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ISSN: 1138-7262 VOLUMEN 17 - NÚMERO 8 - OCTUBRE 14 www.enfermeria21.com Competencias profesionales. ¿Vamos por el buen camino? Factores asociados a la exposición a cancerígenos en el trabajo Papel de la enfermera durante el proceso de realización de una paracentesis Las acciones afectivas y el distrés del niño ante la venopunción Influencia de la humanización de la atención perinatal en las tasas de inducción del parto Registro de intervenciones asistenciales de la enfermera escolar Registro de la actividad profesional enfermera en la historia clínica digital: experiencia en Menorca Acompañar al paciente oncológico en la etapa final de la vida Contenidos Influencia de la lactancia materna y el inicio de la alimentación en el desarrollo de enfermedades alérgicas entre los 3 y 6 años de edad

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Revista metas 178

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ISSN: 1138-7262

VOLUMEN 17 - NÚMERO 8 - OCTUBRE 14www.enfermeria21.com

Competencias profesionales. ¿Vamos por el buen camino?

Factores asociados a la exposición a cancerígenos en el trabajo

Papel de la enfermera durante el proceso de realización de una paracentesis

Las acciones afectivas y el distrés del niño ante la venopunción

Influencia de la humanización de la atención perinatal en las tasas de inducción del parto

Registro de intervenciones asistenciales de la enfermera escolar

Registro de la actividad profesional enfermera en la historia clínica digital: experiencia en Menorca

Acompañar al paciente oncológico en la etapa final de la vida

Contenidos

Influencia de la lactancia materna y el inicio de la alimentación en el desarrollo de enfermedades alérgicas entre los 3 y 6 años de edad

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Salud y calidad | Health and quality of life

27 Las acciones afectivas y el distrés del niño ante la venopunción Affection and distress for venipuncture Rafael Garzón Benítez, Gracia María Pérez Fernández, Elisa Isabel Prados García,

Isabel González Alabarce

Gestión sanitaria | Healthcare management

50 Influencia de la humanización de la atención perinatal en las tasas de inducción del parto

Theinfluenceofthehumanizationofperinatalcareinlabourinductionrates Cecilia Ruiz Ferrón, Estefanía Jurado García, Francisca Baena Antequera, Jorge Manuel Romero Martín,

Nuria Barberá Rubini, Socorro Arnedillo Sánchez

55 Registro de intervenciones asistenciales de la enfermera escolar Registryofcareinterventionsbytheschoolnurse Inmaculada López Gutiérrez

Método | Method

62 Registro de la actividad profesional enfermera en la historia clínica digital: experiencia en Menorca

RegistryofnursingprofessionalactivityintheDigitalClinicalRecord:anexperienceinMenorca

Margarita Cases Sanchis, Alexandra Pons Torres

Ética y sociedad | Ethics and society

69 Acompañar al paciente oncológico en la etapa final de la vida Accompanyingoncologypatientsduringtheirend-of-lifestage Sandra Ortiz Ortiz, Marta Serrano Camacho, María Luisa Martínez Martín

Además puedes consultar muchos más contenidos en

www.enfermeria21.com

Breves | Brief news4

Sumario Summary

Volumen 17 Número 8

Octubre 14

Editorial

03 Competencias profesionales. ¿Vamos por el buen camino? Professionalcompetence.Areweontherighttrack? Joan de Pedro

Relatos | Stories

78 Sin salida: el duelo Noexit:mourning Alberto González Cordeu

Tribuna | Featured articles

06 Factores asociados a la exposición a cancerígenos en el trabajo Factorsassociatedtotheexposuretocarcinogenicmaterialsatwork Jesús González Sánchez

12 Papel de la enfermera durante el proceso de realización de una paracentesis Theroleofnursesduringtheparacentesisprocedure María Portas Badosa, Carmen Fuertes Ran, Susana Pérez Mendióroz, Elena Martín Gómez,

Susana Chocarro Martín

En portada | Cover story

18 Influencia de la lactancia materna y el inicio de la alimentación en el desarrollo de enfermedades alérgicas entre los 3 y 6 años de edad

Influenceofbreastfeedingandfoodinitiationinthedevelopmentofallergicconditionsinchildrenbetween3and6yearsofage

María José Parrilla Gil

Enfermería al día | Update nursing33

PÁGS

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Presidente: Pedro Siles CruzDirección: Pol. Ind. Oliveral, Parcela 1, Bloque A, Nave 3 - Crta. Nacional III. Km. 342. 46190 RIBARROJA (Valencia)Redacción en Madrid: C/ Manuel Uribe, 13 - bajo. 28033 Madrid. Diseño y Producción: Pauta Taller de Comunicación, S.L.ISSN: 1138-7262Depósito Legal: M-43015-1997

Metas de Enfermería está incluida en las siguientes Bases de Datos:• IndexdeEnfermería(CUIDEN)• BasedeDatosCINAHL,• ÍndiceBibliográficoEspañolenCiencias delaSalud(IBECS)• Enfermería,FisioterapiayPodología(ENFISPO)• ÍndiceMédicoEspañol(IME)• BasedeDatosCUIDATGE• BasedeDatosREVICIEN• SistemaRegionaldeInformaciónenLínea paraRevistasCientíficasdeAméricaLatina, elCaribe,EspañayPortugal(LATINDEX)

Estapublicaciónseimprimeenpapellibredeácidos

Periodicidad: 10númerosalañoPágina web y Normas de Publicación: http://www.enfermeria21.comEnvío de Artículos:http://www.enfermeria21.com/metas/gdaE-mail de Atención al Cliente, Administración y Marketing:[email protected] de Secretaría de Redacción:[email protected] de Redacción:[email protected] y atención al cliente:96 166 73 84

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PállBiering(Islandia)PhD.SchoolofHealthSciencies/FacultyofNursing.UniversityofIceland

Ione Carbalho Pinto (Brasil)PhD.EscoladeEnfermagemdeRibeirãoPreto.UniversidadedeSãoPaulo(Brasil)

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MªCristinaCometto(Argentina)MagisterenSistemasdeSaludySeguridadSocial.Profesoratitular.EscueladeEnfermería.FacultaddeCiencias.Médicas.UniversidadNacionaldeCórdoba

NuriaCuxartAinau(España)LicenciadaenHumanidadesDirectoradeProgramas.Col·legiOficiald’InfermeresiInfermersdeBarcelona.EscueladeEnfermería.UniversidaddeBarcelona

AliceDavis(EE.UU.)PhD.SchoolofNursing.UniversityofHawai’i-Hilo

EsperanzaFerrerFerrandiz(España)Doctora.EscueladeEnfermeríaLaFe.UniversidaddeValencia

CristinaFranciscodelRey(España)Doctora.FacultaddeMedicinayCienciasdelaSalud.UniversidaddeAlcaládeHenares

ClaireGoodman(ReinoUnido)PhD.CentreforResearchinPrimaryandCommunityCare.UniversityofHertfordshire

DorisGrinspun(Canadá)PhD.ChiefExecutiveOfficer.RegisteredNursesAssociationofOntario(Toronto)

ClaireHale(ReinoUnido)PhD.SchoolofHeathcare.UniversityofLeeds

EileenLake(EE.UU.)PhD.SchoolofNursing(Philadelphia).UniversityofPennsylvania

AnneLekeux(Bélgica)PhD.Départementd’Infirmerie.UniversitéCatholiquedeLouvain(Bruxelles)

MªTeresaLuisRodrigo(España)LicenciadaenAntropologíaSocialyCultural.ProfesoraEmérita.EscueladeEnfermería.Universidad de Barcelona

MargaretLunney(EE.UU.)PhD.ProffesorEmeritus.DepartamentofNursing.CollegeofStatenIsland&CUNYGraduateCenter.CityUniversityofNewYork

SilvinaMalvárez(Argentina)Doctora.EscueladeEnfermería.FacultaddeCienciasMédicas.Universidad Nacional de Córdoba

MercedesMartínezMarcos(España)LicenciadaenSociología.SecciónDepartamentaldeEnfermería.FacultaddeMedicina. Universidad Autónoma de Madrid

MªPazMompartGarcía(España)LicenciadaenHumanidades.EditorialDAE/GrupoParadigma

MariliaNicolásDueñas(España)LicenciadaenAntropologíaSocialyCultural.SecciónDepartamentaldeEnfermería.FacultaddeMedicina.Universidad Autónoma de Madrid

SamarNoureddine(Líbano)PhD.HaririSchoolofNursing.TheAmericanUniversityofBeirut

Clara Quintero Jaramillo (Colombia)MagisterenEducación.UniversidaddelaSabana(Bogotá)

JoséMªRodríguezDacal(España)DiplomadoenEnfermería.EspecialistaenEnfermeríaPediátrica.ComplejoHospitalarioUniversitariodeSantiagodeCompostela.ServicioGallegodeSalud

Julita Sansoni (Italia)PhD.ScienzediSanitàPubblicaeMalattieInfettive. SapienzaUniversitàdiRoma

MªdelCarmenSellánSoto(España)Doctora.SecciónDepartamentaldeEnfermería.FacultaddeMedicina. Universidad Autónoma de Madrid

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ara cuándo queremos posponer la ordenación del nivel competencial de los profesionales en-fermeros en España?

En estos momentos se pueden encontrar en una misma unidad asistencial de nuestro sistema sanitario cuatro niveles académicos: ATS, DUES, enfermeras graduadas y enfermeras especialistas. La pre-gunta que nos deberíamos hacer como colectivo es clara, ese conglomerado de profesionales que en defini-tiva son enfermeras, que el tiempo y los acontecimientos han ido cambiando sus titulaciones académicas, ¿tienen el mismo nivel competencial? Porque no parecería lógico tanto esfuerzo por generar cambios que adapten el nivel académico de las enfermeras a las nuevas exigencias sociales y a los nuevos roles profesio-nales, y que el nivel competencial exigido por el sistema sanitario español sea el mismo con independencia de la titulación académica y de las competencias adquiridas.

Pero no vayamos a caer en el error, puede que interesado, de como decía Lampedusa “Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie”, esto a lo que tan acostumbrados estamos en España, puede ser un error fatal para el desarrollo de una profesión que arrastra lastres históricos de los que no consegui-remos desprendernos si no entendemos que cada día se hace más necesaria cerrar una organización profe-sional, que posibilite a nuestros profesionales el merecido reconocimiento de su nivel competencial. Pero todo esto no se puede realizar desde el corporativismo y la defensa de los intereses profesionales como si se tratase de defender un sentimiento patrimonial e irracional, hay que abordar el futuro con una mirada amplia y valiente, fijando nuestra atención en los sistemas y países donde la enfermera ha alcanzado las más altas cotas competenciales.

Parece lógico ponernos a regular una profesión donde las diferentes competencias respondan a las verda-deras necesidades de nuestros empleadores y donde no haya profesionales realizando labores muy por de-bajo de su nivel, ni existan profesionales desarrollando complejas labores sin ningún reconocimiento, cerca-nas a lo que podemos entender como práctica avanzada en Enfermería y relacionadas con intervenciones de mentoría de pacientes, consultoría a otros profesionales, juicio clínico experto frente a la cronicidad comple-ja, gestión de cuidados, etc. que de buen seguro enfermeras y enfermeros de España están desarrollando actualmente en diferentes contextos, independientemente de su titulación y capacitación oficial.

Obviamente “quererlo todo para todos” como parece que es la eterna quimera de algunos sectores profesio-nales hoy más que nunca es un auténtico disparate, obviamente una gestión por competencias nos llevará a rechazar esta política de “café con leche para todos”, que tan escasos resultados nos ha dado en los casi 40 años desde la incorporación de la Enfermería a la universidad. Las instituciones sanitarias deben de una vez por todas exigir el correcto nivel competencial para conseguir aquellos resultados que pretenden, hoy, que nadie cuestiona que las organizaciones deben ser costo-efectivas, se hace necesario introducir nuevos modelos de gestión que midan nuestra capacidad de influencia sobre la seguridad clínica y la calidad asistencial.

“Ya basta”, si no medimos en términos de resultados clínicos el papel de las enfermeras en los procesos asistenciales, hemos llegado a donde no hacía falta llegar. Pero todos sabemos que eso no es cierto y que la

calidad (es decir, el nivel competencial) de las enfermeras influye claramente en la morbimortalidad de nuestros pacientes y la población que atendemos y que era nece-saria una transformación que posibilitase que las enfermeras desarrollasen su capaci-dad competencial. Tan solo hace falta que esto se regule sin miedos por las dos par-tes.

El sistema sanitario y los representantes profesionales deben hacer un esfuerzo por llegar a pactos que regulen esta profesión. Tenemos un importante reto al que res-ponder, así que pongámonos a ello y exijamos políticas sanitarias que contemplen una verdadera gestión por competencias, que garanticen la seguridad clínica de nuestros pacientes, la mejor calidad asistencial posible y que contemplen para ello el desarrollo profesional, de unos profesionales que al parecer hoy no son considerados por igual. Es decir, terminar con la falta de reconocimiento por los innumerables esfuerzos que realizan desde el convencimiento de que nuestra aportación es notoriamente influ-yente en los resultados finales de los procesos asistenciales.

Editorial

Competencias profesionales. ¿Vamos por el buen camino?

3Metas de Enferm oct 2014; 17(8): 30563

¿P

Joan De PedroDecano Facultad de Enfermería y Fisioterapia. Universitat de les

Illes Balears

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La Dirección Asistencial Sureste de la Gerencia de Atención Primaria de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ha creado un proyecto conjunto con otros hospita-les en el que los protagonistas serán los pacientes que reci-ban el alta médica tras la hospitalización. Una vez que se encuentren “aptos” serán valorados vía telefónica por su enfermera de Atención Primaria en las primeras 24-48 ho-ras tras el regreso a su domicilio. Al entrar en contacto telefónico con el paciente, la enferme-ra recaba información sobre el proceso seguido durante la

hospitalización para adoptar las medidas correspondientes que favorezcan una completa recuperación, valorando tam-bién la necesidad de cuidados y una serie de intervenciones adecuadas al plan del paciente en cuestión. La visita al domi-cilio o en consulta también es un hábito normal en estos ca-sos. La buena acogida que ha tenido el proyecto en todos los hospitales de la Dirección Asistencial Sureste (Sureste, He-nares, Infanta Leonor y Gregorio Marañón), así como los cen-tros de salud de su área, hace que las referencias por parte de los usuarios y profesionales sean muy positivas.

Enfermeras del SERGAS valoran telefónicamente a pacientes con el alta hospitalaria

Breves

4 OCTUBRE 14

Según un estudio comparativo publicado por el Ministerio de Sanidad, los españoles se encuentran entre los europeos que más visitas hacen al médico, con una media de 7,4 con-sultas por habitante al año. No obstante, la frecuencia de visitas de media se ha visto reducida en la última década si se tiene en cuenta que en 2001 los españoles visitaban hasta 8,7 veces al médico. El estudio pretende dar una visión abier-ta de los rasgos más destacados de los sistemas sanitarios de los países y del estado de salud de la población.Con respecto a Europa, España comparte el quinto lugar con Bélgica, aunque no superan la medida de visitas al año que se encuentra en 7,8 vistas. El ránking lo encabeza Luxemburgo con 11,8 visitas por habitante al año y la Republica Checa con 11,1 visitas; les siguen Eslovaquia con 11 y Alemania con 9,7 visitas. A la cola Chipre, Finlandia o Malta donde la media se sitúa en poco más de las dos visitas por habitante al año. Los datos de dicho estudio, que analiza los modelos y característi-cas de los sistemas sanitarios en los países UE, proceden de organismos internacionales como la OCDE, OMS, Eurostat, etc.

Los españoles entre los europeos que visitan

más al médico

Pacient Actiu, nuevo programa para tratar al

paciente crónicoLa Conselleria de Sanitat de la Comunidad Valenciana ha puesto en marcha un innovador programa que, bajo el nombre de Pacient Actiu, pretende hacer participar acti-vamente a los pacientes en el cuidado de su salud. Este programa sigue el modelo desarrollado por el Patient Research Center de la Universidad de Stanford (Califor-nia) que, tras más de 20 años de experiencia, se ha con-vertido en un modelo de referencia internacional.El programa se desarrollará en tres fases. Ya se ha fina-lizado la primera, que ha consistido en la formación de un grupo de profesionales sanitarios de Castellón, Va-lencia y Alicante que serán los encargados de desarro-llar el programa en los 22 departamentos de salud. La segunda fase consistirá en la realización de una serie de talleres cuya finalidad será identificar y formar a en-fermos que puedan convertirse en “pacientes líderes” que sirvan como ejemplo a personas con patologías si-milares. La última fase consistirá en actividades forma-tivas, que serán impartidas directamente por los pa-cientes formados como líderes.

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Descubrimiento mundial en mieloma múltiple por el Hospital 12 de OctubreEl mieloma múltiple es el tumor hematológico más fre-cuente. En España se diagnostican cerca de 2.000 nue-vos casos al año, con una esperanza de vida que se ha incrementado hasta los 10 años. El Servicio de Hema-tología del Hospital Universitario 12 de Octubre (Ma-drid), en colaboración con el Grupo Español de Mieloma, el Hospital Clínico de Salamanca y la Universidad de Stanford de EE.UU., ha desarrollado una nueva técnica que permite detectar una célula tumoral maligna entre un millón de células sanas en pacientes afectados por esta grave enfermedad.

Emilio Barrientos, nuevo director de Enfermería en Atención Especializada de CeutaEmilio Barrientos ha sido designado como director de Enfermería en Atención Especializada de Ceuta. Ba-rrientos tiene experiencia en el campo ya que hasta hace unos dos años desempeñaba el cargo de secreta-rio autonómico del Sindicato de Enfermería (SATSE). El sindicato tiene previsto solicitarle próximamente una reunión para tratar la situación de la Enfermería, ya que considera que este cambio supone un “signo de que hay interés por mejorar la situación de estos profesionales en el hospital”.

El Hospital General Universitario de Castellón recibe alumnos Erasmus El Hospital General Universitari de Castelló (HGUCS) cuenta con una dilatada experiencia en formar a alum-nos Erasmus en Enfermería y Fisioterapia. La Escuela de Enfermería mantiene programas de intercambio de estudiantes Erasmus con universidades de Bélgica, Di-namarca, Portugal e Italia desde hace más de 14 años. Para este curso 2014/2015 se vuelve a abrir el proceso de acogida de estos estudiantes en Grado de Medicina, sumándose a la oferta existente para Enfermería. Dos nuevos alumnos provenientes de la Universidad de Pécs (Hungría) y Viena (Austria) realizarán rotaciones por diversos servicios del centro, incorporándose a los estudiantes en prácticas de esta carrera en el centro sanitario.

Sanidad Canarias prepara las oposiciones de Enfermería para final de añoLa Consejería regional de Sanidad de las Islas Canarias prepara las oposiciones tras siete años sin promover nuevas incorporaciones de funcionarios. Desde el Servi-cio Canario de Salud se ha dado inicio para la tramita-ción de la convocatoria de la Oferta Pública de Empleo de Enfermería. Dicho servicio cree que la convocatoria podría tener lugar antes de final de 2014, aunque no garantizan este punto ya que siguen aún tramitando las bases de dicha oposición. De esta forma el proceso podría demorarse hasta principios de 2015.

Los hospitales asturianos realizarán seis pruebas de cribado neonatalLos hospitales de la red sanitaria asturiana han comen-zado a realizar desde octubre seis pruebas de cribado neonatal a los recién nacidos para prevenir la mortali-dad y la discapacidad asociadas a varias enfermedades poco comunes, en su mayoría de origen genético. El di-rector general de Salud Pública, Julio Bruno, ha asegura-do en un comunicado que garantizar el carácter univer-sal y gratuito de este programa en el Principado “es una medida de equidad y la mejor garantía para prevenir y tratar de forma temprana estas enfermedades”.

El Flash

5OCTUBRE 14

La Escuela Universitaria de En-fermería de Burgos se ha inte-grado en la nueva Facultad de Ciencias de la Salud de la Uni-versidad de Burgos. Esta nue-va facultad, que ofrecerá los títulos de Grado en Enfermería y en Terapia Ocupacional, se ubicará en el Hospital Militar, espacio cedido a la Universidad de Burgos por la Junta de Cas-tilla y León en el que se encon-traba la Escuela Universitaria de Enfermería.La Escuela Universitaria de En-fermería de Burgos fue creada en 1961, y es en 1977 cuando

este centro se integró en el sistema de universidades pú-blicas. Posteriormente, tras haberse creado la Universidad de Burgos en 1994, la Conse-jería de Educación autorizó a la institución académica burgale-sa para proceder a la adscrip-ción de la Escuela Universitaria de Enfermería. Ya en 2001, tras el traspaso a la comunidad de las funciones y servicios del Instituto Nacional de Salud, la Escuela Universitaria de Enfer-mería de Burgos pasó a depen-der de la Junta de Castilla y León.

El Sindicato de Enfermería (SATSE) ha reclamado a los distintos gobiernos autonómi-cos que se generalice la con-tratación de profesionales de Enfermería en los centros edu-cativos, para que puedan desa-rrollar una labor asistencial y también de promoción de la salud y prevención de la enfer-medad entre los escolares.Además de la educación en há-bitos saludables o asisten-cia en caso de accidentes que puedan generarse en los centros, las enfermeras también pueden ofrecer cuidados a niños con nece-sidades especiales; elaborar estrategias de prevención en salud; dar información sobre sexualidad, o detec-tar y actuar ante situacio-nes de malos tratos o de acoso escolar.

En la actualidad, todavía son pocos los colegios e institutos en España que cuentan con la figura de la enfermera escolar y el Sindicato de Enfermería en-tiende que supone un inmejo-rable agente mediador entre la familia y el profesorado que beneficia a los escolares, dán-doles además a conocer cómo deben cuidarse ellos mismos y cómo cuidar a los demás.

La Escuela Universitaria de Enfermería de Burgos se integra en la Facultad de Ciencias de la

Salud

SATSE aboga por la presencia de enfermeras en los centros

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Factores asociados a la exposición a cancerígenos en el trabajo

Tribuna de especialidades

Objetivo: analizar la exposición y factores asociados a cancerígenos laborales, de la población trabajadora de la provincia de Salamanca, protegida por servicios de prevención ajenos. Método: estudio epidemiológico descriptivo transversal. La selección de la muestra fue mediante muestreo aleatorio estratificado propor-cional a cada servicio de prevención. Se recogieron variables: sociode-mográficas, de exposición a cancerígenos laborales y medidas de pro-tección, utilizando como fuente de información las historias clínico-la-borales. Se efectuó un análisis descriptivo y posteriormente un mode-lo de regresión logística multivariante, para valorar la influencia de factores asociados a cancerígenos laborales.Resultados: un 32% de los 835 trabajadores estudiados se encon-traba expuesto a algún cancerígeno laboral. Las mujeres estaban más expuestas en el sector servicios y los hombres en el sector agricultura y ganadería. Además, usando la regresión logística binaria se encontró que la utilización de “mascarilla” (OR= 13,19; IC 95%:9,12-19,07), “ropa específica” (OR= 11,67; IC 95%:7,71-17,68) y “guantes” (OR= 10,69; IC 95%:7,24-15,78) eran predictores significativos de exposi-ción ante algún cancerígeno laboral. Conclusiones: la exposición a cancerígenos laborales de los trabaja-dores protegidos por algún servicio de prevención ajeno fue distinta a la detallada en el último estudio realizado en el ámbito nacional. La utiliza-ción de determinados equipos de protección individual o la presencia de trabajos con turnicidad son factores que deberían tenerse en cuenta al realizar intervenciones en la prevención del cáncer laboral.Palabras claveSalud laboral; cáncer laboral; factores de riesgo; servicios de prevención; equipo de protección individual; investigación; estudio descriptivo.

Factors associated to the exposure to carcinogenic materials at work

Objective: to analyze the exposure and factors associated to carcinogenic materials at work, in the working population of the Salamanca province, protected by external prevention services. Method: transversal descriptive epidemiological study. The sample was selected through stratified randomized sampling proportional to each prevention service. The variables collected were: socio-demo-graphics, exposure to carcinogenic materials at work and protection measures, using as information source the work-related clinical histories. A descriptive analysis was conducted; and subsequently, a multivariate model of logistical regression, in order to assess the influ-ence of factors associated to carcinogenic materials in the workplace.Results: a 32% of the 835 workers studied was exposed to some carcinogenic material at work. Women were more exposed in the service sector, and men in the agriculture and cattle sector. Besides, using the binary logistic regression, it was found that the use of a “face mask” (OR= 13.19; CI 95%:9.12-19.07), “specific clothes” (OR= 11.67; CI 95%:7.71-17.68) and “gloves” (OR= 10.69; CI 95%:7.24-15.78) was a significant predictor of exposure to some carcinogenic material in the workplace. Conclusions: the exposure to carcinogenic materials by workers protected by some external prevention service was different to that detailed in the latest study conducted at a national level. The use of specific individual protection equipment or the presence of jobs with shifts are factors which should be taken into account when conducting interventions for preventing cancer at work. Key wordsWork-related health; work-related cancer; risk factors; prevention services; individual protection equipment; research; descriptive study.

Resumen

Cómo citar este artículo:González Sánchez J. Factores asociados a la exposición a cancerígenos en el trabajo. Metas Enferm oct 2014; 17(8): 6-11.

Abstract

6 Metas de Enferm oct 2014; 17(8): 6-11

Autor:Jesús González Sánchez

Doctor en Enfermería. Especialista en Enfermería del Trabajo.

Departamento de Medicina del Trabajo. MC Sociedad de Prevención, Salamanca.

Dirección de contacto:Jesús González Sánchez

MC Sociedad de Prevención.Plz. Mariseca, s/n, bajo. 37003 Salamanca.

E-mail: [email protected]

Fecha de recepción: el 10/03/2014.Aceptada su publicación: el 25/08/2014.

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Tribuna de especialidadesGonzález Sánchez J. Factores asociados a la exposición a cancerígenos en el trabajo

7Metas de Enferm oct 2014; 17(8): 6-110567

Introducción La mayoría de los estudios realizados en el ámbito nacional sobre cáncer laboral se centran, fundamentalmente, en dos campos de investigación, por un lado, estudios de estima-ciones de exposición a cancerígenos laborales, entre los que destaca el último estudio denominado CAREX-ESP (1) y, por otro lado, estudios sobre los tipos de tumores más frecuentes relacionados con el ámbito laboral, como el cán-cer de pulmón y vejiga urinaria (2,3).

En los últimos años se han producido una serie de aconteci-mientos en el terreno laboral, que influyen de forma impor-tante a la hora de realizar estudios de exposición a cancerí-genos laborales. La incorporación progresiva de la mujer a puestos de trabajo con mayor responsabilidad y peligrosi-dad ha favorecido la descripción de nuevos riesgos cancerí-genos específicos en este colectivo (4). La presencia en el trabajo de nocturnidad es frecuente en la actualidad, princi-palmente en el sector industria. Se estima que alrededor de un 15-20% de los trabajadores realiza su labor en turnos que incluyen nocturnidad, perteneciendo en su mayoría a plantillas de trabajadores de fábricas, talleres y plantas de procesado, donde la manipulación y utilización de materias primas y sustancias nocivas, influye en un mayor riesgo de exposición a cancerígenos laborales (5).

Según se especifica en la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales (6), las tres modalidades de servicios de prevención existentes en España, cuyas características prin-cipales se basan en el tamaño de la plantilla de trabajadores y tipo de actividad que realizan, son: servicio de prevención ajeno, propio y mancomunado, siendo la modalidad de ajeno la más frecuente, debido a que actualmente la mayoría del tejido empresarial español está formado por pequeñas y me-dianas empresas. Las actividades de vigilancia de la salud de los trabajadores en todos los servicios de prevención, inclui-das las tareas de identificación y control sanitario ante la exposición a cancerígenos laborales, son llevadas a cabo por especialistas en Enfermería y Medicina del Trabajo.

El objetivo de este trabajo fue conocer la exposición y fac-tores asociados a cancerígenos laborales de la población trabajadora de Salamanca protegida por servicios de pre-vención ajenos, teniendo en cuenta el sexo y los cuatro sectores de actividad económica en los que desarrollan sus tareas: agricultura y ganadería, industria, construcción y servicios.

MétodoSe realizó un estudio epidemiológico descriptivo transver-sal en una muestra de 835 trabajadores, seleccionados me-diante muestreo aleatorio estratificado proporcional, consi-derándose estratos cada uno de los 11 servicios de preven-ción ajenos acreditados en la provincia de Salamanca duran-te el año 2011. Los trabajadores se habían hecho su corres-pondiente reconocimiento médico laboral, tenían una edad comprendida entre los 18 y 65 años, pudiendo pertenecer tanto a la administración pública como a la empresa privada.

El tamaño de la muestra se ha calculado para la estimación de proporciones, en una población de trabajadores cubierta por los servicios de prevención ajenos de la provincia de Sa-lamanca de 42.367, considerando un riesgo alfa de 0,05 (nivel de confianza del 95%) y una precisión del 3,5%. Al desconocer la prevalencia esperada de factores de riesgo se ha asumido el 50%, al ser la situación más desfavorable. Se precisaron 762 sujetos, que fueron seleccionados me-diante muestreo aleatorio simple en cada estrato. Para compensar las posibles pérdidas, se incrementó la muestra en un 10%, siendo, por tanto, el número de historias clíni-co-laborales revisadas de 835.

Como fuente de información se utilizaron las historias clíni-co-laborales informatizadas de cada servicio de prevención ajeno, cuyos contenidos se establecen en el Real Decreto 39/1997 de 17 de enero, por el que se aprueba el Regla-mento de los Servicios de Prevención (7). Se excluyeron a los trabajadores que no tenían una descripción adecuada de todos los apartados y cuestionarios de su correspondiente historia clínico-laboral.

Se diseñó una ficha de vaciamiento con la exposición a can-cerígenos laborales, utilizando la información contenida en la historia clínico-laboral. Las variables recogidas fueron: características sociodemográficas (edad, sexo y sector de actividad); la exposición a algún cancerígeno laboral, la utili-zación de la mascarilla, ropa específica y guantes como equipos de protección individual, y la presencia de trabajos a turnos y/o nocturnidad en la jornada laboral.

Se ha considerado como trabajador expuesto a algún can-cerígeno laboral, a la presencia de al menos un agente y/o sustancia en los riesgos de exposición que figuraban en su historia clínico-laboral, y que a su vez esté incluido en la cla-sificación de la Agencia Internacional de Investigación so-bre el Cáncer (IARC).

Se estimó que un trabajador utiliza un equipo de protección individual ante cancerígenos laborales, si dicha información figuraba registrada en la historia clínico-laboral. Los tipos de equipos de protección individual valorados fueron:– La utilización de mascarilla adecuada a la exposición al

riesgo, con o sin filtro.– La utilización de guantes adecuados a la exposición de

cada riesgo.– La utilización de ropa específica requerida para cada

puesto de trabajo.

En la valoración de la turnicidad y/o nocturnidad, se han teni-do en cuenta las distintas modalidades posibles, establecidas en el Real Decreto Legislativo 1/1995, de 24 de marzo (8).

En el análisis estadístico, las variables continuas se han ex-presado con la media ± desviación estándar para variables con distribución normal, o mediana (rango intercuartílico), en aquellas que no seguían una distribución normal y las va-riables cualitativas como frecuencia absoluta y porcentaje.

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El análisis de la diferencia de medias entre dos categorías de variables cuantitativas se realizó con la prueba de la t de Student o U de Mann-Whitney y de variables cualitati-vas con el test Ji cuadrado o test exacto de Fischer, según correspondiera atendiendo a la distribución de las varia-bles.

Para el estudio de los factores que influyen en que los tra-bajadores, se llevó a cabo un análisis multivariado de regre-sión logística binaria, calculándose los odds ratio (OR) y sus intervalos de confianza al 95% (IC 95%). La variable depen-diente fue la presencia o ausencia de exposición a algún cancerígeno laboral, y como variables independientes se incluyeron las que superaron el límite de significación esta-dística en los análisis bivariados.

El procesamiento de los cuestionarios se efectuó con el so-porte informático necesario, utilizando en primer lugar el sistema teleform para recoger los datos directamente des-de el cuestionario. Para desarrollar el análisis estadístico se ha utilizado el programa SPSS versión 20. Para los contras-

tes de hipótesis se ha fijado un riesgo α de 0,05 como límite de significación estadística.

ResultadosEl 61% (n= 513) de la muestra eran trabajadores varones. La edad media fue de 42 años, siendo en mujeres 40 y en varones 43 (p< 0,001). Los trabajadores del sector agricul-tura y ganadería tenían la edad media más elevada (46 años). Hay un mayor porcentaje de trabajadores varones que realizaban turnicidad en su jornada laboral (el 71,2% frente al 61,5% de las mujeres). Sin embargo, las mujeres trabajadoras referían realizar mayor nocturnidad. Los sec-tores de actividad económica con mayor número de trabaja-dores correspondieron al sector servicios y al sector indus-tria con 366 (43,8%) y 338 (40,5%) trabajadores respecti-vamente (Tabla 1).

En la Tabla 2 se observa que un 32% (n= 272) de los traba-jadores estaba expuesto en el momento actual o anterior, pero siempre durante el periodo estudiado, al menos a un agente cancerígeno laboral, de los cuales el 75% (n= 204)

Variable Globaln= 835

Mujeresn= 322

Varonesn= 513 Valor p

TotalEdad, mediana (RIC)Turnicidad, n (%)Nocturnidad, n (%)

Agricultura y ganaderíaEdad, mediana (RIC)Turnicidad, n (%)Nocturnidad, n (%)

ConstrucciónEdad, mediana (RIC)Turnicidad, n (%)Nocturnidad, n (%)

IndustriaEdad, mediana (RIC)Turnicidad, n (%)Nocturnidad, n (%)

ServiciosEdad, mediana (RIC)Turnicidad, n (%)Nocturnidad, n (%)

42 (50-34)563 (67,4) 95 (11,3)

n= 2546 (49-41)

1 (4,0)2 (8,0)

n= 10642 (50-32)

2 (1,9)0 (0,0)

n= 33839,5 (49-32,75)

199 (58,9)29 (8,5)

n= 36643 (50,25-36)

236 (64,5)64 (17,5)

40 (48-33)198 (61,5) 41 (12,7)

n= 142 (42-42)

0 (0,0)1 (100)

n= 234 (34-27)

0 (0,0)0 (0,0)

n= 8035,5 (44-30)

41 (51,3)7 (12,5)

n= 23940 (49-34)154 (64,4)33 (13,8)

43 (51-35)365 (71,2) 54 (10,5)

n= 2446 (49,5-41)

1 (4,2)1 (4,2)

n= 10442 (50-32)

2 (1,9)0 (0,0)

n= 25840 (50-33)158 (61,2)

22 (8,5)

n= 12747 (54-38)82 (64,6)31 (24,4)

< 0,001 0,004 0,392

0,640 0,835 0,080

0,334 0,843

---

0,003 0,120 0,536

0,000 0,998 0,021

Tabla 1. Descriptiva de la muestra por sexo y por sectores de actividad

RIC: rango intercuartílico

Cancerígenos laborales Globaln= 272

Mujeresn= 68

Varonesn= 204 Valor p

Sílice, n (%)Amianto, n (%)Plaguicidas, n (%)Agentes citostáticos, n (%)Plomo, n (%)Radicaciones ionizantes, n (%)Biológicos (hepatitis B o C), n (%)Cloruro de vinilo monómero, n (%)Disolventes, n (%)Óxido de etileno, n (%)

48 (5,7)17 (2,0)40 (4,8)3 (0,4)7 (0,8)

27 (3,2)72 (8,6)13 (1,6)72 (8,6)0 (0,0)

0 (0,0)0 (0,0)1 (0,3)2 (0,6)0 (0,0)

15 (4,7)60 (18,6)

1 (0,3)2 (0,6)0 (0,0)

48 (9,4)17 (3,3)39 (7,6)1 (0,2)7 (1,4)

12 (2,3)12 (2,3)12 (2,3)

70 (13,6)0 (0,0)

< 0,001< 0,001< 0,0010,5630,0480,072

< 0,0010,021

< 0,001 ---

Tabla 2. Exposición a factores de riesgo cancerígenos en la actividad laboral según sexo

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eran varones y el 25% (n= 68) mujeres. En el grupo de las mujeres trabajadoras, los factores de riesgo a los que esta-ban más expuestas son a los riesgos biológicos (18,6%) y radiaciones ionizantes (4,7%). Sin embargo, los trabajado-res varones presentaron exposición a los disolventes (13,6%) y la sílice (9,4%).

