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Alternativas de Educación para Grupos Culturalmente Diferenciados ESTUDIO DE CASOS 1983

Alternativa Si

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  • Alternativas

    de Educacin para Grupos

    Culturalmente Diferenciados

    ESTUDIO DE CASOS

    1983

  • ADVERTENCIA

    Roberto Etchepareborda Director del Departamento de

    Asuntos Culturales

    El presente volumen registra en forma compendiada las potencias e informes finales del grupo de expertos en Educacin y Cultura convocados por el Programa Regional de Desarrollo Cultural a deliberar sobre temas revelantes para nuestros pases y pueblos. Su contenido es la ms plena prueba de las enriquecedoras posibilidades que brindan las acciones armonizadas entre los campos de la Educacin y de la Cultura, puestas al servicio de las reales necesidades de nuestras comunidades. Representa un excelente ejemplo para ulteriores esfuerzos y profundizaciones del camino emprendido, ya que trata de dar respuesta valedera a un gran desafo. El de establecer mecanismos pedaggicos que permitan dotar a sectores diferenciados, tantas veces marginados, con los instrumentos educativos ms apropiados que les permitan tambin asimilar los valores de la cultura nacional y el ms pleno dominio de los ms variados conocimientos, sin desmedro de su propia identidad cultural y expresiones autnticas. Ello presupone que este quehacer, eminentemente cultural, ha de estar animado por las mejores tradiciones y los aspectos ms puros y propios de las culturas nativas y significa un nuevo y poderoso estmulo en la toma de conciencia del fenmeno educativo en sus facetas socio-culturales. El desarrollo global de la sociedad demanda polticas complementarias entre los campos de la cultura y la educacin, a fin de establecer un equilibrio armnico entre el avance tcnico y la elevacin intelectual y moral de todos los individuos. La educacin es un medio por excelencia para trasmitir los valores culturales, y debe procurar la ms plena asimilacin de los conocimientos sin detrimento de los valores y capacidades propias de cada comunidad diferenciada. Ms que nunca, se requiere en el presente una educacin integral e innovadora que no slo informe y trasmita, sino que forme y renueve y que permita tomar conciencia de la realidad de su tiempo y de su medio. La valorizacin de la cultura popular debe ser la base de partida de esa estrategia en la regin en la dcada presente, una estrategia que reconozca que la pluralidad existente no slo no impide sino que fortalece una autntica integracin nacional y hemisfrica. Las manifestaciones de la cultura popular se constituyen as en uno de los elementos bsicos que conforman la cultura de nuestros pueblos y son fuente

  • inagotable de recursos educativos y de vastas posibilidades de desarrollo humano, social y econmico. Por todo ello se debe hacer plena conciencia y esfuerzos como el presente son pruebas tangibles que el desconocimiento de los intrnsecos valores de la cultura popular, y, por sobre todo, la falta de medios adecuados para hacerla conocer, su marginalizacin de los procesos educativos, no slo dificulta sino hace peligrar el xito que se persigue en los programas de desarrollo social y econmico. La batalla por el progreso poltico, econmico y social, por el desarrollo armnico e integral de las potencialidades humanas, de nuestros pueblos, es una batalla cultural, con alcances y objetivos eminentemente culturales. Es la cultura la que nutre todo proceso de autntico desarrollo. Es la cultura, realimentada por los resultados de la labor educativa, cientfica y tecnolgica, la que impulsa a su propio desarrollo a las naciones y a los hombres al ampliar constantemente su capacidad de aprehender nuevas ideas y nuevas realidades. Son sus valores, en suma, los que actan con movilizadores de la energa vital de las nociones y los que conducen, al mejorar los trminos de la convivencia, a una mayor equidad en las relaciones sociales y comunitarias, hacen ms abundantes los recursos y llevan al ejercicio prctico, efectivo, concreto y cotidiano de la libertad plena. Tenemos el ms pleno convencimiento de que la difusin el contenido de los estudios aqu compilados, no solamente brindar una informacin valiosa, rara vez puesta al alcance del lector, sino que servir de prtico a an mayores empresas destinadas a cubrir aspectos especficos ms puntuales que permitirn instrumentar soluciones profundas a los problemas que afrontan nuestras poblaciones culturalmente marginadas. Podremos decir, entonces, que nuestras ms ambiciosas expectativas, sern ratificadas por nuevas experiencias vitales como las aqu presentadas.

  • N D I C E ADVERTENCIA Roberto Etchepareborda PRESENTACIN Ins Chamorro PRIMERA PARTE Presentacin y Dilogo

    1. PROGRAMA BOSCONIA LA FLORIDA Irenarco Ardila A. Presentacin B. Dilogo 2. AYNI RUWAY Luis Rojas Aspiazu A. Presentacin B. Dilogo 3. PROGRAMA PADRES E HIJOS Cecilia Ynez A. Presentacin B. Dilogo

    4. LOS CENTROS INFANTILES CAMPESINOS (Guagua Huasis Patricio Ponce A. Presentacin B. Dilogo 5. EL PROYECTO EDUCATIVO DE LOS GRUPOS TNICOS DE MXICO: LA

    EDUCACIN NDIGENA BILINGE-BICULTURAL Franco Gabriel Hernndez A. Presentacin B. Dilogo

    6. ROBSTOWN, UN PROGRAMA BILINGE EJEMPLAR Virginia Lpez Manuel Reyes Mazn A. Presentacin B. Dilogo

    SEGUNDA PARTE CONCLUSIONES, HALLAZGOS, TAREAS, DESAFOS.

  • INTRODUCCIN Sergio U. Nilo

    7. LA CULTURA, LA EDUCACIN Y EL CURRCULUM DE LOS LATINAOMERICANOS

    Yolanda M. Rojas

    8. REFLEXIONES SOBRE ALTERNATIVAS EDUCACIONALES PARA GRUPOS CULTURALMENTE DIFERENCIADOS

    Ubiratan DAmbrosio

    9. UNA OPININ ANTROPOGCA SOBRE ALGUNOS DE LOS PROGRAMAS EDUCATIVOS MS SIGNIFICATIVOS LLEVADOS A CABO EN AMRICA LATINA

    Alejandro Ortiz Rescaniere

    10. EL HECHO PARTICIPATIVO EN EL DESARROLLO COMUNITARIO Ana Mara Duque

    11. UNA REFLEXIN DIRIGIDA A LOS FUNCIONARIOS PLICOS,

    PARTICULARMENTE A LOS PLANIFICADORES Y ADMINISTRADORES DE LA EDUCACIN

    Sergio U. Nilo PARTICIPANTES Nota de los editores Conclusiones del Lector Instituciones Patrocinadoras

  • PRESENTACIN

    Ins G. Chamorro Jefe de la Divisin de

    Patrimonio Cultural Departamento de Asuntos Culturales

    Al planear el presente Compendio sobre ALTERNATIVAS DE EDUCACIN PARA GRUPOS CULTURALMENTE DIFERENCIADOS, se eligi como principal criterio orientador, el momento histrico de Amrica y la connotacin social y cultural del fenmeno educativo. Por una parte los Ministros de Educacin en la Dcima Reunin el Consejo Interamericano para la Educacin, la Ciencia y la Cultura efectuada en Colombia en 1980, aprueban el CONSENSO DE BOGOT SOBRE REGIONALIZACIN EDUCATIVA A NIVEL NACIONAL (Res. CIECC-480/80), y por la otra, se pone de manifiesto la necesidad de una teora que permita la aplicacin de las recomendaciones del Consenso, principalmente sobre lneas de accin encaminadas entre otras, a la administracin y planificacin a nivel regional, al diseo curricular flexible segn los intereses y necesidades de la comunidad regional, a la administracin de recursos humanos y materiales, al intercambio de experiencias en la Regin, al estmulo a las comunidades locales para su participacin en el desarrollo dentro su respectivo contexto. La misma Reunin aprueba el CUMPLIMIENTO DEL CONSENSO DE BOGOT (Res. CIECC-488/80) que sugiere la realizacin inmediata de acciones concretas por parte de la Secretara General y la invitacin a los Estados miembros para su participacin en ellas. Paralelamente se dan circunstancias apropiadas para colaborar al cumplimiento de los mandatos de los Ministros de Educacin. El proceso de crecimiento y mutuo enriquecimiento de los Programas Regionales de Desarrollo Educativo y de Desarrollo Cultural de la OEA, hecho que se perfila desde la creacin de los propios Programas hasta llegar a la concrecin del trabajo interdisciplinario en la Primera Reunin Tcnica sobre Educacin Cultural Popular Tradicional, celebrada en Cuenca, Ecuador, en 1979, cuyas recomendaciones recogen el conocimiento y producto de experiencias de sesenta especialistas de los sectores cultural y educativo de las Amrica. Dicho proceso se inicia con la formacin misma del Programa Regional de Desarrollo Cultural, en 1969, cuyos postulados principales incluyen la creacin de medios para que los distintos pueblos revaloricen sus propias formas de ser y producir y afirmen su identidad cultural, por medio del conocimiento de que su cultura, no es inferir sino simplemente diferente, y de esta manera estn en capacidad de autodeterminarse para poder participar en el desarrollo cultural y socio-econmico de la comunidad local, regional y nacional. La tarea del Programa ha sido posible gracias a la contribucin de un significativo nmero de especialistas que en sus pases han adelantado y llevan a cabo las tareas ms relevantes en los pertinentes campos del conocimiento, as como de importantes entidades culturales nacionales e interamericanas del Continente. Entre ellas se sealan en especial los organismos que han constituido la infraestructura bsica del mencionado Programa Regional, y cuya existencia se debe a la gestin del mismo ante los Gobiernos de los respectivos pases que patrocinan su funcionamiento: el Instituto Interamericano de

