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YOROKOBU / TAKE A WALK ON THE SLOW SIDE / Nº 22 - OCTUBRE 2011

Yorokobu Octubre 2011

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Yorokobu papel, edición octubre 2011

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YOROKOBU / TAKE A WALK ON THE SLOW SIDE / Nº 22 - OCTUBRE 2011

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SEPTIEMBRE 2011 / OCTUBRE / 1

LA PORTADAEs de noche. No hay sol en la portada. Pero la oscuridad deja ver que algo está pasando entre el negro de las sombras. Un diamante permanece custodiado. Lo ha dibujado Marisa Morea y dice que es la metáfora ilustrada de Yorokobu. Los cacos acechan. Vigilan. Observan. Planean... Es una interpretación de la escena del robo de una joya. Esa joya que, más que una gema, es una forma de expresar que algo gusta mucho (“¡Esto es una joya!”). Esa frase es la que quería representar la ilustradora cuando decidió dibujar un robo y llevar-lo a la cubierta de este mes de octubre.

Llevó el negro a la escena para crear nocturnidad. Llevó el rosa porque dice que es un color que adora. El rojo llegó arrastrado por el rosa, y con un cierto crema se acabó de dibujar una noche de delito. Sin miedo ni maldad. Más bien, como dice Morea, con “humor y buen rollo”.

Fue así como fue surgiendo la portada en los dibujos de una ilustradora que asegura ser “muy de

instintos. Más que pensarlo todo, me dejo llevar”, especifica.

Morea dibuja cada mes en la revista Ling y ha colaborado con otras publicaciones, como Lecool o Barcelonés. Ha hecho ilustraciones para el club de creativos (c de c), el colectivo de fans de la bici Biernes y La Noche en Blanco, y algunas marcas como Custo Barcelona, Turismo de Canarias, Club Leteo, Poolga o Indyrock.

Dibuja porque es lo que más le gusta además de tocar su ukelele. Prefiere hacer cualquiera de estas dos cosas antes que resolver jeroglíficos, correr a la velocidad de la luz o hacer cálculos mentales. Estas tres actividades –confiesa– se le dan “espan-tosamente mal”. Pero algo bueno tendrán porque son ellas, junto a otras “limitaciones”, las que han ayudado a construir lo que define como su “mundo personal”.

Marisamorea.com

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DIRECTORJuanjo [email protected] REDACTORA JEFEMar [email protected] COMMUNITY MANAGERMarcus [email protected] DIRECCIÓN DE [email protected] REDACCIÓNDavid García [email protected] Gema [email protected] Ximena [email protected]é Luis Colomina [email protected] DIRECTOR COMERCIALFermín [email protected]

JEFA DE PUBLICIDADRocío Martí[email protected]

DEPARTAMENTO COMERCIALMacarena [email protected] [email protected] [email protected] DELEGACIÓN BARCELONAAlbert [email protected] [email protected] SUSCRIPCIONESCarmen [email protected] DIRECTOR DE PRODUCCIÓNJosé María [email protected]

YOROKOBUSTAFF

HAN COLABORADO

EN ESTE NÚMERO

Antonio DyazEscritor y director de cinewww.antoniodyaz.com

Gabriele Merolli Fotógrafo www.puntolineasuperficie.es

Iñaki [email protected]

Jaled Abdelrahim [email protected]

Jesús [email protected]

José Luis MoroDirector general creativo de [email protected]

Juan Díaz-FaesIlustradorcargocollective.com/juandiazfaes

Julio WallowitsDirector general creativo de La [email protected]

Miguel Ruiz MontañezEscritorwww.miguelruiz.net

Pablo AbadInfografíawww.pabloabad.com/

Paloma SimónTerapeuta Gestaltwww.lifemotivations.ch

Óscar PlaDirector creativo ejecutivo de Bassat Ogilvy [email protected]

Ricardo LlavadorDirector creativo interactivo de [email protected]

Sixto AriasManaging director mobile marketing de [email protected]

Velckro ArtworkReggaetonerowww.velckroartwork.com

C/Acebo, 1328016 Madrid

t. 914 157 283www.yorokobu.es

twitter: @yorokobumag

Edita: Brands & Roses, S.L. Impresión: Rivadeneyra www.

rivadeneyra.com.Depósito legal: M42701-2009

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ÍNDICEmedidor de concentración

Los microuniversos de IC4 Design

48

Sendero de los hombres duros

30Jugar a curarse

la ludopatía

32

Gritar sin abrir la boca

16

Colores

22

Medidor de emociones

70

Exactitudes

38

Consejos antisistema

58

En defensa de mis almorranas

20

Haití, el país de los espíritus

66

Al futuro sin Delorean

46

The Ark

52 Los Vikingos, el miedo y la curiosidad

18

Marketinadas

64

La guerilla del ganchillo

72

B Corp

26

A dibujar

76El bastión encerrado

en Brooklyn

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POR Mar Abad

Depositan su fuerza en el inmovilismo. Odian el cambio. Pero han elegido un suelo equivocado para fundir sus tradiciones a este tiempo y a ese espacio. La comunidad judía ultraortodoxa Satmar vive en una zona de Williamsburg, en Brooklyn (Nueva York), rodeada de hipsters, fashion victims y trendsetters

que aman las nuevas modas más que cualquier otra cosa en el mundo.

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Los Satmar hacen de la norma su religión y pretenden desafiar el paso del tiempo con unas ropas y unas tradiciones férreas hasta la extenuación. Pertenecen al judaísmo Hasidic y eso significa que ven a Dios por todas partes.

Pasó una noche por aquel lugar el fotógrafo Stéphane Missier. El taxi arrancó en Manhattan y antes de llegar a su casa, en Brooklyn, recorrió algunas calles donde vive esta comunidad. “No me podía creer lo que veía. Era un viaje en el tiempo. Me acordé de la película francesa Les aventures de Rabbi Jacob. Pasar por esa zona es una mezcla de surrealismo y anacronis-mo”, dice el fotógrafo.

Pasaron los días. El viaje en taxi no había acabado. Seguía en la mente de Missier y decidió volver al lugar para tomar unas fotos. “Los Satmar son particularmente fotogénicos porque parecen suspendidos en el tiempo y contrastan totalmente con la continua metamorfosis de los barrios adyacentes”, comenta el francés afincado en Nueva York.

Tomó una primera foto. La mostró a algunos amigos y queda-ron, igual que él, absolutamente impresionados. Eso llevó a otra foto, y otra foto, y muchas más fotos capturadas los sába-dos, de 12.00 a 13.00, durante los últimos dos años. Es solo en ese momento cuando la calle se llena de las idas y venidas de unas personas, vestidas más elegantes de lo habitual, que van y vienen de orar. En la tierra de lo estricto, la vuelta de la sina-goga, un sábado, marca el principio de las calles desiertas.

“Los sábados, durante el Shabbat, hombres con barba y uniformados se mueven con prisa. Mientras, las mujeres, cu-biertas de negro, con sus turbantes y sus vestidos de manga larga, empujan los carritos de sus hijos en calles residenciales

pobladas de casas con ventanas cerradas con rejas”, explica el fotógrafo. “En Lee Avenue, el epicentro de la comunidad reli-giosa, una multitud de pequeñas sinagogas, academias judías, tiendas y carteles hebreos marcan el pulso de la localidad”.La cámara de Missier no encaja en un barrio de espíritu se-vero. Los niños, en alguna ocasión, le han hablado. El peso de la ideología aún no es tan profundo para temer a una imagen congelada. Pero los adultos huyen o lo desafían con la mirada. Más los hombres que las mujeres.

“Hacer fotos en Hasidic Williamsburg puede resultar incómo-do. Sientes claramente que estás molestando. Los viandantes están ahí para recordarte que estás haciendo una incursión en tierra ajena. He recibido muchas miradas hostiles mientras capturaba ese intenso e inusual escenario urbano. No hace mucho tiempo fui rodeado por un grupo de niños que me dijeron que era un hombre del demonio”, asegura Missier. “Desde su llegada desde Europa después de la segunda Gue-rra Mundial, el Hasidim ha creado una tierra aislada, a unas cuantas paradas de Manhattan, donde se construyeron unos muros sociológicos para recrear ese estilo de vida tradicional y para protegerse del cambio”.

“Hoy el sentimiento de autarquía y rechazo es incluso mayor porque la comunidad está viendo el proceso de gentrificación (transformación urbana en el que la población original de un barrio es desplazada progresivamente por otra de mayor capacidad adquisitiva) en la parte norte de Williamsburg (Bedford-Stuyvesant y Bushwick)”, cuenta el francés.

El progreso es el miedo. Podría arrasar con la identidad del barrio. O peor aún. ¿Cómo se puede educar en la tradición Hasidic cuando la inmoralidad vive a la vuelta de la esquina?

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No es que vaya a dejar de ser su amigo. Simplemente, los he eliminado de mis contactos por ser demasiado pesados e inundar mi muro con chorradas continuas.

Se han convertido en llamadas a las cinco de la madrugada, molestas, inoportunas, cargantes.

He asistido a divorcios retransmitidos cual batallas de una guerra en el muro de Facebook de los excónyuges que han durado semanas, aunque parecieron meses. Divorcios sociali- zados, que no enredados, para luego reconciliarse volviendo a invadir muros ajenos a los que les debió importar tan poco como a mí.

Las redes sociales son banales. De cada cien mensajes solo uno aporta algo interesante, y en la mayoría de estos casos debes abandonar la red en la que estabas para acceder a una dirección externa.

Estas intromisiones murales son como chillidos irritantes y tu muro es como tu oreja. Y a ninguno nos gusta que nos griten. Pero, entre humanos, los gritos pueden resultar soportables aunque solo sea como una reminiscencia de nuestro origen simio.

Pero que te grite una marca... ¡vamos hombre¡ Pues sí, también gritan y usan nuestros muros para publicar mensajes vacíos que no aportan nada.

No hay emisor claro y definido en las redes, no hay ninguna di-rección del mensaje establecida, no existe un público objetivo perfectamente segmentado, ni sin segmentar.

Las redes son un caos y las empresas no se mueven con comodidad en medio del caos. La comunicación que busque adaptar sus modelos tradicionales a este nuevo medio, que resta protagonismo a los antiguos, fracasará.

No es fácil comunicar en una maraña de mensajes en el que el corporativo es menos atractivo que el personal. No es fácil someterse a críticas, opciones, comentarios y preferencias. Es como implantar orejas a una cabeza que nunca las ha tenido y que solo hablaba para repetir, decenas, centenares, miles de veces, los mensajes comerciales. En el mejor de los casos graciosos, eso sí, las primeras cinco veces.

Lo que más me asombra de este fenómeno es cómo han engullido las redes al individuo, que ha perdido cualquier protagonismo. La falta de experiencia como usuarios ha hecho que nuestra red de contactos sea más importante que nosotros mismos, ha ganado en protagonismo y nos tiene confundidos pensando si tenía que haber rechazado a mi jefe o aceptado a mi ex, si este mensaje no lo debería leer fulanito, pero te has olvidado de si fulanito es o no tu contacto.Llegará la red en la que el individuo mande en su red, la con-trole fácilmente, saque partido de ella y la ponga a trabajar en su beneficio.

POR SIXTO ARIAS

GRITAR SINABRIR LA BOCA

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Los vikingos tenían una teoría: el miedo te hace perder inde-pendencia, te hace perder libertad, te esclaviza. Cuando llega-ron a Normandía y les preguntaron qué querían, contestaron: “Venimos de Dinamarca y queremos conquistar Francia”. “¿Estaríais dispuestos a someteros al Rey Carlos de Francia?” La respuesta fue que nunca aceptarían servir a nadie. No tenían jefes, elegían a uno que consideraban con el concepto romano de ‘el primero entre iguales’ y tomaban sus decisiones en asambleas donde las mujeres y los niños podían participar.

