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mercurio peruano n° 389

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revista peruana de 1949

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Andrés Relar¡nde¡

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Vícfor

Arequipa de mi infancia. -VilLEl espíritu religioso de Arequipa.

Pcelro [Igarteche;

Los resios del General Salaverry.

Arma¡:do Niefo Vé!ez;

Las prelensiones de Ia Infanta Car-iota Jcaquina de Borbón en elPerú (1809).

Notas;

F.Juevos finalistas del Premio Cabo-tín de 1959. Junio: Abelardo

,', O.guendo, Beraaaos y Ia actitudcatélica contra el fariseísmo; Ju-

' lio: Nicanor Mujica A. C., Re-cado para La Frensa sobee Car-los Fareja; Agosto: Felipe MacGregor, S.J., Elogio de la Balsa"

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MERCVRIO PERVANO

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Dieector-Fuedador

VICTOR ANDRES 3BI.AUNDE

Consejo de ReCacc!ó*

i]ÁLIL FOI?F"ÁS EARI¡EIdECHEA,i''iAi.¡UEL I¿]CREi?A pAZ SOL-i]ái.¡, RALJL FERRERO, josE FA-ii.,J.l FAZ SOLilAlt, lüSE A. DELA lrUgl.iTI CAi'JD¡1,Ir40, ]üRGEI'.1:ai;lFLLI, LUiS jArhiE btstqpiJ3, CIISAR FACi{ECO VELEZ,., ...:/.- .i.J :,i';-ic vELEZ, CAR-L¡]S DEUSTUA PIi\4ENTEL YÁLi:ü¡iSO CO}TIAN MACCFIIA,

VELLO.

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L\,,5ÁLFI

MERCVRIO PERVANOREVISTA MENSUAL DE CIENCIAS SOCIALES Y LETRAS

DIRECTAR FUNDADOR' VICTORANDRES BELAUNDE

.CONSE/O DE REDACCIAN:

RAUL PORR,AS BARRENECHEA_MANUEL AlOREYRAPAZ SOLDAN * RAUL FERRERO _ IOSE PAREJA PAZSOLDAN__ los;E AGIISTTN D,E LA puENTE CANDAMO_ IORGE PUCCINELLI-LU$ ]AIME CISNEROS-CESARPACHECO VELEZ*ARMANDO NIETO-CAR¿OS DET]S-TUA PIMENTEL-AI,FONSO COBIAN MACCHIAVELLO.

SECRETARIO DE REDACCI,ON,

CES4R PACHECO VELE;

AÑO XXXry vo[' xr

Nú¡nero sueitoSuscripción anualen el Pe¡ú

SEPTIEMBRE DE 1959

No, 389

s,/. 10.00

s/. 90,00

Apartado 1.00GLima - Perri

I{á¡S¿ls

e

SVMARIO

Pág.

VICTOR ANDRES BELAUNDEI

Arequipa de mi infancia.- VIIL- El.-úbpíritu reli-gioso de Arequipa . ... 355

PEDRO UGARTECHE:

Los restoé del General Salaverry

ARMANDO NIETO YELEZ:

367

Las pretensiones deBorbón en el Perú

la Infanta Carlota ]oaqtrina de( 1Boe)

NOTAS

Nuevos finalistas dei Premio Cabotín de 1959:]unio: Abelardo Oquendo, Bernanos y la actítud ca-ióIica contra eI faríseísmo; lulia: Nicanor. Mujica.A. C., Recado para La Prensa sobre ,Carlos Pareja;Agosto: Felipe Mac Gregor S. I., Elogio, de la Balsa ,395

AREQUIPA DE Mt ItUFANCIA.Por VICTOR ANDRES BELAUNDE

.vlu

EL ESPIRITU RELIGIOSO DE AREQTIIPA

S L paísaje y el ambiente determinan nuestro temperamento, masD es la religión la que forma, modela y define la o¡ienta,ción de

nuestro espíritu. Lá luminosidad extraordinariS de Arequipa, a Iaque me he referido, vuelca nuestro espíritu hatia afuera y pareceplasmarlo en las cosas. El sentimiento religioso supone, al con-trario, una conversión sobre nosotros mismos; el descubrimientodel mundo inte¡ior. Esta experiencia es exacta pero incompleta.Al volcarse nuestro espíritu hacia el mundo exterior descubre subelleza y'sus perfecciones en infinidad de matices y la emociónestética lleva instintivamente a la idea de Dios. La 7uz de Areguipase posa en los ob¡etos abrillantándolos, pero se extiende al espa-cio sin límites y da una dimensión de infinita profundidad al azuldel cielo. Se ¡ealiza entonces 1o que podría llamarse en frase deBarrés, "el misterio de plena 1u2". El espacio vibra con esplendorindescriptible en las horas diurnas; en la noche surge el portentode cielo estrellado que Kant colocaba al lado de la concienciacomo expresión de lo, divino. Por la luz vemos las cosas, decía SanBuenaventu¡a, pero no vemos directamente la luz; del mismo modopor el Ser vemos los seres, pero no nos es dado ver el Ser. Lascosas ilurninadas nos hablan de tuz, los seres vivientes reclamanla existencia del Ser; postulan a Dios.

Al tratar del paisaje arequipeño hemos hablado del contornoy del confín. De un contorno gue avanza hacia el confín y de unconfin que se aleja y se aleja hasta perde,rse en'lo desconocido.EI contorno se refiere al tiempo pero el confín envuelve la ideade permanencia y eternidad. Hay un momento en \a niiez en que

se despíerta la clara conciencia del ambiente inmediato a nuestra

Los capítulos I yrVII se publicaron en el número anterior.

Fri!,

\IERCURIO PERUANO

casa, del campo al gue se dirigen nuestros pasos y que forma comouna prolongación del hogar, Y el alma se pega a este escenario yno concibe desprenderse de é1. Cuando en rni niñ,ez oia yo guealgún dia debería dejar la tierra, todo ese ambiente que merodeaba, para ir al cielo, respondía con trágica'ingenuidad: yoquiero quedarme aquí; 1.o no quiero irme al cieio. iQué erapara mí el cielo? Las nubes lejanas, las e3trellas frías y distan-tes, quizás el infinito negro al que nuestra voz no alcanza, guedl¡o |osé Asunción Silva. No tenía tal vez ni siete años, pero pal-pitaba en mí el amor a la tierra. Años rnás tarde había de encon-trar en Marangall 1a expresión poética de esta emoción terrena:"Detener el tiempo y eternizar las cosas". No tenía entonces parami sentido "el más allá". Pero pasan los años, se suceden lasemociones, se amplía nuestro paisaje, desborda nuestra actividad,surge como un ímpetu de curiosidad y de aventura, el tiernpo vadejándonos una emoción de tristeza, tenemos nostalgia del pasadoy sin embargo bustamos ansiosamente un porvenir desconocido.La rnuerte viene a revelarnos e1 fin del tiempo y a abrir ante nues.tros ojos anhelantes ia perspectiva del arcano. Y entonces adviene,espontáneamente, superando 1o inmediato inefable, ei amtrientehogareño, el contorno de nuestros amores primerizos, una emoción,un ansia de infinitud y de perfección, una atracción del misterio, unanhelo de belleza no realizada; en una palabra, la inquietud deDios.

Es un diálogo de la interioridad que comienza a descubrirsey del amblto exterior que empieza a superarse. Y allí está el sen-timiento religioso. Hay como dos esferas, una de acción y de vi-vencia y otra de contempiación y de superación. Ei paso de unaesfera a ofra determina una etapa defintiva en nuestra vida, qs

aqueila en que aparece la conciencia reiigiosa y por una extrañ.aley, es ésta tanto más intensa y profunda cuanto más grata y a{ec-tuosa ha sido Ia adhesión al ambiente inrnediato. La cordiatridady el temple afectivo pasan de una esfera a otra acentuándose ydepurándose. Y así resuita que el ambiente luminoso terreno ynaturalista de Arequipa se compagina por su misma intensidad conuna emoción de infinito y por ende con una profunda religiosiclad.Sea como fuere, 1o cierto es que Arequipa, en su vivencia histó-rica, ha sido y es uno de los pueblos más religiosos de América.

La religiosidad de Arequipa ha tenido una expresión tangibierla Catedral. ZQué importa el error de haberla construído paralelaa la Plaza, teniendo una fa:hada lateral y no {rontal? Esta arbi-trariedad arquitectónica la destaca con una mayor prestancia. [,a

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AREQUIPA DE IlI II{FANCIA 357

Catedral cubre y domina la Plaza. El sillar envejecido le da uncolor de marfii; las torres surgen audaces dejando un amplio es-pacio en que se proyecta como triángulo gigantesco la cumbrenevada del Chachani. Hay como una armonía providenciai entreel templo y la montaña. Se ha reprochado al intuitivo maestroLucas la excesiva luz del templo. En realidad Ia Catedral es unaIgiesia de Sabado de Gloria en contraste con la barroca y oscuraIglesia de la Compañía, de fachada tan representativa como queha unido los motivos hispánicos con los indígenas en confirmaciónde la sínfesis viviente. de la peruanidad. Pero para mí la amplitudde la Catedral con sus naves de igual altura, está más en conso-nancia con el clima y la Luz de Arequipa. Mi Iglesia fué la Ca.tedral. Está en la misma manzana de mi vieja casa; separada sólopor el descuidado y pintoresco callejón. Nos despertaban sus ale-gres repigues maianeros. Lfn'grave son anunciaba el momentosolemne de la misa capitular de las nueve. Sus campanas saludabanel ángelus matutino y vespertino y marcaban n?estro recogimientocon el toque de ánimas. Nadie podía sustraerse a la algarabía desus repiques festivos ni a la honda ftisteza de sus dobles funera-rios. Alguna vez interrumpían sus prolongados repiques las sesio-nes del Concejo Municipal. Y hubo edil gue se propuso reglamen-tar el toque de campanas catedralicias. Inútil empeño; un astuto yoportuno campanero hacía imposible ia anunciada sesión con elbullicio de toques extraordinarios. El Municipio tuvo que resig-narse a Ia elocuencia de las camDanas.

Teníamos que saludar a la óatedruf u1 i. y regresar del Co-Iegio. ¡Qué impresión de grandeza clásica nos causaban sus €ñor-mes arcos que dan a San Agustín y a ia Pontezuela y que abrencomo una rnajestuosa entracla al enorme atrio marmóreol ieuéarmonía y belleza la de sus portales con arquerias cie granito!Cada ciudad tiene un corazón y el cor:az6n de-Arequipa es su Ca-tedral; corazín luminoso y resonante. Todo nos atrae en ella: eiprimor de Ia |uz, la blancura de sus altaresi Ia teoría humana desus a.póstoles rodeando el broncíneo Tabernáculo; y la imponen-te belleza de su púlpitor Satán aplastado y dominado por la divinatribuna con gesto de dolor extendiendo sus alas de murciélago, erapara mi la verdadera imagen del ciiablo. No habia armoníás máshermosas y sublimes que las de su órgano enorme, que corona laestatua del rey profeta.

En mis recuerdos infantiles la ceremonia por excelencia erala reseña del Domingo de Ramos. Vie¡a liturgia traida de Sevilla.Los canónigos cón capuchas y enormes capas moradas, con faldo-

\IERCURIO PERUANO

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nes que debían arra-ctrarse por el alfombrado pavimento, prece-didos por el Obispo, lamentaban la muerte de Cristo abatiéndoseen ei suelo de la Catedral mient¡as que el prelado, al compás deios acordes sublimes cie Palestrina, batía sobre ellos la bandera deduelo con su cruz roja. a la manera de los capitanes romanos quebatían el estandarte de sus legiones sobre las huestes postradas.

No alcancé a los iiamados "seises' que danzaban en las fiestasdel Santísimo Sacramento. Pero llegué a conocer al sacristán donLucas, que usaba la antigua chamarra y que, afectuoso, solía rega-Jarme hostias. La sociedad entera acudía el Domingo de Ramos ala famosa reseña. Ya en la edad juvenil era para mí Ia ocasiónde ver a las lindas muchachas, era más un espectáculo que unaceremonia.

La Catedral está dedicada a la Asunción de la Virgen ybajo esta advocación se fundó Arequipa. Habria sido inconce-bible un templo dedicado al triunfo de Maria sombrío, triste y sinamplitud. El templ.-, de la Asunción de la Virgen debía ser inmen-so, alegre y triunfal"

Pero la estética religiosa es variadísima y de muchos matices,Cada templo tiene su fisonomía particula¡. Los mu¡os de SantaCatalina que se alargan apoyados en sus arbotantes }e dan unaspecto de fortaleza mística, avanzatt sobre la calle y parecen eimarco del castillo interior que forjó Santa Teresa. Nos atraía elmisterio de sus claustros y aguella escondida huerta que nuncapudimos visitar. Ibamos con ,mi madre o con mi tía Candelaria allocutorio, para conversar con doña Manuelita Vargas, su prima,monja de viva inteligencia y de palabra grácil. El convento estáimpregnado del recuerdo de la sierva de Dios Ana de los Ange-.Ies Monteagudo, que flo¡eció en el siglo XVII dejando la reputa-ción de severas penitencias y de beatíficas visiones; el expediented'e sus virtudes se perdió en el naufragio del bugue que 1o llevabapero luego se reorganiz6 yhoy obra en Ia Curia Romana. Un emi-nente jurista a quien conocí años más tarde en Ginebra, gue sabebien del expediente, me afirma el valor de sus probanzas y Ia pro-cerlencía de la beatificación y aún de la canonizaciln.

Volteando a la derecha de Santa Catalina entramos en laplazuela de la Tercera Orden, que como hemos descrito ya, estáenmarcada por su templo terciario y la Iglesia de San Francisco.Recuerdo con ternura y nostalgia este paraje de Arequipa. Mi pa-dre y los empleados de su casa comercial hacian en carnavales susejercicios en el claustro terciario. Alli iba yo a interrumpir, curioso,su retiro, Ilevando algunos regalos de mi madre. En el templo re-

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AREQUIFA DE INFANCIA 359

rosa don Manuel Diez Canseco v Corbacho, hornbre humilde y deprofunda religiosidad como lo revela la anécdota que hemos re-Íerido. San Francisco era la lglesia preferida por mi padre, lainagen del santo es realmente he¡mosa, tiene una expresión ascé-¡ica y dulce al mismo tiempo. En la entrada, bajo el coro, se hallaia reproducción de los Apóstoles de Zubarán que son el orgulioie !a sacristía del Convento Grande de Lima. Se venera la imageni¿ la Purísima en el Altar Mayor, siguiendo así ia noble tradi-ción escotista y hay una capilla dedicada a la Virgen de Lourdes.La novena que termina el 8 de diciembre es popularísima y lospredicadores hablan con emocionante ternura de la Madre deDios y de los hombres.

La estrecha amistad de mi padre con los franciscanos mepermitió conocer todos los recodos del convento y pasear-elotsus huertas y aproximarme temeroso al viejo cementerio. Un guar,dián admirable, ei P. Juan Uriarte, decidió ampliar hacia el cemen-terio el viejo y prestigioso Colegio de San Fraficisco, convirtiendoia mansión de ios muertos en escuela de niños.

La gran fiesta de San Fraqcisco se realízaba en octubre, conIa presencia de su amigo Santo Domingo. A1 iniciarse la novenasalían los dos santos de sus respectivos templos para encontrarseen la plaza, en el famoso "paso", encuentro que era celebrado alson de las campanas y con el ruido atronador de los "cafi\ateta,zos", figuras representativas de la politica o de la historia, ani-rnales míticos, dragones y serpientes en forma de enormes muñecosconteniencío camaretas que eran conducidos a la plaza por mediode granujas y colegiales. T'enían que reventar en el momento so-lemne en que se inclinaban para saludarse las imágenes de SanFrancisco y Santo Domingo. Después de este saludo los dos San-tos se dirig,ían al temmplo para la celebración de la novena y dela fiesta. Ceremonia análoga se realizaba en agosto, en el día deSanto Domingo. Estos "pasos" franciscanos y dominicos consti-tuían las fiestas más alegres y bulliciosas, con cierto dejo de ironíay de intención política popular.

