- AÑO VI • Nº 58 P.V.P. 200 Ptas. (lncl. IVA) • € 1,20 • US $ 1,25 • $ Arg. 2,80 • Méx. $ 9

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~~~PECIAL ~ ~ o o l_fl19) JUEGO Y PRA CA DEL AJEDREZ

MENSUAL AÑO VI

NÚMER0 58

DIRECTOR

Román Torán. Maestro Internacional.

1 COLABORADORES 1

Julián Alonso Martín • J. P. de Arriaga • M. l. Alberto Barreras García • G.M. Juan Manuel Be/Ión • M. l. Alexander Bihovsky • G.M. Jaan Ehlvest • G.M. Epishin • El Federal • G.M. Svetozar Gligoric • G.M. Félix /zeta • G.M. Nikolai Krogius • G.M. Bogdan Lalic • M./. Juan Reyes • G.M. 0/eg Roma­nishin • A./. Antonio Romero • Isidoro Sánchez de la Nava • G.M. Vesselin T opalov • M.F. Fernando Visier • y la colaboración exclusiva de: Anatoli Korpov, Campeón Mundial.

EDITA

ZUGARTO EDICIONES, S, A. (ZU.ES.A.)

Editor: Rafael Tauler Fesser. Publicidad general: ZUGARTO EDICIONES, S. A. Redacción y Administración: Arcipreste de Hita, 14 28015 MADRID

· ·Tfno: *91 543 14 10 Fax: 91 549 13 45 Impresión: VÍA ROTOGRAF, S.L. CrMonza, 4- Poi. lnd. Uranga 28942 Fuenlabrada (Madrid) Distribución: COEDIS, S.A. Telé­fono: 93 - 680 03 60 Molins de Rei (Barcelona). Distribución en la República Argenti­na: Capital Federal, Distrimachi S.A., Carlos Calvo 2426, Buenos Aires; en Interior, D.G.P.S.A., Alvarado 21 18, Buenos Aires. Depósito legal: M.22475-1994. © OchoXOcho, 1981. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta obra puede ser reproducida en ninguna forma o mediante ningún medio, sin permiso por escrito del Editor. Precio de este ejemplar para Cana­rias, Ceuta y Melilla incluido tasas: 200 pesetas.

Estamos en internet: www.zugarto.es Correo electrónico: zugarto@zugarto.es

Printed in Spain

EL PROBLEMA DE PORTADA Por J. P. de Arriaga

ARMAS POCO USUALES

Se trata en este caso de un bello y difícil problema, en el cual el solucionista debe recurrir a un procedimiento que en princi­pio casi nunca se le ocurre.

§wiñJDéilrrow 111 Mates y_ remates 4 Zerdeja, la otra cara del ajedrez 9

Románti~o siglo XX 12 Táctica y_ estrategia 18 Finales Qrácticos 22 Problemas 26 PasatiemQOS 15 Soluciones 32

OchoXOcho es una publicación plural. La Dirección respeta la libertad de expresión de los autores de los artículos de opinión, cuyo contenido

refleja únicamente ideas personales.

RECOMENDADA POR LA FEDERACION INTERNACIONAL DE AJEDREZ

LAS NEGRAS "PONEN DE LUTO" A LAS BLANCAS

Por Julián Alonso Martín.

Durante los primeros movimientos de una partida de ajedrez, es el conductor de las piezas blancas quien lleva la iniciativa, si no hay algo especial que cambie

lo que suele ser normal en todos los enfrentamientos.

L a producción de partidas cortas que, ade­más, terminan con el mate del Rey blanco

es considerablemente más escasa que la de las que rematan al monarca de las negras en parecido número de jugadas. Para que una de aquellas partidas se produzca es condición indispensable que el se9undo jugador se sien­te ante el tablero decidido a violentar, desde el principio, el curso normal de los aconteci­mientos.

Las huestes del bando negro, si quieren ganar tendrán que sacrificar.

En principio, quizás no haga falta mucho; pero es necesario provocar, con algún "presente", la distracción del contrario para que la inicia­tiva cambie de manos y, con ella, se abra la posibilidad de un triunfo rápido y definitivo.

Después, para pasar al ataque hace falta un acicate.

La provocación tendrá que continuar para poder hacer la transición desde la simple miciativa al ataque formalizado, un ataque que ya apunte directamente al Rey de las blancas. No todo estará, todavía, conseguido. Reconocemos la necesidad de contar con la diosa Fortuna ...

Las negras, pues pretenden mate dar necesitan del rival.

Solamente un error de suficiente calibre, co­metido por quien ocupa el otro lado del table­ro, hará factible una terminación contundente y rápida. Un error así tiene una probabilidad nada desdeñable de que se produzca. "No hay nadie tan bien herrado que no resba le", dice un refrán medieval. Hasta los grandes maes­tros cuya actividad ajedrecística parece, so­bre todo, "una lucha contra los propios erro­res" han perdido alguna que otra batalla en ese terreno. 4

UNA DEFENSA ACTIVA

1. e4 d5

Jugada que constituye la denominada defen­sa Escandinava. Las negras inician el asalto al centro desafiando al peón blanco de e4. Esto conduce, por lo general, a juegos abiertos .. .

;_1

2. exd5

El blanco captura el peón, pues las negras deberán perder algún tiempo para recuperar­lo, dando lugar a partidas con problemas estratégicos muy simples, generalmente re­sueltos en favor del primer jugador.

2 . ... 0Jf6

Pero quien plantea esta defensa para luchar por la iniciativa no tendrá dudas al ofrecer una línea de gambito.

3. c4

Posiblemente, la más agresiva continuación que puede adoptar el primer jugador. Sin embargo, las negras tienen al menos una doble posibilidad de ofrecer un gambito.

A) 3. ... e6 B) 3. ... c6

Con ambas se pretende el mismo objetivo: acelerar el desarrollo ofreciendo un peón. Si las blancas lo aceptan, la dinámica del juego inclinará, muy probablemente, la iniciativa hacia el lado de las negras.

Empezamos nuestras consideraciones si­guiendo, en primer lugar, la línea:

Al CONTRAGAMBITO ISLANDÉS

4. dxe6

(Por supuesto que el Blanco puede declinar la aceptación del peón de gambito ... )

4 . ... 5. d4

~xe6 ~b4+

Con este jaque se desarrolla otra pieza y se empieza a ejercer considerable presión sobre la posición blanca.

6. ~d2

Según algunos "teóricos", la jugada más fuer­te es aquí 6. <í')c3.

Entramos ya en el desarrollo de una partida recientemente disputada en la que se ponen de manifiesto algunas de las posibilidades que tienen las negras de coronar con éxito su "apuesta" por el mate.

Sousa - C. Santos Campeonato por Equipos

Portugal, 1995

Desde el diagrama 1:

6 ... ~xd2+ 7. '9'xd2 '9'e7!

Un movimiento que parece indisolublemente unido al desarrollo de esta línea de juego. Amenaza el jaque descubierto y prepara el enroque largo.

(ver diagrama)

8. '9'e2 <í') c6! 9. <í')f3 0-0-0! 10. d5 ...

Las blancas han hecho otros intentos de oponerse a la ofensiva negra.

a) 10. <í')bd2 <í')xd4 11. <í')xd4 z:l.xd4 12. z:l.d1 z:l. e8 13. g3 ~g4 con superioridad (Priii­Gurielli, Baden-Weiler, 1990)

b) 1 O. <í')c3 <í')xd4 11. <í')xd4 z:l.xd4 12. '9'e3 '9'd7! 13. z:l.d1 z:l.xd1+ 14. <í')xd1 z:l. e8! con posición dominante (S. Polgar - D. Olafs­son, Abierto de Reykjavic, 1988)

1 O ... z:l.he8! 11. <í')c3 ...

Si 11. dxe6 '9'b4+! y luego 12 ... z:l.xe6

11 ... ~xd5 12. 0-0-0 ...

Si 12. cxd5 '9'b4! sería, también ahora, una buena respuesta.

12 ... '9'c5 13. '9'c2 ...

Un error, duramente castigado, resultó ser 13. '9'd3?, pues luego de 13 ... ~e4 14. '9'e2? ~d3!, las blancas abandonaron. (Friedler -Linn, 1996) ¡Extraordinario!

13 ... ~xf3 14. btxd8+ z:l.xd8 15. gxf3 ...

La igualdad material no es gran cosa: el Negro tiene mejor emplazadas sus fuerzas. ¡Una curiosidad! La columna "e" está completa­mente ocupada.

15 ... '9'h5

Comienza el ataque a las debilidades enemi­gas e impide 16. ~a3+, la salida más "natural" del Alfil blanco al juego.

16. z:l.g1 ~xh2 17. ~f5+7! ...

Es comprensible el deseo de no mantenerse solamente a la defensiva; pero después de esto, el Blanco deja muy descuidada su reta­guardia.

17 ... ~b8 18. btxg7 ~xf2

(ver diagrama)

19. ~xf67 ...

"Si no cometiéramos un error de vez en cuando, no seríamos humanos" dice el GM N. Short. Debió intentar 19. ~e2 manteniendo

5

un cierto equilibrio alrededor de su amenaza­do rey y obligando a las negras a jugar con cuidado. Por ejemplo: 19 ... ~e3+ 20. ll!?b1 'Z)e8! (y no 20 ... 'Z)e4 por 21. ~xf6 atacando la ~de d8) 21. ~g2 ... (si 21. ~xf7 ~g1+) 21 ... 'Z)e4 22. ~g5 forzando al cambio de Damas y entrando en un Final. .. desde luego. inferior para él.

19 ... ~xf1+ 20. ll!? c2 ~f2+ 21. ll!? c1 ~d2+ 22. ~b1 ~d3+ 23. ~a1 ...

En caso de 23. ~c1, hubiera seguido como en la partida.

23 ... 'Z)b4 24. a3? ...

Se amenazaba 24 ... ~f 1 + 25. 'Z)b 1 'Z)c2 mate; pero mucho mejor era 24. b3.

24 ... ~f1+

Y las blancas abandonaron, pues a 25. 'Z)b 1 sigue 25 ... ~xb1+! 26. ll!?xb1 bl,d1 mate. Igual hubiera ganado 24 ... ~d1+

Tenemos que volver atrás, al diagrama nº 2. Al jaque descubierto que pretendían darles las negras, las blancas respondieron 8. ~e2 en la partida que acabamos de reproducir. Hay otra forma de oponerse a la amenaza, que examinaremos con el desarrollo de la siguiente confrontación.

