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Resumen de la introducción de 'Tools, Language and Cognition in Human Evolution'
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Ciencia Estética Evolucionaria/Otoño 2015
PI Dr. Ramón Patiño Espino
Control de lectura 4
Sandra López
Planteamiento central:
Tanto los editores como Gordon Hewes exponen el marco general en el que se
desarrollarán los contenidos del libro. En la introducción general se explican a grandes
rasgos la intención particular del conjunto de artículos, así como la descripción
delimitada de cada una de las secciones del libro. En el escrito de Hewes se hace un
resumen de los más destacados antecedentes del campo de investigación de este
volumen, a saber, la relación entre el uso-fabricación de herramientas y el lenguaje en la
evolución humana.
Tools, Language and Cognition in Human Evolution
Editado por Kateen R. Gibson y Tim Ingold (G&I) (1993)
Prefacio Los editores cuentan que estando en el simposio “Doing thing with tools” en Trieste
(Italia) se reunieron con Bill McGrew y Tom Wynn para discutir una pregunta
asntropologica fundamental ¿La evolución en la “fabricación de herramientas” y del
lenguaje fueron fenómenos interrelacionados?
Como resultado de estas discusiones los cuatro investigadores realizaron el
simposio interdisciplinario “Tools, language and intelligence: evolutinary implications”
en Portugal en 1990. Este libro es el resultado de aquella conferencia, cuyo tema
integrador era la evolución cognitiva.
Este libro pretende abrir camino a modelos conceptuales de la evolución humana
basados en la sicología, ecología y teoría neuronal moderna. La interdisciplinariedad de
los ensayos compilados son normalmente complementarios aunque en algunos casos
serán contradictorios. Los editores decidieron mantener esta diversidad, aunque a veces
contradictoria, pues afirman que es la manera como podremos llegar a un progreso en el
entendimiento del ser humano, lo cual es solo posible en el dialogo de más allá de la
artificial frontera entre las ciencias humanas y las ciencias naturales.
Prólogo
Introducción general. Mentes animales, mentes humanas
Kathleen R. Gibson (KG) KG inicia planteando las siguientes preguntas: ¿Cuál es la naturaleza de la mente
humana y cómo surgió? ¿Será que el intelecto humano representa la expansión de
capacidades previamente presentes en nuestros predecesores animales como lo postuló
Darwin? O será que hay grandes discontinuidades entre las mentes humanas y animales
-tan vastas que requieran explicaciones espirituales u otro tipo de explicación dramática
del origen de los poderes humanos (Wallace. 1864, 1869)? Estas preguntas siguen sin
respuesta mas de un año después de la publicación de La descendencia del hombre
(Darwin, 1871).
Afirma la autora que aunque en el siglo XX hubo grandes avances en la
comprensión de la evolución de la forma humana, nuestro conocimiento acerca de la
evolución del lenguaje y la cognición es aún incompleta. Podemos trazar la evolución
de la fabricación de útiles, pero no sabemos lo que la fabricación de útiles demandaba
en términos de competencia lingüística y sociabilidad. Podemos trazar un mapa de la
evolución y los cambios de la morfología externa del cerebro pero nos falta entender el
sentido funcional de esos cambios. Incluso no podemos responder a la simple pregunta
de si la evolución de la mente humana requirió la adición de módulos discretos
especializados o si se trata de un solo sistema mental expandido.
El objetivo es de los editores es proponer modelos conceptuales de la evolución
del comportamiento humano, siguiendo ejemplos propuestos por la física y otras
ciencias duras, esto, en contraste con los modelos referenciales los cuales asumen que
los homínidos primitivos se asemejaban a los chimpancés ó a los babuinos. KG afirma
que caso para los editores resulta desable y factible que se desarrollen y se apliquen
modelos conceptuales para la interpretación de registros fósiles y arqueológicos.
