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Edición No. 72 / Enero - Febrero de 2016 / ISSN: 17940400

Metroflor N. 72

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  • Edicin No. 72 / Enero - Febrero de 2016 / ISSN: 17940400

  • 2 Revista Metroflor Edicin 672 Revista Metroflor Edicin 66 Revista Metroflor 32 Revista MetroflorEdicin 67 2 Revista MetroflorEdicin 66Revista Metroflor 3

  • Revista Metroflor 32 Revista Metroflor Edicin 66 Revista Metroflor 3

  • GerenciaMyriam Lpez EscobarAdministradora de empresas

    www.metroorcolombia.comVistenos en:

    @RMetroflorRevista Metroflor

    Myriam Lpez Anglica Pardo L.

    Metroflor no se responsabiliza por las ideas emitidas por los autores en los diferentes artculos.

    Derechos de autor

    EditorialArtrpodos plagas en los cultivosXemium: Control y proteccin de BotrytisPrograma Colombia siembraPronstico del tiempoUn lder inspiradorValagro AcademyLa cuarta revolucinUna buena grbera se conoce 7Agricultura verticalNanotecnologaApunte filosficoNota de prensa: AgriandesSan ValentnNota de prensaNota de prensa: SummitAgroNota de prensa: Pajonales

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    242728303234374044485052596063

    SubdireccinAnglica Mara Pardo L.AbogadaU. Externado de Colombia

    Revista Metroor - Edicin 72Ao 2.016 - Especializada en el sectorFloricultor y Afines. Ciencia, Tcnica y Cultura.ISSN: 17940400

    Jefe de redaccinAnglica Mara Pardo L.

    Consejo consultivoMiguel AguirreCarlos RodrguezPaola PlazasRodrigo VergaraPanagiotis KaranikasDario RodrguezJavier ArangoLaura LpezEduardo DvilaJulio AnguloWilson Moncadascar RugelesCarlos Alberto AlarcnFernando MorenoDaniel DurnCamilo EcheverriFrancisco PradillaSandra AvendaoCsar CastroJoaqun Santiago

    Diseo y diagramacinGiovanni Guerrero [email protected]

    FotografaMyriam LpezWilson y Claudia MoncadaPanagiotis KaranikasNicols DurelliMartha Estrada

    Preprensa e impresinNuevas Ediciones S.A.

    METROFLORAv. Cra. 68 No. 75A - 50 Local 138C.C. MetropolisTel: (1) 8114181 - Cel 3202716417 / 25E-mail: [email protected] D.C. - Colombia

    FundadorArnulfo Pardo VergaraIngeniero agrnomo

  • Edito

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    Anglica Mara Pardo LpezSubdirectora

    La cada de los precios del petrleo ha trastornado las expectativas econmi-cas que todos tenamos hace algunos meses. La entrada en el mercado de Irn, el aumento de la produccin gra-cias a nuevas tecnologas de extraccin y la gue-rra de precios en la que se ha embarcado Arabia Saudita, han llevado a que el barril de petrleo se cotice a menos de 27 dlares, cuando en tiempos de bonanza alcanzaba los 100.

    Por otra parte, el bajo precio del petrleo ha pre-sionado el aumento del valor del dlar en relacin con el peso colombiano, cuya devaluacin ince-sante rompe marcas casi semanalmente.

    Aunque el dlar est disparado y se esperara que las exportaciones reaccionaran positivamen-te, ha habido, por el contrario, una contraccin significativa. Esto se debe a que Colombia es un pas que ha puesto sus esfuerzos en el sector ex-tractivo. De hecho, el 52% de las exportaciones colombianas corresponden a productos mine-

    ro-energticos, por lo cual es lgico que ante la crisis petrolera (an cuando la divisa de cambio se cotice muy bien) la balanza comercial est des-equilibrada.

    Pero en vez de ponernos pesimistas debemos apreciar tambin las puertas que se abren. Po-demos sacar muy buen provecho de la situacin fortaleciendo otros sectores exportadores, como lo son el industrial y el agrcola. Una economa ba-sada en recursos no renovables est destinada al fracaso. Por lo tanto, los esfuerzos se deben poner en sectores que adems de proyectar futuros ms ciertos, son mucho ms sostenibles.

    En el caso de las flores, por ejemplo, no nos de-bemos conformar con que el alto precio del dlar genere mayores utilidades a los productores. Se debe buscar nuevos mercados, expandir la indus-tria, aumentar la produccin. Todo esto es posible gracias a la buena rentabilidad y la posibilidad de competir ms agresivamente en los mercados in-ternacionales que permite un dlar caro.

    Coyunturainternacionalgenera nuevas oportunidades

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    poco a poco han ido ganando protagonismo. La demanda de miniclaveles, heliconias, crisantemos y alstroemerias ha aumentado los ltimos aos. Esto quiere decir que adicionalmente al aumen-to en la produccin, la diversificacin de la misma traera buenos rditos a la industria.

    Las alternancias de la economa generan perde-dores y ganadores. Podemos decir que en esta co-yuntura es el sector agrcola el que tiene todo por ganar. Una adecuada reaccin en la exportacin de productos agrcolas de cara a la situacin eco-nmica mundial redundar en la prosperidad de todos los que trabajamos en el sector.

    Adems de los Estados Unidos, hay mercados potenciales donde los floricultores locales po-dran posicionar sus productos. Es el caso de Ca-nad, pas en el cual el mercado funciona de for-ma similar al estadounidense y donde la principal competencia la constituyen las flores ecuatoria-nas. Del mismo modo, algunos pases europeos, como Espaa, Pases Bajos y Rusia, son mercados potenciales en los que se puede buscar un lugar. Los exitosos showrooms y macrorruedas de ne-gocios que en aquellas naciones han tenido lugar confirman que lo que se necesita es poner empeo en contactar a productores colombianos y empre-sarios extranjeros.

    Por el lado de los productos, hay algunos tipos de flores, adems de las rosas y los claveles, que

    Foto: Myriam Lpez

    Finca Franko Roses

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    artrpodos plagas:Niveles de poblacin de

    ignorarlos o implementarlos

    Rodrigo Vergara RuizI.A., M.Sc. Entomologa.

    Consultor. E-mail: [email protected]

    1. Introduccin

    Es francamente un caos, en lo que concier-ne con el control de artrpodos plagas en los cultivos (Expresin de comn ocurrencia en el campo Colombiano).Esta contribucin tiene ms reflexiones que ar-

    gumentaciones crticas. Para los interesados en este tema, el autor siguiere un anlisis cuidadoso del contenido del artculo. Se pueden hacer ana-logas con el cuidado de la salud de los humanos y la sanidad de las plantas? Cuando se visita al m-dico y este recomienda determinadas medicinas, los humanos son escpticos. Desean una droga untable o consumible antes que una inyeccin. Pero cuando los profesionales de las ciencias agra-rias atienden situaciones crticas con artrpodos, nada los detiene al recomendar el empleo indis-criminado de productos qumicos. No se tiene en cuenta la eco-fisiologa de la planta que debe des-doblar estos biocidas.

    Hace varias dcadas, Stern et al (1959) desa-rrollaron y publicaron el concepto del manejo integrado de plagas (MIP), que se fundamentaba en los niveles (umbrales) de poblaciones plagas.

    Esto para la toma de decisiones en el empleo de plaguicidas. Rpidamente la comunidad cientfica acept y valor la propuesta. El determinar un ni-vel poblacional en el cual era oportuno, controlar una plaga, era un evento positivo. En los aos sub-secuentes otros investigadores relacionaron estos niveles con las etapas fisiolgicas del cultivo y los estados causantes del dao de las plagas. Aparente-mente se tena un excelente esquema de MIP. Pero esto no era la realidad. Los intereses econmicos para unas ventas de agroqumicos afectaron la fi-losofa del concepto. Para quienes vendan plagui-cidas los niveles de dao solo constituan eventos de intervencin econmica. As sucedi en pases como Colombia y contina ejecutndose.

    Debe reconocerse el aporte valioso de asistentes tcnicos del todo el pas. En los cultivos de algo-donero, arroz, maz, sorgo, y otros, ellos constru-yeron niveles de dao para acceder a una correcta aplicacin de los agroqumicos en las zonas donde se sembraban estos cultivos, se aplicaban escalas, tablas o niveles de poblacin de plagas. El objeti-vo era el empleo racional de los insumos qumi-cos. La alteracin de las oportunidades agrcolas

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    rpidamente deterior tan preciado logro. A los agro-ecosistemas se introdujeron los conceptos de un mercantilismo de productos, que sobrepa-saba los conceptos de MIP. El control qumico de plagas se estableci como un paradigma. Los re-sultados fueron nefastos: Algodn (??), Soya (??), Sorgo (??), etc. Estos cultivos no aportan nada de PIB, de Colombia, o en su defecto los resultados que muestran que esto es cierto.

    El responsable de este artculo invita a todos los lectores a considerar lo que ocurre, hoy en da, con el control de plagas, en agro-ecosistemas en cam-po abierto o en lugares protegidos (??) (Floricul-tura, aromticas, etc). Inicialmente mediten sobre:

    a. Por qu tanto uso de plaguicidas?b. Qu ocurre con un control deficiente o equi-

    vocado?c. La toma de decisiones, se debe a exigencias de

    la empresa o de los compradores?d. Para qu tener monitores de plagas, si con la

    sola presencia se decide una aplicacin?e. Se conoce la relacin beneficio costo (B/C),

    sobre esta actividad?

    2. Consideraciones bsicasLa produccin agropecuaria en Colombia es

    quizs la actividad que mayores contrastes puede presentar en las ltimas dcadas. Los diferentes componentes involucrados en el proceso produc-tivo han sido tan cambiantes, que es difcil hacer una caracterizacin del sector sin cometer erro-res. EL modelo que ha imperado no se destaca precisamente por su sostenibilidad. Los niveles y costos de produccin contrastan, mientras los pri-meros disminuyen, los costos se incrementan. Los productores han sufrido serias crisis econmicas y muchos de ellos han abandonado la agricultu-ra. En el caso especfico de los recursos naturales relacionados con la generacin de alimentos y de materias primas vegetales o animales, su deterio-ro es una realidad.

    Existen claras evidencias de la degradacin de los recursos naturales. Diversos estudios han de-mostrado que, la erosin y el avance de la deser-tizacin, que problemas de salinidad y prdida de

    nutrientes; la deforestacin y eliminacin de flora y fauna; son ejemplos del deterioro de los recursos naturales. Con relacin a la problemtica fitosani-taria se ha demostrado que con el uso indiscrimi-nado de plaguicidas y fertilizantes, se han destrui-do enemigos naturales de las plagas, organismos polinizadores, y se ha alterado la capacidad nutri-cional de los suelos. En diferentes zonas del pas estos sucesos son ms drsticos que otros. Cuando se realiza el inventario de la prdida del germoplas-ma nativo, no se puede contradecir esta situacin.

