Gilard sobre Cepeda Samudio

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Reseña introductoria a la literatura de Cepeda Samudio

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  • Jacques Gilard

    Un texto maltratado de Cepeda SamudioIn: Caravelle, n81, 2003. pp. 293-297.

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    Gilard Jacques. Un texto maltratado de Cepeda Samudio. In: Caravelle, n81, 2003. pp. 293-297.

    doi : 10.3406/carav.2003.1450

    http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/article/carav_1147-6753_2003_num_81_1_1450

  • C.M.H.LB. Caravelle n 81, p. 293-297, Toulouse, 2003

    Recouvrances

    Textes oublis et retrouvs

    Un texto maltratado de Cepeda Samudio

    Con el gran cuento que es Vamos a matar los gaticos, del colombiano Alvaro Cepeda Samudio (1926-1972), se da la paradoja de que deba rescatarse un texto publicado cuatro veces, nunca olvidado ni extraviado, pero que no ha conocido en ms de medio siglo una sola edicin correcta. Lo que era en 1950 su originalidad formal y hace su perenne mrito esttico lo dejaba a merced de tipgrafos y correctores de pruebas. En este relato dialogado con tres protagonistas, donde el narrador annimo no hace ms que referirse escuetamente a lo que dicen dos de stos (dijo Doris y dijo Martha; una vez grit Martha), hay un personaje sin nombre, del que slo se conocen las rplicas y al que slo por medio de stas se conoce. El riesgo era que una o varias de las rplicas del personaje nunca designado por la voz narradora quedaran confundidas con una o varias de las que correspondan a los otros dos. As pas, en efecto: nunca ha salido Vamos a matar los gaticos sin error, aunque siempre se trata de un error distinto, seal de que, a pesar de estar alerta, siempre se descuidaban en un momento u otro tipgrafos y correctores si no hubo alguna que otra iniciativa errnea. As pas con el estreno del cuento en el semanario barranquillero Crnica (n 1 1 , 8 de julio de 1950, con un dibujo de Garca Mrquez), con la primera edicin en volumen de Todos estbamos a la espera (Barranquilla, Ediciones Librera Mundo, 1954), con la segunda (Bogot, Plaza & Janes, 1980) y con la tercera (Bogot, El Ancora, 1993). Cuando se prepara una nueva salida de Todos estbamos a la espera, en la coleccin Clsicos Populares de Cooperacin Editorial, de Madrid, proponemos aqu el texto libre de confusiones.

    Este cuento -como, en realidad, todos los del libro inaugural de Cepeda Samudio- es un ejemplo muy puro de las indagaciones formales del boom naciente. Vamos a matar los gaticos brilla en este contexto

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    por la audacia de su reto y por el rigor de su planteamiento esttico -sin hablar de la fuerte carga de humanidad que alienta bajo su limpidez de teorema literario. El personaje sin nombre, un varn (de no ser varn, no habra dicho a una de las nias que viniera sin pantalones), lucha desesperadamente contra la tirana de la temible Doris. Para que sta no se haga regalar uno de los cuatro gatos recin nacidos, hace falta acudir a la dolorosa solucin de matarlos todos. Luego puede el nio llorar y decir, tres veces, que llora por nada: por los tres gaticos sacrificados, pero no por el que se habra llevado Doris. El conflicto soterrado y el desamparo total deben extraerse del texto, de lo que dicen los protagonistas y de sus actos, exclusivamente conocidos por medio de sus palabras. Y habra que hablar de cmo trata Cepeda Samudio el universo de la niez, uno de sus temas predilectos, e introduce en l la cultura contempornea con la audacia, en el entonces retardatario contexto colombiano, de una alusin a Tarzn. Pues, si bien el debate perdi vigencia hace tiempo, conviene recordar que la obvia y perdurable modernidad de Vamos a matar los gaticos tambin se mide en su beligerancia contra el nacionalismo literario y el terrigenismo que aquejaban a la cuentstica colombiana del 50.

    Cuando se estren el cuento en Crnica, dos filetes horizontales separaban los tres momentos de la historia, figurando el primero de aqullos cuando los nios entran al cuarto de los gaticos y el segundo cuando dejan el cuarto. Como el texto se basta a s mismo, el autor suprimi acertadamente esas seales para la primera edicin en volumen; no se justificara restablecerlas. Figuraban al final del texto el lugar y la fecha de su redaccin: Ann Arbor, 1950, y tambin suprimi Cepeda Samudio estos datos en 1954.

    Vamos a matar los gaticos se publica aqu con la expresa autorizacin de la seora Teresa de Cepeda.