Bednarsky - Kolasinsky Polonia, 1994

(Desde el diagrama 2)

8. ~e3 'Z)g4!? 9. ~a3 ~h4

Por supuesto, no hay que cambiar las Damas. 6

También puede resultar interesante 9 ... ~f6.

10. g3? ...

Esto es un error. Mejores perspectivas hu­biera ofrecido, seguramente, 10. ~g3.

1 o ... ~f6 11. f3 ...

Otra posibilidad como 11. 'Z) f3, no parece resolver el problema de las blancas. Por ejemplo, puede seguir 11 ... 'Z)c6 12. ~c3 'Z)xd4 13. ~xd4 ~xf3 14. ~g 1 ~d8 15. <í)d2 ~xf2+! 16. ~xf2 'Z)xf2 que deja un Final favorable para las negras.

11 ... <í)c6!

El material no importa mucho ahora. Las ne­gras "pisan el acelerador" del desarrollo.

12. fxg4 <í)xd4 13. ~c3 0-0-0 14. ~e2 ~heS 15. h4 ... ~ ,

Las blancas tratan de dar apoyo a su Rey (a su "escudo" de e2, en realidad) con la Torre en h2. Pero el dominio de las tres columnas centrales del tablero por las piezas pesadas del Negro resulta aplastante.

15 ... ~xc4!

¡Decisiva! Se entrega más material para, a continuación, quedarse con todo.

16. ~xc4 <í)xe 2 17. 'Z)xe2 ~xb2 18. 0-0 ~xe2 19. ~c1 y, al mismo tiempo, el Blanco abandonó. Evidentemente, la amenaza sirve de bien poco: 19 ... ~g2+ 20. ~h1 ~h2+ 21. ~g 1 y ... ~f2 ó g2 mate.

Retrocederemos, ahora, al diagrama 1. Una de las ventajas de 6 ... ~xd2+, que hemos visto en las part idas anteriores, es que elimi-

na los inconvenientes que podrían derivarse de un oportuno tl!la4+ del Blanco. El segundo jugador no parece temer una tal eventualidad en el siguiente cotejo, una de las más origina­les partidas que se hayan disputado con la lína 6 ... tl!le7; la cual se encuentra entre las más frecuentes alternativas que ponen en juego las negras.

6 . ...

Cossins- A. Evans 1973

tl!le7

La amenaza de jaque descubierto casi fuerza al Blanco a tomar en b4.

7. tl!le2

Grave error sería 7. tl!la4+?? pues tras ... .Ql,d7 el primer jugador perdería la Dama. Y ¡o jo! porque un "suceso" parecido ha ocurrido muy recientemente (1. e4 d5 2. exd5 1Jf6 3. c4 e6 4. dxe6 .Ql,xe6 5. d4 tl!le7 6. tl!la4+?? .Ql,d7+ 7. Rinden. lzsak-Galyas, Budapest 1997).

Una jugada más "natural" como 7 . .Ql,e2 segui­da de 7 ... 1Jc6 8. d5 pudo verse en la partida loseliani-Gurieli, Tbilisi 1987. La posición que se produce nos invita a proponer una línea de sacrificio que podría provocar situaciones propicias al mate. (Ver recuadro)

8 ... 0-0-0 9. dxc6 ... (en caso de 9. dxe6 1Je4 1 O. 1Jf3 bl.xd2! 11. 1Jbd2 bl.d8 12. 0-0 1Jxd2 13. 1Jxd2 bl.xd2 las negras tendrían posición ganadora).

9 ... .Ql, xc4 1 O. 1Jc3 bl.he8 11. ViVf 1 .Ql,xc3 12. .Ql, xc4 ... (un intento, buscado con su mo­vimiento anterior, de reducir la presión. Si 12. bxc3 1Je4 13. 1Jf3 1Jxd2+ ganando).

12 ... bl.xd2 13. tl!lb3 bl.xf2+! 14. ViV xf2 1Jg4+ 15. ViV g3 tl!ld6+ conduce directamente al mate.

Lo más frecuente aquí es, no obstante, 7. .Ql,xb4 tl!l xb4+ por donde se encaminaron dos famosas partidas, disputadas ambas el mis­mo año 1989 y ganadas por las negras. En Kuijf - Hodgson, Wijk aan Zee, las blancas optaron por 8. tl!ld2; y en Sokolov-Speelman, Madrid, por 8. 1Jd2.

7. 8. <í)f3 9. d5

1Jc6 0-0-0 bl.he8

(Una inesperada resolución se produjo en la partida Hohm - Krausser, Alemania 1989: 9 ... .Ql, xd2+!? 1 O. 1Jbd2 1Jb4 11. 0-0-0? .Ql, f5!! y las blancas se rindieron. ¡Espectacular!)

1 O. dxc6

Las negras deberán estar preparadas para responder. a 1 O. dxe6!? que las blancas po­drían haber planteado en este momento.

10. 11. cxb7+ 12. 1Je5

tl!l c5 ViVxb7

Las negras amenazaban 12 ... .Ql, xc4; pero el intento blanco no resulta eficaz y tampoco se descubre otro de suficiente entidad, de­fensora.

12 . ... .Ql,g4!

La Dama de las blancas está perdida.

13. 1Jxg4 14. tl!lxe8

1Jxg4 tl!lxf2+

Ahora es su Rey el que se va a ir a la tum­ba.

15. ViVd1 16. ViVc1 17 . .Ql, xe1

1Je3+ tl!le1+! bl.d1 mate

7

(posición final)

8) CONTRAGAMBITO ESCANDINAVO

Volvemos al principio, a la posición de las piezas al comienzo de la partida:

1. e4 2. exd5

d5 ~f6 c6 3. c4

Queda así planteado el Gambito Escandina­v o, que conduce a juegos menos interesan­tes para las negras -es mi opinión- que los vistos hasta aquí. Aun así, ofreceremos una partida que muestra bien a las claras, las graves consecuencias a que se ven aboca­das las blancas cuando no son cuidadosas en el tratamiento de la posición. El resultado no es, desde luego, ningún ejemplo para estu­diar la apertura ... Pero tampoco radica en eso nuestro interés, sino en el mate que sale al encuentro ...

Ahel - Lepsic Yugoslavia, 1975

4. dxc6 ~xc6 5. ~c3 e5 6. g3 ~c5 7. ~g2 ~g4

Las blancas ya se enfrentan a una amenaza directa.

8. ~e4 ...

Nos parecí a mejor 8. ~h3 para defender f2 y preparar el 0-0.

8 ... ~b6 9. ~xc5 ~xc5 1 O. ~e27 ...

Un grave error, después de lo cual, las blan­cas están perdidas. Mejor era, una vez más, 10. ~h3.

8

10 ... ~d4!

La jugada clave, por lo demás, evidente.

11. ~e4 ...

No hay mucho donde elegir. Si, por ejemplo, 11. ~d3 podría continuar 11 ... ~ f5 12. ~e4 ~C2+! 13. ~XC2 ~xf2+ 14. cm d1 ~f 1 mate.

11 ... ~f5 12. ~xb7 ...

Las blancas parece que prefieren recibir mate antes que perder la Dama.

12 ... ~c2+ 13. ~d1 ...

Está bien claro que si 13. cmf1 ~xf2 mate. Y que si 13. '@!l e2, las negras podrían elegir entre dos mat es diferentes: 13 ... ~xf2+ 14. cmd1 ~e1 o bien: 13 ... ~xc4+ 14. d3 ~xd3.

13 ... ~xf2+ 14. ~e2 ~d3+ 15. ~f3 ~e 1 mate

(posición final)

LAS TORRES DE KUROWSKI Por el Dr. Andrzej Filipovicz, MI.

En la década de los años 50 (1952- 7 959) fui miembro del Club de Ajedrez "Polonia", que resultó vencedor del Campeonato de 7 959. Entre mis amigos en el club estaba

el Candidato a Maestro Wa ldemar Kurowski a quien le gustaban tanto las partidas "blitz" (relámpago), que jugaba con la misma velocidad las partidas de torneo. Muchas veces

empleaba, para una partida clásica (40 jugadas en 2 horas y media) de uno a tres minutos. Recuerdo perfectamente que permanecía siempre sentado frente al tablero y,

cuando su oponente realizaba una jugada, inmediatamente la mano de Kurowski tomaba alguna pieza para replicar. En este sentido, este hábito ponía muy nerviosos

a sus adversarios y sus resultados, en general, no eran malos. Es fácil de comprender que Kurowski haya sido el héroe de muchas historias.

Yo quiero mostrarles sus "creaciones " en el campo de "torre activa".

TORRE DE KUROWSKI NÚM. 1

Sucedió en la partida contra otro candidato a maestro, Olej, en el match por equipos dispu­tado en Crakovia en 1957. No tengo el orden de jugadas, pero sí recuerdo bien la posición final de su torre. Fue algo así:

CRAKOVIA, 1957

D Kurowski • Olej

Contemplando esta ridícula posición, todos los participantes en el match estuvieron a punto de reventar de risa y le dijeron a Kurows­ki: "Tú vas a ser famoso para siempre". Sin embargo, durante 40 años no he podido en­contrar una posiciónsimilaren los más dedos millones de partidas jugadas en todo el mun­do. Finalmente, en 1998 fui afortunado, pues dos grandes maestros jugaron la siguiente partida en Polonia:

OPEN CAFÉ KOSZALIN VARSOVIA, 1998

DR. Mainka • O. Romanishin Defensa de los dos caballos

1.e4 e5 2. ~f3 ~c6 3. ~c4 ~f6 4. d3 ~e7 5. 0-0 0-0 6. ªe1 d6 7. a4 ~a5 8. 'º"a2 c5 9. c3 'º"e6 1 O. ~a3 ~d7 1 1. b4 ~c6 12. ~xe6 ~xe6 13. b5 ~a5 14. c4 ~h5 15. ~d2 ~d8 16. ~b1 f5 17. ~c3 f4 18. ~d5 ~f6 19. ªb1 ~xd5 20. exd5 ~f5 21. ~e2 ~c7 22. ~c3 ªf6 23. ~d2 ªg6 24. ~e4 ~d7 25. ~f3 ªb8 26. ~e4 b6 27. ~xa5 bxa5 28. v¡g f1 ªf8 29. h3 ~d8 30. v¡gg1 ~e7 31. ~h2 ~d7 32. ªh1 ~e7 33. ~g1 ~h4 34. ªh2 ~c7 35. v¡gh1 ~d8 36. ªg1 54e7 37. ~d1 'º"d8 38. g3 ~e7 39. h4 ~d7 40. g4 ...

