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Rhetorica Ad Herennium

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  • RETRICA A HERENIO

  • BIBLIOTECA CLSICA GREDOS ,244

    RtrTORICA A HERENIIO

    INTRODUCCIN, TRADUCCIN Y NOTAS DESALVADOR NEZ

    EDITORIAL GREDOS

  • Asesores para la seccin latina: Jos J.q.vren Iso v Jos Lurs Mon.lro.

    Segiur las normas de la B. C. G., la traduccin de este volumen ha sidorevisada por JueN M.^ Nez GoNzktnz,

    O EDITORIAL CREDOS, S. A,Snchez Pacheco,8l, Madrid, 1997.

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    Depsito Legal: M. 33184-1997.

    rsBN 84-249-1875-4.

    Impreso en Espaa. Printed in Spain.Crficas Cndor, S. A.Esteban Terradas, 12. Polgono Industrial. Legans (Madrid), 1997.

    INTRODUCCIN

    l. La

  • RETORICA A HERENIO

    latn, no se ha conservado nada. Los primeros tratados deretrica en lengua latina de que disponemos datan aproxi-madamente de los primeros aos del siglo I y son la incom-pleta invencin retrica del joven Cicern y esta Retrica aHerenio de autor desconocido, a la que su inclusin en elcorpus de obras de Cicern en el siglo rv d. C. le proporcio-n durante mucho tiempo un gran prestigio y garantiz supervivencia durante toda la Edad Media. Ambas obras sonmanuales tcnicos, sistemticos y ordenados de acuerdo conlos principios formales de la enseanza helenstica; aunqueutllizan una terminologa plenamente latinizada y procuranadaptar los ejemplos que presentan a la realidad histrica ysocial romana, reflejan bsicamente la enseanza retrica depoca helenstica, de cuya tchn siguen siendo ampliamen-te tributarias.

    Sin embargo, aunque la deuda que ambos manuales tie-nen con la tradicin retrica anterior es sin duda considera-ble, resulta sumamente dificil determinar con exactitud ques lo que tomaron de ella y qu doctrinas retricas reflejan.Y ello bsicamente porque la retrica griega de poca hele-nstica no es bien conocida y son precisamente estas dosobras latinas las que siruen para reconstruirla. Anteriores aellas slo se conservan la Retrica de Aristteles, un tratadode orientacin y alcance completamente diferentes de losaqu presentados y que, por otra parte, permaneci muchotiempo fuera de circulacin, y la llamada Retrtca a Aleian-dro, atrlbuida inicialmente a Aristteles y hoy consideradacomo obra de Anaxmenes de Lmpsaco, un rtor de me-diados del siglo rv2. Adems, los maestros griegos de elo-

    2 Hay dos grandes categoras de artes retricas, los tratados, caracteri-zados por la profundidad de su enfoque y la extensin de su anlisis, y losmanuales de orientacin ms o menos escolares. Al primer grupo pertene-cen la Retrica de Aristteles, el De oratore de Cicern o la Inslruccin

    INTRODUCCION

    cuencia encontraron en Roma tanta oposicin por parte delos crculos ms conservadores de la sociedad que sus m-lodos permanecieron durante mucho tiempo confidenciales,confinados a determinados crculos y ligados a algunas fa-rnilias helenizantes como la de los Escipiones o los Gracos3.Naturalmente ello no quiere decir que en esta primera pocala retrica griega fuera completamente desconocida en Ro-rna, pues ya en autores como Catn o Terencio es posible re-conocer su presencia. Tampoco se sabe mucho de los teri-oos de la segunda ola que entraron, esta vez con ms xito,cn la educacin romana a finales del siglo lt y comienzosdel r. El desconocido auctor ad Herenniun no menciona elnombre de ningn rtor griego y aunque se ha querido veren su misterioso doctor a Plocio Galo, el primer rtor latinodel que se tiene noticia, la hiptesis tampoco aade mucho,pues se ignora casi todo sobre su doctrina. Las afinidadessealadas entre estas obras y el qrs del orador Antonio, elprimer tratado retrico en lengua latina del que se tiene no-

    Oratoria de Quintiliano. En el segundo pueden incluirse estas dos obraslatirras (pese a la diferente concepcin que Cicern pretende dar a su ma-nual) asi como los numerosos escritos de rtores profesionales, tanto latirloscomo griegos, recogidos en los Rhetores Graeci de L. SerNcrl, Leipzig,I 853-l 856, 3 vols. (= Frankfurt am Main, 1966; vol. I, pars. II de C. H,tr'I-vEn, Leipzig, 1894), o los Rhetores Latini minores editados por C. Her-u,Leipzg, 1963 (: Frankfurt am Main, I 964).I Es sigrrificativo que los nicos nombres de rtores de esta poca quellos son conocidos sean los de los maestros de los hermanos Graco, Difa-nes de Mitilene y Menelao de Marato. Cuando CIcenN detalla en el Bru's (90, 308 ss.) su formacin intelectual no cita a ninguno de los maestrosempleados en casa de Craso ni, salvo los mencionados, a ninguno de losmaestros de sus predecesores. Sobe la situacin de los rtores profesiona-les griegos en el siglo II y I en Roma cf. E. RwsoN, Intellectuol Life inthe Late Roman Republic, Baltimore-Londres, 1985, pgs.76-77, y S F.BoNNnn, La educacin en la Roma antigua. Desde Catn el Viejo a Plittioel Joven, Barcelona, 1984, pgs. 104-106.

  • 1110 RETORICA A HERENIO

    ticia, no conducen ms que al establecimiento de ciertas co-rrespondencias entre estos autores que poco contribuyen alesclarecimiento de la retrica helenstica de la pocaa. Msconcretos a este respecto se muestran Cicern y, especial-mente, Quintiliano, que ofrecen un esquemtico, pero anas importantsimo, bosquejo de la historia de la retricagriega en poca helenstica5.

    2. El autor de la obra

    Atribuida a Cicern desde el siglo rv d. C y editadajunto con el La invencin retrica durante toda la Edad Me-dia con el nombre de Rhetorica secunda o noua,la cuestinde su autora ha ocupado la atencin de los investigadoresdesde que en l49l el humanista Rafael Regio demostr lafalsedad de la atribucin a Cicern. En 1533 Petrus Victo-rius sostuvo la hiptesis de que el autor de esta obra podaser cierto Cornificio, un rtor al que Quintiliano cita en suInstruccin Oratoria en varias ocasiones. Objeto de fuertescrticas ya en ese momento y sin recibir una aceptacin un-nime, la tesis ha sido retomada en poca ms reciente por

    a Sobre la retrica de Antonio, cf. G. CaLsoLr,

  • T2 RETORICA A HERENIO

    Quintiliano menciona a Cornificio tambin en otros dospasajes de su obra. En III 1, 19 ss., al bosquejar la historiade la retrica en Roma, menciona a Catn, Antonio, los rhe-orici libri que Cicern escribi en su juventud y a conti-nuacin una serie de autores de artes retricas, entre ellos,Cornificio (III 1,21). Tambin en IX 3, 89 aparece Cornifi-cio citado en una lista de autores que dedicaron libros com-pletos a la discusin de las figuras retricas (IX 3, 89). Porltimo, en otros cinco lugares Quintiliano presenta ejemplosque aparecen tambin enla Retrica a Herenioe. Ningunode stos es atribuido expresamente a Cornificio por Quinti-liano, pero dado que estos ejemplos pueden ser comunes alos manuales de retrica, es posible que procedan en ltimainstancia de Cornificio. Sin embargo, todas estas correspon-dencias no dejan de plantear problemas y objecionesr0.

    Aun aceptando para la Retricu a Herenio la paternidaddel Cornificio mencionado por Quintiliano, resulta dificil in-dividualizar a ste como persona. Entre los Cornificios delos que se tiene noticia en la poca en que se supone que laobra fue escrita, existe un Cornificio gramtico y etimlogoque sera el principal candidato; a su favor cuenta con elinters que muestra el auctor ad Herenniun por los temasgramaticales y las cuestiones etimolgicas, muy visible endeterminados pasajes de la obrarr. En contra de la atribu-

    /io. Dos de los ejemplos de Quintiliano son usados por el auctor, uno parala traductio, el otro para la adnominatio.

    e QurNrrr-roNo, IX 3,31: complexio (Ad Her. lY 14,20); IX 3,56:gradatio (Ad Her. M5,34); IX3,72: adnominatio (Ad Her.lY 22,30 y21,29); IX 3,85: conmutatio (Ad Her.IY 28,39); y IX 3, 88: dubitatio(Ad Her.M9,40).

    r0 Sobre la relacin entre estos pasajes de Quintiliano y Cornificio, cf.especialnrente Meux, Prolegomena a su editio maior, pgs.72 ss.; Ce-vr,rol,Introduction, p9. X; y Carror-r, Cornificiana 2, pgs. 12-19.

    " Cf. II 23,35;ly 12, l7;21,29y notas ad loc,

    INTRoDUCCIN 13

    cin puede sealarse que la adscripcin a este Comificio,tan interesado por las etimologas de palabras griegas, esclificilmente compatible con la actitud antigriega que mues-Ira la Retrica; adems, st De etymis deorum es posterior al45. Si se aaepta como fecha de publicacin ms probable dela Retrica entre el ao 86 y el 82, existira al menos un in-tervalo de 30 a 35 aos entre ambos escritos; de haber naci-do en torno al ao 100, este Comificio etimlogo habra es-crito la Retrica cuando contaba entre 15 y 20 aos. Sin serun caso de excepcional precocidad, por las propias indica-ciones contenidas en el tratado no parece sin embargo quese trate de la obra de un joven sino de una persona ms ma-dura y con intereses ms concretos. Otro inconveniente esque de ser este rtor y gramtico, ciertamente importante, elautor de ambas obras, habra dejado demasiado pocas hue-llas en la tradicin posterior. Pese a todo, la identificacindel Comificio autor de la Retrica a Herenio con el Corni-ficio etimlogo, aun sin ser plenamente demostrable, es lahiptesis ms probable en opinin de Calboli12.

    Contra la atribucin a Cornificio se han manifestadoautores como Marx, Brzoska, Koehler y Caplan't y, potdiferentes motivos, otros como Douglas, Schmidt o Her-

    12 Cornificio no ha sido el nico rtor al que se ha atribuido la patenii-dad de esta obra. Otros autores a los que se les ha atribuido son VirginioFlavo, de poca de Nern; Timolao, de la de Aureliano; M. Tulio Tirn yM. Tulio Laurea, libertos de Cicern; Junio Galio, amigo de Sneca el r-tor; M. Antonio Gnipho y L. Elio Estiln, maestros de Cicern; M. T' Ci-cern, el hijo de Cicern, y L. Ateyo Pretextato y Papirio Fabiano' de pocade Tiberio; cf. CarI-eN, Introduction, pg. XIV, n. 3. Sobre la atribucinal rtor L. Anneo Cornuto, cf infra.

    i3 Menx, Prolegomena,pg.72; J. Bnzosrca', , Real En-tEcl. ktas. Altertumws.lV, I (1900), 1605-1623; C. KorHrrn, De rhetori'cis ad C. Herennium, Berln, 1909; Cerleu, Inroductiott, pgs' X-XIII'

  • l15t4 RETORICA A HERENIO

    mann 14, que sitan la obra en una poca bastante posterior ala que se acepta generalmente como fecha de su redaccin.Partiendo del examen de los mencionados pasajes de Quin-tiliano estos autores llegan a conclusiones contrarias ala atri-bucin a Cornificio. As, el lugar en que lo menciona Quin-tiliano en III 1, 8 ss., que obviamente est manteniendo ensu exposicin un orden cronolgico, implicara que este Cor-nificio sera posterior a Cicern y, aunque la relacin entrela Retrica a Herenio y el La invencin retrica de Cicernes muy discutida, parece seguro que ambas obras son apro-ximadamente contemporneas, de la segunda dcada del si-glo r. Tambin en IX 3,91y IX 3, 98-99 Cornificio, Cecilioy Rutilio son mencionados despus de discutir Quintilianolas teoras de Cicern. Por ltimo, en lX 3, 89, Cornificio escitado junto a escritores de la poca de Augusto, lo que ha-ra suponer que era contemporneo de estos autores o unpoco posterior. En cuanto a la coincidencia entre las figurasmencionadas en la Retrica a Herenio y las que Quintilianomenciona en relacin con Cornificio, es posible que existie-ra un Cornificio, autor de un tratado especfico sobre las fi-guras, que sera una de las fuentes utilizadas por Quintilianoen el libro IX de la Instruccin Oratoria. En conclusin, pa-ra estos autores el Cornificio que menciona Quintiliano pa-rece haber vivido en una poca posterior a la del auctor adHerennium y no podra ser el autor de la Retrica; el librode Comificio que Quintiliano cita no sera la Retrica a Here-nio,pues no hay evidencia alguna de que conociera o usaraeste tratado, y las concordancias entre la obra de Cornificio

    t4 A. E. Doucres, >, Class. Quart., n. s., l0 (1960),65-78; P. L. Scuurur,Der kleine Pauly,lY, Mnich, 1975,pry. l4l5;L. HEnueNN, , Latomus 39 (1980), 144-r 60.

