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eScholarship provides open access, scholarly publishing services to the University of California and delivers a dynamic research platform to scholars worldwide. Peer Reviewed Title: César Vallejo y el "mito" del indio en un poema de Trilce Journal Issue: Mester, 7(1) Author: Driskell, Charles B. , University of California, Los Angeles Publication Date: 1978 Publication Info: Mester Permalink: http://escholarship.org/uc/item/99c857b3 Local Identifier: ucla_spanport_mester_13597 Abstract: [No abstract] Copyright Information: All rights reserved unless otherwise indicated. Contact the author or original publisher for any necessary permissions. eScholarship is not the copyright owner for deposited works. Learn more at http://www.escholarship.org/help_copyright.html#reuse

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    Peer Reviewed

    Title:Csar Vallejo y el "mito" del indio en un poema de Trilce

    Journal Issue:Mester, 7(1)

    Author:Driskell, Charles B., University of California, Los Angeles

    Publication Date:1978

    Publication Info:Mester

    Permalink:http://escholarship.org/uc/item/99c857b3

    Local Identifier:ucla_spanport_mester_13597

    Abstract:[No abstract]

    Copyright Information:All rights reserved unless otherwise indicated. Contact the author or original publisher for anynecessary permissions. eScholarship is not the copyright owner for deposited works. Learn moreat http://www.escholarship.org/help_copyright.html#reuse

  • Csar Vallejoy el "mito" del indioen un poema de Trilce

    A propsito de Trilce, se ha dicho repetidas veces que el "indigenismo" esun elemento notable; sin embargo, en todos los estudios crticos, con la excep-cin de uno,' los crticos han esquivado la entrada a fondo en el asunto. Nobasta decir que se encuentra una penetracin en el alma india en la poesa deVallejo, una interpretacin del dolor indgena o un nativismo extemo e interno.Por consiguiente, en este estudio espero ofrecer una indicacin ms ampliadel porqu y del cmo de su clara percepcin del espritu terrgeno del indio.Digo "sugerencias" de la vida autctona por no empequeecer su obra, porqueen Trilce el poder sugerente de Vallejo llega a su cnit en una avalancha deasociaciones posibles que, en resumidas cuentas, ofrece al lector una visinpanormica de la realidad.

    Si al decir "indigenismo" se entiende una tentativa por llegar a la realidaddel indio y ponerse en contacto con l,^ se habr que rechazar el trmino. EnVallejo no hay un esfuerzo por describir los detalles de la vida indgena o pene-trar en el alma del indio. De aqu que, prescindiendo de tal definicin inter-pretativa, la poesa de Vallejo provenga de su experiencia como un ser humano.Como si fuera su herencia incgnita de la tierra peruana, Vallejo, como poeta,expresa lo subconsciente colectivo.

    El poeta se identifica con la tierra y su poesa se impregna de la fuerzatelrica del ambiente. En Los heraldos negros (1918) hay una ecuacin de pai-saje y hombre que tambin existe en Trilce (1922), siendo la diferencia lamanera de expresar los elementos. En Trilce los elementos que el poeta escogeson ms bien los elementos terrgenos. Cuando Vallejo expresa una congoja,es algo personal, pero emana de la tierra. Esta cuita forma parte de su "he-rencia," una cosa atvica y presente sin que el poeta sea consciente de ella.De manera que la expresin de lo que el alma sientey no lo que los ojos venpuede coincidir sociolgicamente con la existencia actual del indio andino, yesta sensibilidad est en Trilce, aunque slo sugerida.'

    Luis Mongui ha sealado que el poeta era mestizo, descendiente de dosabuelos espaoles y dos indias peruanas.* Como sabemos, Vallejo se llamaba"el Cholo Vallejo." La antropologa aporta una definicin del "cholo" peruano:"... relatively well-to-do Indian who seeks mestizo status but has not yet 'ar-rived'."* El cholo es como el fruto agridulce de un rbol recin trasplantado.Vallejo no era "indio" en el sentido tnico pero por el proceso de aculturacinsocial s se identificaba de un modo psicolgico con el indio. 6Mongui parece haber dudado del carcter del mestizaje: "... hasta qu

    punto un mestizo refleja las caractersticas psicolgicas de una u otra de susancestralidades es tema sobre el que los antroplogos no parecen ponerse deacuerdo."^ Los antroplogos ya se han puesto de acuerdo. El hombre es pro-

  • dueto de su ambiente. En el Per la raza no corresponde nicamente a unaentidad biolgica, sino que incluye un cierto estado social y econmico,* enque influye mucho el factor lingstico. Mongui afirma que la familia deVallejo oscilaba entre los dos grupos econmicos ms bajos de Santiago deChuco.' El poeta vivi los problemas del campesinado peruano en las hacien-das vecinas. La pobreza carece de importancia, pero el estado social, no. Den-tro del mismo medio telrico y cultural el indomestizo de la sierra peruanahace vida semejante a la del indio.'"

