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El túnel
Esta obra; escrita por Ernesto Sábato, presenta una estructura psicológica,
pues nos muestra los diversos fenómenos que se pueden dar en la mente
humana.
Como personajes principales tenemos a María Iribarne y Juan Pablo Castel,
cuyo comportamiento es caracterísco de una persona obsesivo – compulsiva,
puesto que a medida que transcurre la obra nos damos cuenta de los oscuros
pensamientos del protagonista hacia María Iribarne, y como es que él pensaba
estar enamorado de ella idealizándola, de tal manera que creía podía ser la
única persona capaz de comprenderlo no sólo en su arte sino también en su
intimidad, y amarlo tanto como él a ella. Pero esto era algo subjetivo pues
ninguno se conocía a fondo como para dar inicio a un amor verdadero.
Compartían muchos momentos juntos, sin embargo en cada detalle había algo
de misterio en ella, misterio que impulsó a Juan Pablo Castel a cometer el peor
de los crímenes: asesinar a su amante.
Este asesinato fue la consecuencia del temor a que ella le ocultara cosas,
pues en cada intento de conocerla más a fondo, realizando todo tipo de
preguntas, que ella evadía, y él al no encontrar respuesta alguna, empezaba a
imaginar cosas desde su punto de vista, yendo más allá de lo que en realidad
estaba pasando.
El túnel es una obra que nos muestra una situación de incomunicación, donde
el protagonista se siente incomprendido y atrapado en su propio túnel, y debido
a su obsesión por María Iribarne, vemos como el amor se convierte en odio.
La obra se desarrolla en un contexto histórico de Revolución en el país de
Argentina, en esta época surge un movimiento llamado peronismo ,liderado por
el presidente Juan Domingo Perón, las bases del partido se centraban en la
justicia social, capitalismo y nacionalismo, pero sobre todo en controlar la
expansión de los emigrantes hacia la capital.
Debemos tener en cuenta esto, ya que el autor era un descendiente de
emigrantes, por lo tanto estaba tan influenciado con el medio, que adoptó una
postura contraria al gobierno.
Esta política influyó en la vida del autor, es decir en la forma de cómo la veía y
actuaba en ella, interactuando con las personas que lo rodeaban, mostrándose
siempre hacia a ellas como un participe del existencialismo, y como tal era el
tipo de personas que veía el mundo desde su propia perspectiva.
En la obra esto se refleja en el personaje de Juan Pablo Castel, quien tenía una
manera muy peculiar de ver el mundo.
“Confieso que uno de mis peores defectos es el que siempre he mirado con
antipatía y hasta con asco a la gente, sobretodo a la gente amontonada... En
general la humanidad siempre me ha parecido detestable” (Pág. 41)
Sin embargo esta manera de pensar fue cambiando, desde que conoció a
María Iribarne.
“En el Salón de Primavera de 1946, donde presenté un cuadro llamado
Maternidad, el cual tenía un detalle sobre una ventanita, se veía una escena
pequeña y remota: una playa solitaria y una mujer que miraba el mar. Nadie se
fijó en esta escena; con excepción de una sola persona, nadie pareció
comprender que esa escena constituía algo esencial” (Pág. 13).
Cuando menciona aquella persona, hace referencia a María Iribarne, quien con
mucha atención se encontraba mirando el cuadro, sobretodo fijándose en el
detalle de la ventanita ocasionando en el pintor una sensación de confianza,
se sintió comprendido, y creyó que ella era la única persona que comprendió lo
que él quería transmitirle al mundo.
Desde aquel día surgió un sentimiento en Juan Pablo Castel, que poco a poco
se convirtió en una obsesión, la cual lo llevó a buscar con mucha ansiedad a
María Iribarne.
“Una tarde, por fin la, vi por la calle.... la verdad es que muchas veces había
pensado y planeado minuciosamente mi actitud en caso de encontrarla”. (Pág.
15).
A medida que pasaba el tiempo aumentaba su obsesión por verla, y entablar
una conversación con ella, hasta que por fin llegó ese momento.
