138
Comité Comité Comité Comité Comité Académico Académico Académico Académico Académico Dr. Alejandro Acosta (INAPL) Dra. Elvira Inés Baffi (Departamento de Ciencias Antropológicas, FFyL, UBA - CONICET) Dr. Luis Alberto Borrero (Departamento de Investigaciones Prehistóricas y Arqueológicas, IMHICIHU, CONICET) Dra. Adriana Callegari (Sección Arqueología, ICA, FFyL, UBA) Lic. María Magdalena Frère (Sección Arqueología, ICA, FFyL, UBA) Dr. Luis González (Departamento de Ciencias Antropológicas, FFyL, UBA) Dra. María Isabel González (Sección Arqueología, ICA, FFyL, UBA) Lic. Daniel Loponte (INAPL) Dra. Liliana M. Manzi (UBA - Departamento de Investigaciones Prehistóricas y Arqueológicas, IMHICIHU, CONICET) Dr. Javier Nastri (Museo Etnográfico “J.B. Ambrosetti”, FFyL, UBA) Dr. Axel E. Nielsen (Instituto Interdisciplinario Tilcara - CONICET) Dr. Daniel E. Olivera (INAPL - UBA - CONICET) Dr. José Antonio Pérez Gollán (Director del Museo Histórico Nacional - CONICET) Dra. Myriam N. Tarragó (Directora del Museo Etnográfico “J.B.Ambrosetti”, FFyL, UBA. CONICET) Dra. Beatriz N. Ventura (Sección Arqueología, ICA, FFyL, UBA - CONICET) Dra. Verónica I. Williams (UNCPBA - UBA - CONICET) Dr. Hugo D. Yacobaccio (Sección Arqueología, ICA, FFyL, UBA - CONICET) Dir Dir Dir Dir Director ector ector ector ectores es es es es Paula Granda Clarisa Otero Ana Clara Scambato Comité Editorial Comité Editorial Comité Editorial Comité Editorial Comité Editorial Fernando Cabrera Vanina Cejas Catriel Greco Julia Olub Gisela Spengler La Zaranda de Ideas, La Zaranda de Ideas, La Zaranda de Ideas, La Zaranda de Ideas, La Zaranda de Ideas, Re Re Re Re Revista de Jóv vista de Jóv vista de Jóv vista de Jóv vista de Jóvenes In enes In enes In enes In enes Investigador estigador estigador estigador estigadores en es en es en es en es en Ar Ar Ar Ar Arqueología queología queología queología queología es una publicación anual de la Sociedad Argentina de Antropología (SAA) que tiene como objetivo la publicación de los resultados de las investigaciones de estudiantes de grado y egresados recientes de carreras de arqueología o disciplinas afines. Publica artículos e informes de investigación originales que son evaluados en consulta con dos evaluadores, pudiendo ser alguno de los integrantes del Comité Académico, o bien evaluadores ad hoc. Notas breves, entrevistas y otros contenidos de la revista son evaluados por los editores.Tanto los Directores como los integrantes del Comité Editorial son estudiantes y egresados recientes de la licenciatura en Ciencias Antropológicas, orientación Arqueología, de la Facultad de Filosofía y Letras, UBA. Impreso en la Argentina (2006) Número 2 - ISSN 1669-7456 Hecho el depósito que marca la Ley 11.723 La Zaranda de Ideas. Revista de Jóvenes Investigadores en Arqueología Sociedad Argentina de Antropología Moreno 350 (1091) Ciudad Autónoma de Buenos Aires. [email protected] www.lazarandadeideas.com.ar

La Zaranda 2

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Comité Comité Comité Comité Comité AcadémicoAcadémicoAcadémicoAcadémicoAcadémico

Dr. Alejandro Acosta (INAPL)

Dra. Elvira Inés Baffi (Departamento de Ciencias Antropológicas, FFyL, UBA - CONICET)

Dr. Luis Alberto Borrero (Departamento de Investigaciones Prehistóricas y Arqueológicas, IMHICIHU, CONICET)

Dra. Adriana Callegari (Sección Arqueología, ICA, FFyL, UBA)

Lic. María Magdalena Frère (Sección Arqueología, ICA, FFyL, UBA)

Dr. Luis González (Departamento de Ciencias Antropológicas, FFyL, UBA)

Dra. María Isabel González (Sección Arqueología, ICA, FFyL, UBA)

Lic. Daniel Loponte (INAPL)

Dra. Liliana M. Manzi (UBA - Departamento de Investigaciones Prehistóricas y Arqueológicas, IMHICIHU, CONICET)

Dr. Javier Nastri (Museo Etnográfico “J.B. Ambrosetti”, FFyL, UBA)

Dr. Axel E. Nielsen (Instituto Interdisciplinario Tilcara - CONICET)

Dr. Daniel E. Olivera (INAPL - UBA - CONICET)

Dr. José Antonio Pérez Gollán (Director del Museo Histórico Nacional - CONICET)

Dra. Myriam N. Tarragó (Directora del Museo Etnográfico “J.B.Ambrosetti”, FFyL, UBA. CONICET)

Dra. Beatriz N. Ventura (Sección Arqueología, ICA, FFyL, UBA - CONICET)

Dra. Verónica I. Williams (UNCPBA - UBA - CONICET)

Dr. Hugo D. Yacobaccio (Sección Arqueología, ICA, FFyL, UBA - CONICET)

DirDirDirDirDirectorectorectorectorectoreseseseses

Paula Granda

Clarisa Otero

Ana Clara Scambato

Comité EditorialComité EditorialComité EditorialComité EditorialComité Editorial

Fernando Cabrera

Vanina Cejas

Catriel Greco

Julia Olub

Gisela Spengler

La Zaranda de Ideas,La Zaranda de Ideas,La Zaranda de Ideas,La Zaranda de Ideas,La Zaranda de Ideas, Re Re Re Re Revista de Jóvvista de Jóvvista de Jóvvista de Jóvvista de Jóvenes Inenes Inenes Inenes Inenes Invvvvvestigadorestigadorestigadorestigadorestigadores en es en es en es en es en ArArArArArqueología queología queología queología queología es una publicación anual de laSociedad Argentina de Antropología (SAA) que tiene como objetivo la publicación de los resultados de las investigacionesde estudiantes de grado y egresados recientes de carreras de arqueología o disciplinas afines. Publica artículos einformes de investigación originales que son evaluados en consulta con dos evaluadores, pudiendo ser alguno de losintegrantes del Comité Académico, o bien evaluadores ad hoc. Notas breves, entrevistas y otros contenidos de la revistason evaluados por los editores. Tanto los Directores como los integrantes del Comité Editorial son estudiantes y egresadosrecientes de la licenciatura en Ciencias Antropológicas, orientación Arqueología, de la Facultad de Filosofía y Letras, UBA.

Impreso en la Argentina(2006) Número 2 - ISSN 1669-7456Hecho el depósito que marca la Ley 11.723

La Zaranda de Ideas.Revista de Jóvenes Investigadores en ArqueologíaSociedad Argentina de AntropologíaMoreno 350 (1091) Ciudad Autónoma de Buenos [email protected]

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Auspicios InstitucionalesAuspicios InstitucionalesAuspicios InstitucionalesAuspicios InstitucionalesAuspicios Institucionales

Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación. Resolución Nº 1715.

Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Resolución Nº 249/2004.

Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires (UBA). Resolución Nº 3300.

Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosario (UNR). Resolución Nº 969/2004.

Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Jujuy (UNJu). Resolución Nº D-164/04.

Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Salta (UNSa). Resolución Nº 1261/05

Instituto de Arqueología y Museo, Facultad de Ciencias Naturales e I.M.L. Universidad Nacional de Tucumán (UNT). 08/06/04.

Museo Etnográfico “Juan Bautista Ambrosetti”, Facultad de Filosofía y Letras, UBA. 17/05/04.

Sección Arqueología, Instituto de Ciencias Antropológicas (ICA), FFyL, UBA. 16/04/04.

Asociación de Arqueólogos Profesionales de la República Argentina (AAPRA). 5/9/04.

Sociedad Argentina de Antropología (SAA). 03/05/2005.

EvaluadorEvaluadorEvaluadorEvaluadorEvaluadores del Númeres del Númeres del Númeres del Númeres del Número 2o 2o 2o 2o 2

Dr. Carlos Angiorama (UNT - CONICET)

Dra. María del Pilar Babot (Instituto de Arqueología y Museo “Miguel Lillo”, UNT - CONICET)

Dr. Gustavo Barrientos (INAPL - CONICET)

Dr. Luis Alberto Borrero (Departamento de Investigaciones Prehistóricas y Arqueológicas, IMHICIHU, CONICET)

Lic. María Teresa Civalero (INAPL - CONICET)

Lic. Florence Constantinescu (Chile)

Conservadora Restauradora Patricia Frazzi (Centro de Arqueologia Urbana, FADU, UBA)

Dr. Salomón Hocsman (Instituto de Arqueología y Museo “Miguel Lillo”, UNT - CONICET)

Dra. María Alejandra Korstanje (Instituto de Arqueología y Museo “Miguel Lillo”, UNT)

Dra. Mariel Alejandra López (FFyL, UBA)

Arql. Álvaro Martel (Instituto de Arqueología y Museo “Miguel Lillo”, UNT - CONICET)

Dr. Javier Nastri (Museo Etnográfico “J.B. Ambrosetti”, FFyL, UBA)

Mag. Mauricio Uribe Rodriguez (Departamento de Antropología, Universidad de Chile)

Dra. Norma Ratto (Museo Etnográfico “J.B. Ambrosetti”, FFyL, UBA - Escuela de Arqueología, UNCa)

Ing. Tulio Palacios (CNEA)

Lic. María Mercedes Podestá (INAPL)

Lic. Gabriela Ortiz (Centro Regional de Estudios Arqueológicos, FHyCs, UNJu)

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Índice

Editorial ................................................................................................................................................

ArtículosNi utilitarios ni suntuarios. Los cinceles de metal del sitio Martínez 1, valle de Ambato,Catamarca, siglos VI al XI DCGuillermina Espósito ..............................................................................................................................

¿Qué hacemos con los fragmentos? Un experimento en fractura de artefactos líticostalladosCeleste Weitzel y Mariano Colombo ...................................................................................................

Recolección, procesamiento y consumo de frutos silvestres en el noroeste semiáridoargentino. Casos actuales con implicancias arqueológicasGermán G. Figueroa y Mariana Dantas ...............................................................................................

Procesos naturales y culturales que inciden en el estado actual de conservación de lossitios de la localidad arqueológica de La Ciénaga, Departamento de Belén, Pcia. deCatamarcaJuliana Alosilla, María Emilia Iucci y Celeste Valencia ........................................................................

Entre Muros: tecnología cerámica en un recinto del Pucará de Tilcara (Quebrada deHumahuaca)Clarisa Otero ...........................................................................................................................................

Informes de InvestigaciónMetodología de estudio de artefactos ferrosos corroídos en un medio subacuático. Uncaso de estudio: las concreciones del sitio HoornNicolás C. Ciarlo ..................................................................................................................................

NotasProcedimientos de conservación del material óseo del sitio arqueológico Nutria Mansa1 (Patrido de General Alvarado, Provincia de Buenos Aires)Diego Catriel Leon y María José Cigorraga .........................................................................................

Contribuciones de la Astronomía en la Cultura para las problemáticas arqueológicasAnalía M. Mazzieri ....................................................................................................................................

Foro de DebateEstudiantes e Investigación .......................................................................................................................

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MisceláneasOllas y Cucharines: Recetas de campañapor Guillermo Luis Mengoni Goñalons .......................................................................................................

Recursos de Internet: Paleoambientepor Lorena Grana ...................................................................................................................................

Recolectando PalabrasQate-Qate, el ave de mal agüeropor Lourdes Chino Larico ...............................................................................................................

Juan, el alfarero o sus díaspor Alejandra Reynoso ....................................................................................................................

Desde AfueraMaratón Arqueológicapor María José Lucero ............................................................................................................................

Rescate Humorísticopor Marcelo Vitores .............................................................................................................................

Normas Editoriales ...................................................................................................................................

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EDITORIAL

La publicación de este segundo número es para nosotros una gran satisfacción ya que hemosalcanzado uno de nuestros principales objetivos: brindarle a La Zaranda de Ideas una continuidad(indispensable en más de un sentido) pese a las condiciones generales que, por conocidas, suenumeración resulta por demás ociosa.

Luego de trabajo duro y grandes experiencias sentimos que hemos crecido y aprendido cosasque ni pensábamos cuando recién empezamos hace dos años y medio. La recompensa a esteesfuerzo llegó (lejos de las kilocalorías y los viajes por el mundo) en forma de un reconocimientohacia la revista más allá de lo que, en principio, hubiéramos supuesto para nuestro primer número,y más allá también de nuestra injerencia directa. En este sentido, a falta de un sistema de prensamasivo (intentamos vestirnos de hombres-zarandas…pero los hombres-empanadas sonirreductibles en la disputa por las esquinas de trabajo), la difusión se inició con el clásico de bocaen boca y se consolidó al contar con un grupo de estudiantes y de graduados que, en sus respectivasprovincias, nos ayudaron con la publicidad y la distribución.

Pero si de esfuerzo y solidaridad hablamos, muchas son las personas que brindaron su trabajo,su tiempo y mucho más.

Un papel fundamental en el sostenimiento de nuestra labor fue cubierto nuevamente por losseminarios de actualización en temáticas arqueológicas, que además de ser fuente de recursos,cumplieron múltiples propósitos. Por un lado, permitieron el intercambio de nuevos saberes conestudiantes que se encontraban en diversos momentos de su carrera de grado; arqueólogos conproblemáticas afines, enfoques similares o intenciones de conocer perspectivas diferentes;profesionales de otras disciplinas y espíritus curiosos en general. Por otro lado, posibilitaron quela experiencia docente sirviera, en algún punto, como aprendizaje y como mérito en distintasinstancias curriculares.

Para este número los docentes que colaboraron fueron: en 2005, la Lic.Verónica Lema y el Lic.Marco Giovanetti (“Arqueología y restos vegetales: aproximaciones al abordaje arqueobotánico”);en 2006, la Arql. Sara M. L. (Marisa) López Campeny (“Las múltiples caras de un textil: perspectivasde análisis arqueológico”), el Arq. Jorge Tomasi (“Aproximaciones a la Arquitectura Vernácula”), laLic. María Soledad Gheggi (“Aportes de la bioarqueología al conocimiento de las sociedades delpasado”), y finalmente el Dr. Salomón (Shilo) Hocsman (“Abordaje de artefactos líticos tallados:una aproximación morfológico-descriptiva”). A todos ellos, agradecemos su gran esfuerzo y ayuda.

Pero nuestras deudas espirituales no terminan acá (ni en la Tierra ni en el Purgatorio). Muchaspersonas nos ayudaron en más de una oportunidad, y a veces, de indescriptibles formas.

Queremos agradecer a los miembros de la comisión directiva de la Sociedad Argentina deAntropología, y en especial a su Secretario Javier Nastri, por brindarnos constante apoyo ennuestras tareas. Asimismo a Myriam Tarragó, directora del Museo Etnográfico “J. B. Ambrosetti”,y al personal del mismo, muy especialmente a Micaela Pereyra, Mónica Ferraro y Alejandra Reynoso.También a Hernán Lerose, Juan Sosa y Bernardo Cáceres.

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Editorial

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Agradecemos a los autores de este número por su disposición constante y por la confianza yel respeto depositado en nuestra propuesta. Así también una especial mención es para nuestrosevaluadores, por su colaboración, sus valiosos e imprescindibles comentarios, y sobre todo portanta paciencia ante nuestra insistencia. De ahora en adelante al Comité Evaluador lo llamaremosComité Zen.

Deseamos resaltar la participación de los representantes en distintas ciudades que, con granresponsabilidad, facilitaron la distribución y difusión de nuestra revista en todo el país. Ellos son:Álvaro Martel (Tucumán), Verónica Lema y Marco Giovanetti (La Plata), Valeria Espiro (Catamarca),Alejandra Gasco (Mendoza), Laura López (Córdoba), Nuria Sugrañes (Rosario), Natalia Fernández(San Juan), Norma Rosas (Bariloche) y Franco Illescas (Olavarría).

Marta Icely, Tomás Dostal Freire, Norma Pérez, Débora Kligmann, Mariana Romiti, FátimaZalazar, Bruno Catania y Mónica Berón nos ayudaron de variadas formas en estos meses deproceso editorial. Cabe mencionar que los organizadores del IX Congreso Nacional de Estudiantesde Arqueología, llevado a cabo en Córdoba en el 2005, nos brindaron un espacio para presentarla revista y realizar el foro de debate publicado en el presente número.

Otras tantas personas comparten con nosotros cosas dentro y fuera de la revista: JenniferGrant, María José Lucero, Lorena Grana, Mariana Vigna, Mathias de Breyne, Marisa Kergaravat,Pablo Ochoa, Daniela Aime, Laura Caruso y Agustín Alvarez.

Finalmente agradecemos los comentarios de nuestros lectores, porque creemos que lavaloración crítica de nuestra propuesta posibilita que La Zaranda de Ideas crezca y se convierta enun medio activo de comunicación de nuestra disciplina.

Por eso La Zaranda, por eso los aplausos.

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Espósito, Guillermina.Espósito, Guillermina.Espósito, Guillermina.Espósito, Guillermina.Espósito, Guillermina. 2006. Ni utilitarios ni suntuarios. Los cinceles de metal del sitio Martínez 1, vallede Ambato, Catamarca, Siglos VI al XI DC. La Zaranda de Ideas. Revista de Jóvenes Investigadores enArqueología 2:9-18. Buenos Aires.

* Museo de Antropología. Universidad Nacional de Córdoba - [email protected]

ARTÍCULOS

NI UTILITARIOS NI SUNTUARIOS. LOS CINCELES DE METAL DELSITIO MARTÍNEZ 1, VALLE DE AMBATO, CATAMARCA,

SIGLOS VI AL XI DC

Guillermina Espósito*

RESUMEN

La clasificación dicotómica que le ha sido casi invariablemente otorgada a los objetos de metal, hadelimitado la caracterización de “lo metálico” a aquello prescripto por las categorías a través de lascuales justamente se lo clasificó, esto es, suntuario o utilitario. Pero ¿cómo distinguir el carácter utilitarioo suntuario de un particular objeto metálico?, y en todo caso ¿cómo definir la practicidad o suntuosidadde algo?, ¿es relevante por sí sola la categorización de los objetos en utilitarios o simbólicos y/osuntuarios?, ¿o podemos pensar acaso en que tales categorías resulten, de hecho, carentes de sentidoen tanto están vacías de contenido? En este trabajo proponemos que el carácter suntuario o utilitariode un objeto no reside en ningún atributo esencial de éste, sino en arbitrarios esquemas de clasificaciónque en determinado momento se aplicaron sobre los objetos y cuyo sentido quedó asociadomecánicamente según su ubicación en uno u otro tipo. Es analizando el papel desempeñado por losobjetos metálicos en su vinculación con las prácticas sociales en las cuales participaron, como podremosacceder a la significatividad social que su existencia implicó, trascendiendo así la arbitraria dicotomíaentre “objetos utilitarios” y “objetos simbólicos”.

Palabras Clave: Metalurgia - Ambato - Cinceles - Utilitarios - Suntuarios

ABSTRACT

The opposite classification that has almost invariably been granted to the metal objects has definedthe characterization of “the metallic” to that prescribed by the categories through which fairly classifiedit. This is, sumptuary or utilitarian. But how to distinguish the utilitarian or sumptuary character of ametallic object in particular? And, in any case, how to define the utility or sumptuosity of something?Is the categorization of the objects in utilitarian or symbolic and/or sumptuary outstanding by itself?Or can we think that such categories are, in fact, lacking of sense as long as they are empty of content?

In this paper, we propose that the sumptuary or utilitarian character of an object doesn’t reside inany essential attribute of this, but in arbitrary classification schemes that in certain moment wereapplied on the objects, and which sense was mechanically associated according to its belonging to oneor another type. It is analyzing the role carried out by the metallic objects in their association with thesocial practices in which participated, that we will enable us to access to the social significance thattheir existence implied, transcending the arbitrary dichotomy between “utilitarian objects” and “symbolicobjects”.

Key Words: Metallurgy - Ambato - Chisels - Utilitarian - Sumptuary

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INTRODUCCIÓN

Este artículo es una versión resumida de unaspecto central de mi trabajo de tesis deLicenciatura en Antropología1, en donde intentéindagar en una vía alternativa de interpretar alos objetos elaborados en metal, movida porun interés guiado en la necesidad de trascenderlas clasificaciones que, a mi juicio, arbitrariamentecaracterizan a los mismos, es decir, aquellasclasificaciones que ubican a los objetos de metalcomo suntuarios o utilitarios. En aquellaoportunidad trabajé con un conjunto de treintapiezas de metal provenientes de seis sitiosarqueológicos del valle de Ambato, provincia deCatamarca, a través de cuyo análisis intentécomprender el papel que jugaron los objetosde metal en los diversos contextos sociales enlos que participaron, entre el 600 y el 1100 DC.En esta oportunidad caracterizaré, tanto a niveltécnico como contextual, a un conjunto de seiscinceles elaborados en metal provenientes delsitio Martínez 1 (Assandri 1991). Intentarémostrar que más allá de su función de desbaste,al intervenir en determinado proceso de trabajovinculado a la confección de grandes vasijasordinarias, los mismos participaban activamenteen la producción y reproducción de los grupossociales que estaban involucrados en dichoproceso productivo. Para ello, en primer lugar,discurriré sobre el modo en que desde laarqueología, la clasificación de los objetos ensuntuarios y utilitarios intervino en lainterpretación de los objetos metálicos, lo quenos servirá de base para trascender laartificialidad del límite que impone dichadicotomía, y reubicar a los cinceles en un marcomás amplio donde no sólo se disponen en unode estos polos –objetos utilitarios– sino quepodemos interpretar los significados históricosconcretos que los mismos tuvieron, en el marcode las prácticas sociales en las que participaron.

I-

En el ya clásico debate dentro de las cienciassociales acerca de si existe una inevitable

mecánica en la acción social que moviliza a lagente a través de diversos procesos que ellosignoran, o, si por el contrario, el sujeto seposiciona como productor autosuficiente de laacción social, el lugar otorgado a los objetosen su vinculación con el hombre ha sido unasunto de discusión permanente, en particulardesde la arqueología, disciplina que en granparte se construyó y desarrolló a través de laclasificación de objetos. La clasificación comoun proceso innato del entendimiento humano,impregnó la cultura occidental (Boast 1990),transformándose el mundo clasificado ensinónimo del mundo real, adquiriendo así laapariencia de un hecho verdadero, natural. Estasnociones quedaron fijadas en la arqueologíadesde sus inicios como disciplina, y es en estesentido que a los objetos elaborados en metalles fue concedido el papel de portar mensajesde poder y status social, reificados comoentidades materiales comunicadoras del poderdel estamento jerárquico de las sociedades delpasado, supuesto a partir del cual la metalurgiase particularizó como una tecnología del poder(Lechtman 1988). En el caso que nos convoca,la integración (con sus diferentesmanifestaciones regionales) de las sociedadesandinas de la época por la ideología de laAguada2, supuso la producción, uso ycirculación de determinados bienes suntuarios,que oficiaron de legitimadores de los estamentosde dominación, entre los que los objetoselaborados en metal se esgrimen como uno delos que más conspicuamente ejecutaron estaintención legitimadora (González 2004). Estasituación privilegió, en las investigaciones sobremetalurgia andina, que el foco de interés seorientara hacia el estudio de aquellos objetosque se consideraron suntuarios o simbólicos(en mayor medida placas, discos, y en menorgrado hachas, campanas, brazaletes, anillos,pendientes y demás objetos ornamentales), losque, a partir de la gran inversión de energíapuesta en su elaboración, y por el hecho dehaber sido confeccionados por dedicadosespecialistas, reflejaban en forma de prestigiola ideología de los estamentos superiores de

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las sociedades de las que formaban parte(Pollard 1981; Lechtman 1984, 1988; Lechtmany González 1991; González 1999). Estaperspectiva hunde sus raíces teóricas en lospostulados que, reaccionando al trazado deestadios evolutivos de desarrollo cultural,estaban interesados en identificar el origen,movimientos e interacciones de pueblosprehistóricos, redundando en un interés acercade las variaciones geográficas y no sólotemporales del registro arqueológico (Trigger1992). La necesidad de precisar cronologíasrelativas y establecer espacial y temporalmentelas culturas del pasado, cuyos rasgos estabancontenidos en los objetos que se suponíapertenecían a dichas entidades culturales,produjo que se dirigiera la atención haciaproblemáticas vinculadas con la clasificaciónde objetos a fin de construir tipologías quepermitiesen comparar las culturas de las cualesdichos objetos eran propios. En este ámbito, sepensó a los objetos como “espejo” de aquellaconstrucción cultural, en tanto reflejaban losvalores que hacen a su especificidad comocultura. Los tipos resultantes de lasclasificaciones de objetos, por compartirdeterminados atributos, fueron consideradosmanifestaciones de información cultural quepodía (y debía) ser aislada en tiempo y espacio,y supuso una sistematización rígida de los tiposmateriales y de las culturas de ellos resultantes,siendo justamente las tipologías la baseclasificatoria necesaria de esta inferenciaarqueológica.

A principios de la década de los ’60comienzan a cuestionarse los supuestos teóricosde la escuela Histórico Cultural, y se buscanexplicaciones dentro de cada sistema culturaldesde una perspectiva evolucionista,inquiriendo en las regularidades materiales quepresenta el proceso (Trigger 1992) yrecurriéndose a interpretaciones funcionales delos datos arqueológicos. El énfasis puesto en elrigor metodológico impulsó las discusionesacerca del método de clasificación,promoviéndose un método explícito y riguroso

para determinar los rasgos significativos devariabilidad y los tipos. A pesar de que seabandonó la ecuación de tipos y culturas, semantuvo la organización de rasgos culturalesdentro de los primeros, aunque con un giro enla definición de rasgo. Se redefinió la tipologíacomo la definición sistemática de asociacionesde rasgos no azarosas, localizándose lasignificatividad de los patrones tipológicos enobjetivos orientados por problemas o hipótesis(Boast 1990; Trigger 1992). La cultura fue vistacomo el medio extrasomático, relacionadafuncionalmente a estrategias adaptativas, y lacultura material, restringida a la tecnología, fueplanteada como la variable interpuesta entrela sociedad y el ambiente. Las clases de objetosy ya no los tipos, se utilizaron para determinarfunción, y estas clases fueron mantenidas comoentidades que participaban en diferentesestrategias en los intentos de la sociedades pormantenerse adaptadas. Aunque estas clases noeran vistas más como naturales o teniendo sóloun significado a través del tiempo, ni serestringían tampoco a un solo objeto, eran aúnvistas como items que contenían información,considerándose simples receptáculos deinformación (Boast 1990).

En este marco, en los estudios de metalurgiaandina, los objetos utilitarios cobraronimportancia en tanto eran los que permitían alas poblaciones adaptarse al medio. De estamanera las investigaciones que analizaron estosobjetos (agujas, cinceles, cuchillos, punzones,pinzas, alfileres, algunos tipos de hachas, entreotros), lo hicieron desde un enfoque que losconsideró como los productos finales delproceso de producción metalúrgica, y es asíque surgió una serie de trabajos que abordó elproblema de la metalurgia prehispánica en elNoroeste Argentino (NOA), desde perspectivasque se encaminaron hacia la indagación yreconstrucción de estos procesos deproducción, a partir del estudio de indicadoresque pudiesen dar cuenta de los diversosmomentos de dicho proceso, cobrando tambiénimportancia los estudios experimentales de

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producción (González 1979, 1992; Lechtman yGonzález 1991; Scattolin y Williams 1992;González 1994, 1997, 1999; Tarragó y González1998; Pifferetti 1999; Angiorama 2001;Cabanillas et al. 2002; Gluzman 2004; entreotros).

Aún a pesar de las conocidas propiedadesatribuidas al metal como un sólido con unagran expectativa de durabilidad, suave, plásticoy maleable (Lechtman 1999), la clasificacióndicotómica que le ha sido invariablementeotorgada ha delimitado la categorización de “lometálico” a aquello prescripto por las categoríasa través de las cuales justamente se lo clasificó,esto es, en suntuario o utilitario. Pareciera serque el metal, lo metálico, como categoría deelemento, subsidiario principal de uno de losreyes de los tres mundos en los que se dividelo existente3, participara naturalmente, por unlado, en la conformación, exhibición ylegitimación de las jerarquías sociales a travésde su materialización en objetos suntuarios; ypor otro, en la reproducción de las sociedadesa través de su objetivación en piezas utilitarias.Pero ahora bien, ¿cómo distinguir el carácterutilitario o simbólico de un particular objetometálico?, y en todo caso, ¿cómo definir lapracticidad o suntuosidad de algo?, ¿es relevantepor sí sola la categorización de los objetos enutilitarios o simbólicos y/o suntuarios?, ¿opodemos pensar acaso en que tales categoríasresulten, de hecho, carentes de sentido en tantoestán vacías de contenido?

II-

Durante los últimos años se ha propuestoen el marco del Proyecto ArqueológicoAmbato4 el estudio de la desigualdad social encontextos arqueológicos, desde una perspectivaque la asocia con procesos de diferenciación yde heterogeneidad creciente en diversas esferashumanas, tanto materiales como inmateriales,habitualmente englobados bajo el concepto decomplejización social (Laguens 2003). Esta

organización contrasta con la forma de vidaprevia, donde existía un acceso y distribuciónde recursos materiales y sociales másequilibrados, con menor variabilidad material ydisponibilidad de recursos económicos, y conmenor cantidad de gente distribuida enpoblados más pequeños. Junto con estos rasgosde heterogeneidad social, se detecta unincremento de la población y, entre otrosindicadores materiales, el proceso se concretaen la construcción cultural del espacio, a travésde una complejización del patrón residencial,la aparición de la monumentalidad en lasedificaciones, la construcción de obras deinfraestructura, acompañada de una mayordensidad y variedad de sitios domésticos ypúblicos.

Es en este marco que se inserta este artículo,en un intento por comprender el rol que jugóun conjunto de cinceles de metal en el contextode producción artesanal en el que participó,sin recurrir a formas arbitrarias y naturalizadasde clasificación, sustentadas en tipos idealescreados a priori, sino en el marco de susituacionalidad histórica y social, en la que, juntoa las personas con las que interactuaroncotidianamente, intervinieron activamente enla producción y reproducción de las relacionessociales que involucraron.

III-

Ubiquemos entonces a los seis cinceles queanalizaremos en este artículo. Empecemoscaracterizándolos en función de sus aspectosmorfológicos, técnicos y funcionales. En relacióna sus aspectos morfológicos, los cinceles secaracterizan por poseer en términos generalesuna forma alargada de sección cuadrangular.Sus caras son planas, y los extremos estánachatados respecto a la sección central de lapieza, siendo en general uno más ancho que elotro. El extremo achatado más ancho conformaun filo. En cuanto al largo de los instrumentos,sólo pudimos medir uno de ellos en su totalidad,

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puesto que el resto se encontraba fracturado,midiendo 7,08 cm (objeto C en Figura 1). Enrelación al ancho, el mismo varía entre los 0,4cm hasta los 2,28 cm. Con respecto al espesor,también es variable desde los 0,25 cm hastalos 0,48 cm. Las características morfológicasde los cinceles, principalmente las terminacionesen cuña y los extremos afinados, permitenplantear la posibilidad de que hayan estadoenmangados. Todos estos rasgos formales(morfología y dimensiones) junto a suscaracterísticas técnicas (presencia de filo en unode sus extremos, posible sujeción por mangosque permiten su manipulación, etc.) sugierenque fueron planificados para ser empleados enalguna actividad destinada a desbastar, sustraermecánicamente y por la acción de un filo(Gluzman 2004) materia de otros sólidos, comocerámica, madera, piedra y/ o metal. A cuatrode estos cinceles (objetos A, B, E y F en Figura1) se les realizaron análisis de composiciónquímica que dieron por resultado la utilizaciónde cobre arsenical en su confección (Cabanillaset al. 1998). A dos de ellos se les realizaronanálisis metalográficos, los que mostraron elsometimiento de las piezas a deformaciónplástica, principalmente longitudinal, y maclasy bandas de deslizamiento como producto dela recristalización, observaciones que nospermitieron plantear que la manufactura de losmismos se realizó por procesos de martillado yrecocido5. Todas estas características nospermiten ubicar a este conjunto de cinceles,en el polo de los objetos utilitarios. Ahora, ¿quésucede si traspasamos este muro de significantesarbitrariamente asignados, e insertamos a estosobjetos en sus contextos concretos decirculación y uso, es decir en las prácticasespecíficas en las que intervinieron?

IV-

El valle de Ambato es una zona con unaamplia oferta ambiental de maderas y leñas,combustibles cuya disponibilidad pudofavorecer el emplazamiento de instalaciones

para la realización de operaciones metalúrgicas.Según la información que poseemos hasta elmomento, al valle de Ambato ingresabanminerales metalíferos, metal fundido en formade lingotes y objetos ya confeccionados, sinhaberse encontrado hasta ahora ningunaevidencia de procesos de producción primariaque permita concluir que en el valle se fundieranminerales o se confeccionaran lingotes. Sinembargo, se ha constatado la presencia en elsitio Piedras Blancas de un pozo repleto decarbón de algarrobo vinculado a operacionesde martillado y recocido de metales (verEspósito y Marconetto 2006). Este contextoproductivo parece revelar una organizacióneventualmente doméstica destinada a laproducción en pequeña escala de útilesmetálicos.

En diversos contextos dentro de losdiferentes sitios excavados, observé un patrónde asociación recurrente entre cinceles de metaly grandes vasijas ordinarias, en contextos deelaboración de estas últimas. Los sitios de dondeprovienen estos contextos son Martínez 1,Martínez 2 y Martínez 3, aunque aquíprofundizaré en la caracterización del taller deproducción alfarera hallado en el sector de patioy galería del sitio Martínez 1, conformado poruna unidad-habitación con galería abierta y unmontículo basurero (Figura 2). En este sitio sehalló un conjunto de instrumentos,fundamentalmente utilizados para laelaboración de alfarería, que condujeron ainterpretar este sitio como un lugar en dondese almacenaron instrumentos y se desarrollarondiferentes actividades artesanales,principalmente elaboración de cerámica perosin descartar el trabajo en cuero, el hueso y latejeduría (Assandri 1991). El énfasis en laparticipación de los cinceles de metal en laproducción cerámica de grandes vasijasordinarias, se da principalmente a partir de suvinculación contextual con panes de pintura(para la decoración de las piezas), pequeñasplanchas de mica (usada como antiplástico),punzones de hueso, pulidores y fragmentos de

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Figura 1. Cinceles de metal provenientes del sitio Martínez 1

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Figura 2. Plano del sitio Martínez 1. (Calcado del original en Assandri 1991).

tiestos fracturados intencionalmente, cuyafinalidad pudo haber sido la de su incorporacióncomo antiplástico en la fabricación de la pastade las piezas de cerámica. Estos elementospermitieron caracterizar a este lugar como untaller de producción alfarera donde los cincelesintervinieron en el rebajado y desbaste en elmodelado de estas grandes vasijas dealmacenamiento. Pero ahora, ¿qué implicanciasmás allá de la función utilitaria de desbaste ysustracción de sólidos tiene la participación deestos cinceles en la confección de estas piezasen el sitio Martínez 1?

V-

La estandarización en la producción de lasgrandes vasijas ordinarias halladas en Ambato

ya fue propuesta para el período que abordaeste trabajo, y fue sugerida en este sentido unadiversificación de roles sociales vinculados auna producción tendiente a la especializaciónartesanal (Fabra 2002). Estas grandes vasijasson producidas por un grupo de artesanosalfareros. Cada vez que en un taller un artesanosujeta un cincel para desbastar estas piezascerámicas, la existencia y agencia de la escalasocial que implica esta producción esreproducida como tal, y los cinceles adquierenun significado más allá de sí mismos reafirmandosu historia particular y su rol como productorde la vasija. En la intervención de los cincelesdurante los procesos de manufactura de estasgrandes vasijas, converge una serie dedimensiones que trascienden la contingenciadel momento de ejecución práctica en el cualel cincel se encuentra con la vasija. En ese

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momento se intersectan por lo menos trestemporalidades diferentes: la del tiempobiográfico de los cinceles, la del tiempobiográfico del ceramista y la del tiempobiográfico de las vasijas. Estas temporalidadesnos refieren a las historias de vida particularesde cada uno de ellos, biografías que en elmomento de su encuentro, a la vez que sontraídas desde el pasado al presente, sondesactualizadas al ser ejecutada la práctica enla que intervienen, y así incorporadas comohabitus (Bourdieu 1977). Y es en este sentidoque la historia de la producción de los cinceles,sus atributos técnicos, su composición elementaly su funcionalidad adquieren un sentido no yapor sí mismos, sino aún más allá de los propioscinceles, al incorporarse en una trama dondeadquieren significatividad conjunta con lasvasijas que ayuda a confeccionar. Y es en esteinterjuego productivo recurrente entre losceramistas, los cinceles y las vasijas, donde losartesanos se reproducen como tales, como unacategoría social particular dentro de la sociedadde Ambato.

De esta manera, la perspectiva que adoptépara el estudio de las piezas de metal en elvalle de Ambato, me permitió comprender quelo metálico, como componente material delconjunto de objetos que analicé, es un elementoque los unifica como una categoría particularde objeto, sólo al inicio de sus trayectoriasbiográficas. Al momento en que se losconfecciona, todos participan en una dimensióndonde convergen las mismas escalas temporales,espaciales y sociales. Pero cuando sus biografíasse separan, y cada uno de los objetos comienzaa participar en prácticas interactivas concretascon otros objetos, en diversos espacios ytiempos y con diversos agentes sociales, seconstituyen en categorías particulares no yapor compartir el atributo de ser de metal, sinopor asociaciones específicamente vinculadas alos contextos en los que se integran. En estemarco, los seis cinceles provenientes del sitioMartínez 1 fueron interpretados sin haberrecurrido a su ubicación en la clasificación

tradicionalmente pensada para los mismoscomo objetos utilitarios, visión que los consagraa interpretaciones, sino vacías de sentidos, almenos anticipadas a cualquier consideraciónsituacional, impidiendo una caracterizaciónreflexiva del rol jugado por aquellos en losdiversos contextos en los que participaron alo largo de su vida. Aún habiendo cumplidouna función específica, los cinceles de metal delvalle de Ambato no pueden seguir siendocategorizados como meros objetos utilitariosque en el pasado desbastaron y sustrajeronmateria de otros sólidos, a riesgo de, al menos,seguir perpetuando el impedimento teórico deinscribirlos en interpretaciones que trasciendanlas explicaciones funcionalistas a las quetradicionalmente han sido confinados losobjetos elaborados en metal. De esta forma,los cinceles que analizamos en este artículo,trazando palmo a palmo pequeñas incisionessobre la cerámica fresca de las grandes vasijasordinarias que en manos de artesanos alfareroseran fabricadas en el sitio hoy llamado Martínez1, participaron activamente en la producción yreproducción de la sociedad que, a lo largo delprimer milenio de la era, vivió en el valle deAmbato.

Recibido en Marzo de 2006Aceptado en Julio de 2006

NOTAS

1 La tesis, titulada “De clasificaciones ycategorizaciones. Los objetos de metal del Valle deAmbato”, fue defendida en la Escuela de Antropologíade la Facultad de Humanidades y Artes de laUniversidad Nacional de Rosario en junio del año 2005.Fue desarrollada en el Museo de Antropología de laUniversidad Nacional de Córdoba y dirigida por el Dr.Andrés Laguens, a quien le agradezco sus cometariossobre este artículo.

2 Al respecto de la configuración social que comienzaa desarrollarse a partir del 600 DC en el NOA, losdiferentes investigadores que ahondaron en el temahan acordado en caracterizarla como un momento deintegración social y política, en donde se instauran

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relaciones sociales de desigualdad abrigadas por laideología de “La Aguada”, de carácter eminentementereligioso (González 1961-1964; González y Pérez1976). El cambio hacia el nuevo estilo de vida, fuecaracterizado por “...una intensificación de la economíay la acumulación de excedente, con un crecimientomarcado de la población, diversificación de los rolessociales, especialización artesanal y desigualdadessociales y políticas” (Laguens 2003:2). En estassociedades, el excedente social permitió la dedicaciónde medio tiempo o tiempo completo a los artesanosabocados a la producción de determinados objetos,entre los que se destacaron aquellos elaborados encerámica (Laguens y Juez 2001; Fabra 2002).

3 Me refiero a la clásica distinción entre Reino Animal,Reino Vegetal y Reino Mineral, clasificación cardinaldel mundo terrenal y sobre la cual se clasifica toda lademás materia existente.

4 Las investigaciones arqueológicas en el valle deAmbato comienzan en el año 1973, cuando OsvaldoHeredia y José Antonio Pérez Gollán realizan unaprimera prospección del área de Los Castillos. Desdeesa fecha y hasta 1976 se realizaron cuatro campañasarqueológicas con apoyo financiero del CONICET. Ladictadura militar del año 1976 interrumpeabruptamente las investigaciones, y provocapersecuciones académicas, el asesinato y desapariciónde tres miembros del grupo, y el exilio obligado de lamayoría de los miembros del equipo de investigación.Hacia 1986 y, según lo manifiestan los propiosmiembros del equipo, gracias al decidido apoyo deAlberto Rex González, se reanudan las investigacionesen el valle de Ambato, ya en el año 1987 bajo ladirección de Heredia y Pérez Gollán. La muerte deHeredia en 1989 hace que Pérez Gollán continúe conla dirección del equipo. Las investigaciones adquierenun nuevo giro en la década del ’90, cuando AndrésLaguens y Mirta Bonnin se suman al ProyectoArqueológico Ambato, bajo cuya dirección, junto conJosé Pérez Gollán, se continúan hasta la fecha lasinvestigaciones en el valle, correspondiendo a estaetapa las excavaciones realizadas en el sitio PiedrasBlancas durante los años 1996, 1999, 2000, 2001 y2004. También en el valle de Ambato, en el sitio LaRinconada, realiza sus tareas el equipo de investigacióndirigido por la Dra. Inés Gordillo.

5 Los análisis metalográficos fueron realizados por laIng. Liliana Nosei y el Ing. Adrián Ángel Pifferetti en elInstituto de Mecánica Aplicada y Estructuras (IMAE)de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería yAgrimensura de la Universidad Nacional de Rosario.

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* Guillermina EspósitoGuillermina EspósitoGuillermina EspósitoGuillermina EspósitoGuillermina Espósito es Licenciada en Antropologíade la Facultad de Humanidades y Artes de laUniversidad Nacional de Rosario. Este artículo formaparte de su tesis de Licenciatura en Antropologíadefendida en el mes de junio de 2005. Actualmente seencuentra realizando la Maestría en Antropología dela Universidad Nacional de Córdoba, participando delNúcleo de Cultura y Política del Museo de Antropología.Desarrolla su investigación en el campo de lasrepresentaciones y usos políticos de la identidad y lamemoria en una comunidad aborigen de la provinciade Jujuy.

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Weitzel, Celeste y Mariano Colombo.Weitzel, Celeste y Mariano Colombo.Weitzel, Celeste y Mariano Colombo.Weitzel, Celeste y Mariano Colombo.Weitzel, Celeste y Mariano Colombo. 2006. ¿Qué hacemos con los fragmentos? Un experimentoen fractura de artefactos líticos tallados. La Zaranda de Ideas. Revista de Jóvenes Investigadores enArqueología 2:19-33. Buenos Aires.

* Instituto de Ciencias Antropológicas, FFyL, UBA - [email protected]

** Área Arqueología y Antropología. Municipalidad de Necochea - [email protected]

ARTÍCULOS

¿QUÉ HACEMOS CON LOS FRAGMENTOS? UN EXPERIMENTO ENFRACTURA DE ARTEFACTOS LÍTICOS TALLADOS

Celeste Weitzel*Mariano Colombo**

RESUMEN

Este trabajo es una aproximación preliminar al problema de las fracturas en los artefactoslíticos, de cómo se producen y cómo reconocerlas. En esta ocasión se aborda el tema de lasfracturas desde dos perspectivas. Por un lado, se propone una clasificación de fracturas en la quese incluyen las características de las mismas y las posibles causas de rotura. Por otro lado, sepresenta una experimentación enfocada en la obtención de fracturas intencionales, realizadosobre artefactos formatizados de ortocuarcita del Grupo Sierras Bayas (Sierras de Tandil, BuenosAires).

Es frecuente que los materiales de piedra recuperados se encuentren fragmentados. Por ello,reconocer el tipo de fractura que presentan así como el agente que la causó, puede brindarinformación que aporte tanto a las interpretaciones de funcionalidad de los sitios y estrategias deaprovechamiento de recursos líticos, como a la evaluación de las propuestas sobre estrategias deabastecimiento y movilidad.

Palabras clave: Mecánica de fracturas - Fracturas directas - Fracturas indirectas - Experimentación- Fractura intencional.

ABSTRACT

This paper is a preliminary approach to the problematic of fractures in lithic artifacts; abouthow they are produced and how to recognize them. This paper deals with the topic of fracturesfrom two perspectives. On the one hand a classification of fractures is proposed which includestheir characteristics and possible reasons for bursting. On the other hand an experiment made inorder to produce fractures is introduced. Said experiment was performed using orthoquartzitesartifacts.

It is frequent to find many lithic materials fractured. Knowing the type of fracture as well asthe agent that caused them, useful information may be provided to contribute to the understandingof site function and of the use of lithic resources. It is also a useful tool when studying acquisitionstrategies and group mobility.

