Neruda y La Mujer

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    Convergencia

    Universidad Autnoma del Estado de [email protected]: 1405-1435MXICO

    2005

    Gloria Cepeda Vargas

    PABLO NERUDA Y LA MUJER

    Convergencia, enero-abril, ao/vol. 12, nmero 037

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico

    Toluca, Mxico

    pp. 331-343

    mailto:[email protected]://www.redalyc.com/mailto:[email protected]
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    Pablo Neruda y la Mujer

    Gloria Cepeda Vargas

    Universidad del Cauca

    Resumen: Si se trata de ahondar en lo que significa la presencia femenina en la obra potica dePablo Neruda, hemos de enfocarlo desde las tres vertientes que configuran su personalidad: el

    poeta, el poltico y el amante. Esto porque su militancia poltica y el tremor de las tierras querecorri, permean frontal o simblicamente sus poemas de amor.

    Palabras clave: amor, poemas, presencia femenina, poltico..

    Abstract: Studying thoroughly what feminine presence means in the poetic work of PabloNeruda should be focused on three sides that configures his personality: the poet, thepoliticians and the lover. This, in order that his pol i tics mil i tancy and the tremor of the lands hetravelled through, they permeate, frontal or symbolically, his love poems.Key words:love, poems, feminine presence, politician.

    Neftal Ricardo Elicer Reyes Basoalto, ms conocido comoPablo Neruda, naci en Parral (Chile), el 12 de julio de 1904.Fue hijo del obrero ferroviario Jos del Carmen Reyes y de la

    maestra rural Rosa Basoalto, fallecida en agosto de ese ao. El padreentonces lo lleva con l a Temuco, donde arriban en 1910.

    Entre 1914 y 1920 cursa y adquiere en el Liceo de Varones deTemuco su licenciatura en Humanidades. De entonces data suencuentro con Gabriela Mistral, directora del Liceo de Nias deTemuco y ya clebre por el galardn obtenido con sus Sonetos de la

    Muerte:Por ese tiempo dice lleg a Temuco una seora alta con vestidos muy largosy zapatos de taco bajo. Se llamaba Gabriela Mistral. Yo la miraba pasar por lascalles de mi pueblo con sus ropones talares y le tena miedo. Pero cuando mellevaron a visitarla, la encontr buena moza. En su rostro tostado en que la

    sangre india predominaba como en un bello cntaro araucano, sus dientesblanqusimos se mostraban en una sonrisa plena y generosa que iluminaba suhabitacin. Yo era demasiado joven para ser su amigo y demasiado tmido yensimismado (Confieso que he vivido).

    Escribi sus primeros poemas en el Liceo de Varones de Temuco,bajo la cantinela de una lluvia tamborileante sobre las calles lavadaspor el agua que caa meses enteros, aos enteros. Era el sur de Chile

    ISSN 1405-1435, UAEM, Mxico, enero-abril 2005, nm. 37, pp. 331-343 331

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    sumergido hasta la frente. De ah vienen esas rfagas grises y hmedasque lo atan al recuerdo: Ocano, treme/ un da del sur, un daagarrado a tus olas/ un da de rbol mojado/ Trae un viento azul/ azul

    polar a mi bandera fra! (Quiero volver al sur, Canto General, p.24).El Neruda de 16 aos que era l en 1910, ya al margen de la ruidosa

    compaa de unos condiscpulos que, como afirma en las pginas deConfieso que he vivido, no respetaban mi condicin de poeta,empieza a sudar en una poesa sencilla y a veces vacilante: La vida sehace pompa de oro/ y el amor lrica cancin/ que blanda y suave vibra,como/ msticas mieles de oracin (En el pas encantado). Son

    poemas obsequiados por l a su hermana Laura y cuidadosamente

    seleccionados con el ttulo de Cuadernos de Temuco, en esa selvadesordenada que era su poesa anterior a Crepusculario, aunque textoscomo Sensacin de olor: Fragancia de lilas/ claros atardeceres demi lejana infancia..., pertenecientes a esa poca, figuraran despus ensu primer poemario publicado.

