14
TH. XL, 1985 NOTAS 591 3.6. Las estructuras en que el personaje central se asemeja a uno bon- dadoso, lo semejan mediatamente, a toda la macroestructura de los bondadosos, y por ser ésta opuesta a la de los deshumanizados, lo opone, mediatamente, a ellos. Tales mediaciones construyen, ya no el devenir, sino el ser del personaje central, definen con trazos más fuer- tes, al relevarlas cuantitativamente, sus características. Es decir, las macroestructuras de los personajes secundarios y la relación opuesta de las mismas, construyen el ser del personaje central. 3.7. Las condiciones observadas en el numeral 3.3., anterior, ma- nifiestan que la bondad y el respeto por la vida de las criaturas —el "humanitarismo"— no es privativo del hombre, y que, antes bien, éste guarda la ferocidad de una bestia, envuelta en forma humana. Que entre el hombre y la bestia sólo media el corazón y que tanto vale una vida (o una muerte), como otra. ERNESTO PORRAS (HOLLANTES Instituto Caro y Cuervo. TEMA Y ESTRUCTURA EN EL CUENTO «LA SIESTA DEL MARTES» DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ I INTRODUCCIÓN El autor ruso Vladimir Propp nos da un nuevo enfoque para el análisis del cuento en su libro Morfología del cuento 1 . Esta obra se- ñala los problemas fundamentales que presentan los sistemas tradicio- nales y nos indica la teoría estructural para el análisis del cuento, teoría que está corroborada por los europeos A. }. Greimas, Roland Barthes, Tzvetan Todorov, Claude Brémond y E. Mélétinski. Greimas considera que el cuento debe dividirse en sus respectivas partes constitutivas: "Se puede decir que el primer paso metódico, en 1 VLADIMIR PROPP, Morfología del cuento, 3* ed., Madrid, Fundamentos, 1977.

Tema y estructura en el cuento «La siesta del martes» de Gabriel

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Tema y estructura en el cuento «La siesta del martes» de Gabriel

TH. XL, 1985 NOTAS 591

3.6. Las estructuras en que el personaje central se asemeja a uno bon-dadoso, lo semejan mediatamente, a toda la macroestructura de losbondadosos, y por ser ésta opuesta a la de los deshumanizados, loopone, mediatamente, a ellos. Tales mediaciones construyen, ya no eldevenir, sino el ser del personaje central, definen con trazos más fuer-tes, al relevarlas cuantitativamente, sus características. Es decir, lasmacroestructuras de los personajes secundarios y la relación opuesta delas mismas, construyen el ser del personaje central.

3.7. Las condiciones observadas en el numeral 3.3. , anterior, ma-nifiestan que la bondad y el respeto por la vida de las criaturas —el"humanitarismo"— no es privativo del hombre, y que, antes bien,éste guarda la ferocidad de una bestia, envuelta en forma humana.Que entre el hombre y la bestia sólo media el corazón y que tantovale una vida (o una muerte), como otra.

ERNESTO PORRAS (HOLLANTES

Instituto Caro y Cuervo.

TEMA Y ESTRUCTURA EN EL CUENTO«LA SIESTA DEL MARTES»

DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

I

I N T R O D U C C I Ó N

El autor ruso Vladimir Propp nos da un nuevo enfoque para elanálisis del cuento en su libro Morfología del cuento 1. Esta obra se-ñala los problemas fundamentales que presentan los sistemas tradicio-nales y nos indica la teoría estructural para el análisis del cuento,teoría que está corroborada por los europeos A. }. Greimas, RolandBarthes, Tzvetan Todorov, Claude Brémond y E. Mélétinski.

Greimas considera que el cuento debe dividirse en sus respectivaspartes constitutivas: "Se puede decir que el primer paso metódico, en

1 VLADIMIR PROPP, Morfología del cuento, 3* ed., Madrid, Fundamentos, 1977.

Page 2: Tema y estructura en el cuento «La siesta del martes» de Gabriel

592 N O T A S TH.XL, 1985

el proceso de la descripción del mito, es la descomposición del relatoen secuencias" 2.

Barthes a su vez comparte el criterio analítico de Propp: "Parapoder clasificar y describir los millones de relatos se necesita una teo-ría. Hay que concebir primero un modelo hipotético de descripción" 3.

Todorov también pone énfasis en el modelo hipotético descrip-tivo: "Debemos tratar de la estructura del discurso literario, que haceposible la existencia de cada obra en particular" 4. Para Brémond, elmodelo analítico literario debe partir de Propp:

El examen del método seguido por V. Propp para describir los caracteres es-pecíficos de uno de estos universos particulares, el del cuento ruso, nos ha con-vencido de la necesidad de trazar, previamente a toda descripción de un géneroliterario definido, el plano de las posibilidades lógicas del relato. Con esta condi-ción, el proyecto de una clasificación de los universos de [sic] relato, basado encaracteres estructurales tan precisos como los que sirven a los botánicos y a losnaturalistas para definir los objetos de su estudio, deja de ser quimérico5.