En la Tabla 3 se observan los porcentajes de exposición a cancerígenos por sector de actividad y por sexo. En el sec-tor industria destacó una alta exposición de los trabajado-res varones a disolventes (21,7%) en comparación con las mujeres (1,3%) (p< 0,001), mientras que la principal exposi-ción de las mujeres en dicho sector fue a riesgos biológicos (17,5% frente al 1,2% de los varones (p< 0,001)). No se ha-lló ninguna exposición de las mujeres en los sectores de agricultura y ganadería y construcción. Los mayores por-

centajes de los trabajadores varones expuestos (70,8% y 70,8%) fueron en el sector de agricultura y ganadería fren-te a plaguicidas y disolventes respectivamente.

El grado de utilización de los equipos de protección indivi-dual fue igual o superior al 80%, siendo los más utilizados la ropa específica (95,8%) y el uso de guantes (95,8%). Los factores de riesgo cancerígenos frente a los que presenta-ron mayor protección los trabajadores fueron las radiacio-nes ionizantes (96,3%) y los riesgos biológicos (95,8%). Destacó un grado de utilización de la mascarilla inferior al 50%, frente a la sílice (39,6%), el amianto (41,2%), el plomo (42,9%) y el cloruro de vinilo monómero (46,2%) (Tabla 4).

Los resultados del análisis multivariante se muestran en la Tabla 5. La presencia de turnicidad en la jornada laboral

Tabla 3. Exposición a factores de riesgo cancerígenos según sexo y sector de actividad económica

Global mujeres varones valor p n= 272 n= 68 n= 204

Agricultura y ganaderíaAmianto, n (%)Plaguicidas, n (%)Disolventes, n (%)

ConstrucciónSílice, n (%)Amianto, n (%)Plaguicidas, n (%)Plomo, n (%)Cloruro de vinilo monómero, n (%)Disolventes, n (%)

IndustriaSílice, n (%)Amianto, n (%)Plaguicidas, n (%)Plomo, n (%)Radiaciones ionizantes, n (%)Biológicos (hep. B o C), n (%)Cloruro de vinilo monómero, n (%)Disolventes, n (%)

ServiciosSílice, n (%)Amianto, n (%)Plaguicidas, n (%)Agentes citostáticos, n (%)Plomo, n (%)Radiaciones ionizantes, n (%)Biológicos (hep. B o C), n (%)Cloruro de vinilo monómero, n (%)Disolventes, n (%)

n= 252 (8,0)

17 (68,0)1 (4,0)

n= 10614 (13,2)

7 (6,6)1 (0,9)5 (4,7)2 (1,9)

11 (10,4)

n= 33827 (8,0)5 (1,5)

17 (5,0)1 (0,3)7 (2,1)

17 (5,0)6 (1,8)

57 (16,9)

n= 3667 (1,9)3 (0,8)5 (1,4)3 (0,8)1 (0,3)

20 (5,5)55 (15,0)

5 (1,4)3 (0,8)

n= 10 (0,0)0 (0,0)0 (0,0)

n= 20 (0,0)0 (0,0)0 (0,0)0 (0,0)0 (0,0)0 (0,0)

n= 800 (0,0)0 (0,0)0 (0,0)0 (0,0)1 (1,3)

14 (17,5)0 (0,0)1 (1,3)

n= 2390 (0,0)0 (0,0)1 (0,4)2 (0,8)0 (0,0)

14 (5,9)46 (19,2)

1 (0,4)1 (0,4)

n= 242 (8,3)

17 (70,8)17 (70,8)

n= 10414 (13,5)

7 (6,7)1 (1,0)5 (4,8)2 (1,9)

11 (10,6)

n= 25827 (10,5)

5 (1,9)17 (6,6)1 (0,4)6 (2,3)3 (1,2)6 (2,3)

56 (21,7)

n=1277 (5,5)3 (2,4)4 (3,1)1 (0,8)1 (0,8)6 (4,7)9 (7,1)4 (3,1)2 (1,6)

0,9200,3200,960

0,7520,8720,9810,9070,9620,802

0,0010,5960,0160,7630,477

<0,0010,342

<0,001

0,0010,0410,0510,7230,3470,8100,0020,0510,277

Tabla 4. Utilización de equipos de protección individual según cancerígeno laboral

Cancerígeno laboral Cualquier protección n (%)

Mascarilla n (%)

Guantes n (%)

Ropa específica n (%)

Protección radiológica n (%)

SíliceAmiantoPlaguicidasPlomoRadiaciones ionizantesBiológicos (hepatitis B o C)Cloruro de vinilo Disolventes

42 (87,5)14 (82,4)32 (80,0)6 (85,7)

26 (96,3)69 (95,8)12 (92,3)68 (94,4)

19 (39,6) 7 (41,2)

22 (55,0)3 (42,9)

15 (55,6)58 (80,6)6 (46,2)

51 (70,8)

42 (87,5) 14 (82,4) 30 (75,0) 6 (85,7)

23 (85,2) 69 (95,8) 12 (92,3) 66 (91,7)

42 (87,5)14 (82,4)32 (80,0)6 (85,7)

25 (92,6)69 (95,8)12 (92,3)68 (94,4)

0 (0,0) 0 (0,0) 0 (0,0) 0 (0,0)

20 (74,1) 11 (15,3)

1 (7,7) 0 (0,0)

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(odds ratio [OR]: 1,03; intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 1,02-1,05), se mostró como un factor asociado signi-ficativamente con un mayor riesgo de exposición a cancerí-genos laborales. Asimismo, la utilización de determinados equipos de protección individual, como la utilización de mascarilla (OR: 13,19; IC 95%: 9,12-19,07), la utilización de ropa específica (OR: 11,67; IC 95%: 7,71-17,68) y la utiliza-ción de guantes (OR: 10,69; IC 95%: 7,24-15,78) fueron factores asociados significativamente a un mayor riesgo de exposición a cancerígenos laborales.

Discusión y conclusionesLos resultados de este trabajo muestran que hay diferen-cias en cuanto a la exposición a cancerígenos laborales en-tre los trabajadores de este estudio y los resultados del úl-timo trabajo en el ámbito nacional. Además, hay una serie de factores que influyen en el riesgo de exposición a cance-rígenos y que engloban aspectos relacionados con el sexo, el tipo de jornada laboral y la utilización de determinados equipos de protección individual.

La radiación solar, la sílice y el humo de tabaco ambiental fueron los principales cancerígenos a los que se hallaba ex-puesta la población trabajadora en el ámbito nacional, se-gún el último estudio realizado denominado CAREX-ESP (1), publicado en el año 2006. Estos resultados difieren en par-te con los cancerígenos más frecuentes a los que se hallaba expuesta la población de este trabajo (riesgos biológicos, los disolventes y la sílice).

Esta discordancia podría deberse a varios acontecimientos que surgieron posteriormente a la publicación de dicho es-tudio (1). En primer lugar, a la entrada en vigor en España de la Ley 42/2010 de 30 de diciembre (9) existiendo una dis-minución muy importante ante la exposición al humo de tabaco, afectando de forma directa a los trabajadores del sector servicios. Además, la fecha de realización del citado estudio (1) es también anterior, en este caso, al inicio de la grave crisis económica que afecta a España en los últimos años, influyendo de forma directa en una fuerte reducción del número de trabajadores del sector de la construcción, agrario y ganadero, sectores clave en la realización de ta-reas a la intemperie, con la consiguiente disminución de ex-posición de trabajadores ante la radiación solar.

Las diferencias encontradas en este estudio sobre la expo-sición a cancerígenos laborales entre hombres y mujeres eran esperables, debido a la distinta actividad laboral que

existe en los sectores de producción según sexo (10-13). El elevado número de mujeres que actualmente poseen estu-dios universitarios (14) es otro factor que podría jugar un papel importante en los puestos de trabajo y tareas a desempeñar, asociados generalmente a una mayor respon-sabilidad y una menor presencia de exposición a canceríge-nos laborales en los trabajadores del sexo femenino.

En este estudio, al igual que en los datos reflejados en las últimas encuestas sobre condiciones de trabajo realizadas en Castilla y León (15) y con los publicados en España (16), los equipos de protección individual (EPI) más utilizados fueron: los guantes, la ropa específica de trabajo y la mas-carilla, empleados mayoritariamente en los sectores de in-dustria y construcción.

Respecto a los factores asociados con un mayor riesgo de exposición a cancerígenos laborales, estudios anteriores ha-bían identificado la manipulación y utilización de sustancias peligrosas (17,18), actos de subcontratación (19) o determi-nadas condiciones de trabajo (20). Sin embargo, en este tra-bajo se exponen otras circunstancias, como la utilización de determinados equipos de protección individual (mascarilla, ropa específica y guantes), el sexo y la presencia de noctur-nidad en la jornada laboral. Los datos reflejan que los traba-jadores que referían utilizar mascarilla, ropa específica y guantes se hallaban más expuestos a algún cancerígeno la-boral, como plaguicidas, amianto, riesgos biológicos, disol-ventes o sílice, principalmente en los sectores de industria, agrario y construcción. Esta circunstancia puede ser debida en gran parte, a una adecuada y eficiente actuación de to-dos los profesionales implicados en la correcta difusión y cumplimiento de la ley de prevención de riesgos laborales

(6), contribuyendo a una mayor concienciación en los traba-jadores sobre la utilización de los medios de protección ade-cuados, datos concordantes con la información detallada en otros estudios (15,16), de ámbito regional y nacional.

Existe una cierta controversia, según se expone en un es-tudio reciente (21), acerca de si la presencia de nocturnidad en la jornada laboral podría considerarse como un riesgo cancerígeno propio. Sin embargo, en este estudio se analiza la presencia de nocturnidad como circunstancia relacionada con una mayor exposición a cancerígenos laborales, hallan-do que son los trabajadores de los sectores de industria y servicios, los que expuestos a su vez a un mayor número de cancerígenos laborales (disolventes, riesgos biológicos y sílice), referían también una mayor nocturnidad en su jorna-

Variables OR IC 95% p-valor

Edad Sexo varón Turnicidad NocturnidadUtilización de mascarilla como EPI Utilización de guantes como EPIUtilización de ropa específica como EPI

2,562,461,032,19

13,1910,6911,67

1,82–3,601,78–3,391,02–1,051,51–3,17

9,12–19,077,24–15,787,71–17,68

0,0040,0000,0000,0000,0000,0000,000

Tabla 5. Modelo logístico multivariante de factores asociados a la exposición a algún cancerígeno laboral

Categoría de referencia de sexo: mujer; EPI: equipo de protección individual

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da laboral, resultados coincidentes con otros estudios

(10,11), sobre el trabajo nocturno y riesgos cancerígenos.

Como resultado del estudio se puede concluir que casi una tercera parte de los trabajadores pertenecientes a los ser-vicios de prevención ajenos de la provincia de Salamanca, se hallaban expuestos a algún cancerígeno laboral durante el periodo de estudio, siendo los cancerígenos más frecuen-tes: los riesgos biológicos, los disolventes y la sílice. Ade-más, hay factores como el sexo, el tipo de jornada laboral y la utilización de ciertos equipos de protección individual, que deberían tenerse en cuenta al realizar intervenciones en la prevención del cáncer laboral.

Como limitaciones de este estudio cabe señalar que al tra-tarse de un estudio transversal, impide estimar relaciones de asociación causal. Otra limitación que puede influir es que el volumen de realización de exámenes de salud laboral de cada servicio de prevención ajeno, utilizado en la selección de trabajadores del presente estudio, puede variar cada año en función de los contratos y productos concertados que estos servicios de prevención tengan con las empresas.

A pesar de las limitaciones mencionadas y haciendo una in-terpretación prudente de los resultados, este trabajo per-mite extraer conclusiones globales y cumple el propósito para el cual fue diseñado, pues proporciona información

para futuras intervenciones en la prevención del cáncer la-boral, teniendo en cuenta que, obviamente, la exposición a cancerígenos varía en España según las comunidades autó-nomas, en función del tipo de industria y tejido empresarial de cada zona.

Agradecimientos A los profesionales de los servicios de prevención ajenos de la provincia de Salamanca, directores, médicos y enferme-ros del trabajo, que han colaborado en este estudio.

FinanciaciónNinguna.

Conflicto de interesesNinguno.

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Bibliografía

Si quieres ampliar más información sobre este artículo, consulta:

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[email protected]

Salud laboral; factores cancerígenos; servi-cios de prevención; equipo de protección individual; enfermería del trabajo.

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Papel de la enfermera durante el proceso de realización de una paracentesis

Objetivos: conocer el papel del profesional de la Enfermería en el proceso de realización de una la paracentesis, basado en la evidencia científica, a fin de diseñar posteriormente una guía clínica y mejorar la calidad de los cuidados a los pacientes.Método: revisión narrativa en la que se lleva a cabo una bús-queda bibliográfica en las bases de datos de Medline, Cinahl, Co-chrane Library y UpToDate, así como en bases de datos de Guías clínicas: Guidelines International Networks, Practice Guideline, National Guideline Clearinghouse, New Zealand Clinical Guideli-nes Group, Primary Care Clinical Practice Guidelines y Scottish Interncollegiate Guidelines Network. Se consultaron igualmente las bases de datos de guías clínicas del Hospital General Univer-sitario Gregorio Marañón de Madrid, del Complexo Hospitalario Universitario de Vigo y del Club Internacional de la Ascitis. Resultados y conclusiones: se seleccionaron 15 artículos y tras el análisis de los hallazgos obtenidos se establecieron tres categorías en las que se describe el papel que la enfermera des-empeña en la paracentesis: cuidados que proporciona la enfer-mera antes, durante y después del procedimiento. Además de cada una de las intervenciones enfermeras en cada fase del mismo, se observa como muy importante la presencia de un pro-fesional enfermero que valorará al paciente de manera holística. En un futuro inmediato se implantará una guía clínica que se di-señará con base en los resultados obtenidos y se revisarán en un año todos los aspectos que se han considerado para esta guía, así como la literatura científica que se haya podido publicar valorando los puntos a mejorar. Entre las limitaciones de este trabajo cabe señalar la baja calidad metodológica de los artículos seleccionados y la poca bibliografía referente al tema, por lo que convendría realizar estudios con diseños metodológicos más ri-gurosos y de mayor calidad para poder tener más impacto en la práctica clínica.Palabras claveCuidados enfermeros en la paracentesis; guía de práctica clínica; ascitis; drenado líquido ascítico.

Resumen

The role of nurses during the paracentesis procedure

Objectives: to learn about the role of the Nursing Professional during the paracentesis procedure, based on scientific evidence, with the aim of designing clinical guidelines, and improving the quality of patient care. Method: a narrative review, where a bibliographic search was conducted in the Medline, Cinahl, Cochrane Library and UpToDate databases, as well as in Clinical Guidelines Databases: Guidelines International Networks, Practice Guideline, National Guideline Clearinghouse, New Zealand Clinical Guidelines Group, Primary Care Clinical Practice Guidelines and Scottish Intercollegiate Guidelines Network. The Clinical Guidelines Databases from the Hospital General Universitario Gregorio Marañón in Madrid, the Complexo Hospitalario Universitario de Vigo and the International Ascites Club were also consulted. Results and conclusions: fifteen articles were selected, and after the analysis of the findings obtained, three categories were established, describing the role played by nurses during paracentesis: the care provided by nurses before, during and after the procedure. Apart from each of the nursing interventions at each stage of said procedure, the presence of a nursing professional to assess the patient in a holistic way was considered very important. In the near future, clinical guidelines will be implemented, that will have been designed based on the results obtained, and all aspects considered for these guidelines will be reviewed at one year, as well as the scientific literature which may have been published, assessing those items to be improved. Among the limitations of this study, we must point out the low methodological quality of the articles selected, and the little bibliography available about this matter; therefore, it would be convenient to conduct studies under stricter methodological designs, with higher quality, in order to have a higher impact on clinical practice.Key wordsNursing care during paracentesis; Clinical Practice Guidelines; ascites; ascitic fluid drainage.

Abstract

Cómo citar este artículo:Portas Badosa M, Fuertes Ran C, Pérez Mendióroz S, Martín Gómez E, Chocarro Martín S. Papel de la enfermera durante el proceso de reali-zación de una paracentesis. Metas Enferm oct 2014; 17(8): 12-17.

Tribuna de especialidades

Autoras:1María Portas Badosa2Carmen Fuertes Ran 3Susana Pérez Mendióroz4Elena Martín Gómez4Susana Chocarro Martín

1 Máster en Ciencias de la Enfermería. Universidad de Navarra. Área de Hospitalización Quirúrgica. Clínica Universidad de Navarra. Pamplona (Navarra).

2 Enfermera. Universidad de Navarra. Unidad de Hepatología. Clínica Universidad de Navarra. Pamplona (Navarra).

3 Enfermera. Universidad de Navarra. Responsable de Área de Hospitalización Quirúrgica. Clínica Universidad de Navarra. Pamplona (Navarra).

4 Enfermera. Universidad de Navarra. Área de Hospitalización Quirúrgica. Clínica Universidad de Navarra. Pamplona (Navarra).

Dirección de contacto:María Portas BadosaClínica Universitaria de Navarra. Avda. Pío XII, 36. 31008 Pamplona (Navarra).E-mail: [email protected]

Fecha de recepción: el 20/06/2014.Aceptada su publicación: el 18/08/2014.

© A. Herráiz

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Introducción La ascitis se define como la acumulación patológica de líqui-do en la cavidad peritoneal (1,2). El 85% de los casos con ascitis son producidas por enfermedades hepáticas (3-5), si bien existen otras causas que deben conocerse y recono-cerse, tales como: carcinomatosis peritoneal, síndrome ne-frótico, pancreatitis, insuficiencia cardiaca, tuberculosis pe-ritoneal o cáncer de ovario, entre otras (6,7-9).

El Club Internacional de la Ascitis (ICA) distingue tres grados de esta, que llevan a aplicar uno u otro tratamiento: el Grado 1, denominada ascitis mínima, se trata con medidas higiéni-co-dietéticas y solamente se detecta con ultrasonidos; el Grado 2 o ascitis moderada, además de las medidas higiéni-co-dietéticas se añade el uso de diuréticos, apreciando lige-ra distensión abdominal; y la ascitis Grado 3 o severa, cuyo tratamiento de elección es la realización de paracentesis evacuadora (10). Los pacientes con ascitis severa manifies-tan una alteración de la imagen corporal, sobre todo por la distensión abdominal, el aumento de peso, la falta de apeti-to, de aire, dolor, alteraciones en la movilidad, cansancio, síntomas gastrointestinales (náuseas, vómitos), ictericia en los ojos y la piel e incluso afectación psicológica, todo ello repercutiendo en su calidad de vida (5,6,11,12).

La paracentesis es un procedimiento sencillo, seguro y que debe realizarse de modo estéril (8,13). Se define como una técnica de punción percutánea abdominal destinada a eva-cuar el líquido de la cavidad peritoneal (ascitis) (4,7). Puede ser diagnóstica o evacuadora (terapéutica). En la paracen-tesis diagnóstica es en la que se extrae una pequeña canti-dad de líquido para analizarlo y determinar la causa que pro-duce la ascitis, sin embargo, la terapéutica o evacuadora se refiere a la que extrae una cantidad grande de líquido (nor-malmente 5 litros o más) para reducir la presión abdominal y aliviar los síntomas anteriormente mencionados (2,7,12). Otros beneficios de la paracentesis incluyen la mejoría en la hemodinámica hepática y la disminución del riesgo de desa-rrollar peritonitis bacteriana espontánea (14).

Se trata de una técnica realizada por un profesional médico en colaboración con un profesional enfermero. Dado que en la práctica diaria estos deben de tomar decisiones inmediatas ante el paciente, las cuales deben ser acertadas, beneficio-sas, con los mínimos riesgos e inconvenientes y al menor cos-

te posible (15), se hacen necesarias las guías de práctica clíni-ca (GPC), que facilitan la rápida actuación de los profesiona-les. Las GPC se definen como “directrices elaboradas sistemá-ticamente para asistir a los clínicos y a los pacientes en la toma de decisiones sobre la atención sanitaria adecuada para problemas clínicos específicos” (15).

Actualmente en la Clínica Universidad de Navarra (CUN) no existe una guía clínica específica para este procedimiento donde se registre la actividad enfermera. El número de pa-racentesis evacuadoras registradas y realizadas en la CUN, en el año 2013, fue 100 (Base de Datos de la CUN, 2013). Teniendo en cuenta la propia experiencia en esta técnica, se ha llevado a cabo una revisión bibliográfica para elaborar un documento basado en la evidencia sobre los cuidados de Enfermería en la paracentesis.

El objetivo del presente trabajo consiste en conocer el pa-pel del profesional enfermero en la paracentesis, basado en la evidencia científica, a fin de diseñar posteriormente una guía clínica y mejorar la calidad de los cuidados a los pacien-tes.

MétodoPara responder al objetivo planteado se ha realizado una revisión narrativa sobre el papel de la enfermera en la para-centesis.

Las bases de datos consultadas fueron Medline, Cinahl, Co-chrane Library y UpToDate. Además, se hizo una búsqueda manual en bases de datos de guías clínicas: Guidelines In-ternational Networks, Practice Guideline, National Guideli-ne Clearinghouse, New Zealand Clinical Guidelines Group, Primary Care Clinical Practice Guidelines y Scottish Intern-collegiate Guidelines Network. Se consultaron las bases de datos de diferentes hospitales españoles: Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid y Complexo Hos-pitalario Universitario de Vigo. Asimismo, se consultó la base de datos del Club Internacional de la Ascitis (http://www.icascites.org).

Los términos que se utilizaron fueron: “paracentesis”, “nurs*”, “guideline”, “ascites”. Se combinaron con el operador boleano OR los términos sinónimos y con el boleano AND para unificar las distintas partes de la búsqueda (Tabla 1).

Tabla 1. Términos de la búsqueda

Primera búsquedaguideline* A

ND

paracentesisORlarge volume paracentesisORabdominal paracentesis

AND

nurs*

Segunda búsquedaascitis A

ND

paracentesisORlarge volume paracentesisORabdominal paracentesis

AND

nurs*

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13Metas de Enferm oct 2014; 17(8): 12-170573

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No se establecieron límites de tiempo debido a la poca lite-ratura encontrada. Una vez seleccionados los artículos se revisaron las referencias de los mismos para identificar si se podía obtener algún nuevo estudio. En la Tabla 2 se desa-rrolla la estrategia de búsqueda realizada. Los criterios de inclusión y exclusión que se establecieron para esta revi-sión se muestran en la Tabla 3.

Se llevó a cabo una evaluación de los artículos selecciona-dos teniendo en cuenta los criterios de calidad metodológi-ca establecidos por el sistema GRADE (16), presentando el nivel de calidad de cada estudio en la Tabla 4. Con base en este sistema, el 60% de los artículos seleccionados presen-ta un nivel muy bajo de calidad relacionado con el diseño y la metodología del mismo. En alguno de ellos los autores han revisado la bibliografía, pero no han detallado ni men-cionado nada del proceso. El 40% presenta una calidad mo-derada, mostrando calidad metodológica baja.

ResultadosSe seleccionaron 15 artículos (Tabla 4). Cabe destacar que se escogieron dos artículos que no cumplían los criterios de inclusión, pero trataban del tema (el 6 y 23).

Tras el análisis de los hallazgos obtenidos se establecieron tres categorías en las que se describe el papel que la enfer-mera desempeña en la paracentesis: cuidados que propor-ciona la enfermera antes, durante y después del procedi-miento.

Cuidados enfermeros antes del procedimientoSegún el trabajo de Cooper (13) la enfermera que atiende a personas a las que se les va a realizar una paracentesis debe de confirmar su identidad y prepararlas para la realiza-ción del procedimiento. Además, deberá valorar y documen-tar todo lo que suceda antes, durante y después del mismo. El profesional debe asegurarse de que el paciente y su fa-

1er Paso: primera búsqueda

PUBMED CINAHL COCHRANE LIBRARY UpToDate

2 11 0 1

$2º Paso: segunda búsqueda

PUBMED CINAHL COCHRANE LIBRARY UpToDate

14 11 0 1

$3er Paso: selección de las publicaciones según criterios de inclusión

PUBMED CINAHL UpToDate

6 4 1

$4º Paso: búsqueda manual

Guías clínicas Revista Hepatology Bibliografía de los artículos seleccionados

4 0 0

$5º Paso: artículos incluidos en la revisión

15

Tabla 2. Estrategia de búsqueda

Tabla 3. Criterios de inclusión y exclusión

INCLUSIÓN EXCLUSIÓN

– Estudios que incluyeran los cuidados de Enfermería en la paracen-tesis

– Estudios que trataban la paracentesis en general y/o el trata-miento de la ascitis

– Guías clínicas que describían el papel de la enfermera en la para-centesis

– Estudios que no describían el rol de la enfermera en la paracente-sis

– Estudios que trataban la paracentesis o el tratamiento de la as-citis en situaciones concretas: la ascitis secundaria a la cirrosis, a procesos oncológicos y ascitis maligna

– Guías clínicas que solamente describían la técnica médica de la paracentesis

– Estudios que comparaban la paracentesis con otras técnicas

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milia han entendido en qué va a consistir la prueba y qué se pretende con ella, a fin de lograr una mejor colaboración y asegurarse que el paciente ha firmado el consentimiento informado facilitado por el médico. Comprobará sus antece-dentes, así como las alergias que pueda tener al material y/o a los medicamentos que se vayan a utilizar (6,13,17-19). Además, la enfermera verificará que en la historia clíni-ca se encuentre una analítica en sangre reciente, dentro de las 24 o 48 horas antes de realizar el procedimiento, con los siguientes parámetros: pruebas de coagulación, recuento de plaquetas, pruebas de función hepática y renal (6,13,20).

Los trabajos de Rushing (17), Mittal et al (6), Guías del Hos-pital General Universitario Gregorio Marañón (21) y Comple-xo Hospitalario Universitario de Vigo (22) consideran que la enfermera debe asegurarse de que el paciente tenga un acceso venoso permeable para la reposición de volumen y/o posibles complicaciones.

Antes del procedimiento se deberá comprobar que el pa-ciente ha orinado (6,13,19), se le haya pesado (siempre en las mismas condiciones y en ayunas) y medido el perímetro abdominal (de pie, si las condiciones del paciente lo permi-ten y, si no es posible, en decúbito supino, dejando dos mar-cas de referencia) (6,13,17,20).

A continuación, se acostará el paciente en la cama en posi-ción de decúbito supino semiladeado a la izquierda y apo-yando la espalda sobre una almohada, siendo esta la posi-ción más común para este procedimiento ya que hay menor riesgo de complicaciones y favorece el drenado del líquido ascítico. También se podría realizar la punción en la fosa ilía-ca derecha o en zona suprapúbica, según el médico respon-sable (2,13,18,20).

Se procederá a tomar las constantes vitales basales al pa-ciente: la temperatura, la presión arterial, la frecuencia car-diaca y la saturación de oxígeno (5).

Cuidados enfermeros durante el procedimientoSe trata de una técnica estéril que debe ser realizada por un médico y un profesional enfermero (8,13,18). En algunos casos la técnica se efectúa bajo control ecográfico, ya que la ascitis se encuentra tabicada en alguna zona de la cavi-dad peritoneal (2,7). El material de la paracentesis se colo-cará en un carro para facilitar su acceso (Tabla 5) (2,6-8,18,20). Ruynon (12) considera que el paciente permane-cerá sin ingerir alimentos ni bebidas durante el procedi-miento.

Se encuentran autores que recomiendan tomar las cons-tantes vitales durante el procedimiento de manera regular

Tabla 4. Artículos seleccionados en la revisión

AUTORES (AÑO) TIPO DE ESTUDIO APORTACIÓN DEL ROL DE LA ENFERMERA

NIVEL DE CALIDAD (según GRADE)

2. Glauser F, Barras AC, Pache I, Monti M. (2008) Descriptivo Sí Muy bajo

4. Sargent S. (2006) Descriptivo Sí Muy bajo

5. Lee L, Grap MJ. (2008) Descriptivo Sí Muy bajo

6. Mittal R, Dangoor A. (2007) Descriptivo No Muy bajo

7. McGibbon A, Chen GI, Peltekian KM, Veldhuyzen van Zanten S. (2007) Revisión de la literatura Sí Moderado

8. Banimahd F, Spinello IM. (2008) Descriptivo No Muy bajo

12. Runyon BA. (2014) Revisión de la literatura Sí Moderado

13. Cooper CA. (2010) Descriptivo Sí Muy bajo

17. Rushing J. (2005) Descriptivo Sí Muy bajo

18. Thomsen TW, Shaffer RW, White B, Setnik GS. (2006) Descriptivo No Muy bajo

19. Carey AM. (2012) Guía clínica Sí Moderado

20. Chevillotte J, Godet M. (2011) Descriptivo Sí Muy bajo

21. Hospital General Gregorio Marañón. (2011) Guía clínica Sí Moderado

22. Complexo Hospitalario Universitario de Vigo. (2010) Guía clínica Sí Moderado

23. Moore KP, Aithal GP. (2006) Guía clínica Sí Moderado

Tabla 5. Material para la paracentesis

• Bata de papel y mascarilla• Guantes estériles y no estériles• Gasas estériles. Esparadrapo• Antiséptico clorehixidina 2%• Jeringas: jeringa de 20 cc (1) y de 10 cc (2) • Anestesia local, ampollas (2) • Suero fisiológico en ampollas (5)• Campo estéril fenestrado• Frascos para toma de muestras (con las etiquetas identifica-

tivas del paciente), para hemograma, cultivo, bioquímica, y dos frascos de hemocultivos para aerobios y anaerobios.

• Agujas de carga ,18 G*1 1/2 (2), intramusculares larga, 21 G*2 (2), subcutáneas, 25 G*5/8 (2)

• Contenedor de material punzante• Kit de paracentesis evacuadora• Contenedor para sustancias peligrosas contaminantes para el

líquido ascítico

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sin especificar la frecuencia (5,17,19,20). Sargent (4) des-taca la importancia de tomar las constantes vitales cada 15 minutos durante la primera hora, para prevenir complicacio-nes. Mantener en la medida de lo posible la comodidad y confort del paciente (20). La enfermera observará las carac-terísticas del líquido ascítico, así como la cantidad y la velo-cidad de salida del mismo (20).

Al finalizar el procedimiento el médico retirará el catéter de-jando un apósito compresivo. Se enviarán las muestras al laboratorio, etiquetando correctamente cada frasco (núme-ro de historia clínica, nombre del paciente y la analítica co-rrespondiente) (17-19). El resto de líquido extraído se de-positará en un contenedor específico para este tipo de de-sechos. La cantidad de volumen a reponer estará relaciona-da con la cantidad de líquido ascítico extraído y es el médico quien lo prescribe (2).

Cuidados enfermeros después del procedimientoTras la realización de la paracentesis evacuadora se dejará al paciente tumbado sobre el lado opuesto, para que el pun-to de punción esté elevado, evitando la fuga de líquido du-rante al menos dos horas (6,19,23).

Según Rushing (17) la enfermera responsable registrará las constantes vitales del paciente cada 15 minutos durante una o dos horas tras el procedimiento. Los autores consul-tados resaltan la toma de las constantes una vez finalizado el procedimiento sin especificar la regularidad como ocurría durante la paracentesis, para prevenir complicaciones (5,19,20). A su vez, se procederá a medir el perímetro abdo-minal y a pesar al paciente cuando se pueda incorporar (17).

Tras la paracentesis, a veces el paciente se puede sentir agotado y débil. Se le dejará descansar unas horas tras la misma, dándole apoyo y valorando su estado. Se le adminis-trará analgesia, según orden médica, para mejorar el males-tar (19). Si el paciente es dado de alta se le explicará que vigile su temperatura, si presenta dolor abdominal, mareos o hematuria, así como enrojecimiento de la zona de punción o salida de líquido durante más de dos días, ya que si es así deberá comunicarlo a su médico (13).

Las complicaciones más destacadas que pueden suceder tras la paracentesis son las siguientes: fuga de líquido en el lugar de punción, se da en < 1% de los pacientes y para mi-nimizar este riesgo se aconseja el uso de agujas de menor calibre y mantener al paciente tumbado sobre el lado opuesto al punto de punción (7); hemorragia, se manifiesta como hematoma en la pared abdominal o hemoperitoneo, siendo el riesgo de sangrado alrededor de un 0,2% (7,18); disfunción circulatoria, que se suele asociar con hipoten-sión, hiponatremia y un aumento de los niveles en sangre de catecolaminas y de renina. En los casos graves se puede llegar al síndrome hepatorrenal (2,18); punción de vísceras (intestino o vejiga), el riesgo disminuye cuando la vejiga del paciente está vacía y evitando áreas de cicatrices (7); infec-

ción local o peritonitis, es un riesgo teórico que se minimiza con el uso de una técnica estéril (7).

Destacar que durante la realización de la paracentesis, en todas sus fases, es muy importante la presencia de un pro-fesional enfermero que valorará al paciente de manera ho-lística. Como afirma Cooper (13), el paciente debe sentirse apoyado y protegido durante todo el procedimiento por los profesionales.

DiscusiónTras la revisión bibliográfica descrita junto con la experien-cia práctica se realiza un análisis crítico donde se describen las modificaciones del papel de la enfermera.

La enfermera deberá realizar una valoración del paciente, por ejemplo, por patrones funcionales de salud (Marjory Gordon) (Tabla 6). Se destacan los siguientes por ser en los que la enfermera debe de hacer más hincapié en el procedi-miento:– Patrón 1. Percepción-mantenimiento de la sa-

lud: comprobar que el paciente ha comprendido el pro-cedimiento que se va a realizar.

– Patrón 2. Nutricional-metabólico: en este patrón la enfermera recoge datos tales como el peso y las constantes vitales al recibir el paciente. Como sustenta la evidencia, se recomienda la toma de constantes an-tes, durante y al finalizar la paracentesis de forma más frecuente. La medición de constantes en la guía será siempre antes, a la hora y/o en el momento en el que la cantidad de líquido evacuado sea de 5 litros. A su vez, se valorará de forma continua al paciente durante la técni-ca, por si aparecieran signos y síntomas de posibles complicaciones.

En la línea de casi todos los autores se añadirá a la valora-ción la medida del perímetro abdominal antes del procedi-miento. La medición posterior del mismo no es preciso lle-varla a cabo, ya que se cuantificará la cantidad de líquido evacuado y se valorará la mejoría clínica del paciente.

