Unión de Juventudes Comunistas de España

Guía Básica de Premilitancia

1

Guía Básica de Premilitancia

1. Introducción.

2. La importancia de la formación.

3. El nacimiento de la UJCE.

4. Juventud y movimiento juvenil.

5. La necesidad de organizarse políticamente para luchar.

6. Principios de la organización y funcionamiento interno.

7. La organización de la UJCE.

8. El trabajo en la Juventud Comunista.

9. Himnos de la Organización.

2

1. Introducción.

La Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE) o Juventud Comunista (JC) es el referente juvenil del Partido Comunista de España (PCE) en el conjunto del Estado. Independiente en lo organizativo y autónoma en lo político, la Juventud Comunista se considera una organización-escuela de comunistas, de cuadros, de activistas capaces de llevar a cabo la extensión de la lucha ideológica, política y económica por la superación del sistema capitalista y sus contradicciones.

La Juventud Comunista es una organización juvenil, democrática, internacionalista, laica, revolucionaria y republicana, que lucha por los intereses de la clase obrera y su juventud, formada por las y los jóvenes comunistas residentes en el Estado español.

Nuestra organización basa su teoría y practica en el materialismo histórico y dialéctico y en el socialismo científico, teniendo como principios el internacionalismo proletario, la lucha contra el capitalismo, el imperialismo, el patriarcado, y la explotación de la clase trabajadora. Igualmente trabaja por conseguir el derecho a la autodeterminación de los pueblos, la preservación de la naturaleza, el fin del fascismo, xenofobia, homofobia y cualquiera de las formas de injusticia del género humano, tomando como base ideológica el marxismo-leninismo, las aportaciones de los movimientos de liberación, y de los procesos revolucionarios que han contribuido al progreso de la humanidad.

La Juventud Comunista se conforma de jóvenes de entre 14 y 30 años. Personas que no vivimos la transición, no votamos la Constitución Monárquica, ni asistimos a la firma de los pactos de la Moncloa. Tenemos por tanto como asignatura pendiente la ruptura democrática. Creemos que es el momento de exigir nuestro papel en la historia, de luchar en contra de la supremacía que el poder económico, monopolios, oligopolios, grandes empresas, bancos y demás poderes fácticos ejercen sobre el conjunto de la humanidad. Creemos que es la hora de ahondar y de apostar por la radicalidad democrática, y por la construcción de una Tercera República que se articule en torno al derecho fundamental al empleo digno, la dignidad, la paz y la libertad que el sistema actual nos niega.

Creemos que la lucha por una vida digna se construye en base a espacios de socialización, participación libre y directa, justicia, reparto del trabajo y la riqueza, valores de solidaridad y de lo colectivo, propiedad social, trabajo digno, ocio creador, educación digna, creación artística y cultural, defensa de la naturaleza y de la paz entre los pueblos.

Nos encontramos ante un contexto global donde los cambios operados social, política, ideológica y económicamente, han venido a reforzar la violencia imperialista y la situación de dominación sobre el conjunto de la clase trabajadora: mujeres y hombres, nativos e inmigrantes, explotados y excluidos, trabajadores manuales e intelectuales, parados, estudiantes, indefinidos, fijos, discontinuos, temporales, eventuales, becarios...

Ante todo esto planteamos la lucha por la democracia participativa en contra del modelo neoliberal, como primer paso hacia la construcción del socialismo del siglo XXI, y que lleve a las clases populares, por la vía de reconquistar derechos y libertades arrebatados, a asumir su tarea de superación del sistema capitalista.

El neoliberalismo supone un recorte de derechos y libertades fundamentales a las personas explotadas y excluidas, y una negación de sus posibilidades de libre y directa participación en la reorganización y el cambio de la sociedad. Por ello apostamos por una democracia participativa, no en el sentido laxo de capacidad para decidir sobre una parte de los presupuestos municipales, sino como fórmula aglutinadora de reconstrucción de la conciencia de clase, de organización del poder popular, y de creación de una alternativa acorde con la dignidad de las personas. Algo completamente imposible de erigir si no es entrando en una lucha abierta en contra de los fundamentos del capitalismo

La ampliación de los métodos de participación ciudadana, la constitución de centros de poder alternativos a los del Estado del capital, y la participación democrática de la sociedad en su propia organización, en directa rivalidad con el poder económico, creemos son aspectos fundamentales en el camino de la construcción del socialismo.

3

2. La importancia de la formación.

Los jóvenes comunistas requerimos para nuestra actividad de una formación política e ideológica, que nos ayude a conformar un análisis e interpretación de la realidad en la perspectiva de su transformación.

Necesitamos de formación política tanto teórica como práctica, así como necesitamos de formación ideológica y en valores culturales para nuestro trabajo cotidiano en los movimientos sociales. Como don Quijote y Sancho Panza, nuestra formulación ha de estar basada en un equilibrio entre el ideal y la realidad, entre lo que debería ser y lo que es realmente. Mediante un conocimiento amplio y continuo de ambos aspectos podremos intervenir en aquellos puntos que no nos gustan de la realidad, con el objetivo de convertirla en aquella idea que deseamos, es decir, con el objetivo de realizar la idea, o de hacer entrar a nuestra idea en el mundo de la realidad.

En pocas palabras, los jóvenes comunistas necesitamos aprender el comunismo, y este proceso de aprender es un arte que engloba el aprendizaje de todos los conocimientos y las actividades humanas, es decir, necesitamos aprender de todo para nuestra lucha. Como toda ciencia, como todo arte, el “Comunismo” o el “Socialismo Científico” requiere de estudio, de conocimiento de esta ciencia para su posterior aplicación práctica.

Con los materiales de formación pretendemos aportar instrumentos útiles de trabajo político-ideológicos, que sirvan a todo joven comunista para ir adquiriendo, conformando y ampliando sus conocimientos generales en todos los campos.

La propia identidad de lo que somos los jóvenes comunistas ha de entenderse también por qué queremos, y qué debemos ser los jóvenes comunistas, esto es, hacia qué objetivos queremos y debemos dirigirnos la juventud comunista, mediante qué línea de actuación, y cómo nos organizaremos internamente para lograrlo.

El Comunismo: conceptos.

Hablar de comunismo supone hablar de muchas ideas, pues dicho termino encierra en sí mismo varios conceptos, todos ellos complementarios y enriquecedores. Tratándonos de una organización que como máxima expresión se define así misma como “comunista”, no podemos dejar de dedicar en primer lugar unas breves líneas a exponer los conceptos y significados fundamentales de lo que entendemos por Comunismo. Para ello será seguramente necesario librarnos de muchos tópicos e ideas preconcebidas, con las que durante años ciertos sectores han tratado de demonizar la propia palabra en sí, a fin de evitar la profundización y estudio de sus verdaderos significados.

En primer lugar el comunismo es una concepción del mundo en la cual el ser humano, de manera conciente, asume su papel como sujeto revolucionario que transforma el medio en que vive y a sí mismo, con objeto de satisfacer sus necesidades materiales y espirituales, y en la búsqueda de su propia felicidad mediante un desarrollo armónico, dialéctico, con la naturaleza.

En segundo lugar el comunismo es una filosofía de la vida en la cual el ser humano, que forma parte de la comunidad humana, se desarrolla como persona a partir de la relación con otros seres humanos, es decir, mediante la socialización. La base para la existencia de esta comunidad humana esta en que la misma se asegura sus propios medios de vida, lo cual requiere de la participación de toda la comunidad en las distintas actividades que provean de dichos medios y, por tanto, de la participación en la producción, el intercambio, distribución y consumo de dichos medios de vida.

En tercer lugar el comunismo es una ciencia en manos del proletariado, basada en los métodos del materialismo dialéctico, materialismo histórico y el socialismo científico, mediante la cual actúa políticamente para transformar las condiciones de vida que le impone el capital. Es por tanto una guía de la clase trabajadora para la acción política. Como toda ciencia precisa de estudio y aplicación del método científico en su implementación, así como se basa en el principio de ensayo y error, manifestado tras la

4

necesaria experiencia práctica de intentar elevar la idea de comunismo a la realidad del mundo. No es un dogma cerrado e inmutable, sino abierto a la interpretación y a su propia evolución.

En cuarto lugar el comunismo es un movimiento histórico revolucionario real, cuyo objetivo es la liberación del ser humano de toda forma de opresión, dominación, y discriminación por parte del propio ser humano. Es un movimiento porque es un proceso en constante desarrollo, es histórico porque forma parte de la misma historia de la humanidad, es revolucionario porque pretende transformar la vida del ser humano desde la raíz, y es real porque existe en la realidad objetiva común a todas las personas.

En quinto lugar, el comunismo, es una creación del mundo humano basado en la construcción de una gran obra colectiva, de acuerdo con un plan: la construcción de una sociedad nueva y de un ser humano nuevo, aprovechándose de los recursos de la ciencia y la técnica. Un mundo donde no exista división del trabajo (manual-intelectual) y donde la paz, la cultura, la cooperación, la solidaridad, la libertad, la igualdad y la justicia social sean los valores más preciados para la convivencia humana.

En sexto lugar, el comunismo es un sistema socioeconómico basado en formas colectivas de propiedad y de organización social, desapareciendo la propiedad privada de los medios de producción, en la idea de que cada cual dé de si a la colectividad humana lo que pueda según su capacidad, y reciba de la misma según lo que necesita para poder vivir. De cada cual según sus posibilidades, a cada cual según sus necesidades.

En séptimo lugar el comunismo, como ya hemos avanzado, es una fase histórica de la humanidad, caracterizada por la superación de la lucha de clases y del modo de producción capitalista, basado este último en la propiedad privada de los medios de producción y en la lógica del máximo beneficio personal. En la historia de la humanidad ya han existido experiencias prácticas, si bien siempre con resultados parciales y dispares hasta el momento, de construcción de una sociedad basada en el comunismo.

Y por último, en octavo lugar, el comunismo es una teoría política que plantea el uso de la revolución social como medio para la conquista del poder político, en aras de poner fin a la propiedad privada de los medios de producción, a las clases sociales y sus luchas, y al Estado concebido como máquina de poder político represivo en manos de unos pocos seres humanos, para la opresión de otros muchos.

El comunismo es por tanto la expresión y la síntesis de las aspiraciones más avanzadas e inalienables de la humanidad en general, las cuales pretenden superar la explotación del hombre por el hombre, así como del proletariado en particular en el marco del capitalismo.

5

3. El nacimiento de la UJCE.

Breve introducción a la cultura histórico-formativa de la organización.

Nuestra organización, a fecha de la primera edición de este texto, lleva a sus espaldas una existencia con casi 90 años de trabajo. Miles de jóvenes (y por tanto miles de vivencias personales) han escrito desde sus filas gran parte de la historia de la lucha obrera juvenil en España. El futuro de esta ininterrumpida tarea descasa ahora también en tus propias manos, camarada, pero es importante poder ofrecer un hueco al conocimiento de nuestros propios orígenes, así como al desarrollo histórico de la organización desde sus comienzos. Una organización que mantiene vivas sus raíces, las estudia y las analiza como cultura formativa, es capaz de aprender y canalizar con aprovechamiento útil toda su experiencia previa.

Una perspectiva completa y profunda de la historia de la UJCE excedería comprensiblemente la utilidad y espacio de este documento, por lo que aquí nos centraremos en esbozar una breve introducción, a modo de aperitivo formativo, sobre su origen hasta la llegada de la II República.

La formación de la Unión de Juventudes Comunistas de España se encuentra íntimamente ligada a la fundación del Partido Comunista, y encuentra su origen directo en la Gran Revolución Socialista de Octubre de 1917. Su impacto se dejó sentir pronto entre la clase obrera y la juventud trabajadora de todo el mundo, abriéndose un debate en el conjunto del movimiento obrero acerca de la estrategia, la táctica, el programa o las formas de organización. Como consecuencia de esos debates y de la experiencia de la Revolución Soviética, se constituyó en marzo de 1919 la III Internacional, llamada la “Internacional Comunista” o “Komintern”. En un breve plazo todas las organizaciones obreras del mundo tuvieron que optar entre ingresar en la Komintern, o en la reconstituida “II Internacional Socialista”.

En España el debate acerca del ingreso en la Komintern o en la II Internacional tuvo dos escenarios: uno en las Juventudes Socialistas y otro en el PSOE. En la Federación de Juventudes Socialistas el debate se resolvió rápido. En abril de 1920, en medio de un ambiente de fervor revolucionario, las Juventudes Socialistas aprueban su ingreso inmediato y sin condiciones en la Internacional Comunista, constituyéndose en Partido Comunista Español. A este primer núcleo joven de comunistas organizados en nuestro país se le llamó “los cien niños”. Seguidamente, en el I Congreso de este primer Partido de abril de 1921, se organiza la “Federación de Juventudes Comunistas” (la primera organización juvenil comunista que existió en nuestro país). Desde entonces se establece la fecha de abril de 1921 como la fecha de fundación de la Juventud Comunista en España.

