Revista Comunismo. Internacional

Embed Size (px)

Citation preview

  • 7/21/2019 Revista Comunismo. Internacional.

    1/28

    1

    COMUNISMO No.1 - CONTRA LA DEMOCRACIA (Junio 1979):

    Presentacin Amrica Latina: No olvidar La continuidad histrica del combate militante contra la democracia

    o Toast de Londres (1848)o Las vas que conducen al "Noskismo" (1921)o Plomo, metralla y crcel (1937)

    El mito de los derechos y libertades democrticas

    Al lector:

    Compaeros, una revista como esta solo podr cumplir las tareas terico - organizativas que la hora exige, con unaparticipacin cada vez ms activa de sus lectores, simpatizantes, corresponsales. Toda contribucin, sea para mejorar elcontenido y la forma de la misma (enviando informaciones, publicaciones de grupos obreros, anlisis de situaciones,etc), sea para mejorar su difusin (haciendo circular cada nmero en el mayor nmero de lectores posibles,consiguiendo nuevos abonados, sugiriendo otras formas o lugares de distribucin, etc.), constituye una accin en laconstruccin de una verdadera herramienta internacional de la lucha revolucionaria.

    Utilizad estos materiales! Nadie es propietario de ellos, son por el contrario parte integrante de la experiencia acumuladade una clase que vive, que lucha para suprimir su propia condicin de asalariada, y as todas las clases sociales y todaexplotacin. Reproducid estos textos, discutidlos!

    Recibid con nuestro ms caluroso saludo comunista, nuestro llamado al apoyo incondicional a todos los proletarios queluchan para afirmar los intereses autnomos de clase, contra la bestia capitalista, contra su Estado y contra los partidosy sindicatos pseudoobreros que perpetan su supervivencia y nuestro grito que te impulsa a forjar juntos el PartidoComunista Mundial, que nuestra clase necesita para triunfar para siempre.

    Para contactarnos, escribir (sin otra mencin) a:

    BP 33 * Saint-Gilles (BRU) 3 * 1060 Bruxelles * Blgica

    Email: info [at] gci-icg.org

    Sitio: www.gci-icg.org

    Grupo Comunista Internacionalista (GCI)

  • 7/21/2019 Revista Comunismo. Internacional.

    2/28

    2

    PRESENTACIN

    Estas lneas pretenden, breve y sin ninguna duda esquemticamente, explicar porque existe nuestro grupo, que papelpretende desempear, a que realidad responde, cuales son los ejes histricos a los que debe sus bases programticas yque tareas generales se fija. Entre estas ubicaremos la publicacin de esta revista en castellano especialmente dirigida aesa fraccin del proletariado latinoamericano, que en cualquier parte del mundo lucha por reorganizarse sobre una baseclasista.

    Nuestro pequeo grupo es producto de una sntesis embrionaria de experiencias particulares regionales directas de la

    lucha del proletariado mundial, y de una comprensin an parcial, de la experiencia global de la clase obrera mundial, ensu lucha contra el capital, sistematizada por las fracciones comunistas de las que heredamos una interpretacinmaterialista de la misma y la necesidad vital de actuar organizadamente para contribuir a la transformacin del mundo.

    Explicar nuestro surgimiento implica entonces oponer a todas las fbulas que la burguesa ha construido sobre elfantasma del comunismo los ejes centrales del movimiento comunista que se desarrolla hoy en el capitalismo y contra l;precisar las fuerzas y el contenido de la revolucin y la contrarrevolucin, para poder caracterizar la situacin actual,reiterar en base a ellas las tareas permanentes de los comunistas y por lo tanto las nuestras.

    Capitalismo y comunismo - contrarrevolucin y revolucin

    La historia del capitalismo mundial, es la historia de la agudizacin de sus crisis, del renforzamiento de susantagonismos. Cada nueva expansin se culmina necesariamente con una crisis ms violenta, que soporta todo elplaneta. La solucin capitalista a la crisis es siempre la misma, miseria obrera, austeridad, expulsin de fuerza de trabajodel proceso productivo, centralizacin estatal, economa de guerra, fortificacin democrtico-terrorista del Estado,destruccin de fuerzas productivas, guerra imperialista. Frente a ella, contra ella, el proletariado se fortifica, tendiendo aafirmar su programa comunista: organizacin del proletariado en clase y por lo tanto en partido, destruccin del estadoburgus, dictadura del proletariado, destruccin desptica de las relaciones capitalistas de produccin. Cada crisis delcapital, contiene entonces una crisis global, que se expresa en el estallido brutal de la contradiccin entre dosproyhhsciales antagnicos: la conservacin es necesariamente contrarrevolucin; la revolucin o se impone, se extiendey generaliza o es destruida.

    La solucin burguesa a la crisis del capital, es por su propia esencia parcial y limitada en el tiempo.El desarrollo delcapitalismo que ella permite, desarrolla necesariamente al proletariado, lo fortifica y lo concentra.El nivel de la nueva

    expansin, determinara, el nivel de la nueva crisis; el desarrollo de sus antagonismo y afirmacin de su descomposicin:la nueva crisis es tan segura como la nueva ola revolucionaria. La solucin comunista a la crisis es necesariamentemundial y definitiva; ella no consiste en abolir los efectos del capitalismo, sino el propio capitalismo, no "se propone"mejorar los salarios, sino que es objetivamente la guerra de clases por la abolicin del trabajo asalariado, no consiste endemocratizar el Estado sino en su destruccin.

    Es tan evidente como necesario, constatar, que pese a los enormes esfuerzos del proletariado por extender surevolucin, la contrarrevolucin ha logrado en todos los casos hasta el presente, abortar dicho proceso, lo que lo permitisimultanea e inseparablemente destruir fsica y polticamente los bastiones obreros que lo intentaron. De la ms gloriosabatalla clase contra clase que tiene su centro entre los aos 1917-23, contrariamente a lo que afirma la burguesa, no lequeda a la clase obrera, ms que la experiencia. Si hoy es necesario insistir en evidencias, incluso en tautologas, esporque la imposicin de la contrarrevolucin en todo el mundo, que permiti la carnicera de obreros que fue la segundaguerra mundial; mantiene an una enorme predominancia ideolgica.

    La reproduccin ideolgica de la contrarrevolucin se expresa en mltiples planos y niveles. Uno de ellos que permiteconciliar a pesar de sus contradicciones a la totalidad de la burguesa mundial es la "teora" de la existencia de tresmundos. A pesar de las distinciones sutiles, que cada fraccin del capital aporta a la misma, dicha ideologa, tiene comocomn denominador el dividir al proletariado mundial, encuadrarlo en polticas regionales antagnicas a sus interesesgenerales, que en su totalidad sirven al capital. Segn dicha ideologa existira un primer mundo desarrollado ycapitalista donde a los obreros no les conviene luchar por la revolucin comunista sino por la defensa de la democracia,las instituciones "sociales" y la reforma de estructuras (nacionalizaciones). Existira otro mundo "socialista" dondetampoco hay que luchar por la revolucin comunista, pues ya est hecha, y se tratara de "mejorar el socialismo"realizando un conjunto de reformas democrticas o de "revoluciones" estrictamente polticas. En el tercero, la revolucintampoco puede hacerse, sera utpico, pues es necesario primero la liberacin nacional. Se trata de apoyar ms omenos crticamente a la fraccin nacional y democrtica de la burguesa en su lucha contra el subdesarrollo y la

    dependencia imperialista. En sntesis: se trata en permanencia de supeditar al proletariado a una fraccin progresista onacionalista; es decir de mantener su desorganizacin como clase. El conjunto de distinciones que se operan, a partir deesta base comn, se debe a que la burguesa, por la propia esencia de su rgimen -la competencia- estpermanentemente confrontada a los conflictos de intereses en su seno. La unin de burgueses -centralizacin, Estados,Constelaccin de Estados- no se basa nunca en la eliminacin de la contradicciones en la unin, sino que se realiza

  • 7/21/2019 Revista Comunismo. Internacional.

    3/28

    3

    nicamente para afrontar en mejores condiciones la guerra comercial imperialista o la guerra de clases. Por eso si todala burguesa est de acuerdo con los "3 mundos" (que implica identificar socialismo con nacionalizaciones ysubdesarrollo con extracapitalismo),cuando se trata de poner los obreros al servicio de una u otra fraccin, de un u otrobloque imperialista, la burguesa aparece siempre dividida. Algunos harn la apologa de tal "pas socialista", otros harnincapi en las atrocidades de la represin de ese mismo pas; unos dirn que Videla es progresista, otros hicieron elapoyo crtico a Velasco Alvarado en nombre de la liberacin nacional, unos justificarn la poltica de los Estados Ruso,Cubano y Vietnamita, en nombre del socialismo, la liberacin nacional y la autodeterminacin de los pueblos, otros la dela OTAN o China en nombre de la soberana nacional la democracia y el socialismo. Aqu no puede haber acuerdo, cadafraccin burguesa pelea por apropiarse de las banderas mistificadoras que le dieron resultado en la segunda guerra(democracia-antifascismo), cada una intenta utilizar a los obreros como carne de caon de su campo imperialista.

    Todo esto hace que nunca est dems el hecho de insistir, en que el rgimen de explotacin capitalista es mundial. Quecontrariamente a lo que sucede con la burguesa, el proletariado no tiene patria, ni ningn inters regional, sectorial, adefender; que es tan absurdo y reaccionario imaginarse el socialismo en un solo pas, como sera concebir el capitalismoen un feudo. Que el capitalismo no es ms que una fase de transicin para toda la humanidad, que su destruccin sernecesariamente mundial.

    La propia denominacin de nuestro grupo contiene una tautologa deliberada COMUNISTA - INTERNACIONALISTA. Esobvio, que el comunismo, contiene la prctica internacionalista, la abolicin del dinero, de la mercanca, de todo Estado,de las clases sociales. Si hoy es an imprescindible remarcarlo es porque el peso de la contrarrevolucin stalinista-democrtico-fascista es todava enorme y el programa comunista a pesar de las grandes masas del proletariado queluchan objetivamente por su afirmacin, permanece, en lo que se refiere a su expresin terica, absolutamente enterrado

    desconocido o desfigurado por la maraa de la ideologas del capitalismo.

    Repetimos entonces lo que Marx afirmaba hace ms de un siglo, el comunismo no es un ideal, ni un conjunto de recetaso principios a aplicar a la realidad es por el contrario el movimiento real de destruccin del orden establecido; elprograma comunista no se compone nicamente del arma de la crtica sino de la crtica por las armas. Su afirmacin esa la vez comprensin terica de la accin y la accin misma, su fuerza no deriva nicamente de una comprensinmaterialista del mundo, sino que implica la prctica subversiva revolucionaria de la sociedad burguesa.