  • Etnomusicologa y Folklore (INIDEF), en Venezuela; el Centro Interamericano de Artesanas y Artes Populares (CIDAP), en Cuenca, Ecuador; y el Subcentro Regional de Artesanas y Artes Populares en Guatemala. Igualmente, es necesario destacar la importante colaboracin dada por las diferentes comunidades involucradas en el desarrollo de los distintos proyectos impulsados por el Programa Regional. Tomando como punto de partida las recomendaciones de la Reunin Tcnica de 1979 se da comienzo a una serie de actividades de tipo piloto, con el propsito de presentar a los pases americanos algunas estrategias adecuadas para el desarrollo de proyectos en los cuales la educacin cumpla su importante papel de ser vehculo indispensable para recrear la cultura como fuente inagotable en la bsqueda de soluciones de todas las necesidades del ser, de su supervivencia e identidad. Es as como con el concurso del CIDAP, se proyecta desde Cuenca, en 1980, un taller sobre diseo curricular con la participacin de veintids maestros vinculados a proyectos de educacin de adultos para el desarrollo rural integrado, con un programa de trabajo estructurado por un comit interdisciplinario constituido al efecto. Con mayor urgencia se presenta en 1981 la necesidad de realizar una actividad determinada que permitiera contribuir a las distintas acciones para atender el compromiso creado por el Consenso de Bogot, y ms an, de cooperar con los pueblos americanos en la realizacin de sus justas aspiraciones educativas. En consecuencia, y en primera instancia, se hizo ms obvia la importancia de contar con una teora educativa que naciera de las propias experiencias que se llevan a cabo en el Continente americano, de aquellas alternativas de educacin que con base en la cultura del grupo, tiene como propsito resolver problemas concretos propios de esa sociedad, y as a partir de las mismas ofrecer al sector educativo lineamientos tericos que contribuyan a sentar las bases conceptuales para la estructuracin de planes y programas de estudios, a la formacin de agentes educativos, y a determinar condiciones ambientales internas y externas para el desarrollo de los microsistemas dentro del proceso de la regionalizacin educativa de Amrica Latina. Esta accin se concret en un dilogo de especialistas en una diversidad de disciplinas, generado en el estudio y anlisis de seis casos que representan alternativas de educacin para grupos culturalmente diferenciados que se adelantan en los pases americanos, y que contribuyen el contenido del presente Compendio. La presentacin de las seis Alternativas y el dilogo se llevaron a cabo en Cuenca, Ecuador, en una reunin interdisciplinaria efectuada del 26 al 30 de octubre de 1981 con dieciocho participantes procedentes de un significativo nmero de pases americanos, cuya nmina y reas profesionales se incluyen en la parte final de esta publicacin. A raz de cada presentacin se origin un profundo intercambio sin paragn en las actividades educativas y culturales que se adelantan, por la verdad de especialidades y la diversidad de procedencia de los integrantes de ese equipo humano, por la amplitud de regiones y culturas ah presentadas, y por la riqueza de posibilidades de discusin que ofreca cada caso.

  • Adems de los sealamientos anteriores, este Compendio pretende destacar a los impulsores de la renovacin pedaggica latinoamericana, y a la vez, compartir la experiencia de Cuenca con todas las personas e instituciones comprometidas en la educacin y la cultura de los pases americanos, como punto de reflexin para sus propios proyectos. Las alternativas presentadas en Cuenca ciertamente no constituyen los nicos casos dentro de este esfuerzo integrador de la cultura y la educacin con vistas a un desarrollo equilibrado. Contribuyen s una muestra muy significativa en este proceso. Su seleccin se debi en primer trmino a los importantes resultados obtenidos en su desarrollo, y en segunda instancia, slo participaron estos seis casos debido a las disponibilidades financieras que impidieron invitar a otros educadores con experiencias igualmente dignas de consideracin para estos propsitos. Por otro lado, el nmero de participantes deba ser limitado, dadas las modalidades e intensidad de la reunin, en la cual exista la necesidad impuesta por una reunin de cinco das de trabajo en la cual deba dedicarse un tiempo prudencial al anlisis exhaustivo de sus componentes y posibilidades en cada caso. Tampoco escapa a nuestra consideracin la existencia de numerosos esfuerzos que en el mismo sentido se llevan a cabo en los pases por parte de profesionales, organismos y grupos culturales, pero cuyo trabajo por distintas circunstancias no ha llegado al momento de su divulgacin. Esperamos que este Compendio contribuya de alguna manera a incrementar el intercambio de conocimientos y experiencias, y que los casos analizados aqu generen nuevas acciones como la realizada en Cuenca. El contenido de esta publicacin se presenta en dos partes principales. La primera incluye cada Alternativa en la forma en que fue presentada en cuenca respetando su redaccin original, seguida del dilogo generado por la misma. El orden en que aparecen en el de su presentacin en la reunin interdisciplinaria. Hay que hacer aqu la salvedad de que las circunstancias de equipo tcnico de sonido impidieron una grabacin adecuada, habindose, en ocasiones, perdido partes importantes de la discusin. Por otro lado, las caractersticas de un dilogo informal hacen que muchas veces se enuncien temas que no se llegan a desarrollar, quedando como inquietudes que se mencionan en un momento dado pareciendo terminar, para luego retomarse ms tarde. Por el mismo hecho de informalidad las intervenciones estn en el lenguaje usual de cada participante. La segunda parte del Compendio incluye comentarios y reflexiones de algunos participantes en la reunin de Cuenca, sobre aspectos culturales y educativos que les siguieron las Alternativas presentadas, de acuerdo con su formacin y experiencia. Si bien es cierto que las Alternativas presentadas en este Compendio han estimulado el establecimiento de nuevas relaciones institucionales, ellas no son proyectos patrocinados por la OEA. Su exposicin en Cuenca estuvo a cargo de educadores que participaron en el diseo y creacin, o que estn colaborando en el desarrollo del respectivo programa. Todas las Alternativas anan en distintos niveles y grados, el

  • conocimiento y experiencias de numerosas personas, ms el apoyo de varios sectores y de instituciones internacionales, nacionales y locales, incluyendo las de la propia comunidad. Se han seleccionado aqu algunos aspectos de cada caso como sealamientos para invitar a su lectura y reflexin. PROGRAMA BOSCONIA-LA FLORIDA, UNA OBRA EDUCATIVA PARA MUCHACHOS CALLEJEROS EN BOGOT, COLOMBIA, presentacin por Irenarco Ardila. Se inicia en 1971 y nace bajo el planeamiento filosfico que pone en relevancia la capacidad emergente de todo hombre y por ende del muchacho callejero, con una inquebrantable fe en sus aspectos positivos, a fin de encontrar una solucin al dramtico problema de los Gamines. El Programa atiende a unos 1.200 muchachos callejeros, para lo cual cuenta con una infraestructura bastante definida, creada para resolver las necesidades del grupo, y apoyada directamente por el gobierno del Distrito Especial de Bogot, financiada oficialmente en sus cuatro etapas iniciales. La quinta, referente a la produccin de bienes y servicios por parte del grupo, es una fundacin que le permite obtener donaciones y la canalizacin adecuada de sus actividades productivas del mercado nacional, Su funcionamiento, por tanto, participa de los niveles oficiales y privados segn sea el caso. PROGRAMA DE EDUCACIN DE ADULTOS AYNI RUWAY, de Bolivia, con presentacin a cargo de Luis Rojas Aspiazu. Trata de rescatar las dinmicas ms autnticas de los grupos indgenas bolivianos a travs de una relacin espontnea de reciprocidad por medio de la cual se capacitan los distintos agentes educativos necesarios tanto para el desarrollo de las comunidades, como para defenderse de la agresin de la ciudad y prepararse para una comunicacin coherente con la cultura ciudadana sin desvirtuar su propia personalidad cultural. El Programa participa muy tangencialmente de ciertos beneficios proporcionados por el sector oficial nacional y ha contado con apoyo de agencias internacionales de desarrollo. La accin misma del Programa surge del interior de la comunidad, por lo cual es difcil conocer el alcance real poblacional atendido. LOS CENTROS INFANTILES CAMPESINOS (GUAGUAHUASIS), de Ecuador, con presentacin a cargo de Patricio Ponce. Es una actividad del Fondo de Desarrollo Rural Marginal (FODERUMA) del Banco Central del Educador, que promueve el desarrollo endgeno y autogestionario de los sectores rurales marginales, en la bsqueda de respuestas concretas a las necesidades priorizadas por las propias comunidades organizadas. El programa de los Centros Campesinos tiene como objetivo la educacin integral del anio de edad pre-escolar en su propio contexto para reafirmar de este modo, su identidad cultural y promover su participacin en el desarrollo comunitario. Adems del apoyo tcnico y financiero de FODERUMA, cuenta con la asistencia de agencias internacionales. PROGRAMA PADRES E HIJOS (P.P.H.), de Chile, presentado por Cecilia Ynez. Es una experiencia iniciada por el Centro de Investigaciones para el Desarrollo de la Educacin (CIDE), de Chile, iniciativa privada que cuenta con apoyo local e internacional. El P.P.H. es un programa de educacin no formal dedicado a los nios

  • de edad pre-escolar donde los padres se convierten en docentes, y el lograr su propsito, la accin trascendente a toda la familia y a las comunidades. Resulta una accin concientizadora de los problemas de estos grupos que comienzan a buscar en conjunto soluciones dinamizadoras del desarrollo comunitario. EL PROYECTO EDUCATIVO DE LOS GRUPOS TNICOS DE MXICO: LA EDUCACIN INDGENA BILINGE BICULTURAL, presentacin a cargo de Franco Gabriel Hernndez. Es un programa a nivel nacional para revalorizacin de las expresiones culturales de los grupos indgenas mexicanos, a travs del proceso educativo formal, y fue presentado al Gobierno nacional en 1979 por la Alianza Nacional de Profesionales Indgenas Bilinges. Representa la iniciativa de los distintos congresos nacionales del Consejo Nacional de Pueblos indgenas, cuya realizacin espera contar con el apoyo de las instituciones oficiales que operan en las regiones indgenas del pas. Se suma a ello un complejo de mecanismos institucionales propios, procedentes de la variedad de los grupos tnicos, muchos monolinges que habitan Mxico. El alcance del Proyecto es sumamente amplio como puede observarse en las estadsticas que aparecen en el ltimo captulo del documento presentado en Cuenca. ROBSTOWN: UN PROGRAMA BILINGE EJEMPLAR, Texas, Estados Unidos, presentado por Manuel Reyes Mazn, Busca la reafirmacin de los valores propios de esta comunidad como parte de la poblacin chicana del pas, con el fin de preparar a los nios y los jvenes para beneficiarse de los servicios del sistema educativo y lograr una participacin activa en la actividad estatal y nacional. El Programa atiende a unos 5.200 habitantes y funciona dentro de las normas y reglamentos del sistema estatal y federal de educacin de los Estados Unidos, del cual recibe su financiamiento. Aunque la actividad proviene del grupo, cabe sealar que la gestin institucional que hace posible esta experiencia est a cargo del Congreso Nacional de Asuntos Colegiales (CONAC), entidad privada establecida en 1971, en s misma una alternativa, con el propsito de promover la educacin y preservar la identidad cultural y derechos de los hispano parlantes en los Estados Unidos, con nfasis en la educacin no formal para el desarrollo comunitario y programas de educacin formal en todos los niveles. La organizacin de la reunin interdisciplinaria as como la preparacin y publicacin del Compendio han estado a cargo de un grupo de trabajo permanente dentro de la Secretara General de la OEA, integrado por Ana Mara Duque e Ins Chamorro, por el rea cultural, y por Sergio U. Nilo por el rea educativa. Se ha sumado al mismo Irenarco Ardila, quien con devocin ha dedicado largas jornadas a la tarea editorial, contribuyendo adems con su conocimiento y experiencia en los campos educativos y culturales. Al presentar este trabajo a todas las personas y entidades comprometidas en la educacin y la cultura de los pueblos americanos, es necesario dejar una expresa constancia del reconocimiento a todas las personas, comunidades y organismos, que de una manera u otra han contribuido a esta compleja empresa. Sera grato