En Agosto después del paso, la gente se despedía para unavacación ir¡vernal en el valle próximo de Vítor, huyendo del fríode ese mes y de septiemb¡ei aguella vacación duraba "de frayle afrayle". Tornaban las familias en octubre para la fiesta del Pove-rello de Asís gue anunciaba el esplendor de la primavera.

Subiendo por la calle llamada de Santa Teresa se llega almonasterio de este nomb¡e. La Iglesia es Fegueña y su torre mo-desta como la de Santa Catalina, per,o sé que sus claustros poseían

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364 l:iERCURIO PERUANO

cuadros y muebles i¿ inmenso valor. Flota sobre el convento esemismo hálito de misrerio que acentúa su proximidad a la campiña.Si la santidad de ia i::onja N{onteagudo confiere a su convento unanota de misticismo, la levenda de la rnonja Gsliérrez ha p,-resto comouna sombra en los se'e¡os claustros de santa Teresa. Aquella aris-tocrática dama, destrnada a ser Abadesa según 1a exigencia de su¡ancia familia, se anarnoró del médico inglés Coll y deseosos ensu amor de respetar junro ccn el prestigio dei convento el honorde Ia {amilia arequipeña de tanta prosapía, decidieron, llevandoun cadáver dei hospital, fingir un incendio en que rnoriría larnonja suplantada por el cadáver. Ella huyo con su amante paralejanas tier¡as. Poco tiempo duró esta {icción, la monja volvió aArequipa desengañada y tal vez antepeniida. El Obispo Goye-neche celoso de la disciplina eciesiástica, inició el luicio para de-volverla al Convento, cosa a la que se resistió la monja apoyadapor el canonista José Gregoúo Paz Soidán que exhibió toda suelocnencia y su sáber jurídico en el correspondíente recurso deÍuerza. El expediente que poseía Carlos Gibson merece s€r €s-tudiado para aclarar bien el fondo de verdad de esta tregendariahistoria.

Siguiendo ia caile de Santa Teresa y volteancio a la derecha,se destaca ia plazuela llamada de Santa Marta. Su lglesia, rodeaclade un vasto cementerio, tiene el estilo de los tempios aldeanos;es una de las más antiguas de Areguipa pues allí se trasladó a

poco tiempo de su fundación la primera capiiia erigida en Are-qr-rip¿; fue más tarde una parroquía C.e indios que venían de iasierra y que acrabaron por ocüpar la zona aledaña llamada luegoI"liraflores, ai pie deX [4isti. Una tradición {aniliar nos üne a estaparrcquia doade se venera ei Seño¡ de ia Caridaci, hermcsa imagenque {uera de..'6.16tr de la familia Betraunde. Aparece er1 Llno de sus

altares, resguardada por una innensa iuna y en $n magnílico marcodorado.

En la celebración de ia Semana Saata de Areguipa, iuega 1a

Parroquia de Senta Ma¡ta un inrpcriante pacel; corre a su caÍgola fanosa procesión del lilnes, acto clue al caei la tarcie reccrreia ciudad desde la plazrieia hasta Ia Fiaza de Armas. tornandr¡a ia lglesia ya entrada ia noche, en un desfiie solemne de ciriosencendidos. La procesrón es ccsteada por la familia Eelaunde yes presidida por un iepreseniante de ella que debe ilevar el guió1"Frobablemente 1o ilevaron mi abuelo, mis tícs y mi padre; y iohan llevado recientemente mi primo Guillermo y su hi.;o ]avier. fuiípresencia en Arequipa en una de sus ía:nosas semanas sanfas, me

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¡AREQUIPA DE 1{I INFANCIA 361

permitió compartir esa distinción famiiiar. A diferencia de otrasprocesiones en que hay una noia de esperanza y de alegría enesta de Santa Marta, por los cánticos, la compostura de los acom-pañantes y la hora crepuscular en que se realiza, hay una notade tristeza con el recuerdo de la pasión de Cristo.

La Semana Santa de Arequipa, como ia de Sevilla, absorbe. 1a

r-ida dc la ciuclad, se celebra tocios ios días salvo el miércoles. Elnartes las cereinonias se trasiadan ai ¡ancio y melancóiico pueblode Yanahuara. Es una procesíón ¿tlCeana con cietalles naturalistas.Recor:re las dos famosas pl.azas det¿niénciose en la segunda. Ia delos sauces ilorones. Están representados ia Magd alena y los após,toles Juan y S:rntiago. Al d¿tenerse el cortejo en i:nprovisada tri-buna el orador sagrado recuerda los episodios de la Pasión, no sinreferirse con elclgio a la Magdalena y con diatribas a |udas.

El gran día de la Semana Santa en Arequipa es, sin disputa,el jueves, Los ritos..sombríos se interrumpen para dar paso a iaconmetnoración de la Eucaristía. Los templos rir?alizan en la erec,ción de vistosos y simbólicos tabenáculos cuajados de luces y deflores. El Altar de la reserva se convertía así en una especie dejardín, Cofres dorados o cáiices enormes o argentos pelícanoseucarísticos recibían la última Hostia consagrada que debía con-sumirse al día siguiente. Toda Ia población se *o.-iliru encabezadapor las autoridades para visitar en romería sin término las Cis-tintas igJesias cie la ciudad. A estas visitas se ies llama "estacio-nes" y las familias todas se empeñaban en no ornitir ninguna trgle-sia o Parroquia en su devota peregrinación. En mi infancia yovisitaba los monumentos llevado por mi madre; más tarde, en lasapretadas fllas del Colegio y luego con amlqos, no -qiernpre €o &c-titud edificante y en afán de encuentros v. de aventuras. Con-cluía el día con una cena famitriar en qixe se tomaba ei ciásico cho-coiate.

El viernes santo marca el. retorno a la tristeza. Desaparer:idala ¡:rúsica del órgano y el son de las caÍ1panas, sr"rspendrdo eltránsito de tranvías y de coches y aún de acémilas, se extend-ia porla ciudad un silencio de recogirníento y pesadumbre. Después delos oficios de tra mañana, hoy vespertinos, se predicaba en todoslos tempios lás Siete Falabras, subrayada cada una de ellas porcánticos o por trozos de oratorios célebres.

El más repr-rtado predicador tanto de la Cuaresma corno delas Siete Falabras, era Fray Mariano Flolguín, después Arzobispode Arequípa y en breve lapso Administrador cie la Arquidiócesislimeña, ejemplo de virtud, de austeridad y de prestancia varcnil.

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362 IIERCURIO PERUANo

El dia culminaba con la procesión de Cristo yacente' organi-

zaáa en la Igiesia d¿ Santo óo*it'go' Estaba a cargo de la Her-

*urrdud de lJs Cabaileros del Santo Sepulcro' a la que pertenecían

fo, ,ruai.ion todo-' los viejos hidalgos de Arequipa; tenían que

i"rti" de frac y llevaban una medalla con cinta verde' aiternándose

urr-.urfu, el sárcófago del Señor; de marcos dorados y lunas bisce-

i.i"., ptt.edía ia p"rocesión el Lignum Crucis' llevado por algún

Jif.rutário eclesiástico' Ordenado desfile de alumbrantes con ci-

rios verdes recorría las calles desde el Convento a \a Plaza de

Ár*"., ""lviendo luego en la tarde a1 histórico claustro en rnedio

de cánticos de evocaciones fúnebres' La concurrenia a veces era

tannumerosaquetodaslascuadrasdelrecorridobrillaL'anconlasluces conducidas por los devotos; la gente se aglomeraba en los

portales para presenciar el paso del C¡isto' La afluencia de curi'o-

!", to qr.titO, ut menos en mi época' el seilo recogido de esta ma.-

nifestación religiosa. Adolescenie me llevaban a contemplarla desde

;;;-;;;;;, de tá (Eutedral. ya en el Colegio {uí uno de los devotos

alumbrantes q,r" uguu'daba con ilusión la hora en gue vestido de

fracyconmicintaverdemetocaraehonordellevarenmishom-U-, "f

féretro de |esús yacente' Concluída Ia procesión volvíamos

a ia Catedral para asistir al servicio de "tinieblas"; completa oscu-

ridad reinaba en el inmenso templo en cuyo altar mayor se desta-

caba ei candelabro de los quince cirios que ibán apagándose al

recitarse los salmos; al terminar ei último 1a luz desapatecia detrás

á"1 ult"r, en medio del estrépito fúnebre de los asientos del coro

catedraiicio; tinieblas absolutas cubrían el amplio recinto collÍl€-

morando la muerte de Cristo'El Sábado de Gloria se festeja en Arequipa con el alegre re-

torno de 1", .u*punas y el estallár cie cohetones y camaretas' La

Catedral celebra en el ambiente alegre de sus naves la fiesta de

la Resurrección de Cristo' Las mujeres llevan a veces mantillas

blancas, la alegría de vivir vuelve a los hogares y a las cailes'

Arequipa es una ciudad eucarística y mariana' D-espués del

culto del Santísimo Sacramento viene la devoción a María; se le

venera en todas las advocaciones' En el mes de mayo se lienan

los templos para ejercicios y plegarias nocturnas' Habia dos fies-

tas culminantes y rivales: el 24 d'e setiembre' fiesta de las Mer'

cedes, Y el 7 de octubre, fiesta del Rosario' La Virgen de las Mer-

cedes se venera en la Iglesia de ese nombre y la del Rosario en

Santo Domingo. El Coivento de la Merced tiene un puesto de

honor en la historia arequipeña. Fué sede de un colegio que al-

canzó categoría universitária, en el cual se educaron varones ilus-

=-:' - -;¿::==*¡+11

AREQUIPA DF 1iI INFANCIA 363

tres como Hipohto Unánue y el Dean Vaidivia. Hay una estatua

de la Virgen mercedaria que está en eI altar mayor del ternplo,

l- hay otra en un cuadro, de gran prestancia histórica' colgado a

la entrada de la lglesia, circunstancia que mctivó que a la Señora

en é1 representada se la llamara "la portera". A la vieja tradición:nercedaria se agregaba en esta devoción el título de Fatrona de

las Armas del Perú. Así, su culto era a un tiempo poptilar y oÍicial'La Iglesia contenía además la famosa capilia de San José que tu-\-ieron a su cargo las familias Bustamante y Canseco. Se venera

también un bello cuadro que representa a Cristo delante de Cai'fás, conocido con el nombre de el Cristo de la Sentencia' La dul-

=vta y serenidad de Cristo contrasta con 1a crueldaC acuciosa del

contífice judio. Se venera también otra advocación de u¡r hermoso

rubro y sabor histórico: tra Virgen del Consuelo; eila da su nombre a

1a caile que desemboca en el río, después del puente viejo, en un pa-

raje de sobria belleza. La Virgen de las Mercedes era la devo:ión de

esta parte de la ciudad hacia el río y hacia el c¿Jr'rino de Tingo' Se

iniciaba la novena con una procesión cle mrisicos y con el consa-

bido y atronador "albazo". A la fiesta de gala' el propio dia 24'

asistía el Prefecto y {ormaban en las. calles próximas lcs batallo-nes de la guarnición. La tarde del domíngo inmediato la venerada

imagen era sacadardel templo con inmenso acompañarriento 1' 1'q-

ccrría las calles hasta la plazuela de San Francisco, voivierdoluego a 1a plaza;la llegada de la Virgen a ia esquina llamad'a de

Ia pontezuela, gue se graduaba pata que recibiera los últimos ra-

yos solares, era saludada por un inmenso polvorazo cle nubarrones

que iban a confundirse con los cúmulos distantes, ya enrrojecidospor la luz crepuscular. La piaza presentaba esta tarde dorada un

espectáculo magnífico. La víspera de la fiesta se quemaban los

famosos castillos, obra maestra de la pirotecnia arequipeña, erigi-

dos en ias cuatro esquinas áe la p\aza. Se iluminaba también el

triángulo de la Catedral. Presenciar los castilios desde los altos del

Portal de Flores, la vieja mansión de don |uan Flores del Campo'

antecesor de parientes míos, los Belaunde y Ce*eceda, fué uno de

los grandes placeres de mi infancia.Programa semeiante se.desarrollaba en las fiestas del Rosa-

rio. Los devotos de esta advocación popular en la parte de Are-quipa que colinda con las torrenteras del Pichu Pichu, trataban de

rivalizar en la audacia y perfección de los castillos pirotécnicos yen la solemnidad de la procesión con la que apenas dos semanas

antes se había reaiizado en honor de la Patrona de las Armas.

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MERCURIO PEF.U.\\O

Las Advocaciones de la Merced ;' del Rosario representan,como Ja Asunción, el triunfo de María. pero no podía faitar enArequipa el culto a la virgen hurnilde. resignada, obedie'te aimandato de la purificación y de la o{renda heroica de su hijo aDios Padre. Es la acivocación de la candelaria que apenas p.*ectre

' ofrecer en su pobreza, para el rescate biblico, dos tortolitas. LaVirgen de la Candelaria se venera en Caima, en Characato y enel lejano santuario de chapí, en una zona desamparacia y desér-tica; es la Virgen aldeana y campesina. Ha recibido del a.ncianoSimón el anuncio de que su Hilo será la luz de los gentiles y lagloria de Israel y al mismo tiem,oo una espacia atravesará SU co-razón, Y así, por esta profecía, la devoción de la Candelariaestá unida a la Virgen que sufre sin morir la pasión del Señor ygue es festigo de su muerte y lo acompafia al sepulcro. La Vir-gen de los Dolores es venerada en Arequipa en la Recoleta francis-cna, que se halla pasado el rio. en recinto austero y penitenciallIa iglesia es modR;sta pero ias finas arquerías de los claustros tie-nen un místico encanto; el convento se extiende hacia una huertaque liega a la acequia de la Antiquilla. Hoy pertenece a la p¡o-vincia de San Francisco Solano; sus fráiles vestían en ia épocade mis recuerdos no el hábito.marrón sino uno gris, de coXor dede Ia mísera jerga: tenían la reputación de virtuosos y de severospenitentes. Se ciestacaba Elías Pasarel, apocaiíptico en sus admo.niciones del fuicio Final. Alli se formó Monseñor Holguín y flo-reció el hermano Ventura, venido de Italia, que recogía las límos-nas en las calles de Arequipa, repartiendo bendiciones y haciendoregalos a los menesterosos y dialogancio cariñosa*"rri" con losniños. una tradición nos dice que todas las noches, cargado deuna pesada Ctuz gue se conserva en el ccnvento, recorría iosclaustros siguiendo las estaciones de via ciucis. conocí al herma-no Ventu¡a y me gustaba mucho conversar con él; tenía la ex-presión estática y dulce de los iluminados. A veces me llevó a lafamosa huerta del convento, permitiéndome gustar de sus sabro-sos aurimelos y blanquiilos. Tuvo el hermano Ventura en sus fra-ses entrecortadas y misteriosas, premoniciones gue tuvieron luegodebido cumplimíento.

