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Maracay, Sábado 26 de noviembre de 2011 Crónicas del Olvido Allen Ginsberg Una vez más ALBERTO HERNÁNDEZ 1.- E n Barnes and Noble la cara de Allen Ginsberg conserva el color lejano del óleo, marchito por tantas miradas y manos que tocan la ya encanecida barba del irre- verente poeta de Newark. Los ojos detrás de unos anteojos psicodélicos nos relatan el fon- do de una tensión desmedida. Anaqueles, olores a libros nuevos, la tinta impregnada de sangre, la sucursal de una li- brería neoyorkina dice mucho en la frívola y poco literaria Miami, donde vivir es un salto al vacío, una permanente transgresión al encanto de un paisaje desmembrado por el tiempo. Mientras tanto, Gins- berg, adobado por los afeites de la funeraria, respira bajo tierra el silencio de un país que sólo lo tiene presente en algu- nas páginas del Times de Nue- va York o en el obituario de Los Angeles Times. Es domingo en San Francis- co. Los diarios revientan con la cara de quien escribió: When I died, love, when I died my heart was broken in your care; I never suffered love so fair as now I suffer and abide when I died, love, when I died. Para despedirlo, el también poeta Lawrence Ferlinghetti es- cribió: A great poet is dying but his voice/ won´t die/ His voice is on tle land, texto simplón que alude el carácter terrenal de quien jamás sucumbió a las ten- taciones de la ciudad que alber- gó hasta la muerte. 2.- El The New York Times del domingo 6 de abril recogió en toda una página los distintos rostros y viajes de Ginsberg, quien había muerto el día an- terior en la ciudad de los ras- cacielos víctima de un cáncer de hígado. Por muchos años había sido la voz más rebelde y engreída de la Generación Beat. Una nota que promueve una de las tantas historias del poeta de New Jersey, tiene que ver con la madre inter- nada en el Pilgrim State Hos- pital, donde murió en 1956. la paranoia y el laberíntico estupor frente a la represión colocaron a la progenitora del poeta en un estado de per- manente alucinación: The key is in the Windows, the key is in the sunlight in the Windo- ws. I have the key-get ma- rried Allen, dont´t take drugs… Love your mother. Tres más tarde, Allen Gins- berg escribió un poema dedi- cado a Naomi Ginsberg, una elegía considerada como un texto de fino y delicado dolor. Mientras tanto, en el instante de la la lectura, Ray Charles entona un blues. El viaje de Ginsberg a la otra eternidad representa una lar- ga travesía por el nublado y espeso cielo de Nueva York, donde reside el paraíso del desencuentro. 3.- En 1994, Ginsberg leyó -sa- cerdote penitente- su poema "Alarido" (Howl) en las afueras del Distrito de Courthouse de Washington. Un poco antes, la persecución, aldabonazos de cárceles y bofetadas que lo convirtieron en la "voz sobre la tierra", esa que Ferlinghetti ahora plasmó en la portada del diario de Los Angeles. En juicio al tiempo que le tocó vivir, Ginsberg escribió sin piedad acerca de todo lo que veía y sentía a su lado. No se permitió ausentarse de Dios, a quien tenía como es- labón entre la temporalidad terrenal y el espacio del eter- no instante: "Espero que al- gún monje salvaje deje sus panfletos sobre mi tumba para que Dios me los lea en las noches frías de invierno en el paraíso…" 4.- La política de McCarthy lo llevó a decir: America I´m nothing/ America two do- llars and twentyseven cents January 17, 1956, y a pesar de haberse entregado por completo a la invisible tierra, Ginsberg era un proscrito cuyo valor se materializaba en el duende de una moneda que carcomía la sombra de su espera. Para dotarse de presencia colectiva, abortaba el silencio al lado de William Burroughs, Peter Orlovsky y Gregory Cor- so, quienes formaban parte de la Beat Generation Writers. Arrestado en 1967 en Nueva York, Ginsberg parti- cipó en innumerables activi- dades como parte de la con- tracultura que le dio vida a una década convulsa. Una vieja foto lo describe en Hyde Park, en Londres, haciendo gárgaras con los ojos de los asistentes, mientras la pri- mavera cabalgaba sobre sus hombros. Decidido a permanecer en el regazo de Dios, Allen Gins- berg nos dejó el texto inicial de Howl y digo nos dejó por- que forma parte de aquellos gritos que en nuestra pasan- tía por la adolescencia dijimos afanosos con otros textos emergidos de crucigramas y carreras precipitadas. I saw the best minds of my generation destroyed by ma- dness, starving hysterical naked. Traído a nuestra memoria, traduce el tiempo en que per- dimos la inocencia y nos en- tregamos a los fantasmas de la muerte. San Francisco, California, abril de 1997.

