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Cuadernos de Administración ISSN: 0120-4645 [email protected] Universidad del Valle Colombia Salazar Silva, Fernando Teoría económica y Estado del Bienestar. Una aproximación Cuadernos de Administración, núm. 35, enero-junio, 2006, pp. 127-143 Universidad del Valle Cali, Colombia Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=225020344006 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

Teoría Económica y Estado Del Bienestar. Una Aproximación

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  • Cuadernos de AdministracinISSN: [email protected] del ValleColombia

    Salazar Silva, FernandoTeora econmica y Estado del Bienestar. Una aproximacin

    Cuadernos de Administracin, nm. 35, enero-junio, 2006, pp. 127-143Universidad del Valle

    Cali, Colombia

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=225020344006

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    Proyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

  • Teora econmica yEstado del Bienestar.

    Una aproximacin

    Fernando Salazar Silva

    Magster en Estudios Polticos de laUniversidad Javeriana, Ph.D (c) en eco-noma de la Universidad de Sevilla, eco-nomista de la Universidad del Valle.Docente investigador Departamento deEconoma Pontificia Universidad Ja-veriana Cali.

    Recibido: Octubre 2005Aceptado: Febrero 2006

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    Introduccin

    El Estado de Bienestar, procesoinstitucional de gran recorrido histri-co, es objeto en las dcadas recientesde un arduo debate en torno a las im-plicaciones de sus funciones en la co-hesin social, lo cual amerita que seesboce algunas claves interpretativaspara la discusin.

    Este artculo, que procura brindaruna serie de elementos para la reflexin,se estructura en dos epgrafes. En elprimero, se abordan las unidades m-nimas del Estado del Bienestar lo quese ha denominado clsico. El segundose bosqueja una reflexin de la teoraeconmica.

    1. El Estado de bienestarclsico

    El Estado de bienestar es el puntode convergencia entre el objetivo deprimer orden (el desarrollo del merca-do) y el de segundo orden (concep-cin protectora). Esta nueva forma deconcebir el orden social se apoya entres principios bsicos. El contratosocial, el mercado autorregulado y elseguro (Gonzlez Seara, 2000, p. 119).

    El resultado terico de Europa selocaliza en la concepcin de Keynesexpresada en su Teora General dela ocupacin, el inters y el dinero,publicada en 19362. La postura de Ke-ynes concedi una ruptura con el en-

    foque terico clsico, al no poder ex-plicar esta ltima los hechos reales(Keynes, 1991, p. 15).

    El punto de atencin gubernamen-tal giraba alrededor del problema de ladistorsin del mercado laboral (altatasa de desempleo), y Keynes lo rela-cion con la deficiencia en la demandaefectiva, como consecuencia de losbajos niveles de consumo e inversinproductiva. Bajo este panorama, la ac-tuacin del Estado permitira que elgasto pblico influyera, por un lado,de manera directa en el consumo y lainversin, y por otro, el uso de las po-lticas fiscales y monetarias. En Key-nes, pues, se encuentra su objeto te-rico que ratifica la intervencin delEstado, sin que la intervencin quedeestablecida de forma explcita por ladoctrina keynesiana.

    Momentos que favorecen elorigen y la consolidacinde los Estados de bienestarEl profesor Muoz de Bustillo

    (2000) considera cuatro elementospara el origen y consolidacin de losEstados de Bienestar. En primer lugar,la revolucin industrial, que expresa laruptura con el orden social vigente ysu cohesin social y el fortalecimientodel mercado como expresin de la rela-cin social; en segundo lugar, la cons-truccin de propuestas sociales y po-lticas reales, alternativas al capitalis-mo; en tercer lugar, la presencia de la

    2 La primera edicin inglesa de 1936 se titulaba The General Theory of Employment,Interest and Money. En el presente artculo se maneja la editada por el Fondo deCultura Econmica del ao 1991.

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    ideologa que se fundamenta en el prin-cipio poltico de sostener el BienestarSocial, y por ltimo, la aceptacin dela intervencin estatal presente en laobra de Keynes.

    La revolucin industrialEl profesor Muoz de Bustillo

    (2000, pp. 20) argumenta que el capita-lismo favorece la dependencia de losindividuos de las decisiones de otros,situacin que origina una ampliacinde su inseguridad y su vulnerabilidadeconmica3. Considera adems que laRevolucin Industrial deteriora las for-mas de seguridad forjados en las so-ciedades preindustriales4, lo que se tra-duce en un desarraigo de los viejosesquemas de sujecin y un encuentrode incertidumbre con las nuevas re-presentaciones de organizacin social5

    Es pertinente hacer notar que larevolucin industrial, en la lnea delprofesor, (Muoz de Bustillos, 2000, p22) deteriora las redes de seguridad ypor ende el bienestar de los trabajado-res; tal deterioro se acenta an mscuando no se acompaa de un creci-miento del ingreso y su impacto en lascondiciones de vida material de los tra-bajadores. Situacin que hubiese per-mitido la constitucin de mecanismosalternativos de seguridad:

    la revolucin industrial tiene una pri-mera fase que cubrira grosso modo elltimo cuarto del siglo XVIII y la prime-ra mitad del siglo XIX, en donde el im-pacto sobre el nivel de vida de los traba-jadores muy probablemente fuera nega-tivo, aunque sin llegar a niveles asiti-cos, para, a partir de entonces, empe-zar una senda creciente hasta nuestrosdas (Muoz de Bustillo, 2000, p. 23).

