JuanDeSantoTomasYLaCienciaMoral-2127324

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  • JUAN DE SANTO TOMAS Y LA CIENCIA MORAL

    SNTESIS DEL PROBLEMA.

    El centenario de Juan de Santo Toms nos invita a ocupar-nos hoy de una de las afirmaciones ms salientes del gran tomis-ta, sobre la que converge en nuestros das la atencin de la cr-tica. Para Juan de Santo Toms, la ciencia moral y el lectorpuede incluir en ella la ciencia poltica, que es una de las partesde la filosofa moral para la mente escolstica (i) tiene uncarcter puramente especulativo, en disonancia con la ndoleprctica de que se reviste en la usual tradicin peripattica.Afirmacin que parece desligar la ciencia moral de todo com-promiso con la realidad cotidiana de nuestra vida concreta, yasegurarla el seoro de una necesidad inmutable. Es entonces;la filosofa moral una ciencia definidora de esencias y finalida-des, pero reida con las exigencias ms perentorias y urgentesde la accin, desprovista de eficacia motora sobre la voluntad,y desinteresada por la misin de edificar al hombre ?

    La frmula de Juan de Santo Toms es clara y a la vezcompleta, es decir, que la claridad no la hace vctima del sim-plismo. La ciencia moral es especulativa. Se cierra con estoel paso a un posible influjo de la moral cientfica en la (vida?Aqu viene la neta distincin del lisbons. La ciencia moral esespeculativa cuando se la considera aisladamente, y de este modose desinteresa por la conducta del individuo. Para que la cienciamoral d sus frutos prcticos en la vida es menester que se laempalme un dispositivo intelectual distinto de ella: la virtudde la prudencia. Hay, por tanto, una ciencia moral mera y sim-plemente especulativa que, si se hace prctica, es a condicin decesar corno ciencia pura y ceder su palabra a otra virtud inte-

    (i) Santo Toms de Aquino: In decem libros ethicorwm Aristotelisexpositio, lib. I, lect. i, n. 6.

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  • NOTAS

    lectual que ya no es ciencia en sentido estricto, sino eso otro:prudencia.

    Aristteles y la tradicin ms usual de su escuela haba ense-ado que la ciencia moral, aun considerada con exclusin de laprudencia, es ciencia prctica. Scienia omnino practica, iba adecir Goudin, medio siglo despus de nuestro autor, al que, porotra parte, segua y veneraba tanto (2). En general, se concede,eso s, el modo explicativo y analtico con que procede esta cien-cia. Pero su naturaleza es prctica. "Especulativa por el modo,prctica por el fin y por el objeto", dice la conocida frmulaescolstica. Es posible que un peripattico tan caractersticoe idneo como Juan de Santo Toms fuese ajeno a ella?

    Los intrpretes disputan. Maritain hace equilibrios para con-ciliar a su maestro con la tradicin aludida. Le contradice enun bello estudio Ivs Simn, y a l se adhiere Len Thiry. Segnstos, Juan afirma, sin ningn gnero de duda, la teoricidad dela tica.

    En mi opinin, esta afirmacin de Ivs Simn y Len Thiryresponde a la verdad. Pero corno sobre la posicin genuina deJuan de Santo Toms pueden todava hacerse consideraciones in-teresantes, volver a plantear el problema estudiando el textodiscutido dentro de su contexto, cosa que estos autores 110 hacen:expondr despus un precedente plenamente tomista, conocidosin duda por Juan de Santo Toms, y que llega unos aos an-tes que l a idntica conclusin sobre la ndole cientfica de latica: el dominico Juan Snchez Sedeo, autor de un hermosoy amplsimo tratado de Lgica magna, cuya exhumacin con-tribuir a dar abolengo a la tesis en cuestin; y cerrar estaslneas con algunas observaciones que contribuyan al esclareci-miento del tema.

    E L TEXTO DISCUTIDO.

    Cuando se discute acerca de un texto es menester, ante todo,recordar el contexto de donde se toma, y con ms razn todavasi se trata de un texto que apunta un terna interesante, pero conmotivo de una cuestin ajena a l. El texto de Juan de Santo To-

    (2) Goudin: Phosophin thomistica.. III Pars, quaest. preanib.

