a tratar
de reforzar política y económicamente a élites (políticas y económicas) montadas
tanto en el aparato del Estado mexicano como del guatemalteco.
3.1. Los valores del recurso agua en las leyes o instituciones
gubernamentales de mediados del siglo XX hasta la actualidad
Las reglas sobre el recurso agua que operaban a mediados de los años 50 del siglo
pasado, así como las estructuras ejecutoras para ponerlas en práctica se
encaminaron a fortalecer el modelo de desarrollo adoptado por México denominado
ISI (1940-1982). Sin embargo, el modelo económico y las propias leyes e
instrumentos legales que fortalecieron a éste, tienen una trayectoria histórica, la cual
rescatamos en el presente apartado. Hacemos mayor énfasis en el periodo (1951-
1987) de ejecución de la hidropolítica en el territorio de las cuencas de los ríos
Grijalva y Usumacinta.
Se identifican tres etapas del modelo denominado ISI (Ramales, 2008): la primera
corresponde al periodo 1940-1956, donde se impulsó la producción de bienes de
consumo no duradero y se importaban bienes intermedios de origen industrial y 24
La hidrocracia (hidrocracy), es definida como la burocracia que trabaja en el sector hidráulico mexicano (Wester et al., 2009).
136
bienes de capital. Las divisas utilizadas para la importación se obtuvieron de las
exportaciones agrícolas. La segunda corresponde al periodo 1956-1970, en el cual
se profundizó la producción de bienes intermedios y de consumo duradero, se
continúo con la importación de bienes de capital y las divisas para adquirir éstos se
obtuvieron de préstamos del exterior y de la inversión extranjera directa. La tercera,
que abarca de 1970 a 1982, trató de producir en el país algunos bienes de capital
ligados principalmente a la industria petrolera y eléctrica.
La agricultura mexicana en el primer periodo (1940-1956) producía la alimentación
de los mexicanos (aproximadamente 20 millones de personas en 1940) y exportaba
productos para captar divisas y financiar el proceso importador de bienes
intermedios y de capital para la industria nacional. El auge agrícola dentro de la
primera etapa del ISI se explica por el incremento constante de las áreas de riego,
cuyo proceso se aceleró a partir de 1926 con la promulgación de la Ley de Irrigación
con aguas federales que creó a la Comisión Nacional de Irrigación (CNI). El trabajo
de la CNI se concentró principalmente en el centro y norte del país; el sur y
específicamente el territorio Grijalva-Usumacinta estuvieron ausentes de la agenda
de la mencionada comisión. Encontramos únicamente un pequeño artículo de
diagnóstico sobre Chiapas que no rebasa las seis páginas en la revista Irrigación en
México (tomo II, noviembre de 1930, número 1) denominado “Chiapas. Sus
elementos de riqueza” (Quiros,1930), donde se hace alusión al potencial hídrico de
la entidad y el interés futuro de la comisión en este territorio.
En efecto, el desarrollo de la irrigación en México y de la ley que la impulsó a partir
de 1926 se explica en referencia al contexto político de México de esos años.
Después de la promulgación de la Constitución Política de 1917 fue necesario
137
reglamentar los principios de la carta magna. Así de 1921 a 1935 se conformaron
muchas de las instituciones que apuntalaron el desarrollo industrial del país a partir
de 1940 y hasta 1982. Para González (2002), la reforma agraria cardenista, la
expropiación petrolera, la nacionalización de los ferrocarriles, la creación de
Nacional Financiera, del Instituto Politécnico Nacional y de otras instituciones fueron
las bases que se necesitaban para dar ese impulso al proceso de industrialización.
Según Aboites (1998), en materia de agua el Estado mexicano inició la
concentración del poder sobre la distribución del recurso desde 1888, a través de la
ley sobre vías generales de comunicación en la cual se insertó un apartado para
otorgar una concesión federal de aguas del río Nazas a la compañía Tlahualilo. Es
en 1910 que se promulgó la primera ley de aguas de jurisdicción federal, la cual se
complementó con un decreto en 1917 para establecer un impuesto sobre el uso del
agua de la nación. En 1926, como mencionamos anteriormente, se publicó la ley de
irrigación y se conformó la CNI. En 1929 se promulgó la ley de aguas nacionales
que sustituyó a la de 1910 y se derogó el decreto de 1917 sobre impuestos de aguas
federales, excepto para hidroeléctricas. En 1934 se promulgó la ley de aguas de
propiedad nacional que desplazó a la de 1929. En 1937 la CNI empezó la
construcción de tres grandes represas (La Angostura, El Azúcar y el Palmito) y en
ese año nació la Comisión Federal de Electricidad (CFE). En 1945 se incorporó al
artículo 27 constitucional el dominio de la nación sobre aguas subterráneas, y en
1948 se publicó la ley reglamentaria. En 1946 el proceso de concentración del poder
sobre el agua llegó a su punto de culminación con la creación de la Secretaría de
Recursos Hidráulicos (SRH), estructura gubernamental erigida como la única
responsable de llevar el desarrollo a las regiones intervenidas a través de las
comisiones de cuenca. La SRH sustituyó a la CNI y en ese mismo año se promulgó
138
la ley de riego que sustituyó a la ley de irrigación de 1926. Es en 1947 que se
decretaron las primeras comisiones de cuenca, es decir, la del Papaloapan y
Tepalcatepec. La instalación de las comisiones de cuenca es un apartado que
abordaremos más adelante.
En el mismo año que el sector hidráulico del país llegó a su máximo nivel de
concentración con la creación de la SRH, nació el Partido Revolucionario
Institucional (PRI). Con la refundación del partido oficial en 1946, el país se abrió a la
inversión de capital extranjero, se incorporó y subordinó a los obreros a través de la
Confederación de Trabajadores de México (CTM), a los campesinos con la
Confederación Nacional Campesina (CNC) y al sector popular con la Confederación
Nacional de las Organizaciones Populares (CNOP) (Ramales, 2008). Con el PRI los
proyectos de reformas sociales y políticas que fueron bandera de la revolución
mexicana se enterraron para dar paso a la industrialización y al crecimiento
económico, donde la élite política y económica sería la más beneficiada.
En 1972 se promulgó la ley de aguas nacionales que sustituyó a la de 1934. En el
marco de la reestructuración de las secretarías, el poder ejecutivo con el aval
legislativo desapareció a la SRH en 1976, y sus funciones fueron integradas
parcialmente a la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH), y a la
Secretaría de Asentamiento Humanos y Obras Públicas (SAHOP). En 1983 se
reformó el artículo 115 constitucional, donde se asignó la responsabilidad de
construir, operar y administrar sistemas de agua potable25 a los municipios. En 1985
se establecieron las reformas legales que permitieron un nuevo trato fiscal en
materia de aguas, y se inició también la extinción de las comisiones de cuenca. En
25
En realidad eran de agua entubada. El concepto de potable refiere a agua completamente limpia para beber directamente de la tubería, sin ningún tratamiento.
139
1989 se constituyó la Comisión Nacional del Agua (CNA); se publicó una nueva ley
de aguas nacionales en 1992 para sostener jurídicamente a la CNA y apuntalar la
inversión privada en el sector hídrico y el mercado del agua, también se creó el
registro público de derechos de agua (REPDA). Finalmente, en 2004 con la llegada
al poder del PAN (Partido Acción Nacional) se reformó la ley de aguas nacionales de
1992. En la práctica dicha reforma es una nueva ley de aguas nacionales donde se
adoptan los lemas “lo del agua al agua” y “el que contamina paga”, ambos copiados
textualmente de la legislación y gestión del agua francesa encaminada al mercado o
comercio del recurso. Paralelamente a esta reforma, se cambiaron las siglas de CNA
a Conagua.
En conclusión, México es un país fructífero en leyes de agua. Sin embargo estas
leyes tienen dos características centrales: se sustentan en el derecho positivista y,
por consiguiente, no reconocen los instrumentos también legales de las
comunidades que gestionan y aprovechan el agua dentro de su espacio socio-
geográfico. En todas las leyes e instrumentos establecidos en materia de agua,
desde 1888 hasta 2004, no se menciona por ejemplo ninguna palabra, frase o
artículo alusivo a las múltiples instituciones de los pueblos indígenas, es decir, no se
reconoce ninguna otra institución que no sea la nacional gubernamental. Con esa
visión unilateral es como se ha ejecutado la hidropolítica en el plano nacional en
territorios indígenas y no indígenas, zonas rurales y urbanas.
El establecimiento de leyes de agua ha correspondido a dinámicas políticas y
económicas destinadas a favorecer los intereses de la élite que representa al Estado
mexicano. Los cambios de modelo económico han determinado la hidropolítica, la
140
cual se ha ejecutada a través de estructuras gubernamentales cerradas y
autoritarias.
Otro aspecto digno de mencionar es la hechura de las leyes. México se ha
caracterizado históricamente por ser un país poco democrático, donde los
representantes de la sociedad en las dos cámaras legislativas no dan cuentas a sus
representados. En consecuencia, las leyes aprobadas carecen de una legitimidad
real en el sentido que no son discutidas con grupos de la sociedad. Así, se explica la
poca operatividad de las leyes y el autoritarismo con que se aplican cuando se hace
uso de dichos instrumentos.
3.2. La visión política y económica de conquista del trópico mexicano
En los años 40 del siglo pasado se adoptó en México el modelo económico
denominado ISI. La industria y la agricultura agroexportadora se concentraba
principalmente en el centro y norte del país. Se pensaba en esa época que el
crecimiento económico del país se podía realizar ampliando estas dos ramas
económicas aprovechando las regiones costeras del trópico mexicano. No fue un
planteamiento aislado del contexto internacional, las agencias financieras como el
Banco Mundial (BM), y de desarrollo en el campo alimentario como la Organización
de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), buscaban
formas de cómo aprovechar las regiones tropicales de todo el globo terráqueo. A
estas instituciones en América Latina se sumó, a principios de la década de los 60´s,
el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a través de financiamientos a planes,
programas y proyectos tendientes a ampliar la frontera agrícola en las regiones
141
tropicales. De hecho el BID fue el principal inversionista en el Plan Chontalpa en
Tabasco, como veremos más adelante.
La política gubernamental de conquista del trópico mexicano estuvo enmarcada
dentro de la trayectoria de los ciclos del capitalismo que favorecieron en un primer
momento en inversión e infraestructura hidráulica principalmente a las zonas centro
y norte de México. Durante el porfiriato y posteriormente en el periodo post-
revolucionario, la presencia de instituciones y estructuras operativas
gubernamentales permitieron el establecimiento de grandes zonas de riego, la
construcción de infraestructuras para el suministro de agua entubada para el uso
doméstico, las facilidades y los incentivos para la industria particular y estatal que,
en conjunto con la construcción de vías de comunicación terrestres y marítimas,
impulsaron el despegue agrícola, agroindustrial e industrial de esas regiones.
La marcha al mar o conquista (en el discurso político y en el análisis académico) de
las regiones costeras del trópico mexicano como política pública del gobierno federal
mexicano, se declaró en el periodo del presidente Manuel Ávila Camacho (1940-
1946). Sin embargo, es en el periodo de Miguel Alemán (1946-1952) cuando se
empezaron las acciones de desarrollo vía cuencas hidrográficas en el sureste. El
incremento de la población y la demanda de tierras en el centro y norte del país
atentaba contra los emporios agrícolas disfrazados de pequeña propiedad de las
tierras irrigadas de esas regiones. La marcha al trópico se diseñó como una válvula
de desfogue para quitarles presión al centro, norte y también como una forma de
ampliar los intereses de la élite política y económica en el sureste mexicano. La
gente asentada, originaria y dueña de estos territorios intervenidos fue la menos
beneficiada tal y como veremos más adelante.
142
Los beneficiarios del desarrollo emprendido a partir de mediados del siglo XX en el
sureste y en algunas regiones del centro y norte del país fueron principalmente los
empresarios agrícolas e industriales, las firmas de la industria de la construcción y la
élite política ligadas a grupos de poder económico que se repartían el botín de las
grandes inversiones públicas y créditos internacionales ejercidos en obras de
ingeniería hidráulica, tales como: control de inundaciones, hidroelectricidad,
infraestructura de drenajes en tierras pantanosas o susceptibles de inundación,
acondicionamiento de distritos de riego y de temporal tecnificado.
La conquista del trópico fue una estrategia para preservar el interés de la élite
política y económica: no sólo se aseguró la permanencia del emporio agrícola del
centro y norte del país, sino que se amplió y mejoró la infraestructura de riego para
hacer de la agricultura el motor de desarrollo de la industria, papel que desempeñó
de 1940 a 1956. En el periodo alemanista se destinó el 20% de la inversión total
bruta al campo. Estos recursos se canalizaron principalmente a la construcción de
represas en zonas donde se practicaba o se podía desarrollar una agricultura
empresarial de alto rendimiento, es decir, en el centro y norte del país.
La industria se instaló principalmente en el centro y norte de México y fue la
beneficiaria directa tanto del despegue de la agricultura como de la inversión del
Estado mexicano en los sectores primario y secundario. La inversión en el sureste
en materia de hidroeléctricas incrementó a más del doble el potencial de México en
las décadas 70 y 80 y permitió canalizar energía barata hacia el centro y norte del
país para apuntalar el modelo ISI.
Se desplazó a demandantes de tierra del centro y norte del país hacia el sur de
México con los programas de colonización, iniciándose con ello una etapa de
143
deforestación a gran escala de bosques y selvas tropicales mediante los programas
gubernamentales. Ello permitió al Estado disfrazar la política de no reparto de tierras
en el centro y norte: en el periodo cardenista (1934-1940) se repartieron 18 millones
de hectáreas, mientras que en los tres sexenios siguientes (Manuel Ávila Camacho,
Miguel Alemán y Adolfo Ruiz Cortines) se repartieron únicamente 13.9 millones de
hectáreas (González, 2002). Daniel Cossio Villegas en 1946 publicó un artículo en la
revista Cuadernos Americanos argumentando la muerte de la revolución mexicana y
decía que, las causas por las que luchó el pueblo habían quedado en el olvido, en
alusión al nacimiento del PRI, a la resistencia gubernamental de dar continuidad al
reparto agrario, al proceso de industrialización acelerado del país que exprimía al
campo; política ésta impulsada por la élite política y económica en beneficio propio.
En efecto, las reglas del juego en materia de agua y tierras fueron impuestas por la
élite política y económica de México. Cuando las reglas del juego no eran acordes a
los intereses de esa élite, se podían cambiar o buscar la forma de que no entraran
en operación. Éste es el caso de la ley de aguas de propiedad nacional publicada el
13 de julio de 1946 -unos cuantos meses antes de dejar la presidencia Ávila
Camacho- (DOF-Julio 13, 1946), la cual no entró en vigor porque de manera
conciente el régimen alemanista de corte empresarial nunca publicó su reglamento.
Mientras en la ley de 1934 se consideraba en un cuarto lugar como prioridad el uso
de agua en terrenos de hasta 150 hectáreas, en la ley de 1946 se priorizaban
superficies de ejidos y pequeñas propiedades que no excedieran las 20 hectáreas,
además se ponía un tope dentro de las asociaciones agrícolas: no se podían regar
más de 100 hectáreas de parte de los propietarios. Al grupo alemanista no le gustó
la prioridad a los ejidos y las restricciones de riego a los propietarios privados,
situación que atentaba contra la visión empresarial del régimen.
144
La ley de aguas de 1946 ponía bajo seis secretarías la reglamentación de las aguas
interiores y marítimas, mientras que la ley de 1934 consideraba únicamente cuatro
dependencias del gobierno federal. En una lógica de concentración del poder, la ley
de 1934 ofrecía mejores perspectivas. En esa lógica concentradora, el gobierno de
Miguel Alemán reestructuró las secretarías de Estado inmediatamente después de
su toma de posesión: en diciembre de 1946, se promulgó la ley de secretarías y
departamentos de Estado, dentro de la cual se estipuló la creación de la SRH. Esta
secretaría funcionó durante treinta años (1946-1976) como la única responsable de
llevar el desarrollo a diferentes regiones de México, con el lema “Por la Grandeza de
México”.
Durante esos treinta años de funciones de la SRH, se fortaleció una hidrocracia que
concentró el poder en la toma de decisiones sobre una visión del desarrollo
mediante la ejecución de la hidropolítica en cuencas hidrográficas. El lema “Por la
Grandeza de México”, era claro: la grandeza de México se lograría con las grandes
obras de ingeniería hidráulica realizadas por la élite político-técnica que se
consideraba muy alta o grande en conocimientos y poder político para llevar al país
a un rango de riqueza económica comparada con países del primer mundo.
En materia agraria se reformó el artículo 127 de la constitución en el periodo
alemanista (1946-1952), específicamente los apartados X, XIV y XV: con el apartado
X se cambiaron los límites de la pequeña propiedad, con el XIV se instituyó el juicio
de amparo para proteger a los dueños de tierras susceptibles de afectación legal, y
con la modificación del apartado XV se permitió la entrega de certificados de
inafectabilidad a propietarios que destinaran sus tierras a la ganadería (Méndez,
2003).
145
Otra ley de aguas de jurisdicción federal que no entró en vigor a pesar de ser
aprobada por las cámaras de diputados y senadores es la de diciembre de 1960
(Lanz, 1982:339). El congelamiento de la ley se debió a que no fue promulgada ni
publicada por el poder ejecutivo federal. En estos tiempos del presidencialismo, las
cámaras de diputados y senadores eran controladas por el presidente de la
republica a través del partido político hegemónico, en ese sentido el presidente
podía decidir sin la menor crítica o presión el destino de las cámaras y sus leyes
aprobadas.
La ley de aguas de 1960 legitimaba las comisiones de cuenca. Podríamos incluso
aseverar que era una ley centrada en torno al concepto técnico de cuencas dado
que desarrolla buena parte de los ejes temáticos bajo este concepto. En esta ley
observamos dos aspectos que nos llaman la atención y que lanzamos como
hipótesis acerca de su no publicación por el ejecutivo federal. El primer aspecto se
relaciona con los cambios en la designación directa de la figura de vocal ejecutivo (el
coordinador operativo de las comisiones de cuenca) anteriormente realizada
directamente por el presidente de la república, la cual en la ley de 1960 se reduce a
un representante de la SRH. La segunda cuestión y quizá la más importante es la
tendencia de la ley a reglamentar a la industria en descargas de contaminantes que
tienen un efecto en la calidad de las aguas, posición que atentaba contra los
intereses no sólo de particulares sino también con los del propio Estado, en tanto
éste era dueño de gran parte de la industria nacional.
En conclusión, las instituciones o reglas del juego las imponía el poder ejecutivo por
encima de los otros poderes del Estado mexicano, en este caso del poder legislativo.
Esto explica el prácticamente nulo margen de participación de los gobiernos
146
estatales y municipales en la toma de decisiones sobre el desarrollo para la
grandeza de México. La población a desarrollar y sus instituciones locales eran un
estorbo para la élite política y económica. En la visión de la élite que impulsó el
desarrollo vía cuencas hidrográficas, el territorio donde estaba asentada la población
y sus recursos naturales eran el botín para extraer rentas de la periferia hacía el
centro.
En otro orden de ideas, para entender la visión política y económica de conquista del
trópico mexicana y de las escalas (scale, según Turton, 2002) de la hidropolítica
ejecutada en la Cuenca Grijalva, debemos partir en nuestro análisis del hecho que
los centros de poder político y económico han realizado y realizan en la actualidad
una explotación de áreas periféricas mediante la transferencia de rentas. Esta
práctica tiene escalas internacionales, nacionales, regionales y locales, pero siempre
con el mismo objetivo. Las políticas de desarrollo emprendidas a mediados del siglo
pasado a través de las comisiones de cuenca hidrográfica en México se justificaron
como planes, programas y proyectos de desarrollo regional, encubriendo el
verdadero objetivo de extracción de recursos naturales y explotación de población
marginada en beneficio de élites políticas y económicas concentradas en las
grandes ciudades del país o en los nuevos centros de desarrollo industrial-urbano.
Algunos autores como Palerm (1972), nos dicen que a nivel internacional o dentro
de una misma nación rica o pobre, imperial o colonizada, existen zonas centro que
dominan y explotan a zonas periféricas (la teoría de centro-periferia).26 De igual
26
La teoría del centro-periferia, teoría de la dependencia o del intercambio desigual es una versión ampliada de la tesis de la causalidad acumulativa. Establece la estructura jerárquica de las regiones/países, define las diferencias entre el centro y la periferia (las actividades más avanzadas se concentran en el centro, el ambiente cultural es más favorable en el centro, la demanda creciente de exportaciones es propia del centro y los rendimientos crecientes duraderos en el tiempo son
147
manera, afirma que las políticas de desarrollo regional concebidas por el gobierno
mexicano como “la manera más eficaz de minimizar el problema de las diferencias
geográficas internas de riqueza, siguen operando como si el fenómeno de la
explotación centro-periferia no existiera” (Palerm, 1972:16). El olvido o no inclusión
de este fenómeno en las políticas de desarrollo vía cuencas hidrográficas
impulsadas a partir de mediados del siglo XX, llevan a Palerm a concluir que las
políticas y los proyectos de desarrollo regional se concibieron y ejecutaron bajo los
lineamientos de las teorías más arcaicas del desarrollo, es decir, se concebía que
las diferencias regionales eran resultado del mercado (como ente regulador de la
oferta y la demanda) y no de la explotación por los centros de poder político y
económico.
Esa visión del desarrollo de los tomadores de decisiones del gobierno mexicano, los
situó (según Palerm, 1972) dentro de las teorías económicas de libre mercado del
siglo XVIII propuestas por Adam Smith (la mano invisible) y el laissez-faire (dejar
hacer, dejar pasar).27 Esto es una contradicción porque se planteaba por la élite que
patrimonio del centro. Las disparidades regionales tienen su causa tanto en las relaciones interregionales como en la dinámica interna de la periferia, incapaz de generar una dinámica propia de desarrollo (Prebisch, 1949; Friedman, 1972; Lipietz, 1990). Sobra decir que la periferia es incapaz de generar su propio desarrollo por el yugo explotador del centro ejercido a través de relaciones desiguales en el intercambio de mercancías. La relación centro-periferia viene dada por un sistema colonial en el que los recursos (trabajo, capital, materias primas y bienes intermedios) fluyen de la periferia al centro, y en el que la tasa y la pauta de desarrollo de la periferia están controladas por el centro con el fin de lograr sus objetivos económicos, políticos y sociales. Las regiones centro son subsistemas de la sociedad organizados sobre una base territorial que tienen una gran capacidad para generar y absorber cambios innovadores; mientras que las regiones periféricas son subsistemas cuyo camino de desarrollo está determinado fundamentalmente por las instituciones de la región centro, con respecto a la cual se encuentran en una relación básica de dependencia (Friedman, 1972: 67).
27
Smith en su obra “La riqueza de las naciones” (1776), realizó un profundo análisis de los procesos de creación y distribución de la riqueza. La tesis central de este escrito es que la mejor forma de emplear el capital en la producción y distribución de la riqueza es aquella en la que no interviene el gobierno, es decir, en condiciones de laissez-faire y de libre cambio; sostenía que la competencia privada libre de regulaciones produce y distribuye mejor la riqueza que los mercados controlados por los gobiernos. Desde 1776, cuando Smith escribió su obra, su razonamiento ha sido utilizado para justificar el capitalismo y disuadir la intervención gubernamental en el comercio y cambio. En palabras
148
abanderaba el desarrollo mexicano el impulso a la economía interna, a través del
modelo económico ISI, es decir, la intervención del Estado en la economía bajo los
preceptos de la corriente económica Keynesiana.28
Con estas confusiones y contradicciones se ejecutó la política de desarrollo de
mediados de los años 40 y hasta principios de los 80 del siglo pasado. La confusión
pudo ser solo un estilo o estrategia de plantear las ideas y ejecutar las acciones de
la élite política y económica hacia la periferia. En la práctica se dejaron las fuerzas
económicas del mercado nacional y regional representadas por inversionistas
agrícolas, agroindustriales e industriales que explotaban a productores del campo y
obreros en las ciudades. Los inversionistas eran particulares y el propio gobierno
federal con sus estructuras operativas -empresas estatales y banca de crédito,
inversión y desarrollo- (Barkin y King, 1970).
En este modelo de desarrollo, el más perjudicado fue el productor o campesino
pobre del campo, debido a que tenía en sus espaldas no sólo las ganancias del
intermediarismo, sino también una política de Estado tendiente a favorecer precios
accesibles de productos agropecuarios para justificar los salarios bajos de los
de Smith, los empresarios privados que buscan su propio interés organizan la economía de modo más eficaz "como por una mano invisible".
28El Keynesianismo es una corriente del pensamiento económico derivada de los planteamientos de
Jhon Maynard Keynes, se fundamenta en la acción del Estado para impulsar la actividad económica tal y como lo expuso en su obra Teoría general sobre el empleo el interés y el dinero, publicado en 1936 como respuesta a la Gran Depresión en los años 1930. La economía keynesiana se centró en el análisis de las causas y consecuencias de las variaciones de la demanda agregada y sus relaciones con el nivel de empleo y de ingresos. El interés final de Keynes fue poder dotar a unas instituciones nacionales o internacionales de poder para controlar la economía en las épocas de recesión o crisis. Este control se ejercía mediante el gasto presupuestario del Estado, política que se llamó política fiscal. La justificación económica para actuar de esta manera, parte sobre todo, del efecto multiplicador que se produce ante un incremento en la demanda agregada. Keynes refutaba la teoría clásica de acuerdo a la cual la economía, regulada por sí sola, tiende automáticamente al pleno uso de los factores productivos o medios de producción (incluyendo el capital y trabajo).
149
obreros y así favorecer a la industria, la cual resultó ser un fracaso por su poca
competitividad nacional e internacional.
Las relaciones desiguales del centro versus la periferia, en el contexto mexicano
donde se ejecutó la política de desarrollo regional, nos deben llevar a entender no
sólo los sistemas clasistas de explotación en el plano nacional, sino también en lo
local (Grijalva-Usumacinta) y las relaciones de explotación interétnica (mestizos
versus indígenas) e intraétnica (mestizos que explotan a mestizos e indígenas); así
también a visualizar las relaciones que se establecen entre los sistemas de
explotación interregional (Grijalva-Usumacinta versus ciudades y regiones con
infraestructura industrial y de riego agrícola, por ejemplo).
Los centros políticos y económicos, como todo sistema de dominio, tienen
mecanismos de explotación de la periferia. Estos sistemas dominantes están en
permanente búsqueda de estrategias políticas, económicas y tecnológicas para
cumplir su objetivo. “Un sistema de dominio no sólo es aquel que permite mantener
en sujeción a un país, a un grupo, a una región, sino también aquel que le priva, en
todo o en parte, de la posibilidad de pensar y, sobre todo, de ejecutar decisiones
propias” (Palerm, 1972:17). Las estrategias se acompañan de marcos reguladores
(instituciones o reglas del juego) que en su origen son impositivas y excluyentes de
grupos de la sociedad, ubicados no sólo en la periferia sino en el mismo centro.
En efecto, los planes de desarrollo vía cuencas hidrográficas se acompañaron de
leyes y estructuras operativas29 que le coartaron tanto a la población local como a
29
En el capítulo V analizamos a profundidad las leyes (reglas del juego) y las estructuras gubernamentales.
150
los gobiernos municipales y estatales en menor medida, la posibilidad de opinar
acerca de qué tipo de desarrollo aspiraban en sus territorios. En el plano operativo
se minimizó la toma de decisiones de la población local y de las autoridades
municipales y estatales, toda vez que fueron marginados de los círculos de poder del
gobierno federal y de sus aparatos burocráticos.
Enrique González Pedrero, gobernador de Tabasco en el periodo 1983-1987,
hombre de universidad, estudioso y con libros publicados de análisis profundo de lo
político, nos dice:
“El desarrollo integral de nuestro país debe apoyarse, primero, en el de sus municipios y en el de sus regiones; las demandas populares que se vinculen con el entorno inmediato de cada uno, pueden normar los planes estatales y regionales de desarrollo de cuya aplicación han de ser responsables los ayuntamientos y los gobiernos de cada estado de la República, en un esfuerzo común en la medida en que sus circunstancias sean comunes. El desarrollo integral es base fundamental sobre la que se apoya nuestro pacto federal… Partiendo de la consulta popular concebimos el desarrollo como mayor producción y mayor productividad; como aumento en el ingreso de los habitantes a través de una mejor distribución entre clases y regiones de la entidad; como avance tecnológico global, y mayores índices de bienestar social, de educación y de cultura…Desarrollo es, en fin, más bienestar, más justicia, más libertad” (citado por Rodríguez, 2001:99; cursivas nuestras).
No es casualidad que un académico, siendo gobernador de una de las entidades
donde todavía estaba presente la CCG, escribiera y hablara en esos términos. La
situación no era para menos, diferentes gobernadores que antecedieron a González
Pedrero, entre ellos Mario Trujillo García, habían manifestado en múltiples ocasiones
que la política que ejecutaba el gobierno federal a través de la CCG se podía
catalogar como la imposición de una Estado sobre otro Estado.
Gonzáles Pedrero manifestaba su total apoyo a las demandas populares para
establecer las instituciones o reglas del juego en los planes de desarrollo estatales y
regionales, los cuales deberían ser responsabilidad de los ayuntamientos y los
151
gobiernos de los estados. De igual forma, proponía que el ingreso debía tener una
mejor distribución entre clases y regiones, es decir, incidir en una mejor distribución
de los ingresos, en el trato desigual o asimétrico del centro versus la periferia y en la
explotación del primero respecto al segundo.
La posición de González Pedrero coincide con la política de descentralización
impulsada a partir de la crisis económica de principios de los años 80 del siglo
pasado. De hecho la reforma al artículo 115 constitucional en 1983, caminó en el
sentido de dar más atribuciones a los municipios, entre ellas la facultad dentro de su
jurisdicción para suministrar en agua doméstica a la población, es decir, construir,
operar y administrar los sistemas de agua entubada. Sin embargo, el proceso de
descentralización ha sido lento y de desventaja para los estados y municipios,
debido a que en la mayoría de los casos el gobierno federal trasladó, mediante leyes
aprobadas en el Congreso de la Unión, la responsabilidad pero no los recursos
económicos y humanos para dar continuidad a las acciones.
La descentralización estuvo enmarcada dentro de la política de ajuste estructural
dictada por los organismos financiero internacionales. Las medidas no fueron una
exclusiva para México, se aplicaron para todos los países en crisis en los años 80. El
objetivo de fondo fue desmantelar las estructuras gubernamentales para abrir la
puerta a la iniciativa privada nacional e internacional y al libre mercado; así se
termino la etapa del Keynesianismo para dar cabida de manera abierta a través de
una política de Estado a la vertiente económica de libre mercado planteada por
Smith. Es necesario aclarar que la privatización y el mercado del agua ha tenido
poco éxito hasta ahora en México.
152
Con los elementos de este apartado y retomando a Turton (2002) en cuanto a
escalas y valores, podemos concluir que la hidropolítica o política pública de
desarrollo vía cuencas hidrográficas de finales de los años 40 y hasta mediados de
los años 80 del siglo pasado impulsada por México, se fundamentó en el modelo de
la TVA que se expandió a escala internacional; coincidimos en este sentido con
Barkin y King (1970), Barkin (1972) y Melville (1990).
En la escala nacional se establecieron ocho comisiones de cuenca para el impulso
del desarrollo regional vía cuencas hidrográficas,30 y a nivel regional operó la
comisión de Cuenca Grijalva que abarco no sólo esta cuenca, sino también la del
Usumacinta. Los valores en el modelo económico y de desarrollo otorgados al
recurso agua dentro de las cuencas fueron esencialmente económicos y el objetivo
consistió en extraer rentas de la periferia en beneficio de élites políticas y
económicas del centro.
La imposición de la hidropolítica del centro a la periferia se acompañó de
instituciones (reglas) jurídicas desde la visión del Estado mexicano, pero ilegitimas
en el territorio donde se ejecutaron las acciones del denominado desarrollo, toda vez
que se desplazaron las reglas de la población a desarrollar, no se buscó actuar en
un campo de pluralismo legal de reconocimiento mutuo entre el Estado y la
población del territorio a desarrollar. Esa imposición es una característica esencial
de un sistema político autoritario, bajo el cual las comisiones de cuenca en general -
30
Papaloapan, Tepalcatepec, Lerma-Chapala-Santiago, Río Fuerte, Valle de México, Comisión de Aguas del Valle de México, Río Pánuco y Comisión del Grijalva.
153
y en específico la del Grijalva- se apoyaron para ejecutar la hidropolítica de
desarrollo a través de cuencas hidrológicas.
Finalmente, es necesario mencionar que el establecimiento de ocho comisiones de
cuenca pone en entredicho la política de conquista del trópico, en el sentido que
varias comisiones se establecieron fuera de esta franja. Es decir, el modelo
económico y de desarrollo se aplicó a todos los territorios con condiciones de
extracción de rentas, como objetivo central de la élite política y económica del centro
del país.
3.3. Las comisiones de cuenca en México: ¿Por la grandeza
de México?
Para ejecutar la política de desarrollo vía cuencas hidrográficas,31 el Estado
mexicano copió la estrategia operativa de la agencia del Tennessee Valley Authority
(TVA) del gobierno de los Estados Unidos de América (USA). La TVA fue instalada
en la década de los años 30 del siglo pasado como “una corporación investida del
poder del gobierno, pero dotada de la flexibilidad e iniciativa de la empresa
privada….Esta flexibilidad organizativa significaba que TVA no estaba sujeta a los
controles ordinarios de la administración, que podía allegarse fondos adicionales a
los provenientes de la asignación del presupuesto federal, y que podía invertirlos de
conformidad con sus estatutos” (Melville, 1990:33).
Con esa flexibilidad y una semi-autonomía de las autoridades centrales de
Washington, la TVA se consolidó como un modelo de desarrollo integral bajo un
31
La cuenca hidrológica es aquella superficie física donde se considera el agua superficial y subterránea. Mientras que en la cuenca hidrográfica solo se consideran los flujos de drenado superficial.
154
enfoque de cuencas hidrológicas cuyo objetivo central era incidir en el desarrollo
social, político y económico de la población del sur de los Estados Unidos. Se
promulgaron leyes específicas que dotaron a la TVA de una personalidad jurídica
propia para proceder en su accionar (Melville, 1990). La TVA fue criticada al interior
del país que le dio origen, en el sentido que se había puesto a la orden de los
intereses regionales establecidos y no al servicio de la población. Sin embargo,
como modelo de desarrollo vía cuencas hidrográficas se extendió por varios países
de América.
Las comisiones de cuenca en México se establecieron por decreto presidencial, es
decir de forma vertical y no consensuada con el poder legislativo y con las
autoridades regionales (estados involucrados) y municipios dentro de las cuencas.
Ésta es una diferencia central e importante con la TVA que se estableció bajo
consensos legislativos y con los gobiernos de los estados involucrados. La
imposición era la característica del sistema político mexicano de la época.
Las plataformas operativas para ejecutar el modelo de desarrollo de los años 40 del
siglo pasado y hasta principios de los 80, fueron las comisiones de cuenca
hidrográfica. El lema de la SRH “Por la Grandeza de México”, tenía sentido para la
élite política-técnica al decretarse grandes extensiones a intervenir con grandes
planes (y presupuestos económicos) que incluían: obras de irrigación,
hidroelectricidad, control de inundaciones, drenado de bastas zonas pantanosas en
zonas costeras, infraestructura de agua para uso doméstico y drenajes sanitarios,
impulso a polos de desarrollo regionales, carreteras y caminos, escuelas, clínicas,
proyectos productivos, escuelas profesionales de agricultura, nuevos centros de
155
población, entre otros. Es decir, todo se planeaba en grande, sin embargo los logros
fueron mínimos en el caso de la comisión de Cuenca Grijalva.
Realizando un resumen de las comisiones de cuenca instaladas a partir de
mediados del siglo pasado y destacando las principales acciones que ejecutaron,
tenemos lo siguiente.
La comisión del Papaloapan se decretó en 1947, la superficie que abarcó fue de
46,517 km2 correspondientes a una parte de los estados de Oaxaca (51%), Veracruz
(37%) y Puebla (12%). La comisión desarrolló acciones que estuvieron encaminadas
al control de inundaciones en la parte baja de la cuenca, la irrigación y la
construcción de hidroeléctricas (SRH, 1972).
La comisión del Tepalcatepec se decretó en 1947, la superficie cubierta fue de
17,000 km2 en un principio dentro del estado de Michoacán y una mínima parte de
Jalisco. Posteriormente en 1960, la comisión del río Balsas absorbió a la del
Tepalcatepec para abarcar 53,000 km2, correspondientes a partes de los estados de
Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Jalisco (Barkin, 1972). Las acciones de la comisión
se orientaron hacia proyectos de irrigación y de hidroelectricidad. Uno de los
coordinadores de esta comisión fue el Gral. Lázaro Cárdenas del Río.
La Comisión del Lerma-Chapala-Santiago se creó en 1950, sus acciones se
encaminaron básicamente a realizar estudios de planeación para ese gran territorio
que abarca parte de los estados de México, Guanajuato, Michoacán, Jalisco y
Nayarit (SRH, 1950). Su objetivo consistía en crear las condiciones favorables para
la coordinación entre el gobierno federal y los gobiernos estatales, con la finalidad de
hacer diagnósticos técnicos para analizar y tomar medidas sobre la sequía de más
156
de dos años que se estaba presentando, así como para la construcción de plantas
generadoras de electricidad.
A pesar de que esta comisión recibió poca inversión directa a través de la SRH,
algunos territorios como el estado de México, Guanajuato y Jalisco salieron
beneficiados del desarrollo vía ISI más que cualquier otra región de México
intervenida por el modelo de desarrollo vía cuencas hidrográficas. El despegue
industrial del estado de México y la consolidación del corredor industrial México-
Querétaro-Guanajuato-Jalisco, así como la aportación de la agricultura agroindustrial
de exportación de Guanajuato y Jalisco son pruebas contundentes de la inversión
privada en estos dos sectores y de los beneficios que les proporcionó el modelo
económico impulsado en la década de los años 40 del siglo pasado. Se les
proporcionó energía eléctrica barata, combustibles a precios accesibles y un
paquete tecnológico industrial y agrícola subsidiado.
Aquí hay una contradicción en la conformación de las comisiones de cuenca y en las
acciones emprendidas por estos organismos ¿Cómo es posible que regiones donde
la inversión fue mínima (vía estas comisiones) alcanzaran mayor desarrollo que las
regiones intervenidas con todo el aparato de la SRH? Esta contradicción nos pone
en tela de juicio el modelo ISI y la propia política de desarrollo regional vía cuencas
hidrográficas; el juicio apunta hacia la extracción de rentas de los territorios
intervenidos para fortalecer la industria del centro y norte del país. Dos estados
también donde no hubo inversión vía comisiones de cuenca fueron Nuevo León y
Coahuila y el desarrollo industrial de estas dos entidades es muy alto comparado,
por ejemplo, con Chiapas-Tabasco (comisión del Grijalva), Veracruz (comisión del
Papaloapan) o Michoacán (Comisión del Tecaltepec-Balsas).
157
En efecto el desarrollo de algunas regiones de México no se puede explicar
únicamente por la intervención de la SRH a través de las comisiones de cuenca. Sin
embargo, la principal justificación del gobierno federal para intervenir diferentes
regiones, a través de las comisiones de cuenca, fue llevar esos territorios
intervenidos a niveles similares a las regiones más avanzadas en lo económico.
La comisión del río Fuerte se estableció en 1951, su trabajo estuvo encaminado a la
construcción de infraestructura para irrigación e hidroelectricidad. Mediante la
construcción de obras de riego se impulsó de manera significativa la agricultura de
agroexportación en ejidos colectivos y en menor medida en pequeñas propiedades.
La cuenca del río Fuerte tiene un área aproximada de drenado de 29,000 km2
correspondientes a una parte de los estados de Chihuahua, Durango, Sonora y
Sinaloa, sin embargo los trabajos de la comisión se concentraron únicamente en la
parte baja de la cuenca dentro del estado de Sinaloa (Barkin y King,1970).
La comisión hidrológica de la cuenca del Valle de México se creó en 1951 en el
gobierno de Miguel Alemán, cubría el Distrito Federal y parte de los estados de
México e Hidalgo (DOF-19 julio, 1951). Los objetivos de esta comisión se enfocaron
a atender la escasez de agua que se empezaba a presentar en la cuenca,
planteándose hacer estudios para traer el recurso de otras cuencas. También se
atenderían el problema de las tolvaneras (viento con polvo) provocadas en el lago de
Texcoco por la desecación del lago, los hundimientos de la ciudad, controlar los
niveles de los lagos en el valle de México, reforestación, manejo y conservación de
suelos. Ésta era la cuenca a restaurar, no se menciona el aprovechamiento del
potencial de la cuenca porque estaba agotado después de cuatro siglos y un cuarto
de intervención con una visión occidental (Tortolero, 2000).
158
Continuando con nuestro análisis de las comisiones de cuenca tenemos que la
comisión de estudios de la cuenca del río Pánuco se decretó en 1959. La superficie
que comprende esta cuenca es parte de los estados de Tamaulipas, Veracruz,
Hidalgo, Querétaro, Guanajuato y San Luís Potosí. Los objetivos de la comisión se
encaminaron en una primera etapa a recopilar estudios realizados por otras
dependencias gubernamentales, así como en una etapa posterior realizar estudios
propios que plantearan soluciones a las inundaciones que se presentaban en la
parte baja de la cuenca, impulsar la explotación de tierras agrícolas mediante el
riego, abastecimiento de energía hidroeléctrica y agua potable para la población.
La comisión del río Grijalva se decretó en 1951 para atender una superficie de
49,900 km2 correspondientes al área de drenado de la cuenca del río catalogado
como Grijalva por esta comisión (DOF, 29 de agosto, 1951). En 1957 la comisión
terminó los estudios técnicos sobre la cuenca e incluyó también la cuenca del
Usumacinta. Consideró las dos cuencas como una sola con una superficie a
intervenir de 129,132 km2. Como mencionamos en el capitulo dos, cada uno de
estos ríos tiene áreas de drenaje independientes por lo tanto son cuencas diferentes,
sin embargo la CCG consideró como una sola cuenca todo el territorio del Grijalva y
del Usumacinta tomando como base el primer plano de división de cuencas en
México, realizado a mano por Rafael de Zayas Enríquez y publicado en la revista
Irrigación en México (Tomo I, agosto 1930, Número 4).
Para finalizar podemos hacer algunas reflexiones generales. En una perspectiva de
tiempo después de casi sesenta años de intervención de las cuencas, con una
política de extracción a través de las comisiones conformadas a mediados del siglo
XX y posteriormente vía las diferentes dependencias de los gobiernos federal,
159
estatal y municipal, es necesario hacer un alto y replantearse en la actualidad la
restauración (al igual que la cuenca del Valle de México en su momento) de los
territorios de las cuencas, dejando de lado la visión ingenieril que ha perdurado
desde finales del siglo XIX hasta nuestros días en el sector hidráulico mexicano. Ese
replanteamiento se debe hacer a la luz del deterioro ecológico que han sufrido los
territorios de las cuencas, al incremento de la población dentro de ellas, al cambio
climático que tiene y tendrá consecuencias directas, y al modelo de desarrollo actual
basado en una política de mayor extracción de recursos naturales con una mínima
inversión ambiental.
La comisión hidrológica de la cuenca del Valle de México nos deja una experiencia
muy importante, la cual traducimos a dos aspectos. Primero, el territorio de esta
cuenca, tal y como fue planteado en 1951, era muy grande para intervenir en una
lógica de restauración. Ese territorio se acotó en 1972 al conformarse la comisión de
aguas del Valle de México, la cual sustituyó a la anterior comisión. Segundo, las
medidas de restauración de la cuenca fueron sólo paliativas y justificantes para
continuar con el deterioro de la cuenca y sus recursos; se siguió con la lógica de la
visión ingenieril tal y como se plantea en el objetivo de crear la comisión de aguas
del Valle de México.
“La comisión tendrá por objeto programar, proyectar, construir, operar y conservar las obras que sean necesarias para el abastecimiento de agua…..Para tales efectos tendrá las siguientes funciones: …Realizar los estudios necesarios para programar y proyectar las obras de aprovechamiento de los recursos hidráulicos de la cuenca del Valle de México y las que sean necesarias para traerlos de otras cuencas…” (DOF-18 agosto, 1972; tomado de Cárdenas, 1982: 1022).
En conclusión, no hubo una restauración de la cuenca sino una aplicación de la
ingeniería civil hidráulica para seguir con la extracción galopante del recurso agua al
interior de la cuenca y cubrir el déficit mediante la conducción del líquido de otras
cuencas. Actualmente la comisión de aguas del Valle de México es la única en
160
operación de todas las comisiones creadas a mediados del siglo pasado. Este
organismo opera el sistema Cutzamala -considerado como uno de los más caros del
mundo en su operación-, el cual lleva agua del río Lerma a la ciudad de México y su
área metropolitana.
La otra experiencia son las inundaciones en la planicie tabasqueña en 1980, 1995,
1999, 2007, 2008 y 2009, estos eventos nos hablan del fracaso del enfoque
ingenieril implementado por la SRH/SARH-CCG en la cuenca del Grijalva en el
periodo de 1951 a 1987 (años en que funcionó la comisión de cuenca). El objetivo
central de las obras de ingeniería hidráulica (hidroeléctricas, bordos de protección y
encauzamiento de ríos, drenado y desazolve de cauces de ríos y lagunas) de la
comisión del Grijalva era evitar inundaciones en la planicie, el cual no se cumplió. En
más detalle profundizamos a continuación la hidropolítica que planeó y ejecutó la
SRH-CCG, así como sus resultados.
3.4. La Comisión de Cuenca Grijalva: entre planes de grandes alcances y
resultados mínimos
En el siglo XX los recursos hídricos fueron una prioridad no sólo del Estado
mexicano sino de mucho países en el plano internacional para controlar el espacio
geográfico, los recursos naturales (entre éstos el agua como prioridad) y la población
dentro de los territorios intervenidos a través de la hidropolítica implementada
(Swyngedouw, 2007; Boelens, 2008; Wester, 2008). La prioridad del recurso agua
dentro de la visión de desarrollo y progreso, conformó una hidrocracia o burocracia
hidráulica que bajo la bandera de control del agua por parte del Estado de manera
161
centralizada encontró la mayoría de las veces el apoyo político para su
reproducción. En México “la misión hidráulica, la centralización del control del agua y
el reforzamiento de la burocracia hidráulica federal (hidrocracia), en forma
permanente se reforzaron y complementaron durante todo el siglo XX” (Wester, et
al., 2009). La misión hidráulica según estos autores implica que el Estado apoyado
en una hidrocracia autónoma toma la delantera en el desarrollo de los recursos
hídricos para captar tanta agua como sea posible para las diferentes actividades
antropogénicas.
Para el análisis de este capitulo consideramos la misión hidráulica, la centralización
del control del agua y el reforzamiento de la burocracia hidráulica federal
(hidrocracia), como elementos conjugados de la estrategia del Estado mexicano
para implementar la hidropolítica en territorios intervenidos a través de SRH en el
periodo 1947-1986. En otras palabras, para ejecutar la hidropolítica en ese periodo
el Estado mexicano se apoyó en una estructura gubernamental fuerte denominada
SRH (1946-1976, posteriormente SARH) que conjugaba la misión hidráulica, la
centralización del agua y la hidrocracia.
A una parte de la burocracia hidráulica corresponde al concepto que denominamos
élite técnica-política, en el sentido que no todos los burócratas del sector hidráulico
tenían o tienen los mismos niveles de incidencia dentro de los canales de poder del
Estado mexicano, la mayoría simplemente son parte de la estructura operativa que
recibía instrucciones para ejecutar la hidropolítica. Es un grupo reducido el que ha
definido el qué hacer y cómo hacer la hidropolítica.
162
Consideramos que la élite técnica-política es la que dirigió los destinos del agua
desde la creación de la CNI en 1926, posteriormente con la conformación de la SRH
en 1946 se ampliaron los niveles de incidencia de esa élite de ingenieros políticos,
los cuales perdieron espacio (político) en 1976 al ser incorporada la SRH al sector
agropecuario (SARH). Sin embargo, con el argumento de una sola autoridad federal
del agua lograron de nueva cuenta, en 1989 con la creación de la CNA y la ley de
aguas de 1992, concentrar el poder sobre el agua en una estructura gubernamental
única, cuyo objetivo es tratar de continuar conjugando la misión hidráulica, la
centralización del control del agua y el reforzamiento político-administrativo de la
burocracia hidráulica federal.
En este apartado mostramos entonces, como esa visión civilizatoria se transformo
en una hidropolítica de Estado ejecutada a través de la SRH, con una misión de
extracción de rentas del territorio Grijalva-Usumacinta. Para cumplir esta misión la
élite técnico-política concentró el poder sobre el agua para imponer por encima de
las reglas o instituciones locales (comunitarias y gubernamentales) sus propias
reglas y estructuras operativas. La planeación y ejecución de la hidropolítica
ejecutada en las cuencas de los ríos Grijalva y Usumacinta sirvió para apuntalar el
modelo de desarrollo ISI, donde los más beneficiados fueron los intereses políticos y
económicos del centro y norte del país.
163
3.4.1. El territorio Grijalva-Usumacinta: entre la visión ingenieril y la
misión hidráulica civilizatoria
Empezamos este apartado con dos citas que nos parecen muy pertinentes. Ilustran
perfectamente la misión de extracción de rentas y la visión civilizatoria de la
hidrocracia para el sureste mexicano, la cual se tradujo en una hidropolítica o política
pública de intervención del Estado mexicano a través de la SRH-CCG, en el periodo
1951-1987.
“¡La hora del Sureste ha sonado, y la brújula que señala el Destino próspero de México apunta hacia él! México padece sed. Sus ciudades, sus campos y sus fábricas piden agua, siempre más agua, y en el Sureste la hay en abundancia. La mitad del agua de que puede disponer nuestro país está en el Sureste. Si no quiere ver estancado su desarrollo o arrostrar males peores aún, México debe ir, TIENE QUE IR, AL SURESTE, controlar sus ríos y desarrollar sus recursos. Como la empresa es gigantesca, la labor será ardua y la tarea prolongada. Por eso todos, Pueblo y Gobierno, debemos aportar el esfuerzo de que seamos capaces: nuestro ahorro, nuestra mente, nuestro brazo. Y sería mejor apresurarnos. ¡No queda en el reloj mucha arena por caer!” (SRH, 1957, explicación de la portada del diagnóstico titulado “Lo que ha sido y lo que puede ser el Sureste”, volumen III).
“El problema demográfico más importante es incorporar a la civilización a los indígenas que representan el 32% de la población, que no hablan español, y en sus vestidos y costumbres acusan un retraso de más de un siglo. Este pavoroso problema es indispensable resolverlo simultáneamente con el fomento y desarrollo de las riquezas agrícolas y las actividades industriales del Estado (Chiapas), pues el indígena esta incapacitado para aprovechar debidamente estas riquezas, sino se le educa adecuadamente y se le dan facilidades excepcionales para mejorar su condición económica” (SRH, 1957:519, paréntesis nuestro).
“La hora del sureste ha sonado” constituye un objetivo de desarrollo que encubre la
misión de la política de extracción o saqueo que se realizó en el periodo 1951-1987,
y que continúa actualmente en este territorio.
La segunda cita escrita líneas arriba nos habla de dos cuestiones concretas:
primera, la visión de desarrollo de la élite política-técnica incrustada en la SRH partía
del posicionamiento ingenieril de construcción de obras, como meta para lograr la
164
civilidad de la gente en sus territorios. Es decir, toda población que dejara escapar
una gota de agua por falta de infraestructura hidráulica en su territorio era
incivilizada; esta visión ingenieril se registra desde finales del siglo XIX y principios
del XX en España y en USA (Wester et al., 2009).
Segunda, la cita también nos habla del desprecio hacia las culturas locales, de la
imposición de un modelo de desarrollo por encima de la población indígena que
habita el territorio del sureste, en especial Chiapas. Se habla de incorporar a la
población indígena a la civilización, es decir, los indígenas son considerados como
incivilizados porque no hablan español y portan vestimentas diferentes, eso se llama
intolerancia e imposición de culturas y ubica a los técnicos-políticos de la SRH en el
siglo XVI, a inicios de la época de la conquista. Se percibe a la población indígena
como un pavoroso problema que debía ser eliminada culturalmente, quitándole su
idioma, su vestido e incorporándola al mercado agrícola e industrial.