    3 Los instrumentos de atencin social constituidos en el siglo XVI con la ley de lospobres, se resquebrajaron por los intereses del liberalismo econmico del siglo XVIII.Aparece por ejemplo la renta mnima en forma de abono salarial, como elementoconstitutivo de proteccin social (Polanyi, 1989, p. 151)

    4 Las leyes de los pobres responden a los desarreglos del mercado, en este sentidomanifiesta Trevelyan (1946, 246) que ms de un milln de personas, es decir, laquinta parte de la poblacin total de la nacin (Inglaterra), reciban limosna ocasional-mente, la mayora en forma de auxilio pagado por las parroquias.Para el caso de Alemania de Bismarck, en otro momento histrico, se discuta elcontrol de los trabajadores por parte del Estado no slo a travs de la represin sinoa travs de medidas que favorezcan y dividan a los trabajadores (en Navarro, 2000, p.76).Para ampliar el caso de la constitucin del Estado de Bienestar en Alemania vaseGmez de Pedro (2002, captulo III, p. 217- 236)

    5 En esta misma lnea argumentativa se ubica Ashford cuando manifiesta que el primercaptulo de la aparicin de los Estado de Bienestar tuvo como objetivo modificar lasreglas de juego de ayuda caritativa o providencial (1989, p. 345).Una reflexin detallada de carcter histrico-terico sobre las condiciones de preca-riedad social en Inglaterra lo hace Villarespe (2002). En el texto aparece tratado demanera seria el trabajo de Webb, S y Webb B.

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    Sobre la distribucin de la renta, larevolucin provoca de manera gene-ralizada en las economas europeas al-tos grados de desigualdad durante elsiglo XIX. Si bien hay un impacto so-bre el ingreso, tambin tiene efectossobre las condiciones de vida de losindividuos, al no crearse de maneraadecuada acceso a bienes como la sa-lud, la educacin, entre otros.

    Frente a esta situacin, se da comien-zo a la presin social en trminos de lacreciente demanda de proteccin social,lo cual desemboca en la institucionaliza-cin de las mismas. Aparecen movimien-tos sindicales y de ciudadana que pro-tagonizan papel preponderante en laconstitucin del Estado de Bienestar(Muoz de Bustillo, 2000, p. 25).

    Movimientos alternativosLa dinmica del mercado si bien

    gener distorsiones en las condicio-nes de vida, las soluciones a partir dela gestin pblica no logr conseguirresultados que minimizaran el descon-tento social, esto se agudiz en la me-dida que la ausencia de una alternati-va poltica distinta al mercado no con-sigui consolidarse.

    La aparicin de la militancia sindi-cal llev al Estado a disear mecanis-mos para incorporar el descontento delos trabajadores a su inters. Los dis-tintos gobiernos consideraron perti-

    nente la intervencin creciente en losasuntos laborales, procurando conello, la estabilidad de la eficacia y efi-cacia del sistema (Muoz de Bustillo,2000, p. 28).

    La importante presin del movi-miento obrero en el diseo de polti-cas sociales, crea la oportunidad paraque el Estado asuma la proteccin so-cial y garantice la legitimidad de la ins-titucionalidad. La aparicin de estosmovimientos supone la gnesis de es-trategias alternativas a las del merca-do, sin embargo, representan polticascompensatorias por parte del Estado,debido a que los grupos de trabajado-res quedan inscritos dentro de la lgi-ca del capital:

    La correccin por el Estado de los efec-tos disfuncionales de la sociedad indus-trial competitiva, no slo es una exigen-cia tica, sino tambin, una necesidadhistrica, pues hay que optar necesaria-mente entre la revolucin y las reformassociales (Garcia-Pelayo, 1991, p. 353)6.

    Si bien la literatura que hace refe-rencia al Estado de Bienestar pone derelieve en la reforma social como me-canismo para contener los partidossocialistas, no hay que desdear quedetrs de las reformas se encuentra unpropsito poltico consistente en ade-cuar a la nueva masa de trabajado-res a la lgica del sistema econmico7.

    6 Podra ampliarse con detalle este punto a partir del tratamiento que esboza Dolleans(1969, 28)

    7 Con referencia a Hayek (1985) no es explicable la confrontacin del discurso liberalortodoxo a las reformas sociales con la posicin del exceso de paternalismo delEstado de Bienestar.

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    Componente ideolgicoUno de los aspectos que llama la

    atencin en la configuracin del Esta-do de Bienestar, despus de la segun-da guerra mundial, es la importanciadel elemento ideolgico del partido degobierno.

    El profesor Muoz de Bustillo (2000,pp. 30-33) muestra que la relacin ideo-loga-Estado de Bienestar presenta unaserie de contradicciones desde comien-zos del siglo XX hasta entrados losaos setenta (70). En algunos momen-tos parece que hay un efecto marginalentre la postura ideolgica y la consoli-dacin del Estado de Bienestar, pero enotros se evidencia una fuerte relacinentre ambas al explicarse las altas tasasde transferencias.