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Maracay, Sábado 26de noviembre de 2011

Crónicas del Olvido

Allen GinsbergUna vez más

ALBERTO HERNÁNDEZ

1.-

En Barnes and Noble lacara de Allen Ginsberg conserva el color lejano

del óleo, marchito por tantasmiradas y manos que tocan laya encanecida barba del irre-verente poeta de Newark. Losojos detrás de unos anteojospsicodélicos nos relatan el fon-do de una tensión desmedida.

Anaqueles, olores a librosnuevos, la tinta impregnada desangre, la sucursal de una li-brería neoyorkina dice muchoen la frívola y poco literariaMiami, donde vivir es un saltoal vacío, una permanentetransgresión al encanto de unpaisaje desmembrado por eltiempo. Mientras tanto, Gins-berg, adobado por los afeitesde la funeraria, respira bajotierra el silencio de un país quesólo lo tiene presente en algu-nas páginas del Times de Nue-va York o en el obituario deLos Angeles Times.

Es domingo en San Francis-co. Los diarios revientan conla cara de quien escribió:

When I died, love, when I diedmy heart was broken in your care;I never suffered love so fairas now I suffer and abidewhen I died, love, when I died.

Para despedirlo, el tambiénpoeta Lawrence Ferlinghetti es-cribió: A great poet is dying buthis voice/ won´t die/ His voiceis on tle land, texto simplón quealude el carácter terrenal dequien jamás sucumbió a las ten-taciones de la ciudad que alber-gó hasta la muerte.

2.-El The New York Times del

domingo 6 de abril recogió entoda una página los distintosrostros y viajes de Ginsberg,quien había muerto el día an-terior en la ciudad de los ras-cacielos víctima de un cáncerde hígado. Por muchos añoshabía sido la voz más rebeldey engreída de la GeneraciónBeat.

Una nota que promueveuna de las tantas historias delpoeta de New Jersey, tieneque ver con la madre inter-nada en el Pilgrim State Hos-pital, donde murió en 1956.la paranoia y el laberínticoestupor frente a la represióncolocaron a la progenitoradel poeta en un estado de per-manente alucinación: The key

is in the Windows, the key isin the sunlight in the Windo-ws. I have the key-get ma-rried Allen, dont´t takedrugs… Love your mother.

Tres más tarde, Allen Gins-berg escribió un poema dedi-cado a Naomi Ginsberg, unaelegía considerada como untexto de fino y delicado dolor.Mientras tanto, en el instantede la la lectura, Ray Charlesentona un blues.

El viaje de Ginsberg a la otraeternidad representa una lar-ga travesía por el nublado yespeso cielo de Nueva York,donde reside el paraíso deldesencuentro.

3.-En 1994, Ginsberg leyó -sa-

cerdote penitente- su poema

"Alarido" (Howl) en las afuerasdel Distrito de Courthouse deWashington. Un poco antes, lapersecución, aldabonazos decárceles y bofetadas que loconvirtieron en la "voz sobrela tierra", esa que Ferlinghettiahora plasmó en la portada deldiario de Los Angeles.

En juicio al tiempo que letocó vivir, Ginsberg escribiósin piedad acerca de todo loque veía y sentía a su lado.No se permitió ausentarse deDios, a quien tenía como es-labón entre la temporalidadterrenal y el espacio del eter-no instante: "Espero que al-gún monje salvaje deje suspanfletos sobre mi tumbapara que Dios me los lea enlas noches frías de inviernoen el paraíso…"

4.-La política de McCarthy lo

llevó a decir: America I´mnothing/ America two do-llars and twentyseven centsJanuary 17, 1956, y a pesarde haberse entregado porcompleto a la invisible tierra,Ginsberg era un proscritocuyo valor se materializabaen el duende de una monedaque carcomía la sombra desu espera.

