El pensamiento económico de José Antonio. Manuel Fuentes

8/2/2019 El pensamiento econmico de Jos Antonio. Manuel Fuentes

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EL PENSAMIENTO ECONMICO DE JOS ANTONIO - 1 -

Digitalizado por Triplecruz


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MANUEL FUENTES IRUROZQUI

EL PENSAMIENTO ECONMICODE

JOS ANTONIO PRIMO DE RIVERA

Prlogo de JOS M. GUTIRREZ DEL CASTILLO

Consejero Nacional

MADRID, 1957

JOS ANTONIO PRIMO DE RIVERA

PRESENTE!


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NDICE

Prlogo, por Jos M Gutirrez del Castillo.....................................................................................4

I.Preliminar ...................................................................................................................................5

II.Jos Antonio y su poca...........................................................................................................6III.Jos Antonio estudia y trabaja...............................................................................................14

IV.Jos Antonio acta en poltica...............................................................................................18

V.Jos Antonio y la economa nacional .....................................................................................23

VI.Jos Antonio y el campo espaol..........................................................................................28

VII.Jos Antonio ante otros temas econmicos.........................................................................35

VIII.Jos Antonio y la cuestin social.........................................................................................40

IX.El sindicalismo de Jos Antonio ............................................................................................46

X.Jos Antonio y la Espaa actual.............................................................................................50


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PRLOGO DE JOS M GUTIRREZ DEL CASTILLO

Consejero Nacional.

Una vieja amistad consigue esta vez que un libro de Economa est prologado por quien es ajenoa estas materias, que requieren autntica y difcil especializacin. Pero tambin, quiz, la honda raz

poltica de esta obra sirva de justificacin para que en su comienzo figuren estas lneas mas, porque melas pide un amigo, porque siento muy hondo la directriz que aqu se sigue para solucin de nuestrosproblemas econmicos y porque es tentador unirse a la venturaun libro siempre lo esque tandiestramente pilota Fuentes Irurozqui.

Lo considero muy importante como estudio serio, concienzudo, de toda una doctrina que tiene unaactualidad y una fuerza innegable. Fuentes Irurozqui nos demuestra que no fueron meras frases lo quevenimos a seguir, sino todo el teorema del modo de hacer una Patria que caminase al comps de losotros pueblos con sus concepciones propias.

El sigue la trayectoria del pensamiento de Jos Antonio, donde se busca la estructuracin hacia un

Estado Nacional-Sindicalista, recoge toda sugerencia y hasta toda intuicin con sugestivo inters. Noobstante, lo ms importante de este libro, como en toda obra humana, es el hombre.

Esta es la obra de un hombre fiel a s mismo, fiel a su vocacin y fiel a su generacin; a estageneracin obligada a dar todo y a servir como lnea de conducta a una idea y un hombreJosAntonio, que casi tan joven como ellos, mucho ms generoso, constante y noble, ense a caminar yquerer con altura a quienes hoy buscan formas que mantengan en permanente presencia a Jos Antonioen el alma y en la vida espaola con la fecundidad de su esfuerzo, por el camino difcil del servicio a estaPatria nuestra, tan hosca, tan escondida, tan soberbia y tan magnficamente posible.

Lo mejor de su obra es que nos da cuerpo, peso especfico, ayuda a demostrar que no somos una

generacin de soadores. Nuestra realidad, nuestras realidades estn sobre la vida de Espaa todosestos aos: el sentido social en la estructuracin y la forma del Sindicalismo arraigado en lalegislacin estatal, lleva a la conciencia de nuestro pueblo la necesidad de resurgimiento, de dignidad yde fe en sus destinos, as como tantas cosas hermosas a las que dimos aliento y cauce.

Leyendo el libro de Fuentes Irurozqui tenemos ante nosotros la obra concreta, necesaria ymarcadora de una ruta realizada con todo tecnicismo y estilo de buen economista. Sobre todo es frutodel hombre fuerte que no vacil, que soport el desencanto sin claudicar y que mantiene su fe.

Esta obra nos enva, adems, su mensaje, un mensaje que nosotros entendemos claramente. Esel mensaje del esfuerzo, de la madurez y de la fidelidad. Bienvenido y bien entendido sea entre nosotros,

los que estamos juntos, y para los que vendrn tambin en un futuro a pensar, a sentir, a servir, comonosotros, su destino de espaoles.

Yo le felicito y me felicito de poder encontrar, a travs de tantos aos transcurridos, la inmutableriqueza de un amigo y de un camarada.

J. M. G. DEL C.


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I PRELIMINAR

EL da 11 de junio de 1949 pronunci quien esto escribe una conferencia en el saln de actos dela Real Academia de Jurisprudencia y Legislacin de Madrid. Al da siguiente dio a la imprenta lascuartillas, ampliadas con notas y varios captulos que no cupieron en la limitacin de tiempo que todaconferencia impone para no cansar en exceso al paciente auditorio y, pocos das despus, vio luz un

libro titulado "Trascendencia de lo econmico en el presente de Espaa". Se quiso, en aquella sazn,divulgarnunca ha sido otro nuestro modesto propsitolas causas que conducan a nuestra Patria a lasituacin de dificultad que su economa estaba atravesando en la hora crucial del cerco econmico a quela incomprensin mundial, azuzada por el odio y el rencor, nos haba llevado.

Entre los captulos del libro sentimos especial cario por el V, titulado "Lo Econmico y FalangeEspaola" y an hubiramos ampliado y desmenuzado sus principales extremos de no habrsenosinterpuesto las obligaciones profesionales que nos llevaron a los pocos das a vivir, por varios aos, enaoradas tierras americanas, donde pretendimos seguir sirviendo como, a juzgar por las relacionesadquiridas y las ventajas conseguidas, hicimosa Espaa.

Hoy, de regreso yaignoramos por cunto tiempoal hogar de los mayores, y no sloacalladas, sino destruidas, por la razn que el tiempo nos ha concedido, las airadas voces que discutanlos puntos de vista de una poltica nacional, abierta a toda convivencia siempre que no le fueranimpuestas claudicaciones inadmisibles, estimamos que ha quedado por hacer, dentro de nuestra yaamplia bibliografa (la espaola en general y la propia en particular), el libro que a la clarividencia de JosAntonio Primo de Rivera le es debido como homenaje de nuestra generacin que tambin fu, es yserporque as lo quiso esa inexorable maestra que es la Historiala suya, la de quien, con sacrificiode su propia y juvenil vida, dio savia y derram simiente para conseguir transformar la Espaa que nosdola en la Espaa que nos ha de enorgullecer.

Escribimos por ello las pginas que siguen con humilde uncin, con acendrado afecto hacia lafigura que el decurso del tiempo agiganta, de aquel conductor de minoras selectas que intuy, siquierafuera sin profundizar en ello ms que lo que unos pocos aos

del 33 al 36 le permitieron, cul tendra qu sen para redimirnos de supeditacionesinadmisibles y de miserias inaceptables, el verdadero cauce por donde tendra que discurrir la economaespaola del futuro, de un futuro que es ahora presente y, en ocasiones, incluso cuenta ya comorecentsimo pretrito.


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II JOS ANTONIO Y SU POCA

EL mundo en que nos movemos fu siglo xix hasta la primera guerra mundial. Nada cambi alverificarse el trnsito de 1899 a 1900. Los gigantescos avanceslos que entonces parecan gigantescosavances de la tcnica en la centuria de 1770 a 1870 definen toda una etapa de la vida de laHumanidad que se extiende hasta 1914. El maquinismo, iniciado con la mquina de vapor ideada por

James Watt en 1769, cubre todo el perodo. En dicho ao Cartwright inventa la hiladora hidrulica y en1772 la perfecciona Hardgreaves, mejorndose luego, en 1825, por la Sel-factor de Robert. En 1776Adam Smith publica su "Naturaleza y Causas de la Riqueza de las Naciones" y Norteamrica, reducida a13 colonias, se proclama independiente. Dos aos antes Arkwright, barbero y albeitar, organiza laindustria textil y en 1789 se desata la tormenta de la Revolucin francesa en un Pars que seis aosantes contemplaba en los Campos Elseos la elevacin del primer globo Montgolfier. En 1794 Voltainventa la pila elctrica. En 1815 se celebra el Congreso de Viena con la teora del equilibrio en el que,ms o menos, vivi Europa un siglo. En 1825 se inaugura en Inglaterra en primer ferrocarril, en 1839 enAlemania y diez aos ms tarde en Espaa. De 1820 a 1870 evolucionan todas las Constitucionespolticas hacia el parlamentarismo y el rgimen constitucional con el decantado sufragio universal. En1861 se constituye la unidad italiana y en 1870 se proclama el imperio alemn y ganan los prusianos labatalla de Sedan.

Aparece el Capital como fuerza y adopta carcter social. En 1847 Marx lanza con Engels su"Manifiesto Socialista". Las concentraciones fabriles despueblan el agro, establecen clima adecuado parala abolicin de la servidumbre y surge con pujanza una nueva clase social: la clase obrera,desapareciendo la artesana y las Cofradas, Corporaciones y Gremios, surgiendo el "hombre mquina"o, an peor, el "hombre-pieza de mquina", quien, paralelamente a su cada vez ms concretapreparacin laboral, aumenta su cultura general, crece en ambiciones, en comodidades y enconvencimiento de su propia fuerza gracias a la ley del nmero que revalida con el sufragio universalamplio y con las nuevas teoras revolucionarias de ideas y derechos. El capital utiliza, y muchas vecesexplota, al obrero: los capitales se concentran y los capitanes de industrias, alejados del productor, queen la poca artesana comparta con l esfuerzos e ilusionese incluso el hogar, endurece sussentimientos. El trabajador obrero, consciente de la fuerza de la unin, se coaliga y vienen las luchas declases que incluso se superponen mil veces al sentimiento de solidaridad humana, nacional y poltica.

Al mismo tiempo aparecen los pases ricos y los pases pobres. Clases de Estados, como clasessociales. Y la injusticia esta exacerba los nacionalismos, que se evidencian como las injusticias socialesal poderse ms fcilmente contrastar por la rapidez de comunicaciones, la velocidad de los transportes,las ampliaciones de los intercambios y el mejor conocimiento de los hechos que la prensa, el telfono yotros adelantos se apresuran a divulgar.

Espaa, por su parte, va desangrndose en pugnas exteriores y en luchas internas. El siglo xixpresencia enormes cambios dinsticos y culmina con la prdida de nuestros ltimos vestigios del Imperiodonde otrora no se pona el sol. Absolutistas, liberales, dinsticos, monrquicos, carlistas, isabelinos,republicanos; alteraciones del orden pblico, gabinetes ministeriales de corta, de efmera duracin. Laliquidacin de las colonias y el trastorno financiero de nuestra Hacienda se prolongan durante los ltimosreinados y se recrudecen a partir de Fernando VII, pasando por Isabel II, Amadeo I, la Repblica, laRestauracin, Alfonso XII, la Regencia de Doa Mara Cristina y hasta el reinado del ltimo monarca denuestra Historia.

