Enchiridion Primer Semeste

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Cristología

Citation preview

Pontificia Comissi Bblica, Sancta Mater Ecclesia (21-4-1964)

PAGE 1

Textos de Cristologia

1er semestre

Tema 1: El Jess histric1. Pontifcia Comissi Bblica, Sancta Mater Ecclesia (21-4-1964)

[normas generales de exgesis][n.1] Llegado el caso, puede investigar el exegeta qu elementos vlidos contenga el mtodo de la historia de las formas, de los que pueda servirse con todo derecho par una ms completa inteligencia de los evangelios. Pero debe proceder con circunspeccin; porque sucede con frecuencia que se mezclan en este mtodo principios filosficos y teolgicos, inadmisibles, que adulteran tanto el mtodo como las conclusiones de orden literario. En realidad, algunos autores que emplea este mtodo, arrastrados por prejuicios racionalistas, se resisten a reconocer la existencia de una orden sobrenatural y la intervencin de un Dios personal en el mundo bajo la forma de una revelacin estrictamente dicha, la posibilidad y la existencia de milagros y profecas. Otros parten de una falsa nocin de fe, como si la fe no tuviera que ver con la verdad histrica; ms an, como si no pudiera conciliarse con ella. Otros niegan a priori el valor y el carcter histrico de los documentos que ataen a la revelacin. Otros, en fin, desestiman la autoridad de los apstoles, en cuanto testigos de Cristo, y en cuanto a su funcin y su influjo en la primitiva comunidad, al paso que enaltecen la fuerza creativa de esta comunidad. Estas posiciones no slo son contrarias a la doctrina catlica, sino que carecen de fundamento cientfico y estn lejos de los rectos principios del mtodo histrico (FIC 184; DH 3999a).[Las tres etapas en la formacin de los evangelios]

[n.2] El exegeta, si quiere establecer como es debido la solidez del contenido de los evangelios, debe examinar con toda atencin las tres etapas de la tradicin por las cuales han llegado hasta nosotros la doctrina y la vida de Jess.

Cristo, el Seor, se rode de unos discpulos elegidos, que el siguieron desde el principio, que vieron lo que hizo, y oyeron sus palabras, y, de este modo, estuvieron capacitados para ser testigos de su vida y sus enseanzas. El Seor utilizaba el modo de pensar y de exponer corriente en su tiempo cuando expona su doctrina oralmente. As se acomodaba a la mentalidad de sus oyentes y haca que lo que enseaba se imprimiera fuertemente en la mente de los discpulos y lo retuvieran fcilmente en su memoria. Los discpulos comprendieron bien los milagros y los otros sucesos de la vida de Jess, como hechos realizados o dispuestos con el fin de que los hombres, movidos por ellos, creyeran en Cristo y abrazaran en la fe la doctrina de la salvacin (FIC 185; DH 3999b).

Los apstoles, dando testimonio de Jess, anunciaban, en primer lugar, la muerte y la resurreccin del Seor, exponan fielmente su vida y sus palabras, teniendo en cuenta, en su manera de predicar, las circunstancias en las que sus oyentes se encontraban. Una vez que Jess resucit de entre los muertos y que su divinidad fue claramente conocida, no por eso borr la fe el recuerdo de los sucesos acaecidos, sino que ms bien lo fortaleci; puesto que la fe se basaba en los hechos y enseanzas de Jess. Ni hay que decir que, por razn del culto con el que desde entonces veneraban los discpulos a Jess como Seor e Hijo de Dios, fue ste transformado en una persona mtica y fue deformada su doctrina. No hay razn para negar que los apstoles transmitieron a sus oyentes lo que el Seor haba dicho y hecho realmente, con una comprensin ms profunda; comprensin de la que gozaban por la ilustracin del Espritu de verdad, despus de haber sido instruidos por los suceso gloriosos de Cristo. De aqu procede que, como el mismo Jess despus de su resurreccin les interpretaba las palabras del Antiguo Testamento y las suyas propias, ellos, a su vez, tambin interpretaron sus palabras y sus acciones, segn exigan las necesidades de los oyentes. Asiduos en el ministerio de la palabra, ellos predicaron adoptando diferentes modos de expresin, segn exiga la finalidad que perseguan y la mentalidad de los oyentes porque se deban tanto a los griegos como a los brbaros, a los sabios como a los ignorantes. Hay, pues, que distinguir y analizar bien los diversos modos que emplearon los heraldos que anunciaron a Cristo: catequesis, narraciones, testimonios, himnos, doxologas, oraciones y otras formas literarias parecidas, usuales en la Sagrada Escritura, y empleadas corrientemente por los hombres de aquel tiempo (FIC 186; DH 3999c).Los autores sagrados, para utilidad de las iglesias, siguiendo un mtodo adaptado al fin que cada uno se haba propuesto, consignaron en los cuatro evangelios esta primitiva predicacin, que primero se haba transmitido oralmente y despus por escrito; porque pronto ocurri que muchos se esforzaron en ordenar los relatos de los sucesos que concernan al Seor Jess. Seleccionaron algunos materiales de los muchos que haba en la tradicin, otros los resumieron, otros los desarrollaron, teniendo en cuenta la situacin de las iglesias; se esforzaron por todos los medios para que los lectores conocieran la solidez de las verdades en las que haban sido instruidos. Porque, en efecto, los autores sagrados seleccionaron, entre sus materiales recibidos, aquello, sobre todo, que era ms til a las circunstancias de los fieles y al fin que se proponan; y esto lo narraban del modo que corresponda a esas circunstancias y al fin que se haban fijado. Puesto que el sentido de un enunciado depende tambin del contexto, cuando los evangelistas presentan contextos diversos al referir las palabras u los hechos del Salvador, esto lo hicieron para utilidad de los lectores. Por esto debe el exegeta indagar qu es lo que el evangelista pretenda al exponer un dicho o un hecho, de este modo y en este contexto. En realidad de verdad, no se opone a la verdad del relato el hecho de que los evangelistas relaten los dichos o los hechos del Seor en un orden distinto; ni consignen a la letra sus palabras, sino con cierta diversidad, aunque conservando el sentido. Como dice San Agustn: es bastante probable que cada uno de los evangelistas estimara que deba ordenar su relato en aquel orden en el que Dios quiso sugerir a su memoria las cosas que narraba; por lo menos en aquellas cosas en las que el orden, cualquiera que sea, no disminuye en nada la autoridad ni la verdad evanglica. Por qu haya permitido el Espritu Santo que cada uno hay dispuesto su relato con un orden diverso, lo podr descubrir, con la ayuda de Dios, todo aquel que estudie la cuestin con diligencia y con piedad: el Espritu que distribuye su dones a cada uno segn quiere y que tambin, sin duda, gobierna y dirige la mente de los santos para escribir los libros que haban de colocarse en un tan alto grado de autoridad, permiti que uno adornara su narracin de un modo y otro de modo distinto... De los nuevos estudios se deduce que la vida y la doctrina de Cristo no fueron simplemente referidas con el nico fin de conservar su recuerdo, sino predicadas para ofrecer a la Iglesia la base de la fe y las costumbres; por ello el exegeta, escrutando diligentemente los testimonios de los evangelistas, podr ilustrar con mayor penetracin el perenne valor teolgico de los evangelios y poner de manifiesto la necesidad y la importancia de la interpretacin de la Iglesia (FIC 187; DH 3999d-e)2. Concili Vatic II, Constituci Dei Verbum[n. 11]Les coses revelades per Du, contingudes i presentades en el text de la Sagrada Escriptura, han estat redactades sota la inspiraci de lEsperit Sant. Car per fe catlica, la Santa Mare Esglsia t els llibres sencers tant de lAntic com del Nou Testament, amb totes llurs parts, per sagrats i cannics, pel fet que, escrits per inspiraci de lEsperit Sant (cf. Jn 20,31; 2Tm 3,16; 2Pe 1,19-21; 3,15-16) tenen Du per autor i com a tals han estat lliurats a la mateixa Esglsia. Per en lelaboraci dels llibres sagrats, Du escoll homes i se serv dells en ls de llurs facultats i forces (facultatibus ac viribus) a fi que, actuant Ell en ells i per mitj dells (ut Ipso in illis et per illos agente), posessin en escrit com a autors autntics tot all i noms all que Ell volgus.

Aix, doncs, com que tot all que afirmen els autors inspirats o hagigrafs sha de considerar afirmat per lEsperit Sant, per tant, sha de professar que els llibres de lEscriptura ensenyen de forma slida, fidel i sense error la veritat que Du volgu que fos formulada en els Sagrades Lletres en vista a la nostra salvaci. I aix s tota Escriptura inspirada per Du i til a ensenyar, a reptar, a corregir, a educar en justcia: a fi que lhome de Du sigui complit i assortit aper a tota obra bona (2Tim 3, 16-17 gr.)

[n.19] La Santa Mare Esglsia ha sostingut i sost amb fermesa i amb el mxim de constncia que els quatre Evangelis esmentats, la historicitat dels quals afirma sense cap vacillaci, transmeten fidelment all que Jess, Fill de Du, mentre vivia entre els homes, fu i enseny realment amb vista a llur salvaci eterna, fins al dia que fou elevat (cf. Ac 1,1-2). Els apstols, certament, desprs de lAscensi del Senyor, instruts pels esdeveniments gloriosos de Crist i adoctrinats per la llum de lEsperit de veritat (cf. Jn 14,26; 16,13), transmeteren als oients amb la intelligncia ms plena de la qual fruen (cf. Jn 2,22; 12,16; comparat amb 14,26; 16,12-13; 7,39), all que Ell mateix havia dit i fet. I aix els autors sagrats escriviren els quatre evangelis, seleccionant algunes de les moltes coses transmeses tant de paraula com ja per escrit, sintetitzant-ne algunes, o explicant-les atenent a lestat de les esglsies, conservant, en fi, la forma de proclamaci, per de manera que sempre ens comuniquessin noves veres i autntiques (vera et sincera) sobre Jess. Car, tant si ho treien de llur prpia memria i record, com del testimoniatge daquells qui des del comenament ells mateixos veieren i foren servidors de la paraula, escriviren amb la intenci que coneguessin la veritat daquelles paraules, sobre les quals hem estat intruts (cf. Lc 1,2-4)

3.- Benet XVI: Indicacions metodolgiques per a un adequat treball exegtic

Estimats germans i germanes, el treball per al meu llibre sobre Jess ens ofereix mpliament locasi de veure tot el b que ens arriba de lexegesi moderna, per tamb per reconixer els seus problemes i els seus riscos. La Dei Verbum 12 ofereix dues indicacions metodolgiques per a un adequat treball exegtic. En primer lloc, confirma la necessitat de la utilitzaci del mtode historicocrtic, els elements essencials de la qual descriu breument. Aquesta necessitat s la conseqncia del principi cristi formulat a Jn 1,14: Verbum caro factum est. El fet histric s una dimensi constitutiva de la fe cristiana. La histria de la salvaci no s una mitologia, sin una veritable histria i per tant cal estudiar-la amb els mtodes de la investigaci histrica seriosa.

