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No era mi hermana Comenzare diciéndoles que mi hermana Ximena de 10 años y yo de 19 siempre jugamos a asustarnos,juegos de hermanos algo simple, como un ‘’buuu’’ cuando menos te lo esperas o un grito inesperado; en fin de esos sustos que no van a mas, comienzo con esto porque lo que me paso, pensé que era una broma de ella, un intento por asustarme de esos de las hermanas pequeñas. Todos los días de lunes a viernes llego entre 5pm y 8pm de la facultad, siempre está mi hermana a excepción de algunos miércoles que mi papa o madrasta descansan y se la llevan de paseo , siempre que llego abro la puerta silenciosamente para sorprenderla, ya sea que esté en su cuarto o en el patio jugando con sus gatos. Un miércoles, llegue como a las 6:30 o 7:00pm pero antes de abrir la puerta escuche unos pequeños pasos por las escaleras y una pequeña risa como la de ella, no le di mucha importancia, como se los dije pensé que era una broma y en seguirle el juego , entre silenciosamente y me fui a esconder a la cocina, esperando que fuera la que bajara y así poder asustarla yo; pasaron alrededor de 10 minutos, se escuchaban algunos pasos por los cuartos pero ella no bajo, cansado del juego, subí por las escaleras a buscarla, antes de terminar de subirlas por completo escucho que cierran la puerta de mi cuarto, me dio algo de risa el pensar en que era tan obvia y aun así intentaba asustarme entre a mi cuarto y grite: ¡Ximena ya sal! No sucedió nada y comencé a buscarla, debajo de la cama y en el ropero, mi cuarto es algo pequeño así que no demoro mucho la búsqueda, suspire un poco confundido. Salí de mi cuarto con una sensación rara, pase al cuarto de mis papas e hice lo mismo, comencé a buscarla, luego a su cuarto, no la encontraba, grite de nuevo y ya algo enfurecido ¡no quiero jugar ya Ximena, ya salte de donde estés! De nuevo, no paso nada; baje a la cocina con la idea que ella había logrado bajar, tal vez en lo que yo estaba buscándola en alguno de los cuartos, fui a la cocina y a punto estaba de salir al patio cuando escucho de nuevo una risa, en la parte de arriba, subí corriendo las escaleras, pero no había nadie, un escalofrió inundo mi cuerpo, ya en verdad estaba asustado, decidí hacer lo más lógico, lo que debí de haber hecho desde el principio, llamar a mi papa y preguntarle por ella.

No Era Mi Hermana-creppypasta

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es un creppypasta

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Page 1: No Era Mi Hermana-creppypasta

No era mi hermana

Comenzare diciéndoles que mi hermana Ximena de 10 años y yo de 19 siempre

jugamos a asustarnos,juegos de hermanos algo simple, como un ‘’buuu’’

cuando menos te lo esperas o un grito inesperado; en fin de esos sustos que no

van a mas, comienzo con esto porque lo que me paso, pensé que era una

broma de ella, un intento por asustarme de esos de las hermanas pequeñas.

Todos los días de lunes a viernes llego entre 5pm y 8pm de la facultad, siempre

está mi hermana a excepción de algunos miércoles que mi papa o madrasta

descansan y se la llevan de paseo, siempre que llego abro la puerta

silenciosamente para sorprenderla, ya sea que esté en su cuarto o en el patio

jugando con sus gatos.

Un miércoles, llegue como a las 6:30 o 7:00pm pero antes de abrir la puerta

escuche unos pequeños pasos por las escaleras y una pequeña risa como la de

ella, no le di mucha importancia, como se los dije pensé que era una broma y

en seguirle el juego, entre silenciosamente y me fui a esconder a la cocina,

esperando que fuera la que bajara y así poder asustarla yo; pasaron alrededor

de 10 minutos, se escuchaban algunos pasos por los cuartos pero ella no bajo,

cansado del juego, subí por las escaleras a buscarla, antes de terminar de

subirlas por completo escucho que cierran la puerta de mi cuarto, me dio algo

de risa el pensar en que era tan obvia y aun así intentaba asustarme entre a mi

cuarto y grite: ¡Ximena ya sal! No sucedió nada y comencé a buscarla, debajo

de la cama y en el ropero, mi cuarto es algo pequeño así que no demoro mucho

la búsqueda, suspire un poco confundido.

Salí de mi cuarto con una sensación rara, pase al cuarto de mis papas e hice lo

mismo, comencé a buscarla, luego a su cuarto, no la encontraba, grite

de nuevo y ya algo enfurecido ¡no quiero jugar ya Ximena, ya salte de donde

estés! De nuevo, no paso nada; baje a la cocina con la idea que ella había

logrado bajar, tal vez en lo que yo estaba buscándola en alguno de los cuartos,

fui a la cocina y a punto estaba de salir al patio cuando escucho de nuevo una

risa, en la parte de arriba, subí corriendo las escaleras, pero no había nadie, un

escalofrió inundo mi cuerpo, ya en verdad estaba asustado, decidí hacer lo más

lógico, lo que debí de haber hecho desde el principio, llamar a mi papa y

preguntarle por ella.

Lo llame, y pregunte ¿Cómo estas pa’?

El respondió: bien, hoy descanse, ¿y tú?;

Pues bien, acabo de llegar. Le respondí, luego le pregunte ¿oye pa’ y Ximena?;

Aquí está conmigo, vamos a entrar al cine, ¿te la paso?

Page 2: No Era Mi Hermana-creppypasta

No está bien, los veo en la noche, bye.

Ok, te veo luego; lo último que respondió mi papa.

Di un gran suspiro, confundido, más que nada asustado, me hice muchas

preguntas: ¿entonces qué era lo que escuche? ¿Qué fueron los pasos, las risas?

¿Si no era ella, quien o que pudo haber sido?

PalpitacionesPosted on agosto 10, 2015 by El Último Resplandor

Rating: 7.6/10 (61 votes cast)

El jardín de los Espinoza era grande y extenso, se podía disfrutar como si se

tratase de una casa de campo. En este jardín acostumbraba verse al pequeño

Samuel jugando a las escondidas, rebuscando debajo de las rocas o

simplemente corriendo. La mamá de Samuel, Teresa, disfrutaba ver crecer a su

hijo y su gran casa en las afueras de la ciudad.

Una tarde, el niño manifestó un fastidio en su brazo izquierdo, decía que se

movía. Su madre observó detenidamente su brazo y vio como está se

estremecía y temblaba, como si palpitará. En el hospital le dijeron que era algo

pasajero, algún golpe que tuvo, y que se le quitaría en un par de semanas. Pero

las palpitaciones no se iban y se intensificaron, ya no solo era sólo su brazo sino

también su hombro y su pecho.