E. Mélétinski considera que V. Propp se mueve alrededor deldesarrollo cronológico y de las funciones de sus personajes:

En su investigación sobre la especificidad genérica del cuento maravilloso, exa-mina sobre todo el relato, analiza el desarrollo cronológico y por tanto la sintagmá-tica, para aclarar la significación de cada sintagma en el interior de un argumentodeterminado. Por eso su modelo estructural es lineal. Solamente en la etapa si-guiente de su investigación (reflejada en las Raíces históricas del cuento maravi-lloso) es cuando las funciones reciben una interpretación etnográfica (en el planogenético)6.

La morfología del cuento, de Propp, ha estimulado el estudio es-tructural del cuento en Norte América, aunque R. Jakobson y Tho-mas A. Sebeok 7, ya habían tocado el tema en el folclor. Desafortu-

3 A. GREIMAS, Elementos para una teoría de la interpretación del relato mítico,en Comunicaciones, núm. 8, traducción de Beatriz Dorriots, Buenos Aires, TiempoContemporáneo, 1972, págs. 47-48.

8 ROLAND BARTHES, Introducción al análisis estructural de ¡os relatos, en Co-municaciones, núm. 8, pág. 11.

* TZVETAN TODOROV, Literatura y significación, traducción de Gonzalo Suá-rez Gómez, Barcelona, Planeta, 1971, pág. 10.

8 CLAUDE BRÉMOND, La lógica de los posibles narrativos, en Comunicaciones,núm. 8, pág. 87.

* E. MéLETiNSKi, El estudio estructural y la tipología del cuento, en Morfo-logía del cuento, Madrid, Fundamentos, 1977, pág. 193.

' TH. A. SEBEOK, Toward a statistical contingeney method in folklore re-search, en Studies in folklore, Bloomington, Indiana University, 1957, núm. 9,

Page 3: Tema y estructura en el cuento «La siesta del martes» de Gabriel

TH. XL, 1985 N O T A S 593

nadamente en la crítica literaria hispanoamericana la aplicación delmétodo estructuralista es relativamente incipiente. Empero, lo poco quese ha escrito bajo este método ha dado resultados positivos en el aná-lisis narrativo.

I I

ARGUMENTO Y TEMA

El presente trabajo analiza el argumento, el tema y la estructuradel cuento La siesta del martes 8, del escritor colombiano Gabriel Gar-cía Márquez, Premio Nobel de Literatura 1982.

Desde el punto de vista del argumento, el autor nos presenta— en La siesta del martes — una historia que ocurre entre las once dela mañana y las tres y media de la tarde de un "luminoso martesde agosto" (pág. 10). Una mujer y su joven hija viajan en un va-gón de tercera clase de un tren a través de plantaciones de banano, ysin "brisa del mar" (pág. 7), el que se detiene "en una estación sinpueblo" (pág. 8), y, finalmente, llegan a un pueblo, caluroso y soli-tario, donde madre e hija descienden:

No había nadie en la estación. Del otro lado de la calle, en la acera sombreadapor los almendros, sólo estaba abierto el salón de billar. El pueblo flotaba en elcalor. La mujer y la niña descendieron del tren, atravesaron la estación abando-nada cuyas baldosas empezaban a cuartearse por la presión de la hierba, y cruza-ron la calle hasta la acera de sombra (pág. 10).

El tren llega alrededor de las dos de la tarde, y las dos mujerestienen la intención de regresar el mismo día en el mismo tren a lastres y media. Así que tan sólo tienen disponible hora y media parasus diligencias en el pueblo. De tal suerte que el tren mide el tiempode las dos pasajeras y condiciona la acción en el relato:

Entraron en una sala impregnada de un viejo olor de flores. La mujer de lacasa las condujo hasta un escaño de madera y les hizo señas de que se sentaran.La niña lo hizo, pero su madre permaneció de pie, absorta, con la cartera apre-tada en las dos manos. No se percibía ningún ruido detrás del ventilador eléctrico.

La mujer de la casa apareció en la puerta del fondo.

págs. 130-HO; TH. A. SEBEOK, F. J. INCONCMAN, Structural and contení analysisin folklore researchs, en Studies in cheremis: the supernatural, New York, 1956,núm. 22, págs. 261-268.

8 GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, La siesta del martes, en Los funerales de la ma-má grande, Bogotá, La Oveja Negra, 1978, págs. 7-17. En adelante citamos poresta edición con las páginas entre paréntesis.