En 17 de mayo de 1902 alcanz Don Alfonso XIII la edad que le capacitaba para ejercer sureinado. Nacido ya rey, como hijo pstumo de Alfonso XII, fu educado en ambiente de monarca y desdenio reconocido por tal junto a la regencia de su augusta madre, severa y rgida, plena de buenavoluntad ms que de suerte, quien atendi, con celo singular, a la formacin cultural y espiritual delfuturo Jefe de Estado tanto como al robustecimiento de una salud que pareca precaria.

Todo Madrid conoca da por da las actividades del nio-rey sometido a normas de higieneestrictas, vigilado celosamente en sus comidas y acompaado en sus paseos por la seora de Tacn, suaya, que lo llevaba a dar una vuelta por la Casa de Campo hasta que su edad le permiti variar esta


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distraccin por ms largos paseos en coche, generalmente tirados por muas, y acompaado de algunode sus profesores, alargndose hasta las vecinas arboledas del prximo monte del Pardo.

En 1902 Don Alfonso se encuentra con una Espaa propicia y alegre. Las guerras de Cuba,Filipinas y Estados Unidos van siendo olvidadas, las finanzas han ido mejorando gracias a las reformasfiscales, especialmente de Bravo Murillo y Villaverde. Los partidos polticos se aglutinan en dos

sectoresconservador y liberalsometidos al turno, inaugurado por la Regente; el partido republicano,desaparecidos sus lderes, ha decado y el socialista es tan slo incipiente.

Madrid era una capitaltrasunto de amplia villa manchegadistinguida, fina, de ambientereducido, jovial, trasnochadora e ntima. Pequeos sucesos, fiestas de toros, galanteras de teatro,hablillas sociales que se deslizaban sin dao y sin dolor. El pueblo de Madrid, el mismo an del 2 demayo, era en los barrios bajos manolo y chispero. Y la aristocracia, vengada de pasadas etapas depretericin, era tan castiza como el pueblo mismo.

Por las verbenas desfilaban personajes clebres, como la ex princesa de Asturias, la Infanta Isabelen su milord, la marquesa de La LagunaConcha Laguna en su coche de ruedas verdes y la carretela

de la duquesa de Njera, que en las tardes de toros surcaban la calle de Alcal arriba mezcladasenrespetuosa mezclacon las mauelas y los simones, las galeras y carretelas, en que se asomabanmantillas blancas y negras, en tanto en los primitivos tranvas de traccin animal se arracimaban losrepresentantes del pueblo bajo, piropero y menestral.

Las diversiones se limitaban a estas expansiones verbeneras y taurinas al aire libre, a la "parada"de la guardia y a las mascaradas de Carnaval, en tanto a lo largo del ao los espectculos teatralesconvocaban a los madrileos ora en el Real, ora en los locales de comedia y zarzuela o finalmente, ycomo novedad de entonces, en los incipientes teatros de variedades, en "El Japons", instalado dondehoy est el Banco de Bilbao, saliendo a escena las artistas por vez primera con mallas, moda iniciada afin de siglo y tmidamente por la Geraldine y la bella Chiquita y seguida despus, con piezas cortas,como aquella titulada "Al agua, patos", que ilusion a nuestros abuelos, o con "El Pacha Bum-Bum y suharn", donde surge a la vida teatral la belleza incitante de "La Fornarina",

El Madrid de principios de siglo, con "escndalos" como stos, iniciaba, jaranero y jovial, sinmayores ncleos obreros que los "pobres" albailes o los "honrados cajistas", su crisis de crecimiento ala luz del gas recientemente introducido como alumbrado pblico, vigilado en el da por los guardiasvestidos de encarnado y llamados por ello "Guindillas" y de noche por los serenos que haba depopularizar y consagrar la "Verbena de la Paloma" en aos posteriores.

La gente bien era toda ella conocida. Populares eran tambin algunos golfillos, las floristas, loscamareros y desde luego toreros y artistas de todo gnero. Los estudiantes vivan su bohemia y en las

aulas se pensaba ms en diversiones que en estudios, y el orden, salvo algaradas sin ms finalidad queanticipar las vacaciones o prolongarlas, reinaba en la calle Ancha de San Bernardola estrecha fuPeligros o en la de Atocha, sede de los futuros galenos, desde donde Ramn y Cajal daba fama aEspaa por el mundo.

Madrid gozaba, Madrid era optimista y algoquiz muchoinconsciente. Viva en pleno sigloxix como el resto del mundo, y un rey mozo, espigado y galante le vena perfectamente adecuado.

En el Madrid de la Coronacin, durante la primaveramayode 1902 la alegra se desbordaba.Llegaron a la villa y Corte multitud de prncipes y grandes seores extranjeros, como Wladimiro de Rusia,el archiduque Eugenio, el duque de Connaught, el prncipe de Prusia, el duque de Oporto, el prncipe

Nicols de Grecia, hasta el maharaj de Kapurtala, que en el "Kursaal", abierto aquellos das en el"Frontn Central", se enamor de Anita Delgadouna de las dos "Hermanas Camelias"y se cas conella, convirtiendo a nuestra compatriota en maharajan, en tanto su hermana se casaba tambin con unmillonario.


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En este Madrid, a menos de un ao de distancia, en la subsiguiente primavera, naci el 24 de abrilde 1903 el primognito de una ilustre y aristocrtica familia espaola: Jos Antonio Primo de Rivera y

Senz de Heredia, hijo de don Miguel Primo de Rivera y Orbaneja y de doa Casilda Senz de Heredia ySurez de Argudn.

Don Miguel Primo de Rivera, sobrino del Capitn General don Fernando Primo de Rivera ySobremonte, primer marqus de Estella, ttulo que luego heredaron don Miguel y Jos Antonio,sucesivamente, era militar y haba servido en los territorios de Ultramar. En Filipinas fu ayudante de suilustre to y de vuelta a la Pennsula cas, y destinado en Madrid, en el Madrid del que hemos dado unaimpresin sucinta, tuvo su primer hijo en el mes de abril de 1903. Por entonces, quien al correr de losaosveinte aos despusiba a ser Jefe del Gobierno de una llamada "Dictadura", era un bizarromilitar, apreciado y querido por sus jefes, compaeros y subordinados y a quien todos auguraban unbrillante porvenir castrense y das de gloria, como en efecto dio a su Patria durante su vida de serviciosal Ejrcito y a la Nacin.

Sucesivamente otros cuatro hijos alegraron al matrimonio Primo de Rivera: Miguel, Pilar, Carmen yFernando. Al nacer este ltimo falleci la madre, dejando hurfanos a los hijos cuando Jos Antoniocontaba cinco aos, en 1908.

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En la fecha del nacimiento de Jos Antonio estaba en el poder el Ministerio Silvela, que dur hastael 20 de julio. Poco das antes de nacerel 14 de abril (otro 14 de abril), en Valencia los republicanos,escindidos en dos gruposde Blasco Ibez o blasquistas y de Rodrigo Soriano o sorianistas,

llegaron a las manos en una verdadera batalla callejera. Las preocupaciones sociales llegaron a culminardando origen a pretender su canalizacin y encauzamiento a travs de rganos del Gobierno que, alsiguiente da de nacer el futuro Jefe de Falange, cre, como algo que pudiramos hoy considerarcoincidencia en forma de presagio, el "Instituto de Reformas Sociales", organismo del que se derivaronposteriormente ramas frondosas de la Administracin (incluso el Ministerio de Trabajo).

Por entonces Gasset, desairado en la formacin del Gabinete, se dio a predicar por los pueblos su"poltica hidrulica", parte del programa de Costa. Se inici una violenta campaa de "Maura, no" y"Maura, s", y en las elecciones generales del 23 de abril y 10 de mayo los republicanos sacaron ntegrassus candidaturas en Madrid, Barcelona y Valencia. Esto y la "ley de Escuadra" que molest a losmarinos, hizo caer al Gabinete Silvela sustituyndolo otro presidido por Villaverde, con Gonzlez Besadaen Hacienda y Gasset en Agricultura. El 5 de diciembre jur otro Gabinete presidido por don Antonio

Maura, con Osma en Hacienda y Allendesalazar en Agricultura.

1904 fu un ao caracterizado por huelgas y atentados antirreligiosos. El 28 de abril se produjouna gran catstrofe en la mina "La Reunin", prxima a Crdoba, y fallecieron a consecuencia de laexplosin de gris 57 obreros. El 8 de abril Inglaterra ajust con Francia un convenio sobre Marruecos, aconsecuencia del cual se concert otro el 7 de octubre en Pars entre nuestro Embajador Len y Castilloy el Ministro de Negocios Extranjeros francs, M. Delcass.

A consecuencia de una reforma del Ejrcito creando el Estado Mayor y pretendiendo nombrar jefeal geral Loo, ua y carne del Ministro Linares, cay el Gobierno en diciembre, designndose otropresidido por el general Azcrraga. De nuevo, en 1905, fu Villa-verde Presidente del Gobierno hasta

junio, ocurriendo durante su mandato la catstrofe del hundimiento en Madrid del tercer depsito delCanal, muriendo 40 obreros y el atentado (en mayo) en Pars a Su Majestad el Rey, en viaje oficial,existiendo indicios de relacin entre los autores del atentado y los grupos anarquistas de Barcelona,entre los que destaca Francisco Ferrer Guardia.


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El 21 de junio entr un Gabinete liberal presidido por don Eugenio Montero Ros, con Weyler enGuerra, y poco despus en Guerra y Marina, con agitaciones catalanistas extraordinarias, publicndoseen el peridico cataln "Cut-Cut" caricaturas injuriosas para el Ejrcito, que dio origen a que un grupo deoficiales asaltara este peridico y el diario "La Veu" y temerse que en Madrid los militares de guarnicinasaltaran el Congreso. Un cuarto Ministerio de 1905 fu presidido por Moret, y el general Luque entr en

el Ministerio de la Guerra y Romanones en Gobernacin.

En 1906 se cre "Solidaridad Catalana" y tuvo como hecho culminante en Madrid el atentado en laboda del Rey, con la bomba de Mateo Morral y 23 muertos y cien heridos.

A fines de ao se produjo la crisis del "papelito" o de la carta, y despus de un Gabinete transitoriopresidido por el mismo Moret, en 3 de diciembre se constituy otro presidido por el marqus de la Vegade Armijo.

La Conferencia de Algeciras fu el ms importante acto de carcter internacional de 1906.

En enero de 1907 fu sustituido el marqus de la Vega de Armijo en la Presidencia del Gobiernopor don Antonio Maura, con el general Loo, de nuevo, como Ministro de la Guerra. El 1.de julio fall ecieste general y le sustituy el Capitn general don Fernando Primo de Rivera, quien desempe laCartera hasta 1.de marzo de 1909, en que renunci a ella por motivos de salud.

Antes de seguir adelante hemos de sealar un hecho importantsimo en la Historia de Espaa, enel que intervino, por su carcter de Ministro de la Guerra, directamente, el primer marqus de Estella.Nos referimos a la primera guerra de Marruecos.