Rushing (17) y Mittal et al (6) sugieren tener un acceso ve-noso. Sin embargo, en la práctica diaria es el médico quien indica la necesidad de canular una vía venosa para trans-fundir hemoderivados antes de la técnica y/o reponer con albúmina.

Como aconseja Ruynon (12) el paciente no ingerirá alimen-tos, ni sólidos ni líquidos, durante el procedimiento.

– Patrón 3. Eliminación: como sustentan los trabajos de Mittal et al (6), Cooper (13), Chevillette et al (20) y Carey (19) el paciente orinará antes de la paracentesis.

– Patrón 4. Actividad-ejercicio: tras el procedimiento, se establecerá un periodo de 30 a 60 minutos de repo-so, coincidiendo con la reposición de volumen y siempre que no haya alguna complicación, aunque algunos auto-res estiman que este tiempo debería ser de dos horas.

Tribuna de especialidades Portas Badosa M et al. Papel de la enfermera durante el proceso de realización de una paracentesis

16 Metas de Enferm oct 2014; 17(8): 12-17 0576

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ConclusionesSe implantará, en un futuro inmediato en la CUN, una guía clínica que se diseñará basándose en los resultados obte-nidos y se revisarán en un año todos los aspectos que se han considerado para esta guía, así como la literatura cien-tífica que se haya podido publicar valorando los puntos a mejorar.

Entre las limitaciones que presenta este trabajo cabe seña-lar la calidad metodológica de los artículos seleccionados y la poca bibliografía referente al tema. Insistir en la escasa evidencia que existe sobre el mismo, por ello convendría realizar estudios con diseños metodológicos más rigurosos y de mayor calidad para poder tener más impacto en la prác-tica clínica.

FinanciaciónNinguna.

Conflicto de interesesNinguno.

01. Saab S, Nieto JM, Lewis SK, Runyon BA. TIPS versus paracentesis for cirrhotic patients with refractory ascites. Cochrane Database of Syste-matic Reviews 2006, Issue 4. Art. No.: CD004889. DOI: 10.1002/14651858.CD004889.pub2.

02. Glauser F, Barras AC, Pache I, Monti M. Paracentèse abdominale. Revue Médicale Suisse 2008; 4:2324-28.03. Runyon BA. Practice Guidelines Committee. American Association for the Study of Liver Diseases (AASLD). Management of patients with

ascities due to cirrhosis. Hepatology 2004; 39(3):1-16.04. Sargent S. The management and nursing care of cirrhotic ascites. British Journal of Nursing 2006; 15:4.05. Lee L, Grap MJ. Care and Management of the patient with ascites. MEDSURG Nursing 2008; 17(6):376-381.06. Mittal R, Dangoor A. Paracentesis in the management of ascites. British Journal of Hospital Medicine 2007; 68(9):162-165.07. McGibbon A, Chen GI, Peltekian KM, Veldhuyzen van Zanten S. An Evidence-Based Manual for abdominal paracentesis. Dig Dis Sci 2007;

52:3307-15.08. Banimahd F, Spinello MI. Large-volumen paracentesis: a fast, convenient, and safe technique. The Journal of Emergency Medicine 2009;

37(4):409-410.09. Bellot P, Martínez-Moreno B, Palazón JM, Duch J. Ascitis y síndrome hepatorrenal. Medicine 2012; 11(11):644-651.10. European Association for the study of the liver. EASL clinical practice guidelines on the management of ascites, spontaneous bacterial

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Bibliografía

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[email protected]

Paracentesis; guía de práctica clínica; asci-tis; líquido ascítico.

Introduce estos términos:

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17Metas de Enferm oct 2014; 17(8): 12-170577

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Influencia de la lactancia materna y el inicio de la alimentación en el desarrollo de enfermedades

alérgicas entre los 3 y 6 años de edad

Objetivos: determinar la influencia del tipo y duración de lac-tancia materna, así como del tipo e inicio en la introducción de los alimentos, en la presencia de enfermedades alérgicas entre los 3 y 6 años de edad.Método: estudio descriptivo transversal sobre niños y niñas de 2º ciclo de infantil, nacidos entre 2006 y 2008 de cuatro cole-gios existentes en tres poblaciones (N= 417). Se utilizó un cues-tionario cuyo contenido se basó en el Cuestionario Lactancia (CLAC) sobre lactancia, alimentación, antecedentes de salud y estilo de vida. Se calcularon odds ratio (OR) para determinar el grado de asociación entre las variables “lactancia materna exclu-siva de 6 meses” e “inicio de la alimentación complementaria antes de los 6 meses” y las variables de procesos alérgicos. Resultados: de 179 niños/as de los que se obtuvo informa-ción, el 50,8% recibió lactancia materna exclusiva durante 6 me-ses y 12,8% no recibió esta. No se han encontrado diferencias significativas entre lactancia materna exclusiva en 6 meses y la rinitis, dermatitis, asma, bronquitis y alergia alimentaria. El OR para la dermatitis en relación al “inicio de la alimentación comple-mentaria antes de los 6 meses” fue 1,93 (IC 95%: 1,02-3,68). Conclusiones: en la práctica de la lactancia materna parece ser influyente el haber tenido un parto por cesárea, historia familiar materna de haber sido alimentada con lactancia natural. La in-troducción de la alimentación complementaria antes de los 6 meses favorece la aparición de dermatitis.Palabras claveLactancia materna; leche humana; alergia; rinitis alérgica; asma; dermatitis atópica; alimentación; alergia alimentaria; infancia; investigación; estudio descriptivo.

Resumen

Influence of breastfeeding and food initiation in the development of allergic conditions in children

between 3 and 6 years of age

Objectives: to determine the influence of the type and duration of breastfeeding, as well as the type and start in food inititiation, in the development of allergic conditions in children between 3 and 6 years of age. Method: transversal descriptive study on boys and girls in their 2nd school year, born between 2006 and 2008, from four schools in three towns (N= 417). The questionnaire used had contents based on the CLAC Questionnaire on breastfeeding, feeding, health background and lifestyle. Odd ratios (OR) were calculated in order to determine the level of association between the variables “exclusive breastfeeding at six months” and “initiation in complementary feeding before 6 months”, and variables for allergic conditions. Results: out of 179 children from which information was collected, 50.8% received exclusive breastfeeding during 6 months, and 12.8% did not receive breastfeeding. No significant differences were found between exclusive breastfeeding at 6 months, and rhinitis, dermatitis, asthma, bronchitis, and food al-lergies. The OR for dermatitis regarding “initiation in complemen-tary feeding before 6 months” was 1.93% (CI95%:1.02-3.68). Conclusions: having a Caesarean birth seems to have an impact on breastfeeding practice, as well as the mother’s family history in terms of breastfeeding. The introduction of complementary feeding before 6 months encourages the development of dermatitis.Key wordsBreastfeeding; human milk; allergy; allergic rhinitis; asthma: atopic dermatitis; feeding; food allergies; childhood; research; descriptive study.

Abstract

Cómo citar este artículo:Parrilla Gil MJ. Influencia de la lactancia materna y el inicio de la alimentación en el desarrollo de enfermedades alérgicas entre los 3 y 6 años de edad. Metas Enferm oct 2014; 17(8): 18-26.

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Autora:María José Parrilla Gil

Enfermera. Máster en Educación en Salud Escolar. Centro de Salud de Daroca. Zaragoza.

Dirección de contacto:María José Parrilla GilC/ Nueva, 6. 44200 Calamocha (Teruel).E-mail: [email protected]

Fecha de recepción: el 3/10/2013.Aceptada su publicación: el 16/07/2014.

Este artículo se derivó del trabajo de fin de máster del Máster Oficial en Educación en Salud Escolar de la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir”.

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Introducción Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como UNI-CEF señalan que la lactancia natural brinda un medio incom-parable para proporcionar un alimento ideal para el creci-miento y el desarrollo del recién nacido y ejerce una inigua-lable influencia biológica y afectiva sobre la salud tanto de la madre como del niño, por sus propiedades antiinfecciosas la leche materna protege al niño contra enfermedades (1,2).

Recomiendan como imprescindible la lactancia materna ex-clusiva durante los seis primeros meses del recién nacido, y seguir amamantando a partir de ellos, al mismo tiempo que se va ofreciendo al bebé otros alimentos complementarios, hasta un mínimo de dos años (3-7).

La relación entre la lactancia materna y el riesgo de enfer-medades alérgicas ha sido motivo de controversia y son muchos los estudios que han intentado dar una respuesta concluyente en cuanto a si la lactancia materna confiere efecto protector contra el desarrollo de enfermedades alér-gicas o no.

Se sugirió por primera vez por Grulee y Sanford en 1936 (8), cuando asociaron la lactancia materna con una menor inci-dencia de eccema. Desde entonces, el debate fue más de si la lactancia materna protege contra el desarrollo de reac-ciones y enfermedades alérgicas o no.

La incidencia de alergia alimentaria en la edad pediátrica es del 0,3 al 7,5%, siendo un problema de salud en continuo crecimiento. La alergia a las proteínas de la leche de vaca es la más frecuente en lactantes, cuya incidencia oscila entre 0,5 y 1,7% y que puede ser de dos a cinco veces menor en niños con lactancia materna exclusiva con respecto a quie-nes son alimentados con leche de fórmula (2-3%) (9).

El aumento de la prevalencia de las enfermedades alérgicas hace necesario desarrollar estrategias preventivas eficien-tes, dado que altera la calidad de vida de millones de niños en el mundo. Intervenir sobre los factores de riesgo ambien-tales es la mejor alternativa disponible en la actualidad, in-cluyendo evitar el inicio precoz de alérgenos alimentarios con la estrategia de lactancia materna exclusiva.

El objetivo de este trabajo fue probar la hipótesis de que el tipo y duración de la lactancia materna, así como el tipo e inicio en la introducción de los alimentos, se asocia con una menor presencia de enfermedades alérgicas entre los 3 y 6 años de edad.

MétodoSe realizó un estudio descriptivo transversal sobre niños y niñas de 2º ciclo de infantil, nacidos entre 2006 y 2008 y, por lo tanto, con edades comprendidas entre 3 y 6 años. El marco poblacional estaba comprendido por los niños y niñas de los cuatro colegios existentes en tres poblaciones (N= 417): Colegio Público Pedro Sánchez Ciruelo de Daroca (Za-ragoza), Colegio Público Ricardo Mallen de Calamocha

(Teruel), Colegio Público San Jorge de Andorra (Teruel) y Co-legio Público Manuel Franco Royo de Andorra (Teruel). Se captó a la población a través de dichos colegios, haciendo llegar a cada respectivo padre o madre, por medio de los tu-tores/as de cada aula, un cuestionario anónimo.

Para la elaboración del cuestionario se tuvo en cuenta la población a la que iba dirigido, haciendo uso de preguntas breves y fáciles de comprender, la precisión, la sensibilidad y la homogeneidad. Su contenido se basó en el Cuestionario Lactancia (CLAC) (10,11) y constaba de 37 preguntas sobre la misma, alimentación, antecedentes de salud, estilo de vida y un último apartado de texto libre donde podían ex-presar lo que desearan (Anexo 1). Se llevó a cabo un pilotaje con 10 personas con características similares a la población objeto de estudio.

Se solicitó consentimiento informado escrito a los padres, a cada tutor/a legal de los niños que participaban en el estu-dio, y también la autorización escrita de colaboración al di-rector/a de cada colegio. Se dejó implícito en todo momen-to, en las cartas de presentación, cuáles eran las intencio-nes del estudio y que los datos recogidos eran individuales, confidenciales y anónimos.

El análisis de los datos se efectuó con el programa SPSS v15. Se llevó a cabo un análisis univariante describiendo las carac-terísticas de todas las variables incluidas: características so-ciodemográficas, clínicas y epidemiológicas de la muestra. Se analizó la relación entre el tipo de parto y el tipo de lactancia, así como entre la duración de la lactancia materna y el ante-cedente de la madre de haber sido alimentada con biberón o con pecho. Posteriormente, se realizó un análisis bivariante a través del test de Chi cuadrado o Fisher según correspondía. Se estableció un nivel de significación menor o igual a 0,05 y calcularon odds ratio (OR) y sus intervalos de confianza para un 95% de seguridad (IC 95%) para valorar el grado de aso-ciación entre las variables “lactancia materna exclusiva de 6 meses” e “inicio de la alimentación complementaria antes de los 6 meses” y las variables de procesos alérgicos.

ResultadosSe obtuvieron 179 cuestionarios (tasa de respuesta: 42,9%) (Tabla 1).

El 78,7% se consideraba de nivel económico medio y el 20,1% bajo (un 1,1% no contestó). Referente al estado la-boral el 48,6% estaba en activo, el 27,3% no lo estaba y un 24,0% no contestó. No se encontró ninguna relación esta-dísticamente significativa entre el tiempo de lactancia y el tipo de profesión y/o nivel económico. En la Tabla 2 se de-tallan las principales características clínicas y epidemiológi-cas de la población estudiada.

El parto natural fue de un 72% frente al parto con cesárea con un 28%, ambas con un predominante uso de anestesia epidural, donde solamente un 15% de las encuestadas no hizo uso de ella. De los 129 niños/as nacidos con parto na-

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tural, 72 recibieron lactancia materna exclusiva (LME) y 52 no la recibieron; mientras que de los 50 niños/as nacidos mediante cesárea, 18 recibieron LME y 32 no la recibieron; es decir, existió una ligera mayor proporción entre los naci-dos mediante parto por cesárea que no recibió LME (64%) que entre los que nacieron por parto natural (40,3%). Se observó una menor práctica de la LME durante seis meses en los niños nacidos mediante parto con cesárea, dentro de los cuales se contabilizaron seis casos que no recibieron lactancia materna, 25 casos cuya duración de la lactancia materna fue menor a 6 meses y 19 casos cuya duración fue mayor a 6 meses.

Relacionando la duración de la lactancia materna con el an-tecedente de la madre de haber sido alimentada con pecho o biberón, no se observó relación de causalidad entre si fue-ron alimentadas de una manera u otra, con la duración de menos o más de 6 meses de lactancia materna. Lo que sí se

destacó es que entre el total de 23 madres que no optaron por la lactancia materna para sus hijos/as, 15 de ellas fue-ron alimentadas de bebés con biberón (65,2%).

La LME de seis meses se dio en el 50,8% (n= 91), la lactan-cia materna no exclusiva en el 33,3% (n= 65) y en el 12,8% (n= 23), no se dio lactancia materna.

Un 31,8% (n= 57) tenían diagnosticado dermatitis atópica, un 13,4% (n= 24) bronquitis, un 8,9% (n= 16) alergia ali-mentaria, y el mismo porcentaje, 3,9% (n= 7) tanto para el asma como para la rinitis alérgica.

Con respecto a la alimentación complementaria, de las 179 encuestas, dan respuesta 169. El 83,4% respondió que la alimentación complementaria hasta el año fue mayoritaria-mente casera, el resto contestó que fue tanto casera como comercial. La introducción de la alimentación complementa-

MUESTRA NACIDOS 2006

NACIDOS 2007

NACIDOS2008 TOTAL

Poblaciónde estudio 138 126 153 417

Población participante 41 56 82 179

Porcentaje de participación 29,7 44,4 53,5

Tabla 1. Población de estudio y población participante según año de nacimiento

Tabla 2. Descriptiva de la población estudiada, general y según enfermedad alérgica diagnosticada

* Seis personas no contestaron en esta variable

Totaln= 179

Alergia alimentaria

n= 16

Asma o proceso de bronquitis*

n= 31 24 bronquitis

7 asma

Dermatitis atópica

n= 57

Rinitis alérgica

n= 7

# (%) # (%) # (%) # (%) # (%)

Nacionalidad no española 40 (22,3) 2 (12,5) 4 (16,6)2 (28,5) 6 (10,5) 4 (57,1)

Nacionalidad española 139 (77,6) 12 (75) 19 (79,1)5 (75,4) 53 (92,9) 3 (42,8)

Con hermanos 122 (68,1) 8 (50) 16 (66,6)5 (71,4) 43 (75,4) 5 (71,4)

Parto natural 129 (72,0) 8 (50) 14 (58,3)4 (57,1) 45 (78,9) 6 (85,7)

Parto con cesárea 49 (27,3) 5 (31,2) 8 (33,3)3 (42,8) 13 (22,8) 1 (14,2)

Lactancia materna exclusiva 6 meses 91 (50,8) 9 (56,2) 13 (54,1)

3 (42,8) 26 (45,6) 3 (42,8)

Lactancia materna de 3-6 meses 38 (21,2) 3 (18,7) 1 (4,1)3 (42,8) 12 (21,0) 2 (28,5)

No lactancia materna 23 (12,8) 1 (6,2) 2 (8,3)0 5 (8,7) 1 (14,2)

Introducción de la alimentación complementaria antes de los 6 meses 90 (50,2) 9 (56,2) 10 (41,6)

7 (100) 33 (57,8) 4 (57,1)

Antecedentes de alergia (asma, rinitis, dermatitis o alimentaria) en madre, padre o hermanos

81/173* (46,8) 8 (50) 15 (62,5)4 (57,1) 35 (61,4) 3 (42,8)

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ria antes de los 6 meses es mayor (53,2%) que a partir de los 6 meses de edad (46,7%), principalmente a los 4-5 meses. En la Tabla 3 se puede ver el promedio y la moda en meses del inicio por grupos de alimentos, destacando la introduc-ción de los cereales sin gluten antes de los 6 meses, de los 6 a 8 meses el gluten, frutas, verduras, carnes y pescado blan-co, y a partir del año pescado azul, huevo, legumbres, leche de vaca y derivados, los frutos secos cerca de los 2 años.

Según se pueden observar en los resultados en la Tabla 4, no se han encontrado diferencias significativas al analizar la relación entre lactancia materna exclusiva de seis meses y las variables rinitis, dermatitis, asma, bronquitis y alergia alimentaria.

Con respecto a la variable “inicio de la alimentación comple-mentaria antes de los 6 meses” se ha encontrado relación significativa (p< 0,05) al relacionarla con la dermatitis (ma-yor número de casos cuando la introducción de la alimenta-ción complementaria es antes de los 6 meses). El OR en este caso fue 1,93 (IC 95%:1,02-3,68). No se han encontra-do diferencias significativas al analizar la relación entre “ini-

cio de la alimentación complementaria antes de los 6 me-ses” y alergia alimentaria (Tabla 5).

Discusión y conclusionesRelacionar la influencia de la leche materna en el desarrollo de alergias ha sido objetivo de muchos trabajos. La literatu-ra actual no ofrece una respuesta concluyente en cuanto a si la lactancia materna confiere el efecto protector contra el desarrollo de enfermedades alérgicas o no. Hay estudios que indican que la leche materna disminuye el riesgo de en-fermedades alérgicas, otros han fallado en intentar confir-marlo, y algunos indican un aumento en el riesgo de asma y eccema asociando a la lactancia materna si existe antece-dente por parte de la madre (12).

Los estilos de vida, el inicio y la variación en la introducción de la alimentación complementaria, la variación en la dura-ción y el patrón de lactancia materna o artificial, la contami-nación ambiental y la herencia pueden explicar tanta varia-bilidad de resultados inconsistentes, todos ellos cuestiona-dos. Se debe reconocer que los estudios existentes sufren importantes limitaciones metodológicas, como la relación

Tabla 4. Asociación entre la lactancia materna exclusiva (LME) 6 meses y la introducción de la alimentación complementaria antes de los 6 meses, con la presencia de enfermedades alérgicas

LME: lactancia materna exclusiva; IC 95%: intervalo de confianza al 95% de seguridad

LME sí LME no OR IC 95% Valor p

Rinitis alérgicaSíNo

388

484

0,72 0,156 – 3,295 0,717

Dermatitis atópicaSíNo

2665

3157

0,73 0,391 – 1,382 0,735

AsmaSíNo

388

484

0,72 0,156 – 3,295 0,717

BronquitisSíNo

1378

1177

1,17 0,492 – 2,764 0,726

Alergia alimentariaSíNo

982

781

1,27 0,451 – 3,573 0,650

Tabla 3. Edad en meses de inicio de introducción de la alimentación complementaria por grupos de alimentos*

* Cereales sin gluten (papillas, arroz, maíz), gluten (papillas de cereales, galletas, pan y trigo), frutas no alérgicas (manzana, pera, naranja), frutas alérgicas (melocotón, fresa), verduras (incluidas hortalizas), carnes (en general), pescado blanco (merluza, lubina, lenguado), pescado azul (sardinas, atún), yema de huevo (cocida), huevo entero (en todas sus formas de cocinado), legumbres (lentejas, garbanzos), yogures, leche de vaca, queso fresco, frutos secos

GRUPO DE ALIMENTOS

Cereales sin gluten

Cereales con gluten

Frutas no alérgicas

Frutas alérgicas Verduras Carne Pescado

blancoPescado

azul

PROMEDIO 5,3 7,5 5,8 7,8 6,9 5,6 9,4 11,3

MODA 5 6 6 6 6 6 8 12

GRUPO DE ALIMENTOS

Yema de huevo

Huevo entero Legumbre Yogur Leche

de vacaQueso fresco

Frutos secos

PROMEDIO 10,7 12,3 11,6 8,3 13,6 13,2 22,1

MODA 12 12 12 12 12 12 24

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de causalidad inversa, el sesgo de memoria y la falta de es-tandarización en sus definiciones (2,13).

Es ampliamente aceptado que la lactancia materna es la forma ideal de nutrición infantil. La leche materna es muy nutritiva y además de sus aportaciones antiinfecciosas, al transmitir una nutrición inmunológica al recién nacido, los beneficios psicológicos de unión madre-hijo que se produ-cen son innumerables (14,15).

Se habla de recomendaciones para la prevención de sínto-mas alérgicos como: promoción de lactancia materna, res-tricción de alimentos alergénicos en la dieta de madres lac-tantes de alto riesgo, uso de fórmulas de alto grado de hi-drólisis si no es posible la lactancia materna y retraso en introducción de alimentación complementaria (9,16-20).

Pero a pesar de décadas de investigación sobre la recomen-dación de la lactancia materna en la prevención de la sensi-bilización a los alérgenos en los recién nacidos, todavía no se pueden hacer declaraciones definitivas; la evidencia está lejos de ser uniforme. Friedman et al. (20) comentan que la LME mínima de cuatro meses parece proteger contra el de-sarrollo de dermatitis atópica. Kramer et al. (21) encontra-ron que la promoción de la LM, con su aumento en duración y exclusividad, no disminuye el riesgo de asma, rinitis alérgi-ca y dermatitis atópica. Acevedo et al. (12) hallaron que una lactancia materna mayor a tres meses se asocia a una me-nor posibilidad de desarrollar alguna enfermedad alérgica, pero no encontraron asociación con LME; sí detectaron que el consumo de alimentos alergénicos antes del primer año es un factor de riesgo para enfermedades alérgicas, sin re-lación con el momento de inicio de aglactación. Kusunoki et al. (22) sugieren el efecto preventivo sobre el asma bron-quial, mientras que la asociación con la dermatitis atópica y alergia alimentaria es muy probable que sea debido a una causación inversa. Matheson et al. (2) afirman que no hay pruebas suficientes, dado que los estudios son limitados para una evidencia consistente que relacione LM con aler-gia alimentaria y asma; son difíciles las comparaciones por las definiciones utilizadas, y la evidencia no es compatible con el beneficio en dermatitis atópica y rinitis alérgica.

Para evitar sesgo de información, a la hora de determinar la existencia o no de enfermedades alérgicas se preguntó di-rectamente sobre la presencia de diagnóstico médico a los padres, para así evitar las posibles dudas que les pudieran surgir si se hubiera preguntado por síntomas o signos y a las

diferentes interpretaciones semánticas de términos o su ignorancia en el significado. Pero sí cabe señalar como limi-tación la posibilidad de que se haya dado un sesgo de me-moria, es decir, la dependencia del recuerdo materno en las respuestas al cuestionario, sobre todo en los patrones de inicio de alimentación complementaria. No se cree que in-fluyera tanto para el patrón de lactancia materna, debido a que se suele tener mayor recuerdo sobre esta variable.

Por otra parte, podría estar presente un fenómeno de la causalidad inversa, que se refiere a que las madres de niños/as con antecedentes familiares de enfermedades alérgicas optaran por amamantar periodos de tiempo más largos en comparación con las madres de los lactantes de bajo riesgo, con la esperanza de que la lactancia materna pudiera redu-cir el riesgo de enfermedades atópicas.

Teniendo en cuenta los resultados del presente estudio, se puede concluir que:– El número de casos de la lactancia materna exclusiva en

seis meses supera el 50% de la población del estudio, cifra superior a la dada en la Encuesta Nacional Españo-la de 2006, que era del 24,4%.

– La introducción de la alimentación complementaria antes de los 6 meses de edad favorece la aparición de dermatitis.

– Los datos del estudio no aportan evidencia sobre el efecto protector de la lactancia materna exclusiva de 6 meses de edad para la rinitis alérgica, dermatitis atópica, asma, bronquitis asmática y alergia alimentaria.

– En la práctica de la lactancia materna parece ser influyen-te el haber tenido un parto por cesárea, historia familiar materna de haber sido alimentada con lactancia natural.

FinanciaciónNinguna.

Conflicto de interesesNinguno.

Si quieres ampliar más información sobre este artículo, consulta:

Contacta con los autores en:

[email protected]

Lactancia materna; leche humana; alergia; rinitis alérgica; asma; dermatitis atópica; alimentación; alergia alimentaria; infancia; investigación; estudio descriptivo.

Introduce estos términos:

IAC sí IAC no OR IC 95% Valor p

Alergia alimentariaSíNo

981

782

1,3 0,463 – 3,662 0,617

DermatitisSíNo

3555

2267

1,93 1,020 – 3,681 0,042

Tabla 5. Asociación entre la introducción de la alimentación complementaria antes de los 6 meses, con la presencia de enfermedades alérgicas

IAC: introducción de la alimentación complementaria; IC 95%: intervalo de confianza al 95% de seguridad

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En portadaParrilla Gil MJ. Influencia de la lactancia materna y el inicio de la alimentación en el desarrollo de enfermedades alérgicas entre los 3 y 6 años de edad

23Metas de Enferm oct 2014; 17(8): 18-260583

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En las siguientes preguntas, marque con una X la opción elegida1. Edad actual de la madre/padre/tutor:

a. Menor de 25 añosb. Entre 26-30 añosc. Entre 31-35 añosd. Mayores de 36 años

2. Nacionalidad:a. Españolab. Extranjera (especificar) ...............................................................................................................................................................................................................................................................................

3. Nivel económico:a. Bajob. Medioc. Alto

4. Profesión: ¿en activo? q NO q SÍ

5. Nº de hijos: .......................................................................................................................................................................................................................................................................................................................

6. Tipo de parto sobre el hijo encuestado:a. Naturalb. Cesárea ¿fue con epidural? q NO q SÍ

7. Fumadora: q NO q SÍ a. ¿Fumó durante el embarazo y/o lactancia? q NO q SÍ b. ¿Fumó después de la lactancia? q NO q SÍ

8. ¿Tomó alguna bebida alcohólica durante el embarazo y/o lactancia? q NO q SÍ

9. ¿Tomó medicamentos mientras daba el pecho a su hijo/a? q NO q SÍ ¿Cuáles? ......................................................................................................................................

10. De bebé fue usted alimentado/a con…a. Pechob. Biberónc. No sabe/no contesta

11. ¿Realizó Lactancia Materna Exclusiva durante los 6 primeros meses? q NO q SÍ

12. ¿Durante cuánto tiempo amamantó a su hijo/a?a. Nadab. Semanasc. Menos de 3 mesesd. Entre 3 y 6 mesese. Entre 6 y 9 mesesf. Entre 9 y 12 mesesg. Entre 12 y 18 mesesh. Entre 18 y 24 meses

13. ¿En su entorno hay alguien que amamantó o amamante durante 2 años? q NO q SÍ

14. ¿Ha sufrido algún tipo de rechazo social por amamantar a su hijo/a? q NO q SÍ

15. ¿Presento algún tipo de problema durante la lactancia o contraindicación? q NO q SÍ Si la respuesta es afirmativa, indique cuál y cómo lo solucionó: a. Mastitisb. Infecciónc. Obstrucciónd. Otros ..........................................................................................................................................................................................................................................................................................................................

A continuación encontrará una serie de preguntas muy fáciles y rápidas de contestar. Esta encuesta es confidencial y anónima. Va dirigida a madres y padres de niñ@s entre 3 y 6 años. Tiene que saber que no existen respuestas mejores o peores. Los resultados de este cuestionario son estrictamente confidenciales y se rellenará de forma anónima; por favor, conteste lo más sinceramente que pueda, de esto depende el trabajo de investigación. Ponga una cruz en la casilla correspondiente o elija la opción adecuada, al final tiene opción de texto libre. ¡Muchas gracias por su colaboración!

CUESTIONARIO

a) Fecha de nacimiento del niño: _______ / _______ / _______ (ej. 21/12/2008)b) Primera inicial del primer y segundo apellido del niño: _______ / _______ / (ej. Pérez Navarro : P / N)c) Fecha de cuestionario: _______ / _______ / _______ (ej. 21/05/2012)d) Entrevistado: q MADRE q PADRE (marcar con una X la opción elegida) TUTOR/OTRO (ESPECIFICAR) .........................................................................................................................................................................................................................................................................

IDNUM: (NO RELLENAR)

Anexo 1.

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24 Metas de Enferm oct 2014; 17(8): 18-26 0584

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Tipo de alimento Ante 5 m 5 m 6 m 7 m 8 m 9 m 10 m 11 m 12 mEntre 1-2 a

Entre 2-3 a

Más 3 a

Cereales sin gluten (papilla, arroz, maiz)Cereales con gluten (papilla, galletas, pan, trigo)Frutas: manzana, pera, naranjaFrutas: plátano, melocotón, fresaZumo frutasVerduras: patata, zanahoria, judías verdes, borraja, calabacínVerduras: acelgas, espinacas, colCarne: pollo, conejoCarne: ternera, corderoCarne: cerdoJamón / embutidosPescado blancoPescado azulYema huevo cocidaHuevo enteroLegumbresYoguresLeche de vacaQueso frescoFrutos secosChuchearías/golosinasChocolate¿Añade cubitos tipo Maggi en la comida? ¿Usa aceite añadido? Tipo:Otro alimento no descrito

16. ¿Recibió ayuda en la lactancia por parte de algún profesional sanitario? q NO q SÍ

17. Recibió información sobre la lactancia materna a través de:a. Personal sanitariob. Librosc. Grupos de apoyo a la lactanciad. Otros ..........................................................................................................................................................................................................................................................................................................................

18. ¿Realizó lactancia materna exclusiva antes de iniciar la artificial? q NO q SÍ q Simultáneas

19. ¿A qué edad del niño/a introdujo la lactancia artificial (biberones de leche adaptada)?a. Días: ............................................................................................................................................................................................................................................................................................................................b. Meses: ......................................................................................................................................................................................................................................................................................................................c. Años: ..........................................................................................................................................................................................................................................................................................................................

20. ¿Cuál es el origen principal del agua cuando preparaba los biberones de su hijo/a?a. Agua municipal (del grifo). ¿Utiliza algún filtro? q NO q SÍb. Pozo privadoc. Agua embotellada. Marca: .........................................................................................................................................................................................................................................................................d. Otro origen (especificar) .............................................................................................................................................................................................................................................................................e. No sabe/no contesta

21. ¿Cuál fue la razón de introducir la lactancia artificial? (puede marcar mas de una opción):a. Hipogalactia (déficit o poca cantidad de leche)b. Dificultad del bebé de cogerse al pechoc. Escasa ganancia de peso del niñod. Experiencia negativa en una lactancia anteriore. Cuestiones laborales por parte de la madref. Problemas de salud de la madre (especificar) ............................................................................................................................................................................................................................g. Otros (especificar) ...........................................................................................................................................................................................................................................................................................

22. ¿Qué persona le influyó más a la hora de tomar la decisión?a. Usted solab. Se lo aconsejó su médicoc. Se lo aconsejó su matronad. Su parejae. Otras personas ..................................................................................................................................................................................................................................................................................................

ALIMENTACIÓN Y ANTECEDENTES DE SALUD23. ¿A qué edad le introdujo a su hijo/a, la alimentación complementaria?____ meses

24. ¿La alimentación complementaria hasta el año fue mayoritariamente?CaseraComercial ¿marca? ..................................................................................................................................................................................................................................................................................................... Ambas .................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................

25. Intente recordar y ponga una cruz dentro de la tabla donde corresponda según la edad a la que le introdujo cada alimento complementario a su hijo/a:

En portadaParrilla Gil MJ. Influencia de la lactancia materna y el inicio de la alimentación en el desarrollo de enfermedades alérgicas entre los 3 y 6 años de edad

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Percentil Peso 1 año Talla 1 año Peso 2 años Talla 2 años Peso 3 años Talla 3 años3

102550759097

26. ¿Toma el niño/a algún tipo de suplemento vitamínico, mineral o de otro tipo? q NO q SÍ ¿Cuál/cuáles? .............................................................................

27. ¿Cuál es el origen principal del agua que bebe su hijo/a?a. Agua municipal (del grifo). ¿Utiliza algún filtro? q NO q SÍb. Pozo privadoc. Agua embotellada. Marca: .........................................................................................................................................................................................................................................................................d. Otro origen (especificar)e. No sabe/no contesta

28. Ponga una cruz dentro de la tabla donde corresponda según el percentil peso-talla que tuvo su hijo/a según edad (puede consultarlo en la cartilla de seguimiento del pediatra):

29. ¿Ha presentado el niño/a algún tipo de reacción con algún alimento? q NO q SÍ ¿De qué tipo? ................................................................................................

30. ¿Padece o ha padecido la madre del niño/a alguna alergia? Señale las respuestas que correspondana. Alergia alimentaria a: .....................................................................................................................................................................................................................................................................................b. Reacciones alérgicas respiratorias a: ................................................................................................................................................................................................................................................c. Reacciones alérgicas en la piel a: .........................................................................................................................................................................................................................................................d. Otras alergias a: ................................................................................................................................................................................................................................................................................................e. Ninguna

31. ¿Padece o ha padecido el padre del niño/a alguna alergia? Señale las respuestas que correspondana. Alergia alimentaria a: .....................................................................................................................................................................................................................................................................................b. Reacciones alérgicas respiratorias a: ................................................................................................................................................................................................................................................c. Reacciones alérgicas en la piel a: .........................................................................................................................................................................................................................................................d. Otras alergias a: ................................................................................................................................................................................................................................................................................................e. Ninguna

32. ¿Padece o ha padecido el hermano/a del niño/a alguna alergia? Señale las respuestas que correspondana. Alergia alimentaria a: .....................................................................................................................................................................................................................................................................................b. Reacciones alérgicas respiratorias a: ................................................................................................................................................................................................................................................c. Reacciones alérgicas en la piel a: .........................................................................................................................................................................................................................................................d. Otras alergias a: ................................................................................................................................................................................................................................................................................................e. Ninguna

33. ¿Presenta alguna alergia alimentaria su hijo/a? q NO q SÍ ¿Cuál/cuáles? ..................................................................................................................................................

34. ¿Presenta algún tipo de problema respiratorio tipo asmático el padre/madre? q NO q SÍ ¿Cuál/cuáles? ............................................................................

35. ¿Presenta o ha presentado algún tipo de proceso asmático o infección respiratoria su hijo/a? q NO q SÍ ¿Cuál/cuáles? ......................................

