1
Escribe: Ántero Flores-Araoz E. Abogado estudio@flores-araoz.com Para quienes aún recuerdan el artículo “Fonofobia,” no crean que le estoy agarrando fastidio a todo; es que simplemente hay algunas actitudes y costumbres que mortifican, aunque quienes las practican lo hagan de buena fe y sin intención de re- ventar paciencias ajenas. Al caricaturizar como “Fonofobia” al rechazo a llamadas inopor- tunas, repetitivas, agobiantes y perturbadoras, por medio de la telefonía móvil, pretendíamos que se tomara conciencia que no por tener el dichoso aparatito se tiene que estar interrum- piendo a los demás en sus ocupaciones, y lo que es peor, la mayoría de las veces con motivos nimios. Hay personas que no entienden que los avances tecnológicos y científicos son para aliviarnos la vida y no para complicarla. Esto, además de los celulares, también sucede con las compu- tadoras, sobre todo las personales de fácil traslado, sin olvidar las palm, el blackberry, el iphone y tantos otros soportes de la disciplina informática. Cuanto más pequeños son más se usan. Las computadoras nos han simplificado las comunicaciones. Ya no necesitamos recurrir al papel ni menos aún a terceras personas que llevan cartas y oficios. Ya no hay distancias, la comunicación es inmediata, tanto al enviar lo que queremos expresar como al recibir respuesta, y sin importar lo lejos que pueda estar el interlocutor. Con las computadoras y sus programas informáticos pode- mos llevar la administración de negocios, de oficinas pro- fesionales e incluso del hogar, la contabilidad, los cálculos necesarios para cualquier disciplina, diseñar lo que la ima- ginación permita, leer, escuchar y ver las noticias, sostener encuentros no presenciales, recibir instrucción a distancia y participar en entretenimientos, entre tantas otras cosas. Pero hay otra utilización no idónea de tal avance tecnológico, como lo es el abuso que pretenden hacer infinidad de per- sonas al enviar correos que lo único que logran es hacernos perder el tiempo y distraernos de nuestras ocupaciones ha- bituales. Hay correos con diferentes tipos de remitentes, como por ejemplo los chistosos. Se supone que quieren alegrarte la vida, pero te quitan el poco tiempo que tienes, y como el chiste viaja velozmente en el ciberespacio, recibes el mismo texto e imágenes de múltiples remitentes. Llegas a odiar a Jaimito, al loro, al perico, al cura y a la monjita. Lo mismo sucede con la chismografía, pues hay personas que deben gozar dando a conocer los males ajenos, las des- venturas y los fracasos de terceros, y por supuesto sin olvidar las relaciones sentimentales de mengano o zutana, condi- mentadas con infidelidades que atentan contra la intimidad CIBERFOBIA de los actores y afectados. Hay también la cucufatería cibernética. No hay día que no te lleguen oraciones a cuanto santo existe o a cuanta virgen de todos los lugares del mundo que se pueda uno imaginar, y lo que es peor, con la amenaza de que si omites el rezo, pues te caerán las 7 plagas del universo y sobre tu cabeza todos los ma- les del mundo. Pero además de rezar, tienes que retransmitir la oración a por lo menos 10 ó 20 personas, pues en caso contrario no entrarás al reino de los cielos. ¡Por favor, déjennos tranquilos! Ya es suficiente castigo recibir tanto correo no deseado. Pero aquí no acaba la cosa, pues te llegan horóscopos y predic- ciones, así como infinidad de recomendaciones para ser feliz, pero para ello debes seguir difundiendo los correos recibidos a todos tus contactos. Te quieren hacer cómplice de las desventuras ajenas y cuidadito con que no lo cumplas, pues las maldiciones están a la vuelta de la esquina. Seguramente para muchas personas que ya están retiradas de actividades laborales, o que les sobra tiempo, todo ello debe ser muy entretenido, como igualmente debe ser mostrar cuanta fotografía tienen y querer intercambiar informaciones personales con cuanto títere con cabeza tuvieron alguna vez relación. Pero olvidan que quien recibe todo ello puede no de- searlo y preferiría no recibirlo, pues el tiempo es oro y lo tienen destinado a otras actividades. A quienes les encanta quitar el tiempo a los demás, por lo menos indaguen previamente si sus correos serán bien reci- bidos, para que en caso contrario se abstengan de incordiar al resto del género humano. Bien al uso, rechazo al abuso. 24