El campo fronterizo de nuestra plaza de Melilla haba estado dominado hasta diciembre de 1908por el pretendiente a Sultn de Marruecos, "el Roghi", quien fij su residencia en la Alcazaba de Zelun.Este "Roghi", ejerciendo la soberana de hecho, concedi la explotacin de las minas Beni-bu-Ifnir a doscompaas: la "Norte Africana", constituida en sus dos terceras partes por francesas, y la "Espaola delas Minas del Rif", espaola del todo, acudiendo el capital espaol no espontneamente, sino a ruegosdel Gobierno, que quera a todo trance que hubiese intereses espaoles en la zona sometida a nuestrainfluencia, procurando que fuesen los capitales y el trabajo de Espaa a fomentar la riqueza del Norte defrica abriendo el hasta entonces cerrado territorio rifeo a la civilizacin y al comercio y encargando demantener el orden en este empresa al general Marina, Gobernador de Melilla, con una guarnicin de5.700 hombres para cuidar de la plaza, cuatro fuertes y los cinco fortines de Alhucemas, Chafarinas,Pen de Vlez de la Gomera, Cabo de Agua y la Restinga. Adiestrada esta corta guarnicin y ganadoslos beniurriagueles para la causa de Espaa, se desplaz por stos a "el Roghi", dejando el campo deMelilla sin dueo y en poder de varios cabecillas, algunos de ellos subvencionados por Espaa. De todas

maneras, don Fernando Primo de Rivera organiz en Madrid una "divisin reforzada" pronta para entraren campaa si fuese necesario y complet los batallones del Campo de Gibraltar, tambin en disposicinde desplazarse a Marruecos en caso de emergencia. Sustituido Primo de Rivera por el hasta entoncesCapitn General de Catalua, Linaresque fu relevado en Barcelona por el general Santiago, seenvi una embajada a Marruecos, y creyndose dominada la situacin se procedi al licenciamiento delos reclutas, pese a que los graves sucesos estaban ya prximos. Reinaba excitacin entre las kbilas, yel 9 de julio los cabileos agredieron a los obreros que trabajaban en el ferrocarril de las minas. Losrifeos atacaron en masa y hubieron de enviarse refuerzos desde la Pennsula. En el mes de julio seocasion la llamada catstrofe del "Barranco del Lobo", donde nuestras bajas llegaron a 500, entre otrosel coronel Alvarez Cabrera, distinguido africanista, y el teniente coronel Ibez Marn, uno de los mejoresescritores militares de la poca. Pocos das despus nuestras bajas llegaron a 1.046, entre ellas elgeneral Pintos. Hasta el 25 de noviembre dur la guerra, muriendo el 30 de septiembre el general DazVicario y venciendo slo gracias a la presencia de 50.000 hombres, ms de 5.500 jinetes y casi un

centenar de caones.


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Del disgusto de la guerra intentaron sacar partido los catalanistas, y en julio (das 26, 27 y 28) seprodujo la llamada "semana trgica", con ataques a la corta guarnicinmermada por las necesidadesde Marruecos, a los conventos y los principales edificios pblicos.

Consecuencia de esto fu la cada de Maura y la formacin, en octubre, de un Gabinete liberalpresidido por Moret, con el general Luque en Guerra.

Todo pareca presagiar que Moret iba a presidir un Gobierno de larga duracin, pero intrigasdentro del campo liberal a que perteneca, dio lugar a otro Ministerio en febrero de 1910, presidido porCanalejas, con Aznar en Guerra, Cobin en Hacienda y don Fermn Calbetn en Fomento.

Poco despus se iniciaban en Madrid las obras de la Gran Va, y tras la huelga general en lasminas de Vizcaya en el mes de julio, en noviembre hubo motines estudiantiles como protesta por unazarzuela que se representaba en el desaparecido Teatro Novedades, que hizo dimitir al Jefe de Policamadrileo, seor Mndez Alans.

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Por entonces, en aquel Madrid de La Gran Vacon msica del maestro Caballeroy dealgaradas de los estudiantes de Medicina de San Carlos, Jos Antonio Primo de Rivera, al cuidado de suta Mara y bajo la vigilancia del profesor particular don lvaro Rodrguez, iniciaba sus estudios depreparacin para el bachillerato, que haba de cursar, coincidiendo con la primera guerra mundial, en elcastizo Instituto de San Isidro, con notas brillantsimas y siendo considerado por los catedrticos comouno de sus alumnos ms aventajados.

Continuaron en aos sucesivos los cambios de Gobierno, las huelgas obreras, los movimientosseparatistas, las algaradas estudiantiles y la sangra de Marruecosque en 1911 ocasion, entre otrasbajas, la muerte del general Ordez, del coronel Garca Gmez y del teniente coronel BernrdezDoradoy que culmin con el asesinato, en plena Puerta del Sol, del Presidente del Gobierno,Canalejas, cado a consecuencia de dos disparos que a quemarropa le hizo Manuel Paradinas ante lalibrera de San Martn el 12 de noviembre de 1912.

Entretanto, la vida de Madrid en el turno pacfico de Gobiernos, basculantes e inestables,continuaba marcando el paso de una poca prxima a su desaparicin. Siguen los salonesaristocrticos, a los que tienen acceso los polticos y la nobleza de nuevo cuo, desperezndose en lainconsciencia que culmina en la estulticia de los modos nuevos entre el juego y la danza con la savianueva de elementos prcticamente de aluvin, en los que destacan no pocos forasteros que ocupan loshuecos dejados por la tradicin de los aristcratas a lo duque de Sesto y a los financieros a lo

Salamanca, caracterizadores del siglo xix. Privan la marquesa de Squilache, granadina; la de Arguelles,cubana; la seora Lzaro Galdeano, argentina; la duquesa de Parcent, Piedad Iturbe, mejicana como lamarquesa de Bermejillo, y la Casa Valenciana, peruana.

Entra por la puerta grande el tango argentino, dado a conocer en el Caf de Pars por el bailarnMaurice, paraso artificial que se brinda a una Humanidad al borde de la catstrofe.

La sociedad antigua era reducida, familiar. Segua siendo la definida y brillantementecaricaturizada por el Padre Coloma en "Pequeeces". Pepitos, Manolitos, Luisitos, todos en diminutivo,tutendose entre ellos y conocindose entre s por apodos familiares o sobrenombres cariosos.

An Madrid es pueblo grande. Los acontecimientos de un barrio repercuten en otro. Se formancolas de papanatas ante el Real en da de Opera, en los desfiles militares o ante las puertas de lospalacios en noches de recepcin.


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La sociedad elegante va relajndose. Van entrando en ella advenedizos, enriquecidos plebeyosque cuidan de dorar los blasones marchitados.

Se inicia la aficin por los deportes. El ftbol callejea y se aduea de la juventud. Nace el Club de

Golf de Puerta de Hierro. Los automviles van sustituyendo a los coches de caballos. El primer automvilde all por el ao 1903un coche elctrico de los opulentos argentinos seores de Carabassase havisto multiplicado y el estruendo de las bocinas de aire compite con los fustazos y el vocero de loscocheros.

Va trasnochndose menos. Pero aparecen bares y cabarets que antes no existan. An sepaseay se pasear quince aos mspor la Castellana, calle de Alcal y, en coche, por el paseocentral del Retiro. Las gentes enlutadas van al Pardo y los que tienen automviles se desplazan a laCuesta de las Perdices, para probar la potencia de sus vehculos.

El ltimo Salnque se cerr al fallecer su duea en 1915, es el que en el Prado tiene la

marquesa de Squilacheviuda de Larios, al que asiste, entre otros, el Capitn General Primo deRivera, to abuelo de Jos Antonio y que tan cumplidamente reseaba el cronista social Rene Halphen"Madrizzy", sustituido al correr del tiempo por "Montecristo". El paseo de Recoletos, frente a San Pascualy la acera de BuenavistaMinisterio de la Guerra, llamado "El pinar de las de Gmez", del que anqueda un pino en pie, servan de reunin para la clase media que tanto fustig Taboada en susdescripciones del "quiero y no puedo", una clase media de funcionarios, de covachuelistas y demenestrales ansiosos de imitar los vicios de la nobleza encubriendo unas virtudes merecedoras de losmayores respetos y consideraciones.

As llega la noticia de la primera guerra mundial, que estall, a consecuencia prxima delmagnicidio de Sarajevo, el 31 de julio de 1914 y como consecuencia directa de la evolucin de las ideasy de las pugnas econmicas a que las convulsiones nacionalistas e industrializadoras, colonialistas y

mercantiles del siglo decimonono, a punto de expirar en la segunda dcada del veinte, dieron motivo.

Don Eduardo Dato promulga la neutralidad de Espaa. Campaas violentas de prensa se desatanentre germanfilos y aliadfilos, principalmente francfilos. L aristocracia y el pueblo estn divididos enideales ante la hecatombe europea. La guerra de Marruecos prosigue y la guerra mundial provoca lacaresta de muchos artculos de primera necesidad. Es el tiempo de Mata-Hari, que en el Ritz alterna conel senador Junoy y con don Santiago Alba.

La economa espaola sufre los coletazos de la contienda y la cuestin social se enzarza con laeconoma. Jos Antonio, hijo de un general, laureado por su valor en Marruecos al tomar por s mismoun can a los moros, es un muchacho aprovechado, estudioso, serio, educado en el seno de una

familia aristocrtica, que en las horas que le dejan libres sus estudios de bachillerato compone ya obrasdramticas de argumento histrico y vena potica, en las que puso de manifiesto una extraordinariaprecocidad literaria.

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Los acontecimientos internacionales y nacionales, el ambiente social distinguido en que JosAntonio se form, no son ajenos a su futuro. Forjan, por el contrario, su espritu y lo preparanexcepcionalmente para un porvenir que lfino en el percibirexige sea mejor que el triste presente deun siglo que agoniza con quince o veinte aos de retraso.

En 1917 inicia Primo de Rivera sus estudios universitarios y atrado por una decidida vocacinjurdica se matricula en las aulas de Derecho de la Universidad Central.


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Maura, Romanones, Snchez Toca, Allendesalazar..., se suceden en las presidencias delGobierno. El 8 de marzo de 1920 es asesinado en Madrid el Jefe del Gobierno, don Eduardo Dato, jefedel partido conservador. Para entonces Jos Antonio est en tercer curso de Leyes. Al ao siguiente seproduce la catstrofe de Annual (23 de julio de 1921), llegando los moros casi a las puertas de Melilla.En una semana Espaa tuvo 8.000 bajas y entre ellas la del general Silvestre, jefe de la zona oriental de

Marruecos. Un nuevo Ministerio Maura sube al poder, y proclamado en enero de 1922 Snchez Guerra jefe de los conservadores, forma Gobierno en febrero. En junio concluye brillantemente su carrera deLeyes Jos Antonio, que ha mantenido dentro de la Universidad posicin firme frente a los primerosbrotes de pugnas estudiantiles haciendo honor a sus convicciones catlicas y a su insobornable pasinprofesional, mostrndose excelente dialctico en orden a las controversias de palabra y en primera lneaa la hora de las pugnas fsicas, actuando tan contundentemente con su oratoria como con sus puos.Figura entre los organizadores de la F. U. E. (Federacin Universitaria Escolar) antes de que sta seincline por vertientes espinosas, y representa a la Universidad de Madrid, con otros compaeros, a dichaF. U. E. en el Congreso Nacional de Zaragoza.

