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Katherina y Las Dulces Tinieblas

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Todos deseamos empezar de nuevo, todos quisiéramos una oportunidad mas. Pues Katherina la obtuvo, pero primero tuvo que demostrar que tenía la fuerza para sobrevivir. Katherina se enfrentara a una enemiga tan desconocida como rapaz, al dolor, a la tortura y encarará su pasado, hará todo lo necesario para poder rescatar a su amor y rescatarse a si misma. Katherina y las dulces tinieblas, es la historia que todos quisiéramos vivir.

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  • Katherina y las dulces tinieblas

    Pamela Catalina Ceniceros Ibarra

  • Correctoras: Mafer Portilla y Gissele Garca

    Diseadora de formato digital: Beatriz Latorre

    Diseadora de portada: Jackie Meja 2015 Copyright

    2015 Pamela Catalina Ceniceros Ibarra

    Todos los derechos reservados

    Registro safecreative: 1503083418858 Editorial Letters and letters

  • Para mi madre que fue mi primera lectora y para mi hijo Antonio,

    ellos que siempre sern mis Estrellas Cero,

    una en el cielo y otro a mi lado.

    Para las chicas de la torre,

    que siempre miraran al cielo en busca de consuelo.

    Para mi hermano Adrin,

    gracias por el apoyo incondicional.

    Y para todas las Katherinas,

    para ellas que luchan por re ordenar su realidad.

  • ndice:

    Captulo 1 _________________________ 5 Captulo 2 _________________________ 8 Captulo 3 ________________________13 Captulo 4 ________________________17 Captulo 5 ________________________22 Captulo 6 ________________________31 Sobre la autora ____________________40

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

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    Captulo 1

    no deberas estar aqu, cosas malas les pasan a las personas que llegan aqu

    sin que sea necesario. Deja que te cuente acerca de una mujer: su nombre era

    Katherina.

    Que se puede decir de la pobre Katherina, su vida ms miserable no poda ser. De

    joven pens que su mgica belleza le pondra el mundo a sus pies, pero su belleza fue

    devorada por hombres que solo la usaron como accesorio. La pobre Katherina termin

    pobre, con un marido que no amaba, un hijo que le haba robado la vida, cuidando a su

    madre enferma y a su anciana abuela. Su vida era una desgracia, sueos rotos y

    esperanzas en la basura era lo que la rodeaba.

    Una noche terminando de lavar la ropa de la familia, Katherina estaba en el patio

    de atrs de su casa en medio de los tendedores cuando una extraa cancin se oy a lo

    lejos. Alcanzo a entender una sola frase: Tomarnos de las manos no es suficiente.

    Ojala alguien me tomara de la mano y me llevara lejos de aqu pens en voz alta.

    Entonces, con una taza de caf en la mano, su esposo sali a vigilarla.

    Con quin hablas?

    Conmigo misma.

    Te volvers loca, Thina! exclam.

    Deja de llamarme as, no creo que sea tan difcil pronunciar mi nombre completo, o s?

    Termina rpido, quieres? Queremos cenar.

    El esposo de Katherina entr dando un portazo y dejndola sola de nuevo inmersa

    T

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    en sus anhelos que jams convertira en realidades. Entonces Katherina, sintindose

    ms miserable de lo normal, mir al cielo en busca de un segundo de disociacin

    cuando algo le llamo la atencin: dos estrellas ms grandes y brillantes que las dems.

    Katherina cerr los ojos, dejo caer la ropa al suelo y comenz a dar vueltas como lo

    hara una nia pequea. Despus de varios segundos de girar en el mismo lugar sonri

    y abri los ojos, mas ya no estaba en el patio de su casa; estaba en un lugar oscuro, no

    poda ver ms all de su mano pues todo era tinieblas y sin saber cmo se haba

    perdido, comenz a sentir miedo. De repente, a lo lejos, vio una pequea flama que se

    acercaba despacio.

    La llama provena de una pequea tea que portaba un hombre de ropas negras y

    endemoniados ojos verdes que resplandecan con el fulgor del fuego que portaba.

    Katherina no supo porque, pero se sinti un poco menos temerosa y ms curiosa acerca

    de este hombre y del lugar donde estaba.

    Qu haces aqu?

    No lo s.

    El hombre con la tea en la mano se le acerc un poco ms para examinarla con la

    vista y despus de dar una par de vueltas alrededor de Katherina le dijo, asombrado.

    Ests viva.

    Creo que s.

    Si lo que vivo se le puede llamar vida, pens, mas no dijo nada ms.

    Este no es lugar para vivos. Ven conmigo.

    Espera, dnde estoy? Quin eres t?

    Mi nombre es Romn. Soy un guardin de sombras. Ahora, ven conmigo, si nos quedamos aqu tu calor atraer a otros guardianes y quiz ellos no se compadezcan de

    ti.

    Pero yo no vine aqu a propsito.

    Lo s, nadie llega aqu a propsito. Ahora debes volver a tu plano.

    Romn con la flama de su tea abri un portal, una especie de hoyo en el aire

    marcado con fuego violeta. Del otro lado de este, estaba el patio trasero de la casa de

    Katherina. Ella vio a aquel extrao ser y despus mir ese agujero que la devolvera a

    su realidad. No saba que era peor, un sitio de tinieblas y peligros o la miseria

    emocional en la que viva da a da, pero aun as cruzo hacia el otro lado del portal.

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    Mi nombre es Katherina, te volver a ver?

    Katherina Qu bello nombre.

    El portal comenz a cerrarse despacio, llevndose aquel misterioso guardin de las

    sombras, que por un momento la hizo olvidad su infortunio, pero antes de que se

    cerrara por completo, Katherina le pregunt de nuevo.

    Te volver a ver, Romn?

    Todo puede suceder, Katherina, todo.

    El agujero en el aire, as como se abri, se cerr y Katherina regreso a su desabrida

    rutina; pero cada noche, miraba a las estrellas en busca de esas dos que brillaban con

    extraa intensidad.

    Cerca de 5 aos despus, Katherina an no olvidaba lo ocurrido. Ella jams le cont

    nada a nadie. Una noche, siguiendo la misma rutina de siempre, Katherina sali a

    alimentar a sus cachorros. De repente, escuch la misma cancin que haba odo

    aquella noche y de inmediato, sabiendo de quien se trataba, dijo en un susurro:

    Romn.

    Katherina Al escuchar su nombre reconoci al instante la voz que lo haba pronunciado. Las sombras te reclaman.

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

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    Captulo 2

    ntes de esa noche Katherina solo pensaba que se sentira salir de ese agujero

    donde estaba. Todas las noches le rogaba a todos los dioses que le dieran la fuerza de

    escapar, pero al final vea como el amanecer llegaba y ella se encontraba donde mismo.

    Quiz la pobre Katherina pensaba que esa carga era su penitencia, da a da mientras

    atareada cumpla con sus labores recordaba a todos aquellos hombres que con regalos

    caros y costosas joyas le prometieron mostrarle el mundo pero que al final solo la

    usaban y la desechaban. Ahora cada noche antes de dormir y mientras cumpla con

    sus obligaciones maritales, a Katherina se le escapaba una amarga lagrima aorando

    toda esa libertad que le haba sido negada.

    Al momento que escucho la voz de Romn, no pudo evitar alegrase y correr a los

    brazos de aquel extrao.

    Por favor dime que me llevars contigo dijo llorando de alegra y aferrada a su cuello. Romn al principio se mostr tenso, porque jams haba experimentado esa

    clase de contacto. Se sinti extrao e incluso un poco asustado, pero al sentir el calor

    de esa mujer, poco a poco se someti al abrazo y lo correspondi. Inhalo el aroma de los

    cabellos de Katherina, poda casi oler el sol en ellos. Pero no deba distraerse por

    mucho tiempo, Romn tena rdenes que cumplir.

    Ahora pienso, por qu el calor de los vivos nos atrae tanto? Por qu ese calor nos

    llama como a un insecto lo llama la flama, si al igual que el insecto sabemos que ese

    calor no nos llevara a otras cosas ms que a extincin? Creo que en lo personal prefiero

    no saberlo.

    Perdn que a veces divague, deja que contine contndote acerca de lo que paso con

    Romn.

    Katherina, debes de acompaarme.

    Claro que ir contigo, no me importa a donde, solo scame de aqu.

    A

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    No entiendes dijo Romn soltndose del abrazo y alejndola un poco de l, las sombras te reclaman. Incursionaste en un plano que no te corresponda y has

    regresado, ambos hemos alterado el equilibrio de las sombras Entonces Romn saco del bolso de su saco, una pisca de un polvo brillante y negro, puso el polvo en la palma

    de su mano y lo soplo en la cara de Katherina. Al instante la mujer cay en un sueo

    profundo. Romn la atrapo en sus brazos para que no callera al suelo, mientras la

    observaba detenidamente y a su antojo. Vio la mgica belleza de la pobre Katherina,

    quito el cabello de su rostro y a pesar de las pocas arrugan que ya se hacan notar

    alrededor de sus ojos, Romn se dio cuenta de que jams haba visto algo tan hermoso.

    Por qu los vivos deben marchitarse? Por qu tu belleza me hipnotiza? Por qu, Katherina?

    Romn despert de su letargo, estiro su brazo y de su mano empez a salir un poco

    de humo negro que se condenso hasta formar la pequea tea que caracteriza a los

    guardianes de sombras. Sopl muy despacio sobre ella y esta se encendi con fuego

    violeta, haciendo lo mismo que haba hecho hace cinco aos atrs para regresar a

    Katherina a su plano. Dibujo en el aire un circulo con el fuego de su tea y regresaron

    juntos a las sombras, dejando atrs al esposo de Katherina, a su madre, a su hijo y

    sobre todo a la espantosa rutina que la someta y que ella tanto odiaba, aquella rutina

    que la mataba en vida y que da a da le quitaba toda ilusin dejndola seca por

    dentro.

    Cuando Katherina despert, se encontraba sobre el piso fro, de nuevo rodeada de

    nada.

    Romn? pregunt con cautela. Pero nadie le contesto. Alrededor de ella se empezaron a formar nubes gigantes y alargadas de humo negro. De estas salieron dos

    seres, demasiado altos, quiz unos tres metros de altura y con tnicas que los cubran

    de los pies a la cabeza. Katherina sinti miedo. Quiso gritar pero no pudo, estaba sin

    aliento por la impresin y se arrastraba alejndose de estos seres, pero un tercero

    apareci detrs de ella. Katherina trato de huir, pero a las sombras no les gusta que

    nadie escape de ellas y entre ms temes ms crecen en poder: si quieres alejarte se

    enfurecen. De repente, del suelo aparecieron una especia de grilletes pero hechos del

    mismo humo negro de lo cual est hecho todo aqu.

