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FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES FLACSO SEDE-ACADÉMICA GUATEMALA No. Extraordinario Tercera época Guatemala, junio de 2009 25 de junio Un día para recordar, recapacitar y celebrar Foto: Sitio web “Fe y Alegría”

No. Extraordinario Tercera época Guatemala, junio de … · Historia de la Educación en Guatemala, obra que vio su sexta edición en 2007. PRESENTACIÓN E l 25 de junio se celebra

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FACULTADLATINOAMERICANADE CIENCIAS SOCIALESFLACSOSEDE-ACADÉMICAGUATEMALA

No. Extraordinario Tercera época Guatemala, junio de 2009

25 de junioUn día para recordar, recapacitar

y celebrar

Foto: Sitio web “Fe y Alegría”

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LA PARTICIPACIÓN DEL MAESTRO EN LA REVOLUCIÓN

DE OCTUBRE DE 1944

Carlos González Orellana*

Para ubicar correctamente la parti-cipación de los maestros y maes-

tras en el periodo revolucionario, se hace necesario visualizar la educa-ción antes de la Revolución y parti-cularmente la situación del magiste-rio nacional.

Recordemos que por ese entonces el grado de analfabetismo sobrepa-saba el setenta por ciento, y que en los pueblos indígenas era aún mayor. Los planes de estudio y los progra-mas de enseñanza eran planificados y diseñados por sectores no indígenas, y tenían por lo tanto un desajuste con respecto de las necesidades reales de aquella población.

La dictadura ubiquista, durante ca-torce años de gobierno, instauró un régimen represivo que suprimió las libertades fundamentales, privando a la población de las principales garan-tías Constitucionales.

La educación por su parte, sufrió serias limitaciones: se suprimió la libertad de enseñanza y de criterio docente; las escuelas secundarias fueron militarizadas y se suprimió la gratuidad en este nivel; la libertad femenina fue restringida al prohibir que las mujeres casadas pudieran tra-bajar en el magisterio nacional.

Hay que tomar en cuenta que, du-rante los catorce años que tardó la dictadura, no se crearon nuevas es-

Doctor en pedagogía por la Universidad Na-cional Autónoma de México (UNAM). Es uno de los revolucionarios más reconocidos por su aporte durante los gobiernos de la prima-vera democrática y por toda su conducta pos-terior. Ejerció cargos de alto nivel en el Mi-nisterio de Educación durante el gobierno de Arévalo y en la Secretaría de Divulgación de Arbenz. Fue miembro de la delegación que viajó a Venezuela a defender la independen-cia nacional frente a la OEA. Autor del texto Historia de la Educación en Guatemala, obra que vio su sexta edición en 2007.

PRESENTACIÓN

El 25 de junio se celebra el Día del Maestro guatemalteco. Se

conmemora a la maestra María Chin-chilla, caída bajo las balas de la ca-ballería ubiquista un 25 de junio de 1944. En ese marco y reconociendo el importante papel que el magiste-rio juega en el día a día del sistema educativo, esta Facultad rinde su

homenaje al magisterio guatemalte-co con esta edición extraordinaria del suplemento diálogo. Se presentan tres textos que abordan tres perspectivas distintas: el primero, escrito por el reconocido pedagogo doctor Carlos González Orellana, en su artículo destaca el papel consciente y com-prometido del magisterio en la época revolucionaria, en la que el Estado le apuntó a la educación como instru-

mento para consolidar los avances en materia social; el segundo texto, escrito por Héctor Reyes, maestro y ex dirigente magisterial, se analiza el papel político del maestro y el com-promiso que debe tener en la cons-trucción de ciudadanía; y el último, refrendado institucionalmente por el Sindicato de Trabajadores de la Edu-cación de Guatemala (STEG), pasa revista al significado y contenidos

del Pacto Colectivo de Condiciones de Trabajo suscrito entre esa y otras instituciones sindicales con el Go-bierno de la República, instrumento que no sólo confiere prestaciones a los maestros, sino que cumple, ade-más, un importante papel en la con-secución de estabilidad política al sistema y trasciende hacia los otros actores de la comunidad educativa.

cuelas primarias, y se ignoró la exis-tencia de la educación popular, la educación estética y la educación fí-sica; los maestros de escuela, no sólo tenían restringidas sus libertades, sino que también, les habían vedado el derecho de organización y tenían prohibido denunciar sus necesidades fundamentales.

Éste era, a grandes rasgos, el reto que tenían tanto la educación, como

el magisterio nacional. Por esta razón los maestros y maestras, la juventud universitaria y los trabajadores y tra-bajadoras, fueron los pioneros del proceso revolucionario.

El movimiento revolucionario de Octubre se debió fundamentalmente a la situación de miseria y represión en que vivía la mayoría de la po-blación guatemalteca. Los obreros por su parte, vivían en una situación

precaria, y tenían conculcados sus derechos de organización que les permitirían denunciar su situación y luchar por mejorar sus salarios y sus condiciones de vida.

Los maestros de escuela -con bají-simo salario y falta de estímulos para mejorar su situación profesional- ca-recían de una organización que les permitiera denunciar esa situación y reclamar sus derechos. Lo anterior

fue el fermento que les permitiría co-locarse entre los pioneros del movi-miento revolucionario.

La mujer se hizo presente en las filas magisteriales y de partidos po-líticos, y participó en la dirigencia sindical de la época.