    Los agro-ecosistemas no solo en Colombia, sino en todo el mundo han demostrado su fragilidad, al depender de la tecnologa de los agroqumicos. El algodonero, la papa, son dos claros casos. En estos cultivos se ha hecho un excesivo abuso de los recursos, que hoy en da los presentan como las ms vulnerables a la problemtica fitosanitaria. En ellos se considera difcil alcanzar la sostenibi-lidad. Una mirada retrospectiva a los principales insectos-plagas, enfermedades y otros organis-mos que afectaban la sanidad vegetal y su compa-racin con la situacin actual, no demuestra una variacin de progreso. Los organismos nocivos se constituyeron en habitantes naturales y pro-blemas de los cultivos. Los costos de los agroqu-micos para su control se han incrementado y los daos persisten.

    La comisin Mundial sobre el Medio Ambien-te y Desarrollo, ms conocida como Comisin e Informe Brundtland, seala claramente que el de-sarrollo sostenible, es aquel que satisface las ne-cesidades presentes sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones de satisfacer sus pro-pias necesidades; al relacionar este concepto con la prctica del control de plagas, se podra afirmar que en todas las regiones del mundo se ha hecho insostenible la produccin agropecuaria. En todo el mundo se ha atentado contra la naturaleza, al intentar controlar los insectos nocivos.

    El hombre cre los problemas con insectos. Es-tos conforman el grupo ms numeroso de su rei-no. Su aparicin en el planeta tierra data desde hace ms de 350 millones de aos, en el periodo carbonfero superior. Desde ese tiempo pretrito han colonizado todos los lugares que pueda ima-ginarse la mente humana. El comportamiento de

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    los insectos, segn los intereses del hombre, per-mite ubicarlos como benficos o tiles; plagas o perjudiciales y adems como inocuos o compo-nentes de los ecosistemas.

    Los insectos se pueden designar como plagas dependiendo de muchos aspectos. Pero en gene-ral cuando perjudican los intereses del hombre, afectando las plantas cultivadas, los bosques, di-seminando vectores de enfermedades de huma-nos, animales o plantas, si se constituyen en mo-lestia permanente para los hombres y animales e inclusive si deterioran deprecian o destruyen ali-mentos y granos almacenados o cualquier tipo de productos o bienes para los humanos; los insectos son considerados como nocivos o plagas.

    Cuando el hombre decidi controlar los insec-tos, no se sabe qu criterios lo llevaron a actuar de esa manera. Es ms difcil precisar donde, como y cuando se tom por parte de los humanos este tipo de iniciativas, pero la trascendencia de las mismas es an tan importante como lo son los in-sectos nocivos. A partir de ese momento se califi-caron las especies insectiles como plagas, aunque se desconoca la connotacin del trmino, duran-te todo el desarrollo histrico de la humanidad este apelativo de plagas continu siendo emplea-do de forma generalizada.

    Debe quedar claro que los intereses del hom-bre en un tiempo pretrito, iniciaron el proceso mediante el cual la aversin hacia los insectos domin a los productores agrcolas, tcnicos, pro-fesionales y pblico en general. La Entomofobia, permiti que los humanos incrementaran sus te-mores frente a los insectos. Este tipo de juicios, cada poca ms acentuados, facilit el diseo de estrategias comerciales para el ofrecimiento de al-gn mtodo de control de plagas.

    Las plagas constituyen un fenmeno bioecol-gico, en este sentido su sistema de vida est con-formado por diversos elementos que tienen fun-cionalidad mayor o menor, de acuerdo con el tipo de agro-ecosistema. Los sistemas de vida sufrirn entonces los efectos de aquellos agentes que per-miten un desarrollo dinmico de la poblacin, pero solo algunos de ellos tienen una influencia dominante, otros aparentemente son menos in-

    cidentes. Los cambios en la cantidad de pobla-cin-plaga, tienen que relacionarse con aquellos parmetros ms representativos en la mortalidad. Por esta situacin se debe hacer una categora en relacin con la importancia que tiene cada factor de mortalidad dentro del sistema de vida.

    En trminos comunes se considera que ecol-gicamente los cultivos son comunidades biticas simplificadas que se encuentran ocupando un biotipo artificial, en el cual las plantas cultivadas predominan, por cuanto el hombre les elimina todo tipo de competencia. Este sistema vegetal es simplificado, homogneo y fcil de alterar por un organismo fitoparastico que encuentra en ellos un medio ptimo para multiplicarse. Para poder entender las poblaciones de insectos, estos deben de estudiarse a nivel de agro-ecosistema, sin des-cuidar que todos los componentes de ste, pueden entregar informacin acerca de los mecanismos que son en parte responsables de las modificacio-nes a nivel de las especies insectiles. Es interesan-te recordar que los insectos son animales dotados de caractersticas inherentes que facilitan su mo-vilidad y adems que el hombre ha aumentado su dispersin y la de la plantas hospederas. Los agro-ecosistemas pueden ser tan amplios como el hombre lo determine.

    Los organismos individuales de la misma espe-cie viven agrupados constituyendo una comuni-dad, la cual es influenciada en todos sus procesos por los componentes del ambiente fsico. De este modo los elementos biticos y abiticos interac-tan de un modo complejo, dinmico y perma-nente, a este sistema se le denomina ecosistema. Al modificar los ecosistemas por introduccin de plantas cultivadas y prcticas especficas, el hom-bre ha generado artificialmente los agro-ecosiste-mas. Los insectos presentes en los agro-ecosiste-mas, han desarrollo todo un proceso para poder establecer en ellos.

    3. El significado de plaga en los agro-ecosistemas

    Los propsitos de cualquier mtodo que permi-te el manejo de la poblacin plaga, se deben orien-tar con sentido pragmtico. Al abordar un proble-

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    Si el tcnico o el productor pretenden evitar que una especie insectil sea introducida y logre esta-blecerse en el agro-ecosistema, tienen que enten-der como el medio ambiente (biolgico y fsico) puede favorecer al insecto nocivo. Rechazando de plano cualquier explicacin no cientfica a la pre-sencia de una plaga, en un cultivo, se deben buscar las razones de sus daos en la forma de manejar el agro-ecosistema y en las facilidades que se le han prestado a la especie insectil.

    Esto significa? Que el estudio de la poblacin del insecto-plaga en el agro-ecosistema, no puede alejarse del anlisis del efecto de todas las activi-dades de manejo del cultivo, sobre los cambios de la poblacin. Pero deben incluirse adems las rela-ciones entre los agentes biticos y la accin de los factores abiticos.

    Despus de un largo proceso el insecto fitfago encuentra su hospedero. En el tiempo y especio han coincidido un elevado nmero de eventos bien complejos que despus de construir estmu-

    Sistema de vida

    Agro-ecosistema

    Variaciones

    Ambiente

    Poblacin

    Atributos

    Densidadpoblacional

    Especieplaga

    Propiedadesinherentes

    Figura 1. Elementos involucrados en el sistema de vida de una plaga.

    ma entomolgico, debe estudiarse la poblacin en el agro-ecosistema y todas las interacciones con los componentes biticos y abiticos del medio. Todos los factores extrnsecos e intrnsecos que actan en la dinmica de la poblacin ameritan su valoracin. Solo una adecuada comprensin del funciona-miento del sistema de vida de la plaga y el estudio de todos los parmetros que en ella intervienen, lle-var a la bsqueda de soluciones exitosas. No es posible tomar decisiones de manejo de plagas; cuando no se tienen claro cules son las causas del problema y no se sabe estimar los cambios poblacionales.

    En la figura 1 se presentan los elementos que configuran el sistema de vida de una plaga, en cualquier zona.

    los han generado respuestas. Generalmente las especies de insectos inician la bsqueda del hos-pedero a partir de hembras que en grupo o en con-junto emprenden esta tarea, motivadas por el ago-tamiento del hospedero (prximo a cosecharse) o por el cumplimiento del ciclo vital. En su proceso de dispersin reciben estmulos qumicos que son detectados olfativamente y localizan el lugar don-de se encuentra su planta husped. El proceso de dispersin re reduce y se inicia el trabajo de hallar el hospedero y que este sea ptimo.

    El insecto, como especie animal dotada de ca-ractersticas para superar dificultades, las exhi-be para captar los estmulos qumicos, tctiles o nutricionales de la planta. Estos animales estn dotados de cualidades que permiten asimilarlos a una computadora biolgica, que tienen respuestas binarias, codificadas bajo un S o un No. Es decir al detectar la planta husped pueden posarse en ella y por estmulos tctiles exhibir respuestas de Si o NO, se acepta. Si es lo primero, se inicia un proceso que tiene para el insecto una necesaria in-

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    versin energtica, la planta es aprobada y se con-tina el ciclo de vida del artrpodo.

    Tal como se anot, las hembras iniciaron la bs-queda o sea que ellas constituyen parte de aquello que se define para este anlisis como la fraccin de individuos invasores, a los cuales se unen espec-menes que se dispersan obedeciendo a la emigra-cin natural. Total a los nuevos agro-ecosistemas llega un grupo funcional conformado por invaso-res y emigrantes. Al hallar facilidades de estable-cimiento exhibirn sus capacidades de nacimien-to, desarrollo y reproduccin, pero, igualmente sufrirn los efectos de los factores de mortalidad y los estmulos de movilizacin.

    Como producto final en el agro-ecosistema se tendr una poblacin conformada por no solo quienes iniciaron la colonizacin, sino por las pro-genies que se desprenden del proceso reproducti-vo. En la Figura 2, se explican estas relaciones, las cuales deben interpretarse como lo esencial al se-leccionar estrategias de control. Las interacciones son permanentes y en ellas influyen de forma di-recta o indirecta, elementos biticos y abiticos.

    Una poblacin de plaga puede manejarse. Rabb (1970) destaca que las caractersticas ms impor-tantes en el manejo de la poblacin, son:

    1. La orientacin del trabajo se hace hacia la po-blacin plaga, ojal la totalidad, o una parte lo ms grande posible, mucho ms que estar in-

    virtiendo esfuerzo sobre la infestaciones loca-lizadas. Esta poblacin plaga que se pretende manejar, debe estar localizada en reas repre-sentativas, no en pequeas parcelas.

    2. EL objetivo inmediato, es reducir el promedio poblacional, as como las frecuencias de las fluctuaciones en tiempo y espacio, por encima del nivel de dao econmico.

    3. El mtodo o la combinacin de mtodos que se seleccionen, deben suplementar los efectos del control natural. Los resultados que brinden deben ser a largo plazo con un mnimo de in-versin de esfuerzos y dinero.

