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Joseph Halevi** CAPITALISMO Y ECONOMÍA POSTKEYNESIANA: ALGUNAS OBSERVACIONES CRÍTICAS* Fecha de recepción: 10 de marzo de 2003 Fecha de aceptación y versión final: 15 de septiembre de 2003 1. Introducción Hasta la fecha ninguna doctrina económica ha podido escapar de la trampa de ser únicamente válida bajo ciertas condiciones específicas, las cuales son tan especiales que ni siquiera de forma mínima se reproducen en la experiencia his- tórica actual. Si consideramos los dos enfoques fundamentales del siglo XIX: el marxista y el neoclásico, observamos que ambos nos relatan una historia acerca del comportamiento a largo plazo del sistema. El primero trata de identificar las leyes objetivas del movimiento de la economía y el segundo algún tipo de com- portamiento inmanente que es tomado como referencia normativa para el sistema real. Ambos enfoques fracasan ante problemas analíticos similares. En particular, su validez a largo plazo depende en gran medida de la naturaleza homogénea de la economía que describen 1 . La teoría de la acumulación capitalista a largo plazo de Marx tampoco está libre del flagelo de la homogeneidad (véase Apéndice), pues creo firmemente que en Marx hay dos teorías macroeconómicas distintas y no compatibles. La primera, de naturaleza ricardiana, se encuentra en el Volumen * Traductor del original en inglés: José Mª Martínez Sánchez. Universidad de Burgos. C.e.:[email protected]. ** University of Sydney 1 Hoy sabemos, como consecuencia de un conjunto de teoremas de Debreu, Sonnenschein y Mantel, que un texto de microeconomía debería estar cerrado para ser colocado en la estantería en cuanto consiga presentar un equilibrio general de intercambio de muchos agentes y multiples bie- nes y no tanto un diagrama de oferta y demanda. En otras palabras, es imposible establecer que las funciones de demanda netas se relacionan sistemáticamente con los precios de forma inversa. La cuestión ya fue comprendida por Hicks de forma intuitiva en Value and Capital, pues de otro modo no hubiera establecido que el requisito previo para alcanzar su equilibrio temporal de precio flexi- ble fuera la preponderancia del efecto sustitución sobre el efecto precio. Debreu-Sonnenschein y Mantel mostraron que el efecto renta puede ciertamente prevalecer y que el relato microeconómi- co fundamental del ajuste del precio dejaba de tener sentido tan pronto como este hecho era esta- blecido. Este punto ha sido esclarecido por Bernard Guerrien en su Concurrence, flexibilité et sta- bilité, Paris: Economica, 1989, y por Steve Keen en Debunking Economics, Sydney: Pluto Press, 2001. En el caso de Ricardo y Marx, la naturaleza homogénea del sistema proviene de la tentativa de extender los bien definidos resultados obtenidos para una economía de grano a un sistema más complejo aún cuando éste opere bajo condiciones de competencia.

7 Capitalismo Economia Postkeynesiana

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  • Joseph Halevi**

    CAPITALISMO Y ECONOMA POSTKEYNESIANA: ALGUNASOBSERVACIONES CRTICAS*

    Fecha de recepcin: 10 de marzo de 2003Fecha de aceptacin y versin final: 15 de septiembre de 2003

    1. IntroduccinHasta la fecha ninguna doctrina econmica ha podido escapar de la trampa

    de ser nicamente vlida bajo ciertas condiciones especficas, las cuales son tanespeciales que ni siquiera de forma mnima se reproducen en la experiencia his-trica actual. Si consideramos los dos enfoques fundamentales del siglo XIX: elmarxista y el neoclsico, observamos que ambos nos relatan una historia acercadel comportamiento a largo plazo del sistema. El primero trata de identificar lasleyes objetivas del movimiento de la economa y el segundo algn tipo de com-portamiento inmanente que es tomado como referencia normativa para el sistemareal. Ambos enfoques fracasan ante problemas analticos similares. En particular,su validez a largo plazo depende en gran medida de la naturaleza homognea dela economa que describen1. La teora de la acumulacin capitalista a largo plazode Marx tampoco est libre del flagelo de la homogeneidad (vase Apndice),pues creo firmemente que en Marx hay dos teoras macroeconmicas distintas yno compatibles. La primera, de naturaleza ricardiana, se encuentra en el Volumen

    * Traductor del original en ingls: Jos M Martnez Snchez. Universidad de Burgos.C.e.:[email protected].

    ** University of Sydney1 Hoy sabemos, como consecuencia de un conjunto de teoremas de Debreu, Sonnenschein y

    Mantel, que un texto de microeconoma debera estar cerrado para ser colocado en la estantera encuanto consiga presentar un equilibrio general de intercambio de muchos agentes y multiples bie-nes y no tanto un diagrama de oferta y demanda. En otras palabras, es imposible establecer que lasfunciones de demanda netas se relacionan sistemticamente con los precios de forma inversa. Lacuestin ya fue comprendida por Hicks de forma intuitiva en Value and Capital, pues de otro modono hubiera establecido que el requisito previo para alcanzar su equilibrio temporal de precio flexi-ble fuera la preponderancia del efecto sustitucin sobre el efecto precio. Debreu-Sonnenschein yMantel mostraron que el efecto renta puede ciertamente prevalecer y que el relato microeconmi-co fundamental del ajuste del precio dejaba de tener sentido tan pronto como este hecho era esta-blecido. Este punto ha sido esclarecido por Bernard Guerrien en su Concurrence, flexibilit et sta-bilit, Paris: Economica, 1989, y por Steve Keen en Debunking Economics, Sydney: Pluto Press,2001. En el caso de Ricardo y Marx, la naturaleza homognea del sistema proviene de la tentativade extender los bien definidos resultados obtenidos para una economa de grano a un sistema mscomplejo an cuando ste opere bajo condiciones de competencia.

  • I del Capital y culmina con el bien conocido captulo (25) sobre ejrcito de reser-va de trabajo. Sus elementos esenciales son reproducidos en Wage Price and Pro-fit, lo que ciertamente tiene alguna importancia. Wage Price and Profit es el dis-curso de Marx en el acto de fundacin de la Primera Internacional y, por tanto,puede ser visto como expresin del ncleo de su pensamiento cuando las afir-maciones sobre la economa han de ser reducidas a sus puntos esenciales. Lasegunda est contenida en el Volumen II del Capital, en buena parte realizadoconjuntamente con Engels, y dio lugar a los debates econmicos ms encendidosen el marco de la Segunda Internacional. El tema central del Volumen II son losfamosos esquemas de la reproduccin que conducen a la discusin de la falta deproporcionalidad, del carcter discontinuo de los ciclos mientras que el cicloesbozado en el captulo 25 del Volumen I y en Wage Price and Profit es continuoy, sin crecimiento en la composicin orgnica del capital, dara lugar a un ciclolimitado a la Goodwin y de las paradas imprevistas en el proceso de acumula-cin. En concreto, la no continuidad significa que una vez que la parada tuvieralugar desconoceramos cmo el sistema podra salir de ella y significa tambinque, como estrategas, podramos planificar toda clase de escenarios - y hacer loque necesitramos de acuerdo con nuestro conocimiento concreto de la poltica,las clases y la historia, algo que hoy en da queda muy lejos de los economistasde cualquier tendencia pero, por el contrario, no podramos arrogarnos el dis-poner de una teora fiable del ciclo y del crecimiento a largo plazo.

    En otras palabras, si se es economista neoclsico y se sigue el enfoque de lamacroeconoma del Blanchard-Fischer, se debe, como un asunto de fe, tomar porverdad la parbola de Ramsey. Esto es, dicho/a economista debera afirmar dog-mticamente que una sociedad basada en la produccin y el dinero y en los bene-ficios se comporta en ltimo trmino como un granjero cuyo problema es deci-dir cuantos huevos comer y cuantos dejar para ulterior incubacin de acuerdo conun determinado nivel de consumo esperado (en trminos de utilidad) parael/ella o para los descendientes en una determinada fecha futura. Si, en cam-bio, nuestro amigo es un economista clsico el/ella tendra que creer que cual-quier aumento de grano no consumido es automticamente invertido. Alternati-vamente el o ella podra afirmar que siempre que el monto de plusvala crece latasa de acumulacin y la tasa de beneficio subirn igualmente, a menos que lacomposicin orgnica se incremente ms que proporcionalmente. Sin embargouna vez que nos apartamos del granjero de Ramsey o del modelo de grano deRicardo, o del modelo competitivo de Marx de composicin orgnica uniformedel capital, ya no sabemos y tampoco podemos saber qu ocurrir con el paso deltiempo a menos que el sistema se encuentre en el estado estacionario. Incluso enel ms sencillo de todos los casos posibles un modelo de dos sectores con coe-ficientes fijos no seramos capaces de establecer cmo y cuando la economaen su conjunto se las arregla para pasar de un estado al prximo2.

