Año 11, Núm. 4 / Octubre-Diciembre 201814

ECONOMÍA ACTUAL

Mercado laboral en México al segundo trimestre de 2018

Alma Yeni Barrios Márquez

Oscar Alfredo Barrios Márquez 1

Introducción

Como resultado de la creciente presión que la Población Económicamente Activa (PEA) ejerce sobre el merca-do laboral de México, al ir en aumento el número de personas en edad de trabajar, y ante la incapacidad de la economía (caracterizado por un menor dinamismo de Producto Interno Bruto (PIB)) para absorber a esta población, imposibilitan que la fuerza laboral encuentre opciones de empleo formal, ante ello, la población busca alternativas de ingreso familiar a partir de ocuparse en el sector informal y en la subocupación, como alterna-tivas de escape para subsistir al deterioro de las condi-ciones laborales, que cada vez exigen mayores niveles de explotación (Barrios y Barrios, 2018).

Ante este panorama, el propósito del documento consiste en analizar el mercado laboral en México al se-gundo trimestre de 2018; haciendo hincapié en primer lugar a la población ocupada en términos de subocupa-ción y ocupación en el sector informal de la economía como válvulas de escape del mercado laboral, en segun-do lugar se analiza el estudio del deterioro de las condi-ciones laborales en México, que evidencian una mayor

concentración en la duración de las jornadas laborales así como los menores niveles de ingresos percibidos por la población ocupada; finalmente se presentan las conclusiones. La información se fundamenta con las ci-fras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) al segundo trimestre de 2018, que publica el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) así como del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

1. Población ocupada en México

Bajo el contexto de la PEA es posible identificar a dos componentes, la población que estuvo participando en la generación de algún bien económico o en la presta-ción de un servicio (población ocupada), o buscó acti-vamente hacerlo (población desocupada) en las últimas cuatro semanas, siempre y cuando haya estado dispues-ta a trabajar.

En este sentido, se observa en la gráfica 1 el cre-cimiento de la PEA a lo largo de los últimos dos años a la fecha, al ubicarse en 55.6 millones de personas du-rante el segundo trimestre de 2018, del cual 96.7% co-rresponde a los ocupados (53.7 millones de personas) y 3.3% representan a los desocupados (1.9 millones de personas) (ver gráfica 2). No obstante, del total de las personas ocupadas, alrededor de 19.9 millones de per-

1 Académicos de la Universidad Autónoma del Estado de Mé-xico. Correos electrónicos: almayenibm@yahoo.com.mx y oabm7@hotmail.com, respectivamente.

Alma Yeni Barrios Márquez y Oscar Alfredo Barrios Márquez

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Gráfica 1

México: PEA y ocupados en el sector formal, 2016.II-2018.II

(Millones de personas)

Nota: Dentro de los cuales los trabajadores asegurados incluyen a los trabajadores

permanentes y eventuales.

Fuente: Elaboración propia con base a INEGI (2018) e IMSS (2018).

Gráfica 2

Población ocupada y desocupada, 2016.II-2018.II

(Porcentajes con respecto a la PEA)

Fuente: Elaboración propia con base a INEGI (2018).

sonas, como se observa en la gráfica 1, tienen un empleo formal, lo cual indica que tan solo 37.0% de la po-blación ocupada forma parte de los trabajadores asegurados y registra-dos por el IMSS (2018).

Aunado a lo anterior, y reali-zando un comparativo de la tasa de desocupación del segundo trimes-tre de 2018 con relación a igual pe-riodo de dos años previos (cuando se ubicó en 3.9% y 3.5%, respecti-vamente), reflejan que sus menores niveles, distan mucho de ser indica-tivo de encontrarse bien en materia laboral. Lo que sucede es que en México la mayoría de la gente no tiene ahorros ni una red de seguri-dad social, cuando alguien pierde su empleo por lo general no se pue-de dar el lujo de quedarse semanas desocupado esperando encontrar el trabajo ideal bien remunerado, por lo que la gente se ve forzada a salir a “trabajar” (García, 2013).

