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¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular! 1 Colección Emancipación Obrera IBAGUÉ-TOLIMA 2013 GMM

Libro no 455 el materialismo histórico acurss colección e o julio 27 de 2013

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El Materialismo Histórico. ACURSS. Biblioteca Emancipación Obrera. Guillermo Molina Miranda.

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    Coleccin Emancipacin Obrera IBAGU-TOLIMA 2013

    GMM

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    2 Libro No. 455. El Materialismo Histrico. ACURSS. Coleccin E. O. Julio 27 de 2013.

    Ttulo original: El Materialismo Histrico. ACURSS: Academa de Ciencias de la URSS Versin Original: El Materialismo Histrico. Academa de Ciencias de la URSS Edicin: Grijalbo, Mjico 1960. Lengua: Castellano. Digitalizacin: Koba. Distribucin: http://bolchetvo.blogspot.com/ Licencia Creative Commons: Emancipacin Obrera utiliza una licencia Creative Commons, puedes copiar, difundir o remezclar nuestro contenido, con la nica condicin de citar la fuente. La Biblioteca Emancipacin Obrera es un medio de difusin cultural sin fronteras, no obstante los derechos sobre los contenidos publicados pertenecen a sus respectivos autores y se basa en la circulacin del conocimiento libre. Los Diseos y edicin digital en su mayora corresponden a Versiones originales de textos. Este libro en particular fue extraido de las pginas: http://bolchetvo.blogspot.com/ Textos digitalizados para marxists.org por Marcello Zavalla, 2012. Autora-atribucin: Respetar la autora del texto y el nombre de los autores No comercial: No se puede utilizar este trabajo con fines comerciales No derivados: No se puede alterar, modificar o reconstruir este texto. Portada E.O. de Imagen: usb-materialismohydsec1.blogspot.com

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    EL MATERIALISMO HISTRICO

    Academia de Ciencias de la URSS

    Edicin: Grijalbo, Mjico 1960. Lengua: Castellano. Digitalizacin: Koba. Distribucin: http://bolchetvo.blogspot.com/

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    4 PROLOGO A LA SEGUNDA EDICIN RUSA.

    La primera edicin del libro que ofrecemos a la consideracin del lector vi la luz en 1951. Los doscientos mil ejemplares que se tiraron de la obra se agotaron rpidamente. Ello atestiguaba la creciente necesidad de un manual de estudio en el que se expusieran sistemticamente los fundamentos del materialismo histrico, de la ciencia marxista de las leyes generales de desarrollo de la sociedad. La primera edicin del libro fue sometida a la crtica de la prensa y a discusiones especiales en las ctedras de las escuelas superiores de humanidades y en reuniones de profesores de filosofa marxista y de los fundamentos del marxismo, en las que tomaron parte, adems, historiadores, economistas y juristas. En esta segunda edicin de la obra, los autores han procurado tener en cuenta todos los valiosos y acertados juicios crticos y observaciones apuntadosen los artculos aparecidos sobre la primera edicin y en las reuniones de profesores y personal cientfico. En algunos de aquellos juicios se expres la conveniencia cientfica y pedaggica de modificar la estructura del libro, precisar ms la exposicin en torno a algunos problemas y reducir la extensin de la obra, sin atentar a la claridad del texto, de tal modo que sta fuera asequible para todos los lectores. Hemos procurado tener en cuenta estos deseos y, en consonancia con ellos, se ha reducido el nmero de captulos y el volumen de la obra. Los autores, a la par que ponen de manifiesto la accin de las leyes sociolgicas generales, han procurado mostrar en cada captulo el carcter peculiar de las leyes y fuerzas motrices inherentes ala sociedad socialista, en la que no existen ya relaciones de produccin antagnicas y en la que no se dan la anarqua de la produccin, el antagonismo de clases ni la opresin de las naciones. El estudio general de estas leyes y fuerzas motrices peculiares de la sociedad socialista se contiene en los captulos XI y XII: "Las fuerzas motrices del desarrollo de la sociedad socialista" y "Las leyes del paso del socialismo al comunismo". El presente libro sobre El materialismo histrico ha sido escrito por un grupo de autores del Instituto de Filosofa de la Academia de Ciencias de la U.R.S.S. Los captulos I, II, III, IX y X, los cuatro primeros apartados del captulo VI y los tres primeros del captulo XI fueron redactados por F. V. Konstantinov, miembro correspondiente de la Academia de Ciencias de la U.R.S.S. El captulo V, los apartados 5 a 9 del VI y el apartado 4 del captulo XI los escribi el doctor en Ciencias filosfica G. E. Gleserman. Los Captulos IV y VIII son obra del profesor Kammari, miembro correspondiente de la Academia de Ciencias de la U.R.S.S. El captulo VII ha sido redactado por el profesor G. M. Gak, y el captulo XII por el doctor en Ciencias filosficas T. A. Stepanian. La experiencia de la redaccin de otros libros didcticos y manuales sobre diversas disciplinas cientficas demuestra que esta clase de libros van plasmndose, mejorndose y perfeccionndose a lo largo de los aos, de edicin en edicin. Al preparar la segunda de esta obra como manual para la enseanza y el estudio, los autores han procurado corregir los defectos, las insuficiencias y algunos errores contenidos en la primera, Rogamos a los lectores que enven sus observaciones crticas a la presente edicin de la obra al Instituto de Filosofa de la Academia de Ciencias de la U.R.S.S. (Voljonka 14, Mosc), Los autores. Mosc, marzo de 1954.

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    CAPTULO I. LA CIENCIA DEL MATERIALISMO HISTRICO. 1. Objeto del materialismo histrico.

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    6 Toda ciencia tiene su objeto propio de investigacin. La Economa poltica, por ejemplo, estudia las leyes que rigen el

    desarrollo de las relaciones sociales de produccin, es decir, de las relaciones econmicas; la ciencia jurdica recae sobre el desarrollo de determinadas formas histricas del Estado y el derecho; la lingstica estudia el lenguaje como

    fenmeno social especfico, las leyes de su desarrollo, su funcin en la vida social, etc. Pues bien, cul es el objeto sobre que versa el materialismo histrico? El materialismo histrico es la ciencia de las leyes generales que rigen el desarrollo de la sociedad. Las ciencias sociales ms arriba citadas (la Economa poltica, la ciencia jurdica, la lingstica) estudian el desarrollo de ciertos aspectos de la vida social por separado, de determinadas manifestaciones y modalidades de las relaciones sociales. A diferencia de estas ciencias, el materialismo histrico versa sobre las leyes del desarrollo de la sociedad en su conjunto sobre las relaciones mutuas entre todos los aspectos de la vida social. Da respuesta a las preguntas de qu es lo que determina el carcter del rgimen social, de cmo se halla condicionado el desarrollo de la sociedad, de cmo se pasa de un rgimen social a otro, por ejemplo, del capitalismo al socialismo. El materialismo histrico investiga las leyes generales del proceso histrico, y esto es lo que distingue su propsito del de las ciencias sociales especiales y del que persigue la historia poltica, la cual est llamada tambin a estudiar todos los aspectos de la historia de la sociedad, pero en sus manifestaciones concretas y en su sucesin cronolgica, en los distintos pases y a lo largo de las distintas pocas. El materialismo histrico da la nica solucin certera, cientfica, a los problemas tericos y metodolgicos ms generales, ms cardinales, de la ciencia social, sin cuyo esclarecimiento sera imposible explicar acertadamente el desarrollo de la vida social en su conjunto o el de cualquiera de sus aspectos por separado. En la vida social, nos encontramos con fenmenos econmicos, polticos e ideolgicos. Existen entre ellos algunos nexos, y cul es su carcter? Hay, en medio de la abigarrada, multiforme, compleja y contradictoria sucesin de los acontecimientos histricos, en todo el curso del desarrollo de la sociedad, algn nexo interno y necesario, alguna sujecin a leyes o, por el contrario, debemos admitir que en la vida social, a diferencia de lo que ocurre en la naturaleza, reinan el azar, el caos y la arbitrariedad? He aqu uno de los problemas cardinales que nos plantea la ciencia de la sociedad. La humanidad ha recorrido una larga y compleja trayectoria, que va desde el rgimen de la comunidad primitiva, pasando por la esclavitud, el feudalismo y el capitalismo, hasta el socialismo, instaurado ya en la sexta parte del planeta, en la U.R.S.S., y en vas de construccin en los pases de democracia popular. Pues bien, cules son las fuerzas motrices fundamentales de esta trayectoria progresiva? La solucin cientfica a estos problemas la ofrece por vez primera el materialismo histrico, la teora que seala el camino hacia el conocimiento de la historia de la sociedad como un proceso nico regido por leyes, considerado en toda su multiformidad y en sus contradicciones, y que nos permite llegar a comprender certeramente el presente y a prever el futuro. El materialismo histrico constituye una teora cientfica coherente y armnica, que explica el desarrollo de la sociedad, el paso de un rgimen social a otro. Es, adems, el nico mtodo cientfico, certero, para estudiar todos los fenmenos sociales y la historia de cada pas de por s y de los pueblos en su conjunto. El materialismo histrico suministra el mtodo cientfico para el estudio de todas las ramas de la ciencia social. El economista, el jurista, el investigador del arte, el historiador, no podrn orientarse por entre la multiformidad de los fenmenos de la vida social, en medio de la maraa de los sucesos de la historia, ms que apoyndose en la teora y en el mtodo del materialismo histrico; slo as alcanzarn a descubrir las leyes histricas que prevalecen sobre lo casual, descubrirn el todo detrs de las partes, el bosque que los rboles ocultan. El materialismo histrico brinda al investigador el hilo conductor de sus indagaciones, que le permite avanzar libre y conscientemente por entre el embrollado laberinto de los hechos histricos.