Los doctores no podía encontrar las causas, le sacaron placas, ecografías y

cuando examen se les ocurriese pero no hallaron nada anormal. El niño se

hallaba cada vez mas débil y parecía falto de atención. Una tarde de febrero

finalmente el niño dijo que quería estar en su casa, jugar en su jardín, ya no

soportaba ese hospital en el que estuvo más de 7 meses.

En su casa el niño paraba sentado en el jardín, observando detenidamente el

horizonte, como alejado de ese mundo. Las palpitaciones erán visibles como si

Page 3: No Era Mi Hermana-creppypasta

su cuerpo se retorciese por dentro, pero el niño ya no se quejaba, solo pedía

estar en su jardín y se molestaba cuando lo alejaban del mismo. Una noche

Teresa se disponía a regresar a Samuel para que duerma pero esto ya no

respondía y vio sus ojos fríos, sin vida, aún viendo al horizonte.

Durante el entierro del pequeño Samuel, Teresa no dejaba de llorar, aún tenías

las esperanzas que se recuperaría. Justo cuando estaban echando la tierra

sobre el ataúd, Teresa juraba que su hijo aún vivía, decía que escuchaba las

palpitaciones venir de su tumba.

Una noche de lluvia mientras Teresa observaba el jardín, en el mismo lugar

donde se sentaba Samuel, observó a lo lejos a alguien corriendo por su jardín,

saltando y girando por la tierra. Ella corrió por todo el jardín y vió a Samuel allí

riendo, con la misma ropa que le enterró.

– ¡Samuel ! – gritó Teresa rebosante de felicidad. – ¡Sabía que aún vivías. Por

favor, pordóname por enterrarte. Vuelve a mi la…!

Teresa no pudo completar la frase ya que observaba aterrorizada donde se

encontraba Samuel. El cuerpo del niño palpitaba con mucha fuerza y por

diversas partes. Parecía como si tuviera cientos de corazones en todo el cuerpo

y cuyos latidos se podían escuchar desde donde se encontraba parada. Y allí

Teresa observó claramente en una de las palpitaciones a unos gusanos largos y

gordos que se agitaban y palpitaban con fuerza. Todo el cuerpo de Samuel

estaba lleno de ellos y todos palpitaban y se trasladaban dentro y fuera de su

piel. El niño miró con una enorme sonrisa el rostro de su madre y corrió fuera

del jardín hacia las colinas.

una navidad diferentePosted on febrero 29, 2012 by

Rating: 3.7/10 (53 votes cast)

Hace  años,  cuando  yo era pequeña,  tuve una  experiencia  algoescalofriante

por asi decirlo todavia  lo recuerdo muy bien apezar de mi edad ,  Ocurrio en  la

Page 4: No Era Mi Hermana-creppypasta

temporada navideña  ,               todo  parecia indicar  que seria una  tipica

navidad;  mis  tios  llegaban   y ayudaban a  arreglar la casa   con adornos

navideños por todos lados  , nos juntabamos en casa  de mi abuelita   ; las

noche buenas  nos las pasabamos platicando , bailando  ,   y de  vez  en cuando

mis primos  mas  grandes   agarraban bebida  y nos  davan,   mientras

eperabamos  el amanecer  del 25 cenar y los obsequios!   .

Pero esa  noche  buena fue  diferente ,  mis tios no se  veian muy emocionados

y andaban de mal humor  pero apezar de  eso habia fiesta,  hasta  que  se

escucho una  llamada en el telefono que paraliso a la familia  ,  manadaron a

todos los primos a un cuarto  mientras  mis papas  y mi abuelita   se  quedaban

escuchando  a  mi tia    aurora  contestar el telefono

mis primos y yo no parabamos  de   escuchar por la  rendija   pero mis  primos

mas  grandes  nos  corrian  por que ellos tambien querian escuchar   estabamos

algo  anonadados    y nos  quedamos  en shock cuando escuchamos a la tia

aurora gritar    ; fue un grito algo doloroso  espelusnante para muchos,  de  

esos  gritos que  te  dejan helado y sientes  que  se  te baja el azucar.

mis  4 tios   agarraron los  carros y se  fueron nos  dejaron a mi abuelita

cuidandonos, salimos  todos  asustados  ,unos primos  se  quedaron sin habla

pero los mas grandes    interrogaron a mi abuelita , mi abuelita no tuvo mas

opcion que  soltar la sopa; mi tio  hernesto  al que   habian  visto en la  fiesta  

hace unos momentos  habia ido por  unos  refrescos y  al salir de la tienda

habia sufrido un accidente  de  gravedad .

Despues  de unos  minutos  de  estarnos  secretiendo entre mis primos se fue la

luz , pensamos que por el arbolito y muchas luces  prendidas , empezamos a

poner  veladoras   y  se  esucho que que tocaron , pensamos que ya habian

llegado pero era mi tio hernesto  mi abuelita  corrio a  abrazarloo  y preguntarle

que  habia  pasado y el respondio que nada ,   en esos momentos se  dieron las

12 de la noche  ,  nos  dimos el abrazo navideño con los que estabamos    pero

habia  algo raro en el tio hernesto   al darle el abrazo se  sentia caliente  y era

muy acogedor  su abrazo pero  yo llegue a la teoria  y los refrescos?  no le

dimos mucha importancia  por la  oscuridad  de la  casa,  despues  de  unos

momentos   mi tio hernesto dijo que  buscaria   a mis otros tios  ,  en unos

aprox  de  30 min de que se  fue el llego la luz  y mis  otros  tios llegaron

llorando desaforidos y unos se  quedaron en el carro encorbados   dando la

noticia que el tio hernesto  habia fallecido y al pareser en el carro traian el

Page 5: No Era Mi Hermana-creppypasta

cuerpo  mi abuelita no podia  creerlo   les habiamos contadoo que lo habiamos

visto hace unos momentos y fue  abuscarlos  pero no nos  creyeron ps  el

cuerpo de el estaba  en el auto con  horas de  fallecido  thodos  nos pusimos a

llorar   y notamos que mi abuelita no estaba muy bien  le  dieron unos  ataques

en el corazon  mis tios llamaron a la ambulancia  pero mi tia aurora  dijo que ya

habia  fallecido   .  mi tio y mi abuelita  se  fueron el mismo dia y cada  navidad

para recordarlos nos  seguiamos juntando  aunque ya no era lo mismo ,mis

primos  cuentan   que   las  siguientes navidades  observaban por la ventana  

2 sombras  que se parecian a la de  mi abuelita  y ala  de mi tio y mis primitos

mas  pequeños  aseguraban que  ellos seguian aquii  y que en navidad les

davan  su abrazo y que se  sentaban en una   silla  al rincon   y mis primitos les