ANTERO FLORES

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Escribe: Ántero Flores-Araoz E. Abogado [email protected] 24

Citation preview

Escribe:Ántero Flores-Araoz [email protected]

Para quienes aún recuerdan el artículo “Fonofobia,” no crean que le estoy agarrando fastidio a todo; es que simplemente hay algunas actitudes y costumbres que mortifican, aunque quienes las practican lo hagan de buena fe y sin intención de re-ventar paciencias ajenas.Al caricaturizar como “Fonofobia” al rechazo a llamadas inopor-tunas, repetitivas, agobiantes y perturbadoras, por medio de la telefonía móvil, pretendíamos que se tomara conciencia que no por tener el dichoso aparatito se tiene que estar interrum-piendo a los demás en sus ocupaciones, y lo que es peor, la mayoría de las veces con motivos nimios.Hay personas que no entienden que los avances tecnológicos y científicos son para aliviarnos la vida y no para complicarla. Esto, además de los celulares, también sucede con las compu-tadoras, sobre todo las personales de fácil traslado, sin olvidar las palm, el blackberry, el iphone y tantos otros soportes de la disciplina informática. Cuanto más pequeños son más se usan.Las computadoras nos han simplificado las comunicaciones. Ya no necesitamos recurrir al papel ni menos aún a terceras personas que llevan cartas y oficios. Ya no hay distancias, la comunicación es inmediata, tanto al enviar lo que queremos expresar como al recibir respuesta, y sin importar lo lejos que pueda estar el interlocutor.Con las computadoras y sus programas informáticos pode-mos llevar la administración de negocios, de oficinas pro-fesionales e incluso del hogar, la contabilidad, los cálculos necesarios para cualquier disciplina, diseñar lo que la ima-ginación permita, leer, escuchar y ver las noticias, sostener encuentros no presenciales, recibir instrucción a distancia y participar en entretenimientos, entre tantas otras cosas.Pero hay otra utilización no idónea de tal avance tecnológico, como lo es el abuso que pretenden hacer infinidad de per-sonas al enviar correos que lo único que logran es hacernos perder el tiempo y distraernos de nuestras ocupaciones ha-bituales.Hay correos con diferentes tipos de remitentes, como por ejemplo los chistosos. Se supone que quieren alegrarte la vida, pero te quitan el poco tiempo que tienes, y como el chiste viaja velozmente en el ciberespacio, recibes el mismo texto e imágenes de múltiples remitentes. Llegas a odiar a Jaimito, al loro, al perico, al cura y a la monjita.Lo mismo sucede con la chismografía, pues hay personas que deben gozar dando a conocer los males ajenos, las des-venturas y los fracasos de terceros, y por supuesto sin olvidar las relaciones sentimentales de mengano o zutana, condi-mentadas con infidelidades que atentan contra la intimidad

CIBERFOBIAde los actores y afectados. Hay también la cucufatería cibernética. No hay día que no te lleguen oraciones a cuanto santo existe o a cuanta virgen de todos los lugares del mundo que se pueda uno imaginar, y lo que es peor, con la amenaza de que si omites el rezo, pues te caerán las 7 plagas del universo y sobre tu cabeza todos los ma-les del mundo. Pero además de rezar, tienes que retransmitir la oración a por lo menos 10 ó 20 personas, pues en caso contrario no entrarás al reino de los cielos. ¡Por favor, déjennos tranquilos! Ya es suficiente castigo recibir tanto correo no deseado.Pero aquí no acaba la cosa, pues te llegan horóscopos y predic-ciones, así como infinidad de recomendaciones para ser feliz, pero para ello debes seguir difundiendo los correos recibidos a todos tus contactos. Te quieren hacer cómplice de las desventuras ajenas y cuidadito con que no lo cumplas, pues las maldiciones están a la vuelta de la esquina.Seguramente para muchas personas que ya están retiradas de actividades laborales, o que les sobra tiempo, todo ello debe ser muy entretenido, como igualmente debe ser mostrar cuanta fotografía tienen y querer intercambiar informaciones personales con cuanto títere con cabeza tuvieron alguna vez relación. Pero olvidan que quien recibe todo ello puede no de-searlo y preferiría no recibirlo, pues el tiempo es oro y lo tienen destinado a otras actividades.A quienes les encanta quitar el tiempo a los demás, por lo menos indaguen previamente si sus correos serán bien reci-bidos, para que en caso contrario se abstengan de incordiar al resto del género humano. Bien al uso, rechazo al abuso.

24