    INTRODUCCION

    y la del desconocido autor se explicaran asumiendo la exis-tencia de una fuente comn o suponiendo que Cornificio tu-vo acceso directo a este tratado, al menos en la seccin de-dicada a las figuras del estilo.

    Ms recientemente G. Achard15, tras descartar tambinla atribucin a Cornificio, y a partir de los escasos indiciosque el autor mismo nos revela en su obra, llega a bosquejarun personaje muy diferente del que se suele sealar; de acuer-do con esta tesis, el desconocido auctor no sera un simplertor, de origen ms o menos humilde, sino un senador ex-perto en la milicia y en la poltica; tampoco sera un hombrejoven, pues 1 mismo nos informa al comienzo de la obraque se encuentra ocupado en la direccin de sus asuntosprivados (I 1, 1), y aunque muestra deferencia con respectoal destinatario, C. Hereniol6, en sus consejos revela una au-toridad que implica cierta madurez. No se tratara de un s-nex, pues sera poco verosmil que un hombre de edad seentregara a la exercitatio como le propone al alumno (II 31,50). Lo ms probable, por tanto, es que al redactar la obratuviera entre veinticinco y cuarenta y cinco aos. En cuantoa la procedencia, si se acepta la hiptesis de que era parientedel destinatario y teniendo en cuenta que la mayora de lasciudades mencionadas en la obra pertenecen a la Italia cen-tral y meridional (Alba Fucens, Casilinum, Fregella), queparece estar muy preocupado por la guena social y que se

    '5 G. Acrro*o,

  • t7t6 RETORICA A HERENIO

    interesa por la latinitas (IV 12, 17), se puede suponer queprocedera de una regin al sudeste o .este de Roma. La de-dicacin a sus negotia y su inters por la elocuencia judi-cial, as como su relacin con la gens Herennia, sugieren unorigen en la nobleza local (locus eEtester). En cuanto a laformacin, conoce bien el griego, pues traduce la termino-loga tcnica de esta lengua, ha estudiado retrica y tambinfilosofia. l mismo insiste en que ha ledo muchos tratados(I l, 1; IV l, 1). Tampoco debe tratarse de un caballeroocioso, entregado a las letras y las artes, pues en III 2, 3 se-ala que tiene la intencin de escribir, tras su manual deretrica, un tratado de re militari y una obra sobre la admi-nistracin del estado (de administratione rei publicae), pro-yectos que implican el conocimiento y la experiencia de lamateria y, consiguientemente, la participacin en el cursushonorum. Los ejemplos, en los que abunda su manual, pro-bablemente estn inspirados en los que pronunciaron lmismo o personalidades con las que se relacionaba, pues alcomienzo del libro cuarto afirma que utilizar ejemplos pro-piosrT y un gran nmero de ellos se refieren a la aplicacindela lex Varia (II28,45) y al asesinato de Sulpicio (I 15,25). Sin embargo, no da la impresin de haber accedido alos cargos ms elevados de la poltica romana, pues en esecaso habra evocado su dignitas y no mostrara tantas consi-deraciones con el destinatario. La conclusin de Achard esque muy probablemente el redactor del manual fuese un se-nador de cierto rango que ejerci su actividad poltica en elmovimiento de Mario y que en los aos 90 se encontraba en

    17 En contra de lo que dice el autor, muchos de estos ejemplos estntomados de otros autores, actitud que le ha sido muy criticada, en especialpor Ma.nx, Prolegomena, pgs. l1 l-l l8; como seala AcHano, [ntroduc-tion, n. 132, por lo general se trata de breves citas que bien pueden proce-der del fondo comn de los manuales retricos de la poca.

    INTRODUCCION

    las filas del movimiento reformista de Sulpicio. Entre losaos 84-83 no ocupa magistraturas, pues tiene tiempo paradedicarse a sus negotia, a la filosofia y para escribir un ma-nual, al tiempo que proyecta escribir un libro sobre gramti-ca (IV 12,17) y otro sobre la memoria (IIi 16, 28). A media-dos de los aos ochenta, cierto C. Hrenio, sin duda alguienrns joven que 1, le pidi un manual, probablemente porqueno poda seguir las lecciones delos rhetores latini, cuya es-cuela habia sufrido una nota de censura el ao 9218. Sobrelos acontecimientos posteriores es dificil aventurar algunahiptesis puesto que la obra desapareci largo tiempo de lacirculacin, pero no es inverosmil pensar que tanto el autorcomo el destinatario desaparecieron en el perodo de agita-cin posterior a la llegada de Sila al poder, hiptesis msque posible si efectivamente el autor pertene ca a la faccinpopularle.

    3. Lq orientacin poltica del autor

    Admitiendo la tesis de que el autor de la obra es un ciu-dadano importante de la poca republicana, se ha intentadosituarlo en relacin con las dos grandes tendencias ideolgi-cas del momento, la optimate, de orientacin aristocrtica y

    r8 Sobre el movimiento delos rhetores latini, cf. P. L. Scsrr,uor, , en E. Lsr'vnr (ed.), Mo-numenfLtm Chiloniense. Festschriff E. Burck, Amsterdam, 1975, pgs.183-216, y A. MnNEnnurNr,

  • l8 RETRICA A HERENIo

    conservadora, y Ia popular, ms democrtica. En este puntola opinin de Marx segn la cual el anlisis de los principa-les ejemplos utilizados por el auctor revela una tendenciapoltica favorable a los populares y al partido de Mario, hagozado de una aceptacin casi unnime20. Es cierto que lospasajes filodemocrticos constituyen casi la mitad de losexempla utilizados en la obra: as, la muerte de Tiberio Gra-co es calificada como indigna (M2,31); su hermano Gracorecibe la calificacin de amantissimus rei publicae; Druso(lV 22,31) y Sulpicio, el tribuno popular del ao 88, que esel personaje ms citado en la obrazr, fueron asesinados cruel-mente; Mario es evocado elogiosamente en IV 55, 68, y enM2, 31 el autor subraya que Saturnino muri per perfi-diam. Por ltimo, en I 5, 8 aconseja obtener la animadver-sin contra los oponentes poniendo de relieve su pertenen-cia a la nobilitas. Es precisamente esta actitud filopopular laque ha permitido tambin relacionar la Retrica a Herenio

    20 Cf. Mnx, Prolegomena, pgs. l4l-153. Sobre la orientacin poli-tica de los ejemplos contenidos en la obra, cf. M. A. LnvI,

  • 20 RETORICA A I{ERENIO

    convergencia de las fuerzas antioligrquicas en torno a Ma-rio en los aos siguientes al 88, en tanto que los pasajes par-tidarios de los optimates se pueden atribuir a la influenciade aquellos hombres de cultura aristocrtica que, como An-tonio, se aproximaron a Mario entre el 100 y el 91. El autorhabra conservado el material recogido en esa poca, bienpara disponer de l ante una posible recuperacin del poderpor parte de Sila, bien por servirse del material ya prepara-do. Lo cierto es que el auctor no expresa nunca una concep-cin tan radical como la que por esa misma poca reflejanlos prlogos de La invencin retricq de Cicern, para quienel desarrollo de la retrica viene exigido por la obligacinde luchar contra los audaces y los mal. El autor es proba-blemente de tendencia popular pero nada indica que se tratede un radical extremista, pues en ocasiones tambin sabealabar a los poderosos (I 12, 2l)y al senado (IV 33,45).

    4. La.fecha de redaccin

    Aunque la Retrica a Herenio carece de indicacionesque permitan atribuir una fecha precisa a su redaccin, elanlisis de determinados elementos internos de la obra hapermitido establecer distintas hiptesis sobre el momento enque fue escrita; la mayora de los autores se inclina por unafecha relativamente alta, entre el 86 y el 8224; otros sealanuna fecha algo ms baja, situando el trmino ante quem en-tre el75-7025. Dos recientes estudios intentan situar tambin

    2a Favorables a esta datacin alta son Marx, Thiele, Brzoska, Bione,Caplarr, Matthes, Clarke, Fuhrmann, Adamietz, Calboli y Achard.

    '5 Cf. W. Knorr, , Philologus 89 (1934),63-84; E. Cnnnr., ,

    la redaccin de la Retrica en una poca posterior a la tra_tlicionalmente admitida26. por su parte, L. C. Winkel2T hairrgumentado que la presentacin que hace el autor en II 16,24 de la teora de la culpa de Aristteles, tal como ste lacxpone en la tica Nicomquea, implica un conocimientotlirecto de esta obra, y puesto que la reedicin de las obrasclel filsofo no se llev a cabo hasta los aos g0 del siglo rhabra que retrasar al menos hasta despus de esa fecha laredaccin de la Retrica.

    Los dos ltimos acontecimientos a los que de manera di_recta se hace referencia en la obra son Ia muerte del tribunoSulpicio el ao 88 (I 15,25) y el sptimo consulado de Ma_rio el 86 (M4,68). Una norrna que los escritores romanossolan seguir era la de no mencionar en sus libros a persona_

    rrnooucclN 21

    Athenaeum, n. s.,31 (1953),259_272,y

  • 2322 RETRICA A HERENIO

    jes an vivos. Las fechas ms tardas de la muerte de algnpersonaje mencionado enla Retrica a Herenio son las delorador Antonio (IV 5, 7) y la de L. Julio Csar (III2,2),ocurridas ambas durante la represin de Mario el ao 87. Deacuerdo con esto, la redaccin de la obra habra tenido lugarantes del ao 86.

    Por otra parte, mientras que la Retricq a Herenio estplagada de referencias a la vida poltica y a las desgraciasocurridas a los lderes del partido popular antes del ao 86,no contiene referencia alguna a los disturbios civiles y laderuota de los antiguos partidarios de Mario cuando Sila in-vadi Italia el 83; tampoco existe la menor alusin al nuevorgimen. Adems, mientras que son numerosas las citas, rea-les o imaginadas, de discursos relacionados con aconteci-mientos anteriores al 86, no se habla de los pronunciados afinales de la dictadura de Sila por el propio Sila, Marcio Fi-lipo, Aurelio Cota, Hortensio y muchos otros28. El autor pa-rece, pues, situarse entre mediados del 86 y finales del 83.Ahora bien, como la propuesta de Douglas ha tenido la vir-tud de poner de relieve, el problema radica en que estas fe-chas slo se refieren al contenido de los ejemplos utilizados,que el autor podra haber reunido previamente con vistas ala posterior redaccin del tratado. En cualquier caso, sta nodebi de ser mucho ms tarde pues, como afirma, est de-

    28 En la obra hay nueve referencias al periodo anterior al ao 133 (l14,24;lI 13, l9; III l, 2 [tres veces]; 4, 8; IV 13, 19;14,20;33, 45); sietea la poca de los Gracos (lV 9, 13; 15,22;22,3l [dos];28,38;55, 68 y,posiblemente, I I l, 20); cinco al periodo entre la muerte de C. Graco elao l2l y el primer consulado de Mario el 107 (lI 13, 19;20,33;lY 12,18;35, 47;54, 68); nueve desde esa fecha hasta la guerra social el 9l (l12, 2l; 13, 23; 14, 24; 15, 25;il 12, 17; 13, l9; IV 3, 5; 22,31; 54, 67) ydiecisis a acontecimientos de los aos 90-86 (l 15, 25; II 28, 45 [dos]; il I2, 2; IY 8, 12; 9, 13; 14, 20; 22,31 ldosf; 24, 33; 28, 38; 34, 45 [dos]; 34,46;35,47 y 55, 68).