Key words: Fracture mechanics - Direct fractures - Indirect fractures - Experiment - Intentionalfractures.

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INTRODUCCION

Los arqueólogos estudian las sociedades delpasado a partir de los restos materiales queéstas dejaron atrás. De estos vestigios materiales,los de piedra son los que se encuentran conmás frecuencia, en especial porque perduranen el registro arqueológico por millones deaños. Algunas veces, lo único o casi lo únicoque se recupera en un sitio es éste tipo dematerial, el cual sufre distintas alteraciones yasea durante la secuencia de manufactura,durante el uso o por la acción de procesospostdepositacionales.

Es frecuente que los conjuntos líticosrecuperados cuenten con índices elevados defragmentación. La identificación del tipo defractura y el agente que la produjo permiteevaluar aspectos vinculados con lafuncionalidad de los sitios, las eleccionestecnológicas, las estrategias de aprovechamientode los recursos líticos, el abastecimiento y lamovilidad.

La fractura de los artefactos puedeproducirse en diferentes situaciones, ya sea,durante la manufactura, mientras están siendousados y/o luego de su descarte o abandono.También pueden quebrarse intencionalmente,como un paso más del proceso de manufactura(i.e. microlitos) e incluso pueden confeccionarsepara luego fracturarlos como parte de un ritual.El objetivo de este trabajo es entonces eltratamiento de las fracturas en los artefactosde piedra, cómo se producen y cómoreconocerlas.

Cabe destacar que este trabajo se insertaen un proyecto más amplio, que tiene comoobjetivo reconocer los distintos tipos defracturas que pueden sufrir los artefactos líticosy sus causas. A partir del estudio de las fracturasse busca generar un abordaje que amplíe lainformación que brinda el análisis tecno-morfológico de los artefactos líticos. Esteabordaje se aplicará en un futuro a la discusión

de distintos sitios pampeanos que presentaníndices significativos de artefactos fracturados.

En esta ocasión, se aborda el problema delas fracturas desde dos perspectivas: a) a partirde una revisión bibliográfica exhaustiva, quepermitió ordenar y sintetizar una posibleclasificación de fracturas, y b) a partir de unaexperimentación dirigida a la obtención defracturas intencionales.

ANTECEDENTES

La posibilidad de identificar la manera enque puede fracturarse un instrumento lítico,está directamente relacionada con elreconocimiento de los principios físicos de lamecánica de fracturas. “Los antropólogos,buscan entender la mecánica de lascado paraidentificar técnicas de manufactura y esclarecerla naturaleza de las fracturas de uso. Losmecánicos de fractura, ven el lascado como unaforma especializada de fractura, cuyo estudiopuede contribuir a un entendimiento generalde la mecánica de fracturas” (Cotterell yKamminga 1979:97; traducido por los autores).

La aplicación de los principios de la fracturaa la tecnología lítica no es nueva. El primero enser explorado fue el principio de la fracturaconcoidal cuando, hacia 1880, los estudiososeuropeos se enfrentaron a dos grandespreguntas: ¿cómo se habían confeccionado losartefactos de piedra, sin disponer de metal paraello? y ¿cómo se podía distinguir el trabajohumano de los productos naturales? (Johnson1978). En 1896, el físico H. Hertz realizó elprimer experimento científico de lo que ocurríacuando dos cuerpos entraban en contactoobservando que: cuando un cuerpo esféricogolpea la superficie plana de un sólido frágilisotrópico, en este último se produce unafractura en forma de cono, el cual ahora seconoce como cono hertziano. Cuando sedesprende una lasca, sin embargo, no se formaun cono completo, sino solo un cono parcial

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(Cotterell y Kamminga 1987). Descripcionescomo la de Siret acerca de la fractura concoidalen rocas frágiles contestaban la segundapregunta: donde estuviese presente la fracturacónica estaba presente la acción humana, éstasse evidenciaban por:

“… un golpe suficientemente fuerte y secoproduce en el punto de aplicación unacompresión local con hundimientoimperceptible de la masa de sílex (…) Elpercutor presenta una cierta superficie, la partehundida ocupa esa misma superficie, en generalmás o menos circular; la grieta, igualmentecircular, se inserta en primer lugar a una bajaprofundidad en forma de cilindro, peroinmediatamente se alarga y adopta forma cónicapara detenerse a algunos milímetros deprofundidad (…) La parte convexa que, sobrela lasca, forma el punto entre el cono de percusióny la superficie vibratoria, constituye el bulbo depercusión, que le da a esas fracturas su aspectocaracterístico” (Siret 1928, en Brézillon 1983:73;traducido por los autores [énfasis en eloriginal]).

Sin embargo, el alcance de la propuesta deHertz no fue desarrollado plenamente sinoochenta años después, a fines de la década del1960 y durante los ’70, con el auge de laexperimentación en tecnología lítica, quepromueve la interacción entre los físicos y losarqueólogos (Johnson 1978; Lawn y Marshall1979; Cotterell y Kamminga 1987). En esemomento se exploraron también otras formasde fractura en las rocas reconociendo nuevostipos de lascas además de las concoidales,producidas de maneras distintas y que, por lotanto, aportaban nueva información.

En esta época se desarrollan trabajos comolos de Crabtree (1972), Johnson (1979, 1981) yRondeau (1981), quienes identificaron aquellasfracturas producto de errores de talla, algunasde las cuales –como la perversa– implican lafractura del instrumento. Purdy (1975), por suparte se ocupó de las fracturas resultantes de

tratamiento térmico o de la exposiciónaccidental de los artefactos al fuego.

Estos estudios buscaban comprender lamecánica de extracción de lascas, la mecánicade la talla por percusión y presión, laidentificación y replicación de técnicasespecíficas aplicadas a la confección de uninstrumento, el reconocimiento de lastrayectorias de manufactura y los subproductosde éstas. Perseguían, en último término, ladescripción, definición y explicación de laconducta humana pasada representada por latalla de la piedra (Flenniken 1984; Nami 1984).

Con ese mismo objetivo, el estudio de losmecanismos de fractura se incorporó a losanálisis funcionales. En este sentido, Cotterell yKamminga en La formación de lascas expresanque es importante comprender “...en términosmecánicos cómo ocurren las fracturas y porqué las lascas tienen distintas morfologías. [yaque] Una apreciación de la mecánica deformación de lascas puede llevar directamentea implicaciones sobre comportamiento.”(Cotterell y Kamminga 1987:703; traducido porlos autores).

Tal fue la relevancia de la mecánica defracturas en el campo del análisis funcional queun capítulo del libro Lithic use-wear analysiseditado por Brian Hayden en 1979, estádedicado a las fracturas. El capítulo incluye unaprimera propuesta de Cotterell y Kammingapara contribuir a una clasificación de lasfracturas producidas por uso, a partir delreconocimiento de las distintas morfologías delas lascas y de la manera en que cada lasca sedesarrolla.

En la misma obra, Lawn y Marshall se ocupande las fracturas de microcontacto. Con elobjetivo más general de acercarse a lastecnologías y las conductas prehistóricas através de los rastros de uso y manufactura, losautores consideran que “...los micro rastros deuso son de especial importancia en lo que a

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esto se refiere porque reflejan los usos reales alos que fue sometido un artefacto dado” (Lawny Marshall 1979:63; traducido por los autores).

En nuestro país, Yacobaccio (1982),basándose en la propuesta de Cotterell yKamminga (1979) de los tipos de iniciación yterminación de lascas, discute la producción delas fracturas de microdesgaste causadas por uso,y propone una tipificación de las mismas. Eneste marco presenta una clara introducción ala mecánica de fracturas y caracteriza losatributos que se pueden observar según lasustancia trabajada, el modo de uso, la fuerzaejercida, el tiempo de uso, etc.

Otros estudios experimentales vinculadoscon los patrones de uso son los realizados porOdell (1981), Titmus y Woods (1986), Woods(1988) y Martínez y Aschero (2003), entre otros,que tratan con las fracturas que se producenen puntas de proyectil, especialmente porimpacto. El último de estos estudios tieneespecial relevancia en este trabajo, ya que evalúala resistencia al impacto de puntas de proyectilconfeccionadas sobre ortocuarcita.

Con relación al tema que se discute en estetrabajo –las fracturas que determinan la roturade un artefacto– Aschero (1983) desarrollacriterios para consignar las fracturas principalesen una pieza, entre ellos, la posición de la mismaen relación con el eje de orientación de la pieza,la sección de fractura y la forma de superficiede fractura (Aschero 1983).

En la identificación de los tipos de fracturaproducidos por errores de manufactura, sedestacan los trabajos de Crabtree (1972),Johnson (1979, 1981) y Rondeau (1981),mencionados anteriormente. Por su parte,Frison y Bradley (1980) en ocasión del análisisdel instrumental del sitio Hanson (Wyoming),separan cinco tipos de fracturas y analizan lapresencia de rastros de uso sobre los filosresultantes de la fractura. Deller y Ellis (2001)encuentran en Caradoc (Ontario, Canadá) 286

fragmentos de chert muy concentrados en unárea pequeña donde la totalidad de losartefactos fueron fracturados intencionalmentey proponen que fue un sitio de actividad ritual.Por último, Lintz y Dockal (2002) analizan 39artefactos encontrados en un cache, de loscuales 30 estaban fracturados. En este trabajose destaca la presentación de un cuadrocaracterizando las distintas fracturas.

TIPOS DE FRACTURAS

Sobre la base de la revisión bibliográficaproponemos una síntesis de los tipos defracturas que podemos encontrar en losartefactos líticos. Se incluye la descripción dela forma de fractura y las causas probables deésta. Estas últimas se resumen en la Tabla 1. Lasobservaciones que surgieron a lo largo delexperimento también nos fueron útiles a la horade estructurar ésta síntesis.

Johnson (1979) divide las fracturas porerrores de manufactura en dos categoríasamplias: fracturas directas y fracturas indirectas.Aunque Johnson se dedica exclusivamente alos errores de talla, en este trabajo se proponeque dichas categorías pueden aplicarse a todoslos tipos de fracturas conocidos hasta elmomento.

Fracturas directas: son aquellas que seoriginan en el punto en que fue aplicada lafuerza (Johnson 1979). Entre las fracturasdirectas se incluyen.

Fractura perversa: este tipo de fractura fuedefinido por primera vez por Crabtree (1972).Presenta una superficie de fractura helicoidal,oblicua al eje longitudinal del instrumento(Figura 1a y b). Se corresponde con la superficiede fractura de desarrollo helicoidal de Aschero(1983: B24).

Se produce por la aplicación de excesivafuerza o por la mala aplicación de la misma en

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el borde de la pieza, generándose una fracturaen dos planos: se extrae la lasca y se rompe lapieza al mismo tiempo. Siempre es resultadode un error de manufactura (Crabtree 1972;Johnson 1979; Frison y Bradley 1980; Lintz yDockal 2002).

Fractura lateral (Lateral snap): Johnson (1979)definió inicialmente este tipo de fractura comouna fractura indirecta, equiparándola con la queCrabtree (1972) llamó end shock (ver másadelante). En 1981, Rondeau realiza unacontribución a la clasificación de Johnson, en la

Figura 1. a) Fractura perversa. b) Fractura perversa. Laflecha indica el lugar del golpe.

cual presenta “...una segunda forma de fracturalateral que no es resultado de end shock”(Rondeau 1981:10; traducido por los autores)y que debería situarse entre las fracturasdirectas.

Según este autor las características queidentifican a este tipo son:

1- Un “mordisco” de la plataforma resultadode la remoción de una porción del bordede la pieza.2- Un negativo de lascado grande que secorresponde con la curvatura cóncava del“mordisco” de la plataforma.3- Una fractura lateral que bisecta estenegativo de lascado. El negativo de lascadosuele ser más pronunciado en profundidady en superficie que los otros lascados de lapieza (Rondeau 1981) (Figuras 2a y b).

La sección (Aschero 1983:B25) de lafractura que bisecta el negativo es transversaly en un perfil forma una curva en “s” muy tenue(Johnson 1979).

Se produce por un golpe muy adentro dela pieza que puede remover parte del bordegenerando una concavidad y un lascado másprofundo que el resto. Estas característicaspueden estar ausentes si la fractura es causadapor un golpe demasiado fuerte (Johnson 1979;Rondeau 1981; Lintz y Dockal 2002).

Las fracturas de manufactura que resultaronen nuestra experimentación concuerdan conlo propuesto por Rondeau (1981), por lo tanto,la fractura lateral se incluye entre las fracturasdirectas y se reserva end shock para las fracturasindirectas, tal como fue definido por Crabtree(1972).

Impacto Longitudinal: este tipo de fracturasse produce en puntas de proyectil, por impactodirecto sobre sustancias duras o por fuerza depenetración, siendo por lo tanto resultado deluso. Se presenta como negativos de lascadosorientados longitudinalmente. Estos pueden

a

b

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Figura 3. Impacto longitudinal. Las flechas indican ladirección del impacto.

estar en el centro de una de las caras de lapieza, generalmente originados en el extremodistal del limbo (Figura 3a); o puedenpresentarse a lo largo del borde de la punta deproyectil (Figura 3b). No ocurre durante lamanufactura (Odell 1981; Whittaker 1995; Lintzy Dockal 2002).

Fractura radial: se presenta como múltiplesfracturas convergentes, perpendiculares a la caradel instrumento. La fractura se inicia en el centro

Figura 4. Fractura Radial: a) fragmentos en forma decuña. b) fragmentos triangulares.

Figura 2. a) Fractura lateral. b) Esquema de una fracturalateral.

de la cara de la pieza y se extiende hacia losmárgenes.

Se produce por un golpe intencional en lacara plana del instrumento que puede generarmúltiples fragmentos de forma triangular (Figura4b) o fragmentos en forma de cuña con ángulosde 90º (Figura 4a) (Frison y Bradley 1980; Dellery Ellis 2001; Lintz y Dockal 2002).

Snap: se caracteriza por una sección defractura transversal que puede presentar unleve abultamiento semejante a un bulbo defuerza en una de las mitades de la pieza(Figuras 5a y c). Este abultamiento señala ellugar en que fue golpeado el instrumento ydonde empezó a formarse un cono hertziano(Figuras 5b y c). Estas iniciaciones puedenestar acompañadas de astillamiento y de laremoción de pequeñas lascas adyacentes alpunto de impacto. Esta característica tambiénpuede estar ausente. Muchas veces presentaun labio pequeño o pronunciado en la unión

a a

bb

a b

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Figura 6. a) Fractura de Cono Completo. b) Detalle delcono central desprendido

cuando presentan iniciaciones cónicas en algunade las caras del instrumento.

Fracturas de cono completo: en este caso ungolpe intencional sobre la superficie delinstrumento desprende un verdadero cono(Figura 6b), de la misma manera en que “...unproyectil penetra una hoja de vidrio paraproducir un cono hertziano” (Deller y Ellis2001:272; traducido por los autores). El conoasí desprendido puede romperse en dos o másfragmentos. A su vez puede producirse unafractura tipo snap en el cuerpo de la pieza(Deller y Ellis 2001), o puede combinarse conuna fractura radial (Figura 6a).

Fracturas indirectas: son aquellasfracturas que ocurren en un lugar alejado alpunto de la pieza que está siendo trabajado(Johnson 1979).

a

b

de la fractura con una de las caras. El labio sepresenta en la cara sobre la que se dio el golpe.

Se produce por un golpe en la superficie dela pieza que la separa en dos fragmentos grandes(Deller y Ellis 2001).

Las fracturas de este tipo solo sonindicadores seguros de fractura intencional

Figura 5. Fractura tipo snap: a) vista de la cara ventral.b) vista en sección transversal. Las flechas indican ellugar en que la pieza fue golpeada, iniciándose uncono hertziano. c) Esquema de la fractura tipo snap.

a

b

c

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Fractura curvada1 (bending): la sección defractura puede ser transversal (Figura 7c), puedepresentar un labio en la cara sobre la que seejerció la presión o la percusión (Figura 7a y7b); o puede ser oblicua (Figura 7d). No hayevidencia del punto de iniciación de la fractura.

Se produce por aplicación de fuerzaexcesiva doblando la pieza más allá de la fuerzade tensión, durante la manufactura, uso opisoteo (Frison y Bradley 1980; Sollberger 1986;Whittaker 1995; Lintz y Dockal 2002).

End shock: es un tipo de fractura curvadaque se produce sólo durante la manufactura.Es una fractura transversal de superficierelativamente recta, similar a la que se observaen el gráfico de la Figura 7c.

Se produce por la aplicación de fuerzaexcesiva por percusión, que excede los límiteselásticos de la roca iniciando una fractura lateral

en áreas alejadas de la plataforma de percusión(Crabtree 1972; Lintz y Dockal 2002).

Transversa simple: presenta una superficie defractura plana y sin rasgos distintivos, de seccióntransversal. Se origina perpendicularmente aleje longitudinal del instrumento sin asociacióndirecta entre la fractura y un negativo de lascadoo con la técnica de talla utilizada. Puede ocurrirdurante la manufactura, uso o reactivación delinstrumento (Lintz y Dockal 2002).

Estos tres tipos de fractura y en especial elend shock y la transversa simple son fáciles dereconocer cuando se producen durante unaexperimentación. Sin embargo, es muy difícildistinguirlas entre sí arqueológicamente y hastael momento no se conoce un criterio claro quepermita esta distinción.

Plano de fractura incipiente: Johnson (1979)se refiere a este tipo de fractura cuando laspiezas se rompen por la presencia de grietas ofallas discontinuas en la roca que son difícilesde detectar, dejando una superficie de fracturacompletamente plana. Este autor trataúnicamente con los errores de manufactura,sin embargo, al ser justamente las fallas o grietasel punto de iniciación de las fracturas (Lawn yMarshall 1979) el plano de fractura incipientepuede producirse también durante el uso, porpisoteo o por una caída accidental.

En cuanto a la superficie de fractura, en elexperimento se vio que las fallas internas de laroca pueden generar también superficies muyirregulares que dificultan la identificación deltipo de fractura.

Fractura por enmangue: es una fracturatransversa a lo largo del pedúnculo en puntasy se produce por uso (Johnson 1979).

Otro tipo de fracturas que se puedenencontrar son las térmicas (irregulares,hoyuelos) (Purdy 1975; Johnson 1979) yfracturas de manufactura como la sobrepasada,

Figura 7. Fractura curvada: a) y b) con labio. c) desección transversal y d) de sección oblicua

a b

c d

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fractura en charnela y fractura quebrada(Crabtree 1972; Aschero 1975; Johnson 1979;Whittaker 1995). No nos extendemos sobreestas últimas ya que no implican en sí mismasque el instrumento se fragmente, sino queafectan a la terminación de las lascas. Unaexcepción es la fractura sobrepasada que enalgunos casos puede truncar el artefacto.

EL EXPERIMENTO

Se llevó a cabo la fractura intencional deartefactos líticos experimentales. Estaexperiencia preliminar se diseñó con el objetivode reconocer los tipos de fracturas que sepueden generar al golpear una piezaintencionalmente, en una de sus caras, con unpercutor, con el fin de evaluar si existen tiposdiagnósticos de fractura intencional en la mismamedida en que las fracturas perversas sondiagnósticas de errores de manufactura. Porotro lado se comenzó a generar una colecciónexperimental de referencia de artefactos líticosfracturados de distintas maneras.

Para definir las variables a utilizar, se llevó acabo una experiencia piloto, teniendo en cuentalas características del registro arqueológico acuya interpretación se aplicará este análisis

(Amick et al. 1989). En este caso, el marco dereferencia arqueológico fue la colección del sitioCerro El Sombrero Cima (Pdo. Lobería, BuenosAires). Se consideraron tanto los materialesprocedentes del sitio, como las característicasgeomorfológicas y sedimentarias del mismo.

En este sitio se recuperaron un total de1112 artefactos formatizados, tanto enexcavaciones como en recoleccionessuperficiales, de los cuales un 93% estánfracturados. La mayor parte de los artefactosestán elaborados sobre rocas cuarcíticas, sonde espesor delgado y evidencian talla conpercutor blando. Los instrumentos son tantobifaciales como unifaciales. La cima del cerro,por su parte, es una extensa superficie planadonde, en algunos sectores aflora la rocacuarcítica de base y en otros hay una carpetasedimentaria de loess con pastizales(Flegenheimer 2003).

Para la experiencia piloto se seleccionaronlascas de ortocuarcita Sierras Bayas de distintosespesores para ser golpeadas en el centro dela cara dorsal con distintos percutores. Por otraparte, se intentó también la fractura de lascaspor otros medios: pisoteo, caída libre desde unaaltura de aproximadamente 1,50 m y“doblándolas” con la mano. En ninguno de ellosse lograron fracturas que rompieran las lascas,sino sólo pequeñas fracturas en los filos, de lascuales no nos ocuparemos aquí.

A partir de estos datos se decidió utilizarcomo variables: 1- el espesor de las piezas, paralo cual consideramos los espesores delgado ygrueso (Aschero 1983); 2- el tipo de sedimentoo sustrato, donde el sustrato duro (baldosasde hormigón) simula las condiciones en queaflora la roca de base en la cima del cerro y elsustrato blando (tierra) simula los sectores concubierta de loess; 3- la dureza del percutor queincluye percutores duros y blandos y 4- la“situación de los lascados respecto a las carasde la pieza” (Aschero 1975:15) de los cualesconsideramos los bifaciales y unifaciales.

Tabla 1. Causas de los distintos tipos de fractura.....

Tipo de fractura Causas

Directas Perversa Manufactura

Lateral Manufactura

Impacto longitudinal Uso (impacto)

Radial Intencional, pisoteo?

Snap Intencional

De Cono completo Intencional

Indirectas Curvada Uso, manufactura,

pisoteo

End Shock Manufactura

Transversa simple Uso, manufactura

Plano de fractura Uso, manufactura,

incipiente pisoteo

Por Enmangue Uso

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La colección experimental fue tallada porlos autores sobre nódulos de ortocuarcitaSierras Bayas, recolectados en el Arroyo ElDiamante, cerca de la localidad de Barker(Sierras de Tandil, Buenos Aires). Esta materiaprima es la misma que se encuentra en los sitiosde Cerro El Sombrero y además es la que seencuentra más representada en los sitiospampeanos. A su vez, es la materia prima demejor calidad para la talla de la región (Bayóny Flegenheimer 2003).

Se llevaron a cabo todas las etapas demanufactura, desde el descortezamiento hastala formatización final. Esta última etapa fuerealizada con percutores blandos, ya que esésta la técnica de talla que evidencian losmateriales de Cerro El Sombrero Cima.

En total se confeccionaron 126 artefactossemejantes a los recuperados en el Cerro ElSombrero, 71 bifaciales y 55 unifaciales, tantopor retoque solo como por retalla y retoque.Durante la confección de los artefactos, 18piezas se fracturaron por errores demanufactura. Se destaca que se produjerontodos los tipos de fracturas de este tipo quemencionamos anteriormente. Entre losartefactos enteros se seleccionaron 82 parafracturar.

Se seleccionaron cuatro percutores durosde piedra y dos percutores blandos de astacon un peso de 130g, 320g, 360g y 400g y200g y 70g respectivamente, para realizar lasfracturas intencionales. Los artefactos sesepararon de acuerdo al índice de espesorrelativo de Aschero (1983)2, resultando cuatrogrupos: “instrumentos bifaciales gruesos”,“instrumentos bifaciales delgados”,“instrumentos unifaciales gruesos” e“instrumentos unifaciales delgados”. A su vez,cada uno de estos grupos fue dividido en cuatro.Cada subgrupo fue fracturado con percutoresde dureza diferente y apoyado sobre lasdistintas superficies combinando las variablesde la siguiente manera: percutor duro sobre

Figura 8. “Instrumento unifacial grueso” golpeado conpercutor duro.....

sustrato duro, percutor duro sobre sustratoblando, percutor blando sobre sustrato duro ypercutor blando sobre sustrato blando.

Cada pieza era apoyada sobre la superficiecorrespondiente y el percutor era dirigido haciael centro de la cara (Figura 8). La fuerza ejercidano fue controlada, la pieza era golpeada tantasveces como fuera necesario, hasta romperla. Elnúmero de golpes varió de uno a ocho. Laspiezas espesas que no pudieron romperse conpercutor blando fueron fracturadas conpercutor duro. En la Tabla 2 se presenta lacantidad de artefactos que se rompieron encada combinación de variables.

RESULTADOS Y DISCUSION

Entre los resultados obtenidos destaca quese obtuvieron todos los tipos de fracturasintencionales mencionados, además de otrasque no se consignan en la bibliografía y que

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fueron clasificadas entre las indeterminadas. Lasdistintas fracturas se presentan en proporcionesrelativamente homogéneas, aunque hay uncierto predominio del tipo snap. Los resultadosse distribuyen de la siguiente manera (N= 82):- Snap: 34,14%- De cono completo: 19,51%- Radiales: 23,17%- Indeterminadas: 23,17%

Con respecto a las fracturas snap se pudoobservar por un lado, que gran parte de éstasse produjeron sobre sustrato blando y en piezasdelgadas y por otro, que algunas de estasfracturas no presentan la iniciación hertziana.Esto último estaría indicando que actuaronfuerzas de doblado, que también puedenproducir fracturas tipo snap (Sollberger 1986).Casos como este son muy difíciles de reconocer

en el registro arqueológico, ya que puedenconfundirse con fracturas curvadas, transversassimples o end shock. Otro rasgo importantede estas fracturas es que cuando se producensobre sustrato duro suelen presentar la marcade iniciación en el lugar del golpe y también enel contragolpe.

En cuanto a las fracturas de cono completo,la mayoría se produjeron sobre sustrato duro(Tabla 3). Las fracturas radiales son las que seencuentran distribuidas de forma máshomogénea con relación al espesor de las piezasy a la dureza tanto del percutor como delsustrato.

Cuando se observan las fracturasindeterminadas se ve que tienden aconcentrarse entre aquellas fracturas

Tabla 2. Cantidad de piezas fracturadas intencionalmente.....

Tipo de percutor Tipo de instrumento Tipo de sedimento Sustrato duro Susrato blandoDuro bifacial grueso 5 10

delgado 9 5 unifacial grueso 10 6

delgado 5 5Blando bifacial grueso 5 0

delgado 7 5 unifacial grueso 0 0

delgado 5 5

Tabla 3. Distribución de los tipos de fractura según la combinación de variables.

Tipo de percutor Tipo de fractura Espesor instrumento Grueso DelgadoSustrato duro Sustrato blan Sustrato duro Sustrato blando

Duro Snap 3 8 3 6Radial 5 3 2 2Cono completo 4 1 5 0Indeterminada 3 4 4 2

Blando Snap 1 0 4 3Radial 0 0 4 3Cono completo 3 0 1 2Indeterminada 1 0 3 2

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producidas con percutor duro, cualquiera seael sustrato y el espesor de las piezas. Gran partede éstas implican que la pieza se rompió enmuchos fragmentos muy pequeños, que hacenimposible clasificarlas dentro de alguno de lostipos conocidos.

En la Tabla 3 se evidencia, como dijimosanteriormente, que fue muy difícil romper laspiezas espesas con percutor blando y que estoresultó imposible sobre el sustrato blando.

Con relación a la unifacialidad o bifacialidadde las piezas (Tabla 4), aún no se puede hablarde tendencias claras. Sin embargo, en este casoparticular se observa que hay una leveinclinación a que las fracturas snap se presentensobre piezas unifaciales, especialmente enaquellas delgadas. Esto puede deberse a lasección transversal de la pieza, ya que eranapoyadas sobre la cara plana para golpearlas.Se llevarán a cabo nuevas experienciasconsiderando esta variable.

Las fracturas de cono completo predominanen las piezas bifaciales gruesas, mientras quelas fracturas radiales son predominantes entrelas piezas bifaciales delgadas.

Además de las fracturas no consignadas enla bibliografía, se observó que muchas veces secombinan distintos tipos de fracturas, así comotambién en un caso, sobre una misma pieza ycon un solo golpe, se produjeron dos fracturasde cono completo, una a cada lado de la pieza.

Es importante destacar que la cuarcita esuna materia prima muy resistente, en el

experimento resultó mucho más difícil de loesperado romper las piezas, algunas de ellasnecesitaron hasta ocho golpes para fracturarse.Esta observación se corresponde con las deotros investigadores. Marcela Leipus(comuncación personal) informó que en todossus años de experimentación en rastros de uso,sólo una lasca sufrió una fractura que la rompióen dos. Los resultados obtenidos por Martínezy Aschero (2003) para puntas de proyectil,mostraron una alta resistencia de la ortocuarcitaal impacto sobre hueso, aunque la resistenciade la misma es baja al impacto sobre superficiesrocosas.

CONSIDERACIONES FINALES

¿Cómo se fracturó un artefacto?, ¿es ésta lacausa de su abandono?, ¿siguió siendoaprovechado después de su fractura?, ¿sefracturó accidentalmente o intencionalmente?Estas son algunas de las preguntas que sepueden contestar a través de esta vía deinvestigación y para ello se empezó indagandoen la fractura intencional. Este tipo de fracturase menciona en distintos trabajos como unaforma de producir puntas burilantes y bordesfilosos útiles para cepillar madera, hueso y astay también como sacrificio ritual de losinstrumentos (Frison y Bradley 1980; Deller yEllis 2001; Lintz y Dockal 2002).

Las observaciones preliminares delexperimento permiten decir que las fracturasde cono completo y las radiales sondiagnósticas de fractura intencional y que porsu parte, las fracturas snap sólo son diagnósticas

Tabla 4. Tipos de fractura en piezas unifaciales y bifaciales.....

Tipo de instrumento Tipo de fracturaSnap Cono completo Radial Indeterminada

bifacial delgado 5 5 8 4grueso 5 8 3 5

unifacial delgado 11 2 3 3grueso 7 1 5 3

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si presentan iniciación hertziana en la cara dela pieza. Aún así, su identificación en el registroarqueológico no siempre es posible, en especialcuando no se encuentran fragmentosremontables, ya que una vez que se separa elmaterial fracturado, es muy difícil reconocer eltipo de fractura. Por ejemplo, en el caso de unafractura radial como la que se ve en la pieza ala izquierda de la Figura 4a, el fragmento másgrande podría fácilmente confundirse con unafractura curvada o una snap. Se corre el riesgo,entonces, de identificar más tipos de fracturasde los que realmente hay o de confundirlas.

Una misma fractura puede originarse dedistintas formas y aún no se conocen loscriterios que permitan distinguir las diferentescausas, al menos macroscópicamente.

Los resultados aquí presentados sonpreliminares y se necesita ampliar el tamaño dela muestra en nuevos experimentos, así comosumar otras variables a la fractura intencional.Como se dijo antes, nos proponemos llevar acabo experimentos que incluyan la seccióntransversal de la pieza como variable, así comotambién que incluyan la percusión indirecta, yaque de este modo el lugar del golpe es máscontrolado. Aunque existen varios experimentossobre pisoteo (Flenniken y Haggarty 1980;Nielsen 1991; Mc Brearty et al. 1998) ningunode ellos se hizo sobre cuarcita, por lo que seplantea la necesidad de indagar en este sentido.

El estudio de las fracturas debe ser tambiéncomplementado con análisis funcionales sobrelos filos resultantes de la rotura de los artefactos,para constatar si fueron usados y, si este es elcaso, para qué se usaron.

Esta aproximación al análisis de los conjuntoslíticos, a través de las fracturas presentes en losmismos, aporta un enriquecimiento al análisis einterpretación de los sitios. Plantea que ademásde consignar las fracturas es importantedistinguirlas e identificar sus causas, porque lasfracturas también brindan información.

Recibido en Marzo de 2006Aceptado en Julio de 2006

NOTAS

1. Usamos el término curvada porque es la traducciónque ofrece Yacobaccio (1982) para los comienzos delasca, cuando se refiere a bending initiation. Cuandonos referimos a la fuerza (bending force) responsablede este –y otros– tipos de fracturas (ver: Sollberger1986; Whittaker 1995; Deller y Ellis 2001) hablamosde fuerzas de doblado.

2. Espesor delgado: 5,1 a 10 mm y espesor grueso:10,1 a 20 mm. No consideramos los espesores muydelgado, muy grueso y gruesísimo, ya que no estánpresentes en los materiales de Cerro El Sombrero Cima.

AGREDECIMIENTOS

A Nora Flegenheimer, Cristina Bayón, IsabelGonzález y Natalia Mazzia. Este trabajo fuerealizado en el marco de los proyectos: “El usode los recursos y la tecnología de los cazadores-recolectores en la Pampa Bonaerense” PICT15015 y “El uso del paisaje y los recursosminerales de los grupos cazadores-recolectoresen las Sierras de Tandilia” PIP 6279. A SalomónHocsman y Teresa Civalero. Agradecemostambién a Marcela Leipus y a nuestras familias.A Miguel.

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* Celeste WeitzelCeleste WeitzelCeleste WeitzelCeleste WeitzelCeleste Weitzel es Licenciada en Antropología de laFacultad de Ciencias Naturales y Museo de LaUniversidad Nacional de La Plata, desde el año 2004.Actualmente es Becaria Doctoral de Agencia,investigando las fracturas en artefactos líticos con elobjetivo de aplicar este análisis a materiales de sitiosde la Región Pampeana.

** Mariano ColomboMariano ColomboMariano ColomboMariano ColomboMariano Colombo es Licenciado en Antropologíade la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de LaUniversidad Nacional de La Plata, desde el año 2005.

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* Museo de Antropología, FFyH, UNC - Hipólito Irigoyen 174 (Córdoba) - [email protected]

** Museo de Antropología, FFyH, UNC – Hipólito Irigoyen 174 (Córdoba) - [email protected]

RECOLECCIÓN, PROCESAMIENTO Y CONSUMO DE FRUTOSSILVESTRES EN EL NOROESTE SEMIÁRIDO ARGENTINO. CASOS

ACTUALES CON IMPLICANCIAS ARQUEOLÓGICAS

Germán G. Figueroa*Mariana Dantas**

RESUMEN

La presente investigación aborda etnográficamente el estudio inherente a la recolección,procesamiento y consumo de frutos de algarrobo y chañar, en las provincias de Santiago delEstero y Catamarca (Argentina). El propósito fue obtener una serie de datos, sobre un tema quese caracteriza por su escaso tratamiento en la literatura arqueológica, que permitan, en un futuro,ser usados de manera confiable a la hora de aplicar modelos como los de programación lineal oamplitud de dieta. Los interrogantes se centraron en temas tales como la inversión temporal de lasdistintas etapas del proceso productivo, el rendimiento promedio de cada recurso y los artefactosinvolucrados en las tareas, entre otros.

Los resultados alcanzados posibilitaron establecer que la confección de alimentos en base aestos frutos posee las siguientes cualidades: (1) un elevado valor nutricional, (2) una baja inversióntemporal en su elaboración, (3) un considerable rendimiento, (4) una escasa complejidad en loque respecta al instrumental empleado para su producción y (5) un gran espectro de comidas apreparar. Estas particularidades convierten a esta actividad en una indiscutible alternativa alimenticia,que no debe ser relegada al momento de efectuarse estudios arqueológicos de índole económica.

Palabras clave: Estudio actualístico - Ecología evolutiva - Frutos silvestres - Inversión temporal - Noroesteargentino.

ABSTRACT

The present research approaches ethnographycally to the study of the gathering, processingand consumption of fruits of algarrobo and chañar in Santiago del Estero and Catamarca (ArgentineRepublic). The purpose was to collect data, which is characterized by its scarce treatment in thearchaeological literature so that they can be used in a reliable way when applying such models aslineal programming or diet width. The queries were centered in such topics as the temporaryinvestment of the different stages of the productive process, the yield average of each resource,and the devices involved in the tasks, among others.

The outcomes enabled us to establish that the gathering of these fruits possess the followingqualities: (1) a high protein value, (2) a low temporary investment in their elaboration, (3) aconsiderable yield, (4) a scarce complexity in what concerns the instrumental employee for theirproduction and (5) a wide range of meals to prepare. These special features make this activity anunquestionable nutritious alternative that should not be relegated at the moment of performingeconomic archaeological studies.

Key words: Actualistic study - Wild fruits - Operative chain - Temporary investment - Argentineannorthwest

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sobre cuestiones de relevancia como son lacapacidad sustentadora o la dieta óptima deun grupo prehispánico determinado (Dickson1980; Hill y Hawkes 1983; Laguens 1999a; López2002; Muscio 2004). Pero para que los mismospuedan ser aplicados correctamente esnecesario contar con cuerpos de datosconcretos, que en la actualidad suelen serincompletos, o en el peor de los casosinexistentes. De esta situación, se entiende que,por lo general, se empleen análogamente datosprocedentes de puntos distantes del planeta,para luego integrarlos a casos de estudioespecíficos. Si bien este procedimiento es válido,existe el riesgo de que el margen de error seademasiado alto y el modelo fracase.

Atendiendo a estas preocupaciones, sedesarrollaron las tareas de campo que seexponen en este trabajo, las cuales permitieronconocer en detalle las distintas etapasinvolucradas en la elaboración del arrope dechañar (Geoffroea decorticans) y el patay dealgarroba (Prosopis alba y P. nigra). Asimismo, seprestó especial cuidado a que la totalidad delos informantes escogidos utilizaran en laproducción de dichos alimentos una tecnologíatradicional y que, fundamentalmente, siguieranal pie de la letra recetas antiquísimas quellegaron a sus manos a través de susprogenitores.

MARCO TEÓRICO

La etnoarqueología estudia las relacionesentre el comportamiento humano y susconsecuencias materiales en el presente, conla intención de identificar patrones queexpliquen esas vinculaciones, pudiendo, así,aplicar estos conocimientos a la interpretaciónde la conducta humana pasada. Sin embargo,la falencia más común de este tipo de trabajosreside en que, generalmente, se basan solamenteen la descripción y explicación de los resultadosmateriales del comportamiento, en lugar decomprenderlo. En consecuencia, poco se aporta

INTRODUCCIÓN

Este artículo, que parte del trabajoetnográfico, persigue como objetivo primordialgenerar un cuerpo de datos sólidamentesustentado, con el propósito de contribuir a laprofundización del conocimiento de las diversasfases que pudieron involucrar las prácticasrecolectoras de frutos silvestres, tales comochañar y algarrobo, implementadas en el marcode las economías de subsistencia de las antiguascomunidades cazadoras-recolectoras y/oproductoras de alimentos que habitarondistintos espacios del actual territorio argentino.Se trabajó en torno a la indagación deinterrogantes específicos, como por ejemplo laestimación de la inversión temporal de laslabores, la utilización de las tecnologías, ladelimitación espacial de las actividades, elrendimiento económico de los recursos y elnúmero de individuos involucrados en las tareas.De este modo, se pretende elaborar un marcoreferencial adecuado que enriquezca lasdiscusiones e hipótesis de temas concernientesa aspectos económicos1.

La información etnográfica y arqueológicaalude reiteradamente a la importancia que tuvoen la dieta de las sociedades del pasado elmanejo de los recursos silvestres,fundamentalmente, el algarrobo y el chañar(Serrano 1945; Laguens y Bonnín 1987; Lorandiy Ottonello 1987; Nielsen y Roldán 1991;Arana 1999; Bonnin y Laguens 2000; Ceruti2000; Berberián y Roldán 2001; Rodríguez2001; Gordillo 2005; entre otros). Algunostrabajos han explorado diversos aspectos desu cadena operativa (Boman 1908; Aparicio1931; Vignale de Ardissone 1943; Mercado1951; Babot 1999a). Sin embargo, estos nopresentan un registro exhaustivo de ciertasvariables que se precisan para poner a pruebamodelos tales como el de programación linealo el de amplitud de la dieta, por citar sóloalgunos de ellos (Bettinger 1980, 1991; Belovsky1987, 1988; Winterhalder y Goland 1997).Dichos modelos permiten realizar predicciones

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a la interpretación de las evidenciasarqueológicas de conductas humanasdesconocidas etnográficamente en el presente.O’Connell (1995) propone que la solución aeste problema se puede alcanzar ampliando elfoco de la etnoarqueología e incluyendo elestudio de la variabilidad del comportamientohumano, bajo el marco de la ecología evolutiva,ya que esta teoría cuenta con el potencial deexplicar esta variabilidad bajo circunstanciasmás vastas. Por lo tanto, el punto sustancialconsistiría en la explicación de pautas decomportamiento a través de la identificaciónde las restricciones que lo limitan,especialmente, aquellas que afectan el éxitoreproductivo, y una predicción de un patrónóptimo del comportamiento, queposteriormente será corroborado con elregistro arqueológico. Sintetizando y siguiendoa O’Connell (1995), la firmeza de esta teoríaradica en la capacidad de generar prediccionessobre la variabilidad en un vasto espectro defenómenos y proveer de una estructuraadecuada en donde integrarlos. De este modo,es posible obtener expectativas potencialmentecomprobables sobre el comportamiento y susconsecuencias arqueológicas en cualquierasentamiento, pasado o presente, aunque seadistinto a los conocidos entre los humanosmodernos.

MARCO METODOLÓGICO

Se desarrollaron trabajos de campo desdediciembre de 2005 hasta fines de febrero de2006, coincidiendo con el momento de cosechay procesamiento de los frutos de chañar yalgarrobo. Estas actividades se llevaron a caboen distintas localidades rurales de las provinciasde Santiago del Estero y Catamarca (Argentina).En relación con el procesamiento del algarrobo,se entrevistaron cinco familias de las localidadesEl Bracho, Campo Rosso, Lote 38-Miel de Paloy Lote 28, todas ellas ubicadas en lasproximidades de la ciudad de Añatuya,departamento General Taboada, Santiago del

Estero. Se hizo lo propio en la localidad LosVarela, departamento Ambato, provincia deCatamarca, donde se trabajó con dos familiassobre temas concernientes a la preparación dedistintas comidas realizadas en base al fruto dechañar2. Las entrevistas consistieron enpreguntas puntuales, sin perder de vista los finesarqueológicos del trabajo, efectuadas ainformantes calificados de cada lugar. Seentienden por calificados a aquellos individuosque se distinguen en el seno de una comunidadpor su sapiencia en una actividad determinada(Arenas 2003). Para la recolección de los datosse emplearon libreta de campo y grabaciones.En todos los casos se tomaron fotografías conel propósito de registrar los diferentesartefactos empleados en cada una de las labores.Finalmente, se confeccionaron fichas en dondese volcó la información recogida, ordenándolade acuerdo a su ubicación geográfica y a uníndice temático, con el objetivo de facilitar suposterior análisis.

CASOS DE ESTUDIO

1) Algarrobo

Los Prosopis son sumamente numerosos enArgentina y en muchos países semiáridos. Lascuatro especies más conocidas en nuestro paísestán constituidas por el algarrobo negro(Prosopis nigra), el blanco (Prosopis alba), elchileno (Prosopis chilensis) y el dulce (Prosopisflexuosa) (Demaio et al. 2002). Todos ellos sonobjeto de una gran diversidad de usos, siendomuy apreciados sobre todo por sus frutos ymadera. En la actualidad, para el Chaco semi-árido, se estima la presencia de un número decincuenta árboles por hectárea, lo queproporciona una producción que fluctúa entrelos 800 y 1000 kg de vainas de algarrobo porhectárea (Instituto de Cultura Popular[INCUPO] 1998). Estas vainas, que reciben ladenominación de algarroba, poseen un granvalor alimenticio, siendo ricas en hidratos decarbono, proteínas, hierro y calcio (Tabla 1).

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Su consumo, reconocido arqueológicamente,abarca un amplio espectro de posibilidades,tanto como materia prima para la elaboraciónde bebidas fermentadas (aloja) o refrescantes(añapa), dulces (arrope) o como harina parapanes y amasados (patay). Aún hoy, endiferentes regiones del Noroeste Argentino(NOA) el aprovechamiento intensivo de estosfrutos conforma una parte importante de ladieta de sus pobladores, quienes preparancomidas siguiendo procedimientos ancestrales,que se van difundiendo de generación engeneración. En la provincia de Santiago delEstero, estas tradiciones alimentarias semantienen prácticamente en plenitud, por estarazón fue el lugar seleccionado para llevar acabo las tareas de campo.

En esta región la algarroba comienza amadurar entre fines del mes de diciembre yprincipios de enero. En la cosecha interviene latotalidad del núcleo familiar, sin distinción desexo ni edad. En general, los algarrobos seencuentran a escasos metros de las viviendas(Figura 1), por lo que el costo de búsqueda entiempo resulta prácticamente insignificante. Enocasiones el radio de captación de dichosrecursos se amplía significativamente, llegandoinclusive hasta los tres kilómetros de distanciade las unidades domésticas, en estaoportunidad el tiempo invertido en subúsqueda asciende a 45 minutos.

Las herramientas utilizadas para estaslabores se limitan solamente a baldes y/o bolsasde arpillera, debido a que se juntan sólo losfrutos que se hallan en la plenitud de su madurez,los cuales se encuentran depositadosindefectiblemente en el suelo. Las chauchas quepermanecen aún en los árboles son dejadaspara ser recogidas en ocasiones posteriores,esperando que el accionar del viento o de lalluvia las precipite directamente hacia el sueloen su madurez. Sin embargo, bajo ningúnaspecto la algarrobeada excede los 45 días deduración, pues pasado este lapso los frutos sedeterioran y ya no son aptos para el consumohumano.

