2
8 ESCUELA Núm. 4.044 (1.528) 18 de diciembre de 2014 Pablo G. del Álamo Infantil es una de las etapas más olvidadas. Su primer ciclo, más que el segundo. Para evitarlo, colectivos como la Plataforma Estatal en Defensa de la Educa- ción Infantil de 0 a 6 años ultiman un informe sobre su situación e, una revisión de su pasado y las premisas que deberían conducir su futuro inmediato. Hablamos con Alicia Alonso, una de sus autoras. Una charla cor- dial sobre los derechos de la infan- cia, la cultura del 0-6, el sistema educativo. Alicia es una mujer de tono apacible, con una gran capa- cidad de hacer pedagogía, que se muestra muy exigente con las administraciones y con el personal docente. Pero tiene claro que “hay algo que no terminamos de hacer bien” cuando habla de sensibilizar sobre la importancia de esta etapa. En el informe habláis de la cul- tura de la infancia. ¿Qué es? Tiene que ver con que, de igual manera que la cultura general está interpretada sobre la percepción de los adultos, los niños y niñas no perciben igual. No porque no tengan capacidad, sino porque están en el inicio de su proceso de humanización. Hoy sabemos muy bien cómo perciben y qué tienen que hacer para percibir. Qué ambiente se tiene que dar para desarrollar sus potencialidades. La cultura de la infancia tiene que ver con esto, con su necesidad de hacer para aprender, de movi- miento y, por extensión, de explo- ración, de manipulación. Esto per- mite que construyan conceptos, relaciones que luego van a poder representar de manera simbólica sin necesidad de “hacer”. Para eso se necesita un ambiente rico, cálido. Porque no es solo que ofrezcas situaciones, sino ambientes en donde una acti- tud adulta desagradable no difi- culte explorar, percibir, inventar, crear, relacionar, seleccionar… Este tipo de cosas son básicas para que puedan hacerse con la cultura de su entorno y seguir recreando cultura. ¿Va de lo físico a la abstracción? Efectivamente. De lo físi- co, pero muy relacionado con el ambiente afectivo y de comunica- ción del que disponen. Los niños pequeños no pueden expresar las cosas con el nivel de elaboración con el que se expresa uno mayor. Lo hacen mediante sus múltiples lenguajes: el tono, cómo se enco- gen, cómo se extienden, qué gestos ponen, cómo se emocionan, cómo se mueven, con qué velocidades y con qué control lo hacen… ¿Por qué no se le presta dema- siada atención a Infantil? Hay una razón fundamental y es que el rendimiento expresado en términos medibles en edades posteriores es más fácil de obser- var. Además, se ve la infancia como una preparación para, no con enti- dad en sí misma. Como en los pequeños no se pueden medir ciertas cosas, no se consideran de relevancia. Se dice: “Ya aprenderán cuando sean más grandes, cuando lleguen al cole- gio”. Empezamos a tenerlos en cuenta cuando empiezan a sumar, a restar, a leer, a escribir… eso es lo importante, lo demás no. Como además no provocan problemas gravísimos, como pueden hacerlo los adolescentes cuando no están bien tratados… Los pequeñines pueden llorar más, por ejemplo, pero se adaptan a casi todo. De manera que Infantil es una etapa que se ve como asisten- cial, como que con tenerlos meti- dos en algún sitio es bastante... ¿Qué concepto tenemos de la infancia? El concepto no ha sido siempre el mismo. Hasta Rousseau eran una molestia que se mantenía, porque eran un seguro de sostenimiento y de cuidado, una fuerza de trabajo para aumentar las posibilidades de las familias. Los niños eran cosas. Con Rousseau, y los pedagogos y movimientos posteriores, apare- ce una valoración y un repensar su figura como seres con cultura pro- pia, con necesidades específicas y con derechos para desarrollarlas. Hoy sabemos que el cerebro en las primeras edades en tremenda- mente plástico. Es adaptable y puede desarrollarse. Nacemos con una serie de neuronas que pueden aumentarse y sus conexiones se desarrollan sobre experiencias. Los circuitos que se posibilitan sobre las experiencias repetidas, con continuidad y otras caracterís- ticas, se mantienen, se enriquecen y se potencian. Y su potenciación permite que se desarrollen otros. Lo que no se entrena, des- aparece, porque es inútil para la supervivencia. Es un desgaste de energía