No obstant aix, aquesta histria posseeix una altra dimensi, la de lacci divina. En conseqncia la Dei Verbum parla dun segon nivell metodolgic necessari per a la interpretaci justa de les paraules, que sn al mateix temps paraules humanes i Paraula divina. El Concili diu, seguint una regla fonamental per a la interpretaci de qualsevol text literari, que lEscriptura cal interpretar-la amb el mateix esperit amb qu va ser escrita i per aix indica tres elements metodolgics fonamentals el fi dels quals s tenir en compte la dimensi divina, pneumatolgica de la Bblia: s a dir 1) sha dinterpretar el text tenint present la unitat de tota lEscriptura; aix avui sanomena exegesi cannica; en temps del Concili aquest terme no havia estat creat encara, per el Concili diu la mateixa cosa: cal tenir present la unitat de tota lEscriptura; 2) tamb sha de tenir present la viva tradici de tota lEsglsia, i finalment 3) s necessari observar lanalogia de la fe.

Noms all on els dos nivells metodolgics, lhistoricocrtic i el teolgic, sn observats, es pot parlar duna exegesi teolgica, duna exegesi adequada a aquest llibre. Mentre que respecte al primer nivell lactual exegesi acadmica treballa a un altssim nivell i ens ajuda realment, la mateixa cosa no es pot dir de laltre nivell. Sovint aquest segon nivell, el nivell constitut pels tres elements teolgics indicats per la Dei Verbum, gaireb no es dna. I aix t conseqncies ms aviat greus.

La primera conseqncia de labsncia daquest segon nivell metodolgic s que la Bblia es converteix en un llibre noms del passat. Es poden extreure dell conseqncies morals, es pot aprendre la histria, per el llibre com a tal parla noms del passat i lexegesi ja no s realment teolgica, sin que esdev pura historiografia, histria de la literatura. Aquesta s la primera conseqncia: la Bblia es limita a ser una cosa del passat, parla noms del passat.

Hi ha tamb una segona conseqncia encara ms greu: on desapareix lhermenutica de la fe indicada per la Dei Verbum, apareix necessriament un altre tipus dhermenutica, una hermenutica secularitzada, positivista, la clau fonamental de la qual s la convicci que el que s Div no apareix en la histria humana. Segons aquesta hermenutica, quan sembla que hi ha un element div, sha dexplicar don ver aquesta impressi i reduir-ho tot a lelement hum. Per conseqent, es proposen interpretacions que neguen la historicitat dels elements divins.

Avui, lanomenat mainstream de lexegesi a Alemanya nega, per exemple, que el Senyor hagi institut la Santa Eucaristia i diu que el cos de Jess va romandre al sepulcre. La Resurrecci no seria un fet histric, sin una visi teolgica. Aix succeeix perqu falta una hermenutica de la fe: es consolida llavors una hermenutica filosfica profana, que nega la possibilitat de lentrada i de la presncia real del que s Div en la histria.

La conseqncia de labsncia del segon nivell metodolgic s la creaci dun profund fossat entre exegesi cientfica i lectio divina. I aix de vegades provoca tamb una certa perplexitat en la preparaci de les homilies. Quan lexegesi no s teologia, lEscriptura no pot ser lnima de la teologia i, al revs, quan la teologia no s essencialment interpretaci de lEscriptura a lEsglsia, aquesta teologia ja no t fonament.

Per aix, per a la vida i per a la missi de lEsglsia, per al futur de la fe, s absolutament necessari superar aquest dualisme entre exegesi i teologia. La teologia bblica i la teologia sistemtica sn dues dimensions duna nica realitat, que anomenem teologia. Per conseqent, seria desitjable que en una de les propostes es parls de la necessitat de tenir present en lexegesi els dos nivells metodolgics indicats per la Dei Verbum 12, en la qual es parla de la necessitat de desenvolupar una exegesi no sols histrica, sin tamb teolgica. Aix doncs, caldr ampliar la formaci dels futurs exegetes en aquest sentit, per obrir realment els tresors de lEscriptura al mn davui i a tots nosaltres

Benet XVI, Verbum Domini, n.36: Cuantos se dedican al estudio de las sagradas Escrituras deben tener siempre presente que las diversas metodologas hermenuticas se apoyan en una determinada concepcin filosfica. Por ello, es preciso analizarla con discernimiento antes de aplicarla a los textos sagrados (Fides et Ratio 55). Esta penetrante reflexin nos permite notar que lo que est en juego en la hermenutica con que se aborda la Sagrada Escritura es inevitablemente la correcta relacin entre fe i razn. En efecto, la hermenutica secularizada de la Sagrada Escritura es fruto de una razn que estructuralmente se cierra a la posibilidad de que Dios entre en la vida de los hombres y les hable con palabras humanas. Tambin en este caso, pues, es necesario invitar a ensanchar los espacios de nuestra racionalidad. Por eso, en la utilizacin de los mtodos de anlisis histrico, hay que evitar asumir, all donde se presente, criterios que por principio no admiten la revelacin de Dios en la vida de los hombres

4. Plutarc, Vida dAlexandre Magne[Cap. I] [1] En posar-nos a escriure en aquest llibre la vida dAlexandre rei, i la de Csar, per qui fou aterrat Pompeu, vista la multitud de les accions a tractar no farem ms prembul que pregar als nostres lectors, si no reportem totalment i en detall duna manera acabada alguna de les fetes que ms corren en llengua dels homes, ans en compendiem la majoria, que no ens bescantin. [2] Perqu no escrivim histries, sin vides, i no sempre en les accions ms assenyalades es cont una manifestaci de virtut o de vici, sin que sovint una petita cosa, una frase o una plasenteria, revelen millor un carcter que no pas unes batalles on moren deu mil, i els arrengaments ms grandiosos i els setges de ciutats. [3] Talment, doncs, com els pintors que retraten al viu agafen les semblances en la cara i en lexpressi dels ulls, on es mostra el carcter, sense preocupar-se gaire de les altres parts, aix sens ha de concedir que ms aviat ens apregonem en els signes de lnima, i segons ells dibuixem la vida de cadasc, deixant a daltres les grandeses i els combats dins Plutarc, Vida dAlexandre Magne, cap. I,1-3, Vides Paralleles vol II pars IV, Bernat Metge, Barcelona 1942, p.3.

5. Polibi de Megalpolis, Histria universal durant la Repblica Romana, volum 2, llibre 27

De Timeo poseemos, adems de los comentarios, una parte de su historia general, llena del mismo frrago de errores, y ya he juzgado algunos de sus prrafos. Dir ahora a qu atribuyo la falta de Timeo, y aunque a algunos parezca inverosmil, es sin duda la verdadera fuente de sus errores. Haciendo ostentacin de asiduidad en las investigaciones, de larga prctica y de genio, y fingiendo los esfuerzos ms concienzudos en la redaccin de su historia, resulta en ciertas partes de sta el ms inhbil y negligente de los hombres que merezcan nombre de historiadores. Voy a confirmarlo con los hechos siguientes. De dos rganos con que parece habernos dotado la naturaleza para informarnos e instruirnos a fondo de las cosas, el odo y la vista, ste es incomparablemente ms cierto, segn Herclito, porque los ojos son testigos ms exactos que las orejas. De estos dos caminos de inquirir la verdad, Timeo ha elegido el ms suave, pero el menos seguro. Por ahorrarse el trabajo de ir a verlo, se ha contentado con orlo, y de dos formas que podemos percibir las cosas por el odo, a saber, la lectura de los libros [los libros antes se oan] y la investigacin propia, ha andado muy indolente con esta ltima, como hemos manifestado anteriormente. La causa que le pudo impeler a esta preferencia es fcil de conocer, si se atiende a que los conocimientos que adquirimos por la lectura nos provienen sin peligro ni fatiga, nicamente con la mera prevencin de avecindarnos en un pueblo donde exista copia de libros, o tener a la mano una biblioteca. Con este solo auxilio ya puede cualquiera, tendido a la larga y sin la ms mnima incomodidad, investigar lo que pretende, cotejar los escritores pasados y advertir sus defectos. Pero aquellos otros conocimientos que nos provienen por investigacin propia, cuestan muchas penalidades y gastos, bien que contribuyen infinito y constituyen la parte ms apreciable de una historia... Eforo dice que si fuera dable que los historiadores mismos presenciasen todos los hechos, ste sera el mejor modo de conocerlos... la historia se vera en su esplendor, cuando los hombres de Estado se propusiesen escribirla, no por pasatiempo, como ahora se hace, sino persuadidos a que entre todas las obligaciones, sta, como la ms necesaria y ms honorfica, les debe ocupar toda la vida... Timeo no se tom siquiera el ms mnimo desvelo para adquirir estas cualidades. Se avecind y vivi sin salir de un pueblo, casi como un hombre que de propsito hubiese renunciado a la vida activa. Sin conocimiento de las acciones militares, sin manejo de las civiles y sin aquella experiencia propia, hija de los ojos y de los viajes... Cualquier historiador podra preguntarle si cree que cuesta ms trabajo y gastos permanecer tranquilamente en una ciudad comprando libros y buscando informes sobre ligurios y galos, que visitar personalmente gran nmero de estas poblaciones y verlo todo con los propios ojos. Acaso no es mucho ms importante or el relato de los combates de mar y tierra y de los asedios a los que en ellos tomaron parte y adquirir por s mismo la experiencia de estos terribles acontecimientos y de todos los trabajos militares? No creo que haya tanta diferencia entre los edificios reales y figurados, entre la historia y el gnero oratorio, como hay en toda composicin entre quien la cuenta sin conocimiento personal y probada experiencia y quien la escribe por tradiciones e informes... cmo han de interrogar convenientemente sobre batallas de mar y tierra y sobre asedios de plazas, ni comprender el detalle de lo que les digan? La manera de interrogar es poderoso auxilio para el narrador, y una insinuacin sirve de gua para comprender los hechos a quien los ha presenciado; pero el inhbil no sabe preguntar acerca de hechos que no presenciaron personas de su generacin, ni comprende los acontecimientos ocurridos en su poca, porque, presente de cuerpo, est ausente de inteligencia

