ÍndiceUNIDAD I EL PENSAMIENTO ECONOMICO DE LA ANTIGÜEDAD.....................................2

1.2.1 MODO DE PRODUCCION ESCLAVISTA.....................................................................2

Aristóteles..................................................................................................................................3

Platón.........................................................................................................................................3

Jenofonte...................................................................................................................................4

Los griegos..................................................................................................................................4

La Escuela de los Sofistas............................................................................................................5

Los Socráticos.............................................................................................................................6

Roma..........................................................................................................................................6

Los Filósofos...............................................................................................................................8

Los Juristas.................................................................................................................................9

El Cristianismo..........................................................................................................................10

1.2.2 Modo de Producción feudal............................................................................................10

Derecho Canónico....................................................................................................................12

El escolasticismo.......................................................................................................................13

UNIDAD II EL MERCANTILISMO...............................................................................................13

2.2.1 Antecedentes históricos..................................................................................................13

2.2.2 Los autores y políticas del capitalismo.........................................................................16

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UNIDAD I EL PENSAMIENTO ECONOMICO DE LA ANTIGÜEDAD

1.2.1 MODO DE PRODUCCION ESCLAVISTA

Desintegrada la sociedad de comunidad primitiva, las fuerzas productivas crean las condiciones para que se modifiquen las viejas relaciones sociales de producción. Ello da origen a una nuieva organización social con rasgos propios y que se conoce como esclavismo.

En el esclavismo aparece y se desarrolla la propiedad privada de los medios de producción. La propiedad se da sobre el producto total y sobre el propio productor (esclavo). Aparecen dos clases sociales fundamentales y antagónicas: los esclavistas que son los dueños de los medios de producción y los esclavos que no son propietarios de los medios de producción. ¿A qué se debe la aparición de estas dos clases sociales? Se debe a la producción y desarrollo del excedente económico del cual se apropia una clase social, convirtiéndose en poseedora de los medios de producción.

Las fuerzas productivas se desarrollan ampliamente durante el modo de producción esclavista; como prueba de ello tenemos:

a. El desarrollo de la agricultura en Egipto alcanzó niveles muy altos, estableciéndose nuevos cultivos como el trigo, la avena y el mijo.

b. La construcción alcanzo grandes niveles; prueba de ello son las pirámides y tumbas egipcias.

c. Se desarrolla la ganadería, cobrando auge la curtiduría de pieles usadas para vestir, como ornamento y auxiliar en la construcción.

d. Es notable la utilización de piedras preciosas como rubíes y diamantes para producir taladros y otros instrumentos para cortar y perforar.

e. Los sistemas de riego fueron muy importantes en la época, abarcando la captación conducción y distribución del agua para la agricultura y ganadería.

El comercio se desarrolla ampliamente en el esclavismo, apareciendo un grupo de gente que se va a dedicar a esta actividad: los mercaderes. Asimismo, aparece y se desarrolla la moneda que facilita el intercambio de productos.

El trabajo de los esclavos no era altamente productivo debido a su escaso interés por el trabajo y por que nada les pertenecía. Muchos esclavos que después fueron liberados, se repartieron la tierra para que la cultivasen a cambio de un tributo. Estos esclavos liberados son los colonos, que son el antecedente de los siervos feudales. En tales circunstancias los colonos fueron los antecesores de los campesinos siervos medievales. Así, en el seno mismo del régimen esclavista comenzó el modo feudal de producción.

El esclavismo dura hasta la desintegración del Imperio Romano aproximadamente hacia el siglo V de nuestra era.

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Aristóteles.

Aristóteles ( 384-322 a.C.). Aristóteles comenzó a analizar el intercambio aislado como opuesto al intercambio de mercado; en el intercambio que se produce en el mercado, el precio públicamente conocido es el resultado final de un cálculo imparcial de los intereses de muchos compradores y vendedores. En contraste, en el intercambio aislado no existe un precio de mercado.

Sin la interacción de un gran numero de participantes en el mercado, la justicia de cada transacción solo puede determinarse por una tercera parte que sea desinteresada, como un arbitro o un juez.

Aunque discípulo aventajado de Platón, Aristóteles no acepto la concepción del Estado ideal de su maestro. Más bien favoreció a una economía mixta que permitiera un mayor juego de los incentivos económicos. A diferencia de Platón, Aristóteles defendió la propiedad privada para todas las clases, sobre la base de que promueve la eficiencia económica, engendra la paz social y estimula el desarrollo del carácter moral.

Platón.

En contraste con el interés de Jenofonte por la naturaleza práctica del liderazgo y de la política. Platón ( 427-327 a. C.) analizó toda la estructura política y económica del Estado. Con todo, ambos autores compartieron una opinión común sobre el elemento humano como variable primaria de la economía política y del arte de gobernar. Siguiendo una línea de pensamiento abierta por Jenofonte, Platón atribuye el origen de una ciudad a la especialización y a la división del trabajo.

Reconociendo la especialización y división del trabajo como una fu8ente de eficiencia y productividad, Platón abordo la cuestión de cómo deben distribuirse los bienes. Su respuesta fue que los bienes se distribuyen a través de un mercado, siendo el dinero como un símbolo para el intercambio. Sin embargo, de un modo típicamente griego, no consideró que el mercado fuese capaz de autorregularse. Mas bien requiere el control administrativo. Los elementos de control que Platón patrocinó eran la moneda autorizada, que debe administrarse para eliminar el beneficio y la usura.

Mientras que Jenofonte reconocía que quienes perseguían el beneficio eran buenos administradores (en tanto que sus excesos fuesen frenados por controles administrativos apropiados), Platón vio al benéfico y al interés (es decir, el beneficio sobre el dinero) como amenazas al status quo. De acuerdo con la tradición administrativa, construyo un Estado ideal sobre el fundamento del liderazgo sabio y eficiente. Se extremó a fin de aislar a sus líderes de toda corrupción.

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Platón abogó por un tipo de especialización de clase, por la que un grupo de elite, de gobernantes capaces y de nobles pensamientos serían adiestrados para dirigir la economía política. Dada la estructura social ideal de Platón, el sustento de la clase gobernante es problemático sin la producción básica de bienes a cargo del resto de la ciudadanía.

