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UNIVERSIDADNACIONAL AUTONOMA

DE MÉXICO

6º DIPLOMADO EN PSICOLOGIACRIMINAL

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FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES“ZARAGOZA”

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6° DIPLOMADO ENPSICOLOGÍA CRIMINAL

MODULO I

PSICOLOGIA CRIMINAL

COMPILADOR:

ENERO / 2004

PSICOLOGIA CRIMINAL

INDICE

Clemente, M. (1998). Fundamentos de la Psicología Jurídica. Ed. Pirámide.España............................................................................................ 4

Renfrew John W. (2001) La Agresión Y Sus Causas. Ed. Trillas.México. .............................................................................................. 14

Renfrew John W. (2001) La Agresión Y Sus Causas. Ed. Trillas.México................................................................................................ 32

Marchori Hilda (2000) Psicología Criminal. 7a. Ed.

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Ed. Porrúa.México............................................................................................... 47

Sobral, J. (1994). Manual de Psicologia Jurídica. Paidos,México.................................................................................................... 57

Clemente, M. (1998). Fundamentos de la Psicología Jurídica. Ed. Pirámide.España.......................................................................................... 86

González de la Vega René, Aguilar Ruiz Miguel Oscar (2000) La Investigación Criminal, Ed. Porrúa.México............................................... 100

Talarico Pinto Irene(2002) Pericia Psicológica. Ed. La Roca. Argentina............................................................................................................ 121

Echebúrua Enrique(1996) Personalidades Violentas. Ed.Pirámide. México.................................................................................................................133

Echebúrua Enrique(1996) Personalidades Violentas. Ed.Pirámide. México.................................................................................................................151

Tocaven (1992) Psicología Criminal. Instituto de CienciasPenales. México .................................................................................................................

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Bibliografía .........................................................................................................

PSICOLOGIA CRIMINAL

1 Clemente, M. (1998). Fundamentos de la PsicologíaJurídica. Ed. Pirámide. España

PSICOLOGÍA... ¿JURÍDICA?A MODO DE INTRODUCCIÓN

¿Existe la Psicología Jurídica?... o en busca de una nuevaidentidad

¿Existe la Psicología Jurídica? Seguramente más de un lectorse sentirá confuso con esta pregunta; tras tener en sus manosun libro cuyo título es precisamente ese, el de PsicologíaJurídica, ¿cómo dudar de la existencia de tal concepto?; o,¿acaso es éste un libro sobre algo imaginario, sobre unaPsicología que se caracterizaría porque, gracias a estemanual, que ha reunido un cúmulo de conocimientos que seetiquetan globalmente como tal, a partir de este momentotiene presencia como disciplina? No, evidentemente estemanual no es tan milagroso como para hacer surgir de la nadauna disciplina. Ni siquiera el primero aparecido encastellano sobre el tema, de Mira y López (1932), lo fue; yno es el primer elemento de reflexión sobre este campo(véase, por ejemplo, Bajet,1993; Clemente, 1988, 1989b;Clemente, et al., 1990; Clemente y Martín, 1990). Además,

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tantos cursos, seminarios, asignaturas, conferencias, ¿quésentido tienen?

No hay cuidado; el lector puede respirar tranquilo. Sí, laPsicología Jurídica existe. Ya existía. Pero sólo desde elplano de lo factual. Se trata de una existencia ontológica,basada en la realidad de los hechos. Existe porque haypsicólogos trabajando en el terreno de lo jurídico. En camposque trata de reunir y clasificar este manual: sobre todo enlos cuerpos y fuerzas de seguridad de los estados (sea enpolicías, ejército, etc.), diciéndose entonces que trabajanen Psicología Policial; en los juzgados y servicios deadministración de justicia (sean de familia, de menores,clínicas médico-forenses, magistraturas, vigilanciapenitenciaria, de manera privada realizando peritaciones,etc.), diciéndose entonces que trabajan en PsicologíaJudicial o Legal; o en las prisiones, trabajando enPsicología Penitenciaria. Muchos más son los campos, sinembargo, aunque no tan definidos como los anteriores: laatención a la víctima, la asistencia al detenido, el asesora-miento a los abogados para plantear adecuadamente tanto susintervenciones como la de sus clientes en los juicios,realizando preparación psicológica para afrontamiento dejuicios, trabajando con menores, etc.

Algunos han argumentado que poco a poco, pero en muy pocosaños, el sistema jurídico se ha llenado de psicólogos. Y noles falta razón. Sobre todo porque antes no había ninguno.Comenzamos introduciéndonos en los equipos de observación ytratamiento de las prisiones, y hoy, raro es el órgano re-lacionado con lo jurídico donde no estemos presentes.

Pero como decíamos antes, la Psicología Jurídica sólo existedesde la pura y dura realidad. Y es que mientras que lospsicólogos hemos demostrado un interés continuo y hemosalcanzado determinados puestos de trabajo desde la pertinazinsistencia, el campo del Derecho poco se ha interesado porla Psicología. A lo más, simplemente tiene a los psicólogos,como a tantos y tantos profesionales, como meros técnicos

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consultores. El Derecho piensa a menudo que se basta a símismo; no necesita crear campos ni comunes ni afines; regulalas relaciones sociales sin necesidad de estudiar ni a laspersonas, ni a la sociedad; triste argumento. Argumento queha hecho que la Psicología Jurídica no haya podido ser en lamayoría de las ocasiones sino «aplicaciones de la Psicologíaal mundo del Derecho»; nada de interrelaciones ni de estudiosen común; sólo un campo de estudio que nace de la Psicología,se desarrolla dentro de la Psicología, y simplemente serefiere a un ambiente concreto como es el jurídico.

Por lo tanto, ¿por qué no denominar a la Psicología Jurídicasimplemente Psicología? Al fin y al cabo, el que susreflexiones se tengan que aplicar al universo jurídico pocotiene que importar. Podemos aportar conocimientos desde nues-tra ciencia para interpretar y explicar la conducta de laspersonas; que la demanda provenga de la organización jurídicao no, ¿tiene alguna importancia? También la respuesta a estapregunta, evidentemente, es que sí. En pocos ambientes lasconductas, cogniciones, experiencias, de las personas,dependen tanto del lugar donde se producen como en el terrenode lo jurídico.

Es más, ¿se puede investigar el comportamiento humanoabstrayéndonos de que éste se desenvuelve dentro de un marcoo realidad?; evidentemente no. Pues, querámoslo o no lospsicólogos, la realidad sólo existe bajo dos conceptos: bienporque existe un consenso amplio sobre la existencia de unfenómeno, o bien porque la ley determina como tal dichaexistencia. Analicemos aunque sea brevemente ambos aspectos.

a) Consenso sobre la existencia de los fenómenos. Parece claro quealgunas cuestiones no son debatibles en nuestras sociedades,sino que prácticamente, todos pensamos que son «buenas» o«malas», deben existir o no, etc. Este sería el caso, porejemplo, de las violaciones, de los asesinatos, y de tantas ytantas cuestiones planteadas como delitos, en los que lasideas de las personas de la sociedad y los códigos penales yciviles corren a la par.

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b) Existencia a partir de la ley. Antiguamente, los seres humanosnacían en el momento del alumbramiento. Sin embargo, ennuestra sociedad, no es así. Un ser vivo pero que no hayasido inscrito en el Registro Civil dependiente del Ministeriode justicia, no existe. Podemos verle, palparle y hablarle;pero no existe. Lo mismo que no existen los muertos si noconsta en el citado Registro. La realidad debe ser entendidaen cuanto que la ley la reconoce, y toda la sociedad loacepta así. Este concepto de realidad se aproxima al que ema-na del interaccionismo simbólico y de una de sus figuras másrepresentativas, Mead, que afirmaba que algo es real si susconsecuencias son reales (no se admite que alguien puedavivir sin atenerse a la ley).

La Psicología Jurídica debe partir de esa segunda perspectivade la realidad. Esa «realidad» por lo tanto, ese «ambiente»,ha sido creado por la organización jurídica. Las prisiones,los centros penitenciarios o los juzgados, son ambientes yrealidades que a menudo no son ni siquiera imaginables porlas personas «de la calle» que componen la sociedad; pero sontan reales para sus usuarios y para sus trabajadores quemodifican profundamente sus vidas. De esta manera, se podríadecir ahora de nuevo, aunque en un sentido diferente al an-terior, que la Psicología Jurídica se ocupa de lo imaginario;pero ese imaginario es tan real, que es mejor obviar talconcepto en una posible definición.

Lógicamente, los colectivos cambian las leyes, cuestión quees preciso destacar y tener en cuenta. De todas formas,desgraciadamente los colectivos que cambian la ley sonaquellos que tienen poder, es decir, las clases dominantes.

¿Qué es, por lo tanto, la Psicología Jurídica? Nosotrosproponemos la siguiente definición:Es el estudio del comportamiento de las personas y de losgrupos en cuanto que tienen la necesidad de desenvolversedentro de ambientes regulados jurídicamente, así como de la

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evolución de dichas regulaciones jurídicas o leyes en cuantoque los grupos sociales se desenvuelven en ellos.

Pero, aun dentro de esta posible definición, ¿existe unauniformidad en lo que es la Psicología Jurídica, o se puedehablar en realidad de varias opciones?

¿Cuántas Psicologías Jurídicas existen?

La Psicología Jurídica ha estudiado más unos temas frente aotros. En una reciente revisión del papel de la investigacióny la intervención psicológicas en el sistema jurídico, Munné(1987) señalaba cómo la Psicología jurídica ha enfatizado de-masiado los aspectos penales, dejando relegados los civiles,administrativos, políticos o fiscales. No se desprende deaquí, que la Psicología Jurídica deba olvidarse del estudiode todas aquellas cuestiones relacionadas con la InstituciónPenitenciaria, sino más bien que se enfaticen las restantes.

Los conocimientos que pueda aportar la Psicología jurídicapermitirían un acercamiento, según Munné (1987), a lo queeste autor considera como dos de los aspectos más relevantesdel ejercicio profesional del psicólogo jurídico:

a) Orientación en la elaboración de unas leyes másadecuadas a la persona y a los grupos humanos; y

b) Orientación en la organización más idónea del sistema deadministración de la justicia.

Pero desgraciadamente, lo nuestro es eso, meramente orientar.No vamos a extendemos en exceso en visiones concretas sobrela Psicología Jurídica. El lector puede acudir al capítulosegundo de este mismo libro, donde Rico se mete a fondo en lacuestión. Visiones que se pueden resumir en tres, según yaexpuso Muñoz Sabaté (1976):

o Psicología del Derecho: puesto que casi todo el Derechoestá lleno de componentes psicológicos, es necesaria la

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Psicología para que el primero pueda funcionaradecuadamente.

o Psicología en el Derecho: se trata de una PsicologíaNormativa, de estudiar las normas jurídicas comoestímulos verbales que mueven la realización de lasconductas.

o Psicología para el Derecho. La Psicología se convierteen una ciencia auxiliar del Derecho, para establecer laverdad de hechos, la imputabilidad, interpretarconductas, etc.

Muñoz-Sabaté identifica la Psicología jurídica con laPsicología Legal o judicial. Pero desde otro punto de vistacabría hablar de varias «Psicologías Jurídicas» en función dela organización jurídica que aborden. A las tres clásicas,que planteamos en primer lugar, añadimos otras cuando menostan importantes como ellas:

o Psicología policial. Incluye en general a losdenominados cuerpos de seguridad del Estado: policías,guardia civil, ejército, etc. Los temas que se abordandentro de estas organizaciones, habitualmente, son losde formación de estos colectivos, selección,organización y burocracia, relaciones con la comunidad,etc.

o Psicología judicial. Incluye las actuaciones de lospsicólogos dentro de todas las posibles áreas delDerecho, si bien se destacan sobre todo las de familia ymenores. El derecho laboral es otra de las áreas mástratadas. La tarea fundamental es el peritajepsicológico, así como la única dentro de las funcionesprevistas por ley para los psicólogos que trabajan parala Administración. Desde la práctica privada, también seda el tratamiento para preparar a los sujetospreviamente a los juicios, entrenar a abogados, etc.

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Debido a todo esto, casi toda la Psicología Judicial esEvaluación Forense.

o Psicología Penitenciaria. Se trata de un área muyorganizacional. Comprende la actuación del psicólogodentro de las instituciones penitenciarias:clasificación de los internos en módulos concretos,progresiones y regresiones de grado, estudio de laconcesión de los permisos penitenciarios de salida, delos indultos, etc. También se ocupan de la organizacióngeneral del centro, estudiar el clima social, realizartratamientos grupales e individuales, etc, En Españaéste es el área más desarrollada.

o Psicología jurídica del menor. El tratamiento del mismoy las actuaciones dentro de organizaciones destinadas areinsertarles socialmente entraría dentro de estafaceta. En nuestro país, este tipo de competenciaspertenecen a las Comunidades Autónomas. Se trata de unárea muy vinculada a los Servicios Sociales y a laPsicología Comunitaria.

o Psicología preventiva del delito. Evidentemente no podíafaltar este apartado; una de las labores fundamentalesdel psicólogo jurídico es prevenir la aparición deldelito y de los problemas con la justicia.

o Victimología. El sistema jurídico se enfrenta con ygenera víctimas. Y también los psicólogos jurídicos seocupan de ellas: atención al detenido, a la mujerviolada, preparación de programas de restitución, etc.

Esta última perspectiva, la temática, es la que ha generadoeste manual. Un manual que pretendía haber sido másexhaustivo y completo, pero que por falta deespacio ha tenido que quedar como el que tiene en sus manos.A continuación

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efectuaremos un breve repaso sobre los tópicos en los que secentra este libro.

Un manual de Psicología jurídica

Este manual consta de veinticuatro capítulos, agrupados encinco grandes áreas. La primera de las áreas aborda losaspectos conceptuales, históricos y metodológicos. El primercapítulo, elaborado por Manuel Rico, intenta dar un conceptoesquemático y práctico de lo que es el Derecho, entendidopara ello a distintas perspectivas desde la que perfilarlo.Así, el Derecho puede ser entendido predominantemente comoestructura, recayendo el interés en el estudio de las normasy la coercibidad; o puede entenderse predominantemente comofunción, interesándonos estudiarlo entonces como uninstrumento de control social y obstaculizador del cambiosocial; o, finalmente, podemos entender el Derecho desde unaperspectiva valorativa, cuestionando básicamente entonces lajusticia del Derecho. En el capítulo se abordan las dosprimeras perspectivas: el Derecho entendido como estructura yel Derecho entendido como función.

Pero el Derecho, además de ser una disciplina científicaautónoma, es también un fenómeno observado desde otrasciencias formales y sociales. Este es el tema que aborda elsegundo capítulo, también de Manuel Rico: las relaciones delDerecho con las Ciencias Sociales. El Derecho positivo nosólo proporciona el objeto a la dogmática jurídica, sino queal mismo tiempo es objeto de la mirada de otras cienciassociales. Hay varias perspectivas desde las que se puede (yse debe) estudiar el Derecho o algunos de sus aspectos:perspectiva estrictamente jurídica, propia de la dogmáticajurídica y la Teoría General del Derecho; perspectiva de lasciencias sociales, la que adoptan la Sociología del Derecho,la Psicología Jurídica, la Antropología Legal o la Filosofíadel Derecho, si bien esta última no es exactamente unaciencia social. En el capítulo se pretende dar una visiónresumida del Derecho en cuanto objeto de estudio de lasciencias sociales mencionadas.

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El último de los capítulos de esta primera parte se centra enanalizar la historia v la evolución de la Psicología Jurídicaen España. En él, Helio Carpintero v Cristina Recheacomienzan dicha historia en el siglo pasado, analizan a fondola figura de Emilio Mira, y abordan por último la PsicologíaJurídica actual. Se trata de una aportación inédita, puestoque poco se ha hablado de nuestra historia dentro de ladisciplina.

La segunda de las grandes áreas es la Psicología Policial, ycomprende dos capítulos, que versan sobre dos facetasdiferentes de la formación. La primera de ellas, la formaciónen general, de Gonzalo Rodríguez Casares, expone la acciónformativa general del cuerpo nacional de policía. Y elsegundo capítulo del área policial ha sido elaborado porEugenio Garrido, y ahonda más en la formación policial, eneste caso en la de los inspectores de policía. Analiza enprimer lugar los textos legales en que se basa la formaciónde la escala ejecutiva del Cuerpo Nacional de Policía,después aborda el modelo policial diseñado por el ConsejoAcadémico, operacionalaza dicho modelo a través de losprogramas de Selección y Formación, se centra en la didácticade la Psicología Social, y por último ejemplifica y comentainvestigaciones psicosociales con inspectores-alumnos comogrupos experimentales. El capítulo se cierra con algunasconsideraciones críticas respecto a la formación policial.

La tercera de las grandes áreas es la Psicología Judicial, vcomienza por un capítulo sobre la evaluaciónpsicológica-forense, elaborado por Alejandro Ávila y CarlosRodríguez Sutil. Este capítulo, además, aborda la cuestión dela redacción del informe pericial.

En el siguiente capítulo, elaborado por Ma. Luisa AlonsoQuecuty, no se discuten las variables que pueden afectar altestigo mientras presencia los hechos sobre los queposteriormente declara (tiempo de observación, luminosidad,saliencia de los detalles -usuales o inusuales-, existencia

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de violencia, carácter estresante o no del suceso); tampocose habla de cómo las características y limitaciones deltestigo -expectativas, estrés emocional etc.- afectan a surelato. El punto de partida es posterior a la percepción delhecho delictivo: cuando en la comisaría o en el juzgado deinstrucción, la persona encargada de tomar declaracióninterroga al testigo o a la víctima sobre lo sucedido. En unaprimera parte del capítulo, se presentan los distintosprocedimientos de entrevista (estándar vs. cognitiva)existentes, a la vez que se discuten sus ventajas einconvenientes. La segunda parte del capítulo está dedicadaal análisis de las declaraciones así obtenidas: laestilometría y el análisis de la realidad de los recuerdos.El capítulo termina planteando la necesidad de entrenaradecuadamente a las personas que deban realizar losinterrogatorios así como a aquellas dedicadas a analizar lasdeclaraciones de testigos, víctimas y sospechosos.

El capítulo siguiente, de Ana Martín y Bernardo Hernández,trata sobre la atribución de responsabilidad en el contextolegal. Este capítulo parte de la idea de que el proceso penalpuede entenderse como un intento de determinar el grado deresponsabilidad, culpa y, en su caso, de castigo que ha deasignarse a una o varias personas en relación a uncomportamiento que se considera constitutivo de delito. Elpropósito que se persigue es analizar en qué medida losdesarrollos teóricos y empíricos realizados desde el campo dela teoría de la atribución permiten esclarecer los mecanismospsicosociales implicados en este tipo de juicios. Para ellose examina el conocimiento disponible sobre explicacionescausales, atribuciones de responsabilidad y juicios morales,acerca de comportamientos que causan algún tipo de daño.Asimismo se presentan resultados de investigaciones alrespecto, realizadas con profesionales de la administraciónde justicia y con personas vinculadas al sistema penal, yasea como delincuentes o como posibles víctimas.

Dada la importancia del tópico, al tema del jurado se le handedicado tres capítulos. El primero de ellos, de Ana M'

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Martín, analiza los procesos de influencia social másrelevantes en el ámbito del jurado, centrándose en aquellascaracterísticas diferenciales de los dos tipos de jurado másimportantes: el jurado puro y el jurado de escabinos.Partiendo del hecho de que el jurado es un grupo humanoinmerso en un proceso de toma de decisión, se plantea cómolas características tanto del grupo como de la tarea a la quese enfrenta, influyen en su dinámica y en la resolución a laque llega. Con este objetivo se describen los principalesfactores que mediatizan los procesos de persuasión,conformidad e innovación que se dan durante la fase dedeliberación del jurado, haciendo especial hincapié en lasdiferencias existentes entre el sistema anglosajón y el deescabinos, v en las implicaciones psicosociales que talesdiferencias tienen.

El proceso de deliberación del jurado es analizado en elcapítulo elaborado por Pilar de Paúl. Por una parte seanaliza la influencia de los principales factoresestructurales (número de miembros, regla de decisión,posiciones ocupadas en la mesa de deliberación y la funciónde portavoz) en la discusión grupal. Por otra, se revisan losestudios sobre el proceso de deliberación, especialmenteaquellos que han analizado el nivel de participación, elcontenido de la deliberación, los fenómenos de influenciadurante la dinámica grupal y los estilos de deliberación. Alo largo del capítulo se tienen en cuenta las implicacionesque este análisis tendría de cara a la determinación de lascaracterísticas del futuro Jurado español.

El tercero de los capítulos sobre el jurado, de Ramón Arce yFrancisca Fariña, se centra en la capacitación psicológica,la selección. y la representatividad. De siempre se ha puestoen duda la capacitación de los legos para administrarjusticia. Por ello, se inicia este capítulo con una reflexiónsobre los estudios con una vertiente más psicológica. Así, sepasa revista a las estimaciones subjetivas de los principioslegales por parte de los legos y se compara su ejecución, enrelación al grado de acuerdo-disparidad, con expertos. Las

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conclusiones no ponen de manifiesto que los legos sediferencien significativamente de los técnicos en susdecisiones legales. Posteriormente, en este capítulo seanaliza el «modus operandi» en la selección de jurados en lasdiversas legislaciones, reflexionando sobre su validez a laluz de resultados obtenidos por los autores, que proponen unnuevo método de selección que subsane posibles deficienciasen la ejecución de un jurado motivadas por la homogeneidad desus miembros.

El siguiente de los capítulos, de Pilar de Paúl, trasanalizar el proceso de socialización de los profesionales delDerecho, se centra en los factores psicosociales que influyenen la conducta de dos de los principales protagonistas delsistema de Administración de Justicia: el juez y losabogados. Se aborda la toma de decisión judicial en lo que serefiere a la determinación de la fianza y el establecimientode la sentencia, analizándose esta última desde el paradigmade la discrecionalidad y de la disparidad. En lo que serefiere a los abogados, se analizan los procesos denegociación y la fase de preparación del juicio, prestandoespecial atención a la selección de los miembros del jurado ya los testimonios. Por último se ofrece una visión de laconducta del abogado en la sala de justicia desde laperspectiva de la comunicación persuasiva.

En el último capítulo del área judicial, Antonio Coy abordael tema de la mediación en el contexto de la separación y eldivorcio. Partiendo de una serie de definiciones de lamediación, se analizan los problemas que plantean, en dife-rentes órdenes, las separaciones y divorcios contenciosostratando de poner de manifiesto no sólo los tipos deconflictos sino también las técnicas y metodología que puedenayudar a resolverlos, haciendo especial hincapié en lastécnicas de negociación. A partir de ahí se expone el procesopropiamente dicho, tal como lo ven los autores mássignificativos, para poder llegar a la elaboración de undocumento que recoja los diferentes acuerdos que regularán

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las relaciones de los ex-cónyuges, así como las de éstos conlos hijos comunes.

Comienza la cuarta área, Psicología Penitenciaria, con uncapítulo de Miguel Clemente sobre los marcos explicativos delproblema social del delito. Se trata de plantear las formasde explicar, la conducta delictiva, comenzando por la másclásica, la patología social, encabezada porLombroso, hastala más actual, la organizacional, centrada en la definiciónantes expuesta de Psicología jurídica.

El siguiente capítulo, de Manuel Rico, se propone esclarecerlo que podríamos denominar el esquema. legal de laintervención penitenciaria. Para ello se parte de ladefinición de tratamiento recogida en la Ley Orgánica GeneralPenitenciaria y se abordan con este presupuesto las críticastanto a la legitimidad como a la viabilidad del tratamiento.Se repasan posteriormente los elementos que, a nuestrojuicio, componen el esquema de la intervención penitenciariaresocializadora en España y que estas comprendidos en lostextos legales penitenciarios. El tratamiento penitenciarioestá basado en una serie de principios y elementos queconfiguran su peculiaridad. Los elementos más característicosdel sistema recogidos legalmente son la individualizacióncientífica, la observación, el examen de la personalidad, laclasificación en grados y la voluntariedad del tratamientopara los penados. Estos elementos no son los únicos denuestro sistema penitenciario, aunque tal vez sí sean los quele confieren su mayor peculiaridad. Al hilo de elloexpondremos lo que legalmente se dispone y lo que realmentedisponemos, partiendo del supuesto de que para llevar a cabolos objetivos legales hacen falta medios humanos, materialesy financieros. Se pretende con ello rastrear la existencia yla realidad del tratamiento penitenciario.

El siguiente de los capítulos, de Enrique Arnanz, trata sobrela intervención educativa en el medio penitenciario. En éluna pregunta clave: hasta qué punto la cárcel puede ser unespacio educativo. Dado que una de las labores que debería

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plantearla prisión es la rehabilitación y la reinserción deldelincuente, el análisis crítico de tal espacio es unacondición necesaria para plantearse cualquier intervención.

Las evaluaciones e intervenciones concretas las planteaSantiago Redondo a continuación. En ese capítulo se pasarevista a los más recientes avances operados en materia deevaluación y tratamiento psicológicos en las prisiones.

Desde una perspectiva evaluativa, han sido objeto de atenciónde los psicólogos tanto ciertos factores individuales de losencarcelados -su inteligencia, su personalidad y susaptitudes laborales- como de la interacción individuos/instituciones carcelarias -el efecto prisionización, el climasocial percibido, la reincidencia en el delito, etc.-. Desdela perspectiva del tratamiento de los encarcelados, lastécnicas psicológicas más utilizadas fueron, conanterioridad, algunas estrategias no conductuales, como lapsicoterapia individual o grupal; más recientemente, hanpredominado las aplicaciones basadas en modelos conductualesy cognitivo-conductuales. El objeto de la intervenciónpsicológica ha ido evolucionando desde los propiosencarcelados hacia las intervenciones de carácter másambiental, con el propósito de mejorar la comunidadcarcelaria como un todo, como condición previa para influirsobre los propios internos. Desde este planteamiento hanactuado las comunidades terapéuticas y los programasambientales de contingencias. Por último, la Psicología haacometido la tarea de revisar amplios conjuntos de programasde tratamiento de la delincuencia con tal de ponderar cuálesson los factores de las propias técnicas de tratamiento queinfluyen de modo más decisivo sobre la efectividad.

*********Un aspecto más concreto se plantea Susana Díaz acontinuación, abordando la variable de la creencia en labenevolencia humana y la conducta racional. Frente aprogramas que actúan para evitar lo negativo, este enfoque

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trata de generar conductas positivas en los internos, comoson las citadas.************

********No hemos de olvidar que la prisión es unaorganización, y como tal la podemos estudiar también lospsicólogos. Miguel Clemente, en el siguiente capítulo, seocupa precisamente de los trabajadores de las prisiones, enun intento de recuperar al gran olvidado de los estudiospenitenciarios.*******

Por último, para cerrar este área, Amanda Diéguez se ocupa deun tema asociado a la prisión: la droga. El capítulo comienzacon una descripción acerca de la relación existente entredrogas y criminalidad, intentando diferenciar entre lacriminalidad engendrada por causa de las drogas y lacriminalidad como efecto indirecto de las mismas. Acontinuación, se evaluará el control de la oferta en nuestropaís en los últimos años así como un análisis de las dife-rentes vías de introducción existentes para pasar a analizarlas medidas legislativas vigentes en la materia. Pero ante elprofundo fracaso de las medidas represivas y rehabilitadorasante el problema de las toxicomanías, se dedicará una partedel capítulo al tema de la prevención en sus diferentesniveles de actuación y actividades a llevar a cabo, paraterminar con un brevísimo glosario de términos utilizados nosólo por el delincuente sino por aquellas personas que estánmás o menos relacionadas con el ámbito de la marginación.

El último gran bloque aborda la cuestión de los agentes einstituciones vinculadas a la prevención del delito, y constade tres capítulos. El primero, de Víctor Sancha, trata eltema del menor, y en concreto de las medidas alternativas alinternamiento, cuestión fundamental desde el desarrollo de laley, planteando tanto las cuestiones jurídicas comopsicológicas. El hecho de centrarse en el análisis deprogramas europeos provee a este capítulo de un especialvalor.

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Ramón Arce y Francisca Fariña abordan a continuación elproblema de la victimización desde una perspectivapsicosocial. En primer lugar, se interesan por definir lanaturaleza diferencial, en interacción con la causa de lavictimización, de las consecuencias psicológicas de lavictimización, encontrando un alto porcentaje de personas quepresentan consecuencias que necesitan tratamiento. Pasan,posteriormente, revisión a la comparación entre las víctimasoficiales y las ocultas, que no presentan denuncia, llegandoa la conclusión de que debemos emprender una búsqueda de lavíctima. Se detienen también en el diseño de programas deprevención y reconciliación. En su empeño por reclamar elstatus de la víctima, presentan varias opciones paraidentificar la víctima falsa en los informes periciales. Yterminan con una reflexión sobre las perspectivas de futuro,a nivel legal, de la víctima, y las recomendaciones queformularíamos a nivel psicológico.

El libro se cierra con un capítulo de Enrique Arnanz sobrelas Organizaciones sociales y las demandas comunitarias,dando así un aire comunitario v de intervención de calle a laPsicología Jurídica, y por lo tanto, de prevención.

El resultado de todo esto lo tiene el lector en sus manos. Hasido una obra que ha requerido del esfuerzo y del trabajo demuchos, todos ellos profesionales de gran valía. A todosellos, y al lector, mi más sincero agradecimiento.

2 Renfrew John W. (2001) La Agresión Y Sus Causas. Ed.Trillas. México.

INTRODUCCIÓN

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Básicamente, todas las personas han resultado afectadas daalguna manera por la agresión, ya sea que hayan sido blancode ésta, que hayan participado en ella o que se hayanencargado de observarla y controlarla en otras personas. Así,la agresión les concierne a las víctimas, a los perpetradoresy a aquellos profesionales encargados de su tratamiento, yasea por su seguridad personal, su bienestar o su obligación.

La agresión causa serios problemas en varios niveles, desdeel ámbito social hasta el personal, y afecta situaciones noasociadas usualmente con la violencia extrema. Por ejemplo,en algunas escuelas, el alto índice de asaltos a los jóvenesha obligado a hacer una revisión en busca de armas a laentrada de la escuela y a extremar vigilancia policíaca enlos corredores. A los niños pequeños se les enseña aagacharse bajo los pupitres en caso de escuchar disparo. Losconsejeros son requeridos una y otra vez para ayudar a loscompañeros de clase de un niño asesinado en las calles.

En los edificios de oficinas, las secuelas de ataques porcompañeros de trabajo armados con rifles de asalto incluyenla provisión de servicios psicológicos e instrucción deautoprotección para los sobrevivientes. A los supervisores seles enseña a reconocer las señales de tensión extrema y cómomanejar situaciones peligrosas.

En los hogares, la violencia familiar dirigida a los hijos oa las esposas ha hecho que se impartan clases públicas sobrela solución de conflictos y el manejo del enojo. A lasviolaciones y robos por intrusos les sigue la compra desistemas de alarma y la formación de grupos de protecciónvecinal.Aun fuera de estos casos extremos, los individuos seinvolucran al prevenir y controlar la agresión cuando serehúsan a entrar en los parques por la noche o en otras áreasa cualquier hora, compran varios implementos o aprendentécnicas para autodefensa, y evitan interactuar con gente desubgrupos particulares de la población.

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Aunque los problemas de la agresión son relativamente obvios,la solución a esos problemas no lo es. La gente puedeprotestar contra la agresión, los medios informativos puedendescribirla y los políticos pueden legislar en contra deella. Sin embargo, la solución efectiva depende decomprenderla.

El medio más eficaz para comprender un problema es estudiarlosistemáticamente, utilizando técnicas científicas. Este textotratará el problema de la agresión por medio del análisis, delo que se ha aprendido en la investigación científica sobresus causas y posibles medios de controlarla.

En este capítulo veremos cómo se aplica el método científicoal estudio de la agresión. Identificaremos el problemageneral de la agresión y discutiremos sobre la importancia dedefinirla con precisión. Entonces nos daremos cuenta de quevarios problemas se relacionan con la definición yclasificación de la agresión. Describiremos enfoquesexperimentales y correlativos al estudio de la agresión,junto con sus ventajas y limitaciones. Básicamente, laagresión es un comportamiento afectado por múltiplesinfluencias. Para que descubramos esas influencias,necesitamos una medida apropiada de la agresión. Exploraremoslos problemas para obtener este parámetro.

LA MAGNITUD DEL PROBLEMA

Se puede encontrar una indicación de la extensión de losproblemas de agresión en los informes policíacos de actoscriminales. En Estados Unidos de América, el índice decriminalidad es alarmantemente alto. De acuerdo con losUniform Crime Reports (Informes de Uniformidad del Crimen) (FBI, 1990), en 1990 había un promedio de un crimen violento cada17 segundos. Tales crímenes incluían asesinato, violación demujeres, robo y asalto con agravante. Los índices de crímenesindividuales van desde uno cada 30 segundos en el caso delasalto hasta uno cada 22 minutos en el caso del asesinato, enuna población aproximadamente de 250 millones. Asimismo, en

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1990 los indices de tal violencia continuaban aumentando. Sehabían elevado en casi un tercio desde 1981, y en más de 20 %en cuatro años desde 1986. Incluso, los índices para 1990estaban casi 10 % por encima del año anterior.

A mediados de la década de los noventa, las estadísticas delFBI indicaban que los índices de criminalidad estaban encontinuo aumento. Aunque los aumentos anuales en índices dearresto son más bajos para la población total, los índicescontinúan elevándose hasta cerca de 9 %. Más aún, los índicesen jóvenes menores de 18 años han estado aumentandoanualmente en casi 13 %.

Debemos señalar que las estadísticas oficiales no incluyen laagresión privada no denunciada, la cual, aunque no esnecesariamente criminal, es importante para los individuosafectados. Al considerar todos estos tipos de agresión, unindividuo podría potencialmente estar involucrado en agresióncon otros miembros de la familia, como esposos, padres ehijos. Fuera de la familia, uno puede verse envuelto eninteracciones agresivas con personas conocidas o extrañas.Los: profesionales tal vez enfrenten algún tipo de agresiónderivada de su especialidad, hacia ellos mismos o hacia losdemás. Los psicólogos v los trabajadores sociales sepreocupan por la agresión de sus clientes, los médicos por laagresión de sus pacientes, el maestro por la agresión de susestudiantes y el empleado de los tribunales judiciales porlos crímenes agresivos. Aun cuando los individuos no estén encontacto directo con comportamientos agresivos, a menudopueden resultar afectados de manera indirecta. Por ejemplo,las personas que viven el] circunstancias ideales o encomunidades religiosas, aunque no estén amenazadas poragresores internos o externos, pueden estar preocupadas porlos efectos generales de la agresión sobre la estabilidad yel bienestar de su sociedad. La persistencia de la agresión ysu condición de comportamiento problemático indican que esmás fundamental entenderla y así estar en una mejor situaciónpara predecir cuándo podría ocurrir, para controlarla cuandoocurra o para prevenir que pase. Esta preocupación ha sido

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expresada formalmente por al menos dos importantesorganizaciones profesionales. La American PsychologicalSociety (Sociedad Psicológica Americana) (1992) clasificó ala violencia en Estados Unidos de América como una de lasseis área:, problemáticas principales del comportamientohumano que deben abordarse. En 1991, la American MedicalAssociation (Asociación Médica Americana) hizo deldiagnóstico y tratamiento de la violencia familiar unaprioridad principal de salud pública. Además, el número del14 de junio de 1995 de su Journal fue dedicado al problema de la violencia interpersonal.

DEFINICIÓN DE LA AGRESIÓN

Antes de entender algo, ya sea la agresión o cualquier otrotema, para nosotros es esencial definirlo. Una definición esun requisito previo para una comunicación eficiente. Loslectores que creen que esto es obvio deberán revisar suspropias suposiciones respecto a la definición de agresión. Enel salón de clases se puede hacer una encuesta sobre talessuposiciones si se pide a los estudiantes, el primer día declases, que definan la agresión. Es impresionante el númerode definiciones en términos de las características abarcadas.A la agresión se le considera positiva (como autoafirmación)o negativa (cuando daña a los demás). Algunos la definen comodirigida o intencional y otros como incontrolada y azarosa.Para algunos es una intención o un sentimiento, mientras queotros la ven como un comportamiento explícito. Hay ocasionesen que eventos o estados previos, como el enojo o lafrustración, son relacionados con la agresión o inclusocomparados con ella. Cuando los estudiantes mencionan losobjetos de la agresión, incluyen algunas veces a otrosindividuos, a sí mismos, a los animales y a objetosinanimados. Obviamente, existe un gran número deposibilidades para definir la agresión. Quizá esta ampliavariedad refleja simplemente la falta de conocimiento de losestudiantes sobre este tópico. En cierto sentido esto esverdad, pero por desgracia dicha variabilidad no se confinasólo a los neófitos; no existe una definición clara de la

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agresión que sea comúnmente aceptada por los profesionales enesta área. Una revisión de la bibliografía revela que algunosautores ni siquiera se molestan en definir este término.Otros toman en consideración alguna definición, peroencuentran imposible esta tarea. Por ejemplo, Johnson (1972)concluyó (quizá sabiamente), en sus primeros textos sobre eltema, que la agresión era demasiado compleja para definirla,dados los muchos tipos de comportamiento agresivo y lacomplejidad de sus causas. Capítulos enteros han sidodedicados al problema de definir la agresión, con diversosresultados referentes a su especificidad (Brian y Benton,1981b; Siann, 1985).

Parte del problema para definir la agresión puede estarrelacionado con la diversidad de las profesiones involucradasen su estudio. Éstas incluyen antropólogos, biólogos,criminalistas, psicólogos, sociólogos y trabajadoressociales. Cada área se preocupa de su perspectiva particular,que en realidad abarca sólo una pequeña parte del campo totalde la agresión, y estas áreas se subdividen aún más. Porejemplo entre los psicólogos del comportamiento estáninvolucrados los biopsicólogos, los clínicos y los psicólogossociales. Dentro de estas áreas, afrontamos de nuevo losproblemas de llegar a una definición común. Consideremos lareunión del Advanced Study Institute en the Biology ofAggression (Instituto de Estudios Avanzados sobre la Biologíade la Agresión) de la OTAN, llevada a cabo en 1980. A dichosencuentros asistió un selecto grupo de investigadores líderesde los países de la OTAN y han sido muy útiles al facilitarla comunicación de sus recientes descubrimientos. Elencuentro mencionado no fue una excepción como puedeapreciarse en la publicación de ponencias publicadas (Brian yBenton, 1981a). Sin embargo, la inédita intención de losasistentes para llegar a una definición mutuamente aceptablede la agresión fue un fracaso. Sencillamente había tantosaspectos de la agresión y tantas orientaciones en conflictoacerca de las relevantes maneras de estudiarla que fueimposible llegar a una definición en la que todos pudierancoincidir.

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A pesar de esta falla universal para lograr una definicióncomún de la agresión, resulta fundamental que tengamos unpunto desde el cual empezar. Como no ha sido posibleestablecer una definición en forma concluyente, a menudo sepropone una en términos provisionales o "de trabajo". Portanto, como punto de partida y para poder ilustrar másadelante las dificultades para definir la agresión y laimportancia de hacerlo, proponemos la siguiente definición detrabajo de la agresión: La agresión es un comportamiento que es dirigido por un organismo hacia un blanco que resulta con algún daño.

Nótese que la agresión se clasifica como un comportamiento . Un comportamiento es una pieza de información objetiva : puede ser observada por los demás y con una definición apropiada,dos o más observadores pueden estar de acuerdo en si ocurrióo no. Al restringir la agresión a comportamientosobservables, se excluyen las condiciones internas, comosentimientos, actitudes o pensamientos agresivos. No estamossugiriendo que no existan o que no sean importantes aldeterminar si ocurren actos agresivos. Sin embargo, puestoque son internas, son subjetivas : la cuestión de su existencia se determina mediante interpretaciones yprejuicios personales de los individuos, así que no puedenmedirse en forma objetiva. Sin dichas posibilidades demedición, nos resulta difícil avanzar en la determinación desus causas. Por consiguiente, preferimos restringir lasconsideraciones a un número limitado de eventos que puedenverificarse, en lugar de tratar de incluir todas lascondiciones agresivas potenciales y aumentar la probabilidadde errar al establecer sus determinantes.

Adviértase también que en la definición de la agresión,deliberadamente nos hemos referido a ésta como dirigida. Estoes para diferenciar comportamientos agresivos de otros quepueden causar daño, pero que no tienen la intención dehacerlo. Estos comportamientos se clasifican en general como"accidentes". No siempre resulta sencillo determinar laintención, y esto podría implicar procesos subjetivos

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internos, como aquellos excluidos en nuestra definición deagresión. Sin embargo, en muchos casos podemos determinar ladirección si observamos los eventos que rodean alcomportamiento o si realizamos repetidas observaciones. Enuna situación rural, por ejemplo, consideremos que alguienque conduce una camioneta vieja arrolla el buzón de suvecino. Si el incidente ocurre justamente después de unaltercado entre ambos vecinos, tal vez constituya un actoagresivo. Si el acto se repite (y no se presentancircunstancias atenuantes, como pisos resbalosos, ni hayotros factores básicos, como enfermedad o alcohol), de nuevopodría considerarse como dirigido. Aunque no siempre sedetermina con facilidad su dirección, es importanteestablecerla. Su relevancia se reconoce en los procedimientoslegales, par ejemplo, cuando se determina si una personacausó la muerte de otra y en qué grado.

Nuestra definición de la agresión incluye los términosorganismo y blanco. Estos son términos intencionalmenteamplios que se han escogido para abarcar diversas situacionesagresivas. Organismo se refiere tanto a los humanos como alos animales no humanos que se han estudiado para determinarlas causas de la agresión. Más adelante, vamos a explicar conmás detalles el lugar del modelo animal en el estudio de laagresión. Blanco puede significar otro individuo de la mismaespecie, como cuando una persona golpea a otra. Esta esprobablemente nuestra preocupación más común en el estudio dela agresión. Sin embargo, la agresión puede también serdirigida hacia sí mismo, como en el suicidio o en otroscomportamientos autodestructivos. La agresión también ocurreentre especies, como cuando un perro muerde a un hombre (oviceversa). Por último, la agresión puede ser dirigida contraun objeto inanimado, como cuando un soldado o un terroristavuela la casa vacía de un adversario o, simplemente, cuandouna persona se levanta de su cama en la oscuridad, se golpeaun dedo del pie contra un mueble y patea el mobiliario.

La inclusión del término daño en la definición de la agresiónindica cierto efecto negativo en el blanco. Esto excluiría

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intentos fracasados, como una bala que no da en su blanco,puesto que tendría que determinarse si fue dirigida. En talescasos, por desgracia, también es posible obtener evidencia apartir de la repetición del acto. También quedarían excluidoslos actos que no tienen un efecto final negativo, aunqueprovoquen alguna destrucción o incomodidad. El trabajo de uncirujano o de un dentista puede caer dentro de estacategoría, ya que estos individuos pueden cortar tejidossanos con el fin de tratar una enfermedad. Aunque algunosinvestigadores en el amplio campo de la agresión podríansugerir que supuestos impulsos agresivos internos desempeñanuna función en la elección de la carrera profesional de,digamos, un cirujano, este planteamiento supone factoressubjetivos que dejaremos de lado en nuestro presente enfoque.Otro problema potencial con el uso del término daño es queéste no siempre se apreciará con facilidad, como el cambiomínimo en el mobiliario pateado por la persona del ejemploanterior. Sin embargo, a pesar de sus limitaciones, lainclusión de este término es útil en el estudio de laagresión.

Los lectores quizá ya estén pensando en algunasinconsistencias en nuestra definición de trabajo. Porejemplo, ¿el podar un prado es un acto agresivo?Probablemente no, puesto que el resultado final no es daño -el pasto vuelve a crecer-. No obstante, si alguien pasaravarias veces sobre un prado y lo dañara, esto seríaconsiderado agresivo. Otros comportamientos destructivos,como cosechar trigo o comer alimento, son todavía másdifíciles de resolver a partir de nuestra definición, aunquemás tarde exploraremos la relación entre comer y agresión.Sin tener en cuenta sus debilidades consecuentes, nuestradefinición es útil como orientación en la investigación y enel análisis de la agresión. Como lo hemos aseverado, es unadefinición de trabajo y está sujeta a modificaciones. Enrealidad, ha sido modificada varias veces desde que aparecióimpresa por primera vez (Renfrew, 1979) y seguramente seráalterada en el futuro.

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Algunos problemas surgen al determinar si la agresión ocurrecuando se involucran individuos o grupos con diferentesantecedentes personales o culturales. Consideremossituaciones tales como cuando los niños juegan a ser el "reyde la colina", jalando y empujando a otros fuera de una pilade nieve o lodo. ¿Es éste un comportamiento agresivo? ¿Qué medicen de una padre que le da una paliza a su hijo? ¿Qué deuna persona que le indica a otra que un tercero esincompetente? La decisión de si ocurre la agresión en cadacaso, diferirá si no usamos una definición común y precisa deagresión. En el primer ejemplo, la queja de un padre ante unadministrador de la escuela acerca de la agresión en el patiopuede dejar perplejo al administrador. Lo que para uno fueagresión, para el otro fue meramente un juego. Con unadefinición común de agresión, como la que proponemos,podríamos determinar si los comportamientos son dirigidoshacia algún blanco y provocan algún daño, y sobre esta basedecidir si está involucrada o no una agresión. Entoncespodríamos decidir si es aceptable o no la agresión en elpatio de la escuela. Podríamos tomar un enfoque similar conactividades deportivas, como el fútbol, y aplicar nuestradefinición de agresión a los Comportamientos involucrados. Enambos casos, probablemente determinaríamos que hubo agresión.Sin embargo, no podríamos estar de acuerdo tan fácilmente enla aceptación de dicha agresión.

También nos enfrentaremos a desacuerdos si consideramos laagresividad del segundo ejemplo, que involucra una paliza. Unindividuo tal vez no vea ningún elemento de agresión en darnalgadas a un hijo. Un segundo individuo podría clasificar deinmediato la paliza como agresiva. Un tercero podría señalarque, aunque aparentemente se causa daño, el caso es paraleloa las acciones de un cirujano o de un dentista; es decir, elacto se lleva a cabo en beneficio del niño. En este caso, auncuando los dos últimos individuos hubieran utilizado nuestradefinición de trabajo, no habrían podido resolver lacuestión. Ambos juzgaron el comportamiento como dirigido v(lile infligía daño, pero aun así, siguieron en desacuerdo

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sobre su pertinencia. Sin embargo, nuestra definición aclarócuando menos lo que estaba involucrado.

El último ejemplo, donde una persona cuestiona la competenciade otra, involucra una crítica verbal y presenta más de unproblema. Las diferencias culturales parecen determinar cómoetiquetamos un comportamiento verbal. Además, la cuestión dedaño por un comportamiento verbal no está clara. Respecto alas diferencias culturales, el acto de hablar mal (¿o confranqueza?) acerca de un individuo ausente es consideradonormal por alguna gente y agresivo por otra. Aun cuandoeliminemos esta disparidad, permanece, sin embargo, lacuestión de daño infligido por un comportamiento verbal.¿Existe aquí un daño a la reputación de otro y, si es así,constituye esto una agresión? Aunque un comentario se hagadirectamente al individuo, ¿lo consideraríamos agresión? Sila persona se ofende, ¿determinarnos que este dañopsicológico sea una agresión? ¿Qué pasa si el individuo no seofende? Por otro lado, ¿la intención de hacer daño del que lodice constituye una agresión? Resulta evidente que inclusocon una definición relativamente precisa, la situación aún noes clara. Debido a los problemas involucrados concomportamientos verbales y daño psicológico, en este textohemos minimizado la inclusión de información basada en estasáreas. No obstante, debemos señalar también que la referenciaa una definición como la nuestra al menos proporciona unpunto de partida para considerar si la agresión estáinvolucrada en tales casos.

Otro factor relacionado con la definición de agresión es lajustificación de ciertos comportamientos implícita en laomisión del término. Así, el padre que golpea a su hijopuede, sin importar el asunto de hacer daño, no consideraragresivo su comportamiento porque lo considera normal, partede una disciplina paterna aceptable, necesaria para criarbien a un hijo. En forma similar, los políticos se muestranreacios a etiquetar como agresivas las acciones bélicas de supaís contra otro, aunque los políticos del país atacado, porsupuesto, en seguida las determinan como agresivas. Pocas

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veces nuestra propia milicia "agrede"; lo que hace es llevara cabo "golpes preventivos", una "acción de vigilancia" oacudir en ayuda de otro país para defenderlo de sus enemigos.Un ejemplo interesante de esto es el cambio de nombre,después de la Segunda Guerra Mundial, del Departamento deGuerra de Estados Unidos de América por Departamento de laDefensa. Una estratagema semántica similar se usa para tratarde justificar los comportamientos agresivos de losindividuos. Alguien que le dispara a otro puede sercalificado como "vigilante", alguien que de alguna maneraayuda a mantener la ley y el orden al mismo tiempo quequebranta la ley. También se echa mano de la defensa propiapara exonerar a los individuos de la responsabilidad de susactos agresivos. En los casos descritos aquí, el términoagresión, por considerarse habitualmente como peyorativo,empuja a realizar esfuerzos para reclasificar loscomportamientos. Sin embargo, todas estas situaciones (conquizá un caso discutible en el ejemplo de la disciplina) caenbajo la definición de agresión. Quizá sería más fructíferopara nosotros primero establecer que se cometió agresión ydespués justificar los comportamientos. No toda agresión esnecesariamente mala; alguna, como en la defensa propia, puedeser absolutamente necesaria y adaptable. La agresión comienzaa ser alarmante cuando se comete más allá de esa necesidad ocuando remplaza un comportamiento alternativo no agresivo. Eneste texto nos enfocaremos sobre estos casos.

