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LA IMPORTANCIA DEL JUEGO EN LA CLASE DE LENGUAS Victor Manuel Galán Hernández Facultad de Lenguas Universidad Autónoma del Estado de México Resumen: El juego es una actividad presente en los seres humanos, mediante el que se pueden desarrollar habilidades motrices, sociales y lingüísticas; además también a través de él, quien juega crea sus propias representaciones de la realidad. Por esta razón, el juego puede concebirse como un elemento didáctico que puede ser utilizado para fomentar el aprendizaje de idiomas debido a que presenta diferentes ventajas al llevarse a cabo como una actividad cotidiana en el contexto de la clase: se adquieren habilidades para el aprendizaje, la memorización, la comprensión y la aplicación de las estructuras lingüísticas del idioma. Asimismo, el alumno aprende a desenvolverse en un ambiente social en el que utiliza el idioma que está aprendiendo, aprende a tomar iniciativas, a seguir reglas, a buscar soluciones, a trabajar de manera colaborativa, a desarrollar la tolerancia y a comunicarse en otro idioma. Aunado a lo anterior, si el juego se utiliza como recurso didáctico, el profesor puede atraer la atención de los alumnos hacia aquellos elementos o competencias que considera centrales durante el proceso de aprendizaje, generando un aumento en la motivación de sus alumnos. Palabras clave: enseñanza, lenguas, recurso, juego, motivación EL JUEGO El juego es una actividad que se encuentra presente en los seres vivos y el ser humano no está exento de él, pues es parte de su desarrollo. El niño, desde los primeros días de su existencia busca y tiene contacto con su medio y otros individuos a través de actividades como el juego, con las que desarrolla diferentes habilidades tanto lingüísticas, como motrices y sociales. Al ser parte de un ambiente social que se ve afectado por los cambios políticos, económicos y sociales, los individuos construyen su identidad y sus conocimientos a partir de las experiencias a las que se enfrenta, por lo que se encuentra que el juego ayuda a la evolución del yo individual y social (López, 2008). ISBN: 978-607-9136-88-8

La Importancia del Juego - cenedic.ucol.mxcenedic.ucol.mx/fieel/2013/ponencias_pdf/25.pdf · compartir la experiencia con otros, también lleva a cabo un proceso de aprendizaje en

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LA IMPORTANCIA DEL JUEGO EN LA CLASE DE LENGUAS

Victor Manuel Galán Hernández Facultad de Lenguas

Universidad Autónoma del Estado de México

Resumen: El juego es una actividad presente en los seres humanos, mediante el que se

pueden desarrollar habilidades motrices, sociales y lingüísticas; además también a

través de él, quien juega crea sus propias representaciones de la realidad. Por esta

razón, el juego puede concebirse como un elemento didáctico que puede ser utilizado

para fomentar el aprendizaje de idiomas debido a que presenta diferentes ventajas al

llevarse a cabo como una actividad cotidiana en el contexto de la clase: se adquieren

habilidades para el aprendizaje, la memorización, la comprensión y la aplicación de las

estructuras lingüísticas del idioma. Asimismo, el alumno aprende a desenvolverse en

un ambiente social en el que utiliza el idioma que está aprendiendo, aprende a tomar

iniciativas, a seguir reglas, a buscar soluciones, a trabajar de manera colaborativa, a

desarrollar la tolerancia y a comunicarse en otro idioma.

Aunado a lo anterior, si el juego se utiliza como recurso didáctico, el profesor

puede atraer la atención de los alumnos hacia aquellos elementos o competencias que

considera centrales durante el proceso de aprendizaje, generando un aumento en la

motivación de sus alumnos.

Palabras clave: enseñanza, lenguas, recurso, juego, motivación

EL JUEGO

El juego es una actividad que se encuentra presente en los seres vivos y el ser

humano no está exento de él, pues es parte de su desarrollo. El niño, desde los primeros

días de su existencia busca y tiene contacto con su medio y otros individuos a través de

actividades como el juego, con las que desarrolla diferentes habilidades tanto

lingüísticas, como motrices y sociales. Al ser parte de un ambiente social que se ve

afectado por los cambios políticos, económicos y sociales, los individuos construyen su

identidad y sus conocimientos a partir de las experiencias a las que se enfrenta, por lo

que se encuentra que el juego ayuda a la evolución del yo individual y social (López,

2008).