    La esencia de la lucha del proletariado, cualquiera sea la forma que toma el capitalismo, no se modifica, en la medidaque el antagonismo de la sociedad capitalista es siempre el mismo. La resolucin de ste antagonismo, no puede ser elresultado de diferentes "programas", sino el resultado del desarrollo y fortificacin del movimiento comunista, unidadindisociable de objetivos y medios, es decir por la afirmacin prctica del proletariado como clase autnoma mundial. Espor ello que si en una fase de revolucin las tareas o las formas de actuar de los comunistas pueden ser diferentes de

    las necesarias en una fase de contrarrevolucin, el eje central de su accin es siempre el mismo, defensa prctica delprograma comunista, lucha por la constitucin del proletariado como fuerza poltica estructurada orgnicamente a nivelinternacional.

    Las fases de revolucin se caracterizan por la afirmacin del programa comunista, que se concretiza simultaneamenteen a) el estallido brutal de la crisis de la sociedad burguesa b) en la unificacin y asociacin del proletariado tendiente ala centralizacin de su accin revolucionaria para lo cual c) se dota de una direccin comunista d) enfrentando latotalidad de las fracciones de la burguesa en la lucha abierta contra el Estado. Las fases de contrarrevolucin secaracterizan por (1) la reconstitucin de la sociedad burguesa y superacin ms o menos duradera de la crisis (2) ladispersin y desorganizacin fsica (masacres, prisiones, exilio) e ideolgica (imposicin de la mitologa burguesa sobreel contenido de la lucha obrera) (3) la destruccin de su vanguardia organizada (4) la repolarizacin de la sociedad enbase a los intereses fraccionales de la burguesa tendiente a utilizar los obreros como masa de maniobra y carne decaon en la lucha interburguesa.

    Las fracciones comunistas y su necesidad histrica

    Revolucin y contrarrevolucin, expresiones de las dos clases de la sociedad, son hasta la destruccin total delcapitalismo, fuerzas y realidades relativas. La funcin predominante del Estado burgus es -cualquiera sea su forma - lade destruir, desorganizar, recuperar, todo intento de asociacin autnoma del proletariado; su objetivo permanente es elde abortar o desvar la organizacin del proletariado en partido. Pero, no puede destruir la fuerza de trabajo que permitela reproduccin ampliada del rgimen de explotacin capitalista, ni eliminar los antagonismos del mismo, que soninherentes a su propia naturaleza. Es por lo tanto incapaz de impedir las necesarias manifestaciones de descomposicindel rgimen y el resurgimiento de las asociaciones obreras, que renacen cada vez ms fuertes, ms firmes, mspotentes. Cada afirmacin del proletariado como fuerza poltica, es decir cada afirmacin de la revolucin comunista, hasignificado en general un importante avance con respecto al pasado. Cada derrota pone en evidencia, necesariamente,debilidades e incoherencias del movimiento; que es imprescindible comprender para superar.

  • 7/21/2019 Revista Comunismo. Internacional.

    4/28

    4

    Todo fracaso de la revolucin puede ser explicado en ltima instancia por la ausencia de la totalidad de las condicionesmateriales -comprendidas los factores subjetivos-. Sin embargo desde el punto de vista obrero la "ausencia decondiciones" ni sirve de pretexto a la inaccin, ni constituye una explicacin suficiente. Tampoco puede explicar nada laconducta del enemigo (5 generales "traidores", o el PC "traicion") que como no poda ser de otra manera utiliz todoslos medios y fuerzas a su alcance contra la revolucin.

    Por ello todo fracaso de la revolucin desde el punto de vista del proletariado, debe ser explicado por sus propiasdebilidades, concretizadas en una afirmacin inacabada de su constitucin en partido, en fuerza poltica autonoma.Aclarar los ejes de dichas debilidades, es decir las causas, las fuerzas, los mitos, que abortaron dicho proceso,constituye en un momento de desorganizacin y dispersin el punto de partida y la condicin imprescindible de todaprctica revolucionaria.

    En efecto, lo que permite a la revolucin afirmarse a un nivel cada vez ms elevado (ejemplo: 1848, 1871, 1917-23) esde un lado el hecho de que los antagonismos del capital sean cada vez ms explosivos e insoportables, y que elproletariado haya sido concentrado ms por el capital, que sea numricamente ms fuerte y por el otro la accinvoluntaria de una fraccin del proletariado que asegura la continuidad terico-programtica -a pesar de lacontrarrevolucin- entre cada ola revolucionaria. Sin esta accin voluntaria, el proletariado debera comenzar cada vezsu historia, repetir los mismos errores.

    Por el contrario, toda la poltica de desorganizacin del proletariado, de reproduccin de la situacincontrarrevolucionaria se basa no solo en la represin fsica y militar sino en a) la falsificacin y el ocultamiento de lahistoria de la lucha de clases, b) en la utilizacin del nombre de dirigentes del proletariado, vaciando el contenido de su

    accin, c) en la utilizacin de las expresiones utilizadas por los revolucionarios, que tambin vaciadas de su contenido seutilizan al servicio de la reaccin, d) en difundir como "los objetivos del proletariado" en el momento de la olarevolucionaria la reforma o la democratizacin del capital (no su destruccin); para lo cual los intelectuales del rgimenson especialista en revisar y utilizar las debilidades en las formulaciones y explicitaciones inherentes a toda revolucinabortada.

    A ello el proletariado ha opuesto las fracciones comunistas que combatiendo toda falsificacin revisionista que traba laorganizacin del proletariado en partido, criticando despiadadamente todo lo que existe, trabajan pacientemente en lareconstitucin del proletariado. Dicha tarea de afirmacin programtica implica: a) la reconstitucin de la historia de lalucha de clase tendiente a asegurar la memoria colectiva de la clase, b) la formalizacin terica -plataforma- del puntoms elevado de afirmacin programtica, lo que implica necesariamente el anlisis y la crtica de las debilidades yerrores, c) fortificando y desarrollando su propia forma organizada- fraccin- sosteniendo y asumiendo practicamente laaccin directa contra el capital, actuando deliberadamente en su organizacin y centralizacin; es decir constituyendo no

    solo en sus orientaciones generales, sino en la totalidad del movimiento presenta la parte ms decidida de la clase; ensntesis constituyendo un germen imprescindible del Partido Comunista.

    Claro que muchos compaeros en Amrica Latina o en el exilio, que intentan reorganizarse y romper el aislamento quela contrarrevolucin democrtico-"fascista" contina a lograr reproducir; sienten hoy luego de haber pasado por la carcel,los allanamientos sistemticos, la tortura, la clandestinidad, etc; una alergia objetiva a la simple mencin del "partido", dela "organizacin, de la "vanguardia". Ms de uno saltar, para recordarnos que con el cuento de la "direccin", de la"vanguardia", de la orga, del partido, "mandaron a la ruina a un pueblo" y dir caliente: "y todava me vienen a hablar departido." Cualquiera sabe que la cancin "lo que falt fue el partido", combinada en general a "la traicin de fulanito" o "laaccin de provocadores" la repiten hasta el cansancio y constituye "la explicacin de la derrota", de la totalidad de laizquierda burguesa sea stalinista (oficialista o maoista), trotkysta (en sus mltiples variantes), o del foquismo en suexpresin burguesa (nacionalista, patriotera y reformista) (1).

    Respondemos categricamente, que el mismo antagonismo que separa el comunismo del programa de estos seoresconsiste en general en nacionalizar y estatizar los medios de produccin, es decir en fortificar el Estado Capitalistaopone la organizacin del proletariado en partido comunista al conjunto de dichas organizaciones. Que la reproduccinde la situacin contrarrevolucionaria, es debida -contrariamente a lo que nos quieren hacer creer- no solo a la represinsistemtica del ejrcito burgus, sino y fundamentalmente la repolarizacin de la sociedad entre "fascismo" y "oposicin"democrtica" de la que ellos forman parte y que nosotros combatimos y con la cual lgicamente no discutimos ni sobreorganizacin, ni sobre partido; sino que denunciamos implacablemente.

    Respondamos que si bien la falta de partido, no es una explicacin, dado que el problema se reducira a explicar porqufalt "el partido", y de todas formas es imprescindible rastrear siempre el conjunto de causas materiales que determinanuna derrota; todo intento de romper el crculo vicioso de la contrarrevolucin (incluso su explicacin), es necesariamenteun intento organizado, es indiscutiblemente una tarea de partido.

    Respondamos que la fuerza contrarrevolucionaria de la unidad popular democrtica (cualquiera sea el nombre que utiliceen los distintos pases) contina a imponerse, incluso indirectamente en esos compaeros que sienten asco(supercomprensible pero paralizante) al oir hablar de organizacin. Muchos militantes que saben que desde el punto de

  • 7/21/2019 Revista Comunismo. Internacional.

    5/28

    5

    vista obrero no hay lucha contra "el fascismo" sin lucha simultanea contra el "antifascismo" no asumen las tareas dereorganizacin, necesariamente ultraminoritarias. El asco a las organizaciones de izquierda de la burguesa setransforma as en asco a todo tipo de reorganizacin, la burguesa triunfa una vez ms; el "grupejo" queda descalificadocomo atividad en nombre de "las masas populares". Y este viejo y reaccionario argumento que sirvi siempre aloportunismo para justificar toda su poltica contrarrevolucionaria; el nacionalismo, el frentismo, el parlamentarismo, elsindicalismo siempre se explicaron en nombre de las masas y contra las fracciones comunistas; sirve una vez ms a laburguesa.

    La situacin actualLa extraordinaria expansin permitida por la destruccin de la segunda Guerra Mundial, comenz a resistirse ya amediados de la dcada del 50 y (en algunos pases) desde esa fecha se comenz a manifestar la crisis, se comenz ahablar de "ajuste de cinturones", "esfuerzo nacional de aumentacin de la produccin ", etc y con ello (contra ello)recomenzaron las luchas obreras. Si bien se trataba solo del primer sntoma cclico de la crisis del capital, por la cualalgunas zonas del planeta dejaban de ser rentables; stas no recuperaron ya sus ritmos anteriores de crecimientoindustrial. Estas primeras manifestaciones pudieron, an "repartirse" entre Estados capitalistas y algunos pudieronincluso aumentar sus ritmos de expansin hasta que nuevas manifestaciones cclicas de la crisis del capital a mediadosde los aos 60 y posteriormente en el 74/75 desmentan una vez ms la mitologa de un capitalismo sin crisisgeneralizada. Si en la dcada del 50 la crisis poda "exportarse a unas pocas areas geogrficas y a mediados del 60haba solo unas pocas que pudieron atenuar sus efectos en el 74 /75 no se salv nadie: hoy la poltica burguesa deajuste de cinturones, de intensificacin de la explotacin dej de ser el monopolio de algunas fracciones de la burguesa

    y es sin excepcin la poltica de todas las fracciones del capital en todos los pases del mundo. Hoy la congelacin desalarios y el aumento de precios, la "batalla de la produccin", el "esfuerzo nacional para aumentar la productividad" nocaracterizan solo a Argentina, Polonia, Alemania del Este, Italia, Cuba o Chile; sino que abarca sin excepcin todo elglobo terraqueo incluidos los centros imperiales de la burguesa: Rusia y Estados Unidos. Desde el punto de vistaburgus solo es concebible una nueva expansin sostenida, en tanto que reconstruccin. La guerra imperialista que enrealidad nunca ha cesado desde la segunda guerra, tiende de ms en ms a su generalizacin. Una vez ms elcapitalismo confirma su ciclo infernal expansin - crisis- guerra generalizada - reconstitucin - expansin crisis... Hoycomo ayer Guerra Imperialista generalizada o Revolucin Comunista son las nicas perspectivas. Hoy como ayer laconsigna comunista es oponer a la Guerra Imperialista la Guerra Revolucionaria contra su propia burguesa.

