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EN EL SENO DEL OTOÑO
Poesías
Montaje: Josan
Blog: Desván, retales de palabras
Otoño de Vivaldi Hugo Izarra Hay un momento –no importa si estás vivo o muerto– en que la vida se detiene, toma aire y, sin mirarte a los ojos, recoge sus cosas y se va de tu cuerpo para siempre, te abandona sin dejarte siquiera una nota. El amor es un poco así, como la propia vida. Acude cuando no le llamas, te invade, te ilumina, se cansa de latir, se apaga y se va y te deja reducido a esto que eras hoy, que fuiste hoy que ya no volverás a ser, por mucho que te duela, nunca más.
SEÑALES DE OTOÑO M. Rosa Serdio Grazna un cuervo en la dorada luz del mediodía. Es una sensación de escuchar, en su voz que espera comerse el sol para nutrir sus plumas irisadas, las mismas que nos hablarán de la próxima oscuridad del manto del otoño. Pero me resulta imposible darle la razón. Brillan las hojas de los castaños, viajan altas y pausadas las nubes, las fachadas rebrillan del placer de la marcha gloriosa del sol sobre el paisaje. El río luce como nunca todo su esplendor, transparencia, riqueza de matices y mansedumbre hacia un destino que hoy me parece despreocupado. El mundo gira atento a las penúltimas bellezas de la plenitud antes de recoger su manto y deleitarse ante los fuegos y las nieves. Quizá nos engañemos y mañana el otoño nos diga que ya estaba encerrado en cada una de las rosas de esta primavera, que ya era lágrimas azules en cada una de las olas que arriban a playas solitarias, que tenía su ritmo en cada latido de nuestro corazón veraniego y desentendido. El graznido del cuervo, esa realidad, me arranca de lo oscuro siendo como es la misma oscuridad. Me arranca de mí adentro porque, con precisión de reloj, me da la voz de alarma.
EL HADA DE OTOÑOMaría García Esperón
FuenteEl hada de Otoño
despertó temprano:escuchó una hojacaer en su patio.
Se vistió de luz,arregló su armario,sacudió tres fresnos
y siete castaños.
Escribió unas cartasa las mariposas:
Si no vuelan prontono tendremos rosas.
Fue a tocar la puertade las azucenas:
estaban dormidasdespués de la fiesta.
Todas despidieronal hada Verano
que había trabajadocomo nunca ese año.
El hada de Otoñole dio un par de besos
la llevó a la puertale puso el sombrero.
Dio un largo suspiroy se fue el veranodejando un poema
y un ramo de nardos.
EL VIENTO DEL OTOÑO
Carmen Gil
El viento de otoño, que es muy juguetón,le despeina el moño a doña Asunción. El viento, que vuela, como lagartijase mete y se cuela por cualquier rendija. A don Barrendero le esparce las hojas.Cubre el pueblo entero de sábanas rojas. Una vez al año desnuda al manzanoDesviste al castaño después del verano. Roba los sombreros, les da volteretas:son volatineros de las plazoletas. Y al salir la luna le canta al oídocanciones de cuna a un niño dormido.
UN DIBUJO DE OCTUBRE
José Emilio Pacheco
Verdes por última vezlas hojas cuentan sus historias,se hacen preguntas,intercambian recuerdos,se reconcilian o se dejan de hablarmientras el viento lo permite. Mañana el cuerpo entero les dolerá.Todo el año vivido les caerá encimacomo el flagelo de un rayo. Marchitas e inservibles se arrastrarán por el suelo,girarán en la hoguera. Convertidas en humollegarán a la gloriaprecaria e inestable del bosque de las nubes.
ESTABAS BAJO EL ÁRBOLAnibal Jairo Niño
Estabas bajo el árbol,y un golpe de viento hizocaer una lluvia de hojas
que produjeron unas sombras
de color perlasobre tu cuerpo.
Estabas bajo el árbol,y como las hojas produjeron
una lluvia de sombrassobre ti
y en ese momentocaíste suavemente derodillas sobre el pasto
pensé que una bandada depájaros de color perla
te había derribado.
La mariposa volotea y arde —con el sol— a veces.
Mancha volante y llamarada,
ahora se queda parada sobre una hoja que la mece.
Me decían: —No tienes nada. No estás enfermo. Te parece.
Yo tampoco decía nada.
Y pasó el tiempo de las mieses.
Hoy una mano de congoja llena de otoño el horizonte.
Y hasta de mi alma caen hojas. Me decían: —No tienes nada. No estás enfermo. Te parece.
Era la hora de las espiga.
El sol, ahora, convalece.
Todo se va en la vida, amigos.
Se va o perece. Se va la mano que te induce.
Se va o perece.
Se va la rosa que desates. También la boca que te bese. El agua, la sombra y el vaso.
Se va o perece .
Pasó la hora de las espigas. El sol, ahora, convalece.
Su lengua tibia me rodea.
También me dice: —Te parece. La mariposa volotea,
revolotea, y desaparece.
MARIPOSA DE OTOÑO Pablo Neruda
MÚSICA DEL OTOÑOAlicia Morel
Oigo una músicadulce y triste.
Son las hojas secasque cantan,
es el aire cansadoque canta.
son los frutos madurosque cantan.
En los granadosríe la granada
una risa colorada.En las higuerasríen los higos
una risita arrugada.
Oigo una músicadulce y triste.
Es el otoño que canta.
EL ÁRBOL Marisa Peña El viento del otoño azotaba sin tregua las ramas del árbol. Por mucho que éste se empeñaba, nada podía contra la fuerza de aquel soplo que le despojaba cruelmente de su bello manto de hojas amarillentas. Le gustaba especialmente el abanico de colores que se mezclaban en su copa al llegar septiembre: del marrón al amarillo, pasando por el rojo, el ocre, el sepia y alguna pincelada tímida de un verde que se resistía a ceder su terreno. ¡Pero duraba tan poco aquella fiesta de colores otoñales…! El viento de octubre se había llevado una vez más su abrigo estival, y tan sólo una hoja conseguía sostenerse soportando aquel vaivén incesante. ¡Cuántas veces los vientos del otoño sacuden nuestras vidas empeñados en llevarse todo lo que quedó caduco, el equipaje que ya no nos sirve, el absurdo fardo de lo irrecuperable! Y nosotros, como la irreductible hoja del árbol , nos aferramos a lo que fuimos por miedo a lo que nos depara el largo invierno, sin ser capaces de confiar en el eterno ritual de renacimiento que nos regalará la primavera.
EL OTOÑO Alejandra Moglia
Hoy las hojas saltaronde los árbolespara ir a jugar
libres con el viento.El árbol
con nostalgiay ternuralas saluda
por última vez.Ellas ríen, cantan ysueñan haciendo
remolinosen el parque
mientras el vientohace garabatos
de dulzura en tu pelo.Antes de despedirsepintan de amarillos
y naranjas tu miradareescribiendo la poesíade la vida en el cielo.
¡Llegó el otoño!Hoy las hojas
alegres y risueñaste invitan a jugar
con ellas.