    Jos Carlos Maritegui, que con mucha percepcin, interpreta la obra tem-prana de Vallejo, opina lo siguiente: "La literatura indigenista no puede dar-nos una versin rigurosamente verista del indio. Tiene que idealizarlo y esti-lizarlo ... Es todava una literatura de mestizos."" De acuerdo. El poetanos da una sntesis de la vida india, de su alma colectiva; y como veremos,el espritu indgena se presta muy bien a una interpretacin colectiva. Lo quenos atae aqu es que, como mestizo y poeta, Vallejo puede percibir la esenciade la vida indgena.La cuestin de una "versin verista" del indio es importante y tiene mucho

    que ver con lo que se llama en la literatura "el mito del indio." No se trataaqu de un indigenismo transitorio y nostlgico de los sepulcros. A un jovenpoeta como Vallejo, estudiante universitario, le interesara la mitificacin delos Incas mantenida en la literatura, como informacin suplementaria.

    Trilce apareci en 1922. Fue durante esa poca cuando se hicieron los pri-meros anlisis sociolgicos de la realidad peruana. En 1911 se haba descu-bierto Machu Picchu y los cientficos se daban al estudio social. La mitificaci-cin de los Incas brot de nuevo en los aos viente y treinta como la reivin-dicacin de lo autctono, del "noble salvaje," todo recordativo de la litera-tura dieciochesca. Para los socilogos el material biolgico de Tawantinsuyu

    el hombrese revela indestructible y el hombre indgena es todava "comu-nista" o "comunitario." Los socilogos aoran y, como algo que debe ser res-tituido en una sociedad futura, es decir, un tercer tiempo, anhelan los valoresde un pasado perdido: el incaico.

    Estos son los hechos en Siete ensayos de interpretacin de la realidadperuana de Maritegui y en los estudios sociolgicos de Luis Valcrcel.'^ In-teresa el hecho de que Maritegui cita a Valcrcel frecuentemente para apoyarsus alegaciones. La sociedad incaica fue, para ellos, una sociedad utpica,con sus races en el rgimen de la propiedad de la tierra. Maritegui nos pro-porciona esta cita de Valcrcel:

    La tierra en la tradicin regncola, es la madre comn, de sus entraas no slosalen ios frutos alimenticios sino el hombre mismo. La tierra depara todos iosbienes. Ei cuito de la Mama Pacha es par de la helioatra y como ei sol no esde nadie en particular, tampoco ei planeta lo es. Hermanados ios dos conceptosen la ideologa aborigen, naci ei agrarismo, que es propiedad comunitaria deios campos y religin universal del astro del da (Maritegui, p. 53).

    La legitimidad de este mito de una sociedad superior ha sido reducida enestudios posteriores," pero lo que nos interesa es este mito, vigente en aquelentonces.

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  • En vista de lo que hemos visto a propsito del clima interpretativo del almaincaica, me parece que Vallejo era partidario, sin darse cuenta, de una inter-pretacin idealista y que crea en una posible sociedad futura en la cual elindio atvico volvera a gozar de los valores representantes del "Incario." Su"mito" no es de carcter quimrico, sino de perspectivas fundamentalesbasadas en la realidad. Lo que se puede observar es una proyeccin retro-spectiva de su ideal humano, que va desde lo individual a lo colectivo a louniversal. Al igual que Maritegui y Valcrcel, Vallejo cree que el problemaindgena es una cuestin social, y la solucin no es volver hacia el Inca, sinovolver hacia la tierra y hacia la conciencia de ella, que es volver al indio. Elpasado nos interesa en la medida en que puede servirnos para explicarnos elpresente. Para el poeta el pasado es un tesoro del recuerdo y el presente esalgo que se sita en frente. El poeta se abre en las cosas, recordando, y poti-

    camente se crea una falta de distancia entre el presente, el pasado e inclusoel futuro, porque Vallejo est dispuesto a la ambigedad temporal.En pocas palabras, Guillermo de Torre ha captado la manera ms eficaz