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    7 El materialismo histrico, la ciencia de las leyes generales de desarrollo de la sociedad, forma parte integrante del

    marxismo-leninismo, es el fundamento cientfico-histrico sobre que descansa el comunismo, la base terica de la poltica, la estrategia y la tctica de la clase obrera y de su vanguardia revolucionaria, el Partido comunista. El

    materialismo histrico no es un esquema, no es un conjunto de tesis o principios abstractos que baste con aprenderse de memoria; es, por el contrario, una teora social perennemente viva y en constante desarrollo creador y, a la par con ello, un mtodo para el conocimiento de la vida social y una gua para la accin. Para poder participar conscientemente en la gran lucha histrica por la paz, la democracia y el comunismo, hay que conocer las causas reales y las fuerzas motrices de los acontecimientos histricos, hay que conocer las leyes del desarrollo social. El materialismo histrico nos ensea las leyes generales del desarrollo de la sociedad y nos permite orientarnos certeramente en medio de los acontecimientos histricos que van sucediendo, comprender su sentido, percatamos claramente de la orientacin del desarrollo social, tener una perspectiva histrica. 2. La creacin del materialismo histrico, la ms grandiosa revolucin operada en la ciencia. El materialismo histrico naci en la dcada del cuarenta del siglo XIX. Fue creado por Marx y Engels, grandes sabios y pensadores, maestros y guas de la clase obrera. La aparicin del materialismo dialctico e histrico represent la ms grandiosa revolucin operada en la ciencia. El materialismo histrico, como el marxismo en general, no poda surgir en cualquier momento ni bajo cualesquiera condiciones. Naci con arreglo a leyes, al calor de las necesidades del desarrollo de la vida material de la sociedad y como resultado de toda la trayectoria anterior de la ciencia, incluyendo la filosofa. Cules fueron las condiciones histricas que condujeron al nacimiento del marxismo? En primer lugar, a mediados del siglo XIX, alcanzaron un alto grado de intensidad las contradicciones del capitalismo. Testimonio de ello eran, no slo las crisis peridicas industriales de superproduccin en los pases capitalistas, sino tambin la agudizacin de la lucha de clases. Las fuerzas productivas de la sociedad capitalista entraban en contradiccin con las relaciones de produccin del capitalismo y las exigencias cada vez ms apremiantes del desarrollo de la vida material de la sociedad reclamaban la abolicin de las relaciones capitalistas de produccin y su sustitucin por las relaciones de produccin socialistas. vanguardia, el proletariado. En los aos cuarenta del siglo XIX, apareci en la palestra histrica el proletariado como poderosa fuerza poltica de vanguardia. Mientras que bajo el feudalismo las relaciones de clase se ocultaban bajo el manto de las relaciones corporativas, el capitalismo vino a simplificar las relaciones de clase y a ponerlas al desnudo. La lucha de clases hacase cada vez ms patente, y ello permita ver cientficamente en esta lucha la fuerza motriz de la historia y explicar cmo las clases y la lucha entre ellas condicionan el rgimen econmico de la sociedad. Federico Engels escriba: "Mientras que en todos los perodos anteriores la investigacin de estas causas propulsoras de la historia era punto menos que imposible -por lo compleja y velada que era la trabazn de aquellas causas con sus efectos-, en la actualidad esta trabazn est ya lo suficientemente simplificada para que el enigma pueda descifrarse. Desde la implantacin de la gran industria, es decir, por lo menos desde la paz europea de 1815, ya para nadie en Inglaterra era un secreto que all la lucha poltica giraba toda en torno a las pretensiones de dominacin de dos clases: la aristocracia terrateniente (landed aristocracy) y la burguesa (middle class). En Francia se hizo patente este mismo hecho con el retorno de los Borbones; los historiadores del perodo de la Restauracin, desde Thierry hasta Guizot, Mirmet y Thiers, lo proclaman constantemente como el hecho que da la clave para entender la historia de Francia desde la Edad Media. Y desde 1830, en ambos pases se reconoce como tercer beligerante, en la lucha por el Poder, a la clase obrera, al proletariado. Las condiciones se haban simplificado hasta tal

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    8 punto, que haba que cerrar intencionadamente los ojos para no ver en la lucha de estas tres grandes clases y en el choque

    de sus intereses la fuerza propulsora de la historia moderna, por lo menos en los dos pases ms avanzados".1 Las exigencias materiales cada vez ms apremiantes del paso de la sociedad del capitalismo al socialismo, las exigencias

    de la lucha de clases del proletariado, hicieron nacer el marxismo. Pero por qu la cuna del marxismo, y en particular del materialismo histrico, fue precisamente la Alemania de la dcada del cuarenta del siglo XIX? Porque la revolucin democrtico-burguesa que en aquel tiempo estaba gestndose en Alemania hubo de pasar por las contradicciones del capitalismo en una fase ms alta que la que haba conocido el proceso anlogo de la revolucin en Inglaterra y Francia. La Alemania de mediados del siglo XIX era un pas bastante ms maduro desde el punto de vista del capitalismo que la Inglaterra del siglo XVII y la Francia del XVIII. En Alemania, habase formado ya un proletariado que aspiraba legtimamente a desempear un papel histrico independiente en la lucha de clases y en la revolucin que avanzaba. En segundo lugar, con el rgimen capitalista de produccin surgi tambin la nueva clase de 1 C. Marx y F. Engels, Obras escogidas, Ediciones en lenguas extranjeras, Mosc. 1952. t. II, p. 366. Las tareas que el proletariado de Alemania tena ante s reclamaban insistentemente el planteamiento y la solucin de los problemas de la teora y la tctica revolucionarias, el esclarecimiento del papel histrico de la clase obrera tanto en la revolucin burguesa como en la revolucin socialista. y a ello se debi precisamente el que Alemania fuese la cuna del materialismo histrico y del marxismo en general y el que los guas del proletariado alemn, Marx y Engels, se revelasen como los creadores de la ciencia social. No es, en modo alguno, un hecho casual, sino que, por el contrario, responde a sus leyes, el que los creadores de la ciencia de la sociedad fuesen los idelogos de la clase obrera. La explicacin de ello est en que, mientras el descubrimiento de las leyes de la naturaleza se desliza, en general, sin grandes obstculos, ya que no choca con los intereses de las clases reaccionarias, la cosa es muy distinta cuando se trata del descubrimiento de las leyes del desarrollo de la sociedad, pues muchas de estas leyes se enfrentan con los intereses de las fuerzas de la reaccin. Esto explica por qu las fuerzas reaccionarias oponen una furiosa resistencia al descubrimiento y, ms todava, a la aplicacin de las leyes del desarrollo social que chocan con sus intereses. Slo la clase avanzada, personificada por sus idelogos, aquella clase que no se halla interesada en perpetuar el rgimen social viejo y caduco, que mira audazmente al porvenir, puede ser la iniciadora y abanderada del descubrimiento de las leyes del desarrollo de la sociedad. La ciencia social slo podan crearla y la crearon los idelogos del proletariado, de la clase consecuentemente revolucionaria, revolucionaria hasta el fin, interesada en acabar con todas las formas de explotacin del hombre por el hombre. Esto explica por qu la autntica ciencia de las leyes del desarrollo de la sociedad no poda ser creada por los idelogos de la burguesa, y menos an por los de la esclavitud o el feudalismo. La comparacin entre los resultados del desarrollo de las ciencias naturales y de la ciencia de la sociedad, en el momento en que apareci el marxismo, confirma plenamente lo que acabamos de decir. No cabe duda de que las ciencias naturales, a mediados del siglo XIX, haban alcanzado enormes xitos. La ciencia haba ido desalojando al idealismo y a la religin de un campo tras otro, en los dominios de las ciencias naturales. El materialismo filosfico de los siglos XVII y

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    9 XVIII, basndose en los datos de las ciencias naturales, brindaba una explicacin materialista de la naturaleza,

    partiendo de la naturaleza misma. En cambio, en las ciencias sociales, histricas, hasta que vino Marx, sigui prevaleciendo de un modo absoluto el

    idealismo. Sin hablar del idealismo filosfico y de la religin imperantes en la sociedad capitalista, hasta los pensadores que en su tiempo ocupaban una posicin avanzada, como los materialistas ingleses y franceses de los siglos XVII y XVIII o el materialista alemn de los aos cuarenta del siglo XIX, Ludwig Feuerbach, seguan abrazando los puntos de vista del idealismo, cuando se trataba de explicar los fenmenos de la vida social, la historia de la sociedad. Telogos y filsofos idealistas, socilogos e historiadores burgueses, todos los idelogos de la aristocracia feudal y de la grande y la pequea burguesa, vean en la conciencia, la razn, las ideas polticas, morales, religiosas y las dems ideas y principios, la fuerza motriz fundamental y determinante en el desarrollo de la sociedad. En la naturaleza actan, como es sabido, las fuerzas ciegas y elementales. En la sociedad actan los hombres, dotados de razn, de conciencia y de voluntad. De este hecho extraen los idealistas una conclusin falsa, al afirmar que mientras que en la naturaleza rigen las leyes y la necesidad, en la historia de la sociedad impera, por el contrario, al parecer, el libre arbitrio del hombre; si los cambios del da y la noche, el transcurso del tiempo; las alteraciones del clima y otros fenmenos de la naturaleza no dependen de la voluntad y la conciencia de los hombres, en cambio los acontecimientos de la historia se determinan, segn este modo de concebir, por la actividad consciente y la voluntad de los individuos, de los personajes histricos, de los caudillos, los hroes, los generales, los gobernantes y los reyes. Son las ideas, a juicio de los idelogos burgueses, las que gobiernan el curso de la historia. A los ojos de los historiadores y socilogos idealistas, la historia de la sociedad humana se tornaba en una cadena de sucesos contingentes, en un caos de errores, de violencias irracionales y aberraciones. Estos idelogos vean en pocas histricas enteras, por ejemplo en la Edad Media, el resultado del extravo de la razn, la consecuencia del odio y la supersticin de los hombres, o el fruto de las torpes costumbres de las gentes o de la ceguera del legislador. En vez de explicar las ideas sociales, las concepciones y teoras polticas y las instituciones sociales a la luz del desarrollo de las condiciones materiales de vida de la sociedad, los idealistas exponen toda la historia de la sociedad partiendo de la conciencia de los hombres, de su ideas y teoras filosficas, polticas, etc. Los idealistas consideran que no es la existencia social, que no es la vida material de la sociedad lo que engendra una determinada conciencia social, sino, por el contrario, la conciencia social la que alumbra y condiciona de por s la vida social, la existencia social. Para poder crear una concepcin cientfica de la historia, de la vida social, era necesario someter al idealismo a una crtica a fondo, en todos y cada uno de sus aspectos, y expulsarlo de su ltimo refugio, es decir, del campo de la historia. Y esto fue, en efecto, lo que hicieron Marx y Engels. Los vicios radicales de la concepcin idealista de la vida social, de la historia, consisten en lo siguiente. En primer lugar, los historiadores y socilogos idealistas, al estudiar la historia, la vida social, se fijan solamente en los motivos ideales que guan la actividad de los hombres, sin pararse a investigar qu es lo que engendra y determina estos motivos. Los idealistas se detienen, por tanto, en la apariencia de los fenmenos de la vida social, en la superficie del proceso histrico, sin penetrar en su esencia, sin descubrir las causas materiales profundas de los fenmenos estudiados. En segundo lugar, los idealistas contraponen metafsicamente la sociedad a la naturaleza, como si entre una y otra mediara un abismo. Ignoran el hecho de que la sociedad, aunque tenga sus caractersticas propias, es, sin embargo, parte de la naturaleza, de que los fenmenos sociales, como los de la naturaleza, se hallan sometidos a la accin de leyes objetivas, que no dependen de la conciencia ni de la voluntad de los hombres.

