ANÁLISIS MENAJES DE MOTIVACIÓ N VALIDACIÓN

GUATEMALA, JUNIO 2015

INVESTIGACIÓN CUALITATIVA

ANÁLISIS VALIDACIÓN

MENAJES DE MOTIVACIÓN

VERSUS LEÑA

2anal i s i s GL O B A L A L L A N C E F O R

C L EAN COOKSTOVES

índice •  1. INTRODUCCIÓN

•  2. LOS RESULTADOS–  2.1 PÚBLICO: MUJERES

–  2.2 PUBLICO: HOMBRES

•  3. CONCLUSIONES


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introducción


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¿QUÉ SE INVESTIGÓ, CÓMO, CON QUIÉNES Y CUÁNDO?

l  OBJETIVOS:l  Validar inicialmente varios mensajes emotivos para hacer conciencia entre mujeres y hombres usuarios de leña,

de la conveniencia de migrar a gas o a estufas mejoradas de leña.

l  Analizar las actitudes hacia cada tipo de territorio propuesto

l  METODOLOGÍA:–  Cualitativa, 2 Focus Groups, uno hombres y otro con mujeres objetivo

l  MUESTRA:–  Usuario de leña, familias campesinas en entorno urbano –  Localidad: Alotenango (a 50 kilómetros de la Capital), área con difusión de gas, zona turística próxima–  Edad madura (gente mayor, con familia)

l  LUGAR Y FECHA: Guatemala, 25 de junio 2015


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resultados


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2.1

público

MUJERES


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TENSIÓN: CUIDADO HIJOS SALUD

l  El enunciado les “preocupa”, porque les está “previniendo” en relación al riesgo que viven sus hijos por estas expuestos al humo de leña. Lo que sí motiva e interesa.

l  Ellas saben que debido al humo sus hijos padecen de dolor de ojos, irritación, han requerido anteojos en algunos casos, y padecen de los pulmones: Una de las participantes comenta que su hija “nació sanita, pero de tanto humo” ahora padece de tos.

l  Los niños se exponen al estar en el cuarto/cocina, y de bebés, es su culpa por cargarlos en la espalda cerca del fuego.

l  El enunciado contrasta con la realidad, porque lo que obliga a la leña es “la necesidad” y la “costumbre”. Tienen que adaptarse.

l  El mensaje no promueve el gas o mejoradas, sino entienden que su obligación es sacar a los hijos de la cocina, mandarlos al patio, no tenerlos con ellas al cocinar. O poner chimenea, ventilar o cuidar el uso de leña seca. Se les hace a ellas responsables, sabiendo del peligro que encarna la cocina.

“El humo de la leña puede hacer que mis hijos nazcan débiles o que les de neumonía y otras enfermedades. Mi responsabilidad es hacer lo necesario para cuidarlos y que estén sanos ”


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TENSIÓN: CUIDADO HIJOS (RENDIMIENTO ESCOLAR)

l  El deseo de que los hijos vayan a la escuela y rindan toca una vena importante, porque de ello depende su futuro, y sufren porque notan el bajo rendimiento, y no entienden por qué sus hijos son tan perezosos y desganados: “les cuesta bastante

estudiar”, “uno no sabe por qué no rinde”.

l  El efecto del humo puede afectar, pero estiman que el problema está en la falta de “suficiente alimento” y “vitaminas”, debido a la pobreza.

l  Atribuyen que durante el embarazo les afecta el calor del fuego a los bebés, que “uno quema al bebé”, que se “calienta el

estómago”, lo que les hace nacer débiles para aprender.

l  Ellas sienten que les falta dinero para alimentarlos mejor, y por lo mismo tampoco pueden utilizar estufa de gas, ni darle a los hijos mejores condiciones. Pero no por eso van a pasarse al gas, porque realizan que no pueden, así como tampoco pueden alimentarlos mejor, y se conforman ante la imposibilidad. Si pudieran comprar gas también podrían alimentarlos mejor, pero no pueden.