    Revista de Economa Crtica, n 2. Diciembre de 2003, pp 123-143

    ISSN: 1696-0866124

    Capitalismo y economa postkeinesiana... Joseph Halevi

    2 Vease Joseph Halevi y Peter Kriesler "Marx or Hicks? Structural proportions and crisis:the transition from the First to the Third Volume of Capital", en Marxian economics: a reap-praisal: essays on volume III of "Capital"/edited by Riccardo Bellofiore, Publisher, New York:St. Martin's Press, 1998, Vol 2.

  • Revista de Economa Crtica, n 2. Diciembre de 2003, pp 123-143

    ISSN: 1696-0866125

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    2. Kalecki en el contexto de la Segunda Internacional y dela Tercera Internacional: el problema de la acumulacin yla crisis

    Los participantes en el debate de la Segunda Internacional comprendieronmuy bien, en teora y tambin trminos prcticos, el problema de la heterogenei-dad y sus implicaciones para la discontinuidad3; nunca supusieron que las mqui-nas podran convertirse, a diferencia del grano, en bienes de consumo ipso facto.Llegaron muy cerca de captar el hecho de que si, por alguna razn, se ahorra msgrano - pensemos que ello sea as porque, en la produccin de grano y tambinen el sector de tractores, considerado en s mismo y en su relacin con la pro-duccin de grano, el tiempo de trabajo no pagado ha aumentado ello no con-ducira, per se, a una mayor tasa de acumulacin de capital en el sistema en suconjunto. Este hecho podra ciertamente ocasionar una cada en la acumulacina travs de la formacin de una capacidad excedente en el sector del grano quese extendera al sector de bienes de capital por medio de una reduccin en lademanda de tractores. Adems qued completamente claro para los participantes,an cuando pertenecieran a tendencias diferentes, que la creacin de un sectorcomplejo de bienes de capital estara vinculada a la aparicin de empresas degran escala y marcara un nuevo estadio en la expansin de las fuerzas de pro-duccin. Sin embargo, dada la cultura cientificista del perodo, especialmente enAlemania y Rusia, intentaron encontrar condiciones absolutas y definitivas paraexplicar las paradas del sistema econmico y su sostenibilidad, evitando de pasola historia. La cuestin de los monopolios y de los crteles fue incluso contem-plada en estos trminos absolutos, condensados en la bien conocida posicin deHilferding-Schumpeter de acuerdo con la cual los crteles producen estabilidaduna vez que la lucha en los mercados se ha apaciguado4.

    En mi opinin, las palabras de Michal Kalecki y, con el tiempo, las de loseditors de Monthly Review (Paul Sweezy, Paul Baran, Harry Magdoff) traen aprimer plano lo que estuvo ausente en los debates de la Segunda Internacional;esto es, poner el problema de la capacidad de utilizacin en el centro de las con-tradicciones del capitalismo, algo que las gentes de la Segunda Internacional noacertaron a reconocer. La cuestin no es tanto la del reconocimiento de que laeconoma no alcanza automticamente el pleno empleo y que por tanto algo debehacerse al respecto, sino que, en el enfoque de Kalecki-MR, la principal preocu-pacin es identificar las fuerzas que gobiernan el sistema capitalista antes que, eindependientemente de, consideraciones de poltica. Este aspecto ser analizadoms claramente en la seccin tercera de este artculo. Aqu incluir algunos ejem-

    3 La discusin de ese debate realizada por Paul Sweezy en su celebrada Theory of CapitalistDevelopment, New York : Monthly Review Press, 1968, originalmente publicada en 1942, todavano ha sido superada. La mejor coleccin de la mayora de los textos originales se debe a LucioColletti y Claudio Napoleoni (eds.), Il futuro del capitalismo: crollo o sviluppo? (The Future ofCapitalism: Breakdown or Growth?), Bari: Laterza, 1970.

    4 Joseph Schumpeter, "The Instability of Capitalism", The Economic Journal, Vol. 38, No.151. (Sep., 1928), pp. 361-386.

  • plos relativos al anlisis de Kalecki durante los aos de entre guerras5.En el perodo entre guerras y especialmente hasta la primera mitad de las

    1930s, dos posiciones dominaron el debate interno de los partidos socialistaseuropeos y de la Tercera Internacional. Una fue que los carteles producan esta-bilidad, una posicin bastante frecuente entre las socialdemocracias6. Otra, res-paldada oficialmente por la Tercera Internacional hasta la estrategia del FrentePopular de Dimitrov-Togliatti-Thorez, vi en la misma profundidad de la crisissu solucin. Kalecki se enfrent a ambas. Por lo que respecta a la posicin social-demcrata argument que en el capitalismo en concreto hay dos componentes: unsector cartelizado que muestra mrgenes constantes de beneficio y uno competi-tivo en el que los mrgenes de beneficio fluctan con los precios y, en conse-cuencia, suben en los auges y caen en las recesiones. Los crteles compiten no enprecios sino por medio de la creacin de capacidad productiva, de tal suerte queen los auges se comprometen en una carrera de inversiones que les lleva al exce-so de capacidad, lo que contribuye a la cada del auge mismo. Dada la estabili-dad de los mrgenes de beneficio la cada de la demanda en relacin con la capa-cidad instalada se afrontar mediante una reduccin en la produccin y el empleodando lugar una capacidad ociosa todava mayor. La formacin de desempleo enel sector cartelizado ocasiona un descenso en la demanda de bienes de consumo,cuyas empresas, como hemos visto, pertenecen al segmento competitivo de laeconoma; de aqu que sus precios y sus mrgenes de beneficio caigan tambin.Se sigue de todo esto que la produccin en el sector competitivo no descendertanto como en el cartelizado. A diferencia de las posiciones defendidas por lasocialdemocracia y por Hilferding-Schumpeter, la economa que tiene un seg-mento cartelizado presentar mayores fluctuaciones que un sistema nicamentecompetitivo7.

    En lugar de encarnar un racionalismo y convertirse en la precursora de unasociedad planificada, una economa fundada en los crteles exhibir grandes difi-cultades para romper el callejn sin salida de la crisis. En este punto podemos

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    ISSN: 1696-0866126

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    5 Una discusin ms elaborada de la consistencia con que Kalecki modific algunos de suspuntos de vista durante el perodo posterior a 1945 puede encontrarse en Joseph Halevi, "Kaleckiand Modern Capitalism", Monthly Review, June 1992.

    6 La socialdemocracia alemana nunca abandon la idea y es por esto por lo que es tecnocr-tica pero no keynesiana. La llegada al poder de la SPD en 1969 allan el camino al papel deflacio-nario adoptado por el Bundesbank y resulta extrao que tantos postkeynesianos desde Kaldor aCornwall fueran tan confundidos por el sistema alemn de relaciones industriales precisamente enel momento en que el Bundesrepublik usaba ese sistema para forzar un cambio masivo en la dis-tribucin de la renta en contra de los salarios y se lanzaba a una poltica neomercantilista de supe-rvit neto que no poda generar un proceso de kaldoraino de causa acumulativa en el resto de Euro-pa. Recurdese que Kaldor crea que el crecimiento orientado a la exportacin dara lugar a unams amplia acumulacin porque los pases exportadores necesitaran importaciones vinculadas asus exportaciones. Es cierto que ahora como quiera que las exportaciones de Corea del Sur y Tai-wn se han acelerado, las exportaciones japonesas se han expandido tambin; pero ello ha sidodebido a una meticulosa relacin jerrquica dominada por el capital monopolista de Japn, puesapenas alguna industria o servicio en el Este de Asia puede funcionar sin los insumos industrialesjaponeses. No hay ninguna causa acumulativa mgica en este proceso.

    7 Vease Michal Kalecki, "The Influence of Cartelization on the Business Cycle", en Collec-ted works of Michal Kalecki / edited by Jerzy Osiatynski ; translated by Chester Adam Kisiel.Publisher Oxford : Clarendon, 1990-1997, Vol. 1 (Part 2). Publicado originalmente en 1932 en elPolish Journal Socialist Review.

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    traer a colacin la crtica de Kalecki a la posicin de la Tercera Internacional,manifestada entonces por Eugene Varga en Febrero 1932 en un artculo en elInternationalle Presse Korrespondenz. Para Varga la cada en los salarios causa-da por la depresin reducira el coste de produccin y elevara la tasa de plusva-la8. Kalecki a su vez argumentaba que si los precios descendan tanto como lohacan los salarios, nada realmente cambiara pero si, por el contrario, los sala-rios monetarios descendan ms que los precios el resultado probable sera la acu-mulacin de inventarios no vendidos en el sector de bienes de consumo. Por lti-mo, si la cada en el beneficio total fuera ocasionada por una cada en la produc-cin mayor que la de los precios - como fue el caso de los sectores industriales alinicio de la Gran Depresin el valor de la produccin por unidad de capitaldeclinara en realidad reduciendo la tasa de beneficio9 . Muy propiamente Kalec-ki nunca se adhiri a posiciones polticas en su anlisis pero esboz el escenarioque consideraba ms probable. Dada la incapacidad de las economas altamenteconcentradas para salir adelante por s mismas, solamente un auge propio detiempos de guerra podra producir el efecto mgico.