    Jacques GILARD Universit de Toulouse-Le Mirai

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    Alvaro CEPEDA SAMUDIO

    Vamos a matar los gaticos

    Vamos a matar los gaticos dijo Doris, vamos a matarlos. Yo s cmo se hace, vamos a matarlos. No, todava no. Pero t dijiste que los bamos a matar apenas nacieran -dijo Martha-. T dijiste que tenamos que matarlos para evitar que los regalaran. Cuntos son? pregunt Doris.

    No s: parece que hay cinco. Dnde estn? pregunt Doris. En el ltimo cuarto. La pusieron en la caja donde dorma Teddy. Son bonitos? -pregunt Doris.

    Yo no s, yo no los he visto todava. Pero s que ya nacieron porque esta maana lo estaban diciendo en la cocina. Vamos a verlos -dijo Martha. No, ahora no: despus. Vamos a subirnos al techo. Vamos -dijo Doris-, y jugamos a Tarzn, quieres? Bueno. Voy a buscar las cosas. Yo no juego dijo Martha. Por qu no quieres jugar? No puedo -dijo Martha-, yo no puedo subirme al techo. Por qu no puedes subirte? T sabes dijo Martha.

    Ella tiene miedo dijo Doris-, vamos t y yo. Yo no tengo miedo dijo Martha, es que me da pena.

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    Vamos Doris, ella nos espera aqu. Miedosa dijo Doris. Yo no soy miedosa dijo Martha, es que me da pena. Por qu te da pena? pregunt Doris.

    Djala ya, Doris. Yo no tengo pantalones dijo Martha. Ahora se lo voy a decir a mam -dijo Doris-, ayer tambin viniste sin pantalones. Yo te vi. T sabas que no tena pantalones. T me dijiste. Y ahora quieres jugar a Tarzn dijo Martha.

    Cuando volvamos a la casa le voy a decir a mam que t le dices a Martha que no se ponga pantalones -dijo Doris. Vamos a matar los gaticos. Vamos dijo Doris. Si se lo dices no los matamos -dijo Martha. Se lo vas a decir, Doris? No dijo Doris. Vamos a matar los gaticos. Entren. Para qu cierras las ventanas? pregunt Doris. Para que ella no se salga. Treme esa tabla, Martha. Tenemos que sacarla de la caja porque de pronto se pone rabiosa y nos muerde -dijo Doris.

    No, ella no muerde. Sostn la tapa mientras yo los saco. Cuntos hay? -pregunt Doris. Cuatro nada ms. Abre la ventana, yo no los veo bien. Son bonitos? -dijo Martha. S, son bonitos. Hay dos negros y dos grises. Yo quiero llevarme uno negro -dijo Doris. No, hay que matarlos a todos. No te vas a llevar a ninguno. Yo dije que los iba a matar a todos. Mira, as: apritalos por el cuello as, ves? Apritalos bien fuerte por un momento. Es fcil. Ves? Este ya est muerto. Mata t este otro. Mata ste t, Martha, yo mato mejor el gris -dijo Doris. No, yo me voy, yo no quiero matar ninguno -dijo Martha. No tengas miedo, no te van a morder, no ves que ni siquiera tienen dientes.

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    No, yo no quiero matar ninguno -dijo Martha. Suelta se ya, Doris, ya est muerto. Mata este otro. No los maten, no los maten -grit Martha. Cllate, cllate, cllate. Sostn la tapa Doris. Qu vas a hacer? pregunt Doris. A ponerlos otra vez dentro de la caja. Por qu no los enterramos en el patio y les hacemos procesin? -dijo Doris. Quieres que traiga tres cajitas de cartn? Yo tengo en la casa un montn de cajitas. No, vamos a ponerlos en la caja otra vez. Falta uno. No has podido matarlo todava, Doris? Yo no quiero matar al negrito -dijo Doris.

    Dmelo ac. Apura, Doris, dmelo. Dselo, Doris -dijo Martha. Salgan. Cierra la puerta Martha. Vamos a subirnos al techo dijo Doris. No, hace mucho calor. Pero yo quiero unas guindas. Tengo hambre -dijo Doris. En la nevera hay galletas. Ve y trelas. Por qu lloras? pregunt Martha.

    Yo no estoy llorando. S ests llorando dijo Martha. No me molestes. T no queras matar los gaticos dijo Martha. S quera. No tengas miedo. Doris no le dice nada a mam dijo Martha.

    Yo no tengo miedo. Entonces por qu ests llorando? -dijo Martha.

    Por nada, por nada, por nada.

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