22
Joseph Ratzinger Benedicto XVI ENSEÑAR Y APRENDER EL AMOR DE DIOS Con ocasión del 65.º aniversario de la ordenación sacerdotal del Papa emérito Prefacio del Papa Francisco Introducción de Gerhard Ludwig Müller Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe Editado por Pierluca Azzaro Carlos Granados (Reimpresión) Biblioteca de Autores Cristianos MADRID 2017

ENSEÑAR Y APRENDER EL AMOR DE DIOSbiblio.upmx.mx/indices/159908.pdf · Por un cristianismo atractivo. Homilía en la fiesta principal de la Herman- ... constantemente inmerso en

  • Upload
    others

  • View
    28

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: ENSEÑAR Y APRENDER EL AMOR DE DIOSbiblio.upmx.mx/indices/159908.pdf · Por un cristianismo atractivo. Homilía en la fiesta principal de la Herman- ... constantemente inmerso en

Joseph Ratzinger Benedicto XVI

ENSEÑARY APRENDER

EL AMOR DE DIOS Con ocasión del 65.º aniversario de la ordenación

sacerdotal del Papa emérito Prefacio del

Papa Francisco

Introducción de Gerhard Ludwig Müller

Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe

Editado por Pierluca Azzaro Carlos Granados

(Reimpresión)

Biblioteca de Autores CristianosMADRID ● 2017

01. Homilías Rat. (I-VI).indd 5 02/09/16 12:02

Page 2: ENSEÑAR Y APRENDER EL AMOR DE DIOSbiblio.upmx.mx/indices/159908.pdf · Por un cristianismo atractivo. Homilía en la fiesta principal de la Herman- ... constantemente inmerso en

Prefacio, por Su Santidad el papa Francisco ............................................ xiIntroducción: El sacerdocio católico. Más allá de la crisis, hacia la

renovación, por Su Em.cia Rev.ma Gerhard L. Müller ...................... xvii

Los santos óleos, signo del poder salvífico de Dios y de la unidad de la diócesis. Homilía pronunciada en la Missa Chrismatis, 1978 .............. 3

Ser «clérigos espirituales» bajo la inspiración de su espíritu (Johann Mi-chael Sailer). Homilía pronunciada en la Missa Chrismatis, 1979 ....... 9

Eucaristía y Pentecostés como origen de la Iglesia. Homilía pronunciada en la Missa Chrismatis, 1981 ............................................................... 16

En la medida que nos entregamos, nos encontramos también a nosotros mismos. Homilía pronunciada en la despedida de sacerdotes y diáco-nos, 1982 ............................................................................................. 25

Por un cristianismo atractivo. Homilía en la fiesta principal de la Herman-dad sacerdotal de San Salvador, Straubing 1998 ................................... 35

Para ordenaciones sacerdotales

Actuar «in persona Christi». Sobre el triple ministerio del sacerdote. Fri-singa 1977 ........................................................................................... 44

Gestos de la ordenación sacerdotal. La imposición de manos y la unción de las manos. Homilía en la ordenación de cinco sacerdotes de la Com-pañía de Jesús en Múnich, 1977 .......................................................... 48

Convertirse en ofrenda con Cristo para la salvación de los hombres. Fri-singa 1978 ........................................................................................... 54

Responder con la vida misma. El ejemplo del beato Maximiliano Kolbe. Frisinga 1979 ....................................................................................... 61

Pedro, prototipo de misión sacerdotal. Frisinga 1981 ............................... 66El sacerdote monje. Hombre que ora por el pueblo. Mariawald 1991 ...... 73Penetrar en el misterio del grano de trigo. Roma, San Pablo Extramuros,

1993 .................................................................................................... 80«Tú me has preparado un cuerpo». Porto Santa Rufina, La Storta (Roma)

2000 .................................................................................................... 86

ÍNDICE GENERAL

Págs.

02. Homilías Rat. (VII-XIV).indd 7 07/06/16 10:01

Page 3: ENSEÑAR Y APRENDER EL AMOR DE DIOSbiblio.upmx.mx/indices/159908.pdf · Por un cristianismo atractivo. Homilía en la fiesta principal de la Herman- ... constantemente inmerso en

ÍNDICE GENERALVIII

Sobre su pecho ..................................................................................... 87Nuevo alimento ................................................................................... 89Transformación del mundo .................................................................. 90

Para ordenaciones diaconales

¡Hacer frente al diácono Jesucristo en el tiempo de la Iglesia! Múnich, septiembre 1977 ....................................................... 94

Transmitir el Evangelio vivo. Múnich, febrero 1978 .................................. 99El diácono, maestro de la acción de gracias. Múnich, diciembre 1978 ..... 105Vivir del «sí» de Cristo. Múnich, febrero 1979 .......................................... 111Permanecer fieles en la espera. Múnich, diciembre 1979 ........................... 117Llamados para el servicio de boda. Múnich, enero 1980 ........................... 124Alegría en Cristo. Múnich, diciembre 1980 ............................................... 130¡Vuestro puesto en la liturgia es el Evangelio! Múnich, diciembre 1981 ... 139Ponerse con Él al servicio de la vida. Múnich, febrero 1982...................... 146

Para las primeras misas

Pescadores de hombres. Para Franz Niegel, Berschtesgaden 1954 ............... 156El sacerdote, un hombre que bendice. Para Franz Niemeyer, Kirchans-

chöring 1955 ....................................................................................... 163Meditación en el día de la primera misa ................................................... 172Para que la palabra de Dios permanezca. De la carga y el gozo del profeta.

Para Karl Besler, Traunstein 1973 ......................................................... 180

Homilías en celebraciones jubilares

Indicador en el camino según la enseñanza de Jesucristo. A los 40 años de la consagración episcopal del obispo Paul Rusch, Innsbruck 1978 ... 192

«Paz» como uno de los nombres de la eucaristía. Con motivo del 70.º cumpleaños del obispo Ernst Tewes, Múnich 1978 .............................. 199

En camino hacia la profundidad del misterio de Cristo. Con ocasión del 40.º aniversario jubilar de la ordenación sacerdotal de la promoción de 1939, Frisinga 1979 ............................................................................. 206

Estar ahí para la misericordia de Dios. Con ocasión del 30.º aniversario jubilar de la promoción sacerdotal de 1951, Frisinga 1981 ................... 210

Estar cerca del hombre. En el 25.º aniversario de la ordenación sacerdotal de la promoción de 1957, Frisinga 1982 .............................................. 215Gratitud y alegría ................................................................................. 215Desaliento............................................................................................ 217Amor personal ..................................................................................... 218

Págs.