tret de http://www.imperivm.org/cont/textos/txt/polibio_hublrr_tii_lxii.html

6. Papies dHierpolis[Proemi de la seva obra]

No tindr cap recana doferir-te el que temps enrere vaig aprendre molt b dels ms ancians, ordenant-ho alhora amb les explicacions, segur com estic de la seva veritat. Perqu a mi no magradaven, com agraden a la majoria, aquells qui parlen molt, sin aquells qui ensenyen la veritat; ni tampoc aquells qui fan memria de manaments aliens, sin aquells qui en fan dels manaments del Senyor que rebem de la fe i que vnen de la mateixa veritat. I si per ventura venia algun seguidor dels ancians [preveres], jo els preguntava (anekrinon) per les paraules daquests ancians: qu deia (eipen) Andreu, o Pere, o Felip, o Toms, o Jaume, o Joan, o Mateu o qualsevol dels deixebles del Senyor, o qu deien (legousin) Aristi i lanci Joan, deixebles del Senyor. Perqu estava convenut que el que es troba en els llibres no em seria tan profits com el que ve de la veu viva i duradora dins AA.VV, Pares Apostlics, Clssics del Cristianisme 81, p.197.

I shall not hesitate also to put into properly ordered form for you [singular] everything I learned carefully in the past from the elders and noted down well, for the truth of which I vouch [he confirmat]. For unlike most people I did not enjoy those who have a great deal to say, but those who teach the truth. Nor did I enjoy those who recall someone elses commandments, but those who remember the commandments given by the Lord to the faith and proceeding from the truth itself. And I by chance anyone who had been in attendance on (parekolouthekos tis) the elders should come my way, I inquired about the words of the elders [that is,] what [according to the elder] Andrew or Peter said (eipen), or Philip, or Thomas or James, or John or Matthew or any other of the Lords disciples, and whatever Aristion and the elder John, the Lords disciples, were saying (legousin). For I did not think that information from books would profit me as much as information from a living and surviving voice traducci de R. Bauckham, Jesus and the eyewitnesses, p. 15.7. Cuadrato[n.1] Despus de regir Trajano el Imperio diecinueve aos completos y seis meses ( 117), le sucedi en el mando Elio Adriano. A ste entreg Cuadrato un tratado que les haba dirigido: una Apologa compuesta en defensa de nuestra religin, ya que, efectivamente, algunos hombres malvados trataban de molestar a los nuestros. Todava hoy se conserva entre muchos de nuestros hermanos; tambin nosotros poseemos la obra. En ella podemos ver claras pruebas de la inteligencia y de la rectitud apostlica de este hombre. [n.2] l mismo deja entrever su antigedad en esto que nos cuenta con sus mismas palabras: Mas las obras de nuestro Salvador estaban siempre presentes, porque eran verdaderas: los que haban sido curados, los resucitados de entre los muertos, los cuales no solamente fueron vistos en el instante de ser curados y de resucitar, sino que tambin estuvieron siempre presentes, y no slo mientras vivi el Salvador, sino tambin despus de morir l, todos vivieron tiempo suficiente de manera que algunos de ellos incluso han llegado hasta nuestros tiempos dins Eusebio de Cesarea, Historia Eclesistica, IV,3,1-2 [BAC 349, 198-199]8. Ireneu de Li, Carta a Flor

Les teves opinions, Flor, per dir-ho mesuradament, no sn prpies dun pensament sa. Sn opinions que no concorden amb lEsglsia i que precipiten els qui les segueixen en la ms gran impietat. Sn opinions que ni els heretges que es troben fora de lEsglsia mai no havien gosat proclamar. Sn opinions que no than pas transms els ancians que ens han predit, els que havien tingut tracte amb els apstols. Perqu jo et vaig veure, en la meva infantesa, quan anaves amb Policarp a lsia Inferior i aleshores tu tenies una actuaci esplndida al palau reial i tesforaves per tenir bon crdit davant dell. Realment, recordo millor les coses daleshores que els esdeveniments ms recents. Les coses que hom aprn en la infantesa van creixent amb la mateixa nima i es fan cosa prpia della: aix puc dir dhuc el lloc en qu el benaurat Policarp conversava assegut, les seves anades i vingudes, la seva mena de vida i el seu aspecte corporal, els discursos que feia al poble, com explicava la seva relaci amb Joan i amb els altres que havien vist el Senyor, com recordava llurs paraules i quines coses havia sentit dells referents al Senyor, als seus miracles i als seus ensenyaments; i tamb com Policarp, que ho havia rebut daquells testimonis oculars de la vida del Verb, ho explicava tot dacord amb les Escriptures. Aix, per la misericrdia de Du envers mi, jo ho escoltava aleshores diligentment i en prenia bona nota, no sobre el paper, sin en el meu cor; i contnuament, per la grcia de Du, ho estic rumiant fidelment, i puc donar testimoni davant Du que si aquell benaurat i apostlic anci hagus escoltat quelcom de semblant [a les teves opinions], hauria fet un crit i shauria tapat les orelles, dient, com era el seu costum: Ai, bon Du! Fins a quin temps mheu conservat [la vida], que jo hagi de suportar aquestes coses! I hauria fugit del lloc on estigus assegut o dret en escoltar tals paraules. Aix mateix es pot demostrar a partir de les cartes que ell envi tant a les Esglsies venes, per confortar-les, com a alguns germans, amonestant-los i exhortant-los dins Ireneu de Li, Exposici de la prediaci apostlica, Clssics del Cristianisme 5, 99-100Tema 2: Els evangelis de la infncia1. Plutarc, Vida dAlexandre MagneFilipo, algn tiempo despus de celebrado el matrimonio, tuvo un sueo, en el que le pareci que sellaba el vientre de su mujer [Olimpade], y que el sello tena grabada, la imagen de un len. Los dems adivinos no crean que aquella visin significase otra cosa sino que Filipo necesitaba una vigilancia ms atenta en su matrimonio; pero Aristandro de Telmeso dijo que aquello significaba estar Olimpade encinta, pues lo que est vaco no se sella, y que lo estaba de un nio valeroso y parecido en su ndole a los leones. Vise tambin un dragn, que estando dormida Olimpade se le enred al cuerpo, de donde provino, dicen, que se amortiguase el amor y cario de Filipo, que escaseaba el reposar con ella; bien fuera por temer que usara de algunos encantamientos y maleficios contra l, o bien porque tuviera reparo en dormir con una mujer que se haba ayuntado con un ser de naturaleza superio dins Plutarc, Vida dAlexandre Magne, cap.2. [Cap. VI] Trajo un Tsalo llamado Filonico el caballo Bucfalo para venderlo a Filipo en trece talentos, y, habiendo bajado a un descampado para probarlo, pareci spero y enteramente indmito, sin admitir jinete ni sufrir la voz de ninguno de los que acompaaban a Filipo, sino que a todos se les pona de manos. Desagradle a Filipo, y dio orden de que se lo llevaran por ser fiero e indcil; pero Alejandro, que se hallaba presente: Qu caballo pierden- dijo-, slo por no tener conocimiento ni resolucin para manejarle! Filipo al principio call; mas habindolo repetido, lastimndose de ello muchas veces: Increpas- le replic- a los que tienen ms aos que t, como si supieras o pudieras manejar mejor el caballo; a lo que contest: Este ya se ve que lo manejar mejor que nadie. Si no salieres con tu intento- continu el padre- cul ha de ser la pena de tu temeridad? Por Jpiter- dijo-, pagar el precio del caballo. Echronse a rer, y, convenidos en la cantidad, march al punto adonde estaba el caballo, tomle por las riendas y, volvindole, le puso frente al sol, pensando, segn parece, que el caballo, por ver su sombra, que caa y se mova junto a s, era por lo que se inquietaba. Pasle despus la mano y le halag por un momento, y viendo que tena fuego y bros, se quit poco a poco el manto, arrojndolo al suelo, y de un salto mont en l sin dificultad. Tir un poco al principio del freno, y sin castigarle ni aun tocarle le hizo estarse quedo. Cuando ya vio que no ofreca riesgo, aunque herva por correr, le dio rienda y le agit usando de voz fuerte y aplicndole los talones. Filipo y los que con l estaban tuvieron al principio mucho cuidado y se quedaron en silencio; pero cuando le dio la vuelta con facilidad y soltura, mostrndose contento y alegre, todos los dems prorrumpieron en voces de aclamacin; mas del padre se refiere que llor de gozo, y que besndole en la cabeza luego que se ape: Busca, hijo mo- le dijo-, un reino igual a ti, porque en la Macedonia no cabes dins Plutarc, Vida dAlexandre Magne, cap.6. [Cap. VIII] Tengo por cierto haber sido tambin Aristteles quien principalmente inspir a Alejandro su aficin a la Medicina, pues no slo se dedic a la terica, sino que asista a sus amigos enfermos y les prescriba el rgimen y medicinas convenientes, como se puede inferir de sus cartas dins Plutarc, Vida dAlexandre Magne, cap.8. [Cap. XXV] remiti al mismo tiempo a su ayo Lenidas quinientos talentos de incienso y ciento de mirra en recuerdo de una esperanza que le hizo concebir en su puericia; porque, segn parece, como en un sacrificio hubiese cogido Alejandro y echado en el ara una almorzada de perfumes, le dijo Lenidas: Cuando domines la tierra que lleva los aromas, entonces sahumars con profusin; ahora es menester conducirse con parsimonia. Escribile, pues, Alejandro: Te envo incienso y mirra en grande abundancia para que en adelante no andes escaso con los dioses dins Plutarc, Vida dAlexandre Magne, cap.25. 2.- Prleg de Sant Joan