Y ahora, después de 40 ... h5?? las negras "alcanzan" la posición con la "clásica" TORRE DE KUROWSKI. La partida continuó así:

41. g5 f3 42. ªg3 ªf4 43. ªhh3 ~f5 44. 9

~xf3 ~g4 45. ~e2 r!e7 46. ~e3 y las negras abandonaron.

Después de 46 ... ~xf3 47. ~xf3 ~xf3+ 48. ~xf3 las blancas pueden jugar 49. b!.g3 segui­do de la maniobra <í"le4-c3-e2 junto con f4, ganando la torre "ahogada".

TORRE DE KUROWSKI NÚM. 2

Algunos años después, Kurowski creó su "segunda torre". Esta vez en el final, pero también torre "ahogada"!

O W. Kurowski • N. N. Polonia

En esta posición las blancas jugaron 1. b4 ?? y, después de 1 ... ~e4 tuvieron que abando­nar inmediatamente.

Fueron mucho más fáciles de encontrar los siguientes ejemplos de esta original idea.

CAMPEONATO USA, 1993

O L. Christiansen • A.lvanov

10

El gran maestro Christiansen estuvo cerca de "un ideal", pero después de 34 ... r!d5 35. b4 r! xe6 36. <í"lxe6 ~xe6 lamentablemente al ­canzó la posición correspondiendo jugar al bando contrario, lo cual destruyó de raíz el concepto. Siguió así:

37. bxa5 bxa5 38. ~xa5 ~e3 39. h4 ~96 40. ~f2 ~b3 41. g4 h5 42. gxh5+ ~h6 43. ~g2 ~c3 44. a4 ~c4 45. ~g3 ~c3+ 46. ~f2 ~c4 47. ~e3 ~xh4 48. ~as ~h7 49. ~as ~h6 50. ~f3 ~c4 y se acordaron tablas.

BUDAPEST, 1995

O H. Wohlfart • G.lzsak

;. !

Ahora las blancas comienzan la maniobra yendo a la posición de la T arre de Kurowski núm. 2:

35. ~e4 ~d2 36. ~a4 a5 37. b4 cxb4 38. cxb4 ~d4 39. a3 ...

¡Bravo! Las blancas "logran", finalmente, la clásica posición. Después de unas pocas ju­gadas:

39 ... ~xe5 40. ~g3 ~d5 41. ~f3 b!, f4+ 42. ~g3 f6 43. 11i?h3 b!,c4 44. ~g3 ~c6, las blancas abandonaron.

OPEN DE CALCUTA, 1996

D N. Mishra • R. Shetty

(ver diagrama)

El jugador indio, conduciendo las piezas ne­gras, escogió la cuarta versión, desarrollan­do mucho la idea principal:

28 ... b5 29. b!,c5 ~e7 30. b!,d4 f5 31 . e4 b!, f8 32. e5 b!,b8 33. b!,d6 y las negras abandonaron .

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11

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DE INTERÉS TEÓRICO Por Fernando Visier. Ex campeón de España.

Un título que resulta algo raro para esta sección, donde siempre se anuncian Inmortales o La maté porque era mía ... Pero es que se trata de una partida

en la que se plantea una línea particularmente interesante para la teoría de las aperturas, remisa ésta a decir su última palabra respecto al tema. En lo que se refiere al contenido táctico, va bien servida, como tiene que ser ... y como se exige

para entrar en tan romántico club. Escaso de referencias para poder extenderme en datos que afectan a los contendientes

(sólo tengo lo que pongo), diré que se jugó por correspondencia, en el año 7 988.

D C. Cranbourne • Crespo Defensa lndo-Benoni (Por trasposición: India de Rey, ataque de los cuatro peones)

1. d4 2. c4 3. d5 4. {)c3 5. cxd5 6. e4 7. f4

7 ....

{)f6 c5 e6 exd5 d6 g6

Para 7 ... ~e7?! sirve de modelo la partida Panno - Aitken, Olimpiada de Munich, 1958, que si!¡Juió con 8. {)f3 (si 8. ~b5+ {}f-d7) 8 ... ~g4 (SI 8 ... {)xe4 9. {)xe4 ~xe4+ 10. ~f2, con excelentes perspectivas de ataque) 9. h3 ~xf3 1 O. ~xf3 ~g7 11. ~d3 0-0 12. O-O {}b­d7 13. ~d2, y las blancas quedaron con ven­taja.

8. {)f3

Tienen su sitio en los libros de t eoría 8. ~b5+ {}f-d7! y 8. e5!?, un sitio de menor prestancia 12

que el que ocupa el desarrollo natural que vemos en la partida.

8. ... 0-0 9. ~e2

Hay que mirar en el capítulo de las excepci'o'­nes para encontrar 9. ~d3, jugada que, no obstante, también se ha empleado, no con demasiada fortuna, todo hay que decirlo.

9 .... b1.e8

Si el uso determina la importancia -a eso estamos acostumbrados-, habrá que dar a la jugada de torre los honores de línea principal. Y es probable que se lo merezca por sí misma, sin más zarandajas, pues 9 ... b5 y 9 ... {)a6 no acaban de resultar suficientemente eficaces frente al avance 10. e5. Caso distin­to es el de 9 ... ~g4, probada con garantí a de obtener igualdad después de 1 O. 0-0 (si 1 O. e5 ~xf3! 11. ~xf3 dxe5 12. fxe5 {} f-d7 13. e6 {)e5, etc).

10. e5!?

La continuación preferida por los espíritus románticos y aventureros (también de quie-

nes se preparan concienzudamente la varian­te para sorprender a determinado adversario en determinado momento) Las blancas, en su impetuoso y temprano ataque parece que olvidan algunas de las reglas dictadas para disuadir de tales procedimientos: no abrir el centro con el rey sin enrocar y, otra, no regalar material sin una compensación ade­cuada (en realidad, el avance e4-e5 se empe­zó a jugar con idea de seguir con e5-e6). Se acepta como línea más sólida 10. 0ld2.

10 . ... dxe5

Aquí hay algl!ien que conoczco: 1 0 .... 0lf -d7 11. exd6 a6 12. a4 0lf6 13. 0-0 ~g4 14. 0le5 ~xe2 15. ~xe2, con alguna ventaja para las blancas, Lehmann - T orán, Munich 1954.

11. fxe5 0lg4 12 . .\?l.g5!

En referencia a un comentario anterior: aquí se solí a jugar 12. e6?!, pero los malos resulta­dos que dio en la práctica dejó paso a 12. ~g5.

12 . ... f6

Durante algún tiempo se jugó casi sistemáti­camente 12 ... ~b6, pero los resultados obte­nidos fueron poco convincentes para las ne­gras. Después de 13. 0-0, la ganancia de la calidad 13 ... c4+ 14. 11\'Jh1 0l f2+? se convierte en un presente griego, porque 15. bixf2 ~xf2 16. 0le4 otorga ventaja decisiva a las blan­cas. Claro que, conocido tal inconveniente, lo suyo es jugar 13 ... 0lxe5 14. 0lxe5 ~xe5 15. ~c4!, con sobrada compensación por el peón sacrificado. O bien 14 ... ~ f5 15. d6 o 14. 0la4, que deja una posición con posibilidades más o menos iguales para ambos bandos.

13. exf6 ~xf6 14. ~d2

La partida Vanin - Okladnikov, URSS 1969, tomó otro rumbo: 14. ~xf6 ~xf6 15.0-0 0le3 16. ~d2 0lxf1 17. bixf1 ~f5 18. ~c4 0ld7 19. d6+ 11\'lg7 20. 0ld5 ~xd6, y acabaron ganando las blancas, pero no como consecuencia de la ventaja que pudieran tener en este momento (Petrosian estima que están mejor las ne­gras), sino por errores cometidos posterior­mente.

14 . ... ~f5

Los cambios en g5 son claramente favora­bles a las blancas. Ejemplos: 14 ... ~xg5 15. ~xg5 ~xg5 (si 15 ... ~ f5 16. ~xd8 bixd8 17. h3 0lf6 18. 0-0, y las blancas están algo mejor, Forintos- Enklaar, Wij aan Zee, 1974) 16. 0lxg5 ~f5 17. h3 0le3 18. g4! ~d7? (es mejor 18 .. h6 19. 0lf3 ~d7, aunque las negras logran salir de su inferioridad) 19. 11\'Jd2! bie5 20. 0lg-e4, con ventaja decisiva, Vaiser -Arizanov, Pula, 1988.

15. 0-0 ~xg5

La Enciclopedia toma como línea principal 15 ... 0ld7 16. h3 (16. ~b5 y 16 ~f4 son dos alternativas serias) ~xg5 17. ~xg5 0le3 18. ~h6 0lxf1, y evalúa la posición como equili­brada, Szabo - Timman, Amsterdam, 1975. Creo que vale la pena completar el desarrollo de esta interesante partida: 19. 0lg5 ~e7 20. d6 ~e3+?! (tablas por jaque continuo sería el resultado lógico después de 20 ... ~g7! 21. ~c4+ 11\'Jh8 22. 0lf7+, etc) 21. 11\'J xf1 0l f8 22. bid1 bie5 23. d7 bid8 24. ~c4+ ~e6 .

Szabo - Timman

25. 0lxe6!! bif5+ (si 25 ... ~xh6 26. 0lxd8+ 11\'lg7 27. 0lc6!) 26. 0lf4+ 'iil11h8 27. 0ld5 ~e4 28. ~e2 0le6 29. ~f3 ~c4+ 30. 11\'Jg1 0lxf4 31. 0le3 ~e6 32. 0lxf5 ~xf5 33. bie1 0le6 34. ~g4 Abandonan.

16. ~xg5 ~xg5 13

También es conocido 16 ... 0>e3 17. ~h6 ~e7 18. ~b5 ~d7 19. bl.a-e 1, con juego complica­do, Peev - Janosevic, Nis 1972.

17. 0> xg5 0> e3 18. ~b5! bl.d8

Si 18 ... bl, f8 19. bl, f2, y mejor las blancas.

19. bl.f-e1!