  • NOTAS

    ms que traemos entre manos viene a cuento de una cuestinproemial de filosofa racional, donde se trata de mostrar que elcarcter esencialmente especulativo de la lgica no admite pari-dad con el carcter esencialmente prctico de la prudencia. Y enios entresijos de esta comparacin de la lgica y la prudencia apa-recen las afirmaciones de Juan de Santo Toms que nos ocupanahora, ya que compara la lgica no slo con la prudencia, sinotambin con la ciencia moral.

    Podra pensarse dice en una objecin que se pone a spropio hablando por boca del adversario que siendo la cienciamoral de carcter prctico lo fuese tambin la lgica. Pues comola ciencia moral da las reglas para la direccin de los actos dela voluntad, as tambin la lgica da las reglas para la direccinde los actos del entendimiento.

    Muchas veces hemos visto formulada esta tesis en recientesmanuales de filosofa, y no a ttulo de objecin, sino de doctrina.

    Juan de Santo Toms deshace su error en el siguiente prra-fo, que slo podremos comentar debidamente despus de repro-ducido por entero: "La ciencia moral puede; considerarse de dosmaneras: una en cuanto incluye la prudencia, y otra en cuantola excluye y slo versa acerca del conocimiento especulativo

  • NOTAS

    ludes y de la prudencia bajo su aspecto de verdad, segn puedeverse en la Etica y en toda la Prima Se cundas. Y ello explicaque alguien pueda ser, a la vez, un insigne moralista y un peca-dor imprudente" (3).

    En la primera parte del texto, donde la lgica es comparadacon la ciencia moral en cuanto sta incluye la prudencia, aparececon suma transparencia la razn de por qu el conocimiento de3a lgica no es prctico, al contrario de lo que sucede con el deaquellos hbitos. Las obras de la voluntad, siendo como sonlibres y no tendiendo por naturaleza a su objeto, son en s ca-paces de direccin real y de mocin moral. Qu quieren decirestas palabras? Sencillamente esto: el objeto de la ciencia moralen cuanto incluye la prudencia es operable y, por tanto, su cono-cimiento es prctico. La lgica, en cambio, versa sobre los obje-tos conocidos guiada por principios especulativos, y slo pro-cede analticamente, pero no introduce ninguna modificacin uordenacin real en el concepto, ya que ste tiende al objeto porsimilitud natural y no artificial. Dicho con otras palabras: elnico objeto operable para la lgica seran los conceptos, perostos no son capaces de modificacin, porque representan na-turalmente. Con esto queda establecida egregiamente la dispari-

    (3) Juan de: Santo Toms : Cursus Philosophicus Thomisticus, Lgica,II P., q. ,1. a. 4. Ed. Reiser, t. I. p. 276, b, 34: "Scieiitia moralis potest du-pliciter considerar: Uno modo, ut etiatn includit prudentiam, alio modo,ut eam excludit et solutn versatur circa cognitionem virtututn specu-lando. Primo modo habet rationem practici ex parte prudentiae, quarnincludit, et utitur illo principio practico: "Bonum est f aciendum" modopractico. Et tune est disparitas nter ipsam et Logicam, quia prudentiadirigit opera voluntatis per electionem et imperium, quia opera volun-tatis, cum sint libera et non naturaliter tendentia in objectum, sunt inse eapacia realis directionis et moralis motionis. Lgica autem, ut dic-tum est, versatur circa objecta cognita ex principiis speculativs et solummotione resolutiva procedit, non autem introduc.it aliquam realem ordi-nationem in conceptum, quia naturali et non artificiosa similitudine con-ceplus tendit in objectum. Si vero scientia moralis secludat prudentiamet solum tractet de materia virtutum definiendo, dividendo etc., est specu-lativa, sicut fit in Theologia in Prima Secundae. Nec utitur principiispracticis aut modo practico, id est ut moventibus et inc.lnantibus affec-tive, sed praecise speculativis, quatenus cognoscunt naturam virtutum etprudentiae in ratione veri, ut in Ethicis et in tota Prima Secundae videripotest. Et ita bene potest aldquis esse insignis philosophus ethicus ettheologus et imprudens peccator."

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  • NOTAS

    dad entre la lgica y la ciencia moral en cuanto incluye la pru-dencia.