Jenofonte

Las semillas del análisis económico fueron sembradas mucho antes, en la antigua Grecia, cuna de la civilización occidental. La misma Palabra “economía” toma su nombre del económico, el tratado de Jenofonte para instruir sobre la dirección eficiente y el liderazgo. Jenofonte ( 427 – 355 a.C.) debe ser considerado como uno de los primero economistas. Sus escritos constituyen un himno a la ciencia de la administración. Contemplaba los modos de actuar eficientes, en oposición a los ineficientes. Su económico investiga la organización y administración adecuadas de los asuntos privados y públicos, se concentro en la capacidad humana, dirigida por un buen liderazgo, como la principal variable de la administración. Un buen administrador se esfuerza por incrementar el tamaño del excedente económico de la unidad que supervisa (por ejemplo, la familia, la ciudad o el Estado). Para Jenofonte esto se logra por medio de la habilidad, el orden y uno de los principios económicos más básicos, la división del trabajo.

El líder de Jenofonte – el individuo excepcional que organiza la actividad humana – se enfrenta a las fuerzas de la naturaleza, más que a las de una economía competitiva. El proceso económico consiste en la utilización, por parte del hombre inteligente, de la percepción y de la razón para extraer de la naturaleza lo que es necesario para satisfacer las necesidades humanas y evitar las incomodidades. Esta persecución activa y racional del placer, y esta evitación del dolor fueron reconocidas formalmente en la doctrina del hedonismo.

Un ejemplo del uso del valor subjetivo refiriéndose al consumo de alimentos es que “cuando mayor es el número de platos superfluos que se ponen delante de un hombre más pronto le asalta una sensación de hartazgo; y así, en lo que respecta a la duración de su placer, también el hombre al que se le ofrecen muchas posibilidades está peor que el que disfruta moderadamente de su vida.”

Los griegosNuestros modelos de pensamiento, el marco en el que surgen y circulan nuestras ideas, las formas de lenguaje en que las expresamos y las reglas que las gobiernan, todo es producto de la antigüedad. La misma palabra «economía» toma su nombre del económico, el tratado de Jenofonte para instruir sobre la dirección eficiente y el liderazgo.

Lo que los antiguos griegos aportaron a la economía fue una aproximación racional a la ciencia social en general. Su economía puede describirse como de «pre-mercado», en el

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sentido de que el comercio estuviese ausente, sino más bien en el sentido de que los productos no eran uniformes ni se comerciaban por medio de intercambios organizados, ni se analizaban por sí mismos. La vida política y económica desde el año 500 A.C. estuvo dominada por la guerra. Los pensadores griegos se interesaron principalmente por la eficiencia económica y organizativa y su visión del mundo era antropocéntrica, no mecanicista. En otras palabras, el hombre era el centro de todas las cosas. Los antiguos griegos se interesaron particularmente por las capacidades autorreguladoras de los individuos que debían enfrentarse con la toma de decisiones racionales y con la maximización de la felicidad humana, pero no descubrieron el mercado autorregulador, que es la esencia de la economía moderna.

La antigua cultura griega admitía dos ideas opuestas del individualismo. Por una parte, un gobernante autoritario tenía poder para tomar decisiones administrativas en nombre de los intereses de la sociedad. Esto llevó al desarrollo del cálculo racional basado en la idea de un individuo definido de modo abstracto como la unidad social básica. Por otra parte, cada familia era patriarcal y dirigida hacia el éxito, lo que llevó al desarrollo del ciudadano individual (sólo el hombre) como quien fundamentalmente tomaba las decisiones. Estas dos formas opuestas de individualismo, macro y micro, contribuyeron al énfasis formal de la sociedad griega sobre la administración de la casa (oikonomía) y al desarrollo de un cálculo hedonístico del egoísmo racional.

Como los griegos se concentraron en los elementos de control humano, desarrollaron el arte de la administración mas que la ciencia de la economía. Su economía después de todo, era básica y simple. La producción de bienes era supervisada en grandes fincas rurales y en los acuartelamientos de los jefes militares. El Estado tenía pocos gastos que no fuesen de índole militar; era principalmente el punto focal de las actividades religiosas y militares. Sin embargo, en el curso de la elaboración de la naturaleza de la administración, los griegos desarrollaron estructuras analíticas que tienen significado para la teoría económica. En particular, los siguientes componentes de la economía moderna tuvieron su orígenes en el pensamiento griego: el cálculo hedonístico, el valor subjetivo, la utilidad marginal decreciente, la eficiencia y la asignación de recursos. Los principales autores de este periodo que contribuyeron al análisis económico fueron: Jenofonte, Platón, Protágoras y Aristóteles.

La Escuela de los Sofistas.Filósofos griegos del siglo V a. de J.C. cuyos métodos de razonamiento consistían en argumentos sutiles y capciosos; también cultivaban el arte de la retorica y la persuasión. En la antigua Grecia, el término sofista era sinónimo de filósofo y eran considerados como maestros de la juventud. Fueron famosos representantes de esta corriente filosófica Protágoras y Gorgias. A los sofistas se les ha dado el nombre de maestros de la virtud, pero esta para los sofistas era una capacitación para el triunfo político mediante el dominio de la elocuencia pública el arte de persuadir y refutar las opiniones opuestas.

Para los sofistas la idea de que es la consecuencia del placer producida por un bien y no el propio bien, se encuentra en el centro de la teoría de la utilidad en economía, Jenofonte desarrollo la idea de la utilidad subjetiva en el dialogo entre Aristipo y Sócrates, en el que Aristipo pregunta «¿Quieres decir que las mismas cosas son a la vez hermosas y a la vez repugnantes?» y Sócrates replica: «Por supuesto, y son buenas y malas, porque lo que es bueno para el hambre es a menudo malo para la fiebre, y lo que es bueno para la fiebre es malo para el hambre; y lo que es hermoso para correr es con frecuencia repugnante

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para la lucha, y lo que es hermoso para la lucha es repugnante para correr. Porque todas las cosas son bunas y hermosas en relación con los propósitos a los que se adaptan bien, y son malas y repugnantes con relación a aquellos a los que se adaptan mal».

Los SocráticosSócrates (470-399 a.de J:C) Filósofo ateniense, criado en un ambiente modesto, ayudó a su padre en su taller de escultor y al mismo tiempo fue adquiriendo conocimientos, alcanzando una sólida formación intelectual. Estuvo en contacto con las escuelas filosóficas de Anaxágoras y de los pitagóricos. En su madurez se dedico exclusivamente a la filosofía. Acusado de atacar a la religión, fue condenado a muerte.

Dedico gran parte de su vida y de su actividad a la formación de jóvenes, a los que concedía gran importancia como ciudadanos del mañana. En todo momento pretendía que olvidaran los principios aprendidos de manera rutinaria y procuraran pensar por sí mismos mediante la reflexión. El método empleado para ello era el diálogo, en el que se utilizaba sobre todo dos formas: empezaba por lo que se ha llamado ironía socrática, es decir, fingía no saber nada de lo que se estaba hablando, llegando a convencer al interlocutor de su propia ignorancia; luego pasaba a una segunda parte, en la que partiendo de cosas ya conocidas llegaba a descubrir definiciones o conceptos generales. Esto sería llamado por Aristóteles discursos inductivos.

