PROGRAMA PARA EL 5to. AÑO DEL CICLO BÁSICO DE FORMACIÓN

Programa para el 5to año del Ciclo Básico de Formación: „Espiritualidad del Instrumento‟ 1

PROGRAMA PARA EL 5to. AÑO DEL CICLO

BÁSICO DE FORMACIÓN

.Espiritualidad del Instrumento.

Rama de Familias Movimiento Apostólico de Schoenstatt


ESPIRITUALIDAD DEL INSTRUMENTO

ÍNDICE DE CONTENIDOS

I. INTRODUCCIÓN

II. PLAN DE REUNIONES

Primer Encuentro

“Según los deseos de Dios, usa de nosotros

enteramente para tu Reino de Schoenstatt” Una Alianza de Amor apostólica y misionera

Pág. 7

Segundo Encuentro

“Haz que con amor, hoy y todos los días,

nos pongamos a tu servicio” Cooperadores de Dios

Pág. 11

Tercer Encuentro

“Enséñanos a caminar por la vida tal como tú lo hiciste”

Ejemplos vivos de instrumentalidad

Pág. 15

Cuarto Encuentro

”Nos ayudas en todo instante para que demos abundantes frutos”

Un apostolado mariano

Pág. 19

Quinto Encuentro

”Usa de nosotros enteramente para tu Reino de Schoenstatt”

Nuestra misión profética

Pág. 23

Sexto Encuentro

” En nosotros recorre nuestro tiempo

preparándolo para Cristo Jesús “ Nuestra misión sacerdotal

Pág. 27

Séptimo Encuentro

”Consérvanos siempre

como instrumento tuyo” Nuestra misión pastoral

Pág. 31


Octavo Encuentro

”Toma el corazón entero y toda la voluntad: te pertenecen por completo”

Nuestra autoformación

Pág. 35

Encuentro de Oración

”Ser total posesión tuya, es para el instrumento su honra y su gloria”

Pág. 42

Noveno Encuentro

“El sarmiento que no está unido

a la vid no da fruto” El cultivo de nuestra vida de oración

Pág. 45

Décimo encuentro

”Nunca pereceremos

si somos fiel instrumento tuyo” Frutos de la instrumentalidad

Pág. 53

REUNIONES SOBRE EL APOSTOLADO INTRAECLESIAL Y TEMPORAL

1 B Reunión

Levadura del mundo

Pág. 57

2 B Reunión

Sal de la tierra

Pág. 59

3 B Reunión

Alma del mundo

Pág. 61

III. ANEXOS

PAUTA DE ORACIÓN PARA EL INICIO DE CADA REUNIÓN Pág. 63

RENOVACIÓN DEL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN Pág. 67


I. Introducción

1. Contenido del Año

La originalidad propia de la espiritualidad de Schoenstatt radica en la Alianza de Amor sellada con la Madre tres veces admirable, en su Santuario. Es la fuerza fundamental

que nos anima y nos guía. El Padre Kentenich, cuando describe la característica propia de la espiritualidad schoenstatiana, afirma que ésta se distingue por ser

„tridimensional‟.

La espiritualidad de Schoenstatt abarca, junto con la Alianza de Amor, la Espiritualidad del Instrumento y la Santidad de la Vida Diaria. En esta tríada, sin embargo, el eje es la Alianza de Amor. Las otras dos proyecciones se refieren a la

forma en que Schoenstatt vive la Alianza.

Si miramos el camino recorrido hasta ahora, nos damos cuenta que:

En el segundo año descubrimos el Sacramento del matrimonio como

una Alianza de Amor, y la Alianza de Amor con María, como el gran regalo que nos hace Schoenstatt para hacer realidad nuestra vocación

matrimonial.

En el tercer año, seguimos descubriendo la riqueza del sacramento del

matrimonio y lo asumimos como camino de santidad, que vive todas las dimensiones del amor esponsal.

En el cuarto año, la Alianza de Amor quiso tener expresiones concretas

que fuesen plasmando la gracia del sacramento en la vida diaria.

Tratamos, a través del Estilo de Vida Familiar y las Costumbres Familiares, de hacer tangible un „modo‟ de vida según la santidad a la

que aspiramos. En otras palabras, este año tuvo como acento una de las proyecciones de la Alianza: la santidad de la vida diaria.

En este quinto año, queremos abordar el otro elemento constitutivo de la Alianza de Amor: la piedad instrumental mariana. Viviendo esta

dimensión de la Alianza queremos desplegar toda la potencialidad profética y apostólica que entraña el sacramento del bautismo y de la confirmación, y, especialmente para nosotros, el sacramento del

matrimonio. Toda esta potencialidad apostólica y misionera la vivimos en estrecha alianza de amor con María.

La Alianza de Amor con la Santísima Virgen no sólo nos une en forma personal e íntima con ella, sino que en ella también nos proyecta y hace

partícipes de la misión redentora de Cristo.

Por la Alianza “nos hacemos instrumentos en manos de María,

apóstoles y constructores del reino de Dios aquí en la tierra”.


Las reflexiones de los temas y el trabajo de este año quieren ayudarnos a hacer

consciente y a fortalecer esa invitación del Señor y de la Mater a dejarnos conducir y ponernos como instrumentos en sus manos para que se realice el plan de amor del Padre Dios en la vida personal, matrimonial, familiar y en todos los ambientes donde

nos corresponde actuar como católicos comprometidos.

2. Metodología

Contamos con el libro de apoyo, “Espiritualidad del Instrumento”, del P. Rafael Fernández, y con estas pautas de trabajo que presentamos a continuación.

Este material contiene 10 encuentros, que nos introducen en el tema y abarcan la participación en la función profética, sacerdotal y pastoral de Cristo, poniendo

especial énfasis en el apostolado en nuestra propia familia. Agregamos, además, tres reuniones que se refieren en particular al apostolado

intraeclesial y en relación al orden temporal. Cada reunión comprende las correspondientes pautas de trabajo. Queremos recordarles que:

- son una sugerencia;

- que las dinámicas son flexibles, ya que ustedes pueden encontrar otras, que les ayude a tratar el tema;

- que las preguntas y propósitos pueden adecuarse a la realidad del

grupo; y también - que se puede sugerir bibliografía complementaria;

- por último, lo importante es no perder el contenido central de lo que se quiere tratar. En otras palabras, que se cumpla el objetivo de la reunión.

En cada sesión, es importante que el matrimonio que dirige la reunión recoja

brevemente comentarios sobre los textos sugeridos como lectura complementaria. En algunas reuniones se puede incluir también, un testimonio de algún miembro del

grupo. No olvidemos realizar siempre al comenzar la reunión una oración larga y tranquila

según la pauta adjunta. (Ver anexo Pág. 63)

Como los años anteriores, queremos acentuar el carácter de “taller” que tienen las reuniones. Por ello buscamos que se genere en el grupo un intercambio de la vida real de sus integrantes y que el intercambio y las reflexiones desemboquen en

la vida, es decir, que lleven a una verdadera transformación de cada persona, de cada matrimonio y familia. Por eso insistimos en el trabajo con propósitos de

grupo. No se pretende que el grupo sea simplemente un grupo de reflexión sobre

determinados temas, sino una instancia donde los matrimonios aprendan a aplicar los ideales a la vida cotidiana, a su propio matrimonio y familia, a su mundo laboral.

Esto requiere que cada matrimonio “pase el tema por su corazón” y lo confronte permanentemente con su vida, que se ponga propósitos concretos, que realice el


trabajo que queda indicado para después de la reunión y que se evalúen

permanentemente a partir de sus propósitos. Es necesario que este tema cuente con dos jornadas, una al comienzo del año, para

introducir y motivar el tema y otra a mediados de año para reforzarlo.

Primera Jornada o Retiro

Se trata de reforzar en la primera jornada la triple dimensión de nuestro apostolado (dimensión profética, sacerdotal y pastoral) como una incorporación a Cristo que, por el Bautismo, la Confirmación y el sacramento del Matrimonio, nos capacitó y

destinó a dar testimonio de él por nuestro ser y palabra; a santificar el mundo por nuestra oración y sacrificio, a construir su Reino aquí en la tierra y a conducirlo, por

nuestro servicio, al Padre. Detenerse particularmente en la importancia de nuestro apostolado como padres y madres de nuestros hijos.

En este sentido, cabe destacar que hay que superar la tendencia a ver como apostolado sólo lo que hacemos fuera de casa, en el ámbito intraeclesial (parroquia,

colegio, Movimiento) o en el orden temporal (allí donde trabajamos, apostolado asistencial, etc.) y no tanto al apostolado que debemos hacer en nuestro hogar. Hoy

es este apostolado particularmente importante debido a la desintegración de la familia y a la secularización y materialismo en la cual están inmersos nuestros hijos.

Segunda Jornada o Retiro

El objetivo de esta jornada es:

Profundizar alguna de las características del instrumento. Se sugiere, el

sacramento de la reconciliación (en el sentido del “desprendimiento total”, del cual habla el P. Kentenich).

Motivar y sugerir los elementos necesarios para que cada matrimonio y el

grupo elabore un proyecto apostólico concreto. Presentar testimonios de apostolados.

Cierre del Año

Se sugiere renovar el Sacramento de la Confirmación como culminación de este año dedicado a la instrumentalidad. (Ver Liturgia de Renovación del Sacramento de la Confirmación al final de este anillado)

Es importante detectar quienes no han recibido el sacramento, y ver la posibilidad de que se preparen para ello durante el año.

Nota: Para el primer encuentro, se necesita que los matrimonios lleven su

„Oración de Alianza Matrimonial‟, habiéndola leído previamente.


PRIMER ENCUENTRO

“Según los deseos de Dios, usa de nosotros enteramente para

tu Reino de Schoenstatt”

Una Alianza de Amor apostólica y misionera

Objetivo: Reconocer que por la Alianza de Amor, la Mater nos cobija,

transforma y envía como instrumentos aptos en sus manos, para

construir el Reino de su Hijo aquí en la tierra.

1. Oración inicial De acuerdo a la pauta. (Ver Anexo 1).

Se propone tomar el Evangelio de Mc. 4, 26 – 29, en el sentido de la fecundidad.

2. Revisión del propósito Hacer en su lugar (pues se trata de la primera reunión) un intercambio de lo que nos dejó la jornada de inicio de año.

3. Motivación 3.1. Previamente, cada matrimonio ha vuelto a leer su Oración de

Alianza, la trae a la reunión y se comparte la siguiente reflexión: En la oración le ofrecimos a la Mater, y también le pedimos que nos tomara de

su mano y nos condujera como matrimonio, como familia:

- ¿En qué aspectos Ella se ha manifestado en este tiempo? _______________________________________________________________

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- ¿Cuáles han sido los regalos más significativos?

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¿En qué nos ha hecho crecer como grupo? _______________________________________________________________

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3.2. La Alianza de Amor nos proyecta en una misión En el Acta de Fundación del 18 de Octubre de 1914, la Santísima Virgen promete:

Establecerse en la Capillita

Distribuir desde allí abundantes dones y gracias Atraer hacia si los corazones jóvenes Educarlos

Hacerlos instrumentos aptos Y con ellos, en la medida que éstos se abandonen en su mano,

emprender un movimiento de renovación. Podemos constatar, cuánto ha ido obrando la Mater en nuestras vidas desde que

sellamos la Alianza con Ella. Descubrimos como sus promesas se han ido cumpliendo en nosotros.

Ella nos atrajo hacia sí, nos ha hecho experimentar su presencia maternal y su mano educadora en el Santuario. La Alianza de Amor ha dado frutos al

ayudarnos a vivir nuestra Alianza Matrimonial. Cada pequeña conquista en la relación, en la comunicación como matrimonio y con los hijos, lo que hemos

logrado en la oración, las pequeñas costumbres que le ofrecimos el año pasado, es una muestra de la realidad de la Alianza de Amor.

Sin embargo, los frutos de la Alianza no son sólo un regalo de crecimiento personal, sino que la Mater nos ha elegido para que seamos sus instrumentos e

instrumentos de su Hijo en medio del mundo. “Schoenstatt nació como un Movimiento marcadamente apostólico y así quiere

seguir su camino a través de los tiempos. De allí que la entrega a María necesariamente implique un compromiso apostólico”.

Ya en los primeros tiempos el Padre Kentenich previno del peligro que se considerase a Schoenstatt como un „club de santificación‟.


Schoenstatt, por el contrario, es un movimiento apostólico impulsado por una

fuerte conciencia de misión y orientado al compromiso evangelizador. Más aún, es un movimiento de renovación, que quiere animar eficazmente la vida de la Iglesia para que ésta sea alma del mundo y plasme una nueva cultura.

La carencia de un serio compromiso laical en el pasado, tuvo como efecto el que

importantes áreas del desarrollo científico, técnico, social, económico, cultural quedasen marginados de la influencia clarificadora y orientadora de la Buena Nueva. Así nos encontramos ante un mundo cada vez más materialista e

indiferente ante Dios.

Frente a todos los problemas que hoy vivimos, frente a un mundo que parece alejarse de Dios, de lo verdadero, nos surge la pregunta:

¿Podremos transformar la realidad que vivimos?

Creemos ciertamente, que en la fuerza de la Alianza de Amor, estamos llamados, como los primeros, a renovar el mundo. La tarea evangelizadora y

apostólica no la podemos cumplir por nuestras propias fuerzas. Será posible en la medida en que nos sepamos instrumentos de María y nos dejemos utilizar por

Ella con todo lo que somos y tenemos, con los dones y talentos que el Señor nos regaló.

El tiempo urge nuestro compromiso apostólico. Dependerá de nuestra vocación particular donde despleguemos nuestro apostolado, pero teniendo en cuenta que

nuestra responsabilidad apostólica básica es en nuestra familia y nuestro ambiente.

Con nuestro Padre y Fundador queremos crecer este año, en la conciencia de instrumentos y hacerla vida. Por eso, le pedimos a Ella, el instrumento

predilecto del Padre Dios:

“Aseméjanos a ti y enséñanos

a caminar por la vida tal como tú lo hiciste:

fuerte y digna, sencilla y bondadosa,

repartiendo amor, paz y alegría.

En nosotros recorre nuestro tiempo

preparándolo para Cristo Jesús”.