    La segunda parte del texto transcrito, que es la que msnos interesa, ofrece mayores dificultades. Es el clebre prrafode la lgica de Juan de Santo Toms sobre el que se ha discu-tido tanto. Para los efectos de la disparidad entre la lgica' yla ciencia moral esta parte del texto no es ciertamente muy ex-plcita, como ver el lector que la relea atentamente. Que setos dice en ella ? Pretende afirmar que la ciencia moral, consi-derada con exclusin de la prudencia, es puramente especula-tiva, y que por eso no tiene razn el adversario al buscar enella una paridad que demuestre el presunto carcter prcticode la lgica?

    Sin duda es esto lo que quiere decir nuestro autor, y ello haproducido extraeza. Porque la ciencia moral, aun cuando semira con exclusin de la prudencia, es considerada por la mayorparte de los tomistas como ciencia prctica, y si hay autores queotorgan tambin este carcter a la lgica, nada parece msnatural que buscar una paridad con aqulla. Pero la cienciamoral, nos dice Juan de Santo Toms, considerada sin la pru-dencia, es especulativa; luego no tiene sentido siquiera, la obje-cin reproducida arriba y que apoya el pretendido' carcter prc-tico de la lgica en su paridad con la presunta naturaleza prc-tica de la tica, ciencia que en realidad es especulativa. Y stees el punto que ha llamado ms la atencin de los autores. Tantoms cuanto que Juan de Santo Toms ensea con todo rigor lamisma doctrina en otra parte de su Lgica: "Si se toma la cien-cia moral en sentido prctico, se confunde con la prudencia, yas no forma parte de los hbitos especulativos, sino de los prc-ticos... Pero si se toma en un sentido especulativo, entendiendopor ella la ciencia tica que trata de la naturaleza de las virtu-des, entonces forma parte de la filosofa [natural], porque sta,que trata del alma racional, debe tratar tambin de sus actosmorales" (4).

    (4) Juan de Santo Toms, op. di., Lgica, II. P., q. 27, a. 1. Ed. Rei-ser, t. I, p. 826, b, 44: "Scientia autem moralis sd sumatur practice, estdem quod prudentia, et sic non pertinet ad habitus speculativos, sedprcticos, de quibus non agimus in praesenti. Si vero sumatur specula-tive pro scientia etlica, quae tractat de natura virtutum, sic pertinet ad

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  • O'lNIN UE MARITAIN.

    Maritain, para quien a ciencia moral es, como l dice, especu-lativamente- prctica, no queriendo apartarse de Juan de SantoToms, pretende, segn dije arriba, que nuestro autor conservaa ese saber su carcter prctico, de acuerdo con las enseanzasde Aristteles y el Doctor Anglico. He aqu unas palabrassuyas: "Importa recordar, sin embargo, para no encontrar unaocasin de error en el texto de Juan de Santo Toms que aca-bamos de citar, y no imaginarse la filosofa moral como unaciencia pura y simplemente especulativa, una metafsica o unapsicologa de las virtudes, que si la filosofa prctica, como SantoToms no cesa de ensear, se distingue esencialmente de lafilosofa especulativa, es porque desde su origen se encuentravuelta hacia la operacin (cf. Aristteles, lit-h., II, 2; Santo To-ms, in Elhic, lib. I, lect. 1 y 2; in Metaph., lib. II, lect. 2), yconsidera lo operable en tanto que operable, de tal suerte que larazn formal bajo la cual alcanza su objeto, la obra cientficaa la cual est ordenada, la luz espiritual que la anima y dirige,son distintas de las ciencias especulativas. Se distingue as deestas ltimas "ex ipso intrnseco ordine ad objecta, ex quo unanoitia habet respicere tantum veritatem secundum se in abs-tracto, altera secundum ea, quac requiruntur ut ponantur inexercitio existenliae" (Juan de Santo Toms, Curs. Thcol., I P.q. 1, disp. 2, a. 10, n. 5) (5).

    OPININ DE IVKS SIMN Y DK LEX THIRY.

    La interpretacin de Maritain, que procura colocar el textoque nos ocupa dentro de la corriente comn del tomismo, noes admitida por Ivs Simn ni por Len Thiry. listos autoresinterpretan el clebre texto diciendo que Juan de Santo Tomsasigna a la ciencia moral un carcter puramente especulativo, y

    l-'hilosophiam ct est pars ulitis, quia cum agat de anima intellectiva,consequenter de moralibus actibus eius debet tractare."

    (5) Maritain: Distingues pour unir ou es degrs du savoir'2, An-nexe VII, p. 881.