Ya en su época sus enseñanzas alcanzaron gran resonancia y tuvo numerosos discípulos. Influyó en Platón y en los humanistas posteriores, de manera que se ha dicho de Sócrates que ha sido el filósofo que más influencia ha tenido en el campo de la educación.

Aunque no dejó ninguna obra escrita, sus discípulos transmitieron sus ideas. Fundamentalmente a través de las obras de Platón y Jenofonte conocemos el pensamiento socrático.

RomaRoma dejó una herencia escasa de estudios específicamente económicos. El gran imperio, a cuyo lado la ciudad-estado griega parece una pequeña unidad, fue incapaz de producir grandes pensadores sociales. No es posible emprender aquí el análisis de las razones que produjeron esa parquedad de la especulación filosófica en la antigua Roma. Todo lo que se puede en relación a la doctrina económica es que la lucha entre la sociedad antigua y la nueva en sus aspectos específicamente económicos, tan viva ante los ojosa de los filósofos griegos cuyas opiniones inspiró, parece no haber sido tan marcada en Roma.

Los historiadores económicos pueden debatir la extensión de la actividad económica en la antigua Grecia, pero lo que sabemos indica que fue lo suficientemente amplia como para generar una seria reflexión. En la época en que Roma sustituyó a Grecia como centro del pensamiento occidental se habían desarrollado y difundido por todo el imperio importantes intereses comerciales. Y al final de la República romana había suficientes problemas económicos como para emplear a una legión de economistas y asesores gubernamentales: problemas de comercio, finanzas, guerra, colonización y esclavitud, por mencionar sólo unos pocos. Es sorprendente, por tanto, que apareciera tan poco trabajo auténticamente analítico en economía durante este periodo.

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Una posible respuesta a este enigma es que la estructura social de la antigua Roma no congeniaba con los intereses puramente intelectuales. Partiendo de su estrato inferior, dicha estructura se componía de esclavos, campesinos, artesanos y comerciantes, coronados por una aristocracia civil y militar. Aunque la aristocracia alimentaba un considerable interés por la filosofía y el arte griegos, lo hacía más por distracción que por vocación, con el predecible resultado de que se produjo poco avance analítico serio en economía.

La gran realización de la sociedad romana fue el derecho. Desde el punto de vista social, fue la gloria suprema de uno de los mayores imperios en la historia del mundo. El derecho romano se dividía entre un derecho civil, que se aplicaba sólo a las relaciones entre los ciudadanos ( jus civile ), y una especie de derecho común, que regulaba las relaciones comerciales y de otro tipo entre los no ciudadanos o entre ciudadanos y no ciudadanos (jus gentium). Este último cuerpo jurídico se convirtió en un deposito de principios económicos, que más tarde brindaron un punto de partida para el análisis económico, especialmente en la Edad Media. El derecho romano de la propiedad y los contratos, por ejemplo, se convirtió subsiguientemente en el sostén principal de los sistemas legales en el mundo occidental. El concepto de derecho natural, que puede rastrearse hasta Aristóteles, se abrió camino en el derecho romano, donde fue utilizado como piedra de toque para determinar la validez de la ley humana. Finalmente, la moderna doctrina sobre la corporación puede seguirse retrospectivamente hasta el derecho romano. En general, el derecho romano suministró el marco en el que se situó la economía posterior, de un modo lento pero seguro. Vale la pena advertir que desde la época de la caída de Roma hasta finales del siglo XVIII, muchos de los que escribieron sobre economía eran, en cuanto a su profesión, negociantes o abogados. Además, si eran abogados, eran clérigos formados en el derecho canónico o eran juristas formados en el derecho civil.

A mediados del siglo IV a.de J.C., el Estado Romano copió de los griegos la institución monetaria acuñando monedas de bronce y plata de acuerdo con un sistema bimetalista. En el siglo III A. C., además del denario, se creó moneda fraccionaria, sin embargo el poco conocimiento en materia de política monetaria dio lugar a crisis inflacionarias por el exceso de circulante. En cuanto a la tasa de interés, se condenó la usura. El precio se consideraba que debía ser fijado por las libres fuerzas del mercado, por la oferta y la demanda. Ese precio debía ser un precio justo-idea que desarrollaría con posterioridad la Edad Media- integrado por el costo de producción, más un beneficio razonable. El Estado fijaba el precio de algunos artículos que se consideraban estratégicos, como lo eran los granos y los aceites.

En cuanto al salario –que no era un concepto tan importante como en la actualidad, en virtud de la esclavitud- el Estado, la mayor de las veces, lo fijaba a su criterio. Los trabajadores asalariados al cabo del tiempo se empezaron a reunir en guildas. Algunos de los conceptos más importantes que elaboraron los romanos como el que un bien valía por el trabajo incorporado en él y no por la materia de la que estuviera elaborado (Alfeno Varo) Ulpiano consideraba que el precio debería integrarse sobre la idea del costo. El precio de un bien, además del costo de producción, debería fijarse teniendo en cuenta la utilidad. En este sentido Paulo decía que si alguien causara la muerte de uno de los integrantes de una pareja de comediantes debería pagar no sólo por la muerte de este comediante sino también por el decremento de la utilidad del otro comediante que sin su compañero nunca será el mismo.

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Gayo llegó a darse cuenta de que la importancia del dinero no radica en el metal en sí sino en su poder adquisitivo, en las cosas que se pueden comprar con el dinero. No existe un nexo necesario entre valor y moneda. Ulpiano rechaza y condena con todo rigor los monopolios, los acaparamientos porque suelen causar daño al mercado cuando es producto de avaros y para evitarlos recomendó la intervención del Estado, Teodosio incluía la de vigilar las pesas y medidas.

Ulpliano también recomendaba que se precisara el precio de acuerdo con las condiciones presentes, según la realidad de las cosas, según la estima común y no de acuerdo con el afecto o el sentido de utilidad que tuviera cada una de las personas. Los romanos –dice Paulo- deben distinguir entre gastos necesarios y gastos inútiles. Entre los primeros se pueden mencionar los que Aumentan la producción y los otros son los que se efectúan sin el propósito de aumentarla. Los romanos disociaron el renglón de factores productivos en naturaleza- que ellos llaman materia -, trabajo y capital, que no necesariamente deben coincidir en una sola persona.

