1Sorolla. La emoción del natural

GUÍA DIDÁCTICA

Sorolla. La emoción del natural

Sorolla. La emoción del naturalAULA

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“No paraba jamás. Estaba transido por una fiebre ligera, casi enajenada. Para él el ejercicio del arte era una cuestión vital, como la respiración. Si dejaba de pintar era como si se asfixiara.”

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El Museo del Prado era una fiesta

El Museo del Prado vive un año de celebraciones sin fin, se ha cumplido el bicentenario de su apertura al público, que tuvo lugar en 1819.

Decine21 y Magisterio, impulsores del Festival Educacine, in-auguramos nuestra primera edición de AulaDecine21, una ex-periencia de cine en streaming, con un ciclo de cinco películas relacionadas de algún modo con el Museo del Prado. El edificio que es sede del Museo fue diseñado por el arquitecto Juan de Villanueva en 1785, como Gabinete de Ciencias Naturales, por orden de Carlos III. No obstante su nieto Fernando VII, impul-sado por su esposa la reina María Isabel de Braganza, decidió destinarlo a la creación de un Real Museo de Pinturas y Es-culturas, luego conocido como Museo Nacional de Pintura y Escultura y posteriormente como Museo Nacional del Prado.

El primer catálogo constaba de 311 pinturas, aunque ya se guardaban 1510 obras procedentes de las Colecciones Reales. Pero el número de obras depositadas en el museo no ha de-jado de crecer, con aportaciones de los monarcas, compras y adquisiciones del propio museo, y legados y donaciones. Tam-bién ha sido necesario ampliar el espacio de exposición, con la solución arquitectónica de Rafael Moneo que une el Museo con el Claustro de la Iglesia de los Jerónimos.

Resulta imposible aquí dar cuenta de las obras más destaca-das y de los pintores que tienen presencia en el Museo del Prado, mencionemos sólo rápidamente a Velázquez, el Greco, Rubens, Goya, Tiziano, El Bosco, Murillo, Ribera, Zurbarán, Fra Angelico, Rafael, Veronese, Tintoretto y Van Dyck. Se trata sin duda se trata de una de las más importantes pinacotecas del mundo, con más de 8.000 pinturas, además de esculturas, boce-tos, grabados, monedas, etc.

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Ficha técnica Título: Sorolla, la emoción de lo naturalAño: 2009País: EspañaDirector: José Luis López-LinaresGuion: José Luis López-LinaresFotografía: José Luis López-LinaresGénero: Documental, BiográficoPúblico apropiado: JóvenesDistribuye: Versión Digital

Joaquín Sorolla fue el pintor español de mayor proyección in-ternacional de su tiempo y una de las figuras capitales de la historia del arte español. Esta película recorre la vida y obra de Joaquín Sorolla a raíz de la exposición antológica celebrada en el Museo del Prado entre mayo y septiembre de 2009, la más importante realizada tanto dentro como fuera de España. Un documental perfecto para comprender el arte de Sorolla, ple-namente ligado al tiempo que le tocó vivir.

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El director

José Luis López-Linares (Madrid, 1955)

La trayectoria del cineasta José Luis López-Linares es amplia y está trufada de éxitos. Ha obtenido un total de 12 nominaciones a los Goya en diferentes categorías y en tres ocasiones se alzó con el preciado “cabezón” de bronce que entrega la Academia de las Cien-cias y las Artes Cinematográficas de España. Especializado en fotografía, es también un prolífico autor de do-

cumentales, con querencia por explorar siempre ámbitos de la cultura y el arte. Como director de fotografía ha trabajado con algunos de los más prestigiosos directores españoles, como Carlos Saura, Víctor Erice, Basilio Martín Patino o Fernan-do Trueba.