Según el historiador británico Theodore Zeldin, en su libro Una historia íntima de la humanidad, los vikingos podían afrontar el miedo porque lo convertían en una fuente de inspi-ración y podían afrontar los peligros de las travesías marinas porque la curiosidad los hacía ser valientes.

Hoy el miedo es la mayor epidemia que sufre la humani-dad. La lista de miedos puede ser infinita, desde el dominio privado al social. Muchos miedos a perder ‘algo o a alguien’, a perder status o el reconocimiento de los demás. Cada año se producen alrededor de 10.000 estudios sobre el miedo en lengua inglesa, y los periódicos y noticiarios televisivos nos inoculan el virus del miedo continuamente.

Uno de los primeros defensores de la necesidad de ser curio-sos fue Descartes. Se pasó la vida de mudanza en mudanza en la búsqueda de tranquilidad para poder pensar. A Descartes le encantaba hacerlo en la cama. De joven tuvo mala salud y sus profesores le permitían levantarse tarde. Nos dejó de regalo

un pensamiento inspirador: “Todos los humanos tenemos curiosidad, es inevitable y esta se alimenta del conocimiento”.

Montaigne explicó cómo usar la curiosidad en la vida coti-diana, y aconsejaba no tener miedo cuando se viajaba o se entraba en contacto con otras personas. Hobbes decía que la curiosidad era la lujuria de la mente y que había que dife-renciarla de la del cuerpo porque duraba más y te daba más satisfacciones.

¿Cómo podemos recuperar la curiosidad vikinga para afrontar los miedos del siglo XXI? La respuesta puede estar en una anécdota que contaba el político británico Harold Macmillan. Cuando luchaba en la I Guerra Mundial no sentía miedo, hasta que un día se encontró solo separado de su tropa. Se dio cuenta de que los soldados eran los que le habían ayudado a sentirse valiente. En soledad, la valentía se desmoronaba, se hacía añicos. El otro puede ser un espejo en el que me veo actuando con coraje.

En el mundo occidental priman los valores de la individua- lidad. Esto entra en contradicción con nuestro ser social. Vi-vimos en medio de los demás, nacemos en una familia, de ahí pasamos a una comunidad escolar y sucesivamente a otra o al mundo del trabajo. Vamos creando relaciones amistosas, amo-rosas, laborales y de otros tipos. Quizá la respuesta sea una profundización de las conexiones humanas donde la conversa-ción estimule y nos abra otras perspectivas de encuentro con los otros. Si esto no funciona, pediremos ayuda a los vikingos.

POR PALOMA SIMÓN

LOS VIKINGOS, EL MIEDO Y LA CURIOSIDAD

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De momento no tengo almorranas. Pero un día u otro las ten-dré, seguro. Ojalá tuviera tan claro que algún día me tocará la primitiva o —y esto sí que sería la hostia— que el Barça llegara a superar al Madrid en Copas de Europa. Seguro que el lector (o la lectora) merengón (o merengona), pero cabal, será capaz de comprender tan excitante sueño por mi parte...

Y tarde o temprano, para qué vamos a engañarnos, mi vieja próstata, muy probablemente, estará tan deteriorada que me será imposible impedir que se me escapen unas gotas de pipí cuando alguien me cuente algún chiste verde o, mejor todavía, uno escatológico, que a estas alturas de artículo el lector (o la lectora) ya habrá visto que tengo una cierta predisposición, simpatía y debilidad por las cuestiones escatológicas, como buen catalán.

Y no es que esté escribiendo esto para una mala revista de divulgación médica, sino para un medio relacionado con la publicidad. Aunque no lo parezca.

Ahora el lector (o la lectora) entenderá estas primeras líneas de cierto mal gusto —o no— puesto que lo que pretendo decir es, sencillamente, que no me explico, por más que lo intente, que todos los anuncios relacionados con los tratamientos para aliviar las hemorroides (hablar de almorranas, supongo, debe quedar fatal) y los anuncios de compresas pensadas para solucionar las leves pérdidas de orina de la gente senior estén protagonizados, exclusivamente, por mujeres. Que yo sepa, y no hace falta ser médico para aseverar tal afirmación,

muchos hombres también padecen de almorranas (perdón, hemorroides) y cuando somos mayores también nos meamos encima (perdón, tenemos leves pérdidas de orina) de vez en cuando.

Y a estas alturas de la historia, me parece ridícula esta mane-ra tan retrógradamente machista de enfocar o, mejor dicho, de desenfocar la realidad. De verdad, me gustaría escuchar los argumentos de quienes, a base de sesudos estudios y/o de cientos de investigaciones, recomiendan/obligan a los creativos que trabajan para estos anunciantes a que excluyan al género masculino de la comunicación de sus artículos.

Y yo, desde la ignorancia de estas investigaciones, pero tam-bién desde un cierto sentido común —creo—, me pregunto: ¿Por qué excluyen a una parte tan importante de su target? En parámetros puramente marquetinianos, me parece una decisión muy cuestionable, por no decir desacertada.

Porque digo yo, si un señor mayor puede hablar sin tapu-jos sobre si su piñata postiza se le cae o no al comer las chucherías de su nieto, ¿por qué extraña razón no puede hacerlo para hablar de lo mucho que le escuece el culo, o de lo desagradable que debe ser sentir involuntariamente su entrepierna húmeda después de reírse un rato? ¿No?

Yo, por si acaso, y aunque parezca que no vayan conmigo, confieso que de vez en cuando me voy mirando estos anun-cios con cierto interés. Por si acaso.

POR ÓSCAR PLA

EN DEFENSADE MIS

ALMORRANAS

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A muchos les sorprenderá saber que Santa Claus vestía una ca-saca y un gorro verdes hasta que Coca Cola decidió en los años 30 del siglo pasado que el rojo iría perfecto para su imagen.

Como dice el exquisito guión de la no menos exquisita película El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante (Peter Greenaway, 1989), los productos de color negro se cobran más caros. La perla negra, la trufa, el caviar, la pasta… El negro se une indefec-tiblemente a la muerte, y por ello es elegante.

Ahora el blanco se asocia a lo pulcro, chic y moderno. Apple tiene mucha culpa, pero no es un concepto que haya inventado Steve Jobs. De siempre, ver a un caballero vestido de blanco indica su elevado poder adquisitivo. El traje hay que limpiarlo en seco cada vez que se utiliza. El traje de novia solo se limpia una vez o, mejor dicho, solo se ensucia una vez. El desaparecido Dennis Hopper dirigió Colors en 1988 en un país en el que los billetes tienen todos las mismas dimensiones y el mismo color. Cambia el valor facial, que va desde 1 dólar a 1000. Por eso no existe la ONCE en EEUU. ¿Cómo distinguir un billete de otro sin tener ojos?

Según H.P.Lovecraft, los orientales “ocultan precisas máquinas de calcular bajo sus repugnantes carcasas amarillas”. ‘Niger’ es un terrible insulto en habla inglesa. Sin embargo, nadie se ha ofendido jamás por ser llamado ‘white’, a no ser que se añada aquello de ‘white trash’. Grupos activistas afroamericanos rei-

vindican la existencia también de ‘black trash’, pero la iniciativa no ha cuajado.

Azul y amarillo son los colores del cielo africano y la arena del desierto a cierta hora del atardecer. Pero también son los colo-res de IKEA, y en Suecia no hay dunas.

“Verde que te quiero verde”. Los jemeres rojos. El libro blanco de Miterrand, El libro negro (qué novela maravillosa de Lawren-ce Durrell), Humor Amarillo, Beso Negro (cuidadín), Pantera Rosa, Revolución Naranja, Deep Purple (qué solos de batería). Y otra vez el negro, en la que es mi marca favorita de cosméti-cos difuntos: el desodorante Tulipán Negro.

Cada colectivo se arroga el derecho de enarbolar un color en su bandera, excepto el colectivo gay que los quiere todos y por eso hace ondear el arco iris que, por cierto, excluye el marrón. Este color no goza del cariño de casi nadie, aunque el sexo también puede ser marrón, pero no entremos en detalles. La bandera blanca es símbolo de paz y la amarilla significa que hay medusas.

En un hotel de cuatro estrellas de Madrid leemos el eslogan “Te vas a poner morado de tapas”, y unos metros más abajo “Tryp Atocha”. Léanlo otra vez: “Tripa Tocha”. O sea, que el morado engorda.

www.antoniodyaz.com

POR ANTONIO DYAZ

COLORES

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Qué buena la descripción que el concertista de piano Glenn Gould hace de sí mismo como alguien que nace cada día, como alguien que cada mañana se pone una nueva cabeza…Hoy estuve pensando en todos esos genios; en todos esos ge-nios que nos han cambiado realmente la vida, pero que también hicieron de su propia vida una aventura.

Y luego pensé:Para ser Beckett, que descubrió realmente a los 40 años de edad qué es lo que quería hacer y realmente lo hizo, hay que llegar a esa edad en un estado físico aceptable.

Si se quiere ganar el Nobel a los 60 y disfrutar de ese premio durante unos 20 años, el estado físico a los 40 debe ser realmen-te fantástico.

Para ganar el Nobel a los 60 años y, en cambio, morir -por ejem-plo- a los 62 (situación que llevaría a que nuestra necrológica dijera “el reciente premio Nobel”) con un estado físico simple-mente bueno a los 40 años ya bastaría.

Si uno más bien se ve a uno mismo como alguien maldito, como alguien que merecerá ganar el premio Nobel pero que nunca lo ganará, únicamente con llegar a los 60 ya estaría bien, razón por la cual se podría llegar a los 40 bastante cascado, por así decirlo, y en nuestra necrológica se hablaría de malogrado, de premio Nobel en potencia.

Si a uno toda esta historia del premio Nobel le da realmente igual y, por decirlo de forma coloquial, más bien se la suda, uno puede realmente hacer la vida que quiera hasta los 40 años, y pasarse el día bebiendo y fumando de forma compulsiva.En esta tesitura, uno ni siquiera tiene por qué escribir, uno pue-de hacer el vago y vivir por ahí la vida, como se suele decir.Bebiendo y fumando de forma compulsiva, no teniendo necesi-dad alguna de escribir. Tampoco es clara ya la necesidad de que uno se autoimponga el límite de los 40 años, ya que no hay por qué llegar a esta edad y, si pensamos que vivir la vida a tope in-cluiría probablemente conducir coches a gran velocidad bebido, uno probablemente no llegaría a esta edad ni de broma.

De hecho, si lo pensamos bien, y si ya no tenemos realmente ningún objetivo en la vida, dado que no nos interesa escribir no ya para publicar, sino ni siquiera para un círculo reducido de personas o para uno mismo, uno perdería todo interés en llegar a los 40 años de edad, incluso probablemente no querría ya llegar a los 40 años de edad.

Uno acabaría su vida, motu propio, a los 30, o a los 25, o a los 15 años, quién sabe.

No tendría ninguna necrológica. No habría dejado ninguna huella.

Exactamente igual que si hubiera ganado el premio Nobel.

POR JULIO WALLOVITS

CRISIS DE LOS 40:¿ESTOY A TIEMPO DE

SER UN GENIO?

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BCORP

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SEPTIEMBRE 2011 / OCTUBRE / 27

POR Marcus Hurst ILUSTRACIÓN Velckro Artwork

“Las empresas sociales no compiten para ser las mejores del mundo, compiten para ser las mejores para el mundo”

“Antes se creaban ONG para solucionar los problemas de nuestros tiempos. Ahora se crean empresas”. Jay Coen Gilbert está al frente de B Lab, una organización

que trabaja incansablemente para promover las empresas sociales.

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“Con la confianza de la población en las empresas bajo mínimos, esta medida representa la primera respuesta sistemática a los problemas estructurales que crearon la cri-sis financiera”. Estas palabras pronunciadas en abril de 2010 podrían haberse extraído del enésimo discurso hiperbólico de un político prometiendo mano dura contra los desmanes de Wall Street. En realidad, fueron pronunciadas por Jay Coen Gilbert en referencia a la aprobación de la Benefit Cor-poration Law en el estado de Maryland (EEUU).