    INTRODUCCION

    scando completarlo y envirselo a Herenio (I 17, 27). Si selcepta la hiptesis de su proximidad a la ideologa popular,cs probable que el autor redactara la obra antes de la inva-sin de Italia por Sila o en el periodo inmediatamente si-guiente y que la represin poltica que la acompa sea lacausa tanto de la desaparicin de la obra como del silenciosobre el autor y el destinatario de la misma.

    5. La teora retrica de la obraze

    En ningn lugar de la obra el autor de la Retrica ofreceinformacin sobre sus fuentes principales. Slo menciona (II I, l8) a su maestro, un misterioso doctor,probablemente la-tino. Sin embargo, es absolutamente improbable que tomasetoda la materia expuesta en la obra de sus recuerdos escolares.De hecho, es evidente que recurri necesariamente al uso defuentes escritas dada la estrecha relacin que, incluso en laredaccin, presenta con ciertos pasajes de La invencin ret-rica de Cicern3o. Sus fuentes deban de ser compendios re-cientes

    -la doctrina de Hermgoras tena unos cincuenta2e Sobre la doctrina de la Retrica a Herenio cf F. Menx, prolegome-

    na,pgs,75-118, y C. Bror.re, I pi antichi trattati di arte retorica in lin-gua latina. Intorno a la (Rhetorica ad Herennnium> e al Trattato cicero-niano

  • 2524 RETORICA A HERENIO

    aos-, griegas en su mayor parte, pues a ellas se refiere ex-plcitamente en varias ocasiones aunque de manera crtica (I1, 1; III 23,38; IV 1, 1), y romanas, como muestra la referen-cia al doctor y el frecuente uso de ejemplos de tema nacional.El autor quiere resumir sus fuentes griegas componiendo almisrno tiempo un trabajo personal de crtica y polmica. Dela tradicin retrica helenstica recoge las enseanzas que lesirven a sus propsitos, dejando de lado el resto, que conside-ra palabrera griega (I 1, 1). As, no modifica casi nada de lateora retrica helenstica sobre el exordio y la naracin,mientras que sigue a su maestro en la distribucin de la teorade los slalus, bastante diferente de la que estableci Herm-goras, recogida ms fielmente por Cicern en La invencinrelrica. Tambin parece propia del autor, o de su maestro, ladivisin general de la obra en relacin con la divisin en li-bros. Se muestra orgulloso por el trabajo propio sobre \a pro-nuntiatio (III I 5, 27), mientras se excusa por la aspereza de sulenguaje tcnico (IV 7, 10). Se enorgullece tambin por haberproporcionado ejemplos propios en la parte dedicada a la elo-cutio (IY 1, l), y ello en contra de la prctica de los escritoresgriegos, injustificadamente, pues muchos de esos ejemplosderivan directamente de la literatura griega, como muestranciertos versos de Homero o Sfocles o determinadas reminis-cencias de Demstenes o Esquines3r.

    La Retrica q Herenio no parece depender de maneraexclusiva de la enseanza de ningn rtor griego especfico,aunque su deuda con la doctrina retrica helenstica seamanifiesta; de hecho, puede decirse que la obra compendiatoda la rcttio dicendi, esto es, las cinco partes de la retrica,

    rr Referencias a Homero: IY 33,44;39,51;49,62; Sfocles: IV I l,l6 y 15, 2l; Denrstenes: IV 15, 22;24,33;25,34;26,35;28,38;29,40;30, 4l; 34, 45; 36, 48; 37, 49; 39, 5l; 49, 62 y 54, 68;Esquines: IV 13, l9;I 5, 22. Cf . Mxxx, Prolegomena, pgs. I I l-l 18.

    INTRODUCCION

    segn la distribucin usual de la poca, y presenta una sn-tesis entre la tradicin aristotlica y la tradicin isocrtica,con influencias de Hermgoras y la escuela rodia. La pre-sentacin est bien ordenada y, aunque falta una definicinespecfica de la retrica, de la concepcin de las tareas delorador y de las partes del discurso, la insistencia sobre losprocedimientos de la invencin, la utilizacin de la distin-cin peripattica de las virtudes, el lugar reservado a la ac-cin oratoria, la diferenciacin de los tres estilos, que es re-petida tambin paralayoz, o los consejos de moderacin enel empleo de las figuras, remiten a las teoras de Aristtelesy de su discpulo Teofrasto. Sin embargo, la obra ignora porcompleto la teorizacin y sistematizacin de los tratados delfilsofo. En vano pueden buscarse aqu pasajes referidos alpapel de la personalidad del orador, al anlisis de las pasio-nes, a la adecuacin al auditorio, al ritmo oratorio y otrostemas ampliamente desarrollados por ambos maestros grie-gos. La importancia concedida al ejercicio prctico o la ex-tensa enumeracin de las figuras estn, por su parte, en lalnea de Iscrates.

    La misma voluntad de sntesis se encuentra en las in-fluencias ms recientes, en especial la aportacin de Her-mgoras, que es considerable pese a la crtica indirecta quede sus doctrinas hace el autor32. Prueba de ello es su afir-macin (I 11, 18) de que ssdoctor limit a tres los estados

    12 Aunque la obra de Hermgoras se ha perdido en su totalidad, elconjunto de su doctrina ha podido ser reconstruida con cierto detalle gra-cias precisamente al uso de sus teoras por parte de Cicern y del auctorad Herennium. El clsico estudio de G. THrer-n, Hermagoras. Eirt Beitragztr Geschichte der Rhetorik, Estrasburgo, I893, ha sido hoy sustituido porel ya citado Marrues, Hermagoras, autor tambin de una edicin de losfragmentos de Hermgoras (Testimonia et Fragmenta, Leipzig, 1962). Ut"tresumen de sus doctrinas puede verse en KruNrnv, Art of persuasion,pgs. 303-32 I , y New History of Classical Rhetoric, pgs. 97 -l0l .

  • 2126 RETRICA A HERENIO

    de causa por considerar absolutamente superfluo una cuartaconstitutio,Ia metlpsis (translatio). Cicern (De inu. I ll,l6) precisa que fue Hermgoras quien estableci ese cuartoestado, lo cual implica que el autor y su maestro conocan ladoctrina del maestro griego. Tambin acepta otros preceptosde su enseanza como el cuidado aportado a la narracin, lavoluntad manifiesta de presentar los argumentos preparadoso la eleccin de las seis categoras del estado legal, as co-mo la complicada definicin del fficium oratoris que el au-tor presenta enl2,2. Sin embargo, son muchos los aspectosconocidos de la enseanza de Hermgoras que no encuen-tran su reflejo en la doctrina de la Retrica a Herenio: aldefinir los cuatro genera causarum tal como se manif,testanen la forma que debe tener el exordio, no refleja el auctor ladoctrina de Hermgoras, pues parte del punto de vista de ladefensa o de la acusacin mientras que la teora de Herm-goras, como refleja exactamente el La invencin retrica,los define por las varias disposiciones del nimo de los oyen-tes. Tambin al presentar los fficia oratoris, que servanpara Ia distribucin de la materia en todos los tratados, elmanual latino difiere sin duda de la presentacin de Herm-goras. Las cuatro divisiones que ste haba establecido, in-vencin, economa, memoria y representacin, son diferen-tes de las que presenta el autor. En la Retricq a Hereniofalta tambin la distincin entre /e.ts e hiptesis, a la que shace alusin Cicern (De inu.I 6, 8). Tampoco se sabe queHermgoras se ocupase de la pronuntiutio. Y aunque en es-to coincide con Cicern, tampoco evoca las causas asystata,sin stqtus. Mientras que el rtor griego admita las digresio-nes y haca del juicio una de las cualidades primordiales delorador, estos elementos de la doctrina no encuentran ningneco en la Retrica a Herenio. Adems Hermgoras era ciefia-mente ms breve en lo concemiente al anlisis de las figuras.

    Podra pensarse que la Retrica a Herenio se encuentrarns prxima a Ateneo33. Si excluimos el gnero deliberati-vo, los estados de causa estudiados por este rtor son tres yse corresponden con los de este manual. Tambin la impor-tancia acordada ala actio en esta obra recuerda los interesesde Ateneo, que escribi un libro sobre la cuestin. Su acti-tud respecto a la filosofia y ala tica no parece muy diferen-te de la del rtor griego, aunque no hace nada para definirsus relaciones con la retrica, a las que considera como dis-ciplinas con mtodos y finalidades diferentes. Esta actitudpodra corresponder plenamente con la definicin de la elo-cuencia como el arte de engaar que dio Ateneo. Tambines probable que la polmica contra Hermgoras que reflejael proemio del libro IV tenga su origen en Ateneo, en espe-cial a travs de su tratamiento de las figuras.

    La influencia de Apolonio Moln es mucho ms dificilde precisar, pues lo que conocemos de este autor es muypoco. Se puede sealar que la crtica de la figura sffiata(IV 10, I 5) y la irmistencia sobre la necesidad de usar mode-radamente las exornationes coincid.en con las recomenda-ciones que Apolonio hizo a Cicern. Como en el caso de Zainvencin retrica, tambin se observan en la Retrica aHerenio continuas referencias a Rodas y a los rodios3a. Asen el libro IV el primer escultor citado es Cares, a quien sedebe la realizacin del coloso de Rodas. Adems, el finaldel libro segundo contiene una clebre cita de Apolonio. Tam-bin se ha supuesto que el resumen del discurso que se en-cuentra en el antepenltimo pnafo de la obra estara sacadode una arenga de Apolonio contra Filipo V, que era hostil a

    I Sobre Ateneo, cf. Kr,Nnov, I rt of Persuasion, pgs.320-321'..3a Cf. Manx, Prol,egomena, pgs. 137 ss. De hecho Marx supone que

    la fuente principal de l:a Rhetorica ad Herennium procede directamente dela escuela rodia.

    INTRODUCCION

  • 2928 RETORICA A HERENIO

    los rodios. La promesa de escribir vn qrs grammatica hacepensar tambin en los escritores rodios, que se ocuparon tan-to de gramtica como de retrica. Puesto que Apolonio es elnico rtor del que estamos seguros que se encontraba enRodas en los aos 80, es tentador atribuirle el origen de esasreferencias. Sin embargo, dado que Rodas se haba consti-tuido en un centro de estudios retricos que gozaba de granreputacin, tampoco es inverosmil suponer que su influjose trasladara en forma de alusiones y ejemplos a los tratadosretricos de la poca sin necesidad de tener que admitir uninflujo directo de la escuela rodia como pretende Marx 35.