(Hacia el Padre Nº609)


4. Dinámica 1. Hagamos juntos una lista de los lugares y situaciones donde creemos que

Dios y la Mater nos necesitan hoy, incluyendo aquellos donde ya le estamos

respondiendo como sus colaboradores. _____________________________________________________________

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2. El Señor nos ha regalado dones y talentos para ponerlos al servicio de su

Reino y nos ha regalado a nuestro grupo para que desde aquí fructifiquen.

En una hoja cada miembro del grupo coloca su nombre y a continuación la hace rotar hacia su derecha. Quien recibe la hoja, escribe, abajo, lo que esa persona ha significado para ella y para el grupo, cuál es su aporte original.

Luego dobla la hoja, de tal manera que lo escrito por ella quede oculto para el siguiente. Al término de la ronda cada uno recibe los aportes de los

demás.

5. Propósito Se sugiere como propósito para la casa, que los esposos, mutuamente, se escriban una cartita con los talentos y cualidades que ven en el otro y juntos

puedan agradecer a Dios el don que les ha hecho a través de su cónyuge.

6. Oración Final

7. Tarea para la próxima reunión

Leer capítulo: „Ser instrumentos en las manos de Dios; Ser instrumentos de María‟ , del Libro “Espiritualidad del Instrumento”


SEGUNDO ENCUENTRO

“Haz que con amor, hoy y todos los días,

nos pongamos a tu servicio”

Cooperadores de Dios

Objetivo: Tomar conciencia de la forma en que Dios nos ha conducido y

llamado a cooperar con él, siendo sus instrumentos.


Se sugiere tomar el Evangelio de la conversión de San Pablo (Hch. 9, 3-19); o la lectura de la misión de Moisés (Ex. 3,1-14; 4,1-5; 4,10-15), en el sentido del llamado de Dios a cada uno de nosotros.

2. Revisión del propósito Hacerlo como una evaluación, no sólo chequeando su cumplimiento.

3. Motivación 3.1. A continuación leeremos dos testimonios de schoenstatianos, que

se han sentido llamados a colaborar con la Mater en sus ambientes:

Cuenta un empresario agrícola schoenstatiano:

“La verdad es que como cristianos estábamos conscientes que los trabajadores de la empresa eran los prójimos más próximos, después de la familia y a veces

nos preguntábamos ¿cómo se sentirán los que trabajan en mi empresa? ¿me gustaría a mí ser considerado como yo los considero a ellos en la práctica? ¿me

hago responsable?


Fue así como el año 2001, basado en estas inquietudes, formamos grupos de

reflexión y acción, en que participaron alrededor de 20 empresarios de la zona, especialmente del sector agrícola, con el objeto de mejorar como empresarios y empleadores.

La experiencia fue buena y dio origen a varias iniciativas en torno a

capacitación, gestión de recursos humanos, levantamiento de situaciones sociales y Navidad con Sentido.

De esta manera a comienzos del 2003, se hizo una evaluación de lo recorrido hasta el momento y los empresarios reafirmaron la idea de lo que incluye el

compromiso social: lo primero, es tener una empresa exitosa, cumplidora de su rol, con resultados; segundo un buen clima laboral y relaciones maduras y honestas con los trabajadores y tercero preocuparse de la pobreza más grave de

la comunidad a la que se pertenece.

Ese mismo año formamos un directorio de empresarios para atender necesidades de la Comuna de Buin; hicieron una lista de necesidades que se concretaron en cuatro programas que hoy ya están en marcha:

- Programa “Dormir con Dignidad”, de la Municipalidad, en que los centros de

alumnos de 3 colegios de hijos de empresarios, están haciendo 150 camas con sus frazadas y sábanas, para que no haya más de una persona por cama.

- Microcrédito a grupos solidarios, al estilo del Banco de los Pobres.

- Apoyo educacional con programa Internet, a padres, alumnos y profesores,

en base a Corporación Educacional y donaciones de empresas vía exenciones.

- Apoyo a programas de vivienda, trabajando con “Un Techo para Chile”, en que se hizo un plan piloto de 3 mediaguas en un campamento, para seguir

con 20 más el segundo semestre.

Con mucho entusiasmo José Miguel añade: “estamos contentos con la

experiencia de este año. Creemos que los empresarios, con la capacidad de emprender que nos debe caracterizar, podemos hacer mucho si nos hacemos

responsables de la pobreza de nuestro entorno, en sintonía con la Municipalidad respectiva, independiente de toda otra consideración, que no sea el devolver la dignidad, a que tienen derecho los más pobres de nuestra sociedad”.

En resumen, esta actividad ha sido buena y piensan seguir pidiendo ayuda y

orientación especialmente a miembros de la Iglesia que se han especializado en este tema, bajo la inspiración del Padre Hurtado y también del Padre Kentenich, cuya similitud en estos aspectos es notable. (Texto tomado de la revista Apóstol Nº24)


Cuenta una secretaria schoenstattiana: Pertenezco a la Rama de Profesionales y en mi trabajo las relaciones personales

eran muy frías. Me di cuenta que por la mañana casi nadie saludaba. Por eso, me propuse crear un ambiente de mayor calidez, saludando a mis compañeros

de oficina y a las personas que me tocaba atender. Con el paso del tiempo, los otros se fueron sumando a esta iniciativa. Yo bauticé este apostolado, como el apostolado del saludo.

3.2. Contenido Dios quiere dignificar a las criaturas que puso en el mundo transfiriéndoles su propia grandeza, eficacia, amor. Ese Dios que nos creó libres, se inclina

respetuosamente ante nuestra libertad y nos dice:

“¿Quieres trabajar conmigo? ¿Quieres cooperar conmigo? ¿Quieres sellar una alianza conmigo? ¿Quieres crear historia conmigo? ¿Quieres guiarte por mis deseos y mi plan de amor?”

Podemos responder: ”Sí, Padre, quiero”; o bien “No, no me interesa, no quiero

estar sometido.” Precisamente, en esta última respuesta reside el engaño del pecado, porque

estar sometidos a Dios no nos priva de nuestra libertad ni de nuestra dignidad. Al contrario nos hace más grandes, más libres y más fecundos. Quien

libremente se hace dependiente de Dios, sometiéndose a su sabio imperio, alcanza la plena realización de su ser. Su vida se convierte en una fuerza

positiva. Cuando el instrumento no obstaculiza ni opone resistencia a la acción de Dios, cuando se une estrechamente a él y hace suyas las metas que Dios le señala, experimenta una gran fecundidad. Con razón dice el P. Kentenich que

esta “actitud instrumental” de dependencia de Dios, es la que animó a María, la “sierva del Señor”, a los apóstoles, a los santos, y esa misma actitud es la que

también debe animar a todo schoenstattiano.

4. Dinámica:

El empresario y la secretaria schoenstatiana del testimonio, sintieron que el Señor y la Mater les pedían una respuesta concreta frente a las necesidades del

ambiente donde estaban. Es decir, querían utilizarlos para construir el Reino en medio de sus trabajadores o de sus compañeros de oficina. ¿Cuál es nuestra

actitud como instrumentos?


Nos preguntamos:

1. ¿Qué nos evoca la palabra instrumento, apóstol? (palabra, imagen, etc.)

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2. ¿En qué momento de mi vida he experimentado más claramente el llamado

de Dios a colaborar con Él? ____________________________________________________________

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3. ¿Dónde y cómo nos quiere utilizar la Mater hoy, como matrimonio para ser

instrumentos? ____________________________________________________________

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4. ¿Qué nos facilita y dificulta responder a este llamado?

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Pongamos en común esta reflexión.

5. Propósito Realiza alguna acción en tu entorno (familia, amistades, acción social, trabajo) donde puedas libremente colaborar con Dios, entregando algo de tus talentos.

6. Oración Final

7. Tarea para la próxima reunión Leer capítulo „El Padre Kentenich un instrumento escogido en las manos

de Dios‟ del Libro “Espiritualidad del Instrumento”.


TERCER ENCUENTRO

“Enséñanos a caminar por la vida tal como tú lo hiciste”

Ejemplos vivos de instrumentalidad

Objetivo: Ver en la Santísima Virgen y en el Padre Kentenich, ejemplos de

instrumentalidad.

1. Oración inicial

De acuerdo a la pauta. (Ver Anexo 1).

Se puede tomar el Evangelio de María en la Anunciación (Lc. 1, 26-38)

Meditar esta lectura. (El matrimonio que guía el momento de oración deja 1 o 2 minutos de silencio para

reflexionar sobre lo escuchado.)


3. Motivación: 3.1. Presentación del DVD “Forjadores de historia”

La Santísima Virgen es un ejemplo preclaro de instrumentalidad. Según el plan de Dios en María, “todo está referido a Cristo y todo depende de él” (MC 25).

a) Señalar brevemente qué episodios de la Sagrada Escritura referente a

María, la muestran como instrumento y qué nos llama la atención de

Ella.


b) La espiritualidad de Schoenstatt es expresión de la vida de su

Fundador. Su espiritualidad es la forma original en que el Padre Kentenich vivió su relación con Dios.

Si auscultamos lo que palpitaba en la profundidad de su alma, ante todo destaca su entrañable amor a María, que adquirió una forma

original en la Alianza de Amor. Este es el misterio mariano del Padre Kentenich y si nos adentramos en él, descubrimos que, viviendo la Alianza de Amor, él siempre se consideró, de modo especialísimo,

„obra e instrumento‟ de la Santísima Virgen.

A continuación, queremos reconocer este camino del Padre Fundador, a través del DVD „Forjadores de Historia‟. (Este material se puede conseguir en la Casa de la Rama Familiar, Zona Cordillera, y

se puede ver en www.schmedia.cl Ver capítulo 4 de la Espiritualidad del Instrumento.)

3.2. Palabras del P. Kentenich: El 18 de Octubre de 1914 marcó decisivamente la vida del Padre Kentenich. Todo lo que él llevaba en su corazón, sus anhelos y proyectos, su amor y

entrega a María habían adquirido un sello definitivo: en el futuro su vida estaría esencialmente ligada a esa alianza sellada en el pequeño Santuario de

Schoenstatt.

La entrega a María cobraba ahora para el Padre Kentenich una dimensión antes impensada. Se veía a si mismo indignamente elegido por María, como un instrumento predilecto para llevar a cabo una obra de extraordinaria

importancia para la Iglesia y el mundo, una obra íntimamente ligada al ser y a la misión de María. Nunca pensó que lo que surgió a partir del 18 de octubre

de 1914 era producto de su entrega o propia genialidad pedagógica. De ello da testimonio especialmente cuando cumple 25 años de sacerdocio.

En esa ocasión dijo:

“Sé y lo reconozco gustosamente, que hay pocas vidas sacerdotales tan extraordinariamente bendecidas como lo ha sido la mía. Pero agrego al mismo tiempo: todo lo que ha surgido, lo que se ha realizado a través mío

y de ustedes, surgió por obra de la Madre y Reina tres veces Admirable de Schoenstatt.

Sé también que la Santísima Virgen a puesto a mi disposición, de manera muy singular, su omnipotencia suplicante y su corazón maternal. Esto lo

han experimentado también ustedes y lo pueden comprobar históricamente. Desde el momento que Ella se estableció en este

Santuario, puso a mi disposición su poder y su corazón maternal para la obra que yo debía llevar a cabo.” (del libro Autorretrato del P. Kentenich del P. Juan Pablo Catoggio)

http://www.schmedia.cl/


En un retiro predicado a la Comunidad de los Padres Betlemitas, en 1937, el

Padre Kentenich les dice:

“No sé si cometo una indiscreción comentándoles que si Dios ha bendecido

mi actividad entre ustedes, ello debe ser visto por lo menos como un regalo de la Santísima Virgen. Si bien en estos días apenas he hecho referencia a

estas cosas más personales, no me avergüenzo de confesar que yo considero todo mi quehacer sacerdotal como obra e instrumento de sus manos. Si en estos días les he podido prestar un servicio, entonces deben

darle a ella las gracias, pues yo mismo le atribuyo conscientemente todo a ella. Esta es también la razón de por qué realizo siempre mi tarea con total

serenidad: porque me siento en dependencia de María Santísima, como obra e instrumento suyo”.

4. Dinámica 1. ¿Qué rasgo de María, como instrumento en manos de Dios, me parece más

importante? ______________________________________________________

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2. ¿Con qué actitud del Padre Kentenich, como instrumento de María, me siento más identificado y por qué? ______________________________________________________

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3. El Padre Kentenich se plantea cómo definiría su misión y contesta: “Mi tarea es proclamar a la Santísima Virgen, revelarla a nuestro tiempo como

Colaboradora permanente de Cristo en toda su obra de redención y como Corredentora y Mediadora de las gracias”. Si se nos preguntara hoy a nosotros como matrimonio, ¿cómo definiríamos nuestra misión?

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(Dejar 10 minutos para que cada matrimonio intercambie y resuma como ve su misión,

si hay poco espacio en la sala hacerlo por escrito y pasarse la hoja)

No se trata de llegar a formulaciones complicadas, sino de tomar nuestra realidad concreta y de pensar con sencillez que nos está pidiendo Dios en ella.

A continuación dejarse complementar por el grupo en relación a la misión o a lo

que Dios les está pidiendo a ellos en este momento.


5. Propósito

6. Oración Final

7. Tarea para la próxima reunión Leer capítulo „Las características del Instrumento‟ del Libro “Espiritualidad

del Instrumento”.


CUARTO ENCUENTRO

“Nos ayudas en todo instante

para que demos abundantes frutos”

Un apostolado mariano

Objetivo: Comprender que la alianza de amor le confiere a nuestro apostolado

un sello marcadamente mariano.


Se puede tomar el Evangelio Lucas 12, 54-56


3. Motivación

3.1. Anécdotas del P. Kentenich Reconozcamos la originalidad de nuestro apostolado a través de anécdotas del P.

Kentenich. Cuenta Margareth Fenelon (hija de uno de los matrimonios que conocieron al P.

