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Mercurio 088

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Revista de literatura Mercurio.

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E N T R E V I S T A

34FELIPE BENÍTEZ REYES: “LA IMPOSTURA ES UN MALABARISMO PSICOLÓGICO MUY RENTABLE”

Guillermo Busutil. Fotos Ricardo Martín

El ganador de la 63 edición del premio Nadalhabla de su novela Mercado de espejismos

L E C T U R A S

30NARRATIVA Saramago, Isaac Rosa, Benítez Reyes, GabrielMiró, Paul Auster, Andrés Reina, Ángela Becerra

41POESÍA Y ENSAYO Julia Uceda y José CereijoSurcar la cultura

46ZOCO DE LIBROS

INCOMUNICADOSEnrique Murillo

Reseñas de novedades literarias

F I R M A I N V I T A D A

50 El periodista catalán defiende la necesidad delconocimiento mutuo entre España y América

D O S S I E R

COLOMBIA LENGUA DE ENCUENTRO

09EL VALOR DE UN CONGRESOJorge Urrutia

Los factores de crecimiento de la Lengua Española

17LA NUEVA NOVELA DE GARCÍA MÁRQUEZAntonio López Hidalgo

El escritor piensa que el oficioperiodístico ha perdido el rumbo

10LAS ACADEMIAS, EL ESPAÑOL Y LA CULTURA HISPÁNICA Humberto López Morales

El autor repasa la historia de lasAcademias de la Lengua

14ENTREVISTA CON VÍCTOR GARCÍA DE LA CONCHADirector de la Real Academia Española

“Las lenguas crecen por la capacidadde expansión de sus hablantes”

18GARCÍA MÁRQUEZ: UNA TRAYECTORIA INVERSAÁlvaro Salvador

20UN VISITANTE NOCTURNOMario Mendoza

Un viaje de Aracataca al café LaCueva de Barranquilla

22LA LECCIÓN DE GARCÍA MÁRQUEZJuan Gabriel Vásquez

La búsqueda de la identidad literaria de losnuevos narradores colombianos

24BOGOTÁ ENTRAÑABLEJorge Franco

Un recorrido por la capital colombiana, dondeuno puede maravillarse o estremecerse a diario

28AUTORES DEL GRUPO PLANETA PRESENTES EN EL CONGRESO

Ángeles Caso, Soler, Muñoz Molina, JavierMoro, Trapiello, Silva y Carmen Posadas

Número 88 I Marzo 2007

El nobel colombiano inició su carreraconstruyendo un mundo propio

Víctor García de la Concha.

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UNA RADIOGRAFÍADEL ESPAÑOL

EDITORIAL

Mercurio crece con el propósito de ser una ventana de la

creación literaria y de la literatura, entendida como la

sal del lenguaje y de las cualidades estéticas de la

lengua. Un razonamiento que nos ha llevado a

dedicar este número al IV Congreso Internacional de la Lengua

Española que se celebra en Colombia. Este país posee un castellano de

buena crianza y en él numerosos expertos pondrán de manifiesto que

la lengua nunca debe ser algo solemne que descanse sobre un pedestal

de mármol ni tampoco un laberinto. Al contrario, la lengua ha de ser

un puente o un mapa, cuya suma nos convierta en seres libres, en

soberanos de nosotros mismos y en artífices de una constante

construcción del pensamiento que favorezca el diálogo económico y

cultural.

Colombia también será el marco festivo del homenaje a Gabriel

García Márquez. El periodista y escritor que siempre ha defendido los

valores del hombre y una realidad que es posiblemente ficticia y

mágica. Las cualidades presentes en la obra de este gran maestro que

nos regaló la patria de Macondo y que ahora celebra los cuarenta años

de la publicación de Cien años de soledad, los veinticinco del Premio

Nobel y los ochenta años de una vida dedicada y decidida a ofrecer un

testimonio comprometido, una suma de anécdotas y la transparencia

del estilo.

Lengua y Literatura puestas en escena en Colombia y en estas

páginas que cada mes les acercan lecturas, las diferentes claves, las

poéticas y los rostros de quienes fabrican universos, registran una

ciudad desde su mirada literaria o indagan en la creación y en el

panorama del mercado de las letras. Nombres consagrados,

emergentes, premiados o considerados clásicos de una tradición y

que, junto con los títulos reseñados, componen la finalidad de

convencerles de que en los libros y en la lectura cada uno puede

encontrar su propio mapa.

PatronatoPresidente José Manuel Lara Vicepresidente José Creuheras MargenatVocales Consuelo García Píriz

Antonio Prieto Martín

Director General Javier Harillo Falcón

Mercurio es una publicación de la Fundación José Manuel Lara para el fomento de la lectura

Director Guillermo BusutilEditor gráfico Ricardo MartínCoordinador Fernando MartíConsejo Editorial Carlos Pujol

Adolfo García Ortega Manuel BorrásIgnacio F. GarmendiaJesús Vigorra

Maquetación SumaySigue Comunicación

Depósito Legal SE-2879-98ISSN 1139-7705

� FUNDACIÓN JOSÉ MANUEL LARAc/Fabiola, 5. 41004 SevillaTel: 95 450 11 40www.fundacionjmlara.es

Envío de libros para reseñas:Revista MercurioFundación José Manuel Lara

Para publicidad en Mercurio:Marcos Ferná[email protected]: 95 450 11 40

La dirección de esta publicación nocomparte necesariamente las opiniones desus colaboradores. Tampoco mantienecorrespondencia sobre artículos nosolicitados.

Solicitada la inscripción en PGD,Publicaciones Gratuitas EjemplaresDistribuibles.

PANORAMA DE LIBROS

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D O S S I E R

El español, con más de cuatrocientos millones de hablantes en el mundo,requiere que todas las Academias hispánicas acuerden una gramática,una ortografía y un diccionario, que expresen la unidad del idioma

COLOMBIALENGUA

DE ENCUENTRO

ILUSTRACIÓN DE ÓSCAR ASTROMUJOFF

IV CONGRESO INTERNACIONAL DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Víctor García de la ConchaDIRECTOR DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA

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Es urgenteasegurar el

uso delespañol en la

ciencia, apesar de estarcuestionado

en laactualidad

H ay maravillas a las que no acaba uno deacostumbrarse, como la extensión del es-pañol. Tras catorce horas de viaje aéreo(¡qué sería tras las semanas de trayecto

marítimo!) llega el viajero, somnoliento y como dis-gustado, con sensación de un escaso aseo personal,hasta el hotel. Allí, un mozo lo saluda en un correctoespañol. Puede el viajero razonar los motivos históri-cos, incluso enorgullecerse con carácter casi retroacti-vo, pero nada de ello suprime la sorpresa, la inquietudante una lengua que se nos aparece así, de repente,como misteriosa y casi mágica.

Asistimos a un crecimiento grande del interés porel español. Varios son los factores que han contribuidoa que las miradas del mundo se vuelvan hacia él. Sinduda, el aumento demográfico de la población de ori-gen hispano en los Estados Unidos de América, conlo que ello ha significado de fuerza económica.También el largo período de bonanza económica deEspaña y la importancia cobrada por el país y porsus empresas en el ámbito internacional.Por último, sin ánimo de elaborar prio-ridad alguna, la fuerza emergentede los países hispanoamericanos.

Ni la demografía ni la econo-mía, por sí solas, son suficien-tes para despertar el interés porla lengua. Influyen de modoimportante, eso sí, en el au-mento de confianza que en ellase deposita. La confianza es uncomponente del crecimientoque los economistas clásicos nodejaban de considerar y que, enlo que se refiere a la economía de la lenguaresulta fundamental. Todo el esfuerzo delInstituto Cervantes se dedica, al fin y al cabo, aaumentar la confianza en el español y su cultura.

La sorpresa por el uso inesperado del español sur-ge de una curiosa falta de confianza en su extensión yen su capacidad de crecimiento. Nada tiene, por lotanto, de particular, que se haya establecido un foro

JORGE URRUTIA periódico de reflexión sobre el presente y el futuro dela lengua española, en el que se intercambien diag-nósticos, ideas e incluso pronósticos. Ese foro loconstituyen los Congresos Internacionales de la Len-gua Española que se reúnen cada tres años.

El Instituto Cervantes tiene encomendadas por elEstado la difusión y la defensa del español. Lógico es,por ello, que recaiga sobre él la organización de los Con-gresos Internacionales de la Lengua, junto con la RAE yla inestimable colaboración de la Asociación de Acade-mias de la Lengua Española. Además, se cuenta con lasautoridades del país donde se lleva a cabo el encuentro.

Allí se tratan aspectos o situaciones de la lenguaque han adquirido importancia destacable. Así, porejemplo, el uso del español en la ciencia, cuestionadoy que es urgente asegurar. Del mismo modo convienediscutir su posición en la arquitectura y en el comer-cio o el espacio que se le concede en los organismos

internacionales. Ello conlleva la unificación de laterminología científica, jurídica, etc. La exten-sión del español obliga a ocuparse de la metodolo-gía de su enseñanza y de la necesaria unificación

de los criterios para la certificación de su conoci-miento como lengua extranjera, tema éste que

se resolverá en una reunión de rectoresen Medellín los días anteriores al Con-

greso de Cartagena de Indias.Y está la literatura que pare-

ce crear una patria por encimade las patrias, mundo de refe-

rencias que comparten los es-critores más allá y más acá delas fronteras. Numerosos au-tores acudirán a Cartagena deIndias y, antes a Medellín,

para presentar su obra y con-versar con los asistentes.

En Manila o en Malabo, encualquiera de las ciudades y de

los pueblos de Hispanoamérica ode España, en tantos y tantos lugares de los Es-

tados Unidos, puede surgir la sorpresa, el misterio, yplantear menos problemas a la lengua española. Loscongresos contribuyen a que, al menos, no nos pillendesprevenidos.

EL VALOR DE UN CONGRESOLa fuerza económica y la confianza en la lengua suponen un importantecomponente de crecimiento del español y su cultura

COLOMBIA LENGUA DE ENCUENTRO

ÓSCAR ASTROMUJOFF

Director Académico del Instituto Cervantes

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D esde su fundación en 1713 hasta hoy, la Re-al Academia Española ha sido una piezafundamental en el ámbito cultural hispá-nico: ha trabajado y promovido con ahín-

co la unidad de nuestra lengua, se ha preocupado porla formación de importantes depósitos bibliográficosque guardan celosamente páginas y páginas de nues-tro glorioso pasado literario y del actual, ha rescata-do, gracias a la imprenta, obras de singular significa-do, y ha estimulado, a través de sus premios, a los ta-lentos más jóvenes del país, a la par que consolida yconsagra a figuras de envergadura de nuestro queha-cer creativo, crítico y ensayístico, en muy diferentes yvariadas ramas del saber.

Sólo hay que acudir a los primerosaños de vida de la Institución para obser-var la elaboración febril de las obras pila-res: entre 1726 y 1739 se publican los seisvolúmenes del incomparable Dicciona-rio de la lengua castellana, conocido co-mo Diccionario de autoridades; en 1741,la Ortographía española, y en 1771, laGramática de la lengua castellana, con loque quedaba atendido por completo elsistema normativo de nuestra lengua.La historia de cada una de estas obras es-tá llena de trabajo y de ilusión; tambiénde provecho, pues la Academia sentabaasí las bases para el cultivo sólido y cohe-rente de la moderna hispanidad.

Pero el mundo hispánico era dema-siado amplio y abarcador para poder seratendido sólo desde Madrid, y los acadé-micos, empeñados desde los orígenes enampliar los horizontes de acción, sentían las enormesdificultades que entrañaba cumplir con este cometi-do, sobre todo, en la labor lexicográfica. La soluciónestaba en conseguir un cuerpo de colaboradores asi-duos y solventes, que permitiera relegar a segundoplano los informes esporádicos de viajeros entusiastasy de corresponsales ocasionales. Así nacieron las Aca-

HUMBERTO LÓPEZ MORALESAsociación de Academias de la Lengua Española, Madrid

demias correspondientes. Ya en el siglo XIX, la Colom-biana (1871), la Ecuatoriana (1874), la Mexicana (1875),la Salvadoreña (1876), la Venezolana (1883), la Chilena(1885), la Peruana (1887) y la Guatemalteca (1887). Lasdemás tendrían que esperar al siglo siguiente. Entre1923 y 1980 se fundaron la Costarricense, la Filipina, laPanameña, la Cubana, la Paraguaya, la Boliviana, laDominicana, la Nicaragüense, la Argentina de Le-tras, la Nacional de Letras del Uruguay, la Hondure-ña, la Puertorriqueña y la Norteamericana. Con estasfundaciones, una pléyade de hombres ilustres, lo másgranado de la literatura, la lingüística, la historia y elpensamiento, tanto humanístico como científico, decada país, fueron incorporándose a estas Academiasnacionales, y también, de manera automática, a laReal Española, como miembros correspondientes deella. De esta forma, pueden asistir a las sesiones de

trabajo de la Academia de Madrid y llevardirecta y personalmente su voz y la de susrespectivas Corporaciones a los proyectoscolectivos.

LOS TRABAJOS FUNDAMENTALESLa historia de la Ortografía, tan decisivapara la unidad de la lengua, había estadomarcada por un denominador común:los criterios adoptados y, por lo tanto, laresponsabilidad del trabajo recaía en ex-clusividad en la Corporación de Madrid,aunque es verdad que con algunas con-sultas, más bien esporádicas, a las Aca-demias correspondientes. Al preparar laedición de 1999, esta situación cambiódrásticamente; la Academia Española senegó a seguir firmando en solitario nin-guna de las grandes obras que codificannuestra lengua -la ortografía, el diccio-nario, la gramática- y solicitó el concurso

de sus Academias hermanas para llevar a cabo la ta-rea, codo a codo, en pie de igualdad, desde el principiomismo de la obra. Esto explica que la nueva Ortogra-fía saliera de la imprenta consensuada, o sea, con laautoría de todas las Academias.

Cualquiera que la consulte encontrará casos, qui-zás demasiados para los lectores más tradicionales en

LAS ACADEMIAS, EL ESPAÑOLY LA CULTURA HISPÁNICAEl autor repasa en este artículo la historia de la Real Academia Española y lacreación de la Ortografía, el Diccionario de la Lengua y la Gramática

Original de laOrtographia de la

Lengua Castellana de1741 que se conservaen la Real Academia

Española.

En 1999, laAcademia

Española senegó a seguir

firmandoninguna de

las obras quecodificannuestra

lengua sin elconcurso de

susAcademiashermanas

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materia ortográfica, que han sido dictados desde His-panoamérica y que, por lo tanto, traducen una tradi-ción antigua o unas preferencias recientes, nacidas ycriadas al otro lado del Atlántico, como opcionesaceptables dentro de la normatividad oficial. De ahísu carácter de ortografía 'consensuada'.

También la vigésima segunda edición del Diccio-nario de la Lengua Española marca el inicio de unanueva etapa en la ya larga vida de esta obra funda-mental. Esto obedece a tres razones de mucho peso:la creciente vocación americana de la Real AcademiaEspañola, la creación de una nueva planta para elDiccionario, y los adelantos técnicos en materia in-formática.

Desde que la docta casa madrileña comenzó suhistoria -de ya casi 300 años- , América ha estado

siempre presente en sus trabajos. La mejor pruebaque puede aducirse son los 125 términos procedentesde variedades americanas del español que el llamado

Diccionario de Autoridades recoge en sus páginas,aún en fechas tan tempranas. Si entonces, con las di-ficultades de comunicación existentes entre las dosorillas del Atlántico y contando sólo con interlocuto-res ocasionales, ya América estaba presente en la pri-mera gran obra de la Corporación, se supondrá que amedida que esos obstáculos iban desapareciendo, haido en aumento la aportación de las entonces provin-cias ultramarinas.

El Diccionario, nuestro Diccionario, ha dejado deser –si es que alguna vez lo fue– el diccionario del es-pañol de España para convertirse en el de todos loshispanohablantes. Ayer fue la Ortografía, ahora es elDiccionario de la Lengua Española, y mañana será laGramática, impecable y modernísimo texto que seencuentra a punto ya de aprobarse de manera solem-ne, con la presencia de los Reyes de España y del Pre-sidente Álvaro Uribe de Colombia, en el XIII CongresoInternacional de la Asociación de Academias de laLengua Española que tendrá lugar en Medellín estemes de marzo.