    4. El significado es que el problema se reduce o soluciona a nivel general y por un periodo de tiempo prolongado, evitando al mximo los efectos nocivos o perjudiciales.

    5. La filosofa es el manejo de la poblacin ms que la erradicacin. Obviamente esta filosofa es in-compatible con este criterio de la gente que quie-re un medio-ambiente sin plagas. Tambin debe reconocerse que el manejo de plagas, no puede implementarse en todas las oportunidades.

    4. Manejo de plagas: Realidad o propuesta

    En todos los agro-ecosistemas los responsable del proceso productivo, ante la presencia de una plaga invocan medidas de control En estos casos siempre se tiene como aspecto central la forma

    Figura 2: Proceso de conformacin de la poblacin insectil en el cultivo (Adaptado de Rabb, R.L. and Euthrie, F.E. 1970)

    Formas insectiles invasoras

    Formas insectiles emigrantes

    Factores que estimulan dispersin

    Poblacin de la especie insectil

    DesarrolloNatalidad

    Densidad de adultos

    Densidad de estados inmaduros

    Mortalidad

    Factores biticos - Abiticos determinantes

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    como la especie se comporta con relacin a sus cambios de poblacin, pero no se interpretan. Es correcto, el analizar lo que est sucediendo con la poblacin, pero lo incorrecto es planificar con-troles momentneos. Las poblaciones de insectos, definidas por las especies, tienen caractersticas funcionales y estructurales que las identifican (Tabla 1)

    ESTRUCTURALES FUNCIONALESDensidadComposicin genticaConstitucin por edadesProporcin de sexosDistribucin espacialIncidencia en el tiempoEstructura social

    NatalidadMortalidadDispersinTasa de crecimientoPatrones conductualesTropismosHbitos alimenticios

    una razn de oren econmico. Desafortunada-mente ella es circunstancial. No obedece a un seguimiento de la poblacin insectil a travs del desarrollo del cultivo, sino al impacto de la fase nociva, en la etapa susceptible del cultivo. Esto lleva a los interesados a la toma de decisiones de carcter temporal y a veces incurriendo en errores de apreciacin, que lo llevan a dificultades poste-riores. (Figura 3).

    Figura 3. Aplicacin de plaguicida

    Tabla 1: Caractersticas funcionales y estructurales de una poblacin plaga.

    Si se pretende una produccin agropecuaria sos-tenible y no dependiente, se requiere de mayores aportes inteligentes al anlisis de los problemas entomolgicos. Es importante destacar como la NAS de USA (1978) ha sealado:

    En general los estudios relativos al control han sido a corto plazo y se han referido casi por completo a la eta-pa perjudicial de una poblacin de insectos nocivos, casi larval, y por tanto lo entomlogos se han acostumbrado a considerar la etapa y no poblacin como unidad esen-cial en el control de la plaga.

    En este prrafo anterior radica el enfoque re-duccionista de aquellos que consideran que una poblacin insectil que es permanente en tiempo y espacio, puede eliminarse ejerciendo un control sobre una etapa de sus ciclo vital. No, la poblacin insectil nociva debe ser el enfoque de respuesta a un problema entomolgico. Se debe pensar y ac-tuar sobre la poblacin para su manejo y no sobre una fase de la poblacin. El hecho de saber que un determinado factor destruyen el 95% de las postu-ras o larvas de una plaga no significa gran cosa si se desconoce el alcance del efecto de dicho factor sobre el control de la poblacin (NAS, 1978)

    Cuando se habla del control de plagas por par-te de agricultores y/o tcnicos, est de por medio

    Antes de continuar con estos planteamientos, es necesario definir varias palabras que sern em-pleadas en este texto.

    Plaga: En su sentido ms amplio, una plaga se define como cualquier animal que el hombre con-sidera perjudicial a su persona, a su propiedad o al medio ambiente (Cisneros, 1995)

    Plaga agrcola: Es una poblacin de animales fitfagos (se alimentan de plantas) que disminu-ye la produccin del cultivo, reduce el valor de la cosecha o incrementa sus costos de produccin. Se trata de un criterio esencialmente econmico (Cisneros, 1995).

    Plaga: Un animal o vegetal cuyas actividades interfieren con la salud humana o si bienestar, o que afecta sus ingresos econmicos (Horn, 1988)

    Plaga: Un animal o planta cuya densidad de poblacin excede un nivel arbitrario no aceptable para el hombre, el cual resulta de un dao econ-mico (Horn, 1988)

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    Control de plagas: Sistema natural o artificial que da como resultado la prevencin, represin contencin, contencin, destruccin o exclusin de una plaga (Cisneros, 1995)

    Manejo de plagas: La reduccin de los proble-mas con plagas mediante acciones seleccionadas de conformidad la compresin del sistema de vida de la plaga y considerando las consecuencias ecolgicas y econmicas de las acciones (Rabb, 1970).

    En los cultivos la sola presencia de un insecto no determina la existencia de una plaga. Es posible que un insecto-vector de una enfermedad para humanos o animales domsticos, si pueda valo-rarse como tal. En la produccin agrcola la con-notacin de la palabra plaga se relaciona con los efectos econmicos que producen con sus daos los insectos fitfagos. El efecto nocivo de un solo insecto es difcil que alcance la categora de dao y por lo tanto no puede llamrsele plaga. Nakano (1981), explica que el trmino plaga hace referen-cia en un sentido numrico a una determinada po-blacin de la especie insectil que hacen evidentes sus daos y afectan la produccin. Esto significa que el hecho de observar daos en diferentes par-tes de la planta, no necesariamente significa que la produccin se reducir. (Figura 4).

    Figura 5. Adultos de especies de mosca blanca

    tan contrastes, en su dinmica poblacional ocurre lo mismo y tambin en el impacto de sus daos. No se puede hablar de modo uniforme al referirse a las plagas. Un agricultor cultivador de frjol, tie-ne situaciones diferentes cuando hay incidencia de Trialeurodes vaporariorum Westwood (Hemip-tera Aleyrodidae), que en el casos de Liriomyza huidobrensis Blanchard (Diptera-Agromyziidae), Biolgicamente, su comportamiento nocivo, la capacidad nutricional, su ecologa y sus efectos sobre la planta no son comparables. (Figura 5).

    Figura 4. Colonias y daos de insectos fitfagos

    Las especies nocivas as como tiene caractersti-cas que las definen, tambin presentan diferencias que facilitan su clasificacin. Taxonmicamente pertenecen a rdenes diferentes y aun as en el caso de insectos-plagas del orden Coleoptera, pero de familias distintas, tal como Chrysomelidae y Cur-culionidae, hay marcadas diferencias bioecolgi-cas. En cuanto a la bionoma las especies presen-

    Cuando se establece un cultivo no bebe espe-rarse una ocurrencia similar de insectos-nocivos. Cada cosecha de acuerdo con las caractersticas eco-climticas que predominen tendr una bio-masa insectil diferente. Las plagas pueden ser de diversos tipos y adems tener caractersticas rela-cionadas con su natalidad, mortalidad y capacidad de dispersin muy contrastantes. De este modo el productor agrcola no siempre tiene situaciones con plagas que sean similares de ah que la acti-vidad en cada caso tiene que ser estudiada para implementar los correctivos pertinentes.

    Durante mucho tiempo, el concepto de plagas, empleado por tcnicos y agricultores ha sido ob-jeto de conflictos entre cientficos, tecnlogos y la sociedad civil. El control de plagas se identifica con el uso de plaguicidas (insecticidas) y sus efec-tos deletreos en el medio ambiente y la vida sobre el planeta le ha significado, una constante crtica. Aunque se han hecho esfuerzos en la bsqueda de molculas selectivas y de un espectro reducido, el control qumico, ha sido fuente de rechazo, el cual en la actualidad es una bandera de los consu-midores. Se rechazan productos alimenticios que contengan residuos de insecticidas.

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    Tal como se ofreci la tecnologa qumica del control de plagas, era para que los agricultores eliminaran los insectos de sus cultivos y solucio-naran sus problemas. Despus de muchos aos esta situacin fue contradictoria. El ataque de las plagas, continu y en muchos casos se incremen-t. Los usuarios del control qumico comprendie-ron tardamente que este mtodo no era panacea. Las crticas no se demoraron y se convirtieron en rechazos al empleo de agrotxico. Aunque los in-secticidas se seguirn empleando, su xito como mtodo de control unilateral es dudoso, de la bioecologa de la plaga y del funcionamiento del agro-ecosistema.

    En Colombia se us durante mucho tiempo (docenas de aos) el control qumico contra el gusano blanco de la papa Premnotrypes vorax, basndose en utilizar tres aplicaciones de insecticidas. Una a la siembra, otra a la germinacin y la tercera al aporque. No es clara la fuente de esta frmula mgica de control qumico. Lo cierto es que se constituy en norma. Al cabo del tiempo Alvarado (1986) demostr que la fisiologa de las variedades de papa, brindaba informacin sobre la tuberizacin. En efecto, entre las 0 y 9 semanas en promedio, se desarrollaba el rea foliar y de la semana 9 a la 14, se presentaba el desarrollo del tubrculo. Esto significa que una aplicacin de insecticidas en la primera semana contra una plaga del tubrculo era inoficiosa. Adems los resultados de esta investigacin invitaban a replantear este control qumico.

    Los productores de frjol estn acostumbrados al empleo de insecticidas para el control de los minadores del gnero Liriomyza, a pesar de que las medidas de un MIP pueden implementarse con xito. En las zonas clidas de Colombia predominan L. sativae Blanchard y en las zonas de ladera la especie dominante es L. huidobrensis (Blanchard). Cruz y Cardona (1998) investigaron la importancia de L. sativae y comprobaron que este fitfago estuvo presente en la mayor parte del ciclo del cultivo de frijol, pero sus poblaciones variaron de acuerdo a las condiciones ambientales prevalentes y la mayor o menor actividad de los enemigos naturales. En efecto L. sativae abunda cuando las temperaturas son altas y la precipitacin es baja.

    Entre los enemigos naturales de L. sativae se encuentran los parasitoides Diglyphus begeni Ashmead (Hymenoptera: Eulophidae) y Opius sp (Hymenoptera: Braconidae). La accin de D. begini fue comprobada por Cruz y Cardona (1998) y calificada en un nivel superior de parasitismo al 70%. Este parasitoide se establece en los primeros 20 das del cultivo y permanente hasta la cosecha. Los autores concretan que los parasitoides constituyen el principal obstculo para el aumento del minador en el cultivo del frijol. En cuanto a la importancia econmica del minador L. sativae, evaluaron el efecto del control con insecticidas (efectivos y no efectivos), comparndolo con una tratamiento con base en aplicaciones tipo calendario, semejante al utilizado por la mayora de los agricultores y un testigo absoluto. No detectaron diferencias estadsticas significativas en rendimiento entre tratamientos en los semestres que dur la investigacin. La similaridad de los beneficios econmicos obtenidos con los tratamientos, agricultor y testigo, demuestra la poca o ninguna importancia del insecto, confirma que las percepciones del agricultor con respecto al dao que hace el minador son exageradas y que, las aplicaciones repetitivas del insecticida contra este insecto no se justifican desde el punto de vista econmico. Concluyen Cruz y Cardona (1998) que es ms beneficioso para el agricultor permitir que el control natural ejerza su accin y abstenerse de hacer aplicaciones repetitivas de insecticidas para el minador.