Kentenich en Milwaukee):

“Algo importante para ser recordado es que el P. Kentenich siempre nos conducía al Santuario. Cuando mis padres llevaron a mi hermana menor para que la bendijera, después de su primera comunión, conversó un

momento con nosotros y luego dijo: “ahora vamos al Santuario”. Cuando nacieron nuestros hermanos menores, el P. Kentenich se reunía en el

Santuario con mis padres y la recién nacida. A veces, recién saliendo de la clínica, camino a casa, pasaban donde el Padre y él tomaba al niño en sus brazos, lo llevaba al altar y se lo ofrecía a nuestra Madre y Reina”.


Contó la Hermana M.Petra, que fue secretaria del Fundador en Milwaukee:

“En el exilio el Padre fundador no tenía a nadie a quien transmitirle su

carisma. El vivía entre los palotinos, quienes eran sacerdotes muy nobles, muy buenos, pero solamente dos tenían interés en Schoenstatt. En estas

condiciones, sin embargo, el P. Kentenich no dejó de servir como instrumento a sus cohermanos. Entre ellos había un sacerdote mayor, que se vía muy triste, sufría de depresión; entonces, el Padre buscó la manera

de alegrarlo. Se dio cuenta que le gustaba un canto religioso en particular. Cada mañana el Padre fundador golpeaba a su puerta, lo saludaba y

enseguida entonaba este canto, animando al sacerdote mayor a cantar con él y dándole alegría de vivir. El sacerdote esperaba con anhelo esta visita diaria que le hacia el P. Kentenich”.

El Padre Kentenich siempre condujo hacia la Mater; como su instrumento era Ella quien guiaba su actuar. Al mismo tiempo estaba atento a las manifestaciones más pequeñas de la voluntad de Dios, para así realizar sus

planes.

3.2. Una marcada coloración mariana en nuestro apostolado Por ser nuestra espiritualidad marcadamente mariana, cada una de las características del instrumento adquiere una peculiar coloración mariana. La

actitud instrumental brota de alguien que ha unido toda su vida a María en la Alianza de Amor sellada con ella en el Santuario. El apóstol schoenstatiano es,

por eso, un instrumento de María. Como dijimos anteriormente, es mariano no sólo por las actitudes que encarna, sino porque se considera

pertenencia y propiedad de María. María es para él su dueña, su madre y educadora, su reina y señora. El schoenstatiano se entrega por entero a María, consciente del papel que Dios le ha asignado a ella en el plan de la

redención como Compañera y Colaboradora permanente de Cristo.

Reconocemos su señorío

No sólo nos encomendamos a María, sino que le damos pleno poder sobre

nuestras vidas, para que pueda realizar a través de nosotros la misión que el Señor le confió. Reconocemos su señorío, su poder, su bondad, su sabiduría y su misericordia, como Madre de la Iglesia y Medianera de todas las gracias. Nos

confiamos plenamente en sus manos porque todo en ella nos conduce a Cristo y al compromiso con su Reino.

Para ser instrumentos del Señor

Su poder, su bondad y su sabiduría vienen del Señor. Si él ha colmado a María de modo eximio con sus gracias, es para que nosotros, en ella y por ella, podamos conocerlo, amarlo y servirlo mejor. Nada asegura más nuestro carácter

de apóstoles e instrumentos del Señor como la dependencia y entrega instrumental a María.


Despojarnos de lo que no es mariano

De ahí que –como lo hemos señalado– cada una de las características del instrumento posee el sello mariano. Si practicamos el espíritu de sacrificio y la renuncia, es para despojarnos de todo lo que no es mariano en nosotros y en

nada obstaculizar la acción del Señor y nuestra total disponibilidad respecto a él. Si hablamos de unión total, pensamos en una unión total a María, como camino, expresión y garantía de nuestra unión al Señor. Cuanto mayor sea nuestra unión

a ella, mayor será nuestra unión a Cristo y nuestra disposición de hijos a cumplir la voluntad de Dios Padre.

El espíritu de conquista apostólico está igualmente relacionado por nuestra pertenencia instrumental a María. Ella nos impulsa al compromiso, nos lleva a visitar al hombre de nuestro tiempo tal como ella visitó a su prima Isabel. Ella

continúa diciéndonos, como a los siervos en Caná: “Haced lo que él os diga”, confiada en que el Señor transformará nuestra agua en vino.

Un apostolado mariano estará siempre marcado por la actitud de María, de

servicialidad, de alegría y de humildad. Ella quiere revivir en nosotros Caná y la Visitación. Con ella servimos y nos preocupamos de las necesidades de los demás y les ofrecemos nuestra ayuda, cooperación y apoyo.

4. Dinámica 1. ¿Tiene nuestro apostolado un sello original mariano?

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2. ¿En qué actitudes se refleja un apostolado mariano?

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3. ¿Qué rasgos de María tengo más fuertemente incorporados en mi

quehacer apostólico?

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4. ¿Cuáles me parece más necesario conquistar?

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5. Propósito Realiza alguna acción en tu entorno (familia, amistades, acción social, trabajo) donde puedas libremente colaborar con Dios y entregar conscientemente un rasgo

de María.

6. Oración Final

7. Tarea para la próxima reunión Leer capítulo „Nuestra Misión Profética‟ del Libro “Espiritualidad del Instrumento”.


QUINTO ENCUENTRO

“Usa de nosotros enteramente para tu Reino de Schoenstatt”

Nuestra misión profética

Objetivo Descubrir que por nuestra incorporación a Cristo, por el sacramento

del bautismo, de la confirmación y del matrimonio, participamos en forma original de su misión profética.

1. Oración inicial


Se puede tomar el Evangelio Lucas 12, 8-19; 11-12


3. Motivación 3.1. Recordemos nuestra infancia y adolescencia

Comentemos espontáneamente aquello que en nuestra familia nos marcó, en relación a la transmisión de la fe (personas, acontecimientos, etc.).

3.2. Un apostolado “profético” en la familia Habitualmente se piensa que el apostolado es toda acción evangelizadora o de

servicio realizada fuera del hogar; o que el apostolado se refiere a un compromiso asumido al interior de la Iglesia, en la parroquia o en el Movimiento; que el apostolado debe estar explícitamente referido a algo

religioso. Pero esta es una concepción demasiado restringida del apostolado. Nuestro primer campo apostólico es nuestro matrimonio, nuestra familia.


Queremos cultivar una marcada conciencia instrumental, ser apóstoles en todo

momento, en cada actividad sea cual sea su género, y también en todo tiempo y lugar. Cultivamos esta actitud apostólica, ejerciéndola en forma consciente a través de acciones concretas. Sabemos que por nuestro carácter apostólico

recibido en el bautismo y en el sacramento del matrimonio, participamos de la triple función apostólica de Cristo: su función profética, sacerdotal y pastoral.

Esta reunión quiere ayudarnos a comprender que el Señor nos confía a nosotros, en primer lugar como papás, la tarea de trasmitir a nuestros hijos la Buena

Nueva del Evangelio. Nosotros tenemos la responsabilidad primera, aunque otros (como el colegio o la parroquia) cooperen con nosotros en ella. Por eso es

importante que tengamos claro cómo trasmitirles la fe, cómo hacerles fácil recibirla con alegría y adherir de corazón la verdad revelada.

Como padres, también tenemos la misión de transmitir la verdad de Dios sobre todo lo creado (el orden de ser natural, la ley natural inscrita en la criatura).

Tenemos que ser para nuestros hijos y, en general, “pregoneros” de la verdad. Debemos representar la encarnación de la verdad (como valor) y de la veracidad (como actitud o como virtud). Dios nos habla no sólo por la Biblia sino también

por su creación. Qué importante es que ellos perciban en nosotros un amor a la verdad y veracidad a toda prueba, porque ante todo, aprenden del ejemplo.

Esto vale también para la proclamación de la Buena Nueva en todos los ámbitos sociales en los que habitualmente nos desenvolvemos.

En la transmisión de la verdad de Dios podemos distinguir cuatro aspectos:

Primero, la preparación de la “buena tierra”, donde caerá la semilla de la

Buena Nueva. Esto se refiere especialmente a las vivencias positivas de paternidad, maternidad y fraternidad, en el seno del hogar. Ello implica vivencias de amor, de relación interpersonal, de solidaridad, respeto mutuo,

etc.

Segundo, por otra parte, el apostolado básico “profético” es la palabra encarnada, es decir, el ejemplo que damos como padres a nuestros hijos. Ellos “verán” a Dios en nosotros (éste es el sentido del cuarto mandamiento). A

través nuestro experimentarán la cercanía, el amor, el poder, la misericordia y sabiduría de Dios.

Tercero, nuestra misión profética la realizamos en la medida en que damos a conocer (en forma adecuada a la edad de cada hijo), la Buena Nueva, el

Evangelio. Lo haremos contándoles los relatos de la Biblia en forma cercana y gráfica (los medios audiovisuales pueden ser una gran ayuda para ellos), a

través de nuestra palabra, celebraciones, etc. Cuarto, es tarea profética nuestra, como padres, entregarles la verdad sobre

la creación y la ley natural y sobre la moral. Con ellos, de acuerdo a su edad, compartimos y les ayudamos a adquirir una visión y convicciones respecto, por

ejemplo, a lo que es la libertad, la identidad masculina y femenina, el matrimonio, la familia, la justicia social, etc.


4. Dinámica:

En relación a la función profética de transmitir la verdad revelada en nuestra familia:

1.- ¿Qué lugar ocupa la Biblia en nuestra vida matrimonial y familiar? ¿Transmitimos a nuestros hijos la verdad revelada? ¿Comentamos el

Evangelio del domingo, por ejemplo, con ellos? ____________________________________________________________

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2.- Si tenemos hijos adolescentes, ¿qué temáticas nos cuestan más

abordar con ellos: temas que atañen a los valores auténticos, a la moral, la fidelidad, el verdadero sentido de la sexualidad, etc.? Elegir uno de ellos y comentar experiencias positivas y negativas al respecto.

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En relación a la función profética respecto a transmitir la verdad

en el orden natural

1. ¿Cuáles son las principales dificultades que se nos presentan en el

mundo laboral desde el punto de vista de nuestro apostolado? Por ejemplo, problemas respecto a la moral, en el trabajo (coimas, lenguaje, tipo de negocios, trato con los empleados, etc.) ¿Conversamos de estas

cosas con nuestros hijos?

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2. ¿Qué posibilidades se presentan en mi ambiente laboral para hacer un

apostolado explícito de evangelización? (Conversar con los compañeros de trabajo sobre Dios, la Buena Nueva, la Iglesia, etc. Organizar el mes de María, llevar la Virgen peregrina, procurar la capacitación de

nuestra gente también desde un punto de vista religioso- moral, etc.) ¿Somos “profetas” en nuestro ambiente laboral?

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5. Propósito

6. Oración Final

7. Tarea para la próxima reunión

Leer capítulo „Nuestra Misión Sacerdotal‟ del Libro “Espiritualidad del

Instrumento”. Se sugiere para la siguiente reunión, un testimonio sobre la misión

sacerdotal de los padres.


SEXTO ENCUENTRO

“En nosotros recorre nuestro tiempo

preparándolo para Cristo Jesús”

Nuestra misión sacerdotal

Objetivo: Descubrir que por el bautismo estamos llamados a participar en la

misión sacerdotal de Cristo.


Se puede tomar el Evangelio de Marcos, Mc. 9, 14-29

2. Revisión del propósito: Hacerlo como una evaluación, no sólo chequeando su cumplimiento.

3. Motivación: Participar de la función sacerdotal de Cristo significa estar llamados a ejercer

una mediación entre nuestros hijos y Dios. En su nombre debemos presentar a Dios Padre, en Cristo, nuestra oración de alabanza, acción de gracias, expiación y petición. No sólo debemos rezar con ellos, o enseñarles a rezar; debemos

rezar por ellos y en representación de ellos.

De acuerdo a nuestra función apostólica sacerdotal, también estamos llamados a expiar por sus pecados. Nuestra unión con Cristo sacerdote nos confiere un carácter vicario: así como él asumió sobre sí mismo todos los pecados de la

humanidad y ofreció al Padre Dios un sacrificio de expiación, que nos mereció la gracia, así también los padres, en dependencia de Cristo estamos llamados a

ofrecer un sacrificio de expiación por nuestros hijos, por nuestra familia y por todas las personas de las que somos especialmente responsables.


Debemos tomar conciencia cada vez más clara que por el carácter sacerdotal

que imprimió en nosotros el bautismo, nos convertimos en intermediarios de Dios ante nuestros hijos, y de nuestros hijos ante Dios, es decir en “corredentores” y “mediadores de gracia” para los nuestros.

No sólo engendramos a nuestros hijos en el orden natural, sino que también

colaboramos con Dios en su gestación y crecimiento en el orden de la gracia y de su santificación. Somos así responsables no sólo del la educación y del crecimiento de su personalidad sino también de su santificación.

En esta perspectiva, adquiere su verdadera dimensión la proyección apostólica

de la santidad de la vida diaria y de las contribuciones al Capital de Gracias. Todas nuestras obras hechas con amor adquieren un valor meritorio por estar unidas a los méritos de Cristo Jesús y ofrecerse con él y por él a Dios Padre.

Así las contribuciones al Capital de Gracias son fuente de vida para otros miembros del Cuerpo de Cristo. Es decir, para nuestro cónyuge, nuestros

hijos, amigos, colaboradores, etc.

4. Dinámica

1. En relación a la función sacerdotal en nuestra familia.

Escribamos los nombres de nuestros hijos. Frente a cada nombre anotemos lo que nos gustaría alabar, agradecer o pedir perdón por él.

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2. En relación a las contribuciones al Capital de Gracias y la expresión „yo me santifico por ellos‟:

- Cada persona anota en un papel aquellas cosas que le cuesta hacer en su vida diaria, ya sea en el trabajo o en la casa. (5 minutos).

- Luego se recogen los papeles, se leen y se anota en una cartulina un

listado de todas ellas. Por ejemplo: disculparse, agradecer, levantarse a la hora fijada, etc.


- Se conversa sobre la forma de „aprovechar‟ estas cosas para ofrecerlas

como contribuciones al Capital de Gracias, por alguno de los hijos o cónyuge. De este modo damos sentido a nuestras cruces y al esfuerzo por superarlas.

