UNIVERSIDAD ANDINA DEL CUSCO
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
Carrera profesional de Psicología
“CRISIS DE ANGUSTIA”
DOCENTE:
Palma Pareja, Jesus Antonio
CURSO:
Psicopatología General
ALUMNOS(AS):
Analisee Flores Brenda liz Ruiz Esther CondoriMichael Cahua
Gabriela CardenasDavid Escalante
CUSCO-PERÚ
2014
PRESENTACION
Profesor Palma Pareja, Jesus Antonio presentamos el siguiente compilado de informacion en el que abarcamos todo lo referente a “Crisis de Angustia” esperando que supla todas las expectativas sobre el tema.
INDICE
1.-TRASTORNO DE PÁNICO (O TRASTORNO POR ANGUSTIA
2.-CRISIS DE PÁNICO O CRISIS DE ANGUSTIA
3.-¿FORMAN PARTE DEL TRASTORNO DE ANGUSTIA TODAS LAS
CRISIS DE ANGUSTIA
4.-¿QUÉ ES LA AGORAFOBIA?
5.-¿QUÉ ES LA ANSIEDAD ANTICIPATORIA?
6.-CUANDO APARECE LA ANGUSTIA?
7.-AFECTA POR IGUAL A LOS DOS SEXOS?
8.-QUE CAUSA EL TRASTORNO DE ANGUSTIA?
9.-LAS PERSONAS CON TRASTORNO DE ANGUSTIA TENER OTRAS
ENFERMEDADES MENTALES
10.-COMO SABER QUE TIENES UN TRASTORNO DE ANGUSTIA
11.-TRATAMIENTO
BIBLIOGRAF
CRISIS DE ANGUSTIA
1.-TRASTORNO DE PÁNICO (O TRASTORNO POR ANGUSTIA)
El trastorno de pánico o trastorno de angustia se caracteriza por el sufrimiento de
crisis de ansiedad espontáneas o el temor a su aparición. Es uno de los principales
motivos de consulta en clínicas psicológicas, dentro del grupo de los trastornos de
ansiedad. Es típico que el cuadro empeore si no se recibe tratamiento psicológico.
El caso de Antonio: Tengo un infarto. Me muero.� �
Antonio es un profesor universitario joven que padece crisis de ansiedad desde hace
un par de años. La primera vez que tuvo una crisis de ansiedad fue a urgencias� �
porque pensaba que estaba sufriendo un infarto. No pensaba que tuviese ansiedad, ni
podía creerse que los médicos no le hicieran mucho caso a su supuesto infarto. De
hecho le comentaron que sólo tenía ansiedad y le mandaron algunas pastillas. Estas� �
pastillas le suprimían las sensaciones de ansiedad, sobre todo al principio, e incluso
le dejaban a veces un tanto adormilado, pero pronto comenzó a notar que eso seguía�
ahí. Se notaba muy pendiente de su corazón, de si se aceleraba o palpitaba con�
fuerza. Él era deportista, pero a partir de las crisis de ansiedad cada vez le apetecía
menos el deporte. En realidad le producía miedo, porque en cuanto montaba en la
bicicleta le resultaba inevitable notar cómo se aceleraba su corazón y tenía que
dejarlo porque podía ocurrir lo peor. No obstante, sus crisis aparecían de modo� �
inesperado. Nunca sabía a ciencia cierta si iba a tener una crisis o no, pero era cierto
que había determinados sitios o situaciones que prefería evitar: grandes almacenes,
colas en supermercados, viajar en avión, etc. Antonio veía que su vida se limitaba.
Últimamente no soportaba ver películas de intriga o acción y lo que era peor para él� � se estaba distanciando de su pareja porque habían comenzado a evitar los encuentros
sexuales con ella. De nuevo estaba el miedo al infarto campando a sus anchas:
cuando hacía el amor notaba que el corazón se aceleraba y no podía evitar pensar en
el infarto. Tenía que detenerse. Su mujer ya no tenía claro si realmente sólo era� �
ansiedad lo de Antonio.