36. ¿Ha sido diagnosticado su hijo de dermatitis atópica? q NO q SÍ

37. ¿Ha sido diagnosticado su hijo de rinitis alérgica? q NO q SÍ

38. OBSERVACIONES (escriba todo lo que quiera expresar y/o aportar y no lo ha hecho en las preguntas anteriores):

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Las acciones afectivas y el distrés del niño ante la venopunción

Objetivo: determinar si una intervención enfermera sistemati-zada de acciones afectivas produce una disminución en el dis-trés experimentado por los niños ante la venopunción. Método: estudio de intervención antes y después, realizado en el centro de salud de Almuñécar (Granada) con niños de 1 a 5 años que requerían venopunción para determinación analítica. Para determinar el distrés se utilizó la Children’s and Infants’ Postoperative Pain Scale (CHIPPS). La intervención consistió en un conjunto de acciones afectivas: contacto continuo con pa-dres/tutores; uso de lenguaje apropiado a la edad; muestra y explicación del material de venopunción y proyección de audio-visual preferido. Resultados: muestra compuesta por 100 sujetos, distribuidos al 50% por sexo y dos categorías de edad (1-3 años y > 3-5 años). En el conjunto de la muestra se obtuvo un cambio signifi-cativo en todas las variables (p< 0,05), excepto en el llanto (p= 0,057). En los niños se observó cambio significativo en todos los parámetros, menos el llanto; en las niñas, el cambio se produjo en la expresión facial y postura del tronco, pero no para el llanto, inquietud motora y postura de las piernas. En el grupo de 1-2 años encontramos un cambio significativo en todas las varia-bles, mientras que en el grupo de 3-5 años no se produjo el cam-bio en la postura de las piernas y llanto.Conclusiones: se evidencia que la inclusión de unas sencillas técnicas afectivas produce una disminución del distrés del niño durante la venopunción.Palabras claveVenopunción; niños; distrés; temor; intervención psicológica.

Resumen

Affection and distress for venipuncture

Objective: to determine whether a structured nursing inter-vention of affective actions will cause a reduction in the dis-tress suffered by children when faced with venipuncture. Method: before-and-after intervention study, conducted at the health centre in Almuñécar (Granada) with 1 to 5-year-old children who required venipuncture for blood tests. In order to determine distress, the Children’s and Infants’ Postoperative Pain Scale (CHIPPS) was used. The intervention consisted of a set of affective actions: continuous contact with parents / guardians; use of language adequate for their age; showing and explaining the venipuncture materials, and projection of their preferred audiovisual aids. Results: the sample included 100 subjects, allocated on a 50% by gender and two age categories (1 to 3-year-old and > 3 to 5-year-old). There was a significant change in all variables (p< 0.05) in the overall sample, except for crying (p= 0.057). A significant change was observed in all parameters for boys, except in crying; while in girls, there was a change in facial expression and chest posture, but not in crying, motor restlessness, and leg posture. We found a significant change in all variables in the 1-2-year-old group, while no change in leg posture and crying occurred in the 3 to 5-year-old group.Conclusions: there is evidence showing that the inclusion of some simple affective techniques will cause a reduction in children’s distress during venipuncture.

Key wordsVenipuncture; children; distress; fear; psychological intervention.

Abstract

Cómo citar este artículo:Garzón Benítez R, Pérez Fernández GM, Prados García EI, González Alabarce I. Las acciones afectivas y el distrés del niño ante la venopunción. Metas Enferm oct 2014; 17(8): 27-32.

Salud y calidad de vida

Autores:1Rafael Garzón Benítez

1Gracia María Pérez Fernández2Elisa Isabel Prados García1Isabel González Alabarce

1Enfermero/a. Unidad de Gestión Clínica de Almuñécar (Granada). Área de Gestión

Sanitaria Sur de Granada.2Técnico en cuidados auxiliares de Enfermería.

Unidad de Gestión Clínica de Almuñécar (Granada). Área de Gestión Sanitaria Sur

de Granada.

Dirección de contacto:Rafael Garzón Benítez

Centro de Salud de Almuñécar. C/ Chingetti, s/n. 18690 Almuñécar (Granada).

E-mail: [email protected]

Fecha de recepción: el 26/03/2014.Aceptada su publicación: el 25/08/2014.

27Metas de Enferm oct 2014; 17(8): 27-320587

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IntroducciónLa venopunción es uno de los procedimientos clínicos reali-zados con más frecuencia en Atención Primaria de salud, ante el que las personas experimentan temor.

Desde el punto de vista técnico, este procedimiento en los niños tiene mayor dificultad, por el menor calibre de la vena a puncionar y la menor cooperación por parte de este, dado el temor que presenta. Este miedo puede ser de intensidad variable y se refleja de maneras muy variadas, pero en ge-neral resistiéndose a ser puncionado, con lo que aumenta aún más la dificultad; además, todo esto influye emocional-mente en los padres y en el mismo personal sanitario.

El temor ante la venopunción no debe ser visto como un tipo de fobia, sino más bien como un estrés anticipatorio, lo que explica la resistencia a asistir a la consulta médica por el miedo de ser víctimas de la venopunción y las inyecciones. Los niños que anteriormente muestran más ansiedad son los que con mayor frecuencia desarrollan crisis de pánico al enfrentarse al momento de la venopunción (1).

El distrés o estrés disfuncional se define como la sobrecar-ga de alerta que lleva al agotamiento de la reserva de ener-gía para reaccionar ante los estados de peligro y reduce la capacidad de respuesta y adaptación, conduciendo a esta-dos morbosos graves (2). El dolor junto a la ansiedad fre-cuentemente son indistinguibles en términos de comporta-miento, su combinación es referida como distrés (3).

El medir el distrés en los niños es problemático por la gran cantidad de variables a observar. A lo largo de los años, dife-rentes escalas propuestas han intentado recoger las varia-bles para la medición del distrés. Entre las más recientes tenemos las siguientes:• Children’s and Infants’ Postoperative Pain Scale (CHI-

PPS) validada en niños desde recién nacidos hasta 5 años de edad para dolor quirúrgico y procedimental (4).

• Distress Scale for Ventilated Newbord Infants (DSVNI) (5), utilizada en neonatos sometidos a ventilación mecánica y que valora las variables expresión facial, movimiento, color, signos vitales, oxigenación y tem-peratura.

• Observational Scale of Behavioral Distress (OSBD) (6), que toma en cuenta dos variables principales: el llanto y la tensión muscular, y clasifica en cinco grados el dis-trés.

• Liverpool Infant Distress Scale (LIDS) (7), se utiliza para el caso de los recién nacidos a término y mide las varia-bles expresión facial, patrón-sueño, llanto, movimiento, postura y tronco. Estas características han sido consi-deradas en todos los instrumentos revisados y son las conductas que con mayor frecuencia se presentan, ade-más de ser relativamente fácil definirlas en forma.

En cuanto a los antecedentes en el marco de las medidas afectivas para la disminución del distrés ante la venopun-ción, son numerosos los estudios que han señalado distintas

variables que influyen en el estrés o ansiedad de los niños ante la venopunción. Casi todos los padres prefieren estar presentes durante esta (8), pero por otra parte la ansiedad o comportamiento propias del cuidador puede aumentar la an-siedad del niño, o aún exagerar el dolor de este (9-12).

Una variable que influye en la percepción del dolor es la edad, habiéndose observado que los niños más pequeños soportan mayor dolor que los mayores y la ansiedad se ha manifestado en menor grado en niños sin el antecedente de haber sufrido la venopunción (13). A mayor edad se ha experimentado un menor grado de estrés independiente-mente del género y con una correlación positiva fuerte en-tre el estrés anticipatorio y el real (13).

Existen estudios que han señalado el efecto positivo de in-tervenciones conductuales, como el empleo de reforzado-res positivos, distractores de atención y asesoramiento de los padres en la percepción del dolor y la ansiedad, así como el uso de intervenciones psicológicas o la hipnosis (14) o de las canciones y la música (15,16), e incluso comparando en-tre diferentes géneros musicales (17).

Generalmente, las intervenciones que se utilizan de manera rutinaria para aliviar el distrés del niño ante la venopunción se realizan intuitivamente y según el criterio del profesio-nal. Con el propósito de estandarizar esta actuación profe-sional y mejorar la calidad asistencial, se plantea llevar a cabo este estudio, cuyo objetivo consistió en determinar si una intervención enfermera sistematizada de acciones afectivas produce una disminución en el distrés experimen-tado por el niño ante la venopunción.

MétodoSe diseñó un estudio de intervención antes y después, que se llevó a cabo en el Centro de Salud de Almuñécar (Grana-da) (población de 27.703 habitantes), desde el 1 de abril de 2012 al 31 de marzo de 2013.

La población objeto de estudio fueron niños del municipio de Almuñécar, sin diferenciación de sexo.

Para la selección de la muestra se utilizaron los siguientes criterios de inclusión: niños/as con edades comprendidas entre 1 y 5 años, con adscripción médica en el Centro de Salud de Almuñécar y derivados por su pediatra con peti-ción analítica que requiriera extracción sanguínea y cuyos padres/tutores hubieran aceptado participar en el estudio y firmado el consentimiento informado.

Para determinar el tamaño muestral se realizó un cálculo probabilístico, de manera que en una población de 1.185 sujetos (niños de 1 a 5 años) con una precisión del 5% en la estimación de una proporción mediante un intervalo de confianza asintótico normal, con corrección para poblacio-nes finitas al 95% bilateral y asumiendo que la proporción esperada de peticiones analíticas era del 7%, sería necesa-rio incluir 93 sujetos en el estudio.

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Se determinó que la muestra estuviera compuesta de 100 sujetos, distribuidos al 50% por sexo y en cinco grupos de un año, según la edad (> 1 y < 2; > 2 y < 3; > 3 y < 4; > 4 y < 5; > 5 y < 6).

La variable dependiente fue el distrés, que se midió según la escala CHIPPS, porque ha sido la más utilizada en anterio-res estudios sobre el estrés y está validada en niños desde recién nacidos hasta 5 años de edad. La escala tiene una puntuación mínima de 0 puntos y una máxima de 10 pun-tos, en la que se valoran los siguientes parámetros: llanto, expresión facial, postura del tronco, postura de las piernas e inquietud motora, con un rango de valores, para cada uno de ellos, entre 0 y 2 (4) (Tabla 1). Se realizaron test median-te la escala CHISPPS pre y post intervención enfermera.

Las variables independientes fueron la intervención enfer-mera compuesta por acciones afectivas y las variables de-mográficas (sexo y edad).

La intervención afectiva desarrollada por los profesionales de Enfermería consistió en:• Contacto físico continuo del niño/a en presencia del pa-

dre/madre; estos últimos fueron los encargados de la sujeción del niño/a.

• Utilización en todo momento de un lenguaje adecuado a la edad del niño/a, tranquilizándolo, dándole confianza y tratando la técnica como si fuera un juego.

• Enseñar el material a utilizar durante la técnica y expli-car su utilidad con el fin de naturalizarlo.

• Proyección medios audiovisuales (vídeos) adecuados a la edad y según sus preferencias.

El procedimiento que se siguió fue el siguiente: En la sala de extracciones, una vez identificados los pacien-tes que cumplieron con los criterios de inclusión, la enfer-

mera procedió a explicar a los padres/tutores detallada-mente en qué consistía la investigación y los objetivos que se pretendían alcanzar con la misma, acto seguido se solici-tó a los padres/tutores su consentimiento para participar en el estudio.

Para el control de las variables extrañas procedentes del ambiente, el procedimiento se desarrolló en la sala de ex-tracciones con la sola presencia del niño con sus padres, el investigador que realiza la venopunción y el observador que efectúa el registro del test, con el fin evitar interrupciones u otra clase de ruido ambiental.• El pretest del distrés se realizó por el observador, en

este caso el técnico en cuidados auxiliares de Enferme-ría sentado en una mesa a una distancia de 2 metros del niño/a, una vez que este está sentado en el puesto de extracción en compañía de su progenitor. El profesional de Enfermería que va a realizar la venopunción es el que se presenta e interrelaciona con el niño/a.

• El enfermero se sienta en el puesto de extracción fren-te al niño/a y le enseña el material que se va a utilizar durante el procedimiento, que está dispuesto sobre la mesa, para que se familiarice con él, se permite al niño coger el material no punzante. Se le explican los pasos que se van a seguir durante la extracción y que la liga-dura le va a apretar un poco el brazo. Se pregunta al niño qué dibujos multimedia son de su preferencia de los que tenemos almacenados y se le ponen en la pantalla al lado de la mesa a una altura adecuada para su correcta visión. Antes de comenzar la venopunción se avisa al niño/a de que le vamos a pinchar.

• El postest del distrés lo realiza de nuevo el técnico en cuidados auxiliares de Enfermería, entre 1 y 2 minutos tras finalizar la técnica de la venopunción, desde el mis-mo lugar en que registró el pretest.

Las enfermeras que intervinieron en el estudio estaban en-trenadas en la realización de la técnica de venopunción.

Este estudio se llevó a cabo siguiendo las normas reconoci-das por la declaración de Helsinki, según las recomendacio-nes de Buena Práctica Clínica de la CEE (documento 111/3976/8 de julio de 1990), conforme a la Ley Básica de Autonomía del Paciente, 41/2002 de 14 de noviembre y a la ley Orgánica de Protección de datos de carácter personal, 15/1999 de 13 de diciembre. Se pidió consentimiento in-formado a los padres/tutores antes de realizar la técnica. Todos los documentos generados durante el estudio son confidenciales y, por lo tanto, están protegidos de usos no permitidos. Este estudio ha contado con la aprobación de la Comisión de Investigación del Área de Gestión Sanitaria Sur de Granada.

El análisis estadístico de los datos se realizó empleando el programa IBM SPSS–Statistics versión 21. Se utilizó el test de Chi-cuadrado para comparar proporciones mediante ta-blas de contingencia y cuando este no cumplía las condicio-nes de validez se utilizó el test exacto de Fisher. Para com-

Parámetros Hallazgo Puntos

Llanto

Ninguno 0

Llanto silencioso 1

Llanto y gritos 2

Expresión facial

Relajada, sonriente 0

Mueca de la boca 1

Mueca de la cara y boca 2

Postura del tronco

Neutral 0

Variable 1

Hacia atrás 2

Postura de las piernas

Neutral 0

Dar patadas 1

Piernas estiradas 2

Inquietud motora

Ninguna 0

Moderada 1

Intranquilo 2

Tabla 1. Escala CHIPPS (Children’s and Infants’ Postoperative Pain Scale)

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Salud y calidad de vida Garzón Benítez R et al. Las acciones afectivas y el distrés del niño ante la venopunción

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parar los valores pretest y postest se empleó la prueba de McNemar-Bowker.

ResultadosEl total de sujetos analizados fue de 100 casos, 50 casos fueron varones y 50 casos mujeres. Para cada uno de los cinco grupos de edad se analizaron 20 casos (a partir de 1 año y antes de cumplir los 6 años), con una media de edad de 3,5 años. Los 20 casos correspondientes a cada grupo

de edad estaban compuestos al 50% por niños y niñas. Para facilitar la interpretación de los datos observados en fun-ción de la edad, se agruparon los niños en dos categorías: 1-2 años y 3-5 años, resultando un grupo de 40 casos de 1 y 2 años y otro de 60 casos para los niños de 3 a 5 años.

En la Tabla 2 se muestran los datos del total de la muestra para los cinco parámetros observados antes y después de la intervención enfermera, sin distinción de sexo, ni de edad. Se observó que el distrés disminuye significativamente tras realizar las acciones afectivas en todos los parámetros ob-servados recogidos (p< 0,05), excepto para el llanto (p= 0,057), en el que se aproxima a la significación.

En cuanto a los resultados en función del sexo (Tabla 3), en los varones se observó una diferencia entre la conducta pre y post con significación estadística para todas las variables (p< 0,05), menos para el llanto. En el sexo femenino se ob-tuvo significación para las variables de expresión facial y postura del tronco, no habiendo obtenido significación para el llanto, inquietud motora y postura de las piernas (p> 0,05).

Respecto a las manifestaciones de los niños en función de la edad, los resultados muestran que en la primera categoría (1-2 años) se obtuvo un cambio significativo para todas las variables, mientras que en la categoría de 3-5 años no se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre el pre y el post intervención en los parámetros de postura de las piernas (p> 0,05) y llanto (p> 0,05) (Tabla 4).

Discusión y conclusionesEn este estudio se corroboró la hipótesis de que la realiza-ción de medidas afectivas, por parte del profesional de En-

Tabla 3. Resultados de los parámetros observados en la muestra antes y después de las acciones afectivas de intervención enfermera, según el sexo

*Prueba de McNemar-Bowker **p< 0,05

Parámetros MASCULINO (n= 50) FEMENINO (n= 50)

% Pre % Post p* % Pre % Post p*

Llanto

Ninguno 44,0 38,0

0,4

34,0 36,0

0,1Llanto silencioso 26,0 42,0 30,0 42,0

Llanto y gritos 30,0 20,0 36,0 22,0

Expresión facial

Relajada sonriente 12,0 32,0

0,008**

26,0 30,0

0 ,003**Mueca de la boca 62,0 60,0 28,0 52,0

Mueca de la boca y cara 26,0 8,0 46,0 18,0

Postura del tronco

Neutral 28,0 68,0

0,001 **

28,0 52,0

0,001 **Variable 56,0 26,0 46,0 42,0

Hacia atrás 16,0 6,0 26,0 6,0

Postura de las piernas

Neutral 70,0 92,0

0 ,042**

64,0 72,0

0,2Dar patadas 20,0 4,0 16,0 20,0

Piernas estiradas 10,0 4,0 20,0 8,0

Inquietud motora

Ninguna 12,0 46,0

0,001 **

32,0 46,0

0,1Moderada 66,0 46,0 46,0 38,0

Intranquila 22,0 8,0 22,0 16,0

Tabla 2. Resultados de los parámetros observados en el conjunto de la muestra antes y después de las acciones afectivas de intervención enfermera

*Prueba de McNemar-Bowker **p< 0,05

Parámetros N= 100

% Pre % Post p*

Llanto

Ninguno 39 37

0,057Llanto silencioso 28 42

Llanto y gritos 33 21

Expresión facial

Relajada sonriente 19 31

0,001**Mueca de la boca 45 56

Mueca de la boca y cara 36 13

Postura del tronco

Neutral 28 60

0,001**Variable 51 34

Hacia atrás 21 6

Postura de las piernas

Neutral 67 82

0,023**Dar patadas 18 12

Piernas estiradas 15 6

Inquietud motora

Ninguna 22 46

0,001**Moderada 56 42

Intranquila 22 12

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Salud y calidad de vidaGarzón Benítez R et al. Las acciones afectivas y el distrés del niño ante la venopunción

31Metas de Enferm oct 2014; 17(8): 27-320591

fermería que realiza la venopunción, conlleva una disminu-ción del distrés en los niños de 1 a 5 años.

En este trabajo se ha considerado como intervención la rea-lización conjunta de las acciones afectivas descritas ante-riormente, en contraposición a otros estudios que se cen-tran en una sola acción, como puede ser el caso de las can-ciones o la música (14-17), la presencia (8) y comporta-miento de los padres (10-12), la información adecuada al niño según su edad (18) o la distracción y la hipnosis (14). En todos estos estudios, al igual que en el presente, se evi-dencia una mejora en el dolor o en el distrés del niño.

Respecto al sexo, la ausencia en las niñas de cambio signifi-cativo en los parámetros de postura de las piernas y la in-quietud, que, sin embargo, si se produce en los niños, mues-tra un mayor distrés en ellas.

Por el contrario, el estudio de Sauceda-García et al (13), rea-lizado en México con niños y adolescentes, muestra que los pacientes de sexo masculino presentan mayor estrés que los pacientes de sexo femenino.

En opinión de las enfermeras, cuya percepción del dolor en sus pacientes fue recogida en el estudio de Melhuish y Pay-ne (9), los niños pequeños sienten más dolor y muestran más dificultad que los mayores. Esto concuerda con los re-sultados obtenidos en el pretest de este estudio, que refle-ja porcentajes mayores de llanto a gritos, muecas de la boca y la cara, patadas, tronco hacia atrás e inquietud moderada e intranquilidad en niños de menores edades, coincidiendo

también con el estudio realizado por Maclaren et al (19) en cuanto al reflejo de esta relación inversa entre estrés y edad.

Sin embargo, al observar los resultados después de la inter-vención enfermera vemos que a menor edad mayor es la efectividad de las acciones afectivas realizadas, ya que los porcentajes de niños que modifican su conducta es signifi-cativo en todos los parámetros observados de los niños de menor edad en la post intervención.

El estudio realizado presenta algunas limitaciones, como es el que el cálculo del tamaño muestral fue aproximado para obtener una potencia estadística adecuada, al no disponer de una lista previa con el número de extracciones que se iban a prescribir.

Otra limitación importante reside en el hecho de que no se haya determinado la fiabilidad de la observación mediante el análisis de la concordancia con otro observador. Por ello, los resultados del estudio deben ser utilizados con cautela.

Es posible concluir, no obstante, que incorporar estas senci-llas técnicas afectivas en la rutina diaria de la venopunción en los niños nos ayuda a evitar conflictos, reducir la angus-tia anticipatoria y promover estrategias de afrontamientos eficaces. Esta metodología empleada le ayuda al niño a crear una relación de confianza con los profesionales y ga-nar un poco de control sobre lo que le sucede, lo que redun-dará en un menor nivel de miedo y ansiedad anticipatoria de cara a la realización de posteriores venopunciones. Así, la

Parámetros Edad 1 y 2 años (n= 40) Edad ≥ 3 (n= 60)

% Pre % Post p* % Pre % Post p*

Llanto

Ninguno 22,5 25,0

0 **

50,0 45,0

0,6Llanto silencioso 25,0 50,0 30,0 36,7

Llanto y gritos 52,5 20,0 20,0 18,3

Expresión facial

Relajada sonriente 10,0 20,0

0 **

25,0 38,3

0 **Mueca de la boca 40,0 60,0 48,3 53,3

Mueca de la boca y cara 50,0 20,0 26,7 8,3

Postura del tronco

Neutral 25,0 52,5

0 **

30,0 65,0

0 **Variable 45,0 42,5 55,0 28,3

Hacia atrás 30,0 5,0 15,0 6,7

Postura de las piernas

Neutral 52,5 82,5

0 **

76,5 81,7

0,5Dar patadas 27,5 15,0 11,7 10,0

Piernas estiradas 20,0 2,5 11,7 8,3

Inquietud motora

Ninguna 15,0 42,5

0 **

26,7 48,3

0 **

Moderada 57,5 40,0 55,0 43,3

Intranquila 27,5 17,5 18,3 8,3

Mueca de la boca 40,0 60,0 48,3 53,3

Mueca de la boca y cara 50,0 20,0 26,7 8,3

Tabla 4. Resultados de los parámetros observados en la muestra antes y después de las acciones afectivas de intervención enfermera, según las dos categorías de edad establecidas para el análisis

*Prueba de McNemar-Bowker **p< 0,05

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Salud y calidad de vida Garzón Benítez R et al. Las acciones afectivas y el distrés del niño ante la venopunción

32 Metas de Enferm oct 2014; 17(8): 27-32 0592

efectividad clínica dependerá de cómo todas estas accio-nes y estrategias sean incorporadas a la rutina clínica.

Son muchas las evidencias existentes de la eficacia de las técnicas psicológicas para reducir la angustia relacionada con la venopunción, por lo que la investigación futura debe-ría centrarse en los cambios de la práctica clínica, en herra-mientas de evaluación prácticas para identificar a niños en riesgo de sufrir angustia relacionada con la venopunción, las estrategias que funcionan mejor según el grupo de edad o el trabajo en grupo y el apoyo mutuo.

FinanciaciónNinguna.

Conflicto de interesesNinguno.

01. Duff AJ. Incorporating psychological approaches into routine paediatric venepuncture. Arch Dis Child 2003; 88:931-937.02. Chrousos GG. The concepts of stress and stress system disorders. JAMA 1992; 267:1244-52.03. Berde CH. Pain anxiety, distress and suffering interrelated but not interchangeable. J Pediatric 2003; 142:361-363.04. Olivares Crespo ME, Cruzado Rodríguez JA. Evaluación psicológica del dolor. Clínica y Salud 2008; 19(3):321-341.05. Warnock F. Pain Assessment in Neonates. Encyclopedia of Pain 2007; 1648-52.06. Rodríguez Mansilla J, Jiménez Palomares M, González-López-Arza MV, Caro Puértolas B, Jiménez Merino JJ. Escalas utilizadas para valorar el

dolor en niños de 0-24 meses tras una intervención quirúrgica menor. Instrumentos de ayuda para la valoración en fisioterapia. Rev Fisiote-rapia 2013; 35(4):167-173.

07. Del Moral T, Torres J, Solimano A, Villa M, Gutiérrez S. ¿En qué se basan las escalas para medir el dolor? V Consenso SIBEN: analgesia y seda-ción Neonatal. Siben-Brasil 2012; p.13.

08. Jones M, Qazi M, Young KD. Ethnic diference to be present for painful medical procedures. Pediatrics 2005; 116:119-127.09. Melhuish S, Payne H. Nurses attitudes to pain management during routine venipuncture in young children. Paediatr Nurs 2006; 18:20-23.10. McMurtry CM, Chambers CT, McGrath PJ, Asp E. When “don’t worry” communicates fear: Children’s perceptions of parental reassurance and

distraction during a painful medical procedure. Pain 2010; Jul 150(1):52-58.11. Mahoney L, Ayers S, Seddon P. The association between parent’s and healthcare professional’s behavior and children’s coping and distress

during venepuncture. J Pediatr Psychol 2010; 35(9):985-995.12. Taylor C, Sellick K, Greenwood K. The influence of adult behaviors on child cping during venipuncture: a sequential analysis. Research in

Nursing & Health 2011; 34(2):116-131.13. Sauceda García JM, Valenzuela Antelo JR, Valenzuela Antelo JR, Martín Maldonado-Durán J. Estrés ante la venopunción en niños y adolescen-

tes. Bol Med Hosp Infant Mex 2006; 63(3):169-177.14. Uman LS, Birnie KA, Noel M, Parker JA, Chambers CT, McGrath PJ, Kisely SR. Psychological interventions for needle-related procedural pain and

distress in children and adolescents. Cochrane Database Syst Rev. 2013; (10): CD005179.15. Caprilli S, Anastasi F, Grotto R, Pia Lauro, Scollo, Abeti M, Abeti M, Scollo, Messeri A. Interactive music as a treatment for pain and stress in

children during venipuncture: a randomized prospective study. J Dev Behav Pediatr 2007; 28(85):399-403.16. Hartling L, Newton AS, Liang Y, Jou H, Hewson K, Klassen TP, Curtis S. Music to reduce pain and distress in the pediatric emergency depart-

ment: a randomized clinical trial. JAMA Pediatr 2013; 167(9):826-835.17. Rivara Dávila G, Huaipar Rodríguez S, Liu Bejarano C. Comparación de tres géneros musicales como método analgésico no farmacológico:

estudio randomizadociego simple. Rev Peru Pediatr 2008; 61(4):221-228.18. Hughes T. Providing information to children before and during venepuncture. Nurs Child Young People 2012; 24(5):23-28.19. Maclaren JE, Cohen LL. A comparison of distracting strategies for venipuncture distress in children. J Pediatr Psychol 2005; 30:387-386.

Bibliografía

Si quieres ampliar más información sobre este artículo, consulta:

Contacta con los autores en:

[email protected]

Venopunción en niños; distrés; temor; in-tervención psicológica.

Introduce estos términos:

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33OCTUBRE 140593

Pregunta. ¿Cuáles son las principales tareas que desempeña el profesional enfermero dedicado al área de enfermedades infecciosas? Respuesta. La filosofía del grupo de trabajo enfermero se basa en la prevención. Apuesta firmemente por las perso-nas, cree en su capacidad de acción y en sus posibilidades de cambio, en la participación activa y en el trabajo en equipo.

Nuestra misión fundamental está orientada a mejorar la Salud Pública, dado el impacto social de las enfermedades infecciosas en el mundo.

P. Su equipo enfermero forma parte de la Funda-ción io, organización no gubernamental dedicada al estudio y control de las enfermedades infeccio-sas en el mundo. ¿Qué objetivos tiene este grupo enfermero especializado?

R. Los objetivos fundamentales abarcan la creación de una red de trabajo en Enfermería en enfermedades infecciosas, medicina tropical y del viajero, con una metodología prácti-ca que facilite la participación en el entorno asistencial. Es preciso, también, facilitar la comunicación entre profesio-nales enfermeros, creando un foro complementario a su labor asistencial cotidiana.

Integrar a los profesionales en formación de proyectos y redes de trabajo, es otra de nuestras prioridades, para ello se elaboran estudios y diseñan planes, promoviendo publi-caciones y colaboraciones. El avance y evolución de las nuevas tecnologías es cada vez mayor, por eso es preciso la aplicación de estas dentro del campo de la Enfermería.

Por último, no podemos olvidarnos de nuestra labor en el ámbito de la cooperación internacional, con nuestro trabajo

Actualidad enfermera

El grupo enfermero perteneciente a la Fundación io se creó el pasado mes de mayo; la enfermera de familia y comunitaria, Cristina Cassinello, es su coordinadora. Se trata de una iniciativa necesaria en las actividades que realiza la

fundación en materia de enfermedades infecciosas, medicina tropical y del viajero.

Autora

Silvia López Criado. Redactora de Metas de Enfermería

El pasado agosto la OMS decretó el estado de emergencia de salud pública por la epidemia del ébola en África Occidental

“Desde la fundación realizamos un seguimiento día a día de la epidemia del ébola, tratando de poner al servicio del profesional sanitario toda la información disponible”

Grupo de Enfermería de la Fundación io

Grupo de Enfermería de la Fundación io

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Con nombre propio

queremos contribuir al aumento de la salud de las personas necesitadas en países desfavorecidos. Desde aquí quere-mos hacer una llamada para las personas interesadas en participar en el Grupo de Enfermería de la fundación.

P. ¿Cuáles son las principales patologías infeccio-sas con las que se encuentran en su consulta dia-ria? ¿Cómo es el nivel de conocimientos de la po-blación respecto a este tipo de enfermedades?R. La mayoría de las infecciones acontecen dentro de la co-munidad y con diagnóstico enteramente ambulatorio. El entorno de trabajo ha cambiado debido a la globalización: mayor número de viajes internacionales, y de inmigración.

Tradicionalmente las principales infecciones que encontra-mos en nuestra consulta son las respiratorias, las diarreas, las infecciones de transmisión sexual… Sin embargo, pato-logías emergentes como la gripe aviar, el virus chikungunya, la malaria, la tuberculosis, el dengue, el ébola, etc., están de actualidad y es necesario conocerlas y estar adecuadamen-te formado en su prevención y tratamiento.

La información proporcionada por los medios de comunica-ción o internet es muy amplia. Es labor del profesional de Enfermería orientar al usuario unos contenidos veraces y con rigor científico. El proyecto Viajarseguro.org de la Fun-dación io es precisamente eso, una plataforma de salud orientada a la prevención en la que la Enfermería tiene un papel destacado.

P. La prevención ocupa un lugar fundamental en el manejo de enfermedades infecciosas, ¿de qué ma-nera se incita al paciente a participar de forma ac-tiva en dicha prevención? R. Prevenir es anticiparse a los acontecimientos, en el cam-po sanitario abarca muchas cosas como la higiene, hábitos, modos de vida, inmunizaciones, etc. Este tipo de prevención la realizamos habitualmente o bien de forma individual en las consultas o a través de actividades grupales (que inclu-yen talleres, charlas, carteles informativos, mesas de sa-lud…).

Un ejemplo de educación para la salud que desarrollamos periódicamente en nuestras consultas es algo tan básico como salir a la sala de espera para concienciar a las perso-

nas sobre la importancia de la higiene de manos, principal fuente de transmisión de muchas enfermedades.

P. En la actualidad, la alerta sanitaria se ha activa-do por los casos de ébola aparecidos en los últimos meses. ¿Cómo se prepara un hospital para recibir enfermos de estas características? ¿Qué medidas de seguridad toman?R. Existe un procedimiento de actuación al respecto estable-cido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Cen-tros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) que utiliza el Ministerio de Sanidad, con información clara y precisa sobre lo que se debe de hacer en cada caso y en cada momento. Incluye medidas en relación con el transporte del paciente, medidas de aislamiento estricto o de protección de personas en contacto, control de la infección durante el pro-cesamiento de muestras o el registro de contactos.

Existen protocolos de actuación específicos. Desde la fun-dación realizamos un seguimiento día a día de la epidemia, tratando de poner al servicio del profesional sanitario toda la información disponible: alertas viajarseguro, material, bibliografía, consulta personalizada… Este es el enlace http://fundacionio.org/viajar/enfermedades/ebola.html

En el ámbito institucional, nos envían por correo las actuali-zaciones de cada protocolo de actuación, pero no hemos recibido una formación específica, los conocimientos que tenemos sobre el ébola son por nuestra propia iniciativa e interés en este tema. Este es uno de los motivos por los que hemos creado este grupo de trabajo, para llenar este vacío de formación por parte de las instituciones.

P. La epidemia actual del ébola ha sido calificada como la peor de la historia ¿por qué? ¿Qué la hace diferente del resto?R. Su letalidad, cercana al 60%, su extensión a países que nunca antes habían padecido la enfermedad. Además de un elevadísimo número de casos, algo desconocido hasta el momento, y en un entorno donde los sistemas sanitarios locales están desbordados, algo que acentúa su ya de por sí deficiente funcionamiento. Si a esto sumamos la respuesta tardía de las instituciones internacionales a un brote de esta magnitud, convierten la actual epidemia de ébola en un problema de salud global de gran magnitud.

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ENFERMERÍA

AL D

ÍAActualidad enfermera

Fundación io. Proyectos:

• Medicina tropical y del viajero. El proyecto principal es la web www.viajarseguro.org donde se proporciona al viaje-ro y a los profesionales sanitarios un consejo personalizado sobre enfermedades tropicales y patología.

• Cursos de formación para profesionales sanitarios sobre enfermedades infecciosas emer-gentes (malaria, cólera, chikungunya, etc.), habiéndose consolidado, en los últimos años, como curso de referencia el dedicado a la Medicina tropical y del viajero en Atención Primaria.

• Proporcionar asesoramiento técnico sobre el terreno a proyectos de otras ONGs presentes en países como India, Guinea-Bissau, Tanzania o Sudán. Un proyecto especial, ya que ha sido el comienzo del proyecto del Grupo de Enfermería, es su trabajo asistencial en los campamentos saharauis de Tindouf. Experiencia que continuarán el futuro, junto con la formación de personal de laboratorio del hospital de Dajla.

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Pregunta. El pasado mes de julio fue elegida por los miembros de la Asociación Internacional de Enfer-mería de Familia (International Family Nursing As-sociation -IFNA-) como directora de la entidad, con-virtiéndose en la primera española en acceder a este cargo, ¿cuáles son sus principales objetivos?Respuesta. La IFNA es una asociación internacional cuyo objetivo es impulsar la educación, la investigación y la prác-tica clínica de la Enfermería de familia en el ámbito mundial.

Como directora de la junta directiva de la IFNA -compuesta por una presidenta, vicepresidenta, secretaria y seis direc-toras- pretendo desde mi cargo contribuir al desarrollo de la educación en Enfermería de familia en grado y postgrado, fomentar la investigación internacional, y principalmente mejorar la visibilidad de la Enfermería de familia en Europa.