Como consecuencia de la guerra de Marruecos, el Gobierno cre los llamados "voluntarios por unao", reclutamiento que permita anticipar el servicio militar a los dieciocho aos. Y Jos Antonio,

acogido a este sistema, hizo su prestacin militar en 1921, ingresando en filas, primero en el regimientode Caballera de Santiago, en Barcelona, y despus en el de Hsares de la Princesa, de Madrid, en elque fu promovido a segundo teniente o alfrez de complemento.

En plena juventud, con una carrera brillante, hijo de familia prcer, aristcratadon Miguel habaya heredado de su to el marquesado de Estella, de agradable aspecto y fuerte constitucin fsica,disciplinado en el deporte y la sobriedad, Jos Antonio tena un puesto de honor reservado en lasociedad espaola, en la vida de la Villa y Corte, que se le abra ampliamente ante su porvenir.

Por entonces surgen las Juntas de Defensa, se produce la huelga de Correos, el atentado aMartnez Anido, Gobernador Civil de Barcelona, atracos constantes y malestar social profundo.

Republicanos, anarquistas, marxistas y la eternaparece eternacuestin de Marruecos.

Snchez Guerra abofetea al general Aguilera y disuelve las Juntas Militares de Defensa. Essustituido por la llamada Concentracin democrtica que preside Garca Prieto, marqus de Alhucemas.Se inician los debates sobre responsabilidades por la guerra de frica, es asesinado el Arzobispo deZaragoza, se insubordinan en Mlaga unos soldados que han de marchar para Marruecos al son de "LasCorsarias", y en Catalua, con pretexto de un homenaje al conceller Rafael de Casanova, se manifiestael separatismo cataln, aliado con el vasco y hasta con el gallego.

En estas circunstancias, don Miguel Primo de Rivera, Capitn General de Catalua, padre de JosAntonio, hacindose intrprete del sentimiento popular para concluir la inquietud social y el desbarajuste

poltico, da un golpe de Estado y lanza un manifiesto el 13 de septiembre de 1923. El Rey Alfonso XIII,que estaba en San Sebastin, suspende y da por terminado su veraneo y regresa a Madrid el 14, llama adon Miguel y le encarga del Poder.

Se constituye el Directorio Militar. Jos Antonio, hijo del Presidente, entre tanto se dedica, alejadode la poltica activa, a estudiar y prepararse para abrir un bufete de abogado en el mes de abril de 1925,a los veintitrs aos justos de edad.

Esta apertura tuvo lugar, por tanto, en plena Dictadura y Jos Antonio hubo de emplear gran partede su entereza y energas en rodear a su profesin de honradez escrupulosa y mantenerla, firmemente,dentro de una independencia absoluta. Fu en esto tan intransigente, que a algunos clientes que

acudieron a l buscando la influencia poltica los expuls de su despacho con inolvidable gesto deseveridad. Esta etapaen tanto Espaa se pacificaba dentro y fuera y se haca el desembarco deAlhucemas, que dio fin a veinticinco aos de cruenta guerrasirvi a Jos Antonio para formarse comoun perfecto abogado. Aceptaba los encargos de bufete tras depurada seleccin, entregndose a la


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defensa de las causas justas sin diferenciarlas por su importancia, con todo entusiasmo y laboriosidad;las causas "de oficio" y otras gratuitas eran tan numerosas como concienzudamente atendidas. Estalabor de foro de Jos Antonio complet su formacin y se prepar para su tarea de futuro. Entre losabogados se le respetaba por su talento, energa, tenacidad y buen sentido.

Mientras tanto, el "Dictador" dedicaba sus actividades al logro de una Espaa en orden y

progresiva. Don Miguel Primo de Rivera era un hombre de claro instinto y de gran corazn. Perteneca,por razones de edad, a la poca liberal y conceba su gobierno como una etapa pasajera orientada haciael retorno a lo que l llamaba "normalidad". En la primera etapa de su gobierno se dedic a llevar a caborenovaciones prcticas e inmediatas. Su obra es admirada aun por sus detractores. Purific lascostumbres polticas, cort abusos, redujo gastos. El nombre de Espaa volvi a ser respetado en elextranjero. Treinta y dos barcos espaoles, los ms, y algunos francesesFrancia se dio cuenta enpropia sangre de la conveniencia de pacificar Marruecosse presentaron ante la baha de Alhucemas.Sanjurjo, que cuando el golpe de Estado era Capitn General de Zaragoza y se sum al movimiento,mandaba las tropas del desembarco, dirigido por el propio Primo de Rivera. Los primeros soldadosdesembarcados fueron los legionarios al mando de un jefe intrpido, el coronel Franco.

Tras este primer perodo de aciertos la situacin empez a hacerse ms difcil para el dictador.

Las intrigas de los polticos exilados, la fuerza de la masonera, las hojas clandestinas, empearon rudabatalla frente a los aciertos del Gobierno de hombres civiles de que, tras la campaa de Alhucemas, serode don Miguel. Espaa prosperaba y se llevaba a cabo la red de carreteras y grandes obrashidrulicas. En Madrid se inauguraba una nueva lnea de "Metro" y se acaba de trazar la Gran Va en sustercero y cuarto trozo. Se inauguraron las Exposiciones Internacional de Barcelona e Iberoamericana deSevilla. El hidroavin "Plus Ultra" cruz el Atlntico con Ramn Franco, Julio Ruiz de Alda y Duran; seorganiza la Economa Nacional en el Consejo de su nombre; se resolvan los problemas sociales en laarmona de los Comits paritarios; se daban estatutos a las Corporaciones y Haciendas provinciales ylocales... Pero nada detena ya la presin que rodeaba y ahogaba al Gobierno del general. Este dimiti, yel Rey encarg de formar Gobierno a su jefe de la Casa Militar, don Dmaso Berenguer.

Este general, procesado tras suplicatorio concedido por el Senado en junio de 1923 como AltoComisario que fuera en Marruecos al ocurrir el desastre de Annual y castigado por haber asistido enPamplona con el coronel Sarabia a un banquete poltico en tiempos del Dictador, form Gobierno conviejos polticos liberales, creyendo as salvar la situacin. Era ya vano el deseo de querer montar denuevo el artefacto de los partidos, el juego de las elecciones y el Parlamento. La revolucin estaba enmarcha y los revolucionarios perseguan cosas ms hondas y definitivas. An otro Gobierno, trnsfuga,el del almirante Aznar, y la Repblica.

* * *

Entre tanto Jos Antonio, libre ya del atadijo a que la presencia de su padrea quien tantoquisoen el Gobierno le impona, se lanzaba por el camino de la accin. Despus de la cada delgeneral, Jos Antonio, sin aquellas limitaciones que se haba impuesto, realiz la etapa ms brillante desu carrera. En estrados se erigi su figura relevante entre los abogados de Espaa. A los veintiochoaos, su preeminencia jurdica era ya reconocida aun por los ms irreconciliables enemigos de su padre.

Una tarde de marzo, por las afueras de Madrid y en medio de un enorme gento que lloraba dedolor, desfil un entierro. Presidiendo el duelo, Jos Antonio vela por dar cristiana sepultura al cuerpo desu padre, que ha muerto solo en Pars, al mes de su salida de Espaa. El Gobierno ha ordenado que elentierro no cruce la capital. En ella de nuevo se agita la farsa poltica...

Esta farsa, contra la que desde ahoradesde entonces, libre ya de todo impedimento, luchar

Jos Antonio, que quiere para sus conciudadanos una "Patria mejor", una Espaa soada, intuida,prevista, como una, grande y libre, como cobijo de una juventud, nacida en el siglo xx, pero, que, durantesu infancia y adolescencia, an pervivi en el rescoldo del universalista y antisocial siglo XIX.


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III JOS ANTONIO ESTUDIA Y TRABAJA

Los mejores aos de Jos Antonio fueron, indudablemente, los de estudiante de Derecho ydurante el tiempo en que se dedic a preparar su, poco ms tarde, importante bufete.

Fueron tambin aos en que Madrid viva inconsciente y confiado, en tanto el huracn del futurose estaba preparando.

Los conflictos sociales ms graves tenan lugar en Catalua, Vizcaya o Andaluca. La guerra deMarruecos, desgraciadamente, interesaba slo a la opinin sensata y hera en propia carne a losfamiliares de los jefes, oficiales y soldados que all forjaban su espritu o inmolaban sus vidas.

En Madrid se viva con mayor facilidad que nunca. La vida era barata y la aglomeracin, lasescaseces, las dificultades insuperables se desconocan o apenas afloraban a la superficie.

Vida de Corte, teatros y cines, bailes y saraos. Muchachada alegre con algaradas en las que anno apareca el morbo de lo social y se limitaban a la procura de ms dilatada holganza.

En los tranvas poda viajarse cmodamente. El "Metro" se utilizaba en pocas ocasiones y susvagones ofrecan amplio y luminoso espacio a sus usuarios. Las calles podan recorrerse en los pocosautomviles que circulaban en cualquier direccin: no se conocan las direcciones prohibidas, losestacionamientos vigilados, los aparcamientos, ya que cualquiera poda dejar su vehculo a la puerta dela tienda o del domicilio que fuese a visitar. Empezaron por entonces a surgir los guardias de circulaciny constitua espectculo gratuito y alegre ver al polica del cruce de Alcal-Puerta del Sol con suserizados mostachos deteniendo el libre desbordarse de peatones y coches, alternando los de motor conlos, todava abundantes, de traccin animal.

Circulaban por heterogneas vas, unas amplias y animadas, otras seoriales y recoletas, lostranvas llamados "cangrejos", porque haban sido colorados, en tanto los dems eran amarillos y hoyson azules. Poda uno pasearse toda una tarde en tranva cmodamente sentado frente a frente con losdems viajeros, desde el final de Lista hasta Rosales por Zurbano, Argensola, Conde de Xiquena, Alcal,Mayor, etctera.

An no haba surgido la Cinelandia de la Gran Va. Los cines de moda eran los del Bulevard deGnova, Prncipe Alfonso y Royalty (hoy Coln), el Real Cinemacon sus lunes de moday el Goya.Ms populares el Monumental, el Arguelles y las dos salas del antiguo Frontn, hoy Teatro, Madrid.

