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Ismael Herce Diez
María de la O Pinillos García
Facultad de Ciencias Empresariales
Grado en Turismo
2014-2015
Título
Director/es
Facultad
Titulación
Departamento
TRABAJO FIN DE GRADO
Curso Académico
La competitividad del turismo español
Autor/es
© El autor© Universidad de La Rioja, Servicio de Publicaciones, 2015
publicaciones.unirioja.esE-mail: [email protected]
La competitividad del turismo español, trabajo fin de gradode Ismael Herce Diez, dirigido por María de la O Pinillos García (publicado por la
Universidad de La Rioja), se difunde bajo una LicenciaCreative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.
Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden solicitarse a lostitulares del copyright.
FACULTAD DE CIENCIAS EMPRESARIALES
TRABAJO FIN DE GRADO
GRADO EN TURISMO
La competitividad del turismo español
Autor: D. Herce Diez, Ismael
Tutor: Prof. Dª Pinillos García, Mariola
CURSO ACADÉMICO 2014-2015
2
RESUMEN
El turismo es un sector clave en la economía española, tanto en términos de PIB como de
empleo. La llegada de turistas extranjeros no deja de crecer pese a la fuerte competencia
internacional. Además, el sector turístico español ha logrado este año el primer puesto en la
clasificación internacional de competitividad publicada por el Foro Económico Mundial
(FEM) tras recuperarse de la fuerte pérdida de competitividad sufrida entre 2009 y 2011. En
este trabajo se analizan los factores determinantes de la mejora de competitividad que ha
vivido el turismo español en los últimos años y los aspectos en los que es más vulnerable. Se
concluye indicando que la fuerte competencia y los continuos cambios a los que se enfrenta
este sector obligan a estar siempre atento a las nuevas necesidades y tendencias y en contante
adaptación a las exigencias de cada momento.
Palabras clave: Competitividad, Índice de competitividad turística, Turismo.
The Spanish tourism competitiveness
ABSTRACT
Tourism is a key sector in the Spanish economy, both in terms of GDP and employment.
The arrival of foreign tourists continues growing despite the strong international competition.
In addition, after the strong competitiveness drop between 2009 and 2010, this year the
Spanish tourism leads the international ranking of tourism competitiveness published by the
World Economic Forum (WEF). This study analyzes the determinant factors of the improving
of the Spanish tourism competitiveness and the areas where it is most vulnerable. It is
concluded that the strong competition and continuous changes, which this sector constantly
faces, force to be always alert to new needs and trends and in constant adaptation to the
demands of the moment.
Key words: Competitiveness, Tourism competitiveness index, tourism
3
ÍNDICE
1.INTRODUCCIÓ 4
2. DESARROLLO 8
2.1. MARCO TEORICO: CONCEPTO Y MEDICIÓN 8
2.1.1. Competitividad y competitividad turística 8
2.1.2. Modelos de análisis de la competitividad turística 10
2.1.3. La medición de la competitividad turística 16
2.2. LA COMPETITIVIDAD DEL TURISMO ESPAÑOL SEGÚN EL ÍNDICE DE
COMPETITIVIDAD DE VIAJES Y TURISMO (ICTV) 18
2.2.1. El Índice de Competitividad de Viajes y Turismo (ICTV) del Foro Económico
Mundial 18
2.2.2. La competitividad del turismo español. Factores determinantes 22
3.CONCLUSIONES 27
4.BIBLIOGRAFÍA 30
4
1.INTRODUCCIÓN
“Durante décadas, el turismo ha experimentado un continuo crecimiento y una profunda
diversificación, hasta convertirse en uno de los sectores económicos que crecen con mayor
rapidez en el mundo […] Hoy en día, el volumen de negocio del turismo iguala o incluso
supera al de las exportaciones de petróleo, productos alimentarios o automóviles. El turismo
se ha convertido en uno de los principales actores del comercio internacional, y representa al
mismo tiempo una de las principales fuentes de ingresos de numerosos países en desarrollo.
Este crecimiento va de la mano del aumento de la diversificación y de la competencia entre
los destinos” (Organización Mundial del Turismo1)
El turismo, también es un sector clave para la economía española no sólo por el volumen
de PIB que genera y el número de personas a las que da empleo, sino por elevado efecto
arrastre que provoca y por la elevada capacidad de reacción que ha mostrado durante la crisis.
El sector venía mostrando el agotamiento del ciclo de crecimiento incluso con mayor
intensidad que la economía española. La figura 1 muestra cómo las tasas de crecimiento del
PIB turístico eran inferiores a las de la economía española en el período 2000-2007. Se
hablaba de la necesaria reconversión del sector. Como el resto de la economía española, el
turismo también fue fuertemente golpeado por la crisis internacional; pero, también ha sido
uno de los sectores que más rápidamente se ha recuperado, contribuyendo con ello al
crecimiento de la economía española.
Figura 1: VARIACIÓN INTERANUAL DEL PIB Y PIB TURÍSTICO
Fuente: Exceltur (2015)
Si en los momentos más duros de la recisión (2009), el PIB turístico caía un 5,6 por ciento,
frente al -3,6 de la economía española, la recuperación del sector turístico ha sido más rápida
1 http://www2.unwto.org/es/content/por-que-el-turismo
5
y decidida (Figura 1). El turismo español acumula dos años consecutivos de crecimiento y se
prevé que la tendencia positiva continúe en 2015, gracias a la mejora de la demanda interna, la
recuperación económica de los principales mercados emisores y la inestabilidad de los países
competidores del norte de África.
El mayor crecimiento del PIB turístico frente al total de la economía española (en 2014, el
turismo creció un 3,3 por ciento, más del doble que el PIB español) ha permitido que el
turismo gane peso porcentual en la economía española. Si, según los últimos datos
suministrados por el INE, el sector turístico representaba, en 2012, el 10,9 por ciento del PIB
total (Figura 2), las estimaciones de crecimiento de Exceltur, nos llevan a estimar que en
2014, el turismo representa el 11,34 por ciento del PIB de España.
Figura 2: PESO DEL TURISMO EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA
millones de euros 2008 2009 2010 2011 2012
PIB turismo 113.628 105.355 108.599 112.908 112.035
PIB España 1.087.788 1.046.894 1.045.620 1.046.327 1.029.279
Total 10,45 10,06 10,39 10,79 10,88
Fuente: Elaboración propia con datos del INE
Si la importancia del turismo sobre el PIB es relevante sobre el empleo aún lo es más
(Figura 3). Alrededor del 12 por ciento de los trabajadores españoles forman parte del sector
turístico.
Figura 3: PESO DEL TURISMO EN EL EMPLEO Y EL PIB
Fuente: Elaboración propia con datos del INE
El turismo es un sector en expansión. Según la OMT, tras cinco años de crecimiento
6
consecutivos, los turistas internacionales crecieron un 4,3 por ciento en 2014, alcanzando la
cifra 1.133 millones de personas. Además, los ingresos que genera el sector también
aumentaron un 3,4 por ciento a nivel mundial, llegando a los 1.245.000 millones de dólares.
En España, la llegada de turistas extranjeros no deja de batir records (Figura 4). Es el tercer
país más visitado del mundo, tras Francia y EEUU2. A principios de siglo, el número de
turistas extranjeros no superaba los 50 millones, en 2014 se llegó a los 65 millones; un dato
histórico. El crecimiento ha sido constante, exceptuando la caída sufrida en los años 2008 y
2009, coincidiendo con los primeros años de la crisis económica internacional.