CLASIFICACIÓN DE LA AGRESIÓN

La agresión se comete bajo varias condiciones y toma diversasformas. Por esta razón, algunos investigadores han propuestovarias clases de agresión y han intentado describir loscomportamientos específicos involucrados en cada una, asícomo delinear las variables que controlan cada clase. Si bienestos esfuerzos han sido fructíferos, también han ocasionadociertos intercambios verbales (¿agresivos?) entre losinvestigadores cuando el esquema de clasificación de uno nofue aceptado por el otro y cada uno, él o ella, defendíavigorosamente su posición. Además, las etiquetas aplicadas a

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los tipos de agresión algunas veces tienen significadosexcedentes, sutilezas demás que no están basadas eninformación científica, sino que son interpretaciones de lostérminos. Como lo vimos en el ejemplo dado anteriormente, loscomportamientos asociados con el término defensivo estánsujetos a diferentes interpretaciones. En lugar de meternosen discusiones a veces irracionales sobre las etiquetas,concentré monos en la medición de los estímulos específicos yen los patrones de respuesta involucrados en la agresión. Unaclasificación más antigua de la agresión es muy útil, ya quese le cita aun de manera relativamente frecuente y sirve comopunto de comparación para otros trabajos. En 1968, Moyerpropuso siete clases de agresión, diferenciándolas por susbases fisiológicas y los estímulos que las producen. Eltrabajo de Moyer se basó ante todo en información de animalesno humanos, pero es visto por él v otros como útil paraayudar a entender las bases de la agresión humana. Puesto quemás adelante nos referiremos a algunas de estas categoríasconforme estudiemos las diferentes causas de la agresión,aquí las enumeraremos y discutiremos brevemente.

Agresión predatoria. Se clasifica como predatorio elcomportamiento de ataque dirigido por un animal en contra deuna presa natural. A veces se refiere este comportamientocomo "entre especies", aunque se cometen otros tipos deagresión entre las especies animales. El estímulo que provocaesta agresión es una presa, preferiblemente en movimiento,como objetivo. Para que se cometa este comportamiento no senecesita una condición específica, en contraste con otrostipos de agresión (por ejemplo, la agresión maternal, quediscutiremos más adelante). Si bien el comportamientopredatorio se inscribe en nuestra definición de trabajo deagresión, algunos investigadores lo desechan por sermeramente una respuesta para conseguir alimento, sin loscomponentes emocionales fuertes de otros comportamientosagresivos.

Agresión entre machos. Este tipo de agresión se comete entreindividuos de la misma especie cuando no se ha establecido

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una jerarquía de dominación entre los machos de un grupo, loque provee el estímulo necesario. Moyer indicaba que entrelas hembras tal pelea se observa relativamente muy poco. Dela misma manera que en la agresión predatoria, no esnecesario un entorno específico para que se produzca estetipo de agresión.

Agresión por miedo. Se produce cuando un organismo estáatrapado por otro organismo amenazante y no puede escapar deél. Siempre va precedida de intentos por escapar.

Agresión por irritación. Esta agresión se clasifica algunasveces como "enojo", "ira" o agresión "afectiva", y esprovocada por un amplio rango de objetos vivos o inanimados.Según Moyer, la preceden varios enervantes, como frustración,dolor, privación de alimento, fatiga y falta de sueño.

Agresión maternal. Se refiere a la agresión que comete unamadre ante el estímulo de una amenaza para su crío, lo cualsignifica que es indispensable esta circunstancia ambientalespecífica para que se produzca.

Agresión sexual. Se produce por los mismos estímulos quecausan las respuestas sexuales. Así como en la agresión entremachos, se pensó que esta clase de agresión se producíaprimordial, pero no exclusivamente, en los machos. Fue unaidea tardía de Moyer, quien la clasificó como un tipo deagresión "probable" y la estudió más tarde en forma másrigurosa (v. gr. Moyer, 1976).

El séptimo tipo de agresión de Moyer era defensa territorial,la cual ocurre en una especie o entre especies distintas antela invasión del territorio demarcado como propio por unorganismo externo. Sin embargo, Moyer concluyó más tarde(1976) que esta agresión no tenía por sí misma una basefisiológica, que no estaba bien basada en informaciónobjetiva y que estaba muy mal definida para ser de utilidad.Además, lo que unos categorizan como agresión territorial amenudo involucra una de las otras clasificaciones que ya

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hemos mencionado. Moyer también consideró la agresióninstrumental, que existe sólo porque ha sido reforzada porsus propias consecuencias (esto, en principio, nocontemplaría los efectos que el éxito tiene en los tipos deagresión aquí discutidos). Puesto que se veía que éstatampoco tenía por sí misma una base fisiológica, Moyer no latrató a fondo. Se puede hablar de agresión instrumentalcuando el comportamiento es reforzado por el éxito y portanto aumenta. Así como la agresión predatoria, puede que notenga componentes emocionales fuertes. A pesar de todo, es untipo de agresión muy importante.

EL MODELO ANIMAL EN LA INVESTIGACIÓN SOBRE AGRESIÓN

Los tipos de agresión definidos por Moyer se derivaronprimordialmente de la investigación con animales inferiores.Una pregunta que a menudo surge en tales casos es si lainformación así recopilada de los estudios con animales nohumanos resulta relevante para nuestra comprensión delcomportamiento humano. ¿Son nuestros mecanismos de agresiónlos mismos? ¿Son equivalentes nuestros factores de control dela agresión? A pesar de la diferencia entre los animalesinferiores y los humanos, mucha gente que investiga laagresión está de acuerdo en que los mecanismos y los factoresde control son muy parecidos, de manera que mucha informaciónderivada del estudio de los organismos inferiores puedeaplicarse a los humanos. Estas aplicaciones ya han ocurrido.Por ejemplo, estudios genéticos con ratones han indicado cómopuede aumentarse la agresión en los humanos al disminuir lasensibilidad a una sustancia química cerebral; estudioscerebrales con ratas nos han llevado al descubrimiento de lossistemas que funcionan mal en la esquizofrenia; y estudioscon drogas en monos han demostrado cómo se producen lospatrones de comportamiento adictivo. Nos referiremos en formadetallada a éstos v muchos otros estudios de entre los que sehan realizado con animales inferiores cuyos resultados se hanusado para comprender la agresión humana. Entonces seremoscapaces de ver cómo el modelo animal para el estudio de la

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agresión ha sido invaluable, justo como lo ha sido para lamedicina y varias áreas de la psicología.

Las premisas para usar modelos animales derivan en granmedid" de los descubrimientos que sustentan la teoría de laevolución de Darwin (1859). La extensa investigación hademostrado que los humanos y los animales inferiores tienenorígenes comunes y comparten muchas características, porejemplo, en la estructura y funciones cerebrales y en losmecanismos bioquímicos que afectan la agresión. Determinadaparte del cerebro, ya sea de ratas, gatos, monos o humanos,tiene ciertas conexiones con otras partes, abarca sistemasquímicos cerebrales especiales y ayuda a aumentar o disminuirla agresión del mismo modo. El estudio de un grupo deanimales puede ayudar muy bien a comprender las funciones decualquier otro.

A pesar de las apreciables contribuciones hechas a través detrabajos con animales sobre la agresión, han surgidoobjeciones a dicho trabajo basadas en consideraciones éticasy religiosas. La gente que se preocupa por los "derechos" delos animales se queja de que los investigadores estánabusando de tales derechos al emplear animales como sujetos,y exigen un alto a la investigación con animales. Su posiciónes que ningún beneficio para los humanos justifica el privara los animales de sus derechos. Estos inconformes a menudoapoyan su postura con argumentos de que la investigación conanimales no ha resultado en beneficios generales para loshumanos. Contrario a las polémicas que han aparecidorecientemente en Estados Unido.,; de América y en algunosotros países donde se lleva a cabo investigación conanimales, los investigadores que emplean animales no sonmasoquistas que gozan con realizar infructuosos o repetidosexperimentos, ni son individuos codiciosos que realizan unainvestigación para obtener subvenciones adicionales défondos. Continúan el trabajo con animales porque han avanzadocon éxito hacia un mejor conocimiento de las agresioneshumanas.

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Respecto a las objeciones religiosas en la investigación, losfundamentalistas cristianos han sido muy enérgicos enprocurar que sus creencias creacionistas no sean sustituidaspor la abrumadora evidencia científica que apoya la teoría deDarwin. Aceptar el punto de vista de los creacionistassignificaría rechazar la existencia de un eslabón común entrelos humanos y los animales y por implicación, no habría razónpara estudiar a los animales para entender a los humanos. Elrechazo de la teoría de la evolución por el público engeneral tendría por resultado una presión a rechazar el apoyogubernamental para la investigación con animales, así comouna resistencia a la aplicación de cualquier resultado paraayudar a comprender la agresión. Sería en detrimento para elprogreso del estudio de la agresión si la aceptación dedichas creencias ocasionara el abandono del trabajo conanimales inferiores.

EL ENFOQUE EXPERIMENTAL

Al igual que cualquier otro modelo, el modelo animal para elestudio de la agresión tiene tanto beneficios comolimitaciones. Algunos beneficios resultan claros alconsiderar el enfoque experimental común en el estudio de laagresión. Este enfoque implica la manipulación de factorescausales y la medición de sus efectos. Aquí, la agresión seve como un efecto o variable dependiente (VD) que es afectadopor diversas causas o variables independientes (VI). Larelación se expresa simplemente en la siguiente fórmula:

VD (agresión) = f(Vls: a, b, c, . . . , x, y, Z)

Esto nos dice que la variable dependiente (agresión) escausada por --es función de (f )- un gran número de variablesindependientes. Éstas podrían incluir las siguientes:variables biológicas, como función cerebral, mecanismosgenéticos, tipos y niveles hormonales; variables ambientales,como experiencias pasadas, reforzamiento y castigo; yvariables sociales, como condiciones de vida.

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Para que determinemos la existencia y las contribucionesrelativas de las variables independientes que afectan laagresión, usamos el enfoque experimental para manipular unamientras mantenemos constantes las otras por medio deprocedimientos de control. Así, se observa que cualquiercambio en la variable dependiente (agresión) es producido poruna manipulación de la variable independiente. En loshumanos, la manipulación y el control de las variablesindependientes es muy difícil, si no imposible. Considéresela variedad existente de factores genéticos o experienciaspasadas y aun experiencias presentes. Si tratamos de estudiarel efecto de cierta droga en el comportamiento agresivohumano, ¿cómo podríamos estar seguros de que cualesquieraefectos son causados por la droga que se está manipulando yno por algún cambio no controlado o no medido en otravariable? Si bien los problemas para controlar variablesindependientes pueden abordarse a través de pruebas clínicas(de drogas o de cualquier otra variable independiente), lasinvestigaciones preliminares se realizan mejor en condicionesdonde es posible un mayor control. Al emplear animales queprovienen de una línea de descendencia criada especialmentepara trabajo de laboratorio, podemos controlar variablestales como mecanismos genéticos, así como también variableshistóricas, como experiencias de crianza, dietas y exposicióna patógenos, y variables presentes, como condiciones devivienda, interacciones agresivas y experiencias en laenseñanza. Una vez más, así como en el caso de los humanos,es imposible controlar todas las variables. De hecho, algunasveces variables nuevas e impredecibles afectan los resultadosen un estudio cuando tratarnos de determinar la influenciaespecífica de una variable conocida. Sin embargo, el uso dela técnica experimental con animales permite unadeterminación más fácil y exacta. del papel de las variablesindependientes.

Los resultados del trabajo experimental con animales han sidoextremadamente valiosos para determinar cómo diversasvariable independientes afectan la agresión. No obstante, haylímites en la utilidad de dicha información. En un escenario

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fuera de laboratorio, pueden intervenir muchas variables paraproducir un episodio agresivo. Por tanto, es necesario queexploremos los efectos de manipular múltiples variables ydeterminemos si los resultados en el escenario restringido deun laboratorio se pueden extrapolar a uno más natural. Dehecho, el escenario natural es típicamente el punto (lepartida para los etólogos o estudiosos del comportamientoanimal, quienes conducen sus estudios en campo o cuando menosen un escenario de laboratorio diseñado para incluir muchasde las variables de un escenario natural, como hacer que losanimales se establezcan y vivan en una colonia grande en vezde tenerlos enjaula; individuales.

Por supuesto, debemos establecer qué tanto se puedengeneralizar los resultados obtenidos con animales a los sereshumanos. Aunque el público en general, lo mismo que muchospolíticos v administradores públicos, a menudo siente que nose está dando seguimiento a esta tarea o que no se estácumpliendo en forma expedita, casi todos los investigadoresde laboratorio reconocen la necesidad de probar laposibilidad de generalización de sus descubrimientos (lelaboratorios. Por varias razones, como la imposibilidad dehacer pruebas con humanos o la falta de financiamiento,pudiera darse el caso de que no les fuera posible darseguimiento a las pruebas ellos mismos, aunque ciertamenteles gustaría hacerlo. Más adelante veremos cómo el trabajo delaboratorio ha sido aplicado en problemas prácticos deagresión humana.

EL ENFOQUE CORRELATIVO

Un segundo enfoque importante para el estudio de la agresiónes determinar cómo varía la agresión en relación con unasegunda o incluso una tercera variable dependiente. En talesestudios de correlaciones podemos expresar la función comosigue:

VD 1 = f(VD2)

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Aquí VD I es agresión y VD2 es la otra variable. Losresultados de la medición de la correlación se expresan comoun número positivo inferior a 1 o como un número negativo. Elvalor numérico indica qué tan relacionadas están las dosvariables. Una correlación positiva alta podría significarque las dos variables dependientes están influenciadas muchomás por las mismas variables independientes, mientras que unacorrelación negativa alta puede significar que algunasvariables independientes afectan cada variable dependiente endirecciones opuestas. Las correlaciones pueden resultarvaliosas al determinar si las variables independientescomunes están operando y qué tanto, y pueden ayudar apredecir si es factible que se produzca la agresión, si hemosdeterminado el valor de la segunda variable dependiente.

Tomemos como ejemplo de aplicación del enfoque correlativolos intentos por entender la relación entre ver espectáculosviolentos por televisión y ser agresivo. Más adelante nosocuparemos con detalle de estos intentos, así que ahora nolos consideraremos extensivamente. Sin embargo, debemossubrayar una importante característica de éstos y en esenciade todos los estudios correlativos. Estos estudios miden dosvariables dependientes, cada una afectada por sus propiasvariables independientes. Las correlaciones establecen laintensidad con que las dos variables se producen en el mismoindividuo, no cómo una de las variables afecta a la otra. Enotras palabras, correlación no es equivalente a causalidad.Aun cuando se encuentre una correlación relativamente alta(significativa) entre ver violencia por la televisión y seragresivo, esto no demuestra que ver violencia origine laagresividad del individuo. No obstante, tampoco demuestra quever violencia por televisión no sea causa de agresión.Simplemente establece la covarianza entre las dos variables.Insistimos en este punto porque muchos legos, incluyendo laprensa, tienden a asumir que causalidad es sinónimo decorrelación. Aunque el enfoque correlativo es útil, debemosreconocer sus limitaciones.

CONSIDERACIONES ÉTICAS

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Una limitación compartida por ambos estudios de la agresión,tanto el experimental como el correlativo, involucra laética. Ya sea que un investigador manipule una variableindependiente para aumentar la agresión o que simplementeobserve la agresión sin tratar de interferir. surgenpreguntas concernientes a la aceptabilidad de lamanipulación. Estas preguntas se presentan con sujetoshumanos y no humanos, pero son especialmente sensibles cuandoestán involucrados los humanos. Puesto que no se consideraaceptable estimular o permitir a los humanos agredirse unoscontra otros, algunos investigadores han usado subterfugiospara tratar de engañar a los participantes y hacerles creerque están siendo agresivos. Por ejemplo, a los sujetos se lesdice que sus acciones ocasionarán descargas eléctricas aotros. Otros investigadores han empleado cuestionarios parainterrogar a los participantes acerca de cómo ellos podríanhaber actuado. Sin embargo, aún se cuestiona la aceptabilidadética del engaño involucrado en algunos de estos estudios.Como realmente no hay agresión, los científicos también pone;i en duda la validez (si un método mide lo que pretendemedir) (le este tipo de estudio. Los estudios con animalesinferiores se han empleado como alternativa a los estudioscon humanos de manera que podamos observar una verdaderaagresión.

La producción de agresión en animales se debe emprender conuna preocupación razonada por el bienestar de los sujetos, vestá regida por códigos de ética, como el de la AmericanPsychological Association (Asociación Psicológica Americana),y varios reglamentos gubernamentales. Los investigadoresinvolucrados apoyan fuertemente estos controles. No obstante,también se reconoce que dicha investigación es esencial paraavanzar en el estudio de la agresión y que este avance ennombre del bienestar humano tiene prioridad sobre elbienestar de los animales.

De hecho se han tomado las medidas necesarias para minimizarel desasosiego de los animales tomados como sujetos. Por

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ejemplo, algunos investigadores emplean animales anestesiadoscomo sujetos de estudio y otros usan objetos inanimadosconectados a sensores electrónicos. Estos procedimientosproporcionan también un mayor control experimental, pues losobjetos de estudio no están en movimiento ni responden demodos impredecibles. Asimismo, se minimiza el desasosiego allimitar las pruebas y el número de sujetos involucrados asolamente los necesarios para producir resultados confiables.Pueden desarrollarse modelos computarizados para sustituir alos animales, pero este proceso tiene dos importanteslimitaciones. Primero, necesitamos observaciones de unaagresión verdadera para proporcionar la base de informaciónpara desarrollar un modelo computarizado y, en segundo lugar,los resultados de cualquier modelo tendrían que probarse paradeterminar su validez en una situación de la vida real. Entodo caso, parece que la investigación con animales esnecesaria, y si bien se debe llevar a cabo con mucharesponsabilidad por cuestiones éticas, sus contribucionespara el conocimiento de la agresión hacen que su continuidadsea vitalmente importante.

LOS PARÁMETROS DE LA AGRESIÓN

El punto central de este libro tratará sobre las variablesindependientes que afectan la agresión. Antes de considerarsus causas, debemos examinar cómo medirla. Previamente hemosdestacado la importancia de definir la agresión y hemospropuesto una definición de trabajo. Sin embargo, ladefinición más precisa de la agresión vale muy poco si no setiene precisión al medir el comportamiento. Losprocedimientos apropiados de medición son esenciales para quedeterminemos si una variable independiente afecta la agresióny, si es así, para que descubramos la relación exacta entrela variable independiente y la agresión.

Del mismo modo que al definir la agresión, la mediciónresulta más confiable cuando empleamos variables objetivas envez de subjetivas. Esto es, la confiabilidad la consistenciade los resultados de una medición, aumenta cuando usamos

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comportamientos externos. Además, se prefieren la observacióny las aseveraciones directas a una aseveración indirecta. Eluso de información objetiva y directamente observada ayuda aevitar dos errores de medición fundamentales, conocidoscomúnmente como tipo I y tipo 11. Un error de tipo I, o falsaalarma, implica juzgar que sucedió un evento, como laagresión, cuando en realidad no ocurrió. El error de tipo Il,u omisión, implica la falla en detectar un evento ocurrido.

Intentos para medir la agresión humana

Por desgracia, en los estudios de agresión humana, laspreocupaciones éticas que discutimos con respecto a produciragresión o permitir que ocurra en humanos limitan lasposibilidades de medición. Por consiguiente, a menudo usamosevaluaciones subjetivas indirectas. Un ejemplo de este tipode evaluación es pedir a una persona, ya sea un padre, unmaestro o un compañero, que califique el comportamientoagresivo de un niño. La escala de calificación empleada puedenecesitar un estimado numérico aparentemente objetivo, comouna escala de 0 a 10, pero, aun así, la confiabilidad de losestimados individuales es cuestionable. La preparacióneducativa v las diferencias culturales específicas ygenerales afectarían dichas valoraciones. Un padre con unaeducación de bachillerato podría calificar en forma muydiferente que uno con una educación superior universitariaque incluya el estudio de la naturaleza de la agresión enclases de psicología o sociología. Un profesor conexperiencia en escuelas citadinas podría usar un criteriodistinto que otro que haya trabajado siempre en un ambientesuburbano. Un compañero que provenga de un hogar con muchaviolencia, usará diferentes calificaciones que uno de unhogar más pacífico.

Algunas veces podemos conseguir que las calificaciones seanmás confiables, pero la confiabilidad aún será sospechosa.Por ejemplo, una calificación de 7 o "peleas frecuentes"podría definirse como una vez al día, pero "pelea" puede serinterpretado por una persona sólo como contacto físico, por

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otra como amenazas y por otra más como todo tipo deprovocaciones verbales. De nuevo, aquí es obvia la necesidadde tener una definición específica de agresión. Además, estasevaluaciones pueden ser indirectas, puesto que losevaluadores pueden confiar en los informes de otros parajuzgar una pelea cuando no estén presentes. Hasta laautovigilancia puede ser poco confiable, ya que usualmenteinfiere depender de un individuo que no tiene conocimientossobre la observación objetiva y los registros sistemáticos.Aunque las observaciones pueden ser directas, no sonnecesariamente confiables.

Los informes policíacos son un ejemplo de la información quea menudo es subjetiva e indirectamente evaluada. Cuandotratan de determinar la agresión por la que se llamó a lapolicía, los oficiales tienen que confiar con frecuencia enla información de los transeúntes no entrenados en técnicasde observación o de los participantes que estuvieronemocionalmente involucrados. Aunque los oficiales hayan sidobien entrenados en técnicas de entrevista, surgen muchosproblemas. Un divertido ejemplo de la variedad de informesque pueden resultar de un grupo de participantes observado:es se encuentra en la clásica película de Kurosawa de 1950,Rashomon lit cual muestra cuatro disparatadas versiones delos encuentros de dos personas con un bandido en el bosque.El público, al saber que cada uno de ellos está describiendoel mismo evento, puede apreciar la exageración y lapercepción selectiva envuelta en cada relato. En una películaesto es humorismo. Desafortunadamente, en los informespolicíacos ocurren a menudo versiones similares de dichaspercepciones erróneas. Loftus y sus colegas han determinadoalgunos modos en los cuales los informes de testigos ocularespueden resultar tendenciosos y han apoyado la significaciónde dicha investigación para las decisiones en tribunales(Goodman y Loftus, 1992).

La agresión humana se mide algunas veces de un modo queaparentemente es objetivo y directo al pedir a losparticipantes en un experimento que bajen una palanca y/o

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ajusten el nivel de descarga eléctrica que se dará a otro serhumano. Este método involucra un engaño porque la otrapersona suele ser un compañero del experimentador y ladescarga eléctrica por lo general no se emite. El aparatoempleado se denomina algunas veces como la máquina Buss deagresión, en honor al investigador que popularizó su uso, y ala situación algunas veces se le llama el paradigma"profesor-estudiante", pues a los agresores-"profesores" amenudo se les dice que deben usar la descarga eléctrica paraayudar a determinar cómo afecta esto a los "estudiantes" paraaprender alguna tarea. El "profesor" puede ver el nivelseleccionado de la descarga en una escala numérica. El nivelseleccionado de la descarga, la cantidad de descargas dadasy, a veces, la duración de la acción de la palanca puedenusarse como mediciones de la agresión.

Desafortunadamente, la validez de este método profesor-estudiante ha sido cuestionada. ¿Realmente hay agresión enestos estudios? En realidad, los individuos no parecen estarenojados, aunque algunas veces están fisiológicamentealterados. Sin embargo, esta alteración podría sólo activarla única respuesta de agresión disponible y no producirla demanera específica. Esta alteración justo podía disparar,igual de fácil, una respuesta no agresiva si estuvieradisponible. Además, puesto que este experimento tiene lugaren el ambiente artificial de un laboratorio y las descargaseléctricas realmente no se dan, surgen las preguntas acercade si dicha metodología proporciona el modelo apropiado parala agresión que podría ocurrir en la vida real. Algunoscríticos sugieren que la disposición del laboratorio podríaconducir a los participantes a creer que el patrocinador delexperimento condona la agresión y por tanto les resultaaceptable. Por otra parte, puede ser (.lile los participantesno crean que realmente están agrediéndose entre sí.

Se han publicado muchas críticas del método profesor-estudiante que mencionan muchos de los puntos que acabamos dediscutir. Por ejemplo, Kaplan (1984) indica que la validez dela técnica como una medición de la agresión tiene alguna

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base, pero que no es concluyente. Encontró que recientementese había dedicado muy poco esfuerzo para determinar suvalidez o para discutir cómo se podrían generalizar losresultados más allá del laboratorio. Sugiere que a los"profesores" se les vea más como individuos que ejercenrepresalia v no agresión. Por otra parte, como podríamosesperar, los individuos que han empleado este métododefienden firmemente su validez (v. gr. Berkowitz, 1993). Apesar de sus limitaciones, esta técnica ha provisto un apoyoimportante para nuestro conocimiento de la agresión. Su usose ha extendido en gran parte de la experimentación sobre laagresión humana, y en la sección de factores sociales v delambiente en la agresión, discutiremos muchos de susresultados.

Medición de la agresión en animales inferiores

La investigación sobre. la agresión, llevada a cabo conanimales inferiores, ha ofrecido oportunidades para unaverificación directa de los comportamientos agresivos, aunquela calidad de estas mediciones ha variado en la medida en quelos investigadores ponderan varias preocupaciones en lo que aconfiabilidad y validez se refiere. Algunos investigadores,por ejemplo, sienten que una situación de prueba debeabordar, tanto como sea posible, lo que sucede en un entornonatural en un intento por conseguir una "validez etológica"(Benton, 1981). La información recopilada en talessituaciones es a menudo descriptiva y depende de unobservador bien entrenado para identificar a losperpetradores y los receptores de la agresión, las posturasasumidas y, algunas veces, las heridas infligidas.

Mientras que algunos investigadores rechazan en general lassituaciones artificiales de prueba, otros, incluyendo alautor de este libro y sus colegas (Renfrew y Hutchinson,1983), las han usado como; un medio para lograr una medición.más precisa y confiable de los comportamientos involucrados.Para mayores detalles recomendamos a los lectores lapublicación arriba mencionada, pero permítanos aquí declarar

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que en estos estudios de la agresión determinamos que elcomportamiento estaría dirigido en contra de un objeto deestudio inanimado. Este descubrimiento permitió el desarrollode unos sensores automáticos que facilitaron la medición parasaber no solamente si el ataque ocurrió, sino también sufrecuencia, intensidad y patrones temporales. Además, laeliminación de un objeto de estudie animal tiene beneficiostanto éticos como de control. Éticamente, es preferible esteprocedimiento porque ningún otro animal está amenazado por elagresor. En términos de control, hemos evitado losmovimientos impredecibles y el contraataque del objeto deestudio. Así, al aplicar el método con un objeto de estudioinanimado, pudimos obtener mediciones altamente sensitivas yobjetivas del comportamiento y minimizar los errores de tipoII. El método también permite mejoras para determinar lasrelaciones entre la agresión y las variables independientesque la afectan. En el método con un objeto inanimado, elcomportamiento medido ha sido generalmente el de morder,componente frecuente de todos los tipos de agresiónmencionados por autores tales como Moyer (1968) en el trabajopreviamente citado. Por consiguiente, podemos ver que se estámidiendo un componente común de la agresión. Por lo general,el término ataque usó en lugar del menos comprendidouniversalmente de agresión y puesto que la investigaciónabarca más situaciones limitadas, usamos los términos ataquecon mordida o simplemente mordida. Ya que la mordida tambiénocurre en otras situaciones, como comer o tragar, estapráctica fue necesaria cuando sólo se midió el morder. Noobstante, también se realizó una serie de estudios devalidación con el fin de demostrar que las mismas variablesque producen el morder típicamente, también producen lo queotros reconocerían como agresión. Estos estudios confirmaronque esta metodología no ha tenido por resultado errores detipo I. El comportamiento medido de morder es un índice deagresión legítimo, y no un comportamiento que no tiene nadaque ver con esto. Revisaremos algunos resultados de estetrabajo en las secciones sobre factores biológicos yambientales en la agresión. Estas secciones discutirántambién el desarrollo de una medición de morder, apretar las

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quijadas en los humanos (Hutchinson et al., 1977), la cual haprovisto un medio potencialmente importante para el estudiode las variables que afectan la agresión humana.

RESUMEN

Los problemas de agresión van desde la violencia sensacionaldifundida en los medios hasta los episodios cotidianos quenos afectan a todos. Las estadísticas oficiales muestranaumentos continuos en los crímenes violentos, especialmentelos cometidos por jóvenes.

Con el fin de estudiar la agresión, debemos establecer unaclara definición de la misma. No existe una definiciónuniversalmente aceptada sin embargo, proporcionamos unaprovisional para guiar nuestra discusión. También nos seráútil el popular esquema de clasificación de Moyer.

La agresión es el resultado de diversas causas. Más adelantedescribiremos algunas de estas causas biológicas,psicológicas y sociales. Para determinar el peso de estascausas, el enfoque experimental generalmente involucraprimero la manipulación de una causa mientras controla lasdemás. Esto resulta más fácil si se emplean animalesinferiores. Se ha logrado mucho progreso en el entendimientode la agresión por medio de nuestro estudio de animalesinferiores, aunque siempre debe determinarse que losresultados sean aplicables a los humanos.

El enfoque correlativo en el estudio de la agresión ha sidoútil para establecer cómo varía la agresión Junto Con otrocomportamiento o situación. Esto puede ayudar a entender ypredecir la agresión. Sin embargo, las correlaciones noindican las relaciones causales entre las variables.

Los problemas en el estudio de la agresión, tanto en humanoscomo en animales inferiores, incluyen cuestiones éticasrelacionadas con producir la agresión o permitir que éstaocurra. La resolución de estas cuestiones es importante y

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algunas veces afecta el valor científico (y social) de estetrabajo.

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3 Renfrew John W. (2001) La Agresión Y Sus Causas. Ed.Trillas. México.

Factores Psicosociales

Este capítulo examinará con más profundidad el papel delaprendizaje en la agresión, que ya tratamos en el capítulo 7.Nos hemos referido al condicionamiento de respuesta y alcondicionamiento operante como procesos por medio de loscuales la experiencia puede afectar los diversos estímulosque producen agresión y por los cuales aumentan o disminuyenlos comportamientos agresivos de los individuos en relacióncon eventos precedentes o subsecuentes. Otra manera por laque los individuos aprenden por experiencia es observando aotros. Esto ha sido señalado como un aspecto especialmenteimportante para adquirir comportamientos complejos, como laagresión. Por tanto, este capítulo incluirá una introduccióna los conceptos básicos de la teoría social del aprendizaje. El desarrollo de la teoría social del aprendizajecontemporánea se inició con los experimentos que demostrabancómo los niños podían aprender comportamientos agresivosobservando a otros. Describiremos aquí algunos experimentosclave, además de la forma en que esta teoría plantea elaprendizaje por observación. Aparte de destacar la manera enque los eventos ambientales producen el aprendizaje, nosenfocaremos sobre el importante papel concedido a losprocesos cognitivos internos. También veremos cómo se haaplicado esta teoría en investigaciones sobre el control dela agresión.

Un importante investigador que desarrolló la teoría socialdel aprendizaje fue Albert Bandura. Algunos autorespreferirán clasificar el trabajo de Bandura como una partemás del área del aprendizaje operante, que constituye elprincipal determinante de modificación del comportamiento (dehecho, uno de los primeros textos de Bandura [1969] se titula

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Principles of Behavior Modification [Principios demodificación del comportamiento]). Sin embargo, su posturadifiere de la de muchos otros que trabajan con modificacióndel comportamiento, en que pone menos.

Enfasis sobre las consecuencias de los comportamientos y máss sobre la función de los estímulos causales. Subrayaespecialmente la influencia de los estímulos presentados porotros individuos como modelos pira el comportamiento delobservador. Además, Bandura ha resaltado, desde sus primerostrabajos en la década de los sesenta, el papel de lasevaluaciones cognitivas (mentales) de una situación paradeterminar la conducta, mientras que el enfoque de lamodificación del comportamiento se ha ocupado, sólo en fechasmás recientes, de los procesos cognitivos implicados en elmanejo del comportamiento y de la forma en que losconocimientos afectan a un individuo.

Gran parte del trabajo de Bandura sobre la función de losmodelos para influenciar los comportamientos agresivos hadado lugar a muchas otras investigaciones posteriores, sobretodo en el área de la psicología social. Revisaremos aquí losprincipales componentes de la teoría de Bandura, junto conalgunas pruebas de su aplicación. Después, en el siguientecapítulo, discutiremos el papel de la creación de un modelosimbólico, como se hace en televisión, cine y otros medios decomunicación.

LAS CONTRIBUCIONES DE BANDURA AL APRENDIZAJE SOCIAL

La importancia que Bandura concede al modelo como mecanismode aprendizaje sugiere una parte significativa delaprendizaje operante, puesto que constituye una manerarelativamente eficiente de adquirir comportamientoscomplejos, como la agresión. Es decir, aunque lasaplicaciones de principios operantes básicos cubren porcompleto la posibilidad de aprender comportamientoscomplejos, suponen un proceso relativamente lento deadquisición, como al moldear o encadenar, procesos en los

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cuales el reforzamiento se presenta ante aproximacionesgraduales al comportamiento final o por medio de laasociación de elementos sencillos de comportamientos. Aunquedichos procesos probablemente sí ocurren, como se ilustró enel capítulo 7, la existencia de un proceso modelador ayuda aexplicar cómo puede tener lugar más rápidamente laadquisición de cualquier comportamiento agresivo específico ycómo la forma de agresión puede ser común a variosindividuos. Los mecanismos modeladores han sido postulados,por, ejemplo, como una explicación de "crímenes copiados",donde una forma poco usual de agresión por un solo individuosirve como modelo para otro. En el capítulo 9, examinaremosel papel de los medios de comunicación en tales casos.

Algunas veces nos referimos al proceso de reproducción decomportamientos modelo como imitación o aprendizaje fortuito.El término fortuito se refiere a que podemos aprender algosin haberlo experimentado directamente. Además de la funciónprimordial de la simple observación para adquirir uncomportamiento, la teoría de Bandura indica también de quémodo puede afectar la observación de las consecuencias delcomportamiento de otra persona, como el reforzamiento o laextinción, para desencadenar el comportamiento imitativo delpropio observador. Por consiguiente, la teoría se refiere a"reforzamiento fortuito" y "extinción fortuita", así como aotros procesos fortuitos en los cuales se ve afectada laconducta del observador.

Bandura sostiene que los mecanismos cognitivos afectan amenudo los comportamientos. Estos mecanismos funcionanadicionalmente a aquellos que reproducen un comportamientomodelo. Por ejemplo, se piensa que los conocimientos sobre laejecución de un acto aparentemente agresivo de una personahacia otra tienen influencia sobre la reacción de la segunda.Si la persona que es el blanco de la agresión piensa que elacto es accidental, tal vez no reaccione agresivamente. Aquí,la víctima no atribuye la causa del dolor al perpetrador delacto y, por tanto, inhibe su respuesta de tipo reflejo aldolor.

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Aunque la moderación de las reacciones agresivas puedeincluirse bajo un marco puramente operante (la gente aprendemediante entrenamiento por discriminación que no recibiráreforzamiento si agrede a un dentista que le ocasiona dolor,o que es más apropiado apretar las quijadas o gemir cuando unmédico le causa incomodidad, que agredirlo o a cualquier otrapersona presente), Bandura y otros teóricos del aprendizajesocial han encontrado que es útil referirse a los factorescognitivos como una manera de explicar la variedad derespuestas en situaciones donde podríamos esperar unaagresión. Por tanto, en un consultorio dental o médico, laclasificación social de ejecución de responsabilidad por unacto aparentemente agresivo determinará si la agresión es unarespuesta apropiada. Turner y colaboradores (1981) indicanque, aunque la frustración puede producir agresión, éstatiene lugar solamente si se percibe que la fuerza causante dela frustración puede controlarse por medio de agresión; deotro modo, hay una respuesta de solución del problema paraeliminar la situación frustrante.

Estudios sobre el muñeco Bobo

Bandura y sus colegas, incluyendo a Ross y Walters, empezarona analizar, a principios de la década de los sesenta (Banduraet al., 1961), comportamientos agresivos en niños depreescolar hacia el popular .Juguete de plástico inflableconocido como muñeco Bobo. El muñeco era un payaso, con unanariz grande y abultada, y con mayor peso en la parte baja,de manera que siempre se enderezaba luego de que loempujaban. En el estudio original, los niños observabanmientras una mujer "jugaba" con el muñeco, exhibiendo variasmaneras relativamente poco usuales de agredirlo. Más tarde secolocó a los niños en una situación de juego y enseguida seles frustró interrumpiendo su juego. Entonces se permitió aestos niños entrar en un salón donde estaba un muñeco Bobo, ylos investigadores observaron cómo interactuaban los niñoscon el muñeco. Como era de esperarse, los niños fueronagresivos después de la frustración. Lo más importante para

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la teoría de Bandura fue que los comportamientos agresivosespecíficos de los niños incluyeron algunas imitaciones muyevidentes de la conducta de la maestra. Las filmacionesrealizadas tanto de la maestra como de los niños mostraronacciones hacia el muñeco Bobo impresionantemente similares.Algunos fotogramas de estas películas han aparecido en muchostextos introductorios a la Psicología. El trabajo de Bandurareveló que esa correspondencia enorme entre los actosagresivos de la maestra y los de los niños no era unacoincidencia v que tales actos fueron aprendidos por losniños por medio de un proceso modelador.

Estudios posteriores realizados por Bandura y suscolaboradores demostraron que el aprendizaje imitativo podíaocurrir si los niños observaban el modelo en la televisión.También se mostró que se expresaba menos agresión cuando nose usaba un modelo, y que había una disminución en laagresión cuando se usaba un modelo no agresivo. Algunosestudios adicionales exploraron otras influencias. Los niñosimitaron a una persona vestida como el conocido gato de tinaserie de dibujos animados, pero no fue un modelo tanefectivo. Los dibujos animados no fueron en sí mismos taneficaces para producir una agresión imitativa, aunque puedenhaber tenido un efecto de desinhibición, puesto que lasacciones agresivas en general aumentaron después deobservarlos. La agresión imitativa aumentaba cuando seempleaba un modelo de más alta jerarquía o cuando el modelohablaba mientras estaba agrediendo. Las consecuencias delcomportamiento del modelo también tuvieron influencia. Losmodelos que fueron recompensados resultaron más imitados,mientras que imitaron menos a los modelos que fueroncastigados.

Hicks (1968) realizó un estudio relacionado con los deBandura, en el que mostró episodios de televisión a niñosdonde un hombre adulto en un salón de juegos agredía a unmuñeco Bobo de manera similar a los presentadores en losprimeros estudios de Bandura. Un observador adulto estaba enel salón de proyección, y aprobaba o desaprobaba o bien se

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quedaba callado durante la proyección de la agresión.Enseguida se llevó a los niños al salón de juegos. Al medirla agresión de los niños en presencia del observador, suaprobación inmediata se asoció con un alto nivel de agresiónimitativa, su actitud neutral con un nivel moderadamente altoy su actitud de desaprobación con un nivel muy bajo. Sinembargo, si durante la prueba de agresión de los niños noestaba presente el observador, sus comentarios anteriores notenían ninguna relación con los niveles de agresión. Esteúltimo descubrimiento tiene interesantes implicaciones en laefectividad de los intentos de los padres por atenuar losefectos de sus hijos al ver agresión en la televisión.Expresar desaprobación de los actos agresivos que observanjuntos podría arrojar niveles más bajos en la imitación dedichos actos, pero el efecto está limitado a que el padreesté presente. No podemos generalizar para otras situacioneslas lecciones acerca de la agresión aprendidas en los casosdonde los padres están presentes (para quizás respaldar suenseñanza con una mejor desaprobación de la agresión de sushijos).

Uno de los estudios de Eisenberg (1980) ofrece sustentoadicional a los efectos relativamente débiles de ladesaprobación de un observador adulto. Unos niños que habíanobservado la aprobación de un adulto hacia acciones violentasfilmadas, subsecuentemente obtuvieron una puntuación más altaen una prueba de proyección de agresión verbal (de nuevo, serebasa la definición original de agresión utilizada en elcapítulo 1) expresada por otro adulto. Era menos probable queaquellos niños que habían observado a un adulto expresardesaprobación fueran después más agresivos, pero no fueronsignificativamente menos agresivos que los niños que habíanvisto solos la escena o junto a un adulto que no había hechoningún comentario.

Russell y Pigat (1991) resumieron varios estudios de intentosde usar adultos (padres u otros) para afectar las accionesagresivas de los niños frente a la televisión. Estosinvestigadores encontraron efectos inconsistentes sobre la

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agresión subsecuente cuando los adultos, junto con los niños,vieron un programa violento e hicieron comentarios críticos ode apoyo. Por tanto, los comentarios de los adultos sobre loque se ve tal vez no tengan una influencia efectiva sobre laagresión. En el capítulo 9, discutiremos el asunto másgeneral de los efectos de ver violencia en los medios decomunicación.

Han surgido cuestionamientos sobre la validez de lautilización de ataques al muñeco Bobo para representar laconducta agresiva y la posibilidad de generalizar larespuesta en situaciones fuera del laboratorio (v. gr.,Kaplan, 1984). No obstante, muchos estudios han apoyado yampliado los descubrimientos originales con el muñeco Bobopara establecer la importancia del aprendizaje imitativo comoun mecanismo que puede aumentar la agresión. Aunque trabajosmás antiguos en el campo de la psicología (v. gr., defreudianos o de la escuela Gestalt) abordaban la imitacióncomo un fenómeno general, el trabajo de Bandura fueespecialmente importante porque abarcaba un extenso examen delas variables que afectan la imitación, y también sugeríacómo pueden estar implicados los medios de comunicación en laenseñanza de agresión por medio de un proceso modeladorsimbólico. Para apreciar mejor la manera en que el trabajo deBandura se desarrolló y ayudarnos a comprender mejor laagresión, revisaremos el análisis que hizo de esta conductasegún lo presentó en su primer texto sobre agresión (Bandura,1973).

LA TEORÍA SOCIAL DEL APRENDIZAJE DE BANDURA Y LA AGRESIÓN

La definición de agresión que dio Bandura es similar anuestra Primera definición, puesto que la concibe como unaconducta dirigida a causar daño personal o destrucción de lapropiedad. Una comparación de lo estudiado bajo estadefinición y la definición que nosotros empleamos ilustraalgunas diferencias entre su orientación, que es más amplia,y la nuestra, que es estrictamente objetiva. Su definición dedaño personal incluye la devaluación y degradación

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psicológica. Asimismo, Bandura excluye la agresiónsocialmente sancionada e incluye la agresión que no aciertaen el blanco. Así, pone algunos ejemplos que usualmente noutilizamos debido a las dificultades de interpretación deldaño o intención de hacer daño, o debido a juicios de valor.Como podría esperarse de la descripción del aprendizajesocial descrito, Bandura incluye también la clasificación delos procesos por medio de los cuales la gente determina si laagresión ocurre en su contra o en contra de otros. De esemodo, Bandura indica que los antecedentes personales y elentorno cultural general de la gente influirán para que laspersonas determinen si un acto es agresivo o no. Tambiénseñala que, para juzgar si ha tenido lugar una agresión, losobservadores podrían considerar factores como el grado deemoción demostrada y la energía de la conducta del agresor;así como la reacción de la persona que es el blanco de laagresión.

En 1973, Bandura (1973) describió tres influenciasimportantes: orígenes, instigadores e instauradores, queoperan sobre la agresión. Aunque la formulación de estasinfluencias data de hace más de dos décadas, continúa siendoútil y todavía la emplean los psicólogos sociales (v. gr.,Geen, 1990). Además, Bandura ha incorporado esta formulacióna su más reciente teoría social cognitiva (v. gr., Bandura,1994). A continuación describiremos por separado cada una deestas influencias.

Orígenes de la agresión

Los orígenes de la agresión atañen a la manera en que segestan actos agresivos específicos, así como estrategiasagresivas más generales. Respecto a los humanos, Banduramenciona que estos orígenes se derivan sobre todo de lasinfluencias ambientales, aunque los aspectos biológicostambién pueden tener efecto. El aprendizaje por observación(imitación) se considera muy importante para la gestación deagresión, pero el reforzamiento también puede contribuir. Si

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bien la observación es importante, su efecto, sin embargo, noes automático. Los individuos deben usar mecanismos dememoria y ensayar las conductas para que sean registradas.Además, deben contar con medios físicos o de otra índole paraexpresar las conductas agresivas.

En caso de que se cuente con una memoria funcional, laposibilidad de ensayar la agresión y los medios paraejecutarla, existen tres modos elementales en que unindividuo puede desarrollar agresión por imitación. Primero,pueden incidir las influencias familiares. Por ejemplo, sedice que los padres que emplean castigos están enseñando a suhijo que la agresión es la manera apropiada de lidiar con elmundo. Segundo, pueden incidir las influencias subculturales.Si los individuos crecen en un vecindario donde las conductasagresivas les ayudan a lograr un estatus social o sonestimulados de otras maneras, es muy factible que desarrollenconductas agresivas. De manera similar, un ambiente militarpuede tener influencia para enseñar que la agresión es unaconducta apropiada. Sin embargo, y afortunadamente, una vezque el individuo abandona la milicia, por lo general pierdelas conductas excesivamente agresivas o cuando menos lasdisminuye en forma notable. Los procesos de control delestímulo, como se perfilaron anteriormente, funcionan tal vezpara evitar la generalización de la agresión de una situacióna otra; el soldado distingue su ambiente nacional de unambiente extraño, en el cual el enemigo es a menudo de unaraza diferente o habla un idioma distinto.

El tercer modo de desarrollo de agresión es por imitaciónsimbólica, especialmente a través de la presentación demodelos agresivos en la televisión y en el cine. Aquí laimitación funciona tanto en el nivel personal como cultural.En el nivel personal, la exposición a diversos actosviolentos, en un mayor número que el que se hubieraenfrentado en la vida real, contribuye a aumentar la variedadde actos agresivos aprendidos y, por tanto, incrementageneralmente las posibilidades de agresión en un individuo.Además, se pueden desarrollar ciertos actos de violencia

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originales específicos. Vemos esto en los casos donde unapopular serie de televisión involucra un acto agresivo pococomún (v. gr., homicidio con un arpón de pesca) que despuésocurre en varias ciudades donde el programa se ha trasmitido,porque fue imitado por personas que lo vieron. En el nivelcultural, se ve que la imitación contribuye a launiversalización de tácticas de protesta, como ocurrió enEstados Unidos de América cuando la desobediencia civilpacífica en respuesta a la Guerra de Vietnam llegó hasta laocupación por la fuerza de oficinas y edificios del gobierno.La contraagresión también puede generalizarse de manerasimilar. Continuando con el ejemplo de la época de Vietnam,los contraataques de obreros de la construcción contrajóvenes manifestantes se repitieron en varias ciudades trasla trasmisión nacional de reportajes televisivos desde NuevaYork. En fechas más recientes, ciertos comportamientosagresivos específicos de los miembros de pandillasdelincuentes o de algunos manifestantes sociales radicales,como aquellos involucrados en organizaciones para la defensade los derechos de los animales, o en contra del aborto o dela discriminación de las minorías, pueden ser ampliamentedifundidos por la atención que la prensa les concede.

leo parece que Bandura considere necesario el reforzamientopara que tenga lugar la imitación, sino que reconoce quepuede contribuir al desarrollo de respuestas agresivas. Sinningún modelo, la agresión seguida de reforzamiento debeaumentar, como cualquier comportamiento operante. De manerasimilar, el castigo a la agresión puede disminuir suincidencia. En el capítulo 7, hemos presentado tales efectossobre la agresión en animales inferiores y en humanos.Bandura indica también que la imitación y el reforzamientopueden interactuar En algunos casos, el aprendizaje imitativopodría verse involucrado en el desarrollo de una respuestaagresiva, la cual entonces podría reforzarse y perfeccionarsemediante reforzamiento.

Instigadores de la agresión

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Bandura ve el desarrollo de comportamientos agresivos comodistinto a su ejecución. Para que la agresión se produzca,debe haber un instigador. La mayoría de los instigadores seadquieren por medio de un aprendizaje anterior. Los insultosy las amenazas a nuestra condición social, la presencia deenemigos y el reconocimiento de que la agresión va a serreforzada son instigadores previamente aprendidos. Algunosmodelos pueden estar involucrados en el proceso deinstigación. Si un individuo está enojado y ve justificaciónpara ser agresivo, un modelo puede mostrarle cómo puederecibir un reforzamiento por su agresión. Además, el modelopuede funcionar para desinhibir la agresión si muestra que nose recibirá ninguna represalia.

Muchos instigadores de agresión son idénticos o similares alos estímulos para la agresión tratados en el capítulo 6. Laexcitación emocional puede funcionar como un instigador. Estaexcitación puede tener muchos orígenes, por ejemplo, laexcitación sexual o la excitación producida por eventosambientales, como el ruido excesivo. E! tratamiento aversivode un individuo, incluyendo la frustración, podríaconvertirse en un instigador de la agresión, puesto queexcita v motiva a la persona a manejar la tensión deltratamiento. De manera similar, un asalto físico puedeproducir agresión. Sin embargo, en contraste con laorientación del trabajo citado en el capítulo 6, Banduraindica que la respuesta agresiva ocurrirá solamente si elindividuo percibe, basado en experiencias pasadas, que laagresión tendrá éxito o será apropiada. Asimismo, aun cuandoBandura habla del condicionamiento clásico de la agresióncomo se describe en el capítulo 7, su tratamiento tiene unaorientación más cognoscitiva. Las amenazas v los insultosverbales, en especial cuando vienen asociados con un modelo ysu influencia desinhibitoria, también pueden instigaragresión.

Bandura señala que la reducción de un reforzamiento puedeinstigar agresión. Dichos instigadores incluyen condicionesgenerales, como la privación económica, sobre todo cuando los

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individuos perciben que dicha privación es peor para ellosque para otros. Por ejemplo, es más probable que los jóvenesde 18 a 20 años de edad sin empleo ni padres cometanhomicidio. Además, la expectativa de obtener una recompensapor la agresión hace que ésta sea más factible. Estudiossobre disturbios urbanos en Estados Unidos de Américarevelaron que entre 15 o 20

de la población que percibía un pago por su participación (v.gr., bienes, obtenidos por pillaje) estaba más dispuesto atomar parte.

El control de la instrucción es un instigador de agresión.Como se ve en los estudios de Milgram sobre obediencia(1963), a través de su método "profesor-estudiante" (véasepág. 28), los individuos que de otro modo no cometeríanagresión, pueden hacerlo en respuesta a demandas percibidas.Esto sucede especialmente cuando tienen un historial dereforzamiento por obediencia y también cuando no alcanzan aver el sufrimiento causado por sus actos. Bandura incluye laobediencia solamente como uno de los muchos instigadores deagresión en el entorno natural.

Un instigador final es el control de los delirios. Aquí, lascondiciones psicopatológicas, tales como los que involucranalucinaciones, paranoia y delirios de grandeza, puedenproducir actos agresivos.