02. Homilías Rat. (VII-XIV).indd 8 07/06/16 10:01

Page 4: ENSEÑAR Y APRENDER EL AMOR DE DIOSbiblio.upmx.mx/indices/159908.pdf · Por un cristianismo atractivo. Homilía en la fiesta principal de la Herman- ... constantemente inmerso en

ÍNDICE GENERAL IX

El gran desafío del servicio sacerdotal. Con motivo del 60.º aniversario de la ordenación sacerdotal de G. R. Vinzenz Irger, Múnich 1983 ............ 220La mañana ........................................................................................... 222Mediodía ............................................................................................. 225La tarde ............................................................................................... 228

Hacer lo único necesario y llegar a ser rico en la presencia de Dios. En el 60.º aniversario de sacerdote del obispo Rudolf Graber, Plankstetten 1986 .................................................................................................... 230

Ser testigos del débil poder de Cristo. Bodas de oro sacerdotales del Prela-do Konrad Miller, Múnich 1987 ......................................................... 236

Un portavoz de reconciliación. En la celebración del 80.º cumpleaños del cardenal Franz Hensbach ..................................................................... 245

Conversión hacia la luz. En la celebración del 40.º aniversario de la orde-nación sacerdotal de la promoción de 1951, Múnich 1991 .................. 253

El centro íntimo de la vida sacerdotal. 25 años de sacerdote del P. Martin Bialas, Swarzenfeld 1993 ...................................................................... 260

Preparar a los hombres para recibir a Jesús. En el 80.º cumpleaños y bo-das de oro sacerdotales del P. Ignatius Glasmacher, Maria Eck 1994 ..... 269

Enseñar y aprender el amor del Señor. En el 40.º aniversario de sacerdote de Mons. Párroco Franz Niegel, Unterwossen 1994 ............................. 276

... Tomados al servicio para que el envío de Jesús continúe vigente. Bodas de plata de episcopado del Dr. Huber Luthe, Essen 1994 ..................... 283

El servicio del obispo. 30.º aniversario jubilar de episcopado del Cardenal Friedrich Wetter, Múnich 1998 ........................................................... 290

La Iglesia vive de su permanencia junto a Cristo, de la adhesión a Él. Bo-das de plata episcopales del cardenal Meisner y de los obispos axuliares Dick y Plöger, Colonia 2000 ................................................................ 297Estar de parte de Cristo ........................................................................ 298Servicio de purificación ........................................................................ 299La fe se torna amor .............................................................................. 301

Llevar a Cristo a los hombres y a los hombres a Cristo. En las bodas de oro sacerdotales de Mons. Georg Schuster, G. R. Alfons Karpf, G. R. Ludwig Radmeier, StD Georg Warmedinger y G. R. Johann Warme-dinger, Múnich-Pasing 2000 ................................................................ 303

Carta del Sumo Pontífice Benedicto XVI para la convocación de un Año Sacerdotal con ocasión del 150.º aniversario del dies natalis del santo Cura de Ars ......................................................... 311

Págs.

02. Homilías Rat. (VII-XIV).indd 9 08/06/16 07:12

Page 5: ENSEÑAR Y APRENDER EL AMOR DE DIOSbiblio.upmx.mx/indices/159908.pdf · Por un cristianismo atractivo. Homilía en la fiesta principal de la Herman- ... constantemente inmerso en

Prefacio

Por el papa Francisco

Cuando leo las obras de Joseph Ratzinger/Benedicto XVI me resulta cada vez más claro que él ha hecho y hace «teolo-gía de rodillas»: de rodillas porque, antes incluso que ser un grandísimo teólogo y maestro de la fe, se ve que es un hom-bre que cree verdaderamente, que ora verdaderamente; se ve que es un hombre que personifica la santidad, un hombre de paz, un hombre de Dios. Y así él encarna ejemplarmente el corazón de toda la acción sacerdotal: ese profundo enrai-zamiento en Dios sin el cual toda la capacidad organizativa posible y toda la presunta superioridad intelectual, todo el dinero y el poder resultan inútiles; él encarna esa constante relación con el Señor Jesús sin la cual nada es ya verdadero, todo se convierte en rutina, los sacerdotes en asalariados, los obispos en burócratas y la Iglesia deja de ser la Iglesia de Cristo y se convierte en un producto nuestro, una ONG a fin de cuentas superflua.

El sacerdote es aquel que «encarna la presencia de Cristo, testimoniando su presencia salvífica», escribe en este sentido Benedicto XVI en la Carta de proclamación del Año sacerdotal. Leyendo este volumen, se ve claramente como él mismo, en sesenta y cinco años de sacerdocio que hoy celebramos, ha vi-vido y vive, ha testimoniado y testimonia ejemplarmente esta esencia del actuar sacerdotal.

El cardenal Gerhard Ludwig Müller ha afirmado con au-toridad que la obra teológica de Joseph Ratzinger, antes, y de Benedicto XVI, después, lo sitúa en esa serie de grandísimos

03. Homilía Rat. (XV-XXIV).indd 11 08/06/16 07:13

Page 6: ENSEÑAR Y APRENDER EL AMOR DE DIOSbiblio.upmx.mx/indices/159908.pdf · Por un cristianismo atractivo. Homilía en la fiesta principal de la Herman- ... constantemente inmerso en

PREFACIOXII

teólogos que han ocupado la cátedra de Pedro; como, por ejemplo, el papa León Magno, santo y doctor de la Iglesia.