Page 4: Tema y estructura en el cuento «La siesta del martes» de Gabriel

594 N O T A S T H . XL, 1985

— Dice que vuelvan después de las tres — dijo en voz muy baja —. Seacostó hace cinco minutos.

— El tren se va a las tres y media —dijo la mujer (págs. 11-12).

El relato nos señala que madre e hija son pobres. La voz narrativanos indica lo único que llevaban: "una bolsa de material plástico concosas de comer y un ramo de flores en papel de periódicos" (pág. 8);además, "ambas guardaban un luto riguroso y pobre" (pág. 8).

La visión paupérrima se refuerza una vez más en el relato cuan-do, posteriormente, percibimos que su hijo murió descalzo y con untrozo de soga en vez de cinturón.

Un poco antes de finalizar el cuento, el autor nos deja ver larazón del viaje de madre e hija, pues se efectúa una tensión que al-berga un potencial dinámico que repercute en el corazón del relato,despertando una aguda atención, en forma sostenida, desde las prime-ras líneas hasta el final.

Sabemos el propósito de la madre y su hija a través del diálogoentre el sacerdote y la señora que descendió del tren:

— ¿Qué se le ofrece? —preguntó.— Las llaves del cementerio — dijo la mujer.La niña estaba sentada con las flores en el regazo y los pies cruzados bajo

el escaño. El sacerdote la miró, después miró a la mujer y después, a través dela red metálica de la ventana, el cielo brillante y sin nubes.

— ¿Qué tumba van a visitar? —preguntó.— La de Carlos Centeno — dijo la mujer.— ¿Quién?— Carlos Centeno — repitió la mujer.El padre siguió sin entender.— Es el ladrón que mataron aquí la semana pasada — dijo la mujer en el

mismo tono—. Yo soy su madre (págs. 12-13).

Rápidamente el narrador omnisciente nos señala los antecedentesde la muerte de Carlos Centeno. Por medio de un contrapunto entreel rico y el pobre, el autor presenta una protesta social. Aquí GarcíaMárquez se ha realizado como cuentista de lo social. La señora Rebecadispara su revólver que no había sido disparado desde los tiempos delCoronel Aureliano Buendía. Rebeca representa la familia burguesa,solitaria, histérica y con delirios de persecución, pues vivía bajo "unterror desarrollado en ella por 28 años de soledad" (pág. 14).

Era la primera vez que la señora disparaba un revólver. Ella vivíaen una casa de aspecto burgués llena de cachivaches. La víctima deldisparo, Carlos Centeno, por el contrario, representa al marginado so-cial que tiene que robar por necesidad para comer él, su madre y suhermana. Además de robar, se dejaba golpear en los clubes de boxeolos sábados en la noche para llevar sustento a su familia. Así loafirma su madre:

Page 5: Tema y estructura en el cuento «La siesta del martes» de Gabriel

TH. XL, 1985 NOTAS 595

[ . . . J Cada bocado que me comía en aquel tiempo me sabía a los porrazos quele daban a mi hijo los sábados en la noche (págs. 15-16).

Además de la penuria económica que nos señala la madre deCarlos Centeno, la voz narrativa nos hace intuir un conflicto de ma-yor profundidad, de mayor trascendencia, y es el de carácter moral quese manifiesta a través del diálogo entre el párroco y la madre de Carlos:

— ¿Nunca trató de hacerlo entrar por el buen camino?La mujer contestó cuando acabó de firmar.

— Era un hombre muy bueno.El sacerdote miró alternativamente a la mujer y a la niña y comprobó con

una especie de piadoso estupor que no estaban a punto de llorar.La mujer continuó inalterable:

— Yo le decía que nunca robara nada que le hiciera falta a alguien paracomer, y él me hacía caso. En cambio, antes, cuando boxeaba, pasaba hasta tresdías en la cama postrado por los golpes.

— Se tuvo que sacar todos los dientes — intervino la niña.

— As! es —confirmó la mujer—. Cada bocado que me comía en ese tiem-po me sabía a los porrazos que le daban a mi hijo los sábados en la noche

— La voluntad de Dios es inescrutable —dijo el padre (págs. 15-16).

Ese admirable diálogo entre el acusador y la defensora encierra unatremenda filosofía social. El sacerdote considera que Carlos Centenoera un hombre de baja conducta. Su madre lo defiende a través dela moral de ella: "Yo le decía que nunca robara nada que le hicierafalta a alguien para comer, y él me hacía caso". Esa estrecha relaciónentre madre e hijo se aprecia también en las postreras palabras deCarlos Centeno: "Ay, mi madre" (pág. 14).