Instauradores de agresión

Una vez que se desarrollan y se ejecutan comportamientosagresivos, deben existir algunas condiciones para asegurarque se continuarán produciendo. Los instauradores externosson similares a los reforzadores que hemos discutido en estecapítulo y en el anterior. De hecho, Bandura cita algunos delos mismos estudios para apoyar esta noción de instauradoresexternos. En la vida diaria, los criminales que se apropiande bienes ajenos o los dictadores que amasan fortunas sonejemplos de individuos cuya agresión se mantiene por medio de

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reforzadores externos. El estatus social es otroreforzamiento funcional de agresión. El estatus social vienea ser un reforzador cuando los cómplices admiran los actosagresivos de los miembros de su pandilla o cuando lossoldados reciben medallas por sus actos.

El reforzamiento negativo puede intervenir en la instauraciónde agresión. La acción de escapar de un daño es un reforzadorexterno que sostiene la conducta de un agresor. En relacióncon esto, la expresión de daño por parte de un blanco puedeayudar a mantener la agresión, especialmente si corresponde auna sensación de alivio o de incomodidad del agresor. Si lavíctima está siendo dañada y responde, el dolor expresado porel agresor es un reforzador, porque indica que elcontraataque de la víctima tiene éxito y debe dar comoresultado el fin del ataque original. Asimismo, si laagresión ocurre en una competencia para obtener algunagratificación, la expresión de daño en el oponente puede serun reforzador debido a que indica éxito.

Instauradores fortuitos y autorreforzantes

Bandura escribe también sobre .instauradores fortuitos yautorreforzantes de la agresión. Los instauradores fortuitosfuncionan cuando un individuo es testigo del reforzamientoque otros reciben por la agresión. Esto hace surgir laexpectativa de que el observador será reforzado de manerasimilar. El autorreforzamiento tiene lugar cuando alguiensiente satisfacción por un acto agresivo. (Por otra parte, laautocrítica puede dar como resultado una disminución de laagresión.) Tales procesos independientes automediados puedenproducir un exceso de agresión si el individuo llega a serrelevado del compromiso de las reacciones externas y puederacionalizar causas aceptables de su agresión. Otros procesosautomediados citados por teóricos del aprendizaje social esla eficacia autoevaluada. Si un individuo cree que puedeexpresar determinado comportamiento, y especialmente si creeque obtendrá cierto resultado, hay más probabilidad de que sepresente la agresión. Así, se piensa que dichos procesos

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cognitivos influyen en la incidencia de agresión. Es másfactible que agredían aquellos individuos que se dicen a símismos que pueden golpear- a otros para impedir que losataquen, que aquellos que se juzgan como contendientesineficaces y deciden huir.

El enfoque de aprendizaje social que Bandura emplea paracomprender la agresión tiene muchos elementos en común con elenfoque del aprendizaje operante. Ambos conciben la agresióncomo un comportamiento que puede ser provocado por el entornoy afectado por sus consecuencias. Asimismo, ambos enfoquesreconocen en el comportamiento de los otros, elementos queinfluyen sobre el desarrollo, la expresión y la instauraciónde la agresión, si bien Bandura describe tales influencias demanera más extensa. También destaca el papel de los aspectoscognitivos mucho más que el enfoque operante.

OTRAS INVESTIGACIONES SOBRE AGRESIÓN DESDE LA TEORÍA SOCIALDEL APRENDIZAJE

Control social

El aprendizaje social ha sido desarrollado por muchospsicólogos sociales y ha originado bastantes estudios sobrela agresión, incluso exploraciones de técnicas alternativaspara controlar la agresión. La exposición a un modelorestringido y no agresivo es una posible estratega efectiva.Baron y Kepner (1970) emplearon una prueba de este modelo conel paradigma profesor-estudiante (véase pág. 28). Estosinvestigadores usaron a dos "profesores", uno era cómplice delos experimentadores y servía como profesor-modelo para elotro, que actuaba como el ingenuo sujeto-profesor. Después deque los sujetos fueron insultados (para instigar agresión),algunos fueron asignados a un maestro-modelo altamenteagresivo o poco agresivo, quien seleccionó primero losniveles de descargas eléctricas para la enseñanza. Elprofesor-modelo altamente agresivo utilizó altos niveles dedescargas eléctricas, que iban del nivel 8 al 10, paracastigar a los estudiantes que estaban aprendiendo, mientras

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que el profesor-modelo poco agresivo usó niveles de descargaseléctricas del 1 al 3. Un tercer grupo no contaba conprofesor-modelo. En lugar de esto el sujeto-profesor fue elprimero en aplicar descargas al alumno.

Baron y Kepner encontraron que los sujetos-profesor expuestosa los modelos altamente agresivos seleccionaron lasintensidades más altas de descargas eléctricas y presionaronlos botones de descargas para duraciones más largas, aunquelas intensidades seleccionadas estuvieron por debajo deaquellas empleadas por los modelos. Las intensidadesescogidas por los sujetos que tuvieron modelos de bajaintensidad fueron las más bajas, como lo fue también laduración de su acción de los botones de descargas eléctricas.Los sujetos que no tuvieron modelo escogieron un nivelintermedio de intensidad de descargas y emplearon duracionesintermedias. Por tanto, los resultados se interpretaron comodemostración de que un modelo no agresivo puede ayudar areducir las conductas agresivas. Una extensión de estetrabajo indicó que un modelo poco agresivo podía cancelar elefecto de un modelo altamente agresivo.

Estrategias cognitivas

Baron, entre otros investigadores, ha propuesto que lasestrategias cognitivas pueden ayudar a controlar la agresión.Las variables independientes en algunos de estos estudios deestrategias cognitivas son difíciles de controlar y, porconsiguiente, producen resultados inconsistentes. Sinembargo, aquí revisaremos estos estudios, porque sugierenposibles controles sobre la agresión. Por ejemplo, si a lasvíctimas se les da una razón para creer que van a seratacados bajo circunstancias atenuantes, puede ser que nocontraataquen o que ni siquiera se enojen. Zillmann y Cantor(1976) lo demostraron con sujetos masculinos a quienes se lesdijo que estaban participando en un estudio sobre los efectosde los estímulos visuales sobre las actividades fisiológicas;periódicamente se les tomó la presión arterial durante elestudio, con el propósito de valorar los efectos de dichos

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estímulos. Para instigar agresión se expuso a los sujetosindividualmente tanto a un experimentador amable como a unorudo. El rudo insultó a los sujetos y al otro experimentador.En un grupo, el experimentador amable explicó de antemano queel otro experimentador (el rudo) estaba nervioso por

sus próximos exámenes parciales. A los del segundo grupo seles ofreció esta circunstancia después de que habían tenidolugar los insultos. A un tercer grupo no se le dio ningunaexplicación de los insultos. Luego de los insultos, se pidióa los sujetos que calificaran si los dos experimentadoreseran idóneos copio posibles maestros adjuntos. Lascalificaciones se usaron como índice de respuesta agresiva.

Zillmann y Cantor encontraron que los sujetos que recibieronuna explicación previa sobre los insultos dieroncalificaciones menos negativas, seguidos de aquellos a losque se les dio una explicación posterior. De manera similar,la lectura de presión arterial, tomada como indicación de ira(si bien en realidad sólo mide la excitación), mosteo que losniveles más altos de respuesta ocurrieron en los sujetos alos que no se les dio explicación. Los sujetos queoriginalmente no recibieron una explicación previa tambiénmostraron un nivel de respuesta alto, pero se redujo despuésde la explicación. En consecuencia, los resultados de esteestudio se tomaron como indicación de que la interpretacióncognitiva de las personas acerca de los actos agresivos puedefuncionar para reducir sus respuestas agresivas hacia talesactos.

Conductas incompatibles

Varios estudios han sugerido que el desarrollo decomportamientos incompatibles puede ayudar a controlar laagresión humana. La agresión no puede ocurrir al mismo tiempoque tienen lugar otras conductas más positivas odistractoras, así que conforme se intensifican estas otrasconductas, la agresión debe disminuir. Esta es una estrategiaempleada con éxito por los modificadores de conducta para

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reducir la agresión, así corno otras conductas indeseables, ves una parte integral de la técnica sistemática de inhibiciónde Wolpe (1958) para el tratamiento de las fobias. Lainvestigación del aprendizaje social ha aportado algunasposibles aplicaciones de estas técnicas en estudios sobre losefectos de la empatía, del humor v de una leve excitaciónsexual sobre la agresión. Una vez más, corno con e1 trabajode estrategias cognitivas, los resultados de los estudios nosiempre son consistentes. Los discutiremos debido a queplantean interesantes posibilidades para controlar laagresión. También consideramos las razones de susinconsistencias y sugeriremos cómo Se podrían mejorar estosestudios.

Empatía

Los estudios de aprendizaje social sobre la empatía seenfocan en el efecto de retroalimentación del dolor de unblanco sobre la conducta agresiva del sujeto. Ya vimos cómolos sujetos de Milgram estaban más dispuestos a obedecerórdenes de agredir cuando no veían el sufrimiento queproducían. Esto sugiere que observar el sufrimiento puedecontribuir a inhibir la agresión. Baron (1983) describe sutrabajo, que involucra el paradigma profesor-estudiante, enel cual a los sujetos se les hizo enojar y se les pidióadministrar descargas eléctricas a los "estudiantes". Enestos estudios, los sujetos podían ver en la carátula de unmedidor el nivel de dolor que supuestamente sentían losestudiantes. El dolor fue clasificado como "suave","moderado" o "muy fuerte". Los sujetos que vieron laindicación de "muy fuerte" emplearon niveles más bajos dedescargas eléctricas en la máquina Buss. Sin embargo, unestudio posterior en el que los sujetos eran inicialmenteprovocados de manera más fuerte no mostró este efecto deempatía. Como hemos discutido anteriormente, Bandura señalaesta retroalimentación del dolor de un blanco como condicióninstauradora, puesto que indica el éxito de la agresión. Laretroalimentación puede ayudar a reducir la agresión

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solamente en condiciones de baja excitación, como en elprimer estudio de Baron.

La inconsistencia de los resultados en los estudios deempatía sirve como una buena lección metodológica sobre lospeligros de generalizar demasiado a partir de informaciónlimitada. La manipulación de las condiciones de excitación yla medición de sus efectos en enfoques comunes de aprendizajesocial son subjetivas, lo que las hace más difíciles deespecificar y de controlar. El "enojo", por ejemplo,probablemente no se produce si es experimentado de la mismamanera por todos los sujetos. De ahí la necesidad dedesarrollar paradigmas más objetivos. Esto también se hizoevidente en un trabajo anterior de Baron descrito en elcapítulo 2, el cual trataba sobre las diferencias de génerocon respecto a la agresión. Las primeras conclusiones de quelos hombres eran más agresivos que las mujeres en las pruebasprofesor-estudiante tuvieron que revisarse cuando las últimaspruebas emplearon niveles más altos de provocación del enojo.Las pruebas más recientes revelaron niveles comparables derespuesta para ambos géneros.

Las inconsistencias evidentes en los resultados de losestudios profesor-estudiante pueden deberse en parte alnúmero limitado de los valores de estímulo empleados. Laventaja de los estudios paramétricos, donde los valores deuna variable se manipulan sistemáticamente, queda demanifiesto en estudios con animales inferiores, como losrealizados por Hutchinson v colaboradores (1971) tratados enel capítulo anterior. Por ejemplo, demostramos que laaplicación de descargas eléctricas de diferentes intensidadesa monos ardilla producían en las sesiones tendencias a mordermuy diferentes. Las intensidades más bajas dieron comoresultado una disminución gradual o una aceleración negativade morder, mientras que las intensidades altas produjeron unaaceleración positiva. Al introducir una

segunda variable independiente, cabía esperar que tuvieradiferentes efectos, dependiendo del nivel de la descarga

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eléctrica con que se combinara. Encontramos, por ejemplo, quesolamente las descargas eléctricas de más alta intensidad,aplicadas con una relativa irregularidad durante una largaserie de sesiones, producían el condicionamiento clásicoinicial de morder (cuando se instigó con el estímulo delaparato, así como con las descargas eléctricas en la cola).Parece que el enfoque de aprendizaje social sobre el estudiode la agresión se beneficiaría grandemente si tuviera comobase un estudio sistemático comparable al del trabajo sobrela agresión en animales inferiores.

Sentido del humor

Se ha informado que el humor (salvo el sádico u hostil)interfiere con la agresión en estudios como el realizado porBaron y Ball (1974), quienes hicieron enojar a tales sujetos,que más tarde recibieron el papel de "profesores", con el finde estudiar su conducta de accionar un botón de descargaseléctricas. Mientras tanto, a los sujetos se les pidió queparticiparan en la evaluación de estímulos. Los estímulos queevaluarían eran dibujos animados divertidos v sin violencia,o bien escenas neutrales de paisajes o algunos objetos, comopiezas de mobiliario.

Los sujetos de Baron y Ball a los que no hicieron enojaroprimían durante un poco más de tiempo el botón si habíanvisto los dibujos animados. Posiblemente, el hecho de ver losdibujos desinhibió sus conductas agresivas. Sin embargo, elefecto más dramático fue que los sujetos a los que se habíahecho enojar y que habían visto escenas neutrales oprimieronel botón durante mucho más tiempo que quienes habían vistolos dibujos. Se suponía que el efecto del humor para reducirla agresión resultaba de distraer al sujeto de su enojo o deproducir respuestas incompatibles con la agresión.

Excitación sexual moderada

Si en el paradigma profesor-estudiante un sujeto estáexpuesto a imágenes agradables de excitación sexual moderada

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entre el lapso que lo hacen enojar y que demuestra agresión,estas imágenes tal vez reduzcan las respuestas agresivas. Endos estudios en que participó Baron (1974; Baron y Bell,1977) se mostraron fotografías de actos sexuales explícitos,de mujeres desnudas de la revista Playboy, de mujeresvestidas sugerentemente o de escenas neutrales, a un grupo devarones. Las fotografías de Playboy y las sugerentesprodujeron reducciones comparables en la respuesta agresiva.Los otros materiales más explícitos no tuvieron este efectoinhibitorio. En una parte de un estudio paralelo posteriorrealizado con mujeres (Baron, 1979), se les mostraronfotografías de hombres desnudos o sugerentes (o explícitas oneutrales). Aquí, a las fotografías sugerentes siguió unarespuesta de escasa agresión, y las fotos de actos sexualesaumentaron notablemente la agresión. Baron sugirió que lasfotografías de hombres desnudos eran altamente excitantespara las mujeres y, por tanto, no reducían su ira.Contrariamente a las concepciones tradicionales, variosestudios sobre excitación sexual mediante materiales eróticoso pornografía dura han informado que las mujeres son, cuandomenos, tan excitables por dicho material como los varones(Rosen y Beck, 1988). Donnerstein (para un resumen de sutrabajo, véase Donnerstein et al., 1987) ha indicado que laexhibición de películas de actos sexuales puede excitar a losvarones y combinarse. con enojo previo para aumentar laagresión. Además, Baron informó que las mujeres mostrabanreacciones negativas de asco ante las fotos de desnudos (yaún más ante las fotos de actos sexuales), así queposiblemente, como en el trabajo de Donnerstein, lacombinación de alta excitación y emociones negativas descartauna disminución de la agresión.

En un experimento realizado después de los de Baron y Bell,White (1979) estudió la mezcla entre la excitación sexual yotras emociones en varones. Se seleccionaron fotografías quepresentaban un contenido alto o moderado de excitación sexualy que producían en los sujetos estados afectivos(emocionales) positivos (placenteros o divertidos) onegativos (de asco, náusea o culpa). White empleó el método

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profesor estudiante y pidió a los sujetos que administrarandescargas eléctricas para distraer a estudiantes que tratabande memorizar una lista de palabras. Algunos de estos sujetoshabían sido clasificados anteriormente de manera negativa porlos estudiantes, en un intento de hacerlos enojar.. Comopodría esperarse a partir de los estudios discutidos previa-mente, la combinación de un afecto positivo y ver fotografíasaltamente excitantes produjo una disminución de la agresión,mientras que la combinación de un afecto negativo con granexcitación sexual fue seguida de una agresión en cierto modoaumentada. Estos resultados apoyaron la interpretación de quelos estímulos positivos y sexualmente excitantes puedeninhibir la agresión al producir un estado de ánimoincompatible con la agresión.

Baron (1976) condujo un experimento de campo que intentabaocuparse de varios factores que podrían reducir una respuestaagresiva. La medida de agresión de Baron fueron los bocinazosde claxon de chóferes que estaban detenidos en una luz verdepor "peatones" que hacían una de las siguientes cosas:caminaban cojeando con dificultad (para provocar lástima),vestían y actuaban como payasos (para provocar humor), ibanvestidos provocativamente (para incitar excitación sexual) osimplemente distraían al chofer. Las primeras tresmanipulaciones produjeron menos agresión, según se midió porproporciones menores y duraciones mayores de los bocinazos,mientras que la condición de distracción no produjodiferencia comparada con la condición de control. Aunquepodríamos cuestionar el índice de agresión y el control sobrelas condiciones empleadas aquí, este estudio sugiere laposibilidad de que la empatía, el humor o el sexo podrían serexplorados en un intento por controlar la agresión. A losindividuos podría entrenárseles a neutralizar una situaciónpotencialmente violenta mediante el humor. Una estrategiapara prevenir una violación, discutida en el capítulo 12,involucra el provocar la compasión del atacante. Asimismo,los individuos podrían ayudarse a controlar sus propiasreacciones agresivas si se les enseña a producir imágenes queinvolucran uno de estos tres factores. Las técnicas de

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conducta cognitiva, como las usadas por Meichenbaum (1985),han tenido éxito al enseñar a las personas a superarsituaciones de tensión, tranquilizándose y empleando otrasimágenes útiles. Por tanto podemos esperar que una respuestaagresiva podría minimizarse de una manera similar. Porejemplo, a una persona con un historial de explosiones de iraen su lugar de trabajo se le podría enseñar, en tales casos,a imaginar placenteras actividades sexuales en esasestimaciones con el fin de contrarrestar su enojo. En el con-sultorio del terapeuta, ejercitaría la imaginación tanto delas situaciones laborales como de las actividades sexuales,hasta estar lista para aplicar esta técnica en su lugar detrabajo.

RESUMEN

El enfoque del aprendizaje social para entender la agresióndestaca cómo la observación de la agresión puede conducir asu desarrollo, instauración y expresión. Este enfoquecomplementa los mecanismos operantes y de respuesta para losefectos de la experiencia en a incidencia de conductasagresivas. A Albert Bandura se debe gran parte del desarrollode la teoría social del aprendizaje. Sus primeros estudiosmostraban que los niños pequeños copian el modelo agresivo deun adulto contra un muñeco inflable. Aunque Bandura incluyemuchos principios del área del aprendizaje operante, resaltacómo el proceso de copiar un modelo es responsable delaprendizaje de conductas, incluyendo la agresión. Además,subraya la función de los procesos cognitivos para afectarlas conductas, conforme la persona evalúa las variablessituacionales, como la intención de los actos de otrapersona, su propia capacidad para cometer un acto agresivo vel probable resultado del acto mismo.

Los principios del aprendizaje social se han aplicado paratratar de determinar la posibilidad de controlar loscomportamientos agresivos por medio de figuras de autoridad,modelos no agresivos, manipulaciones cognitivas y entornosincompatibles. Ha habido éxito en las demostraciones de

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control sobre la agresión que pueden conducir a técnicas detratamiento efectivas.

LECTURAS RECOMENDADAS

Es muy extensa la bibliografía de psicología social queabarca la agresión, y hemos discutido solamente una pequeñamuestra de las aportaciones más importantes para inician allector en este campo v para ilustrar su enfoque en el estudiode la agresión. El siguiente capítulo explora en forma másintegral el trabajo realizado principalmente por psicólogossociales sobre las influencias de los medios de difusiónsobre la agresión. En adelante citaremos las aportaciones delos capítulos anteriores conforme discutamos otros temas.

Berkowitz, L., Aggression: Its causes, consequences, arzdcontrol, MeGraw-Hill, Nueva York, 1993.

Geen, R. G., Human aggression, Brooks/Cale Publishing,Pacific Grove, California, 1990.

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4 Marchori Hilda (2000) Psicología Criminal. 7a. Ed. Ed. Porrúa. MéxicoPág. 1-14

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO PSICOLÓGICO EN UNA INSTITUCIÓNPENITENCIARIA

CONTEXTO TEÓRICO

La Psicología trata de averiguar, de conocer qué es lo queinduce a un sujeto a delinquir, qué significada tiene esaconducta para él; por qué la idea de castigo no lo atemorizay le hace renunciar 'a sus conductas criminales. La tareapsicológica consiste en aclarar su significado en unaperspectiva histórica-genética.

Un análisis completo y exhaustivo del hombre delincuenterequiere de por si: W trabajo interdisciplinario, un trabajoque permita la exposición del hábitat de los individuos: desu familia, de su cultura con sus diferentes aspectos de susprocesos de endoculturación, educación, enseñanza y orga-nización social, de- sus estructuras políticas, de sureligión y de su arte.

Como psicólogos realizamos el estudio del delincuente a nivelpsicológico y con una metodología específica, pero debemosrecalcar que nuestro objeto de estudio debe ser tomado comoun fenómeno unitario y complejo que no se agota ni seaprehende totalmente en la investigación psicológica.

En el momento actual de la evolución de las concepcionescientíficas y en función de nuestra experiencia en área de laPsicología del delincuente podríamos expresar nuestro enfoqueteórico diciendo que el objeto de estudio de la Psicologíason los seres humanos reales y concretos, cuya personalidadestá funcionalmente correlacionada con la estructura total desu organización social.

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Cuando encaramos el estudio del delincuente que es siempreestudio de este delincuente concreto y de esta conductadelictiva concreta, debemos tener presente que nosencontramos con una persona que ha evolucionado en un mediocon una determinada configuración socio-económica y cultural,que tiene una historia individual nunca idéntica a la deotros individuos que pertenecen al mismo medio, que hasintetizado de una manera personal sus experiencias vitales,que tiene un modo particular de conectarse con la realidadhistórico-social y con su situación existencial y que suconducta emerge de esa situación, expresa su personalidad ysu modo particular de conexión con la realidad.

Pretendemos, entonces, enfrentar dos interrogantes:

-¿Quién es el individuo que delinque?-¿Qué haremos con él?

Con el estudio de la personalidad del delincuente queremosllegar al psicodiagnóstico del individuo, prever unpronóstico y considerar el tratamiento adecuado para sureadaptación, a través de una labor terapéutica integral.Este objetivo implica también el estudio del delito comofenómeno social a fin de determinar, mediante investigacio-nes, los factores que influyen en sus manifestaciones.

En esta tarea la Psicología permite conocer los aspectos dela personalidad de cada uno de los delincuentes que sonesenciales para diferenciar un caso de otro y para re-construir la génesis y la dinámica del fenómeno criminalparticular.

La conducta delictiva como síntoma de enfermedad.Consideramos que el estudio de la conducta delictiva debehacerse siempre en función de la personalidad y del insepa-rable contexto social en el que está inmersa, ya que elindividuo se adapta al mundo a través de sus conductas y quela significación y la intencionalidad de las mismasconstituyen un todo organizado que se dirige a un fin. 1

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Una conducta agresiva, es la expresión de la psicopatologíaparticular del delincuente, de su alteración psicológica. Esuna conducta que transgrede las normas de la sociedad a laque ese individuo pertenece. Sabemos que a nivel psicológicotoda conducta se halla sobre-determinada, es decir, que tieneuna policausalidad muy compleja, que deriva de distintoscontextos o múltiples relaciones. Sin embargo, podemosafirmar que la conducta delictiva está motivada especialmentepor las innumerables frustraciones a mis necesidades internasy externas que debió soportar el individuo, tales como lacarencia real de afecto.

El delincuente proyecta a través del delito sus conflictospsicológicos ya que esta conducta implica siempre conflicto oambivalencia.

La conducta delictiva posee una finalidad, que es, indu-dablemente, la de resolver las tensiones producidas, la con-ducta es siempre respuesta al estimulo configurado por lasituación total, como defensa, en el sentido de que protegeal organismo de la desorganización; es esencialmente regula-dora de tensiones. Toda conducta es siempre un vínculo, serefiere siempre a otro. Es una experiencia con otros sereshumanos; y es evidente que nuestra conducta actual frente aobjetos presentes está en gran proporción influida o con-dicionada por las experiencias anteriores.2

Es una conducta simbólica, uno de los elementos másimportantes en el análisis de la conducta delictiva es sucarácter simbólico. Este .proceso simbólico se impone másclaramente en los crímenes cuyas motivaciones extrañasparecen surgir de un mecanismo inconsciente.

Toda conducta delictiva, en el momento en que se manifiesta,es la "mejor" conducta, en el sentido de que es la másorganizada que el organismo puede manifestar, y es la queintenta regular la tensión.

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Generalmente la conducta delictiva es una conducta defensivapara mantener el equilibrio, logrando a través de éste uncierto ajuste, pero sin resolver el conflicto.

La conducta delictiva es un síntoma, es decir, una forma deorganizar la experiencia; aunque sea de exponerla a ladestrucción. La conducta delictiva es, entonces, como unadefensa psicológica que utiliza el sujeto como medio para nocaer en la disgregación de su personalidad.

El delincuente es un individuo enfermo

Parece ridículo por lo obvio, expresar que el delincuente esun individuo enfermo, pero basta observar cómo consideranuestra sociedad al individuo que delinque para darnos cuentacuan lejos se está de este enfoque, la sociedad actúa de unamanera retaliativa con respecto a la conducta delictiva yesta actitud no sólo es inherente a los jueces sino también atodos los aspectos referentes a la pena en sus faseslegislativa, judicial y administrativa.

El hombre no roba o mata porque nació ladrón o criminal, eldelincuente al igual que el enfermo mental realiza susconductas como una proyección de su enfermedad. Mientras queel hombre "normal" consigue reprimir las tendenciascriminales de sus impulsos y dirigirlas en un sentido social,el criminal fracasa en esta adaptación. Es decir, que losimpulsos antisociales presentes en la fantasía del individuonormal son realizados activamente por el delincuente.

El delincuente es,, un emergente de, un núcleo familiar enfermo

Es evidente que el ambiente familiar y los procesos deinteracción tienen gran influencia en la conducta delictiva.

Consideramos al delincuente como un emergente del grupofamiliar, exponente y consecuencia de las tendencias delgrupo. La familia es un grupo que funciona como un sistema deequilibrio, inestable o dinámico, estructurado en torno a la

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diferencia de sexos, edades y alrededor de algunos rolesfijos y sometido a un interjuego interno y a un interjuego enel extragrupo. Por eso podemos decir que la familia esportadora de ansiedad y conflicto. La estructura familiar ylas actividades desplegadas por ella contribuyenesencialmente a determinar la naturaleza específica de laconducta delictiva.

En nuestro trabajo hemos observado de entre los problemas dela relación familiar, particularmente aquellos vinculados conla madre, la ausencia de toda conducta de protección materna.La falta de una persona con quien el individuo puedaidentificarse, o bien, la madre demasiado débil con quien elniño no puede aprender a soportar la oposición en el mediofamiliar.

La carencia afectiva de los padres hacia el niño, espe-cialmente la de la madre, es un hecho conocido por todos lospsicólogos, pero lo más importante de esto, es la conse-cuencia de esta privación afectiva en el individuo .3

Clara Thompson señala que la agresión se presenta normalmentecomo una respuesta a las situaciones de frustración.Representa la distorsión de una tentativa por dominar lavida, pero es probable que la crueldad misma sólo se presentecuando' el niño haya debido experimentarla de antemano en supropia persona.4 Con respecto. al problema, tan importante en el delincuente,de la identidad E. – Erikson5 expresa que el mecanismo deintroyección y proyección que prepara la base paraposteriores identificaciones, depende para su relativaintegridad de la satisfactoria reciprocidad entre los adultosy el niño.

El destino de las identificaciones de la infancia depende,por otra parte, de la interacción satisfactoria del niño conuna jerarquía de papeles creíbles y significativos provistospor las generaciones que viven juntas. A través de toda lainfancia se producen tentativas de cristalización que hacen

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que el individuo sienta y crea que sabe más o menos quien es,sólo para encontrar que dicha autoseguridad se desmoronarepetidamente ante la discontinuidad del desarrollopsicosocial. Rose Spiegel al considerar las actitudesculturales con respecto a la violencia, incluye a la familiaen un doble papel; como trasmisora del valor cultural de lasociedad ambiente y como unidad subcultural en si. Dentro dela familia, algunas experiencias interpersonales de frustra-ción evocan cólera y la predilección por la violencia en elfrustrado. La familia puede favorecer la violencia como unmodo de comunicación efectiva, es decir, violencia de co-municación o de comportamiento que obtiene resultados.

Lacan ha sido quien más eficazmente ha abordado el problemade la alteración de la relación con el prójimo que esesencial en el plano criminológico. El hombre sólo puede sercomprendido dentro de una realidad no sólo humana, sinotambién, intersubjetiva. Es en la relación de sujeto asujeto, reconociendo al otro como sujeto, que la agresión delcriminal apunta a un semejante.

Pero debe señalarse que la delincuencia es un problema socialno solamente porque se expresa por conductas sancionadas,sino también, porque en ella gravitan las condiciones. en quese desarrolla la vida del hombre; miseria, lasubalimentación, el analfabetismo, la ignorancia y lascontinuas frustraciones. Los diferentes- sistemassocio-económicos ,producen determinadas conductas delictivas.Es decir, que no sólo es necesario un estudio de lapersonalidad del delincuente, sino también, un análisisdinámico de nuestra sociedad, en particular con estudiosempíricos ubicados en el contexto de un sistema social.___________1 Véase H. Hiebsc: Problemática científica de la psicologíaactual. Ed. Orbelus, Buenos Aires, 1968. R. Zazzo,Cannestrelli Fraisse: La conducta. Ed. Proteo, Buenos Aires,1971 Véase asimismo L. Goldmann: Las ciencias humanas. Ed.Nueva Visión, Buenos Aires, 1970.

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2 J. Bleger: Psicología de la conducta. Ed. Eudeba, BuenosAires, 1968; y G. Politzer: Los escritos psicológicos. Ed.Álvarez, Buenos Aires, 1965.

3 Véase los trabajos de Bowlby sobre delincuencia infantil yM. Klein sobre el, super-yo,,severo del niño heredado de larelación madre-hijo.

4 Ver Clara Thompson: El psicoanálisis. Ed. Fondo de Cultura,México, 1961.

5 E. Erikson: El problema de la identidad del yo. RevistaUruguaya de Psicoanálisis, 1963, 'e Infancia y sociedad. Ed.Eudeba, Buenos Aires, 1961.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

La tarea psicológica en el ámbito penitenciario o crimi-nológico siempre implica abordar esencialmente dos aspectos:diagnóstico y tratamiento.

El trabajo psicológico con individuos con problemas an-tisociales plantea conceptualmente un enfoque social, dondela conducta delictiva significa una alteración, violación otrasgresión de. la norma social establecida, cómo y porquéuna persona determinada no puede aceptar la norma, no puedeincorporarse al medio y necesita atentar contra la ley. Unenfoque individual, es decir, del sujeto mismo, significa lacapacidad de aceptar la norma, lo que implica dificultades enel desarrollo de su personalidad. La Psicología intentaconocer, esta problemática a través de una tarea dediagnóstico y tratamiento.

El diagnóstico tiene como objetivo conocer quien es elindividuo que llega a una institución penitenciara, conocerlas características de su personalidad.

El diagnóstico puede ser: individual, grupal, institucional.

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Diagnóstico individual. Es el conocimiento de los múltiples ycomplejos aspectos de la personalidad del delincuente. En eldiagnóstico individual se utilizan, generalmente, lassiguientes técnicas.

Historia clínica. Se refiere a la historia personal del sujeto.Comprende la evolución, su historia, contexto familiar,haciendo especial referencia a la conducta delictiva. Secomienza, generalmente, por la situación actual, el trabajoen la institución, las visitas, la escolaridad, estudiandoaspectos de agresividad y peligrosidad.

Tests de inteligencia. Los tests mentales permiten conocer lacapacidad intelectual. Los que se utilizan másfrecuentemente: Test Wechsler, Test de Matrices Progresivasde Raven, Test de Pierre Gillés, etc.

En los establecimientos penitenciarios ubicados en áreasrurales es necesario utilizar tests especialmentestandarizados a ese medio socio-cultural.

Tests proyectivos. Son técnicas sumamente significativas en eldiagnóstico de una problemática delincuencial, ya que permitela proyección de los conflictos ° tiende a explorar losaspectos no cognitivos de la personalidad. Se utilizan: testde Apercepción Temática (T.A.T.) la figura humana (Machover)tests de completamiento de frases, el test de frustración deRosenzweig y especialmente el test de Rorscharch.

Inventarios de personalidad: permiten conocer a los rasgos de lapersonalidad, es decir, que los ítem son de una gran amplitudde contenido y comprenden áreas como: manifestacionesneuróticas, psicóticas, ideas obsesivas, tendencias sádicas ymasoquistas, psicopatías, etc. Cabe mencionar entre los quese aplican en una institución penitenciaria: inventariomultifásico de personalidad de Minnesota, integrado porescalas tan importante como mentira, desviación psicopática,paranoia, interés social.

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Inventario Psicológico de California, 7 inventariomultidimensional que mide aspectos o rasgos positivos de lapersonalidad que están representados por 18 escalas.

Test de ascendencia-sumisión de Allport. Inventario de preferenciaspersonales de Edwards, etc. 8

Test de intereses y actividades. En especial para señalarlas tareas-que puede desarrollar el interno dentro de una, institución,así como su aprendizaje, se mencionan inventarios de`intereses de Kuder, inventario ilustrado de intereses Geist.

Entrevistas focalizadas y abiertas. Son técnicas sumamente valiosas enlas instituciones penitenciarias, ya que permiten aprehenderla situación global en la que el sujeto está envuelto, ademásla flexibilidad que posee la convierte en una técnica para laexploración de áreas, en las que hay pocas bases para saberqué preguntar y cómo formular las preguntas

Las técnicas deben seleccionarse teniendo en consideración lapersona, edad, nivel educacional, nivel sociocultural,comprensión del idioma (esto en relación a grupos indígenas)de los problemas o conflictiva que presenta, es decir, de susintomatología. Cada persona es única, singular, y por lomismo es necesario también en las técnicas realizar unaindividualización.

Diagnóstico grupal. A veces es necesario conocer lascaracterísticas de un grupo especial dentro del penal, porejemplo: os que trabajan en determinado taller, las personasque están alojadas en un dormitorio, un grupo de detenidosque llega.

En un diagnóstico grupal se puede aplicar:

Tests colectivos de inteligencia. Tests de personalidad.

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Tests proyectivos, en especial la figura humana(Machover).

Aunque la tarea que deben realizar es individual, sinembargo, la interpretación puede realizarse en forma grupal.

Diagnóstico institucional. Se refiere a conocer las característicaspsicológicas que presenta la institución o la organización.Comprende una tarea con todos los niveles de la cárcel.

Las técnicas que se utilizan:

Entrevista individual. Tests colectivos. Análisis de la comunicación.

Tratamiento. La base de un adecuado tratamiento esindudablemente un correcto psicodiagnóstico. El tratamientopenitenciario intenta modificar, atenuar la agresividad delindividuo antisocial, hacer conscientes aspectos inconscien-tes en cuanto a sus conductas patológicas, sensibilizarlo enrelación a su afectividad, favorecer relaciones interper-sonales estables, lograr que pueda canalizar sus impulsos yverbalizar su problemática.

La psicoterapia al igual que el diagnóstico puede serindividual, grupal e institucional.

La terapia individual significa la relación interpersonal conel interno, con un encuadre riguroso. 10 Implica por lo menosdos sesiones semanales de una, hora de duración.

Psicoterapia de grupo. Se ha discutido mucho sobre el valor delanálisis de grupo en instituciones penitenciarias, enrealidad, es poco lo que se conoce sobre el tema, ya que lamayoría de los trabajos son investigaciones aisladas. Através del estudio del grupo se intenta explicar ladiversidad, complejidad, fluidez de la situación grupal, queproyecta los comportamientos manifiestos, así como las

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motivaciones subyacentes. A través del grupo los interno]pueden verbalizar, sus conflictos y mejorar las relacionesinterpersonales que están deterioradas en estos individuos. 11

Terapia Institucional. En realidad, toda terapia debe ser integral,es decir, deben intervenir todos los niveles de lainstitución penitenciaria en relación a las necesidades delinterno. Pero cuando aquí hablamos de terapia institucinalnos estamos refiriendo al trabajo psicológico para que l,>sobjetivos educativos y resocialización de la cárcel como ins-titución se cumplan, a los cambios que deben operarse paraque una institución se convierta de "institución represiva”en institución resocializadora..

El estudio psicológico de los individuos alojados en unainstitución penitenciaria está siempre muy relacionada a lasituación jurídica.

Detenidos. La tarea psicológica consiste en un estudia depersonalidad, pero utilizando como técnica la entrevistafocalizada para atenuar situaciones de stress y angustia queson tan frecuentes cuando un individuo vivencia las situa-ciones de encierro. Esta atenuación de la sintomatología deangustia previene cuadros depresivos agudos (suicidios),conductas autodestructivas (marcarse, cortarse), así comosituaciones de pánico y agresividad hacia otras personas.

Procesados. Estudio de personalidad en forma integralaplicando múltiples técnicas. Aquí se señala el tratamientoasí como el pronóstico. Se observa que la situación del procesado todavía es de angustia desde el punto de vistapsicológico, ya que él no sabe si quedará en libertad o serásentenciado, su inestabilidad es notoria, así como su estadoemocional ambivalente.

Sentenciados. En esta etapa se realiza un retest y seintensifica el tratamiento psicológico. Se informa al ConsejoInterdisciplinario sobre las características de personalidaddel interno así como sobre su estado actual. Los sentenciados pueden estar en diferentes fases del tratamiento, por

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ejemplo: en preliberación, que consiste en salidas los finesdé semana a su casa. El psicólogo puede colaborar aquí con elTrabajador Social visitando el domicilio del sentenciado yasí apreciar el ambiente de la familia y poder detectar elgrado de adaptación del sujeto a su medio, es decir, lasdificultades de su reingreso. Hemos podido apreciar yobservar la importancia que tiene una salida progresiva ycontrolada del sujeto, muchas veces se evita una posiblereincidencia.

Un método muy eficaz desde el punto de vista psicológico esel método colectivo de excursión que consiste en que un grupode internos de buen comportamiento, que han manifestadopautas de resocialización a quien el Consejo In-terdisciplinario otorgó el permiso salen de paseo durante undía, preferentemente a lugares industriales y culturales,aquí el psicólogo participa en la excursión observando elcomportamiento de los internos y ayudando a atenuar lasreacciones de pánico, angustia, que pueden presentarse. 12

Con los sujetos que se encuentran en penales abiertos, esdecir, en una seguridad mínima, la tarea psicológica consisteen orientación y apoyo para que el reingreso del interno a sumedio se realice en óptimas condiciones.

OTRAS TAREAS PSICOLÓGICAS

Informe psicológico al juez. Es necesario a los efectos de unaadecuada determinación de la pena en su fase judicial que losmagistrados obtengan los informes sobre las característicasde personalidad del sujeto procesado. Aquí pensamos que nosólo es necesario informar sobre los aspectos mentales opsicológicos individuales, sino también los familiares. Es uninforme estrictamente de personalidad que enuncia el grado depeligrosidad del interno, .así como la aproximación a unpronóstico de su comportamiento. Es obvio que este informepuede aclararle al juez de una manera determinante si elsujeto procesado es un débil mental o presenta unapsicopatología a nivel profundo, etc. Un apre-

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suramiento .diagnóstico puede representar para el sujeto unaerrónea individualización penal.

Análisis de grupos que participan. en actividadesartísticas-culturales: En muchos centros penitenciariosexisten ya grupos de danza, música, teatro, dibujo yescultura, con la coordinación de maestros especializados enestas ramas. La tarea psicológica consiste en colaborar conlos maestros realizando un análisis del grupo que participaen estas actividades. Este análisis y control permite no sóloel conocimiento de quien integra el grupo, sino queinterpreta la dinámica de la conducta del grupo y la delsujeto en particular.

Selección de personal. En su articulo "Selección y preparación delpersonal penitenciario" la psicóloga Jaramillo se refiere aesta tarea psicológica analizando tres aspectos de laselección de personal.

Un primer aspecto: análisis de la organización (determinaciónde responsabilidad). Un segundo aspecto: análisis de empleo(se determinan las actividades que cada empleado deberealizar) y un tercer aspecto: análisis humano que determinalas características psicosociales del individuo. Explica quelos medios de selección de personal consisten básicamente endetectar los rasgos de personalidad que requiere todopersonal penitenciario a través de la aplicación de múltiplestécnicas. Pero lo más importante del articulo en que señalalas características psicológicas más sobresalientes que debe,tener el aspirante:

Capacidad - de organización, capacidad de control de grupo,adecuada introyección de la figura de autoridad, capacidaddel .relaciones interpersonales, capacidad de control deagresividad y capacidad de afecto .13

Hemos observado las diversas tareas que puede realizar un psicólogo en una institución penitenciaria y esto sin men-cionar las áreas de investigación, sin embargo, queremos se-ñalar que aunque todas las actividades del psicólogo tienen

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importancia, la más significativa, indudablemente, es la re-lación con el interno. En base a esto es que hemos pretendidomarcar un contexto teórico de la problemática delincuencial específicamente de la personalidad del hombre que está en prisión._______________

6 Según Freud la proyección es un mecanismo de defensa contrala angustia. En ese sentido la proyección consiste enatribuir las propias tendencias, deseos, sentimientos a otraspersonas, al mundo exterior, por un mecanismo de protecciónque permite al, sujeto no tomar conciencia de esos contenidosindeseables, también como un mecanismo más general, según elcual el recuerdo de nuestras percepciones anteriores tiende ainfluir la percepción de los estímulos actuales.

7 Ver Duach Perla, Serrone A. y Oviedo Ma.: Estudiocomparativo de la personalidad de un grupo de menoresdelincuentes, realizado en base a este test psicológico deCalifornia. Revista de Criminología. Córdoba, Argentina,1968.

8 Anne Anastasi: Los tests psicológicos. Ed. Aguilar, 1961.

9 Ver Jahoda, Deutseh y Cooke: Research methods in socialrelations. Cuadernos de Sociología, Universidad Buenos Aires,1964; y Bleger J.: La entrevista psicológica, Ed. Universidadde Buenos Aires, 1964.10 Ver H. Sullivan: La entrevista psiquiátrica. Ed. Psyque,Buenos Aires, 1959.11 Ver H. Marchiori: Psicoterapia de grupo. Observacionesrealizadas en el Centro Penitenciario del Estado de México,1973.

12 Ver H. Marehiori: Aspectos psicológicos de la preliberación--Método Colectivo- "Centro Penitenciario del Estado deMéxico". Toluca, 1974.

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13 Ver Jaramillo Vences: Selección y preparación de personalpenitenciario. V. Congreso penitenciario mexicano. México,1974.

5 Sobral, J. (1994). Manual de Psicologia Jurídica. Paidos,México.

RELACIONES ENTRE LA PSICOLOGÍA Y LA LEY

Eugenio Garrido Martín 1

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(Universidad de Salamanca)1. Introducción

Los estudios que exponen las relaciones entre la Psicología yla ley positiva suelen comenzar con algún ejemplo enrarecidoen los medios de comunicación.

No quiero apartarme de este esquema; quiero recordar dosacontecimientos o noticias relativamente frescas. El primero,ya clásico, la sentencia de la minifalda. Me refiero a él nopor el ruido social que produjo, sino por las razonesaducidas por el juez de Teruel para absolver al empresarioque acosa sexualmente a su secretaria: no he hecho más, dicecasi textualmente el juez, que aplicar los principios de labiología y de la Psicología de Freud. Es decir, que lasteorías psicológicas de la conducta intervienen explícita-mente en la argumentación jurídica. La conclusión, para lospsicólogos, es que en esta sentencia se ha explicitado sufundamentación psicológica; en todas las demás se utiliza deigual manera (Fitzmaurice y Pease, 1984).

El segundo acontecimiento, que se toma de los medios decomunicación, es menos conocido, pero no por eso menossignificativo en cuanto a mostrar la íntima relaciónexistente entre la Psicología y la ley. Se trata de unreportaje aparecido en el suplemento dominical de ABC(29-3-89, Págs. 66-67). Reportaje publicado con motivo delDecreto del Consejo de Ministros de 3 de marzo de 1989 en elque se pena a quienes no pasan a la mujer y a los hijos lapensión estipulada en la sentencia de separación. Uno de losjueces entrevistados (juez de familia Eduardo Hijas) afirmaque él quedaría más satisfecho si pudiera entrevistarse asolas con las partes que litigan.

En este segundo caso la relación entre la Psicología y la leyroza el campo del ejercicio profesional. De alguna manera,ciertas funciones del juez, o que se atribuyen a ciertosjueces, tienen algo o mucho que ver con las funcionesespecíficas del psicólogo. Fue Parsons quien, allá por los

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años cuarenta (1949), afirmaba que la eficacia de losabogados no se mostraba tanto en las salas de juicios como ensus despachos. Se refería a funciones que en Psicología sedenominan counselling y que es uno de los roles más viejos delpsicólogo: tanto que puede constituir su estereotipo.

Aun partiendo de estos dos ejemplos prototípicos, y con ellocontinuar la tradición de los escritos psicolegales, no es miinterés demorarme en lo anecdótico que ponga de manifiesto elejercicio. Me interesan las relaciones epistemológicas,mostrar si son idénticas o distintas de sus representacionesde la conducta, objeto de estudio de la Psicología y objetode regulación de la ley positiva. También me interesa llegara establecer los paradigmas concretos de la posible o realcolaboración.

2.- Tres momentos históricos

Si nos acercáramos sistemáticamente a las primeras páginas delos tratados de Psicología jurídica hallaríamos unos, cuantostópicos que se repiten con mayor o menor fortuna. Uno deellos es el recuerdo de hechos históricos que muestran cómofueron descubriendo y aceptando los hallazgos de las cienciassociales, en especial de la Psicología, quienes tienen poroficio la ley positiva.

No faltará nunca la mención de Münstenberg, 1908 (véase Balu,1984, Marcowitz, 1976). Münstenberg mostró la imperiosanecesidad que tiene la ley positiva de conocer y aplicar loshallazgos de la Psicología científica, especialmente en elcampo del testimonio presencial. La cita siguiente, recordadapor Zimbardo (1975), es larga, pero-merece la pena: es uno delos primeros testimonios en que se muestra la necesidad deque el juez tenga en cuenta la Psicología de los «sentidos:«Los periodistas se sentaron inmediatamente delante delestrado. Uno escribió que los. oyentes estaban tansorprendidos por mi discurso que éste fue acogido con uncompleto silencio: otro, que yo era constantementeinterrumpido por vivos aplausos, y que al final de mi arenga

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éstos continuaron varios .minutos. El primero escribió que yono dejé de sonreír durante él. discurso de mi contradictor yel segundo anotó que mi rostro se conservó serio, sin unasonrisa. Según uno, me puse colorado; según otro, blancocomo, la pared. El primero contó que mi adversario no dejó depasear por. el escenario durante mi discurso, y el otro quepermaneció siempre sentado a mi lado y que me dabapaternalmente golpecitos en la espalda» (Zimbardo, 1975,págs. 35-36).

Naturalmente, cuando los tratados mencionan la obra deMünstenberg, no eluden recordar la solfa en que la poneVigmore (1909). Algunos no se olvidan, tampoco, de que lafarsa tiene un tercer acto: treinta años después, 1937,Vigmore reconoce la necesidad de que la ley positiva sefundamente o tenga en cuenta los hallazgos de las cienciassociales, admitiendo, también, que los Test son uninstrumento científico. Sin duda, puede afirmarse que en eltrasfondo existe una concepción positivista de la ley, aque-lla que no se funda en la ideología liberal, sino en lanaturaleza de la realidad social (véase García Arán, 1987).

Un segundo e importante momento histórico tiene lugar en elaño 1962, con el juez Bazelon (véase Balu, 1984, pág. 4, ypág. 344 y sigs.). Psicólogos y psiquiatras no están deacuerdo en el diagnóstico de la enfermedad mental de Yenkins.El juez admite la cualificación del psicólogo para diagnosti-car en temas de enfermedad mental. Tal como demuestra Balu(1984) y lo prueban Poythress y Petrella (Poythress, 1979;Petrella y Poythress, 1983), mediante estudios comparativos yrepresentativos, los diagnósticos de psicología forensepueden ser mejores que los de los psiquiatras.

Tomados en conjunto estos dos casos históricos, se advertiráque existe en ellos un gran sesgo a favor de la ley positiva:parece que tal relación tuviera lugar solamente en el ámbitode la ley procesal (capacidad del acto responsable overacidad del testimonio). Y, en verdad, no se puede negarque la psicología jurídica, al menos la académica, está

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determinada o polarizada en torno al mundo del proceso y deldiagnóstico (Garrido, 1992; Romero, 1992).

Los psicólogos, sin embargo, no estarían de acuerdo enlimitar las relaciones entre psicología y ley a sólo estoscampos. Como se verá más adelante, la gran pretensión de lospsicólogos es, dentro de unos límites, convertir a lapsicología en el fundamento de la ley positiva y de susaplicaciones concretas: fundamento racional de suformulación, auxiliar indispensable en su ejecución y juezevaluador de sus logros. Tal es la opinión de autores comoMonahan y Loftus (1982), Haney (1984), Blackman, Müller yChapman (1984), Kirby (1978), Muñoz Sabaté (1980), Tapp yLevine (1977), etc., y, en general, es la pretensión de todoslos que directa o indirectamente se han acercadoepistemológicamente a esta relación, incluida la presente.

Por eso, los psicólogos suelen citar con cierta sesgadaquerencia la sentencia del Tribunal Supremo de los EstadosUnidos de América en la que se prohíbe la educacióndiscriminada entre negros y blancos. En ella se afirmaexplícitamente que las ciencias sociales han demostrado quela educación separada promueve la segregación. Es el tercerhecho histórico al que quería referirme. Aquí las cienciassociales; entre ellas la psicología, han ofrecido la realidadsocial que da sentido, que da aplicación concreta a la ley yayuda a quien ha de aplicarla, ayuda que consiste enofrecerle el verdadero sentido de lo que quiere la ley: en1896 el Tribunal Supremo de los Estados Unidos dictó unasentencia judicial acerca de la doctrina de «separados peroiguales» en las relaciones raciales, normalizando que lasegregación racial legislada no viola la Constitución. En1954 el Tribunal dio la vuelta a esta decisión anterior aldeclarar que la segregación racial legalizada en las escuelaspúblicas es intrínsecamente desigual, por lo tanto unaviolación de los derechos constitucionales. Para llegar aesta conclusión el Tribunal de 1954 tuvo en cuenta grannúmero de documentos de las ciencias sociales, que cita enuna nota a pie de página de la decisión.