Un sacrificio de calidad que no causa dema­siada extrañeza, ya que, como hemos visto en anteriores análisis, se trata de una entrega que casi resulta familiar en la línea que está en juego.

19. ~c2 20. bl.e7

20. ... a6

e) 21 ... ~c2 22. ~c4 bl.d7 (si 22 ... b5 23. ~xb5 bl.d7 24. d6+ ~h8 25. bl.e8+ ~g7 26. ~e6+ ~h6 27. ~xc5, y ganan) 23. d6+ ~h8 24. bl.e8+ ~g7 25. 0>e6+ ~f6 (si 25 ... ~h6 26. bl.f8! g5 27. h4! ~g6 28. h5+ ~h6 29. bl.f6+ ~g6 30. hxg6 hxg6 31. bl.f2 ~h7 32. 0>e4, y ganan) 26. 0>d5+ ~e5 27. ~c7+ ~d4 (si 27 ... ~xd6 28. bl.e6++) 28. b3! a6 29. ~e6+ ~e5 30. ~g5+ ~d4 31. ~f3++ d) 21 ... a6 22. gxf5 gxf5 (si 22 ... axb5 23. ~c-e4 ~d7 24. f6, y ganan) 23. ~d3 bl.d7 24. bl.e8+ (24. bl.e1 también es favo­rable al blanco) 24 ... ~g7 25. ~xf5, con ven­taja para las blancas.

Hay muchas otras cosas que se han quedado en el tintero. Esperamos que el lector discul­pe los recortes, hechos con idea de ahuyen­tar el aburrimiento.

21. ~c4 b5

Tiene muy mal aspecto la tarea bloqueadora de la torre, 21 ... bl.d6 22. bl.f1 ~d7 23. g4, o 24.·' ~c-e4 ~xa1 23. ~xd6, siempre con manifies­ta superioridad de las blancas.

22. bl.f1 bxc4

Las negras tienen pieza de ventaja, pero su posición no es nada cómoda, como se de­mostrará de inmediato.

El comentarista advierte que los análisis que siguen son ajenos a su esfuerzo. Diríjanse, pues, todas las críticas, sean para bien o para mal, al anónimo y esforzado maestro que legó el trabajo. Antes de contestar a la pregunta más peliaguda (qué pasa si se cap­tura la torre), señalamos que 20 ... ~d7 21. bl.f1 ~f6 22. ~c4 y 20 ... h6 21.bl.f1 hxg5 22. g4, dan ventaja a las blancas. Pasemos a examinar la principal alternativa: 20 ... ~xa1 23. g4!! 21. g4!!. Por su extensión y contenido - no menos por clarificar el asunto-, las variantes No es aventurado afirmar que las blancas que si~uen se singularizan atendiendo a las acaban de obtener ventaja decisiva. socomdas distinciones a), b), e), etc.

a) 21 ... ~xg4 22. ~c-e4 bl, f8 23. d6, con ventaja decisiva.

b) 21 ... ~d7 22. ~c4 b5 23. ~xb5 ~xb5 24. ~xb5 h6 (si 24 ... ~c2 25. 0>e6, y ganan) 25. ~e6 bl.xd5 26. ~c4 bl.d1+ 27. ~f2 bl.c1 28. ~d5 bl.d1 29. ~xa8 bl.d2+ 30. ~g3, y ganan. 14

23. ... ~e3

Hay mucho para elegir y poco bueno . para llevar. Si 23 ... ~xg4 24. bl.f-f7 ~f5 25. bl.g7+ ~h8 26. bl.xh7+ ~g8 27. bl.e-g7+ ~f8 28. ~e6+ ~xe6 29. dxe6 ~c6 30. ~e4, y ganan. Si.23 ... h6 24. ~h7 (27. gxf5) 24 ... ~xg4 25. bl.f-f7 ~d7 26. 0>e4, y ganan. O bien, 24 ... ~d4

25. gxf5 ~xf5 (25 ... gxf5 26. l.W f2!) 26. ~f6+ l.W f8 27. l;'l,b7, con parálisis total de la posición negra. Y, por último, si. 23 ... ~d4 2_4. g~!5 gxf5 25. ~xh7, manten1endo una s1tuac1on dominante.

24. gxf5!

Mediante 24. l;'l,xe3, se puede ganar sin derra­mamiento de sangre.

24. ... ~xf5

Trata de colaborar en la defensa, toda vez que 24 ... ~xf1 25. f6 l;'J,f8 26. l;'l,g7+ ~h8 27. l;'l,xh7+ <mg8 28. f7+ l;'l,xf7 29. l;'l,x f7 ~e3 30. h3! a5 (30 ... ~f5 31. ~e4) 31. <mf2, sería para abandonar.

25. l;'l,c7! ~d7

Discutir la séptima línea con 25 ... l;'l,d7 daría lugar a 26. l;'l, c8+ <mg7 27. ~e6+ <mh6 (27 ... l.Wf6 28. ~c7) 28. l;'J,f3 ~h4 (si 28 ... ~h5 29. ~e4 l;'J, f7 30. l;'l,c 7, pues 30 ... l;'l,xc 7 31. l;'l,h3+ l.Wg4 32. ~f2++. y 28 ... ~g7 29. l;'l,h3+ ~h5 30. ~d1, para ~e3, etc.) 29. l;'l,h3 g5 (si 29 ... l.Wh5 30. ~e4 l;'l,f7 31. l;'l,c7!, o el simpático mate 30 ... <mg4 31. ~f6+ <mxh3 32. ~g5++) 30. l;'l,g8, y ganan.

26. ~c-e4! ~f8

Pierde mansamente, aunque las líneas de fuerte res_istencia están tan ocultas que no se ven. S1 26 ... ~e3 27. l;'J,f7 h6 28. bl.cxd7 Zd,xd7 29. ~f6+, etc. Y, si 26 ... h6 27. ~e6 l.Wh8 ('27 ... ~e3 28. ~f6+) 28. ~xd8 l;'l,xd8 29. l;'l,e1, y el final sería técnica rutinaria.

27. ~f6+ <m h8

28. l;'l,xf5!

Elige el remate más vistoso. También ganaba 28. ~f7+ l.Wg7 29. ~xd8+ <mxf6 30. l;'J,f7+, etc.

28 .... 29. ~e6

gxf5 bl.d6 (7)

Harakiri provocado por la insolvencia de 29 ... ~d7 30. ~xd7 l;'l,g8+ (30 ... l;'l,c8 31. l;'l,b7) 31. l.Wh1 l;'l,g6 32. ~e5 l;'J,f6 33. ~f7+ (33. l;'l,t7 es la jugada del artista) 33 ... <mg8 34. ~f-g5 l;'l,g6 (34 ... h6 35. l;'l,g7+ y 36. d6) 35. d6, etc.

30. l;'l,g7 Abandonan.

El mate es inevitable.

PROBLEMAS Por "El Federal".

A S. Loyd ( 1881 ) B

Mate en dos (10+2). Mate en dos (5+1). 15

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CONTRA LA «FORMACIÓN MAROCZY» Por el gran maestro Fernando Visier.

Algunas líneas de la Apertura Inglesa y muchas más de la Defensa Siciliana dan pie a las blancas a establecer una férrea disposición de peones que dificultan

enormemente el juego de las negras. Situados estos en las casillas c4 y e4, conceden al primer bando una clara supremacía de espacio, lo que a la larga,

si no encuentra la debida oposición (contrajuego) del adversario suele conducir a la progresiva suma de ventajas posicionales y el consiguiente logro del triunfo.

Estrin - Vasjukov URSS, 1955

Juegan negras

Nada mejor para las negras que poder avan­zar el peón de dama ( d6-d5 ), y así discutir de una vez por todas con los orgullosos peones blancos de c4 y e4. Pero, sin necesidad de perderse en largos análisis, se comprende que dicho plan es inapropiado, ya que supon­dría el sacrificio de un peón sin ninguna con­t rapartida. Es por esto que en la mayoría de los casos las negras traten de minar los pilares mediante la agresión lateral b5 y f5. En tal caso, al desaparecer una parte del armazón, el control que ejercen las blancas en el centro del tablero deja de ser tan preocupante. El ejemplo que veremos en pri­mer lugar tiene todos los ingredientes pro­pios de la estrategia a seguir en casos de similar naturaleza. Los tres puntos de ruptura que deben atenderse, las blancas para impe­dir su agresión y las negras para poder reali­zarlas, entran en conflicto a lo largo de lo que resta de partida. Para su suerte y en pago a la f eliz ejecución de sus planes (incorporación precisa de la táctica) serán las negras quie­nes lleven a buen puerto sus objetivos.

17. b5! 18

Se efectúa una de las rupturas temáticas con la garantía de que no supone ningún costo de material.

18. cxb5 axb5 19. 0Jxb5

La censura prohíbe 18. ~xb5, por 18 ... ~a6.. , No quiere esto decir que 0Jxb5 sea de lectura obligada, antes bien, a medida que se des­arrolla la partida va tomando fuerza su dudo­so valor. Pero lo malo del asunto es que la suplente, 19. a3, tampoco tiene motivos para sentirse menospreciada por la titular: 19. a3 ~a6 20. b4 0Jc4 (es arriesgado 20 ... 0Jxf3+ 2 ~. ~xf3 ~xc3 22. 0Jf5) 21. 0Jxc4 bxc4, prelud1a el avance d6-d5, que llenaría de vida el juego negro. Naturalmente, 20. 0Jxb5? ~a5 tiene poco que analizar.

19 .... 20. 0Jc3

gxa2

La tentadora 20. 0Ja3, para encerrar la pieza intrusa, se contestaría satisfactoriamente con 20 ... ~b6 21. ~b5 (si 21. 0Ja-c4 ~b5!, para ~a6 y d5) 21 ... ~xb5 22. 0Jxb5 ~a6 23. 0Jc3 ~xf1 24. 0Jxa2 ~d3 25. ga1 ga8, con ventaja decisiva de las negras.

20. ... gaS 21. gd1

(ver diagrama)

21. ... ~a6

Entendiendo el plan estratégico como dog­ma, las negras deberían continuar con 21... f5; no obstante la observación, que supone­mos válida, Vasjukov prefiere situar previa­mente un par de piezas en lugares que le parecen más adecuados.

22. ~c2 ~b6 23. lli?h1 f5!