Algunos domingos, por la tarde, solía mi padre lievarnosa visitar a sus grandes amigos recoletos, el Fadre Cervera, elPadre Mariano Holguín. Eran paseos en que se mezclaba e7

sentimiento del paisaje de Arequipa, acogedor y familiar en estoslugares, a cierta emoción religiosa. La gran fiesta del conventoera el Viernes de Pobres; la modesta Iglesia resultaba estrecha

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AREQUIP-A D: :.ii II]trANCIA 365

para la muchedumbre de devcto-.. Lln guardián progresista decidiéconvertir Ia capilla en una espiándida basílica gue hoy se yergúecomo la mejor trglesia de la ot¡a bancia, Ac*dían a la fiesta mul-titudes recogidas y no faltaba; parejas de enamorados at¡aídospor ia posibilidad de las charia_. romántrcas en el largo y pinto-¡esco recorrido. EI amor y la iiturgia se aunaban en estas ma-nifestaciones de la sentimentai:dad areguipeña. He vuelto en pe-regrinación después de trota¡ pci ian diversos mundos, a este viejosantuario de Arequipa y co'''o e* mi infancia me he arrodillado alos pies de la Napolitana, como jlan.ran a la Virgen. En el históricorecinto resonaban las estrcías cie Tomás Celano: Estabat lldaÉerDc¡Iorosa yux'ta Crucern lacrimosa du*pendebant filir¡s,

Evocando ios aspectos de 1a relígiosidad de Areguipa algurénpodría escandaiizarse del sentido esoectacular o teatral de iasceremonias y atribuírles un ca¡ácter casi pagano. I{ingún juiciosería más superficial e injustc; el dramatismo y el sentido sccialdei culto no son opuestos a la hondura ¡z espiritualidad dei senti-miento. Ellos son cornpatibles en Arequipa con una actitud seriaante la vida y con la visión constante da ia muerte" E1 arequipeño,por su tradición hispánica, sabe unir la emocíón vitatr con el sen-timiento de 1o trascendente. Er esto estriba 1o que llamaremos sutemple o taiante existencial. Goza de ia vida, de la truz ;, del coior,pero en el a{án cotidiano no abandona la búsqueda de io eterno"La vida de ritrno lento nos permite gozar de la natural+-za iejos deaquella absorción en{ermiza en que nuestio destino está determi-nado por emociones y actividades sin fin que ateban por desper-sonalizarnos sintiéndonos extraños a nosotros mismos. El automa-tisrno de ia vicia contemporánea, ia esclavitud de las horas v delos minutos, la enajenación de nuestros días, esta constante hipo-teca de nuestro guehacer acaba por destruir el yo y junto con lamengua de la personalidad viehe la atenuación o la desaparicióndel cumplimiento religioso.

A pesar de su luz y todos los encantos naturaies de sus pai-sajes no dejaba de ser Arequipa en otros aspectos un valle de lá-grímas. Todos tenían su ración de derlor cotidiano inconfeso o re-primido. No todo en los templos es esplendor litúrgico, luz de loscirios, armonía de cánticos y aroma de incienso. Huy horas de:lagaria recogida, de confidencia de penas, dolcres, tristezas y an-;ustias que buscan un alivio, un remedio o un consuelo. 1Cuántas-,-eces en las cerernonias de alegre devoción sorpiendimos en algún:csro el temblor de las lágrimas o escuchamos el murmullo com-.::rnido de los sollozos! Las bóvedas de los tempios de Arequipa

366 I,IERCURIO PERUANO

no sólo auspiciaron cefemonias deslumbrantes, acogieron también

el lenguaje qu"do de las decepciones y de ias desesperanzas' Este

".,rt"urp".to de la religiosidad de Arequipa tan real como el otro'

aunque *ás o.rrito' Por algo di;o Unamuno que el templo es el

lugar donde podemos ilorar juntos. Diría .vo que el tempio es el

único sitio en que podemos llorar con dignidad v en paz'

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LOS RESTOS DEL GE},JERAL SALAT/ERRY

PoT PEDRO UGARTECHE

I

EL 25 de setiembre de 1839, el Presidente provisorio de la Re-u. pública, Gran Mariscal don Agustín Gamarra. puso el cúm-plase a la Ley dada ese mismo día por el Congreso Nacional¡eunido en la ciudad de Huancayo.que ordenaba se rindieran ho-menajes nacionales a la memoria del General don Feiipe santiagosaiaverry, de los ]efes y oficiales peruanos fusilados en la Flazade Armas de Arequipa el 18 de febrero de rt36 y de todos loscombatientes que perecieron en los campos de yanacocha y so-cabaya, defendiendo la integridad e independencia de la Repriblica,ciurante la guerra de la Confedeiación Perú-Boliviana.

Esa Ley, dada por el primer Congreso Nacional reunido enel país después de la destrucción de !a confederación, disponíaque en todas las capitales de departamento y de provinciá S€ c€-Iebraran' por cuenta del Estado, exequias solemnes por el, alma deesos patriotas, que los .estos del ilustre General Salaverry fuerancolocados en sepulcro de mármol, y gue su esposa e hijos gozatancomo pensión de montepío del suelfo íntegro que ie correspondíacomo Gene¡al de División.

Pero, como pasaran veinte años sin que el Gobierno dieracumplimiento a la disposición de esa Ley que ordenaba el trasladode los restos del General Salaverry a Lima y su sepultura en unmausoleo erigido por la Nación, a pesar de que la Convención Na-cional de 1856 había ratificado tan importante y merecido home-naje, la viuda y los hijos del General Sal¿ve¡¡y resolvieron hacerel traslado de sus restos por su cuenta y en forma privada, reco(-dando su voluntad de ser sepultado en Lima, su ciudad nataj,sxpresada en carta escrita a su esposa momentos antes de serfusilado.

A principios de 1859, la señora doña |uana Pérez viuda deSalaverry, escribió al coronel don Mariano Ignacio Prado, prefectode Arequipa, y al coronel don |uan Antonio Ugarteche, amigo ycompañero de armas de su esposo en la lucha contra la Confede.

368 MERCURIO PERUAN.O

ración y de muy distinguida acÉuación en Ia batalla de Yungay,pidiéndoles que la ayudaran a cumplir ese deseo del General Sa-laverry, "como buenos patriotas y amantes de la gloria de suesposo".

II

El 25 de Octubre de 1858 amaneció fondeado en el Callaoprocedente de Islay, el vapor "Lima", en e1 que viajaba el Coroneldon Juan Antonio Ugarteche quien traía con su equipaje una pe-queña caja de 'madera que contenía el ataúd que guardaba iosrestos del General Felipe Santiago Salaverry, ei Mártir da; So-cabaya.

Al llegar, Ugarteche dirigió una carta muy breve ai Prefectodei Callao en la que le decía: "Comunico a Ud. S. G. que soy por-tado¡ en una pequeña caja, de las cenizas del inclíto GeneraiSalaverry, cuya vduntad fue la de reposar en su ciudad natal, eiruna tumba con una inscripción sencilla, en la que constasen susservicios al Perú".

De acuerdo con el Prefecto dll CaIao, ei pequeño ataúd fuedepositado en la Igiesia de la l|i4aftiz de ese puerto, en espera deque el Gobierno resolviera lo conveniente respecto a su traslacióna Lima y sepelio en el Cementerio General de la ciudad.

Al dia siguiente, Ugarteche escribió al Presidente de la l?e-pública, Gran Mariscal don Ramón Castilia, quien se encontrabaen campaña en Guayaquil, dándole cuenta de su llegada trayendolos restos de Salaverryl

"El ciia de ayer en un pequeño ataúd, he conducido con granrespeto y admiracióy1, los despojos del valiente y enérgico Gene-ral Salal'erry, Iusilado junto cou B de sus gloriosos compañerosel 18 de Febrero del año aciago de 1836, por defender la inte-gridad de su Patria. He creido un deber, contribuir a Qü€ se cüm-pia la voluntad del genio de esa campaña nacionalista, terminaciaen la forma gloriosa e infortunada que ya conocemos. Mas estávisto que Santa Cruz, quiso hasta hacer desaparecer estas meri-tísimas memoriasi y lo hubiese intentado aún más, si un puñado devalientes no le pone atajo. SalavetÍy, ve hoy día llegar sus ce-nizas y ellas se hallan en el Callao, en espera de que V. E' decretelos altos honores que le corresponden a un |efe Supremo del Perú,fusilado invistiendo tan alto cargo".

"Ei Comercio" de Lirna, decano del periodismo nacional yfuente indispensable para el estudio de la Historia del Perú Inde-

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LOS RESTOS DEL GE\ERAL SALAVERRY 369

:¿niiente, en su edición del dia jueves 2Z d,e octub¡e de 1859,:::io¡¡aa a sus lectores de la llegada del vapor "Lima',, procedenteJa Islay y del viaje del Coronel don Juan Antonio Ugartechg,conCuciendo los restos del General Salaverry.

"Crónica de la Capital.-General Salaverry.*. Sabemos que¿, Co¡onel don ]uan Antonio Ugarteche, ha venido de Islay, porei último vapor conduciendo los ¡estos mortales de tan ilustre víc-::-a. los cuales han sido depositados en la Iglesia Matriz.

La última voluntad del General salaverry, consignada sola-'-ente en Ia última carta que escribió fue de que sus restos fueran:rasladados a Lima y depositados en ei panteón. A los 30 años,se cumple solemnemente su mandato".

La noticia de la llegada de los restos del General salaverryen forma pri-rada, sin honores oficiales de ninguna clase, traídospor un amigo y compañero de armas causó la más profunda im-presión en la opinión pública.

Durante vários iiu, los periódicos publi?an numerosas in-formaciones y comentarios sobre el particular, se critica al Go-bierno por no haber dado cumplimiento a la Ley de 1g39, se tratade buscar explicaciones a esa falta que hiere profundamente elsentimiento patrio, se lamenta el que tan ilustres restos no hayansido objeto de grandes y solemnes homenajes durante su víaje deArequipa al Callao, se desea saber por qué {ueron traídos por unamigo en forma tan secreta y se aplaude al coronel ugártechepor su noble actitud.

El dia B de noviembre "El Comercio'r publica un extenso einteresante artículo de redacción titulado Generar salaverry, quetermina con el siguiente vivo y merecido elogio del c.oronel Ugar-teche y de su noble actitud, que me es muy grato recordar:

"Los restos del General Salaverry han sido traídos de Are-quipa, por un ilustre |efe, que jamás se ha mostrado indiferente atodo lo que tiene algo de nobie, de grande y de glorioso.

El Coronel Ugarteche no merecerá la desaprobación cie losbuenos patriotas, cuyas esperanzas ha rcalizado del modo que leera posible.

El Coronei Ugarteche po¡ amor a la gloria del Perú, y porentusiasmo a la amistad, ha cumplido en parte la voluntad devictima de Socabaya.

Estamos bien informados y sabemos que, la familia del Gene.¡al Salaverry, conservará siempre un recuerdo de gratitud, por laespontaneidad v el honroso desinterés dei sr. coronel ugarteche".

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lTtl Mlrlrl llirl() l'l.lJll.1 rirr

III

f,as cercnt<lltí¡l:i rlt: la traslación tlc l<¡r; r'r.r¡to:; rlr. l ( it'rrr,¡.;rl Í:j¡r-Iaverly del C¡rll¿¡o rr l,itna, y de su irrht¡nl¡tion r.rr rl ( ir,rrrcnlr.'rio,tuvreron lugar cl cli;r .10 de diciembre.

El Gobierno, a ('in'flo del Vicepresidente de la l?cpriblic¿¡, Iloc-tor clon Iuan fuIanucl dcl Mar, y previa consulta al Fresidente delir Ilepúblíca, Gran Mariscal don Rarnón Castilla, qulen se'encon-{l:¿¡b¿r ausente en carnpaña en el Ecuador, ordenó qlle se rind.ieranhr>nores militares a los restos del General Saiaverry.

"E[ Conrercio", en su edicióll del dia 28 de noviembre, pu-lrlica la nota siguientel "General Salaverry.,- A todos los patrio-l;rs, ir toclos los admiradores del ilustre General Salaverry y aIorlos sus amigos de Lima y el Callao, se les invita a asistir alt.rrr¡rltr clc La Merceá, el dia 30 del qrre rige, a ias diez de la lna-n;r¡r;r. lll Supremo"Gobierno ha mandado hacer ios Tuneraies porcl r'(t.r'n<'r clescanso del General D. Felipe Santiago Salaverry, yr;(' ('ril)clil que los buenos peruanos acudan a solemnizar ese actolt li.¡ioso",

lin su edición correspondiente al dia 2 d.e enero de 1860, "El(iorrrclcio", ofrece una amplie información sobre esas ceremonias:"(ir'<inica del Callao.- Vino una lucida reunión de Cabaileros parar'('!llcs¿rr con los restos mortales del inclito defensor de la Inde-¡rcnrlcncia Nacional y al cortejo fúnebre se le asociaron algunosvccinos y funcionarios ptiblicos del Callao",

Por su interés histórico vamos a reproducir la descripción que<lc csas ceremonias hace tan importante periódico:

"Restos del General Salaverry.- En el convoy ordinario delas nueve y tres cuartos de la mañana de ayer, llegaron a Limalos restos del General Salaverry, conducidos en un vagón exte-riormente de tela negra, con cuatro lanzas {i¡as en los ángulos,oÍros dos en el centro, y éstas sosteniendo una tolda con los co-lorcs clel pabellón nacional, y fueron recibidos en ia estación porr:l General Ministro de la Guerra y demás autoridades civiles ynrilit¿res del Departamento.

I.il cortejo marchó de la estación al templo de Ia Merced, segúncl or'<.lcn ¡rrescrito en el programa que publicamos el martes, es

<lct il ctr¿rtro l¡atidores seguidos de las piezas de artillería, a col'l-firrrr;rci¡in un b:rt¿rllón cle infantería, después el cadáver cn el <';rlr'of.rint'blt y rnrir !luilrtliir <le honor, el acompañamitrrlo y ollo lr,rlit .

llrlrr, r'r'r'r';rn,l,, l;r "rirlt l¡it tnr t':icurt<lrtin rlc g¡ctt,lrt",',',,.

rir ,;; ri , , , ., ,.,',',, :: ,- .j"r.,, ; ;:;" ;:l';,,r,, ,., ,,.""1t"1<'olt <'l ;u nr;r ,rl lr,,¡111,¡. .,. l¡*liettrlfl r¡1,n, l,,t ,,,,.¡r,li,,(lr¡l'r,1,, ,.1 ,.,¡,, f 1¡¡¡¡_lr¡,_ llt:1¡r.r ,rl li.lrr¡rl. tlc L_a Merced, loslrijrr; rlt'l ilrr:'ír¡'rrrr.r,r,, r,.1lrr!r*lr,,r'r,,.,,,,,',r,, ittirrirr y lo depositaron.soll'c cl lrrrrrrrlri ,¡1, .,, lr,il,¡.r 1,.r.,,r,t.,,1,, ,,,, ,-, Iqlesia; cuatro Ge-¡tcl'¿tlcs l,r:; :,, 1r,,r,., \l¡,1¡,,, I i,u.tr,,., M.l,otc y'E.;;";;, asiefonclc .llrs (iut;r:;.Ijl clrf;rr:rl, r, , .,r.rr,.r ,r,1,,, rr.rrlrr ¡,,rr ¡r,rlrcllón de fusiles y lanzas,trc.s a (.llirtr.() (,r.rr1...r,, 1, ,1,,.. .lrr.,¡.:1, ( ]irco a"*r"Jra-urpoyado,st¡blc las t'ul;rl¡:r ,1,. 1,,., f rr,rl,.,. , u\,.r; l)()(.its tc¡c¿¡ban el pavimento,cornponirtrt I;r,¡r,r'rrr,r rr, rr.r¡¡'r rr,.r r;;rr,t..r:;rgo. Er duero era arras-trado por t'l Mr¡rr:;rr- r). \4r,¡rr,'r ,r''r ( r;r.¡li. (cre Reraciones Exte.r:iores), Gcrrc'rrl l). Nr,,,l,r; |,,,,.u,.,, (,lc í,, Gu"rra) V"éOr"r"l p,

Juan |osé s¡rlct',r,, (,r. ¡;r.rt'rrrr;r);;rr'liLcr. cre este señor S€ eflcofl-traba el Prel:cct. rlt.l f )q.'rr¡.1.i,,,,c,,t<, y el S'bprefecto e Intendentecn traje de unil:.,r'rrrt'. sc'¡trí;rn lo. hi¡os del Generar s"ür""ry n"Felipe y D. Carlo. Augusto. ')--'

,La Iglesia estaba llena de gente y entre muchas otras perso-.nas notables que observamos ." .,r";uí I", ;";;;;;-r.""rü.., l-,Puerta Aparicio, Alia.ga,-Torri.o,