    La idea de que la economa capitalista requiere, en palabras de Kalecki, un"truco final" para romper la tendencia a la posicin esttica se mantiene duranteel perodo posterior a 1945. Sin embargo, aqu tampoco se otorga mucho impor-tancia a las polticas de pleno empleo. El alto nivel de empleo es adscrito msbien a las prerrogativas de los grupos capitalista entre las cuales el gasto en arma-mento ocupa un lugar destacado. La cuestin del empleo para Kalecki se con-vierte en la pregunta acerca de si el sistema puede ser sometido a una reformasustancial10 . Esto se discutir en la seccin siguiente.

    3. Existe una concepcin dialctica postkeynesiana delcapitalismo?. NO!

    Los postkeynesianos son grandes creyentes en polticas econmicas sinprestar atencin a la evolucin de las relaciones de poder que operan en el capi-talismo contemporneo. Dicho de otro modo, muchos de los postkeynesianosactuales sugeriran y propondran lo que ellos piensan que son polticas raciona-les (para el pleno empleo) sin estudiar primero las "leyes del movimiento" de laeconoma; i.e. las tendencias, las configuraciones sociales y de clase, la consoli-

    8 Esto es justamente lo que el ultimo David Gordon ha mantenido respecto a la posible sali-da de la crisis de los 1970s de la economa de EEUU como si la historia no hubiera transcurrido.El mismo enfoque ha sido adoptado recientemente por Dumnil y Levy en su estudio del compor-tamiento a largo plazo de la tasa de beneficio. Vease Apndice.

    9 Michal Kalecki, "Is a Capitalist Overcoming of the Crisis Possible?" en Collected worksof Michal Kalecki/edited by Jerzy Osiatynski; translated by Chester Adam Kisiel. PublisherOxford: Clarendon, 1990-1997, Vol. 1 (Part 2). Procede destacar que la ventaja de Kalecki sobreVarga se apoya en el hecho de que aqul siempre pens en trminos monetarios y sus precios sonprecios monetarios no valores trabajo (i. e. precios reales) como implcitamente postul Varga.

    10 Michal Kalecki,Tadeusz Kowalik,. "Observations on the 'Crucial Reform" in Collectedworks of Michal Kalecki. Volume 2. Capitalism: Economic dynamics. Kalecki, Michal, Edited byJerzy Osiatynski. Traducido por Chester Adam Kisiel Oxford; New York; Toronto and Melbourne:Oxford University Press, Clarendon Press. p 467-76. 1991. Anteriormente publicado en: 1971.

  • dacin y la direccin de los intereses capitalistas etc.El mejor modo de aproximarse a la cuestin es volver la vista al fundador

    tanto del postkeynesianismo terico como del aplicado: Nicholas Kaldor. Pero,cul de los Kaldors?

    Hay un Kaldor de ante-guerra menos convencido de la capacidad de auto-propulsin del capitalismo, que aparece en su hermoso artculo de Diciembre de1938 en el Economic Journal titulado "Stability and Full Employment". Con laexcepcin de Maurice Dobb, que me ha advertido de su importancia a travs deuno de sus artculos, pocos lo han apreciado11. La economa tiene los dos secto-res marxistas tradicionales, pero ambos con capacidad ociosa. La transicin de unperodo corto al prximo depende de la velocidad a la que las tasas relativas deutilizacin se expanden o contraen durante un dado corto perodo. De acuerdocompletamente con Kalecki cuando este argumenta que en una economa socia-lista una cada en la inversin no necesariamente conduce al desempleo, sino sim-plemente a una expansin del empleo en el sector de bienes de consumo relativaa la del sector de bienes de capital (vase la prxima seccin). El artculo de Kal-dor del 38 es mejor que el famoso de Harrod de 1939 puesto que no imponeciclos a lo largo de lneas de tendencia. En el Kaldor del 38 la estructura es com-patible con el nfasis kaleckiano en los sectores y en la demanda efectiva y vaincluso ms all de esto, ya que avanza hacia una cuestin que ha formado partedel institucionalismo americano y del marxismo germano-ruso: la relacin entreel poder oligopolstico y los sectores de la industria pesada.

    Opino que es el mejor artculo sobre ausencia de proporciones con crisis dedemanda efectiva y en l se introduce de forma eficaz la idea de que en una eco-noma desarrollada e industrializada el monto de capital instalado de plenacapacidad y an antes puede emplear a la totalidad de la fuerza de trabajo. Unaeconoma capitalista desarrollada tiene un sector desarrollado de bienes de capi-tal, que puede generar potencialmente una tasa de acumulacin mayor que la per-mitida por la plena utilizacin de la maquinaria y del trabajo. El agotamiento delviejo equipo por el progreso tcnico no resolver el problema a menos que porcasualidad la capacidad de empleo del nuevo equipo, que ser menor que la delanterior, resulte ser en conjunto igual al nmero de personas liberadas por la reti-rada del equipo ms viejo; por lo general, la capacidad ociosa har su apariciny con ella la recesin en la demanda de bienes de inversin. Kaldor considera laposibilidad de cambiar la distribucin de la renta pero no por medios automti-cos, tales como la flexibilidad de precios, sino ms bien por medio de la inter-vencin directa del estado. El artculo de 1938 est muy cerca del muy conocidoensayo de Kalecki de 1968 en el Economic Journal segn el cual, para un ciertonivel de capital instalado y un cierto grado de grado de monopolio, la economapuede caer en la trampa de la capacidad ociosa crnica incluso en presencia deun significativo progreso tcnico. En el artculo de Kalecki el grado de monopo-lio se representa por la participacin de los beneficios en la renta nacional. En el

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    ISSN: 1696-0866128

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    11 Creo que es uno de los ensayos de Kaldor menos citado.

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    ensayo de Kaldor del 38 el grado de monopolio surge de una relacin estructuralentre el sector de bienes de inversin y el de bienes de consumo. Cuando estaconexin se comprende resulta que ambos artculos dicen lo mismo: dejada amerced de sus propios mecanismos la economa capitalista probablemente estabocada a un estado de estancamiento pues12:

    Cuando la actividad inversora se mantiene a nivel alto, es obliga-do que el exceso de capacidad del equipo haga su aparicin. [...] Unavez que la capacidad redundante se produce, ser casi imposible man-tener el nivel de actividad sin disminucin, a menos que la actividadinversora del estado se extienda tan ampliamente que logre reemplazara la inversin privada.

    La imagen estructural desaparece completamente en el Kaldor postkeyne-siano, pero no de Kalecki y Sweezy13. En el primer artculo de 1956 se suponeque la economa est en situacin de pleno empleo, la inversin est dada ex-genamente y el ratio de ahorro siempre se ajusta, por medio de la distribucin dela renta, para mantener el sistema en pleno empleo14. Desde un punto de vistametodolgico el problema en Kaldor es que con frecuencia trata de obtener ten-dencias generales de situaciones particulares. En 1938 crea que el sistema indus-trial estaba parado, en 1956 pensaba que el capitalismo poda expandirse demodo natural sobre una senda de pleno empleo. Este aspecto aparece muy clara-mente en su artculo de dos partes sobre crecimiento econmico e inflacin publi-cado en Economica en 1959. En l afirma abiertamente que el desempleo en lahistoria del capitalismo fue de ndole pequea, movindose en torno al 5%, conla nica excepcin de la Gran Depresin. Citmosle de forma completa15:

    12 Nicholas Kaldor. "Stability and Full Employment", The Economic Journal, Vol. 48, no. 192(December, 1938), p. 653.

    13 Desde una perspectiva no marxista pero enteramente estructural aunque expresada en tr-minos casselianos un buen antdoto para el articulo de Kaldor de 1956 es el articulo de MasaoFukuoka, "Full Employment with Constant Coefficients of Production", Quarterly Journal of Eco-nomics, Vol. 69, no. 1 (February, 1955).