    En esta investigacin se logr entonces demostrar que el control qumico no es la alternativa contra esta plaga. Lo importante de estos resultados es lograr que los agricultores conozcan y acepten cambiar sus percepciones. Se requiere para ello transferencia tecnolgica y seguimiento. Esto se especifica por cuanto con otro minador L. huidobrensis, Soto (1984) y Cardona et al (1991) haban encontrado resultados similares, es decir que no tiene un efecto significativo en la produccin. De acuerdo con lo revisado por Parrella (1987), una de las razones principales para que los minadores no constituyan plagas de importancia econmica en diversos cultivos es la

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    capacidad de la planta para reponerse al dao y la habilidad compensatoria de la misma.

    Realmente el modelo de produccin insumo-dependiente demostr en todo el mundo lo inadecuado de su concepcin. Dej de ser un paradigma y se convirti en una controversia. A partir de la dcada del 50, siglo XX, los investigadores orientaron sus esfuerzos a la bsqueda de controles de plagas, diferentes a la utilizacin de insecticidas. El masivo uso del DDT y sus resultados negativos, facilit que se admitieran las limitaciones del control de plagas basado en la aplicacin calendarizada de insecticidas. Con el tiempo pero en especial a partir de 1970, se enfatiz en la importancia que tendra el enfoque ecolgico en cualquier caso de control de plagas. Ayud a esta corriente, el movimiento ambiental que se dispers por casi todos los pases del mundo.

    En la entomologa surgieron propuestas sobre un cambio radical en la conceptualizacin sobre cmo solucionar un problema con plagas. Rpi-damente surgi una corriente acadmica e inves-tigativa que adopt la idea del manejo de plagas, en lugar del debatido control de plagas. Esta inte-resante propuesta se acogi en las universidades, donde inclusive las asignaturas se enfocaron hacia el manejo de poblaciones insectiles nocivas. Este fue un cambio trascendental en el siglo XX.

    El concepto de manejo de plagas, empez a considerarse ampliamente a partir del XII Con-greso Internacional de Entomologa celebrado en Londres en 1965. Los eclogos australianos quie-nes propusieron la expresin de manejo de pla-gas, sealaron que cuando se habla de control de plagas, all se incluyen los efectos de los elemen-tos que actan independiente de la interferencia humana. Cuando se plantea hacer un manejo de plagas, esto implica la intervencin del hom-bre. Este concepto logr impactar la comunidad cientfica en la cual se presentaron serios debates sobre sus significados. Geier (1966) plante que el manejo de plagas era como tal una especie de lema para que los humano hicieran una manipu-lacin inteligente de la naturaleza en favor de la flora y fauna silvestre.

    Los entomlogos norteamericanos venan ha-blando y escribiendo en torno al control integra-do. Para 1969, la NAS y en Rabb y Guthrie (1970), aceptan la propuesta de manejo de plagas en el lugar de la de control integrado. Kogan (1998) explica que ambos trminos co-existieron como sinnimos en los aos 70. Es de resaltar que la es-cuela australiana del manejo de plagas, tuvo gran influencia para su desarrollo en las teoras propues-tas por Nicholson (1958) sobre la dinmica de po-blaciones. En estas se precisa el papel que cumplen los factores de mortalidad dependientes de la den-sidad, en los que se incluyen la competencia intra-especfica, as como los mecanismos de estabiliza-cin que actan en el sistema de vida de las plagas. En el mundo, diferentes autores conceptuaban que control de plagas, era una expresin ms vlida que manejo de plagas. Pero esta ltima termin por demostrar su validez. (Figura 6).

    Geier (1966) present sus criterios sobre el manejo de insectos-plagas, advirtiendo que ello implicaba aceptar la existencia continua de espe-cies potencialmente peligrosas, aunque en niveles tolerables de abundancia. De esta manera seala que la tolerancia de densidades poblacionales, era parte esencial del manejo. Pero quizs uno de los elementos de mayor inters del manejo de plagas es el de considerar en los ecosistemas, los subsistemas, llamados sistemas de vida de las es-pecies objeto del manejo. Estos sistemas de vida, proporcionan informacin sobre la poblacin pla-ga, ya que de acuerdo con las interacciones entre la poblacin con unas cualidades inherentes y un medio ambiente con atributos definidos, se po-drn conocer procesos ecolgicos, que conllevan a precisar la poblacin plaga en el cultivo.

    Los debates que se desarrollaban para entonces sobre las consecuencias del control qumico, se ocuparon de los trabajos de los eclogos austra-lianos y constituyeron el mejor medio para im-pulsar el manejo de plagas. Esta no fue una tarea fcil por cuanto los investigadores de la industria agroqumica defendan a ultranza los insectici-das. Para los productores de plaguicidas consti-tua una obligacin, el intentar refutar las publi-caciones que analizaban los inconvenientes del empleo de control qumico. Ripper (1956) con un agudo anlisis ecolgico escribi acerca del efecto

  • Frac: I.A. : G.Q.:M7 Iminoctadine DiguaninaMeA: Multisitio

    Frac: I.A. : G.Q.:G1 cod 3 Triflumizole ImidazoleMeA: Inhibicin de biosntesis de ergosterol(DMI) y 5 Fecosterol

    Frac: I.A. : G.Q.:G1 cod 3 Triforine PiperazineMeA: Inhibidor de la demetilacin en la biosntesisdel ergosterol

    DOSIS: /L0.3 g

    Es preventivo, erradicante y curativo en pre-infeccin. Evita re-infecciones por su efecto anti-esporulante. Prolongado efecto de proteccin. (Mayor residualidad, se fija

    en cutcula por ser altamente lipoflico.)* Herramienta clave para manejo anti-resistencia por su accin

    multi-sitio, rompe resistencia con los IBE. Inhibe el lanosterol y afecta la permeabilidad de la membrana.

    DOSIS: ROSA 1.5 C.C./L CLAVEL 1.0 C.C./L*

    Fungicida preventivo y curativo. Es inhibidor de los precursores del ergosterol en doble va. Alta actividad translaminar, penetra y se transloca

    rpidamente a travs de la hoja. Con efecto vaporizante: despus de aplicado Trifmine

    controla e inhibe el patgeno sobre las hojas cubiertas.* Tiene registro en clavel para Cladosporium echinolatum.

    Preventivo y curativo de accin sistmica-progresiva. Efecto fito-tnico. Tiene amplio espectro (mildeo polvoso, roya y mancha negra).

    DOSIS: C L1.25 .C/ *

    Tecnolog a Japonesa L der

    Esporulacin

    Inicio de laenfermedad

    Avance de laenfermedad

    Reinfeccin

    ETAPAS DE DESARROLLO DEL HONGO ETAPA DEL HONGO QUE CONTROLA

    Bellkute 40 WP

    Saprol DC

    Trifmine 15 EC

    Germi

    nacin de las esporasCrecim

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    P AYUDE A SANARREVENGA, DETENGA Ysu cultivo del mildeo polvoso con la rotaci n ummit gro S A

    MildeoPolvosoSphaerotheca

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    ROTACINESTRATGICA

    SUMMITAGRO PARAEL MANEJO DE

    MILDEO POLVOSOEN SUS FLORES

    * Consulte a su Representante Tcnico SummitAgro.

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    de los plaguicidas en el balance de las poblaciones de artrpodos. Este autor document los efectos en los enemigos naturales, la resurgencia de las plagas y la resistencia a los insecticidas. Posterior-mente Carson (1962) en su obra clsica previno al mundo sobre las inconsecuencias de los plagui-cidas, La primavera Silenciosa es la obra que ha originado las mayores controversias de las multi-nacionales de los agroqumicos. Estas discusiones ayudaron al cambio de mentalidad para enfrentar los insectos-plagas y sus daos.

    No fue nada fcil cambiar el lenguaje blico que acompao el empleo de insecticidas por tanto tiempo. De la agresividad de los humanos hacia los insectos son lemas como: la lucha contra las plagas, La batalla contra los insectos, el arma letal para acabar con las plagas, etc; a la utiliza-cin de expresiones de convivencia, reduccin, mantenimiento de poblaciones y otras similares en programas de manejo; se necesit estudio, in-vestigacin y persuasin.

    Es as como puede afirmarse que el manejo de plagas se diferencia del control de plagas, porque su objetivo es la tolerancia de la poblacin no de-seable. En el manejo de plagas (MP) se establecen niveles de dao econmico (NDE). Con ellos, la tolerancia de las plagas se expresa en trminos econmicos basndose en el impacto econmico de la plaga y de las actividades y costos asociados

    con la accin de manejo. El objetivo fundamental del MP, es lograr reducir el impacto de las plagas a niveles tolerables, no es el de reducir las pobla-ciones a los niveles ms bajos que puedan lograrse (Fundeburk, Hgley y Buntin, 1993).

    Es un constante, como la filosofa del MP se en-foca a reducir el impacto de las plagas, mientras tolera ciertos niveles poblacionales. Debido a que en un programa de manejo la tolerancia es fun-damental, as como lo es la economa, estos dos aspectos deben integrarse, en lo que es tolerable. Para Funderburk, Higley y Butin (1993), los pro-gramas de manejo se pueden orientar a reducir los niveles de poblacin plaga a travs de una con-tinua intervencin del hombre. Una diferencia esencial entre el MP y el control de plagas, es que el manejo tiene un enfoque ecolgico, el control no.