"ió.pitán de Navío D. Antoniode..la, Haza, Mayor de Ordenes ¿"t Cuilao, ei señor Gene¡al For-cellado, y muchos señores cuyos nombros no puntualizamos.El templo estaba bien alimbrado y el axtar -uyo""u'a-orr.aocle terciopelo negro con franjas bluncas.En la plazoleta dei templo se veian cuatro piezas de arti'eriacon su respectiva dotació'. En la prazuela der

"Teatro se hailabacstacionado un escuadrón de caba'eria y en la cate ]esús Naza-reno,se veía el primer Batarlón de Gendarmes. E.íu-iá",

"r.r'andada por el Coronel D. Andrés Garnarra, mayor de plaza, elt'r¡al llevaba sus dos ayudantes.A las doce terminó la vigilia y dió principio la misa de requiem.A la una de ra rarde tá ,uiu d_ ;;J;"; ;; l"*;,r0",r¡rrc contenía la osamenta del General Salaverry,

""r"J"r, uicarro,llt'v¿rcl¿r a él sobre ros hombros de ros do. hi¡"r'á"i';;ü'y partió.l ..r'tcio frinebre hacia el cementerio General previos ros hono-lts rrrilitares prescritos por la ordenanza; es decir las descargas ytlr'¡rriis. I,.l coche ofi.al de,Gobierno, , "f *;r;"1"; ln"J,j"¡.".rr lrr ¡rrr'tt'r'irr clc L¿r Mcrcecr; en lu prniu mayor hubia cJches paral,rr; :;r'ir,r't's rlcl stlr¡rrito qrrc t¡rrisiescn ir al Ceácnte.¡o ".._ilO."a"lnr; rlull ¡.r'r; rlcl;poio:;.

|'lt'r¡;rtlo r^l lor'lrjo rrr I)rrnft'rjrr, ro:; ( rol.oncrc.s Irrlnr¡in conz¿i-lr"' ( lrr'¡r¡rr'l (( lrrrlir¡rrrr), ( ilrllill,r v ( i:r::firrrr rorrrrrlor¡ r;¡r; t.irrt;rs, y

j'/ ) Mlill( llltl() I'lrlrlli¡lr I

I¡s lrilos tlcl Iirr¡ttlo \r(]lvi(f r()n ,it c¿lr!lirl nlt't r'¡¡ rl rrlnttrl lrilst¿l el

Irr.rlirl tlc, l:t sc¡rrrllrrr';r, Alli,;c:tdel¿rlltrl ln virln ri¡¡lrl;trln tlc cora-cct()s qtlc hitbíir scl'vitlo bajo las órtlcrlc:, tlr'l ( i¡'lrrl¡ll S,rlirvtllr:y,y irrrojó sobrc ll tt¡tttlr¡l Llna corona dc lrtr j;r:; r','¡,1,'r,.

Hl Ministlo clc lir Guerra Generai lil'tyr',';rl ¡rit'rlr'l;r lttrnba(l rJo:

"Señores, se h¿r <l;rclo cumplimiento a la ley ¡rr:orrrtrii¡itcl¿l por

cl Congreso de 1839".En seguida el señor Larriva pronunció un discurso en el que

evr¡có la vida y las hazañas del General Salaverry, inmolado porl¿r Patria en la Plaza de Armas de Arequipa, también se refirió a

la demora de los Gobiernos en cumplir su voluntad de que sus

rcstos fueran sepultados en Lima, y la Ley que así lo ordenó, ylinclió homenaje al amigo que había traído de Arequip& €sos sá-

.¡rirtlos despojos.Al respecto dijo:

'i

' "Hoy uÁ ieÍe peruano viene a darnos, una nueva seguri-clad de que nunca falta un Tobías que repare para con los

rnuertos el olvido de los Gobiernos y la injusticia de los par-ticlos. El Coronel Ugarteche, amigo y compañero de armas

cle nuestro héroe, abre oficiosamente la humiide y oividadatumba donde fueron arrojados sus despojos' empapados en su

generosa sangre consag(ada por el martirio del suplicio y los

exhuma para restituirlos a su familia desolada, a Ia ciudadde su nacimiento, al panteón de la capital, donde reposan las

cenizas de muchos peruanos tan esclareidos como Salaverry".

Después de publicar el discurso del señor l,arriva' "El Co-lncrcio", termina su importante información, convertida hoy en

fucnte de historia, con la siguiente nota:

"La pieza de artiilería que formaban el cortejo militar de ho-nor, dispararon trece tiros delante del Cementerio General, aldepositar los despojos en el nicho perpétuo' Las banderas de

Palacio y del Cabildo fineron descendidas a mitad del astacn señal de duelo.

En el Callao se dispararon dos cañonazos y otros dos en

Liurn, al viajar la caja en el vagón'Olvidábamos decir que el señor Coronel Ugarteche, con-

tlrr< tol rlr: cstos clespojos, desde Arequipa hasta el Callao, era

ru,r rlt' Ios <'<lnctrrlcntcs a la ceremonia'

II

l

i

Los restos del Gene¡al Saiaverry vuelvensueio natal a los 2 años de haber siclo fusiladoal pie dei Misti".

Los restos del General Salaverry fueronCuartel San Martín Let¡a "D'' Nq 49 y en estacie¡on hasta que fue¡on t¡aslaciados al MausoleoNación, en cvya bóveda hoy se encuentran.

LOS RESTOS DE; GE\ERAL SALAVERRY 373

a reposar en elpor el extranjero

sepultados en eltpmba permane-que le erigíó Ia

ivEr 1864, la señora doña Juana pérez viuda de Salaverry, y

sus hi;os, volvieron a dar al Coronel don ]uan Antonio Ugartecheun nuevo y honrosísimo encargo, que constituía otra prueba másde amistad y de confianza, re pidieron que se encargara der trasra-do de Arequipa a Lima de los restos de los ]"k. V Oficiales quecon el General salaverry fueron fusirados en la Fraza de Armas deArequipa, el 18 de Febrero de 1g36, y a cuyo sacrificio patrióticoel Perú entero rindió homenaje de admiración y cuyos nombres sehabían convertido para los p"ruuro, en símbolos de valor v he,¡oísmo,

El 31 de diciembre de'ese año, el coroner ugarteche dirige alseñor don Felipe Santiago Salaverry, la siguiente carfa, en la queacepta y agradece tan honroso encargoi

"Mi querido amigo:Hace una hora que llegó el correo y dentro de dos se

regresa, motivo que me autoriza para suplicar a Ud. tengaIa bondad de disculparme con todas las personas que por elconducto de ud. me encargan los restos de las víctimas sa-crificadas el 18 de febrero de 1836, asegurándole que yocurnpliré puntualmente con el encargo, pero que el tiempo essumamente estrecho, fuera de que tiene que preceder la or-ganización de un expediente ante la curia y el poder ecle_siástico; si esta tramitación se termina antes de la salida delrrapor, quedo comprometido a cumplir por el mi comisión conla mayor voluntad.

Su amigo,|uan A. de Ugarteche,.

Muy pocos días despué s, el T de enero, el Coronel Ugarteche.escribe una nueva carta al señor salaverry, en eila le anuncia que

EI'

V'I .:

374 MERCURIO PERUA]TO

"Arequipa, 7 óe eneto db 1865'

Sr. Dn. F. S. SalaverrY'Muy señor mío;

'Por el Presente vapor remito

niendo los restos de las víctimas

señor Coronel don Juan Antonio

conocimiento.

a Ud. dos cajones conte-

de 1836, que Pi<iió Ud' al

Ugarteche, va adjunto el

oor el presente vapor recibirá "su precioso encargo ' y también

il ;;;;;i;''d. "., ¿l 1o. restos del Comandante don Pedro Herre-

ra, "también muerto en el puente de la ciudad' se entiende de-

i"n¿turr¿olo bizarramente" ba¡o las órdenes del General Salaverry''"..-¡;;;

part'e, el señor iu'lo' Ronderhile' agente de Aduana'

escribe al señor SalaverrY:

vt

.hr¡5u5

V

El 11 de enero, llegó al Callao' el vapor inglés ''Bogotá" que

traía el "precioso et.aigo'l, el que fue desembarcado inmediata-

*""," y conducido u Litu a la Iglesia de Santo Domingo en Ia

Or"- *á¿U depositado provisionaknente y en la que permanecería

io, ".pu.lo de más de cuatro años'

Al dia siguiente, "1

t"ño' don Felipe Santiago Salaverry' di-

rigió al señor Ministro de la Guerra' la siguiente carta:

"Lima, eneto 12 de 1865'

A1 señor General Ministro de Estado

en el DesPacho de Guerra Y Marina

S. G. M.Deseoso el que suscribe de reunir bajo de una misma losa

los restos ¡nortales de las víctimas inmoladas en Arequipa

el 18 de Febrero de 1836' pedí a ella que se me remitieran

los restos de aquellos que aún permanecían insepultos des-

pués de Zg ana-s de su sacrificio' y el vapor que arribara e1

día de uy", uiCJlao' ha traído los del General Fernandini'

coroneles solur, Rivas, cárdenes, carrillo y comandantes

Valdivia, MoYa, Picoaga Y Herrera'

Como todos los que llevaron este

contribuyeron a la independencia de la

"urot pá, la integridad de ella con la

Carlos Ronderhile"

nombre en el mundo

República, se sacrifi-mayor abnegación Y

a :. .: =::á--t---:'.:-:;- :i1:+li------'h-

obtuvieron una clase en el eiército; tengo el honor de di¡i-gir-" t Ud. a fin de que se digne disponer que los r,estos de

esos mártires sean conducidos a esta capital y de ella al ce-

menterio público, previas las formalidades y prácticas reli-

giosas que deben observarse"'

La comunicación del señor Salaverry no mereció atención de

earte del Gobierno del General Pezet, él que tampoco accedió al

ie.seo *unifestado por la familia del General Salaverry' de que

_.e le perrnitiera hacer por su cuenta ios funerales y el sepelio de

lo. .".to, de los h"roí.o, compañeros de infortunio y de gloria

del General Salaverry y de darles sepultura al lado de los restos

ie su ilustre lefe en el Cementerio General de Lima'

Esa actitud del Gobierno se debió sin duda a la delicada si'

tuación política que vivía e1 país aquellos días por causa de la

Cuestión Española, ya gue desde hacía muchos años era unánime

el sentimiento de aámiración por esos mártirel del nacionalismo

peruano y el deseo de honrar dignamente su memoria'

VI

Terminada la Guerra con España y restablecida la normalidad

en el país, el Gobierno del General Prado considerÓ que era deber

del Estado cumplir la Ley dada por el Congreso de Huancayo'

gue ordenaba gue los restos del General Salaverry descansaran

"r, ur, ,"pul.ro á" mármol erigido por la Nación y así se manifestó

a lá familia Salaverry, dándole a optar entre hacer traer de Euro-

pa un mausuleo o el abono de 5,000 pesos para que sea ella la que

se encargue de hacer la obra.El 1o de Setiembre de 7867, el

verfy,.hizo conocbr al Ministro de

Gobierno y Obras Públicas la opinión

pecto a la proPuesta que le ha hecho

LOS RESTOS DEL GE\ERAL SALAVERRY 375

señor Felipe Santiago Sala-

Estado en el DesPacho de

de la familia SalaverrY res-

el Gobierno:

"He tenido el honor de recibir el apreciable oficio de Us'

por el que se ,rne participa que el Supremo Gobierno me ha

u"ordudo el derecho de optar entre hacer traer de Europa un

-uurol"o para colocar los restos de mi padre' o el abono de

los 5,000 soles que ." hu computado' Cuando en 1859 se

cumplió por mi señora madre el deber de esposa' he hicimos

"olocu., en el cementerio Priblico las cenizas del que fue Ge-

neral Salaverry, no sg tuvo la idea de recuperar en nirigítn

::jrji.i .:-: !'.'!: ir:.

376 rvrERcuRro pERui\c

tiempo el importe de Io que había gastado, pues si bien erael Supremo Gobierno a quien correspondía honrar la memo-ria del hombre público, sobre la Íamiiia recaía la obligaciónde hacer cuanto le fuera dable a fin de satisfacer uno de susmás sagrados deberes.

Sin embargo, como las víctimas de 1836 fueron orladasa una con la palma del martirio, juzgué que nada era másnatural que reunir bajo una misma losa los núeve restos delos sacrificados por las armas de la conquista, y al efectoencargué al seño¡ Coronel D. ]uan A. Ugarteche, me remi-tiera de la ciudad de Arequipa las cenizas de los que fueroncompañeros de gloria y de suplicio de mi padre.Este hecho tuvo lugar a principios del año de 1865 y nadieignora que después de haberse preparado por mi cuenta losfunerales que debían preceder a la reunión de los restos enel Cementerio nacional, ia falta de hidalguía y el temor deigeneral D. Juan Antonio Pezet, llegó hasta el extremo demandar suspender la ceremonia y ordenar se retuvieran aque-llos en el convento de N. P. Santo Domingo.Al presente el Gobierno de S. E. se ha dignado acordarmeel derecho de escoger uno de los medios que Us. me proponeen el oficio que contesto, y como veo que al fin se acerca eimomento que tanto he deseado; tengo a honra dirigirme atJs. aceptando el espontáneo ofrecimiento del abono de los5,000 soles; pero elios serán recibidos por mí bajo dos con-dicionesl la que será de mi cuenta los funerales. traslaciónai Cementerio'y deposite en el monumento de los restos exis-tentes hoy en el convento de Santo Domingo, 2a. que harécolocar en sl mausoleo las estatuas y bustos que permitan subase y las que representaián los jefes que sucumbieron conmi padre en el patíbulo, ;

Por este medio se concilia el decoro del Supremo Gobiernocon el decoro de la familia, y a la vez que hacen extensivalas leyes del caso a todos los sacrificados en haras de iaPatria.Digne Us. hacerlo así presente al Sr. General Presidente dela República y manifestarle que mi gratitud será eterna porhaberse acordado, en medio de sus multiplicadas atenciones,de honra¡ la memoria de mi padre".

Por Resolución Suprema de 18 de Setiembre, se ordenó a laTesorería detr Departamento de Ancash l,a entrega al señor Sala,

l

F- -. -!!58-rei\ .-

LOS RESTOS DEL GE\ERAL SALAVERRY 377

verry de la suma de 5,000 soles. por haber aprobado el Gobierno"el digno uso que se propone hacer de ellos, honrando la memoriade las ilustres víctimas sacrificadas junto con el finado GeneralSalaverry".

VII

El 24 de Noviembre de 1868, e1 Congreso acordó que los res-tos de los |efes Miiitares fusilados en Arequip a el 16 de Febrerode 1836 fueran sepultados con honores militares y que se elevaraa su ilustre memoria un Mausoleo que la perpetlrare,

Tan importante Resolución Legislativa dice así:

"Lima, 24 de Noviembre de i868.Excmo. SeñorEl Congreso ha resuelto que los restos del General Fer'

nandini, los de los Coroneles Cárdenas, Carrillo, Rivas, Solar,y Valdivia; y los de los C'omandantes Mofa, Picoaga y He-rrera, que fueron tr'asladados de Arequipa a esta Capital, yse hallan en el convento de Santo Domingo, sean sepultadosen el ,Cementerio General, con los respectivos honores mili-tares elevando a la ilustre rnemoria de todos e1los un rrállso-leo que la perpetue.

Lo comunicamos a V. E. para su inteiigencia y cumpli-miento.' Dios guarde a V. E. - |osé Rufino Echenigue, Presi-dente dei Senado - luan Oviedo, Presidente de la Cámara

de Diputados - Francisco Chávez, Secretario del Senado

- Modestb Basadre, Diputado Secretario.Al Excrno. señor Presidente de la Repiiblica.

Al dia siguiente, el Presidente Balta puso el cúmplase a, esa Re-

solución Legislativa y por Resolución Suprema de lq de Febrero

de 1869, autoriz' al Prefecto de Lima, a invertir hasla la canti-dad de 1,000 pesos en la indicada función fúnebre".