El Partido Comunista de España (PCE) nacería meses más tarde, en noviembre de 1921, de la fusión de los prematuros Partido Comunista Español y Partido Comunista Obrero Español (escisión de las filas comunistas aún dentro del PSOE). La política de la Komintern (reflejada en las “21 Condiciones de Ingreso”) era tener un solo partido comunista en cada país, lo que obligó a está fusión del Partido Comunista Español y el PCOE. Las Federaciones Juveniles Comunistas de ambos partidos se fusionaron por su parte en la Unión de Juventudes Comunistas de España ese mismo mes, nombrando Secretario General a Tiburcio Pico. La organización juvenil unificada pasaría a formar parte de la Internacional Juvenil Comunista, y en agosto de 1922 apareció el primer órgano de prensa de la UJCE, titulado "El Joven Comunista".

¿Qué podemos destacar de nuestro momento fundacional?: El importante papel que tuvo la juventud en la fundación del Partido Comunista. Esa determinación nos da la medida del ambiente de optimismo revolucionario que desató la Revolución de Octubre, y que era especialmente intenso entre la juventud combativa. Sólo así se explica que, apenas un año después de que las Juventudes Socialistas decidieran fundar el primer Partido Comunista, unas reorganizadas JJ.SS. volvieran de nuevo a tomar partido por la Internacional Comunista.

Los primeros años de existencia del PCE y UJCE están marcados por la convulsión. Tras la sucesión de varias huelgas y los desastres militares en Marruecos, marcándose la descomposición del régimen de la Restauración, el general Miguel Primo de Rivera da un golpe de Estado con el apoyo del rey Alfonso XIII en septiembre de 1923. La CNT y el PCE trataron de organizar un movimiento opositor a la dictadura sin éxito,

6

mientras que de otro lado el PSOE, las nuevas Juventudes Socialistas y la UGT asumieron el golpe como hecho consumado, iniciando una ominosa trayectoria de apoyo tácito al régimen por considerarlo “un mal menor”.

De esta manera la dictadura persiguió a todas las organizaciones obreras exceptuando las de los socialistas. Así el PCE y la UJCE conocieron su primer período de clandestinidad, donde los años iniciales de la dictadura (1923-1925) estuvieron marcados por constantes convulsiones internas y la permanente cooptación de cuadros de la Juventud al Partido, a fin de nutrir direcciones caídas bien por detenciones, bien por conflictos internos.

El descontento generalizado se agudiza hasta la inevitable caída de Primo de Rivera en 1930, al que le sigue un breve retorno al régimen de la Restauración, que se ve forzado a convocar elecciones ante el malestar en el país. Republicanos y socialistas organizan un Comité Revolucionario para emprender acciones comunes. Los comunistas quedan fuera del movimiento, al considerar que sólo la clase obrera debía dirigir la revolución democrática para poder convertirla en revolución socialista. Rechazan de inicio cualquier compromiso con los republicanos, considerándose a los socialistas como los principales aliados y sustento del fascismo en el continente europeo (a nivel de la estrategia de la Komintern, eran los años de la consigna de lucha contra el “socialfascismo”).

Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 dan el triunfo en las grandes ciudades la coalición de socialistas y republicanos. Alfonso XIII huye del país, y se proclama la II República Española. Los comunistas reciben la II República con hostilidad. En la Puerta del Sol de Madrid, mientras las calles estallan de júbilo, muchos militantes comunistas lanzan las consignas “¡Muera la República burguesa!” y “¡Viva la República de los Soviets!”. Para las y los comunistas esta etapa va a tener por tanto dos momentos claramente diferenciados. Un primero momento en el que se arrastra la hostilidad inicial con la que Partido y Juventud recibieron a la República, y un segundo momento en el que ambas organizaciones despliegan una amplia política de unidad popular y antifascista en defensa de la perspectiva republicana.

En estos años las organizaciones crecen y se consolidan gracias al reforzamiento, vigor y pujanza que demuestra el movimiento obrero en estos años. Las expectativas generadas por la II República supusieron un auge de los movimientos y las organizaciones populares. En este contexto se realiza en Bilbao el “I Congreso de la UJCE” (1932) donde se procedió a una fuerte renovación y reorganización interna. A partir de este momento la UJCE va a poder consolidarse como una verdadera organización, y a desplegar una política propia entre la juventud trabajadora. Un proceso igualmente importante se da en el seno del PCE tras su “IV Congreso” de Sevilla ese mismo año. Pese a que este Congreso no supuso un cambio inicial en la política del Partido, si conllevó a la larga una renovación de los órganos de dirección. El llamado “grupo de Bullejos” (León Trilla, Juan Adame, etc.) siguió ocupándose del Buró Político pero, tras un conflicto con la Komintern, fueron finalmente expulsados de todo órgano. Un nuevo equipo de dirigentes como Dolores Ibárruri, Pedro Checa, Vicente Uribe o Antonio Mije, con José Díaz al frente, pasan a conformar el nuevo Buró Político. Este será el equipo de dirección histórico del Partido durante la República y la Guerra Civil.

Con la formación de una dirección estable y capaz y la pacificación interna del Partido, la presión sobre la UJCE para cooptar y pasar cuadros al PCE se redujo, lo que fue decisivo para ayudar a su consolidación. Otro buen síntoma de consolidación fue la elección del primer diputado comunista, el doctor Cayetano Bolívar, que obtuvo su escaño por Málaga en las elecciones de 1933. Durante estos comicios, ganados por la derecha de Gil Robles, el PCE se presenta a favor del Bloque Antifascista junto con la UJCE y la Confederación General de Trabajo Unitario, sindicato comunista afín al Partido. Puede decirse que en ese momento, el PCE y la UJCE, pasaron de una situación de alarmante marginalidad y debilidad orgánica a ser fuerzas políticas con una mayor consolidación y potencial. El devenir de los hechos a partir de ese momento supusieron un rápido crecimiento y fortalecimiento de los comunistas, que en el ámbito juvenil desembocaría en el proceso de creación de la Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) en marzo de 1936, poco antes del alzamiento militar fascista contra el legítimo gobierno del Frente Popular.

Guerra, Clandestinidad, Reconstitución, Unidad... son algunas de las muchas palabras que definirán nuestra trayectoria a partir de ese momento. Hoy seguimos adelante, incombustibles, escribiendo nuevas páginas de nuestra Historia.

7

4. Juventud y movimiento juvenil.

La Juventud en el Capitalismo.

El conjunto de la clase trabajadora vive una constante situación de abuso por parte del capital, pero la juventud, como sector social, sufre además una innegable problemática específica. El movimiento juvenil, al igual que la juventud, no es homogéneo ni en cuanto a intereses ni a concepciones ideológicas. La juventud no está al margen de la sociedad, y en ella se refleja también la lucha de clases. Todos los jóvenes no vivimos las mismas condiciones de vida y por tanto nuestros intereses tampoco son los mismos. Dentro del marco del capitalismo podemos hablar de dos clases de juventud: la elite juvenil, juventud integrada, proveniente y defensora de las clases poseedoras; y por otro lado la masa juvenil, juventud excluida, proveniente de las clases desposeídas. Estas diferencias de clase se manifiestan en todos los ámbitos sociales desde el socioeconómico, destacando principalmente su participación en el mercado laboral, hasta el ámbito sociocultural, destacando principalmente su participación en la cultura de masas.

El capitalismo condena a la masa juvenil a condiciones de explotación, al mismo tiempo que ofrece felicidad a la joven generación de las clases ricas detentadoras del poder. En la actualidad, cada vez más, la masa juvenil está siendo excluida del goce de los derechos de los que gozaban las generaciones anteriores de trabajadores. Existe una clara ruptura generacional entre las condiciones de vida de la actual generación joven de trabajadores, y las condiciones de vida conquistadas por la anterior generación. La ruptura generacional es consecuencia, entre otras cosas, de la fragmentación de la clase trabajadora y de la cultura de masas basada en el consumismo, impuesta por el capitalismo, o lo que es lo mismo, de la cada vez mayor división del trabajo y de la cada vez mayor concentración del capital.

La generación joven de hoy no tiene garantizado ninguno de los derechos a priori ya ganados para los trabajadores. Hablar de contratos estables, salarios dignos, vacaciones pagadas, prestaciones por desempleo, bajas por maternidad, bajas por enfermedad, indemnizaciones dignas por despido, pensiones de jubilación, acceso a la vivienda digna, educación y sanidad publicas garantizadas etc., es hablar de derechos supuestamente garantizados aún para gran parte de la población, pero es hablar en otro idioma para la inmensa mayoría de la población juvenil de hoy que se incorpora al mercado laboral, o que directamente aún está completando sus estudios.

La fragmentación de la clase trabajadora por parte del capital se ha realizado de múltiples formas, y la vía de la ruptura generacional en las condiciones laborales, y consiguientemente en las condiciones de vida, es solo una de estas formas. La división generacional de la fuerza de trabajo es la división en función de la edad: con paro y contratos basura, de carácter formativo o en prácticas, y sin derechos para la obtención de determinadas titulaciones académicas. Se trata a fin de cuentas de adquirir experiencia con condiciones laborales diferentes a las de generaciones anteriores, en situaciones más vulnerables, y con beneficios directos para el empresario.

Tanto en el ámbito socioeconómico como en el ámbito sociocultural el capital trata de domesticar igualmente, desde su juventud, a la generación más preparada de la historia en cuanto a formación en conocimientos humanos, técnicos y científicos se refiere. En los últimos años se ha experimentado una inmersión de los sectores privados en el sector educativo, cada vez más profunda, que amenaza con acabar imponiendo una mercantilización del conocimiento y un control perverso de la educación.

Todo ello está conllevando a la desorganización de los trabajadores para luchar contra las agresiones empresariales, que se traduce, entre otras cosas, en un bajo índice de sindicación, es decir, de organización para la lucha de un nuevo proletariado que se incorpora al mercado laboral. Lo que se fomenta es el valor de competitividad entre trabajadores y el individualismo, intentando que percibamos a cualquiera en nuestra misma situación no como a un posible aliado, sino como un competidor que comparte un mismo nicho ecológico. La única solución ante esto que ofrece el sistema capitalista es una rápida integración en su modelo y cultura, dirigida a todos aquellos que no muestren oposición ni crítica con la suerte que les ha tocado vivir. El mensaje por su parte es simple y directo: “Esto es lo que hay, y no lo puedes cambiar”.

8

La cultura de masas con la hegemonía de los valores capitalistas y su concepción del negocio alienante, donde lo joven es un producto a vender, la participación de los jóvenes se reduce a una participación social basada en el consumismo impuesto por el mercado, y donde la juventud es sujeto del consumo, no hace más que manifestar la función de integración en el sistema. Hablamos de una cultura de masas imperante sobre la base del acceso masivo de la población a la formación, por la cual la misma está cada vez más instruida, pero que sin embargo tiene menos facilidades a la hora del acceso al mercado laboral. Esto se debe a la nula planificación democrática sobre la formación de recursos humanos, que equilibre la oferta y la demanda de estos en función de las necesidades sociales y del avance tecnológico. Cultura de masas que utiliza cada vez más la música, la literatura, el cine y el deporte como medios ideológicos transmisores y reproductores de los valores del sistemas, convertidos en un mercado muy amplio y variopinto, dirigido principalmente al consumo juvenil.

En definitiva, la marginación, la explotación, la represión, el fracaso escolar, el retraso en la edad de emancipación, la falta de espacios propios y la desigualdad en los salarios de hombres y mujeres, son algunas de las realidades que los jóvenes nos encontramos a la vuelta de la esquina en esta sociedad basada en el capitalismo salvaje. Ante esta realidad, y la necesidad ya mencionada de plantear respuestas colectivas a los problemas, los jóvenes han encontrado y adaptado diversas formas para organizar su lucha.

Relaciones espontáneas de la juventud.

La etapa juvenil es una etapa de la vida del ser humano caracterizada por el aprendizaje, esto es, por la asimilación de los conocimientos y experiencias de las generaciones anteriores a través de información percibida. Este aprendizaje terminará sentando las bases de desarrollo, en unos casos, y de modificación , en otros, de las relaciones de vida entre los seres humanos.