inútil y, por tanto, tien- de a la eliminación. De manera que muchos Einsteins, Picassos, Leonardos se han perdido o se pierden continuamente. Pero no solo eso, ya que hay otra gran aportación y es la posibilidad de una humanidad con potenciali- dades como las que trabajamos en Infantil: empatía, asertividad, seguridad, equilibrio personal, desarrollo integral, creatividad… Una humanidad con esas caracte- rísticas sería muy diferente. Eso es lo que nos estamos jugando. ¿Por qué Infantil debería ser un único ciclo? Porque todo esto que estoy comentando es un proceso que se inicia en el nacimiento y que no concluye a los 6 años, digamos que el cambio evolutivo se da en torno a los 7-8 años. Es decir, que aquí se ha hecho mal. Debería ser el 0-8. Si debería ser el 0-8, imagínate si lo cortamos en el 0-3. Nosotros entendemos y lo expresamos así en el informe, que cuando surge en los 80-90 la apuesta por Infantil como etapa con entidad, se dividen los ciclos por cuestiones económicas.. ¿Es dejación, mala fe? Mala fe entiendo que no es. Es desconocimiento, estereotipos y lugares comunes… Sobre todo, minusvaloración. A pesar de lo que me digas, de los estudios, de lo que se está descubriendo, ¡va!, eso son tonterías, los niños y niñas peque- ños no necesitan de nada del otro jueves para ser atendidos. Estamos en un ambiente neoli- beral salvaje en el que se inscriben los grandes partidos, en una ver- tiente suave o potente. Las cues- tiones sociales de mejora del ser humano, que ayuden a su felicidad (palabra que se ha olvidado, que ni siquiera aparece en las leyes), son menores. Y mantenemos cierto discurso. Pero, claro, cuan- do tenemos un gobierno que está haciendo salvajadas, es muy fácil decir ciertas cosas. Me sorprende que en el programa que dicen que maneja el PSOE reivindique la uni- versalización progresiva del 0-3… ¡Pero si es lo mismo que se decía en el año 90, en el 85 y en lo que se ha ido hacia atrás! ¿Qué aporta eso? No quiero tirar leña contra ningún grupo, pero es una cues- tión de sensibilidad política que hace mucho tiempo que se ha perdido en los grandes partidos. No solo eso, sino que se entra en el agravio, en el ninguneo. Cosas que hace 15 años nadie se atrevería a decir, hoy se dicen con una sol- tura impresionante con respecto a los niños y niñas del 0-3. Y con los de 3-6. A veces, por desgra- cia, por parte de los profesionales, para quienes parece que lo úni- co importante es someterse a las administraciones y machacar a los niños para que adquieran aprendi- zajes que no están capacitados para adquirir. Hay que diferenciar entre lo justo y lo legal. A veces lo legal es muy injusto. ¿Planteáis la obligatoriedad? Cuando hablamos en estos tér- minos, no quiere decir que plantee- mos que tenga que ser obligatoria, ni mucho menos, sino universal; que cualquier familia pueda deci- dir en libertad si quiere o no llevar a su hijo a una institución educati- va. Y no solo instituciones. Debería haber recursos, apo- yos, todo regido desde Educación, para que cada cual encontrara aquello que necesite. Tendría que haber políticas parentales como en algunos países del norte de Europa, en que un padre y una madre pue- den estar más tiempo con sus hijos, porque la crianza se considera una inversión social. Y que quienes decidieran quedarse en casa pudie- ran tener remuneración por ello. Y espacios donde contrastar con otras familias, donde poner sobre la mesa dudas y preocupaciones, y tener expertos que puedan orien- tar, ayudar, guiar, explorar… ¿Qué hay de la convención de derechos de los niños? Prácticamente todos los países la han aceptado, excepto EEUU y Somalia, con lo cual deberíamos tener una infancia feliz. Pero es papel mojado. El derecho a la felicidad y que el interés superior del niño sea lo primero ante cualquier situación, son aportaciones centrales de la convención. Lleva no solamente a los derechos a la salud, a la educa- ción, bienestar, la familia, la identi- dad, etc., desde el nacimiento, sino a plantear que cualquier legisla- ción que directa o indirectamente les afecte, incluidas las laborales o sociales que reciben sus familias, Alicia Alonso. Maestra de Infantil “Muchos Einstein se pierden continuamente” ENTREVISTA FOTO: TERESA RODRÍGUEZ