El caso de Rosa: Acabaré loca en un manicomio� �
Rosa tenía 32 años cuando acudió a consulta. Llevaba una larga andadura en su
búsqueda de ayuda, que se remontaba unos cinco años y que incluía psiquiatras,
psicólogos, curanderos y videntes. Todo comenzó tras una época bastante estresante
en el trabajo. Un día tuvo una experiencia que calificó de aterradora. Estaba
caminando por una de las calles de su pueblo y de repente sintió una extrañeza
inexplicable: sabía que ésa era la misma calle de siempre pero le resultaba
desconocida. Se sentía como si se hubiese caído de un platillo volante y no conociese
a nadie ni reconociese las calles de su pueblo natal. Comenzó a correr; las piernas no
le dejaban estar quieta, sentía oleadas de calor y le faltaba el aire. Llegó corriendo a
su casa y se quedó más tranquila pero totalmente confundida: ¿Me estaré volviendo�
loca? se preguntó. Precisamente, unas semanas atrás habían ingresado en un hospital� � �
psiquiátrico a dos vecinos suyos, aunque no sabía muy bien porqué. La experiencia
volvió a repetirse cuatro o cinco veces antes de que su madre le acompañara al
psiquiatra. El psiquiatra no se mostró muy seguro sobre el trastorno de Rosa, pero
según contó le dijo a su madre que podía ser ESQUIZOFRENIA. Una palabra con� � � �
mayúsculas para Rosa y que no podía escuchar sin que se le erizara el vello de todo
el cuerpo. Rosa sabía que la esquizofrenia es un trastorno mental grave que produce
experiencias extrañas; como ver personas que no están, oír voces que nos insultan, o
tener sensaciones aterradoras de ser perseguido, espiado o controlado desde el
exterior. Para ella, esa palabra era sinónimo de pérdida de la razón y aquel
diagnóstico provisional se convirtió en motivo de una gran preocupación, ya que las
sensaciones terroríficas se repitieron en varias ocasiones.
Rosa estaba medicada con Risperidona, una medicación antipsicótica que le
adormilaba mucho y no le eliminaba los síntomas. Motivo por el que la madre la
llevó a un curandero; que tampoco logró resultado alguno. A continuación, Rosa fue
a una vidente que le ratificó el diagnóstico de esquizofrenia. Cuando llegó a nuestra� �
clínica estaba plenamente convencida de que padecía esquizofrenia y que iba a
acabar en el manicomio haciendo escobas como los locos según sus propias palabras.� � � �
El trastorno
El trastorno de pánico se caracteriza por la presencia de crisis de ansiedad y el temor
a experimentar nuevas crisis. Una crisis de ansiedad es una reacción de miedo o
malestar intenso que se presenta de forma repentina y alcanza su máxima intensidad
en cuestión de dos o tres minutos, diez como máximo. Para denominarla así, esa
reacción de miedo intenso debe ir acompañada de cuatro o más de los siguientes
síntomas:
1. Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardiaca
2. Sudoración
3. Temblores o sacudidas
4. Sensación de ahogo o falta de aliento
5. Sensación de atragantarse
6. Opresión o malestar en el pecho
7. Náuseas o molestias abdominales
8. Inestabilidad, mareo o desmayo
9. Sensación de irrealidad (desrealización) o de estar separado de uno mismo
(despersonalización)
10. Miedo a perder el control o volverse loco
11. Miedo a morir
12. Sensación de entumecimiento u hormigueo
13. Escalofríos o sofoco
Cuando no se alcanzan los cuatro síntomas requeridos de la tabla anterior, pero hay
malestar suficiente, hablamos de crisis de síntomas limitados o minicrisis. El enfoque
de tratamiento que requiere es exactamente el mismo.
La clave del trastorno
El trastorno de pánico se ha definido como el miedo al miedo. La esencia de este
trastorno es que el paciente teme que los síntomas inofensivos sean la señal de un
peligro real. Entonces, la interpretación catastrófica de esos síntomas inofensivos
genera un estado de miedo que produce, de modo natural, que dichos síntomas
aumenten en intensidad y se produce una espiral de ansiedad rápidamente creciente
que desemboca en la crisis de ansiedad.