    de acercarnos a la poesa de Vallejo: "Su ltima clave de expresin se hallamuy estrechamente ligada con la semntica y la simbologia."'^ El sismo andi-no, la fuerza telrica de su pueblo y su abolengo barroco, todos propios delalma india, constituyen el fondo de Vallejo. Creo que analizando un poema sepodr tener una idea ms amplia del poder sugestivo del poeta, respecto a suclara percepcin de la mitificacin del indio y sus posibles coincidencias conla filosofa indigenista de Maritegui y la antropologa de Valcrcel y JosUriel Garca.'* Nos sirve de ejemplo el poema "XLVIII" de Trilce:

    Tengo ahora 70 soles peruanos.Cojo la penltima moneda, la que sue-na 69 veces pnicas.

    Y he aqu, al finalizar su rol,qumase toda y arde llameante,

    llameante,

    redonda entre mis tmpanos alucinados.

    Ella, siendo 69, dase contra 70;luego escala 71; rebota en 72.

    Y as se multiplica y espejea impertrritaen todos los dems piones.

    Ella, vibrando y forcejeando,pegando grittttos,soltando arduos, chisporroteantes silencios,

    orinndose de natural grandor,en unnimes postes surgentes,acaba por ser todos los guarismos,

    la vida entera.

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  • El poema expresa la pobreza y la frugalidad, el dolor y la fetidez de la exis-tencia andina, todo percibido a travs del smbolo polismico: el sol. Quedaexpresado un vaco espiritual, desprovisto de valores.Como smbolo polismico, el sol contiene en s, adems del significado

    literal y obvio, otros significados de ndole espiritual: integra al hombre en lared ms grande de relaciones universales. El ser se proyecta hacia el planocsmico a travs del smbolo del sol cuyos rayos, que llueven, constituyen unaespecie de unin-amor entre el cielo y la tierra. Maritegui dice que el simbo-lismo se presta mejor que ningn otro estilo a la interpretacin del esprituindgena: "El indio, por animista y por buclico, tiende a expresarse en sm-

    bolos e imgenes antropomrficas o campesinas" {Siete ensayos, pp. 330-31).Aparte de la moneda expresada la unidad monetaria del Peral poeta elsol le sugiere el sol csmico y la nota musical. El poeta parte de la idea del solcomo moneda que tiene en la mano. De pronto, piensa en el sol como fuerzacsmicaimagen entendida por las palabras de carcter ardientey tambincomo elemento musicalvisto por tmpanos y sol. Smbolo de la vida y laenerga creadora, el redondo sol est en el centro del universo y marca el pasodel tiempo. Como he dicho, el sol del cielo tiene un significado literalalum-bramiento y calorpero en el poema llega a ser el smbolo de la vida andina,comunicando la inquietud potica que es reduccin de tormento y felicidad.En cuanto a los significados de ndole espiritual, este es el ms hondo. Adiferencia de la tierra, que se asocia con la mujer y la materia (la Pachamama),el sol se asocia con el hombre y el espritu, el todo psquico que influye sobrelos seres humanos. Es interesante que sea la moneda llamada sol la que con-duce al sol csmico, pero, como veremos, es ste el que contiene en s lamoneda.

    El plano simblico se funde con el plano real de la moneda, como si el solcsmico emanase de la mano misma del poeta, vinculada al sentido auditivoque est transportado a sus dedos {entre mis tmpanos alucinados). Es comosi la moneda, el sol csmico y los tmpanos estuvieran pegados a su cuerpo.Por medio de la moneda (el plano real), se descubre el sentido simblico deuna manera difusa tras el simbolismo del objeto sensible, que slo est ahpara comunicrnoslo. De manera que tenemos un smbolo polismico (el solcsmico) y dos smbolos monosmicos (la moneda y los tmpanos).

    Consideremos primero el sol, protagonista de la vida csmica. Para el indioel sol es el padre y el gran pintor andino, representacin de luz, movimiento

    y vibracin. Tiene la perfecta forma redonda y sus tierras estn en todas par-tes. En los mitos solares el Inca y el Sol caminan a la par y se reflejan: el Incaes Hijo del Sol y el Sol es el Inca del cielo. El pueblo es mulo del Inca y, porlo tanto, "Hijo del Sol." Existen las tres jerarquas (Uriel Garca, p. 20; Val-crcel, Mirador indio, pp. 43-48). El sol es, por lo visto, espejo y modelotodo est hecho a su imagen y semejanzay el peruano tiene linaje solar. Laesencia invisible del sol celestial nutre el fuego innato del hombre, es decir,el Sol in homine. Esto motiva la importancia que tiene el sol csmico en elpoema y en la vida andina.