Renunciando al ejercicio activo del ministerio petrino, Be-nedicto XVI ha decidido ahora dedicarse totalmente al servi-cio de la oración: «El Señor me llama a “subir al monte” a de-dicarme todavía más a la oración y a la meditación. Pero esto no significa abandonar la Iglesia, más aun, si Dios me pide esto es propiamente para que pueda continuar sirviéndola con la misma dedicación y el mismo amor con el que he tratado de hacerlo hasta ahora», ha dicho en el último y conmovedor Ángelus que ha rezado. Desde este punto de vista, a la justa consideración del Prefecto para la Doctrina de la Fe, querría añadir que quizás es precisamente hoy, como papa emérito, cuando él nos está impartiendo del modo más evidente una de sus más grandes lecciones de «teología de rodillas».

Porque Benedicto XVI nos sigue testimoniando, quizás ahora, sobre todo, desde el Monasterio Mater Ecclesiae, en el que se ha retirado, de un modo todavía más luminoso, el «fac-tor decisivo», ese íntimo núcleo del ministerio sacerdotal que los diáconos, los sacerdotes y los obispos nunca deben olvidar, a saber, que el primer y el más importante servicio no es la ges-tión de los «asuntos corrientes», sino rezar por los demás, sin interrupción, con alma y cuerpo, precisamente como lo hace hoy el papa emérito: constantemente inmerso en Dios, con el corazón siempre dirigido a Él, como un amante que en cada instante piensa en el amado, haga lo que haga. Así, Su Santi-dad, Benedicto XVI, con su testimonio, nos muestra cuál es la verdadera oración: no la ocupación de algunas personas consi-deradas particularmente devotas y quizás tenidas por poco ap-tas para resolver problemas prácticos, para ese «hacer» que, sin embargo, los más «activos» creen que es el elemento decisivo de nuestro servicio sacerdotal, relegando así de hecho la ora-ción al «tiempo libre». Orar no es tampoco simplemente una buena práctica para poner un poco en paz la propia concien-

03. Homilía Rat. (XV-XXIV).indd 12 07/06/16 10:02

Page 7: ENSEÑAR Y APRENDER EL AMOR DE DIOSbiblio.upmx.mx/indices/159908.pdf · Por un cristianismo atractivo. Homilía en la fiesta principal de la Herman- ... constantemente inmerso en

PREFACIO XIII

cia, o solo un medio devoto para obtener de Dios lo que en un momento determinado creemos que sirve. No. La oración, nos dice en este libro y nos testimonia Benedicto XVI, es el factor decisivo: es una intercesión de la que tienen más necesi-dad que nunca tanto la Iglesia como el mundo —y tanto más en este momento de verdadero y propio cambio de época—; tienen necesidad de ella como del pan, más que del pan. Por-que orar es confiar la Iglesia a Dios, con la conciencia de que la Iglesia no es nuestra, sino Suya, y que precisamente por esto él no la abandonará; porque orar significa confiar el mundo y la humanidad a Dios; la oración es la clave que abre el corazón de Dios, es la única que consigue introducir de nuevo a Dios siempre, continuamente, en este mundo nuestro, y es, a la vez, la única que consigue introducir de nuevo a los hombres y al mundo siempre, continuamente, en Él, como el hijo pródigo que vuelve a su Padre, lleno de amor por él, y no espera más que poder abrazarlo. Benedicto XVI no olvida que la oración es la primera tarea del obispo (Hch 6,4).

Y así, orar verdaderamente va de la mano con la conciencia de que el mundo sin la oración no solo pierde rápidamente su orientación, sino también la auténtica fuente de la vida: «Por-que sin la vinculación con Dios somos como satélites que han perdido su órbita y caemos como enloquecidos en el vacío, no solo desintegrándonos nosotros mismos, sino amenazando también a los demás», escribe Joseph Ratzinger, ofreciéndonos una de sus tantas estupendas imágenes esparcidas en este libro.

¡Queridos hermanos! Yo me permito decir que si alguno de vosotros tuviera en algún momento dudas sobre el centro del propio ministerio, sobre su sentido, sobre su utilidad, si en algún momento le vinieran dudas sobre lo que los hombres es-peran verdaderamente de nosotros, medite profundamente las páginas que se nos ofrecen en este libro, porque los hombres esperan de nosotros sobre todo lo que en este libro encontra-réis escrito y testimoniado: que les llevemos a Jesucristo y que

03. Homilía Rat. (XV-XXIV).indd 13 07/06/16 10:02

Page 8: ENSEÑAR Y APRENDER EL AMOR DE DIOSbiblio.upmx.mx/indices/159908.pdf · Por un cristianismo atractivo. Homilía en la fiesta principal de la Herman- ... constantemente inmerso en

PREFACIOXIV

les conduzcamos a Él, al agua fresca y viva, de la que tienen sed más que de cualquier otra cosa, el agua que solo Él puede re-galarnos y que ningún sucedáneo podrá nunca remplazar; que les conduzcamos a realizar ese sueño más íntimo que tienen y que ningún poder podrá nunca prometerles ver cumplido.

No es casualidad que la iniciativa de este volumen —junto con la de dar vida muy oportunamente a una Serie de libros temáticos sobre el pensamiento de Joseph Ratzinger / Bene-dicto XVI— haya partido de un laico, el profesor Pierluca Az-zaro, y de un sacerdote, el reverendo padre Carlos Granados. A ellos va mi cordial agradecimiento, bendición y apoyo por el importante proyecto, junto con el reverendo don Giuseppe Costa, director de la Librería Editrice Vaticana, que publica la Opera Omnia de Joseph Ratzinger. No es casualidad, decía, porque el volumen que hoy presento está dirigido en la mis-ma medida a los sacerdotes y a los fieles laicos; como magis-tralmente testimonia, entre tantas, esta página del libro que ofrezco a los religiosos y a los laicos como una última y segura invitación a la lectura: «Casualmente he leído en estos días un relato sobre estas cuestiones, en el que el gran escritor francés Julien Green describe las peripecias de su conversión. Cuenta él cómo en el período de entreguerras vivía tal como vive un hombre de hoy, con todas las permisividades que éste se da a sí mismo; ni mejor ni peor, esclavo de los placeres, que están ahí junto con Dios, de forma que, por una parte los necesita, para hacer soportable su vida, y al mismo tiempo encuentra insoportable esa vida. Él es un hombre que busca dónde po-dría encontrar una salida, establece algunas relaciones. Un día va a ver al gran teólogo Henri Bremond, pero el resultado es sólo una conversación de carácter académico, planteamientos de carácter teorético, que nada le ayudan. Entonces entra en relación con dos grandes filósofos, el matrimonio Jacques y Raissa Maritain. Raissa Maritain lo remite a un dominico po-laco. Él se dirige a aquél y le describe la situación de su vida