En su faceta fotográfica, José Luis López-Li (como muchas veces firma sus trabajos) comenzó su an-dadura en 1987 con los thrillers Mientras haya luz, de Felipe Vega, y Al acecho, de Gerardo Herrero. Con el peruano Francisco Lombardi colaboró en La boca del lobo (1988) y Caídos del cielo (1990) y más tarde hizo lo propio con el suizo Alain Tanner en El hombre que perdió su sombra (1991). Su nombre empezó a sonar más a raíz de su trabajo para la taquillera Amo tu cama rica (1992), de Emilio Mar-tínez Lázaro, y el mismo año consolidó su trabajo con El sol del membrillo, de Víctor Erice. A partir de ese momento entró a formar parte de producciones de mayor caché, como Madregilda (1993), La celes-tina (1996), Calle 54 (2000), El embrujo de Shanghai (2002) o las obras de Carlos Saura Pajarico (1997), Buñuel y la mesa del rey Salomón (2001), Salomé (2002), Iberia (2005) y Fados (2007).

Las temáticas de sus trabajos como director de do-cumentales son amplias. Él mismo explica que “no

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tienes que hacer un documental sobre algo que no te interese. El problema es que a mí me interesa prácticamente todo”. Aunque ha realizado películas sobre temas gastronómicos, como El pollo, el pez y el cangrejo real (2008) o Jerez & el misterio del Palo cortado (2015), en general suele centrarse más en personas y en realidades de la socie-dad, la cultura y el folclore español. Así ha dedicado obras a Ana Belén, Carlos Saura, Geraldine Chaplin o incluso a la selección española de fútbol, con su co-nocido ¡Campeones! La roja (2012). En lo que respecta a vertientes puramente artísticas pueden citarse los documen-tales El primer siglo del Prado (2007), El Bosco. El jardín de los sueños (2016), El corazón del Teatro Real (2018), Altami-ra. El origen del arte (2018) o Goya: El sueño de la razón (2019).

Nació en Valencia en 1863. Sus padres fallecieron debido a una epidemia de cólera cuando Joaquín tenía solamente 2 años de edad, por lo que fue a vivir con su hermana Concha a casa de sus tíos. Entró a estudiar pintura en la Escuela de Arte-sanos de Valencia y empezó a realizar algunas exposiciones. En 1881, cuando tenía 18 años, vi-

Sobre Joaquín Sorolla

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sitó el Museo del Prado y expuso por primera vez en Madrid tres pinturas de “Marinas”.

Después de estudiar la obra de Veláz-quez en el Museo del Prado pintó “Es-tudio de Cristo”, comienzo de su etapa realista. Obtuvo una pensión para via-jar a Roma por parte de la Diputación Valenciana y en 1985 se desplazó a París, en donde entró en contacto de primera mano con los maestros impre-sionistas y se sintió muy influido por la obra del norteamericano John Singer Sargent y el sueco Anders Zorn.

En 1888 se casó con Clotilde García del Castillo, el amor de su vida, en Valen-cia. Y posteriormente la familia se tras-ladó a Madrid. En la capital española sus obras empezaron a despuntar in-ternacionalmente, entre ellas “El beso de la reliquia”, “Aún dicen que el pes-cado es caro”, “Retrato de Benito Pérez Galdós” y en 1905 marchó a París de nuevo, donde incorporó una caracterís-tica esencial en la que sería su pintura posterior: el llamado “luminismo”, que

se puede apreciar maravillosamente en “Madre” o “Cosiendo la vela”. En 1909 realizó una exposi-ción en Nueva York y su éxito fue excepcional, con pinturas como “Sol de tarde” o “Nadadores”, entre muchas otras. Más tarde triunfaría también en San Luis y en Chicago. De esa época son sus excepcio-nales estampas de la playa: “Paseo a orillas del mar”, “El baño del caballo” y “Chicos en la playa”.

