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PLAN DE LECTURA Y BIBLIOTECA 2011-2012 CEIP “ Miguel de Cervantes” Piedrabuena (Ciudad Real) ALUMNOS Y ALUMNAS VVAA

Escritos sobre el Martinico

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escritos sobre este duende de todos los cursos

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PLAN DE LECTURA Y BIBLIOTECA 2011-2012

CEIP “ Miguel de Cervantes”

Piedrabuena (Ciudad Real)

ALUMNOS Y ALUMNAS

VVAA

Curso 2011-2012

PLAN DE LECTURA Y BIBLIOTECA 2011-2012

ÍNDICE pág

PRIMERO……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………. 3

SEGUNDO………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….. 13

TERCERO…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………… 22

CUARTO A………………………………………………………………………………………………………………………………………………………… 24

CUARTO B………………………………………………………………………………………………………………………………………………………… 28

QUINTO…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….. 30

SEXTO A…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….. 32

SEXTO B………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………. 34

1

Primero

2

EL MARTINICO Y LOS NIÑOS 3

4

5

6

corriendo

7

8

9

juguetes

10

0

lo

FIN

AUTORES:

DAVID

DIEGO

JOSÉ ÁNGEL

SUSANA

CARLOS

LUNA

EZEQUIEL

AITANA

ANA

PATRICIA

MARCOS

Mª JESÚS

PEDRO

LUIS

ÁNGEL

ÁFRICA

FRANCISCO

JONATHAN

SANDRA

IVÁN

11

Segundo

12

13

14

15

16

17

18

19

20

Tercero

21

22

Cuarto

23

24

25

26

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El travieso duende Martinico tuvo una noche una idea un poco gamberra. “Creo que esta vez la voy a liar gorda”- dijo Martinico- y se puso en marcha.

Martinico se metió por uno de sus túneles secretos y se dirigió al colegio. Cuando entró y vio tantos libros, cuadernos, colores, etc. Se puso muy contento y

empezó a cambiar las cosas de sitio. Los libros los cambió de clases, los lápices de colores los pinchó en las macetas que adornaban las ventanas, los

ordenadores los puso en el baño, las papeleras las colgó en el techo… total lo cambió todo, todo.

Al día siguiente cuando tocó la sirena de entrada y cada niño se fue a su clase no podían creerlo, no había nada en su sitio. Aquellos libros eran de otro curso,

al encender la luz se encendía el grifo. ¡Que pasa!¿porque hacéis tanto jaleo?- preguntó el profesor. Esto es un desastre ¡tenemos que encontrar al culpable!

Todos los niños se quedaron en silencio y cerraron las persianas. Entonces Martinico pensó que ya era de noche y salió de su escondite y le atraparon. “Como

castigo tendrás que colocarlo todo en su sitio” – dijo el profesor. Y entonces Martinico lo colocó todo y pidió perdón.

Pero sabéis la verdad, aquel día fue muy divertido y además descubrieron que los duendes existen.

Cristina Rivero Gómez 4º B

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Quinto

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El duende Martinico

AUTORA: Sara Rivero Ramírez

Era un duende bromista,

que a todos engañaba

con sus bromas hacía

que todos disfrutaran.

Era un duende raro,

que en animal se convertía,

podía ser un pájaro,

o a lo mejor una sardina.

El duende Martinico,

era un ser pequeñito.

Su color era el rojo,

y de fraile iba vestido.

Con su gran barba

toda llena de canas,

iba todos los días

del colegio a su casa.

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También era muy listo,

sabía de todo,

y en el colegio aprendió,

a hablar castellano.

Sexto

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---MARTINICO---

AUTOR: César Jiménez Jiménez

32

33

Había una vez una familia de reyes, que tenían una hija llamada Susan, o como la llamaban sus padres princesita. La niña no hacía

mucho que cumplió los 7 años. La fiesta fue un éxito; hubo regalos, tarta, juegos, y hasta fuegos artificiales.

La niña , a las dos semanas de cumplir los años, cayó enferma. Sus padres disgustados estuvieron día y noche con ella para darle ánimos pero,

no sirvió de mucho.

Pasó el día y la niña no paraba de quejarse y los médicos no encontraban soluciones que la pudiesen ayudar. Cayó la noche y la niña se

durmió, pues tenía sueño después de tantas pruebas médicas.

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Soñó que un extraño ser bajito y regordete la encontraba bajo un puente de piedra, mientras ella dormía. Luego apareció tumbada

en una cama muy pequeña frente a una chimenea de ladrillo , que

encima tenía unos libros. Parecían antiguos.

Susan terminó de abrir los ojos y vio debajo de la cama unas zapatillas y unos calcetines usados. También, frente a ella vio al ser tan extraño,

que le dijo:

-¿Has dormido bien?, espero que si. ¿Te apetece un té o prefieres solo las pastas?

