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Monográfico sobre VILLARROBLEDO

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Monográfico sobre

VILLARROBLEDO

Zahora nº 35

Curso de Historia Local. Universidad Popular de Villarrobledo

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Villarrobledo

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Zahora. Revista de Tradiciones Populares, nº 35

DirectorJosé García Lanciano

CoordinaMª José Terrés Pinar

Responsable del curso de Historia Local de la Universidad Popular de Villarrobledo

ProducciónServicio de Publicaciones

Diputación Provincial de Albacete

Dep. Legal: AB-78-1993 Nueva Época

ISSN: 1132-7030

ImprimeServicio de Publicaciones. Diputación Provincial de Albacete

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Este número está dedicado a la memoriade Mª José Bonillo Bascuñana

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V illarrobledo, con una extensión de más de 845kilómetros cuadrados, tiene uno de los térmi-nos municipales mayores de España. Situada

al Noroeste de la Provincia de Albacete, en plenocorazón manchego, limita al Norte con Cuenca yal Oeste con Ciudad Real. Sus 23.127 habitanteshan conseguido que ésta sea una ciudad abierta alfuturo, donde el concepto de ciudad moderna con-vive en perfecta armonía con sus raíces históricasy culturales.

Desaparecidos los robledales que dieronnombre a la ciudad, la vegetación predomi-nante es el monte bajo, con tomillos, rome-ros, espliegos, coscojas,... junto con carrascas,encinas y algunos pinares. Estas condicionesson propicias para el desarrollo del hábitatnatural del conejo, la liebre, la perdiz roja...,especies de gran valor cinegético que han alen-tado a un gran número de cazadores a visitar-nos durante la temporada de caza.

La tipología del terreno ha hecho posibleque en Villarrobledo se desarrolle una agri-cultura dedicada mayoritariamente a los ce-reales y a la vid, aunque desde hace algunosaños se han introducido con gran éxito loscultivos de leguminosas, remolacha, ajos ymaíz.

La gran producción vitivinícola favorecióla fabricación de tinajas de barro, con una ca-pacidad que llegó a superar las 500 arrobas,estos envases son conocidos como los mayo-res del mundo. Hasta los años 60 un gran nú-mero de vecinos dependían directa o indirec-tamente de esta actividad, hoy en día son po-cos los artesanos que viven de este trabajo ylos que continuan con la tradición han sabidoadaptar el tamaño, forma y utilidad de sus pro-ductos a las nuevas necesidades del mercado.

La ganadería, sobre todo la especializadaen la cría de oveja manchega, y la producciónde caldos con denominación de origen “LaMancha ”, son otro de los motores económi-cos de Villarrobledo. Estas actividades rela-cionadas tradicionalmente a economías de au-toabastecimiento, gozan en la actualidad deun gran reconocimiento a nivel nacional e in-ternacional dentro del sector agroalimentario.

En los últimos años han surgido nuevasindustrias vinculadas en gran medida a las an-teriores, las empresas de transportes y decalderería, especializadas en la fabricación decisternas y depósitos, son algunas de las mássignificativas, junto a estas destacamos el in-cremento de fábricas de textiles que se están

Introducción

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instalando en nuestra ciudad, industrias flo-recientes que emplean a un amplio porcentajede trabajadoras.

Un recorrido por la Historia y la Culturade Villarrobledo

El origen de Villarrobledo se remonta a1292, cuando un grupo de ciudadanos proce-dentes de la aldea de Villarejo de San Nico-lás, cansados de las incesantes disputas consus vecinos de Villarejo de San Bartolomé porel uso y control de un pozo, decidieron buscarun nuevo asentamiento donde poder vivir enpaz. Estos primeros habitantes se instalaronalrededor de la Plaza Ramón y Cajal, conoci-da popularmente como “La Plaza Vieja ”, lu-gar donde encontramos algunos de los edifi-cios más bellos y con más historia de nuestraciudad. Destacamos La Casa de Andrés LópezMuñoz, La Iglesia de San Blas y el Ayunta-miento.

La Casa de Andrés López, construida afinales del siglo XIII o principios del XIV, des-taca por conservar en su fachada un magnífi-co escudo realizado en el siglo XVI por losdescendientes de este primer vecino así como,por tener labrados sobre sus balcones dos cru-ces de la Orden de los Dominicos, ya que eneste lugar se encontraba la sede del Tribunalde La Inquisición legislada por esto frailes.

La Iglesia de San Blas, levantada sobrelos restos de una primitiva ermita, fue decla-rada Monumento de Interés Histórico - Artís-tico de carácter nacional en 1977. En este gran-dioso edificio conviven tres estilos arquitec-tónicos, el primer tramo es Gótico Flamígeroy corresponde la puerta de la fachada Orien-

tal donde podemos admirar los dos pináculoscon decoración cardial y el tímpano con lí-neas de tracería, en el interior y del mismoestilo encontramos dos pilares exentos y tresbóvedas de tracería estrellada, las fachadasNorte y Sur destacan por sus portadas Rena-centistas de estilo Vandelvira, la primera estásin concluir, la segunda, una de las más bellasde la Provincia destaca por su composición,trazado y ejecución. El Retablo de la CapillaMayor es obra de Marcos Evanjelio, de estiloBarroco Churrigueresco, fue construida en elsiglo XVIII gracias a las donaciones que hizoel Virrey Morcillo.

El Ayuntamiento es un bello edificio quesegún cuenta la tradición se edificó sobre unacasa que aquí tenía el Marqués de Villena, im-portante personaje de la Historia de Castilla,a quien le perteneció la villa hasta 1475, fe-cha en la que los vecinos se levantaron en ar-mas contra él y lucharon a favor de los ReyesCatólicos, un año más tarde como muestra degratitud le concedieron el privilegio de Villa,fue a partir de este momento cuando se cons-truyó el Ayuntamiento, la Audiencia y el Pó-sito, servicios que se encontraban en el mis-mo edificio. La fachada principal, terminadaen 1599 como muestra la inscripción, es deestilo Renacentista, compuesta por una doblearquería de seis arcos, dóricos abajo y jónicosen el cuerpo superior. En la Torre del Reloj,situada a la derecha, aparece el escudo de losAustrias, un escudo local y un reloj de sol In-augurado en 1994 después de la restauracióndirigida por Peridis, destacamos en su inte-rior la perfecta armonía entre los elementosarquitectónicos antiguos (magnífico Claustro

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realizado en piedra) y la funcionalidad de unedificio administrativo actual.

A partir del siglo XVI, y coincidiendo conel auge de las Ordenes Monacales1 se erigie-ron varios Conventos, el de San Bernardo fun-dado en 1597 fue edificado sobre la antiguaErmita de la Concepción, en su interior hayun bonito Claustro y una Iglesia donde se ve-nera al Cristo de Medinaceli, el de Las Clarasterminado en 1625 gracias a las donacionesde Don Juan Cano Moragon y su esposa, des-taca entre otras por los magníficos escudos queadornan sus portadas, el situado sobre la puertade la entrada a la capilla pertenece al funda-dor y a su esposa, ya que este convento fueedificado en una casa cedida por el matrimo-nio para este fin, y el Convento de las Carme-

litas, aunque la obra original se construyó en1729, el deterioro sufrido en este edificio através de los años dio lugar a su demoliciónen 1975, las monjas que lo ocupaban se tras-ladaron a un nuevo edificio realizado sobre laantigua Ermita de San Antón.

Siguiendo con la tradición religiosa seconstruyeron varias ermitas, en la actualidadse conservan la de La Virgen, San Cristóbal,Santa Ana y la de La Asunción. Hoy en día,en algunas de ellas se siguen realizando fies-tas y romerías, entre las más populares desta-camos la de San Antón, en la que los vecinosacuden con sus animales para que estos reci-ban la bendición del santo y al mismo tiempopoder degustar los tradicionales tostones, y lade San Cristóbal, donde en su amplia expla-

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Villarrobledo

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nada se realizan exhibiciones de vehículos demotor junto con los típicos juegos popularesde la comarca.

A partir de esta época, los vecinos de Vi-llarrobledo comenzaron a engalanar las facha-das de sus casa con bellos escudos realizadosen piedra, aunque con el paso de los añosmuchas de estas manifestaciones artísticas handesaparecido, todavía hoy podemos admiraruna gran cantidad de estos escudos que nostraen a la memoria la grandeza histórica denuestra ciudad. Un paseo por las calles Pe-dregal, Santa María, Enrique Arce, La Virgen...son ejemplos vivos de un pasado glorioso yde un tesoro artístico que ha sido conservadopor y para el pueblo.

En Villarrobledo, como hemos visto, His-toria y Tradición no van por separado, en laactualidad podemos contemplar los gruesosmuros de muchas casas que fueron construi-das hace años por labradores y ganaderos,casas donde la arquitectura típica manchegaestá presente dentro y fuera de sus paredes.Las fachadas encaladas, las ventanas protegi-das por rejas de forja, el zócalo gris, las cá-maras en el piso superior, los grandes corra-les con cuadras, palomares, hornos... son ejem-plos de una forma de vida pasada y que per-dura en la memoria de todos. Siguiendo conla arquitectura popular también encontramosrestos de antiguas fábricas de tinajas, chime-neas de alcoholeras, barreros, molinos ...,construcciones que hace unos años formabanparte del paisaje urbano de nuestra ciudad yque en la actualidad se siguen conservandopor ser un importante testimonio de nuestropasado.

Los espacios verdes son numerosos y es-tán distribuidos por toda la ciudad, unos for-man parte de su Historia, otros son de recien-te construcción. Entre los más antiguos des-tacamos Los Jardinillos Municipales, realiza-dos en 1938 sobre una laguna conocida comoel Carrillo Chico, es en la actualidad el lugardonde se realizan entre otras, las actividadesdel Verano Cultural, el parque Joaquín Acacio,construido en 1945 en el solar del antiguoConvento de San Francisco y El parque de LaVirgen, situado junto a la ermita del mismonombre y en el lugar donde se encontrabanlos areneros y barreros de la ciudad, destacapor su trazado irregular así como por la fron-dosidad de su vegetación. En los últimos añosy como consecuencia del crecimiento urbanose han trazado nuevas zonas verdes, el parquedel Oeste, con el circuito infantil de tráfico yel parque Asturias, con la pista de atletismo,son ejemplos de la actual concepción urba-nística.

Al hablar de Villarrobledo no podemos ol-vidar la importancia de sus fiestas y de su ex-tensa agenda cultural. El Carnaval y la Feriahan sido tradicionalmente las fiestas más im-portantes de la ciudad, durante los días de ce-lebración los visitantes que acuden a nuestraciudad podrán disfrutar de las numerosas y va-riadas actividades que aquí se dan cita. La fe-cha y ubicación de la Feria ha sufrido varioscambios desde su fundación a principios delsiglo XIX. Hasta 1978, fecha de inauguracióndel recinto ferial, la Feria se celebraba en LaPlaza Vieja y en los alrededores de losJardinillos Municipales. A partir de 1951 seviene festejando del 15 al 18 de Agosto, aun-

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que las atracciones y festejos se prolongandurante una semana, durante estos días sonnumerosas las actividades lúdicas y cultura-les que se ofrecen a todos los vecinos y visi-tantes. El Carnaval, declarado en 1986 Fiestade Interés Turístico Regional, es uno de losacontecimientos anuales más esperado por losvillarrobletanos.

En los últimos años han surgido nuevasactividades marcadas por un elevado nivel cul-tural, la gran difusión de estas ha hecho posi-ble que Villarrobledo amplíe su reconocimien-to dentro y fuera de nuestras fronteras. El Ve-rano Cultural, La Semana Santa, El TorneoInternacional de Ajedrez ... son algunas deestas manifestaciones, si bien, en los últimosaños en un lugar destacado tenemos la cele-bración del Festival de Arte Nativo “Viña -Rock”, un macro concierto que durante dosdías reune en varios escenarios a los gruposmás representativos del panorama musical asícomo a una gran afluencia de espectadores.

Paralelamente a estos eventos, la oferta cul-tural y de ocio que Villarrobledo ofrece a susciudadanos es muy extensa, desde las mues-tras de exposiciones realizadas en los salonesde La Casa de La Cultura y en el Claustro delAyuntamiento, pasando por las representacio-nes teatrales del Gran Teatro, las proyeccio-nes de cine, hasta llegar a los distintos cursosque ofrece la Universidad Popular, la Escuelade Música o el Pabellón de Deportes, hacende nuestra ciudad un lugar donde diariamentese puede disfrutar de la Cultura en el más am-plio sentido de la palabra.

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La Tinaja

L a industria tinajera y la producción vitivinícolahan sido las dos actividades más representati-vas de Villarrobledo. El rendimiento, capaci-

dad y formas de estos envases evolucionó con elpaso de los años adaptándose a las necesidadesde los bodegueros.

El primer documento que hace referenciaa los tinajeros locales data de 1627 y es elArancel de Reformas y Precios de las merca-derías, salarios y jornales fecho en virtud delas Reales Pragmáticas, donde se regula elprecio de las tinajas por arrobas.

En 1753 (Catastro de la Ensenada) apare-ce la primera relación de los hornos y de lostinajeros que trabajan en Villarrobledo, losapellidos de estos artesanos confirman la tra-dición y continuidad del gremio. Los dueñosde los hornos eran: Thomas de Jimena, DiegoBrabo Pérez, Manuel de Jimena, AlfonsoAlcañiz, Antonio López Barbero, JosephMagán, Pedro López Barnuevo, CristóbalLópez Barbero, Isabel Clemente y Diego Pla-za Mayor, y estaban localizados en las callesde la Arena, de los Mudos y de la Caridad.

Del siglo XVIII a finales del XIX apare-cen los veedores tinajeros, inspectores encar-gados de vigilar la calidad y precios de los

productos. Este cargo lo ocuparon durantemucho tiempo las familias Jimena y López,con el paso de los años se incorporaron losPérez, Requena, Alcañiz, Bonillo y Nieves. Elaumento de la producción tinajera está docu-mentado en los diccionarios geográficos y

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enciclopedias de la época, en ellos se hacereferencia al número de fábricas y trabajado-res, al tamaño de las piezas, y a la economíaque genera.

A partir del siglo XIX aumenta la infor-mación encontrándola en documentos judicia-les, administrativos, catastros..., coincidiendocon el crecimiento de la producción de vinoen la región. La capacidad de las tinajas au-mentará progresivamente, si en 1894 las me-didas corrientes se encuentran entre cien ydoscientas arrobas, en los años veinte llegarána las seiscientas, aunque el tamaño normal seráde cuatrocientas a quinientas arrobas.

Con el paso de los años la forma de lastinajas se adaptará a las necesidades de lasbodegas, desplazando las cilíndricas a las có-nicas. La estilización de las primeras hizoposible que aumentara la capacidad del espa-cio, Girón fue el que modificó esta forma.

La aparición del cemento provocó la caí-da de esta industria, la rapidez en la construc-ción junto con el abaratamiento de los precioshizo que los bodegueros dejaran de utilizar losenvases de barro. Los artesanos que tradicio-nalmente se habían dedicado a estas tareas vie-ron como los pedidos disminuían progresiva-mente, obligándoles a cerrar las fabricas y de-dicarse, los más jovenes, a otros oficios. Fue-ron muchos los vecinos de Villarrobledo quese vieron afectados, no sólo los tinajeros, sinotambién los trabajadores que dependían deestos: poceros, cuadrilleros, leñadores, agricul-tores... alterando la economía local.

Hoy día son pocas las muestras que que-dan en el barrio de la actividad tinajera, sipaseamos por sus cuestas comprobaremos

como los grandes solares que antaño ocupa-ron las fábricas se han convertido en casas yedificios, no se escucha el alboroto de los cua-drilleros con los carros nanos, en verano elcielo es azul y las grandes humareas se esfu-maron, el tinajero dejó de visitar los cuartosdel vecino, la ropa no está manchada de ba-rro... pero si abrimos las puertas de esas casasnos llevaremos la alegría de comprobar quelos recuerdos se mantienen en la memoria delos descendientes de aquellos tinajeros.

LOS BARREROSLa calidad y cantidad del barro local con-

tribuyó decisivamente al desarrollo de la in-dustria tinajera. La mayoría de los barreros opozos de barro se localizaban en los cebada-les que hay entre el cementerio y la ermita dela Virgen, aunque también los encontrábamosen el barrio tinajero (dentro de las fábricas) oen las eras de San Sebastián.

Los dueños de los cebadales vendían elsubsuelo a los poceros, de esta forma el agri-cultor podía seguir sembrando la mayor partede sus tierras dejando lo que se comprendíaque hacía falta para el ejercicio del barrero ydepósito del barro.

El oficio de pocero se transmitía de gene-ración en generación, Manuel Moreno“Doblones” cuenta que su localización la co-nocían por tradición y por iniciativa propia,sabiendo en todo momento donde se encontra-ban las vetas de barro. Una vez elegido el lu-gar del sondeo se montaba una cabrilla de trespalos de aproximadamente tres metros de lon-gitud, en la unión se colocaba una garrucha demadera con el fin de meter una maroma que

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llegaba al remo de la yunta de mulas y desdeallí tiraban y extraían los capachos de barro.

Instalado el trípode, el pocero con una picay capacheta comenzaba la construcción del ba-rrero, este solía tener ochenta centímetros dediámetro, y una longitud variable, dependien-do de la profundidad en la que se encontrabala veta. Estos trabajadores, desconocedores dela composición geológica del terreno sabíanpor experiencia cual era la variedad idonea delbarro y cuándo estaban cerca del él; llegába-mos a los gadones, capa de unos cincuentacentímetros de espesor con muchos riscos ymuy dura, cuando ésta se rompía el barreroestaba hecho y dispuesto para hacer las gale-rías. El tamaño de estos pasillos subterráneosdependía del grosor de la veta de barro, algu-nos llegaron a ser tan bajos que el trabajo sehacía casi reptando. Los poceros distinguíandos tipos de barreros según la pendiente quellevara el barro, tendidos (entre un 20 y un30% de desnivel) y a toda corriente (cuandola inclinación estaba entre el 80 y el 90%), elejemplo más representativo de los segundosse localizaba al final del cementerio, el del“Pico del Cementerio”.

Para fortalecer las galerías y reducir elriesgo de hundimiento se entibaba la uniónde éstas con el cañón, procedimiento usual enlos barreros tendidos, mientras que en los detoda corriente se hacían sujeciones con obra.

No todos los tipos de barro de la veta seutilizaban en la fabricación de las tinajas, elidóneo era la mezcla del dorao con arcillasmás blandas, de esta unión se obtenía un ma-terial fuerte, capaz de resistir altas temperatu-ras, suave al tacto y sin porosidades. Locali-zado el barro, comenzaban la excavación dela mina, con un azadón extraían el materialque depositaban en espuertas terreras, cuan-do estaban llenas las llevaban al pie del cañóny desde allí, enganchadas a la maroma, lassubían a la superficie. En un día normal detrabajo se sacaban diez cargas de barro porpersona, cada carga equivalía a doce arrobasde once kilos y medio.