1 Al principi existia el qui s la Paraula. La Paraula estava amb Du i la Paraula era Du (VEn avrch/| h=n o` lo,goj( kai. o` lo,goj h=n pro.j to.n qeo,n( kai. qeo.j h=n o` lo,goj). 2 Ell estava amb Du al principi (ou-toj h=n evn avrch/| pro.j to.n qeo,n). 3 Per ell tot ha vingut a l'existncia, i res no hi ha vingut sense ell (pa,nta diV auvtou/ evge,neto( kai. cwri.j auvtou/ evge,neto ouvde. e[n o] ge,gonen). 4 En ell hi havia la vida, i la vida era la llum dels homes. 5 La llum resplendeix en la foscor, i la foscor no ha pogut ofegar-la... 9 Existia el qui s la llum veritable, el qui ve al mn i illumina tots els homes. Era present en el mn, que per ell ha vingut a l'existncia, i el mn no l'ha reconegut (evn tw/| ko,smw| h=n( kai. o` ko,smoj diV auvtou/ evge,neto( kai. o` ko,smoj auvto.n ouvk e;gnw). 11 Ha vingut a casa seva (lit: ha vingut a all que s seu), i els seus no l'han acollit (eivj ta. i;dia h=lqen( kai. oi` i;dioi auvto.n ouv pare,labon).12 Per a tots els qui l'han rebut, als qui creuen en el seu nom, els ha concedit de ser fills de Du.13 No han nascut per descendncia de sang, ni d'un desig carnal, ni d'un voler hum, sin de Du mateix. 14 El qui s la Paraula s'ha fet home i ha habitat entre nosaltres (Kai. o` lo,goj sa.rx evge,neto kai. evskh,nwsen evn h`mi/n), i hem contemplat la seva glria, glria que ha rebut com a Fill nic del Pare, ple de grcia i de veritat.15 Joan dna testimoni d'ell quan proclama: s aquell de qui jo deia: El qui ve desprs de mi em passa al davant, perqu, abans que jo, ell ja existia. 16 De la seva plenitud, tots nosaltres n'hem rebut grcia rere grcia. 17 La Llei fou donada per Moiss, per la grcia i la veritat han vingut per Jesucrist. 18 A Du, ning no l'ha vist mai: el seu Fill nic, que s Du i est en el si del Pare, s qui l'ha revelat (qeo.n ouvdei.j e`w,raken pw,pote\ monogenh.j qeo.j o` w'n eivj to.n ko,lpon tou/ patro.j evkei/noj evxhgh,sato) Jn 1,1-5.9-18)Tema 3: El baptisme de Joan i de Jess

1.- J. Ratzinger, Jess de Natzaret I

Noms des daqu es pot entendre realment la figura de Jess que trobem en el NT; tot el que es conta dell: paraules, obres, sofriments, glria de Jess, t aqu la seva arrel. Si un es decanta daquest punt central, passa per alt el ms distintiu de la figura de Jess; i aleshores aquesta figura es torna contradictria i en definitiva incomprensible. La pregunta que forosament es fa tothom qui llegeix el NT: don va prendre Jess la seva doctrina i quina cosa podria explicar la seva aparici, en realitat noms es pot respondre des daqu. La reacci dels qui lescoltaren era clara: aquesta doctrina no ve de cap escola. s radicalment distinta del que es pot aprendre a les escoles. No s cap interpretaci a la manera de les que sestilen i ensenyen en les escoles rabniques. s distinta; s una interpretaci amb autoritat... Sigui com sigui, la doctrina de Jess no s apresa dhomes. Ve directament dun contacte immediat amb el Pare, del dileg cara a cara, de la visi del que estava en el si del Pare. s paraula del Fill. Sense aquesta base, seria gosadia. Aix ho jutjaren els intellectuals del temps de Jess, precisament perqu no volgueren acceptar aquesta base interna, aquesta visi i coneixement cara a cara... La famosa tesi de Harnack, que el missatge de Jess fou missatge del Pare, en el qual el Fill no hi t part i que per aquest motiu la cristologia no es pot considerar part del missatge de Jess, es desqualifica ella mateixa. Jess noms pot parlar del Pare de la manera com ho fa, perqu ell s el Fill i est en comuni amb el Pare. La dimensi cristolgica, s a dir, el misteri del Fill com a revelador del Pare, la cristologia s present en tot el que Jess fa i diu dins J. Ratzinger, Jess de Natzaret, 21-22 2.- Flavi Josep, Antiguitats dels jueusAlgunos judos creyeron que el ejrcito de Herodes haba perecido por la ira de Dios, sufriendo el condigno castigo por haber muerto a Juan, llamado el Bautista. Herodes lo hizo matar, a pesar de ser un hombre justo que predicaba la prctica de la virtud, incitando a vivir con justicia mutua y con piedad hacia Dios, para as poder recibir el bautismo. Era con esta condicin que Dios consideraba agradable el bautismo; se servan de l no para hacerse perdonar ciertas faltas, sino para purificar el cuerpo, con tal que previamente el alma hubiera sido purificada por la rectitud. Hombres de todos lados se haban reunido con l, pues se entusiasmaban al orlo hablar. Sin embargo, Herodes, temeroso de que su gran autoridad indujera a los sbditos a rebelarse, pues el pueblo pareca estar dispuesto a seguir sus consejos, consider ms seguro, antes de que surgiera alguna novedad, quitarlo de en medio, de lo contrario quiz tendra que arrepentirse ms tarde, si se produjera alguna conjura. Es as como por estas sospechas de Herodes fue encarcelado y enviado a la fortaleza de Maquero, de la que hemos hablado antes, y all fue muerto. Los judos crean que en venganza de su muerte, fue derrotado el ejrcito de Herodes, queriendo Dios castigarlo en Flavio Josefo, Antigedades de los judos, libro XVIII, cap. 5, n.2, Clie, Terrassa, 240-241.3.- Relats del Baptisme als evangelis:

El baptisme segons Marc

Per aquells dies, Jess vingu des de Natzaret de Galilea i fou batejat per Joan en el Jord. I tot seguit (kai. euvqu.j), mentre sortia de l'aigua, vei que el cel s'esquinava i que l'Esperit, com un colom, baixava cap a ell (to. pneu/ma w`j peristera.n katabai/non eivj auvto,n). I una veu digu des del cel (evk tw/n ouvranw/n): Tu ets el meu Fill, el meu estimat; en tu m'he complagut (Su. ei= o` ui`o,j mou o` avgaphto,j( evn soi. euvdo,khsa). Immediatament l'Esperit empeny Jess cap al desert (Mc 1,9-12).El Baptisme segons Lluc

Tot el poble es feia batejar, i Jess tamb fou batejat. Mentre pregava, el cel s'obr, i l'Esperit Sant baix cap a ell (evpV auvto,n) en forma visible, com un colom, i una veu digu des del cel: Tu ets el meu Fill, el meu estimat; en tu m'he complagut. (Lc 3,21-22)

El Baptisme segons Mateu:

Llavors Jess vingu de Galilea i es va presentar a Joan, vora el Jord, a fer-se batejar per ell. 14 Per Joan s'hi oposava, dient: Sc jo el qui necessita ser batejat per tu, i tu vns a mi! 15 Jess li respongu: Deixa'm fer, ara. Conv que complim d'aquesta manera tot el que Du vol. Aleshores Joan el deix fer. 16 Un cop batejat, Jess sort de l'aigua. Davant d'ell els cels s'obriren, i Jess vei l'Esperit de Du que baixava com un colom i venia damunt d'ell (evpV auvto,n). 17 I una veu digu des dels cels (evk tw/n ouvranw/n): Aquest s el meu Fill, el meu estimat, en qui m'he complagut (Ou-to,j evstin o` ui`o,j mou o` avgaphto,j( evn w-| euvdo,khsa) Mt 3,13-17

El baptisme a Jn:

Jo no el coneixia; per, si vaig venir a batejar amb aigua, va ser perqu ell es manifests a Israel. 32 Joan testimoni encara: He vist que l'Esperit baixava del cel com un colom i es posava damunt d'ell (e;meinen evpV auvto,n). 33 Jo no el coneixia, per el qui m'envi a batejar amb aigua em va dir: "Aquell damunt el qual veurs que l'Esperit baixa i es posa (katabai/non kai. me,non evpV auvto,n), s el qui bateja amb l'Esperit Sant." 34 Jo ho he vist i dono testimoni que aquest s el Fill de Du. Jn 1,31-344.- Baptisme i unci en el Pares de lEsglsia[4.A] Una vez bautizado Jess se abren las puertas del cielo, es enviado el Espritu Santo y es reconocido como visible bajo el aspecto de una paloma, y de este modo se efunde sobre Jess la uncin del amor paterno. Despus una voz desde el cielo habla as: T eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy (Lc 3,33; Sl 2,7). Es mostrado como Hijo de Dios por la voz y por la visin, y al pueblo infiel y desobediente a los profetas se le da un testimonio que viene de su Seor con la contemplacin y con la voz. A la vez podemos conocer, a partir de lo que se cumpla en Cristo, que despus del bao con el agua, de las puertas del cielo vuela sobre nosotros el Espritu Santo y tambin a nosotros se nos infunde la uncin de la gloria, y por la adopcin de la voz del Padre somos hechos hijos de Dios. En efecto, la verdad ha prefigurado, en los efectos de la realidad, la imagen del misterio preparado para nosotros en S. Hilario de Poitiers, Comentario al evangelio de Mateo, 2,6 [BAC 694, 19]

[4.B] Y el que es Dios por generacin no ha llegado a serlo [= a ser Dios] despus del nacimiento por alguna razn, sino que al nacer por su nacimiento no es ms que Dios. Y cuando es ungido por algn motivo, el progreso que la uncin produce no ser refiera a lo que no necesita ningn crecimiento, sino a lo que por el crecimiento en el misterio necesita el progreso que la uncin causa; es decir, Cristo es ungido para que mediante la uncin fuera santificado en cuanto es hombre como nosotros en S. Hilari de Poitiers, De Trinitate XI,19 [BAC 481, 611]

[4.C] No es por tanto el Logos en cuanto es Logos y Sabidura el que es ungido con el Espritu Santo que l da, sino que es la carne asumida la que es ungida en l y por l, para que la santificacin que ha venido sobre el Seor en cuanto hombre pueda pasar a todos los hombres St. Atanasi, Contra Arianos I, 47 (PG 26,109).[4.D] El Espritu de Dios descendi sobre l, el Espritu de aquel que haba predicho que le ungira para que nosotros fusemos salvados al recibir de la abundancia de su uncin Adversus Haereses III, 9,3.