Actualmente la IFNA cuenta con 225 miembros de 24 paí-ses, y solamente tres son españoles. Por ello, animo a las enfermeras y enfermeros españoles que trabajan con fami-lias a formar parte de esta asociación, para así contribuir a la visibilidad de la Enfermería española, y muy especialmente al desarrollo de la Enfermería familiar en el ámbito mundial.

Aprovecho también para animar a los enfermeros y enferme-ras españoles a presentar sus experiencias de trabajo y su investigación en la 12ª Conferencia Internacional de Enfer-mería Familiar que se celebrará del 18 al 21 de agosto 2015 en Odense (Dinamarca) con el lema “Mejorar la salud de la familia a través de la Investigación, Educación y la Práctica”.

P. Florence Nightingale decía: “Sueño que algún día las enfermeras del mundo irán a los domicilios a cuidar y curar a las personas que sufren. Pero eso tal vez sea en el año 2000”. ¿Cuánto ha evolu-cionado la labor de la enfermera familiar desde aquel deseo de Nightingale? R. La Enfermería familiar ha evolucionado y contribuido también a la construcción de un nuevo y renovado cuerpo de conocimiento que pretende dar respuestas a las múlti-ples cuestiones sanitarias a los que se enfrentan hoy el sistema sanitario y la sociedad en su conjunto. Considero que ahora más que nunca la Enfermería familiar tiene un rol protagonista y puede contribuir a la sostenibilidad del sis-tema sanitario, y muy especialmente debe seguir trabajan-do para ofrecer los mejores cuidados de salud a la persona, familia y comunidad.

Con nombre propio

Cristina García-VivarDirectora de la Asociación

Internacional de Enfermería de Familia

En la actualidad Cristina García-Vivar es profesora titular de universidad, vicedecana de Investigación de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Navarra y responsable académica de Relaciones Internacionales del mismo centro.

Es enfermera por la Universidad de Navarra (2000) y doctora en Enfermería por la Universidad de Edimburgo, Escocia (2007). Imparte docencia en el Grado y Posgrado y su investigación se centra en familias con procesos crónicos y en la

promoción de la salud. Desde 2009 es asesora de investigación en el Colegio Oficial de Enfermería de Navarra.

Autora

Silvia López Criado. Redactora de Metas de Enfermería

“Ahora más que nunca la Enfermería familiar tiene un rol protagonista y puede contribuir a la sostenibilidad del sistema sanitario”

Actualidad enfermera

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Con nombre propio

P. ¿Cuáles son las metas prioritarias que debería alcanzar esta especialidad enfermera?R. La Enfermería familiar contribuye desde una mirada sin-gular al cuidado de la familia, buscando conocer -a través de la práctica profesional y de la investigación- las experien-cias y respuestas de salud y enfermedad de la familia, para acompañarla y ayudarla en el camino, aliviar su sufrimiento -físico, emocional o espiritual-, o educar para la promoción de su salud. Se trata no solamente de atender a la persona con un proceso crónico o una dependencia, sino de identifi-car las fortalezas y problemas de cada familia y determinar entre la enfermera y la familia la intervención más oportuna para esa familia.

Otro aspecto necesario para el crecimiento de la especiali-dad es el fortalecimiento de la formación a través de cursos de formación continuada y/o programas de posgrado (mas-ter y doctorado). Considero esencial que las enfermeras si-gamos estudiando, formándonos para elevar nuestra capa-citación profesional e investigadora y así poder responder con más eficiencia a las demandas de la sociedad actual y contribuir positivamente a los retos, cada vez más exigen-tes, con los que nos encontraremos.

Por último, uno de los retos pendientes, desde que en 2005 se aprobó el Real Decreto 450/2005 de especialidades en Enfermería del sistema nacional de español, es el de que las nuevas enfermeras especialistas en Enfermería familiar y comunitaria puedan trabajar en un espacio organizacional, competencial y de responsabilidad definido.

P. Como profesora universitaria, ¿cómo ve la impli-cación de la Enfermería española en la investiga-ción?R. El desarrollo de la investigación en Enfermería en Espa-ña es aún incipiente, especialmente en lo que respecta a la investigación en el contexto de la práctica profesional. Es decir, la investigación está todavía circunscrita al mundo académico. De hecho, muchas enfermeras vinculadas a la práctica perciben la investigación como una tarea de “otros”, pero no como punto crucial para ser utilizada en su labor de cuidado. Esta percepción puede ser fruto de la fal-ta de conocimientos o de una cultura investigadora. A pe-sar de ello, la investigación en Enfermería en España ha te-nido avances notables desde la implantación de másteres y doctorados.

Es conveniente dirigir la mirada hacia aquellos países y con-textos donde la investigación enfermera está más desarro-llada y aprender de ellos, optimizando su experiencia y adaptándola a nuestro contexto. Considero necesario que en España sigamos trabajando para potenciar la formación en investigación de las enfermeras y enfermeros, promover la actividad investigadora de los profesionales de Enferme-ría a través de estrategias y servicios adecuados, fomentar la presencia y visibilidad de la investigación de Enfermería en los Planes I+D+I, y por último aplicar los resultados de investigación a la práctica clínica.

P. En este mes tiene lugar el III Congreso Internacio-nal de Enfermería Familiar y Comunitaria, en Gran Canaria. ¿Cuáles son los retos fundamentales a los que se enfrenta la Enfermería Familiar en España?R. Hoy en día, la prevalencia de personas que padecen proce-sos crónicos va en aumento, requiriendo la gran mayoría de los pacientes crónicos en nuestro sistema de salud, cuidados de larga duración. Como sabemos, las enfermedades crónicas tienen un impacto múltiple: representan una importante limi-tación en la calidad de vida, productividad y estado funcional de las personas que las padecen y de sus familias; conllevan una pesada carga en términos de morbimortalidad; y son un propulsor del incremento de los costes sanitarios y sociales, que compromete la sostenibilidad del sistema sanitario.

Ante esta realidad, la Enfermería y en particular la familiar, tiene mucho que aportar para la sostenibilidad del sistema de salud y para la humanización de la atención sanitaria.

Como dice el lema de la Facultad de Enfermería de la Uni-versidad de Pensilvania, una de las más prestigiosas del mundo, debemos “Cuidar para cambiar el mundo”. Una de las herramientas con las que cuenta la enfermera para cambiar y mejorar su práctica diaria es la investigación en Enferme-ría. Es indiscutible que la provisión de cuidados a partir de la mejor evidencia disponible tiene un impacto positivo en la salud de las personas y poblaciones. De esta manera, res-ponderemos mejor a las necesidades de salud actuales y futuras y conseguiremos tener un mayor impacto en los sistemas sanitarios y una mayor visibilidad social.

No cabe duda de que la situación actual de la Enfermería es compleja. Es cierto que estamos viviendo momentos de crisis. Sin embargo, este contexto nos ofrece nuevas oportunidades para el crecimiento profesional. No tengo ninguna duda de ello.

P. La prevención es de vital importancia en el área de la salud, sin embargo, algunos profesionales son críticos ante la, en su opinión, carencia de esta en ciertas áreas enfermeras. ¿Qué opina al respecto? R. Como todos sabemos, la Declaración de Alma-Ata impul-só un cambio en el modelo de la Atención Primaria (AP), orientado hacia un enfoque de prevención y promoción de la salud sin dejar el trabajo dirigido a la recuperación de sa-lud y la rehabilitación. Sin embargo, no ha existido un cam-bio real hacia tal enfoque y hoy prevalece el paradigma bio-médico. La Enfermería familiar y comunitaria, al igual que los demás profesionales sanitarios, se ha basado en una atención centrada en la patología y en los síntomas clínicos.

Considero importante impulsar la actividad preventiva en el ámbito familiar y comunitario, aunque sabemos que no es tarea fácil. Una prevención exitosa requiere de un diagnós-tico certero y de intervenciones efectivas para lograr modi-ficaciones en el comportamiento y los estilos de vida de las personas. Las campañas preventivas son importantes pero considero más importante la prevención a través de la edu-cación para la salud.

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Pregunta. La formación de la enfermera en el ám-bito de la oftalmología incluye aspectos médicos y quirúrgicos. ¿De qué manera se forman los profe-sionales enfermeros en esta área? Respuesta. La Sociedad Española de Enfermería Oftalmo-lógica (SEEOF), desde sus inicios, tiene un compromiso en la formación continua de las enfermeras que trabajan en of-talmología. Podemos afirmar que es una de las especialida-des médicas que más ha avanzado, tanto en el ámbito de pruebas diagnósticas como de tratamientos, esta compleji-dad ha hecho que las enfermeras nos veamos obligadas a desarrollar constantemente nuestros conocimientos para mejorar la calidad de la atención. Por esto la SEEOF organi-za dos congresos anuales. Uno enfocado a talleres y más especializado y el otro de ámbito nacional, donde todas las enfermeras que realizamos la labor asistencial en oftalmo-logía ponemos en común nuestra experiencias y trabajos de investigación.

Por otra parte, se ha comenzado a realizar tutoriales en nuestra página (www.seeof.es) el primero se ha hecho so-bre una de las pruebas diagnósticas que más ha revolucio-nado en la oftalmología, la tomografía óptica de coherencia, donde de forma gratuita los asociados podemos realizar el curso al cabo del cual se realiza un examen y los que supe-ren la prueba reciben automáticamente su diploma con la acreditación (7,8 créditos). Otra de las propuestas es una

revista digital, cuatrimestral, también en nuestra página. Y por último se ha realizado un tratado de oftalmología, con más de 650 páginas donde han participado alrededor de 60 profesionales.

Sin embargo, todos estos avances positivos y la satisfac-ción de haberlos impulsado y conseguido no nos hace me-nos ambiciosos para seguir avanzando, logrando nuevos cambios y ayudando para que la Enfermería oftalmológica cada vez sea más especializada, único camino para seguir creciendo. Nuestra docencia va enfocada a necesidades “reales” de la enfermera, carencias detectadas, dificultades del día a día asistencial o cambios que nos exige el mismo entorno (pacientes complejos, manejo de cronificación de enfermedades, nuevas demandas de la sociedad en cuanto al cuidado de su salud…).

P. La prevención en salud es un factor importante, ¿cuáles son los principales errores que comete la sociedad en el cuidado de sus ojos?R. Uno de los principales errores que detectamos es la au-sencia de revisiones periódicas, ya que una detección tem-prana mejora normalmente el diagnóstico. La recomenda-ción de revisiones periódicas es de especial relevancia en personas diabéticas, hipertensas, con antecedentes fami-liares de patologías oftalmológicas (por ejemplo: glaucoma) o que padecen alguna enfermedad ocular.

Mª Aurora Egido es enfermera y coordinadora de la investigación en oftalmología en el Hospital Universitario La Paz (Madrid). En la actualidad es presidenta de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica, cuyo principal objetivo para el año entrante es la investigación en Enfermería gracias a la cual se podrá disponer de fundamentos científicos sobre los

que basar la intervención y disponer de evidencias para respaldar la petición de recursos.

Autora

Silvia López Criado. Redactora de Metas de Enfermería

…OFTALMOLÓGICA“Si queremos tener una sanidad buena, tenemos

que tener la Enfermería especializada y romper con la idea de que una enfermera sirve para todo”

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P. ¿Qué recomendaciones se dan desde la consulta de Enfermería respecto a los buenos hábitos en el cuidado oftalmológico?R. Desde la consulta de Enfermería se dan pautas para te-ner salud visual, como pueden ser una dieta rica en alimen-tos antioxidantes, vitamina A, C y E fundamentales para la visión y luteína.

Sobre el uso de gafas de protección solar homologadas, ha-cemos especial hincapié en este aspecto, ya que está de-mostrado que la exposición prolongada al sol sin protección o con protección mala puede producir algún tipo de lesión en los en la córnea y a medio-largo plazo, cataratas y lesiones en retina, mácula y conjuntiva. A los diabéticos les recomen-damos revisiones anuales. Ante miopías altas en mujeres, les comentamos que si piensan quedarse embarazadas es reco-mendable someterse a un examen de fondo de ojo, etc.

Pero la prevención real se debe hacer mucho antes de que acudan a consulta de oftalmología, desde atención prima-ria, puesto que cuando vienen a nuestra consulta es porque ya tienen una patología. En este sentido desde la sociedad se está haciendo protocolos en coordinación con centros de Atención Primaria, para diferentes patologías que cau-san mala visión, para las que existe tratamiento, pero no cura solamente paraliza el avance o lo retrasa.

Una de estas patologías es la degeneración macular asocia-da a la edad, que es una enfermedad degenerativa de la zona central de la retina, o mácula, que provoca un deterio-ro progresivo de las células y del epitelio pigmentario de la retina. Como consecuencia, se produce una pérdida de vi-sión central que no se recupera, los pacientes pierden su capacidad para leer, conducir un automóvil y reconocer ca-ras a una distancia, sufren caídas por su mala visión y todo ello les causas afectación en su conducta psicosocial.

P. En este mes tiene lugar el XIV Congreso de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica (SEEOF), ¿cuáles son los principales aspectos que se abordarán? ¿Qué novedades presenta respecto a ediciones anteriores?R. En el XIV Congreso de la Sociedad Española de Enferme-ría Oftalmológica se abordan novedades tanto médicas como quirúrgicas, se ha fomentado mucho la presentación de trabajos de investigación, como uno de los mejores cami-nos para consolidar nuestra profesión. Se concederá un pre-mio al mejor proyecto de investigación. Se va a realizar un curso-taller donde los asistentes interactuarán respondien-do preguntas a través de mandos de votación a distancia. Por último, se hace una mesa que con el título “lo mejor del año” un grupo de expertos debaten las novedades del año.

P. Como presidenta de la SEEOF, ¿cuáles son los objetivos marcados para la Enfermería oftalmoló-gica en el próximo año? R. Como punto prioritario para el próximo año está la inves-tigación en Enfermería gracias a la cual podemos disponer

de fundamentos científicos sobre los que basar nuestra intervención, disponer de evidencias para respaldar la peti-ción de recursos y defender nuestro estatus profesional.

Para este reto, se va a poner en nuestra página en breve un tutorial de cómo diseñar un proyecto de investigación, paso a paso, cómo realizarlo y las normas de publicación. Habrá dos personas de contacto para asesorar y resolver dudas. En este mismo apartado se publicarán premios de investi-gación donde poder presentar los proyectos y enlaces con las revistas donde se pueden publicar los resultados. A tra-vés de la investigación podemos demostrar la evolución en la práctica asistencial, fomentamos la autonomía profesio-nal y el rol independiente, pero sobre todo damos calidad a nuestras actuaciones, hasta hace poco las enfermeras /os hemos centrado nuestros esfuerzos en aplicar las decisio-nes de otros. Promoviendo la investigación crearemos nuestros propios criterios por los que actuar

P. Desde el año 2000, fecha de creación de la SEEOF, ¿qué dificultades se han encontrado para el avance de la especialidad? R. Las dificultades son dos principalmente. Por un lado para poder cumplir los objetivos necesitamos (como cualquier otra sociedad) financiación, esta ha venido durante todo este tiempo de los diferentes laboratorios, pero estos están pa-sando por momentos delicados de recortes lo que está afec-tando seriamente al desarrollo científico de nuestra sociedad.

El otro problema con el que nos enfrentamos es la movili-dad de plantilla. A cualquiera nos parece inconcebible que el médico que trata una patología ocular mañana este curan-do un politraumatizado, y al otro día operando una extra-corpórea. Sin embargo, una enfermera está hoy en oftalmo-logía y mañana en dermatología y pasado en maxilofacial, incluso es corriente que pase por estas tres consultas en un día. Así es muy difícil pedirle que se implique y avance científicamente ya que no tiene especialidad concreta, esto crea un desánimo en el personal y falta de implicación.

Si queremos tener una sanidad buena, tenemos que tener una Enfermería especializada y romper con la idea que una enfermera sirve para todo.

Mª Aurora Egido, enfermera oftalmológica

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El Hospital Universitario del Sureste consigue la certificación 2D de la IHAN

El Hospital General de Valencia inicia un nuevo tratamiento para frenar la enfermedad de Parkinson

El Hospital Universitario del Sureste, de Arganda del Rey (Madrid) ha conseguido la certificación de la Fase

2D de la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia (IHAN) impulsada por la Organiza-ción Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF. Esta iniciativa per-sigue la adopción de prácticas que protejan, promuevan y apoyen la lactancia materna exclusiva desde el nacimiento.

Para la superación de esta fase ha sido necesaria la elabo-ración de un Plan de Acción para eliminar las prácticas que dificultan la lactancia materna, así como la introducción de estrategias que la estimulen. Esto conlleva la instauración de los Diez Pasos hacia una feliz lactancia natural como cri-terio global mínimo para convertirse en “Hospital IHAN”.

Casi desde su apertura el hospital creó un Comité de Lac-tancia Materna, el cual llevó a cabo la autoevaluación que permitió una valoración de sus prácticas de apoyo a la lac-tancia. Posteriormente, se solicitó el primer paso de la acre-ditación IHAN, logrando la 1D en el año 2011. En la próxima

fase, 3D, se llevará a cabo la formación del personal según el plan previsto y se remitirán a la IHAN los programas y fechas de los cursos realizados, los registros de actividad y asistencia y los resultados de los test de evaluación previos y posteriores a los cursos.

El Servicio de Neurología del Hospital General de Va-lencia ha iniciado con éxito la aplicación del nuevo tra-

tamiento de terapia intraduodenal a un paciente del centro, que padece la enfermedad de Parkinson en estado avanza-do. Dicha aplicación se hace en coordinación con un equipo de profesionales de las áreas de Neurología, Digestivo y de Enfermería, ya que la instauración de la sonda precisa de la técnica de gastrostomía endoscópica percutánea (PEG) y la aplicación del tratamiento de un control enfermero.

El tratamiento consiste en la administración de un fármaco denominado levodopa-carbidopa a través de infusión conti-nua por sonda intraduodenal. De este modo, la sustancia

puede liberarse sin interrupción y ser pautada de modo per-sonalizado para cada paciente. Por su formulación en gel, este medicamento consigue una mayor estabilidad del en-fermo al reducir los síntomas, motores y no motores, de la enfermedad, lo que se traduce en una mejora de su calidad de vida y una ganancia en su autonomía.

Actualmente, el 10% de los pacientes diagnosticados con parkinson presentan la enfermedad en estado avanzado. A esta fase llegan cuando no responden adecuadamente a los fármacos orales disponibles y sufren gran discapacidad, llegando a padecer trastornos de comportamiento, cogniti-vos o alteraciones del equilibrio y la marcha.

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40 OCTUBRE 14 0600

La Fe pone en marcha una unidad móvil de cirugía cardiaca infantil

Enfermeros del Servicio Navarro de Salud participan en un certamen de investigación

El Área de Enfermedades Cardiovasculares y el Área de Anestesia y Reanimación del Hospital Universitari

i Politècnic La Fe de Valencia se han desplazado al Hospital General de Elche con una unidad móvil de cirugía cardiaca infantil para intervenir a una recién nacida prematura de 25 semanas de edad gestacional con un peso de 800 gramos y con 19 días de vida.

Esta unidad, principalmente, va a intervenir casos de “duc-tus arterioso permeable” en bebés prematuros de bajo peso (desde 600 hasta 1.400 gramos) que, por su alta gravedad, no se puedan trasladar hasta su hospital de referencia. La

cirugía se lleva a cabo en la propia incubadora y en la misma UCI Neonatal, pues al ser un bebé de tan bajo peso el hecho de hacerlo fuera de la incubadora podría provocar pérdida de la temperatura de este.

Con la creación de esta unidad, un equipo formado por dos cirujanos cardiacos infantiles, una anestesista pediátrica, una enfermera de anestesia y una enfermera de cirugía cardiaca infantil se desplazan desde el propio Hospital La Fe en ambulancia al hospital de la Comunidad Valenciana que así lo precise y donde no sea posible por diversos moti-vos trasladar al bebé.

Con este certamen se pretenden identificar los retos de investigación que se consideren relevantes en el

seno del Servicio Navarro de Salud, así como a los profesio-nales que puedan transformar dichas ideas en proyectos viables. El departamento de Salud concederá tres premios, dos para Atención Primaria (para ideas de investigación centradas en la población adulta y para Pediatría) y otro en el de cuidados de Enfermería.

Además, el jurado podrá otorgar un accésit a aquellas pro-puestas que crea que tienen la calidad suficiente. Los pre-mios consisten en el acompañamiento metodológico para realizar el proyecto de investigación, un diploma y una do-tación económica equivalente a 1.000 euros para activida-des de formación y de investigación.

Los profesionales interesados en participar en el concurso deberán cumplimentar un formulario informatizado dispo-

nible en la página web de Navarrabiomed. El plazo para pre-sentar las propuestas comenzará cuando se publiquen las bases del certamen en el Boletín Oficial de Navarra y con-cluirá el 3 de noviembre.

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Investigación enfermera

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41OCTUBRE 140601

Nuevo curso online sobre actualización en vacunas de CECOVA

La Universidad Católica de Ávila cuenta con un Aula de Simulación Hospitalaria para prácticas en Enfermería

Bajo el epígrafe Novedades y actualización en vacunas, el Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana,

CECOVA, ha organizado su Programa Interactivo de Vacunas para Enfermería 2014. Este programa ha estado dirigido a pro-fesionales enfermeros de Pediatría, de salud comunitaria y otros relacionados con las vacunaciones.

Se trata de una formación 100% online, entre los objetivos de este curso está la ampliación de conocimientos sobre enfer-medades y vacunas en el ámbito de la Enfermería pediátrica como las relativas al tétanos, tos ferina, triple vírica, hepatitis A, gripe, hepatitis B, papilomavirus, varicela, neumococo y rota-virus.

El curso ha estado avalado por la Asociación Española de Vacu-nología y ha contado con el asesoramiento de los expertos en vacunas de Cecova y la coordinación de Josep Marès i Bermú-dez, pediatra de Atención Primaria en el Institut Pediàtric Marès-Riera, Blanes (Girona) y por Diego L. van Esso, pediatra de Atención Primaria.

La Universidad Católica de Ávila (UCAV) estrena el Aula de Simulación Hospitalaria para los estudiantes

de Grado en Enfermería. Esto les permitirá contar con for-mación práctica gracias a un sistema que permite simular situaciones reales.

El método de aprendizaje permite que el alumno consiga familiarizarse con el entorno antes de producirse la situa-ción real, ya que se ensayan antes del contacto directo con el paciente, facilitando y mejorando la relación entre am-bos, de cara a una mejor calidad asistencial. Los espacios están dotados de material y tecnología reales que permi-ten el desarrollo de situaciones clínicas variadas, tal y como puede suceder en la práctica laboral de un profesional, pre-

parados para reproducir entornos reales de atención a pa-cientes y familiares no solamente en situaciones en las que se necesiten técnicas invasivas, sino también en otras susceptibles de practicar, como la comunicación de malas noticias, la valoración integral de pacientes o la planifica-ción de cuidados.

La responsable de la nueva aula, Carmen Gutiérrez, ha des-tacado que la dinámica de aprendizaje “enlaza las prácticas de laboratorio con el periodo de prácticas clínicas, que se desarrolla ya con pacientes reales en las instituciones sani-tarias, es decir, es un paso intermedio en el que el alumno conocerá y reconocerá todas esas situaciones antes de en-frentarse a ellas en la práctica profesional”.

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Escuelas y Facultades de Enfermería

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Reducción de la cuota para los colegiados de Ciudad Real por segundo año consecutivo

El Colegio de Enfermería de Toledo pide a la Junta que oferte nuevas plazas para la provincia

Por segundo año consecutivo, la Junta de Gobierno del Colegio Profesional de Enfermería de Ciudad Real

ha vuelto a aprobar la reducción de la cuota que pagan los colegiados, como medida de apoyo destinada a paliar los efectos de la crisis económica.

El coste económico de esta medida de apoyo a sus colegia-dos supone para las arcas colegiales un importe de 74.000 euros, que son los que dejará de ingresar por el cobro de cuotas. A esta cantidad hay que sumarle el coste de las ayudas a los colegiados en situación de desempleo.

Según ha informado el colegio en un comunicado, para la aplicación de la reducción de la cuota se pasará al cobro un recibo a cada colegiado por importe de 35,14 euros frente

a los 58,56 euros de un trimestre normal, lo que supone una rebaja del 40% en el recibo trimestral. En el cómputo anual, la rebaja total de la cuota asciende al 10% de las doce mensualidades.

Además, el colegio aprobó el pasado año la creación de la fi-gura del colegiado no ejerciente. En la actualidad 120 enfer-meros se han acogido a esta cuota reducida lo que significa para el colegio un importe anual de 24.000 euros. Cada cole-giado que justifique su situación de desempleo pasa a pagar un total anual de 50 euros frente a los 234,24 euros que pagan los colegiados en activo. La medida se completa con la devolución de parte de la cuota de entrada a la organización colegial para aquellos profesionales que acaban de terminar la carrera de Enfermería y se colegian por primera vez.

Con el fin de paliar el problema del desempleo en el sec-tor enfermero, el Colegio de Enfermería de Toledo ha

solicitado al gobierno regional nuevas plazas para la provincia. Desde el colegio afirman que unos 200 enfermeros de Tole-do y Talavera van a opositar a Madrid.

Desde el colegio se han iniciado tres cursos intensivos de 15 días de duración, cuyo objetivo principal es ayudar a los más de 200 colegiados inscritos en esta acción formativa tanto en Toledo como en Talavera de la Reina, en la preparación de la convocatoria de empleo público publicada recientemente por la Comunidad de Madrid.

“Debido a la situación socioeconómica-laboral, nuestros en-fermeros se están yendo a otras comunidades autónomas y sería más que razonable que el Gobierno de Castilla-La Man-cha, al igual que en otras comunidades vecinas, convocara una oferta pública de empleo y creara estabilidad laboral den-tro del sistema sanitario regional, generando nuevas espe-ranzas y estímulo en una profesión tan castigada por el paro como la nuestra”, ha afirmado Roberto Martín, presidente del colegio.

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Acuerdos enfermeros

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Acuerdo entre el CIE y la Organización Internacional para el Desarrollo de Normas de Terminología de la Salud

El Servicio de Enfermería del Hospital del Tajo, premiado en las Jornadas Gestoras

El Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) y la Or-ganización Internacional para el Desarrollo de Normas

de Terminología de la Salud (IHTSDO) han firmado un nuevo acuerdo de colaboración para lograr la armonización de la terminología e impulsar la interoperabilidad en los sistemas de información de salud.

El principal objetivo del pac-to es conseguir que las en-fermeras tengan los instru-mentos necesarios para rea-lizar su trabajo de manera eficiente en todo el mundo. Además, busca que ninguna enfermera se vea excluida de la infraestructura mundial

informática, permaneciendo activa en la recopilación de in-formación de salud que sea significativa y útil para el traba-jo diario. Tanto CIE como IHTSDO buscarán definir las rela-ciones existentes entre ambas para hacer posible su inte-roperabilidad en los sistemas de información de salud en todo el mundo durante los próximos años, mediante la pu-blicación conjunta de dos cuadros completos de equivalen-cias, uno de ellos para los Diagnósticos de Enfermería y el otro para las Intervenciones de Enfermería.

El director general del CIE, David Benton, se mostró satisfe-cho del acuerdo alcanzado, al afirmar que “será beneficioso para ambas organizaciones y para los pacientes y, además, mejorará la descripción y la comparación de la práctica de Enfermería en los planos local, regional, nacional e interna-cional”.

El trabajo presentado por el equipo de enfermeros del Hospital del Tajo (Aranjuez, Madrid) ha resultado ga-

nador de las 25 Jornadas Nacionales de Enfermeras Ges-toras, organizado por la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería (ANDE). Los supervisores de Enfermería José Antonio Sepúlveda, Javier Noguera, Melisa Rebollo y Noelia Sánchez, junto con el director de Enfermería del hospital, Rubén Francisco Flores, fueron los autores del trabajo.

El estudio presentado se realizó en la UCI polivalente del Hospital del Tajo, que cuenta con seis puestos para la aten-

ción médica y quirúrgica indistintamente. El trabajo, que se enmarca en un periodo de tiempo en cuatro semanas, del pasado mes de septiembre y octubre de 2013, recoge los datos de un total de 34 pacientes, de los cuales 26 eran varones y 8 mujeres, con un rango de edad de 40 a 89 años y una estancia media de ingreso de 3,77 días.

Las conclusiones a las que llegó el equipo de investigadores del Hospital del Tajo con los datos obtenidos en este perio-do es que “los pacientes con mayor índice de gravedad, son los que mayor carga de trabajo de Enfermería tienen”.

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Un grupo de enfermeros y enfermeras gestores de la provincia de Huelva ha recibido el primer premio

del III Congreso Internacional y Virtual de Enfermería Fa-miliar y Comunitaria por la presentación de un trabajo cen-trado en el caso clínico de un paciente con graves defi-ciencias desde su nacimiento, en el que se evidenció una notable mejoría en su calidad de vida gracias a la aplicación de las prácticas de Enfermería en el ámbito de la gestión de casos.

Los cinco profesionales galardonados en este certamen, enmarcado a su vez en la 11ª edición del congreso de la Asociación Andaluza de Enfermería Comunitaria (Asanec), desempeñan distintas funciones en lo que se conoce como Enfermería de enlace. Margarita Pérez Collado, del centro de salud del Molino de la Vega, y Leopoldo Palacios Gómez, del centro de salud del Torrejón, ambos pertene-cientes al Distrito de Atención Primaria Huelva-Costa, así como Santiago Teso Manzano, Carmen De la Torre Martín y Rafael Septien Sánchez, quienes desempeñan su labor en el hospital Juan Ramón Jiménez, ha sido los autores del trabajo “Advocacy y resultados en la gestión de casos complejos”.

Leopoldo Palacios Gómez es doctor en Enfermería y espe-cialista en Enfermería respiratoria, forma parte de diferen-tes grupos de investigación como el European Community Respiratory Health Survey (ECRHS), es miembro del comité técnico del Ministerio de Salud y bienestar social encargado de la elaboración de la estrategia Nacional de EPOC, y del grupo responsable del proceso asistencial EPOC de la Con-sejería de Salud de la Junta de Andalucía. Palacios nos res-ponde a las siguientes cuestiones:

Pregunta. ¿Cuáles han sido los principales objeti-vos que se perseguían en su trabajo?Respuesta. El trabajo quería dar a conocer el caso clínico de una paciente recién nacida que como consecuencia de una lesión medular, en el momento del parto, presentaba altas necesidades de cuidados como ventilación mecánica a través de traqueostomía, o nutrición por gastrectomía en-tre otras, haciendo necesaria articular la transferencia de los cuidados desde el hospital al domicilio, y la formación e implicación familiar, con el agravante de tratarse de una fa-milia en situación de riesgo social, ya que sus padres eran jóvenes, sin estudios y desempleados.

Entre los objetivos que nos planteamos con este contexto era dar a conocer:– El modo en el que se había realizado la transferencia de

los cuidados al domicilio y la formación previa al alta de los padres, en todos los cuidados que la niña podía preci-sar.

– Cómo se había organizado a todos los equipos que in-tervenían en la asistencia de la paciente, un total de 15 especialidades, donde era difícil mantener una visión integral, dada la multitud de especialistas implicados y los cuidados avanzados que la niña precisaba. Era pri-mordial gestionar el caso y llevarlo hacia donde creía-mos que era más efectivo. Lo normal hubiese sido que cada uno de los enfermeros y especialistas hubiese hecho sus revisiones por su cuenta, independiente-mente del resto de profesionales que atendían al pa-ciente.

Pero sobre todo, el principal objetivo era dar a conocer cómo ha sido posible, ante la evolución inesperada de la niña, planificar los cuidados y centrarlos en las necesidades prioritarias de la paciente como eran el soporte ventilatorio o la alimentación. Estas intervenciones han permitido que actualmente la paciente se alimente por boca con el consi-guiente cierre de la gastrectomía y que sea capaz, a nivel ventilatorio de respirar espontáneamente precisando úni-camente de soporte por la noche.

P. Tras la elaboración del mismo, ¿qué conclusio-nes cabría destacar?R. Fundamentalmente que en ocasiones el sistema sanita-rio, cuyo nivel de especialización es beneficioso para los pacientes, se vuelve excesivamente complejo, comparti-mentalizado y fragmentado perdiendo la atención integral, multidisciplinar e interdisciplinar que casos como el de esta niña requerían. Y es precisamente en estos casos donde la gestión toma sentido con intervenciones muy diversas que han abarcado desde el apoyo permanente y la formación en cuidados a la familia a fin de potenciar al máximo su capaci-dad de autonomía, la coordinación de los profesionales im-plicados, agilizar la accesibilidad a la citas, pasando por el contacto con los servicios sociales comunitarios para arti-cular los recursos disponibles, la valoración de las necesida-des específicas tanto del usuario como su entorno, el esta-blecimiento de un plan de atención individualizado e incluso la gestión del acceso al sistema educativo.

Primer premio del III Congreso Internacional y Virtual de Enfermería Familiar y Comunitaria

“Los modelos de salud actuales han demostrado una enorme efectividad en la resolución de los procesos agudos, pero no están consiguiendo adaptarse a las

necesidades de estos pacientes crónicos complejos”

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P. En su trabajo se aborda una práctica sanitaria, Advocacy, que cada vez tiene más repercusión en los países anglosajones. ¿En qué consiste exacta-mente dicha práctica?R. El término Advocacy se define, en el ámbito sanitario, como “la defensa de los intereses de los usuarios”, siendo de gran utilidad en la gestión de casos de pacientes complejos. Se trata de una práctica que en el ámbito sanitario promueve la defensa específica de los intereses de cada usuario y la participación directa de estos en sus propios planes de trata-miento, no podemos olvidar que las enfermeras gestoras de casos tenemos entre nuestras funciones, facilitar el aborda-je de las dificultades que se encuentran los usuarios en el entramado de nuestro sistema sanitario, ofreciendo un apo-yo y orientación dentro del mismo. El caso que hemos pre-sentado al congreso creemos que, debido a su complejidad y a la multitud de especialidades implicadas en la atención de la paciente, refleja fielmente una de las principales virtudes de este término, más aún en el contexto familiar de la pe-queña donde sus padres, eran incapaces de saber orientar las demandas de intervención de los diferentes profesiona-les a las necesidades reales y sentidas de la niña.

P. La figura del enfermero gestor está cobrando cada vez mayor importancia en la gestión tanto hospitalaria como ambulatoria. ¿Cuál es la finali-dad primordial de estos profesionales? ¿De qué manera se podría mejorar su efectividad?R. Las enfermeras gestoras de casos, denominadas de en-lace, son una figura asistencial que la Junta incorporó a la sanidad pública andaluza en el marco del Plan de Apoyo a las Familias. Su finalidad primordial, tanto desde los centros de salud como los hospitales, es la detección y gestión de las necesidades de aquellos pacientes y sus cuidadores que, por su especial patología, deteriorado estado de salud o por tener reducida su movilidad, requieren de una gran

organización de recursos sanitarios para su adecuado se-guimiento, fundamentalmente en el ámbito domiciliario o tras el alta hospitalaria. En este sentido, nos encargamos de la coordinación de todos los equipos que intervienen en la asistencia a la población diana para mejorar su efectivi-dad y garantizar la continuidad de los cuidados que reciben los pacientes dependientes y no se produzcan así deficien-cias en el paso de un nivel asistencial al otro.