ISBN: 978-607-9136-88-8

A través del juego el niño se constituye, entonces, como un ser social debido al

contacto que tiene con los demás (Mariotti, 2010). Dicho contacto interpersonal se

puede apreciar claramente a través de los diferentes juegos que realizan los niños,

además también a través de ellos se aprende a identificar las emociones de los demás y

las propias; por lo que se inicia un reconocimiento personal; pues, como lo mencionan

Ottobre y Temporelli (2010), a partir del carácter simbólico del juego, el niño empieza a

crear sus propias representaciones de la realidad.

DEFINICIÓN DEL JUEGO

Definir al juego es una acción que requiere de abarcar diferentes puntos de vista

y aspectos inmersos en los objetivos que se le otorguen al mismo, pues mientras para

algunos autores el juego presenta tantas acepciones y elementos que parece difícil

definirlo (Chapela, 2002), para otros no tiene otra finalidad más allá del simple hecho de

jugar (Decroly y Monchamp, 1986 y Rüssel, 1985, citado en García, 2005). Otros

autores, por otra parte, consideran que el juego tiene una relación intrínseca con el

trabajo, por lo que lo conciben como una preparación para las actividades y experiencias

a las que se enfrentará el individuo en su vida futura (Hughes, 2006). Además de lo

anterior, también se puede considerar que el juego está relacionado con las diferentes

concepciones culturales (Huizinga, 2007).

No obstante, sin importar tantas posibilidades o imposibilidades para delimitar lo

que es el juego, se podría comenzar con la definición etimológica de la palabra, pues

este término proviene de la voces latinas “iocus” o “jocare”, que se refieren a la acción

o efecto de jugar (Navarro, 2002). Asimismo, se debe considerar que, aunque el sentido

del juego se ha mantenido a lo largo del desarrollo histórico de la sociedad, con el paso

del tiempo ha adquirido nuevos elementos y términos, como el deporte o la lúdica,

mismos que ciertamente tienen relación con el significado etimológico del término en

cuestión.

Diferentes autores ofrecen diversas definiciones para el juego, de las que para el

presente trabajo se consideran las siguientes:

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Decroly y Monchamp (1986), consideran que el juego es una actividad con un

fin consciente en donde el objetivo primordial es el placer que se obtiene a través de la

actividad en sí, cuando se realiza con otras personas. Esta definición se acerca a la que

presenta Bühler (1924, citado en Navarro, 2002), quien considera que el juego, sin

tomar en cuenta las motivaciones que lleven al individuo llevarlo a cabo, consiste en la

obtención de placer.

Contrario a esto, González, Monroy y Kupperman (1999) consideran que el

juego es una actividad recreativa que fomenta la creatividad de los miembros del grupo

que juegan, lo que se refleja en un mejor desarrollo de las actividades que se realizan en

el contexto escolar. Al respecto, la definición que presenta Mariotti (2010, p. 9) puede

enriquecer esta visión al afirmar que el juego es una actividad que le permite al

individuo “aprender, relacionarse con los demás, desarrollar la capacidad de

pensamiento y fantasía, en síntesis: comunicarse.”

Otra definición es la que propone Huizinga (2007), quien al igual que Aizencang

(2010), considera al juego como un fenómeno cultural, voluntario y realizado dentro de

límites temporales y espaciales, con reglas libremente aceptadas por aquellos que

juegan. El juego, según Huizinga, está acompañado de un sentimiento de tensión y

alegría al saber que se realiza una actividad fuera de lo habitual y enmarca una situación

ficticia o imaginaria regida por sus propias reglas.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL JUEGO

Dejando a un lado la visión del juego como mera diversión, es necesario

mencionar que a través de él, se da forma a las sociedades futuras, en consecuencia,

presenta algunas características que son necesarias para la formación integral de la

persona, mismas que se mencionan a continuación.