Los FilósofosLos pensadores griegos creían que el fin de la existencia era llevar una vida virtuosa y que esto sólo podía lograrse dentro de la ciudad-estado (polis). Para el ciudadano griego la ciudad-estado era no solamente una estructura legal, sino un modo de vida según el cual cada aspecto de la existencia diaria estaba íntimamente conectado. Los individuos adquirían importancia a partir de su relación con el estado; eran considerados ciudadanos que dependían del estado y que podían contribuir a su bienestar. Pero era el estado, y no el individuo, el que era omnipotente. De esta manera, la atención de los pensadores griegos estaba absorbida en especial por la teoría política, aun cuando la teoría de la ciudad-estado abarcara mucho más que la politica en el sentido estricto, ya que comprendía al mismo tiempo ética, sociología, economía y ciencia política.

La atención que prestaban los pensadores griegos al origen y funcionamiento del estado ideal y la subordinación del individuo al estado limitaba necesariamente el desarrollo del pensamiento económico. Por ejemplo, considere usted la contribución del historiador griego Jenofonte (h.431-352 a. C.). Su obra Sobre los medios de aumentar las rentas públicas de Atenas comienza con una descripción de las ventajas naturales de Atenas como un centro comercial atractivo para los extranjeros. Estos eran bien recibidos como una fuente lucrativa de ingresos debido a que estaban obligados a pagar impuestos por ser extranjeros. En forma similar, se consideraba superiores a los mercaderes y a los dueños de las embarcaciones, debido a que aportaban riqueza a la ciudad. Así, Jenofonte recomendaba varios medios para que el estado fomentara la actividad mercantil en Atenas, y exhortaba a que se aumentara la producción de plata, debido a que pensaba que este metal nunca perdería su valor.

Platón y Aristóteles consideraban que la felicidad humana sólo podía alcanzarse dentro de la ciudad-estado. De esta manera, la búsqueda de una vida virtuosa era a la vez la búsqueda del estado ideal. Aun cuando el énfasis en el estado como un instrumento para alcanzar resultados socialmente óptimos no es incompatible con lo que ha terminado llamándose economía social, impide el surgimiento de la economía como cuerpo teórico que busca explicar de qué manera pueden alcanzarse resultados óptimos desde el punto de vista social en ausencia de una autoridad central que dirija la asignación de recursos.

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Grecia, con su cultura altamente desarrollada, no produjo un cuerpo de pensamiento económico independiente. Esto no se debe a que los griegos desdeñaran los bienes materiales; por el contrario, Platón y Aristóteles consideraban que una mínima cantidad de riqueza resultaba esencial para la vida de virtud. De acuerdo con Aristóteles, la casa familiar (oikos) existe con el propósito de satisfacer los deseos naturales al producir mercancías útiles o adquirirlas por medio del intercambio para su consumo. De esta manera, el comercio minorista, que es el intercambio con el propósito de ganar dinero, no es natural, como todas las actividades comerciales para la adquisición de dinero. Lo menos natural entre éstas es pedir intereses por un préstamo, ya que el propósito del dinero es servir sólo como medio de intercambio. La usura, que es su uso para generar dinero, es una perversión de su función propia. La Política de Aristóteles ha perdurado como obra maestra de la economía debido a que moldeó el pensamiento de las generaciones posteriores acerca de la distinción entre las actividades y las formas de riqueza naturales y no naturales.

Los JuristasLos juristas romanos han influido, indudablemente, en la historia del pensamiento económico y en la historia de los hechos económicos. Particularmente esta influencia está relacionada con cuestiones relativas a la propiedad y a la herencia.

Los autores más serios están de acuerdo en que en las sociedades primitivas la propiedad fue comunal en épocas prehistóricas e históricas remotas, porque la producción era también comunal, porque los sistemas de producción exigían, para que la especie subsistiera.

El mismo desarrollo de los medios de producción a consecuencia de un mayor dominio del hombre sobre la naturaleza, a consecuencia de un incesante aun cuando lento progreso técnico, condujo poco a poco a las tribus, a los clanes, a las gens, a la propiedad privada. No fue la propiedad privada una institución establecida artificialmente y que hubiera nacido de la mente de un hombre; no, el mismo desarrollo económico llevó a los grupos de la historia lejana o de la prehistoria a crear la propiedad privada. No fue resultado de un plan preconcebido sino de los cambios en los sistemas de producción. Cuando se van inventando herramientas, cuando se inventan los primeros telares rudimentarios, cuando la producción de numerosas cosas es resultado del trabajo familiar o individual, va apareciendo lentamente la noción de propiedad privada.

En Roma la casa familiar estaba rodeada por el campo cultivado, dentro del cual se encontraban los restos de los antepasados y los altares construidos y conservados en su honor. Por eso la propiedad de la tierra adquiere características religiosas y se torna sagrada e intocable. Tuvo la propiedad romana, como en todas partes, su origen en causas económicas, pero al recibir influencias religiosas adquirió matiz particular que imprime al derecho modalidades privativas. Por eso los romanos definían la propiedad como el derecho de usarla, disfrutarla y hasta abusar de ella. El jus utendi, jus fruendi, jus abutendi. De lo cual resulta que el derecho de propiedad romano es un derecho absoluto. El propietario puede dejar estéril una tierra fecunda, nadie puede reclamarle. Si en su tierra hay un bosque y él es un hombre caprichoso y amante de los grandes y extraños espectáculos, puede darse el gusto de incendiarlo, sin que tampoco nadie le reclame, aun cuando el incendio cause indirectamente perjuicios a la sociedad.

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La propiedad del subsuelo en Roma estuvo generalmente asimilada a la propiedad de la superficie. Sin embargo, se encuentran algunos ejemplos entre los cuales cabe citar una ley expedida por el Emperador Adriano y otra por el Emperador Graciano, por medio de las cuales se consideró que pertenecía al Estado Romano el subsuelo, cuando guardaba minas de metales preciosas.

Otro de los puntos que seguramente mayor importancia ha tenido en la historia del pensamiento económico, es la concepción de juristas romanos sobre la herencia. En el primitivo Derecho Romano se establece plena libertad de testar y sólo cuando una persona muere intestada el Estado interviene para hacer la distribución de la herencia; pero al evolucionar, el Derecho Romano reconoció en todo individuo la facultad de dejar sus bienes al morir a quien él deseara, con determinadas limitaciones respecto a sus parientes; y el derecho de referencia, el derecho de testar, ha sido sin duda cuestión fundamental en la historia porque significa la consagración legal de una injusticia y de un privilegio.