03. Homilía Rat. (XV-XXIV).indd 14 07/06/16 10:02

Page 9: ENSEÑAR Y APRENDER EL AMOR DE DIOSbiblio.upmx.mx/indices/159908.pdf · Por un cristianismo atractivo. Homilía en la fiesta principal de la Herman- ... constantemente inmerso en

PREFACIO XV

desgarrada. El sacerdote le dice: ¿Y está usted conforme con esa vida? ¡No, claro que no! A usted le gustaría vivir de otro modo, ¿se arrepiente? ¡Sí! Y entonces sucede algo inesperado. El sacerdote le dice: ¡Arrodíllese! Ego te absolvo a peccatis tuis, yo te absuelvo. Julien Green escribe: Entonces me di cuenta de que, en el fondo, siempre había estado esperando ese instante, siempre había estado esperando a que en cualquier momento hubiese alguien que me dijese: Arrodíllate, yo te absuelvo; me fui a casa, yo no era otro, no, finalmente había vuelto a ser yo mismo».

03. Homilía Rat. (XV-XXIV).indd 15 07/06/16 10:02

Page 10: ENSEÑAR Y APRENDER EL AMOR DE DIOSbiblio.upmx.mx/indices/159908.pdf · Por un cristianismo atractivo. Homilía en la fiesta principal de la Herman- ... constantemente inmerso en

Introducción

el sacerdocio católico. Más allá de la crisis, hacia la renovación

Por Gerhard Ludwig MüllerPrefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe

Hablando del «sacerdocio», nuestros pensamientos se diri-gen espontáneamente hacia tantos sacerdotes ejemplares con los que nos hemos encontrado en nuestra historia vocacional y que han marcado nuestro camino de fe. Su luminoso testimo-nio es un faro que hace concreta a nuestros ojos esta preciosa vocación a la que hemos sido llamados más allá de nuestros méritos y a la que tratamos de responder cotidianamente, más allá de nuestras pobres fuerzas.

Precisamente la luz que se desprende del ejemplo de estos sacerdotes proviene de la vida y de la persona de Jesucristo. A Él remiten estos sacerdotes como testigos suyos. No pode-mos, de hecho, pensar en el sacerdocio de la Nueva Alianza sin referirnos al Señor Jesús, a Aquel que nos lo ha regalado como Sumo Sacerdote (Archiereus) «fiel y misericordioso» (cf. Heb 2,17), y a los días en los que este don ha brotado de su corazón.

Después de los días oscuros de la Pasión, la tarde del día de Pascua, mientras los discípulos, llenos de temor, habían cerrado las puestas del lugar en el que se encontraban, el Señor resucita-do se aparece y se pone en medio de ellos. Él se hace reconocible mostrándoles las manos y el costado, con las yagas del Crucifi-cado transfiguradas. En los discípulos renace la esperanza, y la

03. Homilía Rat. (XV-XXIV).indd 17 07/06/16 10:02

Page 11: ENSEÑAR Y APRENDER EL AMOR DE DIOSbiblio.upmx.mx/indices/159908.pdf · Por un cristianismo atractivo. Homilía en la fiesta principal de la Herman- ... constantemente inmerso en

INTRODUCCIÓNXVIII

desesperación se convierte en alegría. Estaban como muertos, cercanos al fin. Ahora se despiertan y viven. La mirada y las palabras de Jesús (antes de su subida a la derecha del Padre) los reanima y los envía a todo el mundo para anunciar a todos los pueblos lo que Él les ha enseñado, bautizando en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (cf. Mt 28,19).

Este es el momento en que el Señor, crucificado y resucita-do, revela a los Once el fundamento dogmático del sacerdocio católico, manifestando su sentido profundo: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado así os envío yo también». Dicho esto sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quie-nes se los retengáis, les quedan retenidos» (Jn 20,21-23).

Con estas palabras, que se vuelven luminosas por su mira-da «fiel y misericordiosa», el Señor resucitado reanima el cora-zón de los discípulos. Él ahora lleva a cumplimiento en ellos cuanto había sucedido en la Pasuca: el paso de las tinieblas a la luz, de la muerte a la vida, del miedo a la esperanza, del fin a un nuevo inicio.

El encuentro con la mirada y las palabras de Jesús resuci-tado realiza en los discípulos ese paso en la nueva alianza ini-ciado por el primer encuentro con Él. Ahora todo da un salto cualitativo y se pone el fundamento para superar cualquier crisis. Se supera así también su crisis de fe ante el mesianismo de Jesús, esa crisis por la que le habían abandonado en las horas dramáticas de su entrega a los pecadores. Es superada también la crisis de su apostolado, por la que todos se habían dispersado y diseminado, como un rebaño sin pastor.

El abandono y la dispersión son vencidos. En torno a la presencia del Resucitado, los discípulos se recogen de nuevo en unidad. Así se recopila su fe y su misión, desde la raíz nueva de la Pascua, recibe un impulso renovado.

Nueva savia vital reciben de la Pascua aquellos a los que Jesús, en el curso de su vida pública había elegido y llamado

03. Homilía Rat. (XV-XXIV).indd 18 07/06/16 10:02

Page 12: ENSEÑAR Y APRENDER EL AMOR DE DIOSbiblio.upmx.mx/indices/159908.pdf · Por un cristianismo atractivo. Homilía en la fiesta principal de la Herman- ... constantemente inmerso en

INTRODUCCIÓN XIX

como «apóstoles», haciéndoles partícipes de la misión confia-da por el Padre y de su poder de edificar el Reino de Dios: Jesús «subió al monte, llamó a los que Él quiso y ellos fueron con Él. Y los hizo Doce, a los que llamó apóstoles, para que estuvieran con Él y para enviarles a predicar con el poder de expulsar demonios» (Mc 3,13-15).