    14 El primer articulo de Kaldor de 1956 es el muy conocido "Alternative Theories of Distribu-tion", Review of Economic Studies, Vol. 23, No. 2, 1956, pp. 83-100. Hay tambin un segundo tra-bajo basado en una conferencia dada en la Universidad de Beijing en el cual, al igual que en los art-culos de Economica de 1959, la poltica econmica de la teora expuesta en el artculo en la RES de1956 se explica con completo detalle. En este segundo trabajo Kaldor trata de hacer su enfoque inte-ligible en trminos de la teora del valor trabajo dada la ubicacin de la conferencia. A diferencia deKalecki y Sweezy, Kaldor no ve que la determinacin exgena de la inversin sea un factor crticoen la inestabilidad de las fuerzas econmicas del capitalismo. Argumenta que si los capitalistas inten-tan fijar el nivel de inversin y el de los beneficios en el 50% del tiempo de trabajo empleado en laproduccin, pero el coste de la reproduccin social de la clase trabajadora - el valor del capital varia-ble es el 60% de la cantidad de tiempo gastado en la produccin, los beneficios bajarn al 40%.Sinembargo, si la cuanta del tiempo socialmente necesario para la reproduccin de la clase trabajado-ra es del 40% y los capitalistas siguen fijando la tasa de beneficios en el 50%, el restante 10% serabsorbido por la subida de los salarios por encima de los requerimientos de la reproduccin social.Nicholas Kaldor. "Capitalist Evolution in the Light of Keynesian Economics", in Essays on econo-mic stability and growth/Nicholas Kaldor, London: Duckworth, 1960, pp. 243-58.

    15 El conjunto de las citas est tomado de Nicholas Kaldor, "Economic Growth and the Pro-blem of Inflation", en Essays on economic policy I/Nicholas Kaldor, New York: Holmes & Meier,1980, pp.169-70. Originalmente publicado en Economica August 1959.

  • En la historia de las sociedades capitalistas avanzadas los per-odos de desempleo severo fueron excepcionales y no la regla gene-ral: dejando aparte los perodos de depresin aguda, el desempleono parece exceder de un escaso porcentaje de media desde la segun-da mitad del siglo XIX ( en los cuarenta aos que van de 1881 a1920 en el Reino Unido el promedio fue de menos del cinco porciento, incluidos tanto los aos de auge como los de depresin).Como el nivel actual de empleo ronda el 95% del nivel de plenoempleo, parece improbable que sea una mera coincidencia; ellosugiere con firmeza que las fuerzas que operan en la relacin entrela demanda efectiva y la oferta, o entre la propensin a invertir y aahorrar, deben haber funcionado suficientemente bien como paraproducir un nivel de empleo de equilibrio que ha sido muy prximo,si no igual, al nivel de pleno empleo.

    La explicacin keynesiana de la tendencia histrica de aproximacin alpleno empleo del sistema capitalista se encuentra en el hecho de que:

    En una sociedad competitiva ( debera decir una sociedad casicompetitiva no quiero decir competencia perfecta) las variaciones enla intensidad de la demanda causan variaciones en el nivel de preciosen relacin a los costes; estas variaciones a su vez tienen una podero-sa influencia en la propensin a ahorrar o consumir de la comunidad,y por tanto ajustan el nivel de la demanda efectiva hasta hacerle coin-cidir con la oferta disponible, en cuanto determinada por los recursosdisponibles.

    La inevitable conclusion del razonamiento de Kaldor es:

    El mismo hecho de que los precios suban y bajen por influenciade la demanda da lugar a una tendencia automtica hacia el plenoempleo, a cualquier tasa dentro de ciertos lmites.

    As pues, el capitalismo tiende naturalmente al pleno empleo (lo cual ha deser interpretado como una declaracin acerca de la naturaleza del capitalismo enlo esencial libre de crisis), con tal de que se permita actuar por s mismo el ajus-te en la distribucin de la renta. En el corto plazo algn tipo de polticas keyne-sianas ser necesario para que el sistema sea bsicamente gobernado por la fle-xibilidad de precios en relacin a los costes salariales. Si los salarios suben dema-siado los precios subirn recortando aquellos a su vez al nivel en que la cuantapredeterminada de inversin sea compatible con la distribucin de la renta entresalarios y beneficios correspondiente al pleno empleo. Por el contrario, si la acu-mulacin en el caso de la produccin de un solo producto creciera demasiadorpido los precios caeran respecto de los salarios elevando la participacin de los

    Revista de Economa Crtica, n 2. Diciembre de 2003, pp 123-143

    ISSN: 1696-0866130

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  • Revista de Economa Crtica, n 2. Diciembre de 2003, pp 123-143

    ISSN: 1696-0866131

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    salarios en la renta hasta el nivel requerido para alcanzar el pleno empleo16. Eneste contexto, el problema de la inflacin adquiere relevancia porque si los pre-ceptores de salarios no permiten que sus salarios sean erosionados por el creci-miento de los precios cuando estos crecen demasiado deprisa, fracasara la fun-cin natural de los precios de ajustar la distribucin de la renta para lograr elpleno empleo.

    En los tiempos de Kaldor ya hubo quienes argumentaron que no haba nadaautomtico en los altos niveles de empleo alcanzados por el capitalismo: Sweezy,Kalecki, y en algn modo tambin Galbraith. Antes incluso del libro seminal deBaran-Sweezy Monopoly Capital hubo publicaciones que apuntaban a la depen-dencia de EEUU del gasto armamentstico17. Por otra parte, otros como Triffindestacaron la extraa naturaleza del sistema financiero internacional basado en elpatrn dlar y argumentaron que dicho sistema no podra durar mucho. Por todoello el enfoque de Kaldor posterior a 1956 es irrelevante para explicar el com-portamiento del capitalismo. Harrod se dio mejor cuenta de la situacin en sulibro sobre la crisis del dlar.

    Hay finalmente un tercer Kaldor que aparece a lo largo de los aos 1970s yque culmina con sus conferencias Mattioli publicadas apenas hace algunos aos18.Se deduce claramente de estos textos que es consciente de que su paradigma cor-porativista socialdemcrata preferido est desapareciendo pero no indaga en pro-fundidad en las causas del fin de la larga expansin. Las transformaciones socia-les del capitalismo nunca aparecen pues rehuye sistemticamente el tratar a laeconoma capitalista como un sistema de poder; de hecho nunca se refiere a losoligopolios como una fuerza sistmica. Interpreta que el crecimiento de plenoempleo es perturbado por tres fuerzas: un crecimiento de los salarios mayor quela productividad lo que dispara la inflacin, una asimetra entre los precios de lasmaterias primas y los de los productos terminados que alimenta tanto la inflacincomo la recesin, y la irracionalidad de las polticas monetaristas. Pero todavacon posterioridad a 1975, perodo en que l pareca prestar mayor atencin a pro-blema de los balances intersectoriales, sigui siendo fiel a sus puntos de vista de1956 sobre el crecimiento y la distribucin, los cuales en mi opinin le fuerondictados enteramente por sus creencias socialdemcratas. De hecho, si el con-flicto entre los productores de materias primas y los de manufacturas pudieracontrolarse mediante almacenes reguladores basados en la moneda internacionaly si los salarios pudieran acompasarse con la productividad, la suavidad del pro-

    16 El proceso ya no funciona si consideramos muchos sectores y muchas empresas. G.C. Har-court, "A critique of Mr Kaldors model of income distribution and economic growth", AustralianEconomic Papers, Vol. 2, no.1, June 1963, pp. 20-36; Joseph Halevi, "Capital and Growth: Its Rele-vance as a Critique of Neoclassical and Classical Economic Theories", Indian Journal of AppliedEconomics - Special Issue in the Respectful Memory of John Hicks, Vol. 7, No. 4, October-Decem-ber, pp. 79-98.

    17 The U.S. economy in the 1950s/ Harold Vatter, New York: Norton, 1963.18 Causes of growth and stagnation in the world economy/Nicholas Kaldor. Publisher New

    York: Cambridge University Press, 1996.

  • ceso de ajuste estara garantizada19 . Kaldor puede ser considerado como el teri-zador ms sistemtico de lo que John Cornwall denomin democratic capitalism.Una versin ms extrema de este enfoque es la representada por Sidney Wein-traub para quien la fijeza del margen administrado era un "hecho" de tal formaque el crecimiento de los salarios por encima de la tasa de crecimiento de la pro-ductividad nicamente podra causar inflacin20.

    4. Kalecki y Sweezy: una concepcin diferente

    Durante el perodo posterior a la guerra Michal Kalecki y Paul Sweezy nosproporcionaron una imagen sustancialmente diferente de la dinmica capitalistay es cierto tambin que mucho ms cercana al artculo de Kaldor de 193821. Elnivel de beneficios se determina por el nivel de inversin, el cual, para cualquierdistribucin de la renta dada, determinar el nivel de produccin y empleo. Deaqu que, en palabras de Kalecki22:

    Cuando durante el auge la inversin alcanza su mximo nivel apa-rece la situacin siguiente. Los beneficios y la renta nacional, cuyoscambios estn directamente relacionados con los de la inversin, dejande crecer tambin, pero el equipo de capital continua expandindose yaque la inversin neta sigue siendo positiva. El crecimiento de la capa-cidad productiva no es as respondido por el crecimiento de la deman-da efectiva; como resultado la inversin desciende y causa a su vez unacada en los beneficios y en la renta nacional.