En los teatros del centro las grandes figuras de la escena conservaban la tradicin: MaraGuerrero, Mendoza, Emilio Thuiller, Vico, el matrimonio Daz-Artigas, Catalina Barcena... Las revistas seconsagraban en el Reina Victoria con Teresita Saavedra, en el Romeahoy desaparecidocon lasPinillos (Laura y Victoria), Conchita Constanzo, Concha Rey, las hermanas Montenegro, Perlita Greco yla Gmez; en El Doradofeudo de la Chelito, hoy Cine Muoz Seca, en el Pavn o en el Martn, conTina de Jarque, Margarita Carvajal, Sara Fenor o Amparito Taberner, en la Latina o el incendiadoNovedades, o el Rey Alfonso, que antes fuera Cabaret Lido y hoy es Cine Panorama. En variedades, laYankee, la Seros, la Piquer, Estrellita Castro...

Los cabarets eran lugar de tedio y no aptos para gente sensible, ya que las "tanguistas" contabantristezas al cliente, especialmente al provinciano. El citado Lido, el Alczar, el Ideal Roomhoy Cine

Bena-vente, el Ciro'shoy Cine Cristinasustituyeron al Maxim's y otros ms antiguos. Para los"bailones" haba el Forthing, el Stambul o el Kursaal Magdalena. Aparecieron los salones de t danzante,como "Spiedum", donde hoy hay unos grandes almacenes de la Gran Va, y ms tarde los stanos delPalacio de la Msica, soberbia sala inaugurada poco despus del Cine Callao y antes del Palacio de la


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Unos grandes almacenes, "Madrid-Pars", desaparecidos hoy, dan tono de ciudad a la amplia yan cortesana villa.

Si se quiere ir ms lejos ah queda el Casino de la Ciudad Linealhoy Estudios CEA o los

baos de San Fernando del Jarama y la piscina primera del Canoe o el Nigara, en la cuesta de SanVicente.

Las maanas de los estudiantes de Derecho, una vez aprobado el preparatorio en la EscuelaIndustrial de la calle de San Mateohoy Colegio de Sordomudos, se distribuyen entre las aulas y lospaseos en Rosales o jugando a los barquillos en los aguaduchos de la Castellana, donde se consume lahorchata y la desaparecida agua de cebada, consuelo en verano del pudiente que dispone de diezcntimos o un real, porque el menos distinguido se conforma con el botijo con o sin ans y la sillita en lasaceras veraniegas, volcadas sobre la calle entorpeciendo a los peatones su trnsito y a los coches,limitados en los arroyos por los puestos veraniegos de melones y churros y los invernales de castaascalentitas.

El estudiante de provincias viva bohemiamente malamente, en pensiones y casas dehuspedes, con poca ventilacin y escasa higiene. El madrileo se inclinaba hacia esta bohemia, lacomparta con su colega provinciano y a veces la envidiaba.

No haba Colegios Mayores, Seminarios, cursillos ni deportes estudiantiles. Para los ms asiduos,apenas la Biblioteca Nacional, y para los audaces, pedantes o de ideas avanzadas, el Ateneo. A vecesse jugaba al billar en el caf o en las Asociaciones de Estudiantes Universitarios y Catlicossta en elcasern de Mayor, 1, destartalado y polvoriento.

* * *

Jos Antonio vivi la vida universitaria. Y goz de la vida de Madrid. Tal vez algo menos que otrosa los que por su condicin social no se les oponan las restricciones, las trabas y las obligaciones de unprimognito de Grande de Espaa. Fu, como hemos dicho, directivo de la Federacin UniversitariaEscolar y represent a Madrid en un Congreso estudiantil de Zaragoza.

Pero Jos Antonio estaba en el ambiente de este Madrid poblachn. Se encontraba en los cines yrecreos, en los teatros y paseos con sus amigos, con sus camaradas, con los amigos de la familia.Saludaba a las Infantas en el Hipdromo o en su palco de los toros, o en el Cine Goya, o ms tarde en elCallao. Creca en conocimiento, en preparacin, en vigor fsico e intelectual.

Jos Antonio, rodeado de todo este ambiente, pensaba, poetizaba, soaba y senta por unaEspaa mejor, con menos contrastes sociales, con un tenor de vida ms adecuado y en mayor ritmo conel resto del mundo.

Cumpla estricta y rigurosamente los deberes sociales que su rango y el de su familia le imponan.Aunque nunca fu cortesano en el sentido concreto de la palabra, actu en la Corte. Tom su hbito deCaballero de la Orden Militar de Santiago en 1928, y desde 1925a los veintitrs aos alcanzada sumayora de edadle fu entregada la llave de Gentilhombre.

En los aos de Barcelona toma amplio contacto con los diferentes campos de la sociedadcatalana. Y llega, con aquella su maravillosa intuicin que le caracteriza, a comprender como pocos elproblema de Catalua. Comprende tambin la lengua verncula y la considera, como es de justicia,perfectamente compatible con el acendrado amor a Espaa de los buenos catalanes. La peculiarpsicologa del trabajador, desde el obrero al campesino y del fabricante a la rancia nobleza del


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Principado, tienen favorable eco en sus sentimientos. Slo se considera incompatible con los enemigosde la Patria, con aquellos que explotan el regionalismo como escabel para su medro o sus egostasmiras.

De nuevo en Madridy ya para siempre hasta su prisin y martirio, Jos Antonio brilla, porqueas lo marca su posicin y lo exige su talento y cualidades fsicas y morales, en la vida activa de Madrid.

Jos Antonio no es "seorito" ni quiere serlo; es "seor". Exactamente as lo dijo l en sus escritos. Unartculo suyo publicado en "F. E." de 25 de enero de 1934 nos lo aclara terminantemente. "A FalangeEspaoladijo su Jefeno le interesa nada como tipo social el "seorito", que no es sino ladegeneracin del "seor", del "hidalgo", que escribi las mejores pginas de nuestra Historia. El"seor"sigue dicindonosera tal seor porque era capaz de renunciar, esto es, dimitir privilegios,comodidades y placeres, en homenaje a una alta idea de servicio: "Nobleza obliga", es decir, "exige". El"seoritismo" abogadebe desaparecer, extinguirse en bien de los humildes que en nmero demillaresdeca llevan una vida infrahumana y en beneficio de los propios "seoritos", quienes, alvolver a encontrar digno empleo a sus dotes, recobrarn, rehabilitados, la verdadera jerarquamalgastada en demasiadas horas de holganza".

No se crea, sin embargo, que Jos Antonio era un temperamento fuera de su tiempo, ni mucho

menos retrgrado o reaccionario o simplemente mojigato. Por el contrario, deseaba, como una vez dijo,una "Espaa alegre y faldicorta" y moderna. No rehua conocerlo todo. No era juerguista, ni lo fu nunca.Pero cualquier ambiente era perfectamente conocido por l y a l se adaptaba con facilidad ynaturalidad.

Cuando tras largas horas de estudio o de trabajo, en los tiempos en que sus elevadas miraspolticas an se lo permitan, Jos Antonio acuda al filo de la tarde a "Bacanik". Y las miradas dehombres y mujeres se centraban en l. Aqullas con respeto y stas con admiracin y no pocas concario.

Amigo de sus amigos, dispona en forma tal de sus horas, que siempre haca tiempo paracompartirlo con sus ntimos y hablar con ellos de los temas ms diversos de la actualidad. Deportes,fiestas, poesa, literatura, el problema social, todo era sometido a revisin en sus tertulias. Tuvimos elhonor de hablar con l en varias ocasiones y su poder de asimilacin y de captacin era sencillamentesingular.

Durante la Dictadura se mantuvo, en cuanto no era sustantivo o afectase a sus profundos afectosfamiliares, al margen, lo ms al margen posible de la poltica y sobre todo de la discusin. "No fui jams,jams pertenec a la "Unin Patritica"especie de partido poltico creado por su padre, dijo una vezen el Parlamento, contestando a una interrupcin que un "jabal" izquierdista hizo a una, como suyabrillante, intervencin en las Cortes. Pero cuando discuta convenca, cautivaba, sealaba los puntosfundamentales y sacaba conclusiones plenas de aquel buen sentido que lo defina como un esprituselectsimo en la hora de la beocia y de la imbecilidad ambiente.


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IV JOS ANTONIO ACTA EN POLTICA

AL librarse de ataduras, Jos Antonio pudo contemplar, sin trabas por la actitud del Monarca haciasu padre que l estimaba le relevaba de todo compromiso de fidelidad, el panorama poltico, sin filias nifobias. Con el solo prejuicio que su propia formacin le ocasionase. Es decir, sin prejuicio alguno, alservicio exclusivo de sus ideales de patriota y de espaol, "una de las pocas cosas serias" que an van

quedando, como dijo ms tarde.

Muerto el padre, cado el Reydespus de votar el 12 de abril por la persistencia de la monarquay acompaante hasta Galapagar, como cortesano, de la Reina y las Infantas, su libertad de accin eraya total.

Y al servicio de esta libertad puso su juventud, su vigor y su celo apasionado.

Cuando el Gobierno del general Primo de Rivera cay, Jos Antonio sali resuelta ydecididamente a la vida pblica cuantas veces hubo que deshacer algn ataque injusto o algn agraviocontra el Dictador, sus colaboradores o la honradez de su poltica y administracin. Fu defensor del exministro de su padre don Galo Ponte, preso y procesado en 1930 bajo el Gobierno Berenguer y despuscompareci por l ante la Comisin de Responsabilidades en noviembre de 1932. En ambos procesoslos informes de Jos Antonio alcanzaron gran resonancia y revalidaron su prestigio forense.

Con el exclusivo propsito de cumplir ese deber de rehabilitacin y defensa de la obra de laDictadura, form parte Jos Antonio de la Unin Monrquica Nacional, fundada bajo la presidencia delconde de Guadalhorceex Ministro de Fomento de la Dictadura en abril de 1930. Actu tambin, enunin de Calvo Sotelo, en la campaa que llev a cabo dicho partido por Galicia y en el gran mitin que almismo efecto se celebr en Bilbao el 5 de octubre de dicho ao.

Con igual propsito, para que en el mbito enfurecido y apasionadoo indiferentedelParlamento se oyera al menos una voz justa y fiel, present su candidatura a diputado a Cortes porMadrid, cuando en octubre de 1931 se celebraron elecciones parciales para cubrir 24 vacantes en lasConstituyentes de la Repblica, promulgando un vibrante manifiesto electoral bajo el ttulo de "Por unasagrada memoria, hay que or a los acusados".

La conjuncin republicano-socialista hubo de oponerle para vencerlo a una de las figuras msrepresentativas de la Repblica: el viejo don Bartolom Cosso, de la Institucin Libre de Enseanza,quien sali diputado, no sin que Jos Antonio consiguiera la lucida votacin de 28.651 sufragios.

A medida que la disgregacin de la Patria se aceleraba, consintindose quemas de conventos,asaltos a las fuerzas mantenedoras del orden, escisiones y Estatutos regionalistas, la angustia deEspaa y por Espaa fu invadiendo a Jos Antonio, hasta que se decidi por la resuelta y plenaactuacin poltica, y en marzo de 1933 interviene en la fundacin del semanario "El Fascio", en el que selanzan las primeras directrices en pro de un rgimen nacional en principio filofascista. Azaa, Presidentedel Gobierno, recoge la edicin y ordena la muerte del semanario.