    Habr que esperar a la aparicin de lasprimeras crticas al Estado de Bienestar,tras el desencadenamiento de las crisiseconmicas de los setenta, para que laideologa pase a tener un papel impor-tante a la hora de explicar el grado debeligerancia con respecto a la implica-cin pblica en la solucin de los pro-blemas de bienestar social (Muoz deBustillo, (2000, p. 32).

    El cambio de interpretacin del fun-cionamiento agregado de la economa

    de mercado y del papel del Estado.Cuando se hace referencia a los

    pilares del Estado de Bienestar, se tomacomo principio la teora econmicakeynesiana, y su aplicacin en Europaa travs del Plan Marshall

    A partir del aporte de Adam Smith,recogido en la Riqueza de las Nacio-nes, las premisas de accin de la Ha-cienda Pblica giraron alrededor de loselementos de economa poltica de libremercado8. A partir de mediados del si-glo XX se present un cambio dirigidoa la intervencin del Estado.

    El cambio del modelo terico, paracomprender el funcionamiento del sis-tema capitalista, podra parcialmente serexplicado a travs de un suceso hist-rico, el crack de la bolsa de NuevaYork, el 11 de septiembre de 1929 y lasubsiguiente crisis de los aos 309.

    Keynes10 brinda una exgesis al-ternativa del funcionamiento de la eco-noma, en la que el desempleo consti-tuye un problema inherente al capita-lismo, y esboza una justificacin teri-ca a la intervencin del Estado con elobjeto de contrarrestar el desempleo.De manera categrica ofrece una solu-cin de orden prctica a un problemaconcreto, a travs de una interpreta-

    8 En el primer captulo del libro V Smith precisa los espacios de la actividad econmicaen los que se legitima la intervencin del Estado: defensa, justicia, gastos de manteni-miento de la dignidad del soberano y gastos de obras e instituciones pblicas.

    9 Vase el clsico libro sobre el Crack del 29 de J.K. Galbraith (1974).1 0 El punto neurlgico de la obra de Keynes es la explicacin de la no vigencia de la Ley

    de Say. Keynes atribuye a la demanda el papel activo en la economa. Ahora bien,hace nfasis en el gasto pblico como variable operativa. Tal como lo esgrime Guerre-ro (1997, p. 30) Keynes es un liberal coherente con el sistema y esto no le es unobstculo para recurrir a la intervencin del Estado para salvar el capitalismo.

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    cin terica distinta a la del modeloclsico o neoclsico, tal como lo mani-fiesta Muoz de Bustillo (2000, p.38):

    el anlisis keynesiano conduce a uncambio radical en la interpretacin delEstado como agente econmico, ya quea las funciones clsicas se le suma lade actuar, mediante la gestin de la de-manda efectiva, como garante del plenoempleo.

    A partir de la publicacin de la Teo-ra General se da comienzo a una nue-va base terica para poder soportar elEstado de Bienestar. Es convenienteaclarar que si bien el Estado de Bien-estar y el keynesiano son diferentes,el primero tiene el fundamento prcti-co y doctrinal de la Teora General.

    Los pilares del Estado debienestarEl Estado de Bienestar se puede

    particularizar a partir de lo que se co-noce como el Pacto Keynesiano(Anisi, 1989), el cual tiene como obje-to establecer la cohesin social a tra-vs de la incorporacin de los trabaja-dores al crecimiento econmico11, esdecir, con esto se evita tasas de des-empleo creciente. La absorcin demano de obra al proceso productivoes un elemento clave en la generacindel crecimiento. El acuerdo deviene delhecho de la convergencia de intereses

    aparentemente contrapuestos, comopremisa legitimadora de la reproduc-cin del capital, tanto por parte de lostrabajadores y el Estado:

    En resumen, el Estado de Bienestarpretenda hacer al capitalismo liberal eco-nmicamente ms productivo y social-mente ms justo. La prueba de ello, iba aser su funcionamiento a lo largo del tiem-po. El capitalismo de bienestar de lapostguerra funcion bien, tanto en tr-minos econmicos como sociales, quesu xito sirvi para respaldar los supues-tos integradores recogidos en las recetasde Keynes y Beveridge (Mishra, 1992,p.33).

    Otro elemento a considerar es elcontenido social, el cual se garantizadesde el Estado a sus miembros a tra-vs de un conjunto de servicios so-ciales mnimos. Uno de los aportes delEstado de Bienestar, en este orden, esla nueva concepcin de ciudadano,ahora con investidura de derechos loscuales van a ser garantizados12.

    El Pleno EmpleoEntre las consideraciones que plas-

    ma Keynes en la Teora General, unade ellas est dirigida a la eliminacindel desempleo, la distorsin del fun-cionamiento ms preocupante del mer-cado laboral. La comprensin del Es-tado de Bienestar se hace difcil con la

    1 1 Este modelo de regulacin del ciclo econmico contiene un elemento de orden polti-co, consistente en integrar por la va poltica a la clase obrera. De esta manera selegitima el sistema de mercado.