Y LA TAREA CONTINÚA SIN DESCANSOPero hay más. Una vez atendidas las obras funda-

mentales, las Academias trabajan afanosamente enotros proyectos de gran novedad. La idea académicade emprender la realización de un diccionario de du-das nació a raíz de la cantidad de consultas recibidasen la página electrónica de la Real Academia Españo-la desde su apertura en noviembre de 1998 y en algu-nas de las Academias americanas. Una media de 150consultas diarias, procedentes de todas partes delmundo, desbordó con mucho las primeras expectati-vas. Lo que decidió el inicio del proyecto, sin embar-go, no fue la abrumadora cantidad de preguntas, si-no la incidencia de muchas de ellas en los mismosasuntos. Era evidente que unos temas determinadosacaparaban una buena parte del interés de los con-sultantes.

La finalidad de la obra quedó muy especificada:orientar al público para que pueda discernir, entreusos divergentes, cuáles pertenecen al español es-tándar, cuáles están marcados geográfica o sociocul-turalmente, y cuáles son inaceptables por incorrec-tos. Se persigue, hasta donde esto sea posible, favore-cer elecciones uniformes, sobre todo, en los casos deneologismos, en que se propondrán soluciones uni-tarias para todo el mundo hispánico y aún fuera deél. Hoy, este Diccionario Panhispánico de Dudas esuna hermosa realidad.

Entre tanto, se había ido quedando en el tinterodurante mucho tiempo un proyecto importante: lapreparación de un gran diccionario de americanis-

El Diccionarioha dejado de

ser el delespañol deEspaña para

convertirse enel Diccionariode todos los

hispano-hablantes

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mos. En 1951, durante la celebración del I Congresode Academias de la Lengua Española, vuelve a escenala idea de fomentar la elaboración de un lexicón am-plio y autorizado de estas voces. Ahora estamos a mi-tad del camino de este importante trabajo: el Diccio-nario Académico de Americanismos.

Entre otros varios proyectos, dos son los más am-biciosos: el Observatorio del neologismo y el Diccio-nario Histórico de la Lengua Española. En el primercaso, se trata de la creación de un gran centro de cap-tura, definición y documentación de los neologis-mos léxicos de todos los países hispánicos. La reali-dad ha demostrado que los diccionarios de neologis-mos, aún los más actualizados y exhaustivos, noson capaces de competir con la velocidad y la exten-sión geográfica con que esos términos aparecen en elpanorama lingüístico de nuestro tiempo. Debido aello, la captación de estos neologismos exige la utili-zación de recursos electrónicos avanzados y poten-tes, capaces de 'revisar', día a día, toda la prensa noespecializada escrita en español que se difunda víaInternet.

Las finalidades que tendría el material señaladopor este Observatorio y analizado por un equipo aca-démico panhispánico son varias, pero sin duda lasmás importantes son: detectar el nacimiento de ex-tranjerismos y estudiarlos cuidadosamente pero conprontitud, a fin de poder tomar decisiones funda-mentadas y rápidas sobre la conveniencia de aceptar-los o de proponer sustitutos hispánicos, en caso deque nuestra lengua no disponga ya de palabras paratales designata. Esta tarea nos llevaría a un segundopunto: la inclusión de estos términos, bien en el Dic-cionario Panhispánico de Dudas para observar su tra-yectoria ulterior, bien en el DRAE, si reunieran lascondiciones para que nuestro Diccionario mayor losincorporase.

El proyecto de elaboración de un nuevo Dicciona-rio Histórico de la Lengua Española es también muyreciente, y nació motivado por el deseo y la necesidadde superar las dos experiencias académicas anterio-res, lamentablemente fallidas. El español no puedecarecer de un instrumento lexicográfico tan caracte-rístico de toda gran lengua de cultura.

Entre lospróximosproyectos,destaca la

creación del‘Observatorio

delneologismo’

y el‘Diccionario

Histórico de laLengua

Española’

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L a lengua española tiene una nue-va gramática. Verá la luz en laciudad colombiana de Medellín elpróximo día 23 de marzo y será

sancionada por la Asociación de Acade-mias de la Lengua, en presencia de los Re-yes de España y del presidente de Colom-bia Álvaro Uribe. El día 26, en Cartagenade Indias, se celebrará el Congreso Inter-nacional de la Lengua, donde el nobel Ga-briel García Márquez recibirá un homena-je y se presentará la edición conmemora-tiva de Cien Años de soledad. "La aprobaciónde la Gramática tiene mucha importanciaporque la última se publicó en 1931", diceVíctor García de la Concha, director de laReal Academia Española, que ultima estaedición y los preparativos del encuentrode Colombia.

¿Y por qué ha esperado tanto tiempo? –Porque la de 1931 era la gramática del es-

pañol de España, exclusivamente normati-

Director de la Real Academia Española

VÍCTOR GARCÍA DE LA CONCHA

“LAS LENGUAS SÓLO CRECEN POR LA CAPACIDAD DE EXPANSIÓN DE SUS HABLANTES”

ENTREVISTA DE MANUEL CALDERÓNFOTOS DE RICARDO MARTÍN

acontecimiento científico, sino también de po-lítica lingüística.

–Lo que llamamos política lingüísticapanhispánica consiste en que los tresgrandes códigos en que se sustenta y seexpresa la unidad del idioma, que es el ob-jetivo fundamental de la Academia, seaesa actitud de tener conciencia de que to-das la academias somos coautoras de lostres grandes códigos: la Gramática, elDiccionario y la Ortografía.

No hay otra lengua en el mundo, con millonesde hablantes, que desarrolle una política lin-güística tan al detalle y sobre todo que tenga unacontecimiento tan central, incluso político, co-mo el Congreso de la Lengua. ¿A qué se debe?

–Porque hemos cobrado conciencia deque la norma del español es policéntrica.Es decir, no es una norma que impone laReal Academia Española sobre la base delespañol de España. ¿Qué es la norma? Lo

En 1998 se decidió afrontaruna nueva gramática que

mostrase una radiografía delespañol en su unidad y

variedad

COLOMBIA LENGUA DE ENCUENTRO

va, que no tenía fonética y fonología. En losaños 70, la Academia publicó el esbozo parauna Nueva Gramática, que trataba de in-corporarla a las nuevas corrientes de la lin-güística. Pasaron los años, los estudios ha-bían cambiado mucho y, ya al final delmandato de Lázaro Carreter, se decidióafrontar una nueva gramática con dos ca-racterísticas: que sea la del español total yque fuese descriptiva y normativa, inclusomás descriptiva para mostrar una radiogra-fía del español en su unidad y variedad.

La aprobación de una gramática no es sólo un

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que es normal en la realización delhabla de las personas normales y cul-tas. Por ejemplo, en el caso francés,Francia impone para todos los paísesfrancófonos el mismo modelo. Sinembargo, en el ámbito hispano, lanorma es policéntrica.

Sin embargo, a diferencia de la francofo-nía, que considera literatura francesatanto a la que pudo hacer, por ejemplo,Sengor en Senegal, que la de Mallarméen París, no se considera literatura espa-ñola la que se realiza en Colombia, Méxi-co o Perú.

–Eso es verdad, pero también Oc-tavio Paz decía en un ensayo que eraabsurdo hablar de literatua mexica-na o colombiana. Lo que realmenteinteresa es que son literaturas en len-gua española. Lo que estamos poten-ciando es que haya una lengua conuna gran unidad y con variedades denorma, pero que no siempre es en rela-ción de España con México, por ejemplo,sino de Andalucía, Canarias con Colom-bia... de manera que las isoglosas circu-lan por distinta línea. Todo esto dicho sinla menor retórica porque encima de lamesa tenemos una nueva gramática.

Sin la aportación literaria hispanoamericana apartir de los años sesenta, quizá su presenciaen esta normativa sería diferente.

–No exactamente. En Cien años de sole-dad, que puede parecer una novela tan in-tensamente americana, el número deamericanismos es bajísimo y el de varian-tes gramaticales que podrían ser colom-bianas son mínimas. Es más, he estudia-do varios anticipos que él publicó en losaños 66 y 67, en El Espectador de Bogotá, enla revista Mundo Nuevo que se publicaba enParís, en Diálogos de México..., y las va-riantes son ligerísimas. Por lo tanto, no esun problema de literatura, sino de reali-zación del habla que generalmente se daen los medios de comunicación y del usohablado más coloquial y también culto.

¿La emigración hispanoamericana está provo-cando cambios en el español de España?

–Se está produciendo una nivelación,primero porque en la globalización circu-la todo. Juan Manuel López Blanch, re-cientemente fallecido, hizo un estudio so-

bre el español de Madrid en relación con elespañol de México. El índice de semejan-zas era altísimo, de más del noventa porciento. Se está produciendo una neutrali-zación, a través de la gente que viene, laque va, de los culebrones...

Se ha referido a evitar retóricas al hablar delespañol. Sin embargo, hay una nueva retóricaque es la de insistir en el valor económico delespañol.

–Se ha puesto de moda. El primero quehizo un estudio de esto fue Ángel MartínMunicio, que fue vicedirector de esta casay que con la Fundación SCH hizo un estu-dio econométrico del español. Se hablabade que correspondía al 14 por ciento delproducto interior bruto. A mí me pareciósiempre muy relativo y así se lo decía aMartín Municio. Se incluían las editoria-les, la prensa... y dentro de la prensa, elpapel... y dentro de papel los bosques yluego el transporte... José Luis García Del-gado, ex rector de la Universidad Menén-dez Pelayo, tiene otros grupo de estudiopatrocinado por la Fundación Telefónica y

el Ministerio de Cultura organizó unencuentro en San Millán de la Cogo-lla... Es decir, será verdad, pero con-vendría esperar unos años para obte-ner resultados más concretos y tangi-bles.

También se ha extendido la idea de quepara crecer las lenguas deben estar pro-tegidas con políticas concretas.

–Las lenguas sólo crecen por lapropia capacidad de expansión de loshablantes. ¿Por qué crece el español?Porque crece la demografía de Latino-américa y son países migratorios, loque provoca que allí donde van llevenconsigo una lengua. Cuando le pre-gunté al presidente Cardoso en Brasilcómo iba la ley que convertiría al es-pañol en la segunda lengua de estu-dio me contestó que no era un proble-ma de leyes, sino que Brasil no tienemás que dos salidas, el español o el

mar. Lo útil es salir al encuentro de esanecesidad con centros de enseñanza.

García Márquez lanzó en el Congreso de Zaca-tecas su polémica propuesta de reformar laortografía, ahora se le rendirá un homenajeen Cartagena de Indias. Por cierto, el lenguajesms ha acabado cumpliendo la idea del nobelcolombiano.

–Son dos cosas completamente distin-tias. No se puede imaginar lo puntillosoque es García Márquez en la revisión depruebas, lo hemos visto en la edición con-memorativa de Cien años de soledad. Él solíadecir que no tocaba nada de sus textos, pe-ro cuando aparecieron las galeradas y secotejaron las ediciones anticipadas de Cienaños de soledad, meses antes de la publica-ción, estaban llenas de variantes. Es cier-to que García Márquez tenía dificultadescon la ortografía, pero eso se lo dejaba auna mecanógrafa, Esperanza, que era detodo el grupo de México, de Carlos Fuen-tes y de otros, pero luego lo revisaba él lí-nea a línea. Lo que él propuso era volver ala línea de la ortografía fonética que habí-an propugnado Andrés Bello y Sarmientoen el sigo XIX. En Francia hace unos añoshubo el intento de reformar la ortografíay casi hay una crisis de estado, en Alema-nia lo intentaron y reconocieron que nilas editoriales ni los periódicos habíanquerido sumarse.

Ejemplar de la Gramática Española de 1771.

“Lo que estamos potenciandoes que haya una lengua con

una gran unidad y convariedades de norma”

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ANTONIO LÓPEZ HIDALGO

E mbutido en su saco de cremallera y agarradoa su bastón, esperaba sentado, junto a sumujer, Mercedes, frente a la puerta de em-barque 12, el vuelo AM508 que lo llevaría de

México DF a Guadalajara para asistir al día siguientea la inauguración de la Feria del Libro, edición dedi-cada el pasado año a Andalucía. Varios policías cus-todiaban la presencia del Premio Nobel de Literatu-ra, mientras algunos pasajeros lo saludaban con ad-miración o le pedían la dedicatoria de unlibro. Ahora le cuesta agacharse para re-coger el bolso de equipaje. Pero cuando loconocí en Sevilla veinte años atrás, vestíauna vitalidad a prueba de bombas. En-tonces estaba escribiendo El amor en lostiempos del cólera. Al editor Pedro José Cres-po le dice que, en efecto, ésa es su mejornovela.

Se siente satisfecho de su breve y últi-ma obra publicada, Memoria de mis putas tris-tes. Ahora, dice, no escribe. Se ha tomadounas breves vacaciones. Pero advierte,con una mueca de complicidad, que tam-poco este libro será el punto final a su obrade ficción. “Te puedo asegurar que no serámi última novela”. Lo dice porque ya la haterminado y ahora reposa, como hacesiempre, los meses previos a su publica-ción. Le gusta escribir un libro y dejar queel trabajo descanse unos meses o años,hasta que se siente seguro del resultadoúltimo. Mientras tanto, no abandona susmemorias. Cuando nos volvimos a ver enCuba dos años atrás, me contó que traba-jaba incansablemente en su segundo to-mo autobiográfico, tarea que no abando-na pero en la que ha abierto un paréntesispara respirar y medir sus frases de escritu-ra perfecta.

No puedo evitar preguntarle por la sa-lud de Fidel Castro. La prensa publicó enaquellos días que se agravaba su enferme-dad. García Márquez no elude la preguntaporque tiene la respuesta fabricada: “Los

amigos estamos obligados a decir que está mejoran-do, que su vida no corre peligro”. Lo afirma convenci-do, pero con el gesto de preocupación de quien sabeque, más allá de las noticias oficiales u oficiosas, lavida resquebrajada del comandante difícilmente su-perará las próximas crisis.

Con la mirada fija en la portada de Relato de un náu-frago, rememora sus años de reportero y confiesa,con cierta nostalgia, cómo ha ido cambiando el ofi-cio del periodismo, cómo las nuevas tecnologías han

influido negativamente en el proceso deproducción de la información y cómo losmedios de comunicación, que cuenta consus propios dedos, se han diversificadoen la Red, en las ondas y en el propio pa-pel impreso. Pese a tantos cambios y losnumerosos y nuevos medios de comuni-cación, piensa que el oficio ha perdido elrumbo pero mantiene la esperanza deque algún día tendrá que cambiar por elbien de todos.

Conocí a Gabo en Sevilla en el año 1986.Entonces estaba escribiendo El amor en lostiempos del cólera, un libro del que decía quehabía tomado otros rumbos y que ya en-tonces estaba “muy lejos de la idea origi-nal”. De Crónica de una muerte anunciada ase-guraba que es el libro que más se parecía“al que yo quería escribir desde el princi-pio”. En aquel encuentro me habló tam-bién de un libro que nunca más ha vueltoa nombrar. El libro ya estaba casi termi-nado y se titula Cuba: la vida cotidiana duranteel bloqueo: “Lleva la vida tal velocidad queno me deja atajarlo. Es un libro periodísti-co que lo he ido dejando. Se puede termi-nar cuando se termine el bloqueo. Comoes periodístico, uno va tachando detrás dela realidad y cuando un libro se atrasapierde intensidad. Trato de resolverlo lomás pronto posible”. Tal vez estos días,pensando en su amigo Fidel, el libro hayavuelto a su memoria y al escritorio, por-que la vida y el periodismo se consumenen un mismo tiempo.

LA NUEVA NOVELA DE GARCÍA MÁRQUEZEl escritor colombiano piensa que el oficio periodístico ha perdido elrumbo, aunque mantiene la esperanza de que cambie por el bien de todos

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García Márqueztrabajando en su

domicilio la correcciónde su última obra.

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Crónica deuna muerteanunciadacierra el

mundo míticoiniciado conCien años de

soledad

U no de los rasgos más característicos de laobra de Gabriel García Márquez es el de suextraño recorrido inverso. Normalmente,la trayectoria de un escritor suele ir desde

un periodo inicial de aprendizaje e imitación, en elque se practican ciertos modelos literarios estableci-dos y se homenajea a los grandes maestros de la tradi-ción, hasta un momento de madurez en el que, poco apoco y habitualmente con lentitud y dudas, el autorconstruye su propio mundo. En el caso del maestro co-lombiano, el recorrido ha sido el inverso: García Már-quez inicia su trayectoria literaria con la obsesión porla construcción de un mundo, el mundo mítico deMacondo, y a esa obsesión están dedicadas sus prime-ras obras, hasta la aparición de Cien años de soledad.