El Cristianismo La doctrina cristiana puede ser considerada en el marco de su época como un conjunto de ideas revolucionarias, de ideas transformadoras porque se deseaba mutar los conceptos heredados de Roma o de las culturas bárbaras. El principio igualitario que late en la doctrina de Cristo, era un golpe directo a la institución de la esclavitud, que defendían los griegos y los romanos. Los griegos clásicos, que son considerados como los demócratas más avanzados que conoce la historia del pensamiento, consideraban que la esclavitud, en el peor de los casos, si no era justa por lo menos era necesaria y que los países triunfantes podían reducir a la sujeción a los hombres de los países derrotados. Dentro de la doctrina cristiana esta argumentación no tiene sentido porque todos los hombres son iguales y más aún, son hermanos puesto que son hijos de Dios.

Obviamente estas ideas no solamente tenían repercusiones políticas, sino también económicas, en virtud de que en Roma el sistema económico se basaba en la esclavitud. Sea cual fuere la opinión que se tenga de los evangelios, es indudable que Jesús se daba cuenta de que su misión como Mesías incluía la de emancipador de los pobres y los oprimidos. Cristo, al dirigirse a los trabajadores de su tiempo, proclamó por primera vez la valía material tanto como espiritual de cualquier clase de trabajo, pero los mismos factores que hicieron al cristianismo más revolucionario, lo hicieron también más utópico.

1.2.2 Modo de Producción feudal

Las relaciones feudales germinaron en las entrañas de la formación esclavista del mismo modo que las relaciones esclavistas nacieron del régimen de la comunidad primitiva. Los latifundios, basados en el trabajo de los esclavos, eran el prototipo de los futuros dominios feudales.

El período de formación de las relaciones feudales comenzó en el siglo V, aproximadamente y terminó a mediados del siglo XVII, para dar comienzo a la era del capitalismo, A pesar de haberse alcanzado cierto progreso, la técnica de la producción feudal permanecía estancada. Este fenómeno caracterizó a la economía feudal casi en todas las etapas de su desarrollo.

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La propiedad del medio de producción principal de aquella época, la tierra, estaba monopolizada por los feudales. En el feudo, la producción tenía por objeto satisfacer las necesidades del feudal, laico o clerical, y de sus allegados, y en los dominios del rey, las de la corte real. Los oficios, separados de la agricultura en la época de la esclavitud, habían vuelto a unirse con aquélla como resultado del descenso económico durante el periodo de hundimiento del Imperio Romano. La producción local satisfacía las necesidades del señor feudal y abastecía de los artículos indispensables a los campesinos; todo lo producido, con muy pocas excepciones, se consumía dentro de la propia hacienda.

Los tipos de renta feudal fueron modificando con el tiempo. Al principio, el campesino tenía que dedicar gran parte de su tiempo al trabajo en el campo señorial; es decir, se trataba de la renta en trabajo. Además de esto, construía fortificaciones, se encargaba del transporte de productos y cooperaba a la producción artesana.

Al elevarse la productividad del trabajo del campesino y el nivel de sus hábitos laborales, los feudales estimaron conveniente concentrar la parte fundamental de la producción en la propia hacienda campesina. Así sobrevino la segunda etapa en el desarrollo de la renta feudal, cuando apareció la renta en especie. Con el desarrollo de las ciudades adquirió importancia primordial la renta en dinero, porque el feudal no se contentaba ya con los productos de su hacienda, sino que, además necesitaba dinero para comprar otros más.

La economía feudal tenía un carácter natural autárquico, siendo muy escasos sus contactos con el mundo exterior. Premisa y consecuencia del sistema feudal de economía eran el nivel extremadamente bajo y el estado rutinario de la técnica.

Por su esencia, el modo de producción feudal era más progresivo que el esclavista, aunque ambos se basaban en la explotación de la mayoría trabajadora por la minoría dominante. A diferencia del esclavo, el campesino siervo tenía familia y pequeña hacienda propia y, por tanto, estaba interesado en su trabajo.

Para el feudalismo desarrollado es típico la aparición y progreso de las ciudades como centros de oficios y comercio en los que se concentraba la producción mercantil. Los oficios pasaron a ocupar un lugar notable en las ocupaciones de la familia campesina, especializándose algunos de sus miembros en un arte mecánico determinado. Al mismo tiempo se formó una capa social nueva, la de los mercaderes. Estos compraban a los artesanos sus artículos para revenderlos luego en el mercado. Es decir, el artesano no vendía ya él mismo, en el mercado, lo que había producido. Poco a poco se iban creando las bases del gremio, organización de artesanos basada en los principios del gobierno comunal y que correspondía al carácter económico de una sociedad con débil desarrollo de la producción mercantil.

Los rasgos fundamentales del sistema feudal se pueden resumir como: la creación de los grandes latifundios, sobre la base de la propiedad feudal de la tierra y el avasallamiento de la mayoría de los campesinos libres; y la fusión de los esclavos y colonos, heredados de la época esclavista, con los campesinos siervos. La descomposición del régimen feudal se da cuando las fuerzas productivas se desarrollaron tanto que dieron lugar al nacimiento de las relaciones capitalistas en las propias entrañas de la economía feudal. Este proceso, que se extendió a toda la sociedad, estuvo ligado a la formación incipiente

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de la burguesía como clase poseedora de los medios e instrumentos de producción, y del proletariado, la clase de los obreros asalariados, desprovistos de dichos medios y obligados a vender su fuerza de trabajo al capitalista

El capitalismo es un régimen social en el que los instrumentos y medios de producción pertenecen a un reducido número de capitalistas y terratenientes, mientras que la masa del pueblo carece en absoluto, o casi en absoluto, de propiedad, y tiene que ponerse a trabajar por cierto salario para poder subsistir.

Al entrar el feudalismo en decadencia, una nueva forma de organización económica hace su aparición, entre los siglos XV-XVI: El Capitalismo, Inglaterra se pone a la Cabeza dentro del sistema capitalista. Dentro de la terminología económica, se considera al sistema capitalista como aquella organización económico-social en la que predomina el capital. Se atribuye el término capitalismo a Carlos Marx, quien además realizó una crítica hacia este sistema, considerando que el capital es utilizado por el empresario capitalista para el aprovechamiento de la fuerza del trabajo y, de esta forma, obtener una máxima ganancia posible.