    1 2 La orientacin del Estado en sus funciones econmicas y polticas tiene impacto enel contexto constitucional al interior del Estado Social de Derecho. Cuyo objetivo esregular particularidades de la relacin social.

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    presencia de altas tasas de desempleo,debido precisamente a que el Estadotiene como objeto la sostenibilidad delmercado laboral13.

    Provisin universal pblica deservicios socialesEl conjunto de servicios sociales

    mnimos es concretado por el Estado atravs de la provisin generalizada ypblica de los servicios sociales, en-tre los que se puede contar, la salud, laeducacin y las pensiones.

    Despus de la Segunda GuerraMundial, los Estados de Bienestar enEuropa se pueden caracterizar por elmodelo socialdemcrata, cuya premi-sa es la universalidad, una oferta cre-ciente de servicios sociales de alta ca-lidad, una presencia significativa de laproduccin pblica, y la financiacina travs de impuestos generales (Mu-oz de Bustillo, 2000, p. 41).

    Actitud vigilante ante la marginaciny la pobreza: garanta de un nivel devida mnimo.Este es uno de los componentes del

    Estado de Bienestar que ms atencinha recibido despus de la Segunda Gue-rra Mundial. El objeto consiste en limi-tar situaciones de marginalidad y depobreza14 que pueden acabar la cohe-sin social del sistema, poniendo en ries-

    go la generacin de valor econmico.La reforma social de rentas mnimas yde prevencin de la pobreza, en sus dis-tintas dimensiones, han sido los baluar-tes del Estado de Bienestar clsico.

    En los actuales momentos de trans-formaciones de la organizacin econ-mica mundial, se est recrudeciendo lamarginalidad y la pobreza, no encon-trndose soluciones polticas por par-te de los diferentes Estados, ponien-do as en riesgo la estabilidad del sis-tema (Galbraith, 1992, p. 38). En defini-tiva, tres pilares que han sostenido conmayor o menor fortuna el Estado deBienestar desde mediados del sigloXX, pero que, ahora, en el arranquedel nuevo siglo, parecen debilitarsesin remedio y sin que se atisbe unmodelo alternativo de una solidez equi-valente. El modelo que parece declinarse inscribe en lo que Bauman (2002,p.126) denomina tica moderna yorden moderno y deriva en su re-forma a un orden posmoderno. Elcambio de un orden a otro viene ca-racterizado por pasar:

    de la regulacin normativa a la seduc-cin, de la planificacin poltica a las re-laciones pblicas, de la obligacin a lapublicidad. Pienso que lo que sustentatodos estos cambios es el hecho de quelos organismos centralizados y estrecha-mente administrados que se encargaban

    1 3 Segn Castell y Bosh (1998, p. 22) keynes asuma que el sistema capitalista slosobrevivir si se reformaba, y consideraba mecanismos de acuerdo entre los capitalis-tas y los trabajadores.

    1 4 Muoz de Bustillos (1989, p. 12) define la revolucin keynesiana como un conjuntode actuaciones pblicas tendientes a garantizar a todo ciudadano de una nacin, porel mero hecho de serlo, el acceso a un mnimo de servicios que garanticen su supervi-vencia.

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    de la tarea de la integracin social la hancedido a las fuerzas del mercado, fun-damentalmente dispersas y descoordi-nadas.

    Entramos, segn Bauman, en unperiodo posmoderno o mejor de mo-dernidad lquida, definida como lamodernidad menos sus ilusiones(Bauman, 2002, p. 106).

    La crisis del Estado delbienestarLa propuesta de cohesin social a

    travs del Estado de Bienestar, en suacepcin socialdemcrata, sigue sucurso a pesar del enfoque tericoneoclsico, si bien es cierto, que hanempezado a ser redefinidas algunas desus premisas, continua siendo de granimportancia para asegurar la generaciny reproduccin de capital. De los pila-res que se han mencionado, el de pro-visin universal de los servicios socia-les sigue persistiendo. Y no obstante,el crecimiento econmico que se regis-tra en la mayora de los pases de Euro-pa, el desempleo, la pobreza y las des-igualdades se evidencia de manera agu-da. El contexto de la organizacin so-cial actual acta bajo un crecimiento quese puede considerar excluyente.

    Hoy en da algunas teoras vanganando espacio en la explicacin delnuevo modelo de Estado de Bienestar.Tal como lo manifiesta el profesorMuoz de Bustillos, incluso no pue-den ser todas del orden liberal ni mu-

    cho menos la presencia de una teorahegemnica:

    No es sencillo resumir la esencia deese pensamiento anti-keynesiano, enparte porque est formado por un con-junto muy distinto de propuestas teri-cas, en algunos casos contrapuestas en-tre s, que sin embargo comparten unamisma evaluacin (negativa) de la inter-vencin pblica, abogando por la vueltaa un estado residual que permita la libreactuacin del mercado en el mayor n-mero posible de campos de la actividadhumana(Muoz de 2000, p 51).