Después de que ésta última obra fuese considera-da por la crítica como una de las grandes cumbres dela narrativa en castellano de todos los tiempos -"unQuijote moderno", se llegó a afirmar-, García Már-quez se enfrentaba con el difícil desafío de seguirsiendo un escritor que no desmereciera demasiadodel escritor genial que había firmado la obra maes-tra. En un primer momento, los restos inconclusosde ciertos caminos que había explorado al buscar losregistros de la atmósfera adecuada para Macondo, lepermitieron mantener el nivel sin demasiada difi-cultad, como deja muy a las claras El otoño del Pa-triarca. Pero tras cerrar ese mundo mítico definitiva-mente -incluso con la escenificación de un sacrificiosimbólico- en Crónica de una muerte anunciada, es-taba obligado a recorrer otros caminos. Esos cami-nos, paradójicamente, habrían de parecerse sobre-manera a los que la tradición ofrece a los escritores jó-venes en su periodo de aprendizaje.

TRADICIONES LITERARIASEn El otoño del patriarca (1975), García Márquez seinscribe en una de las tradiciones más antiguas yfructíferas de la literatura hispanoamericana: la no-vela del "dictador", precisamente revitalizada en esosaños por otros grandes escritores hispanoamericanoscontemporáneos al colombiano. Como señaló Teodo-sio Fernández, cuando se aproxima a la figura deldictador americano, García Márquez quiere "indagar

ÁLVARO SALVADOR en las claves que permitirían explicar la compleja re-alidad de Hispanoamérica."

Crónica de una muerte anunciada (1981), en cam-bio, se acoge a una tradición más universal y simul-táneamente más contemporánea: la novela/ crónicanegra, directamente emparentada con el periodis-mo, con su pizca de sensacionalismo y una gran vo-luntad de denuncia social. Aunque Crónica... estambién mucho más: el mismo García Márquez lacalificó como su mejor novela. Desde el punto de vis-ta formal y estructural supone el máximo ejemplo demaquinaria literaria que García Márquez ha ofrecidoa sus lectores y a sus críticos, a pesar de que algunos,bastante notables, no se percataran en un primermomento de la trascendencia de la novela. Lo que,por ejemplo, Girardot interpretaba literalmente co-mo un paso atrás, en realidad, no era más que la de-mostración de la no pertinencia de los mitos ni de lassublimaciones de la realidad hispanoamericana enlos años presentes y la necesidad, posmoderna, de re-visitar los modelos genéricos de la tradición.

LA INTUICIÓN PERIODÍSTICANo obstante, y continuando con el carácter genésicode la trayectoria del escritor colombiano, el origen deEl amor en los tiempos del cólera (1985) está en el núcleo dela historia que se nos cuenta en la Crónica: el final felizde los amores imposibles de Ángela Vicario y BayardoSan Román. Aunque la intención de reescribir lossubgéneros de la tradición americana y universal seamuy firme para García Márquez en estos momentos,sin embargo no abandonará nunca el venero de latradición oral ni tampoco las maneras o los recursosque constantemente le presta su intuición periodísti-ca. Desde el primer párrafo, queda claro que la novelapretende ser una reescritura de la tradición hispano-americana de la novela sentimental, con sus home-najes librescos, sobre todo el que se dedica al textofundacional de la novela lacrimógena hispanoameri-cana, María de Jorge Isaacs.

Desde esta posición, la recurrencia al tema de lahistoria, entendida esta Historia con mayúsculas,era inevitable. Si, como vimos, la figura del dictadorhabía sido utilizada por los escritores del boom paraindagar en las señas de identidad específicamente

GARCÍA MÁRQUEZ:UNA TRAYECTORIA INVERSAEl nobel colombiano inició su carrera literaria construyendo un mundopropio,Macondo, para frecuentar más tarde modelos ya existentes

Portada de la primeraedición americana

(1967) de Cien años de soledad.

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Gabriel García Márquez fotografiado en Barcelona en 1975.

hispanoamericanas, no parecía muy disparatado su-poner que en el origen remoto de esa figura pudieranesconderse claves que ayudaran a comprender el des-envolvimiento histórico de aquellos pueblos. Por lotanto, García Márquez dedica su novela El general ensu laberinto (1989) a la figura fundamental del pante-ón hispanoamericano, recreando el último viaje delLibertador por el río Magdalena. El episodio es pococonocido y está poco documentado, pero lo que inte-resaba a García Márquez -amén del viaje mismo porel río Magdalena- era el carácter de resumen tempo-ral en el que, ante la proximidad de la muerte, podíaconcentrarse toda la vida del personaje; resumen queGarcía Márquez utiliza como reflexión acerca del fra-caso de las utopías.

No es de extrañar, por tanto, que siete años mástarde un libro como Noticia de un secuestro (1996),desconcertara de igual modo a críticos y lectores. Por-que esta nueva crónica periodística insiste en la inda-gación de lo que el propio autor definió como "esedrama bestial, que por desgracia es sólo un episodiodel holocausto bíblico en que Colombia se consumedesde hace más de veinte años. García Márquez abor-da el problema, no desde la ficción o la construcciónsimbólica de metáforas alusivas, sino desde la seque-dad de la reconstrucción fidedigna de hechos realesdramáticos y la caracterización fría y precisa de lospersonajes reales que las protagonizaron.

Dos años antes, García Márquez había publicadootra novela relacionada de inmediato por la crítica con

el tema amoroso e incluso con el antiguo mundo má-gico de sus primeras novelas, Del amor y otros demo-nios (1994). A pesar del prólogo en el que el autor fingela documentación "verídica" de la historia, casi todala narración es fruto exclusivo de su imaginación. Eltema central de la novela es efectivamente el amoro-so, sin embargo, no se ha reparado en que el trata-miento que García Márquez hace de este tema amoro-so es muy diferente y que, en cierto, modo se conectacon otro subgénero muy en boga a comienzos de losaños noventa del pasado siglo: el de los libros juveni-les neogóticos, inspirados en el mundo legendariomedieval. En esta novela ocurre algo parecido a lo queTeodosio Fernández señalaba para el libro de cuentospublicados dos años antes, Doce cuentos peregrinos(1992), en los que lo maravilloso parece haber regresa-do, aunque lo que ocurre realmente es que "al liberar-se de la pretensión de fijar la identidad latinoamerica-na, la imaginación parece acercarse al ámbito de la li-teratura fantástica y cuanto ella supone de experien-cia estremecedora en los límites del misterio".

He aquí, por tanto, el camino inverso que GarcíaMárquez ha trazado en su trayectoria de madurez,desde la genialidad, desde la obra maestra, a la hu-mildad de los homenajes y la imitación de los subgé-neros. Una nueva lección de humildad, pero tam-bién de sabiduría, porque el maestro es muy cons-ciente de cuáles son y dónde se esconden las fuentesgeneradoras del mundo remoto y maravilloso deMacondo.

GarcíaMárquez hatrazado uncamino queha ido desde

la obramaestra, a lahumildad de

loshomenajes yla imitación

de lossubgéneros

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“Hombresjóvenes quesaben que lavida les tienereservado un

futuropromisorio y en paz”

L lego a Barranquilla en pos de las huellas deGarcía Márquez en esta ciudad. La visita a LaCueva, el antiguo bar donde se encontraba élcon sus amigotes, es obligatoria. Me entre-

visto con Heriberto Fiorillo, el periodista y cineastaque ha revivido el lugar, y recorro las distintas estan-cias dejándome invadir por la atmósfera acogedora ycordial que se respira a todo lo largo de esa casona es-quinera del barrio Boston. Cuadros míticos de Ale-jandro Obregón agujereados por balazos, un antiguobaúl donde el visitante puede palpar un bloque dehielo que le recordará el primer párrafo de Cien años desoledad, un cortometraje en blanco y negro que se pro-yecta permanentemente, las pisadas de un elefante ala entrada: todo parece evocar con una precisión mi-limétrica las andanzas de ese grupo de artistas e inte-lectuales que García Márquez inmortalizó en sus li-bros. Pero lo que más me sorprende son las fotos, lainfinidad de fotos que Fiorillo tiene expuestas en lasparedes de esos salones donde la gente se sienta aho-ra a comer o a beber una copa. Son fotos donde los an-

MARIO MENDOZA tiguos amigos se abrazan o miran a la cámara concierto desparpajo. Pero para quien las observe en de-talle, hay algo estremecedor en ellas: son la constan-cia de un desgarramiento.

La mayoría de los fotografiados están cómodosconsigo mismos, sonrientes, a gusto, y se nota en susojos bien abiertos y en su forma segura de pararsefrente a la cámara que son hombres jóvenes que sa-ben que la vida los trata con amabilidad, y que segu-ramente les tiene reservado un futuro promisorio yen paz. Algunos de ellos visten con una sobriedad ele-gante que demuestra su buen porte y su talante aco-modado. García Márquez no. Sus zapatos baratos,sus pantalones con el dobladillo hacia fuera, su ca-misa comprada en alguna sección de rebajas y su as-pecto escuálido y sombrío lo delatan. Se trata de unjoven escritor que está parado en una línea fronteri-za, en el borde de sus posibilidades, y que por lo tantosu único punto de apoyo es él mismo, su talento, sudisciplina, su terquedad, su capacidad de aguante.En varias de esas fotos García Márquez mira a la cá-mara sin sonreír, agazapado entre el grupo, inten-

UN VISITANTE NOCTURNOEl escritor colombiano hace un recorrido por los lugares de juventud de Gabriel García Márquez

García Márquez, sentado en el centro de la foto, acompañado de otros periodistas en el café La Cueva, de Barranquilla.

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tando pasar desapercibido, casi avergonzado. Tieneuna mirada de lobo hambriento que ya está empe-zando a medir su resistencia. Él mismo ha decididoarrojarse al abismo y para sobrevivir a esa aventuracruel y despiadada sólo cuenta con su máquina de es-cribir y con su propia fortaleza, nada más. Esa impre-sión que lo va a uno recorriendo en La Cueva mientrasmira esas viejas fotos en blanco y negro es conmove-dora, quizás un poco triste, pero muy aleccionadora,porque nos evidencia que de todos ellos el único queera una bestia literaria avasallada por visiones e imá-genes misteriosas, el único que era habitado por pre-sencias inquietantes, el único que estaba al borde dela desesperación, la pobreza y la inestabilidad emo-cional, era él. Y su única salida era disciplinarse y es-cribir. El resto era pura retórica.

Al día siguiente salgo de Barranquilla hacia Ara-cataca, el legendario pueblo de García Márquez queda origen a Macondo. La infinidad de retenes milita-res intentan mantener la zona bajo control estatal.Al llegar, el calor es agobiante y varias bicicletas re-formadas recorren las callecitas a manera de taxis lo-cales. Hay tiendas anunciando maletines y toallas,billares donde el ruido de las bolas se mezcla con losvallenatos a todo volumen, personas caminando consus paraguas bien abiertos para protegerse del sol ca-nicular, y un par de comerciantes, anunciando unarifa prometedora, recorren la plaza y sus alrededorescon un equipo de sonido, una nevera y un televisorsobre una carretilla. Me dirijo enseguida a la casadonde nació y vivió sus primeros años el escritor cos-teño. Es una edificación ruinosa que no tiene nada departicular y que no se diferencia de las otras casas delresto de la cuadra. Excepto por una cosa: el encarga-do de cuidarla es elestudioso Rafael Ji-ménez, quien apunta de pasión ybuena voluntad harecogido varios delos diarios dondealguna vez apare-ció García Már-quez, ha recortadolos artículos y losha pegado sobre lá-minas de corcho ode balso, y ha lo-grado elaborarunas cartelerasdonde el visitantepuede revisar algu-nas de las declara-ciones del escritoren el pasado. Lue-go, en las depen-

dencias interiores y en el patio, Rafael ha copiado pá-rrafos de los libros del colombiano y los ha pegadocon chinchetas a las barandillas y a los árboles. Con-mueven la escasez de recursos y la valentía de este jo-ven investigador que intenta establecer relacionesentre las descripciones de los libros y el espacio de esaantigua casa pueblerina. Y otra vez, como una pun-zada de dolor, me llegan a la cabeza las fotos del jovenperiodista y escritor con sus camisas y sus pantalonescomprados en la sección de gangas, y reconozco queesa atmósfera de estrechez y de dificultad económicaera una de las tantas barreras que tendría que vencera punta de terquedad creativa, rigor y constancia im-placables.

Cuando le pregunto a Rafael si García Márquezsuele visitar su antiguo pueblo, me dice que no, quenunca se le ve por allí. Sin embargo, más adelante,almorzando en el restaurante “El Refugio”, escuchoun rumor según el cual varias personas han sido tes-tigos de cómo un carro con los vidrios oscuros llega aaltas horas de la noche y se detiene frente a las facha-das de los conocidos de la familia García Márquez.Luego, en esas casas, se oye música vallenata hasta lamadrugada y al final el mismo carro desaparece porla carretera hacia Barranquilla. La persona que cuen-ta la historia, afirma:

–Es García Márquez, seguro. Viene de incógnito,bebe ron con sus amigos, se entera de los chismes delpueblo y vuelve y se va de incógnito, creyendo que na-die se da cuenta. Pero todo el mundo lo sabe.

Entonces, por enésima vez, me llegan a la memo-ria esas imágenes captadas en su gran mayoría por lacámara de Nereo López, y me digo que sí, que ahoraque la obra está escrita y galardonada, seguramente

el escritor añoreesas épocas en lasque todo estaba porhacer y las condi-ciones para lograr-lo no eran las mejo-res. Y qué mejoridea que contratarun carro con los vi-drios oscuros y pe-garse un viaje noc-turno hacia el pa-sado, hacia la anti-gua calle de los tur-cos, y recordar quepor aquel entoncesla literatura no erasólo un arte, sinotambién un arma,la única que estabaa su alcance paravencer la realidad.

En la casa deAracataca el

visitantepuede ver enlas paredesnumerososartículos del

escritor

La casa en la que García Márquez nació y vivió sus primeros años.

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E n 1949, García Márquez, que por entonces es-cribía sus primeros cuentos, recibió por co-rreo un paquete de libros de su amigo ÁlvaroCepeda Samudio. Entre ellos estaba Orlando,

de Virginia Woolf, en la traducción que Borges hizopara Sur, lo cual sería apenas una anécdota si no fue-ra porque el libro ha sobrevivido, y aún hoy se puedenleer en su primera página las notas de los amigos. La

JUAN GABRIEL VÁSQUEZ de Álvaro Cepeda dice: “Utiliza mucho la palabra ca-ñón”. La de Gabriel García Márquez, que acababa decumplir los veintidós años, dice: “Imita mucho a Ga-briel García Márquez”.

Siempre me ha parecido que en esta línea burlonase condensa la que para mí, como novelista y comocolombiano, ha sido la gran lección de García Már-quez: su relación con sus influencias. No está de másrepetir lo que ya he dicho otras veces: para mí, que

ÓSCAR ASTROMUJOFF

LA LECCIÓN DE GARCÍA MÁRQUEZLos nuevos narradorescolombianos aprendieron deGarcía Márquez la búsquedade la propia identidad literaria

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nací siete años después de la publicación de Cien años desoledad, que publiqué mi primer libro quince añosdespués de que García Márquez hablara en Estocolmosobre la soledad de América Latina, leer la obra delmás grande novelista colombiano ha sido leer a unclásico remoto. En literatura, lo esencial es el méto-do; y el método garciamarquiano, maravillosamentedotado para la transposición novelesca de la realidadque es su materia, no podía ser útil para la transposi-ción novelesca de mi materia, de mi realidad. Y meatrevo a sugerir que lo mismo —la admiración por loshallazgos del gran novelista unida a la imposibilidadde utilizarlos para los propios fines— ocurre en lasnovelas de las generaciones siguientes. Pero hay, encambio, otra perspectiva desde la cual la obra de Gar-cía Márquez está llena de pequeñas epifanías sobreese proceso aterrorizador: la búsqueda de la propiaidentidad literaria. La particularidad de García Már-

quez es que ese proceso se basó, por completo ocasi por completo, en tradiciones que no

eran las de su país, ni siquiera las de sulengua.