    Se vislumbra el sol csmico en el poema a travs de los vocablos arde.

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  • llameante y otros de carcter candente, y orinndose, que nos sugieren lacaricia vivificadora durante el invierno andino y tambin el sufrimiento delindio bajo las cadenas del trabajo forzado. El sol crea el paisaje; el indio seidentifica con el sol y con el paisaje. El da es la realidad y el tiempo del cul-tivo. Vemos la ecuacin de paisaje-hombre-sol en Trilce, que en Los heraldosnegros es ms patente.

    Orinndose es el vnculo entre los tres elementos que forman el yo-sntesis:el gerundio en construccin reflexiva sugiere la forma redonda del sol (y de lamoneda). Las correspondencias del sol son de color amarillo, por la mayorparte, y son de oro. Est sugerido el oro, de que se haba de forjar la esculturadel Sol (Valcrcel, Mirador indio, p. 47) porque el Sol es el oro, sin valor eco-nmico, pero s esttico. El oro es reflejo del Sol y fruto de la tierra. Es el metalpor excelencia, elemento esencial de los escondidos o evasivos tesoros.Otro producto de la tierra es el maz que orinndose tambin sugiere. En

    la poca actual el maz reemplaza al oro en la vida campesina. Simboliza lafertilidad, que se representa en el Per como la figura de una mujer hecha delos tallos de maz que llaman la "madre del maz." El indio ha sido la masaintermediaria entre la riqueza terrgena y la cultura. Orinndose expresa laaccin circular del retorno eterno, vinculados el oro, el maz (fruto de la tierra),y el hombre. Cada elemento es una reflexin del sol. La ascensin numricarefleja la total pesadumbre que el indio lleva sobre sus hombros (piones). '*

    El maz es su vnculo telrico, smbolo no slo de su estado pobre y terr-geno, sino tambin de su cultura: "El maz provoca la conformacin culturalde Tawantinsuyu" (Valcrcel, Mirador indio, p. 32), y sirve de base para laformacin del calendario. El indio se lleva el grano tostado al cultivo y en sucasa toma la bebida dorada, producto del maz: la chicha.

    orinndose de natural grandor,en unnimes postes surgentes,

    Aqu est poetizada la existencia actual del indio, hijo del sol (natural gran-dor), cuya existencia est reducida a la fetidez, o a las actividades ftidas(orinndose)

    ,que sugiere ciclos. Todos los elementos importantes estn pre-

    sentes: sugerencias del sol, de la tierra, del maz, del carcter personal y delarte. A travs del reflexivo, orinndose subraya la sensacin de hermetismo,es decir, lo circular, y la accin cotidiana de orinarse despus de haber be-bido la chicha. La reduccin a un estado animal es implcita, como si el indi-viduo fuera un perro (vinculado a postes = desolacin). La yuxtaposicin depalabras groseras y natural grandor produce el recuerdo de un tiempo mejor oel anhelo de ello, y tambin el eficaz contraste entre esa "edad de oro" y elabsurdo presente. Unnimes confiere tanto el sentido colectivo como un estadosin nimo. El calificativo queda reforzado por postes surgentes, ofreciendo laidea de un estado superficial en que se practica el disimulo. Pero el deseo departicipar de la energa solardel libido psquicoque produce el maz y sucultura resultante, no se resuelve a causa de la abulia que siente por el bien

    ausente, su terruo.

    Aunque slo est sugerida, la fuerza telrica penetra en el poema. La inter-

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  • pretacin del maz que ofrezco se asocia con la tierra. Base de la alimentacin,el maz hace, por su cultivo, un papel tan fundamental que absorbe todaslas otras influencias en lo econmico (Valcrcel, Ibid., p. 28)." El maz esproducto del trabajo manual {tmpanos aluciandos) y los indios hasta hoyderraman sus cntaros de chicha en tributo a Pachamama, la Madre-Natura-leza.