¿Cómo puede una ley aprobada en un estado secundario que no llega a los 6 millones de habitantes tener la clave para cambiar el capitalismo?

La respuesta está en cambiar la letra pequeña. Por primera vez se reconocía el derecho a la existencia de empresas que equiparan su misión social con el cometido de ganar dinero. “El derecho corporativo tradicional dice que el deber de una compañía consiste en maximizar los intereses del accionista sin importar a costa de quién se consigue y si solo beneficia a un grupo reducido de personas”, explica Coen Gilbert. Él es cofundador de B Lab, una organización sin ánimo de lucro que ha sido determinante en la elaboración del anteproyecto de ley. “Esto dificulta que la directiva de una empresa pueda perseguir una misión social además de ganar dinero porque está siempre con el riesgo de ser demandada”.

La ley aprobada en Maryland ayuda a crear empresas que desean hacer todo lo contrario. “Tienen todas las ventajas de ser una sociedad limitada normal pero con tres importantes diferencias. Permite equiparar su misión corporativa, trans-parencia y rendición de cuentas a ganar dinero”.

La incursión de este nuevo reglamento no se ha queda-do solo en las fronteras de este estado. Un mes después, Vermont aprobó su propia versión de la ley apoyado por los fundadores de Ben & Jerry’s y desde entonces le han seguido Nueva Jersey, Virginia y Hawai. “En el estado de Nueva York está pendiente de la firma del gobernador Cuomo” y Cohen espera que se apruebe algo similar en 2012 en California. Solo con esos estados ya estaríamos hablando de una parte muy importante del poder económico del país.

Pero la labor de B Lab no se limita a contribuir con sus proyectos en la legislación. Entre sus principales activida-des está la de B Corporation, un sello de distinción que se otorga a las empresas que tienen en cuenta factores como la transparencia, trato a sus empleados, impacto sobre el medio ambiente y la comunidad. Una puntuación superior de 80 so-

bre 200 permite acceder a ser miembro de esta organización que reúne a 429 empresas que, en su conjunto, mueven 2.180 millones de dólares al año.

“Antes se creaban ONGs para solucionar los problemas de nuestros tiempos. Ahora se crean empresas. Tratamos de crear las condiciones para que las que tengan vocación social y medioambiental prosperen”.

Entre sus miembros se encuentra Freelance Insurance Com-pany, una compañía que ofrece seguros médicos de calidad para autónomos en el estado de Nueva York. Casi el 30% de los trabajadores en EEUU son freelance. Pero los seguros médicos no son algo que te siguen de trabajo en trabajo. Van unidos a tu empleo, por ello una neoyorquina llamada Sarah Horowitz pensó que lo que realmente se necesitaba no era un sindicato más sino el acceso a una sanidad de calidad. Creó Freelance Insurance Company, una empresa de seguros que ahora proporciona servicios sanitarios a precios asequibles a 25.000 trabajadores en el estado de Nueva York. “FIC valora la sostenibilidad por encima de las ganancias. Al no tener accionistas privados, todo lo que ganamos se dirige a propor-cionar beneficios, servicios, educación a nuestros miembros”, explica Horowitz.

En 2010, tuvieron ingresos por encima de los 85 millones de dólares. “Hemos demostrado que es posible ganar dinero y adherirse a una misión social”. La fundadora de FIC cree que la mejor manera de luchar contra la ineficiencia de la política y los políticos es unir fuerzas. “Ya que las empresas y el gobierno no están garantizando derechos y servicios básicos tenemos que colaborar en grupo para constuir soluciones”.

LOS INVERSORES DE IMPACTOLa proliferación de esta tipología de empresas ha ido acom-pañada de un nuevo tipo de inversor adaptado a esta lógica empresarial. Se hacen llamar impact investors (inversores de impacto), y están especializados en apoyar productos y servi-cios que no siguen la ruta de organizaciones tradicionales.

“Es un término muy amplio en el que cabemos muchos tipos de inversores, pero todos tenemos una cosa en común: apo-yamos proyectos con animo de lucro para sectores de bajos recursos”, según Álvaro Rodríguez Arregui.

Este empresario mexicano es fundador de Ignia, un fondo de inversión que lleva invertidos más de 35 millones de dólares

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en compañías dirigidas a los millones de mexicanos igno-rados por el mercado tradicional. En su opinión, la mayor causa de la pobreza es “la falta de acceso que tienen los sectores desfavorecidos a productos y servicios de calidad”.Sus inversiones han contribuido a abaratar radicalmente el acceso a telefonía móvil y telecomunicaciones (Finiestrella y Barrafón), a comercializar filtros de agua asequibles (Agua Natural), seguros médicos de bajo coste (Primedic) o ma-terial y servicios para construirse su propio hogar (MexVi). “Son empresas que se mueven a otras velocidades. Requie-ren periodos de gestación muy largos. Los éxitos tardan en llegar”, añade.

Los grandes bancos de inversión, para bien o para mal, también han tomado nota de el enorme potencial de este mercado. JP Morgan estima que en 2020 llegarán a mover entre medio billón y un billón de dólares. Además, esos mismo bancos se están viendo presionados por sus clientes a invertir su dinero en emprendimientos sociales. “Cada vez son más los que lo exigen. El ejemplo de Bill Gates ha hecho mucho”, según Cohen.

Una vez más, B Lab está jugando un papel importante en animar la inversión en empresas sociales. A la hora de invertir en una compañía, es fácil determinar los ingresos de una corporación. Pero hasta hace muy poco no existían parámetros para que los inversores tuvieran datos fiables sobre el impacto social de las compañías. “Si no pueden me-dir y recibir datos fiables, los fondos no invierten”. Para eso, B Lab ha creado Giirs, un sistema de puntuación que deter-mina el valor social de una compañía. “Permite contemplar el mix entre ingresos e impacto social. El inversor tiene más información a la hora de tomar su decisión. Es algo pareci-do a B Corp, pero enfocado hacia el inversor”, explica.

LA ERA POST RSCLos sectores de negocios más tradicionales también están tomando nota del emprendimiento social e imaginan for-mas para normalizarlo. La tesis más sonada en los últimos meses es el concepto de 'Shared Value', a raíz de un artículo publicado en enero de 2011 en el Harvard Business Review.

Sus autores, Michael E. Porter y Mark R. Kramer, consideran que la responsabilidad social corporativa es un concepto anticuado e irrelevante. “Hace que las empresas consideren lo social como algo al margen de su día a día cuando en realidad debería estar integrado en su misión central”.

Como alternativa, proponen que las compañías empiecen a buscar el valor compartido en todo lo que hacen. “Hay que redefinir el significado de una compañía para no solo crear ganancias 'per se' sino que tenga el valor compartido. Es la mejor oportunidad que tenemos para devolver la legitimi-dad a las empresas”.

Entre los casos de éxito de este nuevo paradigma resaltan el ecoimagination project de GE, un programa de innovación creado en 2005 donde la multinacional invierte en produc-tos que tienen que proporcionar un ahorro de energía o beneficio medioambiental significativo. Según el New York Times, en 2010, más de 100 productos que han salido de este proyecto, que incluyen desde motores de avión hasta bombillas, han generado ventas de 18.000 millones de dóla-res. El ejemplo de Smart Cities, los programas informáticos creados por IBM para gestionar mejor las ciudades también reciben una mención especial. En ambos casos, los autores dicen que las compañías han respondido a las necesidades de sus clientes. Convierten el problema social y medioam-biental en el centro de su misión sin dejar de ganar dinero.

“Negocios actuando como negocios y no como donantes son la potencia más importante que tenemos para solucio-nar los problemas que sufrimos. Ha llegado el momento para crear un nuevo concepto del capitalismo.

Las necesidades de la sociedad crecen mientras que clien-tes, empleados y una nueva generación de jóvenes está pidiendo que los negocios estén a la altura de las circuns-tancias”, añaden.

Todo estos avances llenan a Jay Coen Gilbert de optimis-mo. Él se declara capitalista convencido, pero en un tipo de capitalismo curado de su pasado cegado por el cortoplacis-mo y los desmanes sociales y medioambientales. “Lo que más me inspira es que están redefiniendo lo que significa ser una persona de éxito. Reconocen y entienden que, si no ganas dinero, no puedes tener una misión. Saben que com-piten por valor, pero ya no compiten para ser los mejores del mundo, compiten para ser los mejores para el mundo”.

Mientras tanto, los hábitos sociales de la universidad más importante de EEUU muestran un atisbo de hacia dónde van las cosas. “En los años 90, el club de finanzas era el más popular en Harvard. Ahora el más demandado es el de emprendedores sociales. El verdadero talento no se confor-ma con ganar dinero. Pide algo más”, asegura Rodríguez-Arregui.

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En el colegio aprendimos que las relaciones esenciales de colaboración entre especies eran la simbiosis, el mutualismo y el parasitismo. La relación de los gatos con los humanos empezó siendo simbiótica pero ha acabado siendo parasitaria.

Se calcula que hay 600 millones de gatos domésticos en el mundo. Gatos que, salvo casos contados, no hacen otra cosa que comer, dormir (unas 18 horas al día) y exigir que les rasquen la barriga. En otros términos, viven postrados en el banquete de la vida, mientras sus dueños nos desvivimos por hacerles la vida aún más cómoda.

Se podrá argumentar que los gatos nos hacen compañía e, incluso, proporcionan sosiego a los gatófilos (valga como prueba los cafés para acariciar gatos a los que acuden los solitarios japoneses a aliviar sus neurosis). También se puede aducir que las mascotas, por definición, no hacen ningún servicio; ¿o, acaso, sirve para algo un galápago, un jilguero o el estúpido pez de colores que recorre una y otra vez su océano en miniatura escupiendo burbujas de aire?

Supongamos que la mitad de los gatos domésticos son hembras, unos 300 millones de gatas, y que el 90% de ellas están esterilizadas (una cifra estimada -y optimista- que da Isabel, veterinaria de la clínica Gattos, en Madrid). De ser así, los 30 millones de gatas fértiles pueden tener una media de 100 gatos por cabeza (3 embarazos anuales de 4 gatitos por unos 10 años de ‘vida útil’). En total, esto supondría 300 millones de mininos nuevos cada año.

Evidentemente, muchos de estos gatitos mueren o son sacrificados, pero aún quedan muchos millones que, poco a poco, se van infiltrando en los hogares de humanos, muchos de los cuales no tenían, en principio, intención alguna de tener gato. Basta con un momento de debilidad para convertirse en una víctima de la conspiración gatuna.

El que firma estas líneas lo tuvo hace quince años, cuando su encantadora y compasiva hermana llamó a su puerta con un minino esquelético y un tanto agresivo que iba a ser ajusticiado por un insensible portero (físico) de su casa. ¿Qué clase de monstruo hubiera sido si me hubiera negado a

acoger (por unos días) a un cachorrito indefenso de ojos saltones? Tres lustros y varias toneladas de Whiskas después no puedo imaginar cómo hubiera sido mi vida sin Nacha.

Mi caso es un clásico. Como cuenta la veterinaria de gatos Isabel, “por el modo de vida que tenemos, en casitas pequeñas en la ciudad, el gato se ha convertido en la mascota predilecta: ocupa poco espacio y no hay que sacarle a pasear ni a que haga sus necesidades”. Sus necesidades, ya lo he dicho, son comer, dormir y las carantoñas. Y no necesariamente por este orden.

Dejando de lado la frivolidad, la proliferación de los gatos caseros tiene un tenebroso envés, según denunciaba recientemente un artículo de Mother Jones: los gatos caseros son culpables de la extinción de al menos 33 especies de aves en todo el mundo. En un estudio realizado en Washington, los gatos fueron hallados responsables de la muerte de 8 de cada diez polluelos. Incluso caseros y bien alimentados, nuestros minimos siguen siendo unos serial killers.Y tienen un plan.