“Todavía no se ha escrito en Co-lombia la novela que esté indudable y

afortunadamente influida por Joyce,por Faulkner o Virginia Woolf”, escribe

García Márquez en un artículo de 1950. Yluego: “Si los colombianos hemos de decidir-

nos acertadamente, tendríamos que caer irreme-diablemente en esa corriente”. Olvidemos por uninstante la incomodidad del doble adverbio: el jovenGarcía Márquez ha advertido que los caminos de lanovela colombiana serán híbridos o no serán. En-frentado a las hordas de nacionalistas que durantedécadas han defendido a ultranza la pureza de la re-tórica hispana, García Márquez se atreve a sugerirque la vida está en otra parte; enseguida entra a sacoen esos novelistas, robándoles todo lo que es capaz dellevar en sus bolsillos. En Orlando leemos que “los pá-jaros se helaban en el aire y caían al suelo como pie-dras”; en Un día después del sábado, uno de los mejorescuentos de Los funerales de la Mamá Grande, los pájarosmueren de calor y no de frío, pero por lo demás laimagen es la misma. Es un ejemplo entre muchos;pero lo que me interesa es notar que ese cuento fueescrito años después de que el joven inédito vaticina-ra los nuevos derroteros de la ficción colombiana. Enotras palabras: García Márquez escogió sus modelosdeliberada y conscientemente, y a lo largo de sus pri-meros libros se dio a la tarea de hacerlos garciamar-quianos. “Imita mucho a García Márquez”, había es-crito. Y tenía razón: cuando el futuro novelista escri-be su nota irónica en la primera página de un Orlandoprestado, no está haciendo nada distinto de —quécontento estaría Borges— crear a sus precursores. Pe-ro hay algo más, y es que de alguna manera creó tam-

bién los precursores de quienes vinieron después. Laciudad de R.H. Moreno-Durán en Femina Suite es inse-parable del Ulysses de Joyce; los largos periodos y la vo-luntad barroca de Germán Espinosa son hijos deProust, pero también de Faulkner; hay en los cuentosde Marvel Moreno algo del agudo intimismo de MrsDalloway, de Virginia Woolf.

De manera que ahora, cuando se me pide un testi-monio sobre la presencia de García Márquez en losnovelistas colombianos más recientes, puedo pres-cindir de los comentarios más trillados —la denunciade su voz dominante, la constatación del realismomágico y sus imágenes seductoras— y fijarme en laprehistoria del escritor que liberó la literatura colom-biana de las lealtades lingüísticas. Sostengo que esaslibertades, ganadas a pulso con el resultado de suobra, estaban en el subconsciente de Antonio Caba-llero cuando leía a Montherlant para construir Sin re-medio, y estaban también en el subconsciente de To-más González cuando leyó a Faulkner, y estaban en elde Héctor Abad cuando escribió Angosta de la mano deElías Canetti. Muy al contrario de lo que pretendenquienes tienen una idea territorial de la literatura, lagran lección de García Márquez está en esa voluntadde meter la tradición colombiana en la corriente de lagran novela moderna. Los resultados actuales son vi-sibles: Enrique Serrano ha aprovechado a MarcelSchwob, quizás a través de Borges; Julio Paredes haaprovechado la tradición cuentística anglosajona,quizás a través de Onetti; Ricardo Silva ha aprovecha-do a Paul Auster. Lo que quiero decir es esto: ningúnescritor colombiano que tanga un mínimo de ambi-ción se atrevería a seguir por los caminos ya explota-dos por la obra de García Márquez; pero ningún escri-tor con dos dedos de frente despreciaría las puertasque esa obra nos ha abierto.

He pensado en todo esto con mucha frecuencia enlos últimos meses, pues la novela que acabo de publi-car, Historia secreta de Costaguana, debe mucho a autorescomo Salman Rushdie y Peter Carey, un indio y unaustraliano que deben mucho, a su vez, a ciertas pági-nas de García Márquez. Se trata, por supuesto, de deu-das formales (nuevamente: de método). ¿Qué signifi-ca esto? ¿Qué conclusión puede sacarse sobre la rela-ción de las nuevas generaciones conCien años de soledad?Mucho me temo que la idea misma de conclusión esmás bien incompatible con los procesos de la creaciónliteraria, pues el novelista genuino es alguien quesiempre está a medio hacerse: escribir, decía Ribeyro,es inventar un autor a la medida de nuestro gusto. Porlo pronto puedo decir que allí, en sus tiempos de for-mación, García Márquez tomó las decisiones que loconvirtieron en el autor de cuatro o cinco obras maes-tras. Y esas decisiones (vale decir: esas astucias) sonpara nosotros, los que vinimos después, una inagota-ble cantera de enseñanzas.

La granlección de

GarcíaMárquez está

en esavoluntad de

meter latradición

colombianaen la gran

novelamoderna

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Plaza de la Catedral (s. XVI),Planetario en el Parque de laIndependencia, tejados del barrio deLa Candelaria, niños de la escuelataurina en la plaza de la Santamaría.A la derecha, panorámica del centromoderno de Bogotá.

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N o nací en Bogotá. Soy delos cientos de miles quellegamos aquí desde dis-tintas partes de Colom-

bia y por diferentes razones. Casisiempre son razones definitivas lasque nos traen a Bogotá y nos dejanaquí como cualquier bogotano más.Las mismas habrán tenido quienesllegaron hace más de 470 años dis-puestos a establecerse en una saba-na alta de la cordillera de los Andes.En las mañanas frías, que son todaslas del año, les pregunto a los con-quistadores muertos por qué deci-dieron fundar una ciudad a 2.600

metros sobre el nivel del mar si muycerca tenían climas más templados,lugares más próximos a los ríos pordonde tenían que llegar sus expedi-ciones con equipajes, muebles, ar-mas y espejos para doblegar y enga-ñar a los nativos. Qué buscaban alacercarse al cielo, por qué alargar elcamino desde y hasta España, porqué no acataron las advertencias dela naturaleza que en ese trayecto setragó a 430 hombres de los 500 quepartieron seducidos, apuesto, por laleyenda ambiciosa de Eldorado.Imagino a los sobrevivientes alcan-zando la cima, vislumbrando una

BOGOTÁENTRAÑABLE

El escritor Jorge Franco recorre la capital colom-biana, donde uno puede maravillarse o estreme-cerse a diario y descubrir cómo de una calle aotra se cambia de época y de paisaje urbano

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JORGE FRANCO

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altiplanicie amplia y fresca, pre-miados con un cielo limpio y azul,confiados de enfrentarse con unosindígenas despistados y torpes queles facilitaron la tarea de asentarseen una tierra libre de bichos selváti-cos y, sobre todo, más cerca de Eldo-rado mítico.

No le quedó nada a Bogotá de laconquista infame y de la inoficiosacolonización. Apenas un nombre.Nada de las raíces, nada de la cultu-ra aborigen, sólo un nombre: Baca-tá, Bogotá, que fue agregado al deSante Fe. Pero había tantas Santa Feregadas por América que terminóimponiéndose el lugar donde la san-ta fe se había instalado. Terminóllamándose como tenía que llamar-se: Bogotá, a secas.

Hay que celebrar que Bogotá, des-pués de muchos intentos, encontrósu propia horma. Y que ya casi nadierecuerda sus referencias pasadas. To-das las ciudades, como Bogotá, na-cen y se desarrollan muy a pesar dequienes las planifican, las idealizan,las gobiernan, casi siempre bajo im-pulsos políticos y egoístas. En suafán por redefinirse, Bogotá se quitóde encima el estigma de ciudad fría ygris, más ligado a su personalidad y asu ánimo que a los factores climáti-cos que todavía la afectan. Yo crecícon la triste idea de que lo único quepasaba en Bogotá era la llovizna. Loslibros en donde la leía también me lamostraban así. Un escritor casi olvi-dado, Álvaro Salóm Becerra, la conta-ba como una ciudad donde caía unaguacero, con precisión matemáti-ca, siempre que los bogotanos salíande las oficinas y los colegios. Otros lacontaron con mujeres muy abriga-das, hombres de sombrero, corbata,bastón y paraguas casi obligatorios,salones grandes y comedores elegan-tes que no despertaban envidia sinoaburrimiento.

Hoy sigue lloviendo pero hay co-lor bajo la lluvia. Incluso un caloremana del nuevo espíritu de la ciu-dad. Algunos dirán que viene, másbien, del exceso de cemento y de lapolución que oprime pulmones yenrojece los ojos. Puede ser cierto,

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Una de las calles del céntrico barrio de La Candelaria.

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pero la parrilla humana tambiénaporta a que la fría Bogotá lo sea unpoco menos. Y basta con visitar lasentrañas para comprobar el nuevoclima. Bogotá es una ciudad dondepasa de todo, sea bueno, brutal, es-candaloso, digno, tierno o violento,es una ciudad donde uno puede ma-ravillarse o estremecerse a diario.En Bogotá confluye Colombia contodos sus errores y aciertos. Las dife-rentes identidades culturales quehan inmigrado han sufrido proce-sos de metamorfosis que generanidentidades novedosas, impregna-das de lo local y lo foráneo. El resul-tado: la pluralidad cultural. Coste-ños bogotanizados, y paisas y llane-ros y cuanto gentilicio exista en Co-lombia, todos compartiendo un es-cenario muy cerca de las nubes. Asíse reinventa su cultura, día a día, entodas sus manifestaciones. Bogotáse ha convertido en el espacio quemejor refleja lo que sucede en Co-lombia, en cada rama de las artes.

De una calle a otra se cambia deépoca y de paisaje urbano. Junto auna mansión de estilo inglés puedehaber una de estilo republicano odos o tres con ascendencia colonial.

No hay un modelo que predomineen la historia urbanística de Bogotá.Es como si esta historia se constru-yera cada día. Ahora predomina elladrillo, casto, sin maquillaje, consu propio color, que en los atardece-res soleados realza el rojo del sol. Es-te sol también se esconde por díassumiéndonos en la depresión. Sinembargo, nada altera el constantebullir de las calles de Bo-gotá. Calles que conducena mundos que nadie ima-gina, pero que dejan aso-mar, como puntas de ice-berg, a sus protagonistas.El más rico y el más pobre,la más puta y la más san-ta, el asesino y la víctima,el que ríe y el que llora, los que seaman en público y los que tienenque hacerlo a escondidas, el que lle-va una pena y el que contagia su feli-cidad, el que roba y el que corre de-trás del ladrón. Ellos y más, prota-gonistas de un inventario sin fin,son quienes caminan las calles deBogotá, convirtiéndola en un lugarfascinante. Y entrañable, porquemuchos de ellos son los mismos quecaminan dentro de mí.

BOGOTÁ ES LACIUDAD QUEMEJOR REFLEJA LOQUE SUCEDE ENCOLOMBIA, ENCADA RAMA DELAS ARTES

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Antonio MuñozMolina

"Necesitamos la ficción paraencontrarle sentido a lo real"

E s uno de los narradoresespañoles más

importantes, vinculado con laposmodernidad, la memoria yla reivindicación del derechohumano a la palabra. En suprimera novela, Beatus ille yaaparece su ciudad imaginaria,Mágina, que se convertirá enun lugar común en sus obrassucesivas. El invierno en Lisboa(1987) mereció el Premio de laCrítica y el Nacional deNarrativa, que volvió a recibiren 1992 por El jinete polaco(Premio Planeta, 1991). En1995 fue elegido académico denúmero de la Real AcademiaEspañola. Sus últimas obrasson Ventanas de Manhattan y Elviento de la luna.

Antonio Soler"El escritor debe ircontracorriente si quiereconquistar los territorios de la imaginación"

P oseedor de un universonarrativo definido por la

estructura cinematográfica,el realismo poético y unaprecisión del lenguaje.Escritor de guiones yarticulista galardonado, entreotros premios, con elPrimavera de Novela 1999 conEl nombre que ahora digo, elHerralde 1996 y el Nacional dela Crítica 1997 por Las bailarinasmuertas, y, recientemente, elPremio Nadal 2004 por Elcamino de los ingleses. Asimismoes autor de las novelas Elespirista melancólico y Héroes de lafrontera. Su último libro es Elsueño del caimán.

Ángeles Caso“Como escritora trato dereflexionar sobre el dolor y loslados más negros de la vida"

S u obra está impregnada deun compromiso con la

memoria, la mujer y lahistoria. Ha trabajado endiversas institucionesculturales, como la FundaciónPríncipe de Asturias o elInstituto Feijóo de Estudiosdel Siglo XVIII de laUniversidad de Oviedo, y endiversos medios decomunicación. Es autora delas novelas Elisabeth, emperatrizde Austria-Hungría, El peso de lassombras, con la que quedófinalista del Premio Planetaen 1994,de la biografíaElisabeth de Austria-Hungría.Álbum privado, del trabajo deinvestigación Las olvidadas y dela novela Un largo silencio,ganadora del PremioFernando Lara 2000.

AUTORESESPAÑOLESDEL GRUPOPLANETAPRESENTESEN ELCONGRESOLa Asociación deAcademias de laLengua, losMinisterios deEducación y Culturade Colombia y laEditorial Planetahan organizado unamplio programa deactividades paralelasal IV CongresoInternacional de laLengua Española.En estos actosliterarios participanvarios de losprincipales autoresdel Grupo Planeta.

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Javier Moro"Los personajes de mis libros son la gente que me hace como soy"

H a transitado por el cine,el periodismo y la

literatura, fiel a sus ideas decompromiso y libertad.Coproductor y guionista de laspelículas Valentina y Crónica delalba, ambas basadas en la obrade Ramón J. Sender. Vivió seisaños en Estados Unidos,desarrollando proyectos decine y televisión dondecolaboró con directores comoRidley Scott. Es autor deSenderos de libertad, El pie deJaipur, La mundialización de lapobreza y Las montañas de Buda, ycoautor, junto con DominiqueLapierre, de Era medianoche enBhopal. Su última obra PasiónIndia ha sido traducida a variosidiomas y próximamente serállevada al cine.

Andrés Trapiello"La literatura nace y parte de la vida, es vida misma"

R epresentante de unalúcida ironía en la

concepción de la literatura yde la vida, ha cultivado todoslos géneros literarios. Comopoeta ha publicado Lastradiciones o Acaso una verdad,distinguido con el PremioNacional de la Crítica en 1993.Como novelista, ganó elPremio Nadal en el año 2003con su obra Los amigos del crimenperfecto. Ha editado los docetomos de su colección dediarios agrupados bajo eltítulo general de Salón de lospasos perdidos. Entre susúltimos trabajos, destacan Almorir don Quijote y El arca de laspalabras.

Carmen Posadas"En mis novelas me gustarealizar juegos psicológicos en los que el detective es el lector"

C armen Posadas ha escritouna decena de ensayos y

varios guiones para el cine y latelevisión. Se estrenó comonovelista en 1996 con Cincomoscas azules. Dos añosdespués, ganó el premioPlaneta con la novela PequeñasInfamias, que ha sido traducidaa 16 idiomas en más de 40países. Es además autora decerca de 20 libros de literaturainfantil, entre los que destacaEl señor viento Norte, que obtuvoel Premio del Ministerio deCultura al mejor libro infantileditado en 1984. Su últimanovela es Juego de niños.

Lorenzo Silva"La literatura te da laposibilidad de situarte en la mirada del otro"

C onsiderado por la críticacomo un renovador del

género policiaco, Silva haobtenido el Premio Nadal2000 con la novela El alquimistaimpaciente. Tres años antes,quedó finalista de este mismopremio con La flaqueza delbolchevique; con Carta Blancaobtuvo el Premio Primavera2004. También ha publicadonovelas sobre la guerra del Rifcomo El nombre de los nuestros yDel Rif al Yebala. Lorenzo Silvadestaca igualmente por suslibros de temática juvenil,entre los que sobresalen La isladel fin de la suerte y Laura y elcorazón de las cosas.

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(Recuerdos de un niño que un día fue Nobel, recuerdos de un Nobelque un día fue niño).

José Saramago se llamaZezito y descubre la vidadesde el mapamundi deuna aldea portuguesaque se llama Azinhaga.

El año en que nace José Sara-mago, 1922, es el año de la in-dependencia de Egipto, de lasegregación de la Irlanda cató-lica, de la publicación del Uli-ses de Joyce y del nacimientode Greta Garbo. Para colmo deaugurios ese año AlexanderGraham Bell inventa un arti-lugio al que llama teléfono ysin el cual es imposible imagi-nar la imparable actividad dePilar del Río, compañera y tra-

ductora de Jo-sé y a quien de-dica una vezmás este libro.