Las galerías dejaban de ser rentables pordos motivos, cuando eran tan extensas que nomerecía la pena el esfuerzo de transportar du-rante tantos metros el barro hasta el cañón ycuando se veía que podía venir un hundimien-to, la madera empezaba a crujir y te jugabasla vida dentro. Cuando esa galería se abando-naba, desde el pie del cañón y en forma radialse iniciaban otras galerías quedando elsubsuelo minado. “Doblones” recuerda elPozo de Juan Valero como uno de los más ren-tables, llegando a trabajar en él durante vein-te años y abandonándolo cuando se inició eldeclive de la industria tinajera.

La jornada laboral de los poceros cambiócon el paso de los años, a finales del siglo XIXy principios del XX duraba de sol a sol, des-

Barro extraído de un barrero

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pués se empezó a trabajar a tarea, de ocho dela mañana a dos de la tarde,echando la almorzádentro de la mina. La única excepción era eldía de tiro, cuando se sacaba el barro del inte-rior del pozo con las mulas, sólo paraban paracomer los trabajadores y los animales, echán-dose la noche encima sin parar.

La faena se hacía en invierno, época demayor productividad en las fábricas, por estemotivo los poceros alternaban este trabajocon otros, aunque la mayoría seguían vincu-lados al mundo de la tinajería integrándoseen las cuadrillas o arreglando hornos. A pe-sar de los duros inviernos, los poceros nopasaban frio en el interior de las galerías, yaque las temperaturas estaban alrededor de losveinte grados.

A partir de los años cincuenta se inicia eldeclive de la industria tinajera y con ello elprogresivo abandono de los barreros. Lospoceros, sin trabajo en las minas ni en las fá-bricas, tuvieron que cambiar de actividad, lle-vándoles su experiencia al ramo de la cons-trucción. Actualmente, los dos tinajeros loca-les que siguen trabajando, Orozco y Padilla,siguen utilizando el mismo barro que sus an-tepasados, aunque la manera de extraerlo seha modernizado, como ocurre en tanto oficios,la máquina ha sustituido al hombre.

No podemos terminar este capítulo sin re-cordar a aquellos que perdieron la vida en lasentrañas de la tierra, unas veces por hundi-mientos, otras por desprendimiento e inclusoen alguna ocasión por imprudencia, pero enla memoria de sus compañeros quedará estaplegaria.

“Virgen de la CaridadPatrona de los barrerosno pudiste amparar

a los pobres tinajeros”

PREPARACIÓN DEL BARROCuando el barro llevaba algún tiempo ai-

reado en los cebadales de los barreros, lostinajeros iban a recoger las cargas que teníanacordadas. Para el transporte utilizaban carrostirados por burros, complicándoseles la laboral llegar a las cuestas del barrio tinajero, aúnrecuerdan como las personas hacían la mismafuerza que los animales para conseguir que elbarro llegara a las fábricas.

Depositadas las cargas en el patio se ini-ciaba el proceso de preparación del barro conel mocheado, este sistema consiste en dar gol-pes con un pico a los gasones y bloques debarro más gruesos, a continuación lo arabancon una batidera y lo tendían en la era, que-dando el barro preparado para el siguientepaso, el molido.

A lo largo de los años se han utilizado dosprocesos distintos para moler el barro; la pa-lanca y el rodillo.

El primero consiste en triturar el barro dán-dole golpes con una palanca o maza de made-ra maciza.

En el segundo se muele el barro con unrodillo de piedra estriado movido por un ani-mal de carga, primero la parte de fuera paracontinuar por dentro. Cuando estaba trituradoenganchaban al rodillo un rastrillo con herra-duras (de fabricación propia), con este uten-silio levantaban el barro que había quedadocompacto, seguidamente lo pasaban por elharnero para cribarlo.

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Una vez que estaba molido los tinajeroscargaban las espuertas y las vaciaban en unpilón con agua, empilado, lo llenaban a lamitad y el resto se completaba con el barro,cuando estaba bien empapado se batía con losbrazos en el mismo pilón, esta operación du-raba varias horas y era muy dura de realizardurante el invierno.

Amasado el barro lo llevaban al obrador,en un rincón de este cuarto y sobre cenizahacían una torta que extendían con el tendeordejándolo reposar en el mismo lugar al díasiguiente formaban unas grandes pellas quelos tinajeros sobaban o volvían a ligar con lospies, para este trabajo utilizaban durante elinvierno alpargatas con suela de esparto paraque el barro no se agarrara, en verano lo ha-cían descalzos.

Hoy día nuestros artesanos continúanempilando, amasando y sobando el barro dela misma forma que sus antepasados, el únicoavance técnico que ha llegado a las fábricases la utilización de una trituradora eléctricaen sustitución del rodillo.

LAS FÁBRICASEste recinto era el lugar donde se fabrica-

ban las tinajas, su tamaño y dependenciasvariaban según la producción de cada tinaje-ro, llegando a ocupar más de mil quinientosmetros cuadrados de solar las mayores. Alre-dedor de un gran patio se distribuían los cuar-tos, la era y el pilón, elementos indispensa-bles del conjunto, mientras que el horno y lavivienda familiar no aparecían en todas.

El obrador o cuartos era una nave rectan-gular de grandes dimensiones destinadas a la

producción y el lugar de mayor actividad du-rante el invierno, tenía una inmensa puerta pordonde la cuadrilla sacaba las tinajas termina-das al patio y unas ventanas laterales, peque-ñas y muy altas que servían para iluminar te-nuemente el interior. Esta escasez de abertu-ras tenía una razón lógica dentro no podíahaber corrientes de aire ni cambios bruscosde temperatura porque el barro se secaba an-tes de tiempo y dificultaba el trabajo. Para pro-teger los montones de barro se tapaban consacos y telas manteniéndose la humedad y tex-tura idónea para trabajarlo.

En el patio se ubicaban la era, los pilonesy el horno, el primero es un espacio circular,de tierra firme y compacta unas veces y otrasempedrado, donde se molía el barro, aquí unanimal de carga sujeto a un eje central girabaarrastrando un rodillo (liso o estriado) hastaconseguir desmenuzar el barro.

El pilón es una media tinaja, rota o defec-tuosa que se aprovechaba para almacenar elagua y preparar el barro. El horno, construc-ción indispensable para el proceso de fabrica-ción tinajera no se encontraba en todas las fá-

Fábrica de Juan José Gimena Lacoba

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Villarrobledo

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bricas, cuando esto ocurría lo alquilaban aotros tinajeros, complicando aún más el trans-porte de las piezas en crudo.

Actualmente en Villarrobledo no quedaningún horno en pie, hemos encontrado res-tos en los solares que antaño ocupaban las fá-bricas, pero el mal estado de conservación nonos permite realizar un estudio exhaustivo deeste tipo de construcción. Los dos tinajerosque continúan en activo han sustituido los delas tinajas que ahora fabrican no necesitan tan-to espacio para la cocción.

Gracias a los testimonios ofrecidos por lasfamilias tinajeras y al buen estado en el queencontramos algún garlito, podemos recons-truir los grandes hornos.

Estas construcciones las realizaban alba-ñiles especializados utilizando materiales ca-paces de resistir las altas temperaturas quealcanzaba el interior del horno durante la coc-ción. Los mismos tinajeros construían los ado-bes, mezclando el barro con el areñón y a ve-ces se encargaban de las reparaciones de lacaldera.

El horno tiene planta cuadrada, de lado alado llegaban a medir nueve metros por ochode altura. En la parte inferior se localizaba laolla (bóveda donde se echaba y prendía la leña)y las bocas de la olla (rampas que comunica-ban el exterior con la olla y por donde se in-troducía el combustible), sobre la superficieasomaba una cámara abovedada destinada ala colocación de las piezas que iban a ser co-cidas. La parte superior o bóveda la llamabancapilla mientras que las cuatro esquinas, demenor altura, eran las pechinas. En el suelodel horno o alpañata había veintiocho aguje-

ros, lumbreras, que dejaban pasar el calor y elfuego producido en la olla a la parte donde secolocaban las tinajas, cuando la cocción seestaba realizando su interior alcanzaba tem-peraturas muy altas, próximas a los novecien-tos grados. En la capilla se encontraba un hue-co circular al que se accedía por una escaleralateral, aquí se cargaban las piezas que no sepodían introducir por la puerta. Cuando elhorno estaba cargado el orificio seencasquillaba para que no se perdiera el calordurante la cocción.

Los tinajeros solían terminar las piezas aprincipios de verano y en ese momento se pre-paraban para cargar el horno y cocer las tina-jas. Los cuadrilleros eran los obreros especia-lizados en estos trabajos, una cuadrilla estabaformada por veintiún hombres y un capatazque los dirigía. El momento de transportar lastinajas crudas de los cuartos al horno se cono-ce como enhornado. El número de tinajas co-locadas en los hornos variaba según la pro-ducción de cada tinajero, hoy recuerdan ladistribución más común: nueve tinajas de qui-nientas arrobas, gordas, cuatro de doscientascincuenta, carrillos, cinco de cuarenta, rinco-nes, el resto se completaba con lo pequeño, esdecir, orzas, barreños, cántaros, cantarillas,lebrillos, colaores...

Estas piezas quedaban en el siguiente or-den: “entrábamos siete gordas, cuatro en losrincones y tres en las fachadas, dos carrillossubidos a los pilotos para tapar hueco en lapechina e impedir que el fuego saliera al ex-terior, cuando los carrillos estaban colocadosy bien sujetos se ponía el fraile principal entodo el centro del horno, pegada a esta van

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otros dos carrillos y para completar la cargapor abajo venía el armazón, una gorda quetapaba la puerta, el resto se cargaba por arri-ba”. Este trabajo requería gran habilidad yaque cualquier fallo podía originar el hundi-miento de las tinajas, primero echábamos loscuatro rincones ayundándonos con una lazáescurriza y unos cuantos ramales pegaos a él,a la cuerda la llamábamos gata.

Cargado el horno se encasquillaba este ori-ficio con tejas y trozos de tinajas rotas mien-tras que la puerta la sellaban con adobesenlucidos con barro. Terminado este procesoel horno estaba preparado para ser encendidoe iniciar la cocción.

FABRICACIÓN DE LAS TINAJASLa fabricación se iniciaba con la alinea-

ción en los cuartos de los bolos de empiece(bases de barro cónicas) sobre las que se po-nían las tapas (dos tablas de madera unidaspor un travesaño), en este soporte, cubiertocon ceniza para impedir que el barro se pega-ra, los tinajeros empezaban a realizar las ba-ses o culos de las tinajas.

El sistema utilizado es la técnica de losrollos, basada en la unión de los distintos chu-rros de barro.

El tinajero inicia su trabajo preparando labase o empiezo de la tinaja, cuando el barroestaba duro le daban la vuelta para arreglarlas encías de donde empieza la base,con elmazo la golpeaban para que se pusiera másfuerte y con la paleta lo emparejaban, a conti-nuación le daban la vuelta e iniciaban la su-perposición de los rollos. Para conseguir launión perfecta entre rulo y rulo hacían una

incisiones con la arañaera (trozo de chapa conpequeñas muescas laterales), a continuacióncon la ayuda de sus manos primero y con lapaleta y el mazo después le irán dando la al-tura y forma deseada.

El soporte o mazo (hecho de madera depino macizo), se coloca en la parte interior ysirve para sostener las paredes, mientras segolpea ligeramente el barro por el exterior conla paleta de nogal (material al que no se ad-hiere el barro). El paleteado se inicia por laparte interior siguiendo hacia arriba, de estaforma se aumentaba gradualmente el tamaño,dejando el espesor y la forma deseada.

El diámetro de la base varía según el ta-maño de la pieza, las gordas tenían cuarentacentímetros de diámetro por cuarenta y cincoo cincuenta centímetros de altura. Para elempiece se utilizaban dos rollos de barro demayor grosor que el empleado para las pare-des, ya que esta parte tenía que ser más fuerteporque es donde va el apoyo y el peso de latinaja y también la más expuesta a roces cuan-do se transporta. Sobre esta base se van reali-zando los tramos o vueltas necesarias hasta lafinalización de la obra.

Cada dos rollos de barro formaban unavuelta que el tinajero iba modelando (prime-ro con sus manos para continuar con la paletay el mazo), pero conforme se elevaban lasparedes el trabajo se hacía más complicadopor lo que se veían obligados a poner un an-damio para continuar la labor. El andamiajeestaba formado por bancos de madera al quele ajustaban en las puntas unas muletas, deesta forma podían graduar la altura. En lospicos de los listones ponían tablas rinconeras

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Villarrobledo

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donde colocaban el barro que utilizaban parapretinar y repasar las piezas, pero cuando ne-cesitaban un rollo debían bajar por una esca-lera y volver a subir por ella con el barro car-gado en el hombro.

Para preparar estos cilindros cogían unapella de barro y sobre la mesa lo volvían aamasar dándole el grosor y longitud necesa-ria en cada momento. En la construcción delas tinajas cilíndricas los rollos del cuerpo eraniguales, variando el empiezo y la boca en cam-bio las cónicas tenían más dificultad al ensan-charse en la panza y volver a cerrarse llegan-do a la boca, en estas el tinajero trabajaba casitumbado.

Las incisiones concéntricas que aparecenen las tinajas no son motivos de decoración

(aunque el resultado lo consigue), estas mar-cas las hacían los tinajeros con unas cuerdas,sobre el barro tierno, que les servían de guíaal levantar las paredes.

Cuando echaban la primera boca, los tra-bajadores del gremio lo celebraban tomandozurra o paloma, esta alegría es comprensiblesi pensamos en los meses transcurridos entrela construcción de los primeros empiezos hastael momento de cerrar la tinaja. Durante el in-vierno había veces que tardaban más de unmes en echar una vuelta porque la temperatu-ra no permitía que el barro se secara, en cam-bio con la llegada de la primavera el procesose aceleraba, en los momentos de menor acti-vidad aprovechaban para hacer lo pequeño,envases necesarios para poder llenar el hornoen su totalidad.

Terminada la tinaja no podían sacarlas alpatio hasta que perdieran humedad, a conti-nuación las soleaban durante unas horas an-tes de meterlas en el horno.

ENHORNADO, COCCIÓN Y DESENHORNADOEl transporte de las tinajas desde los cuar-

tos hasta su colocación en el horno se conocecomo enhornado. De este trabajo se encarga-ban las cuadrillas formadas por veintiún hom-bres dirigidos por un capataz.

La dificultad de este trabajo está recono-cida, al enorme peso que tienen que soportarlos obreros (dos mil kilos aproximadamentelas tinajas gordas) hay que añadir la dificul-tad de mover unas piezas de barro crudo decuatro metros de altura.

Para levantarlas colocaban alrededor de labase una soga gruesa o madrina a la que iban

Hijo de Juan José Gimena Lacoba haciendouna tinaja

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unidas otras cuerdas llamadas ramales, una porcada cuadrillero, éstos, agachados alrededorde la tinaja y formando una piña izaban la pie-za a la voz del capataz. La compenetraciónentre ellos era indispensable para conseguirun perfecto traslado, ya que cualquier fallo odescuido podía terminar trágicamente. Estetrabajo se complicaba aún más cuando la fá-brica no tenía horno y debían llevarlas por lascalles del barrio hasta el lugar de la cocción.

Los cuadrilleros utilizaban chaquetonescon pellejos de ovejo para atenuar el dolor queles ocasionaban los ramales sobre sus cuer-pos, esta protección no impedía que las mar-cas quedaran señaladas en la piel. Las heridasno llegaban a cicatrizar hasta pasado el vera-no ya que el trabajo era continuo y la opera-ción duraba un día entero.

A las seis de la mañana el grupo quedabaen la fábrica, la puntualidad era necesaria yaque la demora de uno de ellos afectaba a to-dos, por este motivo el capataz ponía multa alos rezagados y con el dinero recogido hacíanuna fiesta cuando terminaba la campaña.

Colocadas las tinajas y cerrado el hornocomienza la cocción. Los patios de las fábri-cas se llenaban de leña de pino traída por losleñadores de los pinares locales. Al preguntara los tinajeros todos son unánimes cuando nosdicen que sólo utilizaban leña de pino porqueardía lentamente y formaba muchas brasas.

Lo primero que hacían era templar el hor-no, de esta forma la temperatura aumentabaprogresivamente. Un fallo en este procesopodía originar que las tinajas se agrietaran alrecibir mucho calor en poco tiempo, eltemplaor era el especialista en controlar la

cantidad de leña que se debía introducir encada momento.

Las haces se amontonaban junto a las bo-cas del horno y con la ayuda de una horquillalas empujaban a la olla. Aquí se formabanenormes llamas que subían por las lumbrerashasta la capilla y salían por el orificio supe-rior. En estos momentos la temperatura delhorno oscilaba entre los ochocientos y nove-cientos grados centígrados y las piezas esta-ban al rojo vivo.

La aparición de la bravera (salida de lasllamas al exterior) avisa que la cocción estállegando a su fin, aunque hay veces que con-tinúan añadiendo leña unas horas más. El ti-najero ordena que dejen de echar leña y cuan-do las llamas bajan se asoma y comprueba elestado de las piezas. El horno está cocidocuando desaparece el humo y el interior estáclaro como una bombilla.

Al día siguiente el tinajero procede adesencascar el horno, cuarenta y ocho horasdespués lo destapan y al cuarto día sacaránlas piezas. Para desenhornar los cuadrillerostardaban tres horas, dejando las tinajas tum-badas en el patio para ser regadas. Si el hornosalía bueno el tinajero invitaba a la cuadrilla auna zurra a una paloma.

DE LAS FÁBRICAS A LAS BODEGASPara transportar las tinajas en el interior de

las fábricas utilizaban las galerillas, pequeñas pla-taformas con ruedas gordas y bajas de hierro ymadera, que los cuadrilleros movían tirando delas sogas enganchadas en los lados. Antes de co-locarlas, los tinajeros cubrían la base con sacos ycolchones de sus propias camas para protegerlas.

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Villarrobledo

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Cuando el recorrido es mayor las trasla-dan en carros nanos, éstos se diferencian delos comunes por tener las ruedas más peque-ñas y los laterales abiertos, igual que lasgalerillas, tenían ramales muy gruesos que loscuadrilleros sujetaban para dirigir y equilibrarel peso de la tinaja.

La mayoría de las regiones vitivinícolas deEspaña se han abastecido de estos envases. Poragrestes caminos los trabajadores llevaban lastinajas a las bodegas, donde tenían que dejarlascolocadas a plomo, a nivel y a línea. En estosrecorridos también llevaban la galerilla, nece-saria para la actividad que iban a realizar.

Hasta la llegada del ferrocarril a Villarro-bledo solían suministrar a los pueblos cerca-nos: San Clemente, El Provencio, Pedroñeras,

Socuéllamos,... pero con el nuevo medio detransporte los tinajeros pudieron aumentar suproducción e introducirlas en el mercado na-cional. Nuestras tinajas las encontramos enpuntos tan dispares como Galicia, Andalucía,La Rioja o Levante, llegando a rebasar nues-tras fronteras.

Los vecinos mayores recuerdan el revueloque se organizaba en el pueblo cuando bajabanlas tinajas desde el barrio a la estación, y comosalían los vagones repletos de envases que díasmás tarde quedarían colocados en las bodegas.