reclamaban  a  mis tios que por que no les  haciamos casos  , por supuesto mis

tios los  tachaban de locos  y  se  entristecian .  al pasar los años dejamos  de

juntarnos pero sin embargo mi mama  y yo hibamos a la casa ;  varias

ocaciones  obserbabamos la mesedora  de mi abuelita  y escuchabamos

susurros  de mi tio  , mi mama   mando llamar a un padre para que  descansara

y nos  mudamos  a  otro estado  ,no eh sabido mas  de la  casa  ni eh

mantenido mucho contacto con mis primos  pero si  con una  vecina  que  dice

que  las  muchas personas  que han querido comprar la casa  se  espantan por

que  un hombre   y una  señora  ya mayor   los  corren   y pasan  cosas muy

extrañas. :/

Lindo PlacerPosted on febrero 2, 2015 by Dosniev

Rating: 8.4/10 (116 votes cast)

Buenas tardes chicos, esta es la primera creepy que subo, espero que les guste

y me gustaría pudieran darme su crítica. Dentro de la misma utilizo en algunas

partes un lenguaje soez.

Page 6: No Era Mi Hermana-creppypasta

Déjame decirte algo, maldito hijo de puta, crees acaso qué con una simple

disculpa ¿ya todo estará bien? ¿Ah? ¿Acaso lo crees?

-No espera…

(Simplemente lo golpeo tantas veces que Pedro quedo inconsciente)

Al despertarme esta mañana todo fue sumamente confuso, todo se teñía de un

fúnebre color blanco, a los lados de mi cama se encontraban unas cortinas

blancas como casi todo lo demás. Me incomodó demasiado ese hecho, ¿donde

rayos me encontraba?, así que mi primer impulso fue moverme de allí, cosa que

después lamente al darme cuenta de que una de mis piernas simplemente no

estaba, ¡¿Cómo era posible tal cosa?!,¡apenas hacia unas horas me había ido a

dormir, y ahora resultaba que no tenía una pierna!, en el estado histérico que

estaba no percibí totalmente el lugar en el que me encontraba, solo me limité a

contemplar con pavor mi faltante pierna, después de superar

momentáneamente el shock me di cuenta de que algo estaba dentro de mi piel

y así sumando a toda esa desesperación, me encontré rodeado de mi mayor

temor, agujas alrededor de mi cuerpo, suministrando lo que creo que es suero.

Solo me quede en shock, allí llego un enfermero.

-¡El paciente a colapsado!, ¡esta en shock!

-Déjalo allí, si sobrevive, bien, si no únicamente será uno más, como si no

fueran comunes los accidentes vehiculares… en caso de que muera, inventa

algo, un paro respiratorio, o un paro cardiaco creo que igual funcionaria, bueno

tengo cosas que hacer.

Por fin recobre la conciencia, ahora pareciera que un hombre me llevara a algún

lugar, ya con todo lo que vi, podría decir que eso era un hospital, así que seguro

eso era una camilla.

-Ya se ha despertado, creo que deberé llevarlo a otro lugar, este no es el

indicado para usted

-¿A dónde me llevas?

-Bue… ahora tendré que llevarlo a la sala de recuperación, después le

evaluaremos y podremos darle el alta.

-¿Pero el alta de qué?

-Usted sufrió un accidente automovilístico ¿acaso no lo recuerda?

Page 7: No Era Mi Hermana-creppypasta

Yo no recordaba tener siquiera un automóvil

-No recuerdo ningún accidente, yo no tengo automóvil

-Usted era el acompañante, y estaban ebrios, tal vez por ello no recuerde nada.

-¿Con quién iba en ese automóvil?

-Lo único que encontramos fue una identificación a nombre de Oscar Suarez

Flores, parece que se dio ala fuga. Lo intentó localizar la policía pero el

domicilio de su identificación ya no existe, fue demolido.

Las horas pasaban exhaustivamente, lo único que quería era largarme de allí y

por fin poder ir a buscar a ese sujeto, Quería saber que había pasado ese día

realmente y sabía que nadie me lo diría así como así. Lo único que quedaba era

recuperarme…

-Señor Pedro Rodríguez Álvarez pedimos autorización para retirar dinero de su

cuenta bancaria para comprar unas muletas ya que por el momento no hay

prótesis disponibles.

-Está bien hágalo. ¿Cuándo podre irme de aquí?

-Ahora mismo, solamente tenga las muletas y baje a firmar su alta, es raro ver

salir a alguien en sus condiciones y que por sí mismo firme su alta,

generalmente algún familiar lo recoge pero por usted no ha venido nadie.

-Soy huérfano, me crie con mi tío pero… lamentablemente el falleció hace 7

años, después de ser impactado por arena a presión y caer 12 metros sobre el

concreto de la obra en que se encontraba

-Dis… Discúlpeme, yo no sabía eso.

-No se preocupe, usted no lo sabía, lo único que me interesaría en este

momento, es saber cuánto tiempo he estado aquí.

-Han sido 4 semanas y media

Por fin, conseguí mi alta, pero ¿a donde habría podido ir Oscar?, seguro, era

muy seguro que si su casa ya no existía, estaría en alguna de sus otras casas,

en la de la playa quizá, así que pensé que de ser así, la policía ya lo habría

buscado, pero después recordé que esa propiedad estaba a nombre de su hijo

así que eso podría complicar las cosas, pero no creo que fuera suficientemente

malo ir a darle un vistazo a la playa, siendo un pobre cojo desempleado.

Page 8: No Era Mi Hermana-creppypasta

Con un tanto de esfuerzo llegué a la central camionera más cercana, compré un

boleto para el primer camión a Puerto Vallarta, y después de algunas horas de

espera, subí, yo, un simple y mísero cojo inútil, me senté entre la mirada áspera

y repulsiva de los demás pasajeros. Después de varias horas llegué a la ciudad

portuaria, en donde conocía el camino a casa de Oscar, caminé y caminé…

hasta llegar a su casa.

Llame a la puerta y para sorpresa mía, rápidamente su esposa abrió la puerta.

-¡Pedro!, ¡Oscar, Pedro esta aquí!

Pedro apareció detrás de ella

-Discúlpame Pedro, tenía que huir, tuve miedo.

-¡¿No pudiste irme a buscar?!