Antonio sentía una ligera presión en el pecho que suele deberse a la acumulación�
espontánea de aire en los pulmones y entonces pensaba: ¿Qué puede ser esto? Hace� �
ya un rato que lo estoy notando. No creo que sea algo grave, pero ¿y si fuera algún
problema cardiaco? No, no lo creo. ¡Oye! Parece que ha aumentado el dolor... Esto
me asusta. Me duele más. ¡Es un infarto...! [Dolor extremo] Al final acudió a�
urgencias, donde le dijeron que sólo era ansiedad.� �
Otras crisis se producen cuando el paciente interpreta que su mareo o su vértigo le
puede hacer desmayarse y caer. O cuando el paciente interpreta sensaciones extrañas
de irrealidad o de ser distinto como señal de que podría estar volviéndose loco. En
realidad, el mareo, el vértigo, la opresión en el pecho, la sensación de irrealidad, la
sensación de no ser uno mismo o de verse desde fuera de sí, pueden ser síntomas
de un fenómeno común como respuesta a situaciones estresantes. Lo
denominamos hiperventilación y consiste en un aumento de la frecuencia de la
respiración que hace acumular más oxígeno del necesario en la sangre, disminuyendo
a su vez la cantidad de anhídrido carbónico en ésta. Ese cambio sanguíneo se registra
en un lugar del cerebro y entonces produce los síntomas. Síntomas que ya conocían
los buceadores con el nombre de borrachera de oxígeno, y que se producen cuando
no realizan bien la mezcla de oxígeno y otros gases, lo que produce exactamente el
mismo incremento de oxígeno y descenso de anhídrido carbónico en la sangre.
2.-CRISIS DE PÁNICO O CRISIS DE ANGUSTIA
Las Crisis de Angustia (o lo que es lo mismo, Crisis de Pánico) se trata de
un Trastorno de Ansiedad.
Una crisis de angustia, tiene tres componentes fundamentales:
Sentimiento de miedo y ansiedad extrema, en el que la persona puede a llegar
a temer por su propia vida.
La máxima expresión de los síntomas se da durante los 10 primeros minutos,
a partir de este momento empieza a decrecer la intensidad de la ansiedad,
hasta desaparecer. Después del episodio aparece la sensación de agotamiento
tanto físico como mental.
Suele aparecer de forma repentina, sin una causa aparente, aunque algunas
veces sí que se puede identificar un estímulo específico causante de la crisis.
Es un trastorno bastante común, aproximadamente se da en un 2,3% de la población.
Puede ser que las crisis aparezcan de forma puntual y que no vuelvan a aparecer, o
por el contrario que se vayan repitiendo hasta el punto de llegar a cronificar-se si no
la persona no acude en busca de un tratamiento eficaz.
La sintomatología puede manifestarse de forma diferente entre las personas que
sufren este trastorno, para el diagnóstico de crisis de angustia serían necesarios
cuatro o más de los síntomas siguientes:
Síntomas
Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia
cardiaca.
Sudoración.
Temblores o sacudidas.
Sensación de ahogo o falta de aliento.
Sensación de atragantar-se.
Opresión o malestar torácico.
Nauseas o malestar torácico.
Inestabilidad, mareo o desmayo.
Sensación de irrealidad o de estar separado de uno mismo.
Miedo a perder el control o a volverse loco.
Miedo a morir.
Sensación de entumecimiento u hormigueo.
Escalofríos o sofocaciones.
Según el DSM-IV-TR hablamos de Trastorno de angustia, cuando las crisis de
angustia, anteriormente descritas, son seguidas durante al menos un mes de alguno de
los síntomas siguientes:
Inquietud persistente ante el miedo de tener más crisis.
Preocupación por las consecuencias de las crisis (por ej. Perder el control,
sufrir un infarto de corazón, ahogarse….)
Las crisis implican un cambio en el comportamiento habitual.
El 70% de las personas con el Trastorno de angustia, suelen tener también
Agorafobia.
Se han descrito unos acontecimientos que podrían estar relacionados con la aparición
de una crisis de forma inmediata:
Expectativa o realidad de una separación o pérdida de un ser querido.
Consumo de café, cannabis, cocaína o anfetaminas.
Privación del sueño.
Ejercicio físico intenso.
Las siguientes situaciones, especificadas a continuación, son donde las que las
personas que con crisis de angustia, sufren mayor ansiedad:
Hacer cola en una tienda.
Acudir a una cita determinada.
Sentirse atrapado/a en sitios como peluquerías, salas de espera….
Discusiones domésticas.
Pensar en problemas personales.
3.-¿FORMAN PARTE DEL TRASTORNO DE ANGUSTIA TODAS LAS
CRISIS DE ANGUSTIA?
No. Las crisis de angustia que pertenecen al trastorno de angustia son inesperadas por
la persona que las padece, es decir, sin que medie ningún motivo. Además otras
enfermedades o fármacos pueden provocar crisis de angustia. Por lo que se
recomienda acudir al médico para la realización del diagnóstico correcto.