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Quienes se opusieron a la decisión de 1954 se fijaronrápidamente en este hecho y expresaron su desánimo porque elTribunal Supremo se había apartado de su obligación de tomardecisiones puramente legales y de haber contaminado susdecisiones con consideraciones psicológicas y sociológicas.Tal como lo expresó el editor de Richmond Times-Dispach, enVirginia: «Violencia en Little Rock... no hubiera tenidolugar si nueve jueces no hubieran consultado a los sociólogosy a los psicólogos en lugar de a los juristas en 1954 eintentado legislar mediante decretos judiciales (Dabney,1957, pág. 14, citado por Petigrew, 1961).

Tales críticas apoyan la decisión «puramente legal» de 1896en la que explícitamente se reconoce que: la legislación esimpotente para erradicar los instintos raciales «y sostenerel punto de vista de que el modo estatal no puede modificarel modo popular» (stateways cannot change folkways). Peroesta crítica a la decisión de 1954 lleva en sí misma surefutación al revelar que la decisión de 1896 es tambiénsociológica y psicológica. Así, la noción de que existen«instintos raciales» y la creencia de que la legislación o laacción judicial no produce un cambio de actitudes sonsupuestos psicológicos que exigen una evidencia empírica enfavor o en contra. De hecho, incluso «decisión» suena como sise inspirase directamente en los escritos de William GrahamSumner, el influyente sociólogo de aquellos tiempos, quiensostenía que stateways cannot change folkways (D. Bem, 1970,pág. 1).

Mientras el psicólogo, en sus relaciones con la ley positiva,se restrinja a su papel de experto que aconseja a la partejurídica en temas de conducta humana, parece que no se creandemasiados problemas. En definitiva, mientras el jurista sigadetentando el poder de esta relación y el psicólogo sea' elauxiliar y le ofrezca los datos a los principios sobre losque fundamentar su argumentación, no se plantean mayoresproblemas, ni epistemológicos ni de competencia (Haney,1984). Cuando, por el contrario, la psicología o cualquier

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otra ciencia social pretende convertirse en árbitro, lasrelaciones entre psicología y ley se hacen difíciles (Ellisony Buckhout, 1981; King, 1984; Kirby, 1978; Garrido, 1986).

Se han recomendado tres hechos históricos con ciertarelevancia que definen, teórica y prácticamente, las posiblesrelaciones entre la psicología y la ley positiva: lanecesidad de contar con los descubrimientos psicológicos enlas pruebas: Münstenberg; la cualificación científica delpsicólogo para emitir evaluaciones forenses: Bazelon, y lainfluencia de los conocimientos psicológicos en el cambio dela legislación.

3. Consideraciones epistemológicas

En algún escrito anterior mío (1986) se defiende lalegitimidad que posee el psicólogo para intervenir en temaslegales y el predominio de la psicología sobre la ley en elterreno de los principios; también se declara (1990) que talprioridad, en la práctica, es una paradoja, sobre todo cuandose analiza el poder efectivo de la psicología en el momentode dar forma explícita a la norma positiva o en el deaplicarla.

No se quiere volver sobre estos campos de fricción: elinterés actual se concentra en los problemas epistemológicosque plantean las relaciones mutuas; aunque tampoco sepretende que aquello se eche en olvido.

Los tratados de psicología jurídica no suelen aproximarsedemasiado a los fundamentos de las relaciones entre lapsicología y la ley. Suelen, no obstante, comenzar haciendoafirmaciones básicas: la psicología y la ley han derelacionarse porque ambas tratan de la conducta humana.

1. Esta publicación se realiza bajo la ayuda de investigaciónCICYT, PBS 90-0387.

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2 Lo sucede es que tampoco la psicología tiene una concepciónde la delincuencia <<naturaleza>>, sino como conducta aprendida. Pasará mucho tiempo hasta que la concepción médicade la conducta o el error fundamental de la atribución causalpenetre en campo de las demás ciencias, y más tiempo aún debepasar hasta que se convierta en representación social».

Dicho de esta manera vaga y genérica, nada habría queobjetar, salvo que, como dirían los clásicos, la conductahumana no es más que un objeto material susceptible de serestudiado desde distintas perspectivas, y éstas son lasdiferencias sustantivas de los saberes. Si la psicología y laley se relacionan entre sí porque ambas se ocupan de laconducta, ha de ser, en parte al menos, porque tienen tambiénel mismo modo de entenderlo; aunque una, la psicología,estudie sus regularidades, y otra, la ley, las suponga.

Es necesario, pues, matizar más. Y al hacerlo surgendificultades. Se tratará de exponerlas gradualmente: primerodesde el punto de vista de la psicología; luego, más difícilpara mí, desde los cultivadores de las ciencias jurídicas.

La psicología y la ley han de relacionarse necesariamenteporque ambas tratan de acción humana: «Ley y. psicología sonsemejantes porque ambas tratan de las conductas humanas.-Ambas se preocupan de controlar la conducta» (Howard, 1974,citado por-Kirby;.1978)..

Ellison y Buckhout (1981) son más precisos: «Ley. ypsicología tienen un punto de vista común: a ambas lespreocupa la comprensión, la predicción y la regulación de laconducta humana»-(Pág.1).

Hay autores que toman posturas, a primera vista, másextremas, como Saks y Hastie (1978): «Cada ley y cadainstitución. legal se apoyan en una presunción acerca de la

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naturaleza humana y ,la manera en que viene determinada laconducta humana» (pág. 1).

En esta gradación in crescendo se llega a la precisión deHoward que recoge King (1984): «La ley se funda en creenciascomúnmente aceptadas (no necesariamente fundadas) y reflejaactitudes comúnmente aceptadas (aunque prejuzgadas)» (pág.67).

El desarrollo de estas afirmaciones de Howard constituye elcuerpo de argumentación de libros tan bien estructurados comolos de Fitzmaurice y Pease (1984) o el de Lovegrove (1988).

En el otro extremo, en el de las argumentaciones quedemuestran el desapego y naturaleza distinta de Psicología yley, estarían autores como el ya citado King, que niegan caside modo absoluto las posibles relaciones entre ambasdisciplinas por hallarse en dos mundos del saber que ni serozan: nada tiene que ver el mundo de las leyes científicasde la conducta con la aplicación concreta, circunstancial eindividual de la ley positiva; idea que se puedecaricaturizar diciendo cómo en la mayoría del mundo se con-duce por la derecha y en Gran Bretaña por la izquierda(aunque resulta curioso leer cómo Maccoby (1980), almencionar los temas básicos sobre los ,que existen leyespositivas en todas las culturas y acentuar cómo las queresultan de interés común se aceptan, pone como ejemplo elacuerdo sobre la mano por la que se conduce).

La idea de la no relación tiene más trascendencia cuando seargumenta ,:()n el calor histórico de la ley positiva. Así,quienes pertenecen al partido socialista español y hoy estánen el gobierno, hace 20 años eran perseguidos encarceladoscomo desviados de la norma. Ser un delincuente no es cuestiónde personalidad (de Psicología), sino de voluntad dellegislador. 2

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«Por todo ello la consideración del delito y el delincuentecomo realidades que están en la «naturaleza» de las cosasindica un reduccionismo en el que cayó la criminologíaclásica y que se ha revelado totalmente incorrecto» (GarcíaArán, 1987, Pág. 24).

Ante afirmaciones y posturas tan dispares se corre el riesgode «recencia»: quedarse con el último argumento leído. Aunquetambién crean un conflicto sociocognitivo, que se resuelvemediante la integración de los contrarios en una estructuracognitiva superior. Por una parte, parece que psicología yley son inseparables; por otra, que utilizan un lenguajeanálogo y no unívoco al referirse a la conducta. Se interesanpor los mismos temas: la delincuencia, el testimonio, larehabilitación, los contratos, la negociación, pero elsignificado de estas palabras es distinto para cada uno deellos. Y, finalmente, de la analogía se pasa a laequivocidad.

Situados en esta encrucijada, se impide retomar las cosasdesde el principio, comenzar por el análisis de la conductahumana como punto de encuentro de Psicología y ley, yreconsiderar aquellas afirmaciones de los psicólogos queparecen exageradas. Como ejemplo, las de Ellison y Buckhout(1981) cuando afirman que ambas ciencias se preocupan de lacomprensión,la predicción y la regulación de la conducta humana. Esto esaparentemente cierto, pero la comprensión, la predicción y laregulación tienen significados muy distintos cuando sonutilizadas por la psicología o cuando son utilizadas por ellegislador (Muñoz Sabaté, 1980; Bayés, 1980; Garzón y Scoane,1988; Munné, 1987).

Sólo tangencialmente puede interesar al legislador elconocimiento nomotético de la conducta humana. No es sucometido el descubrimiento o estudio de la ley del efecto,del aprendizaje vicario o de las leyes guestálticas de lapercepción humana. Entiéndase bien, no es que el legisladorno su ponga las leyes del funcionamiento conductual humano,

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pero éste no es su cometido, mientras que sí lo es delpsicólogo.

De la misma manera es equívoca la expresión «predicción de laconducta humana» aplicada por los autores a ambas cienciaspor igual. Las ciencias sociales, como cualquier otra cienciade la naturaleza, buscan el descubrimiento de las leyes queles permitan controlar el comportamiento de los seres queestudian, y no existe control de verdad si se ignoran lasleyes o los procesos. Si se descubre que la mera familiaridadcon las personas, objetos o artificios produce la querencia,el psicólogo utilizará tal descubrimiento, por ejemplo, paramodificar unas actitudes prejuiciosas. De la misma manerautilizará y medirá comportamientos humanos a partir de lagratificación, del modelado, de las leyes de la memoria, delos principios de la atribución causal, etc. La ley positiva,en cambio, no predice sino que prevé y trata de fomentar o deprohibir positivamente, pero no explícitamente en función delas leyes de la naturaleza humana, sino en función del poderque posee, y en función de lo que considera bueno o malo parala convivencia entre las personas.

¿Qué decir de la regulación aplicada unívocamente a ambasdisciplinas? la regulación de la conducta es la funciónesencial de la ley positiva: ella es la que nos dice lo quedebemos hacer o evitar; la que premia y la que castiga, laque abre o cierra semáforos e impone direcciones únicas. Nose entiende, en cambio, en qué sentido puede afirmarse que laPsicología regula la conducta más allá del uso de sus leyesnomotéticas que controlan solamente en cuanto predicen. Sinduda, este tipo de control psicológico e. (le naturaleza muydistinta del que ejerce la ley positiva. Es tan equívoco eluso del control por ambos saberes que la ley positiva puedecontrolar (prohibiéndolo o imponiéndolo) el controlpsicológico.

Existen, pues, muchos equívocos cuando, desde un punto devista epistemológico, se tratan de hallar las relacionesentre Psicología y ley. Un autor que elimina este equívoco es

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Piaget (1976), cuando con sutil precisión dice: ,< Lasciencias jurídicas ocupan una posición muy diferente debido aque el derecho constituye un sistema de normas y una norma sedistingue, por su misma obligatoriedad de las relaciones máso menos generales buscadas por las ciencias nomotéticas, dela simple constatación de relaciones existentes: es unacategoría aparte, que es la del deber ser. Lo propio de unanorma es, pues, prescribir un cierto número de atribuciones yde obligaciones que siguen siendo válidas aun en el caso deque el sujeto las viole o no haga uso de ellas, mientras queuna ley natural se apoya en un determinismo causal o en unadistribución estocástica y su valor de verdad dependeexclusivamente de su adecuación a los hechos» (Pág. 50).

Tras la lectura de estas palabras no quedan ya dudas sobre loque es propio, objeto formal, de la ley positiva y lo que espropio de la Psicología cuando ambas se aproximan a su objetomaterial. común: la conducta. Se trata de lenguajesdistintos, el del ser y el del deber ser, el de la imposicióny el del descubrimiento.El lector ya se ha dado cuenta del modo paradójico de exponeren el que se afirma negando. Por eso, es necesario matizarlas palabras de Piaget, pues no sacan del equívoco ni delconflicto sociócognitivo.

No es verdad que entre Psicología y ley no exista másrelación que a través de su objeto material común: laconducta: Su contacto es más íntimo: las dos tienen la mismaconcepción de la naturaleza humana y de su comportamiento. Yla ley, si no quiere ser irracional e «inhumana», ha de con-tar, entre otras ciencias sociales, con la Psicología. A noser que quiera legislar que el sol da vueltas alrededor de latierra, o que 'el recién nacido «mata» a su madre, y debe,por ello, ser encarcelado. Cuando el legislador quiera ir másallá de la interpretación semántica de las palabras deberecalar en las ciencias sociales (Walker y Lind, 1984).

4. Relación sin equívocos. Relación unívoca

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Las matizaciones a las palabras de Piaget deben hacerseordenada o progresivamente. En primer lugar, cuando lospsicólogos hablan de relaciones entre Psicología y ley estánafirmando que, aunque cada disciplina tenga su cometido, lasdos comparten una concepción unívoca de los procesos quegobiernan la conducta humana, sólo que una, la ley, lossupone o intuye, y la otra, la Psicología, los coloca en supunto de análisis. La ley positiva parte de una concepción dela naturaleza humana y de una previsión del comportamientohumano y legisla en consecuencia. Por ejemplo, el derechopenal no tiene sentido si no se presupone que el hombre secomporta tal como lo predicen los psicólogos del refuerzo oel castigo contingentes. También el psicólogo premia, castigay amenaza para demostrar que éstos son principios demotivación que rigen la conducta humana. Por esta razón noparece adecuada la objeción de Andenaes (1979) cuandocritica, en concreto, este paralelismo entre la Psicología yla ley penal, simplemente porque el castigo en el laboratoriono es lo mismo que el castigo penal. Y, sobre todo, no esaceptable tal crítica cuando en ese mismo capítulo él habladel valor «disuasorio» de la ley penal al igual que lo hacenen otros capítulos del. mismo volumen Zimring y Hawkins.Dicho paladinamente, desde el punto de vista psicológico, laley penal, en tanto su finalidad es exigir el cumplimiento delo legislado, se funda en una concepción de comportamientohumano idéntica a la de la psicología, pero ésta le dice queel uso que hace de esos procesos es dudoso, porque no son losmejores para conseguir lo que explícitamente pretende. Lamotivación de la conducta ha sido estudiada con más precisiónpor la Psicología del aprendizaje, y cuando la ley positivaquiera utilizarla deberá contar con sus hallazgos (Buik-huisen, 1988; Van Dusen y Mednick, 1988).

Desde la perspectiva psicológica, aquí es donde se halla elverdadero fundamento de las relaciones entre la Psicología yla ley positiva: en que muchas de las leyes positivas tienensu razón de ser, su justificación teórica en

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los supuestos de cómo funciona la naturaleza humana y asíaparece formalmente en los prolegómenos de cada ley (Garrido,1992). En definitiva, como se insistirá más adelante, lasrelaciones psicolegales se fundamentan en que la ley no espuro voluntarismo, sino que también quiere ser racional. Anteesta conclusión ya no parece tan exagerada la afirmación deSaks y Hastie (1978) de que cada ley y cada institución legalse apoyan en una presunción acerca de la naturaleza humana yen la manera en que se determina la conducta humana.

5. El psicologicismo de la ley

Naturalmente, existe conciencia de la cascada de deduccionesque estas afirmaciones precipitan: la Psicología y lasciencias sociales como norma de la norma; la Psicología y lasciencias sociales como jueces de la norma positiva. Se puedeejemplificar esta exageración diciendo que, de ser así, laPsicología puede juzgar el valor de una norma tan arbitrariay sin fundamento psicológico explícito como la ubicación deun semáforo y la frecuencia de sus cambios. Y puede juzgarlopor, al menos, dos razones: una, acudiendo a sus estudios depercepción humana; la otra, por el estudio de los movimientosde masas o conductas colectivas (Milgram y Toch, 1968).

Sinceramente, para un estudioso de las ciencias sociales noresulta fácil liberarse de esta red de argumentaciones; no esfácil hallar la salida al panpsicologicismo de la ley. Aunquebien pensado, no es que la psicología quiera usurpar lahegemonía del fundamento de la ley; 'es la ley misma, por sunaturaleza intrínseca, la que está llena de Psicología, laque es panpsicológica. La Psicología científica puedeayudarle a que la Psicología en la que se apoya sea la mejorposible.

Sin embargo, por sentido común, acaso por un cierto sentidode la mesura y del pudor científico, tanto panpsicologicismopuede parecerle indeseable, paranoico. Llegado a estaargumentación extremada, uno tiene la tentación decontenerse: no se pretende sostener que todas las leyes

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positivas tengan la misma dependencia psicológica que elderecho penal. Existen leyes positivas, como laobligatoriedad del. cinturón de seguridad, o muchas normasdel derecho administrativo, como el modo de rellenar unimpreso, que nada o muy poco tienen que ver con la psicologíao las ciencias sociales.

En alguna otra ocasión (Garrido, 199.1) he intentado salir deeste impasse recurriendo a la escala de valores dellegislador como anclaje último de la ley positiva. Porejemplo, no es lo mismo tener una ideología socialista queuna ideología liberal en el momento de elaborar lospresupuestos generales del Estado. Es decir, las leyesemanan, no de la concepción de la naturaleza humana, sino dela escala de valores del legislador. Dentro de poco sedemostrará que la puesta en práctica (conducencia) de esasleyes emanadas de una escala de valores determinada exigiráque el legislador cuente con los hallazgos y servicios de lasciencias sociales.

Antes se analizará más de cerca la afirmación de que laescala de valores terminales es el fundamento último, nopsicológico, de la ley positiva, poniendo el acento en elvalor de justicia. Se verá la circularidad que existe en ladistinción piagetiana entre el ser y el deber ser con la quese justificaba la distinción entre Psicología y ley. Seanunciará una posible salida en el interaccionismo simbólicoo, mejor, el interaccionismo recíproco banduriano.

6. Validez circunstancial del valor de justicia

Cuando se apela a la escala de valores terminales como fuenteúltima de la ley positiva parece que se ha tocado fondo y seconcede un respiro ante la exageración del panpsicologicismo.Se está de acuerdo con psicosociólogos como Rokeach (1973),Serrano (1984) o Garcés (1988), que conceden a las escalas devalores terminales la función de justificar la propiaconducta.

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Pero este tipo de justificación tiene mucho que ver con unaconcepción del derecho natural que sostiene que el fundamentoúltimo de la ley se halla inscrito y es innato a lanaturaleza humana en cuanto tal. Uno de los valores innatos,eternos y consustanciales es el de justicia, valor que, porprincipio sostiene la ley positiva. Tan es así que, ennuestro lenguaje, se le han dado la vuelta a los significadossemánticos diciendo que es justo aquello que se acomoda a laley. Idea ésta que también está implicada en la dialéctica«ser y deber ser» sobre la que se ha prometido volver.

Se puede entender que los valores de vida confortable,dignidad humana, paz, igualdad, libertad, etc., esténinscritos en la naturaleza misma; una inscripción semejante ala de los primeros principios del razonar, que son elfundamento último de la deducción lógica. Hay autores nadasospechosos de esencialismo y más bien sospechosos dehistoricismo, como Sampson (1986), que afirman lo mismo delvalor justicia: «Algo que es tan profundamente persuasivocomo lo es la justicia para legitimar un orden social, nopuede ser relativo y siempre cambiante. Los principios de lajusticia deben fundamentarse en un estrato más profundo de.la vida social humana. Los principios de la justicia debenreferirse.; a temas que afecten a todas las sociedadeshumanas y ---yo creo- sé focalicen en la cooperación y elinterés general de la comunidad más que en la competición oen el interés individual» (pág. 97).

Frente a esta concepción innatista, según la cual el valor dejusticia se equipara a los demás valores terminales; debasostenerse que el valor de justicia, por definición, es unvalor relacional y; por consiguiente, surgido del consenso yvigente por consenso, por lo cual es esencialmente relativo atiempos y circunstancias. En nuestro tiempo, se impone quesea un valor intrínsecamente relacionado con la justiciadistributiva. Justicia distributiva que, en último término,se identifica con la equidad y no con la igualdad y menos conla necesidad de que habla Deutsch (1975, 1986) en sus

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escritos de tanta resonancia en el ámbito de la psicologíasocial (Bierhoff et al., 1986).

Sería larga de explicar la argumentación que existe tras cadauno de los términos que se acaban de utilizar, además de nopertinente en este momento. A modo de prueba de autoridad hande entenderse en el mismo sentido las palabras de Rawls(1985) cuando afirma que la justicia es un problema deconsenso social y, por lo mismo, acomodaticio y no necesaria-mente el mismo en todas las sociedades: «Aunque la justiciatenga cierta prioridad y sea la virtud más importante de lasinstituciones, manteniendo igual otras cosas, una concepciónde la justicia es preferible a otra en cuanto susconsecuencias más amplias sean más deseables» (pág. 6).

Si las afirmaciones sobre el valor consensuado son ajustadas,resulta o se deduce que el valor de justicia no sería unvalor terminal en sí mismo, sino que sería un valorindependiente, un subproducto de la igualdad, siempre que laigualdad se entienda como equidad, tal como se explica másadelante. Dicho de otro modo, todos somos iguales siempre quetodos aportemos «igualitariamente».

Interesa resaltar estas palabras de Rawls porque en su famosolibro parece que busca ese primer principio de la justicia,ese valor que trascienda a las circunstancias, alejado de lainvestigación empírica psicosociológica, dejando para éstaúnicamente los modos de su aplicación concreta en tiempos ylatitudes diferentes para lograr lo que él llamaimparcialidad, coordinación, eficacia y estabilidad.

Implícitamente se supondría que las ciencias socialestendrían más que decir en la aplicación concreta del valorjusticia a la imparcialidad, la coordinación, la eficacia yla estabilidad, y menos a la noción misma de justicia. Sinembargo, tal como yo la entiendo y tal como yo entiendo quela en-tiende Rawls, la justicia valor terminal, por ser problema deconsenso, es problema circunstancial y debe ser descubierta

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por las ciencias sociales tanto en su definición osustantividad como en sus funciones o aplicaciones.

En el intento de hallar las relaciones entre la psicología yla ley, si se acepta la noción de justicia que se acaba deexponer, resulta ser función de las ciencias socialesinvestigar cuál es el concepto de justicia de la sociedad enla que se vive. Y, si se es lógico, puede hacerse unargumento perfecto: si la ley positiva se fundamenta en lanoción de justicia que rige la sociedad en la que sepromulga, y si es función de las ciencias sociales descubrirdicha noción, entonces son las ciencias sociales las quetambién han de dar el fundamento último, ultimísimo, a la leypositiva.

7. Interacción entre el ser y el deber ser

Es ésta una cuestión que tenemos pendiente desde lareferencia a Piaget. Según este autor, una de las diferenciasesenciales entre ambas disciplinas es que la ley nos dice loque debemos hacer y la psicología descubre las leyes del ser,las leyes de la conducta. Las leyes positivas, aunque no secumplan, siguen teniendo su valor, mientras las leyesnomotéticas se invalidan cuando no se halla su «cumplimiento»real. Pero debe afirmarse en contra de Piaget que si seinvalidan las leyes nomotéticas, se invalidan también lasleyes positivas que razonablemente se fundan en ellas.

Aun admitiendo la trascendencia de los valores terminales, eincluso incluyendo entre ellos el valor de justicia, quedapor explicar todavía la jerarquía entre ellos dentro de lamente del legislador; queda por descubrir el orden depreferencia dominante en la sociedad en la que se vive. Meestoy refiriendo, a la vez que resumiendo, a la lógica de ladeducción: se está tratando de hallar las relaciones entrepsicología y ley desde las ciencias sociales, desde lapsicología. Hasta ahora se ha dicho que la psicología, enesta relación, fundamenta a la ley. Tal sucede aun en el casoen que se quiera salir del panpsicologicismo acudiendo al

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deus ex machina de los valores terminales. Porque el valorjusticia, fundamento de la ley positiva, es un valor cuyaesencia es social, cuya existencia sería impensable fuera dela coexistencia entre personas. Cómo se experimenta, sesiente, se concibe, etc., la justicia y la injusticia en unasociedad es problema de las ciencias sociales.

Pero con este tipo de argumentación se está dando laimpresión, falsa impresión, de que la psicología tiene estaprepotencia sobre la ley positiva (al menos en el orden delas ideas) porque es la que estudia la «naturaleza».

humana y la «naturaleza» del comportamiento humano. Y por«naturaleza» entendemos el «ser», la realidad, lo sustantivo,el supuesto o soporte de la acción misma. Lo que pretendo eshace una crítica a este «supuesto», y para hacerlo esnecesario replantearse las relaciones entre el ser y el deberser. Entre el ser que «supuestamente» descubre la psicologíay el deber ser que ordena la ley positiva.

Naturalmente que a estas alturas del desarrollo delpensamiento humano no se es original al afirmar que laideología, las ciencias sociales, no son más que un reflejodel deber ser. En definitiva, no es original quien pretendaafirmar que las ciencias, especialmente las ciencias socialescon frecuencia no son más que un ropaje científico del statuquo, son unas supraestructuras al servicio del poderestablecido, que es el que legisla.

Desde el punto de vista que nos ocupa (las relaciones entrepsicología y ley), esto quiere decir que la ley, impuesta porel poderoso, determina lo que las ciencias sociales debendescubrir. Es decir, que es la sociedad tal como estáestablecida, y, más en concreto, el poder que crea las leyes,el que determina la psicología que se hace, la «naturaleza»que se descubre. 1', dicho así, las tornas se vuelven contralas ciencias sociales.

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Decir esto carece de originalidad, pero es necesario decirloo recordarlo porque, como ya hemos visto, Piaget diferenciaentre ser y deber ser a la hora de distinguirepistemológicamente las ciencias sociales de las jurídicas.

La pregunta es, pues: ¿quién determina a quién? ¿El poderestablecido,el deber ser, determina el ser que descubre la ciencia, o esprimero el descubrimiento) del ser hecho por la ciencia y aél se acomoda la ley positiva?

Dentro de la Psicología hay autores que han tratado bien estetema, por ejemplo A. Buss (1979), Gergen (1984), Sampson(1977), Torregrosa (1986), Jiménez Burillo (1992). Sonejemplos recurrentes la psicología diferencial, mediante lacual se descubren diferencias entre las personas. Estasdiferencias ordinariamente coinciden con las divisionessociales y muestran cómo Ios que están arriba y dominantienen más capacidad y por eso deben continuar obedeciendo.Sampson recuerda cómo el origen y aplicación masiva de lostest psicológicos a comienzos de siglo en EE.UU. tuvo lafinalidad de evitar la inmigración de los oriundos dénaciones menos dotadas, una especie de eugenesia nacional.

En el contexto psicolegal parece más adecuado recurrir aestudios de psicología jurídica. Fitzmaurice y Pease (1986)ponen un ejemplo que, sin duda, resulta aleccionador paracomprender cómo la psicología ha estado dirigida por quiendetenta el poder: el complejo de Edipo freudiano, en el quelas bajas pasiones de envidia, agresividad y maldad polimorfase atribuyenal hijo y no al padre, a pesar de que en la obra de Sófocleshay indicios manifiestos de cómo el padre, Layo, es quienenvidia al hijo o lo provoca hasta situaciones límite. Freuddebió hablar del complejo de Layo y no del de Edipo, peroLayo era el «padre», el superior.

En el campo de las relaciones entre la psicología y la ley,el mejor ejemplo, sin duda, es el tratamiento que la

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psicología ha dado al tema de la percepción y la vivencia dela justicia distributiva tanto en su teoría de la equidadcomo en la percepción del mundo justo (Walster y Walster,1975). En la formulación de la teoría de la equidad seestablece que el que más aporta no solamente se lleva laparte del león en el reparto de beneficios, sino que, además,trata de imponer unas normas del consenso (ley positiva) quefavorezcan su situación de privilegio. En la teoría del mundojusto se ratifica esta situación de reparto desigual, perocon un convencimiento más medular: que cada uno tiene lo quese merece. Quien tiene miseria o es víctima por algo será, yquien ve la cara positiva de la suerte, aunque ésta se debaal azar, es porque también se lo ha merecido. E incluso,según las investigaciones de Lerner y sus colaboradores; aquien está hundido nadie le echa una mano.

Nos encontramos en una situación semejante a la expuesta parala psicología diferencial. La teoría, el ser, la psicología,descubren lo que es coincidente con el deber ser, con la leypositiva hecha a modo y medida de quien detenta el poder. Elque más tiene debe seguir teniéndolo y mandar sobre losdemás. Aunque un poco demagógicas, éstas son las palabras deSampson, que ratifican cuanto estamos diciendo: «El papelpotente que juega la justicia en la legitimación social llevainmediatamente a la posibilidad de que los principios dejusticia puedan servir al interés de los actuales patronos dela dominación... Qué tentador es para quienes se beneficiande una determinada jerarquía de poder y privilegio creerprofundamente que se merecen esta posición elevada. Cuántomás fácil es para ellos dormir pacíficamente por la noche sicreen vivamente que los menos afortunados están arropados enla creencia de su merecimiento del destino peor» (págs.98-99).

Esta misma concepción de la justicia como equidad es lainfluencia mayor que la ley positiva, emitida por quien estáen el poder para favorecer sus privilegios, ha ejercido sobrela Psicología. Pero no es la única y me gustaría resaltar, almenos, dos más y sin prejuicio de que el tema se vuelva a

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tocar más adelante. La primera es una especie de lazo deprograma de ordenador en el que el paso siguiente aumenta lacantidad básica un número determinado de veces; se puedeexpresar de la siguiente manera: la ley positiva, por símisma, por el hecho de ser promulgada, termina cambiando lascreencias de los subordinados hasta tal punto que, pasado eltiempo, la gente mantiene como «naturales» y obvias creenciasy aptitudes que años atrás parecían contra natura. Pongamosel ejemplo del aborto, o del divorcio, o de las relacionesprematrimoniales, o las homosexuales. Desde el momento en quealgo se permite (y como permitir es no castigar, y nocastigar es aprobar) termina siendo «natural» el abortar, eldivorciarse y la eutanasia.

La segunda de las relaciones inversas (de la ley sobre laPsicología) es más trivial, por ser más cotidiana. Desde unamente psicológica resulta interesante acercarse a quienes,desde una mente legal, critican las relaciones entre laPsicología y la ley. Critican especialmente la transpolaciónde resultados desde el laboratorio psicológico al casoconcreto que se está tratando en la sala de juicios. Pero loque critican de una. manera formal lo incumpleninformalmente. No es menos sorprendente analizar cómo en lassalas de juicios y en las sentencias judiciales se acude aprincipios y procedimientos explícita y expresamentepsicológicos para dar fuerza y contenido a la argumentaciónjurídica. Es decir, las relaciones de fundamento de laPsicología sobre la ley carecen de mucho sentido cuando seestudian formalmente, pero esas mismas leyes psicológicas,descubiertas en los mismos laboratorios, son utilizadas porel poder fáctico cuando a éste le conviene para susintereses. Una vez más el poder determina lo que la cienciadebe buscar. Una vez más, cuando la ciencia es.«auxiliar» delpoder no causa problemas; cuando se quiere convertir en dueñadesde el estudio de la «naturaleza humana» a la que deberíasometerse; la leyes-criticada y reprimida. En la parteempírica de la investigación que patrocina este escrito seestán analizando los componentes psicológicos de lassentencias judiciales en materia de delitos sexuales. Uno de

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los capítulos más apasionantes está resultando ser laconcepción psicológica que :aparece -en , dichas sentencias.

Lo dicho es suficiente para demostrar que; al igual que laPsicología que se hace, el ser que se descubre no está tanlejano de la circunstancia jerárquica en la que se vive.Aunque no sea más; como dice Bandura (1976), que porqueprevienen a la ciencia el plantearse ciertas hipótesis.

Analizadas las dudosas relaciones entre el ser, y el deberser, hay que re tornar al punto de vista psicológico quepredomina en éstas páginas. Se debe afirmar, y con ellocorroborar las afirmaciones de Harvey (1984), que si lasciencias sociales no sirven más que para reforzar losargumentos de los juristas, no merece la pena hacer unaPsicología jurídica. Lo mismo ha de decirse cuando seutilizan las ciencias sociales para mostrar, a posteriori, loacertada que ha sido la imposición de una ley; como, porejemplo, si la sociología jurídica se utilizara solamentepara confirmar, hoy en día, lo bien que ha sido acogida laley del aborto. En este vaivén entre la Psicología y la leyno se puede renunciar a la utopía de que mediante nuestrosestudios podemos y de hecho estamos cambiando los valores de1g sociedad. Dicho más claramente, las ciencias sociales nopueden renunciar a modificar profundamente la escala devalores de una sociedad. Y uno de los caminos es influyendosobre la ley positiva. Haney (1984) expresa la misma idea conclaridad: «El contacto con otros sistemas intelectuales comoel legal puede vigorizar paradigmas psicológicos yamortecinos, pero solamente si el psicólogo se convierte enalgo más que un mero tecnócrata que llena con sus datoscategorías legales preexistentes... Yo creo que el psicólogo,con sus datos, debe ayudar a transformar las categorías y lasestructuras legales, de otra manera su éxito recienteterminará siendo inútil y de corta duración» (Pág. 44).

Parece necesario, una vez más, recordar la decisión delTribunal Supremo de los Estados Unidos de América sobre lasegregación racial. La psicología, la sociología y otras

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ciencias sociales mostraron la igualdad entre todos los sereshumanos, mostraron también la vivencia de la injusticia alser educados separadamente y con ello demostraron quecualquier tipo de segregación, de separación, esanticonstitucional. De esta manera influyeron sobre lasleyes; de esta manera ayudaron a interpretar adecuadamente laConstitución.

La psicología descubre la «naturaleza» que modifica la ley,pero una vez promulgada ésta modifica la naturaleza humanaque trata de descubrir la psicología, que, como profecíaautocumplida, descubre lo que la ley positiva le ha impuesto.

8. El determinismo recíproco como solución

A estas alturas del discurso no estaría mal un recogimientoesquemático y guestáltico que marcara el punto en que nosencontramos. Se trata de hallar, epistemológicamentehablando, las relaciones entre la psicología y la ley. Se hapartido de posturas encontradas: para los psicólogos, detrásde toda ley o acto jurídico existe una concepción de lanaturaleza humana y de las leyes de su comportamiento. Losjuristas, recelosos, tienen miedo a un psicologicismo de laley y confían más en el análisis de los textos legales; y suaplicación, las teorías criminalistas clásicas y la historiareciente de la humanidad con el genocidio nazi les dan unpoco la razón. Frente a estas posturas relativamenteencontradas, se ha intentado salir mediante la claraexposición de Piaget, que hace dos afirmaciones básicas: nose debe utilizar la palabra «conducta» de manera equívoca yhay que distinguir, al hablar de conducta, entre las cienciasque descubren el. ser (ciencias sociales) y las que imponenla conducta, el deber- ser (las ciencias jurídicas). Anteestas afirmaciones piagetianas se ha razonado, comopsicólogos, en primer lugar, que psicología y ley parten dela misma concepción de la naturaleza humana y de sucomportamiento; ejemplo ley penal que se funda menta en lasleyes del aprendizaje contingente; entre-otras. La lógica dees tos argumentos, se decía a continuación nos lleva a un

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panpsicologismo como fundamento de la ley; esto asusta;aunque no sea más que por el principio científico deeconomía. La salida de este panpsicologismo se hallaría enla escala de valores del legislador; ésta es la que determinalas leyes positivas. Pero, se contraargumentába, el valorqué, fundamenta el derecho será el de justicia, y el valor dejusticia es contractual; circunstancial y temporal, y por lomismo, propio de las ciencias sociales.

Tampoco el segundo argumento de Piaget:. la distinción entreel ser y el deber ser, ha parecido tan evidente, pues ya essaber común que las ciencias, especialmente las cienciassociales, descubren lo que se proponen o, másdrásticamente, no descubren lo que no se. propone. Y lo quese proponen suele estar determinado por el poder. dominante;las ciencias sociales, con frecuencia, confirman lasestructuras de poder establecidas. Como ejemplo típico,dentro de la Psicología, se ha puesto -la percepción dejusticia distributiva y la teoría del mundo justo.

Aquí es donde nos hallamos. Sin querer nos hemos introducidoen el juego del poder y de la causalidad. Un juego que esdifícil de eludir, pero, a su vez, difícil de solucionar unavez que se ha afrontado. En el caso de las relaciones entrela psicología y la ley, podemos poner ejemplos de cómo lapsicología influye sobre la ley: segregación racial, leypenal. Pero por otra parte podemos ver cómo la ley impone elcambio psicológico en las personas; ejemplo: la ley delaborto o del divorcio. Esta imposición de la ley, del podersobre las ciencias sociales puede ser dictatorial, como en elejemplo de Stalin, pero puede ser de dialéctica histórica,tal como lo han demostrado las teorías marxistas en elanálisis de las ideologías. Por lo que se refiere a lapsicología el libro de A. Buss (1979), es un magnífico ejem-plo. Pero puede tener una dimensión práctica más puntual:cuando la necesidad del legislador nos dice lo que debemosinvestigar. Tal sucede, en general, cuando se crean áreaspreferenciales de investigación que tienen dotacioneseconómicas minoritarias. Pero dentro del campo de las

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relaciones entre psicologíaa y ley se da en los temas, porejemplo, del testimonio, de la selección de jurados, de lapercepción en los contratos civiles, y de las encuestas yestadísticas que confirman lo adecuado de una norma positiva;en la práctica se da siempre que las ciencias sociales sonutilizadas como instrumento al servicio de la ley, que es elente poderoso de la relación.

Cualquiera puede poner excepciones y matizaciones a estasrelaciones.Y esto es debido a que las relaciones, históricamentehablando, son mucho más complejas: la evolución histórica hallevado a un momento concreto a la división de clases, queconfirma la psicología con sus Test y su psicologíadiferencial.

Pero dentro de este statu quo ya existe su infección mortal,porque en el fondo lo que existe es una escala de valores ydentro de ella una concepción del valor justicia comoequidad: el que más aporte que reciba más beneficios. Pero, ala vez, el criterio de equidad es la diferencia descubiertapor la Psicología (el ser); cuando ésta sigue investigando,en pura investigación, descubre que es falso el que unos seanmás inteligentes que otros, sino que todos pueden ser igualessi todos reciben la misma formación. De esta manera laPsicología, el ser, siguiendo las directrices del poder,descubre leyes que van contra el mismo poder. A partir deaquí dejará de existir la segregación racial y sexual, lo quehará que cambien las leyes positivas. Y así en cadenaindefinida.

Cuando nos introducimos en la cadena causal nos introducimosen un callejón sin salida, pues todo es a la vez causa yefecto, al menos por lo que respecta a la conducta humana;todo depende de dónde cortemos este fluir, de unaconversación entre A y B. Si alguien accede cuando estáhablando A, pensará que la respuesta de B está causada porlas palabras de A; pero si alguien accede a la conversacióncuando está hablando B y luego escucha la segunda

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intervención de A pensará que las palabras de B son la causade la respuesta de A. De esta manera las palabras de B son, aun mismo tiempo, aunque para distintos observadores, efecto ycausa.

Bandura (1978), en un influyente artículo sobre eldeterminismo recíproco, expone sus ideas sobre la causalidaden Psicología. La originalidad del mismo radica en demostrarcómo la conducta es causa de la personalidad y del ambiente.Generalmente la conducta ha sido considerada, en Psicología,como la variable dependiente, el efecto a explicar. Y comovariables independientes, determinantes o causantes de laconducta, estarían, bien por separado, bien por interacción,la personalidad y el ambiente.

Como cultivador utópico de una ciencia social desearía pensarque las relaciones entre la Psicología y la ley sonrecíprocas, bidireccionales. Siguiendo el paradigma de lateoría social cognitiva (Bandura, 1987) me parece que lainfluencia causal entre ambas depende del momento histórico(cuando se hacen macroafirmaciones), o del momentoexperimental (cuando se hacen estudios puntuales) en que seinicie el análisis causal. Depende del momento en que se déel corte para que el análisis se concluya o que sea laPsicología la que influya sobre la ley o la ley sobre laPsicología; y, a su vez, que se concluya si la Psicologíainfluye sobre la ley porque ha creado modos de ver lanaturaleza humana que luego la Psicología, como meraaportadora de datos, confirmará.

Acaso porque no se tiene en cuenta el modelo delinteraccionismo recíproco es por lo que las discusiones derelaciones, de dependencias al fin, se hacen interminables.Es que, por la misma naturaleza del planteamiento, lo son.

Dicho esto, sería injusto con la teoría sociocognitiva sidejara la impresión de que, al fin y al cabo, todo da igual.o todo es igual. En el capítulo del determinismo recíproco lateoría social cognitiva afirma que, en determinadas

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situaciones o relaciones, es más importante la personalidadque el ambiente, y en otras la conducta que la personalidad.Según esto, es posible que las ciencias sociales tengan másimpacto sobre las leyes positivas, mientras que en otrostipos de leyes se descubra que éstas influyen sobre lasaptitudes y los valores.

9. Paradojas: distintas concepciones entre psicología y ley

La lectura de las páginas anteriores puede dejar planteadosmás problemas que soluciones, pero lo que no debería dejarensombrecida es la idea de que ambas, ley y Psicología,tienen una misma concepción de la conducta y sus causas. LaPsicología descubre estas leyes, el legislador las supone vdictamina en consecuencia.

Pero llegados a este punto uno se encuentra con que dentro dela psicología misma, existen diferentes corrientes uorientaciones. Entre paréntesis, está otra de las grandesdudas que los psicólogos dejamos a los juristas y .i otrosprofesionales que requieren nuestros conocimientos; estascorrientes están claramente sintetizadas dentro deldeterminismo recíproco.

A continuación se van a enumerar algunas posturas antagónicasentre Psicología y ley, a la hora de adoptar o aplicar losconocimientos psicológicos.

En primer lugar me referiré a las distintas orientacionespsicológicas que tiene la lev y lo que yo consideroPsicología más científica.

Existen psicólogos que tienen una concepción de la conductacomo determinada por causas, instancias intrínsecas alsujeto; existen otros, frontalmente opuestos a losanteriores, para quienes la conducta está determinada por elambiente, por los estímulos. Son posturas encontradas yconocidas. Como he dejado entrever al exponer la teoría

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social cognitiva en su capítulo sobre el determinismorecíproco, se deben romper estos esquemas. Pero no se debenromper hasta el punto de admitir que la conducta está deter-minada por causas intrínsecas innatas o permanentes. No sedebe admitir una explicación científica de la conducta en laque ésta no sea modificable y reaprendible. Es decir, que pormuy inadaptada que sea una conducta nunca se pierde laesperanza de modificarla. Hechas estas precisiones y marcadasestas posiciones básicas se mencionan a continuación algunasposturas encontradas entre la concepción del comportamientohumano que aparece en el ámbito legal y el que aparece en elpsicológico.

Independientemente del sentido legal que se deba dar a lassentencias judiciales cuando afirman que el acusado es autormaterial y responsable de los hechos que se le imputan,parece ser cierto que la ley está formulada pensando en queel sujeto es la causa fundamental de sus actos. Dicho mástécnicamente, la ley está sesgada hacia el determinismointrínseco de la conducta cometiendo el error fundamental deatribución (Ross, 1977). Además (Carroll y Payne, 1976, 1977)insinúan cómo las personas del mundo de la ley estánsocializadas respecto a percibir y atribuir la causalidadinterna del crimen, más que la causalidad circunstancial.Dentro de la investigación que bajo el patrocinio de la CICYTestamos llevando a cabo, una de las hipótesis trata dedemostrar cómo a lo largo de las distintas carreras uni-versitarias los estudiantes se socializan en estilosatribucionales intrínsecos o circunstanciales. Losresultados, aún no definitivos, muestran cómo los estudiantesde Derecho tienden a atribuir causalidad intrínseca a lasvíctimas de los delitos de violación (Herrero).3

La discusión puede parecer trivial, académica o bizantina,pero en realidad no lo es. Y para demostrarlo bastaría conleer el primer capítulo de Principios de modificación de la

3 . Tesis doctoral de Carmen Herrero sobre «Percepción social de las víctimas. Universidad de Salamanca.

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conducta de Bandura, y extraer las consecuencias que sederivan del llamado modelo médico de la conducta.

Para mostrar la trascendencia de explicación de la conductahumana desde su componente predominantemente intrínseco yconstitutivo, y sin salirnos de las relaciones entrepsicología y ley, baste con mostrar la cadena deconsecuencias que se engarzan una vez que el sujeto hacometido un delito: es culpable intrínseco, lo que suponeatribuirle la maldad, la anormalidad como entidad personal.La mejor manera de prevenir a la sociedad de sus peligros esla prevención especial: el encarcelamiento, y mejor si fuerade por vida, y mejor si lo descubriéramos al nacer, o mejoraún (en lógica psicológica de atribución a la entidadintrínseca) si no naciera. El tratamiento que se le puede dares el de la vigilancia estrecha, el de la contención, no elde la rehabilitación.

Bajo esta misma concepción de la conducta humana se llega acondenar al ya rehabilitado o a buscar la proporcionalidad,la justicia distributiva en un juicio cuyo crimen hace yamuchos años que se cometió, porque en definitiva aquellapersona y ésta, a la distancia de cinco o más años, siguesiendo la misma.

Desde el punto de vista social tal concepción no obliga acambiar las circunstancias que llevaron, posiblemente, a estesujeto a convertirse en un delincuente. La sociedad creahospitales para los locos y cárceles para los desviados, queno son lugares de aprendizaje y de reforma, sino de almace-namiento y vigilancia.

La finalidad de la pena, como se ha dicho ya, será laprevención especial, la incapacitación del sujeto, y esto selogra, en tono menor, con la custodia, v en su forma mayor ymás eficaz, con la pena de muerte.

Como digo, el análisis minucioso de muchas sentencias nosestá llevando a la conclusión de que en ellas existe una

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concepción psicológica de la conducta que no coincide con loque hoy sería una psicología más científica,experimentalmente hablando.

Quizás la mejor y más básica aportación que podría hacer lapsicología a la ley es mostrarle cuál debe ser la concepciónde la conducta humana. La cita siguiente esclarece cuantoestamos insinuando: «Varios autores han señalado que lospsicólogos profesionales de ayuda, y quienes elaboran planessociales sobreestiman la responsabilidad de la víctima en susproblemas.Porque las víctimas carecen de poder y son fáciles demanipular, quienes intentan resolver sus problemas encuentranfrecuentemente más expeditivo centrarse en la contribución dela víctima que en el impacto de los factores externos máspotentes y menos controlables. Deabeck y Quarantelli (1967)han afirmado que atribuir la culpa a la víctima escontraproducente porqueaparta la atención de causas sistemáticas más fundamentalesy, por lo mismo, minimiza las posibilidades de los cambiossociales» (Coates, Wortman y Abbey, 1979, Pág. 25).

Quizá sea ésta la contradicción, la paradoja de consecuenciasmás graves cuando se confrontan las distintas concepciones,psicológicas que existen entre la ley positiva (como normageneral) y la psicología científica.

Lloyd-Bostock (1984) en su incisivo artículo en contra de lapsicología aplicada a las situaciones legales menciona estadiferencia, especialmente al tratar de la mens rea. Y laverdad es que la conclusión a, la que se llega tras leer suslíneas es la de que existen esas dos concepciones antagónicasentre la psicología y la ley a la hora de explicar laconducta del delincuente: la ley se centra en que el acto esconsciente y voluntario, es decir, intrínsecamentedeterminado. La psicología, sin negar necesariamente estosatributos, afirma que es una visión muy estrecha de laconducta, pues ésta está determinada, principalmente, por lascircunstancias y por el aprendizaje.

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Las paradojas entre la Psicología y la ley no se restringen ala distinta noción de las causas de conducta. A modo deejemplo enumeraremos algunas más.

La alusión al juicio y condena de quien ya está rehabilitadonos pone en la pista de una segunda discrepancia: la de quelo importante es la aplicación justa de la ley. Parece que lojusto de la aplicación de la ley, una vez que se han halladotodas las circunstancias atenuantes, eximentes, o las agra-vantes, es que quien ha cometido los mismos hechos reciba lamisma pena. Aparentemente no hay nada que objetar a esto(aunque volveremos inmediatamente sobre este tema). Sinembargo, lo que late tras estas afirmaciones de aplicaciónjusta de la ley es que la justicia debe aplicarse sólo oprincipalmente en la sentencia final, sin tener en cuenta lasensación (por parte de quien se juzga), de ser tratadojustamente durante el proceso. Frente a esta concepción,Folger y sus colaboradores (Greenberg y Folger, 1983) handemostrado cómo la justicia percibida en el proceso es, almenos, tan importante como la justicia alcanzada en lassentencias y sus aplicaciones.

Estudios sobre intervenciones policiales, procesosjudiciales, participaciones grupales, etc., lo confirmanabundantemente. Aun en el caso de que el proceso y laparticipación de las partes en él fueran utilizadas sólodemagógicamente, como señala Cohen (1986), lasinvestigaciones de Folger son de gran aplicación en lasrelaciones prácticas entre Psicología y ley, como, porejemplo, la llamada segunda victimación.

Una tercera paradoja o simple no coincidencia entre lasconcepciones psicológicas de la ley y las de la Psicología sehallaría en los estudios sobre la evolución de las etapaspsicológicas en el desarrollo de la conciencia moral y laaplicación de la ley, especialmente de la ley penal. Encualquiera de las teorías de las etapas del desarrollo de la

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conciencia moral, la de Piaget o la de Kohlberg, peroespecialmente en las de éste último, el más reconocido en lamateria, se describe una primera etapa moral en la que lobueno o lo malo se diferencia por el premio o el castigofísico que impone quien tiene el poder. Es decir, que esbueno aquello que no se castiga y malo lo que se castiga.Tras esta etapa vienen otras, cuatro, al menos, en las que lamoralidad se juzga por el consenso o por los principiosgenerales que rigen o juzgan las acciones morales. Puesto quede etapas evolutivas se trata, hay quien puede permanecer enla primera etapa, pero hay quien puede cometer el crimendespués de haber alcanzado el estadio más evolucionado, elestadio de los principios morales. Sin embargo, la ley penalo el derecho procesal penal no hace tales diferencias. Antesal contrario, condena con la misma clase de penas, porejemplo, la cárcel, al terrorista que ha asesinado, que aldelincuente común o al cura .Treviño. Aparentemente la penaes justa, porque así está establecido ponla ley. Sin embargo,desde el punto de vista psicológico y moral no tiene el mismosignificado la cárcel para quien no ha pasado del primerestadio de la: evolución de la conciencia social que paraquien comete el delito habiendo alcanzado los niveles más al-tos de desarrollo moral. Dicho de otra manera: la ley pareceser justa porque trata igualitariamente a todos los que,cometen delito, pero eso no es verdad al ser mayor,psicológicamente hablando, la pena externa idéntica para unaspersonas que para otras. Queriendo ser justos podemos estarsiendo gravemente injustos.