Entrevista a Alicia Alonso

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Educacion infantil

Citation preview

8 ESCUELA Núm. 4.044 (1.528) 18 de diciembre de 2014

Pablo G. del Álamo

Infantil es una de las etapas más olvidadas. Su primer ciclo, más que el segundo. Para evitarlo, colectivos como la Plataforma Estatal en Defensa de la Educa-ción Infantil de 0 a 6 años ultiman un informe sobre su situación e, una revisión de su pasado y las premisas que deberían conducir su futuro inmediato.

Hablamos con Alicia Alonso, una de sus autoras. Una charla cor-dial sobre los derechos de la infan-cia, la cultura del 0-6, el sistema educativo. Alicia es una mujer de tono apacible, con una gran capa-cidad de hacer pedagogía, que se muestra muy exigente con las administraciones y con el personal docente. Pero tiene claro que “hay algo que no terminamos de hacer bien” cuando habla de sensibilizar sobre la importancia de esta etapa.

En el informe habláis de la cul-tura de la infancia. ¿Qué es?

Tiene que ver con que, de igual manera que la cultura general está interpretada sobre la percepción de los adultos, los niños y niñas no perciben igual. No porque no tengan capacidad, sino porque están en el inicio de su proceso de humanización.

Hoy sabemos muy bien cómo perciben y qué tienen que hacer

para percibir. Qué ambiente se tiene que dar para desarrollar sus potencialidades.

La cultura de la infancia tiene que ver con esto, con su necesidad de hacer para aprender, de movi-miento y, por extensión, de explo-ración, de manipulación. Esto per-mite que construyan conceptos, relaciones que luego van a poder representar de manera simbólica sin necesidad de “hacer”.

Para eso se necesita un ambiente rico, cálido. Porque no es solo que ofrezcas situaciones, sino ambientes en donde una acti-tud adulta desagradable no difi-culte explorar, percibir, inventar, crear, relacionar, seleccionar… Este tipo de cosas son básicas para que puedan hacerse con la cultura de su entorno y seguir recreando cultura.

¿Va de lo físico a la abstracción? Efectivamente. De lo físi-

co, pero muy relacionado con el ambiente afectivo y de comunica-ción del que disponen. Los niños pequeños no pueden expresar las cosas con el nivel de elaboración con el que se expresa uno mayor. Lo hacen mediante sus múltiples lenguajes: el tono, cómo se enco-gen, cómo se extienden, qué gestos ponen, cómo se emocionan, cómo se mueven, con qué velocidades y con qué control lo hacen…

¿Por qué no se le presta dema-siada atención a Infantil?

Hay una razón fundamental y es que el rendimiento expresado en términos medibles en edades posteriores es más fácil de obser-var. Además, se ve la infancia como una preparación para, no con enti-dad en sí misma.

Como en los pequeños no se pueden medir ciertas cosas, no se consideran de relevancia. Se dice: “Ya aprenderán cuando sean más grandes, cuando lleguen al cole-gio”. Empezamos a tenerlos en cuenta cuando empiezan a sumar, a restar, a leer, a escribir… eso es lo importante, lo demás no.

Como además no provocan problemas gravísimos, como pueden hacerlo los adolescentes cuando no están bien tratados… Los pequeñines pueden llorar más, por ejemplo, pero se adaptan a casi todo. De manera que Infantil es una etapa que se ve como asisten-cial, como que con tenerlos meti-dos en algún sitio es bastante...

¿Qué concepto tenemos de la infancia?

El concepto no ha sido siempre el mismo. Hasta Rousseau eran una molestia que se mantenía, porque eran un seguro de sostenimiento y de cuidado, una fuerza de trabajo para aumentar las posibilidades de las familias. Los niños eran cosas.

Con Rousseau, y los pedagogos y movimientos posteriores, apare-ce una valoración y un repensar su figura como seres con cultura pro-pia, con necesidades específicas y con derechos para desarrollarlas.

Hoy sabemos que el cerebro en las primeras edades en tremenda-mente plástico. Es adaptable y puede desarrollarse. Nacemos con una serie de neuronas que pueden aumentarse y sus conexiones se desarrollan sobre experiencias.

Los circuitos que se posibilitan sobre las experiencias repetidas, con continuidad y otras caracterís-ticas, se mantienen, se enriquecen y se potencian. Y su potenciación permite que se desarrollen otros.