-No… pero mira qué curioso te ves sin una pierna, y esas puntadas en la cara

son hermosas

-Que estás diciendo Oscar

-Únicamente te use para sentir tanta adrenalina como me fuese posible,

imagínatelo; chocar estando en estado de ebriedad contra un poste, casi matar

a tu amigo, dejar una pista obvia para incriminarte, escapar, simplemente

escapar y desaparecer del mundo, sin dejar un solo rastro de mi para la policía.

Las palabras de Oscar resonaban en mi cabeza, y después algo estruendoso

rompió por completo mi cordura, ambos, la pareja se reían frenéticamente, una

risa burlesca, tan llena de satisfacción, a la que después se sumo la de su hijo

Emir. Yo únicamente quede allí, estupefacto, fuera de mi, no podía creer que mi

amigo me usara de tal manera, solo para su diversión.

-Entonces solo fui tu juguete, ¿ahora que estoy roto que hare?

-Vete a disfrutar de la vida, de la que te quede.

Allí de nuevo todo se volvió risas, una mezcla de sentimientos se volvió hacia

mí en la poca cordura que me quedaba y rompí en llanto, no sabía si era de

tanta ira que sentía o si era de la tristeza que sentía de no poder confiar ni

siquiera en mis supuestos amigos. Camine hacia la playa, solo me quedaba

poder ver un triste atardecer, o por lo menos eso es lo que quería ver. Una tras

otra las olas impactaban contra la playa, mientras pensaba en lo miserable que

era, sabía que ya no tenía a nadie a mi lado, sabia lo solitario que sería todo,

Page 9: No Era Mi Hermana-creppypasta

sabía que todo a mi alrededor se complicaría pues solamente era un hombre

cojo, un hombre normal y cojo que no podía afrontar su problema y se lanzaba

al llanto, entonces entre todos esos pensamientos, me paso por la cabeza como

es que el mar termina tarde o temprano destruyendo todo aquello que ingresa

en él, y así seguí pensando en lo mismo por horas y horas hasta que me aleje

un poco de la playa y busque un lugar donde dormir.

A la mañana siguiente me decidí, me coloque cerca de allí y espere a que

saliera el muy cobarde de Oscar, rápidamente salió en su camioneta, al ver que

se alejo, toque a la puerta de su casa.

-Pero ¿que haces aquí de nuevo?, basura humana

-Yo, solo he venido

Y en ese momento y con la adrenalina al máximo le di un golpe a la mujer con

un palo de escoba que había encontrado en las calles. Ella cayó al suelo

inconsciente, al parecer su hijo no se dio cuenta si quiera ya que su música aun

sonaba por toda la casa, arrastre a la mujer hacia la cochera, le amarre las

manos y piernas por si despertaba, después, como pude, acerqué la mesa de su

comedor y con mucho esfuerzo la subí a ella, la amarre firmemente de pies y

manos, después la amordace y le sujete de igual forma la cabeza. Para evitar

que lograra moverse de allí cargando su peso a algún lado, la lleve a una de las

esquinas y apreté ligeramente la mesa con el otro auto que tenían. Fui a la

cocina a buscar algún cuchillo y subí rápidamente a la habitación del hijo que

claramente aun siendo su hijo era mayor que yo, solamente toque la puerta una

vez y el salió, a lo que se asombro

-Tu…

Únicamente pudo pronunciar eso, porque antes de decir cualquier otra cosa, ya

había clavado uno de los cuchillos en su cuello, y para cuando hizo algún otro

movimiento le clave otro a la altura del pecho, realmente no sé qué es lo que le

haya lastimado, si un pulmón o el corazón, pero algo debió de dañársele,

porque pronto falleció. Lo arrastre por las escaleras y lo lleve a la cochera, junto

con su madre. Ella ya estaba despierta.

-Mira te e traído a tu hijo, espero que te la pases muy bien

Así que quería ver que es lo que me diría, le quite la mordaza y le mostré a su

hijo inerte, sin vida, ella quedo en shock y comenzó a llorar sin consuelo. Sentía

una excitación sexual enorme, cada vez que la escuchaba llorar mi morbo

Page 10: No Era Mi Hermana-creppypasta

crecía aun más y más, pensaba en que hacer, si violarla o violarla con partes de

su hijo, pero al cabo de dar una rápida inspección al lugar, vi algo muy

interesante, una moto sierra, así que la encendí y solo la lleve a su hijo, le corte

la pierna y comencé a modelar con ella, me sentí lindo por un momento y

después comencé a reír histéricamente, las ideas eran tantas, ¿Por qué no

modelar la pierna de la mujer? Y así fue, tome la moto sierra y le corte la

pierna, mientras ella se desmayo del dolor, yo coqueteaba con el cuerpo

mutilado que se encontraba en la mesa, le mostraba mi pierna y su pierna,

ahora me veía sexy, es mas incluso podría posar para la cámara, y así fue,

busque en sus pertenencias y encontré una linda cámara, que utilice para

tomarnos fotos, sabía que Oscar las amaría, yo con la pierna de su hijo, yo y la

pierna de su mujer, yo coqueteándole al cuerpo moribundo de ella. En fin

después de ello se me ocurrió cortarle el miembro viril a su hijo y ponérselo a

su madre. Bastaría decir que para este punto me moría de placer. Pero solo fue

el comienzo, termine por desmembrar al hijo para después continuar con la

madre, lo primero fueron sus piernas, después brazos para finalizar con la

cabeza… Para ese momento la mujer estaría muerta, así que todo se volvió un

poco más aburrido, busque entre tantas cosas y encontré alambre con el que

cosí partes del hijo y de la madre, quedando dos cuerpos con partes ajenas a

ellos; la madre termino con dos piernas izquierdas, una suya y la otra de su hijo,

como brazos quedo uno de su hijo y un pedazo de almohada que logré coser,

como cabeza lo más lindo que encontré fue una sandia que después cubrí con

sus cabellos, a él, en cambio, le saque los ojos y los remplace con pedazos de

vidrio completamente amorfos que encontré por allí, su expresión de terror la

desfigure lo más que pude, tratando de darle una apariencia coqueta. Se quedo

con los brazos de su madre una de sus piernas y un palo insertado como si

fuera la otra. Yo en cambio me cosí la de la mujer, y me robe un cambio

completo de ropa, incluidos los zapatos, así por fin me vería bien de nuevo.

Salí del lugar, y me fui de nuevo a la playa, dure varios días mendigando por

algo de comida hasta que la pierna comenzó a oler a muerte, así que tuve que

desprenderme de ella, tenía que llevarla de nuevo hacia su dueño original. Así

que fui hacia la casa y trate de entrar, pero él se encontraba allí.

-Le he traído esto a tu esposa, Oscar

-Maldito bastardo, ¿como haz podido hacer eso?