VIIi

"81 Comercio", en su edición del día 17 cie Febrero de 1869,

da cuenta de la ceremonia de la traslación de los restos de los

Jefes Militares fusilados en Arequipa, del Convento de Santo Do-mingo al Cementerio General y de las ceremonias que tuvieronlugar con ese motivol

--.*:eg*¡*¡¡¡Ü

1"1

378 MERCURIo PERU:\o

"Honores Fúnebres.- Ccmo estaba anunciado, reunidas

ayer a las diez de la mañana ias corporaciones en el salón

de Palacio, se dirigieron al templo de Santo Domingo, donde

se han oficiado, con la pompa debida ias exequias tributadas ala memoria de los valientes fefes Fernanciini' Carrillo' Rivas

Cárdenas, Moya, Picoaga, Solar, Valdivia y Herrera, que

fueron ejecutados en Arequipa de orden del usurpador Santa

Cruz, y cuyos restos permanecían depositados en el referidotemplo.

Este se hallaba suntuosamente enlutado; y un hermoso

catafalco, cuya cúspide estaba sostenida por columnas y arcos

ogivales, se desfacaba en el centro. Al pie de aquel, y en

medio de grandes flameros, y trofeos de guerra, se veía las

nueve urnas cinerarias. En la parte superior del tempio se

había figurado un magnífico sepulcro, a cuyo pie estaba co-locado el altar destinado para el sacrificio de la misa, en Ja

que pontificq el lllmo. señor Obispo de Puno, Dr' D. I. A*-brosio del Valle.La orquesta, g:ue la componía los mejores músicos que se

hallan hoy entre nosotros, ejecutó, ciurante la vigilia, las pie-zas más variadas y a propósito para solemnizar debidamentela cemeronia. I--Ina de ellas es original del profesor Sr' White'La música de la misa cie requiem que se celebró pertenece al

célebre Passíni.La oración fúnebre fué pronunciada por el presbítero Dr.Nuñez, cuya reputación como orador es conocida del público'

Nos es sensible no darle cabicla por falta de espacio. Con-

cluída la función, los restoS fueron conducidos al cementerio,

observándose etr la marcha el siguienie orden:

tr-Ina mitad de caballería.{.Jna sección de artillería volante"

El carro rnortuorio.Guardia cie honor.

' El coche de Gobierno, compietamente eniutado, y muchos

coches Particulares.I-Jna comisión de la Beneficencia presidida por el sr. D. Lirrcr

de La Barrera, recibió en el Cementerio los restqs, Que fue-

ron colocados momentáneamente en la capilla, en donde dich<¡

señor dijo:eñores:

Me ha cabido el honor de presidir la comisión encar$a-

da por la sociedad de Beneficencia para recibir los restos de

b. ".,

I

LCS :.:-'::: '-' :=]iFRAL SALAVERRY 379

nuestros \-aiieale> ccrr.a:::ctas que hace 33 años perdieronla vida por <ielelca: la ie::gridad de ia Nación. Era muyjusto que se h:cie¡a hol¡a ¿ su memotia, col<¡caneio sus des-

pojos en un luga: cc=:3;e¡ie.La Bene{icencia se colgralula de embellecer este Cementeríocon tan apreciabies cen::a-c. v se ofrece que ellas serán con-

servadas con el rescetc r- r,-eeeración que merecen las ilustresvíctimas. Señc¡es, hagancs r-cios al Eterno por su feiiz des-

canso,En seguida D. Ramón Rojas y Canas, tambi¿n leyó un sen-

tido discurso, recordando ia virtud y el hercisno de ias ijus-tres víctirnas y tributanCc a la vez un voto de justicia aiGobierno, que ha sabido colocarlas en ei iugor en que desde

hace mucho tiempo debían encontrarse'Por úliimo de la capilla fueron conducidos ios restos al cuar-tel de Santa Ana, y depositados en e1 monttmento qlie se ve

en e1 centro, hasta que se les erija. el marÉo.leo gue está de-

cretado; habiendo llevado las cintas los SS. Il'tinistro de iaGuerra, Ministro de Beneficencia, Generales Ailencle, Ii4edi-na, Freire, L4orcle, Bu-endia, Segura v otrcs perscnajes ncr-

tables",

IX

A propuesta del Fresidente del Centro de Estudios l-{istÓricos-

Militares del Períi, General de Brigada doir Feiipe de ia Barra,su |unta Direciiva, en sesión de 8 de Enero óe 1953, acordó nom-brar una comisión formada por 1os Miembros de l'Jumero señores

Contralmirante D. Manuel Nieto, que la presiciía, Doctor Pedro

Ugarteche, Capitan de Fragata D' Eduardo Carrillo, Doctor D'Manuel Labarthe, Doctor D. ]osé Antonio liménez León y Señor

D. César García Roseli, para que investigara en el Cementerio

Presbítero Maestro el lugar en el que se encontraban sepultados

los restos del General Fernandini y de sus ilustres compañeros de

armas y de sacrificio.La Junta Directiva del C. E. I{' M' P', al designar esa Comi-

sión, no sólo cumplió un deber sino también recogió un antrrelo de

la opinión púbiica, la gue desde hacía varios años seguía con el

más vivo interés y muy seriamente preocupada por la suerie que

podían haber corrido esos restos, las investigaciones que se hacían

para encontrarlos, !:

380 MERCURIO PERU.\\O

El Presidente del C. E. I-I. M. P.. Gere¡al d.e la Barra se di-rigió por o{icío de 24 d.c Enero de 1953 al señor Presidente delD,irectorio de la Sociedad de Beneficencia Púbitca de Lima, Dcc-tor D. Eleodoro Romero Romaña, info¡mándode del nombramienlcrde la Com.isión y solicitándole ordenara se le prestaran tocias lasfacilidades necesa¡ias para el mejor cumplimiento de ia importan-te labor que se le había encomendado.

El Presidente del Directorio de la Sociedad de BeneficenciaPública de Lima doctor Romero, o¡denó inmediatamente que se ledieran a la Comisión todas las facilidades que solicitara y los fun-cionarios de ia Institución, tanto los de la oficina del Archio comoIos del Cement'ório no sólo curnplieron esa orden, sino que se es-rneraron en colaborar con la Comisión en forma tal que compro-metieron su reconocimiento.

Por encargo de la Comisión, revise personairnente en el Ar-chivo de la Beneficencia, los siguientes libros:

vt

RegistrosCopiadorDec¡etosCopiadorIndice deToma de

,,:',',

AcuerdosI-ibro deProtocolo

1869/741875/811875/871867 /7 t18? 1

1869 /7 t1869/721 86818721866/691 8701862/681 880/Be1868/72

e informesde Resolucionesde ia Direcciónde Notas e InformesAcue¡dos de |untas Generalesrazón d.e Particulares

MinisteriosIunta Particulari\ilinisteriosNotas e trnspectoresEstablecimientos

de |unta PermanenteContaduríade Expedientes de N4esa de Fartes

sin encontrar en ninguno de ellos dato alguno que arrojara iafnenor luz sobre el lugar al que fueron trasladados los restos delGeneral Fernandini y de sus compañeros cuando fueron retiradosdel rnonumento que existió en el centro del Cuartel Santa Ana enel que fueron depositados provisionalnente, al ser vendido sse te-rreno al Doctor D. Francisco García Calderón, quien lo adquiriópor encargo de la familia Goyeneche para construir en él sumausoleo.

La investigación lue Ia Comisión realizl en el CementerioGeneral no fub tampoco menos minuciosa ni más afortunada.

I

'

kI

LOS RESTOS DEL GE\ERAL SALAVERRY

Fueron abiertas y examinadas cerca de cien tumbas que por¡:recer de inscripción se creyó que podían"guardar los restos pr*:'Jes que la Comisión buscaba con tanto interés y devoción pa-

=-ó:ica.También se realizaron investigaciones en variqs mausoleos.Finalmente, se hizo una excavación de varios metros de pro-

:::'didad delante del mausoleo de1 General Salaverry, la que tam-:'cco dio ¡esultado alguno.

La labor de la Comisión duró más de tres meses y en el cum-:ij¡iento del encargo recibido ella no omitió esfuerzo de ninguna:-ase.

Con posterioridad a las investigaciones de la Comisión y en-;:sta de sus resultados, el C. E. H. M. P., colocó a principios d.el

r:esente año una hermosa placa de bronce en el mausoleo dei Ge-:¿ral Salaverry que contiene los nornbres de los heroicos Jefes,compañeros suyos de infortunio y de gloria y el homenaje que laIrstitución rinde a su memoria. t

X

Fue para mí un honor el habe¡ sido desrgnado por el Pre-siciente del C. E. H. M. P., General cie la Barra pará formar partede la Comisión encargada de buscar ios restos del General Fer-randini y de sus ilustres compañeros y lariento profundamente- elgue sus esfuerzos no tuvieran éxito, por 1o que eses restos próceressignifican para todos los peruanos y porque fue rni abuelo el Co-¡onel don |uan Antonio Ugarteche, quien como her¡ros visto se

encargó de organizar su traslado de Areguipa a Lima, años des-pués de haber traído personalmente desde esa ciudad los restos delGeneral don Felipe Santiago Salaverry, en atención al muy honrosoencargo que recibiera de la señora doña fuan P&ez de Salaverryy de sus hijos y que él cumpliera con la mayor solicitud y de-sinterés.

El Coronel don |uan Antonio de Ugarteche y Posadas, nacióen la ciudad de Salta (Rep. Argentina) en donde su padre eraTeniente C'oronel de ias Milicias del Rey y murió en Valparaíso(Chile) en 1871. En 1828 y en 1839 aparece citado en forma muyhonrosa en los partes de las batallas de Tarqui y de Yungay.

Fue miembro del tribunal de la Acordada, Presidente delConsejo de Ministros durante la Campaña de la Restauración de1865 y Comandante General de Artillería el glorioso 2 óe Mayoée 1866.

38t

382

Los historiadores más notables d¿ e.: i:::: c:ilo don lv[a.ri:riro Felipe Faz Soldán, el Generai lrl::.-i..1::- i¡ii Ncin¿sioVargas, Bilbao. ei Dean Valdivia, recueij.::- ¿: -.':-:r:s pasajes de

sus obras su actuación distinguida,v oes,ac.ia ¿r iir.rportanies

acontecimientos políticos y militares, Su r:::i:: -:¡u:a el cl Dic-cionario de |uan Dcmingo Corlez.

R.aúi Porras Barrene:hea en su estuiic sc¡bre dcr Felipe Pardr:y Aliaga refiere un gestó noble y virii suyo en deiensa dei dis-tinguido escritcr que se encontraba auselite del país '¿ la polémica

que con ese motivo sostuvo con el Co¡onei Sof{ia en "El Comer-cio" rtre Lima.

Gobernantes del Perú como el Ge'neral Gamar¡a y e1 Genelatr

Echenique lo.recueldan con distinción y alecto el1 sll correspon-dencia y en s!1s memorias,

Y el distinguido escritor chileno don Benja¡nin Vicuña L4a-

ckena en su libro "Diez rneses de Misión Drplonática", al recordarsu visita ai Caia¡earnento del Ejército cie 1a F.esta¡.rración" estabie.

cido en Chincha Alta, en 1865, nos ofrece la siguierrte semblarza

suya."El tercero y último ministro, q ie io era dc la guerra, coroilel

lJgarteche padre político dei Presidente FraCo, iro tenía,más sig-

nificación que la de su fama de probc y valiente. Fue esle aquelmismo jefe que al subir al Pan áe Az'3car en la rnañana del 20 de

enero de 1839, se apeó de la mala rnula que montaba y derribán-dola de un balazo, di¡o con calma esioica '-"LJo necesito bestial

si nos vencen, yo no sz arranlar; si triunfatros tendrá meior mon-

tura"i y subió al cerro con el denuedo de un héroe de 1a antigüe-

dad-. Este rasgo pinta a un soldado de cueri¡o entero,

Por 1o demás el Coronel Ugarteche, é1 mismo que acaba de

sofccar ia rebelión de :\rica, es un inglÉs ccn la sola diferencia quc

no ha nacido en Inglaterra sino en Salta. No habla ei idicrna de

Shekespeare, pero no habla tampoco ei españoi ni ningún iriíom¿r

porgue iamás habla. VIenos locuaz gue el general Grant, cuya

mayor arenga ha sido "de cincuenta y siete palabras" tiene de

común con el de ser ambos insignes fumadores. Fero en cambio,

si habla poco, oye menos, pues padece una enfermedad tenaz áe

sordera, la que no impedía que su hilo politico oyese por él en ios

consejos todo 1o necesario y conveniente. Nosotrcs rnerecimos ia

benévola amistad de aquel benémito jeie' de1 que no se cuenta una

sola desiealtad, un solo desvio en la senda ie ia honra, y ie prc-fesamos ei más sincero afecto.

lt --

I

LOS RESTOS DEL GENERAL SALAVERRY 38i3

E¡a además padre de hi¡as adorables, una de las gue, y acaso

¡r !Ér bella, es la joven espos del ex'dictado-r del Perú. A nuestrorf¡cso de los Esfados Unidos lo enccntramos. de'nuevo en Lima6 q¡rnple particular, y todos nos contaban que en ese misrno

c¡rfuúcr había sido uno de los héroes más conspicuos del Dos de

llr1ro. Du¡ante todo el combate se mantuvo de lie sobre urlo de

b rednctos, descubierto como un bastión al fuego enemigo, y todo¡l r¡"¡po fumando y sin hablar una palabra".

LAS PRE,TEryS/O,ry¿'S DE L 1 ITFAT¡TA

l¿,nrcr¿ Jo¿QUIltA DE BoRBot't g'Al

EL PERU (lgo7'180e)

T¡I trasladodelafarniliareaiportuguesaalBrasilylaactivi'flr;; *or"g"¿" desde Río de Janeiro por ia Infanta Cariota

louqrrirru ¿" Éor[0,, plantearon un serio probiema político en los

Virreinatos al ocurrir la crisis rnonárquica española'

Como hermana ;;t"t de Fetnanáo VII' la Infanta pretendía

resguardar bajo su *u"i" las provincias arnericanas mientras du-

1¿sg¡ las anormales circunstancias de la Penínsutra' Perc sus bien

;;;;"jos proliectos resultaron, sin ernbarg?' Y" fracaso en la

;;t;;;;;, ;;iti" . diversas causas; entre elias; ia forma impolítica

.on q,r* fueron conducidas'De no haberse J"'"gudo por ias Cortes' en 1789' ia ley sálica''

,ro hub;"ru podido iu i"á"t" 'alegar

<ierechos al trono' Y etr h¿cho

de n<¡. hallarse -cofilo sus demás cercanos parientes- sometida

a Bonapart e, patecia otorgar más fuerza a sus pretensiones'

En esta empresa Do¡á Carlota contaba con un apoyo vaiioso:

el del Almirante Sir Sya*"y Smith' quien trabía llegado a Río de

Taneiro como Cotnandante án iefe de la Estación Nar-al británica'

:i:;;;";;;;'-;"'.' ui Embaiador de su país' Vizconcle

E.t'llffi;: d;;,h :;; "t a Embajador- tenía por la Inra'ta

una romántlca devociá f n"iu 9." "jjt "gran claridad de inteli-

qencra y nobleza Jt"""'í"tt""to'"'' Tal vinculación entre el ]efe

naval inglé. y Dona Carlota nos lleva por la f:uerza-a referirnos

aunque ."u ,o*"tu*""t" tl sentido de la intervención británica'

;;;; de la cual hay dos versiones antagónicas'

La primera, q"" iluy" d9 i3 Memoria cie Abascaf insinúa que

d G;b";; de Su Malestad Británica' deseoso de favorecer sus

propios intereses comerciales y de conquistar ios mercados sud-

americanos (q"" l" "'tubu" "edudos poo "l monopolio español)'

apoyaba las preteJsi"""t ¿" la Infanta corno las más viabies y

eficaces.

tror ARMA¡üDO NIETC \-ELEZ

de Smith a Pole' 26 set' 1808' citada por fd' A' f{umphreys'

ioutl, A,rr"r;ra (l-onires' t952i ' P' 2-i'r Larta

Liberatíon it¡

LAS FRETEI.JSICNES DE L-\ ]\FANTA CARLOTA JOAQUINA 385

Otra interpretación ,_la del Profesor inglés R' A. Humphreys*;onsidera gue no hubo, en realidad, intervención ofic¡al británicaa Íavor de Carlota; que ias insistentes gestiones' del AlmiranteS=ith no representaban la genuina voluntad del Gobierno, sino

c-.;e por el contrario, se hicieron al margen de las directivas pa-

::ccinadas por ei Embajador Strangford.En la colrespondencia ofícial, la postura inglesa, respecto de

-:s dominios españoles, había dacio un brusco giro a taiz de la:::i-asión napoleónica, Inglaterra. hasta ayer enemiga de España,

¿runcia su decisión de ponerse a su lado cofltra el peligro fran-

-és. El Ministro de Guerra Castlereagh hablaba de proteger a las

cclonias "contra los planes del enemigo común"'z. Y el Ministro.j.¿ Reiaciones Exteriores Canning, afirmaba que Inglaterra no fo-

-entaría ningún designio hostil a las colonias españolas 3.