La intervención eficaz del magis-terio en el proceso revolucionario de Octubre se debió a la elevación de su conciencia sobre la realidad polí-

tica, económica y cultural que vivía Guatemala. Una demanda evidente consistía en la necesidad de la socia-lización de la cultura, y orientarla ha-cia el bienestar colectivo para dotar de igualdad de oportunidades a todos los sectores de la población.

Otro problema severo de la época, consistía en el alto índice de analfa-betismo, que reclamaba una atención inmediata. Por su parte, los grupos étnicos permanecían en su mayoría, ajenos a la educación nacional. Sur-gió así un movimiento magisterial que atendería al tema de la intercul-turalidad, abriendo programas de-dicados a las principales etnias del país.

Otro tema que se planteó el ma-gisterio fue la necesidad de atender la educación rural; sin embargo, no había maestros rurales. Habría, en consecuencia, que mejorar la inci-piente educación de este nivel y crear escuelas normales para formar maes-tros en esta especialidad.

Tanto en el orden urbano como en el rural, la cobertura del sistema edu-cativo era insuficiente si se les com-para con las necesidades educativas reales del país.

Pero el magisterio, a la par que iba tomando conciencia de la reali-dad pedagógica imperante, abraza-ba otros temas de orden económico, político y social, como la situación de pobreza y pobreza extrema de la población, la falta de tierras para sembrar, los problemas de salud y la falta de programas de recreación, in-cluyendo el deporte.

Esta cruda realidad despertó los intereses de los grupos de jóvenes universitarios y, por supuesto, de los trabajadores, que percibían un futu-ro cerrado para sus intereses. Surgió así el liderazgo sereno, que con gran discreción contribuyó a relacionar a los maestros y maestras, los jóve-nes universitarios, los trabajadores y trabajadoras, y un sector de oficiales jóvenes del Ejército. El clima era

Toma de posesión del Dr. Juan José Arévalo

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propicio, porque tenía como telón de fondo el triunfo de los aliados en la Segunda Guerra Mundial, justamen-te un triunfo con orientación demo-crática.

Surgió así el gran reto para el ma-gisterio de aquellos momentos. El triunfo de la Revolución de Octubre ofreció un clima propicio para la rea-lización de todo un cambio. La Junta Revolucionaria de Gobierno, entre muchas medidas trascendentales para Guatemala, dictó dos decretos importantes: el que creó la autono-mía universitaria y el que dio vida al Comité Nacional de Alfabetización. Aquí se tocaban dos puntos claves en materia educativa.

En buena hora, el primer presiden-te electo de la Revolución, fue un ilustre maestro de escuela, el doctor Juan José Arévalo, quien absorbió los grandes requerimientos de la ju-ventud y el magisterio, y diseñó las políticas educativas pertinentes. El magisterio disponía así de un marco de acción para dar paso a sus inquie-tudes. Su participación no se limitaba al campo educativo; trascendía hasta los problemas económicos, políticos y culturales de la Nación. Como pri-mera medida diseñó su propia organi-zación y dio vida al glorioso Sindica-to de Trabajadores de la Educación, que integraba a la casi totalidad del magisterio nacional; además, diseñó un programa de acción que partió de los grandes problemas nacionales, e incluyó las cualidades científicas, éticas y morales que debe reunir un maestro de escuela.

En primera instancia formó comi-siones para el estudio de los gran-des problemas nacionales y buscó soluciones concretas que luego ca-nalizaría por medio de los partidos políticos, para proponerlos al Go-

bierno como medidas de cambio y mejoramiento social. Otras propuestas de orden estrictamente pedagógico fueron ca-nalizadas a través de los organismos del Estado, para la formulación de proyectos de cambio y mejoramiento educativo.

Así surgieron nuevos programas educativos como los Núcleos Es-colares Campesinos, la Educación Primaria de Completación, el esta-blecimiento y organiza-ción de la jornada única

de trabajo, para el mejor aprovecha-miento de las instalaciones escolares, los Centros Industriales Consolida-dos, para iniciar al niño en la educa-ción para el trabajo y la creación del Ciclo Básico de la Educación Media, para formar un área común en las ramas de bachillerato y magisterio. La práctica del autogobierno en es-tablecimientos de educación media consistió un tema de gran significado para la formación cívica.

Las políticas educativas fundamen-tales de la Revolución surgieron de la participación de la joven dirigen-cia política, de la intervención de los maestros a través del Sindicato de Trabajadores de la Educación y los importantes aportes del Presidente-maestro, doctor Juan José Arévalo. Figuraban dentro de estas políticas las siguientes:

a) Política nacionalista: Se propo-nía la búsqueda de la reivindicación social, del bien común y la justicia social.b) Educación popular y Desarrollo del Sistema Educativo: Se proponía la expansión del Sistema y la im-plantación de la educación Popular.