Para dotarse de presenciacolectiva, abortaba el silencioal lado de William Burroughs,Peter Orlovsky y Gregory Cor-so, quienes formaban parte dela Beat Generation Writers.

Arrestado en 1967 enNueva York, Ginsberg parti-cipó en innumerables activi-dades como parte de la con-tracultura que le dio vida auna década convulsa. Unavieja foto lo describe en HydePark, en Londres, haciendogárgaras con los ojos de losasistentes, mientras la pri-mavera cabalgaba sobre sushombros.

Decidido a permanecer enel regazo de Dios, Allen Gins-berg nos dejó el texto inicialde Howl y digo nos dejó por-que forma parte de aquellosgritos que en nuestra pasan-tía por la adolescencia dijimosafanosos con otros textosemergidos de crucigramas ycarreras precipitadas.

I saw the best minds of mygeneration destroyed by ma-dness, starving hystericalnaked.

Traído a nuestra memoria,traduce el tiempo en que per-dimos la inocencia y nos en-tregamos a los fantasmas de lamuerte.

San Francisco, California,abril de 1997.

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FRANCISCO ARÉVALO

EntretextosJuan Liscano

Compro en su totalidad lodicho por el poeta mexi-cano Octavio Paz: "La fa-

mosa búsqueda de la identi-dad es un pasatiempo intelec-tual, a veces también un ne-gocio, de sociólogos desocu-pados". Viene al caso la cita,hace poco conversaba conunos amigos involucrados enel incomprendido quehacerde las artes o la cultura, todosegún la escuela en que uno sealinee, sobre el iniciador y de-terminante papel que jugóJuan Liscano en eso de reco-nocernos a partir de las diver-sas manifestaciones que nosunen como sociedad y noshacen contrastantes o diver-sos (está de moda la acepción)en nuestra geografía .

Entre el grupo se encontra-ba una egresada en artes deuna universidad prestigiosanuestra. Para más señas en laespecialidad de promocióncultural. Nos comentó que lle-gó a Liscano por sus propiospasos, porque no fue justa-mente la academia la que lepermitió descubrir en el poe-ta el primer promotor cultu-ral que tuvo Venezuela. Mise-ria humana o minimalismomental de los "catedráticos",seamos más benevolentes :ignorancia. Leyendo historiavenezolana del siglo XX , comomateria autoimpuesta, se en-teró que el Presidente de lajunta revolucionaria de Go-bierno( Rómulo Betancourt)firmó un decreto (30.10.1946)creando el Servicio de Inves-tigaciones Folklóricas Nacio-nales, nombrando como Pre-sidente al poeta y ensayista.Lo demás es aquella Fiesta dela Tradición-Cantos y Danzasde Venezuela, que se realizóen el Nuevo Circo de Caracaslos días 18,19,20 y 21 de fe-brero de 1948. Con esto nosempezamos a descubrir losvenezolanos y con esto reci-bimos la primera elecciónuniversal, directa y secreta denuestra historia republicana.El elegido Presidente, nuestroilustre escritor creador de mi-tos fijados para siempre ennuestro colectivo : Don Rómu-lo Gallegos, lástima que este

Gobierno cayera por el desagua-dero más nocivo de la estupidezy la maldad humana: un golpemilitar. Este evento fue un ro-tundo éxito que el poeta cu-manés Andrés Eloy Blanco,canciller de ése Gobierno efí-mero catalogaría en estos tér-minos: "Cristóbal Colón descu-brió a América y Juan Lisca-no a Venezuela".

A Juan Liscano le conocíprimero por su obra poéticahace 25 años, recuerdo que leísu libro Cármenes, que publi-cado en 1959 continua siendopara los críticos y para mí elmejor libro de poesía eróticaescrito por un venezolano, fueen la Biblioteca Nacional y deun solo tirón. Después aquellasediciones de Fundarte dedica-da a consagrados le publicóVencimientos y Domiciliosambos en 1986, pero lo quemás me marcó de su trabajointelectual fue su Espirituali-dad y Literatura: una RelaciónTormentosa (Seix Barral, 1976).Y digo esto porque en la mis-ma ya el poeta se preguntabasi la literatura podría sobrevi-vir al avasallamiento tecnoló-gico con su carga pesada deimbecilidad funcional. Para míera de un interés supremo puesme sentía arrinconado entreseguir mi rutina asfixiante detrabajador siderúrgico y la in-certidumbre desafiante de em-pezar a rayar cuartillas con unpoquito de seriedad. Decidí laúltima con la variante de quecasi nada de lo que he escritome gusta, lo sigo intentando,pero lo que si me satisface alpunto orgásmico es descubrira través de la lectura el mundocomunicante de los otros crea-dores de literatura.