  • enumerarlo. Sin embargo, la naturaleza de algunos trabajos provenientes en ocasiones de grupos que annimamente buscan sus propias soluciones educativas, hace que se nos permita slo agradecerles por su contribucin al mensaje de aliento para otros pueblos en la lucha por subsistir y compartir el mundo, para que igualmente ellos encuentren su propia alternativa. En el campo individual, va el debido reconocimiento a los participantes en la reunin interdisciplinaria de Cuenca, tanto a los educadores que presentaron las ponencias, como a los dems especialistas que aportaron al dilogo en especial a aquellos que colaboraron con las observaciones incluidas en la segunda parte de la publicacin. A Samuel Muschkin por su contribucin en el diseo del formato del compendio y a Rose Mary Zimmermann por sus consejos en la actividad editorial. A Carlos Guerrero, Ana Mara Albarracn, Gloria Enochian y Alejandro Pareja por su trabajo en la preparacin del manuscrito. A teresa Tapia por la trascripcin de los dilogos grabados durante la reunin de Cuenca y por la revisin de forma del texto. A Claudio Malo Gonzlez, Ministro de Educacin y cultura de Ecuador, por su constante voz de aliento y estmulo a la realizacin de actividades educativas para fortalecimiento de la identidad cultural, as como sus conceptos y apoyo al presente trabajo. En el plano institucional, se deja expresa constancia de gratitud al Centro Interamericano de Artesanas y Artes Populares (CIDAP), de Cuenca, Ecuador, en especial a su Director, Gerardo Martnez Espinosa, por facilitar todos los servicios requeridos para la realizacin de la reunin interdisciplinaria y de aquellas que le perdieron dentro de la lnea de pensamiento de un desarrollo educativo basado en la cultura propia, creando el ambiente propicio para el presente trabajo. El reconocimiento al Banco Central del Ecuador por su contribucin financiera para la realizacin de proyectos interamericanos de revalorizacin de la cultura popular tradicional, entre los cuales se destaca la publicacin del presente Compendio: e, igualmente, por la permanente asesora tcnica prestada por Eduardo Samaniego, Hernn Crespo Toral y Juan Cueva Jaramillo, distinguidos funcionarios de la entidad. Por ltimo, el agradecimiento al Centro Regional de Educacin de Adultos y Alfabetizacin Funcional para Amrica Latina (CREFAL), con sede en Ptzcuaro, Michoacn, en Mxico principalmente a Gilberto Garza Flacn, Director del mismo, por la contribucin permanente a los programas de incorporacin de los portadores de la cultura popular en la capacitacin de adultos, muy en especial en la presente oportunidad, poniendo al servicio de esta publicacin los talleres grficos y medios de distribucin del CREFAL, hacindola asequible a gran parte del sector educativo del Hemisferio.

  • PRIMERA PARTE

    PRESENTACIN Y DILOGO

  • (entran dibujos) (Dibujos) CASOS PRESENTADOS

  • 1. PROGRAMA BOSCONIA LA FLORIDA UNA EDUCATIVA PARA MUCHACHOS CALLEJEROS EN BOGOT, COLOMBIA.

    IRENARCO ARDILA Fundacin Servicio de Orientacin Juvenil

  • A. PRESENTACIN

    LOS MUCHACHOS DE LA CALLE BOGOTANOS El programa Bosconia-La Florida es una obra dedicada por completo a la educacin de los muchachos de la calle bogotanos, comnmente llamados gemines. En el ao de 1970 los muchachos de la calle son ya unos pequeos personales cuya fama ha cruzado las fronteras del pas. La habilidad de sus picardas y atropellos ntimos a los ciudadanos y constituye una constante preocupacin para los programas de asistencia social. Ellos representan, sin duda, la porcin ms problemtica de la juventud colombiana. Su particular estilo de vida ocasiona numerosos estudios que en una u otra coinciden en sealar que su caso no es el del nio pobre tradicional, sino que se trata ms bien de un fenmeno muy propio cuyo origen tiene relacin con la situacin socioeconmica del pas y con el ambiente en el cual les corresponde vivir. Son muchachos entre los 8 y 15 aos que visten ropas sucias y con frecuencia desproporcionadas para su talla real. Es su conjunto en el ao 70 cuando empez el Programa eran alrededor de tres mil en la ciudad. Los gamines rompen todo vnculo con la familia y hacen de las calles su hogar; para su supervivencia acuden a pequeos robos a transentes desprevenidos. Hablan una jerga propia y han desarrollado un estilo caracterstico de vida grupal con normas y exigencias particulares. El consumo de marihuana y de residuos baratos de coca es comn entre ellos, como tambin la costumbre de aspirar. Su habilidad es temible cuando deciden conseguir lo necesario para sobrevivir mediante acciones abusivas y alteras. Al mismo tiempo que disfrutan su vida de vagabundos, marca por un enorme atractivo de libertas y aventura, sienten un profundo desprecio por los adultos y por la sociedad en general. No son muchachos hurfanos en sentido estricto pues su familia existe aunque no representa ningn apoyo moral para ellos. En el momento del rompimiento de relaciones fue el muchacho quien opt por dejarlos lanzarse a la calle. Son en su mayora varones y conforman grupos llamados galladas cuyo nmero es halla generalmente entre los dos y los once integrantes; all hay un jefe y existe una organizacin. La sociedad ha reaccionado de muy diversas maneras ante el fenmeno de muy diversas maneras ante el fenmeno. Desde el desprecio y el fastidio por estos pequeos camorristas y armapleitos, hasta actitudes benvolas y permisivas ante el pobre muchacho que para muchos es visto como parte del paisaje de la ciudad.

  • Los gamines constituyen un grupo que por su accin contraria a los comportamientos sociales aceptados ha merecido calificativos despreciables; se les llama locos, fieras, ladrones. Cuando piensan en ellos, muchas personas no pueden quitarse de la cabeza la imagen de basura que deben retirarse de la ciudad. Los muchachos provienen de zonas urbanas marginales y de los barrios ms pobres. Es frecuente el caso de que sus familias hayan venido del campo a la ciudad y hayan tenido que resignarse a realizar labores insignificantes, pues no posean ninguna capacitacin especfica fuera de sus habilidades para las labores agrcolas. En esas circunstancias la pobreza hizo sentir su paso y las estrecheces llegaron al extremo. Los nios fueron los primeros en sufrir las consecuencias. El proceso que lleva de la casa a la calle es lento. Se puede sealar una etapa previa o de pregaminismo, que corresponda a la poca en la cual el muchacho hace sus primeras jornadas fuera del recinto familiar pero al cabo de un tiempo regresa de nuevo. Este juego de salir y volver corresponde generalmente a sus primeros coqueteos con la vida de las galladas; se rompe en forma definitiva cuando el muchacho sale a la calle por propia decisin para vincularse a un grupo callejero que lo acoge. En la llegada el muchacho posee amigos y estabilidad y, por supuesto, trabajo y, por supuesto, trabajo. Lo tpico de un gamn no es pedir trabajar, es decir, buscar por cualquier medio lo necesario urgentes. La gallada viene a cumplir las funciones de la familia que ha dejado. La gallada es una organizacin juvenil impuesta por la sociedad de la supervivencia y muy atractiva y eficaz en el logro de sus objetivos. Desarrolla una amplia variedad de signos de identificacin, algunos pintorescos como la recocha, la vacilada o la jerga tpica que usan, y otros de mayor consistencia y significacin como la ley del pormis o la Ley del silencio, que sealan pautas de participacin en los beneficios y cubren un manto de proteccin las actividades asciales de los eros o amigos de la gallada. Cada grupo tiene un jefe elegido por su corpulencia o habilidad; los grupos adems suelen distinguirse unos de otros por alguna seal caracterstica: as existe la gallada de la diecinueve cuyo nombre hace alusin al sitio en lo cual realizan sus actividades, o la galladas de suelo caliente nombre que hace referencia al lugar a donde suelen retirarse a dormir, cuyo piso se mantiene tibio a causa de las instalaciones de cocina de un restaurante que funciona en la planta interior. Para trabajar la gallada se reparte en pequeos grupos de a dos de a tres jvenes que actan tomando por sorpresa a los ciudadanos; les arrebatan los objetos personales de valore y huyen apresuradamente corriendo por entre vehculos y transentes. Estas acciones son coordinadas y representan un alto grado de riesgo, pues siempre se corre el peligro de ser detenido por la polica o de parecer atropellado por algn automotor. La mayora de las veces salen airosos porque su

  • gesto de rapia ocurre en el momento preciso tras un perodo de consideraciones muy cuidadosas de la vctima seleccionada. Cuando los muchachos son detenidos se les enva a centros de reeducacin en los cuales eran tradicionales los mtodos represivos, que provocan el rechazo de los muchachos y un anhelo mayor de la libertad de movimiento y accin que representa la calle. Ellos la prefieren a cualquier sistema de vida organizada. Los muchachos duermen en camadas, grupos que se apian unos contra otros en el suelo de andenes o solares abandonados, tratando de defenderse del fro bogotano con papeles y cartones. En estos ambientes suele brotar espontnea la camaradera que hermana a sus integrantes y que constituye el rincn seguro para compartir juegos sexuales y experiencias de droga. Las galladas aprovechan los centros de mayor aglomeracin de gentes para cometer sus raposazos. El objeto robado, un reloj o un collar, es vendido en las zonas de compraventas en donde suelen tener un comprador conocido que se beneficia a su vez de la accin de los muchachos. El dinero que obtienen lo gastan sin mayor previsin en las ms inmediatas satisfacciones; comer y divertirse. Cada muchacho anda armado pues lo impone la calle con su hostilidad de selva urbana; son objetos cortopunzantes, cuchillos, navajas u objetos metlicos afilados. El medio del vaivn de enfermedades, hambre, necesidades y momentos de satisfaccin, los muchachos se caracterizan por un buen humor y una desafiante alegra de vivir. Su desenfado expansivo es permanente en las interminables ocurrencias y travesuras de cada da. Durante sus aos de permanencia en la calle no mantiene relaciones con sus familiares y su propsito de vivir independientemente los hace hurfanos reales. En la gallada y en las actividades que emprenden para subsistir encuentran una distraccin para su profunda necesidad de afecto. El gaminismo sufre un cambio significativo hacia los diecisis aos; es la poca en la cual suelen dar el salto a la delincuencia dedicndose a acciones ms lucrativas y peligrosas. Al mismo tiempo, la opinin pblica obra con mayor fuerza en su contra exigiendo sanciones ejemplares y drsticas. En la consideracin en la problemtica del galismo se pasa fcilmente de lo pintoresco a lo trgico. Su figura de vagabundo aparece diariamente en forma de tira cmica en uno de los peridicos de Bogot mientras que al mismo tiempo las galladas sobreviven que dificultad en las calles. No falta quien celebre la picarda y vivacidad de alguna de sus travesuras o los maldiga a causa de su rampante vandalismo.