Derecho CanónicoLas preguntas a las cuales puso atención Santo Tomás en la Summa Theologica tenían la intención de proporcionar una guía para el comportamiento cristiano en circunstancias que surgían como resultado de la expansión de las actividades económicas. Esto le condujo a examinar el derecho civil a la luz de la enseñanza cristiana y las entonces recién descubiertas obras de Aristóteles. Los estudios de Santo Tomás tenían su base en la teología o, más precisamente, en la ética cristiana. En contraste con la economía moderna, que busca ,explicar los fenómenos económicos, Santo Tomas y los escolásticos buscaban establecer reglas de conducta para el comportamiento cristiano y la salvación Entre estas reglas de conducta, ningunas tenia mas importancia que la que se relaciona con el fraude, ya sea en la venta de bienes o en el préstamo de dinero. Santo Tomas identifica trasgresiones especificas como ejemplos de fraude: vender algo por un valor mas alto: no revelar un defecto en el articulo que se vende, y vender un articulo a un precio mas alto que el que se pago por el. Su objetivo era establecer una norma para la justicia conmutativa que guiara a las personas en su trato con los demás.

La necesidad moral de justicia se aplica también a las transacciones monetarias. Puesto que Santo Tomas, al igual que Aristóteles, consideraba el dinero solo como un medio de intercambio, lo que mas condenaba eran los cobros de intereses en los prestamos como usura y como algo injusto, aun cuando el contemplaba la posibilidad de que dicho cobro fuera permisible si existiera un retraso en el reembolso o si hubiera indemnización de dinero robado. Esta última excepción proporciono mas adelante una base para la explicación racional de la legitimidad de todos los pagos de interés.

La insistencia de los escolásticos en la ética como base para alcanzar las conclusiones acerca de los aspectos que se relacionan con el mundo material les dio aplicabilidad mas allá de su uso como un instrumento para la enseñanza de los mandamientos cristianos. No obstante, la preocupación intelectual de los doctores de la Iglesia impidió el desarrollo de un cuerpo sistemático de análisis económico, como el desarrollado desde mediados del siglo XVIII hasta los tiempos modernos. El interés de los eruditos medievales en las

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cuestiones económicas era secundario a su interés por la teología y la filosofía, al igual que para los antiguos griegos, era secundario a la filosofía y a la política.

El escolasticismo.El poder y la influencia de la Iglesia Católica en la Edad Media se debía en gran parte a su autonomía en las cuestiones espirituales, pero también hubo otra razón. La clerecía medieval conservo la única luz que brillaba en aquella edad oscura, el saber. La jerarquía social de la civilización medieval era casi platónica en su estructura. Se pertenecía al campesinado (que trabajaba), a la milicia (que luchaba) o a la clerecía (que se dedicaba a la contemplación). Solo el ultimo grupo destacaba la importancia del conocimiento, y fue así, casi por ausencia de los demás, que los miembros de la clerecía se convirtieron en los depositarios y guardianes de este conocimiento. Por lo tanto. La economía medieval fue producto de la clerecía particularmente de un grupo de escritores eruditos a los que ahora nos referimos como los escolásticos. Fueron ellos los que reunieron las diversas corrientes de pensamiento que constituyeron la economía medieval: ideas recogidas de Aristóteles y de la Biblia, del derecho romano y del derecho canónico.

UNIDAD II EL MERCANTILISMO.

2.2.1 Antecedentes históricos.

El Mercantilismo es el nombre que dio Adam Smith en su libro “La Riqueza de las naciones” al sistema económico predominante en gran parte de Europa en los siglos XVI-XVIII. Es una corriente de pensamiento que busca la manera de lograr el fortalecimiento del Estado, tanto en al ámbito político como en el económico; en el aspecto político se propició la estructuración del Estado, en el económico se busco la manera de enriquecerlo. Esta doctrina siguió al sistema feudal. Durante la época en la que prevaleció el mercantilismo surgieron los Estados modernos (Francia, España e Inglaterra) como consecuencia de las actitudes políticas que perseguían el engrandecimiento de las naciones. En esta etapa histórica se tenía la convicción de que el Estado sólo podía enriquecerse si vendía lo suficiente al extranjero, para financiar sus importaciones y obtener un remanente, lo que en términos modernos implica tener una balanza comercial favorable; por tal motivo se estimulaban las exportaciones y se desalentaban las importaciones haciendo uso de los aranceles. Aparte del proteccionismo, se promovía el atesoramiento de metales preciosos (oro y plata) como una manera de enriquecer al Estado. Quizá no sea ajeno a esto el descubrimiento y explotación de las minas de oro y plata en América en el siglo XVI.

El Mercantilismo es un término ambiguo. A principios del siglo XVI se estaban produciendo unos cambios institucionales que harían que los tres siglos siguientes fueran muy distintos de la anterior época del feudalismo. Una característica de estos cambios fue la aparición, de naciones-estado más fuertes y centralizadas. El término mercantilismo se aplica con frecuencia al entorno intelectual e institucional que acompañó al ascenso de la nación – estado. Sin embargo, en el siglo XIX, el entorno institucional e intelectual había cambiado de nuevo, permitiendo una libertad individual mucho mayor y una concentración mucho menor del poder económico y político. Así el mercantilismo se refiere a un período intervencionista entre el feudalismo y el liberalismo. Describe un credo económico que prevaleció en la época del nacimiento del capitalismo, antes de la Revolución Industrial.

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El término mercantilismo fue acuñado por Mirabeau en 1763 para describir ese sistema, un tanto ilógico, de ideas económicas que parecía dominar el discurso económico desde principios del siglo XVI hasta casi el final del siglo XVIII. Los autores mercantilistas eran un grupo dispar. Muchos de ellos eran comerciantes, y muchos simplemente se adhirieron a la causa de sus propios intereses.

El período mercantilista del capitalismo se encontraba reglamentado por una serie de medidas políticas y económicas que representaban en conjunto la filosofía económica de la época; tales ideas habían sido aportadas por comerciantes, políticos, economistas y gente que de una u otra forma se hallaba ligada a los negocios, pero no se puede hablar de una escuela o doctrina económica del mercantilismo, ya que nunca existió alguna agrupación que se dedicara al análisis y sistematización de la economía de la época; las ideas y aportaciones se hallaban disgregadas por los diferentes países que las aplicaban de acuerdo con sus propios intereses.

Otros representantes principales del mercantilismo fueron William Petty y Thomas Mun (Inglaterra), Antonio Serrá (Italia), Colbert (Francia) y Jerónimo de Uztariz (España). Pese a que cada país tenía y aplicaba sus propias medidas políticas y económicas, se pueden agrupar en un esquema general los principales aspectos de este sistema:

Sistema basado en la actividad comercial.- El comercio representaba la principal actividad económica del mercantilismo, ya que por medio de ésta se llevaban a cabo las exportaciones que atraían metales precioso, puesto que la actividad productiva era aún incipiente dado que la mayor parte de los productos era de elaboración manufacturera.