    5. Consideraciones finalesPor qu el manejo de plagas no se ha extendido

    y reemplazado, el control de plagas? Esta pregunta surge en diversos pases. Puede explicarse que se investiga hoy en da ms en el mejoramiento de mtodos de control, que en el diseo de estrategias de manejo. Esta situacin puede comprenderse en el desarrollo de la bioingeniera para obtener plan-tas genticamente resistentes a plagas. Se trabaja

    ESQUEMA DEL MIP

    Evaluacin del MIP

    Capacitacin

    Medidas de control

    Procedimiento de implantacin

    Diagnstico

    Inspecciones sistemticas

    Medidas preventivas

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    Modicaciones de la instalacinHigiene y limpieza

    Figura 6

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    ms con el concepto del control que con el de ma-nejo, tanto as que hoy en da se evidencia resisten-cia de insectos a plantas transformadas. Federici (1998) seala que en USA, durante 1996 a 1998, el Helicoverpa zea Boddie (Lepidoptera: Noctuidae) invadi los cultivos de algodn transgnico que posea la toxina del Bacillus thuringiensis Berliner (Cry 1AC), y en la zona de Texas sus daos fueron cuantiosos. Durante 1998 en Australia donde las principales plagas del algodonero son H. armge-ra Hubner y H. punctigera Walker (Lepidoptera: Noctuidae), la tolerancia del algodn transgnico no pudo detener el dao de las plagas. Fue necesa-rio aplicar insecticidas qumicos y adems formu-laciones comerciales del B.t. (figura 7).

    3. Mantener la calidad del medio ambiente, es-pecialmente minimizando el impacto am-biental de las tcticas empleadas. Cuando se inici la propuesta del MP, se hizo nfasis en el primer objetivo. Posteriormente los criterios ambientalistas han reforzado los objetivos. In-clusive ltimamente los criterios de impacto ambiental y reduccin de la resistencia, se han involucrado en el MP. Tal como lo plantean Funderburk, Higley y Buntin (1993), existen mecanismos para determinar su una accin de manejo se justifica econmicamente, pero an no se han concentrado aquellos medios que permitan demostrar la seguridad ambiental y minimizar la presin de seleccin de una ac-cin de manejo.

    Invocando propuestas de manejo de plagas, en cultivos como caa de azcar y arroz, en Colombia se ha logrado reducir el empleo de insecticidas para el control de plagas, lo cual ha involucrado indirectamente, una recuperacin de los agro-ecosistemas y una disminucin de las factibilidades de resistencia de plagas y los insecticidas. De este modo se ha obtenido un logro que debe proyectarse durante este siglo XXI es que las plagas no son tan importantes como se les asigna tal significado, que es ms lucrativo para el productor tener un agro-ecosistema estable y sostenible. Si se presentan problemas entomolgicos deben instrumentarse medidas de manejo. El conocimiento acertado de los cultivos y de sus niveles de tolerancia, puede reducir la importancia asignada a las especies plagas.

    Figura 7. Larvas de Helicoverpa

    El manejo de plagas (MP) tiene tres grandes ob-jetivos:

    1. Mantener la produccin de los cultivos ma-nejando las plagas, pero tomando decisiones sobre reduccin de la poblacin, si econmica-mente se justifica.

    2. Minimizar la presin de seleccin en la pobla-cin plaga, mediante tcticas de manejo y

    Bibliografia Alvarado, E.L.F. 1986. Crecimiento del cultivo de la papa en curso

    sobre control integrado de plagas de la papa (Bogot Jun-jul 1986).

    Memorias. Bogot CIP-ICA p162-169

    Carson, R. 1962. Silent Spring Boston. M.A. Hoyghton Miflin. 368 p

    Cisneros V.F. 1995. Control de plagas agrcolas Lima. AGCS electronics 313 p

    Cruz, M y Cardona C. 1998. Importancia econmica del minador Liriomyza sativae (Diptera: Agromyziidae) en frijol en el Valle del Cauca en revista Colombiana de Entomologa Vol 24 No. 12 p49 53

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    Kogan, M. 1998. Integrated pest management: Historical perspec-tives and contemporary development. En Ann Rev. Entomol 43:

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    National academy of Science. USA 1978. Insect Pest Manage-ment and control. En New York Nas Vol 3 522p

    Nicholson, A.J. 1958. Dynamicss of insect populations En: Ann Rev. Entomolo 3: 107-136

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    Ripper, W. E. 1956. Efecct of pesticides on balance of arthropod populations. En ann Rev Entomol 1: 403-438

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    Para control inmediato y proteccin continua de Botrytis

    Julio Angulo MSc.Dpto. Tcnico BASF Qumica Colombiana

    Principios activos como Carbendazim (Bavistin), Dodemorf (Meltafun), kresoxim-metyl (Stroby), Dimeto-morf (Forum), Pyraclostrobin (Cabrio Top), Boscalid (Cantus), han tenido una impor-tante trayectoria como parte de la historia de los Fungicidas de BASF, por su reconocida eficacia en distintas pocas en el control de las principales enfermedades en la floricultura Colombiana.

    Con el lanzamiento de Xemium (Lonselor), para el control de Botrytis (Botrytis cinerea Pers.), estamos frente al inicio de una nueva era en ma-teria de fungicidas, por ser una molcula que per-tenece a la clase qumica de las Carboxamidas (potentes inhibidores de la respiracin), que ha revolucionado el mercado tanto, por sus propie-dades nicas de distribucin en la planta para un control inmediato, como por su accin prolonga-da que ofrece una proteccin contnua. Adems de resaltar una mayor ventana de aplicacin du-rante las diferentes etapas del patogeno frente a otros ingredientes activos, ya que afecta todos los estados de desarrollo y reproduccin de Botrytis, (inhibiendo la germinacin de esporas, afectando el proceso de emisin del tubo germinativo, desa-rrollo del micelio y esporulacin.)

    Un modo de accin revolucionario

    Como resultado del elevado nivel de actividad fungicida, por su especial diseo molecular y sus propiedades nicas de distribucin Xemium (Lonselor), puede ingresar a la planta y dis-tribuirse en su interior rapida y fcilmente con amplia versatilidad en comparacin a otras car-boxamidas y un grado de accin persistente que permite a la molcula ser utilizada en actividad preventiva, curativa y residual, visibles en el con-trol de Botritys.

    Al momento de aplicar Xemium (Lonselor), una parte del principio activo queda retenido en

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    la superficie de la hoja en forma de cristales que se distribuyen uniformemente y que luego seran liberados lentamente asegurando el abasteci-miento continuo y prolongado del fungicida en el interior de la hoja.

    Un mecanismo de Accin eficaz y novedoso

    Xemium (Lonselor), ofrece una actividad su-perior y eficaz sobre Botrytis, al bloquear la cade-na respiratoria (Complejo II) a nivel de la enzima succinato deshidrogenasa (SDH), que desempea un papel fundamental en la respiracin celular de los hongos, en el proceso de obtencin de ener-ga, que a diferencia de las plantas que tambin lo pueden hacer a travs del proceso de fotosntesis, los hongos solo lo hacen por el proceso de respira-cin a nivel de la mitocondria celular.

    Es importante mencionar que Xemium (Lon-selor), no tiene resistencia cruzada a otros fun-gicidas, sobre todo a Strobilurinas que son in-hibidores de la respiracin en un proceso y sitio diferente (Compelo III)

    Una formulacin con tecnologa inteligente

    Los productos que contienen Xemium como LONSELOR, se basan en la tecnologa de for-

    mulacin ms innovadora de BASF, porque ade-ms del ingrediente activo, la formulacin trae otros componenetes que garatizan un rendimien-to excepcional al ofrecer tanto externamente, una ptima cobertura (rea foliar), adsorcin y reten-cin (capa cerosa), para una liberacin contnua; como internamente, absorcin (en el tejido foliar) esencial para el movimiento sistmico acropetal y la accin curativa.

    Un control y rotacin eficaz para Botrytis

    Para el control y rotacin adecuada en ornamen-tales de Botrytis (Botrytis cinerea Pers.), se reco-mienda incluir en los programas de aplicacin el uso de LONSELOR a dosis de 0.75 cc/l de agua. As tambin el atender los conceptos tcnicos de aplicaciones, rotacin y manejo anti resistencia de enfermedades recomendados por el FRAC, como es la aplicacin en mezcla de LONSELOR con fungicidas protectantes o en rotacin con fungici-das sistmicos de diferente mecanismo de accin.

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    Colombia siembra

    Colombia Siembra, es la poltica agrope-cuaria del gobierno nacional que repre-senta una apuesta por un nuevo renacer del campo colombiano. Esta iniciativa

    propiciar, entre el 2015 y el 2018, el desarrollo del sector agropecuario.

    Se aumentar la oferta de productos agrope-cuarios para el pas y fomentar las exportaciones agropecuarias con valor agregado, a travs del au-mento del rea sembrada y productividad.

    Esta iniciativa beneficiar a todos los actores del agro (Agricultura Familiar, Finqueros y Agroem-presarios), brindndoles instrumentos financieros adecuados a las necesidades de sus actividades productivas. Colombia Siembra crear un ambien-te favorable para impulsar las inversiones que se requieren en las nuevas reas, paquetes tecnolgi-cos, soluciones de agua, infraestructura, maquina-ria, investigacin y transferencia tecnolgica.

    Ms informacin en: http://colombiasiembra.minagricultura.gov.co/

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    Revista Metroflor Edicin 7228

    Pronstico del tiempodel 13 de marzo al 2 de abril 2016 en la Sabana de Bogot

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    Revista Metroflor Edicin 7230

    Con la partida de Arnulfo Fito Pardo, los ingenieros agrnomos que estn o que estuvimos vinculados con la in-dustria florcola colombiana perdimos,

    adems de un gran amigo, a un gran ejecutivo gremial. Los colegas ms jvenes probablemente no conocieron la incansable gestin de Arnulfo al frente de la Asociacin Cooperativa de Ingenieros Agrnomos de la Floricultura ACOPAFLOR, desde sus inicios a comienzos de los noventas, cuando l, lvaro Mario Mesa y Juan Jos Flo-rez nos motivaron a consolidar un gremio que nos representara y a la vez generara oportunidades de desarrollo para el sector.

    ACOPAFLOR fue un hito en el sector florcola durante un poco ms de 10 aos. Se realizaron va-rios congresos tcnicos, en los cuales comparta-mos con expertos nacionales e internacionales los avances en la solucin de las diversas problemti-cas. Los Salones de la Floricultura nos permitie-ron tambin mantenernos actualizados en cuanto

    A Arnulfo Pardou n l d e r

    a las tendencias y nuevas variedades. ACOPA-FLOR se convirti en el factor aglutinador alre-dedor de la cadena de las flores, contribuyendo a la consolidacin de un cluster en el que tomaban parte activa los productores, comercializadores, profesionales, tcnicos y los diversos proveedores de insumos y material vegetal.

    No solo en el mbito tcnico fuimos activos como gremio. Son memorables los mltiples even-tos sociales en los que la asociacin nos invitaba a compartir espacios diferentes al laboral con el fin estrechar nuestros lazos con colegas y amigos. Tambin recuerdo con nostalgia las innumerables veladas de los viernes culturales que se llevaban a cabo en nuestra sede, animados por la guitarra, las tertulias y los chistes. Tambin al frente de es-tas celebraciones estaba Fito con su inigualable chispa que converta esos momentos en una mag-nfica oportunidad para relajarnos despus de las duras semanas de trabajo. La revista Acopaflor y las actividades de crdito y acceso a otros bene-

    Camilo W. Echeverri Erk, I.A.Asesor Agrcola

    Olmu Colombia S.A.SCali, Valle del Cauca

    inspirador

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    ficios a travs de alianzas con terceros fueron otros grandes logros de nuestro gremio.