Para finalizar este tipo de concepciones psicológicasdistintas entre psicología y ley, mencionaré el caso de losjurados y su selección (Nehmeth, 1981; Garrido, 1990; Sobraly Arce, 1990).Aún no sabemos cuál va a ser la forma queadopte la legislación española. Tampoco sabemos cuáles seránlas exigencias requeridas para la selección de sus miembros.Por eso nos referimos a la literatura más abundante sobre eltema, la americana (Wrightsmán, Kassin y Willis, 1987). En elsistema americano no se permite ser miembro del jurado aquien no sepa leer, y en general a quien sea incapaz de

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comprender el sentido de lo que se está celebrando en la salade juicios, quien sea incapaz de entender las explicacionesque' el juez dirige a los miembros del jurado a fin de que seatengan solamente a las pruebas válidamente presentadas, etc.La paradoja radica en que,- según la ley, no pueden sentarseen el banco del jurado aquellos miembros de la sociedad quesí se pueden sentar en el banquillo de los acusados, aunquetampoco entiendan mucho la trascendencia que para sus vidastiene su comportamiento en un escenario para cuya comprensióny representación no han sido entrenados ni adoctrinados. Poreso, estudios psicológicos sobre la posibilidad de serjuzgados, como el de Ávila Espada (1987), deberían ser másfrecuentes y debidamente conocidos por los juristas.

10. Modos de relacionarse la psicología y la ley

Debería haber quedado claro a lo largo de las líneasanteriores que psicología y ley tienen la misma concepciónformal de la conducta humana, aunque dentro de las posiblesexplicaciones de la conducta la ley, por regla general,entienda lo psicológico más como entidad fija que comoconducta aprendible. A continuación se trata de especificarde modo esquemático los modos reales o posibles en que serelacionan estos dos campos del saber.

Los puntos de contacto se pueden dividir en cuatro categoríasbien distintas: la primera en cuanto la psicología puede serel fundamento de la ley ,positiva; la segunda, como auxiliarde la ley positiva; la tercera, como objeto de estudio, en lamedida en que el comportamiento legal es objeto de estudio ensí mismo o en la medida en que la situación legal es elegidacomo laboratorio para el estudio de la conducta humana; lacuarta, estudiaría más la influencia de la ley sobre elcomportamiento; sería, pues, una relación inversa a lasanteriores.

Una vez que se hayan expuesto estas cuatro categorías derelaciones, pueden plantearse algunas cuestiones residuales

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como, por ejemplo, cuál de ellas mantiene un estatus superioren esta relación o si la relación de la psicología con la leytiene un carácter distinto del de otras ciencias auxiliares,incluyendo entre ellas las mal llamadas ciencias naturales oexperimentales»; también se podría preguntar a los psicólogospor las razones de su ausencia en los foros de la ley, paraterminar defendiendo a la psicología de los juristas, que afe que son muchos. Estas cuestiones, en resumen,constituirían, a mi entender, el elenco de preguntas que sepueden hacer al tratar los puntos de contacto entre lapsicología y la ley.

1.- La psicología, fundamento de la ley positiva

Cuanto pueda afirmarse dentro de esta categoría de relacionesmutuas tiene su fundamento en lo ya expuesto. Pero ahora, enel momento de las relaciones concretas, quisiera tener lospies más en el suelo.

El legislador no pretende, salvo excepciones, ser irracional.Lo sería, por ejemplo, si tratase de encarcelar a un reciénnacido por haber causado, al nacer, la muerte de su madre. Elejemplo es extremo, pero el extremismo es un recurso de lahermenéutica. Comencemos, a partir del nacimiento a subir enedades y desarrollo hasta determinar cuándo un sujeto es vacapaz de delito. La respuesta a esta cuestión no puedealejarse de una concepción de la naturaleza humana y unaexplicación de la conducta. Y, como ya se ha dicho, laconducta humana es el objeto formal de la psicología. Y loque se dice de la edad del delito sé extiende- a toda lalegislación que se fundamenta en el desarrollo de lapersonalidad: edad escolar, currículum escolar, edad deacceso a la población activa, edad de jubilación, etc.El mismo hecho de imponer castigos o sanciones; como ya se havisto, también supone una concepción de la motivación humana.Andenaes (1984), defensor de la ley penal como instrumentoeducativo, lo dice con esta claridad: «El pedagogo noruegoNordland (1966) señala paralelismos entre las funciones de la

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disciplina en el ambiente educativo y la ley penal de la gransociedad» (pág. 57).

Podríamos centrarnos en cualquier ley positiva y veríamoscómo el legislador trata de ser racional y trata, asimismo,de justificar que no impone la ley por puro voluntarismo. Porejemplo, si tomamos la ley de la productividad delprofesorado universitario; ley de «escalones», si se analizade cerca, se hallarán en ella un conjunto de suposicionessobre la conducta humana que son objeto de estudio específicode la psicología o de otras ciencias sociales: suposicionessobre la motivación humana, la comparación social, eli-minación de la jerarquía de roles, percepción de la equidad,en tanto todos tienen las mismas funciones (investigar yenseñar) y, sin embargo, no todos pueden ganar lo mismo,etc., etc.

Lo que suele suceder es que el legislador parte deintuiciones personales o del sentido común. Intuiciones queno siempre son contrastadas por la ciencia (Rubin, 1973;Loftus, 1979; Fitzmaurice y Pease, 1984).

A veces el fundamento de la ley que se quiere promulgar sebusca tanto en concepciones básicas del comportamiento humanocuanto en hechos o realidades sociales. En tales casos, esmás evidente que debe contar con el apoyo de las cienciassociales, encargadas de descubrir tales realidades.

Sin salirse aún de esta relación básica, una última idea conaplicaciones políticas y no sólo jurídicas. Las cienciassociales, al explicar el fundamento de la conducta, puedenayudar a dirimir problemas políticos. Existen discusiones,como la pena de muerte o la violencia en los medios decomunicación, que se han hecho crónicas definiendo posturasideológicas encontradas. Tales problemas, sin embargo,resultan ser problemas de comprobación social. Son, pararecordarlo una vez más, como el tema de la segregaciónracial. Pero lo mismo se puede decir de temas de ecología. Endefinitiva, los problemas sociales cada vez son más técnicos,

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y son los técnicos quienes deber ser consultados a la horade. resolverlos.

2, La psicología como auxiliar de la ley positiva

Como se ha indicado más arriba, el fundamento último de laley es la escala de valores del legislador, que es lo que leinfunde la racionalidad última. Pero aunque no fuera así,aunque el origen de la ley fuera el puro voluntarismo, unavez que la ley positiva ha sido promulgada debe ponerse enpráctica, debe lograr que los ciudadanos la cumplan, y paraello, sin duda, las ciencias sociales son una ayudainestimable.

No puede entenderse que una ley se promulgue para no sercumplida. Dicho de otra manera, para que no consiga suefecto, aunque éste sea meramente político, propagandístico yno de cumplimiento, todos los medios que el legisladorproponga para que tal ley positiva sea conocida, propagada,entendida y aceptada, etc. han de contar con losconocimientos psicológico o sociológico. Cualquier psicólogoo sociólogo podría ofrecer fórmulas prácticas para que la leyalcanzara cada una de esas metas. Creo que esto es evidente yno se debe insistir más en ello.

Aunque esto es obvio, no lo es menos la necesidad de evaluarlos efecto, que la ley produce. No es menos obvio que ellegislador debe preguntarse si la ley, pasado un tiempo de supromulgación, ha cumplido los objetivos para los que fuepromulgada. ¿Son eficaces las reformas educativas, las me-didas generadoras de empleo, o que estimulan el ahorro o queintentan disminuir las estadísticas de accidentes, evitarcontaminación, etc.? Las ciencias sociales, a través demetodologías específicas (Clemente, 1989), están ofreciendoesta posibilidad de evaluación de los efectos de una medidapolítica o legal. Ateniéndonos al tema legal, Shuman (1978)ha planteado metodológicamente este tema referido a la leypenal y sus objetivos actuales y alternativos. El legislador,una vez más, suele hacer sus evaluaciones por intuición, o

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con metodologías poco científicas (Campbell, 1975). A vecesincluso, pueden ser contraproducentes para los fines quepersigue la ley: Bahr (1979) muestra cómo un programa deayuda familiar creado con la finalidad de consolidar elmatrimonio y la adecuada educación de los hijos, generó unmayor número de divorcios y un menor número de«re-casamientos»; las mujeres que recibían la ayudaencontraban en ésta la liberación económica que les habíaimpedido divorciarse con anterioridad.

Esta aportación de la psicología como auxiliar de la ley,afirmada de modo general, teórica y metodológicamente, debeconcretarse en clasificaciones más precisas. Con estepropósito puede adoptarse la opción más generalizada (Iddies,1984; Ribich, 1978), que consiste en enumerar temas legalesestudiados por la psicología: testimonio presencial,testimonio bajo hipnosis,

detectores de mentiras, uso de castigos en las cárceles,selección de jurados, predicción de la peligrosidad,discriminación de minorías, evaluación forense, etc.

Frente a esta postura más generalizada se podría intentar unaclasificación más racional de aquellos tipos de ayudas que lapsicología puede prestar a la ley, a riesgo siempre de quelas clasificaciones se queden cortas o se solapen loscontenidos.

A. Ayuda en el esclarecimiento de los hechos. Con frecuencia los proce-sos legales tienen por finalidad el esclarecimiento de loshechos a los cuales aplicar posteriormente la ley vigente.Ésta es, en general, la primera parte de los considerandos delas sentencias, por ejemplo.

El psicólogo puede ayudar al esclarecimiento de los hechosbien como perito, bien como experto. El caso más típico es eldel peritaje que, como es sabido, tiene dos temas estrella.

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El primero hace referencia a la admisión de los hechos;entraría aquí todo lo referente al testimonio presencial o ala validez de los contratos basados en pruebas perceptivas.El segundo, una vez probados los hechos, se centraría en elperitaje sobre la capacidad de responsabilidad; encajaríaaquí la evaluación forense tanto en el proceso criminal-responsabilidad y permisos carcelarios- como en los juzgadosde familia v de menores.

Existen otros temas no tan estelares como los mencionados, enlos que la psicología puede ayudar al esclarecimiento de loshechos. Por ejemplo, percepción del espacio en un plano comoorigen de un contrato engañoso (,\turioz Sabaté, 1974), letrapequeña en los contratos, semejanzas de logotipos,actuaciones bajo presión social, etc.

B. Ayuda en el procedimiento. En este caso, a diferencia delanterior, no .e trata de llegar a la veracidad de los hechos,sino de buscar el modo de proceder mejor para llegar alesclarecimiento de los mismos. Me estoy refiriendo a algoparecido a lo que Wells (1978) denominara variables delsistema. Por ejemplo, modo de llevar un interrogatoriopolicial o judicial, preguntas abiertas o cerradas, recordaro identificar, influencia de los libros de fotos de lascomisarías sobre la identificación posterior, modo más eficazde instruir a los jurados para que desempeñen sus funcionesen un juicio justo, ruedas de identificación, etc.

C. Predicción de conductas. Muchas de las decisiones que se tomanen el ejercicio de los roles legales, por ejemplo; comojueces, se basan en la probabilidad y predicción de futurasconductas de los sujetos. El caso más evidente, yrecientemente dramático, es el de los permisos carcelarios.Pero esta misma circunstancia se da en la entrega de lacustodia de los hijos en juzgados de familia, la pena en lostribunales de menores, la selección de jurados, la aceptaciónde una sentencia a fin de que ésta sea más rehabilitadora encasos de delincuencia por drogadicción, por ejemplo. En todosestos momentos importantes del proceso es bueno contar con el

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estudioso de la conducta humana, sus leyes y sus prediccionesde futuro.

3. Estudio del comportamiento jurídico propiamente dicho

Intentando hacer alguna clase de crítica a lo que se haafirmado hasta

aquí , pudiéramos llegar a concluir que se ha estado errandoel objeto de estudio. Se había propuesto como tema de estudiola psicología jurídica y, sin embargo, el tema que se hadesarrollado es el de las relaciones entre psicología y ley.El marco de referencia ha sido la transpolación de los estu-dios psicológicos a los temas legales. Por esta razónparecen, de entrada, bien sonantes las críticas de autorescomo King (1984), Andenaes (1978), Lloyd Bostock (1984), y engeneral todos los que ponen freno a la psicología legalporque no es posible trasladar los hallazgos del laboratorioa la situación real de la sala de juicios o al momento deejecutar un contrato (Garrido, 1986). Todavía no hemoshablado del comportamiento legal propiamente dicho, porejemplo, de la búsqueda de las pruebas por parte de losabogados dependiendo del derecho procesal penal (Walter yLind, 1984).La psicología jurídica no se ha olvidado de este problema.Dentro de esta categoría se pueden hallar dos subcategorías:

1. La psicología que se confirma en las actuaciones de laley positiva. Se trata de confirmar las hipótesispsicológicas en el «laboratorio» natural que ofrecen muchasde las situaciones legales. Sin duda, el «laboratorio legal»más utilizado por la psicología es el del proceso criminal.En este tipo de estudios lo esencial son las hipótesispsicológicas: memoria, toma de decisiones, atribucionescausales de la conducta, etc. Pero se prueban en lasconductas, muy fácilmente controlables, que han de realizarlas personas en los juicios. Aunque quizás fuera más adecuadodecir: como muchos procedimientos legales son muy espe-cíficos, son fáciles de reproducir con «realismo» en la

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situación de laboratorio. Por eso es fácil encontrar en lostratados de psicología jurídica frases como las siguientes:«Muchos estudios actuales sobre psicología de la memoria sellevan a cabo ahora en contextos o situaciones que simulanaspectos cruciales de estas instituciones... La psicologíasocial también ha encontrado un campo natural para sus,estudios sobre la dinámica social en el mundo estructurado delos tribunales... Igualmente, los tribunales proporcionan unlugar donde la influencia social sobre las decisionesacontece de modo real... El mundo de la ley, cuidadosamentecuantificado, ofrece un foco natural para los psicólogos»(Müller, Blakman ' Chapman, 1984, págs. 9-10).

2. El estudio de la conducta legal. En éste, como. en casitodos los campos de la psicología social aplicada, suelesuceder que no se estudian las conductas propiamente dichas.Por ejemplo, en política se aplican los estudios sobre acti-tud, pero no se estudia la verdadera conducta política, queacaso sea la de «mediar» entre posturas extremas. Enpsicología jurídica también debe estudiar el comportamientojurídico como tal. Existen estudios como el ya mencionado deWalker y Lind (1984) sobre el comportamiento de los abogados,o el de Kook y Hetvedt (1986) sobre el reparto equitativo porparte de quien detenta el poder, o los de Cohen (1986) cuandohabla de la utilización de los símbolos del poder, etc., quepudieran considerarse propiamente estudios psicólogos de laconducta jurídica.

Parecería, según las críticas antes mencionadas y lo que seacaba de decir en este apartado 2, que solamente este tipo deestudios sería verdaderamente de psicología jurídica. Poresta razón no pueden formar conjunto la psicología hecha enel «laboratorio jurídico» y el estudio del comportamientojurídico como tal. Mi idea, como la de otros autores, es queambos tipos de estudios son jurídicos. En el primero, porejemplo, se estudia la toma de decisiones por parte de unjurado, y ésa es su tarea «en tanto jurado», o la memoria de

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un testigo, o la atribución de culpabilidad por parte deljuez, etc., aunque lo que se esté estudiando primordialmentesea la memoria, la toma de decisiones y el procesamiento dela información. Y una vez irás aparece el problema de larelación unívoca entre psicología y ley a la hora de hablarde la conducta: esto es lo que de verdad está latente detrásde esta categoría única. Fitzmaurice y Pease (1984) lo dicencon claridad cuando tratan de analizar la conducta de juzgar:«Nuestro propósito es arrojar luz sobre algunos de losproblemas suscitados por el sentenciar, tal como ahora sepractica, y relacionar. varios aspectos de esta tarea con loque nosotros conocemos mediante la investigación-psicológica.A veces la investigación se emprende con la intención dearrojar luz sobre la conducta, generalmente entendida. Enotros casos, la literatura es una investigación dirigidaexplícitamente al sentenciar» (pág. 8).

Más dudosa resultaría, en cambio, la distinción entre lapsicología como fundamento de la ley y este estudio intrínseco de la conducta legal. Crítica que yoestaría dispuesto a asumir.

4. Desde la ley hacia la psicología

No sería completa ni coherente una enumeración de lasposibles relaciones entre psicología y ley, si nosolvidáramos de la otra, discrecionalidad, la que marca lainfluencia desde la ley hacia la psicología. Los psicólogos,generalmente, tratamos mucho de la dependencia de la ley enrelación con la psicología. Y este escrito, si se exceptúanlas páginas del interaccionismo recíproco, puede ser un fielreflejo de ello.

Como psicólogos, «bandurianamente» hablando, debemospreguntarnos también por la influencia de la ley, y de lanorma del grupo sobre la psicología. Deberíamos preguntarnossi la ley no cambia la psicología de las personas. Acaso estoparezca duro de admitir para concepciones psicológicas máscercanas a los componentes biológicos de la conducta, aunque,

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como dice McGuire (1983) en sus eurísticos, no se debedescartar como hipótesis. No debe parecer nada extraño, encambio, cuando hablemos de valores, aptitudes o motivaciones,cuando hablemos de psicología social.No es el momento de volver sobre lo ya dicho respecto alinteraccionismo recíproco y menos todavía volver sobre eltrillado tema del ser y del deber ser, o de la profecíaautocumplida, etc.Sin embargo, no me resisto a hacer un apunte filosófico mástrascendental, especialmente para mostrar cómo los problemasno son tan nuevos.

En realidad el problema que aquí se plantea es el de lanaturaleza misma de la psicología como ciencia. Como tal,parecería que existe una naturaleza cuyas leyes «descubre» elpsicólogo-científico y a ellas debe acomodarse el legislador.Sin embargo, cuando se afirma que lo que descubre la psicolo-gía es lo que ha creado el legislador, o el grupo, esa«naturaleza» desaparece.

Las teologías monoteístas se plantearon un problemasemejante, sólo que referido a la revelación y al discurrir.El problema de la fe y la razón. Las teologías monoteístashallaron fácilmente la solución: Dios es el que ha revelado yquien ha creado la razón: no puede existir contradicciónentre ellas, y en el caso de que la haya es porque no sediscurre bien. Las consecuencias de esto no han pasado, y losfundamentalismos de todos los tiempos siguen obedeciendoórdenes de matar y perseguir a los «herejes».

Pero cuando en la sociedad occidental aparece el dominio dela razón, no nos hemos liberado del paralelismo de la fe y laherejía. Lo que se ha hecho es .sustituir a Dios por el grupoy su consenso y al hereje por el desviado. Mientras en lasociología contemporánea se siga pensando, como Durkheim, enel espíritu, la mente, la voluntad del grupo; mientras lospsicólogos sociales sigamos hablando de socialización como«aculturización», siguen vigentes los esquemas teocéntricosmedievales. En éste sentido me parecen interesantes estas

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palabras de Fuller (1978): «Como no católico viviendo en unacomunidad católica, Durkheim podría haber buscado dotar a losfranceses anticlericales de una autoridad moral semejante ala de la Iglesia católica con su referencia a un racionalismoescolástico basado en la revelación. ¿Estamos seguros de queen una edad tan escéptica como la nuestra, en la quecarecemos de la autoridad de una escritura universalmenteaceptada, no estamos tentados de llenar este vacío con unametáfora que atribuye a la sociedad misma el poder de decirlo que es correcto o lo que es erróneo?»(pág. 35).

Por sugerentes que sean este tipo de consideraciones y otrasque desde la psicología social podrían hacerse sobre lalegitimidad, La percepción de la justicia y la injusticia, lainfluencia del poder; etapas de desarrollo de la concienciamoral y aceptación de la influencia legal; etc., se deberetornar a la clasificación de los modos en que la ley puede:influir sobre la psicología, especialmente sobre lascreencias, valores; opiniones y normas de conducta social. Yesto lo hace la ley de tres formas que apelan, cada una, amecanismos psicológicos distintos.

A. Influencia directa. Me refiero a la influencia que tiene la leypor el mismo hecho de promulgarse. Debido a ese origenlegítimo, que se fundamenta últimamente en el consenso delgrupo, las personas aceptan y cumplen la ley y de esta maneracambian sus conductas. Desde el punto de vista psicosocialestamos rozando todos los temas de la ambigüedad de lainformación, la importancia y el fundamento de la comparaciónsocial, el falso consenso en atribución. Es viejo enpsicología social el conocimiento de la posibilidad deinfluir en el individuo cuando se expresa la opinión delgrupo, especialmente en los temas informativos, aunquetambién en los perceptivos. Pero es necesario tenerlo encuenta y aplicarlo cuando se trata de mostrar los mecanismospor los que la ley influye sobre el comportamiento. Sinolvidar el hecho cultural y antropológico de nuestrassociedades en las que es justo aquello que se acomoda: ala

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ley. Desde el punto de vista práctico puede llegar a versecomo necesaria una ley, aun a sabiendas de que no se va acumplir, en tanto su finalidad primera puede serla expresiónde una voluntad política. Aunque tampoco podemos olvidarestudios como los mencionados por Andenaes, (1978), Zimring yHawkins (1978) o Buikhuisen (1988), en los que se demuestratambién el determinismo recíproco: una ley se acepta cuandola opinión pública está preparada para aceptarla y no selleva a efecto cuando la opinión pública la rechaza.

B. Ley como instrumento educativo. Este modo de influir es distintodel anterior dado que aquí no se cuestiona el origen de laley, sino que se toma ésta como instrumento educativo. Lautilización de la ley como instrumento educativo esconsustancial con los regímenes totalitarios (Rotchin, 1986).Pero también en los regímenes democráticos la ley esinstrumento de educación por las siguientes razones queapunta muy bien Andenaes (1978): de modo directo, porque sehace respetar, recuerda lo que está bien y lo que está mal,da oportunidad para que el líder sugestione a los súbditos;de modo indirecto, influye en la educación porque evita losmalos ejemplos: los educadores la utilizan para enseñar elbien y el mal.

C. Como instrumento disuasorio. Esto se aplicaría más especialmentea la ley penal. Pero no debemos olvidar que, en principio,toda ley lleva implícita la sanción para los infractores.Nada nuevo hay que añadir a este supuesto, porque está claroque se basa en los sistemas de motivación psicológicos -premios o castigos- y es el ejemplo que a lo largo de estaspáginas se ha utilizado para mostrar la coincidencia entrepsicología y ley a la hora de entender la conducta humana.

Esta relación podemos abarcarla bajo la denominación común dela disuasión. Y a la hora de estudiarla desde los aspectospsicológicos existen tres modos distintos de razonamiento: elprimero hace referencia al cambio de costumbres en general.En este sentido se puede decir que la ley penal es máseficaz, precisamente, para quienes no tienen miedo de

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transgredirla pero les sirve de indicador de su conducta. Unautor característico de esto, estudios es Zimring. El segundomodo de razonamiento y de estudios psicológicos de ladisuasión se refiere más a la influencia de la ley penalsobre la conducta del individuo propenso a suquebrantamiento. E1 capítulo tic Buikhuisen (1988) es unabuena exposición de este tipo de razonamiento y de estudios.Finalmente, estarían los estudios de psicología aplicada a ladisuasión. Un buen representante sería el capítulo final dellibro de Baron (1973) sobre la agresividad, cuando intentaaplicar las teorías psicosociales al enjuiciamiento de la leypenal.

Referencias bibliográficas

ANDENAES, J.: «The moral or educative influence od criminallaw». En J. L. Tapp, y F J. Levine (comps.): Law, Justice andthe Individual in Society. Nueva York: Holt, Rinehart andWiston, 1978.

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6 Clemente, M. (1998). Fundamentos de la Psicología Jurídica. Ed. Pirámide. EspañaPág.

LAS CIENCIAS SOCIALES Y EL DERECHO

Introducción

El Derecho, además de ser una disciplina científica autónoma,es también un fenómeno observado desde otras cienciasformales y sociales. El Derecho positivo no sólo proporcionael objeto a la dogmática jurídica, sino que al mismo tiempoes objeto de la mirada de otras ciencias sociales. Hay variasperspectivas desde las que se puede (y se debe) estudiar elDerecho o algunos de sus aspectos:

Perspectiva estrictamente jurídica, propia de ladogmática jurídica y 1,1 Teoría General del Derecho.

Perspectiva de las ciencias sociales, la que adoptan laSociología del Derecho, la Psicología Jurídica, laAntropología Legal o la Filosofía del Derecho, si bienesta última no es exactamente una ciencia social.

La primera perspectiva nos proporciona un conocimiento acercade lo que es el Derecho en sí. La segunda perspectivaproporciona un conocimiento acerca de las relaciones delDerecho con la sociedad, del contexto social del Derecho.

Las ciencias sociales que estudian el Derecho (especialmentela Psicología y la Sociología) recurren al método científico.Por el contrario, las disciplinas estrictamente jurídicas,como la dogmática jurídica o la Teoría General del Derecho nopueden recurrir a métodos empíricos.

En esta ocasión atenderemos especialmente a la Sociología delDerecho, disciplina que ha contribuido de manera importante ala contextualización social de lo jurídico. En otros

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apartados nos referiremos algo a la Psicología Jurídica y laPsicología Social del Derecho, aunque si damos un breverepaso al índice de este manual observaremos que estas dosdisciplinas forman el contenido esencial de la obra. Por ellomismo, su referencia aquí será meramente introductoria aunqueesperemos que útil para ayudar a lograr una idea global delas distintas formas de entender la relación entre Psicologíay Derecho. Completaremos la alusión a las ciencias socialescon interés por el mundo jurídico con la Filosofía delDerecho y la Antropología Legal.

Sociología y Derecho

La Sociología es una ciencia social empírica que tiene porobjeto el estudio de los fenómenos sociales. Pero, ¿qué es unfenómeno social? Fenómenos sociales son aquellos hechos quereúnen las siguientes condiciones: Implican a individuos,grupos o colectividades; se producen regularmente en eltiempo; y se derivan de la interrelación humana. Así, eldelito, el fútbol o el Derecho, son fenómenos sociales.

Decíamos también que la Sociología es una ciencia de, baseempírica. Esto no significa más que su forma de producirverdad es a través de la formulación v la verificación dehipótesis sociológicas. La investigación empírica acumulativava creando un corpus teórico que paulatinamente va engrosandoel conocimiento sobre la realidad social.

En conclusión, a la Sociología le interesa todo aquello quees un fenómeno social (atañe a la gente) y no es casual niazaroso, como el Derecho. Ahora bien, ¿qué es la Sociologíadel Derecho?

Si miramos a nuestro alrededor, en su máxima amplitud, nosdaremos cuenta de que en todas las sociedades humanas existealgún tipo de institución jurídica; en algunas es, incluso,una institución clave en su estructura y funcionamiento.

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A la vez, podremos comprobar que la mayoría de lasactividades que realiza el hombre en sociedad a lo largo desu vida son objeto de atención por harte del Derecho. No esextraño entonces que, como señala Toharia (1980), lacaracterística fundamental del fenómeno jurídico sea suuniversalidad y omnipresencia, su recurrencia en el tiempo yen el espacio.

Sin embargo, continúa Toharia, la Sociología del Derechodista mucho de estar tan desarrollada como la prácticatotalidad de las restantes especialidades sociológicas. Elhecho de que el Derecho sea un fenómeno poco estudiado porlos sociólogos es consecuencia de la confluencia de variosfactores que a lo largo del tiempo han propiciado y mantenidoeste relativo desinterés de la Sociología por el mundojurídico. Entre estos factores cabe citar la propia aparicióntardía de la Sociología, la poca atención que los padres dela disciplina prestaron al Derecho como objeto específico deestudio y, finalmente, aunque sin agotar los factores, elalto nivel de abstracción conceptual y de complejidad técnicapropios de la ciencia jurídica que hace que para el sociólogoo investigador social desconocedor del mundo jurídico esteparezca cerrado e ininteligible, sólo accesible si se dominandifíciles técnicas jurídicas, Toharia (1980). Pero estedesinterés se torna vivo Interés en la actualidad.

Concepto de Sociología del Derecho

Podemos definir a la Sociología del Derecho como aquella quetiene por objeto de estudio las relaciones existentes entreel Derecho y la sociedad, la que estudia el Derecho en tantofenómeno social. La Sociología del Derecho es una rama de laSociología General que utiliza sus mismos métodos paraestudiar el Derecho aplicado, el proceso de formación delDerecho o los efectos que produce su aplicación en lasociedad.

Treves (1978) la presenta como una disciplina empírica cuyocometido consiste esencialmente en «promover y desarrollar

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investigaciones empíricas aptas para satisfacer determinadasexigencias, como la de estudiar las relaciones entre lasestructuras jurídicas estáticas y a menudo anticuadas y elcontexto social en transformación; conocer cómo el Derecho serealiza en la sociedad; conocer cómo obran los operadoresjurídicos y, finalmente, la de controlar las actitudes delpúblico frente a la situación jurídica del presente y la decalcular y prever cuales pueden ser las consecuencias dedeterminadas reformas legislativas».

Treves diferencia entre ciencia del Derecho y SociologíaJurídica: El sociólogo del Derecho observa desde el exterior:pretende anotar y describir su percepción de los hechos. Eljurista, por el contrario, es un observador interno,preocupado por la norma en cuanto parámetro de loscomportamientos, afirmando la existencia de obligaciones o deposibilidades de hacer fundada dicha norma y calificando loscomportamientos en función de su discordancia o concordanciacon ella.

Por otra parte, Sociología Jurídica y ciencia del Derechodifieren también en función del método: «Las investigacionesde Sociología del Derecho, dada su naturaleza sociológica,recurren a las técnicas propias de la Sociología: lashipótesis, la documentación, la observación, el cuestionario,la entrevista o la experimentación.» Pero, sigue indicandoTreves, estas investigaciones no podrán conducir a buen finsino en la medida en que puedan apoyarse sobre unconocimiento de las técnicas propias de la ciencia jurídica.

Temas de estudio e investigación

Adoptando el claro esquema expositivo empleado por Toharia(1980), nos referiremos ahora al ámbito de estudio de laSociología Jurídica, prestando atención a los asuntos quereclaman preferentemente su interés, esto es, las normasjurídicas, las instituciones jurídicas, los operadores delDerecho y la cultura legal.

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Normas jurídicasLas, leyes, su creación, funciones, efectos, perduración,revocación y, especialmente la causación de las leyes, hansido el objeto clásico de estudio de los científicos socialesinteresados por el mundo jurídico. Mención particular mereceel último de estos temas, la causación social de las leyes.

Aunque durante siglos se consideraba que las leyes tenían unorigen divino y que existía un conjunto de normas eternas einmutables al margen de todo proceso histórico y social,actualmente la idea más generalizada es que la lev es unacreación social ligada a determinadas circunstanciasespacio-temporales, o lo que es lo mismo, históricas, si biendestacan dos explicaciones sobre la causación social de lasleyes, como apunta Toharia:

a) La perspectiva funcionalista, según la cual, las leyesse generan por las necesidades del sistema social en suconjunto. Las leyes realizan una contribución almantenimiento del engranaje social necesaria para que elsistema funcione. No hay entonces .ninguna ley superfluao accidental. Toda ley está en vigor porque desempeñauna función, manifiesta o latente.

b) La perspectiva marxista observa las leyes como merosinstrumentos de dominación al servicio de los interesesde la clase dominante en la sociedad, presentadas con elropaje de interés nacional. Así, el acceso de una nuevaclase dominante al poder conlleva la creación de unnuevo entramado legal.

Ambas perspectivas tienen en común la concepción del planonormativo legal como una construcción de una sola pieza,coherente en todas sus partes y mecánicamente dependiente ensu aparición y subsistencia del sector social (la clasesocial dominante o el propio sistema social) que le daorigen. Toharia (1980) considera sin embargo, que esto esdebatible por varias razones:

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En primer lugar los conjuntos normativos muy rara vez secrean ex novo y en un solo acto haciendo tabla rasa total yabsoluta de todo texto legal precedente. Lo normal es que unproceso de creación normativa sea más un proceso de aluvióncuyo resultado es más un conglomerado heterogéneo que unsistema de leyes. Esto explica que determinadas normaslegales puedan mantenerse en vigor por encima detransformaciones sociales, política e incluso legalesprofundas y radicales (el Código Civil español promulgado en1889 ha seguido en vigor, con retoques parciales, a lo largode más de un siglo en el que España ha pasado de paísagrícola a país industrializado así como por una largasucesión de regímenes políticos). Esto se explica en partepor el elevado grado de generalidad con que toda ley ha deformularse si quiere resolver no sólo una situación concreta,sino también todos los casos similares (genéricos eindeterminados) que puedan producirse en el futuro. Con ellose abre la puerta a diversas interpretaciones según cambienlas condiciones sociales. En segundo lugar, la idea de unaclase dominante resulta difícil de aceptar en un contextodemocrático.

La evidencia que la Sociología del Derecho ha proporcionadoacerca de la génesis de las leyes se puede ilustrar con lainvestigación de Becker (1966), quien analizó los procesosque en EE.UU. llevaron en 1937 a promulgar la ley quepenalizó la venta, compra y posesión de marihuana. Susconclusiones acerca de la gestación de las normas jurídicasresumidas por Toharia (1980), serían las siguientes:

«La promulgación de toda nueva ley (en un contexto políticodemocrático) se percibe como el resultado de un largo ycomplejo proceso que alguien concreto (un grupo de presión,un partido político, un individuo) ha de encargarse deproponer, impulsar y dirigir». Este promotor de la ley ha detomar la iniciativa, debe «movilizarse, crear apoyos,sensibilizar la opinión, crear conciencia de la importancia,urgencia y necesidad de la norma que propone».

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Normalmente ésta es un empresa lenta que requerirá de pactosy negociaciones para conseguir apoyos que producen un efectodoble: por una parte, se consiguen avalistas del texto que sepropone, pero por otra, se puede modificar el alcance deltexto propuesto.

Paralelamente, individuos, grupos o sectores con interesesopuestos se movilizarán a su vez para intentar neutralizar lainiciativa que en caso de llegar al parlamento produciránnuevos retoques. Cada nueva ley ha de ser vista como laresultante de diversas líneas de fuerza y del efecto dedistintos filtros, Toharia (1980).

Instituciones jurídicas

Los sistemas jurídicos incluyen, además de las leyes, losórganos encargados de interpretarlas y aplicarlas. Lainvestigación sociológica acerca de las institucionesjurídicas se ha orientado en dos direcciones: la estructura yorganización de los tribunales de justicia, y la actividad delos mismos.

Estructura y organización de los tribunales de justicia.Respecto a esta cuestión cabe decir que el modo en el queéstos aparecen organizados puede darnos pistas altamentereveladoras sobre la naturaleza del sistema social y políticodel que forman parte. De las investigaciones sociológicas alrespecto se deduce que cuanto más uniforme, clara y unitariasea la estructura jurisdiccional (su organización y su radiode acción) mejor se cumplirá el principio de igualdad ante laley, señala Toharia (1980).

Continúa este autor, las sociedades preindustriales secaracterizan por tener estamentos sociales claramentediferenciados, por ser sociedades rígidamente estratificadas.A esta pluralidad de estamentos le correspondía unapluralidad de jurisdicciones. Había un tribunal de justicia

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para cada individuo según su condición. Esta situacióncomienza a cambiar con las modernas declaraciones de Derechosen las que se postula la igualdad jurídica para todos losciudadanos. Por lo que se crea un único sistemajurisdiccional que abole los tribunales especiales. Así, «laexistencia o no de este tipo de tribunales ha sidoconsiderada como indicador para detectar el grado demodernidad de una estructura jurisdiccional» y de cumplimentodel principio de igualdad ante la ley. No obstante, rara vezencontramos una sociedad que no cuente con ningún tribunalespecial o privativo; normalmente «existen los tribunaleseclesiásticos y militares que, con diferente grado deactividad y área de acción, han logrado subsistir».

Actividad de los tribunales de justicia. En la misma línea que loanterior, sostiene Toharia, que existe una relación inversaentre el nivel de industrialización y la propensión a acudira los tribunales para solventar los conflictos civiles omercantiles entre particulares. Esta situación plantea laaparición de instituciones de arbitraje, mediación yconciliación en las que los casos se resuelven aplicando unasreglas de equidad distintas de las que rigen en lostribunales ordinarios, sin ajustarse por tanto alprocedimiento vigente en éstos. En este contexto el papel delabogado cambia: de defensor ante los tribunales pasa a asesory mediador (Toharia,1980).

En este punto conviene que hagamos una reflexión sobre laaparición de los mecanismos extrajudiciales o parajudicialesde resolución de conflictos: ¿demuestran la ineficacia y lagrave crisis del funcionamiento de los tribunales? o ¿sonauxiliares de los tribunales en cuanto que evitan que lleguena estos tribunales asuntos menores con lo que se evita queestos hayan, de emplearse en asuntos de escasa significación?

Los roles jurídicos

Los estudios referidos a roles jurídicos se centran en lo queTreves (1975) denomina los operadores del Derecho y que son

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los abogados, jueces, notarios y policías. En España destacael estudio realizado por Toharia (1975) sobre los rasgosbásicos de los jueces españoles: proceden de familias declase media urbana de áreas no industriales, especialmente deMadrid. Existe un cierto auto-reclutamiento, ya que el 26 porciento de nuestros jueces son hijos de profesionales delDerecho, aunqueeste porcentaje es menor entre los más jóvenes. En generallos jueces no pertenecen a ninguna ideología, y en el caso depredominar alguna ésta es en muchos temas más avanzada que lade la población española.

La cultura legal

En la Sociología Jurídica hay una posición que parte de laconvicción de que para entender un sistema legal hay quetomar en consideración (como variable independienteexplicativa) los valores y actitudes existentes hacia esesistema legal por parte tanto de los usuarios o administradoscomo de los operadores jurídicos. A este conjunto de valoresy actitudes se le denomina cultura legal. Se puede distinguirentre una cultura legal interna y una cultura legal externa.

La cultura legal interna sería la que mantienen aquellosindividuos relacionados directa y regularmente con el sistemalegal: jueces, abogados; notarios. Esta cultura legal internaes producto de los valores, actitudes y orientacionesrespecto del sistema legal vigente que detentan estosindividuos, esto es, los jueces, abogados, notarios, entreotros.

Pero también hay una cultura legal externa propia de lapoblación en general, es decir, la cultura legal externaestaría formada por el conjunto de valores v actitudes haciael sistema legal mantenido por la población en general, porlos usuarios de la administración de justicia. Qué duda cabe,como señala Toharia, de que ambas culturas legales noinfluyen igual sobre el funcionamiento del sistema legal: lacultura legal interna tiene un mayor impacto que la externa

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Estos estudios, a veces denominados imagen de la justicia sonescasos todavía, pero con importantes contribuciones.

En España, Toharia realiza regularmente los denominadosbarómetros (le opinión sobre la justicia, en los que recogebásicamente la cultura legal externa de los españoles, estoes, las actitudes generales básicas de los españoles respectoa la ley y a los tribunales. A tal fin resulta de interés laconsulta de Toharia (1987), ¡Pleitos tengas!

Psicología y Derecho

Vamos a tratar ahora de bosquejar un breve esquema de lasrelaciones entre la ciencia de la Psicología y el Derecho, amodo de introducción, ya que no hay que olvidar que granparte de este manual está dedicado precisamente a laPsicología jurídica. El interés de este apartado reside enproporcionar un croquis que sirva para orientarse en lalectura de otros capítulos de la obra más especializados.

Concepto de Psicología Jurídica

Lo habitual, cuando nos internamos en un nuevo campo deconocimiento, es comenzar tratando de saber exactamente quées y cuáles son sus límites (lo mismo que compramos un mapaantes de salir de viaje) con la intención de no perdernosentre sus vericuetos. Esta es la tarea que abordaremos eneste apartado sobre la Psicología Jurídica.

Si recogemos la definición que da Muñoz Sabaté (1975): Losconocimientos psicológicos aplicados a la ciencia jurídica, tendremos unaidea tan global del área que aunque seguramente abarca todaslas posibilidades, no nos permitirá hacer un uso operativo deellas, por lo que trataremos de desgranarla un poco más através de las definiciones de otros autores.

Garrido (1982) define la Psicología Jurídica en esta mismalínea, como una unión entre la Psicología General y laCriminología, en la que se tratan de aplicar los

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conocimientos y la metodología de la Psicología a laresolución de los problemas del Derecho.

Para Garzón (1989), debe considerarse, además, la existenciade otro término similar al de Psicología Jurídica, el dePsicología judicial. Este suele ir asociado a la aplicaciónde la Psicología a todo aquello que ocurre en la Sala dejuicios, y hasta el siglo XX formaba parte del campo teóricomás amplio de la Psicología jurídica o Psicología delDerecho, y se reducía a una «Psicología en y para elDerecho». En definitiva, una distinción entre la cienciateórica y aplicada que ya no se emplea dado que ambostérminos se utilizan como sinónimos.

De acuerdo con su definición, Muñoz Sabaté sólo recoge laparte que hace referencia a la Psicología Aplicada, mientrasque otros autores, como Seoane (1989), se centran más en losaspectos teóricos al dejar para la Psicología Jurídica elestudio de los «procesos y mecanismos» que, primero,justifican o alteran el orden social y, segundo, «facilitan odificultan la regulación de los conflictos ante la norma».

En la misma línea, Garzón (1989) nos da una definición dondeno aparece la idea de la aplicación de los conocimientospsicológicos: ciencia que trata de describir y explicar los supuestospsicológicos del poder judicial, los procesos cognitivos (representaciones,creencias, actitudes) de la justicia y los procesos y fenómenos psicológicos de losactores judiciales, que cristalizan en el marco ideológico de los sistemas judiciales.

Algo similar nos dice Teixidó (1978) cuando afirma que elobjeto de estudio de la Psicología Jurídica es el análisis ydescripción de aquellas conductas y motivaciones quetraspasan la propia individualidad (objeto de la Psicologíapura) para producir efectos jurídicos.

Todas estas definiciones, y algunas más, pueden resumirse enlas tres visiones de la Psicología Jurídica que nos presentaMuñoz Sabaté (1975):

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— Como Psicología del Derecho. Partiendo de la idea de quecasi todo el Derecho «está lleno de componentes psicológicos,se requiere a la Psicología para su puesta enfuncionamiento».

— Como Psicología en el Derecho. Tomando como base la mismaidea, se estudian las normas jurídicas como «estímulosverbales que tratan de mover o retraer determinadasconductas» (siguiendo una línea skinneriana) por lo que laformulación y aplicación, de tales normas requiere de laconcurrencia de la Psicología para lograr un máximo deeficacia jurídica dada la gran cantidad de variablesambientales y de los sujetos que influyen e n el cumplimientode esas normas. La Psicología y otras ciencias sociales soncampos a los que el jurista puede acudir en busca deasesoramiento para la definición normativa.

— Como Psicología para el Derecho. La Psicología actúa comoauxiliar del Derecho cuando éste necesita información sobresus fines, sus estrategias o para interpretar hechosrelativos a casos específicos.

No obstante, para este autor la Psicología jurídica sólo seentiende en y para el Derecho y aún en este caso sólo en loque atañe a la interpretación del caso jurídico concreto entanto en cuanto la Psicología pueda aplicar sus técnicas yconocimientos a la prueba de unos sucesos (Psicologíaprobatoria). En definitiva, una parte de la Psicología quetrata de aplicar los métodos y los resultado de la Psicologíaexperimental a la práctica del Derecho, en el mismo sentidoen que hablamos de una Psicología Industrial, Clínica oEducativa (idea defendida también por Garrido, 1982). LaPsicología Jurídica debe atenerse a la norma jurídica, sinvalorar si es o no justa ni pretender argumentar sobre susfines. Una Psicología que pretenda aclarar los fines delDerecho no puede, dada su amplitud y generalidad, encuadrarseen un ámbito específico como la Psicología Jurídica, sino queforma parte de la Psicología General.

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Como Psicología del Derecho

Esta es una perspectiva clásica, desde la que se ve alDerecho como una forma de crear equilibrio y orden social enaquellas agrupaciones sociales cuyo desarrollo y complejidadrequieren cada vez de una mayor ordenación. Relaciona a laPsicología Jurídica más con la Filosofía y Sociología delDerecho que con la Psicología Aplicada.La Psicología del Derecho es una Psicología que se centra enel estudio teórico del Derecho. Su objeto de estudio, señalaGarzón, son todos «aquellos aspectos psicológicos» que,inevitablemente, existen en el Derecho: «la fundamentaciónpsicológica y social del Derecho». Haward (1976) señala queuno de los papeles a desempeñar por el psicólogo jurídicohace referencia con el proceso de elaboración de leyes, bienaportando sus conocimientos sobre una materia particular obien oponiéndose a las leyes existentes cuando en suinvestigación recoja resultados contrarios a ellas.

Aunque esta visión de la Psicología Jurídica ha sido pocodefendida por algunos autores (Muñoz Sabaté, 1976) hacomenzado a ser más considerada a partir de la pasada década,según Garzón (1989), gracias a:

— Las críticas realizadas a una Psicología centrada enanalizar los parámetros más conductuales que se encuentran enla Sala de Juicios.

— La creciente necesidad de estudiar actitudes y valoressobre la justicia y sus operadores con el fin de explicar losfenómenos relacionados con la justicia legal.

— Al interés despertado recientemente por analizar lasrepresentaciones sociales de la justicia y los procesos desocialización legal, tanto en lo relativo a los operadoresdel Derecho como a los usuarios del sistema jurídico, asícomo la dimensión política de la justicia y del poderjudicial.

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Otros factores que han contribuido a este hecho son, segúnJiménez Burillo (1986), el creciente interés de la opiniónpública por todo cuanto se relaciona con el delito, unido ala vocación cada vez más decididamente aplicada de laPsicología Social y a la mayor receptividad de los estamentosjurídicos a los resultados de la investigación psicológica.

Como Psicología en el Derecho

Siguiendo a Muñoz Sábate (1975), si entendemos como norma lasreglas destinadas a producir efectos jurídicos (las leyes,las resoluciones judiciales y administrativas, los laudosarbitrales, los contratos), la Psicología aplicada al Derechoconsistirá en explicar todos y cada uno de los términospsicológicos que utiliza la norma (por ejemplo, voluntad) einterpretarlos en el caso concreto. Esto es necesario porquelos conceptos psicológicos pueden ser ambivalentes dado quemuchos de ellos se han tomado del lenguaje común aunqueposteriormente hayan sido matizados por la Psicología.

Además, los juristas se ven obligados a realizar un análisisa fondo de la conducta humana, dado que la norma se refierecomúnmente a la actuación de los individuos y su propósito escondicionar sus acciones de una u otra forma («conducencia» ocapacidad de una norma jurídica para ser cumplida por lossujetos a que va destinada). Sólo dominando las leyesconductuales el jurista podrá aumentar la conducencia de unadeterminada norma. La Psicología Jurídica puede ofrecer desdela interpretación de las expresiones faciales hasta elconocimiento de la personalidad del sujeto pasando por elestudio de los acontecimientos del medio ambiente(especialmente social) que general: - y mantienen laconducta.

Desde esta perspectiva, las investigaciones en PsicologíaJurídica tratarán a la norma como variable independiente y laconducencia (medida por la frecuencia en que esa norma escumplida) la variable dependiente. Queda pendiente en cambio

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el conocimiento de las variables extrañas: los operadoresjurídicos (legisladores, jueces, abogados) y los sujetos deese control (los ciudadanos) que pueden determinar tanto la«forma y el contenido de una ley o sentencia, el consejo deun abogado o la obediencia espontánea de la norma». (MuñozSábate, 1975).

Como Psicología para el Derecho

La Psicología para el Derecho y, especialmente la Psicologíaforense, es la concepción de Psicología Jurídica que hatenido mayor difusión. En esta visión, se prima el factorindividual frente al colectivo y se colabora con el Derechoen la explicación de fenómenos tales como la personalidad deldelincuente, los factores, que influyen en el testimonio olas características psicológicas de los juristas.

Aunque tradicionalmente se ve el apoyo que la Psicologíaofrece al Derecho dentro de la Psicología forense (laasociada a los fenómenos relacionados con el dictamenpsicológico sobre la imputabilidad del acusado), debe verseeste soporte desde un punto de vista más amplio y recogerotros aspectos de la practica legal: tales como losprocedimientos judiciales o la organización del sistema dejusticia, (Garzón, 1989).

Haward (1976) considera que aquí el psicólogo jurídico puedeactuar desde dos vertientes:

— Durante la aplicación del Derecho, en el rol de psicólogoforense tratan un el caso concreto realizando valoracionesclínicas ante el tribunal o realizando experimentos quepermitan aclarar posibles dudas.

— Sobre los mecanismos del Derecho, aumentando losconocimientos sobre el procedimiento jurídico investigandolos hechos y las teorías en las que luego se basará elPsicólogo forense: la Psicología del testimonio, los procesosjurídicos y los procedimientos de los tribunales y jurados.

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Temas de estudio y aplicación

Por otro lado, cuando tratamos de definir algo puedeayudarnos el describir primero aquellas partes que locomponen. En el caso de las ciencias, aquellos temas de losque se ocupan. Así, el conocer los ámbitos de trabajo de laPsicología Jurídica puede darnos una mejor idea de lo queabarca, si bien hemos de tener en cuenta la aparición untanto tardía de estos estudios debido tanto a la pocareceptividad de los juristas como al hecho de que hasta nohace mucho tiempo la Psicología científica tenía pocas cosasque ofrecer en ese campo. No obstante, el abanico deconductas susceptibles de ser estudiadas por la PsicologíaJurídica es muy amplio, aunque a la hora de aplicarlaefectivamente todavía el campo de acción se ve algorestringido. Los temas de estudio han sido y son, segúnseñalan Muñoz Sábate (1975), Garrido (1982), Garzón (1989),Jiménez Burillo (1986), los siguientes:

— La Psicología del testimonio, que fue uno de los primeroscampos de la Psicología Aplicada. Se tratan los procesospsicológicos involucrados en el testimonio (errores dememoria y perceptivos).