Aunque diferentes estudios publicados avalan la efectivi-dad de esta figura dentro de los sistemas de salud, en estos momentos se hace necesaria una revisión del impacto real de este servicio, el modelo actual de atención a la demanda, así como la definición de un mapa competencial para las en-fermeras gestoras de casos que permitan incorporar ele-mentos de mejora en dicha figura y que desde mi humilde entender pasan por:1º. Cambiar de un enfoque reactivo y episódico de aten-

ción, a un enfoque proactivo, preventivo y eficiente, pero para ello es primordial redefinir nuestra población diana y centrarla en los pacientes de alta complejidad, siendo este nivel de complejidad el que debe de marcar el grado de intervención de la enfermera gestora de ca-sos (EGC).

2º. Y por otro siendo referente de una modelo de práctica avanzada (EPA) que priorice la utilización de competen-cias especializadas y de conocimiento enfermero a fin de responder a las necesidades de los pacientes y que, como cualquier otra práctica en el ámbito sanitario, debe estar sujeta a procesos de mejora continua.

P. En Andalucía durante el pasado año, las enfer-meras gestoras de casos realizaron un total de 524.684 visitas a pacientes, ¿cuál es el perfil ma-yoritario de estos? R. En la mayoría de los casos son pacientes con limitación funcional, altas hospitalarias, paliativos, personas depen-dientes tras AVC y sus cuidadoras y personas con necesi-dades de alguna gestión o material ortoprotésico, aunque es primordial reorientar las intervenciones hacia los cróni-cos más complejos como la insuficiencia cardiaca, EPOC por las limitaciones que generan y el alto consumo de recursos que consume. La atención a este tipo de pacientes consti-tuye el principal reto para nuestro sistema de salud, ya que estas patologías representan una importante limitación en la calidad de vida, productividad y estado funcional de las personas que las padecen; una pesada carga en términos de morbilidad y mortalidad; y un propulsor del incremento de los costes sanitarios y sociales, que compromete la sos-tenibilidad a largo plazo de nuestro sistema de protección. Los modelos de salud actuales han demostrado una enor-me efectividad en la resolución de los procesos agudos, pero no están consiguiendo adaptarse a las necesidades de estos pacientes crónicos complejos ya que continúan es-tando en muchas ocasiones, fragmentados, y basados en una relación episódica con el paciente. Las EGC debemos ser una pieza fundamental en este entramado que garanti-ce la atención de estos pacientes de mayor complejidad.

Leopoldo Palacios Gómez, especialista en Enfermería respiratoria

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Algo más que palabras

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La comunicación, pieza clave en la consulta oncológica

Dirigido tanto a personas afectadas de cáncer como a sus familiares o cuidadores, Hablemos: estrategias para aprovechar mejor la consulta en oncología se ha elaborado a partir de entrevistas semiestructuradas con profesionales sanitarios del ámbito de la Oncología (Medicina, Enferme-ría, Psicología, etc.), con líderes de organizaciones de pacientes, afecta-dos y familiares.

El Instituto Global de Salud Pública y Política Sanitaria (IGS) de la Univer-sidad Internacional de Cataluña (UIC) ha editado esta guía educativa para pacientes, con la colaboración del Foro Español de Pacientes y el patroci-nio de Roche.

Los participantes entrevistados han confirmado que muchos pacientes tienen miedo a la palabra cáncer y que presentan dificultades para hacer preguntas cuando el lenguaje es muy técnico o cuando se producen inte-rrupciones durante la visita. “Miedo al oír la palabra cáncer, ante lo que este diagnóstico puede suponer, a los tratamientos, ansiedad, desesperación, desamparo o vulnerabilidad, son solamente algunos de los sentimientos que pasan por la cabeza de un paciente oncológico recién diagnosticado”, asegura María Teresa Espinosa, presidenta de Asociación de Mujeres Afectadas por Cáncer de Mama y Ginecológico de Ciudad Real (AMUMA).

La elaboración de esta guía surgió a partir de una idea del doctor Albert J. Jovell y su edición ha sido posible gracias al apoyo de Roche. La obra será distribuida a través de las asociaciones de pacientes y en los centros asis-tenciales de España. Se puede acceder a la versión electrónica del docu-mento a través de los enlaces: www.uic.es/oncologia, www.roche.es y www.quesientenlospacientes.es

Título: Hablemos: estrategias para aprovechar mejor la consulta en oncologíaAutores: Albert J. Jovell, María Dolors Navarro, Emilia Arrighi (coords.).Edita: Instituto Global de Salud Pública y Política Sanitaria (IGS).Páginas: 24.

Nuevo manual sobre patologías bucales con más de 500 fotografías

La boca en imágenes es una obra dirigida a profesionales, tanto de Aten-ción Primaria como especialistas, cuyo objetivo es que estos puedan identificar con facilidad diferentes lesiones elementales y puedan indicar la presencia de patologías de mayor gravedad. Un profesional del centro de salud Zaidín Centro, integrado en el Distrito Sanitario Granada-Metro-politano, el odontoestomatólogo Miguel de Urquía, es el coordinador del atlas.

Con más de 440 páginas y 500 fotografías, este trabajo destaca por la gran cantidad de muestras fotográficas que recoge, lo que hace que re-sulte una herramienta sencilla para detectar lesiones potencialmente cancerizables. “De esta forma, el profesional puede identificar claramen-te la patología que está viendo en el paciente y puede tener los criterios claros de si es necesario derivarlo o no y a qué servicio es más recomen-dable hacerlo”, señala el doctor Urquía.

La obra está dividida en tres unidades: la primera de ellas corresponde a patologías con criterios topográficos (labios, encía, lengua); la segunda, hace referencias a la lesión elemental que las identifica (ampollas, vesícu-las, úlceras, manchas, etc.) y finalmente están aquellas unidades denomina-das por la enfermedad que padece el paciente (lupus, liquen, leucoplasia).

El atlas puede ser descargado de forma gratuita en la sección de publica-ciones, enmarcada en la página web de la Escuela Andaluza de Salud Pública: http://www.easp.es/project/la-boca-en-imagenes-para-profesio-nales-de-atencion-primaria

Título: La boca en imágenesAutores: Miguel de Urquía García.Edita: Escuela Andaluza de Salud Pública.Páginas: 442.

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Jornadas y Congresos

IX Congreso Nacional y III Internacional de la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC)

Fecha: del 8 al 10 de octubre de 2014.Lugar: Las Palmas de Gran Canaria.Información: Geyseco. C/ Marina, 27 bajos. 08005 Barcelona.Tel.: 932 212 242E-mail: [email protected]: http://www.geyseco.es/aec2014/

Ventajasal suscriptor

XIII Congreso Nacional de la Asociación Española de Enfermería en Otorrinolaringología (AEEORL)

Fecha: del 17 al 18 de octubre de 2014.Lugar: Hospital Universitario de Getafe (Madrid).Tel.: 91 683 93 60E-mail: [email protected]: http://www.aeeorl.es

Ventajasal suscriptor

III Congreso Madrileño de Enfermería Escolar

Fecha: del 18 al 19 de octubre de 2014.Lugar: Madrid.Información: Ilustre Colegio Oficial de Enfermería de Madrid. Avda. Menéndez Pelayo, 93 3º. 28007 Madrid.E-mail: [email protected]: http://www.amece.es/

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XXI Congreso Anual de la Sociedad Española de Enfermería Neurológica

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Jornadas y Congresos

8º Congreso Nacional de la Asociación Nacional de Enfermería Coordinadora de Recursos Materiales (ANECORM)

Fecha: del 15 al 17 de octubre de 2014.Lugar: Murcia.Información: Sanicongress. C/ Santiago de Les, 8. 46014 Valencia.Tel.: 902 190 848E-mail: [email protected]: http://www.anecorm.org/congreso2014/

XVIII Encuentro Internacional de Investigación en Cuidados

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13 Jornadas de Enfermería Quirúrgica de la Comunitat Valenciana

Fecha: del 20 al 21 de noviembre de 2014.Lugar: Valencia.Información: Sanicongress. C/ Santiago de Les. 46014 Valencia.Tel.: 902 190 848E-mail: [email protected]: http://www.aeqcv.org

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Influencia de la humanización de la atención perinatal en las tasas de inducción del parto

Objetivos: conocer la evolución de la frecuencia de las induccio-nes del parto desde la adhesión al Convenio de Colaboración en-tre el Ministerio de Sanidad y Consumo y la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía para la Estrategia de Atención al Parto Normal, así como describir los porcentajes de los distintos tipos de partos de las inducciones realizadas durante el periodo de es-tudio y estudiar la posible relación entre el número de induccio-nes y el tipo de parto de las mismas y la adhesión al Convenio para la Estrategia de Atención al Parto Normal. Método: estudio observacional, descriptivo, transversal de las gestantes atendidas en un hospital durante los años 2007 y 2011. La fuente de información utilizada ha sido el Conjunto Mínimo Bá-sico de Datos (CMBD) al alta hospitalaria de los años 2007-2011.Resultados: en el porcentaje de inducciones se constata que existen diferencias estadísticamente significativas tanto en el porcentaje de inducciones como en el porcentaje de partos eu-tócicos inducidos, siendo en 2011 dicho porcentaje inferior al 50% respecto a 2007. La instrumentación de los partos y la tasa de cesáreas en los partos inducidos han aumentado en 2011.Conclusiones: la tasa de inducción del parto se ha reducido significativamente en el periodo de tiempo estudiado, adecuán-dose a las tasas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), posiblemente debido a la adhesión del hospital al Proyecto de Humanización en la Atención al Parto y Nacimiento de Andalucía.Palabras claveHumanización de la atención perinatal; estrategia de atención al parto normal; inducción del parto; tipos de parto.

Resumen

The influence of the humanization of perinatal care in labour induction rates

Objectives: to learn about the evolution of the frequency of labour inductions since joining the Collaboration Agreement between the Ministry of Health and Consumer Affairs and the Regional Ministry of Health from the Junta de Andalucía in terms of the Strategy for Normal Childbirth Care, as well as to describe the percentages of the different types of labours from the inductions conducted during the period under study, and to assess the potential relationship between the number of inductions and the type of labour, and the adherence to the Agreement for the Strategy for Normal Childbirth Care. Method: observational, descriptive, transversal study of those pregnant mothers seen at a hospital during 2007 and 2011. The source of information used has been the Minimum Basic Data Set (MBDS) at hospital discharge during the years 2007-2011. Results: within the induction percentage, statistically significant differences were confirmed both in the induction percentage as in the percentage of induced normal labours; in 2011, said percentage was under 50% compared with 2007. Labour instrumentation and caesarean rate in induced childbirth have increased in 2011.Conclusions: the childbirth induction rate has been significantly reduced in the period of time under study, adapting to the rates recommended by the World Health Organization (WHO), possibly due to the adherence of the hospital to the Project for Humanization in Delivery and Childbirth in Andalusia.Key wordsHumanization in perinatal care; Strategy for Normal Childbirth Care; labour induction; types of labour.

Abstract

Cómo citar este artículo:Ruiz Ferrón C, Jurado García E, Baena Antequera F, Romero Martín JM, Barberá Rubini N, Arnedillo Sánchez S. Influencia de la humanización de la atención perinatal en las tasas de inducción del parto. Metas Enferm oct 2014; 17(8): 50-54.

Gestión sanitaria

Autores:1Cecilia Ruiz Ferrón

2Estefanía Jurado García3Francisca Baena Antequera

3Jorge Manuel Romero Martín4Nuria Barberá Rubini

5Socorro Arnedillo Sánchez

1Matrona. Profesora titular. Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología.

Universidad de Sevilla.2Matrona. Hospital Universitario Virgen

Macarena. Sevilla.3Matrona. Hospital Universitario Virgen de

Valme. Sevilla.4Matrona. Hospital Universitario Juan Ramón

Jiménez. Huelva.5Matrona.

Dirección de contacto:Francisca Baena Antequera

C/ Guirnalda, 57. 41600 Arahal (Sevilla). E-mail: [email protected]

Fecha de recepción: el 17/04/2014.Aceptada su publicación: el 5/06/2014.

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Introducción La inducción del parto (IDP) es la iniciación del trabajo de parto mediante procedimientos dirigidos a desencadenar contracciones uterinas antes del comienzo espontáneo del mismo, con el propósito de lograr la salida del útero de la unidad fetoplacentaria (1). Esta intervención también es considerada como la instauración artificial de contracciones uterinas con el fin de terminar la gestación cuando el feto es viable (2).

Hay que distinguir entre dos tipos de inducciones: la causa-da o motivada por criterios médicos, inducción médica, y la inducción electiva a término, aquella que se realiza por razo-nes ajenas a motivos clínicos. Esta última práctica explica en gran medida el incremento de las tasas de IDP a nivel global, puesto que cada vez más se realiza por diversos fac-tores, entre los que pueden destacarse factores maternos (miedo a las complicaciones materno-fetales que pudieran derivar de una conducta expectante en la gestación normal a término, conveniencia de fechas, etc.), o factores referi-dos al personal que va a atender el parto (actitud laxa ante indicaciones marginales, gestión de camas en el centro hos-pitalario, problemas de agenda, etc.) (1).

Con relación a la inducción médica, decir que tiene unas in-dicaciones muy específicas, ya que su fin es terminar la ges-tación artificialmente para obtener mejores resultados ma-terno-fetales frente al curso natural de la misma. Con cierta variabilidad según la fuente consultada, las causas para realizar una inducción son, prioritariamente, el embarazo prolongado, aunque también por rotura prematura de mem-branas a término y pretérmino, crecimiento intrauterino re-tardado (CIR), cesárea previa, antecedente de parto precipi-tado, estados hipertensivos del embarazo, diabetes melli-tus materna, coriamnionitis, desprendimiento prematuro de placenta o muerte fetal intraútero (1,3,4).

Algunas de estas razones son puestas en entredicho, como la historia de parto anterior precipitado, encontrándose en otros casos, como es el embarazo prolongado, evidencia que afirma que la política de inducción frente a una conduc-ta expectante se asocia a la existencia de menos muertes perinatales y menos cesáreas, así como de algunas morbili-dades como el síndrome de aspiración de meconio (5).

La inducción del parto es una de las intervenciones obsté-tricas más frecuentes y su uso se ha incrementado enorme-mente en los últimos 15 años. En el ámbito mundial desde un 9,5% a un 23,2% entre 1990 y 2009 (1). En España, to-mando como referencia distintos estudios, se encuentran variaciones que pasan de un 25,42% en 1997 a un 23,82% en 2007 (6). En 2010, en el Informe Europeo de la Salud Perinatal, España aparece como uno de los países con más alta tasa de inicio del parto por inducción (7), estableciéndo-se hasta un 31,7% la misma, aunque hay que puntualizar que las cifras utilizadas provienen exclusivamente de la re-gión de Valencia. Aunque los datos son dispares y parece que globalmente no está estudiada la tasa de inducción del

parto en España, lo que sí se puede afirmar es que dicha tasa difiere de la recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que se sitúa en un 5-15% (8).

Hay una serie de factores, como son las indicaciones de in-ducción del parto, que no se ajustan estrictamente a la jus-tificación clínica, las complicaciones y el mayor número de cesáreas y partos instrumentados y la peor vivencia de la mujer de su proceso de parto (1,3,9,10), lo cual deja patente la necesidad de seguir trabajando para adecuar las tasas de inducciones a lo que la evidencia científica ha descrito como adecuado. En esta línea se encuentran diversas iniciativas del ámbito internacional y autonómico, cuyo fin es adecuar la práctica obstétrica y de cuidados de la gestante durante su proceso de embarazo, parto y puerperio a las recomen-daciones de la OMS, entre las que se encuentran la de “no realizar inducciones de manera rutinaria en las gestaciones antes de las 42 semanas” y “ninguna región debería tener más de un 10% de las inducciones” (10).

En 2007, el Ministerio de Sanidad y Consumo elaboró la “Es-trategia de Atención al Parto Normal en el Sistema Nacional de Salud” (11), cuyo objetivo principal es el de “potenciar la atención al parto normal en el Sistema Nacional de Salud, mejorando la calidad asistencial y manteniendo los niveles de seguridad actuales”. En Andalucía, en 2006, se crea el Proyecto de Humanización de la Atención Perinatal, que propone mediante el diseño de un modelo de atención al proceso de nacer más humanizado, haciendo compatible el uso de la tecnología, que garantiza la seguridad de la madre y del bebé, con la participación activa de las mujeres y sus parejas (12).

El presente estudio se desarrolla en un hospital de referen-cia de Andalucía, adherido al Convenio de Colaboración en-tre el Ministerio de Sanidad y Consumo y la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, para desarrollar las recomen-daciones establecidas en la Estrategia de Atención al Parto Normal en el Sistema Nacional de Salud, publicado en el BOE, en 2008 (13) y cuyo fin es ofrecer a las gestantes sin factores de riesgo o con bajo riesgo una asistencia al parto de forma natural, no medicalizado, con la mínima interven-ción posible, garantizando la vigilancia materno-fetal nece-saria para evitar riesgos no deseados y respetando en todo momento el derecho a la autonomía, información e intimi-dad de la mujer y su pareja. Este hecho supuso un cambio en el modelo de atención a la mujer que afecta sobre todo a las competencias de la matrona desarrolladas en mayor medi-da, estando entre las modificaciones que llevaron a cabo en dicho hospital la personalización de los cuidados y la asis-tencia al parto, así como la instauración de un “Plan Funcio-nal de Urgencias” (14).

El presente trabajo está centrado en conocer las posibles repercusiones del cambio de paradigma asistencial en una de las intervenciones obstétricas más frecuentes como son las inducciones del parto, si bien la Estrategia de Atención al Parto Normal abarca un ámbito mayor puesto que ha su-

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puesto una modificación es su estructura, organización y reparto y desarrollo de competencias más adecuado a la evidencia científica, afectando sustancialmente a la aten-ción de la gestante en general.

Los objetivos de este estudio consisten en conocer la evo-lución de la frecuencia de las inducciones del parto desde la adhesión al Convenio de Colaboración entre el Ministerio de Sanidad y Consumo y la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía para la Estrategia de Atención al Parto Normal, así como describir los porcentajes de los distintos tipos de partos de las inducciones realizadas durante el periodo de estudio y estudiar la posible relación entre el número de in-ducciones y el tipo de parto de las mismas, y la adhesión al Convenio para la Estrategia de Atención al Parto Normal.

Método Estudio observacional, descriptivo, transversal de las ges-tantes atendidas en un hospital durante los años 2007 y 2011. La población de estudio en 2007 en la especialidad de Obstetricia fue de 551.870 gestantes. El número de partos vaginales fue de 7.185 y de cesáreas de 1.723, con un total de partos de 8.908 y un porcentaje de cesáreas 19,34%. Entre los procedimientos más frecuentes en dicho año se encuentra la ventosa obstétrica, con la cual se pro-dujeron 1.185 altas. En 2011 la población de referencia en la especialidad de obstetricia fue de 286.558 gestantes. El número de partos vaginales fue de 5.837, de cesáreas 1.576, con un total de partos de 7.413, y un porcentaje de cesáreas del 21,26%. La población a considerar en este es-tudio serán las mujeres con alta hospitalaria por parto en los años 2007 y 2011 que cumplan los siguientes criterios:

Se consideraron como criterio de inclusión todas las muje-res que hayan tenido un parto de feto único en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla, registradas en el Conjunto Míni-mo Básico de Datos (CMBD) al alta hospitalaria. Como crite-rio de exclusión del estudio se consideraron todos los datos procedentes de pacientes que presenten parto múltiple, en cualquiera de sus variantes (doble, triple, etc.) dadas las ca-racterísticas especiales de este tipo de embarazos y partos.

La fuente de información utilizada ha sido el Conjunto Míni-mo Básico de Datos (CMBD) al alta hospitalaria de los años 2007-2011. El CMBD responde a la idea de consenso sobre qué datos básicos se deben recoger de forma sistemática en el proceso asistencial del paciente y cuáles son de mayor utilidad para clínicos, gestores, planificadores, epidemiólo-gos, etc. (15). Contiene información muy valiosa para cono-cer la situación sanitaria de una población, ya que recoge los datos demográficos habituales (edad, sexo, localidad de re-sidencia), registra el diagnóstico que ha motivado el ingreso (diagnóstico principal), los factores de riesgo, comorbilida-des y complicaciones que presenta el paciente durante el ingreso (diagnósticos secundarios), algunas técnicas diag-nósticas relevantes y las intervenciones terapéuticas, espe-cialmente de tipo quirúrgico, que han sido utilizadas para tratar al paciente (los procedimientos). Finalmente, en el

CMBD consta la fecha de ingreso y de alta del paciente, así como su circunstancia de ingreso (urgente, programado) y la circunstancia de alta (alta, defunción, traslado, etc.) (16).

Las variables del estudio se presentan junto al correspon-diente código de identificación. En el caso del presente es-tudio se toman como variables: inducción como variable principal y explicativa; su código según CMBD es 659.1 para el fallo de inducción médica o de tipo no especificado y 73.4 para la inducción médica de parto (procedimiento obstétri-co). Dentro de las gestantes que presenten dicho código se toman como variables secundarias el uso de fórceps, vento-sa, la práctica de cesárea y el parto eutócico.

Resultados En la población de referencia se observa una reducción en el número de partos del 16,7% en 2011 con respecto a 2007. En relación al porcentaje de inducciones se constata que existen diferencias estadísticamente significativas tanto en el porcentaje de inducciones como en el porcentaje de partos eutócicos inducidos, siendo en 2011 dicho porcenta-je inferior al 50% que en 2007. La diferencia en el porcenta-je de inducciones de 2007/2011 se indica en la Figura 1.

En cuanto a la distribución de los porcentajes de los distin-tos tipos de parto, tanto en partos no inducidos como indu-cidos, del total en los años de estudio, se comprueba que hay diferencias estadísticamente significativas en ambos grupos.

En los partos no inducidos, en 2011, el porcentaje de partos eutócicos es superior, al tiempo que disminuye el de cesá-reas. En cuanto a los partos instrumentados, disminuyen los fórceps y las ventosas, aumentando solamente las espátu-las. La caracterización de los partos eutócicos según pre-sencia de inducción se presentan en la Figura 2 y en la Figu-ra 3 los tipos de partos no inducidos.

En cuanto a los partos inducidos en 2011, el porcentaje de partos eutócicos es significativamente menor que en 2007, así como un aumento significativo de las cesáreas, mante-niéndose los partos instrumentales con valores bastante similares en ambos años, aunque fórceps y ventosas son superiores en 2007 y las espátulas en 2011. Los tipos de partos inducidos se presentan en la Figura 4.

Figura 1. Diferencia en el porcentaje de inducciones de 2007/2011

N=15849 x2 (gl 1)= 497,640 para p< 0,001

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DiscusiónComo dato más importante puede observarse la disminución del número de inducciones en la comparativa de los datos obstétricos de los dos años incluidos en el estudio. Este dato, aunque resulte alentador puesto que supone una re-ducción de esta práctica y estar entre las tasas de inducción recomendadas por la OMS, también se ve influenciado por varios aspectos. Uno de ellos es la reducción total de núme-ro de partos en un 16,7%. Este hecho es derivado del mo-mento económico que atraviesa España y que se acentúa justamente en el transcurso de los años seleccionados, dado que uno de los enemigos de la tasa de natalidad debi-dos a dicha situación es el aumento de desempleo. En Espa-ña la tasa de natalidad bruta no se resiente especialmente, pasando de un 10,86 nacimientos/1.000 habitantes en 2007 a 10,7 nacimientos/1.000 habitantes. Sin embargo, Andalucía sí acusa una mayor reducción en la tasa de natali-

dad, disminuyendo de 11,93 a 20,72 nacimientos/1.000 habitantes en 2007 y 2011 respectivamente (17).

El presente estudio surge de la necesidad de cuantificar los efectos de una nueva atención al parto que pasa, como se ha explicado anteriormente, por una mayor autonomía de las matronas, aunque específicamente la inducción del par-to es una práctica donde esta realiza eminentemente fun-ciones prescritas. Aparte del ajuste por parte de médicos obstetras a las tasas recomendadas, en el nuevo modelo asistencial las gestantes de bajo riesgo ingresan cuando están de parto franco, al tener la potestad la matrona de dar el alta cuando esto no es así, con menos tasas de inter-vención (14). El hecho de que el proceso de humanización a la atención del nacimiento sea un convenio firmado por el hospital requiere la implicación del equipo multidisciplinar y para los facultativos especialistas en obstetricia implica una mayor necesidad de ajustarse a los porcentajes estima-dos por la OMS en indicadores de intervención obstétrica como son las inducciones y cesáreas.

Esto puede explicar que cuando la atención se centra en el tipo de parto que acontece en los inducidos frente a los que no lo han sido, se observa cómo en el grupo de los primeros hay una mayor instrumentación y tasa de cesáreas en el año 2011 frente a 2007; en el caso de las cesáreas hay una diferencia importante pasando la tasa de 13,30% en 2007 a 29,30% en 2011. Lo contrario ocurre en los partos no in-ducidos, en los que en 2011 aumentan los eutócicos, dismi-nuye la instrumentación y la tasa de cesáreas (20,40% frente a 18,90%).

Para estudiar más a fondo los aspectos intuidos que expli-carían el descenso de la tasa de inducciones sería necesario analizar fundamentalmente la adecuación clínica de las in-dicaciones de inducción del parto, los métodos utilizados y cómo se ha empleado. Es por ello que, al ser el presente tra-bajo un estudio descriptivo, se requerirá de otros posterio-res que puedan probar o desestimar la hipótesis creada.

ConclusionesLa tasa de inducción del parto se ha reducido significativa-mente en el periodo de tiempo estudiado, acercándose a las tasas recomendadas por la OMS, posiblemente debido a la adhesión del hospital al Proyecto de Humanización en la Atención al Parto y Nacimiento de Andalucía.

La evolución del tipo de parto en el periodo comprendido en el estudio tiende hacia una mayor instrumentación y mayor tasa de cesáreas en los partos inducidos, frente una dismi-nución de ambos indicadores en los partos con inicio espon-táneo. Este hecho puede ser explicado con una mejor indi-cación de la inducción del parto, ajustándose esta a los ca-sos en los que esté debidamente justificada. Se necesita un avance cualitativo de estudios en los que se indague en cada caso la correcta investigación de la inducción del par-to, así como el protocolo seguido para tal, aspectos que no pueden ser encontrados en las bases de datos secundarias.

Figura 2. Caracterización de los partos eutócicos según presencia de inducción

N= 9619 x2 (gl 1)= 541,130 para p< 0,0012007 N= 5315; 2011 N= 4304

Figura 3. Tipos de partos no inducidos

N=12192 x2 (gl 6)= 65,992 para p< 0,001

Figura 4. Tipos de partos inducidos

N= 3657 x2 (gl 4)= 135,672 para p< 0,001

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FinanciaciónEl presente trabajo forma parte del proyecto de investiga-ción “Influencias de las Competencias de la Matrona y el Modelo de Atención a la Gestante en Proceso de Parto”, fi-nanciado por la Consejería de Salud de Andalucía, convoca-toria 2012.

Conflicto de interesesNinguno.

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Humanización de la atención perinatal; es-trategia de atención al parto normal; induc-ción del parto; tipos de parto.

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Bibliografía

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Registro de intervenciones asistenciales de la enfermera escolar

Objetivo: identificar y cuantificar las intervenciones que reali-zan las enfermeras escolares en relación a los procesos de salud. Método: se llevó a cabo un estudio descriptivo transversal de febrero a mayo de 2012, en nueve centros educativos privados y concertados de la Comunidad de Madrid. El grupo de trabajo, compuesto por las 11 enfermeras escolares de esos centros, di-señó un modelo consensuado para el registro de las intervencio-nes enfermeras (NIC) realizadas a los estudiantes de los centros, clasificadas en 19 procesos asistenciales.Resultados: se registraron 25.248 intervenciones enfermeras, lo que supuso una media global de 2,2 intervenciones por alum-no. El ratio de intervenciones al día oscila entre 0,8 y 11,1 según los centros educativos. Los accidentes/traumatismos fueron los procesos que con más frecuencia requirieron la intervención de la enfermera escolar. Conclusiones: la consulta de la enfermera escolar es similar en frecuentación a cualquier consulta de Enfermería Pediátrica de Atención Primaria. El modelo de registro utilizado es válido para determinar la carga asistencial de la enfermera escolar, la adecua-ción de los recursos humanos enfermeros en los centros educati-vos y para realizar estudios que mejoren las estrategias de pre-vención, promoción y educación para la salud en el ámbito escolar.Palabras claveIntervenciones enfermeras; enfermera escolar; registro; proce-sos salud; carga asistencial; Atención Primaria.

Resumen

Registry of care interventions by the school nurse

Objective: to identify and quantify those interventions con-ducted by school nurses regarding health processes. Method: a transversal descriptive study was conducted from February to March, 2012, in nine semi-private educational centers within the Community of Madrid. The work team, formed by the 11 school nurses from said centers, designed a model by consensus for the registry of nursing interventions (NIC), performed on students from said centers, and classified into 19 care procedures. Results: overall, 25,248 nursing interventions were registered, which represent a mean 2.2 interventions per pupil. The daily rate of interventions ranged between 0.8 and 11.1, depending on each educational center. Accidents / injuries were the most frequent conditions which required school nurse intervention.Conclusions: the school nurse office has a similar rate of visits than any other Primary Care Pediatric Nurse office. The model of registry used is valid in order to determine the workload of school nurses, the adaptation of nursing human resources in educational centers, and in order to conduct studies which will improve the strategies for prevention, promotion, and health education within the school setting.

Key wordsNursing interventions; school nurse; registry; health processes; workload; Primary Care.

Abstract

Cómo citar este artículo:López Gutiérrez I. Registro de intervenciones asistenciales de la enfermera escolar. Metas Enferm oct 2014; 17(8): 55-59.

Gestión sanitaria

Autora:Inmaculada López Gutiérrez Enfermera escolar. Colegio de Educación Especial Virgen de Lourdes. Majadahonda (Madrid). Responsable de Investigación y vocal de Centros Privados y Relaciones Externas de AMECE (Asociación Madrileña de Enfermería en Centros Educativos).

Dirección de contacto:Colegio Educación Especial Virgen de Lourdes.Crtra. M-516, km. 2. 28220 Majadahonda (Madrid). E-mail: [email protected]

Fecha de recepción: el 22/04/2014.Aceptada su publicación: el 28/08/2014.

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Introducción Según el perfil elaborado en 2009 por la Asociación Madrile-ña de Enfermería en Centros Educativos (AMECE) (1): “La en-fermera escolar es el profesional que, dentro del ámbito del centro y de acuerdo con el Proyecto Educativo del Centro (PEC), le incumbe la responsabilidad de proporcionar de forma individualizada, o en su caso, de forma coordinada dentro del equipo escolar, los cuidados propios de su competencia al alumno/a de modo directo, integral o individualizado. En el ámbito educativo, además, han de prestar un servicio que permita aumentar la capacidad del individuo y de la colectivi-dad escolar, para prevenir, detectar y solucionar sus proble-mas de salud”. En las competencias que la enfermera desa-rrolla en la comunidad escolar se incluyen las funciones asistencial, docente, administrativa e investigadora, desta-cando como agente principal en la educación para la salud.

Actualmente, en España, la mayoría de las Comunidades Au-tónomas cuentan con legislación que da cierta cobertura sanitaria a la salud escolar. No obstante, dicha cobertura es escasa y en algunos casos inexistente, estando limitada a los centros públicos de educación especial. La Comunidad Autó-noma de Madrid, desde el año 2001, cuenta además con en-fermeras en los centros públicos de enseñanza ordinaria con motivo de la integración de alumnos con necesidades educa-tivas especiales (ACNEE) (2), de conformidad con la Ley 13/1982 de 7 de abril de Integración Social de Minusválidos (3) y es, en este momento, la comunidad con mayor número de centros educativos provistos de enfermera, tanto en el ámbito de la enseñanza pública como en la privada.

Las enfermeras escolares, como el resto de enfermeras, son conscientes de la importancia de registrar su trabajo para que este sea visible, cuantificable y mejorable. Tras realizar una revisión bibliográfica, se encontraron publica-ciones en otros países relacionadas con el proceso de aten-ción de Enfermería en el ámbito de la Enfermería Escolar, por ejemplo, la de la National Association of School Nurses (NASN) de EE.UU. (4), que define los estándares del IHP In-dividual Healthcare Plane (IHP) destacando su utilidad como marco para responder a las necesidades clínicas y adminis-trativas. También en la web de la New York Statewide School Health Services Center (NYSSHSC) se pueden en-contrar algunos protocolos de actuación y planes de cuida-

dos individualizados relacionados en su mayoría con proble-mas crónicos de salud (5). Sin embargo, no se han publicado trabajos relacionados con el registro de la actividad de la Enfermería escolar en España.

Un grupo de trabajo compuesto por once enfermeras escola-res de la Comunidad de Madrid se planteó explorar formas de registro que cuantificaran las distintas intervenciones enfer-meras, agrupándolas en relación a los procesos de alteración de la salud, categorizados por aparatos y sistemas. De ese modo, podrían obtenerse tanto datos promedio de la carga asistencial de las enfermeras, como una visión de los proble-mas de salud más frecuentes en la población escolar. Esta información podría ser fundamental para mejorar la progra-mación de actividades de prevención, promoción y educación para la salud, para gestionar los recursos de Enfermería y para justificar la presencia de enfermeras en los centros edu-cativos.

Con la intención de evaluar el registro elaborado, se llevó a cabo un estudio cuyo objetivo consistió en identificar y cuantificar las intervenciones que realizan las enfermeras escolares en relación a los procesos de salud.

MétodoSe realizó un estudio descriptivo transversal durante un pe-riodo de cuatro meses (de febrero a mayo de 2012), en cen-tros educativos de la Comunidad de Madrid.

Durante el curso académico 2011-2012, la población de estudiantes no universitarios en esta comunidad era de 999.835 alumnos, distribuidos de la siguiente forma: Edu-cación Infantil (204.556), Educación Primaria (382.557), Educación Especial (4.470), Enseñanza Secundaria Obliga-toria (234.708), Programas de Cualificación Profesional Ini-cial (PCPIs) (10.463), Bachillerato (99.572) y Formación Profesional Grado Medio (29.087) y Grado Superior (34.422) (6).

El grupo de trabajo se constituyó con 11 enfermeras esco-lares y los 9 centros educativos privados y concertados par-ticipantes en el estudio fueron los centros en los que ellas trabajaban, y que cubrían un total de 11.481 alumnos de edades comprendidas entre los 3 y los 20 años (Tabla 1).

CÓDIGOCENTRO CENTRO EDUCATIVO TIPO DE ENSEÑANZA ENFERMERAS

ESCOLARESNÚMEROALUMNOS

1 Liceo Francés de Madrid Educación Ordinaria 2 3.600

2 Colegio Gredos San Diego Vallecas (IMENA) Educación Ordinaria 1 1.561

3 Colegio Institución Virgen Milagrosa (Madrid) Educación Ordinaria 1 202

4 Colegio Base (Alcobendas) Educación Ordinaria 1 785

5 Colegio Estudio 3 Afanias (Aravaca) Educación Especial 1 118

6 Colegio Sagrada Familia de Urgel (Madrid) Educación Ordinaria 1 1.200

7 Colegio Estudio (Madrid) Educación Ordinaria 2 1.897

8 Colegio Gredos San Diego (Moratalaz) Educación Ordinaria 1 1.890

9 Colegio Virgen de Lourdes (Majadahonda) Educación Especial 1 228

Tabla 1. Relación de los centros educativos participantes en el estudio y del número de enfermeras escolares y alumnos que tenía cada uno entre febrero y mayo de 2012

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Las variables cuantitativas estudiadas fueron las interven-ciones enfermeras clasificadas en 19 categorías previa-mente consensuadas por el grupo de trabajo (Tabla 2).