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    10 Los historiadores y los socilogos, hasta Marx, vean y exponan solamente los nexos fortuitos, externos, entre los

    acontecimientos histricos, entre los fenmenos sociales. En el mejor de los casos, alcanzaban a trazar un cuadro de determinados aspectos del proceso histrico, a reunir una serie de datos y hechos sueltos, inconexos, pero sin llegar a

    ofrecer nunca una autntica ciencia de la sociedad y de las leyes de su desarrollo. En tercer lugar, la sociologa y la historiografa premarxistas caracterizbanse por ignorar el papel decisivo de las masas populares en la historia, reduciendo la historia de la sociedad a la historia de los grandes hombres, los emperadores, los reyes y los caudillos. Los idealistas adoptaban ante las masas, ante el pueblo, una actitud de desprecio; las consideraban como una "materia" pasiva, sumisa, inerte, a la que infunda vida y movimiento, segn ellos, la accin del "espritu", de las ideas, la accin de las grandes personalidades. Las falaces concepciones idealistas de la sociedad y de la historia mantenidas en vigor hasta la aparicin del materialismo histrico obedecan a la situacin de clase, a la limitacin de los horizontes de clase de los socilogos e historiadores. Los idelogos burgueses, expresando los intereses de su clase, desorientan a las masas por medio de sus ardides idealistas. Pintan un cuadro deformado de la vida social, una imagen invertida de la realidad, de la miseria y las calamidades en que se debaten los trabajadores de los pases capitalistas. Manifestndose en contra de la lucha de clase del proletariado por cambiar las condiciones econmicas y polticas de vida de la sociedad, los idealistas se esfuerzan en sembrar la creencia ilusoria de que es posible llegar a cambiar estas condiciones de vida por medio del propio perfeccionamiento moral del hombre. El idealismo sirve a las clases explotadoras, al condenar a la pasividad poltica a las fuerzas progresivas de la sociedad, a los trabajadores, a la clase obrera. La crtica demoledora del idealismo en todos y cada uno de sus aspectos era, pues, condicin necesaria para llevar a cabo la revolucin operada en la ciencia por Marx y Engels. Los idelogos de la burguesa no podan llegar a crear una autntica ciencia de la sociedad. No obstante, y bajo la influencia del curso de los acontecimientos histricos, bajo la accin de los hechos histricos, los ms profundos y perspicaces entre ellos vironse obligados a adoptar una actitud crtica ante las concepciones simplistas y superficiales de los idealistas subjetivos. Los pensadores burgueses ms avanzados y los socialistas utpicos de los siglos XVIII, y XIX expresaron una serie de tesis e hiptesis cientficas en que podan apoyarse y se apoyaron Marx y Engels. As, por ejemplo, Helvecio, el materialista de la Ilustracin francesa del siglo XVIII, formul la tesis de la importancia del medio circundante y de las circunstancias de lugar y tiempo en la educacin del hombre. Rousseau expres la conjetura genial de la influencia ejercida por las herramientas de hierro y la agricultura en los orgenes de la desigualdad entre los hombres. El socialista utpico Saint-Simon explic la revolucin francesa del siglo XVIII como resultado de la lucha de clases del tercer estado contra la nobleza feudal. Algunos historiadores franceses e ingleses del primer cuarto del siglo XIX, estudiando los acontecimientos de la poca del feudalismo, la revolucin inglesa del siglo XVII y la francesa del XVIII, intentaron explicados desde el punto de vista de la lucha de clases. Adam Smith y Ricardo trataron de analizar los fundamentos econmicos de la divisin de clases reinante en la sociedad burguesa. El filsofo idealista alemn Hegel intent exponer la historia de la humanidad como un proceso necesario, de desarrollo, progresivo y contradictorio, basado, segn l, en el desarrollo de un "espritu universal", fruto de su propia lucubracin. Hegel suplantaba el nexo real entre los fenmenos histricos por un nexo sacado de su propia cabeza, extrado del arsenal de su propia filosofa, con lo cual mistificaba las leyes reales de la historia. No debe desconocerse, sin embargo, que este filsofo someti a crtica las concepciones subjetivas en torno a la historia y se esforz por descubrir bajo los acontecimientos histricos causas ms profundas que las simples ideas, los designios y la voluntad de estas o las otras personalidades histricas. Examinando el complejo proceso, sujeto a leyes, de la aparicin de la ciencia social, escribe V. I. Lenin: "Teniendo en cuenta que esta ciencia fue construida, en primer lugar, por los economistas

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    11 clsicos, al descubrir la ley del valor y la

    fundamental divisin de la sociedad en clases; que fue enriquecida, adems, y en relacin con ello, por los pensadores ilustrados del siglo XVIII, mediante la lucha contra el feudalismo y el clericalismo, y que fue impulsada, pese a sus

    concepciones reaccionarias, por los historiadores y filsofos de comienzos del siglo XIX, esclareciendo todava ms el problema de la lucha de clases, desarrollando el mtodo dialctico y aplicndolo o comenzando a aplicado a la vida social, podemos decir que el marxismo, que avanz con paso de gigante por este camino, representa el ms alto desarrollo de toda la ciencia histrica, econmica y filosfica de Europa".2 Hasta qu punto la creacin de la concepcin materialista de la historia responda a las crecientes exigencias de la realidad lo demuestra el hecho de que los pensadores avanzados de Rusia de mediados del siglo XIX, los demcratas revolucionarios Belinski, Herzen, Chernichevski y Dobroliubov, diesen, sin contacto alguno con Marx y Engels, pasos importantes hacia la elaboracin de esta teora. Dichos pensadores aportaron, en efecto, puntos de vista muy importantes orientados ya hacia la creacin de la nueva ciencia social. Plantearon el problema de las leyes que rigen el proceso histrico y criticaron el subjetivismo y el voluntarismo, avanzando hasta la certera formulacin de problemas como el del papel de las masas populares y de la personalidad en la historia, ofreciendo una explicacin materialista de diversos aspectos de la vida social, poniendo de manifiesto el carcter de clase de la filosofa, la literatura y el arte y esforzndose por esclarecer las ideas de los hombres a base de sus condiciones de vida. Subrayaron cmo la vida social cambia y se desarrolla a travs de las contradicciones y la lucha entre las diversas fuerzas sociales, por medio de la revolucin. No obstante, aun siendo materialistas en su explicacin de la naturaleza, estos pensadores revolucionarios rusos seguan siendo, de un modo general y en su conjunto, idealistas en cuanto al modo de explicar la vida social, pese a sus atisbos geniales sueltos y a sus certeras tesis aisladas. Segn ellos, el curso de la historia determinbase en ltima instancia por el progreso de la ciencia, por la difusin de la cultura entre el pueblo. Eran, en realidad, idelogos de los campesinos revolucionarios, y ello no los colocaba en el camino de crear la ciencia de las leyes que presiden el desarrollo de la sociedad. El materialismo histrico slo poda crearse destruyendo el idealismo bajo todas sus formas y sobreponindose, al mismo tiempo, a la limitacin de 2 Lenin, Obras completas, ed. rusa, t. XX, pg. 184. horizontes, a la unilateralidad, a la inconsecuencia y la actitud contemplativa del viejo materialismo premarxista, para construir una forma ms alta y consecuentemente cientfica de materialismo, o sea el materialismo dialctico. Y sta fue, cabalmente, la gran obra llevada a cabo por Marx y Engels mediante la sntesis de todas las conquistas de las ciencias naturales y de la experiencia histrica universal de la humanidad, principalmente de la experiencia revolucionaria del proletariado. Para crear el materialismo dialctico, Marx y Engels se apoyaron en el viejo materialismo, especialmente en el materialismo de los franceses del siglo XVIII y de Feuerbach, manteniendo en pie lo medular de estas doctrinas, o sea la solucin materialista del problema de las relaciones entre el espritu y la naturaleza, entre la conciencia y la materia. Marx y Engels, desarrollando los postulados del viejo materialismo, crearon una nueva teora filosfica, el materialismo dialctico, la concepcin cientfica del mundo del partido marxista de la clase obrera. Marx y Engels crearon la dialctica materialista, directamente opuesta a la dialctica idealista de Hegel, extrayendo de ella la mdula racional que en la dialctica hegeliana se esconda bajo una envoltura mstica. La dialctica materialista, el mtodo cientfico del marxismo, es crtica y revolucionaria hasta sus ltimas consecuencias. Marx y Engels extendieron las tesis del materialismo dialctico al conocimiento de la sociedad, las aplicaron al estudio de la vida social, a