Lo que aquírelata el Nobelportugués essu infancia. Lade un niño queemigra a Lis-boa con ape-nas dos añospero que no de-

ja de volver al hogar del puebloy de la tierra, al hogar áspero ydigno que es la humilde casade sus abuelos maternos. No esel prestigioso escritor, objeto ytributo de todos los homenajesque un hombre de letras hayapodido soñar, quien habla, esel niño, Zezito, que armado detemores, de hambres y de unasuerte de lealtad que otros lla-man amor, relata sus primerosaños. El lector siente que elMaestro lo ha escogido de in-terlocutor de sus confidencias.

Algo próximo y hasta pare-cido a lo sagrado reconoce ellector en “esa pobre y rústicaaldea con su frontera rumoro-sa de agua y de verdes, con suscasas bajas rodeadas del grisplateado de los olivares, unasveces requemada por los calo-res del verano, otras vecestransida con las heladas asesi-nas del invierno o ahogada porlas crecidas que le entrabanpuerta a dentro”. No hay retó-rica ni artificio cuandoJosé/Zezito rememora el colorrojo oscuro de la tierra moja-da, el sabor de la sal con vina-gre y con agua, un lujo de re-fresco, las habas con coles, loscolchones de lana y las camasde varales de hierro, los mari-dos celosos e iracundos, lasmujeres calladas y afanosas,el árbol genealógico de los Sou-sa y, sobre todo , el tronco ge-neroso del abuelo Jerónimo yla abuela Josefa.

EL niño, dice el autor, no ve

el paisaje porque él es el paisa-je. Sólo al adulto le será nece-sario nombrar el paisaje,nombrarlo para volver a el. Losniños escriben la vida sin lápizni papel, nombran las cosasporque las inventan.

Un funcionario del Regis-tro, borracho a juicio del pa-triarca, añade al apellido Sou-sa el apodo de Saramago ( jara-mago) como era conocida la fa-milia. Menos mal, reconoce elautor, que el alias no pertene-cía a la estirpe de los Culoroto,Pichatada y Caralhada que su-frían otros vecinos del lugar.La pifia le servirá para no an-dar en busca de un nombremás sonoro de escritor, ironizaJosé Saramago, y ademástransmutará la lógica al tenerque adoptar ese nombre del hi-jo, el propio padre. Fue añosmás tarde y en Lisboa, cuandoJosé de Sousa se ganaba la vidade guardia de la PSP y padre,madre e hijo compartían piso

Pequeñas memorias

José SaramagoAlfaguara216 páginas. 18 euros

EL NIÑOSARAMAGO

MERCEDES DE PABLOS

RICARDO MARTÍN

José Saramago junto a Pilar del Río, en su casa de Lanzarote.

EL QUE AQUÍHABLA ES EL NIÑO,ZEZITO, QUEARMADO DETEMORES Y DEUNA SUERTE DELEALTAD QUEOTROS LLAMANAMOR, RELATA SUSPRIMEROS AÑOS

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con una familia , los Barata .En uno de esos pisos en los quetodos duermen en la mismahabitación descubrirá el ado-lescente las ternuras del sexo,o al menos los indicios que pa-ra poco daba el roce furtivo delos cuerpos en la siesta.

Volviendo a los orígenes noes el nombre el único equívocodel recién registrado niño Sou-sa, por cosas de las leyes y cos-tumbres, la fecha también ye-rra: aparece nacido el 18 de no-viembre cuando en realidadamanece a la vida el 16. “ Mori-ré dos días mas viejo, esperoque no se note demasiado”.

Estos recuerdos son el retra-to de una época tal como laconvoca la memoria, mez-clando menudencias y catás-trofes, victorias escolares yhumillaciones callejeras. La

Del miedo a los perros, poruna mordedura cuando ape-nas andaba, se ha curado el es-critor amando a tres: Pepe,Greta y Camoens, los auténti-cos dueños de A Casa de Lan-zarote, lugar de residencia deJosé y Pilar.

Es conocida la afición delescritor a coleccionar figurasde equinos, tan sabido es quesiempre hay un amigo que lorecuerda y !sorpresa! aparececon una nueva pieza. En estecaso la venganza responde a loque el escritor llama “ los efec-tos de la caída de un caballo

vida desde dentro de la casa yla otra, la Historia, colándoseen periódicos que nadie leía oen esa radio de la vecina Car-men, española, por la que unGeneral, Queipo de Llano, es-cupía amenazas en la Sevillade 1936. Se da la circunstanciade que la alocución del irritadomilitar terminaba siemprecon la mención al patrocina-dor: “ Oh, qué lindos colores,Tintas Revi son las mejores”.Nada recuerda Saramago deaquellas memorables arengaspero aquella cantinela no la haolvidado nunca.

TAL VEZ LA OBRA ENTERA DESARAMAGO ESTÉ EN DEUDA CON EL

ÑINO QUE SE NOS PRESENTA EN ESTASPEQUEÑAS MEMORIAS

que nunca monté”. Nunca eltío Francisco le alzó a los lomosdel mulo, como hubiera queri-do y ya de adolescente su pri-mera experiencia de jinetemereció el desprecio, silencio-so, del rocinante.

Dicen los críticos que hayimágenes de Alzado del Suelo yde Manual de Pintura y Cali-grafía en estas pequeñas me-morias. Tal vez sea al revés, talvez la obra entera, vasta y mag-nífica tenga una deuda con elnieto de aquel abuelo sabio yanalfabeto, con la tía María El-vira y sobre todo con aquellaabuela que a los noventa añosde una vida ruda y descarnadadijo: “ El mundo es tan bonito yyo tengo tanta pena de morir”.Maestros del Maestro, leccio-nes para el que ha sabido oír,crecer, aprender.

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H ay que estar muyseguro para escri-bir ¡Otra malditanovela sobre la gue-

rra civil!, que es precisamente¡otra maldita novela…!, y jus-tificar por qué se escribe unamás. Día atrás estaba yo coneste arriesgado libro cuandoen un diario un novel cineastase encolerizaba lo justo: ya es-tá bien de novelas, de películassobre la guerra civil. ¿Ya estábien? Isaac Rosa es un jovennarrador andaluz –sevillanodel 74- que se dio a conocer conuna primera novela de anda-dura nacional, El vano ayer(Seix-Barral, 2004), que entu-siasmó a muchos, y que irritóa otros, y que tenía que ver conbatallitas antifranquistas (desus padres). Ahora aparece es-ta segunda novela –tambiénde andadura: ante tiene, no sédónde, La malamemoria, queacaso esté relacionada, aven-turo- y que se la plantea Rosacomo un pulso consigo mis-mo, un pulso en el que tomapartido el lector, y también ellector –en cursiva-. Me explico.Rosa ha escrito una novela so-bre la guerra civil para acabar–de una vez por todas- con lasnovelas sobre…; está tan con-vencido de que hay que ir con-tra el olvido, contribuir a lamemoria histórica -¿acaso oxí-moron?-, que se acerca a laguerra civil con todas las fan-farrias retóricas: el fascista,malo malo; el sufrido campe-sinado andaluz condenado aescribir con sangre en el ence-rado victorioso: la tierra parael que la trabaja; esa metáforaevidente del pueblo desapare-cido; el escritor progre y desas-trado que remueve con lapice-

ro a modo de puntero el solardel escorpión, y se decide –éltambién con su secreto- a rea-vivar la memoria colectiva, arealizar la prueba del algodón,a ver qué pasa. Rosa nos dauna novela –una más- sobre…,pero le pone, en los bajos unavoz en cursiva, una suerte decomisario que ejerce de crítico–no diría de crítico literario- ode lector editorial. Ese informeen cursiva que banderillea–con estoques negros- el textoque hemos leído es la apuestaarriesgada de Rosa. Éste tratade la desmemoria, de las men-

tiras de la transición, de loshorrores de la guerra, del de-seo de algunos –los laínes- dereescribir su pasado; y paraello echa mano de los tópicosmás trillados, de recursos me-lodramáticos literarios bienevidentes, como no se cansa deseñalar –en cursiva- esa voz crí-tica que todo lo cuestiona. Re-sulta ingenioso –y peligroso- elardid, pero llega un momentoen que el propio lector, adverti-do, es el que subraya inconve-niencias, antes que, al final,esa inmisericordiosa cursiva.Pero, en definitiva, aún valo-rando esa intención irónicame queda una duda, una y va-rias, como un puñado de fue-gos que explotan ruidosamen-te en lo alto:¿dónde estáel auténticoautor, es elque escribetópicamen-te para cues-t i o n a r s e ,después, encursiva, o sevuelca másen ese inqui-sidor de lacursiva que arremete contralas sandeces de la narrativa a laque pertenece? Si el texto baseestá lleno de lugares comunes,si son tan perceptibles comopara flambear todo lo contado–no en cursiva-, ¿por qué dar-nos esta historia, por qué ha-cernos leer ¡Otra maldita nove-la sobre…! (con cursiva y sin)¿Acaso porque aún necesita-mos historias como ésas paraque no se nos deslíe esa necesa-ria memoria histórica -¿oxí-moron o no?-. Queda abierto elfinal, y la intención.

¡Otra maldita novelasobre la guerra civil!

Isaac RosaEditorial Seix-Barral 445 páginas. 20,50 euros

LA PRUEBA DEL ALGODÓN

JAVIER GOÑI

SEIX BARRAL

Isaac Rosa.

ROSA ESCRIBESOBRE LA GUERRACIVIL CONVENCIDODE QUE HAY QUEIR CONTRA ELOLVIDO Y SEACERCA A ELLACON TODAS LASFANFARRIASRETÓRICAS

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fortunas y adversidades. ¿Puede decirse quesu novela participa en gran medida del géne-ro picaresco?

–La picaresca está en el germen mismode la novela desde el momento en que sepropone narrar las derivas de un persona-je. La Odisea, por ejemplo, es una epopeyapicaresca. Cuando Lázaro de Tormes enga-

impostura y las relaciones humanas sonun espejo reflejado en otro espejo.

Mercado de espejismos arranca con el relatoque Jacob va haciendo de su vida y del encar-go de robar las reliquias de los Reyes Magos.Un comienzo autobiográfico que esboza elperfil del protagonista y de sus posteriores

F elipe Benítez Reyes, ganador dela 63 edición del Premio Nadal, esun polifacético escritor con unaextensa bibliografía, en poesía y

en prosa, definida por el instinto estilísti-co, la musicalidad del lenguaje y la inven-ción fabuladora. Su última novela indagaen un mercado donde la supervivencia, la

FELIPE BENÍTEZ REYES

“LA IMPOSTURA ES UNMALABARISMO PSICOLÓGICO

MUY RENTABLE”ENTREVISTA DE GUILLERMO BUSUTIL

FOTOS DE RICARDO MARTÍN

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ña al ciego y cuando Ulises engaña al cíclo-pe para dejarlo ciego, están haciendo lomismo: subsistir y sortear adversidadespara salir adelante.Una picaresca que se extiende a la variedadde personajes, entre los que hay buscavidas yladrones de arte. Con esa riqueza de espléndi-dos secundarios de pensamiento excéntrico yvidas improbables, ¿quiere evidenciar quecualquier vida son muchas vidas?

–Es que me gustan mucho las películasy las novelas con buenos secundarios. Lamisma denominación de “secundarios”resulta bastante injusta, ya que son fun-damentales para la buena marcha de unaficción. Hay protagonistas anodinos y se-cundarios inolvidables. David Copper-field, por ejemplo, es un pasmarote, y encambio el señor Micawber es uno de losmejores personajes novelísticos de todoslos tiempos. Por cierto, no recuerdo quiéndecía que en las novelas de Dickens, cuan-do aparece un cartero el autor no se limitaa decirnos que llega un cartero y entregauna carta, sino que nos cuenta la vida delcartero. Eso, que puede ser un defecto na-rrativo, también puede ser un recurso na-rrativo respetable: hacer que lo imagina-rio se parezca a la vida, que está llena degente vista y no vista.

La galería de antihéroes, las trampas que sesuceden, la idea de que la razón y la locura sondos caras de una misma moneda que suelecaer de canto, ¿es un intento de demostrarque la realidad, al igual que la vida, son unasucesión de equívocos y situaciones tragicó-micas?

–Supongo que sí. Ver la vida como unaalucinación no es una opción demasiadorecomendable, porque ahí entra ya laciencia psiquiátrica, pero hay ocasionesen que no queda más remedio que verla através de ese prisma porque es el que te po-nen delante. Sales una mañana a la calle,se te acerca un desconocido y te susurra:“Oiga, le vendo un pulpo. Se lo dejo bara-to”. Y se supone que eso está dentro de lospatrones convencionales de la realidad.

Los protagonistas, Jacob y Corina, sobrino y tía,¿son un homenaje a las parejas literarias, es-pecialmente a Quijote y Sancho?

–Mi novela pretende ser de estirpe cer-vantina, y quería que tuviese un protago-nismo dual. Hay quienes sospechan queesas dualidades suponen un recurso có-modo para el narrador. Algo con lo que noestoy de acuerdo. De todas formas, esosdos personajes míos no son antagónicos,sino que representan una visión distintadel mundo desde una visión idéntica delmundo.

La trama gira en torno al robo de las reliquiasde los Reyes Magos. Unos personajes sobrelos que trabajó en 2005 en su obra de teatroLos astrólogos errantes. ¿Qué le atrae de estosmíticos personajes?

–Cuando era niño, la noche de Reyesera para mí una especie de noche de Wal-purgis en versión oriental. Porque se su-pone que, mientras dormíamos, iban aentrar en casa unos ancianos barbudos,inmortales y ubicuos, con olor a sudor decamello. Yo no pegaba ojo. Menos malque dejaban regalos. Pero el trámite delmiedo era ineludible, y los juguetes aca-baban manchados de ese miedo. Luego,cuando te enteras de que los reyes son lospadres, sufres la primera gran decepciónde la fantasía. Aparte de eso, las leyendasque circulan a partir de la Edad Media entorno a los Reyes Magos son muchas ymuy variadas. Llegan a ser figuras estela-res de las supersticiones católicas, y ele-mentos iconográficos recurrentes, a pe-sar de que en la Biblia sólo se les mencionaen el evangelio de San Mateo.

Usted ha definido esta novela suya como unaparodia de la subliteratura esotérica. De he-cho, es una excursión guiada por los vanosmundos del esoterismo. ¿Se apunta de estemodo a la reacción de autores como Eco oMartín Gardner contra estos productos de mis-terios prefabricados?

–Mi ánimo no es de denuncia. Mi paro-dia parte del estupor. Por raro que parez-ca, hay gente que se toma en serio todasesas chilindrinas en torno a los templa-rios, al santo grial, a la herejía cátara…No las leen como ficciones truculentas,sino como revelaciones históricas alter-nativas. Y eso está creando una especie deparanoia muy curiosa. Hay ya quienesven símbolos crípticos incluso en las se-ñales de tráfico.

Si nos detenemos en la psicología y vidas delos personajes y de sus sombras particulares,da la sensación de que usted termina creando,como existe en la narrativa esotérica, una es-pecie de Hermandad de Impostores.

–Una especie de síndrome de Estocol-mo narrativo, ¿no? Puede ser. Todos lospersonajes de la novela llevan máscara.Siento fascinación por lo indefinido, porlas apariencias equívocas, por los malen-tendidos que derivan en certezas descabe-lladas. La impostura es un malabarismopsicológico muy meritorio.

En su novela, también hay referencias a lamúsica, al arte, a la corrupción urbanística, alos planes islamistas para acabar con Occiden-te. ¿Se debe a su condición de articulista queobserva la actualidad cotidiana?

–Bueno, quizá se deba simplemente ami condición de persona que siente curio-sidad por lo que pasa. La realidad es siem-pre anómala, entre otras cosas porque esun fenómeno múltiple, y esclavo por tan-to de las interpretaciones, incluidas las deíndole delirante.

Con Mercado de espejismos recupera usted lafigura de Walter Arias, el protagonista de sunovela El novio del mundo. ¿Por qué este ca-meo literario?

–No estoy seguro. Quizá para darle unatercera oportunidad. También aparecíaen mi novela anterior, aunque bajo pseu-dónimo, y muy poca gente se dio cuentade que era él. Es un personaje y una voz ala que los lectores le tienen simpatía. Yosólo lo saco para degradarlo, aunque no sécon qué derecho. Es el riesgo que corren,en fin, los personajes estelares que no tie-nen la prudencia de morir en las páginasfinales de la novela que protagonizan.