— Investigaciones sobre el «detector de mentiras»(poligrafía).

— Psicología de los jueces (tipología, aptitudes,psicopedagogía) y el proceso de elaboración de sentencia.Este es uno de los temas de estudio más tradicionales. Ya en1917, Bose (Jiménez Burillo,1986) comentaba que la PsicologíaJurídica debía estudiar los procesos mentales de loslegisladores, jueces, testigos, litigantes, abogados,administradores del Estado y ciudadanos.

— Estudio psicológico de la conducta desviada,(psicopatología, Psicología criminal, Psicología delconflicto, los motivos del delincuente).

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— Psicología Penitenciaria, Psicología aplicada altratamiento de delincuentes mediante la elaboración yejecución de programas de rehabilitación, estudio delrecluso, programas para delincuentes bajo palabra.

— Peritajes psicológicos.

— Estudios sobre la norma jurídica: de los descriptores y delos reforzado res, así como los procesos psicológicos de suedición.

— Psicología de las relaciones jurídicas en términos deconducta (conducta política, negociadora, familiar, sexual,cooperativa).

— Reacciones frente al Derecho y la justicia. - Mecanismos deadaptación.

— Psicodinámica del proceso judicial y de otras instancias decontrol. El proceso de toma de decisiones de los jurados.

— Relaciones abogado-cliente.

— Psicología del documento, psicosemiótica (búsqueda einterpretación de indicios y signos). Se incluye también elanálisis psicolingüístico de las confesiones y la redacciónde los informes legales.

— Asesoramiento para responsables de la policía y de lasprisiones en situaciones de secuestro y crímenes en serie.Este asesoramiento puede ir dirigido también al propiocuerpo, estableciendo perfiles de la personalidad del policíay estudiando las percepciones y actitudes policía/ciudadanos. También puede realizarse tratamiento dealteraciones psicológicas fruto de la tensión asociada a susfunciones. Finalmente, el psicólogo jurídico puede formar ala policía para actuar frente a manifestaciones, peleas onegociación con secuestradores. Lo mismo en las prisiones

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instruyendo a los funcionarios para su interacción con losinternos.

— Programas de terapia y rehabilitación para las víctimas deldelito, tratando sobre todo de determinar si ha sufridoalteraciones psicológicas tras su victimización y su alcance(personas que han sufrido un secuestro o torturas, porejemplo). Una propuesta ideal sería (Jiménez Burillo, 1986)llegar a diseñar programas de prevención orientados a gruposde víctimas potenciales.

Filosofía del Derecho

Desde hace mucho tiempo han existido críticas al valor de lasnormas y la función de los juristas y en ese sentido, tantolos juristas como los filósofos han tratado, a través de laaplicación de la Filosofía al Derecho, de dar respuestas a suúltima razón de ser, especialmente de las normas. Tratatambién de aclarar la íntima estructura entitativa delDerecho. Su método de trabajo, por tanto, es diferente almétodo científico, ya que la Filosofía del Derecho se acercaa la realidad jurídica de una manera genérica, valorando lostema jurídicos independientemente de la sociedad que los hacreado.

Respecto a los temas de estudio, uno de los problemas con quese encuentra el filósofo del Derecho (al igual que losinvestigadores de casi todas las ciencias sociales) es que larealidad que estudia es diversa y, sobre todo, cambiante. Porlo tanto, puede tratarse desde múltiples puntos de vista y,lo que es más, desde diferentes posiciones filosóficas. Todoesto determina un gran abanico de temas en que centrarse; sinembargo, suele haber acuerdo respecto al enfoque desde el quese trata la realidad jurídica. Generalmente éste gira entorno a su estudio como hecho social, respecto a su valor yen cuanto norma. Como indica Fernández Galiano, al ser elDerecho un hecho social, habrá que mirarlo siempre como frutode un grupo social organizado. El carácter social esimprescindible para considerar algo dentro del ámbito

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jurídico. El Derecho es además un hecho social normativo alactuar como regla de conducta obligada. Lo más común aquí espensar en las leyes escritas; sin embargo, hay que considerar(como ya se estableció al hablar de norma en el apartado dePsicología Jurídica) también otros hechos sociales que poseenla misma propiedad: los usos y costumbres sociales. Un hechosocial normativo además es valioso, en el sentido de portadorde valores como la justicia, con los que impregna la realidadsocial que regula.

Como ya se habrá intuido, la Filosofía del Derecho debeacercarse a cualquier realidad jurídica, abarcando estos tresfactores en su conjunto; no es posible hacerlo de maneraunitaria. Estos tres aspectos conforman la realidad jurídica,y de no tenerlo en cuenta podemos estudiar como pertenecienteal campo del Derecho un hecho social como asistir a unacorrida de toros, que si bien es un hecho social carece devalores y no es normativo.

Sí es posible, en cambio, dar prioridad a una de las tresdimensiones, lo que dependerá generalmente de la escuelafilosófica que se escoja como marco. Fernández Galiano (1989)entiende, por ejemplo, que la rama fundamental de laFilosofía del Derecho es la axiología jurídica, porque elDerecho, al promover o castigar determinadas conductas,inevitablemente limita el comportamiento de los individuosdurante su interacción social.

El filósofo del Derecho trata de establecer la razón por laque se aceptan las normas. Y encuentra la explicación en laidea de que, amén de algunos individuos antisociales que, decumplir las normas, lo hacen por miedo al castigo, la mayoríade los ciudadanos se someten a las reglas jurídicas con laconvicción de que el orden social que marcan responde adeterminados valores imprescindibles en las relacioneshumanas.

Por supuesto, estos valores no pueden proceder exclusivamentede la persona del legislador, sino que deben estar basadas en

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algo más. El descubrimiento de «ese fundamento del Derechopositivo, su razón de ser, es el tema de la axiologíajurídica como área de la Filosofía del Derecho», segúnFernández Galiano.

Antropología Legal

La Antropología Legal se ocupa de estudiar todos aquellosaspectos de las distintas culturas relacionados con elcontrol social a través de las leyes y el Derecho. Uno de losprincipales problemas con que se enfrenta es determinar quéson leyes y qué Derecho, puesto que las definiciones quemaneja nuestra sociedad no pueden traspasarse directamente aotras sociedades. En general, se trabaja con la idea de quela ley agrupa las reglas de conducta que rigen en unasociedad, así como los mecanismos existentes para asegurar sucumplimiento. El siguiente problema que se plantean losantropólogos es qué reglas de una sociedad concreta debenconsiderarse como leyes. Tantos los juristas como losantropólogos contemporáneos suelen aceptar que debenagruparse como parte del Derecho aquellas normas que vayanasociadas a sanciones institucionalizadas (Beattie, 19,72)considerando como sanciones los medios existentes paraconseguir que los miembros de esa sociedad respeten lasnormas establecidas. Las sanciones pueden ser tanto positivascomo negativas (castigos) y se consideran legales cuando sonimpuestas por alguna institución reconocida, ya sea decarácter político, religioso o militar. Todas las sociedadesposeen reglas legales.

Una cuestión que se plantean los antropólogos legales es elpor qué de las leyes. Malinowski (en Mair,1975) establecióque la razón por la que los individuos acatan las leyes no espor miedo al castigo, sino:

— Porque son educados en la creencia de que las normasestablecidas en su sociedad son buenas y adecuadas.

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— Porque los individuos necesitan económicamente lacooperación de euros y si violan las leyes pierden elprivilegio de la cooperación. Una persona que no hace lo queestá establecido, comprobará cómo las otras dejan de sentirseobligadas con ella.

Una vez aclarada la diferencia entre lo que debe considerarsecomo ley y como leyes, los antropólogos dedican su atención adiversos temas relacionado con el ámbito jurídico. Entreestos, Mair (1975), destaca:

— Infracciones civiles y penales. Para nuestra sociedad, soninfracciones civiles las que afectan sólo al individuo o a uncolectivo v se sancionan mediante un pago, mientras que laspenales afectan al Estado v se sancionan mediante castigosimpuestos en nombre de la sociedad en su conjunto. En elprimer caso, lo importante es la indemnización que puederecibirse por el daño causado. En el segundo, las sociedadessimples reconocen muy pocas infracciones penales que secastiguen con la muerte o el destierro. Casi siempre se tratade conductas que también se consideran pecado porque ofendena sus seres espirituales y contaminan la sociedad.

— La forma en que se resuelven las discrepancias en lasdistintas sociedades varían en función de que poseano noinstituciones jurídicas. Si no las poseen tratan susproblemas mediante la lucha abierta. Si las poseen, lo hacenante una autoridad imparcial que toma la decisión final.

— Los procesos judiciales primitivos. En las sociedades dondeexiste una autoridad jurídica, ésta trata tanto de fijar lasindemnizaciones como de reconciliar a las partes en el casode delitos civiles y de castigar los delitos en el caso delos penales.

— Los derechos sobre la tierra. Los pueblos que cultivan latierra sólo para

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subsistir no consideran la tierra como fuente de negocio.Así, si un propietario no cultiva su tierra dejará que otrolo haga sin obtener renta alguna por ello.

7 González de la vega René, Aguilar Ruiz Miguel Oscar (200)La Investigación Criminal, 2ª ed. Ed. Porrúa. México.

EL PERFIL DEL INVESTIGADOR

EL PROCESO DE SELECCIÓN DEL INVESTIGADOR

Para llevar a cabo un proceso de selección con mecanismostransparentes y confiables, es necesario que éste se realicecon el concurso de terceros; qué mejor que sea el sectoreducativo quien aplique las pruebas, exámenes y evaluacionescorrespondientes en el proceso de reclutamiento y selección.Es por ello que se destaca la necesidad de realizar conveniosde colaboración interinstitucional pactado con institucionesdel sistema educativo y de investigación, para evaluar yseleccionar en su caso, a quienes obtengan los mejoresresultados en los exámenes y pruebas, de acuerdo con losparámetros que se establezcan, lo cual representa accionessin precedentes tanto cualitativa como cuantitativamente paracontribuir a un mecanismo riguroso de selección, a fin de quelos aspirantes a agentes investigadores del MinisterioPúblico, cubran los requisitos técnicos, científicos, éticos,físicos y psicológicos que garanticen a la ciudadanía quedichos aspirantes en caso de convertirse en servidorespúblicos de la Procuración de Justicia, tengan las aptitudesy actitudes suficientes para cubrir su desempeño y se evitenasí desviaciones o abusos.

Estos convenios deben cubrir las áreas administrativas yacadémicas que permitan realizar los estudioscorrespondientes en las siguientes áreas:

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1. Área de resistencia Valoración física2. Área de trabajo social Valoración social3. Área de psicología Valoración psicológica4. Área de académica Conocimientos

generales5. Área de servicios médicos Valoración médica

Dichas valoraciones se realizarían de, manera secuencial,contribuyendo así al logro de los objetivos institucionales,.destacándose de esta manera los más importantes. E1 contenidogeneral de cada una de las evaluaciones, es el siguiente:

EVALUACIÓN FÍSICA. -La finalidad de esta evaluación esdeterminar en gran medida, el nivel de condición físicaelemental, necesaria para un buen rendimiento, además devalorar las capacidades motrices de los aspirantes, deacuerdo con la actividad que va a desarrollar, en tal sentidose aplican pruebas de 'resistencia como: correr, saltar,ejercicios de, orden cerrado, defensa personal en todas susmodalidades, sesiones, de pesas y; deporte recreativo engeneral. (Contenido de la evaluación). -: Esta -evaluación : consisteen conocer la aptitud del individuo para ejercer movimientosexpresados en índices de velocidad, fuerza; resistenciadestreza y movilidad.

Movilidad: Acto motor sistemáticamente repetido que constituyeel medio principal para realiza las tareas de la actividadfísica y el deporte.

Fuerza: Es definida como la capacidad para ejercer. tensióncontra una resistencia y depende esencialmente dé lapotencia contráctil del tejido muscular.

Resistencia o velocidad: Capacidad.; del cuerpo para soportaresfuerzos originados por una actividad prolongada.

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EVALUACIÓN SOCIAL.-Esta valoración permite obtener datoscuantitativos y cualitativos de los aspirantes a agentes delMinisterio Público, con relación a su entorno ycaracterísticas"-sociales, familiares, económicas yculturales, entre otros.

El estudio social consiste en urca entrevista individual degabinete y visita domiciliaria, la primera constituye elcontacto inicial para la obtención de la información y lasegunda confronta de manera directa, los datos obtenidos;ambas tienen como base un instrumento diseñado y aplicadopara la obtención y análisis de la información.

Esta evaluación es aplicada por expertos en trabajo social,contando siempre con el aval de las instituciones deeducación superior, los rubros que contiene este estudio son:

Datos generales. Es la primera etapa, y para su análisis losdatos más importantes son: nombre, sexo; domicilio,escolaridad y tiempo de residencia en el domicilio que hayaregistrado. Éstos elementos permitirán:

• Conformar el perfil de los aspirantes.

• La comprobación académica.

• La mejor ubicación de la persona y el arraigo a su familiay domicilio.

Para la corroboración de lo anterior y la aplicación de lavisita domiciliaria, el interesado señala referencias exactasde su domicilio.

Impresión personal. Tiene como objeto, analizar en el momento dela entrevista, actitudes, movimientos, sentimientos yconductas que el aspirante manifiesta. en su comportamiento.

Estructura familiar. El objetivo es conocer y obtener informaciónsobre los datos de las personas con las que habita.

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Esta información permite determinar el tipo de familia a laque pertenece, las relaciones de sus miembros, la economía dela familia y su nivel educativo. Los datos que aquí seanalizan son importantes ya que se considera que de lafamilia emanan las reglas, normas, patrones de conducta,hábitos, costumbres, etc., situación determinante, si seconsidera que se trata de personas que estarán en contactodirecto con la sociedad, procurando su bienestar y seguridad.De esta información se puede analizar lo siguiente:

Situación económica. Se advierte como parte importante delestudio ya que de este rubro depende el conocimiento delnivel de la persona, para analizar el grado y condiciones desatisfacción de sus necesidades individuales y colectivaspara con la sociedad.

Aspecto laboral. En este rubro se retoman los aspectos relativosa su desempeño en el medio laboral, lo relativo a laestabilidad, constancia y experiencia, así como la capacidady habilidad para determinado puesto ya que esto permitirá engran medida, conocer las expectativas e interés del sujeto.

Características físicas generales de su nivel de vida. Se analizan elementosrelacionados con la cultura, sentido de pertenencia, arraigoy perfil axiológico del individuo.

• La cultura se define como todo lo que es aprendido mediantela comunicación; comprende aspectos relativos al lenguaje,tradiciones, costumbres y hábitos; en este estudio seanalizan datos relativos a la cultura del aspirante partiendodesde su medio ambiente hasta la forma de manifestar sucultura ya que esto permitirá conocer y entender de maneramás amplia su comportamiento ante cualquier situación, en lasociedad.

• El sentido de pertenencia `se refiere a que dentro delgrupo en el que se desenvuelve el solicitante, lleva a cabo

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una función y desempeña un rol determinado, situación s quepermite desarrollarse identificando los principios ylineamientos a. los que pertenece.

• El arraigo, tiene que ver con el vínculo; estrecho quetiene en determinado lugar, o espacio en el que sedesenvuelve y la identificación que tiene con ello.

• Perfil axiológico. Contempla los, valores morales que lapersona menciona con relación a su familia e hijos porconsiderarse esto como un impulso para tu desarrollo social.

Relaciones interpersonales. Dentro del estudio se realizanpreguntas relacionadas con la sociabilidad ;del solicitanteen sus etapas anteriores y en la actualidad, esto conrelación a si conserva a sus amigos de la infancia, o si lostiene; actualmente y con esta información se pretendeanalizar la constancia .y. permanencia en sus relacionesamistosas. Otro de los puntos importantes en conocer sipertenece algún grupo del orden religioso, .político, etc.,para saber en que medida pudiera ejercer alguna influencia ensu conducta tanto positiva como negativamente.

Cultura. Como se mencionó, se analiza la cultura desde elpunto de vista de sus hábitos y costumbres; y en este rubrose enfatiza aún más en el interés que presenta el aspiranteen los problemas sociales; el tipo de programas queacostumbra ver en la televisión o escuchar por la radio; eltipo de revistas que acostumbra leer, además de la ocupaciónde su tiempo libre; ya que estos datos además de permitiranalizar su interés por la sociedad, ofrecer más informaciónacerca del individuo con relación a sus hábitos de t:,,tedioy deseos de superación. Otra de las preguntas que se utilizapara la obtención de la información, es ¿qué personajeadjunta? Además de preguntas que incitan al aspirante acuestionarse el motivo por el que desea pertenecer a lainstitución y lo que haría para contribuir al mejoramiento dela situación de inseguridad social.

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Historia de vida. Este apartado se define como un relatocronológico referente al desarrollo de las diferentes etapaspor las que ha atravesado el individuo para rescatar de;ello, aspectos relacionados nuevamente con su deseo poringresar al área de procuración de justicia.

Conclusión diagnóstica. Después de una apreciación sistemática ycrítica se distinguen y separan las partes que conforman laentrevista para posteriormente unirlas en un análisisdetallado realizado por el trabajador social, de ahí laimportancia de este punto. En general se trata, no de unresumen del estudio, sino de un análisis global de cada unade las partes que componen el instrumento, sistematizando deesta manera los datos e información, con relación a laactividad que se pretende desempeñar.

VISITA DOMICILIARIA.-La visita domiciliaria es el medio através del cual se comprueba o no, la información recabada,para lo cual el trabajador social acude al domiciliocorrespondiente con ayuda de las referencias proporcionadaspor el mismo y se analizan mediante la observación lossiguientes aspectos:

Condiciones de la vivienda. Considerando que la vivienda es elmedio en donde se desenvuelve el individuo, ésta debegarantizar la satisfacción de sus necesidades sociales yfamiliares, en el estudio se considera el número de cuartos,número de dormitorios, disponibilidad de cocina y baños,servicios básicos, como drenaje, agua potable, energíaeléctrica, materiales de construcción, tamaño de terreno yárea en la que se construyó.

La información en su conjunto se analiza, con relación alnúmero de habitantes, para la verificación de problemasrelacionados con la promiscuidad, hacinamiento y condicionesde insalubridad, etcétera. Se corrobora además, si coincidecon la capacidad económica declarada, considerando, además,el régimen de propiedad, es decir, si es rentada, prestada opropia.

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Adicional a lo anterior, la información es reforzada a travésde una entrevista sencilla aplicada a los vecinos, concuestionamientos sobre el comportamiento de él y su familia.

CRITERIOS DE LA EVALUACIÓN SOCIAL.-La jerarquización para lavaloración social (estudio social y visita domiciliaria)implica hacer un análisis y evaluar cada uno de los aspectosde la vida social de individuo. Esta actividad podríaresultar subjetiva por lo que es necesario contar con ciertoslineamientos que permitan dar homogeneidad a los valores ojerarquías que se asignen a cada caso.

Los aspectos con mayor importancia en la jerarquización, sonlos referentes al ámbito familiar pues permiten conocer demanera más acertada al individuo, detectar hábitos, ideologíade comportamiento, relaciones, etcétera.

• Ámbito familiar. En el seno familiar es donde existen lasbuenas relaciones basadas en una óptima comunicación,convivencia y unión entre sus miembros, mismas que sereflejan en las actividades realizadas en su tiempo libre,así como, en el conocimiento del entorno personal, escolar ylaboral.

• Ámbito económico. Conocer si la situación económica delaspirante es desahogada y con capacidad de ahorro. Si cuentacon antecedentes laborales que denoten responsabilidad yconstancia en .u trabajo, así como deseos de superación.

• Ámbito de salud y educación. Se estudia si se tiene accesoa servicio médico afiliado, si tiene familiares que requierande atención médica permanente. Se perciben problemas dehacinamiento en su vivienda ya que el número de habitantes esproporcional al número de integrantes de la familia, si estáedificada con material de construcción adecuado. En el ámbitoeducativo refleja buen nivel, y manifiesta sentido desuperación.

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• Ámbito sociocultural. Se analiza si, la persona es de fáciltrato y muestra tener un buen nivel cultural basado en suasistencia de manera regular a eventos culturales, en sushábitos de lectura, así como en el interés manifestando pormantenerse informado de manera constante sobre lo queacontece a nivel nacional e internacional a través denoticieros y periódicos. Se analiza si es una personasociable y preocupada por mantener relaciones estables yduraderas con sus amistades.

En relación la visita domiciliaria.--Las característicasideales son: • Condiciones de la colonia. Colonia de fácil acceso (cuenta contodos los servicios, transporte público, vías decomunicación, etc.) si perciben personas con problemas depandillerismo, alcoholismo o drogadicción; en general si estina colonia en la que no se detecten problemas graves y sise observan lugares o aspectos que afecten la salud de lacomunidad.

• Condiciones de la vivienda y el mobiliario. Se observa si la viviendaestá en buenas condiciones de higiene, cuidado y aseo, asícomo en concordancia entre el mobiliario de la misma y elingreso manifestado; si sus habitaciones son suficientes.para el número de integrantes de la familia.

• Dinámica familiar. Se aprecia el interés y respeto por parte delos familiares del aspirante, poniendo atención. en todomomento a lo que se les pregunta; de acuerdo; con, las,,muestras de afecto, comentarios realizados y fotografías,observadas, se deduce que en el seno familiar existe armoníay buena comunicación ya que las respuestas otorgadasconfirman datos de la vida familiar y social del solicitante.

• Referencia de los vecinos. Se detecta si los vecinos danreferencias positivas sobre la persona y su familia,afirmando qué los conocen desde mucho tiempo, que sonpersonas tranquilas, cooperativas, que no tienen problemascon ninguna persona.

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Se concluye entonces que esta evaluación permite en granmedida conocer los aspectos más relevantes del individuo enrelación con su entorno, social, familiar, considerando estocomo relevante con relación al papel que se ejercerá comoservidor público.

EVALUACIÓN PSICOLÓGICA.--Consiste en obtener y valorar losdatos básicos de las capacidades intelectuales, emocionales yhabilidades que posee el individuo.

Para el logro de lo anterior, la institución encargada deesta evaluación deberá adaptar, aplicar y evaluar pruebas obaterías psicológicas que incluyen los siguientes aspectos:

InteligenciaEstructura psíquica y emocionalCulturaInterés y habilidadesComportamiento laboralTendencias a adiciones de drogas y alcohol.

Para la obtención y mejor análisis de los aspectos señalados,la valoración se divide en dos etapas:

Evaluación individual. Consiste en la obtención del perfilpersonal del candidato.

Evaluación grupal: Se enfoca a la conducta grupal paraevaluar las habilidades y el tipo de personalidad.

Los resultados obtenidos se dividen en cinco clasificacionesde los cuales dos excluyentes y tres de aceptación.CATEGORÍAS DE EXCLUSIÓN.- Estas implican la no-aceptación.

Categoría A) Patología severa. Implica los siguientes rasgosde Personalidad:

- Problemas en la integración de la personalidad.

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- Tendencias adictivas.

- Problemas severos de control de impulsos agresivos.

- Marcadas conductas socio-prácticas.

Categoría B) No-afinidad al puesto.- Se incluyen a losindividuos que ni en lo intelectual, ni en lo emocionalpresentan características para desempeñar favorablemente lasfunciones básicas del agente del Ministerio Público.

No cuenta con recursos para enfrentar. situaciones deconflicto. No tolera presionesNo asume responsabilidadesLimitadas capacidades intelectualesPropensión a la adicción.

CATEGORÍAS DE INCLUSIÓN. Éstas, se subdividen. en lassiguientes categorías:

a) Categoría C1 Investigador I. Se incluyen en. estacategoría aquellos individuos que cuenten con:

Capacidades intelectuales en un buen nivel.Sólida estructura de personalidad.Buen manejo de la presión. Control de impulsos.Capacidad de liderazgo. Responsabilidad.

b) Categoría CII Investigador II. Se incluyen: Excelentes capacidades intelectuales: Afrontan los conflictos con perseverancia.Son capaces de estar en ambientes de cambio.Excelente manejo de impulsos agresivos.Buena capacidad de liderazgo.

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Es importante señalar que para concluir la valoración de losagentes del Ministerio Público, se destaca que su importanciaradica en investigar y determinar su vocación dé servicio,así como sus principios éticos, lo que permitirá en elfuturo, tener servidores públicos idóneos para el cargo yfunción:`

EVALUACIÓN DE CONOCIMIENTOS.-Con esta valoración se estableceel nivel de conocimientos de acuerdo al puesto.

La evaluación se enfoca hacia los conocimientos jurídicostales como: amparo; deontología jurídica; derecho'administrativo; derecho civil; derecho constitucional;derecho penal; derecho procesal penal y garantíasindividuales:

EVALUACIÓN MÉDICA.- Esta valoración consiste en calificar elestado médico de salud de las personas a fin del identificara las aptas para participar en el área de seguridad pública,evitando con ello posibles riesgos.

La evaluación consiste en una historia clínica y estudios delaboratorio, lo cual permitirá determinar el estado de saludpara el óptimo rendimiento y se aplica en las siguientesfases.

Encuesta. Se trata de un formato en el cual el sujetoproporciona sus antecedentes y situación actual de su estadode salud.

Pruebas de laboratorio. se aplica una biometría hemática; químicasanguínea; prueba de elisa (SIDA) y V.D.R.L. (Sífilis).

Rayos X, tele de tórax.

La revisión clínica en general, consiste en analizar lossiguientes aspectos del aspirante:

a) Características físicas:

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Morfología EstaturaPeso

Incluye, además, preguntas con relación al tipo de deportesque practicaba y practica, cómo califica su condición físicay su estado general de salud, además de otras relacionadascon la actividad física de su familia.

b) Antecedentes personales.

TabaquismoAlergias Dependencia de sustancias tóxicas

Para esta información se realizan preguntas sobre si hatenido problemas asociados con el consumo de sustancias, consus familiares, en la escuela, en la calle o con la justicia;además, se indaga en la posibilidad de adicción en su familiao de su persona.

c) Antecedentes familiares:

Enfermedades hereditarias

Se analizan aspectos relativos a la vulnerabilidad decontraer enfermedades hereditarias tales como alcoholismo,diabetes, cáncer, hipertensión, tuberculosos, del corazón omentales.

d) Exploración física.

Características particulares Valoración ocular Miembros superiores o inferiores

Se cuestionan datos específicos a través de preguntas conrelación a cómo considera su estado de salud, si ha

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presentado algún síntoma de enfermedades a través de supropia valoración, así como la energía que presenta pararealizar sus labores.

Otro de los elementos importantes !dé éste apartado es elanálisis de la prevención que se desarrolla, en lo relativo alas enfermedades sexuales, así como los métodos deanticoncepción utilizados entre otras.

e) Signos vitales.Frecuencia cardiacaTensión arterial.

Se estudian los aspectos relacionados con la frecuenciacardiaca y tensión arterial por considerar: esto como básicopara la prevención o cuidado de posibles enfermedades crónicodegenerativas.

En conclusión, se tiene una evaluación que reafirma el estadode salud general, necesario para, el tipo de actividades quedesarrollará; el reporte global contiene los datos mássobresalientes, como son:

Datos generales

Antecedentes socioeconómicos.Antecedentes personales no patológicosConsumo proteínico Hábitos higiénicos Deportes Disposición para gastos Antecedentes personales patológicos. Métodos anticonceptivos. Adicciones. Golberg.Habilidades de aprendizaje.Exploración física.

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VALORACIÓN GENERAL.-Una vez concluido, el proceso deevaluación, la institución responsable de esta evaluación, através de sus diferentes facultades o escuelas hace entregade los resultados obtenidos, a los cuales se les asignanvalores bajo un modelo computarizado de acuerdo con loslineamientos estipulados, lo que contribuirá finalmente acalificar el nivel de conocimientos elementales, aptitudes yactitudes de cada persona, a efecto de seleccionar conforme alos perfiles académicos requeridos, al personal idóneo.

Una vez que se obtengan los resultados de las evaluaciones decarácter social, psicológico, médico y de conocimientos,éstos hay que ponderarlos de acuerdo con la importancia quetenga cada una de las evaluaciones.

Estos resultados no pueden tener el mismo peso y significadoque cualquiera de las materias, es por ello que una vezcortando con los resultados, a éstos se les otorga unacalificación extra de acuerdo con la importancia que tengan,un ejemplo de ello sería que es mucho más conveniente que setengan conocimientos de derecho penal, que de otra área delderecho. De la evaluación social se derivan cuatrovertientes, que son:

El ámbito familiar;El económico;El cultural, yEl recreativo social.

En este sentido, la importancia de cada uno de estosapartados es distinta, por lo que habrá que darle un valormayor, en términos generales, al ámbito familiar y a laestructura económica, que a los aspectos culturales orecreativos.

Por lo que se refiere al resto de las calificaciones queotorguen las evaluaciones, éstas son determinantes, ya quedesde el punto de vista psicológico y médico se decidirá siuna persona es sana física y mentalmente o no lo es, es por

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ello que habrá que darle un rango importante a lascalificaciones aprobatorias, disminuyendo su calificación enla medida en que sus características sean mejores y para elcaso de los que no tienen una evaluación satisfactoria,simplemente habría que calificarlos en forma negativa con 0.

Para estos procesos de calificación, habrá que diseñar unmodelo matemático relacionado con la informática, que permitacalificar rápidamente con base en el modelo que se diseñeexprofeso, de tal suerte que una vez obteniendo lascalificaciones finales, se pueda estar en posibilidad deseleccionar a las personas idóneas para el desarrollo delpuesto.

En general, se debe buscar en el modelo que se lleve a cabo,que las calificaciones queden integradas de distintas formas;sin embargo, la integración de la calificación final de unaspirante debe tener un valor mayor en el área psicosocial.

Es recomendable que los valores psicosociales representen porlo menos el 50% de la calificación y lo referente a lasevaluaciones de conocimientos, física y médica representen elotro 50%.

Con base en lo anterior, la selección que se haga debe ser depersonas que la sociedad reconozca que son equilibradas psicológica y socialmente hablando.

LA EVALUACIÓN DEL INVESTIGADOR.- Los niveles de evaluaciónque se realizan al personal en activo son de granimportancia, ya que será con base en ellos que se podrágarantizar a la sociedad la permanencia de nuevos servidorespúblicos en procuración de justicia, aptos y que no hayantenido desviaciones en su comportamiento. En este sistema deevaluación y seguimiento que está dirigido a todo el personalen activo, se deberán contener criterios de evaluaciónpsicológica, social y de conocimientos, y obviamente, estas

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evaluaciones llevarán un seguimiento permanente para que enforma regular, mínimo una vez cada dos años, todos losagentes del Ministerio Público cuenten-con su evaluación, nosolamente psicosocial y de conocimientos sino de desarrollolaboral; esta,, actividades de evaluación y seguimiento, sonfundamentales para el Servicio Civil de Carrera, ya que sedeberá integrar un expediente para cada uno de los activos,lo que facilitará su profesionalización así como, laspolíticas necesarias para llevarla a cabo.

Con el propósito de integrar adecuadamente las evaluaciones,éstas se realizan a todo el personal en activo, para esto, esnecesario contar con un inventario permanente de todos losagentes del Ministerio Público, indicando su adscripciónlaboral; su antigüedad en la Institución; su edad y lascaracterísticas de su formación y posibles evaluaciones paradesempeñarse como investigador. Una vez con la información deinventario de los recursos humanos que se señalan, se estaráen posibilidades de realizar la planeación y programación detodas las actividades a realizar por cada uno de losservidores públicos involucrados. Para estas evaluacionesserá necesario diseñar el mecanismo a través del cual, lamovilidad que se tenga de los servidores públicos sea lamínima posible.

El sistema de evaluación que se propone, debe tener lascaracterísticas de permanencia y confidencialidad, ya queserán los resultados de estas pruebas los que permitirán, enforma permanente, estar avalando qué servidor público se.deberá separar de su cargo por haber tenido desviaciones quese podrían calificar como Severas.

El sistema de evaluación y seguimiento deberá ser aplicadopor terceros y de preferencia por las instituciones deeducación superior, mismas que manejarán este sistema enforma digital, en donde a cada uno de los servidores públicosse le asignará un número de matrícula, el cual servirá enforma permanente para llevar a cabo sus evaluaciones, si nofuera este el caso, sería muy delicado que la información de

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alguna persona pudiera extraviarse, sobre todo pensando queson evaluaciones de carácter psicológico y social.

Este sistema permitirá saber la historia de cada uno de losservidores públicos en activo, con lo que se planteaevaluar .el desempeño de este personal. Las evaluaciones decarácter psicológico, social y de conocimientos, deberán seracordes a la edad y antigüedad de la persona en su cargo.

Las evaluaciones que se proponen deben ser diseñadas consi-derando la adscripción de la persona, la edad y antigüedad enel cargo; asimismo, deberán realizarse cinco evaluacionescomo son: la psicológica; social; de conocimientos; médica yfísica.

Estas pruebas tendrán diferentes aplicaciones y susresultados deben ponderarse considerando distintos criteriospara su seguimiento y evaluación permanente. Las evaluacionespsicosociales deben tener el mayor peso, sin olvidar laimportancia que representan las pruebas médicas; losresultados psicológicos deberán indicar tres parámetrosbásicos.

1. Personas sin desviación de acuerdo con la definición delos límites de aceptación

psicológica.

2. Personas con desviaciones susceptibles de recuperarse,vía talleres grupales de terapia

psicológica, como puede ser el caso del estrés policial.

3. Personas con desviaciones severas, en cuya circunstanciala recomendación es retirarlas de sus puestos.

Para el caso de las evaluaciones sociales, éstas darán comoresultado, de igual manera en tres vertientes: una dondesurge una descomposición social, fundamentalmente en lofamiliar por parte de los evaluados; otra en relación con la

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detección de signos de descomposición social de la persona,como puede ser el caso de lo económico, donde estamoshablando de posible corrupción y un tercero, en el que seindique si la persona socialmente ha mantenido los nivelesaceptables de integración social.

Por lo que se refiere a las evaluaciones de conocimientos yfísica, los resultados permiten tener indicadores: sobre quéy para qué fortalecer algunos programas de capacitaciónfísica y fundamentalmente los cursos de conocimientosnecesarios para los servidores públicos, a fin de lograr suespecialización y reforzamiento en áreas que sean necesarias.

De cualquier manera el diseño y la aplicación de las pruebasy realización de las evaluaciones, deben ser, acordes, conlos resultados que se están esperando obtener.

La evaluación de estas pruebas, así como su diseño y aplica-ción, se harán con base en los parámetros que previamente seestablezcan, y deben ser responsabilidad dé las;instituciones de educación superior que participen. Lasevaluaciones se realizan de acuerdo con la programación yplaneación qué se define con las instituciones de educaciónsuperior; buscado siempre la mayor calidad para el personalen activo, a fin dé qué estas evaluaciones, lejos deprovocar una inconformidad, para el personal, lo puedanconsiderar un elemento de apoyó para él desempeño de susfunciones.

La planeación de las evaluaciones debe hacerse en forma nu-mérica y los resultados deben permanecer de la: misma manera,con el fin de garantizar la confidencialidad tanto en laaplicación como en el análisis de los resultados.

Este programa de evaluación permanente debe ser diseñado detal manera para que sean identificados servidores públicosque tengan una desviación grave, no grave para que sea éstemomento, cuando el sistema criptado en forma numérica,permita conocer el nombre de esa persona.

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Por lo delicado del sistema de seguimiento y evaluación, éstedebe ser operado y analizado por el mínimo de personas quesea posible, con una dependencia directa a la máximaautoridad del Ministerio Público como lo es el procurador.

Se tiene que fortalecer el sistema dé informática para eldesarrollo de este programa, ya que por razones naturalessería delicado que la información tuviera un nivel dedesviación dentro de otros funcionarios de una procuraduríapuesto que su contenido es delicado y de tratamientoparticular para cada interesado.

Finalmente, las recomendaciones técnicas que se establecen,están incorporadas en tres vertientes.

1. Si el servidor público no tiene problema alguno en susevaluaciones, simplemente esta información quedaráregistrada en su expediente confidencial.

2. Si se observa una desviación en lo psicológico y losocial que no sea severo, a estas personas habrá quecanalizarlas a talleres específicos para fortalecer lasáreas que se hayan detectado con alguna desviación y siésta fuera severa, se recomendará su separación delcargo.

3. Las desviaciones que se pueden considerar como severasson: la agresividad, la adicción a las drogas, ladesintegración familiar y un cambio significativo en losaspectos económicos del individuo.

De acuerdo con los expertos de las instituciones de educaciónsuperior, habrá que definir qué otras característicaspsicológicas o sociales pueden considerarse como graves. Parael caso de las desviaciones no graves, como puede ser elestrés policial y problemas familiares, entre otros, setienen que establecer talleres, clínicas y cursos que

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permitan retomar los valores que se definieron comoparámetros mínimos y máximos de tolerancia psicológica ysocial.

Especial interés reviste la atención psicológica para losagentes del Ministerio Público, para evitar el estréspolicial.

Las situaciones cambiantes de la vida cotidiana propician quelos individuos experimenten trastornos psicofisiológicosconocidos como estados de estrés que, de no controlarsepueden generar en la persona malestares físicos, psicológicosy deficiencias o confusiones en su conducta. Los estados deestrés se originan por diversas causas, tales como, carestíaeconómica, competencia laboral, dificultades en latransportación, inseguridad pública, agobio emocional,contaminación. Todo esto conlleva a un estado de nerviosismoque fomenta, entre otros, el tabaquismo, el alcoholismo,drogadicción, agresividad, cambios frecuentes de trabajo,alteraciones en el sueño, ausentismo laboral, aislamientosocial y, sobre todo, diezma completamente el funcionamientoeficaz del sujeto ante diferentes escenarios y situaciones.

Las labores de los agentes investigadores generan altosniveles de estrés, ya que su desempeño se centra en larepresión y castigo por los enfrentamientos constantes ycotidianos que realizan durante el ataque a la delincuenciay, de manera simultánea, de ayuda a la comunidad. Estadualidad de roles resulta difícil de amortizar principalmentepor lo desgástate, sobre todo, en los aspectosemocionales.

Con base a lo anterior, el trabajo de apoyó, psicológicoconsiste en evaluar las áreas que la conforman para conocerlas incidencias del estrés laboral y poder contribuir amantener la salud física y el equilibrio emocional de losagentes, del ministerio público, con la finalidad de evitardisfunciones en su desempeño laboral.

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Para llevar a cabo estas actividades, se recomienda unaunidad de ciencias del comportamiento para realizar losservicios de evaluación y detección periódica de problemasde estrés policial; así como los servicios de prevención yapoyo psicológico para los agentes.

LA CAPACITACIÓN DEL INVESTIGADOR

Los planes y programas de estudio, elementos fundamentales dela capacitación, deben asegurarla congruencia de los mismos,con las necesidades que en materia de procuración de justiciase tengan, los cuales no pueden concebirse acertadamente, nicumplirse en forma correcta si no buscan su objeto en las decarácter nacional y si no repercuten favorablemente en élentorno de una sociedad.

Las actividades docentes del, área de capacitación enprocuración de justicia consisten en una enseñanza yaprendizaje continuos que nunca concluyen. Se trata de unproceso complejo y dinámico, que parte de la definición de loqué se debe enseñar y cómo se enseña, e implica laplaneación, programación, ejecución y evaluación de loenseñado y lo aprendido, En este proceso intervienendiversos elementos: las características del ponente y elreceptor; la naturaleza, tipos y niveles de aprendizaje; lascaracterísticas del entorno social, así como los métodos,técnicas, procedimientos y recursos de apoyo al proceso deenseñanza-aprendizaje.

Con base a lo anterior, se derivan en el ámbito metodológicolos criterios didácticos, tanto en relación con laadquisición de habilidades, conocimientos y actitudes, comoen lo que se refiere a los medios que se utilizan, larelación entre la enseñanza teórica y la vinculación con lasformas de la práctica cotidiana en materia de procuración dejusticia.

En los planes y programas de estudio se abordan criterios pe-dagógicos considerando el nivel de participación de

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profesores y alumnos, y con las formas de evaluación yseguimiento académico.

En ellos se concreta de manera formal el proceso docenteorganizado, en virtud de que los mismos deben definir lossistemas, métodos y técnicas que se emplearán en laaplicación y desarrollo de un currículum propuesto al tiempoque deben contener los criterios didácticos, así como lascaracterísticas y responsabilidades a las que deberáresponder.

La función docente debe estar vinculada con las inquietudes yproblemas de su tiempo y de la sociedad en donde sedesarrolla.

Las áreas de capacitación deberán instruir, educar y formarindividuos competentes e informados, dotados de sentidosocial y conciencia nacional, que actúen con convicción, sinegoísmo y que pretendan un futuro mejor en lo individual y enlo colectivo; de igual forma alcanzar la excelenciaacadémica, excelencia que sólo se conseguirá a través de laconsistencia y el esfuerzo de profesores y alumnos, altosniveles de docencia e investigación, aplicación de métodospedagógicos progresistas que permitan lograrla, y en generalmediante la mejoría de las condiciones académicas en las quese lleva a efecto el proceso de capacitación.

Los planes y programas de estudio constituyen la norma básicaque sustenta el quehacer docente de la institución y son guíafundamental en el trabajo de maestros y alumnos.

Los planes de estudio deben contener al menos los siguientesapartados:

a) Fundamentación del proyecto;b) Metodología empleada en el diseño curricular;c) Perfil del egresado;

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d) Requisitos escolares previos o antecedentes necesarios re-queridos para poder inscribir al estudiante en el plan deestudios correspondientes;e) Estructura del plan de estudios;f) Valor en créditos de cada asignatura o módulo y del plancompleto, en su caso;g) Tiempo de duración en períodos académicos del plan de es-tudios;h) Programas de cada asignatura o módulo;i) Criterios para la implantación del plan de estudios;j) Requisitos académicos complementarios para la obtencióndel título o diploma correspondiente, yk) Mecanismos para la evaluación y actualización del plan deestudios.

Los programas de las asignaturas o módulos deben contener almenos los elementos que se describen a continuación:a) La descripción. de los objetivo educacionales de tipogeneral que se pretenden alcanzar;b) El listado de contenidos mínimos.:c) Las metodologías de enseñanza y de aprendizaje que seutilizarán, d) Los créditos de la asignatura; indicando si es obligatoriau optativa;e) Una sugerencia de horas para cubrir cada parte del curso,f) La bibliografía básica y complementaria del curso;g) Una recomendación de las formas dé evaluación para cono-cer la eficacia de la enseñanza y el aprendizaje, (exámenes,trabajos, seminarios, participaciones, étc:); que élprofesor utilizarácomo elementos para dar testimonió dé la capacidad delalumno.h) El perfil profesiográfico dé quienes pueden impartir laasignatura o módulo, yi) La ubicación y la seriación, en su caso, de las diversasasignaturas.

Los planes y programas de estudio responden predominantementea las áreas prioritarias de la procuración de justicia y a

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las necesidades y capacidades propias de las institucionesque se ocupen de la capacitación.

Los planes y programas de estudio deben considerar la ade-cuada proporción y congruencia que tiene que guardar la ense-ñanza teórica y práctica del área correspondiente, evitandoque se dupliquen esfuerzos. Las actividades prácticas. deben.estar claramente especificadas y ser congruentes con losprogramas de estudio que se siguen, de manera que la prácticapermita entre otras cosas, la aplicación de lo que se hayaestudiado o se esté estudiando en las clases teóricas, segúnlos objetivos del plan; el desarrollo de habilidadesdeterminadas; el desarrollo, de .la capacidad de resolverproblemas surgidos ante una eventualidad y el desarrollo dela capacidad de cuestionar y generar conocimientos.

Es por ello, que los nuevos planes y: programas de estudio,deben partir de formas cada vez más sistemáticas,actualizadas y totalizadoras de entender el procesoenseñanza-aprendizaje, y al mismo tiempo relacionar suscontenidos con las necesidades en todas las áreas deprocuración de justicia.

La responsabilidad del proceso enseñanza-aprendizaje recae enmaestros, alumnos y autoridades en la medida en que cada unode ellos participa en él, al emitir opiniones, coordinaractividades, investigar situaciones, diagnosticar problemas oproponer opciones de solución.

Los programas y planes de estudio deben contener objetivos,calendarización, horarios, materias a impartir, materialdidáctico a utilizar y personal docente, a fin de mejoraraspectos determinantes de la eficacia y productividad en eldesempeño laboral, de acuerdo con las normas establecidaspara tal fin.

Las principales materias que contendría un plan de estudiosserían:

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Actuación del ministerio público en jugados de paz. El alumno conocerá losprocesos, integración y funcionamiento de los juzgados depaz, así como la actuación del agente del Ministerio Públicoen los mismos.

Acuerdos y circulares. El alumno analizará el conjunto de acuerdosy circulares vigentes relacionados con la función ministe-rial, que le permitan ampliar su acervo institucional comoservidor público.

Análisis de las reformas legales y Ministerio Público. En esta materia elalumno analizará las reformas legales actuales a fin deajustar su actuación e integrar la averiguación previa comoparte del procedimiento penal.

Atención a la víctima: En esta materia el alumno analizará algunasconsideraciones psicológicas que el agente del MinisterioPúblico debe tomar en cuenta para la atención y trato a lavíctima, dentro de la procuración de justicia.

Control y manejo del estrés. El objetivo de esta materia, consisteen que el alumno tenga conocimiento de la problemática queenfrenta en el desarrollo de sus actividades desde el puntode vista psicológico y de esta forma pueda enfrentar elestrés que cotidianamente se le pueda generar.

Crirninalística: El alumno conocerá las diferentes áreas y métodosde la criminalística aplicables a la investigación de losdelitos.

Criminología: El alumno identificará los elementos criminológi-cos importantes que le permitan comprender desde un punto devista amplio al trasgresor y a la víctima.Desconcentración de la procuraduría. El alumno conocerá la ubicaciónde las diferentes zonas donde actúa el Ministerio Público.

Derecho civil. El alumno analizará. el ámbito de competencia delagente del Ministerio Público en materia civil y familiar.

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Derecho Penal. Con esta materia el alumno conocerá los linea-mientos fundamentales del derecho penal, las penas y medidasde seguridad aplicables a casos concretos, así como el órganoejecutor de las mismas para el buen desempeño de lasfunciones que se le encomienden.

Derecho procesal penal. El alumno conocerá los conceptos,elementos y etapas que conforman el procedimiento penal.

Derechos Humanos. El alumno analizará los Derechos Humanos deque gozan todos los ciudadanos, a fin de salvaguardar elrespeto a los mismos.

Estudio de los elementos técnicos de la consignación: El alumno estudiará yexplicará la etapa de la consignación, así como los elementostécnicos y jurídicos que la integran.

Ética ministerial: El alumno analizará los principios básicos dela ética y los derechos humanos que regularán su actuacióncomo agente del Ministerio Público.

Garantías constitucionales y amparo. El alumno conocerá las basesconstitucionales relacionadas con la materia penal y de con-trol constitucional, así como los lineamientos y resolucionesde un juicio de amparo que le servirán de referencia en suactuación como agente del Ministerio Público.Inducción a la procuraduría general de justicia. A través deesta materia el alumno conocerá la estructura, organización yfunciones de la Procuraduría General de Justicia del Estado.

Informática. En esta materia el alumno aprenderá a manejar loselementos de cómputo necesarios para el buen desempeño de susfunciones.

Integración de la averiguación previa. El alumno conocerá losprincipales conceptos, elementos y reglas aplicables en laintegración de la averiguación previa.

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Legislación ministerial. El alumno conocerá los lineamientosjurídicos centrales que regulan el desempeño ministerialdentro de la Procuraduría General de Justicia.

Liderazgo y don de mando del agente del Ministerio Público en la investigación delos delitos. En esta materia el alumno analizará la formación eintegración de equipos de trabajo, su dinámica, sus factoresmotivacionales y de liderazgo que le permitan asumir efi-cientemente sus funciones como titular de un área y comoservidor público.

Marco jurídico de la función ministerial. El alumno conocerá losobjetivos y la estructura de las leyes, así como losreglamentos que regulan su desempeño como agente delMinisterio Público.

Medicina forense: El alumno identificará los conceptos centralesde la medicina legal y estudiará las diferentes causas demuerte y las lesiones producidas en los hechos violentos.

Ortografía y redacción de documentos oficiales. El alumno manejará lasreglas básicas de la ortografía para el uso adecuado de laexpresión escrita dentro del desempeño de sus funciones.

Política criminológica. El alumno conocerá los lineamientoscentrales de la política criminológica aplicada en laentidad.

Prácticas de campo en agencias del Ministerio Público. El alumno aplicarálos conocimientos teóricos adquiridos a fin de reafirmarlosen la práctica.Psicología criminal. El alumno analizará los factores psicológicosque propician en el individuo conductas antisociales, comocometer un ilícito o infringir normas sociales.

Relación con la sociedad. En esta materia el alumno analizará quela procuración de justicia tiene como finalidad preservar lapaz, hacer respetar las leyes y crear un ambiente ordenado,

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funciones que generan distintos problemas sociales y unareacción de enemistad recíproca con la comunidad.

Relaciones humanas. El alumno conocerá las características,elementos e importancia de las relaciones humanas para unaadecuada integración a la sociedad y al medio laboral.

Teoría y técnica de la entrevista. El alumno analizará la importanciadel manejo de la entrevista e interrogatorio en el área deaveriguaciones previas a presuntos testigos, querellantes,víctimas y victimarios para una mejor procuración dejusticia.

Victimología. En esta materia el alumno analizará los conceptoscentrales de la Victimología como parte de la ciencia penalque explica los efectos hacia la víctima de un acto criminal.

Una parte fundamental del plan de estudios lo constituyen lasprácticas de campo. Se tiene que fortalecer la experiencia encada una de las agencias investigadoras, es por ello que losaspirantes deberán participar activamente en las prácticas afin de corregir posibles errores y familiarizarse con larealidad en el desarrollo cotidiano del trabajo.

El material didáctico debe ser congruente con los contenidosde cada una de las materias y su definición será siempreconsiderando el punto de vista de la planta docente; sinembargo, deberá existir un material básico, tanto didáctico,como de apoyo que será definido por los cuerpos académicos ydirectivos de la institución responsable de llevar a cabo lacapacitación.