3. Como “sacerdotes” en el seno del hogar,

¿nos preocupamos, como esposos y en familia, de tener momentos de oración en común? ¿Lo hacemos sólo alguna vez, por ejemplo, durante el Mes de María, o también en otras ocasiones, por ejemplo, cada día, o bien

cada domingo? ____________________________________________________________

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4. ¿Cómo celebramos los tiempos litúrgicos en familia? (Adviento,

Cuaresma, Semana Santa, Pentecostés, etc.?

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5. ¿Ejercemos nuestra función sacerdotal en relación a nuestros amigos y

compañeros de trabajo? ¿Ofrecemos contribuciones al Capital de Gracias e intercedemos por ellos?

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6. ¿Qué experiencias positivas tenemos respecto a promover la oración en

nuestro medio ambiente? Intercambiemos al respecto. ____________________________________________________________

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5. Propósito:

Tener un momento de oración en familia o hacer una visita al Santuario, para entregar a la Mater especialmente a nuestros hijos.

6. Oración Final

Para la oración final se sugiere rezar oración de ofrecimiento del Hacia el Padre

dejando en cada frase una línea de puntos suspensivos para que cada miembro del grupo la llene con lo suyo más personal. Así uno de los integrantes rezará el encabezamiento, dejando un momento para que cada miembro en voz alta diga

lo que ofrece, lo que habla, arriesga, piensa, ama, etc.


Oración de ofrecimiento

Cuanto llevo conmigo

Lo que soporto

Lo que hablo y lo que arriesgo

Lo que pienso y lo que amo

Los méritos que obtengo

Lo que voy guiando y conquistando

Lo que me hace sufrir

Lo que me alegra

Cuanto soy y cuanto tengo

Te lo entrego como un regalo de amor a la fuente santa de gracias

que desde el Santuario brota cristalina para penetrar el alma

de quienes a Schoenstatt han dado su corazón y encaminar bondadosamente hasta allí

a los que por misericordia, tú quieras escoger

y para que fructifiquen las obras que consagramos a la Santísima Trinidad.

(Hacia el Padre Nº 16)

7. Tarea para la próxima reunión: Leer capítulo „Nuestra Misión Pastoral‟ del Libro “Espiritualidad del Instrumento”.


SÉPTIMO ENCUENTRO

“Consérvanos siempre

como instrumento tuyo”

Nuestra misión pastoral

Objetivo: Descubrir que por el bautismo y por el sacramento del matrimonio,

participamos de la misión pastoral de Cristo.


Se puede tomar el Evangelio de Juan 10, 1-18.


3. Motivación Encauzar la vida

Normalmente llamamos “pastores” a los miembros de la jerarquía; pero, también el laico participa de la misión pastoral de Cristo. La imagen del Pastor destaca la capacidad y responsabilidad que nos cabe como bautizados de

conducir y de fomentar el desarrollo de la vida de los nuestros, de defender esa vida y encauzarla; todo ello orientado a formar una familia y una sociedad

impregnadas por las leyes del reino de Dios. El Concilio Vaticano II se refiere con gran claridad a esta misión apostólica de los laicos:

“Junto con la participación en la misión profética y sacerdotal de Cristo,. El apóstol está llamado a participar de su misión como rey y pastor. Cristo, rey y

pastor, es aquél a quien el Padre confió el gobierno del universo; es el Pastor que reúne las ovejas a fin de que haya un solo rebaño y un solo pastor; es el


Señor de la historia, el enviado a instaurar el reino de Dios aquí en la tierra,

que conduce toda la creación hacia el Padre; es el “jefe que lleva a la vida”. Si volvemos al pasaje Evangélico que meditamos en nuestra oración inicial,

descubriremos en él las características que más se destacan en el Buen Pastor:

- conoce a las ovejas por su nombre - no las abandona nunca

- las defiende del enemigo

- las conduce a praderas con pastos abundantes

- da su vida por ellas.

Para trasmitir la Buena Nueva, es preciso conocer la realidad de quienes reciben nuestra palabra o son objeto de nuestro servicio.

De allí que para realizar una evangelización eficaz, sea preciso estar al tanto de lo que pasa, conocer la originalidad propia y las necesidades de cada uno de

nuestros hijos o de las personas que nos han sido confiadas. En medio del ritmo agitado propio de nuestro mundo esto no es algo evidente. Muchas veces desconocemos gran parte de su riqueza y receptividad propias.

Por eso es importante que como padres conozcamos de verdad la originalidad

de cada uno de nuestros hijos o de los que nos han sido confiados, preguntándonos qué nos dice Dios a través de ella y cómo esta originalidad

condiciona nuestro servicio apostólico. Todo nuestro servicio pastoral, el trato con nuestros hijos o con los que nos

han sido confiados, las exigencias que les ponemos, la educación que les impartimos, la orientación que les damos, las correcciones que les hacemos,

todo está y debe estar condicionado por su originalidad propia, por lo que Dios ha puesto en ellos, por el ser y la misión especial que él les ha otorgado. Nuestra tarea como “buenos pastores”, consiste en servir a esa originalidad.

El Buen Pastor nos ha puesto allí donde las cosas se juegan, donde es difícil no

sólo el testimonio, sino la acción comprometida. Él quiere actuar a través de nosotros. Por eso, nuestra misión apostólica pastoral la realizamos allí donde Él nos ha puesto y donde nos ha dado una responsabilidad como padres de

nuestros hijos, como trabajadores, como empleados, oficinistas o profesionales. Nuestra responsabilidad es construir el Reino de Dios en las

realidades temporales, ordenar esas realidades según el querer de Dios.

“Vosotros sois la luz del mundo”.


4. Dinámica

Preguntas para el intercambio matrimonial:

1. ¿Cuáles son los rasgos del Buen Pastor que reconozco en ti?

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2. ¿En qué debemos mejorar o complementarnos más en relación a ser

pastores de nuestros hijos? ¿En el “conocerlos”, ser su ejemplo, “llamarlos por su nombre”; “dar nuestra vida por ellos”??

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3. ¿Nos hemos puesto de acuerdo en el modo de educar a nuestros hijos?

¿Qué diferencias existen entre nosotros al respecto? ¿Se dan conflictos? ¿Los hemos abordado y solucionado?

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Preguntas para el intercambio grupal:

1. ¿Qué acción pastoral, como grupo, podemos concretar antes de que

termine el año en relación a nuestros hijos? (Por ejemplo, un paseo familiar, alguna celebración, etc.

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2. ¿Podríamos hacer una reunión de grupo con nuestros hijos (con los que ya

son adolescentes o mayores)? _______________________________________________________________

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3. ¿Qué significa para nosotros ser “pastores” en nuestro lugar de trabajo?

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4. ¿Vemos la puesta en práctica de la doctrina social de la Iglesia como tarea nuestra en cuanto pastores? ¿Estamos conscientemente

construyendo el Reino de Dios en nuestro mundo laboral? _______________________________________________________________

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5. Propósito Realizar conscientemente un servicio de pastor a alguno de nuestros hijos y al cónyuge.

6. Oración Final

7. Tarea para la próxima reunión Leer capítulo „Desapego total de sí mismo‟ del Libro “Espiritualidad del

Instrumento”.

(Se sugiere tener para la próxima reunión las “chequeras” del Horario

Espiritual, para que los matrimonios puedan adquirirlas y comenzar a trabajar

con ellas.)


OCTAVO ENCUENTRO

“Toma el corazón entero

y toda la voluntad: te pertenecen por completo”

Nuestra autoformación

Objetivo: Asumir la tarea de la autoformación, para despojarse de las ataduras

que impiden u obstaculizan nuestra disponibilidad como

instrumentos.


Se puede tomar el Evangelio de Juan 15, 1 - 2

2. Revisión del propósito

Hacerlo como una evaluación, no sólo chequeando su cumplimiento.

3. Motivación

»»» El ejemplo de Benjamín Franklin:

Los grandes hombres, para concretar sus ideales de perfección, utilizaron algunos medios que les resultaron útiles. Así tenemos, el ejemplo de Benjamín Franklin, un gran científico y político norteamericano. Leemos en su

autobiografía una gran preocupación por encontrar un método para llegar a la perfección moral.

Franklin eligió una serie de virtudes que quería cultivar, tales como: templanza, silencio, orden, laboriosidad, humildad y otras. Para cada una se

ponía un propósito particular y se controlaba diariamente. Por ejemplo: i. Templanza: No comer hasta la exageración

ii. Resolución: Resuelve realizar lo que debes. Realiza sin falta lo que resuelvas.


»»» El ejemplo de Joao Luiz Pozzobon: Iniciador de la Campaña de la

Virgen Peregrina.

Don Joao fue padre de siete hijos y su vida transcurrió en el sur de Brasil. Vivió de su huerta y de un pequeño almacén. En Santa María conoce el

Santuario y al Padre Fundador. Se siente feliz con su misión de dar a conocer a María a muchas personas,

enseñándoles a rezar el rosario. Asumió su misión no sólo con gran espíritu de entrega, sino buscando el heroísmo en su acción y con una confianza plena en el Espíritu Santo, decía ser el “burrito de la Mater”. Se sentía hijo elegido para

llevarla de casa en casa.

Pasó por muchas dificultades y a medida que ellas aumentaban, crecía en fortaleza. Para realizar su ideal: Héroe hoy, llevaba un estricto Horario Espiritual. Decía del H.E.: “Piense Ud. que si un comerciante no controla sus

cuentas le va muy mal. ¿Y por qué no controlar el alma? Es un poco difícil al comienzo, pero después uno se acostumbra y siente la falta de ello si no lo

hace”. Necesidad de la autoformación

Estamos llamados a ser instrumentos en manos de María. Como tales,

queremos participar de la forma más perfecta posible en la triple misión de Cristo, como profetas, sacerdotes y pastores.

Por ello, como personas libres y siempre en desarrollo y crecimiento, necesitamos perfeccionarnos, crecer, asemejarnos cada día más al Señor y a

María.

Ello no se da sin un serio trabajo de autoformación. El Señor, desde el inicio de su proclamación del Reino, nos llama a la conversión. San Pablo afirma en este mismo sentido que tenemos que despojarnos del hombre viejo para

revestirnos del hombre nuevo.

De allí que para ser instrumentos aptos y dóciles en manos de María, debemos autoformarnos, superarnos a nosotros mismos.

El instrumento inanimado (una cosa, un pincel, la computadora, etc.) no puede oponerse a la acción de quien se vale de él para realizar una obra, pero

el instrumento libre, nosotros, sí podemos hacerlo. Por eso nos preguntamos: ¿Qué es lo que más obstaculiza en nosotros un apostolado fecundo y eficaz? Sin duda no es nuestra pequeñez, aunque a veces nos parezca así, pues

sabemos que Dios escoge justamente la nada de este mundo y se glorifica en ella. En cambio nuestra propia voluntad enfermiza, el estar centrado en

nuestro yo, desatendiendo la voluntad de Dios, eso sí que entorpece su acción a través de nosotros. Simplemente no estamos suficientemente disponibles para él, pues estamos demasiado ocupados de nosotros mismos, de nuestros

intereses.


¿Cómo quitamos estas ataduras?

Una seria aspiración a la santidad y un trabajo consecuente en la autoformación, usando los medios ascéticos que Schoenstatt ofrece, constituyen una ayuda

eficaz para superar los estados primarios de la vida espiritual. En María, el instrumento encuentra la mejor aliada para emprender, bajo su protección y de

su mano, el camino de la superación personal. La búsqueda de un Ideal Personal o de un Ideal de Matrimonio, el trabajo con el Examen Particular y el Horario Espiritual, junto con la confesión frecuente y la participación en la

Eucaristía, permiten quitar esas ataduras que impiden nuestra disponibilidad instrumental.

4. Dinámica: El P. Kentenich nos propone para nuestra autoeducación y para la vida espiritual

una metodología o sistema que nos ayuda en nuestro crecimiento. Decimos que es un sistema porque sus elementos se complementan y apoyan unos a otros.

En esta dinámica grupal trabajaremos con el Horario Espiritual y el Propósito Particular:

1. El Horario Espiritual .

1.1. Para leer en silencio

a) ¿Qué es el Horario Espiritual?:

Es un método para ordenar nuestra vida

Es una „escuela de vida‟ que asegura, alimenta y acrecienta nuestra

relación con Dios, con los hermanos, con el trabajo y con nosotros

mismos.

Ayuda a conseguir y mantener un sano equilibrio entre trabajo, familia y vida espiritual.

El control por escrito del H.E. es un método para vencer el olvido, el subjetivismo, la negligencia y los cambios de estados de ánimo.

Es también una forma de manifestar mi amor a María y es mi

contribución al Capital de Gracias.

El H.E. contempla puntos concretos, claramente determinados que nos

permitan reconocer si los practicamos o no.

El H.E. puede contemplar prácticas diarias, semanales o mensuales.


b) El Horario Espiritual no es:

o Un „horario‟ en el sentido común de la palabra (no determina los actos

que se suceden hora tras hora del día) o „espiritual‟ en cuanto a que no se refiere sólo a prácticas religiosas.

c) ¿Qué debo considerar en la elaboración de mi H.E.?

- El H.E. me tiene que servir a mí mismo; algunas personas me pueden

ayudar con su experiencia o consejos, pero a la hora de fijar los puntos que contempla y de llevarlos a cabo, sólo yo puedo y debo actuar.

- Si no cumplo con los puntos que me he puesto, debo volver a

comenzar siempre de nuevo y lo hago tantas veces como sea necesario, sin desanimarme.

- Si veo que no los cumplo nunca, entonces, es preciso que revise si la elección ha sido correcta o si debo elegir otro punto.

1.2. Para poner en común:

¿Cuál ha sido nuestra experiencia con el H.E.? Experiencias positivas y negativas, dificultades, etc. _________________________________________________________

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Dar ejemplos, a partir de la experiencia, de puntos de H.E. Anotarlos en una cartulina.

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2. El Propósito Particular .

2.1. Para leer en silencio:

a) ¿Qué es el Propósito Particular?:

Se refiere a nuestra decisión de conquistar una actitud o virtud

determinada, en la cual centramos nuestro esfuerzo y compromiso.

Se trata de un verdadero „propósito‟ y no un simple deseo o una intención vaga e indefinida.

Esta actitud quiere „traspasar‟ nuestro quehacer cotidiano.