Ahora sí. Al ser muy confortable la posición que resulta de 24. exf5 gxf5 (en el centro quedarían peones voladores), las negras ti e-

nen razones sobradas para sentirse satisfe­chas del desarrollo de la lucha, lo que no es óbice («ni cortapisa», como dirían otros) para reconocer que una torre en c8 tampoco esta­ría nada mal.

24. f4

Puestos a buscar recursos que merezcan la pena, 24. b4!?, con idea de b5 y ~b3, podría entrar en el sorteo.

24 . ... 25. ~f1

~f7

Tal vez acongojado por los ayes del alfil de c, 1, que quiere darse un garbeo.

25. ... fxe4 26. ~xe4

Y el sufrido alfil sigue sin pase de pernocta. Él debería entender que 26. ~e3 ~b4 27. ~xe4 (27. ~xe4 ~xc3) 27 ... 'ªf-c8 28. <0lc3 (28. ~d2 'ªxc2 29. ~xb4 ~xfl 30. 'ªxf1 'ªa4) 28 ... d5, y ganan negras.

26 . ... 27. ~f2

'ªa-eS ~c6

El final es mejor para el negro, pero se com­prende que quiera algo más.

28. ~c3 (ver diagrama)

28. ... g5!

En lugar de la natural 28 ... d5, Vasjukov pre­fiere facilitar el camino al compañero de e6, para que vayan de la mano.

29. ~g3 d5 30. 'ªe1 d4 31. ~d1

No hay mejor cuadra. Si 31. <0le4 ~xf1; si 31. <0la2 ~xf1 32. 'ªxf1 ~c4; y, si 31. ~e2 ~c2 32. <0ld2 ~xe2 33. 'ªxe2, y 33 ... gxf4 o 33 ... <0le5 dan ventaja decisiva a las negras.

31 . ... 32. ~xf4

gxf4 eS

Una posición de pena. El alfil no puede ir a d2, a causa de ~xf1 y ~c2. Y meterse en la cuna, 33. ~e 1, acabaría con pesadillas ... 33 ... <0ld6 34. ~d2 e4, etc.

33. 'ªc1

Gana una pieza

34. 'ªxc8 35. ~a3 Abandonan

~f6

'ªxc8 · exf4

Partiendo de una posición donde los recursos de las negras (rupturas tématicas antes cita­das en bl), f5 o d5) evidencian tener mayores dificultades para su ejecución, viene a ser la táctica quien protagonice la difícil tarea que se impone el maestro Forintos al sacrificar un peón, en plena apertura, inducido, eso sí, por los conceptos estratégicos que hoy trata­mos.

Honfi - Forintos Hungría, 1968

(ver diagrama)

De las tres rupturas que hablamos, b5, d5 y f5, en este caso es la primera de las citas la que parece tener mejores expectativas, aun­que su inmedita puesta en marcha significa­ría, a golpe de vista, la entrega de un peón. El jugador pausado -¿t imorato?- pensaría en otras alternativas de menor riesgo: a6, ~d7 o ~a5 . Veamos cuál era el estado de ánimo del maestro Forintos.

10. b5!!? 19

Juegan negras

Como vamos a tener ocasión de comprobar, las complicac iones que conlleva esta entrega de peón son imposibles de calcular en su conjunto. Se trata, por tanto, de un sacrificio posicional que está engarzado dentro de la estrategia recomendada para luchar contra la formación Maroczy,

11. 0Jxb5

Si se captura con el peón, 11. cxb5, el rumbo predecible que hubiese tomado la partida sería: 11 ... ~b 7 12. 0Jd5 0Jh5 13. ~d2 ~xb2 14. ~xb2 e6 15. 0Jc3 0J f4 16. 0-0 ~f6 ( 16 ... f5!? ), con fuerte iniciativa de las negras.

11. ... ~b7! 12. f3

A 12. ~ f3, seguiría como en la partida 12 ... a6 13. 0Ja3 ~a5+.

12. ... a6 13. 0Ja3

Para no permitir 0Jxe4.

13 . ... 14. ~c3

(ver diagrama)

14 . ...

~a5+

~g5 !

Fuerza el debilitamiento del flanco de rey, de entrada, porque 15. 0-0? 0Jh5 16. ~c2 0J f4 17. g3 ~xb2 18. ~xb2 0Jxe2+ 19. ~f2 ( 19. ~xe2 ~c5+. etc. ) 19 ... 0J f4 ( 19 ... 0Jc3) 20. gxf4 ~xf4, seguido de f5, daría ventaja decisiva a las negras. Y, por añadidura, obligará a las blancas a renunciar a su enroque.

15. g3 16. ~c2

20

0Jh5 ~a5+

17. ~d1

En f1 quedaría más expuesto a la siguiente ruptura. ~ ·

17. 18. exf5

f5! .1:'l,xf5

Serán muy pocos los que estén en el secreto de saber si la horquilla que en este momento permitieron las negras ( 19.g4) tenía un antí­doto garantizado por el análisis o, lo que algunos piensan, si el agresivo juego de las negras obedece al camino sin retorno que tantas veces marca la alianza ciega y confia­da con los conceptos.

19 . .!:'í,f1

He aquí algunas variantes que se derivan del avance del PCR: 19. g4 ~xf3 20. ~xf3 .!:'í,xf3 21. gxh5 ~xh5 22. ~c1 .º<h6+ 23. ~b1 .1:'l,a-f8 24. l;J.e1 (si 24. ~d1 ~f5+ 25. 0Jc2 .!:'í,d3 26. ~e1 .!:'í,d2 27. ~c1 ~d3 28. ~d4 ~g7, y gana'n. O bien 25. ~c2 l;J.f1+ 26 . .1:'l,xf1 ~xf1+ 27. ~c1 .!:'í,f2 28. ~c3 ~g7 29. ~e3 .!:'í,b2++) 24 ... .1:'l,e3! 25. ~c3 .1:'l,xe1+ 26. ~xe1 ~c5 27. ~e4 (27. b4

~e3) 27 ... ~xa3 28. ~d5+ bJ,f7 29. ~c2 ~g7, con gan ventaja de las negras. Nuestro análi­sis, estrecho para lo que exige la complejidad de la posición, deja sin considerar otras mu­chas posibilidades, en especial 19 ... bl, xf3?! y 20. gxf5!?. Estamos seguros que el lector sabrá desenvolverse bien por estos terrenos inexplorados.

19 . ... bl,a-f8

Impertérrito ante la latente amenaza de la horquilla (también conocida como calzonci­llos), Forintos presiona con todo lo que puede sobre f3.

20. b4

' ·Descargar la presión que sufre el peón de f3 mediante su avance sirve para mantener el peón de ventaja, por el momento, pero no es una solución definitiva al desorden que sufre la posición blanca. No obstante, el valor de la activa defensa que idea Honfi, de toma y daca, más que medirlo en quilates debería­mos hacerlo con la vara del coraje. Insistien­do en la aparente ganancia de material que se produciría después de 20. g4, la siguiente variante abre la puerta a la polémica: 20. g4 bl,x f3! 21. bl,xf3 ( 21. ~xf3 bl,xf3!) 21 ... bl,xf3! 22. gxh5 ~h6! ( amenaza ~e4 ) 23. ~d4 ~e4 24. ~b2 ~f5 25. ~xf3 (si 25. ~e1 ~d3 26. ~xd3 ~xd3 27. ~f2 bJ, f5, y ganan. O bien 27. ~e2 ~xd4) 25 ... ~xf3+ 26. ~e2 ~h1+ 27. ~g 1 ~xh2 28. ~f2 ~xh5+ 29. ~e 1 ~g5 30. ~g1 ~f4 31. bl,d1 ~a5+ 32. ~f1, y es proba­ble que las negras no puedan pasar de hacer tablas. Como todas las variantes largas y con escasas ramificaciones, ésta debe pasar por el taller de verificar.

20. 21. ~xg7 22. bl,b 1 23. bl,xb7 24. ~e1

~xb4 fl>xg7 ~xa3 bl,a5

Tomar el peón de e7 daría mayor empuje al siguiente salto de caballo.

24. ... fl>f 5 25. ~b2 ~e3!

Aunque 25 ... ~xb2 resulta favorable a las ne­gras, Forintos mantiene las damas sobre el ta­blero con el fin de explotar la expuesta situación del rey enemigo. Hubiese sido menos eficaz 25 ... ~c5?, a causa de 26. g4 fl>d4 27. bl,xe7, etc.

26. bl,b3 ~c5 27. b),f2

Después de 27. ~d2 fl>d4 28. bl,d3 (28. bl,b7 ~e5!) 28 ... e5, las negras mantienen una firme iniciativa.

27. ... bl,a4! 28. ~d3

Si 28. ~f1 fl>e3+ 29. ~e1 (29.~g1 fl> g4!) 29 ... fl>xc4, debe ser suficiente para ganar.

28. fl>d 4 29. bl,b8 bl,a3! 30. ~e47

Resultaba imprescindible cambiar en f8.

30 . ... 31. ~d27

Con todo lo desagradable que parezca, el único modo de resistir consistía en 31. ~f1 ~XC4+ 32. \l!l1g2.

La partida está decidida. Si 32. bl,xb3 bl,xb3, y queda atacada la torre de f2.

32. axb3+ 33. ~d5+ Abandonan

bl,xb8 e6 ..

21

111 PASO A PASO, SIN PRECIPITARSE

Por Fernando Visier. Ex campeón de España.

En la bolsa ajedrecística las imprecisiones más que cotizar a la baja casi siempre arruinan. Por eso, cuando alguien se empeña en que le dé soluciones para un final

que entiende dudoso, lo que hago para no equivocarme es buscar entre la calderilla de la retórica una frase hecha, y se la regalo: ajuégalo con mucha paciencia ». La técnica,

sin ser de dominio público (la de lujo sólo alcanza a unos pocos), se puede adquirir sin más desembolso que el estudio y el propio esfuerzo, y se conserva dándole brillo de vez en cuando (la mejor gamuza es el repaso periódico de lo que uno cree conocer

al dedillo), mientras que las conductas psicológicas imprescindibles para estar a la altura de las circunstancias llevan casi siempre a su lado un lastre de precipitación y optimismo.

K. Sakajew - R. Kholmov Moscú, 1998

21 ....