Con esa visión de la población del territorio a intervenir se ejecutó la hidropolítica, en
consecuencia se dejaron de lado las reglas de la “población a desarrollar” y se
impusieron reglas externas totalmente distintas. El monismo legal en el que se movió
la SRH-CCG, para ejecutar sus planes de desarrollo dentro de las cuencas Grijalva y
Usumacinta, se acotó a la coordinación de instituciones (reglas) y estructuras del
gobierno federal, dejando de lado no sólo las reglas de la población local, sino
también las reglas de los gobiernos estatales y municipales. La imposición iba
acompañada además de una visión del desarrollo con un componente
eminentemente hidráulico (no hídrico y sus ciclos naturales), es decir, una visión
ingenieril del territorio y su gente.
165
La esencia de la hidropolítica ejecutada en las cuencas de los ríos Grijalva y
Usumacinta bajo la visión ingenieril fue adaptar el medio natural a una supuesta
supremacía técnica civilizatoria, donde la dinámica natural de los ecosistemas no
existía, al igual que las dinámicas culturales, sociales, políticas, económicas y
técnicas de adaptación al ecosistema de la población del territorio de las cuencas.
Otro aspecto esencial de cómo se ejecutó la hidropolítica bajo esta visión ingenieril
es su carácter centralizador, es decir, se estableció un poder que concentraba la
toma de decisiones políticas y económicas del desarrollo a implementar en los
territorios de las cuencas.
La concentración e imposición, como elementos esenciales de la hidropolítica del
desarrollo en el territorio Grijalva-Usumacinta, explican de alguna manera el fracaso
de los planes en estas cuencas. El campo jurídico se restringió a un monismo de
reglas del gobierno federal; se dejaron de lado la diversidad de reglas o instituciones
comunitarias de la población objetivo del desarrollo.
La SRH justificó la concentración e imposición de la hidropolítica y las reglas para
impulsar ésta en las cuencas de los ríos Grijalva y Usumacinta, bajo el argumento de
considerar a la población indígena (y no indígena) como incapacitada para
aprovechar debidamente las abundantes riquezas de su territorio. Pero si esto es
cierto, entonces cómo explicar la permanencia indígena durante milenios sin llegar a
la extinción (a pesar de soportar el yugo explotador por más de 500 años) haciendo
uso de los recursos de su entorno a través de sus instituciones o reglas. En otra
lógica, conociendo la incapacidad -aparentemente técnica y económica- porque
166
entonces la SRH-CCG no les brindó las facilidades para que hicieran un
aprovechamiento de los recursos naturales de su territorio. Se hizo lo contrario tal y
como lo establece cualquier plan colonialista, los indígenas y los campesinos pobres
fueron expulsados de sus territorios con la construcción de hidroeléctricas, y sus
tierras forestales ubicadas en las partes altas fueron aprovechadas mediante al
saqueo por empresas del Estado y de la iniciativa privada; la selva alta perennifolia
en la planicie tabasqueña fue desmontada a maquina, amontonada y quemada en
nombre del desarrollo.
3.4.2. Las justificaciones para crear la Comisión de Cuenca Grijalva
Dentro de las consideraciones o justificaciones que se mencionaban en el decreto
de creación de la Comisión de Cuenca Grijalva (CCG) se encontraban las siguientes
(DOF, 1951): la necesidad de intervenir la cuenca con obras para su desarrollo
integral en el territorio mexicano sin considerar a la cuenca en su totalidad (parte
guatemalteca), y la existencia dentro del territorio de la cuenca de zonas muy ricas
para la producción de granos en los estados de Tabasco, Chiapas y Oaxaca. Se
argumentaba en el decreto que el río Grijalva se constituía como una seria y
continua amenaza por la impetuosidad de su corriente que causaba enormes
inundaciones por lo que era necesario realizar estudios y construir obras de defensa,
consistentes en presas de almacenamiento para el control de avenidas y el
encauzamiento de corrientes, las cuales deberían de hacerse en forma armónica
con las de aprovechamiento para la energía hidroeléctrica y la irrigación.
Otro argumento que se mencionaba dentro del decreto de creación de la CCG eran
las condiciones de insalubridad existentes en la cuenca, atribuidas al clima y a la
167
falta de desagüe natural, es decir, la existencia de zonas pantanosas que había que
drenar, principalmente en la planicie tabasqueña, aplicando los conocimientos de la
ingeniería sanitaria.
Se mencionaba también en el decreto la importancia de la cuenca en volumen de
agua y una gran riqueza natural que mediante la construcción de obras iba a ser el
progreso de la región a través del fomento de la agricultura de riego, la cual
aprovechando el volumen de agua y las caídas naturales del río sería también fuente
de energía hidroeléctrica. Se decía en el decreto que el auge agrícola y la
producción de energía en grandes plantas serían las bases esenciales para el
desarrollo industrial en la cuenca, teniendo en marcha el progreso en la región sería
necesario abrir nuevas ciudades y aumento de las existentes, contar con vías de
comunicación en los tramos navegables de los ríos, puertos fluviales, marítimos,
carreteras, ferrocarriles, líneas telegráficas y telefónicas.
Los trabajos a realizar eran de índole diversos pero en el decreto de la comisión se
agruparon en tres grandes rubros (DOF, 1951). En primer lugar, las obras de
defensa como presas de control, encauzamiento y de drenajes; las de
aprovechamiento en riego y producción de energía hidroeléctrica, es decir, presas
de almacenamiento, de derivación, canales de riego y de drenaje, canales de fuerza,
plantas hidroeléctricas; y las de ingeniería sanitaria como abastecimiento de agua
potable, alcantarillado, desecación de pantanos y campañas contra plagas. En
segundo lugar, se consideraba a las vías de comunicación incluyendo puertos, vías
navegables, carreteras, ferrocarriles, telégrafos y teléfonos; trabajos de fomento
agrícola e industrial. Y tercero, los aspectos relativos a los centros de población a
reubicar y acomodar dentro de los planes agroindustriales y su infraestructura social.
168
Para abordar la gama de actividades en una visión integral, en el decreto se
consideraba necesario estructurar a la CCG como un organismo con atribuciones y
responsabilidades claramente definidas y con una unidad de acción en los aspectos
técnico y administrativo. Se justificaba en el decreto que las juntas intersecretariales
existentes en ese tiempo no tenían la suficiente independencia en sus decisiones y
en los trámites administrativos para hacer frente a una empresa como la que se
iniciaría en la cuenca del Grijalva. Con esa argumentación en el decreto se estipula
dejar todos los trabajos a desarrollar a cargo de una sola secretaría del gobierno
federal, es decir, la Secretaría de Recursos Hidráulicos; y dentro de la secretaría no
dispersar las acciones en diferentes áreas, sino concentrarlas en un organismo
relativamente descentralizado, con cierta independencia operativa y administrativa.
Con la promulgación del decreto de creación de la CCG, el gobierno federal a través
de la SRH, instaló la comisión de cuenca del Grijalva “para planear, diseñar y
construir las obras requeridas para el desarrollo integral de la parte de la Cuenca
Grijalva comprendida en territorio mexicano” (DOF, 29 de Agosto, 1951).
3.4.3. La ausencia de visión de cuenca de la Comisión de Cuenca del río
Grijalva
La comisión de Cuenca Grijalva se caracterizó por una carencia de visión de cuenca
que se manifestó a través de tres elementos: no se consideró el territorio de la
cuenca en su totalidad, la extensión de las acciones de la CCG a otras cuencas en
territorio chiapaneco y tabasqueño, y la exclusividad del enfoque ingenieril en las
acciones realizadas. Los dos primeros se pueden observar en la misión escrita de
esta institución. Primero, intervenir solamente la cuenca del Grijalva en el territorio
169
mexicano, es decir, en ningún momento se propuso trabajar el 9.49% (5,400 km2) de
la superficie de esta cuenca ubicada en Guatemala, a pesar que los ríos
(guatemaltecos) Cuilco, Selegua y Nentón tributarios del río Grande de Chiapa o
Grijalva aportan 2.4 km3 de agua a la hidroeléctrica Dr. Belisario Domínguez (La
Angostura), ubicada en Chiapas.
Segundo, el decreto se refiere explícitamente a la Cuenca Grijalva y en la práctica se
intervino también la cuenca del Usumacinta del lado mexicano con desmonte de
selva, infraestructura de drenaje y riego en el marco del plan Balancán -Tenosique.
En la cuenca del Usumacinta, se tenía programada la construcción de la
hidroeléctrica de Boca del Cerro, ubicada arriba de Tenosique en Tabasco. Con esta
obra se iba a inundar prácticamente toda la Selva Lacandona en Chiapas y una
tercera parte de la superficie del Petén guatemalteco. Con este planteamiento en la
práctica la CCG intervendría no sólo la parte del territorio de la cuenca ubicado en
México, sino también 42,506 km2, es decir, el 58% de la superficie total de la cuenca
ubicada en Guatemala. Abordaremos a profundidad al final de este capítulo en lo
que respecta a la relación México-Guatemala en la construcción de hidroeléctricas
(apartado 3.5).
En el decreto de creación de la comisión se menciona que ésta iba a intervenir la
Cuenca Grijalva en territorio mexicano, no se habla en el decreto de intervenir
territorios político-administrativos. Sin embargo, la comisión operó territorialmente no
a partir de una delimitación de cuencas sino tomando en cuenta divisiones político-
administrativas, es decir todo el estado de Chiapas, de Tabasco y en el municipio de
Palizada, Campeche. Así, la superficie de operación de la comisión cubrió 100,620
km2, correspondientes a 111 municipios de Chiapas, 17 de Tabasco y 1 de
170
Campeche. “La anterior se consideró el área jurisdiccional de la Comisión del
Grijalva y propiamente cubrió la totalidad del sistema Grijalva-Usumacinta en la
República” (SARH, 1992: 6). Así, además de realizar acciones en las cuencas de los
ríos Grijalva y Usumacinta, la labor desarrollado por la CCG incluyó a las cuencas
costeras del estado de Chiapas consideradas hoy en día como parte de la región
hidrológica de la Costa de Chiapas que incluye un gran número de cuencas costeras
que desembocan en el océano Pacífico y no se vinculan hidrográficamente con las
primeras (SARH, 1992).
En el plano directivo, la comisión quedó integrada por un presidente, es decir, el
secretario de la SRH, por un vocal ejecutivo y un vocal secretario, ambos vocales
designados por el presidente de la república. El primer vocal representaba a la SRH
y el segundo vocal a la Secretaría de Bienes Nacionales e Inspección Administrativa,
así como a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SRH,1957). Se les daba en
la práctica a los dos vocales un cheque en blanco, con el reconocimiento del
presidente de la república para realizar las acciones de ingeniería dentro de la
cuenca y manejar los recursos financieros internamente. El artículo tercero del
decreto de creación de la comisión establece claramente el poder que se le otorgó a
la comisión del Grijalva. Ello no fue exclusivo de la comisión del Grijalva, ya que en
los mismos términos se les dio poder a las otras comisiones que se conformaron en
la época del desarrollo vía cuencas hidrográficas.
“Tercero.-La comisión tendrá las más amplias facultades para la planeación, proyecto y construcción de todas las obras de defensa en los ríos, las de aprovechamiento en riego, desarrollo de energía y las de ingeniería sanitaria, las de vías de comunicación comprendiendo vías de navegación, puertos, carreteras, ferrocarriles..., y tendrá también amplias facultades para dictar las medidas y disposiciones en materias industriales, agrícola y de colonización en cuanto todo lo anterior se refiere al desarrollo integral de la Cuenca Grijalva” (DOF,1951; cursivas nuestras).
171
Las atribuciones de la CCG no sólo estaban relacionadas con los aspectos de
construcción y operación de obras de ingeniería, sino también con acciones con los
objetivos de regular y reglamentar la industria, la agricultura y la colonización dentro
de la cuenca. Esta política de desarrollo concentrada en manos del gobierno federal
a través de dos vocales designados directamente por el presidente de la republica
provocó reclamos de los gobiernos de los estados. Se escuchaban voces de
gobernadores de Tabasco de la época expresando que la política de desarrollo del
gobierno federal se concretaba al control de un estado por otro estado, violando la
autonomía y el pacto federal (Angulo, 1988). En Chiapas algunos gobernadores
expresaban que para gobernar el estado, había que pedir permiso a los
representantes de la SRH (posteriormente SARH), la Comisión Federal de
Electricidad (CFE) y a la Compañía Nacional de Subsistencias Populares
(CONASUPO) (Angulo, 1988).
Como podemos observar, el gobierno federal imponía las instituciones o reglas del
juego en detrimento de la participación de los gobiernos regionales (estados dentro
de la cuenca) y locales (municipios dentro de la cuenca), así como de la propia
población involucrada en el “desarrollo”. Esta imposición se sustentaba en la
promulgación de reglas formales como leyes, decretos y acuerdos entre las élites
políticas y económicas del gobierno federal y del propio poder legislativo, las cuales
coartaron a la población dueña del territorio intervenido la posibilidad de pensar y
participar en el diseño, instrumentación y ejecución de la hidropolítica en las cuencas
de los ríos Grijalva y Usumacinta.
A pesar del contexto de pluralismo jurídico que caracteriza la región estudiada, las
reglas de las comunidades fueron ignoradas, se impusieron las reglas externas con
172
un enfoque ingenieril, es decir, la técnica por encima de la cultura, el conocimiento,
la organización política y económica de las comunidades, por encima también del
entorno ecológico y mosaico de ecosistemas dentro de la cuenca.
La visión de desarrollo de la SRH a través de las comisiones de cuenca partía del
principio que la técnica ingenieril hidráulica era el modelo moderno civilizatorio del
territorio y su gente. Es decir, todas las reglas de acceso, distribución y
aprovechamiento de los recursos naturales (entre éstos el agua como eje central de
intervención) y la técnica utilizada por la población local eran incivilizadas por no
adaptar el medio natural a la técnica ingenieril.
Después de casi 60 años de comienzo de la intervención de la SRH en el territorio
de las cuencas de los ríos Grijalva y Usumacinta, podemos observar la visión
equivocada bajo la cual partió la élite técnico-política de este organismo del gobierno
federal. En un contexto de deterioro de los ecosistemas por la intervención de la
mano hidráulica y el fenómeno de cambio climático, es necesario replantearse el
rescate y proyección de los conocimientos y estrategias locales de acceso y
distribución de los recursos naturales, y de las estrategias de adaptación a los
cambios acelerados de los ecosistemas, donde se vislumbra una posibilidad mínima
de resiliencia natural y humana ante el impacto de fenómenos naturales.
La lógica de los técnicos de la comisión del Grijalva era simple: con la técnica se
adaptaría el medio físico-natural a la política de desarrollo impulsada en la cuenca y
a la visión hidráulica dominante de la época, y no al revés, utilizar el conocimiento
técnico para adaptarse a la dinámica físico-natural, cultural y social de la cuenca. Se
consideró como variable dominante la técnica aplicada a la hidrología traducida a
una política pública. No hubo una combinación de variables en el diseño de la
173
política de intervención en la cuenca, como por ejemplo: la variable hidrológica y su
relación directa con variables ambientales-naturales (cubierta vegetal, suelo y
pendientes) para incidir en la estabilización de la cuenca. No se consideraron los
conocimientos locales ancestrales de adaptación de la población a su entorno físico-
natural dentro de la cuenca, tampoco sus formas de organización social, política y
económica.
En conclusión, las acciones implementadas en sus diferentes etapas por la SRH-
CCG con el nombre de desarrollo integral de la cuenca se sustentaron
exclusivamente en la variable hidráulica (no hídrica y su propia dinámica natural), en
menosprecio y olvido de variables centrales como la ambiental-ecológica, cultural,
social, político-organizativa y económica en su dimensión regional. La visión
hidráulica se acompañó con la variable económica para hacer del territorio de la
cuenca una región de extracción de materias primas principalmente, en beneficio de
la élite política y económica que definía el qué hacer y cómo hacer el desarrollo en
territorios periféricos.
3.4.4. Las etapas de intervención de la Comisión de Cuenca del Grijalva
En la memoria de la comisión (SARH, 1992), se dividen las acciones de dicha
comisión en tres etapas: la primera abarca de 1951 a 1959, donde se incluyen los
estudios de diagnóstico y en paralelo la construcción de obras de agua entubada y
bordes de protección contra inundaciones en Villahermosa, bordos de protección y
drenes de desagüe en la zona de la Chontalpa, taponamiento del cauce del río Viejo
Mezcalapa, y un cauce piloto de 33 km lineales para el ordenamiento de río
174
Samaria. La segunda etapa corresponde al periodo 1959-1972, en la cual se
construyó la presa Netzahualcóyotl (la más grande del país) con el objetivo de evitar
inundaciones y generar hidroelectricidad; también se empezó la planeación del plan
agropecuario el Limón que nunca se ejecutó como tal y, posteriormente a finales de
los años 60, se transformó en el Plan Chontalpa para hacer un distrito de riego de
300 mil has en el trópico húmedo. La tercera etapa va de 1972 a 1987, donde se
inició la planeación y se terminó la ejecución del Plan Balancán-Tenosique para
cubrir una superficie de 115 mil has, a semejanza del Plan Chontalpa.
Para el análisis de las acciones de la CCG, dividimos las actividades de dicho
organismo en dos etapas de operación: la primera corresponde al periodo de 1951 a
1957, en la cual se realizaron los estudios técnico-hidrológicos y se priorizaron las
obras sustantivas que la comisión del Grijalva ejecutó en el territorio de las cuencas
de los ríos Grijalva-Usumacinta. La segunda corresponde al periodo de 1958 a 1986,
donde se ejecutaron obras de protección contra inundaciones, hidroeléctricas, riego
y drenaje de zonas pantanosas y aprovechamiento agropecuario de zonas
selváticas, saneamiento y obras sociales.
Cabe destacar que en el plano operativo de representación formal o legal de la
CCG, el vocal ejecutivo (representante legal de la SRH) fue nombrado por el
presidente de la república hasta 1959 para atender todas las acciones inherentes a
la comisión, no obstante que ésta había sido decretada desde 1951. El periodo
anterior de la CCG (1951-1959) se atendió con un gerente local de la SRH.
175
3.4.4.1. Los estudios de diagnóstico y la planeación (1951-1957): el
paraíso terrenal
Los estudios que se realizaron para justificar la intervención del gobierno federal en
el territorio del río Grijalva abarcaron no sólo esta cuenca, sino también el territorio
de la cuenca del río Usumacinta. De igual forma algunas acciones de la mencionada
comisión se extendieron a las cuencas costeras del Océano Pacífico en el estado de
Chiapas.
Cabe aclarar que desde 1936 se conformó un equipo de técnicos del gobierno
federal para hacer el diagnóstico de las cuencas de los ríos Grijalva y Usumacinta,
pero no se lograron avances significativos hasta el periodo 1951-1957.
Son cuatro documentos de diagnóstico que nos hablan de la visión de la SRH-CCG,
en cuanto al qué y cómo hacer la intervención en el territorio Grijalva-Usumacinta.
Los documentos se publicaron en 1957 y se denominan: “La cuenca del Grijalva-
Usumacinta a escala nacional y mundial (-a-),” y “Lo que ha sido y puede ser el
Sureste vol. I (-b-), II (-c-) y III (-d-).”
En los documentos de diagnóstico de la cuenca sobresalen dos cuestiones
centrales: primero, la concepción del carácter centralizado del desarrollo vía cuencas
hidrográficas, y segundo la visión del desarrollo en el territorio de la cuenca visto
como un cuento con los mejores argumentos fantasiosos.
La centralización del desarrollo regional se impulsó no sólo mediante la
concentración de funciones en el gobierno federal, sino también mediante la
concentración de toma de decisiones en una sola secretaría del poder ejecutivo, es
176
decir, la SRH. La argumentación en torno a la necesidad de la centralización fue la
siguiente.
“Con la organización de cuencas “hidrográficas federalizadas” a cargo de Vocales Ejecutivos autónomos en las zonas respectivas es factible concentrar y armonizar íntimamente la acción Federal para activar el desarrollo de una cuenca, pero entonces, el Vocal Ejecutivo debería ser el Delegado o representante de todas las Secretarías de Estado en la región, estando supeditada su acción a la de todas y cada una de las Secretarías en la rama respectiva” (SRH-CCG, 1957:61 -a-).
Se identificaba en los diagnósticos de la CCG tres tipos de organizaciones
operativas para impulsar el desarrollo vía cuencas hidrográficas.
Figura 4. Tipos de estructuras organizativas operativas identificadas por la SRH-CCG
1 2 3 4 5 6 1 2 3 4 5 6
Señor Presidente
Secretarios
Usual
Burocrática
T. V. A.
Centralizada
1 2 3 4 5 6
1 Agricultura
2 Comunicaciones
3 Recursos Hidráulicos
4 Educación
5 Salubridad
6 Economía
1 2 3 4 5 6
1 2
3
4 5 6
Papaloapan semidescentralizada
Fuente: SRH-CCG, 1957 (Fig. 37, entre pág. 60 y 61 -a-); adaptada por el autor.
La estructura operativa organizativa que se tomó como modelo en México para las
comisiones de cuenca fue la estructura de la comisión del Papaloapan. Como se
observa en el diagrama de organización (figura 4), la SRH era la que centralizaba el
177
control sobre el desarrollo. Éste se mantenía a través del secretario de recursos
hidráulicos y del vocal ejecutivo en torno a las acciones que les correspondían
impulsar a las otras secretarías. En el organigrama, no aparecen los gobiernos
estatales y municipales, tampoco la estructuras comunitarias dueñas del territorio
donde se impulsó el modelo de desarrollo. Ello sugiere que eran insignificantes para
los primeros o desconocidos para la segundas, desde la perspectiva centralizada del
desarrollo que representó la comisión de cuenca del Grijalva.
En lo que respecta a los planteamientos fantasiosos del desarrollo para la Cuenca
Grijalva podemos citar lo siguiente.
“Esta obra para Tabasco, lo es todo, es por decirlo así, su única, su decisiva y vital obra; su ser o no ser; en ella se resume cuanto puede hacerse, abrigará en sus trascendentes beneficios a la totalidad del Estado; ella le dará nuevo cauce a su historia y definirá con claridad su porvenir. Tabasco principia una nueva etapa de su vida, dejará de ser la “Cenicienta de la República” para convertirse en Sultana de la prosperidad; podrá disponer de todo su patrimonio territorial, ahora cubierto por las aguas en gran parte; contará con la energía eléctrica que requiera, con comunicaciones fluviales y terrestres, en suma, esta obra será el “Césamo Abrete” (sic) de nuestras narraciones infantiles, que lo transformará económica, social y políticamente en fuente constante de producción, de progreso, de riqueza, tantos años esperados” (SRH-CCG,1957: 82 -a-).
Éste era el discurso del representante del presidente de la república, en el acto de
informe de labores del gobernador de Tabasco, efectuado el 20 de noviembre de
1953. El funcionario federal se refiere a toda la obra de ingeniería civil que se iba a
construir a través de la CCG para evitar inundaciones en la planicie tabasqueña y
para incorporar también la mayor parte de la superficie del estado a la actividad
agropecuaria. Creo que habría que analizar un tanto los términos del discurso, son
interesantes, sobre todo las metáforas que remiten a cuentos.
No ocurrió ninguna de las dos cosas, la entidad se sigue inundando en la actualidad
y el sector agropecuario está abandonado a su suerte con las políticas neoliberales.
La región de la Chontalpa, donde se hicieron grandes inversiones para drenar los
suelos e incorporarlos al cultivo, se ha empezado a inundar de nueva cuenta debido
178
a las obras de desvío del río Mezcalapa (compuerta el Macayo) y al mal
funcionamiento de los drenes y bordos que se hicieron en la década de los 60 del
siglo pasado. La compuerta del Macayo es una estructura de control en el río
Carrizal que limitará el gasto a 850 metros cúbicos por segundo y el excedente,
cinco mil 650 metros que provienen del río Mezcalapa, se conducirán por el río
Samaria. En la actualidad se ha construido la primera etapa, es decir, el canal de la
margen izquierda del río que permite controlar y conducir un gasto de 200 metros
cúbicos por segundo.32
3.4.4.2. Las acciones de la comisión de cuenca del Grijalva 1958-1987: del
catálogo de “buenas intenciones” a la realidad concreta
Las promesas de desarrollo descritas en los diagnósticos de la SRH-CCG
abarcaban no solo el plano estatal, sino también los niveles regional y nacional. A
partir de las acciones de la CCG, los ingenieros proyectaban a México como una
futura potencia mundial como consecuencia de las obras de ingeniería civil en las
cuencas de los ríos Grijalva y Usumacinta. Se argumentaba que la cuenca (Grijalva-
Usumacinta) era una de las diez más grandes del mundo y su aprovechamiento
colocaría a México dentro de los primeros países desarrollados del mundo.
“El Grijalva-Usumacinta es la clave de la prosperidad de toda la región Sureste del país. ¡El Grijalva-Usumacinta puede duplicar la producción agrícola e hidroeléctrica de México!” (SRH-CCG,1957: 5).
“Si México pudiera aprovechar íntegramente la cuenca Grijalva-Usumacinta, dejaría de ser un país pobre para convertirse en una de las primeras potencias económicas. Este aprovechamiento no es un problema sencillo; si lo fuera ya se habría realizado. Requiere grandes esfuerzos técnicos y económicos; pero México es capaz de hacerlos. El señor Presidente Ruiz Cortines ya ha iniciado esta magna obra, que al realizarse como él la planeó, podría ser la más grande de su régimen” (SRH, 1957: pág. V del Resumen -a-).
32
La obra del Macayo se dejó abandonada en los primeros meses de 2007 por la empresa La Estrella, propiedad de uno de los hijos del político panista Diego Fernández de Cevallos. La Conagua demandó a la empresa para salvar la situación. La terminación de esta obra a mediados de 2007 habría evitado en parte, la inundación del 70% del territorio tabasqueño que se presentó en ese año.
179
En efecto, se duplicó la producción de energía hidroeléctrica mexicana con las
cuatro presas construidas en Chiapas, pero dichas obras no significaron
prosperidad para la población del estado y mucho menos de todo el sureste
mexicano. Muy lejana quedó la meta de duplicar la producción agrícola de México
con las acciones emprendidas por la comisión del Grijalva. Tampoco México llegó a
ser una potencia económica en el mundo.
Podemos observar en los diagnósticos y en las promesas que vierten en éstos que
la élite ingenieril montada en el aparato del Estado mexicano tenía un poder político
y de convencimiento dentro del régimen, lo cual explica la confianza del presidente
de la república para embarcarse en propuestas de dimensiones gigantescas que no
dieron los resultados esperados. La élite de la ingeniería civil hidráulica mexicana,
en el periodo de operación de las comisiones de cuenca (1947-1986) o por lo menos
en los tres lustros de existencia de la SRH (1946-1976), se consolidó como una
fuerza político-técnica dentro del régimen político del Estado mexicano que intentó
dirigir el destino económico del país. Es quizá el despegue petrolero de México y el
modelo económico industrial bajo el ISI que minaron la presencia de los ingenieros
civiles hidráulicos mexicanos, es decir, otras ramas de la ingeniería también
ocuparon su espacio dentro del régimen político. De igual forma las crisis
económicas de los 70 y principios de los 80 influyeron directamente para rezagar y
después enterrar las propuestas de desarrollo vía cuencas hidrográficas.
Realizando un resumen general de los diagnósticos de la SRH-CCG, encontramos
que las principales acciones que se planteaba realizar en el territorio de las cuencas
de los ríos Grijalva y Usumacinta eran las siguientes.
180
En la Cuenca Grijalva, en territorio chiapaneco, se proyectaba la construcción de
una presa de almacenamiento para controlar las avenidas (corrientes ordinarias y
extraordinarias de agua) en el río Mezcalapa-Carrizal-Grijalva en la planicie
tabasqueña. Con la edificación de esta presa y de obras como los cauces de alivio y
los bordos de defensa, se pretendía evitar inundaciones en la planicie para proteger
a la población y rescatar cerca de dos millones de hectáreas para la producción
agropecuaria. Así, la hidroeléctrica Netzahualcóyotl se construyó al igual que los
cauces y bordos, pero las inundaciones siguen en la actualidad, por consiguiente no
se rescató la superficie considerada para la producción y peor aun la tranquilidad de
la población en un 70% del territorio de Tabasco se encuentra perturbada por la
mala experiencia de las inundaciones de 1999, 2007, 2008 y 2009.
En la cadena de lagunas y esteros ubicados en los límites de aguas marinas y
dulces, así como en corrientes tierra adentro, la CCG proyectaba acondicionar una
red fluvial de 2,700 kilómetros lineales que intercomunicaría todos los afluentes de
los ríos Grijalva, Usumacinta, Tonalá y Coatzacoalcos, es decir, desde ciudad del
Carmen, Campeche hasta Minatitlán, Veracruz (SRH, 1957:396 -c-). La intención era
conectar Tabasco con el centro del país a través de Quetzacoalcos. Cabe subrayar
que el estado de Tabasco permaneció incomunicado del centro y sur del país hasta
mediado del siglo pasado y que el primer medio de transporte terrestre fue el
ferrocarril del sureste.
La meta fluvial proyectada no se cumplió, ni siquiera la CCG intentó iniciar los
trabajos. El puerto de altura de Dos Bocas en el municipio de Paraíso, Tabasco, se
construyó con recursos económicos de la empresa paraestatal Petróleos Mexicanos
(PEMEX) en 1979 y empezó a operar en 1982 para sacar crudo de exportación. El
181
planteamiento de la red fluvial fue sustituido por una red de carreteras que construyó
la paraestatal PEMEX privilegiando la comunicación de zonas de explotación
petrolera. Los bordos de estas carreteras levantados en la planicie tabasqueña
modificaron sustancialmente el curso de ríos, lagunas y esteros, y esa intervención
carretera es parte del problema actual de las inundaciones.
En la parte alta de la cuenca del Grijalva, en territorio chiapaneco, la CCG programó
construir pequeñas presas de almacenamiento para aprovechar el agua para el riego
y la generación de energía hidroeléctrica. Al respecto, podemos decir que ninguna
pequeña presa se construyó con ese doble propósito. Se construyeron a principios
de los años 80, únicamente dos presas pequeñas (Cuxtepeques y Rosendo Salazar)
para riego que no rebasan la suma de 12 mil has entre las dos (Conagua, 1997).
Para la generación de hidroelectricidad se construyeron cuatro grandes represas, las
cuales abordaremos más adelante.
En la cuenca del río Usumacinta, se proyectaba la construcción de la presa de
almacenamiento Boca del Cerro, cuya cortina estaría al norte de Tenosique,
Tabasco e inundaría parte de la Selva Lacandona en Chiapas y el Petén
guatemalteco, con el objetivo de controlar las inundaciones y aprovechar el agua
para la generación de energía hidroeléctrica. Esta hidroeléctrica sigue en proyecto
en la actualidad.
En materia de obras hidráulicas para el aprovechamiento agrícola, la SRH-CCG
consideraba la construcción de una presa derivadora en Balancán, Tabasco, cuyas
aguas se utilizarían para regar 300,000 hectáreas del estado de Campeche. De igual
forma, programaba construir un camino desde Tenosique hasta Anaité (dentro de la
Selva Lacandona, Chiapas) para iniciar la explotación de 300,000 hectáreas
182
agrícolas. Ese camino serviría también para extraer maderas preciosas del alto
Usumacinta, es decir, desmontar la selva y luego destinar esas tierras al
establecimiento de praderas para ganadería (SRH, 1957 -a-).
No se construyó la presa derivadora y el camino hacia el alto Usumacinta lo brecheó
PEMEX en los años 80, y posteriormente en 1996-1997 lo asfaltó la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes (SCT) con ayuda de la Secretaría de la Defensa
Nacional (SEDENA) para controlar el movimiento indígena zapatista. Ahora se
conoce como la carretera transfronteriza, la cual va bordeando la línea divisoria
entre México y Guatemala en el estado de Chiapas.
Las cuentas alegres de los ingenieros de la SRH-CCG en materia agropecuaria,
para el Grijlva-Usumacinta eran las siguientes.
“El costo de estas obras se estima en 1 300 millones de pesos (año de 1953). Con ellas pueden regarse 100 000 Ha en Chiapas y 300 000 en Campeche; en la cuenca baja del Grijalva pueden drenarse y sanearse 1 000 000 Ha y en el bajo Usumacinta 500 000 Ha en Tabasco y Campeche; en el alto Usumacinta pueden abrirse al cultivo 300 000 Ha que no requieren ni drenaje. Total: más de dos millones de Ha de las más fértiles del mundo, en donde pueden levantarse 2 a 3 cosechas al año y formarse praderas de primera para la ganadería. No debe olvidarse que en el trópico está la máxima riqueza agropecuaria de México” (SRH, 1957: pág. III del resumen -a-).
Cabe destacar que las bases del desarrollo a través de las proyecciones de la SRH-
CCG, tanto en materia de aprovechamiento hidráulico como en el área agropecuaria,
estaban sustentadas en la destrucción de ecosistemas tropicales de selvas,
bosques, humedales, pantanos y flujos hídricos naturales de los ríos. No se efectuó
ningún análisis de lo que implicaba intervenir ecosistemas tropicales, considerados
en el mundo como los más ricos en biodiversidad, pero también como los más
frágiles.
Acorde con el modelo económico imperante a mediados del siglo XX, se decía en
los diagnósticos de la SRH-CCG que a los centros industriales más importantes de
183
la república les hacía falta agua y energía barata, es decir, a la ciudad de México,
Monterrey, Guadalajara, Mérida, Torreón y Chihuahua, por ello era necesario formar
nuevos centros industriales que no tuvieran ese problema. La SRH-CCG
mencionaba que en la cuenca Grijalva-Usumacinta podía sobrar agua y energía
barata para la industria que se asentara en ese territorio (SRH, 1957 -a-).
El calculo que hacía la SRH-CCG en los diagnósticos era que el Grijalva-Usumacinta
aportaba 103 000 millones de metros cúbicos de agua anuales, es decir, la tercera
parte de toda el agua de los ríos de México. Se argumentaba en los diagnósticos
que esta cuenca tenía un potencial hidroeléctrico de 4 millones de KW, lo que
representaba más del doble de la energía que se producía en la época en todo el
país. El calculo que estimaba la SRH-CCG para el territorio nacional era de un
potencial de producción de 9 millones de KW, de los cuales casi la mitad
correspondía a los ríos Grijalva y Usumacinta (SRH, 1957 -a-).
Los técnicos de la SRH-CCG argumentaban que con la enorme producción de
energía hidroeléctrica se podía instalar industria pesada a pie de planta en el
territorio Grijalva-Usumacinta, la cual era inexistente en esa época en México.
Serviría también la corriente hidroeléctrica generada en las presas para electrificar
todo el sureste mexicano, los ferrocarriles e instalar industrias de aluminio,
fertilizantes, celulosa, sosa, magnesio, insecticidas, cemento, calcio, acido nítrico y
clorato, entre otras (SRH, 1957 -a-).
Esta meta de instalación de industria en la cuenca no se cumplió. La industria
extractiva que llegó para quedarse fue PEMEX. Se pensaría que con energía
hidroeléctrica barata, energía fósil disponible y agua en abundancia, el
planteamiento de industrializar el sur-sureste de México era y es viable, pero los
184
incentivos industriales proporcionados por el Estado mexicano han privilegiado al
centro y norte del país, es decir, el desarrollo vía cuencas hidrográficas sirvió para
fortalecer a los grupos de poder político y económico de las regiones centro y norte
de México.
Concluyendo esta primera parte de lo que se estipulaba en los diagnósticos. La SRH
argumentaba en sus diagnósticos de 1957 sobre las cuencas de los ríos Grijalva y
Usumacinta que con la intervención de la CCG en estas dos cuencas se duplicaría la
producción agrícola e hidroeléctrica del país. Se mencionaba también (en los
diagnósticos) que Tabasco llegaría a ser una Holanda en pequeño dado que su
superficie era 40% menor que la de aquel país. Desde la perspectiva de la SRH,
este estado sureño llegaría a ese punto de riqueza con la intervención de la mano
hidráulica, tal y como llegó Holanda. Se decía también en los diagnósticos que con
la intervención de la SRH-CCG en el territorio Grijalva-Usumacinta México contaría
también con dos de las presas de almacenamiento más grandes del mundo para
controlar las aguas de uno de los diez ríos más importantes del planeta (Grijalva-
Usumacinta); además generando la energía hidroeléctrica proyectada, México
quedaría entre los diez países con mayor disponibilidad eléctrica del mundo.
Una conclusión final. Como podemos observar en los datos de los diagnósticos para
la Cuenca Grijalva y Usumacinta, el lema de la SRH “Por la Grandeza de México” se
justificó plenamente en el discurso de la planeación y ejecución de obras hidráulicas.
Se dice claramente por parte de la SRH en los diagnósticos de 1957 que, con la
intervención de la mano hidráulica en el territorio de las cuencas de los ríos Grijalva
y Usumacinta, México se colocaría en el plano internacional como una potencia
económica. Así, la grandeza de México sólo se podía alcanzar con la intervención de
185
la SRH en las cuencas hidrológicas, es decir, para alcanzar la grandeza del país
había que considerar grandes obras por parte de una estructura gubernamental
denominada SRH, la cual los ingenieros hidráulicos consideraban muy grande en
conocimientos técnicos para adaptar los ecosistemas del trópico húmedo a los
designios de la ingeniería. Sin embargo, la experiencia de esta élite técnica- política
se había adquirido en el centro y norte del país en condiciones de clima,
precipitación, suelo, vegetación y cultura de la población, totalmente distintas a los
que se iba a enfrentar en Tabasco y Chiapas. En efecto, se enfrentó y fracasó en el
intento de poner a México como potencia económica internacional.
3.4.4.3. La comisión de Cuenca Grijalva y el alcance de sus metas
agropecuarias e hidroeléctricas
Las cuentas alegres estipuladas en los estudios de diagnóstico para las cuencas de
los ríos Grijalva y Usumacinta realizados por la SRH-CCG no salieron de acuerdo a
lo planeado. En el documento que presentó en 1988 la Secretaría de Agricultura y
Recursos Hidráulicos (SARH), denominado “Memoria de la Comisión del Río Grijalva
(1951-1987)”, se hace el recuento de las obras ejecutadas por la SRH/SARH-CCG,
analizando dicho documento en dos de las acciones más sustanciales: la producción
agropecuaria y la hidroelectricidad, podemos observar lo siguiente.
La superficie agrícola cultivada en el estado de Tabasco en 1950 era de 64,098
hectáreas y para 1981 llegó a las 117,059 hectáreas (SARH, 1992:308), es decir, se
incrementó la superficie en un 82%, pero no llegó a duplicarse. La cifra es
contundente y nos pone de manifiesto que al intervenir el territorio tabasqueño, la
SRH/SARH-CCG estuvo cerca de duplicar la superficie estatal, pero se quedó muy
186
lejos de duplicar la producción nacional en el ramo agrícola tal y como se planteaba
en los diagnósticos. El argumento en contra de tal afirmación podría ser que faltan
los incrementos de la superficie agrícola que se obtuvieron en Chiapas.
En el estado de Chiapas, los incrementos de superficie para el área agrícola, en el
periodo de intervención de la SRH/SARH-CCG (1951-1987) nos dan saldos
negativos. En efecto, se intervinieron con infraestructura de riego alrededor de
30,000 hectáreas en la cuenca del Grijalva, correspondientes a la creación de los
distritos de riego Río Blanco, Cuxtepeques y San Gregorio Chamic. De esta
superficie de riego se cultivan en la actualidad alrededor de 22,000 hectáreas debido
al abandono en que se tiene al campo en el modelo neoliberal. Chiapas ganó
terrenos de riego, pero a cambio perdió cerca de 90,000 hectáreas de las mejores
tierras de aluvión (acarreo) con la construcción de las presas hidroeléctricas y sus
vasos de inundación. Así se expresaba el Dr. Manuel Velasco Suárez gobernador de
Chiapas en esa época:
“En Chiapas se quedan debajo del agua, por la presa de La Angostura, tierras con doce metros de limo y once poblaciones. Queda bajo el agua, además, no solamente la tierra sino la historia y los recuerdos que allí enterramos con los muertos. Pero los habitantes siguen trabajando y pintando sus casas que van a quedar bajo el agua. El hombre en Chiapas no tiene pesimismo” (Excelsior, 18 de agosto, 1972).
El sector empresarial dedicado a cultivos de plantación fue el más beneficiado con el
incremento de la superficie agrícola en Tabasco. En 1950 se registraban 2,561 has
de caña de azúcar y para 1981 la superficie alcanzaba 18,498 has, en esos mismos
años el cultivo de cacao pasó de 13,199 has a 37,000 has y el plátano de 368 has a
9,000 has. Los granos básicos, típicos de una producción campesina de
subsistencia, registraron a la vez incrementos y decrementos: la superficie de maíz
cultivada en 1950 era de 22,306 has y para 1981 se había incrementado a 35,632
has. El fríjol decreció en los mismos años de 14,980 has a 7,171 has y el arroz pasó
187
de 6,500 has a 3,684 has. El cultivo de sorgo, apto para las regiones del centro y
norte del país se introdujo en Tabasco en 1970 con una superficie de 250 has, las
cuales se incrementaron a 2,000 has en 1975, y para 1981 se registraban
únicamente 393 has, el poco desarrollo de este cultivo se debió a las condiciones de
humedad del trópico que potencian la presencia de plagas y enfermedades (SARH,
1992).
En Tabasco, el fracaso de la actividad agrícola impulsada por la SRH/SARH-CCG
fue aprovechado por el sector ganadero para incrementar la superficie dedicada a
esta actividad. En los planes para la cuenca Grijalva-Usumacinta se minimizó el
aprovechamiento forestal ordenado y tanto la actividad agrícola como la ganadera
impulsadas por la CCG impactaron directamente en la disminución de bosques y
selvas. La cubierta vegetal era considerada como un estorbo para impulsar el
desarrollo en el trópico, así dan cuenta las 57,000 has de selva alta perennifolia y 20
mil de acahuales (vegetación arbustiva) devastadas con maquinaria pesada,
amontonada y quemada para abrir tierras al cultivo en la Chontalpa y en Balancán-
Tenosique (SARH, 1992).33
Tudela (1992), utilizando los censos agrícola, ganadero y ejidales de 1940, 1950,
1960 y 1970 observa que en uso del suelo, la superficie total de Tabasco dedicada
para pastos ganaderos se incrementó de 20.70% en 1940 a 38.47% en 1950; y para
1970 se tenía ya un 55.42% de pastizales. Mientras que las selvas (bosques y
tierras incultas productivas) cubrían en 1940 un 49.14% de la superficie del estado,
en 1950 descendieron a un 30.90% y en 1970 solamente ocupaban un 12.77% del
33
En la Chontalpa se desmontaron con maquinaria 42 mil has de selva alta y 20 mil de acahuales. En Balancán-Tenosique el desmonte fue de 15 mil has de selva alta perennifolia.
188
uso del suelo. Para 1980, la SARH/CCG registró que sólo el 3% del territorio de
Tabasco era forestal.
En Chiapas la ganadería se fue expandiendo desde 1950 en superficies de bosques
y selvas que se desmontaban y utilizaban primero para el cultivo de maíz, y una vez
agotados los suelos, se convertían a pastizales. La actividad ganadera aportaba
alrededor del 30% del PIB a Chiapas en las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado.
Un total de 2.5 millones de hectárea se registraban en 1980 con pastos para
ganado, esta cifra nos habla del impacto de la ganadería sobre los bosques y selvas
en la entidad (SARH, 1992).
En el mapa de vegetación que elaboramos para las seis cuencas compartidas de la
frontera sur de México (mapa 12), el estado de Tabasco es el que tiene la menor
superficie de bosques y selvas dentro de las cuencas Grijalva y Usumacinta, es
decir, un 5.79% y un 9.72% respectivamente con respecto al total de la superficie de
la entidad dentro de la cuenca. Chiapas, del total de la superficie que mantiene
dentro de la cuenca del Grijalva, posee todavía un 51.25% de bosques y selvas, y en
el Usumacinta un 61.67%.
189
Mapa 12. Cuencas compartidas entre México, Guatemala y Belice y cobertura de bosques y selvas
Fuente. Elaboración del autor utilizando las bases de datos del Laboratorio de Análisis de Información Geográfica y Estadística (LAIGE-ECOSUR-Unidad San Cristóbal de Las Casas, Chiapas), y del Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación (MAGA) de Guatemala.
Cabe mencionar que en el ámbito internacional México tiene la quinta tasa de
deforestación más grande del planeta y las políticas públicas implementadas por el
Estado mexicano alientan esta situación al destinar solamente un 0.11% del
presupuesto federal (2009) a la conservación de los recursos forestales. El gobierno
federal declaró en 2001 los recursos bosque y agua como elementos de seguridad
nacional, pero en la práctica no se han traducido en una política de Estado
encaminada hacia su conservación.
Concluyendo. La SRH-CCG con el objetivo agropecuario que se planteó no logró
incrementar a más del doble la producción agrícola de México al intervenir las
cuencas del Grijalva y del Usumacinta. En materia de electricidad la SRH-CCG
planteó como objetivo incrementar al doble la producción nacional; en efecto dicho
190
objetivo se cumplió, pero con un alto costo para los campesinos chiapanecos que les
fueron expropiadas sus tierras de aluvión para ser inundadas por los vasos de las
presas hidroeléctricas.
La intervención de la SRH-CCG en la construcción de presas hidroeléctricas en la
Cuenca Grijalva estuvo acotada estrictamente a controlar la corriente del río Grijalva
para evitar inundaciones en la planicie tabasqueña. Como mostramos en el capítulo
II (figura 2. Divagaciones del río Mezcalapa de 1675 a 1952), la inundaciones eran
históricas, y esta situación justificó la primera presa en el Grijalva denominada
Netzahualcóyotl (Raudales Malpaso). Su construcción inició en 1959 y se terminó en
1964, aunque el cierre definitivo de la presa fue en mayo de 1966 (CNA-
SEMARNAT, 1995). Tudela (1992:128) menciona que los objetivos que se
plantearon y fueron declarados en 1964 por la SRH-Comisión del Grijalva, al
terminar dicha presa fueron:
a). Control de avenidas, para reducir el caudal del Grijalva a valores que no
ocasionen perjuicios en las tierras agrícolas y en los poblados de la Chontalpa.
b). Producción de 2, 754 millones de Kw/h al año.
c). Riego de 350 000 has en la Chontalpa (“superficie que constituirá el distrito de
riego más grande de nuestro país”).
d). Garantía para la navegación por el Grijalva.
De estos objetivos identificamos tres que no se cumplieron: evitar inundaciones en la
planicie tabasqueña, así dan cuenta las inundaciones de 1999, 2007, 2008 y 2009.
De estos eventos el más catastrófico fue el de 2007, el cual dejó el 70% del territorio
del estado de Tabasco bajo el agua, con pérdidas que alcanzaron los 3,100 millones
de dólares (30% del PIB estatal) (Granier, 2008). El distrito de riego de la Chontalpa
191
se estableció como un distrito de temporal tecnificado de 91 mil hectáreas. La
navegación por el cauce del Grijalva quedó reducida a pequeñas lanchas en la
planicie, situación similar a la navegación que se tenía antes de la construcción de la
presa.
El distrito de riego de la Chontalpa no se construyó de acuerdo a lo planeado. Se
consideraban formalmente 300 mil has. y en la actualidad opera como un distrito de
temporal tecnificado de 91 mil has. (Conagua-SEMARNAT, 2008). Este distrito de la
Chontalpa se estableció por acuerdo presidencial en octubre de 1957 como un
“Distrito de Riego, Drenaje y Control de Inundaciones del Bajo Río Grijalva, en el
Estado de Tabasco” (DOF, 1957). Dos aspectos centrales pueden ser observados
en el acuerdo presidencial de creación del distrito: sus dimensiones físico
territoriales y su impacto para los productores chiapanecos en la cuenca media y alta
del Grijalva. El acuerdo presidencial dentro de su articulado dice lo siguiente:
[ “PRIMERO.- Se establece el Distrito……., tendrá los siguientes linderos: Al norte, el Golfo de México desde la Barra de Tonalá, hasta la Barra de frontera; al Oriente, con rumbo Suroeste el Río Grijalva hasta la confluencia del Usumacinta en el punto denominado Tres Ríos, de este lugar siguiendo aguas arriba del Río Grijalva que antes toma los nombres de Río Viejo y Mexcalapa hasta el puente de San Manuel; al Sur, el Ferrocarril del Sureste desde el puente de San Manuel hasta el puente de dicho ferrocarril sobre el Río Tonalá y por el Poniente, el Río Tonalá desde el puente en que dicho río es cruzado por el Ferrocarril del Sureste, hasta la Barra de Tonalá. SEGUNDO.- Se establece veda por tiempo indefinido para el alumbramiento de aguas del subsuelo y para el otorgamiento de concesiones con aguas superficiales del Río Grijalva y de toda su cuenca tributaria, comprendida en el territorio mexicano, debiéndose respetar las concesiones vigentes otorgadas legalmente, sobre esta agua, cuyos concesionarios quedan obligados a respetar las disposiciones que dé el Distrito”] (DOF, 1957:8).
La declaración de conformar un distrito de riego en la planicie tabasqueña fue
contradictoria desde el planteamiento mismo, es decir, se iban a drenar terrenos de
pantano para después meterles infraestructura de riego. Esta contradicción nos
habla de la visión de los técnicos de la SRH-CCG: se adaptaría el medio natural a la
192
forma de trabajo de los ingenieros hidráulicos y no al revés, tratar de acomodar la
técnica al medio natural.
El resultado de los trabajos de drenado de tierras para impulsar la actividad
agropecuaria no fue el adecuado, así lo demuestra la inundación de la región de la
Chontalpa en 2009. Los drenes y canales que construyó la SRH-CCG en la
superficie que cubría el supuesto distrito de riego de la Chontalapa no han
funcionado en los meses de mayor precipitación (septiembre y octubre) desde que
fueron construidos en los años 60 (SARH, 1992); además esa infraestructura se dejó
prácticamente abandonada según lo plantea el Congreso del Estado de Tabasco.
“…….lo que el Plan Chontalpa representa para el Estado (Tabasco), hace más de 30 años que no se ha tocado la infraestructura hidroagrícola del plan, todos los drenes, la red de subdrenes del Plan Chontalpa están completamente azolvados, están completamente enmontados y en consecuencia no cumplen las funciones para las que fueron creadas” (Acuerdo del H. Congreso del Estado de Tabasco, 28 de marzo de 2008. Paréntesis nuestro).
Con el decreto de creación del Distrito de Riego, Drenaje y Control de Inundaciones
del Bajo Río Grijalva, en el Estado de Tabasco, se quedaron sin posibilidad de
aprovechar el recurso agua todos los productores asentados en la Cuenca Grijalva
(Chiapas y Tabasco). En efecto, como se menciona en el artículo segundo del
decreto, se estableció una veda por tiempo indefinido sobre el recurso agua
superficial y subterránea del río y de toda su cuenca tributaria del lado mexicano.
La declaración de construir el distrito de la Chontalpa a través del decreto
presidencial fue una justificación o un buen argumento para declarar la veda sobre
toda el agua superficial y subterránea en la Cuenca Grijalva. Con esa medida los
productores chiapanecos salieron doblemente perjudicados, por un lado les
expropiaron 90,000 has de las mejores tierras del estado (suelos de aluvión o
193
acarreo) para los vasos de las hidroeléctricas, y por otro lado la poca tierra que
quedó susceptible de riego no se aprovechó debido al establecimiento de dicha
veda.
Un decreto presidencial adicional vino a reforzar la prohibición del aprovechamiento
del agua por parte de la población en la planicie tabasqueña. En 1973, mediante
decreto presidencial se estableció el “Distrito de Acuacultura Número Tres Tabasco
para conservar, mejorar, fomentar y explotar las especies acuáticas, en animales y
vegetales, así como para facilitar la explotación de sales y minerales” (DOF, 1973).
Dentro de los artículos del decreto se mencionan las colindancias.