    El triunfo de la revolucin comunista mundial es solo posible, eliminando las debilidades del pasado, es decir solo si elproletariado logra reapropiarse de la experiencia, identificar los errores cometidos en sus batallas ms grandiosas y si escapaz de enfrentar decididamente a todas las fuerzas, a todas las ideologas, que lograron desarmarlo en el pasado.

    A pesar de que la guerra de clases tampoco ha cesado nunca, a pesar de los grandes enfrentamientos e insurreccionesabortadas que caracterizan el mundo en los ltimos aos, la contrarrevolucin brutal y prolongada de la historia delproletariado mundial abierta con la derrota de la ola revolucionaria de 1917-23, predomina an. La generalizacin de lacrisis del capital y su funesta perspectiva; comienza solo a hacer despertar al gigante proletariado mundial, despus delsueo contrarrevolucionario ms largo de toda su historia. Este proceso es lento y desparejo; reducindose a veces aalgunas zonas (dcada del 50); el capital intenta derrotar al proletariado pas por pas, paquete por paquete, pero nopodr evitar la repeticin general y superior (cuantitativa y cualitativamente) de sobresaltos obreros como los quecaracterizaron a pases de todos los continentes entre 1967-73.

    Las diferencias en la reparticin mundial de la crisis, generan diferencias en el tiempo, en los medios y en la forma de losataques contra el proletariado, y stas provocan reacciones obreras "despegadas" en cuanto a la intensidad y el

    momento; que la burguesa utiliza para aislar cada lucha en la nacin. Es evidente, por ello, que la lucha de clases, quela situacin del proletariado, es diferente en las distintas zonas del globo, que la guerra entre revolucin ycontrarrevolucin presentar como en el pasado enormes diferencias por regiones. Pero, la crisis del capital es mundial,el contenido fundamental de la poltica antiobrera de todos los Estados del mundo es idntica (trabajar ms y cobrarmenos), sean cual sean los medios, los mitos y tcticas que utilice la burguesa para hacer tragar la crisis al proletariado.Cualquiera que sea la forma e intensidad del combate obrero en cada parte del mundo, su contenido y perspectiva escomunista y mundial.

    Si bien entonces, toda accin voluntaria y organizada de los militantes revolucionarios debe tener en cuenta losdesfasajes, en la intensidad y la forma de los enfrentamientos no se puede perder nunca de vista la perspectiva generalde lucha mundial entre dos clases antagnicas. Por ejemplo, si bien, no podemos ignorar que en algunas zonas lasituacin contrarrevolucionaria, es la ms impresionante que el proletariado ha conocido en toda su historia su ruptura nopuede procesarse en el cuadro regional sino que ser el resultado inevitable de explosiones sociales en las zonas donde

    el proletariado no ha sido derrotado. Es evidente que si la situacin del proletariado mundial, fuera la de Argentina, Chiley Uruguay; la situacin de contrarrevolucin mundial sera total, pero para desgracia de la burguesa la situacin generalen el mundo es muy diferente a sta y lenta pero segura la lucha del proletariado renace en todos los continentes.

  • 7/21/2019 Revista Comunismo. Internacional.

    6/28

    6

    Entre el intento de la derrota paquete por paquete, regin por regin del proletariado y la generalizacin mundial de lacrisis existe una tensin dialctica: la derrota del proletariado en una regin pesa ms o menos directamente en todo elmundo, pero hoy la lucha obrera contra la poltica generalizada de austeridad e intensificacin del trabajo no puede sercontenida en ninguna frontera y hace inestable cualquier derrota, incluidas las ms espantosas, abriendo las puertas auna nueva perspectiva de lucha revolucionaria generalizada a nivel mundial. Esta es la perspectiva de nuestra clase,sta es la perspectiva comunista.

    Grupo Comunista Internacionalista y la Revista Comunismo

    Con la formacin del Grupo comunista Internacionalista, nos organizamos para contribuir al proceso de constitucin delproletariado en clase, y por tanto en partido.

    Nuestra accin general se inscribe en la perspectiva general que siempre caracteriz a los comunistas. Por ello nuestraestructura organizativa no tiene como objetivo el "formar un partido aparte de los otros partidos obreros"; sino el deconstituir un factor activo, conciente y voluntario en la monumental tarea de organizacin del proletariado en Partidomundial de clase. Dado que los comunistas "no tienen intereses que los separen del conjunto del proletariado", que "noproclaman principios especiales a los que quisieran almodar el movimiento proletario" no pretendemos ni poseer el"Programa de la revolucin comunista", no nos proclamamos "El Partido". Nuestra estructura organizativa obedece a lanecesidad de asumir las tareas que caracterizaron en permanencia a las fracciones comunistas que "solo se distinguende los dems partidos proletarios en que... destacan y hacen valer los intereses comunes a todo el proletariado,independientemente de la nacionalidad... representando siempre los intereses del movimiento en su conjunto", y tiende a

    constituir... "el sector ms resuelto de los partidos obreros... el sector que siempre impulsa adelante a los dems...".

    La tendencia a la organizacin del Proletariado en partido mundial, est determinada por las condiciones comunes ygenerales de explotacin salarial, y acentuada en la fase actual por la crisis generalizada del capital. Sin embargo laruptra orgnica y terica en el tiempo y en el espacio de las organizaciones comunistas ha impedido la mantencin y eldesarrollo de la memoria colectiva de la clase. Cada lucha obrera del presente, muestra todava errores e indesicionesque los comunistas, sealaban hace ms de un siglo. El balance de cada derrota que asumido por la clase constituye unarma decisiva, sigue cubierto del polvo de la contrarrevolucin. En cada batalla ms o menos generalizada elproletariado REAPRENDE a golpes, con un costo social enorme lecciones insciptas ya en otro tiempo o en otrosespacios geogrficos con letras de sangre obrera.

    A nadie escapa, que hoy la burguesa; por ejemplo de Colombia, de Per de Ecuador y tambin de Italia, Francia,

    Espaa, comienza a utilizar las mismas armas que las que utiliz ayer la de Chile, Argentina y Uruguay. Que los erroresdel movimiento obrero son en lneas generales los mismos. Pero lo que solo se comprende a medias es que la UnidadPopular, el Peronismo, el Frente Amplio, son la reiteracin exitosa del Frente Popular en Francia y de Espaa amediados de los aos 3O. Y mucho menos se admite que dichas respuestas burguesas a la lucha de clases, son a suvez idnticas por ejemplo al yrigoyenismo o al battlismo y estas la reiteracin de permanente del desarmamientorepublicano burgus del proletariado, experimentada durante el siglo pasado, por ejemplo en Francia en 1848.

    A pesar del esfuerzo de las fracciones comunistas que luego de la derrota de la ms potente ola revolucionaria delproletariado mundial, se separan y rompen con la Tercera Internacional en descomposicin, no se ha logrado rompercon las barreras del tiempo y el espacio, en la reconstitucin de la memoria colectiva de la clase. Agrupada durante lapre-segunda guerra, en torno a Prometeo y Bilan, la izquierda comunista italiana fue el mayor intento del proletariadomundial en este sentido.

    A dicha tarea, indispensable a la victoria de la revolucin mundial, nuestro grupo se propone contribuir activamente. Hoy,tratando de desenterrar la historia de la lucha de clases, retomando el balance (lgicamente incompleto) realizado porlas fracciones comunistas, demostrando la continuidad programtica de la revolucin y de la contrarrevoluin por encimadel tiempo y el espacio

    Pero hay dos aspectos que debemos dejar bien clarito, 1) dicha tarea, necesaria, no la consideramos ni un instantecomo la nica, sino que nuestros militantes en la medida de sus posibilidades actan en el pas que se encuentran en elcombate cotidiano de nuestra clase, 2) si nuestras insignificantes fuerzas no nos desalientan en las enormes tareas quenos asignamos, es porque basamos nuestra perspectiva en la necesidad histrica de nuestra clase, y en la situacinactual de la lucha de donde se deriva la certitud de tender a la convergencia con fracciones del proletariado que ya hoytienden a la defensa prctica del programa comunista y a dotarse de una estructura orgnica para ello.

    Nuestra actitud antisectaria, que redoblamos con un llamado a la discucin, intercambio de informaciones, fortificacinde los contactos entre grupos obreros tendientes a la formacin del Partido Comunista; no debe ser confundida conningn tipo de democratismo. La prctica de nuestra clase es esencialmente antidemocrtica y todo avance de larevolucin solo fue posible porque minoras ms o menos estructuradas desconocieron toda consultacin democrtica,pasndole por arriba al principio mayoritario. Una de las grandes lecciones de la contrarrevolucin, es que no solo la

  • 7/21/2019 Revista Comunismo. Internacional.

    7/28

    7

    clsica democracia burguesa como forma de reproduccin del poder del capital constituye un arma de ste; sino que enlos propios rganos obreros -sindicatos, consejos, soviets, partidos, internacional- la supeditacin de la accin de loscomunistas al principio mayoritario fue siempre nefasta.

    Entre las tareas que nuestro grupo asume proyectamos un conjunto de publicaciones, que irn concretizndose en lamedida que nuestras escasas fuerzas lo permitan. Una revista por el momento cada dos meses en francs "LeCommuniste"; y sta "Comunismo" en castellano cada 4 meses. Lo antes posible publicaremos en ambas lenguas unaformulacin provisoria de las tesis de orientacin que determinaron nuestra constitucin y que centralizan nuestraprctica. En la medida de lo posible y adems de los volantes que puedan ser imprescindibles en luchas puntuales,pretendemos publicar boletines de discusin y de profundizacin terica.

    En este conjunto, y con la perspectiva mencionada sale Comunismo, que pretendemos sea una herramienta de esaminora de exilados que lucha contra el exilio organizado por la burguesa y en la medida de lo posible de compaeros alos que se la haremos llegar en Amrica Latina. Dado que su difusin ser cuantitativamente pobre (pues no tenemos lasfuerzas para lo contrario) su periodicidad excesivamente espaciada (porque nuestras propias debilidades materiales nosimpiden concebir por el momento una mayor frecuencia); estaremos obligados a privilegiar en el contenido temas con unnivel de generalidad que sabemos excesivo. No podemos por lo tanto pretender que esta revista, responda a cadanecesidad de la lucha y que oriente el combate obrero. Sin embargo no perdemos de vista la necesidad de conveccionarun perodico que combinando la propanganda, con el anlisis terico, sea capaz de agitar, de ligar por encima decualquier frontera con que la burguesa nos intenta mantener divididos, constituyendo asi un rgano sin fronteras decentralizacin y organizacin. Por ello desde ahora llamamos expresamente a todos los lectores a no recibir comunismocomo una mercanca ms que se trata de consumir rpido en una lectura pasiva; sino a contribuir activamente en el

    mejoramiento de sus diferentes aspectos:

    - contenido enviando informaciones publicaciones de grupos obreros, anlisis de situaciones, textos histricos, crticasde lo publicado, etc

    - difusin de luchas obreras, haciendo cirular cada nmero en el mayor nmero de lectores posibles, es decir ponendoleun eslabn ms a la cadena; suscribindose, y suscribiendo compaeros.