    Por el contrario, en un escenario no capitalista podemos concebir una situa-cin en la que la causa acumulativa hacia abajo se evite porque:

    Los cambios en la renta nacional no estaran ligados a los de lainversin, sino que seguiran a los cambios en la capacidad productiva.Si la inversin permaneciera constante mientras la cuanta del capitalfijo aumenta los precios bajaran o los salarios subiran. De este modo,la demanda de bienes de consumo se incrementara de acuerdo con laexpansin del volumen de capital.

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    ISSN: 1696-0866132

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    19 En ltimo trmino este es el punto de vista defendido por la mayora de los postkeynesia-nos y tambin por aquellos que toman la perspectiva de Kalecki de precios administrados: Econo-mic breakdown & recovery: theory and policy/John Cornwall; with a foreword by David Colander.Publisher Armonk, N.Y.: M.E. Sharpe, c1994

    20 General theory of the price level, output, income distribution, and economic growth/SidneyWeintraub. Publisher Philadelphia: Chilton Co., Book Division, 1959.

    21 Michal Kalecki "Observations on the Theory of Growth", Economic Journal, March 1962.Paul Sweezy, "A Crucial Difference Between Capitalism and Socialism", in Past and Present/ PaulSweezy. Publisher New York : Monthly Review Press 1953. Reprinted in Marx and Modern Eco-nomics/David Hrowitz ed. Publisher New York: Monthly Review Press 1968.

    22 Michal Kalecki "Observations on the Theory of Growth", pp.139-140.

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    Esta es, segn la contribucin de Kalecki, la especfica naturaleza histricade la relacin entre beneficios y produccin en el capitalismo avanzado. Kaleckipercibi al capitalismo como un sistema histricamente contradictorio en lo eco-nmico, porque citndole aproximadamente la tragedia de la inversin con-siste en que genera la crisis por cuanto es til. Como gasto proporciona benefi-cios y como nuevo capital fijo aade capacidad que choca con la obtencin debeneficios a menos que la demanda sea sostenida. El sostenimiento de la deman-da ha de ser consistente con los beneficios. Pero, si el sostenimiento de la deman-da se consigue con xito, el pleno empleo debilitar el poder de los capitalistasquienes, por consiguiente, se retraern del pleno empleo y volvern de nuevo apolticas de financiacin sana. De acuerdo con Kalecki durante los 1950s y 1960sel capitalismo llev a cabo una crtica reforma a travs de un artificio financierobasado en las polticas presupuestarias y el gasto en armamentos con ellas rela-cionado. No obstante, esta reforma crucial de ningn modo supuso una situacinpermanente porque se asent sobre una persistente carrera armamentstica ysobre guerras reales.

    Una concepcin similar haba sido desarrollada mucho antes por Paul Swe-ezy en el trabajo publicado en Present as History. Sweezy utiliz la caracteriza-cin de Marx del proceso de acumulacin en trminos de dos sectores para mos-trar que cuando la industrializacin ha sido completada una economa necesaria-mente alcanza un estadio de madurez. Y, en estas condiciones, la capacidad end-gena por una mayor expansin de la inversin se debilitar ya que est prximoel exceso en el volumen de capital instalado23. Se puede encontrar una solucinal estancamiento dentro del marco institucional del capitalismo?. La respuestadada por Sweezy constituye una crtica de la teora postkeynesiana de la distri-bucin de Kaldor antes incluso de que apareciera. Es claro est una crtica delcapitalismo democrtico y de la posibilidad de una crtica reforma de carcterduradero.

    En trminos de nuestro esquema de dos departamentos, el resul-tado sera que la brecha en la demanda total creada por la desaparicinde la expansin de la demanda en el Departamento I fuera reconstrui-da, por un lado, mediante un incremento en la demanda de consumo y,por otro, a travs de un incremento en la expansin de la demanda enel Departamento II (Sweezy en Horowitz, p. 320).

    El hipottico ajuste considerado por Sweezy es punto por punto el de Kaldor

    23 Como el Kaldor de 1938, Sweezy rechaza la idea de que la solucin puede encontrarse enuna continua expansin apoyada en la creacin de industrias de nueva economa: "Por ejemplo, lasnuevas industrias producen por lo general un efecto semejante al de la industrializacin, y si fue-ran suficientemente numerosas e importantes podran mantener el sistema avanzando hacia o cercade la plena capacidad. Pero en todo caso los efectos estaran condenados a agotarse antes o des-pus, ya que la tendencia al colapso est siempre presente en una sociedad capitalista industriali-zada". (Sweezy, en David Horowitz ed. Marx and Modern Economics, New York: Monthly ReviewPress, pp. 320-1).

  • de 1956 para quien " una cada en la inversin y, consecuentemente, en la deman-da total da lugar a una cada en los precios (relativamente al nivel de salarios) y gene-ra as una subida compensatoria en el consumo real. Si suponemos precios flexibles(o ms bien mrgenes de beneficio flexibles), el sistema es ahora estable al nivel depleno empleo"24. Con todo este es precisamente el mecanismo de ajuste rechazadotanto por Kalecki como por Sweezy. En palabras de este ltimo:

    Pero es ciertamente imposible hoy lograr que el sistema de precioscapitalista funcione de esta manera. [] Dicho de otro modo, no hayninguna razn para suponer que la proximidad del fin del perodo deindustrializacin desencadene un mecanismo que acelere el crecimien-to del consumo a expensas de la acumulacin y levante as la atona enla demanda que de otro modo causara la desaparicin de la expansinde la demanda en el Departamento I (Sweezy, ibid.).

    En defensa de Kaldor, pero no de Weintraub que mantiene estable el mar-gen administrado de los precios y responsabiliza de la inflacin al apetito de lastrabajadores, podramos argumentar que la estabilidad de pleno empleo se alcan-za al suponer que la inversin ocupa el lugar preferente en una situacin de plenoempleo. Pero en el artculo de Economica de 1959 sobre crecimiento e inflacinel mecanismo funciona tambin en la proximidad del pleno empleo y, lo que esms importante, la economa es impulsada a gravitar entorno al pleno empleo porfuerzas endgenas que afectan a la tasa media de ahorro. Aqu a contrario de loque Kaldor pretende es el ahorro el que a la postre determina la inversin.

    En este punto puede ser til preguntarse cmo se puede fijar la inversin enel pleno empleo si recordamos que los beneficios estn determinados por el nivelde inversin y, cuando los capitalistas no consumen, aquellos son iguales a estaltima. Si el pleno empleo requiere un descenso a largo plazo del ratio del sectordel capital sobre el de los bienes de consumo, ello comportara una cada en laparticipacin de los benficos, lo que ira en contra de la percepcin de los capi-talistas de un entorno estable de inversin. Ser por consiguiente, en las econo-mas desarrolladas, tan difcil reducir la inversin a su nivel de pleno empleocomo lo es elevarla sistemticamente. La estabilidad y posiblemente el movi-miento ascendente del valor de los beneficios sobre el de la produccin es una delas principales caractersticas de la empresa capitalista por cuanto tambin influ-ye en la evaluacin financiera de las sociedades. Por tanto, si la inversin se hade ajustar hacia abajo no lo har dependiendo de los requerimientos del plenoempleo sino dependiendo de las realidades del mercado a la normal participacinde beneficios. El problema tampoco puede ser resuelto por la intervencin delestado a menos que dicha intervencin se esterilice a s misma. Supongamos que

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    24 Nicholas Kaldor, "Alternative Theories of Distribution", Review of Economic Studies, Volu-me 23, No. 2, 1955-56, p. 95.

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    el estado intervenga a fin de garantizar el ajuste descrito por Sweezy; compre lasmaquinas a un precio dado, para no perturbar las expectativas de ganancia de loscapitalistas y construya nuevas fbricas en los sectores de bienes de consumo. Loms probable es que esta medida sea vista como una invasin en la esfera delcapital privado dedicado a la produccin, adems de como una reduccin en elmargen administrado en el sector de bienes de consumo a costa de los mrgenesde beneficios privados. La nica solucin favorable que cabe es la sugerida porJames Meade cuando analiza la relacin entre mquinas y tasa de crecimientoque excede de la de pleno empleo25:

    En el ltimo caso, ser naturalmente muy difcil prevenir un des-plome general de la actividad econmica; pues ser difcil con lamaquinaria actual ociosa o utilizada por debajo de su capacidad man-tener los incentivos a la inversin en nueva maquinaria adicional en laescala necesaria para emplear todos los ahorros (..) provenientes de larenta nacional si sta se mantiene al nivel de pleno empleo. La econo-ma ser propensa as a recaer en un estado estacionario en el que ni lamaquinaria ni los trabajadores estarn plenamente empleados.

    De este modo, a menos que creamos en las virtudes de la flexibilidad de pre-cios respecto de los costes salariales, es asunto del gobierno evitar el estanca-miento:

    Por ejemplo el gobierno puede instrumentar una poltica de obraspblicas en la que pide prestado el exceso de ahorro para gastarlo en laoferta excedentaria de mquinas a fin de mantenerlas fuera del merca-do privado. El remanente de la produccin de nuevas mquinas ya noexcedera del monto necesario para absorber la creciente fuerza de tra-bajo.