[ “ARTICULO SEGUNDO.- El distrito de Acuacultura Número Tres “Tabasco” quedará comprendido dentro de los límites siguientes: Al Norte, la línea que delimita las aguas territoriales del Golfo de México en el tramo que interceptan las perpendiculares levantadas a partir de la desembocadura del río Tonalá y el río San Pedro. Al Sur, el tramo de la carretera del Golfo comprendido entre el río Tonalá en línea recta hasta Villahermosa y de este punto en línea recta sobre la carretera a Macuspana en el cruce de la carretera que viene de Jalapa hasta Jonuta. Al Este, el límite con el Estado de Veracruz fijado por el río Tonalá hasta la línea que delimita las aguas territoriales del Golfo de México. Al Oeste, el limite con el Estado de Campeche fijado por el río San Pedro hasta la cabecera municipal de Jonuta, de este punto sobre la carretera que va a Jalapa en el cruce de la carretera del Golfo entre Villahermosa y Macuspana” ] (DOF,1973).
Calculando la superficie total del estado de Tabasco que se encuentra dentro de la
cuenca y si la comparamos con la superficie total de éste, podemos aseverar que
con la veda de 1957 sobre agua subterránea y superficial en la Cuenca Grijalva se
comprometió el 38% del territorio de la entidad. Así también, si tomamos las
colindancias del distrito de acuacultura y calculamos la superficie total que cubría
éste, y la comparamos con la superficie total del estado el resultado es que,
alrededor de un 60% de la entidad estaba dentro del mencionado decreto. El distrito
de acuacultura abarcaba parte de las cuencas Grijalva y Usumacinta en la planicie
tabasqueña.
194
La veda en toda la Cuenca Grijalva y la creación por decreto del distrito de
acuacultura en la planicie tabasqueña, son ejemplos concretos de la centralización e
imposición de reglas de acceso y distribución del recurso agua. La élite técnico-
política de la SRH, insertada en los más altos niveles de decisión del Estado
mexicano imponía sus propias reglas en el territorio a desarrollar. A la población que
habitaba y era dueña del territorio a desarrollar con la hidropolítica impuesta, se le
obligo a acatar las reglas externas y suprimir sus reglas internas de acceso y
distribución del recurso agua, considerado este recurso como propio desde sus
antepasados.
Como mencionamos anteriormente, el distrito de riego de la Chontalpa programado
con 300 mil has, funciona en la actualidad como un distrito de temporal tecnificado
que cubre 91 mil has, pero la veda sobre la Cuenca Grijalva continúa hoy día; hay
dos cuestiones que debemos analizar al respecto. Primero, no había desde nuestro
punto de vista ninguna justificación para establecer una veda en todo el territorio de
la cuenca del Grijalva; el distrito se ubica en la planicie tabasqueña, entonces por
que incluir también todo el territorio chiapaneco dentro de la cuenca como vedado.
Segundo, no se conformó el distrito de la Chontalpa como de riego y apenas cubrió
un 30.3% de la superficie del decreto, es decir, no se utiliza el agua de toda la
cuenca para regar el distrito y si así fuera no llega ni a la tercera parte de la
superficie que se consideraba en el decreto.
Los dos aspectos anteriores nos llevan a pensar que, el trasfondo del
establecimiento de la veda fue salvaguardar todo el flujo del río Grijalva y su cuenca
195
de captación en territorio chiapaneco para beneficiar a la industria hidroeléctrica. El
hecho que en la actualidad la CFE utilice alrededor de 49 km3, es decir, el 10.24%
de toda el escurrimiento natural medio superficial34 de México para alimentar las
turbinas del complejo hidroeléctrico del Grijalva en Chiapas es una prueba
contundente. Por encima de la Conagua y los intereses de la CFE, ningún productor
chiapaneco puede utilizar el agua en su propio territorio; el recurso se encuentra
reservado para generar hidroelectricidad.
Existen dos cuestiones más que nos indican esta tendencia de beneficiar a la CFE
con la veda: la primera, es la superficie expropiada para conformar el distrito de la
Chontalpa. Entre 1963 y 1968 se emitieron los decretos expropiatorios para un total
de 105 mil has y no hubo más posteriormente. Esto nos indica que no se llegó
incluso en el plano jurídico a las 300 mil has tal y como se había propuesto
inicialmente, luego entonces si en eso años ya se sabía la superficie a cubrir ¿Por
qué no se levantó parte de la veda? Segundo, la instalación del distrito de
acuacultura No. tres Tabasco, en ningún momento se menciona en la memoria de la
comisión del río Grijalva la puesta en marcha de dicho distrito o acciones
relacionadas, deducimos entonces que se quedó en el papel.
Ahora bien, supongamos que nuestro análisis del distrito de la Chontalpa y la
imposición de la veda, así como el decreto de creación del distrito de acuacultura
Tabasco sea erróneo, es decir, que los dos distritos no se hayan establecido para
encubrir el destino del recurso agua para la CFE. De todas maneras el hecho es
34
Los cálculos de la Conagua (2008), son de 378.449 km3 de escurrimiento natural medio superficial para todo el territorio mexicano, es decir, es el promedio de escurrimiento total de agua de todas las corrientes superficiales. En otras palabras, es el volumen que se tiraría al mar si no existiera ningún aprovechamiento.
196
que, las metas programadas en los dos distritos no se cumplieron y el instrumento
jurídico impuesto (la veda) se utiliza para reservar el agua para las presas y generar
hidroelectricidad, dejando de esta manera totalmente cortada la posibilidad de
desarrollo a la población de Chiapas principalmente, y en menor medida a la
población de Tabasco.
Así, el agua inicialmente reservada para la infraestructura hidroagrícola que no se
construyó totalmente, tiene hoy en día como su principal usuario a la CFE y se utiliza
en el complejo hidroeléctrico Grijalva (cuadro 1). Este sistema está compuesto por
cuatro presas hidroeléctricas: Netzahualcóyotl (Malpaso), Dr. Belisario Domínguez
(La Angostura), Ing. Manuel Moreno Torres (Chicoasén), y Gral. Ángel Albino Corzo
(Peñitas).
Cuadro 1. Presas que integran el complejo hidroeléctrico del río Grijalva (2010)
Presa
Periodo de
construcción
Capacidad
efectiva de
producción (MW)
Capacidad de
almacenamiento
(Millones de M3)
Netzahualcóyotl 1959-1964 1,080 9,605
Dr. Belisario Domínguez 1969-1974 900 10,727
Ing. Manuel Moreno Torres 1974-1980 2,400 1,376
Gral. Ángel Albino Corzo 1979-1987 420 1,091
Total Complejo Grijalva 4,800 22,799
Total Nacional
(hidroelectricidad)
10,661.5
103,466
Fuente: Elaboración propia con datos de Conagua (2008).
La aportación de las cuatro presas sobre el río Grijalva representa el 45% de toda la
energía hidroeléctrica producida en el país, es decir, alrededor del 10% de la energía
197
que se produce en México bajo las diferentes modalidades.35 Esa producción en
declaraciones del presidente de la comisión de asuntos hidráulicos del Congreso del
Estado de Chiapas asciende a 7,369 millones de dólares al año y comenta: “no se
ha devuelto al estado la riqueza y los beneficios que se extraen por la generación de
hidroelectricidad” (El Heraldo de Chiapas, 6 de diciembre de 2009).
La construcción de hidroeléctricas en el río Grijalva en Chiapas fue una tarea más de
la CFE que de la SRH-CCG. Mientras que la CFE construyó las hidroeléctricas de La
Angostura, Chicoasén y Peñitas, la SRH-CCG edificó únicamente la presa
Netzahualcóyotl para “controlar el río y evitar inundaciones en la planicie
tabasqueña.” De hecho, paralelo a los trabajos de construcción de la cortina por
parte de la SRH-CCG, la CFE fue montando las turbinas de generación. Así las
cuatro hidroeléctricas han sido operadas desde su construcción por la CFE como
ente paraestatal del gobierno federal. Es necesario mencionar que una quinta
hidroeléctrica denominada “Itzantúm” iba a ser construida en los años 80 en el
municipio de Huitiupán, Chiapas. Los decretos de expropiación de tierras quedaron
en los escritorios de la Secretaría de la Reforma Agraria (SRA) y el proyecto en los
de la CFE. No se construyó esta hidroeléctrica debido a fuertes movilizaciones de la
población indígena de la zona; por primera vez dentro de la cuenca Grijalva la
población de Chiapas afectada por el gobierno federal y su paraestatal del ramo
eléctrico lograba parar las reglas de imposición y saqueo de su territorio.
35 La capacidad eléctrica instalada de México en 2008 fue de 49 GW (49,000 MW), de la cual el
73,6% es térmica, el 21,6% es hidroeléctrica, el 2,8% es nuclear y el 2% es geotérmica. La generación total ese año fue de 223,6 TWh, con 78,6% provenientes de fuentes térmicas convencionales, 13,6% de fuentes hidroeléctricas, 4,9% de energía nuclear y 3% de fuentes geotérmicas (CFE, 2008).
198
En el plano nacional en 1955 se tenían 1, 400 Mw de capacidad instalada, los cuales
pasaron a 3,250 en 1961, y a 7,874 en 1971. En el periodo de 1961 a 1971 la
capacidad instalada de México fue creciendo a un ritmo anual de 14.22%. En 1966
con la puesta en operación de la hidroeléctrica Netzahualcóyotl, el crecimiento fue
de 19.4% rebasando así el promedio de los cinco años anteriores.
En efecto, con la construcción de las cuatro hidroeléctricas sobre el río Grijalva,
México logró incrementar al doble su producción hidroeléctrica. En los últimos veinte
años se ha reducido en términos porcentuales la producción del complejo Grijalva
con respecto a la producción de hidroelectricidad en el plano nacional, esto se debe
a la construcción de nuevas hidroeléctricas en otras regiones del país.
El objetivo de la SRH-CCG de producir el doble de la hidroelectricidad de México,
con las acciones de intervención de esa dependencia en la cuenca del Grijalva se
cumplió cabalmente. Sin embargo, dicha meta se logró con un costo muy alto para la
población local a la cual iba dirigido el desarrollo, con la veda de 1957 impuesta por
el gobierno federal sobre el recurso agua en toda la Cuenca Grijalva en territorio
mexicano (Chiapas y Tabasco), se dejó sin posibilidades de desarrollo a la gente y
su territorio, y ésta es la principal contradicción de la política de Estado sobre
desarrollo vía cuencas hidrográficas impulsada a través de las acciones de la SRH-
CCG en el territorio de la cuenca Grijalva-Usumacinta.
Se impulsó el desarrollo para el beneficio del centro y el norte del país, pero no para
la población de las cuencas del Grijalva y del Usumacinta. En efecto, se construyó
199
infraestructura de riego en Chiapas y se incorporaron tierras pantanosas a la
producción agropecuaria en el distrito de la Chontalpa, pero con la adopción del
modelo económico neoliberal de parte del gobierno mexicano, se abandonó a su
suerte a los productores agropecuarios, los cuales apenas estaban en un proceso de
consolidación dentro de la nueva infraestructura.
Con las acciones de la SRH-CCG se institucionalizó y consolidó la política de
extracción de rentas del centro contra la periferia. La producción de energía eléctrica
barata y puesta a disposición en la región, nunca fue un aliciente para que se
instalara la industria tal y como se pensaba, excepto la petrolera. En efecto, la
industria petrolera se instaló en Tabasco y en el norte de Chiapas, pero ésta no se
consideraba en los diagnósticos de la cuenca en 1957. En todo caso la
disponibilidad de energía barata fue un aliciente para instalar, por parte del gobierno
mexicano, industria extractora como es la petrolera. Al igual que la industria
hidroeléctrica que opera en la cuenca del Grijalva, la industria petrolera es extractora
de rentas del territorio, con un agravante adicional: es mucho más voraz en la
extracción de rentas, deja menos beneficios en lo local y tiene un impacto
permanente muy alto en el medio ambiente.
Además, las acciones en el campo agropecuario de la SRH-CCG dentro del territorio
de las cuencas del Grijalva y del Usumacinta estuvieron desfasadas del modelo ISI.
Como dijimos al principio de este capítulo, dentro del ISI se identifican tres etapas
(1940-1956, 1956-1970 y 1970-1982). En la primera etapa la agricultura de riego
para exportación recibió un gran impulso con el fin de captar divisas, principalmente
en las áreas de riego que se encontraban y encuentran en el centro y norte del país.
200
La actividad agrícola impulsada por la SRH-CCG empezó concretamente en 1966 en
la región con el plan Chontalpa y en 1972 con el plan Balancán-Tenosique, ambos
en el estado de Tabasco. Los distritos de riego en Chiapas construidos por la CCG
también empezaron a operar mucho después de la primera etapa del ISI: río Blanco
a principios de los años 60, Cuxtepeques y San Gregorio a principios de los 80.
La hidropolítica para el sur de México y en específico para Chiapas se ha
caracterizado por dos aspectos: la copia de proyectos del centro y norte del país
bajo condiciones naturales, culturales, sociales, políticas y técnicas totalmente
diferentes. Y llegar tarde o ejecutarse muchas décadas después de su planeación,
rescatamos dos ejemplos al respecto: en Sinaloa se construyó el primer canal de
riego en 1904, en Chiapas en 1954, cincuenta años después. El proyecto técnico del
túnel de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, para drenar parte del Polje (Valle)
donde se encuentra la ciudad y liberarla de inundaciones históricas, se realizó desde
1921 y fue hasta 1974 que se empezó a ejecutar por parte de la SRH, cincuenta y
tres años después.
El plan Chontalpa se concibió por los técnicos de la SRH-CCG como un distrito más
de riego partiendo de las experiencias de las zonas áridas y semiáridas del centro y
norte del país donde se debía aplicar un paquete tecnológico en maquinaria e
insumos fruto de la revolución verde. No importaba el conocimiento local de la
población sobre los agroecosistemas dentro de la selva alta perennifolia y sus
sistemas de organización cultural. La selva y la cultura de la población eran un
estorbo para hacer ese territorio un enclave moderno.
201
La SRH-CCG trabajó en adaptar el entorno físico a una concepción del desarrollo
con el plan Chontalpa (300 mil has) y el plan Balancán-Tenosique (115 mil has). No
se buscó un desarrollo con la población de acuerdo a su propia trayectoria cultural y
sus propias expectativas. El desarrollo se implantó en el territorio mediante la
adaptación de éste a la técnica, no se partió de hacer desarrollo con la población. El
objetivo era fortalecer y que salieran adelante los polos industriales de desarrollo del
país, principalmente del centro y norte. Los habitantes de la Chontalpa y Balancán-
Tenosique se insertaron en el proyecto económico nacional ISI como jornaleros y
deudores permanentes del gobierno federal a través de los ejidos colectivos
impuestos por la SRH-CCG.
“….los distritos de Chontalpa y Plan Balancán-Tenosique, en su momento fueron creados para atender específicamente a los polos de desarrollo creados por el Gobierno Federal, cuyo objetivo fundamental fue efectuar un programa de reacomodo ejidal y reestructuración de la tenencia de la tierra, con el propósito de transformar dicha región en productora de granos, explotando los predios ejidales en forma colectiva, conformados con familias procedentes de los estados del centro y norte del país….” (DO-SAGARPA, 08 de diciembre, 2009).
En particular el fracaso del plan Chontalpa fue un descalabro no sólo para el
gobierno mexicano, sino también para los organismos financieros internacionales
como el Banco Interamericano de Desarrollo –BID- (ente financiador del proyecto).
Se observó que la concepción de desarrollo para las regiones tropicales del mundo
era errónea y se debía ir con cuidado en la inversión. A través de convenios con el
gobierno federal mexicano, el BID a había invertido en la Chontalpa, en el periodo
1966-1975, alrededor de 64 millones de dólares con resultados mínimos en la
producción agropecuaria (Tudela, 1992).
Así, el granero del trópico mexicano concebido por los técnicos de la SRH-CCG no
daba los resultados esperados y se recurría en el sexenio de José López Portillo a
202
tratar de parar en el plano nacional un bebé que duró dos años creciendo para
después desplomarse en 1982: “el Sistema Alimentario Mexicano (SAM)”. A partir de
ese año (1982) la dependencia de México en alimentos provenientes del vecino del
norte ha ido en crecimiento constante, llegando a los 60 mil millones de dólares (60
centavos por cada dólar captado por exportación petrolera) en el periodo del
“sexenio del cambio” 2000-2006, es decir, más del doble que en el sexenio anterior;
todo dentro de la modernidad que da a México estar en la línea neoliberal y firmando
acuerdos como el tratado de libre comercio con los Estados Unidos de América y
Canadá (TLCAN).
3.4.4.4. Los avances en infraestructura social alcanzados por la Comisión de Cuenca Grijalva En este apartado nos hacemos la siguiente pregunta: ¿En qué condiciones o
coberturas de infraestructura social y servicios se quedó la población de Chiapas y
Tabasco, una vez realizada la acción de la CCG?
Las obras de la SRH-SARH/CCG en el territorio intervenido, es decir, en Chiapas,
Tabasco y el municipio de Palizada, Campeche, implicaron una inversión
aproximada de 475.7 millones de dólares erogados en el periodo de 1953-1987.36
Estos recursos invertidos en obras de ingeniería hidráulica y servicios básicos no
lograron generar mejores condiciones de vida de la población a la que iba dirigido el
desarrollo.
36
Utilizamos las cifras por año erogadas que reporta la SRH-SARH/CCG y les aplicamos el tipo de cambio nominal de pesos por dólar para cada año. La tabla de erogaciones por año se encuentra en SARH (1992:326), Memoria de la Comisión del Río Grijalva (1951-1987).
203
Tomando como base algunas variables del XI censo de población y vivienda de
INEGI (1990), es decir, a solo tres años de haberse disuelto la CCG, Chiapas tenía
los siguientes indicadores: primer lugar a nivel nacional en grado de marginación
(muy alta), la proporción de la población ocupada que percibía un salario mínimo o
más era de 36.9% (nivel nacional 69.2%). En aspectos de salud el estado tenía (y
tiene) el primer lugar de mortalidad infantil por enfermedades diarreicas, también
mantenía el primer lugar nacional en porcentaje de población que sufre desnutrición
por falta de ingresos para la compra de alimentos. En materia de educación, el
porcentaje de la población de 6 a 14 años que asistía a la escuela era de 73.3% (en
el país 85.8%), el porcentaje de población de 15 años y más que no sabía leer y
escribir era de 30.4% (nacional 12,6%). En servicios en las viviendas, de un total de
594,025 viviendas registradas en el estado, el 66.9% tenía energía eléctrica (en el
país 87.5%) y solo un 58.4% contaba con agua entuba (nacional 79.4%); del total de
viviendas en el estado, el 25.2% era de material de madera.
Debemos poner atención a los porcentajes de las viviendas con energía eléctrica y
agua entubada. Chiapas es la entidad del país que más produce energía eléctrica y
con mayor cantidad de agua superficial, entonces ¿Cómo justificar los resultados de
la ejecución de la hidropolítica ejecutada de 1950 a 1987 por la SRH-SARH/CCG en
el territorio Grijalva-Usumacinta, y en específico en Chiapas? Aunque desde una
visión gubernamental puede haber muchas justificaciones, nosotros no las
encontramos en el presente trabajo de investigación.
Con la información expuesta en el párrafo anterior, podemos concluir que el recurso
agua como elemento principal de intervención de la SRH-SARH/CCG (control de
204
inundaciones, hidroenergía, irrigación y servicios) no fue el catalizador del desarrollo
para la población de Chiapas, como tampoco lo fue para la población de Tabasco.
Según INEGI (1990), el estado de Tabasco se encuentra dentro de las primeras diez
entidades que presentan grados de marginación muy alta y alta; de hecho ocupa el
lugar nueve y está catalogado como de alta marginación. Considerando la
información que se presenta en la memoria de la comisión del río Grijalva (1987), en
salud y seguridad social se menciona que de los 681,979 habitantes urbanos el 20%
no recibía atención médica de los organismos oficiales, igual la población rural era
de 1´469,376 habitantes y sólo el 23% recibía atención médica; en suma del total de
la población de Tabasco un 58% no recibía atención médica gubernamental. En
cobertura de agua entubada se menciona que solamente el 44% de la población
tenía el servicio, y en alcantarillado sanitario apenas el 22.3% (de la población);
también de las 190,818 viviendas registradas, solamente el 44% tenía energía
eléctrica. Como podemos observar, tampoco a la población de Tabasco se le
cumplió la promesa de la SRH como ente impulsor, ejecutor y coordinador del
desarrollo de llevarla a niveles de ingreso y posición económica de Holanda.
3.5. Las relaciones México-Guatemala en los tiempos de la Comisión
de Cuenca del Grijalva: ¿construcción de hidroeléctricas
compartidas?
Como mencionamos en el capítulo I, México y Guatemala comparten seis cuencas,
del Océano Pacífico hacía el Golfo de México y mar Caribe, tenemos: Suchiate,
Coatán, Grijalva, Usumacinta, Candelaria y Hondo; Usumacinta y Hondo son
trinacionales dado que parte de su superficie se encuentra en México, Guatemala y
205
Belice. Así también, en este capítulo hemos analizado la creación de la CCG y los
diagnósticos realizados en 1957, el perfil de cuento con muy buena argumentación
de estos diagnósticos, el reducido cumplimiento de objetivos y metas y por lo tanto
de impacto de desarrollo para la población y su territorio.
Continuando con la línea de análisis de los diagnósticos de 1957, podemos observar
en los planteamientos de la SRH-CCG la inclusión del territorio de la cuenca del
Usumacinta en la superficie que corresponde a Guatemala, al pretender construir la
hidroeléctrica Boca del Cerro, aunque el decreto de la CCG en 1951 mencione que
su campo de acción es la cuenca del Grijalva en la parte del territorio mexicano. El
perfil de cuento con buena argumentación diseñado por los ingenieros civiles de la
élite hidráulica-política del país, permeó en las más altas esferas del poder ejecutivo
mexicano, en el sentido de intervenir no solo la parte mexicana del Grijalva, sino
también las partes mexicana y guatemalteca de la cuenca del Usumacinta.
La élite ingenieril-política vendió la idea en varias ocasiones al representante del
poder ejecutivo en turno de construir no sólo la hidroeléctrica del Boca del Cerro,
sino varias presas en la cuenca que denominaban Grijalva-Usumacinta, donde se
involucraba el territorio guatemalteco de estas dos cuencas. La cuestión central es
que se comprometía la credibilidad y la capacidad de negociación de México frente a
su vecino del sur. El primer presidente que recibió la idea de los ingenieros-políticos
de la SRH fue Gustavo Díaz Ordaz en 1966.
[“….el caudal de los ríos Usumacinta y Grijalva es cuatro veces mayor al que tienen los ríos Bravo y Colorado juntos. La cuenca hidráulica de los ríos mencionados al sur de la República Mexicana tiene una gran riqueza potencial y dentro de ella el aprovechamiento que pudiera hacerse para fines de electrificación. La fuerza eléctrica que se generaría de esas importantes vías fluviales podría dar electricidad tanto a México como Guatemala y de ese último país a Honduras y El Salvador. ….considera que si el Gobierno de México estima interesante este proyecto, quizás durante las visitas del señor Presidente de la República a los países mencionados, podría apuntarse esta idea en la que
206
de realizarse el Gobierno de México podría efectivamente ayudar a esos países hermanos….”] (SRE, Memorandum, 7 de enero de 1966).
Como podemos observar, la SRH-CCG no sólo pretendía abordar las cuencas del
Grijalva y del Usumacinta en el territorio mexicano en materia hidroeléctrica, sino
también la superficie guatemalteca y exportar electricidad a otros países de
Centroamérica. Así, la élite ingenieril-política de la SRH montada en su idea de
construir hidroeléctricas compartidas con Guatemala le hizo el planteamiento al
presidente Luís Echeverría en 1971 y éste su vez al gobierno guatemalteco; la
respuesta fue la siguiente:
[“……Se impone también llegar a acuerdos concretos y definitivos sobre un posible uso pacífico de las aguas del río Usumacinta, sin perjuicios para Guatemala. Sé a ese particular que el gobierno de México tiene un proyecto para construir 37 presas, y si las construye todas, inundaría diez mil kilómetros cuadrados de Guatemala, la tercera parte del Petén. Eso obviamente no nos convendría….”
“México ha pregonado que el respeto al derecho ajeno es la paz y esa es nuestra garantía de que no nos perjudicará.”] (Declaraciones del vicepresidente de Guatemala, licenciado Eduardo Cáceres Lehnhoff, Novedades, 9 de mayo de 1971).
Ésa fue la postura del gobierno de Guatemala en la visita del presidente Luís
Echeverría a Guatemala, en mayo de 1971. El cálculo político de los ingenieros de la
SRH y del propio presidente no fue el acertado, pretender hacer ya no una presa
hidroeléctrica compartida con Guatemala, sino 37 presas desbordó los ánimos de las
autoridades guatemaltecas y se cerró en ese momento la posibilidad de
coordinación en la materia.
Las respuestas negativas del gobierno guatemalteco en 1966 y en 1971 en cuanto a
construcción de presas compartidas, no coartaron la construcción de hidroeléctricas
en Chiapas por parte del gobierno mexicano en la cuenca del Grijalva. La presa Dr.
Belisario Domínguez (La Angostura) se edificó entre 1969 y 1974, la cual utiliza 2.4
km3 de agua para generar hidroelectricidad de las cuencas de los ríos guatemaltecos
207
Cuilco, Selegua y Nentón, tributarios del río Grande de Chiapa o Grijalva (en la
versión de la SRH-CCG). Por el agua que turbina la CFE, Guatemala no recibe
ninguna compensación de México; como tampoco la reciben los campesinos
chiapanecos dueños de la tierra que drena el agua para las cuatro hidroeléctricas de
la CFE en el Grijalva. Así, una parte del territorio guatemalteco y la mayoría del
chiapaneco, son territorios de extracción de rentas por parte de la CFE.
Un intento más de coordinación entre México y Guatemala sobre las “cuencas de los
ríos internacionales” (Benítez y Córdova, 1989:275), se efectuó en septiembre de
1979 con la visita a México del presidente guatemalteco General Fernando Romeo
Lucas García. Se acordó en comunicado conjunto de los mandatarios de México y
Guatemala formar un grupo de trabajo integrado por técnicos de ambos países que
fungiera como asesor de la CILA (Comisión Internacional de Límites y Aguas), cuya
tarea inicial consistía en realizar un informe sobre los estudios que debían
desarrollarse, incluyendo la cooperación técnica y financiera para ambos países en
materia de cuencas de los ríos internacionales.
El grupo asesor de la CILA se conformó a principios de 1980 por técnicos mexicanos
de la SARH, Secretaría de Programación y Presupuesto (SPP) y de la CFE, y del
lado guatemalteco por personal técnico del Ministerio de Agricultura y del Ministerio
de Comunicaciones y Obras Públicas a través del Instituto Geográfico Nacional y del
Instituto Nacional de Electrificación. El grupo trabajó en el intercambio de
información y concertación de propuestas, rindió un informe preliminar en abril de
1980. Las propuestas fueron analizadas por la CILA y ésta recomendó a los dos
gobiernos en mayo de ese año su aprobación (CILA, Acta del 19 de mayo de 1980).
208
El apoyo de los dos gobiernos fue inmediato, se canalizaron recursos económicos
para que el grupo asesor de la CILA procediera a realizar los estudios
recomendados en el informe, los cuales comprendían trabajos cartográficos de las
cuencas, de aprovechamiento de recursos naturales renovables y aprovechamientos
hidroeléctricos.
En la reunión efectuada en octubre de 1985 en Tapachula, Chiapas, los presidentes
Miguel de la Madrid Hurtado de México y Oscar Humberto Mejía Víctores de
Guatemala, reconocieron los avances de los estudios conjuntos de las cuencas de
los ríos internacionales entre los dos países realizados por el grupo asesor de la
CILA, en especial los referentes al aprovechamiento de los recursos naturales
renovables, así como los avances en la integración de un atlas de la región que
serviría de base técnica para la implementación de proyectos conjuntos.
Es el grupo que quizá ha logrado más en la coordinación México-Guatemala en
materia de cuencas y aguas compartidas a nivel de propuestas gubernamentales.
Sin embargo, todo lo realizado y planteado por dicho grupo quedó en propuestas
dado que no se ejecutaron acciones conjuntas en materia de cuencas hidrográficas,
salvo el “atlas físico de las cuencas de los ríos internacionales entre México y
Guatemala” (CILA, 1987).
En este atlas, el territorio guatemalteco dentro de las cuencas del Suchiate, Coatán,
Grijalva y Usumacinta (aquí se incluye la del Candelaria) se encuentra en su
totalidad hasta sus parteaguas, mientras que el territorio mexicano dentro de las
mismas se encuentra de manera parcial, con una tendencia a incluir la franja que
209
cubre los ríos que son frontera fluvial (Suchiate y Usumacinta), situación que se
explica por el interés exclusivo o único de la CILA mexicana sobre la línea divisoria
terrestre y fluvial entre los dos países. Es decir, en concreto a la CILA no le interesa
la gestión del territorio de las cuencas compartidas y su posición se explica debido a
que no está dentro de sus funciones.
La decepción de algunos técnicos guatemaltecos participantes en el grupo asesor de
CILA, después de veintisiete años no se olvida. Manifiestan su apoyo a la gestión de
cuencas compartidas en la actualidad dado el antecedente de los años 80. También
plantean que en su momento las autoridades guatemaltecas a nivel interno no
apoyaron las propuestas de trabajo de cuencas internacionales Guatemala-México,
es decir, el gobierno mexicano trató con un homologo que en apariencia mantenía
interés, pero la realidad interna de Guatemala marcaba otras prioridades.
[“Pues… esos trabajos se le presentaron como le digo en ese tiempo era un presidente militar, se le presentaron los trabajo al presidente y él estaba anuente a reunirse nuevamente con el presidente mexicano para desarrollar todos estos proyecto, pero en esos tiempos venía un golpe de estado, uno tras otro, eso fue lo lamentable pues….Ha habido interés, buena voluntad también desde la parte técnica y todo, pero lo político es lo que friega aquí.” “En el tiempo en que estábamos en el Usumacinta, el BID nos invitó para que fuéramos a conocer Iguazú, íbamos a ir toda esta comisión, para ver pues el planeamiento que ellos tenían pues para que fuera más o menos similar con el Usumacinta……., pero el caso pues que unos diputados y unos militares se fueron en lugar de nosotros, verdad, a pasear”] (Ing. Marco Antonio Curley, miembro del grupo asesor CILA por parte del Ministerio de Agricultura de Guatemala, responsable técnico en los años 80 del área de cuencas; entrevistado el 29 de septiembre de 2007, Ciudad de Guatemala, Guatemala).
Algunas conclusiones se desprenden de estos intentos de coordinación México-
Guatemala en materia de cuencas y su aprovechamiento compartido. En la época
de las propuestas de coordinación, la prioridad del gobierno guatemalteco no era la
población y el desarrollo desde la visión que tenía la SRH-CCG. La prioridad era
controlar el movimiento armado civil y hacía ese objetivo se canalizaban los
210
esfuerzos. En los cuatro intentos de coordinación, el trato que hizo el gobierno
mexicano con su homologo guatemalteco fue con militares derivados de golpes de
Estado o de elecciones fraudulentas: en 1966, con el presidente de Guatemala
Coronel Enrique Peralta Azurdia, en 1971 con el General Carlos Manuel Arana
Osorio, en 1979 con el General Romeo Lucas García, y en 1985 con el General
Oscar Humberto Mejía Víctores. En este sentido, la visión era militar y el objetivo
combatir el movimiento guerrillero; las reglas del juego las imponía y las aplicaba
directa o indirectamente el aparato castrense.
Destaca también en la versión de nuestro informante que el principal interés del
grupo asesor de la CILA guatemalteca era el río Suchiate y el Usumacinta, al igual
que la CILA mexicana. Estas dos corrientes son frontera fluvial entre los dos países,
es decir, la CILA estaba atendiendo su interés para cumplir su misión encajonada a
límites y aguas (ríos que son límites entre los dos países). El río Suchiate tiene una
movilidad o divagación permanente que mueve constantemente la línea fronteriza
entre los dos países, esa situación pone siempre en alerta a los dos gobiernos. Otra
cuestión que alertó a las autoridades guatemalteco y al grupo técnico de CILA
Guatemala fue también la construcción del distrito de riego Suchiate en la década de
los 50 del siglo pasado y su percepción fue que México se había aprovechado de
Guatemala. El Usumacinta le interesaba al grupo técnico por su potencial
hidroeléctrico, pero había dos cuestiones a considerar en las propuestas: los
cambios constantes de los regímenes militares y la continuidad raquítica de los
compromisos internacionales, así también la inconformidad de la población
guatemalteca del norte del país en contra de la construcción de hidroeléctricas por la
inundación de su territorio.
211
Un juego de mascaras se estableció entre los dos gobiernos en los encuentros y
declaraciones de los presidentes. México a través de la SRH-CCG tenía programado
la construcción de hidroeléctricas en el Grijalva y en los encuentros con su vecino
nunca manifestó su interés de consulta, a pesar de ser una cuenca compartida. La
hidroeléctrica Dr. Belisario Domínguez (La Angostura) se construyó en el periodo
1969-1974 y utiliza 2.4 km3 de agua proveniente de territorio guatemalteco; en los
encuentros de los presidentes en 1966 y 1971 no se menciona nada al respecto.
Cabe mencionar que buscamos información sobre proyectos hidroeléctricos o de
gran irrigación de las décadas 60, 70 y 80, en las cuencas guatemaltecas de los ríos
Cuilco, Selegua y Nentón (afluentes del río Grande de Chiapa o Grijalva) y no
tuvimos éxito. Lo que sí está muy presente en los documentos consultados son los
enfrentamientos armados entre la guerrilla y el ejército guatemalteco. Podemos
concluir entonces que para esta parte alta de la cuenca del Grijalva en Guatemala,
no hubo acciones en materia de desarrollo vía cuencas hidrográficas en el periodo
que funcionó la comisión de cuenca del Grijalva (1951-1987).
Mientras negociaba con México la construcción de la hidroeléctrica Boca del Cerro,
el gobierno guatemalteco empezó la construcción de la hidroeléctrica Chixoy en
1976 y la terminó en 1983. Sin embargo, debido a problemas técnicos, ésta se puso
a funcionar hasta 1985.37 Esta hidroeléctrica se ubica en la parte alta de la cuenca
del Usumacinta, en el municipio de Rabinal, Departamento de Baja Verapaz,
Guatemala. En las reuniones de los presidentes de 1971, 1979 y 1985, tampoco se
37
Se colapsó el túnel que llevaba agua a las turbinas.
212
mencionó absolutamente nada en relación a la construcción y operación de la
hidroeléctrica.
Mientras se reunían los presidentes y se negociaba la supuesta construcción de
Boca del Cerro, el grupo técnico asesor de la CILA de Guatemala, realizaba en
paralelo estudios acerca de la superficie del área del Departamento del Petén que
iba a quedar bajo el agua y, de igual forma, apoyaba técnicamente la construcción
de la hidroeléctrica Chixoy en la municipalidad de Rabinal, Departamento de Baja
Verapaz. En el proceso de construcción de la hidroeléctrica Chixoy, el grupo técnico
guatemalteco invitó al grupo técnico mexicano, éste último no asistió a la invitación
manifestando así su desinterés en la coordinación entre los dos países.
Un paréntesis que nos lleva a entender la lógica de imposición (incluso por la fuerza
militar) del desarrollo. La hidroeléctrica Chixoy es una de las más documentadas en
todo el mundo, debido a que el ejército guatemalteco realizó varias masacres de
población indígena en conjunto con patrullas de autodefensa civil (PAC).38 Se estima
que de noviembre de 1981 a abril de 1983 en la municipalidad de Rabinal (Baja
Verapaz) murieron entre 4,000 y 5,000 personas (adultos, mujeres, niños y
ancianos) civiles en acciones militares contra la población (CEH, 1999). En enero de
1983, cuando cerraron los túneles de derivación de la presa, diez comunidades en la
cuenca del río Chixoy habían sido destruidas y la mayoría de su población
masacrada por supuestos vínculos con grupos guerrilleros. Estas comunidades
fueron: Río Negro, Los Encuentros, La Laguna; Agua Fría, Comalmapa, Jocotales,
38
El ejército guatemalteco organizaba a población indígena y ladina para que combatiera a miembros de la guerrilla; a estos grupos civiles armados y entrenados por el ejército se les denominaba Patrullas de Autodefensa Civil (PAC). Fue una estrategia encaminada hacia la destrucción del tejido social indígena y comunitario.
213
Chitucan, Los Mangles, Pacaal y Hacienda Chitucan (CEH, 1999). La comunidad
Río Negro en especial se caracterizó por su rechazo a la hidroeléctrica y a su
reubicación, fue la primera donde se presentaron los enfrentamientos de la
población civil con el ejército.
Finalmente la mano dura de los generales-presidentes de Guatemala se impuso, se
construyó la hidroeléctrica dejando como dijimos anteriormente entre 4 mil y cinco
mil personas indígenas masacradas, 50 sitios arqueológicos bajo el agua
(incluyendo sitios referidos al Popol Vuh, libro considerado como sagrado en la
cultura Maya), 23 asentamientos humanos inundados donde vivían 3,445 personas
(CEH,1999). La presa fue construida bajo los auspicios financieros del Banco
Mundial (BM), del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y mediante préstamos
del gobierno de los Estados Unidos de América. Algunos antropólogos
documentaron el proceso de construcción de la hidroeléctrica, el actuar del ejército y
de los organismos financiadores.
“…parece como si el desarrollo hidroeléctrico en Guatemala se relacionara con la modernización del Ejército de Guatemala y preocupación por convertir a las tierras bajas del norte en una vasta frontera de explotación ganadera, petrolera, minera y forestal. Al llevar acabo este programa de desarrollo de frontera, con apoyo internacional, el Ejército Guatemalteco espera concluir su propio poder político y económico” (Davis, 1983, citado por Rose, 2005: 49).
En efecto, la visión de desarrollo o modernidad también tocó el suelo guatemalteco y
el ejército de ese país como grupo en el poder aspiraba a consolidar su poder
político y económico con la construcción de la hidroeléctrica Chixoy. El plan era,
como lo señala Davis (1983), convertir las tierras bajas del norte en una gran
frontera de explotación ganadera, petrolera, minera y forestal. Es decir, igual a la
hidropolítica planteada y ejecutada por el gobierno mexicano a través de la SRH-
214
CCG en el territorio de las cuencas de los ríos Grijalva y Usumacinta en el lado
mexicano.
En este sentido, la visión de desarrollo del ejército guatemalteco y el presidente
militar en turno fue la misma visión de la SRH-CCG en general para todas las
comisiones y territorios de las cuencas intervenidas, y en específico para el territorio
de los ríos Grijalva y Usumacinta, la explicación de la coincidencia que no es tal, es
simple: se trataba del mismo modelo capitalista de extracción de rentas a través de
élites políticas y económicas bajo el cobijo del modelo de desarrollo denominado ISI,
donde la élite ingenieril-política dominaba la visión de desarrollo, pero que, por las
características de los sistemas políticos de los dos países cobró diferentes matices.
Esa visión de desarrollo a través de la extracción de rentas de los territorios
intervenidos, en los dos países fue financiada por los mismos organismos
internacionales de crédito: BM, BID y préstamos del gobierno de los Estados Unidos
de América, principalmente.
La SRH trató de consolidar como objetivo central su poder político y de influencia en
las más altas esferas del Estado mexicano e imponer una visión de desarrollo
sustentada en la construcción de infraestructura hidráulica (distritos de riego, presas
para hidroelectricidad y riego, obras de drenaje y bordos). El planteamiento
guatemalteco (Davis, 1983) obedeció al mismo modelo pero en un régimen político
encabezado por una élite militar donde los objetivos del desarrollo estaban
supeditados a la lucha contrainsurgente y en un contexto económico menos
favorable. En la práctica el territorio de las cuencas Grijalva y Usumacinta se
conformó como una gran frontera de explotación ganadera, petrolera y forestal
215
(Chiapas) y el granero de México como se planeó en 1957 con 2 dos millones de
hectáreas no se alcanzó a realizar.
En Guatemala los territorios Grijalva-Usumacinta (desde la construcción social
mexicana), se intervinieron con el objetivo militar de control del movimiento civil
armado. En el aspecto de desarrollo, a falta de una hidropolítica estructurada en los
términos que se ejecutó en territorio chiapaneco y tabasqueño, privaron en
Guatemala acciones dispersas, pero igual de devastadoras para los ecosistemas.
También del lado guatemalteco se fue abriendo la frontera ganadera, petrolera y
forestal en los departamentos del Petén, Alta Verapaz y Baja Verapaz,
principalmente. Incluso en algunas áreas el ejército guatemalteco destruyó bosques
y selvas como estrategia militar para combatir la guerrilla.
Finalmente, es necesario mencionar que también el ejército mexicano hizo presencia
a finales de los años 60, cuando empezaron los trabajos en el plan Chontalpa en
Tabasco para bajar los ánimos de la población indígena chontal inconforme con las
acciones de la SRH-CCG. En conclusión, se trataba de imponer la visión y los
proyectos del desarrollo por encima de la población a desarrollar. La población que
habitaba los territorios intervenidos no era el objetivo central, el elemento esencial
era mantener y reproducir los grupos de poder político y económico y para cumplir
ese objetivo, si era necesario, se hacía uso de las fuerzas armadas.
Conclusiones del capitulo
Como ningún otro territorio, el Grijalva-Usumacinta se consideraba por parte de la
SRH como el salvador de México, la mano hidráulica en este territorio de la élite
216
técnica-política iba a colocar al país como una potencia económica mundial. Este
objetivo no se cumplió.
Una característica de las cuencas intervenidas en Chiapas y Tabasco por parte de la
SRH-SARH/CCG, es decir, la del Grijalva y el Usumacinta es su condición de ser
cuencas compartidas con Guatemala, mientras que los territorios de las otras
cuencas intervenidas en otras regiones del país están exclusivamente en suelo
nacional. Esta condición internacional limitó la visión de cuenca de la élite técnico-
política montada en la estructura de la SRH. De hecho en el decreto de creación de
la CCG en 1951, se dice claramente que se trabajará en territorio mexicano. En este
sentido, la intención de coordinarse con Guatemala para construir infraestructura
hidroeléctrica compartida era una propuesta mexicana que no estaba jurídicamente
sustentada dentro del marco mexicano.
La SRH y las comisiones de cuenca establecidas en el plano nacional
correspondieron a una etapa de los ciclos del capitalismo internacional, después de
la crisis económica de 1929 vino la etapa de recuperación, el modelo de desarrollo
mexicano vía cuencas hidrográficas fue copiado de la TVA de USA. El
fortalecimiento de las instituciones (reglas) mexicanas y las estructuras operativas
para ponerlas en práctica de la etapa post-revolucionaria, contribuyeron al arranque
y crecimiento constante del ISI en su primera etapa denominada desarrollo
estabilizador (1950-1970).39 En esta etapa cobró importancia la SRH con sus
comisiones de cuenca para apuntalar el modelo económico de industrialización.
Posteriormente este modelo empezó a debilitarse con la crisis económica de 1976,
39
Se denomina a esta etapa (1951-1970) desarrollo estabilizador debido a que la economía tuvo crecimientos importantes: el producto interno bruto (PIB) percápita creció entre 3 y 4% anual con una tasa de inflación promedio de 3% anual.
217
la cual provocó también la caída de la élite ingenieril política de la SRH, al ser
incorporada en ese año esta súper secretaría del desarrollo a un área más del ramo
agropecuario y forestal, es decir, a la SARH. El modelo ISI terminó por agotarse con
las crisis económicas de 1982 y 1986. En esos años se empezaron a enterrar las
comisiones de cuenca, y en 1987 despareció la comisión del Grijalva. El
agotamiento y finalmente la desaparición del ISI dio paso a un nuevo experimento de
modelo económico a partir de la década 90, es decir, de libre mercado con raíces
neoliberales; en esta nueva etapa se creó la CNA hoy Conagua con una expectativa
privatizadora, con pocos avances en la práctica.
La élite política y económica de Guatemala no logró impulsar el ISI en las mismas
proporciones de México, su economía basada en la agroexportación a través de
grandes concentraciones de tierras en manos privadas, se erigió como un obstáculo
cultural hacia la industrialización. De hecho una de las principales causas del
conflicto armado civil guatemalteco (1960-1996) fue la concentración de la tierra por
parte de una oligarquía terrateniente. El derrocamiento del presidente Jacobo
Árbenz Guzmán en junio de1954 por los militares de ese país, en contubernio con la
Agencia Central de Inteligencia (CIA) de USA, se debió al Decreto 900 de la Ley de
Reforma Agraria que tuvo por finalidad transformar la relación latifundio-minifundio.
Así, el reparto agrario quedó suspendido por tiempo indefinido con la caída del
presidente Árbenz Guzmán, situación que continua hasta la actualidad. La
intervención del Estado guatemalteco en el proceso de industrialización fue mínima
desde la perspectiva económica, no era la prioridad en la época del conflicto civil
armado. La industria que llegó a establecerse procedió de capitales privados
218
nacionales e internacionales. Destacó la participación de la inversión proveniente de
USA.40
En el territorio Grijalva-Usumacinta se ejecutó una política pública de Estado a
través de la SRH-SARH/CCG, donde se impusieron las instituciones o reglas del
juego a los gobiernos estatales, municipales y a la propia población objetivo del
desarrollo. La omisión de las reglas o instituciones de los gobiernos estatales,
municipales y de los grupos de población cubierta con las acciones que se
ejecutaron, explica en parte el fracaso de la política pública implementada en el
territorio de las cuencas Grijalva y Usumacinta.
El monismo jurídico bajo el cual se movió la estructura ejecutora del gobierno federal
para el desarrollo de la cuenca y su gente no consideró el pluralismo legal presente
en el territorio, se redujo a una visión de imposición de reglas externas. En efecto,
cuando decimos desarrollo de la cuenca nos referimos al espacio físico donde la
SRH-SARH/CCG ejecutó sus proyectos, con su visión de adaptar el medio natural a
la técnica ingenieril hidráulica, no se consideró el territorio intervenido bajo una
visión hidrológica natural y los impactos a los que se exponen los diferentes
ecosistemas del trópico húmedo al ser intervenidos. Se omitió la cultura chontal y
dentro de ésta la técnica de sustento material y espiritual desarrollada por este grupo
mucho antes del encuentro con los bárbaros de la península ibérica.
Las reglas impuestas se concretaron mediante varios mecanismos. Primero, el
decreto de creación de la CCG como instrumento externo no se concertó con las
40
A finales de la década de los 60, el 75% de la producción industrial de Guatemala se generaba en empresas de capital estadounidense (Ramírez, 1991).
219
estructuras y reglas internas de la población dentro del territorio. Dicho decreto se
amplió en superficie al considerar también la cuenca del Usumacinta e incluso fue
mucho más allá de las fronteras naturales de las dos cuencas (Grijalva y
Usumacinta) al extenderse en la práctica a los límites políticos de Chiapas, Tabasco
y el municipio de Palizada, Campeche. En un contexto jurídico, se violó el mandato
del decreto por la SRH-SARH/CCG, nunca hubo un segundo decreto que amparara
la determinación de expandirse y trabajar bajo límites político-administrativos.
Existió entonces una contradicción entre lo planeado en 1957 por cuenca
hidrográfica y lo ejecutado dentro límites político-administrativos.
Segundo, el decreto de veda de aguas superficiales y subterráneas de 1957 sobre
toda la Cuenca Grijalva en su parte mexicana (vigente actualmente), así como el
decreto de establecimiento del distrito de acuacultura número tres “Tabasco” en
1973, fueron actos de imposición de reglas o instituciones que dejaron sin acceso al
recurso agua a población de las dos cuencas (Grijalva y Usumacinta). En especial la
población de Chiapas fue la más perjudicada, se le acondicionaron solamente 30 mil
has de tierra con infraestructura de riego a cambio de cerca de 90 mil has de la
mejores en el estado para los vasos de las hidroeléctricas.
El decreto de veda como instrumento jurídico fue utilizado por la Conagua para
concesionar prácticamente todo el agua del río Grijalva en Chiapas a la CFE, en
este sentido existe una complicidad entre instituciones y estructuras del gobierno
federal mexicano para impulsar la extracción de rentas del territorio de la cuenca
Grijalva, en detrimento de las instituciones y el desarrollo de la población que habita
la cuenca y es dueña de este territorio.
220
La Conagua actualmente tiene registrado al que iba a ser el distrito de riego más
grande de México “La Chontalpa” como un distrito de temporal tecnificado con 91 mil
has de superficie, es decir, las 300 mil has de riego inicialmente programadas se
redujeron a menos de una tercera parte de temporal. El fracaso de este distrito
mostró al gobierno mexicano y a los organismos financieros internacionales como el
BM y BID la fragilidad de los ecosistemas tropicales. Sin embargo la experiencia fue
poco ilustrativa, se siguió con la política en México y el mundo de devastación de la
franja tropical en nombre del desarrollo.
Tercero, la estructura operativa de la SRH-CCG y su filosofía de trabajo se sustentó
en una imposición de reglas al interior y exterior del sector gubernamental. En el
plano interior se consolidó como una instancia facultada de llevar y coordinar el
desarrollo por encima de cualquier otra estructura gubernamental, en el exterior llegó
e implantó sus reglas en los territorios. A la población se le impusieron nuevas
instituciones totalmente diferentes a su cultura. Así, la población del territorio
intervenido para el desarrollo no fue más que otra variable para lograr el objetivo
encubierto de la política de Estado: la extracción de recursos naturales traducidos a
rentas para apuntalar el modelo ISI, donde las más beneficiadas fueron las élites
políticas y económicas. La población local dentro de los territorios intervenidos siguió
como siempre sumergida en la pobreza.
Para sustentar la última afirmación del párrafo anterior, podemos recurrir a los datos
de educación, salud, vivienda, agua entubada, energía en los hogares, empleo y
grados de marginación de la población de Tabasco y Chiapas principalmente,
221
expuestos al final de este capítulo. Con el análisis de esos datos nos damos cuenta
que la gran cantidad de millones de dólares invertidos por el gobierno federal a
través de la SRH-SARH/CCG no resolvieron los problemas de pobreza de la
población. En efecto, la inmensa mayoría de los recursos invertidos en el territorio
Grijalva-Usumacinta fueron destinados a la construcción de una infraestructura que
permitiera hacer más fluida la extracción de rentas, no se invirtió en la población.
Conclusión aparte merece la visión del gobierno mexicano y guatemalteco en la
intervención de las cuencas compartidas, donde la SRH-SARH/CCG ejecutó las
acciones del denominado desarrollo. En la cuenca del Grijalva el gobierno mexicano
no consultó al guatemalteco y viceversa en la cuenca alta del Usumacinta. Lo común
de ambos gobiernos y su política de construcción de hidroeléctricas fue las fuentes
de financiamiento internacionales y el acompañamiento de éstas y su omisión ante
la evidencia de imposición -incluso armada-, para lograr los objetivos del desarrollo,
debe destacarse que en el caso de Guatemala se llegó al genocidio con lo que
implica esto en el plano internacional en la violación de los derechos humanos. En el
caso mexicano, aunque el ejército mexicano estuvo presente en la región de la
Chontalpa, no realizó acciones violentas en contra de la población.
El financiamiento de organismos internacionales en la construcción de
infraestructura hidráulica tanto en México como en Guatemala, se explica en el
sentido que era el mismo sistema capitalista y el mismo modelo de desarrollo,
diferenciado con algunos matices de orden o régimen político. Guatemala tenía un
orden militar dictatorial que ponía el visto bueno a las políticas públicas en materia
de desarrollo, pero sin desviar su objetivo de control del movimiento civil armado. En
222
México se tenía un régimen civil que centralizaba el poder y la toma de decisiones
sobre el desarrollo, violando así el pacto federal de estados libres y soberanos de
acuerdo a la constitución política del país. En el fondo eran igual de dictatoriales los
dos estados; concentraban el poder y la toma de decisiones por encima de la
población a desarrollar y por encima de los propios gobiernos locales (estatales y
municipales en México, y municipales en Guatemala).
Podemos concluir también que la política de Estado para intervenir las cuencas
internacionales del Grijalva y Usumacinta, se ejecutó con un criterio de división
político territorial en el caso de México, pero también por parte del gobierno de
Guatemala, es decir, no hubo acuerdos de coordinación para trabajar las cuencas
con un criterio de límite natural y no por país. Al interior del territorio mexicano, el
trabajo de la SRH-SARH/CCG se ejecutó con un enfoque político administrativo tal y
como se reconoce en el documento de la memoria de la propia comisión, se trabajó
en Chiapas, Tabasco y en el municipio de Palizada, Campeche. Por lo tanto fue una
política de desarrollo regional, donde se consideraba el aprovechamiento del agua
de los ríos, pero la cuenca como espacio físico-natural, cultural y político se omitió
en la política de desarrollo. En conclusión, se ejecutó una política de desarrollo de
cuencas sin visión de cuenca; una política que respondía a intereses particulares de
las élites predominantes del régimen político en turno en ambos países.