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    12 la explicacin de la historia de la sociedad, y crearon as el materialismo histrico. La extensin de las tesis del

    materialismo dialctico al conocimiento de la sociedad permiti resolver acertadamente el fundamental problema de la ciencia social: el problema de las relaciones entre el ser social (es decir, la vida material de la sociedad y, ante todo,

    sus relaciones econmicas) y la conciencia social, e hizo posible el esclarecimiento de la historia como un proceso rigurosamente sujeto a leyes. Por oposicin a todas las doctrinas idealistas, que explican el ser social por la conciencia social, el materialismo histrico explica la conciencia social por el ser social, por las condiciones materiales de vida de la sociedad. La existencia social determina la conciencia social: tal es el principio fundamental, la piedra angular del materialismo histrico. El modo dialctico-materialista de abordar el estudio de la sociedad permite comprender los fenmenos sociales en sus nexos internos y en su interdependencia, en su dinmica y desarrollo contradictorios. El materialismo histrico permite comprender la historia de la humanidad como un proceso de desarrollo progresivo y de avance, que va desde las formas ms bajas de la sociedad hasta las ms altas, a travs de una serie de contradicciones que surgen y se resuelven por medio de la lucha de las fuerzas sociales nuevas y avanzadas contra las fuerzas viejas, reaccionarias y caducas, por medio de las revoluciones sociales. La creacin del materialismo histrico por Marx y Engels fue la ms grandiosa conquista del pensamiento cientfico, una verdadera revolucin operada en la ciencia, en la comprensin de la historia de la sociedad. En el famoso "Prlogo" a su libro Contribucin a la crtica de la Economa poltica caracteriza el propio Marx, de un modo genial, las tesis fundamentales del materialismo histrico. He aqu sus palabras: "En la produccin social de su vida, los hombres contraendeterminadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de produccin que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de produccin forma la estructura econmica de la sociedad, la base real sobre la que se erige una superestructura poltica y jurdica y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de produccin de la vida material condiciona el proceso de la vida social poltica y espiritual en general. No es la conciencia de los hombres la que determina su ser, sino, por el contrario, su ser social el que determina su conciencia. Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad chocan con las relaciones de produccin existentes o, lo que no es ms que la expresin jurdica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta all. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y se abre as una poca de revolucin social. Al cambiar la base econmica, se revoluciona, ms o menos rpidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando se estudian esas revoluciones, hay que distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en las condiciones econmicas de produccin y que pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas jurdicas, polticas, religiosas, artsticas o filosficas, en una palabra, las formas ideolgicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo. Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que l piensa de s, no podemos juzgar tampoco a estas pocas de

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    13 revolucin por su conciencia, sino que, por el contrario, hay que explicarse esta conciencia por las contradicciones de la

    vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de produccin. Ninguna formacin social

    desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella y jams aparecen nuevas y ms altas relaciones de propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad s propone siempre nicamente los objetivos que puede alcanzar, pues, bien miradas las cosas, vemos siempre que estos objetivos slo brotan cuando ya se dan o, por lo menos, se estn gestando, las condiciones materiales para su realizacin".3 3. Las leyes del desarrollo de la sociedad y su carcter objetivo. Mientras los historiadores y los socilogos buscaban la fundamental causa del desarrollo social en los cambios de las ideas y la actuacin de tales o cuales personalidades destacadas, no fue posible descubrir la sujecin a leyes, los nexos internos necesarios, en el desarrollo de la vida social: la historia discurra, a los ojos de estos socilogos e historiadores, simplemente como la manifestacin de innumerables aspiraciones y acciones humanas, que se entrelazaban y chocaban las unas con las otras; en una palabra, como la manifestacin de incontables contingencias. Pero la ciencia es enemiga del azar: la misin de la ciencia reside en descubrir por debajo de las innumerables manifestaciones fortuitas reales y aparentes los necesarios nexos internos, las leyes por las que se rigen los fenmenos. Los pensadores de la Ilustracin del siglo XVIII vean en el feudalismo una aberracin histrica, un movimiento de retroceso con respecto a la antigedad, porque abordaban el estudio del feudalismo de un modo metafsico, y no dialctico, considerando el rgimen feudal sin la menor conexin con las condiciones histricas objetivas que lo haban engendrado. Desde el punto de vista de las condiciones de Francia en el siglo XVIII o de las de Rusia en el XIX, el rgimen de la servidumbre feudal era un rgimen extemporneo antinatural, "irracional". Pero, dentro de las condiciones de la Edad Media, para los pueblos de toda Europa, al igual que para otros pueblos del mundo, que se encontraban en esta fase de desarrollo, el feudalismo fue un rgimen necesario, sujeto a leyes, progresivo y, por tanto, "racional". Los socilogos y polticos burgueses declararon fortuito y antinatural un acontecimiento tan sujeto a leyes y tan necesario desde el punto de vista histrico como la Gran Revolucin Socialista de Octubre en Rusia. En qu se basaban para negar la sujecin de este acontecimiento a leyes? Sencillamente, en que esta revolucin y el rgimen social y estatal socialista sovitico instaurado por ella contradecan los intereses de la burguesa y los conceptos de sus idelogos acerca del rgimen "normal" y "natural" de la sociedad. Acontecimientos tan adecuados a leyes como el triunfo de la revolucin antiimperialista y antifeudal en China o como la instauracin del rgimen de produccin antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado en el seno de la 3 C. Marx y F. Engels, Obras escogidas, ed. cit., t. I, pgs. 332- 333.

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    democracia popular en una serie de pases de Europa son considerados por los prohombres reaccionarios de los pases capitalistas, incluyendo entre ellos a los dirigentes socialistas de derecha, como fenmenos "anormales", antinaturales. Por qu? Sencillamente, porque estos grandes acontecimientos histricos han venido a descargar un nuevo golpe demoledor sobre el imperialismo y anuncian el hundimiento del rgimen capitalista en todos los pases. La causa de esta actitud hay que buscarla en la miopa de clase de los idelogos de la burguesa, en su miedo al prximo hundimiento de todo el sistema capitalista y al triunfo del socialismo, en los intereses de clase de la burguesa, que se esfuerza por mantener a toda costa su dominacin y por desacreditar y menoscabar la significacin de todo lo nuevo, progresivo y revolucionario. Pero, por mucho que los idelogos de la reaccin imperialista se enfurezcan ante tales acontecimientos, el hundimiento del capitalismo y el triunfo del socialismo son algo tan inevitable y tan sujeto a leyes como el hecho de que tras la noche viene el amanecer y el invierno es seguido por la primavera y el verano. El materialismo histrico nos ensea a considerar todo fenmeno social en relacin con las condiciones en que ha surgido. Todo depende de las condiciones, del lugar y del tiempo. "Todo el espritu del marxismo, todo este sistema, exige que cada situacin se considere a) solamente desde el punto de vista histrico; b) solamente en relacin con otras; c) solamente en relacin con la experiencia concreta de la historia".4 Slo abordando los fenmenos sociales de un modo concreto, de un modo histrico, es posible comprender los nexos internos necesarios, las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad. Los nexos entre los fenmenos son multiformes. Hay nexos externos, aislados, fortuitos, y hay nexos internos, generales y necesarios, constantes, reiterados, esenciales. Las leyes de la naturaleza y las leyes del desarrollo de la sociedad descubiertas por la ciencia expresan los nexos internos, necesarios, generales, reiterados y relativamente constantes y las relaciones de interdependencia entre los fenmenos, nexos y relaciones que brotan de la esencia misma, de la naturaleza de los fenmenos y procesos de que se trata. As, por ejemplo, la existencia en la sociedad capitalista de dos clases antagnicas y hostiles entre s -el proletariado y la burguesa- y la lucha entre ellas, no constituye un fenmeno casual, sino necesario, inevitable, que responde a la propia esencia, a la naturaleza misma del rgimen capitalista de produccin. Es una ley del desarrollo del capitalismo. Del mismo modo que de la esencia, de la naturaleza del rgimen socialista de produccin se deriva la inexistencia en la sociedad socialista de 4 V. I. Lenin, Obras completas. ed. rusa, t. XXXV, pg. 200. clases hostiles entre s. Las relaciones de amistad entre la clase obrera y los campesinos son una ley del desarrollo de la sociedad socialista. La historia demuestra que la aparicin y el desarrollo de los procesos sociales no estn determinados por los nexos casuales, externos, entre estos fenmenos, sino por sus nexos internos y necesarios. Los movimientos de liberacin nacional, las revoluciones sociales, la lucha de clases, las guerras, los cambios de unas formaciones sociales por otras, no son en modo alguno fenmenos casuales, como trata de presentados la sociologa burguesa, sino fenmenos rigurosamente regidos por leyes y que responden al desarrollo de las condiciones de la vida material de la sociedad

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    15 El capitalismo no desplaz al feudalismo de un modo casual, sino por un cambio necesario, sujeto a

    leyes. Su aparicin fu impuesta necesariamente por determinadas condiciones materiales, por las condiciones del desarrollo econmico. Del mismo

    modo que el socialismo no desplaza hoy al capitalismo de un modo casual, sino con arreglo a leyes, de un modo necesario. La sociedad, tal como la consideran los socilogos burgueses, constituye una suma mecnica de individuos. Pero esta concepcin es falsa. La sociedad es el producto de las relaciones mutuas entre los hombres, un determinado sistema de relaciones entre los hombres y, principalmente, de sus relaciones de produccin, que forman el fundamento de la sociedad, la base de sta. Entre los fenmenos de la vida social existen nexos orgnicos. Estos nexos internos, necesarios, permanentes y el condicionamiento de los fenmenos de la vida social constituyen la sujecin a leyes de la vida social, la sujecin a leyes del desarrollo de la sociedad. Las leyes del desarrollo social (al igual que las leyes de la naturaleza) expresan los nexos reales, objetivos, entre los fenmenos, nexos que existen independientemente de la voluntad y la conciencia de los hombres. Hasta ahora, hasta el socialismo, estas leyes actuaban principalmente de un modo espontneo, como las leyes naturales. As, por ejemplo, la ley del valor, en las sociedades en que los productos del trabajo revisten la forma de mercancas, acta independientemente de que los hombres quieran o no quieran tenerla en cuenta. Bajo el capitalismo, la ley del valor, como las dems leyes econmicas, ejerce su accin como una fuerza elemental. El materialismo histrico considera el desarrollo social como un proceso histrico-natural. Lo cual significa, en primer lugar, que el desarrollo social es un desarrollo necesario, sujeto a leyes. Y, en segundo lugar, que las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad tienen una existencia real, objetiva, independiente de la voluntad y de la conciencia, y determinan la conciencia y la voluntad, as como tambin la vida social y la accin de los hombres. Los hombres no pueden abolir, destruir ni transformar las leyes de la naturaleza, ni tampoco las leyes del desarrollo de la sociedad. "Los hombres pueden descubrir estas leyes, llegar a conocerlas, estudiarlas, tomarlas en consideracin al actuar y aprovechadas en inters de la sociedad; pero no pueden modificadas sin abolirlas. Y an menos pueden formar o crear nuevas leyes de la ciencia".5 Ya se trate de la sociedad capitalista, cuyo desarrollo econmico discurre de un modo espontneo, o de la sociedad socialista, que se desarrolla con arreglo a un plan, el desarrollo se opera en ambos casos bajo la accin de leyes objetivas, independientes de la voluntad y la conciencia de los hombres. As, por ejemplo, el carcter objetivo de las leyes econmicas de la sociedad capitalista se deja sentir en las crisis peridicas de produccin del capitalismo y en el desarrollo, el ahondamiento y la agudizacin de todas las contradicciones inherentes a este rgimen. Los capitalistas querran que todo fuese prosperidad, que no hubiese crisis, que no se agudizasen las contradicciones, pero estos fenmenos responden a una ley objetiva de la sociedad capitalista, ley independiente de su voluntad. Para llevar a cabo la revolucin socialista y construir el socialismo, la clase obrera de Rusia, bajo la direccin del Partido Comunista, se apoy en leyes objetivas: en la ley econmica de la obligada correspondencia de las relaciones de produccin con el carcter de las fuerzas productivas y en las dems leyes del desarrollo econmico, as como tambin en las leyes de la lucha de clases y de la revolucin. El conocimiento de las leyes objetivas permite prever los rumbos del desarrollo y actuar fructferamente, con xito, en inters de la sociedad.