Figura 4: LLEGADAS DE TURISTAS EXTRANJEROS
Fuente: Elaboración propia con datos del INE.
Los ingresos que generan los turistas extranjeros también han aumentado en los últimos
años (Figura 5). España es el país europeo que más ingresos recibe gracias al turismo
extranjero y sólo es superado por EEUU a nivel mundial3. En 2014, el turismo exterior generó
unos ingresos de más de 63 mil millones de euros.
2 Según la edición de 2015 del Panorama del turismo internacional de la Organización Mundial del Turismo (OMT). 3 Según la edición de 2015 del Panorama del turismo internacional de la Organización Mundial del Turismo
(OMT).
7
En los primeros años de la crisis se produjo una disminución de los ingresos por turismo
debido a la caída del número de turistas y no tanto al gasto medio por turista que, en España,
lleva creciendo desde 2006 (Figura 5). Actualmente, el gasto medio por turista ronda los 970
euros.
Figura 5: GASTO DE LOS TURISTAS EXTRANJEROS
Fuente: Elaboración propia con datos del INE.
El incremento tanto en el número de turistas que llegan a España, como en el gasto que
estos realizan ha provocado un aumento en la cuota de mercado que el turismo español
representa en el total del mundo (Figura 6). En 2014, España recibió al 5,74% de todos los
turistas internacionales del mundo y sus ingresos por turismo internacional suponían casi el
6% del total mundial.
Figura 6: CUOTA DE MERCADO DEL TURISMO ESPAÑOL
miles de turistas Cuota millones de $ Cuota
2010 52.677 5,55% 54.641 4,56%
2012 57.464 58.162
2013 60.675 5,58% 62.565 5,03%
2014 64.995 5,74% 65.187 5,93%
Llegadas de turistas
extranjeros
Ingresos por turismo
internacional
Fuente: Elaboración propia con datos de la OMT
8
En los últimos años los principales medios de comunicación se han hecho eco de las cifras
históricos de llegadas de turistas extranjeros4; sin embargo, no serán estos datos el objeto de
estudio de este trabajo, sino otro que también ha ocupado los titulares de los periódicos el
último año: la competitividad del turismo. Según las últimas noticias, España está a la cabeza
de la clasificación del índice de competitividad turística que realiza el Word Economic Forum
(Foro Económico Mundial)5. Este dato resulta especialmente interesante dado que, entre 2009
y 2011, el turismo español había sufrido una importante pérdida de competitividad6; un dato
negativo que se añadía a la desaceleración en el crecimiento del PIB turístico observada desde
comienzos del nuevo siglo (Figura 1) y que vino a apoyar la idea de que el modelo turístico
español tradicional estaba agotado7.
La importancia socioeconómica que este sector tiene para la economía española y la
capacidad que ha demostrado durante la crisis para adaptarse a un entorno complejo y
cambiante y contribuir positivamente al crecimiento de la economía española, justifica el
estudio de los factores que han contribuido a mejorar la competitividad internacional del
turismo español durante los años de crisis. Este es el propósito de este trabajo. Para
alcanzarlo, se delimitará, en primer lugar, el concepto de competitividad y competitividad
turística (apartado 2.1.1) para después, tras una revisión de la literatura al respecto, presentar
los modelos fundamentales para el análisis de la competitividad turística (apartado 2.1.2) y las
diferentes formas de medir la competitividad turística (apartado 2.1.3). Una vez seleccionado
el Índice de Competitividad Turística del Fondo Económico Mundial como medida de
competitividad adecuada para el propósito de este trabajo, se analizará la evolución más
reciente del índice y de la posición que nuestro turismo ha tenido en la clasificación
internacional, así como los aspectos en los que radican sus fortalezas y aquellos en los que se
es más vulnerable (apartado 2.2).
El trabajo acaba con un apartado de conclusiones.
2.DESARROLLO
2.1.MARCO TEORICO: CONCEPTO Y MEDICIÓN
2.1.1. Competitividad y competitividad turística
4 “España bate récord con 16 millones de turistas extranjeros hasta abril” El País, 22/05/2015
“El turismo aumenta en España un 5,1%, con más de 22,5 millones de turistas internacionales hasta mayo” El
Mundo, 22/06/2015 5 “España tiene el sector turístico más competitivo del mundo” El País, 6/05/2015
“España lidera el ranking de competitividad turística del Foro Económico Mundial” ABC, 6/05/2015 6 España pasa del quinto puesto al octavo en el Índice de Competitividad Turística del Fondo Económico Mundial. 7 Surge así el Plan Nacional e Integral del Turismo (2012-15) cuyo objetivo es impulsar la competitividad de las empresas y los destinos, renovar el liderazgo mundial de España y contribuir a la generación de riqueza,
empleo y bienestar (página 10).
9
Si hay un concepto recurrente en los medios de comunicación, en las agendas económicas
de los políticos y los organismos internacionales, en los objetivos estratégicos de los
directores de gestión y de producción y en los trabajos académicos y de investigación este es
el de la competitividad.
No existe, sin embargo, una definición única y generalmente aceptada de lo que se entiende
por competitividad. No obstante, todas relacionan el concepto con la capacidad de competir en
el mercado y todas coinciden en destacar que se trata de un concepto complejo, subjetivo y
multidimensional, que puede tener diferentes acepciones y que, en consecuencia, puede dar
lugar a diferentes valoraciones ya que puede aplicarse tanto a una economía nacional como
regional, como a un sector, a una empresa o a un producto.
Tras valorar diferentes definiciones de competitividad, Sánchez y Fajardo (2004)
seleccionan como definición representativa de competitividad desde una perspectiva
macroeconómica la que ofrece el World Economic Forum: “la competitividad es el grado en
el que una nación puede, bajo condiciones de mercado libres y equitativas, producir bienes y
servicios que superan las pruebas de los mercado internacionales, manteniendo y aumentando,
simultáneamente, los ingresos reales de sus habitantes a medio y largo plazo”. Desde un punto
de vista microeconómico, eligen la aportada por Porter (1990) en la que se destaca el carácter
eminentemente empresarial del término: “la competitividad es la capacidad de una
organización pública o privada, lucrativa o no, de mantener sistemáticamente ventajas
comparativas que le permitan alcanzar, sostener y mejorar una determinada posición en el
entorno socioeconómico”.
Para Porter, la competitividad de una economía depende del comportamiento de sus
empresas en el mercado, de manera que conforme el mercado se globalizaba y las relaciones
comerciales entre los países y sus empresas se ampliaban, el concepto de competitividad
evolucionada dando entrada a otros aspectos que no aparecían en las primeras definiciones. Si
en los enfoques tradicionales la competitividad de empresas y países dependía de sus ventajas
comparativas que asociaban los buenos resultados comerciales con la dotación de recursos y
la diferencia de precios, las definiciones actuales se apoyan en las ventajas competitivas que
hacen referencia a la capacidad de añadir valor a los recursos (Banco de España, 2004). Desde
esta perspectiva, el concepto de competitividad depende de un amplio conjunto de factores
institucionales, microeconómicos y macroeconómicos que contribuyen de forma conjunta a
mejorar la capacidad de las empresas para crecer y crear valor. Esta es la perspectiva en la que
se apoyan los índices de competitividad que elaboran diferentes organismos e instituciones
con el objeto de medir la competitividad de una economía, una ciudad o un sector
económico8.