    El Estado de Bienestar en su con-cepcin keynesiana establece una fuer-te conexin entre los fundamentos eco-nmicos y la accin poltica15. Recur-dese que la Teora General es un so-porte econmico para el propsitopoltico de sostenibilidad del sistemacapitalista:

    En verdad el mundo no tolerar pormucho tiempo ms la desocupacin que,aparte de breves intervalos de excitacin,va unidad y en mi opinin inevitableal capitalismo individualista de estostiempos; pero puede ser posible que laenfermedad se cure por medio de un an-lisis adecuado del problema, conservan-do al mismo tiempo la eficiencia y lalibertad (Keynes, 1991, p. 335)

    En las actuales circunstancias, lageneracin de desempleo y desigual-dades puede ser explicada a travs dela ausencia de consenso entre las pre-misas econmicas y la prctica poltica.

    1 5 Lo particular en Keynes fue haber establecido la relacin entre el orden social y eldesarrollo econmico. Situacin contraria a la planteada por la escuela liberal orto-doxa que asuma la igualdad como producto del desarrollo econmico.

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    2. El fin del pactokeynesiano y la revolucin

    neoconservadora

    Una de las preocupaciones en ladinmica del Estado de Bienestar ac-tual, es el distanciamiento entre las dis-tintas perspectivas de anlisis de laciencia econmica. Los profesoresHeilbroner y Milberg en su texto so-bre la crisis de visin en el pensa-miento econmico moderno16 presen-tan una postura de gran inters frentea este tema. Las autores toman comopunto de apoyo el concepto schum-peteriano de situacin clsica.

    El aporte de los profesores gira al-rededor de la ausencia en el contextode la historia del pensamiento econ-mico reciente de un inters comn so-bre las condiciones de la realidad eco-nmica y poltica. A diferencia de losmodelos clsicos, neoclsicos y key-nesianos los cuales tenan un interscomn del mundo real, hoy en da, nopodramos referirnos con tanta certi-dumbre (Heilbroner y Milberg, 1998 p.16). Otro elemento que consideran losautores es la falta de visin del pen-samiento econmico.

    El contexto de crtica en el que seubican los autores para mostrar estaausencia de inters comn alrededordel mundo real, la buscan en la formacomo est siendo dirigida la teora eco-nmica norteamericana:

    El signo de la economa de nuestrosdas es su extraordinaria indiferencia enrelacin a este problema -se refieren a lapreocupacin continua y visible por laconexin entre teora y realidad-. En susmomentos lgidos, la fuerte teoriza-cin del presente periodo alcanza ungrado de irrealidad que slo se puedecomparar con la escolstica medieval(Heilbroner y Milberg, 1998, p. 18).

    Los profesores Heilbroner y Mil-berg enfatizan que la ausencia a la quese han referido, puede replantearse sise considera como punto fundamen-tal la visin del pensamiento econmi-co, es decir su relacin con el mundoreal (esto evita tratar a la economacomo mercado). Hoy en da se est msinclinado a la realizacin de anlisisconfundindose economa con ste,llegando a creer que el anlisis econ-mico puede existir como una cierta cla-se de estudio social desencarnado(Heilbroner y Milberg, 1998, p. 21).

    Cuando se habla de la relacin delpensamiento econmico y el mundoreal, se est haciendo referencia a unareflexin analtica de los problemaseconmicos apoyados en los macro-fundamentos en donde lo econmicova ms all del mercado, al respecto elprofesor Anisi manifiesta:

    esa perspectiva econmica en laque Jerarqua, Mercado y Valores seinterrelacionan, excluyen, apoyan...permite contemplar de forma adecua-

    1 6 El libro fue publicado en 1995 por Cambridge University Press. Su traduccin alespaol la realiz Paids en 1998.

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    da aquello que es y fue el autnticoncleo de la economa: las relacio-nes de poder (1992, p 35).

    El llamado de atencin que se po-dra plantear es que en las actuales cir-cunstancias la teora econmica noincorpora en sus estudios analticoslas contradicciones del sistema. En lamedida que los conflictos sociales nosean reconocidos, la economa no po-dr dar cumplimiento de su visin, esdecir del estudio de las condicionesde la realidad humana.

    Crisis de la ciencia econmica y elEstado de BienestarLas formulaciones tericas clsica,

    marginalista y keynesiana cumplanuna funcin estabilizadora del sistemaeconmico (Heilbroner y Milberg,1998, p. 38), lo que se reflejaba para elcaso del keynesianismo por ejemplo,en calmar las incertidumbres de loshombres con la configuracin del Es-tado de Bienestar. Hoy en da, la teoraeconmica, como es concebida, nocumple esa funcin estabilizadora. Loseconomistas no dirigen la economahacia la resolucin de los conflictossociales:

    el fracaso a la hora de alcanzar una nuevasituacin clsica es el resultado del giroequivocado, en trminos de visin, quetom el pensamiento econmico cuandose enfrent a una encrucijada a princi-pios de la dcada de los aos setenta(Heilbroner y Milberg, 1998, p. 39).