    Katherina! Has trasgredido a las sombras. Las sombras no queremos a los vivos, los vivos no pertenecen aqu!

    Pero yo no vine aqu con ninguna intencin, adems, eso fue hace cinco aos!

    Nia estpida! Le grit un guardin femenino conocida por el nombre de Rowan. El plano de los vivos se rige por tiempo y espacio! Acaso no has notado que aqu no hay espacio? Aqu el tiempo no existe! Aqu solo gobiernan las sombras y el

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    vaco!

    Pero es que tampoco s cmo llegue aqu esa vez, yo solo miraba al cielo y vi dos estrellas y

    Pero que locuras dices! Las estrellas solo son

    Y si eran las estrellas Cero? dijo pensativo el guardin que estaba de pie a lado de Katherina, ese guardin era un poco distinto a los otros dos, no era cruel y

    desalmado como Rowan y menos como el tercero que aparte de encargarse de las

    sentencias, castigos y ejecuciones, no hablaba, no tena ojos, boca, ni nombre.

    Las estrellas Cero? Por eones he buscado las estrellas Cero, es impensable que un saco de sangre como este las all encontrado con ms facilidad que yo contest Rowan, ofendida. Despus de un profundo suspiro y de lanzar una mirada de profundo

    desprecio a Katherina, continu. Szilard, no creo que estos sean temas a tratar delante de esta transgresora. Despacio Rowan levanto su brazo y al recorrerse su tnica una mano quedo al descubierto, una mano era igual a cualquier otra, solo que

    esta aparentaba estar cubierta de una especie de lquido viscoso negro, no era nada

    fuera de lo comn, los guardianes supremos as son, quiz porque ensucian sus manos

    con las penas y los pecados de los que llegan aqu, no lo s, siempre han sido as. La mujer se quedara aqu, el verdugo debe ir con Romn y yo no tolero verla ms. As con un movimiento de su ennegrecida mano, invoco a ms humo de sombra y este se

    condenso formando unos altsimos barrotes a su alrededor y a su vez desaparecieron

    los grilletes que la aprisionaban. Szilard, vmonos.

    S.

    La pobre Katherina s que quedo sola en la oscuridad, pero jams derramo ni una

    sola lagrima. Saba que su futuro era incierto, saba que podran hacer con ella lo que

    quisieran y que quiz jams volvera a ver a su familia, pero extraamente no le

    importaba mucho. Estaba viviendo la aventura de su vida. Claro que tena miedo, pero

    por nada del mundo dejara ir lo que estaba viviendo en ese momento.

    El calor y la excitacin que emita Katherina atrajeron la atencin de Szilard, as

    que no dudo y en cuanto se separ del verdugo y de Rowan regres a ver a la mujer

    viva.

    Cuando estuvo cerca de ella la estudi con la mirada, vio dentro de sus ojos y dentro

    de su corazn. Katherina senta como aquel ser escudriaba su alma y escarbaba en

    sus ms profundos recuerdos, pero no se neg ni intento oponer resistencia.

    Por qu no me ruegas que te libere?

    No lo s.

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

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    No temes por perder tu vida?

    Creo que hay cosas peores que morir.

    Y eso que sera? pregunt Szilard con retrica. T estas viva, se supone que lo peor que le pasa a los vivos es morir no?

    Quiz para algunos, pero para m el vivir sin un propsito o vivir llena de frustracin y deseos que jams se cumplirn es peor que morir. Tom aire y continu: Yo ya estaba muerta desde hace mucho, pero creo que ahora estoy volviendo a vivir.

    Szilard la mir. Esta mujer estaba viva, pero aun as no tena una razn para

    estarlo y le confunda que la situacin en la que ahora se encontraba la llenara y la

    satisficiera. Katherina se estaba convirtiendo en un misterio para Szilard, sin contar

    que se estaba ganando su simpata.

    Los que llegan aqu se lamentan por la vida que desperdiciaron y nos ruegan para que se las devolvamos, pero ya que son enviados aqu es imposible que regresen.

    Pero yo regres.

    As es, pero a diferencia de los dems que llegan aqu, t ests viva.

    Y los dems?

    Todos lo que terminan aqu estn muertos, nia.

    El rostro de Katherina empalideci.

    Esto es el infierno?

    No, el infierno no existe. Solo el vaco y la soledad, pero los que se lo merecen son torturados.

    Romn dnde est?

    Con el verdugo. Est siendo castigado. Katherina quera preguntarle ms acerca del castigo de Romn, pero Szilard la interrumpi. Cmo encontraste las estrellas Cero?

    Ni siquiera s que es eso Yo solo vi dos estrellas juntas, muy grandes y de brillo extrao, cerr mis ojos y al abrirlos estaba aqu.

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    Te creo, es imposible que alguien las encuentre. Creo que entre ms las busquen menos las encontraran, Rowan las ha buscado hasta el cansancio y t las encontraste con solo ver al cielo.

    Qu son las estrellas Cero?

    Son un portal. Son el origen de las constelaciones y de las dimensiones a su vez: todo naci ah, la luz y la sombra, todo empez en las estrellas Cero. Por un momento Katherina pens que si encontraba esas estrellas de nuevo podra regresar a

    su plano, tambin pens que le gustara llevarse a Romn con ella, pero, cmo lo

    lograra si estaba aprisionada?. Eso que piensas podra ser posible, para las estrellas Cero no hay lmites, pero Rowan Ella jams dejara libre a un guardin, menos a Romn. Eso sin decir que t la has ofendido ms que nadie, t encontraste lo que ella

    ms aora.

    Sin decir ms Szilard se disolvi en humo negro, dejndola con miles de preguntas,

    ahora lo que ms quera la pobre Katherina era volver a ver Romn.

    Katherina permaneci en su pequea prisin, pensando en cmo sera volver con

    Romn a su realidad. Empez a fantasear con el amor de este guardin, en como seria

    ver el amanecer a su lado, pero pronto despert de su sueo, record que ella ya tena

    un esposo y que si regresaba alguna vez, con o sin Romn, tendra que regresar a su

    miseria emocional.

    Despus de un rato Szilard regres. A un lado de la prisin de Katherina, hizo

    aparecer otra prisin idntica a la de ella y dentro se materializo la figura de Romn.

    Katherina se acerc lo ms que pudo hasta l y estirando su brazo por entre medio de

    los barrotes alcanzo la mano de Romn que tambin se estiraba hacia ella.

    Romn, ests bien? pregunt Katherina al verlo con un lquido azul casi negro escurrindole por la nariz y por la comisura de la boca.

    Estoy bien, el verdugo solo hizo su trabajo.

    El verdugo haba torturado a Romn, lo haba azotado y lo inundo con el dolor y la

    tristeza de las almas condenadas a la soledad casi al punto de la demencia, pero todo

    el dolor y la desolacin que le haba provocado el verdugo desaparecieron al ver en los

    clidos ojos de Katherina, esta mujer viva que lo cautivaba aun sin conocerla y que lo

    haca mentir sobre su deplorable estado tan solo para calmarla.

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    Captulo 3

    rdida estaba la pobre Katherina en los ojos de Romn. Qu extraos son los

    vivos! Todo para ellos es tan excitante y tan urgente, medir su vida en tiempo quiz les

    ha hecho dao. Esa pobre mujer no conoca nuestro plano, no saba que le deparaba

    estando con nosotros, ni siquiera saba que es lo que somos, pero pude ver en su

    semblante e interpretar sus acelerados latidos que se estaba enamorando de Romn.

    Cmo pudo enamorarse aqu, si nosotros solo somos oscuridad y desolacin?

    Perdname, de nuevo estoy divagando.

    Szilard solo los vea asombrado. Romn estaba mintiendo conforme a su deplorable

    estado, solo para no hacerla sentir mal y ella se estaba enamorando de l; esta clase de

    cosas no se ven aqu. Pero todo eso rpidamente se disolvera, ya que el guardin

    sinti la presencia de Rowan que se aproximaba.

    Szilard, qu hace Romn aqu?

    El verdugo termino con l y lo puse aqu para vigilarlos a ambos.

    Ahora la chica viva estaba haciendo mentir a Szilard tambin. Qu tena esa mujer

    que inspiraba a protegerla? Su latido? Su calor? Su inocencia? Su ignorancia? No lo

    s, pero hacia que Romn y Szilard tentaran al peligro.

    No necesitas vigilarlos, quiero decir, a dnde podran ir que no los encontremos? dijo Rowan con desprecio. Pero si eso te hace sentir ms tranquilo, haz lo que gustes. Ahora lo que quiero es llevarme al saco de sangre conmigo.

    Para qu la quieres? pregunt Szilard al ver que esta sonrea con malicia mientras miraba a la pobre Katherina.

    Quiero interrogarla.

    Pero, ella no sabe nada! grit Romn, a lo cual solo tuvo como respuesta la fra mirada de Rowan. Acto seguido, esta levanto su ennegrecida mano y Romn se empez

    P

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

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    a retorcer y a gruir. No quera darle a Rowan la satisfaccin de or su dolor. Se aferr

    a los barrotes de su prisin para contenerlo, pero su gesto distorsionado no ocultaba el

    sufrimiento, arqueaba su espalda y cuando no se pudo contener ms, el gruido se

    convirti en un alarido, un grit tan fuerte y doloroso que las tinieblas se

    estremecieron. Katherina extendi sus brazos hacia l; quera tomarlo en sus brazos y

    ayudarle con el dolor, pero no poda escapar de la prisin en la que estaba y que la

    separaba del torturado Romn. Las lgrimas de Katherina fluyeron incesantes cual

    cascadas de pena por su rostro y entonces volteo a donde estaba de pie Rowan aun con

    su mano aun extendida hacia su vctima y le rogo a gritos.

    No! Djalo en paz! Ir contigo, pero, por favor, deja de torturarlo!

    La carcajada de Rowan retumbo a nuestro alrededor, el sufrimiento de Katherina se

    estaba convirtiendo en placer para la cruel guardin.

    Claro que vendrs conmigo. Y tu Romn, ms vale que ordenes bien tus prioridades, eres un ser de sombras, no inviertas tus sentimientos en este saco de

    sangre.