Tratándose de usted, es evidente que en sunarrativa existe un predominio de la ficciónfantasiosa y delirante. ¿Es la imaginación unaestrategia para defendernos de la realidad oes, en sí misma, una realidad paralela?

–No estoy seguro, pero creo que la ima-ginación es una parte de la realidad, unode los muchos factores que entran en jue-go en esa abstracción múltiple que llama-mos realidad.

En toda la novela subyace también un humorácido e inteligente. ¿Es el humor una forma deficción?

–Para mí, el humor no es un fin, sinoun vehículo muy práctico para llegar aotro sitio, incluido el horror, por ejemplo.Le tengo mucho miedo a la solemnidad.Tomarse a uno mismo demasiado en seriosuele ser una forma de vanidad metafísi-ca, por así decirlo, y el primer síntoma esla afición al dogma. Digamos que el hu-mor te permite decir cosas terribles deuna manera cortés y educada y decir cosasdivertidas de una manera muy seria.

“Para mí el humor no es un fin, sino un vehículo

muy práctico para llegar a otrositio, incluido

el horror, por ejemplo”

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D icen que el ingenioes algo peligroso, enaquellos escritoresque no arriesgan lo

suficiente para engrandecer sunarrativa con el tiempo, cuan-do su prosa más característicaestá salpicada de una finísimaveta humorística, como le ocu-rre a este funambulista de la li-teratura, autor de interesantespropuestas publicadas a lo lar-go de los 90: El novio del mundo(1998), El pensamiento de los mons-truos (2002), y ahora Mercado deespejismos (2007). La narrativaensayada por Benítez Reyes se

sustenta poresa artificio-sa habilidadde mezclartradición es-pañola y an-glosajona entextos plaga-dos de sabi-duría o de re-f l e x i o n e shumorísti-cas sobre elmundo. Es-tas caracte-rísticas queevocan unaprosa cer-v a n t i n a ,agudeza va-lleinclanes-

ca, ingenio gregueresco y re-miniscencias de esa pléyade deantihéroes de nuestra picares-ca. Si en El novio del mundo apun-taba la posibilidad de crear undiscurso moral para elaboraruna particular teoría del cono-cimiento, El pensamiento de losmonstruos contaba la historia deun descifrador atónito del pen-samiento de la gran Filosofía,caricaturizando el presente

con definiciones demoledoras.Ahora, Mercado de espejismos, semuestra como una obra de ma-yor pretensión. El gaditanoofrece un proyecto más ambi-cioso, a través de Jacob, pere-grino psicodélico de la nocheen su juventud que, en su ma-durez, forma parte de esa estir-pe secreta de los impostores.Aquellos que se instalan en lairrealidad de una vida, asu-men otra identidad o aspiranal delirio de la mitificación desu propia existencia, vagabun-dos en esa geografía de ciuda-des como El Cairo, Roma, Paríso Londres, hasta que el destinolos lleva a Colonia para robar ensu catedral las reliquias deposi-tadas de los tres Reyes Magosde Oriente. Perfectamente do-cumentado, en el relato se enu-mera toda una gama de cien-cias esotéricas y fantasías his-tóricas, refrendadas por una bi-bliografía que acompaña al lec-tor en su aventura y pueblanuna maravillosa biblioteca so-bre el tema. La Biblia satánica,El diccionario infernal o El librodel placer, que pronto obviaráel curioso lector.

Una pareja de veteranos ti-madores o ladrones, la tía Co-rina y el propio Jacob, con ve-leidades humanas, los juevesdel Casino Novelty, de la an-ciana y los Billares Heredia,del sobrino, ofrecen con su ac-titud algo más que la enume-ración de esas endiabladas ar-tes entre las que se mueven pa-ra hacernos ver que la vida esuna auténtico mercado, en-vuelto en ese espejismo que larealidad oculta. Porque de loque se trata en la novela es po-ner de manifiesto que a uno lepreocupa su situación en el

mundo y todos pretendemosasumir esa interpretación ca-paz de servir a los demás, des-cifrando muchos de los con-vencionalismos que se esca-pan a la verosimilitud. Quizápor esto el lector, instalado enun texto de múltiples lectu-ras, se vea tentado a metersede lleno en una novela de mu-chos vericuetos y giros, conabundantes personajes (SamBenítez, Abdel Bari, CristiCuaresma, El Penumbra, elprimo Walter), que se nos vanpresentando y dosificando latrama como una estructura demecano capaz de ser ensam-blada solo al final.

La realidad se basa en sime-trías fortuitas, en concordan-cias accidentales y cuando seafirma algo taxativamente ca-be la posibilidad de un acierto,y en esa posibilidad radica elmargen mágico de la realidad.Es decir, que la lógica argu-mental lleve a estos persona-jes a esos lugares decisivos enel desarrollo de la historia acontar, con excelentes sorpre-sas para el lector. Mercado de es-pejismos es un reto a la imagi-nación porque hay que subra-yar lo que uno de sus persona-jes afirma, que nuestra reali-dad es casi siempre una suce-sión de malentendidos cómi-cos, que entenderemos cuan-do seamos capaces de vislum-brar cuanto Benítez Reyes hapuesto en nuestro camino,amparándose en un falso pres-tigio que, malinterpretado,daría lugar a la subliteratura.Es verdad que en las grandesnovelas, la realidad no es unpunto de partida, sino unameta, aquella que el lector seautoimpone.

Mercado deespejismos

Felipe Benítez ReyesPremio Nadal 2007Destino 398 páginas. 19,50 euros

PARAÍSOSPERDIDOS

PEDRO M. DOMENE

Felipe Benítez Reyes.

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F rente a la alta conside-ración que disfrutó envida, no ha tenidomás tarde mucha

suerte el levantino Gabriel Mi-ró (1879-1930). Se le tiene porun gran escritor, claro, pero hadesaparecido como lectura realviva. Un puñado de razones sesuman para producir ese efectoadverso. Una es historiográfi-ca, y ya se sabe el peso que tie-ne el disfrutar de un espaciobien acotado en los manualespara formar el canon. Miró an-da como en tierra de nadie. Susprimeros libros son coetáneosde los primeros del 98, pero sele incluye en el siguiente gru-po, esa generación puente untanto fantasmal llamada no-vecentismo, cuando, por otrolado, nació sólo un poco des-pués de Baroja, Machado o desu gran admirador Azorín. Suescritura, en extremo cuidado-sa, exige un lector atento muydistinto al que ha ido impo-niendo el consumo literario.La peculiaridad de su narrativase etiqueta como “novela líri-ca”, lo cual supone un hándi-cap, pues vale para esa fórmulamestiza lo que se dice de la mú-sica militar.

La obra entera de GabrielMiró anda hoy avecindadafuera de la gran novelísticadel pasado siglo, y eso que re-presenta por muchos concep-tos el mismo espíritu de exi-gencia e innovación, distinti-vos de esa aventura estética ymoral que permitió pasar delmuy positivista ochocientos ala modernidad. Por tanto, sa-car ahora una nueva reuniónde sus Obras completas constitu-ye un empeño bien oportuno:lo trae a la actualidad y brinda

la ocasión de reparar ese olvi-do excesivo. De los tres tomosde que constará la serie apare-ce el primero, el más necesa-rio aunque no el que ha decontener los más logrados li-bros mironianos, reservadossobre todo para el tercero. Estevolumen I agavilla nueve títu-los de complicada trayectoriaeditorial y que abarcan la es-critura de Miró entre los tem-praneros La mujer de Ojeda (1901)e Hilván de escenas (1903) y Las ce-rezas del cementerio (1910). Heaquí el interés inicial: ofrecerel recorrido del escritor desdeunas formas todavía enfeuda-das en el XIX hasta la muestrainequívoca de su sensibilidadsingular, la del Las cerezas…Obra a la que entregó las ilu-siones de su juventud y dondeya están en plenitud la cali-dad de la prosa, la morosidady el estatismo, el fracciona-miento de las anécdotas pocointeresantes por sí mismas encuadros, el sentimiento delpaisaje o la proustiana capta-ción del tiempo. Tambiénanuncian las narraciones deeste tomo el mundo de turbiosinteriores, de pasiones e hipo-cresías, de moral farisaica,que sería el propio del autor.

El otro mérito de este volu-men está en su prologuista ypreparador, el profesor Mi-guel Ángel Lozano, director deotras obras completas que vie-nen apareciendo en la Institu-ción Gil-Albert y responsabledel gran simposio y de sus co-rrespondientes actas celebra-do hace diez años sobre el fun-dador de Oleza, esa ciudadimaginaria levantada sobre lareal Orihuela con la que fusti-gó una España levítica y caci-

quil. El amplio prólogo rompeel criterio de la Biblioteca Cas-tro de dirigirse a un lector cul-to pero no profesional evitan-do las notas a pie de página, lainformación erudita y la bi-bliografía acumulativa. Alcontrario, sigue pautas acadé-micas. La excelente presenta-ción de Lozano, tras repasar lavida del escritor, detalla lahistoria de cada obra recopila-da, algo en este caso muy con-veniente, y aborda su inter-pretación.

No soy yo tan entusiasta deesta etapa inicial de Miró co-mo Lozano, aunque se entien-de su fervor, propio de un ena-morado del escrupuloso pro-sista a quien dedica tantosdesvelos. Este tomo prometeun Miró deverdad com-pleto, pues seabre con lasdos madruga-doras noveli-tas citadas queel autor repu-dió y sólo tu-vieron la efí-mera existen-cia de su pri-mera salidalugareña. Las acompañanotros textos más accesibles,además de las conocidas Cere-zas: las novelas Del vivir, La nove-la de mi amigo y varias piezasbreves aparecidas en las popu-lares colecciones de novelacorta de hace un siglo (Nómada,La palma rota, El hijo santo y Niñogrande). Esta producción delalicantino durante su primeradécada es el aperitivo paraabrir boca en el mundo miro-niano a la espera del platoprincipal.

Obras completas, I

Gabriel Miró Edición de M. Á. LozanoBiblioteca Castro 849 páginas. 50 euros

APERITIVOMIRONIANO

SANTOS SANZ VILLANUEVA

LA OBRA DEGABRIEL MIRÓREPRESENTA ELESPÍRITU DEEXIGENCIA EINNOVACIÓN QUEPERMITIÓ PASAR DELOCHOCIENTOS ALA MODERNIDAD

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LECTURAS NARRATIVA

M r. Blank, el Se-ñor en Blanco,podría estar enun hotel, de no-

che o de día, no una comisaríaporque es raro que en ese sitiovista un pijama, aunque no seadescartable por los zapatos. Sa-be que lo están grabando conuna cámara de televisión, convarias cámaras de televisión, yque su voz, cuando hable, biensea solo o con otros, quedará re-gistrada por un micrófono ocul-to. El señor Blank es amnésico,ha perdido la memoria. Pero seacuerda del primer recuerdoque se le viene a la cabeza,mientras se balancea en unamecedora. Recuerda un caballi-to blanco que tenía en su habi-tación cuando era pequeño y leentran unas ganas irrefrena-bles de iniciar viajes imagina-rios en ese caballito de madera,que se convierte en un bello ca-ballo blanco. En este punto, ellector que soy yo, el crítico queestá escribiendo este artículo sedetiene y piensa: en estas pági-nas iniciales y con estos datossomeros, Paul Auster está ha-ciendo un homenaje, un recor-datorio a El gran hermano de Or-well, por favor, a Crónicas marcia-nas de Bradbury, si no les impor-ta, a Ciudadano Kane de Welles, aRosebud. El viejo encerrado en-tre unas paredes y vestido conun pijama azul con rayas ama-rillas y del que sabíamos tan po-co, pero del que ya vamos averi-guando algo más, ojea unas fo-tografías en las que se ven aunas personas que no reconoce.Se aburre y comienza a leer unahoja de un texto escrito que seencuentra encima del escrito-rio. Nosotros lectores pasamos aleer el texto. Nos encontramos

con un argumento que se des-arrolla en un país llamadoCON-FE-DE-RA-CIÓN y hablade una expedición a unas Tie-rras Lejanas y Distantes. El lec-tor, que no el viejo, sabe que seestá refiriendo a unos EstadosUnidos inexistentes y derrota-dos y seguramente a la guerrade Irak. El señor Blank deja deleer y nosotros con él. Entranuna serie de personas, las queestán en las fotografías y que di-cen conocerlo. Le acusan, le pi-den explicaciones, y el viejoprotagonista de Auster no seacuerda de ellos, le van refres-cando la memoria. Le dan susnombres y el viejo comienza arecordar. Y a nosotros, los lecto-res, también comienzan a so-narnos esos nombres. ¿Dónde

los hemos escuchado antes?,¿dónde los hemos leído?. Se lla-man John Trause, anagrama deAuster, al que ya vimos en La no-che del oráculo, Marco StanleyFogg, homenaje a tres viajeros,y al que encontramos en El pala-cio de la luna. Anna, de el Viaje deAna Blume. Todos ellos son perso-najes de novelas anteriores dePaul Auster. Y si los visitantesson personajes literarios queadquieren vida propia, es ele-mental, querido Watson, supo-ner que el misterioso y enigmá-tico señor Blank es el alter egode Paul Auster. Un heterónimoo un complementario. Un jue-go habitual en la narrativa delPremio Príncipe de Asturias delas Letras. Considerada global-mente Viajes por el Scriptorium esun cuento infantil y, como tal,de terror. Pero en Auster lasapariencias siempre engañan.Y también aquí hay una histo-ria que se enlaza con otra y quetapa una tercera de la que saleuna trama que se deriva en unasubtrama y unos personajesque se refieren a otros, que noscuentan sus vidas, etc. A estatécnica narrativa la llamanmuñecas rusas. Yo prefieropensar que una novela como lade Paul Auster es como un cestode cerezas, que tiras de una y sa-len varias. Auster es un maes-tro en contar de manera senci-lla asuntos muy complejos. Yvuelve a serlo en esta novela ste-vensoniana y pirandelliana, en laque el escritor quiere ser perso-naje y el personaje, escritor. Yheredera y deudora de Borges,pues decía el argentino que todaliteratura es parodia de lo ante-rior. Gran novelista Auster,gran lector Auster. Auster porAuster.

Viajes por elscriptorium

Paul AusterEditorial Anagrama214 páginas. 16,00 euros

AUSTER PORAUSTER

J. M. BERNÁLDEZ

ANAGRAMA

Paul Auster.

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LECTURAS NARRATIVA

Matar a un leopardo

Andrés J. ReinaFundación JoséManuel Lara 312 páginas. 15,00 euros

ESPÍAS ENMADRID

¿UN PARÍSMÁGICO?

Lo que le falta altiempo

Ángela BecerraEditorial Planeta352 páginas. 21,00 euros

EVA DÍAZ PÉREZ

E n el Barrio Latino deParís se guarda un in-esperado secreto. En lacasa de una estudiante

de pintura hay un armario en elque se esconde un misterio:una niña muerta, congeladaen el tiempo, una santita conun medallón y una historia pordescubrir. La escritora colom-biana Ángela Becerra desarro-lla su última novela, Lo que lefalta al tiempo (Planeta), en unParís que hace honor a su pasa-do artístico. La obra cuenta lahistoria de Mazarine, enamo-rada de un pintor maduro y su-mergida en un misterio en tor-no a una orden secreta, la de los

Arts Amantis, que puede cam-biar la historia del arte. Becerralleva al lector a través de cierto

LALE GONZÁLEZ

E n el Madrid de 1936,cuando apenas se bos-queja la calamidadque se avecina, artis-

tas, intelectuales y hombres denegocios tiran de sus vidas bajoun cielo surcado por aviones deguerra. En el desconcierto ge-neral irrumpe, con la inocen-cia a cuestas, nuestro protago-nista, Antonio Gauna, actor deteatro venido de la provinciacon el cerebro alborotado por lailusión de venideros triunfossobre los escenarios de la capi-tal. La realidad, claro, no tardaen encajarle desencantos ypronto ingresa en esa cofradíade supervivientes que se repro-duce en todas las guerras. Suencuentro con la descarada Do-minó y con su hermano, el ex-

céntrico magnate Max Gatty,criatura ostensiblemente fitz-geraldina, prende la mechaque activa la historia.