Para la madre de Carlos, el robo por necesidad a personas ricasno constituye una falta. Carlos Centeno sólo robaba a los ricos cuan-do el hambre lo atormentaba a él y a su familia. Para ella, su hijono era ladrón en el estricto sentido de la palabra, ya que él robabasólo por las circunstancias (por absoluta necesidad y a personas a quie-nes no les hiciera falta). Por tal razón, para la madre de la víctima,el robo de su hijo en estas circunstancias no bastaba para definirlo comoladrón. Para la madre de Carlos, el ser humano se define y se calificasegún la situación del momento. Los valores se determinan con baseen un hecho social: este marco social e? para la madre de Carlos lo quejustifica o condena las acciones en un momento determinado.

La siesta del martes revela una preocupación del autor por lacondición humana de un conglomerado social que se mueve a travésde una civilización contemporánea que lo ignora.

Gabriel García Márquez, en La siesta del martes, ha profundizadoen los conflictos socio-económicos de una parte de la colectividad de

Page 6: Tema y estructura en el cuento «La siesta del martes» de Gabriel

596 NOTAS TH. XL,1985

Macondo y ha logrado dar una visión humana universal de un grupomarginado, angustiado, humillado, miserable y sin esperanza algunade redención.

El autor presenta el problema como un buen artista, pero al pre-sentar el problema se coloca en una posición de examen, de denunciay, en último término, de querer transformar esa triste realidad, in-tentando tomar una actitud de restituir la justicia ante la luz delmundo de hechos que se dan en lugares concretos, y que marcan unestado actual que sirve para señalar una realidad histórica en el uni-versal Macondo.

I I I

E S T R U C T U R A

Para analizar la estructura del cuento La siesta del martes, consi-derado por el autor como su mejor cuento0, comenzamos por el es-tudio de las funciones de los personajes, para lo cual es necesariodefinirlos por lo que hacen, al igual que por sus acciones. Tres clasesde personajes se pueden identificar con claridad en el cuento: a) elacusador, b) el defensor, y c) el ayudante. El defensor, en este casola madre de Carlos Centeno, trata de explicar el antecedente de lamuerte de su hijo, mientras que el acusador, para el caso, el sacerdote,trata de mantener la situación de la historia después del acontecimien-to previo, ya que él se transforma en el representante de la moral delpueblo. No presenta una confrontación aferrada frente al defensor,pero opone resistencia a los esfuerzos de éste a través del diálogo.Aunque la resistencia del defensor (la madre de Carlos Centeno) nogarantiza un éxito definitivo en virtud de su debilidad frente al acu-sador, no hallamos en ningún momento que se deje vencer por ladialéctica de su contrincante. De ahí que la lucha entre defensor yacusador sea difícil; pero el segundo termina cediendo al tratar deayudar a la madre de Carlos. Tanto el uno como el otro gozan de laasistencia de un ayudante, o sea la hermana del sacerdote y la hijade la madre de la víctima.

ACONTECIMIENTO PREVIO

El cuento ofrece un definido acontecimiento previo que se narrainmediatamente después del comienzo de la acción. Vemos cómo el

* GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, El olor de la guayaba, conversaciones con PlinioApuleyo Mendoza, Bogotá, La Oveja Negra, 1982, pág. 26.

Page 7: Tema y estructura en el cuento «La siesta del martes» de Gabriel

TH. XL, 1985 N O T A S 597

malogrado intento de mirar por la chapa de la puerta de propiedadde Rebeca, y que culmina con la muerte de Carlos Centeno, se cuentapor la voz omnisciente en un solo párrafo:

Todo había empezado el lunes de la semana anterior, a las tres de la madru-gada y a pocas cuadras de allí. La señora Rebeca, una viuda solitaria que vivíaen una casa llena de cachivaches, sintió a través del rumor de la llovizna quealguien trataba de forzar desde afuera la puerta de la calle. Se levantó, buscó atientas en el ropero un revólver arcaico que nadie había disparado desde los tiem-pos del coronel Aureliano Buendía, y fue a la sala sin encender las luces. Orien-tándose no tanto por el ruido de la cerradura como por un terror desarrollado enella por 28 años de soledad, localizó en la imaginación no sólo el sitio dondeestaba la puerta sino la altura exacta de la cerradura. Agarró el arma con lasdos manos, cerró los ojos y apretó el gatillo. Era la primera vez en su vida quedisparaba un revólver. Inmediatamente después de la detonación no sintió nadamás que el murmullo de la llovizna en el techo de zinc. Después percibió ungolpecito metálico en el andén de cemento y una voz muy baja, apacible, peroterriblemente fatigada: "Ay, mi madre". El hombre que amaneció muerto frentea la casa, con la nariz despedazada, vestía una franela a rayas de colores, unpantalón ordinario con una soga en lugar de cinturón, y estaba descalzo. Nadielo conocía en el pueblo (págs. 13-H).

Este hecho es la base de las funciones posteriores. Si no hubieramuerto Carlos Centeno, no se necesitarían ni el defensor (la madre deCarlos) ni el acusador (el sacerdote) y lógicamente la confrontaciónentre uno y otro no existiría.