Continuidades versus discontinuidades entre las mentes animales y las mentes
humanas
El dominio de medio siglo de las teorías de la discontinuidad
Tanto Platón como Aristoteles y otro pensadores occidentales de su tiempo,
consideraban la mente como una manifestación del alma- una entidad espiritual que
entraba en el cuerpo al nacer, que partía al morir y que lo proveía de propiedades coo
movimiento, pensamiento y respiración. Aunque Platón y Aristóteles difereian en la
descripción del alma humana, ambos argumentaban que difería rotundamente de la de
otras criaturas. En el marco aristotélico había tres tipos de almas: la vegetal, la animal y
lahumana, donde estas dos últimas proveían capacidades sensorias y motoras. Por otro
lado, el alma humana tenía pensamiento racional y creativo. La perspectiva platónica y
aristotélica e las diferencias entre la mente animal y la mente humana fue retomada en
el cristianismo, y sumado con la idea juadica del dominio humano sobre los animales,
estas ideas han sido impartidas a generaciones de estudiantes occidentales durante su
etapa de formación académica.
Aunque no todos lo humanos comparten la perspectiva dominante de occidente.
Por ejemplo los lideres religiosos asiáticos, o el pensamiento hindú antiguo, los
cazadores-recolectores modernos, o los Oubi de Costa de Marfil, promueven de
distintas maneras la unidad e íntima relación entre humanos y animales.
Por otro lado, en occidente, la perspectiva darwiniana de la continuidad
evolutiva entre animales y humanos se opuso radicalmente a las tradiciones
occidentales. Incluso Darwin y Romanes catalogaron similitudes entre el
comportamiento animal y humano, aunque “no pudieron especificar qué fue lo que
cambió en la evolución o la naturaleza de los pasos entre diferentes niveles de
comportamiento”(Lashley,1949). Quizá es por esto que los científicos occidentales [y
sobre todo los “humanistas”] han seguido el legado hebreo y griego.
Con el nacimiento de la fisiología, el descubrimiento de la circulación de la
sangre, el entendimiento de los roles del oxigeno cerebral y los “potenciales neuronales”
los científicos abandonaron las discusiones sobre el alma. Ahora se habla de cerebros,
intelectos y lenguaje, aunque estos términos parecen referir a otro aspecto del alma.
Estas cualidades mentales fueron consideradas como la frontera entre lo animal y lo
humano. El comportamiento animal fue descrito como instintivo, y el comportamiento
humano como aprendido. Se dijo que los humanos son los únicos que pueden
simbolizar el mundo, construir frases y hacer herramientas. De acuerdo con algunos,
solo los humanos tienen cultura y poseen autoconsciencia.
Se presumía pues que los seres humanos usaban “alta inteligencia” en casi todo
su comportamiento, mientras que de los animales se creía que su comportamiento estaba
basado en procesos mentales simples, por lo tanto, incluso en comportamientos
similares, se creía que usaban mecanismos mentales diferentes.
Otras disciplinas especializadas también promovieron esta separación entre el
comportamiento animal y humano. La lingüística, la antropología, y la sicología del
desarrollo se definen como estudios humanos, mientras que la zoología, etología y
sicología comparada se enfoca casi totalmente en animales. Como resultado pocos
estudiosos compararon comportamiento animal y humano usando los mismos métodos
de análisis y observación. En consecuencia especialistas de las distintas disciplinas se
mantienen ignorantes –a veces deliberadamente- de los encuentros de las otras.
Por estas razones es que la evidencia por la continuidad mental declinó después
de Drawin y Romanes, siendo más bien las teorías de la discontinuidad las que
dominaron las discusiones académicas durante la medio siglo XX.
Evidencia moderna de continuidades comportamentales entre animales y humanos
Hoy, solo pocas discontinuidades –si es que hay- parecen separar los primates de los
humanos. Quien inició este cambió fue Goodall quien en 1963 tomó fotografías de
chimpancés haciendo herramientas y con ello revocando una de las mas perdurable idea
sobre la especie humana: “man the tool maker”. Así mismo, Goodall y sus estudiantes
señalaron otras continuidades como los conflictos intergrupales mortales, o las
relaciones de larga duración entre congéneres.
Una segunda prueba para unicidad del ser humano, se dio cuando Beatrix
(etóloga) y Allen Gardner (sicólogo comportamental) enseñaron a un chimpancé al que
llamaron Washoe, a usar elementos del lenguaje de signos americano para sordos.