    En Trilce el poeta menciona a la madre y al hogar con frecuencia. Existe laserie hambre-madre-alimento-pan-mesa. La Pachamama corresponde a estaserie: tierra, fuente de alegra, alimento y vivienda. La tierra es maternal yprdiga; todos son hijos de la misma madre (Valcrcel, Ibid., p. 14). La madrees la figura clave de ayer, orgnica y espiritual en once poesas de Trilce. Suausencia ocasiona el vaco espiritual, la orfandad. En el Per de Vallejo, lavida proviene de la tierra, es decir, de la Madre-Naturaleza (la dulce Ella ennuestro poema) y vuelve a ella. Lo que el indio ms anhela es el regressus aduterum. Como explica Maritegui, el indio puede ser indiferente a todo,menos la posesin de la tierra.'* Su pesimismo es experiencia y desdn que,como actitud social, engendra la desconfianza. El indio ejerce el disimulocomo fuerza defensiva para sobrevivir. Tiene que transitar por la vida comoun alienado, sin la potencia de comunicacin espiritual. Todo su pesimismoproviene de la ausencia de su terrenoque no le pertenece pero que cultivareligiosamente con las manos y el aliento porque es su "madre" (Valcrcel,De la vida inkaika, p. 101).

    El nombre Pachamama nos interesa aqu. El quechua tiene slo un trminopara designar el tiempo y el espacio (Valcrcel. Ibid., p. 105). Pacha es latierra y es la duracin. Se expresa un dolor fsico con palabras iguales a las

    que significan un pesar muy hondo. As es que imgenes del mundo exterior{moneda, sol, tmpanos) expresan el mundo interior, sugerido por los gerun-dios. El hombre es temporalidad (porque el sol es tiempo) y el tiempo es lomismo que el dolor (por la ausencia del bien, la Madre-Naturaleza). El dolordurar toda la vida, porque insertarse en el tiempo es vivir por la duracinde ello. A Vallejo le seduce el empleo de la temporalidad ambigua para au-mentar la sugestividad potica. Tenemos que adivinar que aqu es mediodapor las palabras de carcter ardiente y la colocacin del adjetivo llameante alcentro del verso, aislado y destacado. Ms adelante corresponde otro versoen el centro: la vida entera. Llameante est aislado en el centro del poemacomo propiedad de la vida entera y como una fijacin psquica de carctersolar, emanacin del centro (= la luz del sol). Porque estos vocablos estnaislados, no me parece fuera de lo posible que a Vallejo el smbolo del sol lediera la impresin de soledad que vemos desarrollada en el poema (ortogr-ficamente sol se parece a solo).

    El segundo elemento es el sol-moneda. Como el sol, la moneda es redonda,proviene de la riqueza mineral y tampoco cambia con el tiempo. Vallejo latiene localizada (peruanos} al principio del poema pero al final su significadose vuelve universal:

    Cojo la penltima moneda, la que sue-na 69 veces pnicas.

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  • La moneda se pone abrasadora y musical al mismo tiempo, pero en su formaesttica (mineral )tiene importancia tambin. En primer lugar, por ser perdua-rable, la piedra fue la materia plstica de los Incas con un fin esttico. Elhombre fue creado del perenne granito. Algo inmvil en s misma, la piedra esla sustancia elemental de la sierra peruana, o sea la puna, en la cual se acu-mula el tiempo. El crculo de la moneda se puede proyectar mentalmente, sinfin, al pasado y al futuro, como el sol, porque existe fuera del tiempo. En elinvierno los campos en descanso llevan un matiz rojizo de cobre. La moneda decobre se quema en el poema. Hay dos palabras esdrjulas y ambas se refierena una moneda. Ellas denotan una violencia, una tensin en los versos, quetiene que ver con la moneda. Se me ocurre que pnicas lleva dos contenidos.El ms obvio es convencional: una accin prfida, vinculada al deseo de ga-nancia pecuniaria. El segundo contenido es el de la puna peruana, el hogar delindio. Vallejo otorga al adjetivo una alusin nueva. En este sentido, estnreflejados el sufrimiento y el deseo andinos de libertad. La separacin de sue-na contribuye a la sonorizacin de la primera slaba, vaciando el dinero devalores intrnsecos. Es la poetizacin del indio enajenado, alejado de su te-rruo y convertido en masa para la ganancia monetaria, oficio en que loimportante no es la riqueza espiritual, sino la apariencia. La realidad circun-dante pierde todo su valor espiritual.La moneda forma parte de la extensin implcita, el natural grandor. Pero

    a semejanza de las cumbres impertrritas, la configuracin espiritual de Vallejoes vertical. De ah su abolengo hermtico. El espacio de la puna es vertical:una cadena de montaas o un tumulto de voluntades telricas. As son losnmeros en el poema:

    Ella, siendo 69, dase contra 70;luego escala 71 ; rebota en 72.