LA PRIMERA CONFRONTACIÓN

La primera confrontación en el cuento es de tipo físico, y la ha-llamos en el momento en que el defensor (la madre) y su ayudante(su hija) viajan en el vagón de tercera clase del tren que las conduceal pueblo:

— Es mejor que subas el vidrio — dijo la mujer —. El pelo se te va allenar de carbón.

La niña trató de hacerlo pero la persiana estaba bloqueada por óxido.Eran los únicos pasajeros en el escueto vagón de tercera clase (pág. 7).

LA DESCRIPCIÓN DE LOS PERSONAJES

La descripción del defensor (la madre de Carlos), es la más com-pleta que encontramos en el cuento:

La mujer parecía demasiado vieja para ser su madre, a causa de las venas azulesen los párpados y del cuerpo pequeño, blando y sin formas, en un traje cortadocomo una sotana. Viajaba con la columna vertebral firmemente apoyada contrael espaldar del asiento, sosteniendo en el regazo con ambas manos una carterade charol desconchado. Tenía la serenidad escrupulosa de la gente acostumbradaa la pobreza (pág. 8).

Page 8: Tema y estructura en el cuento «La siesta del martes» de Gabriel

598 N O T A S T H . XL, 1985

El cuento también trae una descripción breve del pueblo que, aunsin personaje que dialogue, tiene una importancia vital:

Las casas, en su mayoría construidas sobre el modelo de la compañía bananera,ten'an las puertas cerradas por dentro y las persianas bajas. En algunas hacíatanto calor que sus habitantes almorzaban en el patio. Otros recostaban un asien-to a la sombra de los almendros y hacían la siesta sentados en plena calle(págs. 10-11).

La descripción física del acusador (el sacerdote), quien represen-ta la moral del pueblo, es realmente breve; en cambio, dicho acusadorse caracteriza por su manera de hablar:

La puerta del fondo se abrió y esta vez apareció el sacerdote limpiándose loslentes con un pañuelo. Sólo cuando se los puso pareció evidente que era hermanode la mujer que había abierto la puerta (pág. 12).

Más adelante encontramos la dialéctica del párroco:

El párroco suspiró.— ¿Nunca trató de hacerlo entrar por el buen camino?La mujer contestó cuando acabó de firmar.— Era un hombre muy bueno.[ . . . ] As! es — confirmó la mujer —. Cada bocado que me comía en ese

tiempo me sabía a los porrazos que le daban a mi hijo los sábados en la noche.— La voluntad de Dios es inescrutable —dijo el padre (págs. 15-16).

OPOSICIÓN

En La siesta del martes, el acusador no es el único que se oponeal defensor, sino también una serie de circunstancias que tratan deimpedir que la madre de Centeno y su hija lleguen al pueblo a visitarla tumba de Carlos. El ambiente del clima no es propicio para lasviajeras:

El tren salió del trepidante corredor de rocas bermejas, penetró en las plan-taciones de banano, simétricas e interminables, y el aire se hizo húmedo y no sevolvió a sentir la brisa del mar. Una humareda sofocante entró por la ventanilladel vagón (pág. 7).

La condición atmosférica se percibe a menudo, perturbando elviaje de la madre y de su hija y hasta las continuas paradas del trenobstaculizan el viaje de las pasajeras:

A las doce había empezado el calor. El tren se detuvo diez minutos en unaestación sin pueblo para abastecerse de agua. Afuera, en el misterioso silencio delas plantaciones, la sombra tenía un aspecto limpio. Pero el aire estancado dentrodel vagón olía a cuero sin curtir. El tren no volvió a acelerar. Se detuvo en dospueblos iguales, con casas de madera pintadas de colores vivos. La mujer inclinóla cabeza y se hundió en el sopor (pág. 8).

Page 9: Tema y estructura en el cuento «La siesta del martes» de Gabriel

TH. XL, 1985 N O T A S 599

A pesar de todas estas vicisitudes el defensor y su ayudante (ma-dre e hija) continúan el viaje con paciencia hasta llegar al pueblodonde descienden del tren y van directamente al despacho parroquial.La resistencia se presenta ahora por el ayudante del acusador (lahermana del sacerdote), quien afirma que el párroco está durmiendola siesta y no puede atenderlas. La insistencia-resistencia entre acusa-dor y defensor se acentúa.

— Necesito al padre —dijo.— Ahora está durmiendo.— Es urgente — insistió la mujer.Su voz tenía una tenacidad reposada (pág. 11).

Algunos párrafos después hallamos lo siguiente:

La mujer de la casa apareció en la puerta del fondo.— Dice que vuelvan después de las tres — dijo en voz muy baja —. Se

acostó hace cinco minutos.— El tren se va a las tres y media —dijo la mujer.Fue una réplica breve y segura, pero la voz seguía siendo apacible, con mu-

chos matices (pág. 12).