    Los Cuadernos de Temuco poseen indiscutible valor humano yliterario. En esas pginas escritas a la implacable luz del inviernoaustral y de la sangre adolescente, cuenta lo desconcertante del amor:No eres para mis sueos/ no eres para mi vida (La vulgar que

    pas); lo lancinante del abandono: Oh mujer que en mi ruta con midolor te igualas (Mujer de mis primeros sueos); la influencia de laslejanas melodas de Rubn: Oh toque de violines en la tardemuriente/ nuestros cordajes ntimos vibradores en l! (Sin ttulo).

    Temuco fue una herrera presta a su forja desafiante. Circunstanciascasi olvidadas en esa historia cruel y brava, llamada eufemsticamentela pacificacin de la Araucana, lo convirtieron en el hombre lluviosoy alegre/ enrgico y otoabundo que despus de caminar sin tregua, sesienta a descansar sobre las pginas finales de Estravagario.

    Radicado en San ti ago, publica Crepusculario (1923) y un aodespus sale a la luz Veinte poemas de amor y una cancindesesperada, del cual la escritora espaola Agelina Gatell, dice:Veinte poemas de amor es el libro que viene a desplazar, dentro de lasletras hispanas, las tan justas prestigiadas Rimas de Gustavo AdolfoBcquer.

    El poemario de amor ms degustado y manoseado de cuantos andanpor el mundo, osaramos decir que no existe un solo enamorado con

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    acceso a los libros que haya olvidado tocar con insistencia a las puertasde las blancas colinas que alinderan el Poema 1: Cuerpo de mujer,

    blancas colinas, muslos blancos/ te pareces al mundo en tu actitud de

    entrega.En 1921 conoce a Albertina Rosa Azcar, su primero y poderoso

    amor. En 1927 es nombrado cnsul de Chile en Ceiln. Ya paraentonces publica profusamente y tres aos despus, el 6 de diciembrede 1930, se casa con la holandesa Mara Antonieta Haanegar.

    A partir de 1934, se establece en Espaa y entabla una estrecharelacin amistosa con algunos de los poetas de la Generacin del 27(1). Estalla la guerra civil espaola (1936) y es destituido de su puestodiplomtico por motivos polticos. Se traslada entonces a Pars, donde

    funda con Csar Vallejo, el Grupo Hispanoamericano de Ayuda aEspaa. Ese ao se separa de Mara Antonieta y se casa con la argentinaDelia del Carril.

    1938 marca el inicio de su trashumancia: una sucesin deconferencias, recitales, congresos, viaje y nuevos amigos, le permiterecorrer ampliamente Amrica latina.

    Gobierna Chile Gonzlez Videla y Neruda es nombrado senadorpor las provincias norteas de Antofagasta y Tarapac. Ante elpeligroso viraje de rgimen, publica en El Nacionalde Caracas undocumento que denuncia los desmanes gobiernistas: Carta ntima

    para millones de seres, profusamente distribuida. El gobierno iniciacontra l un juicio poltico y ante el desafuero y pos terior auto dedetencin que le dictan el Congreso y la Corte Suprema, va al exilio:El exilio es redondo/ un crculo, un anillo/ Le dan vueltas tu pies,cruzas la tierra/ no es tu tierra (El fuego cruel).

    Separado de Delia del Carril, se casa en 1956 con Matilde Urrutia.En 1971 obtiene el Premio Nobel de Literatura. Su amigo y compaerode luchas, Sal vador Allende, presidente constitucional de Chile, muereen el Palacio de la Moneda, bajo la asonada dirigida por AugustoPinochet. El 11 de septiembre de 1973 fallece aquejado por unaenfermedad terminal y devastado sicolgicamente por lo sucedido y el

    presentimiento de lo que se avecinaba: Es verdad que vuela denoche/ sobre mi pat ria un cndor negro?.

    La trascendencia de su obra en la poesa de habla castellana secentra en la enseanza de Daro. El modernismo, ya para entonces engran parte sustituido por el monstruo surrealista de posguerra, le presta

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    sus viejas alas para volar sobre una llanura poblada de centauros.Neruda es el producto eclctico de las insurgencias del intelecto y lasensibilidad.