    Infortunadamente, como ha pasado con mu-chas asociaciones en el pas, la cooperativa se fue debilitando gradualmente por la falta de unin entre sus asociados, debido al individua-lismo que est tan enquistado en nuestra cultu-ra. Algunos intereses particulares se impusie-ron sobre los intereses generales del gremio y deficiencias en el manejo administrativo dieron al traste con lo que fue una organizacin lder en el sector. Finalmente, todos los asociados, no solamente los directivos, fuimos inferiores al reto de mantener la cohesin y sacar a flote nuestra cooperativa cuando llegaron los mo-mentos de crisis propios de los ciclos por los que pasan este tipo de emprendimientos.

    Por razones personales y profesionales me desvincul del sector floricultor hace ocho aos y me incorpor al sector frutcola del Valle del Cauca. La formacin como profesional de las flores ha sido de gran valor para mi desempe-o en los nuevos retos que he asumido. No me canso de repetir que los productores de frutas tienen mucho qu aprender de los floricultores. Apenas ahora se estn introduciendo en la pro-duccin de frutas conceptos como las buenas prcticas agrcolas y de post-cosecha, esencia-les para cualquier actividad exportadora. Con otros colegas que debemos nuestra carrera pro-fesional al sector floricultor comentamos con frecuencia lo afortunados que fuimos al tener esta oportunidad.

    Gracias, Fito, por tu amistad y por ser un modelo de empuje, creatividad y persistencia.

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    VALAGRO PRESENTA VALAGRO ACADEMY EN FRUIT LOGISTICA 2016

    Valagro, empresa lder en la produccin y comer-cializacin de bioestimulantes y nutrientes especia-les, realiz el lanzamiento de Valagro Academy, el nuevo programa innovador para crear y compartir el conocimiento de alta calidad sobre el mundo de las soluciones para la nutricin de cultivos y bioes-timulantes. Durante una conferencia de prensa fue presentado Valagro Academy en el evento Fruit logstica-2016, reunin mundial de referencia para la industria de frutas y verduras, que tuvo lugar del 3 al 5 de febrero en Berln Expo Center City, Alemania.

    Benoit Genot, Global Marketing Director, y Gian-luca Di Tommaso, Global Head of Crop Manage-ment, mostraron los objetivos de este proyecto in-novador que nace de la voluntad del grupo de seguir actividades y estrategias en los clientes y sus necesi-dades especficas, para aprender a crecer, juntos, como dice el lema de Valagro Academy. De hecho, el objetivo es promover una conciencia ms amplia

    y compartida sobre el mundo de la nutricin vegetal y de los bioestimulantes, y sobre cmo las especiali-dades Valagro pueden mejorar el rendimiento de los cultivos, proporcionando una respuesta eficaz y sos-tenible a las necesidades de la agricultura.

    Por esta razn, Valagro Academy ofrece una forma-cin especfica coordinada por el equipo de los Crop Manager de Valagro y enfocada hacia el equipo invo-lucrado en la venta. En todas las ramas del Grupo, el equipo participar peridicamente en reuniones de capacitacin, donde se puede obtener informacin y actualizaciones sobre el mundo de la nutricin vege-tal y bioestimulantes, junto a las sesiones especficas sobre los productos Valagro, las exigencias locales y las soluciones ms adaptadas a ellas.

    Del mismo modo, Valagro Academy promover la participacin y compromiso activo de sus clientes en la eleccin de las mejores soluciones para su uso en el campo, a travs de sesiones de formacin ad hoc sobre la base de un conocimiento altamente especia-lizado y sensible a las exigencias especficas y las ex-periencias locales. Por otra parte, Valagro Academy, incluir los eventos reservados a los clientes Platinum que tendrn como objetivo profundizar en el conoci-miento tcnico y cientfico de la empresa a travs del apoyo del Marketing y del equipo de ventas, adems con la participacin del departamento Global R&D Valagro, apoyado por investigadores y expertos del mundo acadmico y de la investigacin.

    Sandra Avendao Crop Manager

    Por:Joaqun Santiago

    Crop Manager Americas

    "Aprender a crecer juntos"

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    Revista Metroflor Edicin 7234

    La empresa John Deere es uno de los ms grandes innovadores en el cam-po de la tecnologa que se utiliza en el sector agrcola desde hace ms de un siglo. Ahora va ms lejos, aprovechan-do las ventajas de nuevas tecnologas como el IoT (Internet of Things).

    Una investigacin de la firma consultora Bee-cham Research ha indicado que IoT puede au-mentar la produccin de alimentos en un 70% en los prximos 35 aos. Esto es necesario porque las estimaciones nos dicen que la poblacin del mundo va a llegar a 8 billones en 2025. A pesar

    vamos a conocer tambin the connected farm-la finca conectada. Por definicin, la produccin co-mercial de una sola especie (monocultivo), con mucha cantidad de agroqumicos, no es amigable para el medio ambiente ni es sostenible. Hay cosas que tienen que cambiar. Con el uso de sensores, podremos estimar qu extensin de la finca ha sido utilizada. El computador tambin estimar cunto nitrgeno, fosfato y potasio se necesita para que haya equilibrio.

    John Deere empez a hacer exactamente eso. Con sensores que envan ms de 4000 lecturas por segundo, los agricultores pueden estimar la

    La cuarta revolucine n e l c a m p o d ela agricultura

    Panagiotis [email protected]

    de eso, la adopcin de esta nue-va tecnologa no ser inmediata. La razn ms importante son los costos. Adems, la industria agrcola es muy conservadora. Sin embargo, las agencias guber-namentales dan estmulos para la inversin. La Unin Europea, por ejemplo, ha destinado 95 bi-llones de euros al Fondo de De-sarrollo Rural Europeo para la modernizacin del sector.

    La nocin de vehculo conec-tado -connected vehicle- es muy conocida. En los prximos aos,

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    Revista Metroflor Edicin 7236

    cantidad de todos esos minerales mientras riegan sus campos. Es decir que pueden saber las canti-dades acumuladas de nutrientes en el suelo y, con relacin a eso, saber cunto ms deben aplicar. Esto significa que se puede ahorrar dinero evitan-do los desperdicios.

    Otro uso clave de los sensores es la deteccin de reas importantes para la proteccin dentro de la finca, como por ejemplo las fuentes de agua. El GPS hace que el riego sea inteligente de modo que se evite depositar abono o agroqumicos en estas zonas. Hablamos pues de fincas completamente computarizadas y controladas.

    Cierto es que para que lo anterior sea posible hay cosas que tienen que superarse. Por ejemplo, se debe mejorar la conectividad a Internet en las reas rurales, instalar el software especializado para agricultura (que no est lo suficientemente desarrollado) y mejorar la seguridad de los datos.

    Los dispositivos deben ser gestionados de forma segura durante todo su ciclo de vida. Con el tiem-po se debe avanzar en sistemas de recuperacin remota. La investigacin referida sostiene que ac-tualmente no hay suficiente seguridad en los es-tndares de IoT para gestionar los largos ciclos de vida esperados para dispositivos IoT, tales como los sistemas de calefaccin. Por otra parte, la in-dustria debe unirse a los fabricantes de semicon-

    ductores de silicio. Como la seguridad se constru-ye de principio a fin, los operadores de redes y los integradores de sistemas deben estar en perma-nente comunicacin. Podemos decir, finalmente, que es necesaria una evolucin significativa en la identificacin, autenticacin y autorizacin de los dispositivos y personas en sistemas de IoT.

    Adicionalmente, el ecosistema de proveedores y otros agentes involucrados es muy complejo. In-cluye tanto a manufactureros de grandes equipos, como a proveedores de variadas tecnologas. En efecto, la cooperacin es necesaria para una cadena productiva exitosa. Podemos decir con certeza, en todo caso, que el futuro ha llegado para quedarse.

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    7Daniel Durn

    Ing. agrnomo - Universidad Nacional

    48. El numeral 20 de estas notas hay que rectifi-carlo donde dice que la C.E. de los lixiviados puede ser ms alta que la de la solucin nu-triente debe ser menor; siempre y cuando la solucin nutriente sea adecuada y no hipert-nica y el substrato drene bien.

    49. Los rangos de la temperatura en que la gerbera se desarrolla mejor varan as:

    26C a 30C temperaturas mximas.14 - 16C temperaturas mnimas.

    En la Sabana de Bogot es comn encontrar temperaturas entre 10 y 35C dentro de los in-vernaderos, bajando a veces a 4C - 6C, en las horas de la madrugada. Se repite lo anterior, pues en estas temperaturas influyen muchas variables, como los invernaderos, los saranes, las variedades, la ventilacin, etc.

    50. Las temperaturas del substrato son ms im-portantes de lo que generalmente se conside-ra. No deben bajar de 15C. Rangos entre 16 y 22 C son adecuados, ms hacia los 20 -22C.

    51. Un medio que no permita una buena circu-lacin de aire en l, hace que se acumulen el CO2, el H2CO3, el C2H4 y el C2H5OH, to-dos nocivos para un buen desarrollo radicular. El S y el Mn se van reduciendo, en funcin del tiempo y de la compactacin que ocurra en el substrato. (Mercurio, G. Gerbera Cultivation In Greenhouse, 1992.).

    52. La relacin del C/N debe ser alta, entre 50-80, si se una cascarilla de arroz quemada + esco-

    rias de coque o coquizadas entre ms alto este valor, menos de se degrada por agentes micro-bianos.

    53. Hay elementos que se acumulan ms en hi-dropona, como son el Ca, Mg, S, B, Fe, Cu y Zn, y los elementos que menos se acumulan son el P, K y Mn, segn Mercurio G. 1992, Gerbera Cultivation In Greenhouse.

    54. Recordar que Pythium, Phithopthora y Rhi-zoctonia son comunes en medios hidropni-cos y cuando la solucin es dbil (poco con-centrada), el problema es mayor. Revisar lo anterior con frecuencia es indispensable, por esto se vuelve a mencionar en este numeral.

    55. Se recomienda usar pulsos con ms agua entre las 11 y 2 p.m., (al medioda), debido a que el consumo de agua en este lapso es mayor, por la radiacin solar, el aumento de temperatura y por lo tanto mayor requerimiento de agua. En el tiempo mencionado se puede consumir entre el 50 60% de la solucin nutriente, esto

    Una buena

    se conoce

  • Gerb

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    Revista Metroflor Edicin 7238

    no se hace en la Sabana, no se sabe si en An-tioquia; en la experiencia colombiana, y por carencia de investigaciones serias, no se puede concluir algo valido, aunque es tericamente lgico.