La elección del Propósito Particular la hacemos tratando de desentrañar lo que el Dios de la vida nos está señalando a través de las circunstancias, mi carácter, mis anhelos, lo que está viviendo mi

familia, la situación de trabajo, etc.

El trabajo con el Propósito Particular elegido puede durar meses o

incluso, años.

Es importante renovar el Propósito Particular durante el día (en la mañana, a mediodía, en la noche). En forma breve y sencilla, con ello miramos las horas transcurridas, lo que tenemos por delante, y nos

proponemos nuevamente luchar por nuestro propósito y traducirlo en obras.

Debo unir el propósito particular a mi ideal personal, al ideal de

matrimonio o, si no los he formulado, al ideal de ser un apóstol de Cristo y de María.

¡MANOS A LA OBRA!


Trabajemos en nuestro Propósito Particular

1. De acuerdo a lo que estoy viviendo en lo personal, familiar, laboral, etc.

¿Qué actitud Dios me llama a conquistar? (servicialidad, acogimiento, paciencia, vida de oración más profunda, el orden, etc.) Elegir sólo una actitud.

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2. Debemos “internalizar” el valor que tiene esa actitud para nosotros. Es decir, estar convencidos que vale la pena luchar por conquistarlas, que

ello es bueno para mí y que Dios me lo pide. _______________________________________________________________

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3. ¿A través de qué punto del H.E. la puedo concretizar? Esta actitud que

cultivo por el EP debo renovarla al menos tres veces al día (mañana,

mediodía, noche) _______________________________________________________________

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4. Es posible que también elija una concreción determinada (algo bien

concreto, como un punto del HE) y lo trate de poner especialmente en

práctica, por ejemplo, durante 2 semanas o un mes, y luego lo cambie, buscando otra concreción de la misma actitud.

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5. ¿Qué otros puntos veo importantes de trabajar? Por ejemplo:

La conquista de la “4R”

La Santa Misa Dominical

La Confesión mensual, etc.

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Completemos entonces, la hoja del Horario Espiritual

Compartamos la experiencia.

6. Propósito: Terminar de configurar el H.E. y llevarlo a la práctica en el día a día.

7. Oración Final

8. Tarea para la próxima reunión El Jefe de Grupo se preocupa de que todos los matrimonios lleven a la vivencia

el folleto: “Visita al Santuario”.


ENCUENTRO DE ORACIÓN

“Ser total posesión tuya, es para el instrumento su honra y su gloria”

Objetivo: Realizar un encuentro de oración en el grupo, para vivenciar la

esencia de la instrumentalidad, es decir, la total unión al Maestro

y a su Madre, por medio de la oración.

Nota importante:

Se propone que esta reunión sea un momento de oración más largo en el Santuario (o ermita, capilla, Santuario Hogar o donde se reúna el grupo). Si es así, quien

prepara la reunión debe preocuparse de arreglar el lugar adecuadamente para que haya una atmósfera de oración.

Se sugiere como material para preparar la vivencia, el folleto “Visita al

Santuario”. Como lectura introductoria del momento de oración se puede leer (sea

personalmente o en voz alta), el testimonio de la Hna. Petra que sigue a continuación:


Testimonio de la Hermana M.Petra:

“Voy a contarles una experiencia mía sobre la oración personal, es decir cómo el

Padre me ayudó a conversar de corazón a corazón con la Mater en el Santuario. Pasó como un mes después que me decidí a quedarme en Milwaukee y trabajar con

el Padre. El Padre había acabado de dictar un documento de gran importancia para Roma cuando me dijo:

- Hágame el favor, lleve el documento al Santuario, póngalo en el altar y después dígale algo a la Mater.

Fui al Santuario y coloqué el documento sobre el altar. Y ahora, ¿qué hago?, me pregunté. ¿A qué se referiría el Padre Kentenich cuando dijo „entonces dígale algo a

la Mater‟? No sabía qué hacer. Así pensé: „Mater, tú conoces el contenido de este documento. Encárgate de todo al respecto‟. Me persigné y salí del Santuario. Al entrar en la oficina el Padre, sorprendido dijo:

- ¿Ya de vuelta? - Pues, el Santuario queda muy cerca.

El Padre con mucha amabilidad me preguntó: - ¿Colocó el documento en el altar?

- Sí, Padre. - ¿Y le dijo algo a la Mater?

- Sí. - ¿Me permite preguntarle, qué le dijo a Ella? - Claro que sí, Padre.

Y le conté lo que había pensado, que la Santísima Madre debería hacer. Entonces

vino la gran pregunta. - ¿Y qué le contestó la Mater? - ¿Cómo? Pues, no contestó.

- ¿No dijo nada? - Padre, ¡cómo iba a decir algo! Ella no habla.

El Padre siguió con la misma insistencia: - ¿Quiere usted decir que la Mater no le contestó? ¡Qué raro!

Me sentí incomoda porque el Padre seguía con la misma pregunta y le dije:

- Padre, voy a serle sincera. Después de haberle dicho lo que quería decirle a la Virgen, hice la señal de la cruz y me vine.

- Bueno, ahora entiendo. Usted no le dio la oportunidad para contestarle. En el

momento que la Mater quería decirle algo, usted ya se había ido. Ahora, por favor, vuelva al Santuario. Dígale todo a la Mater, incluso se puede quedar

cuando le haya dicho todo, quédese en silencio y, con su corazón vuelto a la Mater, escúchele. Y verá que le va a hablar.

No entendí… pero me fui e hice lo mejor que pude. En el Santuario me quedé en silencio por un buen rato, con „mi corazón vuelto hacia ella‟… Entró una gran paz en

mi alma. La Mater no habló en voz alta, pero vi y sentí con una claridad excepcional todo lo referente al documento sobre el altar. Incluso entendí la parte que me tocó a

mí contribuir para que se realizase la intención del Padre Fundador. La Mater puso


en mi alma una inspiración muy bonita… Al fin regresé a la oficina. El Padre me miró

con cariño y dijo: - Venga, cuénteme, ¿cómo le fue esta vez?

El Padre me escuchó con mucho interés y dijo: - Ya va aprendiendo.

Después me explicó: - Mire, rezar es hablar con Dios, con la Virgen, con una persona en el cielo. Es una

conversación íntima y confiada. No es un monólogo, es un diálogo. Uno habla y el otro escucha. El mismo interés y la misma atención que usted espera que ellos

le presten mientras que usted les hable, con esta misma atención y con el mismo interés suyo desean poder contar ellos. Puede estar segura de que Dios y la Virgen responderán siempre. Sin embargo, no gritan sino hablan con suave voz.

Ahora usted entiende, ¿verdad que sí? En nuestro Santuario nuestra querida Madre nos enseña a hablar con Ella (a rezar) de una manera muy personal, de tú

a tú, de persona a persona, de corazón a corazón.

El Padre me explicó cómo rezaba él, que él recibía todas las inspiraciones que

venían de la Santísima Virgen en el Santuario. El me dijo: - Dios no grita, uno tiene que escuchar atentamente y hay que tomarse tiempo

para eso. Hay que dedicar tiempo a la oración.

¿Ustedes creen que alguna vez se me olvidó rezar? Yo aprendí que la Santísima

Virgen no grita, no habla en voz alta, Ella habla en el corazón y uno va comprendiendo lo que Dios espera”.


NOVENO ENCUENTRO

“El sarmiento que no está unido a la vid no da fruto”

El cultivo de nuestra vida de oración

Objetivo: Profundizar la condición esencial que determina nuestra fecundidad

como instrumentos: nuestra oración.

1. Oración inicial:


Se puede tomar la lectura de Jn 15, 4-5.

2. Revisión del propósito

Hacerlo como una evaluación, no sólo chequeando su cumplimiento.

2. Motivación:

2.1. La unión del instrumento al Maestro.

El educador y la oración Dedicamos esta reunión a profundizar la necesidad del cultivo de la oración como instrumentos que quieren ser verdaderos apóstoles, que hacen suya la

triple función, profética, sacerdotal y pastoral de Cristo. Si estamos llamados a ser “profetas”, entonces nuestra profesía, lo que

trasmitamos a nuestros hijos y a quienes nos rodean, debe estar respaldado por la oración. Esta oración hace fecundas las palabras que dirigimos a nuestros hijos, a nuestros compañeros de trabajo, a quienes el Señor ponga en nuestro

camino. Hacemos, como padres, nuestra la misión sacerdotal de Cristo. Por esta misión

estamos llamados a ser intermediario entre nuestros hijos y el Señor. Y esto lo logramos en la medida que oramos. Por el sacramento del matrimonio conformamos con los nuestros una auténtica “iglesia doméstica”, y, ¿qué


hacemos en la iglesia?. Oramos. Tenemos que ser los sacerdotes que en el seno

del hogar oramos y enseñamos a orar a nuestros hijos. Por último, participamos en la misión pastoral de Cristo.

El texto del P. Kentenich se detiene precisamente en esto. Se trata de un texto tomado de la Jornada pedagógica de 1950, donde él muestra la necesidad de

oración que secunda y asegura la fecundidad de la acción del educador católico. Lo que dice del educador vale en primer lugar para los padres, que están llamados a ser los primeros educadores de sus hijos.

Sustituimos en este texto el término “educandos”, por “hijos”, porque son equivalentes en este caso y nos permite captar mejor las palabras del Padre. En

algunos pasajes pusimos en lugar de “educadores”, “padres”, con la misma finalidad.

Texto del P. Kentenich

¿Qué tiene que ver la oración con nuestra tarea de padres? Ya lo sabemos; lo

sabíamos ya hace tiempo: La oración es el mayor poder educador en el cielo y en la tierra.

La oración es un poder educativo de primera categoría.

Si revisamos todo lo que aparece en la Sagrada Escritura sobre el sentido, la meta y el significado de la oración y sobre la relación de tensión que existe entre

oración y trabajo, y también entre oración y labor educativa, entonces no es tan difícil resumirlo en la siguiente tesis: Dios quiere una cierta tensión, una cierta armonía entre oración y trabajo. Si se destruye esta armonía, entonces habrá

una gran catástrofe en el mundo entero y también en el mundo de la educación y del educador.

Si mantenemos esta tesis como inquebrantablemente verdadera ante nuestros ojos, muy pronto entenderemos dónde se origina la gran miseria del tiempo

actual, o al menos lo sospecharemos. No hay duda de que vivimos en medio de un terrible caos. Que el mundo de la educación se encuentra en una situación caótica; sabemos por experiencia propia lo que significa encontrarse en medio

de esta situación. ¿Dónde se origina el caos? Ciertamente en la perturbación existente de la relación entre oración y trabajo, y también en el trabajo

educativo

Por eso entendemos por qué el Señor diese tanta importancia a la oración en su vida. Cuando tenía que emprender grandes acciones, sobre todo respecto a su

misión salvífica, lo vemos subir a las montañas para hacer oración. ¡La oración es un gran poder de educación sobre la tierra, un poder único! En una ocasión el

Señor contemplaba la necesidad del mundo en su entorno, tal como la vemos nosotros hoy, entonces afloraron de sus labios las siguientes palabras: "La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies envíe obreros a

su mies". (Mt. 9,37 y ss.) ¿No es acaso la misma situación en la que nos encontramos hoy? ¿Acaso no tenemos también nosotros un anhelo de contar con

vigorosas figuras de educadores? ¿No queremos acaso formar de esta manera a


nuestra juventud, para que en el futuro estén preparados para enfrentar las

tormentas de la vida?

¿Y qué medios nos entrega el Señor para que se formen tales caracteres? ¿Nos entrega métodos organizativos? ¿Se refiere a grandes edificios por construir?

No, él conoce solamente un método: "Rogad al Señor de la mies..." ¿Qué nos quiere hacer consciente el Señor con esto? El gran poder, el gran poder

educador que tiene la oración.

Los apóstoles siguen sus huellas. Estaban recargados, es fácilmente comprensible, por una enorme cantidad de trabajo externo. No tenían tiempo

para descansar. Cierto día pensaban si acaso no sería mejor disminuir el trabajo externo. Lo disminuyeron bastante con la ayuda de los diáconos y así pudieron

dedicarse a lo más esencial del educador católico: a la oración. De nuevo el pensamiento característico: ¿La oración es un factor educativo de primera categoría!

Si observamos la historia desde esta perspectiva, nos encontraremos con ejemplos que destacan lo mismo.

Pensemos en el Cardenal Jiménez, el gran estadista español. En nombre del rey correspondía a él atender a los embajadores de otros países. No era raro que éstos tuvieran que esperarlo en la antesala: Jiménez estaba orando. A menudo

se le echaba esto en cara. La respuesta era: "Cuando Jiménez ora, gobierna a su pueblo", gobierna a su país.

No se nos hace difícil aplicar estas palabras a nuestro tema. ¿Quién es Jiménez? Yo. Mientras yo rezo, gobierno a mi pequeño mundo (mi familia); soy eficaz como educador. Sin duda, soy profundamente eficaz como educador; más que

cuando muevo y muevo las manos, más que mientras tengo la boca en movimiento, más que si hago mucho trabajo externo de educación.

(…) Si meditamos estos pensamientos y otros similares, no tardaremos en reconocer, con toda nuestra alma, que la oración es un poder educativo de

primera categoría.

La oración nos hace capaces de comprender correctamente a nuestros hijos.

Si queremos profundizar aún más el fundamento de esto, destacamos sobre todo dos cosas. El primer fundamento se refiere a que sólo mediante la oración

somos capaces de comprender correctamente a los hijos.

El segundo fundamento nos dice que sólo mediante la oración, es decir, mediante el cultivo de la vida interior, logramos una relación adecuada,

santificante y tremendamente poderosa con el Dios vivo. ¿Podríamos meditar un poco estos dos pensamientos?

Primer motivo: la oración pone al educador en la posición correcta, lo hace capaz de ver con claridad la meta de la educación, de aspirar a ella y alcanzarla.


¿Cuál es la meta? ¿Queremos dar sólo un barniz, una cierta destreza a nuestros

hijos, o queremos educar a hijos de Dios y miembros de Cristo? Hijos de Dios, capaces y preparados para dominar su vida en forma autónoma e independiente a partir de la gran idea de la filialidad. Esa es la meta de la educación.