    Es notoria la curiosidad casi infantil que lo acompa a lo largo desu vida. Su aficin a los juguetes no lo abandon jams. Su casa de Isla

    Negra, llena de veleros embotellados, de trenes que corran sobre rielesdiminutos o de innumerables figurillas de madera, yeso, piedra o cristalultramarino, lo reafirma.

    Quiz debido a esa capacidad de asombro caracterstica en el niofue, por excelencia, el poeta de la vida. Y qu es la vida? pues nadams y nada menos que la sublimacin del instinto. Y quin induce alhombre a hurgar como un duende travieso en los intersticios del

    impulso amoroso? Lgicamente una mujer.

    El hecho de que Neruda represente la vida polismica, polimorfa,mutispida, cambiante, desarraiga, visionaria o compulsiva loidentifica como al juglar ms impenitente que ha conocido la lenguaespaola de vanguardia, en lo que atae a la divulgacin y elardimiento amorosos. Urgido de los zumos y los abracadabrasfemeninos es, al menos entre los poetas castellanos de este tiempo, elenamorado por antonomasia. A pesar del talante aventurero conque visti la palabra y la ech a andar, su objetivo primordial: la mujer,

    fue descubrimiento nico cada vez. En l el amor aparece como fuegoestacional. Cada una de las mujeres que lo amaron, representa el reasangrante y pulsativa que lo complementa. El crter genital y profundoque se ve compelido a explorar.

    La infidelidad en Neruda es caracterstica desde los das deadolescencia hasta los otoales vividos al lado de Matilde Urrutia.Cauce en constante riesgo de desbordamiento necesita de la mujercomo de un dique. Si a esto agregamos la tendencia del poeta a lasublimacin, su menester evasivo, su proclividad a idealizar y su falta

    de arraigo en la superficie visible tendremos el porqu de ese registroincansable de almas y cuerpos femeninos que lo desvela.

    Enredado en una marea vis ceral, no se detiene ante nada. Algunoscrticos hablan de su poca elegancia en estas lides. Lo tildan de vulgary poco selectivo al convivir con mujeres que en nada respondieron a sutalento y sensibilidad.

    En los das de su desempeo como diplomtico en el Oriente, seuni sentimentalmente a Jossie Bliss, la pantera asitica, una nativa

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    que slo estaba capacitada para satisfacerlo sexualmente. Ella fue lainspiradora del conocido Tango del viudo: Oh maligna/ ya habrshallado la carta/ ya habrs llorado de furia/ y habrs insultado el

    recuerdo de mi madre/ llamndola perra pod rida y madre de perros/ Yahabrs tomado sola, solita/ el t del atardecer/ mirando mis viejoszapatos vacos para siempre. Fue sta una relacin tormentosa y

    primitiva, cruzada por rfagas de celos asesinos y nicamentetrascendente en las palabras del polmico texto que inspir.

    El objeto del amor es, para el hombre y la mujer fantasiosos, uncorcel desbocado. Ah residen el misterio del arte y de seduccin

    potica. El hacedor de poesa se alimenta de una ficcin inconscienteobedeciendo al apremio quimrico. Y sabemos que la fbula no es

    terreno propicio para construir edificios duraderos.Por lo tanto, como en un extrao juego dialctico la nica mujer

    esclava y esclavizante fue para l la Poesa, en los azarosos momentosde la persecucin poltica, en los galantes de los salones diplomticos,en los nostlgicos del exilio y, en mayor medida, en los hirvientes de lacaricia, del beso, de la cpula, siempre ella velando su sueo yencadenndolo hasta el fondo.

    La mujer es para Neruda, a fuerza de complemento ertico, sensual,sexual o mater nal, una extrapolacin con tinua. El mundo entero lleno

    de bocas, de piernas, de sexos femeninos se le ofreci con largueza y ltom lo que necesitaba en el momento en que lo necesitaba. Por eso su

    poesa de amor se lee con tan entraable fruicin. Y no es en este caso lagalanura del lenguaje. Por encima del telar verbal, arde el hervorgensico y triunfa la admonicin csmica.