Esta misión que los enemigos de Jesús habían hecho llegar hasta el «fracaso» en el madero ignominioso de la Cruz, se transforma de tragedia en salvación, más allá de toda expecta-tiva y previsión humana. Es el milagro de la Pascua, el milagro de una nueva vida que irrumpe de pronto en la historia, a través y más allá de la aparente derrota. El madero escandaloso de la cruz florece en la Resurrección.

Todas las palabras del mandato de Jesús a los discípulos se recogen en su anuncio pascual y manifiesta su plena eficacia en el actuar post-pascual de aquellos que han llegado a ser defini-tivamente «apóstoles». Entre sus tareas se encuentra también la atención a la transmisión de su misión y de su potestad.

De este modo, resulta evidente, ya en la edad apostólica y en el paso a la Iglesia sub-apostólica, la definición del minis-terio de pastor y guía, que se considera vinculante para toda la Iglesia en los tres grados de obispo, presbítero y diácono, como cumplimiento de la institución divina del sacramentum ordinis.

Todos los discípulos participan en la misión universal de salvación del Verbo eterno del Padre hecho carne, del Hijo de Dios. Los apóstoles y sus sucesores (en el ministerio episcopal, presbiteral y diaconal) reciben el mandato de guiarlos hasta que vuelva el Señor, al final de la historia.

Gracias a la fuerza del Espíritu Santo, su palabra y su ac-tuar humano transmiten sacramentalmente, como signo efi-caz, la palabra y el actuar de Dios. Ellos hablan y actúan en la potestad de Cristo, y Cristo habla y actúa por medio de ellos. Así, Jesús puede verdaderamente decir: «Quien a vosotros os

03. Homilía Rat. (XV-XXIV).indd 19 07/06/16 10:02

Page 13: ENSEÑAR Y APRENDER EL AMOR DE DIOSbiblio.upmx.mx/indices/159908.pdf · Por un cristianismo atractivo. Homilía en la fiesta principal de la Herman- ... constantemente inmerso en

INTRODUCCIÓNXX

escucha, a mí me escucha; quien a vosotros os desprecia, a mí me desprecia. Y quien me desprecia a mí, desprecia a aquel que me ha enviado» (Lc 10,16; cf. 1 Tes 2,13).

Del mismo modo, al hablar de los apóstoles como «cola-boradores de Dios» (2 Cor 6,1) y como «siervos de Cristo y administradores de los misterios de Dios», también san Pablo puede legítimamente interpretar el apostolado como ministe-rium reconciliationis: «En nombre de Cristo, por tanto, somos embajadores: por medio nuestro es Dios mismo quien exhor-ta. Os suplicamos en nombre de Cristo: dejaos reconciliar con Dios» (2 Cor 5,20).

Con esto se hace patente ante nuestros ojos una clara fun-dación, desde el punto de vista de la teología de la revelación, del sacerdocio sacramental; o bien, como dice Lumen gentium 10, de ese sacerdocio jerárquico que, por su naturaleza es esen-cialmente diverso del sacerdocio común de todos los fieles.

Esta diferencia esencial se describe como sigue. El obispo y el presbítero participan de la potestad con la cual Cristo mismo edifica, santifica y guía a su cuerpo: «por este motivo —dice el segundo parágrafo de la Prebiterorum ordinis— el sacerdocio de los presbíteros, aun presuponiendo los sacra-mentos de la iniciación cristiana, se confiere por ese particular sacramento por el cual los presbíteros, en virtud de la unción del Espíritu Santo, quedan marcados por un especial carácter que los configura a Cristo sacerdote, de modo que pueden actuar en nombre de Cristo, cabeza de la Iglesia» (n.2).

Contra una errada interpretación de las afirmaciones so-bre el carácter sacerdotal de toda la Iglesia y de todos los fie-les (1 Pe 2,5.9), en contraposición al ministerio apostólico-sacramental, el apóstol Pedro, en su Primera Carta, se dirige a los presbíteros de la Iglesia —junto a los cuales es presbítero él mismo— exhortándoles así: «Apacentad el rebaño de Dios que os ha sido confiado […] convirtiéndoos en modelos del rebaño», mirando a Cristo «pastor supremo» (1 Pe 2,1-4), «el

03. Homilía Rat. (XV-XXIV).indd 20 07/06/16 10:02

Page 14: ENSEÑAR Y APRENDER EL AMOR DE DIOSbiblio.upmx.mx/indices/159908.pdf · Por un cristianismo atractivo. Homilía en la fiesta principal de la Herman- ... constantemente inmerso en

INTRODUCCIÓN XXI

pastor y guardián de vuestras almas» (1 Pe 2,25). Aquí aparece claramente el fundamento cristológico y el marco apostólico del ministerio del obispo y del presbítero.

En la línea de esta enseñanza, arraigada en la Tradición, el Concilio Vaticano II nos ha enseñado nuevamente a conside-rar la Iglesia como divinamente fundada. La Iglesia, por la me-diación de Cristo y del Espíritu Santo, es comunión viviente con Dios y entre nosotros en la verdad, en la vida y en el amor. En cuanto pueblo de Dios, cuerpo de Cristo —viña del Señor y grey de Cristo, el buen Pastor— y como templo del Espí-ritu Santo, la Iglesia no es una organización realizada por los hombres que persiga finalidades religiosas o sociales; no es una «agencia humanitaria, una ONG asistencial» (como evidenció el papa Francisco ya en su primera homilía el 14 de marzo y luego después el 23 de octubre siguiente). La Iglesia es, más bien, mandada a llevar a todos a Cristo con su evangelio.