Juegan negras

0J xd4

Este cambio impide que la casilla d4 pueda ser ocupada posteriormente por alguna pieza blanca, en especial por el rey, que, llegado el caso, ejercería una acción directa de ataque sobre el peón de dama negro. Pero, aun dando por buena la intención, el problema intrínseco de la posición negra no queda resuelto, dado que se mantiene viva la venta­ja del caballo sobre el alfil. No obstante, eludir el cambio no agranda las perspectivas de defensa, al menos a tenor de la siguiente variante: 21 ... 0Je5 22. b3 'iJ. c7 (si 22 ... 0Jg4 23. ll!!?e2) 23. ll!i?d2 0Jg4 24. f3 0Jxe3 (24 ... 0Je5!?) 25. 0Jcxb5 axb5 26. ll!!? xe3, con manifiesta superioridad de las blancas.

22. exd4 a57!

Confía en la inoperancia de 23. 0Jxb5 'iJ.b7 24. a4 ~d7, algo que, obviamente, no entra en los cálculos de Sakajew. La mejor continua-22

ción es probable que se derive de 22 ... 'iJ.b7, para intentar b4, o 22 ... '!J.c7.

23. ~d2 b4

24. 0Ja4!

Después de 24. axb4 axb4 25. 0Je2 ~f5, que amenaza 'iJ.a2, las blancas estarían cerca de perder la ventaja. Más interesante, aunque igualmente inferior a la de la partida, es 24. 0Jb5 'iJ.b7 25. a4 ~f8 (25 ... ~d7 26. 'iJ.c1) 26. '!J.c1 ll!!?e7 (26 ... ~d7 27. '!J.c5) 27. 0Jc7 (27. '!J.c5!?) 27 ... ll!!?d7 28. 0Ja6, seguido de 0Jc5, con posición dominante de las blancas. Tam­bién da ventaja 28. 0Jxe6 fxe6 29. 'iJ.c5 'iJ.a7, pero y a se sabe que los finales de torres siempre resultan problemáticos.

24. 25. bxa3 26. ll!?c3 27. 0Jc5

bxa3 '!J.b7 ll!? f8 'iJ.b57!

Más tenaz parece 27 ... '!J.b8, que permitiría responder al inmediato asedio del peón de

torre con un jaque persuasivo: v.g. 28. 0>b3 z:l.c8+.

28. 0>b3!

Mala solución tiene la defensa del peón de torre. Si 28 ... a4 29. 0>c5 z:l.a5 30. z:l.b 1, etc.

28 . ... 'f/!Je7

29. z:l.a1!

Sakajew se toma las cosas con calma, como mandan los cánones. La impaciencia es veci­na molesta que nunca se harta de ofrecer sus engañosos favores. Precipitado y malo sería

, '29. a4? a causa de 29 ... z:l.b4 30. z:l.a1 ... (30. 0>c5 ~f5!) 30 ... z:l.c4+ 31. ~b2 ... (31. ~d3 ~f5+) 31 ... ~d7 32. 0>xa5 z:l.xd4, y el decora­do cambiaría por completo.

29 . ... ~d6

Transige con la pérdida del peón sin más beneficio -si así puede llamarse-, quemante­ner en juego todas las piezas que hay en el tablero. Las alternativas eran: a) 29 ... ~d7 30. a4 z:l.b8 31. 0>xa5 z:l.c8+ 32. ~b3 z:l.b8+ 33. ~b4, con ventélja decisiva. b) 29 ... ~d7 30. a4 z:l.b4 31. 0>xa5 z:l.xa4 32. z:l.xa4 ~xa4 33. 'f/!1b4, y el final es de la familia de aquellos otros que con tanto acierto ha dejado analizados el G.M. Y. Abervaj, en los que casi siempre se lleva a buen término el acoso sobre el peón sufridor, en este caso el negro de d5. No obstante la marcada diferencia que los sepa­ra, añadiremos más tarde a modo de apéndi­ce un ejemplo donde el bando fuerte no puede ganar, a pesar de contar con el peón central libre de impuestos.

30. a4 31. 0>xa5 32. ~d2

z:l.b7 z:l.c7+ ~d7

111 33. 0>b3 z:l.c4

La buena ubicación de la torre negra no com­pensa en absoluto la desventaja de material. En relidad, el final está técnicamente ganado por las blancas. Más que precisar comple­mentos tácticos de altura, lo que requiere es cuidado y tiempo.

34. a5 ~c6

La posición no da para alegrías: 34 .... ~a4 35. a6! es definitivo.

35. a6 z:l.b4 36. 0>a5!

Se aprovecha de que no sirve 36 ... z:l.xd4+, a causa de 37. ~c3, que acabaría con la fun­ción.

36. ... ~as 37. 'f/!J c3 z:l.bS

O bien 37 ... z:l.b6 38. 0>b3, que serviría tam­bién para ir estrechando el cerco.

38. 0>b3 z:l.e8 39. 'f/!Jd2

Hemos elegido este final para poner de relie­ve el importante papel que desempeña en la última fase de la partida el saber transformar las ventajas sin conceder ninguna posibilidad de contrajuego al enemigo. Está claro que Sakajew nos está ofreciendo un buen ejem­plo.

39. z:l.b8 40. ~c3 z:l.eS 41. ~d3 ~c7 42. 0>c5 ~b6 43. z:l.b1+ ~a7 44. ~d2 ~c6

23

111 45. bl,b3 55. IJ!9a5 ~as

La torre está lista para actuar en los dos O bien 55 ... ~e8 56. bl,b6 ~c6 57. <í)b7, para flancos. <í)d6 y <í)b5+.

45. 46. bl,e3 47. bl,g3

bl,e7 bl,c7 g6

Las blancas t ienen peón de más y mejores piezas. Si 47 ... f6 48 ... <í)e6 es una fácil victo­ria.

48. bl,b3 49. h4 50. bl,e3

h5 bl, e7

Siempre con la baza favorable de que el cambio de torres asegura el triunfador prota­gonismo del caballo.

50. bl,c7 51. IJ!9c3 ~b5 52. IJ!9b4

Incursión que está garantizada por la imposi­bilidad de tomar en a6: 52 ... ~xa6 53. bl,a3, etc.

52 . ... 53. bj,fJ

IJ!9b6 ~c6

Esto o dejar que la torre blanca campe a sus anchas, cosa que ocurriría después de 53 ... f5 54. bl,e3, etc.

54. ];l,f6

Poco menos que zugzwang.

54 . ... IJ!9 a 7

Si 54 ... bl,e7 55. <í)a4+ IJ!9c7 56. a7 ~a8 (56 ... ~b7 57. IJ!9c5 ó <í)b6) 57. <í)b6 IJ!9b7 58. IJ!9b5, etc. 24

56. IJ!9b5 IJ!9b8

Si 56 ... bl,e7 57. <í)d3 seguido de <í)e5.

57. bl,d6 58. <í)a4 59. <í)b6+ 60. ¡;¡, f6

IJ!9 c8 bl,e7 IJ!9c7

Más expeditivo es 60. IJ!9c5, pero no es este el momento de meter prisa a las blancas.

60. ... IJ!9b8 61. g3 bl,e2

Qué más da. Si 61... bl,c7 62. bl,d6 '{/Ja7 63. bl,d8 ~c6+ 64. ~a5, etc.

62. <í) xa8 63. bl,xf7

IJ!9 xa8 Abandonan

Capablanca - Alekhine Buenos Aires, 1927

Juegan blancas

En el comentario a la jugada nº 29 de las negras correspondiente a la partida que aca­bamos de ver, refiriéndonos a la posibilidad de plantearse un final de las características que presenta este diagrama, dijimos que su resultado no tiene por qué ser en todos los casos favorable al bando fuerte. Insistimos en que las diferencias entre éste y el que pudo darse en la partida Sakajew - Kholmov son de bulto: aquí el alfil corre por casillas negras y, además, el rey del bando débil ocupa una posición mucho más favorable. Tal como se demostró después de la partida (29

del match por el Campeonato del Mundo), con una defensa exacta, las negras podían haber salvado el final.

50. ~e2 ~b4!

Daría muy buenas oportunidades a las blan­cas 50 ... "111 e7 51. ll!í?d3 ~a5 52. "11J c4 ~b6 53. ~d4 .

51. ~d4

Las negras no pueden impedir que el caballo se sitúe en c6, que aparenta ser una excelen­te casilla, ya que mantiene a distancia al rey contrario.

51. ~c5 52. ~c6 ~f5 53. "11J f3

A 53. f3 seguiría 53... h4!, con fundadas expectativas de tablas .

53. ... "111 f6 54. g4

La idea de apoyar el avance del peón pasado se muestra demasiado lenta: 54. ~a5 ll!í?e5 55. ~b7 ll!í? xd5 56. ~xc5 ~xc5 57. ll!í? f4 f6, y tablas. ·

54. hxg4+ 55. hxg4

55 . ... ll1? g5?

El final es tablas con 55 ... ~d6! 56. ~d8 ~e7. Y también alcanza para empatar 55 ... ~b6.

56. ~e5!

Las blancas ganan.

56 . ... ~d4?!

111 Todo lo que hay en el cesto son mala juga­das. Por ejemplo: 56 ... ~a3 57. d6 "111 f6 58. d7 <f!Je7 59. ~xf7 ll1? xd7 60. ~e5+, etc. Lo más interesante parece 56... f5, pero también pierde: 57. d6! fxg4+ 58. ll!í?g2!! ~b6 (58 ... "11J f5 59. d7 ~e7 60. ~c6 ) 59. d7 <f/J f5 60. ~c6, y ganan.

57. ~xf7+ <f/J f6 58. ~d8 ~b6 59. ~c6 ~c5

60. ll1? f4!

Sólo como curiosidad cabe comentar el dis­parate 60. <f!Jg3 ~d6+ 61 . f4 g5!, y tablas. Pero tampoco está de más advertir del in­convente que presenta 60. ll1?e2 <f!Jg5 61. f3 <f!J f4, etc.

60 . ... ~xf2

La ventaja de material ha quedado reducida a la mínima expresión, pero aun así resulta suficiente para ganar. Por otra parte, si 60 ... g5+ 61. ~f3, seguido de <f!Je2 ·y f3, da una cómoda victoria.

61. g5+ V!l f7

Forzado.

62. ~e5+ <f!Je1

Si 62 ... ~g7 63. d6.

63. 64. 65. 66. 67. 68. 69. 70.

~xg6+ ll1?e4 ~f4 ll!?e5 d6+

~6d5 d7+

<f/Jd6 ~g3 ll!?e 7 ~e1 ll!?d7 ~b4 ll!? e8 Abandonan ..