    Tal vez el secreto de su hambre insaciable de mujer, resida en laatmsfera pantesta que respira, la cual, desde CrepusculariohastaEl

    fin del viaje, su pstumo y ltimo libro, publicado en Espaa en 1982,lo seala como protagonista de una aventura que no termin ni con su

    muerte.Animal madrugador y nocturno olfatea en el viento el olor de la

    hembra. Habitado por apetitos carnales recurrentes, la reivindicacinde sus a veces poco selectivas caceras, reside en el lenguajehechizante, en la humildad con que se inclina ante la compaeramomentnea y en la munificencia de su vena creadora, circunstanciasque lo convierten en el amante aceptado y celebrado mundialmente.

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    A travs del cuerpo femenino incursiona en los personajes ycircunstancias que lo envuelven. La piel, el per fume y sobre todo elclima vegetal y animal que circuye al ser humano, son para l

    referidos a la mujer

    un caleidoscopio que se transforma con cada

    movimiento.

    La savia que estremece su lozano ramaje se impone a cualquierconsideracin: Mi deseo de ti fue el ms ter rible y corto/ el msrevuelto y ebrio/ el ms tirante y vido (Una cancin desesperada).

    A todas las am en el momento exacto. Es la tragedia del animal encelo, transformada por su habilidad de alpinista o de buzo, perotambin la admonicin del nio que clama, abandonado y feroz, bajo lanoche sin memoria: Para mi corazn basta tu pecho/ para tu libertad

    bastan mis alas (Poema 12).

    Uno de los poemas que delatan con mayor evidencia lo quesignificaron para l la mujer y la coercin que todo amor impone, afloraen las palabras de Farewell. Poema de adolescencia, cuenta mejorque ninguno, lo que sera, hasta el fin, el Neruda cosechador demujeres en una vendimia siempre ubrrima: Desde el fondo de ti yarrodillado/ un nio triste como yo, nos mira/ Por esa vida que arderen tus venas/ tendran que amarrarse nuestras vidas. Y luego, con unavalenta o desaprensin poco comunes, confiesa: Yo no lo quiero,

    amada/ para que nada nos amarre/ que no nos una nada.... Lejos de laspromesas implcitas en toda palabra amorosa, dice lo que siente.Farewell es, en la potica nerudiana, declaracin de amor desnuda yveraz por excelencia.

    Una de las ms conmovedoras actitudes en este terreno es lamelancola con que evoca las mujeres que lo amaron. Ni rencores niluchas estriles. Slo la imagen embellecida en la distancia: Por quse me vendr todo el amor de golpe/ cuando me siento triste y te sientolejana? (Poema 10).

    Despus de estas generalizaciones entramos a hablar de las mujeresque rescatadas de entre el coro femenino que lo asedia, llegan hastanosotros como inspiradoras de su poesa.

    Corre el ao de 1921 en Santiago de Chile. Todava pasarn tresaos para hacer efectiva la aparicin de Veinte poemas de amor y unacancin desesperada. Dicen los crticos que es difcil identificar atodas las mujeres que inspiraron estos textos. Neruda no quiso nunca

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    revelar sus identidades hasta 1962, cuando mencion a dos de ellas conlos apodos de Marisol y Marisombra.

    Se sabe que Marisol fue en realidad Teresa Vsquez, una muchachaperteneciente a la alta sociedad de Temuco a quien el poeta conocicuando l tena apenas 16 aos de edad y, por lo tanto, es probable queella discurra a la sombra de los poemas amorosos que aparecen enLoscuadernos de Temuco. Fue un amor fugaz, recatado en el silencio queella siempre guard. Se dice que los separaron las diferencias socialesy es probable que as haya sido, ya que ella perteneca a una de lasfamilias ms prestantes del lugar y l era apenas un adolescente sinfortuna y en apariencia sin porvenir.

    Teresa Vsquez, vestida con el fragor de un nombre deslumbrante:

    Marisol, fue la inspiradora, entre otros, del Poema 20 y de laCancin desesperada.