E L TRIUNFO

El triunfo se anota en el cuento cuando después de la insistenciade la defensora (la madre de Carlos), ésta presiona a la ayudante delacusador (la hermana del sacerdote) a fin de que ella permita que lamadre de Carlos hable con el sacerdote.

[ . . . ] La mujer de la casa sonrió por primera vez.— Bueno —dijo (pág. 12).

SEGUNDA CONFRONTACIÓN

Esta nueva confrontación se observa en virtud de un diálogo en-tre el sacerdote y la madre de Carlos. "¿Qué se le ofrece?", preguntael sacerdote. "Las llaves del cementerio", contesta la madre de la víc-tima. Así, por vez primera, el defensor y el acusador se hallan reuni-dos sin intervención del ayudante.

U B I C A C I Ó N T E M P O R A LDESCRIPCIÓN DEL PUEBLO

El pueblo en el fondo podría ser un oponente del defensor, y deahí que haya algunas referencias en el proceso de oposición. Veamosla descripción del pueblo donde una lentitud y un calor sofocante in-vaden el ambiente:

Eran casi las dos. A esa hora, agobiado por el sopor, el pueblo hacía lasiesta. Los almacenes, las oficinas públicas, la escuela municipal, se cerraban desde

Page 10: Tema y estructura en el cuento «La siesta del martes» de Gabriel

600 NOTAS TH.XL, 1985

las once y no volvían a abrirse hasta un poco antes de las cuatro, cuando pasabael tren de regreso. Sólo permanecían abiertos el hotel frente a la estación, su can-tina y su salón de billar, y la oficina del telégrafo a un lado de la plaza. Lascasas, en su mayoría construidas sobre el modelo de la compañía bananera, teníanlas puertas cerradas por dentro y las persianas bajas. En algunas hacía tanto calorque sus habitantes almorzaban en el patio. Otros recostaban un asiento a la som-bra de los almendros y hacían la siesta sentados en plena calle (págs. 10-11).

Analizando este párrafo, observamos que hay una paralizacióncasi completa del pueblo a causa del intenso calor, y por tal razón elpueblo se constituye como elemento de oposición al defensor. Por lamisma razón el pueblo es también un oponente —casi superior al sa-cerdote— a la madre de Carlos Centeno (defensor).

PRIMERA OPOSICIÓN

En el plano de los personajes hemos visto la oposición acusador-defensor a través de todo el relato. En este nuevo diálogo hallamosde nuevo la misma situación de oposición donde el sacerdote poneobstáculos para impedir a la madre y a la niña la visita a la tumbade Carlos Centeno.

La niña estaba sentada con las flores en el regazo y los pies cruzados bajoel escaño. El sacerdote la miró, después miró a la mujer y después, a través dela red metálica de la ventana, el cielo brillante y sin nubes.

— Con este calor —dijo—. Han podido esperar a que bajara el sol(págs. 12-13).

El defensor (la madre de Carlos) mueve la cabeza en silenciopara expresar su negación e insiste en llegar a la tumba de su hijo. Lafirme insistencia del defensor se aprecia en el diálogo con el acusador.

— ¿Qué tumba van a visitar? —preguntó.— La de Carlos Centeno — dijo la mujer.— ¿Quién?— Carlos Centeno —repitió la mujer.El padre siguió sin entender.— Es el ladrón que mataron aquí la semana pasada — dijo la mujer en el

mismo tono—. Yo soy su madre (pág. 13).

Hemos visto cómo la oposición ofrece resistencia por parte deldefensor al acusador, y ahora se observa la insistencia de la madre deCarlos, que en el plano lingüístico sería una reiteración paralela de lafunción del defensor, ya que el sacerdote opone resistencia a los es-fuerzos de la madre de la víctima. Aquí entra en juego la participaciónpasiva del ayudante del defensor, en este caso la niña, quien con supermanente compañía, con sus movimientos silenciosos y sus pocasintervenciones participa en el diálogo:

Page 11: Tema y estructura en el cuento «La siesta del martes» de Gabriel

TH. XL, 1985 N O T A S 601

El sacerdote la escrutó. Ella lo miró fijamente, con un dominio reposado, yel padre se ruborizó. Bajó la cabeza para escribir. A medida que llenaba la hojapedía a la mujer los datos de su identidad, y ella respondía sin vacilación, condetalles precisos, como si estuviera leyendo. El padre empezó a sudar. La niña sedesabotonó la trabilla del zapato izquierdo, se descalzó el talón y lo apoyó en elcontrafuerte. Hizo lo mismo con el derecho (pág. 13).