Desde ahí, otros chimpancés, orangutanes, bonobos y gorilas han demostrado
capacidades simbólicas.
Ahora sabemos que otros animales pueden usar sintaxis, emitir sonidos con
referencias ambientales, reconocerse ellos mismo en espejos, participar en un engaño
deliberado, exhibir percepción intermodal y usar una herramienta para hacer otra
herramienta.
En todo caso el abatimiento de cada discontinuidad no nos acerca a la
comprensión de la evolución cognitiva humana ¿Si los primates tienen
comportamientos que lo humanos pueden definir, entonces, qué –si hubo algo-
evolucionó? ¿Existe alguna diferencia cognitiva significante?
Indicios de emergencia de nuevos paradigmas
Los capítulos siguientes entran en el campo de las teorías de continuidad dando variados
ejemplos en la comprensión de sintaxis, el uso de herramientas, etc. En todo caso,
muchos de los autores se mantiene convencidos de que las diferencias entre humanos y
no-humanos son vastas, pues a pesar de las similitudes, los no-humanos no alcanzan los
logros humanos en ningún dominio conocido (vocal, gestual, técnico o social), ni
tampoco, otro animal, combina comportamientos sociales, técnicos y ligústicos dentro
de un rico, interactivo y autopropulsor complejo cognitivo.
Paradójicamente estos capítulos envuelven afinidades comportamentales pero
también revela grandes divergencias que no pueden ser entendidas de la manera
estereotipada tradicional como “man the tool-maker”. Las especializaciones
desciplinarias han tenido la tendencia tradicional de definir los comportamientos y
habilidades como “todo-o-nada”, por tanto, la mayoría de los autores de este volumen
abandonan este “todo-o-nada” para comprender los comportamientos complejos en
niveles diferentes o graduales. Por lo tanto la pregunta no es ya si los animales pueden o
no hacer herramientas o usar sintaxis sino como la fabricación y uso de herramientas, la
sintaxis y otras capacidades, se exhiben en diversos grados de desarrollo. Podemos estar
entrando a una nueva era de potencial reconstrucción conceptual de la evolución de los
homínidos.
Herramientas lenguaje y cognición ¿un evento o muchos?
Los pades de los estudios evolucionarios modernos fueron generalistas cuyos intereses
abarcaban los reinos de la sicología, antropología y biología. El siglo XX ha sido testigo
de la especialización científica. Cada disciplina se ha enfocado en capacidades
individuales como el lenguaje, los vestigios de herramientas, o la cognición. Incluso
dentro de un mismo campo, digamos los primatólogos, los investigadores se centran en
comportamiento específicos tales como la dominancia, el forrajeo, vocalización etc., en
vez de examinar el repertorio completo del comportamiento de las especies. Esto
supone la idea de que cada comportamiento es único en sí mismo. En todo caso, se ha
escuchado que el repertorio comportamental humano evolucionó como un complejo
adaptativo unitario (fuego, herramientas, vida social compleja, habla, cerebro).
Para comprender la evolución humana es necesario confrontar una cuestión
fundamental: ¿los dominios cognitivos y comportamentales de los humanos están
separados a manera modular o están interrelacionados?
El lenguaje y la fabricación de herramientas han sido usualmente consideradas
como lo que define las características de nuestra especie. Muchos investigadores han
notado que el lenguaje y el simbolismo afecta profundamente nuestros procesos de
pensamiento propulsando la mente a nuevos niveles. La fabricación de herramientas
también ha facilitado grandes cambios en el conocimiento y pensamiento humano, por
ejemplo, proveyendo el medio para mantener registros permanente y permitir así la
investigación científica y el transporte de los mismos en largas distancias.
Como el habla y el gesto no se fosilizan, solo a través de los rastros de cráneos,
de los usos de herramientas y de las herramientas podemos establecer un marco para
modelar la evolución del lenguaje y la cognición.