POR Iñaki Berazaluce ILUSTRACIÓN Juan Díaz-Faes

LA ESTRATEGIA GATUNA PARA

DOMINAR EL MUNDO

SENDERO DE LOS HOMBRES DUROS

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El desarrollo del proyecto comenzó en 2007. El gru-po Playmancer, formado por investigadores, científicos y técnicos de seis países europeos, tenía la intención de crear un programa con fines “simplemente” psicoeducativos. “Pero pronto nos dimos cuenta de que nuestro propósito podía lle-gar mucho más lejos”, afirma la Dra. Susana Jiménez Murcia, jefa de la Unidad de Juego Patológico del Hospital Univer-sitario de Bellvitge y responsable clínica del proyecto junto al Dr. Fernando Fernández Aranda, jefe de Trastornos de la Alimentación del mismo centro.

“Observamos que analizando la expresión facial por vídeo, la voz y las reacciones fisiológicas y emocionales de los pacien-tes a través de biosensores, podíamos reconocer sus emocio-nes mientras jugaban y hacer que el juego respondiese en función a ellas”, explica la médico. Así surgió la idea de crear Island, una aventura gráfica en la que el protagonista es un hombre perdido en una isla, dentro de un archipiélago, que debe superar pequeñas pruebas para sobrevivir. Pero tiene truco: “Mientras el paciente está a los mandos, el propio juego reconoce su estado emocional”, detalla la Dra. Jiménez, “y si es negativo, aparecen trabas que le impiden progresar”.

“Por ejemplo, el personaje tiene que bucear, y si el videojuego detecta que el paciente está alterado, o que quiere ir rápido, la barra de oxígeno baja”, añade, “lo mismo cuando escala, explora…”. Solo autocontrolándose el jugador puede avan-zar. “Si no lo hace, el propio ordenador sugiere al paciente trasladar al protagonista virtual hacia una zona de la isla donde existe un cielo estrellado que le ayuda a relajarse, y así

después poder continuar”. Al Game Over no se llega nunca. Por prescripción médica.

“El objetivo es que el paciente aprenda a identificar estados emocionales negativos como ira, irritabilidad, frustración, aburrimiento… y los module mejor”, explica la doctora. “Los dos grupos médicos que trabajamos en él decíamos cuáles eran las minipruebas que podíamos poner para mejorar estos aspectos, y los grupos técnicos y los expertos en la identifi-cación de sensaciones, a través de las expresiones del rostro, la voz o las reacciones corporales, diseñaban la aventura en función de estas instrucciones”.

El videojuego no es efectivo por sí solo. Se utiliza como complemento de las sesiones de terapia que habitualmente se proporcionan en el Hospital de Bellvitge para este tipo de adicciones (el tratamiento psicológico estándar consta de 16 sesiones), aunque “nunca con personas que hayan tenido antes algún tipo de adicción a los juegos digitales”, aclara la responsable. El paciente juega alrededor de 20 minutos antes de comenzar cada sesión. Mientras está manejando el teclado, una cámara, micrófonos y cinco biosensores, cuatro en las manos y uno en el abdomen, registran en gráficas la evolu-ción de sus emociones.

Simultáneamente, un terapeuta observa en otro monitor las imágenes de su rostro y va analizando los resultados que re-fleja el dispositivo para hacer un seguimiento en directo. “La serie de datos es constante, y hemos comprobado que cuanto más avanzan las sesiones mejores resultados en el juego ob-tiene la persona en tratamiento. Es decir, el adicto aprende

JUGARA CURARSE LA LUDOPATÍA

POR Jaled Abdelrahim FOTOGRAFÍAS Gabriele Merolli

Tener que jugar a un videojuego para superar la adicción a jugar es una paradoja médica que el hospital barcelonés de Bellvitge ha hecho realidad. El servicio de psiquiatría del centro ha desarrollado un tratamiento

pionero en el mundo para tratar la ludopatía y los trastornos de alimentación a través de un juego de ordenador. La aventura virtual que han creado, llamada Island, pone a prueba, desarrolla y evalúa las

emociones de sus pacientes mientras manejan un personaje ficticio que vaga perdido por una isla desierta. Autocontrol real para sobrevivir en bits. Llegó la era de leer “videoconsola” en la receta del doctor

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a relajarse y a controlarse para poder superar las pantallas con facilidad. Cada vez necesita menos visitar el cielo estre-llado donde se relaja el personaje del videojuego”, afirma la responsable del proyecto.

Para el hospital, la implantación de Island se puede calificar de “rotundo éxito”. Según datos ofrecidos por la doctora, ya son 30 de 30 los pacientes con bulimia nerviosa o adicción al juego de apuestas que han obtenido resultados “muy positi-vos” en el año que llevan aplicando este sistema. Actualmen-te otros ocho están en tratamiento. “Como aún estamos implantándolo, tenemos un segundo gru-po de pacientes que sigue el método tradicional, sin que les sometamos al juego, y así podemos comparar resultados”, ex-plica la Dra. Jiménez. “Por el momento hemos concluido que entre ambos no hay diferencia en cuanto a la reducción de los síntomas de juego o de alimentación, en eso ambos obtienen buenos resultados, pero sí hay contraste en el control de la impulsividad y en otras reacciones psicológicas importantes en estos casos”, añade.

Por eso la profesional asegura que este sistema puede ser aplicado para otros muchos problemas psicológicos. “El videojuego no tiene tanto que ver con estos trastornos concretos con los que nosotros trabajamos, sino que da a trabajar aspectos emocionales y características de personali-dad que presentan también muchas otras patologías”, aclara; “su función es ayudar al jugador a regular las emociones negativas, planificar, no actuar de forma impulsiva… A la vez

el videojuego le pone trabas para valorar y poner a prueba sus reacciones. Por eso pensamos que podría ser eficaz, por ejemplo, para tratar el alcoholismo, los problemas de abuso de drogas, la ansiedad...”

El proyecto ha costado en total dos millones de euros, financiados principalmente con fondos de la Unión Europea. También han participado en su creación el Instituto de Salud Carlos III y el Ministerio de Ciencia e Innovación. Hasta aho-ra es el primero que existe para tratar este tipo de trastornos, aunque sí se habían utilizado vías tecnológicas para tratar otras patologías. “Hemos presentado el proyecto en foros nacionales e internacionales y el interés ha sido absoluto”, asegura la doctora Jiménez. “Preguntan si se va comercia-lizar. Si se va a utilizar para otros trastornos. Si se harán nuevos tratamientos... Yo estoy segura de que sí”.

Según esta responsable del proyecto, el juego es fácil, entrete-nido y motivador. “Los pacientes notan un cambio”, asegura. “Después de unas sesiones, nos dicen que antes de tener una reacción impulsiva cuentan hasta diez, que buscan alternati-vas distintas, que respiran. Lo que trabajan en el videojuego lo aplican en su vida diaria”, afirma.

Estos investigadores han logrado crear un videojuego sin vidas, interactivo, sanador, constructivo y en el que la pre-misa principal es actuar relajado. Quién iba a decir que las videoconsolas algún día, en vez de para entretener, servirían para curar a la gente. Si Supermario levantara la cabeza…

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LLEVO 15 AÑOSFINANCIANDO SUEÑOS“Doing well while doing good”. Este es uno de los mantras que más se escu-chan no sólo en Silicon Valley, donde mi actividad inversora me lleva muy a menudo en los últimos meses.

Guy Kawasaki es uno de los gurús relacionados con IT que ha puesto por escrito esta manera de entender los negocios; participó en Apple en el diseño del primer Mac y ahora se dedica a impulsar esta filosofía desde su blog “How to change the world” (http://blog.guykawasaki.com/), desde su empresa de inversiones (Garage Venture) y en sus libros como el último publicado, “Enchantment”.

“Make a meaning”. Haz que el negocio que montes/dirijas tenga significado no sólo para ti y tu entorno sino a ser posible para el mundo entero.

Llevo 15 años financiando sueños, primero como “Venture Capitalist” en Hong Konk y ahora como “Business Angel”: invertimos en “capital semilla” para start-ups o en rondas de financia-ción de empresas en un estadio más avanzado, que “aceleramos” con nuestra experiencia y red de contactos y, puedo afirmar sin duda que los proyectos que “tienen un sentido social”, que van más allá de hacer ricos a sus fundadores e inversores, tienen mucha más probabili-dad de éxito.

Es decir, en un mundo donde de cada 100 proyectos que empiezan, menos de 10 triunfan, desde un punto de vista eco-nómico-financiero, multiplicando por 10 el dinero invertido, la tasa de mortandad disminuye radicalmente cuando en el DNA del proyecto hay pasión por lo que

se empieza, amor para que un servicio o producto “bueno” se instale, o no desaparezca del mercado.

En Silicon Valley hay fondos de Capital Riesgo por valor de más de 1,500 mi-llones de dólares dedicados a financiar proyectos de “Social entrepreneurship”, que no significa montar sólo ONGs (Non Profit), sino toda empresa que tenga un sentido social, del tipo que sea. Como por ejemplo: Bridges Ventures (http://www.bridgesventures.com/social-entrepreneurs-fund).

Una de las líneas más boyantes de este sector es la que llamamos “Edtech”, es decir aquellos proyectos que utilizan las últimas tecnologías para mejorar y difundir la educación, ampliando la base social y geográfica de aquellos afortuna-dos que tienen acceso a una educación “superior”, tengan la edad que tengan.

La web “Startup Digest” (http://star-tupdigest.com/) que todo inversor interesado en la Silicon Valley sigue a diario, tiene un apartado dedicado a todo lo que apunta en esta dirección: cada semana se reportan noticias sobre temas relacionados y muy variados y aconsejo a todos apuntarse y seguirlo como un blog.

Sólo en Agosto hubo artículos muy interesantes sobre los resultados de la aplicación de nuevas tecnologías en en-tornos educativos: desde la generación de Apps, games y contenidos educa-tivos para niños en IPads, al mobile learning, a la necesidad de formar a los formadores y generar una verdadera “Digital Age” para la educación.La cancha de juego se extiende desde la

escuela primaria (donde habría que in-vertir sí o sí) a las principales Business Schools que tienen portales de acceso gratuito a contenidos muy valiosos, masters, que comparten la misma información que los alumnos que se ins-criben en los Masters oficiales, pagando más de 50,000 dólares por año.

Entre todos me gustaría destacar MIT opencourseware, al ser pionero y fundado por Richard Rowe, empresario y profesor de Harvard que estuvo en el TEDxPlaza Cibeles.

Richard ha sido también el fundador con Nicolas Negroponte del proyecto “One laptop per child”: tu compras un PC para tu hijo, pensado para educar niños en países en vías de desarrollo, regalando automáticamente otro a uno de estos niños; esta iniciativa ha sido ya implementada al 100% por Gobiernos de países como Uruguay, a través del proyecto CEIBAL liderado por Miguel Brechner, participante en el mismo TEDx.

Personalmente tengo 10 años de expe-riencia como formador en programas “blended” para Escuelas de negocios, donde “mezclamos” (como los buenos wiskies) metodologías basadas en cur-sos “on-line” dictados sobre plataformas “licence free” como Moodle, con clases presenciales, seminarios, conferencias, visitas a empresas, comidas con Speaker guests, etc.

Antonio Fontanini, Director del Master Executive en Dirección y Gestión de Marketing Estratégico en EOIEscuela de Organización Industrial

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APPS QUE HACEN DEL MUNDO UN LUGAR MEJOR

POR David García

A todos les surge en algún momento la necesidad de coger un taxi, ya sea porque se pone la parienta de parto de manera repentina o porque la kun-da no aparece. ¡Hay una app para eso! GooTaxi permite solicitar un taxi me-diante un SMS al lugar en el que nos encontremos. La app envía nuestra geolocalización mediante GPS a la central para que el vehículo nos re-coja en el punto exacto. Centrada de momento en Madrid y Cataluña, la aplicación está disponible tanto para iOS, como para Android y Blackberry.