    Rowan siempre haba dicho que los guardianes no tenemos sentimientos, pero su

    inters por Romn era ms que claro: ella lo quera a su lado. Pero Romn era un ser

    frio al cual solo le importaba mantener el equilibrio en las sombras igual que a todos:

    por lo menos as fue hasta que conoci a Katherina.

    Los barrotes de sombra que aprisionaban a Katherina se disolvieron. La pobre

    mujer al ver que estos ya no la aprisionaban trato de correr hacia donde estaba casi

    inconsciente Romn, pero en ese momento un manto hecho de las mismas tinieblas la

    cubri y la hizo desaparecer. Rowan camino unos pasos hasta la pequea prisin de

    Romn, puso una rodilla sobre el suelo para estar a su altura y lo acaricio con su negra

    mano.

    Romn, mi inocente Romn, nada de esto estara pasando si me sirvieras a m. Aun estas a tiempo. Se mo, se mi esclavo y liberare a tu dulce saco de huesos, te

    prometo que no le har nada.

    Sera muy estpido si te creyera.

    Rowan, furiosa, se incorpor llena de indignacin y curiosidad. Se senta de nuevo

    ofendida, ya que Romn siempre se negaba a ser su esclavo personal, pero ahora saba

    que se negaba por culpa de Katherina y esta era una razn ms para odiarla ahora.

    Rowan crea en su interior que la mujer viva sabia ms de lo que deca, que saba

    algo acerca de su otra obsesin: las estrellas Cero. Rowan a toda costa la hara

    confesar aquel secreto, un secreto inexistente, ya que Katherina solo era una vctima

    de su propio e infortunado destino.

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

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    Al parecer las torturas solo te han hecho ms insolente o quiz el verdugo no fue lo suficientemente firme contigo, quiz deba torturarte yo misma Pero primero, ir con esa chica viva que tanto te agrada.

    Djala en paz!

    No te preocupes, te la devolver.

    Djala en paz! grit Romn desesperado, pero Rowan ya haba desaparecido en las sombras, dejado solo el eco de su estentrea carcajada.

    Szilard, por favor que no la mate dijo con el poco aliento que le quedaba.

    Por qu te interesa tanto esa mujer viva? pregunt el guardin dando un par de pasos hacia la pequea prisin de Romn y sin comprender en lo ms mnimo el

    porqu de su suplica.

    Ella viene de un mundo donde hay luz, donde hay vida, donde los seres ren, suean y aman. Ella debe volver a donde pertenece.

    Y si ella se quisiera quedar?

    No se lo permitira, este lugar no es para vivos: aqu no hay calor, ni amor. Aqu solo hay egosmo y desolacin, ella debe volver.

    Y si pudieras volver con ella?

    Ambos guardaron silencio por un momento. Romn fantaseo con ese mundo lleno de

    luz de Katherina y Szilard que le tena infinita fe a las estrellas Cero y que las crea

    todo poderoso, pens que quiz ellas podran manipular las dimensiones, el espacio, la

    materia y el tiempo para que Romn pudiera salir de las tinieblas e irse con

    Katherina.

    Eso es imposible dijo por fin Romn despertando de sus fantasas y volviendo a la realidad que le perteneca vivir. Ve con ella y Rowan, no dejes que la mate, te lo ruego.

    Szilard desapareci en la oscuridad y se materializo en otra parte lejos de ah, en la

    zona que le perteneca a Rowan, el guardin desde una distancia prudente, escondido

    y sin irradiar mucha energa, vigilaba a la temible guardin, que caminaba alrededor

    de una silla donde tena atada a Katherina mientras esta luchaba por liberar sus

    manos. Szilar la miraba y pensaba en lo intil que era que aquella inocente mujer

    luchara, ya que solo el deseo de Rowan la podra liberar.

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

    16

    Ahora sucia mujer, dime la verdad, cmo hallaste las estrellas Cero?

    Ya le dije que yo no busqu nada, solo vi dos estrellas!

    No mientas!! La guardin levanto su negra mano y una soga invisible se marc en el cuello de Katherina, esta rpidamente se empez a quedar sin aire. Te duele, linda? Sabes, podra hacer esto toda la eternidad. La labor del verdugo me

    parece envidiable, ver sufrir as a los asquerosos entes es maravilloso y ahora me

    siento privilegiada dijo acercndose ms a Katherina hasta rozar con sus labios el odo de la aterrorizada mujer. Puedo torturarte todo el tiempo que quiera, y ests viva! Eso quiere decir que sientes ms, te quejas ms fuerte, gritas ms alto y si quiero

    te matar de la forma ms dolorosa que jams podras imaginarte, no es maravilloso?

    Yo no hice nada. Apenas alcanzo a articular Katherina, que senta como aquella soga invocada se apretaba despacio y cada vez ms.

    Solo dime dos cosas dijo Rowan que volva a caminar alrededor de la silla y que con solo sacudir un poco su mano haba liberado el cuello de Katherina, no por piedad,

    sino porque no quera que muriera aun, la mujer viva deba responder preguntas sin

    contar que deseaba torturarla ms, Dnde viste exactamente las estrellas Cero y por qu Romn est dispuesto a morir por ti?

    Las estrellas las vi desde el patio de mi casa, pero eso fue hace cinco aos y jams las volv a ver otra vez.

    No te creo! grit Rowan y Katherina sinti un dolor helado que le pulverizaba los huesos, sinti que la piel le era arrancada y que una mano le apretaba el corazn

    hasta reventarlo, mientras que Rowan se extasiaba oyendo los alaridos que eran

    arrancados de la garganta de la pobre mujer, despus el dolor se detuvo. Sabes que fue eso? Eso fue el sufrimiento y la pena de los que son mandados aqu, yo los puedo

    aliviar por un instante y ponerlo todo dentro de ti. Quieres ms? No te preocupes, no

    morirs, pero querrs estarlo si continuo as!

    Por qu me haces esto? pregunt ahogada en lgrimas la pobre Katherina. Yo no hice nada!

    Quiz no sepas en realidad el secreto de las estrellas Cero, pero me has robado a mi Romn, y eso es an peor!

    El dolor y sufrimiento de miles de millones de almas atormentadas en las tinieblas

    entraron de nuevo en el cuerpo vivo de Katherina y sus gritos inundaron la oscuridad,

    gritos que se mezclaban con las carcajadas triunfantes de Rowan.

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

    17

    Captulo 4

    zilard regres a donde Romn, con un sentimiento extrao en el pecho. El

    guardin haba visto por eternidades el sufrimiento de las almas, haba estado

    presente en las torturas efectuadas por el verdugo sin boca ni nombre, al caminar

    cerca de los lagos de almas perdidas muchas de ellas le haban rogado por el perdn y

    el jams haba sentido nada: le eran indiferentes todas esas penas y los gritos de

    splica. Pero esta vez, fue distinto. Katherina, sus clidas lgrimas, su palpitante

    corazn y su roja sangre le causaban pena.

    Romn, debes acceder a las exigencias de Rowan!

    No, no puedo.

    Por qu? Solo debes de pertenecerle.

    No lo s, pero algo me dice que mi destino no es estar con ella.

    Somos sombras, somos castigadores de almas. No tenemos destino, somos eternos, nunca nacimos y jams moriremos. No tenemos destino, comprndelo!

    S lo que soy, pero no puedo negar lo que siento.

    Tampoco deberamos de sentir dijo con calma el guardin que ahora estaba dudando de todo. En aquel lugar no haba lderes, pero si lo hubiera habido alguno, sin

    duda esa hubiera sido Rowan. Ella se encargaba de mantener todo en un orden

    inmutable y ella haba sido la que haba establecido todo lo que deban de ser los

    guardianes y lo que no deban de pensar. Acaso hasta los seres intangibles como

    nosotros podramos sentir compasin o simpata? Esta duda inquietaba a Szilard en

    gran manera y no le permita pensar con claridad. Pero Las estrellas

    Qu dices?

    Si encontramos las estrellas Cero, podremos reparar esto

    S

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

    18

    Esas estrellas son errantes e inestables, es un milagro que Katherina las haya encontrado. Adems, solo necesito mi tea y un segundo con ella, lo nico que quiero es

    que regrese a su plano y que deje de sufrir.

    Creo que con las estrellas podramos lograr ms que eso, adems, yo s que no solo deseas su regreso a su plano. Por el momento invoca a Rowan y acepta ser suyo, si

    no la seguir torturando por lo que resta de la eternidad.

    No.

    Quieres que su sufrir siga siendo la diversin de Rowan?

    No!

    Entonces, hazlo!!

    Y Szilard desapareci entre las sombras para que Romn pudiera decidir entre sus

    deseos utpicos de destino o sacar a Katherina de la pena y el dolor que Rowan le

    provocaba. Y sin pensarlo mucho Romn se levant del frio suelo, cerr sus ojos y al

    abrirlos de nuevo, sus pupilas eran completamente negras y con un extrao resplandor

    purpura. Abri su boca, formando una O perfecta, sus pulmones se contrajeron como

    su estuviera emitiendo un grit fuerte y largo, pero nada se escuchaba, a cambio de

    sonido solo sali de su boca un gran conjunto de moscas negras y zumbantes que se

    fueron volando hacia la oscuridad. Al terminar de salir todas esas moscas de su boca,

    Romn cay de rodillas de nuevo al suelo de su prisin y apoyado con las palmas de

    sus manos, respiraba agitado y daba arcadas a la vez que escupa ligeras cantidades

    de lquido negro y sus ojos volvan a ser los mismos verdes de siempre. Ahora que lo

    pienso jams se haba visto a un guardin con ojos verdes como los de Romn: quiz por eso Rowan lo deseaba tanto, quiz por eso su destino fue el que fue, quiz bueno, creo que en esa poca me volv un poco loco y por eso divago tanto.

    All donde an Rowan torturaba a Katherina y donde sus gritos partan el silencio

    en miles de pedazos, hasta all y en cuestin de segundos las moscas agrupadas

    llegaron y Rowan al verlas detuvo su labor y se alej un par de pasos de donde estaba

    administrando las torturas a su agotada presa. Las moscas comenzaron a girar

    alrededor de su cabeza a una velocidad innatural mientras que Rowan sonrea de una

    manera poco comn para ella, en sus labios se dibuj una sonrisa aterradoramente

    satisfactoria y acto seguido las moscas desaparecieron. Volteo a ver a Katherina y esta

    estaba casi desmayada, con la cabeza agachada, pareca como si esta colgara inerte de

    su cuello y Rowan se acerc de nuevo a ella y con sus negros dedos y con delicadeza

    levanto su rostro inclinndose un poco para ponerse a su altura.