    56. Mantener las bolsas o materas libres de plantas hepticas (corredoras), es necesario, ya que dificultan el intercambio gaseoso y compiten por luz y nutrientes en casos avanzados.

    57. Se sugiere, para empresas medianas y peque-as, pues las grandes tienen estaciones que registran y en algunos casos regulan, estos instrumentos. Ph-metro, Conductivmetro, Termmetro para medir la temperatura del substrato, TMx y TMn. Un medidor de CO2, un Fotmetro, una Termoalarma, un Medi-dor de la Humedad Relativa.

    58. Trate de mantener alrededor de 50 hojas por planta, activas fotosintticamente, para lograr una buena aireacin, luz en la corona para ac-tivar las yemas florales, y as poder mantener continuamente 5-6 flores en distintos grados de desarrollo. Hay variedades que producen muy bien en un rango menor de hojas; pero tambin, en el otro extremo, plantas con 60-70 hojas, en bolsas de 10-12 litros producen muy bien, lo cual nos indica que en el tema

    de la cantidad de hojas es mucho ms difcil de encontrar el # ideal, mxime si estas reco-mendaciones vienen de otros pases, donde las Gerberas estn sembradas en materas de 4 li-tros, y se programan a 1 o 2 aos, estos 2 aos como mximo. De todas maneras tambin es varietal, y la correcta disminucin de hojas se-niles y no activas para la fotosntesis, ayudar mucho en lograr en la finca el balance de hojas adecuado.

    59. Se recomienda especialmente adquirir el Li-bro Gerbera Cultivation In GreenHouse del Doctor Gerardo Mercurio, de la casa Schreu-rs. En el encontrara una informacin valiossi-ma de este cultivo.

    60. Direccion para conseguir el libro:Schreurs BV Hoofdweg81. 1424pd de kwakel thenetherlandsEmail:[email protected]:[email protected]

    61. El mencionar aqu la casa Schreurs no signifi-ca que no halla otras casas obtentoras de va-riedades de gerbera que puedan tener igual, mejor o inferior gentica.

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    Revista Metroflor Edicin 7239

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    Agric

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    al La agricultura vertical es una idea que se viene desarrollando hace aproximada-mente dos dcadas. La idea de convertir las ciudades en lugares sostenibles don-de no se siga repitiendo interminablemente un pa-trn segn el cual entran en la ciudad productos agrcolas para el consumo y salen de ella desechos de los cuales no nos podemos deshacer se concre-ta poco a poco.

    Cada vez es ms patente que la aplicacin masiva de la hidropona, aeropona y riego pro-fundo podra servir para hacer una agricultura mucho ms sostenible. El reto es procurar el aprovisionamiento de alimentos para una pobla-cin creciente al tiempo que se libera el espacio que hasta el momento ha estado ocupado exten-sivamente por cultivos. Alimentar a la poblacin mundial y minimizar la huella ecolgica de la agricultura dejara de ser un sueo irrealizable con las granjas verticales.

    Aunque la seguridad alimentaria es uno de los objetivos ms urgentes a resolver, este innovador modelo de gestin agrcola permitira incluso la produccin de biocombustibles, medicamentos de procedencia vegetal y especies suntuarias como nuestras queridas flores, todo a puerta cerrada.

    En seguida presentamos un reportaje sobre el tema, no sin antes dejar de mencionar algunas de

    las evidentes ventajas que significara la implemen-tacin de este tipo revolucionario de agricultura:

    Disminucin de desperdicios producto de la agricultura.

    Disminucin de prdidas causadas por eventos climticos severos.

    Ahorro en el uso de agua. Reparacin de ecosistemas daados. Tratamiento de aguas grises. Creacin de nuevos puestos laborales. Productos frescos para habitantes de la ciudad. Ahorro en combustibles fsiles.

    Reportaje por: Casa editorial buscador de arquitectura

    Dos de los mayores problemas que enfrenta la humanidad para este milenio son la carencia de alimentos y la destruccin del medio ambiente, que de no resolverse, podran acabar con la vida en el planeta.

    El proyecto de Granja Pirmide propone una solucin: una granja vertical que permita llevar a cabo en un mnimo de espacio un ecosistema completo y autosuficiente que cubra desde el cul-tivo de alimentos y plantas hasta el ahorro de los recursos naturales y la reutilizacin de los resi-duos orgnicos, lo que podra cambiar el futuro de humanidad.

    Agriculturav e r t i c a l

  • Revista Metroflor 33Revista Metroflor 67

    COADYUVANTES

    QUE GARANTIZAN

    LA CALIDAD

    DEL AGUA

    Y LA ASPERSIN

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  • Revista Metroflor Edicin 7242

    Agric

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    al Los cambios climticos, la falta de agua, el creci-miento de la mancha urbana y el desmedido creci-miento poblacional han hecho que muchas regio-nes del mundo sean cada vez ms vulnerables al dficit alimentario.

    Debido a lo anterior, cada vez es ms urgente el desarrollo de investigaciones e infraestructura que permitan soluciones para utilizar de forma ms racional los recursos naturales y para hacer ms productivos los terrenos disponibles para la produccin de alimentos.

    La denominada Agricultura vertical es una de las opciones para maximizar el rendimiento agr-cola, ya que mediante iluminacin artificial ge-nerada a partir de celdas solares y tcnicas hidro-pnicas y aeropnicas es posible cultivar grandes cantidades de alimentos en edificios altos de las grandes ciudades, lo que las convierte en lugares idneos para resolver el desafo que supone ali-mentar a la creciente poblacin del siglo XXI.

    Adems, facilita el aprovechamiento de los es-pacios, pues la agricultura vertical permite, lite-ralmente, apilar los cultivos. Esta nueva forma de labor representa tambin una serie de ventajas ambientales como el ahorro de agua, pues sola-mente requiere un pequeo porcentaje de lo que comnmente se usa en los cultivos tradicionales. Tambin permite reducir el uso de herbicidas y

    la reduccin de las emisiones de dixido de carbono derivadas del transporte, pues los alimentos pueden producirse al interior mis-mo de las ciudades.

    Un interesante proyecto que intenta aprovechar al mximo las ventajas que supone la agricul-tura vertical es la denominada Pyramid Farm (Granja Piramide) diseada por los profesores de la Universidad de Columbia, Eric Ellingsen y Dickson Despom-mier1. El diseo est basado en la idea de que las granjas verticales se convertirn, en un futuro no muy lejano, en una de las ms im-portantes soluciones para el sumi-nistro de alimentos.

    1 Dickson Despommier, profesor de Ciencias de la Salud Medioam-biental y Microbiologa de la Universidad de Columbia, en Nueva York, est considerado como el padre de la agricultura vertical tras la publicacin de su libro The Vertical Farm (La Granja Vertical). Por las ventajas que suponen este tipo de construcciones, Despom-mier ha asegurado que con las granjas verticales se podra reducir la incidencia de los conflictos blicos derivados de la necesidad de recursos naturales, como el agua y la tierra para la agricultura.

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    Despommier, creador del concepto de agricul-tura vertical en la dcada de los noventa, considera que de no desarrollar nuevas alternativas para las tcnicas de agricultura, millones de personas en el mundo podran carecer de alimentos, e incluso padecer de hambruna para el ao 2060. La Granja Pirmide ofrece para ello, una solucin que pro-pone un ecosistema completo y autosuficiente capaz tambin, de producir peces y aves de corral- que cubre desde la produccin de alimentos hasta la reutilizacin de los residuos orgnicos.

    Desde hace ms de 6 aos el profesor Despom-mier ha trabajado con sus alumnos desarrollando este tipo de proyectos ambientales, que proponen la construccin de edificios hechos a base de pane-les solares en su cubierta, para generar as grandes invernaderos que pueden ubicarse en cualquier lugar, ocupando poco espacio.

    El proyecto incluir varios sistemas que permi-tan utilizar solamente el 10% del agua y el 5% de la tierra que se utiliza para los cultivos tradiciona-les, como por ejemplo: un sistema de aprovecha-miento hidrulico; un sistema para la separacin y reciclaje de aguas residuales; calefaccin; sistema pasteurizacin; un sistema de aprovechamiento

    de carbn para la alimentacin de la maquinaria e iluminacin; y un sistema de monitoreo, riego y nutricin, este ltimo de gran relevancia, ya que mediante una serie de sensores permitira cono-cer el estado de las plantas para detectar cualquier tipo de anomala o enfermedad.

    La agricultura vertical a pesar de las muchas ventajas que supone, tiene algunos detractores que sostienen que de llevarse a cabo puede ser muy complicada y costosa, sobre todo en lo que se refiere al gasto de energa elctrica, pues para con-seguir cosechas homogneas y de calidad requie-re de mucha iluminacin artificial y maquinaria especial, principalmente cuando los rayos solares no inciden de manera directa sobre los cultivos.

    Lo anterior ha provocado que muchos consi-deren que este tipo de proyectos son hasta cierto punto utpicos, sin embargo, no hay que descartar que en la medida en que se siga investigando en torno a ellos, los sistemas, estructuras y materiales autosustentables sern cada vez ms eficientes y por lo tanto viables, lo que los convertira en piezas clave para resolver el problema del abastecimiento de alimentos y la preservacin de los ecosistemas.

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    Revista Metroflor Edicin 7244

    Nanotecnologa

    I.A. scar Rugeles B.Director tcnico Avgust Colombia

    La nanotecnologa son sistemas, ma-teriales y procesos que operan a una escala de 100 o menos nanmetros (nm). El Nanmetro es una medi-da de longitud y equivale a una mi-llonsima parte del metro (10-6). Se manipula la materia y se crean sistemas y estructuras a niveles de tomos y molculas a escalas de nanmetros. Las propiedades y efectos de las partculas y ma-teriales a nanoescala difieren considerablemente de las partculas ms grandes con igual compo-sicin qumica. Las nanopartculas pueden tener una mayor reactividad qumica y ser ms bioacti-vas que las partculas ms grandes, por su tamao, tienen mejor acceso a cualquier cuerpo y tienen probabilidad de entrar en clulas, tejidos y rga-nos. Estas propiedades ofrecen nuevas aplicacio-nes en casi todas las reas de la industria.

    La nanotecnologa pasa del uso de simples par-tculas e ingredientes encapsulados al desarrollo

    de nano dispositivos, nano mquinas y nano siste-mas ms complejos (Revista de sociedad, cultura y desarrollo sustentable 2010).