Luego vendría un encuen-tro personal donde le entre-gué dos libros terriblementeeditados que me asombró re-cordará en el siguiente en-cuentro que fue en la Feria delLibro del año 1996 en la ZonaRental de Plaza Venezuela. Seacordó de mí y hasta de lostítulos y me vino a la mentealgo que me dijo una vez unamigo filósofo ya fallecido: te-ner buena memoria es sinó-nimo de inteligencia cuandono de genialidad.

Pero lo que Liscano nos dejóno se quedó nada más en suexigente poesía y sus riguro-sas investigaciones sobre fol-clor, trabajo laborioso que ini-

cio con su propio recurso eco-nómico, pues es sabido queLiscano era uno de los mayo-res accionistas del Banco Ca-racas, heredado de su madre.Su meticulosidad como perio-dista cultural, iniciador yalma de la revista Zona Fran-ca y el impulso solidario a lasnuevas generaciones de poe-tas se puede ver encarnadoen algunos nombres de nues-tra literatura actual.

Hace poco en un intercam-bio de libros -algo que aplau-do- me conseguí con una edi-

ción de Monte Ávila Editoresde Espiritualidad y Literaturay otros ensayos, 480 Pág. Mesumergí inmediatamente ensus páginas y noté que estáenriquecido con su labor in-vestigadora de nuestro quererser. Lo publicado por Seix Ba-rral, dedicado a la literaturacomo fenómeno espiritual in-tegra la mitad del libro, perolo más importante es la prime-ra parte que está dedicada anosotros, reflejado en mitosy realidades, en tradicionespopulares y en un ensayo ma-

gistral sobre nuestra culturasocial a luz del ocaso del sigloXX. Sigue siendo tan vigenteJuan Liscano que me sentí or-gulloso de compartir su visiónde pasado presente y futurocon la que el poeta siempreabordó la vida, demostrandouna lucidez en estos tiemposempeñados en reafirmar locuan dañino suele ser asumircódigos oxidados barnizadosde patrioterismo y nacionalis-mo balurdo, que a fin de cuen-ta no es más que una cuevadonde se anidan los bribones.

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Maracay, Sábado 26 de noviembre de 2011 Contenido 31

Capote a pesarde los ladridos

CARLOS YUSTI

Uno de los libros de TrumanCapote que recopila sus artí-culos periodísticos, crónicasy algunos de sus ensayos setitula "Los perros ladran". Enel prólogo explica como sur-gió el título. Al parecer se en-contraba en Sicilia en plenaprimavera conversando con"un hombre muy viejo de ras-gos mongólicos" que no eraotro que André Gide. El carte-ro que pasaba por allí lo reco-noció y le llevó la correspon-dencia. En una de las cartas ve-nía el recorte de un periódicocon una crítica que no favore-cía en nada a Capote. Ensegui-da se molestó y comenzó adespotricar de los críticos ocomo él mismo escribió: "Trasoir mis quejas acerca del tex-to y de la malsana naturalezade los críticos en general, elgran maestro francés se en-corvó, bajó los hombrescomo un viejo sabio… ¿diga-mos buitre? y dijo: 'Bah. Re-cuerde el viejo proverbio ára-be: Los perros ladran, pero lacaravana avanza'."

A pesar de su maestría es-telística nunca fue considera-do un autor destacado e im-portante y casi nunca se le in-cluyó en el ranking de los gran-des de la literatura norteame-ricana. Quizá lo tuvieroncomo un autor subido en lanoria de la feria de vanidadesdel mundillo intelectual, suvida tenía ese sabor inconfu-dible de show circence. Lo es-crito por Rodrigo Fresán ni-vela cualquier conjetura alrespecto: "Entre las muchascosas terribles que le puedensuceder a un escritor hay dosparticularmente espeluznan-tes y de las que -viaje de idasin billete de vuelta- no hayrecuperación posible: una esdejar de ser persona para con-vertirse en personaje de lapropia obra; la otra es sentirque la propia vida es la mejorobra posible y que entoncesya no tiene mucho sentido se-guir escribiendo. A TrumanCapote le sucedieron esas dos