    La parte ms considerable reservada por el auctor a lasfiguras puede proceder de la influencia de los oradores y r-tores asiatici, aunque tambin Ateneo y Apolonio Moln seinteresaron por los skhmata. Por otra parte, es conocida laenorme importancia de la contribucin de los estoicos a ladoctrina de las figuras, especialmente los tropos. En estesentido puede decirse que la Retrica a Herenio, que no dis-tingue netamente entre tropos y figuras y muestra la confu-sin propia de la poca helenstica entre ambas doctrinas, esperipattica en lo que respecta a los tropos y se aproxima alas concepciones de Ateneo y Apolonio Moln, que a su vezproceden de Teofrasto, en 1o relativo a las figuras36. Esta es-cuela rodia-helenstica en la que se inserta Ia Retrica a Here-nio muestra, sin embargo, influencias estoicas en la distincinentre figuras de discurso (skhmata lxes) y de pensamien-to (skhmata dianoas), aunque no recoge sin embargo ladistincin ms precisa entre las figuras referidas al uso devarias palabras (el equivalente retrico del solecismo gra-

    35 Cf. C. BroNe, /pi antichi trattsti, pgs. 83-84.16 Cf. Crnorr, Introduzione, pgs. 50-54.

    rrratical) y aquellas otras que se refieren a una sola palabra(el barbarismo de los gramticos).

    La Retrica a Herenio ofrece pues el inters de presen_tar influencias antiguas y recientes muy diversas. En el an_lisis de la inuentio presenta elementos procedentes de Aris_1teles y en el de la elocutio de Iscrates, pero debe tambinrnucho a la corriente rodia y est probablemente influidarns por Ateneo y Apolonio que por Hermgoras, al menosen la concepcin general de la obra. por otra parte, es dificilsuponer que l mismo llegara a consultar los trabajos deesos maestros a los que, al contrario que Cicern, no cita enningn lugar. Aunque muchas obras de la retrica helensti_ca no se conservaron y tampoco son conocidos los canalespor los que se difundieron, podemos suponer que el autorobtuvo su informacin a travs de la lectura de manualesgriegos de segunda mano, e incluso latinos. Es muy proba_ble que la mayor parte de su trabajo se deba a su maestro. Siste es de origen griego, pudo tener acceso a las fuentes msantiguas o, al menos, conocer fuentes ms recientes, espe_cialmente de origen rodio. De las tres corrientes doctrinalesde la retrica greco-romana de finales del siglo rr y comien_zos del r, la concepcin tecnicista representada por Herm_goras, la concepcin helenstico-rodia con un gran desarro_llo de la elocutio a travs de una doctrina fundamentalmenteexhornativa de las figuras, y la posicin abiertamente anti_tcnica del Cicern de la enlqtklios paidea,Ia Retrica aHerenio se inscribe fundamentalmente en la segunda, espe_cialmente a travs de Ateneo, aunque en ciertos urp..io,puede decirse que ocupa una posicin intermedia entre laconcepcin tecnicista de Hermgoras y la ms humansticade Cicern.

    En la Retricq a Hereno son tambin muy frecuenteslas referencias filosficas, desde el mismo comienzo (I l, l)

  • 30 RETORICA A HERENIO

    hasta el final de la obra (IV 56, 69). De hecho, el propioautor reconoce ala filosofia una importancia mayor que a lapropia retrica; resulta dificil, sin embargo, determinar laescuela en la que se incluye el autor. En la obra aparecenmximas epicreas: as, en M7,24 una mxima de Epicu-ro es citada en forma alterada aunque sin atribuir; enII 21,34,|a religio y el temor a la muerte son mencionados entrelos motivos que empujan a los hombres al crimen, idea queMarx puso en relacin con el clebre verso de Lucrecio (I101) tantum religio potuit suadere malorum3l . Otra muestrade su epicuresmo sera su manifestacin contra la dialctica(II 11, 16), as como en las palabras sobre la amistad al finalde la obra. Sin embargo, todas estas citas mencionadas porel autor son de tipo escolar y pueden ser adscritas a la litera-tura filosfica de diversas escuelas, algo lgico en un ma-nual de retrica que pretende reflejar las diversas doctrinasexistentes en ese momento. As, la sentencia esse oportet utuiuas, non uiuere ut edas de IV 28, 39, atribuida tradicio-nalmente a Scrates, se haba convertido ya en un refrnmuy citado; la idea de IV 43, 55 de que el sabio no debevivir exclusivamente para s mismo sino para su patria, suspadres y sus amigos puede ser asignada igualmente a Platn(Epst.IV 358a), y la tesis de que una proposicin no exigerefutacin porque ella misma es errnea hace pensar en elSofista 252c. En M7, 24 coinciden sucesivamente unafrmula estoica, una epicrea y una pitagrica. Por otra par-te, la importancia que el autor concede a la retrica delibe-rativa implica un compromiso poltico que no corresponde ala ideologa epicrea, tradicionalmente alejada de la retri-

    r7 Esto naturalmente en el caso de aceptar la lectura religio de los ma-nuscritos. AcHano, pg.64, n. 103, que plantea la cuestin, propone leerinreligio, pues considera poco verosmil una crtica de la religio en trocade un senador.

    ca. Tambin se ha dicho que el autor, como en general losintelectuales romanos de Ia poca, deba de ser un diletanteeclctico; al neoacademicismo puede asignarse la aversin ala dialctica, muy practicada en cambio f,or los estoicos. Endefinitiva, como seala Calboli 38, AaAi U conexin de laAcademia nueva con la retrica, es posible hablar de in_fluencias neoacadmicas junto con la presencia en determi_nados puntos concretos de la doctrina epicrea3e.

    6. La (Retrica a Herenio> y la retrica romana contempo_rnea

    rNrnoouccrN 3t

    En cuanto a su relacin con la retrica romana de lapoca, no resulta fcil comparar la doctrina de esta obra conel ars,de Antonio, que, pese a su brevedad y su carcter in-completo, influy mucho sobre el autora0; en ambos se da ramisma separacin entre retrica y cultura; es comn el inte_rs que muestran por el ejerci cio (I 2, 3) y laprctica de ladeclamacin, en especial sobre temas u"rrtm e histricosar,

    r8 Cf. Clnorr , Introdwione, pg. 34.

    .. ln Un elemento que tambin encuent.a ecos en la obra es el de la po_lmica entre rtores y filsofos con rspecto a la acn del orador; lacrtica en IV 4, 6 del tecnicismo de Hermgoras, "onfturo a la filosofia,puede situarse en este contexto, al igual que-ra profesin de fe en la firo-sofia con que se abre y se cierra el manual.

    a0 sta es la tesis de C. Celnorr, L,oratore M. Antonio e la

  • 32 RETRICA A HERENIO

    y 1o mismo sucede a propsito de la doctrina de los status,que es muy similar: segn Quintiliano (III 6, 45)' para An-tonio el debate puede centrarse en la realidad de los hechos,su conformidad con la ley o su conformidad con la justicia,presentacin que se corresponde exactamente con la consti-tutio coniecturalis,la constitutio legitima y la constitutio iuri-diciqlis del manual dirigido a Herenio. Rasgos que contribu-yen tambin a relacionar la obra de Antonio con la Retricaa Herenio son la dissimulatio artis, la recomendacin deluso moderado de las figuras y el ocultamiento de los recur-sos retricos, aunque es posible que esto ltimo se deba a lainfluencia de la escuela rodia. El De oratore sugiere tam-bin que Antonio dedic un lugar en su libellus a los proce-dimientos mnemotcnicos inspirndose en las teoras de Car-madas y Metrodoro de Escepsis; como el auctor,presta muchaatencin a 7a actio y no duda en recurrir al empleo de me-dios dramticos para hacer triunfar la causa. Por ltimo, losdos muestran una cierta adhesin a concepciones filosficasneoacadmicas. Las semejanzas entre ambos autores no sor-prenden en absoluto cuando se recuerda que Sulpicio tomlecciones cerca de Antonio y que el autor de la Retrica de-bi de ser una persona prxima a Sulpicio.

    vas a Popilio (l 15,25), Cepin (l 12,21 y 14,24),Maleolo (l 13,23), elasesino de Sulpicio (l I 5, 25) y el caso del augur (l I I , 20). Son controver-sias de argumento genrico las referidas a una vajilla de plata (l 12,20) yde tema mitolgico las de yax y Ulises (l I l, I 8) y Orestes (l I 5, 25). Deorigen griego son tambin la de los tripulantes que abandonan el barco (lt l, I 9) y la acusacin de peculado (I 12,22), en tanto que a las realidadesromanas se refieren la acusacin contra un mimo (l 14, 24), la referida a lamuefte de un esclavo (l 14,24) y la del soldado que no puede presentarsea causa de una tormenta (l 14,24). Sobre las suasorias y controversias ellla Retrica a Herenio, cf. Menx, Prolegomena, pgs. 104; S. F. BoNNn,Roman Declamation in the Lale Republic antl Early Empire' Liveryool,1949, pgs. 25 ss.; y Car-norI, L'oratore M. Antonio, pgs' 124-128.

    Es cierto que tambin aparecen diferencias sensibles en-tre las doctrinas del autor y Antonio: el rival de Craso dis-tingue el genus infinitum (las /esr's generales) y el gentts fini-tnm (hiptess o casos particulares), de los que no habla laRetrica a Herenio. En la argumentacin Antonio se inspirfundamentalmente en Aristteles, del que el auctor pareceestar ms apartado. Dedica un importante espacio al mouerey a la risa, dos desarrollos totalmente ausentes en la Retri-ca. El de ratione dicendi de Antonio parece, pues, haber sidoa la vez ms aristotlico y estar ms prximo a la tradicinromana que el manual del desconocido autor; sin embargo,dejando de lado estas diferencias genricas entre las respec-tivas obras, probablemente el libellus de Antonio no debade ser muy diferente del ars rhetorica dedicada a Herenio.

    Por su parte,la comparacin entre la Retrica a Herenioy el La invencin retrica de Cicern permite llegar a con-clusiones ms claras sobre la situacin de la retrica romanaa principios del siglo r; la relacin entre ambos tratados cons-tituye, sin embargo, uno de los puntos ms debatidos de lahistoria de la retrica romana42. Las concordancias entre am-bas obras, tanto en los aspectos doctrinales como en las for-mulaciones empleadas, son tan notables en muchos puntosque resulta innegable la estrecha relacin existente entre ellas.Algunos preceptos aparecen redactados prcticamente deforma idntica y muchos de los ejemplos empleados sontambin los mismos. Sin embargo, la cuestin de la relacin

    a2 Cf. sobre la cuestin en general, G. Turrr-r, euaestiones cle Corni-./ici et Ciceronis artibus rhetoricis, Greifswald, I889; Manx, prolegome_na, pgs. 129-133; G. Hrnnor-zurnrn, , phtologus 8l (1926),391-426:Caer-eN, Introduction, pgs. XXVI ss.; D. Merruns, Hermagoras, pgs.8l-100; J. Aoanunrz, Ciceros ,.Cernou, Corni/iciana 2,e Inroduzione, p5s.25-29; AcHeno, Introduction, pgs. Vll ss.244

    -2

    INTRODUCCION J-1

  • 3534 RETORICA A IJERENIO

    entre ambas obras dista an de estar plenamente resuelta.De las tres opciones posibles, que el auctor utilzara el Lainvencin retrica, que Cicern haya utilizado para su obrala Retrica a Herenio, o que ambas procedan de una fuentecomn, la primera ha sido abandonada en la actualidad. Laidea de que Cicern conociera y utilizara la Retrica q He-renio lampoco encuentra hoy partidariosa3. La hiptesis seapoya bsicamente en la comparacin entre I 9, 16 de laRetrica a Herenio y I 17,23 de La invencin retrica, pa-sajes en que se analizan los usos del exordio por insinuaciny donde tanto el quctor como Cicern reivindican la nove-dad y originalidad de su tratamiento. Sin embargo, como hansealado Adamietz y Calboliaa, es posible que ambos pasa-jes revelen simplemente un origen comn. Tambin es po-sible que esto slo signifique que Cicern haba odo hablarde esa distincin de la insinuatio pero que no saba quinestaba en el origen de esa idea.