Pero surgen las complicaciones cuando Strangford interpretaque apoyar a Doña Carlota equivaldlía a lomentar esta clase de

Jesignios. Por tanto, se ptrantea una incoqpatibilidad prácfica

entre los planes carlotinos y los intereses peninsuiares en América"Por su parte algunos patriotas bonaerenses

"( Chambo, Belgrano,

Castelii, Rodríguez Peña, etc.) piensan que la vinculación con laInfanta puede servirles como un paso previo y decisivo hacia la

iibertad que anhelan. Entusiasrnada con sus colaboradores, Cariota

]oaquina trabaja {irmemente por hacer posible su coronación.

A tal punto no vió Ingtraterra con buenos ojos estos ajetreos

cronarquizantes, que Strangford preparó una enárgica 1eplesenta-

ción a su Ministro Canning, quejándose de las continuas y desau-

tarizadas intervenciones de Sir Sydney Smith. Y esta tensión cul-

rninó en forma dramática en nteÍzo cie 1809, al destituir el Gobierno

inglés al Aimirante Smith y nornbrar en su lugar al Almirante De

CÁlrtcy. Tuvo, en adelante, e1 Embajador que emoeñarse en des-

vanecer las sospechas que la conducta de Srnith había provocado.

Tuvo que asegurar que, su país nunca prornovería ningún proyecto

que ofendiera la integridad o ei honor de la nación española ni

ningún otro plan en beneficio de un Estado extranjero a'

Admitiendo que Inglaterra deseaba con vehemencia abrirse

sus mercados en Arnérica, es preciso feconocer que eSoS designios

no se reaiizaron en convivencia con los de la Infanta. La destitu-

ción de Smith significó para la Infanta un fuerte golpe, pues des-

aparecía de ia escena su más efectivo aliado'

Carta a Sydney Smith, 4 ago.

Carta a Strangford. 2 sct. i8C8.

Carta de Strangford a Elío, 11

i808, cit. por Flumphreys, p. 2i.ibidem.ago. 1808, ibid., p. 31'

i=&!.ñ;.:.--j# r-- i

386 MERCURIO PERU.]NC

No vacila Abascal en considerar ei r-iaje de los Príncipes alBrasil como uno de los acontecimientos más notables, y acaso comoel más peligroso, no sólo para slr gobier:lc. sino aún para laexistencia misma de los dominios españolas ;. Y es que, en suconcepto, Inglaterra ftataba de penetrar en 1as colonias al amparcde su alianza con Portugal, "con la más funesta devastación denuestros intereses". Identificados de esta manera "carlotismo" y"penetración extranjera", f.ac¡l resulta imaginar la respuesta deAbascal ante una inegerencia que se le presentaba imprevistamen-te, ya en forma de papeles remitidos desde Río de ]aneiro, ya enforma de enviados especiales.

"Al mes de haberse hecho la proclamación de Fernando 7q enesta Capital esto es, en noviembre de 1808 -reiat-a el virrey-se inundó esta y muchas Ciudades del Reyno, de Cartas escritasa nombre de la Infanta Doña Ca¡lota toaquina Regenta de Po¡-tugal animando a este Gobierno, Audiencia, Arzobispo, Obispos,Cabiliios y muchc- particuiares a mantener la obediencia a su Pa-dre desentendiéndose de la abdicación que había hecho en elPrimogénito" 6.

Hay, como se advierte desde ahora, una falla fundamental enestos papeples y es que la Infanta parece ignorar que el Rey deEspaña es su hermano Fernando, no su padre Carios IV. Gruesoerror de información, que abre paso *en lectores avisados- a lasospecha sobre las verdaderas intenciones de Doña Carlota. Feroesto no fué sino el preludio del fracaso.

Simultáneamente con la remisión de las cartas a que se re-fiere el Virrey, Doña Carlota envía un agente especial a las cos-tas del Pacífico para gestionar el apoyo de los gobernadores delos reinos de Chile y Perú. Con este fin escoge la kagata mercanteinglesa "Higginson.Senior", áe 363 toneladas, artillada con veintecañones y con una tripulación de cincuenta hombres.

La delicada misión diplomática fué encomendada personal-mente a Monseiur Federico Douling, nombrado correo de gabinete,guien debía entregar a las autoridades varios documentos, entre loscuales citaremos: 1) "iusta reclamación" de Carlota Joaquina yPedro Carlos de Borbón al Príncipe Regente de Portugal. Deciaraque es su propósito conservar y defender la autoridad de su herma-no, para lo cual precisa del auxilio del Regente portugués y de las

u Jcs.e Farnando de Abascal. Memoría cie Gobierno 18A6'1816, i, Seviila,1944, p. a77.

6 Ibíd., I, p.48i.

Ib;;ffi*:'^

L,AS PRETENSIONES DE L.f :ti:.\\TA CARLOTA JOAeI-IINA 387

::erzas marítimas de "nuest¡o fue¡te y poderoso aliado el Rey de,: Gran Bretaña" ?. 2) Respuesla de su Alteza Real, dada en el:-:smo día y lugar de la Recianación. Cfrece su ayuda y confia.: que los españoles americanos unirán sus recursos para la co-::n Iinalidad 8. 3) Manifiesto de carlota |oaquina a los vasallos:::e¡icanos. Este importante documento es también del 19 dea:csto. Alude a los planes de Napcieón, que quiere irnplanfar eis:s:¿ina de Ia monarquía universal y destruir Ia casa de Eorbón.-irte ios sucesos de Bayona la Infanta díce sentirse obrigad.a al--acer las veces de Jos monarcas españoles "corno la próxima re-::esentante suya en este continente de América". Afirma gue es:::la la abciicación de su padre en Bonaparte y ruega a los gober-:antes proseguir en el recto mando de ios dominios "hasta que::i rnuy amado primo, el infante don Pedro Carlos, u otra persona,-:gue entre vosotros autorizado interinamente para arreglar 10s:suntos del gobiern.". Y en el último párrafo ordena que el *a-:rfiesto se difunda para gue ei pueblo conozca'los derechos d.e laInfaota y su firme resolución de manterlos inviorabres e. 4) Ma-riliesto de Feclro Carlos, de menos importancia gue ios papelesantericres; repite los usados términos de fidelidad a la monarquíaespañoia y condenación de Bonaparte.

Además de estos encargos, de índole propiamente política,Douling estaba autoúzado para conducir diversos productos (,,gé-neros, frutos y efectos sin excepción aiguna") desde Rio de |a-neiro a Concepción, Valparaíso, Arica, el Callao y Guayaquil, yvenderlos o carnbiarlos por oro, plata, frutos y demás produccio-nes locales, con la exigencia de cobrar los derechos iorrespondien-tes y acostumbrados 10.

z Texto ínteg¡o en Amunategui, La Crónica de 1810, \1, p. 339-43.B Texto íntegrc, A^munategui, Ibid., p. 344-45.ii "Manifiesto dirigido a los fieies vasallos de su Ma jestad Catóiica eI

Rey de las Españas e Indias pcr su Alteza Real Doña Carlota ]oaquina, In-Ianta cie España. Princesa de Poriugal y Brasil". Río de ]aneiro, 19 ago. 1808,I extc infegi-o cn Arnunategui. Ibíd.. p. :4i-348.

10 Esta unilateral licencia nercantil estaba respaldada por una carta derecomendación de Dcña Carlcta para que se perrnitiese al sobrecargo vendercuanto traía en ia fragata; par una carta cel Almirante smith., solicitando laapertura de los puertos de estos reinos al comercio directo con Inglaterra; ypor rina carta dirigida expresamente al Virrey dei Perú, de Fernando |osé deFortugal, secreta¡io de ia Infanta, recomendando estos asuntos a título de amis-tac gue los unía a Abascal desde qr.re éste pasó por Río en su viaje a Lima.

.-*adt

388 ]\{ERCURIO PERU.\\{

El valor del cargamento estribado asc¿:-i:a -según los cólcu-Ios de Abascal- a un rnillón de pesos.

Pertrechada de esta manera, la Higgi:rson-Senior, al manciodel capitán Sinclair Halerow (o Haiesns) ". salió de Rio de |a-neiro el 24 de setiembre y llegó a Valparaíso el 16 de noviembre.Douling viajó en compañía del Teniente Dorningo Reyes hastaSantiagc,, para hacer entrega de los documentos. Leidos en el seno

de la Audiencia causaron más disgustos que placer (Sesión ó,e\ 23de noviembre), aunque se ha dicho también que el PresidenteFrancisco Antonio García Carrasco era fervoroso de las ideas car-lotinas. Esto, sin eiuda, fué una hábil invención de los activos crio-llos insurgentes. Divulgada más tarde tra especie de que GarciaCarrasco había acogido con satisfacción los pliegos, se produjocierta alarma en la capital, temerosa de gue el principai magistradode Chlle se conviertiera en cómplice de las pretensiones cariotinas.Así Io entendió el Cabildo de Santiago, cuando, en carta al Rey,de 21 de Julio de i810, expresaba tra creencia general de que Ca-rrasco quería entregar el reino al dominio de los portugueses,hipótesis reÍorzaóa con las señaies áe kisteza y abatimiento q'.re

-dicen* se advertia en él cada vez glJe llegaba noticias felicesde la metrójroli 1:.

La permanencia de Douling en Chile se extendió hasta los pri-meros días de diciembre. Y si bien pudo dar trárnite a las cartasde sus augustos mendantes, algunas de las cuaies estai¡an dirigidasal Pdte. y Tribunaies del Cuzco, no consiguió dar salicia a su cár-gamento de productos, por venir éstos bajo bandera británica. Ycon tal ceio cuidó cie este punto el Gobernador de Vaiparaíso

Joaquín de Alós, que, por orden suya, un oficial español hacíaguardia y pasaba ia noche a bordo de la fragata para evitar tododesorden y fraude.

Hasta el mornento, el viaje del correo de gabinete no reqistraningún provecho positivo para la Frincesa del Erasitr. Respuestascorteses y diplomáticas, pero gue evitaban el menor compi:orniso

para con elia.Prosiguió la Higginson.Senior rumbo al norte, hacja el Vi.

rreinato del Perú, su úitima espetanza. Como se ha dicho, no etaDouling el primero en llevar noticias de la Corte del Brasil; ya enLima circulaban por el mes de noviernbre cartas y proclarnas, donde

1a En ios documentos publicadosmas diversas. CDÍFICI-i, XXV, p. 141

12 Carta priblicada por l"ledi¡a,

por lledina se registarn estas dos for-\' I +'1.

óuncu, XXV, p. 1s3-i.s4.

LE .+- .-

,l!

389

las autoridades leían que 1a liia-ta consideraba aún como monarcaa su padre Ca¡los I\'-. Abascai e.:imaba que éste era un punto devista inadrnisible. En efecio. s: r-a Fernando VII había sido pro-clamado y jurado como Rev oe España e Indias, ¿cómo, en virtudde qué, Fernando no resultaba ¡ionarca? Fuese ignorancia o atte-vimiento, ia declaración era inaceptable. Y la indignación del Vi-rrey subía de punto ai lee¡ aqueiio de "hasta que mi amado priilcel infante don Pedro Carlos llegue entre vosotros autorizado paraarreglar 1os asuntos del gobierno". Sobre negar una ¡eaiidad, laPrincesa -a juicio del Virrey- osaba efectuar una intervenciónimpertinente 13.

Y es en este ambiente de marcada prevención, creado por iamisma Carloia Joaqlina, en el cuai aparEce Federico Douling.

El arribo de la fragata Higginson'Senior al Callao " deilió rie

acaecer a fines de diciembre de i808 o bien en ios primeros díascie enero de 1809. Como no se pusiergn trabasoa su desembarco,Douling creyó ser éste un brLen augurio.

Fero su optismismo -si 1o tuvo- disipóse apenas llegó a

presencia del Virrey, que le hizo un frío recibimiento.Y es que Abascal, comprendiendo desde el prirner nlomento

Io irregular de ias solicitudes del inglés, no pudo, dado su carácter,adoptar otra actitud. Negóse de plano a aceptar sus instancias,con respeto pero con energía, Y así, tanto por escríto como cic

paiabra, las cartas de la Princesa encontraron en e1 Virrey unarespuesta adecuada, notable por su altivez, pero que correspondíaprccisamente ai tono imperativo de aquéilas. "Aprovechando estaoportunidad de indicarle mis obligaciones, hice presente a la Se-ñora Infanta que nunca podrían ser mayores las de un súbdito fiely celoso de los intereses de su Amo, que en la ausencia de éste,

como acontecía en el caso presente de que Fernando VIi que ir:era mío, y a quien legítimamente habíamos jurado, no podía re-conocer, mientras viviere, ot¡a autoridad que la suya, sin hacermeresponsable del Mayor Crimen" 15.

13 A más abundamiento, este P¿dro Carlos cie Borbón y Beira, hijo de unhermano de Ca¡1os IV, fue siempre enemigo declarado de los españoies en

"A,mérica, y sus condicione:-r no eran idóneas para ei gobierno, como su misrcaprima 1o lamenta. Falleció en 151?. {Véase juliir Mq Rubio, cp. cit., p. 19.

14 El libro de Rubio, irnprescindible por tantos conceptos para el estudiode1 carlotismo, no trae noticias sobre la misión de F. Douling. Tampoco losautores peruanos informan ilcerca de la liegada de Ia fragata y de las gestiones

del sobrecargo.15 Memoria de Gobierno, l, p. 482-3.