Asimismo, la participación de la población ocupada en el merca-do laboral de México al segundo trimestre de 2018, se explica en par-te porque el trabajo en general está sujeto a los vaivenes de la actividad económica2, caracterizada primor-dialmente por un menor dinamis-mo del PIB en México, lo que per-mite que la creciente incorporación

2 Si bien el PIB en México al segundo trimestre del 2018 se ubica en 1.6% a tasa anual, en lo que al peso relativo de la economía se refiere, la distribución de la población ocupada al segundo trimestre de 2018 tiene su mayor peso en los sectores secundario y ter-ciario con 25.6% y 61.3% respectivamente, y solo el sector pri-mario contribuye con 12.5% de los ocupados a nivel nacional. Esta condición respecto a su tamaño, no resulta desventajosa en sí misma, pues es evidente que a medida que un país avanza

en su proceso de urbanización, como es el caso de México, tenderá a reducir su población rural y, con ello, gran parte de las personas empleadas en las actividades primarias; así que el sector terciario, es el predominante en la estructura económi-ca del país, particularmente por la contribución de sus subsec-tores: servicios y comercio que emplean la mayor parte de la población ocupada con 25.6% y 18.8% respectivamente.

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3 En virtud de lo anterior, es importante destacar que la pobla-ción ocupada también puede analizarse según su posición en la ocupación, la cual considera el estudio de los trabajadores subordinados y remunerados; empleadores; trabajadores por cuenta propia; y trabajadores no remunerados. No obstante, este artículo solo está enfocado al análisis general de la pobla-ción ocupada.

4 De acuerdo con la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAMI, 2018), el salario mínimo en México vigente al 2018 se ubica en 88.36 pesos diarios.

de la población presione al mercado laboral al demandar un mayor número de empleos; con relación a esto, vale la pena precisar que la población recurre a la subocupación y a la informalidad, como una forma de obtener ingresos alternativos ante la dificultad o la imposibilidad de en-contrarlo en el sector formal.

Desde esta perspectiva, como medios para comple-mentar el presupuesto familiar, en primer lugar, se tiene a la tasa de informalidad laboral (TIL), la cual, al segun-do trimestre de 2018 representó 56.6% con relación a la población ocupada, es decir, poco más de 56 personas de cada 100 ocupadas son laboralmente vulnerables por la naturaleza de la unidad económica para la que trabaja. Aunque esta cifra representa una proporción ligeramente mayor a la registrada en igual periodo de 2017 (cuan-do se ubicó en 56.5%) y menor a la registrada en 2016 (57.2%), se debe al bajo dinamismo en la creación de em-pleos formales y a la ausencia de mecanismos que apoyen al trabajador cesante en la búsqueda de un nuevo puesto de trabajo en México.

En segundo lugar, se encuentra al conjunto de personas ocupadas que tienen el tiempo, la disposición y la necesidad de trabajar más horas, es decir la subo-cupación, la cual al segundo trimestre de 2018 se ubicó en 7.1%, cifra menor en comparación con 2017 y 2016 cuando se ubicó en 7.2% y 7.9% respectivamente, esto responde en buena medida, al insuficiente crecimiento del PIB en México, que impide absorber a la creciente población que está presionando al mercado laboral del país.

En el mismo orden, conforme transcurre el tiem-po, estas alternativas (subocupación y sector informal) las convierten ante los ojos de buscadores de empleo en

alternativas de trabajo viable o simplemente de “sobrevi-vencia” para México (CESOP, 2015).

2. Deterioro de las condiciones laborales en México

Ante la creciente presión que la PEA ejerce sobre el mer-cado laboral y a la incertidumbre económica, se ha ido perdiendo la capacidad de incorporar a nuevos trabaja-dores, y por su deterioro en las condiciones de trabajo, la población que se encuentra ocupada ha ido mostrando una tendencia hacia mayores niveles de explotación.

Bajo el mismo argumento, y respecto a la disposi-ción de datos de la población ocupada, al segundo tri-mestre de 2018, comparado con igual periodo de dos años previos, algunos de los aspectos que fundamentan el deterioro de las condiciones laborales de la población ocupada3, son los menores niveles de ingreso y el mayor número de horas trabajadas en México.

Al respecto, como se muestra en el cuadro 1, del segundo trimestre de 2016 al segundo trimestre de 2018 la población ocupada creció 2.4 millones de personas, no obstante, al realizar dos segmentos de acuerdo con la du-ración de la jornada laboral, los que trabajan menos de 35 horas a la semana aumentaron casi dos puntos por-centuales al ubicarse en 26.5% y quienes trabajan 35 ho-ras o más, disminuyeron en la misma cuantía porcentual, al situarse en 73.5%, si bien, el promedio de horas a la semana que destina el trabajador mexicano es de 42.8 ho-ras durante el segundo trimestre de 2018, cifra superior en 0.3 puntos porcentuales en contraste con igual perio-do de dos años previos (INEGI, 2018). Lo anterior refleja que las jornadas laborales durante el trimestre analizado siguen mostrando mayor concentración entre las jorna-das laborales con más de 35 horas semanales.