cosas. Y después se murió".Capote terminó como per-

sonaje, pero la obra en la queactuaba no fue una comedialigera, más bien fue una tra-gedia con fogonazos de hu-mor mordaz. Quiso ser un es-critor de fuelle, un creadorde indiscutibles aportes,pero el personaje le fue ga-nando la batalla. Además des-pués de escribir "A sangrefría", su obra magna, algo sequebró dentro de él, algo ensu ser más íntimo se rompióen muchos pedazos y ya nopudo unir las partes paraacometer otra obra de enver-gadura. Al final las ganas deescribir fueron sustituidaspor los vicios de siempre: al-cohol, drogras, sexo, etc. Seconvirtió poco a poco en unser autodestructivo y depre-sivo, escribía por inercia ycomo buscando un respiro detanta asfixia mundana.

Hay un hecho en su vidaque parece clave. En una opor-tunidad el escritor japonés

Yukio Mishima visitó NuevaYork y Truman Capote com-partió con él varias días consus noches. Capote organizóuna fiesta con Geishas genui-nas y travestis de pronósticoreservado. Mishima estabaeufórico. A Capote le daba unpoco de miedo y enseguidasupo que era un ser peligrosopara sí mismo y los demás.Capote vio en sus ojos unasombra de lo siniestro escri-biendo su destino. Pero la sor-presa de Capote sería mayús-cula cuando al despedirlo elescritor japonés le dijo: "No-sotros somos como almas ge-melas, en el fondo, muy en elfondo somos iguales". Aque-llas palabras del escritor japo-nés le inquietaron y le sor-prendieron. Capote se consi-deró siempre un niño terrible,pero apegado al hedonismo ya un amor desmedido por lavida y todos sus placeres.

Mishima se suicidó de la for-ma más sangrienta posible: Sehizo seppuku, que es algo así

como un suicidio de honorque consiste en abrise el vien-tre, de izquierda a derecha concon una pequeña y filosa daga.Por su parte Capote un día deagosto del año 1984, llenó susvísceras con whisky y diferen-tes fármacos para esperar conlentitud esa luz límpida, quizála misma luz que a su modoMishima buscó siempre.

Para Capote escritor la es-critura estuvo más cercana ala tortura y la autoflagelación.Siempre se quejó de la tiraníade la escritura. Las pocas pági-nas de lo que sería su últimanovela ("Plegarias atendidas")fueron un suplicio. El Capotepersonaje gozaba con la famadel escritor, además su abiertahomosexualidad, su persona-lidad desinhibida, su filosa len-gua, su mordaz inteligencia ysu disposición de terapista paraescuchar con paciencia a cual-quier alma desdichada le abrie-ron las puertas en todos lados.Sin mencionar que era un or-ganizador de fiestas de es-

truendoso Glamour. Los ricosy famosos del cine se disputa-ban su compañía. Al Capotepersonaje todo ese mundo deoro real y sentimiento falso lesubyugaba. En cambio para elescritor todos sus conocidos yamigos no eran más que seresirreales, criaturas vaporosasque el capturaba en su red depalabras. Sus semblanzas y re-tratos poseen la fuerza de unchisme aderezado con metáfo-ras insuperables, esa fue sinduda su magia: dominar laspalabras a tal punto de crearcon ellas un visión del mundomordaz, poético sin caer el pa-tetismo ni en ese barroco ma-labarismo de la literatura tra-tando de escamotearlo todo.

A pesar de los ninguneos yde los ladridos es hoy un es-critor es mayúscula, tuvosuficiente cabeza para crearpáginas memorables y estafrase podría definirlo a laperfección: "Antes de negarcon la cabeza, asegúrate deque la tienes".