[4.E] Y por esto este Espritu descendi sobre el Hijo de Dios hecho hijo del hombre: con l se acostumbraba el Espritu a habitar en el gnero humano, a reposar sobre los hombre, a residir en la obra modelada por Dios; realizaba en ellos la voluntad del Padre y los haca nuevos hacindoles pasar del hombre viejo al nuevo en Cristo S. Ireneo de Lin, Adversus Haereses, III, 17,1 (SCh 211, 330)Tema 4: La predicacin de Jess1.- La Relaci Esglsia-Regne de Du-Regne de Crist en la Dominus Iesus:18.La misin de la Iglesia es anunciar el Reino de Cristo y de Dios, establecerlo en medio de todas las gentes; [la Iglesia] constituye en la tierra el germen y el principio de este Reino (LG 5). Por un lado la Iglesia es sacramento, esto es, signo e instrumento de la ntima unin con Dios y de la unidad de todo el gnero humano (LG 1), ella es, por lo tanto, signo e instrumento del Reino: llamada a anunciarlo y a instaurarlo. Por otro lado, la Iglesia es el pueblo reunido por la unidad del Padre, del Hijo y del Espritu Santo (LG 4. Cf. San Cipriano, De Dominica oratione 23: CCSL 3A, 105); ella es, por lo tanto, el reino de Cristo, presente ya en el misterio (cf. LG 3), constituyendo, as, su germen e inicio. El Reino de Dios tiene, en efecto, una dimensin escatolgica: Es una realidad presente en el tiempo, pero su definitiva realizacin llegar con el fin y el cumplimiento de la historia (LG 9).

De los textos bblicos y de los testimonios patrsticos, as como de los documentos del Magisterio de la Iglesia no se deducen significados unvocos para las expresiones Reino de los Cielos, Reino de Dios y Reino de Cristo, ni de la relacin de los mismos con la Iglesia, ella misma misterio que no puede ser totalmente encerrado en un concepto humano. Pueden existir, por lo tanto, diversas explicaciones teolgicas sobre estos argumentos. Sin embargo, ninguna de estas posibles explicaciones puede negar o vaciar de contenido en modo alguno la ntima conexin entre Cristo, el Reino y la Iglesia. En efecto, el Reino de Dios que conocemos por la Revelacin, no puede ser separado ni de Cristo ni de la Iglesia... Si se separa el Reino de la persona de Jess, no es ste ya el Reino de Dios revelado por l, y se termina por distorsionar tanto el significado del Reino que corre el riesgo de transformarse en un objetivo puramente humano e ideolgico como la identidad de Cristo, que no aparece como el Seor, al cual debe someterse todo (cf. 1 Co 15,27); asimismo, el Reino no puede ser separado de la Iglesia. Ciertamente, sta no es un fin en s misma, ya que est ordenada al Reino de Dios, del cual es germen, signo e instrumento. Sin embargo, a la vez que se distingue de Cristo y del Reino, est indisolublemente unida a ambos (Juan Pablo II, Enc. Redemptoris missio, 18; cf. Exhort. ap. Ecclesia in Asia, 6-XI-1999, 17: L'Osservatore Romano, 7-XI-1999. El Reino es tan inseparable de Cristo que, en cierta forma, se identifica con l (cf. Orgenes, In Mt. Hom., 14, 7: PG 13, 1197; Tertuliano, Adversus Marcionem, IV, 33, 8: CCSL 1, 634).

19.Afirmar la relacin indivisible que existe entre la Iglesia y el Reino no implica olvidar que el Reino de Dios si bien considerado en su fase histrica no se identifica con la Iglesia en su realidad visible y social. En efecto, no se debe excluir la obra de Cristo y del Espritu Santo fuera de los confines visibles de la Iglesia (Juan Pablo II, Enc. Redemptoris missio, 18). Por lo tanto, se debe tambin tener en cuenta que el Reino interesa a todos: a las personas, a la sociedad, al mundo entero. Trabajar por el Reino quiere decir reconocer y favorecer el dinamismo divino, que est presente en la historia humana y la transforma. Construir el Reino significa trabajar por la liberacin del mal en todas sus formas. En resumen, el Reino de Dios es la manifestacin y la realizacin de su designio de salvacin en toda su plenitud Congregacin para la doctrina de la fe, Declaracin Dominus Iesus (6-VIII-2000), n 18-19.

2.- El Regne de Du en les percopes dels Sinpticsi.- Noms entrant en comuni amb el Fill podem entrar en el Regne de Du:

El Regne de Du s a prop (Mt 3,2; 4,17) ja que Crist sha encarnat. Noms s a prop ja que cal acollir-lo. Quan porta un temps predicant i treient dimonis, Jess diu s que el Regne de Du ha arribat a vosaltres (Mt 12,28). La fase definitiva del Regne de Du entra en el mn amb la vinguda de Jesucrist, per comena a manifestar-se amb linici del seu ministeri Messinic.

Lanunci del Regne s la principal tasca de Jess ja que per aix mhan enviat Lc 4,43.

Per aix Jess pot dir que alguns dels qui sn aqu no moriran sense haver vist el Fill de lhome venint en el seu Regne (Mt 16,28): desprs de la resurrecci Jesucrist ve amb el seu Regne, el que passa s que no instaura el seu regne de manera definitiva, sin que comena a instaurar-lo ja, per creixent de manera paulatina, fins a la seva consumaci.

Iniciativa de Du en la instauraci del Regne: s ell qui comena aquesta predicaci (Mt 4,17) i la mant al llarg de la seva vida (Mt 9,35). s ell qui sembra el bon llevat (Mt 13,37).s el sembrador que surt a sembrar, s el Pare de famlia qui t la iniciativa danar a buscar treballadors per a que entrin al Regne (Mt 20,1ss), per tant ning no pot entrar per ell mateix al Regne, s una invitaci (ning no pot entrar en comuni amb Du si aquest no li ho permet i el capacita). Tamb es compara el Regne del cel a un Pare que envia servents per convidar a persones a que vinguin al banquet nupcial del seu fill (Mt 22,1)

Entendre les parboles del Regne s un do de Du: a vosaltres, Du us dna a conixer els designis secrets del Regne del cel, per no a ells (Mt 13,11)

Du crida a tots els homes a entrar en el seu Regne, gent dorient i occident sasseuran a la taula amb Abraham, Isaac i Jacob (Mt 8,11); els jueus no es poden refiar que entraran al Regne de Du pel fet de ser jueus ja que els hereus del Regne poden ser llanats a fora a la tenebra (Mt 8,12).

Al Regne sn convidats totes les persones ja que es crida als encreuaments de camins i es convida a tothom a entrar a les noces del Fill (Mt 22,9), ja que la Bona Nova del Regne ser anunciada per tota la terra, perqu tots els pobles en rebin un testimoni. I aleshores vindr la fi (Mt 24,14).

Reconixer a Jesucrist com a Senyor s causa necessria per no suficient per entrar en el Regne (Mt 7,21: no tothom qui em digui Senyor, Senyor, entrar al Regne del cel Aquesta mateixa idea es troba en Jn quan aquest ens diu que noms Jess s la porta, o que s el cam.

ii.- El Regne de Du com a nova relaci amb Du (dimensi teologal):

Du ens demanar comptes a tothom, tots li devem molt, ens tractar amb misericrdia si nosaltres tractem els altres amb misericrdia, ho far amb severitat, si nosaltres som severs amb els altres (Mt 18,23-35).

Hi ha un desig de Du de que tothom entri al Regne de Du, encara que ho facin a lltima hora, per aix va a totes hores a buscar treballadors per a la seva vinya, i els hi paga a tots per igual (ja que Du es dna a si mateix com a paga) (Mt 20,1-16). s una sort haver entrat a treballar en el Regne a primera hora.

iii.- Disposicions personals per entrar en el Regne (Dimensi personal per entrar en comuni amb les Hipstasis divines):

El Regne noms s daquells que sn pobres en lEsperit (Mt 5,3). Noms entrarem en el Regne del cel si ens convertim i ens fem com els infants (Mt 18,3; 19-14). Serem els ms grans del Regne si ens humiliem com un infant (18,4).

Per entrar en el Regne cal fer la voluntat del Pare (Mt 7,21)

La justcia dels fariseus i dels publicans no s suficient per entrar en el Regne (Mt 5,20). Aquest es creuen que podran ser justos per si mateix, per no entenen que no poden ser hipstasis per si mateixes, i que noms reconeixent Crist podran rebre la seva justificaci. Per aix les prostitutes i els publicans els passen al davant en el cam cap al Regne, ja que tot i que al principi li havien dit que no al Pare, desprs shan penedit i han fet la seva voluntat, i els fariseus han dit que si a Du amb la seva boca, per desprs no han volgut fer la seva voluntat convertint-se amb la predicaci de Jess (Mt 21,28-32)

Cal acollir la predicaci de Jess amb un cor ben obert, ja que hi ha circumstncies de dificulten o impedeixen acollir el Regne: el Maligne vol prendre la llavor sembrada en el cor (Mt 13,19), les dificultats i les persecucions poden fer que no creixi (Mt 13,21), les preocupacions daquest mn o la seducci de les riqueses poden ofegar-lo (Mt 13,22). Per aix difcilment un ric pot entrar en el Regne de Du (Mt 19,23-24).

Cal acollir la invitaci del Pare a participar del banquet nupcial del seu Fill, per hi ha molts que no en fan cas preocupats per les coses daquest mn (un sen va anar al seu camp, laltre al seu negoci Mt 22,5)

Cal estar disposat a vendre-ho tot per comprar el tresor amagat del Regne, ja que el Regne s la perla de ms valor (Mt 13,44-46). Entrar en el Regne pot demanar deixar casa, muller, germans, pares o fills, tot i que, quan es fa aix, es en rebr encara molt ms (Lc 18,29-30)

La prioritat del Regne s tal, que pot fer que alguns es facin lliurement eunucs pel Regne de Du (Mt 19,12)

Davant el Regne noms hi poden haver dues actituds, o acollir el Regne o refusar-lo, no es pot ser indiferent al Regne.