  • En el orden de las respuestas concretas al problema, en el ao de 1970 exista una gama amplia: albergues de caridad, centros de prevencin, programas de residencia, establecimientos correccionales, crceles de menores. Dependiendo de la visin de cada grupo particular, las respuestas acentuaban tendencias de orientacin moralista segn la cual personas de buen corazn, guiadas por motivos de caridad, queran salvar a la oveja descarriada; o acentuaban tendencias de orientacin paternalista que remarcaban tanto las carencias del muchacho que llegaban a considerarlo un completo intil que necesitaba absolutamente todo. Algunas obras tenan un carcter represivo porque partan de la consideracin de que el muchacho era una mala hierba que necesitaba restriccin y sanciones ejemplares. Para otras obras el muchacho era un loco de amarrar, un caso perdido que requera un refinado tratamiento a causa de sus profundas perturbaciones. Las experiencias realizadas en las obras existentes en el ao 1970 dejaban un saldo desconsolador a causa del escaso porcentaje de muchachos que sala adelante, y el problema volva a convertirse una y otra vez en centro de preocupacin de los educadores y de la ciudadana en general; sin duda el muchacho el muchacho de la calle era una figura que escapaba al tratamiento educativo tradicional. EL PROGRAMA BOSCONIA-LA FLORIDA El programa, que desde el ao 1970 se dedica en forma exclusiva a la tentacin de los muchachos callejeros, est organizado en cinco etapas la ltima de las cuales se halla en su perodo inicial. Las primeras cuatro etapas son financiadas por el Gobierno Distrital de Bogot; la ltima se apoya en recursos privados y en donaciones obtenidas de fuentes nacional y del exterior. Nos vamos a referir al modelo educativo originalmente propuesto a los muchachos a las modificaciones que ha ido ajustando a las modificaciones que ha impuesto la dinmica callejera y la experiencia misma del Programa a lo largo de sus diez aos de trabajo. Este modelo fue creado tras un significado perodo de investigacin realizado en la calle por un equipo de personas, profesionales en diferentes reas, motivadas y dirigidas por el fundador del Programa, el Sacerdote Salesiano Javier de Nicol. Primera Etapa La primera etapa se llama operacin amistad y conlleva una accin que podemos describir como ir hacia los muchachos. El equipo educativo sale a las calles a ganarse su amistad mediante gestos de comprensiva camaradera. El propsito

  • inicial forma parte de la estrategia ms amplia que constituye el Programa mismo, de manera que en principio no pretende otra cosa distinta ms all de la relacin amistosa. Para lograrlo el equipo de educadores se desplaza a diversas horas del da o de la noche, y busca llegar ms all de la bien defendida barrera de hosquedad y desprecio que establece la gallada. Es una aventura hecha de paciencia e iniciativa que tiene sus recompensas y desencantos. No existe un modelo determinado a seguir; es siempre una novedad pues cada grupo es diferente y reacciona a su manera. Con algunos basta integrarse al partido de ftbol que juegan para lograr el contacto inicial, con otra en cambio son dilogos interminables sobre la fabulosa pelcula en la cual el matn acab a golpes con sus enemigos o el enmascarado burl a la polica que iba en su persecucin. De hecho no basta realizar una vez el encuentro con la gallada sino que se necesita repetirlo muchas veces para afianzar la intercomunicacin. Cuando se llega de noche se corren ms riesgos porque ellos duermen en sitios bastante escondidos y en zonas peligrosas. Sin embargo, cuando la visita nocturna a las camadas logra su propsito, la planta de la amistad florece vigorosa. El educador va a la camada como podra ir de visita a casa de su mejor colega; por esa razn pasa por encima de las formalidades del lugar; mal olor, suciedad, fro malas palabras o descortesas. El va directo al corazn del muchacho. La vida les ha enseado a ser desconfiados, de manera que slo al cabo de muchos encuentros abren ellos la puerta de sus confidencias al extrao e insistente amigo que los ha seguido por semanas o meses, y a quien nunca se la ha ocurrido plantear prdicas moralistas o compasivas; ni siquiera ha esbozado la posibilidad de un camino de solucin. En la medida en que las circunstancias lo permiten porque puede hablar como un ero, es decir, como uno de la gallada, el educador acomete la accin siguiente: ampliar el campo de accin para favorecer la espontaneidad. Se trata de que el educador tome la iniciativa, empiece a proponer, pero no a proponer lo suyo sino lo de ellos. Interpretando lo que ve, lo que vive, lo que comparte, les propone jugar, ir de paseo, encontrarse una tarde para asistir a un cine, cantar. Es un paso ms que consolida la naciente confianza del muchacho. Es corriente que la traviesa gallada se niegue a entregar la llave de la confianza y que esta etapa exija meses antes de que aparezcan los primeros frutos. Los educadores quieren lograr procesos reales. Un salto adelante lo constituye el momento en el cual el muchacho va al Patio, un lugar a manera de club que le ofrece libremente una serie de servicios que l puede aceptar si quiere: ducha de agua caliente, servicio mdico y odontolgico, lavado de ropa, peluquera suplemento alimenticio y recreacin. Est situado en una zona de activo movimiento, en una olla como ellos dicen, en su ambiente, en el centro de un sector de prostitucin, hampa, comercio de droga y reducidores.

  • Cuando el muchacho empieza a frecuentar el Patio el proceso se acelera porque all es ms fcil para los educadores tomar la iniciativa, proponer, sugerir actividades. Todo el intenso movimiento de acciones de la primera etapa est encaminado a crear un nivel de relaciones de franca y mutua aceptacin. Por eso la iniciativa la toma el educador. La conclusin del perodo en cambio est totalmente en manos del muchacho; el educador debe esperar a que el fruto madure, y la seal evidente la tiene cuando el muchacho solicita el ingreso al Programa pidiendo: me recibes?. All est todo el secreto de la construccin educativa de las etapas siguientes; es en realidad la base, los cimientos del trabajo pedaggico total. Por ello cuando la pregunta brota, el educador empieza un juego sicolgico que pretende ahondar el deseo de integrarse al Programa:

    - Me recibe? - No, no te creo. T no eres firme. - S, yo quiero entrar. - No, no te creo.

    El nuevo rumbo que entonces toman las cosas requiere pulso; como quien borda primores en una tela. El muchacho suele ofenderse, la desconfianza de su amigo lo hiere directamente. Empieza un proceso nuevo, ms exigente, que conlleva el reclamo insistente del muchacho que pide: me recibes? Y la respuesta intencionada del educador que le responde: no te creo. Este ir y venir de peticiones y rechazo puede tomar varias semanas; en el momento oportuno el educador propone un arreglo: est bien, ensayemos. En realidad su pretensin es asegurar un cambio real en el muchacho; por esta razn le propone que ensaye, que mida sus fuerzas, que conozca el Programa y l mismo juzgue lo que le parezca conveniente. Los muchachos aceptan la prueba y viene entonces la etapa siguiente. Segunda Etapa La segunda etapa pretende mostrarle al muchacho la vida del Programa sin arrancarlo an de la calle; es una participacin parcial en la aventura de Bosconia La Florida. La forma ms comn de realizarla se ofrece al muchacho la posibilidad de pasar 30 noches en una pequea casa dispuesta convenientemente con las caractersticas Bosconia; all se vive como en el Programa, slo que al cabo de un mes concluye. Durante este perodo los educadores dan a la calle el da y reservan la noche para el Programa. Muy gradualmente, de la misma forma como l abandon la casa, el Programa lo empieza a vincular a una obra educativa exigente. Durante cuatro semanas los jvenes, en grupos de a veinticinco, van a su residencia temporal a las seis de la tarde y pueden permanecer en ella hasta las ocho de la maana, Al ingresar se despojan de una ropa sucia, toman una ducha caliente y reciben una pijama. A partir

  • de ese momento las actividades son realizadas por los muchachos que se organizan para ello en pequeos grupos, a manera de nuevas galladas internas. Eligen tambin su jefe y establecen responsabilidades para la atencin de la casa. Muy a propsito, y en consonancia con las caractersticas del muchacho, los educadores favorecen procesos de participacin en las decisiones sobre lo que deben hacer en cada situacin. La ayuda en la preparacin de las comidas por ejemplo, el cuidado de las plantas o el aseo de la mesa, se convierte en ocasiones excelentes para dialogar y abrir campo a las confidencias. Durante este perodo los roces fsicos entre los jvenes suelen ser frecuentes y constituyen un material abundante para la reflexin grupal. Se somete cada hecho a la consideracin de la pequea asamblea de muchachos, se pondera el sentido de la nueva situacin en que se encuentran y se favorece el nacimiento de reglas de conducta de comn aceptacin, encaminadas a favorecer una mejor convivencia en la casa. Cada noche se hace una reunin para considerar los asuntos importantes del da, sean ellos positivos o negativos. En este breve pero intencionado encuentro est la clave de la motivacin de la segunda etapa, de all brotan las tareas, y las normas y tambin las eventuales sanciones ocasionadas por la trasgresin de una consigna de accin ya establecida. De all brota tambin un enorme entusiasmo por el cambio en la medida en que los grupos van acentuando los valores comunitarios y el deber de ayudarse unos a otros, para que el da siguiente puedan regresar todos los de la nueva gallada sin que nadie sea detenido por la polica, o para que al encontrarse en la casa a las seis de la tarde ninguno est trabado por la marihuana o por la gasolina que muchos tienen la costumbre de aspirar para doparse. Son pequeos pero significativos compromisos que los educadores toman en cuenta para controlar el progreso de cada uno y para objetivar el cambio. La casa, al recibir a los muchachos cada noche, no baja el ritmo intenso de la calle sino que lo orienta en un sentido ms noble. De ah que el muchacho al ingresar encuentre lo suyo: la actividad, la posibilidad de decidir, el buen humor, el juego, la libertad de gritar y ser l mismo; y empieza a encontrar una dimensin nueva de participacin y una nueva perspectiva diferente que brota de la reflexin de cada acontecimiento. All en el lenguaje duro de la calle sus compaeros sealan lmites y proponen metas; en definitiva, nacen las primeras grietas en el planteamiento callejero del muchacho; ahora logra decir; de veras se puede vivir de otro modo. La accin del educador es decisiva. El acta promoviendo juegos, reflexiones, concursos; es el permanente animador del proceso. De su actitud depende el logro de los objetivos de formacin. Intencionalmente va colocando en manos de los muchachos las decisiones y la dinmica de las exigencias. As, por ejemplo, cuando en una pelea de una pareja alguno acude a l como autoridad para quejarse, pidiendo que con poder imponga el orden, l propone un camino distinto: por qu no nos reunimos y discutimos el asunto. De esa manera el problema retorna al