    La tasa de acumulacin y el nivel de beneficios estaran as salvaguardadospor la absorcin del equipo de capital no necesitado. Pero, por cuanto tiempopuede continuar este arreglo financiero?. Muy pronto las sociedades se darncuenta de que estn produciendo una maquinaria no demandada que es almace-nada por el gobierno el cual, al propio tiempo, es forzado a incrementar su deudaen relacin con la produccin total. De esta suerte, con el paso del tiempo el con-senso de los capitalistas acerca de esta clase de polticas se romper y tendremosque volver una vez ms a la observacin de Sweezy, de acuerdo con la cual cuan-do se ha completado la industrializacin sus frutos tienden a disiparse en desem-pleo y estancamiento.

    Algunos postkeynesianos contemporneos continuando la tradicin de Kal-

    25 A neo-classical theory of economic growth/ James Meade. Publisher London: George Allenand Unwin, 1962, pp. 47-48 nota a pied de pgina.

  • dor-Weintraub afirman que es posible asegurar un entorno de inversin estable enel pleno empleo por medio del tradicional gasto del gobierno y con controlessalriales dirigidos al problema de la inflacin26. Pero, si pensamos en trminosde estadios de desarrollo y, por este motivo, contemplamos el mundo capitalistaavanzado en posesin de un nivel de capacidad productiva que, si es completa-mente utilizado, puede emplear a la totalidad y an ms de la poblacin aptapara el trabajo, el problema estructural de la plena capacidad no es la inflacinsino la tendencia inmanente hacia la sobreacumulacin. La inflacin puede eneste contexto ser vista como la resistencia de las sociedades al descenso de losbeneficios que se requeriran ciertamente para mantener el pleno empleo.

    De hecho, Kalecki vi de este modo el papel de la lucha de clases en el cortoplazo. Si el poder de los capitalistas es muy fuerte, las sociedades transferirn lossalarios ms altos a los precios. As en la Francia de 1936 a 1938, al poder pol-tico del movimiento laboral expresado por el Front Populaire no correspondi unpoder econmico equivalente porque el incremento de los salarios fue absorbidopor un incremento igual en los precios27. En el perodo posterior a la guerra, debi-do a la radical reforma que trajo consigo un alto nivel de empleo, los trabajado-res pudieron emprender una lucha ofensiva para abrirse paso a travs de la resis-tencia inflacionaria de los capitalistas. Bajo condiciones oligopolsticas la capa-cidad inutilizada es la norma y si la funcin que determina el margen adminis-trado no cambia cualquier variacin en los costes se reflejar en cambios en losprecios. No obstante, esta funcin puede depender de la competencia internacio-nal adems de la actividad de los sindicatos y, dado que los oligoplios se extien-den mucho ms all de las fronteras nacionales, la quiebra real en la tendencia ala subida de los mrgenes administrados puede provenir principalmente de lossindicatos. Si estos tienen xito, las luchas salriales aumentarn el nivel deempleo por medio del incremento en la tasa de capacidad utilizada, sin efectomayor sobre el nivel de beneficios; nicamente cambiar su distribucin a favordel sector de bienes de consumo. Por supuesto que a plena capacidad las funcio-nes que determinan el margen administrado dejan de operar, lo que desde luegopara Kalecki es una posibilidad muy remota dentro del capitalismo28.

    Si los sindicatos se las arreglan para abrirse paso a travs de la barrera infla-cionaria de los capitalistas hasta el nivel de plena capacidad, el problema no serla inflacin sino el de la direccin en la distribucin del excedente. Cuanto msdesarrollado industrialmente es el sistema ms la misma esencia de la economacapitalista ser puesta en cuestin. Citemos de nuevo a Sweezy:

    Es evidente que el beneficio es todo el ser y todo el fin de la socie-dad capitalista. De ello se sigue que cuando el funcionamiento econ-

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    26 Philip Arestis, Malcolm Sawyer,. Keynesian Economic Policies for the New Millennium.[Journal Article] Economic Journal. Vol. 108 (446). p 181-95. January 1998.

    27 Michal Kalecki, "The Lessons of the Blum Experiment", The Economic Journal, Vol. 48,No. 189. (Mar., 1938), pp. 26-41.

    28 Michal Kalecki, "Class Struggle and Distribution of National Income", Kyklos, Vol. 24,No.1, 1971, pp. 1-9.

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    mico del capitalismo exige un drstico y firme descenso en el benefi-cio y/o un uso del beneficio que marcha directamente en contra de lavoluntad de los capitalistas, el sistema es atrapado en una contradic-cin muy real.

    El capitalismo puede temporalmente ser rescatado de la contra-diccin por medio de nuevas industrias; puede buscar con mayor omenor xito un escape por la va del imperialismo y el militarismo;puede an comprometerse a modificar el funcionamiento del sistemacon los impuestos y el gasto del gobierno, de nuevo con mayor o menorxito y ciertamente contra la resistencia creciente de los capitalistasmismos. Pero una cosa es cierta: en tanto siga siendo capitalista nuncapodr suprimir la contradiccin (Sweezy in Horowitz, p. 324).

    5. Algunas conclusiones

    Kalecki pensaba que la "crtica reforma" llevada a cabo por el capitalismode posguerra durara ms all de lo que lo hizo, aunque los ltimos artculos enla Monthly Review de finales de los 1960s estuvieron apuntando hacia una rea-paricin sistemtica de la tendencia al estancamiento, hoy plenamente reconoci-da29. La "crtica reforma" tuvo poco que ver con las virtudes de la socialdemo-cracia a diferencia de las concepciones de Kaldor y Cornwall del capitalismodemocrtico. Ms bien se bas en la conexin entre el gasto del gobierno, queaseguraba un alto nivel de empleo, y la subida de los salarios a la par que la pro-ductividad, que permiti que las rentas de los trabajadores subieran. Una de lasrazones por las cuales Kalecki percibi lo insatisfactorio de la crtica reformafue porque estaba vinculada al imperialismo y a un control monopolstico de losmedios de comunicacin por parte de las grandes empresas30. Estos elementosexplican tambin porque vi con simpata el movimiento de estudiantes del 1968-1969 en la Europa Occidental; consideraba a los estudiantes como un factor querompera las reglas de juego y volvera a encender el desafo al poder capitalistaen los pases avanzados.

    Se sigue de esto que, an sin adentrarse en el problema de la inesta-bilidad financiera que se encuentra en el pice de los aspectos estructurales dis-cutidos anteriormente, aquellos que quieren abogar hoy por polticas postkeyne-sianas, tendran que asegurarse si es posible una nueva crtica reforma. Y, antesde esto, tendran que aclarar sus puntos de vista sobre cmo ven la evolucin delcapitalismo desde, digamos, 1945 a 1971; la ven al modo de Kaldor-Cornwall o

    29 The dynamics of U.S. capitalism: corporate structure, inflation, credit, gold, and the dollar[compiled] by Paul M. Sweezy and Harry Magdoff. Publisher New York [Monthly Review Press,1972]. Vease tambin Harold G. Vatter,; John F Walker, Gar Alperovitz, The Onset and Persisten-ce of Secular Stagnation in the U.S. Economy: 1910-1990, Journal of Economic Issues. Vol. 29 (2).p 591-600. June 1995

    30 En el perodo posterior a la guerra Kalecki se ocup del imperialismo en el sentido deKautsky ms bien que en el de Lenin. No consideraba que las guerras antimperialistas fueran enadelante posibles.

  • al de Kalecki-Sweezy-Magdoff?. Si la ven por los ojos de Kaldor-Cornwall segnlos cuales lo que se necesita para restaurar el capitalismo socialdemocrtico esuna poltica de "impuesto y gasto" sin descuidar los salarios para prevenir lainflacin, y con alguno dficit presupuestario para impulsar el sistema junto conla ejecucin de la propuesta de Paul Davidson para un nuevo sistema monetariointernacional.

    El enfoque de Kaldor-Cornwall se construye sobre la idea de un estadobenevolente y sobre la consiguiente ausencia de imperialismo como una caracte-rstica crucial del capitalismo de hoy en da31. En lo esencial, sin embargo, lascaractersticas neoliberales de los estados capitalistas nunca se han desvanecido.La historia del estado de bienestar est resultando ser slo un episodio dictadopor el Gran Miedo por tomar prestada la expresin usada para definir las con-diciones que llevaron a la Revolucin Francesa surgido en EEUU por los movi-mientos de liberacin nacional antiimperialista, por la existencia de la USSR y lade la Repblica Popular China y por el radicalismo de los trabajadores durante laGran Depresin.