Los grandes viajes para descubrir rutas más cercanas al oriente fueron con la finalidad de seguir comprando especias, seda y otros artículos, que posteriormente eran vendidos a precios muy elevados en Europa. Los descubrimientos de América y Africa, y su posterior conquista y colonización, vinieron a darle un mayor apoyo a la actividad comercial, ya que los mercados se expandieron con las colonias y éstas representaron además un flujo constante de materias primas baratas hacia Europa. Cabe señalar que la mayor parte de los viajes de colonización y conquista de nuevas tierras estuvieron financiados por comerciantes que defendían sus intereses prohibiendo la producción de gran parte de los artículos en las colonias. En el caso de las colonias españolas de América, se prohibía la producción de aceite de oliva, la cría del gusano de seda, el cultivo de la vid y otros artículos más, pues éstos eran traídos de España.

Riqueza nacional en base a la acumulación de metales preciosos (oro y plata).- Se tenía la creencia de que el país que acumulara más cantidad de metales precioso: oro y plata ( en moneda o en simple metal ) sería el más rico; la idea partía del criterio de que si una persona que poseía gran cantidad de oro y plata se consideraba rica, lo mismo sería para una nación, por lo que todos los esfuerzos deberían ir encaminados hacia este fin, principalmente mediante el incremento de las exportaciones y la disminución de las importaciones, ya que estas últimas hacían que los metales salieran.

En algunos casos los países hacían uso de actividades extraeconómicas, como la piratería o el comercio a través del contrabando. En Inglaterra, por ejemplo, la piratería tomó forma casi legalizada, es decir, existían acuerdos entre el soberano y los piratas en la repartición del botín, incrementando así el país su caudal de metales preciosos.

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España vio enormemente incrementado su caudal de oro y plata a raíz de los descubrimientos y conquistas de las tierras de América, en las cuales, además de metales, se encontraba una fuente enorme de materias primas, que podían ser aprovechadas por los productores europeos. Sin embargo, la gran afluencia de metales preciosos de América hacia Europa provocó un fenómeno que en ese tiempo no se pudo explicar: los precios de las mercancías aumentaron notablemente debido al exceso de metales preciosos.

España fue uno de los países que logró mayor acumulación de metales preciosos; sin embargo no desarrolló un aparato productivo, por lo que la mayor parte de las mercancías que vendía a otros países (incluyendo sus colonias ) provenían de otros lugares, principalmente de Inglaterra, de tal suerte que este país fue el que verdaderamente se favoreció con los metales preciosos procedentes de América. De ahí, que al término del mercantilismo, España se había quedado rezagada e Inglaterra se ponía a la cabeza de la economía mundial gracias a su gran producción manufacturera.

Intervencionismo del Estado en la economía.- Según los mercantilistas, el Estado debería encaminar sus esfuerzos para favorecer la entrada de metales preciosos al país y evitar su salida mediante altos aranceles (impuestos al comercio exterior) a las importaciones y primas a las exportaciones. De esta forma el Estado reglamentaba el comercio exterior a favor de los intereses de la nación; estas medidas representaban una forma de proteccionismo económico de cada país.

Aún cuando el Estado no intervenía directamente en la producción y venta de mercancías, su participación resultaba de vital importancia para el buen funcionamiento del sistema mercantilista. La reglamentación del comercio exterior pugnaba por las exportaciones de bienes manufacturados, cuyos pagos lograban gran afluencia de metales preciosos hacia el país exportador; las importaciones eran fuertemente grabadas con la imposición de altos aranceles y, preferentemente, éstas deberían ser materias primas que generalmente se traían de las colonias a muy bajos precios.

Un resumen conciso de los principios mercantilistas es el que suministró Philipp Wilhelm von Hornick, abogado austríaco en 1684 en un manifiesto de nueve puntos y son:

1.- Que cada pulgada del suelo de un país se utilice para la agricultura, la minería o las manufacturas.

2.- Que todas las primeras materias que se encuentren en un país se utilicen en las manufacturas nacionales, porque los bienes acabados tienen un valor mayor que las materias prima.

3.-Que se fomente una población grande y trabajadora.

4.-Que se prohíban todas las exportaciones de oro y plata y que todo el dinero nacional se mantenga en circulación.

5.- Que se obstaculicen tanto como sea posible todas las importaciones de bienes extranjeros.

6.- Que en donde sean indispensables determinadas importaciones deban obtenerse de primera mano, a cambio de otros bienes nacionales, y no de oro y plata.

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7.- Que en la medida que sea posible las importaciones se limiten a las primeras materias que puedan acabarse en el país.

8.- Que se busquen constantemente las oportunidades para vender el excedente de manufacturas de un país a los extranjeros, en la medida necesaria, a cambio de oro y plata, y

9.- Que no se permita ninguna importación si los bienes que se importan existen de modo suficiente y adecuado en el país.

Finalmente las acciones mercantilistas no podían seguir en marcha puesto que si por ejemplo, se parte del hecho de que Inglaterra tiene un excedente en su balanza comercial, se produce una entrada de oro en el país-suponiendo una forma extrema de patrón oro (es decir, que sólo pueda utilizarse el metal precioso como medio de cambio ) –la masa monetaria aumenta en la misma proporción, dada, por supuesto, la monetización del metal. Un sistema de moneda fiduciaria, en forma de moneda fraccionaria de reserva, magnificaría el aumento. En todos los casos, el nivel de precios aumenta, de modo predecible, incluyendo los precios de los bienes del sector exportador de la economía. Los precios extranjeros, con tenencias de dinero reducidas, experimentan una reducción de sus precios relativos y, en consecuencia, compran menos a los comerciantes ingleses. Simultáneamente, los consumidores británicos dirigen sus compras hacia los bienes extranjeros y no hacia las mercancías nacionales. Con el tiempo, el superávit comercial inglés se convierte en un déficit, el oro sale del país, la masa monetaria disminuye, los precios caen y el superávit aparece de nuevo. El ciclo continúa y el intento mercantilista de acumular oro de modo indefinido es contraproducente.