Ahora bien, sabemos que tal meta es inalcanzable sin una buena medida de gracia actual. Eso es incluso dogma. No podemos llevar una vida correcta,

cristiana, sin que promedie mucha gracia actual; y menos todavía cuando se trata del ideal de la educación: forjar personalidades destacadas, católicas, heroicas.

¿Quién de nosotros, por ejemplo, puede evitar todos los pecados veniales sin una gran medida de gracias? ¿Acaso la educación del hijo de Dios quiere

llevarnos sólo a que nuestros hijos eviten los pecados graves, y no a que también se abran ampliamente a todo lo divino? Eso es imposible sin las gracias actuales. Así dice el Señor: "Sin mí nada podéis hacer" (Jn. 15,6). Y Pablo, en su

forma genial, añade: Ni siquiera podemos llevar a cabo un pensamiento; ya que todo lo que hacemos, cuando se trata de nuestra salvación o, aplicado a

nosotros, cuando se trata de la educación, el querer y el lograrlo vienen, en último término, de Dios, del amor eterno e insondable (cfr. Rom 8,26; 2Cor 3,4 ss)

La premisa mayor es clara: sin una gracia actual, sin abundantes gracias

actuales, jamás podremos alcanzar la meta de la educación en nuestros hijos.

Y ahora, la premisa menor: la oración es el medio salvífico normal, que siempre

está a nuestra disposición para obtener las gracias actuales.

¿No nos lo ha aclarado acaso claramente el Señor, cuando nos dice: "Pedid y se os dará; buscad, y encontraréis, golpead y se os abrirá"? (Mt. 7,7 y ss.) Con esos

pensamientos y formulaciones, ¿no nos ha quedado suficientemente claro la fuerza que posee la oración en la formación de las personas? Nuestros

profesores de dogma, que se preocupan de hacer una exégesis de estas frases de la Sagrada Escritura, lo interpretan así: quien no pide, tampoco recibe; quien

no golpea a la puerta, tampoco se le abre.

¿Entendemos bien lo que significa todo esto? La oración es el medio salvífico, el medio de salvación, para implorar las gracias actuales en forma abundante. Sin

las gracias actuales, sin abundantes gracias actuales, es absolutamente imposible la educación de un hijo de Dios. Esto es un dogma.

De esta forma entendemos a San Agustín, cuando él, resumiendo todo su pensamiento, nos enseña lo siguiente: "Haz lo que puedas y lo que no puedas hacer, implóralo". ¡Apliquemos esto a nosotros! Todos los medios pedagógicos

que ya conocemos, que hemos experimentado, que podemos volver a estudiar, todo está bien: haz lo que puedas... pero San Agustín añade: lo que no puedas

hacer, implóralo.

¿Entienden lo que esto significa? Por propio esfuerzo no es mucho lo que podemos lograr en la educación. ¿No es así que la tragedia de la actual

pedagógica proviene, en parte, de que los educadores (los papás y las mamás)


hemos olvidado ser hombres y mujeres de oración interior? Este es el primer

pensamiento: la oración es el gran poder en la formación de los hijos.

Sólo por la oración logramos estar unidos vitalmente al Señor

Quiero acentuar también, -esto es el segundo fundamento que nos mueve a

destacar el poder educador de la oración-: mediante la oración y mediante el cultivo de la vida interior recién logramos establecer la relación íntima y

correcta con el Dios vivo, el gran educador de los pueblos.

Aquí también debemos detenernos un momento. ¿Quién es el verdadero educador de nuestra juventud? ¿Quién es el verdadero formador de nuestro

pueblo? ¿Quién es el verdadero director espiritual? "Sólo uno es vuestro maestro." (Mt. 23,11) ¿Quién es este Único? Es el gran Dios, el Único, el Eterno.

Es Cristo. Y todos nosotros, que nos llamamos educadores, somos meros instrumentos en sus manos. Lo somos de acuerdo a nuestro ser, por medio de los sacramentos que imprimen carácter en nuestra alma: mediante el bautismo

y la confirmación (y del sacramento del matrimonio). Los sacerdotes son tales por la ordenación sacerdotal. De acuerdo a nuestro ser, se nos introdujo en el

sacerdocio de Cristo y por eso participamos del triple ministerio de Cristo: de su ministerio sacerdotal, profético y pastoral. Sin embargo, lo que es realidad en nuestro ser debe regirse por la gran ley del "ordo essendi est ordo agendi", el

orden de ser determina el orden de actuar debe hacerse vida. El orden objetivo del ser es norma para el orden objetivo del vivir ¿Cómo llegamos a poseer una

actitud instrumental? ¿Cómo establecemos contacto con el gran Maestro? Mediante la oración; mediante el cultivo de la vida interior, de la oración interior, de la vida de unión íntima con Dios.

El educador que actúa separado de Cristo tiene un poder educativo mínimo. Lo máximo que posee es un poco de genialidad humana. ¿Qué podrá lograr él con

ese poco de genialidad? ¿Qué podrá lograr en las condiciones normales y, sobre todo, qué podrá lograr en las condiciones adversas actuales?

Si soy un instrumento, entonces mi actuar depende de mi relación con el Maestro. Casi quisiera decir: nuestra pequeña fuerza, nuestra impotencia quiere desposarse con la omnipotencia del Maestro. Por eso es que quien aborda la

tarea educativa basándose en este estar atado a Cristo, al Dios vivo, con el tiempo logrará tener éxito. Será casi "todopoderoso" en la educación.

¿De dónde viene nuestro desvalimiento? En gran parte, porque construimos sólo basándonos en nosotros mismos, porque nos amarramos, nos desposamos y nos vinculamos demasiado poco con el gran educador, con Cristo que, por siempre,

sea alabado.

Así podemos, por ejemplo, entender que santa Teresita de Jesús diera tanta

importancia al cultivo de la vida interior: ¡volvamos a la fuente, al Maestro!

Una palabra dicha a partir de una permanente vinculación con el Maestro, tiene una eficacia mucho mayor que todas las demás palabras, aunque fuesen libros

enteros, que se escribiesen sin este desposorio con la fuerza divina.


(…) Hemos observado en amplios círculos, en el ámbito de la Acción Católica,

¡cuánto se ha actuado, cuánto activismo! Pienso en las grandes organizaciones e instituciones en el mundo entero, ¡cuánto se ha hecho en el marco de la Acción Católica! ¿Y cuáles son los resultados? No muchos. ¿Qué parece haber

faltado? La contemplatio; hay suficiente actio pero poca contemplatio.

(…) ¿Dónde encontramos algo que nos haga tan fecundos, en lo que se refiere

a los frutos de la educación, como es el contacto constante con el Maestro?

Padres de oro y padres de lata

(...) Desde esta perespectiva no nos cuesta tanto clasificar o tipificar las

figuras del sacerdote y del educador. Me refiero aquí a una tipificación que hizo el Cardenal inglés Gibbons respecto a los sacerdotes. Distinguía entre

sacerdotes (padres) de cobre, de plata y de oro. Cuando pienso en nuestro ethos de la educación, pienso que se puede añadir algo más: existen también padres de oro y padres de lata. ¿Cuál es el criterio para hacer esta

clasificación? La vinculación con Dios del verdadero educador. La comunión del ser, del vivir, de los sentimientos y de corazones con el Dios vivo.(…)

…Los educadores y profesores (padres) "de oro". Son los padres ideales. Ellos poseen una tranquilidad soberana unida a una gran actividad. Además de la comunidad del ser y de tareas, poseen una comunidad de corazones

extraordinariamente íntima con Cristo, el sacerdote y educador eterno de los pueblos. Debido a que cultivan la comunidad de corazones y de sentimientos

con él, saben que la cruz y el sufrimiento, el fracaso y la indiferencia son los mejores medios para educar y formar al hombre. Ellos cumplen fielmente su deber. Son amantes que nunca dejan de amar; tampoco cuando se cierran las

puertas detrás de ellos. La preocupación por el pueblo, por su juventud es constante durante el día y la noche; es el centro de su vida, de su oración.

¡Éstos son los educadores (padres) geniales, ideales! Y mientras más cruz y sufrimiento, indiferencia y deshonor encuentran, más crece la profundidad de

su unión con Cristo, más se abren a Cristo, y más puede Cristo introducir e irradiar su fuerza divina en ellos.

¡Nosotros queremos ser tales educadores! ¿Comprenden lo que esto significa?

En todo caso, una cosa debe quedar clara: la oración es una fuerza educadora de primera categoría.

(…) Resumiendo: comprendemos la importancia de que, como instrumentos, siempre nos mantengamos en el más vivo contacto con el Maestro, que como padres que secundan al Señor, siempre mantengamos un vivo contacto con el

educador primario.

(…) Dios necesita instrumentos, quiere utilizar instrumentos donde está

formando a los hombres. Para facilitarnos nuestro trabajo, nos ha puesto un ejemplo clásico ante los ojos: la Viren María. Ella, en forma extraordinaria, es un instrumento de Dios y como instrumento tiene la gran tarea y misión de ser

y seguir siendo, en unión con Cristo, la Educadora de los pueblos.


2.2. La unión del instrumento al Maestro

Cristo se vale de una parábola muy conocida en la que explica a sus discípulos las condiciones que deben cumplir, como instrumentos suyos, para dar abundantes frutos:

“Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí.” (Jn, 15, 4)

En verdad su afirmación es categórica: simplemente no podemos hacer nada constructivo en el Reino de Dios si nos desconectamos de Cristo, si descuidamos nuestra unión a él o si la perdemos (por el pecado).

¡Con cuanta facilidad se debilita nuestro contacto con Cristo! Cuánto nos

dejamos llevar por el activismo sin reparar, al hacerlo, que estamos dejando la fuente de nuestra vitalidad como instrumentos del Señor.

Por eso la espiritualidad instrumental da una importancia primaria al cultivo de la unión personal al Señor. Nuestro carácter instrumental está enteramente

condicionado al cultivo de la vida interior. La “unión total” es condición ineludible del ser y de la fecundidad instrumental. En verdad, “sin él, nada podemos”. De allí que permanentemente estemos insistiendo en lo importante que es una

vinculación frecuente a nuestro Santuario de gracias. Por una parte, porque nos garantiza la atmósfera adecuada para un encuentro personal con el Señor y la

Mater, y por otra, porque nos regala gracias de cobijamiento, de transformación, y de envío apostólico que actúan justamente en el sentido de ayudarnos a crecer en la conciencia y en la disponibilidad instrumental ante Dios.

La rama de matrimonios en su programas anuales motiva expresamente a los

grupos a que aprovechen las instancias privilegiadas de encuentro con Dios como son los retiros y jornadas, y ha puesto a disposición de los matrimonios

una serie de cuadernillos que pueden servirnos para la renovación de nuestra Alianza de Amor, del aniversario de matrimonio, de una visita al Santuario, de la renovación de la consagración de nuestro Santuario-Hogar, etc.

3. Dinámica: 3.1. Primero, respondemos a estas preguntas en una reflexión como

matrimonio.

1. ¿Cuáles son nuestros momentos de oración predilectos, los que más nos ayudan a un contacto profundo con el Señor, con la Mater?

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2. ¿En qué lugares y condiciones hemos experimentado que se favorece

más ese encuentro con Dios y con la Mater? Recordemos el lugar, las condiciones concretas, la forma como lo hicimos.

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3. ¿Cómo aseguramos la calidad y frecuencia de nuestros encuentros con el Señor, con la Mater?

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4. ¿Cuál ha sido nuestra experiencia como matrimonio en relación a la renovación mensual, la renovación anual (3R y 4R) y a la oración diaria

como matrimonio (1R)?. _______________________________________________________________

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5. ¿Qué cosas de la vida de grupo y de la vida de la rama nos han servido para fortalecer y aumentar nuestra vinculación a Dios?

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3.2. Después de la reflexión intercambiamos en el grupo una o varias de estas preguntas.

4. Propósito Realizar alguna acción en nuestro entorno (familia, amistades, acción social,

trabajo) donde entreguemos algo de nuestros talentos al servicio de los demás.

5. Oración Final

6. Tarea para la próxima reunión: Leer capítulo „La Fecundidad del Instrumento‟ del Libro “Espiritualidad del

Instrumento”.


DÉCIMO ENCUENTRO

“Nunca pereceremos si somos fiel instrumento tuyo

Frutos de la instrumentalidad

Objetivo: Descubrir los frutos de una verdadera actitud instrumental: espíritu

de conquista, seguridad y libertad interior, reflejo de María en el mundo.


Se puede tomar el Evangelio de Mateo 5, 13 – 16 o Lucas 6, 43 - 45

2. Revisión del propósito:

Comentar qué seguro, para cultivar la vida interior personal y de matrimonio, se han propuesto trabajar seriamente y por qué. (3R y 4R, visita semanal al

Santuario, etc.)

3. Motivación: “No me habéis elegido vosotros a mi, sino que yo os he elegido a vosotros,

para que vayáis y deis fruto, y un fruto que permanezca”. (Jn. 15,16) Hemos trabajado todo este año tratando de comprender el verdadero sentido

de nuestro apostolado como un ponernos enteramente a disposición del Señor y de la Mater, como sus dóciles instrumentos.

En las últimas reuniones hemos tocado una clave fundamental que garantiza que cada acción que emprendamos sea realmente en dependencia de quienes

nos han confiado esa tarea y según su voluntad. La unión total y el desapego total son esa condición indispensable. Si trabajamos por que estén siempre

presentes, experimentaremos con el tiempo, que nos anima un incansable espíritu de conquista, una extraordinaria seguridad y libertad


interiores y una rica fecundidad que nos va asemejando a María (carácter

de parusía), con quien hemos sellado una Alianza de Amor. Si permanecemos unidos a María, ella actúa por medio nuestro, de tal forma

que necesariamente transparentamos su imagen, porque el amor une y asemeja. Es la fuerza de esa Alianza de Amor con ella, la que nos impulsa y

compromete cada vez que descubrimos que la mies es mucha y los operarios pocos. Pero este incansable espíritu de conquista tiene su fuente inagotable en el amor de Cristo por su pueblo, en esa tarea de Cristo de la que

nosotros somos sólo pequeños ayudantes. Él lleva la carga más pesada y la responsabilidad más grande. Es también esta certeza la que nos regala una

extraordinaria seguridad y libertad interiores. No tenemos nada que temer, no necesitamos afanarnos angustiosamente: “El Padre y la Madre se preocuparán perfectamente de todo” (J.K). Es por eso que rezamos con tanto

gusto la oración que nos enseñara nuestro Padre y Fundador:

“En tu poder y en tu bondad fundo mi vida en ellos espero confiando como niño Madre admirable, en ti y en tu hijo,

En cada circunstancia creo y confío ciegamente Amén.”