El defensor continúa en forma tan firme y calmada la defensaante la oposición del acusador (el sacerdote), que el padre se ruborizay empieza a sudar. La resistencia del párroco comienza a debilitarse ytoma el camino de la conciliación. Al entregarles a la madre y a lahija las llaves del cementerio y al pedirle a la mujer que firme el re-gistro, el párroco inicia un breve diálogo, el cual demuestra una vezmás el rechazo del defensor y de su ayudante (la niña).

La mujer contestó cuando acabó de firmar.— Era un hombre muy bueno.El sacerdote miró alternativamente a la mujer y a la niña y comprobó con

una especie de piadoso estupor que no estaban a punto de llorar.La mujer continuó inalterable:— Yo le decía que nunca robara nada que le hiciera falta a alguien para

comer, y él me hacía caso. En cambio, antes, cuando boxeaba, pasaba hasta tresdías en la cama postrado por los golpes.

— Se tuvo que sacar todos los dientes — intervino la niña.— As! es — confirmó la mujer —. Cada bocado que me comía en ese tiempo

me sabía a los porrazos que le daban a mi hijo los sábados en la noche.— La voluntad de Dios es inescrutable —dijo el padre (págs. 15-16).

El sacerdote, sin mucha convicción, se limita a decir: "La volun-tad de Dios es inescrutable". A pesar de esta débil resistencia del acu-sador, la oposición no termina aún: surge la oposición del puebloreunido, que indudablemente presenta otro obstáculo para el defensory su ayudante:

Desde antes de abrir la puerta de la calle el padre se dio cuenta de quehabía alguien mirando hacia adentro, las narices aplastadas contra la red metálica.Era un grupo de niños. Cuando la puerta se abrió por completo los niños sedispersaron. A esa hora, de ordinario, no había nadie en la calle. Ahora no sóloestaban los niños. Había grupos bajo los almendros (pág. 16).

El sacerdote y su hermana tratan de todas maneras de evitar unaconfrontación entre la madre de Carlos y su pequeña hermana conel pueblo; por tal razón hallamos el siguiente diálogo, esta vez entre elpárroco y su hermana.

— Esperen un minuto — dijo, sin mirar a la mujer.Su hermana apareció en la puerta del fondo, con una chaqueta negra sobre

la camisa de dormir y el cabello suelto en los hombros. Miró al padre en silencio.— ¿Qué fue? —preguntó él.

Page 12: Tema y estructura en el cuento «La siesta del martes» de Gabriel

602 NOTAS TH. XL, 1985

— La gente se ha dado cuenta —murmuró su hermana.— Es mejor que salgan por la puerta del paáo — dijo el padre.— Es lo mismo — dijo su hermana —. Todo el mundo está en las ventanas

(págs. 16-17).

El acusador y su acompañante temen que su oposición no seapositiva; por lo tanto se oye de nuevo, casi palabra por palabra, lo queanteriormente había dicho a la mujer y a la hija antes de ir a latumba de Carlos Centeno:

— Esperen a que baje el sol —dijo el padre (píg. 17).

La voz del acompañante del acusador aparece a fin de corroboraren la oposición:

— Se van a derretir — dijo su hermana, inmóvil en el fondo de la sala —.Espérense y les presto una sombrilla (pág. 17).

Ahora hay un doble paralelismo de oposición: acusador y suacompañante en perfecta unión se oponen a una pareja también estre-chamente unida: el defensor y su acompañante, sin llegar a una con-ciliación con sus oponentes, ya que madre e hija insisten hasta llegaral triunfo definitivo:

— Gracias — replicó la mujer —. Así vamos bien.Tomó a la niña de la mano y salió a la calle (pág. 17).

Los MOTIVOS

La función de los motivos en el cuento sirven para mantener laestructura de transición a través del relato. Los motivos se dan enforma de relación con la función de los personajes, encontrándolosdentro de un plano de significación y hallando de este modo mo-tivos tan importantes como son: la puerta y la red metálica. Veamosun ejemplo:

[ . . . ] . La mujer raspó con la uña la red metálica de la puerta, esperó un ins-tante y volvió a llamar. En el interior zumbaba un ventilador eléctrico. No seoyeron los pasos. Se oyó apenas el leve crujido de una puerta y en seguida unavoz cautelosa muy cerca de la red metálica: "¿Quién es?". La mujer trató dever a través de la red metálica (pág. 11).

E L D I S C U R S O

LOS PLANOS TEMPORALES

Nos iniciamos con el discurso a través del tiempo. Observemosque en el relato sólo se da en mayor gradación el tiempo presente, yen segundo plano un tiempo pasado y un tiempo futuro. El tiempo

Page 13: Tema y estructura en el cuento «La siesta del martes» de Gabriel

TH. XL, 1985 N O T A S 603

pretérito corresponde a la historia, o sea el señalado en el aconteci-miento previo, pero en el fondo este pretérito se proyecta hacia elpresente. El tiempo futuro está ligado al final que se halla en cadarelato a fin de encadenar la continuación del discurso narrativo.