Entrar en el Regne demana una actitud de vetlla (ja que no sabem ni el dia ni lhora de la vinguda definitiva de Jess), com la que tenen les deu verges que esperen la vinguda de lesps amb les llnties enceses (Mt 25,1-12), si no es mant aquesta actitud un pot acabar definitivament fora del Regne (Mt 25,11-12)

Estar en el Regne demana fer fructificar els talents que Du ens dna, ja que ens demanar comptes dells, sabent que Du s exigent i que sega on no ha sembrat i recull on no ha escampat (Mt 25,14-30)

Cal pregar al Pare perqu vingui el seu Regne i es faci la seva voluntat (Mt 6,10). De fet buscar el Regne de Du i fer la voluntat (la justcia) del Pare , ha de ser la nostra prioritat. La nostra principal preocupaci ha de ser fer crixer el Regne de Du, ja que la resta de les coses sens donar de ms a ms (Mt 6,33)

El Regne fa benaurat (Mt 5,3.10)

Els qui formen part del Regne de Du sn ms grans que Joan Baptista (el ms gran dels nascuts de dona). Si un vol ser dels importants en el Regne (asseures a la dreta de Jess) cal estar disposat a beure la copa que Crist ha de beure (Mt Mt 20,20-23).

El Regne sobre pas entre dificultats (el Regne del cel sofreix violncia, i gent violenta sen vol apoderar Mt 11,12) ja que el pecat i el diable es resisteixen i lluiten contra la seva instauraci, per aix Jess diu felios els perseguits pel fet de ser justos: dells s el Regne (Mt 5,10).

Cal estar disposat a acollir tots els manaments, si un no acull els manaments petits ser tingut pel ms petit en el Regne, per si els compleix, ser tingut per gran (Mt 5,19)

Entrar en el Regne demana acollir en nosaltres les mateixes actituds que Du t, per aix cal ser humil (Mt 18,4; 11,29) i misericordis amb els altres (Mt 18,33), estan disposats a perdonar totes les ofenses i tots els deutes que tinguem amb els altres (Mt 18,21-22.35; 6,12).

Cal tenir el vestit de noces per poder participar del Regne (Mt 22,11-12)

iv.- Noves relacions amb els altres (dimensi eclesial i social: relaci amb les altres hipstasis)

El centre de lacci de lEsglsia ha de ser la predicaci i lextensi del Regne de Du (Mt 10,7)

A St. Pere Jess li promet que li donar les claus del Regne del cel de manera que tot all que lliguis a la terra quedar lligat al cel, i tot all que deslliguis a la terra quedar deslligat al cel (Mt 16,19).

Jess confia el seu Regne a lEsglsia: vosotros sois los que habis perseverado conmigo en mis pruebas; yo, por mi parte, dispongo de un Reino para vosotros, como mi Padre lo dispuso para mi Lc 22, 28-29

Entra en el Regne tamb suposa una nova relaci amb els altres, principalment amb els ms necessitats, ja que hi ha una presncia de Crist en ells. No podem dir que estem en el Regne si no actuem amb misericrdia amb els ms pobres, ja que lEsperit Sant ens empeny (Mt 25,31ss). A aquests que han actuat amb misericrdia el Senyor els dir Veniu, benets del meu Pare, rebeu en herncia el Regne que ell us tenia preparat des de la creaci del mn Mt 25,34.

v.- El Regne de Du t una dinmica de creixement, troba resistncia per finalment simposa.

El Regne s un projecte que Du t pensat des de la creaci del mn per aix sens diu: Veniu, benets del meu Pare, rebeu en herncia el Regne que ell us tenia preparat des de la creaci del mn (Mt 25,34).

El Regne creix i sobre pas a travs de dificultats i violncia (Mt 11,12). El Regne creix juntament amb el Jull plantat pel diable, noms al final es far la total separaci del blat del jull (Mt 13,30). Els justos brillaran com el sol en el Regne del seu Pare i els escandalosos i obradors diniquitat seran llenats al forn de foc (Mt 13,42-43). Un altre exemple de la convivncia del b i del mal durant lexpansi del Regne s la parbola de la xarxa: en una mateixa xarxa es recullen peixos de tots tipus, per al final del mn els ngels separaran els bons dels dolents.

Nosaltres mateixos podem ser obstacles que impedeixen que altres entrin al Regne, no hi entreu ni permeteu que hi entrin els qui voldrien entrar-hi (Mt 23,13).

Entrar en el Regne suposa estar disposat a beure la copa que Jess ha de beure (Mt 20,22)

El Regne del Cel s com un gra de mostassa (Mt 13,31-32): contrasta molt el seu origen insignificant, amb el seu final tant visible.

El creixement del Regne tamb sexplica comparant-lo amb el llevat que ho ha de fermentar tot (Mt 13,33). s una cosa que inicialment s molt petita, per que acaba tenint un impacte en totes les coses, fecundant-les.

El Regne noms el pot tenir aquelles persones que el facin fructificar, sin el Regne de Du us ser pres i ser donat a un poble que el faci fructificar Mt 21,43. Es com uns talents que cal fer treballar perqu donin molt de fruit (Mt 25).

El diable soposa a lavan del Regne, per Crist el derrota. Aquest s un signe clar que s amb Jess amb qui ha arribat el Regne de Du (Mt 12,28).

les dificultats i les persecucions poden impedir que el Regne arreli en una persona (Mt 13,21).

Jesucrist ens diu que no beur del fruit de la vinya fins que no en begui de nou amb nosaltres en el Regne del seu Pare (Mt 26,29).

Tema 5: Els miracles de Jess

1.- Baruc Spinoza:

Si en la naturaleza ocurriera algo que contradijera sus leyes universales, estara tambin en contradiccin con el decreto, con el entendimiento y con la naturaleza de Dios; y si se admitiese que Dios acta en contra de las leyes de la naturaleza sera preciso admitir tambin que acta en contra de su propia naturaleza lo cual sera totalmente absurdo.

En la naturaleza no puede haber nada que contradiga a las leyes universales que la rigen: La naturaleza observa siempre ciertas leyes y ciertas reglas que implican, aun cuando no sean conocidas todas ellas, una necesidad y una verdad eternas y, por consiguiente, un orden fijo e inmutable.

Por lo tanto no pueden haber milagros: claramente que el nombre de milagro no puede entenderse ms que en relacin con las opiniones de los hombres, y significa simplemente una obra de la que nosotros somos incapaces de designar la causa mediante el ejemplo de una cosa conocida, o que al menos no puede explicar el autor que relata el milagro.

No hay duda de que todo lo que se narra en la Escritura ha sucedido naturalmente (p. 759), siguiendo las leyes de la naturaleza como todo cuanto acontece (p. 761). Los milagros parecen ser algo nuevo tan slo por la ignorancia de los hombres. Por lo tanto, hay que esforzarse en mostrar que entran por completo dentro de las cosas naturales (p. 766)

2.- Voltaire

Voltaire en el seu Dictionnaire philosophique (vol. VI) en la veu Miracles diu:

Un milagro es la violacin de las leyes matemticas, divinas, inmutables, eternas. Por esta sola exposicin, un milagro es una contradiccin in terminis [Dios] no poda descomponer su mquina, a no ser para que funcionara mejor; pues bien, est claro que, siendo Dios, hizo esta inmensa mquina tan buena como pudo; si vio que en ella podra surgir alguna imperfeccin derivada de la naturaleza, habra buscado el remedio desde el principio; as, no habra que cambiar nada Atreverse a suponer milagros en Dios es realmente insultarle (si es que los hombres pueden insultar a Dios). Es decirles: eres dbil e inconsecuente. Por tanto, es absurdo creer en los milagros; es injuriar en cierto modo la divinidad.

3.- St. Atanasi:

El Verb s totalment present i alhora transcendeix el seu cos hum: [XVII,1] Ell, certament, no estava tancat en el cos ni era en el cos per sense ser en altres llocs. Ni donava moviment al cos mentre que totes les altres coses haurien estat privades de la seva energia i de la seva providncia. El ms admirable era que, essent el Verb, no era contingut per cap sser, ms aviat ell ho contenia tot; i, present en tota creaci, s fora de tot per essncia i s en tota cosa per potncia, ordenant-ho tot i estenent a tots la seva universal providncia; vivificant tots els ssers i cada un al mateix temps, contenint-ho tot sense ser contingut per res, essent tot ell i en tots els aspectes en el seu nic Pare. [2] Aix, present tamb en el cos hum i vivificant-lo, naturalment ho vivificava tot, era en tots i era fora de tots. I, conegut pel cos a travs de les obres, no era invisible, grcies al seu poder sobre totes les coses. [3] s obra de lnima contemplar amb els seus pensaments fins les coses fora del cos, per no certament obrar des de fora del propi cos i moure amb la seva presncia el que s lluny del cos. Mai, doncs, lhome, pensant en les coses que sn lluny, no les mou ni les desplaa. Tampoc si alg sasseia a casa seva i pensava en el cel, no per aix faria moure el sol ni faria girar el mn. Veu que es mouen i que existeixen, per no s capa de produir-ho. [4] No aix el Verb de Du en lhome; no estava lligat al cos, ans el dominava, perqu estava en ell i en tots el ssers i fora de tots i noms descansava en el seu Pare. [5] I ms admirable era que vivia com un home, com a Verb de Du engendrava tots els ssers i com a Fill era en el Pare. Quan la Verge linfant no sofr gens, quan estava en el cos. [6] I essent en totes les coses no particip delles, ans elles sn engendrades i nodrides per ell dins St. Atanasi dAlexandria, LEncarnaci del Verb, Clssics del Cristianisme 57, Proa, Barcelona 1995, 95.4.- Quadratus