Solo en Jesucristo resucitado es la Iglesia realmente ella misma, es «sacramento universal de salvación» (Lumen gen-tium [LG] 48; Gaudium et spes, 1). En analogía con el misterio de la unidad de la naturaleza divina y humana en la persona del Hijo de Dios, ella está constituida por elementos divinos y humanos, donde los elementos humanos están preordenados a la unidad de los hombres con Dios.

En este sentido, el Concilio Vaticano II puede afirmar con rotundidad: «Para apacentar el Pueblo de Dios y acrecentarlo siempre, Cristo Señor instituyó en su Iglesia diversos ministe-rios, ordenados al bien de todo el Cuerpo. Pues los ministros que poseen la sacra potestad están al servicio de sus hermanos, a fin de que todos cuantos pertenecen al Pueblo de Dios y go-zan, por tanto, de la verdadera dignidad cristiana, tendiendo libre y ordenadamente a un mismo fin, alcancen la salvación» (LG18).

Estos pasajes del Concilio Vaticano II nos ponen ante la verdadera identidad del sacerdocio, un sacerdocio cuya iden-

03. Homilía Rat. (XV-XXIV).indd 21 07/06/16 10:02

Page 15: ENSEÑAR Y APRENDER EL AMOR DE DIOSbiblio.upmx.mx/indices/159908.pdf · Por un cristianismo atractivo. Homilía en la fiesta principal de la Herman- ... constantemente inmerso en

INTRODUCCIÓNXXII

tidad se remonta a la voluntad misma de Jesús, a su palabra y obra pascual. Con sus palabras y su mirada «fiel y misericor-diosa», Jesús introduce a los apóstoles en este sacerdocio: con este sacerdocio los identifica, a este sacerdocio los confía. Este sacerdocio se entrega a la Tradición de la Iglesia, del Nuevo Testamento, pasando por el Concilio de Trento, hasta el Va-ticano II.

Cristo, por medio de su resurrección, ha superado la ma-yor crisis de la fe que nunca haya existido; la crisis pre-pascual de los discípulos y, en particular, la crisis de la misión y de la potestad apostólica y, por tanto, también la crisis del sacerdo-cio católico. Así es posible superar también todas las crisis his-tóricas del sacerdocio, precisamente y solo en nuestra mirada dirigida al Señor, a aquel Señor al que se ha dado todo poder en el cielo y en la tierra y que está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo.

Correspondiendo a su mirada sobre nosotros y sobre nues-tro sacerdocio, con nuestra mirada dirigida a Él, fijando nues-tros ojos en aquellos del Sumo Sacerdote, crucificado y resu-citado, podemos superar todos los obstáculos y dificultades.

Pienso particularmente en la crisis de la doctrina del sa-cerdocio, que tuvo lugar durante la Reforma protestante, una crisis a nivel dogmático, con la que el sacerdote ha sido re-ducido a un mero representante de la comunidad, mediante una eliminación de la diferencia esencial entre el sacerdocio ordenado y el común de todos los fieles. Y después a la crisis existencial y espiritual, que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo xx, y que explotó cronológicamente después del Concilio Vaticano II (pero ciertamente no a causa del Concilio) y de sus consecuencias en el hoy que todavía padecemos.

El Concilio, de hecho, encuadró la constitución jerárqui-ca de la Iglesia —que se despliega en las diferentes tareas del obispo, del sacerdote y del diácono— en una eclesiología de amplio respiro, renovada a partir de las fuentes bíblicas y pa-

03. Homilía Rat. (XV-XXIV).indd 22 07/06/16 10:02

Page 16: ENSEÑAR Y APRENDER EL AMOR DE DIOSbiblio.upmx.mx/indices/159908.pdf · Por un cristianismo atractivo. Homilía en la fiesta principal de la Herman- ... constantemente inmerso en

INTRODUCCIÓN XXIII

trísticas (cf. LG 18-29). Las afirmaciones sobre los grados del episcopado y del presbiterado (de un ministerio íntegramente articulado en tres grados), fueron profundizadas en los decre-tos Christus Dominus y Presbiterorum ordinis.

De este modo, el Concilio trató de reabrir una nueva en-trada hacia la auténtica comprensión de la identidad del sa-cerdocio. ¿Por qué entonces se llegó enseguida, a la mañana siguiente del Concilio, a una crisis de identidad parangonable únicamente con las consecuencias de la Reforma protestante del siglo xvi?

Joseph Ratzinger evidencia con gran acierto que allí donde se debilita el fundamento dogmático del sacerdocio católico, no solo se agota la fuente a la que se puede eficazmente abre-var una vida en el seguimiento de Cristo, sino que se debilita también la motivación que introduce tanto a una razonable comprensión de la renuncia al matrimonio por el reino de los cielos (cf. Mt 19,12), como al celibato en cuanto signo escato-lógico del mundo de Dios que vendrá, signo que se debe vivir con la fuerza del Espíritu Santo, en alegría y certidumbre.

Si la relación simbólica que pertenece a la naturaleza del sacramento se oscurece, el celibato sacerdotal se convierte en la reliquia de un pasado hostil a la corporeidad y es comba-tido y señalado como la única causa de la penuria de los sa-cerdotes. No en último lugar, desaparece también enseguida la evidencia, para el magisterio y para la praxis de la Iglesia, de que el sacramento del Orden deba ser administrado solo a varones. Un oficio concebido en términos funcionales, en la Iglesia, se expone a la sospecha de legitimar un dominio, que, al contrario, debería estar fundado y delimitado en sen-tido democrático.

La crisis del sacerdocio en el mundo occidental, en los últi-mos decenios es también el resultado de una radical desorien-tación de la identidad cristiana ante una filosofía que transfie-re dentro del mundo el sentido más profundo y el fin último

03. Homilía Rat. (XV-XXIV).indd 23 07/06/16 10:02

Page 17: ENSEÑAR Y APRENDER EL AMOR DE DIOSbiblio.upmx.mx/indices/159908.pdf · Por un cristianismo atractivo. Homilía en la fiesta principal de la Herman- ... constantemente inmerso en

INTRODUCCIÓNXXIV

de la historia y de toda esperanza humana, privando a estas así del horizonte transcendente y de la perspectiva escatológica.