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Contenido Maracay, Sábado 26 de noviembre de 201132

La semántica del fósil(o tratado de límites entre el genio y la locura)

LEONARDO MAICÁN

“Yo no quiero nitriunfar ni fracasar,

yo estoy detrás delsonido de la obra”

ORLANDO GUERRA

Hijo de Carmen Ojeda,una indígena apureñade la etnia pumé, y de

Virgilio Guerra, un exiliadocubano que llegó a Venezue-la tras la caída del régimen deBaptista, el etégena OrlandoAlfredo Guerra Ojeda pegó suprimer grito en San Fernan-do de Apure, una mañana deseptiembre de 1960, día deNuestra Señora de Las Mer-cedes. A las pocas horas dehaber nacido creó su prime-ra obra: manchó de coloresocres un blanco guayuco dealgodón que su buena madrele había puesto. Comenzó acolorear y a trazar líneas al-rededor de los seis años. Fan-tasioso e imaginativo, el niñoOrlando hacía sus propios ca-rritos y barquitos con latas desardina, artificios lúdicos conlos cuales cruzaba las antípo-das de la esfera terrestre y loslejanos mares magallánicos.Me lo imagino correteandopor el patio del colegio Crea-tividad Infantil "Juan Love-ra", donde recibió sus prime-ras luces, en su tierra natal.Curioso él, vivaracho, prosis-to, inteligente, observador,descubriendo el fascinantemundo cromático en cadaaleteo de pájaro volando, encada pétalo de cayena fragan-ciosa y de cárdenos matices,en cada estirpe de palmera,las hojas sacudidas por elviento franco, de silbo triste.Descubriendo el mundo consus grandes ojos aguarapa-dos y saltones.

Ese mismo viento francoy de entristecido silbo lo tra-jo al estado Aragua, como siél, Orlando Guerra, fueseáguila de altivo vuelo, o hábilcolibrí de corazón grande ybrioso palpitar. De eso hace

ya una pila de años. En estosvalles de samanes y aragua-neyes cursó estudios en laEscuela de Cerámica Indíge-na, en La Victoria, así comoen la Escuela de Artes Visua-les "Rafael Monasterios", enMaracay. En esta última ciu-dad, en un acto de amor, Or-lando Guerra pintó hacia1990 un hermoso mural en laavenida Casanova Godoy. Alrespecto, señaló: "Lamenta-blemente, la propaganda delos partidos políticos y losgrafiteros acabaron con elmural". Pero luego de unos se-gundos, cambió de parecer,como río crecido en sabidu-ría que desborda sus verda-des: "Tal vez fueron ellos (lospropagandistas y los grafite-ros) quienes completaron laobra".

Orlando Guerra es pintor,dibujante y escultor. Eternoestudiante de la cerámica, seconsidera sin embargo un ce-ramista frustrado. Posee asi-mismo una particular formade asumir su "poiesis", unapeculiar manera de "parirarte". No se caracteriza estecreador por ocultar sus in-fluencias, o en disminuir elpeso que tal o cual artista hatenido en su centro de grave-dad, por el contrario, losnombra con orgullo: Wilfre-do Lam, Oswaldo Vigas, Gua-yasamín, Henry Moore, entreotros. Me dijo: "A todos elloslos sumergí en el embudo delcaos para luego entrar a la"poiesis", de donde sale O.Guerra". Este artista venezo-lano de contundente verbopictórico define su oficio conestas palabras: "El pintar, elarte en general, es una profe-

sión que tiene que ver con elséptimo sentido del ojo delinvidente. Es un mirarse a símismo, internamente. Escomo vivir al borde del abis-mo para plasmar los avataresdel cosmos y conducirse porel camino con armonía, natu-raleza y creación".

Por supuesto, no iba aquedarme yo sin despejar laincógnita del "séptimo senti-do del ojo del invidente". Meexplicó Guerra (parándosede la silla) que el hombre tie-ne, como sabemos, cincosentidos: el olfato, el gusto,el tacto, la vista y el oído. Elcuerpo humano, visto comoun todo, conforma el sextosentido. Y el séptimo senti-do del ojo del invidente essencillamente Dios, el podercreador del Supremo. Deacuerdo con esto, el artista,en tanto que ser creador enconstante ebullición, ha deestar en permanente comu-nión con el ojo del séptimosentido, sobre todo en mo-mentos en que el artista plás-tico (válido también para elpoeta) se encuentra en ple-no proceso de alumbramien-to cósmico.