“Yo quiero que mis hijos vayan a la escuela. Exponerlos al humo de la leña les causa enfermedades que no les van a permitir aprender y rendir bien”


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TENSIÓN: SALUD MUJERES

l  Las mujeres saben que tienen que hacer mucho, “desde que se levanta hasta que anochece”, “porque

uno lo lleva todo”, y les da temor enfermarse porque “uno enfermo no puede hacer nada”.

l  Cocinar con leña les afecta, se quejan de padecimientos de pulmones, de inflamación, de flemas negras y verdes, de ovarios y bilis, por la vida que llevan ante el fuego y el humo. Acuden a consultas gratuitas, a yerbas, a tratamientos eléctricos, a creencias, y una cuenta que cuando el médico le prohibió cocinar con leña bajo riesgo de morirse, el esposo/familia sólo dijo “que sea la voluntad de Dios”, y a continuar con su obligación.

l  Creen que a los hombres “les resbala todo”, porque no son ellos quienes cocinan, sólo se van a trabajar y al regresar lo quieren todo hecho.

“Yo vivo para cuidar a mi familia. El humo de la leña trae muchas enfermedades y algunas hasta pueden ser crónicas. ¿Si yo no estoy sana, quien velará por mis hijos?


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…salud mujeres

l  Pero hay que tener en claro la posición de los hombres por el otro lado, para quienes lo que manda “es la costumbre”, porque la leña es importante, es la fuente de energía para los “sagrados alimentos”, es “servicial”, y sin “leña no se puede hacer

nada”.

l  Para los hombres el contrato de las parejas es repartirse la responsabilidad, el “deber” de ellos es proveer la leña y trabajar la tierra (o en albañilería o empleos), pero conseguir la leña es “su obligación”, cortarla, recogerla, cargarla en la espalda o con ayuda de bestias o vehículos, para proveerla al hogar. A la mujer le corresponde cocinar, ese es su deber. Tanto sufren ellas con el humo y fuego, como ellos en el campo, trabajando duro. Nadie se debe quejar, y cada quien hacer lo suyo.

l  Ellos no calculan el tiempo en meses, sino en años, en cosechas, hablan de 7/8 tareas al año de leña, de lo cual tienen que hacerse responsables: “el deber de uno

de hombre”, porque “no podemos dejar el hogar sin leña”.


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…salud mujeres

l  Para ellos el uso de la leña no es una condena, saben que la usan por necesidad, pero además la veneran y respetan.

l  La cocina les gusta con leña, porque los alimentos se cocinan bien, despacio, como la agricultura, a su tiempo, la comida sabe mejor, la tortilla se mantiene suave en el “bastimento” hasta el momento de su consumo.

l  El gas requiere otro tipo de vida, acelerado, los alimentos quedan mal cocidos, y la casa se enfría. La ilusión masculina es llegar a su hogar después de laborar en el campo, y encontrar el calor de la casa, sentarse todos alrededor del poyo y comer caliente, en familia. Respetan y aprecian el “fuego libre”, con “todos rodeando el

fuego”, “sentaditos y calientitos”.

l  No es que no se preocupen los hombres de las mujeres, sino entienden que así es la vida, que cada quien se desgasta en la realización de su parte hasta que muere.


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…salud mujeres

l  Las mujeres lo comprenden y saben que no le pueden exigir a los hombres cuando ellos hacen lo que saben y pueden, y se desgastan a su manera.

l  Saben que utilizando gas no se enfermarían tanto, pero para eso necesitan dinero, y lo que los esposos les dan es “poco”, y ellas tienen que apoyarlos con sus “ventas

aparte”, vendiendo comida los domingos, atol, tamales, chuchitos.

l  Y tampoco es cierto que “la leña hace daño”, porque también se dice del gas que produce “cáncer”, que significa peligro, porque tiene riesgo de explotar y quemarlos.

l  Piensan que quejarse no ayuda, que “nosotras ya vamos para el tigre”, y no les preocupa tanto su salud sino el futuro de los “que vienen para arriba”, “pobrecitos”,

“ellos son quienes más lo necesitan”.