a) Establece relaciones interpersonales entre aquellos que participan en el

juego; así como relaciones de convivencia respetuosa y reflexiva (Picardo,

2005), pues el juego desarrolla el respeto del individuo hacia sí mismo y

hacia los demás (Chapela, 2002).

b) Constituye, según Navarro (2002), una realidad compleja debido a que la

manera en que se lleva a cabo depende de los intereses, de la voluntad y

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estado de ánimo de los que juegan, así como de las interacciones que se

originan (Mariotti, 2010), de los acuerdos que suceden y de las experiencias

previas de los jugadores.

c) Se lleva a cabo dentro de límites espaciales y temporales (García, 2005), por

lo que el individuo también tiene que aprender a respetar los acuerdos

establecidos con anterioridad en cuanto a los momentos y lugares más

propicios para jugar.

d) Puede ser incierto (García, 2005), por lo que el individuo debe aprender a

aceptar los cambios repentinos que sucedan en el transcurso de la actividad.

Al respecto, Picardo (2005) menciona que a través del juego, se permite que

el individuo realice acciones espontáneas que lo llevan a enriquecer sus

estructuras mentales. No obstante, es imperativo aclarar que los jugadores le

otorgan mayor importancia a la satisfacción por jugar que a la incertidumbre

que éste representa (Navarro, 2002).

e) Los individuos que juegan se liberan de las ataduras y actúan de una manera

más natural mientras juegan, por lo que se encuentra que el juego es una

actividad pura (García, 2005) debido a que, como lo menciona Mariotti

(2010), con el juego el individuo puede expresar libremente sus emociones

frente a los demás, aunque se puede considerar que a través de la risa se

fomenta la atención y se alejan los miedos e inseguridades de una manera

divertida.

f) Es una actividad ficticia que puede utilizarse para alejar a la persona de las

actividades rutinarias (García 2005).

g) Se realiza dentro de acuerdos grupales (García, 2005) en donde se establecen

las reglas, las acciones, el orden en que se llevarán a cabo las mismas, así

como las limitaciones a las que se enfrentarán los jugadores; por lo que

también, como menciona Navarro (2002), se desarrolla el pensamiento, la

organización y la responsabilidad.

h) La fantasía es un elemento esencial para el juego, pues estimula la

imaginación. De hecho, algunos juegos necesitan de la fantasía, del ingenio

o de la creatividad para encontrar soluciones, dentro de los límites

establecidos por los miembros del grupo que juega.

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i) Repetición. Cuando el juego fue del gusto de los que participaron en el

mismo o si representó una descarga emotiva o catártica, es probable que se

repita en otro momento.

TEORÍAS DEL JUEGO

Existen diferentes teorías que intentan dar una explicación sobre el origen o los

objetivos del juego; no obstante, en cuanto a la relación que existe entre el juego y el

aprendizaje, se pueden tener varias opiniones. Véase como ejemplo el hecho de que

Platón, en su teoría metafísica (García, 2005) consideraba la vinculación del juego con

el placer para la obtención del conocimiento a través de su relación con el arte.

Por otro lado, Spencer (en García, 2005), considera que a través del juego se

puede liberar el exceso de energía acumulada en la persona; además ayuda a que las

personas se adapten al medio en el que se desenvuelven. Contrario a esto, Patrick (en

Hughes (2006) considera que el juego puede llevarse a cabo para renovar energía

cuando las personas están agotadas o relajadas.

Ya en el siglo XX, otros pensadores ofrecen diferentes visiones sobre el juego.

De ellos, aunque no haya formulado una teoría del juego en sí, se encuentra a Piaget,

quien deja entrever que el juego facilita el aprendizaje al enfrentar al individuo a nuevas

experiencias y nuevas formas de experimentar su relación con el mundo (Hughes,

2006).

Vigotsky (1978) considera al juego como una actividad necesaria para fomentar

la madurez intelectual y física de las personas. De esta manera, si el juego es una

actividad que se realiza dentro de un ambiente social, Vigotsky asegura que el

verdadero juego es el juego simbólico, pues al ser una representación de la realidad y

del medio, el individuo puede aprehender aquello que se desconoce (Navarro, 2002).