    Una de las razones que se puedeesgrimir de esa ausencia de visin,puede atribuirse a la crisis que se dioen el ao 1973 y que ha repercutido alo largo del siglo XX en la ciencia eco-nmica (Anisi, 1995, p. 67). La crisiseconmica est relacionada con la pr-dida de legitimidad ideolgica del lapropuesta keynesiana sobre el Estadode Bienestar, esto no significa que lacrisis econmica haya puesto en en-tredicho el Estado de Bienestar, sinoque la puesta en entredicho del Esta-do de Bienestar fue la crisis econmi-ca (Anisi 1995, p. 70).

    El consenso keynesiano.Su visinSi se contina con la relacin mun-

    do real y teora como contexto explica-tivo del pensamiento econmico, sepuede explicar la gnesis de la propues-ta keynesiana. Antes de la interpreta-cin del mundo real desde la perspec-tiva keynesiana, la presencia del enfo-que marshalliano explicaba dicha rela-cin a travs de la premisa determina-cin de los precios, pero despus dela segunda guerra mundial aparecenlos ciclos de negocios ya no presenteen Marshall (Heilbroner y Milberg,1998, p. 52), sin embargo, el ciclo denegocios no se constituira en la vi-sin del pensamiento econmico y seplantea desde Keynes la determina-cin de la demanda agregada17. que seconvertira en el inters comn del pen-

    1 7 No obstante se da continuidad al sistema de precios

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    samiento econmico y pilar para acer-car la teora al mundo real (Heilbronery Milberg, 1998, p. 52), es precisamen-te esta situacin lo que legitimara laconstitucin del Estado de Bienestar:

    ...el anlisis econmico deba ser recons-truido para llevar los problemas agrega-tivos a corto plazo al centro de la esce-na. Las cuestiones microeconmicas, entorno a las cuales se haba organizado latradicin neoclsica, fueron dadas delado (Barber, 1984, p. 218).

    La propuesta de Keynes aporta alanlisis econmico el papel de la incerti-dumbre y las expectativas. Con ello, seestablece una nueva forma en la solu-cin de los problemas de orden econ-mico y la mediacin poltica del Estado18:

    ...John Maynard Keynes y el gruesode los economistas del siglo XX, no tu-vieron ni siquiera la preocupacin antela ampliacin del tamao del Estado: msan, la recomendaron como la mejor for-ma de resolver los problemas econmi-cos (Rodriguez Braun, 2002, p. 20).

    La crisis del pacto keynesiano.La economa keynesiana contribu-

    y a la estabilidad del sistema capitalis-ta, incorporando una serie de mecanis-mos19 que le permiti al sistema hacerconverger intereses aparentementecontrapuestos (intereses del colectivohumano y del Estado) e incorporar te-

    rritorios e individuos a la lgica del va-lor. Se consolid de esta forma el Esta-do de Bienestar (pacto keynesiano)

    aquel que permiti, en Occidente, trasla Segunda Guerra Mundial, la interre-lacin y apoyo mutuo entre el capitalis-mo desarrollado y lo que hemos venidoa denominar Estado de Bienestar. El re-sultado de ese pacto...permiti el diseode una poltica econmica donde queda-ba garantizado el pleno empleo del ca-pital y el trabajo, se ofrecan altos tiposde beneficio, y se estableca una red deseguridad para los ciudadanos en gene-ral y para los asalariados enparticular(Anisi, 1989, p. 241).

    Son varios los argumentos quepueden explicar el deterioro del objetofuncional en la relacin teora-mundoreal (visin). Uno de ellos, radica enque el enfoque keynesiano fue inca-paz de mostrar un cuerpo terico rigu-roso de la inflacin.

    Otro de los argumentos de ordenanaltico es la imposibilidad de la eco-noma keynesiana para asumir el con-cepto de estanflacin en su estructura(Heilbroner y Milberg, 1998, p. 82). Setraduce lo anterior en el sentido de queel modelo no pronostic la reestructu-racin y desestructuracin del mbitoeconmico y poltico20.

    Otro ms que podra explicar la cri-sis del keynesianismo es la manera

    1 8 El Estado de Bienestar fue el centro gravitacional de la racionalidad (eficiencia econ-mica e igualdad social).

    1 9 Para el Estado la redistribucin es una necesidad econmica, mediante el cual se garantizael crecimiento. Es preciso polticamente este anlisis para garantizar la cohesin social.

    2 0 Al respecto Oconnor (1972, p. 19-20) esgrime que los fallos son reflejos del mismosistema. Muestra que la intervencin estatal en la sociedad capitalista est colmadode contradicciones.

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    como abord el dinero. La poltica fis-cal no tuvo la capacidad predictivapara frenar la inflacin.

    La crisis del keynesianismo, si bienpuede explicarse en trminos del ca-rcter analtico, podra ser explicada,adems, por el refinamiento que reali-za el sistema capitalista en los instru-mentos que garantizan el proceso deacumulacin de capital, en donde lasreglas de juego en la relacin Estado-Sociedad cambian para mantener laregla fundante (el valor econmico).