Este oficio de plasmar losavatares del cosmos llevó aOrlando Guerra a ganar en2009 el Gran Premio SalónNacional de Arte Aragua, consu obra "Hidromemorias", ex-traordinaria talla en maderade samán negro, resina y pin-tura. Con este trabajo, cuyosolo título es de por sí un li-bro abierto de reflexionesconservacionistas, Guerra senos muestra como el huma-nista preocupado por el futu-ro inmediato de la Tierra y de

todos los seres vivos, pues en"Hidromemorias" se anuncia(y se denuncia) que si no ha-cemos -a escala global- un usoracional del agua, la raza hu-mana al cabo de unas pocascenturias (décadas, quizá)podría llegar a desaparecer.Para evitar que ello acontez-ca, debemos hacer un buenuso de la memoria, y actuaren consecuencia, pues hastaahora sólo hemos hecho usode su contraparte, la amne-sia, y lo que es aún peor, delolvido. Y es que la amnesiapuede ser pasajera, temporal.El olvido en cambio es sínto-ma de desidia, dejadez, entu-mecimiento de la memoriacolectiva. Leamos lo que nosdice el propio autor acerca de"Hidromemorias": "La caren-cia temporal o indefinida delagua en determinadas zonasde la Tierra y en distintas épo-cas, ha sido factor fundamen-tal en la desaparición de civi-lizaciones, como la nazca y lamaya. "Hidromemorias" es unalerta. En América del Sur te-nemos el mayor reservoriode agua dulce disponible delplaneta, y para nadie es unsecreto que las grandes po-tencias tienen sus ojos pues-tos en la formidable riquezaacuífera de Suramérica. Enlenguaje pictórico, eso es loque dice mi obra".

De igual manera, Guerraha sido merecedor del IIIPremio "Mario Abreu" del Sa-lón Municipal de Maracay(2007), con su obra "De laserie fósiles conos y ozonos".Así como del Premio "Ar-mando Reverón" del SalónArturo Michelena (Valencia,2008), con "De la serie fósi-les, conos y ozonos, puntosy suturas". Y es que definiti-vamente el fósil, el "hueso"en madera como elementopictórico, ha sido una cons-tante en la obra de este crea-dor. Fósiles y naves, estasúltimas en forma de semilla(germen de la vida), quizáscon la intención de decirleal mundo que él , OrlandoGuerra, es un etégena veni-do de los insondables maresdel cielo, y que busca, conla sapiencia de un paleontó-logo, huellas fósiles en nues-tra endeble memoria terrí-

cola. Vestigios "orgánicos einorgánicos" con los queGuerra, alquimista del colory de la forma, desentraña einterpreta las angustias ycontradicciones del almahumana.

Sus "fósiles" se han pasea-do por diversas galerías, enexposiciones colectivas enMaracay, Mérida, Valencia,Caracas y Maracaibo. Actual-mente, Guerra participa comoartista invitado en el XXXVISalón Aragua, con "De la seriefósiles Somalia, susurros delagua". Pero el aplauso de loscolegas y de los críticos dearte no le quita el sueño, puescomo él mismo ha dicho:"Eltaller ambulante fue un perío-do crítico en mi vida personal,pero tuve mucho contactocon el transeúnte, la gente co-mún, quienes son grandes sa-bios, y que el tiempo, la me-moria y la modernidad hanquerido desplazarlos. Ellosviven en estas calles, son misfanes: el mendigo, el cotufero,el raspadero, el cafecero, elvikingo, el zapatero, el limpia-botas, el chichero, el vago...Ellos aún se detienen y aplau-den mis colores".

A su edad, Orlando Gue-rra no ha dejado de construirbarcos y carritos con latas desardina. Ahora también cons-truye naves espaciales. Lohace con el mismo entusias-mo de sus primeros años.Pero ahora no viaja solo: Bas-ta mirar una obra suya parasubirse a sus artificios lúdicosy cruzar junto con él las antí-podas, los mares magalláni-cos. En ocasiones, Orlandosuelta el volante, el timón,dejándonos llevar por la sa-biduría del viento y de lascorrientes marinas.

Nota de L.M.: La palabra "etégena"es creación mía, la inventé hacepocas semanas. Es sinónimo deextraterrestre. Sus dos primerasletras (et) derivan de "extrate-rrestre", y la partícula "gena"(como en alienígena) no requie-re mayor explicación. Hoy la hagopública por primera vez. Es unregalo mío a la hermosa lenguacastellana, ella, que tantas pala-bras me ha regalado.

América, 14 de noviembrede 2011