Muchos sicólogos y sicolingüistas sostiene que las herramientas, el lenguaje y la
inteligencia tienen substratos cognitivos y comportamentales comunes (como Piaget,
Greenfield y Case). En el contexto evolucionario los teóricos cognitivistas proponen
que el uso de humano de herramientas y los logros lingüísticos difieren de los de los
homínidos dominios constructivos jerárquicos similares a aquellos que distinguen un
joven de un niño. Lingüistas han sugerido incluso una gramática en la fabricación de
herramientas. Neurocientífico han encontrado relaciones entre el control neural del
habla y la manipulación manual, por ello lesiones cerebrales que afectan capacidades
del lenguaje pueden también causar dificultades en la manipulación de objetos y en la
gesticulación, lo cual a llevado a investigadores a afirmar que la selección de
movimientos hábiles de la mano llevaron también a el control fino de los movimientos
orales. Así mismo, muchos antropólogos han reiterado y expandido el potencial de
interrelación entre la planeación implicada en el uso de herramientas y el habla.
Otros antropólogos sugieren que el uso de herramientas sirvió como u agente
selectivo para el origen del lenguaje, o alternativamente, que el uso cooperativo de
herramientas fue seleccionado por la capacidad vocal y lingüística. Sobre todas estas
idea, algunos investigadores especulan sobre el nivel de inteligencia y lenguaje de los
fabricantes de herramientas, sin embargo, no es universalmente aceptado que las
herramientas de piedra reflejen procesos cognitivos o lingüísticos.
Los investigadores que escriben en este volumen proveerán perspectivas frescas
de otods estos asuntos, en particular, de la relación entre el habla, el gesto y la
interacción entre herramientas, imitación y comportamiento social. A continuación KG
revisará brevemente algunos de los principales asuntos tratados en las cinco secciones
del libro.
Parte I- palabra, signo y gesto
Esta primera parte reevalúa nuestra preconcepción del Homo Sapiens como el
comunicador vocal primario, y de la unicidad de la sintaxis vocal humana proponiendo
discusiones como:
• Las teorías gestuales (teorías del gesto) proponen que todo los grandes simios
han desarrollado capacidades gestuales pero no habilidades vocales.
• El uso de herramientas y el gesto tienen reflejan control neuronal del brazo y la
mano, por tanto los controles motores y cognitivos requeridos para el uso y
fabricación de herramientas automáticamente incrementan la capacidad gestual.
• Otros sugieren que el lenguaje vocal y gestual tiene sustratos neurales similares
y que la vocalización puede manifestarse en los gestos.
• Se da evidencia del potencial neurológico y superposición cognitiva de control
gestual y vocal.
• La perspectiva de que los simios exhiben mayor control gestual que vocal sigue
en píe.
Parte II- Habilidades técnicas y comportamientos sociales asociados de los
primates no humanos
La pregunta general de esta sección es qué fue el primer impulso de la evolución del
cerebro humano ¿la tecnología o el comportamiento social?
• Las investigaciones sugieren que tanto en humanos como en simios el uso y
fabricación de herramientas son inseparables de los comportamientos sociales
como compartir, enseñar e imitar.
• Ninguno de los dos aspectos impulsó la evolución por si solo.
• El hacer herramientas, usarlas para hacer otras herramientas, la imitación y el
compartir no distingue a los simios no-humanos de los humanos. Los humanos
exhiben un nivel mal alto de performance en ambos campos.
Parte III- conectando el cerebro
La reflexión de esta sección esta orientada al control neural de las habilidades humanas
lingüísticas y técnicas, y revelan que la gesticulación, el lenguaje vocal, el uso de
herramientas y el comportamiento social refleja procesos neurales complementarios, y
así mismo, implica superposiciones de circuitos neurales.
• Déficit gestual y verbal en pacientes con alzhéimer.
• Evolución de la lateralización neural y manual.
• Las contribuciones de la expansión cerebral al control motor
Parte IV- Perspectivas del desarrollo
En esta sección todos los autores están de acuerdo en que la manipulación de objetos, el
simbolismo y el lenguaje están estrechamente ligados y son interdependientes en el
desarrollo del niño, y lo desarrollan aplicando sus conocimientos a preguntas
filogenéticas. Se discuten los siguiente temas:
• Previo al comportamiento ligústico y al uso-fab de herramientas sería necesario
tener un “master” (habilidad) que domine las tareas precursoras de dichos
comportamientos.
• La interacción del comportamiento social, la cognición y la manipulación de
objetos en la planeación del uso complejo de herramientas.