223
IV. Transformaciones y continuidad en las instituciones:
¿nueva hidropolítica en la Cuenca Grijalva?
En este capítulo abordamos el periodo 1988-2009 de la hidropolítica mexicana y
guatemalteca. El capítulo se conforma de tres apartados. En el primero, analizamos
cómo se estructuró y cuál es la visión de la ley de aguas nacionales mexicana (LAN)
de 1992, en un contexto de cambio de modelo económico; es decir, nos enfocamos
al análisis de las instituciones o reglas del juego establecidas por el Estado
mexicano en materia hídrica. En el segundo apartado, abordamos la reforma a la
LAN en 2004 y evidenciamos los alcances y limitaciones de las nuevas instituciones
(reglas del juego), así como la hidropolítica derivada de la LAN, sustentada en tres
ejes: manejo integral de cuencas, gestión integrada de recursos hídricos (GIRH) y
agua como asunto de seguridad nacional. Dentro de este apartado abordamos la
hidropolítica guatemalteca contextualizada dentro de la bandera internacional de
GIRH. Dado que el eje del capítulo es el análisis de las transformaciones de las
leyes de agua de acuerdo al cambio de modelo económico y que en el caso de
Guatemala no existe ley de general de aguas, el capítulo se centra esencialmente en
la experiencia mexicana. En el capítulo siguiente (el cinco) analizaremos a más
profundidad la hidropolítica guatemalteca regional y local comunitaria dentro del
territorio de las cuencas Cuilco, Selegua y Nentón.
En el tercer apartado, discutimos si a la luz del cambio de modelo económico a
mediados de los años 80 del siglo pasado se han concretado ideas y prácticas
innovadoras dentro del accionar de la estructura gubernamental, o por el contrario,
se continúa con la visión ingenieril. Para ello tomamos como ejemplo las
224
inundaciones de 1999 y 2007 en la planicie tabasqueña y la respuesta de la
autoridad federal gubernamental en materia hídrica.
El eje de análisis de este capítulo es la centralización como práctica del poder
técnico, político y económico que aún perdura en el sector hidráulico mexicano. Es
una centralización con enfoque regulador del recurso agua, la cual va aparejada de
un proceso lento de descentralización de programas del gobierno federal hacía los
gobiernos estatales y municipales, buscando también la participación de la iniciativa
privada. A través de nuestro análisis, mostraremos cómo la ley de aguas de 1992 y
su reforma de 2004 apuntan hacia la centralización de las decisiones sobre el
recurso agua, utilizando estructuras internas y externas para encaminar la
hidropolítica hacia el cobro del recurso. También analizaremos cómo la Conagua
impulsa estructuras con tinte de participación ciudadana que controla operativa y
presupuestalmente, como son los consejos de cuenca.
La centralización que se ejerce sobre el recurso agua a través de una hidropolítica
de carácter regulador y eminentemente ingenieril en la acción práctica tiene coartada
la posibilidad de incorporar los marcos legales locales comunitarios dentro de un
campo de pluralismo legal. Consecuentemente, la participación de la sociedad en la
definición de la hidropolítica es un objetivo que se encuentra lejos de alcanzar.
En el desarrollo del presente capítulo utilizaremos recurrentemente la palabra sector
hidráulico y no hídrico, debido a que las acciones operativas en materia de agua y
de cuencas están enfocadas a la hidráulica, no al ciclo hídrico y su interconexión con
aspectos ambientales, sociales, políticos, culturales e históricos de los territorios
donde se ejecuta la hidropolítica. También utilizamos para referirnos a la Comisión
Nacional del Agua las siglas CNA y Conagua; las siglas CNA las usamos para el
225
periodo 1989-2003 debido a que así quedaron establecidas en la ley de aguas
nacionales de 1992, y las siglas Conagua se utilizan de 2004 a la actualidad debido
a la reforma de la mencionada ley en ese año.
4.1. Nueva ley de aguas y estructura gubernamental: en congruencia con
el nuevo modelo económico
El agotamiento del modelo de desarrollo ISI llegó a su culminación a principios de la
década de los 80. La crisis económica de 1982 enterró en la práctica este modelo. A
partir de ese año se empezaron a conformar y a ejecutar iniciativas
gubernamentales tendientes a la descentralización de funciones en el sector
hidráulico que no implicaran actos de autoridad. Es decir, se pasaron funciones de
construcción, operación y funcionamiento de sistemas de agua para los diferentes
usos a gobiernos estatales, municipales, usuarios de riego e iniciativa privada, pero
el control de los permisos de uso y sus volúmenes, así como la recaudación y la
fiscalización se reservaron como actos de autoridad para el gobierno federal. Dentro
del proceso de descentralización, también se empezaron a implementar iniciativas
de mayor participación ciudadana, con el objetivo de consolidar el pago de la
población por el aprovechamiento directo o por el servicio de agua recibido a través
de terceros.
En este contexto, en 1983 se reformó el artículo 115 constitucional que otorgó, entre
otras, la responsabilidad a los municipios para administrar el servicio de agua
potable, drenaje, alcantarillado, tratamiento y disposición de sus aguas residuales.
Con esta reforma se trasladó la responsabilidad de inversión para la construcción,
operación y mantenimiento de los sistemas de agua entubada, drenaje y
226
alcantarillado a los ayuntamientos y a la población que hacía uso de estos servicios,
y se puso fin a los subsidios del gobierno federal en la materia. Aboites (2009)
señala que en 1985 se estableció la base tributaria del sistema financiero del agua,
mediante reformas a las leyes de aguas y derechos. Ésta era una cuestión
trascendental en el plano nacional dado que, desde la publicación de la ley de agua
de 1929 no se cobraba el agua (excepto para el uso hidroeléctrico).
La conformación de la CNA mediante decreto presidencial en enero de 1989 como
autoridad federal única en materia de agua, así como la estructuración y publicación
de la ley de aguas nacionales (LAN) de 1992, fueron estrategias del gobierno federal
para consolidar su intervención en la regulación, administración y distribución vía
títulos de concesión del agua con miras a cobrar por el recurso.
La línea constructora del sector hidráulico mexicano que empezó en 1926 con la CNI
y posteriormente siguió con la SRH (1946-1976) y el área hidráulica de la SARH
hasta principios de la década 80 se dio por terminada, para abrir paso a una nueva
estrategia de “modernidad” enmarcada en el nuevo modelo económico neoliberal.
El panorama internacional incentivó la hidropolítica seguida por el gobierno
mexicano a principios de los 90. El denominado consenso de Washington propuesto
por John Williamson en noviembre de 1989 (What Washington Means by Policy
Reform que puede traducirse como "Lo que Washington quiere decir por reformas
políticas")41 fue el eje articulador del accionar gubernamental: menos gobierno y más
41
La propuesta de política económica presentada por Williamson consistió en diez puntos: disciplina fiscal, reordenamiento de las prioridades del gasto público, reforma impositiva, liberalización de las tasas de interés, una tasa de cambio competitiva, liberalización del comercio internacional (trade liberalization), liberalización de la entrada de inversiones extranjeras directas, privatización, desregulación, y derechos de propiedad. Originalmente ese paquete de medidas económicas estaba pensado para los países de América Latina, pero con los años se convirtió en un programa general.
227
ciudadanía responsable para el pago de los servicios en general, también mayor
participación de la iniciativa privada en la construcción de obras hidráulicas.
La estrategia central de la LAN de 1992 se sustentó en el paradigma de más
regulación y menos ejecución y operación de obras hidráulicas. Ello produjo una
ruptura de fondo con la visión y la misión del sector hidráulico mantenida desde 1926
con la creación de la CNI. Así, se empezaron y terminaron de transferir los distritos
de riego en todo el país siguiendo las recomendaciones del BM. Con esta acción, la
irrigación, principal bandera del sector hidráulico desde 1926, dejó de ser un asunto
exclusivamente estatal para ser entregada a la responsabilidad de los grupos de
riego encargados del pago del servicio para llevar a cabo la administración, la
operación y la conservación de los distritos. La estrategia era simple: menos
participación constructiva, operativa y de financiamiento del sector gubernamental y
más participación de los productores -planteada como participación ciudadana - para
el pago de tarifas de agua de riego. Así, los distritos de riego 059 Río Blanco, 101
Cuxtepeques y 107 San Gregorio, ubicados en la Cuenca Grijalva dentro del
territorio chiapaneco, fueron transferidos a los regantes.
La LAN de 1992 consideró también tres áreas nuevas dentro de la CNA: los
consejos de cuenca, el registro público de derechos de agua (REPDA) y el consejo
técnico de la CNA.
Los consejos de cuenca se definieron en la LAN como:
“instancias de coordinación y concertación entre la “La Comisión” (CNA), las dependencias y entidades de las instancias federales, estatal o municipal y los representantes de los usuarios de la respectiva cuenca hidrológica, con objeto de formular y ejecutar programas y acciones para la mejor administración de las aguas, el desarrollo de la infraestructura hidráulica y de los servicios respectivos y la preservación de los recursos de la cuenca” (Art. 13, LAN-1992, CNA, paréntesis nuestro). La entonces CNA instaló en enero de 2000 el consejo de cuenca de la Costa de Chiapas y en agosto del mismo año el consejo de los ríos Grijalva-Usumacinta (Conagua-SEMARNAT, 2008).
228
Investigaciones realizadas en la región han resaltado que los consejos de cuenca
son utilizados por la CNA/Conagua como plataformas disfrazada de participación
colectiva de los tres órdenes de gobierno y de los usuarios de las aguas nacionales
organizados.42 Estas instancias han sido conformadas a iniciativa de la CNA como
estructuras de gabinete, donde se aprueba lo establecido y programado por este
organismo gubernamental responsable de la administración del recurso agua
(Kauffer, 2008).
El propósito de establecer el REPDA se orientó a la creación de un mercado de
agua a través de la transferencia de los derechos de agua otorgados por la propia
CNA (Aboites, 2009). La ley consideraba también para asegurar el fortalecimiento
del repda, el establecimiento de un área fuerte de administración del agua,
liquidación, cobro, recaudación y fiscalización, con el objetivo de inventariar los
aprovechamientos y expedir los títulos de concesión para cobrar por los derechos de
agua y, en su caso, sancionar a los usuarios que no pagaran por el recurso.
En efecto, la gerencia regional frontera sur de la CNA con sede en Chiapas señalaba
que, desde los años 30 del siglo pasado y hasta 1994 se lograron registrar 1,230
títulos de concesión en Chiapas y Tabasco, pero gracias al trabajo del área de
administración del agua de esa gerencia, realizado en el periodo de 1995-2000, se
logró registrar a 37,258 nuevos usuarios. También reporta que lo recaudado por los
títulos de concesión llegó a solo 41.2 millones de pesos en 1995 y con el incremento
del padrón de usuarios alcanzó a 396.6 millones en el año 2000 (CNA, 2000).
En la LAN de 1992, se consideró también el establecimiento del consejo técnico de
la CNA, integrado por los titulares de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, de 42
Los usuarios de aguas nacionales son todos aquellos reconocidos por la CNA (Conagua) que tienen títulos de concesión otorgados por este organismo federal.
229
Desarrollo Social, de la Contraloría General de la Federación, de Energía, Minas e
Industria Paraestatal, de Agricultura y Recursos Hidráulicos (quien lo presidiría), de
Salud y de Pesca. Dentro de las seis funciones del consejo técnico es necesario
señalar dos: “conocer y acordar las políticas y medidas que permitan la
programación y acción coordinada entre las dependencias de la administración
pública federal que deban intervenir en materia hidráulica” (Art. 11-I, LAN, 1992). La
otra función central es “acordar la creación de los consejos de cuenca” (Art. 11-V,
LAN-1992).
Como se puede observar, los acuerdos de la hidropolítica se toman en el nivel
central del gobierno federal, incluyendo las iniciativas de creación de los consejos de
cuenca. Es una hidropolítica vertical, de arriba hacia abajo con tintes de participación
ciudadana a través de los consejos de cuenca y sus órganos auxiliares
denominados comisiones y comités de cuenca (Kauffer, 2008).
Para sostener jurídicamente a la CNA, la LAN de 1992 guardó en esencia los
mismos principios centralizadores que fortalecieron a la SRH. La diferencia es que la
SRH era ejecutora de grandes obras hidráulicas de manera directa y la CNA se
convirtió en una estructura fuertemente normativa, de bajo perfil de ejecución de
obras modestas a través de exfuncionarios del sector hidráulico convertidos en
empresarios o consultores.
Al revisar los principios rectores de la SRH y CNA, nos damos cuenta que ambas
involucran a otras dependencias del gobierno federal para acordar las políticas y
medidas en materia hídrica, lo cual se traduce en un acto de centralización del poder
al interior de las propias estructuras gubernamentales. Así, la estructura federal
responsable de la hidropolítica ejerce un poder no sólo externo sobre los gobiernos
230
estatales y municipales, organizaciones de riego y consumidores individuales de
aguas nacionales, sino también al interior de las dependencias gubernamentales a
través de un marco jurídico.
En la ley de aguas de 1992 la estructura de concentración del poder al interior de las
dependencias gubernamentales se le denominó consultivo técnico, el cual presidía
el titular de la SARH. En el tiempo de operación de la SRH a la estructura de
coordinación gubernamental se les llamó comisiones de cuenca, éstas eran
estructuras impositivas al propio interior de las dependencias del sector
gubernamental. El coordinador de las acciones del desarrollo regional era el titular
de recursos hidráulicos por encima de las propias dependencias del gobierno
federal.
En conclusión, paralelo a la política de descentralización de funciones que no
implicara actos de autoridad, la CNA se fue fortaleciendo y consolidando como la
autoridad única en materia de agua con un énfasis en aspectos normativos a través
de la ley de aguas de 1992. El establecimiento por ley del consejo técnico de la CNA
integrado por los titulares de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, de
Desarrollo Social, de la Contraloría General de la Federación, de Energía, Minas e
Industria Paraestatal, de Agricultura y Recursos Hidráulicos, de Salud y de Pesca
fue una estrategia de concentración y consolidación, porque facilitó el mantenimiento
de estructuras del propio gobierno federal bajo el mandato de la LAN para apoyar el
sector hidráulico.
En el campo operativo regional, la CNA/Conagua utiliza a los consejos de cuenca
(impulsados por la propia institución) como supuestas plataformas “democráticas” y
de “participación ciudadana” para imponer su hidropolítica. A través de estos
231
consejos de cuenca concentra la toma de decisiones de dependencias de los tres
órdenes de gobierno y de los propios usuarios con títulos de concesión de aguas
nacionales.
Paralelamente al establecimiento de los consejos de cuenca con tintes de
participación ciudadana, la dependencia gubernamental responsable de la
hidropolítica en su estructura y funcionamiento interno fortalece la recaudación y la
fiscalización para cobrar y sancionar por el agua. Cabe añadir que la estrategia
normativa no es revisada y aprobada por los consejos de cuenca, sino establecida
por la propia autoridad única en materia de aguas nacionales.
4.2. La reforma a la ley de aguas nacionales y las banderas
internacionales: un cambio para seguir haciendo lo mismo
La LAN de 1992 se modificó en 2004 a través de una reforma (LAN, 2004). La
orientación reguladora y recaudatoria de la CNA –denominada dentro de la ley
reformada Conagua- sigue como prioridad, es decir, las áreas internas de
administración del agua, recaudación, fiscalización y REPDA se retoman dentro del
marco jurídico. Por su parte, los consejos de cuenca se mantienen con ligeras
modificaciones de representación de los usuarios y grupos de la sociedad civil.
Se menciona en la ley reformada que los consejos de cuenca no dependen de la
Conagua o de los organismos de cuenca43 (Art. 13, LAN, 2004), pero en la práctica
esta estructura gubernamental los convoca, financia, establece la agenda de las
43
Los organismos de cuenca reemplazan hoy en día las anteriores gerencias regionales de la CNA. Por ejemplo la gerencia regional XI Frontera Sur se conformaba por Chiapas, Tabasco, tres municipios de la costa de Oaxaca y el municipio de Palizada, Campeche. Con las reformas a la ley en 2004 se cambia de nombre a la Gerencia Regional denominándola Organismo de Cuenca Frontera Sur.
232
reuniones, avala sus propias propuestas, realiza las minutas de acuerdo, pone y
quita a los gerentes de dichos organismos y hasta les proporciona los discursos de
intervención a los representantes de los usuarios, como es el caso en los consejos
de cuenca de los ríos Grijalva-Usumacinta y Costa de Chiapas, donde en ocasiones
nos ha tocado participar como académicos.
En la ley reformada también se mantiene la estructura del consejo técnico a nivel de
oficinas centrales de la Conagua en los términos siguientes:
[“El Consejo Técnico de “la Comisión” (Conagua) estará integrado por los titulares de las Secretarias de Medio Ambiente y Recursos Naturales, quien lo presidirá; Hacienda y Crédito Público; de Desarrollo Social; de Energía; de Economía; de Salud; y de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación; así como del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua y de la Comisión Nacional Forestal….A propuesta de Consejo Técnico, el Titular del Ejecutivo Federal designará como miembros del propio Consejo, a dos representantes de los gobiernos de los estados y a un representante de una Organización Ciudadana de prestigio y experiencia relacionada con las funciones de “la Comisión”…”] (Art. 10, LAN, 2004; paréntesis nuestro).
Se observan tres modificaciones en la conformación del consejo técnico de la
Conagua con respecto a la ley de 1992. La primera se refiere a la secretaría que
preside el consejo técnico, en la LAN de 1992 lo encabezaba la SARH y
posteriormente en 1994 pasó a la Secretaría del Medio Ambiente, Recursos
Naturales y Pesca (SEMARNAP), en la ley reformada el que preside el referido
consejo es el titular de la actual SEMARNAT. La segunda cuestión es la
conformación del consejo técnico, éste se amplía a dos estructuras federales más: el
Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) y la Comisión Nacional Forestal
(CONAFOR). Tercer aspecto, se da cabida a dos representantes de los gobiernos
de los estados y a un representante de una organización ciudadana. Se observa en
este último aspecto algunas cuestiones: la representación de los gobiernos de los
estados es mínima (dos representantes) y de la sociedad civil (una), ambas las
designa el presidente de la república lo que las convierte en representaciones
políticas poco democráticas. Y la otra cuestión es que la representación de la
233
sociedad civil, es una organización de corte empresarial que tiene poco de sociedad
civil, tal y como veremos en el siguiente apartado.
La estructura del consejo técnico de la Conagua a nivel de oficinas centrales es
trasladada a la escala regional y se les nombra consejo consultivo, bajo los cuales
se concertará la hidropolítica de los denominados organismos de cuenca (antes
gerencias regionales de la CNA). En la ley reformada los organismos de cuenca se
definen de la siguiente manera:
“Los Organismos de Cuenca, en las regiones hidrológicas-administrativas son unidades técnicas, administrativas y jurídicas especializadas, con carácter autónomo que esta Ley les confiere, adscritas directamente al Titular de “la Comisión”, cuyas atribuciones, naturaleza y ámbito territorial de competencia se establecen en la presente Ley y se detallan en sus reglamentos, y cuyos recursos y presupuestos específicos son determinados por “la Comisión” (Art. 12 Bis 1, LAN, 2004).
Lo que observamos en este artículo es que, la autonomía referida de los organismos
de cuenca no es tal, en el sentido que dependen directamente del titular de la
Conagua, el cual a su vez es nombrado por el presidente de la república. Así
también, los recursos y presupuestos de los organismos de cuenca los determina la
Conagua, es decir, las oficinas centrales de esta estructura gubernamental, lo cual
lleva a la dependencia del centro y por consiguiente la autonomía regional se queda
como un buen propósito dentro de LAN reformada en 2004.
Continuando con esa tendencia centralizadora dentro de la reforma de LAN de 2004,
observamos que el consejo consultivo de los organismos de cuenca quedó definido
de la forma siguiente:
[“Cada Organismo de Cuenca contará con un Consejo Consultivo, que estará integrado por representantes designados por los Titulares de las Secretarías de Hacienda y Crédito Público, de Desarrollo Social, de Energía, de Economía, de Medio Ambiente y Recursos Naturales, de Salud y de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, y de la Comisión Nacional Forestal, así como de “la Comisión” (Conagua), quién lo presidirá. Asimismo el Consejo Técnico (sic) contará con un representante designado por el Titular del Poder Ejecutivo Estatal por cada uno de los estados comprendidos en el ámbito de competencia territorial del Organismo de Cuenca, así como del Distrito Federal cuando así corresponda. Por cada estado comprendido en el ámbito territorial referido, el
234
Consejo Consultivo contará con un representante de las Presidencias Municipales correspondientes, para lo cual cada estado se encargará de gestionar la determinación del representante requerido. Los representantes referidos en el presente párrafo, participan con voz y voto.
Además, el Consejo Consultivo contará con un representante designado de entre los representantes de los usuarios ante él o los Consejos de Cuenca existentes en la región hidrológico-administrativa que corresponda. El representante de los usuarios participará con voz, pero sin voto y contará con un suplente”] (Art. 12 Bis 2, LAN, 2004).
La tendencia gubernamental y la supremacía en número de representantes del
gobierno federal con respecto a los gobiernos estatales y municipales es
desproporcionada en la estructura de representación de los consejos consultivos de
los organismos de cuenca de la Conagua. Esa tendencia gubernamental y en su
mayoría de dependencias federales, contrasta con la representación de los usuarios
de las aguas nacionales, en este caso los usuarios representantes en los consejos
de cuenca, los cuales se quedan ante el organismo de cuenca con una
representación que tiene voz, pero no voto.
En conclusión, se observa una continuidad reguladora, normativa y recaudadora en
la LAN reformada de 2004, a través de las áreas internas de administración del
agua, REPDA, recaudación y fiscalización de la propia Conagua. Los consejos de
cuenca, aunque en la ley reformada tienen autonomía de la Conagua y de los
organismos de cuenca, en la práctica son dependientes de la Conagua en el nivel de
los organismos de cuenca.
Es grave la situación de prohibirles pensar a los representantes de los usuarios de
aguas nacionales en los consejos de cuenca, el hecho de proporcionarles o hacerles
los discursos de sus intervenciones para las sesiones de dichos consejos, nos habla
del nivel de imposición y autoritarismos de la Conagua. Ese autoritarismo, atenta
contra el espíritu de la creación de los consejos de cuenca y de la propia definición
dentro de la ley como:
235
[“Órgano colegiado de integración mixta, que serán instancias de coordinación y concertación, apoyo, consulta y asesoría, entre “la Comisión” (Conagua), incluyendo el Organismo de Cuenca que corresponda, y las dependencias y entidades de las instancias federal, estatal o municipal, y los representantes de los usuarios de agua y de las organizaciones de la sociedad, de la respectiva cuenca hidrológica o región hidrológica”] (Art. 3-XV, LAN, 2004, paréntesis nuestro).
Así, en estricto apego a ley de aguas nacionales y a este articulo (3-XV), los
funcionarios de la Conagua no están cumpliendo con su propia ley al dirigir las
opiniones de los usuarios (escribiéndoles los discursos o intervenciones) en las
sesiones de los consejos de cuenca.
En consecuencia, los consejos de cuenca de la Costa de Chiapas y de los ríos
Grijalva-Usumacinta, no se pueden considerar como instancias legítimas de
coordinación y concertación, apoyo, consulta y asesoría entre la Conagua -o el
organismo de cuenca de la frontera sur en este caso- y los representantes de los
usuarios de agua. En todo caso, al controlar la Conagua las opiniones de los
usuarios, estos consejos de cuenca se convierten en la práctica en instancias de
coordinación y concertación, apoyo, consulta y asesoría de estructuras
gubernamentales de los tres órdenes de gobierno, y nada más.
Como conclusión final podemos decir que, perdura tanto en la planeación como en
la ejecución de la hidropolítica regional una visión meramente gubernamental, donde
los dueños de los territorios de las cuencas y consumidores a la vez del recurso
agua (de la nación) se quedan excluidos en la toma de decisiones dentro del consejo
consultivo del organismo de cuenca de la frontera sur dado que no tienen voto.
Así también, dentro de los consejos de cuenca los usuarios son marginados y
dirigidos por la propia Conagua. Estas dos situaciones de marginación de los
usuarios dentro de las estructuras de toma de decisiones, constituye una de las
explicaciones centrales del poco avance de la política hidráulica regional y nacional
236
incluso, en el caso que la Conagua siga el mismo procedimiento en todos los
consejos de cuenca instalados en México.
4.2.1. El consejo consultivo del agua: una reforma con tintes
empresariales
Lo nuevo en la LAN reformada en 2004, es el reconocimiento jurídico de una
asociación civil de corte empresarial. El objetivo que se persigue es reforzar y
encaminar el sector hidráulico hacia una mayor participación de la iniciativa privada
en la toma de decisiones. Se pretende desde el sector hidráulico mexicano que este
tipo de asociaciones civiles impulsen la “nueva cultura del agua” (como le llama
oficialmente la Conagua) centrada en hacer conciencia para que la población pague
más por los servicios de agua.
El denominado Consejo Consultivo del Agua como asociación civil de corte
empresarial se constituyó desde el 2000 a iniciativa de la entonces CNA. La
novedad dentro de la reforma de la LAN de 2004 es elevar a este organismo no
gubernamental a rango jurídico y de consulta de la ahora denominada Conagua.
En la LAN reformada en 2004, el Consejo Consultivo del Agua A.C., queda
reconocido de la siguiente manera:
“El Consejo Consultivo del Agua es un organismo autónomo de consulta integrado por personas físicas del sector privado y social, estudiosas o sensibles a la problemática en materia de agua y su gestión y las formas para su atención y solución, con vocación altruista y que cuenten con un elevado reconocimiento y respeto (Art. 14 BIS 1, LAN-2004).
Así, el Consejo Consultivo del Agua A.C. se convirtió en un organismo de consulta
de la Conagua y se constituyó para fines políticos de esta estructura gubernamental,
como el representante oficial de la sociedad civil mexicana.
237
El Consejo Consultivo del Agua A.C. se compone de dos tipos de miembros: los
consejeros institucionales y los numerarios. El consejo tiene registrados a 28
consejeros, de los cuales 6 son institucionales y 22 numerarios (Consejo Consultivo
del Agua A.C., 2010, página Web). Dentro de los consejeros institucionales se
encuentran tres instituciones académicas de prestigio: el Instituto Politécnico
Nacional (IPN) a través del Centro Interdisciplinario de Investigaciones y Estudios
sobre Medio Ambiente y Desarrollo, el Instituto Tecnológico y de Estudios
Superiores de Monterrey (ITESM) en su área de economía, y la Universidad
autónoma de México (UNAM) mediante el Instituto de Ingeniería. Se encuentra
también dentro de los miembros institucionales la Asociación Nacional de Empresas
de Agua y Saneamiento (ANEAS A.C.), la cual funciona con las cuotas que pagan
sus agremiados negociantes del líquido.
Dentro de los consejeros numerarios sobresalen ocho, representando a firmas
empresariales con fuertes intereses políticos y económicos, con una visión del
recurso agua como bien económico con valor monetario. Estas firmas empresariales
son:
Grupo Modelo S.A. de C.V., es una firma de producción de cerveza con
presencia en 159 países; en México tiene siete plantas en igual número de
estados (Grupo Modelo, 2010). La industria cervecera en general, es un gran
consumidor de agua en todo el mundo.
Industrias Peñoles S.A. de C.V., es un grupo muy fuerte en exploración, minería,
metalurgia y químicos que cotiza en la bolsa de valores mexicana (BVM). Este
grupo se caracteriza por ser uno de los mayores exportadores netos del sector
privado mexicano (Industrias Peñoles, 2010). En general la industria minera,
238
metalúrgica y la química son grandes contaminadores de ecosistemas terrestres
y acuáticos.
Fundación Coca Cola-Fomento Económico Mexicano S.A. (FEMSA), es una de
las filiales (mexicana) más importantes de la firma Coca Cola de los Estados
Unidos de América. FEMSA tiene presencia en 9 países (México, Guatemala,
Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Venezuela, Colombia, Brasil y Argentina), la
firma cubre a 200 millones de consumidores (FEMSA, 2010). Además tiene una
línea industrial de producción de cerveza que abarca 35 marcas, con 6 plantas
en México y 8 en Brasil (FEMSA, 2010). En la Cuenca Grijalva FEMSA tiene
instaladas dos plantas de producción: una en San Cristóbal de Las Casas,
Chiapas y otra en la ciudad de Villahermosa, Tabasco. Esta firma es una de las
grandes consumidoras de agua en México, caracterizada por mantener una
política de extracción y mínima inversión en las cuencas de donde se beneficia
(García, 2005).
CEMEX S.A. de C.V., es la tercera cementera más grande del mundo con
operaciones en Norte, Centro y Sudamérica, el Caribe, Europa, Asía y África. Es
la firma de mayor volumen de venta de cemento en el mundo y la más grande de
América (CEMEX, 2010). En general las firmas cementeras que operan en
países del denominado tercer mundo, al igual que la industria minera a cielo
abierto, tienen un impacto en ecosistemas terrestres dado que rebanan
montañas completas para extraer material. Una vez extraída la roca para
cemento en este caso, el resto de material es abandonado a cielo abierto y una
parte es arrastrada por la lluvia y se deposita en ríos, arroyos y cuerpos de agua,
contaminándolos.
239
Grupo Carso S.A. de C.V., es un consorcio de empresas del multimillonario
Carlos Slim que opera en diversos países de América Latina. Sus giros
comerciales son diversos entre los cuales destacan la manufactura y la
comercialización de productos para la industria de la construcción, la energía, la
electrónica, la automotriz, las telecomunicaciones, la construcción civil, la
fabricación de equipos de proceso y las plataformas petroleras, los ductos y
radiobases, la industria de tabaco (fabricación de cigarros), así como los giros
comerciales de servicios como el grupo Sanborns (restaurantes, promotora
musical, Sears, Dorian´s) (Grupo Carso, 2010). En especial, un giro comercial de
este grupo llama la atención, es el enfocado a la construcción de proyectos de
infraestructura como carreteras, presas y plantas de tratamiento de agua; así se
explica la razón del por qué el Sr. Carlos Slim es miembro numerario del Consejo
Consultivo del Agua A.C., es decir, se encuentra a la espera que el agua sea un
negocio rentable en México para invertir en el sector, mientras tanto navega con
bandera de filántropo. Este empresario mexicano fue uno de los panelistas del IV
Foro Mundial (organizado por la Conagua en 2006 en la ciudad de México) y en
su intervención fue lo suficientemente claro al proponer un modelo de gestión y
administración del agua para la ciudad de México diferente al actual, es decir,
propuso concretamente la creación de un organismo de agua autónomo donde la
iniciativa privada pudiera invertir y cobrar por el agua.
Zucarmex S.A. de C.V., es un grupo comercial dedicado a la industria azucarera
con presencia en Chiapas, Veracruz, Jalisco y Sinaloa. Su conformación se
concretó a raíz de la privatización del sector azucarero en 1992 (Zucarmex,
2010). Uno de sus ingenios de este grupo se encuentra asentado en la Cuenca
Grijalva, el cual capta la producción cañera de aproximadamente 8,500 has del
240
distrito de riego No. 059 río Blanco. En México, los ingenios se encuentran en
grandes distritos de riego, por lo tanto son grandes consumidores de agua tanto
en el proceso industrial como en la producción de la materia prima.
Savia S.A. de C.V., es una empresa dedicada en la actualidad a la siembra de
productos frescos que se exportan a Estados Unidos de América y Canadá,
también se dedica a los fraccionamientos urbanos de categoría residencial, el
empresario Alfonso Romo Garza es el presidente del consejo de administración y
el presidente ejecutivo (Savia, 2010). En el 2003, Savia vendió a Fox Paine
(estadunidense) su firma productora de semillas de hortalizas Seminis,
considerada una de las productoras más grandes del mundo. Seminis a su vez
fue adquirida en 2005 por Monsanto, líder mundial en granos y oleaginosas
genéticamente modificados (La Jornada, 9 de febrero de 2005). En Chiapas,
Seminis tiene presencia desde 1996, se encuentra ubicada en la cuenca del río
Grande-Lagunas de Montebello, es la concesionaria mayor de aguas nacionales
de la Conagua para la producción agrícola en esa cuenca. Los permisos de
perforación de pozos profundos muy cerca de las Lagunas de Montebello, así
como las concesiones de aguas nacionales correspondientes fueron otorgados el
gerente regional de la frontera sur -con sede en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas- de la
entonces CNA (José Luís Adame de León) en 1997 y 1998, a su amigo y
coterráneo norteño Alfonso Romo Garza, todavía dueño de Seminis. Ese gerente
regional, a su vez fue apoyado por Romo Garza (como miembro del Consejo
Consultivo del Agua A.C.) para ocupar la coordinación nacional de gerencias
regionales de la CNA, para el periodo 2001-2006, cuando el empresario lechero
Cristóbal Jaime Jáquez se desempeñó como titular de la CNA/Conagua.44 Así,
44
El autor de la presente investigación laboró de 1997 al 2000 en la oficina de la CNA en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, y fue observador directo de este proceso.
241
todo quedó entre empresarios, asociaciones civiles (de corte empresarial) y
funcionarios dentro de la institución única en materia de aguas nacionales; todos
con intereses políticos que derivan en económicos.
Grupo Concord S.A de C.V., es un grupo de giro inmobiliario asentado en la
capital del país (Grupo Alianza Editorial, 2010), su representante el empresario
Manuel Arango Arias es presidente honorario del Consejo Consultivo del Agua
A.C. y miembro fundador.
Dos consejeros numerarios, registrados como consultores, sobresalen también
dentro del Consejo Consultivo del Agua A.C., ambos fueron funcionarios del
gobierno federal: el doctor en economía José Angel Gurría Treviño que se
desempeñó como secretario de Relaciones Exteriores y posteriormente de Hacienda
y Crédito Público en la administración del presidente Ernesto Zedillo Ponce de León
(1994-2000), actualmente es secretario general de la organización para la
cooperación y el desarrollo económico (OCDE). La intervención de Gurría Treviño en
el IV Foro Mundial del Agua (todavía como miembro del Consejo Consultivo del
Agua A.C) se centró en presentar esquemas de financiamiento (privados y
gubernamentales) del agua para agricultura y nuevos modelos de acción local, es
decir, una visión empresarial de inversión en materia de agua.
El otro consejero honorario es el ingeniero César Herrera Toledo, el cual ocupó el
cargo de subdirector general de programación (equivalente a subsecretario) en la
CNA/Conagua durante dos sexenios del gobierno federal (1994-2000 y 2000-2006);
actualmente es el coordinador en México del proyecto de agua del Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Este exfuncionario del sector hidráulico
fue el principal promotor y concertador para crear el Consejo Consultivo del Agua
242
A.C. desde el interior de la entonces CNA, en los años 1999 y 2000. También fue el
responsable operativo de la Conagua en 2006 para realizar el IV Foro Mundial del
Agua.
Así, los intereses de los empresarios y de la CNA se fundieron para dar origen al
Consejo Consultivo del Agua A.C. pretendiendo ambos que la población pague
tarifas más altas por los servicios de agua; en ese objetivo se centra el quehacer de
dicho consejo.
“…desde la segunda semana de diciembre de 2004, el Consejo Consultivo del Agua, A.C., inició una serie de acciones que forman parte de una importante e interesante campaña educativa. Esta campaña estuvo integrada por una serie de mensajes novedosos enfocados a concientizar a la gente sobre el valor económico del agua.” (Consejo Consultivo del Agua A.C., 2010; cursivas nuestras).
El aspecto económico del agua es el eje de acciones del Consejo Consultivo del
Agua A.C., el cual fue apoyado por la CNA para su instalación y reconocido
jurídicamente dentro de la LAN en el sexenio de Vicente Fox Quezada (2000-2006),
cuando el empresario Cristóbal Jaime Jáquez (ex-gerente de la empresa lechera
LALA del norte del país) ocupó la titularidad de la Conagua.45
Así, las acciones encaminadas a “crear una nueva cultura del agua” como le
denomina la Conagua se concretan a que este tipo de asociaciones civiles de corte
empresarial adoctrinen a la población para que se pague más por el servicio de
agua. La estrategia de la Conagua es involucrar también a grupos empresariales
para que inviertan en el negocio futuro de suministro de agua. Por el momento
quedó manifiesto en el IV Foro Mundial del Agua el interés del representante del
Grupo Carso (Carlos Slim) para hacer del organismo operador de la ciudad de
45
Este empresario había sido coordinador del grupo denominado los “Amigos de Fox” en la región norte del país. Este grupo se dedicaba a recabar recursos económicos de los empresarios, previo y durante la campaña presidencial del también empresario Vicente Fox Quesada del Partido Acción Nacional (PAN). La broma que circulaba en voz de los ingenieros de viejo cuño de la entonces CNA era que el Lic. Cristóbal Jaime sabía del tema de agua porque era lo que le ponía a la leche que vendía.
243
México un ente autónomo, donde se puedan combinar recursos gubernamentales y
privados para llegar a la “eficiencia”, traducida ésta en el cobro de un precio más alto
por el servicio de agua.
Debemos apuntar también que el modelo de Consejo Consultivo del Agua A.C. se
promovió en cada uno de los estados del país. En efecto, tanto en Chiapas como en
Tabasco se instalaron estructuras similares en el 2000 y 2001 respectivamente,
impulsadas desde el interior de la entonces CNA. El primer presidente del Consejo
Consultivo del Agua en Chiapas fue un exfuncionario estatal y federal relacionado
con el tema ambiental, el cual se mantuvo al frente de este organismo durante los
años 2000 y 2001. Posteriormente a finales de 2001 y hasta 2005 el coordinador del
mencionado consejo fue un funcionario de la propia CNA que se mantuvo como juez
y parte; este funcionario formalizó legalmente el consejo en una sociedad civil que
todavía coordina.
La diferencia entre el Consejo Consultivo del Agua A.C. y el Consejo Consultivo del
Agua de Chiapas A.C, es que, en el primero se incluye a una serie de grupos
empresariales muy fuertes en los campos económico y político, donde también
participan exfuncionarios del gobierno federal; mientras que en el segundo la
mayoría de los integrantes son exfuncionarios y funcionarios dentro de la nómina de
la propia CNA/Conagua. La diferencia no es de fondo dado que ambos persiguen
crear conciencia en la gente para que pague más por los servicios de agua. Esa es
la denominada nueva cultura del agua desde la visión de la Conagua y los grupos
empresariales en unión con exfuncionarios de la propia estructura gubernamental
responsable de las aguas de jurisdicción federal.
244
En conclusión, la reforma de la LAN en 2004 se encaminó en uno de sus apartados
a reforzar el principio de participación ciudadana a través de élites empresariales. El
tipo de estructura para impulsar lo que la Conagua denomina la “nueva cultura del
agua” son los denominados consejos ciudadanos del agua. Dichos consejos, son
estructuras donde participan grupos empresariales y funcionarios o exfuncionarios
de la propia CNA/Conagua con intereses políticos que se traducen a económicos.
En efecto, se encuentran dentro del Consejo Consultivo del Agua A.C. instituciones
académicas de reconocido prestigio nacional e internacional e incluso algunos
organismos no gubernamentales de corte ambientalista, las y los cuales en la
práctica han caído en el juego de la participación ciudadana impulsada desde el
sector gubernamental hidráulico.
4.2.2. La reforma de la ley de aguas nacionales y la adopción de
banderas internacionales: GIRH y seguridad nacional
En la LAN reformada en 2004, se retoma la gestión del recurso agua por cuenca
hidrológica y se incorporan dos nuevos conceptos: la gestión integrada del recurso
hídrico (GIRH), y se eleva el recurso hídrico a prioridad y asunto de seguridad
nacional (Art. 7 y 7 BIS, LAN-2004).
En el plano internacional, los dos ejes principales bajo los cuales se cobijan en el
discurso o en la práctica las políticas hídricas gubernamentales son las cuencas y la
GIRH. Sin embargo, la referencia al recurso agua como un asunto de seguridad
nacional no remite a un concepto claramente definido en el ámbito internacional y en
la propia LAN mexicana reformada en 2004 que permita establecer una posición
clara de la autoridad en la materia. Es decir, la LAN no presenta ninguna definición
245
del concepto de seguridad nacional en el tema de agua, su forma de instrumentación
en una política de Estado, sus alcances y resultados con variables cuantificables en
un proceso de largo aliento. Sería bueno contar con una definición al respecto para
evitar confusiones y especulaciones.
Por cuestiones prácticas, abordaremos primero el concepto de seguridad nacional
del recurso agua en su raíz teórica, y posteriormente el concepto de GIRH adoptado
internacionalmente y su concepción en México y Guatemala.
De forma particular evocaremos más adelante en un apartado específico (4.3), cómo
en la hidropolítica de corte ingenieril ejecutada en la planicie tabasqueña para
atender las inundaciones de 1999 y 2007, se encuentran ausentes las banderas de
gestión integral de cuencas, GIRH y agua como asunto de seguridad nacional que
establece la LAN reformada en 2004.
4.2.2.1. Agua y seguridad nacional: entre la escasez del recurso y los
conflictos ambientales
El agua como asunto de seguridad nacional nos remite al concepto de seguridad
ambiental. Dos son las escuelas principales que han trabajado el concepto. El grupo
de Toronto dirigido por Thomas Homer-Dixon (1994) y su noción conservadora
desarrollada en el ámbito de la teoría de las relaciones internacionales ha sido
ampliamente influyente sobre políticas reales en algunos países. La conexión causal
entre escasez y conflicto es lo que fundamenta el concepto de seguridad ambiental.
En términos generales el grupo de académicos de Homer-Dixon (1994) parte de la
escasez para acabar en conflicto: el incremento de la población o del consumo de
recursos naturales per cápita genera degradación ambiental, la cual se traduce en
246
mayor escasez (de recursos) que genera endurecimiento de las disputas por los
recursos y por ende, se traduce en mayor riesgo de violencia (Homer-Dixon, 1994).
En concreto el planteamiento considera que los conflictos ambientales se generan
por la lucha de acceso a los recursos naturales.
La explicación que dio el grupo de Toronto al movimiento armado indígena zapatista
de 1994, fue la escasez de los recursos naturales, principalmente la tierra- (Howard
y Homer-Dixon, 1995). Esta argumentación no considera las grandes extensiones en
el territorio de Las Cañadas y la Selva Lacandona en Chiapas, es decir, tierra existía
nada más que tenía dueños no indígenas, los cuales habían aprovechado su
posición de privilegio dentro de las estructuras gubernamentales para concentrar
grandes superficies desde por lo menos finales del siglo XIX (Villafuerte et al., 1999;
Legorreta, 2008).
El caso de concentración de tierra en pocas manos en Chiapas, nos puede llevar a
una línea de investigación y plantear si en la actualidad el problema de agua en
México es de escasez o de distribución, donde un sector de la población -
principalmente urbana- y rural dentro de los distritos de riego mantiene mayores
volúmenes porque ha sido beneficiada de la política hídrica con más y mejor
infraestructura, así como de políticas públicas que tienen un impacto en sus niveles
de ingreso, permitiendo así un pago más constante por el servicio de agua.
El grupo de Toronto utiliza dentro de la explicación de conflictos ambientales la
variable de desigualdad de la población. Al respecto lo que observamos en la
hidropolítica planeada y ejecutada en el territorio de la Cuenca Grijalva es que, ésta
se ha traducido en metas de grandes obras de ingeniería hidráulica como las
hidroeléctricas en Chiapas, las cuales han acentuando aún más la brecha de
247
desigualdad de la región con respecto al centro y norte del país; los vasos de estas
presas inundaron cerca de 90 mil hectáreas de las mejores tierras de Chiapas,
dejando a la población sin un sustento económico. A pesar de ser la cuenca más
intervenida en el plano nacional y la que más aporta económicamente al país en
producción de hidroelectricidad, es la cuenca que mantiene los más altos índices de
marginación de su población ubicada mayoritariamente en territorio chiapaneco. El
estado de Chiapas en la actualidad ocupa el primer lugar en marginación a nivel
nacional.
La otra escuela que nos habla de los conflictos ambientales es la de Nils Petter
Gleditsch. Este académico es crítico de la escuela neoliberal de Toronto y nos dice
que sólo se puede hablar metafóricamente de conflictos ambientales. Plantea que la
degradación ambiental (y no la escasez) generada por conflictos previos de otra
índole puede llevar a conflictos ambientales o a radicalizarlos (Gleditsch, 2000).
Siguiendo esta perspectiva, pudimos observar en el trabajo de campo realizado en la
cuenca alta Grijalva, es decir, en la cuenca guatemalteca del río Selegua, en
particular en la zona indígena de los Altos Cuchumatanes en Guatemala, que los
conflictos por el agua son la manifestación de conflictos bélicos, económicos y
políticos que se han acumulado en una línea de tiempo entre grupos de interés y
éstos se manifiestan tomando como incentivo el recurso agua.
“Sí, el grupo que acaba de salir tiene problemas desde hace más de un año por el agua y no hay cuando lleguen a acuerdo. Son cinco comunidades las que están involucradas…..el nacimiento viene de otro municipio de Todos Santos, pero ellos tenían un 50% y después los otros compraron el otro 50%, ahora que ¿Quién es el dueño? y no se entienden. El problema es de que cada quien quiere lo que le conviene y si el vecino se muere de sed, ¿eso qué importa?, mientras yo tenga agua, verdad. No quieren entrar a un acuerdo y están desde hace un año en situaciones ya de trámites judiciales. Si, porque no hay nada que norme [ley de aguas], sino que cada quién quiere hacer lo que quiere. Se han dado múltiples problemas tal vez de chas chas [dinero], que le venden al que más les paga, no están viendo si hay necesidad u otra comunidad cercana del propio municipio o alguien en especial, el que más dinero les da. El que de suerte es propietario del terreno donde hay un nacimiento, él es el dueño del nacimiento y lo vende al mejor postor; no hay realmente, no hay un orden para eso” (Jorge
248
Luís del Valle Galindo, Alcalde municipal de Villa de Chiantla, Departamento de Hueuetenango, Guatemala; entrevistado el 11 de septiembre de 2007).
El conflicto por el recurso agua planteado por el alcalde de Villa de Chiantla en cinco
comunidades de su jurisdicción, nos lleva al análisis de conflictos previos que
incidieron directamente en la escasez del líquido en la actualidad, en especial al
conflicto armado (1960-1996) que se vivió en Guatemala y concretamente en esa
zona, una de las regiones en donde fue más intenso. Al respecto un colaborador del
mismo alcalde menciona que el ejército guatemalteco incendió el bosque para
combatir la guerrilla. Esa acción tuvo un impacto directo en la recarga de fuentes de
agua.
“Quemaban ahí sí, que los bosques completos. Suponían que había gente escondida allí….porque donde había montañas decían “ahí están los canchitos”, decían “ahí los de la montaña”, creían que estaban escondidos en la montaña. Pero aunado a eso también la plaga que cayó aquí arriba, lo que es el gorgojo del pino, y ahí se aprovecharon muchos madereros para agarrar el aprovechamiento de bosque” (Tomas Héctor Fernández, colaborador del alcalde municipal de Villa de Chiantla, Departamento de Hueuetenango, Guatemala; entrevistado conjuntamente con el alcalde el 11 de septiembre de 2007).
Lo planteado por el alcalde y uno de sus colaboradores sobre el conflicto por el agua
en cinco comunidades de su jurisdicción nos sitúa en la línea de los planteado por
Gleditsch (2000), en el sentido de que la degradación ambiental -y no la escasez por
si sola- generada por conflictos previos de otra índole puede llevar a generar
conflictos ambientales o a radicalizarlos.
En efecto, la degradación de la cubierta vegetal en los Altos Cuchumatanes
provocada en parte por las quemas del ejército guatemalteco para combatir la
guerrilla, trajo consigo erosión de suelos y menos recarga de fuentes de agua
traducida a menos disponibilidad natural para la población, y ésta es parte de la
249
explicación de los conflictos actuales en esa zona por el recurso agua.46 La otra
parte de la explicación es la falta de instituciones o reglas del juego del Estado
guatemalteco en materia de agua, es decir, la inexistencia de una ley de aguas que
regule la compra y venta del recurso. También, la manifestación de conflictos en
torno al agua y en el caso que nos ocupa de las cinco comunidades de Chiantla, se
debe en parte a una descomposición del tejido social guatemalteco derivado del
conflicto armado, es decir, donde los espacios de diálogo y entendimiento de la
población fueron minados por el conflicto.
Una conclusión a la que podemos llegar en este apartado es que, el agua como
prioridad y asunto de seguridad nacional en el accionar gubernamental se sustenta
en una visión de escasez que puede llevar a conflictos. Al remitir a estas nociones,
la LAN faculta a la Conagua para establecer una hidropolítica encaminada a atender
las zonas semi-áridas y áridas del centro y norte del país, donde los volúmenes de
agua disponibles para cubrir las necesidades domésticas, agrícolas e industriales
son muy bajos comparados en este caso con las cuencas de los ríos Grijalva y
Usumacinta.
En estas dos cuencas se concentra una tercera parte del agua superficial de México.
Así, mientras el promedio nacional de agua es de 4 mil 900 metros cúbicos por
habitante al año (m3/hab/año), en las cuencas de los ríos Grijalva y Usumacinta se
tienen 27 mil 300 m3/hab/año. En las cuencas de los ríos Grijalva y Usumacinta no
existe escasez de agua, lo que se presenta es escasez de infraestructura para cubrir
las necesidades de la población. La Conagua-SEMARNAT (2008) registran para el
2005 una cobertura nacional del 89.2% de agua entubada doméstica (potable como
46
El conflicto armado a su vez fue producto de otro conjunto de causas estructurales, entre ellas la concentración de la propiedad de la tierra en Guatemala y la concentración de población como reserva laboral en las regiones minifundistas guatemalteca.
250
le llama) y en Chiapas solamente el 73.5% de la población tiene acceso a este
servicio.
En este contexto, si el concepto de seguridad nacional aplicado al recurso agua nos
lleva a la escasez de acuerdo a la interpretación de la Conagua, entonces se
continuará con la hidropolítica tradicional de atender el centro y norte del país,
dejando para después el rezago de infraestructura y por consiguiente de coberturas
que se tiene en el sur de México, y en especial el estado de Chiapas. Las
desigualdades regionales de disponibilidad del recurso agua son las que se toman
en cuenta para la atención gubernamental; a menor disponibilidad natural mayor
atención y cobertura.
En una escala de análisis macro podemos estar de acuerdo con la Conagua que
existe abundancia de agua en las cuencas de los ríos Grijalva y Usumacinta, pero en
una escala micro y sobre todo en las partes altas de las cuencas se presenta
también escasez del recurso, éste es el caso del conflicto por el agua que
documentamos en la Villa de Chiantla en Guatemala, en la parte más alta de la
cuenca Grijalva. Encontramos situaciones similares de escasez y conflictos en la
región de la Sierra de Chiapas, en la parte alta de la cuenca del Grijalva del lado
mexicano, por ejemplo en el municipio de El Porvenir (Mejía, 2008).
4.2.2.2. La GIRH: ¿una nueva bandera o un buen instrumento de gestión
del recurso agua?
La GIRH se ha constituido como un paradigma hegemónico impulsado por la Global
Water Partnership -GWP- (Asociación Mundial del Agua), y se define como “un
251
proceso que promueve el manejo y el desarrollo coordinado del agua, la tierra y los
recurso relacionados, con el fin de maximizar el bienestar social y económico de
manera equitativa, sin comprometer la sustentabilidad de los ecosistemas vitales”
(GWP, 2000).
El concepto de GIRH fue adoptado por varias instituciones internacionales en los
años 90, pero fue planteado desde mediados del siglo XX. Autores como Jonch-
Clausen y Fugl (2001), y GWP (2003 b) sitúan el nacimiento de la GIRH en la
Conferencia de Dublín de 1992, pero este enfoque ya había sido utilizado por las
Naciones Unidas en los años cincuenta (Biswas, 2004). Para Jonch-Clausen (2004),
la GIRH es un proceso en sí, no una meta.