    La opinin ms generalizada se inclina por hacer derivarlas concordancias entre ambas obras del uso de una mismafuente. Puede que ambos autores estudiaran en el mismoambiente, aunque no es probable que conocieran la obra del

    43 Cf. L. LeuneNo, De M. Tulli Ciceronis studiis rhetoricri Pars,1907 . K. Benwrcr

  • 3736 RETRICA A HERENIO

    tanto el modelo griego comn como otras fuentes secunda-rias diferentes. Por su parte, Adamietz ha demostrado quelos cambios en los detalles y la sistematizacin aportada porIa Retrica a Herenio excluyen tanto la dependencia de Ci-cern con respecto a sta como la hiptesis contraria' dadoque tambin en La invencin retrica existen modificacio-nes de la fonna originaria. Ambos escritos dependeran puesde una fuente comn. Por otra parte, puesto que la fidelidadde las concordancias, por ejemplo en el tratamiento del exor-dium y de Ia narratio, excluye una enseanza de tpo oral, lafuente debe haber sido un texto redactado ya en latn quetom como modelo a Hermgoras con influencias de otrasescuelas retricas griegas; a estas fuentes secundarias se de-bera en el libro cuarto de la Retrica toda la parte relativa alas figuras y tropos. En resumen, la doctrina recogida enambos tratados reflejara un ars retrica de orientacin her-magrea, complicada en ambiente rodio con elementos aris-totlicos y asiano-helensticos, ars que habra sido traducidaal latn y de la que dependen, junto con otras fuentes secun-darias, tanto el quctor como Cicerna6.

    Sin embargo, pese a la relacin existente entre estasobras, son tambin notables las diferencias que las separan.Las dos presentan las mismas partes de la elocuencia y lasmismas subdivisiones del discurso; el anlisis del exordio,de la narracin y de la conclusin es idntico; la idea de queun magister debe ser capaz de poner en prctica los precep-tos que ensea tambin es comn. Sin embargo, el alcancede La invencin retricq es mayor en lo que se refiere a lafuncin del orador, que el auctor ad Herennium dep sin ana-lizar. Mienhas que el autor se limita a sealar (I2,2) que el

    ou Cf. Cr-sorl , Infroduzione, pg. 29.

    INTRODUCCION

    orador es aquel que puede hablar de los temas quae acl usuntt'iuilem moribus et legibus constitutae sunt, Cicern precisatue tambin debe poseer la ciuilis scientia (I S, 6), de la quelrr retrica forma parte. Lq invencin retrica est fuerte-rnente marcada por las influencias filosficas, lo que no esr;l caso en la Retrica a Herenio. La organizacin es tam_bin diferente. Mientras que este manual presenta inmedia_lamente despus de los gneros las partes del discurso yremite para ms adelante su anlisis , La invencin retricaconsidera globalmente los estados de causa y agrupa las de-finiciones y el anlisis de cada parte. Tambin en los deta-lles son numerosas y notables las diferencias, en los generct(aLtsarum, en la constitutio coniecturalis, en la argumenta_cin; tampoco los nombres tcnicos son siempre los mismos.Mientras que la Retrica a Herenio es vaga en lo relativo asus fuentes, Cicern se refiere frecuentemente a Aristteles,I'Iermgoras y otros maestros griegos a7. Como hemos sea_lado, los puntos de similitud proceden del uso de una fuentecomn, bien un mismo manual, bien un maestro comn. SiCicern no reconociera haber sido apartado de plocio Galo,podra decirse que ambos trabajaron en un mismo ambiente.Como hemos apuntado, es probable que el auctor ad Heren_nium se haya inspirado ms en Ateneo, Apolonio y Antonio,y que haya eliminado de manera ms sistemtica lo que lepareca excesivamente griego; elige ejemplos populares yquiere ofrecer recursos para los romanos de origen modesto.Por el contrario, Cicern tiene ms en cuenta las aportacio_nes de Hermgoras y los filsofos griegos y propone unaretrica susceptible de agradar alos boni.

    o7 En su tratado, CrcenN menciona a Tisias (lI 2,6), Gorgias (l 5, 7),Scrates (l 31,5l y 52), Esquines el socrtico (l 31,51), Iscrates (ll 2,7), Aristteles (I 5, 7 ; 7, 9; 35, 6l; tI 2, 6; 2, 7 ; 51, I 56), Teofrasto (t 35,6l) y Hermgoras (l 6, 9;9,12; |,16;51,97).

  • 38 RETRICA A HERENIO

    La Retrica a Herenio presenta el innegable inters deofrecernos una sntesis de las mltiples influencias que en eldominio de la elocuencia se observan en Roma a principiosdel siglo l. Es cierto que la obra presenta torpezas: el plan esconfuso, se mezclan las partes del discurso segn el esque-ma de Iscrates y las tareas del orador segn el esquemaaristotlico; las partes del discurso son tratadas enla inuen-tio,no enla disposilio; el comienzo del libro segundo repitelos tipos de causas que ya haban sido tratados en el prime-ro. Tambin choca que la memoria y la actio son analizadasantes que Ia elocutio, la tercera de las partes tradicionales enque era dividida la retrica. Se podran esperar ms precep-tos sobre el ritmo y la frase. La discusin sobre la composi-cin (IV 12, 17) es inadecuada y el autor se limita realmentea presentar una lista de faltas que se deben evitar: hiatos,aliteraciones, hiprbaton y repeticiones de palabras; la asig-nacin de las distintas figuras entre las de diccin y las depensamiento (IV 13, 18) es arbitrariay la lista de sesenta ycuatro figuras que define e ilustra no parece muy til en laeducacin del orador, pese a que fue una de las partes de laRetrica que mayor influencia tuvo en la posteridad. Tam-poco tiene la altura de miras de La invencin retrica, pesea que Cicern escribi esta obra muy joven. No hay consi-deraciones sobre la funcin civil del orador, ni reflexionessobre las relaciones entre la retrica y la filosofia; el estilo,que da la impresin de ser ms arcaico que el de Cicern oel de Csara8, es a veces desmaado y da la impresin de serdemasiado escolar.

    Sus mritos, pese a todo, son tambin indiscutibles. Setrata de un manual breve, fcil de consultar, en el que el au-tor consigue una sntesis notable uniendo elementos muy di-

    o8 Sobre el estilo del auctor, cf. Acwrno, Apndice III, pgs. 237 -240.

    rNrnooucclN 39vorsos y suprimiendo lo superfluo. Es posible que en algu_rrrrs puntos presente opiniones personales, suyas o de su doc_lor, como en sus consejos sobre la pronuntiatio. Muchos delos ejemplos de la elocutio deben ser de origen propio, otrosson testimonios importantes de la elocuencia poltica y ju_tlicial de la poca. Tambin es meritoria la claridad con laque presenta el conjunto de la doctrina y las cualidades pe_daggicas que muestra. Sabe interesar, exponer, ejemplifi_car y poner en prctica la enseanza de la retrica. Con laayuda de su misterioso maestro, intenta sobre todo naturali_zar la tkhn helenstica, utilizando las traducciones queproponan los rhetores latini; ha aclimatado ciertos ejern_plos griegos y desembarazado el ars de las referencias mso menos abstractas sacadas de la mitolo ga y la historiagriegas para tomar ejemplos de la vida actual, poltica y ju_dicial de Roma. En resumen, redact un manual fcil decomprender y de ulllizaq en especial por personas que noconocieran el griego. En este sentido, es seguro que la re_daccin de la obra responda a una motivacin pltica. Elautor quiso ofrecer un instrumento de lucha a los hominesnoui pero las circunstancias polticas redujeron al orador alsilencio limitando su audiencia a un pequeo crculo.

    7. Fortuna de la obra

    La Retrica a Herenio constituye una de las obras capita_les de la Antigedad clsica y probablemente la ms utilizadaen toda la Edad Media junto con el juvenil tratado de Cice_rn La invencin retrica. Aproximadamente hasta el siglorv el texto permaneci fuera de circulacin, probablementecomo consecuencia de las circunstancias personales del au_tor, en la agitada poca posterior a la restauracin de Sila, a

  • 4140 RETORICA A HERENIO

    las que nos hemos referido; de aceptar la autora de Cornifi-cio, Quintiliano habra sido el nico autor que tuvo conoci-miento de la obra en el periodo clsico pero, como ya tuvimosocasin de ver, la atribucin es poco probable. Julio Severia-no, un rtor del siglo u que menciona La invencin retrica,no la conoca. Tampoco los rtores y anticuarios posteriores,hasta comienzos del siglo rv, como Aulo Gelio, Aquila Ro-mano, Julio Rufiniano, Sulpicio Vctor, Mario Victorino, Ju-lio Vctor, Nonio Marcelo, la mencionan: sin embargo algu-nos de ellos conocan bien la obra coetnea de Cicern.

    Slo en el renacimiento del siglo rv la Retrica a Here'nio comenz una renovada carrera. Precisamente uno de losmanuscritos incompletos de la Retrica, el Herbipolitanus,contiene una subscriptio dedicada al rico africano Romania-nus, un amigo de Agustn aficionado a la retrca que vivia mediados de sigloae. Es posible que en esta poca algngramtico poco instruido editara la obra, a la que dividi enseis libros en lugar de los cuatro del autor, seguramente aparlir de la divisin en uoluminq que deban contener la to-talidad de la obra; la errnea atribucin a Cicern, proba-blemente por la propia persona que descubri el texto, con-tribuy decisivamente a la conservacin y difusin de laobra, y as es citada por vez primera, y con elogios, por Je-rnimo el ao 395, atribuyndolaya a Cicern. Sin embargo,su maestro de retrica en Roma, Mario Victorino, originariode frica, en ningn lugar de su comentario a La invencinretrica da muestras de conocer la obra, lo que sugiere quea mediados del siglo w la Retrica era aun poco conocidaen Roma y probablemente tampoco tena mucha difusin enfca. En los siglos v y vr Prisciano y Rufino la conocan,

    ae Cf Mnx, Prolegomena, pgs. 1-4; sorprende que Agustn no habledela Retrica a Herenio mientras que s cita Ia invencin retrica.

    INTRODUCCION

    irunque no parece que estuviera muy difundida en las biblio-lccas de la poca, pues, con la excepcin de los tres autorescitados, nadie la menciona y en el alto medievo Isidoro, Be-tla y Alcuino no parecen haber tenido conocimiento de ella,kr que implica que Hispania, Britania y Galia carecan tam-bin de manuscritos de ellaso. Slo en la segunda fase delrcnacimiento carolingio Servatus Lupus, abad de Ferrara,l)arece haberla conocido y, segn la hiptesis de Marx, hayclue remontar efectivamente a un original del siglo x todauna serie de manuscritos incompletos, los mutili, que consti-tuyen los testimonios ms antiguos conservados de la Ref-rica a Herenio.

    No obstante, no fue entonces cuando se produjo el des-oubrimiento y la fama de la Retrica a Herenio, sino en elsiglo xr y en relacin con el movimiento de las artes dic-laminis italianassl. A partir de ese momento la fama de laRetrica fue enorme en toda la Edad Media, por lo general,acompaando a La invencin retrica de Cicern; pruebade su extraordinaria difusin es la enorme cantidad de rna-nuscritos existentes en catlogos y bibliotecas medievalesas como los numerosos comentarios y traducciones en len-guas vernculas. Entre las primeras traducciones destaca laversin italiana realizada antes de 1266por Guidotto de Bo-iogna52 y la francesa de 1282 de Jean d'Antioche. Estas tra-

    50 Los tres autores citados que mencionan la Retrica a Herenio esta-ban todos en Oriente: Jernimo en Antioqua, Rufino en Jerusaln y pris-ciano en Constantinopla. Es probable pues que haya sido en Siria o enPalestina donde la obra reapareciera tras un periplo que es dificil de esta_blecer.

    5' Cf. K. MeNrrrus, , Philologus 100 (1956), 62-66, y J. J. Munprv, Rhetoric ittrhe Mddle Age, Berkeley-Los ngeles, 1974, pgs. 108 ss.