Gratis.

Android ya tiene su Flipboard. Llega Brief Me, la app que aglutina el conte-nido de feeds de noticias, blogs, redes sociales y lo muestra ordenado por ca-tegorías en la pantalla del dispositivo. Se pueden crear secciones importando contenido de Google Reader o a partir de un hashtag. La app permite compar-tir el contenido visualizado en redes sociales y se encuentra disponible en

el Android Market sin ningún coste.

Si eres de esos amantes del riesgo que gustan de comer marisco pasado o hacer jailbreak a tu iPhone (¿Que qué es eso? ¡Usa el puñetero Google!), es-tás de enhorabuena. Solo de esta ma-nera podrás instalar Auto Silent, una aplicación que permite determiniar y programar a qué horas deberá estar el teléfono en modo silencio. La app se encuentra lista para descargar en el repositorio de ModMyi al precio, quizá

un tanto excesivo, de 3 dólares.

GooTaxi Brief Me Auto Silent

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APPS QUE DEJAN EL MUNDO

EXACTAMENTE IGUALpor Ricardo Llavador

A quién no le ha ocurrido alguna vez que, en una noche cualquiera de alterne, se le ha acercado una señorita despam-panante, le ha pasado el brazo por los hombros muy cariñosamente y le ha su-surrado algo cariñoso y sensual al oído… A mí, jamás, pero no pierdo la esperanza y, si llega ese día, lo primero que pensa-ré será “a ésta la pongo yo mirando pa’ Cuenca”. Ahora bien, ¿sabemos dónde se encuentra exactamente tan ilustre localidad? No pasa nada porque podré sacar mi iPhone, ejecutar iCuenca y una grácil brújula me indicará la dirección correcta. Qué lástima que la chica se haya ido con otro tipo mientras tanto…

Que sí, que ya sabemos eso de los pi-mientos de padrón, que unos pican y otros no. Y también hemos escuchado un sinfín de teorías de muy exquisito sinsentido: “Pican los grandes”, “los que están curvos”, “los que tienen semi-llas”, “los que tienen la puntita negra”. Pero caballeros, no hay forma, siempre agarras uno que te quita la sinusitis de por vida. Pues hoy es un día de celebra-ción porque ya puedes descargarte en tu Android Pementos Analyzer , una ineficaz aplicación que te dirá si el pi-miento que estás dispuesto a ingerir pica o no. Y esto no es lo mejor: lo mejor es que no funciona (como no es difícil de intuir) y cuando falla, le echa la cul-pa a tu paladar. Ay, qué risa, ¿verdad?

Te lo instalas en el iPad y lo abres. Entonces aparece un dibujo –doy por hecho que intencionadamente mal he-

cho– de la cara de Obama.

¿Y ya está? ¡No! Cuando hablas, el di-bujico mueve la boca como si hablara él (efectivamente, tampoco está muy logrado el efecto). Ya no necesitas sa-ber nada más, ponte el iPad delante de la cara y a echar la tarde imitando al presidente de los EEUU. Sí, el negro.

iCuenca Pementos Analyzer Obamask

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A Ari Versluis y Ellie Uyttenbroek les unía su mutuo interés por los códigos estéticos de las tribus urbanas y cómo estos eran utilizados por sus miembros para distinguirse pero también para asumir una identidad de grupo. Por eso, hace 17 años, comenzaron a identificar y docu-mentar las múltiples formas de vestir que encontraban en las calles de Rotterdam. El primero como fotógrafo y el se-gundo en su faceta de psicólogo. Aunque pronto su ciudad se les quedó pequeña y extendieron su ‘radio de acción’ a otras localidades holandesas e incluso de fuera del país. Para realizar su labor contaban con la colaboración de los individuos que encontraban a su paso. En función de su forma de vestir, les pedían que posaran de una determi-nada manera. Las fotos de los individuos que compartían postura y estilismo similar formaban una serie y a cada una de éstas Versluis y Uyttenbroek bautizaban con descrip-tivos nombres. Carries daddies, para los hombres jóvenes que llevaban a sus hijos en un portabebés; City girls, para mujeres ejecutivas; Intellectuals, para hombres maduros con gabardina y sombrero, o Little brides para niñas que celebraban su primera comunión son algunas de los nom-bre elegidos para las series.

A todas ellas, a su vez, las englobaron bajo un mismo para-guas denominado Exactitudes. Una contracción de exacto y actitud. Aunque entre sus propósitos no estaba el de sacar una única conclusión del experimento, Versluis admite haber descu-bierto varias. La más relevante, la continua contradicción entre individualismo y uniformidad. “Todos somos indivi-duos distintos pero algunos de los rasgos que nos identifi-can como tales poseen una naturaleza social: familia, trabajo, cultura, etnia… Pero si la gente no está satisfecha con esta clasificación, trata de crear nuevos grupos. Nosotros hemos tratado de hacer visible este fenómeno en términos de estilo”. Dice Ari que lo inicialmente les movió a Ellie y a él fue el afán coleccionista que comparten. “En realidad, vemos a las series de Exactitudes como algo parecido a una colección de mariposas”. Y entre todos esos grupos ‘de mariposas’ hay de todo. Los más homogéneos, aseguran Versluis y Uyttenbroek, son precisamente aquellos en los que los individuos que los componen son muy conscientes de que forman parte de un grupo.

EXACTITUDES O LA DIFERENCIACIÓN LOGRADA MEDIANTE LA SIMILITUD

POR Ximena Arnau

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LA PORTADA EN JUEGO

¿Quieres diseñar la portada de YOROKOBUdel mes de febrero?

ESTA PORTADALA DISEÑAS TÚ¡DIBÚJAME !

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yorokobu.es/hazlotu

LA CONTRA EN JUEGO

¿Te gustaría diseñar una contraportada para VOLKSWAGEN?

¡PÍNTAME !

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yorokobu.es/hazlotu

Creativos, diseñadores, artistas, ilustradores, arquitectos, fotógrafos... Cada mes pedimos a una persona distinta que juegue con la palabra Y-O-R-O-K-O-B-U para ilustrar la portada. Y no queremos perdernos ni uno. Hay una infinidad de talento ahí fuera que no conocemos y nos encantaría conocer.

Por eso, en colaboración con Volkswagen, convocamos un concurso para que tú diseñes la portada de Yorokobu y la contraportada para Volkswagen (una página de publicidad de VW) del número de febrero de 2012.

Para participar tienes que presentar una portada de Yorokobu y una contraportada para Volkswagen. Las piezas serán juzgadas de forma independiente y tendrán un premio cada una, pero has de hacer las dos propuestas. Y, así de paso, ¡podrías incluso llevarte los dos premios!

El premio será de 1.000 euros para el ganador de la portada y 1.000 euros para el ganador de la contraportada. Y los cinco mejores diseños de cada categoría serán publicados en el mismo número.

Información y bases en yorokobu.es/hazlotu

LA PORTADA Y LA CONTRAPORTADA LAS DISEÑAS TÚ

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Ha pasado algún tiempo desde que el doctor Emmet Brown instalase un condensador de fluzo en un DeLorean para poder utilizarlo para viajar al futuro. Para Ford, el futuro se materializa a través del Ford

Evos, un prototipo que reúne las propuestas de la marca americana para un futuro ideal al volante.

POR David García

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La duda más obvia que surge al hablar de la evolu-ción tecnológica de la industria automovilística es la que pone sobre el tapete la reducción del impacto que causa al medioambiente. No hay ninguna marca que en este momento no esté investigando y desarrollando tecnologías que consigan que el combustible se utilice de una manera más eficiente o que se reduzca la emisión de dióxido de car-bono. Sin embargo, se puede dar una zancada un poco más amplia y comenzar a pensar en el siguiente dilema.

Desde que Henry Ford quisiera proveer a cada persona de un vehículo con el que desplazarse, ha transcurrido más de un siglo. Ese anhelo se está convirtiendo ahora en un problema de un mundo superpoblado. Así lo expresaba Bill Ford, el bisnieto del fundador de la automovilística de De-troit, en una conferencia en TED el pasado mes de marzo. “¿Qué pasa si en lo único en lo que pensamos es en vender más coches y camiones?”, se preguntaba. “Estamos ante un gran atasco mundial”.

El planeta necesita carreteras inteligentes, sistemas efi-cientes de aparcamiento y sistemas de transporte público eficaces. Para Ford, el reto está en “crear vehículos que res-pondan a la optimización del desplazamiento de personas a gran escala que permitan una movilidad sostenible”. La clave para conseguir ese objetivo se encuentra en la conec-tividad que permitirá a los vehículos hablar entre ellos, “en una red global de soluciones interconectadas”.

Ford ha dado un paso en esa dirección con la presentación del Evos. El prototipo apunta a que los vehículos de la marca estadounidense estarán conectados a la nube. “Los mismos sistemas que hoy nos traen música, entretenimien-to o navegación a través de GPS ayudarán a crear una red inteligente”, explicó el presidente de la compañía.

En un escenario globalizado, Ford propone que los diseños sean globales. Así lo explicó el vicepresidente de Investiga-ción e Ingeniería Avanzada de la compañía, Paul Masca-

renas, en la presentación del prototipo en Berlín. “El reto tecnológico es el mismo en todo el mundo. Lo que varía son los servicios para cada mercado. Las adaptaciones que queremos hacer son de estos servicios, pero la experiencia de usuario debe ser la misma en todos los sitios”.

Pero ¿cómo serán esos coches hiperconectados que diluyen los límites espaciales del conductor con su entorno? “El cloud computing hará posible que, por la mañana, nuestro despertador analice el tráfico y calcule a qué hora debemos despertarnos para llegar a tiempo a trabajar. Hará también que, al entrar en el vehículo, sigamos escuchando la misma música o emisora de radio que se estaba escuchando en casa. El coche cerrará las puertas de casa y las pondrá en modo de ahorro energético”, explicó Mascarenas. Además, un sistema de aparcamiento inteligente construido alrede-dor de esta conectividad reservará una plaza en el destino final, reduciendo el consumo de combustible que supone la búsqueda de un lugar para aparcar.

El coche será capaz de monitorizar parámetros como el ritmo cardíaco o la presión sanguínea del conductor para adaptar la conducción a esas premisas, y también optimiza-rá la combinación de combustible y electricidad en motores híbridos según la ruta y las condiciones del tráfico.

Pero ¿estamos preparados para la tecnología que propone Ford? “Hay ya clientes listos para usar estas características. En cualquier caso, es una opción. Somos conscientes de que también hay clientes más conservadores. Habría que poner el objetivo en unos dos años vista”, dijo Mascarenasw. Ade-más, quiso remarcar que “existe una nueva generación de usuarios más jóvenes que están preparados para ello. Han estado en contacto con estas tecnologías desde siempre”.

El plazo que se marca la automovilística es sorprendente-mente corto. Estas opciones estarán presentes en modelos tan populares como el Ford Mondeo en un plazo de aproxi-madamente cuatro meses. El futuro ya está aquí.

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La visión gráfica de Hirofumi Kamigaki, el ilustrador y cabeza visible de IC4Design se ha silueteado a través de formas proyectadas por referencias como la cultura skate, Matisse, Hiro Yamagata, McKnight, Shusei Nagaoka y, claro, los colmados escenarios de ¿Dónde está Wally? Kamigaki comenzó a plasmar los mundos que salían de su cabeza en el instituto. Tras pasar por varios estudios de diseño, el ilustrador japonés se ha establecido como diseñador independiente en el que los trazos con claros ramalazos comiqueros visten packagings para golosinas o anuncios de motocicletas.

“Deseos”. Cuando Kamigaki explica de dónde vienen los elementos que dan forma a los coloridos escenarios que plantea, la respuesta es esa. “Deseos. Se trata de elementos como lugares donde quiero vivir o a donde quiero ir, algo que me gustaría poseer. Cuando camino por la calle y veo una casa que me gusta pero que no puedo pagar, la introduz-co en mi ilustración”, explica.