Biswas (2004) afirma que las instituciones que aplican una GIRH no sólo no tienen
idea clara del significado del concepto en sí, sino que además a la hora de definirlo,
remiten a una gran variedad de definiciones aceptada en materia de GIRH. En este
sentido, la definición de la GWP (2000) es la más aceptada en el plano internacional,
pero no se establece en ésta, de manera concreta, cuáles variables están siendo
gestionadas de una manera integral y sus parámetros de medición en una línea de
construcción social ampliamente discutida con los dueños de las cuencas, así como
la escala de intervención.
En conclusión, el concepto de GIRH es impreciso y justo en eso radica su
popularidad o éxito. Al respecto Biswas (2004) nos dice que “la imprecisión de un
concepto es lo que incrementa su popularidad, los tomadores de decisiones pueden
fácilmente continuar con lo que venían realizando hasta el momento, pero al mismo
tiempo, reivindicar que están aplicando el último paradigma, para así facilitar la
252
llegada de fondos adicionales y obtener una mayor aceptación y reconocimiento
internacional” (Biswas, 2004:251).
La inclusión del concepto de GIRH en la reforma de la LAN en 2004, se explica en el
contexto internacional de definición y reproducción de un paradigma de moda acorde
con la visión hegemónica internacional en materia de gestión de los recursos
hídricos. El concepto sirve también como estrategia para acceder a créditos
internacionales dado que los principales organismos internacionales financieros han
adoptado este paradigma y lo promueven mediante el financiamiento de proyectos,
programas y políticas. La adopción del concepto y su impulso en la plataforma
internacional del IV Foro Mundial del Agua, organizado en 2006 en México, dieron a
la autoridad gubernamental mexicana una proyección internacional de modernidad
en el sector hídrico. Así, la autoridad hídrica mexicana cambió el discurso de gestión
del agua, pero no su práctica ingenieril que viene desarrollando desde 1926 en los
territorios intervenidos.
4.2.2.3. La GIRH y la cuenca: paradigmas para continuar haciendo lo
mismo en México ¿y en Guatemala?
El objetivo de este apartado es mostrar la ausencia de GIRH en la hidropolítica
implementada por el gobierno guatemalteco. La ausencia de GIRH en la hidropolítica
mexicana la desarrollaremos a profundidad en el siguiente apartado (4.3), a través
del análisis de las inundaciones de 1999 y 2007 en la parte baja de la Cuenca
Grijalva y la respuesta que dio el sector gubernamental.
253
La GIRH está sustentada en la gestión integral de cuencas; podemos aseverar
categóricamente que no hay GIRH sin trabajo de gestión de cuencas, pero sí
cuencas -en su dimensión espacial- sin GIRH. La cuenca, como la discutimos y
analizamos en el capítulo tres, es una construcción social sustentada en un límite
geográfico. La gestión del agua dentro de una cuenca hidrológica se define en
términos de objetivos. Se identifican básicamente tres objetivos: para aprovechar y
manejar sólo el agua (sectorialmente o multisectorialmente), para aprovechar y
manejar todos los recursos naturales (incluyendo el agua), y para el
aprovechamiento y manejo integrado para llegar a una gestión ambiental en un
contexto regional. Cuando las acciones que se realizan dentro de un territorio
hidrológico están entre el objetivo uno (manejo del agua multisectorialmente) y el
objetivo dos (aprovechar y manejar todos los recursos naturales) es lo que se
denomina manejo u ordenación de cuencas (Dourojeanni, 1994).
El Programa Nacional Hídrico 2007-2012 presenta una tendencia hacia una gestión
del agua de manera multisectorial (agua domestica, agrícola, industrial,
hidroenergía, piscicultura, recreación), pero todavía en la operación práctica del
organismo de cuenca Frontera Sur en este caso, donde se encuentra la cuenca
Grijalva, tanto en lo interno como en lo externo priva lo sectorial.
En lo interno, según información de los funcionarios del organismo de cuenca
Frontera Sur de la Conagua, con sede en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, no existe
coordinación (interna) para realizar trabajo de gestión integrada del recurso hídrico y
cuencas.
“…si como le decía, no, en esta área de …. tenemos la información por municipio y no por cuencas, no manejamos la información de cuencas, verdad, esa es otra área -como usted sabe- de aquí de la oficina y no sabemos qué están haciendo…… lo de GIRH lo hemos leído poco, tenemos una idea general, me parece que el IMTA en Cuernavaca da cursos y eso, pero no hemos ido, no”
254
(conversación directa con funcionari@ de Conagua, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, diario de campo, 4 de abril de 2008).
En el ámbito externo, el organismo de cuenca Frontera Sur mantiene operando los
consejos de cuenca de la Costa de Chiapas y el Grijalva-Usumacinta, así como 10
comités de cuenca de un total de 116 que deberían estar operando en el ámbito
territorial de su competencia. Considerando que la escala de los comités de cuenca
es el espacio geográfico de coordinación directa para la gestión multisectorial del
agua y por lo tanto para implementar la GIRH, podemos observar entonces que hace
falta todavía la constitución y operación de 106 comités de cuenca en el área
territorial del organismo de cuenca Frontera Sur para llegar a cumplir con el objetivo
de la LAN de 1992 y su reforma de 2004.
Observamos también que la propia LAN está estructurada para manejar
operativamente el agua de manera multisectorial y no para manejar otros recursos
naturales que se encuentran directamente relacionados, como por ejemplo el suelo y
la cubierta vegetal. Recordemos que es una ley sobre el recurso agua, en ese
sentido se encuentra impedida para hacer acciones de gestión integral de cuencas
donde la gestión de otros elementos naturales también se incluye. La propia
definición de GIRH incluye el manejo y el desarrollo coordinado del agua, la tierra y
los recursos relacionados. En este sentido la LAN, al ser una ley de agua y no una
ley de gestión integrada de cuencas, imposibilita a la Conagua para poner en
práctica la definición de GIRH.
El paradigma de la GIRH ha sido también adoptado por el gobierno de Guatemala,
con enunciados más de planeación que de ejecución u operación. La Secretaría
General de Planificación y Programación de la Presidencia (SEGEPLAN), elaboró
con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el diagnóstico
255
denominado “Estrategia para la Gestión Integrada de los Recursos Hídricos de
Guatemala” (SEGEPLAN, 2006a). En dicho documento se enuncia que “el país
cuenta con políticas públicas y gubernamentales, globales, transversales, sectoriales
e institucionales, las cuales abordan ciertos aspectos relacionados con el agua sin
llegar a constituir una política pública de los recursos hídricos” (SEGEPLAN, 2006:7
a). Llaman la atención dos aspectos: considerar por un lado políticas públicas y por
otro las gubernamentales,47 en materia de recursos naturales y específicamente en
agua toda acción gubernamental debería ser principalmente pública, más aun
cuando se considera el recurso agua dentro de la Constitución Política como un bien
público, como es el caso de Guatemala (Art. 121 Constitucional).
El otro aspecto, es el reconocimiento de las autoridades gubernamentales
guatemaltecas de la inexistencia de una política pública del agua debido a la
dispersión de funciones, atribuciones y operación de políticas globales,
transversales, sectoriales e institucionales. La dispersión es consecuencia de la falta
de ley de aguas y de una entidad rectora nacional. Así, las atribuciones,
responsabilidades y acciones en materia de agua se encuentran dispersas en varias
unidades administrativas, programas y proyectos de varios ministerios del gobierno,
también en organismos descentralizados y autónomos dedicados principalmente a
temas de conservación. De igual forma se tienen 332 autoridades regulando y
prestando los servicios públicos de agua de uso doméstico y aguas residuales.
47
Las política públicas se explican dentro de la corriente pluralista de la teoría del Estado y se definen como un proceso que se “ocupa del conocimiento del y en el proceso de toma de decisiones en el orden público y civil” (Lasswell, 1951, negritas nuestras); es decir, son públicas en tanto son concertadas con el orden público y civil. Las políticas gubernamentales son explicadas por la corriente estatista de la teoría del Estado, así “Hegel y Weber plantean que la acción del Estado trasciende a los intereses particulares múltiples de la sociedad civil” (citado por cabrero, 2005), entonces bajo esta perspectiva las políticas públicas (gubernamentales) son acciones que se realizan con una fuerte presencia del Estado. En resumen, una política pública desde la visión pluralista necesariamente incluye al orden público y civil, mientras que una política gubernamental se caracteriza por una presencia más del Estado y con presencia mínima o nula de la sociedad.
256
“Ninguna de estas unidades está legalmente facultada para ejercer atribuciones
básicas de la gestión integrada del agua-dirección, regulación, otorgamiento de
derechos y mediación de conflictos” (SEGEPLAN, 2006:13, b).
Desde una perspectiva conceptual de GIRH, lo planteado por SEGEPLAN se
encuentra adecuadamente estructurado al abordar la relación del recurso agua con
la demanda y la disponibilidad, con el desarrollo económico, con la gobernabilidad y
con los arreglos institucionales, el presupuesto y los recursos humanos. Sin
embargo, los objetivos planteados en torno a apoyar al desarrollo económico y
social, dentro de un marco de sustentabilidad ambiental, y contribuir a la
gobernabilidad eficaz del agua (SEGEPLAN, 2006:33 b), tienen carencias
conceptuales y por consiguiente adolecen de parámetros de medición. Es decir, no
se define la sustentabilidad ambiental y tampoco la gobernabilidad eficaz y cómo
llegar a éstas, mediante metas y parámetros que se puedan medir en tiempo y
espacio. Tampoco se menciona cómo traducir la dispersión de acciones en una
reingeniería institucional (reglas del juego) de los diferentes actores que hoy día
implementan acciones en torno al agua: gubernamentales, no gubernamentales,
grupos indígenas y no indígenas, instancias académicas, grupos con perfil
empresarial, y en general sociedad civil organizada y no organizada. La propuesta
para concretar los objetivos de la GIRH presenta un abanico de diez y siete
estructuras gubernamentales y tres universidades (SEGEPLAN, 2006:13 b). En ese
contexto de dispersión se menciona indirectamente el pluralismo legal bajo el cual se
gestiona el recurso agua en Guatemala, pero al momento de definir los objetivos de
la GIRH las propuestas se concentran una línea básicamente gubernamental, con
excepción de las tres universidades mencionadas.
257
En conclusión, el gobierno guatemalteco adopta el paradigma de GIRH y lo planea
implementar con la misma base de dispersión institucional, sin ley de aguas y
estructura rectora en materia de agua. Es decir, hacer lo mismo pero con un nuevo
paradigma de bandera que tiene aceptación internacional. Así, se propone el cambio
dentro de la GIRH para seguir haciendo lo mismo, igual que en México.
4.3. Las inundaciones en la planicie tabasqueña (1999 y 2007) y la intervención
gubernamental: ausencia de enfoque de cuenca, GIRH y seguridad
nacional
Como analizamos en el capitulo tres, el principal objetivo de la intervención de la
SRH a través de la comisión de Cuenca Grijalva en el periodo 1951-1987 fue evitar
inundaciones en la planicie tabasqueña. El enfoque ingenieril bajo el cual se
estructuró la intervención gubernamental no dio los resultados esperados, como dan
cuenta las inundaciones de 1999 y 2007. La respuesta de las autoridades en materia
de agua a las inundaciones ha consistido en seguir ofreciendo una cartera de
proyectos hidráulicos de control de ríos en la planicie tabasqueña, los cuales en los
últimos sesenta años no han tenido el resultado esperado: evitar inundaciones.
En la LAN de 1992 se incorporó el término de manejo del recurso agua por cuenca
hidrológica, principio conservado en la reforma a la LAN de 2004 y, además, se
agregaron los conceptos de GIRH y agua como asunto de seguridad nacional (LAN,
2004). A pesar de ser enunciados como tres principios rectores de cualquier acción
emprendida por la Conagua, la hidropolítica se traduce en la persistencia de la vieja
tradición del enfoque ingenieril.
258
El principio de gestión del agua por cuenca no se incorporó a las acciones definidas
por la entonces CNA para prever, atender y resolver el impacto de inundaciones que
se pudieran presentar después del evento de 1999. Tampoco se están incorporando
en la actualidad los tres principios rectores de la hidropolítica mexicana consagrados
en la LAN reformada de 2004 para dar respuesta integral a las inundaciones de
2007, a través del denominado Plan Hídrico Integral de Tabasco (PHIT), el cual
desarrollamos a profundidad más adelante.
4.3.1. Las inundaciones de 1999 en Tabasco: una respuesta ingenieril sin
enfoque de gestión de cuencas
Según la versión gubernamental las inundaciones de 1999 en la planicie tabasqueña
fueron causadas por lluvias extremas en las cuencas de los ríos Grijalva y
Usumacinta (CNA,1999). Los niveles de precipitación registrados no se habían
presentado durante los últimos cuarenta y siete años anteriores al evento de 1999.
Las precipitaciones de septiembre de 1999 en territorio tabasqueño fueron 157%
arriba de lo normal y en octubre 188% superior al promedio histórico, provocando el
desbordamiento de ríos en las partes bajas de la entidad y la inundación de grandes
extensiones; la ciudad de Villahermosa empezó a inundarse el catorce de
septiembre (CNA, 1999).
Así, la explicación técnica de la CNA sobre el origen de las inundaciones de ese año
se centró la precipitación extraordinaria de septiembre y octubre. Por otro lado, las
versiones locales de la población apuntaban que las inundaciones se debían a la
inadecuada operación de las presas hidroeléctricas ubicadas en el río Grijalva en
Chiapas por parte de la CFE, concretamente al almacenamiento de una mayor
259
cantidad de agua para incrementar la producción de electricidad. La versión de mal
manejo de las presas nunca se desmintió públicamente por parte de la CNA, de la
CFE o de ambas.48 En todo caso, la inundación de 1999 sólo mostró el fracaso de la
hidropolítica gubernamental y su enfoque ingenieril instrumentada a lo largo de
medio siglo para evitar inundaciones en la planicie.
En efecto, la experiencia de otros eventos similares con fuertes precipitaciones en la
parte media y alta de la cuenca del Grijalva y su escurrimiento hacía la planicie se
fueron tomando en cuenta para ir estructurando y ejecutando la política ingenieril en
el delta tabasqueño, desde mediados del siglo XX hasta la inundación 1999. Sin
embargo, en esa hidropolítica la ausencia de la variable ambiental para estabilizar la
cuenca media y alta (donde se generan los mayores escurrimientos) fue una
constante.
Los eventos de fuertes precipitaciones que antecedieron a la inundación de 1999, se
presentaron en los años 1955, 1963, 1969, 1970,1973, 1995 (huracanes Roxana y
Opal) y en 1997. Con esa experiencia de inundaciones y de soluciones que no
daban resultados, la autoridad gubernamental hidráulica del país para 1999 tenía
estructurados estudios avanzados sobre la zona de inundación o poligonal de
inundación como se nombra técnicamente (ver mapa 13); esos estudios sirvieron
para tomar decisiones e integrar un plan hídrico.
48
Siendo presentes en las inundaciones de la planicie tabasqueña en 1999, pudimos apreciar las manifestaciones de enojo de la población de Villahermosa hacia la CNA y la CFE.
260
Mapa 13. Polígono de inundación de la planicie tabasqueña
N a c a j u c a
C u n d u a c á n
J a l p a de M é n d e z
T e a p a
V i ll a H e r m o s a
H u i m a n g u i ll o
C á r d e n a s
M a c u s p a n a
T a c o t a l p a
J a l a p a
C d. P e m e x
F r o n t e r a
P a r a í s o
C o m a l c a l c o
Fuente. CNA-Comisión Nacional del Agua (2009)
En el mapa anterior (13) podemos observar el tamaño del problema a solucionar en
el que se ha metido el gobierno federal, a través de sus diferentes estructuras
hidráulicas en los últimos cincuenta años, con el objetivo de “controlar” una tercera
parte del escurrimiento superficial de todo el país, concentrado en sólo un 1.3% de la
superficie nacional que representa el estado de Tabasco.
La inundación de 1999 provocó daños en los diecisiete municipios que conforman
Tabasco, abarcando 920 localidades con 73,237 familias afectadas. Los daños de la
inundación se potenciaron debido a la presencia de asentamientos humanos dentro
de los cauces de los ríos, a la construcción de infraestructura caminera y petrolera y
por la propia dinámica de depósitos de azolves en los ríos (PICI-Video, 2005).
Siguiendo los principios establecidos por la LAN de 1992, la respuesta de la CNA a
las inundaciones de 1999 en la planicie se debió de haber centrado en manejar el
261
recurso agua bajo una perspectiva de cuencas. La versión de la CNA en torno a los
orígenes de las inundaciones señalaba (como dijimos anteriormente) que éstas se
debieron a precipitaciones extraordinarias en las cuencas de los ríos Grijalva y
Usumacinta, por lo cual la respuesta de dicha estructura gubernamental debió
enfocarse a amortiguar el daño futuro por precipitaciones similares o mayores, a
través de la planeación y ejecución de trabajos encaminados a la gestión y manejo
de estas dos cuencas, tanto en las partes medias como en las altas. Sin embargo, el
enfoque ingenieril fue el dominante en la respuesta, concentrándose en proyectos
para “controlar” los ríos de la planicie.
En efecto, a raíz de la inundación de 1999 se estructuró y ejecutó por parte de la
CNA el denominado Plan Hídrico de Tabasco (PHT) en dos periodos: el primero de
septiembre a noviembre de 1999 y el segundo de diciembre de 1999 a julio de 2000
(CNA, 2000). En realidad dicho plan consistió en una suma de estudios y proyectos
que se habían definido entre 1996 y 1997 para dar respuesta a las inundaciones que
se venían presentando recurrentemente. En estas dos etapas del PHT se ejecutaron
recursos del orden de los 160 millones de pesos, de un total de 500 millones que se
justificaron para diversas obras de rehabilitación y desazolve de cauces de ríos,
construcción de nuevos bordos de protección, reconstrucción y sobre-elevación de
los bordos que resultaron dañados por la inundación (CNA, 2000).
La justificación de la ejecución de obras hidráulicas siempre va aparejada del buen
funcionamiento de las mismas y su contribución a la solución del problema de
inundaciones por largos periodos de tiempo. Sin embargo, los modelos matemáticos
para sacar la variable pomposa de periodo de retorno, utilizados por los ingenieros
hidráulicos no han funcionado para la planicie tabasqueña.
262
“La segunda fase, que concluirá en julio del 2000, antes de la temporada de lluvias, permitirá que la capital de Tabasco quede protegida en ambas márgenes del río Carrizal. Con ello, el Plan Hidráulico del estado de Tabasco le dará vida a largo plazo a la ciudad de Villahermosa, hasta por un periodo de 100 años” (CNA, 2000).
La promesa de evitar inundaciones en la planicie tabasqueña ha sido recurrente,
como lo han sido las propias inundaciones. Como mencionamos en el capítulo tres
de esta investigación, el principal objetivo de la intervención de la SRH-CCG en el
periodo 1951-1987 fue evitar inundaciones en la planicie, el cual no se cumplió.
También la justificación del PHT fue proteger de inundaciones a la ciudad de
Villahermosa hasta por un periodo de cien años, los cuales se redujeron a ocho años
tal y como lo mostró la inundación de 2007. Esta promesa seguirá siendo una buena
justificación mientras existan inundaciones y mientras la hidropolítica de intervención
gubernamental siga bajo esa lógica de “controlar” la tercera parte del agua
superficial de México, concentrada en apenas 1.3% de la superficie nacional. Así, la
intervención gubernamental sigue una lógica, la cual se traduce a: seguir con el
enfoque ingenieril que deja dividendos políticos y económicos, pero no soluciona el
problema. Solucionar el problema implica perder la lógica política y económica de la
intervención.
La lógica de continuidad de obras hidráulicas en ríos de la planicie y la nula
intervención en las cuencas de la parte media y alta que inundan el delta
tabasqueño fue más allá de la terminación del denominado PHT. En efecto, en abril
de 2003 el gobierno federal a través de la CNA y el gobierno del estado de Tabasco
firmaron un acuerdo para ejecutar el Proyecto Integral Contra Inundaciones de la
Planicie de los Ríos Grijalva-Usumacinta, conocido comúnmente como PICI
(Gobierno del estado de Tabasco, 2003). Si analizamos el nombre del proyecto, es
muy claro al considerar únicamente la planicie y los tramos de los ríos Grijalva y
Usumacinta dentro de este espacio geográfico. Nuevamente la CNA se olvidó de la
263
administración y gestión del agua por cuenca, tal y como lo establecía la LAN de
1992, vigente al momento de firmar el mencionado acuerdo de coordinación.
La visión ingenieril caracterizó nuevamente la hidropolítica a ejecutar a través del
PICI en la planicie tabasqueña, con el mismo argumento histórico de evitar
inundaciones y detonar el desarrollo productivo; así también con el mismo orgullo
histórico que ha caracterizado a los ingenieros hidráulicos.
[“En conclusión, el singular esfuerzo de los gobiernos federal y estatal que ha representado la concepción, planeación, estudios, diseños y construcción del proyecto (PICI), es motivo de orgullo de la ingeniería mexicana y en especial del pueblo tabasqueño.
Su culminación representa la salvaguarda de su población y el sustento para detonar el desarrollo regional”] (PICI-Video, 2005; paréntesis nuestro).
Los estudios y proyectos de “control de inundaciones” del PICI, elaborados por los
ingenieros de la CNA, CFE, UNAM (Instituto de Ingeniería), Instituto Mexicano de
Tecnología del Agua (IMTA) y el gobierno del estado de Tabasco, se enfocaron en
justificar obras de ingeniería de ríos en la planicie por un monto de 5 mil 368
millones de pesos (cuadro 2), para tres sistemas hidrológicos: Mezcalapa-Samaria,
ríos de la Sierra y Carrizal-Medellín (mapa 15).
Cuadro 2. Inversión proyectada por sistema hidrológico, en millones de pesos (2010)
Sistema Bordos Canales Estructuras Total
Mezcalapa-Samaria 1,923 649 1,199 3,771
Ríos de la Sierra 346 40 379 765
Carriza-Medellin 68 764 ---- 832
Total 2,337 1,453 1,578 5,368
Fuente. Elaboración propia con datos del PICI (2005).
Como podemos observar en el cuadro resumen, no se consideraron recursos para
hacer trabajos de gestión de cuencas en la parte media (Tabasco y Chiapas) y alta
264
(Chiapas); la inversión se justificó en su totalidad para obras de ingeniería hidráulica.
Así, la visión ingenieril orgullosa de su quehacer siguió dominando las acciones
dentro del PICI, igual que cincuenta años atrás.
Mapa 14. Sistemas hidrológicos a intervenir en la planicie con el PICI
Fuente. PICI (2005).
La proyección de inversión del PICI no se concretó en su totalidad. En el acuerdo de
coordinación entre la CNA y el gobierno del estado de Tabasco se comprometieron 2
mil 60 millones de pesos para ejecutarse entre 2003 y 2006, con una proporción de
72% federal y 28% estatal. El mencionado convenio establecía que el gobierno del
estado de Tabasco era el ejecutor de las obras, decisión que afectó el desarrollo del
proyecto. Al verse despojada de la ejecución de las obras, la CNA empezó a
suministrar menos cantidades de recursos económicos. Así, para 2006 solamente se
habían ejecutado 1,331 millones (958 millones del gobierno federal y 373 del
gobierno del estado), la CNA en ese año no había aportado 729 millones para la
continuación de las obras (Andrade, 2007; citado por Milenio).
TEAPA
PICHUCALCO
TACOTALPA
GOLFODE
MÉXICOR
ío
Mez
cala
pa
Río G
rijalv
a
Río
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Río Carrizal
Río SamariaRío M
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Q controlados
Río Usumacinta
Río La S
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Río
P
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MALPASO
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S
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FRONTERA
PARAÍSO
SISTEMA
CARRIZAL -
MEDELLÍN
SISTEMASISTEMA
CARRIZAL CARRIZAL --
MEDELLÍNMEDELLÍN
SISTEMA DE LOS SISTEMA DE LOS
RÍOS DE LA RÍOS DE LA
SIERRASIERRA
SISTEMA
MEZCALAPA -
SAMARIA
SISTEMASISTEMA
MEZCALAPA MEZCALAPA --
SAMARIASAMARIA
TEAPA
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SISTEMA
CARRIZAL -
MEDELLÍN
SISTEMASISTEMA
CARRIZAL CARRIZAL --
MEDELLÍNMEDELLÍN
SISTEMA DE LOS SISTEMA DE LOS
RÍOS DE LA RÍOS DE LA
SIERRASIERRA
SISTEMA
MEZCALAPA -
SAMARIA
SISTEMASISTEMA
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CARRIZAL -
MEDELLÍN
SISTEMASISTEMA
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SISTEMA DE LOS SISTEMA DE LOS
RÍOS DE LA RÍOS DE LA
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RÍOS DE LA RÍOS DE LA
SIERRASIERRA
SISTEMA
MEZCALAPA -
SAMARIA
SISTEMASISTEMA
MEZCALAPA MEZCALAPA --
SAMARIASAMARIA
265
Las enormes sumas de dinero ejecutadas por el gobierno del estado de Tabasco
bajo la supervisión de la CNA, en obras para evitar inundaciones en la planicie, no
dieron los resultados esperados. Tabasco de nueva cuenta quedó inundado en
2007, con daños mucho mayores que los generados por la inundación de 1999. Las
explicaciones y las culpas e incluso las acusaciones de corrupción entre el gobierno
federal y estatal fueron muchas sobre las fallas técnicas y de administración del
recurso económico del PICI.
Las fallas técnicas, administrativas, políticas, económicas y culturales-históricas de
concepción del plan bajo una visión ingenieril de control de la naturaleza y no de
adaptación, se vieron conjugadas y reflejadas en la inundación de 2007. Según la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe –CEPAL- y el Centro Nacional
de Prevención de Desastres –CENAPRED- (2007), la inundación de 2007 dejo a 400
mil personas damnificados, al 70% del territorio tabasqueño bajo el agua, y pérdidas
materiales que alcanzaron los 33 mil 215 millones de pesos (30% del PIB estatal).
Podemos concluir en este apartado que mientras la visión ingenieril se imponga
sobre la hidropolítica de “control” de ríos en la planicie tabasqueña, las inundaciones
seguirán siendo la constante y el problema a resolver.
Existe una resistencia interna de la CNA/Conagua para impulsar su accionar en un
contexto de cuenca hidrológica e hidrográfica, ese posicionamiento incluso es
violatorio del marco jurídico que le da sustento a la dependencia gubernamental
federal en materia de agua.
Durante más de medio siglo las inundaciones en la planicie tabasqueña han sido
una constante a pesar de la intervención gubernamental para evitarlas. La respuesta
266
gubernamental ante las inundaciones no ha cambiado durante ese periodo de más
de medio siglo, la evolución no ha sido la característica a rescatar dentro del sector
ingenieril hidráulico mexicano.
4.3.2. Las inundaciones de 2007 en Tabasco: la respuesta ingenieril
sustentada en ¿cuencas, GIRH y agua como asunto de seguridad
nacional?
Las explicaciones técnicas sobre la inundación de la planicie en 2007 fueron
muchas, llegando en ocasiones hasta aislar una sola variable, como aquella
atribuible al efecto lunar sobre la marea alta que dificultaba el desfogue de los ríos
hacia el mar creando un tapón hidráulico, la cual fue explicada por el presidente de
la república a los medios de comunicación (La Jornada, 11 Nov., 2007).
Las explicaciones de las inundaciones en la planicie tabasqueña nos deben llevar al
análisis de varios elementos, tales como: la trayectoria histórica de intervención
gubernamental en las cuencas de los ríos Grijalva y Usumacinta (en especial la
primer cuenca), el enfoque ingenieril de la hidropolítica ejecutada con nula visión
ambiental, el incremento de población y pobreza extrema en los territorios de las
cuencas que lleva consigo impactos en deforestación y erosión de suelos por la
ampliación de la frontera agrícola. Analizar y visualizar el lugar periférico de estas
cuencas tratadas como territorios de extracción (no de inversión) de
hidroelectricidad, petróleo, gas, minería, aprovechamientos forestales, ganadería y
cultivos de plantaciones comerciales como plátano, café, cacao y palma africana
(últimamente), y el impacto de todas estas actividades a los ecosistemas de las
cuencas, dentro de los cuales se encuentra el subsistema hídrico. Analizar y
267
visualizar también los intereses políticos y económicos de una élite concentrada en
la capital del país (principalmente) y de una élite regional sobre estas dos cuencas.
La élite política y económica de la capital del país en la administración del gobierno
federal pasada (2000-2006) y en la actual administración han incentivado una
política de mayor producción de energía privada (PIES-productores independientes
de energía), la cual incide directamente en los planes de manejo de las
hidroeléctricas en general en todo el país y en específico en el complejo del Grijalva.
“En 2000, los llamados Productores Independientes de Energía (PIES) generaron 1.21 teravatios por hora contra 190 de la CFE. Cuatro años después, ya proveían 45.7 contra 160, antes del estancamiento de 2005 en que se quedaron en 45.6, lo que forzó a la CFE a subir su aporte a 170 teravatios. Sin embargo, la comisión rectificó en 2006, contrayendo su oferta a 162, cuando los PIES volvieron a crecer a 59.4. Hasta el 31 de octubre de este año (2007), los particulares iban en 52.1 contra 121 de la CFE, lo que habla de una privatización clandestina acelerada, que salió a flote tras la desgracia de Villahermosa” (La Jornada, 16 Nov., 2007; nota de Jaime Avilés; paréntesis nuestro)
Si en las explicaciones simples con perfil político (bajo) no se consideran todos los
elementos antes descritos, es lógico entonces que la respuesta gubernamental a las
inundaciones sea simple, concentrándose en una sola variable para solucionar el
problema, es decir, en la variable hidráulica con enfoque ingenieril e ingredientes
politiqueros.49
Las explicaciones simples de las inundaciones ocurridas en el año 2007 en Tabasco
se sustentan principalmente en una visión técnica de cuantificación de
precipitaciones extraordinarias, avenidas máximas extraordinarias, salida de los ríos
de sus cauces (rompidos), polígonos de inundación, cuantificación de azolves,
periodos de retorno, modelos matemáticos de medición de avenidas y niveles de
mareas. Es decir, se trata de una medición del fenómeno que se traduce, posterior al
49
Cabrero (2005) utiliza el término politiquero para referirse a los técnicos con perfil académico contratados o insertados en las estructuras gubernamentales, los cuales asesoran la hechura y ejecución de las políticas gubernamentales. La característica que define a estos profesionales politiqueros es hacer la planeación desde elevados escritorios de los centros de poder con nulo o mínimo conocimiento de los territorios a intervenir.
268
evento de la inundación, en propuestas de corte ingenieril con pocos resultados. Las
propuestas ingenieriles que se ofrecen y se aceptan, no parten de la observación y
análisis complejo e integral de los ecosistemas de las cuencas de los ríos Grijalva y
Usumacinta, donde se incluyan las variables culturales, ambientales, sociales,
políticas y económicas.
En la explicación ingenieril sobre las inundaciones, se olvida también la autocrítica
interna del accionar institucional (leyes o reglas del juego) bajo el cual debería
caminar la práctica gubernamental. Las reglas del juego traducidas a hidropolítica
han sido violadas por la propia estructura federal responsable de planear y ejecutar
las acciones en materia de agua y esto, no se incluye en el análisis para explicar el
impacto de las inundaciones. En efecto, la hidropolítica planeada desde los
escritorios de la Conagua tiene enfoque de cuencas, GIRH y agua como seguridad
nacional (desde la visión de la escasez), pero en la práctica esa hidropolítica se
sigue ejecutando con un enfoque ingenieril de poco resultados para “controlar
inundaciones” en la planicie.
La LAN de 1992 considera que la política pública del agua deberá hacerse por
cuenca hidrológica; también la LAN reformada en 2004 establece que la cuenca, la
GIRH y el agua como prioridad y asunto de seguridad nacional serán la columna
vertebral del accionar gubernamental. Sin embargo, en la práctica el enfoque
ingenieril sigue perdurando en el sector hídrico mexicano como lo hemos ilustrado al
hacer el recuento de las intervenciones en la planicie tabasqueña y al respecto
cabría preguntarse desde el interior del propio sector (hidráulico), cuál es su
responsabilidad, no en la ocurrencia del fenómeno natural de altas precipitación y su
explicación en cuanto al impacto de las inundaciones, sino en la respuesta -
269
traducida a hidropolítica- que se da una vez que pasa el fenómeno. Esa respuesta
tiene repercusiones sociales, políticas, ambientales y culturales, es decir, es
imprescindible cuestionarse acerca de las razones que llevan a reproducir la misma
respuesta ingenieril por más de medio siglo, sin llegar a cumplir con el objetivo que
se persigue: evitar inundaciones.
La respuesta gubernamental a la inundación de 2007 en la planicie tabasqueña, es
en la práctica la misma que hace casi sesenta años implementó primero la SRH-
CCG, después la CNA y ahora la Conagua. En esta respuesta los tres principios
fundamentales de la gestión del recurso: cuenca, GIRH y agua como prioridad y
asunto de seguridad nacional, establecidos por la LAN reformada en 2004, quedan
ignorados, En la planeación y ejecución de la hidropolítica como respuesta a las
inundaciones en la planicie se está siguiendo el enfoque ingenieril, dejando de lado
la gestión del agua por cuenca hidrográfica, la GIRH, así como el agua como asunto
de seguridad nacional en su modalidad de exceso y no de escasez.
En efecto, para dar respuesta a las inundaciones de 2007 se está estructurando y
ejecutando el Plan Hídrico Integral de Tabasco (PHIT), el cual fue puesto en marcha
de manera oficial el 19 de abril de 2008 por el presidente de la república y el
gobernador de Tabasco. Es un plan que asesora el Instituto de Ingeniería de la
UNAM y ejecuta directamente el gobierno federal a través de la Conagua mediante
contratos a firmas constructoras privadas. El plan considera montos económicos del
orden de los 9 mil 376.9 millones de pesos a ejecutarse en el periodo 2008-2012
(ver cuadro 3).
270
Cuadro 3. PHIT, programa de inversión por etapas (millones de pesos) (2010)
Etapa CONAGUA FONDEN* Total Acciones urgentes 709.6 1,085.3 1,749.9 Plan de acción inmediata 212 212
Estudios y acciones de mediano plazo
7,370 7,370
Total 8,291.6 9,376.9
Fuente. Plan Hídrico Integral de Tabasco, Conagua-SEMARNAT (2008).
*FONDEN (Fondo de desastres naturales)
Es necesario observar en el cuadro que la cantidad de recursos programados del
PHIT representa 174.68% de los recursos programados en el PICI, no obstante que
el primero ofrece menores cantidades de obras hidráulicas en la planicie que las que
planteó en su momento este último. Una tendencia notable reside entonces en el
encarecimiento de las obras dentro del PHIT. Podemos tomar como ejemplo la
estructura de control sobre el río carrizal: en el PICI se programó inicialmente la obra
en 100 millones de pesos, mientras que en el PHIT se programa la terminación de la
misma (sin incluir la inversión ya realizada) en 470 millones de pesos, es decir un
aumento de 470% para terminar una obra presupuestada en su totalidad
inicialmente para una cantidad mucho menor. Obviamente tales inversiones
desmedidas con respecto a las propias estimaciones iniciales de la Conagua llevan
a sospechar la manera de utilizar los recursos económicos públicos y la seriedad de
los proyectos presentados.
En este sentido, la Auditoria Superior de la Federación (ASF) en el informe sobre la
cuenta pública de 2008 menciona que detectó anomalías de la Conagua en sus
obras realizadas en 2008 para proteger a Tabasco de inundaciones y resalta lo
siguiente: 166 millones de pesos por comprobar, pagos indebidos por 10 millones,
metas incumplidas y falta de supervisión de las obras construidas (ASF, 2008).
271
El PHIT se presenta como un plan de manejo integral de cuencas por parte de la
Conagua, la cual afirmó oficialmente en la puesta en marcha de dicho plan lo
siguiente:
[“EL PLAN HÍDRICO DE TABASCO, UNA VISIÓN DEL MANEJO INTEGRAL DE LAS CUENCAS (título)
El Director General de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), José Luis Luege Tamargo, afirmó que el Plan Hídrico Integral para Tabasco no solo busca construir infraestructura de control de ríos sino mantener una visión del manejo integral de las cuencas, siendo fundamentales las acciones de reforestación, restauración de suelos, cambios de uso de suelos de sus partes altas, no solo de Tabasco sino también de Chiapas.”] (Conagua, 2008; paréntesis nuestro).
El título del comunicado de la Conagua ilustra claramente la visión que tiene esta
estructura gubernamental sobre el manejo integral de cuencas, es decir, una visión
que sigue en el discurso la ola internacional del paradigma de gestión del recurso
agua por cuenca, pero que en la práctica sigue anclada en la visión ingenieril de
mediados del siglo XX.
La revisión detallada del PHIT permite evidenciar una serie de elementos que nos
indican que más allá de la sustentación discursiva en el manejo integral de cuencas,
dicho plan se implementa exclusivamente desde una visión ingenieril.
El primer elemento de nuestro análisis nos lleva a reflexionar acerca del nombre del
“Plan Hídrico Integral de Tabasco”. A este respecto cabe entonces mencionar que
dicho plan tiene una circunscripción de límites político-administrativa que se acota a
una entidad federativa, por lo cual no posee una dimensión de parteaguas de
cuencas. Desde esta perspectiva, aunque en el discurso político se diga que la
intervención gubernamental se encaminará a realizar trabajos de gestión integral de
cuencas, el propio nombre del plan desmiente ese posicionamiento debido a que
abarca sólo la parte baja del estado de Tabasco, siendo esta entidad un territorio
político-administrativo. La superficie de las cuencas Grijalva y Usumacinta incluye
272
además de la planicie tabasqueña también territorio de Campeche, Chiapas y
Guatemala; en este sentido, si la Conagua abarcara dentro de las acciones
consideradas en el PHIT estos territorios podría, en efecto sustentar su
posicionamiento de trabajo integral de cuencas.
La dimensión político administrativa del PHIT y su ausencia de fundamentación en
cuencas se reafirma en las acciones a ejecutar, debido a que considera obras
hidráulicas exclusivamente para el estado de Tabasco, cuando el impacto de las
precipitaciones de la parte media (Tabasco y Chiapas) y alta (Chiapas y Guatemala)
de la cuencas tiene consecuencias en materia de inundaciones. No se programan
obras para Chiapas y mucho menos en Guatemala, donde se encuentra la mayor
superficie de las cuencas de los ríos Grijalva (Chiapas) y Usumacinta (Guatemala).
Además de su fundamentación en un territorio político-administrativo y no de
cuencas, la distribución del presupuesto evidencia otro elemento claro de la
orientación ingenieril de PHIT. De los 9 mil 376.9 millones de pesos que la Conagua
considera invertir dentro del PHIT, solamente se contemplan 100 millones de pesos
(1%) para algunas prácticas de conservación de cubierta vegetal y suelo en una de
las subcuencas del río Grijalva. Ello significa que, a pesar de ser el objetivo
fundamental del PHIT, la asignación presupuestal que se destina al manejo de
cuenca lo reduce a un elemento marginal en la realización de acciones concretas.
Adicionalmente, la subcuenca a la cual se destina el 1% del PHIT para el manejo de
cuencas corresponde al área de captación de los ríos de la Sierra, la cual incluye
una parte del territorio de cinco municipios de Tabasco y de veintisiete de Chiapas
(indígenas y marginados, en su mayoría). El planteamiento de la Conagua dentro
del PHIT se centra en trabajar solamente en los municipios de Tabasco que se
273
encuentran dentro de la subcuenca de los ríos de la Sierra, no incluye a la mayoría
del territorio de la subcuenca que está ubicado en Chiapas. Entonces, lo que la
Conagua considera como un trabajo de cuencas en el marco del PHIT circunscrito a
la subcuenca de los ríos de la Sierra tampoco se puede considerar como tal, debido
a que se limita a territorios político-administrativos y no a los límites naturales o
parteaguas de las cuencas.
En este apartado podemos concluir que, el 99% del presupuesto del PHIT se
canalizará para obras hidráulicas de ríos que cruzan la planicie tabasqueña, y no
para manejo integral de cuencas como lo plantea la Conagua. Esta proporción de
recursos dentro del PHIT, nos muestra en su más cruda realidad el enfoque
ingenieril mexicano agarrado de la bandera internacional de manejo integral de
cuencas. Asimismo, nos permite afirmar que la visión de cuencas dentro del PHIT no
rebasa la retórica política dado que dicho plan carece de enfoque territorial de
cuencas y de acciones sustantivas a ser realizadas desde esta perspectiva.
La otra bandera internacional bajo la cual se cobija el sector hidráulico ingenieril
mexicano es la GIRH. Si consideramos que la premisa bajo la cual se sustenta la
GIRH es la cuenca, podemos observar entonces que en el caso del PHIT al no
existir trabajo real de cuencas, la Conagua no está cumpliendo con lo establecido en
la LAN reformada de 2004, violando con ello su propio orden jurídico.
Un aspecto no considerado dentro del PHIT, es también la variable de agua como
asunto de seguridad nacional. Ese olvido tiene su explicación en el fundamento
teórico de la visión de la seguridad nacional aplicada a los recursos hídricos y su
vínculo con la escasez. Así, la Conagua interpreta que el agua es un asunto de
seguridad nacional en situaciones de escasez, no en contextos de abundancia. Sin
274
embargo, esa posición no se puede justificar cuando una abundancia de agua
ocasiona graves problemas económicos, sociales y políticos que pueden llevar a la
ingobernabilidad. En efecto, la intervención del ejército mexicano y de la marina en
situaciones de inundación cumple la función de rescate y ayuda, pero también de
control social para evitar situaciones de ingobernabilidad.
Esta situación de abundancia de recursos que pueden generar conflictos sociales,
es una línea a incluir en las teorías de conflictos ambientales derivados de escasez,
planteada tanto por la escuela de Toronto (Homer-Dixon, 1994), así como de la
escuela de Oslo (Gleditsch, 2000). Con la inclusión de la variable de abundancia de
los recursos naturales que pueden generar conflictos, a la teoría de seguridad
ambiental se tendría un marco de análisis más completo.
Conclusiones del capítulo
La política de recaudación fiscal en materia de agua empezó a mediados de los
años 80 del siglo pasado y se vio favorecida por la ola internacional de corte
neoliberal que se impulsó a raíz del consenso de Washington. El Estado mexicano
adoptó las medidas neoliberales en el sector hidráulico mediante la promulgación de
un nuevo marco legal enfocado a una creciente regulación del recurso agua, una
disminución de la inversión en construcción y operación de infraestructura, la
transferencia de los distritos de riego y una reestructuración interna de la plataforma
operativa gubernamental en materia de agua para crear las áreas sustantivas del
control y cobro del agua (como el REPDA, las áreas de administración del agua,
recaudación y liquidación fiscal). El paulatino retiro del Estado que acompañó los
objetivos encaminados hacia mejorar la regulación y el cobro por el agua se tradujo
275
también en la descentralización y en la creación de estructuras de participación
ciudadana como los consejos de cuenca, comités de cuenca y los consejos
ciudadanos del agua.
En las nuevas reglas del juego y en la implementación de éstas a través de la
ejecución de la hidropolítica, el Estado mexicano plasmó en la legislación hídrica
paradigmas internacionales reconocidos en la actualidad como principios básicos de
la política hídrica como la gestión integral de cuencas, la GIRH y el agua como
asunto de seguridad nacional. El Estado guatemalteco tomó también el paradigma
de GIRH en las bases teóricas que sustentan su hidropolítica.
Sin embargo, tanto en México como en Guatemala en la práctica se está
concibiendo y ejecutando la hidropolítica sin transformaciones notables de las
acciones llevadas a cabo en materia hídrica. México sigue desarrollando proyectos,
programas y planes con un enfoque de corte ingenieril concentrado en una sola
estructura gubernamental autoritaria que no permite la participación real de la
sociedad, y en Guatemala perdura la dispersión de estructuras gubernamentales con
marcos legales sobrepuestos que no permiten una coherencia institucional y legal
para concretar estos paradigmas.
El actuar del sector gubernamental en las inundaciones de la planicie tabasqueña
deja clara la resistencia histórica del sector hidráulico nacional para abarcar la
perspectiva hídrica en su complejidad y tomar en cuenta su relación con otros
elementos como la cubierta vegetal y el suelo, el incremento de población en las
cuencas que ejerce presión para ampliar la frontera agrícola, la contaminación, los
asentamientos humanos en zonas de riesgo y en las últimas décadas la relación
agua-fenómenos naturales extremos (fuertes precipitaciones y sequías) y agua-
276
cambio climático. Estos elementos deberían ser analizados desde una perspectiva
cultural, social, política, económica y técnica. Sin embargo, como lo evidencian las
sucesivas acciones analizadas para la parte baja de la Cuenca Grijalva, perdura en
el quehacer de la autoridad federal única en materia de agua una visión técnica
sustentada en un enfoque ingenieril.
Las inundaciones en la planicie tabasqueña tienen una trayectoria histórica de
siglos. La decisión técnica, al momento de definir las acciones de intervención de la
planicie para evitar inundaciones, ha minimizado la variable histórica en relación con
las inundaciones, así como la variable geográfica en un contexto de grandes
cuencas hidrográficas como las de los ríos Grijalva y Usumacinta.
En consecuencia, las inundaciones de 1999 y de 2007 en la planicie tabasqueña no
tienen solamente una explicación técnica como lo planteó la CNA/Conagua derivada
de factores meteorológicos y de saturación de corrientes o de movimientos de
mareas. Ambas poseen también una explicación histórica donde los factores
naturales, sociales y políticos se combinan. Los factores naturales se refieren
concretamente a los niveles de precipitación promedio del orden de los 2,170 mm
anuales, los cuales provocan escurrimientos superficiales que representan una
tercera parte de todos los que se tienen en el país. Este escurrimiento se drena en el
delta que es la planicie tabasqueña, la cual apenas representa un 1.3% de la
superficie nacional.
Los factores sociales y políticos se explican por el incremento de la población y su
ubicación en zonas con riesgo de inundación, la descomposición del tejido social
atribuido al arribo masivo de población a zonas petroleras de la entidad, una política
de extracción de recursos naturales con poca inversión en la población y una política
277
de control de masas para votos políticos del partido hegemónico. A éstos, hay que
añadir una visión de intervención del territorio para evitar inundaciones con enfoque
de control de la naturaleza y no a la adaptación de la población a la misma. Esta
política de control de la naturaleza tiene sus raíces en el modelo de gestión del agua
en zonas áridas para favorecer el suministro a la población y para riego, ejecutada
por el gobierno federal mexicano desde por lo menos 1926 con la CNI, la cual
reprodujo una visión ingenieril de construcción de infraestructura en el trópico a
través de la SRH. Esa política no ha dado resultados satisfactorios en los últimos
sesenta años en materia de control de inundaciones y desarrollo.
En la planicie tabasqueña, los problemas sociales, políticos y culturales relacionados
con el recurso agua, presentes desde tiempos históricos, no obedecen a una falta
del líquido sino a su abundancia física que provoca inundaciones. En este sentido, el
planteamiento de escasez de recursos naturales que lleva a conflictos ambientales
debe ajustarse e incluir también la variable contraria: la abundancia en exceso
puede también llevar a conflictos ambientales.
La hidropolítica ejecutada en la planicie tabasqueña se sustenta en la experiencia
histórica de gestión del agua en zonas semi-áridas y áridas del centro y norte del
país a través de la construcción de infraestructura, donde la intervención ingenieril
del gobierno mexicano se estableció en un contexto de escasez para aumentar la
disponibilidad de agua mediante la construcción de obras (acueductos, distritos de
riego, represas). En la planicie, la intervención gubernamental se ha establecido
históricamente en condiciones de emergencia por inundación, a la cual le ha faltado
una visión integral sustentada no sólo en el conocimiento del funcionamiento
hidrológico de grandes cuencas ubicadas en el trópico mexicano, sino también una
278
visión ambiental (agua, bosque, suelos, gradientes, precipitaciones y sus
interacciones), cultural, social, política y económica. La variable económica
encaminada a cambiar la visión de territorios de extracción de recursos traducidos a
ganancias económicas, por una visión de inversión en las cuencas y su gente.
Como lo establece Boelens et al. (2004), el agua es poder y cambiar el agua es
cambiar el poder. En otras palabras, transitar de la visión ingenieril a un enfoque de
gestión integral del agua en un espacio físico-natural denominado cuenca implica,
entre otros aspectos, cambiar no sólo las reglas escritas (como ya se ha hecho
dentro de la LAN) sino también las no escritas, sustentadas éstas últimas en una
cultura ingenieril de más de medio siglo. La gestión integral del recurso agua tiene
como principio esencial la concertación de intereses de los diferentes actores
(gubernamentales y no gubernamentales) que interactúan en el mismo espacio
sociopolítico; ese principio no es atractivo para una élite ingenieril acostumbrada a
imponer su visión, debido a que (en su lógica) pierde poder político traducido a
intereses económicos.
La gestión de recursos hídricos es un proceso esencialmente político (Mollinga,
2008). Este proceso implica concertar intereses de los diferentes actores dentro de
un espacio denominado cuenca; y esta concertación de intereses es en esencia lo
que la élite ingenieril mexicana no está dispuesta a emprender porque implica poner
sobre la mesa los intereses propios para que sean cuestionados. Así, la continuidad
de la hidropolitíca con una visión ingenieril en la Cuenca Grijalva durante los últimos
sesenta años tiene sentido, en tanto es más práctico imponer que concertar.
279
V. De la concentración institucional gubernamental a múltiples
estructuras jurídicas y legales de acción en la cuenca
En el presente capítulo abordamos las instituciones o reglas del juego que operan en
el territorio de la Cuenca Grijalva en la actualidad, incluyendo las cuencas
guatemaltecas tributarias Cuilco, Selegua y Nentón. Analizamos las estrategias de
las comunidades (en especial las guatemaltecas) para establecer y operar sus
propias reglas de acceso y distribución del recurso agua y, cómo en ciertos
momentos, se hibridan o repelen con las instituciones gubernamentales.
El concepto de pluralismo legal o complejidad legal definido como “la existencia y la
interacción de diferentes ordenes legales (generalmente estatales y no estatales) en
el mismo espacio sociopolítico” (Boelens, 2004:164), es relevante en el presente
capítulo. El concepto nos ayuda a identificar las múltiples instituciones presentes en
la cuenca y sus formas de interactuar o repelerse. No pretendemos hacer solamente
el inventario de instituciones. Nuestro objetivo es acercarnos hacia la identificación
de los intereses que se ponen en juego al momento de crear y poner a funcionar las
instituciones o reglas del juego, de igual forma cómo se manifiestan estos intereses
al momento de encontrarse en el mismo espacio sociopolítico, sus alcances y
resultados en la gran Cuenca Grijalva que incluye las cuencas de los ríos Cuilco,
Selegua y Nentón del lado guatemalteco.
El otro concepto que también ponemos a funcionar en este capítulo es el de
hidropolítica, definido como “la asignación autoritativa de los valores con respecto al
agua en una sociedad” (Turton, 2002). Es decir, cuáles son los valores
280
gubernamentales y no gubernamentales o de la sociedad con respecto al agua que
definen la gestión de este recurso.
El capítulo se conforma de tres apartados. En el primer apartado identificamos y
analizamos el espectro de estructuras operativas que trabajan en el territorio de la
cuenca (en México y Guatemala), las actividades que éstas realizan y su impacto en
la cuenca. El eje consiste en mostrar y analizar la diversidad de instituciones que
operan en un contexto de pluralismo legal dentro de la cuenca.
En el apartado dos analizamos la estrategia mexicana de administración del agua a
través de las estructuras denominadas consejos de cuenca, comisiones de cuenca y
comités de cuenca y ponemos especial énfasis al espacio otorgado a la población de
la cuenca y sus estructuras operativas comunitarias dentro de la toma de decisiones.
Es decir, evidenciamos la falta de participación comunitaria dentro de la toma de
decisiones de las estructuras gubernamentales en los consejos, comisiones y
comités de cuenca.
En el apartado tres, analizamos como la falta de ley de aguas en Guatemala abona
los espacios de coordinación de instituciones (reglas del juego) para construir una
gestión del desarrollo (donde se encuentra involucrado el recurso agua) de abajo
hacia arriba con la participación directa de la población, de organismos no
gubernamentales y de estructuras gubernamentales. Evidenciamos el pluralismo
legal en el marco de la complementación de instituciones (reglas del juego) para la
construcción y la operación de unidades de miniriego. De igual forma, lo analizamos
a través de la conformación y de la consolidación de una organización de
productores agropecuarios con figura jurídica de segundo nivel que permite ordenar
281
los proyectos externos que se conciben fuera del territorio, es decir, ordenar la policy
dispersa que se ejecuta sin objetivos y metas comunes.