A través de los trabajos de campo se hapodido observar que en las distintas unidadesdomésticas el volumen de chauchas dealgarrobo recogidas en un día es sumamentevariable (Tabla 2). Entre las causas de estavariabilidad se encuentran: la cantidad depersonas involucradas en las tareas, la destrezay edad de los recolectores, las horas dedicadasa la actividad, la distancia a la fuente deaprovisionamiento y las condicionesmeteorológicas. Para sintetizar lasobservaciones sobre los tiempos implicadostanto en la recolección como en las restantesetapas de la cadena operativa, se procedió atrabajar con una unidad de medida concreta,equivalente a 1 kg. En este sentido, distintos

a- Recolección

En el presente, la recolección de las vainaso chauchas de algarrobo es llevada a cabo porunidades familiares. Este panorama pudoapreciarse nítidamente en la zona rural deAñatuya, departamento General Taboada,provincia de Santiago del Estero.

Tabla 1: Valores nutricionales de la harina dealgarroba (Charpentier 1998:89).

100g harina 100g harina 100g harina 100g harina 100g harina

de algarroba de algarroba de algarroba de algarroba de algarroba

Proteínas (g%) 13.88

Grasas (g%) 3.78

Azúcares totales (g%) 34.98

Azúcares Reductores (g%) 4.73

Almidón (g%) 1.91

Fibra Bruta (g%) 13.25

Fósforo (mg%) 127.78

Calcio (mg%) 170.16

Hierro (mg/kg) 160.1

Magnesio (mg%) 63.16

Potasio (mg%) 821.13

Carbohidratos 73.79

Energía Kcal/100gEnergía Kcal/100gEnergía Kcal/100gEnergía Kcal/100gEnergía Kcal/100g 332.31 332.31 332.31 332.31 332.31

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informantes de las proximidades de Añatuya yMiel de Palo han coincidido en señalar que unapersona puede recolectar 1 kg de vainas en 5minutos. En cambio, vecinos de El Bracho yCampo Rosso sostienen una demora entre 6 y10 minutos por kilogramo de algarroba.

Tal como se señaló oportunamente, elaprovechamiento del fruto de algarrobo abarca

un amplio abanico de posibilidades, que vandesde su consumo in situ, carente deprocesamiento alguno, hasta la preparación delas más variadas comidas.

b- Secado

Una vez recolectadas las chauchas,inmediatamente se las extiende al sol para que

Figura 1. Algarrobal en las cercanías de la casa de la familia Contreras (Añatuya, Santiago del Estero).

Tabla 2: Cosecha de algarroba por unidad doméstica.

Familia Familia Familia Familia Familia PromedioPromedioPromedioPromedioPromedioPalavecino Contreras Lemos Miguele Carrizo

Nº del grupo familiar 10 8 6 15 5 8,88 ,88 ,88 ,88 ,8Nº de personas que recolectan 10 4 5 13 5 7,47 ,47 ,47 ,47 ,4Distancia a la fuente 0-3 km 0-3 km 0-3 km 0-3 km 0-3 km 0-3 km0-3 km0-3 km0-3 km0-3 kmde aprovisionamientoHoras dedicadas por día 1 4 1 4 4 2,82 ,82 ,82 ,82 ,8a la recolecciónKilogramos juntados por día 120 192 60 264 200 167,2167,2167,2167,2167,2

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se sequen. De acuerdo a lo expresado por losinformantes, el tiempo necesario para lograradecuadamente este procedimiento no superalos 3 a 5 días de buen sol. Todos losentrevistados coinciden en que son once lashoras diarias que insume esta actividad, debidoa que permanecen absorbiendo la radiaciónsolar ininterrumpidamente desde las 8 hastalas 19 horas, aproximadamente. Esta tareaocasiona un bajo gasto de energía, ya que losfrutos son dispuestos en lugares visibles y defácil vigilancia (i.e. mesas, catres o techos decinc) y son manipulados por un solo individuomientras se realizan las habituales tareasdomésticas. Al anochecer son guardados en elinterior de la vivienda para evitar que sehumedezcan o sean objeto de consumo porparte de depredadores. Este proceso deextendido y guardado diario, así como lavigilancia diurna se repite invariablemente hasta

que los frutos se encuentran bien secos yvulnerables al fácil resquebrajamiento.3

c- Almacenamiento

Un tema aparte lo constituye el acopio delas vainas de algarroba secas. Si se toman losrecaudos necesarios para que no las afectenlas plagas y la humedad, éstas puedenconservarse hasta 12 meses. Se han registradodistintas variantes en lo que respecta a lasmodalidades que adopta este proceso y losimplementos usados para ello. Siguiendo loshábitos tradicionales de la zona se acostumbraguardarlas en trojas, estructuras de 3 m delargo, 2 m de ancho y 2 m de alto,aproximadamente, edificadas con madera dealgarrobo y vinal a las que se les colocan varasde suncho (Baccharis salicifolia) en los lateralesy el techo para cerrarlas, recubriendo este

Figura 2: Troja confeccionada por José Contreras (Añatuya, Santiago del Estero).

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último con tierra (Figura 2).

De acuerdo con los testimonios de ManuelaCarrizo y José Contreras, para su construcciónuna persona tarda entre 2 y 3 días, trabajando4 horas diarias, pudiendo invertirse 1 día enbuscar y cortar la madera y otro día para elarmado final de la troja. Una manera alternativade almacenamiento consiste en el guardado delos frutos en recipientes plásticos con o sinceniza en el interior, bien sellados, o en sudefecto, dentro de pozos cavados en la tierra, alos que cubren con plástico. Estos pozos tienenque ser hechos junto a la casa, en lugares dondeno llegue el agua en época de lluvia. Una vezbien tapados se echa un poco de insecticida(gamexane) para que los insectos no losperjudiquen. A diferencia de lo mencionadopor los otros informantes, Ascención Lemosacopia la algarroba en las mismas bolsas dearpillera en las que la juntó, colgándolas en eltecho de su vivienda. Por último, MarcolinaHernández de Miguele recuerda que años atráspara guardar las vainas de algarrobo se empleabauna especie de “horno de barro”, que seedificaba en el piso y que contaba con paredesde suncho, a las que luego se las cubría contierra.

d- Molienda

Luego de un óptimo secado solar, las vainasya se encuentran en condición de ser molidas,para transformarlas, mediante este proceso, enharina. Los morteros constituyen losinstrumentos empleados en esta etapa, siendofrecuentemente confeccionados en madera dealgarrobo o quebracho colorado, los cuales enciertas oportunidades llegan a superar el metrode altura (Figura 3). La molienda se efectúageneralmente a la sombra, debido a las altastemperaturas imperantes en esta época del año.Los lugares escogidos son, preferentemente, lasgalerías o los patios de las casas, en este últimocaso, a la sombra de algún árbol, el cual,usualmente, se trata de un algarrobo (Figura4). El tiempo de molido de 1 kg de algarroba es

variable y puede oscilar entre 10 y 20 minutos.Un punto interesante a tener en cuenta es queestos valores corresponden no sólo al molido,sino también al tamizado del kilo de algarroba,ya que ambas tareas se desarrollansimultáneamente. Es decir, mientras se vanmoliendo las chauchas, también se vancerniendo, con el objetivo de separar la harinade la semilla y el afrechillo (desecho compuestopor cáscaras y fibras). Los útiles usados para eltamizado varían entre una zaranda rectangular,la cual posee una estructura de madera a laque se le adosa una rejilla de tela metálica, unatela de arpillera y un colador de metal cilíndrico.Atendiendo a los informantes, una vez molidoy cernido el kilo de algarroba ya es apto parael consumo, en una cantidad que ronda el 50%del peso original, siempre y cuando sea de buenacalidad. El afrecho y las semillas que resultandel colado pueden ser destinados para hacerañapa y/o usados como forraje.

e- Patay

En este trabajo se concentran los esfuerzosen indagar sobre las distintas etapasconcernientes a la elaboración del patay,alimento elaborado a base de harina dealgarroba negra (Prosopis nigra) o blanca(Prosopis alba), el cual es muy apreciado entodo Santiago del Estero. Su proceso deelaboración es bastante sencillo. Una vezmolidas y cernidas las vainas, el paso siguienteconsiste en disponer la harina en moldes, sinningún tipo de leudantes o líquidos agregados,los cuales son colmados y apisonados. Estashormas pueden ser platos enlozados, tazas otarros de leche cortados a una altura de 5 cm.La cocción dura entre 2 y 3 minutos y seconsuma situando los moldes en un horno debarro o al rescoldo, hasta que la superficie dela harina esté bien dorada. Vicente Palavecinoemplea un procedimiento disímil, que consisteen colocar los moldes con harina al sol 11horas diarias, durante 2 días. Posteriormente,los panes se desmoldan y ya se encuentranlistos para el consumo.

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Figura 4: Galería de la casa de la familia Lemos (Añatuya, Santiago del Estero).

Figura 3: Mortero de algarrobo utilizado por Ascención Lemos (Añatuya, Santiago del Estero).

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El patay es almacenado en lugaresresguardados de la humedad, pudiendo durarhasta 1 año en buenas condiciones. MarcolinaHernández de Miguele señala, por ejemplo, quelos envuelve en papel de diario y los guardadentro de la casa.

En síntesis, estos resultados permitieronestablecer que el tiempo total invertido por unapersona en la elaboración del patay es de 10,51horas (Tabla 3). Además, también fue posibledeterminar que con 20 kilos de algarroba, esfactible obtener 10 kilos de patay, es decir quese puede hablar de un rendimiento del 50 %;este último dato se encuentra en concordanciacon el obtenido por el grupo de especialistasde INCUPO (1998).

posterioridad, se colocan en un recipiente,pudiendo ser éste un balde o una olla, al que sele agrega agua, y allí se las mezcla. Según lasdeclaraciones de Don Vicente, luego de,aproximadamente, una hora de reposo ya se lapuede beber, consumiéndola a manera depostre. La aloja se prepara de manera similar ala añapa, pero su tiempo de reposo es mayor,teniendo que fermentar. Esta bebida eselaborada de forma casi exclusiva parareuniones y festividades.

De acuerdo con Marcolina Hernández deMiguele, el bolanchao se prepara mezclandomistol (Zyzyphus mistol) molido con harina dealgarroba. Ambas son amasadas hasta obtenerseformas redondeadas para consumirlas sincocción previa. Por último, el arrope puede serdescrito como un líquido dulce y oscuro quese obtiene de cocinar en agua las vainas maduras,permitiendo la concentración de azúcares (CuriPaz 2005).

2) Chañar

El Chañar se encuentra bastamentedistribuido en Argentina y el sur de AméricaLatina. Su presencia puede ser constatada desdela provincia de Río Negro (Argentina) hastaPerú. Se desarrolla preferentemente en losalbardones de los ríos y bajos temporalmenteinundables, conformando, en ocasiones,pequeños bosquecillos llamados chañarales. Sufruto oscila entre los 1,7 y 3 centímetros dediámetro, es de forma esférica y tonalidad rojiza.Contiene una pulpa de color blanco amarillentoy un gran carozo con 1 o 2 semillas (Charpentier1998). Este fruto es muy apreciado para larealización del arrope, aunque también esutilizado en otro tipo de comidas como sonlos bolillos con grasa de pescado o bebidasrefrescantes y alcohólicas tales como la añapay la aloja. Al igual que la algarroba, el fruto delchañar posee un alto valor alimenticio (Tabla4) y fue empleado profusamente porcomunidades prehispánicas. En lo que resta deeste artículo se hará referencia exclusivamente

f- Otros modos de consumir la algarroba

Más allá del patay, las vainas pueden serpreparadas para ser consumidas de diversasmaneras. Entre ellas, se pueden mencionar suconsumo directo desde la planta o la elaboraciónde harina tostada, añapa, aloja, bolanchao yarrope (Charpentier 1998; Curi Paz 2005).

La añapa y la aloja son bebidas refrescantesy alcohólicas, respectivamente. Para lapreparación de la añapa, primeramente semuelen las chauchas apenas secadas al sol. Con

Tabla 3: Tiempo invertido por un individuo en laproducción de 1 kilo de patay.

Tiempo invertidoTiempo invertidoTiempo invertidoTiempo invertidoTiempo invertido por actividad por actividad por actividad por actividad por actividad

Busqueda kg/h ___Recolección kg/h 0,1Secado kg/h 0,19Molido y cernido kg/h 0,23Cocción en horno 0,05 hsCocción al sol 22 hsConstrucción troja 10 hsTiempo totalTiempo totalTiempo totalTiempo totalTiempo total 10,57 kg/h 10,57 kg/h 10,57 kg/h 10,57 kg/h 10,57 kg/hpor personapor personapor personapor personapor persona

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la fuente de aprovisionamiento en la actualidadse debe recorrer entre 1 y 3 kilómetros, ya quelos bosques de chañares se localizan en lossectores bajos del valle. Esta situación obliga alos arroperos a una caminata de 1 hora deduración de ida para obtener los recursos y,aproximadamente, de una hora y media parael regreso a la unidad doméstica. La cosecha esrealizada por un solo individuo y consiste,principalmente, en reunir los frutos madurosque yacen en el piso. Asimismo, los que aún sehallan en el follaje de los árboles son derribadoscon un palo para luego ser recogidos. Latotalidad de la cosecha es depositada en unabolsa de arpillera, en la que se pueden cargarhasta 25 kilos. Es importante destacar que sólose recolecta una bolsa al día, llevando estaactividad 1 hora de esfuerzo, aproximadamente,por lo que es posible estimar la cosecha de 1kilo de chañar cada 3 minutos.

b- Molienda

Inmediatamente obtenidos los frutos y deregreso a la vivienda se procede a molerlos. Latecnología usada consiste en morteros depiedra de indiscutible origen arqueológico(Figura 5), o bien, confeccionados con maderade quebracho. La molienda no se realiza deforma enérgica, sino lentamente para que selogre romper adecuadamente la cáscara ypueda salir toda la pulpa del fruto. En el lapsode 1 hora, si se trabaja intensamente, se puedellegar a moler íntegramente el contenido de labolsa, consumiendo, entonces, 3 minutos paramoler 1 kilo de frutos de chañar.

c- Procesamiento

Concluida la actividad de molido, los restosobtenidos se colocan en una batea de maderao en un tacho con 5 litros de agua, donde sonamasados para separar la pulpa de la “champa”(i.e. cáscara y carozo). Inmediatamente después,la champa es puesta en un balde, al que se leagrega agua y allí es refregada nuevamente. Acontinuación, se la cuela con una bolsa de

a los distintos pasos involucrados en laproducción del arrope de chañar.

En el valle de Ambato, provincia deCatamarca, la preparación y consumo del arropede chañar se encuentran hondamentearraigados en el seno de su sociedad, panoramaque contrasta significativamente con el uso casiinexistente del fruto del algarrobo. Para esteúltimo, sólo existen referencias de su empleoen otras regiones de la provincia, como porejemplo Pomán y Ancasti, entre otras. A causade ello, las labores de campo se centraron enel mencionado valle.

Los procedimientos que conducen a laelaboración del arrope del chañar, que aún sonpracticados asiduamente, forman parte de unatradición que se transmitió y que actualmentese sigue trasmitiendo familiarmente. Suproducción es sencilla y los procedimientosimplementados para ello uniformes dentro delgrupo de informantes entrevistados.

a- Recolección

La fructificación del chañar en Los Varela seproduce a mediados de enero. Para acceder a

Tabla 4: Valores nutricionales de la harina dechañar (Charpentier 1998:93).

100g harina100g harina100g harina100g harina100g harina de chañar de chañar de chañar de chañar de chañar

Proteínas (g%) 8.16Grasas (g%) 4.44Azúcares totales (g%) 20.59Azúcares Reductores (g%) 8.34Almidón (g%) 3.12Fibra Bruta (g%) 13.52Fósforo (mg%) 155.05Calcio (mg%) 54.17Hierro (mg/kg) 79.94Magnesio (mg%) 63.41Potasio (mg%) 1005.43Carbohidratos 75.33Energía Kcal/100gEnergía Kcal/100gEnergía Kcal/100gEnergía Kcal/100gEnergía Kcal/100g 320.84 320.84 320.84 320.84 320.84

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arpillera o lienzo, estrujándola lo suficiente paraque brote todo el jugo. Todo este proceso esefectuado en un lapso de 2 o 3 horas. Lassemillas y las cáscaras que quedaron fuera delproceso de producción del arrope no sonreutilizadas de modo alguno, siendo desechadasen la basura.

El último paso en la elaboración del arropeconsiste en colocar el jugo obtenido en unapaila de bronce, la que es puesta a hervirdurante 8 o 10 horas, de acuerdo a los datosvertidos por nuestros informantes (Figura 6).Este proceso de cocción se lleva a cabo en lospatios de las viviendas, utilizando un fogónarmado de ladrillos. Para que el arrope secocine correctamente es indispensable contarcon un fuego continuo, necesitando para estaetapa del proceso 2 o 3 carretillas colmadasde leña de chañar o tala. Según Carmen Castilloy Apolinar Saavedra, la acción de buscar, cortary transportar la leña al fogón es una actividadque demanda 1 hora de esfuerzo por cada

carretilla.A través de los datos obtenidos se puede

estimar que el rendimiento de una bolsa defrutos de chañar de 25 kilos convertido enarrope es de 3 a 4 kilos. Esta cifra daría unrendimiento promedio del 14%. De este modo,es posible calcular que para la producción de 1kilo de arrope de chañar, una persona requierede 5,97 horas (Tabla 5).

d- Almacenamiento

Al menos en el valle de Ambato, el fruto dechañar sin procesamiento alguno no esalmacenado, siendo dejado para que se malogreen el suelo o sea comido por los animales. Sinembargo, transformado en arrope es guardado

Figura 6: Cocción de arrope de chañar en la casa deDoña Carmen Castillo (Ambato, Catamarca).

Figura 5: Don Apolinar Saavedra con su mortero depiedra (Ambato, Catamarca).

Tabla 5: Tiempo invertido por un individuoen la producción de 1 kilo de arrope dechañar.

Tiempo invertidoTiempo invertidoTiempo invertidoTiempo invertidoTiempo invertido por actividad por actividad por actividad por actividad por actividad

Busqueda kg/h 2,5Recolección kg/h 0,05Molido kg/h 0,05Amasado y colado kg/h 0,1Cocción kg/h 2,57Obtención de leña kg/h 0,7Tiempo totalTiempo totalTiempo totalTiempo totalTiempo total 5,97 kg/h 5,97 kg/h 5,97 kg/h 5,97 kg/h 5,97 kg/hpor personapor personapor personapor personapor persona

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cuidadosamente en botellas y frascos de vidrio,pudiendo preservarse por espacio de 24meses4.

CONSIDERACIONES FINALES

Si se toman en cuenta los resultadosobtenidos se puede entender por qué losalimentos estudiados en este trabajo debieronconstituir una parte relativamente importanteen la dieta indígena. Esto se debe, básicamente,a su elevado valor nutricional y la posibilidadde producir copiosas cantidades de alimentosa un costo sumamente bajo, proceso en el cualpueden actuar un número reducido depersonas, utilizando un conjunto limitado deartefactos que no fueron creadosespecíficamente para llevar a cabo este tipo delabores. En este sentido, se puede añadir que lamayor inversión temporal reside en laproducción del patay de algarrobo, másprecisamente, en el momento de efectuarse elsecado de los frutos. No obstante, esta aparentedemanda temporal se reduce sustancialmentesi entendemos que el secado no constituye unalabor exclusiva de esta comida, ya que unaconsiderable proporción de esta materia primapuede ser destinada simultáneamente a laelaboración de otros tipos de alimentos, comopor ejemplo, harina tostada o “bolanchao”, oquizás simplemente ser almacenada para suposterior consumo.

Esta línea argumental coincide con lomencionado repetidamente en las crónicas,pero, sobre todo, con el dilatado número deestudios arqueológicos sobre el tema, quesostienen que la recolección en épocasprehispánicas y de contacto jugó un papelpreponderante dentro de sus respectivasestrategias de subsistencia (Korstanje yWürschmidt 1999; Laguens 1999b; Oliszewski1999; Santoni y Torres 2001; Korstanje 2005;entre otros). Incluso algunos investigadores hanpostulado que el rol de las prácticas derecolección pudo llegar a cubrir en algunos

casos entre el 30 y el 50% de la alimentaciónbásica aborigen (Laguens 1999a; Noli 1999).

También, es conveniente resaltar que elcalendario agrícola no se superpone niobstaculiza de ninguna manera al calendariorecolector, debido a que al momento de llevarsea cabo la cosecha de algarroba y chañar,generalmente el maíz, el poroto y el zapallo yase encuentran sembrados. Durante esteperíodo los cultivos agrícolas exigen un cuidadomínimo para su adecuada germinación, el cualse restringe sólo al desmalezado y al riego delas parcelas, actividad que puede ser efectuadapor un solo individuo utilizando una reducidacarga horaria.

Asimismo, la información expuesta en estetrabajo proporciona una serie deconsideraciones que merecen ser reflexionadas.La primera de ellas tiene que ver con la laborde la molienda. En este caso, se logró establecerque el único tipo de instrumento empleado parael molido de los frutos silvestres lo constituyenlos morteros de madera y/o piedra. Sin embargo,al momento de abordar un caso arqueológicoes necesario tomar ciertas precauciones acercade su asignación funcional, ya que esta clase deartefactos pudieron haber sido empleados deigual manera para el procesamiento de variosrecursos de naturaleza orgánica e inorgánica,incluyendo aquellos provenientes del cultivo, lacaza, la pesca y la recolección. Por lo tanto, antesde extraer algún tipo de conclusión al respectoresulta imprescindible analizar el contextodonde se encuentran dichos artefactos, susparticularidades morfológicas, rastros y residuosde utilización (Babot 1999b).

En segunda instancia, se pudo advertir queel acopio de frutos de algarrobo y chañar,llevado a cabo en la actualidad, puede adoptardiversas modalidades. En la provincia deSantiago del Estero, una de las formas deguardar las chauchas de algarroba consiste endepositarlas en el interior de pozos cavados enla tierra, los cuales se ubican en las cercanías

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de las viviendas y en lugares protegidos delaccionar del agua. Esta modalidad dealmacenamiento resulta altamente sugestiva sise atiende a la presencia de estructuras decaracterísticas similares en distintos sitiosarqueológicos de las Sierras Centrales, para loscuales se hipotetizó que se tratarían de lugaresdestinados al almacenaje de frutos silvestres(González 1962; Laguens 1999a). En otras áreasdel país también se registraronarqueológicamente el mismo tipo deestructuras, como por ejemplo en Santa Fe y elSur de Santiago del Estero (Ceruti 1988 citadoen Laguens 1999a; Togo com. pers. citado enLaguens 1999a). En un futuro estas hipótesisdeberán ser corroboradas mediante estudiosde macro y microrestos vegetales, tales comosemillas, fitolítos, polen, por citar sólo algunosde ellos. Otra forma de acopiar las vainas dealgarroba entre los actuales habitantes de laprovincia santiagueña consiste en situarlasdentro de contenedores de plástico de 200litros, que luego son sellados herméticamente.Si se intenta establecer un correlatoarqueológico sobre esta cuestión, se podríaproponer que en el pasado ciertos recipientescerámicos habrían cumplido correctamente estafunción. Un buen ejemplo de lo expresadopuede ser observado al analizar el registroarqueológico del valle de Ambato, para elPeríodo Medio. En este contexto, la excavaciónde uno de los patios del sitio La Rinconada,permitió recuperar grandes tinajas de cuerpoovoide, borde evertido y base cónica, que en suinterior contenían una gran cantidad de frutosde chañar quemados. Se estimó que el volumende estas ollas habría variado entre 80 y 250litros, aproximadamente (Gordillo y Ares 2005).

En tercer y último lugar, durante eldesarrollo de los trabajos de campo se prestóespecial interés en indagar sobre las distintasclases de artefactos involucrados en la coccióndel patay de algarrobo y el arrope de chañar.De acuerdo a este propósito, se logró establecerque los recipientes empleados para elaborar elpatay de algarrobo en esta etapa de

procesamiento están constituidos porrecipientes no restringidos y de escasaprofundidad, muy parecidos a los pucos playosy platos cerámicos de origen arqueológico. Entanto, las pailas y ollas utilizadas actualmentepara el hervido del arrope de chañar son deconsiderables dimensiones y sumamenteresistentes a los efectos del fuego, ya que sonexpuestas al mismo durante un lapso temporalprolongado. Muchas de las ollas globulares ypucos de gran tamaño recuperados endiferentes yacimientos arqueológicos del paísreúnen las cualidades necesarias paradesempeñar esta tarea. Lógicamente, paraevaluar estas ideas es imprescindibleimplementar estudios que permitan identificarposibles huellas de uso o restos orgánicos,además de profundizar sobre las característicasde perfomance mecánica de dichos artefactos(Braun 1983).

Concluyendo, los resultados obtenidoscontribuyen a revalorizar la importancia quepudo tener la recolección para las poblacionesindígenas, problemática que usualmente estratada lateralmente, focalizándose la mayoríade los estudios en distintos aspectosrelacionados con las actividades agrícolas. Sinembargo, se es consciente que la informaciónderivada de este trabajo debe ser tomada comoun aporte inicial a la problemática, que en unfuturo próximo deberá obligatoriamente serampliada con nuevos trabajos de campo. A pesarde ello, existe pleno convencimiento de que lostiempos expuestos para la producción de ambosalimentos no variarán en demasía,pudiéndoselos emplear confiablemente a la horade efectuar los modelos antes aludidos. Encambio, lo que aún debe ser objeto deinvestigaciones es el amplio espectro de comidasrealizadas a base de estos frutos y que en estetrabajo no fueron contempladas por razonesde espacio, las cuales al igual que el patay dealgarrobo y el arrope de chañar presentan todaslas cualidades necesarias para ser un excelentecomplemento en la dieta de los gruposprehispánicos.

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Recibido en Marzo de 2006Aceptado en Agosto de 2006

NOTAS

1 Los resultados obtenidos en este trabajo no pretendenextrapolarse directamente al pasado, ya que suverdadero potencial radica en generar hipótesis quepuedan servir para la construcción de modelosarqueológicos para la exploración de procesosevolutivos específicos.

2 Es de nuestro especial interés agradecer a las familiasPalavecino, Contreras, Lemos, Miguele y Carrizo deAñatuya, así como a las familias Varela y Saavedra deLos Varela, quienes respondieron a todas nuestraspreguntas e inquietudes con gran predisposición ybuena voluntad.

3 Mediante los trabajos de campo se pudo establecerque el tiempo promedio que emplea una persona paraexponer 1 kilo de algarroba al sol y luego guardarlo esde 2,77 minutos.

4 Una variante en los criterios de almacenamiento seregistró en Santiago del Estero. Allí, MarcolinaHernández de Miguele mencionó que cuando no puedehacer el arrope apenas realizada la recolección, paraevitar que se pudran los frutos, los seca al sol durante6 horas. Cuando desea realizar arrope pone los frutosen remojo en agua durante 2 horas y, posteriormente,los muele y amasa. Los frutos secos se guardan enbolsas de arpillera, no en bolsas de plástico porquemantienen la humedad echándolos a perder.

AGRADECIMIENTOS

La realización de este trabajo no hubiesesido posible sin la confianza y el apoyo de lassiguientes personas:-Dr. Andrés Laguens, Biólogo Gustavo Martínezy Lic. Eduardo Pautassi-Médico Vet. Sergio Parra y Lic. Víctor Cabrera,personal de INCUPO, Añatuya (Santiago delEstero)-Vicente Palavecino, Marcolina Hernández deMiguele, Dominga Corbalán de Contreras,Ascensión Lemos y Manuela Carrizo, Añatuya(Santiago del Estero)

-Carmen Castillo de Varela y Lorenzo ApolinarSaavedra, Los Varela (Catamarca).

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* Germán G. FigueroaGermán G. FigueroaGermán G. FigueroaGermán G. FigueroaGermán G. Figueroa es Licenciado en Historia conespecialización en Arqueología de la Facultad deFilosofía y Humanidades, de la Universidad Nacionalde Córdoba, desde el año 2004. Actualmente es BecarioDoctoral de FONCYT, investigando los sistemasagrícolas en el valle de Ambato (Catamarca) duranteel período de Integración Regional.

** Mariana DantasMariana DantasMariana DantasMariana DantasMariana Dantas es Licenciada en Historia conespecialización en Arqueología de la Facultad deFilosofía y Humanidades, de la Universidad Nacionalde Córdoba, desde el año 2004. Actualmente es BecariaDoctoral de SECYT, siendo su tema de investigación laArqueología de los animales y los procesos dediferenciación social en el valle de Ambato(Catamarca).

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Alosilla, J.; M.E. Iucci y C. Valencia.Alosilla, J.; M.E. Iucci y C. Valencia.Alosilla, J.; M.E. Iucci y C. Valencia.Alosilla, J.; M.E. Iucci y C. Valencia.Alosilla, J.; M.E. Iucci y C. Valencia. 2006. Procesos naturales y culturales que inciden en el estadoactual de conservación de los sitios de la localidad arqueológica de La Ciénaga, Departamento de Belén,Pcia. de Catamarca. La Zaranda de Ideas. Revista de Jóvenes Investigadores en Arqueología 2:51-66.Buenos Aires.

ARTÍCULOS

* Laboratorio de Análisis Cerámico. Facultad de Ciencias Naturales y Museo. Universidad Nacional de La Plata- [email protected]

** Laboratorio de Análisis Cerámico. FCNyM. UNLP - [email protected]

*** Laboratorio de Análisis Cerámico. FCNyM. UNLP - [email protected]

PROCESOS NATURALES Y CULTURALES QUE INCIDEN EN ELESTADO ACTUAL DE CONSERVACIÓN DE LOS SITIOS DE LA

LOCALIDAD ARQUEOLÓGICA DE LA CIÉNAGA, DEPARTAMENTO DEBELÉN, PCIA. DE CATAMARCA

Juliana Alosilla*María Emilia Iucci**

Celeste Valencia***

RESUMEN

Se realiza un análisis del estado de conservación de un conjunto de sitios de la localidadarqueológica de La Ciénaga que se encuentran muy deteriorados. El deterioro es producido porprocesos naturales, entre los cuales el más importante es la erosión hídrica, y por procesosculturales, entre los que se destaca el saqueo. La desertización del ambiente es un proceso debidoen gran medida a factores humanos que inciden en forma indirecta en la destrucción de los sitiosarqueológicos. El patrimonio cultural juega un rol importante en la provisión y construcción deun sentido de comunidad, de pasado compartido y de identidad social. Desde esta perspectiva seconsidera al análisis del estado de conservación de los sitios y materiales arqueológicos como unpaso inicial imprescindible para una gestión integral que involucre a la investigación arqueológicay a las acciones dirigidas a conservarlos y darlos a conocer.

Palabras Clave: Patrimonio cultural - Erosión hídrica - Desertización - Saqueo - Gestión integraldel patrimonio

ABSTRACT

The purpose of this paper is to describe the conservation state of La Ciénaga settlements. Thisis a relevant place for Argentine archaeology but settlements in that area are undergoing aserious process of destruction, due to both natural and human causes. Desertification is a processmainly caused by human action which leads to settlements destruction. Cultural inheritance playsa specific task on community sense, of a past in common and social identity construction. Fromthis point of view, a diagnosis of settlements preservation is a first step to an integral managementof archaeological inheritance, which involves investigations and actions guided to preserve andmake them known.

Key Words: Cultural inheritance - Hydric erosion - Desertification - Sacking - Integral managementof inheritance

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INTRODUCCIÓN

El presente trabajo se enmarca en elproyecto “Investigaciones arqueológicas yrevalorización del patrimonio cultural de lalocalidad de La Ciénaga. Catamarca. Argentina”1,dirigido por la Dra. Bárbara Balesta, cuyoobjetivo general es profundizar el conocimientode esta localidad arqueológica desde unaperspectiva de preservación y valoración de losrecursos patrimoniales. En este sentido,contempla la generación de estrategias dedesarrollo en la zona vinculadas a aspectoseducativos, turísticos y sociales, en un trabajodesarrollado en conjunto con la comunidad.

De la localidad de La Ciénaga provienenuna gran cantidad de materiales arqueológicos,excavados en su mayor parte por el ingenieroWeisser y su equipo en la década de 1920(Weisser 1921/1926) y durante los trabajos decampo realizados por González a partir ladécada de 1950 en adelante (González 1955;González y Cowgill 1975). Las investigacionesen la zona contribuyeron a la construcción dela secuencia cronológica maestra para elNoroeste Argentino (González 1955; Gonzálezy Cowgill 1975).

Durante los viajes de estudio recientes a lalocalidad (años 1999, 2004 y 2005) se haobservado que los sitios arqueológicos seencuentran en grave estado de deterioroprovocado, por un lado, por procesos naturales,fundamentalmente la erosión propia delambiente fluvial donde se hallan ubicados, y porotro, por procesos culturales, especialmente elsaqueo (huaqueo). Este estado se vinculaestrechamente con las dificultades que padecenlos actores sociales (gobiernos municipal yprovincial, instituciones, arqueólogos ypobladores) para poner en práctica accionestendientes a la custodia efectiva y almantenimiento de los recursos patrimoniales,dificultades que se han advertido a lo largo dela experiencia de trabajo de nuestro equipo enla zona.

Uno de los primeros pasos a seguir en unagestión efectiva del patrimonio arqueológico, yque constituye el objetivo de este trabajo,consiste en la realización de un análisis delestado de conservación de los sitios2 y de laamplia gama de agentes que intervienen y/ocontribuyen a su deterioro.

A partir de este análisis, se plantea a modode perspectiva de trabajo futuro la puesta enmarcha de acciones planificadas destinadas adifundir el conocimiento del pasadoprehispánico desde una perspectiva quecontemple la valoración del patrimonioarqueológico y genere, en la comunidad,compromiso con su protección.

Algunas nociones sobre patrimonio

En el marco del proyecto anteriormentemencionado, concebimos al patrimonio culturalcomo al “conjunto de bienes materiales einmateriales que hemos heredado del pasado,que estamos disfrutando en el presente y quemerece la pena conservar para el futuro”(Querol y Martínez Díaz 1996:19). Especificandosus elementos constituyentes, puede decirse que:

“El Patrimonio Cultural de una Nación estáconstituido por todos los bienes y valoresculturales que son expresión de esanacionalidad, tales como la tradición, lascostumbres y los hábitos, así como el conjuntode bienes materiales e inmateriales, muebles einmuebles, que poseen un especial interéshistórico, artístico, estético, plástico,arquitectónico, urbano, arqueológico, ambiental,ecológico, lingüístico, sonoro, musical,audiovisual, fílmico, científico, testimonial,documental, literario, bibliográfico, museológico,antropológico y las manifestaciones y losproductos y las representaciones de la culturapopular” (Llanos Vargas 1997, citado en Ratto2001:9).

Es así que el patrimonio implica “un procesode reconocimiento, generalmente

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intergeneracional, de algunos elementos comoparte del bagaje cultural y su vinculación a unsentimiento de grupo” (Ratto 2001:8). De estamanera, representa el componente material dela identidad, aportando elementos y valores através de los cuales los grupos sociales sereconocen y son reconocidos (Molinari et al.2000). Este patrimonio tiene “un carácter social,participativo y dinámico, ya que lo visualizamoscomo un repertorio de significados quecontinuamente son interpretados por unacomunidad” (Molinari et al. 2000:2).

En el marco de esta definición, el patrimonioarqueológico es la parte del patrimonio culturalque reúne a los restos materiales de culturasdel pasado que puedan ser estudiados mediantemetodología arqueológica, así como sucontexto de depositación y la información quese obtenga de dichas investigaciones, el lugargeográfico como escenario de la culturahumana, y las relaciones de este espacio con elmedio natural circundante (Endere 1995;González Varas 2003). Su conservaciónconstituye una de las principales fuentes parael conocimiento de nuestro pasado,contribuyendo de esta manera a la provisiónde un sentido de comunidad, de pasadocompartido y de identidad social (Balesta et al.2005).

El trabajo de la Arqueología se basa engenerar información acerca de las entidadessocioculturales del pasado a través del estudiode sus testimonios materiales (Berberián yRaffino 1994). Sin embargo, desde el punto devista de la gestión del patrimonio arqueológico,el foco de atención no es solamente elconocimiento que pueda producir laarqueología en su propio desarrollo, sinotambién la difusión de ese conocimiento y lasacciones dirigidas a proteger los materialesarqueológicos.

La difusión de la historia a través de sustestimonios materiales es una labor en la quese pretende comunicar cómo los objetos o el

paisaje no tienen valor por lo que son, sino porlo que representan. La valoración de un objetono radica en su mayor o menor antigüedad ybelleza, sino en la medida en que nos informade los aspectos históricos de una época. Su valorestá dado por lo que representan como parteintegrante de la identidad de las comunidades(Martín 2001).

A través de lo expuesto, el manejo integralde los recursos arqueológicos se presenta bajola forma de distintos procesos (Knudson 1996):

a) un proceso que contempla aspectosculturales, políticos y éticos concernientesa la conservación y curación3 de ítemsmateriales;b) un proceso que institucionaliza elconocimiento y la ideología arqueológicosen las instituciones y discursos estatales;c) un proceso que se relacionaimplícitamente con las definiciones y debatesacerca de las identidades cultural, histórica,social y nacional.

Por lo tanto, cualquier práctica relativa a lagestión del patrimonio arqueológico,considerado como parte del patrimoniocultural, implica un trabajo que vincula a lainvestigación con una gestión integral delpatrimonio (Ratto 2001). Para esta autora, lagestión integral implica una cadena de accionesque comprende la “identificación y recuperacióndel registro, continúa con su estudio yvaloración, [que] ofrece soluciones a laadministración actual de los bienes que lointegran, posibilita su revalorización yrentabilización como recurso cultural y culminacon la difusión” (Ratto 2001:26). El conceptode recurso cultural no incluye a todos los bienesdel patrimonio cultural, sino a aquellos a loscuales se les otorga una valoración económicaagregada como producto de su incorporacióna la esfera productiva, con beneficio para laspoblaciones locales, especialmente dentro deprogramas de turismo (Ratto 2001).

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La localidad de La Ciénaga

La localidad de La Ciénaga se ubica en los27º 29,311’ de latitud Sur, y 66º 58,752’ delongitud Oeste. Está emplazada en el sectorsudeste del Valle de Hualfín, al pie de la laderaoccidental del sector norte de la Sierra de Belén.El poblado se extiende a lo largo de la rutaNacional Nº 40, en forma aproximadamenteparalela al río, a una distancia media de 1 kmal oeste. Está dividido en dos sectores, que sedenominan La Ciénaga de Abajo, al sur, y LaCiénaga de Arriba, al norte, separados por unadistancia cercana a los 4 km.

El Río Hualfín, que recorre el valle de nortea sur, nace de la unión de varios pequeñostorrentes tributarios que descienden de lasSierras de Hualfín y Las Cuevas,aproximadamente a 50 km al nor-noreste deLa Ciénaga. Se caracteriza, al igual que todoslos de la zona, por la irregularidad de su caudal,marcada por épocas de deshielo y lluvias,durante las cuales se vuelve torrentoso, mientrasque el resto del año el caudal disminuye. Alsur del valle, en La Puerta de San José, el río seinterna en la Quebrada de Belén, y luego sepierde en las arenas del Campo de Belén.

Existen pocos estudios que caractericen elambiente de la zona. Entre ellos se encuentranlos realizados por Sayago (1996) en la regiónPre-Puneña que incluye los vallesintermontanos de Tafí, Trancas (Tucumán) y LasEstancias (Catamarca), y los de Muruaga (2001)en las Sierras de Hualfín. Actualmente nuestroequipo de trabajo se encuentra realizandoinvestigaciones sobre el aspecto ambiental deLa Ciénaga.

Hasta el momento se han reconocido treszonas en las cuales se encuentran los sitiosidentificados:

- la antigua terraza sobre la barranca delrío, formada por material sedimentario degrano fino, bien seleccionado y de pocaconsistencia;

- el piedemonte, formado por materialdetrítico grueso, mal seleccionado ydispuesto caóticamente, y- los cerros, que poseen materialsedimentario en superficie.

Sobre estas zonas se destacan distintosniveles de densidad de la vegetación. En 1930,Casanova describió esta característica: “...dondehay siquiera un poco de agua el tapiz vegetales abundante y pastos naturales que se mezclancon las plantaciones de alfalfa, el maíz se cultivacon gran éxito lo mismo que el trigo (...) Lavegetación sigue el drenaje (...) Pero el paisajeno es todo así, en los sitios más alejados delagua, los pastos desaparecen y sólo puedenverse las jarillas que abundan en la zona y algunoque otro chañar y algarrobo medio secoalternan la monotonía del paisaje...” (Casanova1930:12-13).

El régimen de precipitaciones es estacional,con abundantes lluvias en el verano, que, enconjunto con las aguas provenientes dedeshielos, provocan un importante incrementodel caudal de los ríos, mientras que en el restodel año imperan las condiciones áridas asemiáridas propias de la zona. Los eventos delluvias suelen ser torrenciales e instantáneos,lo que produce una rápida concentración deagua, que abandona aceleradamente el sistemapor desborde o torrentes no encauzados, concaptura y transporte de gran volumen detrítico.La consecuencia de estos eventos es unamarcada erosión hídrica que tiene incidenciadirecta en los suelos donde se encuentran lossitios arqueológicos. Este fenómeno erosivo fueobservado por Casanova cuando menciona que“...en algunos puntos la denudación ha sido casitotal y únicamente las raíces de algún árbol hanmantenido a su alrededor algún montículo detierra, existiendo así dos niveles, el antiguo quenos muestra el agua y el nuevo que nos presentael terreno” (Casanova 1930:13). Luego de laslluvias de verano, es posible observar cómo lascárcavas han sufrido modificaciones en suprofundidad, o desviaciones debido a los

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derrumbes de sus paredes. Talestransformaciones son mencionadas por lospobladores de la zona, en la recopilación deCasanova (1930), y han sido observadas in situpor nuestro equipo de trabajo.

Antecedentes y estado actual de lasinvestigaciones en la zona

Desde principios del siglo XX se handetectado en la localidad varias áreas convestigios de ocupaciones humanas, quepermiten describir una historia de ocupaciónpara la localidad de alrededor de dos mil añosde duración. A partir de las prospeccionesrealizadas por nuestro equipo desde 1999 sehan diferenciado tres áreas (Figura 1):

1. la Necrópolis de La Ciénaga, ubicada enla margen derecha del Río Hualfín en elextremo norte de La Ciénaga de Arriba(Weisser 1921/1926; Balesta 2000);2. el Cerrito Colorado (González y Cowgill1975) de La Ciénaga de Arriba y sitiosaledaños de la zona baja del río, ubicadossobre la margen izquierda del Río Hualfín,frente al poblado de La Ciénaga de Arriba;3. el Cerro Colorado de La Ciénaga deAbajo (Bruch 1911; Sempé 1981; Sempé yPérez Meroni 1988), sitios de sus espolonesmás bajos y de la antigua terraza del río,ubicados también en la margen izquierdadel Río Hualfín, pero más al sur, frente a LaCiénaga de Abajo.

Una de las primeras exploraciones científicasrealizadas en la zona fue la de Bruch (1911) en1908, cuando observó la existencia de unpoblado amurallado en un cerro sobre lamargen izquierda del río. Las características quemencionó, junto con una fotografía publicada,coinciden con las del Cerro Colorado de LaCiénaga de Abajo, por lo cual posiblemente serefiriera a este sitio.

A los trabajos de Bruch siguieron los deDebenedetti, quien prospectó y excavó en el

área en 1922 (Balesta 2000). Sus observacionesfueron tomadas en cuenta posteriormente porWeisser entre 1924 y 1926 quien, por encargode Benjamín Muñiz Barreto, se hallaba en la zonarealizando investigaciones con el fin de obtenerpiezas arqueológicas precolombinas. Weisseraportó información acerca de la existencia delo que llamó “catorce cementerios”, ubicadosa orillas de la margen derecha del río Hualfín, yextrajo los materiales de los ajuares funerariosde numerosas tumbas, que fueron inventariadosy descriptos en las libretas de campo (Weisser1921/1926). Estos materiales, junto con elvalioso registro documental que produjo(cartas, diarios de viaje, libretas de campo,cartografías, dibujos, fotografías, etc.) formanparte de la Colección Muñiz Barreto, depositadadesde 1930 en el Museo de La Plata.

Posteriormente, durante una expedición delMuseo Etnográfico del año 1927, Debenedettiy Casanova identificaron en la zona importantesconcentraciones de material cerámico Belén ensuperficie y realizaron excavaciones desepulturas en el sector noreste de La Ciénaga,en lo que denominaron “cementerio indígenade Huiliche” (Casanova 1930:21). Casanova

Figura 1. Ubicación de las principales áreas convestigios de ocupación humana de la Localidad de LaCiénaga

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señaló que dicha área era muy extensa y quesu elevación sobre el nivel del río en el lugarera de 12 a 25 m, con una altitud media de1400 msnm. Coincidentemente con lasobservaciones de Weisser, uno de los aspectosdestacados por Casanova (1930) en su trabajofue la gran erosión experimentada por el sueloen el área.

González utilizó los materiales de lacolección Muñiz Barreto como parte del corpuscon el cual definió la secuencia cronológica parael Noroeste Argentino (González 1955;González y Cowgill 1975). Además realizó suspropias exploraciones y excavaciones en lazona, ejemplos de ello lo constituyen lostrabajos en Río Diablo, La Manga, y el CerritoColorado (González y Cowgill 1975). En esteúltimo excavó estructuras habitacionales, realizódos fechados y definió la fase II de la CulturaBelén en base a características arquitectónicasdel sitio.

En 1981 Sempé excavó una unidadhabitacional en la cima del Cerro Colorado deLa Ciénaga de Abajo, en la cual halló restos deun gran fogón de aproximadamente 2 m delargo que ocupaba la mayor parte de lasuperficie del recinto. Dentro del fogón seencontraron gran cantidad de marlos de maízquemados, “ubicados alrededor del mismo,como puestos al rescoldo para asarlos” (Sempé1981:34). La autora señala que “la cerámica esmuy escasa, pertenece al tipo Belén Negrosobre Rojo con decoración zoomorfa” (Sempé1981:34).