La novela supera unos titu-beos iniciales y avanza con fir-meza, arrastrándonos haciaun delirante mundo de espio-naje que mantiene el suspensehasta el desenlace. Es loable lahonestidad de un relato sintrampas, en el que cada pala-bra se subordina a la prioridadde divertir. Sólo la insinuaciónque queda suspendida en el ai-re incitaría al ascenso a un se-gundo nivel de lectura.

El autor bebe sin pudor defuentes clásicas; incluso pare-cería querer involucrarnos enun juego de acertijos: a los des-tellos de Fitzgerald a los que seha aludido, se suman guiños a

suspense muy de moda: el delos secretos guardados que es-peran su momento para revo-lucionar las historias oficiales.

Al parecer, la literatura deÁngela Becerra cuenta con unvalor añadido: la invención delidealismo mágico. Leyendo es-te libro se comprueban, efecti-vamente, ciertos toques desimbolismo, de situaciones dedeliciosa inverosimilitud, co-mo el mismo hecho de tener es-condida a una santa en un ar-mario del moderno París. Sinembargo, sería osado defenderque esta pátina de lado mágicoo simbólico de las cosas la hayainventado esta autora. A estasalturas son pocos los que pue-den jactarse de haber inventa-do o aportado algo a la literatu-ra. En torno a lo mágico litera-

Greene y Conrad. Tambiénatraviesa la novela la corrientedel teatro, la otra gran pasióndel joven malagueño.

Después de Yoshiwara (fi-nalista Premio Fernando Lara2003) Reinavuelve a exhi-bir su virtudmás destaca-ble: su destre-za como narra-dor, la cual, sibien deberíaser inherente acualquier es-critor que asíquiera llamar-se, no siemprese ajusta a la realidad. Llenasestán nuestras bibliotecas debuenas historias mal contadasy viceversa.

rio ya se ha escrito hasta la sa-ciedad, hasta retorcerle el cue-llo al asunto, como ha hechomás de una afamada y millo-naria escritora de ultramar. In-cluso una nueva generación deautores latino-americanos, deverdad com-prometidos conla postmoder-nidad y la ver-dadera ambi-ción narrativa,han parodiadoestos disfracesliterarios comoprueba de superación y madu-rez. Por eso, el idealismo mági-co de Becerra parece una debilí-sima aventura literaria, una tí-mida apuesta, un discreto atre-vimiento nada singular.

LA NOVELASUPERA UNOSTITUBEOSINICIALES YAVANZA HACIA UNMUNDO DEESPIONAJE QUEMANTIENE ELSUSPENSE HASTAEL DESENLACE

Ángela Becerra.

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LECTURAS POESÍA

C on un ajustado ensa-yo de Miguel García-Posada como cierre,Zona desconocida se

compone de veintiocho poe-mas que han sido escritos, se-gún nos informa el propio Gar-cía-Posada, entre 1995 y 2006.Es decir, a lo largo de la últimadécada. Ocho fueron publica-dos, como inéditos en libro, enEn el viento, hacia el mar (1959-2002)y tres son nuevas versiones depoemas procedentes de librosanteriores.

Con Zona desconocida, Ucedaasume, desde el propio título,un desafío esencial: indagaren los espacios misteriosos dela existencia. Pero no a travésde la meditación en abstrac-to, sino de la búsqueda de losvínculos que establece con larealidad: con la que evolucio-na al calor de los actos coti-dianos y con la que forma par-te de los hechos colectivos, dela Historia. Es decir, metafí-sica condicionada por la emo-ción que procede de la vida.En sus páginas se agitan la re-alidad y los sueños, lo vivido yrecordado y el presente, laspesadillas y las lecturas, la vi-da (cuyo esplendor está en lainfancia y en la juventud) y lamuerte, que tiene nombrespropios (José Hierro, AlfonsoJiménez) o se encarna en elanonimato de los caídos detodas las guerras.

El libro se estructura en tresapartados: En las preguntas, Delos senderos y De la blancura. En elprimero, la poeta establece laduda al contemplar aconteci-mientos recordados borrosa-mente con la intención de re-

construirlos (o imaginarlos)en el territorio del poema. Esaparte del libro descansa, antetodo, en la memoria. Una me-moria que es vecina de lamuerte y en la que los paisajesvividos, desde el hogar de lainfancia de ¿Dónde la casa? has-ta la ciudad que paseó con elamigo de otro tiempo de La da-ma extraña II, aparecen siempresombreados por la noticia de lamuerte, de la desaparición in-evitable. Desde esa perspecti-va, el poema salva y restituye yconvierte lo desconocido en es-pacio de conocimiento en elque lo racional y lo irracionalconviven. El tono interrogati-vo con que Uceda intensificadeterminados versos ilustraacerca de la inseguridad delsujeto poético: “¿Qué frío estable-cía la distancia / entre palabra y co-razón?”; “¿qué palabras se rompen encristales?”.

La segunda parte, De lossenderos, viene a prolongar elpulso rememorativo del apar-tado anterior. Con una dife-rencia: refuerza los elementosque proceden de la intimidad.La memoria ya no parte de laspresencias ajenas, de losmuertos cercanos y amigos,sino de la propia experienciade la edad, del paso de losaños, todo ello asumido por elsujeto en primera persona, co-mo protagonista. El sendero,como en los versos de Macha-do que abren el capítulo, “se en-turbia y desaparece”. Fue luz, cla-ridad por un instante, peroacabó, como la vida, perdien-do entidad, difuminándose:“Y la que fui salía de aquel tiempo /donde quien fuiste ya no estaba”.

El horror que produce laguerra se refleja, paradójica-mente, en el símbolo que laniega. La blancura, que espaz, que es tregua o pacto, quees convivencia, abre, dándoletítulo, el capítulo final (De lablancura) y es, a la vez, alegatocontra el crimen, compasióncon los vencidos, y un sutil yafilado recorrido por la histo-ria, dando un énfasis especiala los efectos desoladores de dosguerras: la de Irak, en un es-tremecedor poema escrito des-de el punto de vista de solda-dos y víctimas ; nuestra Gue-rra Civil (en Regresa el pálido ca-ballo), desde la conciencia deuna memoria enterrada: “Losotros, cenizasnunca redimidas,/ divertirán a fu-gaces viajeros”.

El lenguajede Julia Ucedaes preciso, lle-no de ilumi-naciones perono hermético.Su compleji-dad, sustenta-da en un ritmo de dicción en-decasilábica, brillante y casiconversacional a la vez, re-fuerza la singularidad de suopción poética (en la raíz es-tán Machado, Bécquer, Hi-dalgo, Rexroth). No de otraforma podría abordar conacierto una poesía que semueve en la siempre difícilfrontera donde lo real y lo noreal, lo imaginado y lo evoca-do, lo vivido y lo soñado, con-viven y se interrelacionan.Un libro intenso, conmove-dor, hondo.

Zona desconocida

Julia UcedaVandalia/Fundación José Manuel Lara104 páginas. 11,90 euros

ESPACIO PARA ELCONOCIMIENTOY LA EMOCIÓN

MANUEL RICO

CON ZONADESCONOCIDAUCEDA ASUME UN DESAFÍOESENCIAL:INDAGAR EN LOSESPACIOSMISTERIOSOS DE LA EXISTENCIA

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LECTURAS POESÍA

L a poesía de José Cerei-jo,nacido en Redonde-la(Pontevedra) en1957,ha ido creciendo

a lo largo de los años como unadagio,como un movimientolento del espíritu transmitidoal lector a través del pulso ínti-mo que, transparente,empa-ña sus versos.Música para sue-ños,su cuarto libro de poemastras Límites (Melibea), Las tram-pas del tiempo (Hiperión) y Laamistad silenciosa de la luna (Pre-Textos),une dos elementoscentrales en su obra: la músi-

ca interior quepotencia laemoción,y lossueños con supoder de reve-lación de la vi-da, acaso de laúnica vidacuando la reali-dad muestrasu rostro de ca-rencia o pérdi-da: “Feliz aquelque siente la vida

como un sueño./ Feliz,si no envidiaraa los que son reales,/a los que duer-men juntos,/ a los que saben, a losque se arriesgan”,dice en su poe-ma BEATUS ILLE.Sueños tam-bién presentes en su libro derelatos Apariencias (Renaci-miento),título alusivo a eseaspecto engañoso con que senos manifiesta tantas veces lavida.Pero aparte del valor da-do por José Cereijo a esta otrarealidad no visible, Música parasueños es una honda reflexiónsobre la existencia, en la que elpensamiento,nunca abstrac-to,sino encarnado, emocionaal lector, toca sus zonas másíntimas. El paso del tiempo,modulador del conjunto de la

obra de Cereijo,se deja sentirasimismo en este poemario,donde su poder destructor en-cuentra una doble resisten-cia:la de la memoria capaz desalvar lo que algún día exis-tió,y,paradójicamente,lamuerte, al hacerse sustanciade la propia vida,hasta el pun-to de compararse al amor de lamadre, fuente de vida:”Y quizáentiendas/que nada en ti es más hon-do;/ que esa voz testimonio de tu cer-teza última,/ no ha de callar jamássino contigo./ Que, si en verdad haydioses,el amor de la muerte/-tan pu-

ro y misterioso,tan exacto-,/apenaspuede diferir del suyo”. La muerte,por tanto, trabada a la vida,yel silencio “al que pertenece todo loque importa”, que tanto se co-rresponde con el misterio,elsecreto y la gratitud por lo quese nos da sin merecimiento:”En esta luz de marzo,/ en esta luz es-tremecida y pura/que un dios benevo-lente trajo hoy a tu ventana/ y quehace avergonzarse a tu silencio;/ade-más de su inmensa,callada compa-ñía,/ hay una lección honda que de-bes aprender:/ no pueden tus pala-bras retenerla;/ no pueden mejorar-la./Acata esa belleza,tan superior ati,y déjala perderse./ Y que el silenciosea tu forma de homenaje”.

Por último hay tres pala-bras que forman también elnúcleo de Música para sueños:amor, ausencia y renuncia.Las tres mantienen una uni-dad,porque la amada se hacepresente a través de la separa-ción, e incluso de la invitaciónal olvido,lo que presta unamayor intensidad al senti-miento amoroso, que brilla asímás necesario y puro: “Miras ellugar en el que vivo. Nunca/ has esta-do tú aquí,/ pero yo lo he mirado milveces con tus ojos./ Y todas estas co-sas que ignoras,te conocen”. De ahíesa melancolía y esa nostalgiade futuro,germinante por tan-to,que rezuman los versos deeste libro.

Luis Cernuda, FranciscoBrines, Claudio Rodríguez ylos clásicos respiran en la nue-va obra de José Cereijo Músicapara sueños, con la que se afirmacomo una de las principalesvoces de la poesía españolacontemporánea.Una voz queresonará honda en multitudde corazones,como diría Vi-cente Aleixandre.

Música para sueños

José CereijoPre-Textos. Poesía72 páginas. 11 euros

EL PULSO ÍNTIMODE LA ESCRITURA

JAVIER LOSTALÉ

PRE-TEXTOS

José Cereijo.

EL PASO DELTIEMPO,MODULADOR DELA OBRA DECEREIJO, SE DEJASENTIR EN ESTEPOEMARIO,DONDE SU PODERDESTRUCTORENCUENTRARESISTENCIA

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LECTURAS ENSAYO

DIECIOCHO VISIONES(A OSCURAS)

VICENTE LUIS MORA

L a colección Filosofíasque Pre-Textos coeditacon el Departamentode Metafísica de la

Universidad de Valencia nosestá dejando un interesantelegado de pensamiento espa-ñol joven. En este caso se reco-pilan 17 ensayos de otros tan-tos filósofos españoles, prolo-gados por una interesante re-flexión inédita del sociólogoZygmunt Bauman sobre elmercado y la industria cultu-ral.

Aunque la noticia deberíaser positiva (hay filosofía enEspaña, y por tanto jóvenes pa-ra los cuales sigue siendo unavaliosa rama del saber), el tonomedio de los ensayos incluidosno anima al optimismo. Paraempezar, en el prólogo de lostres editores se lee esta confe-sión: "al análisis de la culturacomo refugio en tiempos de os-curidad se encaminan, pues,todas estas variaciones sobre eltema de nuestro tiempo" (p. 9),que dista mucho de ser entu-siasta, aunque no somos pocosquienes pensamos que detrásde tanto relámpago publicita-rio y tanto destello virtual esta-mos atravesando una sombríasegunda Edad Media o esta-mos a las puertas de ella.

Avanzando en la lectura,nos encontramos con que, sal-vo raras excepciones (un acer-camiento a Rawls, otro a Rortyy poco más), la mayoría de losfilósofos incluidos han aban-donado la posibilidad de razo-nar sobre su tiempo y se handedicado a examinar la histo-ria de la Filosofía, con cumpli-da sapiencia, eso sí. Entre laspreferencias de este grupo deprofesores destaca Hanna

Arendt, a cuyo pensamientose dedican dos trabajos, y la fi-losofía moral, relacionada conlos problemas de Estado, na-ción y terrorismo. La duda quenos surge es que quizá debie-ran utilizarse cuerpos discur-sivos más recientes paraafrontar, desde una perspecti-va filosófica, problemas detanta candencia y actualidad.Algún día habrá que pregun-tar a nuestros pensadores si nopiensan sobre el presente (hayun interesante trabajo sobre elpasado de López Merino) porfalta de interés, o porque la fi-losofía contemporánea espa-ñola no encuentra canalesepistemológicos que abordenlos temas que hoy nos intere-san, salvo las consabidas ex-cepciones (Trías, Molinuevo,Echeverría, el en estas páginasreseñado Gómez Pin). ¿No de-berían reflexionar más nues-tros actuales filósofos moralessobre problemas de gravísimaoscuridad ética, como la bio-tecnología, la clonación o lasprácticas científicas que facili-tan el cambio climático? ¿Esun problema de falta de inte-rés, o de falta de kooine herme-néutica establecida al efecto?Sí, es cierto que estamos entiempos oscuros, donde el sa-ber está desplazado y hay másresistencia a la teoría que nun-ca, pero, precisamente poreso: ¿no es nuestro tiempo ac-tual la materia sobre la quemás luz necesitamos? Mien-tras llegan las nuevas lumina-rias, contentémonos con exce-lentes conjuntos de ensayos depensadores actuales, como és-te, también -es inevitable- conlas irregularidades y altibajosde todos los libros colectivos.

Surcar la cultura

Andrés Alonso Martos, Vicente Raga Rosalenyy Juan D. Mateu Alonso (editores)

Pre-Textos 193 páginas. 15,00 euros

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LA FUNDACIÓN INFORMA

C asa Fabiola, sede de laFundación José Manuel

Lara, acogió la presentaciónde Zona desconocida, el nuevolibro de poemas de JuliaUceda. Jacobo Cortines, poetay director de la colecciónVandalia de poesía; MiguelGarcía-Posada, crítico y autordel estudio sobre la obra que

acompaña este libro, y laactriz María Galiana, querecitó algunos de los poemas,intervinieron en el acto, en elque la escritora sevillanacomentó que los veintiochopoemas de Zona desconocidahan sido escritos entre 1995 y2006. “Mi escritura es lenta.Suelo dejar que el poema se

vaya revelando con libertad ysin prisas, como una criaturalibre que se me impone. Y seimpone cuando quiere”.Uceda fue galardonada en2003 con el Premio Nacionalde Poesía por su obra En elviento, hacia el mar,publicada también por estaFundación.

Julia Uceda presentó entre amigos su ‘Zona desconocida’

E l mundo del libro vivirá enmarzo una de sus noches

excepcionales con la entregade los Premios de NovelaFundación José Manuel LaraHernández, una iniciativa dela Fundación José Manuel Laray de las editoriales Algaida,Anagrama, Destino, Espasa,Lengua de Trapo, Mondadori,

Planeta, Plaza & Janés, Pre-Textos, Seix Barral, Siruela yTusquets para impulsar lacreación literaria y fomentarla lectura. Se concederá el VIPremio de Novela FundaciónJosé Manuel Lara Hernández ala mejor novela del año enlengua castellana (en 2006 fuepara Doctor Pasavento, de

Enrique Vila-Matas); elPremio a la Novela con mejoracogida en la prensaespecializada (que recayó enLa velocidad de la luz, deJavier Cercas, y DoctorPasavento) y el Premio a laNovela más vendida (que fuepara las ediciones de DonQuijote de la Mancha).