5.1. De la concentración a la pulverización de instituciones y acciones:
el mapeo de instituciones y estructuras operativas en la cuenca
La política del agua se estudia desde cuatro ángulos principales: la política cotidiana,
la política de la política del agua en el contexto de los Estados soberanos (politics),
la política pública del Estado (hidropolítica o policy), y la política global del agua en
contextos internacionales donde se mezclan la politics y la policy (Mollinga, 2008). Al
respecto Roth (2006), identifica tres acepciones traducidas del inglés al castellano:
primero, la política concebida como el ámbito del gobierno de las sociedades
humanas –polity-; segundo, la política como la actividad de organización y lucha por
el control del poder –politics-; y tercero, la política como designación de los
propósitos y programas de las autoridades públicas –policy.
En este apartado analizaremos la hidropolítica o políticas públicas actuales de los
Estados mexicano y guatemalteco, ejecutadas a través de sus estructuras
operativas en la Cuenca Grijalva mexicano y las cuencas tributarias guatemaltecas
de los ríos Cuilco, Selegua y Nentón. Analizaremos el espectro de instituciones y
estructuras operativas gubernamentales y no gubernamentales que operan y
ejecutan acciones dentro de la cuenca en su parte mexicana y guatemalteca. Para
ilustrar este universo realizamos un mapa de estructuras operativas que abordan la
gestión del agua y los ecosistemas asociados al mismo.
282
El análisis de la gestión integral del agua bajo el concepto de cuenca hidrológica
implica incluir las actividades relacionadas con los usos del recurso, la asignación de
derechos, distribución y regulación del agua. En general todas las actividades y
disposiciones directa e indirectamente relacionadas con el uso del recurso agua en
sus aspectos natural, cultural, social, político y económico, así como la intervención
de ecosistemas asociados al sistema hídrico se pueden considerar como gestión de
cuencas siempre y cuando existan objetivos comunes de mediano y largo plazo, con
metas a cubrir y posibles de evaluar.
La característica principal de la política pública de gestión del agua y sus sistemas
asociados, dentro de la Cuenca Grijalva en territorio mexicano y de sus cuencas
tributarias del lado guatemalteco, es la dispersión e incluso la sobreposición de
funciones y acciones derivadas de múltiples instituciones (reglas del juego)
impulsadas por estructuras operativas gubernamentales y no gubernamentales. La
dispersión y la sobreposición de programas y proyectos crean una oferta y demanda
a la cual las estructuras comunitarias responden de acuerdo a sus propios intereses.
El universo de instituciones y estructuras operativas que realizan acciones dentro la
cuenca Grijalva se muestra en la figura 5. La identificación del espectro de
instituciones y de estructuras operativas con presencia en la cuenca es el resultado
de la revisión de los marcos jurídicos, donde se incluyen apartados o artículos que
hacen alusión al medio ambiente, al desarrollo y al agua, así como a programas y
proyectos que se ejecutan dentro del territorio de la cuenca en materia de agua,
suelo y bosque, principalmente. Por cuestiones de orden del medio natural (cuenca
arriba-cuenca abajo), evidenciamos primero las instituciones y las estructuras
operativas que se encuentran en la parte alta de la cuenca, es decir, en territorio
283
guatemalteco, y posteriormente las que operan en la parte media (Chiapas y
Oaxaca) y en la baja (Tabasco).
Figura 5. Mapeo institucional de intervención en la cuenca Grijalva
C
U
E
N
C
A
FEDERAL:
SEMARNAT
CONAGUA
CONAFOR
SAGARPA-FIRCO
CONAMP
CILA
ESTATAL:
A). CHIAPAS: C). OAXACA:
INESA-SEINF CEA
SEMAVHIN IEEO
COFOSECH-SC SEDER
SEPES y A
SEDEFROSUR
B).TABASCO
SAOP-SAPAET/CEAS
SEDAFOP
SERNAPAM
MUNICIPAL:
SAPAM-OFICINA DE AGUA
AREA DE ECOLOGÍA
CENTROS DE INVESTIGACIÓN,
UNIVERSIDADES
ONG´s LOCALES, REGIONALES,
NACIONALES, INTERNACIONALES
NACIONAL:
MARN
MAGA: UEEDICH, INAB,
PLAMAR
MSPAS-INFOM
MICIVI
SCEP
INSUVIMEH
MEM
CONAP
FONDOS SOCIALES
CILA
MUNICIPALIDAD:
MANCOMUNIDADES DE
MUNICIPIOS: MAMSOHUE,
HUISTAS
OFICINA DE AGUA
DOMÉSTICA
OFICINA DE RECURSOS
NATURALES
SECTOR PRIVADO
Comunidades:
comités o
patronatos de
agua doméstica;
asociaciones de
usuarios de riego
Comunidades:
comités
comunitarios de
agua
doméstica;
asociaciones de
usuarios de
riego
Guatemala
Politics/Policy
Modelo Económico/Crisis Ambiental----Desarrollo
Sustentable----Gestión Integral de cuencas----Gestión
Integrada de los Recursos Hídricos (GIRH)
México
Politics/Policy
MÉXICO GUATE -
MALA
Fuente. Elaboración del autor con información de gabinete y campo.
Como podemos observar, en nuestro mapa institucional de intervención en la
cuenca partimos de la premisa que el modelo económico sustentado en a variable
de desarrollo o crecimiento económico ha provocado la crisis ambiental que
actualmente enfrenta la humanidad y su hábitat global. Bybee (1991), menciona que
el concepto de sustentabilidad surge por vía negativa, como resultado de los análisis
de la situación del mundo, que puede describirse como una emergencia planetaria,
como una circunstancia insostenible que amenaza gravemente el futuro de la
humanidad.
284
La comisión mundial del medio ambiente y del desarrollo (CMMAD, 1998), en su
informe denominado Nuestro Futuro Común, capítulo primero: un futuro amenazado,
introduce el concepto de sostenibilidad o de sustentabilidad50, mismo que ha recibido
diversas críticas. Naredo (2006), nos dice que el desarrollo sostenible se empezó a
invocar a modo de mantra (frase sagrada dentro del hinduismo y budismo para
invocar a la divinidad) que se repite en todos los informes y declaraciones
internacionales sobre medio ambiente, bajando a los Estados nacionales y sus
estructuras operativas. “Esta invocación ha servido para sostener el mito puro y duro
del crecimiento económico, que se había tambaleado con las críticas de los años
setenta, y para dar a entender que las reivindicaciones ecológico-ambientales de la
población están siendo atendidas” (Naredo, 2006).
En un contexto de crítica internacional al modelo económico basado en el
crecimiento económico y no en el desarrollo, así como en las medidas neoliberales
adoptadas a partir de la década de los 90, los Estados nacionales reestructuraron
sus marcos jurídicos, reglamentos y estructuras operativas para ir acordes al ritmo
internacional e incidir sobre el medio ambiente y el desarrollo sustentable.
Concretamente en el tema agua, se adoptaron e impulsaron los conceptos de
gestión integral de cuencas y gestión integrada de los recursos hídricos (GIRH),
como medidas para la coordinación de acciones gubernamentales, no
gubernamentales, académicas y de actores locales en territorios naturales
concretos.
Sin embargo, los conceptos, ideas y acciones cobijadas bajo el manto institucional
(reglas del juego) y las estructuras operativas que las ponen en marcha, no son
50
“El desarrollo sostenible es el desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades” (CMMAD, 1998).
285
nunca neutrales, sino el reflejo de la configuración de la sociedad en la que
emergen, las visiones del mundo y los intereses particulares de aquellos que tienen
el poder para fijar los términos del debate y la acción, para legitimar opciones
particulares y desechar otras, y para incluir o excluir a determinados grupos sociales.
Molle (2008), nos dice que las inclinaciones y las ideologías rara vez son
independientes de intereses individuales y la aparición de los conceptos a la vida
social, está por lo tanto estrechamente ligada a las ideas e intereses que impregnan
el medio en el que evolucionan.
Molle (2008) menciona que los conceptos surgidos de cumbres mundiales
adoptados internacionalmente por agencias de desarrollo y Estados nacionales
tendientes a encarnar una imagen ideal de lo que el mundo debe tender a ser o
hacer son conceptos nirvana, es decir, aquellos que se alcanzan o estructuran
mediante la meditación y la iluminación, entre los cuales se encuentran los
conceptos de desarrollo sostenible o sustentable, buen gobierno, participación y
empoderamiento. Estos paradigmas se utilizan como plataformas políticas en el
ámbito internacional y nacional por diferentes grupos (gubernamentales, no
gubernamentales, agencias de desarrollo e incluso algunos académicos) para
legitimar sus propios intereses. Éstos se montan o suman a consensos conceptuales
internacionales, aunque su actuación no sea coincidente en la práctica con esos
paradigmas.
En materia de agua, Molle (2008) menciona que el concepto de GIRH es un
concepto nirvana.51 Biswas (2004), señala que el paradigma de GIRH se utiliza por
51
La GIRH- Gestión Integrada de los Recursos Hídricos tal y como explicamos en el capítulo IV, se define como “un proceso que promueve el manejo y el desarrollo coordinado del agua, la tierra y los
286
algunos Estados y organizaciones de desarrollo para atraer fondos internacionales y
para obtener mayor aceptación y visibilidad nacional e internacional. Wester y
Warner (2002), nos dicen con respecto a la GIRH que el concepto oculta la
naturaleza política de la gestión de los recursos naturales, y además que se trata de
un concepto que se puede fácilmente secuestrar por grupos que buscan legitimar
sus propias agendas.
Profundizando en el aspecto político que plantean Wester y Warner (2002), en la
gestión de los recursos naturales, dentro de los cuales se encuentra el agua,
podemos argumentar que encontramos la cuestión política del agua en México y
Guatemala enmarcada en dos de las tres acepciones de política que identifica en
inglés Roth (2006).
Los conceptos derivados de cumbres internacionales se enfrentan en el momento de
ponerlos en práctica en los ámbitos nacional, regional y local a aspectos políticos
que buscan legitimar sus propios intereses a través de una agenda gubernamental.
En efecto, la cuestión política asociada a la gestión del recurso agua en México y
Guatemala (como se observa en nuestro mapa institucional), se encuentra tanto en
la acepción de politics como de policy.
Como politics observamos que el tema del agua se utiliza en ambos países dentro
de las agendas de los partidos políticos, en los discursos de los gobernantes para
legitimarse, y los políticos lo utilizan para atraer votos de los ciudadanos. También
encontramos como asunto político, un constante cambio de funcionarios
recursos relacionados, con el fin de maximizar el bienestar social y económico resultante de manera equitativa, sin comprometer la sustentabilidad de los ecosistemas vitales” (GWP, 2000).
287
gubernamentales que coincide con los cambios de gobierno municipal (3 y 4 años en
México y Guatemala, respectivamente), estatal o departamental (6 años en México y
4 en Guatemala) y federal o nacional (6 años en México y 4 en Guatemala), los
cambios de funcionarios se deben al arribo de grupos de poder político que se
reparten como botín la administración pública. Así, las oficinas gubernamentales en
materia de agua en la cuenca, tanto en México como en Guatemala, funcionan como
agencias de empleo para personas afiliadas al mismo partido político.
Podemos ilustrar la parte política discursiva por ejemplo con el evento de altas
precipitaciones en 2007 que dejó el 70% del estado de Tabasco bajo el agua y
provocó derrumbes de montañas completas entre Chiapas y Tabasco en la corriente
principal de la Cuenca Grijalva. Entre el 5 y 12 de noviembre de 2007, se difundieron
129 mil 410 mensajes radiales y 29 mil 39 spots en televisión con la imagen y la voz
del presidente Felipe Calderón. Traducido a tiempo, considerando cada mensaje de
30 segundos de duración tenemos que, los spots en radio en tiempo continuo
cubrieron 44.9 días y los de televisión 10.08 días completos (Ramos Pérez, 2010).
La intervención de los políticos en materia de agua se presenta de forma directa en
escalas nacionales, regionales y en la escala comunitaria. En el territorio
guatemalteco, por ejemplo en las unidades de riego agrícola impulsadas por el
MAGA en la parte alta de la cuenca Grijalva (Selegua para Guatemala), la incidencia
de partidos políticos y sus representantes es directa en las comunidades para atraer
dividendos políticos.
“Bueno, nosotros (MAGA) hemos tratado de apoyarlos porque la verdad que, nosotros en cierta forma los metemos a eso como proyecto de riego, pero se han estado peleando; lastimosamente también se han metido los políticos, entonces se han dividido en grupos, yo creo que ahí, si no estoy mal, son como 320 usuarios (proyecto de riego Tamu Jumalu). Entonces hay grupos, ya unos políticamente
288
jalan por un lado, otros por otro; entonces ya es difícil, ya hay intereses. Por ejemplo la deuda de ellos, si no estoy mal, es de 7 millones (de quetzales), entonces los políticos les ofrecen que no paguen que ellos les van a saldar su deuda, entonces ya empieza ahí el problema, ya no siembran, pues son conflictos muy internos que es difícil a veces, verdad, porque hay muchos intereses políticos de por medio” (Jobany Martínez Félix, coordinador del MAGA para el Departamento de Huehuetenango, entrevistado el 12 de septiembre de 2007. Oficina del MAGA, Ciudad de Huehuetenango, Guatemala).
Pudimos observar los cambios de personal en el sector gubernamental y
documentar con el trabajo de campo realizado dentro de la cuenca en ambos
países. Estos cambios provocan una discontinuidad de las políticas públicas, una
desconfianza y poca credibilidad de la población ante la tendencia y oferta política
en las acciones gubernamentales. Los costos de los cambios gubernamentales se
cargan a la población, se pierde tiempo, la capacitación que cada nueva
administración implica para los funcionarios proviene de los impuestos, los
funcionarios responden a las líneas políticas de su partido político y no a las
demandas e intereses de la población.
“Entonces, te digo las dependencias, las dependencias es lo más inestable que hay en el gobierno, por qué, porque te cambian toda la estructura cada, cada administración…..eso es, es como un pago doble, no, porque además que se va la experiencia del que tienen ahí, llega un cuate que ni siquiera tiene el perfil para ocupar el cargo, entonces es doble pago de la población, que hay que empezar ahí mano” (Walter López Báez, INIFAP, y ex-subsecretario de comercialización de la Secretaría de Desarrollo Rural del Gobierno del estado de Chiapas –2000-2006 --; entrevistado el 07 de septiembre de 2007, Ocozocoautla, Chiapas). “…..como te digo aquí se cambió a lo que antes era la subgerencia de construcción -ahora se llaman subdirectores-, también al de operación, y administración, sí claro, también al de cuencas, todos traen ahora color azul del partido político; los más patéticos son los dos, el de operación que es un buzo de esos que se meten al mar y quizá ese fue el criterio para meterlo aquí a la Conagua, el otro el de atención de emergencias y cuencas es un licenciado que lo único que hace es irse a emborrachar con todos los de esa área y no sabe ni dónde está parado, así es…” (funcionari@ de la oficina de Conagua-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 07 de septiembre de 2007).
La vieja tradición técnica y presencia de los ingenieros civiles dentro de la Conagua
tiende a ser cada vez más socavada, ahora los puestos directivos son ocupados por
funcionarios afiliados al Partido Acción Nacional (PAN). Le interesa al gobierno
federal más el fortalecimiento político y colocar a los compañeros de partido que el
289
buen desempeño de la administración pública. Esto sucede en México, pero en
Guatemala la situación no es distinta.
“… pues yo soy el director, esos puestos siempre son muy codiciados, está bien que me quiten, verdad, que pongan otro que ande pegando propaganda política, que no sepa de esto, así es… pero que no vayan a quitar al resto, porque así como recibieron el diplomado (en cuencas) -y lo están trabajando en campo-, y el resto los hemos ido capacitando y están trabajando, ya conocen del tema. Entonces por qué va a venir alguien que anduvo pegando propaganda política a sustituir a éstos, además también son guatemaltecos y no es por defenderlos, es que sí saben” (Ing. Mike Roberto Estrada, coordinador de la unidad especial de ejecución del desarrollo integral de cuencas hidrográficas del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación --UEEDICH-MAGA--; entrevistado el 25 de septiembre de 2007, La Antigua, Guatemala).
En efecto, en septiembre de 2007 en Guatemala se llevaba a cabo la contienda a la
presidencia de la república, el temor del director de cuencas (UEEDICH-MAGA) era
que entrando el nuevo gobierno cambiaran a 32 técnicos que habían recibido un
diplomado en cuencas en la Universidad de Querétaro en México. El temor se hizo
realidad, en abril de 2008 no quedaba ningún técnico capacitado en cuencas, en su
lugar colocaron a profesores rurales que habían ayudado en la campaña a la
presidencia de la república. El personal que estaba capacitado en cuencas eran en
su mayoría ingenieros agrónomos, forestales y antropólogos, los cuales en el
cambio de administración fueron sustituidos por profesores de primaria con nulo
conocimiento del tema de cuencas.
Con respecto al concepto de política como policy, es decir, como hidropolítica o
política pública del agua, encontramos contradicciones, sobreposición y competencia
de instituciones (reglas del juego) y estructuras operativas. Recordemos de nuestro
marco teórico que las leyes y reglamentos o acuerdos comunitarios, instancias
operativas de ejecución, planes, programas y proyectos son los elementos que
conforman la política pública del agua (policy). Así, analizando estos elementos que
290
conforman la política pública del agua dentro de la cuenca Grijalva, tenemos lo
siguiente.
En el plano jurídico, el recurso agua en Guatemala se encuentra regido por el
artículo 127 Constitucional, en el cual se dice que “Todas las aguas son bienes del
dominio público, inalienables e imprescriptibles. Su aprovechamiento, uso y goce, se
otorgan en la forma establecida por la ley, de acuerdo con el interés social. Una ley
específica regulará esta materia” (Constitución Política, 2008).
En efecto, aunque el agua se considera un bien inalienable, es decir que la
propiedad pública no puede ser transferida a ningún otro titular, e imprescriptible en
el sentido que ningún tercero puede adquirir su propiedad mediante figuras legales
de prescripción adquisitiva. Sin embargo, en la práctica el recurso agua se considera
como un recurso privado que se vende al mejor postor entre particulares, los cuales
se amparan en el Código Civil.
“….el Código Civil, que ya hablamos, que era el 31-132 maneja o regula el agua como bien de dominio privado, como un uso privado y la Constitución garantiza en 1985 que el agua es un bien de dominio público, entonces hay una contra-versión total entre el Código Civil y la Constitución actual….”(Lic. Pedro R. Maldonado, coordinador del área política-ambiental del Centro de Acción Legal-Ambiental y Social de Guatemala –CALAS-; entrevistado el 12 de junio de 2008, ciudad de Guatemala, Guatemala).
Esta situación de compra-venta se acentúa debido a la inexistencia de una ley de
aguas (violando el Art. 127 Constitucional) y a la falta de una estructura
gubernamental que coordine las acciones en la materia. De 1953 al 2007 se
documentan diez y seis intentos de estructurar y aprobar una ley de aguas, objetivo
que no se ha logrado debido a los intereses de una élite político-económica en el
poder, a la división de la sociedad guatemalteca, a la oposición de grupos indígenas
291
que ven sus usos, costumbres y prácticas locales amenazadas, a la presencia de
instituciones gubernamentales, no gubernamentales y de catorce partidos políticos
con intereses encontrados en una sociedad pulverizada como consecuencia del
conflicto armado.
La inexistencia de una ley de aguas en Guatemala trae como consecuencia la
pulverización de la política pública en la materia, la cual se ejecuta por diversas
estructuras gubernamentales nacionales y municipales, con traslapes de funciones
en normatividad y ejecución de acciones; en ésta también intervienen agencias no
gubernamentales, universidades e incluso la iniciativa privada. En las diferentes
estructuras se encuentran papeles de definición de políticas, planificación,
investigación, normativas, y conservación del medio ambiente. Esta diversidad y
pulverización institucional genera conflictos dentro de las comunidades y limita la
ejecución de proyectos.
“A la hora de revisar una fuente de agua ahí aparecen muchos dueños, digamos… o sea sí necesitamos un documento para ver quién es el responsable, dicen mire yo aquí tengo un documento municipal, mire que yo tengo un documento que el Ministerio de Ambiente me lo dio, mire que el Ministerio de Agricultura me dio, mire que la gobernación me dio esto… ¡pucha! Entonces a quién le hace uno caso, cómo hace uno con eso; mejor si hay conflictos de agua no nos metemos en eso porque es bien difícil, y media vez no haya una ley, no va a ver ente regulador del agua” (Ing. Joaquín A. Gaitan, coordinador del Plan de Acción para la Modernización y Fomento de la Agricultura bajo Riego –PLAMAR-/MAGA; entrevistado el 27 de septiembre de 2007, ciudad de Guatemala, Guatemala).
La indefinición y sobreposición de reglas de acceso, distribución y manejo del
recurso agua lleva consigo el desconocimiento del universo de usuarios de agua
(individuales o grupales), la sobreexplotación de fuentes de agua y la contaminación
del recurso. No se pueden planear acciones de mediano y largo plazo para
amortiguar eventos de sequías e inundaciones, los conflictos entre comunidades y
entre usos de agua (agrícola y urbano, principalmente) son una constante que incide
292
directamente en la gobernabilidad de la población asentada en los territorios de las
cuencas.
Las entidades gubernamentales guatemaltecas, con funciones normativas y de
ejecución de acciones presentes en las cuencas Cuilco, Selegua y Nentón
(tributarias del río Grande de Chiapas/Grijalva) son: el Ministerio de Ambiente y
Recursos Naturales (MARN), cuya función es formular la política de conservación,
protección y mejoramiento de los recursos naturales, la política de contaminación
del agua y la de cuencas. Cabe destacar que la misma ley que faculta al MARN para
desarrollar las funciones anteriores, también faculta al Ministerio de
Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (MICIVI) para la construcción de canales
de navegación y dragado de ríos y medición hidrológica; y al Ministerio de Salud
Pública y Asistencia Social (MSPAS) vigilar la calidad del agua potable. Estos tres
ministerios se encuentran presentes en las cuencas tributarias guatemaltecas
(Cuilco, Selegua y Nentón), con funciones dispersas en materia de agua.
También el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) desarrolla
acciones dentro de las cuencas guatemaltecas tributarias del Grijalva, a través de
tres estructuras operativas: el Plan de Acción para la Modernización y Fomento de la
Agricultura bajo Riego (PLAMAR), el cual otorga créditos para construcción de
unidades de mini-riego; la Unidad Especial de Ejecución de Desarrollo Integral de
Cuencas Hidrográficas (UEEDICH) que trata de ordenar bajo el enfoque de cuencas,
los programas y proyectos dispersos del propio MAGA. Por su parte, el Instituto
Nacional de Bosques (INAB) reforesta áreas degradadas dentro de las cuencas.
293
En materia de agua doméstica se encuentra una dispersión más crítica que en los
otros usos: además del MSPAS que observa la calidad del agua, existen otras
estructuras que norman, planean y ejecutan proyectos dentro del territorio de las
cuencas tributarias de la Cuenca Grijalva: el Instituto de Fomento Municipal (INFOM)
como parte del MSPAS construye sistemas de agua entubada, Fondos Sociales
financian la construcción de infraestructura, las municipalidades construyen y operan
sistemas de agua, algunos organismos no gubernamentales nacionales como Agua
del Pueblo e internacionales como CARE-Guatemala, el Fondo de Naciones Unidas
para la Infancia (UNICEF) y la Unión Europea también apoyan para la construcción
de infraestructura de agua doméstica.
Se tiene también la presencia de otras estructuras gubernamentales que no
intervienen directamente en la gestión del recurso agua, pero sus acciones se
relacionan directamente con la conservación o deterioro de las cuencas. En
conservación trabaja por ejemplo el Consejo Nacional de Áreas Protegidas
(CONAP), así como el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología
e Hidrología (INSUVIMEH) en materia de investigación. En el ámbito del deterioro de
las cuencas, observamos que las concesiones mineras otorgadas a empresas de
Canadá por el Ministerio de Energía y Minas (MEM) tienen un impacto directo en los
bosques, los suelos y el agua (recarga y calidad) y en la salud de la población.
Una última estructura gubernamental con presencia dentro de la Cuenca Grijalva y
sus cuencas tributarias guatemaltecas es la Comisión Internacional de Límites y
Aguas (CILA), organismo binacional con una sección mexicana y otra guatemalteca
que depende directamente del Ministerio (Guatemala) o Secretaría (México) de
294
Relaciones Exteriores. Esta estructura binacional se dedica principalmente al
mantenimiento de los monumentos (mojoneras) de la línea divisoria y a proponer o
coordinar trabajos ingenieriles de protección de márgenes de ríos para evitar la
divagación de las fronteras fluviales entre ambos países. La CILA ha sido una de las
estructuras gubernamentales más reacias para entender y sumar esfuerzos en el
trabajo de cuencas compartidas entre ambos países.
En el plano local se han asociado municipalidades en figuras jurídico-legales
denominadas mancomunidades. En las cuencas de los ríos Cuilco y Selegua se han
asociado catorce municipios en la Mancomunidad de Municipios del Sur Occidente
de Huehuetenango (MAMSOHUE).52 En materia de agua además de que se
gestiona la construcción de infraestructura para el suministro de agua doméstica,
MAMSOHUE ha establecido también lo que denominan alianza para el agua segura,
es decir, el tratamiento de agua para consumo humano con el fin de incidir en
enfermedades diarreicas y parasitismo intestinal.
De igual forma en las cuencas de los ríos Selegua y Nentón se han asociado ocho
municipios en la Mancomunidad Huistas.53 Los alcaldes de estos municipios
mancomunados reconocen la organización desde la perspectiva política (politics) y
para la ejecución y planeación de políticas públicas (policy).
“….pues el problema de los municipios de los Huistas era que nuestra cultura, pues ni la conocíamos, y estábamos tan cerca verdad…. y nos vino a unir la necesidad política de que el gobierno central había mucha marginación hacia los alcaldes de la oposición, ya que cuando gana un gobierno central acá pues hay muchos partidos políticos que vienen, en lugar de venir a ayudar vienen a dividir porque
52
Esta mancomunidad se estableció en diciembre de 2001 y se integra por los municipios de Tectitan, Cuilco, La Libertad, San Idelfonso Ixtahuacán, San Pedro Necta, Colotenango, Santiago Chimaltenango, San Pedro Ixchil, San Rafael Pétzal, San Juan Atitán, San Sebastián Huehuetenango, Santa Bárbara, Malacatancito y Huehuetenango. 53
Se integra por los municipios de Nentón, Santa Ana Huista, San Antonio Huista, La Democracia, Jacaltenango, Concepción Huista, San Miguel Acatán y Todos Santos Cuchumatán.
295
hay equis partido no que blanco, azul, que rojo, etcétera, etcétera. Y veíamos que un alcalde sólo llegaba al Congreso de la República y a nivel nacional pues no le hacían caso, un alcalde solo llegaba al Congreso y el policía le decía ¿Quién eres? y no te dejaba entrar……entonces surgió que había que unir esfuerzos y se creó la mancomunidad Huista con el objetivo de salir adelante coordinados con proyectos” (Bernardo A. Jiménez, Alcalde de San Antonio Huista, y presidente de la Mancomunidad Huistas; entrevistado el 26 de septiembre de 2007, oficina de la presidencia municipal de San Antonio Huista, Departamento de Huehuetenango, Guatemala).
Dentro de las múltiples acciones que realizan los municipios de la mancomunidad
Huistas, se encuentra la construcción de infraestructura de agua doméstica, el apoyo
para pequeñas unidades de riego y la reforestación de áreas de recarga hídrica.
Esta mancomunidad ha buscado afanosamente financiamientos para la construcción
de pequeñas hidroeléctricas dentro de la cuenca del río Nentón, aspiración que no
ha conseguido por la falta de recursos económicos.
Las mancomunidades MAMSOHUE y Huistas reciben el apoyo de la Unión Europea
a través de la Secretaría de Coordinación Ejecutiva de la Presidencia (SCEP). Se
han establecido convenios de apoyo directo a estas mancomunidades del orden de
los 25 millones de euros, para un periodo de ejecución de enero de 2007 a enero de
2011. Este tipo de apoyos internacionales son los que no llegan a comunidades de
Chiapas situadas en la Cuenca Grijalva del lado mexicano, las cuales se encuentran
en condiciones similares de marginación. La entrada de México a la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en 1994 ha limitado el
apoyo internacional a territorios marginados, ya que el país por ser desarrollado, no
es sujeto de este tipo de apoyos.
La personalidad jurídica de las mancomunidades les permite trascender más allá del
periodo de cuatro años que ejercen los alcaldes. Las mancomunidades realizan una
planeación desde los territorios, con la participación directa de las comunidades a
296
través de los comités comunitarios de desarrollo (cocodes) y de los comités
municipales de desarrollo (comudes), cuyo objetivo consiste en incluir a los
beneficiarios directos de los proyectos y evitar la pulverización y duplicidad de
funciones y acciones.
Para tratar de ordenar la pulverización de acciones, la mancomunidad MAMSOHUE
estableció un instrumento denominado mesa de coordinación institucional, cuyo
objetivo es:
“…propiciar un espacio de coordinación efectiva que, tanto a nivel intermunicipal como interinstitucional; evite la planificación desvinculada e incoherente de acciones, duplicidad de funciones, desgaste de recursos financieros y de los actores mismos y su tiempo como beneficiarios. Lograr una estrecha y armoniosa coordinación que permita mejorar deficiencias de intervención, efectuando acciones de apoyo o complementarias en temáticas comunes del desarrollo integral y sostenible en áreas de cobertura comunes dentro de la Mancomunidad” (Lic. Celia Hernández, gerente de la Mancomunidad del Sur Occidente de Huehuetenango –MAMSOHUE-; entrevistada el 12 de septiembre de 2007, ciudad de Huetenango, Huehuetenago, Guatemala).
Las respuestas a la duplicidad de funciones y acciones en Guatemala se dan dentro
de los márgenes establecidos en las leyes del Estado, a través de organismos
constituidos legalmente como las mancomunidades y las ONG´s de perfil ambiental,
las cuales tienen posibilidad de trascender más allá de los cambios de gobierno
cada cuatro años. Podríamos concluir en este sentido que la presencia
gubernamental (principalmente del gobierno central) a través de sus instituciones y
estructuras operativas en el plano local es poco consolidada, debido a los cambios
constantes de rumbo de las políticas públicas, al perfil político de las acciones
gubernamentales (en el sentido de politics), al cambio constante de personal y a la
dinámica interna de las comunidades, donde se manifiesta poca credibilidad de las
estructuras gubernamentales por los cambios constantes de rumbo.
297
En lo interno las comunidades rurales e indígenas se organizan bajo sus propias
reglas y estructuras operativas denominadas comités comunitarios de agua
doméstica, así como en asociaciones de usuarios de miniriego. Las reglas de
acceso al recurso agua se establecen directamente al interior de las comunidades o
al exterior mediante un proceso de negociación con otras comunidades. La
negociación generalmente se centra en la compra y venta de fuentes de agua y en
los permisos de paso de la tubería. Así, las comunidades se organizan para negociar
al interior de los territorios el acceso al recurso agua y para gestionar en lo externo
recursos económicos para construir la infraestructura. Éste es el pluralismo legal que
encontramos en el territorio de las cuencas Cuilco, Selegua y Nentón en Guatemala,
es decir, los diferentes órdenes legales de las comunidades interactúan en lo interno
y en lo externo para lograr el acceso y distribución del recurso agua, así como para
captar fondos económicos para la construcción de infraestructura ante la
incapacidad gubernamental para atender la provisión de los servicios.
Continuando la explicación de la figura de mapeo institucional en el sentido de
cuenca arriba-cuenca abajo, podemos observar que en contraste con Guatemala, en
México se tiene una tradición de leyes e instituciones en materia de agua desde
1888,54 donde perdura una visión de concentración de toma de decisiones desde el
gobierno federal central, en contraposición con las dinámicas locales de gestión del
agua. El centralismo genera inercias que se traducen en una política pública de
arriba hacia abajo, con poca presencia de las instituciones locales que hacen el
aprovechamiento del recurso agua. Aunque se tiene una ley de aguas nacionales y
una institución que ejecuta el mandato de dicha ley, en la práctica perdura la
54
En México se han publicado seis Leyes de Aguas Nacionales: 1888-1910 (apartado de aguas dentro de la ley de vías generales de comunicación), 1910-1929, 1929-1934; 1934-1972, 1972-1992, y 1992 a la actualidad (con una reforma en 2004).
298
descoordinación de acciones por la competencia de tres ordenes de gobierno con
leyes, instituciones y funciones que en la operación en campo obstaculizan la
gestión integral del agua y de las cuencas y subcuencas.
Concretamente en la parte mexicana de la Cuenca Grijalva identificamos la
presencia de las instituciones gubernamentales federales siguientes: la Secretaría
de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) como cabeza de sector de
la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y de la Comisión Nacional Forestal
(CONAFOR); la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y
Alimentación (SAGARPA) a través del Fideicomiso de Riesgo Compartido (FIRCO);
la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP); la Comisión
Federal de Electricidad (CFE); y la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA)
en su sección mexicana.
La estructura del gobierno federal responsable por ley de ordenar y ejecutar las
acciones en materia de agua por cuenca es la Conagua. El desconocimiento del
personal de esa dependencia gubernamental de lo que es la gestión integral de
cuencas y el ordenamiento del territorio para impulsar el desarrollo regional y local
de la población, así como la vieja tradición del sector hidráulico mexicano de
imposición en los territorios intervenidos del enfoque ingenieril, inhiben y limitan la
participación en la toma de decisiones de los diferentes actores gubernamentales,
no gubernamentales y de la sociedad. Así, la planeación y ejecución de la
hidropolítica se hace con la bandera de cuenca y gestión integral de los recursos
hídricos (GIRH), pero no va más allá del discurso.
“….sí le digo, el área de atención de emergencias y cuencas no sabemos que es lo que hacen, internamente nos organizamos cada uno en sus áreas y con sus propios lineamientos que vienen de
299
oficinas centrales del D.F. (Distrito Federal), no estamos organizados por cuencas, por ejemplo aquí en el área todo lo tenemos registrado por municipios, así esta la base de datos” (funcionari@ anónimo de Conagua, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; diario de campo, 7 de noviembre de 2008). “Para ser sincero con usted, aquí en el distrito de …, no conocemos esa cuestión de cuencas, escuchamos de cuencas porque está el área en la oficina de Tuxtla (de la Conagua) y hacen sus reuniones con los municipios. Nosotros los del distrito traemos nuestro trabajo, no perdemos el tiempo en esas cosas” (funcionari@ anónimo de Conagua, en algún municipio de la cuenca Grijalva, Chiapas; diario de campo, 12 de noviembre de 2008).
Ésta es la organización interna de la Conagua en materia de cuencas, según la
versión de los propios funcionarios de la institución. En este sentido, consideramos
que no se puede impulsar un proceso externo con la participación de otras
dependencias de los tres niveles de gobierno y la participación de la sociedad civil, si
la estructura gubernamental que por ley impulsa la gestión del agua por cuencas
internamente no se organiza en ese sentido.
Por otro lado, las instituciones del gobierno del estado de Chiapas con presencia en
la Cuenca del Grijalva, son: el Instituto Estatal de Agua y Saneamiento (INESA), el
cual depende de la Secretaría de Infraestructura (SEINF); la Secretaría de Medio
Ambiente, Vivienda e Historia Natural (SEMAVHIN)55; la Comisión Forestal
Sustentable del Estado de Chiapas (COFOSECH), dependiente de la Secretaría del
Campo (SC); la Secretaría de Pesca y Acuacultura (SEPESA); y la Secretaría para
el Desarrollo de la Frontera Sur (SEDEFROSUR).
La característica de la estructura operativa del gobierno de Chiapas es la dispersión
y los cambios constantes de nombre de las dependencias y por consiguiente de
funciones. La administración del gobierno de Chiapas (2006-2012), se mueve en
55
Hasta finales de 2009 esta dependencia del gobierno del estado de Chiapas se llamaba Secretaría de Medio Ambiente y Vivienda (SEMAVI).
300
función de los intereses de los grupos de poder de prácticamente todos los partidos
políticos representados dentro de las estructuras operativas.
Los cambios de estructuras operativas en el gobierno de Chiapas derivan en
ocasiones en conflictos de grupos en el poder, los cuales, en su afán de entorpecer
a los nuevos funcionarios que los han desplazado provocan daños en la
infraestructura que se ha construido a lo largo del tiempo. Los daños tienen un
impacto directo en la población contribuyente en general y en los usuarios directos
de dicha infraestructura.
“….no mano, la verdad es que esos cuates que salieron de aquí de…, son unos pillos, desmantelaron el laboratorio que teníamos de…, ahora no podemos hacer las pruebas y los análisis de las muestras, bueno con decirte que hasta los aires acondicionados de las oficinas se llevaron, eso no es posible. El grupo ése que estaba aquí, la verdad no sabe nada de medio ambiente, es un grupo político, ya sabes las herencias de los apellidos de los ex –gobernadores en este estado cuentan mucho” (entrevista a funcionari@ anónimo del gobierno del estado de Chiapas, diario de campo, 8 de noviembre de 2008)
Un análisis comparativo de los organigramas de los gobiernos de Chiapas, Tabasco
y Oaxaca nos lleva a observar que, en comparación con sus vecinos o compañeros
de la cuenca del Grijalva (Oaxaca y Tabasco) Chiapas es el que tiene más
burocracia en general y en específico en materia de recursos naturales, donde se
encuentra el recurso agua.
En Chiapas en materia de agua y cuencas interviene el INESA como normativo y
operativo en algunos casos, la SEINF en construcción de obras hidráulicas,
SEMAVIHN en proyectos de medio ambiente y contaminación, COFOSECH
coordina el comité estatal de microcuencas (cemicro) y hace reforestación en
cuencas, SEPESA apoya a pescadores en el estado dentro de los cuales se
encuentran los ubicados en las orillas de las presas hidroeléctricas del río Grande de
301
Chiapas/Grijalva, y SEDEFROSUR ha estado participando en acciones puntuales
intentando la coordinación con Guatemala en materia de agua y cuencas.
Encontramos también en el estado de Oaxaca, en la porción de territorio de esta
entidad dentro de la cuenca, la presencia de la Comisión Estatal del Agua (CEA), el
Instituto Estatal de Ecología de Oaxaca (IEEO), y la Secretaría de Desarrollo Rural
(SEDER). Es importante destacar que, aunque la ley de aguas nacionales de 1992 y
su reforma de 2004 mencionan que la gestión gubernamental del agua se hace por
cuencas, en el consejo de cuenca Grijalva-Usumacinta de la Conagua no se incluye
a representantes de usuarios de agua de Oaxaca ubicados dentro de la Cuenca
Grijalva, violando con ello desde el propio sector gubernamental la ley de aguas
nacionales.
En el estado de Tabasco, las estructuras gubernamentales presentes en la Cuenca
Grijalva son la Secretaría de Asentamientos y Obra Pública (SAOP), la cual es
cabeza de sector del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Tabasco
(SAPAET) y de la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento (CEAS); la Secretaría
de Desarrollo Agropecuario, Forestal y Pesca (SEDAFOP); y la Secretaría de
Recursos Naturales y Protección Ambiental (SERNAPAM). Esta última dependencia
ha sido una de las más interesadas y sensibles dentro de las estructuras del
gobierno del estado de Tabasco y de las propias instancias del gobierno federal, a
comprender e impulsar acciones en materia de cuencas y microcuencas.
La confusión sobre cuencas dentro de las estructuras gubernamentales en Tabasco
es considerable. Por ejemplo, se dice constantemente que las cuencas Grijalva y la
302
del Usumacinta forman una sola cuenca; esta opinión o confusión también la
manifiestan los propios funcionarios de la oficina de Conagua en Tabasco. De igual
forma en reuniones gubernamentales y académicas donde estuvimos presentes, se
menciona la cuenca alta del Grijalva hasta el límite político de Tabasco con Chiapas,
el desconocimiento geográfico de la cuenca es una constante.
El trabajo de cuencas en la mayoría de las oficinas del gobierno de Tabasco se
considera como algo ajeno, una actividad que le corresponde hacer a la Conagua.
Esta posición tiene una explicación histórica, la presencia de la SRH con la comisión
de Cuenca Grijalva de 1951 a 1986 en Tabasco, donde se ejecutó una política
autoritaria de arriba hacia abajo, formó la idea en la población tabasqueña y sus
gobernantes que la intervención en materia de agua y cuencas le corresponde única
y exclusivamente al gobierno federal. En efecto, se tienen estructuras
gubernamentales en esta entidad que ejecutan acciones en materia de agua, medio
ambiente, recursos naturales y actividades productivas dentro de las cuencas, pero
no van más allá de un trabajo sectorial, donde la gestión integral es todavía una
meta lejana.
En el plano municipal en Chiapas, Oaxaca y Tabasco, dentro de la cuenca operan
Sistemas de Agua Potable y Alcantarillado Municipales (SAPAM), y en la ausencia
de este tipo de estructuras cada municipio mantiene una oficina o área de agua
potable. También los municipios mantienen áreas de ecología que se concentran
básicamente a atender parques y jardines de las cabeceras municipales.
303
En la cuenca también encontramos tanto en México como en Guatemala la
presencia de organismos no gubernamentales (ONG´s) que desarrollan acciones en
materia de medio ambiente, recursos naturales, cuencas y agua. Por las propias
condiciones de pobreza de la población de Guatemala, así como la condición de
debilidad presupuestal del gobierno guatemalteco, dentro de las cuencas Cuilco,
Selegua y Nentón encontramos más presencia de ONG´s.
Las universidades y centros de investigación también intervienen en la cuenca tanto
en Guatemala como en México. De manera paulatina se empiezan a presentar
proyectos de investigación sobre gestión integral de cuencas, lo que abre la
posibilidad de hacer equipos de investigación y capacitación. Es notable el divorcio
entre estructuras académicas y de investigación con estructuras gubernamentales,
debido principalmente a que las lógicas en espacio, tiempo e incidencia son
distintas.
En conclusión, la Cuenca Grijalva se encuentra dividida por los límites
internacionales entre México y Guatemala. También al interior de México se
encuentra dividida por límites político-administrativos entre los estados de Chiapas,
Oaxaca y Tabasco. En Guatemala está dividida por límites departamentales que
involucran a Huehuetenango, San Marcos, Quetzaltenango y Totonicapán. Estas
divisiones como construcciones sociales e históricas son el gran reto a vencer para
hacer una gestión integral de la cuenca.
También aunque los gobiernos de y en los dos países tomen las banderas
internacionales de desarrollo sustentable, gestión integral de cuencas, gestión
304
integrada de los recursos hídricos (GIRH), en la práctica perdura la división y
pulverización de acciones por las múltiples leyes, reglamentos y estructuras
operativas que intervienen, donde la visión técnica-social de la construcción y
ejecución de políticas públicas (policy) se encuentra supeditada a cuestiones
políticas (politics) de grupos de poder incrustados en las esferas de los partidos
políticos y en los diferentes órdenes o niveles de gobierno.
5.2. La antitesis de la gestión de cuencas en México: el consejo de cuenca
Grijalva-Usumacinta, las comisiones y los comités de cuenca
En la conferencia de las Naciones Unidas sobre Agua en 1977 en Mar de Plata,
Argentina, se discutió y aprobó por primera vez en el plano internacional la gestión
del agua por cuenca, tomando como base la unidad territorial de convergencia de
escurrimientos hacía un punto común. Según Garrido (2003), la gestión del recurso
agua por cuenca evocada en la conferencia de Mar de Plata, se sustenta
básicamente en tres principios: en la perspectiva social se deben atender las
interrelaciones entre usos del agua y usuarios dentro de una cuenca. En el aspecto
natural es importante establecer las relaciones de los sistemas físico y biótico y su
interrelación con el sistema socieconómico. En el ámbito de disponibilidad y
demanda del recurso, es necesario observar el balance hidrológico en materia de
cantidad y calidad versus los usos del agua dentro de la cuenca.
Como bandera internacional se ha planteado la participación de la población en la
planeación, construcción y ejecución (en algunos casos) de las políticas hídricas.
Los diferentes gobiernos han adoptado mediante diferentes mecanismos la
305
aplicación del concepto de participación de los usuarios en el plano nacional y en
algunos casos en los ámbitos regionales y locales. Dourojeanni et al. (2002) y
García (2003) plantean que, en la gestión del agua, además de la participación de
los gobiernos centrales es necesario también fomentar y consolidar las diferentes
formas de participación de autoridades locales y actores sociales, utilizando como
estrategia la transferencia de funciones, responsabilidades y competencias.
En el caso mexicano, como eje de la política hídrica consagrada en la LAN se ha
institucionalizado la participación ciudadana a través de la instalación de consejos,
comisiones y comités de cuenca. En este apartado analizamos los mecanismos y
procesos de instalación y operación de los consejos, comisiones y comités de
cuenca que han sido gestionados en la Cuenca Grijalva. En estas estructuras de
iniciativa gubernamental observamos la ausencia de reglas comunitarias que definan
de manera conjunta con las reglas gubernamentales la política pública que se
ejecuta en materia de cuencas. De igual forma observamos cómo en varios aspectos
de la política seguida por la Conagua en materia de cuencas se viola el
ordenamiento jurídico de la LAN.
5.2.1. Los consejos de cuenca y la participación de la población: una
iniciativa gubernamental de buenos propósitos
En México se adoptó el principio de gestión del agua por cuencas. Con la Ley de
Aguas Nacionales (LAN) de 1992 se incorporó este principio al establecer la
creación de los consejos de cuenca como:
“…..instancias de coordinación y concertación entre la Comisión (CNA), las dependencias y entidades de las instancias federal, estatal o municipal y los representantes de los usuarios de la respectiva cuenca hidrológica, con el objeto de formular y ejecutar programas y acciones para la mejor
306
administración de las aguas, el desarrollo de la infraestructura hidráulica y de los servicios respectivos y la preservación de los recursos de la cuenca” (Art. 13, LAN, 1992).
En el contexto de la LAN de 1992, la entonces CNA instaló en el plano nacional 25
consejos de cuenca en el periodo 1993-2000. La operación de los consejos de
cuenca se modeló como una figura homogénea de representación olvidando la
diversidad de condiciones naturales, culturales, sociales, económicas y políticas del
territorio nacional, así como de los propios territorios que abarca cada uno de los
consejo de cuenca (ver figura 6).
Figura 6. Estructura de los consejos de cuenca de acuerdo a la LAN de 1992
Fuente: CNA-SEMARNAT (2001:19)
Presidente del consejo: Titular de la
Comisión Nacional del Agua (voz y voto de
calidad)
Vocales gubernamentales: Titulares de los
gobiernos de los estados
(Voz y voto)
Vocales usuarios: representantes de los
usos existentes en la cuenca: agrícola,
agroindustrial, doméstico, acuacultura, en
servicios, industrial, para conservación
ecológica, pecuario y público urbano (por
lo menos en igual número a los vocales
gubernamentales)
(Voz y voto)
Invitados: otras dependencias del gobierno federal y estatal, ayuntamientos, ONG´s, academia
(Voz)
Secretaría Técnica (Gerente Regional de la CNA)
--Comisiones de cuenca
--Comités de cuenca
--Cotas
Grupo de Seguimiento y
Evaluación del Consejo
Asamblea de
Representantes de
Usuarios
Centro de información y
consulta sobre el agua
Grupos especializados Comités Regionales,
Subregionales y Estatales
de Usuarios por el Uso del
Agua
307
Es necesario aclarar que la LAN se reformó en 2004; en la reforma se incluyeron
cambios a las estructuras de los consejos de cuenca (ver figura 7). Los cambios
tienden a ampliar la participación del gobierno federal, se incluye con voz y voto
además de la Conagua a siete dependencias federales; se establece que hasta un
35% de los integrantes del consejo con voz y voto serán gubernamentales entre
municipios, estados y gobierno federal. También se amplía la participación de la
sociedad, además de los representantes por uso se incluyen representaciones en
“equidad de género, indígenas, gremios y otros” (sin especificar). Se considera que
la representación de usuarios y de la sociedad llegue cuando menos a un 50% de
los miembros del consejo con voz y voto.
Figura 7. Estructura de los consejos de cuenca de acuerdo a la reforma de la LAN en 2004
Comisión de Operación y Vigilancia del
Consejo de Cuenca (Actual GSE)
Asume las funciones del Grupo Técnico de
Trabajo Mixto y Colegiado
Grupos Especializados de Trabajo
Asamblea General de Usuarios
Integrada por representantes de los usuarios del agua y de la sociedad
organizada.
Comité Directivo:
Presidente
Designado conforme a lo dispuesto en la
LAN, en su Reglamento y en las Reglas
Generales de Integración, Organización y
Funcionamiento del Consejo de Cuenca
Secretario Técnico
Director General del Organismo de Cuenca
COMITÉS REGIONALES, SUBREGIONALES Y ESTATALES DE USUARIOS POR USO Y DE LA SOCIEDAD ORGANIZADA
COMITÉS TÉCNICOS DE AGUAS
DEL SUBSUELO O
SUBTERRÁNEAS (COTAS)
COMITÉS DE CUENCA
SIETE VOCALES DEL GOBIERNO FEDERAL
Representantes de SEMARNAT, SHCP, SEDESOL, Energía, Economía,
Salud y SAGARPA.
VOCALES DE LOS GOBIERNOS ESTATALES
Titular o Titulares del Poder Ejecutivo de los Estados con participación en el
Consejo de Cuenca
VOCALES USUARIOS Y DE LA SOCIEDAD ORGANIZADA
Vocales Usuarios por cada uso del agua que existan en la cuenca y Vocales
de los Sectores: Pro Equidad de Género, Indígena, Gremios y otros.
VOCALES DE LOS GOBIERNOS MUNICIPALES
Presidente o Presidentes Municipales de cada entidad federativa
representando a los gobiernos municipales
Gerencia Operativa del
Consejo de Cuenca
Funciones internas de carácter técnico,
administrativo y jurídico
COMISIONES DE
CUENCA
Fuente: Elaboración propia, información de Conagua y LAN reformada de 2004.
En la actualidad no se ha publicado el reglamento de la LAN reformada, así como
las nuevas reglas de operación de los consejos de cuenca de acuerdo a dicha
308
reforma. En este sentido, los 25 consejos de cuenca que se establecieron a nivel
nacional siguen operando con la misma estructura de la LAN de 1992 y las reglas de
operación anteriores a la reforma de la ley.
En la región hidrológica administrativa XI frontera sur56 se instalaron dos consejos de
cuenca, los cuales operan en la actualidad de acuerdo al mandato de la LAN de
1992, y a las reglas de operación de los consejos de cuenca existentes antes de la
reforma de 2004. El consejo de cuenca de la Costa de Chiapas fue instalado en
enero del 2000 con la representación de un vocal y un suplente de los usuarios de
aguas nacionales (los que tienen títulos de concesión de agua otorgado por la CNA)
del uso público-urbano (agua doméstica), agrícola, pecuario, agroindustrial y
acuícola; cada uso tiene voz y voto dentro del consejo. También se encuentra
representado el gobierno del estado de Chiapas con voz y voto a través del
responsable estatal en materia de agua y saneamiento. El director nacional de la
CNA tiene voz y voto de calidad dentro del consejo (CNA-SEMARNAT, 2003).
El consejo de cuenca Grijalva-Usumacinta se instaló en agosto de 2000 con la
representación de los usos público-urbano, agrícola, pecuario, industrial y de energía
hidroeléctrica; cada uso tiene voz y voto y lo representa un vocal y un suplente.
También participan con voz y voto un representante del gobierno de Chiapas y otro
de Tabasco, el director de la CNA tiene voto de calidad (CNA, 2003 “Programa
Hidráulico Regional 2002-2006”).
56
La región XI frontera sur es una de las 13 regiones hidrológico-administrativas de CNA/Conagua, bajo las cuales se administra el agua en el plano nacional. Esta región se conforma de todo el territorio de Chiapas y Tabasco, así como de los municipios de Chahuites, San Francisco, Ixhuatán y San Pedro Tapanatepec del estado de Oaxaca, también incluye el municipio de Palizada en Campeche.
309
La instalación de consejos de cuenca a nivel nacional y en particular el Grijalva-
Usumacinta tiene varios aspectos que son necesarios analizar en el contexto de la
política pública por cuenca y de la participación de la sociedad en la definición de la
misma.