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…salud mujeres

l  Las motiva más y preocupa más la salud de los otros, sus hijos, que la propia, y se conforman con su condición porque la necesidad.

l  Ellas se pasarían al gas por comodidad, pero sus parejas no pueden proporcionarles más de lo que ya obtienen, dinero que les toca manejar a ellas, economizar y además ayudarlos, porque no alcanza, para lo cual buscan la manera de conseguir recursos por su lado para ayudar.


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TENSIÓN: PRACTICIDAD

l  La necesidad pone atentas a las mujeres a todo aquellos que les resulte “productivo”, y el gas es “rápido”, “instantáneo”, porque sólo se enciende y ya está cocinando.

l  Entienden que el gas podría ayudarlas a producir más, a cocinar más rápido, para negocios, y que podrían alternar con leña para facilitarse un poco la vida.

l  No es por comodidad, para hacer menos, sino la clave es poder hacer más.

l  Aunque igual significara peligro y otros riesgos de salud, pero ellas así podrían ser más productivas.

l  Creen que los hombres no se oponen si el gas lo ponen y pagan ellas, porque ellos ya cumplieron con su deber.

“Al utilizar la estufa de gas las tareas de la cocina las hago más rápido, tengo más tiempo para hacer más labores en el hogar y hasta me permite buscar un trabajo o poner un pequeño negocio”


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…productividad

l  Los hombres creen que el gas es de la gente de la ciudad, que habitan casas pequeñas y donde no hay leña, que por el empleo no la pueden ir a conseguir ni tienen tiempo. El gas se usa por necesidad, donde no hay leña. No es un lujo, y tiene sus riesgos y deficiencias.

l  No encuentran sentido de usar gas, pero si las mujeres se vuelven productivas y los ayudan, ya aceptan. Pero no pueden respaldar ellos el gasto.

l  Para ellas sería interesante si pudieran “salir rápido de la cocina” para volverse más productivas, y así ganar dinero para dar una mejor alimentación a sus hijos, educarlos, darles oportunidad para superarse.

l  El gas es “para ayudar a ganar a los señores”, porque todo se torna más rápido. Mientras la leña es lentitud.

l  El gas cambia el modo de vida, la comida sale menos rica, tortillas “cueruditas”, comida sin hacer bien, y el hogar frío, andando con chumpa en casa.


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…productividad

l  El uso del gas implica un cambio en el modo de vida, porque rompe con la costumbre, pero interesa a la mujer si lo entendiera como una manera de producir para el beneficio de los suyos.

l  Las actitudes hacia el gas mejoran si implicara posibilidad de ganancia, negocio.


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TENSIÓN: AHORRO

l  Este mensaje les habla de restringirse más, de invertir en una estufa que podría hacerles ahorrar en leña, al mismo tiempo que “con que se vaya el

humo”, pero no creen lo del ahorro, “hasta no ver

no creer”, y han escuchado de gente que las tiene que no es tanto el ahorro.

l  Las estufas mejoradas de leña son calificadas de plancha con chimenea, que encierran el fuego en una cámara haciendo que se requiera menos leña pero desaparece el fuego abierto, y es incómoda, útil para familias pequeñas, de unas 2 personas, como al principio o final de una familia.

l  No es para familias grandes, no hay espacio paras ollas grandes, no se puede cocinar de todo, la llama es modestas. Gustan “aunque sean chiquitas”.

“El dinero me lo tienen bien medido.Si con esas estufas nuevas voy a poder ahorrar un poquito para cosas de mis hijos, le voy a decir a mi esposo que compremos una para la casa”


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…ahorro

l  Las estufas mejoradas son caras y los materiales débiles, se arruinan los ductos por el hollín y durante el mantenimiento. Mencionan que los usuarios frecuentemente las dejan inutilizadas. Prefieren el poyo tradicional, con chimenea de tubos de cemento.

l  La ilusión es el poyo grande, de ladrillo, con plancha móvil y chimenea amplia. Y les gustan con azulejos, con espacio para poner su trastes.

l  Los hombres creen que ahorrar es asunto de las mujeres, si saben poner la leña y no dejar que se extinga sin uso pueden hacerla rendir. Las estufas mejoradas ayudan a las mujeres que gastan mucho.

l  Este mensaje no las hace soñar, sino las ayuda a incrementar sus restricciones, y en todo caso no les motiva a adquirir el producto.