Su triunfo al otro lado del océano vendría sellado por el encargo que recibió de la Hispanic Society of America. Sorolla pintó así los catorce murales que decorarían las salas de la institución en Nueva York en un periodo de seis años (1913-1919), con un total de tres metros y medio de alto por setenta metros de largo. Sorolla se convirtió desde enton-ces de un excepcional embajador de España allen-de los mares, pues los cuadros representan esce-nas del folclore y el modo de vida sencillo de las provincias españolas.

En 1920 Joaquín Sorolla sufrió una hemiplejia mientras pintaba un retrato en el jardín de su casa. Falleció tres años más tarde en Cercedilla. Tuvo una carrera artística muy larga y fue un trabajador inagotable. Sus cerca de 2.200 obras catalogadas le convierten en uno de los pintores españoles más prolíficos de la historia.

Sobre Joaquín Sorolla

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Comentario críticode la película

Espléndido documental producido por el Museo del Prado y dirigido por el es-pecialista José Luis López-Linares acer-ca de uno de los pintores españoles más célebres y famosos lejos de las fronteras de su país. A lo largo de casi una hora, el autor ofrece una certera y ajustada visión sobre el pintor valenciano y su prolífica obra.

Sorolla. La emoción del natural hace un recorrido pictórico y biográfico del pin-tor, con una amplia muestra de material de archivo, fotografías de la época de Sorolla en su Valencia natal, de su acti-vidad pictórica en localizaciones exte-riores o estampas más familiares con su mujer Clotilde en su casa-estudio de Ma-drid. Gracias a la participación de voces autorizadas del Museo del Prado, como José Luis Díez, jefe de conservación de pintura del siglo XIX, o la investigadora

y bisnieta del pintor, Blanca Pons Sorolla, cono-cemos su trayectoria vital y su trabajo incansable, las influencias artísticas que marcaron su trabajo y los estilos que definen su pintura, desde el rea-lismo inicial hasta el costumbrismo y el luminis-mo esplendoroso de sus obras más conocidas. Los acordes de guitarra y la música de compositores como Francisco Tárrega, Enrique Granados o Isaac Albéniz son, por otra parte, un acompaña-miento espléndido a las imágenes.

Artista de la luz y de la vida cotidiana, Joaquín Sorolla es célebre por sus estampas al aire libre, con trajes al viento y aguas y arenas de mar. El documental resalta los blancos de sus enormes lienzos, que parecen estar vivos a la luz del sol y son característicos de muchas de sus obras y desde luego son la seña de identidad con la que su obra ha pasado a la historia. El film fue roda-do con motivo de la exposición que tuvo lugar en el Museo del Prado de Madrid entre mayo y sep-tiembre de 2009.

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Trabajo en el aula

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Tres cuadros emblemáticos

Paseo a orillas del mar

Se trata de uno de sus cuadros más re-presentativos. Pintado en el año 1909 muestra a dos mujeres paseando a la orilla del mar en un luminoso día estival. Tiene unas dimensiones de 2,05 m x 2 m y se encuentra actualmente en el Museo Sorolla, antigua casa del pintor en la Ca-lle Martínez Campos de Madrid.

Las dos mujeres del cuadro son Clotilde García, mujer del pintor, y María Clotil-de, su hija. Y el lugar es la playa de Va-lencia. Es un representante magnífico del luminismo de Sorolla, pues capta la luz del momento sobre los vestidos y sombreros de las mujeres, mientras la brisa aporta ese sentido de viveza, de escena real e instantánea, tan típico de sus cuadros. Las múltiples tonalidades del blanco son dignas de estudio.

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¡Aún dicen que el pescado es caro!

Pintado en 1894, el cuadro correspon-de a la primera época importante del pintor, la del realismo social. Obtuvo una Medalla de Primera Clase en la Ex-posición Nacional de Bellas Artes (Es-paña) celebrada en el año 1895. Fue in-mediatamente adquirido por el estado español. Tiene unas medidas de 1,53 m x 2,04 m y se conserva actualmente en el Museo del Prado.