En cuanto a la mas elemental forma de existencia del movimiento juvenil, esta la encontramos en las relaciones espontáneas entre los jóvenes. Los grupos de amigos o de iguales son el primer paso con el que se inicia esta nueva etapa, en la que los jóvenes comenzamos a autoorganizarnos y a planificar nuestras actividades, aunque estas tengan un carácter puramente recreativo y de diversión. Con la participación y decisión voluntaria en las actividades, se abren en los jóvenes posibilidades de creación e invención, que determinan en muchos casos su posterior proyección social.

Sin embargo, estas formas primarias de relaciones colectivas, por su propio contenido, no pueden por si solas ofrecer resistencia a los problemas sociales de los jóvenes, luchar contra el uso despiadado de “lo joven” como objeto de consumo, ni mucho menos servir de apoyo para planificar sus vidas en mejores condiciones.

Movimientos Sociales. Existen muchas formas de relación mediante las cuales un grupo de personas pueden agruparse para trabajar por el cambio social, y en ocasiones estas relaciones pueden surgir de manera espontánea y no llegar a estructurarse formalmente. Cuando hablamos de movimiento social estamos haciendo referencia a espacios sociales organizados en torno a intereses comunes de los sujetos participantes en los mismos, es decir, a los movimientos de masas concretos. Grandes masas de personas organizadas en torno a problemática e intereses comunes.

Los movimientos sociales surgen de la necesidad de los seres humanos de unirse y relacionarse con otros que sufren la misma problemática, y que no se puede resolver sino por medio de la unión. De ahí surgen los intereses y objetivos de los movimientos sociales, bajo la perspectiva de ofrecer soluciones sociales ante problemas sociales.

En las sociedades capitalistas los problemas sociales tienen su origen en la división del trabajo y, más concretamente, en la división de la sociedad en clases que trabajan y clases que viven del trabajo ajeno. Esta división da lugar a la explotación y dominación de unos seres humanos por otros. De ahí que, en las sociedades capitalistas, los movimientos sociales adquieran un contenido de clase y, por ello, de lucha. La

9

eficacia del movimiento social dependerá en todo caso de su grado de unión, fuerza, cohesión y organización.

Entre los movimientos sociales actuales destacan los siguientes: movimiento obrero, movimiento feminista, movimiento estudiantil, movimiento ecologista, movimiento juvenil, movimiento nacionalista, movimiento pacifista, movimiento antimilitarista, etc.

Entrando ya en mayor detalle, el movimiento juvenil es un movimiento cuya base social son los y las jóvenes, y cuya característica principal es la existencia de problemáticas e intereses comunes y específicos del conjunto de la juventud. Dentro de este movimiento hay que enmarcar las actividades realizadas por los propios jóvenes a través de sus diferentes niveles de asociacionismo y organización, tanto en el plano socio político como en el plano socio cultural.

Los frentes de lucha juveniles.

Cuando hablamos de frentes de lucha estamos haciendo referencia a espacios sociales donde desarrollar nuestra actividad política, y que lógicamente suelen coincidir con el mismo ámbito de los movimientos sociales, es decir, a la organización de dichos movimientos sociales para la lucha por la liberación del ser humano: frente obrero (movimiento obrero), frente antimilitarista (movimiento antimilitarista), frente vecinal (movimiento vecinal), frente juvenil (movimiento juvenil), frente institucional (instituciones públicas), etc.

Los frentes de lucha de la juventud o frentes de masas juveniles son instrumentos de combate de que se dotan los jóvenes para resolver unos problemas sociales determinados. Estos instrumentos constituyen un nivel más alto de relación entre los jóvenes, y son los espacios donde aprenden de forma práctica a luchar.

Los principales frentes de lucha juvenil son tres: el movimiento obrero, el movimiento estudiantil y el movimiento popular o de barrio. Sin embargo, también cabe destacar otros frentes donde la participación juvenil alcanza hoy en día cotas importantes, como son el movimiento ecologista, antimilitarista, feminista, antifascista, deportivo y cultural. Todos estos movimientos sociales tienen participación de la juventud, si bien ninguno de ellos es netamente juvenil.

1. Obreros.

El movimiento obrero es aquel movimiento social organizado en torno a las problemática que sufren los trabajadores (condiciones laborales), y que lucha por los intereses (derechos laborales) que estos defienden. Con la Revolución Industrial, amplios sectores de la sociedad comienzan a sentirse desprotegidos ante los abusos de la clase dominante. Las malas condiciones de vida impuestas por el modelo productivo emergente, abanderado por la burguesía, impiden a la mayoría de la población vivir con dignidad. Ante esta situación, el proletariado comienza a tomar conciencia de clase dominada y empieza a argumentar una respuesta organizada, basada en tres pilares:

1..La lucha por lo derechos laborales, articulada a través de las centrales sindicales.2..La lucha por el poder político, gracias a los partidos obreros.3..La lucha por los medios de producción. Los trabajadores constituyen las primeras cooperativas de trabajo, con la finalidad de gestionar de manera democrática los medios de producción.

Estos tres movimientos sociopolíticos configuran lo que empieza a denominarse “Movimiento Obrero”. Paulatinamente, la clase dominada comienza a dar pasos adelante en la conquista de la emancipación. El mayor ejemplo de victoria es la Revolución Soviética cuando, por primera vez, se constituye en el mundo un Estado Proletario.

El principal instrumento del que se ha dotado el movimiento obrero para intervenir en la realidad y resolver su problemática es el sindicato de clase. Las organizaciones sindicales de clase pretenden representar los intereses comunes de todos los trabajadores. Es por tanto necesario participar y organizar a los trabajadores jóvenes en los sindicatos de clase y sus áreas específicas de juventud, pues son el marco

10

central desde el que se desarrolla la actividad del movimiento obrero. En cualquier caso, el ámbito esencial donde se desarrolla el movimiento obrero es el propio centro de trabajo.

2. Estudiantes.

El movimiento estudiantil es aquel movimiento social organizado en torno a las problemáticas que sufren los estudiantes (condiciones educativas), y que luchan por los intereses (derechos y mejoras educativas) que estos defienden. El principal instrumento del que se ha dotado el movimiento estudiantil para intervenir en su realidad, y resolver su problemática es la asociación de estudiantes.

Las organizaciones estudiantiles pretenden representar los intereses comunes de los estudiantes.Es por tanto necesario participar y organizar a los jóvenes estudiantes en las asociaciones estudiantiles, procurando asegurar el relevo entre las distintas generaciones transitorias, con el objeto de garantizar su existencia. Otras formas de organización han ido surgiendo en el seno del movimiento estudiantil, como son las asambleas de estudiantes, las coordinadoras de estudiantes y las juntas de delegados que, junto a los consejos escolares, constituyen los pilares donde participan y se organizan los estudiantes, pero el ámbito esencial donde se desarrolla el movimiento estudiantil es siempre el centro de estudio.

3. Otros.

Movimiento Popular es aquel movimiento social organizado en torno a problemáticas que sufren los jóvenes en los pueblos y los barrios, derivadas de la falta de espacios (locales y equipamientos) y/o recursos para realizar actividades (lúdicas, recreativas, culturales), y que lucha por los intereses de estos. El principal instrumento del que se ha dotado el movimiento popular para intervenir en su realidad y resolver su problemática es la asociación de vecinos. Las organizaciones vecinales pretenden representar los intereses comunes de un conjunto de población en un determinado contexto social. Una variante de este movimiento (en la cual la participación es altamente juvenil) es el movimiento okupa, que trata de liberar espacios para uso social y cultural, a partir de la revitalización y acondicionamiento de locales vacíos en manos de la especulación inmobiliaria o el simple abandono. Por lo general, la organización de cualquier proyecto de okupación, suele partir del principio de autogestión de los espacios y las actividades que en estos se realicen. El ámbito donde se desarrolla el movimiento okupa es el centro social okupado.

Movimiento Feminista es aquel movimiento social organizado en torno a las problemáticas que sufren las mujeres en una sociedad heteropatriarcal, tanto en el ámbito socioeconómico (perspectiva de clase) como en el ámbito sociocultural (perspectiva de género), a consecuencia de la división del trabajo y la asignación de roles sociales en función del sexo. Este movimiento lucha por la igualdad efectiva entre hombres y mujeres en cualquier ámbito de la sociedad.

Movimiento Pacifista es aquel movimiento social organizado en torno a las problemáticas que sufre la sociedad por la existencia de los conflictos bélicos en general, y que lucha por los intereses de la paz entre los pueblos. Entre las variantes principales destaca el movimiento antimilitarista, donde existe una alta participación juvenil, que trata de combatir el militarismo a partir del reconocimiento del derecho fundamental a la objeción de conciencia, y de la acción política mediante la insumisión a las instituciones militares y a sus alternativas sociales (Prestación Social Sustitutoria).

Movimiento Ecologista es aquel movimiento social organizado en torno a las problemáticas que sufre la sociedad por el deterioro medioambiental, la destrucción paulatina de los ecosistemas, y la sobreexplotación de los recursos naturales, luchando por mejorar y preservar de calidad de vida de los seres humanos y del resto de seres vivos en su entorno natural. La mayoría de movimientos organizados trabajan igualmente por el establecimiento de modelos de desarrollo y consumo más sustentables como vía de solución de estos problemas, lo que exigiría la reorientación del conjunto de las relaciones e interacciones del hombre con el medio. Actualmente parte del movimiento ha evolucionado hacia posiciones políticas alternativas, recurriendo al “Ecologismo” como marca electoral.

11

Movimiento Antifascista es aquel movimiento social organizado en torno a las problemáticas que sufre la sociedad por la existencia del fascismo, y sus manifestaciones de opresión contra los trabajadores. Es importante analizar el fenómeno del fascismo en el marco de la estrategia de la oligarquía, y dentro de la dinámica de la lucha de clases como una expresión política de esta. Debemos evitar en todo lo posible caer en una visión reduccionista y simplista del término. El fascismo se enmarca dentro de la estrategia de la oligarquía como clase dominante, teniendo más relevancia o un carácter más explícito en función de la dificultad o la facilidad con que pueda imponer este dominio. En otras palabras, el fascismo es la imposición por cualquier vía de los intereses de la oligarquía. El fascismo, como forma de gobierno que se ejerce desde el control del Estado, es una excelente herramienta de dominación política, que puede incluir la vía militar, económica, psicológica e ideológica. Las agresiones y ataques de grupos de extrema derecha, como extensión más violenta del fascismo ideológico, es otro de los problemas graves persistentes en la sociedad.

La UJCE mantiene igualmente lazos de trabajo y apoyo con otros muchos movimientos políticos y sociales que estimamos de gran importancia, como son el Movimiento de Migrantes (Derechos de los emigrantes, inmigrantes, desplazados y refugiados), Movimiento LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales) o el Movimiento por la III República (MP3).

12

5. La necesidad de organizarse políticamente para luchar.

El movimiento juvenil esta inmerso en el capitalismo y se ve limitado por él en la resolución de su problemática. La división de la sociedad en clases es el origen de los problemas sociales, entre ellos, los problemas de la juventud, por lo que no es posible que única y exclusivamente el movimiento juvenil pueda resolver dichos problemas.

Se hace necesario unir, coordinar y orientar toda la lucha juvenil en el sentido de situar el fondo y origen real de la problemática juvenil en la existencia del capitalismo, con el objetivo de poder organizar de forma efectiva el movimiento juvenil. Además de los frentes de lucha se necesita de otro tipo de organización, de una cualidad distinta, que oriente la actividad del movimiento juvenil en función de los intereses de la clase a la que pertenece y representa. Este nivel de organización lo han de constituir las organizaciones políticas juveniles de clase.

La Juventud Comunista es una organización política juvenil que pretende orientar el movimiento juvenil, trabajando con el resto de jóvenes, para incorporarlos a la lucha por la construcción del socialismo.

La necesidad de la Juventud Comunista. La problemática específica diferencial de la juventud debe ser asumida políticamente por una organización igualmente específica. Este fue el análisis al que llegaron los partidos comunistas cuando se constituyeron en origen, lo cual supuso la creación de las organizaciones juveniles comunistas como necesidad de llevar la política a las generaciones mas jóvenes, con el objetivo de incorporarlas a la lucha por el socialismo. Las organizaciones juveniles comunistas, por tanto, tienen el mismo objetivo que los partidos comunistas, pero se diferencian en la forma de llevar la política a la población, pues ambas organizaciones tienen diferentes destinatarios.

Esta diferente forma de acercar la política a la población conlleva a la independencia orgánica de la UJCE, lo que significa la existencia de la UJCE como organización propia, autónoma, con una dinámica, unos estilos y unos métodos de trabajo particulares, acordes para la actividad de incorporación de los jóvenes a la lucha de clases.