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    16 Negar las leyes objetivas del desarrollo de la sociedad es caer en el idealismo y equivale a

    renunciar a la ciencia social. Negar las leyes objetivas de los fenmenos sociales equivale, asimismo, a renunciar a la posibilidad de prever el

    curso de los acontecimientos, a negar la posibilidad de influir en la marcha de stos sobre la base de la previsin cientfica, a negar la posibilidad de gobernar el curso de los acontecimientos mediante el dominio de las leyes de la ciencia. La ignorancia de las leyes sociales por el hombre no queda nunca impune. Quien acta en contra de las leyes objetivas, en contra de la orientacin objetiva del desarrollo histrico, no alcanza sus fines y sale, a la postre, derrotado. Esa suerte corrieron en Rusia los mencheviques y social-revolucionarios, por empearse en negar la necesidad de la revolucin proletaria y de la dictadura del proletariado. Y as les ocurri a los trotskistas, por negar la posibilidad del 5 J. Stalin, Problemas econmicos del socialismo en la U.R.S.S., Ediciones "Nuestro Tiempo", Mxico, 1952, pg. 4. triunfo del socialismo en la U.R.S.S. Por eso sufrieron un descalabro los imperialistas norteamericanos, ingleses, franceses y sus adlteres, en los aos de 1918 a 1920, quienes se proponan estrangular a la Rusia Sovitica. Y esa fu tambin la suerte que corri el hitlerismo, cuando se empe en esclavizar o destruir a la Unin Sovitica y en instaurar la dominacin mundial de la Alemania fascista. Corno sufrir inevitablemente un descalabro la poltica de aquellos crculos imperialistas que ambicionan implantar su dominacin sobre el mundo y volver atrs la rueda de la historia. La fuerza de los partidos marxistas estriba en que, en su actividad prctica, en la lucha por el comunismo, se basan en las leyes del desarrollo social, en el conocimiento de estas leyes y en su consciente utilizacin, al servicio de los intereses del pueblo. Las leyes del desarrollo de la sociedad, al igual que las leyes de la naturaleza, expresan una relativa constancia en las relaciones entre los fenmenos, aquello que se repite con una cierta regularidad, con una necesaria consecuencia, en presencia de las condiciones objetivas dadas. La existencia de determinadas causas engendra inevitablemente determinados efectos. Por ejemplo, un determinado rgimen econmico produce necesariamente determinados fenmenos. El rgimen econmico capitalista engendra inevitablemente las crisis econmicas, el paro forzoso, la miseria de las masas, las guerras. Para acabar con los efectos, es necesario acabar con las causas que los engendran. Para acabar con el paro forzoso, con la miseria de las masas, con la crisis de superproduccin y las guerras imperialistas, hay que acabar con el capitalismo. Los socilogos e historiadores burgueses de la segunda mitad del siglo XIX y del XX -entre los que podemos citar a H. Rickert, W. Windelband, Max Weber, E. Meyer y H. Schultz, Bertrand Russell, C. Federn y G. Trevelyan en Inglaterra, y John Dewey, E. Bogardus y E. Ross en los Estados Unidos- negaban y niegan con fastidiosa insistencia la vigencia de leyes objetivas en la historia. Contraponen, de un modo metafsico e idealista, los acontecimientos histrico-sociales a los fenmenos de la naturaleza y afirman que mientras que stos se repiten de un modo regular, los fenmenos sociales tienen un carcter especfico e individual, que los sustrae a toda posibilidad de repeticin. Las guerras greco-persas, las batalla de Austerlitz o la de Poltava, nos dicen estos socilogos e historiadores, sucedieron una vez y no volvern a repetirse; de donde llegan a la conclusin de que no es posible hablar, en este campo, de leyes, toda vez que las leyes la expresin de algo general, de algo que se repite, de lo que sucede siempre y en todas partes, con una determinada secuencia.6

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    17 6 El historiador alemn Eduard Meyer escribe: "Hace mucho que

    Los intentos de los socilogos e historiadores burgueses de contraponer la sociedad a la naturaleza, con el fin de sostener la concepcin idealista de la historia y de "fundamentar" la negacin de las leyes objetivas del desarrollo de la sociedad, son totalmente anticientficos y reaccionarios. La sociedad constituye el eslabn ms alto en la cadena general del desarrollo del mundo material. Es una parte especfica del mundo material, con sus leyes propias y peculiares de desarrollo. Pero, aunque los fenmenos sociales tengan caractersticas cualitativas que los distinguen de los fenmenos de la naturaleza, se hallan sujetos tambin a leyes objetivas. Tampoco en la naturaleza, como en la sociedad, existe una identidad absoluta entre los fenmenos. No encontraremos dos hojas de un rbol o dos animales de la misma especie absolutamente idnticos entre s. Lo cual no impide que el naturalista los incluya en una determinada especie vegetal o animal. Lo mismo ocurre en la sociedad. Es claro que el capitalismo se ha desarrollado en los Estados Unidos con modalidades distintas que en Inglaterra, y en el Japn de un modo hasta cierto punto distinto que en Francia; cada pas posee ciertos rasgos propios y peculiares, ciertas caractersticas, que responden a las diferentes condiciones histricas de su desarrollo. Pero, pese a estas caractersticas y peculiaridades, hay entre ellos, fundamental y radicalmente, algo general que justifica el que se los reduzca conjuntamente a una sola formacin econmico-social, a saber: la capitalista. La sociedad capitalista no ha surgido simultneamente en los diversos pases. Pero, al aparecer la burguesa, en todas partes, en todos los pases se despleg una lucha de clases entre la burguesa y la nobleza por el Poder poltico. Y en los pases capitalistas ms importantes, esta lucha de clases dio cima a la revolucin antifeudal. As sucedi en Inglaterra en el siglo XVII, en Francia en el XVIII y en Alemania en 1848. Cada una de estas revoluciones presenta rasgos peculiares que no se repiten. Pero todas ellas fueron revoluciones antifeudales, burguesas. Dondequiera que surge el capitalismo crece inevitablemente la riqueza en uno de los polos y la miseria en el otro y se desarrolla inevitablemente la lucha de clase del proletariado contra la burguesa. Tal es la ley del capitalismo. Dondequiera que se agudizan las contradicciones entre el proletariado y la burguesa aumenta la influencia de las ideas del marxismo-leninismo, la influencia de los partidos marxistas, entre la clase obrera. "No se trata aqu del grado de desarrollo, ms alto o ms bajo, que alcanzan los antagonismos sociales engendrados por las leyes naturales de la produccin capitalista. Se vengo ocupndome del estudio de la Historia y nunca he encontrado una sola ley histrica, ni s tampoco de nadie que la haya descubierto". trata de las leyes mismas, de las tendencias mismas, que actan y se imponen con una necesidad frrea".7 El marxismo ensea que los pases econmica y polticamente ms desarrollados muestran a los pases menos desarrollados la imagen de su futuro. En nuestra poca, la U.R.S.S. y los pases de democracia popular revelan el futuro de todos los pases capitalista del mundo. Por consiguiente, la reiteracin, como uno de los rasgos ms importantes de la accin de toda ley, incluyendo las leyes histrico-sociales, no se da solamente en la naturaleza, sino tambin en la vida social. Quiere esto decir que no se den en la sociedad fenmenos irrepetibles, nicos, individuales? Claro

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    18 est que no. Aristteles es irrepetible. El arte griego

    antiguo, basado en la mitologa, es irrepetible. Pero, por muy individuales y peculiares que sean, tambin la filosofa de Aristteles y el arte griego antiguo se hallan sujetos a la accin de las leyes de desarrollo de la sociedad. Las

