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El cuarto de los chunches no deberia existir

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la mejor opción[on para las cosas que no usamos mas

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Page 1: El cuarto de los chunches no deberia existir

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Page 2: El cuarto de los chunches no deberia existir

En una ocasión, antes de dar inicio a mi sección diaria 'Semillas para el espíritu', del programa 'Muy buenos

días', me dijo Mario el presentador:Jaime, hay una niña discapacitada que vive con su tía

en un tugurio, en condiciones infrahumanas, y necesita una silla de

ruedas'.

Page 3: El cuarto de los chunches no deberia existir

Ese día conté el caso de esta niña y hablé de la importancia del servicio

amoroso y de dar sin esperar

retribución. Recuerdo

haber dicho enfáticamente que aquellas

cosas inutilizadas tras seis

meses ya no nos

pertenecen y, por lo tanto,

deben darse a alguien que las necesite.

Page 4: El cuarto de los chunches no deberia existir

Expliqué con claridad que los cuartos

de chunches, donde se guardan cobijas,

herramientas, cuadros, bicicletas, coches de

niños, juguetes,

etc., etc.., no deberían

existir.

Page 5: El cuarto de los chunches no deberia existir

Al final de mi sección llamaron alrededor de 100 personas, 99 de las cuales dijeron que también

necesitaban silla de ruedas, y sólo una señora ofreció una silla que podían pasar a recoger.

Al final de mi sección llamaron alrededor de 100 personas, 99 de las cuales dijeron que también

necesitaban silla de ruedas, y sólo una señora ofreció una silla que podían pasar a recoger.

Page 6: El cuarto de los chunches no deberia existir

Le dije que sería una buena idea que ella fuera con la silla al estudio de televisión para que juntos se la entregáramos a la niña, que vivía en el barrio Simón Bolívar. La señora me respondió que confiaba en mí, que no había problema en que recogieran la silla, y yo le comenté que no era cuestión de confianza sino de sentir la satisfacción de entregarla personalmente:

Le dije que sería una buena idea que ella fuera con la silla al estudio de televisión para que juntos se la entregáramos a la niña, que vivía en el barrio Simón Bolívar. La señora me respondió que confiaba en mí, que no había problema en que recogieran la silla, y yo le comenté que no era cuestión de confianza sino de sentir la satisfacción de entregarla personalmente:

Page 7: El cuarto de los chunches no deberia existir

'Yo quiero que usted me acompañe y experimente el placer tan grande que es dar y la felicidad que se

siente al servir. Usted no tiene ni la menor idea de lo rico que es experimentarlo'. Le expliqué entonces que

una cosa es conocer a fondo una manzana, su textura, su color y su forma, y otra meterle un buen

mordisco y experimentar su sabor.

'Yo quiero que usted me acompañe y experimente el placer tan grande que es dar y la felicidad que se

siente al servir. Usted no tiene ni la menor idea de lo rico que es experimentarlo'. Le expliqué entonces que

una cosa es conocer a fondo una manzana, su textura, su color y su forma, y otra meterle un buen

mordisco y experimentar su sabor.

Page 8: El cuarto de los chunches no deberia existir

Después de esto, ella accedió y nos fuimos al cerro del Ahorcado, en Ciudad Bolívar, al que algunas veces la gente sube para colgarse de un árbol

debido a la desesperación. El alcantarillado iba por fuera y rodaba por un canal enclavado en la

pendiente.

Después de esto, ella accedió y nos fuimos al cerro del Ahorcado, en Ciudad Bolívar, al que algunas veces la gente sube para colgarse de un árbol

debido a la desesperación. El alcantarillado iba por fuera y rodaba por un canal enclavado en la

pendiente.

Page 9: El cuarto de los chunches no deberia existir

Al sentir el frío y la podredumbre del ambiente la señora quiso devolverse,

pero finalmente llegamos al cuarto oscuro y denso donde se encontraba

aquella criatura de doce años.

Page 10: El cuarto de los chunches no deberia existir

Según nos contaron, los senos incipientes de la niña estaban totalmente estropeados por los callos y las

llagas, pues llevaba gran parte de su vida arrastrándose por el piso como una culebra.

Según nos contaron, los senos incipientes de la niña estaban totalmente estropeados por los callos y las

llagas, pues llevaba gran parte de su vida arrastrándose por el piso como una culebra.

Page 11: El cuarto de los chunches no deberia existir

Al levantarla de la cama sentí un olor peor que el de las

alcantarillas. Entonces la sentamos en la silla de ruedas y fuimos a

dar una vuelta. En cuanto la niña salió a la luz del sol y vio la

montaña empezó a dar unas risotadas exageradas.