Asimismo las organizaciones juveniles comunistas son escuelas para la formación de comunistas. A través de su propia experiencia en la lucha de clases, forma política e ideológicamente cuadros políticos para su posterior incorporación a los partidos proletarios. Formación entendida como un proceso que comienza justamente con el ingreso en la organización juvenil, y que adquiere madurez con la militancia en la organización partidaria.

De todo esto se desprende que la UJCE debe actuar como un instrumento a través del cual la juventud conozca y asimile su problemática, hallando iniciativas de reivindicación y lucha, para lo cual se requiere de independencia orgánica y autonomía política.

a. Organización política juvenil.

La Juventud Comunista es una organización política porque todas las luchas en la sociedad, incluida la juvenil, tienen carácter político, es decir, que no se desentiende ni se lleva a cabo al margen de la lucha obrera. Por ello todas nuestras tareas, desde las más simples a las más complejas, son tareas políticas, y toda nuestra actividad es entendida como una actividad política. Tanto nuestro trabajo en los frentes de lucha, como nuestro trabajo en las instituciones publicas de carácter juvenil, lo consideramos actividad política. El objetivo es elevar la conciencia social en la juventud, hacerles participar activamente en la lucha del movimiento juvenil y, por ende, en la lucha de clases.

La Juventud Comunista es una organización juvenil porque su ámbito de actuación y de influencia social, como hemos dicho, es la juventud. Se organiza y se compone por jóvenes afiliados individualmente. Hace

13

suya la problemática juvenil así como recoge los estilos y métodos de trabajo de los jóvenes, diferentes en ocasiones a los empleados por los adultos.

La Juventud Comunista es una organización, como su propio nombre indica, comunista, porque tiene como objetivo contribuir a la incorporación de los jóvenes de forma activa a la lucha por la construcción del socialismo y el comunismo. Tiene por método de análisis de la realidad el materialismo dialéctico e histórico, y tiene por actividad el trabajo político dentro de la lucha de clases.

b. Organización de clase.

La Juventud Comunista es, por sus orígenes, una organización juvenil obrera, ya que nace para responder a la necesidad de los jóvenes trabajadores de agruparse para luchar por sus derechos económicos, políticos y culturales.

La Juventud Comunista es una organización de la clase obrera porque su principal objetivo es incorporar a la generación joven a la lucha común de la clase obrera, contribuyendo así a la liberación del ser humano de la explotación capitalista, en la perspectiva de la liberación del género humano de toda explotación.

c. Organización partidaria.

La Juventud Comunista es una organización revolucionaria, porque actúa como instrumento en manos de los jóvenes para poder organizar la lucha por transformar sus condiciones de vida.

Es una organización partidaria porque se vincula políticamente a los partidos proletarios, en nuestro caso, el “Partido Comunista de España” (PCE), del que es su relevo natural. Sin embargo la UJCE no es un “partido en pequeño” o “el partido de los jóvenes”, sino la organización de referencia del PCE en materia de juventud, tal y como vienen constatando sus documentos congresuales.

d. Organización internacionalista.

La Juventud Comunista es una organización internacionalista porque tiene como principios el internacionalismo proletario, que destaca y hace valer los intereses comunes del proletariado independientemente de su nacionalidad, y la solidaridad internacional, que destaca y hace valer la cooperación y la paz entre los pueblos.

La Juventud Comunista se solidariza con todos los pueblos que se hallan comprometidos en la difícil tarea de la construcción del socialismo, así como todos los pueblos que luchan por su liberación contra el imperialismo. Asimismo, la UJCE participa de manera activa como miembro de pleno derecho en la “Federación Mundial de la Juventud Democrática” (FMJD), organización que coordina a las organizaciones juveniles revolucionarias, comunistas y antiimperialistas de todo el mundo.

Construcción del movimiento juvenil combativo.

Las revoluciones sociales no las hacen los individuos, las grandes personalidades, por muy brillantes o heroicas que estas sean. Las revoluciones sociales las hacen las masas populares, de lo que se desprende que, en nuestra estrategia por la consecución del comunismo, la potenciación de un fuerte y combativo movimiento social de masas es fundamental.

En la actualidad el movimiento juvenil se encuentra bastante desarticulado, y sin una dirección política que lo oriente hacia una actividad más reivindicativa y combativa en defensa de sus intereses. Desde la Juventud Comunista consideramos necesaria la incorporación masiva de los jóvenes a la lucha por sus derechos mediante su organización, para avanzar así en la lucha por las transformaciones revolucionarias de la sociedad. Es necesario politizar y comprometer a los jóvenes en la lucha colectiva por sus derechos, entendiendo así al sujeto político no exclusivamente como al “profesional que vive de la política” (visión común en la sociedad actual), sino como cualquier sujeto con ideología y objetivos que trabaja activamente por ellos.

14

Desde la Juventud Comunista consideramos necesario vertebrar el movimiento juvenil, sobre el eje de la lucha obrera, en la estrategia de la creación de la identidad de clase proletaria, hoy fragmentada. Si los trabajadores no son conscientes de que, en si mismos, constituyen una clase social afectada radicalmente por los mismos problemas, nunca serán capaces de organizarse entre ellos para actuar conjuntamente con ánimo de resolverlos. La UJCE intentará por tanto fortalecer la conciencia de clase en si, y para si, entre la juventud trabajadora.

Consideramos necesario construir un movimiento juvenil amplio, combativo, reivindicativo, unitario y transformador sobre la base de la lucha contra el capitalismo, el imperialismo, el fascismo, el racismo, el patriarcado, la homofobia y cualquier clase de opresión sobre el ser humano, así como en defensa de la preservación del medio ambiente y de una sociedad comunista.

Tareas de la Juventud Comunista en el movimiento juvenil.

La Juventud Comunista ha de marcarse prioridades a la hora de plantear sus tareas en los distintos ámbitos donde se mueve la juventud, en función siempre de su propia fuerza y de los intereses del movimiento juvenil y del movimiento obrero.

Todo nuestro trabajo en los frentes juveniles no debe impedir la realización de trabajo directo, sobre todo de concienciación social (campañas, iniciativas, etc.), que debe orientarse como Juventud Comunista hacia diversos aspectos del movimiento juvenil. Estos son algunos de los ejes de trabajo más importantes:

a) La juventud trabajadora.

La Juventud Comunista tiene como tarea organizar a los jóvenes trabajadores en torno a la lucha por los derechos al empleo digno. Para organizar esta lucha existen instrumentos como son los sindicatos de clase, las asambleas de parados, las plataformas por el empleo digno, y las iniciativas juveniles contra la precariedad laboral.

b) La juventud estudiantil.

La Juventud Comunista tiene como tarea organizar a los jóvenes estudiantes en torno a la lucha por una educación pública y de calidad. Para organizar esta lucha existen instrumentos como las asociaciones de estudiantes, las asambleas y las coordinadoras de estudiantes, las juntas de delgados y los consejos escolares.

c) La juventud rural y urbana.

La Juventud Comunista tiene como tarea organizar a los jóvenes de la ciudad y el campo en torno a la lucha por las reivindicaciones populares de barrios y pueblos. Para organizar esta lucha existen instrumentos como son las asociaciones de vecinos, las casas de la juventud, los centros cívicos, las instalaciones deportivas y recreativas, los centros sociales okupados, los consejos de la juventud regionales y locales, etc.

d) La lucha antiimperialista.

La Juventud Comunista tiene como tarea organizar a los jóvenes en torno a la lucha por el derecho a la paz, contra el imperialismo, y por el avance en los derechos de autodeterminación. Para organizar esta lucha existen instrumentos como son las plataformas por la paz y las organizaciones de solidaridad con los pueblos.

e) La lucha antifascista.

La Juventud Comunista tiene como tarea organizar a los jóvenes en torno a la lucha contra el fascismo y su violencia en todas sus formas. Para organizar esta lucha existen instrumentos como son las coordinadoras, asambleas y plataformas antifascistas.

15

f) La lucha contra la represión y la discriminación.

La Juventud Comunista tiene como tarea organizar a los jóvenes en torno a la lucha contra la represión y la discriminación de cualquier tipo y procedencia (racial, social, sexual, religiosa, ideológica, etc.) Para organizar esta lucha existen iniciativas propias como “Stop-Represión”, y otras transversales, como puede ser la formación temática y la concienciación militante y social.

g) La lucha por la cultura, el ocio y el deporte popular.

La Juventud Comunista tiene como tarea organizar a los jóvenes en torno a la lucha por el derecho a la cultura popular, y en el fomento de redes sociales de ocio no basadas en relaciones consumistas. Para organizar esta lucha existen instrumentos organizativos como son los grupos de música, las compañías artísticas, las asociaciones de ocio y tiempo libre, así como cualquier tipo de asociación, equipo o peña deportiva que participe de un planteamiento alternativo y popular.

h) La lucha por la liberación de la mujer.

La Juventud Comunista tiene como tarea organizar a los jóvenes en torno a la lucha por la igualdad de género, por el empoderamiento de la mujer en todos los ámbitos donde ha sido tradicionalmente excluida, y en contra de la violencia machista y la cultura patriarcal. Para organizar esta lucha existen instrumentos como son las asociaciones, asambleas y coordinadoras feministas, por los derechos de la mujer, y contra la violencia de género.

16

6. Principios de organización y funcionamiento interno.

La organización del trabajo.

En esencia, el termino “organización” no hace referencia a más que a la distribución del trabajo entre un grupo de personas que luchamos por un objetivo común. Nos distribuimos tareas concretas y elegimos un responsable para cada tarea. Estos responsables siempre deben dar cuenta de su trabajo ante quien o quienes se lo encomendaron. Esto no significa que unos hagan y otros no, sino que todos los que se dicen miembros de una organización tengan un trabajo del que rendir cuentas. Se forma parte de una organización desde el momento en el que se desarrolla una tarea de la que hay que rendir cuentas, pues la única manera de sumar esfuerzos ante un proyecto y objetivo común es mediante la responsabilidad personal asumida libremente, y el trabajo real para ponerla en marcha.

Resulta muy fácil para cualquier organización sumar miembros a través de una simple adscripción, la entrega de un carnet, o cualquier otro mecanismo simbólico que no implique ningún esfuerzo por parte del nuevo socio, más allá de sentir una mayor o menor simpatía por la causa y objetivos de dicha organización. En la Juventud Comunista no buscamos “socios pasivos”, sino “militantes activos”. Personas con ideas y ganas de desarrollarlas, que puedan sentirse partícipes directos de los retos y logros de la organización gracias a la actividad realizada día a día en su seno, así como de su capacidad para participar en la toma de decisiones. Toda tarea dentro de la organización (por sencilla que parezca) tiene su importancia, y dependerán en gran medida de las posibilidades, aptitudes, y esfuerzo que se aporte. Cada militante determina en cada momento su compromiso con la organización, y no se le exigirá ni más ni menos que ese compromiso traducido en forma de responsabilidad concreta.

En el reparto de tareas debe estar siempre presente la dirección colectiva. Pensamos y hacemos entre todos. Los comunistas discutimos en espacios dedicados a ello, los órganos de dirección de nuestra organización (congreso, conferencias, comités, comisiones, plenarios, etc.). En cada uno se discute los objetivos que nos trazamos y nos distribuimos las tareas a realizar de las que daremos cuenta en el momento oportuno. En cada uno, en base a la discusión, nos pondremos de acuerdo en torno a una acción común, es decir, que si escribimos, debatimos y decidimos hacer algo, todos juntos debemos de trabajar por conseguirlo. Los debates se acaban cuando empieza la acción, y se vuelven a abrir cuando esta acaba para analizar los resultados, para hacer un examen detallado de lo que hicimos bien y lo que hicimos mal. Hemos de partir siempre de la base de que nunca nada es perfecto, todo es mejorable, y es posible aprender de los errores cometidos. Siempre habrá cuestiones positivas y cuestiones negativas en nuestras acciones, y mediante la critica y la autocrítica podemos delimitar cuales son.

Por tanto, todos debemos pensar y todos debemos hacer. Esto se puede resumir en:

1) libertad en la discusión, participación y elaboración de la línea política.

2) igualdad en la ejecución y unidad de acción en el cumplimiento de los acuerdos.

Crítica y autocrítica.

La crítica y la autocrítica son elementos absolutamente imprescindibles de trabajo para cualquier persona que quiera ser comunista. Partiendo de esa base de que nada es perfecto, nada es absolutamente bueno o malo, y huyendo de cualquier dogmatismo, la crítica y la autocrítica son las encargadas de señalar nuestros errores en cualquiera de los aspectos que conforman nuestro trabajo: en la actuación, en la línea política, en la estrategia, en la táctica, etc. Debemos señalar errores no para hacernos sentir culpables, sino para reorientar nuestro trabajo, para hacerlo más acertado y eficaz. Por otro lado no debemos olvidar que una crítica puede realizarse igualmente en sentido positivo, y es importante también para nuestra moral y nuestro espíritu combativo que destaquemos todos aquellos puntos que consideramos satisfactorios después de un trabajo bien hecho.