“Saco provecho de todo: películas, juegos, ropa, el trabajo de otros ilustradores, la ciudad en la que vivo…”. Entonces es cuando el japonés abre la caja de juegos y deja aflorar la amalgama de situaciones que componen su trabajo. “Cuan-do tengo una idea básica de lo que quiero dibujar, hago pequeños bocetos en un cuaderno. No los dibujo con detalle

ya que, de esa manera, mi mente se dispersa y saboteo a mi propia imaginación”, dice. Con ese somero esquema, comienza creando el escenario y después lo completa con escenas humanas de diferente naturaleza. Esa es la labor de Daisuke Matsubara. Calzar a las personas en el entorno gráfico. Ahí comienza un proceso de dos meses en el que examinan que cada detalle esté en su sitio. “Prestamos una atención extrema a detalles como la calidad del color, el trazo, etc. ¡La mayoría de veces se me quitan las ganas de ver el dibujo por un tiempo!”, señala.

El abanico de mensajes que se pueden transmitir con todo un teatro gigante ilustrado como el que crea IC4Design es implanteable por lo inmenso. Sin embargo, como dice Kami-gaki, no se complican demasiado la vida. “Lo que quiero es que la gente se divierta. No suelo incluir mensajes críticos o reivindicativos. Tampoco quiero ser un alumno aplicado. Por eso incluyo chistes y bromas, ninjas, punks o skaters. Dejo, de esta manera, un poco de mi propia forma de ser en el dibujo. Me encanta que la gente se identifique con ello y sienta empatía”, resalta el japonés.

El próximo proyecto del estudio de Hiroshima es la publi-cación de un libro de ilustraciones con un editor de Tokyo. El objetivo seguirá siendo el mismo. “Expresar los deseos a través del arte”.

LOS MICROUNIVERSOS DE IC4DESIGN POR David García

Habrán escuchado alguna vez la expresión que dice que existen otros mundos, pero están en este. La escribió Paul Éluard en la primera mitad del siglo XX. La expresión se ajusta como un guante al trabajo de IC4Design, un estudio gráfico japonés que encapsula decenas de

situaciones en ilustraciones que configuran un todo cotidiano, positivo e irónico.

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Al igual que Serrat, Camper nació en el Mediterráneo. En Mallorca, en concreto. Por eso el mar forma parte de su cultura. Y de ahí, también, que la marca haya estado ligada al mundo de la vela prácticamente desde su nacimiento. Miguel Fluxà pone como ejemplo de esta relación al tres cuartos (un tipo de barco) bautizado, cómo no, con el nombre de Camper, que la empresa poseía en los 80. El vínculo con este deporte se mantendría y la marca llegó a participar en varias edicio-nes de la Copa del Rey. “Existen muchos elementos relaciona-dos con la vela con la que nos sentíamos muy identificados, entre ellos, poder recorrer el mar movidos por una energía limpia como el viento…”. Aunque el propio vicepresidente de Camper reconoce que fue la búsqueda de un evento global que transmitiera valores como la autenticidad, el sacrificio o el trabajo en equipo lo que llevó a Camper a pensar en enrolarse (nunca mejor dicho) en una aventura como la Volvo Ocean Race, la regata oceánica más exigente y difícil de las existentes a día de hoy. Y encontrar en este camino a Grant Dalton, jefe del Emirate Team New Zealand y al resto del equipo, lo que les acabó de convencer: “La afinidad fue instantánea. Era gente muy sana que contaba con todos esos valores pero a la vez eran muy competitivos, uno de los equipos de navegación con más triunfos a nivel mundial”. La decisión estaba tomada. Camper estaba lista para soltar amarras pero… ¿de qué barco? La solución a este pequeño ‘contratiempo’ la encontró la marca en un equipo compuesto por constructores y fabricantes de primer nivel, liderados por Marcelino Botín, responsable, entre otros, del diseño de la embarcación ganadora del Trofeo Louis Vuitton en 2007. La aventura de Camper en la Volvo Ocean Race comenzaba a tomar forma en los 21,5 metros de eslora y los 31,5 metros de altura del mástil del Camper LifeLovers. Como todo proyecto Camper, el diseño debía ser una pieza fundamental y de ahí que la identidad gráfica del velero se encargara a Farrow Design, estudio encabezado por Mark Farrow. Pese a sus

nulos conocimientos sobre barcos, el diseñador londinense no dudó en embarcarse (de nuevo, nunca mejor dicho) en el proyecto: “Espero saber algo más de este mundo una vez termine la regata…”, confía Farrow. Entonces ¿qué le llevó a subirse a este barco?, (tiramos, una vez más, de otra socorri-da expresión naútica…). “Siempre he estado muy ligado a la industria musical pero de vez en cuando me gusta afrontar retos completamente distintos”. De crear portadas de discos (algunas tan populares como las desarrolladas para Pet Shop Boys) a diseñar la identidad gráfica de un barco hay un largo trecho. Pero a Farrow no le fue difícil atravesarlo: “Me sorprendió lo fácil que resultó encontrar la inspiración para el proyecto”. No lo reconoce, pero es posible que su desconocimiento acerca del mundo de la vela jugase a su favor ya que le llevó a recurrir a fuentes que un experto en el tema probablemente hubiese pasado por alto, como por ejemplo, los buques de guerra. En concreto, algunos de los que participaron en la I Guerra Mundial y que utilizaron una especie de sistema de camuflaje denominado ‘dazzle painting’, que consistía en una técnica pictórica capaz de disimular la dimensión de los barcos mediante complejas formas geométricas. Dos años y mucho trabajo después, el Camper LifeLovers está listo para zarpar. Lo hará el próximo 5 de noviembre desde Alicante para recorrer más de 30.000 millas durante nueve meses. Pero antes de eso, el velero no ha desaprovechado la oportunidad de volver a realizar un viaje. El que hizo a Londres en 1877 un zapatero mallorquín llamado Antonio Fluxà con el objetivo de conocer los métodos de fabricación de calzado más punteros de la época. 134 años después ‘del abuelo Fluxà’, Camper llegaba de nuevo a la capital británica. Lo hacía en un barco, en uno propio. Y por la puerta grande. Porque Londres no tuvo inconveniente en que el Camper LifeLovers surcase las aguas del Támesis. Ni tampoco que uno de sus símbolos, el London Bridge se elevase, por dos veces, para dejarle pasar…

30.000 MILLASDE VIAJE LIFELOVER

YOROKOBU + CAMPER

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YOROKOBU + CAMPER

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¿NOÉVIVE ENRUSIA?

POR Gema Lozano

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De existir hoy Noé quizá fuera naviero. O armador. O puede que se decantase por su otra ‘gran vocación’ y se dedicase a la meteorología… O puede que nada de eso. Tal vez le hubiese dado por la arquitectura, viviera en Rusia y se llamase Alexander Remizov. El nexo de unión entre el personaje bíblico y el arquitecto ruso es el arca. La embarcación que construyó Noé para salvar a su familia y a varias parejas de animales y poder así repoblar la Tierra una vez pasado el Diluvio Universal, es, sin duda, uno de los proyectos más exitosos de la historia sagra-da. De ahí que Remizov y el resto del equipo de Remistudio no solo lo tomaran como referencia para el suyo sino que decidieran bautizarlo también como The Ark. Al igual que la de Noé, el arca de Remizov está ideada para hacer frente y mantener la seguridad ante las condiciones ambientales más extremas y las derivadas de un posible cam-bio climático. Incluso sobrellevar un nuevo Diluvio Universal. La estructura esférica del edificio y la forma de concha de su base, carente de cualquier tipo de ángulo, permitirían al edificio flotar de forma autónoma en caso de una subida del nivel del agua de los océanos. Su estructura basada en arcos y cuerdas de acero tensa-das, ideada para distribuir la carga entre la mayor parte de superficie posible del edificio en caso de terremoto, permi-tiría también que The Ark pudiese construirse sobre tierra en cualquier región del planeta. Incluso en las de mayor amenaza sísmica. Además, y pese a sus dimensiones (40 X 60 metros en planta, 30 metros de altura y una superficie total de unos 14.000 m2), la utilización de secciones prefabricadas permitiría que el edificio pudiera erigirse en apenas unos meses. Aunque para pasar a la historia, el arca del siglo 21 debería mostrar su eficacia no solo en materia de seguridad. La soste-nibilidad tendría que ser también uno de sus fuertes. Y en el caso de The Ark lo es. La clave reside fundamentalmente en su propia fisonomía. Según sus responsables, la gran cúpula en forma de tubo que es en realidad el edificio le permite lograr una óptima relación entre su volumen y su superficie exterior, lo que se traduce en un ahorro sustancial de materia-les y un consumo energético eficiente. Energía que el propio edificio es capaz de producir a través, por ejemplo, de células fotoeléctricas. Estas también sacan partido de la silueta del edificio al poderse distribuir por toda su superficie y colocarse con el mejor ángulo posible respecto al Sol. La forma de cúpula, además, ayuda a la aglomeración de aire caliente en la zona superior de su interior. Aire que es recogido por una serie de acumuladores que se encargan de suministrar energía a lo largo del año a todo el edificio. La vegetación es otro gran aliado para hacer de The Ark un paradigma de edificio verde. Por ese motivo, todas las plantas presentes en él se eligen de acuerdo a criterios de compati-bilidad, iluminación, eficiencia en la producción de oxígeno,

con el objetivo de crear un ambiente cómodo y agradable. El espacio de triple altura en el que se estructura su interior está cubierto por un material denominado ETFE que destaca por ser resistente, aunque a su vez muy ligero, autolimpiable, reci-clable y bastante económico. Y también, transparente, lo que permite que penetre luz suficiente al edificio para las plantas pero también para iluminar las habitaciones interiores. The Ark es, de momento, un proyecto que Remizov y su estudio realizaron en el marco del programa Architecture for Disasters Relief que organiza la Unión Internacional de Arquitectos (UIA). Su materialización o no depende de muchas circunstancias, sí, pero, por si acaso, Remizov ya le ha buscado posibles utilidades. El arquitecto asegura que dada su versatilidad y capacidad de adaptación, el edificio podría albergar desde una comunidad de vecinos de hasta 50 familias a un hotel, un centro de exposiciones o una institu-ción pública.

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THEARK

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¿Cuántos cargadores de móvil te has olvidado en un hotel? Tranquilo. No eres el único. Según las estadísticas, cada cliente lo olvida en uno de cada diez viajes realizados. Y es normal. Apuramos al máximo en la cama, el taxi que espe-ra, el avión que te deja en tierra, el check out que apremia... y al final, con las prisas, no es raro dejarnos algo en la habita-ción del hotel. ¡Cuántos pijamas y ropa interior han quedado camuflados entre las sábanas! ¡Cuántos libros de cabecera en la mesilla! ¡Y cuántos delicatessen de la gastronomía típica de la zona han quedado olvidados en el minibar de un hotel!

Estos son los cinco artículos que con mayor frecuencia olvidan en la habitación los clientes de un hotel, según un estudio realizado por la cadena NH Hoteles, después de preguntar sobre estos descuidos a los directores de cien de sus cuatrocientos establecimientos en distintas partes del mundo. De acuerdo con este informe, los lugares más comunes de estos hallazgos son el armario -con los zapatos como descui-do número uno-, bajo la cama y entre las sábanas, el baño, la mesilla de noche y en los destinos de sol y playa, la terraza, especialmente bañadores y chanclas.

En cuanto al perfil del olvidadizo, las conclusiones de la encuesta señalan a los hombres de 35 a 55 años, sin diferen-

cias por nacionalidad o destino. Dicen los responsables de la cadena que el archivo de abandonos que atesoran representa casi un estudio sociológico sobre el estilo de vida actual. Un estilo de vida que es de lo más variopinto, a juzgar por las rarezas que en determinadas ocasiones olvidan sus propie-tarios en los hoteles: prótesis dentales, una silla de ruedas o una pierna ortopédica... ¿Acaso dejaron de necesitarlos?