Aunque la amplitud del concepto permite que pueda aplicarse a cualquier ámbito y sector
económico, autores como Ritchie y Crouch (1993) que han estudiado la competitividad del
turismo señalan que es necesario adaptar el concepto a las características específicas del sector
8 Este es el caso del Global Competitiveness Report que publica el World Economic Forum o el Doing Business que elabora el Banco Mundial.
10
y del producto. Así, en el caso del sector turístico, los determinantes de la competitividad
residen tanto en sus ventajas comparativas como en sus ventajas competitivas (Banco de
España, 2004). Las ventajas comparativas vienen determinadas por los factores que hacen que
el destino sea atractivo para el turismo como los recursos turísticos naturales (clima, paisaje,
localización geográfica, flora y fauna) y la herencia cultural y humana (tradiciones,
monumentos históricos o legado cultural). Por su parte, las ventajas competitivas serían todas
aquellas estrategias implementadas por el destino para gestionar de forma eficiente y
sostenible sus recursos a lo largo del tiempo (Cárdenas, 2011). Se trata de actuaciones que
tienen que ver con la política de precios y calidad del producto, el diseño y planificación de
una superestructura turística, el respeto del medio ambiente, la dotación de infraestructuras de
comunicación, transporte y seguridad o la creación de una imagen del destino que resulte
atractiva para el turista.
Desde esta perspectiva, el concepto de competitividad turística encaja mejor en un
planteamiento macroeconómico que permita la implicación de los agentes públicos que en un
análisis estrictamente microeconómico reservado a la gestión privada exclusivamente; un
concepto que se aproxima a del competitividad sostenible recientemente acuñado por el
World Economic Forum9: conjunto de instituciones, políticas y factores que hacen que una
nación se mantenga productiva a largo plazo, al tiempo que garantiza la sostenibilidad social y
ambiental; esto es, la participación, salud y seguridad de todos los miembros de la sociedad
(sostenibilidad social) y la gestión de los recursos que permita la prosperidad para las
generaciones presentes y futuras (sostenibilidad ambiental).
2.1.2.Modelos de análisis de la competitividad turística
Los conceptos de ventaja comparativa y ventaja competitiva proporcionan la base teórica
en la que descansan los modelos de competitividad de los destinos turísticos. La revisión de la
literatura al respecto muestra que existe cierto consenso sobre los modelos fundamentales: el
modelo de competitividad genérico y seminal de Porter (1990) y tres más específicos de la
competitividad turística: el de Poon (1993), el modelo de Calgary (Crouch y Ritchie, 1999) y
el modelo integrado de Dywer y Kim (2003).
El diamante de Porter
Porter aborda el estudio de la competitividad desde una perspectiva nacional. El entorno
macroeconómico del país, la sofisticación de las operaciones que realizan las compañías y el
entorno microeconómico en el cual compiten las empresas, son los pilares de la
competitividad nacional.
9 http://www.weforum.org/content/pages/sustainable-competitiveness/
11
Figura 7: DIAMANTE DE PORTER
Fuente: Porter (1990), en Pulido (2012)
El modelo del diamante de la competitividad de Porter recoge los cuatro elementos que
determinan la ventaja competitiva de una nación: las condiciones de los factores productivos,
las condiciones de la demanda, las características de los sectores vinculados y la estrategia
empresarial (Figura 7).
Para Porter la existencia de factores productivos como recursos humanos, físicos, de
conocimiento, de capital y tecnológicos es el punto de partida de esta ventaja competitiva. La
posesión de estas condiciones puede suponer tener una ventaja competitiva frente a otros
sectores.
La base competitiva de un sector también viene dada por las condiciones de la demanda;
esto es, el comportamiento de un sector está condicionado por las características específicas
de su demanda.
La presencia de industrias o sectores relacionados o afines estimulan el sistema gracias a
sus propias ventajas competitivas.
Por último, las características estructurales del sector y el grado de rivalidad que genera la
competencia también condicionan la organización y gestión de la empresa y el diseño de su
estrategia empresarial.
Además de estos elementos principales, Porter añade otros dos complementarios: la
casualidad y la gobernabilidad. Las acciones del gobierno tienen un impacto, tanto directo
como indirecto, en la generación de ventajas competitivas en los dist intos sectores de la
economía. Por su parte, los sucesos inesperados crean oportunidades y/o amenazas para el
sector.
12
Para Porter la productividad es esencial para la competitividad de una nación. La capacidad
para innovar tecnológicamente se traduce en un aumento en de la productividad. La
productividad mide la relación entre la producción y los factores productivos empleados.
Aunque se puede analizar en función de diversos factores, la medida de productividad más
utilizada es la que relaciona producción y factor trabajo.
Porter también analiza la competitividad a nivel empresarial con el Modelo de Rivalidad
Ampliada. El éxito de una empresa depende de su posicionamiento en el mercado y las
influencias del sector. El modelo se compone de cinco fuerzas competitivas de una industria
que afectan a las empresas (Porter, 1985): los competidores directos, los productos o servicios
sustitutivos, el poder negociador de los clientes, el poder negociador de los proveedores y la
amenaza de aparición de nuevos competidores.
A partir de los años noventa comienzan a desarrollarse modelos de competitividad
específicos para los destinos turísticos. De entre ellos, destacan las aportaciones de Poon
(1993), Ritchie y Crouch (modelo de Calgary) y Dwyer y Kim (Pulido, 2012).
Modelo de Poon (1993)
Poon sugiere cuatro estrategias que deberán seguir los destinos para ser competitivos: situar
el medioambiente en primer lugar, hacer del turismo un sector líder, fortalecer los canales de
distribución y desarrollar un sector privado dinámico.
La autora defiende que el nuevo turismo se basa en tres principios: la flexibilidad de la
demanda, la sostenibilidad y la personalización. Basándose en estos principios, Poon ofrece
unas líneas de actuación dirigidas a mejorar la competitividad de un destino: la orientación de
la producción hacia el consumo, la respuesta a la segmentación del mercado, aplicación de la
calidad total, la transferencia de la toma de decisiones a los trabajadores, el defecto cero, la
gestión de la producción, la integración diagonal, es decir, la combinación de distintos
servicios; y las alianzas estratégicas.
El modelo de Calgary (Crouch y Ritchie, 1999)
Ritchie y Crouch (2000) definen la competitividad como «la capacidad de un país para
crear valor añadido e incrementar, de esta forma, el bienestar nacional mediante la gestión de
ventajas y procesos, atractivos, agresividad y proximidad, integrando las relaciones entre los
mismos en un modelo económico y social». Para ello, los países cuentan con ventajas
comparativas y ventajas competitivas.
Los recursos, tanto naturales como creados, de los que dispone un destino forman la ventaja
comparativa. Estos recursos no tienen un valor económico por sí mismos, hay que añadirles
valor para poder conseguir un rendimiento económico. La habilidad de explotar eficaz y
eficientemente estos recursos es la denominada ventaja competitiva. Un destino turístico rico
en recursos puede ser menos competitivo que otro con menos recursos si los explota de forma
más eficaz y eficiente.
13
El comportamiento y la buena comunicación de los distintos “stakeholders” son
fundamentales para llegar a conseguir una ventaja competitiva: los gobiernos adquieren un
papel cada vez más relevante en tareas como la coordinación de los recursos o la promoción,
regulación y planificación del turismo; las asociaciones industriales participan defendiendo
los intereses de sus miembros; y otros grupos de interés como las organizaciones
medioambientales o de consumidores, vigilan el impacto ecológico, social y cultural del
desarrollo turístico.