Mención aparte merece Bruner, quien considera que el juego puede ser un medio

para la resolución de deseos y conflictos (Aizencang, 2010) y, siguiendo las ideas de

Vigotsky, establece que la acción, el pensamiento y el lenguaje se desarrollan a través

del juego; por lo que, dicho de otra manera, éste puede ser guía del desarrollo y del

aprendizaje de la persona.

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Más aún, Bruner afirma que a través del juego, en su calidad de agente

socializador, no sólo se pueden aprender los valores culturales, sino que se mejora la

inteligencia cuando; pues cuando se juega se utiliza el lenguaje como instrumento del

pensamiento y la acción (Bruner, 1989, citado en Navarro, 2002). En consecuencia se

puede afirmar que el juego es promotor del lenguaje y el pensamiento, pues también a

través del juego se pueden aprender las formas gramaticalmente más complejas del

lenguaje.

Bruner (en Aizencang, 2010) considera que el juego presenta ventajas para el

individuo, pues facilita el desarrollo de la tolerancia a los errores que se cometen

mientras se juega. Además, al facilitar la diferenciación entre los fines y los medios, se

le otorga mayor importancia al proceso y, cuando se superan los obstáculos que el juego

pueda suponer, permite que se experimente placer por el logro

EL JUEGO EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE

A pesar de que en apariencia es una actividad simple y normal, y que por ello los

profesores no siempre le presta atención, es necesario enfatizar que cuando una persona

juega, además de divertirse, también entra en contacto con el medio en el que vive y, al

compartir la experiencia con otros, también lleva a cabo un proceso de aprendizaje en el

que aprende sobre la cultura, sobre el idioma. Aunado a lo anterior, a través del juego

también se desarrolla el autoconocimiento.

De esta manera, el juego debe ser considerado como un elemento didáctico. De

hecho, García (2005) afirma que el proceso de aprendizaje será más exitoso si se lleva a

cabo mediante los juegos. De esta manera, entonces es necesario que los profesores

realicen actividades basadas en los juegos para lograr que los alumnos puedan

interactuar entre sí y, a la vez, entren en contacto con aquello que deben aprender. En

este punto se considerar que, como mencionan Decroly y Monchamp (1986, p. 33), el

juego no debe ser el fin, sino un momento más dentro del conjunto de acciones docentes

encaminadas a lograr los propósitos de la enseñanza.

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VENTAJAS DEL JUEGO DIDÁCTICO

La necesidad de incluir a los juegos como una parte fundamental en el proceso

de enseñanza-aprendizaje de lenguas debe partir de una visión instrumental del juego en

la que éste sea considerado como una estrategia pedagógica en donde quede claro que el

juego, cuando se lleva a cabo dentro de una clase, puede ser un medio importante para

el logro de los objetivos planteados en los programas y, de esta manera no olvidar que el

fin de los juegos no el acto de jugar, sino el aprendizaje.

Siendo así, está claro que cuando se lleva a cabo el juego didáctico dentro de las

actividades normales de las clases de lenguas, se pueden encontrar diversas ventajas que

para los alumnos, mismas que pueden ser desde las habilidades motrices hasta las

conductas deseadas (Aizencang, 2010). No obstante, las ventajas más notorias tendrán

relación con las habilidades lingüísticas que los alumnos irán adquiriendo a través del

juego, así como la memorización, la comprensión y la relación espacio-temporal

(García, 2005).

A pesar de que el juego pueda verse únicamente como una actividad que se

realiza en cierto momento durante la clase, si se emplea correctamente, afirman Decroly

y Monchamp (1985), puede convertirse en un elemento primordial en el éxito del

aprendizaje en los alumnos. Además. De que no se debe olvidar que con el juego se

pueden aprender o desarrollar aquellas habilidades requeridas para lograr un aprendizaje

formal, a desenvolvernos en un ambiente social, a tomar iniciativas, a seguir reglas, a

buscar soluciones, a trabajar de manera colaborativa, a desarrollar la tolerancia.

Apoyando estas ideas, Winicott (citado en Ottobre y Temporelli, 2010) añade que el

juego facilita las relaciones de grupo y la comunicación entre los miembros del mismo.