Como dijimos al principio, los tinajerosvendían las tinajas colocadas en las bodegas.Durante el primer año recibían el ochenta porciento del total del coste, el resto lo cobrabanal año siguiente cuando los vinateros compro-

Tinajas preparadas para instalar en las bodegas

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baban que el vino había fermentado y la tinajaestaba en buen estado.

CONCLUSIÓNLa industria tinajera ha evolucionado a tra-

vés de los siglos, en su origen era una activi-dad artesanal de influencia árabe, realizada porun grupo minoritario de la población dedica-do a la fabricación de piezas pequeñas de ba-rro para almacenar todo tipo de productos, elaumento progresivo de la producción de vinoa nivel local y regional originó que estos en-vases evolucionaran y se adaptaran a las nue-vas exigencias del mercado, transformándoseen una actividad industrial.

El número de tinajeros fue creciendo cons-tituyéndose en una asociación gremial parasalvaguardar los intereses comunes. El grupose instaló en el extrarradio de la ciudad, don-de tenían espacio suficiente para construir susfábricas y hogares, y donde albergarían a tra-bajadores de los pueblos vecinos que acudíanen busca de trabajo, muchos de estos se insta-laron definitivamente en Villarrobledo.

Desde el siglo XIX hasta mediados delXX, la actividad en el barrio tinajero fue muyintensa. Durante el invierno los tinajeros tra-bajaban sin demora preparando el barro, cons-truyendo tinajas, apilando leña... con la llega-da del verano y con las piezas terminadas ne-cesitaban la ayuda de otros para preparar loshornos, transportar las tinajas, regarlas ysolearlas, es en esta época cuando aumenta lapoblación en el barrio llegando a sobrepasarlos doscientos trabajadores.

Una de las características más reconocidasde los tinajeros como grupo ha sido la solidari-

dad entre sus miembros, siempre estaban dis-puestos a echar una mano a quien lo necesita-ra, la otra el afán de mostrar una próspera si-tuación económica que se reflejaba en la cali-dad de los productos que consumían y en elsalario que recibían los jornaleros, hoy día losmayores comentan que en las tinajerías era don-de más se pagaba y mejor se comía... Hoy díahe podido comprobar que la solidaridad siguelatente en los vecinos del barrio, en su mayoríadescendientes de aquellos primeros tinajeros.

No podemos olvidar el fervor religioso delgrupo a la Virgen de la Caridad, consideradatradicionalmente de los tinajeros, influenciadopor la localización de la ermita en la zona delos barreros, dentro del barrio tinajero y tam-bién por la necesidad de estos trabajadores deampararse en la devoción a la Virgen para pro-tegerles de las dificultades y riesgos del trabajoque realizaban.

Para terminar quiero mostrar mi agradeci-miento a los tinajeros y familiares que desde elprimer momento me abrieron sus hogares y suscorazones, siempre dispuestos a esclarecer misdudas y saciar mis curiosidades; entre ellos des-tacamos a María Antonia Martínez “La More-na” (recientemente fallecida), a su hija PalmiraGirón, a Jesús y Juan Pedro Jimena (hijos deJuan José Jimena Lacoba), a la familia de JuliánMartínez, a Teresa Mañas, a Agustín Padilla, aCésar Velasco y con especial cariño a TomásGómez “Orozco” y a Manuel Moreno“Doblones” que sin su información no habríapodido realizar este trabajo.

También a Mª Dolores García Gómez, au-tora del libro “Cuatro siglos de alfarería tinajeraen Villarrobledo”.

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El Pastor

L a economía de Villarrobledo, desde sus orí-genes, ha estado ligada al mundo agrícola yganadero. La figura del pastor con el ganado

por las extensas llanuras manchegas es una de lasimágenes más representativas de nuestro paisaje.

Los restos arqueológicos encontrados endistintos yacimientos de la región confirmanque esta actividad ya era practicada por losprimeros pobladores; los fragmentos de que-seras y cuencos perforados pertenecientes ala Cultura de las Motillas y Edad de Hierroson piezas representativas de una sociedadpastoril. Con el paso de los años, la ovejamanchega ha destacado por la calidad de sucarne y leche, propiedades que ya eran cono-cidas y apreciadas en época romana y visigodacomo aparece reflejado en varios documen-tos de historiadores de este período, Periplo,Diodoro, Apio Claudio.

La selección de la raza ovina para obtenermejores resultados en la obtención de carne,leche y lana se impulsó en nuestra comarcadurante la ocupación musulmana, un proyec-to que ha continuado hasta nuestros días lle-gando a éxito con la creación de la Asociaciónde Criadores de Ganado Ovino Selecto de RazaManchega. El interés por la ganadería creció

aún más en la Reconquista, época en la que elganado ovino estaba en manos de los grandesterratenientes y de las Órdenes Militares, paramantener sus privilegios se creó el Real Con-cejo de la Mesta de los Pastores de Castilla(1273), organismo encargado de regular el trá-fico de los ganados por tierras castellanas. Lospastores que se trasladaban con los rebaños alos pastizales utilizaban su propia infraestruc-tura, eran vías pecuarias repartidas por las tie-rras del reino y divididas según su anchura encañadas, veredas o coladas.

El término de Villarrobledo está atravesa-do por varios de estos pasos, conservándoseen la actualidad algunos tramos: la CañadaReal de Murcia, viene desde El Provencio lle-vando su recorrido a caballo sobre la líneajurisdiccional con el término municipal de SanClemente, tiene una longitud aproximada de16 km y una orientación NE-E; la Cañada Realde Socuéllamos, discurre en toda su anchurajunto a la línea jurisdiccional de Villarroble-do, tiene una longitud de 25 km orientada deNO a SO.

Las veredas que atraviesan nuestro térmi-no municipal tienen una anchura de 20.89 m,destacando la de Carrión o Moharras, la de

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Villarrobledo

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San Isidro y la de Las Pedroñeras; estas víascomienzan su recorrido en el casco urbano denuestra ciudad. De menor anchura y longitudencontramos las Coladas de Socuéllamos, deSan Clemente y de la Fuente del Espino, aquílocalizamos el Abrevadero del mismo nom-bre con una superficie aproximada de 11 áreasenclavado todo en el término municipal deVillarrobledo.

La creación de la Mesta originó grandestensiones entre los agricultores y ganaderos;conflictos que se repetirían a lo largo de lahistoria local. En las Ordenanzas Municipa-les (S. XV-XVII), creadas para legislar aspec-tos económicos, sociales... del pueblo se nom-brarán a los caballeros de la sierra, encarga-dos de vigilar los montes y los campos y deevitar los abusos que pudieran cometer gana-deros y agricultores. En el Archivo Municipalse encuentra un Decreto de 1793 en el que senombran a guardas de campo por la necesi-dad “de personas que cuiden de la conserva-ción de las siembras de su término, porquesegún se tiene informado padecen muchosperjuicios y daños ya de los ganados...” Unsiglo más tarde éste cargo es sustituido por laPolicía Rural (Ordenanzas Municipales de1873, Archivo Municipal).

Con el paso de los años estos conflictosse fueron suavizando, los agricultores y gana-deros locales han llegado a convivir en per-fecta armonía y entre ambos han formado labase de la economía local.

ASÍ VIVÍAN LOS PASTORESLo que mueve la historia de un pueblo son

los hechos aparentemente intrascendentes de

sus gentes. Para el estudio de la vida cotidia-na de este grupo social no contamos con lasmismas fuentes documentales que existen so-bre los grandes acontecimientos, de ahí la ne-cesidad de recurrir a personas que han parti-cipado directamente en esta página de la his-toria de Villarrobledo.

El pastor es la persona encargada de guiary cuidar el ganado, en Villarrobledo la mayo-ría de estos trabajadores no eran los dueñosdel ganado, éste solía estar en manos de losgrandes agricultores que también eran gana-deros.

Los mayores todavía hoy recuerdan la fi-gura del pastor que iba por las calles del pue-blo recogiendo las ovejas de pequeños pro-pietarios y devolviéndolas a sus establos alcaer la noche, cobrando por el número de ca-bezas guiadas. Estos pastores vivían en el pue-blo y eran dueños de un pequeño rebaño, paraaumentar su renta vendían la leche, el queso yobjetos de esparto que ellos mismos y conayuda de su familia fabricaban.

La gran extensión de las fincas de Villa-rrobledo así como el elevado número de ca-bezas de ganado ovino que éstas albergaban,

Pastor con rebaño de ovejas y cabras

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hizo necesaria la aparición del pastor encar-gado de guiar grandes rebaños dentro y fuerade nuestro término. Estos se dividían en pas-tores de ganado vacío y de rebaños de vien-tre, en ambos casos el gran número de ovejasque estaban bajo su responsabilidad requeríala presencia de varios trabajadores, mayoral,responsable ante el dueño del ganado y variosayudantes y zagales que realizaban distintastareas.

Los pastores de ganado vacío llevaban un“atajo” de más de 500 ovejas (machos,machorras, no preñadas...) por lo que teníanque salir un mayoral, varios pastores y un za-gal. A primeros de mes el dueño del ganadorepartía el “ato” al mayoral con harina, acei-te, patatas..., la cantidad suficiente para sub-sistir el tiempo que pasaban sin ir a la finca,aproximadamente 15 días si el tiempo lo per-mitía, “el 3 de marzo del año 40, estando solo,un guarda me hizo desmontar la tienda, seencapotó el cielo poniéndose a nevar y mequedé incomunicado con el ganado 9 días”.

Con el “atajo”, un rebaño de cabras y elburro, los pastores partían de las fincas hacialas majadas. La necesidad de soportar los lar-gos y fríos inviernos manchegos les obligabaa instalar unas tiendas para protegerse, éstaslas situaban en lugares de abrigo, “entre ma-tas” y con la puerta siempre orientada al norte“ya que en esta zona el agua y la nieve casinunca viene de allí”. Las tiendas estaban he-chas de tela de “musolina” para que resbalaseel agua, elevándose con dos “peones”, uno encada extremo, en los que se encajaba un palotransversal llamado “tumbera”, sobre la aber-tura de entrada caía un trozo de tela que hacía

la función de puerta. En su interior había es-pacio suficiente para guardar el “ato” y las he-rramientas, también el necesario para instalarel “cameo”, formado por “tres pellejos de lanade oveja que servía de cama”.

Muy cerca de las tiendas hacía un corralcon ramas, matojos y piedras para las cabras.Gracias a estos animales no les faltaba lecheni algún que otro cabrito.

Su vida en el campo estaba supeditada alas necesidades del ganado y a los cambiosclimáticos, a diario y antes de partir, el zagalhacía las tortas en las brasas de la lumbre, ter-minado el almuerzo se dirigían con el rebañoen busca de buenos pastos eligiendo los me-jores caminos y pendientes en todo momentodel cuidado de los animales.

A veces la alimentación del ganado pre-sentaba graves problemas sobre todo con lallegada de las lluvias, nevadas y heladas. Anteesta situación, el pastor debía paliar el ham-bre de los animales cortando él mismo las ra-mas de los árboles con herramientas especia-les, el “segurón” para dar mochazos y el “po-dón” para cortar chaparros eran las más utili-zadas, al mismo tiempo aprovechaban y cor-taban la leña necesaria para ellos.

El ritmo de vida de estos hombres estácondicionado por el ciclo natural de los ani-males, al llegar la noche las ovejas vuelven alas majadas donde “cada una se acuesta en sucama”, momento que aprovechan los pasto-res para descansar.

Durante el día mientras el ganado pastabatenían tiempo para realizar otras actividades.La fabricación de la pleita es una de las másextendidas junto con el curtido de las pieles y

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la recogida de plantas cuyas propiedades cu-rativas conocían a la perfección; también des-tacaban por la destreza al lanzar el “garrote”con el que llamaban la atención de las ovejasy que a su vez utilizaban para cazar liebres yconejos.

Cuando llegaba el verano cambiaban laslomas de los montes por las rastrojeras, “lle-vábamos el ganado a Santa María, Honru-bia...” donde se encontraban los “agostaderos”con plantas de gran valor nutritivo para el ga-nado.

El ganado de vientre estaba formado porlas ovejas preñadas y los corderos de menosde un año que todavía se alimentaban de susmadres. Los pastores que las cuidaban vivíanen las casas de las fincas de los dueños delganado, estos hogares eran semejantes a losutilizados por los agricultores. Aparte de lle-var el ganado a pastar se encargaban tambiénde ordeñarlas varias veces al día, de ayudarlesa parir, curarlas cuando estaban enfermas, ali-mentarlas en las “tinas”, hacer los quesos y lapleita..., en cambio si el ganado era numerosose encargaban de esquilarlas, para lo que ve-nían cuadrillas especializadas en este oficio.

No podemos olvidar la importancia quetiene en la vida cotidiana de estos hombres elperro y el burro. Día a día estos animales seconvirtieron en compañeros inseparables; elburro era necesario para transportar los obje-tos de peso que los pastores necesitaban ensus largas estancias por los montes, en los“aguarones llevaban el ato con el avío delmes”, así como las sartenes y herramientas.El perro pastor siempre ha destacado por suinteligencia y amabilidad, fiel compañero en

la soledad, atiende con inteligencia las órde-nes de su dueño.

ARTESANÍA PASTORILLa vigilancia y el transporte de las ovejas

era la principal actividad del pastor. Las con-diciones especiales de este trabajo hace posi-ble que estos hombres puedan compaginar lastareas propias de su profesión con otras típica-mente artesanales. Estos conocimientos estándentro de lo que conocemos como “culturapopular” destacando la fabricación del queso,el trabajo del esparto y el curtido de las pielescomo las “otras” actividades más representati-vas de este grupo social en Villarrobledo.

La fabricación del quesoEl queso manchego es uno de los produc-

tos más representativos de nuestra cultura tra-dicional. Ligado íntimamente a una sociedadpastoril ha logrado, con el paso de los años,destacar por méritos propios en el panoramagastronómico nacional e internacional.

Desde sus orígenes la fabricación de esteproducto ha sido realizada de forma artesanalpor los pastores locales. En el proceso de ela-boración intervienen la leche de oveja man-chega y el cuajo, obtenido por ellos mismos“de las flores de las tobas recogidas en prima-vera”.

Ordeñadas las ovejas con sus propias ma-nos depositaban la leche en los “jarrones” pa-sándolas a continuación por el “colador” paraquitar impurezas y restos de paja que podíanhaber caído en el ordeño. Preparada la lechey manteniéndole siempre su temperatura na-tural, añadían el cuajo para obtener la “cuaja-

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da”. Con una espátula iban sacando los coá-gulos que ponían en moldes de pleita, apre-tando al mismo tiempo para que saliera el sue-ro, en esta fase utilizaban el “entremiso”, unamesa alargada con ranuras y algo inclinadas,con aberturas en la parte baja. La masa obte-nida la cortaban en varios trozos, volviéndolaa sobar y colocando los cuajados en “las pleitascon las flores” sobre los que ponían los pesosdurante varias horas.

Estos quesos se sumergen en recipientescon agua y sal, durante dos días dependiendodel tamaño, llevándolos finalmente a lossecaderos donde se realiza “la curación”, eltiempo que deben estar depende de la varie-dad del producto que se quiera obtener: cura-do, semi-curado o tierno.

Hoy en día la industrialización está pre-sente en la fabricación del queso, los proce-sos artesanales de antaño, salvo excepciones,han sido sustituidos por una maquinaria mo-derna equipada con los últimos avances téc-nicos. Recogida la leche de los ganaderos encisternas isotérmicas llega a la fábrica dondedespués de analizarla se procede al filtrado,homogeneización y pasterización. Garantiza-das las condiciones sanitarias se inicia la fa-bricación del producto con la coagulación dela leche, actualmente las empresas utilizan elcuajo químico haciendo el proceso de coagu-lación en grandes cubas, cuando los granosde la cuajada tienen el grosor idóneo se pro-cede a la separación de la masa y el suero,esta operación también la realizan las máqui-nas que automáticamente introducen en losmoldes la cuajada cortada y desmenuzada enlas cubas.

El siguiente procedimiento es el prensa-do donde se elimina parte del suero y se le dala forma definitiva al producto. Con los que-sos prensados y colocados en los moldes pa-san al saladero, se introducen en salmuera con-siguiendo que salga el suero del interior e in-troduciéndole la sal, de esta forma se garanti-za la conservación del producto. El tiempo deinmersión oscila entre 24 y 48 horas.

A continuación los quesos tendrán un pro-ceso de curación y maduración, para garanti-zar las condiciones higiénicas ygastronómicas, normativas recogidas por elConsejo Regulador del Queso Manchego. Ellugar donde se almacenan para conseguir lafermentación y maduración mantiene unascondiciones especiales de temperatura, hume-dad e higiene. El resultado final es un produc-to de gran calidad con unas características pro-pias y diferenciadoras, condicionadas por ladenominación de origen concedida en 1990.Así es el queso manchego:Zona de elaboración: La Mancha.Clase de leche: Cruda o pasteurizada de ove-

ja manchega.Tipo de queso: prensado y duro.Fórmula habitual: cilíndrica.Dimensiones: de 18 a 22 cm de diámetro por

8 a 12 cm de altura.Peso: variable entre 2 a 3.5 kgCorteza: dura, amarillenta a pardo oscura, con

las impresiones del molde (flor) en las ca-ras y los cinchos de esparto (pleitas) en loslaterales.

Pasta: firme, compacta, buena densidad, decolor marfileña.

Ojos: pocos y desigualmente repartidos.

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Contenido en grasa (MG/ES): mínimo 50%.Tipo de elaboración: familiar, artesanal e in-

dustrial.Maduración: mínimo de 2 meses y hasta 9

meses.Presentación: conservará sus características

externas naturales. Legalmente etiquetadode queserías, placa de caseína ycontraetiqueta del Consejo Regulador.

Cómo escogerlos:A ojo: cilíndrico, con dibujos muy caracterís-

ticos, amarillento o pardo oscuro.A dedo: duro, compacto, denso, grasiento.Por el olor: muy buen aroma, fuerte y carac-

terístico de la leche de oveja.Por el gusto: sabor fuerte, sabroso, buen

bouquet y retrogusto.Consumo: todo el año.Conservación: mucho tiempo y bien; si se

mete en aceite, hasta dos años.

El trabajo del espartoEl trabajo del esparto ha sido una activi-

dad complementaria en la vida del pastor, conesta materia prima ha realizado objetos parauso personal y para abastecer las necesidadesque surgían en las fincas donde trabajaban,necesidades relacionadas con la agricultura ycon la fabricación del queso.

El clima y suelo de Villarrobledo son idó-neos para el desarrollo de esta planta situándo-se las otochas o espartales más fértiles en laszonas S, SE y SO de nuestro término munici-pal. Los pastores que han realizado esta activi-dad recuerdan las fincas de La Casa Blanca,Los Culebros, Cerro de la Encantá, Las Bea-tas, La Berruga... como las más productivas.

Durante muchos años los dueños de lasfincas obtuvieron importantes beneficios conla comercialización de este vegetal utilizandoel sistema de arrendamiento por temporadas.Para controlar esta explotación contrataban alos guardas de montes, encargados tambiénde la vigilancia de la caza. Los pastores te-nían el permiso de los dueños para coger elesparto necesario para la fabricación de estaspiezas, ya que en la mayoría de los casos losgrandes agricultores eran también los dueñosde los ganados.