    concepciones filosficas y poltico- sociales de Aristteles fueron engendradas por las condiciones de su tiempo, por las relaciones sociales de su poca. Y otro tanto podemos decir del arte griego antiguo, cuyas ideas fueron tomadas del arsenal ideolgico de la mitologa de la antigua Grecia: jams habra podido surgir ese arte, digamos, en el siglo del vapor y la electricidad. Vemos, pues, que, pese a la peculiaridad de los fenmenos histrico-sociales, comparados con los fenmenos naturales, tambin en la sociedad y en la historia, lo mismo que en la naturaleza, los fenmenos se hallan sujetos a leyes objetivas. Los socilogos, historiadores y publicistas burgueses niegan las leves objetivas de la historia de la sociedad por miedo a la implacable necesidad histrica. Cmo podran los idelogos de la burguesa reconocer la necesidad histrica del hundimiento del capitalismo y del triunfo del socialismo? Sus sofismas, encaminados a la negacin de las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad, no persiguen otro fin que socavar la conviccin de la clase obrera en el triunfo del socialismo, la conviccin de que es posible prever el curso de los acontecimientos y transformar conscientemente la sociedad. Pero si es inadmisible contraponer de un modo absoluto la sociedad a la naturaleza, como hacen los metafsicos y los idealistas, no es menos inadmisible identificar mecnicamente los fenmenos de la naturaleza y los de la sociedad. Y la sociologa burguesa tan pronto contrapone metafsicamente la sociedad a la naturaleza como identifica, a la inversa, las leyes del desarrollo social con las leyes del desarrollo de la naturaleza, buscando la respuesta a los problemas sociales, histricos, en la naturaleza 7 C. Marx y F. Engels, Obras escogidas. ed. cit., t. I, pg. 417- 418. biolgica del hombre, supuestamente invariable y eterna. Mientras que las teoras subjetivistas intentan aislar la sociedad de la naturaleza, abrir un abismo entre ellas, las teoras biolgicas u otras teoras naturalistas tratan de identificar los fenmenos sociales con los naturales, con los fenmenos biolgicos, fsicos, mecnicos, de trasplantar a la sociedad las leyes de la biologa, de la fsica y de la mecnica. Aspiran, con ello, a justificar el capitalismo y a presentar todas sus lacras y todos sus vicios -la miseria de los trabajadores, el paro forzoso, etc.- como el resultado inevitable de las leyes eternas de la naturaleza. En la sociologa y en la economa poltica burguesas reaccionarias de nuestro tiempo se hallan muy difundidas las doctrinas del llamado darwinismo social, del racismo y del neomalthusianismo. El darwinismo social trasplanta mecnicamente a la sociedad la frmula darwinista de la "lucha por la existencia". Los darwinistas sociales y los racistas llaman "lucha por la existencia" a las guerras imperialistas y al yugo colonial y explican como resultado de una ley natural, biolgica, la lucha de las razas "superiores" contra las "inferiores". Estas disparatadas y seudocientficas teoras reaccionarias estn tan alejadas de la ciencia como el cielo de la tierra.

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    19 Criticando a uno de los sostenedores de las teoras biolgicas, Fr. A. Lange, autor de un libro sobre El

    problema obrero, escriba irnicamente Marx: "El seor Lange ha hecho un gran descubrimiento. Segn l, toda la historia puede

    reducirse a una gran ley natural. Esta ley naturales la frase (pues la frmula darwinista se convierte, al aplicarla as, en una simple frase) de la struggle for life, la "luchar por la existencia", y el contenido de esta frase no es otro que la ley maltusiana de la poblacin o, mejor dicho, de la superpoblacin. Por tanto, en vez de analizar la struggle for life, tal como se presenta histricamente bajo formas sociales diferentes, no se encuentra nada mejor que encajar toda lucha concreta en la frase de la struggle for life y trasponer esta frase a la fantasa maltusiana de la poblacin. Hay que reconocer que se trata de un mtodo muy convincente para encubrir una ignorancia cientfica y una pereza mental verdaderamente enfticas y grandilocuentes".8 La dinmica de la sociedad se halla sujeta a sus propias leyes, que no pueden reducirse a las leyes de la naturaleza. Los animales se encuentran ya dispuestos con lo que la naturaleza ha producido sin participacin suya, y se aprovechan de ello. El hombre, por medio de su trabajo, transforma la naturaleza, la somete a su poder, produce lo que la naturaleza misma no crea. Los animales, en la lucha con la naturaleza que los rodea, se valen solamente de sus rganos naturales, mientras que el hombre utiliza instrumentos de produccin que l mismo se encarga de crear. El desarrollo de los animales se reduce al de sus rganos naturales; en cambio, el de la sociedad humana se halla vinculado, ante todo, al desarrollo de las fuerzas productivas. Por eso no es posible trasplantar a la sociedad las leyes de la naturaleza, aplicar a los fenmenos de la vida social los conceptos de la fsica y la biologa, como han tratado de hacerlo, por ejemplo, Augusto Comte o Herbert Spencer y, siguiendo sus huellas, otros positivistas, idealistas y mecanicistas (entre ellos, A. A. Bogdnov). El marxismo desenmascara como mtodos reaccionarios y anticientficos, encaminados a falsificar la ciencia de la sociedad, todos los intentos dirigidos a trasplantar al campo de las ciencias sociales los conceptos de las ciencias naturales. Lenin subrayaba que, "con ayuda de estos conceptos, no es posible realizar ninguna investigacin de los fenmenos sociales, esclarecer de ningn modo el mtodo de las ciencias sociales. Nada ms fcil que poner el rtulo de "energtico" o "biolgico- sociolgico" a fenmenos como las crisis, las revoluciones, la lucha de clases, etc., pero nada tampoco ms estril, ms escolstico, ms muerto, que semejante actividad" 9 Estas dislocaciones escolsticas y reaccionarias, como las que encontramos en Spencer y en sus partidarios, lo mismo que en Bogdnov y en sus secuaces, proponanse tergiversar la verdadera base material objetiva del desarrollo de la sociedad, que no es otra que el modo de produccin de sus bienes materiales. El marxismo-leninismo ha echado por tierra tales teoras, poniendo de manifiesto su carcter anticientfico y reaccionario. Al descubrir la base concreta del desarrollo social en el desarrollo de la produccin de los bienes materiales necesarios para la vida de los hombres, Marx estableci el concepto de formacin econmico-social. La formacin econmico-social es una determinada fase de desarrollo de la sociedad que se caracteriza por su modo propio de produccin y, consiguientemente, por relaciones de produccin histricamente determinadas y por las relaciones polticas, ideolgicas, etc., que surgen a base de ellas. Las relaciones de produccin no agotan toda la riqueza de las relaciones sociales, pero son la base econmica sobre la que

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    20 surge la supraestructura a que esa base da vida y que se halla condicionada por ella, es decir, las concepciones polticas,

    jurdicas, morales, religiosas, artsticas y filosficas, y las instituciones congruentes con ellas. El modo de produccin determina el carcter y la estructura de toda formacin econmico-social.

    La historia conoce cinco tipos de formaciones econmico-sociales: el rgimen de la comunidad primitiva, la sociedad esclavista, la feudal, la 8 Marx-Engels, Ausgewalte Briefe, Zurich, 1934, pg. 164. 9 V. I. Lenin, Obras completas, ed. rusa, t. XIV, pg. 314. capitalista y la comunista, cuya primera fase, el socialismo, ha sido instaurada ya en la U.R.S.S. Las leyes de desarrollo de la sociedad tienen un carcter histrico: entre ellas, unas se dan en todas las formaciones sociales, otras son propias de las formaciones antagnicas y otras, por ltimo, son leyes de tipo especfico, que slo aparecen en determinadas formaciones econmico-sociales. "En su desarrollo econmico, las diversas formaciones sociales -escribe J. V. Stalin- no slo se subordinan a sus leyes econmicas especficas, sino tambin a las leyes econmicas comunes a todas las formaciones, por ejemplo, a leyes como la ley de la unidad de las fuerzas productivas y las relaciones de produccin en una produccin social nica, como la ley de las relaciones entre las fuerzas productivas y las relaciones de produccin, en el proceso de desarrollo de todas las formaciones sociales. Por consiguiente, las formaciones sociales no slo estn separadas entre s por sus leyes econmicas y especficas, sino ligadas entre s por leyes econmicas comunes a todas ellas".10 Entre las leyes ms generales que rigen para todas las fases del desarrollo social, para todas las formaciones sociales, se cuentan, por ejemplo, las siguientes leyes sociolgicas: la ley de la accin determinante de la existencia social sobre la conciencia social; la ley de la accin determinante del modo de produccin de los bienes materiales sobre la estructura y el desarrollo de la sociedad; la ley econmica de la obligada correspondencia de las relaciones de produccin con el carcter y el grado de desarrollo de las fuerzas productivas; la ley de la accin determinante de la base econmica sobre la supraestructura social; la ley de las revoluciones sociales en el paso de una formacin social a otra, y algunas ms. Las leyes sociolgicas ms generales rigen para todas las fases del desarrollo social; lo nico que cambia es su forma de manifestarse en las diferentes formas sociales, por virtud de las condiciones sociales en que actan dentro de cada formacin. Estas leyes generales se revelan mediante el anlisis cientfico de las condiciones y relaciones generales que caracterizan la existencia y el desarrollo de todas las formaciones econmico-sociales en general que desfilan a lo largo de la historia. A base de estas condiciones generales surgen y se manifiestan, en efecto, las leyes ms generales de desarrollo de la sociedad. Otras leyes, por ejemplo la de la lucha de clases, son propias y especficas de aquellas sociedades en

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    21 que existen clases antagnicas. Estas leyes no rigieron durante los miles de aos de existencia del rgimen de la

    comunidad primitiva y dejan de regir

    10 J. Stalin, Problemas econmicos del socialismo en la U.R.S.S., ed. cit., pg. 67. al desaparecer las clases. La lucha de clases pasa, adems, por diversas fases de desarrollo histrico, en consonancia con el desarrollo y los cambios de los modos de produccin. La lucha de clase del proletariado moderno se distingue, naturalmente, de la lucha de clase de los esclavos y de los campesinos feudales, tanto en lo que se refiere a sus objetivos como en cuanto a sus formas y a sus medios. Pero la lucha de clases es ley objetiva y fuerza motriz de desarrollo en todas las formas antagnicas de la sociedad, en particular en la sociedad burguesa y tambin en el perodo de transicin del capitalismo al socialismo. Entre las leyes especficas propias y especficas de cada formacin social por separado tenemos, por ejemplo, la ley econmica fundamental del capitalismo, la ley econmica fundamental de la sociedad socialista, etc. Muchos socilogos y economistas burgueses erigen en leyes eternas e invariables las leyes histricamente limitadas de la sociedad burguesa. Ello responde a su falaz concepcin de la sociedad capitalista como un rgimen supuestamente natural, invariable y eterno, como el nico rgimen posible. Uno de los ms grandes mritos de Marx y Engels es el haber puesto de relieve el carcter histricamente transitorio de la formacin econmico-social capitalista y de las leyes que en ella rigen. El triunfo del socialismo en la U.R.S.S. ha hecho que en la nueva sociedad, junto a la vigencia de las leyes comunes a todas las formaciones, se afirmen nuevas leyes especficas y nuevas fuerzas motrices del desarrollo, propias y exclusivas de la sociedad socialista. Lo cual ha venido a confirmar la importantsima tesis del materialismo histrico de que cada formacin econmico-social, adems de regirse por las leyes generales del desarrollo de la sociedad, vigentes para toda la historia de la sociedad en su conjunto, posee sus leyes propias de nacimiento y desarrollo, peculiares y exclusivas de ella. 4. Las leyes histricas y la actividad consciente del hombre. Libertad y necesidad. Los crticos burgueses del marxismo afirman que el reconocimiento de las leyes objetivas y de la necesidad histrica conduce inevitablemente al fatalismo, a la negacin de la actividad consciente del hombre. Los socilogos burgueses intentan "convencer" al marxismo de inconsecuencia, de incurrir en contradicciones lgicas internas. Dicen que los marxistas reconocen la necesidad histrica del socialismo, pero organizan a la par con ello el partido de la revolucin social, encargado de asegurar la implantacin del rgimen socialista. Segn ellos, hay que optar por una de dos cosas: o por la necesidad histrica o por la accin revolucionaria. El socilogo burgus ingls Carl Federn, en un libro titulado La concepcin materialista de la historia, repitiendo argumentos del neokantiano alemn Stammler, escribe: "Si el socialismo estuviese llamado a implantarse con sujecin a leyes, no sera necesario reclamarlo. Si el socialismo fuese realmente la siguiente fase inevitable en la evolucin de la