Respecto de este tema Arévalo decía: “Pro-pongo que nos eduque-mos todos”. “La políti-ca es una alta escuela de civismo, es una de las formas más eficaces de la educación popular”.c) Otra política im-portante se refería a la protección de la cultura nacional, con la cual se perseguía la protección y fortalecimiento de la cultura popular y el es-tudio y defensa de las etnias que integran el país. d) No podía faltar el tema de la Reforma Educativa, razón por la cual se diseñó un plan en el que, en pri-mer lugar, participaron los maestros. El ideal, según palabras del doctor Arévalo, era que tanto las escuelas primarias como las de nivel medio, llegaran a convertirse en modelos para nuestra América… e) E1 desarrollo magisterial, que es el tema medular de los maestros, gozó también del apoyo del doctor Aréva-lo, quien enfatizó el siguiente pensa-miento: “Corresponde al magisterio preservar e intensificar la dignidad connatural a la persona de los niños y los jóvenes; y al Estado dignificar económica, social y culturalmente al maestro”. Esta política repercutió positivamente en la organización y práctica de los maestros. f) Otro tema de las políticas de la Revolución, consistía en propiciar la democracia y la justicia en la juven-tud. En esta política el doctor Aré-valo destacaba también, el papel de la juventud: “Estamos orgullosos de vosotros y os acompañamos, porque con vosotros está el futuro; que los guatemaltecos gocemos de dignidad humana, que las mujeres recuperen

la paz de sus hogares y que los ni-ños encuentren la escuela que ne-cesiten. Que los trabajadores hallen protección y no persecución; que los legisladores legislen y los jueces juzguen”. Finalmente haremos referencia a

las políticas que garantizaban los derechos de la mujer y le abrían las puertas de los partidos políticos, las asociaciones y los sindicatos. Es im-portante señalar que estas políticas anteceden a los planteamientos de “género”, que años después se abrie-ron paso como un postulado del de-sarrollo productivo.

Todas estas políticas fundamenta-les constituyeron el escenario en que los maestros habrían de realizar sus actividades docentes, que como he-mos dicho, no se limitaban al mejo-ramiento científico y metodológico, sino que trascendían a los territorios del desarrollo social.

La capacitación y actualización de los maestros se realizó en semi-narios, talleres y laboratorios, en los que, con el apoyo de profesores des-tacados, nacionales y extranjeros, se trataba de buscar respuestas a las in-terrogantes culturales de la época.

Se cuidó del mejoramiento cien-tífico, de las nuevas alternativas di-dácticas y, por supuesto, del estudio y formulación de alternativas para la solución a los grandes problemas nacionales. Hay que recordar que los maestros de aquella época se identifi-caron con el estudio y solución de los problemas nacionales, en armoniosa colaboración con otros organismos del Estado. Esta relación hizo posi-ble que el magisterio de la época de la Revolución, alcanzara grandes lo-gros, con un sentido profundamente

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nacional. Mantenía solidaridad con las asociaciones y sindicatos, tanto del sector magisterial como de otros ramos garantes de la Revolución.

Desde el punto de vista didácti-co, las nuevas estrategias tenían las siguientes características: partici-pativas, críticas, autogestionarias, creativas, vinculadas con la práctica científica y con orientación eminen-temente humana.

Esperamos que las consideraciones anteriores puedan, en alguna forma, servir de referencia para el mejora-

PARTICIPACIÓN POLÍTICA DEL MAGISTERIO

Héctor Reyes*

En las primeras elecciones que observé siendo maestro, con

gran extrañeza noté que varios cole-gas participaban en distintos partidos políticos; algunos lo hacían como candidatos a diputados o alcaldes; otros como animadores en los mí-tines y muchos como delegados de mesa el día de las elecciones. Du-rante la guerra interna, según lo tenía muy claro, participar en política era una gran farsa; pero muchos colegas no compartían ese criterio y tenían todo el derecho de participar. Desde entonces me di cuenta que el magis-terio nacional era un gran grupo de personas que, en materia política, era totalmente heterogéneo.

Después de la firma de los Acuer-dos de Paz en 1996, los partidos po-líticos se multiplicaron y la participa-ción de maestros en organizaciones partidarias se diversificó. Algunos han llegado muy alto en cargos de elección pública; otros ocupan car-gos intermedios y hay quienes son fervientes activistas. Ocupan todo el espectro político, además, existe un gran número que permanece al mar-gen y que sigue creyendo que la po-lítica es algo que denigra a los y las docentes.

Por las características del magis-terio nacional (estrato intermedio, asalariado, en su mayoría, urbano) de este país, el gremio debería tener una inclinación hacia la izquierda. Pero el conflicto armado, como a todos, nos dejó profundas cicatrices que no sanan y la definición política es una de ellas.

* Maestro de educación primaria, docente universitario y editor de textos escolares.

Si un colega o grupo de colegas, con mucho carisma, decidieran for-mar el partido del magisterio, segu-ramente fracasarían estrepitosamen-te. A los pocos días tendría ya varias facciones y no lograría el apoyo de la mayoría del gremio, pues sería difí-cil establecer acuerdos en torno a una plataforma política en la que todos vieran reflejadas sus aspiraciones.

Algo muy distinto ha sucedido en momentos históricos de nuestra pa-tria. En las gestas revolucionarias de 1944, en las jornadas de marzo y abril de 1962, y en el autogolpe de Estado de 1993, un número significativo de maestros jugó un papel protagónico. Pareciera ser la conducta del gremio: disperso en procesos regulares de participación política, pero de signi-ficativa participación en momentos clave. Es un gremio que, cuando se tocan sus intereses o se toman en cuenta sus aspiraciones, se unifica y moviliza dando un aporte significati-vo y una participación creativa a los movimientos reivindicativos. Ade-más, es considerado el grupo social de mayor movilidad y beligerancia de los últimos veinticinco años en la historia del país.