Aunado a lo anterior, a través del juego el profesor puede atraer la atención del

alumno de una manera divertida hacia algún elemento que considere central para el

proceso de aprendizaje; además de que se logra motivar a los alumnos hacia el

aprendizaje.

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CONDICIONES NECESARIAS PARA EL JUEGO EN CLASE

Como se puede notar, el juego es una actividad necesaria dentro del proceso de

aprendizaje del individua para que éste acceda tanto a los conocimientos como a las

habilidades a partir de la interacción y manejo de la lengua que surge durante las

actividades. A pesar de esto, se mencionar que no todos los juegos pueden ser

utilizados con fines didácticos; por lo que es necesario tomar en cuenta algunas

condiciones para que un juego pueda utilizarse en clase.

a) Debe dar pauta al desarrollo integral del alumno aunque el juego y la

diversión no sean los objetivos de la actividad (García, 2005 y Aizencang,

2010).

b) Debe suponer un reto para los alumnos, mismo que debe ser alcanzable para

que se logren los objetivos (García, 2005); por lo que, sobre esta base, el reto

puede considerarse como un estímulo para la realización de la actividad y

también hacia el aprendizaje.

c) El juego debe realizarse en un momento establecido para el mismo, por lo

que, según Chapela (2002) debe estar libre de otras actividades. Con esto se

debe enfatizar las actividades basadas en los juegos no deben ser utilizadas

para llenar el tiempo sobrante de la clase, pues merecen un momento

específico dentro de la planeación de la secuencia o de la clase. De igual

forma, el juego, como actividad normal dentro de la clase, no debe ser

utilizado como recurso de poder.

d) Las reglas del juego deben ser claras para todos los alumnos (Chapela,

2002), por lo que el profesor debe establecer claramente lo que se puede o no

se puede hacer durante la actividad.

e) Es preferible que el juego fomente las actitudes positivas hacia el trabajo

cooperativo (García, 2005). Esto implica que durante la actividad se evite la

marginación de algún miembro del grupo, pues esto puede desviar la

atención hacia una mayor competencia además y, en consecuencia, se puede

dejar de lado al aprendizaje. Al respecto se deben considerar, de ser

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necesario, alternativas para la participación de cada uno de los alumnos, tal

como jueces, ayudante o vigilantes para aquellos que por distintas razones no

puedan participar en el juego.

f) Por otra parte, como menciona García (2005) es importante que el profesor

prepare una diversidad de juegos para que no siempre destaquen los mismos

alumnos, pues de esta manera se fomentará la motivación en los alumnos.

LA MOTIVACIÓN EN LA EDUCACIÓN

Actualmente se puede afirmar que el proceso educativo se lleva a cabo en un

contexto cambiante (Raffini, 1996) caracterizado por el desinterés hacia el aprendizaje

(Carretero, 2009; Espíndola, 2000 y Díaz-Barriga y Hernández, 2007); por lo que el

profesor tiene la obligación de tomar conciencia de la importancia que la motivación

tiene para el desarrollo del aprendizaje y más aún, debe buscar y llevar a cabo las

estrategias necesarias para motivar a los alumnos.

Dentro del contexto de la enseñanza, los profesores, por lo general, consideran

que la motivación en los alumnos puede fomentarse a partir de los premios o castigos;

no obstante Raffini (1996) afirma que cuando el aprendizaje queda supeditado a un

premio o a un castigo, no logrará ser internalizado, pues en ese caso la motivación será a

corto plazo y estará enfocada hacia la obtención del premio o a evitar el castigo,

provocando, de esta manera, que el aprendizaje quede relegado a un segundo plano. En

consecuencia, se puede hablar de un fomento erróneo de la motivación.

Ahora, si se considera la importancia que la motivación tiene para que el alumno

logre un aprendizaje significativo, entonces también se debe considerar que su fomento

resultará en alumnos más interesados en las actividades didácticas y, consecuentemente,

se logrará un mejor logro académico (Darling-Hammond, 2001, citado en Stronge,

Tucker y Hindman, 2004).