-De la misma manera que tú me has hecho esto

-Pero eso te lo hice yo

Page 11: No Era Mi Hermana-creppypasta

-`Tu familia lo ha consentido y se ha burlado de mi, se lo merecen, si te sirve de

algo te pido una disculpa.

-Crees que con una disculpa ¿ya todo estará bien?

Y así sin más se abalanzo sobre mí y me dio una golpiza que me dejó

inconsciente.

Me desperté entre sueños y lo encontré a él, comiendo, comiéndose mi carne

cruda, era la carne de mi pierna, pero mi pierna aun seguía allí.

-Estas drogado, por eso no sientes demasiado

Alguien me estaba comiendo vivo y yo no podía hacer nada, simplemente

estaba amarrado a una mesa, drogado y dándole el consentimiento de que lo

hiciera, por una vez en mucho tiempo me sentí útil; El placer era tan grande y

reconfortante.

Su protecciónPosted on noviembre 11, 2012 by Le Orange

Rating: 8.4/10 (73 votes cast)

.

Redacción a lo Holder, pero más un ritual que cualquier otra cosa ~Desconozco

su autor original, es sólo la edición de una muy buena traducción de la historia

que encontré. Lo que edité no fue mucho. Desconozco también el autor de la

traducción.

.

Su protección

.

Page 12: No Era Mi Hermana-creppypasta

En cada pueblo sobresaliente y ciudad, hay una casa de la que no existe

registro oficial, y cuyas ventanas han sido entabladas por más de lo que

cualquiera pueda recordar. De los antiguos inquilinos, si alguna vez hubo, no

hay rastros, y ninguna organización ni individuo jamás reclamará la propiedad

del terreno sobre el cual se sostiene.

…..  Al irrumpir en la residencia (siempre por la parte trasera, a través de una

ventana corrediza de planta baja; nunca debes tocar las puertas exteriores)

distinguirás de entre el polvo señales de cómo ha permanecido inhabitada por

mucho tiempo. Una caja de cartón aplanada, el catre de un niño dado vuelta,

una alfombra desgastada… Invariablemente siempre habrá un colchón doble en

el dormitorio principal. Lo que no verás, sin embargo, serán ratas y cucarachas,

o desperdicios de animales. Las plagas saben bien que no tienen permitido

estar ahí.

….. Estos son Sus espacios sagrados.

….. La primera vez que vayas, lleva solamente lo que necesites para poder

entrar en la casa. Luego ubica el dormitorio principal, ponte en el centro, y

dibuja un círculo continuo en el polvo alrededor de tus pies. Hazlo de al menos

un metro de diámetro para estar seguro.

…..  Mira hacia la entrada y di en voz alta: “Deseo hacer un sacrificio.

¿Aceptarás la ofrenda?”.

….. Entonces sal de ahí, tan rápidamente como te sea posible. No debes

regresar hasta la noche siguiente.

….. Esta vez, lleva clavos, un martillo, una botella vacía de un litro de

capacidad, un cuchillo grande y afilado, y una antorcha. Entra de la misma

manera que la vez pasada. ¿Recuerdas el colchón en el dormitorio principal?

Alguien estará durmiendo allí. No te preocupes en despertarle; Ella se ha

encargado de eso por ti. Gira al durmiente hasta ponerlo boca arriba y córtale

su vena de yugular, asegurándote de recoger tanta sangre como sea posible.

….. Necesitarás derramar un poco de la sangre en el piso de cada habitación,

incluyendo ésta, con el cuidado de que, al final, te quede un poco. Cuando

hayas terminado, sal de la misma manera en la que entraste, y pon de vuelta

los tablones (para esto necesitas el martillo y los clavos). Ve a casa caminando.

No hables con nadie en el camino. Cuando llegues, vierte un poco de la sangre

que queda en tu mano derecha y embárrala sobre la manija de tu puerta antes

de entrar. Luego acuéstate.

….. Si aún te ha quedado sangre, tendrás que derramarla en cualquier

pavimento de la ciudad, sin permitir que caiga por algún desagüe. El cuchillo no

debe ser usado nunca más, y debes enterrarlo. No te molestes en cubrir tus

huellas. Cuando dejes tu casa al día siguiente, la sangre en tu puerta habrá

desaparecido, y el homicidio que has cometido no tendrá repercusiones. Desde

Page 13: No Era Mi Hermana-creppypasta

el momento en que dejes Su templo, ninguna evidencia de ADN podrá

inculparte nunca más; la Ley bordeará los rededores de tus pisadas sin nunca

tocarlas. Delante de las cámaras, tu cara será una mancha borrosa.

….. Estás bajo Su protección ahora.

….. Sólo asegúrate de encontrar la casa correcta.

Leyendo Like A SirPosted on septiembre 21, 2013 by CP

Rating: 8.8/10 (41 votes cast)

Uno de los pocos creepypastas de Poe, más una historia de terror post-

apocalíptica y una leyenda mexicana (¡con sexo implícito!). El crédito va

hacia Azazel Sanchez, Asterion y Lola, respectivamente, quienes se tomaron el

tiempo de compartir las historias. Para quien no ha podido leerlo hasta ahora

debido a una falla del sitio, El hombre de aglomerado está disponible de nuevo.

No vería mejor manera de cerrar con esta entrada, que leyendo ese

creepypasta. Y en el caso de que aún no estén satisfechos, pueden continuar la

lectura con la entrada especialmente dedicada a Lovecraft, que se publicó hace

algunas semanas.

 

La verdad sobre el caso del señor Valdemar

De ninguna manera me parece sorprendente que el extraordinario caso del

señor Valdemar haya provocado tantas discusiones. Hubiera sido un milagro

que ocurriera lo contrario, especialmente en tales circunstancias. Aunque todos

los participantes deseábamos mantener el asunto alejado del público —al

menos por el momento, o hasta que se nos ofrecieran nuevas oportunidades de

investigación—, a pesar de nuestros esfuerzos no tardó en difundirse una

Page 14: No Era Mi Hermana-creppypasta

versión tan espuria como exagerada que se convirtió en fuente de muchas

desagradables tergiversaciones y, como es natural, de profunda incredulidad.

El momento ha llegado de que yo dé a conocer los hechos —en la medida en

que me es posible comprenderlos—. Helos aquí sucintamente:

Durante los últimos años el estudio del hipnotismo había atraído repetidamente

mi atención. Hace unos nueve meses, se me ocurrió súbitamente que en la

serie de experimentos efectuados hasta ahora existía una omisión tan curiosa

como inexplicable: jamás se había hipnotizado a nadie in articulo mortis.