Más recientemente, Balesta (2000) estudiónuevamente los materiales de la porciónCiénaga de la colección Muñiz Barreto.Caracterizó el “Programa Funerario de LaCiénaga”, identificado en el registroarqueológico por medio de un conjunto deobjetos (ajuar funerario) y/o costumbres (comopor ejemplo el tratamiento y/o disposición delos cuerpos). Donde Weisser había identificado“catorce cementerios”, la autora distinguió

unidades de entierro aglutinadas queconstituyen una gran necrópolis, localizada ala vera de cursos de agua.

Las investigaciones recientes en lalocalidad

En 1999, 2004 y 2005 se retomaron lasprospecciones y excavaciones en la localidad.Hasta el momento se reconocieron los sitiosexplorados anteriormente y se están realizandoactividades en las antiguas terrazas del río.

En la zona al pie del Cerro Colorado, enlos espolones más bajos y sobre la antiguaterraza del río, se localizaron numerosasestructuras de pirca cuadrangulares ycirculares, algunas de ellas atribuibles a cistasfunerarias, dispuestas en forma dispersa. Seobservó también abundante material cerámicoordinario y Belén Negro sobre Rojo ensuperficie, y basaltos con evidencias deformatización. En 2005 se realizaronexcavaciones en esta zona que constataron lapresencia de cerámica Belén.

En la zona baja adyacente al CerritoColorado se hallaron numerosos recintoscuadrangulares, circulares y en forma de medialuna. Es significativa la presencia, en el centrode este área, de un montículo de unos 4 m dealtura, en el cual, a pesar del considerable gradode erosión que sufre, puede observarse unaposible rampa de acceso y, en su cima, unmortero múltiple de material de tipo granítico.

Tanto el Cerro Colorado de La Ciénaga deAbajo como el Cerrito Colorado de La Ciénagade Arriba constituyeron poblados fortificadossobre cerros que se adscriben al período deDesarrollos Regionales (González y Cowgill1975; Sempé 1981). A diferencia de lo que seobserva en otros sitios del valle que se hallanen la zona de piedemonte, no se han registradoandenes de cultivo en el área. Sin embargo lapresencia de morteros simples y múltiples,especialmente en las zonas bajas de ambas

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márgenes de río, podrían ser evidencia deprácticas agrícolas.

Procesos que intervienen en ladestrucción de los materialesarqueológicos en La Ciénaga

Durante los trabajos de campomencionados se realizaron observaciones sobreel estado de conservación de los sitiosarqueológicos de la localidad, con el propósitode realizar un diagnóstico de las condicionesen las que se encuentran. Los mismos se hallan,en general, en un grave proceso de deterioroque afecta a recintos habitacionales, tumbas,murallas, cerámica, etc., alcanzando en algunoscasos tal magnitud que existe peligro de pérdidaparcial o total de los sitios.

A los fines de describir las variables queintervienen en el deterioro de los sitios, se tomóla clasificación de Schiffer (1996) de procesosculturales y no culturales de formación de sitio.Los procesos culturales se refieren a loscomportamientos humanos que afectan otransforman a los artefactos después de superíodo inicial de uso en una actividad dada.De esta manera son los responsables de retenerlos objetos en el “contexto sistémico”. Losprocesos no culturales son aquellos eventos yprocesos del ambiente natural que afectan alos artefactos y depositaciones arqueológicos.Estos procesos afectan en forma continua a losmateriales culturales, tanto en el contextosistémico como en el arqueológico, y sontambién responsables del colapso de lasestructuras, de la acumulación de sedimentosy de la depositación de evidencia relevante parainferir las condiciones ambientales del pasado(Schiffer 1996).

Procesos no culturales que afectan elregistro arqueológico

El principal factor que actúa dentro de lagama de procesos naturales posibles es laerosión del suelo como producto de la acción

hídrica. Como se mencionó anteriormente, elRío Hualfín y sus tributarios muestran marcadosaumentos de caudal en las épocas de lluvia ydeshielo. Además, las lluvias son torrenciales,arrastran barro y forman cárcavas de distintotamaño por las que descargan el agua,arrastrando con ella materiales arqueológicos.

El lugar que muestra mayor destrucciónproducida por la erosión fluvial es la necrópolisde La Ciénaga (Figura 2), en donde las cárcavasy derrumbes de suelo tienen algunos metrosde profundidad y muestran grandesacumulaciones de cerámica fragmentada en susuperficie y dentro de los cauces de los fluvios.La riqueza en cerámica y otros materialesarqueológicos provenientes sobre todo de losajuares funerarios ha quedado documentada,como ya se ha mencionado, en la colecciónMuñiz Barreto del Museo de La Plata. Sinembargo, en la actualidad es escasa laprobabilidad de encontrar estructuras derecintos o tumbas intactas.

En este sector la erosión es agravada por eltipo de suelo, de grano fino fácilmente removiblepor la acción del agua y del viento. Además, seha llevado a cabo un proceso de desertizaciónen el área, producto de la tala masiva e incendiosnaturales e intencionales de los bosques dealgarrobo. Weisser comenta en sus relatos quecuando estableció su campamento allí, la zonaestaba cubierta de algarrobos (Prosopis sp.) ychañares (Geoffrea decorticans sp.). Esto lo llevóa suponer que antiguamente (unos 100 o 200años antes de su exploración) la zona baja delrío estaba cubierta de algarrobos que se habríansecado (Weisser 1921/1926). Actualmente seobservan troncos de árboles recientementetalados y huellas de camiones que extraen leña,estas acciones han sido además constatadas porinformantes locales. También hemos observadoun relicto de bosque de algarrobo al sur delárea de los cementerios, parte del cual sufrióun incendio dos años atrás (Figura 3). Segúnlos informantes, los incendios de lo que quedadel bosque son frecuentes, ya sea por causas

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naturales o intencionales. Si bien la desertizacióntiene un fuerte componente antrópico,involucra a los procesos naturales porqueprofundiza la erosión hídrica, afectando alregistro arqueológico.

En los sitios al pie del Cerrito Colorado deLa Ciénaga de Arriba la erosión fluvial tambiénes importante. Ésta se manifiesta a través de laformación de grandes cárcavas que producenel corte y derrumbe de los suelos que contienenestructuras constructivas y otros materialesarqueológicos, y que sufren modificaciones añotras año luego de la época de lluvias y aumento

del cauce de los ríos. El montículo con rampaanteriormente mencionado aparece como unaisla, rodeada de cárcavas profundas que ponenen riesgo la supervivencia de esta estructura.

Los sitios de la zona baja de La Ciénaga deAbajo, localizados sobre la barranca del río,también presentan canales formados en elterreno por la erosión producida por lascorrientes de agua (cárcavas). En la últimacampaña se registró una fosa profunda de estetipo que cruza la barranca, y otras que engeneral no llegan al metro de profundidad.Muchas estructuras arqueológicas han sido

Figura 2. Necrópolis de La Ciénaga. En la figura pueden observarse cárcavas atravesando el ambiente desertificado.

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atravesadas por éstas o están a punto de serlo.Esta zona presenta mayor densidad de jarillas(Larrea sp.), planta que con sus raíces contribuyea la protección del suelo y por lo tanto a lasestructuras arqueológicas que éste contiene,aunque su crecimiento dentro de las estructurasafecta la disposición de los materiales.

El proceso de erosión en los sitiospresentados ha provocado tres tiposprincipales de alteraciones sobre el materialarqueológico:

1. destrucción parcial o total de estructurasde viviendas, tumbas, posibles murallas opircas;2. fragmentación del material cerámico;3. acarreo o transporte de los materialesarqueológicos.

Este último proceso puede deberse a la

acción directa del agua o también a laargiliturbación (Waters 1992), que se producecuando la matriz se expande y contrae de formacíclica como consecuencia de los cambios dehumedad de un suelo arcilloso, modificando laposición espacial de los artefactos y de otrosrestos arqueológicos, desplazándolos haciaarriba.

La gravedad de la erosión aumenta enaquellas zonas donde la vegetación es escasa.En el caso de la necrópolis, hay sectores quehan perdido en forma definitiva la estructuradel suelo que contenía materiales arqueológicosy, consecuentemente, dichos materiales.

Otro de los factores naturales que estánactuando en la degradación de los sitios sonaquellos que provocan derrumbes, sobre todode muros de piedra (pircas), algunos de ellos

Figura 3. Incendio reciente en el relicto de un bosque de algarrobos, al sur de la Necrópolis de La Ciénaga.

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posibles murallas de defensa de losemplazamientos construidos sobre los cerros.Estos derrumbes pueden deberse a distintascausas que están siendo estudiadas. Se puedenmencionar como probables los desplazamientosde suelo y la graviturbación, que implica elmovimiento hacia abajo de las masas de roca,del sedimento inconsolidado y de los suelosbajo la influencia de la gravedad. Estedeslizamiento del suelo causa la translocaciónhacia abajo de restos arqueológicos superficialeso apenas enterrados (Waters 1992).

Otros procesos que afectan la integridadde las estructuras arqueológicas y que seencuentran presentes en la localidad son lafloriturbación y la faunaturbación (Waters1992). La floriturbación se manifiesta a travésdel hallazgo de raíces de jarilla (Larrea sp.) yotras especies aún no determinadas en los sitiosexcavados, que, como se ha mencionadoanteriormente, causan un doble efecto: por unlado protegen al suelo de la erosión hídrica, ypor el otro actúan mezclando y fracturando losmateriales arqueológicos. La faunaturbación esdefinida por Waters (1992) como la mezcla delsuelo del sitio y el contenido arqueológico querealizan los distintos vertebrados que seentierran (mamíferos, anfibios, pájaros y reptiles)e invertebrados (insectos, gusanos y crustáceos).En la zona, hemos constatado la presencia deroedores y otros vertebrados e insectos queestán siendo determinados, que al excavar latierra han perturbado los sitios dejandoevidencias de su paso.

El viento, presente en el valle todo el año,actúa desgastando superficies, transportando ydepositando materiales de grano fino, tapandorecintos y otras estructuras arqueológicas. Sinembargo, al taparlas por acarreo de materialde grano fino, el viento también ha permitidosu protección.

Los procesos culturales de deterioro

Entre las acciones humanas que contribuyen

a los procesos de destrucción de los sitios yrestos arqueológicos podemos mencionar elsaqueo, tráfico de piezas, pisoteo (de animalesdomésticos y personas), reutilización de lossitios y redireccionamiento de los cursos deagua.

Dentro de las que se han registrado en lalocalidad con mayores consecuencias sobre elpatrimonio arqueológico se encuentra el saqueo,o, como se lo llama habitualmente en la jergaarqueológica, huaqueo. Esta actividad consiste enla excavación ilegal de piezas de los sitios, queademás en general conlleva una falta de registrode los contextos de las piezas obtenidas, lapérdida de información sobre su lugar de origeny al estar destinada, en su mayoría, a formarparte de colecciones privadas, restringe oelimina toda posibilidad de apreciación por partede la población. La acción de buscadores devasijas ha sido un proceso que, durante muchosaños ha perturbado el contexto arqueológicoen muchas regiones y, a menos que estasacciones disminuyan, la mayoría de los sitiosposibles de ser investigados habrán sido yamodificados por la recolección y la acción debuscadores de vasijas (Schiffer 1976).

La localidad de La Ciénaga es un ejemploclaro de la gravedad del problema. En la barrancaal pie del Cerro Colorado de La Ciénaga deAbajo y su espolón más bajo, de 29 estructurasarqueológicas registradas hasta el momento, 14han sido huaqueadas parcial o totalmente. En elCerro Colorado, si bien la proporción es muchomenor, la situación no es menos preocupante,ya que de 51 estructuras registradas, sin contarlas murallas de contención, en 5 de ellas seobservaron alteraciones producidas por elhuaqueo.

La observación de las estructuras haproporcionado información sobre lugares quehan sido saqueados recientemente, dado quelos sedimentos aún se encuentrandesparramados alrededor del pozo, y lasestructuras constructivas se hallan

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completamente limpias o libres de depósito.

Las estructuras que tienen muy buenavisibilidad y que son fácilmente atribuibles acistas funerarias se encuentran, en general,completamente saqueadas (Figura 4). Otrostipos de estructuras, como muros o recintos,presentan en muchos casos pozos parciales quepueden hallarse en el centro o en uno de susángulos (Figura 5). Mediante esta modalidad nose extraen todos los materiales contenidos, perose destruye la posibilidad de obtenerinformación contextual completa para lainterpretación del sitio.

Con respecto a los procesos específicos decirculación de piezas en esta localidad, se hanobservado algunos de los destinos para laspiezas arqueológicas obtenidas de esta manera.En primer lugar, la población local interviene

activamente en la extracción. Es habitualobservar en los hogares locales piezasarqueológicas que forman parte del mobiliarioy utensilios, como morteros de piedra en lospatios y manos de morteros que se usanhabitualmente en la cocina. Por otro lado, es lamisma población la que vende las piezas (queellos mismos han extraído) a personasespecialmente interesadas o turistas ocasionalescomo medio de generar recursos básicos desubsistencia. De ello se tiene información através de las conversaciones mantenidas conlas maestras de escuela o con los mismospobladores.

Por otro lado, se encuentran lasextracciones o venta de piezas a mayor escala.Se cuenta con registros de estos circuitos anivel de coleccionistas locales que como ya seha señalado para otros lugares, es una actividad

Figura 4. Cista saqueada sobre la antigua terraza al pie del Cerro Colorado.

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avalada, a veces en forma ingenua, por personaso instituciones que pretenden con ellopreservar nuestro patrimonio (Manasse 2002).Los discursos de los coleccionistas o personasimplicadas justifican su accionar alegando laprotección de las piezas que de otra forma sedestruirían. Asimismo, personal de nuestroequipo de trabajo ha reconocido en negociosde venta de antigüedades y en procedimientosy pericias, piezas adscriptas a las culturasCiénaga, Aguada y Belén muy semejantes a lasencontradas en el Valle de Hualfín (Balesta yZagorodny, com. pers. 20064).

Los procesos de formación cultural incluyentambién las actividades de los arqueólogos enlas etapas de recuperación y análisis de lainvestigación, cuando los materiales del registroarqueológico vuelven al contexto sistémico.Estos procedimientos deben ser considerados

como un proceso que tiene efectos tangibles ypredecibles en el registro arqueológico (Schiffer1976).

Otra acción humana que intervienefrecuentemente en la alteración de los sitios ymateriales es el pisoteo, ya sea por lareutilización de estructuras arqueológicas comoactuales corrales o lugares de paso de ganadoo de personas. En el caso de La Ciénaga deAbajo, se ha constatado la existencia de sendasde paso para personas y animales domésticos,que corren sobre o muy cercanamente a murosde piedra (pircas) tapados parcialmente por ladepositación de materiales sedimentarios. Elpisoteo puede resultar en el desplazamientovertical o lateral de los materiales arqueológicos(Schiffer 1996).

La reutilización de pircas como corrales ya

Figura 5. Estructura arqueológica parcialmente saqueada.

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ha sido registrada en el valle en la localidad deAzampay (Balesta et al. 2005; Wynveldt 2005).En La Ciénaga se han observado muros depiedra removidos y guano de animalesdomésticos en Cerro y Cerrito Colorado. Estasactividades cambian la disposición original delas paredes de piedra y sufren además losefectos del pisoteo. Schiffer (1976) las clasificacomo de “uso secundario”, donde el artefactono necesita de grandes modificaciones paracumplir una nueva función.

Entre los procesos de formación cultural,Schiffer (1976) también menciona aquellasacciones de las sociedades que ponen enfuncionamiento varios procesos no culturalesque modifican al registro arqueológico, comopor ejemplo obras de canalización, movimientode tierra, etc. En la zona hemos detectado elredireccionamiento de los cursos de agua através de obras de canalización, que afectan elcurso normal de los ríos; estas actividades sesuman a los efectos provocados por laformación de cárcavas descritos anteriormente.

Perspectivas de trabajo

El problema de la destrucción delpatrimonio arqueológico en la localidad se hatornado ineludible para la investigaciónarqueológica. En este trabajo se han descriptoprocesos culturales y no culturales que estáninterviniendo en este proceso. Quedamencionar que el turismo en la provincia deCatamarca se halla en crecimiento, y elrecorrido de las localidades arqueológicas seencuentra dentro de la oferta. Sin embargo, lasobservaciones realizadas en la zona y lasconversaciones mantenidas con miembros delos municipios no muestran a la explotaciónturística de los recursos dentro de un marcode desarrollo y gestión que contemple suprotección.

Los trabajos realizados hasta el momentopermiten plantear como hipótesis de trabajoque el desconocimiento de la historia local por

parte de los habitantes de la cabecera de LaCiénaga y del Departamento de Belén, laausencia o ineficacia de un programa dedesarrollo sustentable a nivel municipal yprovincial, la falta de aplicación de la normativalegal existente sobre el patrimonio y la bajaparticipación de los distintos actores sociales(gobiernos, pobladores e incluso arqueólogos),constituyen las causas principales de lainexistencia de un plan de manejo de la localidadarqueológica y del deterioro de los sitios quela misma comprende. Desde este punto de vista,las actividades arqueológicas deben plantearsedesde una metodología que incluya etapas quese refieran a aspectos vinculados con lainvestigación arqueológica, la puesta en valorde la localidad, y la contribución al manejo delos recursos culturales en función de su usopúblico y preservación.

En la localidad de La Ciénaga en particular,el deterioro de los sitios arqueológicos esproducido tanto desde la acción humana comola natural, sin embargo, como en el caso de losprocesos de desertización arriba explicitados,la acción humana agrava los procesos naturales.Por lo tanto coincidimos con Molinari ycolaboradores (2000) en que la gestión de losrecursos arqueológicos debe contextualizarseen un marco de manejo de los recursosambientales.

La acción de los municipios, instituciones ypobladores locales en la preservación, uso yadministración del patrimonio arqueológico esineludible, pero sólo puede ser posible en lamedida en que conozcan la historia local yvaloricen a los objetos como portadores designificado histórico e identitario.

En tal sentido, el presente trabajo pretendeser un punto de partida que involucre el trabajoconjunto con las autoridades políticas, lacomunidad educativa y la población en general,esperando que estos se constituyan encustodios efectivos de su pasado y sus recursospatrimoniales.

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Recibido en Marzo de 2006Aceptado en Agosto de 2006

NOTAS

1 Proyecto de Incentivos aprobado por la UniversidadNacional de La Plata, en desarrollo desde 2004.

2 En el sentido de comprender los procesos naturalesy culturales que afectan las condiciones o propiedadesfísicas del bien (Molinari 1998).

3 Por “Curación“ se entiende a aquellas actividadespertinentes a la “curaduría” en el sentido museológico,que implican el “desarrollo de las actividades deinvestigación, registro y catalogación, conservación,diseño de guiones científicos y museográficos de lasexposiciones permanentes y temporales, así como laconcepción y producción de textos de catálogos y librosespecializados” (Museo Nacional de Colombia 2005).

4 Tareas de peritaje profesional en un Operativorealizado por Policía Aeronáutica Nacional ennoviembre de 2001.

AGRADECIMIENTOS

Agradecemos a la Dra. Bárbara Balesta, laLic. Nora Zagorodny y al Lic. Federico Wynveldtpor la lectura crítica del manuscrito y lassugerencias realizadas. Agradecemos tambiénlas enriquecedoras observaciones efectuadaspor los evaluadores del trabajo.

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J. Alosilla, M.E. Iucci y C. Valencia ----- Procesos naturales y culturales que inciden...

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* Juliana Alosilla* Juliana Alosilla* Juliana Alosilla* Juliana Alosilla* Juliana Alosilla egresó de la carrera de Antropologíade la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de laUniversidad Nacional de La Plata en 2005. Actualmentese dedica a investigar aspectos paleo-ambientales afin de realizar una reconstrucción ambiental de lalocalidad arqueológica de La Ciénaga, Pcia. deCatamarca. Asimismo se encuentra realizandoactividades con chicos de tercer ciclo EGB de lalocalidad con el fin de difundir el conocimientoproducido por el grupo de investigación y promover laparticipación de la población local como custodio delpatrimonio.

** María Emilia Iucci María Emilia Iucci María Emilia Iucci María Emilia Iucci María Emilia Iucci egresó de la carrera deAntropología de la Facultad de Ciencias Naturales yMuseo de la Universidad Nacional de La Plata en 2004.Actualmente se dedica a investigar los asentamientoshumanos de la zona baja del río en la localidad de LaCiénaga, Pcia. de Catamarca. Forma parte del planteldocente del Servicio Educativo del Museo de La Platadesde 2002.

*** Celeste ValenciaCeleste ValenciaCeleste ValenciaCeleste ValenciaCeleste Valencia egresó de la carrera deAntropología de la Facultad de Ciencias Naturales yMuseo de la Universidad Nacional de La Plata en 2005.Actualmente se dedica a investigar los restos vegetalesy su implicación en el manejo de los recursos forestalesen el pasado de las localidades de La Ciénaga yAzampay, Pcia. de Catamarca. Asimismo se encuentrarealizando actividades con chicos de tercer ciclo EGBde La Ciénaga con el fin de difundir el conocimientoproducido por el grupo de investigación y promover laparticipación de la población local como custodio delpatrimonio.

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Otero, Clarisa.Otero, Clarisa.Otero, Clarisa.Otero, Clarisa.Otero, Clarisa. 2006. Entre muros: tecnología cerámica de un recinto del Pucará de Tilcara (Quebradade Humahuaca). La Zaranda de Ideas. Revista de Jóvenes Investigadores en Arqueología 2:67-85. BuenosAires.

* Instituto Interdisciplinario de Tilcara, Facultad de Filosofía y Letras, UBA - [email protected]

ARTÍCULOS

ENTRE MUROS: TECNOLOGÍA CERÁMICA EN UN RECINTODEL PUCARÁ DE TILCARA (QUEBRADA DE HUMAHUACA)

Clarisa Otero*

RESUMEN

En el presente trabajo se discuten algunas de las características tecnológicas de la cerámicadel Recinto 2 de la Unidad 1 ubicada en el Sector Corrales del asentamiento urbanizado deTilcara.

Las pastas cerámicas fueron clasificadas a través del estudio macroscópico, a ojo desnudo ycon lupa binocular, en base a cortes delgados realizados a distintas piezas del conjunto cerámicoprocedente de este recinto. Asimismo, se abordaron aspectos vinculados al proceso productivode las piezas, contemplando las opciones tecnológicas de los artesanos del pasado.

Las variantes así identificadas en las formas productivas permitieron presentar rasgos deinteracción regional aportando información sobre la compleja dinámica sociocultural entre laQuebrada de Humahuaca y las zonas aledañas a esta región.

Palabras clave: Cerámica arqueológica - Estudios tecnológicos - Proceso productivo - Pucará deTilcara - Interacción regional

ABSTRACT

This paper deals with some technological characteristics of the pottery of Recinto 2, Unidad1, located in the Sector Corrales of the Tilcara settlement.

It was possible to classify the pottery through macroscopic studies, bare eye and binocularmagnifying glass analysis, based on thin cuts made to different pieces from the pottery set. Moreover,some aspects related to the productive process of the pieces were analyzed, taking into considerationthe technological options of the potters of the past.

The identified variants in the different productive ways allowed the introduction of regionalinteraction features, providing information about the complex socio-cultural dynamic betweenthe Quebrada de Humahuaca and nearby areas.

Key words: Archaeological pottery - Technological studies - Productive process - Pucará deTilcara - Regional interaction

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INTRODUCCIÓN

Los análisis tecnológicos son una de lasprincipales fuentes de información a la hora deevaluar los comportamientos humanosrelacionados con la fabricación, uso ydistribución de la cerámica (Carpenter yFeinman 1999; Stoltman 2001). Este tipo deestudios aporta conocimientos sobre losaspectos básicos de la organización de laproducción, abarcando la amplia gama derasgos complejos que caracterizan a dichoproceso (Rye 1981).

Las técnicas productivas, consideradas comouna variable más del estilo cerámico,contemplan una serie de decisiones grupales eindividuales. Lemmonier (1986) expresa que lasmismas manifiestan las elecciones hechas porlas sociedades a partir de un universo deposibilidades, por ello, la cadena operativa sedefine como acción socializada aplicada a lamateria. En este sentido, los actos técnicos sonal mismo tiempo actos sociales (Leroi-Gourhan1971).

Por lo tanto, es posible considerar que enel proceso productivo de la cerámicaarqueológica se involucraron numerososaspectos sociales más allá de las motivacionesparticulares del artesano, que fue al mismotiempo individuo y actor social. De allí que lasdecisiones tecnológicas reflejen en parte elconocimiento y manejo de la información delos alfareros exponiendo los procesossocioeconómicos ocurridos en una determinadaárea así como las interacciones sociales,económicas y políticas entre diferentessociedades (Cecil y Neff 2006). Detrás de cadaprocedimiento técnico el alfarero optó porresponder a distintas necesidades dadas por eluso de las piezas, la circulación y expresiónsimbólica de las mismas, las relacionesintergrupales e intragrupales, las modificacionesen el ambiente, la territorialidad, entre otras.En este sentido, los estudios tecnológicosaportan múltiples datos sobre la transmisión

cultural (Cremonte 1996). Por ello, el análisistecnológico no sólo se aplica a la descripcióntipológica de la cerámica sino que tambiénrefiere al valor de los objetos cerámicos en elmedio y su asociación en el contexto. De allíque la pluralidad de formas, técnicas ydecoración presentes en cada conjuntoarqueológico supere la dicotomía entrecerámica doméstica (ordinaria) y suntuaria(decorada).

A pesar de que son varios los objetivos quese pueden plantear a través del análisis de pastasen particular, este trabajo contribuye alconocimiento tecnológico de la cerámica de laQuebrada de Humahuaca presentando nuevosdatos vinculados a la manufactura de las piezascerámicas procedentes de un espaciohabitacional del asentamiento urbanizado deTilcara, tradicionalmente conocido comoPucará de Tilcara (SJujTil 1). Asimismo, secaracterizan algunos aspectos de los materialesalóctonos recuperados en este contexto conel propósito de aportar nueva evidencia sobrela circulación de bienes, considerada como unrasgo común durante el período de DesarrollosRegionales (Albeck 1992; Cremonte y Garayde Fumagalli 1997; Nielsen 1997).

MUESTRA CERÁMICA

La muestra cerámica analizada en esteestudio proviene del Recinto 2 de la Unidad 1del Sector Corrales del Pucará de Tilcara (SJujTil1 – UH 1) (Figura 1), que fuera definida comoun área residencial y de trabajo artesanal(Tarragó 1992). En dicha unidad habitacionalse han recuperado numerosas evidenciasrelacionadas al procesamiento de alimentos insitu (Cicala 1998) así como de producciónmetalúrgica (Tarragó y González 1998) yalfarera (Cremonte 1994).

El conjunto cerámico del Recinto 2 estáconformado por 968 tiestos correspondientesa los dos espacios excavados parcialmente (R2.1

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y R2.2) que definen esta gran estructura. Deltotal de fragmentos recuperados, tanto de lasuperficie como de los diferentes decapados, el53% de los mismos se ha podido agrupar en34 familias de fragmentos (Orton et al. 1997).Esta forma de cuantificación parte del supuestode que se agrupan todos los fragmentospertenecientes a una misma vasija. Resulta unaadecuada metodología de trabajo ya que permitecontemplar todos los tiestos que pertenecen auna pieza, no sólo los que remontan, siendoútil para analizar conjuntos variados en cuantoa su composición morfológica, tecnológica ydecorativa.

En este estudio se optó por emplear a lasfamilias de fragmentos (FF) como herramientametodológica ya que se trataba de una de lasvías más apropiadas para establecer unaestimación de los recipientes representados enel Recinto 2. De esta manera, se consideró acada FF como una pieza cerámica, siendo lapieza entera la unidad de análisis de estainvestigación.

Los criterios utilizados para asumir quepotencialmente dos fragmentos podrían

pertenecer a una misma vasija fueron lascaracterísticas de la pasta, el tratamiento desuperficie, los espesores de las paredes y laforma. Realizar tal clasificación requirió delconocimiento previo de los estilos de lacerámica de la región a analizar.

En la década del ’90 se han generado nuevaspropuestas en relación a la clasificaciónestilística de la cerámica de la Quebrada deHumahuaca (Nielsen 1997; Palma 1998). Sinembargo no existe aún consenso sobre laclasificación, por lo tanto en este trabajo seoptó por utilizar la nomenclatura tradicionalde los estilos cerámicos (Bennett et al. 1948;Cremonte 1992) aunque de manera flexible,de tal modo que se pudiera atender a lavariabilidad y al posible reconocimiento denuevas modalidades cerámicas.

La utilización de la designación estilísticade la nomenclatura tradicional en este trabajono implica que se aborde al estilo como unconcepto rígido y de aplicación meramentedescriptiva, ya que el estilo no se reduce a lascaracterísticas decorativas de una pieza. Elconcepto de estilo puede ser utilizado como

Figura 1. Unidad 1. Conjunto edilicio después del proceso de excavación (Modificado de Tarragó 1992).

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integrador de los aspectos morfológicos,tecnológicos y decorativos de un artefacto quedeben ser abordados de forma complementaria(Palamarczuk 2002). El estilo, promoviendo esteamplio sentido de interpretación, permiteabarcar temáticas tales como la interacciónregional (Plog 1995), la identificación grupal(DeBoer 1990), la reconstrucción deidentidades (Conkey y Hastorf 1990) y devínculos de poder (Hodder 1991), entre otras.Por ello, quizás lo que resulte más crítico en laarqueología es el modo en que se emplean lastipologías. El problema no recae en el uso delos “estilos cerámicos” tradicionales de laQuebrada, o de toda la región del NOA, sinoen el tipo de utilización que se le da a losmismos.

En base al modelo propuesto porPalamarczuk (2002), se exponen en las Tablas1 y 2 los resultados de la cuantificación y delanálisis estilístico de la cerámica del Recinto 2.En dichas tablas se presenta la interrelaciónentre las frecuencias de fragmentos y lasfrecuencias de FF. Asimismo, se expresan demanera simultánea el número de fragmentos yel número de FF según los estilos,contemplando la diversidad de formas,identificados en ambas unidades de excavación:R2.1 y R2.2.

Análisis de las pastas

La variedad estilística registrada en las FFdel Recinto 2 motivó a indagar sobre lascaracterísticas tecnológicas de las piezas.

En primera instancia, utilizando una lupabinocular de 20x a 60x se observaron loscortes frescos de algunos de los tiestos de lasdiferentes FF con el objetivo de distinguirvariantes en las modalidades de manufactura yclasificar las pastas de forma preliminar.

Posterior a dicha clasificación, seseleccionaron 15 fragmentos de las 34 piezasidentificadas, contemplando distintos estilos,

para realizar los cortes delgados a serobservados en el microscopio petrográfico conluz polarizada. Previo a realizarse los cortes, lasmuestras fueron consolidadas con resinasintética a fin de evitar que durante el procesode corte y pulido de la sección, el antiplásticose desprendiera modificando la observación delporcentaje de las inclusiones en la matriz y elgrado de porosidad de la pasta. Los cortes serealizaron siempre de forma paralela al bordey a la base de las piezas, a excepción de doscasos en los cuales las secciones delgadas serealizaron de forma vertical con el propósitode estudiar las técnicas productivas de uncántaro Tilcara N/R, según se explicará másadelante.

Con respecto a la caracterización de laspastas llevada a cabo en esta investigación, secompararon de forma macroscópica los cortesfrescos de la muestra del Recinto 2 con loscortes frescos de los fragmentos cerámicosprocedentes de recolecciones superficiales dela cima del Pucará de Tilcara estudiados yclasificados en clases y estándares porCremonte (1992).

Las pastas analizadas del conjunto aquíestudiado corresponden a la Clase A,representada por los tipos Angosto Chico Incisoy Ordinario; la Clase B que incluye a los N/RTardíos, pucos Poma y pucos Interior NegroPulido; la Clase C en la que se agregan tambiénalgunas variantes del N/R Tardío; y la Clase Fcon pucos Interior Negro Pulido, N/R y N/Castaño.

Estas modalidades cerámicas concuerdancon los resultados de los fechadosradiocarbónicos realizados a partir de materialcarbonoso procedente de los Recintos 2 y 3de la Unidad 1 (Tarragó y Albeck 1997). A partirde la proximidad temporal observada en losresultados de estas dataciones se planteó unuso contemporáneo de las habitaciones,posterior al Siglo XI de la era cristiana y previoa la llegada incaica. Asimismo, esta

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determinación temporal se confirmó con laausencia de las modalidades AlfarcitoPolícromo, Isla Polícromo y de alguna variantedel tipo Inca y Yavi.

Con respeto a la información obtenida através del análisis de los cortes delgados, aexcepción de las secciones delgadas realizadasa un vaso chato Interior Negro (FF número24) y a una pieza Angosto Chico Inciso demanufactura no local (FF número 7), losrestantes cortes comparten características enla composición de las pastas (Tabla 3). Lasdiferencias tecnológicas registradas en estas dospiezas son tratadas más adelante.

Algunas consideraciones sobre lasmaterias primas

Rye (1981) sostiene que para producir unamplio espectro de tipos cerámicos orientadosa cumplir diferentes funciones, los artesanos seenfrentan a tres opciones. La primera es que seapliquen diferentes materiales y distintosprocedimientos de cocción para cada tipo devasija. La segunda alternativa es que losartesanos utilicen los materiales más apropiadospara un determinado tipo, reconociendo quelas piezas destinadas para otras funciones novan a contar con las propiedades tecnológicasmás óptimas. Sin embargo, aquellos atributostecnológicos que resulten menos favorablespueden posteriormente ser compensados. Latercera alternativa toma en cuenta el empleode las mismas materias primas para todos lostipos de vasijas, eligiendo aquellos materialesque ofrecen los mejores resultados para todoslos tipos. Este autor destaca que en la alfareríaen la que se utilizan formas productivastradicionales, la segunda alternativa es lapredominante.

En los cortes delgados se observa unarecurrencia de las materias primas utilizadascomo inclusiones. En mayor o menorproporción y tamaño se identifica la presenciade los mismos minerales y fragmentos líticos

para todas las formas cerámicas exceptuandola variedad Angosto Chico Inciso demanufactura no local. Las inclusiones de laspiezas abiertas corresponden al mismo tipo delas presentes en las formas restringidas aunquese dan en menor porcentaje. En las piezascerradas, la proporción de inclusiones registradaen cinco cortes delgados de diferentes vasijasestablece un rango del 37% al 50%. Para laspiezas abiertas, a partir del análisis de lassecciones delgadas de siete pucos, el porcentajede las inclusiones abarca un rango del 27% al37%. Ahora bien, un octavo corte delgado,también realizado a una pieza abierta (FFnúmero 13), proporciona un 54% de inclusiones.Esta pieza corresponde a un puco tipo cazuela,es decir de mayor tamaño que una escudilla.Aunque no se ha podido reconstruir totalmentesu forma, ésta sugiere ser una gran fuente comolas que describen Nielsen (1997) o López(2004a). En este último trabajo mencionado, laautora analiza una pieza de tipo Inca Provincialcon similares características porcentuales delas inclusiones a la pieza aquí mencionada.

Por lo tanto, podría interpretarse el aumentode las inclusiones en la pasta cerámica de estasgrandes fuentes como el resultado de lanecesidad de incorporar más antiplástico enlas vasijas de gran tamaño con el fin de reforzarla estructura de sostén de las mismas (Rice1987). Debido al alto porcentaje de lutitasdistinguido en todas las muestras de cerámicaelaborada localmente en el Pucará de Tilcara,es posible plantear la capacidad de estoselementos como estructurantes a diferencia delo conocido para otras regiones, como el Vallede Yocavil, donde en algunas modalidadescerámicas se observa la incorporación de tiestomolido para ese fin (Palamarczuk 2002).

Debido a que las inclusiones de las piezasabiertas corresponden al mismo tipo que laspresentes en las formas restringidas se puedeseñalar que los alfareros que elaboraron laspiezas halladas en el Recinto 2 optaron por lasegunda opción de las alternativas productivas

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Tabla 3. Análisis petrográfico de 13 FF pertenecientes al Recinto 2 de la Unidad 1.

Nº Nº ModalidadNº Nº ModalidadNº Nº ModalidadNº Nº ModalidadNº Nº Modalidad Tipos de inclusiones (en %)Tipos de inclusiones (en %)Tipos de inclusiones (en %)Tipos de inclusiones (en %)Tipos de inclusiones (en %)

FF Cerámica %Incl FF Cerámica %Incl FF Cerámica %Incl FF Cerámica %Incl FF Cerámica %Incl %Matriz %Poros%Matriz %Poros%Matriz %Poros%Matriz %Poros%Matriz %Poros Lutita Cuarzo Cuarcita Arenisca Plagio Micas Caliza Cal FeldK O Fe Calcita TiestoLutita Cuarzo Cuarcita Arenisca Plagio Micas Caliza Cal FeldK O Fe Calcita TiestoLutita Cuarzo Cuarcita Arenisca Plagio Micas Caliza Cal FeldK O Fe Calcita TiestoLutita Cuarzo Cuarcita Arenisca Plagio Micas Caliza Cal FeldK O Fe Calcita TiestoLutita Cuarzo Cuarcita Arenisca Plagio Micas Caliza Cal FeldK O Fe Calcita Tiesto No Selecc. Dureza Orienta Atmosf.No Selecc. Dureza Orienta Atmosf.No Selecc. Dureza Orienta Atmosf.No Selecc. Dureza Orienta Atmosf.No Selecc. Dureza Orienta Atmosf.

Osc. Clara Osc. Clara Osc. Clara Osc. Clara Osc. Clara Mol.? Ident. Mol.? Ident. Mol.? Ident. Mol.? Ident. Mol.? Ident.

1 2 Puco Tilcara N/R 32.74 61.59 5.67 18.34 6.98 3.93 3.49 Muy Pobre 4 No Orie Oxidante

2 16 Cántaro Tilcara N/R 46.24 47.42 6.34 31.2 7.51 4.74 Trazas 0.42 2.37 Muy Pobre 4 Algo Ori Oxidante

3 30 Puco Poma 30.56 64.04 5.4 26.97 2.15 0.72 0.72 Muy Pobre 2.5 Algo Ori Oxidante

4 31 Puco Poma 34.56 59.67 5.77 30.86 1.64 Trazas 2.06 Muy Pobre 2 Ori Oxidante

5 17 Cántaro Tilcara N/R 36.91 58.15 5.44 24.41 1.55 3.1 3.1 0.38 3.1 0.77 Muy Pobre 2.5 Algo Ori Oxi/Red

6 7 Olla Angosto Chico Inciso 47.94 42.63 9.43 10.7 0.39 28.3 6.77 1.19 Trazas? 1.19 Muy Pobre 4 No Orie Oxidante

de manufactura no local

7 13 Puco (cazuela) Tilcara N/R 54.65 36.43 8.92 42.51 8.1 3.23 0.81 Trazas Muy Pobre 4 No Orie Oxidante

8 8 Olla Angosto Chico Inciso 43.19 50.89 5.92 32.75 3.83 5.92 0.69 Trazas Muy Pobre 3 No Orie Oxidante

de manufactura no local

9 24 Puco Interior Negro Pulido 35.5 60.82 3.68 30.61 1.63 3.26 Muy Pobre 4 Algo Ori Oxidante

10 5 Vaso Chato Inerior Negro 37.04 56.14 6.82 24.8 2.72 1.36 8.16 Muy Pobre 3 No Orie Oxi/Red

11 11 Puco Interior Negro Pulido 27.63 67.89 4.48 21.54 1.63 2.03 2.43 Muy Pobre 2.5 Algo Ori Oxidante

12 20 Puco Interior Negro Pulido 34.94 55.7 9.36 29.26 1.62 0.9 Trazas 3.65 Muy Pobre 5 Orienta Oxidante

13 6 Olla Castaño Pulido 50.4 44.8 4.8 28.4 12.8 1.6 2.4 3.2 2 Muy Pobre 2 Algo Ori Oxidante

14 16 Cántaro Til N/R 40.8 51.17 8.03 30.1 7.03 1.67 1.34 0.66 Muy Pobre 4 Extremo sup: Oxidante

(corte vertical sobre la No Ori

costura del puco basal Extremo inf:

y cuerpo de la pieza) Ori

15 16 Cántaro Til N/R 46.18 42.99 10.83 34.29 6.13 3.24 1.08 1.44 Muy Pobre 4 No Ori Oxidante

(corte vertical en la

porción superior del

cuerpo de la pieza)

propuestas por Rye (1981). Para la manufacturade las mismas se utilizaron los materiales másapropiados para una forma cerámica, enparticular para las piezas restringidas. Por lotanto, es posible plantear que se priorizó elempleo de inclusiones que favorecen laresistencia térmica y la dureza de las piezastales como lutitas, cuarcitas y plagioclasas. Estaspropiedades físicas son requeridasprincipalmente en las formas restringidas dadoque, por lo general, suelen ser de mayor tamañoque las piezas abiertas y en algunos casos sondestinadas a funciones que involucran laexposición al fuego de las mismas.

No obstante, el empleo de estos materialesque habría proporcionado ciertos atributostecnológicos menos óptimos para las piezasabiertas, como puede ser la porosidad de lapasta, fueron posteriormente compensados conla aplicación de engobes o el pulido intenso delas superficies internas de las escudillas comoes el caso de los pucos Interior Negro Pulido yN/R. Por lo tanto, habría resultado innecesariopara los antiguos artesanos buscar nuevas

materias primas para la elaboración de las piezasabiertas ya que las utilizadas para las formascerradas no habrían afectado drásticamente elfuncionamiento de las mismas con la aplicaciónde distintos tratamientos de superficie.

Técnicas de manufactura en laproducción cerámica del Recinto 2

El proceso productivo de la cerámica nosólo incluye aspectos que refieren a lamanufactura en sí de los artefactos. Como yase dijo, los condicionantes socioculturalesinfluyen en las decisiones técnicas de losalfareros y pueden identificarse o advertirsemediante el estudio de toda la secuenciaoperativa, desde el acopio de los materialeshasta la distribución, uso y consumo de losobjetos (Rye 1981). En las primeras etapas dela secuencia productiva, los alfarerosdeterminan que opciones técnicas se van adesarrollar a lo largo del proceso deproducción. Estas opciones son el resultado delas decisiones individuales del artesano y delos condicionantes sociales que quedan

Mue

stra

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expresados materialmente, tal como loconsideran Ortiz y Delgado (2002) para lacaracterización del estilo.

Muchas de las opciones de los artesanospueden no resultar beneficiosas en el sentidopráctico del uso de los objetos para toda lapoblación. Sin embargo, ciertas pautas impuestaspor el contexto resultan necesarias paralegitimar y reproducir una forma de vida. Eneste punto es en donde se delimita a laproducción doméstica de la especializada. Laespecialización artesanal se determina cuandola producción de bienes es superior a lasnecesidades de consumo de la unidad socialde producción (Tarragó 2005).

Dicha especialización no implica que existauna estandarización de la producción (Longacre1999; Arnold 2000) caracterizada por lahomogeneidad de las materias primasempleadas y por una similar forma y decoraciónde las vasijas (Costin y Hagstrum 1995). Noobstante y de manera inversa, a pesar de quese registre cierta estandarización en el registroarqueológico esto no significa la existencia dealgún grado de especialización ya que laestandarización se puede dar en un contextodoméstico (Arnold 1991; Sullivan 2006).

En relación al Pucará de Tilcara, Cremonte(1994) considera que este gran pobladofuncionó como un centro productor ydistribuidor de pucos Poma en la región. Estosugiere la existencia de un grupo de artesanosespecializados, dueños de un saber no comúnal resto de la población que caracterizaría su“personalidad social” (Palamarczuk 2002). Enesta muestra y según lo registrado en otrosconjuntos de la Quebrada de Humahuaca, lacerámica es sumamente heterogénea en relacióna sus aspectos formales, decorativos ytecnológicos lo que permite afirmar que no sedio una estandarización de los bienes cerámicoshasta momentos incaicos (Ortiz y Delgado2002). Sin embargo, se distingue la presenciade ciertos patrones técnicos en la manufactura

de las piezas como el empleo de técnicascompuestas.

Orton et al. (1997) mencionan como unrasgo frecuente en la alfarería de técnicasproductivas tradicionales la elaboración depiezas cerámicas en las que se requiere de másde un procedimiento de fabricación. Muchasvasijas se elaboran por etapas en las que seaplican varios métodos de manufactura, entreellos el empleo de moldes. Las superficies y elinterior de las paredes pueden mostrarevidencias de las técnicas de modelado (Rye1981). En el caso en que estas huellas no esténpresentes o se distinga una superposición delos métodos aplicados para levantar la pieza sedebe recurrir a técnicas más complejas comoel uso de radiografías (Carr 1990) o cortesdelgados (Orton et al. 1997).

Con respecto a estas técnicas, López(2004b) a través de la aplicación de Rx hadistinguido que la manufactura de un grancántaro subglobular del grupo denominado porla autora como Rojizo Pulido procedente deLa Huerta, se habría realizado aplicando latécnica de enrollado a partir de un puco basal.A su vez, menciona algunas de las piezas (en lacolección de Huacalera) que podrían haber sidoutilizadas como moldes. Estas son un plato demadera, una calabaza y algunos moldes detierra. Etnográficamente también es reconocidoel uso de piezas rotas a manera de moldes (Rye1981).