Mientras los rebaños pastaban, el pastorrecogía la materia prima que encontraba a supaso en las lomas de los montes, siendo laépoca idónea para su recolección después dela vendimia “ayudados con una cogedera liá-bamos los manojos del esparto en la punta ycon el gancho de hierro lo cortábamos, otrasveces cuando necesitábamos menos cantidadlo hacíamos con las manos, sin utilizar ningu-na protección, pero nunca arrancábamos lamata”. Cuando tenían la suficiente cantidad,hacían los manojos que almacenaban en loscaseríos.

El esparto se puede trabajar crudo o coci-do, siendo labor propia de los pastores el pri-

Manojos de esparto naturales y teñidos

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mer caso. Siempre que el tiempo lo permitía,alternaban la vigilancia del ganado con la fa-bricación de la pleita, actividad realizada enmuchos casos mientras caminaban, poniéndo-se de manifiesto una gran destreza yprofesionalidad: “con los manojos metidos enel cinturón íbamos sacando los ramales quenecesitábamos para hacer las tiras de pleita”.En los meses de verano los manojos los lleva-ban envueltos en trozos de tela o saco hume-decido para evitar que el esparto seco saltaray se quebrara, los pastores que vivían en lasfincas le devolvían la flexibilidad introducién-dolos durante varias horas en cubos con agua.

Preparada la materia prima, el pastor ini-ciaba la fabricación de la pleita, es decir, tiraso bandas de esparto trenzado de distinta lon-gitud y grosor dependiendo del objeto quefueran a realizar. Sobre las rodillas colocabanun manojo de esparto atado en la punta, éstelo dividían en distintos ramales, siempre denúmero impar y con estos iniciaban el trenza-do añadiendo otros ramales a los iniciales has-ta llegar a la longitud deseada.

Para coser la pleita utilizaban cordeles deesparto de tres ramales y una aguja, termina-da la unión (distinta según el objeto que sehiciera) se iniciaba el “bordeo” o realizaciónde los bordes para que las piezas obtuvieranuna mayor fuerza y consistencia. A veces lospastores para dar vistosidad teñían la materiaprima, proceso que realizaban introduciendoel esparto en agua con fuchina y sal, despuésde hervir se dejaba enfriar hasta que tomabael color siendo el fucsia y verde los más utili-zados, hoy en día los que hacen este trabajoutilizan otro tipo de tintes.

Como hemos dicho las piezas que fabricael pastor están relacionadas con la agriculturay con objetos de uso personal, a continuaciónhacemos un pequeño índice de algunos de es-tos objetos:Abarca: calzado hecho con esparto y piel.Aguadera: armazón de esparto con divisiones

que se coloca sobre las caballerías para lle-var cántaros o barriles.

Aguaerón: armazón de esparto colocado so-bre un animal de carga donde los pastoresllevaban el “ato”.

Baleo: felpudo circular de pleita con dos asas.Borral: bozal de esparto para los animales de

carga.Capacha: media sera de esparto.Capacho: especie de espuerta de esparto re-

cio.Cordel: cuerda fina de esparto.Cortinas para las casas, cuadras...Espuerta: especie de cesta de esparto con dos

asas que sirve para llevar y transportar.Estera: tejido grueso de esparto formado por

varias pleitas cosidas, para cubrir el suelo.Felpudo: estera gruesa de esparto colocada en

las entradas de las casas para limpiarse elcalzado.

Sarrieta: espuerta honda y alargada donde seecha de comer a los animales, también uti-lizada como cuna de bebés.

Sera: espuerta grande, generalmente sin asas.Serillos: sera pequeña.Serón: especie de sera más larga que ancha,

sirve regularmente para carga de una ca-ballería.

Soga: cuerda gruesa de esparto.Tomiza: soguilla de esparto.

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Paso: tejido grueso de esparto de forma estrechay alargada para cubrir entradas y portales.

Pleita: tira de esparto trenzado en varios ra-males.

Posete: especie de taburete realizado con va-rias pleitas y con asiento de piel.Desde hace varios años el trabajo del es-

parto está en vías de extinción, esta actividadtradicional que se heredaba y transmitía depadres a hijos es realizada en la actualidad porun pequeño sector de la población de avanza-da edad, grupo que se dedicó a labores agrí-colas y ganaderas.

La aparición de materiales como la goma,plástico y caucho, así como la mecanizaciónde los campos ha contribuido a la decadenciay casi extinción de la elaboración de estosobjetos.

El curtido de la pielEntre las tradiciones artesanas el trabajo

de la piel y el cuero es otra de las actividadesrealizadas por los pastores. La posibilidad detener a su alcance la materia prima junto a lascaracterísticas propias de las pieles de los ani-males (flexibilidad, impermeabilidad, calor...),hizo posible que pudieran fabricar objetos deuso personal y accesorios, muchos de ellos degran valor artístico.

Las pieles utilizadas eran las de los ani-males que tenían a su alcance, liebres, cone-jos, cabras y ovejas. El curtido se inicia intro-duciendo la piel en recipientes con cal o conrecuelo de ceniza y agua, este procedimientoes neceario “para que se cayera el pelo”. Acontinuación y ayudados con sus grandes na-vajas desprendían los restos de carne que pu-

diera quedar en la piel. Con la materia primalimpia “se sobaba varias veces dándole fuer-tes golpes y se introducía en el curtío”. Lospastores llaman indistintamente a la acción decurtir y al líquido en el que introducen las pie-les para conseguir el curtido, el preparado lohacen ellos mismos: “sacábamos las raícesgrandes y profundas de las carrascas, con unmartillo y una maza las picábamos y lasdescascarillábamos, a continuación las echá-bamos en un caldero para que cocieran”.Cuando el líquido obtenido estaba frío intro-ducían las pieles durante 48 horas, tiemposuficiente para que tomaran el color avellanacaracterístico del curtido. Después de sacar-las volvían a sobarlas varias veces obtenien-do la flexibilidad necesaria para fabricar losobjetos.

Los pastores, como hemos dicho, han rea-lizado trabajos en este material para su usopersonal, a continuación hacemos una relaciónde los más destacados:

Abarcas decoradas con tachuelas y puntilleras

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Abarca: calzado realizado con cuero, sujetocon tiras del mismo material en los tobi-llos, a veces lo decoraban con tachuelasmetálicas.

Amasaera: piel de oveja muy sobada y flexi-ble donde los pastores echaban las tortas.

Balleta: Piel pequeña y muy flexible que utiliza-ban para limpiar las tortas de ceniza y brasas.

Cameo: especie de saco realizado con dos“pellejos”, lo utilizaban para guardar lasherramientas.

Cinturón: de gran anchura, los usaban parasujetar la navaja, el machete, el mechero, elesparto... a veces decorados con tachuelas.

Culera: especie de “mandilete” sujeto a la cin-tura, con él se protegían al sentarse en laspiedras, en el suelo...

Chaleco: prenda de vestir sin manchas, lo ha-cían de piel para protegerse del frío.

Delantera: piel partida en dos, sujeta a la cin-tura y puesta sobre las piernas.

Montera: para proteger la cabeza, la solíanhacer de piel de conejo.

Morral: especie de saco donde guardaban na-vajas, cuchillos, la merienda...

Petaca: donde guardaban el tabaco y la “yesca”.

LA COCINA DEL PASTORLa cocina tradicional manchega tiene su

origen en una sociedad eminentemente agrí-cola y ganadera. Con el paso de los años con-serva sus señas de identidad y mantiene vivoel espíritu de nuestros mayores. Cocina basa-da en la riqueza y variedad de sus productos yrelacionada directamente con uno de los gru-pos sociales más representativos de nuestraciudad, el pastor.

La vida de estos hombres está condicio-nada en gran parte por el medio físico en elque se mueven y por la dureza del clima, es-tos factores influyen en sus hábitos y necesi-dades alimenticias. Sus largas estancias porlos campos y montes favorecen el conocimien-to y utilización de la flora y fauna manchega:“conocíamos todas las hierbas del campo, unaslas recogíamos para hacer tisanas y emplas-tes, otras para comerlas, los espárragostrigueros y de pastor, las collejas, las setas,también el tomillo y el romero para dar sabora los guisos”.

La abundancia de caza en los montes fa-vorece la utilización en sus guisos de liebresy conejos cazados con el “garrote”, éste uten-silio lo realizaban ellos mismos con maderade chaparro, maraña o almendro. Al estar lasfincas acotadas, las pieles de los animales lasescondían en las mismas madrigueras, evitan-do una posible multa del guarda. La prepara-ción de la carne de caza con las tortas de hari-na, realizadas y cocidas por los propios pas-tores sobre “las pastas de las ovejas” creó unode los platos más internacionales de la cocinaregional, los “gazpachos manchegos”.

Uno de los métodos más comunes en lacocina pastoril es la utilización de “adobos” y“salazones” para conservar los alimentos, es-pecialmente las carnes. Si bien estas formaseran conocidas y practicadas por el resto de lapoblación, en sus despensas aparece un ele-mento nuevo, el “salón”, carnes comúnmentede cabra, salada y enjuta que se consumía seca.

A los productos básicos de la despensamanchega (harina, aceite, patatas, cerdo...) lospastores añadían los propios de su profesión

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(carnes de cabra y oveja, leche y queso) crean-do una alimentación rica y variada, que cul-mina en la diversidad de platos: gachas, mi-gas, gacha-miga, calderetas, guisos de trigo ycaza, olla de pastor...

Hoy en día estas recetas siguen realizán-dose de forma cotidiana en la mayoría de loshogares de nuestra ciudad, su conocimiento yuso hace innecesaria su explicación.

CONCLUSIÓNCon la publicación de estos fascículos la

Universidad Popular quiere dar a conocer lacultura tradicional de nuestro pueblo a travésde la artesanía, folklore, oficios... Actualmenteel sector de la población juvenil desconoce labase de esta cultura por lo que creemos indis-pensable que desde las instituciones se lesacerque a sus orígenes.

Este fascículo está dedicado a uno de es-tos oficios tradicionales, el pastor, realizadoen nuestra sociedad desde tiemposinmemoriales hasta nuestros días.

Con el paso de los años las condicioneslaborales de estos trabajadores han evolucio-nado logrando una serie de mejoras refleja-das en su actual forma de vida. La mayoría delos pastores jóvenes realizan este trabajo portradición, heredada de sus mayores.

La esencia del trabajo sigue siendo la mis-ma: el cuidado y alimentación del ganado,aunque las costumbres y actividades de susmayores han sido sustituidas por las propiasde la sociedad actual.

De las actividades tradicionales realizadaspor los pastores podemos afirmar que estánen vías de desaparecer, los más jóvenes casi

no conocen el trabajo del curtido ni de la pleita,aunque la fabricación de los quesos sigue rea-lizándose por un sector más numeroso.

En esta publicación hemos querido refle-jar una visión general del trabajo y forma devida de los numerosos pastores locales, unastradiciones arraigadas en la sociedad local yque pretendemos conservar y difundir comoparte de nuestra cultura. Estas líneas han vis-to la luz gracias a la colaboración de pastoresque han dedicado toda su vida a esta profe-sión, por lo que desde aquí les damos las gra-cias a todos ellos y en especial a Pedro Anto-nio Chillerón “El Piti” y a Jesús Collado, tam-bién al Centro de Mayores de Villarrobledo,que ha actuado de enlace entre sus miembrosy la redacción del fascículo.

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Los Labradores

L a riqueza y fertilidad de las tierras de Villa-rrobledo ha favorecido el asentamiento de ci-vilizaciones antiguas en nuestro término mu-

nicipal, así encontramos restos pertenecientes ala Cultura de las Motillas, poblado Ibérico y ya-cimientos Romanos, sociedades ligadas directa-mente a una economía esencialmente agrícola yganadera. La ausencia de excavaciones arqueo-lógicas hace imposible estudiar estas culturasrelacionadas con nuestra Historia, aunque es-peramos que con el paso de los años podamossacar a la luz parte de estos restos y poder lle-nar este importante vacío patrimonial.

Las principales fuentes literarias para el es-tudio del origen de Villarrobledo las tenemosen las obras de Blas Franco y del Padre de laCaballería (siglos XVI y XVII), los autores seremontan a los acontecimientos surgidos en elsiglo XIII, cuando se confirma la fundación denuestra ciudad y el asentamiento de los prime-ros vecinos por “gozar este lugar de aires muysaludables, cielo sereno de abundantes y férti-les vegas...” así como por tener “vegas de tie-rras de pan llevar, y de mucha substancia, enlas cuales, si los años vienen razonablementelluviosos, se coge una gran copia de Trigo, Ce-bada, Centeno y de todas las demás semillas...”

La calidad de nuestros campos hizo posibleque aumentara el número de pobladores lle-gados de lugares cercanos que con sus abun-dantes cosechas podían “abastecer de trigo atoda Castilla”, de esta forma, y a partir de losReyes Católicos Villarrobledo colaboró en elaumento de las arcas reales.

Según el Padre de la Caballería a princi-pios del siglo XVII se inicia el declive econó-mico de nuestra ciudad influenciado por loscambios climáticos y por las distintas plagasque asolaron los campos; en 1610 “empezó amostrarse el Cielo de bronce, y a negar las nu-bes su acostumbrado rocío”, como consecuen-cia muchos vecinos tuvieron que abandonar suscampos y emigrar a otros lugares quedándoseel pueblo económicamente arruinado.

Durante los siglos XVIII y XIX, comoconsta en el Archivo Municipal, la situaciónde los agricultores pasó por momentos muydifíciles, unas veces a consecuencia de las lar-gas sequías, otras por los desastres y saqueosocurridos en Villarrobledo durante la guerrade la Independencia que dejaron las tierras yla ciudad arrasadas.

En esta época la sociedad de Villarroble-do gira en torno a la antigua oligarquía agra-

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ria, la mayoría de los dueños de las grandespropiedades incrementarán su patrimonio apartir de la desamortización de los bienes ecle-siásticos. Socialmente, a estos grandes terra-tenientes le siguen un importante grupo delabradores que poco a poco van aumentandosu riqueza con el arrendamiento de parte deestas grandes explotaciones, en la base de lasociedad agraria se encontraba la mayor partede la población formada por los pequeños pro-pietarios de una yunta de labor y cuyas explo-taciones estaban orientadas al autoconsumofamiliar, y por los jornaleros que solo trabaja-ban en las temporadas de mayor actividadagraria.

LAS LABORES DEL CAMPOEl cultivo de cereales de secano ha ocu-

pado la mayor extensión de terreno de Villa-

rrobledo. Hasta la introducción de la maqui-naria agrícola la técnica siguió siendo la tra-dicional con el sistema de barbecho utilizadode forma generalizada, así como el uso delarado común de palo, a veces perfeccionadocon una reja de hierro.

A finales de siglo aparecieron las verte-deras giratorias revolucionando las laboresagrícolas, para la siega y la trilla continuaroncon el uso de la hoz y el trillo.

La siembraEl inicio de la siembra depende de la pre-

paración del terreno, del cereal elegido y delas condiciones meteorológicas.

La actividad comenzaba a mediados deSeptiembre en los rastrojos donde sembrabanavena temprana y centeno, continuaban en lastierras de barbecho en el mes de Octubre con

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el trigo para terminar aproximadamente en laPurísima con la cebada. En ocasiones los la-bradores sembraban avena tardía en el mes deDiciembre, desatendiendo el dicho popularque dice “el que no haya sembrado en noviem-bre; que no siembre”.

Las mismas cuadrillas de labradores de en-cargaban de preparar la tierra, proceso queconsistía en “darle varias vueltas”; la primerase hacía con la vertedera utilizando el aradocomún, en la segunda vuelta se “vinaba”, esdecir, se hacían los lomos más estrechos paradarle labor a la tierra.

En el mes de Marzo se “alomaba” hacien-do lomos corrientes que más tarde, en losmeses de Mayo o Junio se “rayaban”, que-dando la tierra preparada para la siembra “des-pachar”.

En ocasiones y durante el Agosto los la-bradores volvían a darle vueltas a la tierra, deesta forma mantenía más humedad y se obte-nían abundantes cosechas.

Finalizada la siembra había que “garaba-tear”, acción que consistía en “recalcarla” su-biéndole tierra a los lomos con un garabato,al mismo tiempo las orejeras de madera deestos aperos limpiaban de hierbas los costeros,creciendo más los cereales. El trabajo termi-naba con el “desescardado” o limpieza de car-dos, collejas y malas hierbas que solían reali-zar las mujeres y los niños.

La siegaEntrado el verano, aproximadamente por

San Antonio y como dice el refrán “en juniola hoz empuño”, las fincas y sus aldeas se lle-naban de trabajadores eventuales contratados

para segar. Estas cuadrillas de segadores esta-ban formadas principalmente por mujeres yniños. Con la hoz como única herramienta rea-lizaban uno de los trabajos agrícolas más du-ros del campo. Estos jornaleros eran contra-tados mientras “había faena”. Se encargabantambién de hacer los “haces” y de cargarlosen los carros o galeras.

Los mayores todavía recuerdan como alcaer la tarde las calles del pueblo se llenabande bullicio y color, con las segadoras sobrelos carros cantando alegres canciones ycoplillas populares.

La trillaDespués de la siega se inicia la trilla, ac-

ción que consiste en quebrantar “la mies” ten-dida en la era para separar el grano de la paja.

Las eras podían ser empedradas o de tie-rra, las primeras tenían la ventaja de no tenerque arreglarlas y solamente en ocasiones seles pasaba el rodillo “para emparejar las pie-dras”. Las de tierra había que prepararlas an-tes de iniciar la trilla, en ocasiones y para con-seguir que esta gran superficie estuviese duray consistente se le añadía greda, a continua-

Grupo de segadores. (Foto A. Ballesteros)

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ción el pastor de la finca “pasaba el ganadovarias veces apisonando y batiendo la era”,otras veces, si en Agosto llovía la tapaban conpaja pasándole después el rulo.

Cuando llegaban los haces de mies a laera se desataban, colocándolos unos sobreotros con “los cortes hacia abajo y las espigashacia arriba”, esto se llamaba hacer la Parva.A continuación con la trilla enganchada en lasmulas se trituraba la mies, este apero estabaformado por cuatro tablones de madera uni-dos entre sí, con “pernales” en la parte infe-rior.

La paja esparcida por la era se iba reco-giendo (“allegar”) formando grandes monto-nes alargados de más de dos metros de altollamados “peces”. Estos bloques quedabanpreparados para “aventar” con unas grandeshorcas de madera. “Tirando horcadas contrael aire se separaba la paja del grano”, si eratrigo se cribaba y una vez limpio lo llevabanal molino, sí era cebada, se mezclaba con lapaja para servir de alimento a los animales.

LOS LABRADORESEl eje económico y social de Villarroble-

do ha girado en torno a los grandes y media-nos terratenientes, dueños de la mayoría delas tierras de nuestra ciudad, en contraposi-ción hay un elevado número de pequeños agri-cultores con explotaciones de tipo familiar.