Por un momento creí que era retrasada

mental, pero lo que sucedía realmente era que nunca había salido

a dar un paseo y en pleno año 2009 no

había visto un camión.

Al levantarla de la cama sentí un olor peor que el de las

alcantarillas. Entonces la sentamos en la silla de ruedas y fuimos a

dar una vuelta. En cuanto la niña salió a la luz del sol y vio la

montaña empezó a dar unas risotadas exageradas.

Por un momento creí que era retrasada

mental, pero lo que sucedía realmente era que nunca había salido

a dar un paseo y en pleno año 2009 no

había visto un camión.

Page 12: El cuarto de los chunches no deberia existir

Continuamos nuestro paseo hasta llegar a una esquina donde nos dijeron que preparaban un asado muy rico y decidimos probar. Mientras comíamos, la señora lloraba y lloraba. Le pregunté entonces por qué lloraba tanto y me respondió: 'Jaime, usted no

tiene la menor idea del motivo por el que estoy llorando'. Le dije que, en efecto, ella debía sentirse

feliz al hacer tan buena obra por aquella niña.

Continuamos nuestro paseo hasta llegar a una esquina donde nos dijeron que preparaban un asado muy rico y decidimos probar. Mientras comíamos, la señora lloraba y lloraba. Le pregunté entonces por qué lloraba tanto y me respondió: 'Jaime, usted no

tiene la menor idea del motivo por el que estoy llorando'. Le dije que, en efecto, ella debía sentirse

feliz al hacer tan buena obra por aquella niña.

Page 13: El cuarto de los chunches no deberia existir

Entonces me miró y me dijo con la voz entrecortada: 'Lloro Jaime, porque tuve esta silla de ruedas en el garaje de mi casa por más de ocho años. Lloro de

pensar que esta niña se arrastró como una culebra durante todos estos años, mientras esa silla se

oxidaba y dañaba por falta de uso. Ella nunca pudo dar un paseo como el que está dando ahora, lloro

por las oportunidades que tuve para ayudar a otros y por no haber hecho nada'.

Entonces me miró y me dijo con la voz entrecortada: 'Lloro Jaime, porque tuve esta silla de ruedas en el garaje de mi casa por más de ocho años. Lloro de

pensar que esta niña se arrastró como una culebra durante todos estos años, mientras esa silla se

oxidaba y dañaba por falta de uso. Ella nunca pudo dar un paseo como el que está dando ahora, lloro

por las oportunidades que tuve para ayudar a otros y por no haber hecho nada'.

Page 14: El cuarto de los chunches no deberia existir

Así pues, el dolor se produce cuando no actuamos. Espero que este mensaje sea de tu agrado y lo puedas poner en práctica en tu vida.

Con cariño:

Así pues, el dolor se produce cuando no actuamos. Espero que este mensaje sea de tu agrado y lo puedas poner en práctica en tu vida.

Con cariño:

Jaime Jaramillo, ' Papá Jaime', creador

de la Fundación Niños de los Andes y

nominado al premio Nobel de la paz,

dirige talleres y conferencias en diferentes

países.

Page 15: El cuarto de los chunches no deberia existir

Un niño puede estar necesitando algo de lo que tienes abandonado en el cuarto de los chunches.

Un niño puede estar necesitando algo de lo que tienes abandonado en el cuarto de los chunches.

Page 16: El cuarto de los chunches no deberia existir

¿Eres de esas personas que guardan todo, porque son "cosas

que algún día pueden servir“…pero llevan años en el cuatro de los

chunches de tu casa? No acumules cosas que ya no necesitas, a otras personas les hacen falta… Esas muletas que

usaste cuando te rompiste la pierna, ya no las necesitas, pero hay otras personas que sí las necesitan. Esas

cobijas que ya no usas, las necesita aquel indigente que

se muere de frío en invierno…

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¿Recuerdas esos pantalones que te pusiste una sola vez, porque viste que tu amiga tenía unos iguales...no pienses: ¡cómo los voy a regalar si están nuevecitos!... No se regala solo lo viejo e inservible, eso no tiene ningún mérito, cuando se da de corazón, se da lo que a ti te gustaría que te dieran si estuvieses necesitado(a). Desocupa hoy mismo tu cuarto de los triques y regala un poquito de felicidad a esos niños o personas mayores que están sufriendo carencias.

Dios dice en Su Palabra:Mi Padre encuentra su gloria en esto: que

ustedes produzcan mucho fruto, llegando a ser con esto mis auténticos discípulos.

Juan: 15: 8