También hay gente que dejó olvidado a su perro, un oso panda de peluche de 1,80 metros de altura, una alfombra persa de 4 metros, maletas llenas y hasta un coche Hummer, que permaneció abandonado en el garaje del hotel durante semanas hasta que se consiguió localizar al dueño.

Si alguna vez te ocurre y no te avergüenzas de reclamar el artículo olvidado, debes saber que NH Hoteles sigue un protocolo de almacenaje y devolución de todos los objetos olvidados, independientemente de su valor.

Por norma general, el hotel no contacta con el cliente por mo-tivos de privacidad y se espera a que el huésped reclame lo olvidado, que se almacena durante un año en España y alre-dedor de seis meses en otros países. Si al cabo de ese período no es requerido, se cede a la camarera de piso que lo encontró o se dona a instituciones benéficas, dependiendo de su valor y según el criterio del director del establecimiento.

Sillas de ruedas, piernas ortopédicas, una alfombra de 4 metros, un Hummer, una peluca, un perro...

¡ME LO OLVIDÉEN UN HOTEL!

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Estábamos a finales de mayo y la prensa llevaba tiem-po hablando de las acampadas de Sol, así como de sus réplicas en Barcelona y otras ciudades. Por todos lados se escuchaba el famoso ‘Indignaos’ y Stephane Hessel estaba en boca de todos. Yo no había leído a Hessel y todo lo que había venido a cono-cerse como el Movimiento 15-M lo había seguido en prensa de manera tangencial. Estaba de acuerdo con algunos de los objetivos que se perseguían pero, en general, todo aquello me parecía un poco desenfocado. De repente, todo el mundo pare-cía saber mucho de la Ley Electoral y cosas por el estilo, y en todos los bares de España se escuchaban encendidas propues-tas y soluciones infalibles para todo aquello.

El bar que yo frecuento los viernes por la tarde no era ajeno a la corriente general del país. Entre mis amigos, no faltaban los que sabía mucho sobre la Ley Electoral y esgrimían todo tipo de opiniones, recetas y soluciones infalibles para acabar con la crisis, combatir el cambio climático, la alopecia y, por supuesto, cambiar el sistema. Uno de ellos había pasado una tarde en Sol y quería contagiarnos el espíritu de lucha y nos exhortaba

a todos a vivir ‘la experiencia’, a ‘respirar el ambiente’ y a ser ‘parte de la historia’.

A mí no me gustan las multitudes y no pasé nunca por Sol. Tampoco estaba al tanto de todo lo que se estaba pidiendo allí, pero tenía claro que era una buena oportunidad para luchar contra ese ente amorfo y en cierto modo abstracto que la gente conoce como ‘El Sistema’. De hecho, aunque suene utópico (cuando no ingenuo), una parte de mí piensa que po-dríamos hacer que ‘el Sistema’ cambiara si cada uno utilizara sus habilidades contra él. Así fue como comencé a imaginar cómo podrían luchar contra el Sistema personajes tan dispares como John Wayne, Gila, Charles Manson o Ferrán Adriá, y comencé a publicar postales bizarras en mi blog, en Facebook, etc, dentro de un proyecto que titulé ‘Consejos Antisistema de los Famosos’, creando una lista a la que fueron añadiéndose personajes de todo tipo según los iba pensando o algún amigo me los ‘sugería’.

CONSEJOSANTISISTEMA

DE LOSFAMOSOS

TEXTO E ILUSTRACIONES Jesús Galiana

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¿Por qué un coche eléctrico?

Twizy, un eléctrico muy especial

UN CONDUCTOR a bordo de Twizy reducirá un 25% de media su tiempo de trayecto por la ciudad. Esto supone más de 7 minutos ahorrados en un trayecto de 30

minutos con respecto a otro coche micro-urbano en condiciones normales. Los motivos son varios: Su longitud es equivalente a la de un

vehículo de 2 ruedas, por lo que se aparca más fácilmente; su radio de giro de 3,4 m. por lo que para dar media vuelta necesita un metro

menos que el más eficiente de los micro-urbanos, y Twizy es 30 cm. de promedio menos ancho que un micro-urbano, lo que favorece

la agilidad del tráfico. Además, Twizy sólo necesita 3 horas y media para cargarse y su autonomía puede llegar hasta los 115 km… Y su versión Twizy Urban 45 es accesible para mayores de 16 años sin permiso de conducir.

Shhhhhh… Es silencioso

Es limpio y sostenible. Genera 0 emisiones en uso

Y en poco tiempo: desde 6 a 8 horas para una recarga

estándar a los 30 minutos de

una rápida

Se recarga fácilmente en casa, en parkings, en estaciones de servicios…

Repostar resulta muy barato: menos de 2 euros por cada

100 km

YOROKOBU + RENAULT

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Tiene hasta 200 km de autonomía

Las baterías de litio son fácilmente desmontables y reciclables

Ya no es algo exclusivo reservado para una minoría

www.renault-ze.com

El tráfico denso de las ciudades es su aliado ya que es en estas condiciones donde resulta más económico

Un día con Twizy

08:00 Llego a la oficina después de un buen atasco. Al menos, ¡son buenas noticias para mi Twizy! (Batería: 10 km)

11:30 En el centro, a hacer unas gestiones. Menos mal que puedo aparcar en casi cualquier lado… (17 km)

14:00 ¡A comerrrr! (25 km)

18:00 ¡Por fin las 6! (42 km)

19:00 Al gym. Unos largos en la piscina nunca vienen mal después de una dura jornada de trabajo (50 km)

20:30. Parada en el súper. Hoy, una cenita ligera… ¿Qué tal sushi?

(57 km)

21:00. ¡Cambio de planes! Whatsapp de Luis: “Refresco

frío y unas tapitas en Casa Pepe” ¿Quién puede

resistirse? (63 km)

22.30 ¡Menudo tráfico! Parece hora punta. Aun así, bato mi

propio récord: ¡sólo 7 minutos para llegar al centro!…

(80 km

00:00 ¡En casa! He recorrido 80 km. en mi Twizy, aunque un día de otoño tan ajetreado

como el de hoy podría haber hecho ¡hasta 30 más!

YOROKOBU + RENAULT

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TODOS NECESITAMOSUN POCO DE SUR

Sube el telón. Nos encontramos en el Estado de Georgia, al sur de los Estados Unidos. Es el año 1850. En el porche de una gigantesca mansión, que recuerda a la de ‘Lo que el viento se llevó’, sentado en una mecedora, vemos al Coronel Sanders,

el logotipo de Kentucky Fried Chicken. El Coronel, con su eterna sonrisa en la boca, contempla orgulloso la enorme plantación de algodón que se extiende ante su casa mientras degusta un bourbon añejo. El sol se pone, marcando el final

de la jornada laboral de los cientos de esclavos negros que trabajan en los campos. De pronto, quebrando este mágico instante de placidez, Mister Proper irrumpe en la escena.

MR. PROPER: ¿Qué has hecho con ella, padre? CORONEL: Vaya, hola hijo, yo también me alegro de verte. MR. PROPER: No estoy para bromas. ¡Contéstame! He ido a buscarla a su barracón y me han dicho que llevaba dos días desaparecida. CORONEL: (Suspirando afectadamente). ¡Ah!, supongo, supongo que te refieres a esa chiquilla de la que te habías encaprichado… MR. PROPER: Es mucho más que eso… La amo, padre. CORONEL: Mira, hijo, hay dos cosas que los Sanders hemos tenido siempre muy claras. La primera es que la gente está dispuesta a pagar más por el pollo si se lo sirves en un cubo que si lo pones en una caja. La segunda, que nadie en nuestra familia se emparentará jamás con una esclava. Además, tú estás prometido con la Bella Easo. MR. PROPER: Sabes que no soporto a esa pija. Huele a magdalena. Mi corazón pertenece a otra mujer. ¡Dime dónde está!

MARKETINADASSEGUNDA TEMPORADA

La primera sitcom protagonizada por logotipos de marcasy personajes que aparecen en los anuncios

CAPÍTULO 6

POR JOSÉ LUIS MORO

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CORONEL: La he vendido.

En ese momento, un tercer personaje aparece en el escenario. Es Conguito, la célebre mascota de los cacahuetes cubiertos de chocolate.

CONGUITO: ¡Está mintiendo! CORONEL: ¿Pero qué coño hace este negro aquí? ¡Vuelve inmediatamente al barracón! CONGUITO: Está mintiendo. No la ha vendido, la ha matado. MR. PROPER: (Se acerca a él, realmente alarmado). ¿Qué estás diciendo? CORONEL: ¡Ja! ¿Pero vas a hacer caso a este maldito esclavo?

Entonces, Conguito, que lleva en la mano una especie de bolsa de tela, la abre y arroja al suelo lo que hay dentro: la cabeza de Negrita, la chica que aparece en la etiqueta de Ron Negrita. Mister Proper se echa al suelo de rodillas, coge la

cabeza en sus brazos y grita con el corazón desgarrado.

MR. PROPER: ¡Nooooooooooooooo!

Hecho una auténtica furia, el coronel se acerca a Conguito. En una mano blande un sable, en la otra sostiene un cuchillo de carnicero.

CORONEL: Este es el sable con el que mi padre luchó por la independencia de esta nación. Te atravesaría con él, pero no eres digno de ser herido por un arma tan noble. Para los macacos como tú, utilizo el cuchillo de trinchar alitas.

Y diciendo esto, el Coronel hunde el filo en el corazón de Conguito. Al mismo tiempo que éste se derrumba, se escucha una detonación. El Coronel se lleva incrédulo las manos al pecho, del que le mana abundante sangre. Luego, levanta la

cabeza y descubre a Mister Proper, que le mira con el revólver aún humeante en su mano.

CORONEL: Tú… tú… MR. PROPER: No quería llegar a esto, padre, tú me has obligado.

El Coronel cae al suelo. Y entonces, de repente, la cabeza de Negrita abre los ojos y empieza a balbucear unas palabras ininteligibles. Mister Proper se inclina a su lado.

NEGRITA: To… ds… ne…tamos… un… poco… de… MR. PROPER: No te oigo, habla más alto, mi amor… NEGRITA: Todos… necesitamos… un poco de… sur…

En ese instante, Gambrinus, el logotipo de Cruzcampo entra en escena cargado con unas cuantas jarras de cerveza que reparte a diestro y siniestro. Todos los presentes, muertos incluidos, empiezan a cantar, joviales, la canción del anuncio.

Hasta que, de pronto, el escenario se queda totalmente a oscuras y en completo silencio. Las luces se encienden de nuevo y vemos que el decorado ha cambiado por completo. La casa y la plantación han desaparecido. Ahora estamos en el

dormitorio que comparten Mimosín y Mister Proper. Este último se acaba de despertar envuelto en sudor. El osito también se despierta.

MIMOSÍN: ¿Qué pasa? MR. PROPER: He tenido una pesadilla horrible. Me hacían protagonizar un anuncio absurdo para lanzar una cerveza española en el mercado americano. MIMOSÍN: Bueno, eso no suena tan mal… MR. PROPER: Tú no lo entiendes, ¡me daban un papel de heterosexual! MIMOSÍN: (Irónico). Pobrecillo, desde luego… En fin, pues nada, date la vuelta, que te voy a recordar lo maricón que eres.

Baja el telón.