Una nueva edición de los Premios de Novela Fundación José Manuel Lara Hernández

Gran actividad en la Biblioteca de la Fundación

L a Biblioteca de laFundación José Manuel

Lara sigue desarrollando uncompleto programa deactividades destinadas a laanimación a la lectura para elpúblico infantil y juvenil, quecontempla una nueva ediciónde cuentacuentos y talleres de

escritura, así como un club delectura que reúne todos losmeses en torno a un libro a ungrupo heterogéneo de lectoresque comentan susimpresiones y las intencionesque creen que animan alautor. La Biblioteca posee enla actualidad más de 26.000

volúmenes, de los que un 65%está ya catalogado. Tiene 800usuarios asociados, que hanrealizado más de 13.500movimientos (préstamos,reservas, consultas, etc.),y hasido visitada por una veintenade centros escolares,especialmente andaluces.

Presentación de ‘Odiseas’, la historia humana y trágica de la inmigración

N umeroso público se diócita en la puesta de largo

de Odiseas. Al otro lado de lafrontera, libro de Eduardo delCampo que retrata lashistorias, en su mayoríatrágicas, de inmigrantesclandestinos o refugiados. El

Defensor del Pueblo Andaluz,José Chamizo, manifestó en lapresentación del libro que“quien lee estas historias nopuede quedarse impasible” ydestacó la labor del autor porrecoger el testimonio de losprotagonistas de estas

historias, algunos de loscuales asistieron al acto. Através del relato de estasvivencias se analiza elfenómeno de la inmigración,que traspasa fronteras y esuna tragedia de la civilizacióncontemporánea.

Julia Uceda.

José Chamizo y Eduardo del Campo.

Enrique Vila-Matas y Javier Cercas.

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ZOCO DE LIBROS

El Castellano de Flandes

Enrique Martínez RuizMartínez Roca. 634 páginas. 23 euros

E l catedrático de HistoriaModerna y escritor madri-

leño retrata en esta novela elperíodo en el que la hegemo-nía de España en Europa, con-vertida en el escenario de po-der de Felipe II, comienza aresquebrajarse por los conflic-tos religiosos y la rebelión delos Países Bajos. En ese apa-sionante marco, acontece lahistoria de Sancho Dávila, elcastellano de Flandes que de-jaría constancia de su heroís-mo en los campos de batalladonde el Imperio español sedesangró, política y económi-camente, dando paso a unnuevo orden mundial.

La poetisa

Jesús Tíscar SandraAlgaida. XXV Premio Felipe Trigo344 páginas. 18,50 euros

C on la impronta del esper-pento de Valle-Inclán, el

género picaresco y el humorde Quiñones, la novela de Je-sús Tíscar se adentra en elmundo de la literatura paracaricaturizar sus entresijos.Para ello, el escritor jienensese sirve de las andanzas, ad-versidades y ambiciones deuna poetisa visionaria que ca-nibaliza sexualmente a susmusas vírgenes, mientras unprofesor levanta el acta nota-rial de su vida y de su obra.Un argumento repleto de gui-ños surrealistas y disparata-dos que el autor enriquece conuna buena galería de perso-najes secundarios y con la bri-llantez de una prosa que sos-tiene esta divertida tragico-media en torno a los submun-dos literarios, a las capillas decreadores y a otros temasmundanos como la infideli-dad, el sexo y la frustraciónpor los sueños perdidos.

Trenes hacia Tokio

Alberto OlmosLengua de trapo. 192 páginas. 16,95 euros

C on una prosa desenfadadaque juega con el humor,

ciertos aires surrealistas y laaspiración a que la historiatenga una apariencia sencillade la que pueda decirse que ca-rece de elaboración, AlbertoOlmos propone una visión deJapón desde el prisma culturalde un profesor de español adic-to al tabaco, a la pornografíapor internet, a la música y a lasociedad de consumo como va-lor iconográfico. Los elemen-tos propios de la cultura popque han revitalizado escritoresjaponeses y americanos comoMurakami, Yoshimoto Bana-na y Nick Hornby. Referenciasevidentes en esta novela don-de Alberto Olmos también re-fleja, entre los destellos del es-caparate del pop, la soledad, elansía de amar y las dificulta-des de diálogo entre dos cultu-ras tan opuestas como intere-santes.

Prosas apátridas

Julio Ramón RibeyroSeix-Barral . 144 páginas. 17 euros

E ntre el diario íntimo, la fi-losofía de batalla y el agua-

fuerte literario, el escritor pe-ruano reúne doscientas exqui-sitas y pequeñas piezas en lasque aborda, desde el sereno es-cepticismo y la cercanía con ellector, la literatura, el sexo, lavejez, los hijos, la calle comoespectáculo, la vida domésticay otros temas de índole huma-na y social. El conjunto de lostextos termina siendo el auto-rretrato expresionista del iró-nico y desarraigado escritorperuano, galardonado con elPremio Juan Rulfo por el con-junto de su obra, que siempredefendió que escribir es unamanera eficaz de unir lo invi-sible y lo visible y sobre todoun modelo de conducta.

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ZOCO DE LIBROS

Los trenes negros/ Enandenes que no existen

Fernando León de Aranoa Antonio LucasFundación de los Ferrocarriles Españoles. 120 páginas. 6,90 euros

E ste volumen lo integrandoce obras, seis cuentos y

seis poesías, encabezados porLos Trenes Negros, de Fer-nando León de Aranoa y Enandenes que no existen de An-tonio Lucas. El primero deellos corresponde a un relatocon el que el director de Prince-sas o Los lunes al sol ganó elPrimer Premio Camilo JoséCela de Cuentos; el segundo,mereció el Premio de PoesíaAntonio Machado. Ambos ga-lardones forman parte de losPremios del Tren, que desdeel año 2002 convoca, con elpropósito de fomentar la lec-tura, la Fundación de los Fe-rrocarriles Españoles.

De Viva Voz (Entrevistas 1977-1998)

Ramón GayaSelección de Nigel DennisPre-Textos. 320 páginas. 19 euros

L a cuidada edición seleccio-nada por Nigel Dennis re-

coge el pensamiento creativo,la militancia en la vida y el ta-lante filosófico de Ramón Ga-ya. El pintor, poeta inédito yautor del excelente ensayo Elsentimiento de la pintura que des-vela en veinticinco entrevis-tas, realizadas en diferentesaños, su concepto de la moder-nidad, su época de exilio enMéxico, sus relaciones deamistad con Octavio Paz y Ber-gamín y la eternidad de LasMeninas de Velázquez entreotros temas en los que se refle-ja la lucidez, la cultura y la vi-sión del arte y de la vida queGaya transmitió en su obra yen las entrevistas que le hicie-ron Juan Manuel Bonet, ElenaAub, Pedro Soler y Blanca Be-rasátegui entre otros.

Las fronteras de la justicia

Consideraciones sobre la exclusión

Martha C. NussbaumPaidós. 448 páginas. 29 euros

E n 1971, John Rawls publi-có Una teoría de la Justicia.

Un libro que revitalizó la filo-sofía política de la segundamitad del siglo XX e incidió enla reflexión sobre la redistri-bución de rentas. En este tra-bajo, Martha Nussbaum vamás allá y apuesta por un nue-vo contrato social que incluyatambién a personas con dis-capacidades físicas y mentalesy a seres vivos no humanos,además de extenderlo a todoslos ciudadanos del mundo sinque el lugar de nacimiento seadeterminante. Una apuestaambiciosa y valiente, que laautora bautiza como "enfoquede las capacidades" y que pre-tende superar a los teóricos delcontrato social.

El artista torturado

Joey GoebelTraducción de Isaac RosaMartínez Roca. 314 páginas. 19 euros

E xiste una teoría nada cien-tífica que afirma que el

proceso creativo se alimentamucho mejor desde la caren-cia y el sufrimiento. Partiendode esta falsa premisa, Joey Go-ebel ha escrito una novela hi-larante, burlona y hastacruel, en la que Vincent Spi-netti es atormentado por sumánager, quien guarda el no-ble propósito de convertirlo enun afamado artista. Sólo asíse explica que Harlan Eiffler,así se llama el buen samarita-no, provoque que Vincent seaun personaje al que le abando-nan de manera sucesiva todassus novias, que su madre no lehable y que hasta su salud seresienta, en pro de convertirseen un genio. Cuestiones delmercado.

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Relatos para leer en el autobús

Cuadernos del Vigía 139 páginas

C uentos realistas, intrigasaventureras y ficciones co-

tidianas componen esta reco-pilación de cuentos breves quelos usuarios de los autobusesurbanos de Málaga, Granada yCórdoba, pudieron leer entre2005 y 2006 gracias a la inicia-tiva de Cuadernos del Vigía ylas empresas municipales detransporte público. Entre losveintiún escritores, el lectorencontrará las firmas y los uni-versos narrativos de autoresmás conocidos como MercedesAbad, Espido Freire, AndrésNeuman y Vila-Matas, juntocon otros nombres emergentesde la narrativa actual .

La sección

Adám BodorTraducción de Adan KovacsicsAcantilado. 60 páginas. 7,50 euros

J oseph K, en El Proceso, se en-frenta en una delirante tra-

gicomedia a un tribunal sinsaber realmente de qué se leacusa. Es inevitable pensar enKafka, cuando se lee La secciónde Adám Bodor (Cluj-Napoca,Rumanía, 1936). Gizella Weiszse marcha trasladada por suempresa a un lugar ignoto,con la esperanza de encontrar-se justamente lo contrario delo que va a tener que sufrir. Co-mo bien le dice el camaradaOnaga a Gizella al comienzode la obra, “ha nacido ustedpara dirigir”. El problema apa-rece cuando no se sabe muybien el qué, no se conoce el

destino y no hay explicaciónlógica para lo que le va a ocu-rrir. Acompañada por el hom-bre del sombrero, la protago-nista de la historia llegará a Lasección, un lugar en el que “hayfrascos cubier-tos de barrocon las etique-tas rasgadas, ysalamis mo-hosos y res-quebrajados”.Una breve perointensa histo-ria sobre el ab-surdo y el des-tino inútil quenos espera,porque lo que en Kafka afectasólo a protagonistas indivi-duales, en este libro es todauna sociedad quien sufre lasconsecuencias.

ES INEVITABLEPENSAR ENJOSEPH K CUANDOCONOCEMOS ELDESTINO INÚTILQUE LE ESPERA AGIZELLA WEISZCUANDO LATRASLADAN ALA SECCIÓN

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ZOCO DE LIBROS

Circuitos cerrados

La II Guerra de las Marcas

Fernando LabartaEcu Narrativa. 233 páginas. 11,50 euros

F ernando Labarta utiliza losrecursos y atractivos del

mundo de la publicidad paratejer la trama de una sorpren-dente e irónica novela. En suspáginas, el escritor juega conla ciencia-ficción y con los pos-tulados de los medios de co-municación de masas, al mis-mo tiempo que reflexiona so-bre la revolución comercial,las personas producto, la esca-sa libertad de los consumido-res, el anonimato que favoreceInternet y acerca del enfrenta-miento estre quienes defien-den los beneficios de la corrup-ción en detrimento del idealis-

mo. El resultado es una narra-ción, ágil y con suspense, quenos transporta a la publicidaddel futuro.

Teresa de Jesús

Selección de escritos para unlector del siglo XXI

Edición de Luisa F.Aguirre de Cárcer y J.Ignacio Díez Fernández

Temas de Hoy. 216 páginas. 19 euros

T eresa de Jesús o Santa Te-resa (1515-1582) dejó escri-

tos más de un millar y mediode páginas, repartidos entrecuatro libros. Material sufi-ciente para que su pensamien-to haya sido objeto de las másdistintas interpretaciones,muchas de ellas interadas. Co-mo bien se encargan de adver-tir los editores de este libro enun acertado prólogo, “no hay

nada como una lectura directade los textos para obtener unaidea limpia y libre de Teresa deJesús”. La presente edicióntrata de huir de la lectura ex-clusivamente religiosa y en elcriterio de selección ha prima-do la visión dela santa sobreotros temasque pueden re-sultar de inte-rés. Con buencriterio, loseditores citanla procedenciaexacta de cadauno de losfragmentos dela obra. Estelibro coincide además con elreciente estreno de la películaTeresa: el cuerpo de Cristo, dirigidapor Ray Loriga.

PARA LOSEDITORES DE ESTAOBRA, “NO HAYNADA COMO UNALECTURA DIRECTADE LOS TEXTOSPARA OBTENERUNA IDEA LIMPIA YLIBRE DE TERESADE JESÚS”

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INCOMUNICADOS

FIRMA INVITADA

ABRIL2007

ENRIQUE MURILLO

E n los felices tiempos del "boom",era corriente que los lectores de losdiversos países de habla hispanafrecuentaran la obra de escritores

de otros países y que lo hicieran con asidui-dad. Recuerdo la emoción con la que en losaños sesenta del siglo pasado los españolescomenzamos a leer a Mario Vargas Llosa y,enseguida, a Julio Cortázar y a Gabriel Gar-cía Márquez. Poco después descubrimosque ellos eran la punta de un iceberg am-plísimo que hundía su gigantesca masa li-teraria en una tradición magnífica, y du-rante años pudimos ir añadiendo a nues-tras bibliotecas los libros de Alejo Carpen-tier y Jorge Luis Borges, de Alfredo BryceEchenique y Jorge Edwards, de Jorge Ibar-güengoitia y José Donoso y tantísimosotros. Años más tarde, la admiración espa-ñola por los latinoamericanos encontró supunto de reequilibrio con el descubrimien-to que los latinoamericanos hicieron deJuan Benet y Juan Marsé, de Javier Marías yEnrique Vila-Matas, y en los años más re-cientes de Ray Loriga.

Si la novela moderna nace con el Quijo-te, todos sabemos que encuentra su mejory primera continuación en la picaresca es-crita por los anglosajones que leyeron aCervantes a comienzos del XVIII. Los cua-les, a su vez, fueron leídos por los románti-cos alemanes y los realistas franceses. Asíse crean las tradiciones literarias, a base demucha comunicación y de mucho cruzarfronteras de libros y reseñas. Ni Mario Var-gas ni Gabriel García Máquez serían lo quehan llegado a ser si no hubiesen leído a Wi-lliam Faulkner. También Ramiro Pinilla,Premio Nacional de Novela 2007, ha dichoque se hizo escritor porque de joven leyó aFaulkner y Steinbeck y Hemingway. PeroSalman Rushdie tampoco sería lo que hallegado a ser ni no hubiese leído a García

Márquez, mientras que Javier Marías aca-ba de reconocer, en la magnífica entre-vista que publica The Paris Review ensu número de invierno de 2007, que sino hubiese leído a Henry James y leídoy traducido a Lawrence Sterne no escri-biría como escribe.

Las culturas que ignoran lo que sehace en otros países acaban deteriorán-dose, como esas familias que practicandurante generaciones la consanguini-dad. Pues bien, aunque algunas edito-riales estén haciendo el esfuerzo de pu-blicar fuera de sus países de origen a es-critores en lengua española de uno y

otro lado del Atlántico, a la hora de laverdad ni los lectores españoles leen casi alos nuevos autores latinoamericanos, nilos lectores latinoamericanos leen apenas alos nuevos escritores españoles. Faltanprescriptores, críticos influyentes, autoresreconocidos que hablen de lo que se hace enotras naciones, otros continentes.

En mi lista de favoritos ocupan un lugarpreeminente algunos autores latinoameri-canos jóvenes. Por ejemplo Rodrigo Fresán,autor argentino que, tras la publicación de

Jardines de Kensington ha tenido mayor re-conocimiento literario en los Estados Uni-dos que en España o el resto de América La-tina. O Guillermo Martínez, otro argentinocon muchos lectores en su país que, sin em-bargo, apenas es conocido en México o Co-lombia, aunque sí en España. Y, finalmen-te, mencionaré a otro narrador de primerafila, el colombiano Jorge Franco Ramos, au-tor de obras tan perfectas como Paraíso Tra-vel, y cuya novela más reciente, Melodra-ma apenas si ha conseguido alguna reseñaen España. Son narradores de primera filaque merecen una consideración enorme.Sus nombres deberían saberlos de memoriatodos los aficionados a la lectura.

Dossier Día del Libro I Entrevista Antonio Gamoneda, Premio

Cervantes 2006 I Almudena Grandes La nueva novela de la escritora madrileña

por Jesús Martínez I Ian Mc Ewan Félix J. Palma I Entrevista Juan Manuel de Prada,

Premio Biblioteca Breve 2007 con la obra El séptimo velo

Mapamundi de Juan de la Cosa de 1510.

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