LA MOTIVACIÓN EN CLASE

La motivación cumple un papel fundamental para el éxito en el proceso de

aprendizaje, pues es lo que provoca que el alumno maneje de manera efectiva sus

procesos de aprendizaje (Patel y Jain, 2008), de tal manera que se presente interesado

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por el aprendizaje en sí y todas aquellas acciones que lo lleven a la obtención de

conocimientos y habilidades.

En consecuencia, cuando se habla de alumnos motivados, se puede encontrar

que cumplen con algunas características (Nikoli y Cabaj, 2000) en común, de las que se

puede mencionar que, pues también demuestran interés por la materia; por lo que

siempre están dispuestos a realizar todas las actividades propuestas por el profesor; ya

se de manera independiente (Rafinni, 1996), individual o colaborativa. De esta manera,

también se muestran abiertos a las correcciones que haga el profesor (Harmer, 2001).

No obstante, cuando se escucha hablar a los profesores sobre la motivación de

sus alumnos, inmediatamente pueden surgir comentarios en cuanto a que actualmente

no están motivados, aunque se admite que sin motivación el alumno no logrará llevar a

cabo de manera adecuada las tareas asignadas.

En consecuencia, es en este punto que surge la cuestión encaminada al cómo se

debe motivar a los alumno, para lo que se debe tener en cuenta que el profesor cumple

un papel importante en el desarrollo de la misma en sus alumnos. De esta manera es

vital que el profesor se muestre motivado por y para su misma práctica, pues si éste se

encuentra desmotivado, entonces difícilmente logrará fomentar la motivación en sus

alumnos.

Al evitar la monotonía también se puede fomentar la motivación, por lo que se

deben planear diferentes tipos de juegos. De esta manera los alumnos adquirirán un

mayor interés en las actividades y juegos que presente el profesor y siempre estarán

preparados para llevar a cabo diferentes actividades en sus clases. A este respecto, se

debe tener en cuenta que el profesor debe tener cuidado de presentar cada actividad o

juego de manera que promueva la curiosidad de cada alumnos o como un problema que

podrá ser solucionado durante la sesión (Díaz-Barriga y Hernández Rojas, 2007).

Además, en cada actividad basada en los juegos, el profesor debe ofrecerle al alumno

una oportunidad de aplicar lo aprendido durante la clase, de manera que con los juegos

se logra esto y más aún se puede dar un paso más hacia el aprendizaje significativo;

tanto con la actividad en sí como cono las interacciones que puedan surgir a partir de la

acción de jugar con otros (Harmer, 2001; Hamilton y Cohen, 2003 y Bender, 2004).

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Asimismo, el profesor debe utilizar estrategias de evaluación encaminadas más

al proceso y menos al resultado (Sinagatullin, 2009 y Díaz-Barriga y Hernández Rojas,

2007), aunque es preferible que las actividades propuestas incluyan pocos elementos

evaluativos (Carretero, 2009) y más elementos de desafío, con lo que se fomente el

sentimiento de logro al terminar la tarea.

Finalmente, Dörnyei (2008) considera que, a pesar de ser rechazado por algunos

teóricos como Raffini (1996), otro elemento que promueve la motivación de los

alumnos durante las clases son las recompensas, mismas que están entre las estrategias

más utilizadas por los profesores para lograr un cambio de conducta en el alumno frente

a la actividad a realizar; a pesar de que el cambio de actitud sea durante un corto plazo y

mientras los alumnos llevan a cabo el trabajo que se les asignó.

Como se puede observar a partir de lo anterior, la motivación es un elemento que

se encuentra presente en todas las personas; por lo que la diferencia radica en la manera

en que se enfrentan al objeto de aprendizaje, lo que puede depender del estilo de

motivación que tengan, ya sea intrínseco o extrínseco. De esta manera no se puede

afirmar que existan alumnos sin motivación. Entonces, si ésta es un elemento de suma

importancia para que el alumno pueda llevar a cabo en buen término su proceso de

aprendizaje, le corresponde al profesor actuar para fomentar la motivación en sus

alumnos a través de algunas acciones en las que debe poner énfasis para mantener o

fomentar la motivación de los alumnos y esto se logra a partir de la aplicación del juego

como una actividad que debe ser considerada como elemento importante dentro del

tiempo de la clase.

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