4.-¿QUÉ ES LA AGORAFOBIA?
Es el miedo a las situaciones cuya evitación es difícil o vergonzosa, o de donde no se
pueda recibir ayuda, o escapar, en caso de sufrir un ataque de pánico.
Los agorafóbicos temen las situaciones que puedan generarles sensaciones de
ansiedad, miedo a la propia activación fisiológica y a los pensamientos sobre las
consecuencias de experimentarlas, como la idea de morir, perder el control, o
“volverse loco”.
Este trastorno, al parecer se origina a raíz de una experiencia negativa por parte de la
persona, quien al evitar situaciones parecidas desarrolla un mecanismo (de
aprendizaje), que hace permanecer el problema. Entre estas experiencias negativas,
pueden incluiré episodios cargados de intensos niveles de pánico. El tratamiento
cognitivo-conductual parece ser el más efectivo en estos casos, pues se basa en
exponer al paciente a situaciones que le provocan ansiedad.
Los agorafobicos, experimentan una serie de emociones desencadenadas al ser
sometidas al estímulo causante de las crisis, el afectado puede sentir intensas
reacciones fisiológicas que aparecen súbitamente y que aumentan gradualmente,
apareciendo una tras otra, estas reacciones habitualmente son:
taquicardia.
ráfagas de calor/frío.
calor, sudor, sofoco.
temblores.
ahogo o falta de aire; hiperventilación.
mareo y vértigo.
sensación de irrealidad.
dolor u opresión en pecho.
astenia: fatiga o cansancio.
náuseas, dificultad para tragar, sensaciones extrañas en el estómago (como
mariposas en el estómago).
visión borrosa o sensación de ver luces.
pinchazos, calambres, entumecimiento, tensión, piernas débiles, pérdida de
sensibilidad, palidez.
sensación de orinar o evacuar, entre otros.
Cada persona experimenta toda una serie de respuestas fisiológicas en cada uno de
sus ataques de pánico, y lo que hace es buscar ayuda de la manera posible e
inmediata para salir de tal situación, para disminuir o cortar las emociones y que a su
vez le mantenga a salvo.
No obstante con los síntomas, a todo esto aparecen automáticamente "pensamientos
negativos o catastróficos" que por obvias razones, hace que aumente la respuesta
fisiológica, convirtiendo su ansiedad en un verdadero pánico, volviendo así un caos
la estabilidad emocional del afectado, ya que se siente extremadamente fuera de
control y asegura que su estado físico-emocional no terminará y culminará en algo
catastrófico (morir posiblemente).
5.-¿QUÉ ES LA ANSIEDAD ANTICIPATORIA?
Es la ansiedad que aparece ante el simple hecho de pensar en la posibilidad de tener
una crisis de angustia, consiste en pensar que vamos a sufrir mucho y que
pasaremos mucho miedo. Entonces, sentimos miedo por el miedo que creemos que
vamos a pasar; De ahí la expresión: “Miedo al miedo”.
Las personas con ansiedad anticipatoria, tienen una imaginación muy activa y
excitable, el fantaseo tiende a ser desbordante. Las fantasías pueden ser tan intensas y
precisas que la persona comienza a experimentar sensaciones de ansiedad, como si
estuviera ante la situación temida, de hecho, se ha podido comprobar que bajo los
efectos de las imágenes mentales de un suceso, en que uno mismo se visualice
participando, resulta que a nivel fisiológico se están creando patrones neurales en el
cerebro (trazados de caminos entre las células), como si se estuviera realizando la
acción físicamente.
6.-CUANDO APARECE LA ANGUSTIA?
Cuando hablamos de angustia, ansiedad o trastorno de pánico, los psiquiatras toman
a esta se refieren a que son múltiples formas de enfermar.
La angustia o ansiedad es al plano psíquico lo que el dolor es al plano corporal, se
podría decir un aviso de que algo va mal, esta se podría definir como “un tipo de
temor a algo desconocido” si el motivo de dicho temor es conocido no podríamos
hablar de angustia sino de miedo. De alguna manera podemos indicar desde el punto
neurobiológico, que la angustia tiene su base en ciertas zonas del tallo cerebral, que
están involucradas en el desarrollo y transmisión de la angustia.
Podríamos entonces decir también que la angustia es un tipo de mecanismo de
defensa que interfiere y frena la impulsividad instintiva y con esta el yo se vea
involucrado en impulsos o sentimientos desagradables como la culpa o vergüenza. Es
de esta manera podemos indicar como es que aparece la angustia.