El tiempo en el cuento se caracteriza por la morosidad, tempolento propio de la novela. "Eran las once de la mañana y aún nohabía empezado el calor" (pág. 7). Esta frase en imperfecto marca elpredominio del tiempo presente para encadenar con la siguiente frasetemporal: "A las doce había empezado el calor" (pág. 8).

El paso del tiempo continúa lento, moroso, y anuncia la llegadadel defensor y su acompañante al pueblo, pueblo caluroso, estático, sinmovimiento, donde parece que el tiempo se eternizara:

No había nadie en la estación. Del otro lado de la calle, en la acera som-breada por los almendros, sólo estaba abierto el salón de billar. El pueblo flotabaen el calor. La mujer y la niña descendieron del tren, atravesaron la estaciónabandonada cuyas baldosas empezaban a cuartearse por la presión de la hierba,y cruzaron la calle hasta la acera de sombra (pág. 10).

Un tiempo futuro y pretérito de menor importancia se determinanpor la voz del ayudante del acusador:

La mujer de la casa apareció en la puerta del fondo.— Dice que vuelvan después de las tres — dijo en voz muy baja —. Se

acostó hace cinco minutos (pág. 12).

La voz de la madre de Carlos Centeno replicó:

— El tren se va a las tres y media (pág. 12).

El predominio del tiempo presente continúa hasta el final delcuento con ligeras alusiones al tiempo futuro:

— Esperen a que baje el sol —dijo el padre.— Se van a derretir — dijo su hermana, inmóvil en el fondo de la

sala (pág. 17).

E L NARRADOR Y EL MODO NARRATIVO

El narrador —omnisciente— está en tercera persona, y se limitaa contar lo exterior. Sus observaciones captan lo que aparece a la vista.Veamos cómo él describe el viaje de la madre y su hija:

Cuando volvió al asiento la madre la esperaba para comer. Le dio un pedazode queso, medio bollo de maíz y una galleta dulce, y sacó para ella de la bolsa dematerial plástico una ración igual. Mientras comían, el tren atravesó muy des-pacio un puente de hierro y pasó de largo por un pueblo igual a los anteriores,sólo que en éste había una multitud en la plaza. Una banda de músicos tocabauna pieza alegre bajo el sol aplastante. Al otro lado del pueblo, en una llanuracuarteada por la aridez, terminaban las plantaciones (págs. 8-9).

Page 14: Tema y estructura en el cuento «La siesta del martes» de Gabriel

604 NOTAS TH. XL, 1985

El narrador omnisciente se caracteriza en el cuento por exponery relatar los acontecimientos con un laconismo sorprendente a fin deque el lector participe con su interpretación.

La estructura del cuento queda determinada por el acontecimientoprevio que constituye la base de las funciones de la confrontación,oposición y triunfo que corroboran estrechamente con la insistencia-resistencia que se da en forma permanente en el relato. La ubicacióntemporal, los motivos, los planos temporales y el narrador, son elemen-tos básicos para complementar la estructura narrativa de La siestadel martes.

MANUEL ANTONIO ARANCO

Laureaban UniversityOntario, Canadá.

ERASMO Y «DON QUIJOTE DE LA MANCHA»

Uno de los aportes más notorios a la crítica cervantina en lo queva corrido del siglo xx es, quizás, el descubrimiento de la riqueza deDon Quijote en su estructura novelística que le da un cierto aire atrac-tivo de modernidad. Pero, al mismo tiempo, se ha señalado la cons-tante presencia del erasmismo en las diversas obras de Cervantes comoun elemento imprescindible para la cabal interpretación del Quijote.Especialmente han contribuido a esta tarea los escritos de AméricoCastro y de Marcel Bataillon *.

En el presente trabajo se persigue un doble objetivo: por unaparte, presentar en forma muy esquemática los principales aportesque se han hecho hasta el momento sobre el tema E r a s m o yC e r v a n t e s ; por otra, confrontar dos textos erasmistas directa-mente con Don Quijote de la Mancha para hacer resaltar la influenciadel pensador holandés sobre el Manco de Lepanto, particularmente encuanto a su concepción humanista, en las ideas religiosas y en la locu-

1 AMÍRICO CASTRO, Cervantes y ¡os casticismos españoles, Madrid, AlianzaEditorial, 1974.

AMÉRICO CASTRO, Erasmo en tiempos de Cervantes, en Hacia Cervantes, Ma-drid, Taurus, 1960, págs. 193-230.

AiuáRico CASTRO, El pensamiento de Cervantes, Barcelona, Noguer, 1972.MARCEL BATAILLON, Erasmo y España, México, Fondo de Cultura Económica,

1950.