En relación a la manufactura de la cerámicade la Quebrada, una de las primeras propuestasdel uso de moldes es la de Debenedetti (1910),quien en su exploración a La Isla de Tilcara,debido al hallazgo de varios pucos dedimensiones similares, supone que éstospodrían haberse modelado en hoyos abiertosen la tierra utilizados como moldes. Salas (1945)contrarió la postura de Debenedetti postulandocomo más probable el moldeado de un pucosobre otro, de allí los tamaños recurrentes delos mismos.

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Asimismo, algunos de los pucos halladosen el Pucará de Tilcara a principios del SigloXX (Ambrosetti 1912; Debenedetti 1930), yque hoy forman parte de la colección cerámicadel Museo Etnográfico, presentan clarasevidencias de haberse elaborado utilizandocalabazas a manera de moldes (Figura 2). López(2004b) describe algunos pucos Poma,procedentes de La Huerta, que fueronelaborados mediante esta técnica.

En el presente caso de estudio, en ciertaspiezas halladas en el Recinto 2 de la Unidad 1se detectaron marcas superficiales quesugirieron la confección en etapas y el empleode moldes o algún tipo de soporte. Por ejemplo,en un cántaro Tilcara N/R (FF número 16) seobservó una diferencia entre el espesor de lasparedes del cuerpo de la porción inferior ymedia de la vasija (6 a 8.5 mm respectivamente).La costura, es decir el punto de unión entreambas partes de distinto espesor, resultósumamente visible ya que la superficie internade la pieza no se encontraba completamentealisada. Sin embargo, la superficie externa, más

allá del pulido y engobe aplicado, se encontrabamuy pareja asumiendo un contorno regularpara la base del cántaro. Asimismo, en lasuperficie interna de esta porción basal senotaban marcas de la presión ejercida sobre lamasa para unificar los espesores. Esta superficiese encontraba también muy poco alisada a talpunto que se distinguieron pequeños poros ensuperficie. Fue por estas características que seplanteó una manufactura del cántaro en dosetapas y el empleo de algún tipo de molde paraconfeccionar la porción inferior del cuerpo dela pieza.

Para corroborar ambas hipótesis serealizaron dos cortes delgados a fin de observarla orientación de las inclusiones (Tabla 3). Loscortes se realizaron de forma vertical,transversal a la base y al borde de la pieza.Uno de ellos se realizó en un fragmento delcuerpo superior del cántaro y el otro en elpunto de unión de ambas partes anteriormentedescriptas.

Mediante el corte vertical realizado en elextremo superior de la pieza fue posibledistinguir que la orientación de las inclusionesera irregular, dispuestas al azar sensu Rye(1981:figura 41), orientación característica dela técnica de enrollado. En el segundo cortevertical, realizado sobre la costura de la piezafue posible observar como en el extremosuperior, perteneciente a la parte confeccionadapor rollos, las inclusiones se encontrabanorientadas de forma azarosa mientras que enla sección inferior un gran porcentaje de lasinclusiones se veían orientadas en formaparalela al borde (Rye 1981:figura 41).

La orientación paralela de las inclusioneses característica del empleo de moldes. De allíque se planteara el uso de algún soporte parala elaboración del puco basal del cántaro. Noobstante, era de esperar que algunas de lasinclusiones próximas a las paredes de estaúltima sección no se vieran orientadas de formaparalela a los bordes del fragmento debido a la

Figura 2. Puco Poma 4675 del Museo Etnográficoprocedente del Pucará de Tilcara, 5ª Expedición, año1909. La forma y las marcas de manufactura sugierenque esta pieza fue elaborada sobre una calabazautilizada como molde.

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presión ejercida con los dedos o con algúninstrumento aplicada para adelgazar lasuperficie.

Asimismo, en el corte delgado se pudoregistrar una leve variación en la coloraciónde las dos partes de la pieza aunque lacomposición de la pasta resultara similar. Lapasta de la porción que habría pertenecido alpuco basal del cántaro se vio más clara, másrosada, mientras que la pasta de la porción delcorte perteneciente a los rollos se distinguióen un tono rojizo.

En el corte fresco de sección vertical (Figura3) también fue posible reconocer estasvariaciones en la tonalidad de la pasta, y se vioclaramente la unión de las paredes del pucobasal con la pasta desplazada desde el primer

rollo aplicado en el borde de este puco haciaabajo con la intención de unir ambas partes.

Quizás, el propósito por el cual se utilizaríanlos moldes fue que, de esta manera, se elaboraríarápidamente la base de la pieza y así, de formacontinua, se podría seguir enrollando elextremo superior de la vasija. Previo alagregado de los rollos, el puco basal se dejaríaorear por un tiempo, antes de llegar al estadode cuero, para luego continuar levantando lasparedes. De esta forma, la base de la piezatendría la firmeza suficiente como para soportarel peso del resto del cuerpo, las asas y el cuellohiperboloide que en este tipo de cántarosresultan grandes y pesados en proporción alresto de la pieza. Es por estos aspectos que seconsidera que este cántaro fue elaborado enetapas en las que se fueron combinandodiversas técnicas. Rye (1981) documenta lamanufactura del cuello y borde de las piezasaún estando el molde ubicado en la base de lavasija. Esta opción resulta considerable sitenemos en cuenta el fino espesor de lasparedes de este cántaro.

Es interesante agregar que en el MuseoArqueológico “Eduardo Casanova” del InstitutoInterdisciplinario de Tilcara se observó una piezade similares características a la hallada en esterecinto (Figura 4). En el interior del cántaro sepudo registrar el mismo tipo de manufactura apartir de la superficie irregular en la costurade las dos partes del cuerpo y el desparejoalisado de la porción inferior del interior de lavasija.

Por lo observado tanto en esta pieza comoen la vasija parcialmente reconstruida delRecinto 2, se puede afirmar que en este tipo decántaros la costura entre ambas partes delcuerpo se determina por un punto angular(Shepard 1957) donde la dirección de latangente cambia abruptamente.

Asimismo, es preciso añadir que estospequeños cántaros (aproximadamente 30 cm

Figura 3. Corte fresco de sección vertical. Nótese en elrecuadro negro el extremo superior del puco basalrodeado de la masa del primer rollo aplicado sobreéste para levantar mediante esta técnica la porciónmedia y superior de la pieza.

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de alto) presentan bases poco anchas; la formade los pucos util izados como base estroncocónica y de paredes casi rectas, bastantedivergentes y de regular contorno, lo cualreafirma la hipótesis de la elaboración en etapasy utilizando un molde para soportar el pesodel resto de la pieza y en definitiva lograr laforma deseada. La base troncocónica de estaspiezas recuerda a la forma de los vasos chatosy a la de los pucos troncocónicos, formascomunes de la Quebrada.

Al igual que para la elaboración de estavariedad de cántaros, se emplearían diversastécnicas en forma complementaria para lamanufactura de los altos cántaros de cuellohiperboloide y con asas de secciónsubcuadrangular. En la muestra fragmentariadel Recinto 2, dos FF corresponden a cántarosde estas características. Estas piezas, las cualesalgunas de ellas alcanzarían los 50 cm de altoo más, necesariamente también deben habersido elaboradas en etapas. López (2004b)establece una secuencia operativa para laproducción de estos cántaros, en las que señalala confección del puco basal mediante latécnica de enrollado o por ahuecamiento.

Por otra parte, esta autora señala que losvasos chatos que presentan una regularidaddel contorno exterior se podrían haberconfeccionado mediante el uso de moldes.Asimismo, agrega que algunas piezas de estetipo se podrían haber confeccionadoformatizando un disco basal en primerainstancia sobre el cual se levantarían las paredes.Anteriormente, Salas había hecho referencia aesta técnica como “…una base cilíndrica sobrela cual recién se inicia la pared del vaso”(1945:126).

En la lupa binocular, buscando observar laorientación de las inclusiones en el corte frescorealizado a uno de los dos vasos chatosidentificados en el conjunto estudiado, se pudodistinguir la separación entre la pasta del cuerpoy base de la pieza, de la pasta utilizada paraelaborar el disco basal. Sin embargo, en el otrovaso chato no se pudo distinguir unaorientación diferencial de las inclusiones. Estoquizás implique que la pieza fue modeladamediante el ahuecamiento de una bola tal comolo plantea López (2004b).

En base al estudio realizado y a losantecedentes expuestos, aquí se propone quela detección del uso de moldes en la fabricaciónde las vasijas no significa que haya existidoalgún tipo de estandarización de la producción.Como se ha mencionado, el uso de moldespresenta ventajas tecnológicas que facilitan yagilizan la manufactura cerámica. El empleo deestos soportes también habría funcionadodentro de la esfera de producción doméstica,ámbito en donde se habrían elaborado piezaspara ser utilizadas de forma cotidiana. Es válidoindicar que por más que se establezca algúntipo de especialización artesanal, esto noimplica que aquellos alfareros “propietarios delsaber” no produjeran bienes para el consumodentro de la unidad social de producciónmínima. La exención de labores dentro delámbito doméstico para dichos artesanos habríadependido del grado de especializaciónalcanzado. La dedicación de tareas de forma

Figura 4. Pieza 2548 (ex-4132) del InstitutoInterdisciplinario de Tilcara. Nótese la regularidad delcontorno exterior del puco basal.

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exclusiva a la producción extra-doméstica porparte de especialistas no es registrada en laQuebrada sino hasta momentos incaicos(Nielsen 1995).

INTERACCIÓN REGIONAL

De un total de 34 familias de fragmentos,tres piezas presentan características pococomunes en relación a los patronestecnológicos, morfológicos o decorativos de lacerámica actualmente conocida para el Pucaráde Tilcara.

La representación de piezas Angosto ChicoInciso de manufactura no local ha sido tratadapara la zona central de la Quebrada (Cremonte1992) por tal razón no resulta llamativa lapresencia de un ejemplar de esta variedad enla muestra cerámica del Recinto 2 (Figura 5).Sin embargo, ciertas características de la pieza,como el fino espesor de las paredes y el grantamaño de la olla, resultan distintivas ya quehabrían dificultado su transporte hasta el lugar

de hallazgo. Por lo general las piezastransportadas suelen ser pequeñas o medianas.

Debenedetti (1910) fue el primer autor queafirmó un origen para esta modalidad en lastierras bajas, es decir el área chaqueña.Ottonello (1994) indica una procedencia paraesta variedad derivada del componente SanFrancisco de la zona del bosque montano.Según esta autora, las piezas habrían circuladode este a oeste acompañando el movimientoétnico de grupos procedentes de esa zona quese asentaron y mantuvieron una mayorincidencia en el sector meridional de laQuebrada de Humahuaca determinada por laalta representatividad de estas piezas.

Cremonte y Solís (1998) a partir de diversosanálisis comparativos de pasta postulan que enel sector meridional de la Quebrada semanufacturó la gran mayoría de estas vasijas.De esta manera, sostienen que, por más que elorigen de estas piezas sea de los sectores máslejanos indicados por Ottonello, para losmomentos tardíos e incaicos esta cerámica sehabría elaborado en el sector meridional.

Asimismo, Cremonte y Solís (1998) resaltancomo rasgo decorativo más frecuente en Volcány en sitios de Tiraxi en el borde oriental (AP 1y La Bolsa) los puntos incisos delimitados porlíneas en zig-zag y con incisiones paralelas enlos labios. Los rasgos decorativos de la olla queaquí se presenta son similares a los reciéndescriptos. Estas características sumadas a losresultados obtenidos a partir del corte delgado,donde se registra una abundante presencia decalizas claras y oscuras, cuarzo, trazas de tiestosmolidos, y a los antecedentes expuestos,permiten inferir con cierta certeza laprocedencia de esta pieza, ubicándola en el áreameridional de la Quebrada de Humahuaca.

Una distinción tecnológica propia de lamodalidad Angosto Chico Inciso en relación ala cerámica elaborada en el sector central dela Quebrada es que las piezas Angosto Chico

Figura 5. Fragmentos que reconstruyen el cuerpo y asade la olla Angosto Chico Inciso de manufactura nolocal (FF número 7). Está compuesta por 169fragmentos cerámicos de los cuales 52 de ellosremontan, constituyendo el 60% de la pieza.

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Inciso de manufactura no local presentan laslíneas de pulido paralelas al borde y a la base delas ollas. A diferencia de esta variedad cerámica,las líneas de pulido del cuerpo de las piezasrestringidas Tilcara N/R, muy representadas enel período Tardío, se encuentran orientadas deforma perpendicular al borde y a la base de loscántaros. Esta diferencia en la manera de realizarel pulido de las piezas en cada modalidad denotalas características técnicas, entre otras, por lasque optaron los alfareros de cada zona. Estaparticularidad observada en el tratamiento delas superficies no sólo fue registrada en elmaterial cerámico que compone esta muestrasino que también se la identificó en las piezasexhibidas en el Museo de Tilcara.

La segunda pieza dentro del conjuntocerámico del Recinto 2 que presentócaracterísticas atípicas en relación a los rasgosdecorativos del área central de la Quebrada, fueun puco Interior Negro Pulido con la superficieexterna peinada. El análisis de pasta realizado aun fragmento de ésta (FF número 24), fueconcordante con los tipos Interior Negro Pulidodel área de Tilcara (Tabla 3). Pelissero et al. (1997)describen algunos fragmentos con“brochamiento” de las superficies externas paralo que consideran alfarería tosca. Sin embargo,en una tabla en donde sistematizan toda lainformación del análisis cerámico de su trabajoen el Pucará de Tilcara indican tres fragmentosdel tipo Interior Negro Pulido con la superficieexterna tratada mediante la técnica delbrochado (Pelissero et al. 1997:237). Estosautores no especifican si el brochado seconsidera como un peinado, solo se refieren aeste tipo de tratamiento como los surcos dealisado que dejan los instrumentos utilizadospara realizar esta técnica decorativa. Estosinstrumentos pudieron confeccionarse conpastos duros o paja muy fina (Pelissero 1969).

Por otra parte, Cremonte y Solís (1998)establecen que el peinado (marleado) seencuentra en un alto porcentaje de fragmentoscerámicos presentes en los basureros de Volcán

en los niveles inferiores de excavación (fechadoscalibrados aportan una antigüedad de 1350 DC).También hacen mención que este tipo desuperficies, pero con pintura roja post-cocción,son comunes en sitios del sector meridional yoriental de Jujuy (Tiraxi, Pucarita, Agua Hedionda,entre otros). Asimismo, Pérez (1976) describióestos rasgos para el sitio de Ciénaga Grande(Quebrada de Purmamarca).

Por último, la presencia de inclusiones de loque podría determinarse como tiesto molidoen la pasta de uno de los vasos chatos analizadosen esta muestra, FF número 5 (Tabla 3),constituye una nueva variante en la tecnologíacerámica de la región ya que esta clase deagregados no ha sido anteriormente reconocidapara la Quebrada o las tierras altas. Cremontey Solís (1998) señalan que este tipo decomportamiento en la manufactura escaracterístico de la zona oriental, másexactamente del piso de transición hacia lasllanuras chaqueñas. Estas autoras comparandopetrográficamente las pastas de algunosfragmentos grises pulidos y rojos sobre amarillode Volcán con fragmentos de similarescaracterísticas del valle del río de San Franciscoobservan que se trata de los mismos tiposaunque todavía no han podido establecer uncorrelato cronológico. Asimismo, observan lapresencia de tiesto molido en otras modalidadesde Volcán.

Por tal razón, la presencia de tiesto molidoen dicho vaso chato, sumado a la superficieexterna peinada del puco Interior Negro Pulidoy a la identificación de la olla Angosto ChicoInciso de manufactura no local, indican un fuertevínculo entre el sector central y meridional dela Quebrada.

La presencia de cerámica Angosto ChicoInciso identificada por García (1997) en Tomayoc,un alero de la puna de Jujuy, de donde serecuperaron fragmentos que poseencaracterísticas estilísticas similares a la pieza demanufactura no local hallada en el Recinto 2

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de la Unidad 1 de Tilcara, promueve lasinvestigaciones abordando a la Quebrada deHumahuaca como un área de articulación entrelos valles orientales y la puna.

En suma, de las tres FF procedentes delconjunto cerámico del Recinto 2 que presentancaracterísticas atípicas, a excepción de la ollaAngosto Chico Inciso, las otras dos piezas,Interior Negro Pulido con la superficie externapeinada y el vaso chato, son de manufacturalocal. Por consiguiente es posible afirmar, demanera preliminar, que estas piezas estánindicando variaciones tecnológicasincorporadas quizás por la interacción conotras regiones, especialmente los sectoresmeridionales y orientales de la Quebrada. Losrasgos tecnológicos, más allá de establecerse apartir de la disponibilidad de materias primas,presentan características socioculturalesparticulares de cada grupo.

Como ya se ha planteado estos rasgospueden ser utilizados como indicadores étnicos.Por lo tanto, ¿puede considerarse a lasvariaciones tecnológicas observadas en estamuestra como consecuencia del intercambioitinerante? Se entiende como alfarerositinerantes a aquellos que viajan a comunidadesdistantes de su origen llevando materiales parala manufactura cerámica, a veces arcillas opiezas terminadas para intercambiarlas(Cremonte 1984). Para responder a esta y otrashipótesis es preciso ahondar la investigaciónampliando la muestra cerámica de análisis paraestablecer patrones en estas variantes técnicas.

Por otro lado, se pueden mencionar rasgosestilísticos de la cerámica de Tilcara que llevana plantear vinculaciones con los sectores másalejados al borde oriental de la Quebrada comolas zonas de Quebrada del Toro y el Alto ValleCalchaquí. En este sentido, no se deben dejarpor fuera las características decorativas de lospucos Poma.

El R2.2 aportó 3 familias de fragmentos de la

modalidad cerámica Poma. Los cortes delgadosrealizados en fragmentos de las piezas 30 y 31presentaron elementos similares a los quecomponen las pastas del resto de las piezas.Estos resultados concuerdan con lo propuestopor Cremonte (1994) acerca de la manufacturalocal de estos pucos. Esta autora establece que,debido a los altos porcentajes que se registranpara este estilo en el Pucará de Tilcara, y quepor su pequeña forma propicia para eltransporte de este tipo de piezas, es posibleplantear una distribución de los Pucos Poma anivel regional, funcionando Tilcara como elcentro productor y distribuidor de esta alfarería.

Sin embargo, a pesar de que estas piezas seelaboraron en Tilcara, las característicasestilísticas de la cerámica Poma no soncomunes para el área de la Quebrada deHumahuaca respecto a la decoración externade estas piezas. De allí que en un principio seplanteara a esta modalidad como una formadecorativa no humahuaqueña vinculándoselaa la decoración del tipo pomeño (Dillenius1909; Ambrosetti 1912).

No obstante, Bregante (1926) denominóeste estilo como “Platos tipo Pucareño” aldeterminar una frecuencia más alta de pucosPoma en el Pucará de Tilcara que en el propiositio de La Poma. Posteriormente, Cigliano(1967) afirmó la probabilidad de que estamodalidad sea propia de la Quebrada por losaltos porcentajes hallados en Juella. En formacontraria, Pérez (1976) insistió en el carácteralóctono del Poma pero con una inserción enlos circuitos productivos de la región.

Recientemente, López (2004b) ha planteadola posibilidad de que estos pucos fueranmanufacturados en el área de Tilcara por algúngrupo de artesanos que habría emigrado a laparte media de la Quebrada desde la zona delos Valles Calchaquíes, considerando que estaúltima región se habría despoblado en tiemposanteriores a la llegada del español. Aunque estaautora encuentra a las piezas Pomarecurrentemente asociadas a ejemplares del

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grupo Inca Provincial en el sitio de La Huerta,en el presente caso de estudio el contexto dehallazgo de esta variedad de pucos estáclaramente definido como preincaico.

Por la frecuencia y dispersión de estamodalidad cerámica especialmente en el áreacentral de la Quebrada y también por supresencia en las zonas meridionales, así comoen la Quebrada del Toro, es posible plantearque la circulación de estas piezas estuvieraorganizada desde un nivel más complejo dedistribución que superaría el intercambio apequeña escala. Los pucos Poma, destinados afunciones específicas como el consumo de lachicha en eventos festivos, habrían tenido unagran carga simbólica como un bien distintivo yemblemático (Tarragó 2001). De allí queposiblemente su manufactura estuviera a cargode especialistas y su distribución hubieraalcanzado grandes distancias considerando alos pucos Poma como un medio de intercambiode altor valor social.

CONSIDERACIONES FINALES

El estudio de las características tecnológicasdel conjunto cerámico del Recinto 2 permitióarribar a diversos resultados. Por un lado, apartir del análisis macroscópico de los cortesfrescos realizados en algunas FF se pudieronidentificar cuatro clases de pasta según ladescripción de atributos presentada porCremonte (1992). Por otro lado, a partir delestudio petrográfico de 13 cortes delgadosrealizados a distintas piezas fue posibledistinguir la utilización del mismo tipo deinclusiones para 11 FF que fueron elaboradaslocalmente en el Pucará de Tilcara. Las restantesdos secciones presentaron característicasatípicas ya que una, un vaso chato elaboradolocalmente, presentó como agregado tiestomolido, más allá de las lutitas y otras inclusionespresentes en todas las muestras de las piezasmanufacturadas en el área de Tilcara. El segundocorte delgado, que quedaba por fuera de los

patrones locales, permitió reconocer que unade las dos ollas Angosto Chico Incisoidentificadas en esta muestra era de manufacturaalóctona.

Sumado a los resultados de estos cortesdelgados también se consideró al peinadoexterno de un puco Interior Negro Pulido comoun tratamiento decorativo no característico delárea central de la Quebrada.

Las variaciones tecnológicas y decorativashasta aquí identificadas permitieron interpretara dichos cambios como producto del contactointercultural entre el Pucará de Tilcara y elsector meridional de la Quebrada deHumahuaca en tiempos preincaicos. Si bienresulta complejo reconocer qué tipo depatrones culturales están materializados en estasvariaciones, es posible a partir de las mismasdetectar marcadores de interacción social. Eneste sentido, la cerámica resulta como uno delos indicadores más efectivos del intercambiosocioeconómico a nivel regional.

Por su ubicación estratégica, el Pucará deTilcara emplazado en la quebrada troncal delRío Grande, se habría constituido como unode los principales puntos de articulación entreel área de la puna y los valles orientales. Segúnsus características topográficas, Albeck (1992)establece que la Quebrada de Humahuacafuncionó como una ruta de enlace entre ambasregiones.

En este marco regional, el Pucará de Tilcara,cabecera política de la parte media de laQuebrada, habría desempeñado un papelpreponderante en la producción y recepciónde bienes que serían redistribuidos eintercambiados por productos de otras zonas.Para estos momentos, el desarrollo artesanalde la cerámica debió haber alcanzado altosniveles de excelencia, tanto en las piezasutilizadas en contextos domésticos comoextradomésticos. La existencia de un grupo deespecialistas posiblemente respondió a las

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necesidades de una demanda de bienescerámicos por fuera de la unidad mínima deconsumo como es el caso de los pucos Poma.

Como anteriormente se ha planteado, enla Quebrada de Humahuaca, la especializaciónartesanal no involucró a la estandarizaciónproductiva de bienes hasta momentos incaicos.La detección del empleo de moldes en lamanufactura cerámica, tal como se demuestraen este caso de estudio, no habría implicado laelaboración de piezas en forma estandarizada.El empleo de soportes y la manufactura de laspiezas en etapas habrían facilitado la elaboraciónde las mismas. Estas técnicas productivasreflejan las opciones de los artesanos que pormás que se constituyeran como un grupo deespecialistas no debieron quedar exentos dela fabricación de bienes destinados al consumodentro de la unidad doméstica. Esto secomprueba con la diversidad estilística delconjunto artefactual del Recinto 2 de la Unidad1 considerada un espacio habitacional dondese llevaron a cabo actividades de la vida diariamás allá de actividades productivas del tipoartesanal.

Ahora bien, los cambios tecnológicosobservados en algunas de las piezas aquíanalizadas podrían interpretarse comovariantes en las opciones productivas de losalfareros locales a partir de la existencia dealfareros itinerantes que habrían buscado unaforma de acceso a recursos de ecosistemasdiferentes de su región con la intención deintercambiar el producto de su trabajo porotros bienes de subsistencia.

Debido a que la variación cerámica puederesponder a numerosos procesos socio-económicos es preciso continuar abordandoesta problemática considerando entre otrosaspectos al intercambio itinerante como unaposible explicación de la circulación y de lasmodificaciones en las técnicas productivas dealgunos bienes cerámicos en momentospreincaicos. Teniendo en cuenta que en aquel

tiempo caracterizado por conflictosgeneralizados en la región (Nielsen 2001) lasinteracciones entre las distintas parcialidadesde la Quebrada de Humahuaca fueroncomplejas, incluyendo relaciones positivas ynegativas de intercambio y reciprocidad(Tarragó 2001), sería posible entender alintercambio itinerante como una forma positivapropicia para la circulación de algunos objetosy recursos, entre ellos piezas cerámicas, con elobjetivo de mantener el flujo de bienes.

Queda para un fututo contrastar losresultados de los estudios tecnológicos conotras vías de análisis teniendo en cuenta quelas variaciones técnicas y la circulación deobjetos pueden responder a numerososprocesos socioeconómicos y políticos.

Recibido en Marzo de 2006Aceptado en Septiembre de 2006

AGRADECIMIENTOS

Deseo agradecer a la Dra. Mariel AlejandraLópez y a la Lic. Gabriela Ortiz por suscorrecciones y comentarios, a la Dra. LidiaClara García, quien gentilmente me hapermitido ver las fotografías de los fragmentosde la variedad Angosto Chico Incisorecuperados en Tomayoc, y a Catriel Greco porla lectura del manuscrito. El contenido de esteartículo es de mi entera responsabilidad.

También, agradezco al Lic. EduardoPalamarczuk, quien realizó el análisispetrográfico de los cortes delgados, y respondióen numerosas oportunidades mis dudas. Porúltimo, deseo mencionar que parte de estainvestigación se ha llevado a cabo gracias auna beca otorgada por el Fondo Nacional delas Artes.

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* Clarisa OteroClarisa OteroClarisa OteroClarisa OteroClarisa Otero es profesora y licenciada en CienciasAntropológicas, egresada en la Facultad de Filosofía yLetras, Universidad de Buenos Aires. El presente trabajosurge en parte de su tesis de licenciatura, dirigida porla Dra. Myriam Tarragó y defendida en Marzo de 2006,y de una beca otorgada por el Fondo Nacional de lasArtes. Actualmente es investigadora del InstitutoInterdisciplinario de Tilcara.

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Ciarlo, Nicolás C.Ciarlo, Nicolás C.Ciarlo, Nicolás C.Ciarlo, Nicolás C.Ciarlo, Nicolás C. 2006. Metodología de estudio de artefactos ferrosos corroídos en un medio subacuático.Un caso de estudio: las concreciones del sitio Hoorn. La Zaranda de Ideas. Revista de Jóvenes Investigadoresen Arqueología 2:87-106. Buenos Aires.

* Programa de Arqueología Subacuática, Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano.Laboratorio de Materiales. Departamento de Ingeniería Mecánica. Facultad de Ingeniería, UBA [email protected]

INFORMES

METODOLOGÍA DE ESTUDIO DE ARTEFACTOS FERROSOSCORROÍDOS EN UN MEDIO SUBACUÁTICO. UN CASO DE

ESTUDIO: LAS CONCRECIONES DEL SITIO HOORN

Nicolás C. Ciarlo*

RESUMEN

En el presente informe realizamos una aproximación a los procesos de deterioro de artefactosarqueológicos de hierro en ambientes marinos y fluviomarinos. Su estudio nos permitirá entenderlos procesos de formación del registro subacuático y estimar el potencial arqueológico del sitiode acuerdo con sus características particulares, así como la metodología que debería utilizarse encada caso durante la planificación de la conservación preventiva de las piezas y su posteriortratamiento y estudio en el laboratorio.

Durante el curso del trabajo analizamos un conjunto de concreciones formadas alrededor deartefactos de hierro pertenecientes a un naufragio holandés del siglo XVII en Puerto Deseado,provincia de Santa Cruz. Presentamos los resultados de la metodología aplicada en el sitio ydurante el tratamiento de las piezas, sometidas a un proceso de replicado con resinas para suposterior estudio.

Palabras clave: Arqueología subacuática - Corrosión - Hierro - Conservación - Naufragio

ABSTRACT

In this report we address the deterioration processes of iron archaeological artifacts in marineand fluvial-marine environments. Said study will allow us to understand the formation processesof the underwater record and to consider the archaeological potential of the site in relation to itsparticular characteristics, as well as the methodology that should be used in each case during theplanning of the preventive conservation of pieces and their later treatment and study in thelaboratory.

During the course of the work we analyze a set of concretions formed around iron artifactsrecovered from a Dutch shipwreck of 17th century in Puerto Deseado, Province of Santa Cruz.We present the results of the methodology applied in the site and during the treatment of thepieces, which were subject of a casting process with resins for its later study.

Key words: Underwater archaeology - Corrosion - Iron - Conservation - Shipwreck

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INTRODUCCIÓN

Salvo casos excepcionales, la mayoría de losmetales se presentan en la naturaleza en suestado oxidado, en combinación con otroselementos e impurezas. El hombre ha aprendidoa extraerlos del terreno y a reducirlos a suestado metálico. El conocimiento de laspropiedades les permitió manufacturarlos deformas muy variadas y para diversos fines. Enel caso del hierro, debido a su abundancia enla naturaleza y a sus excelentes propiedadesmecánicas, su producción fue ampliamentedifundida y perfeccionada y se convirtió en unmaterial preciado para la fabricación de armas,herramientas y otros instrumentos relacionadoscon la subsistencia y la vida cotidiana (Tylecote1984). Particularmente en la construcción naval,aunque su aplicación en la estructura de lasembarcaciones no se desarrolló hasta mediadosdel siglo XIX, fue ampliamente utilizado en lasnaves de madera para la clavazón del casco(mediante clavos y pernos), la jarcia, elarmamento y algunos de los objetos utilizadosabordo por la tripulación. Sin embargo, a pesarde la abundancia de los artefactos de hierropresentes en muchos sitios subacuáticos,debido a las propiedades electroquímicas delos mismos, se encuentran muy deteriorados ypara poder ser estudiados es necesario que seanconservados correctamente.

A partir del estudio de la composición, laestructura y las propiedades de los materialesferrosos, y de su interacción con el medio enque se encuentran, podremos entender lastransformaciones que sufren luego de serdepositados, hasta el momento que sonrecuperados por el arqueólogo. Mediante elanálisis de cada situación es posible planificary aplicar correctamente las tareas deconservación, tanto en el sitio como en ellaboratorio; ello nos permitirá preservar laintegridad de los artefactos y desarrollarposteriormente estudios arqueológicos.

En la primera parte del trabajo realizamos

una aproximación a los procesos de corrosiónque afectan a dichos materiales en un mediosubacuático, fundamentalmente marítimos. Noscentramos en la importancia que tiene suestudio para entender las transformaciones delos artefactos, parte de los procesos naturalesde formación de sitio. A continuacióndesarrollamos los aspectos relacionados conla planificación y aplicación de una metodologíasistemática; y a partir de los estudios previosde diversos autores, exponemos las distintastécnicas utilizadas actualmente, resaltando laaplicación de las mismas en la conservación delas piezas.

Tomamos como caso de estudio lasconcreciones de hierro recuperadas de unnaufragio holandés de 1615 en Puerto Deseado,provincia de Santa Cruz, proyecto a cargo delPrograma de Arqueología Subacuática (PROAS),del Instituto Nacional de Antropología yPensamiento Latinoamericano (INAPL) yfinanciado principalmente por el Ministerio deRelaciones Exteriores de Holanda. Los trabajosen el sitio, en curso desde 2004, se encuentranbajo la dirección del arqueólogo DamiánVainstub y del arquitecto Cristian Murray, enconjunto con el arqueólogo marítimo holandésMartjn Manders. A lo largo del informepresentamos los resultados de los estudiosrealizados en el sitio y en el laboratorio hastala fecha.

DETERIORO DE METALES

Los metales en general tienden a su estadoestable (Hamilton 1996), en combinación conotro elemento, como ser oxígeno, hidrógeno,azufre, etc. Este proceso, denominadocorrosión, es el resultado de la reacción delmaterial con el medio y da lugar a la formaciónde un óxido u otro compuesto a partir del metaloriginal, produciendo la transformación delmismo, tanto a nivel de su composición comode su estructura física (Piñeyro 2001; Nimmoy Hinds 2003; Rothwell 2005). El fenómeno de

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la corrosión depende principalmente de laspropiedades físico-químicas del metal o aleaciónmetálica, de la naturaleza del entorno adyacentecon el cual interactúa y de la relación con otroselementos metálicos próximos al mismo (Northy MacLeod 1987).

Nosotros nos centraremos en la forma máscomún de ataque a los metales, la corrosiónelectroquímica (Askeland 1998) y su desarrolloen el caso particular del hierro. Durante dichoproceso se generan dos semi-reacciones deóxido-reducción, durante las cuales uno de loselementos en contacto cede electrones(reacción de oxidación), que son tomados porotro elemento (reacción de reducción). Elprimero, denominado ánodo, hace que el otrose reduzca; mientras que el segundo, el cátodo,produce la oxidación del donante (Chang1995). Cada semirreacción dependerá delpotencial de reducción del elemento conreferencia al hidrógeno, considerado neutro; losmetales electronegativos (potencial deoxidación positivo), son denominados reactivosy tienden a oxidarse más rápido que aquélloselectropositivos (potencial de oxidaciónnegativo), denominados nobles, los cuales sonmenos susceptibles de hacerlo (North yMacLeod 1987).

Según Askeland (1998) y Callister (1996)los distintos tipos de corrosión se clasificancomo:

- corrosión uniforme: el ataque se extiendede forma uniforme por toda la superficie;- corrosión por composición: producto deuna diferencia de potencial entre dos piezasmetálicas o dos fases microestructurales dela misma pieza, lo cual genera diferentesvelocidades de corrosión;- corrosión por concentración o aireacióndiferencial: se produce cuando distintasregiones de la misma pieza están sometidasa diferentes concentraciones iónicas delmedio;- corrosión intergranular: la corrosión seextiende a lo largo de los bordes de grano

de la estructura metálica;- corrosión microbiológica: debida a laacción del metabolismo demicroorganismos que alteran lascondiciones del medio donde se producenlas reacciones anódicas y catódicas, muycomunes en condiciones de anoxia;- corrosión bajo tensión: tiene lugar cuandose produce una situación simultánea decorrosión y tensión mecánica sobre la pieza;- corrosión localizada: se produce de formapuntual sobre la superficie y se propagahacia el interior.

Hay que tener en cuenta que el proceso dedeterioro es muy complejo y son muy diversoslos factores que interactúan sobre un objeto,sobre todo en un sitio arqueológico, por lo cualsu estudio deberá realizarse de acuerdo a lascaracterísticas de cada situación. Al respecto,los estudios experimentales controlados en ellaboratorio, simulando determinadascondiciones naturales de depositación demateriales metálicos, aportan información paraentender el comportamiento de los objetosarqueológicos en un medio particular (verPiñeyro 2001). Otra forma de estudiar estosprocesos, como veremos más adelante, es através del monitoreo in situ de las condicionesde corrosión de piezas arqueológicas duranteun tiempo establecido.

CORROSIÓN DE ARTEFACTOSFERROSOS SUMERGIDOS

Los bienes culturales subacuáticos soncualquier evidencia material producto de laacción del ser humano en el pasado que seencuentran actualmente en el lecho o subsuelode cualquier espacio acuático (Elkin et al.1997). Como mencionamos anteriormente, eneste apartado nos centraremos sólo en losrestos de naturaleza ferrosa y en los procesosde corrosión que tienen lugar en dicho medio,con especial interés en aquéllos que seencuentran en agua salada.

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En un medio acuoso la mayoría de losmetales son susceptibles de ser deterioradospor procesos corrosivos en los que intervienenel agua, las sales y los gases en disolución (enespecial el oxígeno). En este medio loselectrones que ceden los metales (reacciónanódica) son consumidos por la reducción deloxígeno presente en el medio (reaccióncatódica), dando lugar a una celdaelectroquímica. Este oxígeno que está presenteen el agua de mar, aún a grandes profundidades,es la fuente principal de la reacción catódicaque promueve la reacción de corrosión pordisolución del metal en el ánodo. La reducciónde oxígeno produce iones oxhidrilos (OH-) queaumentan el pH en el cátodo; en ausencia deoxígeno, la otra reacción catódica posible es lareducción del catión hidrógeno (H+). Los ionesferrosos de carga positiva disueltos en el ánodoreaccionan con los iones oxhidrilos (OH-) enun fenómeno de hidratación, depositándosesobre la superficie de la pieza, dando comoresultado un óxido hidratado denominadoherrumbre (Askeland 1998). En el caso del aguasalada, el deterioro del hierro es mayor que enagua dulce, ello se debe principalmente a lamayor conductividad iónica de la solución entrela zona anódica (el metal, en este caso el hierro)y la catódica (North y MacLeod 1987), así comoa la presencia de cloruros en los productos decorrosión y el metal remanente de los artefactos,lo cual acelera el proceso de corrosión de losmismos una vez extraídos del sitio (North 1987).

Entre los factores que intervienen en lacorrosión de artefactos metálicos en un medio

subacuático se destacan la composición yestructura del metal, el potencial de corrosióndel mismo, la características de la soluciónacuosa (temperatura, pH, salinidad, turbidez,oxígeno en disolución), la vegetación marina,la composición del lecho marino, la potenciadel sedimento y la posición de los objetos conrelación a otros artefactos metálicos del sitio.Debido a la compleja relación entre ellos y susefectos, cada objeto debe ser consideradoindividualmente (North y MacLeod 1987;MacLeod 1995).

Podemos establecer dos modos generalesde corrosión del hierro a partir del tipo demanufactura. Las formas características detrabajarlo en la historia fueron por forjado ypor fundido, técnicas a partir de las cuales seobtienen artefactos de una composición yestructura bien diferenciadas (Tylecote 1984;Henderson 2000). Debido a ello encontramosgrandes diferencias en la corrosión de losmismos. En el caso del hierro forjado (el cualposee un bajo contenido de carbono y lapresencia de inclusiones alineadas en el sentidodel martillado de la pieza), la corrosión no sólose produce en la superficie sino también deforma intergranular, donde se encuentrandispuestas las inclusiones, dando a la pieza elaspecto similar a las vetas de la madera(UNESCO 1981; North y MacLeod 1987;Pearson 1987; Cronyn 1990) (Figura 1). Porotro lado, al corroerse el hierro fundido (elcual posee un alto contenido de carbono), elgrafito permanece como una redtridimensional que conserva la forma y los

Figura 1. Restos de un perno metálico del naufragio del Hoorn recuperado de la concreción 05PDH – 003. Nóteseel veteado característico de la corrosión en el hierro forjado.

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detalles de la superficie de la pieza (UNESCO1981; North 1987; North y MacLeod 1987;Pearson 1987; Cronyn 1990; Askeland 1998).

En la mayoría de los casos los artefactos seencuentran cubiertos por una concreción quese forma durante su interacción con el mediocircundante. Cuando los objetos de hierro soncorroídos, se producen cambios localizados enel pH que generan un desequilibrio entre lasconcentraciones de carbonato de calcio ydióxido de carbono que se encuentrandisueltos en el agua. Esto genera precipitadosinsolubles de carbonato de calcio –Ca(CO)3–e hidróxido de magnesio –Mg(OH)3– que, juntocon otros productos de la corrosión(especialmente el hidróxido ferroso –Fe(OH)2–el sulfuro ferroso –FeS– el cloruro ferroso –FeCl2–, la siderita –Fe(CO)3– y la magnetita –Fe3O4–, interactúan con el sedimento y los

organismos marinos presentes en la superficiede la pieza para formar una densa concreciónalrededor del metal (North y MacLeod 1987;Cronyn 1990; MacLeod 1995; Hamilton 1996)(Figura 2). Entre la superficie del metal y laconcreción que lo rodea se crea un micro-ambiente corrosivo (disminuye el pH y aumentala concentración de cloruros en el interior dela concreción), con una acidez y un potencialde oxidación mayores que en la solución delentorno. Entre el interior y el exterior seproduce un intercambio de iones, lo cualmantiene la neutralidad de la reacción. Haciael exterior se produce la difusión de cationesde hierro e hidrógeno e ingresan aniones(predominantemente cloruros) del exterior(Figura 3) (MacLeod 1989). Cronyn (1990)realiza una clasificación de los diversos estadosprogresivos de corrosión por los que pasa unapieza de hierro, hasta deteriorarse por

Figura 2. Concreción ferrosa (05 PDH – 002 b) del sitio Hoorn.

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Figura 4. Molde que forma una pieza dentro de la concreción: izquierda, impronta de la silueta de la piezaoriginal de la concreción 05 PDH – 002 b; derecha, detalle de uno de los extremos de la otra mitad de la pieza(fotografía: Cristian Murray).

Figura 3. Esquema del micro-ambiente formado en objetos de hierro rodeados por una concreción luegode varios años bajo el agua (Extraído de MacLeod 1989:Figura 1).

completo. Una de las particularidades de lasconcreciones ferrosas es que conservan laimpronta de los objetos originales deteriorados,a partir de la cual pueden hacerse fielesreconstrucciones de los artefactos, mediante elreplicado con resinas sintéticas (Pearson 1977;UNESCO 1981; Luna Erreguerena 1982; North1987; Cronyn 1990; Hamilton 1996) (Figura 4).

Sin embargo, las concreciones que rodeana los artefactos no son exclusivamente de origenferroso, otros metales y aleaciones como la platay el bronce generan concreciones a sualrededor (MacLeod y North 1979; North 1987;Pearson 1987; Hamilton 1998a). A su vez, tantoéstas como aquellas muchas veces poseen ensu interior otros restos no metálicos, como

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madera, cuero, cerámica, etc. (North 1987;Hamilton 1996), los cuales pueden ser partede artefactos compuestos o haber estadooriginalmente próximos unos de otros. Un casocaracterístico es la combinación entre el hierroy la madera (Pearson 1987). Ante esta situación,todas las piezas deberán ser separadas ysometidas a un tratamiento de forma individual(North 1987).

Por último, debe tenerse en cuenta que lacorrosión de artefactos similares en un sitiopuede ser muy distinta, dependiendo de sudisposición y las condiciones del entorno. Uncaso característico es el de las piezas que seencuentran enterradas con respecto a aquellasque están semienterradas o expuestas en sutotalidad en el lecho. Estas últimas, por ejemplo,se verán afectadas por la colonización deorganismos marinos, la acción de las corrientesy otras propiedades del medio, como laconcentración de iones en solución. Porejemplo, dos balas de cañón de hierro fundidose deteriorarán diferencialmente en distintosmedioambientes, la que se encuentre sobre ellecho estará rodeada por una concreción ypreservará la forma original de la pieza debidoal grafito, mientras que la depositada en unmedio anaeróbico mantendrá igualmente susuperficie original pero la misma no estarácubierta (Cronyn 1990:Figura 5.5b). Estos yotros factores, mencionados anteriormente,afectarán de forma diferencial la velocidad y elgrado de deterioro de las piezas, así como elaspecto de las mismas al momento de suextracción.

CONCRECIONES DEL NAUFRAGIODEL HOORN (1615)

En abril de 2005 se realizó la segundacampaña arqueológica al sitio Hoorn, en la ríade Puerto Deseado (Santa Cruz), ubicado sobrela margen norte a 12 km al oeste del Puertohomónimo. El objetivo de la misma fue laprospección con sensores remotos del lecho

de la ría, en busca de restos estructurales de laembarcación holandesa Hoorn, parte de laexpedición de Jacob Le Maire y CorneliszSchouten, que naufragó allí en 1615 (Vainstuby Murray 2005).

En la primera campaña se obtuvo unconjunto de materiales metálicos de la zonaintermareal, parte de los cuales fueronanalizados en el Laboratorio de Materiales dela Facultad de Ingeniería de la Universidad deBuenos Aires por el Ing. Horacio De Rosa,Director del Grupo de Arqueometalurgia. Lamayoría son fragmentos de plomo fundido(como resultado del incendio de la nave),aunque también se encontraron algunasmuestras de hierro, peltre, plata y latón, yalgunos objetos de cobre (ver De Rosa 2004;Vainstub y Murray 2004).

Durante el relevamiento del sitio en lasegunda campaña, frente a la playa donde habríanaufragado la nave, fue recuperado del lechode la ría un conjunto de concreciones, todasellas ferrosas (una de las cuales había sidoextraída durante la primera campaña), tambiénestudiadas en el Laboratorio de Materiales,trabajo a cargo de Cristian Murray y HoracioDe Rosa. Como anticipamos anteriormente, eneste informe nos ocuparemos del estudio delas mismas.

La mayoría de los artefactos que seencontraban dentro de las concreciones secorroyeron por completo y sólo quedó el moldede los mismos, a partir de los cuales fueronreplicados. A continuación se describen laspiezas originales:

- dos clavos con cabeza redonda y fuste desección cuadrada, con dos lados paralelosy dos convergentes hacia la punta(concreciones 04 PDH – 083 y 05 PDH –001);- dos pernos de sección circular; el másgrande de cabeza plana (concreción 05PDH – 003) y el chico de cabeza convexay con un orificio pasante en la punta para

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fijación con chaveta (concreción 05 PDH –002 a);- un herraje con forma de omega, de secciónrectangular y dos orificios circulares parafijarlo, uno en cada extremo (concreción05 PDH – 002 b);- una bisagra (concreción 05 PDH – 002c);- un artefacto indeterminado (concreción05 PDH – 004).

Sólo las concreciones 05 PDH – 003 y 05PDH – 004 contenían restos metálicos en suinterior; sin embargo los mismos estaban muydeteriorados y no presentaban marcasdiagnósticas.