Una vez analizadas las prácticas políticas del magisterio, tanto en mo-mentos regulares como extraordina-rios de la vida nacional, correspon-de analizar el quehacer cotidiano de cada integrante del magisterio en el campo de la política. Naturalmente que un o una docente no es profe-sional de la política, pero como todo humano es un ser político. Ello sig-nifica que una parte de sus acciones tiene relación con la política. De sus prácticas nos interesa analizar lo que hace en la escuela, principalmente, dentro del aula.

COMO PARTE DEL PERSONAL DOCENTE

Todos los días hábiles, un maestro o maestra llega a su escuela y establece relación con sus colegas. Su primer contacto con el mundo político es la relación con el director o directora del establecimiento. Él o ella repre-sentan la autoridad y transmiten las disposiciones ministeriales, en su mayoría, políticas educativas.

Su primera práctica es relacionar-se con sus colegas y actuar para que la autoridad del director o directora no sea extralimitada y le perjudique a él o a su grupo. La segunda será

la recepción crítica que hará de las disposiciones ministeriales. Analizará pros y contras de la po-lítica educativa, lo que requiere e implica, si es viable y positiva. Busca-rá comunicar sus criterios a sus colegas y llegar a tener una posición con-junta. Quizá el objetivo principal de este accionar es lograr que el director o directora siga siendo un colega que comparte sus criterios y aporta su expe-riencia en cada situación, que se siente el represen-tante de la comunidad educativa ante las auto-ridades y no el represen-tante de las autoridades ante dicha comunidad.

EN EL AULA, FRENTE

A SUS ALUMNOS Y ALUMNAS

No importa la metodología ni la con-cepción política de un o una docen-te. Hay conceptos, procedimientos y actitudes que puede desarrollar en su grupo de estudiantes que es-tán íntimamente relacionados con la política. Esto es lo esencial de este discurso.

Uno de los conocimientos princi-pales que debemos enseñar a nuestro grupo de estudiantes es el valor de la organización. Es un conocimiento fundamental para la vida y lo hemos aprendido y practicado desde que co-menzamos a laborar como docentes. Por algo somos el sector de traba-jadores estatales que demostramos ser una fuerza viva en la defensa de

nuestros derechos y la consecución de nuestras reivindicaciones.

Esto mismo debemos fomentar en los y las estudiantes. Ellos y ellas de-ben aprender a organizarse y partici-par activamente, porque ello es la ga-rantía principal de sus derechos. Esta enseñanza comienza con procurar que la mayoría de tareas y actividades se realicen grupalmente. Ello permite aprender mejor, pero también facilita el aprendizaje de las particularidades del trabajo grupal. Saber cómo actuar frente al individualista, pasivo, apro-vechado o autoritario es algo que se logra aprender en la práctica diaria. El docente que argumenta en contra del trabajo grupal por la participa-ción nociva de algunos elementos en lugar de enseñar cómo erradicar es-tas prácticas, no está educando para la vida. De hecho, está negando a sus

Foto: Luis Alejandro de León

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estudiantes la posibilidad de conocer el valor de la organización en su vida futura, como miembro de una comu-nidad o en su vida laboral.

Es importante que dentro del aula desarrollemos situaciones que le per-mitan a cada estudiante conocer de qué manera aporta más a un grupo. Que aprenda de manera inductiva lo valioso que será su actuar dentro de un grupo. La manera fraternal, pero firme, con que se deben enfrentar las prácticas nocivas de algunas compa-ñeras y compañeros de grupo. Recor-demos que en los grupos y organiza-ciones en las que participamos, estas mismas prácticas se han realizado y, de hecho persisten, pero no han sido un impedimento en el logro de nues-tros objetivos.

Para potenciar el valor de la orga-nización es importante desarrollar los conocimientos que se relacionan con el liderazgo. Que el estudianta-do aprenda a ser líder, a relacionarse con el líder o a elegirlo, al igual que llegar a entender que hay situacio-nes en las que formalmente se elige al líder, pero que otros integrantes ejercen el liderazgo con su ejemplo, sus acciones o con el aporte de sus ideas. Además, conocer cuáles de-ben ser las cualidades de un líder y poder detectarlas en sus compañeros; aprender a detener a un líder cuando extralimita sus funciones; tener cla-ro que la elección debe ser temporal y que puede rectificarse cuando nos equivocamos en la elección.

Se comete un grave error cuando favorecemos la elección de un líder de grupo por ser un buen estudiante y, peor aún, cuando lo imponemos. Un líder no es el que más sabe sino el que logra conjugar el conocimien-to de todos los miembros del grupo para obtener el mejor resultado. En nuestra práctica diaria hemos visto

cómo las personas que más saben son a quienes más les cuesta aceptar que se obtienen mejores resultados en grupo. Para estas personas la máxi-ma es: “mejor equivocarse con todos los miembros del grupo que acertar sin ellos”, no tiene sentido ni validez. Para un buen líder esto significa algo muy grande, es el valor de reconocer nuestros errores y la capacidad de enmendarlos conjuntamente.

Otro conocimiento fundamental es enseñar a nuestros estudiantes a to-mar decisiones conjuntas. Para ello se debe aprovechar toda oportuni-dad, por ejemplo: a dónde iremos de excursión, de qué color pintaremos el aula, qué acto presentaremos en el momento cívico. También importa que en los trabajos en grupo se prac-tique la toma de decisiones grupal. Acordar el formato de presentación de un trabajo, elegir los resultados correctos, las ilustraciones que lleva-rá la tarea, etcétera.