De igual forma, el material que se defina, así como los apo-yos académicos, la institución deberá proporcionar a cada unode los alumnos las copias necesarias de -los .documentos a utilizar, esto con el propósito de tener una uniformidad en los materiales de estudio de todos y cada uno de los aspirantes.

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LA ESPECIALIZACIÓN DEL INVESTIGADOR

Parte fundamental en la profesionalización y desarrollo delos recursos humanos relacionados con la procuración dejusticia, no importando sus niveles jerárquicos,13,es lasuperación. académica, por ello los cursos de actualización;especialización y de postgrado tienen un gran valor tantopara el individuo.''como para la institución, ya que a travésde éstos es que se logra su especialización, así como elacreditar las características académicas necesarias querequiera y establezca un programa dé estímulos y recompensaso bien un programa que busque la superación permanente comolo es el servicio civil de carrera.

El diseño de los cursos de actualización. deberá ser siemprede carácter general y serán precedidas de una evaluaciónpsicosocial para los que lo tomen, en caso de qué un agentedel Ministerio Público, participe en más de un curso deactualización en el transcurso de un año, la evaluaciónpsicosocial se omitirá. Los cursos de actualización deberáncomprender. básicamente temas relativos a las leyes yreglamento aplicables al Ministerio Público, a la éticapolicial; a los derechos humanos y atención a víctimas; a lapsicología policial; a la geografía urbana,,-y:a.;lasrelaciones humanas, entre otros.

En los cursos de actualización,. deberán -existir. lasopciones deprácticas de tiro y cursos de técnicas dé defensa urbana y deacondicionamiento físico. Los cursos de actualización y contar con el materialdidáctico y del apoyo correspondientes tendrán una duraciónde 40 horas y será obligatorio tomarlos cuando me nos uno alaño o con la frecuencia que la institución responsable de lacapacitación señale.

Los cursos de especialización tienen distintas duraciones,esta duración puede ser desde ocho hasta 200 horas o más,dependiendo el tipo, organización, contenido e importancia

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del curso. Estos cursos de especialización serán dirigidos atodos los servidores públicos de la Procuraduría General deJusticia y son de tiempo completo o tiempo parcial,dependiendo de las características de cada curso, así comodel profesorado que lo imparte.

Los grandes temas en los cuales pueden llevarse a cabo cursosde especialización, son en las áreas ético-jurídicas;humanística; técnico-policial; defensa policial;criminalística; criminología y en emergencias relacionadascon protección civil (incendios, sismos, etc.)

CURSO BÁSICO PARA AGENTES DEL MINISTERIO PÚBLICOESPECIALIZADO

OBJETIVO GENERAL: Introducir al agente del Ministerio Públicoen los principios básicos de la investigación de delitosviolentos.

Este curso comprendería tres áreas de estudio integrada pordistintos módulos, cada una de ellas, y las áreas serían lametodológica, la criminalística y la operativa.

CURSO DE FORMACIÓN PARA AGENTES DEL MINISTERIO PÚBLICOESPECIALIZADO

OBJETIVO GENERAL: Dotar de conocimientos específicos enatención a delitos violentos a los agentes del MinisterioPúblico de la Procuraduría General de Justicia del Estado.

Perfil requerido: Agentes del Ministerio Público.

Este curso comprendería tres áreas de estudio integrada pordistintos módulos, cada una de ellas, y las áreas serían lametodológica, la criminalística y la operativa, el alcance delos planes de estudio es mucho mayor en profundidad deestudio que el curso básico.

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OBJETIVO GENERAL: Formar peritos en criminalística de campocon conocimientos en el estudio del lugar de los hechos,manejo de indicios y en técnicas de laboratoriocriminalístico.

8 Talarico Pinto Irene(2002) Pericia Psicológica. Ed. La Roca. Argentina.Pág. 25-38

LAS IDEAS PSICOLÓGICAS

ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LAS IDEAS PSICOLÓGICAS

a) Los primeros pensadores.- Espíritu, ánima, alma, psique, son términos que se han utilizado para describir y circunscribir la región de los pensamientos, de las ideas, de la razón y de las emociones.

b)Desde la época de los pensadores antiguos se buscó siempreprofundizar el conocimiento de uno mismo y del mundo que nosrodea. Las preocupaciones por el ser humano respondían a laspreguntas sobre el cosmos, la naturaleza, el conocimiento y

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su crítica, el dualismo entre espíritu y materia, entre lasideas y las percepciones. Pero la Psicología no constituíauna preocupación en sí misma. Sólo se utilizaban conceptosque ayudaban a esclarecer las preguntas formuladas, y cuyasconclusiones llevaban a nuevos cuestionamientos.

En un principio, la filosofía abarcaba todo el conocimiento,y la Psicología no existía como rama independiente.Los pensadores griegos utilizaron distintos métodos filosóficos para explicar y entender el mundo y la naturalezahumana.

Platón utilizó la dialéctica, haciendo contraponer laintuición de las ideas, y el conocimiento de ellas, a travésde la crítica para esclarecer la idea. Ese esfuerzo por elesclarecimiento, conduce a establecer conceptoscontrapuestos, que van rectificando el anterior.

Aristóteles desenvuelve el método dialéctico, hasta reducirloa leyes que describen el tránsito de una afirmación a lasiguiente. Esto se convierte en el antecedente de la lógica,de la inferencia, de las conclusiones y proposicionesgenerales y las particulares.

Platón habla del mundo de las ideas, del mundo trascendente alas cosas.

Es decir que estos filósofos utilizaban el pensamiento y larazón. Aplicaron la intuición como método de conocimiento: laintuición sensible de las cosas tal cual son, y la intuiciónespiritual o psíquica. La primera se hace por medio de lossentidos y la segunda por medio del espíritu. Y una terceramanera de acercarse al conocimiento es la intuición emotiva,que busca el valor de las cosas o los objetos, lo que valenpara nosotros.

Aristóteles escribe uno de sus tratados, Sobre el alma, aldescribir a los seres animados provistos de razón.

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El alma confiere vida a los seres animados. Para lospresocráticos, el alma era un principio físico, para Platón,se contraponía a la materia, pues consideraba en forma dualel cuerpo y el alma.

En cambio, Aristóteles toma una posición intermedia entre losdos, la psique es el principio inteligible, que estructura elcuerpo y lo convierte en lo que es, conservando de estamanera la unidad.

Aristóteles postula una diferenciación entre tres tipos dealma: 1) alma vegetativa; 2) alma sensitiva, y 3) almaintelectiva o racional. Los seres vivos se diferencian deaquellos que no lo son porque poseen un principio que les confierevida, que es el alma. Considera que una parte de ella debe serseparable del cuerpo, como lo eterno de lo corruptible. Paraél los seres animados se diferencian de los inanimados porqueposeen el principio que les confiere vida que es el alma.Entonces, el alma es el acto perfecto, primero, de un cuerponatural orgánico.

Esta psique aristotélica se diferencia de la platónica encuanto que para Platón, existía una dualidad entre cuerpo ypsique, pues consideraba el cuerpo como una cárcel y lugar deexpiación del alma. El alma vegetativa rige la generación, lanutrición y el crecimiento. Las funciones del alma sensitivason las sensaciones, los apetitos y el movimiento. Losapetitos nacen como consecuencia de la sensación, el apetitoes deseo, ardor y voluntad. Por otra parte, también el deseoy el apetito producen placer y dolor, pero en realidad lo quese busca es el deseo de lo agradable, de lo que produceplacer. El movimiento, por último, es producido por el deseo.Es la búsqueda de ese objeto lo que mueve. Sería lo que hoyse llama motivación, cuya raíz etimológica es mover.

El alma racional. Para Aristóteles el acto intelectivo noestá mezclado con el cuerpo, pero tiene la capacidad deasimilar las formas inteligibles, pero no son realidadesexistentes, son realidades en potencia que existen en el alma

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pensante, donde existen las formas ideales. Pero el intelectoen potencia no podría aprehender las formas en potencia si noexistiera una especie de luz que permitiera al intelecto ver,y a las formas ser vistas 1.

b) Los pensadores de los siglos XVII y XVIII.- 1. Descartes. Propuso eldualismo entre espíritu y materia. Sosteniendo que hay ideasinnatas que son inherentes a nuestra naturaleza. pene fe enla posibilidad de una ciencia racional, de analizar mediantepremisas cada vez más complejas hasta llegar a unconocimiento universal. Escribió para ello las Reglas para ladirección del entendimiento. Por ejemplo, la regla IV diceque es necesario un método para investigar la verdad de lascosas, la regla x dice que para que el ingenio sea sagaz,debe ejercitarse en investigar las cosas que ya han sidodescubiertas por otros, las que explican o suponen el orden.La regla XII utiliza elementos psicológicos diciendo que "hande emplearse todos los auxilios del intelecto: laimaginación, los sentidos y la memoria para intuirdistintamente las proposiciones simples".

En sus Meditaciones, hace la distinción entre la mente y elcuerpo: "Advierto primeramente que hay una gran diferenciaentre la mente y el cuerpo, que 21 cuerpo por su naturalezasiempre es divisible, mientras la mente es indivisible, encuanto considero a mí mismo que soy una cosa pensante, encuanto que entiendo ser una cosa totalmente una e íntegra, yaunque toda la mente parece unida a todo el cuerpo, cuando seamputa un pie o cualquier otra parte del cuerpo, no por esoconozco que se haya quitado algo a la mente (...) una es lamente que quiere, que siente y que entiende" 2.

Con Descartes se establece el predominio del pensamiento,como prueba de nuestra existencia. La preeminencia delintelecto, del entendimiento y de la razón es una actitud dereflexión, de idealismo en cuanto a que el pensamiento y lasideas tienen preeminencia sobre las cosas, el pensamiento esel pensamiento del sí mismo.

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"La actitud idealista es apartar la vista de las cosas yposarla sobre el pensamiento de las cosas".

La psicología se encuentra en el idealismo, el pensamiento eslo distintivo del ser humano que lo vivencia, como algo quevive el yo de quien piensa.

2. Los empiristas. Luego de Descartes, John Locke escribe unateoría sobre el entendimiento humano, surgiendo de este modoel empirismo inglés que impone a la teoría del conocimientoel punto de vista psicológico, la idea del hombre racional,que está sujeto a un plan previsto, más que determinado porel azar.

Locke propuso buscar la validez del conocimiento y observóque deriva de la experiencia, y que ésta a su vez lo hace delas sensaciones (a través de los sentidos captamos el mundoexterior) y de la reflexión (la conciencia de las funcionesde nuestra mente).

Este autor ve en el origen de las ideas la sensación y lareflexión.

Dice que no hay ideas innatas, que el alma es como una tablarasa y todo va a ser escrito por la experiencia.

Otro empirista inglés, Berkeley, dice que la percepción comovivencia es lo único que constituye el ser. Las cosas sonporque las vivenciamos. Apela a la experiencia, no haysustancia material, sólo conocemos las cosas a través de suscualidades sensibles.

El tercer empirista es Hume, quien llama impresiones a lasvivencias actuales, e ideas a los fenómenos psíquicosrecordados, reproducidos.

El tema más analizado por Hume fue el de la causalidad, y ladestruye. Para él la experiencia es sólo una relación, no haynecesidad de causa y efecto. Todo es una relación de sucesión

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y contigüidad. No hay nada que corresponda a algo queproduzca otra cosa; la causalidad es una ficción. Para él setrata de asociaciones de ideas.

La experiencia es una sucesión temporal invariable: cuandoaparece algo A, siempre le sucede otra cosa B. Estasasociaciones están hechas con regularidad. Se realizan porcontigüidad, por semejanza, por sucesión. Hume lleva elpsicologismo a su máxima expresión, pues niega la lógica

1 Reale, Giovanni, Introducción a Aristóteles, Herder,Barcelona, 1992.

2 Descartes, Renato, Meditaciones sobre la filosofía primera,Peuser, Buenos Aires, 1951(1641), meditación sexta: "De laexistencia de las cosas materiales y de la distinción real dela mente con el cuerpo".y la razón. Distinguió entre las sensaciones y las ideas.Para él la experiencia es una sucesión de relaciones igualesy repetidas.

De este modo se arriba a un positivismo en el que sóloexisten creencias y acciones que por su regularidad se puedenconvertir en verdades.

Los pensadores del siglo XVII y los del XVIII fueronsucediéndose en sus críticas respecto del origen de las ideasy del conocimiento.

3. Leibniz. En la segunda mitad del siglo XVII consideró queel empirismo inglés cometía un error al reducir la razón alos hechos; ambos no pueden existir juntos. La razón lleva averdades que enuncian el ser necesario y los hechos conducena verdades contingentes (por ejemplo la experiencia física).

Este filósofo crea la teoría de las mónadas como sustanciaindivisible e individual, capaz de percepción y conpluralidad de estados, puede pasar de una percepción a otra.Distingue entre percibir y apercibir. Apercibir es la

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conciencia que se tiene de esa percepción y por lo tanto, seapercibe con memoria.

Leibniz vuelve a la teoría de las reminiscencias de Platón, alas verdades innatas "nada hay en el intelecto que no hayaestado en los sentidos". Agrega, "salvo el intelecto con suspropias leyes".

4. Kant. A esto él lo denominará a priori, como independientede la experiencia.

Kant era profesor universitario. Estableció el cuerpofilosófico más importante. Su sistema de filosofía sigue alde Descartes en cuanto al idealismo, pero para él, el ser erael ser para el conocimiento.

En el siglo XVIII se encontraba Kant en el cruce de tresinfluencias filosóficas: el racionalismo de Leibniz, elempirismo de Hume y la ciencia positiva de Newton.

Estableció una filosofía que fue una teoría del conocimiento,del conocimiento basado en juicios, es decir en afirmaciones,tesis y proposiciones. Pero para Kant estos juicios no sonsubjetivos, sino enunciados acerca de algo objetivo, quepueden ser verdad o error.

Establece los juicios analíticos y los sintéticos, que sonrespectivamente a priori, o fuera de la experiencia y aposteriori, o a partir de la experiencia. Concluye que losjuicios sintéticos a priori se realizan fuera de laexperiencia, de la percepción sensible, se realizan en lamente, por intuición directa, como ocurre en los juicios dela matemática y de la física.

Para Kant el conocimiento es una serie de afirmaciones queañaden nuevo saber objetivo y la experiencia procede de lascosas en sí mismas y del espíritu, es una creación de ambas.

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"Nada puede penetrar en nuestra experiencia sin ordenarse conarreglo a las leyes de nuestra naturaleza": primero, con lasformas de la percepción inmediata e intuición, espacio ytiempo (subjetiva), y segundo, de acuerdo con el orden lógicoimpuesto por las categorías del entendimiento, una de lascuales es la causalidad, y por último, la unidad lógica delyo que apercibe los contenidos de la experiencia.

El orden y la coherencia que vemos en la naturaleza son losque nosotros le imponemos. 3

Las cosas en sí sólo pueden conocerse como se dan en laexperiencia, determinadas por las formas de nuestropensamiento.

3 Kant dice: "Dame materia y construiré con ella un mundo",en Historia general de la naturaleza y teoría del cielo,Juárez Editor, , Buenos Aires, 1969, p. 20. Un punto de particular interés para la psicología decía queno podemos conocer directamente el alma que percibe, sólocomo aparece en el tiempo, pues es una de nuestras formas dela intuición. Para Kant, la psicología racional no puedeconocer el alma en forma directa, es imposible como lametafísica. Para él sólo quedaría una psicología empírica,que únicamente podía ser una mera ciencia, no pudiendo ocuparnunca una alta jerarquía, pues su objeto de estudio no puedereducirse a términos cuantificables.

Kant habló en sus clases de una psicología empírica y otraracional, pero sus clases llevaban el título de antropologíaen lugar de psicología.

5. Herbart. Sucedió a Kant en la cátedra de Königsberg. Intentóexplicar los fenómenos mentales más complejos en función deideas simples. Para Herbart cada idea tiende a mantenerse, aautoconservarse, y a alejar a las que son incompatibles. Lasideas tienen distinta fuerza: cuando hay un encuentro deideas incompatibles o de mayor fuerza, la de menor fuerza es

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empujada fuera del umbral de la conciencia permaneciendoinconsciente. Esto sería la inhibición.

Las ideas no inhibidas son las que tienden a aferrarse a laconciencia. Este movimiento sería la apercepción. La masaaperceptiva sería el grupo de ideas en que la idea nueva seintroduce.

La actividad mental sería una pugna de ideas, con un sentidocuantitativo y mecánico de fuerzas. Por oposición a Kant,pensó que la psicología podía llegar a ser ciencia en sentidoestricto porque la matemática se puede aplicar a losfenómenos emocionales. Estableció fórmulas matemáticas paraenfocar los hechos mentales. Sin embargo, todavía, no llegó aconsiderar la Psicología como una ciencia experimental. Estoocurre en la primera mitad del siglo XIX, y fue preparando elterreno en forma gradual, para que en la mitad posterior, sedesarrollara como ciencia experimental.

La Psicología procede observando la aparición regular defenómenos, investigando los hechos, deduciendo y tambiénevaluando.

Es decir que desde el comienzo de su historia, en la épocahelénica, desde la cosmología, la Psicología transitó por elconocimiento, como parte de la filosofía, por la metafísica yla crítica a la razón, por la evidencia de los hechos y laspercepciones. Cuando comienza a despertarse el interés porlos hechos psicológicos, éstos son tratados como parte de unaciencia. La Psicología comenzó a observar y a reflexionar, autilizar un método empírico para ver su objeto de estudio,que se observa a sí mismo, y crea sus propios métodos.

De esta manera llegó a convertirse en ciencia, arribando aconclusiones que tenían evidencia fáctica. La naturalezahumana comenzó a investigarse en forma sistemática.

Paralelamente la curiosidad por el conocimiento siempreoriginó dicotomías entre distintas posturas: las ideas

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innatas, la percepción y la experiencia, la causalidad y laasociación, los procesos conscientes e inconscientes, elanálisis atomístico de los fenómenos, la visión de la Gestalto totalidad.

La psicología pasó de ser empírica a hacerse experimental enla segunda mitad del siglo XIX coincidiendo con el auge delpositivismo y de la metodología de las ciencias naturales.

Se crearon los primeros laboratorios de Psicología, enHarvard, por la acción de William James, en 1875 y en 1879,Wundt creó otro en Leipzig, que fue el de mayor importancia.

Sus seguidores, que confirmaron el status de Psicologíaexperimental, fueron Ebbinhaus, Galton, Charcot, Janet yBinet en Francia, Hall y Catell en Estados Unidos, quienestrabajaron en las universidades.

La Psicología siguió acercándose cada vez más a la noción deciencia basada en la experiencia. Se estudiaron entonces lasasociaciones de ideas, el sentido común, las ideas complejasy las simples. Mill, Spencer y Brown fueron autores escocesesde la primera escuela de Psicología, representada por elasociacionismo.

Fueron observadas tanto la sensación como la percepción y laapercepción, si eran o no cuantificables. Herbart trata deenfocar los fenómenos mentales desde un punto de vistacuantitativo, sosteniendo que las ideas varían en intensidady tiempo y que pueden ser cuantificables. Él fue quien dio elprimer paso para una Psicología de las ideas activas y de lasinhibidas, de la puja por llegar a la conciencia, como unantecedente de las ideas freudianas, en la primera mitad delsiglo XIX También se anticipó a la concepción de cuantificaro mensurar lo psicológico, sirviendo de antecedente a laciencia experimental, en la segunda mitad de dicho siglo.

c) Los laboratorios y las escuelas.- Alemania fue la cuna de laPsicología basada en la física, en tratar de describir y

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descomponer los fenómenos mentales en unidadescuantificables.

Al promediar el siglo XIX la obra de Darwin aparece enInglaterra, en 1859, con EL origen de las especies, yposiciona la Psicología dentro de un contexto nuevo, social,genérico. El hombre debía estudiarse en relación con suhistoria, su ontogenia y su circunstancia.

Galton, en Inglaterra, centró sus estudios en las diferenciasindividuales, a través de la herencia. Sostuvo que lacapacidad es algo inherente al ser humano, no alentrenamiento.

A la Psicología experimental se le ha criticado el hecho dealejarse de la realidad, de provocar situaciones que no sonlas de la vida cotidiana, o que no pertenecen a lasprofundidades del espíritu. Por ejemplo, que para estudiar lamemoria, se establecen en el laboratorio situaciones que noreflejan las dificultades o propiedades en la vida diaria. Lacontribución de esta corriente o metodología experimental, hacontribuido al conocimiento de las funciones, mediciones yreacciones de los sentidos. No debe descartarse laimportancia de ningún área de aplicación o investigaciónpsicológica, pues todas integran el intento de explicar lapersonalidad humana en distintos contextos y distintas etapasvitales.

La Psicología en esa mitad de siglo toma el curso parecido alas ciencias naturales, en concordancia con el positivismo yel biologismo.

Las ciencias como la física y la fisiología contribuyeron alinterés por la Psicología, desde el momento que se detuvierona considerar la ecuación personal, es decir, tomar en cuenta quetanto la observación del universo como la de la naturalezaparten de un ser observador, cuyas diferencias influyen enlos resultados del conocimiento.

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Fue de este modo que comenzaron a estudiarse las sensacionesy los estímulos, en la fisiología; Weber investigó sobre lasensibilidad en las diversas facetas de las sensaciones depresión, dolor y temperatura (sensibilidad propioceptiva y lainteroceptiva), y las relaciones entre el peso y lasensibilidad muscular.

Pero fue Fechner quien dio importancia a este descubrimiento,ampliando la divulgación de los experimentos psicológicos (lelaboratorio.

Fechner puede ser considerado el creador de la Psicologíaexperimental. Investigó sobre la relación entre el estímulo yla sensación (del tacto) y descubrió que a un aumentogeométrico de uno, corresponde un aumento aritmético de laotra. A este fenómeno regular le llamó ley de Weber, en honorde su antecesor.

Wundt fundó en Leipzig en 1874, el primer instituto dePsicología experimental, donde definió la Psicología como unaciencia de los hechos de la conciencia humana, en contrastecon la objetividad externa de las ciencias naturales. ParaWundt todo lo que acontece tiene una causa y un fin.

De este modo, a comienzos del siglo, el experimento delaboratorio convierte la psicología en una verdadera cienciaexperimental, donde se miden los hechos de la concienciatransformados en sensaciones.

Sin embargo, surgen también renovadores como Kulpe, quientrata de variar los estímulos para poder describir lopercibido. En Alemania, Dilthey investiga la psicologíadescriptiva del espíritu, junto a Bergson en Francia.

d) El psicoanálisis.- También en esta época se desarrolló lainvestigación del inconsciente, por el creador delpsicoanálisis, Sigmund Freud.

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Freud era médico, con formación de biólogo y neurólogo. Susprimeras investigaciones estaban impregnadas de biologismo(Proyecto de una Psicología para neurólogos), donde se expresa conideas de cargas y contracargas y de distribución de energías.

Inicialmente, se podría decir hasta después de la primeradécada del siglo XX sus escritos reflejan una concepciónbiologista de determinismo y mecanicismo. Freud se destacapor tres temáticas fundamentales: la descripción delinconsciente como parte fundante de la actividad psíquica; eldesafío de la descripción de la actividad sexual infantil,como generadora también de posibles trastornos psicológicoscomo la neurosis y hasta la psicosis, y en tercer lugar, ladescripción del estudio de los sueños, no como simbolismosdescifrables universales, sino como representantes de unaelaboración disfrazada de los verdaderos deseos profundoscasi siempre de carácter sexual. En una segunda época comenzóa incluir en sus concepciones, la influencia de lo social,sobre el psiquismo de la persona, como transformador de laestructura dinámica psíquica, hasta sus últimos escritos dela década de 19:30 (El malestar de la cultura, por ejemplo).

Para Freud el proceso cultural es el resultado de lasmodificaciones del proceso vital a través de la unión de losindividuos en una comunidad, por medio de la influencia deEros, o sea de la tendencia del amor que lleva a unir. Comootro de los conflictos que este autor plantea para el serhumano, la historia vital se debate entre el deseo egoísta dealcanzar la felicidad en forma individual, y la tendenciaaltruista de unirse a otros. Pero, esta última es latendencia cultural, que en realidad no es altruista sino quepropone restricciones. Estas limitaciones son las que llevana un proceso de adaptación o culturización, que el individuodebe aceptar para poder lograr la unión en la comunidad. Elproceso evolutivo del individuo coincide con el cultural, encuanto tenga como objetivo la adaptación a la sociedad. Sondos tendencias opuestas: la felicidad individual y la deunión humana, el individuo y la cultura.

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Freud llega más lejos al decir que la sociedad desarrolla unaespecie de súper yo cultural que va variando según lasépocas, y cuya manifestación analógica con el individual sonlas imágenes que han quedado de los grandes personajes olíderes de una determinada época. "El súper yo cultural haelaborado sus ideales y erigido sus normas. Entre éstas, lasque se refieren a las relaciones entre los seres humanosentre sí, están comprendidas en el concepto de la ética. Laética aborda aquel punto que es fácil reconocer como el másvulnerable de toda la cultura. Debe ser concebida como unatentativa terapéutica, como un ensayo destinado a lograrmediante un imperativo del súper yo, lo que antes no pudoalcanzar la restante labor cultural.

"En este sentido el problema consiste en eliminar el mayorobstáculo con que tropieza la cultura: la tendenciaconstitucional de los hombres a agredirse mutuamente; de ahíel particular interés que tiene para nosotros el quizá másreciente precepto del súper yo cultural: ‘Amarás a tu prójimocomo a ti mismo’”4.

4 Freud, Sigmund, El malestar en la cultura, ObrasCompletas, Biblioteca Nueva, Madrid, 1973, t. 3.

Se puede decir que lo diferencial y destacado de Freud fuesumergirse en el iceberg, metáfora utilizada por él paradescribir la existencia del inconsciente. En realidad fuecomo una dirección opuesta a la psicología de fines de sigloXIX, que se hacía independiente como disciplina, dentro delos laboratorios, pero investigando con métodos de lasciencias físicas, y que medían reacciones y conductasvisibles y observables. Freud penetra en el interior, através de las células, pero para investigar las motivacionesno evidentes, buscando la causa de conductas que muchas vecesparecen contradictorias con sus verdaderos objetivos. Laformación médica de Freud lo llevó a imaginar un método quefuera terapéutico, curador de las enfermedades llamadasnerviosas, x fue así que el método se llamó psicoanálisis,porque se basó en el análisis de las asociaciones libres, que

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llevaban a zonas profundas del psiquismo, no descubiertasporque estaban escondidas bajo la presión de la censura orepresión.

Estas zonas reprimidas estaban olvidadas, y Freud pensó quetocando uno de esos complejos apartados de la conciencia, através de la palabra y de la asociación, se podría recordarlo infantilmente olvidado bajo el manto de una supuestaamnesia.

Actualmente, con los conocimientos de las teorías sobre lamemoria, se puede decir que el psicoanálisis es un intento dereactivar, mediante la activación de otras zonas adyacentes,conceptos o recuerdos que estaban latentes, y de este modopoder relacionarlos hasta llegar a la conciencia o lo quesería el recuerdo.

Freud trabajó mucho con el pasado, con los olvidos y con losrecuerdos. Según Larsen, citado por Leahy, Freud hizo untrabajo de arqueología. Para él los recuerdos son piezas deexperiencias pasadas, que deben socavarse o limpiarse deotras zonas cercanas que perturban su advenimiento a laconciencia. La mayor parte de la obra de Freud fue un intentopor penetrar en el pasado, en la profundidad de la psique,pero tratando de sumergirse en una zona vedada y olvidada.Para él cada camino que llevara a descubrir ese pasadoprohibido, esa pieza que le diera la clave para descubrir loque había sido rechazado, era fundamental en su metáfora deldescubrimiento arqueológico. Pero no sólo había que revivirese pasado en la zona de la transferencia analítica, sino quehabía que modificar esa relación original, y entonces comenzóa pensar en la reconstrucción, tal como las piezasarqueológicas que se limpian, y a medida que quedan libres,se van redescubriendo.

Fue de esta manera como modificando su propio descubrimientoy transformándolo a lo largo de su obra, pasó desde lasórdenes

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bajo hipnosis, a las asociaciones libres del paciente, a latransformación y reelaboración de los síntomas, hasta llegara la reactivación de los olvidos, mediante la reconstrucciónde un pasado en el presente, aunque ya hacia el final de suobra, incluyendo también la intervención de la influenciasocial.

Para Freud el terapeuta tenía que ir reconstruyendo el pasadodel analizado. Si la construcción tenía el valor deconvicción para él, su efecto era tan terapéutico como unrecuerdo, que era vuelto a evocar. La construcción delanálisis tiene como objetivo el surgimiento de los recuerdosreprimidos, es como si esa reconstrucción los pusiera enactividad.

Las ideas y la técnica concebidas por Freud tuvieron eco enmuchos de sus discípulos, algunos de los cuales formaron suspropias escuelas y corrientes terapéuticas.

Muchos de sus conceptos fundantes se pueden encontrar enHerbart. Sus discípulos más conocidos fueron Jung (psicologíade los complejos y del inconsciente colectivo), y Adler(psicología individual). Ambos tuvieron gran influenciaindependientemente, en la psicología educativa y en lapsicología del yo.

En 1911 y 1913, ambos discípulos se separan, respectivamente,de Freud.

1. Adler. Creó una nueva orientación psicoanalítica a la quellamó psicología del individuo. Dio desde el comienzo de laevolución humana, un carácter preponderante a la influenciade lo social. Para él la experiencia de la vida infantil esuna situación de inferioridad con respecto a los adultos. Elinfante debe someterse a sus preceptos y sus normas, y porotra parte depende de ellos para su cuidado y compasión.Según este autor hay una necesidad primaria de poder, queestá por sobre las demás. Es un principio de autoafirmación,de sobrellevar la debilidad innata para poder superarla. Es

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una concepción voluntarista y determinista. Niega lacausalidad de Freud sobre la neurosis, como conflicto causadopor la conflictiva sexual infantil, partiendo de un punto devista teleológico. El problema es obtener la fuerza y elpoder para poder mantener la dirección de cada objetivoindividual.

Cada función mental y rasgo de carácter se orienta en funciónde un objetivo final, que será el que moldeará el estilo devida de cada uno.

Contra la conciencia de inferioridad infantil, la personalevantará una protesta llevada por la ira, a la que llamaprotesta viril, que debe unirse a un sentimiento de solidaridadllevado por el sentimiento de comunidad, de cuya combinaciónsurgirá la fórmula caracterológica. Para Adler, el individuoaprende a fingir en la comedia de la vida, disimulandofortaleza para ser temido, o provocando compasión pararecibir ayuda. Sería una combinación entre la dependencia yla sobrecompensación. Esta última es la que lleva a la ideadel motor que nos mueve en nuestra vida, a la expansión y aléxito, mediante la voluntad de poder o de dominio.

La concepción terapéutica de Adler es la de una reeducacióndirectiva. El objetivo neurótico es para él una defensa parasalvar el prestigio y salir exitoso del propio desvalimientoinfantil.

La terapia tendería entonces a reeducar su yo paraconvencerlo de que su conflicto neurótico es erróneo, que nose deben soslayar los problemas con tal de salvaguardar elprestigio o la notoriedad.

Dice Adler que a causa de su actitud hostil ante la vida, elneurótico tiende a vivir a la expectativa, su mirada secentra en sí mismo, y exige mucho trabajo al terapeuta elhacerle dirigir la mirada hacia los demás. Sobre todo"hacerle comprender el mayor goce del dar sobre el tomar". Su

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alegría vital se halla socavada por su insaciable afán derecibir5.

2. Jung. Se separó de Freud en 1912, concibiendo un conceptodiferente de la libido, que para él no era sólo sexual, sinoun principio o energía vital que puede concentrarse en todoslos órganos corporales. Considera que esta energía es partedel alma, así como la energía física es consustancial alcuerpo. Su visión es más filosófica y mítica. Su concepciónprincipal fue la existencia de un inconsciente colectivo, queestaría compuesto por arquetipos universales. El inconscienteindividual es más superficial y está constituido porcontenidos psíquicos reprimidos o rechazados, pero no por sucalidad de inaceptables, sino porque desaparecerían de laconciencia por dejar de ser valiosos.

En su concepción de la psique, utiliza cuatro elementoscomponentes, que son sus funciones: el pensar, el intuir, elsentir, y el sensacionar. Son funciones racionales el pensarpues sirve para discriminar lo verdadero de lo falso (correoel juicio de realidad de Freud), y el sentir (que permitediferenciar lo agradable de lo desagradable). Ambas funcionesse van compensando y complementando según estén en un estadoconsciente o inconsciente. Las funciones de sensacionar eintuir las considera irracionales. Ambas ayudan a elaborar loreal, pero la intuición lo hace de una manera más inmediata,sin aparato sensorial. Estas funciones combinadas, dan a susposeedores, distintos estilos o tipos de personalidad. Porejemplo, el tipo intuitivo es capaz de percibir globalmente,pero penetrando más en la esencia. En cada persona hay unafunción que domina a la otra, relegando las demás alinconsciente.

5 Adler, Alfred, El carácter neurótico, Biblioteca del HombreContemporáneo, Paidós, Buenos Aires, 1965.

Estas funciones se pueden utilizar para diferenciar lasvariadas formas de percibir y elaborar los contenidos

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externos e internos. Actualmente se podría decir que dichasfunciones dan el estilo cognitivo de interpretar la realidad.

El concepto de individuación es lo más notorio de la teoríade Jung. Es el interjuego que se va dando entre la sociedad yel individuo o persona (en el sentido primitivo de máscara),dando lugar a la aparición y formación del yo, entre esapersona o máscara y el inconsciente. La individuación es elfortalecimiento del yo, la creación de la noción del símismo, incrementando la zona consciente.

La Psicología como disciplina independiente trató de estudiarla mente humana en condiciones rigurosas de prueba y control,que sólo pueden darse en un laboratorio. Sin embargo,actualmente se tiende a estudiar algunas conductas yreacciones que no pueden provocarse dentro del laboratoriopues corresponden a la vida cotidiana. Por ejemplo, ciertosprocesos de memoria, de olvidos, no pueden reproducirse en unlaboratorio y tratan de estudiarse a través de cuestionarioscentrados en temas frecuentes de todos los días, que permitanestablecer los olvidos más habituales.

Otras funciones como la atención o los rasgos depersonalidad, se estudian con métodos de la Psicologíaexperimental, en el sentido de la observación y medición,pero teniendo en cuenta la personalidad total inmersa en elcontexto social.

9 Echebúrua Enrique(1996) Personalidades Violentas. Ed. Pirámide. México

TRASTORNOS DE PERSONALIDAD: CONCEPTO, CLASIFICACIÓN YEVALUACIÓN

ENRIQUE ECHEBURUA

1.1. Introducción

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Si el concepto de personalidad es objeto de enconado debate,lo es aún más el de trastornos de personalidad. La Psicologíacientífica se ha ocupado de las variaciones de lapersonalidad normal y ha elaborado algunos modelos teóricoscon una buena validez predictiva, pero apenas ha prestadoatención a los trastornos de personalidad. En la medida enque éstos no son observables como tales en la clínica, serequiere la realización de inferencias a partir de lasconductas del sujeto y se introduce, por ello, un grado altode subjetividad.

Los trastornos de personalidad se caracterizan por ser formasextremas e inadaptadas de personalidad, bastante estables yduraderas y que se mantienen más allá de unas condicionesespecíficas ambientales. La identificación de unapersonalidad anómala depende siempre de la conducta social y,por ello, los criterios para hacerlo son básicamente elresultado de hábitos y convenciones sociales (Avía, 1989).

La aparición del DSM-IV (American Psychiatric Association,1980) y del DSM-IV (American Psychiatric Association, 1994)supone la introducción en las posologías psicopatológicas deun sistema multiaxial, en el que hay un eje independiente (elEje II) reservado a los trastornos de personalidad, que seconceptualizan en número de once. De este modo, los clínicospueden prestar una atención específica a evaluar dichostrastornos y a analizar el modo en que influyen en lostrastornos de conducta del Eje I.

Los trastornos de personalidad no son independientes de lostrastornos de conducta del Eje I. De hecho, puedendiagnosticarse simultáneamente con síndromes clínicospertenecientes a dicho Eje. Es el caso, por ejemplo, de lafobia social y del trastorno de la personalidad por evitación, diagnosticadoeste último cuando el trastorno de conducta es el modo habitualde comportamiento durante años. Asimismo suelen estar asociadosfrecuentemente con alteraciones de la conducta alimentaria,con abuso de alcohol y drogas, con accidentes, con

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infecciones del HIV, con actividad antisocial y conpromiscuidad sexual. Sin que se puedan excluir desarrollosindependientes, la relativamente frecuente comorbilidad entrelos trastornos de personalidad y los trastornos de conductapuede darse porque el trastorno de personalidad actúa como unfactor predisponente del trastorno de conducta o porque cltrastorno de personalidad es una secuela del trastorno deconducta (López lbor, 1993).

No obstante, los avances de la psicopatologia en las últimasdécadas en la conceptualización de los trastornos de conductano han ido paralelos con el conocimiento de los trastornos depersonalidad. El nombre mismo propuesto para algunos de éstoshistriónico hico, narcisista, límite etc.) adolece deconnotaciones muy psicodinámicas y literarias, cuando noestrictamente subjetivas, y alude a un determinismointrapsíquico que encubre lo que es más directamenteobservable: una inadecuada adaptación persona-ambiente. No esaventurado afirmar que lo que se conoce de este tipo detrastornos es aún escaso y poco preciso y, por ello, eldesarrollo de las técnicas de intervención es asimismo muyprecario (Thompson y Goldberg, 1987; Valdés, 1994).

Por otra parte, la indefinición de estos trastornos y laausencia hasta la fecha de unos instrumentos de evaluaciónadecuados explican la ausencia de datos epidemiológicos. Lafrecuencia es, sin embargo, alta. Las personas aquejadas deeste tipo de trastornos pueden suponer el 6-12 por 100 de lapoblación general y el 20-30 por 100 de los pacientes vistosen la práctica psiquiátrica ambulatoria, con un ligeropredominio de mujeres (Casey, 1989; Neugebauer, 1980; Morey,1988a).

1.2. Trastornos de personalidad y enfermedades mentales

Las dimensiones de personalidad normales representan pautasduraderas de percibir, pensar y relacionarse con el mundo ycon uno mismo y se manifiestan en un amplio abanico desituaciones cotidianas importantes desde una perspectiva

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personal y social. Los trastornos de personalidad, por elcontrario, se corresponden con pautas inflexibles y noadaptativas y conducen a limitaciones graves (sociales ylaborales) y a un aumento en el malestar subjetivo (Avía,1989). Las dificultades de adaptación social sonprobablemente las más definitorias de este tipo detrastornos.

Se trata, por tanto, de pautas de conducta crónicas, nocivasy desadaptadas, que se manifiestan de forma rígida e impidenel aprendizaje de estrategias de afrontamiento nuevas antelas dificultades cotidianas. No es siempre fácil, sinembargo, establecer con nitidez la frontera entre laspersonalidades normales y las personalidades anómalas, que sedistinguen con frecuencia más en cuestión de grado que enaspectos puramente cualitativos (Frances y Widiger, 1986). Laindecisión, por ejemplo, deja de ser una característica normaly puede ser reflejo de una personalidad obsesivo-compulsiva cuandolleva a un fracaso repetido en la terminación de tareas atiempo, en el establecimiento de citas (por no saber conquién ir, qué hacer o a dónde acudir) o en la compra deobjetos cotidianos (por la inseguridad sobre los detalles yotras dudas).

Hay tres características que diferencian a las personalidadesnormales de los trastornos de personalidad (Millon, 1981,1990):

a) La capacidad de funcionar de un modo autónomo ycompetente.b) La posibilidad de ajustarse de una manera eficiente yflexible al medio social.c) La capacidad de conseguir las metas propias, con elsubsiguiente sentimiento de satisfacción subjetiva.

Los trastornos de personalidad aparecen en personaspsíquicamente normales, que razonan bien y con un sentidoclaro de la realidad. No son propiamente enfermedades

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mentales, como las neurosis o las psicosis. Se diferencianbásicamente en cuatro aspectos (Vázquez, Ring y Avia, 1990):

a) Son más bien estables temporalmente y no meramente unconjunto de síntomas que aparecen en una situacióndeterminada.

b) Reflejan alteraciones más globales de la persona y menoscircunscritas a unos síntomas concretos.

c) Son egosintónicos, es decir, no molestos subjetivamente,al menos en la misma medida en que lo son muchos de lossíntomas experimentados en las enfermedades mentales.

d) Son, por todo ello, menos «cambiables».

Los trastornos de personalidad son duraderos y describen laconducta habitual de una persona. Estos trastornos tienen uncomienzo insidioso: normalmente comienzan a ser detectablesdesde la adolescencia e incluso antes. Tal como figura en latabla 1.1, los trastornos de personalidad revelan laexistencia de un contacto con la realidad, pero, por elcontrario, la inexistencia de una conciencia de enfermedad.

TABLA 1.1Alteraciones psicopatológicas

Conciencia deenfermedad

Contacto con larealidad

NeurosisPsicosis Trastorno de lapersonalidad

SíNoNo

NoSíNo

Desde una perspectiva actitudinal, y a diferencia de lasenfermedades mentales, los trastornos de personalidad tiendena suscitar un cierto rechazo en la sociedad e incluso entrelos mismos terapeutas. El diagnóstico de trastorno de lapersonalidad conlleva generalmente la etiqueta de intratable.Las personas aquejadas de estos trastornos son percibidascomo manipuladoras, buscadoras de atención, molestas, nomentalmente enfermas, con capacidad para controlar sus

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conductas, refractarias al tratamiento y con mal pronóstico.Por ello, se las considera con un cierto control voluntariosobre sus conductas y, por tanto, responsables de las mismas.La vigencia de estas actitudes está relacionada, a su vez,con un cierto rechazo -explícito o implícito- de los centrosasistenciales a tratar a este tipo de sujetos (Lewis yAppleby, 1988).

1.3. Clasificación de los trastornos de personalidad

Según el DSM-IV (American Psychiatric Association, 1994), hayonce trastorno, de personalidad, agrupados en tres grandestipos, y dos categorías provisionales adicionales. No haynotables discrepancias entre las modernas tipificacionesanglosajonas y las descripciones fenomenológicas de lapsiquiatría centroeuropea, si bien esta última se ha nutridomás de la teorización psicológica y de otras influenciasculturales ajenas a la clínica (Valdés, 1991).

A) Sujetos raros y excéntricos

Se incluyen en este grupo las personas con una incapacidadpara establecer relaciones interpersonales adecuadas, quederiva de una mala socialización, de una introversión muyacentuada, de una inestabilidad emocional y de una radicalindependencia. El aislamiento social suele ser el resultado,en estos casos, de la falta de una mínima empatía afectiva.

A diferencia de los sujetos incluidos en las otras doscategorías, en que las alteraciones tienden a declinar másallá de la edad juvenil, los trastornos de personalidadincluidos en este grupo apenas experimentan cambios a lolargo de la vida de los sujetos (Reich, Nduaguba y Yates,1988).

Una descripción esquemática de los trastornos incluidos eneste grupo figura en la tabla 1.2.

TABLA 1.2

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DSM-IV: Sujetos raros y excéntricos ( Valdés, 1991, modificado)

Diagnótisco Características esenciales Factorescomunes

Trastornoparanoíde

Trastornoesquizoide

Trastornoesquizotípico

Desconfianza excesiva einjustificad. Suspicacia.Hipersensibilidad. Restricciónafectiva.Dificultad para las relacionessociales. Ausencia desentimientos cálidos.Indeferencia a la valoración ya los sentimientos ajenos.Anormalidades de la percepción,del pensamiento, del lenguaje yde la conducta, sin reunir loscriterios de esquizofrenia.

Independientes

IntrovertidosMal socializados

Inestables emocionalmente

Trastorno paranoide de la personalidad

Se trata de personas muy sensibles que están siempre a ladefensiva, manifiestan continuamente ideas y preocupacionesno justificadas y una desconfianza extrema hacia los demásante la certeza percibida de que tratan de engañarles. Porello, tienden a ser suspicaces, celosos y a buscar siempremotivaciones ocultas en la conducta de los demás. Pueden serobservadores agudos y penetrantes, correctos en supercepción, pero errados en su juicio. Como consecuencia detodo ello, las dificultades en las relacionesinterpersonales, tanto desde una perspectiva afectiva como dela integración en un equipo de trabajo, son muy grandes(Avía, 1989).

Son, en general, personas orgullosas, rígidas, poco flexiblesy frecuentemente conflictivas. Carecen de sentido del humor,rechazan fuertemente las dudas y las autocríticas y su estado

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de ánimo oscila entre la irritabilidad y los celos. El tipode vida más bien solitario suele ser frecuente entre ellos.

La personalidad paranoide -más frecuente en hombres que enmujeres- se puede presentar en dos versiones (Valdés, 1991):una «dura», afirmativa y litigante, y otra «blanda», muysensible y lastimera. En este último caso predominan lahipersensibilidad, el rencor y el sentimiento de ser tratadode manera desconsiderada.

Trastorno esquizoide de la personalidad

Estas personas no tienen apenas relaciones interpersonalesporque carecen de interés por las mismas, no muestran afectopor los demás y resultan indiferentes ante los sentimientosde las personas que les rodean y ante las críticas o elogiosde ellas.

Desde una perspectiva intrapsíquica, tienden a mostrardeficiencias en la espontaneidad y en la expresión deafectos, con una gran frialdad emocional. Desde unaperspectiva interpersonal, son muy independientes ymanifiestan un aislamiento social, incluso entre su propiafamilia, sin apenas deseo de relación con otras personas ycon poca sensibilidad ante las emociones de los demás.

A diferencia del esquizotípico -asimismo incapaz deestablecer relaciones íntimas-, la rareza del esquizoideparece más próxima a un déficit cuantitativo que a unaalteración cualitativa. La existencia de estas personas secaracteriza por la introversión, el aislamiento y la vida almargen de la estructura sociofamiliar (Valdés, 1991).

Trastorno esquizotípico de la personalidad

Son los individuos más extraños de todos los incluidos eneste grupo de sujetos raros y excéntricos. Se trata depersonas excéntricas, con alteraciones en el pensamiento, lapercepción, el lenguaje y la conducta, pero que no son

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suficientemente graves como para ser diagnosticadas deesquizofrénicas. Entre estas alteraciones figuran elpensamiento mágico (telepatía, supersticiones, poderesocultos, etc.), las ideas de referencia, las ilusionesrecurrentes y la incoherencia en el lenguaje.

Las alteraciones perceptivas de estas personas alcanzantambién a la autoimagen personal. No son infrecuentes lossentimientos de extrañeza y de despersonalización aspecto así mismos, así como un atuendo extravagante y un aspectoexterno desaliñado. La expresión de emociones es pobre y,cuando se da, tiende a ser inapropiada, con reacciones deextrañeza por parte de las personas que les rodean.

Desde una perspectiva social, las dificultades en lasrelaciones interpersonales —producto de su frialdad eimpenetrabilidad— y la hipersensibilidad a las críticasreales o imaginadas llevan a estas personas a unaimposibilidad de participación en la vida social convencionaly, en último término, a una situación de aislamiento (Avía,1989). Por ello, no es raro encontrarse este tipo depersonalidad en miembros de sectas esotéricas o entremendigos y vagabundos.

B) Sujetos emocionales e inmaduros

En este segundo grupo se incluyen los sujetos inmaduros,caracterizados por su labilidad afectiva y por una emotividadpeculiar que va acompañada de conductas descontroladas osocialmente poco convenientes (Valdés, 1991).

Si bien los trastornos incluidos en este grupo tienden a sermuy distintos entre sí y hay diferencias notables entre ellos(por ejemplo, entre el trastorno histriónico y el trastornoantisocial), los sujetos inmaduros suelen ser extravertidos,mal socializados, desajustados emocionalmente y dependientes.Una descripción esquemática de los trastornos incluidos eneste grupo figura en la tabla 1.3.

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TABLA 1.3

DSM-IV: Sujetos emocionales e inmaduros (Valdés, 1991, modificado)Diagnótisco Características esenciales Factores

comunesTrastornohistriónico

Trastornonarcisista

Trastornoantisocial

Trastornolímite

Conducta reactiva, expresadaintensamente con lateatralidad. Egocentrismo ymanipulación de los demásSentimientos de grandiosidad.Fantasías de éxito. Necesidadexhibicionista de admiración.Explotación de los demásConducta antisocial continúa ycrónica. Agresividad. Inicioantes de los 15 años ypersistencia en la vidaadulta.Inestabilidad en el estado deánimo, en la identidad, en laautoimagen y en la conductainterpersonal

Dependientes

Extravertidos Malsocializados

Inestablesemocionalmente

Trastorno histriónico de la personalidad

El cambio de denominación de histeria por trastornohistriónico es reciente y obedece a tres razones: suprimir untérmino que se ha convertido en un insulto, evitar la ligazónde este cuadro clínico con connotaciones sexuales (muypresente en la conceptualización histórica de la histeria) yseñalar el carácter nuclear de la teatralidad y de laaparatosidad en este trastorno (Valdés, 1991).

Se trata de personas activas, intolerantes al aburrimiento,extravertidas, muy expresivas emocionalmente, intuitivas yempáticas afectivamente, pero necesitadas insaciablemente deafecto, atención y protagonismo. Esta hipersensibilidad -noexenta de suspicacia--- viene acompañada de reacciones

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exageradas, de una fragilidad emocional y de unas relacionesinterpersonales excesivamente inestables y fluctuantes, enlas que no son ajenos los intentos de seducción ymanipulación.

Lo más característico de las personalidades histriónicas-surgidas a veces en un marco familiar de sobreprotección- esla hipersensibilidad y la tendencia a atribuir a pequeñecesgrandes desastres, así como la propensión a la fantasía. Deahí proceden los errores perceptivos, la sobrerreactividademocional, la variabilidad en los estados de humor y lafacilidad con que se pueden sentir humilladas.

De este trastorno de la personalidad emergen frecuentementeen la clínica trastornos de conducta, como somatizaciones,intentos de suicidio, distimias, etc.

Trastorno narcisista de la personalidad

Las personas aquejadas de este trastorno son egocéntricas ydespreciativas respecto a las demás, con un sentido exageradode la propia importancia (a veces fomentado por un exceso devaloración por parte de los padres). Las relaciones inter-personales suelen ser, en consecuencia, arrogantes, distantese interesadas, frecuentemente caracterizadas por elexhibicionismo y la búsqueda exagerada de admiración yatención. Todo ello lleva a una falta de empatía, a unaausencia de generosidad y a un intento de explotación de losdemás al servicio de los propios intereses.