Para Ritchie y Crouch la ventaja competitiva de un destino turístico está formada por cinco
elementos: los factores de soporte y recursos, los factores de atracción, la dirección del
destino, los determinantes restrictivos y el entorno.
Figura 8: MODELO DE COMPETITIVIDAD DE CROUCH Y RITCHIE
Fuente: Crouch y Ritchie (1999), en Reflexiones sobre la conceptualización de la
competitividad de destinos turísticos.
Según el modelo la competitividad depende de dos tipos de factores, los de atracción y los
factores de soporte y recursos (Figura 8). Pero también tiene en cuenta la existencia una
dirección del destino y las restricciones a las que se puede enfrentar.
Los factores de atracción son la fisiografía, la cultura e historia, los lazos con el mercado,
las actividades, los acontecimientos especiales y la superestructura. Estos son los elementos
primarios del atractivo del destino y el núcleo básico del modelo. Son necesarios para la
ventaja competitiva de un destino, pero no suficientes.
Los factores de soporte y recursos, facilitan el desarrollo turístico y proporcionan la base
para un sector turístico fuerte. Abarcan la infraestructura, la accesibilidad, los recursos
facilitadores y las empresas.
14
La dirección del destino son los factores externos a las empresas que gestionan la
capacidad competitiva del destino. Una política de planificación y desarrollo del destino son
importantes para conseguir un entorno en el que el turismo se pueda desarrollar y sostener.
Los determinantes restrictivos afectan al potencial competitivo del destino, pueden ser
condicionantes o amplificadores. Se trata de la localización, seguridad, imagen, marca o la
relación calidad/precio.
Para mantener la competitividad en un destino hay que tener en cuenta el entorno
competitivo (micro), del que forman parte los elementos que definen el ámbito inmediato a la
competencia como los residentes, las instituciones financieras o los miembros del negocio de
viajes; y el entorno global (macro), que se refiere a temas globales que pueden afectar a la
ventaja competitiva, tales como las tendencias demográficas, el ambiente o el desarrollo
sostenible.
El Modelo Integrado de Dwyer y Kim (2003)
Es considerado uno de los modelos de competitividad turística más completo. Toman como
referencia el modelo conceptual de Crouch y Ritchie al que añaden algunos aspectos
importantes. Según este modelo, la competitividad turística depende del entorno y de los
recursos de que dispone el destino turístico (Figura 9).
Figura 9: MODELO DE DWYER Y KIM
Fuente: Dwyer y Kim (2003)
15
Los recursos del destino son la base de la competitividad. Se dividen en recursos
heredados, recursos creados y recursos de soporte o de carácter general (Figura 9).
Los recursos heredados están formados por los recursos naturales, tales como el clima, el
paisaje o la flora y fauna; y los recursos culturales y patrimoniales, que incluyen la historia,
las tradiciones, la gastronomía y el legado artístico y cultural.
Los recursos creados que influyen en la competitividad turística son las infraestructuras
turísticas10
, los eventos especiales11
, las actividades disponibles12
, el entretenimiento13
y las
compras14
. Las atracciones turísticas construidas, como los monumentos históricos, no forman
parte de esta categoría sino de los recursos culturales y patrimoniales.
Los recursos y factores de soporte o de carácter general son también esenciales para la
competitividad del destino turístico. Forman parte de estos las infraestructuras generales
(como carreteras, aeropuertos, sistema sanitario, telecomunicaciones o red eléctrica), la
calidad del servicio, la accesibilidad, la hospitalidad y los lazos del mercado.
La calidad de los servicios es fundamental debido a la naturaleza del turismo. La
implantación de sistemas de calidad, la formación del personal o el seguimiento de la actitud
de los residentes hacia los turistas y el desarrollo turístico, son algunas líneas de actuación a
llevar a cabo para mejorar la competitividad de un destino. Por su parte, se entiende por lazos
del mercado los vínculos que el destino construye con las personas de los mercados de origen
(desde lazos comerciales, a vínculos históricos o culturales (lengua o religión común).
10 La infraestructura turística está formada por los alojamientos, restaurantes, servicios de transportes,
parques temáticos, centros de congresos, tour-operadores o agencias de viajes, entre otros. También por
servicios auxiliares como tiendas, parkings o comisarías de policía. 11 Los eventos especiales son aquellos en los que el visitante puede participar, como expos internacionales, o aquellos en los que es significativo estar presente, como bodas reales o finales de competiciones deportivas.
Estos eventos además de poder producir beneficios económicos también crean otros beneficios sociales y
culturales más intangibles. 12 Las actividades disponibles se refieren a las instalaciones recreativas y deportivas, desde pistas de esquí
hasta discotecas. Una oferta variada de actividades, productos turísticos y experiencias atraerá a distintos
segmentos del mercado
13 La categoría entretenimiento engloba aquellas actividades en las que el visitante toma el
papel de “espectador” como en festivales de teatro o cine.
14 Las compras son un elemento importante en algunos destinos turístico y un elemento
cada vez más importante, sobre todo entre los turistas asiáticos.
16
Además de los recursos disponibles, la competitividad del destino turístico según el
modelo de Dwyer y Kim, depende del entorno; esto es, de las condiciones situacionales, la
gestión del destino y las condiciones de la demanda (Figura 9).
Las condiciones situacionales pueden reducir o aumentar la competitividad del destino y
vienen determinadas por la localización; el entorno competitivo, es decir, la capacidad, las
estrategias y la estructura de las empresas y las organizaciones del destino; el entorno global,
formado por factores políticos, económicos, sociales y culturales y tecnológicos; la seguridad
y protección, que confiere la estabilidad política, la ausencia de crímenes y terrorismo y, por
último, la competitividad en precios.
La gestión del destino se apoya en cinco pilares: la gestión de marketing del destino; la
planificación y desarrollo, la gestión de las organizaciones, que precisan de coordinación,
información y evaluación; el desarrollo de los recursos humanos; y la gestión
medioambiental.
Por último, las condiciones de la demanda. Un mismo destino puede ser competitivo para
un tipo de turistas y no para otro, dependiendo de las motivaciones del viaje, las
características personales del turista, sus preferencias y expectativas, la imagen y la
percepción que tengan del destino.
Según los autores el conjunto de todos estos factores y su interrelación llevan a conseguir
la competitividad de los destinos turísticos, que tiene como objetivo final la mejora del nivel
de vida y de bienestar de los residentes del destino. Para cuantificar la competitividad, los
autores establecen una serie de indicadores que miden los distintos factores, aunque reconocen
que podrían ser otros distintos.
2.1.3.La medición de la competitividad turística
Una vez delimitado el concepto y conocidos los principales modelos de análisis, queda
medir la competitividad con la que actúa este sector en un determinado momento y lugar. Si
bien, los mismos autores que proponían los modelos de análisis, también planteaban una lista
de indicadores cualitativos y cuantitativos con los que valorar los diferentes elementos del
modelo y cuantificar en última instancia la competitividad del turismo, en la práctica, la
competitividad del turismo se mide mediante variables o indicadores de los que se dispone de
información rápida, fiable, periódica y comparable en el tiempo y el espacio. Normalmente
son variables económicas que publican oficialmente las oficinas de estadística de los países o
indicadores publicados por organismos públicos o privados dedicados a ofrecer una medida de
competitividad del turismo.