7.-AFECTA POR IGUAL A LOS DOS SEXOS?
Es resaltante mencionar que la mujer en edad reproductiva es más vulnerable a
desarrollar dicho trastorno y por ende a una crisis de angustias, podríamos decir
entonces que la angustia se basa básicamente en fenómenos subjetivos y que este
tipo de emociones no se podría medir de manera objetiva en cuanto a si esta afecta
más al varón o a la mujer ya que existen diferencias particulares en las personas, no
obstante existen algunas investigaciones que indican o afirman que esta crisis llega a
afectar 2/3 mujeres y 1/3 de hombres.
8.-QUE CAUSA EL TRASTORNO DE ANGUSTIA?
Como anteriormente mencionamos una causa precisa de este trastorno es
desconocido, y que se podría basar en una predisposición familiar, viéndose
frecuentemente la presencia de acontecimientos vitales en un inicio del trastorno de
pánico, como por ejemplo, la muerte o la separación de un ser querido que podríamos
indicar a que este actué como un desencadenante que da pie a dicho trastorno.
Si nos centramos en la angustia diremos que esta es causada por un ataque de pánico
en situaciones predeterminadas sin posibilidades de ayuda o alivio, y esta causa a su
vez que se presente incomodidad intensa, tensión etc.
9.-LAS PERSONAS CON TRASTORNO DE ANGUSTIA TENER OTRAS
ENFERMEDADES MENTALES
Las personas con trastorno de angustia son más propensas a tener depresión que el
resto de la población. De hecho, hasta el 50% y el 60% de las personas con trastorno
de angustia padecen depresión en algún momento a lo largo de la vida. Otro posible
trastorno con el que se puede complicar el trastorno de angustia es el abuso de
sustancias.
10.-COMO SABER QUE TIENES UN TRASTORNO DE ANGUSTIA
¿Tiene ataques súbitos de miedo intenso, sin motivo?
Durante estos episodios, ha presentado alguno de los siguientes:
Golpes de corazón o que el corazón va más rápido
Dolor o malestar en el pecho
Sensación de falta de aire al respirar
Dificultad para tragar
Sudoración excesiva
Mareos
Nauseas o molestias de estómago
Hormigueo en alguna parte del cuerpo
Sofocos
Temblores
Sentimientos de irrealidad o de separarse del propio cuerpo
Durante los episodios, ¿siente la necesidad de tener que escapar?
Durante los episodios, ¿piensa que algo terrible le va a suceder (que puede morirse,
que va a tener un ataque al corazón, que va a perder el control o volverse loco?.
¿Se preocupa frecuentemente por la posibilidad de que los episodios se puedan
repetir?
¿Y este miedo, le hace evitar lugares o situaciones que cree que le pueden
desencadenar un ataque?
Si contesta SI a la mayoría de estas cuestiones, es necesario recurrir a un especialista.
11.-TRATAMIENTO
El primer requisito para el tratamiento exitoso de un paciente con TP es establecer
con precisión el diagnóstico de acuerdo a los criterios enumerados más arriba (en
contraposición al diagnóstico genérico de, por ejemplo, "estado de ansiedad").
Luego, se debe elaborar, con la participación activa del paciente, un plan de
tratamiento que considere, en conjunto con la indicación de psicofármacos, aspectos
psicológicos, ambientales e interpersonales que suelen estar presentes, así como las
características propias del individuo afectado. La entrevista inicial, en la cual se
identifica el trastorno, suele ser una oportunidad importante para establecer una
adecuada alianza terapéutica, y de este modo promover un buen cumplimiento y
adhesión al plan de tratamiento formulado.
En la Tabla 4 se describen los objetivos de un plan de tratamiento para pacientes con
TP: en una primera fase, el énfasis está puesto en la erradicación, en lo posible
completa, de la tríada sintomática característica, y luego en el tratamiento de los
factores de riesgo que facilitan eventuales recaídas. Se espera que la remisión de
síntomas se produzca en la misma secuencia de su gestación, es decir, en primer
término la disminución progresiva de la frecuencia e intensidad de las crisis de
pánico, y en la medida que esto ocurra, también se alivian la ansiedad anticipatoria y
las conductas fóbicas.