    Nota

    (1) Excluimos expresamente a sectores obreros que no encuentran otra forma de defender sus intereses que el "esquema foquista":aparato contra aparato. Es evidente que la ideologa foquista es burguesa, como lo es la ideologa terrorista (accin ejemplar,

    voluntarismo, individualismo, desprecio de la "masa"). Pero la accin armada, la accin directa, el terrorismo obrero, la toma derehenes, son no solo necesarios sino imprescindibles en la lucha de clases. En muchisimos casos en Amrica Latina, como en elmundo hoy y ayer, sectores de vanguardia del proletariado, cuyo accionar es necesario reinvindicar integralmente, han expresado ensus formulaciones programticas claras desviaciones foquistas. Desde el punto de vista comunista es indispensable distinguir estosgrupos obreros que a pesar de sus errores (toda organizacin revolucionaria est sujeta a la presin de la ideologa burguesa) peleande nuestro lado contra la burguesa afirmando el terrorismo revolucionario. Cuando ellos llegan a la conclusin de "lo que falt fue elpartido", nosotros le respondemos que estamos de acuerdo pero como explicacin resulta absolutamente insuficiente y peligrosa y lerecordamos lo que decia Bordiga en 1951"... el pretendido anlisis segn el cual todos las condiciones revolucionarias existan, perofaltaba la direccin revolucionaria, es un sin sentido. Es justo decir que el rgano de direccin es indispensable, pero su formacindepende de las condiciones generales de la lucha y jamas del genio o del valor de un jefe o de una vanguardia".

  • 7/21/2019 Revista Comunismo. Internacional.

    8/28

    8

    AMRICA LATINA: NO OLVIDAR

    No hemos olvidado, ni olvidaremos nunca, el ruido de las botas en toda la calle, los rastrillos, la casa de torturas, la jetade algn verdugo que nos arreglamos para ver a pesar de la capucha, los golpes recibidos, los gritos y amenazas de losoficiales, el submarino, la picana.

    No podemos ni queremos olvidar tampoco los compas que quedaron, algunos muertos, otros presos hasta que losarranquemos de las crceles; ni a algn soldadito que en el peor de los momentos te arrimaba un faso y de nochecuando dorma el oficial de guardia hasta te dejaba sentar, sacarte la capucha y te cebaba un mate.

    No podemos ni queremos olvidar ni un instante a los que desde las fabricas y del barrio, nos apoyaron como pudieron yhasta bancaron la prole en los momentos ms jodidos; y que hoy no sabemos todava como se las arreglan para morfar,ni para seguir reuniendose.

    No olvidaremos nunca los gritos de angustia y de dolor de las eris violadas, del tano que lo sacaron una noche y nuncams se supo, las maniobras militares, la explosin de granadas en la noche, los fusilados y los que se ahorcaron para nohablar.

    Pero para desgracia de todos los demcratas, de todos los frentistas, de todos los pacifistas, bolches y socialistas, nonos olvidamos tampoco su siniestro papel, de como sus loas a la tradicin democrtica y constitucionalista del ejrcitopreparaban nuestra desorganizacin y la masacre consecutiva. No, nunca olvidaremos a esa masa inmunda de polticos

    burgueses, a los Pern, los Allende, los Torres, los Arismendi, los Frei, los Moreno, los Campora, los Hugo Blanco, losLeonidas Rodrigues, los Ferreira Aldunate, los del Prado, los Altamirano, los Corvaln, los Seregni, y tantos otros cuyodiscurso se haca ms izquierdista, demcrata y socialista, cuanto ms requeran desorganizarnos, desarmarnos.

    Porque sin lugar a dudas ni Ongana, ni Levingston, ni Lanusee con su excelente servicio de represin pudieron realizarla gran aspiracin de la burguesa Argentina. Al contrario, lo nico que lograron fueron cordobazos, rosariazos,mendozazos..., fortificacin, armamento y organizacin de la clase obrera. Pero el retorno de la democraca, depopulismo pudo cambinar inteligente y sistemticamente "el respeto a la voluntad popular", "el verticalismo", el terrorestatal, la democracia,... en sntesis imponer el pacifismo efectivo para la clase obrera, reintegrando el monopolio socialde la violencia en el Estado. La burguesa no prepar nicamente la guerra, con profesores de tortura, con las AAA, conlos entrenamientos antisubversivos de sus vasallos; sino llamando a la paz, a la inaccin, a la concordia nacional entorno al acuerdo de "los trabajadores" (lase aparato estatal de la CGT) con los empresarios, a la pacificacin social y ala Argentina potencia. As como sin social democracia en Alemania hubiese sido imposible Hitler, sin Frente Popular

    inconcebible Franco; sin Allende, sin Pern, el tio, el brujo y la puta no hay Pinochet, ni Vidella. Sin "tregua electoral", sin"ley de control de armas", sin la "tradicin democrtica del ejrcito", sin "ahora si el cobre es chileno", sin democrticoEstado de Guerra Interno, sin Frejuli, sin Unidad Popular, sin Frente Amplio no hay terror estatal exitoso.

    Hay demasiado sangre en el medio para olvidar que el ataque demortico populista cumpli enteramente su objetivo: enArgentina, Chile y Uruguay. Pero no se trata solo de arreglar cuentas con un pasado inmodificable. Sino de poner enevidencia que hoy la democracia juega un papel fundamental del lado de la contrarrevolucin, y lo jugar maana.

    Si en esos tres pases del Cono Sur es correcto caracterizar a la situacin de contrarrevolucionaria no se debenicamente a los campos de concentracin, a los desaparecidos, la masividad del exilio, en sntesis el terror abierto delEstado burgus dado que no es un "privilegio" de la zona; sino al pasaje de un enfrentamiento sistemtico y masivocontra todo el estado burgus a una polarizacin "fascismo-antifascismo" en la que se cree hasta en el cuento de losderechos humanos de Carter. El pasaje de la contradiccin burguesa-proletariado a fascismo-democracia, es elverdadero triunfo de la burguesa, la causa y el efecto de la derrota obrera, pues en el mismo resume la destruccinfsica y orgnica de toda las asociaciones de clase, o su pudricin y reuperacin ideolgica por la burguesa. Derrota esla desaparicin de miles de reuniones discutiendo al mismo tiempo como enfrentar al Estado, en la fbrica, en las minas,en el caf, en los barrios y la destruccin -fsica y orgnica de los grupos obreros de accin directa, que aseguraban elcumplimiento de la huelga, ajustaban cuentas a algn carnero y saboteaban la produccin, la desaparicin de miles devolantes obreros que llamaban a la guerra contra la burguesa, el pasaje de una situacin de armamento progresivo delproletariado, a la restauracin absoluta del monopolio Estatal de las armas. Derrota es que debamos retroceder muchasdcadas en la historia de esos tres pases para encontrar niveles de salarios reales tan miserables, condiciones detrabajo tan imponentes (aumento brutal de las horas trabajadas); condiciones de desorganizacin de la clase tanescalofriantes. Es tambin derrota que con el pasaje del proletariado al fondo de la escena revolucionaria, las viejasrivalidades entre burgueses, vuelvan a dominar el panorama poltico, que otra vez el proceso poltico pase por sobre lascabezas de los obreros hoy reclutados por la multiplicacin incesante de los comits interclasistas de "resistencia a la

    dictadura". As como la transformacin de un comit de fbrica o de barrio, surgido para enfrentar la poltica econmicadel estado en comit electoral de la unidad popular o del frente amplio -lo que haban logrado parcialmente- condujo a laderrota; aislando a la masa obrera de su vanguardia explcitamente clasista, la reproduccin de estructuras orgnicas"antidictatoriales" (1) reproduce, afirma y completa la contrarrevolucin.

  • 7/21/2019 Revista Comunismo. Internacional.

    9/28

    9

    Ayer la democracia, el fascismo y el antifascismo servan para ligar al proletariado a los intereses de su burguesa, paradiluirlo en el "pueblo" para imponer la masacre de por lo menos 50 millones de obreros en la guerra imperialista; hoytodos los rgimenes y opciones burguesas enfrentan la lucha autnoma del proletariado en nombre de la Democracia.La defensa de los derechos humanos es ya hoy la bandera de la Guerra imperialista que la burguesa intentargeneralizar. La lucha por la bandera democrtica es una lucha entre las fracciones del capital. Por ello no debeextraarnos que as como el PC Argentino defienda al rgimen "democrtico" de Vidella, el maoismo ortodoxo se alineacon Pinochet o la junta uruguaya en defensa de la democracia; mientras sus versiones respectivas se oponen a lasjuntas tambin en nombre de los derechos del hombre y la democracia.

    En estos tres pases como en todo el mundo, la lucha del proletariado es una lucha contra la burguesa y por lo tantocontra la democracia sea derechista o izquierdista; emplee el terror en una forma ms o menos descarada. En eldemocrtico Mjico, familiares de militantes denuncian campos de torturas y miles de desaparecidos, en la democrticaColombia a las masacres de trabajadores que caracterizan su historia, la burguesa intenta coronarlas a travs delfuncionamiento cada vez ms sistemtico de la tortura y las AAA. Y mientras el terror de la democrtica derecha seperfecciona se aprueba el "Estatuto de seguridad", la burguesia de izquierda que se agrupa de ms en ms en torno aldemocrtico FIRMES completa su obra llamando al pacifismo a la classe obrera. Y sus apoyadores crticos -an msdemocrticos - no tienen ningn tapujo en anunciar sus objetivos intentando convencer el conjunto de su clase de laefectividad antiobrera de un frente de izquierda; "Porque con una represin como esta es dificil convencer a los gruposterroristas de que con frmulas distintas a las de ellos se va a poder derrotar a la oligarqua. Los autores del Estatutoprobablemente no se den cuenta de que un proyecto convincente con resonancia popular, como el que est surgiendo ala izquierda del lineralismo, acabara mucho ms facil con lo que ellos llaman terrorismo que todos las frmulasrepresivas de Camacho Leyva." (Garcia Marquez a Alternativa)

    La burguesa colombiana, tiene indudablemente fracciones que son conscientes de que la imposicin de la paz de lossepulcros, pasa por la izquierda democrtica. El Movimiento Cvico, de Pardo Llada, que lucha por la "moralizacin y lademocracia" basa su accin de propaganda en los riesgos de la "uruguayizacin", los trotskystas de Socorro Ramirezutilizan el cuco de los militares pinochetistas para quebrar huelgas llamar a votar "por candidatos obreros". Pero hay algoque a todos los democratas colombianos preocupa enormemente: al proletariado no lo han logrado llevar a las urnas nicreer en ellas. El cuento de los "candidatos obreros" sigue sin cuajar: 75% de abstenciones.