  • grupo el cual se aduea de la situacin, siente la pelea como una ofensa y sugiere soluciones. La prctica continua de acciones semejantes permite al cabo de las cuatro semanas que los muchachos tengan a su favor argumentos convincentes para probarse as mismos que pueden cambiar. A su vez tienen para entonces una idea clara de que ingresar al Programa es una verdadera tarea, un trabajo real, una aventura. El contraste diario del da en la calle y la noche en un ambiente acogedor incomoda, desasosiega, cultiva la duda, rompe la constante callejera que para muchos tiene carcter fatalista: yo no puedo hacer nada. Si el trabajo de la segunda etapa logra su propsito, los muchachos mismos son quienes deciden: sigo o no quiero seguir. Hacia esta meta va dirigida la accin educativa, que el muchacho sea de nuevo el que tome la iniciativa en el proceso de cambio. En la reunin final, en una celebracin festiva con cantos y representantes teatrales a la cual asisten muchachos de Bosconia y educadores, se toma la decisin: seguir o quedarse. La actitud del Programa es favorecer una decisin ms firme; de hecho acepta el entusiasmo de las peticiones de ingreso y propone que, antes de ingresar a la tercera etapa, los muchachos vuelvan por tres das completos a la calle para reconsiderar las cosas. El retorno a la dureza del piso de los andenes y el fro nocturno despus de treinta noches de residencia tranquila provoca reacciones airadas en los muchachos, pero al mismo tiempo, por contraste, favorece un autntico deseo de cambio, requisito absolutamente indispensable para seguir a la tercera etapa del Programa. Tercera Etapa La tercera etapa se denomina Bosconia y ofrece atencin completa a los muchachos las 24 horas del da mediante la accin conjunta de tres ambientes mutuamente inter-relacionados: vivienda, escuela y taller, ubicados intencionalmente en tres lugares distintos de la ciudad. A Bosconia se ingresa mediante una gran celebracin festiva que suele quedar grabada en la memoria del muchacho como una de las fechas grandes de su vida. Despus de los 3 das en la calle los nuevos candidatos al Programa suelen regresar decididos, con un aire alegre y victorioso; con mucha razn los muchachos hablan de que han conquistado la entrada a Bosconia, la han batallado. El grupo se rene a las puertas de la casa en la tarde del da sealado en torno a una hoguera debidamente preparada para la ocasin. Sus amigos de Bosconia los rodea

  • lo mismo que los educadores. Ello, los pequeos conquistadores del Programa, reciben el saludo amistoso de la comunidad all reunida: Bienvenidos, los estbamos esperando. Se los invita a abandonar la calle y todo lo que ella significa: robo, suciedad, abandono, droga, enfermedades, abusos, mentiras. Se enciende la hoguera y se explica su significado: es el calor de la amistad, el fervor de la renovacin, el fuego del cambio. Los muchachos se despojan de sus vestiduras sucias hasta quedar vestidos solamente con sus pantaloncillos interiores y van arrojando con furia las prendas a las llamas. Con sus camisas rotas y sus zapatos viejos queman una a una las contradicciones de la calle: las ropas que se consumen se llenan de significado al ritmo de voces que repiten: la mentira, al fuego!; el robo, al fuego!. El ritmo insistente se torna grito y canto y danza, El grupo vibra de entusiasmo repitiendo consignas de colaboracin, trabajo, amistad y cambio. La escena reviste un esplendor excepcional. En el momento oportuno los educadores dan paso a breves reflexiones que remarca: la novedad del momento y la significacin del acto. El grupo de muchachos antiguos que est all presente es el Programa que acoge al nuevo grupo: de all surge para cada uno de los recin llegados un padrino que le entrega prendas nuevas y se constituye en su amigo de confianza. Vestidos de estreno, los Bosconianos que ingresan se unen a la danza festiva que los recibe con cantos y consignas que resaltan la nobleza de los jvenes que aman el trabajo y la amistad. El grupo, con la solcita colaboracin de los padrinos, entra a la casa para reconocerla y para recibir un lugar de residencia. Los festejos continan con una cena de ocasin y con representaciones alegres. Ha empezado la tercera etapa. La vivienda El ingreso a Bosconia es una fiesta. El clido entusiasmo que despierta anima a los recin llegados y a los ms veteranos en el Programa; es fuente de nuevos desafos y realizaciones. Al empezar su vida en el Programa de vivienda se convierte en la residencia del muchacho, constituye su hogar. All las actividades se realizan en pequeos grupos, que son las nuevas galladas de accin y de trabajo. Cada ncleo no posee ms de 15 integrantes; tiene un jefe elegido por los propios compaeros y un educador que estar permanentemente acompandolos y cuya misin es sugerir, animar, promover. De la vivienda salen cada da los muchachos hacia los talleres o la escuela, unidades educativas especialmente diseadas para ellos y ubicadas en diferentes lugares de la ciudad. Todo muchacho al ingresar a Bosconia se integra a un plan diario que lo conduce un da al rea acadmica y otro a los talleres. Desde luego, as como su vinculacin al Programa fue un gesto voluntario, durante el proceso formativo el

  • joven puede decidir si permanece en la obra o se retira de ella. Por su parte el ambiente que le brinda el Programa constituye una atmsfera motivacional que anima su naciente empeo de renovacin. En la vivienda el muchacho permanece el final de la jornada y los das de semana. Dentro del plan educativo que ofrece el Programa la vivienda representa el ambiente ms fuerte para propiciar un cambio de actitud. Para lograrlo, tiende en primera instancia a desmasificar. Las actividades se remiten a los pequeos grupos los cuales tienen en las manos la responsabilidad de los acontecimientos cotidianos. Un curso de permanente dinamizacin lo constituye la reunin diaria, breve dilogo sobre los hechos ocurridos al grupo; es uno de los momentos educativos ms fecundos. Del anlisis paciente de cada accin surgen acuerdos, leyes, sanciones, y desde luego cohesin y corresponsabilidad. La inteligente intervencin del educador es decisiva para que la temtica ahonde en los asuntos importantes, que en principio sern las peleas y disgustos, y ms tarde los gestos de apoyo a los acontecimientos nacionales o de importancia mundial. El recurso de la reunin diaria puede llevar a procesos autnticos de transformacin personal y de dignificacin. La accin educativa de la vivienda lleva una alegre marca de entusiasmo. Al volver en la tarde los muchachos se encuentran con programaciones deportivas, culturales y artsticas que los captan de inmediato. La vivienda enfatiza varios aspectos que por contraste sacuden el esquema de apreciaciones que el muchacho trae de la calle. Un caso representativo a manera de ejemplo es el aseo. El programa habla de casas excepcionalmente limpias, y lo logra. Para el descuidado vagabundo de Bogot resulta impactante, al vincularse al Programa, llegar a un lugar que lo atrae por la limpieza; a l le explican que es lo lgico, lo natural dado el magnfico modelo que l mismo est realizando con su propia vida. Sobre esta base el equipo educativo promueve gestos comunitarios; as, cuando aparecen los primeros papeles y cscaras abandonadas en el suelo, el grupo general es invitado a reunirse en sesin de emergencia para considerar el problema. La reflexin insiste en que all viven muchachos renovados pero que el medio circundante est obrando en su contra a manera de rechazo. Los pequeos grupos sacan conclusiones y la idea empieza a pasar de la cabeza a las manos, a la accin. Esta sencilla prctica de convertir en objeto de escndalo las contradicciones diarias tiende a mantener una correlacin permanente entre la actitud interna de cambio y el ambiente prximo en el cual se desarrollan las actividades. La iniciativa y creatividad del equipo educativo para encontrar formas de objetivar las contradicciones diarias, hacerlas motivo de consideracin de grupo y suscitar un movimiento de coherencia total, puede llegar a convertirse en una fuente de motivacin muy grande que en definitiva tiende a establecer la permanente reflexin sobre la accin. Y no son slo aspectos negativos como el descuido en el aseo o en el cuidado de la ropa, son tambin, y con mayor razn, aspectos positivos como las manifestaciones de solidaridad o los gestos de nobleza. Los educadores siguen con atencin los

  • acontecimientos triviales y no pierden la oportunidad de sorprender, por ejemplo, al muchacho que se presenta bien o que interviene para arreglar un disgusto. En estos casos puede ocurrir que una sorpresiva reunin promovida para considerar el hecho de una pelea a puos entre dos chiquillos se dedique del todo a exaltar al amigo que intervino para impedir los golpes y se olvide por completo de los agresores. Al recibir el apoyo social de la aprobacin el gesto positivo se fija en la memoria; el grupo sale tonificado y entusiasta de la reunin. Este trabajo de nivelacin entre los principios y los hechos, las vivencias y el ambiente, tiene ms adelante, en etapas posteriores del Programa, una fuerza mayor en la medida en que el cambio interior del muchacho se consolida y los niveles de incidencia se amplan, al tomar en consideracin los ambientes contradictorios que existen en el barrio o en la ciudad o en el propio pas. El programa cuenta ya con excelentes ejemplos de esta gradual dinmica de coherencia. La vivienda suele ser el ambiente en el cual el muchacho recibe con mayor fuerza la influencia educativa del Programa, y en donde con mayor razn se requieren educadores abnegados e inteligente que compartan con el muchacho, que no impongan sino que susciten la manifestacin de la rica interioridad de los muchachos. La experiencia de los primeros aos de trabajo le ense el Programa la importancia de formar sus propios educadores, pues ni los ttulos ni los aos fueron la clave de la capacidad pedaggica de sus colaboradores ms cercanos. El secreto lo encontr ms bien en la capacidad de compartir, de inter-relacionarse, de aceptar al muchacho y respetarlo, y de promover desde adentro de la persona un movimiento de superacin personal. A partir de esa afirmacin el Programa estableci, por ejemplo, la exigencia de que todo educador destine un tiempo a compartir la vida callejera de la gallada; es una exigencia que tiende a lograr que el adulto que se proponga participar en la accin educativa del Programa baje de su altura de ttulos y experiencia y acepte vivir la aventura del muchacho en la calle, para entenderla, y si se quiere para sentirla y an sufrirla. Planteadas as las cosas se logra ms fcilmente aceptar y descubrir la presencia de valores en la, a primera vista despreciable, pandilla de muchachos callejeros. No fue fcil para el Programa encontrar a sus educadores; tuvo que formarlos. En la actualidad tiende a alimentarse de sus propios recursos acudiendo al servicio de los jvenes mayores que han vivido la experiencia total de la calle y del Programa mismo. La escuela La mayora de los muchachos han frecuentado la escuela pblica durante uno o varios aos antes de empezar la vida callejera, pero sus escasos conocimientos, que corresponden a los que imparte la escuela primaria, se olvidan casi por completo durante la desordenada poca de vagabundo.