TABLA 4 Plan del tratamiento del TP
OBJETIVOS
ERRADICACION DE SINTOMAS
- Crisis de pánico mayores limitadas
- Ansiedad anticipatoria
- Conductas de evitación fóbica
PREVENCION DE RECAIDAS
- Factores de riesgo
- Síntomas residuales
- Comorbilidad
- Conflictos intrapsíquicos
ambientales
El medio más eficaz para tratar las crisis de pánico, tanto mayores como limitadas, es
un adecuado uso de psicofármacos. Las crisis limitadas (menores o "abortivas") se
reconocen porque el paciente se refiere a ellas en términos de "pude controlarla". En
comparación a la intensidad y dramatismo de las crisis mayores, estas últimas suelen
pasar desapercibidas o se confunden con ansiedad anticipatoria. Son más frecuentes
que los episodios mayores, y suelen dar cuenta de la persistencia de conductas
fóbicas residuales. Dado que estas crisis deben responder al tratamiento
farmacológico, constituyen un buen indicador para la adecuación de las dosis de
medicamentos. Es importante la búsqueda sistemática de estos síntomas en sucesivos
controles, a fin de posibilitar una recuperación completa. El principal factor que
contribuye a la disminución de la ansiedad anticipatoria es la menor frecuencia e
intensidad de las crisis de pánico, como también la consiguiente mejor capacidad
para enfrentar situaciones previamente temidas. A su vez, las conductas fóbicas
responden a la progresiva y exitosa exposición a las situaciones o lugares antes
evitados.
La literatura coincide en que las recaídas son relativamente frecuentes, aun cuando a
mediano y largo plazo se informan tasas muy variables (entre 1/3 y 2/3 de los
pacientes tratados). En nuestra experiencia, la pesquisa y tratamiento de los factores
de riesgo, minimiza la reaparición de las crisis de pánico. La persistencia de síntomas
residuales (crisis limitadas o conductas de evitación) pronostica casi con certeza una
mayor tasa de recaídas.
La larga duración del tratamiento está relacionada con el necesario proceso de
recuperación sintomática y con el tiempo necesario para el tratamiento de otros
factores de riesgo. La comorbilidad del TP tiene relación con patología emocional y
física; es frecuente la asociación con síntomas depresivos secundarios a las
limitaciones que produce el TP, como también con episodios depresivos mayores.
Todos los otros trastornos por ansiedad específicos (Tabla 1), se pueden presentar
asociados al TP en una mayor proporción que su prevalencia en población general.
También debe evaluarse con especial cuidado la presencia de abuso o dependencia a
sustancias psicoactivas, en particular alcohol, ya que puede asociarse tanto al inicio
del TP (como parte de un síndrome de privación), o bien, como un medio de auto
tratamiento.
En el diagnóstico diferencial con enfermedad física deben considerarse todos
aquellos cuadros con síntomas comunes con el TP, como por ejemplo taquicardias
paroxísticas, feocromocitoma, trastornos tiroídeos; por ello, a la evaluación médica y
de laboratorio de rutina debe agregarse una evaluación tiroídea. La mayor
probabilidad de sufrir recaídas puede deberse a la persistencia de vulnerabilidades
psicológicas que hayan contribuido al episodio en tratamiento. En la medida de lo
posible es deseable en esta fase la evaluación y eventual tratamiento por parte de
profesionales especialistas, ya que existen evidencias que sugieren fuertemente la
participación de elementos psicológicos y ambientales en la génesis del TP.
En la Tabla 5 se enumeran los medios que están a disposición del tratante, y que
deben ser tomados en consideración a fin de optimizar los resultados terapéuticos. En
nuestra experiencia, los dos primeros puntos, educación y farmacoterapia, son
siempre necesarios y deben constituir la base de todo tratamiento, sea este llevado a
cabo por el especialista o por el médico no especializado en psiquiatría. El énfasis
inicial en compartir con el paciente información acerca de la condición que lo aqueja,
permitirle expresar y dar respuesta a sus dudas, discutir en conjunto en que consistirá
el tratamiento, qué se espera como resultado de éste y en qué plazo, permiten desde
la primera entrevista aliviar la habitual desesperanza de obtener mejoría que
acompaña estos pacientes, disminuir sus aprensiones sobre posibles consecuencias
negativas del uso de psicofármacos, y por último, comprender y aceptar que se
encuentran aquejados de una enfermedad "legítima" que requiere, y para la cual
existe, un tratamiento con buen pronóstico. En muchos casos somos testigos de
prescripciones farmacológicos bien formuladas que no conducen a éxitos
terapéuticos, debido a que no han sido realizadas en concomitancia con una
aproximación educativa.