• La dificultad de separar el comportamiento gestual y vocal del niño.
Parte V- Perspectivas arqueológicas y antropológicas
En esta sección se reinterpreta los registros arqueológicos y fósiles a la luz de la datos
interdisciplinarios y de el análisis de personas en las sociedades contemporáneas. Se
tratarán los siguientes temas:
• La significación potencial de las herramientas líticas de los homínidos
primitivos para entender sus capacidades cognitivas
• El uso y fabricación de herramientas y la socialización en colectivos humanos
modernos. Todos los autores están de acuerdo en que lo logros tecnológicos
modernos requieren de fuertes interacciones entre los dominios sociales y
tecnológicos.
• Los autores difieren en la hipótesis de que se requiere lenguaje para transmitir
las habilidades técnicas.
• Difieren también en los atributos cognitivos de los homínidos primitivos
Una historia de especulación de la relación entre
herramientas y lenguaje
Gordon W. Hewes (GH)
La especulación greco-romana acerca del origen del lenguaje y del uso de herramientas
fue muy limitada porque había poca aceptación de que el ser humano descendía de otros
animales. Cuando trataron de responder a estas preguntas lo hicieron a través de los
dioses, así el lenguaje y las habilidades técnicas eran regalos de los dioses o de héroes.
En la mitología incluso hay dioses que fabrican herramientas y que suplen a los otros
dioses de ellas. Raramente, se intentó explicar el origen de los artefactos usados por los
dioses. A pesar de que era evidente que los niños requerían un proceso de aprendizaje
tanto para el lenguaje como para el uso de herramientas, es sorprendente que nunca
tuvieran razones para buscar la explicación para el lenguaje y el uso y fabricación de
herramientas.
Titus Lucrecius Carus (99-55 a.c.) presentó la primera teoría plausible de la vida
de los primitivos humanos en su De rerum natura, donde los hombres no tenían
herramientas ni fuego, ni ropa, ni refugios, ni lenguaje. Acerca del lenguaje escribió que
“los varios sonidos del lenguaje hablado, fue la naturaleza la que llevó al hombre a
expresarlos, y práctica conveniencia que dio la forma de los nombres de los objetos”.
Por lo tanto, Titus negaba la noción de que el habla era un regalo divino. Además, Titus
notó que el habla de los niños emplea gestos para comunicarse. Lo que no percibió fue
una relación profunda entre herramientas y lenguaje, aunque ambas si habían surgido
por causas naturales. Posteriormente Lactanius (250-325 d.c.) en su De Opificio Dei
sive de formatione hominis observa que el bipedismo liberó las manos de la
locomoción, las cuales podían perfeccionar los poderes del discurso y también podrían
usarse para manipular herramientas y armas, reemplazando así las partes del cuerpo
naturales presentes en otros animales. Para él, las manos y la voz eran “sirvientes de la
razón y la sabiduría” y al contrario de sus contemporáneos, situaba la razón y la mente
en el cerebro y no en el corazón.
Gregorio de Nisa (330-400dc) escribió que las manos eran una ayuda especial
para el hombre, para expresar el lenguaje escrito. Pero de manera un poco oculta, afirma
que “si el cuerpo no tuviera manos, ¿como podría articularse una voz en él?”. Al igual
que lucretius, de Nisa soportaba la idea de que el lenguaje era una emergencia natural y
no un regalo divino.
Así mismo, Agustín de Hipona (354-430dc) contribuyó a la teoría lingüística
cuando describió el proceso en que un niño adquiere el habla primero apuntando a las
cosas y luego obteniendo sus nombres a través de su madre. A las historias bíblicas en
occidente, así como a los pensadores índicos y chinos, les faltó curiosidad por el origen
del lenguaje y uso de herramientas.
Los viajes marítimos del siglo XV y XVI llevaron a los estudiosos a
reconsiderar el posible estado salvaje de los humanos primitivos. Algunos explicaron
esto como una regresión demoniaca. Hobbes, en su Leviatán, describe al humano
primitivo en estado salvaje, sin letras, artes ni sociedad. Por otro lado Descartes y sus
seguidores reafirmaban un insalvable abismo entre el ser humano dotado de alma, razón
y lenguaje, y todas las otras criaturas, descartando así cualquier continuidad, con esas
criaturas automáticas y sin habla.