    La nueva visin del pensamientoeconmico. Una revisin critica.Con respecto al declive del mode-

    lo keynesiano hay un consenso gene-ralizado en los crculos intelectuales,sin embargo, la nueva tarea con res-pecto a los posibles modelos radicaen la manera como podran establecer-se la relacin del mundo real y la teora(visin). Emergi el monetarismo peroeste fracas como expresin terica(Heilbroner y Milberg, 1998, p. 100-103). Recurdese que el monetarismofue presentado como la propuesta dela derecha contra el pacto keynesiano,alrededor de la asistencia pblica y lapreferencia por los impuestos comopilares del Estado de Bienestar.

    Una de la teora que surgi comoposible escuela que sustitua al key-nesianismo fueron las expectativas ra-cionales, la cual se apoy en una me-nor fragilidad analtica (Mankiw, 1990)

    Las expectativas racionales (nue-va macroeconoma clsica o mone-tarismo II), fue una escuela apoyadaen apreciaciones certeras del futuro,

    se sustentan en el empleo por parte delas unidades econmicas de la infor-macin disponible en el mercado, deesta manera, predicen racionalmente elimpacto de las decisiones estatales yactan de acuerdo a las expectativasque han construido (Ekelund y Hebert,1992, p. 585). En la lnea que se ha ve-nido presentando el artculo, es impor-tante resaltar, que las expectativas ra-cionales deben interpretarse desde laposibilidad que tiene en trminos desu carcter comprensivo de la realidad.

    Quedan por presentar dos escue-las, la neoclsica y la neokeynesiana.La escuela neoclsica encaja el suelomacroeconmico sobre premisas ma-croeconmicas (preferencias y tecno-loga) con el objeto de hacer inmunesu estructura a la mediacin polticadel Estado (Heilbroner y Milberg,1998 p. 111). El asumir las premisas demerado autorregulado y optimalidadsocial, deja por fuera los conflictosentre los hombres y se presenta comocontradiccin debido a que la cienciaeconoma aborda los problemas socia-les, al respecto (Heilbroner y Milberg,1998, p. 114) exponen:

    al formalizar y situar al individuo -elsupuesto agente representativo- en elcentro del anlisis, los neoclsicos haneliminado todos los aspectos sociales delcomportamiento como el poder, el com-promiso y los valores. A efectos prcti-cos, han eliminado lo individual o el mis-mo individuo. Una insistencia en la so-ciabilidad de los agentes implica un en-foque muy distinto de la economa

    Con respecto a la escuela neokey-nesiana segn Heilbroner y Milberg

    TEORA ECONMICA Y ESTADO DEL BIENESTAR. UNA APROXIMACIN

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    (1998, p. 118), esta no reduce el papelactivo de la administracin pblica:

    lo que convierte en nuevos a los mo-delos neokeynesianos es que se cons-truyen sobre el fundamento explcito decomportamientos basados en las expec-tativas racionales y guiados por la reali-zacin de toda oportunidad existentepara maximizar el bienestar individual.

    El propsito es mostrar que la maxi-mizacin no es condicin suficientepara generar resultados del ordenneoclsico si el mercado no acta comoasignador eficiente de recursos. Si-guiendo a Heilbroner y Milberg (1998,p. 119) se puede observar que la es-cuela neokeynesiana ms que garanti-zar la relacin mundo real-teora, ponesu acento en dar respuesta al argu-mento neoclsico de la imposibilidadde desempleo involuntario en el libremercado. Se convierte as la escuelaneokeynesiana en una postura cons-testaria al modelo neoclsico, en lugarde ocupar un espacio en la construc-cin de una nueva visin econmica.

    Al margen de esta critica, hay unaconsideracin que acerca a esta escuelaa los neoclsicos y monetaristas, y es lapresencia de su enfoque desde la oferta,contrario a la propuesta de la demandade los keynesianos. As se pone de re-lieve un inters en las fallas de mercado:

    la economa neokeynesiana se parececada vez ms a un juego jugado con ycontra otros economistas -de cuyos re-sultados nada depende mucho excepto elprestigio acadmico- que a un asunto que

    deba desarrollarse (...) en el mundo real(Heilbroner y Milberg (1998, p. 121-122).

    Lo que se venido tratando hastaestos momentos es la presentacin delas distintas escuelas y su relacin conlas condiciones de realidad, es decir,lo que se ha denominado visin.Para que la visin sea un hecho, se-gn Heilbroner y Milberg (1998, p.124), los economistas examinan treselementos categricos.

    El primero de ellos consiste en elcumplimiento de las exigencias de lasociedad en lo que concierne a la ex-plicacin de los problemas de carctersocial y econmico. El segundo ele-mento es la incorporacin de la polti-ca en la explicacin de hechos econ-micos concretos y por ltimo, consi-derar que la defensa del mercado esuna accin poltica.

    Una explicacin delfracaso actual en larelacin teora-mundo realSe ha sealado de manera sucinta

    que la configuracin del Estado deBienestar y consolidacin del mismo,obedece fundamentalmente al sopor-te terico e ideolgico de corte keyne-siano, cuyo objeto fue someter los pro-blemas econmicos a la disciplina deorden poltico, y adems mantener muyestrecha la relacin entre la teora y lascondiciones de realidad social21.