[n.1] Despus de regir Trajano el Imperio diecinueve aos completos y seis meses ( 117), le sucedi en el mando Elio Adriano. A ste entreg Cuadrato un tratado que les haba dirigido: una Apologa compuesta en defensa de nuestra religin, ya que, efectivamente, algunos hombres malvados trataban de molestar a los nuestros. Todava hoy se conserva entre muchos de nuestros hermanos; tambin nosotros poseemos la obra. En ella podemos ver claras pruebas de la inteligencia y de la rectitud apostlica de este hombre. [n.2] l mismo deja entrever su antigedad en esto que nos cuenta con sus mismas palabras: Mas las obras de nuestro Salvador estaban siempre presentes, porque eran verdaderas: los que haban sido curados, los resucitados de entre los muertos, los cuales no solamente fueron vistos en el instante de ser curados y de resucitar, sino que tambin estuvieron siempre presentes, y no slo mientras vivi el Salvador, sino tambin despus de morir l, todos vivieron tiempo suficiente de manera que algunos de ellos incluso han llegado hasta nuestros tiempos dins Eusebio de Cesarea, Historia Eclesistica, IV,3,1-2 [BAC 349, 198-199]

5.- Fe en Jess i miracles:

curacin del paraltico: van fer un forat al sostre sobre l'indret on ell era i van baixar la llitera on jeia el paraltic. Jess, en veure la fe d'aquella gent, diu al paraltic: Fill, et sn perdonats els pecats (Mc 2,5) tempestad calmada: Aix que es despert, va increpar el vent i digu a l'aigua: Silenci! Calla!. Llavors el vent va parar i segu una gran bonana. Jess els digu: Per qu sou tan covards? Encara no teniu fe? (Mc 4, 39-40) resurreccin de la hija de Jairo: La teva filla s'ha mort. Qu en traurs, d'amonar el Mestre? Per Jess, en sentir aquestes paraules, digu al cap de la sinagoga: No tinguis por; tingues noms fe (Mc 5, 35-36), curacin de la hemorrosa: Noms que li pugui tocar la roba, ja em curar... ess li digu: Filla, la teva fe t'ha salvat. Vs-te'n en pau i queda guarida del mal que et turmentava. (Mc 5,28.34) curacin del nio epilptico: Jess li respongu: Em dius si puc fer-hi res... Tot s possible al qui creu. A l'instant el pare del noi exclam: Crec, per ajuda'm a tenir ms fe (Mc 9, 23-24) guarici del cec Bartimeu: Jess li pregunt: Qu vols que faci per tu?. El cec respongu: Rabuni, fes que hi vegi. Jess li digu: Vs, la teva fe t'ha salvat. A l'instant hi vei i el seguia cam enll (Mc 10, 51-52) curacin del hijo del centurin: Perqu jo mateix, que estic sota les ordres d'un altre, tinc soldats a les meves ordres. I a un li dic: "Vs-te'n", i se'n va, i a un altre: "Vine", i ve, i al meu criat li mano: "Fes aix", i ho fa. Quan Jess ho sent, en qued admirat i digu als qui el seguien: Us asseguro que no he trobat ning a Israel amb tanta fe (Mt 8, 9-10) curacin de la mujer cananea: Llavors Jess li respongu: Dona, s gran la teva fe! Que es faci tal com tu vols. I des d'aquell mateix moment es pos bona la seva filla (Mt 15,28) curacin de los dos ciegos: Quan va arribar a casa, els cecs l'anaren a trobar. Jess els pregunt: Creieu que ho puc fer, aix? Li responen: S que ho creiem, Senyor. Llavors els va tocar els ulls dient: Que es faci segons la vostra fe (Kata. th.n pi,stin u`mw/n genhqh,tw u`mi/n). I els ulls se'ls van obrir (Mt 9, 28-31a), curacin de un leproso: No eren deu, els qui han quedat purs? On sn els altres nou? No n'hi ha hagut cap que torns per donar glria a Du fora d'aquest estranger?. I li digu: Aixeca't i vs-te'n: la teva fe t'ha salvat (Lc 17, 17-19).Tema 6: La mort de Jess

1.- Jess s processat per blasfmiai.- Jo destruir el temple

Aquesta acusaci feta contra Jess amb falsos testimonis s recollida per Mt i Mc, Lc i Jn, no recullen aix quan ens relaten lepisodi de Jess davant dAns i Caifs.

MtEls grans sacerdots i tot el Sanedr buscaven una

falsa declaraci contra Jess per condemnar-lo a mort, 60per no en van trobar cap,

tot i que es van presentar molts falsos testimonis.

Finalment se'n presentaren dos 61que van declarar:

-Aquest va dir:

"Puc destruir el santuari de Du i reconstruir-lo en tres dies."

62Llavors el gran sacerdot s'aixec i va dir a Jess:

--No contestes res? Qu en dius, de les acusacions que aquests et fan?

63Per Jess callava (Mt 26,59-63a)

Mc

Els grans sacerdots i tot el Sanedr buscaven una

declaraci contra Jess per condemnar-lo a mort, per no en

trobaven cap,

56perqu molts declaraven en fals contra ell, per les seves declaracions no concordaven.

57Alguns s'aixecaren a presentar contra ell aquesta falsa acusaci:

58-Nosaltres vam sentir que deia:

"Jo destruir aquest santuari, fet per mans d'home, i en tres dies en construir un altre, no fet per mans d'home."

59Per ni aix no concordava la seva declaraci.

60Llavors el gran sacerdot va anar cap al mig i pregunt a Jess:

-No contestes res? Qu en dius, de les acusacions que aquests et fan?

61Per ell callava i no va respondre res

ii.- Blasfem per considerar-se el Messies

Els evangelis de Mt i Mc estan dacord en que el crrec de blasfem va estar present en tot el judici contra Jess (Lc tot i que recull aquesta escena no es parla de blasfmia).

El gran sacerdot li digu: Et conjuro pel Du viu que ens diguis si tu ets el Messies, el Fill de Du (su. ei= o` Cristo.j o` ui`o.j tou/ qeou/)!. Jess li respon: Tu ho has dit. Us ho asseguro: des d'ara veureu el Fill de l'home assegut a la dreta del Totpoders i venint sobre els nvols del cel. Aleshores el gran sacerdot s'esquin els vestits exclamant: Ha blasfemat! Per qu necessitem ms testimonis? Ara mateix acabeu de sentir la blasfmia. Qu us en sembla?. Ells respongueren: Mereix pena de mort! (Mt 26,63-66)

Novament, el gran sacerdot l'interrog i li digu: Tu ets el Messies, el fill del Benet?.

Jess respongu:

S, sc jo (Egw, eivmi); i veureu el Fill de l'home assegut a la dreta del Totpoders i venint amb els nvols del cel. Aleshores el gran sacerdot s'esquin els vestits tot exclamant: Per qu necessitem ms testimonis? Vosaltres mateixos acabeu de sentir la blasfmia! Qu us en sembla? Tots van sentenciar que mereixia pena de mort (Mc 14,61-64)

2.- Els relats de la instituci de lEucaristia com hermutica de la mort de Crist

Mt i Mc:

Mentre sopaven, Jess prengu el pa, digu la benedicci, el part i els el don. I digu:

Preneu: aix s el meu cos.

Desprs prengu una copa, digu l'acci de grcies, els la don i en begueren tots.

24 Els digu:

Aix s la meva sang, la sang de l'aliana (cf.Ex 24,8), vessada per tothom (u`pe.r pollw/n) Mc 14,22-24

Mentre sopaven, Jess prengu el pa, digu la benedicci, el part i, tot donant-lo als deixebles, digu:

Preneu, mengeu-ne: aix s el meu cos.

Desprs prengu una copa, digu l'acci de grcies i els la don tot dient:

Beveu-ne tots, que

aix s la meva sang, la sang de l'aliana (to. ai-ma, mou th/j diaqh,khj), vessada per tothom (peri. pollw/n / pro multis)

en remissi dels pecats Mt 26,26-28.

Lc i 1Co:

Desprs prengu el pa, digu l'acci de grcies, el part i els el don tot dient: Aix s el meu cos, entregat per vosaltres.

Feu aix, que s el meu memorial.

I, havent sopat, fu igualment amb la copa, tot dient:

Aquesta copa s la nova aliana (h` kainh. diaqh,kh) segellada amb la meva sang, vessada per vosaltres (u`pe.r u`mw/n) Lc 22,19-20

Jess, el Senyor, la nit que havia de ser entregat, prengu el pa,

24 digu l'acci de grcies, el part i digu:

Aix s el meu cos, ofert per vosaltres. Feu aix, que s el meu memorial.

I havent sopat fu igualment amb la copa, tot dient: Aquesta copa s la nova aliana (h` kainh. diaqh,kh)segellada amb la meva sang. Cada vegada que en beureu, feu aix, que s el meu memorial. 1Co 11,22-25

Tema 7: La resurrecci de Jess

1.- 1Co 15,3-8

Os he transmitido (pare,dwka) lo que a mi vez yo he recibido (pare,labon): que Cristo MURI (apthanen) por nuestros pecados segn las Escrituras,

4: FUE SEPULTADO (etaph)

y HA RESUCITADO (eggertai) al tercer da segn las Escrituras

5: y se APARECI (ophth) a Cefas y a los Doce.

6: Despus SE APARECI a ms de quinientos hermanos a la vez.

7: despus SE APARECI a Santiago y a todos los apstoles.

8: Por ltimo, como a un aborto, se me APARECI tambin a m (1 Cor 15,3-8).

2.- Resurrecci i Trinitat

i.- s el Pare (o` qeo.j) qui ressuscita Jess

Si amb els llavis confesses que Jess s el Senyor i creus en el teu cor que Du l'ha ressuscitat d'entre els morts (o` qeo.j auvto.n h;geiren evk nekrw/n), et salvars (Rom 10,9)

I esperar del cel Jess, el seu Fill, que ell ressuscit d'entre els morts (h;geiren evk tw/n nekrw/n) i que ens alliberar del cstig en el judici que ha de venir (1 Tes 1,10)

Doncs b, aquest Jess va ser entregat d'acord amb la decisi que Du havia pres i fixat per endavant, i vosaltres el vau matar fent-lo clavar a la creu per uns impius. Per Du l'ha ressuscitat alliberant-lo dels dolors de la mort, que de cap manera no podia continuar retenint-lo sota el seu poder Ac 2,23-24.