    Algunos de los bigrafos del chileno dicen que la mujer quemarcara su vida en esa poca (principios de los aos 20), y quedara,ms que ninguna otra, flotando en la nostalgia de los amoresimposibles fue Rosa Albertina Azcar, la Marisombra.

    Su relacin amorosa con Neruda, sali a la luz despus de muchosaos, en una serie de 111 cartas ntimas que l le haba escrito desdeCeiln. Estas cartas se conocieron porque un famil iar de Albertina, ya

    para entonces octogenaria, las sustrajo y public con el ttulo deCartas de amor de Pablo Neruda.

    Pero quin era en realidad esa misteriosa mujer que, bajo el motede Marisombra, aparece como depositaria de un amor poderoso?

    Se llamaba Rosa Albertina Azcar. Compaera de estudios deNeruda en la Universidad y dos aos mayor que l, era hermana deRubn Azcar, destacado poeta y amigo ntimo de Neruda.

    Cuando l la conoci, se le rindi. El amor por su lombriz

    regalona, nia de los secretos, rana, escarabajo y otros eptetosigualmente deslumbrantes fue inmediato. El ambiente de esos aos(1921, 1922, 1923), propicio a la bo hemia y a la libertad, los acogi.

    En 1923 Albertina viaja a Concepcin dejando a Neruda enSantiago. De esa fecha datan las primeras cartas que integraras unacopiosa correspondencia, prolongada hasta 1932.

    En 1927, a los 23 aos de edad, es designado cnsul de Chile enOriente. Desde all, y a pesar de la tempestuosa relacin amorosa que

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    sostiene con Jossie Bliss, le escribe pidindole que vaya aacompaarlo. Pero ella no responde a su llamada, y l, solo ydecepcionado, contrae matrimonio con Mara Antonieta Haanegar. Ya

    casado, sigue escribindole: La soledad que no quisiste remediar, seme hizo insoportable. Me gustara tanto besarte un poco en la frente,acariciar tus manos que he querido tanto y darte un poco de la amistadque tengo para ti en el corazn (Neruda total, Eulogio Surez).

    Despus de diez aos de haber conocido a Albertina, regresa a Chileacompaado de su esposa. A pesar de que el nombre de ella no apareceen ninguno de sus libros, el recuerdo de esta mujer enigmtica yretrada, lo acompaar siempre. Fue para su corazn tornadizo yaventurero, primero una pasin y ternura constantes. Despus un

    recuerdo ms poderoso que la realidad.Albertina es la protagonista del poema 6: Te recuerdo como eras en

    el ltimo otoo y del conocido poema 15: Me gustas cuando callasporque ests como ausente..., de algunos de los que integran laTentativa del hombre infinitoy de la primera parte deResidencia en latierra. La correspondencia que ella reciba de Neruda se cort

    bruscamente en 1932, cuando l llevaba dos aos de casado. Desde esemomento, su presencia desaparece epistolarmente de la vida del poeta.

    Puerto Saavedra tena olor a ola marina y a madreselva. Detrs de

    cada casa haba jardines con glorietas, dice Neruda evocando as esepequeo puerto donde sola pasar vacaciones con su familia, yescenario casi nico de los Veinte poemas de amor.

    Ah, Mara Parodi, nativa del lugar, fue el nuevo amor. Una de lasmujeres a quienes el poeta rescat para el mundo. Esa Nia morena ygil (Poema 19) se aleja y vuelve en la cresta centelleante de lasolas. Veinte poemas de amor y una cancin desesperadaes un puertolleno de jarcias, de gritos, de velmenes. Un sabor marino permea a esamujer que juega con el sol como con un estero, hermana de las frutas

    jugosas y de las lianas curtidas por la sal.Hasta aqu las protagonistas del conocido poemario de amor de

    Neruda. Aos despus, en 1930, ya con 26 aos de edad, contraematrimonio con Mara Antonieta Haanegar. Con ella vive seis aos(1930-1936) y procrea a la que sera su nica hija conocida: MalvaMarina, acerca de quien existen muy pocas referencias.