    La excelente erudicin histrica que ha emanado de los EEUU durante lasltimas dos dcadas confirma y enriquece el anlisis de Kalecki de la MonthlyReview de acuerdo con el cual el imperialismo y los gastos militares fueron lospilares del capitalismo posterior a 194532. Ello es particularmente cierto para lahistoria del Japn de posguerra y para la del Este y Sudeste de Asia, que hanconstituido verdaderamente las nuevas fronteras geogrficas de la "exitosa"expansin capitalista. Es por otra parte notable cmo en esta rea hay muy pocaerudicin postkeynesiana33 , lo que seguramente esta ligado al menosprecio delanlisis histrico, aunque tambin en Europa hay grandes recelos. La pasin kal-doriana por los regmenes neosocietarios de las relaciones industriales descono-ce su especfica naturaleza histrica y fracasa al explicar por qu estas relacionesse debilitaron tanto, especialmente en Alemania. Ms an la identificacin de laplanificacin indicativa francesa con las polticas keynesianas, un mito msengendrado por Kaldor, es desde un punto de vista positivo extraviada e histri-camente errnea, ya que omite el papel unificador desempeado por el capitalfinanciero, y las consiguientes polticas financieramente sanas, en la consolida-cin, reforzamiento y toma del poder por las clases capitalistas francesas, tan

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    31 Ms o menos este enfoque trivializa la nocin de democracia que muchos autores encon-traron opuesta a la expansin del capitalismo. Vase Democratic theory: essays in retrieval/C. B.Macpherson. Publisher Oxford: Clarendon Press, 1973; Democracy against capitalism: renewinghistorical materialism/Ellen Meiksins Wood. Publisher Cambridge: Cambridge University Press,1995.

    32 Altered states: the United States and Japan since the occupation/Michael Schaller. Publis-her New York : Oxford University Press, 1997; The Pacific alliance: United States foreign econo-mic policy and Japanese trade recovery, 1947-1955/William S. Borden. Publisher Madison, Wis.:University of Wisconsin Press, 1984

    33 Vease sin embargo: Peter Kriesler, Joseph Halevi, "Asia, Japan and the Internationalizationof Effective Demand", Economies et Societes. Vol. 30 (2-3). p 301-20. Feb.-March 1996; JosephHalevi, Peter Kriesler, "History, Politics and Effective Demand in Asia" en Joseph Halevi and Jean-Marc Fontaine eds, Restoring demand in the world economy: Trade, finance and technology, Chel-tenham, U.K. and Northampton, Mass.: Elgar; pp. 77-92. 1998.

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    bien resumido por el papel de Jacques Rueff desde el Front Populaire al rgimende De Gaulle34.

    La cuestin del estado y sus caractersticas de clase parecen por tanto ser elpunto ms dbil de la literatura poskaldoriana. Este factor lleva al mito de la posi-bilidad real, bajo el capitalismo actual, de una vuelta al pleno empleo y a un sintrmino estado de bienestar (post) keynesiano. La estrechez de este punto de vistaha sido ilustrada recientemente por Harry Magdoff con las siguientes palabras35:

    Si la creencia no es cincelada por el nivel de conciencia, se prote-ge muy bien en el inconsciente. Las propuestas de reforma por los pro-gresistas tienden a buscar modos de reestablecer una "armona" key-nesiana, cuando por lo que deberamos trabajar es por los cambios quedesafan al capitalismo y a la ideologa del sistema de mercado. Nues-tros educadores tienen una ingente tarea educativa de ah en adelante;explicar por qu poner en cuestin al capitalismo, en toda oportunidadque se presente, es un asunto del mayor inters para las clases traba-jadoras del mundo.

    APNDICE

    Creo que Marx fue el ms cientfico de todos los economistas que preten-dieron hacer un relato a largo plazo que l pensaba era histricamente exacto de cmo el sistema evoluciona. El Das Kapital Volumen I transforma -va Ricar-do- las relaciones de clase en un conjunto de leyes del movimiento econmico.Detrs de cada una de las categoras econmicas hay una clase especfica: detrsde los beneficios est la clase capitalista y detrs de los salarios est la clase tra-bajadora. Las relaciones de poder entre estas dos clases se contienen en el pro-ceso de formacin de valor ya que parte del tiempo de trabajo empleado en laproduccin es entregado gratis como plusvala a los propietarios del capital.

    La teora de Marx de la acumulacin del tipo que se expone en el VolumenI pretende narrar un relato cientficamente objetivo de las tendencias histricasde la acumulacin combinando el corto con el largo plazo. El lado correspon-diente al corto plazo es el famoso proceso cclico de crecimiento basado en elEjrcito de Reserva de Trabajo; en ella, relativa a la clsica relacin inversa entretasa de salario y tasa de beneficio, se pregunta cmo la cada en la acumulacinque resulta de un disminucin del Ejercito de Reserva abate la tasa de beneficio.El capitalista tpico est condenado a operar en rgimen de competencia lo que

    34 Alain Parguez,. "The Roots of Austerity in France", Restoring demand in the world eco-nomy: Trade, finance and technology. Joseph Halevi, Jean-Marc Fontaine, eds., Cheltenham, U.K.and Northampton, Mass.: Elgar; distribuido por American International Distribution Corporation,Williston, Vt. p 182-96. 1998.

    35 Harry Magdoff., "The same old state", Monthly Review, Jan 1998 v49 n8 p. 1-10

  • significa que es forzado por el mismo proceso de competencia " a expandir cons-tantemente su capital pero no puede expandirlo si no es por medio de la acumu-lacin progresiva" (Capital, Volume One page 555). Es ciertamente la competen-cia la que compele a la empresa capitalista a invertir hasta el ltimo penique quequeda despus de deducir el pago de los salarios. Advirtase que esta lgicarequiere que los ahorros previos financien la inversin exactamente igual que enla teora de Ricardo. El impulso de la competencia, en el que el postkeynesianoKaldor crea tanto, impide que el capitalista desarrolle una poltica de preciosadministrados tanto para la defensa de los beneficios monetarios como de lasestrategias de acumulacin. Cuando, en la reunin fundacional de la PrimeraInternacional en Londres, el ciudadano Weston (el primer kaldoriano ante litte-ram) intent argumentar que ciertamente los capitalistas tenan poder sobre losprecios, Marx lo critic fuertemente arguyendo que los precios son inequvoca-mente determinados por la teora del valor trabajo, y los salarios por la pauta rela-tiva de la acumulacin. La pauta de la acumulacin determina la variacin en latasa de empleo en relacin con la fuerza de trabajo disponible y sta determina-r si la tasa de salario subir o no respecto de la tasa de beneficio. La crisis seconvierte por tanto en la solucin positiva a la contraccin de los beneficios indu-cida por una tasa de acumulacin demasiado alta la cual estaba produciendo unasubida en los salarios por encima de la tasa de beneficio. Los capitalistas sedefienden a s mismos no a travs de los precios sino por medio de las innova-ciones tcnicas (se supone que son aumentadoras del capital) y aquellos que nopuedan realizarlas quebrarn. El bajo nivel de acumulacin unido a la reestruc-turacin tecnolgica generar desempleo al cual hemos de aadir el desempleoproveniente de las empresas que quebraron. Por fin el Ejrcito de Reserva deTrabajo se realimenta endgenamente!. El desempleo subir y la tasa de salariocaer hasta que la tasa de beneficio suba a consecuencia de ello. Puesto que latasa de beneficio gobierna la tasa de acumulacin inmediatamente sabemos quela parte invertida y la tasa de inversin subirn y con ellas la tasa de crecimien-to. La crisis es en realidad la solucin al callejn sin salida de una demasiado altatasa de acumulacin previa, pues hace posible la recuperacin de la acumulacinsobre la base de una tecnologa en expansin. Este proceso podra seguir indefi-nidamente sino fuera por el crecimiento a largo plazo de la composicin orgni-ca del capital efectuada por la misma reestructuracin emprendida en cada puntode inflexin del ciclo.