  • Una de las primeras consideraciones que debi tener en cuenta el Programa al organizar sus programaciones acadmicas fue el porcentaje notable de muchachos que se decidi por la vida callejera a consecuencia de los conflictos con los profesores de sus escuelas. Se puede decir que se trataba entonces de organizar en el Programa una escuela para aquellos estudiantes a quienes no les gustaba la escuela. En segunda instancia se requera tener muy en cuenta el notable retraso en la iniciacin del estudio, pues la mayora llegaba al Programa a iniciar de nuevo el aprendizaje con tres, cuatro o cinco aos de retardo frente al promedio corriente de los estudiantes. Una dificultad mayor la constitua la caracterstica del Programa de tener abiertas las puertas para que los muchachos se vincularan cuando su proceso de decisin lo pidiera, lo cual significaba que un nuevo grupo poda integrarse lo mismo en enero que en marzo o agosto o diciembre y, por supuesto, debera ser asumido de inmediato por la escuela. Una dificultad ms era la predominante marca terica de las programaciones tradicionales que contrataba con la practicidad y sentido concreto de los muchachos. Sobre la base de estas consideraciones y de las caractersticas del muchacho, el Programa ha venido intentando un tipo de escuela que responda al usuario que atiende. La escuela, adems, es una parte apenas de la respuesta global que constituye el Programa, el cual es el mbito educativo que cubre las 24 horas del muchacho. Tanto la escuela como los otros ambientes del Programa han venido evolucionando en la medida en que las mismas exigencias concretas lo piden; al hablar aqu de la escuela, de la vivienda o de los talleres lo hacemos enfatizando la respuesta bsica que corresponde a los aos iniciales del Programa, sin detenernos en la consideracin de las variantes que se han presentado en los aos siguientes como fruto de la evolucin del gaminismo y de las dinmicas que ha ido generando el Programa mismo. Centrndonos en el hecho escolar estrictamente, el equipo educativo parti del diseo de un ambiente excepcionalmente motivante. La escuela muy a propsito est situada en el lugar campestre y dispone de terrenos para labores agrcolas y para la atencin de animales domsticos; las aulas escolares estn rodeadas de jardines, campos deportivos e innumerables recursos didcticos. El lugar es atractivo y alegre. La organizacin de los perodos acadmicos obedeci al concepto de celebraciones y festivales. Una serie de fiestas distribuidas a lo largo del ao separan los diversos meses y representa perodos de trabajo y estudio con metas y objetivos a corto plazo; alrededor de la alegre conmemoracin anual de un valor comunitario importante se congregan metas acadmicas y de capacitacin laboral.

  • En su intento de llegar al muchacho la escuela ha buscado aproximarse a la vida, al aprendizaje como juego y aventura, y como experiencia de real utilidad. En este sentido ha promovido recursos didcticos que combinan aprendizaje y movimiento, y el aprender haciendo. Para lograrlo los grupos son, como en los dems ambientes del Programa, pequeos, no ms de quince muchachos, y la organizacin tiende a colocar en sus manos las decisiones acerca de la disciplina y los problemas de la vida diaria. Para atender a las exigencias sobre contenidos se redisearon las programaciones oficiales y se acudi al trabajo de unidades acadmicas que el muchacho puede ir estudiando a su ritmo; la promocin, as, qued abierta. Se dejaron de lado las notas tradicionales y la clase magistral como forma bsica de enseanza. Este movimiento de adecuacin de la escuela exigi tambin el diseo de materiales propios, labor que ha llegado a cubrir las programaciones de la escuela primaria. En la actualidad el Programa cuenta con escuela elemental y secundaria y los cursos tienen aprobacin oficial. El trabajo mayor se ha centrado en la escuela primaria y ha ido acentuando diferentes aspectos o modificando algunos de los ya establecidos, obedeciendo siempre a la inquietud de servicio al grupo juvenil de los muchachos callejeros. Los talleres Los talleres son el centro de capacitacin manual por excelencia. A l se vinculan los muchachos desde el momento de su ingreso al Programa. Inicialmente, las actividades se centran en pequeas labores de artesanas que favorecen destrezas semanales y que permiten iniciarse en el manejo de las herramientas de trabajo a manera de juego. Ms adelante y en forma gradual los muchachos empiezan a producir pequeos objetos para su servicio o para servicio del grupo. En la etapa final la produccin se centra en los tiles que necesita el Programa: mesas, puertas, sillas, papelera impresa. Cada muchacho se vincula, al comienzo, a talleres de aprendizaje bsico y luego a la especialidad que ms le agrada dentro de la variedad que ofrece el Programa: cermica, agricultura, mecnica, ebanistera, tipografa, electricidad, pintura, tapicera, msica. El Programa ha querido siempre que el trabajo sea central en la formacin de cada muchacho; el trabajo entendido como alegre y entusiasta transformacin del ambiente circundante. Por ello, peridicamente, con ocasin de las ruidosas celebraciones festivas uno de los momentos ms brillantes lo constituye el movimiento general del Programa, novecientas o mil personas, para realizar en un tiempo breve, una semana por ejemplo, un trabajo comunitario que a manera de emblema pueda representar la fiesta que se celebra. De esa manera cada festival resulta legendario: la fiesta en la cual construimos el patio, la fiesta en la cual

  • sembramos setenta y cinco mil rboles, la fiesta en la cual volvimos a pintar la casa. En este sentido la fiesta representa un movimiento general del Programa hacia la obtencin de metas importantes. Dados los escasos recursos econmicos del Programa y las necesidades mismas de los muchachos, la capacitacin laboral acenta el aspecto productivo con lo cual el aprendizaje gana en motivacin. El trabajo adems constituye un aspecto central dentro de la vida del Programa pues en base a l obra el juego educativo del florn moneda interna que permite a los muchachos asumir responsabilidades especiales: con florines pegan los servicios que reciben y compran la ropa y tiles que necesitan. El florn permite crear un pequeo dentro del Programa un mbito en el cual el dinero juega un papel importante con sus posibilidades y ambivalencias. Es un recurso educativo que ensea a valorar la dimensin econmica; tanto en sentido individual como tambin a nivel comunitario. La tercera etapa culmina cuando el muchacho solita se aceptado en La Florida, sede de la cuarta etapa. Suele presentarse una peticin en la cual manifiesta no slo su deseo de continuar avanzando en su programa de formacin, sino tambin los mritos que ha hecho para poder ser recibido en la Florida. Cuando es aceptado ingresa a un grupo especial de formacin intensa durante treinta das, llamado escuela de lderes. Es un perodo entusiasta dedicado a la reflexin sobre la experiencia que ha estado viviendo y sobre las posibilidades que tiene de llegar a mejores realizaciones; es un perodo tambin en el cual se le invita a reflexionar sobre su misin en la sociedad y sus responsabilidades frente al grupo familiar del cual proviene. Terminando el mes de capacitacin La Florida lo recibe con una alegre celebracin de bienvenida. Cuarta Etapa La cuarta etapa es realizada en un conjunto educativo con instalaciones para vivienda, escuela y talleres dominados La Florida, y organizada a la manera de una pequea ciudad con Alcalde y Secretarios Juveniles como autoridades. Existe una constitucin y una Asamblea y los muchachos son ciudadanos del lugar que recibe el nombre de Repblica de los Muchachos. Ser ciudadanos es un gran honor pues significa estar en el grado ms alto de la escala de realizaciones que hasta el momento presenta el Programa. La Florida ofrece servicios de vivienda, escuela y taller. La vivienda est conformada por pequeas unidades llamadas barrios, constituidas a su vez por casas independientes en las cuales residen grupos de a quince muchachos. La escuela

  • posee instalaciones para primaria y secundaria; los talleres presentan una amplia gama de especialidades de capacitacin. En La Florida, obra puesta al servicio en 1975, estn los muchachos que han superado las etapas anteriores y que han consolidado una actitud de servicios y trabajo. El ciudadano se halla en la mejor situacin para ser una persona seriamente comprometida en un verdadero proceso de cambio. El mbito creado para que pueda ser una realidad el ejercicio de autonoma que se propone a cada uno de los jvenes que llega a la Ciudad de La Florida es favorable. Se busca la cooperacin, la participacin. En La Florida el Programa recoge el fruto del trabajo de las etapas anteriores e impulsa de una manera ms decidida a los muchachos a asumir responsabilidades. El ejercicio de los cargos de gobierno representa una escuela de formacin. El hecho mismo de que cada seis meses ocurran los cambios de gobierno facilita el que un nuevo grupo de muchachos avance hacia los cargos directivos y pueda ejercer el mando, con las evidentes ventajas de maduracin personal que ello supone. El ideal de formacin y de servicio que La Florida propone tiene un buen ejemplo en el caso de las monitoras, modalidades de colaboracin que favorece la participacin de los muchachos mayores. El monitor es un auxiliar en las labores educativas. Para lograr esta distincin que otorgan los Directivos del Programa el muchacho debe estar en los ltimos aos del bachillerato y debe ser reconocido como un joven trabajador, responsable, de fcil comunicacin. Las monitoras representan una realimentacin de la obra misma ya que quienes han vivido la experiencia educativa se hallan en una mejor situacin para retomarla. Por otra parte, la fidelidad al mtodo educativo es muy importante dada la especializacin del Programa. Las minotoras, adems estn en la lnea de la autoactividad, del aprender haciendo. En al actualidad la actividad escolar de la Escuela Primaria est casi totalmente en manos de los muchachos monitores. Quinta Etapa La Florida es complementada por la Industria Juvenil, concebida como una empresa industrial. Es la etapa productiva que representa muchas ventajas porque generalmente el exmuchacho de la calle es rechazado a causa de sus antecedentes o por la falta de dominio en el oficio o por su propio carcter altivo. As, a menudo queda sin trabajo y con un hondo sentimiento de frustracin que con facilidad le puede hacer regresar al mundo del cual proceda. Al ofrecer fuente de empleo, la Industria logra perfeccionar la capacitacin tcnica y facilita la integracin real y paulatina al mundo de la produccin.

  • En la actualidad existe la infraestructura bsica para una industria metal mecnica y ya se estn dando los pasos iniciales para su puesta en marcha, gracias a la ayuda econmica de personas y de instituciones como la Fundacin Interamericana. Con la quinta etapa el Programa busca la autofinanciacin, o sea, se pretende una industria en la cual los muchachos al mismo tiempo que aprendan, produzcan, y que el beneficio sea tal que logre en un plazo determinado refinanciar la obra que ya existe. Este aspecto es importante dada la situacin de escasos recursos econmicos que vive el Programa. OBSERVACIONES GENERALES El Programa Bosconia-La Florida ha sido durante 10 aos un hbil motivador de los gamines hacia su dignificacin, y un permanente promotor del dinamismo que alimenta en el muchacho ese motorcito interior que es su deseo de ser ms. Al respetar la libertad del gamn y al ofrecer algo que es moldeado sobre las caractersticas del grupo callejero, ha logrado que los muchachos mismos sientan inters en ingresar al Programa. Anotemos brevemente las grandes orientaciones que han hecho posible el trabajo educativo de Bosconia La Florida.