    52 Sobre la difusin italiana del texto cf. M. Sralr-oNe,

  • 43.t , l{ll ()l{l(:^

    ^ HERENIO

    rlirr r r,r{':, ,r lir:; lcrrgrras vulgares produjeron una incidencia. lli llrrl t'n rl)nrulog que no ha sido suficientemente es-trrrlrrrl;r. ;uln(luLr sc lta sealado su influencia en la teora po-Irr ir royq'7:rl o gallego-portuguesa, si no directa, al menosr tr,rvuri dt'las Arfes Poticas latinas de los siglos xrr y xnr,Irrrlrr cl rtrrrto de que obras como el Ars versificatoris deNl;rlt'o tlc Vendme o la Poetria Nova de Geoffroi de Vin-r;rrrrl.srrrgicron de un intento de adaptacin de la Retrica allrt'cnio a la composicin potica del medievo latino. Tam-bin son muy abundantes los comentarios medievales a lall(trica a Herenio53, entre ellos el de Thierry de Chartres ocl clebre de Alanus, ambos producto del renacimiento delsiglo xrr5a. Por otra parte, la Retrica e Herenio es funda-rnental para las Artes Poticas latinas de los siglos xr y xrrr.

    En la Pennsula Ibrica es posible documentar en laEdad Media un conocimiento directo de la obra al menos en

    colo>>, Bolletino dei Classici,3.u ser., I (1980), 158-190; C. B. SlenoNr,, Medioevo Romanzo 9 (1984), 215-266.

    53 Cf. J. J. MunnHv, Medieval Rhetoric, pg. ll6, n.88; J. O. Wnu,>, Cahiers de I'lnstitut du Mo)en AgeGrec et Latin 17 (1976), l-39.

    s4 Cf. J. O. Wno,

  • 4544 RETORICA A HERENIO

    la Retrica a Herenio5s. Tambin realizaron comentarios deella Gasparino Barzizza y Lorcnzo Guglielmo Traversagnida Savona, enlazando con la tradicin medieval de comen-tarios de esta obra5e.

    Con el descubrimiento en el ao 1416 de las Institutio-nes de Quintiliano y en el 1421 de los grandes tratados ret-ricos de Cicern comenz a eclipsarse la poca de esplendorde Ia Rtoricq a la vez que comienzan a orse las primerascrticas. Y desde que Lorenzo Yallarechaz la atribucin dela obra a Cicern, idea que en 1491 recogi Rafael Regio,todos los estudiosos han descartado la autora de Cicern,con 1o cual la obra perdi tambin algo de su prestigio. Apartir de ese momento la Retrica a Herenio sufre los mis-mos avatares de la retrica renacentista, en especial en laconfrontacin entre retrica y dialctica en cuanto a su com-petencia sobre ia inuentio y la argumentatio, confrontacinque, a travs de autores como Rodolfo Agrcola, Luis Vives,Pierre de la Rame o Snchez de las Brozas, ir paulatina-mente reduciendo el campo de la retrica en favor de la dia-lctica, hasta concluir en el Barroco, momento en el que re-trica y potica quedan reducidas al campo de la elocucinen tanto que el resto del armazn de la vieja retrica pasafundamentalmente a la lgica60.

    A lo largo de ese proceso, la obra no deja de tener in-fluencia, pero ya aadavez ms limitada. A partir de 1500,

    5E Cf. J. O. Wano, , en J. J. Muneuv, Renaissance Eloquence, Studies in the Theor,and Practice of Renaissance Rhetoric, Berkeley-Los ngeles, 1983, pg.l3l, n. 17.

    5n Cf. H. Ceer,rN, Of Eloquence, pg.268, y J. O. Weno, op. cit.,pgs. 134 ss.

    60 Cf. G. Cor.rrE, l.a metfora barroca, Mlln, 19'72, pgs. 65 ss.; C.Vsor, La dialettca e la retorica dell'Umanismo, Miln, 1968.

    INTRODUCCION

    tanto la Retrica a Herenio como La invencin retrica deCicern sufren la competencia de toda una serie de textosrns sofisticados, como los de Quintiliano, las obras madu-ras de Cicern, o textos griegos como los tratados de Her-mgenes. Por otra parte, aparecen tambin entonces las ntte-vas retricas renacentistas, como las de Nebrija, Snchez delas Brozas o Pedro Juan Nez, por citar autores hispanos,que se adaptan mejor a las necesidades del momento y susti-tuyen a estos textos como manuales de enseanza6i. Sinembargo, el Renacimiento trajo consigo el inters filolgicode la obra y en esta lnea se van sucediendo las edicionesrealizadas con criterios cientficos, comenzando con las deAldo Manucio (Venecia, 1524), el primero que se preocuppor f,rjar el texto a partir de los mejores manuscritos, PieroVittorio (Venecia, 1537) o las ediciones francesas y flamen-cas de Lambino (Pars, 1566), Scotus (Leiden, 1588), a quiense debe la divisin del texto en pargrafos, y Gruterio (Ham-burgo, 1618), autor de la divisin en captulos, numeracio-nes que a travs de la edicin de Gronovio (Leiden, 1962)pasaron a las de los siglos xrx y xx.

    Sin embargo, existe una gran distancia entre las tenden-cias y actitudes ms vivas y nuevas de la cultura y el modode actuar de las escuelas elementales, en las que se siguiconcediendo una gran importancia aIa Retrica a Herenio ya La invencin refricct. A un inters fundamentalmente es-

    6r Sin ernbargo, durante todo el siglo xv y principios del xvr siguenapareciendo comentarios renacentistas ala Retrica a lleren.io y a La in-vencitt retrica. Cf. W.+no, Renaissance Commentators, pgs. I28-146,en su mayora dependientes de los de Barlolino de Benincasa (de la prime-ra mitad del xrv), del de Guaino de Verona (de rnediados del xv) y, ya enlos comienzos de la imprenta, los de Victorino (M1ln 1474), JernimoCapidnro ( 1490), A. Mancinelli (1a94 V otros humanistas de segunda fila.A partir de I 500 son pocos y secundarios los comentarios que se hacen aestas obras.

  • INTRODUCCION 4146 RITORICA A HERENIO

    colar se debe la editio prnceps de Omnibonus Vicentinus(Venecia, 1410), y las sucesivas ediciones no tienen otroobjetivo, llegando todava a usarse como libro de texto enlas escuelas de los jesuitas. Ambos textos sufrieron en la es-cuela la competencia de otros muchos manuales de retricaescritos en el Renacimiento, aunque, de una manera general,todos ellos utllizaran estas obras como base de su redaccine incluso en muchos casos se presenten como lneros res-menes de ellas62. A partir del Barroco la obra pierde inters,aunque la retrica pervive y el texto sigue siendo utilizado63.

    8. Lq lrensntisin de la obra6a

    Como hemos sealado, entre la redaccin de Ia obra ysu redescubrimiento en el siglo rv transcurri un periodo de

    6' As, por ejemplo, las Flores rhetori.cae ds Fenn,r-ro rrs MNz-N*ARES, Salamanca, I485, son un resumcn de la Retrica a IIt't cttio. Sobrclas retricas espaolas de la poca cf. J. Rrco Vrnoir, La relt'icu espao-la en los siglos XVI y XI4l, Madrid, 1973; A. G,rnci Bcnnro, Ittlrodur'-cin a lo Polica clasicista: Cascales, Barcelona, 1975; L. L>, Ac-catl. Nazion. dei Littcei, Bibl. Class.,3." ser., I, 1980, pgs. l5ti-190; K.Zetzer, , llit'nar,gtrlien

    rrl rnenos cinco siglos en el cual su paradero es incierto y(luc sin duda contribuy a deteriorar el texto original' El ca-ricter del libro, que se prestaba fcilmente parala ensean-zi, y su temprana atribucin a Cicern son los responsables,tc qre en la actualidad existan ms de cuatrocientas copias,lc epoca medieval de esta obra, lo cual en la prctica haceirnpsible el estudio exhaustivo de su transmisin' Desde lapoca carolingia la obra circul intensamente, acompaada

    "n o"usiones por la creacin de resmenes y compendios y

    or1 tanto que;l uso de diferentes cdices en el proceso decopia vino a complicar extraordinariamente el original al in-.luir en un mismo texto dobles lecturas y glosas' Sin embargo'hay que destacar que pese al alto nmero de copias antiguas

    1csi ciento cincuenta entre los siglos tx y xll65),las relacio-nesefectivamenteconstatablesentrestassonmuylimita-das y dificiles de establecer dada la prdida de lo que debide constituir una extensa documentacin intermedia' De he-

    cho, el anlisis sistemtico de los cdices antiguos revelaque slo una parte muy pequea de ellos muestra relacionesde dependencia6.

    Ei estudio de la transmisin textual de la Retrica a He-renio se basa en el admirable trabajo tealzado por F' Marxen su editio maior dela Retrica (Leipzig 1894), que consti-

    l6(1982),183-2ll.Losestudiosmsrecientessobrelatransmisintex-tual de la Retrica a Herenio son la Introdttclion' pgs' LVI-LXIII' de laedicin de Acu'nu (1989) y, sobre todo, el detallado estudio de A' Hr-Nr:u, IJrtlersttcltttngen nff berlieferungsgeschichle der

  • 48 RETORICA A HERENIO

    tuye an hoy el fundamento del texto utilizado en las msrecientes ediciones de Bornecque, Caplan, Calboli o Achard67.Segn Marx, la mayora de los cdices se agrupan en dosfamilias: una que presenta la obra incompleta (mutili) y otraque incluye la obra entera (expleti) en la que los manuscri-tos fueron completados a partir de un ejemplar que contenatoda la obra. Ms recientemente A. Stuckelberger ha sea-lado la existencia de un tercer grupo de cdices, dejados de la-do por Marx, que contienen tambin la obra completa peroque no pertenecen al grupo de los expleti y a los que ha de-nominado integriqs.

    La familia ms antigua est representada por cuatro ma-nuscritos anteriores al siglo x en los que falta el comienzode la obra: tres comienzan en I 6,9, el cuarto enI7,11. To-dos, adems, se caracterizan por la presencia de numerosaslagunas. Los cuatro cdices pertenecientes a esta familia sonel Herbipolitanus (Wirzburg, Univ. Bibl. M.p. misc. f. 2;H), de mediados del rx, procedente de la catedral de Wrz-burg; el Parisinus (Pars B. N. Lat. 7714; P), de mediadosdel lx, al que se aadi el comienzo de la obra en el sigloxn; el Bernensls (Berna, Burgerbibl. 433; B) y, por rltimo,el Corbeienss, tambin del scriptorium de Corbie pero lle-vado a San Petersburgo a finales del xvlrr (San Petersburgo,

    7 Sobre las ediciones anteriores a la de F. Mnx de 1894, en especialla de C. L. Kvsen (185a), y la polmica entre C. F. H.rr,,r, , Rhein. Museum l5 (1860), 536-513,y L. SreNcor-, , Rhen.Mttseum l6 (1861), 391-413, cf. A. HanNnn, (lntersuchungen zut.bet lie-fe nm gs ges c hic hte, p gs. 6- I l.

    68 Ms que manuscritos completos (integri), como propone Stuckelber-ger, se trata de mutili completados en su comienzo; cf. HenNen, [Jnterst.t-chungen nrr berlieferungsgeschichte, pgs. l9-21. Sin embargo, puestoque estos cdices contienen la obra completa, AcHano, lntroducfion, pg.LXI, propone continuar la denominacin de integri para esta familia.

    li. V. Lat. Class. 8; C). Este manuscrito, que presenta rela-t iorres con el Parisinus, es el primero en incluir juntos laIlclririca a Herenio y el texto de La invencin retrica, enrrna extraa sucesin ininterrumpida de pasajes de una yolra obra. Aunque proceden manifiestamente de un mismoc jcmplar incompleto, estos cuatro cdices no presentan rela-c:iones de dependencia entre s. Las lagunas y las faltas sonrnuy frecuentes as como las confusiones de letras y las omi-siones. Todos ellos han sido corregidos, en general con lasrrrismas lecturas que los expleti.