17
El Banco de España (2004) ofrece una recopilación de las principales formas de medición
de la competitividad turística. De entre las variables económicas utilizadas como indicador de
competitividad destacan cuatro: las cuotas de mercado, la tasa de cobertura, los índices de
precios relativos, el índice de tipo de cambio efectivo real y los indicadores de márgenes
La cuota de mercado trata de valorar la importancia del sector turístico español en del
mundo suponiendo que a mayor cuota, mayor competitividad. Se miden mediante el cociente
del número de turistas recibidos sobre el flujo total de turistas en el mundo y/o la ratio
ingresos por turismo en el total mundial.
La tasa de cobertura valora en qué proporción (en tanto por ciento) las exportaciones de
turismo cubren las importaciones de turismo. Se supone que cuanto mayor sea la tasa, mayor
es la competitividad del turismo en ese país.
Los índices de precios relativos valoran la competitividad en precios del turismo. Se
utilizan como referencia los principales países emisores de turistas y los precios utilizados son
tanto los precios de consumo como los precios de los servicios de alojamiento y restauración.
Los índices de tipo de cambio valoran la competitividad vía tipo de cambio dado que la
relación entre la moneda de destino y de origen puede afectar considerablemente al precio
final del producto turístico. El Banco de España elabora un índice de competitividad en el que
los índices de tipo de cambio se ajustan con diferentes índices de precios (de consumo,
industriales, de exportaciones…). El Índice de tendencia de competitividad turística del
Instituto de Turismo de España también se elabora a partir de la evolución de los precios de la
oferta española en relación a otros países y de la variación relativa de las tasas de cambio
nominales que encuentra el turista cuando llega a España.
Los indicadores de márgenes, por su parte, relacionan los índices de precios con los
deflactores de costes. En el caso del turismo, las medidas de márgenes que se utilizan son el
indicador de rentabilidad relativa (diferencial de crecimiento entre el deflactor de los ingresos
turísticos y el deflactor del valor añadido de la rama de actividad que suele ser la rama de
hostelería y restauración) y el indicador de margen unitario (peso del excedente bruto de
explotación en el valor añadido).
También es frecuente valorar la competitividad turística a través de los indicadores de
competitividad elaborados por instituciones internaciones como el Consejo Mundial de
Turismo y Viajes (WTTC) o el Foro Económico Mundial (WEF), como escuelas de negocios
como el Instituto Internacional para el Desarrollo Directivo (IMD) o asociaciones de empresas
del sector como Exceltur. Todos ellos toman como referencia teórica los modelos de
competitividad turística presentados en el apartado anterior, para definir un número de pilares
clave en la competitividad de un destino turístico, que se valoran a partir de una selección de
variables relacionadas con la competitividad turística.
Los trabajos de investigación que tratan de valorar la competitividad turística proponen sus
propias medidas de competitividad turística a partir del uso de técnicas estadísticas como, por
ejemplo, los modelos logísticos (Sánchez y Fajardo, 2004).
18
2.2.LA COMPETITIVIDAD DEL TURISMO ESPAÑOL SEGÚN EL ÍNDICE DE
COMPETITIVIDAD DE VIAJES Y TURISMO (ICRV)
El propósito de este trabajo era analizar la competitividad del turismo español en el
contexto internacional, tratando de identificar los aspectos en los que radican sus fortalezas y
aquellos en los que se es más vulnerable. El Índice de Competitividad de Viajes y Turismo del
Foro Económico Internacional facilita el logro de este objetivo dado que ofrece datos de
entorno a noventa variables que influyen en la competitividad de un destino turístico, para 141
países, desde 2007 hasta la actualidad.
2.2.1. El Índice de Competitividad de Viajes y Turismo (ICTV) del Foro Económico
Mundial
Desde el año 2007, el Foro Económico Mundial mide a través de un índice "el conjunto de
factores y políticas que permiten el desarrollo sostenible del sector de Viajes y Turismo, que a
su vez, contribuyen al desarrollo y la competitividad de un país".
El índice se compone de catorce pilares que se agrupan en 4 subíndices (Figura 10). Cada
uno de los pilares se calcula mediante una media no ponderada de las variables que lo
componen. A su vez, los subíndices son calculados con la media no ponderada de los pilares
incluidos dentro de cada uno. Por ejemplo, el subíndice Recursos naturales y culturales es el
resultado de la media no ponderada de los pilares Recursos naturales y Recursos culturales y
turismo de negocios.
Figura 10: ESQUEMA DE COMPETITIVIDAD TURÍSTICA
Fuente: Informe de Competitividad Turística 2015, Foro Económico Mundial
19
Al calcular medias no ponderadas todos los subíndices tienen el mismo peso en el índice
fina, y todos los pilares el mismo peso dentro de sus respectivos subíndices.
Los datos para calcular el índice provienen tanto de Encuestas de Opinión Ejecutivas
realizadas Foro Económico Mundial a directores ejecutivos y responsables de todas las
economías analizadas, como de fuentes externas. Cada dato está medido en la unidad de
medida propia de la variable que cuantifica; sin embargo, el índice tiene un valor
comprendido entre uno (valor menos competitivo) y siete (valor más competitivo). Para
lograrlo, todos los indicadores que forman los pilares han de tener, igualmente, un rango de
valores comprendido entre uno y siete. Por ello, es necesario realiza una normalización de
aquellos datos que no se adapten a estas cifras a través de una fórmula de conversión
previamente establecida por el Foro Económico Mundial (FEM, 2015)
Con estos datos, Foro Económico Mundial realiza un informe sobre la competitividad del
turismo de un número importante de países (actualmente 141 países). Aunque este informe
fue anual en sus primeros años, a partir de 2009, se publica cada dos años, siendo el último el
de este año 2015.
La metodología de elaboración del índice ha evolucionado con el tiempo tratando de
ofrecer un índice más acorde con la realidad del turismo. Así, aunque algunos de los factores
no han cambiado, otros se han ido incorporando y otros han adquirido mayor o menor
relevancia. A la vez, las mediciones y los datos disponibles han mejorado con el tiempo al
disponer de técnicas y fuentes de información mejores. Por ejemplo, aunque se sigue basando
en catorce pilares, en esta edición se organizan en cuatro subíndices y no en tres como en
ediciones anteriores (Figura 10). En la última edición, se han reordenado algunos pilares,
creando un subíndice específico para las infraestructuras (Infraestructuras) y separando los
aspectos del entorno que afectan al crecimiento de la economía en general (Entorno propicio),
de los que inciden directamente en el sector turístico (Políticas y condiciones facilitadoras de
viajes y turismo). También se ha incorporado al subíndice Entorno propicio los recursos
humanos y mercado laboral, dejando a los recursos naturales y culturales solos en un
subíndice.
Un análisis más exhaustivo del índice obliga a conocer, aunque sea brevemente, los
indicadores de cada pilar.
El subíndice Entorno propicio se compone de 5 pilares: ambiente de negocio, seguridad y
vigilancia, salud e higiene, recursos humanos y mercado laboral e implantación y uso de
nuevas tecnologías.