Es frecuente que estas decisiones se tomen simplemente presentando las opciones y eligiendo las que más votos obtengan, sin embargo, es muy importante fomentar el argumento de cada propuesta y que cuando se vote sea ésta la razón del voto para elegir. Con ello haremos una gran labor a la cultura cívica, puesto que estamos formando electores que en el futuro elegirán autoridades por su trayec-toria y planes de trabajo y ya no se decidirán por la canción o el símbolo más atractivo.

Hay otro mecanismo para la toma de decisiones que no es muy practi-cado en nuestra sociedad, pero que es de gran valor para fortalecer la de-mocracia y la paz. Se trata de la toma de decisiones por consenso. Requiere de mucho esfuerzo, paciencia y ne-gociación para encontrar una alterna-tiva que incluya todas las propuestas

del grupo y cuyos desacuerdos sean mínimos. Hay al-gunos colegas que me han hecho esta pregunta muchas veces: ¿puedo en-señar lo que no sé? Entonces, cómo podemos enseñar a nuestros alumnos a tomar decisiones por consenso si nosotros no practi-camos dicho meca-nismo. Me parece que en la pregunta

ya hay una equivocación. No se trata de enseñar, se trata que aprendamos con ellos y ellas. Podemos hacer el esfuerzo y practicar el consenso con ellos y ellas, finalmente se trata sólo de desarrollar la habilidad de buscar alternativas en la que las discrepan-cias sean mínimas.

El debate de las ideas es fundamen-tal para una sociedad. Por ello es im-portante que los alumnos y alumnas aprendan a defender lo que piensan con razones. Esto se puede fomen-tar en las asambleas de estudiantes. Además se puede hacer por escrito

en los periódicos escolares. La capa-cidad argumentativa es fundamental porque fomenta la preeminencia de la razón. Cuando se recurre al rumor, la difamación, el chantaje y demás argucias políticas se violenta este principio; no obstante, es parte de la democracia. Los miembros de una comunidad deben aprender a contra-rrestar todo tipo de argucias y creer en la argumentación como el mejor mecanismo de decidir de manera ra-zonable.

Es importante que se respete el de-recho a disentir dentro de los alum-nos y alumnas. En esto es esencial la tolerancia por las formas distintas de pensamiento. Los alumnos y alumnas que disienten de la mayoría, juegan un papel importantísimo en la cons-trucción de la ciudadanía. Presentar otras perspectivas de ver la realidad, tener opciones para resolver proble-mas es algo sumamente valioso. No importa que quien disiente no tenga la razón, esto ayuda a fortalecer la elección. Los argumentos de quienes tienen la razón se fortalecen cuando se ponen a prueba en la confronta-ción de otros argumentos. Es muy importante que en el aula se le preste atención a los eternos inconformes.

CONFERENCIA “LA IMPORTANCIA DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS JUVENTUDES EN LA GESTIÓN DE PROYECTOS COMUNITARIOS”

En el marco de la Maestría en desarrollo rural sostenible de FLACSO-Guatemala, el jueves 18 de junio, en la Comunidad Nueva Alianza, El Palmar, Quetzaltenango, tuvo lugar la conferencia “La importancia de la participación de las juventudes en la gestión de proyectos comunitarios”, disertada por el maestro Francisco Chapela, de México, Coordinador de Estudios Rurales y Asesoría A. C., con experiencia en la gestión del de-sarrollo rural en comunidades indígenas de la Sierra Norte de Oaxaca, México. En el evento participó un grupo de 22 jóvenes miembros de or-ganizaciones socias de la Asociación de Forestería Comunitaria de Gua-temala Ut’z Che’.

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Muchas veces ayudan a tomar de-cisiones más acertadas o a tomar la decisión con mayor conocimiento de causa.

Las propuestas del quehacer polí-tico dentro del aula que se han de-sarrollado hasta aquí, no favorecen a ninguna posición política ni tie-nen congruencia con determinadas metodologías de enseñanza. Son principios de una adecuada forma-ción ciudadana. Si los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país, a me-diano plazo, valoran adecuadamente el poder de la organización, sabrán elegir a sus líderes o representantes, practicarán mecanismos para la toma de decisiones en forma democrática, ejercerán el debate, buscarán la ra-zón, poseerán tolerancia hacia quie-nes disienten y la democracia y la paz se fortalecerán. Esto conviene a todos, no importa si se es de derecha, centro o izquierda.

Es conveniente que el magisterio medite su accionar en el aula, de lo contrario puede que esté preparando ciudadanos apáticos, conformistas y pasivos. En la simple imposición de un criterio, en la elección de una rei-na, en la forma en que se establece la disciplina, puede ir el germen de la democracia y el desarrollo o el fo-mento de la injusticia y la opresión.