Para cultivar y sacar el mayor rendimien-to a las tierras los propietarios contrataban aagricultores expertos, los mayorales. Estos tra-bajadores eran los responsables de “las fae-nas agrícolas que se realizaban en los cam-pos”, en la mayoría de los casos decidían cuan-

do y como había que preparar la tierra, quetipo de cereal sembrar o cuando se iniciaba lasiega. A su cargo estaban los labradores, con-tratados para realizar estos trabajos y cuyo nú-mero variaba según las hectáreas de las fin-cas. “En las casas grandes” se llegaban a con-tratar cuadrillas de siete pares de yuntas, es-tas estaban formadas por el mayoral, el zagalmayor, el primero, dos segundos, el último yel zagal chico.

El mayoral actuaba como un capataz, di-rigía y ordenaba los trabajos de los labrado-res encargándose también de la manutencióny de la vivienda de estos. La casa que el due-ño de la finca ponía a disposición del mayoraly su familia era en muchos casos el lugar don-de dormían los labradores, aunque como ve-remos lo hacían en dependencias distintas.

La jerarquización también estaba presen-te en este grupo social, cuando el mayoral te-nía que ausentarse de la finca, su lugar y supuesto lo ocupaba el zagal mayor, sí este tam-bién faltaba lo sustituía el primero, aunqueestos casos se daban en pocas ocasiones. Unclaro exponente lo tenemos en “el ritual” queestos trabajadores hacían en la preparación dela primera comida del día: “después de ali-mentar a las mulas empezábamos a prepararla comida, lo más habitual era hacer gachasporque se preparaban rápidamente y llenabanel estómago”. En los preparativos interveníatoda la cuadrilla, el zagal chico encendía elfuego y traía el agua del pozo, los segundosayudados por el último preparaban la harina,el agua y las especias, también pelaban laspatatas, a continuación el zagal mayor se en-cargaba de sacar la sartén, echarle el aceite y

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“cortar las tajás, siempre del mismo tamaño”preparándolo todo para que el primero las co-cinara. En este momento llegaba el mayoral ycon la frase “viva Jesús”, metía el primer tro-zo de pan, a continuación le seguía el resto dela cuadrilla, encargándose el zagal chico decortar el pan.

Otro personaje popular y querido en lasaldeas era “el chirri”, chaval joven que susti-tuía en las labores agrícolas a los labradorescuando estos iban de quincena o estaban en-fermos, “también se encargaba de tablear latierra, pasar el rulo, abuzar las rejas o sacar lacuadra”.

Sí era necesario, en las “casas grandes”contrataban a jornaleros eventuales “por díatrabajado”, las condiciones de estos trabaja-dores eran precarias dependiendo en cadamomento de la actividad de las fincas o delestado meteorológico, en algunas etapas de suvida llegaron a trabajar por “la costa”.

LA MUJER Y LOS “DIJES”El papel que ha desempeñado la mujer en

las actividades relacionadas con el medio ru-ral ha sido de gran importancia. Durante todasu vida ha aportado tiempo y esfuerzo contri-buyendo de forma activa en la economía fa-miliar.

La mayoría de estas mujeres recibieronuna educación rígida, basada principalmenteen la función de educar a los hijos y obedecery ayudar al marido, estos aspectos están la-tentes en la mujer del campo.

Uno de los habitantes más emblemáticosen la sociedad agraria fue “la mayorala”. Sinrecibir retribución alguna se encargaba, apar-

te del trabajo propio de la casa, de preparar lacomida para las cuadrillas que trabajaban enla finca, hacer el pan, cuidar a los animales.Los dueños de las tierras pagaban al mayorallas costas por el mantenimiento de los labra-dores, la abundancia y la calidad de la alimen-tación “dependía de la honestidad de este,había sitios donde te apañaban con una sardi-na salá en la comida y en la cena, en otro laolla siempre estaba llena”.

La jornada de trabajo de estas mujeres co-menzaba muy temprano, los días que tenían queamasar lo hacían a las cinco de la mañana paraque estuviera listo el pan a la hora del almuer-zo, a continuación se encargaban de alimentara los animales, gallinas, conejos y algún queotro gorrino que en muchas ocasiones eran delos dueños de las fincas. Después de atender asus hijos limpiaban la casa y preparaban la co-mida para la cuadrilla. En muchas aldeas lasmujeres también se ocupaban de atender laspequeñas huertas donde producían algunos ali-mentos “para el gasto de la casa”, patatas, ajos,cebollas, habichuelas, habas...

Estas mujeres confeccionaban parte de laropa de la familia y del hogar, el resultadodependía de la habilidad particular de cada unadestacando las piezas que hacían para los ajua-res y las canastillas.

En las quincenas, cuando venían al pue-blo, aprovechaban parte de su tiempo en com-prar las provisiones que necesitaban en la al-dea y que no producían, aceite, azúcar, sal...,con el paso de los años aparecieron por lasaldeas vendedores ambulantes que abastecíana la gente que vivía en el campo mejorándo-les la vida.

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La educación de los hijos recaía la mayo-ría de las veces en ellas, un trabajo acrecenta-do por el elevado número de niños que tenían.A partir de los 6 ó 7 años y según la necesi-dad, los hijos acompañaban a sus padres alcampo para aprender el oficio mientras lasniñas permanecían en las casas ayudando asus madres. Muchos de estos pequeños ni si-quiera pudieron recibir una educación elemen-tal y lo poco o mucho que aprendieron lo hi-cieron con un gran esfuerzo. La creación delas escuelas rurales facilitó el acceso de mu-chos niños a una enseñanza básica, aunque lalocalización de estos centros unido a la faltade medios de transporte imposibilitó el acce-so a otros.

LA CASANos centraremos en la construcción típi-

ca de las casas localizadas en las aldeas y des-tinadas como vivienda para los mayorales, sufamilia y labradores.

La piedra es uno de los materiales utiliza-dos en estos edificios, la abundancia y la ne-cesidad de extraerlas de las tierras de labor,así como el posterior amontonamiento en los“majanos” facilitaría su uso. Aparecen en ci-mientos y partes bajas de los muros, y en laszonas habilitadas para los animales.

Las paredes se hacían de tapia con tierraamasada y apisonada, destacaban por el gro-sor de los muros exteriores y por estar “enjal-begadas” con cal, consiguiendo un efecto delimpieza y luminosidad en contraste con eltípico zócalo gris utilizado en las fachadas.

La madera se destinaba para las vigas delos techos y para los dinteles de puertas y ven-

tanas, estas aberturas exteriores eran escasas,de pequeñas dimensiones y como en la ma-yoría de las casas manchegas estaban prote-gidas con rejas de hierro. En la cubierta, a dosaguas, destacaba el uso de la teja romana, fa-bricadas en barro por artesanos locales.

La distribución de estas viviendas es muysencilla, el conjunto estaba formado por lacocina, los “cuartos” y la despensa.

La pieza reina de la casa tradicional man-chega es la cocina, destaca por ser la habita-ción más espaciosa y caldeada, lugar dondese desarrolla gran parte de la vida. Su elementoprincipal es una chimenea grande de campa-na con fuego bajo utilizada para calentar elambiente y para guisar, junto a esta se extien-den “los poyos”, a veces enlosados con pie-zas de barro cocido, lugar donde dormían loslabradores. El hueco que queda en lo alto, allado de la chimenea, “el lambor”, servía paracolocar los utensilios necesarios para cocinardiariamente, y cuando no había alacenas cum-plían su función.

En las despensas se guardaba el menajede cocina, no podían faltar las calderas y orzasde las matanzas, las sartenes con patas, lastrébedes, los cedazos, la artesa de amasar...,también se almacenaban los alimentos fres-cos que en su mayoría estaban relacionadoscon la matanza.

El suelo de la casa lo encontramos de tie-rra apisonada o enlosado con piezas de barrococido, en algunas zonas se cubría con“baleos” hechos de esparto.

El mayoral se encargaba del amuebla-miento de su vivienda formado por elemen-tos indispensables y sencillos: cama, mesita,

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perchero, baúl, algún trabuete..., formando unconjunto de pertenencias tan modesto comosu propia vida.

Los labradores que tenían pocas fanegasde tierra en propiedad o en “arrento” solíantener las viviendas en el pueblo, estas eran deconstrucción sencilla y semejantes a las delcampo aunque en su interior se encontrabanlos elementos necesarios para almacenar elgrano y “guardar” a los animales. El corraladquiere una gran importancia y a su alrede-dor se distribuirán las habitaciones destina-das al uso del labrador y su familia.

ALGUNAS COSTUMBRES La Cultura Tradicional de Villarrobledo

está relacionada directamente con el mundorural, base de nuestra economía. En apenas50 años la sociedad agrícola ha experimenta-do grandes cambios influenciados entre otrospor la mejora de los medios de transporte y lamecanización del trabajo. Este modo de vidase encuentra cada día más alejado en el tiem-po y en la actualidad, las tradiciones y las cos-tumbres de este grupo social ha dejado paso a“la modernidad”.

En este capítulo mostraremos algunosacontecimientos cotidianos de este grupo dehombres y mujeres que desde el anonimatohan contribuido a forjar una parte de la Histo-ria reciente de Villarrobledo.

Las quincenasUn sábado, cada quince días, los labrado-

res que vivían en los caseríos y aldeas llega-ban al pueblo. El desplazamiento lo hacíanandando o en burro, aunque los más afortuna-

dos utilizaban las galeras que les dejaban losdueños de las tierras donde trabajaban. Estetiempo de descanso lo dedicaban a comprarprovisiones, a visitar a la familia y a cambiar-se de ropa, es decir, “a mudar”.

Salían de las fincas los sábados por la tar-de al terminar el jornal, teniendo que estar deregreso el domingo por la noche o el lunespor la mañana antes de comenzar las faenacon los animales.

Una vez en el pueblo, aseados y con lascompras hechas empleaban el tiempo libre queles quedaba para visitar a familiares y amigosy dar paseos por las calles céntricas de nues-tra ciudad, los más jóvenes asistían a los bai-les que por entonces se organizaban en lascasas y también a “rondar” a las muchachascasaderas.

Estas quincenas no se cumplían con exac-titud ni tenían fechas fijas, los días de descan-so dependían del trabajo que hubiese que rea-lizar en cada momento en los campos. En losperíodos de mayor actividad (siembra, siega,trilla...) llegaban a transcurrir más de tres se-manas sin hacer uso de la quincena. Cuandoesto ocurría, los labradores venían al puebloal terminar la faena, teniendo que estar devuelta en la aldea antes de “echarles el primerpienso a las mulas”.

Los mayorales de las fincas intentaban quecoincidieran las quincenas con algunas de lasfiestas que por entonces se celebraban en Vi-llarrobledo: “la primera quincena después dela siega coincidía con la feria, la siguiente eraen el Dulce Nombre, el segundo domingo deSeptiembre y de ahí a San Miguel, a conti-nuación comenzaba la vendimia por lo que

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había veces que la quincena se alargaba tressemanas, sí la siembra se terminaba para laPurísima mudábamos, pero si esto no ocurríano podíamos volver hasta la Pascua”.

Esta es una de las tradiciones que aun hoyen día se encuentran en la memoria de nues-tros mayores, estos recuerdan con nostalgiacomo los días de quincena las calles del pue-blo rebosaban de bullicio y movimiento, conlos comercios llenos y el sonido procedentede los bailes que se celebraban en las casas.

Juegos y bailes popularesAl caer la tarde, terminada la dura jorna-

da laboral, los habitantes de las aldeas dedi-caban parte de su tiempo libre a la diversión.Los juegos y los bailes eran las manifestacio-nes populares más generalizadas entre la po-blación rural, tradiciones que se van perdien-do con el paso del tiempo.

Entre los juegos más populares destaca-mos el chusque, el tiro de reja y los bolos,donde los protagonistas eran los hombres. Enel tiro de reja los utensilios utilizados en eltrabajo servían como material de diversión, lapieza clave era la reja de un arado consistien-do el juego en lanzarla desde una raya en elsuelo lo más lejos posible.

El chusque era una pieza realizada en ma-dera de 10 a 15 cms. de altura, sobre esta se“ponían las perras que estaban en juego”, te-niendo que derribarlas con el lanzamiento delos doblones, objetos redondos con base pla-na realizados en hierro.

Los bolos manchegos es uno de los jue-gos más practicados en la provincia, aunqueen cada zona tiene unas características pro-

pias. En Villarrobledo se utilizaban 6 bolosde madera colocados en parejas de tres, te-niendo que derribarlos todos menos uno con“la maza”, trozo de madera parecido alchusque.

En la actualidad tenemos la suerte de po-der admirar estas técnicas en la zona donde seinstala el “mercadillo local”, aquí un grupode vecinos siguen practicando los juegos desu juventud, así como en los campeonatos quese organizan todos los años coincidiendo conla Feria de Agosto y que concentran a un grannúmero de participantes y público.

Otra manifestación popular de alegría ydiversión la encontramos en los bailes, prac-ticados en las épocas de mayor actividad agrí-cola cuando la población de las aldeas aumen-taba de forma considerable.

Estos bailes surgían de forma espontánea,utilizando unas veces instrumentos musicales:acordeón, laúd, guitarra… y otras, improvi-sándolos con cualquier objeto que tenían a sualcance como botellas, harneros y navajas. Lasletras de las canciones y coplillas hacían refe-rencia a sus propias experiencias de la vidatransmitiéndose oral de padres a hijos. Otrasveces bailaban jotas y seguidillas, bailes po-pulares manchegos que se han conservadohasta nuestros días.

Aquellos bailes de antaño eran conocidoscomo “bailes de candil” por ser este el objetoutilizado para la iluminación. En las casas delos labradores que vivían en el pueblo, la juven-tud también se divertía con estas manifestacio-nes, los vecinos mayores recuerdan como a ve-ces y para entrar en estas casas, tenían que pa-gar “una perragorda para pagar a los músicos”.

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La fiesta de San AntónA lo largo del año las fiestas religiosas

tenían una importante presencia en la vidade los ciudadanos donde se compaginaba conun carácter lúdico y festivo. Entre las fiestaspopulares de Villarrobledo destacamos: SanAntón, San Cristóbal, San Blas, San Isidro,La Ascensión, La Candelaria, El Dulce Nom-bre... una larga lista que ha cambiado con elpaso del tiempo. En este capítulo nos cen-tramos en la fiesta de San Antón por ser estala más arraigada en la tradición de los labra-dores.

El 17 de Enero a primera hora de la ma-ñana, el mayoral con el resto de los labrado-res y las yuntas de mulas, se dirigían al pue-blo donde les esperaban los “chicanos” para“enjaezar” a los animales. Este día se arre-glaban los costales, se remendaban o estre-naban las mantas y se adornaban con ribetesbordados. Las cuadras rebosaban de activi-dad y nerviosismo con los preparativos deesta fiesta.

Por la tarde, la gente del pueblo esperabacon impaciencia como pasaban las caballeríashacia la ermita, aquí daban tres vueltas alre-dedor del edificio y en la última, la santerarepartía “los tostones”. A los ganadores se lesdaba un premio en metálico y el resto del pú-blico lo celebraba con una zurra y cascaruja.

Al ser San Antón el patrón de los anima-les llegaban el mismo día numerosos vecinoscon sus gorrinos, ovejas, perros, gatos... pararecibir la protección. Una tradición muy ex-tendida fue la del “gorrino de San Antón”, esteanimal se regalaba al Santo y después de cor-tarle las orejas y el rabo se soltaba por la calle

donde se alimentaba de la generosidad de lagente, el día de la fiesta se rifaba el animal.

Con la llegada de la maquinaria agrícolay la progresiva desaparición de los animalesde labor hizo que esta fiesta perdiera el inte-rés y el dinamismo que ocupó en nuestra po-blación durante muchos años.

CONCLUSIÓNDurante dos siglos, la vida y el trabajo

de nuestros antepasados en el campo no ex-perimentaron grandes cambios. Las técnicasy la mentalidad colectiva de este grupo so-cial siguió basándose en antiguas estructu-ras que evolucionaban lentamente. Hastamediados del siglo XX no se producirán im-portantes modificaciones en estas formas devida.

A partir de los años 50 y 60 se inician lastransformaciones en este grupo social comoconsecuencia de la industrialización genera-lizada y de la introducción de la maquinariaagrícola. Muchos de estos trabajadores emi-graron a otras regiones en busca de nuevasoportunidades y los que se quedaron vieroncomo sus condiciones de vida cambiaban.Otro factor importante ha sido la moderniza-ción de los medios de transporte que facilita-rán y reducirán el tiempo empleado en losdesplazamientos a las fincas dando lugar a unprogresivo abandono de las aldeas, permane-ciendo en estas los vecinos de más edad rece-losos de los cambios.

La agricultura y la ganadería siguen sien-do la base de la economía local, en la actuali-dad las grandes industrias localizadas en Vi-llarrobledo están relacionadas directamente

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con el sector alimenticio, utilizando la mate-ria prima y mano de obra local.

La calidad de nuestros vinos, legumbres,cereales y quesos han dado a conocer a Villa-rrobledo dentro y fuera de nuestras fronteras,situándonos entre las ciudades más prósperasde La Mancha.

Todos estos logros se los debemos en par-te a aquellas personas que con su trabajo dia-rio supieron engrandecer estas tierras y con-seguir de sus entrañas abundantes cosechas,hombres y mujeres que con su labor cotidia-na, con sus hábitos y costumbres han forjadouna parte de nuestra Historia.

No puedo terminar este trabajo sin mos-trar el agradecimiento al Hogar de los Jubila-dos y a un grupo de sus miembros, cuyos tes-timonios han sido una fuente viva de infor-mación a la hora de realizar este trabajo, hom-bres y mujeres que desde su existencia humil-de han forjado parte de nuestra Historia Re-ciente.

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La Vendimia

Cuando se acercaba la época de la vendimia,los capataces se encargaban de buscar las cua-drillas, éstas estaban formadas por hombres,

mujeres y niños.Nuestros mayores recuerdan con nostal-

gia como llegaban vendimiadores proceden-tes de cualquier punto de la geografía espa-ñola que junto a los lugareños, iniciaban unlargo peregrinaje hacia las aldeas para no re-gresar hasta la finalización de la vendimia.Desde Villarrobledo, capataces y cuadrillas,con sus “atos” y enseres personales, partíanen carros, galeras y más recientemente en re-molques, hacia las fincas donde habían sidocontratados.

La distribución y organización del traba-jo en la viña se le encomendaba al capataz,responsable de los jornaleros ante el dueñode la finca. Según la actividad que se desarro-llase, los trabajadores se dividían envendimiadores y capacheros. Los primerosrecogían las uvas de la viña, los capacheros latransportaban hasta los carros o galeras.

En cada banco se vendimiaba por parejas,este sistema ha quedado obsoleto a pesar dela preferencia que tienen las personas mayo-res por él, ya que afirman que de esta forma

“se apuraban más las cepas”. Cada dos perso-nas llevaban una espuerta, donde depositabanlos racimos, y un tranchete, especie de cuchi-llo con hoja curva y que ha sido hasta haceunos años el instrumento tradicional para cor-tar las uvas. Encabezando el banco iba unapersona con experiencia para marcar el ritmoque el resto de la cuadrilla seguía. Lasespuertas de pleita tenían una capacidad deaproximadamente 30 kg., cuando estaban lle-nas las vaciaban en el capacho, también deesparto, ante la atenta vigilancia del capachero.