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TENSIÓN: APARIENCIA

l  Las mujeres se interesan y divierten con este mensaje, porque en efecto es real, saben que se ensucian, salen a la calle con la cara tiznada, con “bigotes” y aprecian la limpieza de quienes cocinan con gas.

l  Con gas se cuidan, los trastes se ven limpios y ellas cuidan su apariencia, pero aunque las atrae e interesa no les parece suficiente motivación para hacer un cambio: “no es razón para pasarse a gas” porque suena a “lujo” o “vanidad”

l  Creen que “si no hay para comer” aunque sea con leña.

l  El mensaje divierte y atrae, es creíble, pero superficial.

“La apariencia de uno y de su casa es importante, no me gusta como se ven la paredes de mi casa llenas de humo, que la ropa huela mal y andar con las manos heridas por la leña, me gustaría cocinar con gas”


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2.2

público

HOMBRES


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TENSIÓN: PROTECCIÓN

l  Los hombres concuerdan en pensar que el humo de la leña afecta a los niños como a la mujer que cocina, y que “los niños son los más afectados”, en vías respiratorias y vista. Sin embargo “pero qué

vamos a hacer?”, “tenemos que aguantarnos, no

hay otra salida”.

l  Piensan que lo único que ellos pueden hacer es cumplir con su deber, y llevar al hogar la leña, y poco a poco, porque “todo tiene su tiempo”, irán haciéndole un poyo mejor a su familia.

l  Piensan que el problema está en la mujer, que no controla el humo exagerado, porque lo malo es el exceso, Y pone mucha leña, o la coloca zaraza o mojada porque no la dejó secar adecuadamente.

“Yo quiero que mis hijos estén sanos, pero el humo de la leña les puede causar enfermedades. Al cocinar con gas voy a cumplir la obligación que tengo de protegerlos ”


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…PROTECCIÓN

l  Y porque no se necesita gas para proteger a los hijos, sino “hay que sacarlos”, “llevarlos a otro cuarto”.

l  Con el gas se corren otros peligros, el gas puede estallar y quemarse.

l  Creen que la obligación en el cuidado de los hijos corresponde a la mujer.

l  Ellos no se atribuyen responsabilidad en tal caso, ellos cumplen con el deber de llevar la leña, no hacen daño a sus hijos, y no creen que el gas resuelva nada.


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TENSIÓN: AHORRO

l  Las estufas mejoradas de leña se perciben como llamativas, pero muy pequeñas.

l  El ahorro consiste en que se “va menos leña”, aunque saben por quienes tienen estas estufas que el ahorro no es tan significativo o “yo veo

que no ahorra”.

l  A ellos les gusta la amplitud, la funcionalidad, y de dichas estufas piensan que no les cabe mucha leña. Sienten que el calor está encerrado y que no es igual al fuego abierto.

l  El ahorro que puede proporcionar se lo conceden a la eficiencia en el trabajo de la mujer: “la señora es la que tiene que ver si es ahorrativa”.

“Me he dado cuenta que varios vecinos están usando estufas mejoradas y se están ahorrando unos centavitos. Yo también quiero probar esas estufas y comenzar a tener dinero extra”


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…ahorro

l  Les gusta las estufas mejoradas porque funciona con leña, pero no se manifestaron muy interesados en comprarlas, y menos al crédito, porque ellos no ganan sobre una base continua, sino van con la cosecha, y tienen que distribuir lo que obtienen para todo el año. Ellos se conforman con el estado actual.

l  No perciben las estufas mejoradas como necesarias, porque hacen lo mismo, y no son de tamaño familiar, sino para parejas y gente que no vive como ellos.

l  Los hombres creen que su deber está en llevar la leña, y que la manera como se cocina actualmente está bien, es “la costumbre”, y no les estimula la idea del supuesto ahorro en leña, del cual desconfían.

l  Les interesaría si se las regalaran.