    Sabes que fue eso? pregunt con calma parsimoniosa, pero Katherina no contesto, las lgrimas baaban su rostro, sangre roja y caliente escurra de su nariz y

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

    19

    su boca, la cual estaba abierta por el cansancio y el dolor. Eso fue un mensaje de Romn! l ha renunciado a ti y sinceramente no me importa l porque, lo nico que me

    interesa es que ser mo por el resto de la eternidad.

    Rowan solt el rostro de Katherina y este callo por su propio peso; debido al

    cansancio tardo unos segundos en asimilar la noticia que la guardin le acababa de

    dar, pero al entender que Romn la estaba abandonando, volteo a verla mientras que

    esta caminada alejndose de ella y cuando Rowan estaba por perderse en la oscuridad,

    Katherina alcanzo a juntar fuerzas y con un hilo de voz dijo.

    Eso no puede ser cierto.

    Por qu no? pregunt Rowan con un poco de molestia e indignacin, mientras se giraba de nuevo hacia la pobre mujer y despacio volva sobre sus pasos y la

    observaba con mirada amenazante cual serpiente vigilando a su presa. Porque te tom de la mano? Porque te ayudo a escapar de aqu la primera vez? Por eso crees

    que no pueda abandonarte as de fcil?! Y cuando estuvo de nuevo cerca de Katherina, le dio una sola y firme bofetada. Katherina sinti ms que el dolor, el

    repugnante tacto de su mano negra, esa mano viscosa que haba dejado un poco de

    aquello que la cubra sobre su rostro y a su vez hacia que la piel le quemara. Sin duda,

    el tacto de la guardin era como el fuego y el cido juntos. T no sabes nada, el lugar de Romn es a mi lado y aqu en las penumbras. No al lado de una saco de huesos y

    sangre, como t!

    Diciendo esto Rowan descargo una nueva dosis de dolor, pena y pnico sobre

    Katherina, pero esta vez la mujer cay en un profundo desmayo: su cuerpo vivo no lo

    toler. Al ver Rowan que el cuerpo de su vctima estaba lnguido y sin movimiento,

    hizo desaparecer las ataduras y el asiento donde estaba Katherina y esta cay al piso

    haciendo un ruido seco al golpear su cabeza en este.

    Katherina comenz a soar. Se vio vestida de blanco y plata, al tocar su cuerpo y

    ver sus manos se dio cuenta de que se estaba viendo como en su adolescencia, aquella

    poca en la que haba tomado tan malas decisiones. Se vio tambin descalza y al ver a

    su alrededor noto que se encontraba en un campo de flores silvestres. Cerca de ella

    estaba un estanque, sin pensarlo, se dirigi hasta l y al inclinarse para tomar un lirio

    de agua, todo a su alrededor desapareci; incluso el suelo bajo sus pies. De repente ya

    no estaba en ninguna parte, estaba flotando en el espacio, en el infinito espacio,

    rodeada de estrellas y constelaciones. De la nada comenz a escuchar cual susurros un

    par de voces de mujer que rezaban una salmodia interminable, una deca una frase y

    la otra la secundaba, al principio no la entenda, pero despus la percibi tan claro

    como si estuvieran dicindoselo al odo.

    Somos eternas. Somos Cero. Somos errantes. Somos la vida. Somos el principio. Somos el poder.

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    Somos Cero. Somos eternas. Somos la vida. Somos errantes. Somos el poder. Somos el principio.

    Despus de orlo muchsimas veces y sin tener a donde ir o como escapar de aquel

    rezo, Katherina se comenz a desesperar. Se cubri los odos con las manos, las

    apretaba fuerte contra su cabeza para dejar de or a las mujeres, pero no poda y ah

    flotando en el espacio contrajo su cuerpo hasta que sus rodillas quedaron pegadas a su

    pecho. Cuando ya no lo tolero ms, solt su cabeza y grit.

    Qu quieren de m?!

    Todo quedo en silencio total por un par de segundos y despus al unison las dos

    voces le respondieron.

    Nosotras no queremos nada, pero t quieres algo. Lo sabemos, solo una cosas has querido siempre.

    No s de qu hablan.

    Toma este brazalete Al momento Katherina sinti un calor intenso a la mitad de su brazo que por poco se converta en dolor y vio cmo se materializo un brazalete

    de plata y diamantes . Cuando en realidad quieras que volvamos, lo sabremos.

    Pero es que yo jams las llame

    Si lo has hecho, solo que no lo sabes.

    Permtanme ver sus rostros, quiero saber quines son.

    Entonces una fuerza similar a la gravedad, comenz a arrastras a Katherina lejos

    de donde estaba. Era la fuerza que ejerce la realidad sobre la persona que est

    soando, esa fuerza que te obliga a despertar y te succiona fuera de la fantasa.

    Nos veras cuando en realidad quieras que volvamos; nos veras por primera y ltima vez.

    Las voces que hablaban como si fueran una sola, poco a poco se fueron debilitando a

    medida que Katherina senta que estaba despertando.

    Escucho que a lo lejos alguien deca su nombre, senta que era jalada por dentro de

    un tnel a medida que oa su nombre con ms fuerza y ms claro.

    Katherina!! Despierta!

    Qu? Qu paso?

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

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    Te desmayaste. Tengo que sacarte de aqu y regresarte a tu plano.

    Era Szilard. El guardin pens que Rowan estara tan contenta por tener por fin lo

    que por mucho tiempo haba anhelado que si sacaba a Katherina de las sobras ella

    jams se dara cuenta o no le importara ya.

    No, no ir a ninguna parte! Tengo que ver a Romn!

    Ests loca o solo buscas la muerte?

    Ninguna de las dos cosas, adems Rowan dijo que mientras que este aqu no podra morir.

    No, pero sientes y sientes ms que cualquiera!

    El dolor no importa ya, necesito ver a Romn y si no me ayudas tendr que hacerlo sola.

    Szilard sonri al ver la decisin de las palabras de la mujer viva, sin decir que se

    sinti emocionado por lo que se avecinaba.

    Qu es eso?

    Qu cosa?

    Eso que traes en el brazo! dijo Szilard sealando el brazalete. Sorprendida, Katherina record todo lo que haba soado y toco con la yema de los dedos la joya: era

    real. Lo que las dos voces le dieron en el sueo lo haba llevado a la realidad si as se le puede llamar a esto y tambin record la salmodia que rezaban las voces y despacio y en voz baja ella misma sin darse cuenta ya la estaba repitiendo, como si

    hubiera quedado tatuada en su memoria.

    Somos eternas. Somos errantes. Somos el principio. Somos el poder. Somos la vida. Somos Cero. Szilard se qued perplejo al or eso que no pudo evitar preguntar

    asombrado.

    Qu ests diciendo? Dnde oste esto?

    En un sueo.

    No, eso es imposible!

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

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    Captulo 5

    pidamente Szilard le explico que en este plano nadie duerme, nadie descansa,

    nadie suea, as que lo que vio tuvo que haber sido real.

    No, lo que vi fue un sueo! respondi Katherina convencida. Me vi en un campo, despus en el centro del universo, tuvo que haber sido un sueo!! Aqu todo es

    frio, desolacin y penumbras.

    Cmo sabes que donde estuviste era el centro del universo?

    Katherina call por varios segundos y es que en realidad, ella como podra saber

    eso?

    No lo s solo siento como si ah hubiera sido.

    Estuviste en ese campo, estuviste en el centro del universo, en donde nacen las constelaciones estuviste en presencia de las estrellas Cero! Ellas te dieron eso! dijo apuntando al brazalete con su mano tan negra como la de Rowan. Te han dado una mnima parte de ellas. Entonces Katherina tuvo un poco de miedo y trato de quitarse el brazalete, pero no lo logro. Ni siquiera te esfuerces, ellas te lo dieron, ellas te lo quitarn. Szilard guardo silencio mientras pensaba que todo lo que aconteca a su alrededor era tan excitante como inaudito y de repente se vio diciendo

    en voz alta. Una mujer viva en el plano de las sombras ya es inquietante, ahora que una mujer viva cualquiera reciba los favores de las estrellas Cero es mucho ms

    inquietante.

    Pero qu es esto? pregunt Katherina tocando aun el extrao y resplandeciente brazalete.

    Es todo o puede ser nada. Puede ser un arma de luz, puede ser tu salvacin si eres muy lista o tu muerte verdadera si eres muy torpe.

    Lo puedo usar para salvar a Romn?

    R

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

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    No, Romn pertenece a las sombras, aunque nunca ha sido como nosotros: el pertenece aqu, adems que ahora Rowan tiene todo el poder sobre l.

    Por lo mismo debo liberarlo, debo

    Qu? Interrumpi el guardin. Llevarlo contigo? No Katherina, el jams saldr de aqu. Usa ese brazalete e invoca a las estrellas Cero, pdeles que te saquen

    de aqu, pdeles una mejor vida, diles que reorganicen el universo para ti. Olvida a

    Romn, olvida el dolor que te infligi Rowan y olvida todo este lugar. Pdeles a las

    estrellas la vida que siempre deseaste.

    Pero t me dijiste que para ellas todo era posible, ahora me dices que tambin pueden reorganizar el universo para m y, t quieres que olvide a Romn? No, eso

    jams!!

    Claro que pueden, ellas son el origen de todo, son el poder del universo. Pero Romn pertenece aqu. Romn le pertenece a Rowan, ella es su duea.

    No, l se ir conmigo y si las estrellas pueden darnos una nueva vida la tomar, pero con Romn a mi lado.

    De nuevo la loca ilusin de ver la grandeza del poder de las estrellas Cero envolvi a

    Szilard, pero esta vez y solo por un momento deseo que Katherina pudiera salir de ah

    y tener la vida que el destino y sus malas decisiones le haban negado. Quiz la mujer

    viva le daba esperanza, quiz el saber que poda tener una ilusin lo haca tener una

    nueva nocin de lo que le rodeaba, quiz en el fondo deseaba tener la oportunidad que

    Katherina posea, quiz l tambin podra aorar a tener un nuevo destino o quiz

    solo se estaba volviendo loco.