5. Dinámica: Dejar unos minutos de silencio para que cada miembro del grupo lea y medite el

“Cántico del Instrumento” Madre tres veces Admirable, consérvanos siempre como instrumento tuyo;

haz que con amor, hoy y todos los días, nos pongamos a tu servicio.

Según los deseos de Dios, usa de nosotros enteramente para tu Reino de Schönstatt.

(Renuncia y entrega total) Toma el corazón y la voluntad:

te pertenecen por completo; ciegamente quieren doblegarse a tus indicaciones y a tu palabra.

Ser total posesión tuya es, para el instrumento, su honra y su gloria.

(Espíritu de conquista) Está pronto a servir sin reservas

a tu Obra de Schönstatt. Mándanos sufrimientos, guíanos a la lucha,

danos ganar la victoria plena. Contra las argucias y la saña del demonio danos luz, templa nuestro espíritu.


(Carácter de aparición mariana) Aseméjanos a ti y enséñanos a caminar por la vida tal como tu lo hiciste;

fuerte y digna, sencilla y bondadosa, repartiendo amor, paz y alegría.

En nosotros recorre nuestro tiempo preparándolo para Cristo Jesús.

(Seguridad y libertad interior) Aunque nos amenacen el mundo y el demonio.

o tempestades se ciernan sobre nosotros tú vences los peligros y nos concedes tu inmenso poder.

Tu corazón, puerta del cielo, es siempre nuestro seguro amparo.

(Fecundidad) Nunca pereceremos

si somos fiel instrumento tuyo; nos ayudas en todo instante

para que demos abundantes frutos. Con alegría caminemos de tu mano hacia el eterno Schoenstatt. Amén.

(Oración escrita por el Padre Kentenich en el Campo de Concentración de

Dachau, 1944)

Preguntas para el intercambio

1. ¿Con cuál de las estrofas del Cántico del Instrumento me identifico más y

por qué? ________________________________________________________________

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2. ¿Cuál de las características del instrumento, antes mencionadas encuentro encarnada en alguno de los miembros del grupo? Compartámoslo.

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3. Escribamos en una frase qué frutos ha tenido en nosotros, este año

dedicado a la misión de instrumentos. ________________________________________________________________

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6. Propósito: Revisar si se concretó la acción apostólica como grupo hacia fuera.

¿Por qué si? ¿Por qué no? Ver cómo proyectamos en concreto nuestra acción apostólica para el próximo

año.

7. Oración Final Rezar juntos alternando entre mujeres y hombres) el Cántico del Instrumento.


REUNIONES SOBRE EL APOSTOLADO

INTRAECLESIAL Y TEMPORAL

Considerando que grupos de matrimonios ya no tienen hijos en su casa, agregamos

estas reuniones que siguen a continuación, dedicadas al apostolado en el orden

temporal y al apostolado intraeclesial.

1 B Reunión

Levadura del mundo

• Objetivo El apostolado en el orden temporal: nuestra responsabilidad como

laicos frente a lo social y a la política, a la forjación de la cultura, etc.

1. Oración inicial

2. Revisión del propósito de grupo

3. Motivación

En general, poco se habla de responsabilidad apostólica en el orden temporal. Pero es claro que como laicos tenemos aquí una responsabilidad de primer orden.

Se trata de imprimir la faz de Cristo en la sociedad y en sus estructuras; de impregnar el orden temporal con los valores cristianos. El hecho de que el orden temporal sea autónomo en relación a la Iglesia, no significa que sea autónomo

frente a Dios o que no esté sometido a la ley natural y divina.

En concreto, el compromiso directo en el ordenamiento del orden temporal según Cristo, no es responsabilidad inmediata de la jerarquía de la Iglesia. Esta no tiene

ingerencia en las concretizaciones o modalidades específicas del orden político o de lo económico en cuanto tal. Su responsabilidad en este orden se refiere, en

primer lugar, a velar porque en él se salvaguarde la ley natural inscrita por Dios en toda su creación. La conformación directa del orden temporal según el querer de Dios, es responsabilidad primaria de quienes tienen la gestión de estas

materias, es decir, de los laicos. Por medio de ellos llega a estos campos la verdad del Evangelio y la eficacia de la redención.

Que en el pasado los laicos hayan descuidado esta tarea, es lo que ha conducido al materialismo reinante. Hoy, la ciencia, la técnica, el arte, la cultura, etc., en gran medida no están impregnados por los valores evangélicos.

Al perder su referencia a Dios, su orientación por el orden de ser, se ha introducido en esas actividades el principio de la desintegración: la “apostasía o separación de Dios, lleva a la corrupción”.


A partir del Concilio Vaticano II, se constata en la Iglesia un gran despertar del

apostolado laical. El P. Kentenich dio a Schoenstatt, ya antes del Concilio, una orientación clara en esta dirección. Pero, ¿cuál es nuestra realidad concreta a ese respecto?

Nuestros mayores logros, podemos constatarlos en la renovación de la familia y de sus valores. Esto es básico para la renovación de la sociedad, ya que la familia es la célula fundamental de la sociedad. Sin duda, debemos seguir por

este camino, pero también debemos avanzar por otras sendas. No se trata de que el Movimiento, en cuanto tal, se comprometa en política; pero sí de

comprender que los schoenstatianos tienen una responsabilidad política que deben ejercer, sea ésta de naturaleza partidaria o general. De modo semejante, no se trata de que Schoenstatt, en cuanto tal, se comprometa en realizar las

transformaciones económicas necesarias, pero sí de que los schoenstatianos se sientan responsables de lograr que el orden económico y el sistema de trabajo

sean coherentes con la moral y con el espíritu del Evangelio. Lo mismo vale para los ámbitos cultural, científico, artístico, literario, etc.

4. Dinámica de grupo

4.1. Promover un intercambio que permita aclarar en qué sentido la Iglesia (la jerarquía) tiene que ver con la realidad temporal y también tiene algo que decir

al respecto (por ejemplo, a través de la doctrina social de la Iglesia; sobre la biogenética; respecto al divorcio; sobre las “coimas”, etc.).

¿Qué pensamos acerca de afirmaciones como las siguientes: “La Iglesia no tiene nada que ver con la política”; “¿Qué tienen que meterse los obispos en cuestiones de orden económico?”; “¡Que ellos se preocupen más bien de

predicar el Evangelio y no se metan en lo que no les corresponde!”.

Se recomienda conformar dos bandos en el grupo: uno que defienda la posición errada y otro que defienda la posición correcta. Establecer un diálogo con el fin

de poder esclarecer mejor la temática.

4.2. Una segunda posibilidad consiste en preguntarnos muy concretamente en qué podríamos crecer nosotros respecto a alguno de esos campos. ¿Cómo

podemos formarnos para conocer y aplicar mejor los criterios evangélicos en este orden de cosas? Por ejemplo, ¿cómo conocer y aplicar mejor la doctrina

social de la Iglesia? ¿Cómo lograr una modificación en los medios de comunicación? ¿Cómo promover que el arte sea expresión de un auténtico humanismo?

5. Propósito de grupo

Se pide leer lo que en ese sentido dice el Catecismo de la Iglesia Católica, en los números 1877 al 1948; 2401 al 2513.

Se sugiere que cada uno revise concretamente cómo ha ejercido su responsabilidad apostólica en el orden temporal en relación a algún punto específico.


2 B Reunión

Sal de la tierra

• Objetivo Nuestro apostolado en el campo de trabajo.

1. Oración inicial


Cada uno de los presentes relata lo que pudo ver sobre su compromiso en el orden temporal referido a algún punto en concreto.

Se pregunta si se ha leído lo indicado del Catecismo y si se continuó con la lectura

del Cuaderno de Formación, temas 13 y 14.

3. Motivación

Normalmente pasamos gran parte de nuestro tiempo en el lugar de trabajo. Este

es, a semejanza del hogar, un campo prioritario para nuestro compromiso apostólico.

En nuestro campo laboral ejercemos nuestra función profética, en primer lugar,

por medio de la palabra encarnada, “predicando con el ejemplo”. Nuestro testimonio constituye el apostolado más importante y eficaz en nuestro medio. Este testimonio, según la expresión de Pablo VI, en Anunciando el Evangelio, debe

plantear “interrogantes irresistibles” en nuestro ambiente.

Junto al apostolado profético por medio del testimonio o apostolado “del ser” tenemos, en segundo lugar, el apostolado de la palabra hablada, en sus dos

dimensiones:

1º. defensa y proclamación de la verdad y de la moral.

2º. proclamación o transmisión explícita del mensaje evangélico

En nuestro trabajo, también ejercemos la misión pastoral. Esta se realiza en la medida que logramos penetrar toda nuestra actividad laboral con una intención expresamente apostólica. Es decir, haciendo así un aporte a la construcción e

interacción del Reino de Dios a través de nuestra actividad.

También, de acuerdo a la situación concreta, cabe emprender acciones apostólicas que vayan más allá de nuestra tarea profesional específica, pero que se

desarrollan en nuestro medio (por ejemplo, acciones sociales, etc.).

Por último, también ejercemos la función sacerdotal en nuestro campo de

trabajo. El apostolado de la oración y del sacrificio (contribuciones al Capital de Gracias) encuentra aquí una aplicación especial.


Cada una de estas dimensiones de nuestra misión apostólica, debe ser vivida en

forma propia y original en nuestro campo de trabajo. Preguntémonos: ¿somos en él la levadura que hace fermentar la masa? ¿Brilla nuestra luz en nuestro medio de trabajo, para que viendo los demás nuestras buenas obras alaben al

Padre de los cielos? (cfr. Mt 5, 13 ss)


Dividir el grupo en dos subgrupos.

Un primer subgrupo analiza las dificultades que se presentan en el trabajo, desde el punto de vista de nuestro apostolado. Por ejemplo, problemas respecto a la moral en el trabajo (coimas, lenguaje, tipo de negocios, trato a los

empleados, etc.).

Un segundo subgrupo analiza las diversas posibilidades que se dan en el campo de trabajo para hacer un apostolado explícito de evangelización.

Terminado este análisis (que puede durar media hora), cada grupo expone lo visto y se intercambia al respecto.

Por último, se confecciona como grupo una lista de todos los “pequeños apostolados” diarios (una sonrisa; un pequeño favor, etc.), que podemos realizar en nuestro trabajo.

5. Propósito de grupo

Cada miembro del grupo asume una tarea apostólica concreta en su campo de trabajo. (Para aquellos que trabajan en casa, puede tratarse de algo en relación

a las personas que ayudan en la casa).


3 B Reunión

Alma del mundo

• Objetivo El apostolado intraeclesial (en el Movimiento; en parroquias, etc.).

1. Oración inicial


Se revisa la experiencia realizada sobre el apostolado concreto que habíamos elegido en nuestro campo de trabajo.

3. Motivación

Cada uno de nosotros es responsable del crecimiento de la Iglesia y de su fortalecimiento interior.

La actitud de muchos cristianos, de hecho, los lleva a situarse fuera de la Iglesia: critican y señalan las deficiencias “desde afuera”, como si ellos no fuesen parte de la Iglesia. Esta no debe ser nuestra actitud: se trata de nuestra Iglesia, de la cual

cada uno de nosotros es responsable. Estamos llamados como cristianos a cooperar en la construcción y renovación constante de la Iglesia. Nuestro

compromiso con Schoenstatt se orienta en la misma dirección.

Nuestra responsabilidad evangelizadora y apostólica adquiere diversas formas de concretización, sea al interior de la Iglesia o, específicamente, en Schoenstatt.

Ejercemos esta responsabilidad en forma activa, desplegando un espíritu de iniciativa, creativo y emprendedor. (Por cierto, el compromiso apostólico al interior de Schoenstatt es un apostolado intraeclesial).

Por esto nos preguntamos qué hemos hecho, en este sentido, como personas o como grupo, tanto en la Iglesia o en el Movimiento (pensamos, por ejemplo, en el apostolado del testimonio, de la palabra, de las contribuciones al Capital de

Gracias y del servicio a través de acciones concretas, sea en el orden organizativo o económico, pastoral, etc.).


Ante todo, consideramos qué apostolados hemos ejercido en la Rama de matrimonios.

En segundo lugar, nos preguntamos qué podríamos aportar como grupo o individualmente a la Rama.

También aquí corresponde intercambiar sobre los apostolados que ejercemos en

los colegios donde estudian nuestros hijos, o en nuestra parroquia. ¿Ponemos en ellos nuestro sello distintivo schoenstatiano? ¿Aportamos en ellos nuestro carisma propio?


5. Propósito

Considerar, eventualmente, si el grupo puede comprometerse en alguna acción concreta de servicio a la Rama.


ANEXO I

PAUTA DE ORACIÓN PARA EL

INICIO DE CADA REUNIÓN

La oración de inicio de las reuniones forma parte esencial de nuestras reuniones.

Recogiendo la experiencia de estos últimos años les entregamos algunas observaciones que pueden ayudarles a hacer esta oración en forma más personal y

fecunda. Además, por si no está en sus manos, agregamos la guía para realizar esta oración.

I. ALGUNAS OBSERVACIONES

1. No olvidemos crear el ambiente adecuado (luz, imagen, etc.).

2. Hacer la oración de modo que no se interrumpa. Por ejemplo, teniendo al

inicio un momento de encuentro y de comida (sándwich, café, etc.). Por ejemplo, la reunión se inicia a las 20.30 horas y la oración a las 21. Debe crearse la conciencia de esto, a fin de que los matrimonios de hecho lleguen

antes de la oración.