    En los pases de ms larga "trayectoriano democrtica", las represiones y masacres comienzan a demostrarse incapacesde enfrentar solos al proletariado El Salvador, Nicaragua, etc. Como hongos se reproducen los llamados a la liberacinnacional, a la unificacin de la oposicin en torno a la democracia, los frentes que reintegrarn el gobierno a losrepresentantes de la burguesa, que no tienen ms remedio que abanderarse con los que ayer enviaron a matar.

    En Brasil, ante las huelgas obreras (especialmente metalrgicos) registradas en el ltimo ao, no solo la clsicaoposicin a su majestad el Movimiento Democrtico Brasileo y los pelegos democrticos reiteran sus llamados a la"institucionalizacin"; sino que la propia organizacin de empresarios industriales hace la advertencia de que nicamenteun rgimen democrtico es capaz de impedir "los indeseables conflictos de clases". En Bolivia la burguesa combina, sinpoder quebrar al proletariado, los golpes "pinochetistas", con los golpes para restaurar la democracia, el terror sintapujos; con las lecciones; la movilizacin con el cuento de la "salida al mar", con el clsico llamado al orden y altrabajo.

    En la democrtica Venezuela los encargados de asegurar el terror democrtico son los cuerpos paramilitares de laAccin Democrtica.

    En el Per la burguesa democrtica y constituyente, desde los correligionarios del viejo decrpito de Haya de la Torre, al

    FOCEP dirigido por ese eternal apoyador crtico de la contrarrevolucin Hugo Blanco, desde los antiguos generales delRgimen Velasquista (PSR) a los maoistas de la UDP se unifican en nombre de la lucha contra el terrorismo para ahogarel grito proletario de "queremos pan y no constituyentes".

    Por todo sto, la lucha de la clase obrera, por su constitucin en fuerza autnoma, pasa hoy en Amrica Latina y en elmundo entero, por su lucha abierta contra la democracia, contra las constituyentes, las uniones democrticas, lospopulismos. Hoy como ayer y maana, los comunistas sostenemos que al canibalismo de la contrarrevolucin, solo se lepuede responder con la violencia revolucionaria del proletariado, con el terror rojo.

    Por todo esto que no hay que olvidar ni un instante, el primer nmero de Comunismo lo dedicamos especialmente a laDemocracia.

    Nota

    (1) Evidentemente dichas estructuras orgnicas no enfrentan a la dictadura burguesa sino a una de sus formas la definida como"fascista" pronuncindose expresamente por la mantencin de la dictadura demcratica del capital.

  • 7/21/2019 Revista Comunismo. Internacional.

    10/28

    10

    LA CONTINUIDAD HISTRICA DEL COMBATE MILITANTECONTRA LA DEMOCRACIA

    "Con respecto a la democracia pura y el papel que desempeara en el futuro estoy endesacuerdo contigo... en el momento de la revolucin tomar una importancia momentaneacomo partido burgus extremo, desempeando el mismo papel que en Franfort en 1848,como ltima tabla de salvacin de toda la economa burguesa e incluso feudal. En unmomento como ese toda la masa reaccionaria se alinea en su huella y la refuerza, todo lo quees reaccionario se da aires democrticos. De cualquier forma, el da de la crisis einmediatamente despus, nuestro enemigo ser el conjunto de la reaccin, reagrupadaalrededor de la democracia pura, y sto es en mi opinin lo que no debe ser perdido de vista."(1)

    ENGELS a Bebel

    Durante toda su historia, cada vez que el proletariado intenta organizarse como fuerza autnoma, encuentra su principalobstculo en la burguesa radical y la democracia extrema. La fuerza poltica de dicha barrera, que el proletariado deberderribar en su lucha revolucionaria, radica en que la ideologa democrtica burguesa es una fuerza material quecementa, unifica y cohesiona el edificio de la explotacin capitalista y que dicha materializacin se opera en la dilusin -atomizacin permanente del propio prhiado. La ruptura entre el proletariado y la democracia, es por lo tanto al mismotiempo que condicin indispensable, ruptura del proletariado con su propio pasado de masa atomizada.

    A pesar de que esta ruptura exista en permanencia, por la propia naturaleza del proletariado como clase revolucionaria ylos antagonismos de la sociedad burguesa siempre crecientes, ella aparece inevitablemente dominando toda la escenasocial, nicamente en momentos de crisis revolucionaria: "Yo considero inevitable ste resultado final: oposicin entrelos burgueses radicales jugando de socialistas y los obreros verdaderamente revolucionarios." (Engels 1884)

    La resolucin burguesa de la crisis es la liquidacin de esa oposicin, la retransformacin del proletariado en masa deapoyo de los burgueses radicales; solo as la sociedad burguesa puede continuar su nefasta supervivencia. Entre cadacrisis, es una minora de militantes revolucionarios, la que mantiene, expresa y asegura la continuidad de dicha rupturaentre el proletariado y la fraccin extrema de la burguesa -llmese democrtica o socialista-.

    No es necesario situarse en Chile y Argentina de 1973, ni en el mundo en 1917/23 para comprender que ha sido siemprela fraccin ms extrema de la burguesa, la que ha sido capaz de desarmar al proletariado. Ya en el siglo pasado losmilitantes comunistas haban sealado que este era el peligro que anazaba toda revolucin a venir. Es, en el combate delos militantes de vanguardia del proletariado; cuya funcin ha sido siempre la lucha por la autonoma de la clase obrera,independientemente de la poca o la regin geogrfica, que la continuidad de la ruptura entre revolucin proletaria ydemocracia se expresa en permanencia, sea como balance de una derrota, sea como tareas inmediatas, sea como

    escollo en la revolucin a venir, sea como combinacin de los 3 aspectos. Las expresiones formales de dicha rupturademuestran en cada momento histrico o regin, comprensiones diferentes de la misma que son a su vez el producto delnivel alcanzado por la ruptura, o lo que es lo mismo, por el nivel de la lucha autnoma del proletariado. Histricamentecada crisis revolucionaria aparece como un nivel ms elevado de autonoma, de emancipacin del proletariado.Histricamente cada crisis revolucionaria aparece como un nivel ms elevado de autonoma, de emancipacin delproletariado. Hoy sin ninguna duda no utilizaramos las expresiones, de Babeuf o de Blanqui que demuestran el estadoembrionario del partido comunista de las pocas respectivas. Sin embargo, as como el capitalismo, a pesar de susbrutales cambios en todos los rdenes en los dos ltimos siglos, mantiene su esencia, el movimiento comunista sefortifica, comprende mejor, explicita, intenta no reiterar los errores del pasado, pero mantiene su continuidad. As comocada fase del capitalismo es un salto cualitativo en un modo de produccin que mantiene su substancia antagnicainvariante; cada gran experiencia aporta y clarifica las lecciones extraidas en el pasado, pero no modifica sucontenido.Se nos dir que textos como el de Blanqui que reproducimos casi en su totalidad, no son suficientementeclaros. Es evidente que hoy no tiene ningn sentido hablar del "traidor Noske o Allende" (2), sino de enemigos, que stos

    no traicionan a la democracia sino que la realizan contra el proletariado. Sin embargo, es imprescindible no olvidar quehoy podemos afirmar esto con claridad porque existi hace dos siglos "la liga de los iguales" de Babeuf, y la revolucinde 1848 en Francia donde el proletariado se reagrup en torno a Blanqui, y porque hubo fracciones comunistas quehaciendo el balance de esos y otros gloriosos combates de nuestra clase, retomaron (con una mayor claridad) lacontinuidad histrica del programa del proletariado.Por ejemplo, para comprender el enorme salto adelante que dar el

  • 7/21/2019 Revista Comunismo. Internacional.

    11/28

    11

    proletariado en 1848, por un lado dotndose del Manifiesto de los Comunistas (1847) y por el otro librando en junio de1848 la primera gran batalla clase contra clase, es preciso no olvidar que ya el abismo y la ruptura entre burguesaprogresista y proletariado se haba manifestado anteriormente: "en cada gran movimiento burgus surgieron tambinmovimientos de la clase que es la predecesora ms o menos desarrollada del proletariado moderno. As, en el tiempo dela Reforma y la guerra de los paisanos, la tendencia de Thomas Mnzer; en la gran revolucin inglesa, los niveladores,en la revolucin francesa Babeuf." (Engels)

    Babeuf ya haba constatado: "La revolucin francesa, no es ms que la antesala de otra revolucin mucho ms grande,mucho ms solemne, y que ser la ltima". Y haba comprendido que la repblica estaba en las antpodas de losintereses de la clase obrera. "Nos han dicho que la Repblica era una cosa magnfica. Lo hemos creido, hasta tal puntoque para obtenerla hemos hecho esfuerzos sobrenaturales. La experiencia, no justifica esos maravillosos anuncios." "Elentusiasmo que ellas (las expresiones igualdad, libertad) le habian razonablemente inspirado se han transformado enindiferencia e incluso en odio."Odio que se expresara en la tentativa insurreccional del 20 de mayo de 1795 por el pan,contra la Convencion Nacional y contra el "Gobierno Revolucionario". Pero era demasiado tarde, el desarmamiento casitotal del proletariado ya habia decidido la resolucin de la crisis: el terror rojo habia sido desarticulado, el terror blanco seimpondra, el propio Babeuf dejara su cabeza en la guillotina.

    oOo

    Hemos reagrupado a continuacin 3 extractos de textos que consideramos representativos de la continuidad y laprogresin ascendente en la comprensin histrica del combate de la vanguardia comunista contra la democracia y susdefensores de izquierda (en general autodenominados marxistas). El tema dara para un libro, pero el reducido espacio

    con que contamos nos ha obligado a hacer una seleccin, para lo que hemos tenido en cuenta dos criterios: 1). hemosseleccionado textos o bien inditos en castellano (3) o con poca difusin real; 2). textos que se refieren expresamente alos mitos ms difundidos en la actualidad por la izquierda burguesa latinoamericana.Situemos rpidamente los autores,el contexto y el contenido principal de los textos presentados.

    1. Toast de Londres

    Autor: Blanqui, dirigente del partido del proletariado francs durante dcadas. No es este el lugar de reiniciar sureinvindicacin histrica. Digamos simplemente, que algunos errores indudables de Blanqui en la evaluacin concreta decada circunstancia histrica -correlacin de fuerzas entre las cclases- fue aprovechado por el revisionismo social-demcrata para falsificar sus concepciones. A partir de entonces todo intento comunista de planificar, preparar,centralizar y formar la direccin insurrecional sera condenado como "blanquista".