17

La crítica y la autocrítica son validas exclusivamente desde la responsabilidad colectiva, y si está tiene una orientación “constructiva” de cara al futuro. Desde el momento en el que todos discutimos, debatimos y adoptamos decisiones, todos somos responsables, porque en todos los acuerdos todos tomamos una parte de responsabilidad además de un trabajo concreto. Nadie tiene jamás derecho a criticar desde la pasividad, desde la inactividad, porque así pierde su sentido colectivo, pierde su sentido superador, pierde su sentido movilizador. Tampoco sirven las criticas ni las autocríticas sin la búsqueda de soluciones, sin la búsqueda de mecanismos para resolver los errores que se señalan. Cuando no buscan soluciones colectivas, hacen retroceder desde el momento en el que descalifican una actuación sin plantear una más útil, más eficaz, sencillamente mejor.

Las críticas son hacia las tareas, no hacia las personas. Nosotros no criticamos negativamente a una persona en concreto por no haber hecho algo, sino que criticamos el no cumplimiento de los compromisos adquiridos. Para esto, en base a la discusión, buscaremos una solución. Por ejemplo se puede proponer que la responsabilidad de la tarea pase a otra persona, o que por su dimensión esa tarea debería comprometer a más camaradas. En definitiva, lograr que una tarea se realice en mejores condiciones, y por las personas más adecuadas. Ya que todos debemos tener un trabajo del que rendir cuentas, en función del cumplimiento de las tareas de las que somos responsables, y en función a la crítica y la autocrítica que seamos capaces de realizarnos nosotros mismos, tendremos la fuerza de la crítica frente a las actuaciones de los demás. Crítica y autocrítica son por tanto ejercicios necesarios y positivos, pero en ocasiones complicados de dominar por parte de uno mismo, hasta convertirlos en verdaderas herramientas de análisis y superación.

Centralismo Democrático.

“Libertad en la discusión, igualdad en la ejecución”; así era como Lenin definía esta forma de funcionamiento. Este es el principio orgánico fundamental de la Juventud Comunista, que en parte otorga a la organización su condición leninista. Dicho principio conjuga la dirección centralizada con la democracia interna, la disciplina con la actividad, y el espíritu de iniciativa de todos los militantes con el amplio desarrollo de la crítica y la autocrítica.

Es necesario que la UJCE funcione como un solo puño en la defensa de los derechos de la juventud y en la aplicación de nuestra política. Tenemos un mismo objetivo, un mismo enemigo, a lo que tenemos que oponerle una sola organización y política revolucionaria. Para conseguir esto necesitamos un método que nos garantice el debate participativo, franco, abierto, así como unidad y disciplina a la hora de aplicar los acuerdos tomados por mayoría. Ese método es el centralismo democrático.

El centralismo democrático significa:

• Dirección colectiva, siendo los órganos los espacios destinados al debate y la síntesis. La libre participación en la discusión y la elaboración de la línea política de abajo a arriba, desde las bases a la dirección.

• El carácter electivo y revocable de todos lo miembros de los órganos de dirección de abajo a arriba.

• La obligación de los órganos de dirección a dar cuenta de su gestión.• La obligatoriedad en el cumplimiento de los acuerdos de los órganos superiores por parte de

los inferiores.• La prohibición de la existencia de fracciones o corrientes organizadas dentro de la

Organización, pese a que puedan ser expuestas libremente opiniones diversas dentro de los organismos correspondientes.

Uno de los grandes problemas que ha sufrido desde siempre el movimiento de izquierdas en este y otros países, es su tendencia a dividir sus fuerzas y enfrentar a sus componentes. Divisiones muchas veces motivadas por la tozudez y los problemas personales, actitudes estas de las que todos deberíamos sentirnos en parte culpables, pues debilitan la respuesta común contra los graves problemas que afectan a la clase trabajadora. Asumir el Centralismo Democrático como un principio de funcionamiento válido puede resultar en alguna ocasión complicado a título personal, pues supone que a veces tengamos que llevar a cabo acciones que creamos no son verdaderamente útiles, o defender en público planteamientos

18

que entendamos erróneos. En momentos de duda será necesario reflexionar con calma, teniendo en cuenta la madurez política que el Centralismo Democrático supone para la cohesión y fortalecimiento de la organización.

El centralismo y la democracia interna son un todo único, vinculados orgánicamente, que se complementan mutuamente y forman una sólida base en la estructura y actividad de la juventud comunista. No se puede aceptar lo uno y negar lo otro sin destruir la esencia misma del principio.

Unidad de Acción.

Este principio radica en la necesidad de que todos los acuerdos sean cumplidos y aplicados por el conjunto de la militancia, sin importar el lugar donde desarrollen su actividad política ni su responsabilidad concreta. Una única organización ha de mantener una sola línea política común, sólida, y consensuada, a fin de ofrecer una respuesta más contundente y coordinada en todos los frentes de lucha.

Con todo, este principio ha de ser aplicado con flexibilidad en el “cómo”, el método de trabajo, pero con firmeza en el “qué”, en la cuestión principal. La forma de actuar es irremediablemente dependiente de la realidad concreta de cada espacio, pero la necesidad de actuación deja de ser cuestionable, en la práctica, una vez ha sido aprobada entre todos la acción en si. Señalar también que, el hecho de mantener una línea política y estratégica general común para el conjunto de la organización a nivel central, no evita que las organizaciones intermedias, sectoriales, o incluso los propios colectivos de base, por sus propias dinámicas, ámbitos de trabajo y contexto, necesiten desarrollar actividad y política concreta. Simplemente esta deberá elaborarse y ejecutarse siempre sin entrar en contradicción con las líneas y directrices aprobadas en los órganos superiores, manteniendo siempre el necesario margen de maniobra y flexibilidad política y metodológica.

La Unidad de Acción ha de ser una dinámica cotidiana de la Juventud Comunista, por lo que es necesario mantener siempre unos cauces de comunicación interna fluidos y multidireccionales. Cada frente y área de trabajo ha de garantizar igualmente esta comunicación, manteniendo también una coherencia en la planificación y calendarización de las diferentes campañas que se lancen. Los cauces hoy en día para mantener a la organización informada alcanzan nuevas dimensiones gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías, pero no debemos olvidar que una dinámica activa, periódica y participativa de reunión de todos los órganos, sigue siendo el pilar básico para mantener las constantes vitales de la organización a un ritmo sano.

Con objeto de mantener una uniformidad igualmente identificativa en nuestra imagen de cara al exterior, adoptamos la denominación genérica de “Juventud Comunista” (JC) para todas las organizaciones miembro de la Unión (que utilizamos, por ejemplo, a la hora de firmar actos o murales) y la denominación de UJCE para referirnos a la organización central.

Sectorialización.

La Juventud Comunista y su discurso ha de estar presente allá donde se encuentra la juventud, y eso hace imprescindible su implantación en ámbitos concretos. Distinguimos por tanto tres espacios fundamentales para desarrollar nuestro trabajo: los centros de estudio, los centros de trabajo y los territorios.

Las estructuras sectoriales de Obreros y Estudiantes, emanadas de la “Conferencia de Sectorialización” de la UJCE, responden a la importante necesidad analizada por la organización de mantener una actividad política constante en el ámbito laboral y académico de la juventud trabajadora. El proceso de Sectorialización no es un proceso mecánico de creación de estructuras, sino que responde por tanto a unas necesidades concretas, sin menoscabo para la Unidad de Acción. Las organizaciones y colectivos sectoriales nacen con la voluntad de aumentar la implantación y capacidad de acción de la Juventud Comunista, trabajando inmersos en sus espacios de interacción con la juventud, a la vez que participan de la política general de la organización.

19

7. La Organización de la UJCE.

Estructura.

Organización de base: El colectivo.

Los colectivos son las organizaciones de base de la UJCE, esto es, sus unidades de acción y debate. Realizan tareas en contacto directo con la juventud, materializando la política de la organización .Los colectivos son básicamente el lugar de trabajo militante pero, siendo estos el primer espacio de la organización con el que tendrán contacto los nuevos militantes, nos extenderemos de forma especial en definir y aclarar más profundamente lo que representa un colectivo en nuestra organización, y su importancia.

Un colectivo es un grupo de jóvenes que, en sintonía con la línea política de la UJCE, se organiza, es decir, pasa a formar parte de un todo: la organización. Organizarse significa como ya hemos explicado la distribución de tareas, pero también ponerse a trabajar. En el seno del colectivo se utiliza también el debate, que debe llevar aparejado siempre una actuación práctica colectiva, la realización de una actividad en común para conseguir esos objetivos trazados en el debate. Teoría y práctica, pues, inseparables como siempre.

El colectivo es el elemento fundamental de contacto y de trabajo de la Juventud Comunista con la juventud. El encargado de transmitir nuestra política y nuestras ideas, mediante un conocimiento profundo del entorno, para transformar esa política y esas ideas en organización, en movimiento juvenil. La concreción de nuestra política depende en todo momento de la organización de base.

Los colectivos han de ser el primer lugar de formación de la militancia a partir de la actividad política diaria, del estudio de documentos y propuestas de la organización, del conocimiento del marxismo-leninismo y de su relación constante con las luchas de la juventud. Los colectivos deben afrontar los avatares y situaciones concretas a los que puedan verse sometidos de acuerdo con la política general de la UJCE. La discusión política y la resolución de problemas en el colectivo ha de servir para hacer de los nuevos miembros de la Juventud Comunista militantes conscientes, identificados con la política de su organización, capaces de responder individual y colectivamente a las inquietudes de la gente, y de combatir la actividad manipuladora de los medios de propaganda burgueses.

Los colectivos por ello se organizan en el marco natural donde los jóvenes desarrollamos nuestra actividad principal:

– Centros de trabajo: Es fundamental la organización de los jóvenes directamente donde viven la explotación y pagan las injusticias del capitalismo. Es la organización de base que se debe encargar de orientar las reivindicaciones de los jóvenes trabajadores, de potenciar su sindicación, de luchar por la creación de empleo digno no precario, de mejorar los convenios laborales, así como de vincular al joven obrero en las luchas generales por los derechos de la juventud.

– Centros de estudio: Organización de base que tiene como objetivo fundamental el dinamizar la organización de los jóvenes estudiantes de enseñanzas medias y superiores en la lucha por sus derechos específicos, pero sin crear corporativismo en la creencia en que los intereses de los estudiantes son diferentes al del resto de jóvenes, ni trabajando exclusivamente por los derechos estudiantiles como un fin último. Por ello hay que esforzarse en incorporar a los jóvenes estudiantes en las luchas generales de la juventud, y en las luchas políticas y sociales de cada momento. El colectivo debe centrar sus actividades en elevar el nivel de organización de los estudiantes, ya sea potenciando la elección de representantes, la dinamización de asociaciones, y todo tipo de actividades que ayuden a reivindicar un estudio no pasivo y una educación de calidad.

– Ciudades, barrios y pueblos: Conforman hoy en día la mayoría de nuestros colectivos, tendencia que habrá que ir cambiando al priorizar los anteriores, sobre todo en los grandes núcleos

20

urbanos. Organización de base que debe dinamizar la vida de barrio o localidad, dando prioridad en todo momento a las luchas específicas de esa zona, denunciando los problemas existentes, y proponiendo soluciones vecinales. En este caso es igualmente necesario vincular y tener presente en el trabajo territorial las luchas y reivindicaciones de los jóvenes estudiantes y jóvenes trabajadores.