ASAMBLEA NACIONAL DEL MAGISTERIO –ANM-

SINDICATO DE TRABAJADO-RES DE LA EDUCACIÓN DE

GUATEMALA -STEG-

Significado político, económico y social del pacto colectivo firma-

do entre el Ministerio de Educación -MINEDUC- y el Sindicato de Trabaja-dores de la Educación de Guatemala

I. INTRODUCCIÓN

Uno de los más grandes logros que una organización sindical puede as-pirar, es el de firmar un Pacto Colec-tivo de condiciones de Trabajo con su patrono. Los sindicatos de maes-tros no pueden ser la excepción por lo que, durante largos años, el Sindi-cato de Trabajadores de la Educación de Guatemala -STEG- y la Asamblea Nacional del Magisterio -ANM-, invir-tieron tiempo en la elaboración, con-senso y presentación de la propuesta de un Pacto Colectivo, para luego

obligatorio para empleadores y traba-jadores en los contratos individuales y colectivos de trabajo. Empleado-res y trabajadores procurarán el desa-rrollo económico de la empresa para beneficio común.

IV. BREVÍSIMA HISTORIA DEL PACTO COLECTIVO DE

CONDICIONES DE TRABAJO DEL STEG

En 1995, el STEG, con nueve años de vida, en su segunda etapa, decidió entrar en la ruta de negociación del Pacto Colectivo de Trabajo. Para ese entonces, el Secretario General era el compañero Juan José Chávez, quien, para el efecto, convocó a varias re-uniones para discutir y construir la propuesta de Pacto Colectivo, la cual resultó con 50 artículos enmarcados en 10 Capítulos (Disposiciones ge-nerales, Derechos y Garantías sin-dicales, Condiciones Generales de Trabajo; Régimen de ascensos, tras-lados, permutas y remociones; Régi-men Disciplinario; Impugnación de Resoluciones; Seguridad e Higiene; Régimen de Salarios; Prestaciones sociales y Económicas y, Disposi-ciones Transitorias). Este documen-to fue sometido a revisión por parte del abogado Julio Rodolfo Batres Mena quien, el 14 de julio de 1995, presentó las “Recomendaciones para el Pacto colectivo de Condiciones de Trabajo”.

Trascurrieron tres largos años sin que el documento avanzara. No fue hasta en 1998, durante el período del compañero Otto Quintana, como Se-cretario General, que se contrató los servicios del licenciado Jorge En-rique Torres Lezama, quien a partir de tal fecha, además de dedicarse a la reelaboración del Pacto Colectivo,

se convirtió en el Asesor Jurídico del STEG, con la colaboración posterior de los compañeros Walter Valencia, Rafael Sánchez y Alejandro Batz.

El documento fue discutido, origi-nalmente, con la Ministra María del Carmen Aceña, durante el gobierno del Presidente Oscar Berger y en el período del Secretario General de la ANM, Joviel Acevedo, pero dicha Mi-nistra no quiso concluir la negocia-ción. A finales de 2007, después de varias reuniones con los candidatos presidenciales finalistas de las pasa-das elecciones, se logró el compromi-so del candidato Álvaro Colom, ac-tual Presidente de la República, para firmar el Pacto Colectivo en caso de ganar las elecciones populares. Fue el 15 de abril de 2008, después de tres años de negociaciones entre el licenciado Enrique Torres del STEG y el licenciado Roberto Alonzo, del Ministerio de Educación, que se lo-gró la firma del documento, lo que significó un momento histórico que fue acremente criticado por los me-dios de comunicación escritos y por los grandes empresarios, quienes se dedicaron a señalar, negativamente, aspectos de licencias y prebendas para los docentes y el equipo de ase-sores jurídicos, que nunca llegaron a comprender o que comprendieron tergiversadamente. Estos medios buscaron poner a la población y a grupos de docentes contra el STEG, el profesor Joviel Acevedo y el li-cenciado Enrique Torres sin lograrlo. Hasta hoy, el pacto tiene carácter de Ley vigente, pero no se ha realizado el pago de honorarios de los asesores ni se han efectuado los descuentos de la cuota sindical para todos los afi-liados, tanto del STEG como de los otros sindicatos firmantes y adheren-tes.

iniciar su negociación hasta llegar a su aprobación y firma. Muchas han sido las vicisitudes enfrentadas en tal proceso, pero las mismas han servido para fortalecer el accionar del magis-terio nacional, de sus sindicatos y de la sociedad civil misma, ya que un Pacto Colectivo no sólo influye en el gremio que logra su firma, sino que también influye en el accionar de la sociedad civil, como se ha venido demostrando a lo largo de la historia guatemalteca y mundial.

II. DEFINICIONES BÁSICAS

2.1. Pacto: Tratado, acuerdo. (1. Diccionario Larousse Ilustrado) Convenio, acuerdo firme entre dos o varias partes. Acción y efecto de pactar. (2. Diccionario enciclopédico Larousse Compacto).

2.2. Pactar: Acordar dos o más personas o entidades algo que una vez aceptado se comprometen a cum-plir. Contemporizar, transigir, espe-cialmente la autoridad. (Idem 2).

2.3. “Pacto Colectivo de Condi-ciones de Trabajo es el que se celebra entre uno o varios sindicatos de tra-bajadores y uno o varios patronos, o uno o varios sindicatos de patronos, con el objeto de reglamentar las con-diciones en que el trabajo deba pres-tarse y las demás materias relativas a éste. El pacto colectivo de condi-ciones de trabajo tiene carácter de ley profesional y a sus normas deben adaptarse todos los contratos indivi-duales o colectivos existentes o que luego se realicen en las empresas, industrias o regiones que afecte”. (Artículo 49 del Código de trabajo. Decreto 1441 del Congreso de la Re-pública de Guatemala).