    La segunda familia, innumerable o, al menos, sin nume-rar dada la enorme cantidad de manuscritos existentes, sedifunde sobre todo a partir del siglo xrr, aunque algunos sonde finales del x, e incluye el texto completo, sin las lagunascle los mutili. Constituyen Ios expleti de Marx. Dentro deesta inmensa familia es dificil elegir manuscritos represen-tativos por cuanto la tradicin parece ser menos ntida de loque pretenda Marx y los manuscritos presentan grandes di-ferencias debidas a un proceso continuo de correccin. Marx6ese bas fundamentalmente en tres manuscritos procedentesde Bamberg (Bamberg Class. 29; A), Leyden (Leiden Gro-novianus 22; l) y Darmstadt (Darmstadt 2283; d), de los si-glos xrr-xrrr, a los que aadi ocasionalmente lecturas pro-cedentes de un manuscrito de Pars del s. xll y de unVossianus algo posterior.

    La tercera familia, la de los integri, comprende manus-critos que pueden ser fechados a finales del siglo x y co-mienzos del xr; en ellos ha sido aadido el comienzo de laobra pero se mantienen la mayora de las lagunas de la fa-milia de los mutli. Los ms antiguos son el Vadianus, d,e

    6e Prolegomena, pgs. l0 ss. Una descripcin de los manuscritos deeste grupo utilizados por Marx puede verse en el prefacio a su editio mi-nor, Leipzig, 1923, pgs. XII-XVIIL

    INTRODUCCION 49

  • 50 RETRICA A HERENIO

    San Gall (Stadtbibliothek, Vadianus 313; V), otiginatio deAlemania o Suiza, que incluye tambin e! De inuentione,yel Frisingensrs (Mnich, Bayerische Staatsbibliothek, Clm6403-I;,Q, procedente de la abadia de Freising, ambos definales del siglo x y dependientes de un mismo mutilus. Pa-ra Marx, se trata de manuscritos expleti procedentes de lafusin de un mutilu.t con un texto completo que posterior-mente habra desaparecido. Sin embargo, al contrario queen las dos familias anteriores, la parte que falta enlos mutiliy ha sido completada aqu no presenta las lagunas y confu-siones en las que tanto abundan los otros dos grupos. Eltexto utilizado para completar el inicio no procede por tantode la tradicin original de esta familia, por lo que hay quesuponer que un manuscrito completo existi ya antes decomienzos del siglo xII, en contra de 1o que opinaba F.Marx, que los dej de lado en su edicin70.

    La historia de la tradicin de la obra ha sido establecidapor MarxTr de la siguiente manera. El texto era ya conocidodesde comienzos del lx en una forma incompleta porque elejemplar de partida haba perdido los folios iniciales. En elsiglo xu (o antes segn Stuckelberger) un texto que no habasufrido esta prdida sirvi para completar los captulos ini-ciales desaparecidos dando origen a los integri. Finalmente,dado que es imposible imaginar que las numerosas lagunasexistentes en el texto fueran subsanadas de manera indepen-diente por los diferentes copistas, habra que admitir que unejemplar con el texto completo apareci en el siglo xu dandoorigen a la numerosa familia de expleti12 " Los puntos some-

    ?0 Cf. HnrNnn, Unlersuchungen zur berlieferungsgeschichte, pgs.54-66.

    7r Cf. Mnnx, Prolegomena, pgs.9-10 y 33-34.72 El proceso sera similar al descubrimiento en 1422 en Lodi de un

    cdice que contena La invencin retricct, lt Retrica a [Jerenio, el Ora-

    lNrnouuccrN

    titlos a discusin en el anlisis de Marx son la ausencia de uncstudio detenido delos integri, an por hacer, y larazn realrlc las diferencias entre los mutili y los integri, pues no secntiende la aparicin repentina de un manuscrito que conser-vara los folios iniciales. Tampoco la fecha de aparicin delos manuscritos expleti est todava explicada suficientemen_lc, as como el que durante el siglo xr no circularan prctica_rnente sino manuscritos integri. En efecto, los copistas secontentaron con complet ar la pat're inicial que faltaba sin co_rregir sistemticamente el resto de lagunas existentes en ellexto. Se impuso as un texto integro formado por manuscri_tos completados a partir de un mutilus o de un integer al quese aadieron los pasajes que faltaban procedentes de un codexcompleto. Es posible que el texto completo haya aparecido alines del siglo x y sirviera paulatinamente para corregir elantiguo texto de Ios integri y los mutili73. Esto implicara queninguna de las tres familias puede ser def ada de lado a la ho_ra de establecer el texto de la obra.

    Aunque evidentemente el establecimiento d,e un stent_ra en estas condiciones de transmisin textual resulta suma_mente dificil, dada la complejidad de las continuas relacionesentre los miembros de las distintas familias, parece evidenteque todos ellos proceden de un arquetipo que por su escritu_ra deba de resultar sumamente dificil de leer, corrupto en

    lor, el De ordtore y el De claris oratoribus, desaparecido poco despr-rs.De hecho, Marx llani la atencin sobre el hecho de que en la mayora delos expleri la Retrica a Herenio siguiera a La invencin retrica como enel manuscrito de Lodi, Io que le hizo suponer que ese ejemplar completoque sirvi para Ia familia de los expleri estara relacionado con el Lauden-sis de 1422.

    7r Cf. Acrnu, Introduction, pgs. LX-LXII, y HanNrn, (Jntersu_c hun ge n nr be r I i eferun gs ge s c hi c hr e, pgs. I 60- I 7d.

    5l

  • 52 RETORICA A HERENIO

    muchos lugares y con glosas desafortunadas y arriesgadasque fueron incorporadas paulatinamente al propio texto. Deeste arquetipo procederan dos ramas separadas, el antecesorde los mutili, procedente de la zona germnica oriental, y elque dara origen alos expleti, originado en Francia aunquecon influencias de un intermediario irlands y otro anglosa-Jon''.

    Como ya hemos mencionado, para establecer su textoMarx se bas principalmente en los mutili, que representanla obra de copistas fieles y pasablemente ignorantes que nopretendieron mejorar un texto de por s dificil. Dej de ladolos integri y opt sistemticamente por la lectio dfficilior.Sin representar el texto definitivo, que an aguarda el an-lisis detenido de los innumerables manuscritos expleti, cons-tituye hoy la base del texto de la Retric(t.

    9. Ediciones y traducciones

    Hasta la edicin de F. Marx de 1894, la Retrica a He-renio fue editada siempre con el resto de la obra de Cicern.De las numerosas ediciones que con criterios estrictamentefilolgicos se llevaron a cabo en el siglo xrx75 destacan las deL C. Orelli y J. G. Baiter76, C. L. Kayser" , J. G. Baitcr y C.

    ta Cf. HonNrn, [Jntersuchungen zur berlieferungsgeschichle, pgs.195-t9'7.

    75 Para las ediciones anteriores a 1834, cf. el Onomasticon Tul.lianum,en el vol. VI, pgs. 218-225,Zrich, 1836, de laedicin de J. C. Onrlrcitada ms abajo.

    76 M. Tulli Ciceronis opera quae superstrnt omnia, Zrich, t834, vol. I.11 CorniJici Rhetoricorum ad C. Herennium libr III, Leipzig, 1854.

    La edicin contiene abundantes notas (pgs. 215-il2), ampliamente r.rtili-zadas en los comentarios de Marx y Calboli.

    INTRODUCCION

    L KayserT8 y G. FriedrichTe.La obra que supuso una autn-ticr revolucin en el estudio y edicin de Ia Retrica a He_t('tto y constituye an hoy da la base de la mayora de las,:rliciones posteriores es la llamada editio maior de F. Marx,lttcerti Auctoris De ratione dcendi qd C. Herennitm lil,riItr/"Leipzig, 1894 (: Hildesheim, 1966), con amplios prole-.qomenq, notae e index verborum; la edicin haba sido pre_cedida por una serie de estudios del autor sobre Ia cuestin80.ljl mismo Marx public en 1923 la llamada eclitio minor|t,Lna edicin corregida y con nuevas propuestas de lecturaspero sin la introduccin, notas e ndice de la anterior. poste_riores a la edicin de Marx, y en gran medida dependientescle ella, son las de H. Bornecque, [CicronJ Rhtorique ii He_rennius, oLwrage longemps attribu d Cicron, pars, [1932](Col. Classiques Garnier), sin aparato crtico y con lecturassin justificar; H. Caplan, [CiceroJ Ad C. Herennittm libri IVtle ratione dicendi, Londres-Cambridge, Mass., 1954 (LoebClassical Library); G. Calboli, Cornifici. Rhetorica ad C.Herennittm, Bolonia, 196982, y G. Achard, Rhtorique d He_rennius, Pars, 1989 (Collection des Universits de France),la nica que supone una relativa novedad editorial frente altexto de Marx, especialmente por haber utilizado algunosmanuscritos de la familia de los integri que el fillogo ale_

    53

    lR t, ^ " -,

    _' tvt. tuuu Ltceronts opera quae supersunt,Leipzig,1960, vol. L

    7^e^ M. Tulli Ciceronis Opera rhetorica L feipzig, tSS+.tu Cf. F. Menx, >, Rieitrisches Museum 43(1888), 376-398, y

  • 54 RETRICA A HERENIO

    mn haba dejado de lado. De las ediciones citadas, las deBornecque, Caplan, Calboli y Achard llevan tambin traduc-cin a sus respectivas lenguas. En cuanto a ediciones o tra-ducciones al espaol, dejando de lado la a todas luces insufi-ciente traduccin de M. Menndez Pelayo83, recientementeJ. F. Alcina ha publicado una traduccin de la obra que re-produce el texto latino de la edicin de Calboli 84.

    A diferencia de 1o que le ha ocurrido al tratado de Cice-rn, su rival contemporneo, la Retricq a Herenio es unaobra que por su importancia parala teora retrica clsica harecibido siempre una continua y profunda atencin' mani-festada tanto en el nmero de ediciones como en la cantidady calidad de los comentarios y estudios de la misma. Ya he-mos hecho referencia a las ediciones de Kayser, Marx, Ca-plan, Achard y, especialmente, Calboli, todas ellas provistasde abundantes notas explicativas. De todas ellas hemos he-cho amplio uso en nuestra edicin. Para los aspectos relati-vos a la terminologa retrica clsica, pese a su antigedadson especialmente tiles los dos volmenes de Th' H. Er-nest, Lex ico n t ec hnolo g iae Latino rum rheto r ic qe, Leipzig,1791 (: Hildesheim, 1963) y Lexicon technologiae Graeco-rttm rhetoricae,Leipzig, (: Hildesheim, 1962), as como lasobras de C. Causeret, tudn tu, la langue de la rhtoriqueet de la critique littraire dans Cicron,Patis, 1886, y J.Cousin, ndes sur Quintilien. I: Contribution d l'tttcle dessources de l'Institution oratoire, II; Vocabulaire grec de la

    8r M. MeNNoez Pelayo, Obras completas de Marco Tulio Cicern,torno I, Madrid, 1882 (Biblioteca Clsica). El volurnen contieue tanbinla traduccin del De ittuentione, los Topica y las Partitiones oratoria.e deCicern. Se trata de un trabajo juvenil de D. Marcelino, arbitrario en suslecturas y carente de base cientfica alguna.