    Contexto: Aplastamiento del proletariado francs 1848-51, pasaje de ste al fondo de la escena revolucionaria. Losobreros franceses son arrastrados otra vez por los demcratas burgueses responsables de su masacre. Este texto fueescrito por Blanqui desde la carcel de Belle-Ile. En la misma poca aparecen otros 2 textos que expresan la ruptura entrecomunismo y democracia: "Directivas del Consejo Central a la Liga de Comunistas" (de Marx y Engels, Londres 1850) y"Barrera del Combate" (de Coeurderoy y Vauthier, Bruselas 1852).

    Contenido: Ms que un fulminante anlisis de las causas de la derrota, el texto es una gua para todas las revoluciones avenir: no solo se condena a uno u otro burgus, a uno u otro Gobierno Provisorio, sino que se indican las nicas dosvas: o destruccin del ejrcito burgus y armamiento del proletariado o gobiernos democrticos y "Obreros"desorganizacin del proletariado, preparacin del terror blanco.

    2. Las vas que conducen al "Noskismo"

    Publicado por: "Il Comunista", el 14 de julio de 1921, rgano del Partido Comunista de Italia, (fundado recin ese mismoao) dirigido entonces por la Izquierda Comunista. El degeneramiento creciente de la Internacional Comunista eliminaratiempo despus todo resabio de posiciones comunistas en dicho partido, como lo haba hecho ya en otros pases. Seconstituira entonces la fraccin comunista del PC de I.

    Contexto: Italia 1921 ataque combinado contra el proletariado, los demcratas y socialistas llaman a los obreros aentregar las armas, a no combatir, los fascistas en pleno desarrollo completarn la obra.

    Contenido: Denuncia de la funcin real del social-pacifismo. Desarmamiento obrero, asegurar el monopolio de la

    violencia (a la que consideran como legtima) en el Estado, de hecho preparar la masacre.

  • 7/21/2019 Revista Comunismo. Internacional.

    12/28

    12

    3. Plomo, metralla, carcel

    Publicado por: "La fraccin belga e italiana de la izquierda comunista internacional" en "COMMUNISME" No.3 (15 dejunio de 1937) y "BILAN" No.41 (junio 1937).

    Contexto: Avance y fortificacin de la contrarrevolucin en toda Europa, aplastamiento del proletariado en base a lautilizacin conjunta o alternativa del fascismo y la democracia, del frente populismo y el nazismo; es decir preparacin delas condiciones que haran posible la guerra imperialista. Situacin en Espaa: 4 de mayo de 1937 represin sangrientacontra el proletariado ejecutada por el antifascismo, el frente popular, la repblica, la democracia.

    Contenido: Denuncia del antifascismo y sus partidos (socialistas, stalinistas, CNT, FAI, POUM,etc.) en Espaa y en elmundo. Contra la guerra imperialista que el antifascismo y el fascismo preparaban, se llama a la solidaridad internacionaldel proletariado por la revolucin comunista mundial.

    oOo

    1. Blanqui (1851) "Toast de Londres"

    "Cul es el escollo que amenaza la revolucin de maana? El mismo contra el cual se ha estrellado la revolucin deayer: la deplorable popularidad de los burgueses disfrazados de tribunos Ledru-Rollin, Louis Blanc, Cremieux, Lamartine(4)...

    Lista fnebre. Nombres siniestros, escritos con letras de sangre sobre todos los adoquines de la Europa democrtica.

    Es el gobierno provisorio el que ha matado a la Revolucin. Es sobre su cabeza que debe recaer la responsabilidad detodos los desastres, la sangre de tantos miles de vctimas (5).

    La reaccin no ha hecho ms que su propio oficio, al tragarse a la democracia.

    El crimen pertenece a los traidores a los que el pueblo confiado haba aceptado como guas y que en los hechos lo hanentregado a la reaccin.

    Miserable gobierno! A pesar de los gritos y los ruegos, lanza el impuesto de los 45 centsimos que levanta a la

    campaa desesperada, mantiene los estados mayores reales, la magistratura real, las leyes reales (6). Traicin!

    Persigue a los obreros de Paris; el 15 de abril, mete en prisin a los de Limoges, ametralla a los de Rouen el 27,desencadena a todos los verdugos (7).

    Oh! ellos son los grandes culpables, entre todos los culpables los mas grandes; ellos en los que el pueblo engaado porsus frases de tribunos, vea su espada y su escudo, aquellos a los que con entusiasmo proclamaba arbitros de sudestino (8).

    Desgracia para nosotros, si, el da del prximo triunfo, la indulgencia olvidadiza de las masas dejar subir al poder a unode esos hombres que han traicionado su mandato! Una segunda vez se habra castrado a la Revolucin (9).

    Qu los trabajadores tengan sin cesar delante de sus ojos, esta lista de nombres malditos! y si uno solo aparece un daen un gobierno surgido de la insurreccin, que griten todos a una sola voz: Traicin!

    Discursos, sermones, programas, seran otra vez trampas, mentiras, falsedades; los mismos truhanes volvern solo paraejecutar la misma maniobra, con la misma bolsa, ellos formaran el primer anillo de una nueva cadena de reaccin anms foribunda (10).

    Sobre ellos, anatema, si se atreven a reaparecer.

    Verguenza y piedad sobre la imbcil multitud que caera de nuevo en sus redes.

    No es suficiente con rechazar para siempre del Gobierno a los escamoteadores de febrero, es neesario precaverse

    contra nuevos traidores.

    Traidores seran los gobiernos que, levantados sobre el pavs proletario no hicieron operar al instante mismo:

  • 7/21/2019 Revista Comunismo. Internacional.

    13/28

    13

    1. El desarmamiento de los guardias burgueses2. El armamiento y organizacin en milicia nacional de todos los obreros.

    Sin lugar a dudas, hay muchas ms medidas indispensables, pero stas surgirn naturalmente de ese primer acto quees la garanta previa, la nica llave de seguridad para el Pueblo.

    No debe quedar un solo fusil en manos de la burguesa. Sin ello, no hay salida...

    Las armas y la organizacin he ah el elemento decisivo del progreso, el nico medio serio de terminar con la miseria.

    Quien tiene el fierro, tiene pan.

    Uno se posterna frente a las bayonetas, las masas desarmadas son barridas.

    Francia, erizada de trabajadores armados, (es por el contrario N. de T.) el advenimiento del socialismo. Frente alproletariado armado, los obstculos, las resistencias, las imposibilidades, todos desaparecern.

    Pero para los proletarios, que se dejan entretener con ridculos paseos por las calles, (11) por plantaciones de rboles dela libertad, (12), por frases sonoras de abogados, habr de primera agua bendita, luego injurias, al fin la metralla, lamiseria siempre.

    Qu el pueblo elija!".

    Se puede pedir ms claridad a un texto de hace 130 aos !!!

    oOo

    2. Las vias que conducen al "Noskismo"

    "Digamos algunas palabras acerca le la evolucin de la social democracia italiana hacia la derecha. En las repetidasproclamaciones oficiales, el Partido Socialista se coloca sobre un terreno netamente "pacifista" en lo que concierne losmtodos de lucha que el proletariado debe emplear y ha por lo tanto adoptado el punto de vista de los partidarios deTurati: apaciguamiento de odios, desarmamiento de espiritus y de manos, lucha con las armas civilizadas (es decir no

    sangrientas) de la propaganda y de la discucin, condenacion de la violencia proletaria armada, no solo para la ofensiva,sino tambin en la ofensiva. Esto significa que si el Partido Socialista no est todava perfectamente de acuerdo con elpunto de vista de Turati que va hasta admitir la "colaboracin gubernamental" con la burguesa, aprueba al menos susmtodos legales y social-democrticos. Son, es verdad, dos cuestiones distintas. Cualquiera que admita la colaboracincon la burguesa est contra las directivas revolucionarias de los comunistas; pero cualquiera, que sin ir tan lejos,repruebe el uso concreto de la violencia en la lucha de clases y se limite a los medios tcticos que le ofrecen lasinstituciones burguesas, lo est tambin. La experiencia revolucionaria permite concluir que tal posicin conducirfatalmente a sus autores a renunciar a la revolucin y a hacerse los cmplices de la contrarrevolucin. Veamos comosto se encuentra confirmado por los acontecimientos en Italia.

    Cul es la base del principio del "social-pacifismo"? Ser la del "no matars", la de "ofrecers tu otra mejilla al ofensor",del cristiano, del tolstoiano? Seguro que no. Si los social-demcratas creyeran en estravagancias parecidas, seranciertamente menos peligrosos, pero ms bestias de lo que son en realidad.

    La consigna de no matar a los fascistas, de no responder a sus provocaciones es una consigna contingente que procedede otro principio general que el principio moral antes evocado. Cul es ese principio?

    Examinemos si "siempre" la socialdemoccracia ha condenado la violencia como tal, es decir en el absoluto. Tomemos aTurati que fue quien di a su partido esa consigna de pasividad. Que deca l, en octubre del 17, luego de la derrota deCaporetto, mientras el ejrcito austraco penetraba, armas en mano, en el territorio italiano? Aconsejaba a los soldadositalianos no matar, tirar sus armas, no responder a la violencia por la violencia? Todo lo contrario. Exaltaba y santificabala resistencia armada de las tropas italianas en el Grappa. Y fue cuando nosotro, los comunistas, defendanos la tesisrevolucionaria condenando la defensa de la patria, que l nos atribua por comodidad de la polmica motivos"tolstoianos" que calificaba de "idiotas y nefastos", mientras que en realidad nosotros partamos de la consigna "losproletarios no dirigen sus armas contra otros proletarios, sino contra su enemigo de clase que est en su propio pas."

    Entre estas dos posiciones tomadas por la social democracia frente a la invasin extranjera y frente al bandidaje fascista,tiene que existir una continuidad lgica. Debe existir y no es dificil definirla.

  • 7/21/2019 Revista Comunismo. Internacional.

    14/28

    14

    El social-demcrata, el social-pacifista no est contra la violencia en general. El reconoce que la violencia tiene unafuncin histrica y social. No niega, por ejemplo, la necesidad de arrestrar y, si es necesario matar al delicuente comnal autor de agresiones en la calle. Es a este gnero de delitos que l compara la invasin militar, pero se niega acompararlos igualmente a la ofensiva social de las camisas negras. Cul es, entonces, la distincin que lo gua?

    No es el social-pacifismo que puede responder a esta pregunta, sino nosotros. Su distincin se basa sobre suconcepcin de la "funcin del poder del Estado constituido". Esta es extramadamente simple. Cuando es el poder delEstado que emplea la violencia que la quiere, que la ordena, esta violencia es legtima. En consecuencia, cuando es elEstado que la ha querido, organizado y ordenado, la defensa armada en el Grappa sta fue no solo legtima, sinosagrada, aunque extremadamente sangriente. Pero la violencia defensiva contra el fascismo es ilegtima porque no es elEstado, sino fuerzas extralegales que toman la iniciativa.