25

Nivel 1 l No debe ofrecer excesiva dificultad la resolución de los problemas de este grupo

a los jugadores de primera categoría, pero sí será interesante para éstos tratar de resolverlos a ''golpe de vista'; en dos o tres minutos a lo sumo. ·

Para los de segunda categoría, calculamos como tiempo bueno para hallar la línea ganadora de cuatro a seis minutos; unos nueve o diez, para los jugadores de tercera categoría,

y un máximo de doce minutos, para el aficionado. En todo caso, un buen aperitivo para afrontar los siguientes niveles.

6.556 6.558

Blancas Negras juegan juegan y y ganan ganan

Partida: Polzin-Dinstuhl (Alemania, 1999). Tema: Partida: Maier-Kraut (Alemania, 1999). Tema: Ataque sobre columnas y diagonales.· Doble amenaza.

6.557 6.559

Negras Blancas juegan juegan y y ganan ganan

Partida: Botvinnik-Kotov(Groninga, 1946). Tema: Partida: Schiller-Lobo (San Francisco, 1998). Encaminamiento y doble amenaza. Tema: Clavada.

26

;..l

!frrw!bJO~D'iJD@lfS 111 6.560 6.563

Blancas Blancas juegan juegan y y ganan ganan

Partida:Schumacher-Moeyersons{Bélgica, 1998). Partida: Sanden-Nyberg {Suecia, 1998). Tema: Tema: Ataque sobre columnas. Encaminamiento.

6.561 6.564

Blancas Negras juegan juegan y y ganan ganan

Partida: Clarke-Orr {Irlanda, 1998). Tema: Desvía- Partida: Carlier-Winants {Bélgica, 1998). Tema: ción. Ataque combinativo.

6.562 6.565

Blancas Blancas juegan juegan y y ganan ganan

Partida: De Vreugt-Giek {Wijk aan Zee 11, 1999). Partida: Balashov-Grigorian {URSS, 1976). Tema: Tema: Doble amenaza. Demolición de la defensa.

27

Nivel 2 ~ Imperceptiblemente, se eleva el nivel

de dificultad, aunque es probable que alguno de los problemas de este nivel/e resulte

mas fácil que otros del nivel 7. Se trata de que los temas combinativos

se van conociendo y nuestras ideas son más claras. Cuatro minutos deben bastar, en cada problema,

para el jugador de primera categoría; nueve, para el de segunda;

trece, para el de tercera, y quince, para el aficionado.

6.566

Blancas juegan y ganan

Partida: Mandei-Stangl (Alemania, 1999). Tema: Doble amenaza.

6.567

Blancas juegan y ganan

Partida: Galier-Hermann (Alemania Occidental, 1965). Tema: Desviación.

28

6.568

Blancas juegan y ganan

Partida: Fette-Meszaros (Eger, 1989). Tema: Ata­que combinativo.

6.569

Blancas juegan y ganan

Partida: Dr. Euwe-Rossetto (Buenos Aires, 1947). Tema: Ataque sobre columnas y diagonales.

6.570

Blancas juegan y ganan

Partida: Knezevic-Kupreichik (Yugoslavia, 1975). Tema: Doble amenaza.

' l

Nivel 3 Un nuevo paso, quizá menos perceptible

que el anterior, en cuanto a dificultad se refiere. Para resolver /os problemas

de este nivel, un jugador de primera categoría no deberá emplear

más de cinco o seis minutos, y será un buen tiempo el de doce minutos

para el de segunda; dieciocho, para el de tercera, y veinte, para el aficionado.

6.571

Blancas juegan y ganan

Partida:Tukmakov-Rajetski (Ginebra, 1999). Tema: Demolición defensa.

6.572

Blancas juegan y ganan

Partida: Short-Arnason (Reykjavik, 1987). Tema: Desviación.

Partida: Caturian-Meyer (URSS, 1983). Tema: Desviación.

6.574

Blancas juegan y ganan

Partida: lbragimov-Arlandi (Ginebra, 1999). Tema: Ataque sobre columnas y diagonales.

6.575

Negras juegan y ganan

Partida : Naumann-Gabriel (Alemania, 1999). Tema: Cortocircuito.

29

Nive/4 La dificultad, teóricamente, es mayor

en el lote de problemas de este grupo. Pero ya algunos de los temas

nos serán familiares. Las soluciones, por otro lado, nos ayudarán a comprender las combinaciones. Siete u ocho minutos

han de ser suficientes para la resolución de cada problema

al jugador de primera categoría; quince, para el de segunda; veintidós, para el de tercera,

y veintiséis, para el aficionado.

6.576

Blancas juegan y ganan

l

Partida: Gligoric-Bidev (Belgrado, 1946). Tema: Demolición.

6.577

Blancas juegan y ganan

Partida: Hartlaub-Bernary (Munich, 1911). Tema: Doble amenaza. Encaminamiento.

30

111 6.578

Blancas juegan y ganan

Partida: Karsa-Nemet (Hungría, 1986). Tema: Obstrucción y Desviación.

6.579

Blancas juegan y ganan

Partida: Almasi-V. Kovacevic (Hungría, 1993). Tema: Ataque sobre columnas y diagonales.

6.580

Negras juegan y ganan

Partida: Wikner-Schneider (Suecia, 1998). Tema: Ataque combinativo.

Nive/5 Si ha resuelto los niveles anteriores,

podrá afrontar los de éste con buenas posibilidades de éxito.

Encare el estudio con espíritu de competición y, al final, viendo en las soluciones

cómo se resolvieron las partidas, obtendrá una valiosa experiencia.

Tiempos: diez a doce minutos, el jugador de primera categoría; diecinueve,

el de segunda; veintiséis, el de tercera, y treinta, el aficionado.

6.581

Blancas juegan y ganan

~

Partida: Valdés-Sanson (Cuba, 1927). Tema: De­molición.

6.582

Blancas juegan y ganan

Partida: Berezjuk-Meier (Passau, 1993). Tema: Ataque combinativo.

111 6.583

Blancas juegan y ganan

Partida: Makarichev-Zong Yuanming (Berl ín, 1988). Tema: Ataque combinativo.

6.584

Blancas juegan y ganan

Partida: Shirov-King (Gausdal, 1990). Tema: Ata­que combinativo.

6.585

Blancas juegan y ganan

Partida: Serper-Barsov (URSS, 1988). Tema: Com­binaciones temáticas.

• 31

L-.:§=-==w=a=.:wrc=il-=-'©!!D=-=-.::~=~---------_____jlll PORTADA

Después de agotar las posibles maniobras y no conseguir dar mate, se mira más de cerca y salta la idea: ¡se trata de un problema de análisis retrógrado! En efecto, la última juga­da de las negras sólo ha podido ser f7 -f5, como puede comprobar el solucionista. Una vez establecida esta posibilidad la solución puede encontrarse con mayor facilidad ya que después de _1. g~f6 a.p.!! si gx!6+ sigue 2. 0>xf6 mate. O b1en s1 1 .... ~xg4 s1gue 2. ~e2 mate.

PASATIEMPOS Problemas pág. 15

A 1. 0-0-0! Una clave sorprendente. Si 1 ... ~c4 ó ~c6 2. 0>d-e5++. Si 1 ... fxe6 2. 0>d-e5++. Si 1 ... ~xe6 2. 0>f4++. Si 1 ... ~e4 2. 0>e1++.

B 1. aS=~ ! f/!l a7 2. c8=0>++.

PROBLEMAS

Nivel 1

Núm. 6.556 1. ~xh7+! y las negras abandonaron, ya que, si 1... 'mxh7 2. 'ªh3+ y el mate es inevitable.

Núm. 6.557 1 ... ~xg3+! y las blancas abandonaron, ante 2. ~xg3 0>e4 (doble amenaza, una vez colo­cado el rey, enemigo "a tiro").

Núm. 6.558 1 ... ~xf1+! 2. 'm xf1 0> d2+ 3. ~e1 0> xb3 4. 'ªb1 ~f5! y las blancas abandonaron, ante 5. 'ªxb3 ~e4.

Núm. 6.559 1. 'ªeS y las negras abandonaron, ante 1 ... ~xe8 2. ~xf6+ lleva al mate.

Núm. 6.560 1. 'ªxh7+! ~xh7 2. 'ªh1+y las negras aban­donaron, pues si 2 ... ªh3 3. 'ªxh3+ y, si 2 ... ~h6 3. ~f7+ 'mh8 4. ªxh6 mate.

Núm. 6.561 1. ~dS+! y las negras abandonaron, ante 1 ... ~xd8 2. 0>e6 mate, o bien, si 1 ... ~e8 2. ~xe8+! ~xe8 3. 0>e6 mate. 32

Núm. 6.562 1. 'ªc4+! ~b7(si 1 ... bxc4? 2. 'ªb8 mate)2. 'ªxc3 'maS 3. 'ªc7 ~c6 4. a4 b4 5. ~c5 ~b7 6. 'ªxb4 y las negras abandonaron.

Núm. 6.563 1 ~h7+! y las negras abandonaron, pues, si 1 ... ~xh7 2. ~xf7 mate y, si 1 ... ~f8 2. ~b4+ ~e8 3. ~g8 mate.

Núm. 6.564 1 ... 'ªxh2+! 2. 'mxh2 0>g4+ 3. ~h 1 ... (a 3. 'mg1 ~c5+ gana) 3... ~h3+ y las blancas abandonaron, ante 4. ~g1 ~c5+ 5. ~f1 ~f3+.

Núm. 6.565 1. 0> xg5+! hxg5 2. ~xg5 0>e8 3. 'ªd6!! y las negras abandonaron.

Nivel2

Núm. 6.566 1. 'ªxe4! ~d6 (a 1 ... fxe4 2. ~d4 y recupera la torre con ventaja) 2. 'ªe6+! 'ªxe6 3. dxe6+ f/!l xe6 4. ~d4 b3 5. ªd1 .Q¡, cS 6. ~d6+ 'lli1 f7 7. 'ªd5 b2 8. 'ªxe5 y las negras abandonaron.

Núm. 6.567 1. ~e7+! ~xe7(si 1 ... '!J.xe7 2. '!J. xf2 '!J.e1+ 3. 'fJ.f1) 2. ®' g3+! y las negras abandonaron, ante este golpe de desviación, de la pieza defensora, pues si 2 ... ®'xg3 3. -ªxf7 mate.