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En el país del terremoto más destructivo de los últimos tiempos, de las cosechas arrasadas por huracanes y del cólera desatado, Michel Martelly ha tomado posesión del cargo de presidente de la república. El acto se celebró en un barracón junto a las ruinas del palacio nacional, el maltrecho edificio que años atrás cobijara al dictador Papa Doc. Juró respetar la Constitución y restablecer los derechos de los hai-tianos, un asunto tal vez más difícil de reponer que las miles de casas derruidas por el seísmo. El flamante mandatario es un conocido cantante de kompas, una mezcla de frenéticos ritmos latinos, que ha decidido aparcar la música y dedicarse a la política, un artista al que llaman sweet Micky y que ya causaba furor mucho antes de que le otorgaran los distintivos que le reconocen como presidente. Con 14 discos a sus espal-das y miles de conciertos en los últimos años, nadie duda de su optimismo. De hecho, sonrió cuando se produjo un apagón durante el acto de la toma presidencial.

Haití es un país incomprensible, una isla quimérica, un trozo de tierra donde más que ocurrir cosas extrañas, lo extraño es que a veces sucedan cosas corrientes. La primera nación libre de América Latina lleva más de doscientos años padeciendo vicisitudes, toda su existencia, en realidad. Apenas ha encon-trado momentos de estabilidad, y aún hoy sigue inmersa en un enmarañado contexto, con situaciones tan surrealistas como la de dictadores paseándose por sus calles y antiguos dirigentes prometiendo arreglar el desaguisado que ellos mismos crearon.

Michel Martelly es el presidente número 56 de la república, y ante tanto descalabro ha llegado a Haití como un enviado de los dioses, de esos Loas caprichosos que a veces miman al pueblo y otras tantas le hacen la puñeta. El país de los espíri-tus sobrevive desde hace años de la ayuda internacional, y la inacción del presidente saliente ha provocado una situación

POR Miguel Ruiz Montañez

EL PAÍS DE LOS ESPÍRITUS

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anímica preocupante, tan preocupante como el hambre, la violencia y la barbarie de barrios como Cité Soleil o Sans Fil. La lentitud en la cooperación está generando pesimismo en el pueblo, una situación tal vez creada por el alargado proceso democrático en la elección presidencial. De los miles de millones de dólares comprometidos, apenas ha llegado una ínfima parte y solo la reconstrucción de ese nuevo gobierno legítimo puede ayudar a la reconstrucción del país. La soli-daridad internacional acordó cantidades ingentes de dinero, pero sin un gobierno democrático estable, era de suponer que jamás se materializarían las inversiones.

Se podrían elaborar muchas teorías, idear suposiciones diversas sobre el motivo que ha llevado a la nación a ese estado tan peculiar. Sin duda, una de las más ancestrales ha sido achacar el modo de ser de los haitianos a su religión, al vudú. Si comenzamos por el principio, la isla de Haití, bautizada por los españoles como La Hispaniola, tuvo dos partes bien definidas años después de que Colón pinchara sus estandartes en una playa de arena blanquecina lamida por las turquesas aguas del mar Caribe. Pasaron tantas cosas en aquella isla que al propio Almirante le costó el ingrato castigo de ser encadenado y devuelto a Castilla en grilletes. Si tuvieron algo que ver, o no, los espíritus de los indios taínos a los que tan fácilmente se les dio muerte, nunca lo sabremos, pero al menos sí nos ha quedado la certeza de que los espíritus de esos aborígenes y de los posteriores escla-vos se mezclaron para configurar una de las religiones más extraordinarias y controvertidas del planeta: el vudú.

Al vudú, por más que le acusemos del velo de misterio con el que se cubre, por más que lo intentemos, comprobaremos que hay razones aún más poderosas para explicar tanto desvarío en un mismo lugar. Si atendemos a su origen, el vudú llegó a América en los barcos cargados de esclavos africanos, que no solo trajeron mano de obra, sino también a sus dioses milenarios y salvajes atraídos por los llantos y conjuros de los encadenados. En Haití encontraron a los dóciles indios taínos, unos perplejos aborígenes que consi-guieron el triste récord de ser los primeros de América en desaparecer. Los espíritus africanos pronto se alimentaron de las almas de unos indios que apenas vivieron para contar el tormentoso espectáculo de civilizaciones en plena fusión. En menos de cuarenta años sus mortales cuerpos se habían esfumado pero sus almas permanecieron enredadas con otras ánimas, y por eso nadie duda de que el panteón vudú no tiene equivalente en ninguna otra religión del mundo, y que la mezcla de culturas produjo una serie de creencias que ya nada tienen que ver con el primitivo lugar del que proceden. Todo esto no podía haber sucedido en otro sitio más que en la isla de desembarco del Viejo Mundo.

Pero si apartamos ese otro mundo paralelo de las almas, e incluso de las religiones, y apelamos a razones más prosai-cas, como el propio devenir de la sociedad haitiana, encon-traremos respuestas más certeras. La historia reciente de Haití, el azaroso modo en que se alcanzó la independencia, no ha propiciado en este tiempo estructuras sociales sufi-cientemente estables, capaces de articular el desarrollo del país. La nación haitiana que conocemos se forjó mediante una revolución que acabó con casi todo el color blanco, in-cluido el de su propia bandera. A diferencia de otros países donde los colonos se encargaron de los procesos revolucio-narios (Colombia, Venezuela, incluso la vecina República Dominicana), en Haití se exterminó al hombre blanco, y fueron los propios esclavos los que se alzaron con el poder. La conocida revolución de Macandal, de Bookman, líderes surgidos de las plantaciones, cambió el rumbo del país para siempre.

Cierto es que Haití ha pasado por efímeros momentos de estabilidad, aquellos en los que los americanos descubrían la isla que narró, allá por los años veinte del siglo pasado, William Seabrook, con aquello de las ceremonias sangrien-tas en las que se degollaba animales en oscuros rituales y, sobre todo, desde que asegurara que los zombis existían. El americano, en su obra La isla mágica, llegó a poner de moda Haití y logró que antropólogos de medio mundo desembar-caran en el país para estudiar el fenómeno de los muertos vivientes. A pesar de la mente ferviente del escritor, nadie vio jamás a uno de esos seres desenterrados caminando por las calles de Puerto Príncipe, pero logró crear un incipiente turismo y desarrollo. Pero al final, la inexistencia de cla-ses medias haitianas suficientes como para articular una sociedad civil, podría explicar el desmembramiento de la nación, la inexistencia del Estado, agravado por dictadores y políticos corruptos que han minado de una u otra forma esta nación durante el siglo XX.

Las playas, los parajes naturales, su gente… Haití tiene muchos valores como para fracasar. En la misma isla los dominicanos han sabido acoger instalaciones mundial-mente conocidas como Playa Bávaro, Punta Cana, Samaná, Puerto Plata… ¿Qué nos aleja de pensar que pronto veremos similares escenarios paradisíacos llenos de turistas del otro lado de la frontera?

Martelly ha cumplido 50 años, es joven, goza de buena salud, se le ve repleto de energías, pero son tantas las cosas que debe probar, tantos los escollos que debe superar, que ojalá nunca abandone su optimismo y su alegre estilo musical. Desde luego, si le pidiésemos en estos momentos una melo-día, es muy posible que nos ofreciera una pieza de blues.

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ILUSTRACIÓN Pablo Abad

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LA GUERRILLADEL GANCHILLO

POR Mar Abad

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Era un lóbrego invierno en Texas. En el calendario, 2005. En la calle, el gris se había apoderado de la ciudad. Magda Sayeg pensó que, con ese tiempo de perros, nadie ten-dría humor para entrar en su boutique a comprar algo. El sol había decidido no dar color ni calidez a la calle. No quedaba más remedio. Tendría que hacerlo ella. Cogió sus agujas de ganchillo y empezó a tejer para vestir el mobiliario urbano de su barrio.

Primero fue una funda rosa y púrpura para el pomo de la puerta de su tienda. Después llegó un abrigo para una señal de Stop y una gabardina para una cabina de teléfonos. La idea era hacer más humano un paisaje urbano de producción en masa hecho con cemento, acero y cristal. Sayeg quería hacer algo para que los habitantes de Houston (Texas) volvieran a conectarse con su entorno.Los viandantes se paraban a contemplar los tejidos. Los conductores paraban a hacer fotos. La texana se dio cuenta de que había tocado una tecla más aguda de lo que pensaba.

El nuevo vestuario de aquel barrio hechizó a muchos vecinos. Era el principio del contagio masivo de una afición (tejer) y una filosofía (recuperar una actividad artesanal e incorporarla al arte callejero). Decenas de texanos cogieron sus agujas. Miles de estadounidenses, europeos y japoneses las tomaron después. Empezaban a oír hablar y a ver imágenes en Inter-net de algo que llamaban ‘guerrilla de ganchillo’ o ‘bombar-deo de hilo’. Las ondas expansivas del croché estaban dando la vuelta al mundo.

Sayeg institucionalizó el graffiti de punto. Fundó Knitta Plea-se. El grupo iba creciendo. Ella iba viajando. “Enfundó una parte de la Muralla China, la Torre Eiffel, la calle milanesa de Paolo Sarpi, las playas de Argentina, el Opera House de Sidney, el monorraíl de Seattle...”, especifica Karen McCle-llan, miembro del grupo Knitta Please. “Ella colabora con museos, galerías y municipios para desarrollar proyectos que fomenten la conversación sobre artesanía versus arte, el rol femenino de lo hecho a mano, la legitimidad del arte callejero y nuestras actitudes hacia los espacios públicos de nues-tras comunidades. Es un arte en la intersección del diseño textil, el street art y la artesanía tradicional”. En la actualidad colabora con el Departamento de Transportes de Nueva York y el North Brooklyn Public Arts Coalition, para adornar con ganchillo una instalación en Brooklyn, y contribuye en un proyecto del prestigioso festival de Música de Austin.

La guerrilla se extiende. En EEUU surgieron otras asociacio-nes de ganchillo, como Yarn Bombing, Incogknito, Knitted Landscape o Micro-Fiber Militia. Algunas, solo para hombres, como Men Who Knit, HizKnits y Men’s Knitting Retreats. En Londres nació Knit the City o Stitch and Bitch London. En Suecia, Masquerade. En Holanda, Knetted Landscape...

La guerrilla ha cumplido seis años y ya cuenta, incluso, con una historia documentada en papel. El libro Yarn Bombing: The Art of Crochet & Knit Graffiti, publicado en 2009, cuenta que Sayeg no fue la primera en sacar el ganchillo a la calle, pero fue quien lo convirtió en un movimiento de guerrilla.

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NO LEAS. ¡DIBUJA!

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NO LEAS. ¡DIBUJA!

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LA CABINAIV Festival internacional de mediometraje que celebra el cine entre 30 y 60 minutos.IVAMwww.lacabina.esValencia

04-14.11.2011

III ASIA GEEKVida digital y tendencias urbanas en Asia.IED calle Larrawww.asiageek.esMadrid

26-27.10.2011

LO NORMAL ES MUY RARO70 días de conferencias, conciertos, carreras, mesas redondas, proyecciones, talleres, torneos y conciertos para convencer que la bicicleta es un medio de transporte idóneo para la ciudad.Matadero Madrid, hasta el

27.11.2011

MEMORIA FRAGMENTADAExposición fotográfica sobre el hangar con los restos del 11-S realizados por Francesc Torres.CCCBBarcelona, hasta el

03.11.2011

SEMANA DE LA ARQUITECTURAUn evento que pretende dar a conocer Madrid y sus edificios desde otra perspectiva.Madrid

03-10.10.2011

DISEÑO DE SISTEMASMuestra que nos acerca al trabajo de la Escuela Superior de Diseño de Ulm que se caracteriza por su metodología interdisciplinaria.Disseny HubBarcelona, hasta el

28.02.2011

SALÓN INTERNACIONAL DE LA INDUSTRIA FERROVIARIAFira de Barcelona Barcelona

29.11-03.12.2011

AGI OPENDos días para asistir a conferencias impartidas por los mejores disenadores gráficos del mundo.Teatro ColiseumBarcelona

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NÓMADA MARKETFeria de diseño independienteAtocha 24www.nomadamarket.comMadrid

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AGENDA

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