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  • rompe en este punto con la opinin comn de ios tomistas, sien-do vanas las componendas de Mariain para mostrar lo con-trario. He aqu las palabras de Ivs Simn: "Enteramente deacuerdo con Maritain sobre el fondo de la cuestin, nosotros nointerpretamos del todo como l los textos de la Lgica de Juande Santo Toms. Maritain parece admitir no sin cierta, vaci-lacin que en la mente de Juan de Santo Toms la filosofamoral conservara el carcter esencialmente prctico que poseesin duda en Aristteles y Santo Tornas. Nosotros creemos, porel contrario, que Juan de Santo Toms, sin equvoco posible,atribuye a la losofa moral un carcter cientfico enteramenteespeculativo..." (6).

    Y he aqu las palabras de Len Thiry: "Segn SantiagoMaritain, la losofa moral es una ciencia especulativamenteprctica, esto es, una ciencia que versa de modo especulativo oexplicativo sobre un objeto operable en tanto que operable. Lue-go no es la opinin de Juan de Santo Toms, quien entiende quela filosofa moral es ciencia pura y simplemente especulativa,esto es, ciencia que versa sobre un objeto operable no en tantoque operable" (7).

    Estas razones parecen cobrar fuerzas cuando consideramosel texto en cuestin dentro de su contexto (cosa que, dicho seade paso, estos autores no hacen). En su primera parte se admi-te que para un adversario que sostiene el carcter prctico de lalgica la .paridad con la ciencia moral es posible, pues sta,considerada en cuanto incluye la prudencia, es prctica. Es me-nester mostrar entonces que uno de los supuestos del adversa-rio es errneo, a saber, el que afirma que la lgica es prctica.Y as lo muestra. En la segunda parte, considerando la cienciamoral con exclusin de la prudencia, Juan de Santo Toms mues-tra que el error del adversario es an maj*or; pues entoncesste 110 slo supone que la lgica es prctica, sino que tambinlo es la ciencia moral, y no acierta en ninguno de ios dos supues-tos, ya que las dos ciencias comparadas son especulativas. Elcontexto da, por tanto, la razn a quienes, corno Ivs Simn y

    (6) Ivs Simn: Critique de la connaissance mora'r, n. 20, nota, p. yo.(7) Leo Thiry: SpecuJatiuuin-pracicUn scatnduin Sanchim Tho~

    mam-, Roma, 1939, c. ITT, 2, p. 62-63.

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  • NOTAS

    Len Thiry, ven en la opinin de Juan de Santo Toms acercadel carcter especulativo de la ciencia moral una sentencia dis-crepante con la de Maritain y la mayora de los tomistas.

    La mayora., pero no todos.

    SNCHEZ SEDEO, PRECURSOR DE JUAX DE SAXTO TOMS.

    Mi aportacin intenta mostrar que Juan de Santo Toms noestuvo solo entre los aristotlicos; es ms, que elabor su doc-trina a la luz de un libro determinado, cuya exhumacin es deextraordinaria importancia para el esclarecimiento del tema.

    El libro de que hablo es la Lgica magna de Juan SnchezSedeo (8). Juan de Santo Toms cita reiteradamente la obrade Snchez: cinco veces aparece este nombre en el Curso filo-sfico tomstico (g). Y es de notar que Snchez trata del temaespecialmente y con detenimiento, y no a propsito de otra cosa,como iba a hacer despus el Maestro de Alcal.

    Tratando la cuestin "si las ciencias morales son prcticaso especulativas", Snchez divide su tesis en dos partes:

    Primera conclusin: "La filosofa moral es especulativa yno es prctica" (10).

    Segunda conclusin: "Al conocimiento especulativo, que esel fin de esta ciencia, sigue a veces una operacin virtuosa, ypor una razn ms fuerte que al conocimiento del alma racional[esto es, de la Psicologa], y as la operacin recta est vincu-lada ms estrechamente con esta ciencia especulativa que conlas restantes" (u) .

    Las dos conclusiones son netas, decisivas, tajantes. "Que yosepa deca el escolstico Juan E.a de Benedictis todos opi-nan que la filosofa moral es ciencia simplemente prctica."(Phsophia peripattica, t. T, quaest. prooem., cap. IV, 2.)Todos? La tesis de Juan de Santo Toms ha podido dar lugara dudas; pero la de su antecesor Snchez Sedeo es terminante.