    La sugerencia es un ascenso vertical (escala) por las gradas de la agricultura,que es imagen del abrirse paso por entre los niveles de la existencia para pasarde un mundo a otro. En frases bimembres y simtricas, su poesa respeta lamanera expresiva de su regin." Smbolos del mundo fragmentado, los guaris-mos son impersonales, pero hacen referencia al arte de contar y la falta deatencin dada al individuo. Entra aqu tambin el afn de precisin matem-tica de la sociedad incaica (Valcrcel, Mirador indio, pp. 53-54), que LouisBaudin apoya. ^ Lo que importa no es el individuo, sino el nmero. Alude alafn de recuperar el pasado mtico por medio del motivo del espejo:

    Y as se multiplica y espejea impertrritaen todos los dems piones.

    Respecto al arte indio, su concepto est presente en unnimes postes sur-gentes. Unnimes sugiere el espritu colectivo (el yo-sntesis) y el pertinaz 1 deTrilce, medida del desamparo humano. Tambin aqu postes es un elementoslido, la verticalidad de una columna que da apoyo, ejemplo de la simetra,la solidez y la sencillez de la arquitectura incaica: piedras homogneas, comola gente (Urel Garca, p. 63). Los postescomo columnas dorsalesy los

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  • nmeros ejemplifican abstraccin, rigidez y desolacin. Surgentes puede re-ferirse al retomo a la tierra del hombre, que se cre de la piedra. Pero creover un vnculo al motivo musical:"

    redonda, entre mis tmpanos alucinados.

    Al final de la primera estrofa ya hubo alusiones a la msica. La quinta notade la escala musical es sol y est casi en el centro de ella; sue-na lleva la accin;rol pertenece al tambor. Correspondiendo a la precisin matemtica, la escalamusical es de intervalos fijos. La nota sol sugiere algo intermediario y ln-guido, sin carcter propio. Vallejo emplea el cultismo tmpanos en lugar detambor para, a la vez, aludir al tmpano del odo. Tmpanos alucinados (otrapalabra esdrjula) nos produce una sensacin de decepcin frentica, un cam-bio de ritmo. Puede ser el parche sombro que anuncia la guerra o la muerte(Valcrcel, Ibid., p. 76). Tiene que ver con el espritu atvico del indio, serprimordial de las manos palpitantes, ya sojuzgadas y atadas, en un mundosin armona. El hombre desplazado no vive porque ya no es sensible.

    El poeta implica que el alma del indio esta "alucinada" pero quiere librarsede su hermetismo, o disimulo, y no puede por estar desanimada. Slo conocevicisitudes repugnantes. El uso abundante de los gerundios (cinco veces) enla ltima estrofa ms el asndeton es la expresin potica de una bsquedade libertad. Pero es una libertad horizontal. Los gerundios actan como rayosde sol, queriendo difundirse. No pueden porque los gritos no se oyen en elmundo exterior:

    pegando grittttos,soltando arduos, chisporroteantes silencios.

    Como si fuera una lanza, el verso ms largo empieza con soltando. La trans-gresin ortogrfica de grittttos crea la estridencia prolongada del grito pero la tno se oye; la repeticin muere en la mente del "hablador," para destacar la

    futilidad de gritar. Vallejo yuxtapone los contrarios: chisporroteantes silencios.El gritar callado est sealado como propio de la disimulacin del indio. Essemejante al habla de los nios: los primeros sonidos que saben hacer son p,t y k. Y nadie los toma muy en serio. Se pudiera sealar tambin que estasfrases participiales de la ltima estrofa son caractersticas del quechua deciertas regiones.

    Despus de los gerundios, aislados por comas, el ltimo verso de tres pala-bras marca la vuelta a la frugalidad de expresin propia del indio: la vidaentera. Cuanto ms difcil es su apuro, ms detiene su voz. Slo alude a lofundamental, lo mismo que en la poesa de Vallejo.

    Desde un punto de vista estructural, el poema consta de tres estrofas escri-tas en verso libre. Esto es una herramienta de su libertad que se ajusta a suemocin. Las estrofas tienen cierta simetra: la primera y la ltima tienensiete versos; la segunda tiene cuatro. La exposicin de las cosas ocurre en laprimera estrofa; la abulia vertical est desarrollada en la segunda; y en latercera ocurre una rebelin callada, intil, en contra de la represin.