    Mara Antonieta es quiz el ejemplar ms descolorido en laiconografa amatoria del chileno. Al menos no se han encontrado

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    rasgos que la destaquen. Fue, al parecer, una mujer de espritudomstico, siempre en segundo plano, desprovista del brillo quetuvieron otros de sus amores. Neruda se cas con ella todava bajo el

    influjo nostlgico del recuerdo de la lejana Albertina Rosa. En lasbiografas del poeta, esta mujer cruza en puntillas. Ni siquiera existen,que se sepa, poemas escritos para ella y esto es muy diciente en unhombre para quien hablar, gritar, romperse la garganta proclamando suamor, era inevitable.

    En 1936, ya separado de Mara Antonieta conoce a quien sera unade sus compaeras ms esplendorosas: la actriz argentina Delia delCarril. Cuando la conoci, ya estaba divorciada. Quince aos mayorque l, era una mujer de rara hermosura y muy poco afecta al

    sometimiento que la vida domstica impona a las mujeres de entonces.Con ella vivi 18 aos. Artista, temperamental y aristocrtica, Nerudala recuerda como su incomparable compaera.

    Entre los aos de 1936 y 1954 compartieron la vida a pesar de quedesde 1946 l sostena una apasionada relacin con Matilde Urrutia,con quien se fue a vivir en 1954, ya separado de Delia.

    Matilde Urrutia es la ltima mujer conocida en la vida amorosa deNeruda. La conoci en 1946 y desde entonces fueron inseparables.Como l estaba casado, su relacin debi desarrollarse en la

    clandestinidad.Ella era una bailarina y cantante profesional chilena. Despus del

    primer encuentro, parti a cumplir compromisos de trabajo en Per yMxico y l regres a enfrentar los graves acontecimientos

    polticos que se abatan sobre Chile. En 1949 se ve obligado a exiliarse.Los amantes viven entonces fugaces encuentros en Cuba y Europa,

    pero sera la isla de Capri el sitio escogido por ellos para disfrutartemporadas inolvidables.

    All Neruda recopil y dio a luz uno de sus ms conocidospoemarios de amor:Los versos de capitn. Fueron muchos los lugaresdonde se haba inclinado a declarar su amor a la lejana Matilde: hoteles,ferrocarriles, barcos, cafs, congresos de intelectuales y brevesdescansos obtenidos despus de agobiantes reuniones polticas. Demanera que al llegar a Capri, el libro est terminado. Capri, reina loca/en tu vestido/ de color amaranto y azucena/ viv desarrollando/ la dichay el dolor, la vida llena/ de radiantes racimos/ que conquist en latierra, dice en el poema titulado Cabellera de Capri.

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    Los versos del capitnprotagonizan una historia apasionante: unda de 1952 lleg a manos del editor Paolo Ricci, en Npoles, un

    poemario acompaado de una carta firmada por una tal Rosario de la

    Cerda, que a modo de presentacin deca:Me permito enviarle estos papeles que creo le interesarn y que no he podido dara la publicidad hasta ahora. Tengo todos los originales de estos versos. Estnescritos en los sitios ms diversos como trenes, aviones, cafs y pequeos

    papelitos extraos en los que no hay casi correcciones. Este amor, este granamor, naci en agosto de un ao cualquiera en las giras que haca como artista

    por los pueblos de la frontera franco espaola. l vena de la guerra de Espaa.Siento no poder dar su nombre. Nunca he sabido cul es. Yo lo llamo simplementemi Capitn.

    El libro, impreso en bella y reducida edicin, fue publicado como de

    autor annimo. Dadas las circunstancias, Neruda no poda reconocersu autora. Aos ms tarde dira:

    Algunos crticos suspicaces atribuyeron motivos polticos a la aparicin de estelibro sin firma. Pero no era verdad. La nica verdad es que no quise que esos

    poemas hirieran a Delia, de quien me separaba. Delia del Carril, pasajerasuavsima, hilo de acero y miel que at mis manos en los aos sonoros, fue param, durante 18 aos, una ejemplar compaera. Este libro de pasin brusca yardiente, iba a llegar como una pedrada lanzada contra su frgil estructura.