El estilo cognitivo de estas personas está caracterizado porla recurrencia de fantasías de grandeza y de éxito, por laenvidia y minusvaloración de los logros de los demás y poruna deformación de los hechos reales para acomodarlos a estetipo de fantasías, así como por una falta de reconocimientode los propios errores o limitaciones. Asimismo es frecuenteen estos sujetos la expectativa de contar con los favores yatenciones de las demás personas, como si el estatus de ellosfuera superior al de los demás (Avía, 1989).

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Los trastornos de conducta surgen cuando los logrospersonales y sociales están en abierta contradicción con lasfantasías de autocomplacencia.

Trastorno antisocial de la personalidad

Las personalidades antisociales -más frecuentes en hombres-son extravertidas e inestables emocionalmente y secaracterizan por la hostilidad, la rebeldía social y laausencia de conductas emocionales de miedo ante el castigo ylas situaciones arriesgadas, así como por los comportamientosimpulsivos, la baja tolerancia a la frustración y ladificultad para la demora del reforzamiento.

El estilo cognitivo de estas personas está caracterizado porla pobreza de planificación y juicio y por la tendencia aproyectar culpas en los otros sin asumir los propios errores,así como por una falta de conciencia ante los valores ynormas morales. En suma, estos déficits en el equipamientocognitivo y afectivo. Son una característica de laimpulsividad presente en el trastorno antisocial de lapersonalidad.

Desde la perspectiva de las relaciones sociales, son personasirresponsables, agresivas y que tienden a violar confrecuencia los derechos ajenos sin sentirse culpables porello. El consumo de alcohol y de drogas tiende a agravar estetipo de comportamientos.

La inadaptación a la realidad social y la tendencia a lacriminalidad son muy marcadas. Son frecuentes lainestabilidad laboral, las dificultades de resolución de losproblemas cotidianos ordinarios (económicos, de vivienda,etc.) y la incapacidad de funcionar como pareja y padreresponsable. En realidad, estos problemas tienen antecedentesen la infancia en forma de fugas de hogar, absentismoescolar, robos, mentiras, peleas, etc. (Echeburúa, 1987). Laspersonalidades antisociales se desarrollan más en los

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ambientes más desfavorecidos de la sociedad, en donde lascarencias económicas, la falta de cohesión familiar, elfracaso escolar, el nivel intelectual bajo y el aprendizajesocial facilitan la adopción temprana de conductasantisociales y la búsqueda de reforzamientos alternativospoco convencionales.

Trastorno límite de la personalidad

La conceptualización de este trastorno es poco específica ymás bien confusa. La inestabilidad, junto con laimpulsividad, constituyen las características centrales deeste trastorno, que debe originariamente su nombre de límitea la fluctuación en la frontera de la psicosis y la neurosis.Esta inestabilidad puede estar referida al estado de ánimo,que cambia con facilidad de la normalidad a la depresión o ala irritabilidad, o a la conducta interpersonal, que puedeoscilar desde una necesidad extrema de atención hasta unrechazo de las relaciones íntimas. De ahí que se hayapropuesto también la denominación de cicloide para estaalteración de la personalidad (Millon, 1981).

También son frecuentes en este trastorno las alteraciones enla propia identidad y autoconcepto, así como los cambiosbruscos en el rol sexual y en los valores y metas asumidos.

Esta inestabilidad generalizada puede dar lugar a laaparición de síntomas psicopatológicos muy variados yalternantes (obsesivos, histriónicos, psicóticos, etc.), quedificultan el establecimiento de un diagnóstico preciso.

Se trata de personas que no toleran la soledad, que son muysensibles al rechazo y que carecen de recursos psicológicospara vivir consigo mismos sin ansiedad (Valdés, 1991).

Este trastorno, que se diagnostica frecuentemente porexclusión de otros trastornos y que corre, por tanto, elriesgo de convertirse en un cajón de sastre, se solapa conotras alteraciones de la personalidad, como la narcisista y

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la evitadora, cuyo valor diagnóstico es asimismo endeble(Avia, 1989).

C) Sujetos temerosos

En este tercer grupo se incluyen los sujetos caracterizadospor un miedo patológico, que se puede manifestar, en funcióndel tipo de trastorno, de diferentes formas. Son personas muysensibles, muy reactivas emocionalmente y poco tolerantes alcastigo, sin beneficiarse de las experiencias de aprendizajey con unas estrategias de afrontamiento defectuosas -basadasfrecuentemente en la evitación- ante las dificultades de lavida cotidiana. El equilibrio emocional y el funcionamientoautónomo en estas personas aparecen, por ello, seriamentecomprometidos.

Si bien los trastornos son distintos entre sí y dependen delas conductas utilizadas para hacer frente a la ansiedadexperimentada, los sujetos temerosos suelen serintrovertidos, mal socializados, desajustados emocionalmentey dependientes, con el recurso frecuente a estrategias deevitación y de inhibición (Valdés, 1991).

Una descripción esquemática de los trastornos incluidos en este grupo figura en la tabla 1.4.

TABLA 1.4DSM – IV: Sujetos temerosos (Valdés, 1991, modificado)

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Diagnóstico Característicasesenciales

Factores comunes

Trastorno porevitación

Trastorno pordependencia

Trastorno obsesivo–compulsivo

Trastorno pasivo-agresivo

Hipersensibilidad al rechazo y a la humillación. Retraimiento socialno deseado. Baja autoestima.Dejación a los demás de las decisiones y responsabilidades. Pasividad y dependencia de los demás. Falta de Autoconfianza.Perfeccionismo. Rigidez. Indecisión. Excesiva dedicacióndel trabajo. Dificultad para expresar emociones.Resistencia laboralo social expresada en forma indirecta.(tozudez, demoras, olvidos, etc.).

Dependientes

IntrovertidosMal socializados

Inestablesemocionalmente

Trastorno de la personalidad por evitación

Se trata de personas tímidas e introvertidas que evitan lasconductas interpersonales y que, sin embargo, manifiestan ungran deseo de afecto y de aceptación. Se produce unaoscilación entre el deseo y el miedo de relacionarse con

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otros. La hipersensibilidad al rechazo social -el temor a laevaluación negativa- es causa de la ausencia de implicaciónen relaciones sociales nuevas y del aislamiento socialconsiguiente. Son asimismo características de estas personasla baja autoestima y la escasa valoración de los propioslogros. Por ello, hay un nivel de insatisfacción con losdemás y con uno mismo.

Este trastorno viene acompañado de un nivel alto de ansiedady de cambios de estado de ánimo frecuentes, así como de lautilización de la evitación como estrategia de afrontamiento,al menos en las relaciones sociales.

La evitación continuada de la relación social impide laadquisición de recursos adecuados para la implicación en lasconductas intepersonales. Por ello, la inhabilidad social yla ansiedad interpersonal contribuyen a estabilizar lasituación de aislamiento.

No son infrecuentes la depresión y la ansiedad generalizada,así como la fobia social, que pueden ser resultado de laslimitaciones adquiridas por estas personas en la vidacotidiana, como la soltería y la falta de relaciones, ladependencia de la familia y el temor a asumirresponsabilidades o a tomar decisiones que supongan de algunamanera una ruptura con la rutina del quehacer diario(Echeburúa, 1993).

Trastorno de la personalidad por dependencia

Se trata de personas necesitadas constantemente deaprobación, de afecto y de apoyo por parte de las personasque les rodean, con una tendencia a evitar situaciones detensión y de conflicto interpersonal. Son asimismo personasque manifiestan ansiedad ante la soledad, carecen deiniciativas, abdican de responsabilidades en los otros y sonpoco asertivas.Por ello, las personalidades dependientes tienden a sersumisas y a apoyar a personas más independientes, quienes, a

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su vez, tienden a reforzar este tipo de comportamientos. Deahí que las conductas dependientes pueden ser resistentes ala extinción y hacer difícil a las personas la adquisición delas habilidades necesarias para obtener refuerzo ysatisfacción por sí mismas. La consecuencia de todo ello esuna autoestima extraordinariamente baja (Avia, 1989).

El temor a la pérdida de estima de los demás puede llevar aconductas claudicantes, como cambiar sin motivo de opinión,aceptar sin razón que se han equivocado o sacrificarse porlos demás incondicionalmente.

Desde una perspectiva psicopatológica, este tipo depersonalidad -más frecuente en mujeres- está asociado a losdéficits de habilidades sociales y a la experimentación deepisodios depresivos.

Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad

Se trata de personas rígidas, poco espontáneas,perfeccionistas, de conductas inhibidas, con preocupacionesmorales muy acentuadas, sin sentido del humor, condificultades para expresar las emociones y con una situaciónde tensión permanente. Muestran dificultades de adaptación alas situaciones nuevas y tienen una dependencia extrema delas normas, las jerarquías y las convenciones sociales detodo tipo. Todo ello es, probablemente, consecuencia de untemor a la pérdida de control y, en último término, alrechazo y de una preocupación por el castigo. Por ello, lassituaciones no estructuradas, como vacaciones, fiestas, etc.,pueden ser motivo de tensión.

Son personas disciplinadas, muy perseverantes y dependientesdel rendimiento y de la productividad, en detrimento delplacer y de las relaciones interpersonales. Sin embargo, eldetallismo excesivo les lleva a una cierta reiteración ylentitud en Ias conductas. Son personas inseguras yhabitualmente indecisas y dan muchas a las cosas, con

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consultas constantes, antes de adoptar una decisión inclusotrival. La menor incertidumbre o improvisación les produce ungran desasosiego.

Desde una perspectiva psicopatológica, este perfil depersonalidad hace más probable la aparición de un trastornoobsesivo-compulsivo, pero, no obstante, no hay unacorrespondencia estrecha entre éste y aquél. Asimismo enestas personas hay una tendencia a la depresión, reflejoprobablemente del bajo nivel de autoestima.

Trastorno pasivo-agresivo de la personalidad

Son personas emocionalmente inmaduras que se caracterizan porel negativismo y la resistencia pasiva frente a las demandasexternas para actuar en contextos laborales y sociales. Son,por tanto, personas contrariadas e ineficaces intencionada-mente, que ponen pegas a todo y cuyas conductas secaracterizan por «olvidos», aplazamiento de tareas, etc.Desde esta perspectiva negativista, intentan desbaratar elgoce y las aspiraciones de los demás (Avia, 1989; Vázquez etal., 1990).

El rechazo a las conductas de los demás no adopta la forma deuna confrontación abierta por temor a la autoridad. Más biense trata de un rechazo a través de agresiones encubiertas yde una actitud general de obstruccionismo (Valdés, 1991).

Desde otra perspectiva, se trata de personas irritables,pesimistas, rencorosas, que tienen una mala autoimagen y quemuestran grandes oscilaciones de humor.

No obstante, la descripción de este trastorno hay que tomarlacon cautela. Se trata de una conceptualización de lapersonalidad muy débil y que cuenta con poco apoyo empírico.

Otros trastornos de personalidad: la personalidad sádicay la personalidad autodestructiva

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En el DSM-III-R (APA, 1987) se incluyen tentativamente -afalta de estudios empíricos que las confirmen o rechacen- dosnuevas categorías provisionales de trastornos depersonalidad: la personalidad sádica y la personalidadautodestructiva.

La personalidad sádica se caracteriza por conductas crueles,humillantes y agresivas en relación con los demás, así comopor una cierta fascinación por la violencia. Se trata depersonas autoritarias, dominantes, hostiles, que abusan delos demás y que disfrutan con el sufrimiento ajeno, sinsentimientos de culpa ni de ningún tipo de malestar.

La personalidad autodestructiva se caracteriza, a su vez, poreludir las experiencias satisfactorias y por dejarsearrastrar obstinadamente por situaciones o relaciones que leproporcionan un nivel alto de sufrimiento. Las estrategias deafrontamiento utilizadas se caracterizan por la pasividad.

1.4 Evaluación de los trastornos de personalidad

El diagnóstico de los trastornos de personalidad en lapractica clínica tiende a ser poco fiable, en parte por ladefinición poco precisa de estos trastornos y en parte por lainexistencia de instrumentos de medida adecuados (Jacobsberg,Goldsmith, Widiger y Frances, 1991).

Por otra parte, la evaluación de los trastorno.` depersonalidad requiere por definición una evaluaciónlongitudinal, es decir, de toda la biografía de la persona.Ello supone una gran diferencia -y una dificultad adicional-respecto a la evaluación de los trastornos de conducta, quesuele ser más transversal y tomar en consideraciónprioritariamente los síntomas presentes en la actualidad(Valdés, 1991).

Las fuentes de información actualmente disponibles son: a)las entrevistas y el juicio del clínico; b) los autoinformes

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del sujeto, y c) las informaciones complementarias de losfamiliares o personas que conviven con el paciente. Respectoa esta última fuente, el papel de la misma puede no serimportante en las alteraciones del Eje I (porque el síndromesuele ser inmediatamente observable), pero sí en lostrastornos de personalidad (por el carácter histórico dedichos trastornos).

Si bien la validez de cada una de estas fuentes está aún porestablecer (Widiger y Frances, 1987), la utilización conjuntade todas ellas, así como la observación a lo largo deltiempo, parecen potenciar la validez del diagnóstico.

1.4.1. Las entrevistas clínicas

Las entrevistas clínicas tienen la ventaja sobre losautoinformes de ofrecer al clínico la oportunidad depreguntar al paciente ejemplos concretos de situacionesreales, que, entre otras cosas, sirven para distinguir losproblemas situacionales de los rasgos de personalidad.

La limitación de este tipo de entrevistas es el efecto halo,por un lado, y, por otro, que están basadas en la informaciónsuministrada por los pacientes.

Según el efecto halo, si el terapeuta incluye unos síntomas,por ejemplo, dentro del trastorno paranoide de lapersonalidad en la primera fase de la entrevista, puede teneruna tendencia a fijarse selectivamente en el resto de laentrevista en este tipo de síntomas y a excluir de suconsideración otros síntomas correspondientes a otrostrastornos de la personalidad distintos.

No deja de ser sorprendente, por otra parte, que, justamentecuando se pone en entredicho la validez diagnóstica deljuicio clínico de los terapeutas, se traslade la subjetividada las contestaciones de los pacientes (Widiger y Frances,1987). El criterio de los pacientes sobre su propia conductano puede constituirse en el único punto de referencia. Los

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trastornos de personalidad se caracterizan por la presenciade muchos síntomas egosintónicos y /o socialmenteindeseables, de los que el paciente no es consciente o quetiende a ocultar. No es muy adecuado, por ejemplo,preguntarle a una personalidad antisocial si ha mentidorepetidamente, si le importa o no la verdad o si carece deremordimientos.

Desde la perspectiva del paciente, no siempre es fácil darcuenta del estilo habitual de respuesta en diversassituaciones y desde hace tiempo y distinguirlo del estadoactual. La información retrospectiva del sujeto puede estarsesgada por el estado de ánimo presente en la actualidad.

En concreto, las entrevistas estructuradas, como el SCID-11(Spitzer y Williams, 1985), adaptada a los criteriosdiagnósticos de los trastornos de personalidad del DSM-IV(APA, 1994), han conseguido aumentar los índices defiabilidad del diagnóstico. Las ventajas del SCID-11 son larapidez con la que se administra y su incorporación dentro delos trastornos del Eje I del IV (APA, 1994).

1.4.2. Los autoinformes

En general, los cuestionarios de personalidad pueden serutilizados para identificar rasgos de personalidad, pero conpocas excepciones no son aptos para el diagnóstico de lostrastornos de personalidad (López Ibor, ,1993).

Los autoinformes, en comparación con las entrevistas clínicas,tienden a exagerar los síntomas del paciente, en parte por lainterferencia de los factores situacionales en la medida delas variables de personalidad y en parte por la tendencia ala aquiescencia, por un lado, y a la exageración de síntomas,por otro, cuando es uno mismo el que los describe (Vázquez etal., 1990; Widiger y Frances, 1987).

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Algunos de los inventarios más utilizados -y que estánvalidados en muestras españolas- son el <<InventarioMultifásico de Personalidad de Minnesota>> (MMPI) (Hathaway yMcKinley, 1942) -desarrollado por vez primera en los añoscuarenta y sin duda el instrumento multidimensional deevaluación clínica más ampliamente usado en Estados Unidos yen el mundo en general- y el «Inventario Clínico Multiaxialde Millon» (MCMI) (Millon. 1977).

a) Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesota (MMPI) (Hathaway yMcKinley, 1942).

Consta de 566 ítems y evalúa puntuaciones en diez escalas:hipocondría, depresión, histeria, desviación psicopática,masculinidad-femineidad, paranoia, psicastenia,esquizofrenia, hipomanía e introversión social. Unaadaptación española de esta prueba ha sido realizada porSeisdedos y Roig-Fuste (1986).

No obstante, y aunque el MMPI ha sido descrito como uninventario de personalidad, está muy influido por losfactores situacionales, las categorías psiquiátricasutilizadas son relativamente subjetivas y la asignación delos ítems a ellas es un tanto aleatoria (Eysenck, 1991).Asimismo no resulta adecuado para identificar y diferenciarentre los trastornos de personalidad (Widiger y Frances,1987).

Por ello, se han diseñado, a partir de esta prueba, algunasescalas específicas para la evaluación de los once trastornosde personalidad señalados en el DSM-111 (164 ítems) (Morey,Waugh y Blashfield, 1985), pero los resultados obtenidoshasta la fecha son contradictorios (Widiger y Frances, 1987)y no se cuenta con una adaptación española de estas escalas.

b) MMPI-2 (Butcher, 1989).

Los cambios experimentados en los diagnósticos psiquiátricosy en la valoración misma de los síntomas desde una

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perspectiva social y moral desde los años cuarenta hastaahora han puesto en cuestión la validez del MMPI en laactualidad (Walters, 1983). Por ello, ha sido objeto de unarevisión profunda -el MMPI-2- recientemente por parte deButcher (1989), con el objetivo de renovar el lenguajeanticuado (sexista y moralizante en algunos casos), modificarla estandarización de la prueba, hacer dos formas separadaspara adultos y adolescentes y extender los ítems a algunosaspectos clínicos (como los intentos de suicidio, el consumode alcohol o drogas, etc.) o a ciertas áreas (como elcumplimiento de tratamientos, la sensibilidad al cambioterapéutico, etc.) que en la prueba anterior no se habíandesarrollado (Ávila y Jiménez, 1992a).

El formato final de la escala revisada consta de 567 ítems.Las limitaciones de este instrumento -y no es la menor deellas la longitud de la prueba- en la evaluación de lostrastornos de personalidad son las mismas que en el caso delMMPI-1. La versión española del MMPI-2 está siendo preparadaen la actualidad bajo la dirección de Ávila (en preparación).

c) Inventario Clínico Multiaxial de Millon (MCMI) (Millon, 1977).

El <<Inventario Clínico Multiaxial de Millon>> está másadaptado -y es mucho más corto- que el MMPI a los trastornosde personalidad descritos en el Eje II del DSM-IV. Si bienexiste desde 1977, ha adquirido popularidad en las últimasversiones porque se ha adecuado a la evolución de lostrastornos de personalidad experimentada en el DSM-111 y enel DSM-IV (Del Barrio, 1992).

Este instrumento cuenta con 175 ítems, integrados en veinteescalas diferentes relativas a los estilos de personalidad,los problemas de personalidad graves y los síndromesclínicos. Una adaptación española de esta prueba ha sidorealizada por Ávila y Jiménez (1992b).

En concreto, se trata de un autoinforme que integra veinteescalas de interés clínico: once correspondientes a los

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trastornos de personalidad descritos en el Eje II del DSM-IV,y nueve referidas a síndromes clínicos con una tasa deprevalencia alta en el Eje I: ansiedad, trastornosomatoforme, hipomanía, distimia, abuso de alcohol, abuso dedrogas, pensamiento psicótico, depresión psicótica eilusiones psicóticas.

Además de contar con un número de ítems considerablemente másreducido que el MMPI y de distinguir entre los trastornos deconducta del Eje I y los trastornos de personalidad del EjeII del DSM-IV, permite desarrollar un marco multiaxial deevaluación, que incluye una descripción completa de ladinámica del síndrome: cuadro clínico, patrón depersonalidad, curso del ti,~ vedad del trastorno cimplicaciones terapéuticas

d) MCMI-2 (Millon, 1987).

El MCMI-11 (Millon, 1987), que coincide en el tiempo con laaparición del MMPI-2, constituye la versión más reciente deesta prueba. Esta nueva versión --en proceso de adaptaciónactualmente en España por Ávila (en preparación)-- tiene porobjetivo establecer la estructura y la validez externa de losítems para dos nuevas escalas adaptadas a los dos trastornosde personalidad recientemente incorporados al DSM-111-R (APA,1987): la personalidad sádica y la personalidad autodestructiva. De estemodo, se han dividido las escalas 6 (antisocial) y 8(pasivo/agresivo) del MCMI en dos cada una: la 6A(antisocial) y la 613 (agresivo/sádico), y la 8A (pasi-vo/agresivo) y la 813 (autodestructivo), respectivamente, enconsonancia con los cambios introducidos recientemente por elDSM-111-R (Ávila y Jiménez, 1992b).

Por otro lado, en esta versión se han ampliado y refinado lascaracterísticas de los ítems de las escalas ya representadasen la primera versión del MCMI, como ocurre, por ejemplo, enel caso de la personalidad narcisista o en el de la personalidadlímite.

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Las propiedades psicométricas de esta prueba sonsatisfactorias. Las escalas de personalidad tienen una mayorfiabilidad test-retest (0,60-0,71) que las escalas de cuadrosclínicos (0,45-0,64) (Murphy, 1990).

1.5. Conclusiones

Los trastornos de personalidad implican importantesalteraciones cognitivas, emocionales y relacionales, así comola ausencia de habilidades específicas y de aprendizajessociales.

No obstante, las once categorías propuestas -y los tresgrandes tipos que las abarcan- cuentan con escaso apoyoempírico y tienen un cierto carácter convencional, ya que noaparecen bien delimitados en los análisis factorialesefectuados (Schroeder y Livesley, 1991). ,Por qué no figuran,sin embargo, algunas otras categorías, con un cierto apoyoempírico, como la personalidad coronaria (el patrón de conducta deTipo A) o la personalidad predispuesta a padecer enfermedades? De hecho,en el DSM-III-R (APA, 1987) se han incluido de modoprovisional, a falta de una mayor validación empírica, otrasdos: la personalidad autodestructiva y la personalidadsádica. Junto a trastornos bien delimitados, como elantisocial, el esquizoide, el histriónico y elobsesivo-compulsivo, otros, como el pasivo-agresivo, tienen unafiabilidad muy baja, y algunos, como el límite y el esquizotípico, sehan aceptado a pesar de la evidencia contradictoria (Avia,1989; Mellsop, Varghese, Joshua y Hicks, 1982). En conjunto,el índice de fiabilidad de los trastornos de personalidad esmás bien bajo (en torno a un índice kappa de 0,30) y, porello, hay que ser cautos en la utilización de etiquetasdiagnósticas basadas en ellos.

La escasa fiabilidad de los trastornos de personalidad sedebe a que son frecuentemente estados límites con lanormalidad (¿en qué momento la impulsividad, las relacionesinestables y los sentimientos de vacío rebasan el umbral

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clínico?) y a que presentan problemas de solapamientos entresí y con los trastornos del Eje I (por ejemplo, entre lapersonalidad autodestructiva y la depresión o entre la personalidad por evitacióny la fobia social de tipo generalizado). Además, admitir la existenciade rasgos individuales desconectados por completo de lassituaciones en las que actúa el sujeto resulta inadecuado.Por otra parte, el diagnóstico exige más juicio clínico e in-ferencia que los principales trastornos del Eje 1.

El solapamiento entre los trastornos de personalidad es muyalto. Por una parte, algunos síntomas, como el aislamientosocial, son comunes a diversos trastornos de personalidad (elevitativo, el esquizoide y el esquizotípico). Por otra, no deja de serpreocupante, desde una perspectiva psicopatológica, que lasdos terceras partes de los pacientes diagnosticados con untrastorno de personalidad lo sean también de otro (Morey,1988a; Vázquez et al., 1990).

Por lo que se refiere a las dos nuevas categorías propuestasen el DSM-III-R (APA, 1987), la personalidad sádica cuenta conalgún apoyo empírico, pero no así la personalidad autodestructiva,que supone una denominación poco afortunada y que puedesolaparse en buena medida con la personalidad dependiente (Morey,1988b).

Por otra parte, la categorización misma de los trastornos depersonalidad no es ajena a ciertos sesgos culturales. Enconcreto, la sobrerrepresentación femenina en algunostrastornos de personalidad, como el dependiente, el histriónico yel autodestructivo, puede reflejar la psicopatologización deciertas conductas y roles asignados y reforzados socialmenteen la mujer: dependencia, emocionalidad y entrega a losdemás, respectivamente (Kaplan, 1983; Vázquez et al., 1990).

Por último, en los criterios diagnósticos del DSM-IV de lostrastornos de personalidad, que funcionan meramente como unlistado no jerarquizado de síntomas y que posibilitan laexistencia de diferentes combinaciones de síntomas -incluso bas-tante heterogéneas-, figuran mezclados niveles descriptivos

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diversos (fisiológicos, afectivos, cognitivos,interpersonales, etc.) que dificultan la operacionalizaciónde los trastornos. Todo ello viene acompañado, además, de unaconceptualización de la personalidad compartimentada enrasgos, y alejada de una perspectiva situacionista, que hoy esdifícilmente sostenible (Vázquez et al., 1990). Quizá todoello explique la escasa relación existente en la actualidadentre el diagnóstico, el pronóstico y el tratamiento de lostrastornos de personalidad.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICASAmerican Psychiatric Association (1980): Diagnostic andStatistical Manual of Mental Disorders (3.a ed.), APA,Washington.American Psychiatric Association (1987): Diagnostic andStatistical Manual of Mental Disorders (3.a ed., rev.), APA,Washington.

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10 Echebúrua Enrique(1996) Personalidades Violentas. Ed. Pirámide. MéxicoPág. 291-300

16 Epílogo: ¿Se puede prevenir la violencia?

KARMELE SALABERRÍA JAVIER FERNÁNDEZ-MONTALVO

16.1. Introducción

La respuesta a esta pregunta necesita estudios rigurosos yespecíficos. La falta de conocimiento sobre las causas de laviolencia supone una limitación importante para suprevención. Si bien la intervención terapéutica puederesultar independiente de las causas que originan laviolencia, desde una perspectiva preventiva resulta difícilimplantar programas concretos si no se conocen adecuadamentelos factores que la generan.

La prevención siempre se ha considerado el último eslabón dela cadena cuando se comienza a estudiar cualquier tema. Lamayoría de los problemas médicos o psicosociales con los quese enfrenta la ciencia con el afán de erradicarlos pasanhabitualmente por una serie de fases (De Paúl, 1988):

a) Descripción y estudio de los casos más serios yllamativos.

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b) Elaboración de programas-piloto de tratamiento muy pocoespecíficos.c) Estudio e investigación de los factores causales delproblema.d) Desarrollo de programas de tratamiento más específicos yeficaces, que tienen en cuenta los posibles factorescausales.e) Desarrollo de investigaciones que tratan de identificarprecozmente los posibles casos.f) Estudio y aplicación de programas con un enfoquepreventivo.

A lo largo de la historia siempre se han descritodetalladamente casos de tortura, violación, asesinato, robo,etc. Sin embargo, sólo recientemente se han intentado aplicarprogramas de tratamiento para las personas violentas. Elestudio de los factores causales se halla en sus primerospasos y la prevención está aún por hacer. De hecho, es elaspecto menos adecuadamente estudiado de la criminologíaaplicada. Aunque la idea general de la prevención del delitoparece atractiva, autores como Empey (1974) y Bittner (1970)la consideran un sueño utópico.

Sin embargo, el hecho de que todavía no se conozcan conseguridad las causas de la violencia, no significanecesariamente que no existan acciones que se puedan llevar acabo para prevenir las actividades violentas y delictivas(Rutter y Giller, 1988).

Desde un punto de vista cronológico, se pueden distinguirtres tipos de prevención (Echeburúa, 1993):

a) Prevención primaria: Se realiza antes de que surja elproblema y tiene como objetivo impedir su aparición; es eltipo de intervención más deseable. Se lleva a cabofundamentalmente a nivel comunitario, intenta modificar losfactores ambientales y personales relacionados con laaparición de la conducta problemática y se esfuerza por dotara los sujetos de recursos múltiples para hacer frente a las

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situaciones difíciles. Va dirigida a tres tipos de sujetos: ala población general, a grupos específicos de la población ya sujetos de alto riesgo.

b) Prevención secundaria: Tiene como objetivo detectar ytratar tempranamente las conductas problemáticas. Actúa através del diagnóstico precoz con la esperanza de que ladetección de la alteración en momentos tempranos puedefacilitar el tratamiento y/o hacerlo más rápido o eficaz.Este tipo de prevención puede ser considerada como una formade intervención, pues se orienta a las alteraciones delcomportamiento que ya están presentes.c) Prevención terciaria: Se lleva a cabo sobre problemas queya han sido objeto de tratamiento y tiene por objetivo evitarposteriores complicaciones y recaídas.

Es frecuente que los programas de intervención propuestos pordiferentes autores abarquen más de un tipo de prevención delos anteriormente expuestos.

La prevención primaria, en el campo de la violencia, actúa,por una parte, sobre los factores ambientales (nivelsocioeconómico, recursos disponibles por la población, mediosde comunicación, escuela, etc.) y, por otra, sobre factorespersonales (características familiares, métodos de educación,consumo de alcohol y drogas, rasgos de personalidad, etc.) enla población general y en poblaciones o grupos específicos dealto riesgo.

La prevención secundaria se dirige principalmente a ladetección precoz de conductas violentas en la poblacióninfantil y adolescente. Cuanto más joven se inicia unapersona en conductas violentas, mayor es la probabilidad deque se establezcan pautas de comportamiento violentasrelativamente estables y duraderas. Asimismo, la prevenciónsecundaria se dirige también a impedir que la conductaviolenta se instaure como hábito de comportamiento enaquellas personas que la han utilizado ocasionalmente. Esteúltimo aspecto es importante, puesto que, una vez surgido el

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primer episodio de violencia, la probabilidad de nuevosepisodios (y por motivos cada vez más insignificantes) esmucho mayor (Corral, 1994).

La prevención terciaria va dirigida a impedir la reincidenciay facilitar la rehabilitación de aquellas personas que hansido tratadas por conductas violentas.La prevención secundaria y la prevención terciaria van másallá del objetivo de este epílogo. Éste se centra en losámbitos de actuación de la prevención primaria de laviolencia (tabla 16. l).

TABLA 16.1Ámbitos de actuación de la prevención

Primaria de la violiencia

Intervención enfactores ambientales

- nivel socioeconómico;- medios de comunicación;- escuela.

Intervención enfactores individuales

- familia;- métodos de disciplina;- características

personales;- consumo de alcohol y

drogas.

16.2. Factores ambientales

16.2.1. Nivel socioeconómico

Dentro de los factores ambientales, el nivel más global yamplio de la prevención va encaminado a reducir situaciones

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de pobreza, marginalidad, hacinamiento, falta de recursos yoportunidades. Éstos se consideran factores influyentes en eldesarrollo de la violencia. Para ello resulta necesaria laadopción de medidas políticas, económicas, legales, sociales,etc. que eliminen, en la medida de lo posible, todas lasfrustraciones inútiles, privaciones, injusticias y castigosimpuestos externamente. En otras palabras, se trata deconseguir una nivelación sociocultural y económica que va másallá de unas medidas meramente psicológicas.

16.2.2. Medios de comunicación

A un nivel más específico, resulta necesario intervenir enlos medios de comunicación, que parecen haber tenido efectosindeseados sobre el aumento de la violencia entre losadolescentes. Bandura (1973), en sus múltiples experimentos,ha demostrado la importancia de la observación de conductasviolentas en el desarrollo del comportamiento agresivo. En lamayor parte de las películas, series televisivas y dibujosanimados, la violencia se considera como una vía adecuadapara conseguir determinados fines, pues los protagonistashabitualmente logran sus objetivos mediante el recurso aella.

Por ello, es necesario tomar medidas específicas en las quelos medios de comunicación (televisión y cine principalmente)alteren sustancialmente el contenido violento de susprogramas, eliminando imágenes e historias que representanbrutalidad y crueldad. Ello exige prescindir de las escenasde violencia gratuita, de las conductas agresivas impregnadasde realismo y de las dramatizaciones excesivamente emotivas.En concreto, la violencia televisiva que aumenta elcomportamiento agresivo en los niños y jóvenes es lapresentada en secuencias homologables a la vida ordinaria, yno tanto la de las películas de guerra y peleas de dibujosanimados, que los sujetos perciben como ajenas a su realidad.

232

En todo caso, la cantidad máxima de televisión que debe verun niño de cualquier edad no debe superar los 60 ó 70 minutospor día. Es posible que todas estas medidas tengan beneficioslimitados pero posiblemente útiles (Rutter y Giller, 1988).

16.2.3. Escuela

Dentro de los factores ambientales, uno de los másimportantes para la enseñanza de conductas altruistas, deconvivencia con otras personas, de respeto mutuo, etc., es laescuela. Aunque es probable que la intervención en la escueladé lugar a pequeñas reducciones en la violencia, parece útilintervenir porque: 1) todos los niños van a la escuela y, portanto, cualquier beneficio afectaría a la totalidad de lapoblación y no solamente a un pequeño grupo; 2) laintervención en la escuela probablemente tendría otrosbeneficios aparte de los efectos sobre la violencia, y 3) loscambios propuestos implican un desembolso económico mínimo(Rutter y Giller, 1988).

Es importante no reforzar los comportamientos violentos ycomenzar a fomentar las conductas no agresivas (solidaridad,altruismo, etc.), así como enseñar a los niños a utilizar lashabilidades de conversación y el razonamiento. De hecho, lacomunicación cierra el paso a la conducta agresiva. Asimismo,en la escuela se han de incluir acciones que sirvan paraestablecer valores y normas de conducta como formas básicasde disciplina.

En los últimos años, se han desarrollado programas deintervención en el ámbito educativo con el objetivo defomentar conductas prosociales y enseñar a controlar laagresión, que pueden ser útiles para la prevención primariade la violencia (Garaigordóbil, 1992; Jaffe, Suderman,Rjeitzel y Killip, 1992; Larson, 1992; Spivak, Hausman yProthrow-Stith, 1989).

Spivak et al. (1989) realizaron un proyecto de prevención dela violencia aplicable a nivel comunitario [Violence

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Prevention Project (VPP)]. El proyecto iba dirigido a jóvenescon el objetivo de prevenir los resultados sociales negativosde la violencia. En este proyecto se incluían campañas en losmedios de comunicación para advertir a la población generalde los efectos de la violencia, aumentar la conciencia delproblema y dar información sobre los factores de riesgoasociados. Además, se utilizó a personal entrenado paratrabajar con jóvenes sobre aspectos de resolución de con-flictos y de la ira y proporcionarles técnicas alternativaspara su control.

Jaffe et al. (1992) evaluaron la efectividad de un programapara prevenir las agresiones a la mujer y la violencia. Lamuestra estaba compuesta por 737 adolescentes (379 chicos y358 chicas). La intervención breve incluía una explicaciónsobre las agresiones a la mujer, así como datos sobre laviolencia, a los que seguía una discusión en clase dirigidapor los profesionales de la comunidad. Se encuestó a lossujetos antes de la intervención, inmediatamente después y alas 5 ó 6 semanas de finalizarla. Se encontraron diferenciasen la evaluación realizada al terminar el programa en ac-titudes positivas, conocimiento e intenciones de cambio deconductas. Estos resultados se mantenían en el seguimiento enambos sexos, si bien las mujeres mostraban un número mayor deactitudes positivas.

Larson (1992) aplicó en la escuela un programa basado en losprincipios cognitivo-conductuales para el control de laagresión. Constaba de 20 sesiones distribuidas en 5 semanas.La muestra estaba compuesta por 22 adolescentes con una mediade edad de 14 años, procedentes de un medio urbano. Elprograma estaba dirigido hacia las conductas agresivas en laescuela, al control de la ira y a la regulación de lastendencias a actuar de forma antisocial. Incluía lautilización del vídeo para el modelado, autoinstrucciones,resolución de problemas y autorregistros. Se encontrarondiferencias significativas en las conductas agresivas entreel grupo de control, compuesto por 15 sujetos, y el grupo que

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recibió la intervención. Estas diferencias se mantenían en elperíodo de seguimiento.

En nuestro país también se han llevado a cabo programassimilares de intervención escolar (cfr. Garaigordóbil yMaganto, 1994). En concreto, en el programa de Garaigordóbil(1992) se incluyen la acción, la comunicación y lainteracción cooperativa entre iguales, con el objetivo deinstaurar conductas prosociales, prevenir dificultades derelación interpersonal y potenciar el desarrollo integral.

La muestra estaba compuesta por 178 niños del ciclo inicial y53 niños del grupo de control. Se aplicaron 22 sesiones dejuego, que tenían una periodicidad semanal, duraban de 60 a90 minutos e incluían de 4 a 5 actividades lúdicas. Esteprograma estaba compuesto por 60 juegos que implican lacooperación entre los participantes, aprender a escuchar, darayuda a los demás, etc.

Los resultados ponen de manifiesto la mejora en lasocialización y un aumento significativo de las conductassociales positivas de liderazgo e iniciativa asociadas alespíritu de cooperación. Asimismo, se observó una mayorjovialidad o alegría, un mayor número de conductas amistosasen la interacción social y una mayor sensibilidad social yconductas de ayuda ante los más marginados.

Por otra parte, el programa logró una disminución de lasconductas perturbadoras para la socialización, como lasrelacionadas con agresividad, terquedad, apatía,retraimiento. ansiedad y timidez. Estas mejoras se apreciaronno sólo en el comportamiento en el aula, sino también fuerade ella. Además, se consiguió un mayor respeto por las normasy un mayor autocontrol de los impulsos. Todo ello llevó a unamejora en la adaptación social global de cada niño en elaula.

16.3. Factores individuales

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16.3.1. Familia

Los niños cuyo nacimiento no es deseado por sus padres, cuyasmadres son adolescentes, que crecen en familias muy numerosassin recursos o que no establecen vínculos afectivospositivos, están expuestos a un alto riesgo de sufrir ycometer conductas violentas.

Los niños que viven con sus padres en un ambiente familiarinestable e intranquilo, sin disciplina, que son objeto demalos tratos en su infancia, que viven en la calle, o que soneducados en instituciones o reformatorios con un cambiofrecuente de cuidadores, carecen de modelos adultos paracomportarse adecuadamente y tienen dificultades paraestablecer lazos afectivos. Por ello, constituyen otro grupode alto riesgo.La prevención a este nivel iría dirigida, en primer lugar, adetectar precozmente este tipo de situaciones de alto riesgo.En segundo lugar, a ofrecer a los padres programas queenseñen las habilidades necesarias para el cuidado de loshijos y para el afrontamiento de las situaciones conflictivasintrafamiliares, así como métodos de disciplina no violentos.

Boileau (1989) describe los objetivos, actividades yresultados de dos organizaciones comunitarias que se dedicanen Quebec (Canadá) a prevenir la violencia familiar. «PadresAnónimos» ofrece apoyo a los padres con tendencia a perder elcontrol y ser violentos con sus hijos, y «Opción Grupal»proporciona tratamiento en grupo a los hombres que abusan desus mujeres e hijos.

16.3.2. Métodos de disciplina

El castigo ejercido de forma sistemática genera la apariciónde conductas agresivas en el castigado (Echeburúa, 1988).Castigar frecuentemente a un niño por ser agresivo no es unsistema eficaz rara reducir la agresión, ya que el castigo esen sí mismo un acto agresivo. Los niños que son castigadoscon frecuencia aprenden a ser agresivos. Si no muestran la

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agresión con sus padres, pueden desplazarla a otros niños másdébiles, a hermanos más pequeños, a animales o a los juguetes(Lindzey, Hall y Thompson, 1978).

Si los padres animan o aprueban la agresividad de sus hijos,los niños cada vez serán más agresivos. Incluso no esnecesario que el refuerzo sea directo. La observación de laagresividad de otra persona que está siendo recompensada oaceptada por ello es suficiente para hacer a un sujeto másagresivo (Bandura, 1973).

Es importante enseñar a los padres formas de evitar o superarel castigo físico. No se puede enseñar a los hijos que nopeguen pegándoles cuando lo hacen, como no se puede enseñar aque no griten gritando nosotros cuando lo hacen. Lo adecuadoes encontrar modos de reaccionar a la agresión que no seanagresivos, como la discusión razonada o la evitación desituaciones que hacen sentirse irascible. El oponer ira a laira, o agresión a la agresión, sólo contribuye a intensificarel problema y no es probable que ayude a alcanzar unasolución equitativa. Es necesario corregir en los niñosconductas de brutalidad temprana -y no reforzarlas nunca-referidas al trato con los animales, a la destrucción deobjetos colectivos, etc.

16.3.3. Características personales

Los niños con un nivel intelectual balo, con un escasoescolar y una personalidad dependiente pueden experimentaruna perdida (le autoestima v una necesidad de autoafirmaciónpor medios violentos (Corral, 1994). De ahí la importancia dela detección precoz de estos casos por parte del maestro enla escuela.

Existen determinados rasgos de personalidad en los niños quese consideran factores de riesgo para el desarrollo de laconducta antisocial. Destacan entre otros la extraversión, laimpulsividad, el déficit por atención, la osadía, la búsquedade sensaciones (búsqueda de excitación y desinhibición) y la

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ausencia de empatía (Farrington, 1990). Estos rasgos puedenllevar a transgredir normas de conducta, a probar situacionesnuevas y de riesgo y a fracasar en la escuela. Todo elloaumenta la probabilidad de desarrollar posteriormenteconductas antisociales. Según Hawkins, Von Cleve y Catalano(1991) y Lochman (1992), hay una clara relación entre laconducta agresiva en la infancia y el posterior desarrollo deconductas violentas y abuso de drogas en la adolescencia.

Sin embargo, la relación entre fracaso escolar, factores depersonalidad (como la hiperactividad y el déficit deatención) y el desarrollo de conductas violentas dista deestar clara. Existen tres posibles vías para elestablecimiento de relaciones causa-efecto entre estosfactores (Loeber, 1990): la primera, que el fracaso escolarpredisponga a la violencia; la segunda, que los problemas deatención e impulsividad originen problemas de lectura yfracaso escolar, lo que haría más probable la aparición decomportamientos agresivos, y la tercera, que los problemas deatención e impulsividad faciliten tanto el fracaso escolarcomo el desarrollo de conductas violentas.Resulta difícil diseñar programas de prevención concretospara este tipo de niños y se desconoce el alcance que dichosprogramas puedan tener. Se han desarrollado, sin embargo,algunas intervenciones específicas con niños agresivos(Hawkins et al., 1991; Lochman, 1992).

En el estudio de Hawkins et al. (1991) se llevó a cabo unprograma de entrenamiento con padres y profesores de 458niños de Seattle (285 pertenecientes a un grupo experimentaly 173 a un grupo de control).

El programa desarrollado con los padres duraba 7 semanas yconstaba de un entrenamiento en habilidades de supervisión dela conducta de los niños, en el uso apropiado de recompensasy castigos, en el empleo de prácticas de disciplina consis-tentes en la utilización de habilidades de comunicación y enla implicación de los niños en actividades familiares. Todo

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ello se realizó mediante el modelado, ensayos de conducta,feedback y tareas para casa.

El programa desarrollado con los profesores tenía comoobjetivos aumentar el rendimiento académico, reducir laconducta antisocial y crear vínculos de apego, así comoactitudes positivas, hacia la escuela. El programa constabade tres bloques. El primero (participación activa en clase)estaba diseñado para prevenir problemas de conducta. Losprofesores aprendían a dar instrucciones claras y reglassobre el comportamiento en el aula. Además, aprendían autilizar intervenciones menos alteradoras de la dinámica dela clase. Este bloque incluía el uso del refuerzo positivopara instaurar conductas deseables en clase y aumentar elvínculo entre el estudiante, el profesor y la escuela. Elsegundo bloque (entrenamiento en habilidades cognitivas ysociales) consistía en enseñar a los profesores habilidadesde comunicación, toma de decisiones y resolución deconflictos. Se utilizó para ello la técnica de solución deproblemas desarrollada por Spivack y Shure (1982). En eltercer bloque, se utilizaba la enseñanza programada comoforma de aprendizaje.

Ambos programas se evaluaron al cabo de dos años de suimplantación. Los resultados mostraron una reducción en lastasas de agresividad de los niños blancos y en las tasas deconducta autodestructiva en las niñas blancas del grupoexperimental con respecto al grupo de control. Sin embargo,no se encontraron diferencias significativas en los niños yniñas negros del grupo experimental y de control. Los autoresintentan explicar este hecho señalando que, de los 37profesores incluidos en el estudio, 31 eran blancos. Estehecho cobra especial relevancia debido a que el métodoprincipal de evaluación era la versión para profesores de laescala de observación de Achenbach y Edelbrock (1986) [ChildBehavior Checklist (CBGS)].

Lochman (1992) llevó a cabo un programa con una muestra de145 niños, distribuidos en tres grupos (31 sujetos agresivos

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que recibieron una intervención para el control de la ira; 52niños agresivos que no recibieron tratamiento, y 62 niños noagresivos).

Se realizó una intervención cognitivo-conductual, queconstaba de 12 a 18 sesiones semanales de 45 a 60 minutos,para el control de la ira. La intervención consistía en: a)establecer reglas grupales y refuerzos contingentes a sucumplimiento; b) utilizar autoinstrucciones para inhibir laconducta impulsiva; c) identificar los problemas y lasestrategias utilizadas por los niños para resolverlos; d)generar nuevas alternativas de solución de problemas; e)observar modelos de niños que saben controlar la ira; J)realizar ensayos de conducta y grabarlos en vídeo, y g)utilizar la discusión, el role-playing y el diálogo paraayudar a los niños en sus problemas actuales.

Según los resultados obtenidos en el seguimiento efectuado alos tres años, los que recibieron este programa presentabanmenores tasas de consumo de alcohol y drogas, mayores nivelesde autoestima y mayores niveles de habilidades para laresolución de problemas. El prograrna repercutió en unamejoría del comportamiento en el aula, si bien se desconocenlos efectos a más largo plazo.

Tras la realización del estudio, Lochman (1992) planteaciertos aspectos que pudieran mejorar el programa deintervención propuesto. En concreto, un aumento del periodode tratamiento, un mayor énfasis en los aspectos de cogniciónsocial y una implicación de los padres, así como de otraspersonas significativas para los niños, podrían llevar a unmayor éxito en las intervenciones cognitivo-conductuales.

16.3.4. Consumo de alcohol y drogas

El consumo temprano de alcohol y drogas está relacionado conlas conductas violentas (Laberg, Fauske y Loberg, 1989;Loeber, 1990). De igual forma, la presencia de conductas

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antisociales en la infancia facilita el abuso de alcohol ydrogas en la adolescencia (Kellam y Brown, 1982).

Por otra parte, el consumo de alcohol y drogas en lapoblación adulta se asocia también a niveles altos deviolencia. La relación entre violencia y consumo de sus-tancias actúa en tres frentes. En primer lugar, el consumo desustancias estimulantes, como la cocaína y las anfetaminas,puede facilitar la aparición de conductas violentas. Ensegundo lugar, el consumo de alcohol, a pesar de ser undepresor del Sistema Nervioso Central, puede facilitartambién la aparición de conductas violentas por su efectodesinhibidor sobre el comportamiento. A su vez, lacombinación de alcohol con sustancias estimulantes como lasanfetaminas, o con sustancias depresoras como el hachís,puede potenciar las conductas violentas. Por último, elsíndrome de abstinencia de los opiáceos (la heroína,fundamentalmente), así como el temor a experimentarlo, puedellevar a cometer actos violentos.

Estos hechos tienen importantes implicaciones, pues losprogramas preventivos de las conductas adictivas puedenrepercutir de forma indirecta en la prevención de laviolencia.

16.4. Conclusiones

Aunque se conocen algunos factores que predisponen a laviolencia, existe una considerable diferencia entreidentificar un factor dañino y saber cómo eliminarlo oreducir sus efectos. No existen programas preventivosdisponibles que reduzcan la violencia considerablemente. Noobstante, existen algunas medidas preventivas que puedentener un impacto pequeño pero útil.

La mayor parte del éxito de la medicina preventiva provienede las medidas de alto alcance de salud pública (tales comola mejora de la sanidad y nutrición) o de las medidaspersonales diseñadas para modificar la predisposición

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individual (tales como la vacunación). Sin embargo, noexisten paralelismos conocidos en criminología. Mientras secuenta con algunas acciones que habrían de llevarse a cabocon respecto a las variables de alto riesgo, que influyensobre la predisposición individual, no hay accionesespecíficas que reduzcan la violencia. Las intervencionesecológicas, como posibles cambios en las escuelas, en lacomunidad o en los medios de comunicación, son susceptiblesde ser exploradas más a fondo, aunque es difícil estimarcuánto se podrá conseguir por estos medios (Rutter y Giller,1988).

La implantación de programas preventivos concretos necesitaun mayor conocimiento de: 1) las bases de la violencia; 2)los grupos de riesgo; 3) la modificación de los factores deriesgo, y 4) la evaluación a largo plazo de dichos programaspara conocer su eficacia. Probablemente, los programas queproporcionen alternativas a la violencia física, que fomentenla discusión razonada y la búsqueda de sensaciones o deestimulación en el deporte pueden constituir un camino aseguir. Desde esta perspectiva, la sublimación de laagresividad se ha de producir a través del trabajo, lacreatividad y el deporte.

Los factores sociológicos y económicos constituyen, sin duda,la causa más

importante a nivel global de la conducta violenta. Pero el desarrollo de cierta, habilidades cognitivas y de razonamiento moral y el establecimiento de ciertos estilos depensamiento (vinculados al tipo de integración familiar y escolar experimentado en la infancia y la adolescencia) pueden explicar la opción individual para comportarse de una forma social o de una forma violenta (Echeburúa, 1991).

En la actualidad, y probablemente en el futuro, será difícil conocer el alcance real de las medidas de prevención comentadas anteriormente. Sin embargo, esto no debe ser un obstáculo para planificar, en la medida de lo posible,

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acciones específicas que incidan en los factores de riesgo, ya que siempre merecerá la pena intentarlo.

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