Quedaba por verse si, en primer lugar, un paciente en esas condiciones sería

susceptible de influencia magnética; segundo, en caso de que lo fuera, si su

estado aumentaría o disminuiría dicha susceptibilidad, y tercero, hasta qué

punto, o por cuánto tiempo, el proceso hipnótico sería capaz de detener la

intrusión de la muerte. Quedaban por aclarar otros puntos, pero éstos eran los

que más excitaban mi curiosidad, sobre todo el último, dada la inmensa

importancia que podían tener sus consecuencias.

Pensando si entre mis relaciones habría algún sujeto que me permitiera

verificar esos puntos, me acordé de mi amigo Ernest Valdemar, renombrado

compilador de la Bibliotheca Forensica y autor (bajo el nom de plume de

Issachar Marx) de las versiones polacas de Wallenstein y Gargantúa. El señor

Valdemar, residente desde 1839 en Harlem, Nueva York, es (o era)

especialmente notable por su extraordinaria delgadez, tanto que sus

extremidades inferiores se parecían mucho a las de John Randolph, y también

por la blancura de sus patillas, en violento contraste con sus cabellos negros, lo

cual llevaba a suponer con frecuencia que usaba peluca. Tenía un

temperamento muy nervioso, que le convertía en buen sujeto para experiencias

hipnóticas. Dos o tres veces le había adormecido sin gran trabajo, pero me

decepcionó no alcanzar otros resultados que su especial constitución me había

hecho prever. Su voluntad no quedaba nunca bajo mi entero dominio, y, por lo

que respecta a la clarividencia, no se podía confiar en nada de lo que había

conseguido con él. Atribuía yo aquellos fracasos al mal estado de salud de mi

amigo. Unos meses antes de trabar relación con él, los médicos le habían

declarado tuberculoso. El señor Valdemar acostumbraba referirse con toda

calma a su próximo fin, como algo que no cabe ni evitar ni lamentar.

Cuando las ideas a que he aludido se me ocurrieron por primera vez, lo más

natural fue que acudiese a Valdemar. Demasiado bien conocía la serena

filosofía de mi amigo para temer algún escrúpulo de su parte; por lo demás, no

tenía parientes en América que pudieran intervenir para oponerse. Le hablé

francamente del asunto y, para mi sorpresa, noté que se interesaba vivamente.

Digo para mi sorpresa, pues si bien hasta entonces se había prestado

Page 15: No Era Mi Hermana-creppypasta

libremente a mis experimentos, jamás demostró el menor interés por lo que yo

hacía. Su enfermedad era de las que permiten un cálculo preciso sobre el

momento en que sobrevendrá la muerte. Convinimos, pues, en que me

mandaría llamar veinticuatro horas antes del momento fijado por sus médicos

para su fallecimiento.

Hace más de siete meses que recibí la siguiente nota, de puño y letra de

Valdemar:

Estimado P…:

Ya puede usted venir. D… y F… coinciden en que no pasaré de mañana a

medianoche, y me parece que han calculado el tiempo con mucha exactitud.

Valdemar.

Recibí el billete media hora después de escrito, y quince minutos más tarde

estaba en el dormitorio del moribundo. No le había visto en los últimos diez días

y me aterró la espantosa alteración que se había producido en tan breve

intervalo. Su rostro tenía un color plomizo, no había el menor brillo en los ojos y,

tan terrible era su delgadez, que la piel se había abierto en los pómulos.

Expectoraba continuamente y el pulso era casi imperceptible. Conservaba no

obstante una notable claridad mental, y cierta fuerza. Me habló con toda

claridad, tomó algunos calmantes sin ayuda ajena y, en el momento de entrar

en su habitación, le encontré escribiendo unas notas en una libreta. Se

mantenía sentado en el lecho con ayuda de varias almohadas, y estaban a su

lado los doctores D… y E..

Luego de estrechar la mano de Valdemar, llevé aparte a los médicos y les pedí

que me explicaran detalladamente el estado del enfermo. Desde hacía

dieciocho meses, el pulmón izquierdo se hallaba en un estado semióseo o

cartilaginoso, y, como es natural, no funcionaba en absoluto. En su porción

superior el pulmón derecho aparecía parcialmente osificado, mientras la inferior

era tan sólo una masa de tubérculos purulentos que se confundían unos con

otros. Existían varias dilatadas perforaciones y en un punto se había producido

una adherencia permanente a las costillas. Todos estos fenómenos del lóbulo

derecho eran de fecha reciente; la osificación se había operado con insólita

rapidez, ya que un mes antes no existían señales de la misma y la adherencia

sólo había sido comprobable en los últimos tres días. Aparte de la tuberculosis

los médicos sospechaban un aneurisma de la aorta, pero los síntomas de

osificación volvían sumamente difícil un diagnóstico. Ambos facultativos

opinaban que Valdemar moriría hacia la medianoche del día siguiente (un

domingo). Eran ahora las siete de la tarde del sábado.

Page 16: No Era Mi Hermana-creppypasta

Al abandonar la cabecera del moribundo para conversar conmigo, los doctores

D… y F… se habían despedido definitivamente de él. No era su intención volver

a verle, pero, a mi pedido, convinieron en examinar al paciente a las diez de la

noche del día siguiente.

Una vez que se fueron, hablé francamente con Valdemar sobre su próximo fin, y

me referí en detalle al experimento que le había propuesto. Nuevamente se

mostró dispuesto, e incluso ansioso por llevarlo a cabo, y me pidió que

comenzara de inmediato. Dos enfermeros, un hombre y una mujer, atendían al

paciente, pero no me sentí autorizado a llevar a cabo una intervención de tal

naturaleza frente a testigos de tan poca responsabilidad en caso de algún

accidente repentino. Aplacé, por tanto, el experimento hasta las ocho de la

noche del día siguiente, cuando la llegada de un estudiante de medicina de mi

conocimiento (el señor Theodore L…l) me libró de toda preocupación. Mi

intención inicial había sido la de esperar a los médicos, pero me vi obligado a

proceder, primeramente por los urgentes pedidos de Valdemar y luego por mi

propia convicción de que no había un minuto que perder, ya que con toda

evidencia el fin se acercaba rápidamente.

El señor L…l tuvo la amabilidad de acceder a mi pedido, así como de tomar nota

de todo lo que ocurriera. Lo que voy a relatar ahora procede de sus apuntes, ya

sea en forma condensada o verbatim.

Faltaban cinco minutos para las ocho cuando, después de tomar la mano de

Valdemar, le pedí que manifestara con toda la claridad posible, en presencia de

L…l, que estaba dispuesto a que yo le hipnotizara en el estado en que se

encontraba.