Los colectivos se crean a partir de tres militantes afiliados y con plenos derechos, uno de los cuales ha de asumir la responsabilidad política. Deben funcionar de manera organizada y ágil, garantizando el trabajo político. Un colectivo puede tener diferentes responsables según sus actividades, sus necesidades concretas, y sus recursos humanos, pero determinadas tareas cotidianas dentro del colectivo requieren de un mínimo imprescindible de personas que se encarguen de ellas:

a) responsable político: es el encargado de transmitir y hacer comprensible para todos la línea política del conjunto de la organización, potenciando siempre que las actividades que se realicen vayan en ese sentido. Debe ser pues, la persona que tenga un mayor conocimiento del conjunto de la organización y de su línea política. Promueven el crecimiento de la organización a través de la incorporación de nuevos militantes, velando en el correcto cumplimiento y desarrollo de sus periodos de premilitancia. Será también el encargado de mantener el contacto político con el comité superior.

b) responsable de organización y finanzas (estas responsabilidades deberán ir separadas siempre que se pueda): planifica la actividad del colectivo, y presenta la propuesta de distribución de tareas en el mismo. Así mismo supervisa la política de afiliación de nuevos militantes. Será el encargado de estar en contacto con la comisión de organización, dando cuenta de las actividades y de las necesidades del colectivo, incorporando a este al trabajo conjunto de la UJCE. La responsabilidad de finanzas planifica la política financiera, busca los recursos para sostener la actividad de la organización, y recauda las cuotas. Es importante recalcar que un responsable de finanzas no es simplemente un gestor ni un contable, sino un cargo político con una responsabilidad política.

c) responsable de agitación y propaganda: encargado de planificar la actividad propagandística del colectivo, controlar la disponibilidad de materiales, buscar canales de distribución, lugares para hacer murales, etc.

Según su situación y capacidad, los colectivos pueden incorporar otras responsabilidades con sus tareas correspondientes. No existe ningún impedimento para crear responsabilidades especializadas, que no existan en otros colectivos, mientras respondan a una necesidad y las tareas básicas estén cubiertas.

El plenario y las reuniones del colectivo.

Reunión de todos los militantes del colectivo, es fundamental para elaborar los planes de trabajo, para la discusión la concreción de tareas, pero también para rendir cuentas del trabajo realizado por los militantes. La importancia del plenario del colectivo exige una buena preparación y desarrollo del mismo. La convocatoria de la reunión y propuesta de orden del día deben ser informada con tiempo suficiente.

Los objetivos del plenario son: la toma de decisiones (pues el plenario es la autoridad superior del colectivo), la distribución de tareas (cada militante, una tarea) y el seguimiento y control en el cumplimiento de las tareas acordadas. Así mismo el plenario es el espacio idóneo para el desarrollo de actividades colectivas de formación, el debate sobre temas de actualidad, o la puesta en común de información.

El responsable político del colectivo es quien dirige y dinamiza las reuniones del plenario, e introduce los temas a tratar aún cuando algunos de ellos pueden ser expuestos por otros camaradas del colectivo. Los puntos a tratar deben contribuir a profundizar en el análisis de los que se expone, y a sugerir tareas concretas de las que se responsabilicen los camaradas.

21

Organizaciones Sectoriales.

Como organizaciones intermedias entre el Comité Central y las organizaciones territoriales, las Organizaciones Sectoriales de Obreros (OSO) y de Estudiantes tienen un funcionamiento orgánico equiparable al de los Comités de Dirección Regional. Por tanto, podemos establecer dos órganos de dirección: el Secretariado y la Comisión.

El Secretariado está compuesto por el/la responsable político, de organización o Área Interna, el Área Externa y el Área Ideológica. Sus funciones son equivalentes a las que desarrollan estas mismas áreas en el Comité Central, y que veremos más adelante. La Comisión cuenta con la participación de una cuota de cada colectivo sectorial constituido. Además, se contempla la posibilidad de abrir la participación en este órgano a militantes que asuman responsabilidades o tareas temporales.

La periodicidad de las reuniones de ambos órganos se establece en los planes de trabajo anuales, donde, a su vez, se perfilan las campañas a realizar durante ese periodo para ir dándoles forma en las distintas reuniones orgánicas. El objetivo de las estructuras organizativas sectoriales es definir la política de la UJCE en el Movimiento Obrero y Estudiantil, dotando a la organización de las herramientas y el mensaje necesarios para que nuestro mensaje cale en las capas más jóvenes de la sociedad.

Organizaciones Territoriales.

Si los colectivos suponen los cimientos de la Juventud Comunista, las organizaciones territoriales son junto a los sectoriales los verdaderos pilares de la misma. Dentro de esta categoría agrupamos a las organizaciones nacionales, regionales y provinciales según su espacio de actuación y su situación geográfica.

Las organizaciones territoriales supervisan el trabajo de los militantes dentro de su ámbito, atendiendo también a las tareas de extensión organizativa y formación de la nueva militancia. Dentro de su estructura se coordinan el conjunto de colectivos territoriales (de municipio, barrio o zona) y sectoriales, disponiendo de autonomía para el trabajo en el marco de la línea política, estrategia y unidad de acción de la UJCE.

Al igual que los sectoriales cuentan con un Secretariado y una Comisión Política, pudiendo articular en caso necesario estructuras intermedias entre los colectivos y los órganos de dirección.

Órganos de Dirección.

Los Comités.

Los comités territoriales y sectoriales son la columna vertebral de la organización, y de su consolidación depende el fortalecimiento de la UJCE.

El comité ostenta la dirección política general de la organización en su ámbito correspondiente, dirige la actividad en todos sus frentes y, en definitiva, se responsabiliza del funcionamiento general del mismo en toda su amplitud de funciones y de tareas políticas. El comité debe asegurar la línea política de la organización y encargarse de que se transmita de manera creadora, en su propio marco de actuación, a cada frente en el que los militantes desarrollan su trabajo político.

Es fundamental tener organizados y consolidados los comités a partir de cuatro responsabilidades clave de carácter permanente: política, organización, finanzas, y agitación y propaganda, siempre que haya posibilidades para ello. Este esquema se repite y complementa desde la base hasta los comités superiores. El funcionamiento a partir de un solo responsable que asume todas las tareas, o de mera coordinación de las tareas específicas sin ejercer la necesaria dirección colectiva en cada marco concreto, conlleva el no planificar ni concretar en buenas condiciones las tareas de la organización. Caeríamos así en una concepción administrativa del trabajo, poco política, poco dirigente. Una concepción formal de transmisión de los acuerdos, sin su aplicación concreta y sin un seguimiento de su ejecución.

22

Los Comités Nacionales, Regionales y Sectoriales de la Unión, al igual que el Comité Central, se dividen en las siguientes tres áreas:

- Área Interna: es la encargada de asegurar lo que hemos llamado las tareas internas de la organización y la gestión de sus recursos, asegurando las buenas condiciones de trabajo del resto de las áreas. También es la encargada del crecimiento de la organización y de su extensión en todos los frentes, además de vigilar el funcionamiento de los órganos de dirección y dirigir la centralidad financiera. Para el mejor desarrollo de su trabajo se divide en secretaría de organización, de finanzas, de extensión organizativa y de autofinanciación.

Del la responsabilidad de organización depende directamente la vida y el funcionamiento de los colectivos. En primer lugar formaliza la convocatoria de las reuniones, y toma acta de las mismas. Se preocupa por que el trabajo de los colectivos se halle constantemente activo, y vela por la adecuada distribución de las militantes. Es también el encargado de la política de expansión y crecimiento de la Juventud Comunista (la cual puede verse reforzada por los mencionados responsables de extensión organizativa). En definitiva, se preocupa por asegurar el estilo de trabajo que debe caracterizar a la Organización.

Desde finanzas se recogen las cuotas, se responsabiliza de las campañas financieras, y mantiene al día la información sobre la situación financiera de la organización. Hay que huir de considerar esta tarea como contabilidad. El principio de “Centralismo Financiero” es igualmente aplicable a la hora de distribuir el dinero de la organización, sabiendo que el control de un plan de finanzas, ajustado a las necesidades políticas de la organización, es de extrema relevancia para cumplir con los compromisos. Debemos tender siempre que sea posible a que cada actividad organizada por la Juventud Comunista este vinculada en cierto modo a la autofinanciación.

- Área Externa: es la encargada de desarrollar y concretar el trabajo militante en los diferentes frentes de lucha, tanto el directo como UJCE, como en las organizaciones sociales e iniciativas juveniles de las que participamos. Igualmente coordina el desarrollo de las diferentes campañas en los colectivos. Las relaciones institucionales con organismos e instituciones públicas, así como dentro de Izquierda Unida, también son llevadas por esta área. Para sus funciones, la misma se dividiría en movimiento estudiantil, movimiento obrero, movimientos sociales e institucional,

Al mantener una línea permanente de análisis de las realidades sociales que se dan tanto en el conjunto de la juventud y del movimiento juvenil, como en el seno de nuestra organización, el área externa puede promover la creación de responsabilidades concretas, orientadas para trabajar sobre una problemática particular y/o desarrollar labores en un campo que consideremos prioritario. Así actualmente incorporamos a nuestros órganos de dirección responsabilidades que entendemos importantes como son la de Mujer, Antifascismo, LGTBi, Migraciones, Solidaridad Internacional, etc.

En el caso de los comités sectoriales de obreros y estudiantes, su área externa abarca principalmente su ámbito específico, pero la organización sectorial se integra mediante representación directa en las áreas territoriales y de dirección central, asumiendo la responsabilidades de movimiento obrero y estudiantil. Los responsables de obreros y estudiantes en un comité, por tanto, siempre pertenecerán a las organizaciones sectoriales de la Unión.

- Área Ideológica: es la encargada de desarrollar nuestro trabajo en la lucha ideológica. Contempla desde aspectos de formación teórica de la militancia y el fomento de los debates, hasta el trabajo de agitación y la edición de propaganda. Planifica la forma de extender ente la juventud y la propia organización nuestras ideas, por lo que desarrolla todo lo relacionado con la comunicación interna y externa (publicaciones, páginas web, correo electrónico, medios de comunicación alternativos, etc.). Dentro del área se encuentran las responsabilidades de formación, agitación y propaganda y comunicación.

El responsable de agitación y propaganda recibe y distribuye los materiales de la Juventud Comunista. Es también el responsable de la distribución y venta de algunos materiales junto con autofinanciación, organiza movilizaciones, actos, pegadas y pintadas, etc. Los responsables de formación planifican y

23

dinamizan actividades formativas como escuelas o talleres, recopilan y crean materiales, y vigilan que estos sean útiles, accesibles, y difundidos.

En nuestra sociedad actual, los medios de expresión y comunicación alcanzan una importancia de primer orden a la hora de desarrollar cualquier actividad política. El conocimiento de las nuevas tecnologías, y nuestro crecimiento en medios técnicos y humanos capaces de aplicarlas, deben ser cuestiones muy a tener en cuenta desde el Área Ideológica y las responsabilidades de comunicación. Mantener los cauces de información fluidos y actualizados requiere de un seguimiento cotidiano imprescindible.

Secretario/a político/a: es la responsabilidad de mayor nivel del comité. Es también el responsable máximo de la línea política trazada en congresos, conferencias, comités y otras reuniones de los órganos de dirección. Trabaja junto con el área interna en el estudio y selección de los cuadros a incorporar a nuevas tareas, y junto al responsable de formación (o en su ausencia) dirige la formación político-ideológica de los militantes. Mantiene la vinculación con los órganos superiores (son miembros de pleno derecho del Comité Central de la Unión) en representación de su comité. En la distribución de tareas le corresponde velar de modo particular por el funcionamiento correcto de la organización, y de que quede garantizada la libre discusión, el cumplimiento de los acuerdos y el trabajo colectivo.

Para acabar, destacaremos que los criterios que deben por tanto guiar siempre la actividad de un comité deben ser los de trabajo colectivo, responsabilidad individual, y la utilización constructiva de la critica autocrítica. No debe entenderse el trabajo colectivo como una suma mecánica de las distintas responsabilidades. No es igual que cada responsable se preocupe por su área, y en función de eso esté en el comité, a que los miembros del comité tengan ante todo una visión general de los problemas de la organización, y después ejecuten en la división del trabajo colectivo de dirección una secretaría o responsabilidad específica. Las acciones del comité han se ser por tanto sinérgicas, donde el resultado no sea igual a la suma individual de cada una de las partes, sino superior.

Las Conferencias.

La conferencia es un proceso cíclico de evaluación del trabajo en el que participa el conjunto de la organización, y que puede convocarse en función de sus necesidades políticas u organizativas. Evalúa la labor de todos en el marco de la línea estratégica marcada, tanto de la dirección como de las distintas organizaciones, en un proceso en el que todos rendimos cuentas ante todos.

El factor principal a la hora de preparar una conferencia es el de la adecuación de los planes de trabajo, aprendiendo de la experiencia práctica de toda la etapa anterior a su celebración. Por otro lado la conferencia es igualmente un órgano representativo, que permite la reestructuración de la dirección para un mejor trabajo mediante la elección de los miembros nominales (camaradas con voz y voto en los comités, y que asumen alguna de las diferentes responsabilidades en los mismos). Una conferencia puede estar también motivada por la necesidad de perfilar los criterios y política de la Juventud Comunista en cualquier tema que se plantee necesario abordar.