    8a J. F. ArcrN, [CiceroJ , texto, traduc-cin, introduccin y notas, Barcelona, l99l (Col. Erasmo).

    terminologie rhtorique dans I'Institution oratoire, pars,1935 (: Amsterdam, 1967). El lxico que incluy Marx ensu editio maior puede ahora sustituirse ventajosamente conel de K. Abbot, W. A. Oldfather y H. V. Canter, Index tter_borum in ciceronis rhetorica, necnon incerti auctoris ribrosad Herennium,rJrbana, 1964.En cuanto a la traduccin delos trminos retricos al espaol, hemos procurado seguiren la medida de lo posible el uso establecido en este tipo deestudios. Especialmente til nos ha sido el vocabulario determinologa retricc de los siglos xvr y xvrr recogido comoapndice del estudio de J. Rico Verd, La retrica espaolade los sglos XVI y WII,Madrid, lgT3.Igualmente hemosconsultado el Diccionario de trminos fitolgicos, de F. L_zaro Carreter (Madrid, 1973r, as como el ms reciente deH. Beristin, Diccionario de retricq y potica, Mxico,19923. De gran utilidad nos ha sido tambn la consulta delos diccionarios de derecho romano de F. Gutirrez_A\vizyArmario, Diccionario de Derecho Romano, Madrid, l9g2,y M. J. Garca Garrido, Diccionario de jurisprudencia ro_mana,Madrid, 1982.

    En lo relativo a la transmisin textual, al margen de lasamplias referencias a la cuestin que se encuentran en lasediciones de Marx, Captran y Achard y cuyos resultados he_mos expuesto anteriormente, el nico estudio de conjuntode la cuestin es el reciente de A. Hafner, (Jntersuchringenzur berlieferungsgeschichte der Rhetorik ad Herennitm,Berna-Frankfurt-Nueva york-Berln, 19g9, aunque el pro_blema, probablemente irresoluble dada la cantidad enormede manuscritos conservados, est an lejos de haber alcan_zado una solucin definitivas5_

    85 Recientemente P. R. TavloR, (pre-History in the ninth centurv ma_nuscripts of the Ad Herenniumt, Classica et Medievalia 44 (lg%): ftl_254, en un detallado estudio ha apuntado a las incorporaciones de origen

    rNrRopuccrN 55

  • 56

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    I(rNNrnv, lrl o/Persuasion

    l(nNNaov, lrf o/Rhetoric

    I(nor-r, Rhetorilc

    Maux, Prolegomena

    Lausenc

    MeRrrN, Antike Rhetorilc

    Marrr-rrs, Hermagoras

    QurNr.

    Ret. a Alej.

    VorrvnNN, Rhetorik

    SIGLAS

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    61

  • FAJ

  • .E

    I

    SUMARIO

    I. IrnonuccrN. Drocnronta (l)IL DnrrNcrN DE LA oRAToRr,. Trn. oEr- oneoon (2)

    Los diferentes gneros: demostrativo, deliberativo, judicial (2)Partes de la oratoria: invencin, disposicin, estilo, memoria,

    representacin (3)Lateoria,la imitacin y el ejercicio (3)

    III. Ls PARTES onr- orscunso (4)l. El exordio (5)

    Tipos de'causa segn el exordio: digna, deshonrosa, dudo-sa, insignificante (5)

    Clases de exordios: el exordio directo y el exordio por insi-nuacin (6)

    Funciones del exordio (6-8)Usos del exordio por insinuacin (9)Tpica del exordio por insinuacin (9- I 0)Diferencias entre ambos tipos de exordio (l 1)Exordios defectuosos (1 l)

    2. La narracin (12)Clases de narracin:

    Centrada en los hechos: relato legendario, historia, fic-cin (12)

    Centrada en las personas (13)244.-..3

  • T66 RETORICA A HERENIO

    Cualidades de la nanacin: brevedad, claridad, verosimili-tud (14-16)

    3. La divisin. Partes de la divisin (17)La distribucin: enumeracin y exposicin (17)

    4. La confirmacin y refutacin. Teora de los estados de cau-sa (l 8)El estado conjetural (18)El estado legal. Partes del estado legal (19)

    El texto y su intencin (19)Leyes en conflicto (20)La ambigedad (20)La definicin (21)La cuestin de competencias (22)La analoga (23)

    El estadojurdico. Pafies del estadojurdico (24)Estado jurdico absoluto (24)Estado jurdico asuntivo. Partes (24)

    Confesin: Excusa y splica (24). -

    Rechazo de la acu-sacin (25).

    -

    Transferencia de la responsabilidad(25).

    -

    Comparacin (25)

    IV. Er-El,rrNros coNsTrrurrvos DE LA cnusr' (26)Justificacin (26)Fundamento (26)Refutacin (26)Punto ajuzgar (26)

    V. Corucr-usrN (27)

    ErrcN or Manx, 1923I l, 1 [sed] si te unum illu

  • IOcupado en mis asuntos privados apenas puedo dedicaral estudio el tiempo suficiente y el poco del que dispongoprefiero emplearlo habitualmente en la filosofia. Pese a ello,Cayo Herenio, tus deseos me han movido a escribir sobre elarte de hablarr; no pienses, pues, que rechazaba hacerlo porti o que rehua el esfuerzo. Y con mayor inters an me heentregado a esta tarea cuando vi que tu deseo de conocer laretrica tena fundados motivos; en efecto, ia habilidad parahablar y la facilidad de expresin comportan no pocos be-neficios si son dirigidas por una firme inteligencia y unaestricta disciplina del carcter.

    Es ste el motivo de que haya dejado de lado aquellostemas que los rtores griegos han tratado con intil arrogan-cia2. Por miedo a parecer que saben poco, han investigado

    I La expresin de ralione dicencli es una de las denominaciones latinasde la retrica y segirn Mxnx, Prolegomena, pgs.73-15, se tratara del t-tr"rlo de la obra. Sin cmbargo, hay que sealar que al fin de la nrisnra (lV56, 69) se encuentran las palabras ors rhetorca, en un lugar en cl que taln-bin era habitual poner el ttulo.

    2 E,ste antihelenismo de la Retrica a Herenio encuetrtra aqu y cn lll23, 38 su formulacin ms explcita y hace pensar en la actitud de Anto-nio, qtrien con su d/'s pretenda ofiecer a la juventud romana una fornra-cin oratoria basada en una enseanza exclusivamente romana; G. C,tl-norr,

  • 71t0 LIBRO IRETORICA A HERENIO

    materias que no tenan nada que ver con su ciencia para queas se creyera que es ms dificil de aprender; yo, por el con-trario, he incluido lo que me pareca propio del arte de laoratoria, pues no son ni el inters econmicor ni el deseo degloria, como a otros, los que me han conducido a escribir;con mi esfuerzo slo pretendo cumplir tus deseos. Y ahora,para no prolongar en exceso mis palabras, comenzar la ex-posicin de la materia. Slo quiero recordarte antes una co-sa importante: la teora sin una prcfica constante no sirvede mucho; comprenders, por tanto, que el estudio de estospreceptos debe ir unido al ejercicioa.

    La funcin del orador es poder hablar de todo aquelloque las costumbres y las leyes han fijado para el uso de losciudadanos y obtener en la medida de lo posible la aproba-cin de los oyentes5.

    Hay tres clases de causas que el orador debe saber tratar:la demosrativa,la deliberativa y la judicial. La demostrai-va es la que se reaTtza como elogio o censura de una perso-na determinada. La deliberativa se centra en la discusin

    3 Esta afimracin puede ser indicio de la existencia en Roma de Ia de-rnanda de tratados retricos, probablemente muchos de los cuales debieronser escritos; cf. T. Brnr, >, Rhein. Museunt'12 (1917 -18),3 I I -3 16.

    4 La exercitao era uno de los cinco elementos que en la concepcinromana de la retrica de esta poca garantizaban el xito. Los otros cuatroeran natura, imitalio, sludium y ars.

    5 Esta definicin de la retrica une la funcin de la persuasin deAristteles (Ret. 1355b25) con la teoria delos politikd ztmqta proceden-te de Hemrgoras, aunque con la frase moribus et legibus restringe el con-cepto nraximalista de este ltimo, tal vez malinterpretando el lrmino zt-motd pero efectivalnente adaptando la definicin a sus propsitos prcticosy a la idea de que la retrica constituye un arte al servicio de los interesesciviles. Al contrario que Cicern, el auctot' no distingue aqtri entrelafina-litlad (ftni.s, tlos) y la.funcin (fficium, rgon), cf . Ctc., De inu. I 5,6.

    poltica y comprende la persuasin y la disuasin. La jucti_cial se basa en una controversia e incluye la acusacin, pe_nal o civil, y la defensa6

    Mostrar ahora las cualidades que debe tener el orador;luego sealar la manera en que conviene tratar estas cau-SAS.

    El orador debe tener las cualidade s de invencin, dispo_ ssicin, estilo, memoria y representacinT. La invencii esla capacidad de encontrar argumentos verdaderos o veros-miles que hagan convincente la causa. La disposicin orde_na y distribuye los argumentos y muestra el lugar en que de_be ser situado cada uno de ellos. El estilo sirv para adaptar

    . ^6 .Genera causantm (gne t6n tgon). Esta distincin es aristotlica(cf._Anrsr., Rel. r358b) aunque de hecho contina una tradicin anterior;cf. Leusaenc, gg 59 ss.; Iv.tnn1y, Antike Rhetorik, pgs. 9_10; y paralaparte histrica, KrNNoov, A-rt of.persuasion, pgs. Sj_SZ. Et enfasi. pu"s_to en la retrica judicial es de origen helenstico,"probablemente pro.O*-

    te- de Hemgoras, aunque en lo referente a esia particin D. I4orrrrus,Hermagoras, pgs. 87 y 9g, ha sealado que su prr.n"iu aqu y en el Derv. no se debe en concreto a Hermgoras sino al desconocido rtor ro-diense del cual dependen tanto el auclor.orrro Ci"..n. Sobre la oratoriadeliberativa y demostrativa, cf. respectivamente I. Brcrc, IJnterntchuttgenz_ttr Theorie des Gnos Symbo-utetkon, Hamburgo, 1970, y V. er..,.ri,r,Unterxtchungen zur Theorie cles Genos Epicteikikon von Gorgias bis Aris_toteles,Mnicll, 1960. El uso-del trmino controuersia por el autor para de_finir la funcin del gnerojudicial sera, segn L. ftuoro**,

  • 13L', RETORICA A HERENIO

    a los argumentos de la invencin las palabras y frases apro-piadas. La memoria consiste en retener con seguridad en lamente las ideas y palabras y su disposicin. La representq-cin es la capacidad de regular de manera agradable la voz,el rostro y los gestos.

    Podremos conseguir todas estas cualidades por tres me-dios: la teora, la imitacin y el ejercicio. La teora es elconjunto de reglas que permite un acercamiento sistemticoy racional a la oratoria. La imitacin nos estimula medianteel estudio atento a alcanzar la efectividad de otros oradores.El ejercicio es la prctica asidua y la experiencia constanteen el hablar8.

    Una vez que he mostrado qu causas debe saber tratar elorador y las cualidades que debe tener, creo que debo expli-car ahora cmo pueden aplicarse al discurso ias cualidadesdel orador.

    La invencin se emplea en las seis partes del discurso:exordio, nqrracin, divisin, demostracin, refutacin y con-clusine. El exordio es el comienzo del discurso; con l se

    8 Ars (tkhne), imiatio (mmsis) y exercitatio (g,,mnasa, .rf.rlt sontres conceptos habituales desde Protgoras (cf. Pr-arN, Fedro 269a) eIscrates; cf. Crc., De nu. I1,2; De orat. 14, 14; Tcrro, Di|.33.Et'tcuanto a la ntmsis, no resulta fcil incluirla en la enseanza retrica y, delrecho, la llett'ica a Herenio no se extiende sobre ella, pues afecta ms a lacrtica literaria que a la propia teora retrica. Por el contrario, la necesidadde acompaar el estudio retrico con el ejercicio constante es sealada porel autor en numerosos pasajes de la obra y constitnye la primera referenciaronrana a los progym.nsnlata, ejercicios retricos sobre temas ficticios; cf.S. F. BoNNen, Roman Declamation in the Late Republic and Earlt Empi-re, Liverpool, 1949, pgs.20 ss.

    e El nrmero de las partes en que se divide el discurso vari a lo largode la historia de la retrica. Las seis partes de la Retrica a Herenio y deLo inve