No fue sino hasta el siglo XVII y XVIII que la noción de una era de
herramientas y armas de piedra (como lo sugirió Lucrecio 1800 años antes) se encontró
reflejada en la forma de vida de muchas culturas de las américas.
En el siglo XVIII se abrió de nuevo la pregunta por la “glottogenesis” cuando de
la Mettrie propio que se le podía enseñar lenguaje de sordos a un simio. Rousseau
planteó el escenario de la evolución cultural incluyendo el desarrollo de herramientas,
pero sin ligarlo con el lenguaje. Por tanto, la pregunta por cómo la habilidad del uso de
herramientas se había originado permanecía como de poco interés intelectual.
Bejamin Frankiln escribió que “el hombre es un animal que usa herramientas”
(1778). Para este tiempo había colecciones de herramientas y armas salvajes, pero la
idea de una era primitiva no era aún reconocida, hasta que se empezaron a encontrar
útiles cerca de mamíferos ya extintos.
El descubrimiento del Neandertal en 1856 revivió la cuestión de si tal hombre
podría haber hablado. Paralelo a esto la geología estaba volcando las absurdas
geocronologías bíblicas. En 1863, Schleicher percibió un posible darwinismo en el
lenguaje, en una carta abierta a Haeckel.
En 1843 los misioneros Savage y Wydman reportaron que en el África
occidental había una simio antropoide, y que el chimpancé usaba piedras para romper
nueces. Aunque esto era sabido por Darwin, por sus observaciones de pinzones y los
chimpancés del zoológico de Londres, el impacto de estas evidencias fue demorado un
siglo hasta que Goodall, en 1986, reportó la “caza de termitas” por los chimpancés del
Gombe.
La evidencia en la diferencia de los esqueletos de la edad piedra significaron un
reto para quienes estudiaban –en el siglo XIX- las raíces de los idiomas primitivos. La
posibilidad de aplicar el darwinismo al lenguaje abrió un inmenso campo de
especulación aumentado por la publicación de Origen del Hombre en 1871.
Romanes (darwinista) trató de enseñar a un chimpancé a contar y a identificar
colores comoparte de su investigación en evolución mental de los animales, la cual
inició en 1883. Garner grabó vocalizaciones de simios y monos en el bosque de Gabón
en 1890 como intento de estudiar su “lenguaje”, aunque sus resultados fueron
patéticamente exiguos se le debe reconocer ser el primero en intentar estudiar
sistemáticamente el comportamiento en campo.
En 1867 la sociedad lingüística de parís prohibió los estudios que especularan
sobre el origen del lenguaje. Afortunadamente esto no se extendió a la neurología donde
se dio avances importantes relacionados al lenguaje, entre los cuales, Broca anunció la
localización de las funciones del habla en el hemisferio cerebral izquierdo. Por lo tanto,
los constreñidos horizontes de los neogramáticos y subsecuentes saussureanos fueron
compensadas por las investigaciones neurales del lenguaje. Fue entonces posible
concebir la profunda relación de la lateralización del lenguaje y de las habilidades
manuales. Había ahora evidencia que los primitivos fabricantes de herramientas líticas
habían sido diestros.
Greiger estudió las raíces de lenguaje indoeuropeo (antes de la prohibición) y
descubrió que el lenguaje precedía la fabricación de herramientas, porque la mayoría de
las raíces para las acciones motoras referían a movimientos de la mano o del brazo, y no
a manipulación de herramientas. Noiré (1917) se opone a esta afirmación pero sostiene
el origen gestual del lenguaje.
Darwin habló poco sobre el lenguaje en su Origen del hombre. Se conformó con
lo propuesto por Tylor sobre la base gestual, y con la idea de Tooke de que el lenguaje
era un arte así como hacer cerveza o pan. Sin embargo Darwin estaba al tanto de que el
canto de las aves involucraba aprendizaje y por tanto que no era innato. Para Engels
(1876), el habla surgió cuando los seres humanos tuvieron algo que decirse uno a otro.