Esperarlo todo de Dios y fundar toda la propia vida sobre un Dios que en Cristo nos ha dado todo: esta y solo esta pue-de ser la lógica de una elección de vida que, en la completa donación de sí mismo, se pone en camino en el seguimiento de Jesús, participando en su misión de Salvador del mundo, misión que Él cumple en el sufrimiento y en la cruz y que Él ha revelado ineluctablemente a través de su resurrección de entre los muertos.

Pero en la raíz de esta crisis del sacerdocio, es necesario reconocer también factores infra-eclesiales. Como muestra en sus primeras intervenciones, Joseph Ratzinger posee desde el inicio una viva sensibilidad para percibir enseguida esos movi-mientos que anunciaban el terremoto; y esto lo percibe sobre todo en esa apertura, por parte de tantos ambientes católicos, a la exégesis protestante que estaba en voga en los años 50 y 60 del siglo pasado.

A menudo, por parte católica, no nos hemos dado cuen-ta de las visiones basadas en prejuicios que subyacían en la exégesis nacida de la Reforma. Y así sobre la Iglesia católica (y ortodoxa) se ha abatido la furia de la crítica al sacerdocio ministerial, con la pretensión de que éste no tenía un funda-mento bíblico.

El sacerdocio sacramental, todo él referido al sacrificio eucarístico (según lo que se había afirmado en el concilio de Trento) a primera vista no parecía estar bíblicamente funda-do, tanto desde el punto de vista terminológico como por lo que se refiere a las particulares prerrogativas del sacerdote con respecto a los laicos, especialmente por lo que toca al poder de consagrar. La crítica radical al culto —y con ella la superación, a la que tendía, de un sacerdocio que limitarse la pretendida función de mediación— pareció hacer perder terreno a una mediación sacerdotal en la Iglesia.

03. Homilía Rat. (XV-XXIV).indd 24 07/06/16 10:02

Page 18: ENSEÑAR Y APRENDER EL AMOR DE DIOSbiblio.upmx.mx/indices/159908.pdf · Por un cristianismo atractivo. Homilía en la fiesta principal de la Herman- ... constantemente inmerso en

INTRODUCCIÓN XXV

La Reforma atacó al sacerdocio sacramental porque, se de-cía, podía poner en discusión la unicidad del sumo sacerdocio de Cristo (en base a la Carta a los Hebreos) y marginaría el sacerdocio universal de todos los fieles (según 1 Pe 2,5). A esta crítica se une, en fin, la moderna idea de autonomía del suje-to, con la praxis individualista que se deriva, la cual mira con sospecha a cualquier tipo de ejercicio de la autoridad.

¿Qué visión teológica resultaba?Por una parte se observaba que Jesús desde un punto de

vista sociológico-religioso no era un sacerdote con funciones cultuales y, por tanto (por usar una formulación anacrónica) era un laico. Por otra parte, sobre la base del hecho de que en el Nuevo Testamento, para los servicios y los ministerios, no se adopta ninguna terminología sacral sino denominaciones consideradas profanas, pareció que se podía considerar de-mostrada como inadecuada la transformación —en la Iglesia de los orígenes, a partir del siglo iii— de aquellos que desarro-llaban meras «funciones» dentro de la comunidad, en detento-res impropios de un nuevo sacerdocio cultual.

Joseph Ratzinger somete, por su parte, a un estricto exa-men crítico, la crítica histórica acuñada en la teología protes-tante y lo hace distinguiendo los prejuicios filosóficos y teoló-gicos típicos del método histórico. De este modo, él consigue mostrar que con las adquisiciones de la moderna exégesis bí-blica y un preciso análisis del desarrollo histórico-dogmático se puede llegar de forma muy fundada a las afirmaciones dog-máticas producidas sobre todo en los Concilios de Florencia, de Trento y del Vaticano II.

Lo que Jesús significa para la relación de todos los hombres y de toda la creación con Dios —es decir el reconocimiento de Cristo como Redentor y universal Mediador de salvación, desarrollado en la Carta a los Hebreos por medio de la catego-ría de Sumo Sacerdote (Archiereus)— no ha dependido nunca, como condición, de su pertenencia al sacerdocio levítico.

03. Homilía Rat. (XV-XXIV).indd 25 07/06/16 10:02

Page 19: ENSEÑAR Y APRENDER EL AMOR DE DIOSbiblio.upmx.mx/indices/159908.pdf · Por un cristianismo atractivo. Homilía en la fiesta principal de la Herman- ... constantemente inmerso en

INTRODUCCIÓNXXVI

El fundamento del ser y de la misión de Jesús reside más bien en su proveniencia del Padre, de esa casa y de ese templo en el que habita y debe estar (cf. Lc 2,49). Es la divinidad del Verbo la que hace de Jesús, en su naturaleza humana que él ha asumido, el único y verdadero Maestro, Pastor, Sacerdote, Mediador y Redentor.

Él hace partícipes a otros de esta consagración y misión suya, mediante la llamada de los Doce. De ellos surge el círcu-lo de apóstoles que fundan la misión de la Igleisa en la historia como dimensión esencial a la naturaleza eclesial. Ellos trans-miten su poder a los cabezas y pastores de la Iglesia universal y particular, los cuales operan a nivel local y supra-local.

Desde el punto de vista de la historia comparada de las re-ligiones, las primeras denominaciones de los oficios de «obis-po», «presbítero», «diácono», dentro de las comunidades cris-tianas de origen pagano, parecen ser términos de proveniencia profana. Y, sin embargo, en el contexto de la Iglesia de los orígenes, su referencia cristológica y su relación con el oficio de apóstol no puede pasar desapercibido.

Los apóstoles y sus discípulos sucesores instituyen a los obispos, los presbíteros y los diáconos por medio de la impo-sición de manos y de la oración de consagración (cf. Hch 6,6; 14,23; 15,4; 1 Tim 4,14). En el nombre del Supremo Pastor, ellos son los pastores que lo representan visiblemente y a través de los cuales Él mismo está presente en cuanto analogatum prínceps del Pastor.