1 Ambiente de negocios.
Este pilar, compuesto por doce indicadores, mide la existencia de un entorno propicio para
hacer negocios. Tiene en cuenta aspectos como la protección de la propiedad privada o la
eficiencia del marco normativo; el impacto de la fiscalidad y la política de competencia, tanto
interna como externa, sobre la eficiencia y la productividad del país; o el coste y tiempo
necesario para conseguir permisos de construcción y de apertura de un negocio.
20
2 Seguridad y vigilancia.
Consta de cinco indicadores con los que se trata de valorar la seguridad del destino. Se
tiene en cuenta el crimen común y la violencia, así como el terrorismo y el grado de confianza
que se puede tener en la policía.
3 Sanidad e higiene.
Formado por seis indicadores que valoran aspectos importantes para la salud y bienestar
del turista como el saneamiento y acceso al agua potable, la atención por parte del sistema
sanitario del país, la incidencia de enfermedades infecciosas como el Sida o la Malaria.
4 Recursos humanos y mercado de trabajo.
Medido por nueve indicadores, está compuesto por dos subcomponentes: la calidad del
sistema educativo y de la formación y la adaptación del mercado laboral a las habilidades
adquiridas durante la educación.
5 Implantación TIC.
Los servicios y negocios online han tenido un importante crecimiento, especialmente en el
este sector. No solo es importante la existencia de unas infraestructuras modernas (cobertura
móvil o calidad del suministro eléctrico), sino también la capacidad de las empresas y los
individuos para usarlos. Este pilar se mide a partir de ocho indicadores.
El subíndice Políticas y condiciones facilitadoras de viajes y turismo, está constituido por
4 pilares todos ellos relacionado con políticas específicas y aspectos estratégicos que tienen un
impacto más directo sobre el sector. Son los siguientes:
6. Priorización de viajes y turismo.
Los gobiernos pueden destinar fondos para el desarrollo del turismo y actuar como
coordinadores de los actores y los recursos. La estabilidad de las políticas de un gobierno
puede atraer inversiones privadas. También pueden atraer directamente a los turistas mediante
campañas de marketing. Este pilar, compuesto por seis indicadores, incluye medidas de gasto
público, la efectividad de las campañas de marketing y marca país, y la calidad de los datos
que se ofrecen a los organismos internacionales sobre el sector turístico, como indicador de la
importancia asignada por el país a este sector.
7. Apertura internacional.
Un sector turístico competitivo exige una cierta apertura exterior. Las políticas restrictivas,
como la implantación de visados hacen que el destino sea menos atractivo para el turista. Los
tres indicadores que miden este pilar se refieren a los acuerdos aéreos bilaterales que permiten
las conexiones aéreas entre países y el número de acuerdos comerciales en vigor, que
posibilitan la oferta de servicios turísticos a nivel mundial.
8. Competitividad en precio.
21
Unos costes más bajos incrementan el atractivo para ciertos turistas e inversores. Este pilar,
que consta de cuatro indicadores, tiene en cuenta los impuestos sobre los pasajes aéreos y las
tasas aeroportuarias; el precio de los alojamientos; el coste de vida medido en paridad de
poder adquisitivo y el precio de los combustibles.
9. Sostenibilidad ambiental.
Las políticas y factores que garantizan la sostenibilidad del medio ambiente suponen una
ventaja competitiva para asegurar un entorno natural atractivo y sostenible para el destino.
Indicadores políticos como el rigor y cumplimiento de las regulaciones medioambientales del
gobierno y variables que evalúan el estado de las aguas, los recursos forestales y los fondos
marinos, conforman los diez indicadores de este pilar. Además, se tiene en cuenta el impacto
ambiental del propio turismo y la importancia que el gobierno da al desarrollo sostenible del
turismo.
El tercer subíndice es el de Infraestructuras y trata de medir la disponibilidad y calidad de
estas a partir de 3 pilares:
10. Infraestructuras de transporte aéreo.
Valora la calidad del transporte aéreo a partir de indicadores como la densidad de
aeropuertos, el número de salidas o el número de compañías aéreas que operan.
11. Infraestructuras terrestres y portuarias.
Para el turismo es esencial la disponibilidad de una red de transporte accesible que conecte
las principales atracciones turísticas y centros de negocios. Este pilar se mide a partir de siete
indicadores que valoran aspectos como la calidad de las carreteras y puertos o la densidad de
estos.
12. Infraestructuras de servicio turístico.
Los cuatro indicadores de este pilar miden la calidad de los alojamientos, resorts y centros
de ocio. Se tienen en cuenta el número de habitaciones de alto nivel o el grado de acceso a
servicios como cajeros automáticos o el alquiler de coches.
El cuarto subíndice es el de Recursos naturales y culturales, recursos que, en muchas
ocasiones son los que constituyen las razones para viajar.
13. Recursos naturales.
Entre los cinco indicadores de este pilar se tiene en cuenta el número de espacios naturales
declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, así como la belleza de los paisajes, la
riqueza de la fauna y el porcentaje de áreas protegidas.
14. Recursos culturales y viajes de negocios.
También compuesto por cinco indicadores, en este pilar se incluyen el número de sitios
22
Patrimonio de la Humanidad, el número de estadios capacitados para albergar grandes eventos
deportivos y culturales o el número de búsquedas en internet sobre los recursos culturales y de
entretenimiento del país. La cantidad de reuniones de asociaciones internacionales en el país
también se tienen en cuenta.
2.2.2. La competitividad del turismo español. Factores determinantes
España, con más de 60 millones de llegadas, es el tercer país más visitado del mundo tras
Francia y Estado Unidos. Por primera vez, lidera el ranking de competitividad turística del
Foro Económico Mundial con una puntuación de 5,31 sobre 7. Esta buena puntuación se debe
principalmente a la existencia de recursos turísticos, naturales y de herencia cultural humana,
así como una buena red de transporte e infraestructuras turísticas. Una política turística eficaz,
en forma fomento de la Marca País y de campañas publicitarias, también ha sido importante
para la mejora de la competitividad turística española (Figura 11).
Figura 11: PILARES DE LA COMPETITIVIDAD TURÍSTICA ESPAÑOLA
Fuente: Elaboración propia con datos del Foro Económico Mundial (2015)
Con un 6,7/7, España se coloca en primer lugar en cuanto a recursos culturales y viajes de
negocios. Es el segundo país del mundo, tras Italia, con más sitios patrimonio de la
23
humanidad, suman un total de 40. Además, cuenta con 11 expresiones culturales declaradas
patrimonio inmaterial y con 36 estadios de gran capacidad para la realización de eventos
deportivos y culturales. Por otro lado, es uno de los países con más búsquedas online para
entretenimiento. En lo relativo a los viajes de negocios, España es el tercer país con más
reuniones de asociaciones internacionales. Se celebran 565.5 al año de media.
Los recursos naturales, aunque ocupan un puesto más modesto, el 14, también son
importantes en la competitividad española. Son destacables los 4 sitios naturales declarados
patrimonio de la humanidad o que el 25,3% del total del territorio tenga algún tipo de
protección medioambiental. Las búsquedas online de España como destino natural también
son abundantes.
Otro pilar importante para la competitividad del turismo español son las infraestructuras
turísticas. Reciben una puntuación de 6,6/7 y se colocan en el cuarto puesto. España cuenta
con una amplia red establecimiento y dotación de camas (hay 1,9 habitaciones de hotel por
cada 100 habitantes; décimo lugar). Ocupa el noveno puesto en probabilidad de que los
viajeros de negocios, que vienen por primera vez, extiendan su viaje por cuestiones de ocio.