Lo que no se entrena, des-aparece, porque es inútil para la supervivencia. Es un desgaste de energía inútil y, por tanto, tien-de a la eliminación. De manera que muchos Einsteins, Picassos, Leonardos se han perdido o se pierden continuamente. Pero no solo eso, ya que hay otra gran aportación y es la posibilidad de una humanidad con potenciali-dades como las que trabajamos en Infantil: empatía, asertividad, seguridad, equilibrio personal, desarrollo integral, creatividad… Una humanidad con esas caracte-rísticas sería muy diferente. Eso es lo que nos estamos jugando.

¿Por qué Infantil debería ser un único ciclo?

Porque todo esto que estoy comentando es un proceso que se inicia en el nacimiento y que no concluye a los 6 años, digamos que el cambio evolutivo se da en torno a los 7-8 años. Es decir, que aquí se ha hecho mal. Debería ser el 0-8.

Si debería ser el 0-8, imagínate si lo cortamos en el 0-3. Nosotros entendemos y lo expresamos así en el informe, que cuando surge en los 80-90 la apuesta por Infantil como etapa con entidad, se dividen los ciclos por cuestiones económicas..

¿Es dejación, mala fe?Mala fe entiendo que no es.

Es desconocimiento, estereotipos y lugares comunes… Sobre todo, minusvaloración. A pesar de lo que me digas, de los estudios, de lo que se está descubriendo, ¡va!, eso son tonterías, los niños y niñas peque-ños no necesitan de nada del otro jueves para ser atendidos.

Estamos en un ambiente neoli-beral salvaje en el que se inscriben los grandes partidos, en una ver-tiente suave o potente. Las cues-tiones sociales de mejora del ser humano, que ayuden a su felicidad (palabra que se ha olvidado, que ni siquiera aparece en las leyes), son menores. Y mantenemos cierto discurso. Pero, claro, cuan-do tenemos un gobierno que está

haciendo salvajadas, es muy fácil decir ciertas cosas. Me sorprende que en el programa que dicen que maneja el PSOE reivindique la uni-versalización progresiva del 0-3… ¡Pero si es lo mismo que se decía en el año 90, en el 85 y en lo que se ha ido hacia atrás! ¿Qué aporta eso?

No quiero tirar leña contra ningún grupo, pero es una cues-tión de sensibilidad política que hace mucho tiempo que se ha perdido en los grandes partidos. No solo eso, sino que se entra en el agravio, en el ninguneo. Cosas que hace 15 años nadie se atrevería a decir, hoy se dicen con una sol-tura impresionante con respecto a los niños y niñas del 0-3. Y con los de 3-6. A veces, por desgra-cia, por parte de los profesionales, para quienes parece que lo úni-co importante es someterse a las administraciones y machacar a los niños para que adquieran aprendi-zajes que no están capacitados para adquirir. Hay que diferenciar entre lo justo y lo legal. A veces lo legal es muy injusto.

¿Planteáis la obligatoriedad?Cuando hablamos en estos tér-

minos, no quiere decir que plantee-mos que tenga que ser obligatoria, ni mucho menos, sino universal; que cualquier familia pueda deci-dir en libertad si quiere o no llevar a su hijo a una institución educati-va. Y no solo instituciones.

Debería haber recursos, apo-yos, todo regido desde Educación, para que cada cual encontrara aquello que necesite. Tendría que haber políticas parentales como en algunos países del norte de Europa, en que un padre y una madre pue-den estar más tiempo con sus hijos, porque la crianza se considera una inversión social. Y que quienes decidieran quedarse en casa pudie-ran tener remuneración por ello. Y espacios donde contrastar con otras familias, donde poner sobre la mesa dudas y preocupaciones, y tener expertos que puedan orien-tar, ayudar, guiar, explorar…

¿Qué hay de la convención de derechos de los niños?

Prácticamente todos los países la han aceptado, excepto EEUU y Somalia, con lo cual deberíamos tener una infancia feliz. Pero es papel mojado.

El derecho a la felicidad y que el interés superior del niño sea lo primero ante cualquier situación, son aportaciones centrales de la convención. Lleva no solamente a los derechos a la salud, a la educa-ción, bienestar, la familia, la identi-dad, etc., desde el nacimiento, sino a plantear que cualquier legisla-ción que directa o indirectamente les afecte, incluidas las laborales o sociales que reciben sus familias,

Alicia Alonso. Maestra de Infantil

“Muchos Einstein se pierden continuamente”

EntrEvista

foto

: tE

RE

SA

Ro

DR

ÍGU

EZ

18 de diciembre de 2014 Núm. 4.044 (1.529) ESCUELA 9

ENTREVISTAdeban tener en cuenta este interés superior.