    1. La actitud del educador: estar con El programa desea realizar un dilogo educativo y, como seala su Libro de Consignas, sabe que la educacin no es un proceso vertical, que no consiste en instaurar en el nio reflejos condicionados, en meterle esquemas en la cabeza, en sugestionarlo, domesticarlo, darle consejos, volverlo dcil a un sistema autoritario, sino en suscitar la eclosin de su interioridad, en hacer que l se ensee, juzgue, opte; en ayudarlo a que sienta un enorme deseo de ser ms y ms. Ante todo es evidente que el Programa toma por sorpresa a los gamines. Lo primero que hace es llevar las cosas a un terreno en el cual no hay discusin: al Programa vienes si quieres, y permaneces en l si quieres. De esta manera cae de un golpe la tradicional gran barrera: la obligatoriedad de ir al centro educativo que para el muchacho resulta repugnante. Para llegar a presentar su oferta realiza una labor que podemos llamar hombre a hombre, es decir, se acerca a cada muchacho y comparte con l durante das, semanas y an meses, hasta que el muchacho siente que su educador es un amigo; y la palabra es justa: siente. No es una prdica, es una experiencia, una sensacin, un sentimiento. Cuando el prodigo de la amistad entre el educador y el gamn empieza a germinar, sucede algo semejante a cuando cerramos un circuito: hay luz, hay claridad, hay comunicacin.

  • El actor del empalme ente la calle y el Programa es pues una persona, un educador. Estamos entonces en el campo de la educacin personalizante, de la educacin. No existe en el Programa una consigna ms promovida y difundida que: estar-con, compartir, ser amigo del muchacho. Es sta una caracterstica que proviene del estilo salesiano que impregna toda la obra. El secreto no est pues en los mtodos sino en las personas. En la relacin personal radical el medio de dar energa al pequeo y travieso gamn para que despierte de su letargo y siga buscando lo que siempre ha buscado, aunque de una manera contradictoria. El educador es la persona que hace brotar la pequea pltica que luego el Programa se encarga de cultivar a travs de la accin de otros educadores que estarn tambin prximos al muchacho en amistad. Ms adelante, el gamn sentir la accin del grupo, el colectivo que llamaba Makarenko. Son sus compaeros constituidos en equipo amable quienes tambin como un educador ms mantendrn viva la inquietud que ha brotado. Y ser adems el ambiente el que a manera de educador importante estar permanentemente expresando la misma inquietud de los educadores, la dignificacin. La amistad brindada es en el muchacho que la recibe una fuente de confianza, de estmulo para progresar, una invitacin al desarrollo personal. Sin embargo, entra en juego otra fuerza, la percepcin de que ese amigo adulto que viene en actitud de servicio es alguien valioso con quien vale la pena identificarse. Es algo as como una disposicin favorable al cambio. Y llega a serlo porque parte de un aprecio verdadero al muchacho como persona valiosa en s misma, y porque el afecto brindado llega a un muchacho muy necesitado de l. Elementos ambos que manifiestan el acierto del Programa al iniciar el dilogo educativo a partir de un autntico encuentro de personas que mutuamente empiezan a valorarse y a apreciarse.

    2. El Ambiente Festivo. El propsito est expresado con nitidez: en la calle se vive en una continua fiesta, el Programa pretende continuarla. Y no es solamente una tctica para impactar al muchacho, es un propsito constante pues en el Programa las actividades mismas de un ao de trabajo no estn divididas por semestres sino por fiestas; y si algo se propone en firme el Programa es lograr que el muchacho guste la alegra de vivir.

  • Se trata de un ambiente, de un mbito en el cual la persona se mueve, vive. En todo momento se tropieza con ello. Es una atmsfera de amistad, un clima. Aparece el ambiente, pues, como algo totalizante; por eso, dice el Libro de Consignas del Programa, promovemos fiestas, deporte, gimnasia, flores, aseo, biblioteca, orden, teatro, paseos, msica, y dems factores que puedan crear el buen ambiente que necesitamos. El ambiente festivo es desde luego, una estrategia ambiental de educacin y constituye el recurso ms agradable y fuerte que utiliza el Programa para educar, pues por la enorme carga afectiva que conlleva y el entusiasmo que puede suscitar, permite alcanzar metas educativas muy ambiciosas. Pero es algo ms que un simple mecanismo utilizado para incidir en los muchachos: es la vida misma, es la visin positiva de la realidad, es la fe en el muchacho. Lo que sea en definitiva esa ambientacin festiva del Programa se precisa con detalle al decir que es el canto final de un empeo de produccin y trabajo, que es la totalidad de una accin, que es la plenitud del trabajo de una comunidad. Y con mayor claridad aparece al decir el trabajo es nuestra fiesta. Ingresar al Programa viene a ser vincularse al ms atractivo lugar en donde educar es vivir, es cambiar, es ser feliz.

    3. La gradualidad En su anlisis del mundo callejero el Programa percibi con acierto que la calle gan su batalla al hogar lentamente, y as quiere l a su vez ganrsela a ella mediante la permanente oferta de metas alcanzables, de tal modo que luego de obtener una tenga ante s otro agradable ofrecimiento. Esta progresiva y gradual oferta de metas pretende irlo sacando paulatinamente del gaminismo, pues el muchacho no se torn gamn de un da para otro. El Programa ha precisado varios pasos: el pregamn, el gamn de barrio, el gamn de olla; de ah en adelante el predelincuente, el delincuente y el hampn. El muchacho se fue retirando del hogar poco a poco y a su vez poco a poco se va vinculando al Programa. Qu significa gradualidad? Es la oferta progresiva de metas al muchacho de manera que siempre tenga al alcance de la mano una satisfaccin meritoria y agradable; es la oferta de una gran transformacin pero obtenible para esta misma tarde o a lo sumo para este fin de semana.

  • Esta estrategia est presente en todas las actividades del Programa de una forma casi total, de manera que apenas existe algn concepto que no represente una versin de la gradualidad.

    4. La permanente actividad Es otra estrategia de accin del Programa que interpreta al muchacho callejero quien, metido en el vrtigo de la gran ciudad, aprende a tener permanentemente atractivas solicitudes que colman su atencin: jugar, robar, ir al cine, conseguir comida, planear un rasponazo, desplazarse de un lugar a otro mediante el linche en los buses, pelear, quedarse abandonado en un lugar de la calle para dormir o descansar. La permanente actividad en el Programa intenta tambin solicitar de continuo la atencin del muchacho para vincularlo a tareas benficas para muchacho para vincularlo a tareas benficas para l y satisfactorias. La presencia permanente del educador a su lado en una garanta de que ello se realiza.

    5. La reflexin en la accin. Este mtodo es asumido como una caracterstica de trabajo, como una consigna principalsima del Programa. Se trata de un intento de ser muy sensibles a las necesidades del muchacho y del momento, de reflexionar el aqu y el ahora del trabajo educativo, de intentar una permanente retroalimentacin.

    6. Intensa actividad artstica El propsito del Programa al respecto est expresado con una fuerza que llama la atencin: para nosotros el arte es tan importante como el pan. Esta consigna leda en el contexto de otras igualmente ambiciosas como: todos pueden y deben hacer arte, manifiesta hasta qu punto el arte debe estar presente en la vida del muchacho. Es bien conocido el nfasis en el conocimiento tcnico y cientfico que caracteriza a nuestra poca y a nuestra educacin, con menosprecio de sa otra manera de ver, conocer e interpretar el mundo que es la prctica artstica. Esta y aquella formas de enfrentar la realidad son vlidas; an ms, se exigen una a otra para lograr una versin real del mundo, para precisar el sentido de la inquietud humana, para dar satisfaccin plena, para enfatizar el proceso de personalizacin que es en definitiva nuestra vida.

  • En el Programa se insiste en los dos elementos y se defiende el arte ligado al trabajo, a la lucha de cada da. Es verdaderamente novedoso ver cmo, tras largas jornadas de trabajo, el grupo de muchachos del Programa se lanza a expresarlas estticamente a travs de las ms mltiples expresiones. De esas campaas surgen festivales artsticos. Smbolo de esa inquietud es la banda de msica, segundo puesto en concurso nacional.

    7. Inquebrantable fe en el muchacho Se podra decir que el Programa naci al empuje de un planeamiento filosfico que pone de presente la capacidad emergente del hombre, de todo hombre y del muchacho callejero. Esta fe en el muchacho atraviesa el principio a final el Programa, est presente siempre. Desde el inicio, cuando el educador sale en bsqueda del muchacho que travieso y grosero se burla de todo, hasta las etapas en las cuales se pone en sus manos la gestin de una empresa de alto valor econmico.

    8. La desmasificacin La actividad en pequeos grupos es una de las caractersticas del sistema de trabajo que el programa ha adoptado para realizar una accin pedaggica ms personalizante. Su grupo viene a ser para el muchacho como su gallada, o como la familia, un mbito de relaciones interpersonales muy prximas en donde cada uno resulta importante para los dems.

  • B. DILOGO

    NOTA DE LOS EDITORES: El expositor de este tema hizo una presentacin de dispositivas que sirvi de base para su exposicin oral; esto explica la inclusin oral; esto explica la inclusin en el texto de expresiones que hacen referencia a ellas. INS: Esta reunin trata se ser informal en su manejo. Vamos a trabajar sin un reglamento demasiado estricto, pero vamos a ir ajustando la presentacin a las necesidades. Vamos a iniciar, de acuerdo al orden que aparece en el Programa que les fue entregado con SERGIO: Dentro de la informalidad que t sugeriste, puedo hacer una consideracin preliminar? Cuando yo conoc a Irenarco y comenzamos a discutir algunas ideas le ped que me ayudara en algo que estbamos haciendo. Entonces me dijo que tal vez la caracterstica ms saliente que tena eso que estbamos haciendo era que le devolva a uno un poco la fe, la confianza en las posibilidades de hacer algo positivo para la educacin de las capas ms marginadas de nuestra poblacin. Y yo creo que en buena parte, esta reunin tiene ese sentido, un poco animarnos mutuamente, un poco contarnos, no lo que queremos hacer sino lo que estamos haciendo y que ha resultado bien. Creo que eso es muy importante, lo que estamos haciendo y que ha resultado bien, qu elementos positivos tiene; porque creo que nos va a reanimar. Repentinamente uno mira el panorama de la educacin y se da cuenta de que dan ganas as como de cerrar todas las escuelas; pero luego uno ve que efectivamente estn germinando en Amrica Latina soluciones originales. Hay que tomarlas en cuenta. Yo creo que el intento que se va a hacer ahora es un intento que nos debe animar a todo para que lleguemos despus a difundir un poco una buena nueva, las cosas que se pueden hacer. De toda la gente invitada no todos vinieron, pero en general es posible que uno cuente maravillas de las cosas que se hacen. Por ejemplo, nios que estaban retrasados cinco aos en sus estudios en dos meses consiguieron logros que no haban conseguido en cinco aos. Cul fue la diferencia? Un enfoque que se expresa de una manera distinta a como lo va a expresar Irenarco o como la va a expresar Luis o Cecilia o como lo va a expresar cualquiera de ustedes, pero que en el fondo es la misma cosa. El secreto parece que est en que se la ha dado por fin importancia a la gente, se ha tomado a la gente tal como es, y de all han partido distintos enfoques. Como tiene que ser porque la gente tambin es distinta. Y yo creo que eso es otro de los elementos, el comunicarnos esto con toda apertura y con toda la sinceridad; el poder dialogar de verdad.