La estructura de los consejos de cuenca a nivel nacional es poco operativa debido a
las grandes superficies físicas que abarcan y a la diversidad de problemas
ambientales, políticos y económicos presentes en esos territorios. En general, en el
plano nacional las divisiones territoriales de los consejos de cuenca, como su
nombre lo indica y la LAN lo plantea, deberían cubrir territorios naturales
contextualizados dentro de parteaguas. Sin embargo, la CNA en su momento al
hacer la planeación de las cuencas para conformar 13 regiones hidrológico-
administrativas a nivel nacional, se guió por divisiones político administrativas de
municipios.
“Las regiones hidrológico-administrativas están conformadas por los municipios que en su mayor proporción quedan dentro de las cuencas que conforman cada región. En mayo de 1998 fueron publicados en el Diario Oficial de la Federación (DOF) los municipios que conforman cada una de las 13 regiones hidrológico-administrativas y en octubre de 2000 fueron publicadas en el DOF algunos ajustes a la regionalización en comento” (CNA, 2001:17).
Así, la institución nacional responsable de hacer la gestión del recurso agua por
cuenca como territorio natural, en la práctica está haciendo una gestión del recurso
con criterio de división político-administrativa, ajustando y sustituyendo el parteaguas
natural a divisiones municipales.
En la instalación del consejo de cuenca Grijalva-Usumacinta, además de adoptar la
división político-administrativa municipal, también se impuso un criterio político de
convulsión social presente en la región. En efecto, la presencia del ejército zapatista
310
de liberación nacional (EZLN) en el territorio de la Cuenca Usumacinta obligó a la
CNA a conformar un solo consejo de cuenca.
Como discutimos y analizamos en el capitulo II (apartado 2.2), la Cuenca Grijalva es
una unidad natural con límites de parteaguas bien definidos, al igual que la propia
Cuenca Usumacinta. En este sentido, no se justifica desde una perspectiva de
territorios naturales la conformación de un sólo consejo de cuenca. La justificación
en este sentido de establecer un único consejo de cuenca es eminentemente de
carácter político, situación que reafirma nuestra tesis de construcción social de las
cuencas.
Otro aspecto no menos importante es la característica transfronteriza de estas dos
grandes cuencas por donde escurre una tercera parte del agua superficial de
México. La parte alta de la Cuenca Grijalva (ríos Cuilco, Selegua y Nentón) se
encuentra en territorio guatemalteco, la cual representa el 9.49% del total de la
superficie de la cuenca. La Cuenca Usumacinta en su mayoría se encuentra del lado
guatemalteco: un 58% del total de la superficie de esta cuenca es territorio de
Guatemala. Esta característica de cuencas transfronterizas no se consideró en la
instalación del consejo de cuenca Grijalva-Usumacinta.
La división político-administrativa por municipio, la instalación de un sólo consejo de
cuenca que abarca las dos grandes cuencas -Grijalva y Usumacinta-, así como el
olvido de no considerar la característica transfronteriza de estas dos cuencas nos
lleva a concluir que la gestión del agua por cuenca en su dimensión natural de
parteaguas, consagrada en la LAN de 1992 y ampliada en la reforma a dicha ley en
2004, es una iniciativa que en la práctica no se cumple, violando con ello la propia
CNA/Conagua el mandato de dicha ley.
311
Existen otros aspectos que apuntan también hacía la violación de la LAN en materia
de cuencas y en la equidad y legitimidad de la representación de los usuarios dentro
de los consejos de cuenca. En la Cuenca Grijalva se encuentran pequeñas
porciones de municipios de Oaxaca, igual dentro de la Cuenca Usumacinta la
CNA/Conagua considera todo el territorio del municipio de Palizada, Campeche.
Estos estados y sus municipios involucrados no se encuentran representados en el
consejo de cuenca Grijalva-Usumacinta, los representantes gubernamentales y de
los usuarios pertenecen únicamente a los estados de Chiapas y Tabasco.
La forma de representación de los usuarios dentro del consejo de cuenca Grijalva-
Usumacinta, nos lleva a una pregunta: ¿Qué tipo de representación busca la
CNA/Conagua en los consejos de cuenca? Las respuestas que visualizamos son
únicamente dos: una representación acotada a grupos de poder político y económico
o una representación de organizaciones de base que representen en la práctica
cotidiana a la sociedad en general que hace uso del recurso agua. La respuesta
apunta hacia el primer planteamiento.
En efecto, en la integración del consejo de cuenca Grijalva-Usumacinta, al igual que
en todos los consejos de cuenca a nivel nacional, los usuarios que se encuentran
representados son solamente aquellos que tienen títulos de concesión o derechos
de aguas nacionales, se deja de lado a todo persona o grupo que hace uso de
aguas no registradas ante la CNA/Conagua, lo cual repercute en una
representatividad real de la sociedad y en la toma de decisiones para toda la
cuenca.
Un aspecto que también tiene efectos en la representación de la sociedad dentro del
consejo de cuenca Grijalva-Usumacinta, es la forma en cómo se conformaron las
312
representaciones por uso: el publico-urbano está representado por el director del
Sistema Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (SMAPA) de Tuxtla Gutiérrez, es
decir, es una representación gubernamental y por consiguiente política. En igual
circunstancia se encuentra la representación del uso de energía hidroeléctrica, la
responsabilidad cae en el director del complejo hidroeléctrico Grijalva a cargo de la
Comisión Federal de Electricidad (CFE). El uso agrícola recae en un representante
de los distritos de temporal tecnificado de Tabasco, productor a escala de banano,
donde se encuentra la mano de personal de la propia CNA/Conagua de dichos
distritos. El uso industrial quedó representado por la empresa trasnacional Nestlé, es
decir, las empresas chiapanecas y tabasqueñas estaban representadas por
intereses internacionales; por considerar pocos avances del consejo de cuenca este
vocal renunció a la representación. El uso pecuario está representado por ganaderos
de la Región Frailesca que en poco se parecen a la gran cantidad de medianos y
pequeños ganaderos campesinos de subsistencia diseminados por todo el territorio
chiapaneco y tabasqueño.
El otro factor que incide en la legitimación de los representantes de los usuarios
dentro del consejo de cuenca Grijalva-Usumacinta es la extensión territorial. La
representación de cinco vocales y cinco suplentes de los usuarios (suplente y vocal
por uso), no es suficiente para cubrir un territorio de 91,345 km2 que alcanza el
Grijalva-Usumacinta en territorio mexicano, es decir, 117 municipios: 99 de Chiapas,
17 de Tabasco y uno de Campeche. La extensión de todos los municipios
mexicanos involucrados en el consejo de cuenca Grijalva-Usumacinta equivale a 1.2
veces el territorio de Chiapas o a 3.69 veces el territorio de Tabasco.
313
La consulta a 117 presidentes municipales y a los usuarios del territorio Grijalva-
Usumacinta en su parte mexicana, es decir, alrededor de 25 mil usuarios de aguas
nacionales (según datos de la propia CNA/Conagua) es una labor que simplemente
no hacen los 10 representantes de los usuarios de aguas nacionales, está fuera de
su alcance. Para llevar la opinión de los usuarios a las tres reuniones al año que se
establecen en las reglas de operación de los consejos de cuenca, los representantes
(de los usuarios) requerirían hacer una labor titánica, dejarían incluso sus propias
actividades para dedicarse de tiempo completo al trabajo del consejo de cuenca
Grijalva-Usumacinta, esto implica recibir un salario de la Conagua o de estructuras
gubernamentales, se perdería así el espíritu de participación ciudadana.
En la opinión del propio sector gubernamental que asiste a las reuniones del
consejo de cuenca Grijalva-Usumacinta como vocal con voz y voto, se manifiesta la
inoperatividad de dicha estructura gubernamental.
“Como se ha manifestado por los compañeros tanto de Chiapas como de Tabasco, los representantes de usuarios y de los propios gobiernos, las reuniones del consejo sirven para ir a tomar café y comer galletas, claro también para aprobar lo que la Conagua ya tiene decidido que va a ejecutar. Como les dije aquí en una reunión con el gabinete del gobernador, si ese tipo de estructuras son las que está promoviendo la Conagua, nosotros preferimos no apoyar, lo que necesitamos son estructuras pequeñas de incidencia y participación directa de la gente, sí, quizá tipo comités de microcuenca” (Diario de campo, 19 de junio de 2009, Villahermosa, Tabasco).
El propio personal de la Conagua argumenta la inoperatividad del consejo de cuenca
Grijalva-Usumacinta por cuestiones de carácter político entre los gobiernos de
Chiapas y Tabasco, la poca coordinación entre los representantes de la Conagua en
estos dos estados, y la presencia de fenómenos extremos que causan inundaciones
y provocan una opinión pública en contra de la Conagua.
“Perdimos la continuidad en el consejo Grijalva-Usumacinta, cuando estuvo el gordito de gobernador de Tabasco (Manuel Andrade) y en Chiapas Pablo Salazar no pudimos hacer ninguna reunión con la presencia de los dos, siempre fue a través de personas de segundo nivel; ya sabes uno era del PRI y el otro se había peleado con el PRI en Chiapas, creo que había pleito político. También al interior de la Conagua hubo dificultades entre el gerente de Chiapas y el de Tabasco, esto fue en 2003 y hasta
314
2006. Después ya vino el impacto de la inundación de 2007 en Tabasco y no pudimos hacer nada de reuniones del consejo de cuenca ¡todos culpaban a la Conagua del desastre! Ahora estamos tratando de reactivar el consejo, lo vamos a reestructurar de acuerdo a la ley de aguas de 2004” (funcinari@ de la Conagua, entrevista telefónica, 07 de mayo, 2009).
La gestión del agua por cuenca, así como el establecimiento y operación de
estructuras de cuenca es un proceso eminentemente político tal y como lo señalan
varios autores (Wester y Warner, 2002; Waalewijn, 2005; Kauffer, 2005). Considerar
el carácter natural de la cuenca como discurso hegemónico centrado básicamente
en la hidrología, la ecología y la geografía nos lleva a poner una cortina de humo a
un proceso donde se mezcla lo social con lo político para incidir directamente en la
gestión de los recursos naturales dentro de un territorio específico de cuenca.
En efecto, la operación del consejo de cuenca Grijalva-Usumacinta ha llegado en la
práctica a una parálisis total en los últimos dos años y medio. La presencia de
fenómenos extremos con altas precipitaciones en las cuencas Grijalva y Usumacinta
que provocan inundaciones en la planicie tabasqueña, manejadas éstas con un perfil
político; así como la dinámica política propia del gobierno federal y los gobiernos de
los estados de Chiapas y Tabasco, incide directamente en la continuidad u
operación del consejo de cuenca.
“El consejo Grijalva-Usumacinta se reunió el 25 de mayo de 2007. Ahí está la respuesta…., no están funcionando, realmente no toman decisiones, no ha operado entonces, en este momento no creo que ayude mucho. Las propias reglas de funcionamiento dicen que no funciona el consejo si no se reúne tres veces al año y lleva dos años y medio sin reunirse” (comentario de académic@, reunión con comités de cuenca del Grijalva-Usumacinta; 25 de noviembre de 2009, Comitán de Domínguez, Chiapas).
Después de diez años de haber sido instalado el consejo de cuenca Grijalva-
Usumacinta podemos concluir que, en el mejor de los casos este consejo ha servido
como plataforma con tintes de participación ciudadana para legitimar los programas
y proyectos de la CNA/Conagua.
315
Las banderas internacionales de gestión del agua por cuenca y mayor participación
de la sociedad en la definición de la hidropolítica, a las cuales se ha acogido el
gobierno mexicano, en el caso particular del consejo Grijalva-Usumacinta, se han
utilizado por parte de la CNA/Conagua para continuar haciendo lo mismo: una
política planeada en el discurso por cuenca, pero ejecutada en la práctica por
divisiones político-administrativas, municipales y estatales en este caso. Se continúa
con la ejecución de una política tradicionalista con poca participación ciudadana: la
participación de 10 personas dentro del consejo Grijalva-Usumacinta como
representantes de aproximadamente 25 mil usuarios, a los cuales no se consulta, no
es un referente positivo dentro de dicho consejo.
Los conflictos políticos en el sentido de politics tienen un impacto negativo para la
continuidad de la hidropolítica (policy) a través de los consejos de cuenca. La
participación de dos gobiernos estatales dentro del consejo de cuenca Grijalva-
Usumacinta con intereses encontrados crea tensiones políticas que afectan la
operación y continuidad de acciones del consejo de cuenca. De igual forma los
diferentes grupos políticos al interior de la propia Conagua y, en este caso, al interior
de un mismo territorio de dos cuencas, no permiten la coordinación para impulsar la
gestión integral del agua vía cuencas.
El buen propósito de establecer consejos de cuenca en la LAN de 1992, se recoge
en la reforma de 2004 al considerar la operación de estas estructuras de iniciativa
gubernamental con carácter independiente: “Los Consejos de Cuenca no están
subordinados a la “Comisión” (Conagua) o a los organismos de cuenca” (Artículos
13, LAN, 2004; paréntesis nuestro).
316
La independencia de los consejos de cuenca es un principio que difícilmente se
puede lograr debido principalmente a la falta de figura jurídica; esta situación los
mantiene en una relación de dependencia total de la Conagua. La falta de figura
jurídica propia les impide también a los consejos de cuenca conseguir recursos
económicos diferentes a los proporcionados hasta ahora exclusivamente por la
Conagua. En conclusión, el origen de los consejos de cuenca como estructuras
gubernamentales los mantiene anclados en su independencia jurídica y financiera a
las raíces de su concepción y nacimiento.
5.2.2. Otra iniciativa gubernamental de buenos propósitos para la
participación ciudadana: los comités de cuenca
Los comités de cuenca se definen en la LAN de 2004 como “órganos auxiliares
subordinados a los consejos de cuenca que atienden un territorio de menor tamaño
como microcuencas o grupos de microcuencas” (Conagua, 2004). Según la ley de
2004, los comités de cuenca son órganos colegiados de integración mixta, donde se
encuentran representantes de los gobiernos, de los usuarios (reconocidos por la
Conagua) y actores sociales; son estructuras no subordinadas a la Conagua o al
organismo de cuenca (Conagua, 2004).57
57 El organismo de cuenca dentro de la LAN de 2004 sustituye a las gerencias regionales de la CNA,
es decir, lo que antes era la gerencia regional XI frontera sur (Chiapas, Tabasco, tres municipios de la costa de Oaxaca y el municipio de Palizada, Campeche) se le denomina en la actualidad organismo de cuenca XI frontera sur. La LAN define al organismo de cuenca como una unidad administrativa de representación de la Conagua en una cuenca de cierta extensión o un conjunto de cuencas delimitadas por esta autoridad (Conagua, 2004).
317
Cabe destacar que a nivel nacional se encuentran instalados 25 consejos de
cuenca, 21 comisiones de cuenca, 78 cotas, 31 comités de playas limpias y 25
comités de cuenca (Conagua-SEMARNAT, 2008). Las comisiones de cuenca y los
cotas se encuentran ubicados principalmente en el centro y norte del país, donde los
aprovechamientos de agua en su mayoría son subterráneos. En la Cuenca Grijalva
se han instalado dos comisiones de cuenca: Cuenca baja de los ríos Grijalva y
Carrizal, y Cañón del Sumidero.
Los comités de cuenca son prácticamente exclusividad del sur de México dada la
característica de mayores aprovechamientos de aguas superficiales: en Oaxaca se
han instalado10, y dentro de la región XI frontera se han instalado 11 (Conagua,
2010, documento interno). De estos 11 comités de cuenca, 10 se encuentran en
territorio de Chiapas y uno en Tabasco; y la distribución por consejo de cuenca es:
cinco en Costa de Chiapas y seis en Grijalva-Usumacinta (ver cuadro 4).
Cuadro 4. Comités y comisiones de cuenca instalados por la Conagua (2010)
Comité de cuenca Fecha de instalación
Consejo de cuenca al que pertenece
Cuenca (región)
Estado Transfronteriza
Río Zanatenco Julio-2002 Costa de Chiapas Costa Chiapas No
Río Lagartero Sept.-2003 Costa de Chiapas Costa Chiapas No
Río Coapa Oct.-2003 Costa de Chiapas Costa Chiapas No
Río Coatán Agos-2005 Costa de Chiapas Costa Chiapas Sí
Río Cahoacán Dic.-2009 Costa de Chiapas Costa Chiapas No
Río Sabinal Marzo-2003 Grijalva-Usumacinta Grijalva Chiapas No
Río Cuxtepeques Mayo-2003 Grijalva-Usumacinta Grijalva Chiapas No
Lagunas de Montebello
Mayo-2003 Grijalva-Usumacinta Usumacinta Chiapas Sí
Lagunas de Catazaja
Mayo-2003 Grijalva-Usumacinta Usumacinta Chiapas No
Valle de Jovel Junio-2007 Grijalva-Usumacinta Grijalva Chiapas No
Río San Pedro-Missicab
Nov.-2007 Grijalva-Usumacinta Usumacinta Tabasco No
Comisión de cuenca
Cuenca baja de los ríos Grijalva y Carrizal
Oct.-2007 Grijalva-Usumacinta Grijalva Tabasco No
Cañón del Sumidero
Dic.-2007 Grijalva-Usumacinta Grijalva Chiapas No
Fuentes. Elaboración del autor con datos de Conagua.
318
Como podemos observar en el cuadro anterior, los comités de cuenca instalados por
la Conagua en la Cuenca Grijalva son tres: río Sabinal, río Cuxtepeques y Valle de
Jovel. En esta misma cuenca se han instalado dos comisiones de cuenca: Cuenca
baja de los ríos Grijalva y Carrizal y Cañón del Sumidero.
Abordando el análisis de los comités de cuenca y destacando los conceptos de
politics y policy, podemos aseverar que tanto el comité de cuenca del río Sabinal
como el Valle de Jovel fueron minados en su creación por grupos de poder político;
el objetivo central de los comités de cuenca, es decir, la participación de la población
para encaminar la gestión del agua por cuenca pasó a un segundo plano en estos
dos comités. En el caso del comité de cuenca del río Cuxtepeques, desde la
perspectiva de policy, se ha generado una sinergia de instituciones gubernamentales
y comunitarias en este territorio concreto de cuenca.
Los comités de cuenca del río Sabinal y Valle de Jovel: el tropiezo político de su
origen
En la cuenca del río Sabinal se encuentra asentada la capital del estado de Chiapas
y en la cuenca de San Cristóbal de las Casas (Valle de Jovel) se encuentra la
ciudad del mismo nombre. Por su característica de zonas urbanas altamente
pobladas, las iniciativas gubernamentales de participación ciudadana son atractivas
desde la perspectiva política (politics); en poco espacio geográfico se encuentran
concentrados altos porcentajes de votos electorales.
El comité de cuenca del río Sabinal se instaló por decreto en 2003. En acto público
realizado por miembros de la Conagua y del Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez -
319
perteneciente al Partido Acción Nacional (PAN)-, la alcaldesa de la capital se erigió
como coordinadora del comité de cuenca, lugar que dejó en enero de 2005 al ser
sustituida en la presidencia municipal por el candidato electo del Partido
Revolucionario Institucional (PRI). El comité de cuenca logró mantenerse operando
solamente un año y medio después de su instalación, es decir, hasta el relevo de la
alcaldía. Posteriormente fue hasta mediados del 2008, cuando de nueva cuenta se
reactivaron las actividades de dicho comité.
La problemática concreta que se tenía en Tuxtla Gutiérrez consistía en inundaciones
constantes por el desbordamiento del río Sabinal, y escasez de agua doméstica por
falta de infraestructura de potabilización. En este último aspecto, se llegó en
ocasiones a meter al ejército mexicano para repartir agua en camiones cisterna y
controlar a la población. Abordar estos dos problemas considerando la participación
de la sociedad en un comité de cuenca era una estrategia política para atraer votos
electorales en las campañas.
Sin embargo, los cálculos políticos no fueron los más acertados. El espíritu de los
comités de cuenca no es la gestión y la ejecución de obras de ingeniería hidráulica,
es decir, no es una competencia de los comités de cuenca. En este caso el control
de ríos es una tarea concentrada en el gobierno federal a través de la Conagua, y la
responsabilidad de gestión y construcción de infraestructura para el suministro de
agua a las ciudades recae en los municipios vía organismos operadores de agua
potable y saneamiento.
La estrategia de los políticos (en 2003) consistía en operar a través de un organismo
no gubernamental el comité de cuenca del río Sabinal; y utilizar la plataforma del
comité para abordar desde la perspectiva política la gestión y ejecución de obras de
320
control de ríos y de suministro de agua doméstica a la población. Sin embargo, en
esos años la administración y la operación de los comités de cuenca era muy
incipiente, la Conagua no aportaba recursos financieros a las presidencias
municipales para operar los comités de cuenca, el trabajo que se desarrollaba
consistía básicamente en reuniones de carácter informativo y de organización.
Así, las causas principales de la inoperatividad del comité de cuenca, de principios
de 2005 a mediados de 2008, fueron: la imposibilidad de obtener recursos de la
Conagua o del municipio para la operación del comité de cuenca, el cambio de
administración municipal del PAN al PRI en enero de 2005, así como el poco
margen de gestionar obras de ingeniería hidráulica para la ciudad capital.
La experiencia del comité de cuenca del río Sabinal nos muestra la fragilidad de
estas estructuras mixtas ante la intervención de grupos políticos. Muestra también, el
fracaso de este tipo de iniciativas gubernamentales cuando desde el principio están
viciadas, cuando no se trabaja con la población para cumplir con los objetivos
propuestos; esos objetivos deben ir más allá de los intereses de tipo político.
Siguiendo el análisis de la intervención de grupos políticos en la instalación de los
comités de cuenca, ponemos a continuación el caso del comité de cuenca Valle de
Jovel. La gestión de este comité es totalmente contraria en sus raíces al comité del
río Sabinal, aunque con los mismos resultados de inoperatividad por la intervención
de grupos dentro de los partidos políticos.
El nombre de este comité es excluyente para los municipios indígenas que también
mantienen territorio dentro de la cuenca: San Juan Chamula y Zinacantán. El
nombre Jovel hace referencia a los nombres históricos por los cuales ha transitado
321
la ciudad de fundación española conocida actualmente como San Cristóbal de Las
Casas. Así, el nombre del comité encierra dos contradicciones: la cuenca no es
únicamente el territorio donde se ubica la ciudad y, tampoco ésta, se encuentra en
un valle.58 El hundimiento natural donde se ubica la ciudad se le conoce en términos
geológicos como polje.59
En San Cristóbal de Las Casas existe una tradición de organización de base desde
hace varias décadas, debido a la presencia de la iglesia católica a través de la
diócesis, ONG´s, centros de investigación y organizaciones de colonias y barrios de
la ciudad. En este sentido, gestionar e instalar un comité de cuenca parecía algo
sencillo desde la visión de los actores ajenos a los círculos de los partidos políticos.
El comité de cuenca en sus inicios se empezó a concebir y gestionar por un grupo
de ONG´s, centros de investigación y organizaciones sociales de barrios y colonias
de la ciudad, de vez en cuando se tenía la participación de personal del sistema de
agua potable y alcantarillado municipal (SAPAM). En septiembre de 2007, el director
del SAPAM en concertación con personal de la Conagua y el presidente municipal
de la ciudad decretaron en sesión de cabildo la instalación del comité de cuenca
Valle de Jovel, haciendo en la práctica a un lado al grupo de ONG´s, investigadores
y grupos de la sociedad que venían madurando la idea de creación de dicho comité.
58
Un valle es una depresión de la superficie terrestre, entre dos vertientes, de forma alargada e inclinada hacia un lago, mar o cuenca endorreica, por donde habitualmente discurren las aguas de un río (valle fluvial) o el hielode un glaciar (valle glaciar). 59
El poljé es una forma del relieve cárstico, el cual es producto del predominio de procesos de erosión por disolución de un sustrato calizo. El poljé San Cristóbal es una estructura formada por un hundimiento en bloque del terreno a partir de fallas regionales, y constituye una cuenca de desarrollo hidrográfico endorreico superficial y drenaje subterráneo. Otro hundimiento en la región Altos de Chiapas es el poljé Teopisca.
322
La estrategia del personal de SAPAM era mantenerse en la administración municipal
siguiente; en enero de 2008 entraría un nuevo presidente municipal.
Una vez que se instaló la nueva administración municipal se estableció un conflicto
de intereses políticos en dos grupos del PRI: el grupo que había dejado la
administración municipal y el nuevo grupo que entraba en funciones. El grupo que
arribó a la presidencia trató por todos los medios de desprestigiar la estructura del
comité de cuenca, no distinguía entre el grupo de su propio partido político y los
miembros de ONG´s, académicos y de la sociedad.
En efecto, la situación de conflicto interno obligó a los miembros de las ONG´s,
académicos y organizaciones de barrios y colonias, así como a la propia Conagua
(burócratas del PAN) a retirarse temporalmente del proceso de consolidación del
comité de cuenca Valle de Jovel. El comité de cuenca sufrió durante dos años (2008
y 2009) una serie de desgastes internos por el decreto político de su origen, por el
acoso de la nueva administración municipal, y por el retiro y abandono de la
Conagua que no permitió consolidar el proceso de organización con los diferentes
grupos de usuarios, con las organizaciones de la población, ONG´s y académicos.
La Conagua a partir del 2009 está interviniendo de nueva cuenta, en coordinación
con la presidencia municipal, para reactivar el proceso de consolidación de los
representantes de los usuarios, donde los miembros de las ONG´s, académicos y
organizaciones de barrios y colonias se están abriendo espacios como vocales con
voz y voto dentro del comité. Es necesario observar que este año es el último de la
administración municipal, es año de elecciones municipales y quizá el interés político
sea una de las variables que mueven la mano de la presidencia municipal (PRI) y de
la Conagua (PAN).
323
Un aspecto importante que debemos destacar es que, los comités de cuenca al igual
que las estructuras mayores dentro de la LAN de 2004, es decir, los consejos de
cuenca, no mantienen independencia de las autoridades gubernamentales. Aunque
la LAN menciona la independencia de consejos y comités de cuenca, no estipula en
ninguno de sus artículos la independencia mediante la constitución de figuras
legales, digamos tipo asociaciones civiles de riego o los propios cotas que se
consolidaron también como asociaciones civiles en todo México.
Esta situación de independencia a medias, es uno de los principales puntos de
vulnerabilidad para los consejos y comités de cuenca, debido a que pueden ser
presa de intereses políticos de la Conagua o de los presidentes municipales.
También la vulnerabilidad de los comités de cuenca se incrementa al depender
presupuestalmente de la Conagua y de los municipios; no pueden conseguir
recursos externos debido a la falta de figura jurídica propia. Además, los gerentes
operativo de los comités de cuenca son designaciones del presidente municipal en
turno, los cuales son removidos del puesto cada cambio de administración municipal
e incluso en algunos casos no llegan a los tres años reglamentarios de la
administración. Esta situación provoca discontinuidad en las acciones emprendidas
e incertidumbre para los diferentes actores de la sociedad que participan en los
comités de cuenca.
324
El comité de cuenca del río Cuxtepeques: la integración de una política pública con
perfil gubernamental, no gubernamental y ¿comunitario?
En la conformación y operación del comité de cuenca río Cuxtepeques realmente es
poco lo que podemos observar de la variable política (politics), no concluimos que
no este presente -en todo proceso de coordinación gubernamental y comunitario son
inherentes los intereses políticos-, pero en la escala que analizamos no la
observamos. Desde la perspectiva de policy o política pública es interesante el
funcionamiento de este comité de cuenca.
La instalación del comité de cuenca del río Cuxtepeques se realizó en el 2003; en el
siguiente año se estableció un grupo técnico interinstitucional (GTI) conformado por
once estructuras del gobierno federal, ocho del gobierno del estado de Chiapas, seis
ONG´s y dos universidades, es decir, un total de veintisiete actores externos al
territorio de la cuenca. La confluencia de esta gama de actores en el territorio
concreto de la cuenca se explica por la ubicación de una parte de la reserva natural
El Triunfo dentro del territorio de la cuenca. La gran mayoría de los actores que
confluyen en el comité de cuenca venía trabajando dentro o en la periferia del
territorio de la reserva y eso explica la coincidencia dentro de la estructura del comité
de cuenca.
Las acciones individuales de los diferentes actores externos al territorio de la cuenca
impulsadas con el paraguas del comité de cuenca del río Cuxtepeques, presentan
un síntoma de la dinámica sectorizada bajo la cual es ejecutada la política pública en
materia de medio ambiente y recursos naturales. En efecto, el financiamiento y la
realización de siete planes de manejo individualizados que abarcan una parte de la
cuenca, financiados por siete diferentes estructuras gubernamentales y no
325
gubernamentales, son el reflejo de la carencia de una suma de esfuerzos
coordinados, de objetivos y de metas comunes en este territorio de cuenca.
El comité de cuenca del río Cuxtepeques sobresale como ningún otro comité de
cuenca en la gestión de proyectos de las diferentes dependencias gubernamentales
y no gubernamentales que se encuentran dentro del GTI. Del periodo de 2004 a
2009 se han invertido alrededor de 15 millones de pesos en diferentes actividades:
viveros forestales, reforestación, mantenimiento y protección de áreas reforestadas,
pago de servicios ambientales, brechas contra fuego (incendios), estufas
ahorradoras de leña, mejoramiento de cafetales, reconversión productiva
(plantaciones comerciales), formación de productores comunitarios para la
educación ambiental, mejoramiento de viviendas y letrinas, entre otros.
Como podemos observar en el párrafo anterior, son proyectos sectorizados por
estructura gubernamental y no gubernamental etiquetados como gestión de
cuencas. La gerencia del comité de cuenca enuncia la siguiente problemática:
“asentamientos irregulares, residuos sólidos, la gerencia tiene prioridad en el
aspecto de gestión y de interés del GTI limitando su gestión con otras instancias,
muchos recursos económicos gestionados pero falta de énfasis en aspectos
sociales, pasar del GTI al trabajo con municipios” (Gerencia del Comité de Cuenca,
Power Point, 25 de noviembre de 2009).
Como podemos observar, los proyectos ejecutados en la cuenca y la problemática
enunciada por la gerencia del comité de cuenca del río Cuxtepeques tienen algunos
aspectos que es necesario hacer coincidir. Por ejemplo, en asentamientos
irregulares y residuos sólidos no se han realizado acciones; se dice también que la
gerencia de cuenca en la práctica es un apéndice de estructuras gubernamentales y
326
no gubernamentales, es decir, no tiene independencia y eso limita el trabajo directo
con municipios involucrados dentro de la cuenca. Un aspecto que se menciona es
interesante: “muchos recursos gestionados pero falta de énfasis en aspectos
sociales”; esta afirmación es el reflejo de la dinámica bajo la cual históricamente han
trabajado las estructuras gubernamentales y en algunos casos también las no
gubernamentales, es decir, la planeación y ejecución de proyectos de gabinete,
donde no se considera la participación de la población. Las cuencas tienen dueños y
problemas a resolver identificados por la población que habita en esos territorios, si
no se consideran las perspectivas de esa población para definir su propio destino se
cae en la tradicional política de imposición y de intereses externos al territorio de la
cuenca.
5.2.3. Las comisiones de cuenca de la Conagua: una violación al espíritu
de la Ley de Aguas Nacionales
Las comisiones de cuenca dentro de la Cuenca Grijalva han tenido poco avance en
su organización de base y operación. La iniciativa de impulsar la operación de la
comisión de la Cuenca baja de los ríos Grijalva y Carrizal (CGC) se quedó en
proyecto toda vez que, en la semana que fue protocolizada la instalación de dicho
organismo en la ciudad de Villahermosa, Tabasco, se presentó la gran inundación
de 2007 en la planicie tabasqueña, la cual dejó un 70% de todo el territorio de esa
entidad bajo el agua. Así, de octubre de 2007 a la actualidad la Conagua no ha
convocado a los representantes de la CGC y éstos, tampoco han tomado la
iniciativa.
327
La respuesta a las inundaciones en Tabasco por parte del gobierno federal a través
de la Conagua ha sido continuar con la tradicional política (hidropolítica) de tipo
ingenieril, con la cual se ha pretendido resolver el problema de inundaciones en los
últimos 60 años. Es una política centralizada y vertical en la que históricamente se
ha dejado de lado la participación de la población.
La serie de proyectos concebidos una vez que se presentó la inundación en la
planicie tabasqueña, se les denomina: Plan Hídrico Integral de Tabasco (PHIT). Son
proyectos ingenieriles de rectificación y desvío de ríos, desazolves y muros de
contención que ejecuta actualmente la Conagua para el periodo 2008-2012. Las
estructuras “ciudadanas” impulsadas por la propia Conagua, es decir, el consejo de
cuenca Grijalva-Usumacinta y la CGC no fueron consultados para la conformación
del PHIT. Si partimos del hecho que la LAN reformada de 2004 toma como eje
central la gestión integral del agua bajo los conceptos de cuenca y GIRH, donde un
componente central es la participación de la población a través de los consejos y
comisiones de cuenca en este caso, entonces podemos aseverar que en la
concepción del PHIT la propia Conagua violó su mandato legal.
La otra comisión de cuenca instalada, dentro de la Cuenca Grijalva, es la comisión
de cuenca del Cañón del Sumidero (CCCS). La iniciativa de instalar esta comisión
surgió a raíz de los altos volúmenes de residuos sólidos vertidos a los afluentes del
río Grande de Chiapas/Grijalva por los municipios ubicados aguas arriba, los cuales
son arrastrados y depositados en las aguas del Cañón del Sumidero. La
preocupación de controlar las descargas de residuos se relaciona con el atractivo
turístico internacional del Cañón del Sumidero y la derrama de recursos económicos
que esto representa. La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas
328
(CONANP), es la responsable de administrar el parque nacional Cañón del
Sumidero y fue junto con la Secretaría de Medio Ambiente y Vivienda (SEMAVI,
actualmente SEMAVHIN) del gobierno del estado de Chiapas la principal impulsora
de la creación de la CCCS.
La Conagua se sumó a la iniciativa de crear la comisión de cuenca y la adoptó como
un proyecto emblemático para bajar recursos económicos. Los recursos se utilizaron
para cubrir los costos de un diagnóstico, cuyo eje es un modelo matemático de la
situación hidrológica del territorio que abarca la CCCS que no es una cuenca. En
efecto, la delimitación que utilizaron es de límites político-administrativos, donde se
incluyen 15 municipios60 para conformar la CCCS. De nueva cuenta la gestión del
agua por cuenca, según dicta la LAN, fue violada por la propia Conagua.
“….fue gracias a la coordinación de todos los niveles que se pudo formar la comisión de cuenca del Cañón del Sumidero. En la creación de la comisión, la cual se convirtió en uno de los proyectos emblemáticos prioritarios de la Conagua, se trabajó con la delimitación de 15 municipios que pertenecen o son la cuenca, a partir de la cual se orientaron las actividades de la comisión de cuenca” (funcionario de la Conagua, 26 de noviembre de 2009).
Es importante destacar también que la variable política se encuentra presente en la
representación y operación de los comités y comisiones de cuenca, éste es un factor
de vulnerabilidad para dar continuidad a las acciones una vez que se terminan los
periodos de los gobiernos municipales y del propio estado. En efecto, en los comités
de cuenca la figura de presidente municipal es la que se destaca como coordinador,
en el caso de la CCCS el coordinador del órgano directivo es la Secretaría de
Gobierno del Estado de Chiapas. Estos puestos gubernamentales son
eminentemente políticos a los que las áreas técnicas de operación de los comités y
comisiones deben ajustar las propuestas. En un plan de avanzar más rápidamente
60
Los municipios son: Tuxtla Gutiérrez, Berriozábal, San Fernando, Ocozocoautla, Villaflores, Villacorzo, Suchiapa, Osomacinta, Chiapa de Corzo, Venustiano Carranza, Totolapa, Chiapilla, Nicolás Ruíz, San Lucas y Acala.
329
en la gestión de cuencas debería considerarse la posibilidad de minimizar el aspecto
político, el cual lleva a perder tiempo en reuniones de pasarela que tienen poco
impacto en el terreno operativo.
La problemática que identifica el personal técnico de la comisión de cuenca está
ligada a la escala de incidencia y la posibilidad de impulsar acciones concretas:
“apoyo de instituciones de los gobiernos estatal y federal en su creación y en las
acciones realizadas, gran extensión territorial, falta de delimitación como cuenca
porque sigue límites municipales, falta de representatividad del conjunto de la
cuenca, falta de recursos económicos y humanos, y heterogeneidad de municipios
(SEMAVI, Power Point, 25 de noviembre de 2009).
Es interesante el planteamiento del personal técnico de SEMAVI al considerar como
problema el apoyo de los gobiernos estatal y federal en la creación y en la acciones
realizadas en la CCCS, en otras palabras y si nuestra interpretación es la adecuada,
desde la visión técnica se considera como un obstáculo la intervención
gubernamental por la falta de coordinación de las dependencias. De igual forma se
identifica y reconoce la falta de visión de cuenca y la gran extensión territorial en la
que se pretende incidir, lo cual tiene efectos en la representatividad de la población
que habita en la cuenca dentro de la estructura operativa de la CCCS.
Si hacemos un resumen a manera de conclusión de la política pública, seguida por
el gobierno mexicano en materia de agua a través de la instalación de consejos,
comisiones y comités de cuenca, podemos resaltar los siguientes aspectos.
La iniciativa del gobierno mexicano para establecer como política pública la gestión
del agua por cuenca, se sustenta en la dinámica y los planteamientos adoptados en
cumbres internacionales en la materia. La bandera internacional de la gestión del
330
agua por cuenca, consagrada en la LAN de 1992 y su reforma de 2004, es un
enfoque que aparece en los documentos oficiales de planeación de la política hídrica
mexicana, pero en la práctica se retoma una ejecución de acciones en base a
divisiones de cuencas que corresponden a límites político-administrativos de
municipios.
En la instalación y operación de consejos, comisiones y comités de cuenca, se
observa una ausencia de representación de la población común que utiliza el
recurso agua. Los representantes de la población en estas estructuras se restringen
a aquellos reconocidos dentro de las instituciones (reglas) que impone el sector
gubernamental, y se deja de lado a instituciones y estructuras comunitarias. Se
considera como único valor de representación ante los consejos, comisiones y
comités un título de concesión de aguas nacionales expedido por la Conagua, y se
olvida que en la gestión del recurso agua por cuenca es necesario incluir las
relaciones sociales y políticas que definen el acceso y distribución en una escala
comunitaria o de microcuenca. Así, el pluralismo legal se encuentra ausente en la
definición de la hidropolítica ejecutada por la Conagua y las estructuras
gubernamentales y no gubernamentales vía consejos, comisiones y comités de
cuenca.
Las escalas de gestión del agua por cuenca impulsadas por las autoridades
gubernamentales mexicanas, son espacios político-administrativos que todavía son
muy grandes para la Conagua y sus socios no gubernamentales, académicos y
representantes de los usuarios oficiales. La escala de microcuenca se ha
despreciado por los compromisos directos que implica establecer con la población;
en esta escala no se podría hacer una política de gestión del agua por cuenca de
gabinete a base reuniones durante diez años como ha sucedido en las cuencas
331
Grijalva y Usumacinta. La escala de microcuenca que se aborda por parte de los
comités de cuenca son territorios que abarcan generalmente más de cien
comunidades, donde se dispersan las acciones y no se establecen compromisos
directos con la población.
La política de gestión del agua por cuenca con la participación de los usuarios
oficiales del recurso a través de los consejos, comisiones y comités de cuenca se ve
limitada por la dependencia operativa y financiera de estructuras gubernamentales y
no gubernamentales en algunos casos. La imposibilidad de conformarse (hasta
ahora) en figuras jurídicas independientes a la gubernamental no permite a los
consejos, comisiones y comités conseguir fondos económicos para ejecutar
acciones propias. Esta vulnerabilidad jurídica y financiera vuelve a estas estructuras
de iniciativa gubernamental presas de intereses políticos de grupos incrustados en
los tres niveles de gobierno.
En el mejor de los casos, los comités de cuenca (v.g. río Cuxtepeques) se han
consolidado como agencias gestoras de proyectos dentro de un territorio decretado
como cuenca, el cual corresponde a límites político-administrativos de municipios,
donde las dependencias gubernamentales y no gubernamentales ejecutan proyectos
bajo el tradicional sistema municipal o estatal y desde una visión sectorial.
5.3. La otra gestión del agua en la cuenca: las instituciones y estructuras
comunitarias guatemaltecas
En este apartado analizamos dos casos de coordinación local de gestión y
organización para el acceso y distribución del agua, así como para el desarrollo
agropecuario local. El primer caso corresponde a dos organizaciones indígenas de
332
miniriego, donde las reglas y estructuras comunitarias se ponen a funcionar para
llegar a acuerdos internos en la gestión del agua de riego para la producción de
hortalizas. El segundo caso que analizamos es el correspondiente a una
organización denominada Asociación de Organizaciones de los Cuchumatanes
(ASOCUCH), la cual se ha consolidado como una estructura de segundo piso para
la coordinación de iniciativas externas o proyectos que llegan a su territorio de
influencia.
El eje central de análisis de estos dos casos es el pluralismo legal, es decir, cómo
las reglas internas de las comunidades se ponen a funcionar en coordinación con
reglas externas para llegar a acuerdos de intervención en los territorios de las
microcuencas o en los territorios de influencia de las organizaciones indígenas y
campesinas guatemaltecas, ubicadas en la parte alta de la Cuenca Grijalva.
5.3.1. Las unidades de mini-riego indígenas en los Altos Cuchumatanes en
Guatemala
En esta escala de intervención comunitaria encontramos en Guatemala la gestión
del agua para miniriego, principalmente en grupos de pequeños productores
indígenas que hacen uso de sus instituciones y estructuras internas para el acceso y
distribución del recurso. No es una gestión del agua por microcuenca donde se
coordinen todos los usos; sin embargo, sus prácticas están encaminadas a la
conservación del recurso agua, una distribución equilibrada por productor y una serie
de medidas y sanciones para guardar el orden en el grupo asociado al miniriego.
333
Este tipo de estructuras indígenas en Guatemala son un ejemplo de intervención en
la gestión del agua desde la base, con instituciones (reglas del juego) locales, donde
el enfoque gubernamental tecnocrático -con el tradicional método de intervención de
arriba hacia abajo- debe hacer un alto y reflexionar sobre la hidropolítica seguida
hasta la actualidad. Para evidenciar este tipo de gestión indígena del recurso agua
consideramos en nuestro análisis dos casos de unidades de miniriego: una ubicada
en la cuenca del río Selegua (microcuenca Sibila), y otra en la cuenca del río
Nentón (subcuenca del río Azul), ambas tributarias del río Grande de Chiapas
(Grijalva en mapas gubernamentales).
Caso 1. La organización de miniriego Chuscaj y los Regadíos en la microcuenca
Sibila, ubicada en el municipio de Chiantla, Huehuetenango, Guatemala
La organización de riego en las comunidades Chuscaj y los Regadíos tiene sus
antecedentes desde la década de los años 40 del siglo pasado. De esa década y
hasta 1998 las comunidades realizaban riego por inundación (rodado por gravedad)
para cultivar granos principalmente, se cultivaban también hortalizas en baja escala.
El incremento de la población y de las áreas de riego para hortalizas dentro de la
microcuenca, así como la deforestación y la erosión fueron las causas de la
disminución del caudal del río Sibila. En una perspectiva de cuenca transfronteriza,
esa disminución de agua en territorio guatemalteco tiene una repercusión directa en
los caudales que entran al Distrito de Riego No. 107 San Gregorio Chamic, ubicado
en Chiapas, en la frontera entre México y Guatemala.
El proyecto de mini-riego de las comunidades Chuscaj-Los Regadíos se estableció
en 1998 para hacer frente a la escasez de agua dentro de la microcuenca. Se dejó el
334
antiguo sistema de riego por inundación para hacer un riego por aspersión, con
tubería de 10 pulgadas en su línea de conducción y tomas secundarias para ocho
secciones dentro de las tierras de riego de las dos comunidades. El proyecto fue
apoyado con recursos económicos de la Unión Europea (UE) a través del MAGA.
Se aglutinan en el proyecto 243 familias de las cuales alrededor de 60 son
representantes mujeres, cuyos esposos se encuentran trabajando en USA. El
proyecto cubre un total de 612 cuerdas61 (alrededor de 27 hectáreas). Es un uso
intensivo de la tierra que se hace para cultivar hortalizas, principalmente repollo,
zanahoria, brócoli y coliflor; también se cultiva en muy baja escala granos básicos
como fríjol y maíz. Las hortalizas se comercializan en mercados regionales e
internacionales a través de intermediarios, los granos son de subsistencia familiar.
Para la construcción del sistema de miniriego cada familia participante aportó en
promedio 850 quetzales, además de 400 quetzales (promedio) en mano de obra
para hacer trabajos de reforestación en la zona de recarga de la fuente de agua del
sistema, conservación de suelos y aboneras. Así, la relación agua, bosque y suelo
se estableció desde el principio del proyecto.
Una cooperación que también hicieron al principio fue el pago por el uso de agua
administrada por el Estado, se pagaron alrededor de 2000 quetzales al Ministerio de
Ambiente y Recursos Naturales (MARN); el permiso de uso de agua cubre un
periodo de 25 años a partir de 1998. Este ministerio ha ofrecido más recientemente
incentivos para reforestación y protección de fuentes de agua, sin embargo, la falta
de personalidad jurídica de la organización comunitaria de miniriego Chuscaj-Los
Riegos no les ha permitido tener acceso a dichos proyectos. Las razones que
61
Una cuerda como medida de área corresponde a 21x21 metros, es decir, 441 metros cuadrados.
335
argumentan los socios del miniriego para no registrarse como asociación dentro de
las reglas del sistema tributario guatemalteco son la cantidad de documentos
fiscales que se utilizan y el pago a un administrador que lleve los ingresos y egresos.
Las instituciones o reglas comunitarias que operan para el acceso y la distribución
del agua fueron discutidas en 1998 cuando se construyó la infraestructura del
proyecto. Esta concertación de instituciones dio origen a un reglamento de riego,
donde se amalgamaron los intereses de los productores agrícolas de las
comunidades Chuscaj y Los Riegos, los del MAGA y los de la UE. Así, la
concertación de instituciones definió el pluralismo legal, es decir, la existencia y la
interacción de diferentes ordenes legales en este proceso o espacio político se
concretó y dio como resultado un reglamento de riego.
El reglamento de riego establece el nombramiento de una junta directiva, la cual se
elige en asamblea general mediante voto directo. La junta se nombra cada dos años
y sus miembros no perciben pago por los servicios prestados. Los cargos dentro de
la junta se van rotando por comunidad y entre los miembros del proyecto de
miniriego.
[“En cuanto al sistema de organización, existen, yo lo comentaba, existen dos comunidades que están, estas dos comunidades están dirigidas por una junta directiva que consta de presidente, vicepresidente, secretario, tesorero y vocales, que son electos. El presidente pertenece a Chuscaj, el vicepresidente a los Regadíos, el secretario es de Chuscaj, tesorero de los Regadíos, he, los vocales están divididos tanto de Chuscaj como de los Regadíos, y un fontanero en cada comunidad, les llamamos fontaneros que son los que andan viendo que funcione el riego…” “Además de la junta directiva….Chuscaj tiene como cuatro sectores, y los Regadíos tiene cuatro sectores, más o menos un promedio de sectores; en cada sector hay uno de vigilancia, que es el que tiene que ver por el mal uso que se le puede dar al servicio de riego…”] (Tomás Héctor Fernández Ramos, presidente del sistema de riego, entrevistado el 11 de septiembre de 2007, comunidad Chuscaj, Chiantla, Huehuetenango, Guatemala).
El reglamento es un instrumento que se modifica cada vez que es necesario en el
rubro de establecimiento de cuotas de agua; así también al interior de cada sector se
hacen los ajustes necesarios de acuerdo a la cantidad de agua disponible y los
336
ciclos de siembra. El pago de cuotas se utiliza para la operación y mantenimiento del
sistema de miniriego (compra de materiales y pago de dos fontaneros); se cobra una
tarifa de tres quetzales mensuales por cuerda, y una cuota adicional anual de cinco
quetzales (por cuerda). El sistema opera nueve meses al año, el resto de meses los
productores utilizan el agua de lluvia. El promedio de cuerdas de esta generación de
productores es de cinco por familia; anteriormente los padres de los agricultores
asociados en el miniriego mantenían un promedio de 25 cuerdas, las cuales fueron
repartidas entre los descendientes.
En el reglamento también se establecen sanciones a los productores que hacen un
mal uso del agua; sobre todo se sanciona a aquellos que no utilizan aspersores
como medida de ahorro de agua. En general las reglas se cumplen y eso lleva a una
convivencia pacífica.
“Algunos todavía.... no colocan el aspersor, sino colocan una manguera de media pulgada y la conectan y lo ponen directo al suelo, y hacen un riego por inundación, y eso es sancionado y penado con 25 quetzales de multa, pero primero se llega ha hacer conciencia, y luego sí insiste en cometer ese tipo de faltas ya aplica la multa, sí aplicando la multa insiste se llega al corte. Y en una asamblea general se define su situación, sí sigue o el propone que se va a mejorar, sino se define de una vez y el pierde todos sus derechos; no se ha llegado a ningún caso, no se ha llegado, afortunadamente todo se ha solucionado por la vía pacífica, sí” (Tomás Héctor Fernández Ramos, presidente del sistema de riego, entrevistado el 11 de septiembre de 2007, comunidad Chuscaj, Chiantla, Huehuetenango, Guatemala).
En el reglamento se establece el derecho de cada familia a transferir mediante venta
su toma de agua, siempre y cuando con esa toma se riegue una superficie ubicada
dentro de un mismo sector. Cada sector tiene derecho a una cantidad de agua y no
se pueden cubrir volúmenes de otros sectores. Desde la visión de los comunitarios
regantes, los derechos de venta de tomas de agua se sustentan en el pago al MARN
por el derecho al recurso durante 25 años, a la aportación económica para construir
el sistema de miniriego, y también a la contribución con jornales para reforestación y
337
prácticas de manejo de suelos. La inexistencia de una ley de aguas en Guatemala y
de una institución rectora incentiva la compra y venta del recurso.
Los asociados al proyecto de miniriego consideran que una ley de aguas en
Guatemala debe ser consensuada desde la base de los territorios con la población,
además ajustada a las disponibilidades del recurso por región. Es interesante el
planteamiento y la conciencia de la población en el sentido de cómo formular las
leyes nacionales.
[“Pues la verdad es que, la ley de aguas (la iniciativa) sólo la conoce el Congreso y algunos otros actores de gobierno, no han venido acá por ejemplo que se haya hecho una pre ley por ejemplo, sí. He, que se conozca y que sea socializado, no, la verdad es que no, no se ha divulgado mucho, sólo es a nivel de Congreso o algunas instituciones; que a la hora que se piense implementar esto tiene cosas buenas, pero es una ley, yo la veo así, como es una ley a nivel nacional, en algunos aspectos no son compatibles con nuestra área……” “Como que la descentralización de esa ley, como que fuera un poquito más aplicable a la región occidente por ejemplo, quizá ahí si es un poquito más compatible, la ley a la región sur, la ley a la región norte u oriente, sí; porque cada quién tiene su microclima, tiene su cantidad de agua, sus recursos. Entonces, si la hacen (los diputados) va a ser una ley general, pero lastimosamente van a haber algunos aspectos que no va a ser compatibles con nosotros…”] (Tomás Héctor Fernández Ramos, presidente del sistema de riego, entrevistado el 11 de septiembre de 2007, comunidad Chuscaj, Chiantla, Huehuetenango, Guatemala).
La consulta y el consenso en la implementación de proyectos, es una práctica
cotidiana al interior de las comunidades; en este sentido se explica la perspectiva de
consenso y ajuste por región de la ley de agua en Guatemala, en caso que algún día
llegará a aprobarse.
Desde los años 50 del siglo pasado se ha intentado llegar a consensos para la
aprobación de una ley de aguas en Guatemala por parte de diferentes sectores
gubernamentales cupulares (ejecutivo y legislativo), e incluso organismos no
gubernamentales; todas las iniciativas (alrededor de diez y seis) se han quedado
dentro del Congreso de Guatemala, sin ser aprobadas. La falta de ley de aguas
ocasiona la fragmentación de acciones en diferentes dependencias
338
gubernamentales y no gubernamentales. Existe plena conciencia de esa
fragmentación en los involucrados en el proyecto de miniriego Chuscaj-Los Riegos.