Aunado a la disminución en el nivel de los ingresos, de acuerdo con los resultados del INEGI (2018) quienes perciben entre 0 y 3 salarios mínimos4 disminuyeron en 0.9 puntos porcentuales, al ubicarse en 68.8% al segundo trimestre de 2018 con relación a igual periodo de 2016 y los que tienen ingresos superiores a tres salarios míni-mos se incrementaron en la misma cuantía porcentual, al ubicarse en 31.2%, por el contrario, siguen siendo su-periores los niveles de ingresos en los rangos de 0 a 3 salarios mínimos, como lo muestra el cuadro 1.

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Cuadro 1

México: Variación de la población ocupada en términos de jornada laboral e ingreso, 2016.II-2018.II

(Como porcentaje de la población ocupada)

Fuente: Elaboración propia con base en los resultados de INEGI (2018).

Es fundamental señalar que la reducción en el nivel de los ingresos en México se da en términos nominales, es decir, dinero recibido a cambio de la venta de su fuerza de trabajo, de esta perspectiva no solo los trabajadores destinan más horas de su vida al trabajo, el aumento en la jornada laboral no se traduce en mayores ingresos, sino más bien, disminuyen los ingresos nominales a cambio de más horas de trabajo. Lo cual significa, que se estaría negando cualquier intento de dignificar la vida de la clase trabajadora al reducir sus salarios por la vía ya no sólo real sino incluso nominal.

En este contexto, la situación del empleo en México expresa el menor desempeño de la economía por gene-rar los puestos de trabajo a la misma velocidad de cre-cimiento de la PEA, que busca incorporarse al mercado laboral de México. Bajo este escenario, es evidente, que la tendencia de este mercado sigue siendo endeble, lo que hace necesario que la actividad económica en nuestro país crezca de manera sostenida.

Conclusiones

En virtud de la creciente presión que ejerce la incorpora-ción de nuevas personas al mercado laboral en México, es imprescindible mencionar que las dificultades que ha

enfrentado el mercado laboral al segundo trimestre de 2018 se caracterizan por un mínimo de crecimiento y de deterioro de las condiciones laborales de su población ocupada.

Al respecto, con relación a los resultados del INEGI (2018) en materia laboral, se muestra que de los 55.6 mi-llones de personas que conforman la PEA en México al segundo trimestre de 2018, el 96.7% del total correspon-de a la población ocupada y el 3.3% restante a la pobla-ción desocupada. Siendo que del total de la población ocupada, el 37.0% forma parte del sector formal de la economía (IMSS, 2018), lo cual pone de manifiesto que la gran mayoría de la población ocupada se encuentra en la informalidad, y que junto con la subocupación, cons-tituyen las principales válvulas de escape por la cual el mercado laboral, por una parte aminoran la presión que ejerce la PEA, por otra parte constituyen medios de sub-sistencia y fuente de ingreso para las familias mexicanas y finalmente contribuyen a que los niveles de desocupa-ción en México muestren niveles relativamente bajos.

Más aún, el documento refiere que algunos de los aspectos que fundamentan el deterioro de las condicio-nes laborales de la población ocupada al segundo trimes-tre de 2018, y que se encaminan hacia una tendencia con mayores niveles de explotación, sobresalen las jornadas

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largas de trabajo y la disminución de los niveles de ingre-so, lo que representa un mínimo dinamismo del empleo para México.

Bibliografía

Barrios, A. y Barrios, O. (2014). “Escenario del mercado laboral en México al primer trimestre de 2018”, Economía Ac-tual. Revista de Análisis de Coyuntura Económica. Año 11, Núm. 3. Julio-septiembre 2018. ISSN. 2594-0066.

CESOP. (2015). “Economía Informal: Evolución reciente y perspectivas”. Cámara de Diputados. Disponible en: www.diputados.gob.mx/camara/ (6 de septiembre de 2018).

Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CONASAMI). (2018). “Nuevo Salario Mínimo General $88.36 pesos diarios”. CONASAMI. https://www.gob.mx/conasami/

articulos/nuevo-salario-minimo-general-88-36-pe-sos-diarios?idiom=es (6 de septiembre de 2018).

García, B. (2013). “Precariedad laboral y desempleo en Méxi-co”. Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, 2013. Disponible en: https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/8/3538/10.pdf. (6 de septiembre de 2018).

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Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (2017). Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), ci-fras del segundo trimestre de 2015-2017. Disponible en: http://www.inegi.org.mx (6 de septiembre de 2018).