Débil, pero distintamente, el enfermo respondió: «Sí, quiero ser hipnotizado»,

agregando de inmediato: «Me temo que sea demasiado tarde».

Mientras así decía, empecé a efectuar los pases que en las ocasiones anteriores

habían sido más efectivos con él. Sentía indudablemente la influencia del

primer movimiento lateral de mi mano por su frente, pero, aunque empleé

todos mis poderes, me fue imposible lograr otros efectos hasta algunos minutos

después de las diez, cuando llegaron los doctores D… y F…, tal como lo habían

prometido. En pocas palabras les expliqué cuál era mi intención, y, como no

opusieron inconveniente, considerando que el enfermo se hallaba ya en agonía,

continué sin vacilar, cambiando, sin embargo, los pases laterales por otros

verticales y concentrando mi mirada en el ojo derecho del sujeto.

Page 17: No Era Mi Hermana-creppypasta

A esta altura su pulso era imperceptible y respiraba entre estertores, a

intervalos de medio minuto.

Esta situación se mantuvo sin variantes durante un cuarto de hora. Al expirar

este período, sin embargo, un suspiro perfectamente natural, aunque muy

profundo, escapó del pecho del moribundo, mientras cesaba la respiración

estertorosa o, mejor dicho, dejaban de percibirse los estertores; en cuanto a los

intervalos de la respiración, siguieron siendo los mismos.

Las extremidades del paciente estaban heladas.

A las once menos cinco, advertí inequívocas señales de influencia hipnótica. La

vidriosa mirada de los ojos fue reemplazada por esa expresión de intranquilo

examen interior que jamás se ve sino en casos de hipnotismo, y sobre la cual

no cabe engañarse. Mediante unos rápidos pases laterales hice palpitar los

párpados, como al acercarse el sueño, y con unos pocos más los cerré por

completo. No bastaba esto para satisfacerme, sin embargo, sino que continué

vigorosamente mis manipulaciones, poniendo en ellas toda mi voluntad, hasta

que hube logrado la completa rigidez de los miembros del durmiente, a quien

previamente había colocado en la posición que me pareció más cómoda. Las

piernas estaban completamente estiradas; los brazos reposaban en el lecho, a

corta distancia de los flancos. La cabeza había sido ligeramente levantada.

Al dar esto por terminado era ya medianoche y pedí a los presentes que

examinaran el estado de Valdemar. Luego de unas pocas verificaciones,

admitieron que se encontraba en un estado insólitamente perfecto de trance

hipnótico. La curiosidad de ambos médicos se había despertado en sumo grado.

El doctor D… decidió pasar toda la noche a la cabecera del paciente, mientras

el doctor F… se marchaba, con promesa de volver por la mañana temprano. L…

l y los enfermeros se quedaron.

Dejamos a Valdemar en completa tranquilidad hasta las tres de la madrugada,

hora en que me acerqué y vi que seguía en el mismo estado que al marcharse

el doctor F…; vale decir, yacía en la misma posición y su pulso era

imperceptible. Respiraba sin esfuerzo, aunque casi no se advertía su aliento,

salvo que se aplicara un espejo a los labios. Los ojos estaban cerrados con

naturalidad y las piernas tan rígidas y frías como si fueran de mármol. No

obstante ello, la apariencia general distaba mucho de la de la muerte.

Al acercarme intenté un ligero esfuerzo para influir sobre el brazo derecho, a fin

de que siguiera los movimientos del mío, que movía suavemente sobre su

cuerpo. En esta clase de experimento jamás había logrado buen resultado con

Page 18: No Era Mi Hermana-creppypasta

Valdemar, pero ahora, para mi estupefacción, vi que su brazo, débil pero

seguro, seguía todas las direcciones que le señalaba el mío. Me decidí entonces

a intentar un breve diálogo.

—Valdemar…, ¿duerme usted? —pregunté.

No me contestó, pero noté que le temblaban los labios, por lo cual repetí varias

veces la pregunta. A la tercera vez, todo su cuerpo se agitó con un ligero

temblor; los párpados se levantaron lo bastante para mostrar una línea del

blanco del ojo; moviéronse lentamente los labios, mientras en un susurro

apenas audible brotaban de ellos estas palabras:

—Sí… ahora duermo. ¡No me despierte! ¡Déjeme morir así!

Palpé los miembros, encontrándolos tan rígidos como antes. Volví a interrogar

al hipnotizado:

—¿Sigue sintiendo dolor en el pecho, Valdemar?

La respuesta tardó un momento y fue aún menos audible que la anterior:

—No sufro… Me estoy muriendo.

No me pareció aconsejable molestarle más por el momento, y no volví a

hablarle hasta la llegada del doctor F…, que arribó poco antes de la salida del

sol y se quedó absolutamente estupefacto al encontrar que el paciente se

hallaba todavía vivo. Luego de tomarle el pulso y acercar un espejo a sus labios,

me pidió que le hablara otra vez, a lo cual accedí.

—Valdemar —dije—. ¿Sigue usted durmiendo?

Como la primera vez, pasaron unos minutos antes de lograr respuesta, y

durante el intervalo el moribundo dio la impresión de estar juntando fuerzas

para hablar. A la cuarta repetición de la pregunta, y con voz que la debilidad

volvía casi inaudible, murmuró:

—Sí… Dormido… Muriéndome.

La opinión o, mejor, el deseo de los médicos era que no se arrancase a

Valdemar de su actual estado de aparente tranquilidad hasta que la muerte

sobreviniera, cosa que, según consenso general, sólo podía tardar algunos

minutos. Decidí, sin embargo, hablarle una vez más, limitándome a repetir mi

pregunta anterior.

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Mientras lo hacía, un notable cambio se produjo en las facciones del

hipnotizado. Los ojos se abrieron lentamente, aunque las pupilas habían girado

hacia arriba; la piel adquirió una tonalidad cadavérica, más semejante al papel

blanco que al pergamino, y los círculos hécticos, que hasta ese momento se

destacaban fuertemente en el centro de cada mejilla, se apagaron

bruscamente. Empleo estas palabras porque lo instantáneo de su desaparición

trajo a mi memoria la imagen de una bujía que se apaga de un soplo. Al mismo

tiempo el labio superior se replegó, dejando al descubierto los dientes que

antes cubría completamente, mientras la mandíbula inferior caía con un

sacudimiento que todos oímos, dejando la boca abierta de par en par y

revelando una lengua hinchada y ennegrecida. Supongo que todos los

presentes estaban acostumbrados a los horrores de un lecho de muerte, pero la

apariencia de Valdemar era tan espantosa en aquel instante, que se produjo un

movimiento general de retroceso.