    Fueron sas y no otras las razones respetables y personales de mi anonimato(Confieso que he vivido).

    Como dato curioso, posteriormente Diego Rivera, el gran muralistamexicano, pintara un cuadro donde aparece Matilde con dos cabezas.Una de ellas representa a Matilde y la otra a Rosario de la Cerda, lafirmante de la famosa carta. Entre ellas, apenas esbozado, el perfil de

    Neruda. As plasm Rivera la ambivalencia de ese amor nacido de lasurgencias de la carne y el alma. Una mujer hallada por Neruda en laresaca de la guerra civil espaola, como su amante incondicional a

    pesar de saberlo comprometido con otra.

    Enfrentados a la incomprensin de los que los rodeaban, incluidos

    algunos de sus amigos, la clandestinidad acogi al principio estarelacin reida con todo lo establecido y luego aceptada por todos.

    Matilde y Pablo se casaron en 1956, a diez aos de haberseconocido. Ella fue su ltima compaera. La mujer que le cerr los ojosel 11 de septiembre de 1973.

    Esta mujer es la protagonista de todos los poemas de amor escritospor Neruda a partir de 1946. En Cien sonetos de amor, publicado en

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    1957, la nombra por primera vez. Es ya su presentacin formal ante elmundo. En este libro, conformado por cien poemas ceidos fielmente alas exigencias de forma y mtrica propias del soneto clsico, la elegida

    adquiere jerarqua real. No es ahora la muchacha de pasin y deseoenroscada en los brazos del amante bajo el grito del viento: El vientoes un caballo/ yelo cmo corre por el mar, por el cielo (El viento enla isla), ni la locura desatada ni el incendio incontrolable. Ahora esuna dama vestida con el legado aristocrtico de Dante y Petrarca.

    Calificado a veces como camisa de fuerza o crcel de la palabra, elsoneto se defiende por s mismo. No se trata slo de mtrica, forma orima tradicionales. En el tintineo melodioso o la dictadura silbica deendecaslabos o alejandrinos, yace el gran reto: construir un poema de

    cuerpo encadenado y alma libre. Por eso los 14 versos de un sonetobien escrito, representan el paso de un ro caudaloso.

    Cien sonetos de amor es uno de los libros ms desconcertantesescritos por Neruda. Consecuente en forma y mtrica con la identidadque reclama, bruscamente se zafa de las ataduras de la rima: Sabrsque no te amo y que te amo/ puesto que de dos modos es la vida/ la

    palabra es un ala del silencio/ el fuego tiene una mitad de fro (SonetoXLIV).

    Neruda no es un hombre hecho a la medida de la costumbre. Desde

    que empieza a resumar, su caparazn cruje. Por eso se rebel contra losgobiernos cuadriculados y los amores consuetudinarios. La ortodoxiano fue en sus manos un azadn apto ni siquiera par a la siembra potica.Cien sonetos de amorcorrobora la vigencia de los descuadernados yarmoniosos elementos en que se movi como pez en el agua.

    Renegar con elegancia de lo que la tradicin secular y la crticaautorizada avalan, es una hazaa. Y eso es lo que realiza Neruda alescribir con conocimiento de causa cien sonetos desprovistos delcrculo envolvente en que ha girado siempre este poema.

    El conocimiento adquirido por l en esa exploracin de cielos,tierras, aguas, fuegos, que lo convoc desde el primer momento, no

    poda estar ausente en esa empresa osada que significa haber escrito100 textos deconstructores de su ramaje testicular y antiguo. Noobstante, se detiene un momento y pulsa con maestra el arpa conocida:

    No te quiero sino porque te quieroy de quererte a no quererte, llego

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    y de esperarte cuando no te esperopasa mi corazn del fro al fuego.

    Te quiero slo porque a ti te quiero

    te odio sin fin y odindote te ruegoy la medida de mi amor viajeroes no verte y amarte como un ciego.

    Tal vez consumir la luz de enerosu rayo cruel, mi corazn enterorobndome la llave del sosiego.