    (3) Juan Snchez Sedeo, O. V.: Lgica magna, Salamanca, 1600.(9) Vase el Index personaruin de. la esplndida edicin de Reiser.(10) Juan Snchez Sedeo, op. cil., lih. I, quaest. prooem., quaest. XIV,

    P- 83.(i 1) Ibidem, p. 84-85.

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  • KOTAS

    Para demostrar la primera conclusin aduce en su apoyotestimonios de Aristteles, San Jernimo y Santo Toms, ydespus esgrime acerados razonamientos. En ellos hace ver queel objeto de la filosofa moral, la naturaleza de las virtudes, delfin ltimo, del acto voluntario, etc., son tratados en ella con elmismo estilo, con el mismo aire de familia con que las demsdisciplinas filosficas tratan de sus respectivos objetos. Hujus-modi demonstraliones sunl ciusdem rationis cum alus.

    El fin de la ciencia moral - -dice Snchez es el teorizarsobre la verdad, no el obrar. Luego es ciencia teortica, ya quela operacin virtuosa no emana de la ciencia moral, sino de lasvirtudes. Un filsofo que conozca a la perfeccin el fin ltimode la vida humana y la naturaleza de las virtudes puede ser ensu conducta personal un descarriado y carecer de todas. Otroargumento: el fin de las virtudes es la operacin buena; luegoste no puede ser el fin de la filosofa moral, ya que es imposi-ble que el mismo objeto formal sea enfocado por dos hbitosdistintos en especie, como lo son las virtudes, por un lado, y laciencia moral, por el otro.

    La segunda conclusin viene a llenar una laguna de la pri-mera. Pues el lector podra decir, como Maritain cuando tra-taba de explicar a Juan de Santo Toms de acuerdo con supropia concepcin de la Etica: en qu se diferenciara enton-ces esta filosofa moral especulativa de una metafsica o unapsicologa de las virtudes? Y hay que reconocer que tal obje-cin tiene abolengo. Ya Santo Toms deca que algunos cono-cimientos puramente especulativos, como los de la Psicologa,logran resonancias prcticas en nuestra conducta, porque puedenser ocasin remota, pero ocasin al fin y al cabo, de poner o noponer esta o aquella operacin (12). As, por ejemplo, el cono-cimiento de que el alma es inmortal puede dar lugar a unaaccin que de otra manera no sera ejecutada. Y as, tambin,diramos hoy, la conducta poltica de un comunista se puedebasar en su negacin de la inmortalidad del alma.

    La segunda conclusin de Snchez Sedeo viene a llenaresta laguna en los partidarios de la "ciencia moral especulativa",

    (12) De Vertate, 14, 4.

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  • NO"; AS

    y ello sin hacer dejacin de la inconfundible postura tornadaen a primera parle de la tesis. El fin de la ciencia moral no esla operacin, sino el conocimiento puro; mas a veces (no siempreni necesariamente, sino aliquando) a este conocimiento puro lesigue una obra virtuosa enlazada a este conocimiento puro poruna razn ms fuerte (poiiori raiione) que. la que le enlazaraal conocimiento que suministra la Psicologa acerca de la natu-raleza del alma. Y por eso la obra o accin humana tiene msque ver con esta ciencia especulativa que es la moral que con lasrestantes ciencias teorticas.

    .1 -a razn est en que, segi'm el antiguo pensamiento, la virtudes tan bella que si la visemos con los ojos de la cara nos infla-mara en amor suyo. He aqu un aliciente para obrar bien quefalta en las dems ciencias tericas. Pero que no basta, por otraparte, para decir que. la tica es ciencia prctica.

    La obra de la virlud se enlaza con la ciencia de la. virtud, nocomo fin pues ya dijimos que esta ciencia no tiene como finel obrar, sino el conocer puro, sino corno efecto per accidens,que a veces parece propiedad necesaria por la gran conexinque existe entre la obra virtuosa y el conocimiento cientficode la virtud suministrado por la tica o filosofa moral; conexinmayor que la existente entre el conocimiento de la Psicologa,o los conocimientos de otra ciencia terica cualquiera, y la accinque de estos conocimientos pudiera derivarse.

    Lo ms notable de observar en Snchez es que esta posicin,que para muchos sera "disidente" dentro del aristotelismo, espresentada como inclume a los ataques de ste. Ello se veclaro en las respuestas a las objeciones que l se pone, tomadasdel mismo Aristteles y Santo Toms de Aquino. .Snchez pre-tende soltarlas desde su propia posicin, pretendiendo seguir fielal viejo Estagirita y al Doctor Anglico.