“Se encontraron en el ascensor del edificio de la Compañía T, donde ella al
reconocerlo se sonrojó, y éste le dijo que tenía que preguntarle algo muy
importante, es referente a la ventanita, ¿comprende?... Pero no sé que ganará
con verme, hago mal a todos los que se me acercan... quedamos en vernos
pronto” (Pág. 26).
Su obsesión se fue haciendo cada vez más fuerte y esto se ve reflejado en los
frecuentes encuentros que posteriormente tuvieron.
Se dice que un trastorno obsesivo - compulsivo es lo bastante severo, que
produce pérdida de tiempo, causando notable angustia o significativo perjuicio.
Las obsesiones consisten en persistentes ideas, imágenes, impulsos,
pensamientos que involuntariamente invaden en la mente del hombre. El
recuerdo de María Iribarne es un claro ejemplo de cómo una obsesión se
convierte en una conducta repetitiva, en el sentido que Juan Pablo la recordaba
constantemente e incluso cuando gozaba de su compañía, la aturdía con sus
dudas.
“María, por momentos parecía una adolescente púdica t de pronto se me
ocurría que era una mujer cualquiera y entonces un largo cortejo de dudas
desfilaba por mi mente”. (Pág. 59).
“Mis dudas y mis interrogatorios fueron envolviéndolo todo, como una liana que
fuera enredando y ahogando los árboles de un parque en una monstruosa
trama” (Pág. 62).
El objetivo de las obsesiones; por así decirse, no es una sensación placentera
o de goce, más que eso, su objetivo consiste en aliviar la ansiedad o angustia
de la persona que la padece.
Juan Pablo Castel creía estar enamorado de María, y es que en sus
circunstancias, cualquier persona capaz de comprenderlo de tal manera,
hubiera hecho que él sintiera lo mismo, sin embargo lo que ocurría era que
estaba siendo víctima de una obsesión, que sin darse cuenta lo fue
consumiendo poco a poco.
El amor se convierte en obsesión cuando la otra persona ocupa el lugar más
importante y casi el único en la escala de prioridades del sujeto.
“Mis sentimientos durante todo este periodo oscilaron entre el amor más puro y
el odio más desenfrenado, ante la contradicciones y las inexplicables actitudes
de María” (Pág. 59).
“Naturalmente puesto que si se había casado con Allende era lógico pensar
que alguna vez debió sentir algo por este hombre, este problema podríamos
llamarlo “el problema Allende” el cual fue uno de los que más me obsesionaron”
(Pág. 67).
La obsesión por la pareja se caracteriza por el temor a romper con ella y a vivir
en soledad. Los psicólogos aseguran que la fuerte necesidad a no estar solos
crea una cierta dependencia que da lugar a hablar de una adicción del amor,
en otras palabras, de una obsesión, que va generando en los individuos un
estilo de vida dependientes, donde todo gira entorno a la pareja,
descuidándose otros aspectos importantes de la vida humana.
“Volví a casa con la sensación de una absoluta soledad, esa sensación de
estar solo en el mundo...” (Pág. 73)
“Si alguna vez sospecho que me has engañado, te mataré como a un perro”
(Pág. 61).
Esta frase se debe a las dudas que surgen en la cabeza de Castel respecto a
la fidelidad de María. Tal era su obsesión por ella, que todo giraba entorno a
ella, Juan Pablo redujo su vida, en todos los aspectos, a una sola persona:
María Iribarne.
Si embargo las diversas especulaciones formuladas por Castel, muchas veces,
no tenían validez, y eran puras alucinaciones. Esto lo conlleva a formar parte
de una relación obsesiva, tornándola depresiva, viviendo el amor
tormentosamente.
“sufría horriblemente por no verla, no podía trabajar, y todo en honor a una
hipotética mortificación de María (Pág. 78).
Una obsesión conlleva a una condición penosa y angustiante para quien la
padece. Cuando las obsesiones y compulsiones se convierten en crónicas, se
habla de una neurosis, que perturba la vida normal del sujeto, convirtiéndose
en un trastorno obsesivo-compulsivo.