Por otro lado, el progreso en estudios del cerebro y la localización de áreas,
permitió reevaluar los cráneos primitivos encontrados concluyendo que tenían la lengua
lo suficientemente desarrollada para el habla articulada.
Ludwing Noiré (1829-1889) fue uno de los pocos estudiosos que vinculó
lenguaje y herramientas en el contexto prehistórico y lingüístico. En 1880 escribió un
libro dedicado a la importancia del lenguaje en la evolución humana, en el que afirma
que las vocalizaciones inarticuladas pasaron gradualmente de ser onomatopeyas a
sílabas y palabras habladas.
La habilidad lingüística del Neandertal su puso en duda porque aunque su
cerebro era inusualmente grande, sus mandíbulas parecían primitivas, sumado a esto, su
trabajo lítico era de buena calidad (Lavallois) lo cual complicaba el análisis de su
inteligencia.
La re-evaluación del registro fósil inicio luego del encuentro del australopitecus.
Los registros indicaban que eran bípedos y parece que incluso fabricaban piezas de
barro. En este punto se llamó la atención sobre la posibilidad de que los homínidos
primitivos tuvieran algo así como un proto-lenguaje. Además, la disminución de los
dientes caninos supuso un cambio del armamento dental por herramientas
extrasomáticas.
En los 50s aparecieron muchos libros y artículos sobre el origen del lenguaje y
de la arqueología paleolítica. Para esta década se incluyó una sección especializada en
una la conferencia “Antropology today” en NY. Así mismo Holloway estaban
empezando a buscar signos de capacidad lingüística a partir de moldes endocraneales de
homínidos primitivos. A partir de aquí se da un vertiginoso avance en las
investigaciones, provocando un escepticismo radical en las mentes cartesianas que no
pueden soportar la idea de un simio usando lenguaje racional.
El renacimiento del respeto por la investigación del origen del lenguaje fue
anunciada por Wescott en 1967, al mismo tiempo que Stoko y Bellugi reforzaron los
experiementos con simios que empleaban señas para sordos. Estos desarrololos
permitieron también que el autor (Gordon Hewes), desarrollara su propia propuesta en
1973, de una formulación explícita de la relación entre el uso de herrmianetas y la
emergencia del lenguaje. A continuación enumero algunos eventos al respecto:
• 1972 reunion de la Asociación Americana de Anstropología, como
resultado hubo un libro de papers.
• 1975 conferencias en la Academia de ciencias de Nueva York. Para este
evento el tema era mucho mas complejo, y participaron neurólogos,
sicólogos, prehistoriadores, etc.
• 1976 dos papers de Montagu e Isaac
• 1981 Eric Glolier organizó la conferencia “Glottogenesis” en París y
patrocinada por la UNESCO. Dos papers del volumen resultante
planteaban la relación herramientas-lenguaje.
• 1983 se formó la Sociedad internacional de los orígenes del lenguaje, por
lo que considerables publicaciones y eventos sobre el tema se han
acumulado desde entonces.
• 1988,1989 Wynn y Dibble proponen que las formas de los artefactos
paleolíticos reflejan clasificaciones semánticas
• Tomasello 1990, Mellars & Stringer 1989, Parker & Gibson 1990, Foster
& Botscharow 1990, MacNeilage 1987
Anteriormente el mayor esfuerzo de la investigación se centraba en la capacidad
humana del lenguaje mientras que la fabricación y uso de herramientas se daba por
hecho como resultado de una gran inteligencia y por tanto merecía menos examinación
científica. Esto, refleja los prejuicios filosóficos logocéntricos occidentales que como
hemos visto, tienen una larga historia. Ahora que esos prejuicios han sido reconocidos
por lo que son, un nuevo y gran campo se ha abierto a la reflexión, y este libro lo
revela.
Conslusión
Aunque hace siglos hubo intentos por resolver la ontología natural del ser humano, no
fue sino hasta los últimos dos siglos que esta necesaria labor a ganado su camino. Según
las descripciones de Hewes podemos concluir que el siglo XX y ahora el XXI, abre la
posibilidad de avances enormen en la comprensión de la evolución humana y del rol de
aspectos específicos como el lenguaje y las herramientas.