  • Yo creo que Ins ha estructurado un programa que va a permitir efectivamente estudiarlo. Para cada presentacin hay tiempo, tiempo tranquilo para que se presente, para que se converse, para que se pregunte, para que se discuta. No tenemos el compromiso de escribir un informe final; tenemos el compromiso de debatir en serio cada una de las experiencias que aqu se presentan. Es algo que vale la pena destacar. No se trata de llegar a una conclusin; mire, este programa est bueno o ste est malo, no, cada programa es un gran programa. Lo importante es poder examinarlo, poder contarlo, poder comentarlo, poder inspirarse en l, poder inspirar el programa tambin, poder ver sus dificultades, poder discutir sus xitos, poder discutir las prevenciones. Es increble, por ejemplo, cmo una reunin como sta despierta tambin prevenciones, cmo hay gente que se ha preguntado por qu nos estamos juntando, porque de repente despus encuentran que esto es demasiado popular y despierta prevenciones suspicaces. Yo creo que tenemos motivos para entrar en un ambiente de cordialidad, de camaradera y de comunicacin. INS: Iniciamos el estudio de las experiencias educativas con la presentacin de Irenarco Ardila. IRENARCO: Vamos a dialogar sobre el programa Bosconia-La Florida, una obra dedicada en forma exclusiva a la atencin de los muchachos de la calle en la ciudad de Bogot, Colombia. El trabajo en el cual estoy participando atiende a muchachos que all se llaman gamines o sea, muchachos callejeros; y me voy a referir a una obra que hemos venido haciendo con ellos desde el ao 71, 70-71 y que se llama Programa Bosconia-La Florida. Para favorecer la comprensin dado que no son unos muchachos corrientes, quiero acudir a unas diapositivas; pienso que de esa manera logramos hacer ms claridad sobre los conceptos. Como forma de trabajo es mejor que vayamos viendo las diapositivas mientras voy hablando; desde luego se puede interrumpir en cualquier momento para hacer aclaraciones. Por favor, quiere alguno ayudarme apagando la luz? Esta es una diapositiva de Bogot; la capital de Colombia; pasa de los cinco millones de habitantes en el momento y es el centro de atraccin dentro del pas de todas las personas que ven en las grandes ciudades la salvacin para sus problemas o para sus perspectivas econmicas. Este es un tpico muchacho de la calle, un gamn. En la conversacin vamos a presentar el modelo de gaminismo que corresponde al ao 70, ao en el cual el Programa empez a trabajar con ellos, dado que hoy existen muchas variantes de uno y otro carcter que valdra la pena tal vez mencionar en otro momento.

  • El gamn es un es un muchacho que abandona su familia del todo; no porque la familia lo echa sino porque el decide dejar a la familia. No se trata del hurfanato por carencia de sus padres; es un hurfano por decisin personal. No mantiene lazos con la familia, se olvida de ella. Es muy difcil, por otra parte, que la familia logre encontrar de nuevo al muchacho y a veces ocurre que tampoco se interesa por l. Los gamines son jvenes cuya edad entre los 8 y los 15 aos; se visten con ropas generalmente desproporcionadas para su tamao porque eso representa una ayuda muy grande cuando se trata de guardar objetos robados. Viven en las zonas que ellos llaman la olla; la palabra olla es un trmino tcnico para ellos y designa los lugares adonde confluye la prostitucin, el hampa, los reducidores, la compra y venta de objetos robados, gran afluencia de pblico, los terminales de la flotas de transporte terrestre; lugares en donde se puede adquirir fcilmente marihuana y residuos baratos de coca. Se entregan con mucha frecuencia al consumo de lo que ellos llaman papas; tienen la costumbre de aspirar gasolina de los carros, que vienen a ser un reemplazo de la marihuana y presenta caractersticas semejantes. Los muchachos en la calle no son, vagabundos solitarios; viven en grupos que se denominan galladas. El nombre tiene relacin con la palabra gallo; en la calle los muchachos son gallos de pelea. Esta es una gallada. La gallada es un grupo que tiene un nmero de integrantes variable; lo mismo puede tener 4, 6 hasta 10 muchachos. Tiene un jefe, existen leyes internas y tradiciones y existe un determinado lugar en donde duermen. Los muchachos se acomodan pronto a las reglas del juego que les impone la sociedad, un enemigo despreciable que los acosa y hostiga, en su lgica callejera lo nico que hacen es defenderse y atacar para sobrevivir. Como el grupo es grande y para trabajar es muy difcil estar de a 8 en las calles de Bogot, se subdividen en gallada de a dos o de a tres porque as es ms fcil hacer un robo y perderse. Los robos son siempre acciones coordinadas en las cuales, la agilidad y rapidez del ataque toman por sorpresa al transente. Un caso corriente de raponazo incluye a dos o tres muchachos. El primero puede ir adelante y timbrar a una persona, es decir, codearla o darle un pequeo empujn. Si el adulto no reacciona es buena seal, pues significa que est absorto pensando en otras cosas o entretenido en el dilogo con la persona que lo acompaa. Un gesto basta para que el segundo intervenga a la carrera sobre el bolso, la cadena o el reloj. An puede ocurrir que un tercer actor participe haciendo zancadilla a la vctima.

  • Algo semejante ocurre cuando una persona siente la incomodidad de un muchacho que la empuja por el lado derecho, y mientras se distrae reclamando llega un segundo que le arrebata el paquete que llevaba bajo el brazo izquierdo. Algunos adultos se reponen pronto del golpe y se lanzan en persecucin del agresor; se trata de perseguirlo por entre los vehculos que transitan en las calles. Es una decisin que exige un alto grado de temeridad, ya que el muchacho posee reflejos muy finos, se mueve en un campo que conoce bien, es gil y escurridizo en extremo. Adems, nunca se puede estar seguro de salir airoso porque los muchachos suelen ir armados con instrumentos primitivos pero cortantes: por ejemplo, una cuchara que sustrajeron de un restaurante y a la cual le fueron sacando filo a fuerza de refregarla muchas veces contra el piso de las aceras. Son generalmente varones, porque las nias ingresan desde temprana edad a la prostitucin que constituye para ellas una forma de trabajo estable y con menos riesgos que la azarosa vida de los gamines. Refirindose al concepto bsico del ao 70 que nos sirve para la construccin del programa que estamos considerando, los gamines seran unos 3,000 en las calles de Bogot. Nos referimos a un tipo de muchacho muy propio. Los gamines desbordan el concepto del huerfanito tradicional. Son muchachos vivaces y atrevidos, burlones, descuidados en el vestir, ocurrentes, con sentido del humor; son unos vagabundos inquietos y aventureros que pueden ganar perfectamente tres veces el salario mnimo legal de la ciudad. Un jornalero trabajando muy duro las 8 horas del da gana el salario mnimo; el muchacho en la calle con cuatro relojes o con una cadena puede triplicar lo que gana el pap, la mam o cualquiera de sus familiares. No es exactamente un muchacho pobre, es otro tipo de muchacho; tampoco es un muchacho hurfano, es otro tipo de muchacho. El gamn no necesita cosas, no necesita objetos, si ustedes lo ven vistiendo mal, como aparece en la fotografa, no es porque no puede comprar ropa buena sino porque es propio del ser gamn llevar ropa socia, de esa manera permanece a su mundo caracterstico; si l llevara ropa limpia se saldra de ese mundo, dejara de ser gamn. Adems dada su condicin, las cosas le incomodan, le estorban. El gamn goza la vida como ninguno en este planeta; todo en liberad. Y es fundamentalmente la libertad la que atrae al gamn. Son muchos que al ingresar en la calle entran en una selva urbana. En la calle valen las leyes de la selva, la ms fuerte gana; por ello tienen que vivir armados. El muchacho ha adquirido una destreza tan grande para el robo que en algunos casos las personas no alcanzan a percibir que las robaron. Ocurre frecuentemente con las dems; lo nico que sienten es que alguien les toc las orejas pero en realidad ya no estn los aretes. Los taxistas de Bogot acostumbran llevar el reloj en la mano

  • derecha porque de esa manera al conducir no tienen problemas con los rasponazos; pero el muchacho tiene recursos para resolver esa situacin. Lo pincha en la mano izquierda con un alfiler o lo quema con una colilla de cigarrillo, instintivamente el conductor mueve el brazo derecho para defenderse y de nuevo se ve el reloj. El muchacho de la calle para muchos es un loco, una fiera, la peste de la ciudad; por eso sugieren que se le encierre. Pero resulta que en el momento en que se le encierra l inmediatamente, al igual que un prisionero en la crcel, empieza a tramar, a urdir el plan de salida. Este anhelo por la libertad perdida es tan fuerte que prevalece sobre cualquier otro sentimiento o motivacin y anula la eficacia de cualquier labor que proponga el centro de detencin. Esta situacin se repite de muchas maneras con algunas soluciones que se le siguen ofreciendo al gamn. CARLOS: Causa preocupacin el panorama que aparece a travs de lo que estamos escuchando. Yo quisiera saber si la polica interviene, si acosa a los gamines. IRENARCO: Me parece importancia destacar que estamos insistiendo en la imagen del gaminismo a inicios de la dcada del setenta, pues de entonces a esta parte muchos aspectos han evolucionado en el gaminismo y en la sociedad en general. Hecha esa aclaracin, paso a tu pregunta. S, los policas, los tombos o castalios como los llaman los muchachos, son los enemigos de los gamines. Sin embargo, el muchacho se cuida de actuar delante de los policas, es una de las precauciones que toma. Puede ocurrir que la intervencin policial sea tan efectiva que logre detener al culpable. Aun as hay circunstancias que modifican los procedimientos qu