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  • Hemos visto el poder sugerente del lenguaje de Vallejo. He querido despejarun poco las dudas sobre el fondo espiritual del poeta, mostrando la posibleorientacin de su juventud: su deseo de una vida plena y feliz, su nostalgiadel idilio mtico, ya evidente en la seccin "Nostalgias imperiales" de Los he-raldos negros. Vallejo nos da un paisaje psicolgico, es decir, la naturalezacontemplada y de ah interiorizada de acuerdo con su pena y sus anhelos, deacuerdo con los golpes inmerecidos de la vida. El dolor imperante del poetaconduce a una postura heroica, y del dolor nacen precisamente la esperanza yla expresin lrica. El dolor se convierte en la ltima realidad del conocimientootorgado: vivir es sufrir en una especie de weltschmerz.No se ha comprendido porqu esta poesa es as. En el alma indgena lo que

    haba de subsistir de la religin eran las ceremonias agrarias y el sentimientopantesta, poetizados por Vallejo (Maritegui, Siete ensayos, p. 331). Estoy deacuerdo con Maritegui: "El sentimiento indgena obra en su arte quiz sinque l lo sepa ni lo quiera" (Maritegui, Ibid. ).En cuanto al "mito" del indio, creo ver una afinidad espiritual entre Vallejo,

    Maritegui, Valcrcel y Uriel Garca que merece un estudio. Consciente de larutina actual, Vallejo insiste en el contraste entre un pasado feliz, mtico (loque no est definido), y la existencia actual, una depresin que resulta dela manipulacin de su existencia. Es el hombre que interpreta lo subconscientecolectivo por medio del smbolo del sol, que expresa lo que el pensamiento nopuede expresar. Su poesa es el fruto del contacto del espritu con la inefablerealidad y con la fuente de la realidad; no funda o establece nada, salvo suinterrogacin. Como un ser humano, su comunin con la naturaleza es el con-ditio sine qua non de su poesa. Esta comunin va implcita en la forma deltmpano, semejante a la del cliz. Nacida en lo ms profundo del ser, su poesa,cuando sale, manifiesta el sabor de la fuente. En Vallejo vibran la tierra y elsol.

    Por ser su poesa la conciencia de la separacin y la tentativa artstica porreunir lo que fue separado, el poeta tiende a expresarse en un abolengo her-mtico para expresar incesantemente formas nuevas, adecuadas a su emocin.Siempre existe una cierta comprensibilidad en su poesa, pero la comprensinno es total sin comprender el fondo de contenidos espirituales que provienedel weltanschauung indio, proporcionando una riqueza de sugestividadpotica.

    El ser existencial siente, sobretodo, la necesidad de integrarse mientras sepregunta, "Quin soy yo?" Como sub specie aetemitatis, Vallejo busca unsentido en el sufrimiento para el futuro; busca una existencia armoniosa yunificada que es, en Trilce, una bsqueda personal y que, en Poemas huma-nos, se vuelve colectiva. Slo en Poemas humanos existe una redencin colec-tiva: Et lux in tenebris lucet. El centro de gravedad ya no est en el individuo,sino en la redencin colectiva, en el inherente anonimato del ser moderno, sinexistencia autntica. El hombre tiene que vivir en los otros.

    Leonardo da Vinci opin que la verdadera obra de arte es como un espejoen que se mira el alma del artista. Vemos el alma de Vallejo en Trilce, un

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  • alma nostlgica por un idilio muerto, angustiada por sentirse ajena al mundo.Se identifica con el imago mundi del sol, que es el ardor vital y el ordenadocentro perdido, cuyo propsito es revelar al hombre el significado del estadoparadisaco y primordial."

    Charles B. Driskell

    University of California, Los Angeles

    NOTAS

    1. Eduardo Neale-Silva, "Poesa y sociologa en un poema de Trilce." Revista Ibero-americana. Vol. 36 (1970), 205-16.

    2. La definicin es de Ada Cometa Manzoni, El indio en la poesa de Amrica(Buenos Aires: Joaqun Torres, 1939), p. 20.

    3. Hablando de la esttica en Trilce. Neale-Silva opina que ". . . en Trilce no haysociologa." Op. cit., 205.

    4. Luis Mongui, Csar Vallejo: Vida y obra (Lima: Editora Per Nuevo, sin fecha),p. 24.

    5. Magali Sarfatti Larson y Arlene Eisen Bergman, Social Stratification in Peru(Berkeley: University of California Press, 1969), p. 65.