El nmero unonicode "El Fascio" public un artculo de Jos Antonio titulado "Losfundamentos del Estado liberal: Orientaciones hacia un nuevo Estado", en el que se inicia la expresinde las preocupaciones econmicas del futuro Jefe Nacional de la Falange. En l pueden leerse lassiguientes afirmaciones: "Mas todava produce el Estado liberal una desigualdad ms profunda: laeconmica. Puestos tericamente el obrero y el capitalista en la misma situacin de libertad para

contratar el trabajo, el obrero acaba por ser esclavizado por el capitalismo. Claro que ste no obliga aaqul a aceptar por la fuerza unas condiciones de trabajo; pero le sitia por hambre; le brinda unas ofertasque en teora el obrero es libre de rechazar; pero si las rechaza no come y al cabo tiene que aceptarlas."


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Con motivo de la suspensin indefinida de "El Fascio", Jos Antonio entabl con Juan IgnacioLuca de Tena, director de "A B C", desde este peridico y desde "La Nacin", dirigido por DelgadoBarreto periodista fino y fiel a la Dictadura, una cordial polmica en la que expuso algunosfundamentos de su ideologa poltica, atrayndose elementos jvenes anhelantes de una resurreccinespaola. Continu extendiendo su pensamiento y haciendo proslitos, hasta que el 29 de octubre de1933 pudo presentar a la expectacin de Espaa, en un acto celebrado en el Teatro de la Comedia, deMadrid, el Movimiento de Falange Espaola, que, en febrero de 1934, se fundi con el de las Juntas de

Ofensiva Nacional Sindicalista para dar lugar a la Falange Espaola y de las J. O. N. S., de cuyomovimiento fu nombrado Jefe Nacional y nico Jos Antonio en octubre de 1934.

En el discurso fundacional Jos Antonio trata ampliamente del tema econmico.

El 29 de octubre de 1933, en el teatro de don Tirso Escuderofigura tambin popular como lo fusu pariente y asiduo "cliente" el marqus de Cabriana, el del Cdigo del Honor y de los duelos, secelebr el primer mitin falangista. Haca dos meses que haba sido Azaa sustituido por Martnez Barriosy Espaa estaba en pleno perodo de efervescencia electoral. Hablaron en aquel acto Valdecasas, JulioRuiz de Alda, hroe del "Plus Ultra", y Jos Antonio. El discurso de ste fu calificado por algn peridicocomo acontecimiento del siglo, slo comparable a la presencia de don Antonio Maura en la poltica o al

golpe de Estado de septiembre de 1923.

En dicho discurso Jos Antonio fu fiel a s mismo. Su vena potica y su vocacin literariaquedaron bien patentes. Muchos prrafos son de una belleza insuperada. No es ste el lugar deanalizarlos. Baste saber que su crtica del liberalismo es an hoy, a veinticinco aos de distancia,perfectamente actual. El Movimiento que se inici el sealado da 29 de octubre no fu, no era ni es unmovimiento de derechas ni de izquierdas, viejos conceptos superados por la realidad, es "una manera deser por encima de constituir una manera de pensar". Jos Antonio exalt la poesa que construye frentea la que destruye. Y con certera frase aclar su postura de candidato a Cortes, diciendo: "Creo que soycandidato; pero lo soy sin fe y sin respeto."

Lo ms saliente fu el contenido constructivo del discursosobre el que habremos de recaer msde una vezen sus pasajes de tipo econmico, como ya hemos dicho.

A los pocos das del mitin qued fundada la Falange Espaola, difundindose en unos folletos suprograma en los llamados "Puntos iniciales", que tambin se publicaron en el nmero 1 de la revista "F,E.", aparecida el 7 de diciembre de 1933.

El 19 de noviembre anterior Jos Antonio sala diputado a Cortes por la provincia de Cdiz,encuadrndose su nombre en la lista de las llamadas "derechas". An era considerado como tal endichos medios. Poco a poco se fu viendo que Jos Antonio y su programa eran otra cosa. El mismo

Ramiro Ledesma, fundador de las J. O. N. S., tras la desviacin poltica personal, hubo de confesar ensu libro polmico "Fascismo en Espaa?" que Jos Antonio se fu radicalizando insensiblemente hastasituarse en la lnea ortodoxa de los ms autnticosl que era autntico en todonacionalsindicalista.Porque la realidad es que Jos Antonio en poltica nunca fu de un bando ni de otro, sino creador,puesto que, bien dotado para la vida, entenda y senta la justicia social como un trabajador y el fineconmico como un fin comn que no poda supeditarse a banderas ni a caprichos, sino ponerse alservicio del conjunto. Actuando con claro juicio y desde luego jams como "seorito".

A partir del momento en que Jos Antonio fu diputado, su actuacin poltica toma un doblecamino. En el Parlamento y en la organizacin de la Falange y divulgacin de su ideario.

La vida de Jos Antonio desde la constitucin de Falange Espaola se convierte en unpermanente acto de servicio que slo concluye con su muerte gloriosa. Sirve a Espaa y a la Falange enplena conviccin poltica, como miembro de los triunviratos directivos tanto de F. E. como de la F. E. y delas J. O. N. S. primero, y desde octubre de 1934 como Jefe nico de este Movimiento. La Falange es no


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slo una doctrina, sino tambin accin: "doctrina y accin" y Jos Antonio proclam su doctrina con unaoratoria original, renovadora, en mtines y conferencias, populares y selectos, por las ciudades, pueblos yaldeas de Espaa, de esa "Unidad de destino en lo universal", como l llam a la Patria. Ante numerososy cada vez ms amplios sectores de opinin, en el que formaban sobre todo estudiantes, obreros ycampesinos, habl Jos Antonio en 1934 en Cceres, Carpi de Tajo, Valladolid, Puebla de Almoradiel,Burriana, Callosa del Segura, Fuensalida y Luanco; en 1935, en Salamanca, Zaragoza, Toledo,Valladolid, Corrales de Zamora, Daimiel, Jan, Tordesillas, Don Benito, Barcelona, Crdoba, Madrid,

Oviedo, Mota de Cuervo, Campo de Criptana, Mlaga, Madridejos, Puertollano, Santander, Tauste,Sevilla y Quintanar del Rey, y durante 1936, en Jerez de la Frontera, Alcaiz, vila, Valladolid, Cceres,Oviedo, Santander, Zaragoza, Madrid, Sanlcar de Barrameda, Logroo, Jaraz de la Vera, Plasencia,Trujillo, Medina del Campo y Gijn.

En los aos 1933, 1934 y 1935 tuvo, asimismo, importantes intervenciones parlamentarias sobreel Estado totalitario, sobre la difamacin de la Dictadura, sobre Catalua, sobre la Falange y la F. U. E.,sobre los vascos y Espaa, sobre la Dictadura y la necesidad de una revolucin nacional, sobre laamargura de Espaa, en defensa propia, irona del Parlamento, sobre el romanticismo, la revolucin y laviolencia, sobre la juventud y el 6 de octubre, sobre la guerra en el Parlamento, en defensa de laFalange, de nuevo sobre Catalua y Espaa, sobre el 6 de octubre, el estado de guerra y la Falange,sobre cmo se administra la justicia histrica, sobre la reforma agraria, sobre la poltica internacional y

las sanciones a Italia, sobre el "straperlo", sobre los muertos de la Falange, sobre los profesionalesextranjeros en Espaa y sobre el "asunto Nombela".

Entre los discursos, al aire libre y en locales cerrados fuera de las Cortes, ms notables seconsideran como ms importantes por sus esencias doctrinales y formativas, adems del mitinfundacional de la Comedia, los de Valladolid, celebrados en el Teatro Caldern de la capital castellana el4 de marzo de 1934 y el 3 de enero de 1935, y los de Madrid de 9 de abril de 1935 en el Crculo de laUnin Mercantil e Industrial y los del Cinema Europa del 19 de mayo y 17 de noviembre de 1935 y del 2de febrero de 1936. Adems dio en Madrid, en 1935, dos conferencias de altura a los jvenesuniversitarios, una en marzo, titulada ''Estado, individuo y libertad", y otra en noviembre, bajo el ttulo de"Derecho y Poltica".

La prensa y el folleto fueron armas propagandsticas utilizadas constantemente, tambin, por JosAntonio Primo de Rivera. Del peridico "El Fascio", ya dijimos que apareci un solo nmero. De la revista"F. E." salieron quince y en todos los ejemplares vibra el tono literario, potico, concreto y contundentede Jos Antonio. En marzo de 1935 funda el peridico "Arriba", del que aparecen seis nmeros en unao. Y es de la misma fecha la fundacin de "Haz", que pervive hasta octubre de dicho ao 35. En todosy cada uno de estos peridicos y en algunos de tipo general a veces o regional otrasen particular en "AB C" y "La Nacin", de Madrid, en "El Adelanto", de Salamanca, y hasta en "La Vanguardia", deBarcelonaaparecen artculos firmados o sin firmar en los que Jos Antonio va concretando su manerade pensar, mientras paralelamente, el movimiento renovador sigue adelante, expresando concontundencia y presencia fsica su manera de actuar. Tambin las pginas de la hoja clandestina "Noimporta", de la que salieron tres nmeros, y la revista doctrinal de las J. O. N. S. al incorporarse a laFalange, recogen consignas y sugestiones del Jefe Nacional del Movimiento.

Combinaba Jos Antonio estas tareas, esta gigantesca actuacin, sin pausa ni descanso, con lasde adiestramiento y direccin de la Falange y sus cuadros de mando, con las cartas, manifiestos,volantes y hojas clandestinas esparcidas a los cuatro vientos, con la convocatoria y organizacin de losdos Congresos Nacionales del Partido, que se celebraron en octubre de 1934 y en noviembre de 1935, ycon la ejecucin personal y directa de mltiples actividades, llegando a aparecer al frente deescaramuzas de vanguardia para enfrentarse con la opinin en pugna con el sindicalismo y elmovimiento renovador, espaolista y constructivo que por l se preconiz y al que ofrend, primero,todas sus horas y, finalmente, su propia vida, inmolada en una fra madrugada de noviembre en laPrisin de Alicante, para donde sali el 5 de junio anterior, tras anularle el Parlamento sectarista delFrente Popular su acta de diputado a Cortes por Cuenca, que consiguiera en amplia votacin tras los

barrotes de la Crcel Modelo en mayo de 1936, ya que desde el 14 de marzo de dicho ao el calvario deJos Antonio, encarcelado juntamente con los ms destacados de sus leales, constituye una gesta nicay un hecho inslito carente de todo precedente y de los ms elementales fundamentos ticos y morales.


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Cinco aos de vida poltica extraordinariamente prolfera. Un lustro de actividad sin parangn conninguna otra da contenido a una doctrina, a un credo, a un programa en el que se definen con perfilesperfectamente dibujados todos los aspectos de una revolucin de tipo social y poltico que no resistecomparacin alguna.

De octubre de 1931 a octubre de 1933 puede considerarse una etapa de tanteos y orientaciones.