Con respecto a la sedimentación del sitio(la cual tuvo gran importancia en la formaciónde las concreciones), la zona intermareal (dondese recuperó la concreción 04 PDH – 083) secaracteriza por una predominancia de clastosde gran tamaño redondeados por la erosión(psefitas, clastos de tamaño mayor a 2 mm). Laspelitas (limo y arcilla) están poco representadas,siempre por debajo del 1% (Bastida y Trassens2004). En el caso de la muestra submareal,dentro del área donde se extrajo el resto delas concreciones, la composición del sedimentoes diferente. Una muestra representativa dellecho de la ría nos indica que está caracterizadopor la ausencia de psefitas, predominancia depsamitas (aproximadamente 65%) y alrededordel 35% de pelitas (Bastida y Trassens 2004).Las características anteriores pertenecen a lacapa superior del sedimento del lecho, de unos10 cm de espesor. Debajo de ésta predominanlos guijarros, los cuales también están presentesen las concreciones. Hay que destacar que enla zona donde éstas fueron halladas habíacúmulos dispersos de guijarros que aflorabanen la superficie del lecho, ausentes en el restodel canal.

Análisis macroscópicos revelaron escasomacrofouling, con presencia de poliquetos detubo blando y varias especies de algas, las cuales

se encontraban fijadas a las concreciones de lazona submareal (Grosso 2005).

METODOLOGÍA DE ESTUDIO DECONCRECIONES FERROSAS ENARQUEOLOGÍA SUBACUÁTICA

Entendemos a las transformaciones quesufren los artefactos una vez depositados enun sitio como “…aquellos procesos bióticos yno bióticos que afectan espacial, física y/oquímicamente a los restos materiales una vezque ingresan al contexto arqueológico” (Elkin2000:195). Los procesos de formación de sitioque operan en medios subacuáticos para el casode los naufragios pueden ser producto de laacción natural o del hombre, y son muy distintosa los que ocurren en tierra (Muckelroy 1978).En un sitio subacuático los factores naturalestienen que ver principalmente con la dinámicade las corrientes y la acción de las olas sobreel lecho. Estas últimas son responsables enmuchos casos de la distribución final de losrestos arqueológicos. Con respecto a la accióndel hombre, generalmente la dificultad de accesoa los sitios sin la utilización de técnicasmodernas de buceo facilitó la protección delos mismos a lo largo de la historia.

En el caso del naufragio del Hoorn, parecenhaber actuado sobre el sitio factores tantonaturales como de origen antrópico, estosúltimos relacionados con la recuperación yreutilización de muchos de los materiales delnaufragio por los tripulantes de la expedición,especialmente los metales y la madera (Vainstuby Murray 2004). Sin embargo, con respecto alos artefactos ferrosos encontrados en la zonasubmareal, su ubicación nos permite inferir quehabrían sido afectados exclusivamente porprocesos naturales. Dentro de éstos podemosdestacar, con relación a su distribución espacial,la dinámica y el lecho de la ría, y con respectoa su preservación, las propiedades de losmateriales y del medio ambiente en el cual sedepositaron.

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La posibilidad de estudiar los objetosrecuperados y de obtener información a partirde ellos dependerá de la correcta aplicaciónde una metodología sistemática centrada en lossiguientes puntos:

1) la prospección del registro arqueológico,2) la conservación del mismo en el sitioantes y después de su extracción, y suposterior tratamiento, y3) estudio en el laboratorio.

Para el desarrollo de los mismosconsideramos los trabajos realizados con lasconcreciones referidas anteriormente y estudiosprevios de distintos autores sobre diversosartefactos ferrosos en otros naufragios. Debeaclararse que, por un lado, las siguientesconsideraciones no tienen aplicación encualquier ambiente y para cualquier artefactometálico; y por el otro, tampoco intentamosestablecer una metodología estricta para todaslas piezas de hierro en medios húmedos, debidoa que cada caso presenta característicasespecíficas que deben considerarse de formaparticular.

Prospección del registro arqueológicosubacuático

En un lecho marino donde se presentancondiciones de buena visibilidad y el mismo esevidentemente distinto de objetos ajenos alsedimento, los mismos no pasan inadvertidosdurante un reconocimiento subacuático. Peroen otros casos, como sucede en la ría deDeseado, la actividad del medio, principalmentela acción de las corrientes, produce una grancantidad de sedimentos en suspensión (Iantanos2004), lo cual dificulta el reconocimiento visualde los objetos. Debido a la mala visibilidad enla zona del sitio, no mayor a 80 cm (Vainstub yMurray 2004), se optó por realizarprospecciones en círculos concéntricos,consistente en realizar recorridos de un radiocada vez mayor (a medida que se completanlas vueltas) alrededor de un punto de referencia,el cual estará boyado en superficie y

georeferenciado con GPS (Global PositioningSystem) (Museo Nacional de ArqueologíaMarítima, Centro Nacional de InvestigacionesArqueológicas Submarinas 1990; Dean et al.1991).

Con respecto a las concreciones ferrosasse sumó la dificultad que el lecho estabaformado por cúmulos de canto rodadosimilares al aspecto exterior de aquellas, dadoque en consecuencia en un ambiente como eldescrito, las concreciones pueden mimetizarsey pasar inadvertidas. En otros casos puedenpresentarse conglomerados rocosos, rocassedimentarias formadas principalmente porcantos redondeados de grava y una matriz dearena, limo y/o arcilla, que puede estar ligada asu vez por la precipitación de materia mineral(ver González Bonorino y Teruggi 1952;Pettijohn 1980; Tarbuck y Lutgens 1999) (Figura5). La necesidad de identificación de losartefactos, además de los costos quegeneralmente implica el transporte de lasconcreciones al laboratorio son las razonesprincipales por las que se recomienda enmuchos casos remover las mismas en el sitio(Pearson 1977; UNESCO 1981; North 1987).El caso de los conglomerados es sólo unejemplo de los factores naturales que puedendificultar la prospección arqueológica. Otro deellos son las formaciones de especies coralinasen zonas de aguas cálidas poco profundas,cercanas al Ecuador, algunas de las cualespueden extenderse grandes extensiones enmuy pocos años (Morales 1988); de esta formapueden perturbar y cubrir los restos de unnaufragio, dificultando los trabajos deprospección, excavación y conservación de losmismos.

Durante la campaña se utilizaron detectoresde metales subacuáticos de tipo VLF (Very LowFrecuency) con sistema de discriminación yopción para materiales ferrosos. Sin embargoéstos sólo acusaron tres de las concrecionesrecuperadas, dos de las cuales conservabanpartes metálicas en el interior. Otro de los

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instrumentos disponibles para la búsqueda derestos ferrosos en el lecho subacuático eimplementado durante la segunda campaña enel sitio, es el magnetómetro de protones (sedispuso de un equipo Aqua Scan AX 2000 DET/60), instrumento que mide la alteración delcampo magnético terrestre producida por lapresencia de metales ferrosos, incluso poraquellos que se encuentran enterrados. Sinembargo éste no es un método confiablecuando se trata de objetos pequeños o en elcaso que la cantidad de metal preservada esdespreciable. Las concreciones donde la piezase ha corroído por completo no son acusadaspor este sistema. A pesar de ello, es una técnicacon que se obtienen muy buenos resultados,sobre todo en casos de artefactos de mayoresdimensiones, como ser cañones, anclas oacumulaciones de otros objetos de hierro.Existen muchas otras técnicas de relevamientoutilizadas en arqueología subacuática, tantogeofísicas como desarrolladas por los buzos (verLuna Erreguerena 1982; Museo Nacional deArqueología Marítima, Centro Nacional deInvestigaciones Arqueológicas Submarinas 1990;Dean et al. 1991; Elkin et al. 1997), que nocomentaremos aquí, y cuya aplicación dependede las características del sitio, el registroarqueológico y las necesidades particulares decada caso.

Estas y otras consideraciones con respectoa los artefactos, como sus dimensiones yprobable estado de conservación, deben tenerseen cuenta al momento de planificar unaprospección del lecho subacuático. En el casodel Hoorn, donde no han perdurado otrosrestos estructurales de la nave (como lamadera), los artefactos metálicos,particularmente las concreciones ferrosas, sonlos únicos vestigios que se han recuperadohasta el momento que están probablementerelacionados con la estructura de laembarcación y que pueden aportar informaciónacerca de la misma.

Conservación preventiva in situ yacondicionamiento post-extracción

La preservación de los artefactos es una delas consideraciones más importantes cuandose planea o implementa cualquier acción queresulte en la recuperación de material de unsitio arqueológico marino (Hamilton 1998a);debe planificarse en una instancia previa a laexcavación o recuperación de las piezas(Cronyn 1990; Piñeyro 2001) y realizarse desdeel momento en que el medio donde seencuentra un objeto es modificado de la formaque sea (Pearson 1977). La extracción deobjetos de hierro sin el adecuado tratamiento

Figura 5. Conglomerados marinos de la zona del Golfo San Matías, Río Negro: izquierda, conglomerado deapariencia similar a las concreciones de artefactos ferrosos; derecha, conjunto de conglomerados sobre el lechoen zona intermareal.

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de estabilización y conservación, conduce aldeterioro de los mismos y a la pérdida de lapotencial información que puede obtenerse através de ellos, sobre todo en el caso de losobjetos de hierro fundido, cuyos productos decorrosión son muy reactivos a las condicionesaeróbicas. Si bien las concreciones metálicasse encuentran en un relativo estado de equilibriomientras están sumergidas, se deterioranrápidamente una vez extraídas del agua (North1987). En nuestro país, por ejemplo, laextracción de dos cañones del golfo San José(Península Valdés, Chubut), sin las medidas deconservación correspondientes, produjo elcompleto deterioro de las marcas superficialesde los mismos, las cuales habrían sido visiblesal momento de su extracción hace dos décadas(Dolores Elkin, com. pers. 2005).

Por otra parte, a partir de las tareas deconservación previas a la extracción de losartefactos, se pueden reducir los productos decorrosión de los mismos y adelantar los trabajosposteriores en el laboratorio (Pearson 1977;MacLeod 1996). Es fundamental quepreviamente, para interpretar los cambios a losque están sometidos los artefactos, se conozcany analicen las condiciones del medio ambientemarino y sus efectos sobre la evidenciaarqueológica, así como las características de losmateriales (Florian 1987; Corfield 1996), en estecaso de naturaleza ferrosa. Con relación a ello,a través del monitoreo in situ de las condicionesde los artefactos de hierro (como el espesor dela concreción, el pH y el potencial de corrosióndentro de la misma) durante un período detiempo, se pueden realizar estudios sobre la tasade corrosión y reconocer si un sitio seencuentra en peligro y qué artefactos debenser extraídos del mismo (MacLeod 1989; 1995).

Consideramos dos instancias en laconservación preventiva:

1) la conservación in situ de los objetos,previa a su extracción, y2) la conservación desde que los mismossalen a la superficie, durante el tiempo

transcurrido hasta que son llevados allaboratorio.

Las tareas de conservación in situ, se realizansin alterar la posición de los objetos en el sitioy se limitan generalmente a los casos donde laspiezas poseen un alto grado de integridadestructural y cuyas dimensiones dificultan suextracción y transporte hasta el laboratorio.Se han obtenido excelentes resultados sobreobjetos de hierro como anclas y cañones,mediante la implementación de un tratamientode electrólisis con ánodos de sacrificiomonitoreados periódicamente, a partir del cualse logró reducir las condiciones de corrosión(se incrementó el pH, redujo el potencial deoxidación y disminuyó la presencia de ionescloruro) entre el metal y la concreción y setransformaron los productos de corrosión asu estado estable (magnetita –Fe3O4–)(MacLeod 1989, 1995, 1996; Gregory 1999). Estemétodo, denominado protección catódica,consiste en conectar la pieza que se quiereconservar (que hace de cátodo), a través de unconductor (generalmente un cable de cobre), aun ánodo de sacrificio (aleación de magnesio,zinc, aluminio o cadmio); este último, al estarfabricado por un metal altamente reactivo (conun potencial de oxidación mayor al del hierro),concentra los productos de corrosión y cedeelectrones que protegen al otro metal,reduciendo de esta forma el ataque sobre elartefacto arqueológico (Piñeyro 2001).

No vamos a discutir técnicas de excavacióny extracción de materiales; sólo mencionamosque las mismas deben preservar la integridadde los artefactos, los cuales tienen que serpreviamente documentados. Una vez que seextraen restos metálicos del sitio, es necesarioun inmediato reconocimiento de los mismos,para proceder con una correcta conservación.Si bien el arqueólogo debe conocer laspropiedades de los materiales con los quetrabaja y cómo realizar una conservaciónpreventiva de los mismos, es recomendable queun conservador acompañe en todo momento

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al equipo durante los trabajos de campo, el cualestará a cargo del almacenaje de los objetos encondiciones estables. Leskard (1987) desarrollael procedimiento de embalaje en el sitio y eltransporte hasta el laboratorio de diversosartefactos, entre ellos los de hierro, de acuerdoa su tamaño y condiciones, priorizandosalvaguardar la integridad de los mismos,aislándolos de las condiciones mecánicas yquímicas del medio ambiente nocivas para losmismos.

En el caso de las piezas de hierro, sobretodo cuando el metal está expuesto al ambiente,se recomienda que permanezcan en un medioalcalino, con un pH entre 10 y 13, en unasolución de carbonato de sodio –Na2(CO)3– al5%, de hidróxido de sodio –Na(OH)– al 2% ode sesquicarbonato de sodio –Na2(CO)3 .Na(HCO)3 . 2H2O– al 5%, utilizando agua dulceo, en su defecto, salada (Pearson 1977; Pearson1987). Cuando la concreción no ha sidoremovida de la superficie de la pieza, aquella leprovee una protección contra el deterioromecánico y químico, por lo cual es suficientecon mantenerlas húmedas luego derecuperarlas.

Una opción alternativa es redepositar losartefactos en su ubicación original (la efectividadde la técnica depende en última instancia deremedar las condiciones iniciales dedepositación), luego de realizar un apropiadoregistro de los mismos (Oxley 1998). Si bieneste sistema es muy útil para objetos de grandesdimensiones, a diferencia de otros materiales(como la madera), las concreciones quepresentan los objetos de hierro impiden uncorrecto examen de los mismos en el sitio.

Las concreciones del sitio Hoorn, debido ala escasa cantidad y pequeñas dimensiones delas mismas y por ser la única evidenciaencontrada del naufragio en esta zona del sitio,fueron extraídas y transportadas al laboratorio.Desde el momento de su extracción y durantela campaña, luego de realizarse una limpieza

mecánica de los organismos adheridos, fueroncolocadas en recipientes colmados de aguasalobre. El transporte hasta el laboratorio serealizó por tierra en el vehículo del equipo,manteniendo las condiciones de humedad delas mismas dentro de recipientes rígidos.

Métodos de conservación en ellaboratorio

Como mencionamos en el punto anterior,cuando un objeto de hierro que ha alcanzadocierto equilibrio en un medio determinado selo extrae y coloca en un ambiente diferente,las consecuencias para la pieza son muy graves.Por lo tanto, la estabilización de los artefactosluego de su extracción es una medidatemporaria que no debe exceder los dos o tresaños como máximo (en algunos casos menos)(Pearson 1987), y con ella no se logra suprimirpor completo los cloruros presentes en losartefactos ni retener y estabilizar los productosde la corrosión, principales objetivos de laconservación de los mismos (North 1987). Esimportante aclarar que no deben eliminarsetodos los productos de corrosión ya que, comoen el caso del hierro fundido, los mismosmantienen las marcas originales de la pieza. Porello no se recomienda el uso de ácidos cuandose remueve la concreción de los artefactos,trabajo previo al tratamiento de conservación.Conviene que el mismo se realice de formamecánica y con mucho cuidado, para evitardañar tanto los restos de la pieza como losposibles artefactos adheridos a la concreción.

Un método muy utilizado en la reducciónde los productos de corrosión y eliminaciónde cloruros en el laboratorio es la reducciónelectrolítica. Esta técnica ha sido biendesarrollada por Hamilton (1996) y consiste,básicamente, en una celda electrolítica dondeel artefacto es el cátodo. Dentro de una cubase colocan dos electrodos (el ánodo y elcátodo) y una solución electrolítica quefunciona como medio conductor entre ambos.Se hace circular una corriente, colocando el

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borne positivo de la fuente al ánodo, el cualrecibe los iones cargados negativamente, deforma que en el artefacto de hierro, conectadoal polo positivo, se produce la reducción de losproductos de corrosión a su estado estable. Lacorrecta eliminación de los cloruros y laestabilización de la pieza dependeránprincipalmente de la corriente y el voltajeaplicados y de la solución utilizada, los cuales asu vez dependen de otros parámetros comoel tamaño y estado de deterioro del artefacto(Hamilton 1996). Hamilton (1996; 1998a)también recomienda el uso de dos solucionesbásicas: 5% de carbonato de sodio –Na2(CO)3–o 2% de hidróxido de sodio –Na(OH)–, lascuales son suficientes para realizar una limpiezaelectrolítica en la mayoría de los artefactos dehierro, siendo conveniente el uso de la segundasi se busca reducir los productos de corrosiónde las piezas provenientes de sitios marinos.Cabe destacar que artefactos sometidos aelectrólisis con soluciones no acuosas nopresentan signos de corrosión luego de variosaños de finalizada su conservación (Oddy 1987).Durante el proceso debe monitorearse laconcentración de cloruros y de ser necesariocambiar las soluciones, hasta llegar a valoresseguros (por debajo de 100 ppm –partes pormillón–). Finalmente la pieza es lavada con aguadestilada, deshidratada con alcohol(isopropílico), secada y cubierta por completocon cera microcristalina para protegerla delambiente. No obstante, si bien esta forma deproteger a los artefactos luego del tratamientoha sido muy utilizada, luego de muchos años lacorrosión comienza a actuar nuevamente.Carlin y Keith (1996) recomiendan un métodoen base a soluciones de ácido tánico queaplicadas sobre la superficie de la pieza actúanefectivamente como inhibidoras de lacorrosión.

Por otro lado, debemos aclarar que elmétodo de conservación electroquímicotambién ha sido utilizado en piezas de hierroprovenientes de sitios arqueológicos terrestres(ver Pifferetti 1996; Traversa et al. 2002).

Existen otros sistemas de limpieza yreducción de óxidos, pero están limitados porel tipo de manufactura del hierro y el ambienteen que se encontraba la pieza. Los tratamientosa altas temperaturas (superiores a los 750º C)actualmente no son utilizados, dado que alteranla estructura interna del metal e imposibilitanposteriores estudios metalográficos (Oddy1987; Hamilton 1996). La limpieza de las piezaspor lavado en soluciones acuosas tampoco sonrecomendables para objetos recuperados delagua marina, puesto que los cloruros no soneliminados y la corrosión continúa con los años(Oddy 1987).

En muchos casos las concrecionescontienen en su interior gran parte de la piezaoriginal, que sólo ha sido afectadasuperficialmente. Es el caso de los artefactosde hierro fundido de grandes dimensiones. Alrespecto se han realizado estudios de deterioroy trabajos de estabilización y conservación(tanto in situ como en el laboratorio) sobreobjetos metálicos corroídos de diversosnaufragios, como anclas y cañones (MacLeod1995, 1996; Carlin y Keith 1996; Gregory 1999;Australian National Maritime Museum 2000)o sobre otros más pequeños, como balas decañón (Oddy 1987; Bethencourt et al. 2004),aplicando diferentes técnicas de acuerdo a lascaracterísticas de cada una de las piezas. Enotros casos, en cambio, los objetos metálicoscubiertos por las concreciones continúandeteriorándose hasta que las piezas se corroenen un alto porcentaje o totalmente; en estassituaciones la superficie original de las mismasy las marcas o detalles que tuvieran, inclusosus formas, se pierden por completo (Hamilton1998a). Sin embargo, como vimosanteriormente, pueden realizarse réplicas conresinas sintéticas a partir del molde de la piezaoriginal, procedimiento que desarrollamos acontinuación.

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Estudio de las concreciones ferrosas.Proceso de replicado de piezas

En este apartado nos centraremos en elcaso de los objetos de hierro que se encuentrandentro de una concreción y que se handeteriorado por completo o cuyos restosresiduales no son diagnósticos debido alavanzado estado de corrosión. En estos casosel proceso de moldeo es la manera más efectivade recuperar la forma de los artefactos ygeneralmente brinda mejores resultados queintentar conservar la pieza original por otrosmétodos. Una gran diversidad de objetos hansido recuperados mediante este proceso, desdeclavos y pernos de tamaños y formas varias(Campbell y Gesner 2000), hasta artefactos máscomplejos como un candado (North1987:Lámina 56), una punta de lanza (Hamilton1998b), o un gorjal de armadura (Pearson1977).

Consideramos a esta sección por separadodel resto debido a la importancia que tuvo enel caso de las concreciones del sitio Hoorn.

En una primera instancia es necesarioreconocer el o los artefactos presentes dentrode la concreción, lo cual facilitaráposteriormente el replicado de los mismos, paralo cual se realizan análisis de Rayos X (ver

UNESCO 1981; North 1987; Pearson 1987).Además de estos estudios, realizamos unaTomografía Computada (técnica más precisa encuanto a la ubicación de la pieza dentro de laconcreción), debido a la complejidad quepresentó uno de los objetos (Figura 6).

Una vez reconocida la silueta del objetooriginal, es necesario saber la condición depreservación del mismo. Una pauta de ello seobtiene a través de las radiografías; en el casoque las mismas muestren una figura de colorblanco, esto nos indica que esa parte del objetose ha conservado en el interior; por otro lado,una imagen negra denota que la pieza se hadeteriorado por completo. Sin embargo, estasapreciaciones no son diagnósticas de lacomposición del material. Una posibilidad deabordar el problema es realizar análisisquímicos, como Difracción de Rayos X (XRD),a los restos de óxidos y otros productos decorrosión presentes en la matriz de laconcreción y en la cavidad formada en suinterior.

Debido a que ninguna de las concrecionesposeía restos diagnósticos de las piezasoriginales (evaluación realizada en una primerainstancia a partir de las radiografías de laspiezas), se optó por hacer réplicas de las mismas,utilizando una resina epoxy de baja viscosidad

Figura 6. Reconocimiento de las piezas dentro de la concreción 05 PDH – 002 b: izquierda, por medio de unaradiografía; derecha, a través de una tomografía computada (fotografía: Cristian Murray).

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2:1 (dos partes de resina y una de endurecedor)de la empresa Delta Glass. Sólo una de laspiezas, que aún no ha sido identificada(concreción 05 PDH – 004), no fue replicada,por presentar una superficie interna irregular,lo cual imposibilitaría una correctareproducción.

El procedimiento que se siguió se puederesumir en tres etapas: 1) la apertura de laconcreción, 2) la limpieza de la cavidad, yfinalmente 3) el moldeo (North 1987). Lasimplicidad de la forma de las piezas permitióefectuar un corte alrededor de las concreciones,próximo al perímetro de los artefactos, con elfin de abrirlas en dos mitades. Para realizar laacanaladura se utilizó principalmente unaamoladora con un disco de widia, ya que debíancortarse los guijarros que formaban parte dela concreción (también puede utilizarse uncincel neumático en el caso de concrecionesmás friables), y luego se introdujeron a lo largodel canal destornilladores de punta plana parahacer palanca y abrir la pieza. La limpieza delos residuos de corrosión en el interior de lacavidad se realizó con agua corriente y uncepillo de cerdas blandas; en las partes de difícilacceso se uso un water pick (instrumentosurtidor de agua a presión). No es recomendablela utilización de ácidos, los cuales puedendestruir el molde (Hamilton 1998a). Lasuperficie se secó durante un tiempo y sejuntaron y sellaron las mitades, dejando dosconductos en los extremos por donde colar laresina (Figura 7). Durante la preparación de lamezcla se bajó la viscosidad de la misma paraque pueda fluir correctamente, calentándola enun hormo a una temperatura de 60º C. Si bienen algunos casos se utilizan resinas que no seadhieren al molde, en otros, como en el presente,se realiza lo contrario; la razón es buscar quela fina capa de óxido que forma el molde quedecubriendo a la réplica, dándole la aparienciade una pieza metálica. Otra posibilidad delograr esto es mediante el agregado de grafitoen polvo o de polvo de hierro; este último puedeoxidarse y junto con el primero, dar el aspecto

buscado a la pieza (North 1987). En nuestrocaso, al quedar adherida la réplica al molde, laconcreción no pudo abrirse luego de fraguarla resina y debió fragmentarse mecánicamente,utilizando un torno manual con una mechacónica con punta de diamante.

La pieza de mayor dificultad en replicar fuela concreción que contenía un herraje en formade omega (Figura 8), la cual debió ser abiertaen cuatro partes. En ciertas ocasiones se hautilizado en arqueología una técnica llamadaEstereolitografía, surgida a partir del desarrolloexperimental de piezas en la industria. Estemétodo, que se combina con tomografíascomputadas o imágenes de Rayos X en 3–D,puede utilizarse para piezas con formas muycomplejas (las cuales no pueden ser replicadaspor el método anterior) y es no destructiva, deforma que pueden realizarse las copias que seannecesarias (ver Barto Arnold III y McAllister1998). Sin embargo la principal dificultad es elelevado costo operativo, razón por la cual suuso aún no ha sido generalizado.

Por otro lado, a través de los análisismetalográficos de la estructura de los restosmetálicos remanentes (los cuales no secorroyeron por completo), se pueden estudiarlas aleaciones utilizadas en los diferentesartefactos y los métodos de fabricación de los

Figura 7. Proceso de colada de la resina epoxy en laconcreción 05 PDH – 002 b.

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CONCLUSIÓN

El conocimiento de las propiedades de losmetales y su interacción con un medio marinonos permitirá conocer parte importante de losprocesos de formación que afectan a las piezasde hierro en un medio subacuático. El procesode corrosión de los metales ferrosos es muycomplejo y es necesario analizar lascaracterísticas particulares de cada caso parapoder planificar correctamente las tareas en elsitio. A partir de ello podremos hacer frente auna serie de dificultades y necesidadespresentes en un proyecto arqueológico dedichas características.

Con respecto a la metodología aimplementar durante una prospección, existela dificultad del reconocimiento de las piezasen el sitio cuando la naturaleza del sedimentopuede oficiar de camuflaje o cuando lascondiciones de visibilidad son muy reducidas,siendo necesario en estos casos –si bien no serestringe a los mismos– optar por la utilizaciónde sensores remotos como el magnetómetro ode detector de metales manual.

Debemos planificar una correcta aplicación

mismos (Scott 1991; Henderson 2000), aspectosimportantes de las técnicas constructivasnavales de la época. En una metalografíarealizada al perno de la concreción 05PDH –003 (Figura 9) se aprecia una estructura formadapor ferrita y perlita, el estado de esta última(distribuida en los bordes de grano yglobalizada), junto con la presencia deinclusiones de óxidos y silicatos, que sonindicativos de los objetos de hierromanufacturados por forjado y sometidos acalentamientos prolongados o enfriados lentos(Horacio De Rosa, com. pers. 2005).

Finalizando, es importante resaltar que enla actualidad no se poseen datos documentalescomo planos sobre las técnicas constructivasholandesas del siglo XVII, sobre todo del tipode embarcación en cuestión, los estudiosrealizados hasta la fecha se basan principalmenteen la iconografía y documentos históricos(Burningham 2001; De Winter y Burningham2001). Es debido a esto que artefactos aisladosque tengan que ver con la construcción delbarco, como los que se encontraron en el sitioHoorn, pueden proporcionar informaciónimportante acerca de los detalles de las técnicasimplementadas en esa época.

Figura 8. Réplica con resina epoxy de la pieza de laconcreción 05 PDH – 002 b. Herraje en omega con dosorificios pasantes en los extremos; posiblementeutilizado para asegurar los muñones de un cañón a lacureña (fotografía: Cristian Murray).

Figura 9. Metalografía de los restos metálicos delperno de hierro de la Figura 1. Estructura formadapor ferrita y perlita globulizada en los bordes de grano,característica de un calentamiento prolongado oenfriamiento lento.

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de las técnicas abocadas a la conservación delregistro arqueológico, tanto in situ comoinmediatamente luego de su extracción, deacuerdo a las expectativas de preservación quelas características particulares del sitio y de losartefactos denoten. Los tratamientos deconservación utilizados serán seleccionados deacuerdo al estado de deterioro de las piezas ya las posibilidades de preservación de lasmismas.

Luego de los trabajos de excavación ydocumentación pertinentes, y con lainfraestructura necesaria para el estudio de laspiezas en el laboratorio, se podrán recuperarlos restos arqueológicos del sitio. Si bienactualmente no existe un acuerdo acerca dequé técnicas utilizar en la preservación de laspiezas de hierro extraídas de un mediosubacuático, se han desarrollado métodos quehan tenido muy buenos resultados.Particularmente, en aquellos casos que noqueden restos metálicos de las piezas se puedenrealizar réplicas de las mismas, que nos facilitensu posterior estudio y aprovechamiento comomaterial de exposición y aprendizaje.

Debido a las características del naufragiodel Hoorn, el registro que quedó del mismo esmuy escaso, especialmente con relación a suestructura, por lo que las concreciones ferrosasrecuperadas son una fuente importante parasu estudio. Gracias a la metodología aplicadafue posible recuperar la forma de las piezasoriginales, a través de réplicas de excelentefidelidad.

Las embarcaciones de esta clase son pococonocidas y no existen planos de las mismascon datos precisos con respecto a las técnicasconstructivas; es por ello que la posibilidad deacceder a los materiales utilizados en suconstrucción, nos permite conocer más acercade los medios tecnológicos utilizados en laépoca del descubrimiento. Este es un ejemplode la importancia de conocer la naturaleza delregistro arqueológico para acceder a la

información que puede brindarnos y pararealizar las tareas adecuadas con el fin depreservarlo.

Recibido en Marzo de 2006Aceptado en Agosto de 2006

AGRADECIMIENTOS

Quiero agradecer a Cristian Murray por laoportunidad de trabajar en el tema y suscomentarios; a Horacio De Rosa por elasesoramiento técnico en los análisismetalográficos y en el estudio de materialesmetálicos; a Dolores Elkin por la revisión ycorrección del presente; a los evaluadores delinforme y a los editores de la revista por suscorrecciones y comentarios finales. A todosellos, por hacer posible esta presentación,gracias.

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* Nicolás C. CiarloNicolás C. CiarloNicolás C. CiarloNicolás C. CiarloNicolás C. Ciarlo es estudiante de la carrera deCiencias Antropológicas de la Facultad de Filosofía yLetras de la Universidad de Buenos Aires. Este trabajoforma parte del proyecto “Un naufragio holandés enla Patagonia; búsqueda e investigación de los restosdel Hoorn (1615)”, realizado por el Programa deArqueología Subacuática (PROAS) del InstitutoNacional de Antropología y PensamientoLatinoamericano, con la colaboración en los estudiosmetalúrgicos del Laboratorio de Materiales de laFacultad de Ingeniería de la Universidad de BuenosAires. Actualmente es participante del PROAS y delLaboratorio de Materiales, investigando las tecnologíasmetalúrgicas de los siglos XVII y XVIII.

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Leon, Diego Catriel y María José Cigorraga.Leon, Diego Catriel y María José Cigorraga.Leon, Diego Catriel y María José Cigorraga.Leon, Diego Catriel y María José Cigorraga.Leon, Diego Catriel y María José Cigorraga. 2006. Procedimientos de conservación del materialóseo del sitio arqueológico Nutria Mansa 1 (Partido de General Alvarado, Provincia de Buenos Aires). LaZaranda de Ideas. Revista de Jóvenes Investigadores en Arqueología 2:107-112. Buenos Aires.

* INCUAPA, Facultad de Ciencias Sociales, UNCPBA. Becario de la ANPCyT - [email protected] [email protected]

** Departamento Científico de Arqueología, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, UNLP [email protected]

NOTAS

PROCEDIMIENTOS DE CONSERVACIÓN DEL MATERIAL ÓSEODEL SITIO ARQUEOLÓGICO NUTRIA MANSA 1 (PARTIDO DE

GENERAL ALVARADO, PROVINCIA DE BUENOS AIRES)

Diego Catriel Leon*Maria José Cigorraga**

INTRODUCCIÓN

Los objetos enterrados en los sitiosarquelógicos con el tiempo logran un equilibriofísico-químico con su medio circundante.Cuando son expuestos a las condicionesatmosféricas mediante la excavación1, talesobjetos pierden este equilibrio, ya que sucedencambios abruptos en la temperatura y humedadrelativa a la que están sometidos, así comotambién en la exposición a la luz y al oxígeno.Es entonces cuando pueden acelerarse losprocesos destructivos del material arqueológico.En el caso de los restos orgánicos estosprocesos pueden ser muy rápidos y por talmotivo se hace necesario tomar medidaspreventivas para disminuirlos o detenerlos(Sease 1984; Stanley Price 1984). Estas medidasconsisten en la puesta en práctica de unaadecuada estrategia de conservación paraminimizar los daños por fracturas,agrietamientos, hongos, etc. (Peretti y Baxevanis2004). Por lo tanto, la conservación tiene comoobjetivo evitar deterioros por procesos físico-químico-biológicos luego de la excavación ypermitir la disponibilidad de materiales en buenestado para futuras investigaciones, impidiendola pérdida de contenido informativo (StanleyPrice 1984; Cronin 1990; Peretti y Baxevanis2004).

En este trabajo se presentan losprocedimientos seguidos y los resultadosalcanzados con la conservación de losmateriales óseos del sitio arqueológico NutriaMansa 1 (NM1), ubicado en el área Interserranade la región pampeana (Bonomo 2005). Dichosmateriales se encontraban en un estadoavanzado de meteorización debido a suexposición al medio circundante, provocandoun estado de fragmentación muy avanzado(Figura 1) (véase Bonomo y Massigoge 2004),motivo por el cual fue necesario aplicar diversosprocedimientos de conservación. La aplicaciónde dichos procedimientos ha hecho posible ladeterminación taxonómica de especiesparticulares, la estimación de la edad de losguanacos cazados y la identificación de fracturashelicoidales (Bonomo 2005). Una versiónpreliminar sobre estos trabajos de conservaciónya fue presentada previamente (Cigorraga yLeon 2005).

APLICACIÓN DE LOS PRINCIPIOS DECONSERVACIÓN

En la región pampeana, en los últimos años,se han comenzado a aplicar medidaspreventivas sobre colecciones arqueológicas.Roberto Peretti ha trabajado y/o asesorado en

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diversos sitios arqueológicos (Paso Otero 5,Campo Laborde, Quequén Salado 1, NutriaMansa 1, entre otros) en las tareas deconservación de restos óseos. Peretti yBaxevanis (2004) plantean una serie de pasosmetodológicos para el tratamiento de losmateriales arqueológicos. Estos autoresmencionan que la conservación comienzadurante los trabajos de campo, continúa en ellaboratorio y finaliza en el depósito decolecciones. Ponen especial énfasis en laconservación in situ de los materiales óseos, esdecir, durante los trabajos de campo. Esto sedebe a que cuanto antes se comience con eltratamiento, menos información se perderá conel procesamiento y estudio de los restosfaunísticos. Los pasos de la conservación in situson los siguientes: limpieza y consolidación delmaterial (estabilización del material por medio

de resina de acetato de polivinilo –PVAC2–);traslado al laboratorio de campo, revertido dela consolidación, limpieza final y consolidacióndefinitiva; remontaje y embalaje para eltransporte (Peretti y Baxevanis 2004).

Los materiales y productos utilizadosdurante la conservación, tanto en el campocomo en el laboratorio, de los restos óseos sonlos siguientes:- Para la limpieza se utiliza agua destilada yacetona (esta última sustancia, además, acelerael secado del material por evaporación de lahumedad excedente en los restos óseos).- En la consolidación se usa una solución dePVAC al 2% (esta solución se prepara diluyendola mencionada resina en acetona).- El remontaje se realiza pegando los fragmentoscon PVAC al 20%.- El resto de los elementos empleados duranteestas tareas son una cubeta de metal, pinceles ycepillos de cerdas blandas, estecas de madera,goteros y jeringas, recipientes de distintostamaños y guantes de látex.

Una vez descriptos los pasos seguidos y losmateriales utilizados es necesario mencionarque los procedimientos de conservación varíande acuerdo a situaciones particulares. Esto tieneque ver con la cantidad de materiales halladosy la disponibilidad de tiempo y recursos. En elcaso del sitio NM1, la gran cantidad de materialóseo hallado (N=137894), la falta deinfraestructura, tiempo y de cantidadessuficientes de PVAC hicieron difícil laconservación in situ de todos los restos. Es portal motivo que se decidió realizar algunasvariaciones en el procedimiento propuesto porPeretti y Baxevanis (2004), pero considerandolos principios básicos en lo que respecta a lapreparación y aplicación de las sustanciasutilizadas. Se resume a continuación lasvariantes seguidas con los restos óseos de NM1,tanto en los trabajos de campo como en ellaboratorio.

Figura 1. Fragmentación ósea en el sitio Nutria Mansa1. (A) Mandíbula de guanaco (Lama guanicoe) y (B)huesos largos de Camelidae.

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Procedimientos alternativos utilizados enel campo

Los procedimientos seguidos fueron dos:1) limpieza, consolidación in situ, remocióny traslado;2) limpieza, remoción y traslado.

La primera opción se siguió en aquellosespecimenes determinables con un alto gradode deterioro y fragmentación. Luego de lalimpieza, se llevó a cabo la consolidación in siturealizada con PVAC al 2% por goteo sobre elespécimen, hasta humedecerlo completamente.Una vez seco, este paso se repitió dos vecesmás. Este tratamiento permitió la estabilizacióndel hueso y su traslado mucho más seguro(Figura 2).

El segundo procedimiento se realizó sobrerestos óseos que estaban en mejorescondiciones y más completos. Estosespecimenes no fueron consolidados conPVAC sino que se los dejó en bloque con elsedimento adherido, actuando el mismo comocontenedor, para luego ser embalados con

productos plásticos libres de ácidos para sutransporte.

Procedimientos alternativos utilizados enel laboratorio

Gran parte de los restos fuerondefinitivamente consolidados en el laboratorio(Figura 3). Los procedimientos seguidos fuerondos:

1) continuación de limpieza y consolidaciónpor sumergido;2) continuación de la limpieza yconsolidación por goteo.

El primer tipo de procedimiento se siguióprincipalmente en huesos largos, ya seanenteros o fragmentados (sobre todo endesechos de fracturas helicoidales). Tal

Figura 2. Procedimientos en el campo. Limpieza de unmetapodio distal de Camelidae con acetona.

Figura 3. Procedimientos en laboratorio. (A) Limpiezadel material; (B1) consolidación con PVAC y (B2)consolidación por goteo.

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tratamiento consistió en la limpieza y sumergidode los especimenes en un contenedor conPVAC al 2% para su consolidación completa ydefinitiva. El tiempo estimado quepermanecieron sumergidos fue de 10 a 12minutos en todos los casos. Los restos óseosdeben permanecer sumergidos hasta que lasolución penetre en todos los poros; la ausenciade burbujas indica que este proceso se hacompletado. El segundo tipo de procedimientose realizó sobre huesos planos (pelvis, cráneos,mandíbulas). En este caso se dejó parte de lossedimentos adheridos a una de las superficiespara mantener la morfología del elemento; luegode limpiarlo, se lo consolidó por goteo demanera similar al realizado en el campo. Se optópor este modo ya que si se limpiabancompletamente los especimenes (extrayendotodo el sedimento que los contenía) perderíanla forma, imposibilitando su remontaje. Unasegunda razón por la que se empleó esteprocedimiento, fue para evitar el aumento de lafragmentación de los huesos producido al sersumergidos en PVAC. Por último, una vez quelos especimenes fueron consolidados, secontinuó con el remontaje de los mismos conPVAC al 20% y se los almacenó de maneraadecuada.

CONSIDERACIONES FINALES

Como se mencionó previamente, en estetrabajo se siguieron los lineamientos generalespropuestos por Peretti y Baxevanis (2004),aunque en los procedimientos seguidos con elmaterial óseo del sitio NM1 se realizaronalgunas modificaciones. Se implementaron dosprocedimientos generales (uno en el campo yotro en el laboratorio que fue más intenso), cadauno a su vez con dos opciones a seguir. Laaplicación de tales procedimientos permitió, porejemplo, identificar en NM1 la presencia de unmetatarsiano de aguara guazú (Chrysocyonbrachyurus), especie cuyo registro más cercanose encuentra a 500 km al norte de este sitioarqueológico (Prevosti et al. 2004; Bonomo

2005). Este elemento se pudo identificar luegode su remontaje y de no haber sido así habríaquedado clasificado a nivel de orden en lacategoría taxonómica de Carnivora. Por otraparte, la consolidación y remontaje demandíbulas y de huesos largos de guanaco (Lamaguanicoe) permitió determinar el rango de edadde estos camélidos y detectar la presencia decrías de guanaco (Kaufmann 2003; Bonomo2005) (Figura 4). Esto permitió establecer quelas ocupaciones del sitio ocurrieron en torno ala estación estival e interpretar que los gruposde guanacos cazados en NM1 eran gruposfamiliares. Por último, a partir del remontaje defragmentos de huesos largos se pudo establecerla presencia de desechos de fracturas

Figura 4. (A) Fractura helicoidal; (B) hueso de cría deguanaco (Lama guanicoe) y mandíbula de guanaco(Lama guanicoe).

helicoidales, lo cual permitió identificar eldesarrollo de actividades antrópicas en el sitiocomo el consumo de la medula ósea por losgrupos humanos del pasado.

Teniendo en cuenta los resultados obtenidosa partir de la aplicación de estos procedimientosde conservación se logró minimizar los procesosdestructivos e incluso recuperar informaciónque de otra forma (sin la aplicación deconsolidante, por ejemplo) se hubiera perdidoindefectiblemente. Además, permitirá en un

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futuro la disponibilidad del material en mejorescondiciones. Por el contrario, la ausencia de unaestrategia de conservación de los restos óseoshubiera conllevado a una mayor fragmentacióny deterioro general de la colección.

Recibido en Marzo de 2006Aceptado en Junio de 2006

NOTAS

1. La excavación no es el único motivo por el cual losobjetos pueden perder el equilibrio y su exposición almedio.

2. La utilización del PVAC tiene la particularidad deestabilizar los restos óseos y ser una sustancia reversiblesi se sumergen los mismos en acetona pura (Sease1984; Cronin 1990). Cabe aclarar que no se conocenestudios realizados acerca de la perturbación quepuedan sufrir los restos óseos resultantes de laaplicación de estas sustancias (PVAC y acetona). Sinembargo, como medida preventiva, aquellos restossusceptibles de análisis físico-químicos (e.g. datacionesradicarbónicas, isótopos estables, etc.) se sugiere queno sean tratados con acetona y PVAC hasta tanto noconocer su incidencia sobre los mismos.

AGRADECIMIENTOS

Los autores desean agradecer al Dr. M.Bonomo por la lectura crítica del trabajo. A suvez uno de los autores (D.C.L.) desea agradecerel asesoramiento y la facilidad de los materialesal Lic. R. Peretti. Los únicos responsables de loscontenidos de este trabajo son los autores.

BIBLIOGRAFIA

Bonomo, M.2005. Costeando las llanuras. Arqueología del litoralmarítimo pampeano. Colección Tesis Doctorales.Sociedad Argentina de Antropología, Buenos Aires.

Bonomo, M. y A. Massigoge2004. Análisis tafonómico del conjunto faunístico del

sitio arqueológico Nutria Mansa 1. En AproximacionesContemporáneas a la arqueología pampeana. Perspectivasteóricas, metodológicas, analíticas y casos de estudios,editado por G. Martínez, M.A. Gutierrez, R. Curtoni,M. Berón y P. Madrid, pp. 93-111. Facultad de CienciasSociales, UNCPBA, Olavarría.

Cigorraga, M.J. y D.C. Leon2005. Análisis arqueofaunístico y conservación de losmateriales óseos del sitio Nutria Mansa 1(Pdo. de Gral.Alvarado, Pcia. de Buenos Aires). Trabajo presentadoen la 1º Jornada de Jóvenes Investigadores, La Plata.

Cronin, J.M.1990. The Elements of Archaeological Conservation.Routledge, Londres y Nueva York.

Kaufmann, C.2003. Perfil de mortalidad de guanaco (Lama guanicoe),estrategias de caza y estacionalidad en el sitio Nutriamansa 1. Ms. en archivo, INCUAPA, UNCPBA,Olavarría.

Peretti, R.D. y S. Baxevanis2004. Manejo y tratamiento de coleccionesarqueológicas. En Aproximaciones Contemporáneas a laarqueología pampeana. Perspectivas teóricas, metodológicas,analíticas y casos de estudios, editado por G. Martínez,M.A. Gutierrez, R. Curtoni, M. Berón y P. Madrid, pp.493-501. Facultad de Ciencias Sociales, UNCPBA,Olavarría.

Prevosti, F.J., M. Bonomo y E.P. Tonni2004. La distribución de Chrysocyon brachyurus(Illiger, 1881) (Mammalia: Carnívora: Canidae)durante el holoceno en la Argentina: implicanciaspaleoambientales. Mastozoología / J. Neotrp. Mammal 11(1):27-43.

Sease, C.1984. Tratamiento de primeros auxilios para loshallazgos excavados. En La conservación en excavacionesarqueológicas, editado por N.P. Stanley Price, pp. 41-57.ICCROM, Roma.

Stanley Price, N.P.1984. Excavación y conservación. En La conservaciónen excavaciones arqueológicas, editado por N.P. StanleyPrice, pp. 13-21. ICCROM, Roma.