TABLA 5 Plan de TP esquema terapéutico tipo
Información y educación
Farmacoterapia
Terapia conductual
Psicoterapia
En relación a terapia conductual, en la mayor parte de los pacientes es suficiente
estimular en el curso del tratamiento la auto exposición a las situaciones temidas y
evitadas, sobre la base de que comprendan que los temores fóbicos se extinguen
gradualmente en la medida en que son confrontados (en presencia de un tratamiento
farmacológico eficaz que evite la recurrencia de crisis de pánico). Algunos pacientes
son muy reticentes a realizar por sí mismos esta parte del tratamiento y requieren
derivación a terapia especializada formal. Asimismo, debe sugerirse en todos los
pacientes que ello sea posible, la derivación a tratamiento psicológico, a fin de
identificar, comprender e intentar fortalecer las vulnerabilidades psíquicas personales
(en muchas ocasiones no conscientes), que pudieron haber contribuido a la génesis
del trastorno.
En la Tabla 6 se esquematiza el modo de administrar los psicofármacos de uso más
habitual en el tratamiento del TP.
TABLA 6 Farmacoterapia de TP. Esquema terapéutico tipo
Fármaco Clonazepan ISRS Clomipramina
(FLX)*
Dosis
(md/día)
Inicial
Tratamiento
0,5-1,5
1,5
(1,0-4,0)
5
20
(10-40)
5-10
37,5
(25-100)
* ISRS: Inhibidores selectivos recaptura serotonina. FLX:
Fluoxetina.
En la primera columna aparece clonazepam, que es la benzodiazepina, en conjunto
con alprazolam, cuya eficacia terapéutica ha sido establecida. En los últimos años
clonazepam ha desplazado a alprazolam como fármaco de elección, debido a ventajas
farmacocinéticas que facilitan su administración y posterior suspensión, aun cuando
la eficacia de ambos es comparable. Clonazepam puede ser indicado en sólo dos
tomas diarias, en tanto que alprazolam requiere de 3 a 5 tomas, y suele presentarse
angustia inter-dosis. La ventaja de iniciar el tratamiento con una benzodiazepina es
conseguir un alivio más inmediato, y poseer un recurso para el tratamiento de las
crisis que persistan en las primeras semanas de tratamiento. Debe considerarse evitar
esta familia de fármacos cuando existan antecedentes de abuso o dependencia, lo
cual se observa en forma ocasional en pacientes con TP. Las dosis que aparecen en la
Tabla 6 deben ajustarse individualmente de acuerdo a tolerancia y respuesta. El
efecto adverso más común es somnolencia inicial.
Se puede escoger la asociación con fármacos de la familia de los inhibidores
selectivos de serotonina (se ejemplifican dosis para fluoxetina), o bien, un tricíclico,
entre los cuales clomipramina en bajas dosis ha demostrado ser el más eficaz. Las
dosis iniciales, en ambos casos, deben ser extremadamente bajas para evitar
exacerbar las crisis de pánico luego de las primeras administraciones del fármaco.
Los efectos adversos más comunes de los inhibidores selectivos de serotonina son
gastrointestinales y frenación de la libido. En el caso de clomipramina puede
presentarse aumento de peso y con mayor frecuencia afecta la función sexual. La
decisión de tratar a los pacientes con monoterapia o terapia farmacológica combinada
debe decidirse caso a caso, tomando en consideración antecedentes de la respuesta a
los tratamientos previos y características individuales de la presentación del trastorno
(por ejemplo comorbilidad con depresión). Los plazos de tratamiento no deben ser
inferiores a 6 meses, pero por lo general se requiere entre uno y dos años antes del
retiro gradual de los fármacos.
BIBLIOGRAFÍA
1.- American Psychiatric Association: Diagnostic and Statistical Manual of Mental
Disorders. Fouth Edition. Washington, DC, American Psychiatric Association, 1994.
2.- Klerman GL, Hirschfeld RM, Weissman MM et al. Panic anxiety and its
treatment. First Edition. Washington, DC, American Psychiatric Press, 1993.
3.- Gloger S, Grunhaus L, Gladic D, O'Ryan F et al. Panic attacks and agoraphobia:
low dose clomipramine treatment. J Clin Psychopharmacol 9:28-32, 1989.