Con el panorama que tenemos, si ni siquiera el interés superior del niño está encaminado a disminuir un nivel de pobreza que supera el 30%..., pues ya me contarás. No estamos hablando de educación institucionalizada, hablamos de vivir, de comer. De la salud, del derecho a una vivienda que no tienen garantizado. Esto se sabe y no se hace nada eficaz contra ello. La convención sirve porque es un referente que, por lo menos, pue-des utilizar como espejo, pero no solo no se está llevando a cabo, sino que se está disminuyendo.

¿Hay alguna autonomía que sea un buen ejemplo?

Había una, Baleares, que tenía un planteamiento muy bueno en el anterior gobierno socialista. Había planteado un currículo basado en las necesidades y dere-chos de niñas y niños, unos requi-sitos de centro maravillosos, que incluso tuvieron que reducir por-que los privados dieron la voz de alarma. Con el cambio de gobier-no, aun cuando se mantienen algunos presupuestos, se están convirtiendo en papel mojado.

Por otra parte, hay muchas diversidades. Encuentras sorpre-sas como, por ejemplo, Castilla y León, que dentro de su problemá-tica y siendo un gobierno del PP, ha elaborado planteamientos más res-petuosos. Y tenemos otras autono-mías que da igual que estén unos u otros, porque no han hecho nada.

En Castilla-La Mancha, durante años tuvieron centros de atención a la infancia para no tener escue-las, salvo algunas. Luego intentaron incorporarlos en el régimen de edu-cación pero, con el cambio de signo político, se ha ido al garete.

Madrid se lleva la copa en destrucción de Infantil, en nin-guneo, aumento de tasas, en apo-yo a la privatización. Las escue-las públicas tenían lista de espera y las privadas se nutrían de los niños y niñas que no podían ir a las públicas. Aún en barrios en los que, tras Infantil las familias apostaban por la concertada o la privada, en esta etapa lo hacían por las públicas, por su cali-dad. En este momento hay pla-zas vacantes y muchas escuelas están cerrando aulas. Pero cla-ro, quién puede pagar 236 euros por una criatura. Y eso en el caso de la situación económica más desfavorecida, es decir, con unos ingresos anuales iguales o inferiores a 5.480 euros. Es una situación impensable, cuando la escuela privada tiene el cheque guardería. Estamos en el sinsen-tido de que la escuela pública es más cara que la privada.

¿Ha habido un tratamiento per-verso?

Ha habido un tratamiento perverso por parte de las admi-nistraciones del PP que apuestan por la privada y, por tanto, con-ciertan la educación; todo ello al servicio de un falso planteamiento de libertad de elección. Si tú tie-nes una escuela pública de altísi-ma calidad, no hay más historia. Las privadas, que las pague quien tenga dinero, pero no con el que se detrae de la pública. El problema de la concertada es que, además y añadido a esto, en la mayoría de los centros las familias terminan pagando cuotas. Con lo cual se benefician del dinero público y del de las familias.

Ahora en el 0-3 asistimos a un fenómeno que no se cono-ce como concertado, sino como conveniado. Centros concertados en las etapas posteriores que crean una empresa filial que no declara como Escuela Infantil sino como centro de atención a la infancia, y que se beneficia de subvenciones públicas. Además, chantajean a las familias diciéndoles que, para garantizar su plaza más allá de los 3 años, los matriculen antes.

¿Qué hay del paso a la Educa-ción Primaria?

Esto forma parte de una evo-lución de la que no somos muy conscientes. Con los primeros gobiernos socialistas, dentro de la Ley General, se desarrollaron los programas renovados, una espe-

cie de currículo que, sin ser un cambio de la ley, suponía varian-tes en el planteamiento metodo-lógico y pedagógico.

El primer ciclo de Primaria se empezó a infantilizar, en el mejor de los sentidos: las metodologías y los enfoques que se plantea-ron para Infantil empezaron a impregnarlo. Se plantea una tran-sición suavizada, y muchos maes-tros y maestras de Primaria iban a cursos de Infantil para aprender. Esto se ha invertido, porque no se ve todo lo que hemos hablado de la cultura de la infancia, solo que los niños se lo pasan bien (falta-ría más). Como nada más se veía eso, han llegado a Infantil plantea-mientos soterrados del estilo “la letra con sangre entra”, de forma que lo que hay que hacer en esta etapa es aprender a escribir y las cuatro reglas.