    Viene en primer lugar, entre las respuestas a los argumentosde autoridad (ad arg.j, una contestacin al ms clebre delos pasajes de la Etica a Nicmaco referentes a la practicidadde. la filosofa moral: aquel en que Aristteles niega al jovenidoneidad para ser oyente aprovechado en las escuelas de filo-sofa moral, por su inclinacin a seguir las pasiones, que haranvano e intil el estudio de esta ciencia, "cuyo fin no es el cono-

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  • cimiento, sino la accin" (13). Un pensamiento que hizo rodarShakespeare por los escenarios en Trolla y Crcsida:

    Young men, whom Aristotle thougitUifit to hear moral phosophy.

    Ni poda faltar un texto donde Santo Toms afirmase queesta ciencia procede compositivamente, aplicando principios uni-versales a los casos particulares, para de aqu objetarse a smismo que es prctica (14). O aquel donde dice al Anglico, enapretado comentario a Aristteles, que la poltica (en su acep-cin de filosofa moral) es la ms noble de todas las ciencias, loque debe entenderse como dicho de las ciencias prcticas, puesla ms noble de las tericas es la Metafsica (15).

    Estos y otros textos que dicen en el fondo lo mismo son.'nerpretados por Snchez diciendo que siempre que estos maes-tros se refieren a la obra, operacin, accin o praxis corno finde la filosofa moral, piensan en la obra como fin secundario yaccidental de esta ciencia, porque el fin primario y esencial d?.ella es la especulacin pura. Y cuando habla Santo Toms delcarcter compositivo de esta ciencia no se refiere en realidada ella, sino a la prudencia. Parejamente, la primaca y noblezade la poltica como ciencia prctica no se refiere a la filosofamor ai, sino otra vez a la prudencia, entre cuyas especies ocupala poltica el ms noble lugar.

    .Es decir, que Snchez da dos razones hermenuticas parainterpretar a Aristteles y Santo Toms: 1) que la accin a quese refieren sus textos no es fin primario, sino secundario y acci-dental de la Etica, y 2) que la Etica de que se habla en los textoses la prudencia.

    Esta ltima razn est estrechamente vinculada con la pri-mera. Decir que la accin no es fin primario, sino secundario yaccidental de la Etica, es como afirmar que cuando tal accin

    (13) Eihica Nicomachea, lib. I, 3, ,1095, a 4 : "E-a 3s xoiz r,.h,i'-v zo-l'

  • SOTAS

    existe ya no es fruto de la Etica misma, sino de una virtud inte-lectual prctica que slo puede ser la prudencia.

    Sin duda Juan de Santo Toms, lector de Snchez Sedeo,medit eri la tesis que ahora exhumamos nosotros, y expresla misma verdad que ella encierra., pero con una frmula insu-perable : Ethica includens aut non includens pnulentiam.

    Dos siglos y medio despus, un autor de extraordinario influ-jo en la depuracin y restauracin del tomismo contemporneo,el filsofo luxemburgus Jos Agustn Gredt, reproducira ensus conocidos Elementa philosophiae aristotlico - thotmshcae(I7, 103) la misma frmula que Juan de Santo Toms haba es-tampado en su Cursus Philosophicus Thomisticus, adhirindoseas plenamente a la tesis de la teoricidad de la Etica.

    CONSIDERACIN FINAL.

    En mi opinin, si concedemos que la Etica es una cienciaen sentido estricto y riguroso y lo concedemos--, no podemoshacerlo sin reconocer la razn que anima a los partidarios delcarcter juramente especulativo de esta ciencia.

    La ciencia, toda ciencia rigurosa, es puramente especulativa.De las cinco virtudes intelectuales que enumera Aristteles, slodos (adems de la sindresis, que es aportacin posterior) sonhbitos prcticos: el arte y la prudencia (16). La ciencia es desuyo -especulativa y explicativa. No puede hablarse de cienciaprctica ms que en sentido lato y analgico (17). As, el arte sepuede llamar scienia factiva, y la prudencia, scientia activa. Sia los partidarios de esta opinin, que no aade una virtud ms alas cinco de Aristteles, se les acusara de antiaristotelismo por ne-garse a inventar un gnero de ciencia estricta y puramentehumana que fuese un hbito prctico, podran, apoyados en ladivisin tradicional de las virtudes intelectuales, decir con Juande Santo Toms que no hay inconveniente alguno en afirmarque una ciencia prctica que sea propiamente ciencia, y no arteo prudencia, es inexistente. eque est inconveniens, quod non

    (16) Ethica, Xicomachea, lib. VI, 3, 1139, b 15.(17) Gredt, op. cit., ed. 7, I, n. 227.