III. FUNDAMENTOS LEGALES

3.1. Constitución Política de la Re-pública: Sección Octava. TRABAJO. Artículo 101: Derecho al Trabajo: El trabajo es un derecho de la persona y una obligación social. El régimen la-boral del país debe organizarse con-forme a principios de justicia social.

3.2. Constitución Política de la Re-pública: Sección Octava. TRABAJO. Artículo 102: Derechos sociales mí-nimos de la legislación del trabajo: a) Derecho a la libre elección de trabajo y a condiciones económicas satisfac-torias que garanticen al trabajador y a su familia una existencia digna; ñ) Fijación de normas de cumplimiento

Foto: Hugo de León

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V. LO MÁS RELEVANTE DEL PACTO COLECTIVO

Son muchos los aspectos relevantes de esta Ley. Vale la pena mencionar los siguientes: las partes que acuer-dan el Pacto son el Ministerio de Educación, el sindicato proponente, el STEG y ocho sindicatos firmantes, con posibilidad de adherir a otros. (Artículos del 1 al 6.). Su propósito es regular, armonizar y desarrollar las relaciones y los intereses mutuos entre el MINEDUC y sus trabajado-res y trabajadoras, con el objeto de lograr su bienestar (Artículo 7). Por esta razón es considerado un Pacto marco.

El Pacto respeta y amplía los de-rechos adquiridos por leyes ante-riores y abarca los beneficios que surjan de nuevas leyes (Artículos 9 y 10). Tendrá vigencia por tres (3) años, contados a partir de la firma, la emisión del Acuerdo Ministerial de firma y su homologación, y podrá renegociarse, parcial o totalmente, antes del vencimiento de su vigencia (Artículos 14 y 15).

En los Artículos 16 al 19, se esta-blecen los Derechos y Garantías, ta-les como: Libre sindicalización, ina-movilidad laboral para los dirigentes, licencias para capacitación y para ejercer la actividad sindical.

En cuanto a las cuotas, el Artículo 20 establece que el MINEDUC dedu-cirá del salario de los trabajadores y trabajadoras afiliados a los sindicatos firmantes, las cuotas ordinarias y las extraordinarias.

Además de los beneficios contem-plados en otras leyes anteriores y las que se crearen, el Pacto contempla: que cualquier trabajo realizado en horario fuera de la jornada señala-da, será considerado como trabajo extraordinario y será pagado como tal (Artículo 21); señala también la trasformación de bonos en salario y un bono compensatorio para quienes no lo recibieron en 2007 (Artículos 49 al 51); establece permisos con goce de salarios: cinco (5) días por fallecimiento del cónyuge; tres (3) días por fallecimiento de hijos, her-manos o padres; un (1) día por falle-cimiento de abuelos o suegros; cinco (5) días por matrimonio; dos (2) días por alumbramiento; dos (2) días por hospitalización de padres, cónyuge o hijos; por citaciones administrativas o enfermedad común. Todos estos

días sin perjuicio de los que estable-cen las otras leyes laborales existen-tes, debiendo hacerse la solicitud al jefe de dependencia (Artículos 23 y 24). Además dice que en caso de ma-ternidad, noventa (90) días para las trabajadoras: treinta (30) días de pre natal y sesenta (60) días de post na-tal, es decir, seis (6) días más de los establecidos por el Código de Traba-jo (Artículo 26).

En cuestiones de Salud, indica que todo lo que no pague el IGSS deberá pagarlo el MINEDUC, y que todas las escuelas serán dotadas de un botiquín de primeros auxilios (Artículo 46).

Por aparte, se establecen becas na-cionales e internacionales para apo-yar a trabajadores (Artículo 47); la dotación a las escuelas de material didáctico para los docentes; útiles escolares, refacción para los educan-dos; materiales, mobiliario y equipo a las dependencias administrativas y técnico administrativas (Artículo 48). En el Régimen de ingreso, tras-lados y permutas establece que el MINEDUC no emitirá nombramiento de primer ingreso a favor de ningún aspirante si no ha seguido el proce-dimiento establecido para la vacante o plaza nueva y que habrá capacita-ciones docentes, manteniendo el de-recho de traslado y de permuta, lle-nando los requisitos de ley (Artículos 28 al 32). Contempla además, que cualquier conflicto laboral puede ser tratado individualmente o con ayuda de miembros del Sindicato, quienes formarán una Junta Mixta con los designados del MINEDUC, firmando acuerdos y resoluciones basadas en ley (Artículos 33 al 41). También establece un Régimen disciplinario que contempla puntualidad en el in-greso a las labores, sanciones según la Ley de Servicio Civil, derecho de ser escuchado y vencido en juicio, así como el derecho de impugnación (Artículos 42 al 45).

En sus disposiciones finales esta-blece que todo lo que contravenga al pacto será nulo y podrá denunciarse a los Tribunales de trabajo, y que toda disposición es de cumplimiento inmediato.

Respecto de los gastos de negocia-ción del Pacto, se establece que el MINEDUC descontará a los afiliados y afiliadas de los sindicatos, propo-nente, firmantes y adherentes, la cuo-ta extraordinaria que se haya fijado para cubrir los honorarios y gastos de la negociación del Pacto.