Como instrumentos para la recogida de datos se elaboraron plantillas mensuales con los días lectivos de cada mes, en los que cada enfermera escolar registraba las intervencio-nes realizadas con los alumnos de su propio centro, y dos documentos, uno con instrucciones metodológicas de ca-rácter general y otro con los criterios de inclusión de las in-tervenciones enfermeras en las distintas categorías, según el sistema de Clasificación de Intervenciones de Enfermería (NIC) (7). Ambos documentos pueden ser consultados me-diante solicitud a la autora del trabajo. En la Tabla 3 se muestra un ejemplo de intervenciones enfermeras incluidas en procesos respiratorios y neumológicos.

Estos documentos, acordados por el grupo de trabajo, ase-guraron la uniformidad en la recogida de datos, aumentan-do así la validez interna del estudio.

El estudio se llevó a cabo siguiendo las normas éticas reco-nocidas internacionalmente para la investigación y respe-tando la protección de datos de carácter personal.

Para el análisis de la información se utilizó estadística des-criptiva, con cálculo de la media de intervenciones por alum-no, día y centro.

ResultadosDurante el periodo lectivo de febrero a mayo de 2012, el grupo de trabajo registró 25.248 intervenciones enferme-ras, lo que supuso una media global de 2,2 intervenciones enfermeras por alumno.

En la Tabla 4 se muestra el total de intervenciones efectua-das por las enfermeras escolares en cada uno de los cen-tros, así como la media de intervenciones por día, por mes y por alumno. Los centros con ratios más altos de interven-ción por alumno fueron el Colegio Virgen de Lourdes (Edu-cación Especial) (11,1), el Colegio Institución Virgen Mila-grosa (10,7) y el Colegio Estudio 3 AFANIAS (Educación Especial) (10,4). El ratio más bajo correspondió al Colegio Sagrada Familia de Urgel (0,8) (Figura 1).

El promedio global de intervenciones enfermeras por día fue de 30,4. El análisis de la media de intervenciones enfer-

Tabla 3. Ejemplo de intervenciones enfermeras en procesos respiratorios/neumológicos, código 3 de IEP

NIC INTERVENCIÓN ENFERMERA3160 Aspiración de las vías aéreas

3390 Ayuda a la ventilación

3230 Fisioterapia respiratoria

3140 Manejo de las vías aéreas

3210 Manejo del asma

3250 Mejorar la tos

3320 Oxigenoterapia

3350 Monitorización respiratoria

3300 Manejo de la ventilación mecánica invasiva

3302 Manejo de la ventilación mecánica no invasiva

2311 Administración de medicación: inhalatoria

2300 Administración de medicación

5616 Enseñanza medicamentos prescritos

2395 Control de la medicación

CÓDIGOCATEGORÍA

CATEGORÍAS IEP: INTERVENCIONES DE ENFERMERÍA SEGÚN PROCESOS

1 IEP neurológicos

2 IEP nutrición/endocrino-metabólicos

3 IEP respiratorio/neumológicos

4 IEP cardiovasculares

5 IEP dermatológicos

6 IEP oftalmológicos

7 IEP otorrinolaringológicos

8 IEP musculoesquelético/tejido conjuntivo

9 IEP gastrointestinales

10 IEP genitourinarios

11 IEP alérgicos/autoinmunes

12 IEP oncológicos

13 IEP alteraciones del comportamiento

14 IEP de urgencia

15 IEP infecciosos/parasitarios

16 IEP enf. de la sangre/org. hematopoyéticos

17 IEP accidentes/traumatismos

18 IEP bucodentales

19 IEP signos/síntomas de causa desconocida

Tabla 2. Relación de categorías y código de Intervenciones Enfermeras según Procesos (IEP)

Tabla 4. Intervenciones realizadas por las enfermeras escolares en cada centro educativo de febrero a mayo de 2012

CÓDIGOCENTRO CENTRO EDUCATIVO TOTAL I.E.

(4 MESES)MEDIA I.E.POR DÍA

MEDIA I.E.POR MES

MEDIA I.E.POR ALUMNO

1 Liceo Francés de Madrid 5.372 70,7 1.343 1,5

2 Colegio G.S.D. Vallecas 1.943 25,6 485,8 1,2

3 Colegio Institución Virgen Milagrosa 2.171 28,6 542,8 10,7

4 Colegio Base 2.861 37,6 715,3 3,6

5 Colegio Estudio 3 Afanias (Educación Especial) 1.223 16 305,8 10,4

6 Colegio Sagrada Familia de Urgel 983 12,9 245,8 0,8

7 Colegio Estudio 5.196 68,4 1.299 2,7

8 Colegio G.S.D. Moratalaz 3.136 41,3 784 1,7

9 Colegio Virgen de Lourdes (Educación Especial) 2.521 33,2 630,3 11,1

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meras por día y centro proporciona una aproximación a la carga asistencial (Figura 2). El Colegio GSD Moratalaz es el que muestra mayor carga asistencial por enfermera escolar (41,3 intervenciones enfermera/día).

Los resultados globales del número de intervenciones reali-zadas por la enfermera escolar según el proceso de salud, se muestra en la Figura 3. Los procesos relacionados con accidentes/traumatismos (5.207), con nutrición/endocri-no-metabólicos (2.675) y con síntomas de causa descono-cida (2.663) fueron los que motivaron mayor número de in-tervenciones.

No se registró ninguna intervención relacionada con proce-sos oncológicos y tan solo nueve relativas a enfermedades o alteraciones hematológicas.

Discusión y conclusionesEl modelo de registro consensuado por el grupo de trabajo de enfermeras escolares ha permitido contabilizar el número de intervenciones enfermeras realizadas durante los meses de febrero a mayo de 2012, así como identificar el promedio de intervenciones por día y por alumno. En este sentido, re-sulta interesante consultar los datos de frecuentación ge-neral de las consultas de Enfermería de Atención Primaria en la Comunidad Autónoma de Madrid. La frecuentación gene-ral, se calcula dividiendo el número total de consultas regis-tradas en un año para cada uno de los profesionales, por la población asignada a cada tipo de profesional en ese año (8). Teniendo en cuenta los datos correspondientes a los inter-valos quinquenales de edad que se corresponderían con los de los alumnos de los centros educativos estudiados, nos encontramos con que en el año 2011 la frecuentación fue la siguiente: para 0-4 años fue de 4,68 consultas; para el gru-po de 5-9 años fue de 1.42; para 10-14 años fue de 2,26 y para el grupo de 15 a 19 años, fue de 1,43 consultas (9).

Se considera que la consulta de la enfermera escolar podría ser muy similar en frecuentación a cualquier consulta de Enfermería Pediátrica de Atención Primaria. Para valorarlo, se sugiere que en trabajos posteriores se calcule la fre-cuentación general de las consultas de Enfermería Escolar, dividiendo el número total de consultas registradas en un curso lectivo para cada uno de los profesionales, entre el alumnado asignado a cada profesional en ese curso lectivo.

No obstante, la forma de registro de este trabajo ofrece una visión más exacta de la carga asistencial de la enferme-ra escolar, puesto que registrar el número de alumnos que acuden a la consulta no refleja la labor asistencial real. Se dan casos en los que un alumno requiere de varias interven-ciones diferentes o complementarias. Se observa que el número de intervenciones por alumno es muy superior en los centros de educación especial (códigos 5 y 9) en los cua-les son más frecuentes los casos con pluripatologías y en-fermedades crónicas. Del mismo modo, se dan casos en los que un mismo alumno acude en distintas ocasiones, en la Figura 1 podemos ver el alto promedio de intervenciones por alumno del Centro de Enseñanza Ordinaria (código 3) que se debió al número de alumnos con diabetes escolariza-dos en el centro. Sabemos que la diabetes es una de las en-fermedades crónicas más frecuentes en la infancia (10) y requiere una atención de Enfermería estrecha durante el horario escolar. Analizando los recursos humanos enferme-ros se puede observar que los centros con la media de inter-venciones por día más alta se corresponden con los dos únicos centros que disponen de dos enfermeras escolares (Tabla 1).

Por otra parte, mediante el análisis del número total de in-tervenciones enfermeras según proceso, el registro permi-tió conocer los problemas de salud más frecuentes en los alumnos de la muestra durante los cuatro meses de estu-dio. Esto ofrece la posibilidad de calcular la prevalencia de dichos problemas en cada centro, siempre que se realice

Figura 2. Carga asistencial de la enfermera escolar según el centro educativo, de acuerdo a la media de intervenciones que lleva a cabo cada día

Los centros 1 y 7 cuentan con dos enfermeras escolares cada uno

Figura 3. Número de intervenciones realizadas por la enfermera escolar según el proceso de salud. (Consultar Tabla 2 para ver la correspondencia de las 19 categorías de intervenciones consensuadas)

Figura 1. Media de intervenciones por alumno según el centro educativo

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durante un curso completo, de forma que, incluso, puedan obtenerse asociaciones entre los problemas de salud y los factores determinantes o moduladores propios del ámbito escolar, patógenos ambientales comunitarios, etc. Partien-do de una muestra representativa en cuanto a tamaño y composición, por ejemplo, y seleccionando el mismo número de centros de cada uno de los tipos de enseñanza, la infor-mación podría inferirse a partir de los parámetros obtenidos en la población escolar, lo cual permitiría elaborar Progra-mas de Salud con una cobertura más amplia.

Una limitación importante de este estudio fue la duración, el tiempo para el registro de intervenciones fue muy corto, y además se vio afectado por el periodo vacacional de Sema-na Santa. Sería necesario llevar a cabo el registro durante un curso lectivo completo para poder recabar y analizar todos los datos necesarios para obtener la información propuesta. No obstante, se considera que el modelo de registro utiliza-do es válido para tener una idea aproximada de la carga asis-tencial de la enfermera escolar, de la adecuación de los re-cursos humanos enfermeros en los centros educativos y para justificar la necesidad de enfermeras en el ámbito es-colar. Al igual que es válido para realizar estudios de preva-lencia periódica y análisis de relación que reviertan en la mejora de las propuestas y estrategias de prevención, pro-moción y educación para la salud en el ámbito escolar.

AgradecimientosSe agradece la colaboración a las enfermeras escolares, miembros de la Asociación Madrileña de Enfermeras en Centros Educativos (AMECE) que integraron el grupo de trabajo: L. Sánchez de la Torre, SC. Rodríguez Soriano, M. Co-rroto Matesanz, MJ. Borrego Gutiérrez, A. Izquierdo García, R. Lechuga del Río, M. García-Amado García, T. Velasco Rome-ro, L. Fernández Villanueva y B. González Parada.

FinanciaciónNinguno.

Conflicto de interesesNinguno.

01. Asociación Madrileña de Enfermería en Centros Educativos (AMECE). Perfil de Enfermería Escolar. Madrid: AMECE; 2009. [En línea] [Fecha de acceso: 27 de agosto de 2014]. URL disponible en: http://www.amece.es/images/perfil.pdf

02. López Langa N, González García N. Antecedentes históricos y perfil de la enfermera escolar. Metas Enferm sep 2012; 15(7):50-54.03. Ley 13/1982, de 7 de abril, de integración social de los minusválidos. Boletín Oficial del Estado (BOE), núm. 103, de 30 de abril de1982.04. National Association of School Nurses (NASN). Individualized Healthcare Plans, The Role of the School Nurse (Revised June 2013). [En línea]

[fecha de acceso: 27 de agosto de 2014]. URL disponible en: http://www.nasn.org/PolicyAdvocacy/PositionPapersandReports/NASNPosi-tionStatementsFullView/tabid/462/ArticleId/32/Individualized-Healthcare-Plans-IHP-Revised-2008

05. New York Statewidw School Health Services Center (NYSSHSC). Care Plans-ECP&IHP. [En línea] [fecha de acceso: 27 agosto de 2014]. URL disponible en: http://www.schoolhealthservicesny.com/tool_kit.cfm?subpage=256

06. Comunidad de Madrid. Consejería de Educación y Empleo. Datos y cifras de la Educación. Estadística de la Enseñanza en la Comunidad de Ma-drid. [En línea] [fecha de acceso: 27 de agosto de 2014]. URL disponible en: http://www.madrid.org/cs/Satellite?blobcol=urldata&blobhea-der=application%2Fpdf&blobheadername1=Content-Disposition&blobheadervalue1=filename%3DDatos+y+cifras+2011-12+navegable.pdf&blobkey=id&blobtable=MungoBlobs&blobwhere=1352811293678&ssbinary=true

07. Bulechek GM, Butcher HK, McCloskey J. Clasificación de Intervenciones de Enfermería (NIC). 5ª ed. Barcelona: Elsevier; 2009.08. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Indicadores clave del Sistema Nacional de Salud - INCLASNS. Versión 2010. [En línea]

[fecha de acceso: 27 de agosto de 2014]. URL disponible en: http://www.msssi.gob.es/estadEstudios/estadisticas/sisInfSanSNS/iclasns_docs/InformeC_INCLASNS.pdf

09. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Actividad Asistencial Ordinaria en Atención Primaria Sistema Nacional de Salud. 2011. [En línea] [fecha de acceso: 27 de agosto de 2014]. URL disponible en: http://www.msssi.gob.es/estadEstudios/estadisticas/estadisticas/estMinisterio/docs/2011_Actividad.pdf

10. Fernández-Cuesta Valcarce MA, El-Asmar El-Osman A, Gómez Ocaña JM, Revilla Pascual E (eds.). Las 50 principales consultas en pediatría de atención primaria. Madrid: Trigraphis; 2008.

Bibliografía

Si quieres ampliar más información sobre este artículo, consulta:

Contacta con los autores en:

[email protected]

Enfermera escolar; registro; Enfermería escolar; centros educativos; Atención Pri-maria.

Introduce estos términos:

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Registro de la actividad profesional enfermera en la historia clínica digital: experiencia en Menorca

La incorporación de las tecnologías de la información y la comuni-cación (TIC) en el ámbito sanitario ha dotado en los últimos años a usuarios y profesionales de aplicaciones que facilitan a ambos colectivos el acceso a información sobre la salud individual.En el Hospital General Mateu Orfila de Menorca (Islas Baleares) el proceso de informatización de la historia clínica digital comen-zó en 2007, detectándose múltiples dificultades para el manejo de la aplicación y generando pérdida de confianza en los siste-mas de información. Ante esta situación, se marcó como objeti-vo la elaboración de una herramienta de trabajo electrónica que permitiese satisfacer el registro del rol profesional enfermero.El propósito de este artículo es describir el proceso de elabora-ción y la implantación de un entorno de trabajo para el equipo de Enfermería, integrado en la historia clínica digital del Hospital Mateu Orfila de Menorca, con el que se ha conseguido disponer de una herramienta de trabajo ágil, intuitiva, fiable y de gran al-cance, que integra actividades relevantes para todas las funcio-nes enfermeras.Palabras claveHistoria clínica digital (HCD); proceso enfermero; panel de Enfer-mería; tecnologías de información y comunicación; gestión; cali-dad.

Resumen

Registry of nursing professional activity in the Digital Clinical Record: an experience in Menorca

The incorporation of information and communication technologies (ICT) in the healthcare setting has provided applications which make easier the access to information on individual health both to users and professionals.In the Hospital General Matéu Orfila in Menorca (Balearic Islands), the process of computerizing the digital clinical records started back in 2007, and multiple difficulties were detected for the use of the application, thus generating a loss of confidence in information systems. Faced with this situation, the objective established was the preparation of an electronic working tool which might allow to satisfy the registry of the nursing professional role. The purpose of this article is to describe the process of preparation and implementation of a work setting for the Nursing team, incorporated in the digital clinical record of the Hospital Matéu Orfila in Menorca, resulting in the availability of an agile, intuitive, reliable and high-scope working tool, which incorporates those relevant activities for all nursing functions.Key wordsDigital Clinical Record (DCR); nursing process; Nursing panel; Information and Communication Technologies; management; quality.

Abstract

Cómo citar este artículo:Cases Sanchis M, Pons Torres A. Registro de la actividad profesional enfermera en la historia clínica digital: experiencia en Menorca. Metas Enferm oct 2014; 17(8): 62-68.

Método

Autoras:1Margarita Cases Sanchis1Alexandra Pons Torres

Enfermeras. Unidad de Formación.Hospital General Mateu Orfila de Menorca (Islas Baleares).

Dirección de contacto:Alexandra Pons TorresUnidad de formación. Hospital Mateu Orfila07703 Maó (Menorca).E-mail: [email protected]

Fecha de recepción: el 2/04/2014.Aceptada su publicación: el 12/08/2014.

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MétodoCases Sanchis M et al. Registro de la actividad profesional enfermera en la historia clínica digital: experiencia en Menorca

63Metas de Enferm oct 2014; 17(8): 62-680623

Introducción En los últimos años las tecnologías de la información y las comunicaciones (TICS) se han integrado en el sistema sani-tario, incorporando funcionalidades que aportan efectividad, eficiencia y seguridad al proceso de atención al paciente (1).

Para afrontar los retos de modernización y enmarcado en el plan de calidad, el Sistema Nacional de Salud (SNS) inicia en 2006 el proyecto Sanidad en Línea (2), que incluye el desa-rrollo de la historia clínica digital (HCD) orientada a contri-buir a la generalización del uso de las nuevas tecnologías en el sistema sanitario para mejorar la atención a pacientes y ciudadanos.

Según las conclusiones del V Informe de la Sociedad Espa-ñola de Informática de la Salud (SEIS) (3), la HCD es conside-rada como un registro que integra toda la información de salud de una persona, a lo largo de su vida, referida a los di-ferentes estados de salud y enfermedad, y generada por todos los profesionales de atención a la salud, con los que se relaciona en cualquier nivel asistencial. Presenta induda-bles ventajas en la atención, en la docencia y en la investi-gación, pero también en la gestión y planificación sanitarias y de salud pública.

Según el informe de evaluación de 2010 del programa Sa-nidad en Línea del SNS (4), actualmente en España todas las Comunidades Autónomas, sin excepción, tienen siste-mas de historia clínica (o de salud) electrónica (o digital). El 98% de los centros de salud del SNS dispone de un sistema de historia clínica electrónica y el 70% de los hospitales cuenta con un sistema de información que incorpora fun-cionalidades de gestión de pacientes y estación clínica, im-plantado por el servicio de salud dentro del proyecto de historia clínica electrónica autonómico.

En este entorno, las enfermeras han desarrollado herra-mientas que permiten la integración del proceso de aten-ción de Enfermería en los sistemas informatizados de las organizaciones sanitarias (5). La importancia de hacer visible el trabajo enfermero mediante este tipo de herramientas fue señalada hace tiempo. En 1988, el desarrollo de siste-mas de información fue identificado de prioridad alta por el National Center for Nursing Research. Y en el año 1997, Jo-nes (6) realizaba la siguiente observación: “si las enfermeras no desarrollan y adoptan las herramientas necesarias para participar en este entorno dirigido por la información, en el futuro las oportunidades para proporcionar servicios enfer-meros pueden disminuir de manera significativa (7)”.

No debemos olvidar que hasta hace poco tiempo “la docu-mentación enfermera consistía principalmente en largas notas narrativas en soporte de papel. Las notas narrativas son ambiguas, contienen redundancias y diversos matices dentro del texto. Estas anotaciones habitualmente se es-criben a mano, con frecuencia son ilegibles, se malinterpre-tan y pueden usarse por una sola persona a la vez. Como consecuencia de estos problemas, las anotaciones narrati-

vas son difíciles de introducir en un sistema computarizado donde puedan ser recuperadas para la evaluación diaria de los cuidados del paciente o analizadas para la investigación y soporte en la toma de decisiones (8)”.

Un documento electrónico es un documento cuyo soporte material es algún tipo de dispositivo electrónico o magnéti-co, y en el que el contenido está codificado mediante algún tipo de código digital, que puede ser leído, interpretado, o reproducido mediante el auxilio de detectores de magneti-zación (9).

En la última década han ido apareciendo en el mercado di-versas aplicaciones informáticas específicas para Enferme-ría y numerosos centros, tanto de Atención Especializada como de Atención Primaria, ya han informatizado sus siste-mas de registro clínico. Esto ha generado en los profesiona-les del ámbito asistencial, con independencia de sus conoci-mientos en ofimática, una progresiva adaptación a los nue-vos entornos de trabajo, aunque con diferentes grados de aceptación y predisposición al cambio (10).

Es básico para la asistencia que la documentación electró-nica recoja los datos enfermeros y prioritario para mejorar la seguridad del paciente. Además, los cuidados enfermeros son de suma importancia para el sistema de salud, tanto en su dimensión sanitaria y económica, como jurídica (11).

Como hemos mencionado, siguiendo con el programa Sani-dad en Línea, entre los objetivos de gestión del Servei Ba-lear de Salut se encuentra la implantación y el desarrollo de sistemas de información clínica en su red de hospitales.

El propósito de este artículo es describir el proceso de ela-boración y la implantación de un entorno de trabajo propio para los profesionales de Enfermería, integrado en la histo-ria clínica digital del hospital Mateu Orfila de Menorca, cuyo objetivo era conseguir una herramienta de trabajo ágil, in-tuitiva, fiable y de gran alcance, que facilitara el registro de las funciones básicas de la Enfermería: asistencial, docente, investigadora y gestora (12), ya que en el arranque inicial no se cumplían estos requisitos.

Descripción de la situación de partidaLa experiencia con la HCD comenzó en mayo de 2007, cuando se realizó el traslado a un nuevo centro hospitalario, el Hospital Mateu Orfila de Menorca, perteneciente al Ser-vei Balear de Salud (Ib-salut) y que da servicio al área de salud de la isla de Menorca. Es un centro público de asisten-cia sanitaria especializada de nivel II, consta de 146 camas y la población de referencia es de 89.000 habitantes a los que hay que sumar el incremento del periodo estival, en el que normalmente alcanza el triple de la población inicial.

La informatización de la historia clínica en el hospital nuevo supuso un reto adicional para la práctica asistencial. Sin em-bargo, como en todo proceso de cambio, no todos los profe-sionales lo vivimos de igual manera, había factores que fa-

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vorecían el uso de las TIC, que se percibían como oportuni-dades de mejora y otros que limitaron su implementación.

Como factores de oportunidad de mejora, se contó con el aumento de los equipos informáticos por unidad de Enfer-mería, disponiendo de tres ordenadores fijos en cada con-trol de esta y tres portátiles, se impartió formación para el uso de la nueva historia clínica digital y se aumentó la dota-ción de recursos humanos. Todo ello generó entre los pro-fesionales expectativas referentes a la facilidad del trabajo y a la cumplimentación de registros.

Mediante el pilotaje del módulo de cuidados en las unidades de traumatología y otorrinolaringología (ORL) del Hospital Mateu Orfila durante seis meses, coordinados por la enfer-mera responsable de formación y docencia, se pudieron de-tectar las incidencias y dificultades del manejo de la nueva historia clínica digital por parte del equipo de Enfermería.

Se comprobó que la operatividad de la historia clínica digital no era la esperada, porque el módulo de cuidados no estaba completamente desarrollado. La operatividad inicial consis-tía en la firma de administración de medicación, el registro de constantes y el poder escribir un comentario evolutivo. Se consideró que la información del trabajo de Enfermería era insuficiente y no quedaba reflejado el proceso enferme-ro de forma completa. Además, la ausencia de información podía influir en la seguridad para el paciente.

Otro de los condicionantes fue la fragmentación de infor-mación, lo que conllevaba a perder mucho tiempo en aper-tura y cierre de pantallas.

Las opiniones recogidas en una encuesta de satisfacción mostraron los siguientes resultados:• Falta de agilidad.• Realización de múltiples clics para apertura de pantallas,

para la búsqueda de registros y su cumplimentación. • Dificultad de programación de actividades y cuidados de

Enfermería diarios.• Imposibilidad de visión global de los cuidados del pacien-

te o proceso enfermero (5).• Pérdida de tiempo.

Con estos resultados se generó pérdida de confianza en los sistemas de información y alteración del clima laboral. Todo esto fue valorado por la dirección de Enfermería del centro. Al no cumplirse las expectativas de mejora con la introduc-ción del nuevo módulo de cuidados, se trasladaron las peti-ciones al servicio de informática y se fijó la prioridad de ela-borar una herramienta de trabajo electrónica propia, que permitiese satisfacer el registro del rol profesional de la enfermera, adaptándola a sus funciones básicas y sin inver-sión adicional de recursos materiales ni económicos.

Desarrollo de la nueva herramientaPara la creación de la nueva herramienta se contó con una enfermera y con el responsable de informática del centro

en dedicación a tiempo parcial. La enfermera era la respon-sable de la formación y docencia que había coordinado la implantación del módulo de cuidados. Su trabajo se centró en la recogida individual de las incidencias de los usuarios, en la medición de los tiempos de apertura de pantallas y en la comprobación práctica, con un entorno de pruebas facili-tado por el servicio de informática, y en un entorno real con pacientes. Este trabajo permitió organizar el diseño de una pantalla que pudiese contemplar todo el proceso enferme-ro en todas sus fases: valoración, diagnóstico, planificación, ejecución y evaluación, y además que incluyera y agrupara toda la información que se consulta y registra en la práctica diaria; la interrelación con servicios centrales y acceso a in-formación de servicios de apoyo, como documentación y guías de práctica clínica. El diseño de la página imitó un bloc o cuaderno de anotaciones enfermeras.

El objetivo se consiguió mediante un sistema de enlaces o llamadas externas a los distintos registros de la historia electrónica ya existente. Un enlace (también llamado víncu-lo o hiperenlace) es un elemento de un documento electró-nico que hace referencia a otro recurso.

El resultado final fue la obtención del nuevo “Panel de En-fermería”.

Panel de Enfermería Consiste en una única pantalla distribuida en cuadrículas que contienen iconos representativos de cada función o actividad de la práctica diaria (Figura 1). Estos iconos, al se-ñalarlos con el puntero, muestran un texto informativo de su función y están enlazados mediante hipervínculos a otros recursos de la aplicación inicial. La pantalla agrupa toda la información necesaria para el desarrollo del trabajo diario de la enfermera.

La pantalla recoge las siguientes funcionalidades:Función administrativa (Figura 2) recogida en un bloque, el cual proporciona la siguiente información:• Asignación de cama. • Datos generales del paciente: nombre, edad, sexo, nú-

mero de historia clínica (HC), especialidad, fecha ingreso, días de estancia y diagnóstico de ingreso.

• Citas de consultas externas y pruebas diagnósticas pendientes.

• Parte quirúrgico semanal con acceso a documentación preoperatoria del paciente.

• Listado de ocupación de la unidad de hospitalización.• Acceso a la documentación de apoyo asistencial (proto-

colos, vías clínicas, preparación de exploraciones y guías de farmacia).

• Enlace a la historia de salud de las Islas Baleares, la cual recoge informes de relevancia clínica de todos los nive-les asistenciales, receta electrónica e inclusión en pro-gramas de salud.

• Acceso directo a internet para la búsqueda de evidencia científica (biblioteca de salud, sociedades de Enferme-ría, etc.).

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Función asistencial (Figura 3) es un bloque que contiene la siguiente información:• Valoración enfermera al ingreso (orientada hacia la sa-

tisfacción de las necesidades básicas de Virginia Hen-derson).

• Planificación:– Planes de cuidados, con diagnósticos enfermeros

según taxonomía NANDA (13).– Agenda de cuidados: con intervenciones y resultados

de Enfermería según las clasificaciones NIC y NOC.• Registros enfermeros:

– Úlceras por presión UPP.

– Vías endovenosas.– Parámetros bioclínicos: constantes, glucemias, dolor

y balance líquidos.• Prescripción farmacológica y administración de medica-

ción.• Sistema de alertas que permiten la visualización de aler-

gias y necesidad de aislamiento.• Informe de continuidad de cuidados o alta de Enfermería.• Comentario evolutivo del cuidado enfermero.• Informes de asistencia médica y enfermera en los servi-

cios:– Urgencias.

Figura 1. Pantalla general del panel de Enfermería

Figura 2. Detalle de información relacionada con la función administrativa

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– Unidad de cuidados intensivos.– Quirófano.

• Acceso a resultados de pruebas diagnósticas de labora-torio y radiología.

• Informe de cambio de turno.

La implantación del panel se inició el mes de marzo de 2011 en dos unidades de hospitalización médico-quirúrgica para su pilotaje, lo que permitió recoger las peticiones de mejora de los usuarios e individualizar el panel en función de las necesidades de cada unidad.

Dada la buena acogida del panel, el resto de servicios se ad-hirió a este sistema de trabajo, existiendo en la actualidad paneles para las diferentes unidades de hospitalización, consultas externas y bloque quirúrgico.

El panel de bloque quirúrgico se caracteriza por tener un ac-ceso directo a la documentación para la validación del preoperatorio (consentimientos, ECG, analíticas radiología y checklist).

Actualmente, el panel está en fase de pilotaje en sala de partos y en fase de diseño la unidad de diálisis, y se ha pre-sentado para su pilotaje en otros hospitales de la misma comunidad autónoma.

EvaluaciónDesde el punto de vista asistencial, el panel nos permite trabajar con una única pantalla que agrupa la información

clínica y administrativa del paciente, permitiendo ahorro de tiempo.

Se efectuó una medición de tiempos en apertura de panta-llas comparando el panel de Enfermería y el módulo de cui-dados inicial, entendiendo como apertura de pantallas el tiempo que tarda en visualizarse un registro (Figura 4).

Para la apertura de todos los registros con la aplicación ini-cial se dedicaba un total de 5,38 minutos y con el panel ac-tual una media de 2,18 minutos.

En el seguimiento diario de un paciente ingresado en una unidad de hospitalización, que incluye los siguientes regis-tros: constantes vitales, administración medicación, lectura comentario evolutivo enfermero, lectura comentario evolu-

Figura 3. Detalle de información relacionada con la función asistencial

Figura 4. Comparación de la nueva herramienta con el modelo previo en relación al tiempo empleado en la apertura de pantallas para el conjunto de los registros y para el seguimiento diario

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tivo médico, agenda de cuidados, planificación de cuidados, se precisaban 131 segundos (más de dos minutos) con la antigua aplicación. Con el panel se utiliza una media de 56 segundos, es decir, menos de 1 minuto.

Si se considera que una enfermera atiende un mínimo de 10 pacientes por turno, con el módulo anterior invertía 20 mi-nutos en esta tarea y con el nuevo panel invierte actual-mente 9 minutos.

Respecto al contenido de la información, el nuevo panel fa-vorece el seguimiento y la evaluación diaria de los pacien-tes y una visualización global del proceso enfermero; facili-ta la continuidad de los cuidados y el enlace con otros nive-les asistenciales, gracias a la integración del alta de Enfer-mería con la historia clínica de salud de esta comunidad au-tónoma y permite validar pruebas con antelación, como es el caso de los documentos preoperatorios y la programación de citas y pruebas diagnósticas pendientes, aumentando la eficiencia del trabajo diario.

Todo ello va a influir en la mejora de la calidad y la seguridad del paciente.

Desde el ámbito de la gestión, proporciona información in-mediata y dinámica de la ocupación y la carga de trabajo, facilitando la distribución de recursos humanos. También lo hemos aplicado al diseño de cuadros de mando (Figura 5), con la recuperación de información para obtener indicado-res de gestión, que sirven de apoyo en la toma de decisio-nes y al fomento del cumplimento de objetivos.

En el campo de la investigación, la incorporación de los re-gistros electrónicos de actividad de Enfermería a este panel facilita su cumplimentación y permite su reproducción, de forma que podrán ser utilizados como fuente de datos para futuros proyectos de investigación.

En cuanto a la función docente, este sistema de trabajo ha sido diseñado para integrar un modelo de atención holísti-co, permitiendo que el personal en proceso de aprendizaje reconozca dicho modelo y pueda llevarlo a la práctica.

Consideraciones finalesCon el panel de Enfermería se ha conseguido una herra-mienta útil, adaptada a las necesidades individuales de cada servicio del hospital. Ha mejorado los tiempos destinados a las aplicaciones informáticas y se ha obteniendo un entor-no propio de trabajo donde están reflejados todos los pro-cesos y cuidados del paciente en una única pantalla. Ha mejorado el clima laboral y no se ha necesitado inversión adicional en recursos humanos ni materiales.

La puesta en marcha del panel creado nos facilita el registro del desempeño del rol profesional y la agrupación de la do-cumentación nos ha permitido mejorar la accesibilidad a la información, evitar la omisión de datos clínicos relevantes y contribuir a la seguridad del paciente.

El cambio del formato papel a los sistemas informatizados no adaptados a las necesidades reales de asistencia, supo-ne un esfuerzo adicional importante para el equipo de En-fermería y un aumento de la carga de trabajo, por lo que debe ser considerado por los responsables en el diseño de las plantillas de personal y la organización asistencial.

Los profesionales de Enfermería son conscientes de que la incorporación de las nuevas tecnologías de la información y comunicación en el ámbito sanitario son una realidad y no pueden dejar escapar esta oportunidad, pero se debe bus-car o crear herramientas amigables, que permitan su uso, sin perjudicar la relación terapéutica enfermera-paciente, que es la esencia de la Enfermería.

AgradecimientosA Rosa Adrover por creer en nuestro proyecto.

A todos los profesionales del Hospital Mateu Orfila y en es-pecial a la Unidad de Traumatología y a su supervisora de Enfermería.

A Francesc Cardona, responsable de informática, por su tra-bajo en el desarrollo y puesta en marcha de la herramienta.

A nuestra familia por la paciencia de nuestras ausencias.

Figura 5. Cuadro de mando con nombres

CUADRO DE MANDO EN ENFERMERÍA. FECHAS: 01012009 - 31122009No se tienen en cuenta episodios con fecha ingreso=fecha de alta CMA (Cirugía mayor ambulatoria)-HDD (hospital de día)

UCI* tiene programa especial

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FinanciaciónNinguna.

Conflicto de intereses Ninguno.

01. Sociedad Española de Informática de la Salud. Líneas estratégicas de las tecnologías de la Información y Comunicaciones para la Salud en España. Madrid: Sociedad Española de Informática de la Salud; 2009. [En línea] [fecha de acceso: 28 de agosto de 2014]. URL disponible en: http://www.seis.es

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05. Alfaro R. Aplicación proceso de Enfermería. Barcelona: Elsevier; 1998.06. Jonnes D. Building The information infrastructure requerid for managed care. Journal of Nursing Scholarchip 1997; 29(4):377.07. Johnson M, Bulechek G, Butcher H, McCloskey, Maas M, Moorhead S, Swanson E (eds.). Interrelaciones NANDA, NOC y NIC. Madrid: Elsevier;

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de publicaciones del Ministerio de Sanidad y Política Social; 2006.12. Marriner A. Modelos y teorías de Enfermería. Madrid: Elsevier; 2003.13. NANDA Internacional. Diagnósticos de Enfermería definiciones y clasificación 2012-2014. Madrid: Elsevier; 2012.

Bibliografía

Si quieres ampliar más información sobre este artículo, consulta:

Contacta con los autores en:

[email protected]

Historia clínica digital (HCD); tecnologías de información y comunicación; gestión; cali-dad.