    Aplicada a la biotecnologa, se emplear no slo para manipular el material gentico de humanos, animales y plantas, sino tambin para incorpo-rar materiales sintticos a estructuras biolgicas. Se contempla que las diferentes tecnologas de nano escala posibilitar la creacin de organis-mos artificiales novedosos que sern usados en el procesamiento de alimentos, la agricultura y los agrocombustibles, este campo se conoce como biologa sinttica. (Revista de sociedad, cultura y desarrollo sustentable 2010).

    Industrias como las comunicaciones en la elabo-racin de integrados que los hacen ms eficientes; de alimentos con nuevos colores, sabores, valores nutricionales como tambin en su preservacin. En la medicina con nano robot en el tratamien-

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    Nan

    otec

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    tos de enfermedades, como tambin en el revesti-miento de prtesis a implantar para evitar recha-zos por parte del cuerpo por infecciones.

    La nanotecnologa aplicada en la agroindustria

    Una de las reas en las cuales se abrieron las oportunidades para el uso efectivo de la nanotec-nologa ms temprano que en otras, es la produc-cin y el uso de nanopesticidas. Actualmente en el mundo se utilizan ms de 30.000 formulacio-nes para la proteccin de plantas que se basan en 600 ingredientes activos. Aproximadamente 900 de esas formulaciones estn registradas en Rusia, incluyendo cerca de 200 insecticidas, ms de 200 fungicidas, 360 herbicidas y 26 rodenticidas.

    En la formulacin de los nanopesticidas, se re-quiere de coadyuvantes diferentes a los tradicio-nales, debido a que las nanopartculas del ingre-diente activo son cinticamente muy activas y se requiere de disolventes, tensoactivos, co-disol-ventes, humectantes que dan una estabilidad, so-lubilidad, dispersin, penetracin y translocacin del ingrediente activo, que se convierte en una mejor respuesta biolgica.

    El uso de nanoplaguicidas ya es una realidad y es posible que en un futuro no muy lejano cambie el uso de las sustancias qumicas actuales por na-nopartculas, debido a que estn diseadas para tener un efecto exterminador ms potente contra malezas, plagas y enfermedades. Sin embargo, los nanoplaguicidas siguen siendo productos txicos como los agroqumicos convencionales y por tal razn deben ser manipulados con las mismas nor-mas que los tradicionales.

    Los nanopesticidas pueden disminuir conside-rablemente la carga de txicos al medio, al apro-vechar su tamao, mayor superficie de contacto, mayor bioactividad, menor deriva y volatilidad con menor bioacumulacin al usar menos dosis por unidad de rea.

    Con la nanotecnologa se formulan Nanoe-mulsiones concentradas (NEC) ms eficaces y

    eficientes que las formulaciones tradiciones, Con-centrados Emulsionables (EC), en razn al tama-o de las partculas del ingrediente activo y a los coadyuvantes de su formulacin donde se mini-miza el uso de solventes orgnicos que entre otras ventajas le confiere mayor compatibilidad en las mezclas de tanque.

    En el agrocomercio colombiano ya se encuen-tran con registro de uso dos nanopesticidas: El fungicida Nomad EC, mezcla formulada de dos Triazoles, (Propiconazol 300 g/L + Tebuconazol 200 g/L) para el manejo de las principales enfer-medades en arroz, banano, flores y caf. El grami-nicida Irkut EC mezcla formulada de Clethodim 130 g/L + Haloxyfop 80 g/L para el manejo de malezas gramneas en cultivos de hojas anchas.

    Caractersticas comparativas entre formulaciones:

    Concentrado emulsionable ec

    Tensin superficial dificulta dispersin de la gota

    Con partculas ms grandes entrando menor cantidad de ingrediente activo

    Aparicin del efecto ping-pong, menor adhe-rencia y resistencia a la lluvia

  • Nan

    otec

    nolo

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    Revista Metroflor Edicin 7246

    Nanoemulsion concentrada nec

    Mejor dispersin de la gota Partculas penetran ms rpido y en mayor

    cantidad

    La frmula patentada de aceites y surfactantes proporciona una mejor difusin de la gota, ad-herencia y resistencia del producto a la lluvia

    Mayor compatibilidad en las mezclas de tanque

    Bibliografia Eder Lugo Medina, et al 2010. Nanotecnologa y Nanoencapsulacin de Plaguicidas. Universidad Autnoma Indgena de Mxico.

    Red surcos. Nanotecnologa aplicada a productos fitosanitarios. Disponible en www.redsurco.com

    Avgust Crop Protection. Nanopesticidas. Comunicacin interna.

    Teodoro Stadler. Octubre 2015. Nanopesticidas: tecnologas emergentes para la proteccin de alimentos.

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    los

    fico

    Revista Metroflor Edicin 7248

    Apunte filosficoLa era

    Mucho hemos odo hablar del peligro de que los antibiticos pierdan su efectividad y del inminente regreso a la poca en que los mdicos no te-nan nada qu hacer en presencia de enfermeda-des bacterianas e infecciones. En efecto, ya no po-demos ver la tuberculosis, tifus, neumona y otras tantas temibles enfermedades como parte de un pasado lejano y tenebroso al que la ciencia ha en-contrado una milagrosa solucin.

    Qu es lo que est pasando con los antibiticos y qu implica que no podamos seguir acudiendo a ellos? Qu significa el que estemos entrado en una era post antibitica?

    Las bacterias progresivamente dejan de ser sen-sibles a los antibiticos que la ciencia ha desarro-llado para combatirlas, o en otras palabras, han empezado a ser resistentes a ellos. Esto significa que para combatir las enfermedades que hace al-gunos aos sucumban ante antibiticos de pri-mera generacin administrados por un periodo de tiempo corto, ahora se necesitan nuevos frmacos

    y tratamientos prolongados, que en todo caso no garantizan la curacin.

    Nuevos tipos de bacterias multiresistentes ma-tan millones de personas cada ao. Nuevas cepas de tuberculosis multiresistentes y ultraresistentes son un buen ejemplo del terrible futuro que se cierne sobre la humanidad si se tiene en cuenta que antes del descubrimiento de los antibiticos, esta enfermedad cobr aproximadamente 500 millones de vidas.

    La resistencia que las bacterias han desarrolla-do frente a los antibiticos se debe principalmen-te al abuso que de ellos se ha hecho los ltimos aos. Por una parte, los antibiticos se han utili-zado inadecuadamente en el escenario de la salud.

    post antibiticaAnglica Mara Pardo Lpez

    amigadegrecia.com

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    Apun

    te fi

    los

    fico

    Muestra de esto es el tratamiento con antibiticos (completamente intil) de enfermedades virales, su venta sin restriccin y la descontinuacin del tratamiento antibitico antes de cumplirse la in-dicacin prescrita por el mdico. Por otra parte, el uso extensivo de antibiticos en la agricultura y la ganadera ha exacerbado la resistencia de los mi-croorganismos bacterianos nocivos para la salud humana. Los mismos antibiticos que se utilizan en humanos son suministrados de forma preven-tiva a animales que, de otro modo, seran alta-mente susceptibles de sufrir mltiples enferme-dades relacionadas con los ambientes insalubres y hacinados en los cuales se cran. As mismo, los agricultores han utilizado indiscriminadamente antibiticos para prevenir o solucionar enferme-dades de origen bacteriano en sus cultivos.

    Ahora bien, esta resistencia obedece nada me-nos que a una simple regla de seleccin natural que, aunada a otras estrategias bacterianas de so-brevivencia, desafa la velocidad con que la cien-cia puede producir nuevas armas.

    Cuando las bacterias se multiplican se produce la copia de la informacin gentica que contienen. Esta copia, sin embargo, puede hacerse eventual-mente con algn error. Estos errores en la copia del material gentico constituyen lo que se llaman mutaciones, y las mutaciones pueden generar, en algunos casos, la resistencia a los antibiticos. As entonces, para poner un ejemplo, dentro de una poblacin de algunos cientos de millones de bac-terias puede haber alguna que dentro de su infor-macin gentica tenga un gen que la haga resis-tente a cierto antibitico. Por regla general, esta particular bacteria no tendra grandes posibilida-des de prosperar dada la nutrida competencia a la que tiene que hacer frente. No obstante, al aplicar el antibitico frente al cual esta nica bacteria es resistente, toda la dems poblacin sensible mori-r dejndole a ella el camino despejado para que se reproduzca libremente. En unas pocas horas esta bacteria resistente se habr multiplicado inconta-bles veces. Es esta la razn por la cual los ambien-tes en los que se utilizan con mayor frecuencia los antibiticos (hospitales) son aquellos en que las bacterias se vuelven ms y ms resistentes. Un asunto de evolucin.

    Sumado a lo anterior, las bacterias han desarro-llado otros mecanismos defensa, como la transfe-rencia directa de genes resistentes, la repulsin del frmaco antes de que llegue a entrar en contacto con su cuerpo y la absorcin de la sustancia anti-bitica y su posterior expulsin antes de que llegue a tener algn efecto.

    En resumen, el abuso de los antibiticos ha des-encadenado una frrea defensa en las bacterias que tendr, dentro de pocos aos, nefastas con-secuencias en la salud humana. Procedimientos mdicos que requieren indefectiblemente el uso de antibiticos sern de imposible realizacin. Los tratamientos de quimioterapia, los trasplan-tes de rganos y las cirugas mayores tendran un riesgo tan grave de infeccin que realizarlos sera casi una locura. Incluso heridas que se han consi-derado como menores por la medicina moderna podrn representar un grave peligro. Del mismo modo, amigdalitis e infecciones urinarias volve-rn a ser grandes problemas.

    Aunque tambin la ciencia mdica avanza en el descubrimiento y desarrollo de nuevos antibiti-cos, el ritmo al que las bacterias pueden cambiar y adaptarse a los ambientes adversos es muchas ve-ces mayor a la capacidad humana. Frente a esto, los expertos recomiendan racionalizar el uso de an-tibiticos a todo nivel, seguir estrictamente las in-dicaciones de los mdicos en su utilizacin y opti-mizar las condiciones de higiene. El lmite de la era post antibitica, en todo caso, ya se ha cruzado.

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    Revista Metroflor Edicin 7250

    El 22 de Diciembre del 2006 naci AGRIAN-DES DAYMSA S.A., empresa con filiales en Ecuador y Colombia, y desde ese momento he-mos enfocado nuestra gestin hacia el desarrollo y crecimiento de nuestros colaboradores, velando por mantener el prestigio y reconocimiento de las marcas que representamos; pero principalmente, orientando nuestras acciones haca la generacin permanente de valor, pues nuestros clientes y su satisfaccin son la razn de ser de la compaa.

    Y es precisamente la bsqueda constante de valor agregado en nuestros productos lo que ga-rantizamos al ser los representantes exclusivos de dos de las ms prestigiosas empresas europeas en el sector: Daymsa S.A, empresa espaola que se ha caracterizado