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Diego Catriel Leon y María José Cigorraga - Procedimientos de conservación del material óseo...

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* Diego Catriel LeonDiego Catriel LeonDiego Catriel LeonDiego Catriel LeonDiego Catriel Leon es egresado de la Licenciatura enAntropología de la Facultad de Ciencias Naturales yMuseo de la Universidad Nacional de La Plata. Estetrabajo es la versión final de uno previo presentado enlas 1º Jornadas de Jóvenes Investigadores de la Facultadde Ciencias Naturales (UNLP). Actualmente es Becariode la ANPCyT y está realizando su doctorado enArqueología en la UNCPBA, investigando sobre laexplotación de recursos faunísticos en el sector costerodel área interserrana de la Región Pampeana

** María José CigorragaMaría José CigorragaMaría José CigorragaMaría José CigorragaMaría José Cigorraga es estudiante avanzada de laLicenciatura en Antropología de la Facultad de CienciasNaturales y Museo de la Universidad Nacional de LaPlata. Actualmente realiza investigaciones sobre laexplotación de recursos faunísticos.

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Mazzieri, Analía M.Mazzieri, Analía M.Mazzieri, Analía M.Mazzieri, Analía M.Mazzieri, Analía M. 2006. Constribuciones de la Astronomía en la Cultura para las problemáticasarqueológicas. La Zaranda de Ideas. Revista de Jóvenes Investigadores en Arqueología 2:113-116. BuenosAires.

* Facultad de Filosofía y Letras, UBA - [email protected]

NOTAS

PRESENTACIÓN

Este trabajo tiene como finalidad sistematizaralgunos de los conocimientos adquiridos en eltranscurso del Curso El Cielo y la Cultura: Etno yArqueoastronomía, dictado por el Lic. AlejandroLópez en el Planetario Galileo Galilei de laCiudad de Buenos Aires, en el año 2005. Dentrodel amplio campo que comprende la Astronomíaen la Cultura y luego de delimitarla, noscentraremos y ampliaremos una de sus áreas:la arqueoastronomía.

El principal objetivo de esta reseña es dar aconocer las contribuciones de la Astronomíaen la Cultura para las problemáticasarqueológicas, dado que es una disciplina pocodesarrollada en Argentina. De esta manera,veremos cómo un mismo cielo se puede mirarde diferentes maneras a través del espacio ydel tiempo y cómo estas miradas pueden serrecuperadas, en muchos casos, arqueoló-gicamente (Renfrew y Bahn 1998).

ASTRONOMÍA EN LA CULTURA

¿Por qué Astronomía en la Cultura?

Podemos afirmar que tanto el firmamentocomo los fenómenos astronómicos ymeteorológicos que en él suceden son únicos.Ahora bien, a lo largo del tiempo cada culturaha mirado la bóveda celeste para tratar deexplicar el mundo que la rodea. Si comparamosestas diferentes miradas sobre lasmanifestaciones de lo cósmico, podremos

conocer mejor a esa sociedad. De esta manera,cada grupo humano hace astronomía demanera diferente.

La Astronomía en la Cultura se consolidóhacia las décadas de los ’80 y los ’90,concibiendo a la astronomía como un productocultural, y la entiende como algo muy amplio:disciplina del conocimiento de lo celeste.Aborda temáticas tales como: “…calendarios,observación práctica, cultos y mitos celestes,representación simbólica de eventos, conceptosy objetivos astronómicos, orientaciónastronómica de tumbas, templos, santuarios ycentros urbanos, cosmología tradicional y laaplicación de tradiciones astronómicas” (Kruppen Belmonte 1999:24-25). Por suscaracterísticas, trabaja interdisciplinariamente:astrónomos, antropólogos, arqueólogos,historiadores, arquitectos, sociólogos, etc.(López 2005). Asimismo abarca un abanico dedisciplinas subsidiaras que definiremos acontinuación.

Grandes temáticas dentro de ladisciplina

Podemos delinear tres grandes áreas dentrode la disciplina. En primer término, la Historiade la Astronomía, que se ocupa del desarrollode esta ciencia a lo largo de la historia comotambién del avance del pensamientoastronómico desde la visión de las cienciasexperimentales (Belmonte 1999). Este campoes previo a la Astronomía en la Cultura perose renueva a partir de los ’80 y los ’90 con unamirada antropológica. En segundo lugar, la

CONTRIBUCIONES DE LA ASTRONOMÍA EN LA CULTURAPARA LAS PROBLEMÁTICAS ARQUEOLÓGICAS

Analía M. Mazzieri*

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Analía M. Mazzieri - Contribuciones de la Astronomía en la Cultura...

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Etnoastronomía que estudia “…desde el puntode vista astronómico, las tradiciones orales deculturas aún existentes en la actualidad”(Belmonte 1999:25). Por último, laArqueoastronomía, la más antigua de todas,reconstruye mediante la recuperaciónarqueológica las formas en que, en el pasado,distintos grupos humanos vieron el cielo (López2005). De esta forma, vemos que los tres grandescampos están estrechamente conectados encuanto a su temática y suelen trabajarinterdisciplina-riamente. De ahí que en los ’90Ruggles e Iwaniszewski propusieran un términomás abarcador al que denominan AstronomíaCultural o bien, según Aveni, AntropologíaAstronómica.

ARQUEOASTRONOMÍA

¿Para qué?

Según Boccas y Bustamante, siempre existióuna relación entre el hombre y el cielo, pero enel pasado era más estrecha por diversos motivos.Primero, porque las sociedades pasadas veían yobservaban el firmamento (que constituye el50% de nuestro campo visual) más que nosotrossencillamente debido a que no usaban tantostechos ni había contaminación lumínica comoen la actualidad. Además, el hombre siemprenecesitó organizar actividades tan importantescomo hitos civiles y religiosos, viajes, guerras,predicciones y tan cotidianas comoreproducirse, sembrar, migrar con ciertaprecisión y se basó en los elementos naturales,especialmente los celestes, para ubicarlastemporalmente. La observación del movimientoregular y sin fin de los objetos de la bóvedaceleste saliendo detrás del horizonte,recorriendo una trayectoria en la misma yponiéndose luego, era una excelente pauta paramedir el tiempo. Por último, el cielo era un sitiopara los pueblos antiguos fuera del dominiohumano con la presencia de fenómenospotentes y misteriosos que de esta manera leeran sagrados y controlaban la marcha del

Universo y se relacionan con mitos, ritos yobjetos y espacios sacros (Boccas y Bustamante1998).

Entender cómo nuestros antepasadosmiraban el firmamento es el propósito de losestudios arqueoastronómicos. De esta forma,los arqueoastrónomos intentan reconstruirmediante la recuperación de las evidencias“…plasmadas en construcciones, piedras, cerrosy otros objetos diversos, la cosmovisión de unpueblo, es decir su relación con el cielo y sucontenido, a la vez físico (Sol, Luna, estrellas…)y mítico (dioses, leyendas…), así como lasaplicaciones prácticas de esta relación celesteen la vida cotidiana: ubicación en el espacio(direcciones) y el tiempo (creación decalendarios civiles y religiosos)” (Boccas yBustamante 1998:2).

Cabe agregar, siguiendo a Reynoso (2003),que la arqueoastronomía no sólo trata decomprender los conocimientos astronómicosde sociedades pasadas, sino también cómo losadquirían y transmitían. Es importante señalarque, comprender cómo un grupo humano mirael espacio celeste (debido a las característicasontológicas y simbólicas que en general se lehan asignado), implica también entrar un pocomás profundamente en una serie muysignificativa de representaciones de lasrelaciones sociales y políticas dominantes dedicha sociedad.

¿Cómo y qué?

En cuanto al cómo, un arqueólogo deberíausar un método de campo denominadoarqueotopografía. Según Hoskin (citado enBelmonte 1999:27) “…la orientación de unedificio es un hecho en sí mismo, un dato tangible(…) e independiente de la interpretación quese le quiera dar”. Es decir, que detectar ladirección privilegiada de una construcción esdetectar también una intención en elpensamiento de los constructores. Los temasque se pueden investigar arqueológi-camente

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van desde una razón arquitectónica, unacomodidad de bienestar, una relación conobjetos o lugares sagrados o con eventosnaturales de tipo astronómico y permiteentender un esquema de orientaciones (Boccasy Bustamante1998). Para estos autores hay dosetapas en la investigación arqueoastronómica:una es medir los alineamientos y ver si serelacionan con eventos celestes clave en elhorizonte, y otra, reunir estos estudios con losregistros de tipo etnográfico.

Así, siguiendo a estos investigadores, lametodología de investigación en arqueoastro-nomía se basa en una serie de pasos:

- Buscar no sólo construcciones antiguas,sino también lugares potenciales comocentros de observación, alineamientos conhitos naturales importantes, lugares conforma naturales claves y por último, espaciosasociados con ceremonias rituales.- Estudiar las fuentes bibliográficas y deInternet sobre el tema; en el caso de culturascon escritura, sus textos antiguos y lasfuentes etnográficas para el caso de culturasactuales.- Investigar las fuentes arqueológicas de lacultura a estudiar, especialmente lasdescripciones de sitio y los mapastopográficos.- Reconocer el terreno es fundamental:recorrer durante cierto tiempo, a diferenteshoras y en diversos momentos del año, todoslos ángulos y medirlo. Luego de un tiempo,es conveniente hacer una nueva visita.- Introducir los datos del lugar en un sistemacomputacional de planetario virtual parahacer simulaciones.- Interpretar mediante el análisis estadísticointer e intra sitio para arribar a algunaconclusión1.

REFLEXIÓN FINAL

Para finalizar, queremos proponer, algunostemas para seguir profundizando.

En primer lugar, la importancia de entenderel paisaje (desde una perspectiva de laArqueología del Paisaje) como un hecho globalen el que las ideas acerca de espacio y tiempoy los roles de construcciones y accidentesnaturales suelen estar profundamenteimbricados.

En segundo término, la Arqueoastronomía,como una de las grandes áreas dentro de laAstronomía en la Cultura, trae a la luz lamedición del tiempo como un problemaarqueológico. ¿Por qué? Porque todas lassociedades necesitan planificar sus actividadeseconómicas, políticas y religiosas. Y lo hacentomando los ciclos astronómicos y losfenómenos vitales de la naturaleza como puntosde referencia para medir el tiempo dado queson regulares y cíclicos. De esta manera, “…elestudio del tiempo es relevante para elconocimiento arqueológico de las sociedadespasadas… [ya que] …la planificación de lasactividades se realiza en función de lademarcación temporal… [lo que permiteabordar] …los diferentes aspectos económicos,políticos y religiosos que están implícitos enlas prácticas de la medición del tiempo”(Reynoso y Pratolongo 2001:6).

Finalmente, acordamos con Boccas (1999)que sería deseable que el arqueólogo,estableciera la dirección de las edificaciones ydivisara alineaciones privilegiadas. Al hacerlo,es posible que ese resto del pasado nos reveleel conocimiento y las prácticas astronómicasde esa sociedad.

Recibido en Marzo de 2006Aceptado en Septiembre de 2006

NOTAS

1 Cabe aclarar, que este último requisito es discutibley se enmarca en el debate brown vs green dentro de la

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disciplina. Estos últimos se conforman a partir deinvestigaciones europeas alrededor de los megalitos yse basa en estudios estadísticos, leyes que buscanencontrar patrones, criterios objetivos; es “general” oetic. Los green estarían de esta manera dentro delcampo de las ciencias duras y su gran exponente es C.Ruggles, un matemático contemporáneo. La primerapostura, en cambio, es muy característica de trabajosamericanos sobre Mesoamérica y se basa en estudiosarqueológicos, etnográficos, documentos escritos, etc.y le preocupa el sentido, el significado y buscadecodificarlos; es “específica” y contextual o emic. Losbrown están más próximos a las ciencias blandas y sumáximo representante actual es A. Aveni, astrónomoy antropólogo.

AGRADECIMIENTOS

A Alejandra Reynoso y a Alejandro Lópezpor su imprescindible y desinteresadacolaboración.

BIBLIOGRAFÍA

Belmonte, J. A.1999. Las leyes del cielo. Astronomía y civilizacionesantiguas. Temas de Hoy. Madrid.

Boccas, M.1999. Arqueoastronomía: ¿una ciencia llegando lamadurez? http://www.geocities.com/intijalsu/ (Acceso25 Enero 2006).

Boccas, M. y P. Bustamante1998. Arqueoastronomía: un encuentro con losantiguos astrónomos. http://www.ctio.noao.edu/~boccas/intijalsu.html (Acceso 25 Enero 2006).

López, A.2005. Astronomía cultural, astroarqueología,arqueoastronomía, etnoastronomía y astronomíaantropológica... ¿Qué es todo esto?http://www.planetario.gov.ar/arqueoastronomia.htm(Acceso 25 Enero 2006).

Renfrew C. y P. Bahn.1998. Arqueología. Teoría, Métodos y Práctica. Akal. Madrid.

Reynoso, A.2003. Saber del sol su frontera. Arqueoastronomía en elpoblado de Rincón Chico (900-1600 d. C.), provincia de

Catamarca. Tesis de Licenciatura no publicada, Facultadde Filosofía y Letras, UBA. Buenos Aires.

Reynoso, A. y G. Pratolongo2001. La medición del tiempo como un problemaarqueológico. Acerca de la observación del sol en elvalle de Yocavil durante el período tardío. Trabajopresentado en el XIV Congreso Nacional de ArqueologíaArgentina. Rosario.

* Analía Marta MazzieriAnalía Marta MazzieriAnalía Marta MazzieriAnalía Marta MazzieriAnalía Marta Mazzieri es estudiante de la Carrerade Ciencias Antropológicas Orientación Arqueologíade la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidadde Buenos Aires. Actualmente se desempeña comovoluntaria ad honorem en el Programa Manejo deRecursos Culturales en la Administración de ParquesNacionales en el marco del cual se encuentrarealizando investigaciones acerca de conservación deartefactos de madera en el Parque Nacional Tierra delFuego.

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FORO DE DEBATE

ESTUDIANTES E INVESTIGACIÓN

Durante el mes de Septiembre de 2005 se realizó en la ciudad de Córdoba el IX Congreso Nacional - IILatinoamericano de Estudiantes de Arqueología. El mismo fue organizado por estudiantes del Museo deAntropología, Facultad de Filosofía y Humanidades, de la Universidad Nacional de Córdoba (Natalia Zabala,Presidenta; Marina Mohn, Vicepresidenta; y Francisco Pazzarelli, Coordinador General).

En el marco de este Congreso se gestaron dos Foros de Debate como espacios horizontales en donde losestudiantes pudieran debatir y reflexionar acerca de la práctica arqueológica. El primero, “Arqueología ySociedad”, tuvo como idea rectora reflexionar acerca de la interdisciplinariedad y la visión de una arqueologíaque fuera más allá de los laboratorios. El segundo foro fue “Estudiantes e Investigación” y tuvo comoobjetivo pensar la inserción de los estudiantes dentro de los espacios de investigación. El mismo fue coordinadopor Clarisa Otero y Catriel Greco, integrantes del comité editor de esta revista.

El desarrollo del foro comenzó con una presentación de la revista La Zaranda de Ideas, exponiendo losobjetivos y las expectativas que llevaron a la creación de la misma, así como las dificultades (y las formas enque fueron superadas) que surgieron en el proceso editorial.

La idea de integrar la presentación de la revista al foro surgió por la necesaria relación entre investigacióny publicaciones, poniendo a La Zaranda como ejemplo de las posibilidades y limitaciones de una revistacreada por y para jóvenes investigadores, que cumpla con las condiciones exigidas para otorgarle valoracadémico a los trabajos publicados. En este sentido, se reconoció que esta revista no es un espacio decomunicación que proponga un cambio radical en los modos de investigar y publicar en arqueología, sino unaopción entre tantas otras, pero es el camino que los editores decidieron tomar. Esta decisión se sustentafundamentalmente en la contradicción entre la necesidad de publicar como requisito para llevar a cabo unacarrera académica, y la falta de espacios para tal fin al alcance de los jóvenes investigadores.

Por otro lado, se contemplaron las problemáticas y las perspectivas de la investigación de los estudiantesy graduados recientes, como por ejemplo las dificultades para acceder al trabajo de campo, y la situacióneconómica general que lleva a que muy pocos puedan dedicarse exclusivamente al estudio y a la investigación.A modo de ejemplo, se trajo a colación la situación estadounidense expuesta por McGuire y Walker1, quienesproponen que la arqueología académica se ha conformado a la manera de los gremios medievales, conmaestros y aprendices, ocultando de este modo la explotación de un proletariado arqueológico de ayudantesy técnicos de campo.

Luego de esta introducción, durante el debate la puesta en común de los participantes dió un giro hacialas perspectivas laborales y el desarrollo profesional en los diferentes espacios académicos del país, los requisitosnecesarios para aplicar a distintas becas y la falta de compromiso por parte de los arqueólogos por lainteracción con el público en general. A continuación se transcribe el debate2.

Mariana Ocampo (Buenos Aires)Bueno, yo soy de la UBA, y a mí me parece que

está muy bien, que cuando uno no tiene un espaciopara expresarse, o ve que no lo dejan entrar a ciertoslugares, porque no tiene la “chapa” suficiente, o notrabajó con tal o cual, creo que hay que crearlos, nohay que quedarse sentados esperando a que se abranlas puertas. Por eso la idea de crear un nuevo espacioque sea más abierto y que dé la posibilidad a todo

aquél que quiera poder comunicar lo que hace, meparece muy valioso. Y está bueno que también tengapuntaje, me parece bien que una publicación hechapor estudiantes y graduados recientes sea para todos,y además tenga la misma validez académica que unahecha por la “academia” oficialmente. Es una buenaforma de ampliar el panorama de la arqueología, ymostrar que hay gente jóven muy capaz trabajando,además de los mismos nombres de siempre.

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Foro de debate - Estudiantes e investigación

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Julián Salazar (Córdoba)Hace un tiempo charlaba con un arqueólogo que

me comentaba que en la arqueología el concepto deSeñorío había tenido tanta repercusión porquenuestra disciplina se organiza como tal, y cada unotiene un lugar diferenciado, y por ahí la explotaciónde la que se hablaba anteriormente, que muchas veceses categorizada graciosamente como “pagar derechode piso”, viene a reproducir una forma de hacerarqueología que siempre predominó en Argentina.Me parece que es interesantísimo que se abran estosnuevos espacios de discusión y de acceso a estapráctica que es publicar, poder expresar una idea y,por qué no, también hacer antecedentes, y en algúnmomento poder comer de lo que nos gusta. Lo quetambién me parece es que tenemos que valorar losespacios que ya existen. Este tipo de congresos, queimplican mucho trabajo (y por lo cual quiero felicitara los compañeros del Museo de Antropología), todoslos otros congresos nacionales, las Jornadas de INAPL,etc, deben ser aprovechados y no desprestigiados,porque muchas veces se los desaprueba por ellimitado valor como antecedente y no se envíantrabajos o, con posterioridad a la ponencia, no se envíael manuscrito, a fin de publicarlo en otro lado. Hayque valorar esos espacios, hay que hacer que seanvalorados por los que estamos ahora y por los quevan a venir después. Hay que tratar de no reproduciresta cosa de la jerarquización y del Señorío que somos.

Alejandra Gasco (Mendoza)Yo quería preguntar si va a estar la posibilidad de

que en otro número de la revista salga en calidad denota, o no se cómo, esto que Catriel decía reciénque lo que importa es trabajar en gruposinterdisciplinarios, pero tiene más validez lapublicación individual, y todos estos espacios dedebate que nosotros armamos acá en función decómo se quiere trabajar, que la investigación seatambién en centros no formales, y todas estascontradicciones que estamos marcando acá, para queotros tengan la posibilidad de enterarse de lo quenosotros estamos pensando, y que también tengan laposibilidad de leerlo los evaluadores de institucionescomo CONICET, ya que ellos son los que tienen partede la decisión al momento de otorgar un determinadopuntaje a un trabajo publicado o a otras actividadesque hagamos como investigadores.

Catriel Greco (Buenos Aires)Una de las secciones de la revista son las NOTAS,

y estas pueden ser informes o comentarios breves

de investigación, pero también es un espacio paranotas de opinión. Y son bienvenidas opiniones sobrecualquier tema relacionado a la práctica arqueológicao al ámbito académico. Por ejemplo, en este momentoestamos con reformas de planes de estudio en lamayoría de las universidades. Por lo que hemos estadohablando, esto sucede en San Juan, Mendoza, BuenosAires, etc., y sería muy interesante si se escribe alrespecto. Nosotros quisiéramos que la revista tengauna frecuencia de publicación mayor a la anual. A laprimera tardamos más de un año para terminarla,pero ahora estamos con mayor experiencia ycreemos que podremos acelerar los tiempos. Losestudiantes no podemos esperar tres años para quesalgan nuestros trabajos, y mucho menos estasdiscusiones. Digamos que un rango temporal de tresaños no nos sirve para estas cosas, necesitamos tenermayor fluidez, lo cual es muy difícil en una publicaciónimpresa. Por eso también tenemos la página web, quesi bien no es una reproducción de la revista, es otroespacio de comunicación, en donde hay lugar para ladiscusión y la información más urgente.

Estudiante de Catamarca 13

Seria interesante hacer un foro, como todas estascosas que están de moda en Internet como son losblogs con foro de debate. Como los congresosvirtuales, pero abierto, en donde todos puedanmandar mails y discutir opiniones4.

Catriel Greco (Buenos Aires)Bueno, con respecto a nuestra página web, como

dije, no queremos que sea una reproducción de larevista, sino también que esté abierta a estas cosasque no podemos poner en la versión en papel, porqueestaría quitándole espacio a los artículos. En cambioInternet nos da mayor libertad, y nos permite agregarotras cosas, por esa razón queremos fomentar ladiscusión ahí.

Bueno, ya que surge esto de hablar de Internet,también me gustaría discutir un poco acercajustamente de este medio de comunicación, porquesi bien hay una tendencia a la creación de espaciosweb para la publicación de trabajos, por ahora escomo que un trabajo publicado en Internet o enformato CD, tiene menor rango, o menos valor, quesi está en papel.

Estudiante de Catamarca 1Estaría bueno que haya mayores espacios

gratuitos en donde se pueda publicar. Más allá de quesi querés pagar la versión impresa, genial, pero que

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también exista la posibilidad de colgar los trabajosen la web, como por ejemplo en Le Monde.

Marina Mohn (Córdoba)Sería como seguir manteniendo la jerarquía que

justamente estamos criticando y que no nos gusta,digamos no salimos del sistema, estaría bueno haceralgo que rompa con esas raíces que propone elsistema de puntajes, que siguen excluyendo a unmontón de arqueólogos, a un montón deestudiantes…

Clarisa Otero (Buenos Aires)Nuestra idea en un principio era tratar de

distribuir la revista de forma gratuita, pero el tema esla financiación.

Marina Mohn (Córdoba)Yo no discuto el precio.

Clarisa Otero (Buenos Aires)No, es verdad, nosotros mismos nos lo habíamos

planteado, es horrible tener que cobrar, perolamentablemente tenemos que solventar los costos,pero sí, después posiblemente se podrían colgar enla página.

Estudiante de Catamarca 1Le Monde Diplomatique por ejemplo, publica

mensualmente en papel, y en la página web destraba4 o 5 trabajos cada mes, y luego ya están todosdestrabados, y esa es una buena forma en que ellosse aseguran de que algunos compren la ediciónimpresa.

Marina Mohn (Córdoba)Estaría bueno, de pronto, poner un resumen del

trabajo en la página y no completo, entonces ya sabéssi te gusta eso o, si la revista tiene trabajos que teparecen buenos en los resúmenes, luego uno puedecomprarlo y leerlo más tranquilo.

Catriel Greco (Buenos Aires)Nuestra idea es después de un tiempo colgar los

trabajos completos, y eso es bueno para todos porquese lograría una mayor distribución de los trabajos alugares donde por ahora no podemos enviar.

Estudiante de Catamarca 2Yo quería retomar algo que habían dicho sobre

el tema de los señoríos dentro de la arqueología, yrecordar que todos los equipos de investigación, y

todas las universidades son diferentes, pero muchasveces somos nosotros los que hacemos el trabajo decampo. O sea, hay arqueólogos que no se ensucianlas manos, o que separan en equipos de a dos o de atres, y ellos como que van rotando y controlando,pero no están en el momento, en las decisiones delcampo, y la construcción del conocimiento comienzaen las primeras etapas de la investigación… y ¿cuántosson los arqueólogos que publican con los alumnos?,o por ahí publican con los alumnos, pero lo hacen enespacios que no son tan prestigiosos, pero después,publicaciones extensas o las mismas a veces, las vemosen revistas de prestigio, y ahí van solos. Y bueno, unotambién aprende mucho en el campo, pero todas lasdiscusiones que uno tiene cuando está trabajandoen el campo, o cuando vuelve de noche donde estédurmiendo, sea un campamento o un hotel, sediscuten cosas, y de ahí comienzan a surgir lasinterpretaciones o las ideas que después se plasman.Eso por un lado, y por otro parece que uno ingresa atrabajar a un proyecto y no estás muy formado,entonces “te forman”, y vos tenés que seguir una líneacondescendiente con los planteos que te estánimponiendo las personas que están arriba tuyo. Hayequipos en los que hay pirámides: doctores, chicosque están recibidos hace mucho tiempo, algunos quese están por recibir, ingresantes… y vos ves reflejadoen los trabajos de todos como una obligación de citara los directores del proyecto, siempre tratar de buscarla relación, forzar las interpretaciones que uno hacepara que concuerden, siempre hay un temor, y cuandouno presenta algo que se opone, las relaciones deamistad, de trabajo, tan lindas que había en lascampañas, cuando empezás a tener tus planteospropios, u originales, hay como una censura, y quedásfuera de los equipos, o tenés que agachar la cabeza.Eso tendría que plantearse y discutirse más, discutiren dónde se genera el conocimiento. Y lo que vemoses que la gente más joven es la que está másactualizada con las problemáticas, se preocupa enavanzar con las técnicas, con conocer otras teorías.Además nosotros somos los que estamos acá y nonos peleamos. Ustedes saben como es, nosotrospodemos ser amigos, y nuestros directores por ahíno se pueden ni ver. Nosotros tendríamos que tratarde charlarlo y romper esos esquemas piramidales, eir también desprendiéndose y porque no, ir haciendonuestros propios proyectos independientes.

Clarisa Otero (Buenos Aires)Y también compartir información con otros

proyectos.

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Foro de debate - Estudiantes e investigación

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Marina Mohn (Córdoba)A mí me pueden decir que soy optimista, pero

hace varios años que vengo a congresos y veo quehay algo bueno, por un lado, entre los estudiantes nose nota esta rivalidad que pueda haber entre losdirectores, y es difícil que no se note.

Otra cosa que también charlé con varios, condistintos grupos en los pasillos y demás, es el hechode que cuando venís al congreso no es cuestión decriticar al otro, sino de discutir, de debatir, de crecer,de dar aportes y no de tratarte de inútil porque hashecho una mala observación. Eso es algo bueno, yodiría que es algo de los estudiantes, de nuestra camada,y tenemos que valorarlo y pelear por eso, porque yocreo que a casi nadie le gustan esas rivalidades porquea veces son mezquinas y no llevan a un progreso dela arqueología.

Entonces veo el otro problema positivo: la crisisque está teniendo la arqueología. Es decir el hechode que expongamos y discutamos nuestras ideas, yque surja lo de compartir metodologías, o esto deque por ahí no estamos de acuerdo con nuestrosdirectores. Está bueno que lo planteemos entrenosotros, y bueno, esta revista me da algo deesperanza, el hecho justamente que de prontopueden salir en una misma revista posiciones variadasde los temas, y que si se sigue haciendo así en la revista,poniendo contribuciones de distintas cátedras delpaís, incluso de aquellas entre las que hay diferenciasde ideas, o de pronto de un mismo tema, pero desdedistintas posturas, pero no con críticas destructivasde un arqueólogo a otro, como se ve muy seguido, sino de una manera que nos ayude a crecer comoprofesionales, no degradándonos, porque muchasveces…

Estudiante de Catamarca 2Parece como una meta personal de los

investigadores, y se vuelve una cosa sumamenteegoísta, como que sus teorías, sus sitios…

Clarisa Otero (Buenos Aires)Y hay quienes no trabajan por la disciplina en sí,

sino por una cuestión personal y con eso se frenanmuchos avances. ¿Qué sentido tiene? Volvemos a lomismo de siempre: ¿para quién estamos produciendo?

Marina Mohn (Córdoba)Bueno, yo veo que, por ejemplo esta revista, no

deja de ser parte del mismo sistema, lo que no meparece mal, porque creo que primero hay que ganarun espacio importante y después poder bajarlo. O

sea, recién está empezando la revista. No podemospretender que de una venga y diga: no, losarqueólogos estudiantes pensamos que tenemos queir a la comunidad de nuestro barrio, de nuestraprovincia, a las comunidades originarias de laargentina, que son estas, aunque la gente que viveahora no sea la misma del pasado…

Catriel Greco (Buenos Aires)Tampoco nosotros podemos ni pretendemos

satisfacer todas las necesidades. En el primer númeroestamos publicando cuatro artículos y cinco notas,en total la revista tiene alrededor de 120 páginas,que no es poco, y si en ese espacio también tenemosque contemplar la difusión… pero además mezclarlas dos cosas en una misma revista es muy difícil,porque son públicos distintos. Entonces lo quequeremos, a partir de nuestra experiencia, es incitara que surjan proyectos similares, por ejemplo sepuede hacer una revista específicamente dedicada ala difusión. Porque la difusión también va a tener otrasnormas editoriales, otra forma de escribir, yclaramente otra forma de distribución…

Marina Mohn (Córdoba)Pero ustedes desde esta revista pueden no

desvalorizar esa difusión, que es lo que se hacehabitualmente

Estudiante de Catamarca 2Si vemos que los investigadores de trayectoria,

algunos lo llevan al extremo máximo que hacen unacosa sumamente egoísta para satisfacerse a si mismos,o sea ¿qué valor le vamos a dar a los que queremoshacer una arqueología diferente, con otrasalternativas? Eso hay que realmente planteárselo, nopuede ser que a uno lo categoricen de la forma enque se hace… es irrisorio que valoren más unapublicación hecha afuera, o sea ¿quiénes de nosotroscompran la American Antiquity todos los años?, ¿quiéntiene en su casa una American Antiquity? Entoncescómo puede ser que eso valga muchísimo más y queuna publicación de divulgación no valga nada…entonces si supuestamente la ciencia es para todos,con el discurso más duro y positivista que hay sobrela ciencia, hasta eso mismo se contradice… ¿Cómono va a valer? Si hasta es un reto para nosotros hacerla difusión, el cambiar del lenguaje técnicoarqueológico al de divulgación, sin volverlo algoingenuo. Esto hay que planteárselo y debería ser unameta para nosotros el tratar de revertir este sistemade evaluación que tenemos.

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Catriel Greco (Buenos Aires)Una opción posible sería realizar una revista

destinada a la divulgación, pero que los trabajos quese presenten sean evaluados de la misma forma enque son evaluados los artículos académicos.

Estudiante de Catamarca 2Lo que pasa es que este sistema que aplicaron

en la época de Menem, es un sistema que se aplicaen Estados Unidos, y nosotros no estamos en EstadosUnidos. A nosotros nos subvenciona el estadoargentino, el pueblo argentino con sus impuestos, yentonces tenemos que tratar de devolver eso. Lamayoría estudiamos en universidades públicas,muchos de nuestros padres son empleados estatales.Tenemos que devolver algo a la comunidad y no sepueden aplicar los mismos sistemas de categorizacióny evaluación a la Argentina.

Marina Mohn (Córdoba)Yo creo que hay cosas de las que no te podés

escapar o apartar. Y hay millones de críticas quetodavía no se han escuchado… entonces vos comote enfrentás a esa realidad.

Alejandra Gasco (Mendoza)Nos parece válido esto que vos estás diciendo,

pero también hay otras realidades que se nos escapande la mano. Por ahí la cabeza de cada investigador esla cabeza de cada investigador. Lo que nosotrostenemos que hacer es movernos independien-temente de eso, y demostrarles que tenemos nuevasideas y nuevas propuestas, y comunicar eso, que seenteren de lo que estamos haciendo, pero nonecesariamente cambiarles la cabeza.

Por otro lado, en Mendoza tenemos una realidadtotalmente distinta a la que ustedes estaban contando.A nosotros nuestro director no sólo nos invita a lascampañas, que son totalmente gratis, no pagamosnada…

Estudiante de Catamarca 2Sobre eso quiero aclarar que en Catamarca, en

la Escuela de Arqueología, nosotros vamos gratis alas campañas, nos dan todo totalmente gratis, lacomida, alojamiento, transporte, hasta nos compranlos chocolates…

Alejandra Gasco (Mendoza)Si, a nosotros también. Y muchas veces nos pagan

para ir a las campañas. Se trabaja con la comunidadporque en todas, en cada sitio, si hay una escuela cerca,

o si hay un pueblo cerca, se trabaja con esa gente,los chicos de las escuelas van a trabajar a lasexcavaciones. En este congreso, muchos de lospaneles que hemos traído han sido financiados porla Dirección de Recursos Naturales, o por algún enteprovincial como las municipalidades, o Cultura de laProvincia. O sea que hay otras realidades, el tema esque también nosotros nos tenemos que mover. Loque a mí me parece es que en esta revista, y si hayotras que surjan por ahí, es válido mostrar quenosotros estamos teniendo otras ideas,independientemente de lo que están pensando ellos.Y si se siguen manteniendo estas jerarquías, laspreferencias por publicar en el exterior, etc., nosotrosno. Estamos tratando de hacer otras cosas, y cuandolleguemos, los que lleguen al CONICET, por ejemplo,intentar cambiar esas cosas. Porque uno habla acá,pero cuando te recibís, e intentás entrar en el sistema,querés publicar afuera, y lo hacés, y se transformaen un círculo vicioso.

Josefina Pérez Pieroni (Tucumán)Lo más difícil es hacer las dos cosas, digamos, no

solamente seguir esta obligación ética que sentimosde hacer un trabajo con las comunidades. Es más fácilhacerse el rebelde e ir por tu lado, o hacer tu carreraprolijamente para ser investigador del CONICET,pero es mucho más difícil hacer las dos cosas al mismotiempo, y yo creo que esa es la vía, porque paracambiar el sistema hay que estar adentro.

Alejandra Gasco (Mendoza)Creo que un poco implica lo interdisciplinario, y

eso es lo que se está peleando, que no podemoshacer las dos cosas, una persona por ahí no puedetrabajar en los dos ámbitos, entonces si se tienenque armar equipos, o se tienen que armar proyectosgrandes, para que se puedan trabajar los dos ámbitos,y no estar siempre supeditados a tener que investigarsólo para publicar en el exterior para que elCONICET me apruebe el informe y demás. A míme parece que lo que importa es poder trabajarinterdisciplinariamente, y a eso es a lo que tenemosque apuntar.

Clarisa Otero (Buenos Aires)Sería bueno que dentro de los proyectos que

haya gente encargada de la difusión. Gente que estéespecialmente preparada, y que sea capaz de poderdifundir lo que se está haciendo en el proyecto. Yocreo que en nuestra revista, si bien estamosreproduciendo muchas de las estructuras del sistema,

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también nos estamos metiendo de a poco en unagrieta del mismo. Y sería bueno que surjan otrasintenciones parecidas.

Estudiante de MendozaEn la facultad de Mendoza, a partir de los nuevos

cambios en el plan de estudio, los estudiantes vivimosuna realidad diferente a la que pasa entre los jefesde los laboratorios, más allá de las posibles rivalidadesque hayan entre ellos, los estudiantes nos conocemos,somos amigos y no seguimos esas peleas o rencillas.

Surgió la idea también con los chicos de SanJuan, de hacer como un grupo de estudiantes dearqueología. Por ejemplo, así conseguimos pedir unsubsidio para el viaje a este congreso, pero tambiénpara plantear a los que están arriba nuestro, quetenemos realidades diferentes, vivimos una realidadque por lo menos el presupuesto para lainvestigación es mínimo, ínfimo, y si en mi facultadyo veo que hay tres laboratorios y se pelean pormigajas, no tiene ningún sentido. La unión hace lafuerza digamos. Es como una propuesta que tenemosen Mendoza, y los felicitamos por la revista, desdeya.

Otra idea es promover un poco másinvestigaciones independientes de los estudiantes,porque yo creo que también para hacer unapublicación tenemos que estar dentro del marcoque estamos criticando, y dentro del cual se saca larevista. Yo también vería muy bueno, a través de larevista, no se cómo, no sé el método, pero por ahíen algún momento incentivar las investigaciones delos estudiantes de modo independiente.

Catriel Greco (Buenos Aires)Eso es muy bueno, nosotros en la revista no te

preguntamos si estás en tal o cual proyecto. Encambio, sí les pedimos que se hagan responsablesde lo que están diciendo, porque si un estudiantetrabaja en un sitio arqueológico de maneraindependiente, tendrá en claro sus responsabilidadescon las leyes que haya en cada provincia. Es esperableque no vas a poder ir a excavar sólo si querés.

Pero no hay que olvidarse de las discusionesteóricas que no necesariamente tienen que surgirde un trabajo de campo, se puede hacer un trabajobasado en bibliografía y sería muy interesante porquees algo que nos falta bastante discutir. Del mismomodo hay muchísimos datos publicados, y encararuna reinterpretación de los mismos no demandatrabajo de campo, ni en principio financiamientoinstitucional.

Clarisa Otero (Buenos Aires)Y los chicos de Venezuela por ejemplo, sería

bueno que nos cuenten como es su experiencia allá,si hay cosas similares o no a lo que venimos diciendo.

Urbina Eduy (Venezuela)Bueno, allá es más difícil todavía, porque somos

tan pocos, y a pesar de ser tan pocos, pues se venestas diferencias entre los investigadores. De lospocos que trabajan en un área… hay cuatro personasque se dedican a trabajar y cuatro que se dedican acriticar lo que estás haciendo. Y la situación de losestudiantes es pues un poco elitesca, poder entraren estos proyectos de investigación, somos muypocos los estudiantes que tenemos acceso a eso. Yoestoy dentro de un proyecto de investigación porpura suerte. Y así como estoy yo, están éstas dospersonas más, y tres, cuatro más, de 15 o 20estudiantes, porque somos una escuela y somospocos. Pero igual es muy elitesco la forma de trabajary de entrar en un proyecto de investigación. Y parapublicar pues de hecho más. Allá igualito losinvestigadores están obligados, dentro del instituto, atener dos publicaciones anuales fuera de Venezuela,publicaciones en revistas nacionales arbitradas y nada,es horrible. Allá es mucho peor que aquí.

Ustedes tienen la suerte de tener varias escuelas,y tener como más de donde agarrarse, másinstituciones. Nosotros allá pues no. Y hayinstituciones que se pelean con otras, porque claro,las instituciones están representadas por esosinvestigadores, y si hay pelea entre los investigadores,todo lo que es de ésta institución no tiene nada quever… y ésta institución critica a la otra. Y son dos.Entonces vivimos como en una lucha….

Y esto de la política es un arma de doble filo,porque hay un instituto que se agarró de ahí, y claro,lo que está haciendo éste ahora es criticado por elotro. Ahorita estamos cayendo en una fosa, cada díamás grande. Pero bueno, voy a llevar estas ideas, queme parece buenísimo y ojalá podamos hacer algo asíen la Escuela. Hay una publicación, pero sale por CD,que se llama Antropologando, es un boletín, pero saleasí también uno o dos al año, y ya van como cuatronúmeros. Es de estudiantes también, hay un profesorque está encargado, pero también la arbitraninvestigadores, son investigadores que no se puedenver las caras, pero igual leen los trabajos y dan suopinión.

Catriel Greco (Buenos Aires)Con respecto a las revistas electrónicas, y

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volviendo a este tema de la calificación, hay algo quese dice por debajo, porque ninguno de los esquemasde calificación para tal o cual revista están explícitos,pero algo que se dice es que las publicaciones de esetipo no sirven de mucho, “mejor no perder tiempo”.¿Qué es lo que tendríamos que hacer nosotros?,¿tendríamos que tratar de que sí existan lascategorizaciones explícitas? Por lo que sabemos, porejemplo en CONICET, no hay una grilla explícita, almenos para nuestra disciplina, entonces losevaluadores hacen una apreciación de acuerdo alconocimiento que tengan de las respectivaspublicaciones. Pero bueno, retomo esto de que estáncomo mal consideradas las publicaciones que no sonen papel, y sin embargo, lo que nos han dicho ennuestra facultad es que ya no quieren sacar máspublicaciones impresas, que todas tienen queempezar a salir en CD o por Internet, hay esatendencia que por lo pronto entra en contradiccióncon la evaluación que se haga de esas revistas.

Por otro lado, también creo que las publicacionesvirtuales internacionales, en general, no están hechaspara abrir más las cosas a la gente, porque se vendencarísimas, si querés comprar un sólo artículo de unapublicación internacional en PDF, te sale casi lo mismoque comprarte el número completo en papel. Es ungran negocio que están haciendo las grandeseditoriales. No sería el caso de lo que estamoshablando, de hacerlo más libre y más accesible paratodos, pero justamente esa accesibilidad y esa libertadparece que entran en contradicción con el tema delprestigio. Por eso creo que tendríamos que tratarde que las publicaciones virtuales realmente tenganel mismo prestigio que tienen las de papel.

Estudiante de Catamarca 2Además el tema de Internet es que necesitás

computadora. Yo tengo una, también hay en ellaboratorio, pero no todos tienen acceso. Haymuchos que a duras penas se pueden mantenereconómicamente para estudiar, entonces lo delalcance ilimitado de Internet es una ilusión. Yo en algúnmomento fui una bajadora compulsiva de artículosde Internet, pero con mi vista mal, tenía que gastaren imprimir los trabajos… entonces por ahí es mejoruna publicación en papel, porque puede llegar a labiblioteca de una escuela por ejemplo, a gente detodas las edades… yo a mi papá no lo voy a sentarjamás enfrente de una computadora. El tema,entonces es que las publicaciones en Internet sonaccesibles, pero sólo a los que tenemos computadoray acceso a Internet en nuestras casas, porque nadie

va a un cyber a leerse un libro o un artículo. Estábien que sea en papel, y al mismo tiempo en soporteelectrónico.

Julián Salazar (Córdoba)Me parece bien que sean las dos opciones,

considero que los dos ejemplos más claros son lasrevistas chilenas, la Chungara y los EstudiosAtacameños, que son revistas muy caras, pero queademás de existir la versión en papel, en Internet sepublican libremente en el mismo moento en que salena la venta.

Estudiante de Catamarca 2Además te bajás el artículo, los podés leer, o ver

los abstracts, pero te imprimís el que más estásnecesitando para lo que estás haciendo en esemomento.

Clarisa Otero (Buenos Aires)Sí, y me parece que lo bueno es que es una

solución para el tema de las publicaciones decongresos que tardan años en salir. Ahora mañananosotros nos llevamos el CD a nuestras casas ypodemos empezar a ver las ponencias que noalcanzamos a escuchar, o prestarle más atención a loque se expuso. Si no, esperar a que salgan las actasdel congreso puede pasar años. Ojalá que el día demañana sea todo más rápido, más fácil, más accesible.

Catriel Greco (Buenos Aires)Pero también en los esquemas de evaluación, las

actas de congresos, y no sólo en el caso de uncongreso de estudiantes, tienen menos valor y soncasi desconsideradas en el puntaje. Para nosotrosestudiantes, que no tenemos muchas opciones, unapublicación en un congreso ya es más que suficiente.Pero para un investigador formado cuentan muypoco. Y ya se está viendo eso. Hay mucha gente queprefiere no publicar en las actas.

Julián Salazar (Córdoba)Volvemos a lo mismo: no hay que desacreditar

estos espacios. En nuestro país las distintas agenciasque subsidian a las ciencias sociales, tienen sistemasde evaluación que toman los parámetros de otrasdisciplinas, en las cuales hay muchas más posibilidadesde publicar incluso en el exterior, como Biología,Matemática, etc. Entonces en esas disciplinas lascomunicaciones en congresos no son tan valoradas,son comunicaciones muy pequeñas, porque todoslos trabajos pueden publicarse rápidamente, y hay

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muchas opciones. Entonces el hecho de transpolarregulaciones de otras disciplinas a la nuestra, generafrecuentemente que los congresos nacionales, loscongresos de estudiantes, que son los únicos lugaresen los que se puede publicar periódicamente, y a losque la mayoría de las personas tienen acceso, quedanmarginados. Por eso pienso que no hay quereproducir la idea de que los congresos no valen nada,o que se presenta la ponencia, pero después no seenvía el trabajo para publicarse en las actas. Muchosinvestigadores usan el espacio del Congreso Nacional,organizan su simposio con la estructura del congreso,y después levantan todo el simposio y lo publicanaparte. Entonces esas cosas no pueden ser, hay quedejar de reproducirlas.

Estudiante de Catamarca 2Hay simposios enteros que van a salir publicados

en revistas internacionales. Comparando con otrasciencias, por ahí la necesidad de nosotros comoestudiantes de que no podemos esperar dos o tresaños para que aparezca la publicación, porque si estásen primer año no tenés la experiencia, y cuando estásmás avanzado, por ahí para el próximo congreso deestudiantes, o para el próximo llamado aconvocatoria, ya no sos más estudiante. Y no tuvisteentonces la cantidad de publicaciones, no entraste alsistema, no conseguiste ningún cargo, pero por ahípara nosotros si necesitamos una revista deestudiantes que sea más periódica. Pero tampoconadie hace una investigación que sea original en tresmeses. O sea, por ahí en otras disciplinas sí, peropara nosotros lleva muchísimo tiempo el análisis delos materiales…

Por ahí las revistas que están orientadas paraprofesionales tienen una frecuencia anual, o bianualporque están reflejando eso. Hay todo un trabajo,una inversión de tiempo y esfuerzo atrás de unainvestigación, quizás por eso no son tan frecuentes.