    Toma mi mano Temerosa Katherina vio la negra mano de Szilard mientras recordaba que el tacto de esas manos negras y viscosas dola ms que nada que ella

    hubiera experimentado antes. Qu pasa? Toma mi mano, te llevare donde Rowan.

    Si te toco me doler.

    No, porque yo no deseo herirte.

    El tacto de los guardianes como Rowan, Szilard y el verdugo es especial. La

    sustancia negra que cubre sus manos puede desmoronar almas con solo tocarlas,

    puede solo infligir dolor o puede no hacer nada, todo dependa de las intenciones del

    guardin. Katherina, siendo una mujer viva en un plano de sombras y muerte, senta

    todo con ms intensidad. Por eso cuando Rowan la toco, experimento aquel ardor

    incomparable en su piel. Pero Szilard no tena intenciones de lastimarla, jams las

    tuvo, al principio por curiosidad, despus por simpata.

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

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    Katherina despacio acerco su mano a la de Szilard, toco con su dedo temeroso la

    palma de la mano del guardin y la sinti fra y viscosa pero no sinti dolor alguno, lo

    miro a los ojos y le sonri para despus tomar su mano fuerte y con confianza.

    Katherina ahora saba que tena un aliado en aquel oscuro reino de sombras.

    Lo mejor es que cierres los ojos.

    Por qu?

    Porque es posible que veas cosas desagradables, cosas que los vivos jams deberan de ver.

    Cosas que no deberamos de ver hasta que estemos muertos?

    As es.

    Cosas como las que ya he visto?

    No puedes darte el lujo de la arrogancia aqu, creme, no lo has visto todo. Cierra los ojos y oigas lo que oigas, no los abras.

    Katherina cerros sus ojos, mientras pensaba que hace cinco aos ella crea que todo

    el mundo se reduca a personas, autos, casas, edificios y dems cosas fsicas, hasta que

    conoci a Romn gracias a aquel incidente del destino. Katherina estaba despus de

    todo feliz de ser ella la que estuviera en ese lugar, su vida jams haba tenido sentido

    despus de lo que le paso con el tipo del auto rojo, no haba da en el que Katherina no

    deseara haber regresado caminado a su casa en vez de regresar al auto de ese tipo,

    despus de esa noche su vida se convirti en un abismo sin retorno. Pero ahora las

    cosas eran distintas, ahora ella tena la oportunidad que nunca jams nadie tendra,

    rescatar a Romn y rehacer su vida, una oportunidad que no desperdiciara.

    Mientras atravesaban corrientes de aire helado a velocidades imposibles, Katherina

    con mucha dificultad apenas alcanzaba a respirar y a pesar de que las corrientes de

    aire la ensordecan alcanzaba a escuchar el clamor de millones de almas adoloridas y

    atormentadas, almas que imploraban perdn, llantos desgarradores, gritos

    desesperados y alaridos de terror.

    Szilard? Qu es eso?

    T sabes que son, por lo menos lo imaginas Y claro que lo saba, el mismo Szilard ya le haba dicho que ah se castigaba a los que merecan castigo, pero por un

    momento no lo quiso creer. Por un segundo, abri los ojos. Se encontraban a varios

    metros sobre el suelo y al ver hacia abajo vio las almas torturadas que eran

    arrastradas por corrientes en ros de aguas espesas de color oscuro. Los ros eran

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

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    tantos que no se podan contar y las almas trataban de salir de ellos, pero guardianes

    como Romn los empujaban dentro, ya fuera a punta pies o quemndolos con la llama

    violeta de sus teas. Las almas tenan casi forma humana y al parecer sus rostros

    tenan la forma que llevaron en vida, solo que las cuencas de sus ojos estaban vacas y

    su expresin estaba descompuesta por el dolor. Las almas sintieron el calor de

    Katherina y voltearon hacia ella; todas al unsono y a pesar de no tener ojos, pareca

    como si la miraran. Una de ellas extendi su mano hacia ella y las dems la imitaron:

    todas comenzaron a gritarle suplicando por auxilio, le rogaron que las salvara y que

    las llevara consigo. Katherina! Cierra los ojos!

    Katherina obedeci cerrando sus ojos con fuerza, con tanta fuerza que pareca que

    quisiera sellar sus parpados, pero no sin antes dejar escapar una lgrima amarga por

    todas aquellas personas que terminaron en esos ros de pena y dolor.

    Ellos ya no son personas, son solo almas que estn pagando por los errores y las fallas que cometieron dijo Szilard cuando descendieron. Aunque los pies de Katherina ya estaban en suelo firme, sta an mantena sus ojos cerrados y aun

    apretaba su mano con fuerza.

    Yo he cometido miles de errores y tengo millones de fallas, yo tambin terminar aqu?

    No lo s.

    Quin lo sabe? Dios?

    No existe dios alguno, solo existen las sombras y la luz.

    Y quin decide a donde va cada uno?

    T, ellos, cada quien decide eso.

    Y las estrellas Cero?

    Ellas son espectadoras, ellas crearon todo, pero ellas no harn nada por las personas, ni para guiarlas, ni para ayudarlas.

    Y porque me han dado esto? dijo Katherina tocando el brazalete de nuevo.

    No lo s, quiz porque t las encontraste, quiz se cansaron de solo ver, quiz quieran demostrar su poder contigo No lo s.

    Y esa era la verdad. Szilard no saba el porqu de todo lo que estaba aconteciendo.

    Las estrellas Cero siempre haban sido un misterio, uno que lo intrigaba al grado de

    aorar tan solo estar en su presencia, a diferencia de Rowan. A ella las estrellas la

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

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    obsesionaban, soaba con conseguir su poder, alterar el espacio y dominar el tiempo;

    en realidad Rowan senta que su poder deba de estar ms all de las sombras, ella

    deseaba gobernar todo lo que tuviera vida en el universo. Sus deseos de poder iban

    ms all de la imaginacin, nunca un ser fue tan ambicioso y corrompido como Rowan

    y lo que ms la enfureca era que por ms que las buscara, estas no se le revelaban, ni

    lo haran jams. No al menos como ella lo deseaba.

    Dnde estamos? Entonces Szilard apunto con su negro dedo hacia el frente donde estaban unas ruinas de lo que pareca un castillo, pero no estaba hecho de nada

    que ella conociera: ms bien pareca estar hecho de sombras. Esto ya no sorprenda a

    Katherina, ya que estaba ms que claro que ah todo estaba hecho de sombras: todo

    era tctil y a la vez poda esfumarse, as que la mujer viva supuso lo correcto. Ese

    castillo Rowan lo haba materializado ella misma reflejando as lo que en realidad era

    por dentro, ruinas, oscuridad y egolatra. Ah est Romn?

    S, est en el mismo sitio donde te torturo a ti. T ya estuviste ah Bueno, en una de sus salas. No creo que lo hallas olvidado, o s?

    Entonces Katherina record todo el dolor y la angustia que Rowan le haba

    infligido. Por un momento deseo llorar y correr lejos de ah, por un momento tuvo

    miedo de volver a sentir todo el sufrimiento de las millones de almas atormentadas

    que estaban condenadas a aquel lugar, pero entonces sinti algo en sus venas, algo que

    empez en su brazo: era como un clido y pacifico fuego que despacio cambio esos

    recuerdos de dolor por confianza, algo que la recorri desde donde estaba el brazalete

    hasta el ltimo rincn de su cuerpo. Y Katherina dej de tener miedo, el recuerdo del

    dolor y de la tortura ya no significo nada. Levant el rostro, vio aquellas ruinas y en lo

    nico que pens fue en liberar a Romn, nada ms poda importarle.

    No he olvidado nada de lo que me ha pasado aqu, absolutamente nada respondi tocando de nuevo el brazalete. Ahora vayamos.

    Ir, pero no creo que mi ayuda te sirva de mucho, mi presencia apoyndote solo enfurecer ms a Rowan.

    Podras quedarte en las sombras y sacar de ah a Romn en la primera oportunidad que tengas?

    S, pero cuando lo saque de ah, qu hars?

    En el rostro de Katherina se dibuj una leve pero tranquila sonrisa, que al voltear a

    ver al guardin se la dedico enteramente. Se acerc un par de pasos a l y con la mano

    extendida acaricio la mejilla de Szilard; este que jams haba experimentado ninguna

    muestra de afecto abri con sorpresa sus ojos y su cuerpo se puso tan tenso como jams

    antes lo haba estado.

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

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    Szilard, amigo, no s qu har. No tengo ni la ms remota idea, solo s que no morir y que algo me guiara fuera del alcance de Rowan, confiaremos en las estrellas

    Cero y en sus favores. Est bien?

    Katherina comenz a caminar hacia las ruinas que tena frente ella, mientras que

    el inmvil y aun sorprendido Szilard tocaba su propia mejilla, justo donde la mujer

    viva lo haba acariciado. Vio como esta daba pasos seguros y firmes a pesar de ir a

    enfrentarse a lo que probablemente sera su propia destruccin y dijo en voz muy baja

    y para s mismo: Amigo?. En aquel lugar nadie era amigo de nadie, nadie era aliado de nadie y ahora Katherina lo haba llamado as. l saba que no lo deca solo porque

    si, saba que lo deca totalmente convencida de que aquel guardin en verdad era su

    nico amigo.

    Szilard la alcanz y caminaron juntos hasta la entrada donde ambos se detuvieron.

    Me quedare en las sombras y sacare a Romn de ah en cuanto pueda.

    Est bien, yo har lo que tenga que hacer.

    Mientras Katherina caminaba adentrndose en aquel frio y lgubre lugar,

    recordaba todo lo que tena en su casa a la cual nunca pudo llamar hogar: record a su

    hijo el cual su padre lo haba criado con la absurda idea de que ninguna mujer vala

    ms que l, ni siquiera su propia madre; a su esposo el cual nunca la valoro ni nunca le

    dedico una sola muestra de cario y nunca la trato con el amor que ella siempre deseo;

    record a su madre enferma para la cual ella era solo una sirvienta y siempre la trato

    con desprecio, record cmo se burlaba de ella cuando le contaba sus anhelos de salir

    de casa, ser alguien y hacer algo valioso con su vida, record como a punta de gritos su

    esposo le apuraba con los deberes y exiga que se entregara a l incluso en contra de su

    propia voluntad. Todos esos recuerdo ya no mermaban su carcter, ahora todo eso que

    vivi solo la haca sentirse ms valiente y poderosa. Ahora Katherina era duea de su

    destino, ahora sera alguien y saba que al rescatar a Romn tambin se rescatara a

    ella misma.