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La niña lo miró con asombro y le respondió:

-Si gracias, me tomare el té. ¿Cómo te llamas?

-Me llamo Martinico o como me llaman aquí, el Rey del Desastre. ¿Y tu cómo te llamas? -respondió agradable.

-Yo me llamo Susan , vengo de una pequeña ciudad , mis padres son reyes y yo princesa.-contestó Susan.

Al cabo de unos minutos Martinico encendió la chimenea y empezó a contarle historias a Susan , porque parecía estar aburrida.

-Una vez , empezó a contar martinico-, luché contra un dragón a lomos de mi caballo alado , pero resultó ser un fracaso porque el dragón

abrió su gran boca y mi caballo asustado dio media vuelta y se escondió detrás de dos piedras enormes. Y a mí me dejó caer encima de un

montón de hojas secas.

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-Muy interesante -dijo la niña con un tono interesado-. Bueno pues yo no sé que contarte , además se me hace tarde y …

La niña se despertó y así se acabó su original sueño.

Sus padres cuando la vieron despertar se acercaron , la abrazaron y le dijeron:

-¿Qué tal? , ¿te encuentras mejor?

-Si , un poco -respondió la niña-. He soñado una cosa fantástica mamá. Soñé que un duende me recogía bajo un puente , porque estaba

dormida , y me llevó a su casa , me contó historias fascinantes y …

-Creo que la fiebre te ha subido -la interrumpió su madre-.Tienes ojeras y pareces mas cansada.

-¡Que no mamá ¡ ¡te repito que es verdad! estoy mucho mejor que antes y no me ha subido la fiebre.

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Pero la niña por más que insistía no le hacían caso.

Por la mañana, cuando la niña se despertó y desayunó un exquisito vaso de zumo y unas tostadas con mantequilla, se puso de pie y comenzó a

andar hacia su vestidor. Llegó y cogió un vestido de color vainilla con una pequeña franja de color oro en la cintura. Luego cogió unos zapatos a

juego y bajó al salón principal donde se encontraba el mayordomo limpiando los muebles. En cuanto la vio, le exclamó mientras la seguía:

-¡Señorita usted no debería estar por aquí!¡debería estar en reposo!

-¡Estoy cansada de reposar y de que no me crean! –gritó la niña-.

Entonces pasó por el pasillo que llevaba al despacho de su padre y luego , giró hacia la derecha y llegó a una puerta gigantesca de madera de

roble .Entró y allí estaba su madre, justo a la persona que quería ver. Se inclinó sobre la mesa y dijo:

-No soporto estar en mi cuarto. Quiero ir a dar un paseo por el campo.

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La madre asintió y mandó preparar un carruaje. Antes de nada pasaron por una tienda de golosinas para que Susan cogiera algunas. Siguieron

el trayecto y pararon en un prado. La hierba estaba verde y en ella corrían ardillas , los árboles eran altos con una copa de hojas frondosas, por

las que se escondían pajarillos. Susan bajó del carruaje, corrió, se inclinó y cogió tres margaritas. Después siguió corriendo y... ¡Qué raro! Le

había parecido ver una vestimenta roja, que comparó con el traje que llevaba Martinico, el duende con el que soñó la noche pasada.

Intentó seguirlo ,y vio como esa sombra se movía rápida entre los árboles. Luego la sombra se paró bajo un árbol con flores de color rosa. Susan

se acercó , sin creerlo pero, sin ninguna duda pudo reconocer al Martinico. Entonces la niña se agachó y lo abrazó. Después el duende le dijo:

-Anda pero si es Susan la niña con la que estuve la noche pasada en mi casa.¿Te acuerdas de mí?

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-Pues claro , eres Martinico .Creía que todo había sido un sueño, pero me equivocaba , ¡eres real! Ven te presentaré a mi madre.

Pero , Martinico se quedó firme en el suelo y le dijo a Susan:

Me encantaría conocer a tu madre pero...,no es lo apropiado. Piensa que todo ha sido un sueño y que me verás más pronto de lo que crees.

Cuídate.

Entonces Susan empezó a llorar pues no quería despedirse de su amigo. Entonces Martinico se llevó las manos a los bolsillos, sacó un pañuelo y

se lo dio a Susan diciéndole:

-No llores, ten quédatelo y no llores que ya te he dicho que te veré pronto.

Luego el duende le dio la mano y desapareció. Susan notó que su madre la llamaba y fue a abrazarla.

-¿Qué te pasa? Bueno, vamos a casa y allí me lo cuentas ¿vale?.

El duende no tardó en volver, pues le gustaba jugar y hablar con la princesita, Susan.

AUTORA: AITANA FREIRE BUITRAGO.

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AITANA FREIRE BUITRAGO.

DISCULPAD LAS FALTAS DE ORTOGRAFÍA, HUBIERA SIDO MEJOR QUE TODO ESTUVIERA CORREGIDO.