Paulatinamente fueron apareciendo autores en la transición al Liberalismo como John Hales que argumenta que las fuerzas del mercado asignan los recursos con mayor eficiencia que los decretos gubernamentales. Las interferencias del mercado son dejadas sin efecto, generalmente, por la respuesta natural ante los precios y los beneficios, como ha evidenciado la existencia de –mercados negros- en todas las ocasiones (antiguas y modernas) en que el gobierno impuso controles de precios. El egoísmo, que era una ley natural para Hales, es la fuerza que se encuentra detrás de la actividad económica. Para Bernard de Mandeville argumentaba que los vicios individuales (egoísmo) hacen la prosperidad pública (maximizan el bienestar de la sociedad), que los humanos son básicamente criaturas egoístas porque –no proporcionan ningún placer a los demás que no quede compensado por su egoísmo, y como que, en último término, no se centran más que en sí mismos, dejémosles que vayan y vuelvan cuando quieran-destacó además que el orgullo y la vanidad han construido más hospitales que todas las virtudes juntas.

2.2.2 Los autores y políticas del capitalismo.

Sistema económico o modo de producción que históricamente hace su aparición cuando se extingue el feudalismo (aproximadamente hacia el siglo XVI) y que perdura hasta nuestros días. Las características fundamentales del capitalismo son: a) existen dos clases sociales fundamentales y antagónicas: los capitalistas y los obreros asalariados; los primeros se apropian del trabajo de los segundos en virtud que son los dueños de los medios de producción; b) se producen mercancías en forma generalizada; c) es una economía monetaria (todo se cambia por dinero) ; d) funciona el mercado, donde se

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establecen las relaciones comerciales; la forma de explotación es la plusvalía; f) al capitalismo no le interesa satisfacer las necesidades sociales sino obtener mayores ganancias. El capitalismo ha atravesado por dos fases históricas que son la libre competencia (desde el siglo XVI hasta el ultimo tercio del siglo XIX aproximadamente) y el imperialismo o fase monopolista, que aproximadamente abarca de 1870 a nuestros días.

Al feudalismo ha seguido un sistema que, sin demasiada precisión ha sido denominado capitalismo o economía de mercado. Su característica fundamental es la del libre cambio. La carencia de una estructura jerarquizada era típica de las instituciones mercantiles, y una nueva relación entre comprador y vendedor, fundamentada en principio, sobre una base igualitaria, substituyó a la antigua relación entre siervo y señor. Ya en el anterior régimen no solo los productos sino también el trabajo empezaron a regirse por los principios del mercado. En la nueva etapa la utilización de trabajo remunerado fue haciéndose cada vez mas frecuente. El trabajador alquilaba su trabajo al capitalista o, en un sentido más amplio, al empresario, a cambio de un salario concreto por una tarea especifica, durante un determinado periodo de tiempo y bajo la dirección del empresario. El contrato era libre y se suponía que el trabajador estaba dispuesto a cambios geográficos y de ocupaciones.

Poco a poco el capitalismo industrial sustituyó a la antigua industria artesanal, en cuyo contexto el artesano – que al propio tiempo solía ser agricultor – y propietario del taller, de las herramientas y de las materias primas, vendía el producto final de su trabajo y, así, adoptaba el papel de empresario individual. Al principio, el capitalista se limitaba ha proporcionar al artesano las materias primas necesarias para elaborar el producto final. El capitalista era dueño del producto durante todo el proceso y finalmente lo vendía. Este sistema es conocido como proceso “a manos” pero, al final el capitalista era dueño del establecimiento y de las herramientas, limitándose a contratar el trabajo del artesano.

Nacía así el auténtico capitalista, propietario del capital. Llegó un momento en que las cosas se pusieron muy difíciles para los artesanos, que a menudo se vieron obligados a abandonar sus negocios para convertirse en trabajadores asalariados. Junto a los campesinos que habían ido a abandonando el campo y los primitivos artesanos, todos ellos sin propiedades, formaron el nuevo proletariado urbano, fuerza laboral del capitalismo industrial.

John Locke. Nace en 1632 y muere en 1704. Perteneció a una familia de liberales enemiga del absolutismo. Para este filósofo el poder social encuentra su origen y fundamento en el acuerdo de los hombres que ingresaron a la sociedad para vivir en libertad. Interesan sobre todo sus apreciaciones respecto a los préstamos en dinero y al interés que habrá de cobrarse. Se opone terminantemente a que la tasa de interés se fije a voluntad del Estado, entre otras cosas porque es imposible que se haga con cabal exactitud. Los dos perjuicios principales que se derivan del establecimiento arbitrario por el Estado son que se obstruya el tráfico económico y se impida a los dueños del capital, que muchas veces son personas modestas, recibir un beneficio legítimo que les permita subsistir. El interés de los prestamistas debería regularse por la espontánea voluntad de los ciudadanos o sea por la ley de la oferta y la demanda. Así, cuando el capital que se ofrece es mas que las necesidades, la tasa bajará y, por el contrario, si es escaso, la tasa subirá.

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David Hume. Nace en 1711 y muere en 1776. Hume piensa que con relación a los impuestos se opone a que sean demasiado gravosos, pues desalientan la actividad económica y encarecen las mercancías al elevarse el costo de producción. Se inclina por los impuestos al consumo de artículos de lujo dado que no perjudican al pueblo llano, sino tan solo a las clases acomodadas que podrán, si mucho les afecta la carga impositiva, dejar de consumirlas.

Con un enfoque que llama la atención al historiador moderno, este filosofo, afirma que para el desarrollo de la agricultura, es necesario que paralelamente se desarrolle también a la industria, porque el desarrollo de la industria traducirá en aumento de la demanda de artículos agropecuarios. Así mismo alaba los beneficios que produce el libre cambio y las ventajas de la división internacional del trabajo.

Fiel a su postura proclama que el tipo de interés debe ser fijado libremente, y partidario de la teoría cuantitativa del dinero, consideró que el aumento de la cantidad de circulante en un momento dado traería como consecuencia la elevación del precio.

Ricardo Cantillon (1680 – 1734) Banquero irlandés. Su obra “Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general” se publicó en 1775. Cantillon fue uno de los primeros autores que señalo el fallo de la concepción mercantilista acerca de que la riqueza de un país viene determinada por la cantidad de oro o dinero que posea. Cantillon sostuvo que el dinero solo debía considerarse como una medida de la riqueza, mientras que la riqueza como tal se derivaba realmente de la producción.

Anticipándose a la escuela fisiócrata sostenía que solo la agricultura proporcionaba oferta productiva. Es posible que su visión de la renta pura y de la circulación de la riqueza tanbién haya tenido influencia en el pensamiento fisiócrata.

Adelanta Cantillon la formulación moderna la ley de la oferta y la demanda, al afirmar que pese a que la economía y sobre todo la producción debe basarse en decisiones individuales, no habrá peligro de que se desemboque en el caos, gracias a que los movimientos del mercado – de la oferta y la demanda – son los que fijan el precio de los bienes sin necesidad de que intervenga una autoridad central.

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