Y en los tres aos restantes, desde octubre de 1933 a noviembre de 1936, una etapa de extraordinariotrabajo, constante sacrificio, ingente peregrinar y dedicacin absoluta en servicio de algo ms que unaidea, de algo ms que una meta, de algo tan singular, tan nico y tan grande como es una Patria, msan si esta Patria es nada ms y nada menos que la vieja, tradicional, seora de imperios y gestoras depueblos que es Espaa, aquella Espaa soada, presentida, adorada por Jos Antonio, precursor deuna etapa nueva en la Historia de una nacin que se vena abajo y que l transmut en algo vivo yentraado al conjuro de su consigna: Arriba Espaa!

De Jos Antonio poda decirse, como dijo de Napolen, Goethe, que se vea que era l, que eraprecisa y exactamente l. Nunca, por lo menos en sus horas polticas, Jos Antonio necesit depresentacin. Emanaba de s un fluido especial, misterioso, soador, autntico. Una irresistible simpata,aun en sus momentos de gravedad, que desde lo fsico arrastraba a lo espiritual. Nadiehasta ahora

como ltan jovenlogr un imperio tan decisivo sobre la juventud. Cualquier camarada de la viejaguardia era capaz de ofrendarle alegremente la libertad y la vida. Hasta en momentos de reprimenda eradifcil sustraerse ni a su mirada ni a sus reproches justos en todo momento. Careca de ambicin demando, pero era tal su ambicin de Espaa, que unnimemente fu designado por Jefe, sobresaliendode todos los dems.

La capacidad organizadora de Jos Antonio qued bien patente en toda su obra. En los tres aosque preceden a su muerte, segada por balas milicianas tras un simulacro de proceso en el que losjueces quedaron confundidos por la entereza y elocuencia del acusado que se autodefendi en estrados,atendi a todos los aspectos de una organizacin poltica sin antecedentes. Ideolgicamente original,dando de lado los principios balbucientes de doctrinas no adaptables a nuestra idiosincracia yconveniencias, alejndose del "mimetismo perturbador" a que se refiriera Onsimo Redondo, JosAntonio cre un motor poltico espaol, adecuado a Espaa y a su exclusivo servicio. Si sinti algunavez, como parece indicarlo su peridico "El Fascio", inclinacin hacia alguna teora ya existente en otrastierras, pronto la desech, al punto de que pocos aos despus hizo pasar por alto el error y disculpar aun joven campesino que en tierras extremeas interrumpiera su palabra en un mitin con el grito de "Vivael Fascio!" La Falange fu creacin nacional y de tendencia particular y espaolsima, con criterio propio,que rechaz, desde el primer instante, cuanto no era de aplicacin o de conveniencia al modo de ser yde pensar de las ms puras esencias de la tradicin y a las necesidades de Espaa. Jos Antonio eligila camisa del trabajador azuly compuso, con los poetas ms conspicuos y representativos de la"poesa que construye"Ridruejo, Fox, Alfaro...las estrofas del Himno, que es una exaltacin juvenilde amor y de guerra, por una Patria mejor, que a la manera de la vieja Roma, civilizacin cuna delmundo occidental, actualiza el secular adagio latino de "propium et decorum est pro Patria mori".

Aunque una doctrina poltica para perfeccionarse y decimos perfeccionarse como en Derechocuando se habla del perfeccionamiento de un contratonecesita madurez, puesta en prctica ysucesivas revisiones que aqulla y sta le originan, la doctrina de Falange Espaola abarca desde suiniciacin todos los aspectos de la vida pblica. Los "Puntos iniciales" y las "normas programticas"recogen las fundamentales actitudes de la Falange ante cualquier aspecto de la vida en comn.

Jos Antonio y su credo tienen tambincmo no?y desde un principio un ideario econmico.Un credo econmico. Unos puntos de vista concretos y sagaces sobre la economa y en particular sobrelo que conviene y debe ser la economa espaola. En sus discursos, fundacional de la Comedia deMadrid, en los dos del Teatro Caldern de Valladolid, en la conferencia del Crculo de la Unin Mercantile Industrial de Espaa, en las clausuras de los Congresos del Partido y del S. E. U., en las conferencias

a la juventud estudiante y en sus intervenciones parlamentarias sobre la reforma agraria y sobre losprofesionales extranjeros en Espaa, encontramos una clara doctrina econmica que constituye elpensamiento econmico del Jefe de la Falange en los diferentes aspectos de la vida del trabajo y delquehacer de Espaa.


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Su glosa ordenada es el objeto principal de este libro, que se desarrolla en los treinta y seis mesesque van de octubre de 1933 a noviembre de 1936, en tanto Espaa se deshaca en luchas internas, losodios se enconaban, las pasiones se exacerbaban y el timn poltico se perda alternando en manos deun conglomerado republicano-socialista que, falto de brjula, estrellaba la nave del Estado contra losbajos escollos del desorden y del caos.

Madrid se agriaba, su vida se enrareca, la alegra pasada convertase en inmoralidad, losespectculos en brutalidades, las finas esencias del seoro desaparecan, los "pioneros" canturreabanpor las calles y plazas y los viejos paseos del Pardo y la Casa de Campo se llenaban de restos demerendolas bquicas y ensuciaban con un lodo que salpicaba los aspectos todos de la vida pblica yprivada de la Nacin.


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V JOS ANTONIO Y LA ECONOMA NACIONAL

JOS Antonio Primo de Rivera jams consider a la economa como un fin, sino como un medio.Lo fundamental fu para l lo poltico, lo permanente, el sentido unitario de la Patria considerada como"unidad de destino en lo universal". La economa es lo accesorio y si la toma en consideracin, si no slono la puede ignorar o desconocer, sino que en ella piensa en muchas ocasiones, y a veces muy

extensamente, es porque el basamento econmico es indispensableas lo juzga l y lo juzgamosnosotros para asegurar la justicia social y la independencia la inalienable independenciaysoberana nacionales.

Las economas parciales, si alguna vez las tom en consideracin el fundador de la Falange, lohizo slo como agregaciones en un orden total de conjunto, para integrarpara integrarlasen laeconoma nacional. "Concebimos a Espaa en lo econmico como un gigantesco Sindicato deproductores... al servicio de la integridad econmica nacional", dice el punto IX del Partido.

Y en otro lugar de los puntos iniciales del Movimiento, aade: "Falange Espaola no puedeconsiderar la vida como un mero juego de factores econmicos", "no acepta la interpretacin materialista

de la Historia", porque "lo espiritual ha sido y es el resorte decisivo en la vida de los hombres y de lospueblos".

Vea claro Jos Antonio al tratar de los temas generales de carcter econmico. Y vea claroporque los pasajestodos los pasajesde su obra, en escritos y discursos, en conferencias, manifiestosy artculos periodsticos, centran el problema econmico frente al liberalismo capitalista y al comunismo.

Especial y reiteradamente se muestra Jos Antonio enfrentado con el liberalismo caduco yenfermizo, tan en boga a la sazn durante los aoslos cortos y fecundos aosde su vida pblica.Programtica, normativamente, proclama que la Falange es antiliberal y anticomunista. Pero en susescritossin duda porque lo ltimo no es tan necesario justificarlorazona con dialctica enrgica yspera, principalmente, frente al liberalismo, a la economa liberal, al capitalismo, en franca crisis yvisible decadencia.

El liberalismo, nos dice, "no asegur al hombre un orden econmico que fuera garanta delibertad", y estudiando, desmenuzando los orgenes y la evolucin de las ideas liberales de laeconomade la escuela clsica de economa, consigna el mrito inicial del liberalismo, no lodesconoce; pero, a seguido, y en numerosas ocasiones, destaca sus defectos, los defectos, los errores,derivados de un capitalismo desbordado, absorbente, cruel e insatisfecho.

Arranca el liberalismo desde Adam Smith, quien "encarndose con el Estado soberano"l

tambin le llama soberanole dice: "Lo mejor que puedes hacer es no meterte en nada", dejar las cosascomo estn. Estas cosas de economa son delicadsimas; "no las toque, que no tocndolas se harnsolas ellas e irn bien". Y Jos Antonio, juzgando, como otros escritores lo hicieran ya, el enorme valorde oportunidad que la figura de Adam Smith represent para Inglaterra, al punto de enriquecerla y servira su grandeza y prosperidad, seala cmo tras las teoras de Smith "Inglaterra estableci poco despusla completa libertad econmica y abri las manos al libre juego de la oferta y la demanda", que debanproducir, segn la escuela clsica, sin presin de nadie ms, el equilibrio econmico, y "en efectoreconoce Jos Antonio, como ya hemos dicho, tambin el liberalismo econmico vivi su pocaheroica, una magnfica poca heroica"..., porque "a su mpetu, a su iniciativa, se debieron el ensanche deriquezas enormes hasta entonces no explotadas", la llegada, aun a las capas inferiores, de grandescomodidades y hallazgos, "la competencia, la abundancia y la elevacin, innegablemente, de lasposibilidades de vida de muchos". Aunque despus, seguidamente, aadi, as "vienen los resultadosque hemos conocido: la crisis, la paralizacin, el cierre de las fbricas, el desfile inmenso de proletarios

sin tarea".


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Pero, como es lgico, esto vino despus, y Jos Antonio no deja de atribuir al liberalismoeconmico sus propios mritos y la importancia que como escuela y como prctica caben asignarle. Alhacerle justicia se la hace plenamente, ya que siguindola implacablemente debe de abominar de aquelliberalismo en cuanto que, "hijo suyo, iba a producirse el capitalismo" al que le es atribuible no slo laculpala gran culpadel malestar social, sino incluso de la guerra europea, los das de la trasguerra... y"el hombre que aspir a vivir dentro de una economa y de un principio liberal que llenaba de optimismo yde sustancia a una poltica y a una economa, vino a encontrarse reducido a esta cualidad terrible: "Antes

era artesano, pequeo productor, miembro de una Corporacin acaso dotada de privilegios, vecino de unMunicipio fuerte, ya no es nada de eso: al hombre se le ha ido liberando de todos sus atributos, se le haido dejando qumicamente puro en su condicin de individuo; ya no tiene nada; tiene el da y la noche; notiene ni un pedazo de tierra donde poner los pies ni una casa donde cobijarse; la antigua ciudadanacompleta, humana, ntegra, llena, se ha quedado reducida a estas dos cosas desoladas: un nmero enlas listas electorales y un nmero en las colas a las puertas de las fbricas".

Porque una de las fundamentales preocupaciones de Jos Antonio fu siempre el problema delparo obrero y en este pavoroso espectro, fruto del siglo xx, fundaba, en ltima y definitiva instancia, elJefe Nacional de la Falange su mayor hostilidad hacia el liberalismo, dado que ste condujo a la tiranadel poderoso en forma tan claramente expuesta por Jos Antonio, como se deduce cuando dice: Asconcluye la libertad bajo el imperio de las mayoras y de la igualdad. Por de pronto no hay igualdad entre

el partido dominante que legisla a su gusto y el resto de los ciudadanos que lo soportan. Mas todavaproduce el Estado liberal una desigualdad ms profunda: la econmica", porque el capitalismo, claro estque no obliga al obrero a "aceptar por la fuerza unas condiciones de trabajo; pero l le sitia por elhambre; le brinda unas ofertas que en teora el obrero es libre de rechazar; pero si las rechaza no comey al cabo tiene que aceptarlas".