En cada capacho entraban tres espuertas,por lo que para poder transportar estos 90 kg.,se necesitaban personas fornidas, eran loscapacheros. Estos mismos, con la ayuda del“gancho de la uva” acoplaban 12 capachos enlas galeras y 8 en los carros. Al ser estos con-tenedores de pleita, tenían el inconveniente dederramar parte del mosto durante el transpor-te, este problema se solucionó más tarde conla utilización del caucho y de las lonas.

Aproximadamente por los años 30, se em-pezaron a poner lonas en los carros evitandoel problema de los materiales anteriormenteutilizados. La sustitución de las espuertas depleita coincidió con la introducción en la agri-

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cultura de los tractores, estas las realizabanlos mismos trabajadores utilizando las cubier-tas viejas de las ruedas de estos vehículos ocu-pándose al mismo tiempo de sus reparacionescuando era preciso.

Este duro trabajo se veía recompensado ala hora del almuerzo y de la comida, de estatarea, se encargaba una de las vendimiadorasque abandonaba antes de tiempo “el tajo parapreparar el rancho”. Tradicionalmente el al-muerzo consistía en gachas, patatas fritas opimientos con sardinas, mientras que en lacomida los platos más usuales eran el caldode patatas, fideos con bacalao y los arroces

caldosos. Los utensilios y los ingredientesnecesarios se traían desde la “casa grande”hasta la viña, lugar donde se cocinaban. Des-pués de este descanso reanudaban “la faena”hasta la puesta de sol.

La vendimia, como cualquier trabajo agrí-cola expuesto a las inclemencias del tiempo,se caracteriza por unas condiciones duras; elfrío, el calor, la lluvia... condicionan cualquie-ra de las labores que se realizan en el campo,aunque también podemos extraer el factorpositivo, ya que al ser un trabajo de recolec-ción, repercute positivamente en la economíafamiliar.

Vendimiadoras en la viña. (Foto cedida por Cari de la Cruz)

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Las personas que vivieron aquellas ven-dimias recuerdan con alegría y cierta nostal-gia los bailes, juegos y fiestas que organiza-ban en las aldeas al finalizar el trabajo, cos-tumbres que con los cambios de la vida hancaído en el olvido permaneciendo solamenteen la memoria de los mayores

INTRODUCCIÓN HISTÓRICAEl cultivo de la vid ha desempeñado a lo

largo de la historia un papel muy importanteen Villarrobledo, aunque en la actualidad elpanorama económico ha derivado a otras ac-tividades, el viñedo sigue teniendo un granpeso especifico. La historia de este cultivo vaunida a la vocación vitivinícola de esta co-marca. Los restos arqueológicos y los docu-mentos históricos corroboran y testifican laexistencia de este cultivo en toda la comarcamanchega. Entre los ejemplos destacamos unyacimiento localizado entre los ríos Córcolesy Sotuélamos, aquí se han encontrado piezasde importación griegas utilizadas para los ri-tos y banquetes funerarios, la realización deexcavaciones arqueológicas en nuestro térmi-no ampliaría los conocimientos sobre esta la-guna existente en nuestra historia.

Los estudios realizados por RamónCarrilero, verifican que durante la Edad Mo-derna los viñedos y la producción cerealistason, junto con el aprovechamiento de los mon-tes, una de las fuentes de riqueza de los labra-dores del S. XVI en una sociedad muy vincu-lada a la tierra. Las Ordenanzas Municipalesconservadas de esta época hacen referencia alcultivo de la viña y a la abundancia de estecultivo. También menciona como se legisla y

se multa en el municipio por “arrancar viñasde cuajo, invasión del ganado en las planta-ciones, por comerse el fruto e incluso por re-buscar sin el permiso del dueño”.

A principios del S. XIX los conflictosentre estos dos sectores se van acentuando,los labradores roturarán las vías pecuarias ysembrarán en las tierras comunales (ante lasprotestas de los ganaderos, que veían dismi-nuir los pastos), sistemáticamente el cultivode la vid, en tierras pedregosas y supuesta-mente no válidas para el cereal.

A finales del S. XIX, suprimidos los pri-vilegios ganaderos, se inicia en Villarrobledouna ampliación de tierras de cultivo y una granexpansión en la producción de vino, a esto hayque unirle la epidemia de la filoxera que arra-sa una gran cantidad de viñedos francesesampliándose nuestra demanda comercial y larentabilidad de nuestras cepas.

Las propiedades con grandes extensionesdedicadas al cultivo de la vid prevalecen antelas más pequeñas, este sistema crea un sectorsocial formado por jornaleros y agricultoresasalariados sin tierras, al mismo tiempo estecultivo irá desapareciendo de las zonas mar-ginales permaneciendo y ampliándose suce-sivamente en aquellas tierras donde los rendi-mientos son mayores.

El cultivo de la vid, ligado tradicional-mente a una agricultura de secano, ha sufridouna evolución, con el paso de los años se in-trodujeron sistemas de regadíos a través denorias y pozos, en la actualidad son sustitui-dos por pozos muy profundos cuya agua esextraída por potentes motores, regando poraspersión o por goteo.

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ENFERMEDADES DE LA VIDLas viñas sufren daños producidos por el

ataque de distintos agentes, estos pueden serde origen vegetal, animal o por la acción delos virus. En la actualidad, la gran variedadde fitosanitarios conocidos popularmentecomo “venenos”, ha mermado la acción demuchas de estas enfermedades, plagas quehace menos de 50 años eran muy difíciles decombatir.

En este apartado haremos una breve refe-rencia a algunas de las enfermedades que hanrepercutido directamente y a través de los añosen nuestras viñas. Destacamos en primer lu-gar aquellas que resultan de los factoresclimáticos: el intenso frío y la escasez o exce-so de agua en determinadas fechas, influyenen el rendimiento y conservación de las ce-pas. Cuando el terreno tiene demasiada aguase produce en el suelo una falta de oxígeno,esto provoca que la planta se asfixie manifes-tándose exteriormente por la decoloración ycaída de las hojas. Los cambios bruscos detemperatura, sobre todo si estos vienen acom-pañados de fuertes heladas en la época queempiezan a brotar las viñas, dan lugar en mu-chas ocasiones a la pérdida total de la cose-cha de ese año.

Entre los parásitos que atacan a las cepashablaremos en primer lugar de el Piral, insec-to que recibe distintos nombres según la zonay que en Villarrobledo es conocido común-mente como “sapo”. Este insecto deposita loshuevos en las pámpanas más próximas al tron-co de la cepa, cuando el tiempo es bueno laslarvas abandonan el capullo convirtiéndose enpequeñas orugas de color verdoso que se co-

locan en las yemas tiernas. Si durante la pri-mavera se produce una disminución intensaen la temperatura “el sapo hace una especiede telaraña que lía la pámpana”, quedándoseel insecto en el interior y alimentándose delas uvas tiernas que quedan en medio. Para eldía de San Juan se convierten en mariposas,estas depositarán los huevos en las pámpanasde la umbría, iniciándose de nuevo el procesode reproducción.

Otra de las plagas más nocivas para la vides la filoxera, insecto parecido a un pulgón deminúsculo tamaño y de color amarillento.Actúa primero en las hojas introduciéndosedespués bajo tierra y dañando las raíces de unaforma tan perjudicial que origina la muertede la planta. Esta epidemia ha sido una de lasmás devastadoras debido entre otras causas ala gran rapidez reproductora de esta especie.

El mildiu y el oidio son dos de las enfer-medades de origen bacteriano que han actua-do en los cultivos de la zona. La primera esuna de las más conocidas por los agricultorespor los grandes daños que produce en las plan-tas, el desarrollo de la bacteria depende de losfactores climáticos y ataca al interior de lashojas, a los tallos y a los frutos. El oidio, co-nocido también como “cenicilla” o “polvillo”produce daños sobre todo en los racimos, aun-que también pueden aparecer sus efectos enlos brotes y en los sarmientos. Este hongo sesuele propagar cuando el clima le es favora-ble, coincidiendo con una humedad ambien-tal y temperatura de 15º C.

Antes de existir la gran cantidad defitosanitarios en el mercado, los agricultoresrealizaban trabajos de prevención. Coincidien-

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do con la festividad de Santiago se contrata-ban cuadrillas formadas mayoritariamente pormujeres para “despampanar”, este trabajo con-sistía en quitar las pámpanas más bajas dondesolían instalarse las larvas, echándole a conti-nuación azufre para matar los huevos que pu-dieran quedar en las plantas.

EL LABOREOEntre finales de enero y principios de fe-

brero los labradores comenzaban los trabajosen las viñas, el laboreo consistía en darle “dosvueltas a la tierra para terminar con la pasadadel rilo”. La primera vuelta se hacia con lavertedera o con el arado común, al utilizar laprimera, “la tierra quedaba casi amorterada”,ya que los labradores “echaban el surco haciafuera y luego lo revolcaban hacia dentro”,mientras que con el arado común la tierra per-manecía más baja. A continuación, los jorna-leros con un azadón comenzaban a hacer unasaberturas alrededor de las cepas, eran “lascabas”, realizándose una o dos según el crite-rio del mayoral o del dueño de la finca.

Entrada la primavera, por San Isidro, cuan-do los sarmientos empiezan a despuntar, esosmismos jornaleros se encargarán de “cerrar elcajón”, hacían también tres surcos a cada ban-co “matando de esta forma las malas hierbasque habían salido en medio, seguidamente conla vertedera con “orejeras” labraban la tierraque quedaba “pareja” y preparada paraamorterar. Con la tierra a pie de la vid se ha-cían los morteros con el fin de que la plantaconservase la humedad durante el verano, evi-tando al mismo tiempo que las raíces “se ven-tearan”.

Después de amorterar se le daba un rilocon un garabato con cuchillas de 40 a 50 cm.de longitud, con estos cuatro últimos surcoslas viñas quedaban sin hierbas y preparadaspara pasar el agosto. En verano había fincasen las que era común pasar una gavilla de sar-mientos atada a los ganchos de la mula “paramover el polvo”, esta operación se hacia paraque “pujara la uva”. También en esta época,si los labradores tenían tiempo, volvía a pasarlas cuchillas pequeñas con un garabato paraquitar las hierbas recientes que hubiesen sali-do desde la última pasada.

LA PODALa poda de las viñas no podía comenzar

hasta que las cepas estuviesen límpias depámpana, proceso natural que coincidía con elprincipio del otoño y la llegada de los prime-ros hielos. A partir de esta fecha y hasta el mesde febrero, en los extensos viñedos de Villa-rrobledo aparecían integrados en el paisaje lasfiguras de los podadores y los alumbradores.

El trabajo del alumbrador consistía en“desahogar la vid de la tierra que se le habíaarrimado para abrigarla” cuando laamorteraron, a fin de que pasada la vendimiapudiera introducirse el agua en ella. Con la“picacha” como _única herramienta, dejabanlibres los bajeros descubriendo el puesto yfacilitándole de esta forma el trabajo alpodador. Los alumbradores solían ser chava-les jóvenes que con el paso de los años se con-vertían en podadores, oficio que aprendían enel campo.

La poda comenzaba aproximadamente apartir del día de los Santos, en las casas gran-

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des el trabajo lo solía hacer el capataz ayuda-do por otro podador que él mismo buscaba.Las herramientas utilizadas eran las tijeras yel hacha, con las primeras cortaban los sar-mientos “dejando el puesto”, lo más habitualera conservar dos yemas aunque en algunoscasos sólo dejaban una en el sarmiento y dosen “la casquera”, en este caso podían encon-trarse con el problema de que la viña se ar-queara al tirar con poca fuerza la segundayema de la casquera.

El podador utilizaba el hacha en los sar-mientos viejos o secos y en las cepas “acedá”,es decir aquellas que por estar enfermas habíaque sanear para que echaran yemas nuevas.

EL ABONOEntre los meses de noviembre y diciem-

bre, después de la vendimia y la poda se ini-ciaba el proceso de abonado de las viñas. Al-rededor de las cepas los trabajadores hacíanpequeños hoyos donde echaban la basura, pre-parando el terreno para su posterior labranza.Esta actividad era realizada en la mayoría delas fincas por mujeres.

El abono utilizado era de origen animal.En las fincas en las que había ganado proce-día de las ovejas, aunque otras veces se obte-nía de las mulas, mejor que el anterior, porser más flojo. Cuando los dueños de las fin-cas no tenían ganado compraban la basura alos ganaderos o la producían ellos mismos enlos barrancos, era el resultado de la descom-posición del estiércol de las cuadras, paloma-res y corrales, restos de alimentos, así comoel resultado de la limpieza de la era despuésde la trilla.

La utilización del estiércol fue generali-zada hasta los años 50 y 60 a partir de estaépoca es cuando aparecen en el mercado losabonos compuestos que poco a poco se im-pondrán a los de origen animal, el más utili-zado era conocido como “super”, caracteriza-do por ser un abono flojo de textura parecidoa la ceniza. El abono compuesto se echaba enPrimavera, mientras que el estiércol se ade-lantaba con el fin de que la tierra lo pudiesetomar con las primeras lluvias.

EL PLANTÍOEn enero, los labradores preparaban los

barbechos destinados a las nuevas plantacio-nes. Lo primero era “rayar” la tierra con losarados y hacer los cuadros, a continuaciónmarcaban el lugar donde debían ir las plantas,midiendo los lados y comprobando que estoseran iguales, la distancia solía ser de nuevepies. Terminada esta labor, comenzaban a cru-zar el terreno.

Antiguamente para conseguir que los cor-tes fueran en línea, los labradores tomaban unpunto de referencia. Este solía ser un lugarelevado sobre el terreno llano, los mayoresrecuerdan como “se guiaban por la torre delBonillo o la de la Mota, dependiendo de lafinca donde estuviesen labrando”.

Las plantas podían ser del terreno, cono-cidas en la comarca como “redondas”; o ame-ricanas, que necesariamente había que injer-tar. Los jornaleros hacían los hoyos en el te-rreno para introducir las plantas nuevas, laprofundidad venía marcada por la longitud dela pierna, de la rodilla a la suela.

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Los sarmientos se ponían de saliente a po-niente, y de norte a mediodía, orientando siem-pre la patilla al norte. Doblaban el sarmientoy lo introducían en el hueco, apoyando la pa-tilla en la pared y doblándole un codo, estelugar lo rellenaban con tierra que apisonabanfuertemente con los pies para evitar la movi-lidad de la planta. Cuando el nuevo sarmiento“agarraba”, le brotaban las raíces por “el codoy la patilla”.

La siguiente labor consistía en labrar latierra y preparar el terreno para que los jorna-leros pudiesen “amorterar”. Con los morteroshechos todos a la misma altura, la planta seresguardaba de las inclemencias del tiempo,manteniendo a la vez la humedad necesariapara su crecimiento. Si ocurría que el morterotapaba la yema del sarmiento tenían que“engrillar”, es decir, desenterrarlas para evi-tar que “rompiesen debajo de la tierra y laplanta muera”. Otra forma de plantar las vi-des es el sistema de la “estaca”.

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V illarrobledo, como otras ciudades del mediorural, está perdiendo valores estéticos y cul-turales que ya no recuperaremos nunca por-

que de nuestra industria tinajera, que llevó enva-ses a todos los lugares, muy poco se ha dado aconocer. Muy pronto el recuerdo que en este mo-mento mantiene un reducido número de lugare-ños, se perderá de la misma forma que se perdióla industria al ser sustituida la tinaja de barro porotros recipientes.

La cultura de un pueblo se va forjando apartir de su Historia. Una parte decisiva de laHistoria de Villarrobledo es su industriatinajera, que llegó a ser una de las más im-portantes de España. Las enormes tinajas yano se fabrican. Los artesanos que las crearonprácticamente han desaparecido. Podríamospensar que se ha cerrado una página de nues-tra historia local, pero no totalmente porqueel amor al barro y por la obra bien hecha si-gue latente en un grupo de artesanos de Villa-rrobledo.

La Asociación de Artesanos del Barro deVillarrobledo de la Vega, se ha constituido re-cientemente para aunar esfuerzos tendentes aconservar y dar a conocer nuestra cultura,nuestras tradiciones alfareras, potenciar la ar-

tesanía que se está realizando en este momentoy defender intereses que son comunes a todossus socios. Loa artesanos que forman parte dela misma son todos hijos de Villarrobledo quehan elegido el barro como materia prima pararealizar su trabajo.

Hoy la artesanía del barro en Villarroble-do es variada. Hay artesanos descendientes defamilias tinajeras que siguen realizando tina-jas y piezas tradicionales, mientras que otrosartesanos trabajan con formas y materiales quese consideran dentro de la cerámica creativa.Todos ellos saben que el trabajo que realizanhoy, formará parte de la tradición del futuro.

Entre los fundadores de esta asociación es-taba María José Bonillo Bascuñana, una com-pañera que el pasado verano nos dejó, aunquesu carácter humano y su extensa obra siempreestará presente en la memoria de todos los quela conocimos.

MARÍA ISABEL CABALLERO APARICIOSus primeros contactos con el barro fue-

ron a través del mundo de la Tinajería, gra-cias a su esposo que se ha dedicado a la fabri-cación de tinajas desde muy joven, descubrien-do así la belleza y el encanto de la cerámica.

Asociación de Artesanos del barrode Villarrobledo de la Vega

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Con el tiempo quiso desarrollar nuevas técni-cas e introdujo en su trabajo el uso del torno.

Isabel en su torno hace pequeñas reproduc-ciones de algunas piezas típicas de la alfareríade Villarrobledo, destacan las tinajas redondasy cilíndricas, utilizando para ello el barro rojo.Las piezas son cocidas después en un hornoeléctrico aproximadamente a 95 grados.

Además del torno, también se ayuda de latécnica de la plancha para hacer bases o piessobre los que coloca las pequeñas tinajas, uti-lizando para ello igualmente otros materialescomo la madera o el hierro.

FELIPE PEÑA SÁEZSu trabajo está basado en la investigación

de las formas y los acabados. Los materialesque utiliza son la arcilla roja común y algúngres chamotado, la arcilla roja se cuece a1000º, el gres son más apropiados para tem-peraturas altas (aproximadamente de 1200ºCa 1300º) y para la técnica japonesa del Rakú.

Modela, hace trabajos con plancha (muyapropiados para los murales y cuadros) y sien-te cierta debilidad por el torno. En su trabajoes muy importante la elección de la arcilla,

según la obra que vaya a realizar tiene en cuen-ta sus propiedades, su secado así como su com-portamiento en la cocción.

No es muy “amante” de los esmaltes, poreso en el acabado de sus piezas predominanlos engobes naturales y sintéticos así comodeterminadas texturas que le interesan desta-car. En sus composiciones aparece la madera,la malla de alambre, el metal, la piedra...

ANA RUBIO DESCALZOAna eligió la cerámica como forma de ex-

presión artística la primera vez que tomó con-tacto con el barro tinajero. Lleva trabajandoen la cerámica más de 15 años, durante estetiempo su formación autodidacta la lleva a

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asistir a distintos cursos especializados, asícomo a investigar continuamente con formasy materiales.