    Si no hay que defenderse contra el fascismo, no es porque no sea el mejor medio de desarmarlo (Turati no ha recaidoen la infancia!), sino porque es al Estado a quien incumbe reprimir la violencia fascista, consideraba tambin como extra-estatal y extra -legal, segn la mentalidad social-pacifista. Tal orientacin, supone suscribir un principio tpicamenteburgus, contra el cual el socialismo marxista, se ha siempre levantado... Ese principio consiste en admitir que desdeque existe el Estado democrtico y parlamentario, la poca de lucha violenta entre los particulares, grupos y clases de lasociedad est terminada, y que la funcin del estado es precisamente la de tratar toda iniciativa violenta de la mismamanera que las acciones antisociales incluso si l ha nacido de la destruccin violenta del Estado constituido del antiguorgimen.

    En sta lgica terica que responde la poltica actual y la fatal poltica futura del Partido Socialista italiano. Ha lanzado la

    consigna de desarme y de no-resistencia al fascismo, pero el fascismo no se ha desarmado. Ha lanzado la consigna dela accin legal y electoral, y una fraccin considerable del proletariado ha seguido, pero el fascismo no se ha desarmado.

    El P.S.I. se coloca en oposicin al punto de vista comunista segn el cual el fascismo no es ms que otro aspecto que elEstado burgus opone a la violencia revolucionaria del proletariado y que constituye su ltimo recurso defensivo ycontraofensivo. El PSI quisiera un estancamiento de la situacin que permitira un retorno a la VIDA NORMAL en la cual,pudiera continuar la obra pacfica tradicional, a la cual su estructura est adaptada. Como la poltica de desarme yparticipacin electoral no ha sido suficiente para obtener ese resultado, el PSI se ve conducido a negociar directamentecon los dirigentes fascistas. Su fracaso actual no significa nada. El simple hecho de haberlo hecho, luego de haberrenunciado espontanea y oficialmente a la lucha armada, significa que el PSI se prepara a realizar otras concesionesque sern la consecuencia lgica de su fatal premisa "pacifista". Ella implica un pacto de ste tipo: nosotros hemosrealizado el desarme; que el fascismo se comprometa a hacer lo mismo; que la represin de la violencia privada incumbede nuevo a las fuerzas legtimas del orden, al Estado. El social-democratismo aspira con un ardor estpido y nefasto a

    ese ilusorio retorno a la legalidad. Es entonces, lgico y verosmil que el PSI haya propuesto que las dos partes secomprometan a denunciar a todos los que, sean quienes sean, atentan contra esa legalidad, y si an no se ha hecho, sehar.

    Reservar al Estado la "administracin de la violencia" no es nicamente reconocer un principio tpicamente burgus,pues el reconocimiento de un principio "falso" conduce a muchas otras consecuencias. Dado que es cierto que el Estadoadministra la violencia en provecho de la burguesia y que el fascismo no es ms que un aspecto de esta mismaviolencia, que una contra-ofensiva destinada a precaver un futuro ataque revolucionario del proletariado (si la burguesaasumiera la batalla de clase sirvindose de las fuerzas del orden oficial, mismo antes que una vanguardia proletaria laataque, pondra demasiado al descubierto sus bateras y proporcionara demasiados armas a la crtica comunista),debemos necesariamente concluir que el fascismo no se desarmar hasta no estar absolutamente seguro, que la claseobrera en su conjunto no tiene la ms minima pretensin de atacar el Estado constituido y las instituciones burguesas. Elfascismo har por lo tanto a la social-democracia la oferta siguiente: para estar seguros que las masas proletarias noatacarn el poder legtimo... tomen la direccin del Estado, participen en el gobierno burgus.

    El sentido comn social-democrtico vulgar ve esta situacin bajo otro ngulo. Acaricia la ilusin estpida que podraapoderarse parcial o totalmente de las riendas del Estado para terminar con la "barbara ilegalidad" del fascismo gracias ala guardia real y a las otras fuerzas policiales oficiales... Arribando (la Social-Democracia) a la funcin de gerente delEstado y por lo tanto de la violencia legal sea pactando con el fascismo, sea a travs de la colaboracin ministerial, quhar ella cuando LOS COMUNISTAS CONTINUEMOS A PRECONIZAR Y A EMPLEAR LA VIOLENCIA PARA ELATAQUE REVOLUCIONARIO CONTRA EL PODER DEL ESTADO?

    Har algo bien simple. Condenar esta violencia revolucionaria en principio; pero a pesar de su pseudo-pacifismocristiano de hoy, jams hablar de no resistencia a esa violencia. En perfecta lgica consigo misma, proclamar que elEstado tiene el derecho y el deber de aplastarla. Prcticamente, dar a la Guardia real la orden de ametrallar al

    proletariado, es decir a los nuevos "bandidos antisociales" que negarn entonces la funcin benfica de su gobierno"obrero". He aqu la va que seguirn los partidos que niegan que la ilegalidad y la violencia sean los mediosfundamentales de la lucha del proletariado. Es exactamente la va que Noske (13) sigui.

  • 7/21/2019 Revista Comunismo. Internacional.

    15/28

    15

    Es esto lo que muestran la crtica marxista y la dramtica realidad que vivimos hoy en Italia." (14)

    oOo

    3. Plomo, metralla, carcel: esa es la respuesta del Frente Popular a los obreros de Barcelonaque han osado resistir al ataque capitalista

    PROLETARIOS!

    El 19 de julio los proletarios de Barcelona, con slo sus puos desnudos aplastaron el ataque de los batallones deFranco, provistas de armas. (15) Y ahora, durante las jornadas de mayo de este 1937, dejaron sobre los adoquines delas calles muchas ms vctimas que en julio, cuando tuvieron que rechazar a Franco. Es el gobierno antifascista -incluyendo hasta los anarquistas, por lo que el POUM es indirecctamente solidario- quien desencadena la chusma de lasfuerzas represivas contra los obreros.

    El 19 de julio, los proletarios de Barcelona son una fuerza invencible. Su lucha de clase, librada de las ataduras delEstado burgus, encuentra eco dentro de los regimientos de Franco, los desagrega y despierta el instinto de clase de lossoldados: es la huelga que encasquilla los fusiles y los caones de Franco y rompe su ofensiva.

    La historia slo registra intervalos fugaces durante los cuales el proletariado puede adquirir su total autonoma enrelacin al Estado capitalista. Pocos das despus el 19 de julio, el proletariado cataln llega a la encrucijada: o se

    decide por entrar en la fase superior de su lucha con la finalidad de destruir al Estado burgus o permite que elCapitalismo reconstituya las mallas de su aparato de dominacin. En este preciso momento de la lucha en que el institode clase ya no es suficiente y en el que la consciencia se transforma en factor decisivo, el proletariado no puede vencersino a condicin de disponer del capital terico, paciente y encarnizadamente acumulado por sus fracciones de izquierdatransformadas en partidos por la fuerza de los acontecimientos. Si hoy en da el proletariado espaol vive sumergido ental tragedia, la causa es su falta de madurez para forjar su partido de clase: el nico cerebro que le puede dar la fuerzade vivir.

    En Catalua, desde el 19 de julio, los obreros crean de modo espontaneo, en su propio terreno de clase, los rganosautnomos de su lucha, pero, inmediatamente, surge el angustioso dilema: comprometerse a fondo en la batalla polticapara la destruccin del estado capitalista y completar de ese modo los xitos econmicos y militares, o dejar en pie lamquina opresora del enemigo y permitirle, entonces, desnaturalizar y liquidar las conquistas obreras.

    Las clases luchan con los medios que lo son impuestos por las situaciones y el grado de tensin social. Ante un incendiode clase, el Capitalismo no puede ni siquiera pensar en recurrir a los mtodos clsicos de la legalidad. Lo que loamenaza es la independencia de la lucha proletaria que condiciona la otra etapa revolucionaria hacia la abolicin de ladominacin burguesa. Por consiguiente el Capitalismo debe rehacer la malla de su control sobre los explotados. Loshilos de esta malla, que antes eran la magistratura, la policia, las prisiones, se transforman, en la situacin extrema deBarcelona, en los Comits de Milicias, las industrias socializadas, los sindicatos obreros gerentes de los sectoresesenciales de la economa, las patrullas de vigilancia, etc.

    As,en Espaa, la Historia plantea nuevamente el problema que, en Italia y en Alemania, haba sido resuelto mediante elaplastamiento del proletariado: los obreros conservan para su clase los instrumentos que se han creado en el ardor de lalucha, a condicin que los orienten contra el Estado burgus. Los obreros estn armando a sus futuros verdugos si,faltndoles la fuerza para destruir al enemigo, se dejan entrampar nuevamente en la red de su dominacin.

    La milicia obrera del 19 de julio es un organismo proletario. La "milicia proletaria" de la semana siguiente es unorganismo capitalista adaptado a la situacin del momento. Y para realizar su plan contra-revolucionario, la Burguesapuede utilizar a los centristas (16), a los Socialistas, a la CNT, a la FAI, al POUM, ya que todos hacen creer a los obrerosque el Estado cambia de naturaleza cuando el personal que lo dirige cambia de color. Disimulado en los repliegues de labandera roja, el Capitalismo afila pacientemente la espada de la represin que, el 4 de mayo, est ya preparada portodas las fuerzas que, el 19 de julio, haban roto el espinazo de clase del proletariado espaol.

    El hijo de Noske y de la Constitucin de Weimar es Hitler; Mussolini es el hijo de Giolitti y "del control de la produccin";el hijo del frente antifascista espaol, de las "socializaciones", de las "milicias proletarias", es la matanza de Barcelonadel 4 de mayo de 1937.

    Y, solo, el proletariado ruso replic a la cada del zarismo con el octubre de 1917, porque solo, logr construir su partidode clase a travs del trabajo de las fracciones de izquierda.

    PROLETARIOS!

  • 7/21/2019 Revista Comunismo. Internacional.

    16/28

    16

    Es a la sombra de un gobierno de Frente Popular que Franco pudo preparar su ataque. Es a travs del camino de laconciliacin que Barrios intent formar, el 19 de julio, un nico ministerio que pudiera realizar el programa conjunto delCapitalismo espaol, fuera bajo la direccin de Franco, fuera bajo la direccin mixta de la derecha y de la izquierdafraternalmente unidas. Pero es la revuelta obrera de Barcelona, de Madrid, de Asturias, la que obliga al Capitalismo adesdoblar su Ministerio, a distinguir claramente las funciones unidas por la indisoluble solidaridad de clase entre elagente republicano y el agente militar.

    En aquellos lugares donde Franco no logr imponer su victoria inmediata, el capitalismo llama a los obreros para que lesigan en la "lucha contra el fascismo". Sangrienta emboscada que los obreros han pagado con millares de cadveres alcreer que, bajo la direccin del gobierno republicano, podran aplastar el hijo legtimo del Capitalismo: el fascismo.Partieron hacia los collados de Aragn, las montaas del Guadarramay de Asturias, para luchar en favor de la victoria dela guerra antifascista.

    Todava una vez ms, como en 1914, la hecatombe del proletariado es el camino por el que la Historia subraya encaracteres sangrientos la oposicin irreductible entre Burguesa y Proletariado.