    En el modelo keynesiano se reco-noce que la intervencin del Estado

    2 1 Hay que aclarar que la poltica en la escuela keynesiana no se instaura en el momentoinicial de la relacin social sino que se coloca despus. De esta manera se consideraentonces que la poltica est a un lado de las relaciones de poder.

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    en el proceso econmico tiene comoobjetivo la correccin de las imperfec-ciones econmicas y sociales que songeneradas no mecnicamente. El Esta-do debe establecer las condicionesadecuadas para que el aparato produc-tivo sea prspero22. Pero no le limita almercado que se constituye en el prin-cipio rector de la realidad. El modeloKeynesiano de esta forma rompe conlas escuelas anteriores. Esta situacinpodra explicar el declive del keynesia-nismo ya que las nuevas escuelas im-ponen como nica forma de relacinsocial al mercado (ley natural); porconsecuencia estas escuelas tratan lainvestigacin econmica por fuera delsistema capitalista y la ubican en elmercado23. La comprensin de los fe-nmenos sociales a partir de las leyesnaturales dificulta que las nuevas es-cuelas expliquen la realidad social ypuedan consolidar la relacin teora-mundo real que es el terreno de legiti-midad del Estado de Bienestar24.

    Otra dificultad para que las nue-vas escuelas reemplacen la keynesia-

    na, es el divorcio que se presenta en-tre ciencia econmica y sistema capi-talista25 (Heilbroner y Milberg, 1998,p. 135), pues la ciencia econmica con-cebida en la actualidad se ubica demanera inexorable en el mercado, y nose explora la relacin ciencia econmi-ca y sistema capitalista:

    en realidad el significado de econ-mico sera ininteligible fuera del capita-lismo (...) La psicologa, la sociologa yla poltica no incluyen al desempleo, o alcrecimiento desigual, en sus preocupa-ciones conceptuales o analticas. Lo quequiere decir que existen aspectos de unorden capitalista que no se pueden en-tender sin la economa; o por darle lavuelta, quiere decir que la economa nose puede aprender o utilizar sin hablarde capitalismo (Heilbroner y Milberg1998, p. 144).

    Para terminar, una de las dificulta-des que han tenido las escuelas eco-nmicas hoy en da es poder garanti-zar la relacin teora-mundo real desdela misma configuracin del sistema. Amedida que se aproxima el siglo XXI,

    TEORA ECONMICA Y ESTADO DEL BIENESTAR. UNA APROXIMACIN

    2 2 Galbraith (1974, p. 25) argumenta que cuanto ms capital se compromete en laempresa ser tanto ms arriesgado fiarse de las respuestas espontneas de las necesi-dades del consumidor.

    2 3 A diferencia de Keynes, hoy se ha vuelto a la tradicional ortodoxia econmica; prime-ro se crece y luego se distribuye. Habra que agregar que hoy en da las leyes delmercado es una condicin no slo del contexto mercantil sino del orden poltico. Laorganizacin de las relaciones sociales no dependen de las relaciones de poder sinoque son el resultado de una premisa tcnica (economicismo). As la teora econmicaestablece relacin con una sociedad que ha excluido sus variables que no competen alas del mercado.

    2 4 Galbraith (1992) hace hincapi en las condiciones sociales precarias dentro de laeconoma americana, lo que se traduce en un descontento social creciente.

    2 5 Recurdese que el capitalismo como organizacin social es de carcter sociopoltico,legitima el mercado y la presencia de espacios pblicos y privados.

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    la desaparicin de un corpus plausi-ble de la teora econmica se tornacada vez ms costoso en trminos deestablecer los fundamentos para pol-ticas eficaces para mitigar los retosfuturos (Heilbroner y Milberg (1998;pp. 149-150).

    Conclusiones

    Hasta bien entrado el siglo XX, larelacin entre las ciencias econmicasy el Estado de Bienestar posibilitaronel reconocimiento de la actividad eco-nmica y la seguridad social. Entradoslos ochenta, la profundizacin de lascondiciones de precariedad social re-flejada en la creciente desigualdad enla distribucin del ingreso y en la cons-titucin de una sociedad excluyente,han ocasionado la prdida de legitimi-dad por parte de la sociedad hacia elEstado de Bienestar.

    La deslegitimacin del Estado deBienestar podra estar explicada a lalargo de las transformaciones del pen-samiento econmico (responsable deimprimir la base terica). Los cambiosen el horizonte de cada una de las re-cientes escuelas (expost a la Keyne-siana) consistente en sustituir el obje-tivo de la organizacin social por ladel mercado, esto ha ocasionado quelas escuelas dejen de lado el compo-nente humanista del sistema capitalis-ta como construccin histrica.

    En este sentido, hay que conside-rar que el EB fue constituido en suscomienzos, con el objeto de que los ciu-dadanos, sin distingo de estrato social,

    pudiesen responder adecuadamente alos intereses del Estado a travs de lasgarantas de la condiciones para queactuaran como individuos de mercadoy constitutivos de Estado. Hoy por hoy,este propsito se ha ido desvanecien-do a medida que las escuelas econmi-cas intentan explicar problemas del mer-cado y deja por fuera los problemassociales del sistema capitalista comoorganizacin social.

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