Trabaja con el torno, placas y modelado,utilizando distintas pastas que van desde laporcelana fina, hasta la textura dura del re-fractario, pasando por la arcilla roja y blanca.

Para la decoración utiliza pigmentos na-turales, engobes y esmaltes que ella mismaelabora. Las piezas pasan por el horno dondeson sometidas a temperaturas que van desdelos 900º hasta los 1288º C.

El resultado de su trabajo es variado, en-contramos piezas o figuras en las que destacala forma y la textura del barro, dejando que loscolores sean los naturales de la arcilla. En otrotipo de piezas utiliza un soporte cerámico de

color neutro, para después impregnarlo de co-lor, quedando así la forma en segundo plano.

Ha realizado exposiciones y ha sido se-leccionada en muestras y concursos de dise-ño, también ha impartido cursos de cerámicapara el Ministerio de Educación y Cultura yha participado en el Curso Europeo de Cerá-mica del Mediterráneo en Sicilia, entre otros.En el año 1999 fue nombrada Villarrobletensedel año en la modalidad de Artes Plásticas.

ALFONSO GIMENA LARALa alfarería que realiza es con arcilla del

lugar, con los que crea una diversidad de ob-

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jetos cerámicos que se diferencian por su co-lor, textura y consistencia. En la alfarería todoes personal, el tiempo de cocción, la oxida-ción que se produce, la terminación de la pie-za... obteniéndose una personalidad diferen-ciada del resto.

La alfarería es arte y cultura del pueblo,él ha adquirido los conocimientos a través dela tradición oral de sus familiares, abuelos,padre y tíos se han dedicado a este trabajo queya se practicaba en Villarrobledo en el sigloXVI. Tinajas, cántaros, ánforas... no desapa-recerán. Estas piezas siguen pintadas en loscampos de Villarrobledo como si de un cua-dro se tratase, en nuestros jardines, parques,avenidas y como colofón en los museos.

El lenguaje que realiza intenta ser perso-nal, quiere que el público al pasar por sus ob-jetos perciban el lenguaje de la pieza, el con-tenido cromático, el volumen... en fin, que lapieza no sea un inerte ni impersonal.

ESPERANZA CARO ESCRIVÁEsperanza aunque no viene de familia

tinajera, siempre se ha identificado con esteoficio. En sus comienzos realizó a lo largo devarios años cursos de formación, de cerámicaal torno y a mano en Albacete y Toledo, deesmaltes cerámicos en la Bisbal (Gerona), yde diseño aplicado a la artesanía en Cuenca yen Pastrana (Guadalajara). Por último ha asis-tido a un curso de cerámica a nivel interna-cional en Caltagirone (Italia).

El trabajo de Esperanza es bastante diver-so. En cuanto a las técnicas que emplea sonmodelado al torno y a mano, en los materialesutiliza principalmente barro rojo de baja tem-

peratura (1000 º C) y gres refractario de alta(1250º C). Las piezas las decora con engobes(barro coloreado con óxidos) y esmaltescerámicos que elabora ella misma en su taller.

Como resultado obtiene piezas utilitariasy decorativas (posabotellas, enfriadores paravinos, accesorios de baño, juegos de té, jarro-nes, botellas...), también realiza trabajos de-corativos (cuadros, platos, murales, figuras...).

MARIBEL GÓMEZ CABALLEROEl taller que hoy regenta Maribel tiene un

marcado carácter familiar y es fruto de la trans-misión de conocimientos de generación en ge-neración. Fue creado por su padre, el cualaprendió el oficio en su juventud también desu padre, José Gómez Orozco cuyo segundoapellido da nombre al taller.

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Su actividad principal consiste en la fa-bricación de tinajas y otros objetos de barrosiguiendo un proceso de elaboración que hacambiado poco desde sus orígenes, mantenien-do los mismos pasos que utilizaron sus ante-pasados.

Aunque la elaboración no requiere la uti-lización de ningún tipo de maquinaria, el pro-ceso es largo y muy laborioso, requiriendogran maestría en cada una de sus etapas.

Villarrobledo es una población rica enbarro tinajero, utilizando hoy el mismo queantaño se usaba para hacer las grandes tinajasdonde se conservaba el vino.

Con una paleta de madera se golpea lapieza para quitarle los poros y el agua quepueda tener el barro y dar la forma y el espe-sor deseados. Después se añade la boca y elasa, se decora y se pinta con barro blanco,estando así ya terminada la cantarilla, otra pie-za tradicional de la alfarería de Villarrobledoque se utilizaba para guardar el agua.

La cocción de las piezas se hace en unhorno de leña de estilo árabe, utilizando paraello madera de pino. El proceso dura más dedoce horas pudiéndose alcanzar una tempera-tura de 900 ºC aproximadamente.

La asociación de Artesanos del barro “Vi-llarrobledo de la Vega” está formada por lossiguientes artesanos:

Alfonso Gimena Lara: 967 145317Felipe Peña Sáez: 616 619954Ana Rubio Descalzo: 967246642Maribel Gómez Caballero: 967141294Isabel Caballero Aparicio: 967141294Fernando T. Ventayol: 967141294

Esperanza Caro Escrivá: 967140090

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T raemos aquí un tema en plena decadenciacomo son las coplillas manchegas que nues-tros antepasados tenían como algo suyo, tan

arraigado que, sin ellas, sentirían la amputaciónde un sentimiento.

Este sentir popular es lo que vamos a in-tentar explicar en estas pinceladas que a con-tinuación se desarrollan punto por punto paraintentar que la exposición sea clara y explica-tiva.

LOCALIZACIÓNEn la “Mancha Alta” (como cita el Padre

Ortega), al noroeste de la capital albaceteña,emerge una localidad; sus calles, sus muros ysus gentes sienten el “rescoldo” de un glorio-so pasado lleno de anécdotas y acontecimien-tos históricos que nos hacen sentirnos orgu-llosos, al igual que de nuestro carácter y tra-diciones. Mi, nuestra patria chica, a la quecuando podemos halagamos y embellecemos,es Villarrobledo.

Villarrobledo posee 86.125 hás. de su tér-mino municipal, lo que nos hace estar entrelos cinco primeros municipios por extensiónde España y nos permite tener a otros docetérminos como vecinos. Pero lo que realmen-

te nos atañe en este trabajo no son estas dis-tribuciones jurídico-políticas que no corres-ponden a las comarcas culturales; así vería-mos a Villarrobledo inscrito en “La Mancha”,una de éstas que vendría a ser la conjunciónde la provincia de Albacete, Cuenca, CiudadReal y Toledo.

Estas tradiciones culturales nos reflejan elpalpitar de una zona y de unas gentes, quemenguaría si nos ceñimos solamente a las86.125 hás. Así estas comarcas naturales quecomparten prácticamente las mismas condi-ciones (zona llana, mismos cultivos y técni-cas, habla peculiar parecida, etc.) hacen quetambién compartan muchas coplas y temas deéstas; por lo que, aunque solamente nombre-mos a Villarrobledo (por ser el centro de estu-dio), hay que imaginarse también las aldeas ypueblos limítrofes, ya que el ir y venir de “lacultura” es normal en estas sociedades que noson endogámicas.

CRONOLOGÍALa cronología de las coplas es muy difícil

de señalar, pues su origen es muy remoto. Sa-bemos que la danza más antigua de nuestraCastilla es la seguidilla, canto y baile popular

Arando entre coplasPor Luis Emilio Moreno Gento

“A mis abuelos, quienes me enseñarona amar mi pueblo y sus costumbres”

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que nació en el s. XVI y pronto se extendiópor la geografía nacional. La seguidilla es lamadre de otras interpretaciones folklóricascomo son las parrandas, pardicas, malague-ñas, etc.

La jota (o seguidilla jota) es el baile y cantomás popular de Villarrobledo, pero viene decuna aragonesa, aunque haya zonas que sequieran apoderar de su origen: “La jota nacióen Valencia y se crió en Aragón”. Pero en cadazona recibe un sello característico e inconfun-dible como lo apreciamos en nuestra jota cas-tellana (manchega), que surgirá ya en el 1600,para que en el s. XVIII nazca el fandango y lamalagueña.

¿Por qué el 1600? Por ser el s. XVII unsiglo en el que en España reinaba la paz den-

tro de sus fronteras, entre sus distintas nacio-nalidades, y la gente daba rienda suelta a sussentimientos expansivos y joviales. Día a díase multiplican las fiestas religiosas y profa-nas, ceremonias de todo tipo en las cuales erancasi siempre de rigor las danzas y los bailes.Reyes, señores y burgueses se adiestran reci-biendo clases, y el pueblo llano, imitando a la“corte”, trata de asimilar estas nuevas tenden-cias, tanto, que llegará a hacerlas propias desu clase.

Volvemos a decir que es difícil asegurarla fecha de la copla, aunque podemos supo-ner que como se aplica a las danzas anterior-mente dichas, su cronología viene marcada enparalelo con los momentos iniciales de la se-guidilla; y, a pesar de cambiar la música o

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danza, la copla no tiene porqué variar, sóloadaptarse a los nuevos tiempos musicales.

La desaparición de estas manifestacionesculturales viene dándose a partir de mediadosdel s. XX. La década de los 50-60 fue mar-cando un paulatino receso que viene a des-embocar en la pérdida de esta ancestral cultu-ra. Una cultura popular que ya solo hoy re-cuerdan “los viejos joteros” y personas ma-yores, que todavía las retienen en su memoriagracias a la tradición oral que antaño tenía granvalor. Fue el éxodo rural, el abandono poco apoco de las aldeas, la llegada de nuevas tec-nologías lo que haría cambiar los viejos hábi-tos. Televisión, radio, cafés, nuevas gentes, ha-cían ver como algo arcaizante estas diversio-nes, de gente mayor y de campo, cosas que,aunque hoy se ve como algo “típico”, estu-vieron infravaloradas por una población queintentaba huir de ello.

Personalmente he tenido la suerte de con-tar entre nuestros días con esa generación quese está perdiendo con el paso de los años, enla que tengo (y me siento orgulloso de decir-lo) numerosas amistades de las que he apren-dido mucho, pues nuestros mayores me ense-ñaron a escucharles y aprender de su expe-riencia, para que comprendiera la palabra tra-dición.

Que sirva este pequeño ensayo como ho-menaje a todos ellos, pues sin su ayuda nosería posible esta realidad.

LA COPLAEsos versos rústicos, llenos de sabiduría

popular, que nuestros abuelos oyeron de lossuyos y éstos de sus generaciones pasadas

son… las coplas.Coplillas que vamos desme-nuzando por temas particulares para compren-der lo que suponían antaño estas “letras” y larepercusión que tenían en la sociedad.

La copla manchega es, como cita elfolklorista Pedro Echevarría: “socarrona, li-viana, loquesca en versicos fáciles, espontá-neos, picardeados de imágenes lascivas…”.Era una expresión espontánea y popular queel pueblo llano sacaba rápidamente de su ima-ginación, dedicándoselas a personas o circuns-tancias de su entorno y habituales en su vidadiaria.

Por eso en una localidad manchega, comoes Villarrobledo, podemos encontrar miles decoplas, haciendo que su cancionero sea prác-ticamente una cantera inagotable de sabidu-ría popular como lo demuestran éstas:

A cantar me ganaráspero a echar cantares no,que tengo una cámara llenay encima tengo un vagón.

Dices que no sé cantar,tú no sabes cantaresque tengo un arca llenay encima siete costales.

Podríamos encontrar antaño en nuestropueblo la copla manchega; cualquier campe-sino desde que se levantaba musitaba estas“letras” hasta que caía rendido al llegar lanoche por el duro trabajo del campo. Hom-bres y mujeres, mientras hacían sus faenas,ya fuera ordeñar, arreglar las mulas, trabajarel esparto, pisar la uva, cocinar, lavar, coser o

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simplemente encalar la jamba de la puerta,fuera lo que fuese, siempre tenían paraamenizarse sus coplillas en la boca y cuantosmás cantares supieran menos monótonos seles hacía el trabajo y más estupefactos deja-ban al oyente que admiraba la prodigiosa me-moria de la persona que oía.

Las coplas son pura poesía, poemas cor-tos si se quiere, pero al fin y al cabo poesía.Son composiciones métricas de cuatro versosoctosílabos, rimando en asonante el segundocon el cuarto, mientras que primero y terceroquedan libres. Esta es la copla más caracterís-tica empleada en gran variedad de nuestro re-pertorio folckórico; estas cuartetas, más biencoplas o coplillas -que es su nombre técnico-

se pueden ver incrementadas algunas vecescon un quinto verso que rimaría con el terce-ro. Otras composiciones comunes en la Man-cha son las seguidillas o los estribillos que sondiferentes a las que nos vamos a ceñir, pero alas que aludiremos en su momento.

No queremos abandonar este apartado sinhacer una aclaración, ya que hemos dicho queson poesías cortas. Efectivamente, son poemitasindividuales de cuatro versos y explican en esemínimo espacio ideas (desde diversos puntosde vista) de manera jovial, apesadumbrada, tris-te, alegre... Pero entre mis investigaciones tuvela suerte de encontrar tres cantares que rom-pieran la norma (será la excepción que confir-me la regla), una mujer me cantó a ritmo dejota estas tres coplas que tienen una temáticaigual, forman parte de un todo, concordandoentre ellas. Las he guardado como un tesoroque aquí vengo a compartir:

No tiene la serranala libertad que teníade salir a pasearsepor aquellas serranías.

En aquellas serraníastodas cubiertas de nievepara descansar se sientadebajo de los laureles

Allí traía unos papeleseran del bien de su vidaconforme los va leyendose va quedando dormidala rosa entre los laureles.

Galera de mies. (Foto cedida por Victoria González)

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CREADORESEn un pueblo siempre ocupa un lugar pri-

vilegiado la danza y el canto; en todas las ma-nifestaciones de la vida de nuestros antepasa-dos estaban presentes estos cantos para ale-grar, celebrar, olvidar, reivindicar, etc.

Desde nuestro punto de vista personal, ytras varios años recopilando lo que la gentemayor llama cantares (que son las coplas alas que nos estamos refiriendo), hemos podi-do llegar a la conclusión de que los distintosgéneros y categorías van siempre relaciona-dos con la vida del campo.

Mientras que la gente que vivía en el pue-blo, que era una minoría respecto a la que vi-vía en campo durante largas temporadas, sedivertía con una clase de bailes y juegos másde moda, copiando a otras ciudades e inclusootros países; el campesinado se divertía más

“loquescamente”. Llamo loquesco para dife-renciar los bailes pueblerinos de los que po-dríamos llamar ciudadanos, pues los que enVillarrobledo ciudad se bailaban eran armo-nizados por bandas y orquestas con cierta pre-paración que tocaban en el círculo, el viejokiosko de la plaza, etc. o en salones particula-res; siendo bailes más relajados y pausadosque los que bailaban los campesinos. Las cla-ses altas de la sociedad villarrobledense du-rante el s. XVIII-XIX bailaban el rigodón o lavarsoviana (desparecidas a finales del s. XIX)y en el s. XX se generalizaron en los lugaresanteriormente dichos los valses, pasodobles,mazurcas… en definitiva bailes relajados y sinletra. Mientras tanto la gente del campo nocambió y, fieles a sus costumbres, bailaban ycantaban lo que siempre habían oído y sus

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abuelos les habían legado: bailes con letra.Estas coplas eran por tanto creaciones de laimaginación de todo un colectivo que no te-nía ostentaciones ni ánimo de lucro, sólo que-rían de esta manera manifestar sus inquietu-des, sus ilusiones, sus malestares, sus ale-grías… Es decir, todo lo que se les pasaba porla mente lo plasmaban en sus coplas que da-rían a conocer a sus compañeros y, con suer-te, se oirían en “lugares más altos”. Esa era lamanera de dar a conocer las noticias más im-portantes y la crítica a la sociedad del momen-to, ya que no conocían (ni tenían) otra formade hacerlo.

Por tanto, esos pastores, labriegos, jorna-leros, caseros, etc. son los protagonistas deestas coplas; son quienes las hacen fijándose,desde lo más sencillo de su vida cotidiana (lamujer, la gastronomía, el trabajo, el tiempo,los “amos”…) a los temas más complejos que,en sólo cuatro versos, con precisión pasmosa,se quedan reflejados (circunstancias familia-res, sociales, religiosas…).

DIFUSIÓNCoplas, cuentos, romances, poesías, jue-

gos y un sin fin de peculiaridades de la tradi-

ción se difundían de la misma manera: trans-misión oral.

Era la gente del campo (sus creadores)quienes la difundían, se hacía de una manerarápida ya que los campesinos tenían unaajetreada “vida social”. En cada aldea habíaun mínimo de dos familias: los labradores ylos pastores (con sus ayudantes). Se podía verincrementada con la del casero, guarda, jor-naleros, etc. Además, rara es la aldea que estáaislada y si, a todo lo dicho, le añadimos lascuadrillas temporeras (vendimiadores, sega-dores, trilladores,…) hacemos un gran cóm-puto de gente que participa de estas coplas,recogiéndolas y difundiéndolas por su comar-ca. Por eso decíamos al principio que no nospodemos ceñir a una sola zona con límitespolíticos, sino culturales, pues son muchosvalores los que intervienen.

Toda esta gente se reunía numerosas ve-ces para echar unos bailes, para trabajar, ve-nirse al pueblo en las galeras… Y es cuandoestas coplas se ponían en común, compartién-dolas.

En tiempo de cuadrillas es cuando la di-fusión llega a su mayor exponente. Era entiempo de siega o vendimia cuando personas

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de Villarrobledo u otras localidades, dándosecita en el campo, compartían - ya trabajandoya descansando -, estas coplas cantadas; cadapersona las podía readaptar mencionando loque para cada uno era lo importante al estarentre tantas personas: su pueblo.

Veamos un ejemplo:

En San Clemente está el árboly en Vara de Rey la hojay en el pueblo de Teatinosla flor de mozos y mozas.

En Alcazar cayó el ramoy en Socuéllamos, la hojay en Villarrobledo, madre,la flor de mozos y mozas.

APLICACIÓN DE LA COPLAComo ya dijéramos en anteriores aparta-

dos, las coplas se pueden aplicar en numero-sos tipos de interpretaciones que a continua-ción señalaremos. En dos apartados hemosdecidido explicar estas manifestaciones: porun lado el canto y por otro la música.

Hay que tener en cuenta que las coplillasno se inventaban para ser posteriormente re-citadas sino que había que buscar la mejormanera para darlas a conocer y para que a lagente les gustara y les llamase la atención. Yes esto, en definitiva, lo que vamos a explicar:la forma que tenían estos usuarios campesi-nos de mostrar su ingenio. Es la puesta encomún, el compartir un trabajo para un finconcreto.