    Marx entendi la teora anterior no en trminos de un modelo sino comociertamente una explicacin de la realidad. Todo depende de que los ahorros(beneficios) precedan a la inversin bajo condiciones de competencia clsica. Sifuera posible asegurar que estas dos condiciones se daban durante el perodo queMarx estudi podramos argir que el ciclo de negocios de Marx represent unafase especficamente identificable de la historia del capitalismo: la de la acumu-lacin competitiva. Pero no podemos estar seguros de nada parecido. Podemosslo especular sin siquiera ser capaces de acercarnos a una evidencia circunstan-cial. Ciertamente, por lo que se refiere a la competencia sera una difcil tarea

    Revista de Economa Crtica, n 2. Diciembre de 2003, pp 123-143

    ISSN: 1696-0866140

    Capitalismo y economa postkeinesiana... Joseph Halevi

  • Revista de Economa Crtica, n 2. Diciembre de 2003, pp 123-143

    ISSN: 1696-0866141

    Capitalismo y economa postkeinesiana...Joseph Halevi

    argumentar a favor de una relativamente larga fase de procesos de precio compe-titivo. En la primera dcada del siglo XX un historiador alemn, Hermann Levy36,quiz el padre de la versin de la industrializacin por el capital monopolista, enrealidad mantena que la competencia no fue nada ms que un breve perodo tran-sitorio entre fases de dominacin monopolista. Ms an estudios histricosactuales sobre el patrn oro y el imperialismo britnico muestran de modo bas-tante convincente que Gran Bretaa fue construyendo sin cesar dentro de suimperio una zona monopolstica para el comercio de sus productos manufactura-dos37. List mismo interpret el decreto que permiti a Ricardo racionalizar elintercambio competitivo entre Portugal y Gran Bretaa como una expresin derelaciones no competitivas. En la economa de Marx la idea de la competencia estan importante como la nocin de explotacin fundada en el valor trabajo. Es lacompetencia la que obliga al capitalista a esforzarse para obtener beneficios(ahorros) y a invertirlos y es tambin la competencia la que habilita al capitalis-mo para expandirse endgenamente siguiendo leyes definidas con precisin. Sinla competencia los capitalistas pueden llegar a lo mismo a pesar de ellos mismos,por razones no nicamente relacionadas con las fuerzas endgenas de la acumu-lacin. De aqu que el sistema capitalista pueda ser construido desde arriba msbien que desde impulsos econmicos endgenos38.

    Desde un punto de vista conceptual la creacin de ahorros internos puedeocurrir slo si la sociedad es pequea y basada en el consumo, de modo que losahorros se realizan para obtener un mayor consumo en un futuro conocido conprecisin. Se considera que un ahorrador de Ramsey es normalmente una unidadfamiliar de granjeros que decide cuanto grano comer y cuanto dejar aparte parala prxima cosecha y por consiguiente para el consumo futuro. En una sociedadpequea cada familia de granjeros sabe exactamente lo que los otros producen,sabe qu jornadas de trabajo son realizadas principalmente para el autoconsumo;aqu los ahorros tomarn la forma propuesta por Ramsey y esta clase de ahorrosno implica ningn dinero. Pero los ahorros de Ricardo-Marx se supone que impli-can al dinero en un contexto de produccin capitalista en el que los productoresno se conocen ni se preocupan de qu mercancas estn siendo producidas. Sinembargo, la teora de la acumulacin cclica de Marx, de base ricardiana , fun-ciona mejor en un sistema sin dinero y especialmente cuando dicho sistema seconfigura con una mercanca multiobjetivo, grano. Los capitalistas de Ricardo-Marx se comportan de modo opuesto pero comparable a cmo lo hacen los aho-rradores de Ramsey, ya que intentan retirar del consumo la mayor cantidad posi-

    36 Monopoly and competition: a study in English industrial organisation/Hermann Levy.Publisher London: Macmillan, 1911.

    37 Money and empire : the international gold standard, 1890-1914/Marcello de Cecco. Publis-her Oxford: B. Blackwell, c1974.

    38 Capitalism from above and capitalism from below: an essay in comparative political eco-nomy/Terence J. Byres. Publisher Houndmills, Basingstoke, Hampshire: Macmillan Press; New York:St. Martin's Press, 1996. Capitalists in spite of themselves: elite conflict and economic transitions inearly modern Europe/Richard Lachmann. Publisher New York: Oxford University Press, 2000.

  • ble de grano (beneficio=ahorro) a fin de reemplearlo (invertir) en la produccin.Las leyes del movimiento de Marx nos dicen que, en condiciones de libre com-petencia, los capitalistas operan bajo un fuerte restriccin que les impide elevarsin cesar la parte de grano retirada del consumo. Siempre que la tasa de reempleodel grano exceda de la tasa a la que los capitalistas puedan encontrar trabajado-res disponibles, los salarios subirn generando la contraccin del beneficio y dela inversin esbozada anteriormente.

    El reconocimiento de que el mecanismo de ahorro e inversin de Ricardo-Marx es justo la decisin dual de consumo intertemporal de Ramsey, ilustra lanaturaleza esencial de un solo sector no monetario del enfoque bsico de la acu-mulacin adelantado por los clsicos. Marx mismo fue quien inadvertidamentecritic sus propios puntos de vista algunas pginas antes de que los presentara enel captulo 25 del Volumen I del Capital. En el captulo 15 del Volumen I, elfamoso captulo sobre la maquinaria, atac la teora de la compensacin segn lacual los trabajadores desplazados por las innovaciones seran reabsorbidos encualquiera otra parte de la economa. En respuesta Marx construy un ejemplode tejedores de alfombras reemplazados por telares mecnicos. Entonces argu-mento que una vez despedidos los que hacen alfombras ya no se enfrentan a loscapitalistas como coste de trabajo, sino nicamente como consumidores defi-cientes pues la prdida de su salario reducira la demanda de mercancas. No esdifcil ver que Marx pudo hacer este planteamiento porque trat a los salarios entrminos monetarios y consider los bienes de consumo en relacin con suscaractersticas sectoriales especficas como valores de uso no aptos para la acu-mulacin. As pues en trminos de demanda efectiva sobre los bienes de consu-mo, el descenso en las tasas salariales debido al aumento del Ejrcito de Reservade Trabajo tiene las mismas implicaciones que las derivadas del despido de lostejedores de alfombras. Sin embargo, en el captulo 25 Marx , al construir su teo-ra macroeconmica del crecimiento cclico que llama la ley de la acumulacincapitalista vuelve al enfoque de Ricardo de una economa de un solo sector degrano, aunque expresada en trminos de la teora del valor trabajo, en la que losahorros de grano preceden y determinan la inversin. Es a causa de este casoespecial como Marx pudo planear un conjunto de leyes sobre el crecimiento, losciclos y la crisis.

    La economa poltica de las relaciones de clase que emerge del enfoque deMarx es muy rigurosa: las vidas de los trabajadores se sometern a todo tipo deciclos de crecimiento hasta que la cada de la tasa de beneficio se empareje conel proceso cclico y, de este modo, desencadene una crisis estructural. Por ello lostrabajadores tienen muy pocos argumentos para defender el sistema de explota-cin y acumulacin. Hoy en da muy poca gente mantendra que la teora de lacada de la tasa de beneficio es vlida en el tiempo histrico; dados sus proble-mas lgicos y dado que fue concebida sobre la base de un proceso competitivo.Todava algunos autores siguen usando el enfoque de la contraccin del benefi-cio para explicar la quiebra del auge prolongado en tanto que el consiguientedesempleo es visto como un aspecto esencial de la recuperacin en la tasa de

    Revista de Economa Crtica, n 2. Diciembre de 2003, pp 123-143

    ISSN: 1696-0866142

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  • Revista de Economa Crtica, n 2. Diciembre de 2003, pp 123-143

    ISSN: 1696-0866143

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    beneficio y en la acumulacin39. Para afirmar este nexo causal estos autores neo-pos-marxistas tiene que tratar la economa como un todo nico y homogneo ytienen que excluir por presuncin el impacto negativo del desempleo sobre lademanda de mercancas adems de las consecuencias negativas, en trminos debeneficios, de una tal eventualidad para los sectores de inversin que suministrana las industrias de bienes de consumo afectadas. Ms an, como se ha sealadopor la esplndida crtica a Dumnil y Lvy realizada por Carlo Benetti y JeanCartelier40, los insuperables problemas encontrados al construir tal enfoque agre-gado son similares a los que se encuentran en la teora tradicional cuando inten-ta generalizar sus conceptos al sistema en su conjunto.

    En el propio marco conceptual de Marx en el que el proceso dinmico esregulado por la competencia entre capitales, lo que implica fuertes fluctuacionesen los precios, el ciclo de los negocios con cambio tcnico, ilustra la posicinsubalterna permanente del trabajo asalariado. Pero hoy esta posicin es inacepta-ble; los vnculos estructurales son mucho ms complejos de lo que se pensaba enel tiempo de los clsicos, de tal forma que el proceso competitivo, an si existe,es uno de los tantos otros procesos que tiene lugar y, por tanto, el argumentar queuna cada en los salarios es un indicador de la recuperacin de la acumulacin ylos beneficios es algo profundamente descarrilado.

    39 Capitalism since 1945 / Philip Armstrong, Andrew Glyn, John Harrison. Publisher Oxford,UK; Cambridge, Mass.: Basil Blackwell, 1991; The economics of the profit rate: competition, cri-ses, and historical tendencies in capitalism/Grard Dumnil and Dominique Lvy. PublisherAldershot, Hants, England; Brookfield, Vt. : Edward Elgar, 1993.

    40 Benetti, Carlo; Cartelier, Jean. "Une dynamique conomique sans thorie?" (With Englishsummary.) [Journal Article] Recherches Economiques de Louvain. Vol. 61 (3). p 289-300. 1995.