Vosaltres vau matar el qui obre el cam de la vida, per Du l'ha ressuscitat (o` qeo.j h;geiren evk nekrw/n) d'entre els morts; nosaltres en som testimonis Ac 3,15

sapigueu, vosaltres i tot el poble d'Israel, que a aquest home el teniu sa davant vostre grcies al nom de Jesucrist, el Natzar, que vosaltres vau crucificar, per a qui Du ha ressuscitat d'entre els morts (o` qeo.j h;geiren evk nekrw/n) (Ac 4,10)

per, per obra de l'Esperit Sant, entronitzat com a Fill poders de Du en virtut de la seva resurrecci d'entre els morts. Ell, Jesucrist, Senyor nostre Rm 1,4. Pau, apstol, no de part dels homes ni per designaci d'un home, sin per obra de Jesucrist i de Du Pare, que el va ressuscitar d'entre els morts Gal 1,1.

Pel baptisme heu estat sepultats amb Crist, i amb ell tamb heu ressuscitat, ja que heu cregut en l'acci poderosa de Du que el va ressuscitar d'entre els morts (pi,stewj th/j evnergei,aj tou/ qeou/ tou/ evgei,rantoj auvto.n evk nekrw/n) Col 2,2

Ef 1,10; declaraciones sustancialmente anlogas se encuentran en Rom 4,25; 6,4.9; 7,4; 8,34; 1 Cor 15,12-17.20; 2 Cor 5,15).

ii.- Afirmacions en les que es diu que el Fill ressuscita per si mateix: Verdaderamente el Seor ha resucitado y se ha aparecido a Simn (Lc 24,34); cf. Primer de tot us vaig transmetre el mateix ensenyament que jo havia rebut: Crist mor pels nostres pecats, com deien ja les Escriptures, i fou sepultat; ressuscit el tercer dia, com deien ja les Escriptures, i s'aparegu a Cefes i desprs als Dotze 1 Cor 15,3-5). Qui gosar condemnar-los, si Jesucrist mateix va morir, ms encara, va ressuscitar, est a la dreta de Du i intercedeix per nosaltres? Rm 8,34

El Pare m'estima, perqu dono la vida i desprs la recobro. Ning no me la pren, sc jo qui la dono lliurement. Tinc poder de donar-la i tinc poder de recobrar-la; aquest s el manament que he rebut del meu Pare Jn 10,17-18. Jess els contest: Destruu aquest santuari, i en tres dies l'aixecar. Els jueus replicaren: Aquest santuari ha estat construt en quaranta-sis anys, i tu el vols aixecar en tres dies?. Per ell es referia al santuari del seu cos. Per aix, quan va ressuscitar d'entre els morts, els seus deixebles recordaren que havia dit aix, i van creure en l'Escriptura i en la paraula de Jess Jn 2,19-21.

iii.- I en altres casos s lEsperit Sant el qui s el subjecte de lacci de ressuscitar Jesucrist:

I si habita en vosaltres l'Esperit d'aquell qui va ressuscitar Jess d'entre els morts, tamb, grcies al seu Esperit que habita en vosaltres, aquell qui va ressuscitar el Crist d'entre els morts donar la vida als vostres cossos mortals Rm 8,11. Tamb Crist pat per ra dels pecats una vegada per sempre. Ell, el just, va patir pels injustos, per conduir-vos a Du. El seu cos va ser mort, per l'Esperit el fu viure 1Pe 3,18.1Textos de Cristologia

1Tema 1: El Jess histric

11. Pontifcia Comissi Bblica, Sancta Mater Ecclesia (21-4-1964)

32. Concili Vatic II, Constituci Dei Verbum

43.- Benet XVI: Indicacions metodolgiques per a un adequat treball exegtic

64. Plutarc, Vida dAlexandre Magne

65. Polibi de Megalpolis, Histria universal durant la Repblica Romana, volum 2, llibre 27

76. Papies dHierpolis

87. Cuadrato

88. Ireneu de Li, Carta a Flor

9Tema 2: Els evangelis de la infncia

91. Plutarc, Vida dAlexandre Magne

102.- Prleg de Sant Joan

11Tema 3: El baptisme de Joan i de Jess

111.- J. Ratzinger, Jess de Natzaret I

112.- Flavi Josep, Antiguitats dels jueus

113.- Relats del Baptisme als evangelis:

124.- Baptisme i unci en el Pares de lEsglsia

13Tema 4: La predicacin de Jess

131.- La Relaci Esglsia-Regne de Du-Regne de Crist en la Dominus Iesus:

142.- El Regne de Du en les percopes dels Sinptics

18Tema 5: Els miracles de Jess

181.- Baruc Spinoza:

182.- Voltaire

183.- St. Atanasi:

194.- Quadratus

195.- Fe en Jess i miracles:

20Tema 6: La mort de Jess

201.- Jess s processat per blasfmia

212.- Els relats de la instituci de lEucaristia com hermutica de la mort de Crist

22Tema 7: La resurrecci de Jess

221.- 1Co 15,3-8

232.- Resurrecci i Trinitat

Comentaris a la instruccin: A. Bea, La storicit dei vangeli sinottici Civilt Cattolica 115,II (1964) 417-436; Id., Il carattere storico dei vangeli sinottici come opere ispirate Civilt Cattolica 115,II (1964) 526-545

Cf. Mc 3,14; Lc 6,13

Cf. Lc 1,2; Act 1,21-22.

Cf. Lc 24,48; Jn 15,27; Ac 1,8; 10,39; 13,31.

Cf. Lc 24,44-48; Ac 2,32; 3,15; 5,30-32.

Cf. Ac 10,36-41: Ell va enviar la seva paraula als israelites, anunciant la bona nova de la pau que arriba per Jesucrist, el qual s Senyor de tots els homes. Vosaltres ja sabeu qu ha passat darrerament per tot el pas dels jueus, comenant per Galilea, desprs que Joan prediqus a la gent que es fessin batejar. Parlo de Jess de Natzaret. Ja sabeu com Du el va ungir amb l'Esperit Sant i amb poder, i com va passar fent el b i guarint tots els oprimits pel diable, perqu Du era amb ell. Nosaltres som testimonis de tot el que va fer en el pas dels jueus i a Jerusalem. Ells el van matar penjant-lo en un patbul, per Du el ressuscit el tercer dia i li conced que s'aparegus, no a tot el poble, sin als testimonis que Du mateix havia escollit des d'abans, s a dir, a nosaltres, que vam menjar i beure amb ell desprs que hagus ressuscitat d'entre els morts.

Cf. Ac 13,16-41 cum Ac 17, 22-31 (anunci del krygma de Pau als jueus v.s. lanunci del krygma de Pau a lArepag dAtenes).

Ac 2,36; Jn 20,28.

Ac 2,22; 10,37-39.

Cf. Jn 14,26; 16,13.

Jn 2,22; 12,16; 11,51-52; cf. 14,26; 16.12-13; 7,39. Jess els contest: Destruu aquest santuari, i en tres dies l'aixecar. Els jueus replicaren: Aquest santuari ha estat construt en quaranta-sis anys, i tu el vols aixecar en tres dies?. Per ell es referia al santuari del seu cos. Per aix, quan va ressuscitar d'entre els morts, els seus deixebles recordaren que havia dit aix, i van creure en l'Escriptura i en la paraula de Jess Jn 2,19-22. Els seus deixebles, de moment, no ho van comprendre [lentrada de Crist a Jerusalem]; per, quan Jess fou glorificat, van recordar que li havien fet all que l'Escriptura deia d'ell Jn 12,16.

Lc 24,27.

Cf- Lc 24,44-45; Ac 1,3: Desprs de la passi es present a ells i els don moltes proves que era viu: durant quaranta dies se'ls va aparixer i els parlava del Regne de Du.

Ac 6,4.

Rm 1,14.

1Co 9,19-23.

Cf. Lc 1,1

Cf. Lc 1,4.

Cf. St Joan Crisstom, Comentari a Sant Mateu, I,3 (PG 57,16-17)

Cf. St. Agust, De consensu Evangelii, 2,12,28 (PL 34,1090-1091)

Cf. St. Agust, De consensu Evangelii, 2,21,51s (PL 34,1102)

Benet XVI, Intervenci en la XIV Congregaci general del Snode de la Paraula, 14 doctubre del 2008 dins El Snode de la Paraula, CPL, Barcelona 2008, 25-28.

Fragment conservat per Eusebi de Cesarea, Histria Eclesistica, III, 39,3-4.

Text citat per Eusebi de Cesarea, Histria Eclesistica, V,20

Algunes versions antigues tenen el verb en singular i llavors apliquen la frase a Crist no ha nascut [Jess] per descendncia de sang, ni d'un desig carnal, ni d'un voler hum, sin de Du mateix , tot i que tots els manuscrits grecs el verb apareix en plural, referint-se llavors als homes que renaixeran de Crist (com quan parla amb Nicodem de que cal nixer de nou).

Tots quedaren molt sorpresos i es preguntaven entre ells: Qu s tot aix? Una doctrina nova ensenyada amb autoritat! Mc 1,27

Hilario es testimonio de la variante llamada occidental, que en Lc 3,22 introduce la cita de Sal 2,7 en lugar de la ms habitual de Is 42,1 [comentario de L.F. Ladaria]

Esto implica que antes se la haba infundido el Espritu a Jess.

Normalmente se habla de que el Antiguo Testamento prefigura al Nuevo, en el sentido de que el primero es la sombra, la imagen, mientras que la verdad se encuentra en el segundo, cf. 12,1; 23,6; 24,1, etc. Aqu lo que acontece en Jess es la verdad, que prefigura la imagen que se realiza en nosotros. Se insiste as en el valor para todos de lo que en Cristo tiene lugar [comentario de L.F. Ladaria].

B. Spinoza, Tractatus theologicus-politicus, Hamburgo 1670. Traduccin francesa en Oevres Compltes, Pleade, Pars 1954, cap. VI, Des miracles, 751.

Ibd., 751.

Ibd..,752.

Cf. Ex 24,8: Llavors Moiss va aspergir el poble amb la sang i va dir: Aquesta s la sang de l'aliana que el Senyor conclou amb vosaltres d'acord amb totes les paraules d'aquest document.

Cf Jr 31,31: Vnen dies, ho dic jo, el Senyor, que pactar una aliana nova amb el casal d'Israel i amb el casal de Jud