    Cuando estuvo en lo que pareca el centro de aquel lugar dejo de caminar, se detuvo

    y toco el brazalete una vez ms, sinti cada uno de los diamantes que lo adornaban y

    sinti una clida paz envolvindola, paz que le dio confianza en que pasara lo que

    pasara, ella podra salir avante de esa situacin.

    Rowan! grit desde el fondo de su pecho y en su voz se senta el poder de las estrellas Cero. Rowan! He venido por Romn, entrgamelo!

    Al instante se materializaron ambos delante de ella. Rowan tan altiva y

    amenazante como siempre, pero Romn lucia muy distinto: su torso estaba desnudo,

    su semblante era de pesadumbre y al parecer no tena fuerza ni para levantar la

    mirada. En ambas manos portaba grilletes que estaban unidos a gruesas cadenas las

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

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    cuales sostena Rowan con orgullo. El blanco torso de Romn ahora estaba cubierto

    con mltiples tatuajes o al menos eso parecan: estos al parecer sangraban, esa sangre

    negra que ya haba visto una vez emanar del rostro de este.

    No me digas que vienes a arrebatarme a mi Romn? dijo Rowan dejando escapar una aterradora carcajada que hiso cimbrar los muros de aquel lugar. Eres tonta o simplemente suicida?

    Vengo por l. Me lo llevar y t no podrs hacer nada al respecto.

    Estpida mujer viva! Ves esas marcas? Son mis marcas! El me pertenece, es mo y lo ser por toda la eternidad!

    Entonces Rowan concentro todo el sufrimiento de las almas de aquel lugar y lo puso

    sobre Katherina, pero Katherina ya no era vulnerable a las torturas. Rowan

    enfurecida y consternada se acerc a la mujer viva y trato de lastimarla de nuevo, pero

    no pudo. Esto fue una sorpresa hasta para la misma Katherina. La temible guardin,

    en un acto de furia, lanz al suelo las cadenas que ataban a Romn y se abalanzo sobre

    Katherina, tocando con ambas manos su rostro: a diferencia de Szilard, Rowan si tena

    toda la intencin de lastimarla, pero esto tampoco pudo daar ya a la mujer que an

    conservaba la postura firme ante su adversaria. Mientras tanto Szilard aprovech la

    oportunidad tal como haban acordado, tom a Romn en brazos y desapareci,

    dejando as sola a Katherina.

    Cmo puede ser?! Esto es imposible!

    Ya no tienes poder sobre m.

    Y diciendo esto Katherina puso sus manos sobre el pecho de Rowan y una explosin

    de fuego azul sali de estas, haciendo arder a la guardin y repelindola varios metros

    lejos de ella. Pero la guardin no se dara por vencida y ponindose en pie amenaz.

    Si no puedo torturarte, entonces te matare con mis propias manos!

    Olvidas que no puedo morir mientras est aqu?

    No, claro que no lo olvido Rowan extendi su brazo derecho y abri su mano, en esta se materializo un burdo bculo, la guardin sonri con tanta malicia que

    podra haberle helado la sangre al hombre ms valiente, pero Katherina no se movi ni

    un solo centmetro. Har lo que tena que haber hecho desde la primera vez que estuviste ante m Rowan acerco el bculo a sus labios y soplo muy despacio sobre el extremo superior del bculo y este se encendi con el mismo fuego violeta de las teas

    de los dems guardianes, con este fuego dibujo en el aire un portal, tal como lo haba

    hecho Romn cinco aos atrs. Katherina vio el patio trasero de su casa, vio a los

    perros comiendo, vio la puerta trasera abierta aun, todo estaba tal cual lo haba dejado

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

    29

    la ltima vez que estuvo ah, pareca como si el tiempo no hubiera trascurrido y a la

    vez toda esa realidad le pareca tan lejana, entonces pudo escuchar a su esposo gritarle

    mientras se asomaba por la puerta maldiciendo por no encontrarla y azotando la

    puerta con rabia. Rowan aprovecho este momento de distraccin de la mujer viva para

    tomarla por la cintura y lanzarse con ella a travs del portal, para as caer sobre ella

    en la tierra fra del patio de Katherina. Adivina que mujer viva? dijo Rowan con sorna y estando aun sobre su presa. Ya no ests en mi reino de sombras, ya puedes morir y yo misma te matare!

    Rowan puso sus manos sobre el cuello de Katherina, lo apretaba con todas sus

    fuerzas, Katherina sinti como los hueso de su cuello comenzaban a colapsar, senta la

    falta de aire, senta el ardor de la presin en la piel y en ese momento cuando la vida

    comenzaba a escaparse del cuerpo de Katherina, el brazalete emiti otra vez aquel

    fuego azul que de nuevo hizo salir volando a Rowan, hacindola estrellar su cuerpo

    pesado contra la barda que marcaba el lmite del patio. Este mismo fuego azul se

    concentr l en lastimado cuello de Katherina sanndolo al instante, para despus

    envolverla de pies a cabeza y desaparecindola ante los ojos de la guardin.

    Katherina! Despierta Katherina!

    Katherina despert exaltada aun y volteando bruscamente hacia todas partes en

    busca de Rowan.

    Dnde est? Rowan, dnde est?

    Ella no est aqu, pero creo que debes de ver algo.

    Qu cosa?

    Szilard la llevo a donde tena recostado a Romn. Katherina con solo verlo supo que

    algo estaba muy mal: Romn an tena el torso desnudo, las marcas que Rowan le

    haba hecho an sangraban, pero su blanca piel ahora estaba tomando un tono

    grisceo y con cada respiracin pareca que morira, su rostro se descompona por el

    dolor inexplicable que lo aquejaba y la piel se le hunda en las costillas.

    Debe de volver con Rowan.

    No, no se lo entregare!

    Estas marcas las hizo ella. Mientras est lejos de su duea, todo ser para el agona y sufrimiento.

    Katherina cay de rodillas al lado de Romn sintiendo que todo lo que haba hecho

    para rescatarlo haba sido en vano y viendo como con cada respiro se desmoronaba un

    poco ms. Entonces record lo que las estrellas Cero le haban dicho Cuando en

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

    30

    realidad quieras que volvamos, lo sabremos, toco el brazalete y entre lgrimas llamo a las estrellas desde el fondo de su ser, las llamo primero con la mente, despus en voz

    baja, al final las llamo a gritos, pero estas jams aparecieron.

    No! Ustedes me dijeron que cuando las llamara vendran! grit Katherina casi ahogada en llanto. Ustedes me salvaron de la muerte! Me trajeron de nuevo aqu, hasta el hombre que amo y para qu? Para verlo como sufre? Para verlo agonizar

    por el resto de la eternidad?

    El hombre que amas? dijo desde una distancia considerable Rowan que haba regresado tambin al plano de sombras. El hombre que tu amas eso si es gracioso! dijo entre risas mientras Katherina se levantaba del suelo y limpiaba sus lgrimas. Ni Romn es un hombre, ni aqu existe el amor. Eres tan tonta como necia!

    Yo lo amo y no descansar hasta liberarnos de todo esto. No me importa si tengo que pelear contigo por milenios.

    Katherina dijo por fin Romn que respiraba con dificultad. Yo tambin te amo pero debes irte y dejarme con ella.

    NO! dijo la mujer viva arrodillndose de nuevo ante el cuerpo debilitado de Romn, tomando su mano y estallando en llanto una vez ms. No lo har jams!

    Esa es solo otra mala decisin dijo Rowan con voz altiva y calmosa. Tan mala como haberte ido con el tipo del auto rojo, o no? Katherina volteo despacio y asombrada, cmo podra saber Rowan lo del tipo del auto rojo?...

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

    31

    Captulo 6

    owan saba cmo los recuerdos de sus errores atormentaban a Katherina en su

    da a da, despus de todo ese es nuestro trabajo: conocer ese tipo de cosas para que

    cada tortura sea nica, especial y eficaz. S que es cruel decirlo pero el destino est

    escrito.

    Rowan al ver que sus palabras surtan el efecto deseado sobre la mujer viva, sonri;

    sonri de esa manera ttrica e inusual que solo era comparada con un muy augurio.

    Verla sonrer era como ver sonrer al demonio.

    Cmo se llamaba? Marcus, cierto? Ese tipo casado, si era Marcus! El de las manos masculinas y la sonrisa abierta, el que te prometi una vida cmoda, el que te

    regalaba vestidos lindos y te llevaba a sitios finos, el que enfureci cuando le dijiste

    que no te queras acostar con l y te golpeo, lo recuerdas?

    Entonces una vez ms Rowan estir su mano negra y viscosa, con su dedo ndice

    apunto para que Katherina viera a su derecha. Ah a pocos metros de nosotros se

    levantaron del suelo nubes densas de humo que rpidamente dieron forma a una

    pequea y muda puesta en escena. Haba una chica con un vestido, un auto y un tipo

    alto de manos masculinas, al instante, Katherina reconoci la situacin.

    No lo hagas rog Katherina aun de rodillas al lado del cuerpo inmvil de Romn, con los ojos llenos de lgrimas que estaban a punto de caer. Por favor no lo hagas.

    Esa pattica costumbre que tienes de rogar! No te has dado cuenta que jams te funcionara? Las dos formas humanas que se haban formado de sombras se comenzaron a mover. Ambos estaban dentro del auto y el hombre empez a forcejear

    con ella. Qu era lo que l quera Katherina? Tocarte por debajo del vestido? dijo Rowan burlndose. En serio creas que el solo quera admirarte y no probar la mercanca que estaba comprando? Pobre nia tonta! Pero esta es mi parte favorita,

    vemosla! Katherina vio su imagen hecha de humo recrear cada uno de sus movimientos, movimientos que haba efectuado aquella noche de hace tantos aos

    R

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

    32

    atrs. El clon de humo de Katherina se baj del auto y camin unos cuatro largos y

    enojados pasos, pero el tipo del auto rojo baj tras ellas, la detuvo y ella permiti que

    acariciara sus hombros, neg de nuevo con la cabeza y el tipo llamado Marcus sonri

    con irona, meti despacio los dedos entre el cabello muy bien arreglado de Katherina,

    cerro su puo lastimndola y arrancndole unos cuantos mechones la lanzo contra el

    piso. Marcus puso una rodilla en el suelo y Katherina aturdida, asustada y llorando

    asinti con la cabeza, el tipo la ayudo a levantarse y a entrar de nuevo al auto, ya

    estando ambos dentro le lanzo un pauelo para que se limpiara el rostro, arrancaron y

    se fueron, y las nubes de humo se desvanecieron. Dinos Katherina, qu te dijo Marcus? Por qu te lanz al suelo de esa manera?