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  • XOTAS

    detur scieniia practica, si vcre et proprie scientia est, quia scien-tia procedit resolvendo et definiendo, practica movendo et com-ponenda (i 8).

    Y, desde luego, no basta para conservar el carcter especu-lativo de un habitus el decir que su modo lo es, aunque no losea su objeto y su fin. Esta observacin alcanza a los que, Conpalabra moderna, llaman a la Etica ciencia normativa, entendien-do i>or esto algo muy parecido a lo que los escolsticos llamanciencia terica por el modo y prctica por el objeto, aunque nolo formulen tan concisamente. Pero este tipo fie saber, consi-derado con rigor, es una de las dos e-osas: o terico o prctico,.porque ningn hbito natural y puramente humano puede ad-mitir la hibridacin de ambas formalidades.

    Por eso nos parece insuficiente la argumentacin de IvsSimn cuando se esfuerza en sostener contra Juan de SantoToms, a quien por lo dems admira tanto, que la ciencia moralno slo debe definir esencias y finalidades, sino cargarse de fuer-za motriz para lograr mover la voluntad y hacernos practicarlo que ensea. No creo que esta mocin moral sea esencial a laEtica, como lo es, en cambio, a la sindresis y, sobre todo, a laprudencia, que aplica eficazmente al caso contingente la ley-moral, y que supone el apetito rectificado ya por las virtudesmorales: justicia, fortaleza y templanza. En la ciencia moralno hay nada parecido. Nec utitur principiis practicis :aut modo*practico, id cst, ut moventibus et inclinantibus affective, decaJuan de Santo Toms en el clebre texto comentado, refirindo-se, claro est, a la ciencia moral sola, sin incluir la prudencia.

    Queda por recordar los argumentos de autoridad basados enAristteles y Santo Toms, en los que se afirma que la Etica,tiene como fin la praxis. Es posible conciliar tal doctrina cor.la concepcin defendida por Snchez, Juan de Santo Toma:.-,y Gredt?

    En mi opinin no resulta imposible. Ya hemos examinado^algunas de las respuestas de Snchez y el fecundo contenidoque para el caso ofrece la frmula de Juan de Santo Toms yde Gredt. En la mente de estos autores los textos aludidos no

    (18) Juan de Santo Toms, op. cit.. Lgica, II F., q. I, a. 4, ed. Rei-ser, p. 277, a 30.

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  • se refieren a la Etica o filosofa moral sola, con exclusin deotro hbito. Esto deriva de la misma concepcin de la cienciaque tienen el lstagirita y el Anglico: es plenamente aristotlico.La ciencia versa sobre lo universal y necesario (19), mientra:-,que nuestra praxis es singular y contingente. Luego si Arist-teles y Santo Toms dicen que la ciencia moral tiene corno mla praxis, uno y otro no piensan ya en la ciencia moral sola, sinoincluyendo la prudencia, que es la nica virtud intelectual quepuede producir la praxis en cuestin. Lo cual no quita, paraque esta accin emanada de la prudencia v virtudes morales IIcontradiga, sino que verifique y otorgue vivsima realidad a lasverdades universales y necesarias de la ciencia moral.

    Se podrn aceptar o no las enseanzas de Juan de SantoToms sobre la ndole epistemolgica de la ciencia moral, pero110 puede negrmeles ni relieve ni lucidez. Y en estos rudos mo-mentos de la historia del orbe, en que nos toca celebrar el cen-tenario del gran tomista, sus enseanzas sobre la teoricidad dela Etica parecen cobrar todava mayor realce, como dicindonosque a pesar de la marcha desordenada del mundo, y con inde-pendencia del curso temporal de los hechos, queda siempre unremanso de ciencia pura en cuyo cielo se mantiene intangible laverdad sobre el destino del hombre.

    LEOPOLDO EULOGIO PALACIOS.

    (19) Aristteles: Anatytica posteriora, I, 33, 88, b 30.

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