Francisco Pazzarelli (Córdoba)Bueno, quiero agradecer en nombre de la

Comisión Organizadora a los chicos de La Zarandapor coordinar este Foro. La verdad es que nossentimos muy conformes, porque la idea era ésta,explicitar ciertas cosas que todos creemos,compartirlas. Creo que salió que todos estamos encontra de un montón de cosas o que nos sentimosdisconformes con otras tantas. Creo que tambiénexplicitamos cosas de las que nos hacemos cargo.Durante esta charla surgieron muchas cuestiones conlas que hicimos también mea culpa, ciertas cosas que

ya estamos reproduciendo, así que creo que es elmomento indicado para cortarlas, me incluyo.Sabemos que la situación es difícil, que el sistema escomplicado, que nos gustaría que fuera de otra forma,y desde que empezamos a pensar el congreso hacedos años la idea era justamente ésta, debatir,reflexionar, compartir este tipo de experiencias; sibien no estamos cambiando demasiadas cosas ahora,sí es el primer paso para hacerlo después.

NOTAS

1 McGuire, R H. y M. Walker. 1999. ClassConfrontations in Archaeology. Historical Archaeology33(1): 159-183.

2 Algunas participaciones en el debate no fueronincluidas en este extracto, debido a que se dirigíanespecíficamente a aclaraciones con respecto acaracterísticas editoriales de La Zaranda de Ideas, queaún no había sido publicada al momento de larealización del foro.

3 En los casos en que no figuran los nombres de losparticipantes, se debe a que por distintas razones losmismos no pudieron hacer una revisión de susintervenciones. Por lo tanto es una decisión de loseditores mantener su anonimato.

4 A partir de esta discusión y por iniciativa de loscompañeros de Catamarca, se abrió un foro de debateen Yahoo, al cual se puede subscribir mandando unmail a: [email protected]

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OLLAS Y CUCHARINES: Recetas de Campaña

OTRA RECETA DE CAMPO

por Guillermo Luis Mengoni Goñalons

Postre, dulce, azúcar. Una tríada que, en general, concluye la narrativa de una comida completa.Para nosotros, al final de un almuerzo o cena, invariablemente, vienen los postres. Estos puedenincluir ingredientes distintos, tomar formas variadas y adquirir tamaños insospechados. A algunosde ustedes no les gustarán, otros preferirán evitarlos por diferentes motivos (justificados o no),pero a muchos les atraerá la idea de explorar qué es lo que se nos ofrece en el menú, aun cuandoal final no elijan nada. Algo que nos resulta tan habitual es, sin embargo, una modalidad queresponde a nuestra cultura culinaria, en la que se han fusionado costumbres y productos nativoscon elementos y técnicas venidas de otras tierras. Esta unión dió origen en sus comienzos a lacocina colonial, de la que surgió aquello que hoy denominamos cocina criolla o mestiza, en susdiversas versiones regionales.

Pero el azúcar derivada de la caña de azúcar tiene una historia nada honrosa. Su consumo serelaciona de manera directa con el auge del esclavismo de los siglos XVII a XIX, la forma más bajade sumisión humana que costó millones de vidas. ¡Qué costo altísimo para un producto que esuna necesidad impuesta por el paladar y los bolsillos de los empresarios! En honor a este revéshistórico y pese a que a mi me encantan los dulces, esta receta no llevará azúcar refinada. Suempleo lo dejaremos para más adelante, para otra entrega. Hay otros productos nobles quetambién sirven para endulzar, como la miel de abeja, los arropes de algarroba, chañar, o maíz.Todos pueden emplearse como sustitutos y aportar también el perfume propio de la planta de laque derivan.

Aquí les doy una receta de unos panqueques camperos. Una preparación que ofrece undesayuno sustancioso o un tentempié a cualquier hora del día (en especial si llueve y eso nosimpide salir de recorrida) y que siempre nos dan cierto margen para la innovación.

Los ingredientes son simples y la preparación también. Las cantidades están calculadas parasatisfacer a unas 4 personas.

1 taza de harina común1 taza de avena arrollada2 cucharas soperas o cucharadas de miel1 cuchara de té de polvo de hornear1 cucharita de sal1 taza y un poquito más de leche3 cucharadas de aceite1 huevo (grande)

Juntar a la harina con la avena, el polvo de hornear y la sal. Mezclar la leche con el aceite, elhuevo y la miel y volcar sobre los ingredientes secos. Se obtiene una mezcla relativamente espesapero lo suficientemente líquida como para verterla sobre una sartén caliente discretamenteaceitada. También puede usarse una plancha de metal (tipo cartel de ruta) montada sobre piedras

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Ollas y Cucharines: Recetas de Campaña

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o ladrillos con algo de fuego debajo. En ambos casos no poner gran cantidad de mezcla, unos diezcentímetros es un diámetro razonable. ¡Y cuidado! Se hacen muy rápido, una vez que en lasuperficie se forman agujeritos se los da vuelta con una espátula para que se bronceen de eselado también. Servidos en un plato podemos agregarles miel, nada o lo que quieran.

A esta receta se le puede dar algún toque personal. Algunas sugerencias son: un poco deralladura de limón, una pizca de canela o algunas tajadas finas de manzanas. Prueben ustedestambién con lo que se les ocurra y si tienen éxito me avisan. Y de nuevo, buen apetito para todos.

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La Zaranda de Ideas 2 - 2006

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* Facultad de Filosofía y Letras, UBA - [email protected]

RECURSOS DE INTERNET

PALEOAMBIENTE

por Lorena Grana*

World Wide Web o “Telaraña Mundial” ha sido una herramienta esencial en los últimos añospara los investigadores y estudiantes frente a la relación, cada vez más inversa, que existe entre ladinámica de publicación y el valor económico para acceder a las mismas. La búsqueda en Internetes literalmente ir deslizándose en una “telaraña”, donde de link a link uno puede ir encontrandointeresantes artículos y datos valiosos para orientar nuestras indagaciones.

Internet es como una gran biblioteca, donde se puede encontrar información de todos lostemas. En los últimos años se ha reflejado en este medio el intensivo desarrollo que ha habido enlas investigaciones sobre el paleoambiente. Se puede encontrar diversos sitios y publicacionessobre este tema.

Páginas sobre el Paleoambiente y el Paleoclima

Un sitio interesante sobre estas temáticas, es el Programa de Paleoclimatología del NationalOceanic & Atmospheric Administration (NOAA). Este sitio centraliza la mayor informaciónexistente sobre los datos del sistema climático creados por diversos investigadores en todo elmundo.

- http://www.noaa.gov/ Página principal del NOAA. Es un sitio enorme, donde uno puedeestar días descubriendo nuevos datos paleoambientales/ambientales y trabajos producidospor los investigadores que forman parte de este megaproyecto.- http://wdc.cricyt.edu.ar/paleo/es/index.html Página en español e inglés sobre el Programa dePaleoclimatología del NOAA. Es el centro de datos paleoclimaticos más grande que existe enla Web. Proporciona datos, investigación y educación paleoclimáticos, necesaria para comprenderel clima del pasado, para evaluar el clima corriente y potencial en el contexto de variabilidadde clima natural.- http://www.ngdc.noaa.gov/paleo/ctl/ (En “The Climate TimeLine” exponen a través de unalínea temporal los procesos y eventos climáticos que han sucedido en el pasado. Cada escalatemporal tiene una colección de información y links).

Además tiene un atractivo sector educativo en español, donde se brinda una sencilla explicaciónsobre la paleoclimatología: http://wdc.cricyt.edu.ar/paleo/es/primer.html Alcance de lapaleoclimatología, proxy, cambio climático, cómo se estudia el clima del pasado, etc.

Otro sector interesante es la sección en donde explican los fenómenos “El Niño” y “La Niña”:- http://www.elnino.noaa.gov/- http://www.cpc.ncep.noaa.gov/products/analysis_monitoring/ensocycle/enso_cycle.shtml

En éste último se puede encontrar una explicación en inglés detallada y acompañada congráficos sobre el ciclo ENSO.

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Recursos de Internet

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También está el sitio Earth System Science Center (ESSC), donde se pueden encontrardescripciones, modelos e información sobre el sistema climático. http://www.essc.psu.edu/index.html En este sitio se pueden bajar las últimas publicaciones de los investigadores, por ejemplo:

- Cronin, T.M.; R. Thunell; G.S. Dwyer; C. Saenger; M.E. Mann; C. Vann y R.R. Seal. 2005. IIMultiproxy evidence of Holocene climate variability from estuarine sediments, eastern NorthAmerica, Paleoceanography, 20, PA4006, doi: 10.1029/2005PA001145- Mann, M.E.; S. Rutherford; E. Wahl y C. Ammann. 2005. Testing the Fidelity of Methods Used inProxy-based Reconstructions of Past Climate, Journal of Climate, 18, 4097-4107, 2005.

En relación a los proxies paleoambientales (polen, diatomeas, isótopos, entre otros) se puedenencontrar varios sitios específicos en donde se obtienen interesantes datos, por ejemplo:

- http://rbg-web2.rbge.org.uk/ADIAC/intro/intro.htm Es un sitio introductorio en laidentificación de Diatomeas, de forma sencilla brinda una explicación sobre dicho proxy.- http://geology.er.usgs.gov/paleo/siteindex.shtm Se pueden encontrar diversas explicacionessobre los distintos proxies. También hay datos sobre los especialistas y links relacionados.

Artículos

Como dice el dicho “el que busca encuentra”, navegando por la WEB se pueden encontrargratuitamente (o no) artículos interesantes, especialmente en el buscador www.scholar.google.com

Por lo general estos trabajos están en formato PDF, para poder abrirlos es necesario tenerinstalado el programa Acrobat, el cuál se puede conseguir en http://www.adobe.com/products/acrobat/readstep2.html A continuación cito algunos trabajos que pueden llegar a resultar atrayentes:

- DeMenocal, P.B., 2001. Cultural responses to climate change during the late Holocene, Science,292, 667-673. http://www.ldeo.columbia.edu/%7Epeter/Resources/CultureClimate/deMenocal.2001.pdf- Jason H., David A. y Mark B. 1996. Climate Variability on the Yucatan Peninsula (Mexico)during the Past 3500 Years, and Implications for Maya Cultural Evolution. Quaternary Research46, 37–47. http://ess.geology.ufl.edu/hodell/Reprints/Curtis_1996_QR.pdf- Binford M.W.; Kolata A.L.; Brenner M.; Janusek J.W.; Seddon M.T.; Abbott M.y Curtis J.H.Climate Variation and the Rise and Fall of an Andean Civilization Quaternary Research, Volume47, Number 2, March 1997, pp. 235-248(14). http://www.pitt.edu/~mabbott1/climate/mark/Abstracts/Pubs/Binfordetal97ti.pdf- Piqué i Huerta R. 2006. Los carbones y las maderas de contextos arqueológicos y elpaleoambiente. Ecosistemas. 2006/1. http://www.revistaecosistemas.net/pdfs/407.pdf- Rojas Villegas, Gloria. Estudios botánicos, Paleoambiente y Arqueología: Cerro Onas, TresArroyos, Tierra del Fuego. Chungará (Arica), sep. 2004, vol.36 supl, p.381-386. ISSN 0717-7356.http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0717-73562004000300040&script=sci_arttext&tlng =en

Como dijo una vez el escritor Jorge Luis Borges “Que otros se jacten de las páginas que hanescrito; a mi me enorgullecen las que he leído”.

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La Zaranda de Ideas 2 - 2006

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* Lorena Giselle GranaLorena Giselle GranaLorena Giselle GranaLorena Giselle GranaLorena Giselle Grana es estudiante avanzada de laCarrera de Ciencias Antropológicas OrientaciónArqueología de la Facultad de Filosofía y Letras de laUniversidad de Buenos Aires. Actualmente se encuentrainvestigando para su Tesis de Licenciatura acerca delanálisis de las diatomeas fósiles de las cuencas deAntofagasta de la Sierra (Catamarca), para contribuircon la interpretación del paleoambiente de la regióny comprender la relación que éste tuvo con los gruposhumanos a lo largo del Holoceno.

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* Facultad de Ciencias Históricos Sociales. Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa (Perú) [email protected]

RECOLECTANDO PALABRAS

QATE-QATE, EL AVE DE MAL AGÜERO

por Lourdes Chino Larico*

Según el padre Domingo Llanque Chana (cronista aymara), la cultura aymara surgió de losrezagos de la cultura Tiahuanaco, y es mucho más antigua que la misma cultura Inca. Debido a sugran resistencia y rebeldía nunca se dejo conquistar por los gobernantes del imperio Incaico, nipor los españoles durante la conquista. Otra teoría del cronista jesuita Ludovico Bertonio diceque la cultura aymara es el resultado de la fusión de los pequeños reinos Lupaka y Pakaje (Perú- Bolivia). Actualmente la zona aymara abarca la mayoría de las provincias del departamento dePuno en el Perú, y parte de La Paz y Cochabamba en Bolivia, como algunas regiones del norte deArgentina y Chile. La cultura aymara como sociedad ágrafa tiene en sus cuentos, mitos, creencias,leyendas, canciones, danzas, etc. leyes y normas que rigen las vidas de sus pobladores, como porejemplo el mito del QATE-QATE.

Es un mito prehispánico vigente en lascomunidades aymaras del Perú. El Awki Piriza1

es un nativo que no pijcha (mastica) la coca, nobebe alcohol, no cree en los lugares sagrados,ni en los dioses tutelares, como los Achichilas ylas Awichas (montañas) y mucho menos en laTirawirgina Mamita2, como los demás nativos. Elsólo cree en el Alajpachankiri Tatito (Dios queestá en el cielo) por que es de otra religión.Años atrás, de él se había apoderado un espírituextraño y por muy buen tiempo, este espíritule hacia actuar raro: danzaba disfrazado de mujeren su casa durante el día. Su esposa e hijos leayudaron a vencer a este espíritu que lo habíaposeído, con ayuda de un Qolliri (médico nativo)se dice que como venció al espíritu extraño,adquirió dones para curar el espíritu de laspersonas. En una ocasión mi madre le habíasuplicado que viniera a curarme, por que losgintiles (espíritus antepasados, malos) habíanrobado mi espíritu que había salido de mi. Ellogró arrebatar de los gintiles mi espíritu paradevolverlo a mi cuerpo a través de la prácticade una serie de ritos.

Todos los nativos dicen que él ve andar elespíritu de las personas, que los ve caminar

vestidos con un alba blanco antes que mueran.

Una noche cuando enfermó mi abuela, elAwki Piriza vino a la casa a curarla, le habíansuplicado mis tías que baje del Chhojchhoni3

(donde vivía).–Cuando venía hacia aquí, he oído al QATE-QATE bajar desde las montañas gritando–dijo el Awki Piriza.–Uka sajra alma q´epi (ese diablo que cargael espíritu de las personas)– respondió mitía.

El QATE-QATE es un ave que habita en lospastizales durante el día, es de regular tamaño,aproximadamente tiene un peso de 300gramos, y es de color plomo cobrizo conpequeñas manchas de color plomo plata y tieneel pico amarillo y la lengua grande y larga, masgrande que las de otras aves.

Durante el día es un ave normal e inofensivo,se le ve cerca cuidando siempre de su nido.

Vuela sobre los nativos gritando “CH´AK –CH´AK – CH´AK”, y de allí su nombre CH´AKA- CH´AKA , que le pusieron nuestros

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antepasados. Sin embargo en la noche setransforma en un ave de mal agüero, vuela agran velocidad y altura, cargando entre sus alasel espíritu de la persona que ha de morir,gritando “QAT – QAT – QAT”, y de allí tambiénviene su nombre nocturno QATE – QATE. Estaave de mal agüero merodea de nocherevoloteando en los hogares donde hay unenfermo o inclusive cuando no lo hay con elfin de anunciar la muerte del enfermo o decualquier miembro de la familia.

Los Achichilas y las Awichas4 son nuestrasdeidades que nos protegen durante el día, pero

estos son poseídos en las noches por espíritusmalignos y albergan a otros espíritus menoresy malos, como al QATE – QATE que carga elespíritu de la muerte y se cree que habita enlas montañas y baja volando desde allí en lasnoches.

–Esta vez el QATE – QATE tenia la voz demujer– volvió a decir el Awki Piriza.–Taykamach sarkani (¿no se morirá tumadre?)– recalca el Awki Piriza

El espíritu de esta ave tiene tal habilidadpara imitar el tono de voz del que va a morir(puede gritar con la voz de un niño(a), de unjoven o de una persona adulta). Los comunerosle temen al verle en la noche, pero luego seenvalentonan y se enfrentan gritándole “Sajra,Supaya (diablo, espíritu malo) fuera, aléjate denosotros”. Le lanzan bostas de vaca gritándole“Qollo, Qollo (no se cumplirán tus presagios)”.El nativo aymara lucha solo, se enfrenta solo alespíritu de la muerte; porque sus Diosesprotectores (Achichilas, Awichas) así como laTirawirgina Mamita se han ido, solo en el díavuelven y cuidan de ellos.

El QATE-QATE5 había bajado desde lamontaña, el Awki Piriza y los comuneros queviven cerca a la casa lo habían escuchado venir,se le oía cansado, tenia la voz de mujer. Mi tíaque salía de la habitación donde estaba miabuela vio al ave de mal agüero en la oscuridad,su vuelo era cada vez más bajo, cargaba elespíritu de mi abuela y se posó cerca delcanchón de la casa y así, cumpliéndose elanuncio del ave de mal agüero, mi abuela murióa los pocos días.

NOTAS

1 Awki: padre, anciano, autoridad (literalmente), viejitoPérez, anciano Pérez.

2 Tierra virgen, madre.

3 Quebrada.

4 Awichas, Achichilas: montañas (deidadesprotectoras). Literalmente: abuela, abuelo.

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5 Haciendo un breve análisis antropológico, el QATE-QATE representa la muerte, y por el género, lamasculinidad en la noche. La CH´AKA-CH´AKA,representa la vida y la feminidad en el día. Son cuatrocualidades opuestas atribuidas a una misma ave.

* Lourdes Chino LaricoLourdes Chino LaricoLourdes Chino LaricoLourdes Chino LaricoLourdes Chino Larico es estudiante del quinto añode la carrera de Antropología de la Facultad de CienciasHistóricos Sociales de la Universidad Nacional de SanAgustín de Arequipa (Perú). Este ensayo forma partede uno de los trabajos etnográficos que vienerealizando desde agosto del 2005. Actualmente vienehaciendo trabajo acerca de la manifestación de lacultura andina a través de la radio “Yaraví” (Arequipa).

Recolectando Palabras

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* Museo Etnográfico “J.B. Ambrosetti”, FFyL, UBA - [email protected]

RECOLECTANDO PALABRAS

JUAN, EL ALFARERO O SUS DÍAS

por Alejandra Reynoso*

Después de todo quizás vaya paraQuilmes. Por estas noches de luna todos porallí me esperarán adivinándome cruzar loscampos antes del amanecer. Realmente extrañoa mi hermano, terminaré esta vasija y entoncespodré ir. Nunca imaginé que mi maestro algúndía se fuera, ni siquiera esa tarde al nacer lasospecha. La arcilla para él siempre fue un juegovertiginoso. Junto con el agua, su cómpliceirrefrenable, hacían las reglas cada instante, cadanueva vasija que levantaban, sí, en este mismopatio. Siempre ganaban. A veces pienso quecómo iba a ser de otra forma si ellos ponían lasreglas, pero luego me convenzo ¿qué tonteríaes esa?, ¿vencer a la arcilla?, ¿acaso es posible?,al menos él nunca se supo capaz de tal hazaña.¿Vencer mi maestro a la arcilla?, si él mismo erade arcilla. Además, ¿alguien puede en este juegoperder? Aunque ahora te veo a vos cayéndotecomo si rodaras por aquel cerro y lo primeroque pienso es que me estás ganando. Creeme,a veces me gustaría obedecer tus delirios, seguirtus pendientes y líneas ariscas, claro, las queahora no me obedecen, y formar quién sabequé, una llama furiosa tal vez, un árbol maduro,una casa, la nariz de Olga, o cualquier otra cosa.Tantos podrían ser los frutos de tus caprichosy sin embargo te espero humana, arcilla humana,vientre y rostro. Muchas veces soy yo quiendesea mostrarte otros senderos, otros pueblosabiertos. Pero siempre me obligo a reconocerteen esta humanidad, continente mujer y hombre.Creo comprender el temor y la congoja que lamadre de mi madre sentía en el momento demodelar o pintar el rostro, insinuar los ojoshasta parecer abiertos aún cerrados, y la boca,esa boca terriblemente alerta. La madre de mimadre solía llorar mientras destapaba el rostro

con su pincel de negro. Y sin embargo quécriaturas hermosas resurgían de sus trazos, sí,porque resurgían como si ya estuvierandurmiendo en esas formas y al calor de susmanos despertaran. Solía decir: “las cejas sonel techo y por arriba está el cielo, procura queen tu cabeza siempre esté el cielo”. Pintar lascejas la aliviaba de una manera que nadiecomprendió nunca, aunque nadie comprendiónunca ni siquiera su pesadumbre. Después detanto tiempo de sentarme en este patio paramirar primero una masa de arcilla anhelante yluego tener que soportar saber otros ojosdetrás de la arena, después de imaginar a losniños muertos que regresarán a la tierravestidos de blanco, negro y rojo, con sus añosperdidos en la profundidad de estas vasijas, lasmismas que hablarán por ellos para siempresin palabras, después de todo esto, podría decirque comprendo ese extraño sentimiento de lamadre de mi madre que apenas yo conociera,y en definitiva hablo de mi vida, en este patio,en Rincón Chico. Sí, no importa cómo sea enrealidad, supongo comprenderlo porque así losiento. Ver esos rostros, más aún, crear esosrostros con todas mis manos es la confirmaciónde un terrible y secreto dolor. Es como sentirque ya no es posible volver, que hubiera queridono cargarte esta humanidad, y sin embargo aquíestoy clavándote sin remedio ya cada ojo y bocaen esos lugares tan apropiadamente humanos.Lista para nacer y vivir en nuestras casas, paramañana acompañar quizás a la muerte, tambiéndeberemos matarte y en el abrazo profundode tu arena con memoria dejar a nuestros hijos.Si pudiera imaginar siquiera cada grano deantiguo continente que te pesa y da forma.Cómo me gusta saber que mi maestro sostiene

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aún mis vasijas con las suyas. Y que de la madrede mi madre tengo el recuerdo intacto por susvictoriosos fragmentos que todavía hoy puedomezclar con mi barro. Una sola vez me atreví aponer su rostro en una vasija. Pensando que sino podía evitar esta humanidad, al menos evocarcon mis manos a la madre de mi madre seríauna forma de hablar con ella, de poder mirar,aunque sea por última vez, toda la noche quehabía en su mirada. Pero no pude traerlaconmigo a este patio otra vez. La boca negra yabierta no era la suya (tampoco la de nadie metemo). Pero por sobre todo, esa profundidadfría y de límites precisos no era la suya. Jurénunca más evocarla de arcilla. Y sin embargosólo en ese gran vaso espera el agua fresca paramí, como lo fue ella, clara, como el agua inasible.También juré nunca más olvidarme de lascriaturas. Porque alguien espera ansiosamenteque mis manos contengan su futuro, o mejordicho, espera esa niña ese niño que yo puedacrear el recipiente de sus días blancos, de susdías negros. Siempre quiere estar esa criaturaque aún no nace en el sueño de su madre y enmis manos de alfarero, que de alguna manera

también están soñando, con esta formainvencible y con todas las otras derrotadas.Cuando mi hermano se fue quiso llevarsetambién la vasija que su artesano soñó para élantes de nacer. Cada vez que la veo junto a lapiedra de su casa tengo un recuerdo imposible:mi hermano mayor preguntando con susprimeros años qué era todo aquello pintadoen la extraña pero a su vez tan familiar personade barro. Recuerdo imposible. Tanto comoimaginar la respuesta de mi madre, ¿acaso habrádicho la lluvia, el animal, la palabra que se escapaentre los dientes, la ofrenda en las manos, lalana tejida para el cuerpo y siempre humanidad,siempre humanidad? Tristeza del recuerdoimposible. Al menos queda el aroma certerodel sol en las paredes del patio cuando ahoraes él quien se va cayendo a mis espaldas antesde lo que deseo. Yo sé que mi fuego en la tierrabusca parecerse al sol, pero es cierto, a unoirreal, sin fronteras ni caminos. El color así loespera. El color según el fuego yo aprendí. Ytambién que mi vasija necesita de esa ilusión.No es fácil. Después del fuego iré para Quilmes.

Ilustración: Norberto Rodríguez (Artista plástico de Quilmes, provincia de Buenos Aires).

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DESDE AFUERA

MARATÓN ARQUEOLÓGICA

por María José Lucero *

Dedico este pequeño escrito a todos los buscadores de las mejores preguntas, de los mejores caminos y de las mejores tierras.

Suerte es la que me toca desde que meconvocaron a escribir en la sección Desdeafuera de la prestigiosa La Zaranda de Ideas,revista que parte de la premisa de la saturaciónde espacios para la libertad de expresión, conla que concuerdo ampliamente.

Por eso llegó la hora de contarles algunasverdades encubiertas, en el único medio queme deja hacerlo.

¡No busquen más! queridos arqueólogos,Eureka está aquí y el Pequeño diccionarioKapelusz de la lengua española me apoyará enmis elucubraciones.

Comencemos por lo primero. Unarqueólogo es aquella persona que se dedica ala Arqueología, y ésta la ciencia que estudialos monumentos y testimonios no escritos dela antigüedad.

¡Umm! no me conforma para nada y comonada está dicho y yo necesito mostrar miverdad antes de terminar esta nota, les cuentoque debí salir a la calle para hacer una encuesta,me paré en la esquina de la Facultad de Filosofíay Letras, y con mi grabador rescaté lostestimonios más completos acerca de sendosinterrogantes.

Obvio que a nadie adelanté el hallazgo delpequeño diccionario, para no condicionar lasrespuestas. Las mejores y más académicasfueron:

- Laura de Letras: Señor extranjero con casco,bermudas y chaleco caquis o camuflado.

- Alexis de Antropología: Señor con casco caquis,linterna, botitas y palita en mano.

- Mónica de Historia: Señor sonriente con cráter

a su lado.- Pablo de Artes: Señor parado al lado de

huesos ordenados formando una figura(quizás fue la más interesante).

- Roberto de Bibliotecología: Aventurero queparte de campaña a lugares raros y vuelvecon muchos informes y ningún dinosauriobajo el brazo.

- Carlos de Filosofía: Dícese del especialista enarcos.

Con esta encuesta preparé un gráfico detortas (saldrá en el Número 3 de la revista), uninforme, un póster y partí hacia el últimoCongreso de Arqueología Argentina; los quete acreditaban salieron con un argumentoparecido al de la saturación de lugares entoncesme quedé en el hall central ya que no habíacontracongreso cerca ni nada parecido.

Resulta que me encontré con Rex Gonzálezquien me dijo: - “El problema que atraviesa laAntropología técnica es el del cambio culturaly el proceso evolutivo”1.Yo que pensaba queDarwin había finiquitado el tema. Continuódiciendo: - “aparte, usted verá que si hay uncamino difícil es el de la Arqueología”. Derepente con voz de espía comenzó a develar paramí todo misterio antropo-arqueo-parasitológico.- “Hay un solo autor en el tiempo”...-dijo.

¡Recórcholis! Se ponía difícil para míreceptar tanta sabiduría.- “Hay un sólo autoren el tiempo y son los diaguitas”. ¡Cucharín,trowel, palustre! ¡Soy el poseedor de la verdad!

Y claro, Rex me había confundido con elfamoso detective-arqueólogo francés Mathiasde Breyne, autor de la famosa teoría quedemuestra que un arqueólogo es aquel que nosólo hace sino que también ¡excava agujeros! Por

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Desde Afuera

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momentos ante mi sonrojo quise convertirme enmonsieur de Breyne de quien les cuento tieneciertos poderes, puede ser desde un simplebuscador de indicios que publica en el número 1de La Zaranda, hasta convertirse en una rubiaseñorita arqueóloga llamada Jennifer (notarán queno es un dato menor, ya que mis gráficos de tortasindican que no existen mujeres arqueólogas). ¡Peroyo sólo quería meterme en un agujero negro!

La cosa es que los diaguitas, autores detodo… brillaban por su ausencia en el congresomientras tanto Rex González no advertía lamía… porque al final… ¡me fui!

Sí, me fui, pero a buscar a los diaguitas… Yoque creí tener mi propia Eureka para contarles.

¡Debo encontrar lo que me propuse antesde que Julia termine de buscar presupuestosen la imprenta para este número de La Zaranda!¡Debo descubrir qué es un arqueólogo y quées la Arqueología! y lo más importante ¡¿dóndeestán los diaguitas?!

Aunque pensándolo bien: si en lo que duróla caída de una manzana al suelo se supo quetodo lo que sube baja, ¿cómo yo no podréencontrar en minutos la respuesta? La cienciavendrá a socorrerme… a sacarme de la secciónDesde afuera porque ya me metí en unverdadero enredo negro.

¿A ver? ¿A ver? ¡Cucharines de alegría! Perosi es mi amigo Helmut, Helmut Strasse!2 señores.

Uno olvida a menudo los verdaderosarqueólogos pero yo con este encuentro yadescubrí quiénes son y que es la Arqueología ymuchas muchísimas cosas más.

Mírenlo a Helmut ya vive en 2492 y sigue consu mejor pregunta: “¿Mito, leyenda o realidad?”,¡miren! Está sacando de un gran cráter de laArgentina objetos increíbles como zapatillas rotas,monedas de un peso, estampitas, televisoresquemados, serpentinas, sueños, escudos, fotos,cables…

También escucho que dice en su idioma algoasí como: -¿Qué habrá sucedido aquí?

Lo miro a Helmut con nostalgia del futuro,doy unos pasos, me alejo para seguir.

NOTAS

1 Las palabras del Dr. Alberto Rex González puedenponerse en contexto a través del Número 1 de LaZaranda de Ideas, página 93.2 Helmut Strasse fue uno de los más queridos personajesdel fallecido humorista argentino Tato Bores.Una parte de su programa que sería emitido el 17 demayo de 1992 no fue publicada por censura previa. Lajueza Servini de Cubría había presentado una demandacontra la emisión en la que el arqueólogo HelmutStrasse se preguntaba en el año 2492 sobre los rastrosde Argentina, un país desaparecido 500 años antes.Mientras se mostraba un escudo con la imagen deServini de Cubría, el locutor Ernesto Fritz decía: “¿Mito,leyenda o realidad?”. Luego Strasse concluyó quesesenta pesos habrían sido una fortuna, pues esa habíasido la sanción que la jueza había recibido de la CorteSuprema por mal desempeño en el caso Yomagate.

* María José LuceroMaría José LuceroMaría José LuceroMaría José LuceroMaría José Lucero es editora y escritora. Nació enSan Luis en 1979, actualmente vive en Buenos Aires.Su hermana Lola la bautizó Jojó cuando la vio porprimera vez en la cuna. Vive entre libros y les comparteuno: ”¿Acaso no es real la fantasía? Los mundos futurossurgen de ella, y en nuestras creaciones vive la libertad”.Jojo. Historia de un saltimbanqui de Michael Ende.

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RESCATE HUMORÍSTICO

por Mareclo Vitores*

* Facultad de Filosofía y letras, UBA - [email protected]

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Rescate Humorístico

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* Marcelo VitoresMarcelo VitoresMarcelo VitoresMarcelo VitoresMarcelo Vitores es estudiante de la carrera de Ciencias Antropológicas de la Facultad de Filosofía y Letras dela Universidad de Buenos Aires. Actualmente colabora con el equipo del Dr. Eduardo Crivelli estudiando cerámicade cazadores recolectores de la cuenca del Limay.

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NORMAS EDITORIALES

1. POLÍTICA EDITORIAL

La Zaranda de Ideas es una publicación anual con referato que tiene como objetivo la publicación de losresultados de las investigaciones de estudiantes de grado y egresados recientes de carreras de arqueologíao disciplinas afines. Consideramos egresados recientes aquellos que no hayan superado los cuatro años dehaber defendido su Tesis de grado (o fecha de egreso en caso de no realizar Tesis) al momento del llamadopara publicación y que no hayan completado una carrera de postgrado.

Los autores envían sus contribuciones, las cuales se someten a consideración del Comité Editor, enforma de Artículos, Informes, Notas Breves, Entrevistas y Reseñas de Libros, pudiendo asimismo enviarcolaboraciones a la sección Misceláneas.

Todas las contribuciones deberán ser inéditas y podrán presentarse en forma individual o en coautoría,siempre y cuando al menos el 50% de los autores sea estudiante y/o egresado reciente.

Los editores se reservan el derecho de selección de las colaboraciones a publicar. La selección deartículos, ensayos e informes de investigación se realizará a partir de la evaluación que de ellos hagan unreferato anónimo integrado por un mínimo de dos profesionales especializados en cada tema.

La clasificación de un manuscrito como Artículo, Informe de Investigación o Nota Breve es decisiónúltima del Comité Editor, en consulta con los evaluadores del mismo, aunque los autores deben sugerir aque sección presentan su trabajo. Los artículos son usualmente más extensos y abordan tópicos de mayorimportancia y alcance para una amplia audiencia. En contraste, los Informes de Investigación pueden ser mástécnicos, describen proyectos de investigación en curso, y aportan información de base tanto de actividadesde campo como de estudios de laboratorio. Las Notas Breves pueden implicar comentarios que corrigenerrores de hecho o proveen nueva información directamente relevante a un artículo publicado previamenteen una de las revistas; también pueden aportar información sucinta sobre proyectos de investigación encurso, tales como resultados preliminares de trabajos de campo, análisis de laboratorio, etc., así comoinformación y discusión relativa a cuestiones académicas, científicas y/o profesionales, conclusiones adoptadasen congresos, etc.

Las contribuciones a la sección Misceláneas refieren al ámbito cotidiano de la práctica arqueológica:anécdotas de campaña, recursos de internet, la visión de la gente no dedicada a la arqueología, relatos,fotografías, humor, etc. Alentamos la colaboración en cualquiera de las subsecciones, así como la sugerenciade nuevos tópicos.

2. INFORMACIÓN PARA LOS AUTORES

2.1. Responsabilidades del Editor

Los Artículos e Informes de Investigación serán evaluados por el Comité Editor en consulta con dosevaluadores, pudiendo ser alguno de los integrantes del Comité Académico, o bien evaluadores ad hoc. Encaso de haber discordancia entre las evaluaciones, el trabajo será remitido a un tercer evaluador a fin dedesempatar. Los editores serán quienes seleccionen, con el asesoramiento del Comité Académico, losevaluadores pertinentes para cada trabajo. Los informes de los evaluadores serán anónimos, a menos queéstos decidan hacer pública su evaluación. Las decisiones finales serán responsabilidad de los editores.

Las Notas Breves, Entrevistas, Reseñas de Libros y colaboraciones a la sección Misceláneas seránevaluadas por los editores, reservándose el derecho a no considerar aquellas no pertinentes al perfiltemático de la revista o que no se ajusten a las normas de estilo.

El Comité Editor se reserva el derecho de rechazar o devolver para su corrección aquellos trabajosque no respondan a las modificaciones sugeridas por los evaluadores y/o por los editores. Las correccionesde los trabajos deberán ser enviadas por los autores en las fechas que los editores oportunamenteconsignen. En caso contrario, los editores podrán optar continuar con el proceso de evaluación y publicarla versión definitiva del trabajo en el siguiente número de la revista.

Los autores serán notificados tan pronto como se sustancie la decisión de aceptar o rechazar elmanuscrito. La aceptación será a condición de que se realicen las modificaciones de estilo y forma que loseditores y/o evaluadores sugieran.

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Normas Editoriales

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Aquellas contribuciones que hayan sido aceptadas serán remitidas a los autores por correo electrónicoen un archivo PDF, una vez realizada la prueba de edición del correspondiente número de la revista, con elúnico objeto de controlar posibles errores tipográficos. No se admitirá reescritura del texto en estainstancia. Todo cambio o adición representa tan sólo una sugerencia, que puede no ser tenida en cuenta porlos editores.

Las contribuciones son voluntarias y los editores no cobran por la publicación en la revista. Los autoresrecibirán un ejemplar gratuito del número en que aparezca publicado su trabajo.

2.2. Responsabilidades del Autor

Los autores firmantes son responsables del contenido de sus escritos, de adecuar sus trabajos a lapresente guía estilística, de la exactitud de los datos consignados y de la correcta atribución de las citas yreferencias bibliográficas, de los derechos legales por la publicación del material enviado y del apropiadomanejo y tratamiento de las cuestiones relacionadas con la coautoría del mismo. No podrán presentarsemanuscritos que están a consideración de otras publicaciones.

Los autores deben firmar una declaración donde reconocen su responsabilidad sobre los contenidosde las colaboraciones, la precisión de las citas efectuadas, el derecho a publicar el material y la autorizaciónpara citar aquellos materiales inéditos que se incluyan en la publicación. Asimismo deberán completar unformulario con sus datos personales (uno por cada autor). Ambos documentos pueden descargarse en lasiguiente dirección de internet http://www.lazarandadeideas.com.ar/normas.htm y deberán ser enviadosen conjunto con el trabajo impreso.

Los autores son responsables de enviar los trabajos, con las modificaciones sugeridas por los evaluadoresy/o el Comité Editor, en las fechas que éstos estipulen para ser admitido para su publicación. De locontrario aceptarán que la versión definitiva sea publicada en un número posterior de la revista.

2.3 Presentaciones

Los trabajos deben enviarse en las fechas estipuladas en el llamado para publicación de dos manerasdiferentes:

a) dos copias impresas del texto, las tablas y las figuras a:Sociedad Argentina de Antropología, Revista La Zaranda de Ideas - Museo Etnográfico - Moreno 350(1091) Ciudad de Buenos Aires.

b) y una copia digital por correo electrónico a [email protected]. El texto debe enviarse en unarchivo de Word con tablas y figuras incrustadas en el mismo. Además las tablas y figuras deben enviarseen archivos aparte cuyo nombre sea “Figura 1”, “Tabla 1”, etc. (En el caso de que el archivo de Word máslos archivos adjuntos superen 10 Mb de tamaño, deben ser enviados a la dirección postal en CD).Las Tablas deben enviarse como archivos de Excel (.XLS). Las Figuras deben estar en blanco y negro o enescala de grises, y pueden consignarse como archivos de Excel (.XLS) o como imágenes (.BMP, .JPG o.TIFF) con una resolución no inferior a 300 dpi.

Idioma: para todas las secciones se aceptan colaboraciones en castellano y en portugués, o bien bilingüescastellano-idioma original.Tamaño de papel: A4, impreso en una sola cara, todas las hojas numeradas.Márgenes: superior, inferior y derecho 2 cm, izquierdo 3 cm.Fuente: texto arial 12 / bibliografía, notas y agradecimientos arial 9Párrafo: sin sangría ni tabulaciones, alineación justificada sin silabeo, interlineado sencillo, con un espacioentre párrafos.Extensión máxima: La extensión máxima para Artículos e Informes será de 20 páginas, incluyendo notas,agradecimientos, figuras, tablas y bibliografía. Las Notas Breves, Entrevistas, Reseñas de Libros tendráncomo extensión máxima 5 páginas. Y las colaboraciones en la sección Misceláneas no deberán exceder 2páginas.

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3. GUÍA DE ESTILO

La guía estilística de La Zaranda de Ideas está basada en las correspondientes a las revistas Relacionesde la Sociedad Argentina de Antropología, Intersecciones en Antropología y Latin American Antiquity.

Las consideraciones siguientes son aplicables a todas las contribuciones, salvo los resúmenes (encastellano y en inglés) y las palabras clave (en castellano y en inglés) que sólo deberán ser incluidas enArtículos e Informes de Investigación.

3.1 Secciones del manuscrito

-Título-Autor/es-Resumen en castellano-Palabras clave en castellano-Resumen en inglés-Palabras clave en inglés-Texto (Tablas y Figuras incluidas)-Notas-Agradecimientos-Referencias citadas

3.1.1 TítuloEl nombre del trabajo debe estar centrado y en mayúsculas.

3.1.2 Autor/esA dos espacios por debajo del título y alineado a la izquierda. Debe incluirse nombre y apellido del o los

autores, incluyendo la pertenencia institucional y dirección postal y/o electrónica.

3.1.3. Resúmenes y Palabras ClaveLos Artículos e Informes de Investigación deben estar acompañados por un resumen en castellano y

otro en inglés de alrededor de 150 palabras cada uno. La pertinencia y correcta realización del resumen sontomadas en cuenta en la evaluación. Sugerimos efectuar una síntesis de los contenidos y conclusiones delescrito, referir datos novedosos allí presentados y aludir especialmente a la relevancia del manuscrito. Elresumen no debe ser una introducción al trabajo, ni restringirse a enumerar las secciones que este últimocontiene, sino que debe presentar un panorama de los puntos temáticos sobre los que versa, invitando allector a interesarse por el material.

Deben incluirse cinco palabras clave en castellano y en inglés. Sugerimos utilizar términos generales dela problemática que abarca el trabajo. Evite incluir palabras que se encuentren en el título del mismo. Laspalabras claves son fundamentales para la indexación de los artículos, por lo tanto si son muy específicaspueden resultar irrelevantes.

3.1.4 EncabezadosLos encabezados principales deben estar en mayúsculas, los secundarios en minúsculas con negrita, los

terciarios en minúsculas cursivas y los subsiguientes en minúscula normal. Siempre alineados a la izquierda,a dos espacios del texto que le precede y a uno del que le sigue.

3.1.5 Citas- Las referencias bibliográficas irán en el texto siguiendo el sistema autor-año. Ejemplos:(Rodríguez 1980) o (Rodríguez 1980, 1983) o (Rodríguez 1980a, 1980b) o Rodríguez (1980).- Se citan hasta dos autores; si son más de dos se cita el primer autor y se agrega et al.- Citas con números de páginas, figuras, o tablas especificadas: (Smith 1977:3), (Jones y Wilson 1971:Figura2), (Brown 1968:533-534) Utilice los dos puntos para separar el año de publicación con el resto de lainformación adicional. No debe existir un espacio entre los dos puntos y la información

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Normas Editoriales

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adicional. El número de páginas debe ser solamente indicado cuando se utiliza una cita textual en eltrabajo.- Autores diferentes citados dentro de un mismo paréntesis o comentario siempre se deben ordenarcronológicamente. Ejemplo: (Coe 1965; Ashmore 1986; Freidel y Schele 1989). Separe las citas dediferentes autores con un punto y coma.- Evitar la referencia op. cit.- Las frases citadas textualmente que tengan menos de 8 líneas tipeadas deben incluirse dentro deltexto entre comillas (“”). Las citas textuales que alcanzan 8 o más líneas tipeadas deben ser separadasdel texto como una cita en bloque, con una línea de espacio arriba y abajo del bloque. Luego de la citatextual, cite entre paréntesis al autor, el año de la publicación, y el número de página(s).

3.1.6. Referencias CitadasLa sección referencias comienza bajo el encabezamiento primario de BIBLIOGRAFÍA. Cada referencia

debe tener un espacio con respecto a la siguiente, incluso cuando son varios trabajos del mismo autor.Los autores se hacen responsables de que las referencias sean exactas y estén completas. Todas las

referencias citadas en el texto deben aparecer en la lista de la sección referencias citadas (excepto lascomunicaciones personales y los materiales de primera fuente), y todas las entradas en la lista deben estarcitadas en el texto.

Los autores se ordenan alfabéticamente por apellidos. Utilice sólo las iniciales de los nombres (conespacios entre ellos) para primer y segundo nombre de autores y editores, del modo que aparecen en eltítulo de sus trabajos. Sólo la inicial del nombre del primer autor va en el orden reverso. Losnombres de los siguientes autores se separan por comas.

Dos o más trabajos del mismo autor deben ser listados cronológicamente. Dos o más trabajos delmismo autor o autores, en el mismo año, deben ser listados en el orden en el cual fueron citados en el textoy diferenciados por letras minúsculas seguidas de la fecha (i.e. 1991a, 1991b). Para números ordinales deedición use: 1ra, 2da, 3ra, etc., separados por puntos.

Ordene las partes de cada referencia de la siguiente manera:Autor/es.Fecha. Título. Publicación, número, páginas. Editorial, Lugar.

Ejemplo de lista bibliográfica:

Ashmore, W.1991. Site-Planning Principles and Concepts of Directionality Among the Ancient Maya. Latin AmericanAntiquity 2:199-226.

Fritz, J. M.1978. Paleopsychology Today: Ideational Systems and Human Adaptation in Prehistory. En Social Archaeology:beyond Subsistence and Dating, editado por C. I. Redman, M. J. Berman, E.V. Curtin, W. T. Langhorne, Jr. N. M.Versaggi y J. Wanser, pp. 37-59. Academic Press, Nueva York.

Schiffer, M.B.1976. Behavioral Archaeology. Academic Press, New York.

La presente es una versión resumida de la guía estilística; la versión completa incluye mayoresespecificaciones que deben ser tomadas en cuenta en la preparación de los manuscritos y puede sersolicitada al e-mail de la revista: [email protected] o bajada de la siguiente página web:

http://www.lazarandadeideas.com.ar/normas.htm