De aquí se desprende también la espiritualidad del presbí-tero y, respectivamente, del obispo, los cuales son consagrados por el Espíritu Santo a través de la imposición de las manos (Hch 20,28). Esta espiritualidad no es el añadido externo de una piedad privada, sino la forma interior de la disponibilidad a ponerse uno mismo internamente al servicio de Cristo y a remitir a Él, testimoniándole con todo el propio ser y con toda la propia vida.

03. Homilía Rat. (XV-XXIV).indd 26 07/06/16 10:02

Page 20: ENSEÑAR Y APRENDER EL AMOR DE DIOSbiblio.upmx.mx/indices/159908.pdf · Por un cristianismo atractivo. Homilía en la fiesta principal de la Herman- ... constantemente inmerso en

INTRODUCCIÓN XXVII

La auténtica naturaleza del sacerdocio sacramental consis-te en el hecho de que el obispo y el presbítero son servidores de la Palabra, que desarrollan el servicio de la reconciliación y, como pastores, apacientan el rebaño de Dios. En cuanto cumplen el mandato de Cristo, Cristo mismo, a través de sus acciones y su palabra, se hace presente como único Sumo Sa-cerdote en la Iglesia de Dios, reunida para la celebración li-túrgica.

La teología católica podría comprender las objeciones di-rigidas contra su sacerdocio si este fuera entendido por ella como una mediación autosuficiente, o también solo integra-tiva, junto a, o excluyendo la de Cristo. Por ello también las objeciones de Martin Lutero en realidad no tocan el núcleo central de la enseñanza dogmática vinculante sobre el sacerdo-cio sacramental.

Como elemento fundamental para la reconquista de la identidad sacerdotal emerge por tanto la disponibilidad a en-tenderse a sí mismo como servidor de la Palabra y testigo de Dios en el seguimiento de Cristo, y a vivir en comunión con Él. Esta es la condición decisiva que Joseph Ratzinger nos in-vita a cultivar durante todo nuestro camino, a saber, «man-tener vivo el contacto con Jesús. Si apartamos la mirada de Él, nos sucederá inevitablemente lo que le sucedió a Padreo cuando caminaba al encuentro de Jesús sobre las aguas: solo la mirada del Señor puede superar la fuerza de la gravedad, y lo puede hacer de verdad. Siempre permanecemos como pe-cadores. Pero si Él nos toma de la mano, las aguas profundas pierden su poder».

Para esto es necesario precisamente que el sacerdote tenga una buena formación teológica y esté en constante relación con la teología científica.

Con el presente volumen, Joseph Ratzinger nos indica un camino que conduce fuera de esta crisis en la que (sin impos-taciones ni motivaciones teológicas y sociológicas adecuadas)

03. Homilía Rat. (XV-XXIV).indd 27 07/06/16 10:03

Page 21: ENSEÑAR Y APRENDER EL AMOR DE DIOSbiblio.upmx.mx/indices/159908.pdf · Por un cristianismo atractivo. Homilía en la fiesta principal de la Herman- ... constantemente inmerso en

INTRODUCCIÓNXXVIII

ha caído el sacerdocio católico; crisis que ha conducido a mu-chos sacerdotes —muchos de los cuales había además iniciado su camino con amor y celo— a un estado de personal incerti-dumbre y confusión sobre su papel en la Iglesia. Este volumen podrá ser consultado con fruto no solo para la definición teo-lógico-científica del sacramento del Orden, sino también para la profundización espiritual de la vocación sacerdotal, como también para los ejercicios de los sacerdotes y para el anuncio del «misterio glorioso de la Nueva Alianza, el ministerio del Espíritu y de la vida» (cf. 2 Cor 3,6-8).

El papa Benedicto XVI ha visto en el anuncio de la pa-labra de Dios, que precede a todo obrar del hombre, la tarea específica del servicio episcopal y sacerdotal. Esto es, por otro lado, precisamente lo que el papa Francisco ha reclamado, en modo muy conciso e incisivo, el pasado 21 de abril, cuando con ocasión de una ordenación presbiteral ha exhortado a los llamados al orden sagrado a «ser conscientes de haber sido ele-gidos entre los hombres y constituidos a favor de ellos para atender a las cosas de Dios», y a ejercitar «con alegría y cari-dad sincera la obra sacerdotal de Cristo, únicamente deseando agradar a Dios y no a vosotros mismos». Él ha subrayado con fuerza: «Sed pastores, no funcionarios. Sed mediadores, no in-termediarios».

En esta mirada de los dos grandes Pontífices sobre el sacer-docio podemos encontrar de nuevo la mirada misma de Jesús sobre sus apóstoles, y sobre todos aquellos que hoy, como en todos los tiempos, Él envía a apacentar su rebaño. Es esta mi-rada la que nos identifica y la que sustrae nuestra vocación sa-cerdotal de las caricaturas del mundo, siempre incompletas y reductivas. Es esta mirada la que nos empuja, con fe y esperan-za constante, más allá de la cortina de humo de todas las crisis.

Es la mirada del Supremo Pastor que, desde siempre, re-nueva y libera a sus Pastores para la misión llena de entusias-mo a la que los llama, a pesar de su pobreza y miseria. La

03. Homilía Rat. (XV-XXIV).indd 28 07/06/16 10:03

Page 22: ENSEÑAR Y APRENDER EL AMOR DE DIOSbiblio.upmx.mx/indices/159908.pdf · Por un cristianismo atractivo. Homilía en la fiesta principal de la Herman- ... constantemente inmerso en

INTRODUCCIÓN XXIX

mirada y las palabras de Jesús son la fuente perenne de la iden-tidad sacerdotal, que nos hace avanzar más allá del desierto de cualquier crisis hacia la tierra prometida (que se debe conquis-tar cada día) de Su Reino. De esta mirada de Jesús y de estas palabras queremos siempre beber, a partir de ellas podremos siempre, por encima de cualquier aparente fracaso, recomen-zar de nuevo.

03. Homilía Rat. (XV-XXIV).indd 29 07/06/16 10:03