    6. Ralph L. Beals y Harry Hoijer, An Introduction to Anthropology. 3^ ed. (1965;Nueva York: Macmillan Co., 1969). Ver "Chapter 8: Race, Evolution and Genetics,"pp. 234-62 y "Chapter 21: Education and the Formation of Personality," pp. 673-704. La opinin de ios autores es la siguiente: "Culture, like language, is learned,not determined by the genes," p. 250.

    7. Mongui, pp. 105-06. Comentando sobre el mestizo en 1939, Cometta Manzoniobserva que "en el fondo de su conciencia, en lo ms recndito de su alma, vivirsiempre el indio, fuerza atvica, soplo anmico . . ." El indio, p. 16. AlfredoGonzlez-Prada coincide con esta opinn cuando dice que la nota "india" "... sub-jetivamente, asoma en la resignacin, el espln, la ternura, el desgarramiento, y a lasveces la rebelda del quechua." Alfredo Gonzlez-Prada, "La poesa de Csar Vallejo,"Revista Hispnica Moderna. Vol. 5 (1939), 327.

    8. Luis E. Valcrcel, Ruta cultural del Per (Mxico: Fondo de cultura econmica,1945), p. 107.

    9. Mongui, p. 26.

    10. Jos Uriel Garca, El nuevo indio (Cuzco: H.G. Rozas, 1937), pp. 83-111.

    11. Jos Carlos Maritegui, Siete ensayos de interpretacin de la realidad peruana(Lima: Biblioteca "Amauta," 1952), p. 359. A partir de esta nota, se procedernreferencias de esta edicin .

    12. Agregamos dos estudios de Valcrcel: De la vida inkaika (Lima: Editorial Gar-cilaso, 1925) y Mirador indio (Lima: sin nombre de la casa editorial, 1937). Todareferencia proceder de las ediciones citadas.

    13. Ver el estudio de Louis Baudin, Les Incas (Pars: Librairie Sirey, 1964). Su inter-pretacin del imperio incaico coincide con la de Vallejo en muchos puntos. Por ejem-plo, dice: ". . . un numero de la statistique qui tait centralise au Couzco. Soumis,il devenait servile, obissant, fcheusement inerte." (p. 167).

    14. Guillermo de Torre, "Reconocimiento crtico de Csar Vallejo," Revista Ibero-americana. Vol. 25 (1960), 54.

    18

  • 15. Roberto Paoli, "Observaciones sobre el indigenismo de Csar Vallejo," RevistaIberoamericana. Vol. 36 (1970), 341.

    16. Juan de Arona dice en cuanto al pin: "Para nosotros no hay ms piones quelos purgantes . . ." Diccionario de Peruanismos (Lima: Librera Francesa Cientfica,1883), pp. 404-05. En vista de este dato, pin puede sealar un efecto catrtico.

    17. Valcrcel dice: "Nunca la cultura, en sus dos acepciones, cultivo de la tierra ycultivo del espritu, presenta tan extraordinaria unidad." Mirador indio, p. 29.

    18. Sobre este asunto Maritegui sostiene: "La Repblica ha significado para los indiosla ascensin de una nueva clase dominante que se ha apropiado sistemticamente de sustierras." Siete ensayos, p. 37. Valcrcel concuerda. Mirador indio, p. 16 y Vidainkaika, p. 101.

    19. Andr Coyn no sabe manejar la obsesin de los nmeros "de los cuales ignora-mos cmo pasan de uno a otro." Andr Coyn, Csar Vallejo y su obra potica (Lima:Editorial Letras Peruanas, 1955), p. 119.

    20. Baudin, Op. cit., p. 167.

    21. Respecto a la msica, Valcrcel seala: "Las flautas y los tamboriles no slo mar-can el ritmo del trabajo para lo esttico sino tambin el comps del esfuerzo para lotil." Mirador indio, p. 10.

    22. Quisiera manifestar mi agradecimiento al Profesor Donald F. Fogelquist por sugenerosa ayuda.

    Son dos das para un jinete (Amrica)

    Son dos das para un jinetetierra que se rompe estierra que no se quiere

    Sobre un caballo de sangre y un barco de esfingessali el jinete de las cumbres de aguapero su lunes se muri al llegar a la playay su martes no quiso casarse con la arena negra

    Son dos das para un jinetetierra que se rompe estierra que no se quiere

    Juan felipe herrera

    stanford, ca.

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