Comprendo que he llegado ahora a un punto de mi relato en el que el lector se

sentirá movido a una absoluta incredulidad. Me veo, sin embargo, obligado a

continuarlo.

El más imperceptible signo de vitalidad había cesado en Valdemar; seguros de

que estaba muerto lo confiábamos ya a los enfermeros, cuando nos fue dado

observar un fuerte movimiento vibratorio de la lengua. La vibración se mantuvo

aproximadamente durante un minuto. Al cesar, de aquellas abiertas e inmóviles

mandíbulas brotó una voz que sería insensato pretender describir. Es verdad

que existen dos o tres epítetos que cabría aplicarle parcialmente: puedo decir,

por ejemplo, que su sonido era áspero y quebrado, así como hueco. Pero el todo

es indescriptible, por la sencilla razón de que jamás un oído humano ha

percibido resonancias semejantes. Dos características, sin embargo —según lo

pensé en el momento y lo sigo pensando—, pueden ser señaladas como propias

de aquel sonido y dar alguna idea de su calidad extraterrena. En primer

término, la voz parecía llegar a nuestros oídos (por lo menos a los míos) desde

larga distancia, o desde una caverna en la profundidad de la tierra. Segundo,

me produjo la misma sensación (temo que me resultará imposible hacerme

entender) que las materias gelatinosas y viscosas producen en el sentido del

tacto.

He hablado al mismo tiempo de «sonido» y de «voz». Quiero decir que el sonido

consistía en un silabeo clarísimo, de una claridad incluso asombrosa y

aterradora. El señor Valdemar hablaba, y era evidente que estaba contestando

a la interrogación formulada por mí unos minutos antes. Como se recordará, le

había preguntado si seguía durmiendo. Y ahora escuché:

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—Sí… No… Estuve durmiendo… y ahora… ahora… estoy muerto.

Ninguno de los presentes pretendió siquiera negar ni reprimir el inexpresable,

estremecedor espanto que aquellas pocas palabras, así pronunciadas, tenían

que producir. L…l, el estudiante, cayó desvanecido. Los enfermeros escaparon

del aposento y fue imposible convencerlos de que volvieran. Por mi parte, no

trataré de comunicar mis propias impresiones al lector. Durante una hora,

silenciosos, sin pronunciar una palabra, nos esforzamos por reanimar a L…l.

Cuando volvió en sí, pudimos dedicarnos a examinar el estado de Valdemar.

Seguía, en todo sentido, como lo he descrito antes, salvo que el espejo no

proporcionaba ya pruebas de su respiración. Fue inútil que tratáramos de

sangrarlo en el brazo. Debo agregar que éste no obedecía ya a mi voluntad. En

vano me esforcé por hacerle seguir la dirección de mi mano. La única señal de

la influencia hipnótica la constituía ahora el movimiento vibratorio de la lengua

cada vez que volvía a hacer una pregunta a Valdemar. Se diría que trataba de

contestar, pero que carecía ya de voluntad suficiente. Permanecía insensible a

toda pregunta que le formulara cualquiera que no fuese yo, aunque me esforcé

por poner a cada uno de los presentes en relación hipnótica con el paciente.

Creo que con esto he señalado todo lo necesario para que se comprenda cuál

era la condición del hipnotizado en ese momento. Se llamó a nuevos

enfermeros, y a las diez de la mañana abandoné la morada en compañía de

ambos médicos y de L…l.

Volvimos por la tarde a ver al paciente. Su estado seguía siendo el mismo.

Discutimos un rato sobre la conveniencia y posibilidad de despertarlo, pero

poco nos costó llegar a la conclusión de que nada bueno se conseguiría con eso.

Resultaba evidente que hasta ahora, la muerte (o eso que de costumbre se

denomina muerte) había sido detenida por el proceso hipnótico. Parecía claro

que, si despertábamos a Valdemar, lo único que lograríamos seria su inmediato

o, por lo menos, su rápido fallecimiento.

Desde este momento hasta fines de la semana pasada —vale decir, casi siete

meses— continuamos acudiendo diariamente a casa de Valdemar,

acompañados una y otra vez por médicos y otros amigos. Durante todo este

tiempo el hipnotizado se mantuvo exactamente como lo he descrito. Los

enfermeros le atendían continuamente.

Por fin, el viernes pasado resolvimos hacer el experimento de despertarlo, o

tratar de

despertarlo: probablemente el lamentable resultado del mismo es el que ha

dado lugar a tanta discusión en los círculos privados y a una opinión pública

que no puedo dejar de considerar como injustificada.

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A efectos de librar del trance hipnótico al paciente, acudí a los pases habituales.

De entrada resultaron infructuosos. La primera indicación de un retorno a la

vida lo proporcionó el descenso parcial del iris. Como detalle notable se observó

que este descenso de la pupila iba acompañado de un abundante flujo de icor

amarillento, procedente de debajo de los párpados, que despedía un olor

penetrante y fétido. Alguien me sugirió que tratara de influir sobre el brazo del

paciente, como al comienzo. Lo intenté, sin resultado. Entonces el doctor F…

expresó su deseo de que interrogara al paciente. Así lo hice, con las siguientes

palabras:

—Señor Valdemar… ¿puede explicarnos lo que siente y lo que desea?

Instantáneamente reaparecieron los círculos hécticos en las mejillas; la lengua

tembló, o, mejor dicho, rodó violentamente en la boca (aunque las mandíbulas

y los labios siguieron rígidos como antes), y entonces resonó aquella horrenda

voz que he tratado ya de describir:

—¡Por amor de Dios… pronto… pronto… hágame dormir… o despiérteme…

pronto… despiérteme! ¡Le digo que estoy muerto!

Perdí por completo la serenidad y, durante un momento, me quedé sin saber

qué hacer. Por fin, intenté calmar otra vez al paciente, pero al fracasar, debido

a la total suspensión de la voluntad, cambié el procedimiento y luché con todas

mis fuerzas para despertarlo. Pronto me di cuenta de que lo lograría, o, por lo

menos, así me lo imaginé; y estoy seguro de que todos los asistentes se

hallaban preparados para ver despertar al paciente.

Pero lo que realmente ocurrió fue algo para lo cual ningún ser humano podía

estar preparado.

Mientras ejecutaba rápidamente los pases hipnóticos, entre los clamores de:

«¡Muerto! ¡Muerto!», que literalmente explotaban desde la lengua y no desde

los labios del sufriente, bruscamente todo su cuerpo, en el espacio de un

minuto, o aún menos, se encogió, se deshizo… se pudrió entre mis manos.

Sobre el lecho, ante todos los presentes, no quedó más que una masa casi

líquida de repugnante, de abominable putrefacción.