Además de las conferencias propias de las estructuras territoriales y sectoriales, la UJCE ha realizado a nivel estatal durante los últimos años las conferencias de Sectorialización, Lucha contra el Patriarcado y Cuestión Nacional y Migraciones, advirtiéndose una creciente participación por parte de la militancia en cada una de ellas.

El Comité Central.

El Comité Central es el máximo órgano de dirección entre Congresos de la UJCE, desarrollando esta labor de forma permanente para el conjunto de la Unión. Rendirá cuentas tanto en los congresos como en las conferencias estatales ante el conjunto de la organización. Su trabajo irá encaminado a orientar la labor del conjunto de la organización, realizar el seguimiento general de sus actividades, y asegurar el cumplimiento de la línea política y estratégica. Igualmente es su función impulsar, coordinar y supervisar la elaboración de los Reglamentos de funcionamiento interno en todos los niveles de la organización. Los criterios y principios de funcionamiento colectivo son en todo momento aplicables a este órgano.

24

El Comité Central lo integran los cupos nominales elegidos en Congreso o Conferencia estatal, así como los Secretarios/as Políticos/as de los distintos Comités Nacionales, Regionales y Sectoriales en representación de estos. La distribución de las distintas tareas en el Comité Central es similar a la expuesta para el resto de comités, mediante una separación del trabajo en tres áreas con responsabilidades concretas para cada una. Para el funcionamiento más cotidiano se elegirá entre sus miembros a la “Comisión Política Central”, que asegura la capacidad de trabajo inmediato del conjunto de la organización, dirige el día a día en el marco de lo aprobado por todos, así como recoge y lanza las propuestas que se debaten en el Comité.

Los secretarios y responsables centrales de la organización se coordinan con sus homólogos del resto de comités mediante comunicación directa, y la posibilidad de convocar reuniones plenarias (Plenos de Áreas). El Comité Central también puede gestionar responsabilidades que, por sus características, son competencia exclusiva de este órgano. Un ejemplo sería la responsabilidad de Relaciones Internacionales, encargada de mantener y fortalecer nuestros lazos de unión con organizaciones comunistas hermanas de cualquier parte del mundo, así como es nexo con la FMJD.

Por último, pero no menos importante, el Comité Central es el encargado de elegir al Secretario o Secretaria General de la UJCE. La Secretaría General es la máxima representación unipersonal de la organización, y por tanto un cargo orgánico único del conjunto de la Unión. Orienta y coordina el trabajo de los órganos de dirección, estando en su mano la propuesta de composición del Secretariado y Comisión Política Central.

El Congreso.

Un congreso es un proceso de discusión en el que participa el conjunto de la organización. En él que se fijan nuestros posicionamientos ideológicos, políticos y organizativos, trazamos nuestro trabajo global y elegimos entre todos a las personas encargadas de cumplir la tarea de dirección. Las nuevas direcciones salientes tienen la misión de hacer cumplir lo aprobado de forma creativa, adaptándose a las circunstancias, y concretando el trabajo del conjunto de la organización.

El organismo de máxima dirección de la UJCE es su “Congreso de la Unión”, en el que el conjunto de la militancia desde el debate en sus colectivos, a través de sus delegados y asistentes, elabora la línea política a seguir hasta el siguiente congreso, realizan balance de su actividad, aprueba los Estatutos, y elige la dirección de la organización.Hay que desechar la idea de que los congresos se realizan únicamente los días señalados para su celebración. El congreso se enmarca en un proceso largo de debate de arriba abajo y de abajo arriba que recorre toda la organización, implicando a toda la militancia, que se organiza en dos fases. Empezando por las reuniones y conferencias de ida para discutir la línea que va al congreso, hasta las conferencias de vuelta después de este, en donde se aplica la política decidida en el congreso a la localidad, territorio o sector.

También hay que desechar la idea de que los congresos son un trabajo de discusión interior en las sedes. Los congresos son una oportunidad para salir a la calle, movilizando y debatiendo con los jóvenes. Una vez realizado el congreso, la política decidida está obligada a salir de puertas a fuera de la organización, difundirse sus concusiones, materiales y debates.

25

Relaciones con el PCE e IU.

La Unión de Juventudes Comunistas es referente juvenil del Partido Comunista de España y, como tal, su organización abarca el ámbito juvenil, manteniéndose independiente en lo organizativo, autónoma en lo político, y dentro de la línea estratégica del Partido, en cuya elaboración participa.

Esto quiere decir que la Juventud Comunista es una organización independiente del Partido, pero con el que se relaciona en plano de igualdad, como organizaciones cuya naturaleza sólo se entiende desde el respeto y la acción coordinada. La UJCE tiene su propia forma de organización y de decidir como aplicarla a través de sus propios congresos, elige a los miembros de sus órganos de dirección de forma democrática, elabora política propia relativa al mundo juvenil y tiene sus propias dinámicas de actuación, que se vinculan y aplican a la estrategia general del Partido, adaptándola dentro de su propia estrategia de cara al mundo juvenil.

La UJCE, como el PCE, es una organización fundadora e integrante de Izquierda Unida, coalición electoral surgida en la década de los 80 al calor de las movilizaciones contra la OTAN. Defendemos la necesidad de Izquierda Unida como un proyecto estratégico de la organización desde la óptica de su idea inicial, esto es, IU como movimiento político y social, capaz de aglutinar a los sectores de la izquierda transformadora y anticapitalista de la sociedad española. Un verdadero frente de masas donde poder confluir, debatir y avanzar con el resto de integrantes de la izquierda plural hacia objetivos comunes.

La Juventud Comunista impulsa la actividad de sus militantes dentro de Izquierda Unida, en la cual participan a titulo individual, con el objeto de ampliar su trabajo institucional. El trabajo en IU debe articularse tanto en las asambleas de base como dentro de las distintas áreas de juventud a todos los niveles.

La militancia de la Juventud Comunista debe contribuir al desarrollo de un movimiento político y social amplio y transformador, aportando su experiencia en la organización del movimiento juvenil, y tratando de vincular a este al proyecto de construcción de una sociedad socialista. Queremos que Izquierda Unida sea el referente político de ese movimiento transformador, la fuerza política que trate de representar los intereses de los distintos movimientos sociales, en la perspectiva de vincularlos políticamente a la lucha general por la construcción de una sociedad socialista.

Comisiones Obreras y el trabajo sindical de base.

En 1964, tras muchas luchas concretas, movilizaciones ilegales, demandas a la Magistratura de Empleo por parte de abogados laboralistas y mucha labor de desgaste por parte de los miembros del PCE, se crea en Madrid la “Comisión Obrera Provincial del Metal”, dotada de un funcionamiento que transciende la reivindicación puntual. Podemos definir este punto como la inflexión en que CC.OO. pasa de ser un movimiento obrero espontáneo a articularse como verdadera referencia de la nueva clase obrera española. Siguiendo el ejemplo del Metal en Madrid, comienzan a crearse Comisiones Permanentes por todo el Estado, avanzando mediante pequeñas victorias y aprendiendo de la experiencia. De este modo, las Comisiones Obreras se convierten en la herramienta utilizada por el proletariado para avanzar en la conquista de sus derechos. La gente ya no recurre a los Sindicatos Verticales franquistas, conscientes de su papel gregario del régimen. Cuando tienen un problema, acuden a las Comisiones. De este modo, cuando cae la dictadura, CC.OO. es ya un movimiento sociopolítico imparable, lo que ratifica su legalización.

A día de hoy, CC.OO. es la mayor organización sociopolítica de España, con más de un millón de afiliados. Sin embargo, ha pasado de ser un sindicato combativo, reivindicativo y de clase a formar parte del sistema. Actualmente, nuestro referente sindical se define más como una empresa de servicios a los trabajadores, como una consultoría laboral enorme, que como una organización revolucionaria. Pero tiene un potencial que no podemos desdeñar.

Como nuestro referente sindical, CC.OO. se perfila como el frente de masas de referencia en el ámbito del movimiento obrero. Ahora bien, en todo proceso dialéctico hay que tener la suficiente flexibilidad para

26

pegarse al terreno y que los planteamientos teóricos no fracasen en la práctica. Por eso, somos conscientes de que en determinados lugares concretos el trabajo dentro de CC.OO. es imposible.

Para toda norma existen las excepciones. Nuestra apuesta por CC.OO. no quiere decir que no se pueda trabajar con otras organizaciones sindicales. Se puede y se debe, allí donde la colaboración en Comisiones no sea posible.

Los sindicalistas de la UJCE trabajan para establecer un modelo sindical, no para una corriente concreta. Las guerras internas del sindicato no son nuestra tarea. No nos conviene significarnos con una corriente sindical, si no trabajar para ideologizar a las bases del sindicato. De esta manera los frutos llegarán a medio y largo plazo. Hay que realizar un trabajo constante y con los objetivos bien definidos, pues nuestra tarea es el establecimiento de una política sindical reivindicativa.

Federación Mundial de la Juventud Democrática (FMJD).

La Federación Mundial de la Juventud Democrática (FMJD) es una organización juvenil reconocida por la Organización de Naciones Unidad (ONU) como una ONG de la juventud internacional. Fue fundada en 1945 en la ciudad de Londres al finalizar sus sesiones la Conferencia Mundial de Juventud, como un amplio movimiento internacional de jóvenes organizados en el marco del fin de la II Guerra Mundial. No obstante, apenas comenzó la llamada “Guerra fría”, prácticamente todas las organizaciones de países capitalistas se retiraron de la FMJD, por su asociación con partidos comunistas y socialistas alineados con la Unión Soviética.

Cuando se desarticularon el Bloque del Este y la propia URSS entre 1989 y 1992, la FMJD entró en crisis. Aparecieron discusiones y conflictos internos sobre el carácter de la organización, principalmente a causa del vacío de poder creado por la desaparición de su miembro más importante, el Komsomol soviético. Algunos pugnaron por una estructura más apolítica, mientras que otros se mostraban a favor de una organización abiertamente de izquierda. La FMJD pudo sin embargo sobrevivir a la crisis, y es hoy en día una organización juvenil activa que realiza actividades regulares. La sede de la organización está ubicada en Budapest, Hungría. Además de los encuentro y campañas periódicas, centradas principalmente en la lucha antiimperialista global, el principal evento organizado por la FMJD es el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. Las últimas ediciones hasta la fecha se llevaron a cabo en Argelia y Venezuela, contando con varios miles de asistentes de todo el mundo. La UJCE es miembro de la federación desde su fundación, originalmente como Juventud Socialista Unificada, y ha ocupado responsabilidades como miembro del Consejo General y Coordinador Para Europa y Norte América (CENA).

27

8. El trabajo en la Juventud Comunista.

Los tres frentes de la lucha de clases.

El partido y la Juventud deben conducir a los trabajadores, a la juventud y al pueblo a enfrentarse con sus enemigos: la burguesía y sus aliados. Para esto hay que mantener un continuo enfrentamiento con nuestros enemigos a todos los niveles en que se divide la lucha de clases: la lucha económica, la lucha ideológica y la lucha política.

La lucha económica: este enfrentamiento se produce en el centro más inmediato donde se da la explotación: en la fábrica, oficina, campo de labor o los mismos barrios obreros, en donde se concentran la mayoría de los jóvenes precarios o en paro. Es una lucha que se caracteriza por la resistencia espontánea entre los trabajadores y los empresarios por la mejora de sus condiciones de vida, por mejores salarios, por un empleo digno, la lucha contra las ETT´s, etc.

Tradicionalmente el sindicato es la organización con las que se dota la clase trabajadora para realizar este tipo de lucha. Sin embargo, dada la explotación extrema que sufrimos la juventud (la precariedad, el tipo de contratación, la falta de derechos laborales...), los jóvenes nos hemos dotado de otros instrumentos a parte de los sindicatos, cuyo objetivo estratégico es la reconstrucción de la identidad de clase a través de la lucha contra la explotación salvaje y la exclusión social. Hablamos de iniciativas juveniles, asambleas de jóvenes, jornadas de lucha y similares.

La lucha ideológica: es una batalla sin tregua. Si no se combate de forma continua contra la penetración de las ideas de la burguesía en el seno de la juventud y del pueblo, no se logrará jamás una conciencia revolucionaria capaz de llevar la lucha hasta sus últimas consecuencias. El capitalismo se dota de muchos métodos activos y pasivos para la transmisión de sus ideas, pero siempre desde una perspectiva adulterada, que tergiversa la realidad a los trabajadores de forma que no sean capaces de percibir los problemas, o desviando la atención sobre la raíz de los mismos.