La cantidad de cajeros automáticos que aceptan tarjeta Visa es elevada, 1390.8 por cada
millón de habitantes.
Las infraestructuras de transporte también son pilares importantes de la competitividad
turística española.
Las infraestructuras de transporte aéreo ocupa el puesto 12, con un 4,9, gracias a las 157
aerolíneas que operan en el país; la calidad de las infraestructuras de transporte aéreo, que
ocupan el décimo puesto con un 6/7, por su eficiencia y extensión; o la cantidad de plazas
disponibles para vuelos internacionales.
Las infraestructuras de transporte terrestre y portuario ocupan el décimo puesto con un
5,5/7. Las mejor situadas, en el cuarto puesto, son las infraestructuras ferroviarias por su
extensión y eficiencia. La red de transporte terrestre (autobuses, trenes taxis), con una
puntuación de 6,2, se coloca en el 5 puesto del ranking y es una de las que mejor servicio da, y
las infraestructuras portuarias con un 5,8 en el 9 puesto.
Ocupa el sexto lugar del mundo en el pilar de priorización de la industria turística. Se
valora la disponibilidad de los datos sobre la industria de turismo y viajes. La priorización de
la industria turística por parte del gobierno es elevada. El gobierno español gasta un 6,5% del
presupuesto en Turismo, siendo uno de los países europeos que más invierte en este concepto.
También se valora positivamente la eficacia de las campañas de marketing para dar a conocer
el destino España y atraer turistas. La Marca País está valorada con un 88,1/100 colocándose
24
en el puesto número 11.
Ahora bien, también hay ámbitos en los que el turismo español es más vulnerable desde el
punto de vista de su competitividad. Las peores calificaciones se obtienen por el ámbito
empresarial, la competitividad de los precios y la rigidez del mercado laboral.
Uno de los peores resultados es el del pilar que tiene que ver con el ambiente de negocios.
Se encuentra en el puesto 100 del ranking con una nota de 4,1/7. Se ve afectado
negativamente por los costes de la burocracia, el marco legal y los impuestos.
La tardanza y el coste de los permisos de construcción se sitúan en los puestos 117 y 110
de sus respectivos rankings. De media, se necesitan 229 días para conseguirlo y supone un
5,2% del coste de la construcción total. El tiempo medio para abrir un negocio son 13 días
(puesto 73) y supone un 4,6% del producto interior bruto per cápita.
Además, España ocupa los puestos muy bajos en los apartados relacionados con los
impuestos. Desincentivan tanto el trabajo como la inversión. El total de impuestos suponen un
58,2% del beneficio, lo que coloca a España en el puesto 123 de este ítem.
El marco legal es poco eficaz. La resolución de litigios de los negocios privados obtiene
una nota de 3,4/7 y se coloca en el puesto 90. Además, el sistema legal español también es
ineficiente a la hora de que las empresas puedan cuestionar las acciones y normativas del
gobierno (puesto 86, 3,2). Las leyes tampoco incentivan la inversión extranjera, el impacto de
las normas sobre la inversión extranjera directa, ocupa el puesto 90.
La competitividad en precio es baja. Ocupa el puesto 105 con una puntuación de 4,2. Las
causas de esta mala valoración son mas debidas al comportamiento general de la economía,
como el alto precio del petróleo (1,75 dólares por litro, puesto 102), que al particular del
sector, ya que el índice de precios hoteleros se coloca en el puesto 34, con un precio medio de
121,6 dólares, por habitación y noche, en un hotel de gama alta. Además, los costes de entrada
no son muy altos, consigue un 82,5/100 en el indicador de tasas aeroportuarias e impuestos
sobre entradas, en el puesto 55.
España ocupa el puesto 41 en pilar de apertura internacional y obtiene en este apartado un
3,9/7, su peor valoración en el índice de competitividad turística. Este llamativo dato es
debido a las elevadas exigencias en cuanto a la concesión de visados (puesto 72) y a los
escalos acuerdos bilaterales de transporte aéreo (puesto 102). Sin embargo, su pertenencia a la
Unión Europea le supone el primer puesto, junto a los otros 27 estados miembros, en número
de acuerdos comerciales en vigor.
25
En cuanto al pilar de recursos humanos y mercado de trabajo, destaca la buena valoración
en la formación de los recursos humanos pese a la poca inversión de las empresas en la
formación de sus trabajadores, pero el mercado laboral ocupa una peor posición, la 54, con
una nota de 4,5/7. En España existe un gran desajuste entre la productividad y los salarios,
(donde España ocupa el peor puesto en todo el índice: el 125). Además se destaca que el
mercado laboral es rígido, las prácticas de contratación y despido ocupan el puesto 113. Por lo
contrario, ocupa el décimo puesto a la hora de encontrar empleados calificados.
En conclusión, se puede decir que España apoya su competitividad turística en los
subíndices de Infraestructuras y Recursos naturales y culturales. En el subíndice de Políticas
y condiciones facilitadoras de viajes y turismo la priorización de la industria turística sirve
como contrapeso a la baja competitividad de los precios. En cambio, el Entorno propicio se ve
lastrado por las dificultades económicas.
Figura 12: EVOLUCIÓN DE ESPAÑA EN EL ICTV
Fuente: Elaboración propia con datos del FEM
Si analizamos la evolución de del índice de competitividad turística desde 2007 se observa
que España ha conseguido pasar del puesto 15, en la primera edición del ICTV, al primer
puesto en la edición de 2015. Desde el 2011, que descendió al puesto 8, la subida en el
ranking ha sido muy acentuada. La mejora en posición contrasta con la evolución de las
calificaciones, ya que estas permanecen prácticamente constantes. En el año 2007 la
puntuación fue de 5,18 mientras que en el 2015 ha sido de 5,31; una subida mínima a pesar de
los 14 puestos de diferencia en la clasificación entre los dos años. También es llamativo que
del año 2013 al 2015 se produjera una leve caída de la puntuación, y sin embargo España
ascendiera 4 puestos en la clasificación mundial de competitividad turística.
26
Puesto que la explicación de la mejora en la posición del ranking no parece estar tanto en el
aumento de la puntuación lograda, sino en la situación respecto a los demás; esto es, estar
mejor posicionado que los demás, se hace necesario un análisis que permita la comparación
no ya con todos los países considerados por el FEM sino con aquellos con los que el turismo
español debe compararse. El último informe de competitividad turística del FEM situaba a
España en la región “sur y oeste de Europa” dentro de “Europa y el Cáucaso”. En la región
“sur y oeste de Europa” están incluidos quince países, además de España: Francia, Alemania,
Suiza, Italia, Austria, Países Bajos, Portugal, Bélgica, Luxemburgo, Grecia, Croacia, Chipre,
Eslovenia, Malta, Montenegro, Macedonia, Serbia y Albania. Este será el conjunto de países
respecto a los cuales compararemos el sector turístico español con el fin de confirmar, o no,
los factores determinantes de su competitividad y valorar la evolución entre 2008 y 2015. Es
el conjunto de países más próximo a España, tanto geográficamente como en el tipo de
turismo prestado. Podríamos considerarlos los competidores directos del turismo español. Hay
que destacar además, dentro del grupo se encuentran cinco, de los seis, países europeos del
Top 10.
Figura 13: COMPETIVIDAD DEL TURISMO. ESPAÑA VS “SUR-OESTE DE
EUROPA”. 2008-2005.