“No, yo creo que no hay unificación; cada ministerio, cada organización tiene su financiam iento…no hay un objetivo, y eso no se da lastimosamente porque no hay una política de desarrollo establecida… Se llega a mucho activismo político, que haz un poquito aquí y otro poquito aquí; y mucha veces como le decía, si es de gobierno por ejemplo, es proyecto de gobierno y no de Estado, y eso cambia” (Tomás Héctor Fernández Ramos, presidente del sistema de riego, entrevistado el 11 de septiembre de 2007, comunidad Chuscaj, Chiantla, Huehuetenango, Guatemala).
En otras palabras y desde nuestra interpretación, el entrevistado está tratando el
tema de policy y politics. La policy o política pública fragmentada y sin objetivo
común, y la politics traducida al activismo político que se genera en la ejecución de
la policy vía programas y proyectos gubernamentales.
Para cerrar el análisis de este caso podemos decir que, el sistema de miniriego
Chuscaj-Los Riegos es una organización comunitaria que hace uso de sus
instituciones (reglas) internas para relacionarse con estructuras externas con reglas
propias. En la relación que se establece entre las reglas internas y externas se dan
momentos de atracción para llegar a acuerdos y momentos de repulsión. La
atracción entre las reglas de los socios del miniriego y las reglas del MARN se
presentó al principio del establecimiento del proyecto, se aceptó por ejemplo pagar
los derechos de agua nacional, reforestar y hacer prácticas de conservación de
suelo y agua. La repulsión o no aceptación de las reglas externas se dio en el
momento que el MARN solicitó una figura jurídica que aglutinara a los beneficiarios
del proyecto de miniriego para poder ser apoyados con proyectos. En este sentido,
la autonomía de los usuarios del proyecto de miniriego es una variable central en la
definición de estrategias para relacionarse con el mundo exterior.
339
Con la lógica que tienen los campesinos regantes del sistema de miniriego, en el
sentido del consenso y adaptación de leyes nacionales, así como la visión de una
política pública fragmentada y sin objetivo común, se torna necesaria la consulta y la
participación de la población en la toma de decisiones gubernamentales.
Caso 2. El sistema de miniriego del Caserío Batzalom, aldea Chicoy, municipalidad
de Todos Santos Cuchumatán, Huehuetenango, Guatemala
Este sistema de riego tiene sus antecedentes de creación en 1991. Se asociaron 36
productores de la etnia mam para el riego de 304 cuerdas (13.4 hectáreas). El
sistema de riego tiene 76 chorros (tomas de agua), se riegan con cada chorro cuatro
cuerdas de tierra. En promedio cada productor tiene dos chorros para regar ocho
cuerdas, en caso de no utilizar el agua de un chorro se puede rentar al vecino.
El sistema de miniriego está representado por un comité de siete miembros:
presidente, vicepresidente, secretario, tesorero y tres vocales. Los miembros del
comité son elegidos cada dos años en asamblea general, sus actividades no son
remuneradas económicamente. La cooperación que hacen los miembros del sistema
de miniriego es de 50 quetzales al año; estos recursos se utilizan para comprar
materiales y reparar desperfectos del sistema. Las reparaciones las hacen los
propios miembros de la comunidad ligados al sistema. Uno de los acuerdos
centrales en el reglamento de riego para evitar conflictos es la instalación de llaves
de paso para garantizar el abasto de manera igualitaria, también en época de secas
o estiaje se establecen turnos de riego durante el día y la noche de tal forma que
todos los socios del sistema puedan regar en iguales condiciones.
340
La iniciativa de conformarse en un grupo de regantes a través del proyecto de
miniriego Batzalom, se generó por el interés de un grupo de indígenas mam para
producir hortalizas y comercializar vía empresas empacadoras que hicieron
presencia en la región a finales de la década de los 80´s. En el periodo 1995-2000
se incrementó la construcción de sistemas de miniriego en la región de los
Cuchumatanes debido al interés de la población y a la presencia de varias fuentes
de financiamiento.
“Del 2000 para acá hemos tenido incremento de proyectos de miniriego, fue del 95 al 2000 cuando se establecieron ya muchos proyectos de miniriego. Bueno han habido varias instituciones involucradas, verdad, siempre han sido tripartitas los proyectos, por ejemplo hay proyectos que vienen del ONG´s y también proyectos que vienen de organizaciones del gobierno, verdad, como el FIS (Fondo de Inversión Social), algunas organizaciones como en su tiempo se llamaba Proyecto de la Sierra de los Cuchumatanes que era una institución con apoyo de gobierno y con apoyo internacional, verdad, estuvo apoyando muchos, muchos proyectos de miniriego y también en algunos otros proyectos ha participado la municipalidad con algunas partes, verdad, pero también sí está la parte de mano de obra, de todo eso de la comunidad” (Eugenio L. Tello Martínez, técnico agrícola indígena, Caserío Batzalom, Aldea Chicoy, municipio de Todos Santos Cuchumatán, Huehuetenango, Guatemala; entrevista el 19 de septiembre de 2007).
Como se menciona, a partir de 1995 hubo un incremento constante de superficies de
miniriego, donde la participación del MAGA y organismos internacionales como la
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el
Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), así como el Banco Nacional
de Desarrollo Agrícola (Bandesa) transformado en 1997 a Banco de Desarrollo Rural
(Banrural), fue determinante para incentivar a la población en la obtención de
créditos para la construcción de infraestructura.
En efecto, la construcción del sistema Batzalom se realizó a través de un crédito del
Banrural. El préstamo fue de 96 mil quetzales para los 36 socios del sistema, los
cuales se pagaron con intereses en cuatro años. Este recurso se utilizó para la
compra de materiales: tuberías, piezas especiales, cemento, reguiletes (aspersores)
y mangueras. La adquisición de la fuente de agua (manantial) de donde se surte el
341
sistema se realizó con recursos aportados directamente por cada uno de los socios,
el costo del manantial fue de 15 mil quetzales. El paso de la tubería de la línea de
conducción se concertó directamente con las comunidades y los propietarios de los
terrenos. La adquisición de fuentes de agua es una práctica común en todo
Guatemala, aunque la Constitución de ese país menciona que el agua es de la
nación y se administra por el Estado.
“Entonces prácticamente eso es, todos se comprometen a colaborar con su trabajo, económicamente también porque a veces no se consigue el financiamiento que se necesita, verdad, entonces hay comités que fijan cuotas para sus asociados para poder cubrir algunos gastos de compra de nacimiento porque eso sí no lo hace ni el gobierno, ni la municipalidad; porque eso sí la compra la comunidad. Si queremos tener derecho a una fuente de agua tenemos que comprar el derecho, entonces eso sí es un aporte de la comunidad a comprar esa fuente de agua” (Eugenio L. Tello Martínez, técnico agrícola indígena, Caserío Batzalom, Aldea Chicoy, municipio de Todos Santos Cuchumatán, Huehuetenango, Guatemala; entrevista el 19 de septiembre de 2007).
La presencia de empresas empacadoras en la región de los Cuchumatanes ha
encarecido las fuentes de agua y la tierra. Cuando se construyó el sistema de
miniriego, la fuente de agua de tres pulgadas le costó a los socios de Batzalom 10
mil quetzales, en 2007 una fuente con ese mismo caudal su precio oscilaba entre 50
y 100 mil quetzales. La cuerda de tierra costaba en 1991 un promedio de 10 mil
quetzales y para 1997 había subido a un promedio de 50 mil quetzales, es decir,
1.133 millones de quetzales por hectárea; la conversión a pesos mexicanos sería de
1.360 millones por hectárea.
“Ahorita por la situación que se está viendo que está el riego y todo eso ha habido un gran incremento, verdad. Al principio yo me acuerdo de que se pedían unos 8 mil quetzales, 10 mil quetzales, por una fuente de agua que te fuera dar unas tres pulgadas; ahorita por una fuente de agua que te pueda dar unas tres pulgadas te cobran 50 mil, hasta 60 mil, 80 mil, hasta se animan a pedir 100 mil quetzales, verdad” (Eugenio L. Tello Martínez, técnico agrícola indígena, Caserío Batzalom, Aldea Chicoy, municipio de Todos Santos Cuchumatán, Huehuetenango, Guatemala; entrevista el 19 de septiembre de 2007).
Las condiciones naturales y sociales para una agricultura de contrato con enfoque
agroexportador son idóneas en la región de los Cuchumatanes. Se tiene un clima
templado húmedo, las tierras son de cierta calidad y sin cargas altas de
342
contaminantes químicos previos; las fuentes de agua son manantiales a flor de tierra
que se utilizan por gravedad para trasladar el agua a las parcelas agrícolas. En el
ámbito social se destaca la organización indígena de centurias que permite el trabajo
colectivo de pequeñas áreas con prácticas culturales de manejo de suelo, agua,
vegetación y cultivos para lograr la producción y subsistencia familiar y grupal.
También se tiene un capital social cultivado durante doce años a través de dos
grandes proyectos de capacitación e inversión: Proyecto de Desarrollo Rural de la
Sierra de los Cuchumatanes (PCUCH, 1993-2000), y el Proyecto de Manejo
Sostenible de los Recursos Naturales en la Sierra de los Cuchumatanes
(PROCUCH, 2001-2005).
Tanto el PCUCH como el PROCUCH dieron la pauta para la conformación de la
Asociación de Organizaciones de los Cuchumatánes (ASOCUCH). En el siguiente
inciso (5.3.3) abordaremos a profundidad el caso de estos dos proyectos y la
conformación de la ASOCUCH como organización de segundo piso, la cual permite
la participación directa de campesinos en la toma de decisiones en la planeación y
ejecución de acciones en su territorio.
La relación agua, bosque y suelo se encuentra presente en las prácticas de manejo
del sistema de miniriego Batzalom. Se tienen acuerdos internos para que cada socio
deje por lo menos una tercera parte de su tierra con vegetación, se hace
reforestación en zonas de recarga de los manantiales y se realizan prácticas de
conservación de suelos con terrazas de muros vivos. Las prácticas religiosas en
torno al agua también se encuentran presentes.
“El día de San Juan (24 de junio) ahí vamos en todos los nacimientos de agua que se vaya a limpiar, que se vaya a poner una oración, allí a rezar, a tirar bombas (cuetes o petardos), a poner marimba, eso es costumbre de la gente. Es… rezo por Dios y por la santa tierra porque ahí nace el nacimiento. Por la tierra también, por el lugar que nace el nacimiento, eso es lo que hacen” (Porfirio Velásquez,
343
coordinador técnico indígena, sistema de miniriego del Caserío Batzolom, aldea Chicoy, municipio de Todos Santos Cuchumatán, Departamento de Huehuetenango; entrevista del 19 de Septiembre de 2007).
Es necesario dimensionar y profundizar la presencia de agricultura de contrato en la
región de los Cuchumatanes en estudios posteriores, en los efectos que se generan
en la organización de las comunidades indígenas en los ámbitos social, político,
económico y cultural, en el cambio de las instituciones (reglas) comunitarias para el
acceso al agua, tierra y bosque, así como en los conflictos y cooperación para el
acceso a esos tres recursos que son el eje central de la vida comunitaria indígena.
La agricultura de contrato es aquella de tipo empresarial ligada al comercio
internacional o nacional que utiliza una estructura técnica y de organización interna
para ofrecer un paquete tecnológico generalmente con un alto uso de agroquímicos
y semillas híbridas; el paquete tecnológico incluye la asistencia técnica a los
productores. El contrato con los productores consiste en establecer convenios por
cierto número de superficie de cultivo para garantizar un volumen de producción. La
empresa se compromete a la compra total de la cosecha siempre y cuando el
producto guarde las especificaciones del estándar de exportación. En el convenio
que se establece entre la empresa y los productores se estipula el suministro de
agroquímicos, la asesoría técnica y un adelanto en efectivo de la compra de la
producción. Al término del ciclo productivo que culmina con la entrega de la
producción al empaque se realizan las cuentas pertinentes y se cubre la parte
correspondiente al productor.
Los socios del miniriego Batzalom cultivan bajo la modalidad de agricultura de
contrato con la empresa Servicios Internacionales de Exportación, S.A. (SIESA). Es
una empresa de socios guatemaltecos con presencia en Chimaltenango, Solola,
344
Quiché, Quetzaltenango, San Marcos y Huehuetenango. La empresa exporta arbeja
china, arbeja dulce, haba, ejote y espárragos a los mercados de Holanda, Inglaterra
y Estados Unidos de América (en menor medida).
La estrategia de la empresa es hacer convenios con asociaciones y cooperativas de
productores que tengan técnicos comunitarios capacitados en el PROCUCH, los
cuales se coordinan con técnicos agrónomos de la empresa que también trabajaron
en ese programa.
“…..nosotros nos caracterizamos por producir arbeja china, arbeja dulce, un poco de haba de exportación, ejote fino, espárrago, un ejote proder que va específicamente para el mercado de Inglaterra…..Yo actualmente, cuento con tres grupos de productores, en tres municipios: uno en San Sebastián donde se produce arbeja china, más o menos unas 280 cuerdas de arbeja china y unas 60 cuerdas de arbeja dulce; está un grupo en el área de Chiantla que nos produce como 100 cuerdas de arbeja dulce, 100 cuerdas de arbeja china y unas 50 cuerdas de ejote fino; tenemos un poco de producción de haba también y el área de Todos Santos que, es el área en donde el 60% de la producción de haba para exportación de la empresa viene del área de Todos Santos” (Ing. Agrónomo José Guillermo Álvarez Hernández, responsable de la región Huehuetenango, empresa Servicios Internacionales de Exportación S.A. –SIESA-; entrevistado el 19 de septiembre de 2007, Huehuetenango, Guatemala).
Las empresas agroexportadoras generan dos situaciones que identifican los
productores indígenas: explotación y conflictos internos. Como respuestas a estas
situaciones, los productores están buscando alternativas de comercialización a
través de mercados regionales para introducir sus productos, de igual forma buscan
otras fuentes de empleo diferentes a la agricultura.
“…..y algunos que sólo vinieron a dar su cultivo y después cuando lograron… cuando entregó la gente todo el producto y ya con el pago a la gente ya no vino la empresa. Aquí, como en Chicoy, esta tierra fría le robó 170 mil quetzales la empresa. Hay gentes que sólo trabajan y no ganan; hay gentes que sólo vienen las empresas y a odiarse, entonces ya ahorita ya mucha gente esta pensando… ya gente ahorita ya son muy experta, entonces ya puede hacer otros trabajos que no con la empresa. Entonces ya… por ejemplo, lo que hay ahorita albañilería, lo que hay ahorita artesanía, lo que hay ahorita sastrería, lo que hay ahorita éste… o sea la gente ya tiene cultivos propios, ya pueden ellos ir a vender en otra parte tal vez en el mismo Guatemala, pero ellos ya saben dónde entregan y en los restaurantes, en los comedores.... Hay gentes que trabajan con empresa y hay gentes que no trabajan” (Porfirio Velásquez, coordinador técnico indígena, sistema de miniriego del Caserío Batzolom, aldea Chicoy, municipio de Todos Santos Cuchumatán, Departamento de Huehuetenango; entrevista del 19 de Septiembre de 2007)
345
Concluyendo, en el campo del pluralismo legal para el sistema de miniriego
Batzolom, podemos observar la interacción de las instituciones o reglas del juego
internas de la comunidad con las reglas externas. En la construcción del sistema de
riego se empleó la organización interna para solicitar el crédito, el cual fue otorgado
con reglas externas que se amalgamaron con las internas. Para conseguir la fuente
de abastecimiento de agua, se emplearon también las reglas internas de
organización de la comunidad o grupo de miniriego, las cuales se compatibilizaron
con las reglas establecidas por el dueño del manantial y con las reglas de otras
comunidades para pasar o tender por sus terrenos la tubería de la línea central de
conducción de agua. En la negociación de la fuente de agua, se dejaron de lado las
reglas del Estado, en tanto se menciona en la Constitución que el agua es propiedad
de la Nación y la administra el Estado, es decir, no se sacó el permiso de
aprovechamiento de la fuente de agua vía MARN como ente gubernamental
regulador en esta materia.
Un campo de interacción constante entre reglas internas y externas, es la
coordinación para la producción y la relación que se establece con las empresas
agroexportadoras mediante contratos. Los productores asociados al miniriego
Batzolom tienen sus reglas y dinámicas internas, las cuales en momentos se atraen
y en otros se repelan con las reglas externas que imponen las empresas. La
repulsión de reglas externas genera en los productores, la búsqueda de estrategias
de producción a través de la diversificación de cultivos y mercados locales directos,
también incentiva a buscar otras alternativas de fuentes de empleo diferentas a la
agricultura (albañilería, sastrería y artesanía).
346
En cuanto a los valores otorgados al recurso agua podemos argumentar lo siguiente.
Los valores otorgados al recurso agua en el sistema de riego Batzolom no son
solamente económicos, la práctica de ir a rezar a las fuentes de agua nos indica el
valor espiritual que otorgan las comunidades al recurso. La organización interna en
su dimensión social en torno al sistema de miniriego, indica otro valor al recurso
agua. La relación de las reglas internas con las externas en un mismo campo de
interacción sociopolítico para acceder y manejar el recurso agua, así como en las
formas de relacionarse en el campo de la producción de cultivos proporciona otro
valor al recurso agua.
5.3.2. La ASOCUCH: una expresión de organización y planeación desde la
base
Como evidenciamos al principio de este capítulo, la política pública sobre recursos
naturales dentro de los cuales se encuentra el agua -en un contexto de cuenca-, se
ejecuta por una diversidad de estructuras gubernamentales en la Cuenca Grijalva.
También un amplio número de estructuras no gubernamentales (ONG´s),
comunitarias y académicas realizan acciones dentro de la cuenca. La multiplicidad
de estructuras lleva a una sobreposición de acciones y genera una oferta y demanda
de proyectos desarticulados, sin objetivos y metas comunes. Además se genera una
interrupción de los programas y proyectos cada cambio de gobiernos municipales,
estatales y federales.
El análisis de la Asociación de Organizacones de los Cuchumatanes (ASOCUCH)
nos proporciona elementos de una posible salida a la política pública dispersa y de
poca continuidad que se ejecuta por parte de las estructuras gubernamentales, así
347
como de la intervención de ONG´s y de los centros de investigación. En efecto, la
ASOCUCH en el departamento de Huehuetenango se ha consolidado como una
estructura con figura jurídica de segundo nivel para impulsar el desarrollo productivo
regional, cuyo propósito es ordenar la aplicación de recursos económicos de las
estructuras gubernamentales y no gubernamentales en su área de influencia que
abarca nueve municipios (ver figura 8).
Figura 8. La ASOCUCH como estructura organizativa de segundo nivel
Región Cuchumatanes
ASOCUCH
Estrategía local: Asociación de Organizaciones de los
Cuchumatanes (ASOCUCH)
ASOCUCH
RECURSOS
INTERNACIONALES
(GOB., ONG´s, etc.)
RECURSOS NACIONALES
(CODEDE, COMUDE, ONG´s,
etc.)
RECURSOS PROPIOS
Fuente. Elaboración del autor con información de campo.
Como podemos observar en la figura anterior, una sola válvula de entrada al
territorio evita la dispersión, competencia, clientelismo, sobreposición de programas
y proyectos de los actores externos. Se garantiza con este tipo de figura legal de
segundo nivel, un orden en la planeación de acciones en el mediano y largo plazo.
La participación directa de la población en la definición del desarrollo al que aspiran
es un aspecto central en este tipo de organizaciones, donde las reglas del juego son
discutidas y aprobadas por los actores locales y en algunos momentos se adaptan,
adoptan, se repelen o amalgaman con las reglas externas.
348
Una expresión de amalgamiento de reglas internas y externas en una lógica de
pluralismo legal dio origen a la creación de la ASOCUCH. Esta organización tiene
dos antecedentes directos de proyectos de desarrollo regional en la Sierra de los
Cuchumatanes: el primer antecedente es el PCUCH y el segundo el PROCUCH. En
el diseño e implementación de estos dos proyectos se consideró como eje central la
participación de la población vía el fortalecimiento de las capacidades locales en el
ámbito organizativo, así como la capacitación grupal e individual de la población.
El PCUCH se formuló en 1990 por el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola
(FIDA) a petición del gobierno de Guatemala, en este proyecto colaboró
financieramente el Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino de los Países
Bajos. El alcance del proyecto fueron 9,000 familias campesinas distribuidas en un
área de 200 km2, correspondientes a nueve municipios de los departamentos de
Huehuetenango y Quiché. Los nueve municipios son: Chiantla, Todos Santos
Cuchumatán, Concepción Huista, San Sebastián Coatán, San Rafael La
Independencia, San Miguel Acatán, San Juan Ixcoy, San Pedro Soloma y Santa
Eulalia; estos municipios se encuentran en la categoría de los más marginados de
Guatemala (MAGA, 2001). Una parte del territorio de los seis primeros municipios
mencionados se encuentra dentro del polígono de la Cuenca Grijalva, en esa parte
alta se le denomina del lado guatemalteco cuenca Selegua y cuenca Nentón.
Los departamentos de Huehuetenango y Quiché fueron los más afectados por el
conflicto armado; esta situación evidenció las desigualdades sociales y la alta
marginación en la región. Además del conflicto armado existen otros factores que
limitan las posibilidades de desarrollo en la región. La mayor parte de las tierras de
estos dos departamentos no es de vocación agrícola a la cual se suman rezagos
349
como el poco acceso a vías de comunicación, la falta de servicios básicos en la
mayoría de las comunidades, niveles extremos de desnutrición y analfabetismo
(ASOCUCH, 2003). Estos elementos justificaron y justifican en la actualidad la
presencia de programas gubernamentales y de la cooperación internacional para el
combate a la pobreza, orientando con alta prioridad los esfuerzos en la recuperación
y la conservación de los recursos naturales en la Sierra de los Cuchumatanes, en
Huehuetenango.
Las inversiones internacionales con el apoyo del gobierno de Guatemala han sido
considerables en relación a otras regiones. La inversión que se realizó de diciembre
de 1993 a diciembre de 2000 a través del PCUCH para los nueve municipios
involucrados alcanzó los 20.9 millones de dólares; el ente ejecutor fue el MAGA. El
objetivo del proyecto fue el siguiente:
“contribuir a generar un proceso dinámico de desarrollo autosostenido, basado en el aumento de la producción y la capacidad productiva de la población campesina del área…..los objetivos específicos contemplan a) el incremento de la superficie cultivada; b) la diversificación de la producción agrícola; c) el manejo adecuado del recurso ovino y su entorno natural; d) el mejoramiento en el acceso al crédito; e) sistemas de manejo, almacenaje y comercialización de la producción; f) el mejoramiento conservación del agua y suelo; g) la diversificación de las actividades económicas familiares; h) la participación social y económica de la población y en particular, de la mujer campesina y, i) el mejoramiento y ampliación de la infraestructura básica en el área del proyecto” (MAGA, 2001, cursivas nuestras).
Como podemos observar, se planteó un objetivo específico de agua y suelo, el cual
también incluyó proyectos concretos de producción y reforestación en áreas
degradadas, áreas de recarga hídrica y zonas aledañas a fuentes de agua. En
prácticas de manejo de suelo se reportan 1,727 hectáreas intervenidas a través de
4,740 usuarios, y se capacitaron 35 asistentes locales en conservación de suelos.
En infraestructura de miniriego se intervinieron 224 hectáreas (5,079 cuerdas),
beneficiando 1,146 agricultores (MAGA, 2001). Este dato de superficie y agricultores
beneficiados con miniriego nos indica que en promedio cada productor tiene 4.43
350
cuerdas, es decir, 1,954.5 metros cuadrados de tierra de riego. Con este promedio
de superficie los productores se han insertado al cultivo de hortalizas de exportación;
el ingreso que tienen las familias a través del cultivo de esta superficie reducida no
es suficiente para mantener a los núcleos familiares.
El impacto más importante del PCUCH no fue la inversión para la producción e
infraestructura física, sino el apoyo y fortalecimiento de las capacidades locales. El
fortalecimiento de las organizaciones existentes y las nuevas que se conformaron se
realizó mediante el mejoramiento de la capacidad de los productores en aspectos
gerenciales, administrativos, financieros, organizativos y productivos.
En efecto, con este proyecto se formaron 33 gerentes campesinos, 25 auxiliares de
contabilidad, 25 extensionistas campesinos, 25 agricultores experimentadores, 98
gestores de crédito, 80 promotores agropecuarios, 35 asistentes de conservación de
suelos, 15 promotores en salud y nutrición, y 398 mujeres alfabetizadas (MAGA,
2001). Encontramos en el trabajo de campo testimonios directos de personas
capacitadas en el proyecto que evidencian el avance positivo en capacidades
locales.
“Pues yo trabajo conservación de suelo, invernaderos y reforestación, viveros, y reuniones con los asociados de la cooperativa, éste… también ver créditos de la cooperativa y también domiciliario, eso es muchos trabajos que yo hice, o sea que yo ahorita estoy capacitado, la PCUCH y ASOCUCH me dio 20 diplomas para muchos proyectos… tengo diploma para invernadero, para limpiar, reforestación, perforación de agua, borrego, y mucho” (Porfirio Velásquez, coordinador técnico indígena, sistema de miniriego del Caserío Batzolom, aldea Chicoy, municipio de Todos Santos Cuchumatán, Departamento de Huehuetenango; entrevista del 19 de Septiembre de 2007). .
El gerente actual de la ASOCUCH es una de las personas que se capacitó dentro
del proyecto; el adiestramiento le permitió tener una visión más amplia para llevar
acabo la coordinación de la organización. En efecto, la estrategia del PCUCH se
orientó a fortalecer la capacidad productiva y de gestión social de los productores a
351
través de organizaciones existentes y creando nuevas. Las organizaciones de
productores existentes estaban desarticuladas por el conflicto armado, cualquier
intento de avanzar en la organización socio-productiva se catalogaba por las fuerzas
armadas de Guatemala como movimiento ligado a la guerrilla.
“Habíamos muchas organizaciones desactivadas totalmente por el problema de la guerra interna que hubo en Guatemala entre la guerrilla y el ejército, entonces todas las organizaciones estábamos inactivas porque teníamos esa preocupación que no podíamos surgir como dirigentes de ninguna organización porque nos capturaban y nos metían los del ejército, pues creían que éramos de la guerrilla” (Miguel A. Figueroa, gerente de la Asociación de Organizaciones de los Cuchumatanes –ASOCUCH-, entrevistado el 12 de septiembre de 2007).
El otro proyecto que siguió como continuidad de las actividades del PCUCH fue el
denominado Proyecto de Manejo Sostenible de los Recursos Naturales en la Sierra
de los Cuchumatanes (PROCUCH), el cual se ejecutó de enero de 2001 a enero de
2005. El monto de la inversión en este proyecto fue del orden de los 12 millones de
dólares, financiados también por el Reino de los Países Bajos y el gobierno de
Guatemala. El proyecto tenía como objetivo general:
“mejorar la conservación y el manejo de los recursos naturales y fortalecer la base productiva, con incremento de beneficios socioeconómicos para la población rural de la Sierra de los Cuchumatanes, mediante la ejecución de proyectos agro-silvo-pastoriles, la descentralización de autogestión, participación equitativa, gobernabilidad y ordenamiento territorial” (ASOCUCH, 2006).
El territorio que abarcó el PROCUCH fue el mismo que su antecesor, es decir, los
mismos nueve municipios.
Las bases de creación y consolidación de la ASOCUCH fueron los proyectos
PCUCH y PROCUCH, con siete y cinco años de funcionamiento respectivamente.
En esos doce años se invirtieron alrededor de 32.9 millones de dólares en la región
que abarca los nueve municipios considerados dentro del proyecto. En la etapa de
funcionamiento del PCUCH fue que se conformó la ASOCUCH.
352
El proceso de creación de la ASOCUCH empezó en 1998 y culminó jurídicamente
en octubre de 2000 con el acta constitutiva de la organización. Se constituyó como
una organización de segundo nivel prestadora de servicios a través de técnicos
comunitarios (principalmente) y profesionales de universidad. Los fundadores
agremiados fueron 16 organizaciones locales de productores que atendía el
PCUCH. El propósito central de creación de la ASOCUCH fue recibir el capital
humano comunitario formado dentro del PCUCH, para continuar prestando el
servicio técnico-organizativo a las organizaciones de productores que dejaba en
funcionamiento dicho proyecto (Alonzo, s/f).
Con la creación de la ASOCUCH se rompió el paradigma de que sólo estructuras
gubernamentales y despachos privados con técnicos de la universidad pueden hacer
desarrollo comunitario. El trabajo que realiza la ASOCUCH tiene como base la
planeación del desarrollo local a través de la participación directa de la población
con gerentes, técnicos y administrativos comunitarios. Se asesoran de algunos
técnicos profesionales de nivel universidad que son contratados y coordinados por
los propios campesinos.
El trabajo inicial de la ASOCUCH se orientó a generar un proceso de desarrollo
basado en el aumento de la producción, posteriormente se concentró en la
conservación y manejo de los recursos naturales y fortalecimiento de la base
productiva mediante la ejecución de proyectos agro-silvo-pastoriles y la
descentralización de autogestión. En la actualidad el enfoque se orienta de manera
estratégica a tres aspectos: “a) fortalecerse como red de organizaciones locales y a
la formación de capital social; b) crear una mayor capacidad competitiva mediante
cadenas de valor y alianzas entre empresas, productores, municipalidades, sector
353
público y privado; c) la sostenibilidad financiera de la ASOCUCH y sus
organizaciones que estaría relacionada a un gradual mejoramiento de la calidad de
los servicios a prestar” (ASOCUCH, 2005).
El carácter jurídico de organización de segundo nivel le permite a la ASOCUCH
gestionar financiamientos de organismos internacionales, nacionales y regionales.
La embajada del Reino de los Países Bajos en Guatemala ha sido un pilar central de
financiamiento en la región de los Cuchumatanes. Los países bajos apoyaron
primeramente al PCUCH, posteriormente al PROCUCH y en la actualidad a la
ASOCUCH a través de un proyecto denominado PROCUCH-Ambiental. Este
proyecto es del orden de 5.554 millones de dólares para un periodo que va de mayo
de 2006 a abril de 2011, el responsable de firmar estos recursos y acuerdos es el
gerente de la ASOCUCH, un campesino que se capacitó con el PCUCH y tiene un
grado de escolaridad de sexto de primaria.
“…..estamos administrando un proyecto y es un reto para nosotros, una oportunidad, pero seleccionamos a la gente, gente que sea de nuestra confianza y que vaya a hacer caso a lo que nosotros le decimos. Porque yo apenas tengo sexto grado de primaria, yo no sé usar una computadora, hasta ahorita estoy aprendiendo, a veces ni el teléfono no puedo sacar bien las llamadas, pero el modelo es ese pues que el campesino tiene que ser el gerente de la organización. En cada organización allá en las 19 organizaciones hay un gerente campesino como yo, y aquí que es la más grande aquí estoy yo, pero qué pasa con ellos, con los profesionales como el administrador y el ingeniero, ellos son universitarios y son mis asesores para que las cuestiones técnicas y administrativas salgan…” (Miguel A. Figueroa, gerente de la Asociación de Organizaciones de los Cuchumatanes –ASOCUCH-, entrevistado el 12 de septiembre de 2007).
El objetivo general del proyecto ASOCUCH-Ambiental se concentra en cuatro
lineamientos: promover el desarrollo regional, incluir en las acciones de manera
transversal el enfoque de género, ordenar el territorio con criterios ambientales, y
encaminar territorialmente el proceso de descentralización de funciones y acciones
gubernamentales, no gubernamentales y de la propia ASOCUCH. Dentro del
proyecto se enuncia el objetivo de la siguiente manera:
354
“Establecer procesos integrales de Desarrollo Sostenible con equidad de género a nivel Comunitario, Municipal y Regional en la Sierra de los Cuchumatanes, a través del ordenamiento territorial; del desarrollo forestal; de la conservación de la diversidad biológica y sus servicios ambientales; y de la gestión descentralizada, participativa y democrática de los recursos naturales” (Embajada de Países Bajos en Guatemala, página Web, http://www.mfa.nl/gua-es/cooperacion_al/medio_ambiente/proyectos/cuchumatanes).
En el proyecto también se consideran objetivos específicos. Se menciona dentro de
estos objetivos: el fortalecimiento de la ASOCUCH a través del desarrollo de
capacidades institucionales, la participación ciudadana, y de la construcción de
capital social con equidad de género. Fortalecer las capacidades de gestión
ambiental de los gobiernos municipales en el área del proyecto (10 municipios).
Contribuir a la conservación, uso y manejo sostenible del patrimonio de la Sierra de
los Cuchumatanes, estableciendo áreas naturales protegidas y corredores
biológicos, con el pleno respeto e integración de las culturas locales, el derecho
consuetudinario y el marco legal vigente. Consolidar los mecanismos técnicos,
metodológicos, administrativos y financieros para el pago de los servicios
ambientales relacionados con agua, fijación de carbono y ecoturismo, con la
finalidad de conservar los recursos naturales y generación de ingresos para las
comunidades. Apoyar procesos ciudadanos de incidencia ambiental a nivel local,
departamental y nacional, para construir un contexto institucional y socio-político
que favorezca la continuidad de las acciones más allá de la vida del proyecto.
Es importante destacar que los valores otorgados al agua en la ASOCUCH se hacen
en un contexto de desarrollo regional, donde se considera la gestión de los recursos
naturales (agua, bosque y suelo) en combinación con actividades de desarrollo
agropecuario. La gestión de recursos y las actividades productivas se sustentan en
la capacitación y fortalecimiento de las organizaciones de productores. Es una visión
355
integral de valores del territorio para planear la incidencia en las variables naturales,
productivas y de organización social.
Concluyendo, el análisis del caso ASOCUCH nos permite vislumbrar la intervención
del territorio de una cuenca desde la base de las comunidades, con un enfoque
integral que incluya además de la gestión (integral) del recurso agua, la gestión de
los recursos bosque (cubierta vegetal) y suelo, actividades productivas y
organización social con enfoque de género. La gestión del territorio se hace desde lo
local con miembros de las propias comunidades organizadas a través del
fortalecimiento de las capacidades locales.
Las organizaciones de segundo nivel como la ASOCUCH son estructuras que se
deben analizar en la Cuenca Grijalva del lado mexicano, en la perspectiva que
pueden ser una salida viable a las figuras jurídicas que se requieren para los
consejos, comisiones y comités de cuenca impulsados por la Conagua.
La ASOCUCH como estructura de segundo nivel permite ligar las decisiones
internas de las comunidades con los programas y proyectos de estructuras externas
al territorio. En este sentido se consolida el pluralismo legal en tanto las reglas
internas de las comunidades se concentran en la ASOCUCH y se compaginan con
las reglas externas de las estructuras internacionales de financiamiento,
gubernamentales y no gubernamentales.
La participación directa de la población en las organizaciones que integran a la
ASOCUCH permite planear y ejecutar una política pública desde la base
comunitaria. Este tipo de estructuras son centrales en la coordinación de acciones
desde lo local para evitar o darle orden a los programas y proyectos que ejecutan la
multiplicidad de actores que intervienen en el territorio de la Cuenca Grijalva.
356
Conclusiones del capitulo
Las acciones que se impulsan en la cuenca están mediadas por límites de los dos
Estados nación (México y Guatemala), así como por los propios límites político-
administrativos al interior de cada país. Bajo esas divisiones del territorio se
construye socialmente la cuenca y se planea y ejecuta la hidropolítica. En este
sentido, la bandera internacional de GIRH adoptada por las autoridades
gubernamentales de México y Guatemala no tiene cabida en la Cuenca Grijalva,
toda vez que se ejecuta una política en base a divisiones políticas.
La hidropolítica actual que se planea y ejecuta en la Cuenca Grijalva por parte de las
autoridades gubernamentales mexicanas y guatemalteca tiene la característica de
ser sectorizada y de dispersa. La presencia de estructuras gubernamentales es más
amplia en México que en Guatemala, situación inversa sucede con la presencia de
estructuras no gubernamentales.
La existencia de una sola institución y estructura nacional encargada del recurso
agua en México contribuye a la concentración de la toma de decisiones del recurso;
en este sentido se inhabilita a las autoridades estatales, municipales y comunitarias
para hacer de manera conjunta una política de arriba hacia abajo, donde se pongan
en juego los preceptos del pluralismo legal, los ejemplos en este caso son los
consejos, comisiones y comités de cuenca.
En sentido contrario se encuentra la hidropolítica en la cuenca del lado
guatemalteco. La multiplicidad y dispersión de instituciones gubernamentales
responsables de una parte de la gestión del recurso agua, así como la variedad de
instituciones comunitarias incentiva moverse en una lógica de pluralismo legal. De
igual forma esa diversidad de instituciones permite llegar a acuerdos locales para
357
construir una política pública de arriba hacia abajo en espacios donde se conjugan
las reglas del juego gubernamentales y comunitarias.
Conclusiones generales de la investigación
En la presente investigación nos propusimos contestar a dos preguntas. La primera
fue, ¿Qué valores le han sido asignados al recurso agua en la cuenca para definir y
ejecutar las acciones hasta hoy día implementadas por las instancias
gubernamentales y comunitarias? Y la segunda, ¿Cómo las diferentes reglas
gubernamentales y comunitarias se amalgamaron o repelieron y dan cuenta de la
problemática actual de la cuenca en un contexto de pluralismo legal? En el
desarrollo de los capítulos III, IV y V fuimos analizando tanto los valores como las
reglas sobre el recurso agua en la Cuenca Grijalva.
En las reglas gubernamentales mexicanas identificamos dos periodos de asignación
de valores al recurso agua en la Cuenca Grijalva: uno que va de 1950 a 1991 y otro
de 1992 a la actualidad. Este cambio de valores es el resultado de un cambio en las
instituciones. Al respecto DiMaggio (1999) y Rivas (2003) mencionan que las
instituciones son una creación humana, por tanto evolucionan y son alteradas por los
seres humanos.
En el primer periodo las reglas fortalecieron la presencia de las estructuras
gubernamentales. En la Cuenca Grijalva las reglas o instituciones sustentaron el
accionar de la comisión de Cuenca Grijalva (1951-1986). Esta estructura
gubernamental ejecutó una política de Estado encaminada a la extracción de rentas
vía hidroelectricidad para fortalecer los centros industriales del centro y norte del
358
país. El desarrollo regional propuesto en los planes y programas de la comisión de
cuenca del Grijalva no se concretó en los territorios de Chiapas y Tabasco, donde
tuvo presencia dicha comisión.
En este periodo el modelo ISI bajo las bases de la teoría Keynesiana se impulsó a
nivel nacional; la característica central fue la presencia del Estado en la economía.
Un instrumento del Estado para impulsar el desarrollo en diferentes regiones del
país fueron las comisiones de cuenca hidrográfica (Barkin, 1972; Melville, 1990),
dentro de las cuales estuvo la comisión de Cuenca Grijalva. En la práctica las
propias estructuras del Estado y los grupos regionales de poder político y económico
fueron los controladores del mercado, y por lo tanto los principales beneficiarios del
desarrollo (Barkin y King, 1970; Barkin, 1972; Palerm, 1972). La población asentada
en los territorios intervenidos fue la menos beneficiada de la política de desarrollo vía
cuencas hidrográficas implementada por el Estado mexicano (Barkin, 1972).
DiMaggio y Powell (1999), plantean que las reglas compartidas privilegian a algunos
grupos cuyos intereses son asegurados por las sanciones y recompensas
prevalecientes. En el caso del desarrollo vía cuencas hidrográficas, en efecto las
reglas se compartieron entre diferentes grupos de poder colocados en las
estructuras gubernamentales, dentro de los cuales los colocados en el sector de
recursos hidráulicos fueron los más beneficiados política y económicamente. Así, los
territorios de las cuencas y la población a desarrollar fueron la justificación para
preservar los propios intereses de una élite de ingenieros civiles y agrónomos
colocados en los círculos de poder del Estado mexicano (Wester et al., 2009).
359
La visión del desarrollo se imponía en los territorios intervenidos a través de las
instituciones del Estado mexicano. En esta visión civilizatoria -desde la perspectiva
del gobierno federal-, no había cabida para las instituciones comunitarias; incluso
otros niveles gubernamentales, como los estados y municipios quedaron al margen
de las decisiones de la política de desarrollo regional. En este sentido, el pluralismo
legal entendido como la existencia y la interacción de diferentes ordenes legales
(generalmente estatales y no estatales) en el mismo espacio sociopolítico (Boelens
et al., 2004), no se presentó como proceso dentro de la Cuenca Grijalva, no obstante
la riqueza de instituciones derivadas de la diversidad cultural tanto indígena como
mestiza presente en este territorio.
Este primer periodo -1950 a 1992- de análisis de las instituciones mexicanas que
dieron origen a la hidropolitica ejecutada en la cuenca, es paralelo al periodo
guatemalteco de 1960 a 1996 de presencia del conflicto armado, donde las
instituciones y estructuras comunitarias se veían como grupos subversivos. En este
sentido el carácter autoritario del Estado guatemalteco no permitió la conjunción de
reglas estatales y no estatales en el mismo espacio sociopolítico para la gestión de
las cuencas Cuilco, Selegua y Nentón.
En el segundo periodo en el caso mexicano, se establecieron nuevas reglas dentro
de un marco jurídico publicado en 1992 y reformado en 2004 en torno al recurso
agua (ley de aguas nacionales). En este marco institucional se consideró la gestión
del agua por cuenca, con una base de participación social. Sin embargo, las
estructuras operativas gubernamentales para impulsar y concretar este instrumento,
siguen ancladas a prácticas autoritarias y centralistas visualizadas en el primer
360
periodo. Los instrumentos o plataformas de participación de los diferentes actores en
torno a la toma de decisiones sobre el recurso agua son los consejos, comisiones y
comités de cuenca. Estas estructuras se conciben como instrumentos de
concertación y participación de diferentes actores federales, estatales, municipales y
grupos o individuos que tienen un título de concesión de aguas nacionales otorgado
por la Conagua. En el análisis de estas estructuras de “participación” (capitulo V)
mostramos cómo se están diseñando e impulsando desde el sector gubernamental,
con un carácter limitado en la participación real de la población que vive en el
territorio de las cuencas. En este sentido, el pluralismo legal se ve acotado a grupos
de interés que participan en los consejos, comisiones y comités de cuenca, dentro
de los cuales se deja al margen a las instituciones comunitarias.
Observamos una situación diferente de pluralismo legal en la parte alta de la cuenca
del lado guatemalteco. La incidencia en la política pública del agua por parte de la
población en una escala comunitaria es directa, además se vincula con toda una
estrategia de desarrollo local y manejo de recursos naturales. En estas estructuras
comunitarias la participación de la población en procesos de capacitación constante
a lo largo de varios años con apoyo de instancias internacionales y nacionales ha
sido un factor central para consolidar aspectos no sólo productivos, sino también
económicos y de organización como eje central. En esta escala comunitaria la falta
de ley de aguas y de una estructura gubernamental única en materia del recurso
hídrico, incentiva la participación directa de la población haciendo uso de sus propias
instituciones y estructuras operativas para la gestión del recurso agua.
361
Con respecto a las escalas, retomamos el concepto de hidropolítica y la matriz del
trabajo de Turton (2002). En el presente trabajo tomamos como escala la Cuenca
Grijalva, y nos movimos a escalas mayores cuando analizamos el modelo de
desarrollo copiado de la TVA dentro de las comisiones de cuenca mexicanas, de
igual forma cuando enunciamos las instituciones y estructuras gubernamentales
nacionales que sustentaron el accionar de la comisión de Cuenca Grijalva, así como
la hidropolítica seguida de los 90 a la actualidad. Nos movimos también hacia
escalas más bajas dentro de la cuenca cuando analizamos los consejos, comisiones
y comités de cuenca del lado mexicano, así también cuando realizamos el análisis
de los diferentes planes y proyectos contra inundaciones en la planicie tabasqueña.
Dentro de esta escala (hacia abajo o hacia adentro de la cuenca) también
analizamos las unidades de miniriego y la ASOCUCH en las cuencas guatemaltecas
Selegua y Nentón, tributarias de la Cuenca Grijalva.
Con respecto a los objetivos y los capítulos que conforman el cuerpo de la presente
investigación podemos decir lo siguiente. El objetivo general que nos propusimos fue
“analizar en un contexto de pluralismo legal la hidropolítica o política pública del
recurso agua, a través de las instituciones o reglas establecidas en el periodo 1950-
2010 en la Cuenca Grijalva”. En el capítulo I realizamos el análisis teórico
conceptual, y en los capítulos III, IV y V analizamos la hidropolítica seguida en la
Cuenca Grijalva a través de las instituciones o reglas del juego. En este análisis
abordamos cómo las instituciones gubernamentales se implementaron en el territorio
de la cuenca y cómo éstas, se conjugaron o se repelieron con las instituciones o
reglas comunitarias.
362
Los objetivos específicos que nos planteamos fueron cubiertos en el presente
trabajo de investigación: delimitamos la cuenca en un sistema de información
geográfica; examinamos y articulamos los conceptos de hidropolítica, instituciones y
pluralismo legal en la cuenca; identificamos y analizamos la lógica política y
económica de las instituciones gubernamentales en el periodo 1950-2010; e
identificamos y analizamos la lógica de las instituciones comunitarias en un marco
de pluralismo legal para el acceso y distribución del agua en la cuenca alta del lado
guatemalteco.
En el capítulo II analizamos en una perspectiva histórica la Cuenca Grijalva para
llegar a la conclusión de que las cuencas son construcciones sociales sustentadas
en territorios naturales, los cuales se dividen o delimitan de acuerdo a intereses
específicos de los actores. Dependiendo del o los actores más fuertes es como se
construyen los mapas de los territorios de las cuencas, donde la asignación de
nombre a los ríos va a depender de relaciones de poder manifiestas en el campo de
la interacción social de los actores involucrados.
Las relaciones de poder no sólo definen los nombres y limites de las cuencas, sino
también la hidropolítica implementada dentro de estos territorios. En toda
construcción social de una cuenca intervienen intereses de carácter político y
económico. En este sentido considerar el territorio de una cuenca exclusivamente
bajo la variable de límites naturales despolitiza las formas de operación o gestión
para el manejo de las cuencas (Wester y Warner, 2000). En el análisis que
realizamos de la construcción social de la Cuenca Grijalva y de las corrientes que la
conforman (capítulo II), observamos la construcción social histórica del río Grijalva,
363
así también la construcción social de las cuencas guatemaltecas Cuilco, Selegua y
Nentón -tributarias de la gran Cuenca Grijlava-. En esta lógica de construcción social
de las cuencas con criterios de carácter político de los Estados nación, observamos
los mapas generados del lado mexicano y guatemalteco donde los límites de las
cuencas llegan hasta la línea divisoria entre los dos países. De igual forma
analizamos cómo las estructuras de la Conagua para la gestión del agua por
cuenca, denominados consejos de cuenca, comisiones de cuenca y comités de
cuenca, están sustentadas geográficamente bajo criterios de carácter político-
administrativo.
En este mismo orden de ideas, la hidropolítica (policy) en la Cuenca Grijalva en
ambos lados de la línea divisoria se sustenta en una planeación y ejecución de
carácter político-administrativo, donde intereses políticos (politics) están presentes.
Concordamos con Schlager y Blomquist (2002) cuando mencionan que, en el
manejo integrado de cuencas existe un trecho entre la teoría y la práctica, es decir,
los obstáculos para poner a funcionar la teoría son de carácter social y político.
Como ejemplos de esta afirmación podemos mencionar la hidropolitica en la Cuenca
Grijalva que planea y ejecuta de manera independiente México de Guatemala y
viceversa; también al interior de México la Conagua planea y ejecuta en la Cuenca
Grijalva una hidropolítica sustentada en territorios político-administrativos (v.g. Plan
Hídrico Integral de Tabasco –PHIT-).
La Cuenca Grijalva como territorio transfronterizo es gestionada en sus variables
sociales, políticas, económicas y naturales bajo un criterio de división político-
territorial por país, donde el peso de las relaciones históricas entre México y
364
Guatemala, se constituyen en una limitante para la concreción de acuerdos
conjuntos que permitan llegar a una gestión integral compartida de la cuenca. En
esta perspectiva las propuestas o acuerdos discutidos en plataformas
internacionales, cuyo direccionamiento consiste en concretar acuerdos entre
Estados nacionales que comparten territorios de cuencas, no se ven reflejados en la
hidropolítica ejecutada en la cuenca.
En la hidropolítica que se planea y ejecuta en la actualidad en la Cuenca Grijalva
intervienen una diversidad de estructuras gubernamentales, no gubernamentales e
incluso académicas. Estas estructuras actúan territorialmente bajo criterios de
división de los Estados nacionales, de límites político-administrativos dentro de los
países, con criterios definidos individualmente para cubrir objetivos y metas
particulares.
La dispersión y sobreposición de funciones y acciones de las estructuras
gubernamentales y no gubernamentales generan una oferta y demanda en las
comunidades ubicadas dentro de la cuenca. En el caso de las estructuras
gubernamentales, la dinámica de oferta y demanda corresponde a intereses de tipo
político (en el sentido de politics) de los diferentes grupos que llegan al poder cada
cambio de administración. La hidropolítica o policy que se ejecuta en la cuenca se
encuentra entonces permeada por intereses políticos y económicos que no permiten
o limitan la participación de las estructuras comunitarias, es decir, el pluralismo legal
en la escala de la Cuenca Grijalva se encuentra supeditado a los intereses de
carácter político y económico de los diferentes actores gubernamentales.
365
La bandera internacional de GIRH adoptada por México y Guatemala, se ha
constituido en el paradigma de la gestión integral del recurso hídrico. Bajo la
estrategia sectorial actual de intervención del territorio de la Cuenca Grijalva, con
acciones que llegan hasta la línea divisoria de los dos países, el concepto de GIRH
no es más que un discurso de estrategia para continuar haciendo lo mismo: una
hidropolítica dispersa y de corto alcance, con objetivos y metas de acuerdo a
intereses de los grupos de poder colocados en las estructuras gubernamentales.
En el caso de México, observamos en la ley de aguas nacionales vigente -además
de la GIRH-, el enfoque de agua como asunto de seguridad nacional y la gestión del
recurso hídrico por cuencas con énfasis en la participación de la sociedad. El
enfoque de seguridad nacional se traduce desde la visión gubernamental a una
situación de escasez. No observamos este enfoque en la escala de la Cuenca
Grijalva dado los altos índices de precipitación y el alto caudal superficial de las
corrientes que conforman la cuenca. En una escala micro al interior de la cuenca, es
necesario hacer investigación puntual para analizar la escasez del recurso.
Lo que observamos como escasez dentro de la cuenca no es la disponibilidad del
recurso hídrico, sino la falta de infraestructura para llevar el líquido a las
comunidades. De igual forma detectamos una sola visión gubernamental en el
suministro de agua a las comunidades, sustentada ésta en la ingeniería civil. La
captación de agua de lluvia aprovechando las altas precipitaciones, la encontramos
principalmente en la parte alta de la cuenca del lado de guatemalteco, así como el
aprovechamiento micro en las unidades de miniriego.
366
El concepto adoptado por México de gestión del recurso hídrico por cuenca con la
participación de la sociedad, en el caso de la Cuenca Grijalva es un término que se
ha quedado en plataformas macros como consejos, comisiones y comités de
cuenca, donde la autoridad nacional mexicana en materia de agua interviene de
manera directa en la operación, financiamiento y establecimiento de metas que no
rebasan el ámbito gubernamental. En efecto, los comités de cuenca son estructuras
para cubrir escalas de microcuenca. Sin embargo, la experiencia en la Cuenca
Grijalva es que en esta escala de microcuenca, en promedio se ha tratado de cubrir
de manera simultánea a cien comunidades asociadas a una microcuenca, esta
situación vuelve poco operativos a los comités de cuenca.
Un aspecto importante a mencionar para concluir es la limitada capacitación y el
entendimiento de los conceptos de cuenca, GIRH, y agua como asunto de seguridad
nacional de parte de la mayoría del personal de la propia estructura gubernamental
mexicana en materia de agua, radicado en las oficinas que atienden el territorio de la
Cuenca Grijalva; los testimonios en las entrevistas que realizamos dan cuenta de
esta situación. Entonces, ¿cómo pretender desde el sector gubernamental impulsar
una hidropolítica de gestión integral de los recursos hídricos, si no se cuenta con el
conocimiento para realizar dicha tarea?
367
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