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TENSIÓN: ORGULLO

l  Este planteamiento ofendió a los hombres, quienes entendieron que leña se está significando como signo de pobreza, como si el gas fuera para otro tipo de gente, y que se los estuviera discriminando.

l  Parten del hecho de que “todos somos pobres”, y que eso de que alguien discrimine a otros porque su ropa huele a humo es en realidad por la economía, y menosprecia su modo de vida.

l  Para los hombres la leña es buena, servicial y sagrada, noble, y es su deber de hombre llevarla al hogar. No es menos que quien usa gas.

l  El uso tradicional de la leña no es motivo para ser discriminados. El sólo planteamiento indigna.

“No quiero que vean de menos a mi familia; que se burlen de mis hijos porque su ropa huele a humo o que digan que mi mujer es de las pocas que sigue sufriendo por la leña. En mi casa tenemos que comenzar a cocinar con gas”


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conclusiones


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CONCLUSIONES

l  El mensaje sobre los peligros del humo al cocinar con leña en la salud de los niños genera mucho interés, concientiza, pero no resuelve a favor del cambio a gas o estufas mejoradas, porque lo que indica es que hay que ser cuidadosas, y que si no pueden es debido a sus limitaciones. Les preocupa y hace sentir culpables.

–  La meta debiera ser no tener a los hijos cerca, pero entonces se pierde el control y cuidado, y con una estufa mejorada quizá sí se podría promover la cocina segura, sin daños de humo ni fuego, para mantener a los hijos cerca. Con gas no se puede, porque entraña otros peligros.

l  La relación del cocinar con leña y el bajo rendimiento escolar, atrae por la relevancia del problema. Pero los niños no rinden por la mala nutrición y falta de vitaminas, y la leña apenas añade problemas (humo), pero el problema no se resuelve con cambiarse a gas, porque así como no pueden pagar alimentos ni educación, tampoco pueden con el gas.

–  Lo que sí despertó inquietud fue el calor durante el embarazo, que podría afectar el desarrollo futuro del niño.


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CONCLUSIONES

l  El mensaje sobre el cuidado de la salud de la mujer enfrenta a la realidad de la aceptación de su condición, y a la fatalidad. No les preocupa tanto su salud, sino la de los hijos, porque ellas se desgastan y así se conforman. El cambio a gas sí las ayudaría, pero entonces su problema es económico.

l  Y lo opuesto es el mensaje de cuidado en la apariencia, que resulta creíble y aspiracional pero apenas se asume como divertido, de ensueño, aunque de fondo superficial y vanidoso, lo que no propone un cambio de sistema como necesario.

l  El mensaje de practicidad se convirtió en “productividad”, asunto interesante porque estimula en las mujeres la idea de “rapidez”, de multiplicar beneficios, de dividirse, en contra de la postura masculina de dar espacio al tiempo. El gas como medio de producción, implica cambio en el nivel de vida y oportunidad para su familia, para alimentar mejor a los suyos, vestirlos, y darles lo que no pueden aportar los padres. Este parece un interesante tema para desarrollar.


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CONCLUSIONES

l  El mensaje de ahorro fue poco creíble, implica seguir más o menos igual pero restringidos. No se comprende la idea del ahorro como dinero en sus manos, porque la muestra de consumidores entrevistada optaba más por la leña recogida de sus terrenos. Para ellos la leña en abundancia es agradable, es fuego vivo, calor y gusto, mientras que lo cerrado y encajonado de las estufas mejoradas es expresión de limitación.

l  Ninguno de los tres mensajes propuestos a los hombres motivaron, porque ellos sienten que sí son responsables y cumplen su deber llevando leña al hogar, luego no es el gas una solución sino otro tipo de necesidad y peligro. El ahorro no fue creíble, o poco convincente. Y el intento por despertar el orgullo provocó una reacción violenta en contra, porque usar leña (un producto natural bueno y generoso) no debiera dar lugar al menosprecio de parte de nadie, y porque usar gas no implica categorías sociales diferentes ni causal de burla.

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