En esto recay el capitalismo, el liberalismo convertido en capitalismo, tras una Era de progresoque an sirve para mantener numerosos adeptos que cantan, sin cesar, en su alabanza, pese a queaquel "soado progreso indefinido volvi un da inesperadamente la cabeza y mostr su rostro crispadopor los horrores de la proletarizacin de las masas, del cierre de las fbricas, de las cosechas tiradas almar, del paro forzoso, del hambre...", y sus cortejos: la enfermedad, el vicio, el odio y la guerra.

Y no vale, no vali nunca paliativo alguno a esta situacin. Aquello que se quiso, o se quiere,denominar armonizacin del capital con el trabajo, origen de frentes polticos de carcter social-cristiano,democristiano o populista, que con estos y otros nombres se han etiquetado tales actitudes, JosAntonio lo consider "un buuelo", una intil componenda, ineficaz cuando no nociva, porque "cuando sehabla de armonizar el capital con el trabajo lo que se intenta es seguir nutriendo una insignificanteminora de privilegiados con el esfuerzo de todos, con el esfuerzo de patronos y de obreros, de obreros ypatronos. Vaya una manera de arreglar la cuestin social y de entender la justicia econmica!", ya queen realidad estas pretendidas armonas no son sino paos calientes que no pueden soldar lo destruidopor errores nefastos y vinculados a muchas generaciones, cuando, como deca Jos Antonio, "en loeconmico y en lo poltico se ha roto la armona del individuo con la colectividad", que esesta ltima yaqulla lo que importa, "se ha roto la armona del hombre con su contorno, con su Patria, para dar alcontorno una expresin que ni se estreche hasta el asiento fsico ni se pierda en vaguedadesinaprehensibles".

En cuanto al marxismo, Jos Antonio lo fustig tambin, pero ms que como escuela econmicaen s, por su sentido materialista, por su excesivo, e incluso dominante y absorbente, sentidomaterialista. Justific, una y muchas veces, su existencia como reaccin a los excesos del capitalismo,cuando, por ejemplo, dijo: "De esta situacin injustala capitalistay por un espritu de legtima defensaen la clase trabajadora, surge el socialismo, al que bien pronto sus dirigentes hacen perder sus primitivascaractersticas para convertirlo en un medio de ventajas y medros personales" y se traduce en algorencoroso, apasionado, disgustado, hostil, pleno de malestar y de odio: el socialismo as "no aspira a la justicia social; aspira a sustanciar una vieja deuda de rencor imponiendo a la tirana del ayerlaburguesauna dictadura del proletariado", desvindose de su primitiva finalidad en que quedaba

justificado cuando, "para la defensa de los oprimidos por la tirana econmica de los poderosos, hubo deponerse en movimiento algo tan antiliberal como es el socialismo".


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An va a veces Jos Antonio ms all que hasta la simple justificacin inicial del socialismo. Llega,con absoluta lgica, a decir que "si la revolucin socialista no fuera otra cosa que la implantacin de unnuevo orden en lo econmico, no nos asustaramos". Lo que disgusta, lo que lo hace inaceptable, es susentido materialista, el sentido materialista no slo vaco, sino hostil a la espiritualidad, dado que en sudoctrina "los socialistas han querido extirpar en vosotros lo espiritual; os han dicho que en la vida de lospueblos slo influye lo econmico. No lo creis! No hemos venido al mundo para comer y para trabajarslo como los animales".

Y entonces si el liberalismo, inicialmente til, no sirve ya por su derivacin, por su inclinacin yabocamiento al capitalismo, y si el socialismoy ni que decir tiene el comunismo, variante ms feroz deaqulan justificado en su origen, no pueden aceptarse, cul es el ideario econmico?, qupropugna en el orden econmico Jos Antonio?, cul era en conjunto y en lneas generales supensamiento econmico?

Porque Jos Antonio, como poltico, como clarividente hombre poltico, no slo no desconoca laimportancia de la economa en la vida de los hombres y en la de los pueblos, sino que la defini,sabedor, como era, que ms all de las fronteras de la teora pura, la economa pasa a ser poltica pura.As afirm que "hay que devolver a los hombres su contenido econmico para que vuelva a llenar de

sustancias sus unidades morales, su familia, su gremio, su Municipio; hay que hacer que la vida humanase haga otra vez apretada y segura"solidaria diramos nosotroscomo fu en otros tiempos; y paraesta gran tarea, econmica y moral, para esta gran tarea, en Espaa, se est en las mejorescondiciones, aadiendo en otra ocasin: "Hay que proponerse positivamente una tarea; dar a Espaaestas dos cosas perdidas: primero una base material de existencia que eleve a los espaoles al nivel delos seres humanos; segundo, la fe en un destino nacional colectivo y la voluntad resuelta deresurgimiento."

Pero cmo conseguir esto, ya que el socialismo, que se propone parcialmente la primera partede este programa, "no nos vale" porque "no ve en la Historia sino un juego de resortes econmicos: loespiritual lo suprime", y en el marxismo "la Historia ha de interpretarse materialsticamente"; es decir, quepara explicar la historia de los hechos y de los pases no cuentan ms que los fenmenos econmicos ?

Pues, sencillamente: "limitando las acumulaciones de riquezas intiles y perjudiciales para lanacin que slo sirven para satisfacer deseos de poder particular", luchando briosa y gallardamente "porque a muchos de nuestras clases se les impongan sacrificios duros y justos..., para que un Estadototalitario alcance con sus bienes lo mismo a los poderosos que a los humildes" mediante el nuevoorden, un orden nuevo, ya que "no existe libertady el hombre, "portador de valores eternos" ha de serlibresino dentro de un orden", a travs de una revolucin que transforme "esta absurda economacapitalista, donde el que no produce nada se lo lleva todo, y al obrero que trabaja y crea riqueza no lealcanza la ms mnima participacin", destruyendo "un sistema econmico que reduce al hombre a unaabstraccin, a un til, a un elemento esttico", aboliendo, terminando con un "rgimen queinsidiosamente nos vuelve a una esclavitud inacabada", concluyendo, tambin definitivamente, "con unaideologa que no tiene otro objeto que ofrecerles las ms bajas formas del materialismo" y en su lugaren lugar de todo esto, capitalista o marxista"hace falta fundar un orden nuevo, establecido en funcinde bases verdaderas y deseos esenciales del hombre".

He aqu cmo Jos Antonio ve la economa como elemento fundamental para resolver la cuestinsocial, los conflictos laborales, los rendimientos del esfuerzo y del trabajo, ya que lo dems o ha deprecederle o seguirle o queda implcito en aquella resolucin del problema fundamental, humano,sustantivo y principal. Los problemas econmicos, como tales, son en s y deshumanizados merasespeculaciones tericas que slo cobran inters poltico al ponerlos al servicio de lo social, considerandoque la "nica manera de resolver, de arreglar, la cuestin social es alterando de arriba abajo laorganizacin de la economa" por medio de la revolucin, que en el pensamiento econmico de JosAntonio no "va a consistir en la absorcin del individuo por el Estado, en el pantesmo estatal", porque no

se concibe a un Estado-Saturno que devore a sus hijos, sino que "toda la organizacin, toda larevolucin nueva, todo el fortalecimiento del Estado y toda la reorganizacin econmica irnencaminadas a que se incorporen al disfrute las ventajas esas masas enormes desarraigadas por laeconoma liberal y el conato comunista".


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Y la revolucin, bien claro lo dijo, se har, se habr de hacer, desde arriba y de manera completa.

Desde arriba para "pasar desde esta ltima orilla de un orden econmico-social que se derrumba ala orilla fresca y prometedora del orden que se adivina ; pero saltar desde una orilla a otra por un

esfuerzo de nuestra voluntad, de nuestro empuje y de nuestra clarividencia; saltar de una orilla a otra sinque nos arrastre el torrente de la invasin de los brbaros", y as puede y debe tener efecto la revolucin,sin convulsivos espasmos, ya que se preconizaba por el Jefe Nacional de la Falange que "sera social enlo profundo, sin demagogias, porque no harn falta; pero implacablemente anticapitalista,implacablemente anticomunista". De esta suerte y no olvidando que, adems, desde arriba, la revolucinha de ser completa, "porque todas las revoluciones han sido hasta ahora incompletas en cuanto ningunasirvi juntas a la idea nacional de la Patria y a la idea de la justicia social", en tanto "nosotros integramosestas dos cosas: la Patria y la justicia social, y resuelta, categricamente, sobre estos dos principiosinconmovibles queremos hacer nuestra revolucin"; de esta forma, decamos, se llegaba a la meta, bienque, gracias a un modo de ser especial y sutil que caracteriza la ideologa falangista, porque laverdadera concepcin del ideal de Jos Antonio es la adaptacin a un orden espaol, a un modo de serprivativamente hispano, de lo bueno de fuera sin filias ni fobias, como l dijo, "porque lo que caracterizaeste deseo nuestro, esta empresa nuestra, es la temperatura, es el espritu", que nos ha de permitir y

ayudar, llegar al fin ofrecido, arribar al punto de llegada previsto no como una prebenda, pero s como unparaso, el paraso "erecto, implacable, un paraso donde no se descansa nunca y que tenga junto a lasjambas de las puertas ngeles con espadas".

Pese a todo esto, tan claramente expuesto, an aadi Jos Antonio pormenores y detalles, mso menos accesorios, que ayudan a mejor comprender su clara posicin, su terminante postura, aunqueotro principal y definitivo sea el fin que se deduce al decir tajantemente que todo ello no es posible sinuna noble ambicin, ya que "esta reforma econmica no es posible sin una ambicin histrica", porque"slo con ellacon la histrica ambicinpuede aceptarse un sistema econmico que haga imponermuchos sacrificios", aadiendo, en fin, que "sta es nuestra tarea: educar a una generacin para elsacrificio con tal de que la siguiente reciba una Patria ms grande", cumpliendo la misin fundamentalque slo se logra "devolviendo a los hombres los sabores antiguos de la norma y del pan".

Insiste siempre Jos Antonio en el papel preponderante que, forzosamente, ha de caber en todarevolucin realizada desde arriba al Estado, en su punto de vista de que el Estado, sujeto de dichamisin, "no ha de ser ni absorbente ni anulador de la individualidad" y el cauce para conseguirla es"desmontando el aparato econmico de la propiedad capitalista que absorbe todos los beneficios parasustituirlo por la propiedad individual, por la propiedad familiar, por la propiedad comunal, por lapropiedad sindical...", lejos de todo egosmo que, como es natural, no lo entenda el Jefe de Falangecomo aquel egosmo clsico de Adam Smith, motor activo de la Humanidad, incentivo de lucro legtimo yde bienestar compensador de un esfuerz

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El pensamiento económico de José Antonio. Manuel Fuentes