    Las amargas lgrimas de Katherina caan sin descanso por su rostro. Ese momento

    exacto de su vida haba sido un parte aguas: todo en su vida era marcado como un

    antes y un despus de Marcus y aunque a diario quera olvidarlo, le era imposible.

    Me dijo que regresara y que iramos a un fiesta donde nos divertiramos, le dije que no y me lanz al piso.

    Y en el suelo, qu te dijo?

    Rowan! Djala en paz! Nosotros torturamos almas, no vivos. No le hagas vivir algo que an no le corresponde.

    Szilard, no creas que me he olvidado de ti, traidor de las sombras! Entonces unos negros barrotes se materializaron alrededor de Szilard aprisionndolo, es quiso

    liberarse, pero le fue imposible y Rowan de nuevo se dirigi a Katherina. Dime, dime que te dijo el hombre cuando estabas en el suelo.

    Me me dijo que yo solo era

    Que eras una cualquiera? Que como tu haba miles? Y que si no queras volver a tu miserable casa caminado y con el rostro destrozado que volvieras al auto, cierto?

    Despus te llevo a una fiesta, pero no era la fiesta que t pensabas, o s? Qu haba

    en esa fiesta, Katherina? Hombres y alcohol? Qu te hicieron?

    Rowan disfrutaba ver correr las lgrimas de dolor de Katherina, lo disfrutaba tanto

    como disfruto el haberle infligido todo ese dolor antes al torturarla. Rowan pensaba

    que estaba quebrando su espritu y al principio si lo haca, pero la presencia de Romn

    la fortaleca, le daba a Katherina una razn para vivir y para luchar. Entonces la

    mujer viva clavo su mirada en la guardin y sin dejar de verla se levant del suelo, se

    irgui y por primera vez en su vida admiti y enfrento la realidad de lo acontecido esa

    noche.

    Me violaron, entre todos me violaron hasta que sali el sol. Eran ms de cinco hombres y entre todos desgarraron mi cuerpo y mi alma, me golpearon como nunca en

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

    33

    mi vida: me rompieron dos costillas, me dislocaron una mueca, me rompieron la nariz

    y la boca y casi pierdo un ojo, para despus tirarme en el primer hospital que

    encontraron. Si, todo eso paso! Mi rostro dur amoratado pos semanas y no pude

    caminar por das, mi madre jams me volvi a ver a la cara despus de eso, todo el

    mundo se burl de m y nadie volvi a respetarme jams. Eso es lo que queras or?

    Ese hombre destrozo mi vida! Pero ya no pienso permitir que nadie ms lo siga

    haciendo Katherina se limpi el rostro y camino hasta ponerse frente a la guardin. Ni t podrs destrozar ms mi vida, me oste? No lo permitir.

    Estpida mujer viva, vete de una vez!

    No me ir sin Romn! grit Katherina en la cara de Rowan, mientras la tomaba por su tnica y la lanz lejos de ella. En ese momento ocurri algo increble

    incluso para nosotros: del brazalete que Katherina portaba en su brazo sali una

    cegadora luz azul que despoj el lugar toda oscuridad. Fue una luz llena de poder,

    clida y potente como una explosin, pero que despacio se fue estabilizando. Al

    momento en que empez a disminuir nos dimos cuenta de que no era una luz, eran

    dos; estas dos luces tomaron forma de mujeres, dos mujeres desnudas de la cadera

    hacia arriba, su parte inferior estaba cubierta por unas tnicas idnticas de color perla

    que resplandecan con tanto vigor como si estas fueran parte de ellas, estas tnicas las

    cubran hasta los pies y eran sostenidas por unos diamantes de gran tamao, tan

    grandes como el puo de un hombre muy grande y su piel no era como la de Katherina

    y mucho menos como la de los guardianes, su piel era tan blanca como el alabastro,

    pero cubierta de una fina capa de algo parecido al cristal. Sus cabellos eran como hilos

    de plata que parecan tener vida propia y se movan en un vaivn casi hipntico junto

    con sus tnicas, como si un inexistente viento lo provocara. Ambas de pie entre

    Katherina y Rowan, en la misma posicin como si una fuera el reflejo de la otra, ambas

    con una postura muy recta, con los ojos cerrados, con sus brazos lnguidos y a los

    lados, tal pareciera que dorman.

    Somos eternas (Somos Cero)

    Somos errantes (Somos la vida)

    Somos el principio (Somos el poder)

    Somos el poder (Somos el principio)

    Somos la vida (Somos errantes)

    Somos Cero (Somos eternas) dijeron una sola vez, una completando la frase de la otra.

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

    34

    Rowan, Katherina y Szilard guardaron silencio: fue como si las dos figuras se

    presentaran ante ellos. Las Estrellas Cero en su forma fsica estaban delante de sus

    ojos.

    Esto no puede ser cierto dijo Rowan casi en un susurro, vctima de su incredulidad y asombro.

    Cuando las dos figuras abrieron los ojos, fue como ver el universo entero por un

    segundo. Sus ojos eran totalmente negros, carentes de pupilas, pero no eran

    atemorizantes; ms bien parecan estar llenos de secretos y respuestas. Parpadearon

    una sola vez y al mismo tiempo y sus ojos se vieron como los de cualquiera, solo que

    con un pequeo detalle que en ese momento nadie distingui.

    Sin tomar en cuenta a nadie ms, las dos figuras caminaron como si fueran una sola

    hasta donde estaba tendido Romn. Las Estrellas extendieron sus manos hacia l y

    este las tomo haciendo uso de las pocas fuerzas que le restaban. Al momento que toco

    sus manos, las marcas de su cuerpo dejaron de sangrar y desaparecieron, su piel se

    restableci y el dolor desapareci, pudo incorporarse y sin pensar ms corri hasta

    donde estaba Katherina atnita por su milagrosa recuperacin.

    NO!! grit furiosa Rowan. l es mo! l se entreg a m! Yo soy su duea!

    Las Estrellas voltearon hacia ella y tal como lo haban hecho antes, caminaron

    despacio hasta donde Rowan se encontraba.

    Rowan dijeron al unsono. T no eres su duea, l no te pertenece.

    A pesar del temor que Rowan senta por estar en presencia de las Estrellas Cero, un

    temor que no poda esconder, se atrevi a contestar.

    Claro que me pertenece! l se entreg a m. Es mo!

    No, l no es tuyo, no puede pertenecerte. Romn es parte de ti y tu eres parte de l Con esta declaracin los cuatro quedaron en silencio, nadie se atrevi a pronunciar ni una sola palabra. Entonces las Estrellas comenzaron a hablar,

    develaron uno de sus ms grandes secretos. T y Romn se pertenecen, uno es parte del otro; pero tu Rowan, nunca has sido buena para l. Hace millones de eones, antes

    de que el sol naciera, antes de las galaxias, nosotras ya existamos y como labor

    escogimos la creacin, ramos tres: nosotras y t Rowan. Tanto Szilard como Rowan se asombraron con lo que acaban de escuchar, Katherina no poda creer que ese ser

    tan podrido y lleno de maldad pudiera haber sido parte de las Estrellas Cero o parte de

    Romn, pero por alguna razn Romn ni siquiera se inmuto. Pero t jams fuiste como nosotras, jams pudiste pertenecer totalmente al universo, jams fuiste uno con

    l, t queras regirlo y dominarlo. T y Romn en ese entonces eran uno solo y l te

    contena, l era la luz que te permita crear cosas a nuestro lado, pero t lo fuiste

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

    35

    consumiendo. Estuviste a punto de matarlo solo por tu egosmo, quisiste un nombre,

    quisiste el poder absoluto y nosotras no podamos permitirlo, cada vida que crebamos

    t la destruas porque no te obedeca. Jams estuviste de acuerdo en que las

    creaciones tuvieran voluntad y en algn momento lograste separarte de nosotras y

    crear esto: un reino de sombras y sufrimiento. T lo creaste para castigar a toda

    aquella vida que no se sometiera ante ti y te diste a ti misma un nombre, desde ese

    momento te hiciste llamar Rowan, pero te encontramos y los separamos a ti y a

    Romn. Solo as podramos salvar la poca luz que quedaba dentro de ti y sellamos esta

    dimensin, sellamos tus recuerdos y los de Romn. Pero cuando quisimos llevrnoslo

    con nosotras no pudimos: l tena que estar contigo. Cuando lo alejamos de ti el

    comenz a morir, tal como estaba muriendo hace un momento y tuvimos que dejarlo

    aqu, en este infierno que t misma creaste. Ustedes aun comparten un ncleo, por eso

    siempre has tenido ese enfermo deseo por poseerlo, que en realidad es un deseo de

    consumirlo. Tu no eras digna de crear ya y no te permitiramos gobernar en nada, por

    eso te quedaste confinada aqu, te convertimos en una castigadora. Despus de todo,

    cada quien tena que pagar por sus decisiones, as como t pagas por tu maldad aqu.

    Ahora el misterio de los ojos de Romn estaba resuelto, los verdes ojos de Romn,

    esos que siempre se diferenciaron de los de los dems, esos ojos verdes que entre las

    sombras parecan lumbreras, sus ojos verdes eran idnticos a los de las Estrellas Cero.

    Despus de meditar unos segundos en los secretos revelados, Szilard reacciono a

    otra cosa.

    Pero y los guardianes, nosotros, cuando nacimos? Qu somos? pregunt impaciente. Szilard se aferraba a los barrotes de su temporal prisin. l tambin haba

    deseado por mucho tiempo conocer la verdad acerca de las Estrellas Cero y no poda

    creer que su realidad fuera consecuencia de un castigo.

    T, Szilard y el verdugo sin boca ni ojos, son sus hermanos. Rowan estando sola en este reino de sombras extraaba a sus hermanas, a nosotras y lo primero que hizo

    fue crearlos a ustedes y todo un ejrcito que acatara sus rdenes. Despus llegamos

    nosotras y reorganizamos las cosas tal y como estn: les quitamos los recuerdos de su

    creacin y le dimos sentido a sus existencias dndoles el cargo de guardianes de las

    sombras. Le quitamos a Rowan su luz y lo cambiamos por fuego violeta, un fuego frio y

    vaco. Y a Romn tuvimos que ponerlo a salvo mezclndolo con los dems guardianes,

    pero siempre estando al tanto de l, ya que an es parte de nosotras.