Su objetivo principal es evitar el fortalecimiento de un sentimiento y conciencia de clase, fomentando el individualismo y las fracturas de clase entre el proletariado, dificultando así su organización y movilización. Desde la introducción del falso concepto de “clase media”, la cultura del consumismo, la doctrina religiosa o los mensajes de miedo y odio promulgados por los fascistas, existe un gran abanico de mensajes y maquinaría ideológica, que debemos ser capaces de contrarrestar desde argumentos y herramientas superadoras.

La lucha política: es la lucha que sostenemos los explotados contra las leyes e instituciones que mantienen el poder de las clases dominantes. Esta lucha abarca desde la reivindicación por mayores libertades políticas, hasta la lucha en su forma definitiva, que es la lucha por el poder político y la transformación de las instituciones burguesas mismas. El camino de esta lucha llevará a sustituir al capitalismo por el socialismo como modelo productivo, que a su vez nos conduzca hacia la sociedad comunista.

Estos tipos diferentes de lucha no se dan aisladas unas de otras, por el contrario, se combinan siempre, aunque en ocasiones puntuales un frente domine sobre el resto.

La Planificación debe ser por tanto la forma de trabajo de toda organización que pretenda ser tal. La actividad de planificación no empieza ni acaba nunca, simplemente se encuentra en una fase diferente cada vez. Está permanentemente en movimiento como la organización, que no se para y puede realizar trabajos distintos. Una organización parada es una organización muerta.

A grandes rasgos la planificación consta de varias fases:

a) Fijar objetivos: a la hora de fijar objetivos se buscará la mayor participación posible. Marcaremos los objetivos teniendo en cuenta el mayor número posible de factores que conozcamos. Cuanto mas realistas sean nuestros objetivos, más eficaz deberá ser nuestro trabajo. Es necesario que estos siempre se puedan

28

cumplir, pues es preferible que los éxitos sean permanentes aunque sean pequeños. La audacia también es un elemento importante. Podemos llevar a cabo actividades novedosas, que tengan mucho de imaginación y a la vez de compromiso, sin olvidar que estas dos cuestiones han de ser colectivas.

Por mencionar algunos factores importantes a la hora de planificar: recursos humanos (el número de personas, tiempo y capacidad de trabajo a la hora de realizar la actividad), estado de ánimo (si el equipo está entusiasmado, está deprimido o dubitativo), recursos financieros, infraestructuras necesarias, materiales con los que contamos, ayudas externas, tensión y movilización social, etc.

b) Realización: Es la parte en la que el conjunto de la organización lleva a cabo su trabajo, en la que cada uno de los militantes cumple con la tarea encomendada. En la aplicación, ante dificultades, fallos y errores, debemos contraponer siempre la capacidad de reacción, el optimismo, la creatividad, la imaginación y el empuje. No nos sirve justificar la inactividad propia por la ineficiencia de quien esta a nuestro lado. Debemos buscar la forma de apoyar el trabajo del camarada que tenemos al lado junto con el cumplimiento del nuestro. Ya tendremos tiempo de criticar las malas actuaciones, los errores y las incompetencias, en esta fase lo importante es hacer cumplir las tareas que nos encomendamos entre todos, y de eso todos somos responsables. Debemos aprender de los procesos revolucionarios, en los que la creatividad, la imaginación y el compromiso colectivo han hecho salvar los obstáculos más grandes.

c) Evaluación: En esta fase se delimitaran los errores cometidos, tanto a la hora de fijar los objetivos como a la hora de llevarlos a cabo. Este es el momento de la crítica y la autocrítica. Todos desde nuestra perspectiva, desde la perspectiva que nos da nuestro trabajo, debemos plantear nuestra crítica... negativa cuando sea el caso, en efecto, pero también subrayando los méritos y los aciertos cuando las cosas salgan bien. Muchas veces nos equivocaremos pese a una buena planificación, pues siempre existen factores aleatorios que influyen de alguna manera en nuestro trabajo. Debemos estar tranquilos, y saber que siempre tendremos a nuestros camaradas para superar junto a ellos cualquier suceso o eventualidad inesperada, al igual que confiar en que la práctica poco a poco irá enriqueciendo y mejorando nuestros análisis, haciendo que nuestra planificación sea cada vez más eficaz.

Trabajo, trabajo, y más trabajo.

Así definía el Ché Guevara la práctica del marxismo-leninismo, y no le faltaba razón, pero una cuestión importante y necesaria al respecto es que sepamos situar y orientar todo ese trabajo por hacer, conociendo las vías que tenemos como organización para llevar a la práctica nuestra política. Entendemos que estas son fundamentalmente tres:

El trabajo como UJCE.

Una actividad que hay que realizar como Juventud Comunista, además de la presencia de los militantes en organizaciones de masas, es la de dirigirnos directamente a la juventud con nuestras campañas y propuestas.

De esta manera lograremos que la juventud conozca nuestros posicionamientos, alternativas y objetivos ante las agresiones que sufre. Como comunistas debemos ofrecer siempre respuesta y solución, nada de discurso vacío o sin sentido. Igualmente orientamos a nuestra militancia y simpatizantes ante el reto de dar respuestas frente a cuestiones específicas: guerras, huelgas, agresiones racistas, situación en los barrios, cambios en la legislación, etc.

El trabajo en los frentes de lucha y las iniciativas juveniles.

En este punto nos referimos al trabajo de la Juventud Comunista en las organizaciones sociales o sociopolíticas (sindicatos, de solidaridad, de estudiantes, de barrio, ecologistas, etc.). Esta actividad se realiza a través de las militantes que trabajan en ellos como miembros de pleno derecho, y no como UJCE. Ej: los militantes de la UJCE que trabajan en una asociación estudiantil lo hacen no en nombre de la Juventud Comunista, sino como militantes que son de las asociaciones.

29

Esto hace necesaria una constante elaboración política que asegure las mejores condiciones para el trabajo de estos militantes, garantizando las orientaciones comunes para el desempeño de su función. (Siguiendo con el ejemplo anterior) En los colectivos de centros de estudio y comités de estudiantes es donde los militantes discutirán sobre las propuestas que llevarán al movimiento estudiantil, cómo potenciarán o extenderán el asociacionismo, y debatirán con los nuevos camaradas sobre la conveniencia de que se afilien a la asociación. Existen por tanto espacios internos donde se discutirá y explicará las propuestas de la UJCE hacia el movimiento estudiantil, siendo imprescindible mantener la unidad de acción de los jóvenes comunistas dentro del movimiento.

Nuestra presencia en las organizaciones sociales a través de los militantes, y no como organización, hará que los contenidos de nuestra política en el seno de las asociaciones se verán confrontados en ocasiones con la política de otras organizaciones, o con las opiniones de todos aquellos no tienen por qué estar afiliados a ninguna organización política. De esta manera enriqueceremos a estas organizaciones, pero también al revés.

Hay que dejar bien claro que si bien las organizaciones sociales son independientes en relación a la UJCE, no lo son los militantes de nuestra organización que en ellas trabajan, por lo que en su trabajo en estas tienen que defender y actuar siempre en función de la política y las orientaciones de la UJCE.

El trabajo en las instituciones.

En este tercer punto hay que señalar que la labor de nuestros concejales y demás cargos institucionales, tanto en órganos de gobierno como en cualquier institución pública, se hará bajo los mandatos de las asambleas y grupos municipales de Izquierda Unida, pero esto no quiere decir que dejemos de defender en los órganos de IU las propuestas y políticas de la UJCE para las instituciones.

Esta línea de actuación pasa por lograr que los grupos municipales de IU sean la voz en las instituciones del movimiento social combativo en general, y el juvenil en particular. Debemos ser la expresión en las instituciones de las luchas juveniles y populares en los barrios, centros de trabajo y centros de estudio, defendiendo una política de izquierdas radicalmente transformadora y anticapitalista, que enlace además con la cuestión republicana y la democracia participativa como dos necesidades inmediatas. Los cargos públicos de la organización deben dar en todo momento máximo ejemplo de seriedad, compromiso social y disciplina militante.

La UJCE es igualmente entidad miembro de pleno derecho en el “Consejo de la Juventud de España” (CJE), plataforma de entidades juveniles creada en 1983, formada por los distintos Consejos de Juventud de las Comunidades Autónomas y organizaciones juveniles de ámbito estatal. Entre sus objetivos principales están el fomento del asociacionismo juvenil y la participación de la juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural de la sociedad.

Los distintos Consejos de la Juventud (de ámbito local, regional y estatal) mantienen interlocución directa con la Administración, por lo que suponen frentes de trabajo institucional. Facilitan espacios de acercamiento a otras organizaciones donde trasladar nuestras propuestas y reflexiones, constituyen foros en los que desarrollar el intercambio de ideas, y permiten acceder a recursos para proyectos y actividades. Acercarnos y seguir implementando el trabajo en los Consejos de Juventud debe ser tarea estratégica de toda la organización.

30

9. Himnos de la Organización.

La Internacional.

La Internacional (L'Internationale, en francés del título original) es la más famosa canción del movimiento obrero. Está considerado como el himno oficial de los trabajadores del mundo entero, y de la mayoría de los partidos comunistas y socialistas, habiendo sufrido diversas adaptaciones y traducciones. La letra original, en francés, es de Eugène Pottier, y fue escrita en 1871 dentro de su obra “Cantos Revolucionarios”.

En 1888 Pierre Degeyter compuso su tradicional música. En 1892 la II Internacional populariza y adopta como himno la canción, y ya en la III (1919) Lenin oficializa su uso, convirtiéndola en himno de la URSS hasta 1943.

Arriba, parias de la Tierra.En pie, famélica legión.Atruena la razón en marcha,es el fin de la opresión.

Del pasado hay que hacer añicos,legión esclava en pie a vencer,el mundo va a cambiar de base,los nada de hoy todo han de ser.

Agrupémonos todos,en la lucha final.El género humanoes la Internacional.(bis)

Ni en dioses, reyes ni tribunos,está el supremo salvador.Nosotros mismos realicemosel esfuerzo redentor.

Para hacer que el tirano caigay el mundo siervo liberar,soplemos la potente fraguaque el hombre libre ha de forjar.

Agrupémonos todos,en la lucha final.El género humanoes la Internacional.(bis)

La ley nos burla y el Estadooprime y sangra al productor.Nos da derechos irrisorios,no hay deberes del señor.

Basta ya de tutela odiosa,que la igualdad ley ha de ser,no más deberes sin derechos,ningún derecho sin deber.

Agrupémonos todos,en la lucha final.El género humanoes la Internacional.

Agrupémonos todos,en la lucha final.El género humanoes la Internacional.

31

La Joven Guardia.

De origen francés al igual que La Internacional, La Joven Guardia fue una canción popular adoptada como himno por la Juventud Comunista desde sus orígenes.

La Juventud Socialista Unificada la adoptó igualmente como himno en la primavera de 1936, habiendo sufrido variaciones en la letra durante el trascurso de la Guerra Civil española. Actualmente apenas existen documentos sonoros del himno, quedando presente en nuestro folclore la siguiente versión del mismo.

Somos la joven guardia que va forjando el porvenir. Nos templó la miseria, sabremos vencer o morir. Noble es la causa de librar al hombre de su esclavitud. Quizá el caminó hay que regar. con sangre de la juventud.

Que esté en guardia, que esté en guardia. El burgués insaciable y cruel. Joven guardia, joven guardia, no le des paz ni cuartel, ¡Paz ni cuartel!

Es la lucha final que comienza, la revancha de los que ansían pan; en la revolución que está en marcha los esclavos el triunfo alcanzarán.

Siempre en guardia, siempre en guardia, joven guardia.

Hijos de la miseria, ella rebeldes nos forjó. Odio a la tiranía que a nuestros padres explotó. Más hambre no hemos de sufrir. Los que trabajan comerán. La explotación va a concluir. Nuestras las fábricas serán.

Que esté en guardia, que esté en guardia. el burgués insaciable y cruel. Joven guardia, joven guardia, no le des paz ni cuartel, ¡Paz ni cuartel!

Es la lucha final que comienza, la revancha de los que ansían pan; en la revolución que está en marcha los esclavos el triunfo alcanzarán.

Siempre en guardia, siempre en guardia, joven guardia.

Mañana por las calles masas en triunfo marcharán, y ante la guardia roja los poderosos temblarán. Somos los hijos de Lenin, y a vuestro régimen feroz el Comunismo ha de abatir con el martillo y con la hoz.

Que esté en guardia, que esté en guardia. el burgués insaciable y cruel. Joven guardia, joven guardia, no le des paz ni cuartel, ¡Paz ni cuartel!

Es la lucha final que comienza, la revancha de los que ansían pan; en la revolución que está en marcha los esclavos el triunfo alcanzarán.

Siempre en guardia, siempre en guardia, joven guardia.

32