“Ese estremecimiento de orgullo, ese deseo creciente de posesión exclusiva
debían haberme revelado que iba por mal camino, aconsejado de la vanidad y
la soberbia” (Pág. 89).
“Todo me parecía fugaz, transitorio, inútil, impreciso. Mi cabeza no funcionaba
bien y Marí se me aparecía una y otra vez como algo incierto y melancólico”.
(Pág. 97).
Existen diversos tipos de obsesiones, relacionados con las costumbres o
manías que se presentan en las personas. Existen aquellas relacionadas con la
alimentación, cuyo exceso o neurosis serían las enfermedades como anorexia
y bulimia, también están las relacionadas a las verificaciones, a una secuencia
de orden, etc.
En el caso de Juan Pablo Castel podemos catalogarlo como “el obsesivo puro”.
Este tipo de personas no hacen nada para tratar de eliminar la angustia de su
pensamiento obsesivo. Se les presentan ideas o imágenes muy violentas, se
preguntan si pueden llegar a volverse locos, matar a alguien y, apuñarla,
aterrorizándose ante esa posibilidad.
Estas personas neuróticas se caracterizan por presentar niveles elevados de
ansiedad, como mecanismos de defensa rígidos y patrones de comportamiento
contraproducentes. En general los neuróticos son infelices, personas llenas de
tensión nerviosa, ineficaces, que van perdiendo la identidad propia, a medida
que estos problemas avanzan.
“Terminé diciéndole a gritos que me mataría, que era una comediante y
necesitaba verla en Buenos Aires... lo único que lograremos -agregó, con voz
medio débil- es hacernos más daño” (Pág. 105).
“Me acerqué a su cama y cuando estuve a su lado, me dijo tristemente: ¿Qué
vas hacer Juan Pablo?, poniendo mi mano izquierda sobre sus cabellos, le
respondí: tengo que matarte, María. Me has dejado solo... Un súbito furor
fortaleció mi alma y clavé muchas veces el cuchillo en su pecho y en su
vientre”. (Pág. 120).
Es así como finaliza la obra el Túnel, un final trágico, lleno de malas
interpretaciones y conductas desviadas.
El autor no pretende con ella, darnos un final algre o alguna enseñanza moral,
por el contrario, nos muestra un relato de ficción, donde nosotros como
lectores, vamos explorando en la mente de un hombre que se encuentra
completamente aislado de la sociedad, viviendo en su mundo, en su propio
túnel. Todo esto se desarrolla en la ciudad de Buenos Aires, una ciudad fría y
desinteresada, según Castel.
Sábato nos muestra una visión del mundo desde una perspectiva particular,
que es la de Juan Pablo Castel, la obra se va desarrollando fijándose en cómo
éste ve al mundo, para lo cual Sábato utiliza el monólogo, de esta manera
podemos observar y enterarnos de lo que está pensando el protagonistas, en
este caso, de las angustias y ansiedades de colmaban la cabeza de Castel,
conduciéndonos por su túnel, su vida, donde su obsesión por María Iribarne era
la más predominante.
Otro problema notable en la obra es la comunicación. Juan Pablo Castel era un
hombre bastante antisocial, así que, a pesar de todo, por naturaleza,
necesitaba de alguien con quien compartir y con quien comunicarse, es por ello
que al encontrarse con María Iribarne, siente un apego hacia ella, sentimiento
que poco a poco fue a convertirse en una obsesión que terminaría con la
muerte de María. Es notable también que la comunicación que pudo haber
entre ellos dos, no fue la mejor como para entablar una relación estable, pues
Castel sin darse cuenta, sumergía a María en su mundo, y su egoísmo no lo
dejaba ver el bienestar de ella, pensando sólo en las necesidades que él tenía.
A pesar, que este relato gira entorno a una filosofía existencialista, de la cual
Sábato era partidario, es una novela que envuelve al lector en los
pensamientos y en lo más interior de la mente de un hombre, de la mano de un
suspenso que nos sigue hasta el final de la obra.
Bibliografía
PAREDES, Aníbal. Compendio de Psicología. 1era edición. Lima. Editorial San Marcos. 2006. 418 pp.
SÁBATO, Ernesto. El túnel. Argentina.