Fuente: Elaboración propia con datos del FEM.
La Figura 13 permite valorar cómo han evolucionado los trece pilares tanto en el caso de
España como del entorno más próximo entre 2008 y 201515
. Además permite apreciar los
15Son 13 y no 14 pilares tal y como se ha explicado ya que el pilar del 2015 “Apertura internacional” y
“Predisposición al turismo” del 2008 no son equiparables.
27
puntos fuertes y débiles del turismo español frente a sus competidores más directos.
En 200816
, España tenía una gran ventaja frente al entorno en lo relacionado con los
recursos turísticos, destacando en los recursos culturales. También se posicionaba por delante
de la media en las infraestructuras, sobre todo en las infraestructuras turísticas en las que
conseguía la máxima puntuación. La priorización del turismo también destacaba sobre la
media. Por lo contrario, se situaba por debajo de la media en el entorno de negocios, en la
sanidad e higiene, en seguridad y recursos humanos.
En 2015, España mantiene los mismos puntos fuertes incluso con más distancia a la media.
Mejora en seguridad y en sanidad e higiene, situándose en la media. Los recursos humanos
también se sitúan en la media, pero baja tanto la puntuación en España como la media del
entorno. El ambiente de negocios también baja en ambos casos si bien España sigue por
debajo de la media. Por último, ambos mejoran en las tecnologías de la información y
comunicación (ITC, por sus siglas en inglés), pero España se sitúa mejor que el entorno.
3. CONCLUSIONES
La industria turística está sufriendo grandes cambios a nivel global. El creciente número de
turistas viene acompañado de cambios y diversificación en los gustos de los turistas y de un
aumento de la competencia entre los destinos turísticos, que cada vez son más numerosos y
competentes.
En este contexto tan exigente, la competitividad del turismo español ha mejorado
alcanzando el primer puesto de la calificación mundial. Este es un hecho importante ya que el
motivo principal que llevó a elaborar el Plan Nacional e Integral de Turismo (PNIT) fue que
“la actividad turística en España había sufrido una pérdida importante de competitividad en
los últimos años y la sostenibilidad económica, social y medioambiental estaba en entredicho
de cara al futuro. Se apuntaba al fin de un ciclo económico que había comenzado hace algo
más de 50 años”17
. De hecho, el objetivo del PNIT ha sido impulsar la competitividad de las
empresas y los destinos turísticos españoles, renovar el liderazgo mundial de nuestro país en
turismo y contribuir a la generación de riqueza, empleo y bienestar de los ciudadanos.
La mejora de competitividad lograda en el Índice de Competitividad de Turismo y Viajes
(ICTV) parece demostrar que se han conseguido los objetivos del PNIT. Sin embargo, para
llegar a esta conclusión deberíamos preguntarnos primero si el índice del FEM valora
adecuadamente la competitividad turística y cuáles son los factores determinantes de la
competitividad turística en España.
16 No se toma el año 2007 debido a que los cambios metodológicos en los pilares no lo hacía comparable con
2015. 17 PNIT, página 10.
28
Metodológicamente hablando, el ICTV se ajusta, en cuanto a los pilares y variables que
valora, a las recomendaciones de los modelos teóricos de análisis de la competitividad
turística.
No obstante, la elaboración del índice ha recibido críticas que vienen motivadas por el
hecho de que sea el resultado de medias no ponderadas. Los críticos señalan que todos los
subíndices tienen el mismo peso en el índice final, cuando no todos los aspectos son igual de
determinantes a la hora de elegir un destino turístico. En nuestra opinión, esto no es del todo
cierto ya que los cuatro subíndices no están compuestos por el mismo número de pilares. De
esta forma cuanto menos numerosos sean los pilares de un subíndice más peso tendrán estos
en índice final. Por ejemplo, el pilar de Recursos naturales tiene más importancia que el
Ambiente de negocios.
Los cambios metodológicos que ha ido realizando el ICTV a lo largo del tiempo el tratando
de valorar mejora la competitividad del sector han sido, en nuestra opinión, favorables para
España. Mientras que en 2015, se ha observado una caída en la calificación de todos los países
del Top 10, en España la caída ha sido menos intensa. España se ha visto favorecida por el
aislamiento de los recursos culturales y naturales en un subíndice y por la creación del
subíndice de infraestructuras, ambos con excelentes calificaciones. Con los cambios
metodológicos citados, España consigue tener dos subíndices fuertes que hacen contrapeso al
peor resultado del Entorno propicio. Podríamos decir que Suiza, que había liderado el ranking
en todas las anteriores ediciones, es el caso contrario, ya que es el país del Top 10 que más
negativamente se ha visto afectado con el cambio. La separación de los recursos turísticos de
los recursos humanos hace que en el subíndice de recursos culturales y naturales tenga una
baja calificación que no se ve compensada con el buen resultado que suiza tiene recursos
humanos. Siempre que los cambios metodológicos supongan incorporar más aspectos
relacionados con la competitividad en el turismo nos puede resultar beneficioso dado que “la
enorme variedad de recursos turísticos de toda índole con los que cuenta nuestro país nos
permite diversificar la oferta y segmentar la demanda” (Rodríguez Antón, 2013). Por ejemplo,
si el índice incorporara la gastronomía como factor clave para la competitividad turística,
España saldría claramente beneficiada.
Tras el análisis llevado a cabo podemos concluir que los factores determinantes de la
competitividad del turismo español son fundamentalmente la existencia de recursos turísticos
naturales y de herencia cultural humana, así como una buena red de transporte e
infraestructuras turísticas, el fomento de la Marca España y la eficacia de las campañas
publicitarias. Posiblemente estas dos últimas sean las medidas del PNIT que mejores
resultados en mejora de competitividad turística ha logrado, según el ICTV. Por el contrario,
los elementos en los que el turismo español es más vulnerable son aspectos como la rigidez
del mercado laboral y las dificultades burocráticas, legales e impositivas para hacer negocios,
así como la baja competitividad en precios, no tanto en el sector sino en la economía en su
conjunto, las exigencias en cuanto a concesión de visados y los escasos acuerdos bilaterales en
el transporte aéreo. Así por ejemplo, la menor competitividad vía precios hace que España no
pueda competir con países como los del norte de África, el sudeste asiático o países del este
29
del mediterráneo, como Turquía, que ocupan puestos altos del pilar de “competitividad en
precios” del ICTV , siendo fundamental este aspecto en el turismo del “sol y playa”.
El ranking del ICTV demuestra que la competitividad es un término relativo, no sirve solo
con ser bueno, sino con ser mejor que el resto. Esto es todavía más importante en turismo, ya
que la demanda es muy excluyente, es decir, si decide viajar a un destino no lo hace a otro.
De cara a mejoras de competitividad futuras cabría esperar que el sector debiera trabajar en
aquellos aspectos en los que tiene debilidades con el fin de eliminarlas. Sin embargo, el sector
también debe preocuparse por mantener y mejorar, si cabe, sus fortalezas. Esta idea encaja
con el concepto de competitividad sostenible, preocupado por el crecimiento en el largo plazo
que garantice la sostenibilidad social y medioambiental. La fuerte competencia y los
continuos cambios a los que se enfrenta este sector obligan a estar siempre atento a las nuevas
necesidades y tendencias turísticas y en contante adaptación a las exigencias de cada
momento; exigencias que pueden convertirse en oportunidades.
30
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