    Pero yo, yo que tengo que ver en todo esto? pregunt Katherina temerosa. La pobre mujer viva, a pesar de haber enfrentado su pasado y de haber luchado por su

    amor, no acaba de sentirse digna. Creo que el pasado persigue a los vivos de una

    manera muy especial, que aunque lo encaren siempre les pesa y les merma el alma.

    Esa mujer jams la olvidar, vino a cambiar las cosas y a abrir un infinito abanico de

    esperanzas Disculpa, ya me es casi imposible no divagar, deja que contine.

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

    36

    Rowan, que continuaba indignada por el rechazo que sufri y que no recordaba,

    enfatizo la pregunta de Katherina, ya que ahora su frustracin estaba siendo dirigida

    a las Estrellas, que de la manera ms tranquila seguan ah de pie.

    S! Por qu esta insignificante mujer viva pudo verlas y recibir sus favores y yo que soy su hermana jams se mostraron ante m? Por qu?

    Sabamos que tu egosmo y tu ambicin estaba a punto de terminar de corromperte y que Romn y la poca luz que quedaba de ti estaba en peligro, as que

    elegimos a un ser: uno que no tuviera nada que perder, que su alma estuviera tan

    lastimada y rota, que solo le quedara como opcin reconstruirse a s misma y

    encontramos a Katherina. Tan noble, tan destrozada, con los sueos rotos y con tantos

    deseos de amar, que no dudamos en que fuera la correcta y nos mostramos ante ella.

    En cambio t continuaron las Estrellas, pero enfriando notablemente su tono al dirigirse a Rowan, t deseabas el poder, a pesar de no recordarnos como hermanas deseabas tenernos. Creste que podas poseernos, tu ambicin nunca ha tenido lmites.

    No merecas estar en nuestra presencia, no merecas vernos ni lo mereces ahora.

    Entonces, qu hacen aqu?

    Venimos a poner las cosas en orden de nuevo, venimos a compensar a Katherina y venimos por ti.

    En ese momento los dos grandes diamantes que ataban las tnicas de las Estrellas

    emitieron de nuevo ese resplandor azul que cegaba la mirada y se concentr

    totalmente en Rowan. La luz la oblig a cubrirse el rostro con ambos brazos pero fue

    intil su esfuerzo: la luz azul desintegro cada una de sus partes y de lo que era Rowan

    no qued nada, solo una pequea luz violeta, tan pequea como una de esas perlas que

    los vivos encuentran en sus mares.

    Las Estrellas atrajeron la pequea luz hacia el medio de ellas, como si la

    custodiaran y voltearon calmosas hacia donde estaban Romn y Katherina.

    Ahora qu pasara con ella? pregunt Romn, que por alguna razn se preocup por el futuro de lo que quedaba de Rowan.

    Ella ser ahora nuestra responsabilidad, pasara las eternidades en medio de nosotras: la vigilaremos como vigilamos las creaciones que hemos hecho, navegara por

    las infinidades del universo con nosotras.

    Y yo morir?

    No, Romn, ahora tu ncleo ya no estar con Rowan: ya te perteneces. Ahora tendrs una nueva oportunidad. Las Estrellas voltearon hacia donde an se

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

    37

    encontraba Szilard y desaparecieron los negros barrotes de su prisin. Todos tendrn una nueva oportunidad.

    Ni Romn, ni Katherina saban lo que eso significaba, pero Szilard s.

    No, yo no lo deseo: me quedare aqu. El verdugo y yo continuaremos nuestra labor.

    Si eso es lo que deseas, est bien, todas las creaciones deben decidir por s mismas lo que quieren para su futuro De nuevo las Estrellas vieron a Katherina y a Romn y despacio caminaron hasta ellos. Entonces el brazalete que Katherina aun

    portaba comenz a brillar y cuando ya solo era un aro de luz alrededor de su brazo esta

    se apag y el brazalete desapareci. Ya no necesitaras nuestros favores: ya no volvers a vernos Katherina. Es hora de que regreses.

    Pero y Romn? No quiero irme sin l. No quiero dejarlo! No, no puedo irme!!

    La mujer viva se consterno al pensar que jams volvera a ver al hombre que

    amaba, pero ella no conoca en su totalidad el poder de las Estrellas.

    Todo estar bien, te lo prometemos, esta vez todo estar bien. Solo debes tomar las decisiones correctas esta vez.

    Entonces los dos diamantes de las Estrellas resplandecieron de nuevo, la privaron

    de la vista por varios segundos que le parecieron eternos. Katherina trato de tocar algo

    a su alrededor, pero no pudo tocar nada ni a nadie, ni siquiera pudo ya sentir el suelo

    bajo sus pies: entonces cay en una especia de pequeo desmayo, para despertar

    sentada en un auto, un auto que ella reconoci al instante. A su lado haba un hombre,

    un hombre al que tambin reconoci, era Marcus, el cual estaba tratando de meter sus

    manos debajo de su vestido.

    Espera! dijo Katherina con autoridad, pero aun un poco aturdida, ya que momentos antes ella haba estado al lado de Romn y frente a las Estrellas Cero,

    entonces record las palabras de Szilard: Ellas pueden reorganizar el universo para ti y record lo que las Estrellas le acababan de decir: Solo debes tomar las decisiones correctas esta vez y en ese instante todo fue claro para ella.

    Qu tenemos que esperar? Anda nena, djame demostrarte cuanto me interesas! dijo Marcus con sus manos inquietas.

    No, djame en paz! Entonces Katherina bajo del auto y camino rpido hacia una calle transitada que estaba a pocos pasos, pero Marcus bajo del auto tambin y

    quiso alcanzarla y cuando estiro este su brazo para tomar el de Katherina, esta se gir

    hacia l y le dijo No te atrevas a tocarme o hare un escndalo.

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

    38

    Entonces volvers a tu miserable casa caminando?

    S! Me ir caminando! Cualquier cosa es mejor que subir de nuevo a ese auto contigo!

    Eres una estpida! vocifer Marcus, pero Katherina solo sonri y sigui su camino, mientras escuchaba como Marcus maldeca contra ella y suba a su auto para

    irse lejos. Ella se senta plena y feliz: vio sus manos, toco su ropa y en el primer cristal

    que encontr vio su reflejo, era joven de nuevo. Las Estrellas le dieron una nueva

    oportunidad y solo poda pensar en lo agradecida que estaba y en todas las

    oportunidades que tena para ser feliz. Pero mientras caminaba por esa larga avenida,

    llena de tiendas y personas, record a Romn y sinti una gran tristeza invadindola.

    Sin darse cuenta ya se encontraba mirando las estrellas, cuando alguien tropez con

    ella y cay a sus pies junto con un montn de libros.

    Lo siento! Estaba distrada. Djame ayudarte.

    El distrado era yo, estaba viendo esas tres estrellas que estn ah.

    Entonces ambos de rodillas en el suelo vieron sus rostros: l se sonroj por haber

    tropezado con una chica tan linda. Y Katherina se sorprendi al ver esos ojos verdes:

    era Romn frente a ella, pero sin la tnica de guardin y tan joven como ella lo era.

    Romn lucia su cabello idntico, un poco rizado, un poco largo y vesta un saco negro

    con unos pantalones de mezclilla.

    Entre miradas atentas y sonrisas nerviosas ambos se pusieron en pie y se quedaron

    en silencio, pero Katherina saba que si lo dejaba ir sera un error fatal y ya no estaba

    dispuesta a cometer esa clase de errores en su nueva vida.

    Mi nombre es Katherina.

    Qu bello nombre dijo aun sonrojado. Yo soy Romn.

    Que estrellas veas?

    Esas tres dijo ponindose muy cerca de su rostro y sealando tres extraas estrellas en el cielo, dos de resplandor azul y una ms pequea en medio de ellas de

    resplandor dbil y violeta. Cre que seran el cinturn de Orin pero no lo son, es muy extrao, jams las haba visto en este cuadrante, ni en ninguno.

    T Sabes de estrellas? pregunt Katherina mientras se preguntaba a si misma si acaso el no recordara algo de lo ocurrido as como ella.

    De hecho, estudio astronoma.

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

    39

    Ambos guardaron silencio y Katherina sinti como poco a poco los recuerdos de su

    vida anterior comenzaron a desaparecer, el dolor, la pena, las torturas de Rowan, el

    encuentro con las Estrellas Cero, incluso el rostro de Szilard, todo empez a

    desaparecer. Pero antes de que todo se convirtiera en nada y su vida fuera de nuevo

    una hoja en blanco Katherina le pregunto a Romn.

    Romn, crees en el destino?

    Claro! Todo est ah, escrito en las estrellas. __________________________________________________________

    Despus de eso, les fue imposible estar el uno sin el otro. Katherina se convirti en

    el ncleo de Romn y l en la felicidad de ella, todo lo que paso aqu quedo en el olvido,

    como si jams hubiera ocurrido. Yo y el verdugo nos quedamos aqu, resguardando

    este sitio, que es el destino de las almas arrepentidas. De nuevo te digo que este no es

    lugar para los vivos, es un lugar de castigo y no creo que nadie quiera estar aqu antes

    de tiempo.

    Probablemente estars adivinando quien soy. S. Yo soy Szilard: el guardin de las

    sombras. Yo estuve ah y yo eleg quedarme aqu. Ahora debes irte.

  • Pamela Catalina Ceniceros Ibarra Katherina y las dulces tinieblas

    40

    Sobre la autora

    Quiz ustedes estn habituados a una presentacin en tercera persona del autor de un libro, pero esta vez

    dejaremos que ella misma se presente:

    Soy de Mexicali Baja California, Mexico, tengo 31 aos. Escribo desde el 2005, mis dolos literarios son Stephen King, Anne Rice y J.K. Rowling, Disfruto mucho de la msica, tanto clsica como de bandas del

    estilo de apocaliptyca y HIM, me inspiran las situaciones cotidianas y mi propia vida. Mi ms bsica

    aspiracin es poder lograr que los lectores amen a mis personajes como los amo yo y ayudar a fomentar el

    grandioso habito de la lectura en las personas.

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