- -.---{IL- _ ---_ i =+i*::

390

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II,TERCURIO PERUA\C

La negativa no arrendró al tenaz e:li-:ajo -h¡itánico' mÉs lo

animó a insistir,'primero con ofrecimientos cc: fin con altaneras

amenazas. La <iiscusión iba acalorándose g¿{¿ r'e; más y habría

llegado a extremos de violencia si el Virrer- no hubiera ordenado

al sobrecargo que se retirara inmediatamente a bordo' de grado

o por Íuerza.Ante tan cerrada oposición no le quedaba al desafortunado

Douling sino un último recurso: la Real Audiencia' A ella apeió

desde el lugar en gue se mantuvo oculto'

Entretanto, la nave continuaba en el puertc' y ias gentes ante

el espectáculo insóiito de ver en el Caliao una bandera inglesa'

telian las más variadas conjeturas acerca ciel éxito de ia misión'

Sonreveladoraslasfrasesdeuncometeianle,valiosasadernáspor traslucirse en ellas ia opi;rión dei hombre común:

.,Ene]díatenemosaquíunFariamentariotrngiés'rrra-ndado

"*'1"'C"tioiP¿" Portuoal' pidiendo -cue

pcr las bt'enas noti-

ii* qu" conducía de la peninsuia se ie concediese la venta ce

ior-"iu.to. q,r" .o.,du.e, de Chile fue,despachado e1 ,Buque,i" u¿rnifirt"'tu *li.it"d, y aquí se habla con variedac sobre

é1,'J" ;i;"- c";.;;;; o la,-p"át hace ciías se haila el referidoB.t;;;;;l pi''*iá, v es ál'motivc por que se habla de é1" 1o'

La Audiencia demostrÓ, en el caso Douling' que era un cuerpo

con criterio independiente, pues no sólo admitió la apelación sino

que pidió los autos al Virrey hasÉa por tercera vezli'Invariable en sus respuestas, negóse Abascal sistemáticamen-

fe a entregar el expediente' adueiendo que se trataba de un asunto

de gobierno y que, por último, é1 como Virrey era Juez Privaiivo

de Extranjeros.Perdió así toda €speranza el emisario ingtrés' Retiracio a tra

fuagata, cuidó el gobierno de Lima de proveerle de pasaporte p¿ra

,"g".".u, a Río de }aneiro' no sin advertírsele perentoriarrrente gue

16 La carta está fechada el 7 cle enero de 1809 y diligida a otro comer'

ciante, Blas Sanz Pérez. Se halla en un cuaderllo copiador' perteneciente al

archivo particular de ]osé de la Riva Agüero y Osrna' que hoy se conserva

en cl Instituto Riv;-Agücro'---c*'".aAbasca1tácitamerrteestaactítudceloscidorcsalconsiderar

que si la Audiencia fue débi1 en admitir ia apelación' 1o fue mucho más en le-

querir lcs autcs ¡rcr tres vcces' Pero se ve bien que tal actitud no es síntorna

precisamente de áebilidad. En ia antigua Bibiioteca Nacional existia una ccpia,

s"gura-"nte hoi' clestruída, de 1a carta que la Princesa dirigió a la Audiencia de

Lima(Riodelaneiro,ildeL{avoie1E09'Referenciaen:VargasUgarte'nlanusccfos p.ruuro, é,e Ia Bíbliaiece .lJaclonaf, (I.ima, 194C). p. 129, Ns E21"

i.q- -I

I

t.-

LAS PRETENSIO\-S '!

].+ ]\F¡.\TA CARLO'}'A JOAQUiNA 391

sería apresado de "hallarse en Éuestras costas o en demanda de

ellas" tE.

Con cierta ironía apunta Abascal que eso, y ordenar no fuera

molestada la fragata por ningún corsario español mientras se fido-tuviese en buen rumbo, e¡a 1o nás que podía hacer en obsequio a

ias recomendaciones de Doña Carlota; ya que, por el solo hecho

de recalar el buque en el Callao debió apresársele de acuerdo a

las leyes marítimas vigentes.En su salida del puerto, la Higginson'Senior fué escoltada por

dos ianchas cañonetas 1e.

Al ente¡arse Doña Carlota de la {irme negatíva de Abascai a

sus pretensiones, indignóse grandemente, no vacilando ya en ax\7"

sar injustamente al Virrey ante las autoridades peninsulares. Estas

imputaciones, en ias que desahogó su despecho, há1lanse en una

carta dirigida ai Presidente y Vocales de la ]unta Central, y 11e-

gan hasta pedir la destitución 'o. "La conducta de este Virrey .-l¿5

escribe- no parece ser bastante arreglada y Suando no sea por

otra cosa que por la negligencia con gue mira las funciones de su

Ministerio dejándolas todas al venal capricho de su Secretario Si-

món Rábago, sería muy conveniente a las justas intenciones de mi

Herrnano Fernando, a las Vuestras, y a los deseos de los trrabi-

tantes de sana intención de Lima, el gue fuese relevado de su efll"

pleoo y tornada la más exacta residencia de todo el Éiernpo de su

administración, residencia que iguaimente debe recaer scbre etr ex-

presado Secretario cuya siniestra conducta califcan los hechos

constantes que por varios recursos se os habrán representado".

No está libre de pasión esta página de Carlota ]oaquina' im'pregna toda ella un espíritu de animosidad contra quien no aceptÓ

sus Planes.

Analizando ahora desde un punto de vista objetivo las gestio-

nes de Doña carlota, hallamos -entre las posibles lazones de su

18 Memoria de Gobierno, l. p. 483'484.1s .,La experiencia adquirida en este negocio, que tanto me había dado

gue hacer, me sirvió para no pefmitir bajar a tierra Yndiv'iduo alguno de la

iripulación de otro Buque de la propia Nación que arribó al Callao muy pocos

díás después cle la salida de aquella" (Abascal, Memoria, tomo I' p' 484)' EI

histórico rechazo de Abascal está confirmado por documentos de su propio

archivo y de1 de Indias, revisados por FernandoDiaz Venteo unaminuta de cartaa

Jovellanos (1.4 marzo 1810) y un oficío a Martín de Garay'20 Río de Janeiro, 15 de julio de 1809. En ei Arch. Hist. Nac. de Madrid.

Trascrita por J. M. Rubio, op' cit,, p. 223'225,

-F

ilI'l

392 IvIERCURIO PERUA\a

fracaso en el Perú- causas inherentes a ics :.r:::os documentos,y causas derivadas de las circunstancias.

En primer término, obsérvase por ei \liniiresto del 19 de

agosto que la Princesa ignoraba la abdicación de AranjüeZ pro.ducida cinco rneses antes. Considerar rey' a Carlos IV y no aFernando VII fué en Bonaparte una meclicia poiitica que le suge-

ría su ingénita astucia, pero en la Infanta fué un desgraciado errorde información, fuente de muy justificados recelos 21.

Cuando quiso subsanarlo, en el mes de diciembre, la recti{i-cación a más de tardía resultó contraproducente.

El manifesto citado indica también que Pedro Carlos de Bor-bón y Braganza hab,ría de venir a "arreglr ios asuntos de go-bierno", Esta singular designación, por lo mismo gue {según clice

lulián Ma. Rubio) no correspondía a Ia voluntad de Carlota, sin<,.

que fué impuesta por la cama¡iila portuguesa de Souza Coutinho,era evidentemente otra falla drplomática,

Pero la anomáiía de más entidad que encontramos consistió,sin duda, en la falta de coordinación entre ia P¡incesa y tras au-toridades peninsulares que gobernaban en nombre de FernancioVII y que ya estaban sienclo oficialmente reconocidas aun en lamisma Europa. Debi¿ reparar la trnfanta en que existía un víncuiomuy fuerte entre las colonias y España, y que cualquier negocia-ción que no contara con la metrópoli adolecía de un vicio silstan-cial. Hasta iulián Ma. Rubio, el más fervoroso panegirista cie 1a

Inlanta, tiene que admitir este error de procedimiento: "'debió pa-recerles (a Ios españoles)Jna usurpación

-dice - 1o que pretendía

doña Cariota, pues los der¿chc¡s gue ésta alegaba no podía ejer-cerlos sin estar previamente reconocidos, por ei gobierno españoly éste no había dado su consentimiento ni nada había autorizado"(p.50-51). Razón decisiva, por la cual la actuación de Doña Car-lota ]oaquina carecía de una base firme. Así se explica que cuandcrla ]unta Central de Sevilla tuvo conocimiento de estas gestiones,la desaprobación fué unánime. Y cuando la Princesa buscó el re-conocimiento de sus derechos, ya también era muy tarde.

El fracaso tuvo, pues, sus gérmenes en la gestión en sí rnisma,pero sobre todo, ha de atribuirse a Ia actitud decidida del Virre;'Abascal, quien sentía una obsesiva prevención contra todo 1o ex-tranjero" Y efectivamente, tanto el obietivo político como el mer.,

21 Abascal contestó a Carlota 1o rrismode Buenos Aires (i3 setiembra): cue. juradodirigiría su ficielidad a otra persona.

qrre había contestado el CabildoFernando VII, por ninqún motivo

¡

<

LAS PRETENSTO\ES := -.1. :t::'r-\TA CARLOTA JoAQUINA 393

cantil de la misión Do:':13 :¿'''eiaban 1a intervención que era

::eciso tecíazart' ' 1^- -¡ora -:^--'-'Ñ""';;;-p,u"bu' corcl:vei:¿s para- afirmar que las pretenslo-

res de Doña Carlotu Jouqultu :espondían a la inspiración impe'

rialista de la Regencia poriuli?sa- y ?u" tenían nor 'finalidlf

''hacer pasar" el ¿"**lt d" ltt" América a nuevos soberanosl"

como sospechaba aUltt"f "' lo. qu.e ocurrió {ué que sll¿5 -coin-

.t;;;,;; en el {ondo con las del mismo Yltrey- se vieron empe-

ñadas por las causas y concausas. señaladas'

Delamismu^unL,u,noresultaseriocalificardesubversivosa tocios ros americanos y españores que simpatizaban con la Prin-

cesa. No obstante, i-or'.. .lgu" llu*rndo "cariotinos" --en con-

iraposición a "Fidelistas"- a quienes se entusiasrnaÍon con ios

planes de aquélla' Pero' dentro de un aálisis sereno' e1 nornbre

de "carlotino" "" i;; la connotación sospechosa c1e antaño'

cuando bastaba ei epíteto -sinónimo de traición y desletaltarl-

para desacreditar ;- ; destituir b-ulliciosamcilte a f uncionarior

virreinales. Dió resultado este recurso a 1os criollos de La Piata'

q',re derribaron al P;;;;";; de la Audiencia' I-eón Pizarro' Idén'

tico procedimiento t"n*tit -us tarde el Cabildo de Santiago de

Chile con "1

P'"tliá"t" Gu";^ Carrasco' Y hasta Cbispo hubct

*como Benito M;; de Moxó' de Charcas-' gve vió comenzar

.". O""tftaades al ser tiidado de cariotino'

llna interpretacíón más certera y mocierada' la de iosé de ia

Riva-Agüero sosti""e qt'" el tan asendereado carlotinismo ic

Baquí;'ano, Goyeneche' MoxO y otros *y efilre éstos no se incluye

^ ^,rianeq ^.,,rntublt ;;;1*;";" más le1ts-' se reducia

'a desear

s Y*^*---"que la Infanta tu'"lit't'ilu po:. el moiento la quietud de l¿s co-

lonias sin admitír por eso la unión con la corona portuguesa ni ia

traición a Fernando VII'n'

,!

,, it t de ma.vo de iEi0 l1egó un propio.con ia noticia,de-tiT:::::1":;

," iin,Ii.l"' : ;il:. :";:' ;"*" "d;";.

il::":: ;'::i,.::"':"*::n.': ff:F",*:'Tt1':":r:'ff :'#l' " o''' ñioo' r'o'.¡ "' L ;, -¿YT:. l" ":,:'# i'":lülhli'i'á"Ji"",ll"o"'".n'..';::.:::l'-,: p' 417)' s¡n duda este dato re-

evención antibritánica'a{irmó en Abascal su pl - 1^ -}^-'iÁn soh'e un artículo aparecido en "E1 sa-

;;- i;;; ¡"'aci¡e.llama li 1':::'::',"^T Y,i:|:'J"',,H"11::H":",oí".-ro.t¿lite del É"r.tutto", ¿"1 1': de abril de 1812 y

:1i::*? í"""T";u"";;áu,ñu'r, en e1 que * :1"')?"-",."1,::T;':'JT t-'"'i:-

i::",'J",:"t:)ti?.i11il o-J"'u 'o*o cualquier otra (La Iniciación de 1a Repú-

blica, I, p. I\'\2)' n . :^ r ^ za¡ "rt¡ iihro del Pa<ire24 Por 1a VerJad, la Tradición y 1a Patria ' l' p' 367" 't-In libro dei

Rubén Vargas Ugarte"'

394 MERCURIO

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Y ésa quizá sea la conclusión más ar¿::j:ble a que pod.emosilegar: 1o que se conoce como "carlotisrno" c carlotinismo" noequivale necesariamente a una quiebra de la oriodoxia fidelista.Frdelismo y carlotismo no son por fuerza doct¡inas inconciliables,puesto que en el fondo de una y otra latía una misma intención.

Ahora bien; esta afirmación no nos puede jler-ar a*d.esconocerfo que efectivamente hubo de apresurado, de incportuno, de anó-malo, en la conducción de las gestiones de Carloia |oaquina. yesto; 10 apresurado, lo inoportuno, lo anómalo, que hirió de modoinsanable la buena fe de muchos, hizo que "carlotismo" vinieraa ser sinónimo de traición y de infidehdad.

-El__.a:*Á " -<-- a

NOTAS

NTIET/OS FINALISTAS DEL PREMIO CABOTIN 1959

Jl.JNlO: C

BERNANOS, UN CATOLICO EN LA LUCH'4 CONTRA EL

FARISEISMO

Por ABELARDO OQUtrNDO

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llitiI

La lucha contra el fariseísr¡o es un vértice común a quiánes' dentro de la

rnovela actual, ponen su ma-vor inierés eh enfrentar al hombre consigo mismo'

El papel de los autores católicos en esta ¡ebelión contra la falsedad puede ilus-

tfalseconlasobrasdeBernanos,MauriacoGrahamGreene,identificablesilentro de esta tendencia.

Nada más alejado de esa literatura religiosa preservativa y ñoña en 1a

que el bien goza cle un triunfo predeterminado y constante sobre un mal que

se ,"pr".untu-con temor y parciaímente' en la que la santidad es un ¡naravillo-

,o ,"iro de paz al qué una gracia omnipotente protege, (un reino al que cues-

ta llegar y áotd" hay que mantenerse síempre en guardia' es clerto' p-ero para

.rlyu ".orrqrrirta y defensa hay un código concreto e inequívoco que observar)'

náa mas alejado de la imagen de la blanda bondad' del bien y e1 mal conven-

.iorrul.r, de ía santidacl "edificante", gue 1os personajes desgarrados de Berna-

nos, gue los apasionadcs y vacilantes de - ir4auriac' que 1os insatisfechos peca-

dores súbitamente iluminaJos de las novelas de Graham Greene'

En .Los grandes cementerios bajo Ia luna' en el Díatio de un cura tural'

en Bajo "I "ot d" Satán, y en Ílonsietir Quine, y La Alegría o en Las conso'

Iacionls del Espírítu Sanfo, Bernanos ha descubierto el alma de 1os sanlos co-

mounCa]npoeneigueDiosvLu:beliibranunaconstantebatalla.Alrevés

396 1'IERCURIO PERUANO

de la imagen tradicionei ¡rCenaia. quieta y preclara de una literatura para hi-jas de familia, esos 1ib¡os alberga.: seres a los que el ridículo, la torpeza y Ia

desdicha no son en ma:rera algi:na ajenos. Contradictorios e inciertos, comolocos, fracasados, perrosos. turban el orden de la vida en provecho aparente,h{o se creen redentores ni confíar en su influencia, pero basta su intervenciónpara gue los demás se transtorne;r y' adopten una actitud defensiva. Son agen-tes de descomposición: la menti¡a, 1a trabajosa armazón, la armadura en que

los demás cobi;an su conciencia para una vida placida en Ia cual 1os más gran-des abismos tienen puentes prefabiicados y una cómoda niebla, son derruídospor eiios, Su mirada alumbra al hombre su profundo vacío para así, Iibl'adoa su verdad, ponerlo en aptitud para la Gracia.

"iQuien Io había conducido cntcnces allá, tan lejos de ese pequeño uni-verso donde había vivido, del que extraía su sustancia, donde su orgulio flo-recía, donde hubiera nutrido sus remordimientos, para arrojarlo solo, en su

irrisorio disfraz, tan cornpletamente a merced de sí m'isrno?" ( La impostua) .