En el primer ciclo de Prima-ria se está tratando a los niños como si fueran de 2º o 3er ciclo. Con unos horarios rígidos, con planteamiento de deberes bestial, sentados durante horas… No se acuestan siendo pequeños y se levantan siendo mayores. Tiene que haber una transición.

No solo esto, mucha gente de Infantil de 3 años ha perdido los papeles y está generando una pre-sión salvaje en el 0-3. No aceptan que les lleguen niños con pañales o con pérdidas. Igual que los de 1º de Primaria no aceptan que lle-guen sin leer y escribir.

En esto hay componentes labo-rales…

Ya, pero es gracioso. En el caso de Infantil, supuestamente haces una carrera 0-6, el título es ese. Otra cosa es cómo es la formación inicial, en la que no se ve 0-3 más que en la asignatura de evolutiva.

Aunque te hayan formado mal, tienes que saber que la eta-pa es 0-6, y que los niños y niñas que llegan con 3 años, algunos lo hacen con 2 años y 9 meses, con características evolutivas determi-nadas. Asume y acepta a los niños y niñas como son.

Cuando se incorporó el 3 años a los colegios, los profesionales se olvidaron de que a quien tenían que exigir era a las administraciones. Siempre vamos contra los débiles. Es más fácil acordar en claustro que está prohibido cambiar a los niños, para que nadie tenga la tentación de dejar en feo al resto. O el AMPA se compromete a contratar a un auxiliar y ahí depende de quién sea. He oído cada cosa cuando no saben que les oyen, comentarios que me dan dolor. Alguna persona que no tiene formación necesaria actúa como si estuviera en su casa y le dice a un niño: “Guarro, que ya es la tercera vez que te tengo que cambiar en este mes”. ¿Una criatura no tiene dignidad? Bastante es que se siente chiquito, como para decir-le que si no llega a un nivel es un pequeñajo. Bastante es que tenga conciencia de que se le ha escapado el pis y que no debería haber pasa-do. Por lo menos, que le atienda la persona con la que está habitual-mente, no otra. Y luego hablamos de inclusión.

¿Que tienes que protestar por las condiciones? Claro que sí, pero a quien tienes que protestar; unir-te, organizarte y estar en la calle, hacer huelgas, escritos, etc. Pero es más fácil decidir que no te cam-bio. Eso se acaba en sí mismo.

Hace poco oía a Pilar López, aludiendo a Freire, decir que es muy difícil luchar contra quien tienes fuera cuando llevas el ene-migo dentro. Cuando piensas que no es tu función. Tu función es la

integralidad del niño, e igual que protestas cuando no hay mate-rial para artísticas, has de hacerlo cuando no tienes para desarro-llar lo relacionado con la identi-dad y con el equilibrio personal y los afectos de la criatura. Lo que pasa es que esto empieza ya a ser menos valorado en Infantil.

Nos estamos matando por transmitir la importancia de estas edades, pero hay algo que no esta-mos haciendo bien cuando no somos capaces de sensibilizar lo suficiente. Aparte de que no sean buenos tiempos para la lírica, hay algo que tenemos que mejorar. Nuestro empeño en la plataforma es seguir buscando vías.

¿Si fueras ministra qué harías con el sistema educativo?

Primero plantearía la reflexión: ¿Para qué ofrecemos una edu-cación? ¿Cuál es la misión? La misión tiene que ver con el desa-rrollo integral de la persona y de sus potenciales, y su derecho a ser feliz, a convivir con sus iguales y a construir un mundo mejor. Bue-na parte de la decisión de estar en estas reivindicaciones y en mi pro-fesión tiene que ver con ese con-vencimiento.

Todavía creo que a través de la educación podemos cambiar el mundo. Yo no lo veré, pero en una visión utópica, que no es más que ponerse en marcha hacia ese hori-zonte, está el contribuir a ello. Y ese fin de la educación es para todas las personas; ese derecho, el desa-rrollo del potencial y de las cua-lidades y capacidades para ser un ser humano completo y feliz, junto con otros, incluye a todo tipo de personas y diversidades.

Y ese debe ser el culmen, no el preparar para un mundo de trabajo, que es en lo que estamos ahora.

foto

: tE

RE

SA

Ro

DR

ÍGU

EZ

“Estamos en el sinsentido de que la escuela pública es más cara que la privada”