Inspirada en un episodio de una novela de Blasco Ibáñez, la escena que narra Sorolla tiene lugar en Valencia y mues-tra a un pescador herido atendido por dos compañeros. El torso desnudo del moribundo refulge con una blancura macilenta mientras pende de su cue-llo una medalla, probablemente de la Virgen del Carmen, Patrona de los tra-bajadores del mar. La estampa tiene dramatismo y reivindica el trabajo hu-milde y sacrificado de los pescadores.

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Cosiendo la vela

Un ejemplo excepcional del uso de la luz por parte del pintor levantino es este precioso cuadro pintado en 1896 y que se incluye en el estilo netamente costumbrista de Sorolla, lleno de natu-ralismo. Tiene unas medidas de 2,20 m x 3,02 m y se conserva en la Fondazio-ne Musei Civici di Venezia.El tema que propone Sorolla en este hermoso lienzo es en apariencia poco importante: unas cuantas trabajadores cosen una gran vela marinera. Lo lla-mativo del cuadro es que sirve al pin-tor para ofrecer los reflejos de la luz sobre la tela de modo extraordinario. Las luces y las sombras se intercalan en la parte central mientras la luz na-tural reverbera en los colores de las flores que rodean la escena central. El espectador casi tiene que entrecerrar los ojos ante los reflejos creados por el genio del artista.

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Invitación aobservar

1) Elige un cuadro de Sorolla y comen-ta en él las siguientes características de su estilo.

Impresionismo: Muchos de sus cua-dros recuerdan las técnicas impresio-nistas, de trazos gruesos y fluidos, con gran aporte de pintura, ausencia de acabados o que representan escenas aparentemente intrascendentes, que muestran el momento, el instante al aire libre. El autor se sentía cercano a autores como Sargent o Zorn.

Costumbrismo: Gran número de los cuadros del artista valenciano recogen escenas de la vida popular de las pro-vincias de España. Fue un viajero incan-sable, recorrió numerosas ciudades y pueblos para plasmar fisdedignamente la vida y el folclore de sus gentes.

Luminismo: la blancura de sus cuadros ha llegado a convertirse en una clara seña de identidad. El uso del color blanco es asombroso, parece reflejar las misma luz del sol y concede a sus lienzos un res-plandor inigualable.

2) Sorolla era un gran observador de las costum-bres y la vida cotidiana de las personas de su épo-ca, de modo que su obra es una estampa fidedigna de un tiempo, de unas personas, de una cultura, de un modo de vivir.

Nosotros podemos emular su mirada gracias a las tecnología moderna. La actividad propuesta con-siste en salir a la calle, a las plazas o jardines de tu ciudad y fotografías tres estampas cotidianas que al juicio del alumno definan a las personas prota-gonistas y tengan ese acento de instantánea, de la emoción del natural que se percibe en las obras de Sorolla. Una vez elegidas las fotografías se debe-rán explicar en clase.

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Actividades complementarias

Visitar las obras de Sorolla expuestas en el Museo del Pradohttps://www.museodelprado.es/coleccion/artista/sorolla-y-bastida-joa-quin/06fcd1dd-8983-45be-9e60-6adc32f513e4?searchMeta=joaquin%20sorolla

Visitar el Museo Sorolla de Madrid, casa del pintor.http://www.culturaydeporte.gob.es/msorolla/inicio.html

g

b BibliografíaSorolla. Obras maestras (Blanca Pons Sorolla, El Viso)Sorolla. Catálogo razonado (Blanca Pons Sorolla, El Viso)Sorolla. Enciclopedia ilustrada (VV.AA., Susaeta)Joaquín Sorolla (1863-1923). Catálogo de la exposición (Museo del prado)

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“Es un blanco tan refulgente, un blanco tan

intenso, tan blanco… Pero no hay problema: Sorolla

compensa esos blancos con medias tonalidades, con

contrastes de luz.”

Con el apoyo de