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    22 sociedad, no habra necesidad de una teora socialista y, menos an, de un partido socialista. Nada justificara la

    existencia de un partido llamado a implantar la primavera y el verano". No es difcil darse cuenta de que quienes as critican al marxismo tergiversan deliberadamente los trminos del

    problema, mezclando y confundiendo procesos distintos. El advenimiento de la primavera y el verano no depende de la accin del hombre. Las estaciones del ao se sucedan ya antes de existir la humanidad. En cambio, los acontecimientos histricos seran inconcebibles sin la participacin del hombre, sin la accin de ste. La necesidad histrica no se impone al margen de la accin del hombre, sino por medio de ella. La necesidad del cambio de rgimen social, por ejemplo del rgimen capitalista, significa que las condiciones mismas de su vida impulsan inevitablemente a las masas y con fuerza cada vez mayor a medida que transcurre el tiempo a luchar por la instauracin del nuevo rgimen. En el curso del desarrollo social, van cambiando las condiciones de la vida material de los hombres. Estos cambios hacen que el orden social, cuando sobrevive a su tiempo, resulte insostenible. Y entonces surge en las clases avanzadas, de un modo ms o menos claro, la conciencia de que es necesario acabar con el viejo rgimen e instaurar otro nuevo, basado en las condiciones materiales que han ido madurando a favor de l en el seno de la vieja sociedad. Cuanto ms se extienda en las masas la conciencia de la necesidad de acabar con el rgimen capitalista, cuanto ms enrgica sea la lucha encaminada a sustituirlo por otro rgimen social nuevo y ms alto, cuanto mayor sea el grado de cohesin y de organizacin de las masas, ms rpidamente se producir este cambio. El reconocimiento de la necesidad histrica, de las leyes objetivas del desarrollo social, nada tiene que ver con el quietismo, con la pasividad, como falazmente afirman los crticos burgueses del materialismo histrico. Por el contrario, es precisamente la teora social marxista, que considera el desarrollo social como un proceso rigurosamente sujeto a leyes, la que pone en movimiento histrico a la clase obrera, la que pone en pie a las fuerzas progresivas, movilizndolas y organizndolas para el cumplimiento consciente de su misin histrica creadora, para la lucha por la destruccin del capitalismo y la construccin del comunismo, a base de la aplicacin consciente de las leyes conocidas. El materialismo histrico es enemigo tanto del subjetivismo y el voluntarismo de los idealistas, que conduce en la prctica, en la poltica, al aventurerismo, como del materialismo vulgar, de la teora de la espontaneidad, que condena a la clase obrera y a las fuerzas avanzadas de la sociedad a una actitud pasiva, a esperar que todo se desarrolle por s mismo, a la manera como tras el invierno viene la primavera. El materialismo vulgar, al considerar la necesidad histrica de un modo abstracto, desvinculada de la accin de las masas populares, de la lucha de clases, condena a las masas a someterse servilmente a las leyes objetivas, convierte las leyes de la historia en fetiches, predica la pasividad. Este punto de vista guarda cierta relacin con el fatalismo, cuyo principio es el de que "las cosas son as y no pueden cambiarse", y con la concepcin religiosa segn la cual "todo ha sido previsto y establecido por la divina providencia". El materialismo histrico ensea que las leyes del desarrollo de la sociedad son leyes objetivas, que los hombres no pueden crear, modificar o abolir estas leyes, pero s pueden tener conciencia de ellas, descubrirlas y aplicarlas con conocimiento de causa en inters de la sociedad y, de este modo dominadas, someter la accin de dichas leyes a su poder, hacerse dueos de ellas. El materialismo histrico ha demostrado, y la experiencia histrica lo confirma plenamente, que la

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    23 sociedad humana, pese a toda su complejidad, es susceptible de ser conocida, que es posible conocer y

    asimilarse conscientemente las leyes que rigen el desarrollo social. Los datos de la ciencia marxista acerca de las leyes del desarrollo de la sociedad son autnticos conocimientos, que encierran la significacin de

    verdades objetivas. La ciencia de estas leyes, la ciencia de la historia de la sociedad, puede llegar a ser y es una ciencia tan exacta como la biologa, por ejemplo. Los partidos comunistas, dominando esta ciencia, pueden aplicar y aplican con xito las leyes del desarrollo social, en inters de los trabajadores y para la lucha revolucionaria contra el capitalismo, para la edificacin de la sociedad comunista. Cuando la clase obrera no est dirigida todava por su partido marxista y, como consecuencia de ello, an no conoce las leyes del desarrollo social, su movimiento presenta un carcter espontneo, sufre con frecuencia derrotas, cae bajo la influencia de la ideologa y la poltica burguesas, se mueve en las tinieblas. Otra cosa sucede cuando la clase obrera es dirigida por el partido marxista, cuando se halla pertrechada con el conocimiento de las leyes de la lucha de clases contra el capitalismo, pues esto la lleva por el camino ms corto y con los menores sacrificios hacia su meta hacia el socialismo. As lo ha demostrado la lucha victoriosa de la clase obrera rusa, el triunfo del socialismo en la U.R.S.S. Con el paso del capitalismo al socialismo, se da el salto del reino de la necesidad ciega al reino de la libertad. Lo cual no debe interpretarse en el sentido de que el socialismo venga a "abolir" la vigencia de las leyes objetivas, la necesidad histrica. No, semejante cosa sera imposible. Las leyes objetivas regirn siempre, determinarn siempre el desarrollo social. Lo que ocurre es que, hasta el triunfo del socialismo, las leyes de la sociedad actuaban, en lo fundamental, de un modo ciego, espontneo y, frecuentemente, con una fuerza destructora. Bajo el socialismo, en cambio, los hombres utilizan conscientemente las leyes del desarrollo social. La necesidad es ciega mientras no se la conoce. La libertad es la conciencia de la necesidad y la posibilidad de someter la accin de sta a los fines de los hombres. "La libertad no reside, pues, en una soada independencia de las leyes naturales -escribe Engels-, sino en la conciencia de estas leyes y en la posibilidad que lleva aparejada de proyectarlas racionalmente sobre determinados fines".11 Lo cual puede aplicarse, no slo a las leyes de la naturaleza, sino tambin a las leyes del desarrollo social. "Las fuerzas activas de la sociedad obran, mientras no las conocemos y contamos con ellas, exactamente lo mismo que las fuerzas de la naturaleza: de un modo ciego, violento, perturbador. Pero, una vez conocidas, tan pronto como hemos sabido comprender su accin, su tendencia y sus efectos, est en nuestras manos el supeditarlas cada vez ms de lleno a nuestra voluntad y alcanzar por medio de ellas los fines propuestos. Tal es lo que ocurre, muy sealadamente, con las gigantescas fuerzas modernas de la produccin. Tan pronto como penetremos en su verdadero carcter, esas fuerzas, puestas en manos de los productores asociados, se convertirn de demonios tirnicos en sumisos servidores. Es la misma diferencia que hay entre el poder malfico de la electricidad en la tormenta y el poder benfico de la fuerza elctrica subyugada en el telgrafo y en el arco voltaico; la diferencia que hay entre el incendio destructor y el fuego puesto al servicio del hombre".12 Bajo el socialismo, el desarrollo de la produccin y de toda la sociedad deja de tener un carcter elemental. El desarrollo de la produccin social y de toda la sociedad socialista se halla sometido a los planes generales del Estado y a la poltica, cientficamente establecida, del Partido Comunista y el Estado socialista. Los planes de la economa nacional del Estado

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    24 socialista y la poltica del Partido Comunista se basan en la conciencia de las leyes objetivas del desarrollo de la sociedad y,

    principalmente, de las leyes econmicas. Como vemos, tambin en la sociedad socialista