Núm. 6.568 1. '!J.xh6+! V1íl xh6(si 1 ... gxh6 2. '!J.f7+ ~h8 3. ®'f5, gana) 2. g4!!y las negras abandonaron, pues, si 2 ... g6 3. '!J.f7 para ®'h3 mate, o bien 2 ... V1ílg6 3. -ªf7+ cmh6 4. ®'h3 mate.

Núm. 6.569 1. ~xb5 cxb5 2. ®'c5 ~c6 (ante 3. ®'d6 mate) 3. ®' d6+ ®' c7 4. '!J.a8 mate.

Núm. 6.570 1. -ª xg6! cm xg6(si 1 ... hxg6? 2. ®'h8 mate)2. '!J.xc8 ~f2 (a 2 ... '!J.xc8 3. ®'xg4+ V1íl h6 4. ®'xc8, gana) 3. '!J.xa8 ~d3+ 4. cmb1 ®' f5 5. g4 ®'f4 6. 'IJ.g8 y las negras abandonaron.

Nivel 3 Núm. 6.571 1. '!J.xb6! y las negras abandonaron, puesto que, si 1... ~xb6 2. ®'b3+ cma7 3. '!J.c5 ~b7 (si 3 ... ~d8 4. '!J.c6!, para '!J.a6+) 4. '!J.xa5+ cmb8 5. '!J.b5 ~xb5 6. ®'xb5+ ~c7 7. ~c5+ cmd8 (o bien 7 ... ~b8 8. -ªa6) 8. -ªb5, con rápido mate.

Núm. 6.572 1. -ªe6! ®' e7(si 1 ... ~xe6 2. hxg7+ ~g8 3. gxf8=~+ ~xf8 4. ~h8+ gana) 2. hxg7 -ª xg7 3. '!J. xg7! y las negras abandonaron, ante 3 ... ®'xg7 4. ~d8+ .

Núm. 6.573 1. 'IJ.g4!! ~b2 (si 1 ... ~x~4 2. ®'g7 o ~f6, mate y, si 1... fxg4 2. ~f8+) 2. '!J.xb4! ... (también ganaba 2. ®'xf5)2 ... ®'c 3(a 2 ... ~e5 3. '!J.e4! ~b2 4. '!J.xf5) 3. '!J.c4! y las negras abandonaron.

Núm. 6.574 1. ~xf7! V1í! xf7 2. '!J.xd7 V1íl f8 (no era mejor

2 ... '!J. xd7 3. ~g5+ ~f6 4. ~xh7+ ~f5 5. ®'h5+, o bien 3 ... ~xg5 4. ftxe6+ ~f8 5. ~f7 mate) 3. f4 ®'a 5 4. '!J.x d8 y las negras aban­donaron.

Núm. 6.575 1 ... '!J.c3! 2. ~xc3 -ª xe3+ 3. V1íl h2 ~hg3! y las blancas abandonaron, puesto que, si 4. -ªxg3 ~xg3 5. ~xg3 ... (ante 5 ... ®'h4 mate) 5 ... -ª f2+ 6. V1ílh3 ®'h4 mate.

Nivel4

Núm. 6.576 1. ~xh7! cm xh7 2. ~e7! {jj,xe7 3. ®'h5+ ~g8 4. -ªxg6! fxg6 5. ®'xg6+ cmhs 6. '!J. xe7 y las negras abandonaron.

Núm. 6.577 1. '!J.xh5! gxh5 (si 1... ftd6 2. ~e4 , para ~f6+) 2. ~d5!! exd5 (a 2 ... ®' xd6 3. 0if6+) 3. ®' h7+! V1íl xh7 4. 'IJ. h6+ y las negras abando­naron, puesto que, si 4 ... ~g8 5. 'IJ.h8 mate.

Núm. 6.578 1. ~e7+ ~f8 (si 1... ~h8? 2. ~xf7 mate) 2. ~c8+! ~g8 3. '!J. e8+!! ~xe8 4. ~e7+ y las negras abandonaron, puesto que, si 4 ... ~h8 5. 0ixf7 mate y, si 4 ... ~f8 5. 0ixh7 mate.

Núm. 6.579 1. ~h7! cm xh7 2. hxg6+ cmgs 3. '!J.xh6 cm g7 (si 3 ... ft g7 4. gxf7, con las amenazas 5. '!J.h7 y 5. 'fJ.g6)4. 'IJ.h7+ cmgs 5. g7! '!J.f e8 6. '!J.dh1 ~f8 7. gxf8=®' + ~xf8 8. 'fJ.1h6! ®'d 4 9. ®' g5 y las negras abandonaron.

Núm. 6.580 1 ... '!J.xe2! 2. ®'xe2 0ix d4 3. ®' f1 ... (si 3. ®'d3 0ie2+ 4. ~d1 '!J.e 8!, gana, o bien 3. ®'e1 0ib3+! 4. cxb3 ®' xb2+ 5. ~d1 ft xb3+ 6. ~c 1 ftb2+ 7. ~d1 ftb1+ 8. We2 '!J.e8+, ganando) 3 ... ~b3+! 4. ~d1 ft d4+ 5. cme2 ft e4+ y las blancas abandonaron.

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Nivel S Núm. 6.581 1. ~xh6! gxh6 (si 1 ... l:He8 2. ~e 1 ~f8 3. ~f3 para 4. h5 y, luego, h6)2. ~xh6 ~g7 3. ~e3 ~h8(a 3 ... b!,b2 4. h5 b!,fb8 5. h6 ~e7 6. g7 ~h7 -ante h7+!- 7. ~f3 ! b!,b1 -si 7 ... ~f7 8. b!,g6! para ~h5- 8. b!,xb 1 + b!,xb 1 + 9. ~f2 b!,b2+ 1 O. ~e 1 b!,b8 11. ~h5 a3 12. ~g6 ~g8 13. ~f7!! ~xf7 14. h7 ~xh7 15. b!,h3 ganan­do) 4. h5 b!,g8 5. h6 ~e7 6. ~f3! y las ne­gras abandonaron, pues, si 6 ... b!,b2 7. ~h5 b!,gb8 8. g7+ ~g8 9. ~f7!! ~xf7 (si 9 ... ~xf7 10. h7 gana) 10. h7! ~xh7 11. b!,h3 ~g7 12. ~h6+ ~g8 13. ~h8 mate.

Núm. 6.582 1. b!,xh7! ~xh7 2. fxg6+ ~xg6 3. ~d3+ ~h6(si 3 ... ~g7 4. b'!,xf7+ ~xf7 5. ~h7+ ~f6 6. ~f5+ ~g7 7. ~e6+ ~h8 8. ~h5+ ~g8 9. ~g6 ~h8 1 O. ~g7 mate, o bien 5 ... ~e8 6. ~g6+ para ~e6 mate) 4. ~h3+ ~g6 5. 0if5! b'!,xf5 (a 5 ... ~f6 6. ~h6 ~e5 7. ~e6 mate, o bien 5 ... b!,h8 6. ~g4+ ~h7 7. ~h5+ ~g8 8. <i.llh6! b!,xh6 9. ~f7+ ~h8 10. ~e8 ~g7 11. ];'!,f7+ ~g6 12. ~g8+ ~h5 13. b'!,f5+ ~h4 14. ~g3 mate o, en esta última línea, si 6 ... ~f6 7. ~g3 ~e5 8. ~e4 mate)6. ~f5 ~g7(si 6 ... ~h6 7. ~e6 ~f6 8. ~c8 ) 7. ~g5+ ~h8 8. b'!,f7 y las negras abandonaron.

Núm. 6.583 1. ~d5! exd5 (si 1 ... ~xd5 2. exd5 ~xe3 3.

~xg7! ~e8 4. fxe3 gana. En esta línea, si 2 ... e5 3. ~h7) 2. exd5 ~f6! (a 2 ... ~xe3 3. ~xg7+ ~e8 4. fxe3 ~b7 5. b'!,xf7!! para ~g6) 3. ~h7! ~eS (no v alía 3 ... ~xe3 4. ~xf6 gxf6 5. ~xh6! ~e8 6. b'!,Efl!! ~d7 7. ~h3! f5 8. ~xf5 decidiría) 4. b!,xe5! ~xe5 (si 4 ... dxe5 5. ~a3 decide, pues si 5 .. , ~e8 6. ~g8 ~d7 7. ~ f5 mate) 5. f4!! y las negras abandonaron, ya que, si 5 ... ~xd5 6. cxd5! ~c5 7. b'!,f2! ~d7 8. ~xg7+ ~e7 9. ~e4 ganando.

Núm. 6.584 1. eS!! dxe5 (si 1... fxe5 2. b!, f7 + ~h6 3. ~c1+ gana y, si 1... f5 2. ~xf5+, o bien 1 ... b'!,af8 2. ~f5+) 2. 0if5+! gxf5 (a 2 ... ~f8 3. ~d6 ~xd6 4. ~xg6) 3. b!,g3 ~f8 4. ~xf5 ~f4 (si 4 ... ~h4 5. b!,h3, gana) 5. ~g6 b!,a7 6. b!,h3! b!,xh3 7. ~g8+ ~e7 8. d6+! y las negras abandonaron, ante 8 ... ~xd6 9. ~f7+ ~d8 1 O. b!,xd6. ·

Núm. 6.585 1. ~xh6! gxh6 (si 1 ... b'!,xf3 2. ~h7 + ~h8 3. ~xg7+!)2. ~h7+ ~h8 3. ~g6 ... (con la idea 4. ~xh6 y 4. ~g8! )3 ... ~xb2 4. ~h1 0if6! (a 4 ... ~e2 5. ~d2 b!,d8 6. ~g8 gana, o bien 4 ... b!,d8 5. ~xh6 ~ f8 6. ~h5!, ganando) 5. ~g5! ... (no valí a 5. ~xh6 ~xh7 6. ~g5 ~c2!) 5 ... hxg5(si 5 ... ~e5!? 6. ~h6 ~d7 7. ~g6! ~g8 8. b!,ae1 ~c3 9. b!,e6! ~xe6 10. ~h7+ ~h8 11. ~f5, gana) 6. exf6 ~xf6 7. ~g8!! y las negras abandonaron, ante 7 ... b!,g8 8. ~h6 mate ó 7 ... b!,f7 8. ~xf7 ~g7 9. ~h5, ganan­do. •

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