    Los frentes militares fueron una necesidad impuesta por las situaciones? No! Fueron una necesidad para elCapitalismo con la finalidad de sitiar y destruir a los obreros! El 4 de mayo de 1937 es la prueba evidente de que,despus del 19 de julio, el proletariado tena que combatir contra Companys y Giral, al igual que contra Franco. Losfrentes militares no podian sino cavar la tumba de los obreros porque representaban los frentes de la guerra delCapitalismo contra el Proletariado. Contra esta guerra, los proletarios espaoles, al igual que sus hermanos rusos queles dieron el ejemplo de 1917, solo podan replicar desarrollando el derrotismo revolucionario en los dos campos de la

    Burguesa: el republicano y el "fascista". Transformando la guerra capitalista en guerra civil con la finalidad de lograr ladestruccin total del Estado burgus.

    La fraccin italiana de izquierda ha estado apoyada nicamente, en su trgico aislamiento, por la corriente solidaria de laLiga de los Comunistas Internacionalistas de Blgica, que acaba de fundar la fraccin belga de la izquierda comunistainternacional. Slo esas dos corrientes han dado la alarma mientras que se proclamaba, por todos lados, la necesidadde salvaguardar las conquistas de la Revolucin, de vener a Franco para mejor derrotar a Largo Caballero en unasegunda etapa.

    Los ltimos sucesos de Barcelona confirman trgicamente nuestra tesis inicial y demuestran la crueldad, slo igual a lade Franco, con la que el Frente Popular, flanqueado por los anarquistas y por el POUM, se ha abatido sobre los obrerosinsurrectos del 4 de mayo.

    Las vicisitudes de las batallas militares han sido otras tantas ocasione por parte del Gobierno republicano para reforzarsu dominio sobre la clase oprimida. No habiendo una poltica proletaria del derrotismo revolucionario, tanto los xitoscomo las derrotas militares del ejrcito republicano han sido nicamente las etapas de la sangrienta derrota de clase delos obreros. En Badajoz, en Irn, en San Sebastian... la Repblica del Frente Popular aporta su contribucin a lamatanza concertada del proletariado, al mismo tiempo que aprieta las filas de la Unin Sagrada, ya que es necesario unejrcito disciplinado y centralizado para ganar la guerra antifascista. La resistencia de Madrid facilita, por el contrario, laofensiva del Frente Popular capaz ahora de deshacerse de su criado del da anterior, el POUM, para mejor prepara elataque del 4 de mayo.

    De manera paralela, en todos los pases, la guerra de exterminio llevada a cabo por el Capitalismo espaol alimenta larepresin burguesa internacional y los asesinatos fascistas y "antifascistas" de Espaa acompaan a los asesinatos deMosc y de Clichy. Tambin los traidores renen a los obreros de Bruselas alrededor del capitalismo democrtico, sobre

    el ala sangrienta del antifascismo, en el momento de las elecciones del 11 de abril de 1937.

    "Armas para Espaa": este ha sido el principal slogan que ha resonado a oidos de los proletarios. Armas que handisparado contra sus hermanos de Barcelona. Rusia Sovitica, colaborando en el aprovisionamento de armas para laguerra antifascista, tambin ha servido al entremado capitalista para la recien carnicera. A las rdenes de Stalin, el cualdespliega su rabia anticomunista el 3 de marzo, el PSUC de Catalua toma la iniciativa de la matanza.

    Otra vez todava, como en 1914, los obreros se sirven de las armas para matarse los unos a los otros, en vez deutilizarlas para la destruccin del rgimen de opresin capitalista.

    PROLETARIOS!

    Los obreros de Barcelona han tomado nuevamente, el 4 de mayo de 1937, el camino que iniciaron el 19 de julio y delque el Capitalismo los haba podido separar apoyndose en las mltiples fuerzas del Frente Popular. Provocando lahuelga por todos lados, incluso en los sectores presentados como conquistas de la revolucin, se han enfrentado contrael bloque republicano-fascista del Capitalismo. Y el Gobierno Republicano ha respondido con la misma salvajez con laque actu Franco en Badajoz e Irn. Si el gobierno de Salamanca no ha explotado esta conmocin del frente de Aragn

  • 7/21/2019 Revista Comunismo. Internacional.

    17/28

    17

    para impulsar un ataque es porque ha intuido que su cmplice de izquierda ejecutaba admirablemente su papel deverdugo del proletariado.

    Agotado por diez meses de guerra, de colaboracin de clase, de la CNT, de la FAI, del POUM, el proletariado catalnacaba de sufrir una terrible derrota. Pero esta derrota tambin es una etapa en vistas de la victoria de maana, unmomento de su emancipacin, porque significa el acta de defuncin de todas las ideologas que haban permitido alCapitalismo la preservacin de su dominio, a pesar del sobresalto enorme del 19 de julio.

    No! Los proletarios cados el 4 de mayo no pueden ser reivindicados por ninguna de las corrientes que, el 19 de julio,los impulsaron fuera de su terreno de clase para precipitarlos en el abismo del antifascismo.

    Los proletarios cados pertenecen al Proletariado y sol al Proletariado. Representan las membranas del cerebro de laclase obrera mundial, del partido de clase de la revolucin comunista.

    Los obreros del mundo entero se inclinan ante todos los muertos y reivindican sus cadveres contra todos los traidores,tanto los de ayer como los de hoy. El proletariado del mundo entero saluda en Berneri a uno de los suyos y suinmolacin en aras del ideal anarquista es asimismo una protesta contra una escuela poltica que se ha derrumbadodurante los acontenimientos de Espaa: porque es bajo la direccin de un gobierno con participacin anarquista, cuandola polica ha repetido en el cuerpo de Berneri la hazaa que Mussolini logr en el cuerpo de Matteotti.

    La carnicera de Barcelona es el signo precursor de represiones todava ms sanguinarias contra los obreros de Espaay del mundo entero. Pero tambin es el signo precursor de las tempestades sociales que, manaa, se desatarn contra

    el mundo capitalista.

    El capitalismo, en slo diez meses, ha tenido que agotar los recuros polticos con los que contaba para dedicarse ademoler el proletariado, poniendo obstculos al trabajo que ste cumpla para fundar su partido de clase, arma para supropia emancipacin y para la destruccin de la sociedad comunista. Centrismo y anarquismo, unindose a la social-democracia, han alcanzado el trmino de su evolucin en Espaa, del mismo modo como la guerre redujo al estado decadver a la Segunda Internacional, despus del 1914.

    En Espaa, el capitalismo ha provocado una guerra de dimensiones internacionales: la guerra entre el fascismo y elantifascismo que, a travs de la forma extrema de la lucha armada, anuncia una tensin aguda de las relaciones declase en la arena internacional.

    Los muertos de Barcelona desbrozan el terreno para la construccin del partido de la clase obrera. Todas las fuerzaspolticas que han llamado a los obreros para la lucha en favor de la revolucin comprometindoses en una guerracapitalista, todas sin excepcin se han pasado de trincheras y, delante de los obreros del mundo entero se abre elhorizonte luminoso en que los obreros de Barcelona han escrito, con su propia sangre, la leccin de clase ya trazada porla sangre de los muertos de 1914-1918: la lucha de los obreros es proletaria slo a condicin de dirigirse contra elcapitalismo y su Estado, sirve los intereses del enemigo si no se dirige contra l mismo, a cada momento, en todos loscampos, en todos los organismos proletarios que las situaciones hacen nacer.

    El proletariado mundial luchar contra el Capitalismo incluso cuando ste pasar a la etapa de represin contra suscriados de ayer. Porque es la clase obrera, y jams su enemigo de clase, quien tiene al responsabilidad de ajustar lascuentas a los que han expresado un momento de su lucha para la emancipacin de la esclavitud capitalista.

    La batalla internacional que el Capitalismo espaol ha iniciado contra el Proletariado abre un nuevo captulo internacionalde la vida de las fracciones de todos los pases. El proletariado mundial, que debe continuar su lucha contra los"constructores" de Internacionales artificiales (17), sabe que slo puede fundar la Internacional proletaria a travs de laconmocin mundial de la relacin de las clases que abra el camino de la revolucin comunista, y nicamente de estamanera. Ante el frente de la guerra de Espaa, que anuncia la aparicin de tormentas revolucionarias en otros pases, elproletariado mundial siente que ha llegado el momento de anudar los primeros lazos internacionales de las fracciones dela izquierda comunista.

    PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES!

    Vuestra clase es invencible; significa el motor de la evolucin histrica: la prueba la constituyen los acontecimientos deEspaa, ya que es vuestra clase, nicamente la que representa el centro neurlgico de una lucha que convulsiona elmundo entero!

    No debe ser la derrota la que os descorazone: de esa derrota sacaris las enseanzas para vuestra victoria de maana!

  • 7/21/2019 Revista Comunismo. Internacional.

    18/28

    18

    Apoyados en vuestras bases de clase, reconstituiris vuestra unidad de clase ms all de las fronteras, contra todas lasmistificaciones del enemigo capitalista!

    En pie, para la lucha revolucionaria en todos los pises!

    Vivan los proletarios de Barcelona que han girado una nueva pgina sangrienta del libro de la Revolucin mundial!

    Adelante, para la constitucin del Bur Internacional para la promocin de la formacin de fracciones de izquierda entodos los pases!

    Levantemos el estandarte de la Revolucin comunista, que los verdugos fascistas y antifascistas no pueden impedir alos proletarios vencidos que transmitan a sus herederos de clase!

    Seamos dignos de nuestros compaeros cados!

    Viva la Revolucin comunista en el mundo entero!

    "No tenemos que tornarnos hacia los partidos democrticos de los otros pases, hacia lasasociaciones de imbciles o hipcritas como la Liga de los Derechos del Hombre, pues no

    podemos hacer nacer la ilusin que esos partidos y esas corrientes representan otra cosasustancialmente diferente al fascismo, o que la burguesa de los otros pases no est encondiciones de infligir a su clase obrera las mismas persecuciones y las mismas atrocidadesque el fascismo en Italia... La reaccin y el terror que reinan en Italia deben suscitar un odiode clase, una contraofensiva del proletariado que conducir al reagrupamiento internacionalde las fuerzas revolucionarias, a la lucha mundial contra el fascismo y contra todas las otrasformas de opresin burguesa."

    BORDIGA 1924

    Notas

    (1) Todos los subrayados de los textos y extractos incluidos son nuestros.(2) Cuando el proletariado identifica como enemigos a los que antes consideraba como guas en muchos casos utiliza aun hoy lapalabra "traicin", traidores". Si ello puede ser a veces un paso adelante, el mito de la traicin mantiene enormes y peligrosasconfusiones. Al apartarse de una comprensin materialista de la lucha de clases y reducir la historia a la historia de una traicin, secae en general en la condenacin de un acto o de un aparato, sin comprender la naturaleza social global de ese acto, o ese aparato.El mito de la traicin ha servido a mantener la confusin sobre por ejemplo la naturaleza burguesa de sindicatos, partidos (socialdemocracia, stalinismo), e incluso Estados y la autojustificacin en ta