    En esta historia slo yo me mueroy morir de amor porque te quieroporque te quiero, amor, a sangre y fuego.

    La inspiradora de estos versos no parece la misma muchacha

    descalza y loca, que acostada en la arena o baada de espuma, se abra alas urgencias del amor. Sin embargo es la misma Matilde quien,despus de caminar por tanto tiempo en la sombra, arriba triunfalmente

    para no irse ms.

    En conocida entrevista dice Jorge Luis Borges: Descreo delcomunismo pero creo que le fue muy til a Neruda, ya que lo llev a serun gran poeta, cosa que no hubiera sido si hubiera seguido escribiendoversos amatorios o sentimentales. Como poeta sentimental, era flojo.(Borges el memorioso, en Mag a zine dominical, nm. 588, El

    Espectador, 7 de agosto de 1994, Bogot).El fatalismo propio del taumaturgo hace suyo al poeta. Una

    servidumbre impuesta por requerimientos casi siempre subjetivos loata y renueva. Como poeta del amor y seguidor de la mujer en todas lasestaciones, Neruda no poda permanecer ajeno a esta verdad.

    Por otra parte, la poesa llamada poltica, a pesar de la fugacidad quele imprimen acontecimientos pasajeros, no participa de la emocinsentimental. La salva el pragmatismo. La conveniencia utilitarista delmomento y eso, aun en lo que a poesa se refiere, es ms duradero para

    algunos observadores que el destello, siempre fugaz, del amor. No todolo que Neruda urdi para celebrar la cercana femenina brilla igual. Nose puede esperar la misma intensidad a lo largo de un ritual que abarcams de cincuenta aos de ejercicio.

    Toda mujer, sea cual fuere su destino, lo impuls a celebrarla. Cantcon fervor la trayectoria y personalidad avasallantes de ManuelaSenz, la mujer que nunca podr desvincularse del fracaso y la gloriade Bolvar. La misma que al final, asomada a las desoladas aguas del

    Convergencia nm. 37, enero-abril 2005, ISSN 1405-1435, UAEM, MxicoUniversidad del Cauca, Co lombia

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  • 7/25/2019 Neruda y La Mujer

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    mar de Paita, languidece atada a una silla tirnica y al recuerdo del orode los ms fugaces das.

    Qu diferencias existen entre Veinte poemas de amor y unacancin desesperada,Los versos del capitny Cien sonetos de amor,ejemplares emblemticos en la bibliografa amorosa de Neruda?

    Veinte poemas de amor y una cancin desesperada es laadolescencia desatada en vientos de borrasca. Escrito cuando el poetatena apenas 20 aos en plena eclosin surrealista, responde al extravonostlgico que nos requiere en esta selva ontolgica y azarosa.

    Las mujeres que lo inspiraron pasaron sin echar races. Unadolescente desamparado se asoma a la tarde llena de presagios.Boinas grises y ojos ocenicos giran en el crepsculo. A su lado corre,como un ro, la vida. El amor huye y slo quedan las palabras, elrecuerdo, la finitud.

    [email protected]

    Glo ria Cepeda Vargas. Poeta colombiana. Colaboradora delGrupo Mayras de la Universidad del Cauca, Popayn.

    Recepcin: 01 de febrero de 2005Aprobacin: 15 de febrero de 2005

    Bibliografa

    Chao, Ramn e Ignacio, Ramonet (1994), Borges el memorioso, en Magazine Dominical deEl Espectador, Bogot.

    Faras, Vctor (edicin y prlogo) (1997), Cuadernos de Temuco,Colombia: Seix Barral, PlanetaColombiana, primera reimpresin.

    Neruda, Pablo (1998), Veinte poemas de amor y una cancin desesperada, Medelln: Ediciones

    Drake.Neruda, Pablo (1970), Canto General, Buenos Aires: Losada.

    Surez, Eulogio (1998), Neruda total, Bogot: Presencia y Federacin Nacional deCooperativas de Educadores de Co lombia.

    Gloria Cepeda Vargas. Gnero, Pablo Neruda y la Mujer

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