El cantoLas coplillas, como ya hemos dejado en-

trever, no eran para recitar, sino para ser can-tadas; muchos son los sones en los que se pue-den incluir desde la archiconocida jota, pasan-do por nuestras seguidillas manchegas, paraterminar en el fandango y en un sin fin de va-riedades más. Estos sones vienen marcados porla música, una música sencilla que tocaba larondalla, pero… lo que realmente era impres-cindible es quien utilizaba y daba sentido alexistir de la copla, era el/la “cantaor/a”, eraesa persona que le daría “buen aire” con suvoz (cantando). La buena voz era importantepuesto que el son no es fácil de conseguir ymuchas veces, durante las faenas del campo(labrando, segando, pastoreando, aventando…)es a “capella” como se canta, sin nada de mú-sica donde esa voz cantante pueda guiarse paracoger tono. Cuando se cantaba de esta últimaforma, por lo general la gente cogía el son dejota, tal vez por ser en estas tierras el más ca-racterístico y estar más familiarizados.

Los principales cantos sin música son,como hemos dicho, los del campo; pero tam-bién son los de cuna, rogativas, de juego… olas jerigonzas hoy casi desaparecidas:

Estas son jerigonzasdel frailecon su jerigonzaque el que no las bailese marcha a la callepor lo bien ....

Pero podemos decir que se lucen máscuando una buena rondalla las toca y varias

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parejas las bailan, después de ser invitadas poresa voz con coplas típicas, que mucha gentemayor llama “torrás”. Se cantan de forma pe-culiar:

Los que vienen al bailea bailar vienenpero quieren primeroque se lo rueguen.

Salgan los bailadoresque los quiero verque las bailadorcitaslas conozco bien.

Mientras se va bailando, los bailadores sepueden sentir aludidos por alguna coplilla y,por eso, se replica con otra para que no semolesten y entiendan que los cantares son es-pontáneos; aunque, la verdad sea dicha, casisiempre eran intencionados:

El que se pica en cantaresfalta de conocimiento,que cantares se echael que viene al pensamiento.

En cada pieza de música se solían echarvarios cantares, cinco o seis, (entre los que sepodían intercalar estribillos) siendo el últimouna despedida. Cito aquí dos:

Despedida vienen dandoPor la orilla del lugar,Aquel que novia no tieneHarto despedido está.

Allá va la despedida,la que echa mi mayoral,que ninguna mujer puedeen una alcuza mear.

La músicaLa música para conseguir el son manche-

go donde aplicar las coplas, era sencilla. Ha-bía varias familias de instrumentos y, cuantosmás miembros de éstas interviniesen, mejorsería la música y más agradable para el oyen-te, ya que el gran repertorio folklórico conse-guido se utilizaba para aliviar las duras horasde trabajo o amenizar muchas puestas de sol,desconectando de la rutina diaria.

Eran la guitarra, laúd y bandurria los prin-cipales instrumentos de cuerda que se utiliza-ban (y los más necesarios). El acordeón tam-bién se unía muchas veces a estas celebracio-nes; también, de la familia de viento, destaca-mos la dulzaina que era imprescindible parala fiesta de Santiago y Santa Bárbara (hoydesaparecida). Y quedan por destacar los ins-trumentos de percusión, que servían de acom-pañamiento a los anteriores. Se utilizaba loque la gente más a mano tenía: dos cucharas,la botella de anís, la sartén con el cucharón,las castañuelas, el cántaro golpeado con elsoplillo de esparto, los cascos de cántaromarteño, pandereta, mortero y…, como no, elharnero de las mulas rascado con la navaja quesiempre alguien llevaba en el bolsillo o en la“faldiquera”. Estos instrumentos se usabanprincipalmente en el campo, pues los de cuer-da y viento escaseaban y no todos estabancapacitados para tocarlos.

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Uno de los fines de la música era ameni-zar y acompañar el baile que realizaban loscampesinos donde se encontrasen, ya fuera elcampo, las quinterías, sus casas…. Se llama-ban del “candil” (como cita A. Sandoval) pues-to que no hubo luz eléctrica en el pueblo has-ta el 5 de febrero de 1898 y en las aldeas du-rante casi todo el s. XX. Quisiéramos traer aquía colación que aunque no haga referencia a lacopla, si lo hace a las tradiciones, un hechoque podía pasar en los bailes; sabido es quelas mujeres para bailar tenían que ser sacadaspor un hombre, la que no conseguía este fin,sus rivales la criticaban diciendo: - Mira esa,se lleva el calcetín pegado al culo.

Vamos a citar los sones de música (que sepueden acompañar con baile) más frecuentesen Villarrobledo:

Como ya aludimos, es la Jota Castellanala más conocida y popular; los versos de lascoplas tienen varias formas de ser cantados:

1. 1º (bis), 2º, 3º, 4º (bis), 1º o 5º2. 2º, 1º, 2º, 3º, 4º (bis), 1º o 5º3. lerelerelelerele, 1º, 2º, 3º, 4º (bis), 1º a 5ºCada cantar se bailaba de forma distinta a

la anterior y, entre copla y copla, el estribillo;la temática de éstos es también variable (nº 1– 2), aunque a veces el estribillo sigue al can-tar (nº 3):

1El “conejo” de mi suegralo llevaron al cuartel,como tenía bigotelo hicieron cabo furriel,

lo hicieron cabo furriel,lo hicieron cabo furriel.El “conejo” de mi suegralo llevaron al cuartel.

2Una tuerta en un bailele dice a un cojo:si me das una patate doy un ojo,te doy un ojo, cielo,te doy un ojo.Una tuerta en un baileLe dice a un cojo.

3Sal sol, y caliéntameque me voy quedando helado,que el sol que me calentabaya se ha ido y me ha dejado.Al salir el solte quisiera verpero veo, niña,que no puede ser (bis)que no hay ocasiónde poderte veral salir el sol.

Los fandanguillos, con otro son; y coplastípicas como:

El fandanguillo manchegolo bailaba una serranaentre Cuenca y Albacetea las tres de la mañana.

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El fandanguillo manchegolo compuso una mujer;como es cosa de mujerestodas lo bailan a gusto

Las seguidillas, el compás de éstas es dis-tinto (3 tiempos) por tanto; son las coplas deestribillos las que en este cante pueden inter-venir:

Dame la mano palomaPor la muñeca,Que el pulso conozcoLa que está yueca (3 veces)

De tu puerta a la míahan puesto un paso.Si quieres pasar, pasa,que yo no paso

Los mayos, las coplas en este caso, hacenreferencia a la Virgen, la belleza de las muje-res y, como no, al florecimiento de los culti-vos (pidiendo protección):

Estamos a treintade abril cumplido.Mañana entra mayo,mayo bienvenido

A la Virgen purale cae bien la toca.A mayo florecido,amapolas rojas

Ha venido mayopor esas cañadas,

espigando trigo,granando cebadas

Eres más bonita, niña,que la nieve en el barranco,la rosa en el rosal,la azucena en el campo

Los villancicos, con la zambomba comoinstrumento típico. Se echaban coplas alusi-vas al Niño, el Nacimiento, la Navidad, y otrasmás profanas y picarescas:

La Virgen y San Joséiban a cruzar el mar,y en un ramito de olivadescansó su majestad

Los pastores que supieronque el Niño quería leche,hubo un pastor que ordeñósu cabra cuarenta veces

En el portal de Belénhay un borrico colgado,el que quiera salchichónque venga y le corte el rabo.

El paloteo de Villarrobledo, era un baileexclusivo de los hombres del gremio de lostinajeros que se bailaba en la ermita de la Vir-gen el día de Sta. Bárbara (la última vez quese hizo fue por el año 1915). Hoy está prácti-camente olvidado, pero sabemos que se desa-rrollaba en dos partes: primero, un paloteoentre dos bandos; segundo, vestir con cintasun palo, también danzando.

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Los dos bandos simbolizaban los moros ycristianos. La vestimenta era similar al de otrospaloteos castellano-manchegos, con pololos ycamisa blanca,. La música podría ser poraproximación con tamboril y dulzaina. Se apli-caban las siguientes coplas:

Capitán moro“A Sta. Bárbara bellame la tengo que llevar“rastrando” por estos suelosdonde está mi capitán”.

Capitán cristiano“Ya están aquí los buenos mozosy ligeros, na’más que ellosvienen bien vestidosy sus mujeres en cueros”.

Por tanto, con lo que venimos a concluireste apartado es que la copla se moldea encualquier ambiente, ritmo y música, pero conel fin siempre de amenizar.

LOS TEMASComo ya hemos dicho, los temas de las

coplas son muy variados; aquí venimos a se-ñalar los principales y más utilizados por aque-llas personas que a buen son disfrutaba deellas.

Amorosas• Enamoramiento. Aquellas coplas en las

que el cortejo entre ambos sexos está presen-te. Elogios y adulaciones son los temas másrecurrentes, destacamos tres subtemas.

- De Ronda. Eran las coplas que los hom-bres dedicaban a las mozas. Por lo general serondaba en las puertas y balcones, aunque demanera indirecta se podía hacer en un baile.

Toda esta calle a la largaTiran aguas y nacen rosasy por eso le llamamosla calle de las hermosas (curiosas)

S. Francisco por humildetiene su cuerpo llagadoy tu me tienes a míel corazón traspasado.

Cuando paso por tu puertame calzo bien las abarcaspara que no diga tu madreya está aquí el gato con rastras.

Es tanta la claridadque por tu ventana saleque dice la vecindadya está la luna en la calle.

- Alabanzas a la Mujer. Los mozos dedi-can coplas a sus amadas, describiendo su be-lleza interior y exterior. Este tipo de copla esmuy recurrente en el campo elogiando a lamujer con “tipo de labradora”.

La luna y el sol brillanteCon su fino resplandor;las perlas y los diamantesno le igualan a ésta florque se me ha puesto delante.

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Hermosa te vi durmiendoel alma me dejó muertaestando durmiendo matasque será estando despierta.

- Alabanzas al hombre. Son un tema me-nos recurrente, a pesar de que eran numero-sas las mujeres que cantaban.

Con ese sombrero aladome pareces un ladrón,no digo de dinerodigo de mi corazón.

• Desamor. Cuando dos novios quedaban malo había rencillas entre matrimonios, eran coplasde desprestigio las que se aludían mutuamente.

Parece tu cuerpo un sacotu cintura un haz de colestu nariz un cachivache,son tus patas dos adobes.

María de los Doloresse llama la prenda míay yo cuando la llamole digo de los dolores María.

Con esa blusa tan largaPareces un muleteroCaballo de buena bocatantas quiero tantas veo.

De conveniencia le sirvea los hombres el sombrero,a unos le tapa la calvay a otros la calva y los cuernos.

ReligiosasNo nos referimos a coplas típicas como

podrían ser los villancicos, sino coplas piado-sas y anticlericales respectivamente.

• PiadosasMe acuesto pensando en ti,Pensando en ti me levanto.Virgen de la Caridadcomo te querré yo tanto.

Los ladrillos de la Iglesiacuantos bajos habrán visto,cuantos pecados mortalestendrá perdonados Cristo.

• AnticlericalesSan Pedro le pegó a Cristouna patada en los riñonesy salió San Juan diciendo:—Y que malas intenciones.

Al cura de San Benito,se le ha roto la tartanase la ha muerto la borricay ahora “monta” en la criada.

PersonalesAquellas que aluden a las personas más o

menos cercanas de quienes hacen estascoplillas; pueden ser buenas o malas a elegirpor el cantaor. Hay muchos subtemas:

• SuegrasTodas las suegras son malasla mía la alabo yoque está criando a su hijapara llevármela yo.

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Mi suegra la tía gorriname ha dicho “botijo verde”y yo le he dicho “tía galga,corre usted más que una liebre”.

• “Señoritos”Toda mi vida trabajéen casa del señorito,luego me dejó de herenciaecharle paja al borrico.

Ya se está poniendo el solya hacen sombra los gasones,si el amo no está contentoque se toque los cojones.

• PastoresLas hijas de los pastoresvan diciendo suero, sueroy la de los labradores,tocino para el puchero.

En el monte la dejóel pastor a la pastora,no la hubiera yo dejadoen aquel desierto sola.

• LabradoresMe gustan los labradorespor lo valientes que son,que se juntan quince o veintepara matar un ratón.

Mañana me voy a ararmontadito en una liebrey las muchachas me dicenvaya un caballito alegre.

• JornalerosEs tanto lo que te quieroque no te quisiera ver,casada con jornaleropor no verte padecercon alcuza y puchero.

HumorísticasSon aquellas que por los disparates o chas-

carrillos que mencionan en sus versos inten-tan ser graciosas y distraer al personal.

Saltó una pulga en Pamplonapor lo alto de la fuente,y en la plaza Barcelonale “ribó” a una vieja un dientey a tres curas la corona.

Échale aceite al caballo,y échale paja al candil,aparéjame los galgosque me voy a divertir.

PícarasAquellos cantares que aluden a temas tabú

y pocos mencionados por la sociedad del mo-mento. Siempre tienen notas joviales, aunquepueden llegar a ser groseros.

Quisiera ser clavo de orodonde cuelgas el candilpor verte esos blancos pechoscuando te vas a dormir.

Mi abuelo tiene un trabuco,con pelos en la culata,y a la pobre de mi abuelaa trabucazos la mata.

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Bien sé que estás acostada,bien sé que durmiendo no,bien sé que tendrás la manodonde el pensamiento yo.

Los cojones me han cortadoy me han vuelto a retoñar,y el retoño que han echadono coge en un costal.

CircunstanciasHay momentos a lo largo de la historia

que dejan marcada su huella en estas coplas.La primera es del 1859 cuando España em-pieza la guerra por territorios africanos. Lasegunda es de 1910 cuando se vio el CometaHalley. Y las dos últimas son de 1936 y 1940respectivamente.

Luego en el cincuenta y nuevefue nuestro desatino,nos fue declaradala guerra del marroquino.

Hace tiempo venimos notandoque el cometa nos quiere matary por eso venimos cantandoa las cuatro de la madrugá.

Virgen de la Caridad,aunque te han hecho pedazoshas subido a los cielosa darle fuerza al “Faccio”.

Si supieras Catalinalos caminos como están:mucho frío, poca leñamucha hambre, poco pan.

VillarrobledoNo podemos olvidar a nuestra ciudad:

Qué bonito es este pueblopor la orilla San Antón,la fábrica de harinasy más abajo la estación.

En Munera como hay aguase crían las cañas verdesy en Villarrobledo madremuchachos como claveles.

Torre de Santa María1

desde largo te divisoy no siento más alegríasque cuando tus barrios pisoy siento decir María.

Villarrobledo es muy grandelas paredes son muy bajas,pero tienen dos carrillos2

que parecen una ceaza.

1. Hace referencia a la desaparecida Torre Mudéjar que existió en la parroquia de Santa María.2. Nos indica las dos grandes charcas que existían en Villarrobledo (Plaza de Abastos y Jardines Municipales) que cuando

llovía llegaban a juntarse dando la forma de una ceaza.

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CONCLUSIÓNLa situación actual de nuestras coplas es

verdaderamente lastimosa, ya que el poco fo-mento que éstas han recibido desde los añossesenta, las han conducido a un pozo del cualmuchas no saldrán debido a que las personasque las tenían como una realidad de sus días ycomo algo que nunca se vendría abajo, aban-donaron este mundo sin dejar constancia deellas y es para los investigadores una ardualabor rescatarlas; y en ocasiones este reto nose puede superar.

Varios investigadores del folklore manche-go dedicaron algunas horas de estudio a nues-tro pueblo, realizando una somera recopila-ción de romances y muy pocas coplas; así ci-tamos a Doña Carmen Ibáñez, D. Blas Ruiz ypocos más. Seguramente vieron venir el finalde esta ancestral cultura y quisieronsalvaguardarla para que la heredaran futurasgeneraciones.

Los cantares se conservaron a un alto cos-te desde los años 60, cuando en Villarroble-do la Sección Femenina de la F.E.T. empezóa motivar y recuperar bailes tradicionales queya empezaban a decaer. El estímulo fue bue-no pues hizo perdurar hasta nuestros días estepatrimonio, pero implicó que se fijaran unoscánones (siempre las mismas coplas), unaspautas que mermarían el rico cancionero,pues ahora había que fijar un nuevo compo-nente: el público. Otro problema fue el re-gionalismo, el figurar más que el pueblo ve-cino buscando lo singular y raro, sin com-prender que en muchas ocasiones el baile, elvillancico o el mayo era el mismo para am-bas localidades.

EPÍLOGOEl autor cree conveniente decir que este

trabajo se ha redactado con miedo a posiblesomisiones. Sirvan de excusa su corta andadu-ra en estos terrenos y su mucha voluntad yamor a las tradiciones.

Igualmente es posible que en algunos as-pectos no haya sabido trasmitir la idea que enmente tenía, ya que es difícil separar un todoen partes; más cuando ese todo es algo inma-terial que sólo toma cuerpo cuando queda plas-mado en papel.

Sirva esta pequeña introducción para alar-gar la vida a estas coplillas destinadas a unolvido que paulatinamente se va haciendo conellas.

BIBLIOGRAFIAAUÑÓN RODRIGUEZ, R.: Cantos y bailes

de Albacete y altiplano de Murcia.Fuenteálamo (AB), 1995.

ECHEVARRÍA BRAVO, P.: Cancioneromusical, popular manchego. Madrid 1951.

GARCÍA GÓMEZ, M.D.: Cuatro siglos dealfarería tinajera en Villarrobledo.Albacete, 1993.

IBÁÑEZ IBÁÑEZ, M.C.: Cancionero de laProvincia de Albacete. Albacete 1967.

ORTEGA,P.: Crónicas Santa de la Provinciade Cartagena, 1740.

RUBIO PUERTAS, R.: Albacete, tierras ypueblos. Barcelona, 1983.

SANDOVAL MULLERAS, A.: Historia demi pueblo. Albacete 1961.

Revista CERVANTINO 1980.Periódico LA VERDAD de Villarrobledo

números 7 y 12 de 1904 (A.H.P.A).

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AGRADECIMIENTOSCaridad López Moya y Emilio Gento

Alcántara (mis abuelos), Custodia Lozano,Isidra Fernandez , Santiago (Quiso), TeresaMondejar, Juan Manuel y Juan Parra, JuanJosé Melero, Pedro Antonio (Piti), Jesús Co-llado (el Ciquelo), Luisa Moya. Pedro JoséLozano y Rosario Herreros.

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María José Bonillo Bascuñana

L icenciada en Bellas Artes por la Universidadde Castilla - La Mancha. Realiza exposicio-nes colectivas a nivel regional (Albacete,

Cuenca, Ciudad Real y Guadalajara) y nacional(Madrid, Barcelona y Valencia). Desde 1993 sededica a enseñar cerámica y Artes Plásticas en laUniversidad Popular de Villarrobledo.

Su obra podría definirse como experimen-tal y espontánea, evolucionando en busca deuna expresión plástica cada vez más sencilla.

Principalmente modela, sin condiciona-mientos, creando sobre cualquier soporte (to-dos los materiales sirven) para conseguir confuerza y vitalidad la más pura expresión. Des-tacan las texturas ásperas y chamotadas, utili-zando pastas muy diferentes en alta y baja tem-peratura. En la decoración abundan losgrafismos, símbolos, la figura humana y elhueco. Los colores son tierras naturales,engobes y óxidos colorantes, dando todo elloun marcado carácter orgánico a la obra.

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