3. La oración debiera estar dirigida al Señor o a la Mater: esto la hace

más personal e íntima (estamos conversando con ellos). Por eso, evitemos proceder diciendo, por ejemplo: "Ahora cantamos …", "XX va a leer el Evangelio", "El que quiera hacer una petición, puede hacerlo", etc. Es más

personal y crea un mejor ambiente de oración y comunicación decir: "Señor, queremos alabarte, cantando (se nombra el canto)", "Ahora, Señor, dispone

nuestro corazón para escuchar y acoger tu Palabra", "Señor (o "querida Mater"), recibe nuestras peticiones y acción de gracias", etc.

4. Fácilmente se convierte el acogimiento de la palabra del Señor en una

reflexión sobre el texto bíblico que se ha leído. La idea es que, después de unos minutos de meditación en silencio, cada uno pueda expresar en

forma sencilla y corta, aquella palabra, frase o imagen, que le llegó más al corazón. Lo que se pretende es llegar a una recepción y acogida de la palabra, más que a una reflexión sobre esa ésta. La reflexión o

esclarecimiento exegético o aplicación de la palabra, puede tener lugar en otro momento.

5. No es necesario elegir siempre el texto del Evangelio del domingo próximo. Perfectamente se puede elegir también un texto que nos parezca ser el más adecuado de acuerdo al grupo o las circunstancias concretas del

mismo.


6. Evitar decir después de cada petición "Roguemos al Señor" o "Te damos

gracias, Señor". Da mayor riqueza a la oración cuando, después de tres personas que expresan su petición o acción de gracias, se canta una antífona, repitiéndola dos veces.

Como pueden apreciar, se trata de acentuar el carácter personal de la oración.

Queremos crear un momento de real encuentro con el Señor y con la Mater, en un ambiente tranquilo y de profundidad e intimidad. A eso apunta todo lo anterior.

II. GUÍA PARA LA ORACIÓN DE GRUPO

Pensamos en una oración que debiese tener unos 20 minutos o más de duración. El

sentido es que la reunión se inicie con espíritu, con un momento tranquilo de encuentro con el Señor y con María.

Ofrecemos una guía que pueda servirnos para llevarla a cabo. No se trata de una “oración tipo”, sino sólo de un hilo conductor, de un cauce, que permita una oración tranquila y personal y no puramente “recitativa” o “formal”. Ciertamente el grupo

puede introducir ritos propios que surjan de la vida y personalicen aún más esta oración.

Los dueños de casa preparan previamente el ambiente para que se pueda hacer oración con mayor facilidad: se preocupan de que haya en el lugar una imagen de la Mater, una Cruz de la Unidad, un cirio encendido y flores. Ojala que la luz sea indirecta

para crear un ambiente más acogedor.

La oración se hace estando todos sentados. Previamente se ha designado a una

persona como conductor del momento de oración. Este es quien invita y va guiando los diversos pasos que tiene la oración. Como se intercalarán algunas antífonas (luego se explicará), se aconseja cantarlas previamente en forma de ensayo. El guía

prepara una fotocopia para cada uno con los cantos, la antífona y el pasaje del Evangelio que se va a leer.

1. Se comienza con un canto (puede ser un canto al Espíritu Santo).

2. Oración El guía hace una oración inicial. Los términos de esta oración deben ser

sencillos. En general durante todo el momento de oración tratamos de hablar en forma personal y espontánea, sin palabras rebuscadas o fijándonos

demasiado en la corrección literaria. Y si nos equivocamos... no importa. El Señor nos pide que seamos como los niños frente a su Padre cuando oremos. Acá damos sólo un ejemplo de cómo podría ser esta oración inicial. (hagamos esta oración en forma libre, sencilla y espontánea)

Querida Mater, nos encontramos reunidos junto a ti y a tu Hijo Jesús, para iniciar este momento de oración. Implora tú para nosotros al Espíritu Santo.

Que él nos enseñe a orar con sencillez y profundidad. En esta tarde traemos hasta ti todo lo que somos y tenemos, el afán de este día, nuestros hijos,

nuestra realidad como matrimonio. Quisiéramos estar tranquilos contigo y el


Señor, para renovar nuestra fe y nuestro amor. Mater, quédate con nosotros

y enséñanos a dialogar contigo y con tu Hijo Jesús. Amén.

2. Luego se lee, pausadamente, un trozo del Evangelio

De preferencia el correspondiente al domingo próximo (Por cierto podría escogerse otro adecuado a una situación especial del grupo). Se pide, antes de

leerlo, que cada uno se fije en una palabra, frase o imagen que le llame especialmente la atención, que le “toque” interiormente. Se aconseja leer dos veces, pausadamente, el texto a fin de posibilitar mejor su comprensión).

3. Se deja un momento de silencio de más o menos 2 minutos para que

cada uno medite.

4. Luego cada miembro del grupo dice la palabra, frase o imagen que le llamó especialmente la atención y agrega brevemente en qué siente

que el Señor le dice algo en el texto recién leído.

Es importante, y esto hay que aclararlo la primera vez que se realiza este tipo

de oración, que no se trata de iniciar una reflexión sobre el texto leído, ni menos de plantear los posibles problemas que pueda presentar su

comprensión. Esto está reservado para otras oportunidades. Aquí lo que nos importa es percibir cómo el Señor nos ha hablado personalmente a través de una frase, palabra o imagen. Es importante tener en cuenta esto pues, de otro

modo, se perdería el ambiente de oración que buscamos cultivar. La reflexión y estudio puede hacerse en otra ocasión. El guía indica el inicio del canto.

5. Canto Concluido este momento, se puede cantar un canto al Señor o a María.

Si en el grupo no hay nadie que sepa tocar guitarra o dirigir el canto, no es necesario complicarse por ello. Simplemente se canta algo conocido por todos.

6. Luego, en forma libre, se hace oración de petición, de alabanza, de

gratitud o de perdón según lo que cada uno desee. En ella, después de la oración de tres personas, se intercala una antífona cantada dos veces.

Se trata de una oración personal, de corazón, donde las intenciones no sean ni generales ni tan amplias que no toquen la realidad de las personas que

están haciendo oración. Para crear un cierto ritmo se intercalan antífonas después de que 3 personas han hecho su oración, como, por ejemplo: “El Señor es mi Pastor, nada me habrá de faltar”; “Gloria canten todos, gloria al

Señor”; “Envía tu Espíritu, Señor, y renueva la faz de la tierra”, “Gracias por todo, Madre, gracias de corazón, y quiero atarme a ti con un amor entrañable”,

u otras semejantes que normalmente todos conocen. Se pide (al inicio de la oración) no repetir después de la acción de gracias o petición “Escúchanos, Señor, te rogamos” o “Te damos gracias, Señor”, pues en su

lugar se cantan las antífonas. El guía o alguien del grupo entona las antífonas. En el momento que parezca prudente, el guía indica el paso siguiente invitando

a leer la oración elegida.


7. Se reza un Salmo o una oración del libro “Hacia el Padre” Se aconseja rezar cada estrofa alternando la lectura entre hombres y mujeres. El guía debe haber entregado al inicio una fotocopia para cada uno.

8. Para concluir se reza la Pequeña Consagración:

“Oh Señora mía…” y se canta una canción.

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Esquema del desarrollo de la oración inicial


ANEXO II

RENOVACIÓN DEL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN

1. Canto al Espíritu Santo

2. Sacerdote

Oración: Con sencillez te pedimos, Padre, arda en nosotros la luz de la fe;

que conozcamos con claridad a nuestra Madre

y que confiemos en ella como Medianera nuestra.

Concede que siempre, a imagen suya y como a ti te agrade, nos ofrezcamos

con alegre y resuelta servicialidad como instrumentos para la salvación del mundo,

a fin de destruir el poderío del Dragón, que atiza la división y el odio. Padre, te lo pedimos por Cristo,

quien, para gloria tuya, nos hace partícipes de su mediación. Amén (HP.229)

Lector 1:

Lectura: Hechos de los Apóstoles 2, 1-11

Sacerdote o Lector 2:

Motivación: Se desarrolla una motivación que abarque los siguientes puntos:

- Como esposos y padres, renovar la conciencia de nuestra identidad cristiana. - Volver a encendernos por nuestra vocación de testigos y apóstoles, en la

familia y en el mundo. - Querer ser instrumentos en manos de María para la renovación en Cristo del

matrimonio, de la familia y del mundo. - Renovar nuestro propósito en la misión de crear familias sanas y santas.


Lector 1:

Nos ponemos en la presencia del Señor y de la Santísima Virgen, nuestra Madre y Reina en el Cenáculo.

Queremos participar de este momento con la conciencia clara de renovar nuestro matrimonio y nuestra vida familiar, a la luz y en la fuerza del Espíritu Santo.

Cantar al Espíritu Santo: “Divino Espíritu, bajad” (u otro canto)

Lector 2: Con el fuego de la lámpara del Santísimo, encendemos las velas que cada uno ha

recibido. Sacerdote o Lector 1:

El Espíritu Santo es quien nos incorpora a Cristo; él es quien nos llena del fuego de Cristo. El es la luz y quien nos da fuerzas para

vencer al Príncipe de las tinieblas. El es quien nos enseña a amar en Cristo. Como esposos y padres, imploramos al Espíritu Santo para que plenifique en nosotros el amor.

Como instrumentos y apóstoles del Señor, renunciamos al pecado,

a Satanás y sus obras, para estar así totalmente disponibles para Dios.

Por ello les pregunto: ¿Renuncias al pecado y a Satanás, padre del odio y de la mentira,

que nos impiden aceptar a Cristo como Señor del amor y de la vida y ser instrumentos suyos?

Todos: Sí, renunciamos.

Sacerdote:

¿Renuncian a todo lo que les impide amar a Dios de todo corazón y sobre todas las cosas?


Sacerdote: ¿Renuncian a todo lo que les impide amar a su cónyuge, a sus hijos y a su prójimo

como a sí mismos?


Canto al Espíritu Santo


Sacerdote:

El auténtico apóstol vive de su fe. Por eso le pedimos al Señor que aumente nuestra fe, y la renovamos en nuestros corazones. ¿Creen en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?

Todos: Sí, creemos.

Sacerdote: ¿Creen en Jesucristo, Hijo único de Dios, nuestro Señor?

Todos:

Sí, creemos. Sacerdote:

¿Creen en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la Comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna?

Todos: Sí, creemos.

Canto: Ven Espíritu Santo, con María, Madre de Jesús.

Sacerdote o Lector 1: Ustedes han venido a renovar la gracia del sacramento de la Confirmación que los

hizo testigos y apóstoles del Evangelio y constructores del Reino de Dios aquí en la tierra.

El apóstol está llamado a dar testimonio del Señor con su ejemplo, su palabra y sus

obras. ¿Están dispuestos ha hacer brillar la luz de Cristo en su ambiente, de modo que todos, viendo sus obras, alaben al Padre de los cielos?

Todos: Sí, por la gracia del Espíritu Santo estamos dispuestos a ser levadura en medio del

mundo. Sacerdote:

Schoenstatt los envía a encender el mundo en el fuego de Cristo. Por eso María intercede constantemente pidiendo para nosotros la fuerza y la luz del Espíritu Santo

en nuestro Santuario. ¿Están dispuestos a comprometerse para que ese fuego arda y sean eficaces constructores del Reino del Padre aquí en la tierra?

Todos: Sí, estamos dispuestos. Nos comprometemos a luchar y a expandir el reinado de

Dios siempre y en todo lugar. Sacerdote:

El instrumento y apóstol del Señor y de María, por su seguimiento al Señor y consecuencia de vida, debe estar dispuesto a ser objeto de rechazo y contradicción.

¿Están dispuestos a enfrentar, con la fuerza del Espíritu Santo, ese rechazo y contradicción?


Todos: Sí, estamos dispuestos.

Sacerdote: El apóstol de Schoenstatt quiere vivir plenamente las gracias del arraigo en Dios, de

la transformación interior, del envío y fecundidad apostólicas que María nos regala en su Santuario. ¿Quieren, por lo tanto, cultivar una estrecha vinculación al Santuario de Schoenstatt?

Todos:

Sí, prometemos esforzarnos por ello. Queremos arraigarnos profundamente en Dios, transformarnos en Cristo y ser fecundos en nuestro apostolado por la acción del Espíritu Santo.

Sacerdote:

Con la alegría de esta renovación en la gracia del sacramento de la Confirmación, rezamos:

(Aquí también se puede intercalar el <Canto del P.Reinich>)

Todos: Señor,

haznos arder como un fuego vigoroso,

marchar con alegría hacia los pueblos y, combatiendo como testigos de la Redención,

guiarlos jubilosamente a la Santísima Trinidad.

Hombres: Madre y Reina, haz que Schoenstatt porte valerosamente

hasta muy lejos tu bandera y someta victorioso a todos sus enemigos;

Mujeres:

continúe siendo tu lugar predilecto,

baluarte del espíritu apostólico jefe que conduce a la lucha santa,

manantial de santidad en la vida diaria; Hombres:

fuego del fuego de Cristo, que llameante esparce centellas luminosas,

hasta que el mundo, como un mar de llamas, se encienda para gloria de la Santísima Trinidad. Amén

Canto: Espíritu Santo, Ven.


Sacerdote: Imploremos, rezando la oración que el Señor nos enseñó, la venida del Reino del Padre, diciendo: Padre Nuestro…

Sacerdote:

Vayan y sean instrumentos aptos, generosos y audaces en manos de María. Todos:

Amén.

Sacerdote: Vayan y sean y den testimonio de la verdad ante los hombres.

Todos: Amén.

Sacerdote: Vayan y sean fermento y sal de la tierra en medio del mundo.

Todos:

Amén. Sacerdote:

Da la bendición.

Canto Final:

“Somos un pueblo que camina”, u otro apropiado.

Esta liturgia puede ser complementada con símbolos. Por ejemplo, el fuego, u otros.

Se puede utilizar alguna de las siguientes lecturas bíblicas: Hch 19, 1-7;

Jn 14, 21-26; 16, 1-20; Ez 36, 25-28;

Is 61, 1-2; Ez 37, 1-14; 1P 3, 15;

Hch 4, 8; 4, 37; 6, 3-6; 15, 28; Jn 14, 15-17; 15, 26-27; 16, 7-15.

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PROGRAMA PARA EL 5to. AÑO DEL CICLO BÁSICO DE FORMACIÓN