Introduce estos términos:

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Acompañar al paciente oncológico en la etapa final de la vida

Objetivo: analizar los cuidados enfermeros dirigidos al ámbito emocional de pacientes oncológicos en la fase final de su vida. Método: revisión narrativa mediante búsqueda bibliográfica en bases de datos de Ciencias de la Salud, buscadores, sitios web y publicaciones periódicas relacionadas con la temática. Resultados: de los 64 artículos obtenidos se han seleccionado 35, destacando como aspectos relevantes en el cuidado emo-cional enfermero la comunicación, el acompañamiento, el coun-seling y el apoyo familiar. El profesional enfermero es la figura clave en el acompañamiento en la etapa final de la vida del pa-ciente y sus familiares, quienes relacionan el abordaje emocional con una atención de calidad durante este proceso. Por ello, unos buenos cuidados emocionales llevados a cabo por la enfermera en este momento único y personal de sus vidas serán recorda-dos para siempre por sus familiares. Conclusiones: la existencia en la actualidad de diversos profe-sionales especialistas, el desconocimiento de su función exacta y el hecho de que estén presentes o no en un equipo asistencial, hace que en algunas ocasiones la función del profesional enfer-mero sea muy difícil de delimitar, aspecto sobre el cual se debe-ría seguir investigando.Palabras clavePaciente oncológico; cuidados paliativos; cuidados al final de la vida; comunicación; soporte emocional; acompañamiento; apoyo familiar; counseling.

Resumen

Accompanying oncology patients during their end-of-life stage

Objective: to analize nursing care targeted to the emotional setting of oncology patients during the final stage of their lives. Method: a narrative review through bibliographic search in Health Science databases, search engines, websites, and periodical publications regarding the subject. Results: thirty-five articles have been selected out of the 64 which were obtained; the aspects standing out as relevant in nursing emotional care were: communication, accompaniment, counseling, and family support. The nursing professional is the key figure in terms of accompaniment during the patients’ final stage of life, and relatives will associate the emotional approach with a good quality of care during this process. Therefore, good emotional care conducted by the nurse in this unique and personal moment of their lives will be remembered by relatives forever. Conclusions: the current existence of different specialized professionals, the lack of knowledge about their exact role, and the fact of their being present or not within a healthcare team, sometimes entails that the nursing professional role becomes very difficult to define, and this is an aspect which requires further research.

Key wordsOncology patient; palliative care; end-of-life care; communication; emotional support: accompaniment; family support; counseling.

Abstract

Cómo citar este artículo:Ortiz Ortiz S, Serrano Camacho M, Martínez Martín ML. Acompañar al paciente oncológico en la etapa final de la vida. Metas Enferm oct 2014; 17(8): 69-76.

Ética y sociedad

Autoras:1Sandra Ortiz Ortiz

2Marta Serrano Camacho3María Luisa Martínez Martín

1Enfermera. Unidad de Cuidados Intensivos. Hospital Universitario La Paz. Madrid.

2Enfermera. Unidad de Cirugía General y Digestivo. Hospital Universitario La Princesa.

Madrid.3Profesora Sección Departamental de Enfermería

de la Universidad Autónoma de Madrid.

Dirección de contacto:Sandra Ortiz Ortiz

C/ General Margallo, 13. 28020 Madrid.E-mail: [email protected]

Fecha de recepción: el 29/06/2014.Aceptada su publicación: el 3/09/2014.

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IntroducciónEn España la tasa de mortalidad es actualmente de las más bajas de la Unión Europea, lo que explica que sea uno de los países que presentan una elevada esperanza de vida y un mayor envejecimiento de la población, siendo este último un factor fundamental en la aparición del cáncer (1). Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), la inci-dencia del cáncer ha ido en aumento en la última década (2) y se prevé que para el año 2015 sea aún mayor (3).

Hace unos años, el cáncer era considerado una enfermedad aguda y mortal, pero actualmente ha pasado a ser un pro-blema de salud crónico debido al diagnóstico precoz y a la mejora en su tratamiento y cuidados. Sin embargo, a pesar de estos avances, el tratamiento del cáncer sigue siendo complejo y provocando una serie de manifestaciones tanto físicas como emocionales determinadas por la fase de la en-fermedad en que se encuentra el paciente e influyendo en la calidad de vida y en su duración.

El hecho de enfrentarse a un diagnóstico de cáncer suele provocar un gran impacto psicológico y un enorme sufri-miento, debido al progreso de la enfermedad que deriva en muchas ocasiones en acontecimientos difíciles de afrontar como un pronóstico de incurabilidad e incluso una muerte cercana. Alrededor del 50-60% de las personas que falle-cen en España lo hacen tras recorrer una etapa avanzada y terminal (4). Cuando una persona está en la fase final de su vida, sus expectativas cambian y se debe tratar la muerte como un proceso natural, de manera que no se luche contra los problemas sino que se palíen, es decir, que las interven-ciones profesionales se dirijan no tanto hacia la curación sino hacia el cuidado (5). La transición de un soporte curati-vo hacia uno dirigido a cuidar al final de la vida es un proceso complejo en la medida en que no puede ser universal, varía de persona a persona, lo que hace necesario una valoración integral de las necesidades físicas, psicológicas, sociales y espirituales del paciente y su familia.

En España, en 2011, se aprobó un Anteproyecto de Ley re-guladora de los derechos de la persona ante el proceso final de la vida (6). Sus objetivos básicos son la protección de la dignidad de las personas cuando se encuentran enfermas en fase terminal o en situación de agonía y la garantía del pleno respeto de su libre voluntad en la toma de las decisio-nes sanitarias que afecten a dicho proceso.

La familia del paciente también va a manifestar un gran im-pacto emocional condicionado por la aparición de múltiples temores. Los miedos se derivan no solo del hecho de enfren-tarse a la muerte de un ser querido, sino de su sufrimiento, de la duda de si serán capaces de cuidarle de forma adecua-da o de si tendrán la respuesta esperada del soporte sanita-rio (7). La atención a la familia durante este duro proceso no concluye con el fallecimiento del paciente, sino que se pro-longa tras él, con objeto de prevenir, identificar precozmen-te y tratar la aparición de duelos patológicos o alteraciones mentales, por lo que la importancia de un abordaje familiar

no solamente radica en las ventajas que produce sobre el paciente, sino que también contribuye a la prevención de duelos patológicos del entorno cercano y la familia (4).

Con frecuencia, el sufrimiento emocional de los pacientes en fase terminal suele ser muy intenso y los profesionales sani-tarios no cuentan con las herramientas necesarias para su adecuado manejo (8). Sin embargo, podría decirse que el pro-fesional enfermero ha de ser uno de los principales agentes, si no el principal, de cuidados hasta el final de la vida.

Al hacer referencia a la importancia de una atención com-pleta y digna al final de la vida de estos pacientes, se ha de destacar la atención enfermera holística que estos profe-sionales realizan, dirigida a ofrecer un ambiente propicio donde se respete y acompañe a los pacientes, atendiendo especialmente su esfera emocional, para garantizar la máxi-ma calidad de vida hasta su último día.

El interés y motivación de la enfermera por brindar un cui-dado integral a la persona al final de la vida se remonta a los orígenes de la profesión, donde el cuidado era considerado el ser y la esencia de la misma. Las acciones que realiza el profesional de la Enfermería tienen la finalidad de incenti-var o potenciar los recursos individuales y colectivos de la persona o de los grupos, de manera que se les capacite como un agente central, activo, decidido y autónomo de su propia salud. Esta labor se consigue mediante la comunica-ción y la relación interpersonal humanizada entre el profe-sional enfermero y el sujeto de cuidado (persona y familia) en las distintas etapas de la vida, incluyendo la fase final. En este momento es fundamental el acompañamiento de la persona, ya que puede sentirse desamparada y sola. La en-fermera juega un papel importante desde que entra en la habitación del hospital o del domicilio del paciente, valoran-do, cuidando y estableciendo una relación terapéutica de guía y acompañamiento (9).

Es por ello que desde la primera toma de contacto se deben tener en cuenta aspectos importantes como la presencia, la observación, la muestra de interés, la comunicación verbal y no verbal, la correcta información y asesoramiento, la inti-midad, la expresión emocional, la empatía, la escucha, la transmisión de seguridad, etc., de modo que se vaya forjan-do desde el primer momento la relación terapéutica como la herramienta básica de una asistencia holística que asegure el apoyo emocional (10).

El objetivo del presente trabajo es analizar los cuidados en-fermeros dirigidos al ámbito emocional de pacientes onco-lógicos en la fase final de su vida y a su familia.

MétodoSe ha realizado una revisión narrativa mediante la búsque-da bibliográfica retrospectiva en las bases de datos de Cien-cias de la Salud: Cinahl, Biblioteca Cochrane Plus, Pubmed y Joanna Briggs Institute (JBI), así como en los buscadores Google Académico y Encuentr@. Se han revisado, de igual

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modo, publicaciones relacionadas con el tema de estudio en diferentes sitios web nacionales e internacionales, en las principales publicaciones periódicas de Enfermería y en la literatura monográfica disponible en la Biblioteca de Medici-na de la Universidad Autónoma de Madrid.

Para la búsqueda en las bases de datos se ha empleado el lenguaje controlado de los tesauros Medical Subject Head-lines (MeSH) y Descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS) en inglés y en español, respectivamente (Cuadro 1), así como términos libres. Además, para la consulta en los bus-cadores Google Académico y Encuentr@ se han utilizado construcciones semánticas.

Con el fin de precisar la búsqueda se han usado operadores booleanos y se han establecido como filtros la fecha de pu-blicación de 2008 a 2014, idioma español e inglés y edad adulta. Como criterios de inclusión de los documentos a la presente revisión se ha tenido en cuenta que el título y el resumen tuvieran relación con el objetivo del trabajo y que en el contenido se hiciera referencia a la Enfermería, los cui-dados paliativos, el cáncer y los cuidados emocionales.

Resultados Con la búsqueda realizada se obtuvieron un total de 64 ar-tículos que cumplían con los criterios de inclusión estableci-dos, de los cuales tras su lectura se han seleccionado 33 debido a su relevancia en cuanto al objetivo del trabajo (Anexo 1).

De la revisión de los documentos consultados se generaron cinco categorías de análisis, correspondientes a las inter-venciones enfermeras dirigidas al área emocional más des-tacadas por los autores, las cuales son:

Comunicación Constituye una de las bases de la relación terapéutica, fo-mentando la calidad del cuidado y la seguridad del paciente y reduciendo la incertidumbre producida por los cambios que la enfermedad supone en su vida, así como por la cercanía de la

muerte (11-17). El humor, la escucha activa, la empatía, la realización de preguntas abiertas, la importancia en la calidad del tiempo dedicado, la demostración de cuidado, el reconoci-miento emocional, la preservación de la esperanza y la antici-pación a los acontecimientos, son elementos muy relevantes que aportan efectividad a la comunicación (10,12,14,18-23). Sin embargo, actualmente la comunicación en cuidados pa-liativos es insuficiente e ineficaz. Los pacientes oncológicos continúan teniendo necesidades de comunicación no cubier-tas, hecho que puede tener consecuencias tanto para estos como para sus familias (12,14,18,20,21), lo que se traduce en la existencia de una necesidad de mejora en esta área.

Distintos autores señalan que se debe fomentar un aborda-je emocional temprano y la incentivación de un estilo comu-nicativo colaborativo, es decir, una comunicación basada en la aceptación incondicional, la autenticidad, la empatía, el respeto, la compasión y el afecto (18,24).

AcompañamientoEn distintos artículos se establece que el acompañamiento que realiza el personal enfermero con el paciente y su fami-lia ha de ser tanto físico, mediante el contacto corporal y la presencia, como emocional y abstracto.

Asimismo, las palabras, la actitud o los gestos pueden refor-zar y potenciar la dignidad del paciente y su valor como per-sona, constituyendo un pilar básico del tratamiento enfer-mero (10,25,26).

El acompañamiento constituye, junto con la mencionada co-municación, otra base de la relación terapéutica. Tal y como establecen los diversos autores, el acompañamiento por parte de la enfermera adquiere un papel fundamental en el abordaje de los aspectos emocionales, ya que refuerza el valor y la dignidad de las personas como seres humanos y no como simples números (10,25,26).

La presencia física, incluyendo aspectos como tender la mano y acercarse al paciente y su familia, así como el acom-

Cuadro 1. Descriptores seleccionados en los tesauros

Descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS) Medical Subject Headlines(MeSH)

Enfermería Nursing

Atención de Enfermería Nursing care

Enfermería oncológica Oncologic nursing

Enfermería oncológica Oncology nursing

Cuidados paliativos Palliative care

Enfermo terminal Terminally ill

Cuidado terminal Terminal care

Consejo Counseling

Cáncer Neoplasms

Comunicación Communication

Empatía Empathy

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pañamiento emocional, mediante el habla, la escucha y la empatía, ayudan a crear una sensación de seguridad que disminuye la ansiedad y permite respetar el momento cerca-no de la muerte, único para cada persona.

Tanto los profesionales enfermeros como los familiares son agentes cualificados para realizar este acompañamiento de forma eficaz y adecuada (16,20,23,25,26). A pesar de ello, actualmente, según lo manifestado por los pacientes, exis-te una falta de presencia humana en el momento en que su tratamiento pasa a ser paliativo, con una consecuente sen-sación de abandono (18).

CounselingSegún afirman la mayor parte de los autores, el counseling es una estrategia de ayuda considerada de gran importan-cia por los profesionales enfermeros, que está basado en habilidades relacionales y de resolución de problemas tales como la empatía, la escucha activa, el respeto por los silen-cios y el llanto, la proximidad física, etc.

Sin embargo, la literatura consultada señala que para que los profesionales de la Enfermería ayuden a los pacientes a construir el significado de lo acontecido y a encontrar res-puestas a sus preguntas, es necesario que los primeros re-flexionen y desarrollen sus propios conceptos y actitudes frente a la enfermedad y la muerte (10,25,27-29).

Apoyo a la familiaLa gran mayoría de artículos revisados coinciden en que el objeto de cuidado debe ser el enfermo y su familia, como una única unidad (27,30-32). A pesar de ello, se han encon-trado escasas referencias con respecto a las intervencio-nes para proporcionar apoyo al entorno.

Según la información disponible se pueden destacar diver-sas acciones como: animar y ofrecer apoyo con verbaliza-ciones, mostrar una disposición incondicional, promover una comunicación abierta, animar al cuidador a que se cuide, proporcionar la información necesaria, consultar o derivar a otros especialistas si fuese necesario, etc. (27,31) (Ver Ima-gen 1).

La gran mayoría de los autores afirman que los cuidados de-ben extenderse tanto al acompañamiento del enfermo y la familia como al duelo de la misma, de manera que tras el fallecimiento del paciente, se continúe con el seguimiento y el tratamiento de la familia si así se requiriese.

La principal justificación de este abordaje radica en que la familia es la que normalmente lleva a cabo la mayor parte del cuidado del paciente de forma directa durante toda su vida y, por tanto, en las diferentes fases de su enfermedad, además de ser la que permanecerá viviendo cuando el pa-ciente ya no esté (27,30-33). Tal y como afirman algunos autores, los familiares de los pacientes recordarán de por vida al profesional enfermero que atendió al enfermo, sobre todo por su humanidad en el cuidado (16,19).

Aspectos comunes relacionados con las categorías de análisis anterioresAlgunos autores (19,21,27) denominan la asistencia dirigi-da a la esfera emocional del paciente como cuidados emo-cionales o espirituales indistintamente, mientras que la ma-yoría, a pesar de no nombrarlos como tal, los consideran igualmente importantes. Aun así, la mayor parte contempla al profesional de la Enfermería como una figura fundamen-tal en el cuidado de las personas en la etapa final de la vida, pues es quien acompaña y trata más de cerca tanto al pa-ciente como a su familia durante ese importante periodo por el que pasan.

Se debe destacar que no solamente para los receptores de cuidados existen repercusiones positivas del abordaje emo-cional, sino que también las mayores satisfacciones de los profesionales enfermeros vienen determinadas precisa-mente por la atención al área de la comunicación y al apoyo que ofrecen, mejorando el bienestar de otros.

En la mayoría de los artículos revisados (5,11,21,23,24,33) se expone una falta de formación de los profesionales en-fermeros para el abordaje emocional y la consecuente im-plementación de cuidados al final de la vida, por lo que se debería fomentar la formación en este área y la implanta-ción de instrumentos básicos que ayuden a homogenizar la atención de los aspectos emocionales.

Hasta hace poco tiempo la formación académica se ha foca-lizado en gran parte hacia técnicas y maniobras de gran com-plejidad que, aunque son necesarias, han podido contribuir a dejar de lado la puesta en práctica de las cualidades persona-les de cada profesional, dando como resultado en ocasiones la deshumanización del cuidado o la presencia del profesional como aquel que realiza intervenciones en muchos casos tor-pes que empeoran la situación con gestos, palabras, activida-des y actitudes frecuentemente inapropiadas.

Otro aspecto paradójico a destacar es que la prisa o falta de tiempo suele ser la disculpa más utilizada incluso cuando se atiende a personas que ya apenas tienen tiempo de vida. En

Imagen 1. El profesional enfermero debe promover la comunicación abierta

© J.

R. M

artí

nez

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este momento, la excusa del tiempo debería pasar a un se-gundo plano y utilizar cada instante, por pequeño que sea, para atender a aquellas personas vulnerables que lo necesi-tan por el hecho de encontrarse en la última etapa de su vida.

Aparte de la formación, existe un componente actitudinal muy elevado en la provisión de estos cuidados, pues aquí interviene la propia voluntad del profesional de decidir has-ta dónde implicarse. Sería, por tanto, necesario trabajar tan-to desde la universidad como desde los centros sanitarios sobre cómo mejorar el componente actitudinal de las com-petencias de comunicación e integración de los principios éticos en el cuidado.

El hecho de trabajar con personas lleva implícito, entre otros, la necesidad de reflexionar sobre el apoyo que ofre-cer a los pacientes y familiares en determinados momentos. La implicación del profesional como ser humano, permite hacer única e irrepetible la muerte de cada paciente y aten-derle como lo que es: el protagonista de su vida hasta el úl-timo instante.

Conclusiones Con este trabajo se ha pretendido mostrar la evidencia cien-tífica encontrada relacionada con el abordaje emocional al paciente oncológico, destacando la importancia creciente que tienen estos cuidados en la etapa final de la vida para ayudar a las personas y a sus familias a vivir este momento único e irrepetible en las mejores condiciones posibles.

El paciente oncológico necesita apoyo emocional a lo largo de todo el proceso de su enfermedad, independientemente de la fase en que se encuentre. Pero este requerimiento se ve incrementado en la última etapa de la enfermedad como consecuencia de la cercanía de la muerte y su necesidad de afrontamiento.

La existencia en la actualidad de diversos profesionales es-pecialistas, el desconocimiento de su función exacta, y el

hecho de que estén presentes o no en un equipo asisten-cial, hace que en algunas ocasiones la función del profesio-nal enfermero sea muy difícil de delimitar, aspecto sobre el cual se debería seguir investigando.

Como debilidades de este trabajo se pueden mencionar que dada la escasa literatura disponible en español, una gran mayoría de los artículos contenidos en esta revisión están en lengua inglesa, por lo que su análisis está sujeto a la comprensión de los mismos. Asimismo, los criterios que se ha establecido para clasificar los resultados podrían ser discutibles ya que existe una fina división entre los conte-nidos tratados, puesto que los aspectos emocionales, psi-cológicos, espirituales y religiosos a veces aparecen entre-lazados.

Por todo ello, la información contenida en esta revisión, aunque mejorable, podría servir además de para futuras in-vestigaciones, como punto de partida para la reflexión de los profesionales enfermeros que nunca deberían acostum-brarse a ver morir a sus pacientes, sino que tendrían que habituarse a incorporar un rayo de luz en la atención que todos, como seres humanos, merecemos.

FinanciaciónNinguna.

Conflicto de intereses Ninguno.

Si quieres ampliar más información sobre este artículo, consulta:

Contacta con los autores en:

[email protected]

Paciente oncológico; cuidados paliativos; cuidados al final de la vida; comunicación; soporte emocional; apoyo familiar; counse-ling.

Introduce estos términos:

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Ética y sociedad Ortiz Ortiz S et al. Acompañar al paciente oncológico en la etapa final de la vida

74 Metas de Enferm oct 2014; 17(8): 69-76 0634

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03. Sociedad Española de Oncología Médica. Las cifras del Cáncer en España; 2014. Madrid: Sociedad Española de Oncología Médica. [En línea] [fecha de acceso: 22 de agosto de 2014]. URL disponible en: http://www.seom.org/seomcms/images/stories/recursos/Las_cifras_del_can-cer_2014.pdf

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Family Care. Oncology Nursing Forum 2012; 39(5):398-406.

Bibliografía

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Ética y sociedadOrtiz Ortiz S et al. Acompañar al paciente oncológico en la etapa final de la vida

75Metas de Enferm oct 2014; 17(8): 69-760635

Autores Año Diseño Información de interés

Cramer CF. 2009 Monografía La presencia física de la enfermera, su papel como educadora de la familia y la buena comunicación son aspectos fundamentales en el cuidado

Cohen A et al. 2011 Revisión narrativa La enfermera es el principal nexo de unión entre paciente, familia y otros profesionales. La información y la comunicación son base de la planificación de cuidados al final de la vida

Iranmanesh S et al. 2009

Estudio cualitativo fenomenológico hermenéutico. Tamaño muestral: 8 enfermeras entrevistadas

La relación terapéutica entre enfermera y paciente debe basarse en la cercanía, la presencia física, la escucha y el ser compasivo. Promueve la necesidad de mejorar las habilidades del cuidado

Pavlish C et al. 2009Estudio observacional descriptivo. Tamaño muestral: 33 enfermeras

Enseñanza, cuidado, coordinación, proposiciones y movilización son claves de los cuidados paliativos al final de la vida, y la comunicación es nexo de unión entre ellas

Braun M et al. 2010

Estudio descriptivo correlacional transversal. Tamaño muestral: 170 enfermeras

La actitud de las enfermeras oncológicas con respecto a la muerte puede afectar en el cuidado al final de la vida del paciente

Beckstrand R et al. 2012

Estudio piloto preexperimental psicopedagógico postest. Tamaño muestral: 28 enfermeras

Necesidad de tratar, cuidar y brindar apoyo a los familiares en todo momento para el cuidado de los pacientes con cáncer, especialmente una vez que el paciente ha fallecido

Cunill M et al. 2011

Triangulación entre métodos mediante dos estrategias: una cualitativa y otra cuantitativa (descriptivo exploratorio). Tamaño muestral: 35 participantes (enfermos de cáncer y cuidadores)

Promueve una atención profesional basada en una comunicación colaborativa y afectiva, integrando la dimensión emocional de las personas afectadas e incluyendo habilidades de comunicación en la intervención asistencial

Slort W et al. 2013

Ensayo experimental aleatorizado triple ciego. Tamaño muestral: 2 grupos de 10 entrenadores

Elabora un programa de entrenamiento para mejorar la comunicación de los profesionales, dividido en: disponibilidad, asuntos actuales a tratar, y anticipación a los acontecimientos

Melin-Johansson C et al. 2010Estudio experimental puro pretest-postest. Tamaño muestral: 63 pacientes

Atención cercana para mejorar la sensación de seguridad de pacientes y familias, con la consecuente reducción de la ansiedad, menor porcentaje de alteraciones del estado de ánimo, y una mejora de la calidad de vida

Fukui S et al. 2011

Estudio experimental puro aleatorizado postest. Tamaño muestral: 89 pacientes divididos en grupo experimental y grupo control

Investigan si las habilidades en la comunicación de malas noticias para enfermeras puede ser útil para mejorar la calidad de vida de pacientes y su satisfacción con respecto a los profesionales que les atienden

Puchalski C et al. 2011 Monografía Recomendaciones e intervenciones dirigidas a la asistencia del cuidado espiritual, como algunas técnicas de comunicación terapéuticas, algunos tratamientos y otro tipo de cuidados

Charalambous A. 2014 Caso clínicoNecesidad de mejorar el entrenamiento de las habilidades de comunicación de los profesionales de la salud como aspecto clave de la atención hasta el final de la vida

Richardson K et al. 2011 Revisión narrativa de dos estudios

Afirma que la empatía es el eje de la relación de cuidado paciente-enfermera, y juega un papel importante en el campo de los cuidados paliativos

Lewis K. 2013 Monografía El papel de la Enfermería en los cuidados al final de la vida se centra en: ofrecer cuidados, educar, capacitar a los pacientes, y actuar de facilitadores

Balboni MJ et al. 2013

Estudio observacional descriptivo. Tamaño muestral: 75 pacientes y 339 enfermeras y médicos

Pacientes y enfermeras ven el cuidado espiritual importante, apropiado y beneficioso en el cuidado al final de la vida, pero este no es llevado a cabo debido a falta de entrenamiento y formación por parte del profesional

Hargie O et al. 2009Estudio preexperimental postest. Tamaño muestral: 9 individuos

Destacan la provisión de información, los cuidados psicosociales, mencionan el humor como aspecto necesario y la necesidad de que la enfermera muestre disponibilidad plena para aumentar la seguridad y el confort del paciente

Lagmay MA et al. 2012 Revisión narrativa de 12 artículos El humor en el cuidado enfermero de adultos con cáncer

Anexo 1. Resultados de la búsqueda incluidos

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Ética y sociedad Ortiz Ortiz S et al. Acompañar al paciente oncológico en la etapa final de la vida

76 Metas de Enferm oct 2014; 17(8): 69-76 0636

Autores Año Diseño Información de interés

Chi-Yin K et al. 2014

Estudio cuasiexperimental pretest-postest.Tamaño muestral: 60 individuos (grupo control y grupo intervención)

Los resultados del estudio muestran que las intervenciones realizadas centradas en asesorar sobre los cuidados y necesidades del paciente así como los cuidados físicos tradicionales, mejorana la atención con respecto a la atención convencional

Nixon A et al 2010

Estudio observacional descriptivoTamaño muestral: 43 pacientes

Explican las necesidades espirituales de los pacientes neuro-oncológicos e intervenciones enfermeras para detectarlas y satisfacerlas: ser el nexo de comunicación entre la familia, proporcionar privacidad, soporte religioso o emocional, compañía

Gallegos-Alvarado M et al. 2008 Revisión Destaca la empatía, la comunicación y la relación terapéutica de los profesionales de Enfermería

Campos Palomo AD et al. 2012 Revisión narrativa de 21 publicaciones

Importancia de la comunicación verbal y no verbal entre enfermera y paciente. Se explican los diferentes tipos de comunicación, las respuestas, así como las actividades terapéuticas llevadas a cabo por la enfermera

Mirón González R. 2010 Revisión narrativa de 20 artículos

Destaca la importancia de la función de Enfermería antes, durante y al final del proceso de comunicación de malas noticias

Stajduhar KI et al. 2010

Análisis secundario de entrevistas cualitativas de informaciónTamaño muestral: 18 participantes entrevistados y 16 grupos de participantes

Lo que los pacientes valoran de la comunicación con el personal sanitario es el respeto de la importancia del tiempo, la demostración del cuidado, el reconocimiento del miedo, el equilibrio entre esperanza y honestidad

Sheldon LK et al. 2012 Monografía Afirma que la enfermera oncológica proporciona un apoyo emocional muy importante y valora las preocupaciones psicosociales de los pacientes

Beckstrand RL et al. 2009

Estudio transversal descriptivoTamaño de la muestra: 375 enfermeras

Concluye con la necesidad de estrategias por parte de las enfermeras para interactuar con familias enfadadas, ansiosas, demasiado optimistas, y ayudarles a aceptar el pronóstico y el proceso de muerte

Northouse LL et al. 2012 Revisión narrativa Hay una relación recíproca entre el estrés emocional del paciente y de su cuidador, por ello deben tratarse como una unidad

Hebert RS et al. 2010

Estudio descriptivo correlacionalTamaño de la muestra: 33 familias

Hay cuatro aspectos que los cuidadores de pacientes terminales destacan de la atención al final de la vida: las experiencias de vida del cuidador, su incertidumbre, su estado de preparación y la comunicación

Barreto P et al. 2010 Monografía

El counseling se sustenta en habilidades relacionales como la comunicación asertiva, la provisión de soporte emocional, etc. Concluye que todos los pacientes necesitan apoyo emocional, y el counseling permite el acercamiento al paciente

Espinosa Venegas M et al. 2010

Estudio descriptivo correlacionalTamaño de la muestra: 78 personas

Los equipos paliativos permiten la expresión de sentimientos, el acompañamiento, el diálogo abierto, la resolución de conflictos pendientes y la expresión de deseos. La enfermera gestiona los cuidados del paciente y la familia

Maté J et al. 2008

Estudio descriptivo correlacionalTamaño muestral: 25 cuidadores y 25 profesionales

El equipo sanitario considera que una muerte en paz se relaciona en mayor medida con aspectos somáticos, mientras que los cuidadores y/o familiares consideran que se relaciona principalmente con aspectos psicosociales

Bayés R. 2008 Monografía

Señala que para ayudar a que un paciente muera feliz se debe usar una comunicación abierta, sensible, fluida y personalizada, mediante buenas habilidades de comunicación y counseling, apoyo emocional y actitud hospitalaria

Centeno Cortés C et al. 2009 MonografíaSe destaca la importancia del abordaje emocional mediante la comunicación, el acompañamiento, el counseling, el buen humor y la relación terapéutica personal

Boyd D et al. 2011

Estudio descriptivo correlacionalTamaño muestral: 31 enfermeras

Los pacientes terminales y sus familiares afirman la importancia de una comunicación honesta por parte de la enfermera, así como la continuidad en el cuidado

Anexo 1. Resultados de la búsqueda incluidos (cont.)

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78 Metas de Enferm oct 2014; 17(8): 78 0638

Autor: Alberto González Cordeu

Enfermero. Unidad de urgencias-endoscopias.

Complejo hospitalario de Navarra.Máster en Pediatría Social

y Preventiva. Experto en gestión de servicios de Enfermería.

Dirección de contacto:C/ Merindad de Sangüesa, 8, 4 izq.

31600 Burlada (Navarra).E-mail: [email protected]

Sin salida: el dueloÚltimamente estoy más en contacto con la muer-

te y pienso que quizás no sería tan dolorosa si esta hiciera acto de presencia cuando fuera

intuida, cuando ocurriera de una forma, a mi parecer más natural, como por el

paso de los años o por la existencia de una enfermedad. Soy enfermero

en un servicio de urgencias, he visto mil y una formas de apar-tarse de este mundo, mil formas

de quitarse de en medio, de arrancarse la vida. No se puede banalizar sobre el tema y algunos dicen que los suicidios no se difun-den en los medios de co-municación porque podría

provocar un efecto llamada, aunque yo me pregunto qué habrá de cierto en esa afirmación.

Quizás, este manuscrito sea mi forma de expresar mi duelo, mi rabia contenida, mi dolor al perder a un “hermano” que decidió precipitarse al vacío al no encontrar salida a sus pro-blemas. Supongo que si hubiera pertenecido a otra clase social, a una más pudiente económicamente hablando, hu-biese visto la vida de una forma totalmente diferente. Hay quien se quita la vida por motivos personales, depresiones, enfermedades psiquiátricas, etc., pero también hay quien se quita la vida por motivos económicos o por no sentirse que-rido por el ser amado. Hay mil motivos para morir, al igual que hay mil motivos para vivir y seguir luchando.

Algunos se quejan, no sin razón, del sistema social en el que estamos envueltos: “tanto tienes tanto vales”, sin ver que quizás la premisa contraria sea más cierta: “tanto vales tan-to tienes”. Otros se quejan de un sistema de leyes que pro-tegen al débil del “fuerte”, pero quién protege al “fuerte” del débil cuando el primero se ve atacado o provocado. Me han ocurrido tantas cosas en esta vida que tengo miedo de per-der el control. Hay veces que lo mejor es olvidar y perdonar. Hay veces que la única forma de “ganar” una batalla es per-derla. Hay veces que la única forma de “perder” una batalla es ganarla.

Tantas dudas, tantas preguntas, tantas imágenes de sufri-miento en la mente de un simple enfermero de urgencias, cuántos intentos de suicidio fallidos deberé de presenciar, cuántos suicidios consumados tendré que soportar. Soy

una persona sensible, quiero a la gente. Me duele el sufri-miento ajeno, esto a veces me convierte en alguien débil y otras en alguien fuerte, depende por quién sea valorado. Lo sé y lo acepto. He ganado tantas batallas como perdido, pero sigo luchando.

Todo lo narrado incumbe mi vida personal, soy quien soy dentro y fuera de mi trabajo. Quizás me esté haciendo ma-yor, hay veces que me siento viejo. Estamos en tiempos de crisis económica y la clase media-baja lo está notando terri-blemente. Cada vez hay más intentos de suicidio por intoxi-cación medicamentosa, cada vez más precipitados. Algunos intentan ahorcarse, otros consumen lejía o salfumán, etc. Es terrible, todavía recuerdo la endoscopia realizada a aque-lla paciente, todo el tubo digestivo ennegrecido, calcinado, carbonizado por la ingestión del salfumán. Todavía estaba viva y yo en mi interior sabía que ya estaba muerta.

Hace un año, alguien se suicidó, se tiró del balcón de un cuarto piso, las lesiones incluían traumatismo cráneo-ence-fálico con derrame interno, rotura de varias costillas y hue-sos de las piernas, roturas de maxilar superior e inferior y globo ocular perdido. Perdió la vida tras luchar durante tres días en la UCI. Tuve sentimientos enfrentados, por un lado deseaba que viviese que se recuperase en la medida de lo posible, aunque sabía que era improbable que volviera a te-ner una vida de verdad. Por otro lado, deseaba que el fin fuera lo antes posible. Quizás peque ante mi Dios, pero si hubiera sobrevivido lo que para los intensivistas pudiera ser un éxito, una vida salvada, para la familia hubiese sido un lastre ya que las probabilidades, en caso de sobrevivir, de daño cerebral grave eran muy altas. No es egoísmo lo que impulsan mis palabras, hay otros motivos.

Hay quien piensa que todo ser humano merece vivir, quien tiene fe en el cambio de la humanidad. Dios existe en el in-terior de esas personas aunque ellas sean ateas, agnósti-cas o su Dios sea otro diferente al mío. Quizás lo ideal hubie-se sido haber nacido sin “corazón”, sin sentimientos, ya que estos te aportan mucho dolor.

Quizás no pueda expresarme en este momento de mi vida de la forma deseada, quizás me sienta incomprendido, es mi duelo. Tan solo dar gracias a Dios y a mis mentores, en su gran mayoría sanitarios, por su apoyo y sus enseñanzas. Se-guiré viviendo respetando la vida y la calidad de vida de las personas. Seguiré viviendo con dolor en mis entrañas, a pe-sar de ver tanta “locura” a mi alrededor.

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ISSN: 1138-7262

VOLUMEN 17 - NÚMERO 8 - OCTUBRE 14www.enfermeria21.com

Competencias profesionales. ¿Vamos por el buen camino?

Factores asociados a la exposición a cancerígenos en el trabajo

Papel de la enfermera durante el proceso de realización de una paracentesis

Las acciones afectivas y el distrés del niño ante la venopunción

Influencia de la humanización de la atención perinatal en las tasas de inducción del parto

Registro de intervenciones asistenciales de la enfermera escolar

Registro de la actividad profesional enfermera en la historia clínica digital: experiencia en Menorca

Acompañar al paciente oncológico en la etapa final de la vida

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Influencia de la lactancia materna y el inicio de la alimentación en el desarrollo de enfermedades alérgicas entre los 3 y 6 años de edad

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