VI. SIGNIFICADO DEL PACTO COLECTIVO DE CONDICIONES

DE TRABAJO

El significado del Pacto Colectivo tiene tres dimensiones: Histórico-po-lítica, económica y social. En el pri-mer caso, el haber firmado el Pacto Colectivo con el actual gobierno es un hecho histórico, ya que son pocos los Pactos Colectivos firmados en Guatemala. Para el caso del Magis-terio, no se había logrado firmar el Pacto Colectivo, incluso durante los gobiernos de la Revolución de 1944-1954, con los presidentes Juan José Arévalo Bermejo y Jacobo Arbenz Guzmán. La firma del documen-to es un acontecimiento histórico y político, ya que desde la contrarre-volución, en 1954, predominaron en Guatemala los gobiernos milita-res, dictatoriales, represivos, hasta 1986, cuando de nuevo, se retoma el camino de la democracia, pero con la sombra trasera del militarismo, por lo que durante los regímenes si-guientes, de gobiernos seudo demo-

cráticos, más empresariales que otra cosa, no se logró tampoco la firma del Pacto, pues nunca hubo voluntad política para hacerlo.

Es ahora, con un Gobierno que busca ser socialdemócrata (que no lo es totalmente aún), cuando se logra la firma, lo que significa diálogo, vo-luntad política y verdadero espíritu democrático así como una respuesta por parte de las autoridades guber-namentales al compromiso político asumido durante la campaña, lo cual le da un papel de primera importan-cia al magisterio nacional, sector social que, con la firma del pacto y a través del STEG, demuestra su vo-cación también democrática, y su capacidad de diálogo y negociación, así como su capacidad de articular el movimiento sindical, ya que el Pacto no es sólo del magisterio en sí, sino también de otros sindicatos de traba-jadores de la educación firmantes y todos aquellos que se han adherido y quieran hacerlo en el futuro, carac-terísticas enmarcadas en las respon-sabilidades del nuevo sindicalismo mundial. Todo esto, desde el punto de vista político, demuestra, confir-

8 No. Extraordinario /junio 2009

Publicación mensual de FLACSO-Guatemala y elPeriódico

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Francisco Rojas AravenaSan José, Costa Rica

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Facultad Latinoamericanade Ciencias SocialesFLACSO-Guatemala

La Facultad Latinoameri-cana de Ciencias Sociales, FLACSO-Guatemala, inició sus actividades en 1987 y fue reconocida formalmente por el Estado guatemalteco ese mismo año, por medio del Decreto 96-87 del Con-greso de la República.

30 MIL EJEMPLARES

ma y reafirma la necesidad que tie-ne nuestro país, de tener y mantener gobiernos colectivistas y verdadera-mente democráticos, tal y como se vienen estableciendo a lo largo de Latinoamérica en el presente siglo.

La dimensión económica se alcan-za dado que el Pacto Colectivo entre el MINEDUC y el STEG establece nue-vas condiciones económicas no sólo para el gremio magisterial, sino para todos los trabajadores del MINEDUC, afiliados o no al STEG, y a los otros sindicatos firmantes y adherentes, logrando mejores condiciones de tra-bajo, no sólo salariales sino en la in-fraestructura de las sedes de trabajo, pero también en el sentido de estable-cer responsabilidades y obligaciones para los trabajadores, como en toda actividad laboral, lo cual redundará en beneficio de la educación guate-

malteca, y por ende, del país.La dimensión social está represen-

tada por ser un triunfo del magisterio y, en general, de los trabajadores(as) y del pueblo de Guatemala, pues es una lucha a favor de la educación pú-blica, misma que es un derecho hu-mano y constitucional, así como una obligación del Estado. Se traduce como una respuesta a las demandas presentadas por el magisterio organi-zado desde inicios del siglo pasado, a las demandas de las grandes jornadas en contra del dictador Jorge Ubico y todos los gobiernos eminentemente militares y militaristas con cara de civiles, pues las mejoras establecidas para el fortalecimiento de la educa-ción pública guatemalteca (progra-mas de apoyo a la niñez, mobiliario para los administrativos, botiquín de primeros auxilios, etc.), permitirán

beneficios a los niños y niñas y, en general, a todas las familias del país.

Junto a lo anterior, el hecho que este Pacto Colectivo tiene condi-ción de pionero, pues, como ya se dijo, es el primer Pacto firmado por el magisterio nacional en la historia guatemalteca, con el cual se viene a demostrar que los trabajadores del país pueden, luego de organizarse en sindicatos, lograr una gran serie de beneficios para sí y para su respec-tiva familia, así como para el país, pues como sindicato no sólo vela por los intereses económicos de sus afi-liados, sino que también, influye en la vida política, económica y social de la Nación.

En el marco de una nueva conme-moración (no celebración) del “Día del Maestro y de la Maestra”, felici-tamos al Magisterio Nacional, sindi-

calizado o no, y hacemos un llamado a mantener la lucha por la unidad magisterial, de todos los trabajado-res y trabajadoras de la educación nacional y mundial, así como con la unidad con los demás sectores de la sociedad civil guatemalteca, con la conciencia plena que todos y todas somos trabajadores y que buscamos una Guatemala diferente, una Guate-mala, justa, democrática y humana.

Por STEG. Creación colectiva. Sin-dicato surgido en 1986, que tiene ac-tualmente más de 38 mil afiliados re-gistrados en el Ministerio de Trabajo, principalmente de los departamentos, y cuya plataforma de lucha establece el interés por una educación demo-crática con enfoque metodológico de educación popular al servicio de la educación pública y los educadores del país.