Es hasta aquí soiamente donde llega el santo, Su rnisión es incitar a1 homblea elegir su destino, a vivir con hondura y veracidad, a comprometerse íntegroen su elección, a realizarse, a ser auténticos. Y la autenticidad está tanto en

el bien ccmc en el mal asumidos como destino, como desafío, con una plenavoluntad de entregaüa Dios o a Satanás. ¿"No os llama la atención que elBuen Dios haya reservado sus maldiciones más duras para los personajes bienvistcs, exactos en las misas, observadores rigurosos del ayuno?" (Los grandesCementeríos bajo la luna). EI rebaño de los tibios, de ios que viven e1 bien yel mai a medias, de los que no viven ni el bien ni el rnal sino la comodidad,de aquellcs que Jehová vomita de su boca, forma una raza aparte y nefastaccntra Ia que Bernaocs el católico tamblén se rebela porque la cobardía. situafuera del bien y Cei mal y hay que salvarse de la nada asumiendo un riesgo,Es este e1 punto de contacto con no creyentes comc¡ Sartre, como Camus, co-mo Malraux: la exigencia de la autenticidad,

(En "El Comercio").

Jr-,, Lto3

RECADO A T,A ,,PRENSA'' SABRE CARLOS PAREJA

Por }ú/CANOR MUIICA

VIGIA DE COFA,_

He revisado la edición conmemorativa de "La Prensa", en su 25 aniver-sarío y no encuentro el ncmbre de Carlos Pareja Paz Soldan, uno de sus másfinos colaboradores, Solamente aparece anónir¡ar¡ente su efigie en ia páginaIII del suplemento alusivo, en una fotografía de circunstancia, impresionada

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-fre-s-. - -+\É-._.-.

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durante un almuerzo dei ¡ers:-= i¿ ::¿ iiario en el "Restorán Bar", en 7934.Está detrás, un poco a ia d¿:e:i:- :e- ;':e fuera director de d.icho diario doctorManuel Gonzá\ez olaechea. Es eri:¿::¿. oues, que el archivo gráfico ha te-nido mljor y más consec.le¡r:e rie=r::o gu" lu. personas vivas qúe trabqiaroncon é1.

Dieciseis años no son sufici¿lies :..ia apagar el ¡ecue¡do de ese notable esti-lista y agudo hombre ce prerxa cue trabajara, varios años, de su wicia, en eIciiario de Baquíjano. Quizás se nos iiida de ent¡ometidos por intervenir en los¡ecuerdos de una casa ajena. Pero nc ha1, otra salida. pareja nunca fue uncoparticipe de mis ideas políticas, v aunoue amigo fraternal discutí mucho ymuy ardidamente con é1 .sobre su ilust¡ado conservantismo, para gue lo dejeahora en el limbo

-donde no está ni en espíritu*, en el límbo, repito, del

olvido de un periódico ccnservador, en el que empreó jurzentud, tálento ylealtad.

cuando "La Prensa" se rehizo en 1934 -ro

recuercro bien-, carros fuea trabajar a su archivo desde donde prestaba singurares servicios. No se mi-metizó en r1n mecánico ciasificado¡ de notas, recortes o grabados, curtísimofamiliar de conocimientos universales, estos fueron un guía para ]os articulis,tas y una inspiración entregada de atisbos gue enriquecían ia visión de loshechos y de las cosas. Luego pasó a ra página rit".o"iu,úu tu qu" ."ir"r.o .o'una vísión juvenil y moderna de esa especialidad. En elia publicO pareja pazsoldán varios cuentos suyos, ensayos y muchas críticas bibliográficas. En 193gviajó becado a Europa, por cuenta de una nación amiga , y, .'La prensa,, lonombró su corresponsal viajero. Entre otros sucesos importantes cubrió el es-cenario de la guerra civil española, en sus últimos meses y r¡o de un lado conel gue yo simpatizaba.

El diario del Jirón de la Unión lo consíderaba tan de su eguipo, gue asu temprana mue¡te ocurrida en mayo de 1943 -cuando

no había cumpiidolos 30 años-, le dedicó toda la página literaria dominical, en un homenajeal que se sumaron gentes de todos los sectores y que "La prensa" ha tributa-do muy pocas veces. Luego en 1945, el Tomo I de su .,Obra

Completa,, __quedesgraciadamente se quedó ahí-, fue editado en ros talleres de ese periódico,por oblación de un grupo de an:igos del desaparec,ido.

carlos Pareja sería uno de esos hombres que se sentirían en su ambientecon ei actual clima poiítico peruano. Fue amigo de militantes activos de todoslos sectores. Mentiría si dijese que hubiera estado en otro sector que no fuerala derecha culta del pais. Pero jamás hubiera transigido con ningún acto debarba¡ie, de los rnuchos que ha perpetrado el cran trogrodita de ese sector derpaís, scbre todo cuando encurnbró testaferros. pareja practicó un t,.ipo de vidaconvivencial, inspirado intelectualmente en el ecrecticismo de Jr:sé ortega yGasset, del que fue devorador impenitente y en "Er Banquete" pruto.ri.o. cu*los Pareja soñaba en una república de trabajadores intelectuales, en la que losmejor dotados y pertrechados culturarmente, de todos los sectores, discutieranlos problemas públícos con altura.

' Fue uno de los más entusiastas conterturios de ciertas comidas, llamadas"anfictiónicas" que ofrecía, con buen gusto,, en su morada miraflorina, Albertowagner de Reyna y a Ia que concur¡ían muchachos dg los primeros años unive¡-sitarios, de dife¡entes universidades y escuelas y de concepciones distintas delmundo y de la Patria. creía, pareja, gue con esa ancha tu." *" podría arni-

--=-.._ €

II

398 I,IERCURIO PERUANO

norar ei choque y sus irirsecr.ie:cias. entre la izguierda y la derecha, que él

llegó a espectar eil sus ::rollrentcs iniciales. Lo recuerdo bien, ahí por noviem-bre de 7937, cuando sie:io prci:sc¡ en la Penitenciaría de Lima, se coló peri-patéticamente en mi celda Ce rec,uso político, na.da más que porque supo que

me habian capturado. Qi:¿iia da¡;:r urr abrazo. Los guardianes corrían tras de

él tratando de impedir s; paso. Pe¡o Io hizo todo con tanto candor y natura-lidad que llegó hasta mí. No tomó en cuenta que arriesgaba su puesto, su pan.

Eso y mucho, más, fue Ca¡ics Pareja Paz Soldán, colaborador entüsiastay talentoso de "La Prensa . ¿Nc merecía crue lo ¡ecordaran en esÍ.e 25 ani.versario?

(En Tribuna")

AGOSTO:

ELOGIO DE ].A BALSAL,

Por FELIPE E. MAC GREC;OR. S. i.

7, 9, 1I o 13 topas, unidas entre sí por atnarras de bejuco y a dos palosperpendiculares a ellas. En su centro una barbacoa, también de paios de bal-sa: ramas de árboles elástica.s y resistentes como sarmienlos forman una finamalla. Las afirarras y uniones son de tamshy,

La balsa está armaCa.En el cent¡o cie la barbacoa las cargas, En sus bordes el personal. En la

parte cielantera de ia balsa ios o tres bogas. Cada uno con un rerno de palamuy ancha.

La balsa está lista.Desprenden el bejuco que amarraba la baisa a la oriila; un boga la acom-

paña. La corriente del río la acaricia, juega con ella, prueba si es dócil a su

inviiación, si con é1 torna y vuelve, gira o se estanca; y cuando ja conoce,

la acepta y asocia a su cutso.Ya partimos.Detrás quecló el ruido poderoso de los tractores o los bulldozer. Quedó

tarnbién cietrás el campamento, los camiones y los jcept ya no se oycn.De pie entre dos bogas contemplo con interés nuestfa balsa. Son i3 topas,

las puntas delanteras no bien iguaiaclas dificultan el manejo del remo: ei boga

centro las iguaia a golpe certero y poderoso de rnachete' La topa central es lamás gruesa, en su lisa superficie he resbalado varias veces. Las puntas traseras

distan unos B o 10 metros ie las delanteras; son desiguales y deformes, en

el arco Ce una se sienta cómodo uno de nuestros compañeros, otio viaja recli'nado en la hendedura que forman los dos últimos palos hacia la derecha.

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399

Contemplo con acimi:a::ó: a :i:.:::s icgas. Son t¡es: sus físicós parecenie bejuco, fuertes y gráciles. l= ::: :: ::ics es üro¡ena, como ra mad¡e tie¡ra,:omc la rica agua del ¡Íc lia:"-=,c: c:e nos admirió a su curso. Er puntero::quierdo es mestizo de ¡¡u-¿:: --. :-l_::-i::a, el boga centro es un joven coste.io de ese color brillante que lcs =::i:¡es quisieron ¡epresentar en su cerámi-:a. El puntero derecho es agrjai::ra s:: mezcla: largos cabellós negros, pólrlu--os abultados debajo de

'ivacísinos cjcs negros y rasgados. comanda er pun,:ero izquierdo. Su voz o su cesto drce cuando hay que.remar, a que bándailevar la balsa, dónde procurar estairili:ar el curso para aprovecharse bien cie':a Íuerza de nuestro hospedador, motor y verdadero guia.

'

La actitud de los tres es arerta. su rapidez asomb.osa, eregido ei derrote-:o enfrentan las variadas peripecias sin cejar, ¿será esto ro que homb¡es an-ilguos llardaban válor? se ve tan poco ya, que no se reconoce fácirmentelPero las topas, ros bejucos, ra t,arbacoa y los boguu uniclos industriosar¡en-

te no dicen todo el secreto de una barsa. ¿Sin er coiazón podría explicarse aliombre? El río es el corazón, el alma, la vida de ia balsa_

- Flúido, en su móvil esparda eila'reposa; ircansabre viajero cuando eila seent¡egó y él la aceptó, ya la lieva siempre consigo sin quebrar é1 su cont¡a_to, noble y generoso,

Los remansos placenteros son de los dos, corno soq du ambos ios rápidos,ios pongos, las cascadas; por donde él se esfue¡za y lucha y al final logr;tpasar, también a ella la lieva.

Enza, llama el aguaruna a la q'ebrada. y esta es una quebrada grandepobiada de árboles altos gue agrupan sus flores en racimos riús. El aguarunaJos llama yamacae y la quebrada abundosa en ellos yamacaenza.

El bote a .rrrolor.

que nos veníe acon:pa.ñardo clibuja una grande curva,mueve con su oleaje nuest¡a balsa y empieza a surcar el río; deja scla Ia balsa.

Ya está cerca el peligro"- El río que ha corrido pacíficos rargos trechos ve ahora grandes piedras

como centinelas pretendiendo cerrarle el paso: la qr"rebrada al entrega^ur. og..u,al cauce parece como si guisiera cambiarle cl curso. El Marañón inipávicro si-gue fluyendo, pasa la quebrada, llega a las piedras; para luchar con ellas se_para su caudai en lanzas o brazos penetranr.es que lus env.oel",en, golpea lupétrea margen izquierda que quiso detenerro, encrespa su supe'rficie con er es-fuerzo, acelera el paso, ruge sordo y bro-nco; y cuando ya ha vencido, juntade nuevo sus aguas abrazando ros canjados brazos vencedores, acariciandosua'emente la baisa que tuvo conlianza en é1, lo acompairó en la lucha y go_za ahora con él de la victoria.

Cuando el río y el cauce lu.haban en el pongo clla se estreehó y apegómás las espaldas del rio decidida ahora cbmo nunca a no abandonarlo. paraeso es plana. cuando la lab¡aban no guiso quiira, prefirió a la esbeltez grácilde la piragua o la l¡:rcha, la chata plat:tud de s,.r superfi(ie que la une másla confonna más a los lomos del ¡Ío.

sus bogas al anunciar er río Ia rucha que sc acercar.a ra ilevaron prirue-.ro a la margen izquierda adonde la cerriente era rnás fuerte y cuando la vie-ron precipitarse en e1la, se cosieron. con sus brazos a las topas, estiraron suscuerpos hasta colocarlos paralelos a los palos. En el primer embate crujió rabarbacoa, El pasaje se afe¡ró a alla o a los bejucos. Las olas ¡urri..on lu .u_perficie.

t

400 IIERCURIO PERUANO

Alto l\¡arañón, Agosto 9' 1959'

I-lnu d" las olas la '¿r'antó en su cresta' la llevó luego hacia su vientre y

cuando'ya iba a caer' oi:a cla la sostuvo en su cima y así varias veces y de

varios n¡odos sacuclida tt"''U "liu 1cs incidentes de la {eroz lucha entre el cau-

ce y el río.Como en Yamacael:a en el Lorccachi' en el Pongo Nuevo' siempre que

el río tuvo gue luchar estuvo elia en sus espalCas: no lo abandonó'

Pcr eso cuando *at'ui-'io ¿¡ el río huh-e' muy a mi pesar' de'dejar la

baisa y seguir en Uo* u *o'o' la ruta hasta Santa Maria del Nieva hice a la

balsa soiernne promesa de que diria su elcgio'

Yo te saludo: testi; V'l"tttu" plástica de cosas impcrtantes para el hom'

bre: Tus paios atados io'i *ilt'"'t'"'bcjuco dicen \a fuerza y la eficacia que

la unión áu a lus cosas' aún a 1as más elernentaies''* *.qn;..".o,

ilustre del poderoso barco de vapor o submarino atómico' yo

.^1";^'";;'i":.;;; .r.t.,,.,tu¿ del homb¡e, puesta desde antiguo a cumplir el

pr"c"pto del Señor que nos mandó dominar la tierra'

Ftrumilde, tosca, sencilla, posees los pongos que üÓ pasarán los.poderosos

motores; tieúes el *".r;'";;; clecía el 'l,'{aestro,

no sólo posee y domina los

ríos, sino la tie¡ra entera'

tF.r "El Comercio")

_ __

BoletínNo. 3

CESAR PACfi' Crl - ,-1: = 2, -r'I¿¡éndea Pelayo y Riva-"&giiero . (Apropósito dc :a :;islll-i: , .

LUIS BAUDN: t¿s ¡éc¿¡ts é'úecs du materialisme historique..ALBERTO \\rAGfER. D= F.SYliA: La organización'FELIPE MAC GRFGCR. S.j.: El Lumanismo eu el si5¡lo XX.

(Nuevo sertido d¿ ia iadagación filosó'fica ace¡ca det hombre).LEWIS HANi{E: The i6O9 fiestas in Potosi.VICENTE RODRiGUEZ CASADO: 81 Ejército y !a Marina en el

reinado dc Carlos III.AURELIO ESPINOSA PCLIT: Sófocles, pintor de alnras.

LUIS MONGUIO: Do¡ Ma¡sel |osé Quiniaaa y su Oda; "A laexpedición españoia para propagar Ia Vacuna en .Aq¡érica".

MARTiN GUSINDE: Los pueblos de talla pigmea.

NOTAS:ARMANDO NIETO YELEZ: Notas sobre et peirsamiento de la

Ilustración en el "Mercurio Feruano".

DOCUMENTOS:ALBERTO VARILLAS MONTENEGRO: [!n pliego suelto perua-

no de 1887.PEDRO RODRIGUEZ CRESPO: [.!na fiesta religiosa en Quito.

RECENSIONESILuis Felipe Guerra: Los alquimistas de Sherwood Taylor.-Alfonso

Cobián y Macchiavello: ¿Qué es esto, la Filoso{ía? de MartínHeidegger.-Jcsé Miguel Oviedo: Inrágenes del yo romántico deLionel Trilling " -Betty Lituma Torres: über Sprache uild Stiilim Lazarillo de ?crmes de Gustav Siebermann.-Carlos I. Ga-ratea Yori: El espaírol hablado en Segovia y Remedios de LuisFlórez.-Enrique Carrión Ordóñez: tas Sotanas de Valle In-cláa de Alonso Zamora Vicente.-Julio Aramayo Per.la: Gui.llermo de llumboldt y la Filosofía del Lengeaje de ]osé MaríaValverde. -]u1io Aramayo Ferla; Lengua y Cultura de Vene-zuela por Angel Rosenblat.-]osé Miguel Oviedc: Liberaies yronánticos de Vicente Lleras Castillo.

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