    11 F. Engels, Anti-Dhring, trad. esp. de W. Roces, Madrid, 1932, pg. 113. 12 Obra cit., pg. 306. rigen leyes objetivas. Tambin bajo el socialismo, la nueva generacin de hombres que surge a la vida se encuentra ya con fuerzas productivas y relaciones de produccin existentes, no creadas por ellos. Para poder seguir desarrollando estas fuerzas productivas, cada nueva generacin tiene que partir de lo que han creado ya las generaciones que la han precedido. Cada nuevo paso en el desarrollo de la sociedad se halla determinado por el nivel ya alcanzado en la produccin socialista y en la productividad del trabajo. As, la sociedad socialista no puede saltar de golpe y porrazo, a su antojo y por obra de la voluntad de los hombres, de la primera a la segunda fase del comunismo. El paso gradual al comunismo depende, en ltimo resultado, del incremento de las fuerzas productivas y del consiguiente desarrollo de las relaciones de produccin. Y el desarrollo de la produccin socialista no se opera espontneamente, sino que se regula por la accin consciente de la sociedad; a base del conocimiento de las leyes econmicas objetivas. Nunca hasta hoy, en la historia de la sociedad, ha desempeado un papel tan importante y tan decisivo, tan movilizador, organizador y transformador, como bajo las condiciones de la sociedad socialista, la accin consciente de los hombres, de las ideas avanzadas y las instituciones polticas. El paso gradual del socialismo al comunismo lo asegura el trabajo creador de las masas populares, dirigidas, orientadas y organizadas por la accin del Estado socialista y del Partido comunista, por su poltica, basada en el conocimiento cientfico de las leyes objetivas del desarrollo social, de las leyes de la edificacin del comunismo y en la aplicacin consciente y audaz de estas leyes. La prctica es el nico criterio autntico para contrastar la veracidad de una teora. El triunfo de la Gran Revolucin de Octubre, de la revolucin socialista y la construccin del socialismo en la U.R.S.S., la instauracin y el fortalecimiento del rgimen de democracia popular en una serie de pases de la Europa central y sudoriental y de Asia, constituyen el ms grandioso triunfo y la confirmacin prctica del materialismo histrico y del marxismo en general. Y, al mismo tiempo, el desarrollo de la sociedad en la poca contempornea ofrece la base para el ulterior desarrollo creador del materialismo histrico y de toda la teora marxista. 5. El espritu de partido del materialismo histrico y su carcter creador. Los socilogos burgueses no se cansan de ensalzar lo que llaman la objetividad de la ciencia, situada, segn nos dicen, "al margen de las clases" y "por encima de los partidos". Ellos no pueden, naturalmente, reconocer abiertamente el carcter partidista burgus de su "ciencia", pues eso equivaldra a reconocer sin tapujos que sirve a la minora explotadora de la sociedad en contra de la mayora trabajadora. Pero el triunfo del socialismo en la U.R.S.S., los xitos de la construccin del socialismo en los pases de democracia popular de Europa, el triunfo de la revolucin popular en China y la agudizacin de las contradicciones de clase entre el proletariado y la burguesa, en los pases capitalistas, y

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    25 entre el campo del socialismo y el campo del imperialismo, obligan a los socilogos burgueses y a los dirigentes de los

    socialistas de derecha a manifestarse abiertamente en favor del capitalismo y en contra el socialismo. Con lo cual estos idelogos de la burguesa ponen al descubierto a los ojos de todos su pretendida "objetividad" y demuestran bien a las

    claras que son incapaces de dar un solo paso como no sea en inters de la burguesa y del capitalismo. Marx, Engels, Lenin y Stalin jams ocultaron el espritu de partido del marxismo-leninismo. Y, desde el primer momento, crearon y desarrollaron el materialismo histrico como una ciencia profundamente de partido como el fundamento terico del comunismo y el arma terica de la clase obrera y de su Partido Comunista. Marx, Engels, Lenin y Stalin, y el Partido Comunista de la Unin Sovitica, han librado siempre una lucha intransigente e implacable contra todos los enemigos del marxismo, contra cualquiera desviacin del marxismo, por pequea que ella sea, a favor del idealismo o del materialismo vulgar. Detrs de los subterfugios verbales, de los sofismas y la escolstica de los enemigos del marxismo, han descubierto siempre claramente la lucha de los partidos en la filosofa, lucha que expresa, en ltima instancia, la tendencia, la ideologa y los intereses de las clases enemigas en el seno de la sociedad. "La novsima filosofa -escriba Lenin- est tan penetrada del espritu de partido como la de hace dos mil aos. En realidad -una realidad velada por nuevos rtulos seudocientficos y charlatanescos, o bajo una mediocre no pertenencia a ningn partido-, los dos partidos en lucha son el materialismo y el idealismo".13 La marcha del desarrollo histrico contradice a los intereses fundamentales de la moderna burguesa. Y la burguesa y sus idelogos se dan cada vez ms clara cuenta de ello; por eso, movidos por sus intereses egostas y en el empeo de apuntalar el tambaleante capitalismo, deforman descaradamente la realidad, involucran los hechos. El partidismo burgus conduce al subjetivismo y a la arbitrariedad en la ciencia histrica y en la sociologa, a la deformacin de los hechos, a la renuncia al rigor cientfico. Por el contrario, el espritu proletario de partido, las ideas comunistas, aseguran la ms profunda y la 13 V. I. Lenin, Materialismo y empiriocriticismo, trad. esp., Ediciones en lenguas extranjeras, Mosc. 1948, pg. 415. ms objetiva, la ms desapasionada y completa comprensin de la realidad y de las leyes de la vida social. Pues slo la clase obrera, cuyos intereses coinciden con el curso objetivo del desarrollo histrico y que es la clase consecuentemente revolucionaria, se halla interesada en el conocimiento objetivo, es decir, veraz, de los hechos. He ah por qu la cientificidad y el espritu comunista de partido coinciden plenamente. Marx, Engels, Lenin y Stalin han defendido siempre el materialismo consecuente, el nico que puede proporcionarnos un conocimiento veraz, el ms exacto y el ms profundo, tanto de la naturaleza como de la vida social, de la historia de la sociedad. Oponiendo al objetivismo burgus de un Struve el materialismo marxista, escriba Lenin: "El objetivista nos habla de la necesidad de un determinado proceso histrico; el materialista registra con exactitud una determinada formacin econmico-social y las relaciones antagnicas engendradas por ella. El objetivista, mostrndonos la necesidad de una determinada serie de hechos, se expone siempre a abrazar el punto de vista de la apologa de estos hechos; el materialista descubre las contradicciones de clase y determina con ello su propio punto de vista. El objetivista habla de las "tendencias histricas inexorables"; el materialista habla de la clase que "regenta" l orden econmico de que se trata, creando las formas de resistencia de las otras clases. De este modo, el materialista es, de una parte, ms consecuente que el objetivista y mantiene su objetivismo de un modo ms profundo y ms completo que ste. No se limita a sealar la necesidad del proceso, sino que explica qu formacin econmico-social concreta da contenido a ese

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    26 proceso y qu clase concreta determina esa necesidad... De otra parte, el materialismo lleva consigo, por decirlo as, una

    actitud de partido y obliga a situarse, en cualquier enjuiciamiento de los acontecimientos, abierta y directamente en el punto de vista de un determinado grupo social.14

    En las condiciones actuales, en que el mundo se halla dividido en dos campos -el campo de la paz, la democracia y el socialismo, encabezado por la Unin Sovitica, y el campo de la reaccin imperialista-, el espritu proletario, comunista, de partido y los intereses de la autntica ciencia exigen que al estudiar los fenmenos sociales, se los enfoque desde el punto de vista de la lucha de los trabajadores por la paz, la democracia y el comunismo. El materialismo histrico permite a los partidos marxistas arrancar todas las caretas con que tratan de ocultar su faz los enemigos de la clase obrera, los enemigos de la paz, la democracia y el socialismo, para poner al desnudo, por debajo del ropaje fraseolgico, de la escolstica "sociolgica" seudocientfica, los verdaderos intereses y las miras 14 V. I. Lenin. Obras completas. ed. rusa, t. I, pgs. 380-381. egostas de la burguesa. La unidad de la ciencia y de la accin prctica, la conexin de la teora y la prctica, es la estrella polar de todos los partidos marxistas. En esto reside su gran superioridad sobre sus enemigos. La ciencia marxista-leninista de las leyes del desarrollo social, el materialismo histrico, permite comprender, no slo lo que sucede hoy, sino tambin lo que ocurrir maana, permite prever cientficamente la marcha de los acontecimientos, la direccin en que stos habrn de desarrollarse, y actuar, as, de una manera fecunda y cabal. De la ciencia marxista-leninista de la sociedad extraen los partidos comunistas la certeza del triunfo del trabajo sobre el capital, la necesaria claridad de perspectivas; en ella encuentran el arma terica para la lucha por la liberacin de los trabajadores de toda explotacin y opresin, por el triunfo del comunismo. La grandeza de los descubrimientos cientficos de Marx, Engels, Lenin y Stalin, la grandeza del partido marxista, basado en el materialismo histrico, consiste en haber hecho despertar, en haber infundido conciencia, en haber organizado y puesto en movimiento a la nueva fuerza histrica gigantesca, vanguardia de todos los trabajadores y oprimidos, a la clase obrera, llamada a encabezar el derrocamiento del capitalismo y la edificacin del comunismo en todos los pases. El proletariado revolucionario, aliado a los campesinos trabajadores y bajo la direccin de los partidos comunistas, pertrechados con el marxismo, ha triunfado en la U.R.S.S. y en los pases de democracia popular. El materialismo histrico, como el marxismo en general, constituyen una teora cientfica y un mtodo de conocimiento cientfico y de accin revolucionaria. La teora cientfica y el mtodo no pueden permanecer estacionarios, tienen necesariamente que desarrollarse y enriquecerse con los nuevos descubrimientos, las concepciones generales y las conclusiones extradas de la nueva situacin, de las nuevas condiciones de la vida social, que inevitablemente van surgiendo en el proceso de desarrollo ininterrumpido de la sociedad. La ciencia marxista se desarrolla incesantemente. Y en este desarrollo y enriquecimiento consiste precisamente el carcter creador del marxismo y, en particular, del materialismo histrico. Al igual que el materialismo filosfico, que cobra nuevas modalidades con cada descubrimiento aportado por, la poca, incluso en el campo de la historia natural (sin hablar de la historia de la humanidad), el materialismo histrico no

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    27 permanece invariable, sino que se desarrolla y se enriquece con la nueva experiencia de la lucha de clases y de la

    construccin del comunismo. Los grandes acontecimientos histrico-mundiales de nuestra poca, la accin de las nuevas leyes del desarrollo

    social encuentran su expresin y su sntesis cientficas en las decisiones del Partido Comunista de la Unin Sovitica y en los geniales trabajos de Lenin y Stalin. y estas sntesis representan una nueva y ms alta etapa en el desarrollo del marxismo en general y del materialismo histrico en particular. Para formarse un juicio completo y cabal de la gran obra realizada por Lenin en el desarrollo del materialismo histrico, hay que tener presente que entre la poca de Marx y Engels y la de Lenin medi el perodo de dominacin de la Segunda Internacional sobre el movimiento obrero, el perodo del revisionismo y el oportunismo. En los aos noventa del siglo XIX, el marxismo triunf decididamente en el movimiento obrero sobre las diferentes teoras del socialismo premarxista, as como tambin sobre la abigarrada mezcolanza de tendencias idealistas en la filosofa, la sociologa y la historiografa. Hasta los